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Las preconcepciones de los economistas clsicos La historia recoge instancias ms frecuentes y ms espectaculares del triunfo de las instituciones imbciles sobre la vida y la cultura que de las de los pueblos que, por fuerza del instinto, se han salvado a s mismos de una situacin
desesperada frente a instituciones precarias, tales como, por ejemplo, las que enfrentan ahora los pueblos de la Cristiandad.
La inclinacin animista de Adam Smith se afirma de forma ms clara y
efectiva en la tendencia general y en el objetivo de su discusin que en los detalles de la teora. La obra La Riqueza de las Naciones de Adam Smith
es, de hecho, en la medida en que tiene una nica finalidad, una
reivindicacin de la ley inconsciente presente en las distintas acciones de los
hombres cuando estas acciones estn dirigidas por un motivo personal, fuerte
y concreto.1 Tanto en La Teoria de los Sentimientos Morales como en La
Riqueza de las Naciones hay muchos pasajes que demuestran su inalterable conviccin de que existe una tendencia saludable en el curso natural de las
cosas, y el caracterstico tono optimista que le caracteriza cuando habla en
favor de la libertad natural no es sino una expresin de esta conviccin. Un
recurso extremo a esta base animista se halla en su alegato en favor de la
libertad de inversin2.
1 Bonar, Philosohy and Political Economy, pp. 177, 178.
2 Todo individuo se esfuerza continuamente por encontrar la utilizacin ms ventajosa de todo capital del que pueda disponer. Es su propio beneficio y no el de la sociedad el que tiene presente. Pero el estudio de su beneficio le lleva, naturalmente, o ms bien necesariamente, a preferir aquel uso que resulte ms beneficioso para la sociedad... Al dirigir este esfuerzo de tal manera que su producto tenga un valor mximo, intenta nicamente su propia ganancia. Y en esto est dirigido, como en muchos otros casos, por una mano invisible para favorecer un fin que no formaba parte de su intencin. Ni tampoco resulta ser siempre lo peor para la sociedad que no sea parte de ello. Al perseguir su propio inters, frecuentemente favorece el de la
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En la proposicin que afirma que los hombres estn guiados por una mano
invisible, Smith no recurre a una Providencia entrometida que existe para
corregir los asuntos humanos cuando stos se hallan en peligro de torcerse.
Concibe el Creador como siendo muy comedido en materia de interferencia
en el curso natural de las cosas. El Creador ha establecido el orden natural
para servir los fines del bienestar humano; y ha adaptado muy bien las causas
eficientes comprendidas en el orden natural, incluyendo los objetivos y los motivos humanos, a este trabajo que tienen a efectuar. La gua de la mano invisible tiene lugar, no por va de interposicin, sino a travs de un amplio plan de elementos diseados para ello desde su origen. A efectos de la teora
econmica, se concibe que el hombre es consistentemente egosta; pero este
hombre econmico es parte del mecanismo de la naturaleza y su comercio
egosta no es sino una manera a travs de la cual, en el curso natural de las
cosas, se logra el bienestar general. El plan en su conjunto est guiado por la finalidad a alcanzar, pero la secuencia de acontecimientos a travs de las
cuales se alcanza el objetivo es una secuencia causal que no se ve interrumpida de forma episdica. El trabajo benvolo de gua se efectu creando primero un ingenioso mecanismo de fuerzas y motivos capaz de
conseguir un resultado programado, y no queda nada ms all de la fuerza
permanente de una tendencia establecida para forzar el propsito divino
mediante el curso natural de las cosas resultante.
sociedad de modo ms efectivo que cuando realmente se propone hacerlo. Wealth of Nations, Libro IV, cap. 2.
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La secuencia de acontecimientos, incluyendo los motivos humanos y la
conducta humana, es una secuencia causal; pero es tambin algo ms o, ms
bien, existe tambin otro factor de continuidad adems del de la pura causa y
efecto, presentes incluso en el proceso gradual por el cual el curso natural de
las cosas alcanza su fin ltimo. La presencia de este elemento, casi espiritual
o no causal, resulta evidente a partir de dos (presuntos) hechos. (1) El curso de las cosas puede verse desviado de la lnea directa de aproximacin al
bienestar humano completo que constituye su fin legtimo. La tendencia
natural de las cosas puede ser dominada por una coyuntura adversa de
causas. Existe una distincin, a menudo penosamente real y continua, entre el curso legtimo de las cosas y el observado. Si por natural, segn la
utilizacin del trmino por Adam Smith, se entendiese necesario en el
sentido de casualmente determinado, entonces no sera posible ninguna
divergencia de los acontecimientos del curso natural o legtimo de la cosas.
Si el mecanismo de la naturaleza, incluyendo al ser humano, fuese un
dispositivo mecnicamente diseado para alcanzar el propsito del gran
artfice, entonces no podran existir estos episodios de alejamiento torpe y contumaz del camino directo que Adam Smith halla en casi todos los
rdenes existentes. Los hechos institucionales seran pues naturales3. (2) Si las cosas resultan mal, se corregirn por s mismas si cesa la interferencia
con el curso natural; en cambio, en el caso de que se trate simplemente de
una secuencia causal, la mera suspensin de la interferencia no dejar el resultado igual que si no hubiese tenido lugar interferencia alguna. Este
3 La discrepancia entre la situacin real, causalmente determinada, y el consumo deseado por la divinidad constituye la base metafsica de toda aquella inculcacin de moralidad y poltica ilustrada que constituye una parte tan importante del trabajo de Adam Smith. Evidentemente,
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poder recuperativo de la naturaleza tiene un carcter extramecnico. La
continuidad de la secuencia por cuya fuerza el curso natural de las cosas
prevalece no es, por lo tanto, de carcter de causa y efecto puesto que salva
los intervalos y las interrupciones de la secuencia causal4. La utilizacin de
Adam Smith del trmino real en afirmaciones tericas -como, por ejemplo, valor real, precio real5- es una evidencia en este sentido. Normalmente,
natural tiene el mismo significado que real a este respecto6. Tanto
natural como real se sitan por contraste con presente; y, en la
interpretacin de Adam Smith, los dos tienen una substancialidad distinta de,
y superior a, los hechos. Esta visin implica una distincin entre realidad y hecho, que sobrevive bajo una forma debilitada en las teoras de precios, salarios, ganancias y costes normales de los sucesores de Adam Smith.
Esta inclinacin animista parece impregnar la primera de sus dos obras
monumentales en un grado mayor que la posterior. En Sentimientos Morales
se recurre al fundamento teleolgico del orden natural ms libremente y, de
forma perceptible, con mayor insistencia. Parece haber motivo para sostener
lo mismo es cierto en lo que se refiere a los moralistas y reformadores que parten de la presuncin de un orden providencial. 4 Sin embargo, en el organismo poltico, la sabidura de la naturaleza ha hecho afortunadamente una amplia provisin para remediar muchos de los efectos negativos de la locura y la injusticia del hombre; de la misma manera en que lo ha hecho en el organismo natural para curar a aquellos de su pereza e inmoderacin. Wealth of Nations, Libro IV, cap. 9. 5 Por ejemplo, la medida real del valor intercambiable de todos los productos. Wealth of Nations, Libro I, cap. 5, y de forma repetida a este propsito. 6 Por ejemplo, Libro 1, cap. 7: Cuando el precio de cualquier mercanca no es ni ms ni menos que lo necesario para pagar el alquiler de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital empleado en producir, preparar y poner en el mercado, de acuerdo con sus tasas naturales, la mercanca se vende al precio que se podra llamar precio natural. El precio real al cual todo producto se vende normalmente se llama precio de mercado. Puede estar por encima o por debajo o puede ser exactamente el mismo que su precio natural.
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que la preconcepcin animista se debilit o por lo menos que pas ms bien
a un segundo plano a medida que avanzaba su posterior trabajo de reflexion e investigacin. El cambio se manifiesta tambin en algunos detalles de su
teora econmica, tal como la expuso por primera vez en Lecturas y
desarroll ms tarde de forma ms completa en La Riqueza de las Naciones.
As, por ejemplo, en la primera presentacin del tema, la divisin del trabajo es la causa inmediata de la opulencia; y esta divisin del trabajo, que es la condicin principal del bienestar econmico, surge de una inclinacin
directa de la naturaleza humana hacia el trueque entre unos y otros7. Aqu se
recurre a la propensin en cuestin como a un don natural otorgado de forma inmediata al hombre con miras al bienestar de la sociedad humana y
no se intenta ofrecer ninguna otra explicacin sobre cmo el hombre la
posee. No se ofrece ninguna explicacin causal de su presencia o naturaleza.
Pero la seccin correspondiente en La Riqueza de las Naciones trata la
cuestin de forma ms prudente8. Se podran comparar otros pasajes paralelos con los mismos resultados. La mano invisible se ha alejado del alcance de la visin humana.
Sin embargo, estas y otras expresiones derivadas de un sincero optimismo no
debieran ser consideradas quizs como caractersticas integrales de la teora
7 Lectures, de Adam Smith (Ed. Cannan, 1896), pg. 169.
8 Esta divisin del trabajo, de la cual se derivan tantos beneficios, originariamente no es el efecto de la sabidura humana que prev y se propone aquella opulencia general a la cual da pie. Es la consecuencia necesaria, aunque muy lenta y gradual, de una cierta propensin de la naturaleza humana que no tiene en consideracin ninguna utilidad tan amplia como sta -la propensin a cambiar, trocar e intercambiar una cosa por otra-. Si tal propensin es uno de aquellos principios originarios de la naturaleza humana de los cuales no se puede proporcionar ninguna explicacin, o si, como parece ms probable, es la consecuencia
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econmica de Adam Smith, o que hayan afectado seriamente la naturaleza de
su trabajo como economista. Son expresiones de sus opiniones filosficas y teolgicas generales y resultan significativas para nuestros propsitos, sobre
todo en tanto que evidencias de una inclinacin animista y optimista.
Contribuyen a mostrar cul es la base del concepto de finalidad de Adam
Smith -la base en la que convergen todas sus reflexiones sobre los asuntos
humanos-; pero no muestran en grado significativo alguno la predisposicin
teleolgica que gua la formulacin en detalle de su teora econmica.
El impacto de la predisposicin teleolgica se puede observar mejor en el trato ms detallado que Smith da a los fenmenos econmicos -en su
discusin de lo que se podra llamar de forma imprecisa las instituciones
econmicas- y en los criterios y principios de procedimiento mediante los
cuales se gua para incorporar estas caractersticas de la vida econmica a la
estructura general de su teora. Un ejemplo acertado, aunque quizs no el ms evidente, lo proporciona la discusin sobre el precio real y nominal y
sobre el precio natural y el de mercado de los productos, a los cuales nos
referamos antes9. El precio real de los productos es su valor en trminos de
vida humana. En este punto Smith difiere de los fisicratas, para los cuales
las condiciones ltimas de valor se desprenden del sustento humano,
considerado como un producto del funcionamiento bruto de la naturaleza;
hallndose la causa de la diferencia en el hecho de que los fisicratas
conceban que el orden natural que conduce al bienestar material del ser
humano abarca slo el entorno no humano, mientras que Adam Smith
necesaria de las facultades de la razn y el habla, no corresponde a nuestro tema actual investigarlo. Wealth of Nations, Libro I, cap. 2. 9 Wealth of Nations, Libro I, captulos 5-7.
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incluye al hombre dentro de este concepto del orden natural y,
verdaderamente, lo convierte en la figura central del proceso de produccin.
Segn los fisicratas, la produccin es obra de la naturaleza: segn Adam
Smith, se trata de la obra del hombre y la naturaleza, con el hombre en el
primer plano. Por lo tanto, para Adam Smith el trabajo es la condicin ltima de valorizacion. Este valor real de los productos es el valor
imputado a stos por el economista bajo la presin de su preconcepcin teleolgica. Esta preconcepcin teleolgica ocupa poco, si algn lugar en los
acontecimientos econmicos y no influye en los asuntos humanos, aparte de
la influencia sentimental que tal preconcepcin a favor de un valor real de las cosas pueda ejercer sobre las nociones de los seres humanos sobre cul es la direccin buena y equitativa que deben seguir en sus transacciones.
Resulta imposible medir este valor real de las mercancas; no se puede medir
o expresar en trminos concretos. Y sin embargo, si el trabajo se intercambia por una cantidad diversa de bienes, es el valor de stos el que vara, no el
del trabajo que los adquiere10. Los valores que en la prctica asignan los hombres a las mercancias se conciben como siendo determinados sin
considerar el valor real que Adam Smith imputa a los bienes; pero en todo
esto, el hecho substancial respecto a estos valores de mercado es su presunta
aproximacin a los valores reales teleolgicamente imputados a los bienes
guiados por leyes naturales inviolables. El valor real, o natural, de los
artculos no guarda una relacin causal con el valor por el cual se
intercambian. La discusin sobre de qu manera se determinan los valores en
la prctica versa sobre los motivos de los compradores y vendedores, y la
10 Wealth of Nations, Libro I, cap. 5.
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ventaja relativa de la que disfrutan las partes en la transaccin11. Se trata de una discusin sobre un proceso de valoracin que guarda bastante poca
relacin con el precio real, o natural, de las cosas, y que tambin guarda
poca relacin con los fundamentos a partir de los cuales se supone que las
cosas se expresan por su precio real o natural; y, sin embargo, cuando el
complejo proceso de valoracion se ha completado en trminos de motivos humanos y exigencias del mercado, Adam Smith siente que solamente ha
despejado el terreno. Se centra entonces en el importante tema de justificar tericamente el valor y el precio, y en hacer que los hechos observados se
articulen con su teora teleolgica de la vida econmica12.
La utilizacion de las palabras ordinario y medio a este respecto no debe
tomarse demasiado en serio. El contexto deja claro que la igualdad que frecuentemente subsiste entre las tarifas ordinarias o medias y las tarifas
naturales es una cuestin de coincidencia, no de identidad. No slo hay
desviaciones temporales, sino que puede existir una divergencia permanente
entre el precio corriente y el precio natural de un producto; tal como sucede
11 Como, por ejemplo, la discusin completa sobre la determinacin de Salarios, Beneficios y
Rentas en el Libro I, captulos 8-11. 12
Existe en toda sociedad o barrio una tasa normal o media tanto en los salarios como en el beneficios en cada uso distinto del trabajo y del capital. Esta tasa se regula de forma natural,... en parte por las circunstancias generales de la sociedad... Del mismo modo existe en toda sociedad o barrio una tasa de renta normal o media, que tambin est regulada... Estas tasas comunes o medias pueden llamarse las tasas naturales de los salarios, el beneficio y las rentas, en el tiempo y lugar en que comnmente imperan. Cuando el precio de una mercanca cualquiera no es ni ms ni menos que lo suficiente para pagar la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital empleado en producir, preparar y traerlo al mercado, conforme a sus tarifas naturales, el producto se vende despus por lo que se puede llamar su precio natural. Wealth of Nations, Libro I, cap. 7.
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en el caso de un monopolio o de un producto agrcola cultivado en
circunstancias peculiares de suelo o de clima13.
El precio natural coincide con el precio que la competencia establece, ya que
la competencia significa el juego libre de obstculos y trabas de aquellas fuerzas eficientes a travs de las cuales el mecanismo finamente ajustado de la naturaleza completa el diseo para el que se ide. El precio natural se
alcanza a travs de la libre interaccin de los factores de produccin y es en s
mismo un resultado de la produccin. La naturaleza, incluyendo el factor
humano, acta para fabricar los bienes; y el valor natural de los bienes es su valoracin desde el punto de vista de este proceso productivo de la
naturaleza. El valor natural es una categora de produccin; mientras que, de
forma notoria, el valor de cambio o el precio del mercado es una categora de
distribucin. Y el trato terico que Adam Smith da al precio del mercado
tiene como objetivo mostrar de qu manera los deseos y las necesidades humanas que operan en el regateo del mercado producen un resultado en
consonancia admisible con las leyes naturales que se concibe que rigen la
produccin.
El precio natural es un resultado compuesto por la mezcla de las tres partes
que componen el precio de los productos -los salarios naturales del
trabajador, los beneficios naturales de los activos y la renta de la tierra-; y cada uno de estos tres componentes es a su vez la medida del efecto
productivo del factor al cual pertenece. La discusin complementaria sobre la
13 Tales mercancas pueden seguir vendindose durante siglos enteros a este alto precio; y
aquella parte de ste que se convierte en la renta de la tierra es, en este caso, la parte que se paga generalmente por encima de su tasa natural. Libro I, cap. 7.
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participacion en la distribucin intenta explicar los hechos de la distribucin
sobre la base de la productividad de los factores que se considera comparten
el producto entre ellos. Es decir, la preconcepcin de Adam Smith de un
proceso productivo natural como la base de su teora econmica domina sus
objetivos y su procedimiento cuando trata los fenmenos que no se pueden explicar en trminos de produccin. La secuencia causal del proceso de
distribucin, segn el propio Adam Smith confiesa, no guarda relacin con
la secuencia causal del proceso de produccin; pero, puesto que este ltimo
es el hecho substancial, tal como se considera desde el punto de vista del
orden natural teleolgico, se debe explicar el primero en trminos del ltimo, antes de que el sentido de la substancialidad, o realidad en Adam Smith, se
haya satisfecho. Algo similar se puede observar, evidentemente, en los
fisicratas y en Cantillon. Equivale a una ampliacin de la preconcepcin de
los derechos naturales a la teora econmica. La discusin de Adam Smith
sobre la distribucin como una funcin de la productividad puede seguirse
en detalle a travs de su tratamiento de los Salarios, Beneficios y Rentas; pero
puesto que el objetivo aqu es slo llevar a cabo una breve caracterizacin, y no una exposicin, no continuaremos en este punto.
Sin embargo, valdra la pena apuntar otra lnea de influencia segn la cual la
predominancia de la preconcepcin teleolgica aparece en Adam Smith. Se
trata de la normalizacin de datos, con objeto de ponerlos en consonancia con un curso ordenado de aproximacin al supuesto fin natural de la vida y
el desarrollo econmicos. El resultado de esta normalizacin de los datos es,
por un lado, la utilizacin de lo que James Steuart llama historia
conjuntural al tratar de las etapas anteriores de la vida econmica, y, por el
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otro, una exposicin de fenmenos actuales, ms en trminos de lo que
legtimamente debera suceder segn los objetivos de la vida dados por Dios, que en trminos de observacin no elaborada. Se tienen en cuenta los hechos
(supuestos u observados) ostensiblemente en trminos de secuencia causal, pero la secuencia causal imputada se construye para seguir la lnea de la
legitimidad teleolgica.
Un ejemplo conocido de esta historia conjuntural, en forma alta y eficazmente normalizada, es la explicacin de aquel estado de la sociedad
temprano y rudo que precedi tanto a la acumulacin de activos como a la apropiacin de la tierra14. Resulta innecesario observar hoy que este estado
temprano y rudo en el cual el producto agrcola total del trabajo pertenece al trabajador es en conjunto un producto de la imaginacin. Toda la narracin, desde el supuesto origen hacia adelante, no es slo hipottica sino
que es una mera presentacin esquemtica de lo que hubiera debido ser el
desarrollo en el pasado para llegar a la situacin econmica ideal que
respondera perfectamente a la preconcepcin de Adam Smith15. Cuando la
narrativa se acerca a los hechos recientes conocidos, la normalizacin de los
datos se vuelve ms difcil y recibe una atencin ms detallada; pero el
cambio en el mtodo es ms un cambio de grado que un cambio de
naturaleza. En el estado temprano y rudo, la coincidencia del curso
natural y real de los acontecimientos es inmediata y directa, ya que no
existen datos contrarios disponibles; pero en las etapas posteriores y en la
14 Wealth of Nations, Libro I, cap. 6; tambin cap. 8.
15 Para un ejemplo de cmo aparecen estas fases tempranas del desarrollo industrial cuando
no son percibidas a la luz de la preconcepcin de Adam Smith, ver, entre otros, Bcher, Entstehung der Volkwirtschaft.
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situacin presente, que abunda en hechos contrarios, la coordinacin resulta
difcil y la coincidencia slo puede mostrarse mediante una abstraccin libre
a partir de fenmenos que son irrelevantes para la tendencia teleolgica y
mediante una laboriosa interpretacin del resto. Los hechos de la vida
moderna son intrincados y se prestan a su expresin en los trminos de la
teora slo despus de haber sido sometidos a una crtica ms severa.
El captulo Del origen y uso del dinero 16 es una explicacin elegantemente
normalizada del origen y la naturaleza de una institucin econmica, y la
discusin de Adam Smith sobre el dinero se desarrolla en las mismas lneas. El origen del dinero se formula en trminos del objetivo para el cual el dinero podra servir legtimamente en una comunidad que Adam Smith
consideraba justa y buena, y no en trminos de motivos y exigencias que han resultado en la utilizacin del dinero y en la gradual aparicin del
mtodo existente de pagos y cuentas. El dinero es la gran rueda de la
circulacin que efecta la transferencia de bienes en los procesos de
produccin y en la distribucin de los bienes acabados a los consumidores.
Se trata ms de un rgano del bienestar comn que de un recurso de
contabilidad y un depsito convencional de riqueza.
Quizs resulte superfluo observar que para el hombre sencillo que no se preocupa por el curso natural de las cosas en una Geldwirtschaft consumada, el dinero que pasa por sus manos no es una gran rueda de la
circulacin. Para el samoyedo, por ejemplo, el reno que le sirve como unidad de valor es riqueza en la forma ms concreta y tangible posible. Lo
16 Libro I, cap. IV.
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mismo ocurre en gran parte con la moneda o incluso con los billetes de
banco de acuerdo con la percepcin actual de la gente sencilla entre nosotros.
Y, sin embargo, ser en trminos de los hbitos y las condiciones de vida de
estas personas sencillas que se deber explicar el desarrollo del dinero si se
va a presentar en trminos de causa y efecto.
Los pocos y dispersos pasajes ya citados pueden servir para ilustrar de qu forma la inclinacin animista o teleolgica de Adam Smith configura la
estructura general de su teora y le da su consistencia. El principio de la
formulacin definitiva del conocimiento econmico de Adam Smith lo proporciona un supuesto objetivo que no entra en absoluto de forma causal en el proceso de la vida econmica que l intenta conocer. Este objetivo o finalidad formativa o normativa no se concibe libremente como tomando
parte en calidad de agente eficiente en los acontecimientos discutidos o que
est de alguna manera presente de forma consciente en el proceso. Apenas se
le puede considerar como un agente animista que toma parte en el proceso.
Aprueba el curso de las cosas y da legitimidad y substancia a la secuencia de
acontecimientos en la medida en que esta secuencia se pueda ajustar a los requisitos del fin atribuido. Por lo tanto, slo tiene una fuerza ceremonial o
simblica y confiere a la discusin una capacidad ceremonial; incluso los
economistas que han estado bastante de acuerdo con Adam Smith en lo que
respecta al fin legtimo de la vida econmica han aceptado esta consistencia
ceremonial, o consistencia de jure, a muchos efectos como la formulacin de una continuidad causal en los fenmenos que se han interpretado en sus
trminos. Las elucubraciones respecto a lo que debera ocurrir normalmente,
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como un tema de necesidad ceremonial, han llegado a ser consideradas como
una explicacin de cuestiones de hecho.
Pero tal como ya se ha destacado, en la exposicin de la teora de Adam
Smith hay mucho ms que una formulacin de lo que debera ser. Una gran
parte del progreso que ste consigui en comparacin con sus predecesores
consiste en un examen ms amplio y concienzudo de los hechos y en una
bsqueda ms consistente de la continuidad causal de los hechos tratados.
Sin duda alguna, su superioridad respecto a los fisicratas, aquella
caracterstica de su trabajo en virtud de la cual substituy el de aquellos en el desarrollo de la ciencia econmica, se halla en cierta medida en su recurso a
una base de normalidad diferente, ms moderna -una base ms en
consonancia con el conjunto de preconcepciones que han estado ms de moda en las generaciones posteriores-. Es un cambio del punto de vista a
partir del cual se tratan los hechos; pero en gran medida consiste en una
substitucin del viejo sistema de preconcepciones por uno nuevo, o en una nueva adaptacin de la antigua base de finalidad, ms que en una
eliminacin de toda norma de valuacin metafsica o animista. En Adam
Smith, como sucede en los fisicratas, la cuestin fundamental, la respuesta a
lo que proporciona el punto de partida y la norma de procedimiento, es una
cuestin de substancialidad o de realidad econmica. En las dos, la
respuesta a esta pregunta se da de forma ingenua, como un resultado de
sentido comn. Ninguna de las dos se ve dificultada por dudas respecto a
este resultado del sentido comn o por necesidad alguna de examinarlo.
Para los fisicratas, esta base substancial de la realidad econmica es el
proceso nutritivo de la Naturaleza. Para Adam Smith lo es el Trabajo. Su
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realidad presenta la ventaja de ser el resultado del sentido comn de una comunidad ms moderna, de una que se ha mantenido en vigor ms
generalmente y en mayor consonancia con los hechos de la industria
moderna. Los fisicratas deben su preconcepcin de la productividad de la
naturaleza a los hbitos de pensamiento de una comunidad en cuya vida
econmica el fenmeno predominante era el propietario de la tierra agrcola.
Adam Smith debe su preconcepcin a favor del trabajo a una comunidad en la cual la caracterstica econmica prominente del pasado inmediato era la
artesana y la agricultura, siendo el comercio un fenmeno apenas
secundario.
En la medida en que las teoras econmicas de Adam Smith son una
bsqueda de la secuencia causal de los fenmenos econmicos, se elaboran
en los trminos proporcionados por estas dos direcciones principales de la
actividad humana - el esfuerzo humano dirigido a la configuracin de los
medios de vida materiales, y el esfuerzo y los deseos humanos dirigidos a
una ganancia pecuniaria-. La primera constituye la gran fuerza productiva
substancial; la ltima no es inmediatamente productiva o aproximadamente
productiva17. Adam Smith todava tiene un sentido demasiado vivo del
objetivo nutritivo del orden de la naturaleza para poder ampliar libremente el concepto de la productividad a toda actividad que no produzca un aumento
importante de las comodidades materiales. Su apreciacin instintiva de la
virtud substancial de cualquier cosa que favorezca la nutricin de forma
eficaz le lleva incluso a la concesin que en la agricultura, la naturaleza
trabaja junto con el hombre, a pesar de que la tendencia general de su
17 Ver Wealth of Nations, Libro II, cap. 5, Of the Different Employment of Capitals.
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argumento es que la fuerza productiva con la cual el economista siempre
debe contar es el trabajo humano. Esta substancialidad reconocida del trabajo como productivo explica, como ya se ha observado, su esfuerzo por reducir
a trminos de trabajo productivo una categora de distribucin como el valor de cambio.
Slo con un leve matiz se sostiene que, en la secuencia causal que Adam
Smith persigue en sus teoras econmicas propiamente dichas (contenidas en los tres primeros libros de La Riqueza de las naciones, el factor causalmente
eficiente es la naturaleza humana en estas dos relaciones -la de la eficiencia productiva y la de la ganancia pecuniaria a travs del intercambio-. La
ganancia pecuniaria -ganancia en los medios materiales de vida a travs del
trueque- proporciona la motivacin a la actividad econmica del individuo,
aunque la eficiencia productiva es el fin legtimo y normal de la vida
econmica de la comunidad. Este concepto del hombre que busca sus fines a
travs del trueque, cambio e intercambio impregna hasta tal punto el
tratamiento de Adam Smith respecto a los procesos econmicos que
incluso explica la produccin en dichos trminos y dice que el trabajo fue el primer precio, el precio de compra primitivo que se pagaba por todas las
cosas18. La naturaleza humana dedicada a este trfico pecuniario es
considerada en trminos en cierto modo hedonistas, y los motivos y
movimientos de los hombres se normalizan para que encajen en los requisitos de un orden natural concebido de modo hedonista. Los hombres
18 Wealth of Nations, Libro I, cap. 5. Ver tambin el alegato favorable al libre comercio,
Libro IV, cap. 2: Pero la renta anual de toda sociedad siempre es precisamente igual al valor intercambiable del producto anual total de su industria o, ms bien, es precisamente lo mismo que aquel valor intercambiable.
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son en gran medida iguales en sus aptitudes y propensiones innatas19, y en la
medida en que la teora econmica necesita tener en cuenta estas aptitudes y
propensiones, stas son aptitudes para la produccin de las cosas necesarias
y comodidades de la vida y propensiones para procurarse una proporcin
tan grande en las comodidades como sea posible.
La concepcin de Adam Smith de la naturaleza humana normal -es decir, del
factor humano que participa causalmente en el proceso que la teora
econmica discute- viene a ser en conjunto lo siguiente: los hombres ejercen su fuerza y habilidad en un proceso mecnico de produccin y su sagacidad pecuniaria en un proceso competitivo de distribucin con miras a la ganancia
individual en los medios materiales de vida. Se buscan estos medios
materiales a fin de satisfacer los deseos naturales del hombre a travs de su
consumo. Es cierto que otras muchas cosas forman parte de los esfuerzos
humanos en la lucha por la riqueza, tal como Adam Smith destaca; pero este
consumo comprende la serie legtima de incentivos, y una teora que se
preocupa por el curso natural de las cosas slo tendra que tener en cuenta de
forma incidental lo que no ocurre legtimamente en el curso natural. En
realidad, existen desviaciones presentes apreciables, aunque poco reales,
de esta norma. Se trata de desviaciones espreas e insustanciales, y no
forman parte estrictamente de la teora. Y, puesto que la naturaleza humana
es sorprendentemente uniforme, segn la interpretacin de Adam Smith,
tanto los esfuerzos empleados como los resultados obtenidos pueden
expresarse en trminos cuantitativos y tratados algebraicamente, con el
19 La diferencia de talentos naturales en distintos seres humanos es en realidad mucho menor
de lo que creemos. Wealth of Nations, Libro I, cap. 2.
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resultado de que el conjunto completo de fenmenos comprendidos dentro del apartado de consumo slo deberan ser considerados incidentalmente; y
la teora de la produccin y distribucin est completa cuando se ha seguido
la pista de los bienes o valores hasta su desaparicin en manos de sus
propietarios ltimos. En conjunto, el efecto reflejo del consumo sobre la produccin y la distribucin es nicamente cuantitativo.
La preconcepcin de Adam Smith de un orden teleolgico normal en el
procedimiento del curso natural afecta, por lo tanto, no slo aquellas
caractersticas de la teora en que Smith se declara abiertamente preocupado por la construccin de un esquema normal del proceso econmico. A travs
de su normalizacin del factor causal principal que toma parte en el proceso,
esta preconcepcin afecta tambin a sus argumentos de causa a efecto20. Lo
que hace que esta ltima caracterstica sea merecedora de una atencin
particular es el hecho de que sus sucesores llevaron esta normalizacin ms
lejos, e hicieron menos referencia a las excepciones atenuantes que Adam Smith observaba.
20 Mit diesen philosphischen Ueberzeugungen tritt nun Adam Smith an die Welt der
Enfahrung heran, und es ergiebt sich ihm die Richtigkeit der Principen. Der Reiz der Smithschen Schriften beruht zum grossen Teile darauf, dass Smith die Principien in so innige Verbindung mit dem Thatschlichen gebracht. Hie und da werden dann auch die Principien, was durch diese Verbindung veranlasst wird, an ihren Sptizen etwas abgeschliffen, ihre allzuscharfe Ausprgung dadurch vermieden. Nichtsdestoweniger aber bleiben sie stets die leitenden den Grundgedanken. (Con estas concepciones filosficas, Adam Smith se aproxima al mundo de la experiencia, que le confirma lo bien fundado de los principios. El gran inters de los escritos de Smith se basa ante todo en el hecho de que ha mostrado que los principios estn ntimamente vinculados con los hechos. A veces, los propios principios se han tenido que limar un poco para evitar expresiones demasiado bruscas. A pesar de todo, no se alejan jams de las bases directrices.) Richard Zeyss, Adam Smith und der Eigennutz. (Tubinga, 1889), p. 110.
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La razn para esta normalizacin mayor y ms consistente de la naturaleza
humana que nos proporciona al hombre econmico por obra de los
sucesores de Adam Smith se encuentra, en gran parte, en la filosofa
utilitarista que lleg con fuerza y en forma consumada alrededor de finales de
siglo. Cierto mrito del trabajo de normalizacin se debe tambin a la posterior substitucin de la artesana por la industria capitalista que lleg al
mismo tiempo y en estrecha relacin con las ideas utilitaristas.
Despus de la poca de Adam Smith, la economa cay en manos profanas.
Aparte de Malthus que, de todos los grandes economistas, es el que se halla ms cercano a Adam Smith en estos aspectos metafsicos que guardan una
relacin directa con las premisas de las ciencias econmicas, la generacin
siguiente no enfoc el tema desde el punto de vista de un orden divinamente
instituido; tampoco discuti sobre los intereses humanos con aquel espritu
amablemente optimista de sumisin propia del economista que va a su
trabajo con el miedo a Dios ante sus ojos. Incluso en Malthus, el recurso al orden de la naturaleza divinamente aprobado es en cierto modo limitado y
moderado. Pero resulta significativo para la evolucin posterior de la teora
econmica que, aunque se puede considerar realmente a Malthus como el
seguidor ms autntico de Adam Smith, fueron los utilitaristas no devotos
los que se convirtieron en los portavoces de la ciencia despus de la poca de
Adam Smith.
No existe una ruptura importante entre Adam Smith y los utilitaristas, ni en
los detalles de la doctrina, ni en las conclusiones concretas a las que se lleg
respecto a cuestiones de poltica econmica. En estos aspectos,
-
verdaderamente se podra clasificar a Adam Smith como un utilitarista
moderado, especialmente en lo que concierne a su trabajo en economa. Malthus tiene todava un aire ms utilitarista -tanto, que frecuentemente se
habla de l como de un utilitarista-. Esta opinin, expuesta de forma
convincente por el Sr. Bonar21, est sin duda bien corroborada por un anlisis
detallado de las doctrinas econmicas de Malthus. Su inclinacin
humanitaria es evidente en toda su obra, y su debilidad por las
consideraciones de eficiencia constituye el gran defecto de su trabajo cientfico. Pero, a pesar de todo ello y a fin de apreciar el cambio que invadi
la economa clsica con el avance del 'benthamismo', es necesario observar que el acuerdo en este tema entre Adam Smith y los discpulos de Bentham,
y menos decididamente entre Malthus y ste ltimo, consiste ms en una
coincidencia de conclusiones que en una identidad de preconcepciones22.
En Adam Smith, la base fundamental de la realidad econmica es el designio
de Dios, el orden teleolgico; y sus generalizaciones utilitaristas, as como el
carcter hedonista de su hombre econmico, no son sino mtodos de
operacin de este orden natural y no la base substancial y autolegitimadora.
A pesar de las variaciones en la metafsica de Malthus, casi se puede decir lo
mismo de l. De los utilitaristas propiamente dicho se puede decir lo
contrario, aunque aqu, de nuevo, no existe ni mucho menos una
21 Ver, por ejemplo, Malthus and his Work, especialmente el Libro III, as como tambin el
captulo sobre Malthus en Philosophy and Political Economy, Libro III, Modern Philosophy: Utilitarian Economics, cap. 1, Malthus. 22 Aqu se considera a Ricardo como un utilitarista de la tendencia de Bentham, a pesar de
que no se le puede clasificar como un discpulo de Bentham. Su hedonismo no es sino la metafsica aceptada de forma no crtica comprendida en el sentido comn de su tiempo, y su coincidencia substancial con Bentham viene a mostrar cun bien difundida estaba en aquella poca la preconcepcin hedonista.
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consistencia absoluta. La base econmica substancial es el placer y el dolor:
el orden teleolgico (incluso el diseo de Dios, cuando se admite) es el mtodo de su operatividad.
Aqu puede resultar innecesario entrar en las implicaciones adicionales,
psicolgicas y ticas que esta preconcepcin de los utilitaristas implica.
Incluso lo ya planteado puede parecer un esfuerzo excesivo para una
distincin que no indica una diferencia tangible. Pero una lectura de las
doctrinas clsicas, con un poco de esta metafsica de economa poltica en
mente, mostrar cmo, y en gran parte porqu, los economistas de la lnea clsica posteriores divergieron de los principios de Adam Smith en los
primeros aos del siglo, hasta tal punto que ha sido necesario interpretar a
Adam Smith con cierta sutileza a fin de salvarlo de la hereja.
La economa post-Benham es substancialmente una teora del valor. sta es en conjunto la caracterstica dominante del cuerpo de sus doctrinas; el resto se deriva de, o se ha adaptado a, esta disciplina central. La teora del valor es
extremadamente importante tambin en Adam Smith; pero la economa de
Adam Smith es una teora de la produccin y la distribucin de los medios
materiales de vida23. En Adam Smith, el valor se discute desde el punto de
vista de la produccin. En los utilitaristas, la produccin se discute desde el
punto de vista del valor. El primero hace del valor un resultado del proceso
de produccin; los ltimos hacen de la produccin el resultado de un
proceso de valoracin.
23 Su trabajo es una investigacin en la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones.
-
El punto de partida en Adam Smith es el poder productivo del trabajo24. En Ricardo se trata de un problema pecuniario respecto a la distribucin de
la propiedad25; pero los escritores clsicos son seguidores de Adam Smith y
perfeccionan y corrigen los resultados a los que ste lleg; por lo tanto, la
diferencia de puntos de vista se hace evidente en su divergencia de aqul y
en la distinta distribucin del nfasis, ms que en una nueva y antagnica
desviacin.
La razn para este cambio del centro de gravedad de la produccin a la
valoracin se halla, aproximadamente, en la revisin de Bentham de los principios de la moral. La postura filosfica de Bentham no es,
evidentemente, un fenmeno que se explica por s mismo, como tampoco el
efecto del benthamismo se extiende slo a aquellos que son seguidores
declarados de Bentham; porque Bentham es el exponente de un cambio
cultural que afecta los hbitos de pensamiento de toda la comunidad. El
efecto inmediato del trabajo de Bentham, al afectar los hbitos de pensamiento de la comunidad culta, es la substitucin por el hedonismo
(utilidad) de la base de legitimidad y gua para la normalizacin del conocimiento en lugar del logro de los objetivos. Su efecto resulta ms patente en las reflexiones sobre la moral, en las que inculca el determinismo.
Su fuerte conexin con el determinismo en la tica indica el camino hacia lo
24 El trabajo anual de toda nacin es el fondo que originariamente le provee de todas las
cosas necesarias y las comodidades de la vida que anualmente consume, y que consiste siempre, sea en el producto inmediato de aquel trabajo, o en lo que se compra con aquel producto de otras naciones. Wealth of Nations, Introduction and Plan, primer prrafo. 25 El producto de la tierra -todo lo que se deriva de su superficie mediante la aplicacin
conjunta del trabajo, la maquinaria y el capital- se divide entre tres clases de la comunidad... Determinar las leyes que regulan esta distribucin constituye el principal problema de la economa poltica. Political Economy, prlogo.
-
que se puede esperar de su tratamiento de la economa. En ambos casos, el
resultado es que la accin humana se construye en trminos de las fuerzas
causales del entorno, el agente humano siendo, como mucho, considerado
un mecanismo de transformacin a travs de cuyo funcionamiento los
efectos concretos causados por el conjunto de las fuerzas del entorno son, por un proceso de valoracin obligado, transmutados tanto en una conducta
moral como econmica, sin discrepancia cuantitativa. Tanto en la tica como
en la economa, el contenido central de la teora es este proceso de valoracin
que se expresa en la conducta, resultando, en el caso de la conducta
econmica, en la bsqueda del mximo beneficio o de la mnima prdida.
Considerada de modo metafsico o cosmolgico, la naturaleza humana, cuyo
funcionamiento investigan la tica hedonista y la economa, es un trmino
intermedio en una secuencia causal, de la cual los miembros iniciales y
finales son impresiones sensoriales y los detalles de la conducta. Este trmino
intermedio transmite el impulso concreto sin prdida de fuerza a su
comportamiento. A efectos del proceso de valoracin a travs del cual se
transmite el impulso, la naturaleza humana puede ser aceptada como
uniforme; y la teora del proceso de valoracin puede ser formulada
cuantitativamente, en trminos de las fuerzas materiales que afectan al sistema
humano y de sus equivalentes en la actividad resultante. En lenguaje econmico, la teora del valor puede expresarse en trminos de los bienes de
consumo que proporcionan el incentivo al esfuerzo y el gasto ocasionado a
fin de obtenerlos. Entre estos dos elementos subsiste una igualdad necesaria;
pero las magnitudes entre las cuales subsiste la igualdad son magnitudes
hedonistas, no magnitudes de energa cintica ni de fuerza vital, puesto que
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los trminos manejados son trminos sensoriales. Es cierto, dado que la naturaleza humana es substancialmente uniforme, pasiva e inalterable
respecto a la capacidad del hombre para el afecto sensorial, se puede suponer
tambin que subsiste una igualdad substancial entre el efecto psicolgico
causado por el consumo de bienes, por un lado, y el gasto resultante de la
fuerza cintica o vital, por el otro; pero, despus de todo, tal igualdad tiene la
naturaleza de una coincidencia a pesar de que debera existir una fuerte
presuncin a favor de su predominio en general y por trmino medio. Sin
embargo, el hedonismo no postula la uniformidad entre los seres humanos
excepto en lo que se refiere a la causa y el efecto
La teora del valor que el hedonismo proporciona es, por lo tanto, una teora
del costo en trminos de incomodidad. En virtud del equilibrio hedonista
conseguido a travs del proceso de valoracin, el sacrificio o la desutilidad
implicada en la adquisicin equivale a la utilidad obtenida. Quizs se podra hacer una afirmacin alternativa, en el sentido de que la medida del valor de
los bienes no la constituye el sacrificio aceptado o el malestar sufrido, sino la
utilidad que se deriva de la adquisicin de los bienes; pero esto es, sencilla y
nicamente, una manifestacin alternativa, y existen razones especiales en la
vida econmica de la poca que explican porqu la formulacin en trminos
de costo, ms que en trminos de utilidad, sera preferida por los
economistas clsicos anteriores.
Al comparar la doctrina utilitaria del valor con teoras anteriores, el
argumento se presenta en cierto modo como sigue. Los fisicratas y Adam
Smith consideran el valor como una medida de la fuerza productiva que se
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encarna en el artculo valioso. Segn los fisicratas, esta fuerza productiva es
el anabolismo de la naturaleza (recurriendo a un trmino fisiolgico); segn Adam Smith, se trata sobre todo del trabajo humano dirigido a aumentar la utilidad de los materiales que emplea. En cada caso, la
produccin origina valor. La economa post-Benham considera el valor
como una medida de, o como estando medida por, la molestia del esfuerzo
hecho para procurarse los bienes con valor. Tal como E.C.K. Gonner ha
destacado de forma admirable26, Ricardo -y lo mismo es cierto para la
economa clsica en general- convierte el costo en la base del valor, no en su
causa. Esta base del valor sobre el costo tiene lugar a travs de una valoracin. Cualquiera que lea la exposicin terica de Adam Smith con tan
buena intencin como Gonner en su lectura de Ricardo no tendr mucha
dificultad en darse cuenta de que lo contrario es cierto en el caso de Adam
Smith. Pero la relacin causal del costo al valor nicamente se sostiene en lo
que respecta al valor natural o real en la doctrina de Adam Smith.
Respecto al precio de mercado, la teora de Adam Smith no difiere mucho de
la de Ricardo en este aspecto. No pasa por alto el proceso de valoracin
mediante el cual se ajusta el precio de mercado y se gua el curso de la inversin, y su discusin sobre este proceso tiene lugar en trminos que
debieran resultar aceptables para cualquier hedonista.
El cambio de punto de vista que aparece en la economa con la aceptacin de
la tica utilitarista y su correlato, la psicologa asociacionista, es en gran parte
un cambio hacia una base de secuencia causal en contraste con la de la
26 En el ensayo introductorio a su edicin de la obra de Ricardo, Political Economy. Ver, por
ejemplo, prrafos 9 y 24.
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validez para un fin preconcebido. Esto lo indica incluso el hecho principal
ya citado -que los economistas utilitaristas hacen del valor de cambio la
caracterstica central de sus teoras, ms que el papel de la industria para el
bienestar material de la comunidad-. El valor de cambio hedonista es el
resultado de un proceso de valoracin impuesto por la capacidad percibida
para producir placer de los artculos valorados. Y en las teoras utilitaristas de
produccin, alcanzadas desde este punto de vista del valor de cambio, la
obtencin del bienestar no constituye el objetivo del argumento. Este objetivo es ms bien la relacin de la empresa productiva con las fortunas individuales de los agentes implicados, o con las fortuna de las diversas clases diferenciables de los beneficiarios comprendidos en la comunidad
industrial; porque el gran impacto inmediato de los valores de cambio en la
vida de la colectividad lo constituye su relacin con la distribucin de la
riqueza. El valor es una categora de la distribucin. El resultado es que, tal
como bien se puede observar en la discusin de Cannan27, las teoras de la
produccin que los economistas clsicos presentan han sido escasas y han
sido elaboradas teniendo siempre en cuenta las doctrinas sobre la
distribucin. Una demostracin incidental pero eficaz de los mismos hechos
la proporciona el profesor Bcher28; y una ilustracin de stos se puede citar
en Essay on the Production of Wealth de Torrens, que en buena medida se dedica a discusiones sobre el valor y la distribucin. Las teoras clsicas de la
produccin han sido teoras de la produccin de riqueza; y la riqueza, en
el lenguaje clsico, consiste en cosas materiales que tienen un valor de cambio. Durante el dominio de la economa clsica, la caracterstica aceptada
27 Theories of Production and Distribution, 1776-1848.
28 Entstehung der Volkwirtschaft (segunda edicin). Comparar especialmente los cap. 2, 3, 6
y 7.
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por la cual se defina la riqueza era su receptibilidad a la propiedad. Ni en
Adam Smith, ni en los fisicratas se dio tanta importancia a esta
receptibilidad a la propiedad, como tampoco se la acept en grado similar
como una caracterstica definitiva del contenido de la ciencia.
Tal como su preconcepcin hedonista exigira, los economistas clsicos
otorgan su mayor atencin al lado pecuniario de la vida, y es esta relacin
pecuniaria de cualquier fenmeno o institucin la que normalmente
configura el desenlace del debate. La secuencia causal sobre la que se centra
la discusin es un proceso de valoracin pecuniaria. Versa sobre la distribucin, la propiedad, la adquisicin, la ganancia, la inversin, el
intercambio29. De esta manera, las doctrinas sobre la produccin llegan a
tener una apariencia pecuniaria; tal como se puede ver en menor grado
tambin en Adam Smith e incluso en los fisicratas, aunque estos
economistas anteriores muy raramente, si acaso alguna vez, perdieron
contacto con el concepto genrico de utilidad como rasgo caracterstico de la
produccin. La tradicin derivada de Adam Smith, que hizo de la
productividad y la utilidad los rasgos substanciales de la vida econmica, no
fue abandonada de modo repentino por sus sucesores, aunque stos
distribuyeron de modo diferente el nfasis en la lnea de investigacin que
indicaba la tradicin. En la economa clsica, las ideas de produccin y de
adquisicin normalmente no se mantienen separadas, y gran parte de lo que
29 Incluso si dejamos de lado todas las cuestiones que implican una consideracin de los
efectos de las instituciones industriales en modificar los hbitos y el carcter de las clases de la comunidad,...que sigue quedando lo suficiente para constituir una ciencia separada, la mera enumeracin de los trminos principales de la economa -riqueza, valor, intercambio, crdito, dinero, capital y producto- bastar para mostrar. Shirres, Analysis of the Ideas of Economics, Londres, 1893, pp. 8 y 9.
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pasa por ser una teora de produccin se dedica a fenmenos de inversin y
de adquisicin. El Essay de Torrens es un ejemplo pertinente, aunque de ningn modo un caso extremo.
Esto es como debera ser; porque para el hedonista consistente, el nico
motivo que le lleva al proceso industrial es la razn egosta de la ganancia
pecuniaria, y la actividad industrial no es sino un trmino intermedio entre el
gasto incurrido o el malestar sufrido y la ganancia pecuniaria buscada. Si el
fin y el resultado son una ganancia individual para el individuo (opuesto a, o a costa de, sus vecinos), o una mejora en el conjunto de la vida humana, es algo que constituye en general una pregunta secundaria en toda discusin
sobre la serie de incentivos por los cuales los hombres se ven incitados a su
trabajo o sobre la direccin que toman sus esfuerzos. La utilidad de la lnea de actividad determinada, para los objetivos de vida de la comunidad o para los propios vecinos del individuo, no constituye la esencia de este
contrato. Estas caractersticas de utilidad vienen al caso sobre todo en tanto
que afectan a la vendibilidad de lo que el individuo concreto ofrece al buscar
la ganancia a travs de una compra ventajosa30.
En la teora hedonista, el fin substancial de la vida econmica es la ganancia
individual; y a este efecto, la produccin y la adquisicin pueden
considerarse bastante coincidentes, cuando no idnticas. Adems, la
sociedad, segn la filosofa utilitarista, es la suma algebraica de los
individuos; y el inters de la sociedad es la suma de los intereses de los
30 Si un producto no fuese til en modo alguno,... estara desprovisto de valor cambiable;...
(pero), teniendo utilidad, los productos obtienen su valor de cambio de dos fuentes, etc. Ricardo, Political Economy, cap. 1, seccin 1.
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individuos. De ello se deduce fcilmente que, tanto si es estrictamente cierto
como si no, la suma de las ganancias individuales es la ganancia de la
sociedad, y que, al servir su propio inters en forma de adquisicin, el
individuo sirve el inters colectivo de la comunidad. Por lo tanto, se supone
la productividad o la utilidad de cualquier ocupacin o empresa que busque
una ganancia pecuniaria; y as, por va indirecta, volvemos a la vieja conclusin de Adam Smith de que la remuneracin de las clases o las
personas implicadas en la industria coincide con su contribucin productiva
al output de los servicios y de los bienes de consumo.
Una ilustracin adecuada del funcionamiento de esta norma hedonista en la
doctrina econmica clsica la proporciona la teora de las retribuciones de la
direccin -un elemento de la distribucin que Adam Smith nicamente
sugiere, pero que recibe una atencin ms amplia y concienzuda a medida
que el cuerpode las doctrinas clsicas alcanza un mayor desarrollo-. Las
retribuciones de la direccin son las ganancias debidas a la gestin
pecuniaria. Se trata de las ganancias que recibe el director de la empresa -
no las que van al director del proceso mecnico o al encargado del almacn-.
Estas ltimas slo son salarios. En general, esta diferencia no est clara en los
autores anteriores, pero est suficiente y claramente contenida en el desarrollo
ms completo de la teora.
El trabajo del empresario es la gestin de la inversin. En conjunto, tiene un carcter pecuniario y su objetivo aproximado es la principal oportunidad. El hecho de que conduzca de forma indirecta a un incremento de la utilidad
o a un mayor output agregado de bienes de consumo es una circunstancia
-
fortuita inherente a aquella vendibilidad ms elevada de la cual dependen las
ganancias del inversor. No obstante, la doctrina clsica declara abiertamente
que las retribuciones de la direccin son la remuneracin de una mayor
productividad31, y la teora clsica de la produccin es en buena parte una
doctrina de la inversin en la cual la identidad de la produccin y de la
ganancia pecuniaria se da por supuesta.
La substitucin de la industria por la inversin como hecho central y
substancial del proceso de produccin no se debe a la simple aceptacin del
hedonismo, sino ms bien a la conjuncin de hedonismo con una situacin econmica en la que la inversin de capital y su gestin para el beneficio
eran la caracterstica ms clara. La situacin que configur la comprensin
racional de los hechos econmicos en aquel tiempo es lo que desde entonces
se ha convenido en llamar sistema capitalista, en el cual la empresa pecuniaria
y el fenmeno del mercado eran los hechos predominantes y ms
caractersticos. Pero esta situacin econmica tambin fue la base principal
del dominio del hedonismo en la economa; hasta tal punto que se puede
considerar a la economa hedonista como una interpretacin de la naturaleza
humana en trminos de mercado. El mercado y el mundo empresarial, a
los cuales el hombre de negocios tuvo que adaptar sus mviles en su
bsqueda de ganancias, ya se haban vuelto en esta poca tan relevantes que
el curso de los acontecimientos empresariales estaba fuera del control de
31 Comparar, por ejemplo, Senior, Political Economy (Londres, 1872), especialmente pp. 88,
89 y 130-135, en donde las retribuciones de la direccin estn clasificadas, con cierta reticencia, como beneficios; y el trabajo de la direccin se concibe por consiguiente como siendo, directa o remotamente, un ejercicio de abstinencia y un trabajo productivo. El ejemplo del intermediario de valores resulta especialmente adecuado. La visin similar de las
-
persona alguna; y, al mismo tiempo, aquellas organizaciones de capital
invertido de gran alcance que ms tarde llegaron a predominar y a coaccionar
el mercado no se hallaban entonces en primer trmino. El curso de los
acontecimientos del mercado tom su fro camino sin una relacin fcil de
encontrar o deferencia por cualquier conveniencia humana y sin direccin
visible hacia un fin ulterior. El papel del hombre en este mundo pecuniario
era el de responder con prontitud a la situacin y as adaptar sus efectos
vendibles a la demanda cambiante a fin de obtener algo del resultado. Lo que
se ganaba en este trfico se ganaba sin prdida para aquellos con los cuales
trataba, puesto que no pagaban ms que lo que la mercanca vala para ellos. La ganancia de un hombre no tiene porqu ser una prdida para el otro; y, si
es as, entonces es una ganancia neta para la comunidad.
Entre los efectos ms alejados y sorprendentes de la preconcepcin hedonista y de su elaboracin en trminos de ganancia pecuniaria se halla el fracaso de
los clsicos en discriminar entre capital en tanto que inversin y capital en
tanto que aplicacin industrial. Evidentemente, esto guarda una estrecha
relacin con el punto sobre el que ya hemos hablado. La aplicacin
industrial fomenta la produccin de bienes; por lo tanto, el capital (riqueza invertida) es productivo; y la tasa de su remuneracin media indica su grado de productividad32. El hecho ms evidente que limita el beneficio pecuniario
conseguido mediante la riqueza invertida es la suma invertida. Por lo tanto,
el capital limita la productividad de la industria; y la condicin primera e
retribuciones de la direccin es un artculo de teora en ms de uno de los descendientes posteriores de la lnea clsica.
-
indispensable para una progresin del bienestar material es la acumulacin de
riqueza invertida. Cuando se discute sobre las condiciones de la mejora industrial, es habitual asumir que todo lo dems permanece constante, lo
cual es, a todos los efectos, una doctrina de beneficios por ciento, una
exclusin del hecho principal. Adems, las inversiones pueden transferirse de
una empresa a otra. Por lo tanto y hasta este punto, los medios de
produccin son mviles.
En manos de los grandes escritores utilitaristas, la economa poltica
evolucion hacia una ciencia de la riqueza, entendiendo este trmino en el sentido pecuniario, es decir, en tanto que cosas susceptibles de ser de
propiedad. El curso de las cosas en la vida econmica se trata como una
secuencia de acontecimientos pecuniarios, y la teora econmica se convierte
as en una teora de lo que sucedera en aquella situacin consumada en la
que la permuta de magnitudes pecuniarias tiene lugar sin perturbacines ni
retrasos. En esta situacin consumada, el motivo pecuniario funciona
perfectamente y dirige todos los aspectos del hombre econmico en una
bsqueda sin engao, sin matices, sin desviarse del mayor beneficio posible
con el menor sacrificio posible. Evidentemente, este sistema competitivo
perfecto, con su hombre econmico no corrompido, es un logro de la
imaginacin cientfica, y no est pensado como una expresin adecuada de la
realidad. Se trata de un recurso del razonamiento abstracto; y su reconocida
competencia alcanza solamente a los principios abstractos, las leyes
fundamentales de la ciencia, que nicamente se sostienen en la medida en
32 Comparar Bhm-Bawerk, Capital and Interest, Libros II y IV, as como la Introduccin y
los cap. 4 y 5 del Libro I. La discusin de Bhm-Bawerk se refiere menos directamente a este punto que la similitud de los trminos empleados sugerira.
-
que la abstraccin se mantiene. Pero, como sucede en tales casos, una vez
aceptado y asimilado como real, aunque quizs no como verdadero, se
vuelve un componente efectivo de los hbitos de pensamiento del
investigador y acaba conformando su conocimiento de los hechos. Llega a
servir de norma de la substancialidad o la legitimidad; y hasta cierto punto,
los hechos caen bajo su imperativo, tal como aparece en los ejemplos de muchas aseveraciones relativas a la tendencia de las cosas.
La evolucin humana, por la fuerza del carcter hedonista de la naturaleza
humana, tiende hacia esta conclusin a la que Senior se refiere como el estado natural del hombre33; y, por lo tanto, es mejor que la situacin real e inmadura se afirme en trminos de su aproximacin a este estado natural. La
teora pura, la ciencia hipottica de Cairnes, traza los fenmenos de
produccin y distribucin de la riqueza hasta sus causas, en los principios de
la naturaleza humana y en las leyes y acontecimientos -fsicos, polticos y
sociales- del mundo exterior-34. Pero puesto que los principios de la
naturaleza humana que resultan en la conducta econmica de los hombres,
en la medida en que afecta a la produccin y la distribucin de riqueza,
consisten solo en la secuencia simple y constante de la causa y el efecto
hedonistas, el elemento de la naturaleza humana puede ser justamente eliminado del problema, con un gran beneficio en cuanto a simplicidad y
eficacia Una vez eliminada la naturaleza humana, en tanto que trmino
intermedio constante, y habiendo sido eliminadas tambin todas las
33 Political Economy, p. 87.
34 Character and Logical Method of Political Economy (Nueva York, 1875), p. 71. En
conjunto, Cairnes puede no ser representativo de la gran corriente de clasicismo, pero su caracterizacin de la ciencia es no obstante pertinente.
-
caractersticas institucionales de la situacin (en tanto que constantes similares bajo aquel rgimen pecuniario natural o consumado del cual se ocupa la teora pura), las leyes de los fenmenos de riqueza se pueden formular en trminos de los factores restantes. Estos factores son artculos vendibles que
los hombres manejan en estos procesos de produccin y distribucin; y las leyes econmicas, por lo tanto, vienen a ser expresiones de las relaciones
algebraicas que subsisten entre los diversos elementos de la riqueza y la
inversin -capital, trabajo, tierras, oferta y demanda de uno y otro, beneficios, intereses, salarios-. Incluso detalles tales como el crdito y la
poblacin llegan a ser disociados del factor personal y figuran en el cmputo como factores elementales que actan y reaccionan a travs de una permuta
de valores por encima de la buena gente cuyo bienestar estn intentando.
Resumiendo: la economa clsica, que se ocupa en primer lugar de la cara
pecuniaria de la vida, es una teora de un proceso de valoracin. Pero dado
que la naturaleza humana, en cuyas manos y para cuyo provecho tiene lugar
la valoracion, es simple y constante en sus reacciones al estmulo pecuniario,
y puesto que ninguna otra caracterstica de la naturaleza humana se halla
legtimamente presente en los fenmenos econmicos que no sea esta
reaccin al estmulo pecuniario, el evaluador implicado en el asunto debe ser
ignorado o eliminado; y la teora del proceso de valoracin se convierte
entonces en una teora de la interaccin pecuniaria de los hechos valorados.
Se trata de una teora de la valoracin con el elemento de la valoracin
ignorado -una teora de la vida formulada en trminos de la parafernalia
normal de la vida.
-
En las preconcepciones de las que parti la economa clsica estaban
comprendidos los remanentes de los derechos naturales y del orden de la
naturaleza, infundidos con aquella peculiar teologa mecnica que se abri
camino en la moda popular en Gran Bretaa durante el siglo XVIII y que se
vio reducida a un tono ms neutral a causa de la predileccin britnica por lo
comn -ms fuerte en esta poca que en cualquier otro perodo anterior-. La
razn de esta predileccin creciente por lo comn, por la explicacin de las
cosas en trminos corrientes, se halla en parte en el recurso cada vez mayor a
los procesos mecnicos y a las mquinas motrices mecnicas en la industria,
en parte en el continuo declive (consiguiente) de la aristocracia y del sacerdocio, y en parte en la densidad creciente de poblacin y la consiguiente
y creciente especializacin y la ms amplia organizacin del comercio y los
negocios. La extensin de la disciplina de las ciencias naturales, en gran parte
propia de la industria mecnica, va en la misma direccin; y otros factores
ms oscuros de la cultura moderna pueden tambin haber tenido su parte en
ello.
La preconcepcin animista no se perdi, pero perdi peso; y en parte cay
en desuso, especialmente en lo que respecta a su reconocimiento. Esto resulta
sobre todo visible en la inconfesada disponibilidad de los clsicos para
aceptar como inminente y definitivo cualquier resultado posible que el hbito
o el temperamento del escritor le llevase a aceptar como correcto y bueno. De
ah la clara inclinacin de los economistas clsicos hacia una doctrina de la
armona de intereses y su -en cierto modo- imprudente disponibilidad para
expresar sus generalizaciones en trminos de lo que debera suceder de
acuerdo con los requisitos ideales de aquella consumada Geldwirtschaft a la
-
cual los hombres se ven impelidos por las disposiciones de la naturaleza35.
En virtud de sus preconcepciones hedonistas, sus hbitos a las formas de una
cultura pecuniaria y su inconfesada fe animista en que la naturaleza lleva la
razn, los economistas clsicos saban que los resultados a los que, segn la
naturaleza de las cosas, tienden todas las cosas es el no conflictivo y
benfico sistema competitivo As pues, este ideal competitivo proporciona lo
normal, y la conformidad con sus requisitos proporciona la prueba de la
verdad econmica absoluta. El punto de vista as conseguido gua de forma
selectiva la atencin de los autores clsicos en su observacin y comprensin
de los hechos, y stos llegan a ver evidencia de conformidad o enfoque a lo normal en los lugares ms improbables. Su observacin es en gran parte
interpretativa, como normalmente es la observacin. Lo que resulta peculiar
en los economistas clsicos en este aspecto es su particular forma de proceder
en el trabajo de interpretacin. Y en virtud de haber alcanzado un punto de vista de normalidad econmica absoluta, se convirtieron en una escuela
'deductiva', as llamada, a pesar del hecho fehaciente de que se dedicaron de
forma bastante consistente a una investigacin sobre la secuencia causal de
los fenmenos econmicos.
La generalizacin de los hechos observados se convierte en una
normalizacin de los mismos una exposicin de los fenmenos en trminos
de su coincidencia con, o divergencia de, aquella tendencia normal que
conduce a la representacin realista de la realidad econmica absoluta. Esta
base total o definitiva de la legitimidad econmica est ms all de la
secuencia causal en la que los fenmenos observados se conciben como
35 Senior, Political Economy, p. 87.
-
interrelacionados. Est relacionada con los hechos concretos, pero de
ninguna forma, ni como causa, ni como efecto, de modo que la relacin
causal se puede observar de forma concreta. Causalmente, tiene poco que ver
con los datos mentales o fsicos de los que se ocupa abiertamente el
economista clsico. Su relacin con el proceso que se est discutiendo es la
de una legitimacin externa -es decir, ceremonial-. El cuerpo del
conocimiento alcanzado con su ayuda y bajo su direccin es, por lo tanto, una ciencia taxonmica.
As pues, a modo de ilustracin final, se puede sealar que el dinero, por ejemplo, se normaliza en trminos de tendencia econmica legtima. Se convierte en una medida de valor y un medio de intercambio. Se ha
convertido ante todo en un instrumento de conmutacin pecuniaria, en vez
de ser, como en la anterior normalizacin de Adam Smith, principalmente
una gran rueda de circulacin para la difusin de los bienes de consumo. Los
trminos en los cuales se formulan las leyes monetarias, as como los otros
fenmenos de la vida pecuniaria, son trminos que connotan su funcin
normal en la historia de la vida de los valores objetivos tal como viven y se mueven y existen en los resultados pecuniarios del estado natural. A un
trabajo similar de normalizacin debemos aquellas criaturas del fabricante de mitos, la teora cuantitativa y el fondo de salarios.
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1899. (II Parte del ensayo en tres partes, The Preconceptions of Economic Science, en The Place of Science in Modern Civilisations, en donde se
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volvi a editar con permiso de The Quarterly Journal of Economics, vol. XIII, julio de 1899).
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Traduccin: Beatriz Krayenbhl Gusi.
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(Revision acabada Miren 8/12. Revisin acabada Beatriz 30/12.) ______________