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Citas seleccionadas del papa Francisco por
tema
Este documento del Departamento de Justicia, Paz y Desarrollo Humano de la USCCB es
una recopilacin de citas y extractos tiles de discursos, mensajes, homilas y audiencias
del papa Francisco. Esta recopilacin informal no es exhaustiva; no cubre todas las
cuestiones. Este documento es una obra en proceso y se actualizar peridicamente.
Cmo utilizar este documento:
Las citas estn ordenadas por tema. Los temas estn en orden alfabtico. La lista por tema
que presenta abajo el ndice de contenido lleva a la seccin correspondiente del documento.
Cada cita de este documento va seguida por una referencia entre parntesis que indica la
fecha (por ejemplo, 5 de junio de 2013). Cada fecha corresponde a una comunicacin oral o
escrita del papa Francisco que se produjo en esa fecha. Cuando se produjeron dos
comunicaciones en la misma fecha, la referencia entre parntesis indica la fecha seguida
por el tema (por ejemplo, 28 de marzo de 2013, Misa Crismal y 28 de marzo de 2013, Centro Penitenciario para Menores).
Una lista de las comunicaciones del papa Francisco ordenadas por fecha aparece en la
ltima pgina de este documento.
Ejemplo: la primera cita de la seccin titulada Pobreza va seguida por una referencia entre parntesis que dice (19 de marzo de 2013). Para determinar la fuente de la cita, el lector que vaya a la ltima pgina del documento ver que 19 de marzo de 2013 se refiere a
la homila del papa Francisco en la misa por el comienzo de su ministerio petrino, y puede
utilizar el vnculo proporcionado para acceder al texto ntegro del discurso.
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ndice de contenido
Los temas que presenta abajo el ndice de contenido llevan a la seccin correspondiente de
este documento.
Alimentacin/Hambre
Bien comn
Caridad/Amor
Caridad/Servicio
Cuidado por la creacin/Medio ambiente
Derechos y responsabilidades
Desarrollo
Economa/Justicia econmica/Desigualdad
Ecumenismo/Relaciones interconfesionales
Estructuras del pecado
Familia/Comunidad
Gobierno y lderes
Jvenes
Libertad religiosa (internacional)
Migrantes y refugiados
Misin/Encuentro
Mujeres
Nueva Evangelizacin
Participacin cvica/poltica
Paz
Pobreza
Presos/Encarcelamiento
Sacramentos y justicia
Solidaridad
Tierra Santa
Trabajo
Trata de personas
Vida sencilla/materialismo
Vida y dignidad
Vivienda
Miscelnea
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Alimentacin/Hambre
Si en tantas partes del mundo hay nios que no tienen qu comer, eso no es noticia, parece
normal. No puede ser as! (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
Esta cultura del descarte nos ha hecho insensibles tambin al derroche y al desperdicio de
alimentos, cosa an ms deplorable cuando en cualquier lugar del mundo,
lamentablemente, muchas personas y familias sufren hambre y malnutricin. (5 de junio de
2013, Medio ambiente)
El consumismo nos ha inducido a acostumbrarnos a lo superfluo y al desperdicio cotidiano
de alimento, al cual a veces ya no somos capaces de dar el justo valor, que va ms all de
los meros parmetros econmicos. Pero recordemos bien que el alimento que se desecha es
como si se robara de la mesa del pobre, de quien tiene hambre! (5 de junio de 2013, Medio
ambiente)
Invito a todos a reflexionar sobre el problema de la prdida y del desperdicio del alimento a
fin de identificar vas y modos que, afrontando seriamente tal problemtica, sean vehculo
de solidaridad y de comparticin con los ms necesitados. (5 de junio de 2013, Medio
ambiente)
cuando el alimento se comparte de modo equitativo, con solidaridad, nadie carece de lo necesario, cada comunidad puede ir al encuentro de las necesidades de los ms pobres.
Ecologa humana y ecologa medioambiental caminan juntas. (5 de junio de 2013, Medio
ambiente)
Estamos llamados no slo a respetar el medio ambiente natural, sino tambin a mostrar
respeto y solidaridad con todos los miembros de nuestra familia humana. Estas dos
dimensiones estn estrechamente relacionadas; hoy estamos sufriendo de una crisis que no
slo tiene que ver con la gestin equitativa de los recursos econmicos, sino tambin con la
preocupacin por los recursos humanos, por las necesidades de nuestros hermanos y
hermanas que viven en la extrema pobreza, y especialmente por los muchos nios de
nuestro mundo que carecen de una adecuada educacin, atencin de salud y nutricin. El
consumismo y una cultura del descarte han llevado a algunos de nosotros a tolerar el desperdicio de recursos preciosos, incluso los alimentos, mientras que otros estn,
literalmente, consumindose de hambre. Les pido a todos que reflexionen sobre este grave
problema tico en un espritu de solidaridad basado en nuestra comn responsabilidad por
la Tierra y por todos nuestros hermanos y hermanas de la familia humana. [Traduccin no
oficial] (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
Somos conscientes de que uno de los primeros efectos de las graves crisis alimentarias, y
no slo las causadas por desastres naturales o por conflictos sangrientos, es la erradicacin
de su ambiente de personas, familias y comunidades. Es una dolorosa separacin que no se
limita a la tierra natal, sino que se extiende al mbito existencial y espiritual, amenazando y
a veces derrumbando las pocas certezas que se tenan. Este proceso, que ya se ha hecho
global, requiere que las relaciones internacionales restablezcan esa referencia a los
principios ticos que las regulan y redescubran el espritu autntico de solidaridad que
puede hacer incisiva toda la actividad de cooperacin. (20 de junio de 2013)
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Es un escndalo que todava haya hambre y malnutricin en el mundo. No se trata slo de
responder a las emergencias inmediatas, sino de afrontar juntos, en todos los mbitos, un
problema que interpela nuestra conciencia personal y social, para lograr una solucin justa
y duradera. (16 de octubre de 2013)
Paradjicamente, en un momento en que la globalizacin permite conocer las situaciones
de necesidad en el mundo y multiplicar los intercambios y las relaciones humanas, parece
crecer la tendencia al individualismo y al encerrarse en s mismos, lo que lleva a una cierta
actitud de indiferencia a nivel personal, de las instituciones y de los estados respecto a quien muere de hambre o padece malnutricin, casi como si se tratara de un hecho
ineluctable. Pero el hambre y la desnutricin nunca pueden ser consideradas un hecho
normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema. (16 de octubre de
2013)
El tema elegido por la FAO para la celebracin de este ao habla de sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutricin. Me parece leer en l una invitacin a repensar y renovar nuestros sistemas alimentarios desde una perspectiva de la
solidaridad, superando la lgica de la explotacin salvaje de la creacin y orientando mejor
nuestro compromiso de cultivar y cuidar el medio ambiente y sus recursos, para garantizar
la seguridad alimentaria y avanzar hacia una alimentacin suficiente y sana para todos. Esto
comporta un serio interrogante sobre la necesidad de cambiar realmente nuestro estilo de
vida, incluido el alimentario, que en tantas reas del planeta est marcado por el
consumismo, el desperdicio y el despilfarro de alimentos. (16 de octubre de 2013)
A este respecto, la persistente vergenza del hambre en el mundo me lleva a compartir con
ustedes la pregunta: cmo usamos los recursos de la tierra? Las sociedades actuales
deberan reflexionar sobre la jerarqua en las prioridades a las que se destina la produccin.
De hecho, es un deber de obligado cumplimiento que se utilicen los recursos de la tierra de
modo que nadie pase hambre. (8 de diciembre de 2013)
Es de sobra sabido que la produccin actual es suficiente y, sin embargo, millones de
personas sufren y mueren de hambre, y eso constituye un verdadero escndalo. Es
necesario encontrar los modos para que todos se puedan beneficiar de los frutos de la tierra,
no slo para evitar que se ample la brecha entre quien ms tiene y quien se tiene que
conformar con las migajas, sino tambin, y sobre todo, por una exigencia de justicia, de
equidad y de respeto hacia el ser humano. En este sentido, quisiera recordar a todos el
necesario destino universal de los bienes, que es uno de los principios clave de la doctrina
social de la Iglesia. Respetar este principio es la condicin esencial para posibilitar un
efectivo y justo acceso a los bienes bsicos y primarios que todo hombre necesita y a los
que tiene derecho. (8 de diciembre de 2013)
Hoy tengo el placer de anunciarles la Campaa contra el hambre en el mundo, lanzada por nuestra Caritas Internationalis y comunicarles que es mi intencin darle todo mi
apoyo. Esta Confederacin, junto a sus 164 organizaciones miembros, est hoy
comprometida en 200 pases y territorios del mundo y su labor est en el corazn de la
misin de la Iglesia y su atencin hacia todos aquellos que sufren por ese escndalo del
hambre, con el que el Seor se identific cuando dijo: Tuve hambre y me disteis de comer. (9 de diciembre de 2013)
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Nos encontramos ante un escndalo mundial de casi mil millones de personas. Mil millones
de personas que todava sufren hambre hoy, no podemos mirar a otra parte, fingiendo que
el problema no exista. . . . La parbola de la multiplicacin de los panes y los peces nos
ensea precisamente eso: que cuando hay voluntad, lo que tenemos no se termina, incluso
sobra y no se pierde. Por eso, queridos hermanos y hermanas, les invito a que hagan un
lugar en su corazn para esta urgencia, respetando ese derecho que Dios concedi a todos,
de tener acceso a una alimentacin adecuada. Compartamos lo que tenemos, con caridad
cristiana, con todos aquellos que se ven obligados a hacer frente a numerosos obstculos
para satisfacer una necesidad tan primaria y, a la vez, seamos promotores de una autntica
cooperacin con los pobres, para que a travs de los frutos de su trabajo y de nuestro
trabajo puedan vivir una vida digna. (9 de diciembre de 2013)
Invito a todas las instituciones del mundo, a toda la Iglesia y a cada uno de nosotros, como
una sola familia humana, a dar voz a todas las personas que sufren silenciosamente el
hambre, para que esta voz se convierta en un rugido capaz de sacudir al mundo. Esta
campaa quiere ser tambin una invitacin a todos nosotros, para que seamos conscientes
de la eleccin de nuestros alimentos, que con frecuencia significa desperdiciar la comida y
usar mal los recursos a nuestra disposicin. Es tambin una exhortacin para que dejemos
de pensar que nuestras acciones cotidianas no tienen repercusiones en la vida de quienes cerca o lejos de nosotros sufren el hambre en su propia piel. (9 de diciembre de 2013)
Roguemos al Seor para que nos conceda la gracia de ver un mundo en el que nadie jams
deba morir de hambre. Y pidiendo esta gracia, les doy mi bendicin. (9 de diciembre de
2013)
Ayer Critas lanz una campaa mundial contra el hambre y el despilfarro de alimentos,
con el lema: Una sola familia humana, alimentos para todos. El escndalo de los millones de personas que sufren hambre no debe paralizarnos, sino ms bien impulsarnos a actuar todos, individuos, familias, comunidades, instituciones, gobiernos para eliminar esta injusticia. El Evangelio de Jess nos muestra el camino: confiar en la providencia del Padre
y compartir nuestro pan de cada da sin desperdiciarlo. Aliento a Critas a llevar adelante
este compromiso, e invito a todos a unirse a esta ola de solidaridad. (11 de diciembre de 2013)
La paz adems se ve herida por cualquier negacin de la dignidad humana, sobre todo por
la imposibilidad de alimentarse de modo suficiente. No nos pueden dejar indiferentes los
rostros de cuantos sufren el hambre, sobre todo los nios, si pensamos a la cantidad de
alimento que se desperdicia cada da en muchas partes del mundo, inmersas en la que he
definido en varias ocasiones como la cultura del descarte. Por desgracia, objeto de descarte no es slo el alimento o los bienes superfluos, sino con frecuencia los mismos
seres humanos, que vienen descartados como si fueran cosas no necesarias. (13 de enero de 2014, Cuerpo Diplomtico)
Los que trabajan en estos sectores [polticos y econmicos] tienen una responsabilidad
precisa para con los dems, especialmente con los ms frgiles, dbiles y vulnerables. Es
intolerable que todava miles de personas mueran cada da de hambre, a pesar de las
grandes cantidades de alimentos disponibles y, a menudo, simplemente desperdiciados. (17
de enero de 2014)
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Defender a las comunidades rurales frente a las graves amenazas de la accin humana y de
los desastres naturales no debera ser slo una estrategia, sino una accin permanente que
favorezca su participacin en la toma de decisiones, que ponga a su alcance tecnologas
apropiadas y extienda su uso, respetando siempre el medio ambiente. Actuar as puede
modificar la forma de llevar a cabo la cooperacin internacional y de ayudar a los que
pasan hambre o sufren desnutricin. (16 de octubre de 2014)
Para vencer el hambre no basta paliar las carencias de los ms desafortunados o socorrer
con ayudas y donativos a aquellos que viven situaciones de emergencia. Es necesario,
adems, cambiar el paradigma de las polticas de ayuda y de desarrollo, modificar las reglas
internacionales en materia de produccin y comercializacin de los productos agrarios,
garantizando a los pases en los que la agricultura representa la base de su economa y
supervivencia la autodeterminacin de su mercado agrcola. (16 de octubre de 2014)
Hasta cundo se seguirn defendiendo sistemas de produccin y de consumo que excluyen
a la mayor parte de la poblacin mundial, incluso de las migajas que caen de las mesas de
los ricos? Ha llegado el momento de pensar y decidir a partir de cada persona y comunidad,
y no desde la situacin de los mercados. En consecuencia, debera cambiar tambin el
modo de entender el trabajo, los objetivos y la actividad econmica, la produccin
alimentaria y la proteccin del ambiente. Quizs sta es la nica posibilidad de construir un
autntico futuro de paz, que hoy se ve amenazado tambin por la inseguridad alimentaria.
(16 de octubre de 2014)
El hambre es criminal, la alimentacin es un derecho inalienable. (28 de octubre de 2014)
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Bien comn
Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los dems, para salvaguardar la
creacin. (19 de marzo de 2013)
Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente
por los nios, los ancianos, quienes son ms frgiles y que a menudo se quedan en la
periferia de nuestro corazn. (19 de marzo de 2013)
A las tres preguntas de Jess a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitacin: Apacienta
mis corderos, apacienta mis ovejas. Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio,
y que tambin el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez ms en ese servicio que
tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto,
rico de fe, de san Jos y, como l, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y
acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los ms pobres, los ms
dbiles, los ms pequeos; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al
hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-
46). Slo el que sirve con amor sabe custodiar. (19 de marzo de 2013)
Custodiar la creacin, cada hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor; es
abrir un resquicio de luz en medio de tantas nubes; es llevar el calor de la esperanza. (19 de
marzo de 2013)
La Iglesia, por su parte, siempre se esfuerza por el desarrollo integral de las personas. En
este sentido, insiste en que el bien comn no debe ser un simple aadido, una simple idea
secundaria en un programa poltico. La Iglesia invita a los gobernantes a estar
verdaderamente al servicio del bien comn de sus pueblos. (16 de mayo de 2013)
cultivar y custodiar no comprende slo la relacin entre nosotros y el medio ambiente, entre el hombre y la creacin; se refiere tambin a las relaciones humanas. Los Papas han
hablado de ecologa humana, estrechamente ligada a la ecologa medioambiental. Nosotros
estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el medio ambiente, pero sobre todo lo
vemos en el hombre. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
La persona humana est en peligro: esto es cierto, la persona humana hoy est en peligro;
he aqu la urgencia de la ecologa humana! Y el peligro es grave porque la causa del
problema no es superficial, sino profunda: no es slo una cuestin de economa, sino de
tica y de antropologa. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
La vida humana, la persona, ya no es percibida como valor primario que hay que respetar y
tutelar, especialmente si es pobre o discapacitada, si no sirve todava como el nascituro o si ya no sirve como el anciano. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
La hermandad entre los hombres y la colaboracin para construir una sociedad ms justa no
son un sueo fantasioso sino el resultado de un esfuerzo concertado de todos hacia el bien
comn. Los aliento en ste su compromiso por el bien comn, que requiere por parte de
todos sabidura, prudencia y generosidad. (27 de julio de 2013, Clase dirigente)
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La creacin no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni, mucho
menos, es una propiedad slo de algunos, de pocos: la creacin es un don, es un don
maravilloso que Dios nos ha dado para que cuidemos de l y lo utilicemos en beneficio de
todos, siempre con gran respeto y gratitud. (21 de mayo de 2014)
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Caridad/Amor
A las tres preguntas de Jess a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitacin: Apacienta
mis corderos, apacienta mis ovejas. Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio,
y que tambin el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez ms en ese servicio que
tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto,
rico de fe, de san Jos y, como l, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y
acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los ms pobres, los ms
dbiles, los ms pequeos; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al
hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-
46). Slo el que sirve con amor sabe custodiar. (19 de marzo de 2013)
Vosotros nos decs que amar a Dios y al prjimo no es algo abstracto, sino profundamente
concreto: quiere decir ver en cada persona el rostro del Seor que hay que servir, y servirle
concretamente. Y vosotros sois, queridos hermanos y hermanas, el rostro de Jess. (21 de
mayo de 2013)
Para nosotros, cristianos, el amor al prjimo nace del amor de Dios y es de ello la ms
lmpida expresin. Aqu se busca amar al prjimo, pero tambin dejarse amar por el
prjimo. Estas dos actitudes caminan juntas; no puede haber una sin la otra. En el papel con
membrete de las Misioneras de la Caridad estn impresas estas palabras de Jess: Todo lo que hayis hecho a uno de estos, mis hermanos ms pequeos, a m me lo hicisteis (Mt 25, 40). Amar a Dios en los hermanos y amar a los hermanos en Dios. (21 de mayo de 2013)
Dios es amor. No es un amor sentimental, emotivo, sino el amor del Padre que est en el origen de cada vida, el amor del Hijo que muere en la cruz y resucita, el amor del Espritu
que renueva al hombre y el mundo. Pensar en que Dios es amor nos hace mucho bien,
porque nos ensea a amar, a darnos a los dems como Jess se dio a nosotros, y camina con
nosotros. Jess camina con nosotros en el camino de la vida. (26 de mayo de 2013)
Un Dios que se hace cercano por amor aadi y camina con su pueblo. Y este caminar llega a un punto inimaginable: jams se podra pensar que el Seor mismo se hace
uno de nosotros y camina con nosotros, y permanece con nosotros, permanece en su Iglesia,
se queda en la Eucarista, se queda en su Palabra, se queda en los pobres y se queda con
nosotros caminando. Esta es la cercana. El pastor cercano a su rebao, a sus ovejas, a las
que conoce una por una. (7 de junio de 2013, Sagrado Corazn)
Jess quiso mostrarnos su corazn como el corazn que tanto am. Por ello hoy hacemos esta conmemoracin. Sobre todo del amor de Dios. Dios nos ha amado, nos ha amado
mucho. Pienso en lo que nos deca san Ignacio; . . . nos indic dos criterios sobre el amor.
Primero: el amor se manifiesta ms en las obras que en las palabras. Segundo: el amor est
ms en dar que en recibir. (7 de junio de 2013, Sagrado Corazn)
Estos dos criterios son como pilares del verdadero amor: las obras y darse. (7 de junio de
2013, Sagrado Corazn)
Cul es la ley del pueblo de Dios? Es la ley del amor, amor a Dios y amor al prjimo
segn el mandamiento nuevo que nos dej el Seor (cf. Jn 13, 34). Un amor, sin embargo,
que no es estril sentimentalismo o algo vago, sino que es reconocer a Dios como nico
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Seor de la vida y, al mismo tiempo, acoger al otro como verdadero hermano, superando
divisiones, rivalidades, incomprensiones, egosmos; las dos cosas van juntas. Cunto
camino debemos recorrer an para vivir en concreto esta nueva ley, la ley del Espritu
Santo que acta en nosotros, la ley de la caridad, del amor! Cuando vemos en los peridicos
o en la televisin tantas guerras entre cristianos, pero cmo puede suceder esto? En el seno
del pueblo de Dios, cuntas guerras! En los barrios, en los lugares de trabajo, cuntas
guerras por envidia y celos! Incluso en la familia misma, cuntas guerras internas!
Nosotros debemos pedir al Seor que nos haga comprender bien esta ley del amor. Cun
hermoso es amarnos los unos a los otros como hermanos autnticos. Qu hermoso es! Hoy
hagamos una cosa. (12 de junio de 2013)
La luz de la fe, unida a la verdad del amor, no es ajena al mundo material, porque el amor
se vive siempre en cuerpo y alma; la luz de la fe es una luz encarnada, que procede de la
vida luminosa de Jess. Ilumina incluso la materia, confa en su ordenamiento, sabe que en
ella se abre un camino de armona y de comprensin cada vez ms amplio. (29 de junio de
2013, no. 34)
En el Evangelio leemos la parbola del Buen Samaritano, que habla de un hombre asaltado
por bandidos y abandonado medio muerto al borde del camino. La gente pasa, mira y no se
para, contina indiferente el camino: no es asunto suyo. No se dejen robar la esperanza.
Cuntas veces decimos: no es mi problema. Cuntas veces miramos a otra parte y hacemos
como si no vemos. Slo un samaritano, un desconocido, ve, se detiene, lo levanta, le tiende
la mano y lo cura (cf. Lc 10, 29-35). Queridos amigos, creo que aqu, en este hospital, se
hace concreta la parbola del Buen Samaritano. Aqu no existe indiferencia, sino atencin,
no hay desinters, sino amor. (24 de julio de 2013, Providencia)
Nuestras misiones tienen este objetivo: identificar las necesidades materiales e inmateriales
de las personas y buscar satisfacerlas como podamos. Usted sabe qu es el gape? Es el amor por los dems, como nuestro Seor lo predic. No es proselitismo, es amor. Amor por
el prjimo, levadura que sirve al bien comn. (1 de octubre de 2013)
Una fe vivida de modo serio suscita comportamientos de caridad autntica. (31 de octubre
de 2013)
El verdadero discpulo del Seor se compromete personalmente en un ministerio de la
caridad, que tiene como dimensin las multiformes e inagotables pobrezas del hombre. (31
de octubre de 2013)
Cada da estamos llamados todos a convertirnos en una caricia de Dios para aquellos que tal vez han olvidado las primeras caricias, que tal vez jams en su vida han sentido una
caricia. (31 de octubre de 2013)
Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los
dems, ya no entran los pobres. (24 de noviembre de 2013, no. 2)
Lo que cuenta es ante todo la fe que se hace activa por la caridad (Ga 5,6). Las obras de amor al prjimo son la manifestacin externa ms perfecta de la gracia interior del Espritu:
La principalidad de la ley nueva est en la gracia del Espritu Santo, que se manifiesta en la fe que obra por el amor. (24 de noviembre de 2013, no. 37)
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El Evangelio invita ante todo a responder al Dios amante que nos salva, reconocindolo en
los dems y saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos. Esa invitacin en
ninguna circunstancia se debe ensombrecer! Todas las virtudes estn al servicio de esta
respuesta de amor. Si esa invitacin no brilla con fuerza y atractivo, el edificio moral de la
Iglesia corre el riesgo de convertirse en un castillo de naipes, y all est nuestro peor
peligro. Porque no ser propiamente el Evangelio lo que se anuncie, sino algunos acentos
doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideolgicas. El mensaje
correr el riesgo de perder su frescura y dejar de tener olor a Evangelio. (24 de noviembre de 2013, no. 39)
En una civilizacin paradjicamente herida de anonimato, y a la vez obsesionada por los
detalles de la vida de los dems, impudorosamente enferma de curiosidad malsana, la
Iglesia necesita la mirada cercana para contemplar, conmoverse y detenerse ante el otro
cuantas veces sea necesario. (24 de noviembre de 2013, no. 169)
La entrega de Jess en la cruz no es ms que la culminacin de ese estilo que marc toda su
existencia. Cautivados por ese modelo, deseamos integrarnos a fondo en la sociedad,
compartimos la vida con todos, escuchamos sus inquietudes, colaboramos material y
espiritualmente con ellos en sus necesidades, nos alegramos con los que estn alegres,
lloramos con los que lloran y nos comprometemos en la construccin de un mundo nuevo.
(24 de noviembre de 2013, no. 269)
Benedicto XVI ha dicho que cerrar los ojos ante el prjimo nos convierte tambin en ciegos ante Dios, y que el amor es en el fondo la nica luz que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar. Por lo tanto, cuando vivimos la mstica de acercarnos a los dems y de buscar su bien, ampliamos nuestro interior para
recibir los ms hermosos regalos del Seor. Cada vez que nos encontramos con un ser
humano en el amor, quedamos capacitados para descubrir algo nuevo de Dios. Cada vez
que se nos abren los ojos para reconocer al otro, se nos ilumina ms la fe para reconocer a
Dios. Como consecuencia de esto, si queremos crecer en la vida espiritual, no podemos
dejar de ser misioneros. (24 de noviembre de 2013, no. 272)
Habis odo que se dijo: Amars a tu prjimo y aborrecers a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen (Mt 5, 43-44). A quien quiere seguirlo, Jess le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar
recompensa, para colmar los vacos de amor que hay en los corazones, en las relaciones
humanas, en las familias, en las comunidades y en el mundo. (23 de febrero de 2014)
Sois templo de Dios...; santo es el templo de Dios, que sois vosotros (1 Co 3, 16-17). En este templo, que somos nosotros, se celebra una liturgia existencial: la de la bondad, del
perdn, del servicio; en una palabra, la liturgia del amor. Este templo nuestro resulta como
profanado si descuidamos los deberes para con el prjimo. Cuando en nuestro corazn hay
cabida para el ms pequeo de nuestros hermanos, es el mismo Dios quien encuentra
puesto. Cuando a ese hermano se le deja fuera, el que no es bien recibido es Dios mismo.
Un corazn vaco de amor es como una iglesia desconsagrada, sustrada al servicio divino y
destinada a otra cosa. (23 de febrero de 2014)
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El don de piedad significa ser verdaderamente capaces de gozar con quien experimenta
alegra, llorar con quien llora, estar cerca de quien est solo o angustiado, corregir a quien
est en el error, consolar a quien est afligido, acoger y socorrer a quien pasa necesidad.
Hay una relacin muy estrecha entre el don de piedad y la mansedumbre. El don de piedad
que nos da el Espritu Santo nos hace apacibles, nos hace serenos, pacientes, en paz con
Dios, al servicio de los dems con mansedumbre. (4 de junio de 2014)
Dar el primado a Dios significa tener el valor de decir no al mal, no a la violencia, no a los
atropellos, para vivir una vida de servicio a los dems y en favor de la legalidad y del bien
comn. Cuando una persona descubre a Dios, el verdadero tesoro, abandona un estilo de
vida egosta y busca compartir con los dems la caridad que viene de Dios. Quien llega a
ser amigo de Dios, ama a los hermanos, se compromete en salvaguardar su vida y su salud
incluso respetando el medio ambiente y la naturaleza. (26 de julio de 2014, Homila)
En su vida cristiana tendrn muchas veces la tentacin, como los discpulos en la lectura del
Evangelio de hoy, de apartar al extranjero, al necesitado, al pobre y a quien tiene el corazn
destrozado. Estas personas siguen gritando como la mujer del Evangelio: Seor, socrreme. La peticin de la mujer cananea es el grito de toda persona que busca amor, acogida y amistad con Cristo. Es el grito de tantas personas en nuestras ciudades annimas,
de muchos de nuestros contemporneos y de todos los mrtires que an hoy sufren
persecucin y muerte en el nombre de Jess: Seor, socrreme. Este mismo grito surge a menudo en nuestros corazones: Seor, socrreme. No respondamos como aquellos que rechazan a las personas que piden, como si atender a los necesitados estuviese reido con
estar cerca del Seor. No, tenemos que ser como Cristo, que responde siempre a quien le
pide ayuda con amor, misericordia y compasin. (17 de agosto de 2014, Juventud)
En efecto, el signo visible que el cristiano puede mostrar para testimoniar al mundo y a los
dems, a su familia, el amor de Dios es el amor a los hermanos. El mandamiento del amor a
Dios y al prjimo es el primero no porque est en la cima de la lista de los mandamientos.
Jess no lo puso en el vrtice, sino en el centro, porque es el corazn desde el cual todo
debe partir y al cual todo debe regresar y hacer referencia. (26 de octubre de 2014)
Ya en el Antiguo Testamento la exigencia de ser santos, a imagen de Dios que es santo,
comprenda tambin el deber de hacerse cargo de las personas ms dbiles, como el
extranjero, el hurfano, la viuda (cf. Ex 22, 20-26). Jess conduce hacia su realizacin esta
ley de alianza, l que une en s mismo, en su carne, la divinidad y la humanidad, en un
nico misterio de amor. Ahora, a la luz de esta palabra de Jess, el amor es la medida de la
fe, y la fe es el alma del amor. Ya no podemos separar la vida religiosa, la vida de piedad
del servicio a los hermanos, a aquellos hermanos concretos que encontramos. No podemos
ya dividir la oracin, el encuentro con Dios en los Sacramentos, de la escucha del otro, de
la proximidad a su vida, especialmente a sus heridas. Recordad esto: el amor es la medida
de la fe. Cunto amas t? Y cada uno se da la respuesta. Cmo es tu fe? Mi fe es como yo
amo. Y la fe es el alma del amor. (26 de octubre de 2014)
[Jess] nos entrega dos rostros, es ms, un solo rostro, el de Dios que se refleja en muchos
rostros, porque en el rostro de cada hermano, especialmente en el ms pequeo, frgil,
indefenso y necesitado, est presente la imagen misma de Dios. Y deberamos
preguntarnos, cuando encontramos a uno de estos hermanos, si somos capaces de reconocer
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en l el rostro de Dios: somos capaces de hacer esto? De este modo Jess ofrece a cada
hombre el criterio fundamental sobre el cual edificar la propia vida. Pero l, sobre todo, nos
don el Espritu Santo, que nos permite amar a Dios y al prjimo como l, con corazn
libre y generoso. (26 de octubre de 2014)
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Caridad/Servicio
Pero tambin vosotros, ayudadnos: ayudadnos siempre. Los unos a los otros. Y as,
ayudndonos, nos haremos bien. (28 de marzo de 2013, Centro Penitenciario para Menores)
No debemos olvidar nunca que el verdadero poder, en cualquier nivel, es el servicio, que
tiene su vrtice luminoso en la Cruz. Benedicto XVI, con gran sabidura, ha recordado en
ms de una ocasin a la Iglesia que si para el hombre, a menudo, la autoridad es sinnimo
de posesin, de dominio, de xito, para Dios la autoridad es siempre sinnimo de servicio,
de humildad, de amor; quiere decir entrar en la lgica de Jess que se abaja a lavar los pies
a los Apstoles (cf. ngelus, 29 de enero de 2012), y que dice a sus discpulos: Sabis que los jefes de los pueblos los tiranizan... No ser as entre vosotros precisamente el lema de vuestra Asamblea, entre vosotros no ser as, el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro
esclavo (Mt 20, 25-27). (8 de mayo de 2013)
Una oracin que no conduce a la accin concreta hacia el hermano pobre, enfermo,
necesitado de ayuda, el hermano en dificultad, es una oracin estril e incompleta. Pero, del
mismo modo, cuando . . . no se reserva tiempo para el dilogo con l en la oracin, se corre
el riesgo de servirse a s mismo y no a Dios presente en el hermano necesitado. San Benito
resuma el estilo de vida que indicaba a sus monjes en dos palabras: ora et labora, reza y trabaja. Es de la contemplacin, de una fuerte relacin de amistad con el Seor donde nace
en nosotros la capacidad de vivir y llevar el amor de Dios, su misericordia, su ternura hacia
los dems. Y tambin nuestro trabajo con el hermano necesitado, nuestro trabajo de caridad
en las obras de misericordia, nos lleva al Seor, porque nosotros vemos precisamente al
Seor en el hermano y en la hermana necesitados. (21 de julio de 2013)
La vida de Jess es una vida para los dems, la vida de Jess es una vida para los dems. Es
una vida de servicio. (28 de julio de 2013, JMJ)
Cuando los cardenales me eligieron como Obispo de Roma y Pastor universal de la Iglesia
catlica, tom el nombre de Francisco, un santo muy famoso, que am profundamente a Dios y a todo ser humano, hasta el punto de ser llamado hermano universal. l am, ayud y sirvi a los necesitados, a los enfermos y los pobres; tuvo tambin gran cuidado de
la creacin. (10 de julio de 2013)
La sola acogida no basta. No basta con dar un bocadillo si no se acompaa de la posibilidad
de aprender a caminar con las propias piernas. La caridad que deja al pobre as como es, no
es suficiente. La misericordia verdadera, la que Dios nos dona y nos ensea, pide la justicia,
pide que el pobre encuentre el camino para ya no ser tal. Pide y lo pide a nosotros, Iglesia, a nosotros, ciudad de Roma, a las instituciones, pide que nadie deba tener ya necesidad de un comedor, de un alojamiento de emergencia, de un servicio de asistencia
legal para ver reconocido el propio derecho a vivir y a trabajar, a ser plenamente persona.
(10 de septiembre de 2013)
El aporte de la Iglesia en el mundo actual es enorme. . . . [Los cristianos] ayudan a tanta
gente a curarse o a morir en paz en precarios hospitales, o acompaan personas
esclavizadas por diversas adicciones en los lugares ms pobres de la tierra, o se desgastan
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en la educacin de nios y jvenes, o cuidan ancianos abandonados por todos, o tratan de
comunicar valores en ambientes hostiles, o se entregan de muchas otras maneras que
muestran ese inmenso amor a la humanidad que nos ha inspirado el Dios hecho hombre.
(24 de noviembre de 2013, no. 76)
La gratuidad debera ser una de las caractersticas del cristiano, que, consciente de haber
recibido todo de Dios gratuitamente, es decir, sin mrito alguno, aprende a donar a los
dems gratuitamente. Hoy, a menudo, la gratuidad no forma parte de la vida cotidiana,
donde todo se vende y se compra. Todo es clculo y medida. La limosna nos ayuda a vivir
la gratuidad del don, que es libertad de la obsesin del poseer, del miedo a perder lo que se
tiene, de la tristeza de quien no quiere compartir con los dems el propio bienestar. (5 de
marzo de 2014, Ceniza)
El ejemplo de los mrtires nos ensea tambin la importancia de la caridad en la vida de fe.
La autenticidad de su testimonio de Cristo, expresada en la aceptacin de la igual dignidad
de todos los bautizados, fue lo que les llev a una forma de vida fraterna que cuestionaba
las rgidas estructuras sociales de su poca. Fue su negativa a separar el doble mandamiento
del amor a Dios y amor al prjimo lo que les llev a una solicitud tan fuerte por las
necesidades de los hermanos. Su ejemplo tiene mucho que decirnos a nosotros, que vivimos
en sociedades en las que, junto a inmensas riquezas, prospera silenciosamente la ms
denigrante pobreza; donde rara vez se escucha el grito de los pobres; y donde Cristo nos
sigue llamando, pidindonos que le amemos y sirvamos tendiendo la mano a nuestros
hermanos necesitados. (16 de agosto de 2014, Beatificacin)
En lugares como ste, todos confirmamos nuestra fe, se nos hace ms fcil creer, porque
vemos la fe hecha caridad concreta. La vemos dar luz y esperanza a situaciones de gran
dificultad; vemos que se enciende de nuevo en el corazn de personas tocadas por el
Espritu de Jess, que deca: El que acoge a un nio como ste en mi nombre me acoge a m (Mc 9, 37). Esta fe que acta en la caridad mueve las montaas de la indiferencia, de la incredulidad y de la indolencia, y abre los corazones y las manos para hacer el bien y
difundirlo. La Buena Noticia de que Jess ha resucitado y est vivo en medio de nosotros
pasa a travs de gestos humildes y simples de servicio a los pequeos. (21 de septiembre de
2014, Nios)
En efecto, de qu otro modo podramos seguir al Seor, si no es comprometindonos
personalmente en el servicio a los enfermos, a los pobres, a los moribundos y a los
necesitados? De la fe en Cristo, nacida tras reconocer nuestra necesidad de l, que vino a
curar nuestras heridas para enriquecernos, para darnos la vida, para alimentarnos, brota la preocupacin por el desarrollo integral de los ms abandonados de la sociedad (Evangelii gaudium, n. 186). Os agradezco que estis tan cerca de los enfermos y de todos los que
sufren, brindndoles la amorosa presencia de su pastor. (6 de noviembre de 2014)
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Cuidado por la creacin/Medio ambiente
Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los dems, para salvaguardar la
creacin. (19 de marzo de 2013)
La vocacin de custodiar no slo nos atae a nosotros, los cristianos, sino que tiene una
dimensin que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar
toda la creacin, la belleza de la creacin, como se nos dice en el libro del Gnesis y como
nos muestra san Francisco de Ass: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el
entorno en el que vivimos. (19 de marzo de 2013)
Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el mbito
econmico, poltico o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos
custodios de la creacin, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente. (19 de marzo de 2013)
Custodiar la creacin, cada hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor; es
abrir un resquicio de luz en medio de tantas nubes; es llevar el calor de la esperanza. (19 de
marzo de 2013)
Dejmonos renovar por la misericordia de Dios . . . y hagmonos instrumentos de esta
misericordia, cauces a travs de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la
creacin y hacer florecer la justicia y la paz. (31 de marzo de 2013)
El libro del Gnesis narra que Dios cre al hombre y a la mujer confindoles la tarea de
llenar la tierra y dominarla, lo que no significa explotarla, sino cultivarla y protegerla,
cuidar de ella con el propio trabajo. (1 de mayo de 2013)
esta tarea que nos ha encomendado Dios Creador requiere percibir el ritmo y la lgica de la creacin. Nosotros en cambio nos guiamos a menudo por la soberbia de dominar, de
poseer, de manipular, de explotar; no la custodiamos, no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que hay que cuidar. (5 de junio de 2013, Medio
ambiente)
Cultivar y custodiar la creacin es una indicacin de Dios dada no slo al inicio de la
historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el
mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardn, un lugar habitable para
todos. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
Nosotros estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el medio ambiente, pero
sobre todo lo vemos en el hombre. La persona humana est en peligro: esto es cierto, la
persona humana hoy est en peligro; he aqu la urgencia de la ecologa humana! Y el
peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es slo
una cuestin de economa, sino de tica y de antropologa. La Iglesia lo ha subrayado varias
veces; y muchos dicen: s, es justo, es verdad... Pero el sistema sigue como antes, pues lo
que domina son las dinmicas de una economa y de unas finanzas carentes de tica. . . .
Hombres y mujeres son sacrificados a los dolos del beneficio y del consumo: es la cultura del descarte. . . . Al contrario, una bajada de diez puntos en las bolsas de algunas ciudades constituye una tragedia. Alguien que muere no es una noticia, pero si bajan diez puntos las
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bolsas es una tragedia! As las personas son descartadas, como si fueran residuos. (5 de
junio de 2013, Medio ambiente).
En otro tiempo nuestros abuelos cuidaban mucho que no se tirara nada de comida sobrante.
El consumismo nos ha inducido a acostumbrarnos a lo superfluo y al desperdicio cotidiano
de alimento, al cual a veces ya no somos capaces de dar el justo valor, que va ms all de
los meros parmetros econmicos. Pero recordemos bien que el alimento que se desecha es
como si se robara de la mesa del pobre, de quien tiene hambre! Invito a todos a reflexionar
sobre el problema de la prdida y del desperdicio del alimento a fin de identificar vas y
modos que, afrontando seriamente tal problemtica, sean vehculo de solidaridad y de
comparticin con los ms necesitados. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
Y est este hecho de los doce cestos: por qu doce? Qu significa? Doce es el nmero de
las tribus de Israel; representa simblicamente a todo el pueblo. Y esto nos dice que cuando
el alimento se comparte de modo equitativo, con solidaridad, nadie carece de lo necesario,
cada comunidad puede ir al encuentro de las necesidades de los ms pobres. Ecologa
humana y ecologa medioambiental caminan juntas. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
La fe, adems, revelndonos el amor de Dios, nos hace respetar ms la naturaleza, pues nos
hace reconocer en ella una gramtica escrita por l y una morada que nos ha confiado para
cultivarla y salvaguardarla; nos invita a buscar modelos de desarrollo que no se basen slo
en la utilidad y el provecho, sino que consideren la creacin como un don del que todos
somos deudores; nos ensea a identificar formas de gobierno justas, reconociendo que la
autoridad viene de Dios para estar al servicio del bien comn. La fe afirma tambin la
posibilidad del perdn, que muchas veces necesita tiempo, esfuerzo, paciencia y
compromiso. (29 de junio de 2013, no. 55)
El Santo de Ass da testimonio del respeto hacia todo lo que Dios ha creado y como l lo
ha creado, sin experimentar con la creacin para destruirla; ayudarla a crecer, a ser ms
hermosa y ms parecida a lo que Dios ha creado. Y sobre todo san Francisco es testigo del
respeto por todo, de que el hombre est llamado a custodiar al hombre, de que el hombre
est en el centro de la creacin, en el puesto en el que Dios el Creador lo ha querido, sin ser instrumento de los dolos que nos creamos. (4 de octubre de 2013, Ass)
Los seres humanos no somos meros beneficiarios, sino custodios de las dems criaturas.
Por nuestra realidad corprea, Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos
rodea, que la desertificacin del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos
lamentar la extincin de una especie como si fuera una mutilacin. No dejemos que a
nuestro paso queden signos de destruccin y de muerte que afecten nuestra vida y la de las
futuras generaciones. (24 de noviembre de 2013, no. 215)
Pequeos pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Ass, todos los cristianos
estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos. (24 de
noviembre de 2013, no. 216)
La familia humana ha recibido del Creador un don en comn: la naturaleza. La visin
cristiana de la creacin conlleva un juicio positivo sobre la licitud de las intervenciones en
la naturaleza para sacar provecho de ello, a condicin de obrar responsablemente, es decir,
acatando aquella gramtica que est inscrita en ella y usando sabiamente los recursos en
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beneficio de todos, respetando la belleza, la finalidad y la utilidad de todos los seres vivos y
su funcin en el ecosistema. En definitiva, la naturaleza est a nuestra disposicin, y
nosotros estamos llamados a administrarla responsablemente. En cambio, a menudo nos
dejamos llevar por la codicia, por la soberbia del dominar, del tener, del manipular, del
explotar; no custodiamos la naturaleza, no la respetamos, no la consideramos un don
gratuito que tenemos que cuidar y poner al servicio de los hermanos, tambin de las
generaciones futuras. (8 de diciembre de 2013)
Qu supone la creacin de un mundo mejor? Esta expresin no alude ingenuamente a concepciones abstractas o a realidades inalcanzables, sino que orienta ms bien a buscar un
desarrollo autntico e integral, a trabajar para que haya condiciones de vida dignas para
todos, para que sea respetada, custodiada y cultivada la creacin que Dios nos ha entregado.
(5 de agosto de 2013, Emigrante y refugiado)
La creacin no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni, mucho
menos, es una propiedad slo de algunos, de pocos: la creacin es un don, es un don
maravilloso que Dios nos ha dado para que cuidemos de l y lo utilicemos en beneficio de
todos, siempre con gran respeto y gratitud. (21 de mayo de 2014)
Debemos custodiar la creacin porque es un don que el Seor nos ha dado, es el regalo de
Dios a nosotros; nosotros somos custodios de la creacin. Cuando explotamos la creacin,
destruimos el signo del amor de Dios. Destruir la creacin es decir a Dios: no me gusta. Y esto no es bueno: he aqu el pecado. (21 de mayo de 2014)
Estamos profundamente convencidos de que el futuro de la familia humana depende
tambin de cmo salvaguardemos con prudencia y compasin, a la vez que con justicia y rectitud el don de la creacin, que nuestro Creador nos ha confiado. Por eso, constatamos con dolor el ilcito maltrato de nuestro planeta, que constituye un pecado a los ojos de Dios.
Reafirmamos nuestra responsabilidad y obligacin de cultivar un espritu de humildad y
moderacin de modo que todos puedan sentir la necesidad de respetar y preservar la
creacin. Juntos, nos comprometemos a crear una mayor conciencia del cuidado de la
creacin; hacemos un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad a buscar formas
de vida con menos derroche y ms austeras, que no sean tanto expresin de codicia cuanto
de generosidad para la proteccin del mundo creado por Dios y el bien de su pueblo. (25 de
mayo de 2014, Declaracin conjunta)
Este es uno de los desafos ms grandes de nuestra poca: convertirnos a un desarrollo que
sepa respetar la creacin. Lo veo en Amrica, y tambin en mi patria: tantas selvas
despojadas, que se convierten en tierra que no se puede cultivar, que no puede dar vida.
Este es nuestro pecado: explotar la tierra y no dejar que nos d lo que tiene dentro, con la
ayuda de nuestro cultivo. (5 de julio de 2014)
Me preocupa la erradicacin de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no
por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la desforestacin, la
apropiacin del agua, los agrotxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan
al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separacin, que no es slo fsica, sino existencial
y espiritual, porque hay una relacin con la tierra que est poniendo a la comunidad rural y
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su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extincin. (28 de
octubre de 2014)
Todos los pueblos de la tierra, todos los hombres y mujeres de buena voluntad, tenemos
que alzar la voz en defensa de estos dos preciosos dones: la paz y la naturaleza. La hermana
madre tierra como la llamaba San Francisco de Ass. (28 de octubre de 2014)
Un sistema econmico centrado en el dios dinero necesita tambin saquear la naturaleza,
saquear la naturaleza, para sostener el ritmo frentico de consumo que le es inherente. El
cambio climtico, la prdida de la biodiversidad, la desforestacin ya estn mostrando sus
efectos devastadores en los grandes cataclismos que vemos, y los que ms sufren son
ustedes, los humildes, los que viven cerca de las costas en viviendas precarias o que son tan
vulnerables econmicamente que frente a un desastre natural lo pierden todo. Hermanos y
hermanas: la creacin no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni
mucho menos, es una propiedad slo de algunos, de pocos: la creacin es un don, es un
regalo, un don maravilloso que Dios nos ha dado para que cuidemos de l y lo utilicemos
en beneficio de todos, siempre con respeto y gratitud. (28 de octubre de 2014)
Esto lo hacemos: devastar la Creacin, devastar la vida, devastar las culturas, devastar los
valores, devastar la esperanza. Cunta necesidad tenemos de la fuerza del Seor para que
nos selle con su amor y con su fuerza, para detener esta descabellada carrera de
destruccin! Destruccin de lo que l nos ha dado, de las cosas ms hermosas que l hizo
por nosotros, para que nosotros las llevsemos adelante, las hicisemos crecer, para dar
frutos. (1 de noviembre de 2014)
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Derechos y responsabilidades
La Iglesia renueva hoy su fuerte llamamiento para que se defienda siempre la dignidad y la
centralidad de toda persona, en el respeto de los derechos fundamentales, como destaca su
doctrina social, y pide que los derechos se extiendan realmente all donde no se los
reconoce a millones de hombres y mujeres en todos los continentes. En un mundo en el que
se habla mucho de derechos, cuntas veces se ultraja de hecho la dignidad humana! En un
mundo donde se habla tanto de derechos, parece que el dinero es el nico que los tiene.
Queridos hermanos y hermanas, vivimos en un mundo donde manda el dinero. Vivimos en
un mundo, en una cultura donde reina el fetichismo del dinero. (24 de mayo de 2013)
Lo que estamos llamados a respetar en cada persona es ante todo su vida, su integridad
fsica, su dignidad y los derechos que de ella derivan, su reputacin, su propiedad, su
identidad tnica y cultural, sus ideas y sus decisiones polticas. Estamos por ello llamados a
pensar, hablar y escribir del otro de modo respetuoso, no slo en su presencia, sino siempre
y en todo lugar, evitando crticas injustas o difamaciones. Para alcanzar este objetivo, las
familias, las escuelas, la enseanza religiosa y todo tipo de medios de comunicacin social
tienen un papel que desarrollar. (10 de julio de 2013)
Tambin quisiera decir que la Iglesia, abogada de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades sociales y econmicas, que claman al cielo (Documento de Aparecida, 395), desea ofrecer su colaboracin a toda iniciativa que pueda significar un
verdadero desarrollo de cada hombre y de todo el hombre. Queridos amigos, ciertamente es
necesario dar pan a quien tiene hambre; es un acto de justicia. Pero hay tambin un hambre
ms profunda, el hambre de una felicidad que slo Dios puede saciar. Hambre de dignidad.
No hay una verdadera promocin del bien comn, ni un verdadero desarrollo del hombre,
cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nacin, sus bienes
inmateriales: la vida, que es un don de Dios, un valor que siempre se ha de tutelar y
promover; la familia, fundamento de la convivencia y remedio contra la desintegracin
social; la educacin integral, que no se reduce a una simple transmisin de informacin con
el objetivo de producir ganancias; la salud, que debe buscar el bienestar integral de la
persona, incluyendo la dimensin espiritual, esencial para el equilibrio humano y una sana
convivencia; la seguridad, en la conviccin de que la violencia slo se puede vencer
partiendo del cambio del corazn humano. (25 de julio de 2013, Varginha)
Servir, acompaar, quiere decir tambin defender, quiere decir ponerse de lado de quien es
ms dbil. Cuntas veces alzamos la voz para defender nuestros derechos, pero cuntas
veces somos indiferentes hacia los derechos de los dems. Cuntas veces no sabemos o no
queremos dar voz a la voz de quien como vosotros ha sufrido y sufre, de quien ha visto pisotear sus propios derechos, de quien ha vivido tanta violencia que ha sofocado incluso el
deseo de tener justicia. (10 de septiembre de 2013)
La Pacem in terris focaliza una consecuencia bsica: el valor de la persona, la dignidad de
cada ser humano, que hay que promover, respetar y tutelar siempre. Y no son slo los
principales derechos civiles y polticos los que deben ser garantizados afirma el beato Juan XXIII, sino que se debe tambin ofrecer a cada uno la posibilidad de acceder efectivamente a los medios esenciales de subsistencia, el alimento, el agua, la casa, la
atencin sanitaria, la educacin y la posibilidad de formar y sostener a una familia. Estos
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son los objetivos que tienen una prioridad inderogable en la accin nacional e internacional
y miden su bondad. (3 de octubre de 2013)
En el contexto amplio del carcter social del hombre, por lo que se refiere al delito y a la
pena, tambin hemos de pensar en las condiciones inhumanas de muchas crceles, donde el
recluso a menudo queda reducido a un estado infrahumano y humillado en su dignidad
humana, impedido tambin de cualquier voluntad y expresin de redencin. La Iglesia hace
mucho en todos estos mbitos, la mayor parte de las veces en silencio. Exhorto y animo a
hacer cada vez ms, con la esperanza de que dichas iniciativas, llevadas a cabo por muchos
hombres y mujeres audaces, sean cada vez ms apoyadas leal y honestamente tambin por
los poderes civiles. (8 de diciembre de 2013)
Todo derecho civil se basa en el reconocimiento del primer y fundamental derecho, el de la
vida, que no est subordinado a alguna condicin, ni cualitativa ni econmica, ni mucho
menos ideolgica. (11 de abril de 2014)
Hoy la tortura es una de los medios, casi dira ordinarios, que usan los servicios de
inteligencia, los procesos judiciales Y la tortura es un pecado contra la humanidad, es un delito contra la humanidad; y a los catlicos les digo: torturar una persona es pecado
mortal, es pecado grave. Ms todava: es un pecado contra la humanidad. (18 de agosto de
2014)
Jesucristo espera siempre que lo reconozcamos en los emigrantes y en los desplazados, en
los refugiados y en los exiliados, y asimismo nos llama a compartir nuestros recursos, y en
ocasiones a renunciar a nuestro bienestar. Lo recordaba el Papa Pablo VI, diciendo que los ms favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor
liberalidad sus bienes al servicio de los dems (Octogesima adveniens, 23). (3 de septiembre de 2014)
Hoy vemos con tristeza cada vez ms lejos de la mayora: tierra, techo y trabajo. Es extrao
pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista. No se entiende que el
amor a los pobres est al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que
ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social
de la Iglesia. (28 de octubre de 2014)
Lo dije y lo repito: una casa para cada familia. Nunca hay que olvidarse que Jess naci en
un establo porque en el hospedaje no haba lugar, que su familia tuvo que abandonar su
hogar y escapar a Egipto, perseguida por Herodes. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o
bien porque nunca la han tenido o bien porque la han perdido por diferentes motivos.
Familia y vivienda van de la mano. Pero, adems, un techo, para que sea hogar, tiene una
dimensin comunitaria: y es el barrio y es precisamente en el barrio donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo ms inmediato, desde la convivencia
con los vecinos. Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas
y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una
minora feliz pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso nios, y se los llama, elegantemente, personas en situacin de calle. (28 de octubre de 2014)
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Sigamos trabajando para que todas las familias tengan una vivienda y para que todos los
barrios tengan una infraestructura adecuada (cloacas, luz, gas, asfalto, y sigo: escuelas,
hospitales o salas de primeros auxilios, club deportivo y todas las cosas que crean vnculos
y que unen, acceso a la salud lo dije y a la educacin y a la seguridad en la tenencia). (28 de octubre de 2014)
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Desarrollo
Tambin quisiera decir que la Iglesia, abogada de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades sociales y econmicas, que claman al cielo (Documento de Aparecida, 395), desea ofrecer su colaboracin a toda iniciativa que pueda significar un
verdadero desarrollo de cada hombre y de todo el hombre. Queridos amigos, ciertamente es
necesario dar pan a quien tiene hambre; es un acto de justicia. Pero hay tambin un hambre
ms profunda, el hambre de una felicidad que slo Dios puede saciar. Hambre de dignidad.
No hay una verdadera promocin del bien comn, ni un verdadero desarrollo del hombre,
cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nacin, sus bienes
inmateriales: la vida, que es un don de Dios, un valor que siempre se ha de tutelar y
promover; la familia, fundamento de la convivencia y remedio contra la desintegracin
social; la educacin integral, que no se reduce a una simple transmisin de informacin con
el objetivo de producir ganancias; la salud, que debe buscar el bienestar integral de la
persona, incluyendo la dimensin espiritual, esencial para el equilibrio humano y una sana
convivencia; la seguridad, en la conviccin de que la violencia slo se puede vencer
partiendo del cambio del corazn humano. (25 de julio de 2013, Varginha)
Qu supone la creacin de un mundo mejor? Esta expresin no alude ingenuamente a concepciones abstractas o a realidades inalcanzables, sino que orienta ms bien a buscar un
desarrollo autntico e integral, a trabajar para que haya condiciones de vida dignas para
todos, para que sea respetada, custodiada y cultivada la creacin que Dios nos ha entregado.
(5 de agosto de 2013, Emigrante y refugiado)
No se puede reducir el desarrollo al mero crecimiento econmico, obtenido con frecuencia
sin tener en cuenta a las personas ms dbiles e indefensas. El mundo slo puede mejorar si
la atencin primaria est dirigida a la persona, si la promocin de la persona es integral, en
todas sus dimensiones, incluida la espiritual; si no se abandona a nadie, comprendidos los
pobres, los enfermos, los presos, los necesitados, los forasteros (cf. Mt 25,31-46); si somos
capaces de pasar de una cultura del rechazo a una cultura del encuentro y de la acogida. (5
de agosto de 2013, Emigrante y refugiado)
El Reino que se anticipa y crece entre nosotros lo toca todo y nos recuerda aquel principio
de discernimiento que Pablo VI propona con relacin al verdadero desarrollo: Todos los hombres y todo el hombre. (24 de noviembre de 2013, no. 181)
De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la
preocupacin por el desarrollo integral de los ms abandonados de la sociedad. (24 de
noviembre de 2013, no. 186)
Cada cristiano y cada comunidad estn llamados a ser instrumentos de Dios para la
liberacin y promocin de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la
sociedad; esto supone que seamos dciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y
socorrerlo. (24 de noviembre de 2013, no. 187)
Necesitamos crecer en una solidaridad que debe permitir a todos los pueblos llegar a ser por s mismos artfices de su destino, as como cada hombre est llamado a desarrollarse. (24 de noviembre de 2013, no. 190)
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Este es uno de los desafos ms grandes de nuestra poca: convertirnos a un desarrollo que
sepa respetar la creacin. Lo veo en Amrica, y tambin en mi patria: tantas selvas
despojadas, que se convierten en tierra que no se puede cultivar, que no puede dar vida.
Este es nuestro pecado: explotar la tierra y no dejar que nos d lo que tiene dentro, con la
ayuda de nuestro cultivo. (5 de julio de 2014)
Donde est Jess se aman los hermanos, se comprometen en salvaguardar su vida y su
salud incluso respetando el medio ambiente y la naturaleza. Esta es la esperanza que nunca
defrauda, la que nos da Jess. Esto es particularmente importante en esta vuestra hermosa
tierra que requiere ser tutelada y preservada, requiere tener el valor de decir no a toda forma
de corrupcin y de ilegalidad todos conocemos el nombre de estas formas de corrupcin y de ilegalidad, pide a todos ser servidores de la verdad y asumir en cada situacin el estilo de vida evanglico, que se manifiesta en la entrega de s y en la atencin al pobre y al
excluido. Dedicarse al pobre y al excluido! La Biblia est llena de estas exhortaciones. El
Seor dice: vosotros hacis esto y esto otro, a m no me interesa, a m me interesa que el
hurfano est atendido, que la viuda est atendida, que el excluido sea acogido, que se
proteja la creacin. Esto es el reino de Dios! (26 de julio de 2014, Homila)
En un mundo que tiende a la globalizacin econmica y cultural, es necesario esforzarse
para que el crecimiento y el desarrollo estn a disposicin de todos y no slo de una parte
de la poblacin. Adems, el desarrollo no ser autntico si no es tambin sostenible y ecuo,
es decir, si no tiene en cuenta los derechos de los pobres y no respeta el ambiente. A la
globalizacin de los mercados es necesario que corresponda la globalizacin de la
solidaridad; el crecimiento econmico ha de estar acompaado por un mayor respeto de la
creacin; junto a los derechos individuales hay que tutelar los de las realidades intermedias
entre el individuo y el Estado, en primer lugar la familia. (21 de septiembre de 2014,
Autoridades)
Ustedes saben que en las barriadas populares donde muchos de ustedes viven subsisten
valores ya olvidados en los centros enriquecidos. Los asentamientos estn bendecidos con
una rica cultura popular: all el espacio pblico no es un mero lugar de trnsito sino una
extensin del propio hogar, un lugar donde generar vnculos con los vecinos. Qu hermosas
son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes y que
hacen de esa integracin un nuevo factor de desarrollo. Qu lindas son las ciudades que,
aun en su diseo arquitectnico, estn llenas de espacios que conectan, relacionan,
favorecen el reconocimiento del otro. (28 de octubre de 2014)
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Economa/Justicia econmica/Desigualdad
Pienso en las dificultades que, en varios pases, encuentra el mundo del trabajo y de la
empresa; pienso en cuantos, y no slo los jvenes, estn desempleados, muchas veces por
causa de una concepcin economicista de la sociedad, que busca el beneficio egosta, al
margen de los parmetros de la justicia social. (1 de mayo de 2013)
Hay que luchar para vivir, y a menudo, para vivir sin dignidad. Una de las causas de esta
situacin, en mi opinin, se encuentra en la relacin que hemos establecido con el dinero,
aceptando su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. (16 de mayo de 2013)
la crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropolgica. La negacin de la primaca del hombre! Hemos creado nuevos dolos.
La adoracin del antiguo becerro de oro ha encontrado una versin nueva y despiadada en
el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economa sin un rostro y un objetivo
verdaderamente humano. (16 de mayo de 2013)
La crisis mundial que afecta a las finanzas y a la economa pone de manifiesto sus
desequilibrios y, sobre todo, la grave carencia de su orientacin antropolgica, que reduce
al hombre a una sola de sus necesidades: el consumo. Y peor todava, hoy se considera al
ser humano en s mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. (16 de
mayo de 2013)
Mientras las ganancias de unos pocos van creciendo exponencialmente, las de la mayora
disminuyen. Este desequilibrio proviene de ideologas que defienden la autonoma absoluta
de los mercados y la especulacin financiera, negando el derecho de control de los Estados,
encargados de velar por el bien comn. (16 de mayo de 2013)
Animo a los expertos financieros y a los gobernantes de sus Pases a considerar las palabras
de San Juan Crisstomo: No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos. (16 de mayo de 2013)
El Papa exhorta a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economa y las finanzas
a la tica en favor del hombre. (16 de mayo de 2013)
La Iglesia invita a los gobernantes a estar verdaderamente al servicio del bien comn de sus
pueblos. Exhorta a los poderes financieros a tener en cuenta la tica y la solidaridad. Y por
qu no acudir a Dios para que inspire los propios planes? Se formar una nueva mentalidad
poltica y econmica que ayudar a transformar la dicotoma absoluta entre la esfera
econmica y social en una sana convivencia. (16 de mayo de 2013)
Debemos recuperar todos el sentido del don, de la gratuidad, de la solidaridad. Un
capitalismo salvaje ha enseado la lgica del beneficio a cualquier precio; de dar para
obtener; de la explotacin sin contemplar a las personas... y los resultados los vemos en la
crisis que estamos viviendo. Esta Casa es un lugar que educa en la caridad, una escuela de caridad que ensea a ir al encuentro de cada persona, no por beneficio, sino por amor.
(21 de mayo de 2013)
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La crisis actual no es slo econmica y financiera, sino que hunde las races en una crisis
tica y antropolgica. Seguir los dolos del poder, del beneficio, del dinero, por encima del
valor de la persona humana, se ha convertido en norma fundamental de funcionamiento y
criterio decisivo de organizacin. Se ha olvidado y se olvida an hoy que por encima de los
asuntos de la lgica y de los parmetros de mercado est el ser humano, y hay algo que se
debe al hombre en cuanto hombre, en virtud de su dignidad profunda: ofrecerle la
posibilidad de vivir dignamente y participar activamente en el bien comn. Benedicto XVI
nos record que toda actividad humana, incluso aquella econmica, precisamente porque es
humana, debe estar articulada e institucionalizada ticamente (cf. Carta enc. Caritas in
veritate, 36). Debemos volver a la centralidad del hombre, a una visin ms tica de la
actividad y de las relaciones humanas, sin el temor de perder algo. (25 de mayo de 2013)
Lo que manda hoy no es el hombre: es el dinero, el dinero; la moneda manda. Y la tarea de
custodiar la tierra, Dios Nuestro Padre la ha dado no al dinero, sino a nosotros: a los
hombres y a las mujeres, nosotros tenemos este deber! En cambio hombres y mujeres son
sacrificados a los dolos del beneficio y del consumo: es la cultura del descarte. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
hombres y mujeres son sacrificados a los dolos del beneficio y del consumo: es la cultura del descarte. Si se estropea un computer es una tragedia, pero la pobreza, las necesidades, los dramas de tantas personas acaban por entrar en la normalidad. (5 de junio
de 2013, Medio ambiente)
estas cosas entran en la normalidad: que algunas personas sin techo mueren de fro en la calle no es noticia. Al contrario, una bajada de diez puntos en las bolsas de algunas
ciudades constituye una tragedia. Alguien que muere no es una noticia, pero si bajan diez
puntos las bolsas es una tragedia! As las personas son descartadas, como si fueran
residuos. (5 de junio de 2013, Medio ambiente)
Es bien sabido que la produccin actual es suficiente y, sin embargo, hay millones de
personas que sufren y mueren de hambre: esto, queridos amigos, constituye un verdadero
escndalo. Es necesario, pues, encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los
frutos de la tierra, no slo para evitar que aumente la diferencia entre los que ms tienen y
los que tienen que conformarse con las migajas, sino tambin, y sobre todo, por una
exigencia de justicia, equidad y respeto a todo ser humano. (20 de junio de 2013)
La persona y la dignidad humana corren el riesgo de convertirse en una abstraccin ante
cuestiones como el uso de la fuerza, la guerra, la desnutricin, la marginacin, la violencia,
la violacin de las libertades fundamentales o la especulacin financiera, que en este
momento condiciona el precio de los alimentos, tratndolos como cualquier otra mercanca
y olvidando su destino primario. Nuestro cometido consiste en proponer de nuevo, en el
contexto internacional actual, la persona y la dignidad humana no como un simple reclamo,
sino ms bien como los pilares sobre los cuales construir reglas compartidas y estructuras
que, superando el pragmatismo o el mero dato tcnico, sean capaces de eliminar las
divisiones y colmar las diferencias existentes. En este sentido, es necesario contraponerse a
los intereses econmicos miopes y a la lgica del poder de unos pocos, que excluyen a la
mayora de la poblacin mundial y generan pobreza y marginacin, causando disgregacin
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en la sociedad, as como combatir esa corrupcin que produce privilegios para algunos e
injusticias para muchos. (20 de junio de 2013)
La economa mundial podr desarrollarse realmente en la medida en que sea capaz de
permitir una vida digna a todos los seres humanos, desde los ms ancianos hasta los nios
an en el seno materno, no slo a los ciudadanos de los pases miembros del G20, sino a
todo habitante de la tierra, hasta quienes se encuentran en las situaciones sociales ms
difciles o en los lugares ms perdidos. En esta perspectiva, parece claro que en la vida de
los pueblos los conflictos armados constituyen siempre la deliberada negacin de toda
posible concordia internacional, creando divisiones profundas y heridas lacerantes que
requieren muchos aos para cicatrizar. Las guerras constituyen el rechazo prctico a
comprometerse para alcanzar esas grandes metas econmicas y sociales que la comunidad
internacional se ha dado, como son, por ejemplo, los Millennium Development Goals.
Lamentablemente, los muchos conflictos armados que an hoy afligen el mundo nos
presentan, cada da, una dramtica imagen de miseria, hambre, enfermedades y muerte. En
efecto, sin paz no hay ningn tipo de desarrollo econmico. La violencia no lleva jams a la
paz, condicin necesaria para tal desarrollo. (4 de septiembre de 2013)
Dios ha querido que en el centro del mundo no haya un dolo, sino que est el hombre, el
hombre y la mujer, que saquen adelante, con su propio trabajo, el mundo. Pero ahora, en
este sistema sin tica, en el centro hay un dolo y el mundo se ha vuelto idlatra de este
dios-dinero. Manda el dinero. Manda el dinero. Mandan todas estas cosas que le sirven a l, a este dolo. Y qu ocurre? Para defender a este dolo se amontonan todos en el centro y
caen los extremos, caen los ancianos porque en este mundo no hay sitio para ellos. (22 de
septiembre de 2013, Mundo laboral)
Debemos decir: Queremos un sistema justo! un sistema que nos haga salir a todos adelante. Debemos decir: Nosotros no queremos este sistema econmico globalizado, que nos daa tanto. En el centro debe estar el hombre y la mujer, como Dios quiere, y no el dinero. (22 de septiembre de 2013, Mundo laboral)
Volver a poner en el centro a la persona y el trabajo. La crisis econmica tiene una
dimensin europea y global; pero la crisis no es slo econmica, es tambin tica, espiritual
y humana. En la raz hay una traicin al bien comn, tanto por parte de los individuos como
de los grupos de poder. As que es necesario quitar centralidad a la ley del beneficio y del
rdito y volver a situar en el centro a la persona y el bien comn. Y un factor muy
importante para la dignidad de la persona es precisamente el trabajo; para que haya una
autntica promocin de la persona hay que garantizar el trabajo. Esta es una tarea que
pertenece a la sociedad entera. (22 de septiembre de 2013, Mundo laboral)
As como el mandamiento de no matar pone un lmite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir no a una economa de la exclusin y la inequidad. Esa economa mata. No puede ser que no sea noticia que muere de fro un anciano en
situacin de calle y que s lo sea una cada de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusin. No
se puede tolerar ms que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es
inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del ms fuerte,
donde el poderoso se come al ms dbil. Como consecuencia de esta situacin, grandes
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masas de la poblacin se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida.
(24 de noviembre de 2013, no. 53)
Se considera al ser humano en s mismo como un bien de consumo, que se puede usar y
luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del descarte que, adems, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenmeno de la explotacin y de la opresin, sino de algo nuevo:
con la exclusin queda afectada en su misma raz la pertenencia a la sociedad en la que se
vive, pues ya no se est en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se est fuera. Los
excluidos no son explotados sino desechos, sobrantes. (24 de noviembre de 2013, no. 53)
En este contexto, algunos todava defienden las teoras del derrame, que suponen que todo crecimiento econmico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por s
mismo mayor equidad e inclusin social en el mundo. Esta opinin, que jams ha sido
confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes
detentan el poder econmico y en los mecanismos sacralizados del sistema econmico
imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder sostener un estilo de
vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egosta, se ha
desarrollado una globalizacin de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos
incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama
de los dems ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no
nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado
ofrece algo que todava no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta
de posibilidades nos parecen un mero espectculo que de ninguna manera nos altera. (24 de
noviembre de 2013, no. 54)
La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda
crisis antropolgica: la negacin de la primaca del ser humano! . . . La crisis mundial, que
afecta a las finanzas y a la economa, pone de manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la
grave carencia de su orientacin antropolgica que reduce al ser humano a una sola de sus
necesidades: el consumo. (24 de noviembre de 2013, no. 55)
Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayora se
quedan cada vez ms lejos del bienestar de esa minora feliz. (24 de noviembre de 2013, no.
56)
Animo a los expertos financieros y a los gobernantes de los pases a considerar las palabras
de un sabio de la antigedad: No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos. [San Juan Crisstomo, De Lazaro Concio II, 6: PG 48, 992D.] (24 de noviembre de 2013, no. 57)
El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la
obligacin, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres,
respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la
economa y las finanzas a una tica en favor del ser humano. (24 de noviembre de 2013, no.
58)
Respetando la independencia y la cultura de cada nacin, hay que recordar siempre que el
planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad, y que el solo hecho de haber
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nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no justifica que algunas
personas vivan con menor dignidad. Hay que repetir que los ms favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor liberalidad sus bienes al servicio
de los dems. (24 de noviembre de 2013, no. 190)
El salario justo permite el acceso adecuado a los dems bienes que estn destinados al uso
comn. (24 de noviembre de 2013, no. 192)
La vocacin de un empresario es una noble tarea, siempre que se deje interpelar por un
sentido ms amplio de la vida; esto le permite servir verdaderamente al bien comn, con su
esfuerzo por multiplicar y volver ms accesibles para todos los bienes de este mundo. (24
de noviembre de 2013, no. 203)
Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El
crecimiento en equidad exige algo ms que el crecimiento econmico, aunque lo supone;
requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos especficamente orientados a una
mejor distribucin del ingreso, a una creacin de fuentes de trabajo, a una promocin
integral de los pobres que supere el mero asistencialismo. (24 de noviembre de 2013, no.
204)
Todo acto econmico de envergadura realizado en una parte del planeta repercute en el
todo; por ello ningn gobierno puede actuar al margen de una responsabilidad comn. De
hecho, cada vez se vuelve ms difcil encontrar soluciones locales para las enormes
contradicciones globales, por lo cual la poltica local se satura de problemas a resolver. Si
realmente queremos alcanzar una sana economa mundial, hace falta en estos momentos de
la historia un modo ms eficiente de interaccin que, dejando a salvo la soberana de las
naciones, asegure el bienestar econmico de todos los pases y no slo de unos pocos. (24
de noviembre de 2013, no. 206)
La dignidad de la persona humana y el bien comn estn por encima de la tranquilidad de
algunos que no quieren renunciar a sus privilegios. Cuando estos valores se ven afectados,
es necesaria una voz proftica. (24 de noviembre de 2013, no. 218)
Adems, si por una parte se da una reduccin de la pobreza absoluta, por otra parte no
podemos dejar de reconocer un grave aumento de la pobreza relativa, es decir, de las
desigualdades entre personas y grupos que conviven en una determinada regin o en un
determinado contexto histrico-cultural. En este sentido, se necesitan tambin polticas
eficaces que promuevan el principio de la fraternidad, asegurando a las personas iguales en su dignidad y en sus derechos fundamentales el acceso a los capitales, a los servicios, a los recursos educativos, sanitarios, tecnolgicos, de modo que todos tengan la
oportunidad de expresar y realizar su proyecto de vida, y puedan desarrollarse plenamente
como personas. (8 de diciembre de 2013)
Tambin se necesitan polticas dirigidas a atenuar una excesiva desigualdad de la renta. No
podemos olvidar la enseanza de la Iglesia sobre la llamada hipoteca social, segn la cual,
aunque es lcito, como dice Santo Toms de Aquino, e incluso necesario, que el hombre posea cosas propias, en cuanto al uso, no las tiene como exclusivamente suyas, sino tambin como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a l solamente, sino tambin
a los dems. (8 de diciembre de 2013)
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Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en dolos, se anteponen a la exigencia de
una distribucin justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se
conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir. (26 de diciembre de
2013, Cuaresma)
Hace falta, por lo tanto, un renovado, profundo y amplio sentido de responsabilidad por
parte de todos. La vocacin de un empresario es una noble tarea, siempre que se deje interpelar por un sentido ms amplio de la vida (Evangelii Gaudium , 203). De este modo, los hombres y las mujeres pueden servir ms eficazmente al bien comn y hacer que los
bienes del mundo sean ms accesibles para todos. Sin embargo, el crecimiento de la
igualdad requiere algo ms que el crecimiento econmico, aunque si lo presupone. Se
requiere, en primer lugar, una visin trascendente de la persona (Benedicto XVI, Caritas in veritate, 11), porque sin la perspectiva de una vida eterna, el progreso humano en este mundo se queda sin aliento (ibd). Adems, necesita decisiones, mecanismos y procesos encaminados a una mejor distribucin de la riqueza, la creacin de fuentes de empleo y la
promocin integral del pobre, que va ms all de una simple mentalidad de asistencia. (17
de enero de 2014)
Estoy convencido que una apertura tal a lo trascendente puede dar forma a una nueva
mentalidad poltica y econmica, capaz de reconducir toda la actividad econmica y
financiera dentro de un enfoque tico que sea verdaderamente humano. La comunidad
econmica internacional puede contar con muchos hombres y mujeres de gran honestidad e
integridad personal, cuya labor se inspira y gua por nobles ideales de justicia, generosidad
y atencin por el autntico desarrollo de la familia humana. Os exhorto a aprovechar estos
grandes recursos humanos y morales, y a haceros cargo de este desafo con determinacin y
visin de futuro. Sin ignorar, por supuesto, los requisitos especficos, cientficos y
profesionales, de cada sector, os pido que os esforcis para que la humanidad se sirva de la
riqueza y no sea gobernada por ella. (17 de enero de 2014)
Si la globalizacin acrecent notablemente la riqueza global del conjunto y de muchos
Estados concretos, ella tambin aument las diferencias entre los diversos grupos sociales,
creando desigualdades y nuevas pobrezas en los mismos pases considerados ms ricos. (2
de octubre de 2014)
El crecimiento de las desigualdades y las pobrezas ponen en riesgo la democracia inclusiva
y participativa, la cual presupone siempre una economa y un mercado que no excluyen y
que son justos. Se trata, entonces, de vencer las causas estructurales de las desigualdades y
de la pobreza. En la exhortacin apostlica Evangelii gaudium he querido sealar tres
instrumentos fundamentales para la inclusin social de los ms necesitados, como la
educacin, el acceso a la asistencia sanitaria y el trabajo para todos (cf. n. 192). (2 de
octubre de 2014)
Hay sistemas econmicos que para sobrevivir deben hacer la guerra. Un sistema econmico
centrado en el dios dinero necesita tambin saquear la naturaleza, saquear la naturaleza,
para sostener el ritmo frentico de consumo que le es inherente. (28 de octubre de 2014)
Hoy, al fenmeno de la explotacin y de la opresin se le suma una nueva dimensin, un
matiz grfico y duro de la injusticia social; los que no se pueden integrar, los excluidos son
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desechos, sobrantes. Esta es la cultura del descarte y sobre esto quisiera ampliar algo que no tengo escrito pero se me ocurre recordarlo ahora. Esto sucede cuando al centro de un
sistema econmico est el dios dinero y no el hombre, la persona humana. S, al centro de
todo sistema social o econmico tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para
que fuera el dominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios
dinero sucede esta trastocacin de valores. (28 de octubre de 2014)
Porque en este sistema se ha sacado al hombre, a la persona humana, del centro y se lo ha
reemplazado por otra cosa. Porque se rinde un culto idoltrico al dinero. Porque se ha
globalizado la indiferencia, se ha globalizado la indiferencia: a m qu me importa lo que
les pasa a otros mientras yo defienda lo mo? Porque el mundo se ha olvidado de Dios, que
es Padre; se ha vuelto hurfano porque dej a Dios de lado. (28 de octubre de 2014)
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Ecumenismo/Relaciones interconfesionales
La Iglesia . . . tambin es consciente de la responsabilidad que todos tenemos respecto a
este mundo nuestro, respecto a toda la creacin