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La Catrina, pagina 3

El Altar de Muertos, pagina 11

El Hanal Pixán, pagina 8

Índice¿Qué es el día de muertos?........................................................................... 2La Catrina…………………………………………........... 3Día de muertos en Quintana Roo: El Hanal Pixán………………………………………….... 8La Preparación…………………………………........ 9El Altar de Muertos……………………………… 11

Comida Tradicional del Hanal Pixán…. 17

¿Qué es el Día de Muertos?

El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen mesoamericano 1  que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Al llegar los conquistadores el culto a la muerte se fusionó con la religión católica, dando origen a la tradición del Día de Muertos durante el 1º y 2 de noviembre de cada año. En estas fechas los mexicanos celebramos a nuestros muertos acudiendo a los panteones para adornarlos con flores, y en nuestros hogares colocamos altares, para que las almas queridas abandonen el más allá y vaguen unos cuantos días por el mundo, visitando a su familia, su casa y amigos.Es una festividad que se celebra en México y en algunos países de América Central, así como en muchas comunidades de los Estados, donde existe una gran población mexicana y centroamericana. La Unesco ha declarado la festividad como Patrimonio.2 Existe en Brasil una celebración similar conocida como Día, aunque esta festividad no tiene

las mismas raíces prehispánicas que el Día de los Muertos.

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La Catrina“La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”-  José Guadalupe Posada

Tanto se burla el mexicano de la muerte que entre sus artefactos populares también le ha dado nombre y forma, y se llama La Catrina.La Catrina como símbolo popular de la muerte (o uno de los símbolos dentro de toda la cosmovisión y cultura mexicana frente a la muerte) fue bautizada como tal por el muralista Diego Rivera (1886-1957), y aunque en sus obras encontramos representaciones de esta dama blanca elegante y delgada, no fue el primero en incluirla en su obra, ya que fue José Guadalupe Posada (1852-1913) el precursor de esta representación.La historia de La Catrina empieza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. En estos periodos, se empezaron a popularizar textos escritos por la clase media que criticaban tanto a la situación del país como de las clases privilegiadas. Los escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos se empezaron a reproducir en los

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periódicos llamados de combate.

José Guadalupe Posada (1852-1913) fue un célebre grabador, caricaturista e ilustrador que colaboró en medios como El Padre Cobos, El Ahuizote y La Patria Ilustrada. Sus críticas sociales que evidenciaban situaciones de desigualdad e injusticia en el país y en la sociedad porfiriana, le hicieron famoso además dentro del arte popular por sus dibujos de “calacas”; las calacas o calaveras ilustraban corridos, historias de crímenes, a políticos, damas, toreros…

Es por ello que sus calaveras, bautizadas en un principio y por él mismo como “La Calavera Garbancera” representan al pueblo, a su carácter desenfado y festivo, y a la situación de la época, aunque hoy se les asocie más al día de muertos. El garbancero era aquel

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Calavera garbancera, de José Guadalupe Posada. Periódico de la época revolucionaria.

que a pesar de tener sangre indígena pretendía ser europeo y renegar a su propia cultura; situación que el ilustrador condenaba. Por ello, su calavera con sombrero, sin nada más, representa al garbancero: al que pretende aparentar lo que no es.

Las Catrinas también estuvieron acompañadas en los periódicos por las famosas calaveras. Las calaveras literarias, son composiciones en verso

tradicionalmente mexicanas que en vísperas del día de muertos se suelen escribir como otra de las manifestaciones de la cultura popular para hacer burla tanto a los vivos como a los muertos, y recordar que todos nos vamos a morir. Están escritas con un lenguaje satírico o burlesco y son textos muy breves pero que reflejan todo el espíritu y festividad del mexicano frente a la muerte. Hoy en día se acostumbra que desde que los niños son pequeños, en la escuela, hagan burla o crítica de algún personaje o situación de interés general o moda con este formato.

Calavera garbancera, de José Guadalupe Posada. Periódico de la época revolucionaria.

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La

influencia de la obra de Posada le llegó posteriormente a Rivera, quien re-adaptó el concepto, la bautizó como Catrina, como anteriormente menciono, y le añadió nuevos atributos, ropa, porte y elegancia, como se puede ver en Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, convirtiéndola en Catrina.

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Después de estos dos grandes precursores de la Calavera Garbancera o Catrina, muchos artistas han re interpretado y adaptado a su labor la esencia de la figura esquelética. Por ejemplo, Andrew Gallimore:

Hoy en día, la catrina, siendo una invención popular, se ha vuelto un artefacto popular y ha salido de los límites del lienzo o el grabado para ser parte de la cultura viva mexicana, de sus usos

Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, Diego Rivera

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y costumbres. Parte de “lo mexicano” y de su posición frente a la muerte. La observa, se la acerca, la hace parte de su entorno, de su arte y es una artesanía que simboliza el mestizaje. Se ha vuelto artesanía que resalta la riqueza formal y espiritual del país.

Foto de Pilar Turu, Guadalajara 2012

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Día de muertos en Quintana Roo: “Hanal Pixan”

El maravilloso paraíso del Caribe que durante todo el año recibe a miles de turistas atraídos por su cálido sol e inigualable mar azul turquesa, se alegra con colores, música y misticismo para celebrar el tradicional Día de Muertos. 

Mientras que el 31 de octubre otros países celebran la Noche de Brujas (Halloween) mediante fiestas de disfraces, casas encantadas y magia, México festeja el Día de Muertos el 2 de noviembre. Esta festividad sugiere la creencia de que entre el día 31 de octubre y el día de la celebración, las almas de los queridos difuntos deambulan por la tierra para disfrutar de los placeres que tenían en su vida terrenal. 

A lo largo del estado de Quintana Roo, el “Hanal Pixán”, como la comunidad maya conoce esta fiesta. Hanal Pixán, proviene de vocablos en lengua maya (pronunciase janal pishán), (maya: Hanal (Comida) y Pixán (Alma que da la vida al cuerpo), 'Comida de las almas'; es el nombre en lengua maya de la comida tradicional  que se ofrece a los muertos cuya conmemoración se realiza en la Península de Yucatán,

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en pueblos y ciudades de origen o con influencia maya, el día 2 de noviembre.

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“La Preparación”A lo largo del estado de Quintana Roo, el “Hanal Pixán”, como la comunidad maya conoce esta fiesta, es una de las tradiciones más significativas debido a las preparaciones que conlleva su celebración: la construcción de altares de muertos adornados con palma, cruces, hipiles, velas, bebidas, fotos y la comida que más disfrutaba el “finado”, como le dicen a sus difuntos. Durante el Hanal Pixán, las personas rezan y cantan, barren los patios y pintan las bardas para recibir a sus difuntos con todos los honores. 

De esta forma, cada región que comprende la entidad tiene diversas formas de efectuar la celebración, aunque todas coinciden en lo elemental: la comida y el propósito de esta. 

Gastronómicamente, el Hanal Pixán es una celebración que reboza de sabor. Con el fin de que todas las almas gocen de los placeres terrenales, grandes porciones de los mejores platillos son preparadas. Prueba de ello es el Mucbipollo, proveniente del maya “Pib” que significa “enterrado” y que es en esencia un tamal o pastel de maíz relleno de pollo, salsas, caldos y diversas especias, cocido en una fosa bajo tierra y cubierto con hojas de plátano y henequén. Toda esta comida se dispone sobre los altares para que las almas puedan tener su banquete. 9

La creencia dicta que al día siguiente la comida que fue ofrendada habrá perdido su sabor y sus nutrientes. 

Al menos en la Capital de Quintana Roo se estima que más de 20 mil personas han visitado los camposantos

entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre. La celebración comienza desde mucho antes con el bordado de los manteles que se utiliza sobre la mesa; la elaboración de los trastes de barro, las velas de cera, etc. Se hace una limpieza general de casa y patios, se pintan las albarradas, todo esto se hace “para que las ánimas que llegan esos días no tengan que hacerlo”. Las mujeres deben terminar sus quehaceres temprano “pues si llegan las ánimas antes se ponían a llorar, por ver el trabajo inconcluso”. Se acostumbra dormir temprano la noche anterior “para no perturbar las almas que vienen llegando”. 

Cabe señalar que el día de muertos fue declarado en el 2003 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, debido a la importancia en la cotidianidad de las comunidades indígenas mexicanas con respecto a las diferentes dimensiones y percepciones de la muerte.

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“El Altar de Muertos”

A través de la historia del hombre, el culto a los muertos se ha manifestado en diferentes culturas de Europa y Asia, como la china, la árabe o la egipcia, pero en las culturas prehispánicas del continente americano no ha sido de menor importancia; así, la visión y la iconografía sobre la muerte en nuestro país son notables debido a ciertas características especiales, como el sentido solemne, festivo, jocoso y religioso que se ha dado a este culto, el cual pervive hasta nuestros días.

La muerte es un personaje omnipresente en el arte mexicano con una riquísima variedad representativa: desde diosa, protagonista de cuentos y leyendas, personaje crítico de la sociedad, hasta invitada sonriente a nuestra mesa.En México, las culturas indígenas concebían a la muerte como una unidad dialéctica: el binomio vida-muerte, lo que hacía que la muerte conviviera en todas las manifestaciones de su cultura. Que su símbolo o glifo apareciera por doquier, que se le invocara en todo momento y que se representara en una sola figura, es lo que ha hecho que su celebración siga viva en el tiempo.Es así, una ardua tarea entender la muerte y su significado, labor que abarca momentos de innumerables reflexiones, rituales y ceremonias de diversa índole, lo que ha erigido el máximo símbolo plástico de la representación de esta festividad: el altar de muertos. Dicha representación es quizá la tradición más importante de la cultura popular mexicana y una de las más conocidas internacionalmente; incluso es considerada y

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protegida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos. Los deudos tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia ese día, y así consolarlos y confortarlos por la pérdida.El altar, como elemento tangible de tal sincretismo, se conforma de la siguiente manera. Se coloca en una habitación, sobre una mesa o repisa cuyos niveles representan los estratos de la existencia. Los más comunes son los altares de dos niveles, que representan el cielo y la tierra; en cambio, los altares de tres niveles añaden a esta visión el concepto del purgatorio. A su vez, en un altar de siete niveles se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz. Este es considerado como el altar tradicional por excelencia. En su elaboración se deben considerar ciertos elementos básicos. Cada uno de los escalones se forra en tela negra y blanca y tienen un significado distinto.

En el primer escalón va colocada la imagen de un santo del cual se sea devoto. El segundo se destina a las ánimas del purgatorio; es útil porque por medio de él el alma del difunto obtiene el permiso para salir de ese lugar en caso de encontrarse ahí. En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu para los niños del purgatorio. En el cuarto,

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el personaje principal es otro elemento central de la festividad del Día de Muertos: el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan. En el quinto se coloca el alimento y las frutas preferidas del difunto. En el sexto escalón se ponen las fotografías de las personas ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar.Por último, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima.

Las ofrendas y su significadoLas ofrendas deben contener una serie de elementos y símbolos que inviten al espíritu a viajar desde el mundo de los muertos para que conviva ese día con sus deudos.Entre los elementos más representativos del altar se hallan los siguientes:Imagen del difunto. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del difunto.La cruz. Utilizada en todos los altares, es un símbolo introducido por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas como la veneración de los muertos. La cruz va en la parte superior del altar, a

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un lado de la imagen del difunto, y puede ser de sal o de ceniza.Imagen de las ánimas del purgatorio. Esta se coloca para que, en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida. Según la religión católica, los que mueren habiendo cometido pecados veniales sin confesarse deben de enviar sus culpas en el purgatorio.Copal e incienso. El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente.Arco. El arco se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos. Se le adorna con limonarias y flor de cempasúchil.Papel picado. Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.Velas, veladoras y cirios. Todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza, respectivamente. Los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar.

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Agua. El agua tiene gran importancia ya que, entre otros significados, refleja la pureza del alma, el cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos. También se puede colocar junto a ella un jabón, una toalla y un espejo para el aseo de los muertos

Flores. Son el ornato usual en los altares y en el

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sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.Calaveras. Las calaveras son distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que esta siempre se encuentra presente.Comida. El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute.Pan. El pan es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores españoles. Puede ser en forma de muertito de Pátzcuaro o de domo redondo, adornado con formas de huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís.Bebidas alcohólicas. Son bebidas del gusto del difunto denominados “trago” Generalmente son “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.Objetos personales. Se colocan igualmente artículos pertenecientes en vida a los difuntos, con la finalidad de que el espíritu pueda recordar los momentos de su vida. En caso de los niños, se emplean sus juguetes preferidos.

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“La Comida Tradicional en el Hanal Pixán”

La jarana, el color de sus huipiles, la cochinita pibil, el Paseo Montejo y la Blanca Mérida son el marco para la fiesta del Hanal Pixán. La cosmogonía maya dice que hay trece cielos antes de llegar al paraíso, solo las mujeres que han muerto durante el parto, sacerdotes, guerreros, gobernantes y todo aquel que era ofrecido en sacrificio iban directamente al paraíso, los demás tenían que recorrer cada cielo antes de llegar al destino final de la vida eterna.La comida de ánimas, eso es el Hanal Pixán donde los vivos complacen a sus muertos así como los antiguos mayas agradecían el maíz a los dioses por medio de los sacrificios humanos.Alimentar el alma y saciar el espíritu, es lo que buscan los yucatecos durante el Hanal Pixán. Lo que se ha de disponer en la ofrenda corresponde a los gustos de los difuntos, pero también hay platillos que sólo en esta fiesta se realizan. La mayoría de las preparaciones tienen reminiscencias mayas y los nombres son muestra de ello.El hombre se formó a partir del maíz, eso dicta el mito maya, y es precisamente el maíz el actor principal de la comida de la ofrenda. Algunas delicias de la cocina yucateca que no pueden faltar son atole nuevo, dulce de papaya, tamales de x'pelón (frijol tierno), la

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ensalada xec (que es naranja, jícama, mandarina, chile en polvo, cilantro y unas gotas de limón), yuca con miel, dulce de pepita y coco, mandarinas y jícamas.Las bebidas no pueden faltar. Entre ellas destaca el chocolate, el balché (que proviene del árbol del mismo nombre, del cual se toma la corteza para fermentar con agua y miel de abeja) y el licor de xtabentún (se fabrica en Yucatán, teniendo como ingredientes principales miel de abeja de la zona, mosto de caña de azúcar y anís). Pero sin duda alguna el platillo que muertos y vivos disfrutan es el pibipollo o mucbipollo, que significa “pollo enterrado” y que es un tamal con pollo, masa de maíz y una salsa espesa que tiene achiote.El agua y sal, significan el inicio y fin de la vida. Quizá sean los elementos más importantes para agraciar a las ánimas.Es así como un pueblo que no olvida a sus antepasados trata de preservar, difundir y recordar su tradición.

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