Download - Comercio exterior sin crecimiento económico
Desde la década de los ochenta, México
como casi toda América Latina, se vio
inmerso en la implementación de una
serie de reformas económicas enfoca-
das a una mayor liberalización comer-
cial, privatización y desregulación de
sus mercados financieros. El proceso
de apertura comercial que México
inició con su entrada al GATT en 1986
(hoy la Organización Mundial de Co-
mercio), fue potenciado con la firma y
puesta en marcha del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte
(TLCAN). En dicho contexto, las expec-
tativas generadas sobre el desempeño
comercial de México básicamente
abrían la posibilidad de un crecimiento
económico fundamentado en el mejor
desempeño del sector exportador, par-
ticularmente por los encadenamientos
productivos que se esperaban lograr
con la economía de Estados Unidos.
Con esta perspectiva, el extraordinario
aumento del intercambio comercial
total que siguió a la política de apertu-
ra, justificó el argumento previo: entre
1986 y 1994 las ventas al exterior pasa-
ron de 21.8 mil millones de dólares a
60.8 mil millones, mientras que para el
periodo comprendido entre 1994 y
2000 el nivel de las mismas superó los
166 mil millones de dólares. Bajo dicha
dinámica, el país incrementó su partici-
pación en el mercado norteamericano
logrando obtener su máximo en 2002
cuando representó el 11.6 % del total.
Posterior a ello, la desaceleración eco-
nómica de Estados Unidos y el crecien-
te impulso de China comenzaron a mer-
mar la participación de las exportacio-
nes nacionales en dicho mercado.
Asociado con el patrón evolutivo seña-
lado, la estructura de los principales
bienes de exportación cambió: los seg-
mentos de mayor actividad se constitu-
yeron por aquellos relacionados con la
manufactura mientras que las ventas
petroleras vieron atenuar su participa-
ción relativa: en 1980 58% de las expor-
taciones correspondía a ventas petrole-
ras, mientras que para 2005 contabili-
zaron solo un 15% y en el 2011 16%.
Básicamente, el aumento de las expor-
taciones estuvo liderado por las perte-
necientes al ramo automotriz, maqui-
naria y equipo eléctrico y electrónico,
así como las clasificadas como maqui-
naría y aplicaciones mecánicas. El incre-
mento sostenido de las exportaciones
continuó hasta iniciado el nuevo mile-
nio cuando la recesión de Estados Uni-
dos terminó con su expansión económi-
ca, limitando con ello sus compras al
exterior y afectando el intercambio co-
mercial con México, especialmente en
los sectores relacionados con la maqui-
la. No obstante y contrario a lo que se
esperaba, una vez que la economía
norteamericana comenzó a incremen-
Introducción
Visión Industrial
COMERCIO EXTERIOR SIN CRECIMIENTO ECONÓMICO
30 de marzo de 2012 Volumen 1, N°3
Contenido:
Introducción 1
Los desequilibrios de la
balanza comercial 3
Una razón de fondo 8
Estados Unidos, un motor
externo que se debilita 8
El problema de origen: una
apertura comercial sin
integración
9
Conclusiones 10
tar su ritmo de actividad económica, algunos
de los bienes mexicanos, no se vieron favore-
cidos con la misma intensidad e incluso varios
de ellos comenzaron a ver mermada su parti-
cipación en el mercado de Estados Unidos: el
ascenso de las compras norteamericanas a
China se tradujo en la pérdida de mercado.
Por tanto, no obstante los profundos cambios
realizados, el comportamiento del crecimien-
to económico mexicano mantiene un desem-
peño por debajo de lo esperado con la firma e
implementación de los diversos tratados co-
merciales que abrieron la economía, especial-
mente del TLCAN. En general, los resultados
positivos del tratado han sido observados en
el incremento de las exportaciones mexicanas
y de la inversión extranjera directa (IED) que
se dirige al país. Sin embargo, respecto a la
apertura comercial existen divergencias sobre
los beneficios que la misma ha generado en la
economía nacional: hay sectores industriales
que han recibido un impacto positivo, particu-
larmente la manufactura encaminada a Esta-
dos Unidos, pero también otros que se han
visto perjudicados por dicho proceso, espe-
cialmente los avocados al mercado interno. La
razón de lo último radica en que están exclui-
dos de la cadena exportadora, por lo que no
solamente no reciben los beneficios de la
apertura, sino que además deben enfrentar la
mayor competencia internacional sin contar
con esquemas de financiamiento que les per-
mitan mejorar sus procesos, maquinaria y
capacitación de su personal.
También puede establecerse la existencia de
evidencia que cuestiona los efectos que la
apertura ha tenido sobre el crecimiento eco-
nómico, las remuneraciones y la generación
de empleo. En general, las variables citadas
mantienen una dinámica mucho más modesta
que la exhibida por otras naciones emergen-
tes que efectuaron un proceso de apertura
económica menos abrupto y más orientado a
cubrir sus necesidades de largo plazo. Ade-
más, es claro que la apertura comercial pro-
fundizó la dependencia económica de México
hacia los ciclos industriales y flujos financieros
del exterior, particularmente de Estados Uni-
dos. Dicha situación se ha consolidado por
medio del sector exportador, específicamente
en lo correspondiente a la maquila, segmento
productivo que reclama una compra creciente
de insumos y maquinaria y equipo del extran-
jero. Dado el fuerte incremento de las expor-
taciones y del flujo de IED que estos sectores
han generado, un razonamiento válido sería
el considerar que ello debió abrir la posibili-
dad de obtener un mayor crecimiento econó-
mico. Desde un punto de vista teórico, se con-
sidera que la apertura comercial tiene un im-
pacto favorable, vía exportaciones, sobre el
crecimiento, sin embargo, no ha sido así para
el país.
Para el caso de México, se ha mostrado que
las exportaciones no manifiestan una rela-
ción positiva de largo plazo sobre el creci-
miento, resultado justificado por el hecho de
que el componente importado de la produc-
ción y exportación es demasiado elevado
(gráfica 1), situación que disminuye los bene-
ficios iniciales que el comercio exterior debe-
ría generar. Lo anterior se sintetiza por el he-
cho de que México tiene un déficit comercial
en casi todos los años, en casi todos los secto-
res y con la mayoría de sus socios comercia-
les. En consecuencia, la generalización de los
beneficios potenciales de las exportaciones se
ve mermada por la cantidad de importaciones
que debe realizar, lo cual a su vez se traduce
en que no hay encadenamientos con las em-
presas nacionales que podrían surtir de insu-
mos intermedios y maquinaria y equipo a
aquellas avocadas al comercio internacional.
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Los desequilibrios de la balanza comercial
Como se mencionó, la profunda liberalización
comercial buscaba impulsar el crecimiento
económico mediante un incremento vigoroso
de las exportaciones y la diversificación de las
mismas, así como con una mayor integración
comercial con el resto del mundo. Ello debe-
ría propiciar la posibilidad de generar encade-
namientos productivos, economías de escala
y una transferencia tecnológica que debería
catapultar a México al nivel de los países
desarrollados.
Es innegable el aumento en las exportaciones:
en 1980 contabilizaron 18 mil millones de dó-
lares mientras que para 2011 superaron los
349.7 mil millones. Sin embargo, al mismo
tiempo puede observarse un incremento en
las importaciones: para el mismo periodo pa-
saron de 21 a 350.8 mil millones de dólares.
Con lo anterior es evidente que el país conti-
núa siendo deficitario en términos netos, si-
tuación que únicamente se ha revertido en las
crisis económicas, cuando el país ha tenido
que aplicar severos programas de ajuste ma-
croeconómico y devaluar su moneda. Asocia-
do con este hecho, México tiene un significa-
tivo y preocupante déficit comercial con la
mayor parte del mundo. De acuerdo a cifras
oficiales, hasta noviembre de 2005, el país
había registrado un déficit comercial de 1.2
mil millones de dólares (gráfica 2), lo cual no
es una cifra preocupante para el tamaño del
sector exportador nacional y en apariencia
tiene una tendencia a la baja. No obstante,
cuando se revisa la balanza sin petróleo el
déficit es mucho mayor: 57.6 mil millones de
dólares (gráfica 3), dejando en claro que es la
Fuente: Elaboración en base a información del Banco de México.
Gráfica 1
Página 4 Visión Industrial
Fuente: Elaboración en base a información del Banco de México
dotación de petróleo la que logra subsanar el
gran boquete que existe en el comercio exte-
rior mexicano.
Adicionalmente cuando la revisión se realiza
respecto al intercambio por países y regiones
es claro que México mantiene un déficit con
casi todos, excepto con Estados Unidos. En
otras palabras es con la primera potencia
mundial con la cual se disminuye el fuerte
desequilibrio de la balanza comercial (cuadro
1). En este aspecto, debe apreciarse la impor-
tancia que revisten las exportaciones hacia el
mercado norteamericano: de su evolución se
desprende el comportamiento positivo y el
equilibrio del comercio exterior mexicano. Por
tanto, el desplazamiento que las exportacio-
nes mexicanas sufren frente a China condicio-
na fuertemente al sector externo nacional.
Asociado con lo anterior, también existe una
importante dependencia sobre los productos
que mantienen a la balanza comercial dentro
de un rango manejable. En esencia, la mayo-
ría de las exportaciones mexicanas se concen-
tran en bienes manufacturados, especialmen-
te maquila, y en las clasificadas como petrole-
ras. En este sentido si se analiza el intercam-
bio comercial de los bienes manufacturados
nuevamente puede observarse que se tiene
un déficit comercial considerable: 14.7 mil
millones de dólares para el 2011. Es claro que
el modelo de manufacturas, particularmente
maquilador no es motor de crecimiento eco-
nómico. Además, por el lado de la producción
es ampliamente conocido que la industria de
la maquila contiene un bajo valor agregado y
escasa transferencia de tecnología por lo que
su principal contribución recae en el empleo
creado. Alrededor de este perfil exportador
debe notarse que la mayoría de los productos
asociados a la maquila están concebidos para
el mercado norteamericano no para competir
en los mercados globales, ¿Cuál es la razón?:
una proporción importante de las empresas
exportadoras pertenecen a grupos trasnacio-
nales que han generado su producción en
México como parte de una estrategia enfoca-
da en aprovechar las ventajas comparativas
que el país ofrece y que les permite disminuir
sus costos y ofrecerlos en el mercado norte-
americano a un precio competitivo.
Sin embargo, debe hacerse notar que el
desempeño de la maquiladora, esencial para
el comportamiento del sector externo nacio-
nal, está cambiando de manera sustantiva. El
Cuadro 1 Balanza comercial por país y región, miles de millones
Total Estado Unidos
Unión Europea
Asia China Corea del
Sur Japón África
1993 -13.5 -2.4 -5.2 -6.0 -0.3 -0.9 -3.2 -0.1 1997 0.6 12.4 -6.1 -8.9 -1.2 -1.8 -3.2 -0.2 2000 -8.3 19.9 -9.6 -18.1 -2.7 -3.7 -5.5 -0.5 2005 -7.6 65.0 -16.8 -48.9 -16.6 -6.3 -11.6 -0.2 2009 -4.7 72.7 -15.6 -64.6 -30.3 -10.5 -9.8 -0.3 2010 -3.0 93.7 -18.1 -85.2 -41.4 -11.8 -13.1 -0.9 2011 -1.2 100.3 -18.6 -92.5 -46.3 -12.2 -14.2 -1.1
importante crecimiento que este tipo de
empresa tuvo en la década de los noventa
se ha diluido notoriamente en los últimos
años. Es evidente que aún en el periodo de
la reciente recuperación económica de los
Estados Unidos y con unos costos laborales
en manufacturas que en términos relativos
son menores a los que tienen otros países
en el mundo, especialmente los del sudeste
asiático, la industria manufacturera y ma-
quiladora mexicana no ha podido alcanzar
el nivel de empleo, inversión y, en algunos
casos, de producción prevaleciente hasta el
año 2008.
Una revisión más detallada pone en claro
que el superávit únicamente es alcanzado,
de manera significativa, en las industrias
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vinculadas a la industria automotriz, la pe-
trolera y el de piedras preciosas (gráfica 5).
En realidad el resto de saldos favorables es
mucho más modesto en las industrias que
logran dicha posición comercial.
En lo correspondiente a los saldos negativos
es evidente que los más relevantes son
aquellos pertenecientes a las manufacturas,
manifestando con ello que la actividad in-
dustrial precisa de la aplicación de políticas
que fortalezcan su competitividad a fin de
potenciar sus capacidades y con ello colo-
carlas en una posición más favorable frente
a la competencia internacional.
Fuente: Elaboración en base a información del Banco de México.
Gráfica 2
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Fuente: Elaboración en base a información del Banco de México.
Gráfica 3
Gráfica 4
Fuente: Elaboración en base a información del Banco de México.
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Fuente: Elaboración en base a información del Banco de México.
Gráfica 5
Gráfica 6
Fuente: Elaboración en base a información del Banco de México.
En su “Historia Económica para América Lati-
na”, Víctor Bulmer-Thomas sintetizó algunos
de los factores fundamentales que explican el
por qué la región no ha alcanzado una historia
exitosa en su desarrollo económico. De mane-
ra muy clara puntualiza el funcionamiento de
los tres mecanismos esenciales para que un
país pueda obtener un mayor grado de desa-
rrollo cuando se busca alcanzarlo mediante el
sector exportador. Los elementos primordia-
les son: el capital, la mano de obra y el Esta-
do. El criterio bajo el que interactúan dichos
componentes, para obtener la consecución de
un mayor desarrollo, es el que promueve una
profunda integración de todas las cadenas
productivas, no solamente de las exportado-
ras, el beneficio del crecimiento debe llegar a
toda la sociedad. Bajo dicho esquema, la par-
ticipación del Estado se concibe como la de
un promotor activo y eficaz de políticas que
incentiven la creación de nuevos sectores
productivos profundamente vinculados entre
sí.
En dicho contexto es prioritario que una parte
del excedente del capital dirigido al sector
exportador pase a la economía no exportado-
ra. En otras palabras la inversión y la innova-
ción tecnológica, asociadas al sector externo,
deben permear hacia la infraestructura pro-
ductiva de la economía no exportadora. La
razón es que el aumento de la inversión e in-
novación permite que las empresas eleven su
productividad y competitividad. Así, se tiene
la posibilidad de incrementar los ingresos de
los trabajadores y con ello de potenciar el
consumo doméstico, efecto que de manera
implícita conlleva a un mayor bienestar de la
población.
La participación del Estado es indispensable
para favorecer el desarrollo integral de la eco-
nomía, ya que no solo es responsable de ge-
nerar los mecanismos e incentivos necesarios
para fortalecer el crecimiento del sector ex-
terno, sino porque además debe propiciar,
mediante su política económica, el progreso
del sector no exportador.
Lamentablemente la experiencia de América
Latina muestra que este proceso no es auto-
mático y que la apertura comercial, así como
la desregulación económica, no se han tradu-
cido en un crecimiento económico sostenible
para la región. En el caso particular de México
los magros resultados que muestra el creci-
miento económico permiten cuestionar si la
apertura comercial iniciada en 1986 ha gene-
rado las condiciones y mecanismos necesarios
para lograr un crecimiento vigoroso y susten-
table.
La dinámica económica que Estados Unidos
mantuvo durante la década de los años no-
venta provocó un incremento en sus importa-
ciones de bienes y servicios, favoreciendo con
ello a todos sus proveedores, no únicamente
a México. En el caso particular de nuestro
país, lo descrito se vio reforzado por el acuer-
do comercial firmado con Estados Unidos y
Canadá, así como por la ventaja comparativa
lograda por los bajos costos laborales que
propició la devaluación del peso en 1994. No
obstante, la temporalidad del beneficio fue
puesta al descubierto con la entrada del nue-
vo milenio. El año 2000 fue el punto de quie-
bre del modelo exportador mexicano, cuando
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Una razón de fondo
Estados Unidos, un motor externo que
se debilita
la economía y el mercado financiero de Es-
tados Unidos dieron las primeras señales de
agotamiento. Durante la recesión del 2001
una parte considerable de las exportaciones
de México fueron sustituidas por las gene-
radas en China. Sectores como el de la
computación, maquinaria y equipo eléctri-
co, electrónica, textil, por mencionar algu-
nos de los más relevantes, fueron desplaza-
dos por los productos de origen chino. Una
situación similar ocurrió en Canadá. Entre
otras razones, se tiene a la escasa integra-
ción de las cadenas productivas a raíz de la
apertura comercial, situación contradictoria
con la planteada como fundamental para
utilizar al sector exportador como fuente de
crecimiento económico. Las crisis económi-
cas obligaron a que las empresas trasnacio-
nales reubicaran muchas de sus factorías en
otros países, buscando beneficiarse de ba-
jos costos laborales, incentivos fiscales, in-
fraestructura moderna, seguridad pública y
de encadenamientos productivos que ya no
encontraban en México. Además el debilita-
miento de los países desarrollados ha impli-
cado que las exportaciones mexicanas diri-
gidas a Estados Unidos, la Unión Europea y
Japón enfrenten un entorno adverso que
inhibe el intercambio comercial global. De
igual manera, el diferencial obtenido me-
diante la firma de los tratados y acuerdos
de libre se ha diluido ya que la mayor parte
de los competidores de México también
han signado acuerdos similares con las na-
ciones desarrolladas. En este sentido es im-
portante comprender las áreas de oportuni-
dad que el país tiene y con ello hacer las
correcciones pertinentes.
Página 9 Visión Industrial
Como en casi toda América Latina, los cam-
bios económicos realizados por México du-
rante los años ochenta y noventa fueron
resultado del agotamiento en el modelo de
crecimiento prevaleciente hasta entonces.
Dicho proceso se vio exacerbado por el in-
cremento que la Reserva Federal de Estados
Unidos aplicó a sus tasas de interés y que en
última instancia provocó la denominada
“Crisis de Deuda”: todos los préstamos soli-
citados se volvieron impagables.
La crisis restringió el acceso al mercado de
capitales internacionales, hecho que condu-
jo a la aplicación de severos programas de
ajuste estructural. En general, la estrategia
de política económica implicó una apertura
comercial sin precedentes, así como una
importante privatización de las empresas
públicas.
En el caso mexicano, la modificación realiza-
da mostró algunos aspectos divergentes:
mientras que la apertura comercial generó
una rápida expansión del sector exportador
(Por ejemplo, entre 1980 y 1995 las expor-
taciones crecieron 237%), la privatización
no logró el éxito esperado, fundamental-
mente en el área de los servicios financie-
ros. El problema de la crisis bancaria de
1995 se vinculó con el desequilibrio de las
finanzas públicas, comprometiendo la sus-
tentabilidad del gasto de gobierno, el finan-
ciamiento a las empresas y con ello el desa-
rrollo económico del país.
La falta de financiamiento al sector produc-
tivo inhibió la capacidad para obtener recur-
sos para la mayor parte de las empresas
nacionales, disociando la evolución de un
El problema de origen: una apertura
comercial sin integración
sector exportador exitoso (gracias a la capta-
ción de inversión extranjera directa y el acce-
so al mercado de Estados Unidos).
Un problema que no se diagnóstico adecua-
damente fue el de la insostenibilidad de lo
anterior: un sector externo dependiente del
ciclo económico de Estados Unidos no alcan-
zaría a competir con otros países emergentes,
particularmente con China. El hecho de que
las exportaciones de origen mexicano depen-
dieran de importaciones de insumos interme-
dios y de maquinaria y equipo, representaba
una ventana de oportunidad para cualquier
país con acceso a los mismos y que además
contará con programas de desarrollo econó-
mico bien diseñados, con bajos costos labora-
les y una infraestructura moderna. Dicho país
fue China.
A partir del año 2000 China comenzó a des-
puntar en el mercado de Estados Unidos y
Canadá, desplazando a México de dichos mer-
cados y socavando la posibilidad de que las
empresas mexicanas alcanzarán una mayor
integración con dichas economías. Una de las
razones fundamentales radicó en que México
no logró pasar de la maquila a la manufactura
de alto valor agregado. El país tampoco inte-
gró la cadena productiva a fin de desarrollar
una mayor especialización y diferenciales que
mermaran la posibilidad de ser desplazado en
los mercados internacionales.
La consecuencia de lo anterior es que el país
tiene dificultades para competir con aquellas
naciones que tienen una ventaja comparativa
mayor. Siguiendo los argumentos del comer-
cio interindustrial, los países realizan comer-
cio de aquellos bienes pertenecientes a dife-
rentes industrias, en donde su dotación de
factores (por ejemplo mano de obra barata o
recursos naturales) es el aspecto que determi-
na el bien a exportar por cada país, justamen-
te el tipo de estrategia inicialmente aplicada
por China.
Para el caso particular de México, algunos
estudios señalaban que la liberalización co-
mercial implicada por el TLCAN podría poten-
ciar las exportaciones no solo de las industrias
que tuviesen una ventaja comparativa, sino
además de aquellas con comercio intraindus-
trial. Este argumento implicaba que las em-
presas mexicanas integradas al comercio in-
ternacional incrementarían el volumen de sus
exportaciones gracias a que el intercambio
comercial les ayudaría a adquirir un alto gra-
do de especialización e innovación tecnológi-
ca. La consecuencia lógica sería la de una ma-
yor eficacia en sus procesos productivos. Una
de las ventajas es que les permite enfrentar
los nuevos desafíos comerciales con mayor
probabilidad de éxito.
A 18 años de la puesta en marcha del TLCAN
es posible evaluar que las industrias exporta-
doras no lograron generar las economías de
escala necesarias para obtener el grado de
especialización necesario para ser considera-
das competitivas a nivel internacional, situa-
ción contraria al objetivo inicial. El entorno es
poco favorable para aquellas industrias que
son importadoras netas, es decir las que aca-
ban comprando productos extranjeros por un
valor más alto del que exportan, y que por lo
tanto deben transferir parte de las ganancias
obtenidas en el mercado interno. De acuerdo
a los estudios realizados este tipo de empre-
sas enfrentan un serio riesgo de desaparecer,
algo que ha ocurrido durante cada crisis eco-
nómica que ha enfrentado el país.
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Conclusiones