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¿Cómo tener
Éxito en la vida?
¿Dónde podemos hallar consejos?¿Dónde podemos hallar consejos?
¿EXISTE un secreto para triunfar en la vida, no solo en el campo profesional,
sino también en el ámbito personal?
¿Dónde podemos hallar principios fiables y respuestas a las preguntas
sobre el sentido de la vida? ¿Será buscando en nuestro interior?
Hemos de admitir que como seres humanos imperfectos nuestras tendencias pueden llevarnos por mal camino
(Génesis 8:21).
De hecho, millones de personas siguen tras cosas vanas que la Biblia llama “el
deseo de la carne y el deseo de los ojos y la
exhibición ostentosa del medio de vida de uno”
(1 Juan 2:16).Ese no es el camino al
auténtico éxito, sino solo un engaño que conduce a la desilusión y la infelicidad.
No es de extrañar, pues, que muchas personas recurran al Creador en busca de respuestas a las
preguntas más complejas de la vida.
Seis consejos para alcanzar el éxito personal
1 Tener un punto de vista equilibrado del dinero
“El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y, procurando realizar este amor,
algunos [...] se han acribillado con muchos dolores.”
(1 Timoteo 6:10.)
Tengamos presente que no se condena el
dinero —elemento necesario para cuidar
de nosotros y de nuestras familias—, sino el amor al dinero, amor
que, en realidad, convertiría al dinero en
un amo, o dios.
El dinero no solo es un amo cruel, sino engañoso. De hecho, Jesucristo hizo referencia al “poder engañoso de las riquezas”
(Marcos 4:19). Es decir, el dinero promete la felicidad, pero no la da; lo que hace es avivar el deseo de acumular más. Ya lo dice Eclesiastés 5:10: “Quien ama las riquezas nunca tiene
suficiente” (Nueva Versión Internacional).
En esencia, el amor al dinero es perjudicial y es origen de desilusiones,
frustraciones o actos viles (Proverbios 28:20).
En cambio, la generosidad, el perdón, la limpieza moral, el amor y
la espiritualidad contribuyen a la felicidad
y al éxito.
Cultivar la
generosidad
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“ Hay más felicidad en dar que en recibir.”
(Hechos 20:35.)
Si bien hacer algún regalo de vez en cuando produce cierta satisfacción, una actitud generosa puede
engendrar felicidad duradera.
Claro está, la generosidad tiene múltiples formas de expresión. Una de las mejores y más apreciadas es la dedicación personal.
Tras estudiar varios trabajos sobre la relación del altruismo con la felicidad y la salud, el profesor Stephen G. Post llegó a la
conclusión de que ser altruista y servicial ayuda a vivir más, a aumentar el estado de bienestar, a mejorar la salud física y
mental, así como a reducir la depresión.
.
Además, quienes son generosos según sus
posibilidades no sufren pérdidas.
Proverbios 11:25 dice: “El generoso
prosperará; el que ayuda será ayudado” (La Palabra de Dios
para Todos).
En armonía con estas palabras, los generosos de corazón —que dan sin esperar nada a cambio— se ganan el cariño y el amor de
los demás, especialmente el de Dios (Hebreos 13:16).
Perdonar sin límite
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“Continúen [...] perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo
ustedes.” (Colosenses 3:13.) En nuestra sociedad se descarta el perdón; se prefiere la
venganza a la misericordia. ¿Y cuál es el resultado? Las afrentas se multiplican, y la violencia engendra más violencia.
Pero el daño quizás no se quede ahí. El diario The Gazette de Montreal (Canadá) informó: “Un estudio realizado con más de 4.600 personas de entre 18 y 30 años demostró que cuanto más hostil, insatisfecha y ruin
era la persona”, peor estaban sus pulmones. De hecho, algunas secuelas eran peores que las de los fumadores habituales. Queda claro, pues, que el perdón no solo es un buen
lubricante social, sino una buena medicina.
¿Desea mejorar su capacidad de perdón?
Comience por hacerse un examen honrado. ¿Verdad que en ocasiones ofende a
otros? ¿Y verdad que agradece que lo
perdonen? Entonces, ¿por qué no ser
misericordioso con los demás? (Mateo 18:21-35.)
Para obrar así, es importante controlarse. Cuente hasta diez o de
alguna manera permítase tiempo para calmarse.
Recuerde que el autodominio es una virtud.
“El que es tardo para la cólera es mejor que un hombre poderoso”, dice Proverbios 16:32. Y la
expresión “mejor que un hombre poderoso” denota
éxito, ¿no le parece?
Vivir de acuerdo a las
normas de Dios
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“El mandamiento de Jehová es limpio, hace brillar los ojos.” (Salmo 19:8.) En pocas palabras, las normas de Dios nos
benefician física, mental y emocionalmente.
Nos protegen de prácticas dañinas como la drogadicción, la borrachera, la inmoralidad sexual y la pornografía, así como de sus dolorosas repercusiones,
como la delincuencia, la pobreza, el abuso de la confianza, las rupturas familiares, los problemas
mentales y emocionales, las enfermedades e incluso la muerte prematura (2 Corintios 7:1; Colosenses 3:5).
Por otro lado, los que obedecen las normas divinas propician relaciones sanas y estables,
además de la autoestima y la paz interior.
Isaías 48:17, 18 dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace
pisar en el camino en que debes andar.
¡Oh, si realmente prestaras atención a mis
mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente
como un río, y tu justicia como las olas del mar”. Así
es, nuestro Creador desea lo mejor para nosotros, que
andemos “en el camino” del auténtico éxito.
Manifestar amor altruista
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“El amor edifica.” (1 Corintios 8:1.) ¿Concibe la vida sin amor? ¿No sería una existencia vacía? “Si [...] no tengo amor, nada
soy [...], de nada absolutamente me aprovecha”, afirmó el apóstol Pablo por inspiración divina (1 Corintios 13:2, 3).
Este amor no es el amor erótico, que, por supuesto, tiene su lugar. Se trata de un amor más abarcador, más duradero, regulado por los principios divinos (Mateo 22:37-39). No es pasivo, sino activo, pues se manifiesta al prójimo.
Pablo también dijo que es paciente y bondadoso; no es celoso, ni se vanagloria ni se hincha de orgullo; altruistamente antepone los intereses ajenos a los suyos y no se ofende enseguida, sino
que es indulgente. Esta clase de amor edifica y contribuye al éxito en nuestras relaciones humanas, en especial con la familia
(1 Corintios 13:4-8).
Para los padres, el amor implica demostrar cariño a sus hijos y establecerles
claros límites morales y de conducta mediante la
Biblia.
Los niños que crecen en un ambiente así no solo
disfrutan de un sentido de seguridad y de estabilidad
familiar, sino que se sienten amados
(Efesios 5:33–6:4; Colosenses 3:20).
Tener conciencia de la necesidad espiritual
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“Felices son los que tienen conciencia de su necesidad
espiritual.” (Mateo 5:3.)
A diferencia de los animales, los seres
humanos tenemos la capacidad de valorar los
asuntos espirituales. Por eso, nos planteamos
preguntas como “¿Qué sentido tiene la
vida? ¿Existe un Creador? ¿Qué nos sucede cuando
morimos? ¿Qué nos depara el futuro?”
Millones de personas sinceras de todo el mundo han hallado las respuestas a tales cuestiones en la Biblia.
La última pregunta, por ejemplo, apunta al propósito que Dios tiene para la humanidad.
¿De qué se trata?
Él desea que la Tierra se convierta en un paraíso habitado para siempre por personas que lo amen y
respeten sus normas.
Salmo 37:29 asegura: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella”.
Queda claro que nuestro Creador no desea para nosotros un éxito que dure apenas 70 u 80 años; más bien, desea que dure toda la eternidad. Así que ahora es el momento de
conocer al Creador.
Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de
aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3).
Conforme vaya adquiriendo este conocimiento y
vaya aplicándolo en su vida,
descubrirá por usted mismo que “la bendición de Jehová [...] es lo
que enriquece, y él no añade dolor
con ella” (Proverbios
10:22).
¿Quiéres saber má[email protected]
Referencias: Despertad 8/2008 Pág. 6-9