Download - El ramal
Cosas que salvé del fuego
Chalecos
Sería toda tu casa quemada y tus ojos ardiendo lo que llevó el estudiante en pena en sus inviernos
Fueron dos al pasar y todo incinerado con olor a hollín arrastrando muebles por la ventana y los cisterna ventilando tu rostro para que no se chamuscara
Si vieran esos pálidos mi rostro supurando como un quemado en la playa se diría que soy el rescatado de esas ferias quemándose
Pero ustedes par de chalecos: nuestro amor soñándose de ser más hombres y todo este dolor mío vuelto
BLANCA CENIZA
Velador
Como un elegante tocador yo tenía alguien que me velaba: era una noche cálida a su lado y algo de madero empotrándome poniendo mal esa mañana
Y quería ver esos jotes decirme si yo estaba lejos de desaparecer del panorama porque fueron meses de agonía en una pieza y algún bien necesario me hizo morir allí
Qué si no dormía bien y qué de las pesadillas si era todo el chispero de muerte el que venía a encender mi casa y llevarse esos enceres: mi ReTórica
Y si las lenguas de fuego en medio de mis ojos te hicieron quedarte conmigo velador yo te doy misa y entierro para que veas que no tan muerto estaba hasta la
BLANCA CENIZA
Libro de Roger Santibáñez
En una plaza volviste a mis manos lleno de cenizas blancas y listo para otro viaje humedecido eras por los cisternas y apenas te vi largué
Porque eran seguramente los miles de mercados donde hubieses parado o mis propias manos destruyéndote lo que haría la hazaña de tu salvado
Y si elegante Eucaristía se hizo apiádate de ellos para que en la sacristía no ardan los fieles que te muerden el silabario hasta ahí: donde nació la pena
Como un mar donde navegar durante el tiempo que nos queda apago la pantalla y miro el rostro de lo que se salvó de las llamas sin ser
BLANCA CENIZA
ESTUVO BIEN
Seis libros de Rossenman - Taub Una chaqueta de 60 mil pesos una Chaqueta de 50 mil pesos un Computador y una colección de 60 discos compactos más alrededor de 40 libros y dos ex todo todo al fuego todo consumido
Porque no había otro momento ni otro vuelo para saldarle cuentas al mojigato embustero del Juicio Final y su falsa sacralidad
Todo todo en ceniza blanca
Canto Segundo al Aconcagua
A LA MAÑANA ESTAS HOJAS QUE SOMOS
A la mañana estas hojas que somosa la luz de los mendrugos y la venta de cachivachesesta fiacaporque no hay pena en ir de pega y no serviránesas vigas para helar los abrazos
Que sea así la mañana que recibe un poco de serenidad en el té y el pan:que sea el sol abriéndose tras el Aconcagua el que vea mis ojos y salude
Que sean los quasares y las estrellas que despidan mi jornada cuando el desierto pregone que aquí están todos en pena esperando un solo puño alzándose
Y que libérrimos de amor acertemos en la copa de la reunión
AL CEMENTO ESTAS HUELLAS
Y si estas huellas se extienden a lo largo de la playa para borronearse y perderse yo me perdería en el mar como una sombra como un fantasma que pasa a lo ancho de la costa
Porque vería otra vez esos cimientos desfondarse y mostrar las algas volcánicas y salinas esos corazones profundos y serenos oyendo el cause del océano
Sería acaso que el cemento de esa mezcla aguada y arenosa nos diera nuevamente los castillos y barcas de un perdido niño o que el color de la playa negra nos arroje de nuevo esos ahogados batiéndose
Sería eso y que las huellas nos sumerjan en lo oscuro en las pétreas visiones de una profanidad perdida
la sangre en el iris de tus ojos amor
AL MÁRMOL ESTOS LIBROS
Y como caen del cielo los astros en la noche yo quisiera verlos manando del sol cada constelación en el azul del firmamento
Será con esa visión que raje mi vista cuando una vez cierre esta pretina y abroche esta hebilla del sueño mío
Si es que estos causes hicieran volar todo el firmamento yo suscribo aquí esta imagen: los astros en el día
Y lo dejo para mi libro de mármol adornado con flores
No busques en vano mi Dios: esas escaleras no conducen a ninguna parte