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LA ECONOMÍA NACIONAL Y LA MINERÍA DEL CARBÓN
LOS DERROTEROS DE UN DESARROLLO 1850-1900
José Arturo Montecino Parra.Licenciado en Educación
Profesor de Estado en Historia y Geografía
Dedicado a mi padre José Montecino Rivas que
durante casi 40 años vivió bajo el golfo de
Arauco extrayendo el carbón de la Carbonífera
Schwager.
Todo intento de explicación y relación de nuestra economía con
alguna actividad empresarial durante el siglo XIX debe partir de una consideración
básica, de la llamada Revolución Industrial y de las variaciones en la economía
mundial, sin la cual no podrían explicarse los ciclos de expansión y restricción que
marcan los avatares de nuestras actividades ligadas estrechamente al comercio
exterior. Este marco externo es esencial a medida que la economía acentuaba su
carácter mundial y la chilena se ligaba periféricamente a ella.
- El marco internacional.
Las consecuencias de la Revolución Industrial fueron múltiples.
Hubo un aumento de la demanda de materias primas, en el caso de Chile, de
cobre, carbón, secundariamente, y más tarde salitre. En la agricultura, la
expansión de la actividad triguera y la consecución de nuevas tierras comenzó a
transformar tenuemente la frontera del Bio-Bio.
Hacia el último cuarto del siglo XIX comenzó a ser evidente la
división de la economía mundial en dos bloques. Por un lado aquéllos en donde
el sector industrial ya constituía o se perfilaba como el elemento más dinámico del
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sistema económico; por el otro, aquéllos donde continuaba predominando la
producción de bienes primarios y la manufactura de tipo artesanal y en los que la
presencia de la industria moderna era escasa o nula.
Esta desigualdad, que en palabras de Julio Pinto y Luis Ortega, es
la causa por la cual se explica el fracaso de la industrialización en la periferia o
segundo bloque. Según estos autores los países del centro “primer bloque”
tenían el interés de mantener a los de la periferia en la condición de productores
de bienes primarios y consumidores de materias manufacturadas y con valor
agregado que redituaba a las arcas de los grandes empresas del centro. Los
mecanismos para conseguir estos objetivos fueron sutiles, como mantener
precios claramente desfavorables para la periferia o hasta el empleo de la fuerza
y la intervención abierta11.
Para las élites de los países “atrasados” la industrialización se
convirtió en un paradigma, y las naciones industrializadas en el arquetipo de la
sociedad moderna deseada. Esto cobró más fuerza aún en la medida en que las
crisis cíclicas de la economía internacional se tornaron cada vez más frecuentes e
intensas.
A partir del tercer tercio del siglo XIX, y dejando de lado la visión
clásica del desarrollo industrial, se hizo evidente en nuestro país los intentos por
lograr establecer las condiciones institucionales y económicas que le permitieran
integrarse con relativo éxito a la economía internacional, convirtiendo a los
sectores exportadores y mineros en las piezas claves de todo el sistema
económico.
1 Pinto V., Julio y Luis Ortega M. “Expansión minera y desarrollo industrial. Un caso de crecimiento asociado (Chile 1850-1914), Depto. de Historia, Universidad de Santiago de Chile, 1990, págs. 7 y ss.
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En efecto, el desarrollo de la revolución industrial trajo consigo
cambios trascendentales en la estructura del comercio y en las relaciones
internacionales, tanto de los países que directamente participaron de la
revolución, como en aquellos que se plegaron en forma subsidiaria y marginal al
proceso, especialmente como proveedores de materias primas útiles para
abastecer el acelerado desarrollo industrial de los países de Europa Occidental22.
El proceso de vinculación de la economía chilena al mercado
mundial no difiere mayormente del proceso general en que se vieron envueltas
todas las ex-colonias españolas en América, en este sentido resulta interesante
los planteamientos realizado por Cardoso, Ciro y Pérez Brignoli, Héctor33.
Estos autores caracterizan al proceso de inserción de América Latina
al mercado internacional como una transición de un orden colonial establecido
por España a un "nuevo orden colonial" cuyo centro neurálgico estaba constituido
por la industria británica, "la fabrica del mundo".
Tal proceso de transición se caracterizó, siguiendo a los mismos
autores, por un "conjunto de cambios a nivel de la economía y las sociedades
nacionales, exigidos para hacer posible la expansión en gran escala de las
actividades exportadoras." 44. De allí la principal característica del modelo
económico imperante en América Latina durante el siglo XIX: los países
americanos son esencialmente países exportadores de materias primas que
abastecen y alimentan el crecimiento industrial de Gran Bretaña
En el proceso de vinculación al mercado internacional se
distinguirían dos fases diferentes. La primera abarcaría desde la independencia
2 Ibídem3 Cardoso, Ciro y Héctor Pérez Brignoli. “Historia económica de América Latina”, vol. II, “Economías de exportación y desarrollo capitalista”, F.C.E., México, 1976.4 Ibídem, pág. 13.
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33
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hasta mediados del siglo XIX y se caracterizaría por la apertura al libre comercio
con los demás países de Europa, la entrada masiva de manufacturas británicas,
al punto de saturar prontamente los mercados locales, y la pérdida, en pocos
años, de las masas de metal precioso circulante55. En cuanto a las exportaciones
americanas, en este primer momento ellas presentan una extrema debilidad,
especialmente por efecto de la inestabilidad provocada por las guerras de
independencia, ello sólo permitió que fueran viables unos pocos productos de
exportación "aquellos que como la ganadería exigieron mínimas inversiones
iniciales o los tintes (grana, añil) y minerales preciosos que aseguraban un
producto de poco volumen y alto valor." 66 de esta forma sólo fue posible reeditar
actividades de raíz colonial, como el trigo y la minería chilenas, el café de
Venezuela o del valle del Paraíba, del añil y la grana en América Central.
En una segunda fase (segunda mitad del siglo) la afluencia masiva
de capitales extranjeros que se invierten en obras de infraestructura y en
empréstitos a los gobiernos se efectúa en forma paralela a un aumento fuerte y
constante en la demanda de productos primarios por parte de las economías
industrializadas, sumándose a la tradicional demanda británica la efectuada por
las emergentes nuevas potencias capitalistas: Estados Unidos y Alemania.
El caso chileno presenta, para estos autores, peculiaridades que lo
hacen contrastar significativamente del resto de Latinoamérica, no sólo respecto a
la gradualidad de la reforma liberal y a la configuración previa de la propiedad de
la tierra, sino también por el hecho de que al parecer la incorporación al mercado
mundial no requirió de una modificación drástica de las estructuras coloniales
como sí fue el caso de otros países latinoamericanos.
5 Ibídem, pág. 12.6 Ibídem, pág. 13.
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44
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Sin embargo hay un hecho de gran relevancia que caracteriza al
proceso de transición al llamado "capitalismo periférico", que no escapa a la
realidad nacional, éste es: que las formas de trabajo que llegaron a predominar
fueron diversas gradaciones de campesinado dependiente, y no el trabajo
asalariado típico de formas capitalistas de producción77. Tal situación se explicaría,
fundamentalmente por la limitada difusión del progreso técnico, que afectó sólo
algunos sectores económicos, favoreciendo así el mantenimiento de formas de
trabajo no capitalistas que se irán transformando en la medida que el proceso de
crecimiento de nuestra economía dependa de la gran minería, como la del salitre
y el cobre como en menor medida del carbón durante la segunda mitad del siglo
XIX.
Concluyen señalando que el desarrollo del capitalismo no puede
explicarse únicamente en base al surgimiento del proletariado (mano de obra
asalariada típica del modo de producción capitalista), sino que también puede
estar relacionado con la adopción de técnicas que aseguren un incremento
continuo de la productividad del trabajo en beneficio del capital, como sucedió en
Latinoamérica durante gran parte del siglo XIX., lo que los lleva, finalmente, a
carcterizar al proceso de inserción al mercado mundial como un proceso de
"acumulación primitiva de capital".
En relación al mismo tema y respecto de Chile, Gabriel Salazar en
"Empresariado Popular e Industrialización: La Guerrilla de los Mercaderes (Chile
1830-1885)" confirma la apreciación de Cardoso y Pérez Brignoli en cuanto a la
existencia de formas de trabajo predominantemente precapitalistas durante el
siglo pasado: " ...durante el siglo XIX, la oferta de trabajo asalariado 'moderno' (es
decir, en las condiciones del capitalismo industrial maduro) fue escasa e inestable.
Para el período 1854-1920, esa oferta creció sólo del 0,1 al 9,0% del mercado
7 Ibídem, pág. 94.
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55
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general de trabajo." 88. La principal oferta de trabajo es indudablemente la del tipo
"peonal", una especie de asalariado "pre-moderno" que trabaja a contrata y
nominalmente asalariado, pero pre-mecánico, frecuentemente forzado, casi
siempre transitorio, a menudo implicando cautiverio, sujeto a castigos físicos y
cuyo salario podía ser sustituido por deudas insaldables o "raciones" alimenticias.
Para la que Salazar denomina "Oligarquía mercantil-patronal" el
peonaje como forma laboral resultaba óptima para el desarrollo de su " forma
especulativa de acumulación", notése que usa el término de "especulativa" y no
"productiva" que es lo que caracteriza a la burguesía industrial dentro de un modo
de producción capitalista, lo que confirma a la vez la afirmación de Cardoso y
Pérez en relación a la existencia de un proceso de acumulación primitiva de
capital que permitiría, a partir de fines de la década de 1870 el establecimiento de
una economía con rasgos ya mucho más claros de capitalismo99.
Para Sergio Villalobos, en su artículo "Sugerencias para un enfoque
del siglo XIX" reconoce que todo análisis global de nuestra economía durante
este siglo debe partir de una consideración básica, de la llamada Revolución
Industrial y las variaciones de la economía mundial. Con este análisis parece
también aceptar la tesis de la transición al capitalismo. Mas adelante agrega que
el funcionamiento unitario de la economía mundial dejó ligado a Chile a las
vicisitudes de aquélla, de modo que los ciclos económicos se dejaron sentir con
nitidez a partir de mediados de siglo. Ahí se encontrarían los movimientos de
larga duración mencionados por Osvaldo Sunkel, pero también otros de mediana
y corta duración conforme han sido descritos por Kondratieff y más principalmente
por Juglar1010.
8 Salazar, Gabriel. “Empresariado Popular e Industrialización: La Guerrilla de los Mercaderes (Chile 1830-1885)”, pág. 2.
9 Ibídem.10 Villalobos, Sergio. “Sugerencias para un enfoque del siglo XX”. Colección de Estudios del CIEPLAN, Nº 12,
marzo de 1984, Estudio Nº 79, pág. 21.
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En otro trabajo suyo, "Origen y ascenso de la burguesía chilena",
Villalobos concuerda con los autores estudiados anteriormente al señalar que el
hecho más importante en el campo económico tras la independencia política de
España es la "consolidación y desarrollo del comercio con todas las naciones" lo
que derivó en una reestructuración de la economía nacional, ahora dirigida y
ordenada en tanto su relación con el mercado mundial condicionaba su
desenvolvimiento1111. Esta situación sería el "origen de una dependencia que
sustituía a la dominación colonial, paralelo y concomitante con la Revolución
Industrial y el avance del gran capitalismo mundial" 1212.
La ordenación de la economía nacional en base a la incorporación
de ésta al mercado mundial tuvo como principales rasgos, según Villalobos, el
desenvolvimiento acelerado de la minería de la plata, del cobre (y más tarde del
carbón) y de la agricultura cerealera. Al mismo tiempo que se hacían presentes
los capitales comerciales foráneos y se establecían en los puertos las casas
comerciales extranjeras. Tímidamente se iniciaban, también, algunas inversiones
con capitales extranjeros y se intentaba implantar un modo de producción
capitalista.
Otro historiador, Juan Ricardo Couyoumdjian, en su artículo titulado
"La economía chilena: 1830-1930", señala que la integración de Chile al mercado
mundial post-independencia se caracteriza por lo que el llama, haciéndose eco de
los economistas, un "desarrollo hacia afuera". Ello por que la economía chilena se
estructura fundamentalmente en base a la capacidad del país de exportar las
materias primas necesita nuestro principal socio comercial, Inglaterra, y de
importar los productos manufacturados por la industria británica.
11 Villalobos, Sergio. "Origen y ascenso de la burguesía chilena", Santiago, Edit. Universitaria, 1987, pág. 39.12 Ibídem. pág. 40.
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Según este autor dicho proceso de "desarrollo hacia afuera" pasó,
durante el siglo pasado, por dos grandes ciclos o períodos de expansión. En el
primero de ellos, y el que nos interesa, el impulso estaría dado por la minería del
cobre y de la plata y en menor grado por la agricultura. El segundo ciclo estaría
relacionado con la producción del salitre a partir de 1879.
En este punto Couyoumdjian concuerda con Cariola y Sunkel ya que
estos autores también hablan de dos ciclos de expansión económica durante el
siglo pasado, el primero desde 1830 a 1878 relacionado con el auge minero de la
plata y el cobre y el aumento de la exportación de trigo y harina; y el segundo a
partir de 1879 con la incorporación de la producción salitrera a la economía
nacional1313.
En las causas que explicarían el término del primer ciclo de
expansión económica en el marco del llamado "desarrollo hacia afuera", ambas
obras coinciden en señalar las dificultades que se vio enfrentada la industria
cuprífera por el alza de los costos en la medida que se agotaban los minerales de
alta ley, a la vez que se producía una baja internacional de precios y se perdían
los mercados ante la competencia del cobre estadounidense; una situación similar
vivió la minería de la plata al estancarse la producción a la vez que se vio "
desplazada por el oro como patrón monetario en los principales países del mundo
produciendo una baja en el precio" (Couyoumdjian, Ricardo... pp. 99). En cuanto
a la actividad cerealera esta se vio fuertemente afectada por la disminución en los
rendimientos y por la baja del precio internacional del trigo y de la harina.
Como se puede apreciar, tanto Cariola y Sunkel, como
Couyoumdjian, concuerdan en señalar que la crisis del primer ciclo de desarrollo
económico se haya relacionada directamente con factores externos a nuestra
13 Cariola S. Carmen y Osvaldo Sunkel. “Un siglo de historia económica de Chile, 1830-1930”, Santiago, Edit, Universitaria, 1990.
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propia economía, como lo fue el largo período depresivo que vivió la economía
mundial a partir de 1870, lo que afectó en forma directa a los principales
productos chilenos de exportación, agravando con ello los problemas propios de
las actividades productivas del país que redundaron en una sostenida reducción
de la producción.
Así por ejemplo, Cariola y Sunkel en su obra citada señalan que la
gran expansión que experimentó la economía chilena desde 1830 se basó, casi
enteramente, en un mayor aprovechamiento de los recursos naturales, hasta
entonces escasamente utilizados o enteramente desaprovechados, debido a que
el proceso de inserción del país al mercado mundial se dio en los términos
exigidos por éste y no en base a una decisión nacional de desarrollo económico.
De esta forma, si el mercado mundial necesitaba materias primas
para abastecer el creciente desarrollo industrial de los países más
industrializados, Chile para incertarse en él debió hacerlo en base a la explotación
de sus recursos naturales, específicamente el oro, la plata y el cobre en el caso
de la minería (como en menor medida el carbón), y el trigo en la actividad
agropecuaria.
- En el marco nacional. ¿Cómo se inserta la actividad minera carbonífera?
La respuesta dada por Luis Ortega en su obra “La industria del
carbón de Chile entre 1840 y 1880” nos parece del todo coherente con el hilo
argumental anteriormente tratado: “La creación de una demanda de importancia
para el carbón chileno estuvo vinculada a factores de origen externo, como la
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99
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introducción de la navegación a vapor y, por otra parte, a un sustancial
incremento en las fundiciones de cobre en el país”. La etapa pionera para Ortega
es propia de la década del cuarenta, siendo la década posterior la génesis de la
consolidación extractiva.
El historiador Leonardo Mazzei de Grazzia en un artículo titulado
“Orígenes del establecimiento británico en la región de Concepción y su inserción
en la molinería del trigo y en la minería de carbón”, concuerda con los argumentos
anteriores al señalar que: “... fue sólo a raíz de la demanda originada por la
navegación a vapor, por las fundiciones de cobre y luego por los ferrocarriles, que
desarrolló la explotación del carbón en forma regular”. Sin embargo este autor
profundiza acerca de la importancia de los intereses británicos en la actividad
carbonífera señalando la trascendencia que su accionar tuvo en la posterior
alianza empresarial que permitirá la explotación industrial de este mineral1414.
Con todo se debe señalar que esta alianza de intereses
económicos entre comerciantes ingleses como de otras nacionalidades con
empresarios chilenos ya se percibía con fuerza en la minería nacional. Esta
evidencia es señalada por Julio Pinto y Luis Ortega al manifestar que el
empresario de la época se componía en general de inmigrantes vinculados a
dicha actividad, reforzados en el aspecto financiero por comerciantes, banqueros
y otros miembros de la élite económica tradicional1515. Esta alianza permitió un
crecimiento asociado durante gran parte del siglo XIX siendo la minería del carbón
parte de dicho crecimiento.
Este empresario minero fue uno de los primeros en traer la gran
industria a Chile. Siguiendo a Pinto y Ortega: “Mientras otros sectores de la
economía se mantenían atados a una estructura productiva tradicional, capaz sólo 14 Mazzei de Grazia, Leonardo. “Orígenes del establecimiento británico en la región de Concepción y su inserción en
la molineria del trigo y en la minería de carbón”, en HISTORIA, vol. 28, 1994, pág. 230. 15 Pinto V., Julio y Luis Ortega M., Op. cit., pág. 20.
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de crecer extensivamente, la minería comenzó a adoptar, fundamentalmente en
las labores de refinado, mecanismos y relaciones de producción propios del
capitalismo industrial... Como resultado de ello, dieron cuerpo al primer sector
industrializado de la economía chilena, a una verdadera vanguardia industrial en
el seno de una formación predominantemente pre-capitalista”1616.
Matías Cousiño es claro ejemplo de este semblante empresarial.
Cousiño había incursionado en las más diversas actividades económicas, como lo
fueron su participación junto a Agustín Edwards y Guillermo Wheelwright en la
construcción del ferrocarril chileno entre Caldera y Copiapó, ligado estrechamente
al transporte del mineral argentifero, así como accionista de la proyectada línea
férrea que uniría Valparaíso con la capital. También participó del comerció
triguero hacia California organizando una poderosa organización de molineros.
Como dice Octavio Astorquiza “... La especulación (trigo y harina) le proporcionó
nuevos millones”1717. Cousiño ingresa a la escena carbonífera en 1852,
consolidando su poder e influencias en el mineral lotino a partir de 1857. Con
fuertes inversiones en capital fijo (infraestructura) y la consolidación de contactos
comerciales, fortalece una posición de liderazgo en la industria carbonífera
nacional a partir de 1860.
Para Luis Ortega por lo tanto no fue una mera coincidencia que la
adquisición por parte de Cousiño de las minas de Lota tuviera lugar al mismo
tiempo que se inauguraba un nuevo y significativo mercado para el carbón. En
efecto, en 1852 se inauguró el servicio de ferrocarril entre caldera y Copiapó y se
iniciaron las obras de la vía entre Valparaíso y Santiago1818. El ferrocarril, más que
la navegación a vapor, representó una importante y estable demanda para las
minas de Lota, demanda que sería significativa hasta fines de los años cuarenta 16 Ibídem, pág. 22.17 Astorquiza , Octavio. Cien Años del Carbón de Lota, Cía. Carbonífera e Industrial de Lota 1852 - 1952. Editorial
Zig-Zag, Santiago, 1952, p. 54.18 Ortega, Luis. “La industria del carbón de Chile entre 1840 y 1880”, Cuadernos de Humanidades, Universidad de
Santiago de Chile, págs. 9 y 10.
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en el siglo posterior. Trato de penetrar el mercado de las fundiciones de cobre
hasta esa fecha dominado por el carbón británico, si bien no logro desplazarlo, al
menos pudo que se iniciara más tarde la práctica de combinar ambos
combustibles1919. Por ello todo aumento de los precios internacionales de las barras
y lingotes de cobre operará como un estimulo directo a las fundiciones nacionales
y de igual forma requerirían de una mayor demanda del carbón chileno.
Esta estrecha relación de la economía carbonífera, como la del
resto de la economía exportadora nacional, dejara a esta a los avatares propios
del mercado internacional, períodos de crecimiento generaran bonanza y
expansión; más períodos de recesión y restricción de la demanda generan crisis e
inestabilidad con las evidentes consecuencias económicas y sociales.
De esta forma concluye Ortega, a mediados de la década de 1850
el carbón chileno había hecho su entrada a los mercados claves de las
fundiciones de cobre y la navegación a vapor. Y si mientras la primera mitad de
aquella década fue de conquista de consumidores la segunda bien puede ser
calificada como la del comienzo de la consolidación definitiva de la industria2020.
Fue especialmente en Lota donde la iniciativa empresarial,
manifestada en inversiones, dio como resultado cambios notables.
Esta progresiva consolidación de las minas del golfo de Arauco
estimuló a otros empresarios a seguir aquellas experiencias. Federico Schwager
Maginnes2121 aparece en la naciente zona carbonífera en 1855 como prestamista
de Ramón Rojas, para fomentar sus explotaciones en el sector “La Huerta” al
norte del sector Puchoco en Coronel. A diferencia de Cousiño, Schwager no 19 Ibídem, pág. 11.20 Ibídem, pág. 13.21 Nació aproximadamente hacia 1823 en Valparaiso, su padre estaba ligado a negocios de seguros, participaba
además como agente de Compañías inglesas y representante de ventas de carbón nacional. Evans Hardey, Oswald. Op. cit., p. 13.
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consolidará su participación en las faenas carboníferas, sino hasta poco antes de
su muerte en 1892. Dueño de la mina “Boca Maule” en 1869 experimentará sólo
un crecimiento moderado. Deberán transcurrir poco más de una década para que
Schwager comience a consolidar definitivamente su liderazgo al adquirir las minas
de “Puchoco” a los hermanos Délano en 1891.2222 Posteriormente y poco antes de
su muerte funda una compañía limitada, la Compañía Carbonífera y de Fundición
Schwager, un complejo industrial minero que destacaría por su dinamismo y
capacidad empresarial, la cual su fundador jamás logró mientras vivió.2323
La década de 1860 se inicia por el tardío impacto de la crisis
económica de 1857, que se percibió con gran fuerza en 1861 siendo sus efectos
más graves la baja sostenida de la demanda de carbón debido al cierre o la
disminución de las fundiciones de cobre, lo cual repercutió en el comercio y en el
transporte. El impacto de tal crisis produjo un número considerable de
desempleados. Sin embargo estos problemas de mercado eran considerados por
los empresarios de carácter temporal y que pronto se recobrarían los niveles de
demanda, producción y empleo2424.
La economía inicio su recuperación en 1862 consolidando
nuevamente la expansión carbonífera para 1864, que marca el auge de esta
actividad. Este período de vigoroso crecimiento (ferrocarriles, fundiciones, gas y
22 En el año 1866 Federico Schwager abandono sus actividades en la minería del carbón, vendiendo las acciones de la mina Puchoco a los hermanos Délano. En este contrato no se especifico ninguna disposición que prohibiera en el futuro a Schwager abrir un nuevo chiflón en la costa para extraer carbón bajo la superficie marina. Resultado de esto, siguió una disputa que dio origen a un pleito que duró entre 12 y 13 años y el cual causo, según escritos de la época “muchas molestias y más dinero”. Una referencia a este pleito del año 1889 dice: “El juicio entre los hermanos Délano y el Sr. Schwager, aún continua, se gana, se pierde y se gana. Finalmente, agrega: “Schwager lo ganó, pero todavía es un motivo de ansiedad para él y sus amigos”. Evans Hardey, Oswald. Op. cit. pp. 19-20. Finalmente una salida de mar destruyo totalmente Puchoco e inundo por completo la mina hacia 1881. La perdida de esta, causo un gran daño al Banco Edwards , el cual cancelo los prestamos a los hermanos Délano, los cuales terminaron finalmente vendiendo la totalidad de sus acciones al ya anciano Federico Schwager. Ver además Compañía Carbonífera y de Fundición Schwager, Coronel-Chile, Soc. Imp. y Lit. Concepción, Concepción (Chile), 1928, sin numeración de páginas.
23 Federico Schwager no dejo descendencia directa, en su testamento deja toda su fortuna y el control de sus empresas a la familia Claude, cuyo hijo mayor Adolfo se había casado con la hermana del fundador de la Cía. Carbonífera y de Fundición Schwager.
24 Ortega, Luis. “La industria del carbón...”, Op. cit., pág. 21.
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calderas industriales, etc.) se prolongó hasta 1875, con breves interrupciones
cíclicas que distorsionaron la tendencia alcista2525.
Este estimulo de la demanda carbonífera contribuyó a un
importante aumento en el empleo y el uso de máquinas en la industria así como el
origen de actividades anexas que fueron generando complejos industriales de
cierta importancia. Por ejemplo las fundiciones de cobre, las fábricas de ladrillo
refractarios, cañerías para agua potable y para alcantarillado, baldosas y
herramientas en las maestranzas que iniciaban un tibio crecimiento a medida que
la mecanización de ciertas actividades hacían necesario repuestos y reparaciones
menores2626.
Con todo a mediados de los años setenta la industria carbonífera
chilena había consolidado su existencia. Sin embargo, como toda actividad
productiva de materias primas ella quedo sujeta a las crisis cíclicas de la
economía nacional, que a fines del siglo XX concluirán con su paulatino y
dramático final.
Los primeros problemas para la industria carbonífera se
manifestaron en 1875. La demanda comenzó a caer significativamente y la crisis
económica y social de dejo sentir nuevamente en la cuenca carbonífera2727. La
situación financiera de la industria fue paliada con la reducción del personal y la
rebaja del salario, unido a una extensión de la jornada laboral, con el fin de
soportar la crisis que como antaño se pensaba de breve duración. Este proceso
de racionalización en las minas continuó hasta 1877, año en que nuevamente se
registro un alza de la producción. Sin embargo la crisis no había terminado y al
situación de la actividad volvió a ser preocupante: el elevado desempleo fue el
síntoma más evidente de aquello. Sin embargo, como lo señala Ortega, el 25 Ibídem, pág. 24.26 Ibídem, pág. 37.27 Ibídem, pág. 52.
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despido de personal en la minería carbonífera era una de las soluciones más
comunes para enfrentar de mejor manera una crisis económica, luego le seguía la
reducción de salarios. Pero se comprenderá que tales medidas afectaban
significativamente a un grupo social en transición como lo fue el obrero del
carbón.
Pero un hecho coyuntural ayudara considerablemente a cambiar
el panorama económico y social en la zona carbonífera. En los primeros meses
de 1879 estalla la Guerra del Pacífico y la movilización nacional actuó como
reactivador de todo el aparato económico. En 1883 no sólo se habían recuperado
los niveles de producción previos a la crisis, sino que se registro un notable
aumento hasta llegar a superar las 600.000 toneladas métricas2828. El desempleo
disminuyo considerablemente, más aún, se experimento un notable proceso de
atracción de mano de obra provenientes de otros lugares cercanos y lejanos a la
zona del carbón.
Desde 1883 hasta los albores del siglo XX, la actividad
carbonífera continua su proceso de crecimiento, otras crisis que acaecerán en
estos años no tendrán el grado, ni el tamaño del ocurrido en 1875. Las ciudades
de Lota y Coronel consolidan su situación administrativa y poblacional gracias a
esta industria, a pesar que su existencia era prácticamente desconocida para la
historia nacional hasta los años 1850.
- En el ámbito Social.
28 Ibídem, págs. 56 y 57.
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Coronel y Lota ligaron su origen a la conformación y consolidación
de los complejos minero-industriales de Schwager(Puchoco) y Lota Alto,
respectivamente. Estas ciudades eran a mediados del siglo pasado simples
caseríos de no más de un centenar de personas dedicadas a pequeñas
actividades agrícolas e incipientes explotaciones de las vetas de carbón que
afloraban a tierra.2929 Como zona de frontera, la cuenca carbonífera fue acogiendo
una serie de aventureros, delincuentes y vagabundos; que huían del aparato
estatal y civilizador3030 expresado en el latifundio y en las relaciones de
dependencia del peón agrícola hacia el patrón. Se configuro de esta manera una
convivencia con una fuerte propensión al uso de la fuerza como práctica habitual.
Violencia no sólo originada por una base social de por si inestable, sino por una
clase dominante que dejo clara evidencia de sus actos violentos.3131
Todo este proceso iniciado desde fines del siglo XVIII, expresado en
el vagabundaje de jóvenes peones, en busca de mejores oportunidades de vida,
es en palabras de Gabriel Salazar el fundamento laboral sobre el que se
apoyo la transición chilena al capitalismo industrial, “... no es posible trazar con
precisión el perfil histórico del proletariado industrial sin el trasfondo masivo de la
frustración peonal”.3232 El peonaje estaba ya hacia fines del siglo XIX
incorporándose sistemáticamente al proceso industrial, lo que Salazar llama 29 “Antes de mediados del siglo pasado (XIX) Coronel era un erial poblado escasamente de agricultores y restos de los
habitantes indígenas de la región. La primera colonia se formó por allá por el año 1851 de los trabajadores ocupados en abrir los depósitos de carbón... Lota se fundó en 1661, con el nombre de Santa María de Guadalupe de Lota y un fuerte construido allí por el entonces Gobernador de Chile, Almirante don Pedro Porter y Casanate.” Evans Hardey, Oswald. El Carbón Schwager. Traducido por Orestes Vera Pérez, mimeo, s/Edit., Valparaiso, 1939, pp. 111-112. Para ser más precisos los datos censales de 1865 arrojaba una población de 4.275 habitantes para Coronel y de 3.636 para la ciudad de Lota.
30 Ortega Martínez, Luis. “La frontera Carbonífera 1840-1900” en Revista Mapocho, Nº 31, Primer Semestre 1992, Santiago, p. 131-137.
31 Ortega Martínez, Luis. La Industria del Carbón de Chile... pp. 70-71. Entre los primeros empresarios carboníferos existieron durante mucho tiempo constantes pleitos y litigios, que desembocaban muchas veces en el uso por uno de ellos, o de ambos de cuerpos armados con “ palos, picos y palas ..” p. 70. La represión ejercida por los empresarios carboníferos iba orientado a disolución de las huelgas o tomas de las minas, no solo, en el momento de producirse estas manifestaciones, sino el tratar de romperlas antes que estas se realizaran. Para ello los empresarios del carbón contaron con una red de soplones, más conocidos en la zona como “gansos o sapos”, que los mantenían informados sobre estas actividades, así como también, quienes las acaudillaban, pues bien, la represión se dejaba sentir con mucha fuerza sobre los mencionados caudillos, ya sea a través del soborno en dinero o el castigo físico, que en algunas ocasiones llevó a la muerte a más de algún dirigente obrero como el sindicalista carbonífero de la FOCH Carlos Barrientos Cardenas en el año 1922.
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“descampesinización”3333, fenómeno acelerado desde la segunda mitad del siglo
XIX por la presencia empresarial extranjera en la actividad económica nacional.
Para el caso del carbón la intervención de capitales del eje Copiapó-Valparaiso,
en las personas de Matías Cousiño, de Jorge Rojas, los hermanos Alemparte,
José Tomas Urmeneta, Thomas Bland Garland, Pablo y Guillermo Délano y
posteriormente del mismo Federico Schwager y en menor medida de la familia
Claude3434, darán el impulso definitivo para la conformación de los complejos
minero-industriales de Coronel y Lota.3535
Este proceso de inversión en infraestructura, para lograr la
maximización de la producción y comercialización del carbón requirió la
conformación de un incipiente mercado de trabajo local, que debido a la
envergadura de las faenas, pronto se vio sobrepasado, debiendo recurrirse al
mercado de trabajo externo, esto es, contratar personas provenientes de otras
áreas geográficas y económico-culturales, como lo fueron efectivamente las
provincias de Ñuble y Bio-Bio, en su gran mayoría peones jóvenes en busca de
nuevos horizontes, y por su puesto, de un trabajo para el cual, lo único que
podían ofrecer era su fuerza bruta. Ambos pueblos - Coronel y Lota - vieron en
un par de décadas aumentar sostenidamente su población, un constante flujo
migratorio posibilitó la existencia de un cuerpo social inestable, con empleo
ocasional, población flotante y otros rasgos de población fronteriza3636. El
desarraigo fue de gran importancia en ambas ciudades, no sólo en las primeras
décadas de la explotación minera sino hasta bien avanzado el siglo XIX.3737 La
32 Salazar V, Gabriel. Labradores, Peones y Proletarios. Formación y Crisis de la Sociedad Popular Chilena del Siglo XIX, Ediciones Sur, Santiago, 1985, p. 145.
33 Ibídem34 Comerciantes establecidos en Valparaíso desde principios del siglo XIX, como socios de la firma Tayleur, Claude
& Cía. de Liverpool ligados comercial y familiarmente a la casa Schwager Maginnes. ver Evans Hardey, Oswald. Op. cit., p. 64.
35 Pinto Vallejos, Julio y Luis Ortega Martínez. Op. cit., pp. 20-23. y Ortega Martínez, Luis. La Industria del Carbón de Chile ..., pp. 28-36 y .ver además Evans Hardey, Oswald. Op. cit. pp. 12-17.
36 La violencia física, el alcoholismo y la prostitución, fueron los fenómenos sociales que mas hondo calan en los recuerdos orales y prensa escrita que aún se conservan respecto a esta zona.
37 Ortega Martínez, Luis. “La Frontera Carbonífera... “, pp. 138-139. Al respecto la documentación del Gobierno a través de las Memorias de Intendentes y del Poder Judicial, a través de sus Archivos Judiciales ofrecen una amplia
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población peonal en su mayoría presentó una extraordinaria movilidad en la
segunda mitad del siglo XIX, en épocas de cosecha, se dejaba las faenas mineras
y se iba a emplear al campo. La relación mutua entre agricultura y el trabajo
minero es en esta zona la que determina una de las características más
importantes del obrero minero: su condición campesina, condición que no sólo
tiene que ver con el origen ocupacional del minero sino también con la
persistencia de lazos de unión que siguen vinculando al minero tanto a su
comunidad de origen como al trabajo agrícola. Este fenómeno típico y
característico de la primigenia sociedad carbonífera, comenzó a perder fuerza
cuando las Compañías Carboníferas comenzaron a fijar su mano obra en
poblaciones cercanas a las faenas mineras, con la asignación de tierras, viviendas
y créditos de consumo. Con ello la concentración poblacional urbana de Coronel
y Lota experimentó hacia las tres últimas décadas del siglo pasado un sostenido
crecimiento.
Poblaciones Carboníferas. 1865-1907
1865 1875 1885 1895 1907
Arauco ---- 1.181 3.452 3.008 2.540Colico ---- ---- ---- 3.059 3.881Coronel 4.274 8.222 6.322 9.571 13.231Curanilahue ---- ---- ---- 400 6.185Lebu 562 5.783 3.387 5.483 3.343Lota 3.636 5.467 9.891 9.568 10.732Plegarias ---- ---- ---- 1.559 ----Total 8.472 20.653 23.142 32.648 39.912
Fuentes: Censos de Población.
Aquí valga una aclaración respecto a la topografía del relieve en
ambas ciudades, Lota, es antes que nada una ciudad montañosa, de relieves
sinuosos que superan el centenar de metros sobre el nivel del mar. La industria
carbonífera se instala en el sector llamado Lota Alto, allí la población inmigrante
visión del fenómeno fronterizo durante gran parte de la segunda mitad del siglo XIX: juegos de cartas, carreras a caballo, canchas de bolos, ramadas y bodegas generaron estos rasgos, de seres humanos expectantes, de bandoleros, oportunistas, estafadores y asesinos. Estos organismos del Estado registran tales cuadros como grave inquietud de su tiempo. ver Memorias de Intendente Concepción 1870 - 1890, y Archivos Judiciales Coronel 1880 - 1898, en Archivo Nacional, Santiago de Chile.
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en su mayoría, comenzó a radicarse y concentrarse en los cerros cercanos,
generando con el tiempo ciertos rasgos de pertenencia, por compartir formas de
vida y espacios similares. Lota Bajo, ubicado en un pequeño valle conectado con
la planicie costera, tuvo desde sus orígenes relaciones directas con el comercio
portuario, transformándose pronto en el eje administrativo y de servicios públicos,
es decir, la compañía carbonífera de Lota dejo su impronta en el sector alto de la
ciudad, mientras el Estado y el subsecuente desarrollo nacional dejo sus huellas
en Lota Bajo. Coronel en cambio, fue un pueblo, que debió su origen formal y su
transformación en ciudad a la industria carbonífera, su núcleo original, es decir, el
llamado “Coronel Antiguo”, se encuentra ubicada en una reducida planicie
costera, rodeada por el sur y el oriente por importantes formaciones montañosas,
que no obstante aquello lo comunicaban por el norte con un amplio valle, que
albergo un importante sector agrícola campesino,3838 y con las planicies litorales en
cuyo subsuelo se abrieron los piques y chiflones por donde se extrajo del fondo
marino la riqueza negra. Con el transcurso del tiempo, estos sectores, se
transformaron en la zona de expansión poblacional de la pujante comuna. Es
decir, mientras Lota se encontraba estrangulada entre cerros y dependiente del
carbón, Coronel, pudo expandirse y constituir potencialmente una ciudad, si bien
dependiente del carbón, un tanto mas diversificada que su vecina ciudad de Lota.
Sin embargo en ambas ciudades los pobres se aglomeraban tanto
en torno como sobre los cerros, en su mayoría jóvenes campesinos que
transformados bruscamente en obreros buscaban nuevas expectativas y un
salario con el cual subsistir. En estos arrabales las primeras casas se
construyeron recordando a las de los campos: caña, estera, arcilla y barro -los 38 Tan sólo mencionemos los fundos de Calabozo y Yobilo, dedicados a la agricultura y cría de ganado lechero, el de
Escuadrón dedicado al pastoreo de ganado vacuno; Buen Retiro, Boca Maule, Chollín y Millabú dedicados a la explotación forestal, cuya madera era utilizada para el apuntalamiento y mantención de los piques, chiflones y galerías de las minas. Todas estas actividades surgieron y se consolidaron en la medida que las industrias carboníferas diversificaron sus actividades, esto es en las últimas tres décadas del siglo XIX. Sobre esta diversificación industrial ver Astorquiza, Octavio. Op. cit. pp. 225-262 y Compañía Carbonífera y de Fundición Schwager. La diversificación operó como un proyecto de inversión y diversificación basada en el desarrollo de las fundiciones, Industria del ladrillo y loza, y finalmente la actividad forestal, lo cual nos permite hablar de verdaderos Complejos minero-industriales propiamente tales a principios del siglo XX.
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materiales más baratos- y su apariencia miserable no era mitigada siquiera por los
jardines, pequeños cultivos y árboles frutales que se mantenían en cada patio.
Esta característica aún se apreciaba - y no en pocas aún se mantienen-, en
algunas casas ubicadas en el cerro La Colonia, calle Federico Claude, Población
Berta Acevedo y sector Cementerio de Coronel 3939.
En términos generales, las condiciones de vida de la mayoría de la
población aun de aquellos que la recibían de las empresas, era deplorable 4040. La
vivienda era de reducidas dimensiones, carente de ventanas y de un piso seco, a
lo más dos piezas lo cual ya constituía algo excepcional. Si ha esto agregamos la
falta de agua potable, alumbrado o de servicios higiénicos aceptables las cosas
empeoran. Pues bien, si integramos a esta vivienda a sus moradores, familia
minera de por si numerosa, las cosas son realmente dramáticas. Este
hacinamiento, foco de innumerables enfermedades, incestos y promiscuidad fue
una historia dolorosa en la zona minera incluso hasta la década de los años
cuarenta del próximo siglo, tema que fue muy recurrente en los principales
periódicos de la zona.
Ante esta realidad, aun recordada por mucha gente minera, las
enfermedades cobraron la vida de muchos niños como las diarreas provocadas
principalmente por el cólera, afecciones respiratorias fueron muy comunes:
laringitis, bronquitis, neumonitis, pleuresis, tuberculosis, etc.4141
Que la zona minera ha tenido fama de conflictiva, no se debe a
cosas que recordemos del siglo XX. La condición de pueblos mineros, fronterizos
en sus orígenes y poblados en su gran mayoría por inmigrantes campesinos
genero de por si un ambiente social inestable que las autoridades nacionales
39 El Regional, Coronel, 28 de febrero de 1931, pág. 2.40 Ortega, Luis. El Mundo del Carbón en el siglo XIX, En Mundo Minero Chile, siglos XIX y XX, Universidad de
Santiago de Chile, 1991, pág. 111.41 Ibídem, pág. 109.
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unidas a los propios empresarios trataron de controlar. Fue común hasta fines del
siglo XIX que los respectivos funcionarios de gobierno como los gobernadores
manifestaran su preocupación ante la violencia que se expresaba en la zona y
que la autoridad más la policía de las compañías estuvieron lejos de controlar4242.
En los recuerdos aun quedan como días conflictivos las quincenas o
fines de mes en donde buena parte de los obreros partían a las ramadas y carpas
a beber alcohol y dar rienda suelta a sus pasiones. Con los años aparecen las
bodegas y locales estables en donde pasar un buen rato con los amigos. En unos
y otros las riñas se extendían a las calles, generando un problema particular
escandolo público, pues muchos de ellos terminaba con la muerte de uno de los
contrincantes o de algunos de sus amigos. Las noches eran aún más peligrosas,
por algo se digo que en Lota la noche es brava, después del alcohol y la reyerta
les tocaba el turno al amor, los problemas de faldas con prostitutas también
generaron todo tipo de conflictos. Los prostíbulos fueron numerosos en Lota y
Coronel, en esta última ciudad la calle Balmaceda se hizo conocida por la
variedad y calidad de sus concubinas incluso hasta el primer tercio del siglo XX4343.
A la luz de los resultados que arroja un análisis detallado de la
composición y evolución de la fuerza de trabajo en la Compañía Carbonífera e
Industrial de Lota4444 para el primer tercio del siglo XX, resulta factible hablar ya
para 1900 de un proletariado consolidado4545 cuya existencia y evolución tiene que
ver con la ubicación de ese mercado de trabajo minero en un contexto regional y 42 Ibídem, pág. 111.43 La Esmeralda, Coronel, 8 de agosto de 1936.44 Los Libros de Pagos del personal obrero de esta compañía nos permiten conocer el nivel general y particular de sus
salarios, los días trabajados, motivos de falla o ausencia y en algunos casos sus funciones específicas. De modo indirecto a través de su número o cédula de identidad, se ha podido reconstruir, algunos datos personales como su lugar de nacimiento, estado civil, número de hijos, nivel de educación, filiación personal y otros oficios u empleos declarados.
45 Esta aseveración debe ser tomada en el sentido de clase social, ya que como mercado de trabajo local, es decir como mercado de mano de obra abundante y barata, su situación aun era aparentemente inestable, corrobora esta aseveración la contratación por estos años por parte de las compañías carboníferas de enganchadores de obreros para sus faenas. La supuesta escasez de mano de obra, como lo ha planteado Gabriel Salazar al autor de este artículo, se debería a la revitalización del sector agrícola y más específicamente de la hacienda, en lo que ha dado por llamar el proceso de reinquilinización.
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nacional junto a otras formas de producción como la agricultura campesina en las
provincias de Ñuble y Bio-Bio, la agro-industrial de base triguera en las cercanías
de Concepción, y el ser esta última ciudad, el eje de un pujante comercio e
industria, que funcionará como el gran mercado de las áreas circundantes, entre
ellas la zona carbonífera.4646 Con estas formas de producción la minería
carbonífera sostiene relaciones basadas en la utilización simbiótica de la fuerza
de trabajo y de bienes de consumo, necesarias ambas para la subsistencia de
esta actividad. Todo ello debido a que las ciudades de Coronel y Lota, y sobre
toda esta última, nada producía a excepción del carbón y de sus industrias
anexas. Ambas en mayor o menor grado debían abastecerse para su
subsistencia alimenticia de otras áreas, fundamentalmente de la ciudad de
Concepción.
Por esta última razón la dependencia de los pueblos que nacieron
a la sombra del mineral carbonífero debió su existencia y desarrollo a esta
actividad, casi en forma exclusiva, generando una mentalidad minera de
pertenencia que fue construida por las generaciones que acompañaron a Matías
Cousiño como mano de obra barata y abundante, desarraigada y violenta. Lo que
ha sido Coronel y Lota así como el resto de las localidades que conforman la
cuenca de Arauco deben su lugar en la historia del pueblo chileno a esa segunda
mitad del siglo XIX, ese siglo que vio y escucho los lamentos y alegrías de
nuestros antepasados y que aun repercuten en nuestro tiempo.
46 Para una mayor profundización a este respecto ver Mazzei de Grazia., Leonardo. Sociedades Comerciales e Industriales y Economía de Concepción 1920-1939. Edit. Universitaria, Santiago, 1991.
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