El Principito. Numerología y error de traducción
Marina Menéndez
Los traductores y los correctores a veces modifican el contenido del texto sobre el que están trabajando. Esta atribución no es de su incumbencia, para eso están los editores de
contenido.
Marta Macho Stadler nos cuenta en su artículo “Las matemáticas de la literatura” que un
traductor al español de “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) modificó
el original para corregir una supuesta errata (el tema fue tratado en un artículo del blog
emulenews). El fragmento en cuestión pertenece al diálogo entre un hombre de negocios
(del cuarto planeta) y el principito. Allí, en el original en francés, el hombre de negocios
hace las siguientes sumas:
3+2 = 5, 5+7 = 12, 12+3 = 15, 15+7 = 22, 22+6 = 28, 26+5 = 31
En una de las versiones en español, el traductor interpretó la última suma como errata y la
cambió por 28+3 = 31. Hay tres razones para afirmar que el error es del traductor. Primero,
el traductor, para asegurarse de que se trataba de una errata (error de imprenta), debería
haber consultado otras ediciones del original en francés. En el caso de El Principito no se
trata de una errata y no hay motivo para que el traductor haya modificado el original. En
segundo lugar, el traductor no tuvo en cuenta el contexto en el que aparece el ‘error’: el
hombre de negocios se queja de la intromisión del principito porque lo desconcentra de sus
cuentas. En tercer lugar, Saint-Exupéry era un experto en matemáticas y “El Principito”
está lleno de simbolismo matemático.
Aquí, el diálogo [el resaltado es mío]:
El cuarto planeta estaba ocupado por un hombre de negocios. Este hombre estaba tan
abstraído que ni siquiera levantó la cabeza a la llegada del principito.
- ¡Buenos días! -le dijo éste-. Su cigarro se ha apagado.
-Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días!
Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo.
Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos
veintidós mil setecientos treinta y uno.
-¿Quinientos millones de qué?
- ¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de… ya no sé… ¡He trabajado tanto! ¡Yo
soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete…
- ¿Quinientos millones de qué? -volvió a preguntar el principito, que nunca en su vida había
renunciado a una pregunta una vez que la había formulado.
El hombre de negocios levantó la cabeza:
-Desde hace cincuenta y cuatro años que habito este planeta, sólo me han molestado tres
veces. La primera, hace veintidós años, fue por un abejorro que había caído aquí de Dios
sabe dónde. Hacía un ruido insoportable y me hizo cometer cuatro errores en una suma. La
segunda vez por una crisis de reumatismo, hace once años. Yo no hago ningún ejercicio,
pues no tengo tiempo de callejear. Soy un hombre serio. Y la tercera vez… ¡la tercera vez
es ésta! Decía, pues, quinientos un millones…
- ¿Millones de qué?
Una curiosidad:
El hombre de negocios hace 54 años que habita el planeta. Por reducción teosófica, 5+4=9
El hombre de negocios dice “Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil
setecientos treinta y uno”. Por reducción teosófica, 501.622.731 da 27, el número de
capítulos de la obra:
5+0+1+6+2+2+7+3+1=27
Además si reducimos 27 a un solo dígito, nos queda 9.
Como comentario al margen, agrego que la traducción del título, Le Petit Prince en el
original, también ha sido criticada. En “Saint-Exupéry. La vida como escritura”, Pedro
Sorela sostiene que “No es El principito, cursi título que se impuso desde Argentina con la
boba creencia de que el de los niños es un mundo en diminutivo, sino El pequeño
príncipe”.
Para un análisis del simbolismo matemático de El Principito, ver “Saint-Exupéry: ‘Pic de la
Mirandole’ du XX siècle” (en francés) de Michel Brethenoux.
Publicado en <http://virgulilla.wordpress.com/2013/03/19/principito-numerologia-traduccion>