LO SAGRADO EN LA EXPRESIÓN ANTROPOLÓGICA
Lo sagrado y el símbolo
TESINA FILOSOFICA
POR: JOEL ALFREDO SANCHEZ SILVA
ASESOR: Pbro. Lic. Roberto Luna
Cd. Juárez, Chih., México
Mayo, 2011
1
SEMINARIO CONCILAR DE CIUDAD JUÁREZ
2
El temor de Yahvé es el principio de conocimiento.Escucha, hijo mío, las instrucciones de tu padre,no olvides las enseñanzas de tu madre. (Prov. 1:7,8)
Gracias papá y mamá.Gracias Seminario
Resumen
El presente trabajo nos muestra una breve reflexión sobre el encuentro del
hombre con lo Sagrado.
El desarrollo de este trabajo, es más que nada, una reafirmación del encuentro
del hombre con la realidad mística, como un algo que se hace palpable.
Este encuentro con lo sagrado, se da apoyado de un gran soporte que es la
cuestión simbólica, de la cual emana una relación de intimidad que permite la
existencia de un diálogo que facilita la comunicación del hombre con lo
Absoluto.
Por medio de la relación íntima del hombre con el símbolo, encontramos
también la máxima expresión de la actitud religiosa, que se hace presente en la
realidad cultual o expresión litúrgica, que concibe el uso del símbolo para hacer
accesible la realidad misteriosa de lo sagrado, como una forma de
acercamiento.
3
Índice
Introducción……………………………………………..……………1
Capitulo I. Lo sagrado……………………………………………...2
¿Que es lo sagrado?..............................................................2El misterio………………………………………………………...5 La experiencia de lo sagrado………………………………… 8
Capitulo II. Modos de encuentro con lo sagrado…………...... 12
La hierofanía…………………………………………………….. 12La actitud religiosa………………………………………………15La inculturación………………………………………………… 17
Capitulo III. El símbolo……………………………………………. 21
¿Qué es el símbolo?.............................................................21 ¿Qué relación tiene lo simbólico con lo sacro?.................24 Símbolo en la acción litúrgica……………………………….. 26
Conclusión……………………………………………………………32
Bibliografía……………………………………………………………33
4
Introducción.
El hombre en el constante devenir de la vida, incesablemente tiene relación
con lo sagrado; y con una infinidad multiforme de símbolos que nos presentan
lo sacro. Aún más el hombre religioso encuentra ligados estos dos hechos en
los cuales descubre el sentido de una dependencia de lo absoluto, como una
tendencia natural de encuentro con lo misterioso, con lo divino, por lo cual es
remitido a descubrirse rodeado de esta realidad que sobrepasa hasta cierto
punto el intelecto.
Es por eso que abordo este tema de lo sagrado y su relación con el símbolo,
desde una perspectiva filosófica, tomando como primer punto lo sagrado; definir
¿qué es?, tomando de algunos autores el sentido que tiene, y el sentido que
da al hombre. Además ¿cómo se da la experiencia de lo sagrado?, Y ¿qué
implica?, ¿De qué forma llega a tener impacto en la persona que lo llega a
experimentar?
Posteriormente hablaré sobre la presencia de lo sagrado en la manifestación
concreta, como lo es la hierofanía; a modo de punto de partida para una actitud
religiosa que se hace visible en el la persona por medio de la expresión que el
símbolo nos invita a acoger como algo que nos manifiesta lo divino y hace al
hombre llegar a la contemplación.
La inculturación jugará un papel importante dentro de la acogida al símbolo
como manifestación de lo sagrado, como evento que le permite al hombre llegar
a la recepción de lo sacro descubierto sin más en lo simbólico que se nos
presenta.
Por último trataré de explicar el papel que juega el símbolo en la acción litúrgica
como mera expresión simbólica que nos presenta de un modo sublime lo
sagrado y en la cual lo descubrimos gracias a la riqueza que nos presenta el
símbolo unido al hecho religioso; y en el cual el hombre encuentra la plena
identificación como culto de adoración en los diversos ritos litúrgicos que la
iglesia nos ofrece y que se han constituido a través de los siglos.
5
Capitulo ILo Sagrado
1.- ¿Que es lo Sagrado?
En el hombre podemos decir que es connatural la religión; a lo largo de su vida
esta en búsqueda de aquello que superior a su naturaleza humana. Ejemplo de
ello son las antiguas civilizaciones que buscaban el origen del cosmos,
haciendo responsable a los fenómenos naturales los cuales adquirían un
sentido profundo de sacralidad; así por ejemplo los aztecas realizaban
sacrificios humanos para que el sol retornase de nuevo, o también la sacralidad
del maíz del cual el hombre fue creado.
Los antiguos griegos se preguntaban por el “arge” de las cosas; desde aquí
podemos percibir indicios de la búsqueda a una respuesta de nuestro
constitutivo, ¿Quién a creado al hombre? ¿De dónde o cual esa realidad
superior que lo creó?
“Puesto que la religión es cosa humana”1 es necesario comprenderla desde la
realidad antropológica del hombre, es decir; desde la necesidad de
dependencia del hombre de algún ser supremo al cual le adjudique la creación
de las cosas y aquello que escapa al intelecto humano.
En este constante devenir de la existencia del hombre las experiencias
místicas, incluso las más personales y más trascendentales, sufren la influencia
del momento histórico. 1 Mircea Eliade Tratado de historia de las religiones. Pág 20 biblioteca Era. México D.F. décimo novena impresión 2007
6
Para comenzar hablar de lo sacro tendremos que realizar una plena distinción
entre lo sagrado y lo religioso. Aunque son dos realidades pertenecientes al
orden de la persona es necesario identificar cada una de ellas y enfocarnos a la
que es de nuestro interés, lo sagrado.
Lo sagrado y lo religioso no son lo mismo; “ambos se oponen por igual a lo
profano, pero entre ellos media una diferencia innegable. Lo sagrado representa
un orden o nivel ontológico especial, lo religioso comporta una actitud
especifica del ser humano”2.
Lo sacro pues nos remite a una trascendencia la cual es ajena a la razón del
hombre, es el sentirse envuelto por aquella misticidad de la cual se nos
presenta como misterio y ante el cual no cabe más que contemplar.
Después de esta aportación creo que surge otro cuestionamiento, ¿quién hace
lo sacro o que lo hace sacro? Me parece una duda realmente válida puesto que
se puede hablar de lo sagrado como nivel ontológico superior al hombre pero
mayormente partimos del supuesto de que algo es sagrado y no del quien lo
hace sacro.
Para que un objeto sea sacro - dice Sahagun – se requiere que revele algo
superior, distinto de si mismo. En este revelar algo distinto es donde el hombre
encuentra la presencia de una fuerza superior o incierta, que al no ser
equiparable con ninguna conocida adquiere una postura particular; es decir
completamente nueva y distinta en comparación con los otros objetos.
2 De Sahagun Lucas Juan: interpretación del hecho religioso. Pág. 50
7
Por ejemplo para un turista que está de visita en la comunidad Tarahumara la
bebida del “teswino” no pasa de ser sólo una simple bebida típica de la cultura
“rarámuri” sin embargo para esta comunidad tiene un sentido hasta cierto punto
sagrada ya que forma parte de sus fiestas rituales.
Con esto no se elimina lo sacro, sino que, aquel turista no ha descubierto la
fuerza superior que aquello representa para dicha comunidad.
El objeto no deja de ser un objeto, físicamente no pierde sus accidentes, “pero a
nivel ontológico se a transformado en un vehículo de aquella fuerza superior”3.
“Un objeto se convierte en sagrado en la medida en que revela algo distinto de
el mismo”4 en este revelar pues, el hombre descubre la magnitud de lo absoluto
presente en aquel objeto que conduce al encuentro de lo divino.
Es por esta búsqueda de lo sacro que se construyen templos o definimos
lugares, que son de cierto modo estas partes las que descubren al hombre la
realidad de superioridad de alguien mas allá del intelecto y por lo cual se admite
dependiente de esta fuerza que le sobrepasa; cuando la persona se enfrenta en
una situación de angustia, o alguna realidad que se le presenta como incierta se
remite a aquella fuerza superior invocando: “¿de donde me vendrá el auxilio?” 5
reconoce que en aquel sitio habita una fuerza que le es mayor.
Lo sagrado será pues, aquella fuerza que da un nuevo sentido al objeto, que
exterioriza algo distinto de lo común, esta novedad que presenta es lo que
hace al hombre sentir aquel sentimiento de dependencia ante lo Absoluto y de 3 Ibíd. Pág. 2 num. 1 4 Ibíd. Pág. 2 5 Salmo 120
8
lo cual no puede abarcar en el intelecto; “así Otto define lo sagrado como
inaccesible a la comprensión conceptual, solo puede describirse desde la
reacción que produce en la conciencia humana”6.
2.- El Misterio
El misterio se presenta como “realidad totalmente otra en relación con todo lo
mundano, absolutamente superior al hombre en su ser y su valor y su dignidad
que le concierne incondicionalmente y exige de el una respuesta activa y
personal”7.
El misterio no es lo sagrado, mas bien dicho lo sagrado lo es por su contacto
con el misterio. “El misterio constituye, estructura, configura y da significación al
ámbito de lo sagrado”8 es decir no existe lo sagrado sin la realidad misteriosa,
oculta.
La realidad de lo sagrado siempre tiene su referencia con el misterio, pues este
hace de aquella realidad que adquiera ciertamente, su carácter de santo. José
Sánchez nos menciona siete órdenes fundamentales de la trascendencia del
misterio:
1.-El orden gnoseológico, en el que se percibe lo misterioso como ser
real, y que es capaz de ser conocido.
2.- El orden ontológico es la realidad diversa, totalmente otra.
3.- En orden a lo axiológico como ser eminente, bueno.
6 De sahagun Lucas Juan: Sapientia fidei - fenomenología y filosofía de la religión. Pág: 97 la BAC:7 Sánchez Nogales José Luis. Filosofía y Fenomenología de la Religión. Pág. 366. ediciones Secretariado Trinitario. Salamanca España. Marzo del 2003.8 Ibíd. Pág. 366
9
4.- En lo operativo, como ser eficaz para la salvación.
5.- No se agota su carácter de “ocultes”, es diferente de lo conocido.
6.- No es objeto de la voluntad del hombre.
7.- Es superior, no tiene comparación.
Estas órdenes en perspectiva de lo misterioso, nos sirven como punto de
partida para la identificación de lo verdaderamente sacro. Es decir, de las
realidades que se nos presentan como sagrado o por medio de las cuales se
pone de manifiesto la presencia de algo Superior o Absoluto y nos es de punto
preciso referirlas pues también por medio de estas órdenes podremos identificar
una verdadera experiencia de lo santo.
“A pesar de sus múltiples manifestaciones, lo sagrado permanece oculto como
misterio, no solo relativo, y para la condición”9 temporal del hombre, sino
misterio absoluto y en si mismo, porque es más de lo que el hombre pueda
conocer
El misterio dentro de la realidad sacra juega un papel muy importante, pues
comporta o suscita la inquietud ante lo que es desconocido para el intelecto
humano. Aunque al tratar ya sobre el tema de lo desconocido es tratar de
hacernos cargo intelectualmente de aquella presencia que se hace presente
como una realidad superior, Absoluta; queriendo encajonar la magnificencia del
misterio que se revela e incluso a dar una explicación de lo desconocido, que
pasaría a formar parte del conjunto de conocimientos en el hombre.
9 De sahagun Lucas Juan: Sapientia fidei - fenomenología y filosofía de la religión. Pág: 104
10
Es decir como si quisiéramos meter dentro de una enciclopedia el misterio, y es
claro que el misterio no lo podemos abarcar, y por eso se nos presenta por
medio de lo sagrado para poder tener un acercamiento a la realidad superior.
“Hablar de lo desconocido o incluso como lo incognoscible, es una forma de
hacernos cargo intelectualmente de ello y de integrarlo en nuestro universo
mental”10.
3.- La Experiencia de lo Sagrado
“Lo sagrado representa lo otro, lo extraño y lo prohibido; aquello ante lo cual el
hombre experimenta su pequeñez y se siente desarmado; pero es también la
10 Gómez Caffarena José, Velasco Juan Martín. Filosofía de la Religión. Pág. 99. revista de Occidente S.A. Madrid 1973
11
fuente del poder, del éxito y de la eficacia. Por eso suscita sentimientos
ambivalentes como estremecimiento y pavor, admiración y atracción, terror y
amor”11.
Por tanto no podemos separarlo de la dimensión humana del hombre; puesto
que al hacerlo, se estaría negando una parte de su integridad personal.
En la experiencia de sagrado como ya lo citó el texto de Sahagun, el hombre
experimenta una cantidad de emociones, que en las pasiones se vuelcan entre
si, es decir que ante la presencia de lo sagrado el hombre descubre que dentro
de su interioridad está presente un estatuto que lo remite a la búsqueda de lo
sagrado, del ser infinito, que al descubrirlo pone de manifiesto la insignificancia
del hombre ante la realidad mística que se le presenta y ante la cual no hay un
modo preciso de predicarlo.
Dicha experiencia, se tiene que plantear de un modo distinto en cada persona,
pero que puede ser entendida por el otro a partir de su experiencia particular; es
decir, la experiencia de un modo particular de vivencia que se entiende de un
modo general; puesto que la experiencia que una persona tiene (en la cual sus
sentimientos y pasiones se vuelcan en si) la podemos identificar con el conjunto
de experiencias de otros, en la cual los sentimientos podrán identificarse en
cuanto a la expresión; pero distintos en la vivencia de la experiencia de lo sacro.
“La experiencia es el acto a través del cual la persona se descubre en relación
con el mundo, consigo misma”12 y por hecho con lo santo. 11 Ibíd. Pág. 9912 Busnelli Claudio El riesgo de la experiencia religioso. Pág. 36. CITADELLA EDITRICE, Asís (Italia) 1967.
12
Puesto que es a partir del encuentro con la revelación de aquella fuerza
superior ante la cual el ente se redescubre como criatura, “se presenta de un
modo irresistible”13 en la cual las pasiones se gozan de un descanso.
La experiencia de lo sagrado es a modo particular, sin embargo dado a la
vivencia que cada uno tenemos de nuestra propia experiencia, podemos llegar
a la comprensión del fenómeno sagrado, pues en cada hombre se hace
presente en un tiempo determinado dicha experiencia.
Es en algún punto preciso de la historia del hombre en que lo misterioso se
presenta y lo mueve hacia una trascendencia; a buscar un giro en su vida.
Desde aquí podemos comprender la búsqueda que antropológicamente está
inmersa en el corazón de cada persona al tender a un Bien particular e infinito.
“No es pues experiencia de lo inmediato, sino meditación de los encuentros
cotidianos”14 es decir la experiencia religiosa marca el sentido de la existencia
del hombre.
Es necesario aprender a descubrir, mejor dicho a identificar una experiencia
verdaderamente determinante, para esto retomo algunos puntos que Sahagun
Lucas nos presenta importantes para el discernimiento sobre la experiencia de
lo verdaderamente sacro:
13 Ibíd. 14 De Sahagun Lucas Juan: Sapientia Fidedi-fenomenológia y filosofia de la religión. Pág. 118
13
Los elementos determinantes de la experiencia religiosa son:
Lo insobornable: reviste el aspecto de algo impredecible, bajo la
formación de una fuerza dispensadora de beneficios y desastres que
rebasan el poder humano.
Delimitación y forma: determina el sustrato salvaje confiriéndole la forma
y convirtiéndolo en «cosmos » cuyo autor es el absoluto (aquí Sahagun
utiliza el término “Dios”) en la figura de poder en el conflicto entre estos
dos aspectos (salvaje y ordenado) tiene su origen la actitud religiosa.
Enviado: es el elemento mediador entre las dos fuerzas anteriores que
revelan el camino de salvación haciendo de la religión un mensaje
de liberación15.
Sahagun Lucas también nos ofrece características particulares de la
experiencia religiosa:
Inmediatez: reviste la forma del encuentro personal con lo sagrado, a
través de realidades que sirven de mediaciones.
No es conocimiento sensible, ni especulativo, sino vivencia, que brota de
la simpatía al socaire de la presencia de la realidad superior evocada en
la conciencia.
Globalidad: abarca a la persona enteramente afectándola en su intimidad
Y constitución ontológica. A través de ella el hombre se exige coherencia
racional.
Compromiso ético: el necesario desprendimiento y la entrega
desbordante.
15 Ibíd. Pág. 119
14
Transformación: en la experiencia religiosa el sujeto se transforma por
completo, porque se des-centra y adopta una postura de reconocimiento
y aceptación de una realidad superior que le asigna nuevas metas y le
marca nuevos caminos.
Las características de la experiencia religiosa abren al misterio como
infinito de de inteligibilidad que no se agota en ninguno de nuestros
conocimientos porque siempre es más de lo que podemos saber de él”16
La experiencia religiosa –dice Sahagun Lucas- con estas características la
hacen auténtica, abarca totalmente nuestro entendimiento, sin embargo dan la
posibilidad para una acogida del misterio por medio de las distintas formas en
que el hombre expresa dicha experiencia de lo sagrado.
Capitulo I І
Encuentro con lo sagrado
1.- La Hierofanía (Manifestación)
“Por hierofanía se entiende determinados objetos o grupos de hechos de
distintas naturalezas que, por sus especiales características, ponen al hombre
en pista de lo sagrado”17
La hierofanía es pues manifestación, y es manifestación en cuanto que revela
algo como trascendente para el hombre. “cuando la hierofanía revela un
misterio divino de carácter personal recibe el nombre de “teofanía”, y cuando
16 Ibíd. Pág. 119 y 120 17 Ibíd. Pág. 107
15
pone de relieve la dimensión de su poder o potencial, recibe el nombre de
“cratofanía” “18.
Dicha revelación la descubrimos en el hombre de todos los tiempos, pues como
ya hemos visto, la connaturalidad religiosa nos lleva a movernos en la
búsqueda de lo sagrado, podemos identificar desde la era prehistórica una gran
variedad de hierofanías que el hombre ha tenido como encuentros
verdaderamente manifestativos que le revelan la majestuosidad de lo Absoluto;
y en los que descubre la validez de la sacralidad en los eventos de la naturaleza
(como la lluvia, el sol, la luna, etc.).
Es manifestación en cuanto que revela algo nuevo a la conciencia del hombre,
revela aquello que es, de cierto modo, incomprensible para el razonamiento. Es
lo enteramente trascendente; aquella fuerza que se descubre como realidad
antropológicamente presente en un objeto o persona, que pone de manifiesto la
realidad trascendental de la existencia de un ser absoluto.
El hombre religioso descubre en ellas la incorporación de una potencia
sin paragón, a cuya presencia se debe su sacralidad o alcance simbólico
las convierte en lugar y vehículo de la divinidad. La hierofanía se nos
presenta como vehiculo, es decir, como medio que lleva al hombre a un
encuentro con la sacralidad, no son en si misma lo Absoluto, sino una
simple muestra de lo que es lo Absoluto.19
18 Sánchez Nogales José Luis. Filosofía y Fenomenología de la Religión. Pág. 378. ediciones Secretariado Trinitario. Salamanca España. Marzo del 2003. 19 De Sahagun Lucas Juan: Sapientia Fidedi-fenomenológia y filosofia de la religión. Pág. 108
16
Para el hombre estos objetos se tornan de modo diferente al modo ordinario o
común de los demás objetos, pues aunque siguen siendo de forma material lo
«mismo» han adquirido un grado de superioridad distinta; así por ejemplo para
el mundo romano la figura de la cruz es simplemente un artefacto de muerte,
para el mundo cristiano tiene un significante valor, de modo distinto de
salvación, o tal vez una danza de las etnias Mayas adquiere un sentido ritual;
sin embargo para los demás que no descubren esta realidad trascendental, se
limita a una bella expresión artística popular.
De cierto modo se tienen que vivir desde la experiencia de la comunidad o
grupo social; en otros casos podremos contemplarlas desde la experiencia
personal e individual, que podrá unirse al conjunto de experiencias de lo
místico, de lo santo.
Existen diferentes tipos de hierofanías, o mejor aun podemos decir que la vida
del hombre esta completamente plasmada de este tipo de manifestaciones,
pues el “homus religioni” ha descubierto en el cosmos la multiplicidad de
manifestaciones de lo sagrado. Es decir que por medio del entorno que le
rodea Ha sabido encontrarse con el Ser Absoluto y llegar a un acercamiento
que el mismo cosmos le ofrece.
Aquello en lo cual se manifiesta lo sagrado o lo divino, adquiere un nuevo
sentido dentro del orden de la vida; pues “tiene una transfiguración de la
realidad mundana convertido en hierofanía”20 la diversidad de formas en que se
20 Ibíd. Pág. 109
17
manifiesta el ser absoluto sin duda alguna son muchas, y son precisamente
estas (las manifestaciones) las que permiten al hombre redescubrir y reflexionar
sobre su existencia, y la religación con el Ser supremo y Absoluto, que se nos
muestra, no como algo ajeno al hombre, sino como siempre dispuesto a
encontrarse en lo mas profundo de su ser creatural; y como lo mas sencillo en
la naturaleza visible.
De este modo se descubre como Verdad, no solamente verdad racional; sino
que “tenemos pues una verdad revelada que nos dice algo sobre el hombre,
que se le ha dado para que conozca que es el y que debe hacer”.21
2.- la actitud religiosa del hombre frente a lo Sagrado
El hombre al vivir de cerca la manifestación de lo sagrado, de su experiencia
de acogida y descubrir en su interior un sentimiento de dependencia, que lo
pone de frente a lo santo como creatura frente a su creador; después de que el
hombre ha descubierto la grandeza de lo divino no le queda mas que asumir
dentro de su vida una actitud de reverencia; es decir de una “conversión”, pues
el encuentro con el Absoluto no permite quedarse cruzado de manos, sin tener
ningún impacto en la vida de cada hombre.
21 Stein Edith. La Estructura de la Persona Pág. 194. Humana Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid 2007
18
La actitud religiosa nos implica pues una búsqueda de sentido último: es decir
«la experiencia por la que el hombre queda abocado a la presencia de lo
enteramente otro».
Es por esta cercanía que el hombre da un giro en el proyecto de su vida, pues
la presencia de lo Santo cambia radicalmente la manera de ver la vida y
contemplar el horizonte, ante el cual los proyectos antes realizados dejan de
tener validez fuera de la nueva experiencia, y precisan ser retomados desde
una nueva postura ontológica.
En la experiencia de sentido último, el hombre se pone en camino, en un giro
que ha de cambiar su existencia.
“Significa que el del sentido último tiene lugar dentro de un contexto cultural
especial y muestra la apertura constitutiva del sujeto humano, puesto que es
reconocimiento de la propia finitud”.22
“La actitud religiosa se constituye en la relación desde ese centro nuclear
personal con el horizonte del ser en el cual está enraizado el absoluto infinito, el
misterio o divinidad, como un tu dialogal”.23.
La actitud religiosa aparece pues, como una respuesta personal al encuentro
con lo Absoluto, con lo totalmente Otro.
Esta respuesta implica la condición humana en su capacidad de ponerse de
frente ante lo Desconocido y dejarse asumir todas sus dimensiones. Podemos
22 De Sahagun Lucas Juan: Sapientia Fidedi-fenomenológia y filosofia de la religión. Pág. 118 23 Sánchez Nogales José Luis. Filosofía y Fenomenología de la Religión. Pág. 394. Ediciones Secretariado Trinitario. Salamanca España. Marzo del 2003.
19
decir que la actitud frente al misterio es una respuesta que abarca la totalidad
del individuo, por lo cual marca su experiencia de vida, y lo orilla a un cambio
obligado por este centro nuclear que le exige coherencia y armonización.
La religión es respuesta personal a una interpelación personal de lo
absoluto. Y solo la forma personal de aparición o intuición del absoluto
se manifiesta y revela definitivamente como absoluta para un ser, el
hombre, que es sujeto y primera persona. Toda otra forma de intuición
o percepción del absoluto no se revela como absolutamente absoluta,
ya que carece de la correspondencia nuclear personal en la aparición
del absoluto.24
La auténtica actitud religiosa, adquiere un carácter de relación
interpersonal, en tanto que es una afección absoluta, que afecta y
concierne absolutamente al sujeto humano.
Afecta al hombre en cuanto sujeto, pues le concierne e interpela con
carácter personal como una invitación -que no fuerza ni obliga- a una
respuesta de libre aceptación y reconocimiento.
Religa intersubjetivamente: adquiere el carácter de una religación
intersubjetiva, en la cual un Tú absoluto se hace invitación al hombre
como tu finito, haciendo posible una respuesta de abandono humano a
ese Tu que intuye con valor salvífico, de realización última de la
persona. 25
3.- La inculturación
24 Ibíd. Pág. 394 25 Ibíd. Pág. 405
20
El encuentro con lo sagrado, se nos presenta, por medio de diferentes hechos o
vivencias; en las que el hombre descubre el umbral de lo misterioso, de lo
santo. De tal forma la hierofanía como mediación, nos acerca a la realidad
trascendente.
Una forma de acercamiento al misterio de lo Divino es la inculturación;
entendemos que “Inculturación significa entrar en la cultura, in culturare,
ponerse dentro de la cultura de un pueblo.”26
La inculturación se presenta como un hecho de resignificación de las vivencias
de la experiencia religiosa; es decir, hacer una relectura del fenómeno sagrado,
es redescubrir el verdadero sentido del encuentro con lo santo.
La inculturación debe observar, sin embargo el cuidado de no violentar o dañar
la cultura autóctona deberá hacerse “respetando, preservando y favoreciendo
los valores propios y la rica herencia cultural de vuestro pueblo, estaréis en
condiciones de guiarlo hacia una mejor comprensión del misterio”.27
Este lineamento nos presenta las bases sobre las cuales debe estar sostenida
la inculturación de los pueblos, cabe recordar que no es el pueblo conquistado
el que pasa a pertenecer a una nueva cultura, sino es el conquistador o
colonizador quien irrumpe en la vida de un pueblo ya establecido con un sentido
religioso propiamente establecido, y que la labor de inculturación deberá tomar 26 La Inculturación. Documento electrónico. URL for this page is http://campus.udayton.edu/mary/Spanish/Advocaciones/INCULT.html. 27 Nassar Acosta Ricardo. LA INCULTURACIÓN (definición, características, presupuestos, fundamentos teológicos). Documento electrónico: [email protected] creado: Jueves, 24 de Marzo de 2011, 11:17:35 a.m.
21
los rasgos comunes del pueblo, tradiciones y costumbres, que servirán para
adaptar el mensaje.
La inculturación pues pertenece propiamente al ámbito cristiano, el cual ha
tomado como herramienta para expandir el mensaje de la obra redentora.
La inculturación toma parte de la vida de los pueblos retomando signos y
símbolos propios de la cultura para hacer presente en medio de ellos el
mensaje en su propia lengua y forma de captar el sentido de la vida.
La presencia del símbolo no requiere ser manipulado, pues claro está que
expresa por sí solo la totalidad, sin embargo cuando se ha entrado en una
cultura diferente podría ser válida la argumentación del sentido que tiene, no
tratando de abarcarlo, sino como mera referencia de la relevancia; “así pues, la
fe, recibida en el corazón de cada persona y de cada pueblo, se expresa y vive
de modo permanente en la propia cultura”. 28
Inculturación significa reconceptualización y reformulación teórica y
reexpresión práctica de la fe…, a fin de que tal experiencia y testimonio
fundamental pueda llegar a ser el principio inspirador normativo y
unificante, que transforma y recrea una determinada cultura dando origen
a una auténtica nueva creación.29
La inculturación se presenta como modo de encuentro con lo sagrado, desde
una postura cultural, en la que el hombre religioso descubre la presencia de lo
misterioso con una nueva visión de los hechos y vivencias que antes tenía, 28 Ibíd. [email protected] Ibíd. [email protected]
22
ahora la inculturación le será para él como una luz que le permitirá encontrarse
con la verdad trascendente y que le permitirá expresar de una forma mas propia
su religación con lo santo.
La inculturación será pues el marco para la entrada de una nueva realidad, que
como misterio se deja hacer presente, en la realidad de los pueblos. América
latina es un vivo ejemplo de este fenómeno de la inculturación y que es
ciertamente rico en expresiones populares, las cuales denotan la vivencia de la
experiencia religiosa, y que nos muestra también la importancia de la
inculturación como mediación para que otros pueblos redescubran el verdadero
sentido de la experiencia de lo infinito y totalmente Absoluto.
La inculturación no es pues la manipulación del símbolo, sino es la relectura del
hecho simbólico desde la perspectiva de las distintas culturas en las cuales,
ciertamente ya hay un vestigio o noción del Ser Absoluto; en este caso la
inculturación es instrumento para el verdadero encuentro con lo realmente
santo, desde las circunstancias particulares de cada pueblo.
La cultura no es cualquier cosa; es el ambiente propio donde se vive, se
comunica, se expresa todo un pueblo; abarca todos los aspectos de la
vida humana, hasta la forma de comer, de relacionarse entre personas,
como familia, etc. Se puede definir como el itinerario de un pueblo hacia
los planes salvíficos.30
30 URL. http://campus.udayton.edu/mary/Spanish/Advocaciones/INCULT.html.
23
Capitulo I І I
El símbolo
1.- ¿Qué es el símbolo?
Hemos hecho un recorrido desde la visión de lo sagrado, y hemos reflexionado
acerca del hecho religioso y su influencia en el hombre. Si bien el “homus”
religioso descubre presente el fenómeno místico o santo desde las diversas
mediaciones que se le presentan (a estas mediaciones se les ha denominado
hierofanías). Así pues, dentro de este medio encontramos el símbolo unido
estrechamente al hecho de las manifestaciones.
“El término griego σιμβολον significa la unión entre dos mitades
correspondientes. Y cada una de ellas en su incompletitud o ruptura hacia
presente, en la ausencia a la otra”.31
31 Sánchez Nogales José Luis. Filosofía y Fenomenología de la Religión. Pág. 407 Ediciones Secretariado Trinitario. Salamanca España. Marzo del 2003.
24
El símbolo se nos presenta también como mediación en la cual podemos
descubrir lo sagrado a un mayor grado de misterio. Es decir el símbolo impacta
y que permite detenerse a contemplar el misterio encerrado en el.
Me parece importante marcar la diferencia entre el símbolo y el signo; para esto
quiero recurrir a José Luis Sánchez Nogales que nos presenta una delimitación
entre estos dos, y que nos permiten identificar uno del otro.
Un signo es lo que permite adivinar o prever, conocer o reconocer
alguna cosa y también la representación o acción sensible que permiten
dar a conocer un pensamiento o manifestar un deseo. Una primera
delimitación se refiere al objeto, que en el caso del símbolo, son
realidades no sensibles, misteriosas y profundas.
Otra diferencia reside en que en el símbolo se dan dimensiones
dinámicas, activas y vitales no reducibles al plano nocional o funcional.
El símbolo viene ha ser el vínculo por el que lo sensible trasparece la
realidad metasencible. Es la complicación de la inmanencia y la
trascendencia, la expresión de un sentido de un contenido
supravisible en una forma visible32.
Por esta aportación de Sánchez Nogales, descubrimos como el símbolo nos
presenta una íntima religación con el hecho del misterio y la realidad
trascendente.
El símbolo es por tanto una realidad que presenta la totalidad del misterio, y por
ende imposible de comprender en su totalidad por medio de la razón. Se
32 Ibíd. Pág. 408
25
presenta de tal forma que el individuo queda deslumbrado ante la inmensidad
de lo que trasmite.
El símbolo da a conocer por si mismo lo que quiere trasmitir; -dirá Paul Ricoeur
el símbolo da que pensar- y da que pensar en cuanto que el símbolo trasmite 33
verdaderamente y sin reservas, pues se da en la totalidad.
Por este carácter de trasmisión es inválido manipular el símbolo; es decir tomar
un símbolo “para que represente esto…” estaríamos tratando el símbolo como
un signo que puede utilizarse al de la forma que nos conviniese; y por hecho
estaríamos limitando la realidad trascendente del símbolo, no necesita que
nosotros le digamos que represente, sino que es un símbolo que ya dice algo
de alguna realidad y por tanto en su carácter unitario esta ya todo dado.
Así por un lado, el símbolo continúa la dialéctica de la hierofanía,
trasformando los objetos en otra cosa que lo que la experiencia profana.
Por otra parte, al hacerse símbolos estos objetos anulan sus límites
concretos, dejan de ser fragmentos aislados para integrarse en un
sistema; mas aun, encarnan en si, a despecho de su precariedad y de su
carácter fragmentario, todo el sistema en cuestión.34
El símbolo encarna en si la totalidad que manifiesta, deja su parte de ser para
presentar lo absoluto, dejando pues que el Otro absoluto se de en si y a través
de el.
33 Se refiere a que da 34 Eliade Mircesa Tratado de Historia de las Religiones. Pág. 404. Editorial Era. Décimo novena reimpresión 2007.España
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La gratuidad con que se presta el símbolo es distinta a la de del signo pues
como hemos visto, el signo es manipulable, cosa distinta del símbolo que en su
misma esencia se deja ser medio de lo totalmente otro y trascendente.
2.- ¿Qué relación tiene lo simbólico con lo sacro?
“En el ámbito de lo religioso el símbolo es una realidad objetiva que
presencializa lo eterno en lo temporal y lo remite desde lo temporal a lo
eterno”.35
El símbolo viene a presentar la totalidad de lo meramente trascendente. De
algún modo logra capturar en si todo aquel misterio y trasmitirlo; el símbolo, se
encuentra íntimamente ligado con lo sagrado, pues es a través de él que se nos
presenta el misterio aunque “el exceso de sentido del símbolo religioso nunca
pasa totalmente al lenguaje ni a la interpretación, pues nos hunde en la
sombreada experiencia de lo que es poderoso”.36
Ciertamente el individuo no logra captar la totalidad de lo infinito, solo logra
captar una parte de lo que el símbolo trasmite en su grandeza, como ya lo
35 Sánchez Nogales José Luis. Filosofía y Fenomenología de la Religión. Pág. 40836 Ibíd. Pág. 410
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dijimos antes si lograse entender toda la realidad misteriosa está perdería su
ser misterio y ya no habría pues posibilidad para la fe.
El símbolo resguarda, por decirlo así la identidad misteriosa de lo absoluto. “El
símbolo por su talidad no permite que el hombre lo abarque aun por mucho que
se intente”37 es mas su totalidad abarcante, paraliza y como respuesta solo
queda el contemplar. “Cuando el simbolismo lleva a su fundamento último,
desemboca en sus raíces religiosas”.38
P. Tillich nos presenta cuatro características o peculiaridades que delimitan la
realidad del símbolo:
1. Adecuación, por lo que el acto interior orientado al símbolo no
permanece en el, sino en lo simbolizado: es la función de remitencia.
2. Evidencia, por la que lo que es esencialmente invisible ideal o
trascendente en el símbolo deviene evidentemente, visible objetivo.
3. Poder intrínseco, como fuerza inmanente que lo diferencia del signo, en
si mismo impotente.
4. Reconocimiento en la comunidad en lo que brota y esta arraigado de
modo simultaneo, pues el hecho de ser símbolo y de ser aceptado como
tal constituye una misma cosa, siendo el acto constitutivo del símbolo un
acto comunitario.39
El símbolo tiene una amplia relación con lo sacro, desde el lugar en que brota,
pues es la misma comunidad la que dota de carácter y sentido religioso. Con la
37 Ibíd. Pág. 41038 Ibíd. Pág. 410 39 Ibíd. Pág. 411
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aparición del cristianismo descubrimos uno de los símbolos más importantes de
la historia; la cruz, pues para el cristiano dejó de ser un instrumento de muerte
para pasar a ser un símbolo de la esperanza de salvación y redención.
Por su carácter ligado a la muerte de Jesús toma un nuevo sentido y es la
comunidad la que descubre en ella su religación con el misterio, con lo
infinitamente absoluto.
3.- Símbolo en la acción litúrgica
El hombre en el constante devenir de la historia, ha buscado, como ya lo hemos
dicho; la manera de expresar de manera particular y comunitaria, su experiencia
de lo sagrado.
Es algo muy natural en el hombre, compartir su experiencia de lo sacro y
misterioso; es por eso que se ha dado a la tarea de crear ritos en los cuales
denota su ser religioso (homus religionis)
Dentro de la experiencia de comunidad están los rituales o ritos (por rito
podemos entender una acción simbólica o conjunto de acciones que se repite
regularmente según unas formas prescritas implícita o explícitamente)”40 en los
cuales es totalmente palpable la experiencia de lo sobrenatural.
Podemos hacer memoria de todos los antiguos rituales en los que el hombre
por medio de signos y símbolos da a conocer su connaturalidad religiosa, y que
forman parte esencial de su relación con el mundo y con su creador.
40 Los signos en la liturgia. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html. 03 de Mayo del 2011.
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El hecho simbólico juega pues un papel importante en esta parte de la
expresión de la actitud religiosa. Para nosotros cristianos encontramos una rica
fuente de expresión simbólica en la acción litúrgica, ya que nos permite una
experiencia profunda de lo santo.
En el símbolo entran dos elementos: por una parte, una experiencia que
adentra sus raíces en el inconsciente de la persona; por otra la expresión
externa de la experiencia. Se establece una relación de correspondencia
que va más allá de la mera semejanza.41
“El símbolo no busca capturar el significado, sino hacerlo presente”42 este es el
verdadero papel del símbolo dentro de la expresión litúrgica, no se trata de que
el símbolo nos presente por hecho todo el misterio, sino que con ayuda de el
podemos alcanzar un acercamiento ante la realidad abarcante de lo que es el
Absoluto.
Es importante conocer los símbolos que se nos presentan dentro de la acción
litúrgica, pero no tratar de determinarlo con nuestra razón “agotar la explicación
del símbolo lo destruye: los símbolos deben significar lo inexplicable”43 al tratar
de agotarlo caeríamos también en una manipulación del símbolo, dado que el
símbolo habla por si mismo.
Este es uno de los peligros que corremos al tratar de buscar entender o abarcar
con nuestro conocimiento todos los símbolos que existen dentro de nuestra
41 Ibíd. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html42 Ibíd. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html43 Ibíd. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html
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expresión litúrgica, sabemos por ende que el participar ya de esta acción es
para nosotros un encuentro con lo sagrado, mas con lo misterioso.
Los símbolos visibles en la acción litúrgica, como la cruz, el altar, el pan, el
vino, etc., son para el hombre una herramienta que le ayudan a reafirmar la
experiencia de la fe.
Si bien la experiencia de lo sagrado en el hombre es un camino en el cual se va
descubriendo como ser dependiente de un Ser Absoluto e Infinito, el símbolo en
su vivencia ha de mostrar como algo palpable aquella realidad trascendente.
La vivencia de la experiencia de lo sagrado difícilmente se realiza en el hombre
sin la presencia de símbolos, que le marquen o le reafirmen la presencia de lo
Absoluto.
Esta experiencia de lo sagrado en los símbolos permite al hombre redescubrir y
releer su propia experiencia de vida. Es decir el símbolo no esta allí como
simple objeto que adorna, sino que en su hecho significante encierra de manera
particular también la experiencia de cada individuo, el cual se reconoce en el;
por eso el símbolo tiene una aceptación comunitaria, ya que es cada individuo
el que reconoce el impacto del símbolo en su vida, y al mismo tiempo en la vida
de la comunidad.
El símbolo inserto en la vida de la comunidad adquiere una dignidad no dada a
otra cosa dentro de la misma comunidad; pero el símbolo que se hace visible y
presente en la acción litúrgica, toma una mayor dignidad, por la cual se venera
y que reconoce la actuación de lo Absoluto en el.
31
El símbolo en la acción litúrgica “Muestra algo que nos rebasa”44 y ante lo cual
solo queda el contemplar, porque como ya dijimos el tratar de buscar
explicaciones, sería querer agotar el misterio inmerso en el símbolo, por eso
nos exige un acto de fe; no quiere decir que no se de por enterado como o
porque surge, sino que conocido el origen y afectado por su fuerza mística solo
queda el contemplar.
En la relación de lo sagrado también podemos encontrar signos, por eso me
parece importante resaltar las diferencias entre un signo y un símbolo:
Habla por sí mismo, hay que dejarlo hablar, se contempla. No se explica.45
El símbolo nos ayuda a acortar las distancias. Lo visible ayuda a captar y
experimentar lo invisible, abriéndonos a la presencia misteriosa de Dios. O sea,
44 Ibíd. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html45 Ibíd. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html
Signo Es utilitario.El sentido es limitado. Bien definido.Nos trasmite información, pertenece al orden de conocimiento y afecta a la facultad del conocimiento.Todo está marcado, controlado.Nos habla, informa.
SímboloEs gratuito, no tiene utilidad ni uso práctico.El sentido siempre es nuevo e ilimitado.Nos pone en relación, pertenece al orden del re-conocimiento (yo, otros, cosas...) y afecta a la totalidad del hombre: inteligencia, sentimientos, afectividad, a todo su cuerpo.Es una proposición, nunca es posible determinar los efectos.Dice y hace presente la realidad.
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que el símbolo es mediador del misterio, vínculo de unidad entre lo cósmico-
humano-corpóreo y lo trascendente-invisible-misterio.46
De esta manera podemos descubrir pues que el símbolo tiene una función
mayor a la del signo dentro de la vida litúrgica. Pues es a través de el que se da
una comunicación con lo misterioso; es decir nos hace “presente” de cierta
manera la figura de aquella realidad que el hombre considera lejana y apartada.
Los símbolos como unidad entre lo humano y lo totalmente desconocido, han
servido dentro de la acción litúrgica, para de cierto modo ser facilitadores de un
diálogo, entre el misterio y el individuo.
Sin duda alguna el símbolo de la liturgia genera emociones al interior del
individuo, que le permiten sentir esa presencia del Absoluto o de la Totalidad.
La naturaleza de la persona responde a estos estímulos de los sentimientos, y
el símbolo genera esto y más en la persona, y no solo en ella, sino que
adquiere un impacto tan grande en el que lleva a una repercusión en la vida del
sujeto, provocando una verdadera actitud religiosa frente al símbolo.
La experiencia de los símbolos en la acción litúrgica ha de llevar a unir al
hombre con aquello que el hombre en su caminar descubre como sagrado y
que le revela la presencia de lo misterioso, aún y cuando no logre comprender
del todo aquello que trasmite, pero que sin embargo le causa ya una intuición
de que aquel objeto se encuentra revestido de una fuerza sobrenatural, que no
ha descubierto en otro objeto o lugar. “No afecta sólo a la mente, sino a la
46 Ibíd. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html
33
totalidad de la persona humana: nos introduce y nos pone en relación con un
orden de cosas que ya el mismo símbolo contiene de alguna manera”.47
La dimensión cultual es una expresión “congénita”, insustituible, de la
relación del hombre con lo sagrado. Estructuralmente el culto es el modo
espontáneo de expresarse en la actitud religiosa en el orden operativo. El
hombre reacciona ante lo sagrado con todo su ser.48
La iglesia nos presenta dentro de su actividad litúrgica los símbolos que para
nosotros los cristianos tienen un valor distinto de todo lo demás, pues se
descubre en ellos la actuación verdadera del lo meramente Absoluto; de
manera que nos lleva a unir a través de estos símbolos la liturgia y la vida como
una misma cosa en la que el hombre descubre su verdadero sentido religioso;
pues una ves que ha encontrado el misterio en lo sagrado, y después de
aceptar aquella realidad trascendente y llevarla a la vida, lo celebra.
Conclusión.
47 Ibíd. http://www.hansa-sur.com.ar/liturgia/index.html48 Sánchez Nogales José Luis. Filosofía y Fenomenología de la Religión. Pág. 422
34
Podemos pues decir que la connaturalidad religiosa presente en el hombre, es
una fuerza que es inevitable dejar surgir en él; se presenta de muchas maneras
y de cierto modo lo obliga a ir en busca de lo sagrado.
Este encuentro con lo sagrado le permite reflexionar sobre su estancia en el
mundo y su relación con el cosmos, este mismo cosmos que le denota ya la
existencia de un ser absoluto, y por ende, responde a un sentimiento de
dependencia creatural, pues la recepción del misterio presente en lo sagrado es
ya fuente de una actitud religiosa.
A nivel antropológico encontramos una íntima relación con el lenguaje
simbólico, y este a su vez con la propuesta de lo sagrado, ya que es esta
relación la que hace posible que la experiencia de lo santo se haga palpable,
aunque no siempre comprensible para la razón.
El símbolo en su máxima expresión como sagrado es pues inabarcable a la luz
de la razón, pero totalmente acogible desde la apertura de la fe y el sentido
último de la búsqueda de el Bien mayor e infinito.
Dentro de la acción litúrgica, encontramos presente una manifestación total de
símbolos, que hacen posible la relación del hombre con el misterio oculto a la
razón. La expresión cultual pues es el momento preciso de la máxima expresión
de la actitud religiosa del hombre, pues es por medio de todos lo usos
simbólicos que puede encontrar un acercamiento al Absoluto.
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Bibliografía
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Documentos electrónicos
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Nassar Acosta Ricardo. LA INCULTURACIÓN (definición, características, presupuestos, fundamentos teológicos). Documento electrónico: [email protected] creado: Jueves, 24 de Marzo de 2011, 11:17:35 a.m.
URL.http://campus.udayton.edu/mary/Spanish/Advocaciones/INCULT.html.
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