Construcción de la Paraná moderna de principios del siglo XX: cambio de
nomenclatura de las calles 25 de mayo y 9 de julio
Autora: Victoria Natiello
“(...) las imágenes nos permiten imaginar el pasado de
un modo más vivo. (...) al situarnos frente a una
imagen, nos situamos frente a una historia. Una
imagen es una forma importante de documento
histórico, y la mejor guía para entender el poder que
tenían las representaciones visuales de la vida política y
religiosa de las culturas pretéritas”.
(Burke 2005:17)
2
Explorar las invisibilidades de lo fotografiado
Nuestro trabajo adopta una perspectiva de investigación basada en imágenes, las
concibe como generadoras de conocimiento. La decisión de investigar en y por
imágenes, específicamente fotográficas, reconoce que éstas están impregnadas de un
espacio, un tiempo, un motivo, un propósito, tecnologías, subjetividades y de una serie
de decisiones -intencionales o no- que delimitan en un encuadre qué mostrar y de qué
manera. Lo interesante aparece cuando trascendemos lo que el fotógrafo pretendió
mostrar.
Cuando advertimos que la imagen abarca más datos de los que el fotógrafo pretendió
mostrar, nos referimos a que en la fotografía quedan impresas ciertas huellas –
indicios- posibles de rastrear que remiten a realidades más complejas: climas de
época, procesos históricos, sociales, culturales, imaginarios, construcciones
identitarias, etc. El rastreo de estas huellas y la construcción de conjeturas en función
de lo directamente perceptible, supone la puesta en juego del llamado paradigma
indiciario (Ginzburg, 1999), utilizado en estudios cualitativos de casos particulares,
individuales, de insuprimible aleatoriedad.
Siguiendo a Entel “El paradigma indiciario resulta el más apropiado para el estudio de
la imagen-cognición por ser el único que conjuga la idea en lo sensible (...) este
paradigma, además, no rechaza lo simbólico pero tiene necesidad de encarnarse”
(2008:117). A diferencia del paradigma galileano, el indiciario busca pistas, restos
significativos, que permiten un conocimiento indirecto o conjetural de lo acontecido.
“Lo que caracteriza a este tipo de saber es su capacidad de remontarse desde datos
experimentales aparentemente secundarios a una realidad compleja, no
experimentada en forma directa (...) tales datos son dispuestos siempre por el
observador de manera de dar lugar a una secuencia narrativa, cuya formulación más
simple podría ser la de ‘alguien pasó por ahí’” (Ginzburg,1999:144). La intuición es el
medio por el que opera el paradigma adoptado, permitiendo a través de conjeturas,
pasar de una forma inmediata de lo conocido a lo desconocido, en base a indicios.
Rastreo de detalles/indicios
Elegimos para trabajar, una imagen1, que es parte de una secuencia de imágenes,2
tomadas el 25 de mayo de 1902 por Cirilo Amancay Pinto, de un acto público realizado
en la ciudad de Paraná. El motivo del acto fue el cambio de nombres de dos calles que
ya formaban parte del centro comercial de la ciudad: Concordia por 25 de Mayo y
Europa por 9 de Julio. Esta última se extendía hasta el Boulevard que pasaba frente a la
estación de trenes y que, en 1887 se denominó ‘Independencia’. Desde 1899 la
provincia estaba gobernada por Leónidas Echagüe y la Municipalidad de Paraná por
Alfredo Méndez Casariego.
1 El autor la catalogó como ‘10098.03’ 2 (10098.01; 10098.02 y 10098.04) Museo Histórico de Entre Ríos “Martiniano Leguizamón”.
3
Carlo Ginzburg afirma: “Si la realidad es impenetrable, existen zonas privilegiadas -
pruebas, indicios- que permiten descifrarla” (1999:162). En la fotografía tomada por
Cirilo Amancay Pinto, podemos observar diferentes indicios de la ciudad de Paraná. Si
bien ya nombramos muchas de las huellas que nos ayudaron en nuestra investigación,
nos interesa nombrar las más importantes.
En primer lugar, tomamos como indicio el farol de época en primera plana y los cables
sobresalientes que están sobre el edificio. En 1900, Sors (1981) hace mención a que se
colocaron postes para el tendido de los cables eléctricos desde lo que hoy es Alameda
de la Federación, hasta la Plaza 1 de mayo, y progresivamente a otras calles de Paraná.
Esto es una clara muestra del progreso que tenía la ciudad. Encontramos también, una
contraposición entre lo que podemos identificar como nuevo y lo viejo. Nos asombró
el farol eléctrico en primer plano y por detrás, sobre la pared del edificio –en plano
más retirado- el farol a gas. Si bien este último se seguía utilizando en algunas calles y
en las casas particulares, el alumbrado a gas ya había sido sustituido por el eléctrico en
calles céntricas.
Además, resaltamos la figura de la persona que se encuentra descubriendo la placa
con la nomenclatura de las calles, que nos permite saber con certeza la acción que se
quiso retratar con la fotografía. Son notorias las relaciones entre los cuerpos que
vemos en la fotografía. El escenario separa a los cuerpos importantes de los demás, del
público asistente. A esto lo podemos visualizar desde Le Breton (1999), cuando
retoma a Hall, que distingue las distancias respecto al otro, social y culturalmente
variables. Entre ellas, reconocemos principalmente, la ‘distancia pública’, que es la que
“(…) mide el alejamiento de un locutor con respecto a un grupo reunido en torno a él y
al que se dirige en la forma de un discurso” (:91). Esta distancia pública es la distancia
que separa a quienes están en el estrado -las autoridades municipales- de los que
están abajo -los asistentes-. En tanto, hay una distancia afectiva entre los niños y su
mamá, que podemos ver en el extremo izquierdo de una de las imágenes de la
secuencia –véase anexo, fotografía 10098-02- y ésta distancia, desde el afecto es la
que también se nota entre los chicos mismos. Finalmente, hay una distancia personal,
la que “(…) corresponde a la separación mantenida entre los individuos en interacción,
brinda las condiciones óptimas de visión y audición a fin de apreciar el comportamiento
del otro” (1991:90). Esta última es la que mantienen los asistentes al acto entre ellos,
donde puede apreciarse que dialogan, y otros miran a las autoridades hacia el
escenario.
Acerca del autor de la fotografía
Cirilo Amancay Pinto, jujeño de nacimiento, se radicó en Paraná para estudiar
magisterio. Según Federico García3, egresó en 1893 y un año más tarde comenzó su
3 GARCÍA, Federico. (2003) ‘Cirilo Amancay Pinto: Fotógrafo amateur. Resultados de una
investigación’. Presentado en ‘Memoria del 8º Congreso Nacional y 3º Latinoamericano de Historia de la
Fotografía’. Editada por la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía. Buenos Aires. Pág. 137
4
amplia trayectoria docente en el departamento de aplicación de la Escuela Normal -
denominada posteriormente Escuela Nacional Normal n° 1 José María Torres. Fue un
hombre multifacético. Sólo por nombrar algunas de sus actividades, se desempeñó
como maestro normal de distintas asignaturas y director de grados, fue el Presidente
del Consejo de Educación de la provincia de Entre Ríos, fotógrafo amateur, periodista.
La biblioteca personal de Amancay Pinto fue donada por sus familiares al Museo
Histórico Martiniano Leguizamón, como testimonia García (2003). Su colección, cuenta
con dieciocho volúmenes de fotografía, entre otras obras. Particularmente, el primero
de los libros que adquirió, fue en 1900 y se llama “L'art en photographie avec le
procede au gélatino-bromure d’argent” de Frederic Dillaye (1896), en éste se describen
las fórmulas de reveladores y otros químicos, también en qué consiste el proceso de la
práctica de la fotografía, con el proceso en gelatina - bromuro de plata.
Las obras fotográficas de este maestro normal fueron registradas en placas de gelatino
bromuro, obtenidas con una máquina de fuelle. El museo cuenta con
aproximadamente 2.000 impresiones de Cirilo Pinto, tomadas entre los años 1890 y
1930, que ilustran la vida cotidiana de Paraná en este período. Las temáticas que
representó son muy variadas. Fidel Poggi investigó la vida y obra de Amancay Pinto
para la revista Genealogía de Entre Ríos, y expresó: “Pueden observarse vistas rurales,
urbanas, de la costa del río, su actividad, personajes, manifestaciones culturales y
sociales, actos políticos, reproducciones fotográficas y retratos. (...) También se
muestra a la Escuela Normal, sus alumnos, profesores, aulas, laboratorios, biblioteca”4.
Según esta fuente, la particularidad de su obra es la frescura y espontaneidad, porque
en la mayoría está ausente la pose -salvo los retratos familiares. Sin embargo, nos
interesa problematizar esta cuestión, teniendo en cuenta que toda imagen es una
construcción que hace el fotógrafo, con una intención determinada, nosotros elegimos
justamente una imagen espontánea de un acto. En cuanto a los retratos que Amancay
Pinto tomó, la mayoría de ellos son de situaciones familiares, y hay algunas secuencias
de imágenes, en las que está presente él, sus hijos, y su mujer.
Burke (2001) expone en Visto y No Visto: “(…)a todo el que intente utilizar el
testimonio de una imagen, que empiece por estudiar el objetivo que con ella
persiguiera su autor” (2001:22). Un dato no menor es que las fotografías de Amancay
Pinto estaban catalogadas, numeradas y separadas por cajas, lo que significa que este
fotógrafo tenía la intención de dejar a las generaciones futuras su registro de la época.
García (2003) explica que “(…) las cajas que contenían las placas estaban dentro de
cajas de cartón de mayor tamaño, en las cuales las primeras se disponían unas sobre
otras en forma horizontal. Esta disposición hacía que las cajas que se encontraban en
la parte superior, hicieran peso sobre las que estaban por debajo de estas haciendo
propicia las condiciones para que las placas se pegaran entre sí.”(:137) Las cajas de
mayor tamaño presentaban marcas de nivel de agua, por lo que se presume que han
4 POGGI, Fidel Hermenegildo. (2012) Cirilo Amancay Pinto en Revista Genealogía de Entre Ríos -
Tomo X. Buenos Aires.
5
estado sumergidas en agua por alguna inundación. Se perdieron un total de 214
placas. Sin embargo, la secuencia con la que trabajamos no sufrió daño alguno.
Desde un pensar complejo podemos preguntarnos
-Las características del espacio público: ¿Qué distribución espacial solían tener las
calles de Paraná a principios del siglo XX? ¿En qué condiciones estaban? ¿Había
iluminación, de qué tipo? ¿Qué criterios de orden e higiene cristalizaban en el espacio
urbano?
-¿Por qué Cirilo Amancay Pinto decide fotografiar el acto público realizado por un
cambio de nomenclaturas? ¿Tenía alguna relación con este evento? ¿Desde qué lugar
capta el momento? ¿Qué funcionaba en el espacio físico donde se puso la tablilla? ¿Era
una casa de familia, un comercio, una institución pública?
-¿Qué se decía de Paraná en aquella época? ¿Cómo la construían los medios de
comunicación –la prensa-?
-Acerca del renombre de calles en la época de la fotografía: ¿Por qué se cambiaron los
nombres? ¿Son parte de numerosos esfuerzos por construir una identidad /un
nosotros nacional? ¿Qué otros nombres se cambiaron? ¿Por qué?, ¿Existían
ordenanzas municipales que establecían estos cambios?
-Respecto a los presentes y a los ausentes: ¿Quiénes dirigían el acto inaugural? ¿Qué
función cumplía la mujer en ese espacio? ¿Dónde estaban los que no aparecían, o
aparecían en los bordes del encuadre fotográfico?
Composición visual
En la composición, una fotografía reduce una realidad a una porción rectangular. En las
fotografías trabajadas, el autor hace una selección limitada. Visualizamos más el cielo
que la multitud presente en el evento, posiblemente por el lugar desde donde se
posicionó la cámara a la hora de tomar las fotografías. En la composición se excluyen
ciertos elementos- las ausencias. Observamos que se destaca el edificio donde se
colocan las nuevas tablillas y el escenario preparado especialmente para la ocasión, en
donde los cuerpos del municipio –autoridades- dieron su discurso rodeados por las
banderas de nuestro país. Esta simbología evidencia la adhesión de la ciudad moderna
a la construcción de la identidad nacional.
Entre la multitud allí presente, en su mayoría hombres, sólo hay cuatro mujeres: una
en el tramway, otra con su sombrilla en la puerta de su casa, otra a la izquierda,
también frente a una puerta y la última, más cerca del escenario sobre el margen
inferior izquierdo -véase imagen 10098-03. Las mujeres ocupaban un espacio menor
en la fotografía, lo que da cuenta de la poca presencia que tenían en actos públicos. En
la imagen también aparece una persona vestida de largo, nos parece sospechoso si es
una mujer, ya que vemos a las demás lejos. Por como tiene las manos, suponemos se
trata de alguna autoridad eclesiástica. También asistieron al acto, y se ven vestidos
6
totalmente de blanco, son militares o policías que están realizando la venia -saludo
militar.
Los medios de transporte que visualizamos son: tramway a caballo, con sus respectivos
rieles y dos sulkys. Paraná fue la primera ciudad entrerriana que contó con el tranvía
de tracción a sangre, desde 1873, sólo cuatro años después de que en Buenos Aires
comenzaron a circular estos vehículos. En un principio, recorría desde la plaza San
Miguel hasta un muelle sobre el Río Paraná -que hoy es Puerto Viejo. “El tranway o
tren-vía, como solía llamarse, se componía de un sólo coche tirado por una yunta de
caballos, excepto en las pendientes mayores de un tres por ciento, donde podía
agregarse uno de repuesto. Debía llevar un guía a caballo que anunciara el paso por
medio de una corneta.” (Sors 1981:161)
Se estableció en 1891 un servicio público de transporte urbano de tracción a sangre
desde Casa de Gobierno al Matadero, habilitaron durante el verano y las noches de
luna los que eran vehículos abiertos a los costados, usados en época estival, y partían
desde la plaza 1° de Mayo.
A partir de la crónica que publicó el diario El Entre Ríos, sabemos que el día del acto, en
el salón de la Escuela Normal se había conmemorado la tradicional fiesta de mayo. En
la fotografía aparecen algunos niños con sus guardapolvos que –inferimos- habían
asistido –o estaban por asistir- al acto escolar.
Por los gestos de los hombres presentes -tapándose las caras con sus galeras- y de las
mujeres -con sombrillas- en ese momento del día había mucho sol. Había gente de
traje y también estimamos que colonos judíos, por la vestimenta, su sombrero y barba.
A la hora de la composición, de ajustar lo mejor posible los elementos gráficos que
construyen la imagen, la regla de tercios, o también llamada regla de oro, destaca el
punto de interés del fotógrafo. La figura del foco se sitúa en un punto áureo de la
fotografía elegida, indicio que refleja la novedad que significaban para la época las
instalaciones eléctricas. Al mismo tiempo evidencia la decisión de Cirilo Amancay Pinto
de mostrar una ciudad moderna.
La foto -10098-03- ilustra la esquina de dos calles, si bien la toma desde un plano
general corto y la profundidad es poca, puede observarse del lado derecho de la
imagen la continuación de calle 25 de Mayo. El tipo de plano elegido permite mostrar a
la ciudad como aquello que se estaba renovando y modernizando; puede apreciarse
las nuevas luminarias, los cables y las vías por donde circulaba el tramway. Un plano
general corto reduce el campo visual y enmarca a los personajes en una zona
restringida, donde se visualiza cada objeto o sujeto de forma precisa. El ángulo
contrapicado permite inferir que la fotografía fue tomada desde un balcón.
El autor detiene el tiempo en su trabajo y nos muestra el momento preciso de la
colocación de la nueva tablilla. Congelar el movimiento era posible con el tipo de
cámara. También podemos observar el movimiento congelado de la bandera del lado
izquierdo y de los cuerpos. Al no tratarse de una fotografía posada, la gente actuaba
con espontaneidad y probablemente ninguno de los presentes sabía que estaba siendo
7
fotografiado. Según lo investigado, estas fotografías no fueron publicadas en ningún
medio de la época.
La imagen seleccionada es equilibrada, ya que el edificio está ubicado en el centro y
desde allí se pueden observar el resto de la escena desde una perspectiva lineal. Sin
embargo, en la parte inferior de la fotografía, se genera una sensación de
desequilibrio, ya que debemos direccionar la mirada hacia afuera para ver lo
interesante que tiene esta captura. Si bien en el centro de interés es el edificio y la
estructura –palco- para las figuras políticas, en el margen superior, hay indicios
significativos: aparecen los cuerpos del pueblo -hombres, en su mayoría, pero también
mujeres y niños.
La pregunta: ¿Qué había más allá de ese plano? ¿Qué dejó afuera la fotografía? Más
allá de lo excluido, estas fotografías intentaban mostrar una nueva Paraná.
Sobre las luces y sombras, encontramos ciertos indicios que nos demuestran que la
fotografía fue tomada en el horario de la mañana: por la ubicación de las calles, la luz
del sol que ilumina el lado derecho de la fotografía y el gesto de las personas
tapándose el rostro con los sombreros, descubrimos que el fotógrafo no necesitó de
ninguna luz artificial para que se vea claramente.
El studium y el punctum
Según lo definido por Barthes (1980), el studium es la información que aporta la
fotografía, un “contrato entre creador y consumidor” (:67), “interés general” (:63),
común que está íntimamente ligado al aspecto cultural y social de la persona que la
percibe.
En la serie fotográfica que seleccionamos, detectamos como studium el interés general
que aporta la fotografía: representar -porque da cuenta del clima de época- y significar
-porque Amancay Pinto fotografía lo que él consideraba significativo. Si “Reconocer el
studium supone dar fatalmente con las intenciones del fotógrafo” (1980:66), allí se
vislumbra el interés de Cirilo. En tanto representante del proyecto normalista, su
interés era mostrar una Paraná que adhería al proyecto de modernización de la nación,
participando activamente en la construcción de una identidad nacional: no sólo con la
alteración del espacio urbano -mejoras en las calles, servicios de cloacas, transportes,
iluminación-, sino en la reivindicación de las fechas patrias más importantes. La ciudad
–al menos, ciertos sectores sociales y ciertas comunidades- estaba decidida a mostrar
su adhesión al nuevo proyecto de país. También responde al studium el valor
testimonial de estas imágenes acerca de cómo era la Paraná de entonces y quiénes
eran sus habitantes.
En cuanto al punctum, que Barthes (1980) considera “(…) lo que me perturba, me
punza, me impacta de la fotografía”, lo encontramos en el foco eléctrico, símbolo de
progreso, que ocupa el primer plano, imponiéndose por sobre el farol a gas,
evidenciando un contraste entre “lo viejo” y “lo nuevo”. También, al mirar la serie de
imágenes, nos llama la atención el señor que descubre la placa con el nombre de la
8
calle, subido a la escalera. Podemos sentir el proceso en que se muestran las tablillas,
ese momento clave para el que todos están reunidos.
Inscripción de la serie fotográfica en su período histórico
En la época de la Confederación, hacia 1835, ‘25 de Mayo’ se denominaba ‘Industria’ y
‘9 de Julio’, ‘Corrientes’. En ese entonces, nombraban ‘25 de Mayo’ a la actual calle
‘Libertad’ y ‘9 de Julio’ a la actual ‘Italia’. Pero, a comienzos del siglo XX, en pleno
proceso de construcción de la una identidad nacional, las autoridades decidieron
trasladar estos nombres a las calles céntricas de la ciudad. Tal como especifica la
crónica del diario El Entre Ríos5, publicada el 26 de mayo de 1902, hasta ese momento
los patrióticos nombres “se encontraban en los suburbios de la ciudad”.
Estos cambios entre viejas y nuevas nomenclaturas, que acercan los nombres
patrióticos a las calles céntricas de la ciudad son indicios de las transformaciones
urbanas que protagonizó la Paraná moderna de principios de siglo XX.
Según menciona Ofelia Sors (1981), en ‘Paraná: dos siglos y cuarto de su evolución
urbana, 1730-1955’, en las inmediaciones de 9 de Julio y 25 de Mayo, se encontraba,
por ese entonces, una de las fábricas de alpargatas más importantes de la ciudad de
Paraná, la de Roque Sanz -9 de Julio y Urquiza-, el casino llamado la ‘Cancha de
Oriente’ -luego ‘Del Globo’- con restaurante anexo. También -sobre 25 de Mayo-
estaba la librería de Enrique Ibodem, la imprenta ‘San Martín’ de Don Domingo
Balugera, la ‘Confitería Francesa’ de Luis Salladarre, la ‘Cervecería Nacional y Fábrica
de Hielo’ de Enrique Heil, las tiendas Gath & Chaves y ‘La sin Nombre’ de Ambrosio
Frioni. En octubre de 1888, se establecieron las oficinas de Correos y Telégrafos -sobre
25 de mayo- frente a la Plaza 1° de Mayo, en el edificio que estaba ocupado por la
Curia Eclesiástica, y antes, fuera la residencia del General Justo José Urquiza.
Desde finales del siglo XIX, otras calles también cambiaron su nomenclatura a través
de ordenanzas. Sors (1981) menciona: Ravera por San Lorenzo, Soler por Garay e Italia
por Cura Álvarez, en 1890; Industria por España y Progreso por Italia en 1900; Centro
América por Laprida y 9 de Julio por Europa en 1902 y luego, en 1925, Courreges;
Comercio por Pellegrini, en 1906; Federación por Alem en 1910; Beneficencia por
Gualeguay y Estados Unidos por 25 de Junio, en 1913, Bolivia por Belgrano en 1917 y,
25 de Mayo por Concordia en 1922.
5 Su Administrador era Eduardo L. Arengo. Fue fundado en Paraná el 2 de marzo de 1895. “Lo dirigió el
célebre periodista Evaristo Carriego. Su programa político inicial se definió en la defensa de los
principios del Partido Autonomista Nacional. Era de dos páginas de gran formato. Al retirarse Carriego
de la dirección, lo reemplazó Pedro E. Alier, periodista español, de pluma ágil y estilo conceptuoso,
siguiéndole el profesor normal Juan V. Ceballos. En sus últimas épocas fue dirigido por su propietario,
José Sors Cirera, periodista” (...) “dejó de aparecer en 1925”. Fuente: Hemeroteca Archivo General de
la Provincia.
9
Las glorias nacionales en las nomenclaturas urbanas
Al hablar del cambio de nombre de calles, indispensablemente se debe hablar de las
ordenanzas municipales que dispusieron dicha acción. Ahora bien, este dato que
parecía ser fácil de conseguir, en realidad no lo fue. El recorrido comenzó por la Mesa
de entrada del Honorable Concejo Deliberante (HCD), donde intentaron rastrear las
ordenanzas pero luego de los intentos fallidos nos derivaron a la Dirección de Catastro.
En esta oficina tampoco estaban y nos sugirieron que preguntemos en el Palacio
Municipal, más precisamente, en el Despacho de la presidencia. Ya en el Despacho nos
explicaron que al tratarse de ordenanzas añejas, podían estar en el Archivo Histórico
de la Municipalidad. Desde el Archivo lo único que pudieron ofrecernos en relación con
nuestro trabajo fue el libro Comisión de Nomenclatura de Calles de la Ciudad de
Paraná (Sección 2). En este libro encontramos la fecha exacta en que se cambiaron los
nombres de las calles: 23 de mayo de 1902 -dos días antes del acto fotografiado por
Amancay Pinto-. Sin embargo, no se especificaban los números de ordenanza.
De todas formas, las ordenanzas que había en el Archivo databan del año 1912 en
adelante. Con ese dato volvimos al HCD, revisaron sus registros y nos pudieron
confirmar que el primer registro que tienen es del año 1984. Por lo tanto, fuimos
nuevamente al Palacio Municipal a preguntar si tenían ordenanzas anteriores a ese
año y la respuesta fue “No”, y nos explicaron que habría dos posibilidades: que a esa
documentación la tengan en la Dirección de Legislación - Digesto Municipal; o que, al
ser antigua, se haya perdido con la inundación que sufrió el Museo Histórico Provincial
años atrás.
Fuimos a probar la primera posibilidad, pero lamentablemente la ordenanza más añeja
que tenían era del año 1940. Antes de confirmar la segunda posibilidad, desde la
Dirección de Legislación y Digesto Municipal nos recomendaron que visitemos el
Museo de Sitio -perteneciente al Palacio Municipal- para chequear si las ordenanzas
que buscamos se encontraban en la última donación que Digesto realizó a dicho
Museo. Pero no fue así. Finalmente, en la Biblioteca de la Legislatura de Entre Ríos
encontramos la ordenanza que fue dictada por Concejo Deliberante, que en ese
tiempo no se enumeraban. La ordenanza6 ubicada en el tomo III, se titula: Permutando
los nombres de las calles “Concordia” y “Europa” por “25 de Mayo” y “9 de Julio” y
denominando a una plaza con el nombre “9 de julio”. En ella, la Municipalidad de la
Ciudad de Paraná estatuye en su artículo 1.0:
Substitúyase los nombres de las calles “Concordia” y “Europa” con los de “25 de
Mayo” y “9 de Julio” respectivamente, así como las que actualmente llevan la
denominación de estas dos fechas históricas de gloria nacional, con las de
“Concordia” y “Europa”
6 Recopilación de leyes, ordenanzas, decretos y resoluciones dictadas de 1900 a 1911 dirigida por Aníbal S. Vásquez. Tomo III. Paraná, año 1921.
10
En tanto, en el artículo 3.0, expresa:
Autorizase al sr. Presidente del D. Ejecutivo para que mande construir las tres
placas conmemorativas que deberán ser colocadas con las nominaciones de 25
de Mayo y 9 de Julio en el escenario de las actuales de Concordia y Europa (…)
La fundamentación del cambio de nombre de las calles Concordia y Europa, está
explicitada en el la Sección 2 del mencionado libro Comisión de Nomenclatura de Calles
de la Ciudad de Paraná. Allí consta que “La calle nº 84 (nomenclatura originaria de la
actual 25 de Mayo) recibió ese nombre en homenaje al 25 de mayo de 1810” (Folio Nº
123)”. Luego se menciona la relación de esa fecha con la ciudad, explicándose que “la
gesta del 25 de mayo de 1810 despertó el sentimiento cívico de los paranaenses” (Folio
Nº 125). A su vez, se expresa que “La calle nº 61 (nomenclatura originaria de la actual
9 de Julio) recibió el nombre de “9 de Julio” en honor al 9 de julio de 1816, fecha en que
se declaró la Independencia Argentina” (Folio Nº 82)”. Sin embargo, seguidamente se
aclara que recién en 1822 nuestra provincia prestó juramento a la proclama; ya que no
había asistido al Congreso de Tucumán por estar en desacuerdo con algunas
cuestiones y, por lo tanto, no estuvo representada cuando se declaró la
independencia. (Folio Nº 82)
Todo esto es síntoma de un clima de época marcado por los procesos de construcción
de la Nación Argentina y fundamentalmente la formación de una identidad
nacional. Desde los últimos años de la década de 1880, Paraná comienza una pujante
transformación. El traslado de la capital de la provincia a la Ciudad de Paraná (1883)
obligó a concretar ciertas obras que dieron prestigio a la ciudad. El inicio del nuevo
siglo estuvo marcado por un gran progreso urbano. En 1900 se colocaron postes para
el tendido de los cables por la empresa de luz eléctrica de Máximo Bavio y Cía. en el
trayecto de la Avenida Rivadavia y se comenzó a extender por otras calles de la ciudad,
inclusive a la Plaza 1 de mayo. También se proyectó la ejecución de la red de cloacas y
ampliación de las aguas corrientes. Otras de las obras destacadas, según Sors (1981)
fueron el ensanche del cementerio y la construcción de un murallón de defensa en el
Arroyo Antoñico. El mismo año del cambio de nombre de las calles que estudiamos, se
instaló en Paraná la Cámara Federal de Apelaciones. De acuerdo a este contexto,
podemos conjeturar que la mirada de la que deja testimonio la imagen de Cirilo
Amancay Pinto quería mostrar una ciudad moderna, tal como se ve en la fotografía:
por el interés dado a la perspectiva de las calles, el cableado, el farol eléctrico y los
medios de transporte.
El sentimiento patriótico que habitaba la ciudad
Las fechas que nombran las calles que investigamos -9 de Julio y 25 de Mayo-
referentes a las glorias nacionales, no eran un hecho aislado. En la ciudad de Paraná, la
importancia del sentimiento cívico es reflejada en la cotidianidad del momento. Así, en
11
octubre de 1901 se exhibieron en el Teatro 3 de febrero los primeros documentales
argentinos, en un programa de significativa atracción. Entre ellos, se proyectaron: ‘La
fiesta del 25 de Mayo en Buenos Aires’ y ‘El Desfile militar del 9 de Julio’. Esto fue sólo
seis años después de que los hermanos Lumiere presentaran su invento -el
cinematógrafo- en París (Sors, 1981).
En ciertas oportunidades, las fechas patrias eran el motivo para realizar actos e
inauguraciones importantes. Son testimonio de esto los siguientes acontecimientos: el
25 de mayo de 1887 se inauguró el Hipódromo, en la misma fecha, pero de 1895, el
gobernador de la provincia de Entre Ríos, en ese entonces Salvador Maciá, junto a
Jaime Baucis, quien era intendente de Paraná colocaron la piedra fundamental del
actual Policlínico Central San Martín. En la estación de ferrocarril se inauguró la
instalación del alumbrado a gas el 25 de mayo de 1890, con cerca de 100 faroles. Un 9
de julio de 1885 se inauguraron los trabajos que un año antes el general Racedo había
firmado mediante contrato, para construir el ferrocarril que uniría Paraná con
Concepción del Uruguay. Luego se denominó ‘Ferrocarril Central Entrerriano’ y
comenzó a funcionar el 9 de julio de 1866. (Sors, 1981)
A tono con el sentimiento cívico, la publicación del diario El Entre Ríos sobre el acto
realizado con motivo del cambio de nomenclatura, retoma el espíritu de homenaje
transponiendo el discurso de Martín Jiménez -secretario del departamento ejecutivo-
en representación del presidente de la Municipalidad. Aludiendo a un sentimiento
patriótico compartido, sostenía: “(...) comprendiendo que esta capital debía esto como
un testimonio inequívoco de que el recuerdo de los hechos gloriosos que tuvieron lugar
en aquellas fechas memorables, se vigoriza cada día, aumentando la dosis de
sentimientos nobles, de altruismo que posee el alma humana individual y colectiva y el
significado del sencillo y patriótico homenaje tributado por el pueblo y las autoridades
en este instante”7.
Además, Martín Jiménez agregaba: “Este acto ultima de una manera brillante por el
sentimiento profundamente patriótico que lo inspira el trámite de la feliz iniciativa del
Club de Gimnasia y Esgrima, que en este caso ha sido fiel intérprete de las aspiraciones
colectivas y a cuya realización han cooperado con verdadera satisfacción tanto el H.
Concejo Deliberante como el Departamento Ejecutivo, (...) Esta iniciativa tan feliz, como
oportuna, puede tener efectos más latos, de resultados más considerables, pues
tocando una cuestión interesante, puede promover la reforma de la nomenclatura
general de las calles y paseos públicos de esta ciudad a fin de que ella responda a un
plan sistemático de glorificación de las glorias nacionales, provinciales, locales o
municipales, como así también de las glorias de los países extranjeros”.
7 El Entre Ríos. Año VIII – Número 2087. Paraná, 26 de mayo de 1902
12
Reconstrucción de la
ciudad de Paraná, década del setenta,
siglo XIX, confeccionado por Ofelia
Sors (1981). Nomenclaturas de calles.
Plano de la Ciudad de Paraná
extraído de la Sección 2 del libro
Comisión de Nomenclatura de
Calles de la Ciudad de Paraná.
13
Los nuevos criterios de orden
En un principio la numeración de las calles era de 25 números por cada cuadra. Con la
ordenanza y los planos aprobados el 17 de febrero de 1879, se enumeran los edificios
a razón de 50 números por cuadra. En esta misma fecha se comienzan a colocar las
tablillas con las denominaciones de las calles. Ante el crecimiento de la ciudad de
Paraná, comenzó a consideraba una falta de ordenamiento que no las tuvieran. La idea
principal de las nomenclaturas, según Sors (1981), era dividir la ciudad de norte a sud,
como lo estaba ya de este a oeste, dejando los nombres existentes de las calles a una
de las divisiones, y colocando nuevos a la otra. Esto es indicio de una idea diferente de
orden y de cómo esa idea de orden, basada en la numeración, la linealidad, la
regularidad, la abstracción, se traslada al modo de construir y habitar la ciudad, una
Paraná que se piensa bajo los términos de la modernidad.
Si bien en las fotografías no podemos visualizar con buena definición las tablillas con
los nombres de las calles, pudimos inferir que se trata de la esquina donde
actualmente está la Óptica ‘Vicentín’. Según la Arquitecta Mariana Melhem -
Especialista en Patrimonio Arquitectónico y Planificación Urbana- sería la esquina
Nordeste ya que además de la posición del cartel, “(…) la calle 25 de Mayo baja de
nivel de forma pronunciada hacia la esquina de 9 de julio. En cuanto a los edificios que
se pueden visualizar en la imagen, desaparecieron completamente, por sustitución
edilicia y ensanche de calle 25 de Mayo, de la fachada norte”. El acto se desarrolló a las
10:30 de la mañana -según la crónica publicada por El Entre Ríos-, por lo tanto,
teniendo en cuenta la disposición de la luz del sol en la fotografía -el sol sale por el
este y se pone por el oeste- en ese momento, la iluminación responde a la esquina de
la actual Óptica.
En una de las fotografías de la serie que trabajamos aparece un pequeño espacio con
vegetación, a la altura del margen derecho. Esto puede ser indicio de una terraza o
balcón. Probablemente Cirilo Amancay Pinto, se encontraba en otra terraza -o la
misma- frente al acto, al igual que lo hacen otros individuos que se ven en la vereda de
enfrente, sobre las terrazas cercanas.
Conclusión
La fotografía como documento histórico, es un testimonio rico en muchos aspectos,
pero también presenta numerosos problemas, entre los que se encuentran que la
imagen es un testigo mudo (Burke, 2005). En cada imagen opera un régimen de
visualidad, que define lo que es visible y lo invisible, modos y posiciones del mirar y del
ser visto (Dussel, 2010). De alguna manera, se entrelazan prácticas ligadas al ver y al
mostrar, que habilita una práctica de la mirada específica: “Los regímenes de
visualidad, son configuraciones que contienen elementos políticos, epistemológicos,
estéticos, éticos, y que suponen una pedagogía: hay que enseñar a conocer, a mirar
14
reflexivamente, a distanciarse, a convertirse en espectador. Esos regímenes también,
por supuesto, están mediados por las tecnologías disponibles” (Dussel, 2010:9).
Cirilo Amancay Pintos, se esfuerza por fotografiar/mostrar una ciudad moderna, en
auge, novedosa y –sin querer y en los bordes de las instantáneas- muestra a los otros.
La composición focaliza en los medios de transporte, en los cables, en las autoridades
municipales, en las banderas nacionales -tres en el escenario, y en la secuencia
podemos ver además, un mástil. Nos ofrece una forma de mirarla: como una gran
ciudad, una ciudad moderna, partícipe en los procesos de nacionalización, que
reivindica las fechas patrias importantes, trasladando los nombres más significativos
hacia el lugar más concurrido de la ciudad: el centro. Una Paraná que es parte de la
nación en construcción.
15
Bibliografía
-ABRAMOWSKI, A. (2010) “La escuela y las imágenes: variaciones de una vieja
relación”, en Pedagogía de la Imagen. Aportes de la imagen en la formación docente.
Abordajes conceptuales y pedagógicos, Instituto Nacional de Formación Docente.
-BARTHES, R. (2003) La cámara lúcida, Paidós, Barcelona.
-DUSSEL, I. (2010) “La imagen en la formación docente: ¿por qué y para qué trabajar
con imágenes?”, en Pedagogía de la Imagen. Aportes de la imagen en la formación
docente. Abordajes conceptuales y pedagógicos, Instituto Nacional de Formación
Docente. Instituto Nacional de Formación Docente.
-BENJAMIN, W. (1982) “Pequeña historia de la fotografía”, en Discursos Interrumpidos
I, Taurus, Buenos Aires.
-BURKE, P. (2005) Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico,
Crítica, Barcelona.
-ENTEL, A. (2000) El mundo en un detalle. Notas para una antropología dialéctica en los
estudios de Comunicación y Cultura, en Constelaciones, Fundación Walter Benjamin,
Año I, Nº1, Buenos Aires.
-ENTEL, A. (2008). Capítulo V “La imagen-cognición o el pensamiento videológico” en
Dialéctica de lo sensible, Aidos, Buenos Aires.
-GARCÍA, Federico. (2003) ‘Cirilo Amancay Pinto: Fotógrafo amateur. Resultados de
una investigación’. Presentado en ‘Memoria del 8º Congreso Nacional y 3º
Latinoamericano de Historia de la Fotografía’. Editada por la Sociedad Iberoamericana
de Historia de la Fotografía. Buenos Aires.
-GINZBURG, C. (1999) “Indicios” en Mitos, emblemas, indicios. Morfología e historia,
Gedisa, Barcelona.
-LE BRETON, D. (1999) Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones. Nueva
Visión, Buenos Aires.
-LE BRETON, D. (1995) Antropología del cuerpo y modernidad. Nueva Visión, Buenos
Aires.
-MORILLA, R. (2001) Composición artística para fotógrafos. Textos y fotos, Flash
Ediciones fotográficas, Chile.
-MORIN, E. (1995) Introducción al pensamiento complejo, Gedisa, Barcelona.
-POGGI, Fidel Hermenegildo. (2012) Cirilo Amancay Pinto en Revista Genealogía de
Entre Ríos - Tomo X. Buenos Aires.
-SENNETT, Tichard (1997) Carne y Piedra El cuerpo y la ciudad en la civilización
occidental Alianza Editorial, Madrid
-SORS, Ofelia (1981) “Paraná, dos siglos y cuarto de su evolución urbana: 1730-1955”.
Editorial Colmegna. Paraná
-ZANINI, Alfeo A. (1926), Paginas de oro de la ciudad de Parana en su primer
centenario, 1826-26 agosto-1926. Tall. Graf. Caracciolo y Plantie. Paraná.
16
Archivos
• El Entre Ríos. Año VIII – Número 2087. Paraná, 26 de mayo de 1902
• Comisión de Nomenclatura de Calles de la Ciudad de Paraná - Sección 2
• Recopilación de leyes, ordenanzas, decretos y resoluciones dictadas de
1900 a 1911 dirigida por Aníbal S. Vásquez. Tomo III. Paraná, año 1921.
Fuentes
• Fototeca del Museo Histórico de Entre Ríos “Martiniano Leguizamón”
• Museo de Sitio - Municipalidad de Paraná
• Museo de la Ciudad
• Honorable Concejo Deliberante - Paraná
• Dirección General de Catastro de Entre Ríos
• Despacho de la presidencia - Municipalidad de Paraná
• Dirección de Legislación - Digesto de la Municipalidad de Paraná
• Archivo Histórico de la Municipalidad de Paraná
• Archivo General de la Provincia de Entre Ríos “Antonio Saraví”
• Biblioteca Popular del Paraná
• Biblioteca de la Legislatura de Entre Ríos
• Federico García Efrón: Licenciado en Comunicación Social, fotógrafo
profesional. Jefe de Museología del Museo Histórico de Entre Ríos ‘Martiniano
Leguizamón’, responsable de la fototeca del mismo, encargado de digitalizar la
obra de Cirilo Amancay Pinto.
• Mariana Melhem: Arquitecta, Especialista en “Patrimonio
Arquitectónico y Planificación Urbana” y en “Teoría, Historia e intervención en
la Rehabilitación”
17
ANEXO:
18
Diario que consultamos: ‘El Entre Ríos’ (mayo de 1902)
19
20
21
Ordenanza: