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Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España
1 TRANSFORMACIÓN De un pensamiento libre, olvidando lo aprendido, se desprendieron los añadidos. El resultado limpio también podía llamarse Arquitectura, tal vez arquitectura. Esa a minúscula bastaba para resolver los problemas: ordenar el mundo donde desarrollamos nuestra vida. Exigía más cuidado y claridad, más pureza en el arranque. También delicadeza y fina sensibilidad. Arquitectura simple en apariencia. Reducida al mínimo. Puro extracto. Con sacrificio y disciplina. Con imaginación. Anonimato serio y digno. Presencia por conocimientos, nunca por tonterías. Arquitectura de servicio. Satisfecha de ser útil a los demás. Certeras las palabras del arquitecto “educadamente subversivo” que señalan (apuntan a) la transformación de nuestra profesión. De haber unos rasgos distintivos hoy, probablemente serían éstos. Cuidarlos sería el interés común. 2 NECESIDAD Porque es bueno y es difícil preservarlo sin aunar/sumar las fuerzas, (el interés común) necesita quien lo guarde, quien vele por él. Construir, habitar, pensar. Construir, preservar, proteger. Cultivar. Pasado, presente y futuro. Guardián del tiempo. Como la casa. Un órgano vivo en transformación permanente. Sin perder su identidad. Exactamente igual que lo que representa. Hasta ahora la imagen son sus siglas (y su escudo). Con esa parquedad tan nuestra. Bien. ¿Revisar o actualizar la tipografía sería suficiente para expresar su refundación? Su dibujo solo alcanzaría a representar algunos rasgos más o menos apropiados. Y las letras no significan nada por sí solas. Tampoco nos identifican ya las coronas y laureles, propios del tiempo de las mayúsculas y las academias. Pero la rosa y el compás, la naturaleza y el pensamiento (la abstracción), son la misma esencia de la arquitectura. Símbolos del hombre añadido a la naturaleza. Símbolos del habitar. Impensable que no estén (presentes en la nueva imagen). De una forma u otra. 3 SEÑAL La vieja casa donde van y vienen la estrella y la rosa. Las personas van y vienen y su presencia ocasional es lo de menos. Lo que prevalece es la huella que dejan inscrita, solidificada. Esa es la señal de lo que es permanente y pertenece a los hombres. La señal de cuya construcción deben ocuparse los arquitectos. Revisaremos su imagen dibujando una señal, fundando un lugar. Ligeros de equipaje fundaremos ese lugar que represente la refundación del Consejo. Como un campamento donde instalarse. Como una pequeña piedra. La primera en el suelo. O proyectado en un dibujo. Como siempre hacemos los arquitectos. Como mejor se representa la arquitectura. Conscientes de que ninguna representación sustituye la experiencia
de la realidad (aquí intangible, una idea). Sabiendo que la imaginación es capaz de volar cuando nuestros dibujos son capaces de encenderla. Señal. Huella. Marca. Material de construcción que identifica un mundo distinto. Que forma un lugar especial, enraizado en sus mismas ambiciones (sociales). Que forma un lugar. Esté donde esté. Ideograma. Esencial y abstracto. Imagen nueva que contiene “solo” lo esencial. Cargada de significado en su abstracción. Seca en la forma y abundante en el contenido simbólico. Con economía de medios y abundancia de ideas, de imaginación. Como la buena arquitectura española. Ajena a delirios de cambio, de modas, de alocadas búsquedas formales o conceptuales. Recurriendo a lo invariante, a lo realmente original, a lo esencial. A lo que nos convoca y une. Imagen capaz de situarnos en el origen del ser hablante. No es necesario reconocer las siglas, ni siquiera conocer su significado. En ella se intuye la arquitectura. Sugerida, en potencia, una forma latente. Código genético del organismo. Cofrecillo de esencias. Cuanto más sencilla es la casa grabada, más hace trabajar mi imaginación de habitante. Una imagen poética. Un símbolo. La firma de todos. ¿No firmaban con un sello en el antiguo Japón? Y después aquel arquitecto ejemplar, maverick de la modernidad en el lejano Oeste. Logotipo. Isotipo. Arquetipo. Letras, símbolo, fundamento. Pictograma abstracto. O figurativo, según se mire. Macroscopia y microscopia. La misma cosa, distintas distancias. ¿Una casa? ¿Unos cuartos? ¿Quizá una ventana enmarcando la vista? Estructura añadida al paisaje en cualquier caso. ¿Cómo explicarlo? El poeta no me confiere el pasado de su imagen, pero su imagen arraiga enseguida en mí. Modestamente, ese es nuestro deseo. 4 CONSTRUCCIÓN Solo si somos capaces de habitar podremos construir. ECH Si la casa es la imagen del habitar y el Consejo representa su poética y su ciencia, su imagen será una casa. La casa de los arquitectos. Son sus cuartos las siglas. Cinco letras. Cinco conceptos. Cinco figuras distintas contenidas en una mayor. El logo de los cuartos. La casa es imaginada como un ser concentrado. La figura del cuadrado representa la unión. Un símbolo de su capacidad de permanencia, de su inviolabilidad. Objeto de fuerte geometría. Visible y tangible. Hecha de sólidos bien tallados, de armazones bien ensamblados. Domina la línea recta. La plomada le ha dejado la marca de su prudencia y su equilibrio. Erguido sobre el plano terrestre de las cosas comprensibles contraes con la naturaleza un pacto de solidaridad: es el ángulo recto. Con cada ángulo recto, una futura solidaridad, una posibilidad de conquista de
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En esta memoria hay fragmentos de Alejandro de la Sota, Josep Llinás, Enric Miralles, Luis Martínez Santa‐María, Juan Navarro Baldeweg, Iñaki Ábalos, Francisco José Sáenz de Oíza y de Le Corbusier. También de Eduardo Chillida, Martin Heidegger, Gaston Bachelard, Italo Calvino, Georges Duhamel, Jules Supervielle y Georges Spyridaki.
lo contiguo. La ortogonalidad es ambiciosa. Tanto que “hasta la naturaleza saldrá del cartabón”. La genética de cada espacio‐cuarto está determinada por cada una de las letras. Su posición y su tamaño lo están por lo que significan. Proporcionados por la ley que dicta el crecimiento de los seres naturales. La corporeidad de la línea es la corporeidad de los materiales. Como en un detalle de construcción bien pensado y bien dibujado. Las juntas identifican unidades independientes. Permiten la respiración. Porque al construir, igual que al cantar, las juntas no son consecuencia de los límites de la materia, sino de los límites de un cuerpo. La arquitectura es el “arte del cuerpo”. ¡Qué grandes verdades las verdades constructivas! Las líneas de los muros dibujan el espacio, lo envuelven y agitan. La materia, “un espacio más lento”, da paso al vacío. Importa lo que ocurre dentro, en el espacio, en el soporte (de la vida). La casa, como el hombre, es un ser entreabierto. Los vacíos son orgánicos. No hay islas. Son continuos con el medio. Quizá son recintos de un primer asentamiento humano, urbano. De ser un castro romano hasta podría verse sus cardo y decumano. Llenos y vacíos. Quizá los cuartos son patios. Y el cielo que se vuelca por encima de sus muros es un huésped bienvenido. Todo lo que hacen los bosques, los ríos o el aire Cabe entre estos muros que creen cerrar la estancia Acudid caballeros que atravesáis los mares Sólo tengo un techo de cielo, encontraréis lugar. Parece un dibujo, pero es una ventana. (Permíteme que en vez de ser lo que eres, seas para mí lo que pareces.) Ventana de fractalidad cartesiana. Podrás ver el paisaje a través de los ojos de la arquitectura. Es el hombre añadido a la naturaleza. La rosa y el compás. CUERPO / OBJETO Aunque está llamada a transformar el entorno físico, la arquitectura es un proceso mental. Los arquitectos construimos pocas cosas con nuestras propias manos. Vivir y trabajar en un mundo cada vez más virtual exige recuperar la fisicidad, el gusto por lo material, la relación con nuestro cuerpo físico, con nuestro ser sensible. Por eso la imagen/el símbolo puede ser corpórea. Se construye con materia tangible. Como un ancla a la fisicidad que a veces olvidamos. Podría ser un obsequio, otorgarse como reconocimiento a una buena labor.
¿Al final la nueva imagen es la representación (en planta o en sección) de ese cuerpo? ¿No habíamos esculpido el símbolo en la materia? Qué importa. La imagen, al final, es sobre todo mental, un recuerdo perdurable. Memoria (en esta lluvia incesante de imágenes). VERSÁTIL Un sello. Versátil en su aplicación. Se estampa, se dibuja, se cose, se extruye, se talla, perfora, se ilumina. Se añade al fondo, al soporte, y lo estructura, como la arquitectura. Más grande o más pequeña según el uso. Hasta podría hacerse pattern y abarcar más territorio sin cambiar de escala. Trama, malla geométrica que da la medida del cuerpo en lo inabarcado. Escala gráfica. EXPRESIVO Cambiante y expresivo. Varía su temperatura. De lacre rojo se estamparon antaño los sellos que cerraban los documentos importantes. Roja era también la tinta en la firma del arquitecto. Y es que el color mineral conviene a la arquitectura, complemento de la naturaleza. Habitación roja. Podría reservarse para el día que la celebramos, cuando comienza el otoño. Como guardiana del tiempo, el símbolo de la casa de los arquitectos celebraría cada cambio de estación. Rojo en otoño, azul pálido en invierno, verde en primavera, amarillo en verano. Otros colores vendrían a identificar las distintas áreas de actividad del órgano. Cultura, Internacional, Técnica, Jurídica. Magenta, cobalto, naranja, violeta. Metálica para los premiados. Oro, plata y bronce. El código queda abierto a sugerencia. Mi casa es diáfana pero no de vidrio. Es más bien de la misma naturaleza que el vapor. Sus paredes se condensan y relajan según mi deseo. +]