Lehrveranstaltung: Varietätenlinguistik
Leitung: Prof. Sinner
Referentin: Elia Hernández Socas
28.05.08
El español de Canarias:
¿la niña mimada de la dialectología?
Las palabras dialectales de nuestra lengua no son ni excrecencias de las voces
panhispánicas ni sustitutos espurios de ellas, sino formas de expresión particulares que
poseen su propia estructura significante y sus propios puntos de vista semánticos. Lo que
se dice en ellas no se puede decir con otras voces, sean españolas o extranjeras.
Marcial Morera
Índice:
1. Breve apunte sobre el español de Canarias…………….2
2. Rasgos principales en el plano fónico…………………...6
3. Rasgos principales en el plano gramatical………………7
4. Rasgos principales en el plano léxico……………………12
5. Muestra literaria: Alonso Quesada………………………..24
6. Bibliografía…………………………………………………..32
El español de Canarias 2
1. Breve apunte sobre el español de Canarias
Cuando nos acercamos por primera vez al status quo de la dialectología hispánica,
puede dar la impresión de que el español de Canarias goza de una posición privilegiada
con respecto a otras zonas dialectales. El gran número de publicaciones existente sobre
el habla canaria ha motivado que se la haya denominado como la niña mimada de la
dialectología hispánica. Es indudable que el español de Canarias ha despertado un gran
interés entre los especialistas debido especialmente a su situación privilegiada a medio
camino entre España y América. No obstante, pese a la gran abundancia de estudios
sobre el habla canaria, coincido con los dialectólogos canarios Ortega Ojeda y Glez.
Aguiar en que muchos de estos estudios carecen del rigor científico esperado, pues,
entre otras cosas, «abundan los trabajos de gabinete y son relativamente escasos los de
campo» (2003: 41).
La variedad de habla del Archipiélago canario se inscribe en el llamado español
atlántico o meridional, siguiendo la clasificación propuesta por Diego Catalán (1964)
que se ha impuesto en el ámbito de la dialectología hispánica entre español castellano y
español atlántico. Nuestra variedad forma, pues, grupo común con el andaluz,
especialmente con el occidental, y con el español de América.
El español se implanta en las Islas a lo largo del siglo XV y primeros años del
XVI como consecuencia directa de la conquista y colonización del Archipiélago por
parte de la Corona de Castilla. Por ello no ha de perderse de vista la procedencia de los
colonos para estudiar tanto diacrónica como sincrónicamente el dialecto canario. Éstos
procedían fundamentalmente de Andalucía Occidental y Portugal. Así pues, en la
constitución del habla canaria fueron andaluces y portugueses los que dejaron su huella
más palpable tanto en el plano fónico, como en el gramatical y léxico. En este último
campo reviste una especial importancia la influencia portuguesa: todos ellos vinieron en
calidad de artesanos, marineros y campesinos y, en consecuencia, nos legaron una gran
cantidad de vocablos relacionados con estos oficios.
Al adstrato portugués hay que sumar la(s) lengua(s) aborigen(es) prehispánica(s)
y la aportación de los esclavos moriscos traídos por los europeos desde África. Se puede
percibir también cierto influjo del francés en algunos apellidos y en un grupo reducido
El español de Canarias 3
de palabras que arribaron a las Islas en los barcos franceses que emprendieron la
conquista del Archipiélago en 1402.
Pese a que las hablas canarias pueden agruparse bajo la etiqueta de “español
canario” y estudiarse como un conjunto, existen diferencias entre las distintas hablas de
las Islas motivadas, por un lado, por la diversidad de su geografía, flora y clima, lo que
favoreció el desarrollo de actividades económicas distintas en cada isla1, y, por otro
lado, por el hecho de que se conquistaran en épocas distintas.
Las Islas de Señorío se denominan así por ser nobles y señores los que llevaron a
cabo su conquista. Ésta tuvo lugar a principios del siglo XV y afectó a las islas de
Lanzarote (1404), Fuerteventura (1405) y El Hierro (1405), domeñadas por Jean de
Béthencourt, y de La Gomera (1445), cuya conquista ejecutan dos importantes familias
castellanas, la casa de los Peraza y los Herrera. Aunque todos estos nobles se habían
puesto al servicio de la Corona de Castilla, emprendieron la conquista como una
empresa particular. El régimen administrativo de señorío, que se mantuvo hasta
principios del XIX, ralentizó el su desarrollo y modernización. Este hecho provocó que
las hablas de estas cuatro Islas fueran más conservadoras que las de las restantes Islas. A
esto hay que sumar que la modalidad de español que se implanta en las Islas de señorío
tras la llegada de la expedición de Jean de Béthencourt, fue de tipo castellano. Las naves
que capitaneó este hidalgo normando vinieron cargadas de soldados y marineros
castellanos lo que explica la existencia de esta modalidad idiomática.
Gran Canaria, La Palma y Tenerife, conquistadas, por este orden, en 1483, 1493
y 1496 respectivamente, conforman las llamadas Islas de Realengo, denominadas así
por ser los Reyes Católicos los patrocinadores directos de la conquista. A través de los
puertos de las Islas capitalinas, especialmente a través del Puerto de la Luz de Las
Palmas2, entró la gran mayoría de las innovaciones lingüísticas. Una ingente cantidad de
1 El hecho de que determinadas actividades económicas hayan arraigado más en unas Islas que en otras ha
contribuido a la diversificación lingüística. Así, el cultivo de la caña de azúcar afectó principalmente a las
islas de Gran Canaria, Tenerife, La Palma y La Gomera, por lo que el léxico relacionado con su cultivo y
transformación en azúcar es mayor en estas islas. El vocabulario relacionado con el ganado camellar se
desarrolló fundamentalmente en las Islas orientales, Fuerteventura y Lanzarote. Véase Morera 1993 para
un estudio de la formación del vocabulario canario según las distintas actividades económicas de cada
Isla. 2 Morera alega tres causas por las que la ciudad de Las Palmas se convirtió en el centro más innovador de
todo el Archipiélago: 1) El hecho de ser la primera isla de realengo conquistada la convirtió en base de
operaciones para la conquista de las otras dos islas de realengo que quedaban sin conquistar; 2) por su
carácter predominantemente marinero y mercantil, lo que provocó que aceptara, sin reservas, todas las
innovaciones lingüísticas que llegaban desde Sevilla, y 3) por la importancia de su burguesía comercial
El español de Canarias 4
soldados y colonos andaluces llega a finales del siglo XV para emprender la conquista y
colonización de las Islas de Realengo y trae consigo una modalidad idiomática de
carácter más innovador que la castellana, la modalidad hablada en Sevilla, ciudad que,
tras la conquista de Granada y el descubrimiento de América, se había convertido en la
capital de la España atlántica.
Aparte de este hecho, la diversidad de las hablas canarias se ha visto también
propiciada por el aislamiento y falta de comunicación de unas Islas con otras, lo que
determinó que cada una de ellas por separado desarrollara ciertos fenómenos
particulares, si bien es cierto que las migraciones internas, sobre todo, en las últimas
décadas, han contribuido de forma decisiva a la nivelación y homogeneidad del español
de Canarias. Las diferencias entre las hablas de las Islas no implican que pueda hablarse
de varios tipos de español de Canarias. La variedad canaria presenta toda una serie de
rasgos fónicos, gramaticales y léxicos comunes que une las distintas hablas particulares
de las Islas y la distingue del resto de las hablas hispánicas: «la diversidad idiomática,
antes que separar las islas, lo que hace es unirlas en un proceso histórico común, en el
cual cada una de ellas aporta sus propias singularidades» (Morera 2007: 109).
Uno de los motivos por los que la variedad canaria ha despertado el interés de
los estudiosos, fue su papel clave en la formación del español atlántico o americano. Los
barcos que partían rumbo a América hacían escala en Canarias donde se
aprovisionaban, entre otros, de canarios dispuestos a emigrar para mejorar sus
condiciones de vida. Ya desde el siglo XV empiezan a tener lugar estas migraciones de
isleños a los territorios de Ultramar, que no han cesado hasta la actualidad. Por tanto, no
hay que olvidar que fueron andaluces y canarios (cuyo sustrato era principalmente la
lengua de variedad hispánica meridional) quienes ayudaron a formar el español de
América. Esto explica las similitudes entre el español de estas regiones. Las analogías
entre el español canario y el atlántico se explican también por la práctica coincidencia
en las fechas de conquista y colonización de uno y otro territorio, siendo que ambas
tienen lugar casi a la par, desde finales del siglo XV a principios del XVI. Si bien el
español de Canarias guarda enormes similitudes con el de América, en los últimos
muy cercana al pueblo llano y receptiva a todas las innovaciones lingüísticas (en «Origen y evolución del
habla canaria», título de la conferencia impartida por el profesor Morera, los días 21y 25 de febrero de
2005 en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife con motivo del ciclo de conferencias
organizado por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias y la Academia Canaria de la
Lengua).
El español de Canarias 5
tiempos se está imponiendo en las Islas la norma castellana por razones de índole
político-social.
Concluimos esta breve introducción con las palabras de los profesores Almeida
y Díaz Alayón (1988: 13) sobre la variedad canaria:
Las lenguas constituyen códigos de comunicación inevitablemente teñidos e
influenciados por el entorno. La cultura, la historia, la localización, las
coordenadas sociopolíticas son, junto a otros, los factores que intervienen y
condicionan, de modo variable la evolución de los sistemas lingüísticos. En el caso
del español de Canarias, la cronología y la geografía son dos de estos factores que
configuran y, a la vez, explican su realidad actual.
Las investigaciones realizadas sobre el mismo coinciden en describirlo como
una variedad hispánica meridional. El español que se trae al Archipiélago es, en
esencia, una proyección del que entonces se habla en Andalucía Occidental, y la
influencia metropolitana de Sevilla resulta manifiesta. A esta variedad hispánica
meridional, adaptada a la realidad de Canarias, se incorporan elementos del
sustrato lingüístico prehispánico, del adstrato occidental ibérico y del español de
América. Ello muestra que en la formación de las hablas canarias se han dado dos
procesos: uno de creación interna, resultado de su dinámica particular, y otro de
asimilación, por el que se incorporan elementos de otros sistemas.
El español de Canarias 6
2. Rasgos principales en el plano fónico
2.1. Sistema vocálico:
Algunas modificaciones (por asimilación, disimilación, analogía)
en las vocales inacentuadas: alternancias entre /e-i/ y /a-e/:
destingue, enjertar, envernadero, polmonía, disierto, joventú,
estilla, lagaña, sartificado.
Diptongos: las vocales en hiato diptongan como en peliár,
meniar, tualla, trai.
Esta transformación se da también por fonética sintáctica:
veintiaños, comuantes.
2.2. Sistema consonántico:
Seseo generalizado: neutralización de la oposición /z/-/s/ a favor
de la segunda. Esto supone que el español canario tiene un
fonema menos que el castellano en la serie fricativa sorda: los
zapatos → lo sapatoh, el cerezo → el sereso. La /s-/ canaria tenga
carácter predorsodental frente a la apicoalveolar del español
estándar de la Península. No existe, pues, la interdental fricativa
sorda /θ/.
Aspiración del fonema fricativo velar sordo castellano /x/: jugo
→ hugo, juego → huego, enjuto → enhuto, gente → hénte, jueves
→ huébeh, jabón → habón, mujer → muhér, reloj → relóh. Este
uso contrasta con la articulación netamente velar de la jota
castellana estándar.
Aspiración de la consonante sibilante /s/ en posición implosiva
delante de consonante sorda (tanto en final como en interior de
palabra): los castillos → loh cahtilloh, las castañas → lah
cahtañah, pastor → pahtor, raspar → rahpar, pescado →
pehcado; y pérdida de la implosiva ante consonante fricativa
sorda: desfilar → defilar, esfera → efera, descifrar → desifrar,
desjarretado → dejarretado, asfixiar → afisiar.
El español de Canarias 7
En Gran Canaria cuando va seguida de /b/, /d/, /g/ o /y/ se pierde
el elemento implosivo y se asimila a la consonante siguiente y la
glotaliza: lo bbarrancoh, la ddoh, la ehpperanza.
Así, la serie fricativa sorda del español de Castilla y
Canarias queda constituida de la siguiente manera: /f, θ/s, x/ y /f,
s, h/ respectivamente.
Aspiración de la /r/ implosiva ante /n/ o /l/ al lado de las
pronunciaciones plenas de -rn- y -rl-: cuerno → cuehno, Carlos
→ Cahlos, cernícalo → cehnícalo, carne → cahne.
Yeísmo: neutralización de la oposición /ll/-/y/ a favor del segundo
miembro: llave → yave, llorar → yorar, castillo → cahtiyo.
Tendencia a la sonorización de las consonantes sordas /p/, /t/ y /k/
en posición intervocálica: una cuchara → una guchara, una
cometa → una gometa.
Pronunciación sonorizada y adherente de la /ch/. Este hecho
provoca que palabras como muchacho suene como una /y/
[muyayo] a oídos del hablante de la modalidad castellana, dado
que en su sistema ambos sonidos están inequívocamente
diferenciados.
3. Rasgos principales en el plano gramatical
3.1. Sufijos nominales:
Diminutivos: -ito/a e -illo/a: alta frecuencia de uso para los niños y para
personas mayores a las que se les debe un respeto mayor: Manolito,
Panchito, Fefita, Toñito. Una de las explicaciones que se han dado a este
(ab)uso de los diminutivos es la intención del hablante de expresar cierta
afectividad, modestia, o incluso de evitar la brusquedad.
Supresión de los interfijos: panito en lugar de pan-ec-ito: (excepciones a
esta regla en Canarias pobrecito, tardecita).
Sufijo -ero/-era: naranjero, manzanero, aguacatero, nisperero.
Sufijo -ón: mayor frecuencia de uso de este sufijo: dulzón, flojón,
pellizcón, picón.
El español de Canarias 8
3.2. Sistema pronominal
3.2.1. Pronombres personales3
No existe la oposición vosotros/ustedes: Se utiliza la forma ustedes tanto para el
respeto como para la confianza. Su consecuencia inmediata es la desaparición de la
forma átona os, su sustitución por se, le, los, las y la utilización de la tercera persona del
plural de los verbos en lugar de la segunda persona del plural en todo el Archipiélago,
con la excepción de La Gomera y de algunas localidades del interior de La Palma y
Tenerife.
Aunque el referente de ustedes es la segunda persona del plural, su comportamiento
gramatical es el de tercera persona, lo que conlleva las siguientes implicaciones:
Pron. Posesivo vuestro → de ustedes: ¿Esto es vuestro? → ¿Esto es de
ustedes?
Pron. Personal átono os: les para el CI, los y las para el CD y se para el
reflexivo: ¿Os gusta ir al cine? → ¿Les gusta ir al cine?; Hace tiempo
que no os veo→ Hace tiempo que no los/las veo.
Morfema de segunda persona del plural –áis (-éis, -is): morfema de
tercera persona del plural -n: ¿Ya os vais? → ¿Ya se van?
En La Gomera donde se ha conservado el uso de vosotros, la forma átona os en
el habla popular es vos:
¿Vos gustan los berros?
Vos lo merecéis.
No tengo más nada que decirvos.
Incluso en La Gomera, se está perdiendo el uso de vosotros, siendo que las
generaciones más jóvenes lo utilizan sólo en un ambiente familiar, con sus amigos
paisanos y familiares. Cuando estos jóvenes llegan a las Islas capitalinas, se adaptan a la
norma común de sus nuevos vecinos4.
3 El dialectólogo Antonio Lorenzo de la Universidad de La Laguna ha estudiado con detalles el uso de los
pronombres en el español de Canarias y ha llegado a interesantes conclusiones sobre su uso que
mencionaremos en este trabajo (vid. Lorenzo 2003: 129-151). 4 Sobre el habla tradicional de La Gomera hay un estudio completo y minucioso, fruto de una Tesis
Doctoral presentada en 2004 en la Facultad de Filología de la Universidad de La Laguna, a cargo de
Encarnación Tabares Plasencia. La parte de la Tesis, que ha sido publicada en 2006, es la dedicada al
léxico simple y complejo (vid. Tabares Plasencia 2006).
El español de Canarias 9
Los pronombres personales átonos de tercera persona mantienen el uso
etimológico, lo que implica el mantenimiento de formas diferentes para el CD y para el
CI:
Esta distinción entre el dativo le y el acusativo lo es «uno de los fenómenos
gramaticales que ha contribuido a diferenciar el español atlántico del español castellano
[…]» (Lorenzo 2003: 141).
También se habla de un “leísmo de cortesía” en las zonas medio urbanas y en los
niveles medios y cultos que consiste «en emplear le, les para referirse al interlocutor o
interlocutores, en el trato formal y cortés, en lugar de lo, la, los, las» (Lorenzo 2003:
142). En este caso se emplea el le con independencia de si éste es complemento
indirecto o directo.
Señor, ¿ya le atienden?
Don Gregorio, le llaman por teléfono.
¿Cree usted que yo le voy a engañar?
Este leísmo de cortesía es, según Antonio Lorenzo (2003: 143), uno de los
procedimientos que nos permiten desambiguar si el pronombre ustedes está haciendo
referencia al plural de tú o al plural de usted:
Ustedes me avisan con tiempo y yo paso a recogerlos. (Plural de tú)
Ustedes no se preocupen que el taxi les deja en la misma puerta. (Plural
de usted)
A excepción de este leísmo de cortesía, el habla canaria no conoce el laísmo,
loísmo o leísmo a diferencia de lo que ocurre en algunas hablas de la península Ibérica,
como Castilla.
Función Singular Plural
CI le (se) les (se)
CD lo / la los /las
El español de Canarias 10
3.2.2. Pronombres posesivos
La pérdida de la distinción vosotros/ustedes ha dejado sus huellas en el uso de
los posesivos. El aspecto más interesante de los posesivos en el español insular es la
utilización del posesivo de ustedes para el trato de confianza que equivale al vuestro en
las hablas que hacen la distinción y, en consecuencia, el de su/suyo para el trato de
cortesía. Este uso peculiar de los pronombres posesivos está en consonancia con el
leísmo de cortesía que se ha explicado anteriormente (Lorenzo Ramos 2003: 143):
Eh, niños, ¿esta pelota es de ustedes? (trato de confianza)
Señores, ¿esto es suyo? (trato de cortesía)
El cuadro de los pronombres posesivos en las hablas insulares que practican la
indistinción vosotros/ustedes quedaría, siguiendo a Lorenzo Ramos (2003: 145), de la
siguiente manera:
Tratamiento Referente Número Pronombre Posesivo
Confianza 2ª pers.
singular
tú tuyo
Cortesía 2ªpers. usted su, suyo
____ 3ªpers. él de él
Confianza 2ªpers.
plural
ustedes de ustedes
Cortesía 2ªpers. ustedes su, suyo
____ 3ªpers. ellos de ellos
3.3. El verbo
3.3.1. 2ª pers. pl. de los tiempos verbales es sustituida por la tercera del plural:
¿Fuisteis ayer al cine? → ¿Fueron ayer al cine?
3.3.2. Sustitución de las formas del imperativo: desaparición de la 2ª pers. pl.:
cantad, temed, partid. Existen otros recursos para evitar el imperativo:
Interrogaciones: ¿Se sientan? ¿Entramos ya?
El español de Canarias 11
Perífrasis ir + inf.: Vamos a entrar.
3.3.3. Empleo preferente del pretérito indefinido. En Canarias se registra una
mayor tendencia a emplear el pretérito simple o indefinido. Esto ha
provocado que el pretérito perfecto o pasado compuesto no se use aquí,
como en castellano, para expresar un hecho inmediatamente anterior, sino
para expresar acciones reiteradas o durativas que, iniciadas en el pasado, se
prolongan hasta el presente:
Este año no ha llovido nada
He estado varias veces en Madrid.
Esta singularidad gramatical, amén de ser compartida por bastantes
modalidades americanas, se constata en el español preclásico.
3.3.4. Uso impersonal de haber como personal:
Hubo 10.000 personas en el concierto → *hubieron 10.000 personas.
Había unas niñas saltando a la comba → *habían unas niñas saltando
a la…
3.3.5. Algunos fenómenos de analogía:
*Siéntesen: metátesis de la n por analogía con la 3ª pers. pl.
Formas como *casemos o *lleguemos para el indefinido por analogía
con la primera persona (me casé, llegué):
Cuando lleguemos, ya habían cerrado.
Este fenómeno se da, sobre todo, en las hablas populares.
Formas como *llegastes o *vinistes por analogía con la forma de la
misma persona en otros tiempos verbales (llegas, llegarás, llegues).
*Vinites por disimilación.
3.4. El adverbio
3.4.1. Anteposición de más, menos, mejor y peor ante los pronombres nada, nadie,
ninguno y nunca y ante el pronombre relativo:
El español de Canarias 12
¿Quiere algo más? Más nada, gracias;
Lo más que me gusta es irme de marcha los fines de semana.
3.4.2. Uso particular de algunos adverbios como malamente „apenas‟, mayormente
„sobre todo‟, por juro „a la fuerza‟. La frecuencia de estos adverbios o
locuciones adverbiales con esta significación es bastante alta en todo el
Archipiélago.
3.5. Conjunciones
3.5.1. Desde que con valor de posterioridad en lugar de en cuanto…,
inmediatamente después de que…, nada más + infinitivo: Desde que me lo
dijo, no he vuelto a pasar por casa.
3.5.2. En lo que con valor temporal: En lo que limpio, tú te pones a fregar los
cacharros.
4. Rasgos principales en el plano léxico
4.1. Canarismos de raíz propiamente española
El vocabulario español se adaptó a la realidad insular de las siguientes
maneras (vid. Morera 2001: 11-14).
a) Por extensión semántica, ampliando el sentido de palabras patrimoniales del
castellano: bernegal „taza ancha de boca para beber‟ a „tinaja que contiene el
agua de beber‟ y piña, de „fruto del pino‟ a „mazorca de maíz‟5.
b) Por desplazamiento metonímico: tea de „madera resinosa que se usa para
antorcha‟ a un tipo de madera muy resistente; alegar de „aducir méritos para
fundamentar alguna petición‟ a „conversar, platicar sin objeto determinado y
por mero pasatiempo‟ (vid. Morera 2001: 11).
c) Recurso a la derivación con -ero, -ito e -illo, -ón: lapero „paleta de hierro
que se emplea para arrancar las lapas de las rocas‟, naranjero „árbol cuyo
5 Las definiciones que ofrecemos las hemos extraído del Diccionario histórico-etimológico del habla
canaria de Marcial Morera (2001).
El español de Canarias 13
fruto es la naranja‟, pesquero „zona del mar donde se pesca‟, barranquillo
„barranco pequeño que afluye a otro mayor‟, caletón „entrante prolongado y
estrecho del mar en tierra‟.
d) Por composición: sustantivo-sustantivo: matabichos „insecticida‟, tapaluz
„contraventana‟.
4.1.1. Andalucismos:
Dejaron, sobre todo, algunos vocablos relacionados principalmente con actividades
agrícolas y ganaderas, marineras y domésticas y familiares: ajullar „espantar a los
animales‟, cigarrón „saltamontes‟, sanantonio „mariquita‟, bocinegro „especie de
pagel‟, encasquetarse „meterse de rondón en un sitio‟, frangollero „que hace las cosas
mal y deprisa‟.
4.1.2. Americanismos:
Los americanismos proceden principalmente de la zona del Caribe (Venezuela,
Cuba, Puerto Rico) y fueron traídos por los emigrantes canarios que vinieron de regreso
a las Islas: papa „patata‟, guagua „autobús‟, fotingo „coche destartalado‟, pibe „niño,
muchacho, novio‟, machango „mono, payaso‟, guanajo „tonto, bobo‟, vacilar
„divertirse, burlarse‟, botarate „derrochador‟.
Morera (2007: 77) da tres razones por las que el habla canaria comparte tantas
similitudes con el español americano:
1) Tienen su origen en la misma modalidad de español, el español meridional (de
Andalucía occidental).
2) Ambas modalidades se constituyeron en la misma época histórica (siglos XV y
XVI).
3) La influencia ejercida por los emigrantes canarios en América. Morera insiste en
uno de sus trabajos más recientes que «lo que debe descartarse, en todo caso, es
que estas coincidencias lingüísticas se deban principalmente a una supuesta
influencia de América en Canarias» (Morera 2007: 77). Por el contrario, me
resulta difícil creer que puede deslindarse en todos los casos si la palabra
El español de Canarias 14
coincidente en América y Canarias viajó de las Islas al continente americano o
viceversa, a excepción, claro está, de aquellos términos cuyo origen es la lengua
guanche como en el caso de gofio, utilizada con el mismo significado en
Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela o alguna de las lenguas
amerindias.
Algunas de las palabras que se supone que los canarios llevaron a América son
casa terrera, gago, fañoso, enchumbar, engodar o la ya mencionada gofio.
Por su parte, Corrales y Corbella (1994: 7) en su estudio de las coincidencias
léxicas entre América y Canarias, afirman que «muchas palabras, nacidas o
transformadas en Canarias pasarían a América, otras vendrían hacia acá desde el
continente con la vuelta eventual o definitiva de muchos emigrantes, y otras se
emplearían en el archipiélago al tiempo que en América llevadas por el flujo
emigratorio que desde la península pasaba obligatoriamente por las islas». Los tres
grandes marcos conceptuales donde encontramos más coincidencias léxicas son: «el
cultivo y la industria de la caña de azúcar, el cultivo y manufactura del tabaco, y la cría
y las peleas de gallos» (Corrales / Corbella 1994: 10). El cultivo de la caña de azúcar
llega a Canarias procedente de Madeira y de aquí viaja al Nuevo Mundo; la manufactura
del tabaco fue una actividad artesanal de gran importancia en la isla de La Palma, sobre
todo debido a los contactos de esta isla con Cuba; y en cuanto a las peleas de gallo se
tiende a considerar que de Andalucía pasaron a Canarias y de aquí a Hispanoamérica
(vid. Corrales / Corbella 1994: 10-11).
4.2. Canarismos de raíz extranjera o de préstamo
4.2.1. Portuguesismos:
El portugués fue la lengua que más voces aportó al español de Canarias, sin tener en
cuenta el español por razones obvias. Se trata de voces procedentes principalmente de
las actividades artesanales, agrícolas y ganaderas, marineras y comerciales.
Apellidos: Sosa, Dorta, Caraballo, Castro, Pereira, Viera, Fariña, Coello,
Corujo, Suárez, Coello.
Agricultura: grelo „tallo que echan las papas, brotes‟.
El español de Canarias 15
Mucho vocabulario marinero: marullo „ola‟, margullar „sumergirse‟, maresía
„aire cargado de humedad marina‟, guelde „determinada especie de pez de
pequeño tamaño‟, chucho „determinada especie de raya marina‟, seba „alga‟,
engodar „atraer a los peces con comida‟, callado „canto rodado‟.
Vocabulario doméstico: jeito „ligero movimiento hecho con alguna parte del
cuerpo‟; escarranchar „sentarse con las piernas bastante abiertas‟, mojo „salsa
para condimentar viandas‟, fechillo „pestillo‟, magua „desconsuelo‟, gago
„tartamudo‟, enchumbarse „empaparse‟.
Fenómenos atmosféricos: chubasco „lluvia débil‟, sereno „llovizna‟, garúa
„llovizna muy fina‟.
4.2.2. Guanchismos:
Se conservan apellidos y nombres propios y un grupito de nombres comunes
relacionados con la actividad ganadera, la flora y fauna, vida doméstica, pero
fundamentalmente topónimos. Se calcula que la lengua aborigen se extinguió a finales
del siglo XVI.
Bencomo, Chinea, Doramas, Guayarmina, Dácil, Zebensuí, Bentejuí, Tinguaro.
Baifo „cría de la cabra‟, gambuesa „corral grande de piedra para recoger el
ganado suelto‟, jaira „cabra doméstica‟.
Tabaiba „nombre de cierto arbusto euforbiáceo‟, tajinaste „nombre de ciertas
plantas borragináceas‟, guirre „alimoche‟, perenquén „especie de salamanquesa,
lagartija‟, berode „nombre que se da a distintas especies de plantas crasuláceas‟
como el Sempervivum, Aeonium, Senecio, Cleinia.
Gofio „harina gruesa de granos tostados‟, tofio „vasija de barro con punta
acanalada‟.
Tindaya, Taburiente, Tazacorte, Tacoronte, Arucas, Telde, Tuineje, Tamaimo,
Orotava…
El español de Canarias 16
Algunas voces relacionadas con las formas de organización propias de la cultura
guanche: mencey „rey en Tenerife‟, guanarteme „rey en Gran Canaria‟,
harimaguada „sacerdotisa‟.
4.2.3. Galicismos:
Los galicismos llegan a Canarias a través de los normandos capitaneados por Jean
de Béthencourt. La conquista de Canarias propiamente dicha comienza con la llegada de
este capitán normando en 1402 y desde entonces se han conservado apellidos y un
grupito muy reducido de voces:
Betancor (Béthencourt), Marichal (Maréchal), Armas (Armes), Perdomo
(Proudhomme), Melián (Meilland).
Cardón de chardon; malpaís de mouvais pays.
4.2.4. Elementos de la lengua de los esclavos moriscos:
Los esclavos moriscos llegaron a Canarias a lo largo de los siglos XV y XVI en los
barcos europeos procedentes de África. Ésta pudo ser una vía de entrada de estas voces.
Otra vía por la que entraron estas voces árabes fue los pescadores canarios que faneaban
en la costa sahariana (vid. Morera 2007: 50).
Un grupo muy reducido de palabras relacionado fundamentalmente con el
vocabulario camellar: majalulo „camello joven que todavía no puede reproducirse‟,
hubara „avutarda‟.
4.2.5. Anglicismos:
Los anglicismos que llegan a Canarias se introducen a través de los barcos británicos
y de la colonia de ingleses que se asentó en las Islas: naife „cuchillo de grandes
dimensiones‟ de knife, queque „bizcocho elaborado a base de harina, huevos y azúcar”
de cake, piche „asfalto‟ de pintch, chercha „lugar del cementerio donde se entierra a los
no católicos‟ de church yard, choni „turista anglosajón‟ de Johny, papas autodate de up
to date, o las papas chuinegua de King Edward.
El español de Canarias 17
4.3. Fraseología
Entiendo por fraseologismos todos aquellos sintagmas o combinaciones de palabras
propias del discurso repetido que se caracterizan por su fijación en el sistema, norma o
en el habla, es decir, por su mayor o menor grado de idiomaticidad y por su mayor o
menor estabilidad. Atendiendo a estos tres criterios, pueden distinguirse tres tipos de
unidades léxicas complejas: a) colocaciones; b) locuciones y c) enunciados fraseológicos.
Ésta es la clasificación propuesta por Gloria Corpas, cuyo Manual (1996) fue pionero en
los estudios de fraseología en el mundo hispánico, y también es ésta la clasificación
empleada por la profesora Tabares en su estudio del lenguaje tradicional de La Gomera
(2006: 773-980). Este trabajo supuso el primer intento sistemático de poner orden a todo
ese amplio abanico de modismos o expresiones hechas, refranes, frases proverbiales que
no habían recibido la atención debida por parte de los estudiosos. Con anterioridad a este
trabajo, y para el caso canario, Isabel Glez. Aguiar (2002: 225-244), en su estudio del
léxico complejo6, había ordenado estas unidades de acuerdo con marcos conceptuales
(como amenaza, ignorancia, inestabilidad, enemistad, inutilidad, delgadez, vejez, entre
otros). Considero que la utilización de este criterio entraña ciertas dificultades y riesgos,
dado que, por un lado, pueden establecerse tantas etiquetas como se quiera, y, por otro
lado, una misma expresión puede tener cabida en varias de ellas a la vez, sin que
podamos defender su inclusión de forma tajante en una u otra. Ante las carencias y
problemas planteados por esta clasificación, decidí utilizar la ordenación que, atendiendo
a la forma de estas expresiones, aplicó Tabares al tratar de la fraseología gomera.
Siguiendo sus pasos y los de Gloria Corpas, distinguimos entre locuciones, colocaciones
y enunciados fraseológicos, aun siendo conscientes de las dificultades que entraña
encasillar algunos elementos como locuciones o colocaciones.
Por colocación entiendo aquellas unidades fraseológicas fijadas sólo en la norma7 y
cuyo significado puede extraerse del significado de cada una de sus unidades.
6 «Bajo la denominación de léxico complejo englobamos las comparaciones populares estereotipadas,
expresiones idiomáticas, modismos, locuciones adverbiales y refranes» (Glez. Aguiar 2002: 231). 7 Según G. Corpas (1996: 53) l
as colocaciones son «unidades fraseológicas que, desde el
punto de vista del sistema de la lengua, son sintagmas
completamente libres, generados a partir de reglas, pero que, al mismo tiempo, presentan cierto grado de restricción combinatoria determinada por el uso (cierta fijación
interna). Este rasgo esencial distingue las colocaciones de las combinaciones libres de palabras. Al igual que las locuciones, no constituyen enunciados ni actos de habla por
sí mismas. A diferencia de éstas, las colocaciones son unidades estables, combinaciones “prefabricadas” en la norma, no en el sistema. Presentan fijación externa analítica, al
El español de Canarias 18
Por locución entiendo aquellas unidades fraseológicas que se caracterizan por un
mayor grado de idiomaticidad, de modo que es imposible deducir el significado del
frasologismo de la suma de sus significados parciales8. Estas unidades pertenecen en
exclusiva al acervo socio-cultural de la comunidad hablante (vid. Tabares 2003: 782).
Defino enunciados fraseológicos como aquellas unidades fijadas en el habla que
constituyen actos de habla completos por sí mismos9. Dentro de los enunciados
fraseológicos se encuentran los refranes y las fórmulas rutinarias.
A su vez, dentro de cada una de estas tres categorías establezco subtipos siguiendo los
criterios formales propuestos por Corpas y aplicados por Tabares a la fraseología gomera.
Por cuestiones de tiempo no daré ejemplos de todas la subcategorías, sino sólo de aquellas
que cuentan con un mayor número de voces.
Me limitaré a citar dentro de estas tres categorías y subcategorías algunos
fraseologismos que difieren del español general y que presentan, por ello, cierta
peculiaridad e interés. Para ello me valdré principalmente del arriba mencionado
DEREC, de 2002, de Ortega Ojeda y Glez. Aguiar, donde se recogen unas 4.700 entradas
entre refranes, frases proverbiales y expresiones idiomáticas. Este diccionario que tiene el
mérito de ser el pionero, en Canarias, de este tipo de estudios no realiza una clasificación
de los distintos tipos de modismos que recoge, sino que hace un registro por orden
alfabético y sólo, insisto, de aquellas unidades del léxico complejo idiomatizadas, es
decir, refranes, proverbios o expresiones idiomáticas. También me valdré del Diccionario
de Canarismos de Lorenzo, Morera y Ortega (1994) y del Diccionario Histórico-
Etimológico de Morera (2001), quienes recogen algunos de estas unidades léxicas, si bien
ser empleadas como combinaciones de determinadas unidades léxicas para el análisis ya establecido del mundo, frente a otras unidades teóricamente posibles en la misma
medida». 8 Locuciones son, según Corpas (1996: 88), aquellas «unidades fraseológicas del sistema de la lengua con
los siguientes rasgos distintivos: fijación interna, unidad de significado y fijación externa pasemáticas.
Estas unidades no constituyen enunciados completos, y generalmente, funcionan como elementos
oracionales». 9 G. Corpas (1996: 133-134) define los enunciados fraseológicos como «enunciados completos en sí mismos,
que se caracterizan por constituir actos de habla y por presentar fijación interna (material y de contenido) y
externa. (...) Dentro de los enunciados fraseológicos distinguimos entre paremias y fórmulas rutinarias.
Ambos tipos se diferencian fundamentalmente en dos aspectos. En primer lugar, las paremias poseen
significado referencial, mientras que en las fórmulas rutinarias el significado es de tipo social, expresivo o
discursivo fundamentalmente. Y, en segundo lugar, las paremias gozan de autonomía textual, mientras que las
fórmulas vienen determinadas por situaciones y circunstancias concretas. Sin embargo, la separación entre
unas unidades y otras no es tajante».
El español de Canarias 19
no de forma sistemática. De la obra de Tabares extraigo también algunos fraseologismos
que, aun dándose en La Gomera, son compartidos por el resto de las Islas.
4.3.1. Colocaciones:
a) Verbo + (preposición) + sustantivo (objeto) del tipo desempeñar un cargo,
interponer una demanda, tomar una decisión.
decir boberías: Del significado „pequeñez o cosa sin importancia‟ procede esta
expresión que alude a decir cosas triviales, de poca importancia (Morera 2001: 176): ¡No
digas boberías, muchacha!
huir montes y valles: huir a toda costa (Tabares 2006: 794).
meritar algo la pena: equivale a la expresión del español general „merecer la pena‟
(Tabares 2006: 796).
tener una bobería: Del primer significado de „bobería‟ que aparece en el Diccionario
Etimológico de Morera (2001: 176) como „desgana o desmadejamiento‟ procede esta
expresión que alude a sentir pesadez y torpeza corporal motivadas por el sueño u otras
causas: ¡Tengo una bobería encima!10
b) Sustantivo + Adjetivo del tipo fuente fidedigna, error garrafal y relación estrecha.
Lentejas compuestas: se entiende por „compuesto‟ un guiso de carne o pescado
preparado en salsa. Aplicado al sustantivo lentejas se refiere a un guiso de lentejas
combinado con arroz blanco: A mí las lentejas en potaje no me gustan, ahora compuestas,
me como un platito (Lorenzo / Morera / Ortega 1994: 100).
10
Con la voz „bobería‟ encontramos para Canarias un uso más con el verbo ser. Ser bobería significa
„ser inútil, imposible o infructuoso‟: «Con él es bobería. Llevo diciéndoselo un montón de tiempo y no
hace caso» (Ortega Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 48). También con el verbo ser encontramos la expresión
muy frecuente en Canarias „…y lo demás son boberías‟ que se utiliza para destacar el valor de alguien o
algo con relación a las demás cosas o personas del mismo género o clase: «Ése sí que es un chófer y lo
demás es bobería» (ídem).
El español de Canarias 20
Mojo rojo, picón o quemón / mojo verde o de cilantro: salsa hecha de ajos, aceite,
etc. para condimentar ciertos alimentos. El mojo rojo o mojo picón está hecho de comino y
pimienta y el mojo verde de cilantro (Morera 2001: 593).
Gofio escaldado: el gofio es una harina hecha de millo, trigo, cebada u otros granos
tostados. Gofio escaldado es gofio revuelto con caldo hirviendo. Con el mismo significado
se usa también escaldón de gofio: «Después de atracarse de un escaldón de gofio y caldo
de pescado (…) se habían comido media docena de sandías» (Morera 2001: 399).
Papas bonitas / arrugadas: Dada la gran variedad de papas existente en Canarias, nos
encontramos con una gran cantidad de denominaciones distintas para referirse tanto al tipo
de papa como a la preparación de la misma: «Las papas pues hay muchas, ya te digo, está
la bonita, la rosada, la autodate, la negra, la andina, la venezolana, la melonera, muchas
clases de papas» (Lorenzo / Morera / Ortega 1994: 247).
Pimienta picona: se dice de la pimienta muy picante y del mojo (Morera 2001: 661).
c) Sustantivo + preposición + sustantivo del tipo enjambre de abejas, piara de
cerdos.
Carne (de) fiesta: plato compuesto por trozos de carne de cochino frita, con ajos,
pimienta picona, pimentón colorado, vino blanco, aceite y otros condimentos (Lorenzo /
Morera / Ortega 1994: 81).
Pella de gofio: La pella de gofio es una pelota de gofio amasado (Morera 2001: 469 y
Ortega Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 351).
4.3.2. Locuciones
a) Locuciones adjetivas:
caliente como un jacho: ‘muy caliente‟, „tan caliente como el fuego‟ (Tabares 2006:
861).
callado como un tuso: ‘mudo, sin decir palabra‟ (Tabares 2006: 862).
más flaco que el perro de un ciego: estar o ser muy delgado otro (Orteja Ojeda /
Glez. Aguiar 2000: 198).
El español de Canarias 21
más flaco que un espicho: ídem (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 107).
más perdido que el barco del arroz: expresión que se dice cuando algo o alguien no
tiene solución o salvación posible (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 44).
más tonto y no nace: expresión hiperbólica para indicar que alguien es imbécil
(Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 172).
negro como un tizón: un tizón es un lagarto grande y negro y la expresión „negro
como un tizón hace referencia a algo o alguien extremadamente negro (Tabares 2006:
868).
b) Locuciones adverbiales:
a la bandola: Puede utilizarse con los verbos echarse, tumbarse, estar, tenderse y
significa descuidar o abandonar algún trabajo o actividad (Morera 2001: 142).
del bolichazo: de sopetón, de golpe (Morera 2001: 179).
del tingo al tango: de un lado para otro, comúnmente sin obtener beneficio (Orteja
Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 242).
del zapatazo: de golpe, de repente (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 263).
con tiempo y una caña: las cosas hechas con paciencia y perseverancia se suelen
conseguir (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 240).
de uvas a brevas: muy de vez en cuando (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 251).
c) Locuciones verbales:
estar como Mateo con la guitarra: estar muy contento por la posesión o disfrute de
algo (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 161).
estar en la edad de la bobería: Equivale a la expresión del español general „estar en
la edad del pavo‟ que hace alusión al paso de la niñez a la adolescencia (Orteja Ojeda /
Glez. Aguiar 2000: 104).
El español de Canarias 22
ir a coger / freír chuchangas: Expresión que se utiliza para despedir a alguien con
aspereza, enojo y equivale a la expresión „ir a freír espárragos‟: ¡Vete a coger
chuchangas! (Morera 2001: 283).
ir de tenderete: salir de juerga (Morera 2001: 792).
irse alguien pa(ra) la chercha: morirse (Tabares 2006: 914).
írsele a alguien el baifo: Equivale a la expresión del español general „meter la pata‟
que significa decir algo inconscientemente que no se quería decir u olvidársele a alguien
lo que quería decir (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 42).
irse pa(ra) el coño: morirse o malograrse: Uno tiene que cuidarse porque si no se va
pa el coño (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 86).
no ganar ni pa(ra) chochos: ganar muy poco dinero (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar
2000: 78).
no parar la pata: andar continuamente de un lado para otro (Orteja Ojeda / Glez.
Aguiar 2000: 190).
poner a alguien a caldo de potas: criticarlo o insultarlo otro (Orteja Ojeda / Glez.
Aguiar 2000: 61).
saber más que los ratones colorados: ser muy astuto otro (Orteja Ojeda / Glez.
Aguiar 2000: 215).
tener alguien / ponérsele a alguien los ojos como chernes: tener los ojos muy
grandes (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 179).
4.3.3. Enunciados fraseológicos:
a) Paremias:
¡Ahora agárrate a los huevos del gallo!: Frase que se utiliza para indicar la pérdida
de la oportunidad de lograr algo por no llegar a tiempo (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar
2000: 134 y Tabares 2006: 959).
El español de Canarias 23
¡(A)rráyate un millo!: Procedente del juego de cartas del envite se dice con motivo de
un acierto sonado o de una ocurrencia feliz. En sentido irónico se usa para acabar una
discusión, dándole la razón, sin tenerla, a quien porfía (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000:
165).
A toda vieja le llega su anzuelo: Más tarde o más temprano, a todo el mundo le toca
sufrir alguna penalidad (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 257).
Cuanta más prisa, mayor detenencia: Cuanta más prisa se tiene, más obstáculos o
contratiempos surgen (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 207).
Dios los cría y Barrabás los (a)junta: Las personas que son de la misma condición
tienden a relacionarse juntas (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 101).
Espera sentado, que de pie te cansas: Frase que se utiliza para expresar que lo que se
espera no se va a cumplir nunca.
¡Guárdame un cachorro!: Frase irónica con que se desprecia a una persona por
alguna cualidad negativa (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 60).
Más vale tener una hija puta que una hija ruin en la lengua: la murmuración se
entiende como más dañina que la prostitución (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000:
130).
Que nunca las mañas pierdas: se dirige esta frase a la persona conocida que ha
realizado una acción considerada positiva: una visita, la ayuda a un vecino, un regalo,
etc (Orteja Ojeda / Glez. Aguiar 2000: 157).
Siempre hay un vuelto pa(ra) un descosido: Equivale a la expresión del español
general „cada oveja encuentra su pareja‟ que viene a decir que por muy infeliz y
miserable que sea alguien, nunca falta una persona que lo aprecie (Orteja Ojeda / Glez.
Aguiar 2000: 261).
¡Ya cayó el peje!: Frase que indica que ya por fin ha ocurrido algo que se esperaba
que ocurriera: «Es metáfora marinera y denota, en muchos casos, la satisfacción con
que se observa el que por fin acaezca algo por lo que se estaba a la expectativa, si bien,
El español de Canarias 24
a veces, sólo indica la confirmación (sin animosidad) de un hecho esperable» (Tabares
2006: 965).
b) Fórmulas rutinarias:
¡Pa qué fue eso!: La primera parte designa alguna cosa estupenda y la segunda algún
lío gordo .
¡Bueno fuera!: de seguro, por supuesto.
¡Dios delante!: Equivale al antiguo ¡Id con Dios! (Tabares 2006: 980).
5. Muestra literaria: Alonso Quesada
Alonso Quesada (1986): Alonso Quesada. Obra completa, Tomo 4: Prosa,
Prehistoria de las Crónicas (1907-1915), Crónicas de la ciudad y de la noche (1916-
1919), edición y prólogo de Lázaro Santana. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo
Insular de Gran Canaria (digitalizado por el Servicio de Biblioteca y Documentación de
la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria:
http://bdigital.ulpgc.es/mdc/Fichas/mod_textos_f.php?accion=Texto&documento=Text
o&tipo=pdf&id=1071&titulo=Obra%20Completa, última consulta: 20 de abril de
2008).
Pseudónimo de Rafael Romero, Las Palmas de Gran Canaria, 1886 - Santa Brígida,
1925. Poeta español. Miembro del grupo modernista canario que presidía Tomás
Morales. Su poemario El lino de los sueños (1915), que describe los ambientes de su
isla natal, fue prologado por Unamuno. También son obras suyas las Crónicas de la
ciudad y de la noche (1916-1919) de las extraeremos algunas de ellas pare ejemplificar
el dialecto canario: «Estas crónicas suponen, desde el título, el retrato no sólo de una
forma de hablar, sino, sobre todo, de una manera de actuar, de pensar e, incluso, de ser»
(Batista Rodríguez / Pérez Vigaray 2003: 864).
5.3. COMO SE HABLA EN CANARIAS II (pp. 16-18 en Prehistoria de las Crónicas)
Son dos señoras “de edad” las que hablan; es la «Plazuela» el lugar de la acción.
-No está mal este sitio.
-No, señora.
El español de Canarias 25
-No hay duda que Ambrosio Hurtado es el mejor Alcalde que hemos tenido. Por lo menos ha hecho algo
¡que los otros!
-¡Vaya! ¿Usted no ha visto el Cementerio?...
-Sí, señora; está muy bien con sus excusados y su sala para los cadáveres.
-Ahora dicen que va a embaldosar la Alameda.
-Debían poner un “tanque” como aquí, con cisnes. Son muy bonitos los cisnes. ¿Dicen que van a traer dos
cisnes negros?
-Nada, señora. Cosas de los periódicos que siempre están inventando.
-Buenas noches, ¿cómo está su mamá? (Es un saludo a un joven que pasa.) Dele recuerdos. (Pausa)
-¿Y qué me dice usted de los alemanes?
-Nada; que Fulanilla, mi chica, está arreglada con uno.
-Eso oí decir.
-Estoy disgustada con esas relaciones.
-¿Por qué, señora?
-Supóngase usted que se casen. Se irán a vivir a Berlín o a Hamburgo, lo menos.
-Mejor. Se va usted con ellos.
-¡Yo, a aquel país con aquellas casas tan grandes y aquellos tranvías!. . . Yo no, señora.
-Pues no deja de ser una bobería.
-¡Si no le digo que no! Además la cuestión de las religiones; me asusta.
-Se convierte él.
-¿Y si no se convierte?
-Profesa cada uno la suya.
-¡No, por Dios! Luego los niños, esas pobres criaturas que vengan ¿que serán? Habrán muchos
disgustos. Uno querrá que sean protestantes, otro que católicos.
-Pues mire, señora, no sea usted boba y no se oponga, que si no se casa con el alemán no se casa con
nadie. Aquí los matrimonios están verdes. Los jóvenes son unos pelmas, y el que más, gana quince duros
y con quince duros no se mantiene una casa de familia.
-Eso es lo que más me hace dudar. Yo pienso que aquí nunca saldrá del “beabá”. Mientras que con el
alemán...
-¡Pues está claro! Que se casen, señora, y usted se va a vivir con ellos a Berlín...Dicen que en Berlín hay
una casa de fieras de muy bonita?. . .
- No lo sé. (Otra pausa)
- Oiga y ¿el alemán es de buena familia?
- Es marinero.
- ¡Jesús, hija! Un rocote.
-No, señora. Es un muchacho muy ilustrado, sabe cuatro idiomas, inglés, alemán, español y francés. ¿No
sabe usted que el rey de Alemania obliga a servir a todo el mundo? Sí señora. En Alemania lo mismo
sirve el pobre que el rico. Aparte de que este muchacho novio de Fulanilla, “dicen” que es hijo de un
general.
- No sabía nada de que obligaran a servir a todos. Como aquí los marineros son rocotes.
- Eso es aquí. ¿Pero usted se cree que Berlín es lo mismo que esto? El alemán le contaba a mi hija que en
esa tierra salen los hombres y las mujeres solos por la calle.
- Eso en Inglaterra.
-¿En Inglaterra? Y en Alemania. Pues, no salía Fulanito el de doña Fulana con la hija del Ministro, y
tomaban cerveza juntos en aquellos cafés llenos de gente.
- No me gusta esa vida a mí.
- Ni a mí tampoco. Yo prefiero mi tierra, aunque nos muramos de tristeza, como dice Gil Arribato.
- ¡Y yo que no conozco a ese muchacho!
- ¡Jesús, señora, lo más que usted ha visto!
- Ah, espere. Debe ser uno alto que andaba mucho con Federico Cuyás.
El español de Canarias 26
- El mismo.
- Valiente par de fichas estaban los dos.
- ¿Usted no llegó a leer un artículo que publicó en LA CIUDAD, hablando de los paseos de la Alameda?
Estaba igual. Porque aquello mismito es lo que se dice.
-Milagro que no ha dicho nada de la escuadra.
-Estaría con la modorra.
-¿Padece de modorra?
-¡Uf! Una barbaridad.
-¡Qué cosa más rara! Pues parece alegre ¿A qué será debido eso? («A la falta de cuartos, señora.»)
-¡Vaya usted a saber! (Otra pausa. Este es el país de las pausas. Aquí vivimos en una pausa eterna).
El reloj del casino da las diez.
-Vámonos.
-Me quedaría un rato más.
-No puedo. Tengo a mi marido con catarro.
-Ahora andan los catarros.
-¡Jesús, cuánta pulga! La población está llena de pulgas. Me traen asada.
Y luego, dirigiéndose a otro banco en donde unas pobres niñas «esfumadas» están medias dormidas
después de haber dicho diez veces que en la «Plazuela» hace mucho fresco y que esta el «tiempo Sur»,
añade:
-Niñas, que nos vamos. . .
[G. A.]
NOTA: Este cuadro también está tomado del natural, como el anterior.
5.4. ¿YA VINO? (p. 55 en Crónicas de la ciudad)
¿Quién vino? Fabelo. Ha venido de Madrid, ha venido de Londres, ha venido de La
Habana…Fabelo se encuentra un amigo por la calle y este amigo le dice:
-¡Hola, Fabelo! ¿Ya vino?
Fabelo se encuentra otro amigo que le dice lo mismo que el primero:
-¿Ya vino?
Fabelo a todos les contesta igual, sonriendo:
-¡Ya vine!
A Fabelo no le extraña que a él, habiendo venido, le pregunte un amigo que le ve con sus propios ojos:
-¿Ya vino?
Fabelo no ha parado su atención en esta preguntita, porque él hace también otra igual a Robaina, cuando
Robaina es el que llega de Madrid, de La Habana o de Londres:
-¿Ya vino, Robaina? Y Robaina, entonces responde como Fabelo:
-¡Ya vine!
Todos los insulares que retornan a la ínsula están en el mismo caso que Fabelo. Es preciso
preguntarles si ellos mismos vinieron: Es en balde que las listas de los vapores consignen que Fabelo ha
viajado, es inútil que un amigo de un periódico anuncie la llegada de Fabelo; cuando Fabelo tropieza con
un paisano tendrá, indefectiblemente que decirle que ha venido . . . ¿Por qué preguntarán estas cosas
vanas, nuestros amigos los insulares? ¿No ven a Fabelo ante sus ojos? No han comprendido que aquella
barba negra y larga, aquella nariz violenta y roja, aquellos hombros ciclópeos y aquellas manos amplias,
sólo son de Fabelo? ¿No recuerdan todos que Fabelo era así cuando se marchó de viaje? ¿Cómo es, pues,
posible que Fabelo haya cambiado tanto en dos meses que sea necesario preguntarle si ya vino, para oír su
voz y la confirmación de su retorno, por sus propias palabras? Es que piensan que Fabelo no puede volver
más? Es que creen que Fabelo no es el mismo Fabelo, sino un facsímile de Fabelo, por ejemplo: Fabelo se
queda, y manda su barba, sus ojos, su nariz, sus hombros y sus manos convenientemente distribuidos, a
que salude a la gente? Nadie sabe lo que piensan los amigos de Fabelo: lo cierto es que cuando se hallan
El español de Canarias 27
frente a Fabelo, le preguntan: ¿Ya vino? -Sí, sí, es indudable que Fabelo ha venido, está delante de todos,
pero no ha abierto la boca aún, ¿será Fabelo? Se parece a Fabelo -dicen los que están viéndole-. Fabelo ha
llegado; lo anuncia un periódico; además Fabelo puso un telegrama diciendo que se embarcaba. No hay
duda para los ojos, de que Fabelo ha venido. Pero… Entonces todos le tienden la mano y le preguntan:
-¿Ya vino?
Mas como Fabelo no es irónico, ni ha nutrido su espíritu con libros humoristas, ni siquiera conoce a
Voltaire, sino que es un hombre sencillo, modesto, que viaja porque se lo dijeron, no podrá contestar
nunca de este modo:
-No, no he venido aquí, vendré quizá la próxima semana. Vds. me perdonarán que no venga hasta
entonces. Serán sólo unos cuantos días más de espera.
5.5. YO NO LEO PERIÓDICOS (pp. 57-58 de las Crónicas de la Ciudad)
Así como hay señores que tienen a honor leer periódicos y libros, hay otros que se honran con no
leerlos.
-«Yo no leo los periódicos», dice un poco despreciativamente el señor que no los lee. Y alza la
cabeza, como si en vez de no leer los periódicos fuera él el mejor que los escribe en el mundo. En la
ínsula es una cosa honorable no leer periódicos. Los periódicos no dicen más que boberías. Las
boberías de estos periódicos generalmente consisten en hablar de estos señores que dicen que no los leen
por esas boberías mismas. Así don Fulano no lee nunca los periódicos, mientras el periódico está diciendo
que él está mejor de su enfermedad o que ha pronunciado un excelente discurso. Claro que en el fondo el
señor está contento con el elogio o la cortesía de este periódico, pero tiene también razón en decir que son
boberías lo que traen estos periódicos.
En lo que no tiene razón es en no leerlos. El periódico para que lo lea este señor tiene que decir
boberías. Si el periódico en lugar de estas cosas triviales hablara de budismo o de la situación psicológica
de Rusia, el señor no podría leerlo de verdad. Pero ahora, con sus boberías cotidianas, es cuando debe
leerlo porque es cuando lo entiende. Dice boberías el periódico, claro está, y el señor lo sabe, luego lo
digiere. Si no dijera boberías podría saber el señor lo que dice?
El secreto de la bobería no está en el escaso caletre del periodista, sino en la discreción y el tacto
que la costumbre de su oficio le ha dado. El señor, en vez de decir que no lee periódicos, debía leerlos y
darse pisto de que los entendía, pues cómo va a saber de estas boberías sin enterarse? Otro bobo más
discreto que él podía superarle en conocimientos y decir con más razón que los periódicos no traen sino
boberías.
Cada señor isleño tiene dentro de su cuerpo un periódico mejor que el que le llevan a su casa y
que por compromiso paga. Tiene su periódico y lo escribe todos los días. No lee los de papel y tinta, y es
seguro que no los leerá nunca. Posiblemente estos periódicos que no dicen más que boberías, serán esos
que ellos llevan dentro de sí mismos.
5.6. NIÑA, NO ME RELAJES (pp. 98-99 en Crónicas de la ciudad)
¡Por qué estará relajada esta mocita? Ella acaba de decir a una amiga: -Niña, no me relajes. El
relajo es una expresión genuinamente isleña. Está relajada una cosa cuando tiene mucho almíbar y la
persona que le gusta se harta de ella. Pero la expresión tiene aún más amplitud; cuando nos abruma algo,
nos relaja. Las mujeres son las que generalmente están relajadas.
Una mocita llega de casa de una amiga y le cuenta a su madre lo que ha visto: -Mira, mamá;
estaban las de Pérez; una de ellas tenía una blusa crema, y luego estaba diciendo qué se yo qué y qué sé
yo cuánto... Estaba tan relamida... La mamá responde entonces:-Niña, ¡no me relajes! Y hace un gesto
como si tuviera náuseas.
El español de Canarias 28
La mocita continúa refiriendo la visita. Habla además de las de Pérez, de las de López. Las de
López son mujeres de un carácter alegre, bullicioso. Cuando la mocita dice que las de López estaban
también, la mamá hace unos movimientos nerviosos con la cabeza y grita:
-¡Niñas más relajonas...!
Y la conversación de la mocita y su madre termina en la frase definitiva, piramidal: -¡Fuerte relajo!
Si dos novios están hablando en una ventana baja, y a oscuras, dirán en el Casino que andaban de
relajo los enamorados. Porque relajo es también el amor cuando se expansiona...
En los bailes de máscaras hay siempre un relajo tremendo. - Nos tuvimos que marchar de allí -
dicen algunas familias- porque aquello iba a terminar en relajo.
Y así transcurren los días y los años y la gente no se acaba de relajar nunca. Las relaja un paseo
con demasiados paseantes; las relaja el fango de la carretera del Puerto, las relaja una persona bien
educada.
Sí, una persona bien educada es un relajo. Un día vais por vuestro camino con un amigo y os
tropezáis con otro. Éste es un hombre que huele a un perfume suave, agradable, es un hombre limpio,
elegante. Al veros se quita el sombrero, tiende su mano y os dice: -Buenas tardes, señores. ¿Cómo están
ustedes? ¿Y las familias cómo están? Y luego se despide y añade: -Que usted lo pase bien. Recuerdos.
Ponedme a los pies de vuestras esposas... Y torna a quitarse el sombrero y hace una cortesía delicada,
primorosa. Vosotros os quedáis encantados de tanta fineza, y cuando vais a hacer un elogio de aquel señor
tan educado, vuestro amigo os malogra la intención con unas palabras arrolladoras: -¡Vaya un hombre
relajón!...
Todo es relajo. Relajo el amor, relajo la educación, relajo la gente reunida.
Siempre oiréis las fatales frases. A todas las esposas que van de noche al Parque de chal, las oiréis
decir a sus maridos, si pasáis al lado de ellos: -Aquello es un relajo. Siempre hay un relajo a que referirse.
No hay una esposa de esas del Parque que no diga las mismas palabras a sus esposos, todas las noches.
5.7. HABRÁ MÁS CALOR (p. 100 en Crónicas de la Ciudad)
Hemos salido a la calle. La calle estaba sucia de lodo y de charcos. Llueve. Don Juan y don Pedro
han salido también como nosotros. Don Juan se encuentra con don Pedro y le dice: - «Hombre, ¿ha visto
usted cómo llueve?». Y don Pedro responde: - «¡Bah! Para más calor». Don Juan nos saluda y nos grita
alzando su paraguas: - « ¿Cómo llueve, eh?» Y don Pedro añade sonriendo: -«Mañana nos asamos».
Y don Juan se aleja contento de la lluvia y don Pedro lo contempla alejarse, con un suave aire de
ironía. Nosotros seguimos nuestro camino. Don Antonio aparece y nos detiene saludándonos: - « ¡Ha
visto usted qué manera de llover! Por supuesto, esta lluvia es para más calor». Don Anselmo que viene
por la otra acera se acerca entonces, también con su paraguas, y tercia en el coloquio: - «Señores, llueve
que es un gusto, pero no se fíen ustedes; esta lluvia es para más calor. Mañana habrá un sol que rajará las
piedras».
La lluvia no cesa. Formamos un grupo con don Pedro y con don Anselmo, pero como la lluvia
aprieta demasiado nos metemos todos en un zaguán. En este zaguán están guarecidos don Atanasio y don
Romualdo. Estos dos señores son amigos nuestros y después del saludo de ritual hablamos también de la
lluvia. Y don Atanasio dice: - «Aquí le estaba diciendo a don Romualdo que esta lluvia es para asarnos
mañana». Y don Romualdo contesta: «Ya no, amigo. Estamos en noviembre». -«Mañana vamos a estar
como el día de San Lorenzo» - añade don Pedro y nosotros sonreímos. Por lo pronto hoy llueve, mañana
habrá calor. Don Antonio, don Pedro, don Atanasio y don Anselmo están empeñados en que habrá calor
mañana. ¿Por qué creerán estos señores que mañana habrá calor? ¿Qué secreto astronómico tienen estos
cuatro amigos guardados en lo profundo de sus almas respectivas?
Ellos tienen un secreto, no hay duda: sonríen enigmáticamente cuando afirman que a pesar de esta
furiosa lluvia habrá mañana un calor terrible. A nosotros nos parece que es demasiada lluvia para un calor
tan cercano, pero estamos equivocados. Don Antonio, don Anselmo, don Pedro y don Atanasio lo
aseguran. ¿Don Anselmo, don Pedro y don Atanasio, nada más?... Y don Bernardino.
El español de Canarias 29
Don Bernardino llega, entra en el zaguán después de cerrar y sacudir su paraguas. Don Bernardino
dice: - «¡Carajo! No se puede caminar. ¡Vaya una manera de llover! ¿Pero ustedes creen que a pesar de
este fresquito que corre y de tanta lluvia, ha empezado el invierno? ¡No se hagan ilusiones! Mañana habrá
más calor». Como la lluvia cesa al fin, abandonamos todos el zaguán. Y nos separamos. Las calles están
inundadas. El cielo enseña un trozo de azul; las nubes de la lluvia parecen alejarse definitivamente, sobre
los montes. - «¿Irá a empezar ya el calor?» - nos preguntamos aterrados y casi temblando de frío...
Caminamos. El día se despeja al fin, pero al retornar a nuestra casa la lluvia empieza de nuevo. Y en casa
ya, la lluvia arrecia; el cielo se oscurece… ¿Tronará? ¿Relampagueará? Llega un amigo y dice: - «¡Chico
me he metido en tu casa huyendo de la lluvia! ¡Vaya una agüita!» - «Sí, sí llueve mucho» -r espondemos.
Y el amigo añade: - «Y total, nada. Mañana habrá más calor...».
5.8. LA FACTURILLA (pp. 102-103 en Crónicas de la ciudad)
Un día estáis sentados11
en la tienda de un amigo vuestro departiendo entusiasmados sobre la nota de
un tenor o la faz de una holandesa que habéis visto desembarcar en el muelle, cuando observáis que
penetra un señor sonriente, con aire seguro, desenfadado, y dice: -«Buenas, amigo. ¿Tiene esa facturilla
ahí?»
Facturilla ha dicho. Y nosotros pensamos que este amigo debe una cantidad pequeña: dos o tres
pesetas. Pero no es así; el amigo debe doscientas pesetas. ¿Por qué ha llamado facturilla a esta nota que
pide? El debía, según nos enteramos más tarde, esa cantidad hacía mucho tiempo; nunca pasaba „por la
calle donde estaba la tienda, pero hoy, como venía a pagar, ha penetrado con la seguridad de sus pesetas y
la realidad de su liberación. Y ha querido melificar la factura, con el suave diminutivo: -«Déme usted esa
facturilla.
Aquí se llaman todas las cosas así. Un comerciante paga una letra y cuando la va a pagar dice;
«Déme usted esa letrilla» Un enfermo de divieso se dirige a la botica y exclama: «¿Tiene usted ahí una
unturilla para este diviesillo que me está saliendo?» Un tenorio se despide de nosotros para ver a su
amiguilla; un padre compra para su hijo pequeño un juguetillo... Al referirnos a un amigo canceroso
solemos exclamar: «Está jeringadillo.» ¡Oh, el dulce, plácido y donoso diminutivo! ¿Por qué llamarán la
gente a las cosas tan cariñosamente? Anoche oímos a un amigo maldecir. Referíase a otro amigo y su
familia. Esta familia y este amigo habían hecho al nuestro una cosa terrible. Y el amigo los llamaba
gentucilla. Esos son todos una gentucilla. Nosotros sentimos un temeroso respeto por las facturas de las
tiendas, nunca podemos dormir si nuestro nombre está destinado a una factura, a una de esas facturas que
insisten, y jamás podríamos llamar facturilla a esa especie de dragón maldito que tiene un Debe grande,
enorme, como unas fauces hambrientas en un rincón del papelillo.
5.9. LA SEGURIDAD DEL ISLEÑO (p. 109 en Crónicas de la Ciudad)
El isleño es el hombre más seguro del mundo. Cuando un isleño sabe una cosa, la sabe de verdad,
con convicción, con certeza. Así, dice el isleño: «Yo, que se lo digo a usted...».
Estamos en una botica Robaina, Chirino, Fabelo, Galindo, Camejo y el infrascrito. De pronto dice
Fabelo: «Ha ocurrido esto y lo otro y lo de más allá. Y ha ocurrido porque fulano es un hombre de ésta
o de aquella manera». Y Chirino añade: «¡Bah! Eso no puede ser así».
Pero Fabelo, arrugando el entrecejo y soltando una voz cavernosa contesta: «Yo que se lo digo a
usted...».
El isleño que nos lo dice todo, es un hombre terrible.
Ocurre un suceso misterioso. Nadie sabe nada. Pero de repente surge el isleño y nos lo dice. Este
isleño es por lo general soltero, se pasa la vida en la puerta del Casino, o sentado en la Plazuela. Nosotros
11
Quesada emplea el vosotros para referirse a los lectores, pero siempre ustedes cuando reproduce los
diálogos de sus personajes.
El español de Canarias 30
vamos una noche, distraídos, por esta Plazuela y oímos súbitamente una voz que surge de las sombras
diciendo: «Yo, que se lo digo a usted». Otra noche le oímos en la terraza del Casino un sordo rumor de
palabras. Es un grupo de señores que hablan quedamente. No se oye sino este suave murmullo. Sólo a
mitad de este coloquio, como un clarinazo o un cuchillo, la frase terrible surge: «Yo, que se lo digo a
usted». E inmediatamente se hace un silencio prolongado.
Otro día se casa don Alberto. ¿Por qué se ha casado don Alberto -decimos -si es viejo ya y
enemigo del matrimonio?» El hombre terrible nos dice: «Don Alberto se ha casado porque ya estaba
casado». « ¿Cómo puede ser este disparate?», exclamamos: « ¿Cómo un hombre que está casado se va a
casar?». El hombre terrible responde misteriosamente: «Yo, que se lo digo a usted...»
El periódico trae una noticia vulgar. Esta noticia: «Ha regresado de Tenerife don Homobonio».
Pero cuando nos encontramos al hombre terrible nos dice: «Don Homobonio no ha venido de Tenerife
porque él no ha ido a Tenerife, además no se llama don Homobonio, sino don Cristóbal, y encima hace
diez años que se ha muerto».
«¿Cómo son posibles estas cosas tan extrañas, querido amigo?», nos aventuramos a decir al
hombre terrible. « ¡Cómo un hombre que se llama Homobonio no se llama Homobonio sino Cristóbal y si
vino de Tenerife no vino porque hace ya diez años que se ha muerto? Nosotros no podemos creer estas
cosas. No es posible creerlas».
Pero el hombre terrible está seguro. Su mirada lo dice, su gesto lo dice, su seriedad lo dice, sus
palabras también lo dicen:
-Yo, que se lo digo a usted...
5.10. EL ISLEÑO SE ABURRE EMANCIPADO (p. 110 en Crónicas de la ciudad)
Todo el mundo, los ciudadanos del mundo respiran a plenos pulmones en cuanto se emancipan. El
isleño, en cambio, se aburre soberanamente. En cuanto un isleño se ve libre de la opresión de un jefe
mandinga, parece que añora, doloroso, los días de la esclavitud. Un día, un insular que es hortera, logra
poner una tienda con sus ahorros. Hace sus andamios, su mostrador, coloca las piezas de tela como los
libros de una biblioteca, empuña su vara de medir propia, como una espada heroica que ganó en cien
combates, y se pone en la puerta de su tienda erguido y magnífico como un florentino. Pasan dos horas,
pasan tres horas, y el isleño va corvando la figura, quedando al fin pegado a la puerta, con un aire de
desolación y fracaso que da pena. Todo isleño joven que tenga una tienda es un hombre triste.
Esta tienda generalmente está en la esquina de una calle transversal, donde antes estuvo otra
tienda. Es quizá la misma tienda, remontada, como unos zapatos. La gente de la vecindad se acerca a esta
tienda con timidez, con miedo. Y así, todos los vecinos dicen: «No sé, pero me da a mí que esta tienda
vivirá poco». Y esta frase es como un mal de ojo, que le hacen los vecinos a la tienda. La tienda, desde el
día que esta frase se pronunció, empezará a ponerse melancólica, triste. Aunque los vecinos compren y
los clientes aumenten, la tienda irá enflaqueciendo y morirá un día por consunción. Los ojos del dueño
emancipado son los ojos de la tienda. Vosotros pasáis y recibís una mirada lánguida, prolongada de
melancolía. Es la tienda que os mira. Es el dueño que no puede hallarse con su emancipación. La tienda y
el dueño, que son una cosa misma, no pueden resistir el aire saludable de la ciudad. Son como los
enfermos del pecho, a quienes la misma salud que viene de fuera, en el sol y en el aire, mata.
El hombre de la tienda se quitará un día la americana, despachará su queso en mangas de camisa,
de una camisa sucia, pesará las judías con parsimonia, llenará la tienda de suspiros. La emancipación
le hace daño. Y el isleño de la tienda dirá: « ¿Por qué estoy así, tan triste, con esta tienda que yo quería
tener? ¿Por qué ahora que estoy libre de la brutalidad y la estupidez de mi patrón, no puedo ser feliz?
¿Qué cosa misteriosa he traído yo a esta tienda que le ha hecho criar maleza y la hará morir muy pronto?»
Y el isleño se volverá a su puerta. Y los domingos abrirá su tienda para ponerse en la puerta y siempre a
toda hora estará en la puerta mirándonos suplicante, como ofreciendo su libertad. Diciéndonos:
«Sufro mucho, señor transeúnte, sin mis cadenas. Es una esclavitud espantosa no tener cadenas. De tanta
libertad como gozo, no puedo moverme de mi tienda».
El español de Canarias 31
Un isleño no puede ser un emancipado. Él puede ser médico, sobrestante, leguleyo, militar,
ministro, hasta aviador. Pero emancipado no podrá ser nunca. Al valle de Andorra de su espíritu no
llegan, no pueden llegar estas corrientes fortificadoras.
El español de Canarias 32
6. Bibliografía sobre el español de Canarias:
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El español de Canarias 34
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