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Universidad de Las Amricas
Pedagoga en Historia, Geografa y Educacin Cvica
Seminario de Especialidad
EL CANTO NUEVO EN CHILE, UN PROCESO
DE RECOMPOSICIN SISTMICA
(1976 1984).
Nombre de autores: Valentina Orostica
Claudio Cuiza
Profesora: Ana Henrquez Orrego
Diciembre 2014
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ndice:
Introduccin. 2
Captulo 1 Contexto: Chile y el mundo (1973-1984). 7
1.1.- Plano Internacional. 8
1.2.- Plano Nacional. 10
1.2.1.- Contexto Cultural. 10
1.2.2.- Contexto Social. 12
1.2.3.- Contexto Poltico y Econmico. 16
1.3.- Constitucin de 1980 21
1.4.- Un asesor Cultural para la Junta de Gobierno. 23
Captulo 2 Antecedentes del Canto Nuevo. 25
2.1.- La Nueva Cancin Chilena. 25
2.2.- Clandestinidad post-golpe militar (1973-1976) 27
2.2.- El Sello Alerce. 35
Captulo 3 El Canto Nuevo (1976-1984). 39
3.1- El Canto Nuevo. 39
3.2-Estetica del Canto Nuevo. 46
3.3- La Bicicleta. 47
3.4.- Epilogo de un Movimiento. 64
Captulo 4 Las Canciones: una huella en el tiempo. 68
4.1.- Anlisis histrico. 70
4.2.- Fichas. 72
Conclusiones. 76
Referencias. 81
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Introduccin:
Si para un literato la cancin es un poema, para un musiclogo ser un plan armnico y formal; para un socilogo, una agenda de accin social; para un crtico
cultural, la manifestacin de un cuerpo valrico; y para un historiador ser una huella
voluntaria dejada en el tiempo por una comunidad social (Gonzlez et al, 2009, pg. 10).
Entre 1976 1984 se desarroll en Chile un movimiento socio -cultural dentro
de la msica popular denominado Canto Nuevo, enmarcado en lo que fue la dictadura
militar de Augusto Pinochet. Surga en la segunda mitad de los aos setenta la impresin
de que Chile daba a luz algo parecido a una nueva fuerza musical colectiva (Cancin
Valiente, Marisol Garca, 2013, p. 259). Este fenmeno, al poco andar fue bautizado
como Canto Nuevo y su conformacin esta netamente circunscrita al contexto histrico
en el que se desarrolla, y por otro lado, fue fundamental en el levantamiento de una
cultura de oposicin al rgimen, afectando entonces al contexto que lo vio nacer, crecer y
ms tarde morir.
Esencialmente el Canto Nuevo fue parte de una bsqueda artstica para trabajar
en la restauracin del sistema democrtico extraviado despus del golpe de estado de
1973. Se utilizaron las liricas como una herramienta de comunicacin, informacin y
educacin, lo que llev a conformar verdaderas crnicas que creemos que a la postre
fueron fundamentales para levantar el bando de resistencia a la dictadura de Augusto
Pinochet. En el desarrollo de esta idea, son fundamentales los aportes de Cristian
Gonzlez y Gabriela Bravo en su libro Ecos del Tiempo Subterrneo, en el cual
mediante el recurso clandestino de las peas, desarrollan una Historia que parece lejana,
al igual que un mito, un eco que solo retumba en el inconsciente colectivo, pero que
forma parte fundamental de la vasta historia popular que muchas veces nos han hecho
olvidar (p. 207).
La influencia del contexto histrico en la conformacin del Canto Nuevo, lo
desmarca del movimiento musical que le precedi, que fue la Nueva Cancin Chilena, de
la que si adquirir parte de su esttica por continuar siendo parte de la corriente
latinoamericana de cancin protesta, como tambin suele ser denominado, caracterizada
por sus contenido social, poltico o reivindicatorio.
Este contexto, finalmente estructurara a esta nueva forma de cantautora, dndole
consideraciones estticas, como estar recargada en el uso de metforas y con un
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desarrollo preferentemente clandestino, debido a la censura que sufri, emanada de las
polticas culturales del autoritarismo. Esto ltimo ir cambiando con su desarrollo a
travs del tiempo. El legado del Canto Nuevo lo podemos encontrar en sus canciones, las
que se ocuparn como fuentes primarias importantes en el desarrollo de esta
investigacin.
A travs del Canto Nuevo pretendemos realizar una mirada complementaria a lo
que es la llamada historia oficial, la que muestra a este periodo con caractersticas de
apagn cultural, y solamente centrndose en los procesos ligados a la dictadura y la
instauracin de un nuevo orden neoliberal. Sin embargo, son muchos los factores
excluidos de esta construccin, uno de ellos es este movimiento de msica popular, el que
comenz a fraguarse en pequeos espacios de clandestinidad. Al reducirse el proceso
histrico a la descomposicin sistmica, el repliegue comunitario de los jvenes fue
caratulado de descomposicin y no de recomposicin. (Salazar y Pinto, 2004, p. 240).
Esta investigacin intentara reconstruir el proceso de conformacin del Canto Nuevo,
para as poder demostrar su participacin como agente vivo en el proceso que Chile vivi
en esos aos.
Hemos definido al Canto Nuevo como un fenmeno de carcter socio-cultural,
asociacin acuada por la etnomusicologa, que es una rama de la etnografa que se
ocupa de estudiar a la msica dentro de sus contextos. La creacin y la reproduccin de
la msica siempre ser un hecho cultural y social. Esto significa que la msica es
portadora de una serie de caractersticas y condiciones que permiten y fomentan su
existencia, manifestacin y reproduccin en un contexto socio cultural especifico
(Hernndez, 2001, p. 9).
Es cultural, porque la msica se crea para determinar situaciones y contextos
tomando una forma esttica particular marcada absolutamente por su contexto. Y la
definimos como social porque se organiza mediante la creacin de roles y la
especializacin del trabajo, y para esto se hace imprescindible una estructura social que
permita la generacin y reproduccin de esta expresin cultural de tal complejidad.
Es el Canto Nuevo un proceso de recomposicin sistmica en el Chile de 1975-
1989? Para responder esta pregunta este trabajo se ha trazado los siguientes objetivos:
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Analizar el contexto de los aos 1976- 1988 y definir de qu manera
influy en el movimiento denominado Canto Nuevo.
Definir los rasgos culturales propios del movimiento Canto Nuevo
para identificar al grupo humano que lo construye.
Atribuir historicidad a los sujetos vivos y a los espacios comunitarios
que conformaron el movimiento Canto Nuevo en Chile, que segn
nuestra investigacin actuaron como agentes de una recomposicin
sistmica.
Otorgar una visin desde una perspectiva socio-cultural a un periodo
de la Dictadura Militar en Chile influido y determinado por la
existencia del Canto Nuevo.
El mtodo que se utilizar para esta investigacin se obtiene en parte de vertientes
ligadas a la etnomusicologa adems del mtodo tradicional del historiador, con el
consiguiente anlisis de fuentes, ya que si para un literato la cancin es un poema, para
un musiclogo ser un plan armnico y formal; para un socilogo, una agenda de accin
social; para un crtico cultural, la manifestacin de un cuerpo valrico; y para un
historiador ser una huella voluntaria dejada en el tiempo por una comunidad social
(Gonzlez et al 2009, p. 10). Es por esto que las canciones registradas por este
movimiento en estudio son fuentes primarias para un anlisis histrico ligado a un eje
conductor que nos da la llamada Historia Social.
Este eje lo encontramos principalmente en la obra de Gabriel Salazar, historiador
chileno, galardonado con el premio Nacional de Historia el 2006; es uno de los
fundadores de la corriente historiogrfica llamada la Nueva Historia Social y en la
actualidad es uno de los ms destacados exponentes de la historiografa social y poltica
contempornea chilena, al igual que Julio Pinto Vallejos el cual es especializado en
historia social y poltica. En sus escritos se destacan los conflictos sociales y polticos
de los trabajadores del salitre y del guano; la identidad popular; la conformacin del
Estado en Chile y distintas aristas del proceso de la Unidad Popular.
La historia social es por excelencia la disciplina que se ocupa del
contexto social en que se ha dado un acontecimiento, una serie de
hechos, un personaje, una creencia, una relacin, una serie de relaciones ,
una institucin, un proceso o una mutacin social del pasado. Ella debe
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leer transformaciones, a veces veloces pero ms a menudo lentas o muy
lentas (Pancino, 2003, p. 17 en Gonzlez et al 2009, p. 10).
Esta visin ser contrastada y complementada con los relatos oficialistas de
Gonzalo Vial Correa que fue historiador, abogado y periodista. Fue miembro del
consejo de defensa del estado y tica de medios de comunicacin, miembro de nmero
de la Academia Chilena de la Historia, Vial es un exponente de la historiografa
chilena de carcter conservador. Por otro lado Joaqun Fermandois Huerta, historiador,
experto en relaciones internacionales de Chile e historia contempornea, al igual que
Vial es numerario de la Academia Chilena de la Historia, a travs de sus textos, ha
polemizado con otros historiadores respecto a la poltica exterior norteamericana, la
Unidad Popular y las transformaciones polticas y sociales que ha vivido la sociedad
chilena a lo largo del siglo XX.
En otra vertiente encontramos a Sofa Correa Sutil historiadora Chilena, desde
1996 hasta 2010 fue responsable del currculum nacional elaborado por el Ministerio de
Educacin para el rea de Historia y Ciencias Sociales.
La visin fornea, supuestamente ms imparcial, la encontramos en los autores
Simon Collier y William F. Sater. El primero es un historiador de nacionalidad inglesa,
estudio en la Universidad de Cambridge, se dedic a la Historia de Chile, su segunda
patria segn sus propias palabras. Por otro lado William F. Sater es un historiador de
nacionalidad estadounidense y estudio en la universidad de California. Ha dedicado
buen aparte de su vida a la investigacin de Historia de Chile.
De esta forma pretendemos completar un panptico mucho ms completo del
periodo que esta investigacin abordara, periodo que por polarizado requiere abordarlo
de diferentes visiones.
El anlisis de la revista la Bicicleta como fuente primaria, escrita en el tiempo
que suceden los acontecimientos tendr un espacio importante en este trabajo, por
constituirse esta en un soporte de entrevistas y letras de canciones, es un ejercicio
fundamental en el intento de ser fieles al clima de la poca, buscando presentar un
discurso tal como fue emitido cuando el pasado era presente.
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Este ltimo factor se nos hace vital en una reconstruccin histrica, con el
propsito de intentar soslayar la falta de estudios ligados a lo que es la resistencia
cultural, su influencia en el contexto y viceversa.
Los trabajos que hemos encontrado para desarrollar la temtica en s, vienen
preferentemente desde una mirada periodstica, como el de Marisol Garca, Gabriela
Bravo y Cristian Gonzlez o el de Eduardo Yentzen, ms ligado a sus memorias, que si
bien nos aportan en esta elaboracin, no nos permiten realizar una discusin
historiogrfica del fenmeno del Canto Nuevo como movimiento enlazado directamente
con el acontecer del Chile militarizado, modelado por las polticas culturales autoritarias
y as dilucidar la aportacin de este fenmeno en este entorno. Debemos destacar que
todos estos autores han estado ligados al fenmeno mismo o a trabajos culturales ms
asociados a ideologas de izquierda.
En el captulo primero partiremos retratando el contexto nacional e
internacional en el cual naci y se desarroll el Canto Nuevo, analizaremos tpicos
econmicos, polticos, culturales y sociales en los cuales se desenvolvi el pas en los
aos de dictadura. Adems hablaremos de la constitucin del 80, elaborada por la
dictadura y sus influencias en la nacin, para finalizar con el asesor cultural de la Junta
de Gobierno y sus eventuales injerencias en el desarrollo de la cultura.
En el segundo captulo analizaremos los antecedentes a la aparicin del Canto
Nuevo y su influencia en el Chile que trabajo en dictadura para reconquistar la
democracia. La construccin cultural que se vena gestando desde antes de la unidad
popular har que el quiebre y la falta de continuidad producida por el golpe militar sea
un trance difcil para los chilenos. El tiempo para lavar las heridas fue corto y el trabajo
en lugares de refugio comienzo a gestar lo que sera el movimiento de rearticulacin
cultural llamado Canto Nuevo.
En el captulo tercero, reconstruiremos el nacimiento vida y epilogo del
movimiento Canto Nuevo, reconociendo la obra y el grupo humano que lo conform.
Para finalizar en el captulo cuarto con un anlisis histrico de las letras de las
canciones, fuentes primarias que a modo de huellas han quedado para reconstruir un
pasado muchas veces invisivilizado, as intentaremos demostrar la historicidad de este
movimiento de cantautora y su aportacin social al asumir la responsabilidad de la
recomposicin sistmica.
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Hay que decir lo que otros callan,
hay que decirlo con canciones,
hay que cantarlas despacito
pero tambin en alta voz.
(Yo debo hablar con claridad, Schwenke y Nilo, 1980).
Captulo I
1.- Contexto: Chile y el mundo (1976-1989).
El objetivo fundamental del presente capitulo es poder visualizar el contexto en
el que se desarroll el movimiento Canto Nuevo durante los aos 1976 y 1989. No es
posible comprender las dimensiones de este fenmeno sin un anlisis de la realidad
histrica en el cual se desarroll, considerando las implicancias internacionales y, a la
vez, nacionales. Lo que dar cuenta de las cualidades que configuran el escenario en el
cual se desarrolla dicho movimiento.
Se escogi una variedad de autores que han abordado el contexto de dictadura
militar, privilegiando miradas heterogneas a un perodo de nuestra historia que se
caracteriz por la existencia de una sociedad polarizada desde varios aos antes. Este
perodo se inicia con el golpe de Estado, ocurrido el 11 de septiembre de 1973 hasta
1989 tras el plebiscito de 1988, donde se decide mediante el voto popular si el rgimen
militar continua, o llega a su fin retomando la democracia.
La maana del da martes 11 de septiembre de 1973, se genera un quiebre en la
historia democrtica de Chile a travs de un golde de Estado al gobierno constitucional
del presidente Salvador Allende, luego de su derrocamiento queda al mando del pas
una junta militar al mando del Comandante en jefe del Ejrcito Augusto Pinochet.
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1.1.- Plano Internacional.
En el plano internacional, el mundo se encontraba dividido en dos bloques
conformndose un mundo polarizado. Encabezado por las dos superpotencias que
marcaran el destino poltico, econmico, social e inclusive cultural de muchos pases
del mundo. Este fenmeno se explica por la ambicin de ambas potencias de ampliar
sus esferas de influencia a nivel planetario. La separacin estaba marcada por los
intereses que posea el bloque occidental y oriental, a su vez trajo consigo una serie de
conflictos polticos, sociales y culturales, los cuales tambin se hicieron presentes en
Latinoamrica1
En el caso de Chile los sucesos ocurridos en el exterior desencadenaron un
ambiente propicio para efectuar el golpe de Estado basado en detener el caos procedente
del marxismo internacional y restituir los valores tradicionales de la cultura nacional.
Este argumento fue mantenido hasta el final del rgimen. Fermandois plantea que
Chile quiso ser un adalid de la causa occidental y del anti marxismo en la guerra fra.
Solo que esta, a mediados de los setenta, aunque no haba finalizado, si haba cambiado
de carcter (2005, p. 404), el carcter que hace menciona el autor ser el paso de
intereses por expandir ideolgicas a ser una competencia netamente econmica.
Por otra parte en una entrevista efectuada en el ao 2013 realizada a Gabriel
Salazar plantea que:
"El modelo poltico, que se haba establecido en 1925, y
que fue de alguna manera transformado internamente con muchas
dificultades despus de 1938 tenda a agotarse polticamente
porque ese modelo no daba el ancho para ser reformista y
revolucionario eran los propsitos de los gobiernos de Eduardo
Frei Montalva y Salvador Allende. En este sentido era previsible
que esto terminara en una crisis poltica importante. Por otro lado,
el golpe fue acelerado, producido por EE.UU. Esto se sum al
problema interno de agotamiento de las posibilidades del modelo.
La definicin norteamericana respecto a producir el
derrocamiento del gobierno de Allende era absoluto, osea las siete
cpulas del imperialismo norteamericano iban en esa direccin y
los dados estaban echados porque buena parte de la accin
norteamericana tenda a evitar que la democracia cristiana
formara una alianza con la unidad popular se habra producido all
indudablemente el triunfo de Allende de una manera definitiva
1 Para mayor informacin con respecto al contexto internacional ver libro: Chile y la Guerra Fra Global
editores: Tanya Harmer y Alfredo Riquelme Segovia.
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El historiador Gabriel Salazar plantea que la intervencin de Estados Unidos
tuvo un papel clave para que la Unidad Popular no siguiera en el gobierno ya que antes
del plebiscito que dispondra Allende Estados Unidos acelero la intervencin militar con
el objetivo de que no se realizaran nexos polticos, ya que si se formaban no podran
derrocar a Allende como menciona el entrevistado Gabriel Salazar.
En otra entrevista realizada en el diario La Segunda el cuatro de Septiembre del
ao 2013 Gabriel Salazar plantea que: Para EE.UU. era muy importante que Allende
no triunfara, y no porque fuera marxista, sino porque la frmula de Allende era un
gobierno de reformas profundas desde el Estado liberal, y sin cambiar la Constitucin.
Si esa frmula contaba con el apoyo del centro poltico, o sea la DC, el triunfo de
Allende era seguro y ese proyecto poda propagarse por toda Amrica Latina. Ese era el
peligro: la frmula de Allende.2 Se ve plasmado que la influencia de Estados Unidos
ser decisiva y trascendental al momento de impedir las acciones de Allende ms que
nada de la Unidad Popular, entrometindose cada vez ms hasta lograr y asesorar el
golpe de estado
Correa et al. plantea que Estados Unidos realiza una estrategia para que Chile
saliera de la neutralidad en la que estaba inmersa, La poltica norteamericana se centr
en la generacin de un colapso de la economa chilena, lo que se acentu tras la
nacionalizacin de las grandes empresas acaparamiento interno deriv en graves
consecuencias econmicas y polticas para el gobierno de la Unidad Popular (2001 p.
267). Frente a la amenaza que significaba un gobierno de ndole comunista y a su vez
por la presin de este mundo bipolar, Estados Unidos opta por desestabilizar la
economa lo que genera un impacto inmediato en lo social, lo que conllevo luego del
golpe de estado a la aceptacin del modelo neoliberal y al desarrollo de polticas
culturales las cuales se desarrollaran en los apartados siguientes.
2Cmo debe ser contado el 11 de Septiembre?, Mircoles, 04 de septiembre de 2013 / Martn Romero E., Diario La Segunda
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1.2.- Plano Nacional.
Para desarrollar el contexto nacional se dividir el anlisis en aspectos
culturales, sociales, econmico y poltico. Esta organizacin es pertinente para una
mejor comprensin del periodo en estudio.
1.2.1.- Contexto Cultural.
Nos referiremos a contexto cultural como todo aquello que forma parte del
entorno y que resulte significativo en a formacin y desarrollo de un grupo humano. En
este contexto surge una cultura identitaria, para la que todos y cada uno de los
elementos entregan un aporte connotativo al significado comn de las cosas de la vida
cotidiana de la poca a estudiar.
Para esta mirada daremos cuenta de medidas que desde lo poltico incidieron de
una u otra forma en la construccin de lo cultural.
En el gobierno de la Unidad Popular (1970 -1973), se posiciono en Chile un
proyecto de desarrollo cultural inspirado en corrientes de izquierda que tuvo gran
adherencia por parte de los artistas que se alinearon al rgimen. En estos aos se crearon
diferentes organismos dependientes del estado como por ejemplo Chile Films, Editorial
Quimantu, el sello discogrfico IRT, entre otros. Como consecuencia del golpe de
Estado de 1973 ocurre un hundimiento de este proyecto.
El golpe militar implanto diversos obstculos y medidas de fuerza en los
aspectos polticos y culturales del pas, los autores Carlos Cataln y Giselle Munizaga
en su libro Polticas Culturales Estatales Bajo el Autoritarismo en Chile, la clausura
de una vasta red de organizaciones culturales de base, la suspensin de la organizacin
artstico cultural vinculados a los partidos polticos de izquierda y centro, y sus
respectivas ramificaciones en los medios de comunicacin, el desmantelamiento de toda
institucionalidad estatal que mantena una activa gestin cultural en los circuitos
populares, el control irrestricto del poder estatal y la prctica sistemtica de las polticas
de represin y exclusin de los artistas progresistas, con la consecuente desarticulacin
de los aparatos culturales oficiales (1985, p. 24).
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La actividad cultural sufri importantes transformaciones y privaciones
inducidas de forma directa o indirecta por las acciones y polticas del rgimen. Estas
estrategias de dominio se utilizaron con el objetivo de ampliar y fortalecer sus bases de
poder de la junta militar, adems como consecuencia de la disolucin del proyecto de la
Unidad Popular, se fomentar bajo la dictadura una campaa de reconstruccin
cultural que no solo comenzar con el intento de desarmar elementos indeseables para
el rgimen sino tambin fomentar fuertemente el nacionalismo. Esta intervencin se vio
plasmada en los medios de comunicacin con una ejecucin de una estricta censura de
prensa por medio de las oficinas de DINACOS (Direccin Nacional de Comunicacin
Social) dependiente de la Secretara General de Gobierno desde la cual se emitan los
comunicados pblicos oficiales del gobierno, as como las instrucciones para la
cobertura de determinados hechos noticiosos, Llego a tal punto que existi la
difusin de noticias falsas y el embargo de publicaciones que se sumaban a un clima
de terror impulsado por la creacin de los organismos represivos del estado3 (Feride
Zeran s.a., p.2 11.). A partir del ao 1977 aproximadamente, por una liberacin
econmica se permite la publicacin de medios de comunicacin que eran contrarios al
rgimen como por ejemplo en el ao 1978 la creacin de La bicicleta, la cual fue una
de las principales difusoras del movimiento Canto Nuevo, esta revista se profundizar
en el captulo III de esta investigacin.
Junto con la instauracin del rgimen militar tambin se instala un proceso de
censura, lo que obligo a los artistas a buscar nuevas formas y cdigos de expresin
mediante los cuales puedan dar cuenta del malestar, alteracin e indignacin ante el
contexto de represin y de violacin a los derechos humanos en el cual se les haba
situado, como plantea Milan Ivelec y Gaspar Galaz en su libro Chile, Arte Actual : La
nueva actitud de los artistas provoco una nueva alteracin de la funcin del arte; la
opcin critica asumida frente al contexto chileno y latinoamericano implico una prctica
del arte muy distinta a la establecida. No se situaron al margen de los problemas
cruciales que aquejaban a la comunidad, y no fueron observadores neutrales de
espectculos destinados a una exploracin puramente visual o a una especulacin solo
formal. Se ubicaron desde el centro mismo de los problemas para abordarlos desde el
3 Utopia(s) .1973- 2003 . Edicin n6.Memorias de la Universidad de Chile. Cap. complicidad y
silencios de la prensa en dictadura.
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arte (citado en polticas culturales del rgimen militar chileno)4. En los prximos
captulos se desarrollara la idea de la censura en los movimientos culturales y artsticos.
1.2.2.- Contexto Social.
Para referirse al contexto social se tomara en cuenta a todo aquello que rodea e
involucra a los sujetos en diferentes mbitos en los que coexiste, entrelazando as el
mbito poltico, econmico, educativo etc. Que forman parte de la identidad y la
realidad de una persona, siendo estos los factores determinantes para establecer el rol
que desempea el individuo en sociedad y a su vez, como el contexto incide en su
realidad bajo un periodo determinado. .
El mbito social, se vio igualmente afectado por el sello dictatorial impuesto de
forma violenta desde septiembre de 1973. Esta conformacin social se deriv de las
polticas de represin y censura exorbitante ante cualquier demostracin cultural que
difundiera un mensaje de oposicin al rgimen. Segn la junta militar Para salvar la
patria, los militares asestaron el golpe de estado, haciendo una brutal demostracin de
que no tenan escrpulos, ni para imponerse a sangre y fuego en el espacio pblico, ni
para violar los derechos humanos de los vencidos ni para ignorar la soberana de todos,
ni para desconocer literalmente la Ley Constitucional (Salazar y Pinto, 2002, p. 227-
228).
En contra posicin menciona Vial que los militares, desde un comienzo, la
suspensin indispensable por los rumores que circulaban de ejrcitos guerrilleros y
ocultos despticos de armas(2000, p. 1326), las distintas ramas del ejrcito y las
fuerzas de orden se desempearon como los actores represores contra las personas,
instituciones y movimientos contrarios al rgimen, agregando que Pinochet decidi
imponerse en el caos, creando la DINA, Direccin de Inteligencia Nacional que
funciono a fines del 73 , y legalmente desde mediados del 74 ( Decreto Ley N521).
Su objetivo oficial recoger informacin de seguridad y formular propuestas sobre la
materia (Vial, 2000, p. 1326)
4 Aisthesis : Revista chilena de investigaciones estticas, edicin 54, 2013.
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Aunque Gonzalo Vial mencione a la DINA como un ente de seguridad para
resguardar al rgimen, Collier y Sater plantea que a la DINA se pueden atribuir la
mayora de los horrorosos incidentes de tortura documentados por la Iglesia Catlica en
Chile y por organizaciones como Amnista Internacional en el extranjero. Sus
conocidos centros de tortura incluan Villa Grimaldi, una mansin en La Reina (...), la
DINA se puso como objetivo al MIR y al Partido Comunista, y no les dio
tregua.(1998, p. 308 -309). Esta ltima visin pareciera ser por lo imparcial de los
autores la ms cercana a una realidad que an mantiene opiniones muy polarizadas.
En el ao 1977 se remplaz a la DINA por una polica secreta ms reducida
llamada la Central Nacional de Informaciones (CNI). La generacin del 68 tropez
con la maquinaria represiva indita en la Historia de Chile. El monstruo negro que tanto
inhibi a la generacin adulta del 38, desencadeno, ataco sin piedad a la del 68. Fue un
ataque que culmin, con un record aterrador, la larga serie de masacres que a lo largo
de dos siglos haban puesto fin, peridicamente a las incursiones del movimiento
popular en el espacio pblico (Salazar y Pinto 2002, p. 228). Si bien cambiaba de
nombre, la CNI le dio continuidad a una metodologa de represin basada en la tortura,
la desaparicin y la muerte de los opositores a la Dictadura.
El amparo que presto la Iglesia Catlica en ciertos sectores marginales, mediante
la apertura de sus parroquias fue muy importante para salvaguardar a las personas
perseguidas, as lo deja ver Collier y Sater, al decir que: Con los partidos polticos
prohibidos, las cortes de justicia vergonzosamente condescendientes y la vigilancia de la
polica secreta sobre toda la sociedad, la nica institucin capaz de conservar alguna
lnea ms o menos independiente era la iglesia catlica (1998, p. 309-308).
Por contrapartida Fermadois proyecta el apoyo que tuvo el golpe militar por
parte de la iglesia, limitndose a sealar que les entregara el mismo apoyo que le otorgo
a allende, esto indigno a la junta y comenzaron los problemas (2005, p. 421). Entonces,
la Iglesia Catlica tuvo un papel fundamental, al constituirse en una de las vas de
desahogo popular y ser uno de los primeros lugares que le abrir las puertas a
manifestaciones culturales, como el teatro y la msica. Sera una instancia fundamental
para el incipiente desarrollo del movimiento Canto Nuevo.
Para Correa et al. debieron pasar cerca de tres aos para que la jerarqua
eclesistica confrontara abiertamente a la dictadura militar (2001, p. 289). En este
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punto concuerda en cierta medida con Fermadois ya que al no tener respuesta inmediata
contra el accionar del rgimen, de una u otra forma estaban demostrando su apoyo.
Para Salazar y Pinto (2002) entre (1973 -1986), la iglesia catlica acogi a
jvenes refugiados: se abri a las otras experiencias, y literalmente fue invadida por
personas que buscaban cobijarse en un espacio que les permitiera mantener identidades
mnimas () Fue para ella un tiempo de acogida (p. 236). Esta apertura que
encontramos en ciertos sectores de la iglesia, fue un foco muy importante para quienes
comenzaran a reconstruir la democracia perdida despus del golpe, transformndose
esta en un espacio parroquial donde los jvenes organizaban peas, grupos de teatros,
brigadas muralistas, grupos literarios, escuelas o talleres para cabros chicos, colonias
escolares y conciertos con grupos musicales proletarios. Dentro del refugio, la
conversacin intensificada, dio paso a la creacin, y esta, por su parte a los actos
culturales o eventos de expresin masiva (Salazar y pinto 2002, p. 237).
Se fue forjando una cultura juvenil diferente a la de otros tiempos, marcada por
un contexto de autoritarismo, censura y represin. Cabe destacar tambin, que con
posterioridad al golpe de estado, el cardenal Ral Silva Henrquez en conjunto con
otros representantes de las iglesias, crearon el comit de cooperacin para la paz
(Comit Pro Paz), el cual se dedic a prestar asistencia social y legal a los detenidos y
personas que se les hubiesen violado los derechos humanos. En el ao 1975 este comit
seria disuelto, entonces el arzobispo Ral Silva Henrquez, solicit al papa Pablo VI la
creacin de la Vicara de la Solidaridad, que entr en funciones en 1976. Si bien el
papel de la iglesia no fue a nivel total de su institucionalidad, tuvo mucha importancia
para salvaguardar a las personas y la reconstruccin de la democracia, aunque
historiadores de los llamados oficialistas como Gonzalo Vial no lo mencionan, como
tampoco mencionan el rol de las universidades en dicho perodo de la Dictadura Militar.
La intervencin de las Fuerzas armadas en las universidades e instituciones
acadmicas ocurri desde un comienzo, cuando se produjo el golpe militar, la
represin e intervencin en las universidades no se hizo esperar, alcanzando a las
universidades pblicas, grados de violencia insospechados (Correa, et al. p. 300), al
igual que todo el pas la censura y represin se hizo sentir en los estamentos
universitarios. La confeccin de listas negras, la prctica de la delacin y la presencia
en clases de agentes del aparato represivo del rgimen, crearon un clima sofocante de
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desconfianza e inseguridad, a sabiendas de que la identificacin con un pasado
revolucionario o un presente opositor, bien poda implicar, amn de la prdida del
trabajo y la imposibilidad de concluir una carrera, la represin lisa y llana. (Correa, et
al. 2001, p. 301).
Muchos de los opositores al rgimen o los que se sospechaban que perteneca
alguna agrupacin en contra del rgimen militar eran perseguidos; numerosas personas
tuvieron que abandonar el pas buscando refugio en el extranjero. La vigilancia de las
universidades y el amordazamiento del movimiento estudiantil comenz a ceder con el
tiempo, producto de la movilizacin de un ncleo de jvenes decididos a manifestar su
disconformidad, a travs, por ejemplo, de las canciones del Canto Nuevo o de huelgas
de hambre u otros actos de protesta. Algunos de sus lderes fueron golpeados,
expulsados, encarcelados, relegados e, incluso, asesinados (Correa, et al. 2001, p.
303), entonces el ambiente que reinaba en tales establecimientos era de mucha
contencin, miedo o incluso terror, lo que en una primera instancia acallara de golpe lo
que en un tiempo atrs fueron himnos y banderas enarboladas como preferencia en ese
mismo lugar.
La ACU (Agrupacin Cultural Universitaria) permiti la creacin de talleres
universitarios con la finalidad de realizar festivales musicales de poesa o teatro .Salazar
y Pinto, plantea que con la ACU ganamos muchas cosas: pasamos de los baos. Ah
estn los festivales de msica y teatro con la ACU llegamos tambin al Teatro
Caupolicn, convocando a Chile con nuestros festivales, porque de eso se trataba, de
Chile. Del Chile que entonces queramos revivir. Era el folklore contra la dictadura
(2002, p. 240). Gracias a esto los movimientos culturales y sociales comenzarn a tomar
cada vez ms forma, al encontrar espacios de desarrollo, mediante diversas maneras de
expresin.
A inicios de 1980 se comienzan a realizar y gestionar una serie de encuentros,
movimientos artstico-culturales colectivos por medio de los cuales los artistas
generaban un espacio de expresin y difusin para sus creaciones y para las posturas
polticas-ideolgicas establecidas ante la dictadura. La bsqueda de nuevas
posibilidades para configurar el significante cultural a travs manifestar a travs de
actitudes provocativas y de denuncia social, el intento por transformar la sociedad
mediante la interaccin arte y vida para entregar una re significacin cultural que fue
-
[16]
apagada durante el rgimen militar. ya hacia mediados de 1983 aproximadamente,
pues debido a las contingencias econmico-sociales acontecidas a partir del ao 1982,
bajo pleno rgimen militar, el gobierno debi ceder levemente su rigor desptico ante la
ciudadana y otorgar ciertas concesiones, como fue la de permitir cierto alcance en el
levantamiento de la censura. (Correa et al. 2001 p. 329).
1.2.3.- Contexto Poltico y Econmico.
Para catalogar el contexto poltico nos fijaremos en los vnculos polticos y su
influencia en las decisiones que se adoptan en funcin a un objetivo gubernativo. En
lo que se refiere al contexto econmico sern las circunstancias que definen el sistema
econmico del pas
En lo poltico desde un comienzo Los militares se propusieron el desafo ms
radical convencido hasta ahora, nada menos que cambiar la conciencia colectiva del
pas a partir del ejercicio de la fuerza y de los hechos (Correa et al. 2001, p. 287). La
junta militar realizo cambios radicales en la poltica chilena, partiendo por la
Declaracin de Principios, era el deseo de otorgar un sello a su propio proyecto
poltico. El principal redactor fue un civil, Jaime Guzmn (Fermadois, 2005, p. 407).
La constitucin de 1980 ser la obra magna de la dictadura. Esta carta regir los
destinos del pas y ser legitimada de una u otra forma hasta por sus detractores ms
acrrimos.
Esta marca que se quiso implantar desde un comienzo y entregar las bases y
justificacin de la junta militar al mando del estado chileno. Para Correa et al. (2001)
en la declaracin de principios existe una confusin conceptual entre valores
ideolgicos antagnicos y en segundo lugar sostiene que en esta declaracin de
principios no se detecta atisbo alguno de la instauracin de modelo de libre mercado,
cosa que si bien no aparece explcitamente, est presente en el nuevo orden al que Chile
Otro hecho importante fue la prohibicin a los partidos polticos, Vial expone
que los partidos unipopulares fueron disueltos por la junta y aquellos opositores;
aquellos opositores a Allende, declarados en receso, pero el receso, muy luego, se
torn tambin disolucin (2000, p. 355), agrega que el presidente era implacable
enemigo, y hasta el final se empeara por hacerles difcil su constitucin, y por evitar
-
[17]
su influencia en otros grupos sociales (ibdem p. 355). Ya que al estar presente los
partidos polticos eran una amenaza para el rgimen militar, ya que existan partidos
polticos con ideologas muy distintas a este. La conformacin en 1987 bajo la nueva
ley de partidos, ser una de las primeras seales de legitimacin a la constitucin, ya
que hasta los ms detractores se tuvieron que atener a esta ley para poder existir.
Collier y Sater sealan que a pesar de que los partidos haban visto
interrumpido su funcionamiento durante diez aos anteriores, nunca desaparecieron. El
partido Nacional se haba desbandado patriticamente desde el golpe y sus miembros,
desde entonces apoyaban el rgimen. Los comunistas, a pesar de haber sufrido una dura
represin, saban cmo sobrevivir en clandestinidad (1998, p. 321). Aunque desde el
comienzo del rgimen militar los partidos polticos tuvieron que ocultarse y otros se
disolvieron, El espacio militante, en cambio era ms selectivo, hermtico y poltico y
atraa sobre si un riesgo mayor de represin Salazar y Pinto (2002, p. 236) aun as se
fueron creando como en el caso del ao 1980 en donde se forma una guerrilla urbana el
Frente Patritico Manuel Rodrguez (FPMR), estos comenzaron a desarrollar acciones
terroristas menores,
Al iniciarse el periodo de las protestas (1983) la presin de lo poltico sobre lo social aumento. Una atmosfera de guerrilla urbana se extendi por todas las poblaciones. La militancia social comenz a debilitarse y a desintegrarse, siendo sustituida
por una auto referida militancia partidaria de presencia
avasalladora, que cooptaba cuadros que, a poco andar terminaron operando desde el interior del brazo armado del
partido correspondiente Salazar y Pinto (2002, p. 243-246)
Esta lucha contra el rgimen militar ya no solo sera una revolucin proveniente de los
sectores populares sino que toma un vuelco y se transforma en una lucha armada y de
planificacin para poder llegar al objetivo de derrocar la dictadura, fue tal el grado de
especializacin la cual es otorgada desde el extranjero como por ejemplo en Nicaragua
y en otros frentes.
El final que tiene FPMR fue un trabajo compartido por la dictadura de Pinochet y la
democracia de Aylwin y Frei Ruiz-Tagle Salazar y Pinto (2002, p. 253) al momento de
volver a la democracia surge la necesidad de encontrar una resolucin respecto a los
hechos que haba provocado el FPMR ya que la realidad actual no era como la vida que
se experiment en dictadura (tortura, muerte, exilio) sino que se intentara demostrar
-
[18]
que existe la capacidad de brindar juicios justos, pero no fue as, ya que recibieron
procedimientos penales desiguales en comparacin con los militares que participaron en
la violacin de los derechos humanos.
Por otro lado el contexto econmico del rgimen militar se vio inspirado en
cierta medida en el modelo neoliberal. La orientacin econmica del gobierno militar
estuvo condicionada, desde un principio, por una doble necesidad, la de tener que
superar sucesivas crisis a la vez que proveerle al rgimen otro sentido, mas dirigible que
autoritario (Correa et al. 2001 p. 290), viendo los problemas econmicos heredados del
gobierno pasado, una de los principales temas de preocupacin de la junta militar fue el
de encontrar la va para salir de la crisis econmica que estaba viviendo Chile. Cuando
tomaron el poder los generales no saban prcticamente nada de economa. Tena que
estabilizar y reactivar una economa muy catica y necesitaban un consejo urgente
(Collier y Sater, 1998, p. 312). La ayuda la encontraron en la reformulacin econmica
la cual obtendran de un grupo de economistas de la universidad Catlica y de la
universidad de Chicago con tendencia neoliberal que luego los apodaran los Chicago
Boys.
En tanto Vial esboza que Los Chicago no consiguen imponer una lnea general,
s medidas puntuales aunque importantes: libertad generalizada y creciente de precios,
mayor realismo cambiario, baja sostenida de los aranceles aduaneros. No las suficientes
para detener las catstrofes. (2000 p. 1325). Fueron tecncratas encargados de la
implantacin definitiva del modelo neoliberal. Esas catstrofes que habla Vial, fueron
causadas por la propia intervencin de Estados Unidos y de ellos mismos vendra la
supuesta solucin.
Por otro lado Collier y Sater (1998) mencionan que Los Chicago Boys quera
revertir por completo la lnea de intervencionismo estatal que se haba desarrollado en
Chile en la dcada de 1920, a la cual culpaban (con razn o sin ella) de haber detenido
el crecimiento econmico.(p. 313). Hasta el momento las polticas econmicas y la
apertura hacia otros mercados estaban dando buenos frutos el pas pronto se vio
inundado por bienes extranjeros: televisores y radios japonesas, automviles coreanos
(la cantidad de vehculos en Chile se triplico entre 1975 y 1982), perfumes y whisky
escoses (Collier y Sater, 1998, p. 316).
-
[19]
Este boom econmico que se desarroll en Chile durante dictadura militar le
entreg una visin distinta a la cultura, ahora esta sera, concebida como bien
comercializable semejante a cualquier otro producto, moviliz a los hombres de
negocios, aunque no por fuerza a los ms ilustrados (Correa et al. 2001, p. 305).
existir una mayor influencia de los productos extranjero al igual que ocurri en el caso
de la msica, la entrada de grupo musicales europeos o norte Americanos creca cada
vez ms , influyendo as en la conformacin de grupos nacionales con estilos
extranjeros.
A partir 1973 se instaura en Chile un modelo econmico en el cual la asignacin
de recursos y la operacin de la economa se entregaba al mercado, al juego de la oferta
y la demanda, el Neoliberalismo.
Se esperaba que estas medidas estimularan el crecimiento del empleo. En la
prctica, sin embargo, este supuesto no se cumpli; el desempleo se mantuvo a un nivel
muy alto aun en los mejores momentos de la aplicacin del modelo.
El PEM se inici en 1975 se present como un programa que era una creacin
original y generosa del rgimen, el cual era transitorio y estaba destinado a enfrentar
una emergencia proporcionando alivio a los cesantes por un mximo de tres meses. La
direccin de dicho programa corresponda a la divisin de Desarrollo Comunitario y
Social del Ministerio del Interior y las Municipales deberan encargarse de su
implementacin
Primeramente no todos podan acceder a inscribirse en este programa y estos
fueron los que no tenan carga familiares, los que no eran jefes de familia, los que
buscaban trabajo por primera vez, los menores de dieciocho aos entre otras.
Se pens en un empleo mnimo, tambin mnimamente retribuido. Se
plante que el trabajo no deba exceder de 15 horas semanales y que la retribucin sera
equivalente a un tercio del ingreso mnimo5. Las desventajas que tuvo este programa y
por las cuales fueron objeto de crtica por parte de las organizaciones sindicales estando
centrada en el monto del subsidio inferior al sueldo mnimo legal y que adems las
personas que participaban en l, no seran considerados como empleados del estado, no
5 Los trabajadores del programa del empleo mnimo. Jaime Ruiz Tagle P. y Roberto Urmeneta. 1984.
Editorial Academia de Humanismo Cristiano, Santiago.(p.14)
-
[20]
tendran estabilidad laboral ni indemnizacin por finalizacin de trabajo, tampoco
tendran derecho a asignacin familiar, ni de colacin ni de movilizacin.
Luego de una gran crisis econmica que dejo al pas con muchos cesantes se
inicia 1982 el POJH (programa de ocupacin para jefes de hogar), el cual constaba con
caractersticas similares al PEM en sus primeros aos de implementacin. Tena por
objetivo acudir en ayuda de las familias ms necesitadas a travs de otorgar trabajo a las
personas que se encontraban cesantes. Este programa contaba con bajos sueldos y las
tareas que deban cumplir estos trabajadores abocaban a limpieza de plazas, pintados de
muros, entre otros.
Estos dos programas se basaron en tratar de dar un sustento laboral ya que el
pas se encontraba viviendo una crisis en el contexto de dictadura militar sumndole a
este la instauracin del modelo econmico neoliberal, pero resulta que este plan de
trabajo estaba entregando una falsa empleabilidad ya que las condiciones laborales
como tambin la remuneracin eran psimas casi una burla para las personas porque se
vea que los trabajadores estaban ocupados, pero no era verdico si el sueldo no les
alcanzaba para vivir, lo que ms adelante generar descontento el cual se expresara a
travs del surgimiento de protestas. En definitiva pareca ser una burla a los
trabajadores, fue una manera de disfrazar las cifras macro, para posicionar al pas en el
nuevo orden mundial.
En el mbito social la revolucin econmica vivida en Chile tuvo altos costos
sociales, primero la sociedad tuvo que enfrentarse a grandes tasas de desempleo, entre
1970 y 1980, el nmero de familias en condiciones de pobreza creci del 28% al 44%
(Correa et it , 2001, p. 294), pero en contra posicin los autores Collier y Sater (1998)
en su libro Historia de Chile 1808 1994 plantean que no es que el rgimen militar
se hubiera olvidado a los pobres (aunque algunos de quienes lo apoyaban, si lo
hicieron). De hecho los ms pobres (quienes estaban en la extrema pobreza) fueron una
preocupacin permanente de su equipo de planificacin en ODEPLAN (p. 318). a su
vez cabe sealar que las primeras protestas se fueron gestando y cada vez tomando ms
fuerza en los aos 1983 1986, esta protesta para Vial (2000) constituyo el mtodo
opositor para presionar la salida del Supremo Mandatario. Las protestas aprovecharon,
exacerbaron y explotaron el desprestigio del rgimen a raz de la crisis, y los ms
-
[21]
dolorosos efectos en estas en el sector popular: desempleo, alza del costo de vida.
Popularizando el grito: Y va a caer! Y va a caer! (p. 1342).
Para complementar lo anterior Collier y Sater (1998) agregan que a finales de
1984, la polica y las tropas montaron una serie de brutales incursiones en las
poblaciones ,con este mismo hecho de las protestas desde una mirada social que
plantea Salazar y Pinto (2002) el repliegue de la juventud marginal fue, sin embargo,
observado y conceptualizado como un proceso de desintegracin social y , por tanto
de involucin(p 241), aspecto en el que esta investigacin no concuerda con estos
autores ya que creemos que este relato que se ha elaborado con el carcter de oficial
deja de lado o invisibiliza todo el accionar de un aparataje social que construyo desde la
clandestinidad la resistencia, sobretodo cultural a la dictadura, para as reconquistar la
democracia extraviada. Desde larga data histrica los sectores populares o marginales
han tenido la opcin de manifestarse, pero con el autoritarismo implantado por la junta
esto cambio. El sentimiento de protesta o de lucha por sus intereses quedarn
minimizados y postergados por la forma en que la dictadura implantar la
reestructuracin de la sociedad.
1.3.- Constitucin 1980.
La constitucin de 1980 marco una nueva institucionalidad, una nueva forma de
organizacin, Se design una "Comisin de Estudios de la Nueva Constitucin"
(CENC), ms conocida como Comisin Ortzar, participaron varios juristas,
como Jaime Guzmn Sergio Daz y Alejandro Silva Bascun, adems del ex
Presidente Jorge Alessandri Rodrguez.
La constitucin se le otorgo la tarea de crear un anteproyecto de constitucin pensado
desde un comienzo que serian solo actas constitucionales, cada acta regulara
autnomamente aspectos de la institucionalidad pero finalmente se convirti en una
constitucin. Esta constitucin contara con 120 artculos permanentes y 29
transitorios, la cual ms tarde se sometera a plebiscito el 11 de septiembre de1980. El
nuevo texto constitucional fue aprobado por una amplia mayora de chilenos, aunque el
-
[22]
plebiscito se realiz sin registros electorales, sin acceso de la oposicin a los medios de
comunicacin y sin control de ningn tipo sobre el acto6.
La constitucin de 1980 se llevo a cabo como una forma de impedir repetir las
situaciones confusas y complejas sucedidas durante la Unidad Popular, asegurar a las
Fuerzas Armadas un papel de amparar la poltica nacional, consolidar el rgimen
militar y justificar el nuevo orden econmico social.
Entre otros asuntos, la Constitucin del '80 estableci un sistema presidencialista de
gobierno, adems se crea un Consejo de Seguridad Nacional, presidido por el Primer
Mandatario e integrado por los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, el
Presidente del Senado y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Tambin
consign la creacin de los senadores designados, la segunda vuelta en las elecciones
presidenciales y el sistema electoral binominal. Asimismo, estableci que el Presidente
en ejercicio se mantendra en el poder hasta 1988.
El mbito que interesa a esta investigacin es la elaboracin cultural la cual durante la
dcada de 1980 fue bastante amplia y productiva, a pesar de las situaciones poltico-
sociales en las cuales sta se hallaba inserta. Impidieron claramente la difusin abierta y
pblica de manifestarse, sin embargo, los actores culturales, de una u otra forma
encontraron ranuras y vas de comunicacin para entregar su mensaje durante toda la
dictadura militar. Estos actores debieron permanecer y coexistir con su entorno en
clandestinidad, que lentamente fue cediendo.
La constitucin dejaba atado el gobierno por ocho aos ms, despus de los
cuales se plebiscitaria su continuidad. Esto provoco mucha alarma en la poblacin, que
vea como Pinochet se eternizaba en el cargo, lo que significaba seguir viviendo en un
pas sin libertades, sin empoderamiento ciudadano y sin democracia.
Este tpico marco un antes y un despus, las urgencias para elaborar flancos de
resistencia fue mayor y se comenzaron a crear grupos armados para presionar la salida
del dictador y frentes culturales de resistencia como lo veremos en el siguiente captulo.
6 Para mayor informacin vase libro: Historia de Chile. Desde la invasin Incaica hasta nuestros das
(1500 -2000) Armando de Ramn .Santiago, Catalonia, 2003, p. .254-260.
-
[23]
Ya hacia fines de del 1982 comenzara una especie de decadencia del rgimen
militar y uno de los factores que propicio este decaimiento fue la implantacin del
modelo neoliberal por medio de la constitucin, esto provoco, aunque muchas veces de
forma muy tmida y espordica la apertura de algunos medios de comunicacin en
contra del rgimen, los cuales permitieron que la informacin no oficialista llegara a os
hogares de Chile. Se comenzaran a dar a conocer con mayor fuerza parte de las
atrocidades en las que estuvo involucrada la dictadura militar, como la violacin a los
derechos humanos , las desapariciones , asesinatos y torturas generando un malestar
profundo en la poblacin chilena, la que comenz a tomar medidas ms extremas por la
urgencia en que cada da se vea ms envuelta.
1.4.- Un Asesor Cultural para la Junta de Gobierno.
Para este apartado, debemos mencionar que no existen muchos estudios o
publicaciones que estn relacionados con el papel que cumpli el asesor de cultura en
la junta militar, por ende solo se expondr quien fue y que rol cumpli en los aos de
dictadura militar chilena (Cataln y Munizaga, 2006)
El 10 de diciembre de 1974 se crea el cargo de Asesor Cultural de la junta de
gobierno a manos de Enrique Campos Mndez, este suceso no solo plasma la
disposicin del rgimen de estructurar de manera ms palpable su poltica en este
espacio.
Crease el cargo de Asesor Cultural de la Junta de Gobierno en materias culturales dependientes directamente de esta, cuyas funciones sern
las de asesorar, proponer las medidas, polticas y programas que deban
adoptarse para difundir, armonizar, perfeccionar y en general incentivar el
desarrollo cultural del pas y dignificar sus medios de difusin, en trminos
que preserven la tradicin histrico cultural del mismo y permitan
proyectarla al futuro con un sentido de nacionalidad 7
Como se observa este decreto plasma la determinacin del rgimen a orientar
una poltica cultural centralizada pero, sobre todo de postura nacionalista. Como expone
el propio Campos:
7 Creacin del Cargo de Asesor Cultural de la Junta de Gobierno. Decreto Nm.804, el 10 de diciembre
de 1974.
-
[24]
La tarea estatal de proteccin e incremento de slo las expresiones materiales de la cultura, evita confusiones que podran, con dao de la libertad de creacin,
hacer caer al Estado en un rol dirigista que no le corresponde. Adems, permite
determinar ms fcilmente aquellos bienes, tanto muebles como inmuebles, de
nuestro patrimonio cultural de orden histrico, cientfico, bibliogrfico y
documental, cuya desaparicin o deterioro constituira un empobrecimiento de la
nacin8
De esta cita se separan dos ideas centrales que son importantes dilucidar. Por
una parte el respeto por la libertad de cada autor creador tendr un lmite, marcado por
la existencia o no del marxismo en su expresin. Una de las funciones que adoptara el
Estado ser proteger la labor de los artistas de la permanente amenaza del marxismo,
queriendo decir que no necesariamente fomentaran la creacin artstica nacional. La
siguiente idea central se separa de la primera, en la medida que el Estado no adopta el
rol de produccin y emisin de contenidos, sino que se localizara en la conservacin
de las manifestaciones materiales de la cultura, es decir, de que ya esta creado, el
gobierno se redujo a la participacin del Estado en estas materias, dejando tareas
asumidas desde la dcada de 1930 como por ejemplo: la propiedad de algunas industrias
culturales o el financiamiento de la educacin en este punto Correa et al. , desde un
principio se busco ejercer control sobre los contenidos de la enseanza, la disciplina
interna de los establecimientos y el quehacer de los profesores (2001 p.304). Tras el
principio de la proteccin de la cultura chilena del ataque marxista y de regir la cultura,
se implementaron medidas que estuviera acorde con el nuevo sistema econmico
neoliberal, La contraccin del estado, tanto respecto a su tamao como el rango de
funciones, marca una tendencia de las polticas socioeconmicas del rgimen militar,
observable y tambin en las labores de extensin y fomento cultural.(Correa, et al.,
2001, p. 305), la cultura se ver como un bien o producto comercializable.
8 Enrique Campos Menndez Informe Dibam 1973-1984, Manuscrito No. 098, Archivo del Escritor,
Biblioteca Nacional.
-
[25]
Captulo II
2.- Antecedentes del Canto Nuevo.
Al abordar el estudio del Canto Nuevo nos enfrentamos a un fenmeno que tiene
orgenes unas dos dcadas antes de la fecha en que surge. De este modo se deben
abordar elementos de continuidad presentes en cualquier proceso histrico, para lo cual
esta investigacin si dar luces al respecto, pero profundizar en el fenmeno musical
denominado Canto Nuevo, que se desarrolla en el periodo de aos sealado. Estos
movimientos de la msica popular chilena, a modo de antecedentes, si bien nos van
otorgando un hilo conductor necesario para la comprensin del surgimiento del Canto
Nuevo, no son un aporte a modo de sumatoria de todos sus elementos constitutivos
para el movimiento que comenzara a nacer a mediados de los aos setenta. Se hace
importante abordarlos, para comprender el envin que traa el desarrollo de la msica
popular al momento del golpe de estado de 1973. Primero el Neo Folclor y luego la
Nueva Cancin Chilena, sern movimientos con eje en comn, que se irn dando de
manera distintiva el uno del otro, debido a los cambios en los escenarios polticos y
sociales que Chile vivir.
La Nueva Cancin, ser el antecedente de influencia ms trascendente para el
Canto Nuevo, aunque en una edicin especial referida al Canto Nuevo de La Bicicleta,
revista que ser abordada en el apartado 3.2 del tercer captulo de la presente
investigacin. lvaro Godoy en mayo de 1981, postula que son parte de un solo
movimiento, con presente y pasado (p. 4), aspecto que con el tiempo se ha ido
dilucidando y es por eso que los abordaremos como dos movimientos aparte, lo que
explicaremos desde una perspectiva histrica.
2.1.- La Nueva Cancin Chilena.
La Nueva Cancin Chilena, movimiento que antecede al Canto Nuevo, se vena
incubando desde mediados de los sesenta y nace como una propuesta a otro movimiento
que se iniciara exitosamente a fines del 50 y principios del 60, el Neo Folclor. La
diferencia entre estos dos formatos, manteniendo ambos bases musicales inspirados en
la misma raz, radica en que el Neo Folclor, en su temtica principal prioriza las
-
[26]
alabanzas al paisaje y a los aspectos cotidianos de la zona rural, en cambio la Nueva
Cancin destaca en el centro de su creacin al hombre y su problemtica, incorporando
adems la utilizacin de instrumentos con identidad latinoamericana (Prieto, Masmar y
Calvo, 2013, p. 33).
La Nueva Cancin Chilena, nace con la respuesta de los grupos marginales del
campo frente a su situacin de desarraigo en la ciudad () En esto, Violeta Parra es
indudablemente la madre. Sus composiciones recogen la tradicin musical y potica de
la tradicin folklrica y ensancha sus contenidos hacia una expresin ms actual,
universal y trascendente (La Bicicleta, 1981, p. 6). Esto responde a los xodos
producidos del campo a la ciudad a mediados del siglo XX en Chile. Una ciudad que no
estaba capacitada para albergar a tantos habitantes y las consecuencias seran el
abandono, la pobreza y el desamparo. Estas problemticas sern parte de los ejes
temticos que involucrara este movimiento. As mismo se harn cargo de otras
temticas, como la reforma agraria, la vida de los trabajadores de la ciudad o de los
mineros, el amor de un trabajador por su terruo o su instrumento de trabajo, el
movimiento y las ideas de reforma impulsados en los ltimos aos del gobierno de Frei
Montalva y la proyeccin socialista emprendida por la Unidad Popular (Garca, 2013,
p. 99).
Sus exponentes sern personajes muy comunes que respondern a estas
condiciones antes sealadas. Tal como seala la revista La Bicicleta, (sobre la cual
ahondaremos en el tercer captulo de este trabajo), con respecto a quienes conformaron
la Nueva Cancin Chilena: Esta nueva vertiente la integran Vctor Jara, Rolando
Alarcn, Hctor Pavez, Angel e Isabel Parra, Patricio Manns, y quienes los seguirn
despus: Intiillimani, Quilapayun, Amerindios, Tiempo Nuevo, Charo Cofre, Payo
Grondona, Osvaldo Rodrguez, Quico lvarez, los hermanos Quelentaro, Tito
Fernndez, Pedro Yaez Marta Contreras, Nano Acevedo y muchos otros (La
Bicicleta, 1981, p. 6).
Coincidimos con Garca respecto a que No existe en nuestra historia otro
movimiento tan estudiado, analizado y debatido como la Nueva Cancin Chilena
(Garca, 2013, p. 99), por lo que el anlisis solo ser referencial sobre este movimiento.
De este modo, hay elementos que no podemos soslayar y que van a marcar a fuego lo
que vendr en el desarrollo de la msica de autor. Elementos como la letra que Vctor
-
[27]
Jara dejara en una de sus ltimas canciones, grabada en 1973, y editada de forma
pstuma en el extranjero, denominada Manifiesto, que ser luz y gua para los
cantautores que vendrn:
Ah donde llega todo
y donde todo comienza
canto que has sido valiente,
siempre ser cancin nueva.
Esta cancin dejara una impronta testimonial que definir los lineamientos de la cancin
social en Chile de ah en adelante.
2.2- Clandestinidad cultural post-golpe militar (1973-1976)
Un profundo silencio reina en la ciudad de Santiago. El impacto y temor
generado en la poblacin chilena hace acallar cualquier sonido de disidencia, ya sea
un discurso, una conversacin, el pulso de un instrumento de cuerda o el coro de una
cancin. (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 55)
El golpe de estado del 11 de Septiembre de 1973 produjo un quiebre cultural
profundo. Durante la dcada anterior, la Nueva Cancin Chilena, se alz con un
desarrollo que dejara un amplio aporte y un seero legado. Esta rpidamente haba
ocupado un lugar primordial en la actividad musical de la poca. La Nueva Cancin
Chilena adems de caracterizarse por el uso de temticas e instrumentos
latinoamericanistas, se defini por su adhesin al proyecto poltico ligado a la Unidad
Popular, que haba alzado a Salvador Allende como presidente de la Repblica. Al
iniciarse la dcada de los setenta el Canto Popular se encuentra en su periodo de mayor
efervescencia y desarrollo (Prieto, Masmar y Calvo, 2013, p. 33), gracias al apoyo
mutuo que se entregaron entre el Gobierno Popular y la Nueva Cancin Chilena.
-
[28]
Como el desarrollo de la Nueva Cancin Chilena haba sido tan significativo,
identificndose como la msica de fondoque acompao los procesos encausados por el
gobierno de Allende, es que fue considerada como un ente subversivo por los
gobernantes que asumieron el mando del pas luego del golpe de estado del 11 de
septiembre de 1973.
Debido a razones ideolgicas, el nuevo gobierno reprimi y censur todo lo
relacionado a la Nueva Cancin Chilena, destruyendo los mster de las grabaciones,
exiliando a sus mximos representantes, tomando prisioneros a otros y como muestra
de que lo que estaban haciendo se vena en serio, asesinaron a Vctor Jara en el estadio
Chile pocos das despus de ser tomado prisionero en la UTE (Universidad Tcnica del
Estado), su lugar de trabajo. Este cantautor fue uno de los mximos exponentes de la
Nueva Cancin Chilena.
El saldo era devastador:
Patricio Manns, exiliado.
Angel Parra, detenido, torturado y exiliado.
Isabel Parra, exiliada.
Quilapayun, exiliados.
Tito Fernndez, detenido.
Vctor Jara, detenido, torturado y asesinado
Hctor Pavez, exiliado.
Antes de la irrupcin militar, ya penaban las ausencias de otros baluartes del
movimiento:
Violeta Parra, se suicida en febrero de 1967.
Rolando Alarcn fallece debido a una afeccin cardiaca en febrero de 1973.
-
[29]
Hubo un lapso de tiempo luego del golpe, en que la incertidumbre trajo como
mnimo cautela en el actuar, no solo en los cantores ligados a la Nueva Cancin
Chilena, sino que tambin a todos quienes mantenan ideas ligadas a la izquierda y al
gobierno derrocado. Como seala Prieto et al. Aquellos fueron tiempos difciles, al
comienzo no te atrevas ni a respirar. Si por rayar un muro o dibujar un grafiti te podan
sacar los ojos o simplemente hacerte desaparecer (2013, p. 13). Se produca un
fenmeno de silencio generalizado, debido a las polticas de censura y represin
impuestas por el rgimen autoritario de Pinochet, que haba asumido el mando del pas
con la Junta Nacional de Gobierno. Esto hacia que el efervescente movimiento musical
que se vena gestando, fuera repentina y traumticamente acallado y la suerte de sus
exponentes se encontraba absolutamente a la deriva.
Las medidas autoritarias, no se dejaron esperar, los periodistas Cristian Gonzlez
y Gabriela Bravo en su libro Ecos del Tiempo Subterrneo dan cuenta que se realiz
una reunin con altos personeros del rgimen militar a fines de 1973, a objeto de
dilucidar tanto el futuro laboral de los cantores de la Unidad Popular como la suerte que
corran los artistas detenidos. Entre los participantes de tan inslito encuentro estuvieron
Hctor Pavz, dos integrantes del conjunto Cuncumn, Homero Caro, Raquel Pavz,
Hilda Parra (hermana de violeta) y Julin del valle como representante del sindicato de
Folkloristas (2009, p. 55).
Exista mucha preocupacin por la suerte que les tocara correr a los artistas.
Ms tarde, Hctor Pavz, cantor popular, le escribi una carta a Ren Largo
Faras, comunicador y promotor cultural, relatndole en resumen la respuesta que
haban recibido en esa mentada reunin:
Nos recibi el coronel (Pedro) Ewing con un sequito de oficialitos jvenes, algunos mayores llenos de charreteras, suboficiales
armados hasta los dientes, escribanos, grabadoras estbamos frente a frente con los asesinos, en la misma mesa () Entre los militares, dos civiles; uno era Benjamn Mackenna, de los Huasos Quincheros, cerebro
artstico de la junta. Nos dijeron la firme: que iban a ser duros, que
revisaran con lupa nuestras actitudes, nuestras canciones, que nada de
flauta, ni quena, ni charango, porque eran instrumentos relacionados con
la cancin social; que el folklore del norte no era chileno, que la Cantata
a Santa Mara era un crimen histrico de lesa patria; que si Angel (Parra) era inocente, como blanca paloma volara; que los Quilapayun eran responsables de la Juventud Chilena (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 55).
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[30]
De este modo, el charango, la quena, el folklor del norte, la Cantata santa
Mara, pasaran a ser smbolos que se identifican con el pasado reciente, y que por lo
tanto se pretenden eliminar de raz. Por otro lado, los artistas, pecando quizs de
ingenuos, tomaron esta reunin como una acusacin a la represin a la que estaban
siendo vctima. El choque con estas nuevas medidas provocara un gran terror y un
silencio en los primeros aos de dictadura.
Sobre esto, en 1979, el do Valdiviano Schwenke y Nilo, escribira al respecto:
Nos fuimos quedando en silencio
Nos fuimos perdiendo en el tumulto
Nos fuimos acostumbrando
A aceptar lo que dijieran.
(Schwenke y Nilo, Volumen 1).
Sera injusto generalizar el miedo como una condicin homognea en todos los
ciudadanos de ese entonces. Hubo pioneros en levantar banderas de lucha. Algunos
pensaron que si no se luchaba, no vala la pena vivir. Yentzen seala que en ese
contexto de pas sitiado, de tortura y detenidos desaparecidos, de amedrentamiento
generalizado, el 74 o 75 no se poda hablar con el vecino o el compaero de estudios o
de trabajo, sin temer que poda ser un sopln del rgimen algo en nosotros hizo que
nos entregramos a lo que nos pareci ineludible: no tolerar esos hechos, y no tolerar
vivir en esas condiciones (2014, p. 5). El temor no era solo a las autoridades, sino que
cualquiera poda esconder un delator o un traidor, as tambin lo manifiestan Prieto,
Masmar y Calvo: Pero ojo, tambin estaban los otros, los encargados de vigilar, de
fichar, de parar oreja y soplar a quienes andaban en actitudes sospechosas, a los
rebeldes, los que se conjuraban para sembrar el caos. (2013 p. 16). Haba que moverse
con absoluta cautela, las redes del oficialismo estaban en el lugar menos esperado, lo
que aumentaba la incertidumbre a la hora de emprender acciones contestatarias.
Sern las experiencias de intentar vencer al miedo, las que escribirn las
siguientes pginas de la historia, los que se quedaron y tomaron el desafo, los que no se
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[31]
dejaron derrotar en ningn momento. La represin cal hondo en los organizadores,
artistas y pblico, quienes aun a riesgo de perder su propia vida, lograron sacar la
cabeza para respirar en este mar de violencia (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 91).Si bien
de luto, el canto popular en Chile nunca desapareci, solo se cobij en una
clandestinidad necesaria, y de forma muy precaria se comenz a cantar a los nuevos
tiempos, marcados por una violencia inhibidora, intentando dar batalla a las
imposiciones culturales del rgimen. Estas luchas se comenzaron a librar en pequeos
espacios en un principio.
En primera instancia, los espacios de refugio fueron principalmente dos: las
parroquias de la Iglesia Catlica y los ncleos militantes de ciertos partidos polticos
(Salazar y Pinto, 2002, p. 236). Las parroquias actuaron acogiendo jvenes refugiados y
albergando actividades culturales desde 1973, se caracterizaban por ser espacios
abiertos y seguros. En cambio el espacio militante era ms selectivo, hermtico y
poltico. Ambos actuaron como cuna para los primeros pasos de un nuevo movimiento
musical que intentara hacerse cargo del canto truncado por el trauma del golpe militar, y
aunque fue una etapa muy importante, aun no podemos vislumbrar un movimiento
musical conformado como tal.
Yentzen tambin nos aporta al respecto diciendo:
En estos primeros aos tras el golpe, las misas eran el nico momento social del pueblo chileno, y ellos explica la importancia que
tuvo la iglesia como refugio para la resocializacin y resurreccin
comunitaria y para la resistencia cultural. Templos y centros parroquiales
puestos a la disposicin de la solidaridad por la iglesia catlica, algunas
osadas peas folklricas y pequeos escondrijos universitarios,
comenzaron a cobijar el nuevo arte anti dictadura. Era un club de la
semiclandestinidad, a las puertas del riesgo. Es difcil imaginar el fervor
emocional que se produca cuando el cantor entonaba: yo te nombro,
libertad9 (2014, p. 26).
Las universidades albergaran a otro sector de la sociedad, as como la iglesia
hacia soporte a los sectores ms marginales y desamparados, las universidades sern
cuna para movimientos ms intelectuales y politizados.
9 Yo te nombro Libertad, cancin de Isabel Aldunate, destacada interprete del Canto Nuevo en Chile.
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[32]
Lentamente, las universidades, lugar que haba albergado el fulgor de los aos
anteriores al golpe, tampoco estn ajenas a esta situacin, y comenzaron lentamente a
configurarse como otro espacio importante para el desarrollo de la msica popular
clandestina. As relatan lo vivido en la UTE Genaro Prieto y Jorge Calvo, integrantes
del grupo Aymara, en su libro Todava Cantamos:
Nadie se atreva a reunirse, nadie osaba siquiera hablar Antes la radio de la escuela al medioda pona msica de los Iracundos, de Piero Lo cambiaron por los Huasos Quincheros y por los parlantes sala: Si vas
para Chile te ruego viajero le digas a ella que de amor me muero Y hasta eso lo encontraban subversivo. A alguien se le ocurri que esa
cancin aluda a los que partan al exilio. De modo que la mayora de las
veces lo nico que haba era silencio. Un silencio absoluto y opresivo que
ocupo completamente todo el ao 74 (2013 p. 15).
Fueron tiempos de resilencia, de aprender a caminar de nuevo y de la paulatina
gestacin de una masa crtica que ms tarde se comenzara a levantar como oposicin a
la dictadura. Como seala Yentzen1974 y 1975 son aos de incubacin de la
resistencia. Algunos creadores se expresan pero en espacios casi privados o con una
msica casi neutra (2014, p. 25). La clandestinidad haca necesario que cada paso
haba que darlo con seguridad, y a la vez mucha cautela, no estaba el horno para
bollos como dice el viejo adagio, haba que actuar como sea y en esos momentos solo
quedaba el espacio privado para desarrollar la expresin y la reflexin.
De forma atomizada y resguardada por una red de contactos construida de voz
en voz fueron naciendo en 1975 las primeras peas en dictadura. La pea haba sido
en Chile un lugar emblemtico que cobijo a la Nueva Cancin Chilena en la dcada
anterior y durante el gobierno popular y ahora comenzaba a resurgir con la fuerza
necesaria para volver a permitir la incubacin de un nuevo movimiento de msica
popular, marcado esencialmente por la clandestinidad, dada su oposicin al rgimen. Si
bien las peas folklricas son recintos que operaban en un local fijo y cuyo
componente invariable era la presentacin en vivo de un artista o conjunto en una tarima
o escenario. Esta definicin, segn Bravo y Gonzlez se iba a quedar estrecha ya que
la pea comenzar a quedar incorporada al imaginario colectivo como un concepto, ms
que un lugar establecido, ser una reunin, con msica folklrica, vino caliente y
empanadas (2009, p. 17).
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[33]
La pea ocupara un lugar importante en la recomposicin del sistema
democrtico, ms que un negocio de entretencin, ser un centro neurlgico para la
transmisin de vivencias e ideologas, ser el lugar donde la gente descubrir que se
estaba exterminando compatriotas, que la televisin estaba mintiendo y ocultando
informacin, etc.
En definitiva, estos espacios son los que ayudaran a comprender la urgencia de
organizarse, para levantar un bando de oposicin a Pinochet lo ms informado y
consciente posible, haciendo prevalecer la cultura nacional, devolviendo la esperanza a
los derrotados y dndole sentido a la vida de los marginados ya que como dice Prieto
Masmar y Calvo la cancin comenz a cumplir una funcin aglutinadora y de
reencuentro entre la gente golpeada por los acontecimientos diarios del pas,
necesitando un momento de desahogo y tambin de identificacin en un ambiente de
intereses comunes (2013, p. 40) .
Este ambiente de las peas, sin embargo, no estuvo ajeno a la represin y la
censura, ya que como sealan los mismos autores, tambin comienzan a producirse
distintas formas de amedrentamiento como el apedreo de los ventanales de la pea
Doa Javiera; la irrupcin con lanzamiento de elementos qumicos en la Pea El Cantor
y una bomba instalada y explosionada en las puertas de la Casona de San Isidro en su
segundo domicilio de Avenida Espaa-. Lo mismo sucedera con la pea Kamarundi
poco despus (2013, p. 42). Estos sucesos, a pesar que provocaban temor en los
asistentes y cantores de las peas, eran parte del signo de los tiempos y se asuma como
el precio que se deba pagar, valenta para muchos y consecuencia para otros.
As comenzaban a aflorar conceptos en las temticas de muchas canciones, las
cuales se fueron haciendo parte de un paisaje descrito mediante las letras. El miedo,
temor o terror, la injusticia, la valenta que les indicaba que iban por el camino
correcto, marcado por el Manifiesto de Victor Jara, fueron parte de una poesa que
exaltada por metforas que codificaban las verdades y autocensuras provocadas por el
resguardo a las represiones, irn tallando lentamente un nuevo movimiento en la msica
popular en Chile.
Por otro lado, las universidades no quedaron ajenas a este formato de resistencia
y reorganizacin, en la UTE, como relata Prieto, Masmar y Calvo, a mediados del 76
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[34]
cuando los muchachos que les gustaba cantar y guitarrear, con Genaro Prieto10
a la
cabeza, se les ocurri hacer una Pea en el comedor de la escuela (2013, p. 15). No
fueron los ncleos polticos, no fueron los dirigentes estudiantiles, sino que fueron
aquellos que queran expresarse mediante la msica o la poesa los que comenzaron a
organizarse de forma muy precaria pero con una frrea conviccin en la urgencia que
los convocaba.
Esta pea organizada a duras penas en el ao 1976 por los estudiantes de la UTE
agrupados en CACTUS, tambin ser uno de los primeros estertores del nuevo
movimiento que estaba por nacer, un movimiento que comenzar a dar sus primeros
pasos en absoluta clandestinidad, resguardndose de las censuras y de las nuevas
polticas culturales y de exterminio de la dictadura. Esta clandestinidad tambin ser
amparada desde este momento, y de forma progresiva por universidades como la
mencionada UTE, la Universidad de Chile con la ACU, la UEJ entre los escritores
jvenes, adems de muchsimas peas que brotaron en Santiago (Prieto, Masmar y
Calvo, 2013, p. 18).
A esta altura estarn funcionando varias peas con la funcin de ser fuente
laboral de varios artistas, as como tambin entregando un aporte de rescate de la cultura
popular. La pea Javiera (que fue una de las primeras fundadas en dictadura), la pea
Canto Nuevo, La Fragua, El Hoyo de Arriba, El Yugo de Chile, La Yunta, la pea La
Parra, La Chingana del 900, La Casona de San Isidro, La casa del Cantor, la Casa
Kamarundi. Esto es solo por nombrar algunas. Nuestro foco, no es el nombrar a todos
los exponentes de la cancin social en dictadura, como tampoco ser nombrar una
cronologa de aparicin y extincin de las peas. Lo que nos convoca en esta
investigacin es comprender la funcin que tuvo todo este entramado dentro de un
proceso histrico que ha sido invisibilizado por razones que profundizaremos en el
captulo III y IVde este texto.
La labor que se comienza a desarrollar en estos espacios, generara una extensin
a otros lugares en donde ser requerida, ya que como relata Yentzen: Los artistas de las
Peas, aparte de cantar en ellas, participaban permanentemente en poblaciones y
10
Fundador y primera voz del conjunto Aymara a comienzo de los aos 70. (Prieto, Masmar y Calvo,
2013, p. 53).
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[35]
sindicatos (2014, p. 31). Esto ser fundamental para que el medio comience a exigir un
desarrollo en la difusin de los exponentes ms destacados de este quehacer cultural
desarrollado en las peas, como en los centros parroquiales y en ncleos polticos
marginales de las poblaciones.
Los nuevos escenarios para los cantantautores eran precarios, dispersos y
discontinuos, lo que les impeda vivir de la actividad, por lo que la profesionalizacin
de estos, se ira haciendo una cuestin necesaria para su desarrollo en particular, como
tambin para el del movimiento en general. As podran asegurar la llegada de sus
creaciones a un pblico ms masivo. Debemos acotar que a la llegada de la dictadura
se prohbe la difusin de los artistas de la Nueva Cancin, clausura el sello DICAP11
y
los sellos multinacionales acatan las prohibiciones establecidas y orientan sus
operaciones de acuerdo a lo exigido por los intereses de las compaas internacionales
(Prieto, Masmar y Calvo, 2013, p. 48).
Se haca Necesario un soporte discogrfico que albergara a los grandes
exponentes de este movimiento, acogido en su gnesis por los espacios ya sealados
como peas, parroquias, ncleos polticos poblacionales y universidades, en un
desarrollo paralelo, a veces con tangenciales aproximaciones, pero en general articulado
con temticas comunes.
Esta coyuntura ser fundamental para que de los centenares de exponentes que
se haban desarrollado en estos focos, comenzaran a emerger los favoritos de la gente, y
as comenzar con una carrera que al producir su propia discografa comenzar a
profesionalizarse y difundirse.
2.3.- El Sello Alerce
Ricardo Garca en 1975, bajo la idea expresa de mantener vivo el legado de la
Nueva Cancin Chilena y dar cabida a los nuevos valores, crea junto a Carlos Necochea
el Sello Alerce (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 180). Este sello tendr como nombre y
eslogan simbologas que no sern casualidades, el Alerce es una especie arbrea tpica
11
La Discoteca del Cantar Popular, fue un sello discogrfico chileno surgido entre 1967 y 1973,
perteneciente a las Juventudes Comunistas de Chile para publicar a los artistas que no tenan espacio en
los sellos multinacionales por sus temticas contestatarias y anticapitalistas, convirtindose en el soporte
discogrfico de la Nueva Cancin Chilena. (www.musicapopular.cl)
-
[36]
de Chilo, resistente, generosa, firme, tal como deba ser el canto ante la arremetida
dictatorial. El eslogan era an ms delator: la otra msica. O lo que era lo mismo, la
msica que no estaba sonando en las radios ni en los canales de televisin; en realidad,
la msica que estaba sonando solo en las peas (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 180). Toda
seal, simbologa servir para reencontrarse con una identidad cultural truncada.
Ricardo Garca, en su labor de locutor en radio Minera.
Fuente: fotolog.com/alercediscos/33252324/
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[37]
Logo del Sello Alerce, Revista la Bicicleta, Mayo de 1983.
Tampoco ser casualidad que en el logo del sello exista un alerce talado, como
smbolo de la discontinuidad traumtica provocada por la dictadura, un rbol de alece
crecido y firme, junto a otro rbol que yace a su lado en el suelo, haca referencia
justamente a esta situacin de continuidad y ruptura en la cual se situara este tipo de
creacin musical, por medio de un dilogo entre la tradicin y el presente (Osorio, s.a.,
p 258).
Si bien estas interpretaciones han sido resueltas despus de treinta aos o ms,
cuesta imaginarse que estos diseos hayan respondido a alguna otra interpretacin. Esto
demuestra que las metforas no solo fueron un recurso del modo literario utilizado por
los cantores en sus letras, sino que tal vez fue un recurso de toda una sociedad, ya sea
en mayor o menor medida, como una forma de autoproteccin a cualquier reaccin
violenta proveniente por parte de la autoridad. Haba que resguardar los intereses de una
construccin que conoca bien los marcos legales impuestos mediante polticas
culturales autoritarias.
La censura, igual que a los cantores de peas afecto tambin lo que ser la
misin del Sello Alerce, haciendo que las condiciones para ellos tambin fueran
-
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desfavorables. Ricardo Garca adems era sumamente reconocido por su aportacin con
el nombre de Nueva Cancin Chilena al movimiento surgido en los 60, as como
tambin por su simpata a las ideas de izquierda (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 179).
Javier Osorio nos da cuenta de la importancia que tuvo Garca para el desarrollo
del canto de autor dentro de lo que sera la resistencia cultural a la dictadura:
Desde que Ricardo Garca y Carlos Necochea se propusieran la creacin del sello discogrfico Alerce para dar a co