ASPECTOS SOCIOLOGICOS
DE LA EMIGRACION ASTURIANA
Mari Cruz Alonso Antolín
Angel Somolinos Pérez
Juan Olivas del Pozo
La movilidad natural del hombre le ha llevado a realizar a lo largo de la Historia, desde simples cambios de residencia dentro de un área limitada por su en
torno social, hasta grandes cambios en el espacio territorial. Ambas alternativas han comportado el llamado fenómeno migratorio.
Naturalmente nos estamos refiriendo a los movimientos poblacionales que se originan de forma voluntaria, aunque esta voluntariedad no siempre está exenta de connotaciones de obligatoriedad. En cualquier caso, no deben confundirse con aquellas otras migraciones que tienen su·origen en cuestiones políticas, por ejemplo, y que obligan a determinadas poblaciones a emigrar.
Pero no sólo es la movilidad natural humana la única causa que motiva este fenómeno. También el azar, las invasiones, las guerras, las colonizaciones, las conquistas, los movimientos racistas (trata de esclavos), las divergencias religiosas ... determinan innumerables migraciones; y todas y cada una de estas formas de movilidad tienen, cuando menos, un punto en común, un denominador común que sirve de nexo; esto es, la economía: el intento del hombre por conseguir una mejor posición económica que le permitirá escalar una mejor posición social en cualquier sociedad en la que esté inmerso. Da lo mismo que esta sociedad sea primitiva o altamente desarrollada, el estatus social será siempre un determinante fundamental para el individuo.
Esto es así desde los primeros tiempos, pasando por las conquistas y reconquistas, por las guerras de religión ( en las que siempre subyace un fondo económico), por la venta de negros africanos en América y terminando en el proceso de industrialización de los países que llevó al actual sistema de producción capitalista en los dos últimos siglos.
Todos estos hechos se han dado en el gran continente americano cuyo descubrimiento y con-
76
quista ocasionó innumerables movimientos migratorios justificados oficialmente por todo tipo de consideraciones religiosas, sociales y culturales aunque, en el fondo, la razón principal no era otra que el colonialismo. Más tarde, a los españoles descubridores y colonizadores se les unieron portugueses, franceses, ingleses y holandeses.
El proceso de formación de las distintas repúblicas latinoamericanas, su composición y formación es el fruto de cruzamientos y mestizajes de nuestra población española con la nativa.
Difícil sería la cuantificación total de la aportación española, en cuanto a población se refiere, a la creación de estos nuevos estados, desde el descubrimiento hasta nuestros días. No obstante, podrían establecerse ciertas cifras, más exactas cuanto más próximas estén de nuestro tiempo; y para ello, utilizaremos la ya conocida división de los períodos que componen el estudio de las migraciones a la América Latina.
- El primero se establece a partir del siglo XVI,en el que con la consolidación progresiva delpoder español sobre sus colonias, empiezan allegar fuertes contingentes de España produciendo los primeros crecimientos poblacionales. Termina en 1853 y se caracteriza por unadesigualdad en la intensidad de los flujos migratorios imposible de cuantificar.
- El segundo comienza en 1853 y aunque estadísticamente no están recogidas las salidas deemigrantes, sí parece que existen datos queconfirman que el Gobierno a la sazón las permitía sin reparos y de alguna forma las controlaba. Concluye con el inicio de la PrimeraGuerra Mundial en 1914. Tampoco en esteperíodo sería posible la cuantificación de lapoblación emigrante, si bien hay algunas cifras, que por su carencia de rigor científico nopodemos utilizar en tal sentido, pero sí, amodo informativo.
- El tercero abarcará el tiempo que comprende
Indianos
desde la terminación de esta primera gran conflagración hasta el inicio de nuestra guerra civil en 1936.
- El cuarto, comprende desde 1946 hasta nuestros días. Obviamente durante nuestra GuerraCivil y la Segunda Guerra Mundial las migraciones económicas no se produjeron aunquesí se produjo una gran movilidad poblacionalpor motivos políticos y religiosos.
. , Es en este período cuando se produce una fuerte emigración de nuestro país a Latinoamérica, por razones políticas y, aunque está sin realizar el estudio que nos permita conocer en profundidad las cifras que alcanzó, sí podemos decir que tuvo un significado social y cultural �norme en sentido negativo para España y contrariamente, un valor altamente positivo para los países de recepción como Argentina, México, Venezuela, Chile.
De estos dos últimos períodos trata nuestro estudio referido a la América latina y a Asturias, región que, proporcionalmente a su población, ha tenido una gran influencia en las cifras absolutas de emigración dirigidas a ultramar y que se ha visto afectada por todas las lacras que la emigración conlleva, sin que ésta le haya reportado ninguno de los beneficios que teóricamente deberían redundar en las áreas emisoras de esa población.
CAUSAS DE LA EMIGRACION
ASTURIANA
No queremos caer en los tópicos usuales con respecto a las migraciones originarias de Asturias. Sin embargo consideramos necesario detenernos en algunos aspectos, que, aunque conocidos, no por ello han de ser sobreestimados. Algunas cuestiones, pese a ser localistas, son determinantes a la hora de enjuiciar la causalidad migratoria de esta región. De todas las variables que se entrecruzan en el comportamiento asturiano (algunas, comunes, en mayor o menor medida, a los comportamientos registrados en otras provincias españolas) quizás las más representativas, o las que más influyen en su hacer cotidiano, sean, en orden de importancia, la casa y la explotación agraria.
Según el último censo agrario publicado por la Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura en 1979, aproximadamente el 80 % del territorio astur estaba dedicado entonces a las labores propias del sector terciario. Es fácil de convenir, por tanto, que estos dos componentes, la casa y las explotaciones agrarias, son de suma importancia para los nativos de esta región.
La casa en Asturias está considerada como el centro neurálgico de la estructura orgánica de la familia campesina. Ningún hecho histórico, por importante que haya sido, ha menoscabado su importancia. Esto es así, no sólo por el hecho físico del edificio que alberga a una familia campesina,
sino porque además, la casa es una explotación agraria, generalmente pequeña, integrada por las tierras de labor que la circundan, las bestias para su labor y los aperos al uso.
Esta especie de santuario que representa la casa obliga a la familia cuyo número de componentes exceda del necesario para el cuidado y explotación de esta unidad agraria, a destinar a parte de la descendencia a los circuitos de movilidad poblacional. De esta manera es como se produce un movimiento de los hijos «excedentarios» con destino a Hispanoamérica, Europa, o bien a los focos de mayor atracción económica de la Península, en busca de otras fuentes de recursos qu�. las expectativas que generan los grandes núcleos de población les permitan abrigar esperanzas de un asentamiento y posterior consolidación económica.
En resumen, la necesidad innata de conservar la casa familiar y el culto que a ella se le debe, amén de las prácticamente nulas posibilidades de establecerse económicamente en la propia región, determinan que los hijos opten por la emigración, ya sea interior o exterior en busca de mejores alternativas.
En segundo término, hemos planteado como causa importante la que se refier� a las explotaciones agrarias.
Las explotaciones agrarias en Asturias están sujetas a un tipo de estructura económica agraria minifundista consolidada que impide llegar a una utilización óptima de la riqueza agrícola (Cuadro n.0 1).
En 1962, el 81 % de las explotaciones agrarias tenían una superficie comprendida entre O y 5 Ha. y el 99 % de ellas se situaban entre O y 10 Ha. Diez años después este último porcentaje sólo había bajado al 91 %. La media provincial de Ha. por explotación estaba situada en 1962, en 8,94, mientras que la media nacional lo estaba en 16,78 Ha. por explotación agraria. Asturias estaba ligeramente por encima de la mitad de la media nacional. En la década siguiente, poco mejoraron las cosas para Asturias, ya que su media de Ha. por explotación pasaba a ser de 11,86 y la media nacional se situaba en 19,72 Ha.
Los números son tan elocuentes y tan crudos que acaso no debamos insistir más en su análisis, si bien dejar constancia de la urgente necesidad de resolver este problema que la cuestión agraria ha planteado a lo largo de la Historia de Asturias, que aún plantea y que difícilmente se solucionará si no se toman las medidas que semejante situación demanda para un mejor aprovechamiento de la tierra y en consecuencia una mayor productividad.
No obstante, debemos destacar, aunque no sea el momento ni la ocasión para reclamar una estructura económica coherente, que la contrapartida a este estado de cosas es que la provincia de
Mari Cmz Alonso Antolín/Angel Somolinos Pérez/Juan Olivas del Pozo
77
CUADRO N.0 1
Distribución de la tierra por superficies
SUPERFICIE TOTAL DE EXPLOTACIONES DE0 A GEOGRAFICA EXPLOTACIONES SIN TIERRA l0HA.
1962 1972 1962 1972 1962 1972 1962
Asturias 1.056.400 1.056.400 118.191 89.028 1.084 849 111.192
España 50.471.200 50.471.200 3.007.626 2.558.814 150.948 44.386 2.254.740
Media Nacional 1.009.424 1.009.424 60.152 51.176 3.019 888 45.095
% Asturias S/España 2.09 2.09 3.93 3.48 0.72 1.91 4.93
Fuente: Anuario de Estadística Agraria. Secretaría General Técnica. Ministerio de Agricultura. Años 1966 y 1979.
Asturias carece de paro agrícola, no por una mejor utilización de la tierra y sus recursos, sino por una emigración secular de la población excedentaria.
Hemos de convenir, con otros estudiosos del tema, que la emigración asturiana es en su origen prioritariamente espontánea y voluntaria en su causalidad, si bien esto no obsta para que existan preferencias a la hora de elegir los países de destino, en función de la persona, personas o grupos ya establecidos en ellos.
Por otra parte -los datos de población y de sus movimientos naturales lo demuestran-, no es Asturias una región que pierda a sus habitantes de forma definitiva, tampoco sus emigrantes retornan siempre. La emigración asturiana tiene un fuerte carácter temporal, pero no como la conocida para Francia que se limita a la recogida de productos agrícolas, sino más duradera. En cualquier caso, el emigrante español en general y el asturiano en particular, demuestran en sus pautas de comportamiento social su tipicidad como miembro de un grupo primario, lo que, además de potenciar el reforzamiento de los lazos familiares, les lleva a buscar réplicas locales de un grupo primario de origen, lo que por otra parte les permite anular la
1900 1910
Provincia 578.966 631.862
Capital 48.103 53.269
Total Asturias 627.069 685.131
sensación de desarraigo, tan frecuente. Por esta razón, entre otras, se crearon en toda América Latina tantas Sociedades Españolas, muchas de las cuales aún perviven y cuya misión principal es la de prestar ayuda a sus paisanos, cooperar en el progreso de sus pueblos natales y celebrar las fiestas patronales de su aldea o comarca.
Actualmente estas asociaciones siguen vigentes, aunque un tanto aletargadas por cuestiones supranacionales, y siguen desempeñando en cierta medida la función para la que fueron creadas.
Además de esta temporalidad, más o menos prolongada, del emigrante asturiano conviene resaltar su carácter individual, ya que la casa siempre queda atrás con el resto de la familia. No es frecuente el carácter migratorio colectivo del asturiano. También es reseñable su poca cualificación profesional.
EVOLUCION DE LA POBLACION ASTURIANA
El período 1900-1981 nos presenta una situación más dinámica en la evolución de la población, con un mayor crecimiento medio en Asturias, en las
1920
674.351
69.375
743.726
CUADRO N.0 2
Evolución de la población
1930 1940
716.392 754.094
75.463 82.548
791.855 836.642
19;
81.
1.944.
38.
4.
195
782.
106.
888.
España 18.616.630 19.990.909 21.388.551 23.677.095 26.014.278 28.117.
% Asturias S/España 3.37 3.43 3.48 3.34 3.22 3.1
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
Indianos
78
DE lOA DE 100 A MAYORES DE
lOOHA. 1.000 HA. 1.000 HA.
1962 1972 1962 1972 1962 1972
5.595 6.315 232 312 88 95
548.669 510.178 48.435 55.249 4.834 4.982
10.973 10.203 969 1.105 97 99
1.02 1.24 0.48 0.56 1.82 1.91
dos primeras décadas del siglo, superior al del conjunto nacional, ya que, mientras el país crece a un ritmo del 7 ,4 por 1.000 anual, Asturias lo hace en un 8,23 por 1.000 anual. La explicación parece clara: la disminución de la emigración, motivada por la pérdida de Cuba y sus consecuencias posteriores y una industrialización que se va abriendo camino y que demanda mano de obra para su desarrollo (Cuadros núms. 2 y 3).
A partir de 1920 se acusa una importante disminución en el crecimiento de la población asturiana, que se prolongará durante las tres décadas siguientes. La ventaja adquirida en su crecimiento con respecto al país, la pierde Asturias en la década siguiente, 1930, para seguir bajando más y más hasta 1950. En estos 50 años de siglo, Asturias había tenido un crecimiento del 8,32 por 1.000, frente al 10,21 por 1.000 anual alcanzado por el resto del país.
La década siguiente, 1950-1960, vuelve a ser importante. La población asturiana crecerá más rápidamente que la española debido, fundamentalmente, al flujo de inmigración que generó la creación de la siderúrgica de Avilés. No obstante, esta recuperación de su población no pasará de
1960 1970 1981
851.929 889.645 936.884
137.415 155.990 190. 123
989.344 1.045.635 1.127.007
30.582.936 33.956.047 37.746.260
3.23 3.08 2.98
1960. A partir de esta fecha las diferencias ya no se detendrán.
Con ser considerables las pérdidas de población que la emigración conlleva, no podemos decir que sea ésta la única razón. Un análisis de las variables tasas de natalidad y mortalidad nos demuestra que están en niveles bajos. Mientras en España la tasa de natalidad empieza a decrecer en y a partir de la Guerra Civil, en Asturias ya se acusaba esta tendencia desde 1925. Asimismo, hasta tiempos cercanos, también era más baja la tasa de mortalidad en esta región que en el conjunto del país.
Por otra parte, queremos hacer notar la influencia que representan como polos de atracción de población las ciudades de Oviedo y Gijón. Sólo en la última década la capital aumentó su censo en el 21,88 %, y Gijón en un 31,1 %. Ambas ciudades absorben una importante cantidad de asturianos del resto de la provincia, incluso de aquellas localidades que en otro tiempo experimentaron un fuerte crecimiento y que hoy se mantienen ligeramente por encima o por debajo de la población censada en 1970; poblaciones como Avilés y Siero han aumentado su población, y Langreo y Mieres la han disminuido. El resto de los municipios asturianos perdieron en esta última década un uno por ciento de población en cifras absolutas. De los 78 municipios pertenecientes a la región asturiana, en 62 de ellos se registró esta disminución. Obviamente esta continua y progresiva movilidad se traduce en una concentración de población en zonas muy localizadas y contrariamente, en unos fuertes desequilibrios en otras extensas áreas que se encuentran prácticamente despobladas, lo que evidentemente ocasiona fuertes desajustes económicos, culturales y sociales en la región. (Cuadro n.0 4).
LA EMIGRACION ASTURIANA
Que los movimientos migratorios hacia América Lati�a fueron escasos hasta el siglo XIX, lo evidencia el sistema económico vigente en anteriores épocas, sustentado por una economía agraria autárquica donde los excedentes de la tierra eran mínimos, por no decir nulos, para la casi totalidad de la población española. Al no existir excedentes, difícilmente se podía pensar en una acumulación monetaria que posibilitara un viaje a ultramar; si acaso, esto le estaba permitido a los grandes comerciantes y familia, así como a los segundones de las grandes familias.
Pero no solamente problemas de índole económica hacían inviable los movimientos migratorios. A éstos se añadían otros de tipo político. Los siglos XVIII y XIX están plagados de formaciones estatales en América Latina; por si fuera poco impedimentos legales propiciados por los Gobier�
Mari Cruz Alonso Antolín/Angel -Somolinos PérevJuan Olivas del Pozo
79
CUADRO N.0 3
Crecimiento porcentual de la población
Base 100
1900 1910 1920 1930
Provincia 100 109.14 116.47 123.74
Capital 100 110.74 144.22 156.88
Total Asturias 100 109.26 118.60 126.28
España 100 107.38 114.89 127.13
% Asturias
S/España 100 101.78 103.26 99.11
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
nos españoles dificultan considerablemente las salidas al exterior.
Sin embargo, todas estas trabas no impidieron que en el siglo XIX la emigración española a ultramar fuera creciendo progresivamente, así como a las zonas más desarrolladas del interior de la Península.
A mediados del siglo XIX se registra un gran auge de la emigración asturiana hacia tierras americanas, en parte motivado por la gran crisis de 1850, lo que origina una gran demanda de transporte marítimo que se resuelve con la aparición de numerosos barcos que se dedican a la travesía hasta La Habana, abaratándose considerablemente los precios del viaje. Finalmente, la necesidad perentoria de mano de obra de las nuevas Repúblicas latinoamericanas, hace que se levanten las restricciones habidas para la emigración a estos países, con lo que el incremento de emigrantes se hace patente hasta 1912, fecha en la que comienza el declive cuantitativo de las migraciones españolas a ultramar.
La expansión que se produce en la industria minera motivada por el estallido de la Primera Guerra Mundial, hace que los flujos migratorios disminuyan considerablemente. Incluso se crea una corriente inmigratoria para trabajar en la minería.
A partir de los años veinte la situación económica vuelve a decaer agravándose con la gran crisis del 29-30; la Dictadura, la República y la guerra civil española hacen el resto para que las migraciones en general y en particular las de Asturias casi desaparezcan.
Ciertamente, la emigración en el tercer período tiene un objetivo mayoritariamente hacia ultramar, no porque no existiera una emigración hacia Europa, que sí la hubo, sino porque los datos conocidos, aunque no absolutamente fiables, nos remiten a la emigración a América Latina.
En las causas de la emigración están presentes los problemas del minifundio, la escasez de tierras cultivables que producen una mínima renta agrícola, unos inconvenientes sistemas de propiedad y
80
1940 1950 1960 1970 1981
130.25 135.09 147.15 153.66 161.82
171.61 220.36 285.67 324.28 295.24
133.42 141.63 157.77 166.75 179.73
139.74 151.04 164.28 182.40 202.76
95.55 93.77 95.85 91.39 88.43
un exceso de población. Es importante reseñar que los movimientos migratorios están supeditados y condicionados a las fluctuaciones políticas y económicas internacionales y en tal sentido, en este siglo se registran, entre otros hechos, la Primera Guerra Mundial, la Crisis Económica de 1929-30, la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Arabe-Israelí de junio 1967 y la Guerra del Yon-Kiprur de 1973.
La última crisis de 1973 ha cerrado el movimiento migratorio español, cuando menos en las proporciones adquiridas en la década de los sesenta.
El cuarto período que iniciamos en 1946, restablece la libre movilidad en España, con lo que los movimientos migratorios vuelven a conocer cifras ya olvidadas. De los 5.575 emigrantes a ultramar registrados en esta fecha se pasa a los 62.237 anotados en 1955, máxima cifra de emigrantes que ha contabilizado este siglo, y que contabilizará, ultramar.
La importancia de la presencia asturiana en anteriores décadas permite que su población empiece a recuperar, aunque no con la potencia de años anteriores, sus flujos de migración, llegando
CUADRO N.0 4
Evolución de la población
1970 1975
Oviedo 155.990 161.944
Avilés 84.988 85.111
Gijón 195.245 237.187
Langreo 63.583 60.141
Mieres 64.504 59.136
Siero 36.397 36.688
Resto provincial 445.928 459.211
Total
Asturias 1.045.635 1.099.418
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
1981
190.123
86.584
255.969
55.756
58.098
40.222
440.255
1.127.007
Indianos
a un máximo, en esta última época, de 3.528 emigrantes en 1949, fecha que coincide con la política latinoamericana de cubrir sus necesidades de técnicos y obreros especializados. Esta cantidad no será superada debido a diferentes causas tanto del país emisor como del receptor.
Por un lado el país de destino ya no reunía las mismas características existentes antes de la Segunda Guerra Mundial. Las condiciones de vida en el campo americano eran insoportables para el campesino español, las revueltas eran constantes y además las posibilidades de adquirir tierras para trabajarlas uno mismo eran prácticamente nulas.
Por otro lado, en la década de los cincuenta, España, como país emisor, consigue el reconocimiento internacional del régimen de Franco de la mano del Gobierno Norteamericano, logra también la internacionalización del capital a modo de inversiones y el desarrollo del turismo y alcanza una aceleración en su desarrollo económico que demanda mano de obra. Asimismo, Asturias ve aumentada su capacidad de absorción de mano de obra con la implantación de la siderurgia.
Nuevamente, con la medida gubernamental de la puesta en marcha del Plan de Estabilización de 1959, las perspectivas de trabajo disminuyen considerablemente y asistimos a un relanzamiento de los flujos migratorios, pero ya no serán a ultramar sino a Europa, principalmente a Suiza, Alemania Federal y Francia, países que demandan mano de obra para consumar el desarrollo económico, después del parón producido por la Segunda Guerra Mundial.
Este subperíodo del cuarto período se salda con una emigración a ultramar del conjunto nacional de 707 .984 personas, de las cuales 36.433 fueron asturianos, lo que representó un porcentaje del 5,15 sobre el total. (Cuadros núms. 5, 6 y 7).
Las dos variables antes apuntadas, Plan de Estabilización y fuerte reactivación de la economía de los países industrializados europeos, van a posibilitar el que a partir de 1960 se empiecen a registrar grandes incrementos en la salida de nuestra población hacia estas zonas europeas; por supuesto esto no quiere decir que no existiera de hecho una emigración hacia Europa, sino que a partir de esta fecha nuestro Instituto Español de Emigración comienza a controlar y contabilizar estas salidas por mor de los convenios establecidos oficialmente con los países receptores de mano de obra. Dichas salidas resolvían, en sentido interno, una eliminación de la mano de obra excedentaria en el país cuyo paro empezaba a crear problemas a los gobernantes españoles y, en sentido externo, paliaban la escasez de trabajadores en esas áreas europeas, debido a su bajo crecimiento vegetativo.
Estos factores de tipo general que gravitaban sobre España, se verían aumentados en el caso de Asturias por un proceso de liberalización de las importaciones en todo tipo de materias, pero fundamentalmente, de las de carbón. Asturias, principal región de España en su producción, de la que depende un fuerte contingente de población, comienza a sufrir los males de la competencia del mineral foráneo.
El desarrollo industrial español no iba parejo en sus necesidades de carbón con la producción nacional más las importaciones, lo que dio lugar, dado el menor costo del mineral extranjero, a rebajar las cotas de producción de las minas asturianas, con la consiguiente disminución de la mano de obra necesaria.
Esta competencia y una mayor racionalización en la producción, además del progreso tecnológico, fueron dejando obsoletos por su poca renta-
CUADRO N.0 5
Emigración asturiana a ultramar y total de España Período 1946-1979
Año Asturias España Año Asturias España Año Asturias España Año Asturias España
1946 738 5.575 1955 2.944 62.237 1964 786 24.257 1973 199 5.056
1947 1.552 13.532 1956 2.433 53.082 1965 306 10.221 1974 129 4.586
1948 1.868 19. 156 1957 2.243 57.900 1966 391 11.868 1975 139 3.859
1949 3.528 41.910 1958 1.832 47.179 1967 301 10.541 1976 59 3.372
1950 2.667 55.314 1959 1.299 34.550 1968 332 11.423 1977 31 3.186
1951 2.889 56.907 1960 1.281 34.328 1969 258 11.365 1978 74 3.628
1952 3.146 56.648 1%1 1.575 36.495 1970 212 7.881 1979 74 4.180
1953 2.286 44.572 1962 1.701 36.181 1971 158 7.282
1954 2.451 52.418 1963 1.904 25.852 1972 171 6.009
TOTAL ASTURIAS ................ 41.132 EMIGRANTES
TOTAL NACIONAL ............... 862.250 EMIGRANTES
Fuente: Instituto Español de Emigración .
. Mari Cruz Alqnso Antolín/ Angel Somolinos PérevJuan Olivas del Pozo
81
CUADRO N.0 6
Emigración asturiana a ultramar y países de recepción
Argentina Venezuela México
1960
1961
1962
1963
1964
1965 85 67 11
1966 102 87 11
1967 87 39 12
1968 116 27 24
1969 78 33 22
1970 52 47 19
1971 48 20 9
1972 25 42 15
1973 9 26 13
1974 7 22 4
1975 11 11 3
1976 3 2 2
1977 1 14 2
1978 5 33 1
1979 5 17
TOTAL 634 487 148
Fuente: Instituto Español de Emigración.
bilidad productiva algunos centros tradicionalmente siderúrgicos de la región (La Felguera y Mieres), acentuándose así aún más la crisis de estas zonas y propiciando las migraciones interiores y exteriores.
En el sector primario, la influencia de la emigración no ha sido excesivamente grande en Asturias como lo ha sido en otras regiones españolas, como Extremadura y Castilla. No obstante, también aquí la agricultura ha servido para potenciar la industria y los servicios.
La aportación de la emigración asturiana a los países europeos en las dos últimas décadas ha sido de 16.258 emigrantes, que unidos a los 9.256 emigrados a América Latina, hacen un total de 25.514 asturianos que han salido fuera de España.
Estas cifras, con ser importantes, no representan altos porcentajes dentro del conjunto del país. En consecuencia, la emigración asturiana a Europa ha representado el 1,38 % del total nacional, mientras que la dirigida a ultramar se ha elevado al 3 ,54 % también del total.
No obstante, conviene hacer algunas puntualizaciones que reflejan la constante en la emigración española y en la asturiana. Por un lado están los tres puntos de inflexión en la curva emigratoria, representados o coincidentes con tres años distin-
82
Total emigrantes
Brasil Otros Total españoles
1.281 34.328
1.575 36.495
1.701 36.181
1.094 25.852
786 24.257
10 133 306 10.221
12 179 391 11.568
4 159 301 10.541
22 143 332 11.423
9 116 258 11.365
4 90 212 7.881
4 77 158 7.282
3 86 171 6.009
14 127 189 5.056
4 92 129 4.586
2 112 139 3.859
5 47 59 3.372
5 9 31 3.186
35 74 3.628
52 74 4.180
98 1.457 9.256 261.270
tos y por hechos significativos a escala internacional.
Por el otro, observamos la coincidencia en los países de destino, de forma prioritaria, para nuestros emigrantes.
En primer lugar, 1960 representa claramente el cambio en las pautas de dirección hacia el exterior; la frase «se va a hacer las Américas», cambia por la de «se va a Alemania». En este caso, Alemania representaba a Europa. Obviamente la disminución en el costo del transporte y la seguridad de un trabajo bien remunerado, cuando menos para los niveles salariales españoles (generalmente se emigraba a Europa con contrato laboral), hicieron inclinarse la balanza del lado europeo en detrimento de América (además de las razones ya apuntadas anteriormente). Esta fácil comunicación con el lugar de destino y esta seguridad regulada interestatalmente, así como unas mejores formas de vida, aparentemente, y todo lo que conlleva una sociedad mucho más avanzada que la nuestra, fueron determinantes para que se produjera el cambio de dirección de la emigración.
En segundo lugar, todos los datos de la emigración general, así como de cada una de las provincias españolas, incluida Asturias, demuestran un fuerte retroceso de flujo emigratorio en 1967. La
Indianos
CUADRO N.0 7 Relación de provincias con mayor aportación a ·1a.
emigración a ultramar en el período 1960-1979
Período % sobre 1960-1979 Total Nacional
Santa Cruz de Tenerife 44.108 16,88
Madrid 33.852 12,96
Pontevedra 33.023 12,64
La Coruña 27.939 10,69
Orense 26.421 10,11
Barcelona 22.045 8,44
Oviedo 9.256 3,54
Lugo 6.729 2,57
Resto provincias 57.897 22,17
Total Nacional 261.270 100,00
Fuente: Instituto Español de Emigración.
guerra de los Seis días de junio de este año, el cierre del Canal de Suez y consecuentemente la tensión internacional que se produjo, motivaron sin duda una disminución de los contratos de trabajo y acaso la anulación de algunos de ellos.
En tercer lugar, nuevamente la Guerra árabe-israelí de 1973 y la fuerte subida del petróleo originaron una crisis económica de alcance mundial (en la que aún estamos inmersos) que ralentizó todas las economías de nuestra área migratoria.
Dada la persistencia de la crisis económica y la consiguiente recesión producida, nuestros datos estadísticos recogen como: en el caso de 1967, la emigración asturiana a Europa baja prácticamente el 50 % pasando de 803 emigrantes en 1966 a 417 en el siguiente año. Sin embargo, y para corroborar en parte la hipótesis, en las migraciones a ultramar ese retroceso prácticamente no lo acusa, ni Asturias, ni el conjunto nacional. En 1973, la disminución es todavía más acusada. No sólo no se ve una recuperación, sino que ni siquiera se
produce un estancamiento de los flujos. Las cifras van cayendo año a año y así hemos pasado, en Asturias, de un contingente de 1.365 emigrantes en 1972, a 122 en 1979. En cuanto a la emigración a ultramar el decrecimiento era patente desde 1963.
La otra constante en nuestra emigración se refiere al lugar de destino.
Conociendo los datos nacionales y provinciales de emigración se constata que en Asturias, al igual que en el resto de las provincias, se emigra prioritariamente hacia Suiza, República Federal Alemana y Francia. Pero lo que es más importante, en el caso de Asturias, el 89,57 % de los emigrantes registrados en este período de 1960-1979, se dirigió a estos tres países y entre ellos, el 60,85 % lo hizo a Suiza. O lo que es lo mismo: el 54,50 % de la emigración asturiana a Europa arribó a Suiza, el 28,50 % lo hizo a la República Federal Alemana y sólo el 6,51 % marchó a Francia. (Cuadros núms. 8, 9 y 10).
Esta preponderancia de· la emigración asturiana hacia estos tres países -realmente a los dos primeros, ya que entre ellos se reparten el 83,06 % del total-, viene justificada porque en su mayor parte está compuesta por trabajadores procedentes del sector industrial. La aportación del sector primario a esta emigración a Europa ha sido muy escasa, aunque parte del peonaje no especializado haya salido de él. Por consiguiente la persistencia en la emigración, dados los bajos niveles a los que se encuentra, obedece sobre todo a las propiasrelaciones familiares con aquellas personas yaafianzadas en su lugar de destino, principalmenteen los países de América Latina, donde la importancia de las Asociaciones Españolas ya la hemoscomentado.
A la vista de estos datos que nos aporta la estadística sobre emigrantes, quedan por analizar las migraciones asturianas hacia el resto de España y las que se producen dentro de la propia región, creando núcleos importantes de población.
CUADRO N.0 8 Emigración asistida asturiana y total de España a Europa en el período 1960-1979
Año Asturias España Año Asturias España Año Asturias España Año Asturias España
1960 103 18.515 1965 1.277 74.539 1970 1.159 97.657 1975 287 20.618 1961 590 54.337 1966 803 56.795 1971 1.320 113.702 1976 202 12.124 1962 780 65.336 1967 417 25.911 1972 1.365 104.134 1977 222 11.336 1963 1.650 83.728 1968 584 66.699 1973 1.254 96.088 1978 165 11.993 1964 2.225 102.146 1969 1.076 100.840 1974 657 50.695 1979 122 13.019
TOTAL ASTURIAS ............. 16.258 EMIGRANTES
TOTAL NACIONAL ............ 1.180.212 EMIGRANTES
Fuente: Instituto Español de Emigración.
Mari Cr�z Alonso Antolín/Angel Somolinos Pére:dJuan Olivas del Pozo
83
CUADRO N.0 9
Distribución de la emigración asturiana asistida según su importancia cuantitativa del país receptor europeo
PAIS DE DESTINO Total Año Total emigración
Suiza R.F.A. Francia asturiana
1960 68 68 103
1961 5 319 324 590
1962 171 397 54 622 780
1963 429 569 122 1.120 1.650
1964 1.057 914 209 2.180 2.225
1965 767 435 43 1.245 1.277
1966 454 316 21 791 803
1967 126 4 9 149 417
1%8 449 88 44 581 584
1969 608 330 47 985 1.076
Fuente: Instituto Español de Emigración.
Si consideramos el incremento de la población en España en lo que va de siglo, que es el 202,76 % y lo extrapolamos a Asturias, el crecimiento previsible para 1981, sería de 150.000 personas, más de las censadas en este último año.
A pesar de lo especulativo de la hipótesis, no parece descabellado suponer esta cifra dentro de un orden máximo habida cuenta de que el ritmo de crecimiento de la población asturiana, consideradas las tasas de natalidad y mortalidad, está por debajo de la media nacional.
Una vez «justificada» la hipótesis de partida, sigamos con el razonamiento. El número de personas registradas como emigrantes desde 1946, es de 57.390, de los cuales 16.258 corresponden a la emigración europea, cuya inmensa mayoría, sin entrar en consideraciones de tipo social, político y educativo, hay que suponer que ha retornado.
Por otra parte, está clara la importancia que tiene la emigración dentro de la propia región. En la década de 1970 a 1981, la población asturiana creció un 7, 78 % y ciudades como Oviedo y Gi-
CUADRO N.0 10
Emigración asturiana asistida a Europa
Período % sobre 1960-1979 Total
Suiza 8.861 54,50
R. F. Alemana 4.644 28,56 Francia 1.057 6,51
Total 14.562 89,57
Total emigración asturiana 16.258 100,00
Fuente: Instituto Español de Emigración.
84
PAIS DE DESTINO Total Año Total emigración
Suiza R.F.A. Francia asturiana
1970 556 406 101 1.063 1.159
1971 819 330 115 1.264 1.320
1972 976 206 143 1.325 1.365
1973 891 262 72 1.225 1.254
1974 601 42 643 657
1975 273 12 285 287
1976 191 11 202 202
1977 209 7 216 222
1978 158 5 163 165
1979 121 121 122
jón, lo hicieron en un 21,88 % y un 31,10 % respectivamente. Existe una corriente fuertemente inmigradora de estas dos ciudades, que absorben un importante contingente de asturianos que buscan en ellas una mejor acomodación y unas mayores expectativas de bienestar.
Es notoria la gran atención que Madrid y Barcelona representan para la gran mayoría de las personas necesitadas de unas mejores condiciones de vida. Ciertamente, Asturias, como provincia emisora de población no podía ser menos y los datos demuestran que existe una corriente constante, con mayor o menor intensidad, de esta provincia hacia las dos capitales más importantes de España. Pero no son las únicas, ya que existen provincias que por su proximidad y por sus características, en algunos aspectos, parecidas, también reciben importantes contingentes de asturianos, como son Vizcaya, León y Guipúzcoa.
En resumen, la emigración interior, tanto en la propia región como en el resto del país, absorbe la inmensa mayoría de la emigración asturiana y la emigración tanto a Europa como a ultramar, con ser importante, no deja de ser temporal, pues los retornos son considerables. En cualquier caso, este tema de los retornados emigrantes españoles está todavía por cuantificar de forma rigurosa.
CONSECUENCIAS DE LA EMIGRACION
A la hora de valorar objetivamente las consecuencias que la emigración tiene, en particular para Asturias, no olvidemos que aquella supone una pérdida de fuerza de trabajo, lo que implica una alteración del proceso productivo de la zona emisora de población. Existe de hecho un desarrollo económico en los países latinoamericanos, en el que la impronta de los asturianos está presente tanto cuantitativa como cualitativamente en am-
Indianos
CUADRO N. 0 11
65 y más 34.832 26.142
.
25.079 55 a 64 33.727
-- • lo -----
31.419 45 a 54 39.254
¡,,
35 a 44 56.952 48.322
.¡..
61.077 25 a 34 72.743
�-
15 a 24 87.478 74.498
...
48.613 10 a 14 44.424 ..
46.225 5 a 9 43.431
MENORES DE 32.634 30.802
. -.
5 AÑOS r .
80 ·ººº 10.000 10.000 80.000
HCMBRES - 394.009 GRUPOS DE EDAD AÑO 1940 MUJERES 443.643
CUADRO Nº 11.
FUENTE: Instituto Nacional de Estadística
Mari Cruz Alonso Antolín/ Angel Somolinos Pére2'/Juan Olivas del Pozo
85
27.596
26,145
45.033
59.049
75.128
-
83,596
31.888
33.878
41,074
.
80.000
HOMBRES - 423.387
GRUPOS DE EDAD AÑO 1950.
ClfA.DRO NUMERO 12
.
CUADRO N. 0 12
65 y mas
•1-
55 a 64
.
45 a 54
..
35 a 44
,.
25 a 34
..
15 a 24
1-
10 a 14
5 a 9 ..
MENORES
AÑnc: . .
10,000 10.000
DE
FUENTE: Instituto Nacional de Estadistica.
86
40.854
..--
36.075
52.931
67,305
-
78.116
--
87.462
31.128
33.539
. 37.351
. . . .
80,000
MUJERES - 464,761
Indianos
CUADRO N. 0 13
29.464
37.139
52.304
69.400
83.839
66.590
44.298
44.843
46 .131
80.000
HOMBRES - 474.008
GRUPOS DE EDAD AÑO 1960
CUADRO Nº 13
-
10.000
FUENTE: Instituto Nacional de Estadística
65 Y MAS
-
55 a 64
45 a 54
--
35 a 44
·-
25 a 34
15 a 24
¡-,
10 a 14
-¡..
5 a 9
-
MENORES
5 AÑOS
10.000
Mari Cruz Alonso Antolín/ Angel Somo linos Pérezl Juan Olivas del Pozo
87
47.484
48.181
60.504
-
71.069
84.574
68.230
43.687
42.895
DE 44.869
. .
. .
80.000
MUJERES - 511.493
40.369
-
47.471
65.359
79.032
61.739
82.598
46.462
44.866
42.647 • . .
.
80.000
HOMBRES - 510.543
GRUPOS DE EDAD AÑO 1970
CUADRO Nº 14
.
.
CUADRO N.0 14
65 y MAS
--
55 a 64
-
45 a 54
....
35 a 44
-,-
25 a 34
_,_
15 a 24
---
10 a 14
5 a 9
MENORES DE 5 AÑOS
. . .
. -
10.000 o 10.0 O
FUENTE: Instituto Nacional de Estadística
88
65.590
-
57 .178
-
68.784
-
78.536
63.646
80.267
44.668 -
42.706
40.130 . . .
. -
80.000
MUJERES - 541.505
Indianos
CUADRO N.0 15
Distribución por sexo
Hombres Mujeres
1940 394.009 442.633
1950 423.387 464.762
1960 477.008 512.336
1970 508.543 537.092
1981 545.312 581.695
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
plios sectores de la economía, la cultura, la política ... Ciertamente, las posibilidades con que se encontraron en esos países, donde prácticamente todo estaba por hacer, presentaba un gran número de alternativas que el asturiano supo aprovechar.
Las cuestiones más relevantes que se plantean con el problema de la emigración son: Demográficas, económicas y culturales.
Las consecuencias demográficas que produce, en general, varían sustancialmente en función de distintas variables. El asturiano a ultramar es un emigrante individualista; es decir, emigra generalmente solo y a temprana edad, lo que hace que sus posibilidades de control sean difíciles, mientras que las de asentamiento sean relativamente fáciles, en éste último supuesto la probabilidad de formar una familia en tierras extranjeras es muy alta, impidiendo que ese potencial demográfico se genere en su propia región.
Por otro lado, el análisis de la estructura por edades y sus pirámides de población desde 1940 hasta hoy permite ver cómo la población comprendida entre cero y 24 años es prácticamente la misma: 208.000 personas en 1940 y 224.000 en 1970, lo que supone un incremento de sólo el 7,7 % en 30 años. Contrariamente, la pirámide se ensancha hacia arriba al crecer la población en edades superiores, señal inequívoca de un envejecimiento considerable. Por último, en España, nacen más hombres que mujeres (comprobación hecha con los últimos censos) y este fenómeno se repite también en Asturias. Aunque siguen muriendo más hombres que mujeres, el saldo es positivo para los primeros. (Cuadros 11, 12, 13 y 14).
En cuanto a la distribución por sexo, el porcentaje de hombres sobre el total de la población asturiana ha crecido en estas cuatro décadas el 1,3 %, reduciendo notablemente la diferencia entre mujeres y hombres. En valores absolutos, se ha pasado de una diferencia en 1940 de 48.624 personas a las 36.383 de 1981. De cara al futuro, este es un dato que habrá que considerar cuando de temas demográficos se trate. (Cuadro núm. 15).
ASTURIAS
% Hombres %Mujeres Total S/Total S/Total
836.642 47,09 52,91
888.149 47,67 52,33
989.344 48,21 51,79
1.045.635 48,63 51,37
1.127.007 48,39 51,61
Ciertamente, la emigración ha influido negativamente en la población asturiana, provocando un notable envejecimiento, producido principalmente por la salida de la cohorte situada en la edad reproductora.
Las consecuencias económicas de la emigración han de ser consideradas sin olvidarse de las acciones políticas gubernamentales.
Podríamos utilizar todo lo escrito con respecto al gran desarrollo generado en los países latinoamericanos por los asturianos, de las acciones puntuales y localizadas de los «indianos» retornados, del dinero que algunos inmigrantes han traído a su vuelta y que les ha servido para encarrilar su vida y la de su familia, incluso para montar algún negocio más o menos importante y próspero; podríamos seguir hablando de casos particulares y también paternalistas, ya que es copiosa la literatura creada para cantar estas bondades. Sin embargo esto sería tergiversar el fondo de la cuestión migratoria y sus consecuencias en la región de origen.
Lo cierto es que si pudieran valorar el contingente de emigrantes traduciéndolo en dinero, la cantidad resultante estaría muy por encima de la que ha revertido en la propia región en forma de creación de riqueza para uso y disfrute de sus ciudadanos.
¿ Que ha habido inversiones en Asturias? Por supuesto que las ha habido, pero también es cierto que estas no han sido suficientes para absorber la mano de obra que iba llegando al mercado de trabajo por el paso de los años, porque si la potenciación y reconversión de las estructuras económicas de Asturias se hubieran llevado a efecto, no hubiera tenido su población que emigrar hacia tierras que «a priori» no conocían y cuyo futuro en ellas era, por tanto, incierto. La implantación de la siderurgia en los años 50 atrajo población a Asturias.
Finalmente, en toda emigración, la población que primero emigra es la más joven, aquella que está en condiciones de dar las más altas cotas de
Mari Cruz Alonso Antolín/Angel Somolinos Pérez/Juan Olivas del Pozo
89
CUADRO N.0 16
Posición relativa de la provincia de Asturias según
su producción neta total en el período 1955 a 1975
1955 1957 1960 1962 1964 1967 1969 1971 1973 1975
Asturias 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5
Posición relativa de la provincia de Asturias según sus ingresos «per capita» en el período 1955 a 1975
1955 1957 1960 1962 1964 1967 1969 1971 1973 1975
Asturias 6 9 11 16 18 15 19 16 19 17
Producto interior bruto (al coste de los factores - millones de pesetas)
1955 1957 1960 1962
Asturias 16.268 21.433 25.563 31.654
Media nacional 8.447 11.140 13.377 17.788
(En el año 1975, Asturias ocupaba el 5.0 lugar en el producto interior bruto).
Fuente: Informe Económico Banco de Bilbao.
producción y rentabilidad. Cuando los emigrantes retornan, su rendimiento ha bajado considerablemente.
Asimismo, los recursos de capital que procedentes de los emigrantes se remitían a España y a Asturias en concreto no se han invertido proporcionalmente al número de habitantes salidos de cada provincia, sino que prioritariamente se han invertido en los tres grandes núcleos españoles: Cataluña, Vascongadas y Madrid. Baste analizar, aunque sea superficialmente, la producción y los ingresos de Asturias para ver que no existe correlación entre ellos. Mientras en P.I.B. esta región ha ocupado durante veinte años el 5. 0 puesto sus ingresos «per capita» fluctúan desde una 6. ª posición en 1955 a una decimonovena en 1969 y 1973. (Cuadro núm. 16).
Al hablar de las consecuencias culturales que la emigración tiene, en el caso de Asturias hay que diferenciar, dentro de la emigraciqn exterior, el destino que ésta lleva, bien sea América Latina, o bien Europa.
En el caso de la emigración a Europa, el emigrante considera el trabajar fuera como un proyecto de vida temporal, como un paréntesis que le servirá de trampolín para organizar su vida en mejores condiciones al regreso. Lógicamente, con este esquema su interés por la integración dentro del país que le acoge es mínimo. Pero además, la vida en estos países altamente industrializados dista mucho de su medio y costumbres habituales, lo que hace que incluso radicalice sus pautas de comportamiento. El desconocimiento del idioma
90
1964 1967 1969 1971 1973 1975
38.857 59.500 74.136 91.838 128.624 181.853
23.090 34.703 43.385 55.196 77.895 113.064
le impide relacionarse con la población autóctona, y le obliga a su vez a comunicarse necesariamente con sus compatriotas, estableciéndose, en algunos casos, auténticos «ghetos».
Por otra parte, los niños en edad escolar que acompañan a sus padres en la emigración, acaso sean los que noten de forma más acusada el cambio de vida, ya que su proceso de socialización está en período de desarrollo y se verán afectados con mayor intensidad que los padres por el enfrentamiento de dos culturas diferentes. Este enfrentamiento va a suponer una rotura en los patrones de conducta que voluntariamente se habían desarrollado en su medio natural. Todo ello implica, en fin, una nueva situación para su personalidad que influirá negativamente produciendo desajustes de todo tipo.
La emigración asturiana dirigida a América Latina presenta unas condiciones de vida claramente mejores que las que encuentra en Europa. Si bien el planteamiento de temporalidad es común, no importa cuál sea el lugar, la adaptación al medio en que se va a desarrollar la nueva vida será relativamente fácil dada la identidad del idioma, las similares condiciones ambientales y principalmente, la presencia de colonias españolas y astures en particular, ya establecidas. Las asociaciones españolas representan un papel básico dentro de las relaciones que el emigrante necesita cubrir para desarrollar el trabajo que le ha llevado a estos países.
A pesar de las mayores facilidades que encuentra el emigrante afincado en latinoamérica, no
Indianos
cabe duda que factores como el bajo nivel de instrucción y las diferencias de status laboral y económico, entre otras, producen un desarraigo general que se traducirá de distinta forma en cada uno, pero siempre con carácter negativo.
EPILOGO
Mucho se ha hablado de la secular tradición migratoria asturiana y de su espíritu mimético. En demasiadas ocasiones se ha contado cómo la emigración asturiana a Latinoamérica ha constituido una constante histórica, un sentimiento común en el pensamiento astur, que se transmite de generación en generación. También son frecuentes los relatos en torno a la fortuna, más o menos cuantiosa, del emigrante que retorna, del «indiano» que regresa a su tierra después de haber hecho «las Américas» y de la influencia que este hecho
ha tenido, y tiene, para la juventud local que desea rápidamente emular sus aventuras para volver triunfante a sus pueblos o aldeas para orgullo de sus conciudadanos.
No es nuestro propósito invalidar estas afirmaciones tan difundidas a lo largo y ancho de nuestra Historia, a través de todos los medios· de comunicación social; pero, sí queremos, cuando menos, cuestionar ese espíritu aventurero tan arraigado y ese mimetismo, en favor de la hipótesis de un desarrollo regional en el tiempo, que posibilite la creación de las fuentes de riqueza que en algunas (muy pocas) provincias españolas han surgido de mano de la Administración del Estado, desde tiempos pretéritos. Quizás ese espíritu aventurero, tan aireado, se sitúe entonces en el justo lugar que le corresponde, sin certificaciones ni alabanzas extemporáneas.
Mari Cruz Alonso Antolín/Angel Somolinos Pérez/Juan Olivas del Pozo
91