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Page 1: AYER ARRIBO EL DESTRUCTOR DUQUESNE DE LA MARINA FRANCESA

48 EL DÍA

El destructor «Duquesne» que, desde ayer, se encuentra en puerto junto con el portaviones «Foch», Enla toldiila, el lanzador para los misiles Malafon destinados a la lucha antisubmarina.

Buque de larga y buena historia, el crucero «Duquesne» entró en servicio en 1928 y, dado de baja en1950, cinco años más tarde fue desguazado.

Dispone de lanzadores para misiles Malafon,Masurca y Exocet, y artillería automática

(y II)

Desde ayer se encuentra enel puerto de la capital tinerfeñael destructor «Duquesne» que,al mando del capitán de navioCanonne, ha participado en lasmaniobras conjuntas de la Es-cuadra francesa del Mediterrá-neo y el Grupo Aeronaval de laMarina Española.

El «Duquesne» —que con elportaviones «Foch» se hará a lamar el próximo martes— tieneuna dotación d*3 27 oficiales,167 suboficiales y 160 cabos ymarineros y, con el «Suffren»,su gemelo, es una de las unida-des más efectivas en.las listasde la Marina de Guerra fran-cesa.

La quilla del «Duquesne» searboló en noviembre de 1964en una de las gradas del arse-nal de Brest. Fue botado el!2de febrero de 1966, y una vezfinalizó las pruebas de mar, ar-tillería y misiles, el 1 de abrilde 1970 fue recibido por la Ma-rina de la nación hermana. De5.090 toneladas estándar y6.090 a plena carga, las princi-pales dimensiones del «Duques-ne» son 157,6 metros de esloray 15,5 de manga.

El equipo propulsor estácompuesto por dos grupos deturbinas Rateau que, de dobleduración, toman vapor de doscalderas automáticas que tra-bajan a la presión de 45 kilospor centímetro cuadrado; con72.500 Shp sobre dos líneas deejes, alcanza máxima de 34 nu-dos a régimen normal, veloci-dad ampli— amenté rebasada ysostenida sin esfuerzo algunodurante las pruebas de mar.

El «Duquesne» —numeral D-603— pertenece a las unidadesdel programa naval de 1960, aligual que el «Suffren». Estáequipado con estabilizadores,lo cuál le convierte en buquemuy marinero, verdadera pla-taforma para la artillería con-vencional que monta y, tam-bién, los lanzadores de misiles.

El equipo electrónico es am-plísimo y muy moderno que,entre otros, comprende radarespara vigilancia aérea y desig-nación de blancos —éste es unespectacular radomo que se al-za sobre el puente— otros paracontrol de misiles y artillería y,además, un sistema SENIT I,automático, que suministra da-tos tácticos.

El casco del «Duquesne» esde cubierta corrida y, en la tol-dilla —que queda en escalón—además del lanzador para losmisiles Masurca lleva un sonarremolcable y de profundidadvariable. Este, del tipo DUBV43 VDS, se completa con otro-un DUVB 23— a proa e incor-porado al casco.

Construido sin portillos encasco y obra muerta , el«Duquesne» dispone de aireacondicionado en todos los de-partamentos en especial en losdestinados a la dotación. A lavelocidad económica de 18 nu-dos, la autonomía de este bu-que es de más de 5.000 millasy, a la de 29, puede navegar2.400.

El casco, con ligero arrufo,se remata con proa lanzada yde abanico. A media eslora ytras el radomo del radar, se al-za el «mack», combinación depalo y chimenea que, por lasbandas, de salida a los humos ygases de la combustión y se re-mata con un mastelero y co-rrespondiente cruceta.

EL ARMAMENTO DEL«DUQUESNE»

Por lo que el armamento ar-

Santa Cruz y los barcos

Ayer arribó el destructor«Duquesne», de la Marina

francesatillero respecta, el «Duquesne»monta a proa dos piezas de 100milímetros y 55 calibres que,automáticas y para tiro naval yantiaéreo, puede hacer 60 dis-paros —cada proyectil pesa13,5 kilos— por minuto.

De gran alcance y ángulo deelevación —hasta 80 grados—este tipo de cañón ha sidoadoptado por las Marinas deBélgica, Alemania Federal,Portugal, Argentina —en lasfragatas de la clase «A-69»,construidas en Francia— y en elbuque-escuela turco «CezayirliHasan Pasa», antiguo «Ruhr» delas fuerzas navales alemanas.

En la toldilla, el «Duquesne»lleva un lanzador doble paramisiles Malafon, armamentoque para la lucha contra sub-marinos en inmersión completacon cuatro canastas —dos porbanda— para torpedos acústi-cos del tipo L 5 que, de 533 mi-límetros, pesan 950 kilos—car-ga explosiva de 150— y alcan-zan una velocidad de 35 nudos.

El «Duquesne» lleva 13 misi-les Malafon que, para la luchaantisubmarina, se lanzan por larampa instalada en la toldilla.El Malafon, de diseño y cons-trucción francesa, es un misilque, con un torpedo de 533 mi-límetros y cabeza buscadora,se dirige automáticamente ha-cia el sonido producido por losmotores de un submarino. Selanza por medio de dos acelera-dores de propulsante sólidoque, en tres segundos, lo impul-san a 830 kilómetros por hora.Luego se separan los acelera-dores y el misil continúa suvuelo; un radar altimétrico lomantiene a una altura constan-te —unos 100 metros sobre elnivel del mar— y regula la inci-dencia de las pequeñas alas pa-ra proporcionarle más alturacuando la velocidad dismi-nuye. Mientras, el sonar delbuque lanzador continúa fijo enel blanco y, por señales electró-nicas, dirige el misil; cuandoéste se encuentra a unos 800metros del submarino en in-mersión, el misil es frenado porun paracaída, el torpedo saledespedido hacia adelante porla inercia, cae al agua y, ya su-mergido, se dirige por sí mismoal blanco.

Los Masurca —el «Duques-ne», lleva 48 de tales armas —esun misil superficie— aire quemide 28,2 pies y pesa 4.070 li-bras; alcanza 25 millas y llevauna carga de 105 libras de altoexplosivo.

En la modernización que el«Duquesne» recibió en 1977, sele desmontó la artillería antiaé-rea de 30 milímetros y, en sulugar -a popa de la chimenea—se instalaron cuatro lanzadorespara misiles Exocet superficie-superficie. Estos misiles, dise-ñados y construidos por la Ae-rospatiale, miden 17,1 pies ypesan 1.617 libras en el mo-mento del lanzamiento; dirigi-dos por radar, llevan carga de363 libras de alto explosivo y

tienen alcance de 26 millas, sibien una variante —la MM 40—llega a blancos situados a 40.

Se estima que el «Duquesne»continuará en servicio hasta elaño 2.000 —para entonces yaestarán en activo los nuevos «C-70»— pero, en 1998, ya será da-do de baja el «Suffren».

LA FRAGATA DE HÉLICE«Duquesne»

En las últimas décadas delsiglo pasado, numerosos bu-ques de la Marina francesa—«Duchayla», «Ardent», «Mel-pomene», «Jurien de la Gravie-re», etc. —en aguas de SantaCruz de Tenerife. Sin embargo,ninguno tan asiduo como lacorbeta de hélice «Duguay-Trouin» que, desde abril de1893 a febrero de 1909, hizoescala anual, si bien en 1901 y1907 recaló a principios y finaldel año.

FUe precisamente en la cor-beta «Duguay-Trouin» donde seinspiró el ingeniero naval Labe-lin de Dionne para diseñar lafragata de hélice «Duquesne»que, también clasificada comocrucero de primera, fue botadaen 1876 en el arsenal de Ro-chefort. De casco de hierro, conforro de madera de teca y plan-chas de cobre, la «Duquesne»desplazaba 5.522 toneladas yeran sus principales dimensio-nes 106 metros de eslora y 15,5de manga. Con proa de espolón,el casco se remataba con trespalos con aparejos de fragatay, entre les trinquete y mayor,se alzaban dos chimeneas cor-tas.

La fragata «Duquesne»—gemela de la «Suffren», cons-truida en Tolón por la finia For-ges et Chantiers de la Médite-rranée— estaba artillada consiete cañones de 190 milíme-tros. De ellos, seis iban —trespor cada banda— a media eslo-ra y en saledizos de la cubiertaalta. Así, los de los extremos,dos y dos, podían hacer fuegoen caza o retirada. El séptimocañón de 190 estaba montadobajo el castillo, con la caña aso-mando por un portillo que seabría bajo el bauprés y, así, só-lo podía disparar en caza. Losrestantes cañones —catorce de140— se repartían a estribor ybabor y, dada la situación delos portillos, el campo de tiro selimitaba a 15 grados a proa ypopa por el través.

El equipo propulsor de la«Duquesne» —muy diferente alde la «Suffren», su gemela— locomponían dos grupos de alter-nativas Indret y doce calderasque, trabajando a 14,97 kilospor centímetro cuadrado, en-tonces estaban consideradas dealta presión. Con 7.500 Hp so-bre una hélice, la fragata daba17 de máxima y, con 660 tone-ladas de carbón —podía estibarcasi 900 en Icrs «side bunkers»—la autonomía a 10 nudos era de5.000 millas, la cual podía au-mentar la cantidad de lona que

largaba en sus tres palos ybauprés.

LOS OTROS «DUQUESNE»

El programa naval de 1912incluía la construcción de cua-tro acorazados de 29.000 tone-ladas, 194 metros de eslora yvelocidad máxima de 23 nu-dos. Estos buques se artillaríancon dieciséis piezas de 340 mi-límetros —repartidas a proa ypopa en cuatro torres cuádru-pes— y, como armamento se-cundario, montarían veinticua-tro de 138 en casamatas y alasbandas.

Estaba previsto que, el 1 deabril de 1915, se arbolaría laquilla del cuarto de la serie, el«D'iquesne» —sus gemelos ibana llamarse Lyon», «Lille» y«Tourville»— en una de las gra-das del arsenal de Brest. El de-sarrollo de la Primera GuerraMundial impidió se llevase acabo el programa previsto res-pecto a grandes buques —aun-que no el de submarinos y uni-dades ligeras— y, como sus «sis-ter ships», aquél «Duquesne»nunca llegó a ser en la mar.

En 1928, volvió a lucir elnombre de «Duquesne» en lasaletas de un buque de guerrafrancés. En 1925, la Marina re-cibió los cruceros «Duguay-Trouin», «Lamotte-Picquet» y«Primauguet», que, si bienproyectados antes del Tratadode Washington, pueden consi-derarse prototipos de los«Duquesne» y «Tourville».

La quilla del «Duquesne» searboló el 30 de octubre de 1924en el arsenal de Brest y, botadoel 17 de diciembre del año si-guiente, en 1928 —una vez fi-nalizó su armamento y pruebasde mar— fue recibido por laMarina de Guerra de la naciónhermana. De 10.000 toneladasestándar y 11.900 a plena car-ga, eran sus principales dimen-siones 191 metros de eslora por18,98 de manga y 6,32 de cala-do. El equipo propulsor estabacompuesto por cuatro gruposde turbinas Rateau y ocho cal-deras Guyot-que, con 120.000Shp, le daban máxima de 33nudos. Sin embargo, en laspruebas oficiales, el «Duques-ne» desarrolló 131.770 Shp y,sin esfuerzo, durante cuatrohoras alcanzó y mantuvo máxi-ma de 35,30 y media de 34,12.El «Tourville» alcanzó 36,15 enpruebas, pero lo cierto es quepara mantener tales velocida-des —decía Lord Fisher que lavelocidad era un arma— huboque sacrificar el blindaje que,en estos buques, sumaba sólo430 toneladas, si bien era per-fecta la división en comparti-mientos estancos.

El «Duquesne» estaba artilla-do con ocho piezas de 203 milí-metros, en cuatro torres do-bles, a proa y popa; ocho an-tiaéreos de 76 en montajes sen-cillos y otros tantos de 37, tam-bién para la defensa contraaviones. En cubierta, y a la al-

tura de la chimenea proel, lle-vaba dos equipos triples para ellanzamiento de torpedos de533 milímetros. Entre la chi-menea popel y el palo mayor seinstaló una catapulta, a crujía,que permitía el lanzamiento dedos hidros Loire-Neuport 130destinados a las misiones de re-conocimiento y descubierta.

Con 1.800 toneladas de com-bustible, la autonomía del«Duquesne» era de 700 millas ala máxima de 33 nudos y, a lavelocidad económica de 15, po-día navegar 5.000.

En 1936, cuando la Marinafrancesa comenzó a fomentarel desarrollo de su aviación na-val —sólo disponía entonces delportaviones «Béarn» y el porta-hidros «Gomandant Teste» —seconsideró la transformacióndel «Duquesne» y su gemelo.Fueron varias las solucionespropuestas, pero sólo dos se to-maron en consideración. Unaproponía respetar una de lastorres artilleras de 203 y, laotra, la total supresión de loscañones pesados. En el primerode-los casos, la longitud de lacubierta de vuelo sería de 140metros y, en el segundo, de176. Bajo tal cubierta se insta-laría el hangar y talleres pero,fuese cual fuese la soluciónadoptada, el número de avio-nes sería sólo de catorce.

De llevarse a cabo tal trans-formación —que no se realizó-los nuevos portaviones monta-rían artillería antiaérea de 100y 37 milímetros, el desplaza-miento alcanzaría las 12.000toneladas y, por chimeneas alas bandas, se evacuarían loshumos y gases de las calderas.El proyecto fue luego abando-nado ante la inclusión de dosportaviones -«Joffre» y «Pain-leve»— en el programa naval de1938; estos buques no llegarona construirse y, en 1944, sevolvió a considerar la transfor-mación del «Duquesne» y su ge-melo, pero entonces tampoco sellevó a la práctica.

El «Duquesne» se encontrabaen Tolón cuando, en 1939, co-menzó la Segunda GuerraMundial y, el 3 de julio de 1940—día en que los buques de Som-merville bombardearon a losdel almirante Gensoul fondea-dos en Mers-el-Kebir— estabaen aguas de Alejandría, inte-grado en la fuerza naval del al-mirante Godfroy. Este arbolabasu insignia en el acorazado«Lorraine» —que databa de laPrimera Guerra Mundial— y,con el «Duquesne», se encontra-ban los también cruceros «Suf-fren», «Tourville» y «Duguay-Trouin», los destructores «For-tune», «Forbin» y «Basque», y elsubmarino «Protée». La flotabritánica —al mando del almi-rante Cunningham— estaba for-mada por los acorazados«Warspite», «Malaya», «Rami-llies» y «Toyal Sovereign», elmismo que, hace 50 años, conel «Resolution» recaló por SantaCruz de Tenerife. Además, elalmirante inglés disponía delportaviones «Eagle», siete cru-ceros, dieciocho desttructores ycuatro submarinos.

Ambos almirantes mante-nían relaciones de amistad y,como bien dice el contralmi-rante De Belot en su historianaval de la Segunda GuerraMundial, ambos «de espírituigualmente elevado, pusieronen las discusiones un gran de-seo de conciliación». Poco des-

pués del armisticio, Cunning-ham informó a Godfroy que elAlmirantazgo británico se opo-nía a la salida de los buquesfranceses y se le daba a elegirentre unirse a la Roy al Navy,desarmar sus buques en puertoo que sus propias dotacioneslos inutilizaran. Godfroy recha-zó las dos primeras, pero acep-tó el autohundimiento de susbuques ante las costas de Ale-jandría.

Poco después, en los buquesfranceses se conoció la noticiade lo ocurrido en Mers-el-Kebiry, ante la situación, el almiran-te Godfroy decidió hacerse a lamar luchando, reforzada estapostura por un telegrama delalmirante Darían —«Hágase ala mar inmediatamente, aun-que sea por la fuerza»— pero,aunque los buques galos toma-ron posiciones y también losbritánicos, volvió a imperar lacordura. La maniobra de salidahubiera sido un suicidio pues,apenas hubiesen comenzado avirar las anclas, los buques deGodfroy hubieran sido blancode los torpedos de los crucerosy destructores apostados a cor-ta distancia y ya preparados,por no decir nada de la artille-ría pesada de los cuatro acora-zados.

Así lo hizo saber Godfroy aDarían —«Las condiciones deamarre no permiten salir niaun combatiendo»— y, tras con-sultar con sus comandantes,aceptó el desarme en puerto. Elacuerdo fue firmado por los dosalmirantes en presencia delembajador de Francia en ElCairo, señor Pozzi; allí queda-ron los buques franceses al an-cla hasta que, en 1943, reem-prendieron la lucha contra lasnaciones del Eje.

Tras un repaso general decasco y máquinas, el «Duques-ne» quedó listo para volver a lamar. Se le habían desmontadolos tubos lanzatorpedos, cata-pulta y dos hidros y, en su lu-gar, se instalaron ocho antiaé-reos de 40 y dieciséis de 20.Volvió a la lucha y, antes deque terminase la guerra, con elacorazado «Lorraine» —su anti-guo compañero de amarre enAlejandría— bombardeó las po-siciones alemanas en Royan yPointe de Grave.

El «Duquesne» llegó a la citacon la paz en el mundo —pazrelativa, sin duda— y, tras otroscinco años de servicio, fue da-do de baja. Quedó como pontónen Arzew hasta julio de 1955,fecha en que comenzó a corrér-sele soplete. Su gemelo, quetambién había quedado ama-rrado en Brest en calidad depontón, fue vendido para des-guazar en marzo de 1962.

En los primeros meses de laguerra, la Marina francesa re-quisó numerosos pesqueros yunidades menores que, comodragaminas o patrulleros, seintegraron en las fuerzas nava-les destinadas al dragado de loscampos de minas y protecciónde las recaladas a los puertos.Uno de ellos fue el «Duquesne»que, de 189 toneladas y cons-truido en 1936, pintado de grisy con un pequeño cañón fue ha-bilitado como dragaminas conel numeral «AD-16». Corta fuesu vida en la mar pues, el 15 demayo de 1940 —cuando draga-ba una zona minada con el«Henry Guegan», numeral «AD17»— ambos chocaron con miñas y se hundieron.— Juan A.Padrón Albornoz.

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