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Rafael Francisco Díaz Vásquez. Dialéctica Negativa De La Democracia Colombiana. Las
perspectivas de la democracia colombiana. En: Perfiles. Revista de la Comunidad
Académica UDES. Bucaramanga: UDES. No. 4 Mayo. De 2007. Pág. 17-24. ISSN 1900-
2645.
DIALÉCTICA NEGATIVA DE LA DEMOCRACIA COLOMBIANA.
Las perspectivas de la democracia colombiana.
RESUMEN
Dentro de la presentación del régimen de gobierno actual y preponderante
occidental, la democracia, responde así a una suma en búsqueda de la
construcción de la llamada estabilidad del régimen de gobierno y el
sistema económico preponderante. Dentro del debate contemporáneo podremos
ver como la democracia responde a la transformación del antiguo modelo
ateniense, llevando tanto a la transformación de la significancía del
concepto como a su práctica, al acomodo de la historia, los modelos, las
coyunturas y las transformaciones de la sociedad.
Palabras clave.
Democracia, política, ciudadanía, soberanía, modernidad.
DIALECTIC REFUSAL OF THE COLOMBIAN DEMOCRACY.
The perspective of the Colombian democracy.
SUMMARY
Within the presentation of the regime of western present and preponderant
government, the democracy, thus responds to one sum in search of the
construction of the call stability of the government regime and the
preponderant economic system. Within the contemporary debate we will be
able to see as the democracy responds to the transformation of the old
athenian model, taking so much to the transformation of the significance
of the concept like a its practice, to the arrangement of history, the
models, the conjunctures and the transformations of the society.
Key words.
Democracy, policy, citizenship, sovereignty, modernity.
INTRODUCCION
Si bien desde hace algún tiempo tanto el tema de la democracia como el
concepto mismo, han sido remitidos a tiempos de la antigua Grecia, y en
especial a la obra de Aristóteles La Política1, podremos ver como en la
actualidad dicho concepto, así como la practica del mismo se a
transformado y en especial luego de las llamadas revoluciones liberales y
la coyuntura de la sociedad capitalista vivida ya desde hace dos siglo.
Es claro actualmente el manejo de la democracia dentro de lo que se
1 ARISTÓTELES. Política. Madrid: Alianza, 1986.
denomina la sociedad liberal (producto de aquella liberalización del
mercado y un sector de la sociedad en la Francia de 1789), desde donde ha
sido moldeada y transformada, pero conservando aquello que denominaría
Aristóteles como una forma de política corrupta que se desarrolla dentro
de tres formas de gobierno como lo son la monarquía, aristocracia y
politeia, ante sus correspondientes formas corruptas tiranía, oligarquía
y democracia.
Ante tal distinción, la sociedad occidental ha enmarcado las formas de
desarrollar la Política y el poder político, entablando el llamado
dialogo entre sociedad y poder, dentro del intercambio de una acción como
la democracia, la cual ha sido abordada con mayor minuciosidad desde las
revoluciones liberales europeas y americanas del siglo XIX, y fundada a
través de la llamada soberanía (que actualmente recae dentro de el
llamado poder popular y los DDHH) y legitimidad (la cual no constituye un
eslabón intermedio entre el principio moral y el principio democrático,
sino sólo el reverso del principio democrático mismo)2.
Dentro de la actual las actuales discusiones acerca del concepto de la
democracia podremos encontrar por así decirlo dos entre las mas acertadas
o cercanas a la realidad actual del concepto, una primera abordada por
Giovanni Sartori en sus textos Teoría de la Democracia y Que es la
Democracia3, desde donde encuentra como se da la existencia de una
llamada democracia representativa, considerada por el como la única
viable, en confrontación de una llamada democracia popular, producto de
los eventuales experimentos por los cuales ha pasado la llamada
democracia directa, de la mano de el desarrollo tecnológico y en
oposición a las llamadas razones de la modernidad, y en error de
aplicación de tipo histórico y geo-espacial. En segundo lugar podremos
encontrar la abordada por Jürgen Habermas, en sus textos Facticidad y
Validez y La vindicación del Ciudadano, desde donde aborda el tema de la
opinión publica y la democracia como el encuentro de un ejercicio común,
y desde donde se puede encontrar a la democracia como la expresión del
consenso del común, a través del lenguaje, las pretensiones de validez
del otro, del reconocimiento de cada uno de los miembros de la sociedad y
su inclusión como actores sociales.
Desde este punto de encuentro de estos dos autores y académicos parto
para abordar el tema de la democracia, como “la acción del consenso común
e inclusión de cada uno de los miembros de la sociedad, a través del
poder popular (soberanía) y principio democrático (legitimidad)”, tal
observación la realizo a partir no de el establecimiento del concepto
como un total e inmodificable, sino a partir de su concepción como
expresión de una realidad actual y que se encuentra como la llamada
dialéctica negativa4, dentro del cambio y negación de la existencia misma
del concepto y su significado, en especial para el caso colombiano.
2 HABERMAS, Jürgen. Facticidad y validez. Sobre el derecho y el Estado
democrático de derecho en términos de teoría del discurso. Madrid:
Editorial Trotta, c2000. 3 SARTORI, Giovanni. Teoría de la Democracia: el debate contemporáneo,
México, Alianza, 1991; SARTORI, Giovanni. Que es la Democracia? Ensayo.
Santa fe de Bogota: Altamir. 1994. 4 Tal apreciación es abordada por Teodoro Adorno desde donde observa como
la llamada historia universal debe construirse y negarse, criticar toda
filosofía y utopía que de una manera tienden a generalizarse de manera
positiva, siendo así doctrinarias ; desde este punto la dialéctica
Institucionalismo como obra de condicionamiento al concepto de
democracia.
El llamado institucionalismo, o también llamado teoría de las
instituciones (Veblen), se encuentra como la herramienta que provee
estructuras mediante las cuales a lo largo de la historia se ha creado
un llamado orden con el fin de producir una reducción en la incertidumbre
propia del intercambio económico y político, desarrollándose de la mano
de la tecnología y determinando de esta manera los costos de
transformación, transacción y por consecuencia de tanto de la viabilidad
como de la utilidad económica.
Dentro de una aproximación mas cercana a esta teoría y llamando a un
resurgir de esta encontramos a Douglas North, quien desde su texto
Liberalismo e instituciones, llama a una resurrección del
institucionalismo, el neo-institucionalismo, sujetado sobre tres
aspectos, las instituciones, los costos de transacción y la historia,
buscando como objeto central dar condiciones a las llamadas
organizaciones como mecanismo de intercambio eficiente, obviando de esta
manera cualquier tipo de consideración sobre papel de aplicación sobre el
ciudadano, y llevándonos a ver como dicha definición es una acertada
aproximación al modelo de pensamiento neoconservador expuesto desde las
líneas de Daniel Bell5, desde donde encuentra de manera directa una
definición para acercarnos a la percepción actual del mundo, dicha
consideración, en reacción al liberalismo y a la concesión de una
modernidad del mundo-sujeto-sociedad, encuentra su base en la
modernización de esta misma trilogía, a partir de la consideración de el
desarrollo y viabilidad de la sociedad a partir de un modelo económico y
el desarrollo de las relaciones de intercambio, bajo la exclusión de la
naturaleza misma del hombre como ciudadano, y centrándolo dentro de la
idea de la mercancía u herramienta de producción, ante una visión
desnaturalizadota del ciudadano, y llevando consigo una serie de
elementos bajo los cuales se realiza dicha exclusión como lo seria la
integridad física y mental del hombre, y consigo por ende la eliminación
de toda consideración de los D.D.H.H, decayendo de por si en la
eliminación de una soberanía popular y la fractura de toda idea de
democracia.
Dentro de la aplicación del modelo neoinstitucionalista como practica
para la conformación de un régimen democrático y su búsqueda para una
consolidación democrática (que descansa en la existencia de un estado,
delimitando los alcances del poder y su ejercicio, dimensionando además
las formas y canales de acceso al gobierno, a través de reglas formales o
informales, que rigen el ejercicio del poder y la toma de decisiones,
estructurando de una forma la conducta política efectiva de los actores y
negativa busca excluir aquella llamada conceptualización terminante, a
través del movimiento absoluto del pensamiento, satisfaciendo la
naturaleza del hombre, llevando de algún modo a encontrar un acercamiento
a la realidad social, lejos de la rigidez del materialismo dialéctico.
Ver: ADORNO, Theodor W. Dialéctica negativa. Madrid: Taurus, c1975 5 BELL, Daniel. Las contradicciones culturales del capitalismo. Madrid:
Alianza Editorial, 1977.
ciudadanos6), podremos ver como esta llamada teoría o modelo, involucra
claramente el llamado costo social, desde donde se pretende ver si la
sociedad obra con eficiencia o ineficiencia la solución de sus
problemáticas, involucrando así un condicionamiento para el
comportamiento racional de la sociedad y la imposibilidad de la
apreciación del ciudadano dentro de su concepción como hombre,
involucrándolo dentro de una autorregulación de su acción, del desarrollo
de la sociedad misma, bajo un tachamiento de una falsa moralidad y
eticidad en su actuar.
Se debe tener en cuenta por un lado la cautela que ahí que tener al
entender y diferenciar los conceptos de liberalización y democratización,
desde donde se proyecta la aplicación del neoinstitucionalismo, en donde
el primero lleva implícito la liberalización política, teniendo en cuenta
en esta las libertades y restricciones civiles, y en donde la
democratización, incumbe a los regimenes democráticos, como la expresión
de la democracia, atendiendo con mucho cuidado la relación de estos dos
conceptos, como el punto de acción de la elite autoritaria, quien ve en
la liberalización, el proceso de democratización, ya sea como coalición
autoritaria u oposición.
Se encuentra así la denominada legitimidad democrática, como objeto de
las llamadas reformas democráticas (o institucionales), encontrando casos
donde el régimen autoritario a partir de la coerción y la intimidación
puede lograr, mayorías, y así la legitimidad, es una clara muestra de la
debilidad de la democracia, cuestión que nos lleva a ver la relación
entre la democracia y los demócratas, observando el análisis de Rustow7,
donde la elite política crea instituciones para representar sus
intereses, llevando en ocasiones a la polarización de la sociedad, todo
esto enmarcado dentro de las ideologías, separando o usando a la masa,
tras una participación heterogénea pero que en alguna forma beneficiara
la democracia.
Desde esta vista del institucionalismo se emplearía un acercamiento al
estudio de la democracia latinoamericana y de sus estados, como una
manera acertada según unos académicos entre los cuales contamos a Gerardo
Munck, anexando otra serie de elementos al análisis como lo seria la
teoría causal, desde donde se observa el contexto de la institución y sus
actores, y la teoría descriptiva, llevando a el observar la llamada
calidad de las democracias latinoamericanas, si bien tenemos que este
tipo de apreciaciones nos encuentra bajo el influjo de dos aclaraciones
de tipo evaluatorio sobre lo que se llama la realidad de una sociedad, su
contexto y su historia, evaluación realizada a partir de una llamada
estandarización de parámetros y de conceptos algo sublimes, difícilmente
aplicables en el común dentro de una realidad especifica para alguno de
los estados, dicha estandarización de conceptos evaluadores lleva de por
si la aplicación de una serie de restricciones y medidas coercitivas,
vistas dentro de realidades alejadas.
Si bien el desarrollo de la democracia en un país corresponde a una serie
de coyunturas, de procesos históricos, dentro de los cuales se ven
problemáticas, sociales, políticas, económicas y culturales, el
6 MUNCK, Gerardo, La Desagregación del Régimen Político: problemas
conceptuales en el estudio de la democratización, En: Revista Ágora Nº5,
Buenos Aires, 1996. 7 RUSTOW, Dankwart A. "Transitions to Democracy", En Comparative
Politics, vol. II, No. 13. págs. 337-363.
desarrollo de la democracia y su expresión corresponde de este modo a una
expresión casi personal de los estados y para el caso de Latinoamérica,
su desarrollo corresponde a la sumatoria de heterogeneidades,
especifidades y particularidades, lejos de la totalización en búsqueda de
su evaluación y su frialdad técnica por formular respuestas homogéneas a
procesos heterogéneos, formulaciones que han sido llevadas de una manera
errónea y totalizadora en su afán por encontrar respuestas a la llamada
inestabilidad de los sistemas de gobierno, evaluaciones, practicas y
respuestas dadas a partir de la frialdad modernizadora o como lo aceptan
en algunos casos con mayor frialdad y falta de sentido con la profesión
como “el deseo por atraer nuevos fondos de investigación”8, desde este
mismo punto Gutiérrez desde su óptica encuentra en el llamado cambio
institucional, la intervención internacional, o mejor conocido como las
reformas democráticas, la respuesta de las comunidades en crisis y los
arreglos institucionales formales e informales, planteando como el
resultado de la doble transición ubicada entre la transformación del
régimen democrático en tiempos de la guerra fría a una posguerra fría,
refleja el deterioro de la institucionalidad democrática, fijando esto la
determinación de aseverar así una obsolescencia de las instituciones
políticas.
Pero no solo Gutiérrez encuentra la necesidad de aplicar modelos, en
búsqueda de la transformación de un régimen democrático, de la misma
manera desde una óptica John Dugas, encuentra en la reforma a las
instituciones, la transformación del régimen democrático, en búsqueda de
la estabilidad del estado, la solución a las múltiples, problemáticas y
coyunturas vividas dentro del estado y en especifico para el caso en
Colombia, analizando detenidamente la Constitución de 19919, dentro de la
categoría de un pacto político de los diferentes estamentos de la
sociedad en un momento de coyuntura donde, la violencia insurgente, la
crisis económica y el narcotráfico asfixiaban a la sociedad colombiana,
desde donde sectores de la llamada sociedad civil lanzarían una propuesta
por la solución a dichas problemáticas.
Si bien tal proceso estaría legitimado por medio de una llamada consulta
popular, bajo el titulo de la Séptima Papeleta, la promoción y búsqueda
de este ejercicio estaría de las manos de un pequeño y selecto grupo de
la sociedad, desde donde se realizaría el consenso y las coaliciones
temporales, sectores estudiantiles mínimos, y poco representativos dentro
de la llamada población estudiantil de Colombia y otros tantos anotados
alrededor de estos carentes de representación nacional, siendo de esta
manera una muestra mas de la fragmentación de la sociedad colombiana,
ante un proyecto neoliberal de la época, sin contar la debilidad practica
y legitima de dicho proceso, que se valdría así de mecanismos de
participación popular que convalidaran políticas corruptas10, mirando de
8 GUTIÉRREZ, Francisco, “Los tiempos de las involuciones democráticas”,
En: Programa de Estados en Crisis. Documentos de Trabajo, Documento No.
25, Marzo de 2003, Destin-LSE. 9 DUGAS, John. La Constitución de 1991: ¿un pacto político viable?,
Bogotá, Departamento de Ciencia Política Universidad de los Andes 25
años. 1993. págs. 15-76. 10 MEJIA QUINTANA, Oscar. Participación ciudadana: del mito a la realidad.
Hacia una reinterpretación consensual-discursiva de la Constitución de
1991” En : HOYOS y URIBE (Comps.), Convergencia entre Ética y Política,
Bogotá: Siglo del Hombre, 1998 ; MEJIA QUINTANA, Oscar. Dominación y
manera directa el comportamiento cuantitativo de la población al
ejercicio de ejercer su derecho de participación en cuanto a la
convocatoria de la llamada Séptima Papeleta, podremos corroborar dichas
afirmaciones en cuanto a la carencia de lo legitimo y soberano de esta
como practica de la democracia, y no solo esta practica, sino en general
el proceso de la practica de la democracia en Colombia desde donde su
ejercicio se encuentra viciado por la abstención, fraude y otra serie de
conductas delictivas derivadas de los procesos electorales y para los
cuales su examen significa la representación de un problema
correspondiente y muestra clara de la llamada Cultura Política de la
sociedad colombiana11, lejana de la aplicación e implementación constante
de modelos, reformas y nuevas practicas de los procesos electorales.
Modernidad dirigida al diseño institucional.
Dentro del proceso histórico del estado en Colombia, se han podido
establecer desde diferentes puntos de vista etapa en donde se encuentran
reformas al estado, desde donde algunos estudios de tipo académico han
encontrado etapas para definir la modernización del estado colombiano.
Podremos así distinguir las siguientes, en un primer caso la vivida con
la llamada Regeneración y la constitución de 1986, La ANAC de la
republica liberal en 1936, la ANAC de1954 durante el gobierno de Rojas
Pinilla, el llamado Frente Nacional 1958-1974 y finalmente la
Constitución de 1991.
Dentro de todos estos diferentes periodos, la vida política, publica y
económica del país, encontraría reformas, que la ayudaría a encontrarse
dentro de la transformación en un llamado estado democrático, “moderno”,
de régimen presidencial, y donde además encontraría salidas a las
diversas coyunturas como la violencia partidista, el narcotráfico, las
crisis económicas, y los problemas de corrupción dentro de los estamentos
públicos y privados; Pero tales reformas se centrarían así dentro de la
racionalización de los recursos, la construcción de un modelo de estado
moderno democrático y liberal fundamentado en un mercado libre,
insertando a la sociedad dentro de un modelo mecanicista, bajo la mano
invisible del mercado que regula la vida12.
De este modo la sociedad se encuentra dentro de una dualidad, en donde se
confunden los procesos de liberalización de la sociedad (lleva implícito
la liberalización política, teniendo en cuenta en esta las libertades y
restricciones civiles) y democratización (incumbe a los regimenes
exclusión en la Constitución de 1991” En Revista Palimpsestus (No. 2),
Bogotá D.C.: Facultad de Ciencias Humanas (Universidad Nacional), 2002. 11 Ver: BUSNELL, David. Las elecciones en Colombia: siglo XIX, Para bien o
para mal, han sido una característica nacional. En: Revista Credencial
Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 50. Febrero de 1994; WHITEHEAD,
Laurence. The dark side of democratization : "dysfuntional" democracies
in South America?. En: Colombia Internacional. Bogota D.C. No. 58 (Julio-
Diciembre de 2003. p. 8-35; EASTMAN VÉLEZ, Jorge Mario. Seis reformas
estructurales al régimen político: resultados electorales de 1930 a 1982,
Bogota: Ministerio de Gobierno, 1982; LOSADA LORA, Rodrigo. Atlas sobre
las elecciones presidenciales de Colombia, 1974-2002. Bogotá: Pontificia
Universidad Javeriana, 2005. 12 GIOVANNI. Sartori, Teoría de la democracia: el debate contemporáneo,
México, alianza, 1991.
democráticos, como la expresión de la democracia) 13; En búsqueda de la
tan anhelada modernidad (donde entra el reconocimiento de el individuo
como ciudadano)14, y encontrando así tal transformación en lo que se llama
la modernización del estado (la racionalización de los recursos del bajo
las presiones de los imperativos económicos y administrativos)15, la
diferenciación de estos anteriores conceptos obedece a el entendimiento
real de la situación y el proceso de transformación social, en donde
desde el Neoliberalismo, y el Neoconservadurismo se omiten las tareas
fundamentales de la modernidad, vivienda, higiene y educación, entre
otras, obedeciendo al tecnicismo, y la minimización de los recursos,
situación vivida en nuestro país durante los últimos quince años.
Dentro de la concepción del ciudadano moderno se hace implícito la
diferenciación de las cuestiones morales y religiosas, teniendo así
referencia al debate surgido ya desde Kant en donde a través de su examen
sobre la construcción de ciudadanos e individuos, en su Tratado de
Pedagogía, encuentra como el hombre debe hacerse a sí propio, mejor,
educarse por sí mismo, y, cuando malo, sacar de sí la moralidad,
desarrollando de esta manera cuatro providencias: Disciplina, Cultura
,Civilidad y Moralización16. A partir de este momento se entendería al
hombre dentro de su conjunto social, como clave para lograr la
transformación de la sociedad, y el proyecto liberal de ciudadanía del
siglo XIX, y llevando a lo que conocemos hoy como la cultura política, la
inclusión del ciudadano dentro de la llamada civilidad.
Cabe resaltar que no solo Kant se ocuparía de el tratamiento de las
cuestiones morales, la educación del hombre y su entendimiento dentro de
el conjunto social, Hegel, Rousseau, Benjamín, y otros tanto abordarían
el tema desde el mismo punto de vista, encontrando en la construcción del
hombre como ciudadano, el desarrollo de parámetros que le permitiesen un
funcionamiento dentro de la sociedad, a partir de la educación. Es desde
esta reflexión en donde se ve el desarrollo de la educación como
fundadora de ciudadanos, como transmisora de conocimiento y de
emancipadora de hombres, articulando el sistema político y al individuo,
en una base común para todos los individuos de valores y aptitudes, que
han logrado imponerse de manera colectiva, por generaciones.
Dentro de esta concepción de evolución constante, colectiva y
generacional, podremos encontrar el Derecho, la transmisión del sistema
jurídico, como emancipador de hombres quien además permite el
fortalecimiento de la llamada legalidad, el orden y la justicia, pero
esta ultima no en el sentido de la aplicación de normas reguladoras de
13 MAINWARING, Scott. “Transitions to Democracy and Democratic
Consolidation: Theoretical and Comparative Issues” En MAINWARING, Scott,
O’DONNELL, Guillermo and VALENZUELA Samuel, Issues in Democratic
Consolidation, Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1992. 14 HABERMAS, Jürgen. La inclusión del otro: estudios de teoría política.
Barcelona: Paidós, 1999 15 BELL, Daniel. Las contradicciones culturales del capitalismo. Madrid:
Alianza Editorial, 1977. 16 Hay que atender a la moralización. El hombre no sólo debe ser hábil
para todos los fines, sino que ha de tener también un criterio con
arreglo al cual sólo escoja los buenos. Estos buenos fines son los que
necesariamente aprueba cada uno y que al mismo tiempo pueden ser fines
para todos. Ver: KANT, Immanuel, Tratado de pedagogía. Bogotá: Ediciones
Rosaristas, 1985.
individuos o grupos de individuos, desde donde se encuentra la aplicación
de una justicia de sentido moral, que a la vez llevara dentro de si un
cuerpo religioso, pero no es esta justicia moral la que se busca en
realidad, el verdadero objeto de la justicia dentro de la moral lleva
implícito la disciplina, la cultura y la civilidad17, es de este modo como
se lograr la conciencia plena de los individuos, para la realización de
los mismos, en el sentimiento de la dignidad, es este el punto en donde
se conseguirá el autentico respeto por la libertad y la dignidad de
otros, la verdadera justicia, desde donde la sociedad procure una
adecuada educación lejos de la emancipación y mas cerca de la libertad.
Espacios de inclusión de ciudadanos
Formación de ciudadanía, constituye una base primordial para el proceso
de construcción de un estado moderno, dentro de las siguientes bases: en
primer lugar el establecimiento de un orden social como producto de una
voluntad política y no divina, estableciendo así la llamada soberanía
popular, en segundo lugar, una sociedad de valoración moral,
funcionalista, utilitarista, constituida a través de la socialización en
búsqueda del individuo, bajo preceptos de educación y derecho; en tercer
punto, la llamada igualdad civil como resultado de las políticas sociales
de redistribución, y por ultimo, el establecimiento de una cultura
política, alejándose de la tradicional como producto de la
secularización, donde se reconocía una autoridad natural de origen
divino, buscando una llamada cultura política moderna, en el marco de la
igualdad jurídica, bajo la idea del progreso, dentro de la razón y la
libertad, establecida como resultado de las fuerzas de producción, contra
la imposición dominante de la ley, la educación y la propaganda.
Es así como el desarrollo de la ciudadanía va de la mano con los procesos
de cambio de la sociedad, más aun con los procesos de la modernidad, en
donde se llega a la amplitud de los derechos ciudadanos y los mecanismos
para lograr su establecimiento e incorporación.
Pero la llamada modernización del estado encontraría riesgos para su
desarrollo en la voluntad política de las elites18, la compleja lucha
17 BENJAMIN, Walter. La metafísica de la juventud. Barcelona: Paidós;
Universidad Autónoma de Barcelona. Instituto de Ciencias de la Educación,
c1993. 18 Dentro de los estudios de historia donde se resalta como en Colombia ha
existido ya desde el siglo XIX una elite, que se posiciono con un poder
económico en las diferentes regiones del país, estableciendo de este modo
redes clientelares, y en expansión por medio del uso de la violencia con
las constantes y llamadas “Guerras Civiles“, que no son mas un reflejo de
confrontaciones de caudillos, quienes haciendo uso de su poder económico,
ante el vació de un poder, establecían sus propios ejércitos, en los que
figuraban rangos militares a uso y escogencia personal, evidenciando la
precariedad del aparato militar del estado y con esto se hacían al poder
nacional, legitimándose además con el establecimiento de constituciones
luego de cada confrontación armada. Perdiendo así el carácter de “guerras
civiles” y mostrándose mas como guerras de caudillos. Además dicha elite
encontraría en el ejercicio del poder publico, la manera de incrementar
su capital económico y poder político, mediante el mal uso de este. Ver:
TIRADO MEJÍA, Álvaro. Aspectos Sociales de las guerras civiles en
Colombia. El Ancora Editores, Bogota, 1990; PALACIOS, Marco. La clase más
ruidosa y otros ensayos sobre política e historia. Bogotá: Norma, 2002;
existente en la sociedad, así como el constante choque de mentalidades,
va transformando la democracia, y la ha llevado a encontrar por encima de
la voluntad política de la sociedad, un orden dependiendo del mercado, de
la economía y de los intereses del capital económico, que para el caso
colombiano se encuentra reflejada dentro de la violencia electoral,
fraude, abstencionismo, debilidad del orden publico, corrupción política
y desigualdad social, produciendo además un país de personalismos
políticos, subordinando la conciencia y la identidad del ciudadano,
problema fundamental para la construcción nacional19.
Con la Constitución de 1991, el estado colombiano además de afrontar
reformas serias de instituciones, estructuras y coyunturas, encontraría a
vía para incluir al ciudadano dentro del reconocimiento, de su tarea y
función dentro del estado, dentro de todo este papel del ciudadano en el
componente social modernizando de esta manera el dispositivo jurídico
como herramienta de participación ciudadana y camino de construcción de
una sociedad moderna, pero tales reformas no encontrarían mas que
continuidad en la fragmentación de la sociedad, debido a las dificultades
normativas dentro de la implementación de un modelo económico que se
encargaría de acrecentar la brecha social, y con esto la bondad del
sistema jurídico propuesto, llevando además a la contradicción dentro de
los mecanismos de participación popular20, e incumpliendo con los
propósitos con los cuales seria planteada proyectada y modelada, desde el
neoinstitucionalismo, evidenciando así como los proceso de cambio social
no corresponde a modelos homogéneos, sino a coyunturas especificas21.
De este modo la consolidación de la democracia22 en Colombia así como en
muchos de los países que opten a este tipo de régimen político, se
encuentra correspondida a partir de procesos personales lejos de la
aplicación de modelos generales, de la mano común de actores políticos,
partidos, intereses sociales, desde donde la comunidad, el general de la
sociedad sin exclusión, dentro de los parámetros de una sociedad moderna
y no modernizada, lejos del monopolio electoral que permita un proceso
electoral limpio y libre, dejando de un lado los vicios del sistema
electoral colombiano, y en donde el estado procure el uso legitimo de la
fuerza, encargándose de los derechos ciudadanos, de la llamada política
social, sin encontrar en esta una cifra mas de la economía llevando a el
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de Estudios Andinos, 2003. 19 PALACIOS, Marco, Entre la legitimidad y la violencia, Bogotá, Norma,
1995. 20 ORJUELA ESCOBAR, Luis Javier. La sociedad colombiana en los años
noventa: fragmentación, legitimidad y eficiencia. Bogotá: Universidad de
los Andes, Fac. de Ciencias Sociales, Depto de Ciencia Política, Centro
de Estudios Socioculturales e Internacionales, Ediciones Uniandes, 2005. 21 DUGAS, C. John. “Explaining democratic reform in Colombia: the origins
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1997. 84-148, 318-376. 22 LINZ, Juan. Hacia la Consolidación Democrática, En: La Política,
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semestre de 1996. Barcelona: Paidos.
uso del ciudadano como herramienta. Este tipo de consolidación permitiría
que los llamados ciudadanos, logran un aprecio por las llamadas
instituciones, por el aparato estatal, los partidos, la legislatura, las
elecciones, los lideres y la acción política.
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