Diré de la tarde,de la luz dorada,de la piel amada
verdadera. Arde
entonces tan clarotodo cuanto somos...
y ese qué, o su cómo,tan raro, tan raro,lo hablará la tarde,
esa luz dorada,la piel tan amada,
la Verdad que arde…
La riqueza de cada instante, la belleza que encierran las cosas, las personas, el devenir de cada historia en el paseo diario,
la dicha de conocer la inmensidad de todo ello...
Junto al dolor y al sufrimiento, frente a la injusticia,
el gozo de poder asumirlos para elevarse sobre ellos y seguir caminando... cuando llega la tarde.
Porque sé que cada día no es maravilloso
pero amo lo maravilloso que hay en cada día…
Una niña jugando y mira, mira
el niño mientras – el aire delira-.
Tiempo que pasa, y el niño, la niña
a él acompasan su juego y la riña.
La niña, el agua y el niño-cariño,
la tarde, el columpio, quizá ese guiño
que atrapa. Y quisiera, o desespera
porque aún infantil – un murmullo- era.
¿ Qué será – dirá luego el tiempo que habla-
al pasar ya la tarde, el chorro de agua
y el columpio roto en el día aquel...,
voces grabadas como en esa tabla
sabrán bien cantar la Vida que fragua
el sueño de ella, de esa niña y él...?
La pregunta que empieza…
Actores del día a día,autores de vida vamos
( en el paseo decíancuánto nos preguntamoslas sombras de fantasía
en la acera que pisamos).¿ Por qué y para qué, y cómo...?
es la eterna sintonía.
¡ Preguntadle a ella...!: vauna anciana en dos muletas
sostenida pero yatan despacio, casi quieta,sigue el camino y va, va...
...En las aceras decíanlas sombras de poesía
dónde será donde andamosy por qué nos preguntamos,
y una mujer casi quietaseguía con dos muletas
el camino: ¡ vamos!, ¡vamos...!
La edad que responde…
Inclinaré mi rostro ante tu manoque pide mendicante y es oscura,
que recuerda incesante esta locurade negarte porque eres africano.
Inclinaré mi cara de vergüenza
y de envidia a tu fuerza de vida.Por ella rogaré para que venza:
en mi oración irá toda tu herida.
No soy nadie. Soy menos que tú:por los tuyos capaz hasta la muerte
pero humilde me pides… con tu mano.
Te doy todo quien soy. Ya me das tútodo un fuego de vida en tu alma fuerte:
¿ Cómo no inclinaré mi voz hermanoante la tuya… por ser africano…?
La contradicción ante tanta injusticia que no sabemos resolver…
Era un hombre una vezque sembraba semillas.
Mil, dos mil, no sé yocuántos granos de vida.
Un pobre hombre, un desierto,
y sembraba, decían…(¿ suspiros de esperanza
o de melancolía?)
Sembró y sembró, sembraba,
su alma así en cada heridade una tierra que – dicen-
resucitó a la vida.
Sembrar los desiertos de la existencia con palabras, actitudes… como el hombre que nos enamoró en el relato de Jean Giono.
( Papel artesanal y y hojas prensadas)
La propuesta…
Es la vida que fluye.
La hoja ágil
que se desprende.
Calma. El invierno
en esta mañana. Esa luz tan frágil.
Es sentir que devuelve un tiempo eterno.
La abuela, la madre, el niño pequeño.
Rumor del aire como una caricia
al oído. La prisa: el ir risueño
del ave, la hoja, el niño.
Delicia.
Es la vida que fluye.
Viene, va,
tras frío calor... como en el paseo.
Cual la hoja que pende... o se desprende:
Nuevo sol en el gris siempre será
para dicha del día y su recreo.
Hoy el alma, callada, al fin... lo entiende.
Pues la vida sigue…
Decididamente ir y paso a paso:hasta un perrillo tiene vida plenacon el sol que amanece, con su
ocaso...¿ por qué entonces ser menos que la
arena?
El nacer para ser libre o esclavodel tiempo, del dolor o la memoria,mas continuar con miedo o siendo
bravoy hacer de cada cruz una victoria.
Hasta hierba amarilla otra vez crecey del árbol resurge rama nueva:
entonces no es sufrir una condenasi cuando el alma llora se endurece.¿ No veis la luz, el aire que le lleva
también la mar... a la sencilla arena...?Y hemos de seguir también nosotros…
Como el fuego quien sufre, quien
padece
y no niega el sufrir pero amanece
con la Luz que se alberga en cada día
porque es su compañera y su vigía.
Como hierro quien sigue pese a todo,
quien navega otra vez aunque
naufrague,
quien se levantará de cualquier modo
para encender amor cuando se apague.
Perseguir como fin será la fuente
del pulso apasionado ante la vida
quien sufre pero goza totalmente.
No habrá nada. No habrá ninguna
herida,
ningún duelo que sea suficiente.
¿ Cómo apagar un alma decidida?
Con el coraje de seguir construyendo… aceptando nuestra humana limitación…
El sencillo paladeo
de una taza de café.
La caricia, el recreo
y la risa o ese qué
de las manos tan unidas
por quererse sin porqué.
La sonrisa en el paseo
de una amiga que se olvida
del dolor cuando la veo:
El sencillo paladeo
de mi alma cuando sé
de la charla, del paseo,
de caricias de la vida,
de una taza de café...
Y continuaren el misteriode la vidatal como es,como viene…
Diría del Amor que es recibirla Belleza tan grande que hay en todo.
Diría que es mirarLa, que es oírsu Son para cantarLa en cualquier modo.
Diría de ese baile de las ramas que va con el paseo conjugado,
de pieles que se quieren y se llaman,de cada rostro amable y sosegado.
Diría de los ojos del que es pobre,de quien da aunque nada ya le sobre,
y allí tanta Hermosura diré y digo.
Pero es más... Es mirar, ver, y es oírel Son que va... yo no sabré decir...
Vida que canta Lo lleva consigo.
Pues cómo no mirar, ver, oír…y cantar…
A mi verso le aconseja
el paseo de un perdido,una mujer que se aleja
y el papelillo caídoque cualquiera al suelo deja.Quien sonríe o quien se quejao quien calla porque es niño,
porque está enfermo o es vieja,o quien sólo con su aliño
se expresa, viene y se dejaen el verso de mi endecha:el verso que con perdidos,
con las risas, con las quejas,con quien viene o quien se aleja,
y el papelillo caídode cualquiera que se deja,
se abraza y se estrecha, estrecha...
Madrid, fines de mayo de este año 2009.
La autora prefiere la difusión libre y gratuita.
Y entonces entregarse…
Registro de la Propiedad Intelectual nº M-004803/2009