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El dilema de María Ramírez
Aquel día resultaba especial para la Licenciada Maria Ramírez, de acuerdo al Plan de Gestión había sido
asignada para ocupar la jefatura del Servicio de Pediatría. Hasta ese día ella no conocía mucho acerca de
este servicio y más aun del personal que estaría a su cargo, pues todos sus años de servicio, 20 años nada
menos, los desarrollo en Sala de Operaciones. Ese día fue presentada por la supervisora, Sra. Angélica
Gamarra, era el primer acercamiento de la licenciada Maria Ramírez con su personal. Al presentarse dejo
en claro toda la voluntad y el deseo de trabajar por el servicio con el apoyo de ellas.
Fue grande la impresión que percibió de su nuevo servicio en los primeros momentos, pues tantos años,
en uno, donde la limpieza y el orden era la regla de oro y pasar a otro donde encontraría un total desorden,
como libros de registro rotos y sucios, cajas que servían de morada de insectos, y lo más preocupante
observar al personal no cumplir las normas, tanto así que habían tomado por costumbre desayunar en
grupo a las 8 en punto, sin importar el cuidado de los niños. En el servicio se había establecido un Programa
llamado Familiar - Acompañante, el cual consistía en adiestrar al padre a movilizar y administrar tratamiento
oral al paciente, además de permanecer durante el aseo o baño que el personal técnico realizaba al
paciente.
En ocasiones se observaba que el padre realizara funciones que le correspondía solo al personal de
enfermería como es el de aspiración de secreciones, todo aquello se veía con frecuencia durante las 24
horas. La licenciada Ramírez se mostraba desconcertada y se preguntaba donde había ido, y que hubiera
resultado mejor estar en otro servicio. Luego de unos días recordó que el servicio era uno de los que siempre
resultaba ganador de concurso alguno que se realizaba en el hospital por alguna fecha conmemorativa. Los
comentarios eran siempre de ser un servicio competitivo, pero con el defecto de hallar tres grupos
marcados, cada uno con su respectivo líder. Por mucho tiempo habían optado por cumplir sus propias
normas.
Cada vez que una de ellas salía de vacaciones, debía ser reemplazada por otra del mismo grupo, jamás
por personal de otro grupo, debía de mantenerse esa disposición y nunca se podía ver a personal de
diferentes grupos trabajar juntos. Era común escuchar "cuando retorne de mis vacaciones, a mi grupo por
favor, porque siempre ha sido así", los cambios de turno lo hacían informalmente, se realizaban vía
telefónica, "... no puedo ir hoy en la tarde y en mi lugar ira la Lic. ..." con la clásica frase," siempre lo hemos
hecho así". Es así que el primer año, la Licenciada Ramírez, la paso realizando mejorías en cuanto se
refiere al mobiliario e insumos, carecían de todo: hojas, formatos, insumos, mantenimiento de mobiliario.
Lo rescatable resultaba el apoyo que tenía, todas las mañanas, de una coordinadora, la Lic. Chávez, quien
había sido formada en el servicio, era líder de uno de los grupos que existía, tenía el precedente de haber
sido jefa de servicio en otro hospital. La Lic. Ramírez se percato de algunas irregularidades como cambios
de turno, horas extras que se concedían con cierta preferencia y enfrentamientos entre ellas, solicitudes de
material que no eran necesarios y que solían ser firmada por la Lic. Chávez. La Lic. Ramírez había realizado
la especialidad en Gestión y algunos cursos de Administración .
Consideraba que todo cambio debía ser gradual sobre todo por el tipo de personal que había encontrado.
Pronto saldría de vacaciones y existía el dilema de a quien dejaría, tendría que decidir entre la Lic. Chávez
u otra Lic. de su confianza que resultaba ser proactiva y con quien trabajaba mejor; sería una forma de
cambio, llevo la propuesta a su Dpto. quienes la vieron como una nueva jefa de reemplazo, optando por
ella, dejando de lado a la Lic. Chávez, quien apoyaría en cualquier situación que fuera necesario,
considerando que ambas guardan buena amistad y pertenecen al mismo grupo. A su regreso de vacaciones
aparentemente todo estaba bien, luego llegarían las criticas, la supervisora de personal comento, el "porque
no se le aviso acerca de las horas extras", a consecuencia del ausentismo.
En ese mes se decidió emitir horas extras, para cubrir a dicho faltante, con la aceptación y la orientación de
la Lic. Chávez, pero la sorpresa fue que se sobregiro en horas, ahora el problema sería como pagar, ese
exceso, al personal. De igual forma se realizaron cambios de turno en el horario que fue visto por todo el
personal creando disconformidad en el servicio, el comentario fue "si la Lic. Ramírez estuviera, no lo
permitiría", se perdió una cama que nadie supo informar, el pedido de papel toalla quincenal no se ubico y
ante las averiguaciones por parte de la Lic. Ramírez se determino, para sorpresa, que ese pedido nunca
se había entregado al servicio
Ahora, la Lic. Ramírez se encuentra reflexionando acerca de la decisión que tomara para neutralizar esta
situación con la Lic. Chávez teniendo en cuenta que ella es una enfermera antigua y sobre todo reconocida
por su Dpto.