P. Silvio Marinelli
Orden de San Camilo
Querétaro, Qro. – Septiembre 2011
E L E S P ÍR IT U S A N T O
C O N S O L A D O R : U N A
E S P IR IT U A L ID A D D E E S P E R A N Z A Y
V ID A
Seguir a Jesús animados por el Espíritu Santo
(P. Jorge Ramos), con un primer estilo, la misericordia
(Hna. Rogelia Tamez).
El Espíritu Santo
el protagonista de la espiritualidad cristiana
Permitir que el Espíritu Santo actúe, anime,
despierte, suscite,
dé vida, etc.
“Ni siquiera hemos oído que haya un Espíritu Santo’” (Hechos 19,2).
El Espíritu Santo: ¿un desconocido?
1. E L E S P ÍR IT U S A N T O
La configuración a Jesucristo
Documento de Aparecida: llamados al “discipulado”
El Espíritu Santo nos ayuda a realizar nuestro proyecto
cristiano
Espíritu Santo conformación a Jesucristo
a través de todos los recursos que distribuye a la y en la Iglesia
Otras formas:-las virtudes teologales: fe,
esperanza y amor; -las dimensiones profética,
sacerdotal y real de Jesucristo.
… un camino para ser más “semejantes” a
Jesús.
El Espíritu Santo está presente en este
camino como “luz” interior y “fuerza”
espiritual.
“Ven, luz santificadora, … para iluminarnos, … sin tu
inspiración no podemos nada ...
Eres Padre …, dador de todos los dones. Eres
pausa, brisa, consuelo, paz… Espíritu Santo: lávanos, fecúndanos, cúranos, doblega …,
calienta …, endereza ... Danos tus dones, danos
virtudes y méritos, contigo el gozo eterno …”.
El Espíritu Santo está presente en la
Palabra de Dios
Está presente en los Sacramentos: en el Bautismo. Transforma el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo y crea la comunión con el Padre y entre
nosotros. Es conversión. Da fuerza a los enfermos. Da el don del amor fiel a los
cónyuges ...
Da la vida física y la vida de la gracia. Nos hace
testigos y adultos en la fe.Nos comunica sus
dones... Da dones particulares: carismas y ministerios.
Suscita la oración…
Da entusiasmo…
Es la norma de conducta…
2 . E L “ C O N S O L A D O R ”
El Consolador, el “Paráclito”, el “Abogado”.
Una presencia amigable”,
“protectora”, “está a nuestro
lado”
… en situaciones problemáticas
… sucumbiríamos si Alguien no nos ayudara.
…enfermos, …agobiados o deprimidos, …solos y …como abandonados, sin
recursos humanos y espirituales …, …duelo, …pobreza extrema y falta de
perspectivas para el futuro, …situaciones relacionales complejas y destructivas, sin sentido de su vida, sin fe y un proyecto
En el apostolado / ministerio queremos
“ayudar”, dar palabras de “consuelo”
El Consolador “visita a su pueblo”, seca las lágrimas, susurra en nuestro corazón:
“tú eres hijos mío, muy amado”, nos libera:
“levántate” y retoma tu camino; da el pan de la vida para cruzar el umbral de la
muerte.
Dios nos ofrece (todo el “gracia”, “don
gratuito”) al Espíritu Santo para ser
eficaces y fecundos
“Bendito sea Dios, …, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que
nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios. …” (2
Cor 1, 3-5).Nos hace “agentes de consuelo”.
3 . “ S E Ñ O R Y D A D O R D E V ID A ”
“… La vida que Dios ofrece al hombre es un don …” (Evangelium Vitae, 34)
Vivir es estar en relación con Dios, es sentirnos amados por él…
La vida es don del Espíritu Santo, «Señor y dador de vida».
La vida es un don confiado a nuestra libertad.
Existir es recibir de continuo la existencia del Espíritu. Todo: el rostro, los sentidos,
la afectividad, el pensamiento, el lenguaje… es don de amor; por eso todo
ser humano es sagrado e inviolable
Compromiso de realizarse a sí mismos como don para los demás.
Descubrirse como un ser «donado» por Dios-Espíritu Santo implica la vocación a vivir la propia existencia como don que «devolver», viviendo bajo el signo de la
gratuidad.
"Ya coman, ya beban, hagan lo que hagan, háganlo todo para gloria de Dios",
(1 Cor 10,32): llamados a ser «glorificación» de Dios
… don recibido … don que re-donar … como
alabanza a Dios ...
La vida se convierte en liturgia
La vida (física, emocional, intelectual, espiritual) se convierte en una ofrenda viviente de sí al Padre en el Espíritu;
una ofrenda que afecta toda su realidad, incluido el cuerpo: "Hermanos, …que ofrezcan sus cuerpos como sacrificio
vivo, consagrado, agradable a Dios; este es su verdadero culto" (Rom 12,1)
Ofrecer a nosotros mismos, como seres vivientes en Cristo y en su Espíritu, en
una oblación de la vida.
"Gracia" y "amor humano" se exigen mutuamente
Si la inserción en Cristo es obra exclusiva de la gracia (o Espíritu Santo), la gracia se somete al riesgo de la acogida y de la
fragilidad humana y exige la correspondencia del hombre para
producir sus frutos.
Las «obras buenas» manifiestan la acción de la gracia, del Espíritu Santo
4 . E L S U F R IM IE N T O Y L A V E R D A D E R A L IB E R T A D , D O N Y
R E S P O N S A B IL ID A D
El sufrimiento hace parte de la vida cristiana.
Cap. VIII de la Carta a los Romanos ...
Pablo “redimensiona” los padecimientos de nuestra
condición terrenal: “…no son dignos de comparar con la
gloria que pronto nos ha de ser revelada” (v.18); Vivimos en la “esperanza de ser librados de la esclavitud de la corrupción,
para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (v.21).
Nada puede dañarnos: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? …” (v.35);
esperamos “la redención de nuestro cuerpo” (v.23).
“Si es que padecemos juntamente con Él... juntamente seremos glorificados” (v.17).
“Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman”. También los sufrimientos “ayudan” en
nuestra vocación de hijos de Dios Padre, llamados a reproducir la
imagen de su Hijo, animados por el Espíritu Santo.
La libertad verdadera, don
del Espíritu
La libertad más profunda, la de fe:
libres para seguir a Jesús
La ley y las normas son sólo una ayuda; cada quien
toma sus decisiones en conciencia
La libertad es consecuencia de una
liberación: “redención” “rescatar”. Es algo
gratuito…mediante el Espíritu.
La libertad “para…”Libertad para «entregarse»
La fe en Dios (don bautismal del Espíritu Santo) nos alienta en el camino de la
caridad y la solidaridad , da un sentido nuevo y pleno a nuestro vivir.
El Espíritu es quien nos hace hijos y libres, quien nos enseña a decir
¡Padre!: “En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos
de Dios
Pues no recibieron ustedes un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes
bien, recibieron un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: !Abbá,
Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios” (vv.14-16).
Espíritu de adopción, Espíritu de hijos: somos hijos del Padre porque
participamos del Espíritu del Hijo;
…“nos atrevemos” a llamar a Dios “Padre”.
Sentirnos hermanos de los demás: don de familia. …don del Espíritu que nos haga sentir, experimentar, practicar lo que en
teoría creemos.
“Los exhorto, …, a que ofrezcan a sí mismos …: tal será su verdadero culto” (Rom 12,1); esto es posible para los
enfermos y los que disfrutan de salud. Una espiritualidad para todos… Una
libertad no “de las ataduras del sufrimiento”, sino “en el dolor”.
5 . A R T ÍF IC E D E E S P E R A N Z A
Capítulo VIII de la Carta a los Romanos: la esperanza como una virtud y
característica fundamental de la vida del cristiano.
La creación entera vive “la esperanza de ser librada de la esclavitud de la
corrupción” (v.21) y de poder participar de nuestra suerte de hijos de Dios.
Por el don del Espíritu Santo, ya experimentamos
una salvación “con esperanza” (v.24): ya
tenemos “las primicias” del Espíritu (v.23) ... La esperanza nos permite
“aguardar” lo que no vemos y ya saborearlo
(v.25).
Esperanza: la actitud de quien se pone en marcha ...
No se tiñe de pesimismo, es antídoto a la depresión y al
desconsuelo, abre al “más allá”.
“Como si de una lanzadera se tratara, la esperanza nos
empuja también más allá del tiempo, donde se abre a un bien
supremo, logrado únicamente en la eternidad, donde
confiamos que no habrá llanto, ni dolor, sino luz y paz, el gozo
de una felicidad completa anhelada durante toda la vida.
…” (José Carlos Bermejo).
6 . “ C O N S O L A R ” : P IS T A S P A S T O R A L E S
San Pablo – Gálatas 5,22 - habla del fruto del Espíritu. Dice “fruto”: una única
actitud que se expresa en numerosos comportamientos.
Contrapone el fruto del Espíritu a las “obras de la carne”: la persona que actúa por sí sola produce “obras” (limitación,
imposibilidad de despegarse de un nivel terrenal, típicas de la condición humana
pecadora).
El fruto del Espíritu eleva las obras a un nivel espiritual: potencia las
actitudes naturales, imprime una dinámica nueva.
Cuando vivimos nuestra vida bajo el influjo del Espíritu producimos frutos que ni
siquiera podríamos imaginar.
A. La caridad “relacional”: la mansedumbre
El fruto del Espíritu Santo se refiere al mundo de las relaciones
interpersonales.
Amor cordial, lleno de benevolencia, ternura y
misericordia. Como Jesús…
San Pablo nos recomienda en la Carta a los Filipenses (cap. 2): “Tengan en
ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús”.
…en nuestro modo de comunicar…
…personas “afables”, es decir, dispuestas a intercambiar palabras y
mensajes.
La mansedumbre no es debilidad y rendición. Esta es fuerza, para resistir
frente al mal. Es la fortaleza del Espíritu Santo.
B. Afabilidad, bondad
…amabilidad, suavidad, benignidad. Expresan el carácter de la persona
agradable en todo.
“Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, Él nos salvó, …según su misericordia, por medio del baño de
regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que Él derramó sobre nosotros con
largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador” (Tito 3, 4-6).
Hacer el bien con delicadeza, cariño, suavidad y tacto.
«Lleven a cabo la verdad con caridad» (Efesios 4, 15).
Respeto total a las personas: en el lenguaje, el tono de voz, los modales, la deferencia. El Espíritu nos enseña a combinar la firmeza con la ternura
La presencia del Espíritu: el lenguaje respetuoso, delicado; la escucha atenta, sin juicios y sin groserías
(signo de una espiritualidad “integrada” en la persona).
Pablo tiene frente a sus ojos su experiencia de vida: ha experimentado la
mansedumbre de Dios y de hombre violento se convierte en el apóstol de la libertad del cristiano y de su conciencia.
C. Un diálogo que consuela en lo profundo
“Decir” palabras de consuelo…No nos las las que consuelan
Lo que «consuela» es nuestra presencia, la escucha, el respeto del itinerario
espiritual, la paciencia en el acompañamiento, la identificación de
nuevos recursos
El consuelo está al término de un camino de acompañamiento y no se manifiesta con actitudes “mágicas” de quien piensa que “algunas palabras”
puedan ser la solución de los problemas
…“ayudar” efectivamente a lograr una nueva madurez personal, a
tomar nuestra vida entre nuestras manos para poder transformarla
en “ofrenda” a Dios Padre por la acción del Espíritu Santo