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UNIDAD DIDÁCTICA I. EL ARTE DE LA AMÉRICA PRECOLOMBINA
Tema 1. El arte mesoamericano.
1.1. Espacio y tiempo del arte mesoamericano. El periodo Preclásico.
Cronología: 5.000-200 a. C.
Primeras aldeas agrícolas. En las fases más antiguas la organización político-social
no sobrepasa el estadio tribal. En la fase Ayotla (1.200-1.000 a. C.) se aprecia en el
valle de Méjico un importante desarrollo de de la jerarquización social, propio de las
"jefaturas" y con el dominio del complejo "santuario-mercado-fastival". Un elemento
común es la máscara, que solía enterrarse junto a su dueño, pero nunca sobre el
rostro. También encontramos una larga serie de emblemas y símbolos que
constituyen una verdadera escritura religiosa (flor de cuatro pétalos, quinterno,
mano, serpiente con plumas)
•A151. Cabecitas antropomorfas del Preclásico .
Civilización olmeca. Desde aprox. 1.300 a. C. La cultura olmeca es la madre de
todas las culturas mesoamericanas posteriores, de donde éstas derivan sus
características comunes. Primeros centros ceremoniales (La Venta, San Lorenzo,
Tres Chapotes). De su arquitectura sólo conocemos una pirámide o más bien un
montículo troncocónico de tierra apisonada (quizá imitando un volcán) en La Venta
(Montículo C). Excelentes esculturas en relieve y en bulto redondo. Doble tendencia:
realista (cabezas colosales) y abstracta (diseños de las hachas ceremoniales). Las
cabezas colosales, de las que se conocen 14 ejemplares, tienen hasta 3 m. de
altura y 10 toneladas de peso. Podrían representar "cabezas de linaje" o
antepasados, pues al carecer de rasgos simbólicos no se las puede identificar con
divinidades.
Los "altares" tienen a menudo un nicho donde aparece una figura sedente
(representan a la divinidad que conecta el mundo celeste y el inframundo a través
de su boca-cueva, según el prof. Alcina).
En la cultura olmeca se fragua el panteón mesoamericano. La típica cabeza de
estilo draconiano, con "boca olmeca" (labio superior curvado como un mostacho),
"muesca olmeca" (hendidura en forma de V), colmillos de jaguar y adornos
superciliares parece ser el origen de la cabeza del dios de la lluvia Tlaloc, Chac,
Cocijo o Tajín, que adquiere particularidades estilísticas en las diversas culturas
regionales. Otros rasgos (párpados cerrados y banda ocular vertical) parecen
caracterizar a otra divinidad antecesora de Xipe. Otra forma mítica de frecuente
aparición es el "niño divinizado" en brazos de un rey-sacerdote o personaje adulto.
También aparecen el dios-jaguar y el dios-viejo o dios del fuego. Todo esto indica un
sistema religioso muy desarrollado que implicaría una organización política de
carácter estatal (más que un señorío o cacicazgo).
•0059. Cabeza olmeca nº 5.
•A152. Cabeza olmeca nº 5.
•A153. Cabeza olmeca nº 1.
•A154. Altar nº 4 de La Venta.
•A155. Hacha tipo Kunz de jadeita.
•A156. Cuadro evolutivo de la máscara del jaguar.
•EX. Luchador olmeca.
•EX. Montículo C de La Venta.
1.2. El periodo clásico.
Cronología: 200 a. C. - 1.000 d. C.
La religión desempeña un carácter integrador: nuevas ciudades-estado teocráticas;
poderosa clase sacerdotal, responsable no sólo de la cosmovisión y del panteón
religioso sino también del desarrollo de la ciencia, la astronomía, la matemática y el
calendario.
Grandes centros ceremoniales (grandes plazas, pirámides escalonadas cuyas
plataformas sustentan templos). Decoración con bellos bajorelieves o altorrelieves.
Otras construcciones: palacios, juegos de pelota, temazcales (= baños de vapor).
Pintura: decoración mural de las zonas residenciales.
Escultura exenta: máscaras, figuritas, cerámica.
Civilización de Teotihuacán. Región central de Méjico.Teotihuacán es una de las
más grandes concentraciones urbanas de Mesoamérica. Estructura cuatripartita:
dos ejes principales que se cruzan: la Avenida de los Muertos (N-S) y una avenida
transversal revelada por fotografía aérea (E-O); centro simbólico en una cueva
(¿cueva-matriz?) bajo la Pirámide del Sol. Tres centros rituales principales: Pirámide
del Sol, Pirámide de la Luna y Pirámide templo de Quetzalcoatl. Las pirámides están
dispuestas, en medio de grandes plazas o explanadas. No son de adobe sino que
constan de un completo sistema de estribos de piedra en el interior, tierra y cascotes
de relleno y revestimiento de sillares perfectamente escuadrados.
El arte de Teotihuacán es integrador: su núcleo es la arquitectura, a la que se
adhieren la pintura y la escultura.
En escultura exenta: Chalchiuhtlicue, de 3 m. de altura; Tláloc (parecida). Máscaras
de piedras semipreciosas (serpentina, ónice, jade), algunas de mosaico de conchas.
Pintura mural muy variada y numerosa, en templos (de la Agricultura) y sobre todo
en zonas residenciales (Tepantitla, Tetitla, Atetelco, Zacuala y Yayahuala).
Cerámica: vasijas trípodes con tapadera cónica y pintura poscocción.
En el s. VII un incendio destruyó parcialmente Teotihuacán y comenzó su abandono
y decadencia (periodo epiclásico). Florecen otros focos relacionados con
Teotihuacán: Cholula, Xochicalco, Cacaxtla.
•0058. Ciudadela de Teotihuacán.
•0063. Diosa del agua (Chalchiuhtlicue).
•A164. Máscara teoticuhacana de alabastro.
•A165. Pirámide de Quetzalcoatl.
•A166. Pirámide de la Luna.
•A167. Patio interior en Tetitla.
•A168. Pintura mural en Tetitla.
•A169. Pintura mural de Cacaxtla.
•A170. Pintura mural de Atetelco.
•A172. Cerámica teotihuacana: vasija trípode.
•EX. Pirámide del Sol.
•EX. Pintura mural en Tepantitla: Tlalocan o paraíso del dios de la lluvia.
•EX. Tlaloc.
Civilización zapoteca. En Oaxaca, el centro ceremonial de Monte Albán tenía una
larga historia, pero culminó con el esplendor clásico del arte zapoteca en el primer
milenio de nuestra era. Los zapotecas destacaron además por su arte funerario:
urnas, efigies de acompañamiento o guardianes de tumbas.
El otro gran asentamiento del valle de Oaxaca es Mitla: muros cubiertos de relieves,
sistema constructivo en mosaico.
•A171. Plano del centro ceremonial de Monte Albán.
•A173. Juego de Pelota de Monte Albán.
•EX. Urnas funerarias zapotecas.
•EX. Máscara de jade del dios-murciélago.
Cultura de Veracruz Central. Su centro cultural y religioso fue la ciudad de El Tajín.
Pirámide de los Nichos: siete plataformas superpuestas con 364 nichos. Juego de
Pelota con paneles en relieve. Yugos, hachas ceremoniales y "palmas". Cabecitas
sonrientes.
•A174. Pirámide de los Nichos de El Tajín.
•A175. Cabecita sonriente.
•EX. Relieves del Juego de Pelota.
Civilización maya. Su área de influencia fue la península de Yucatán y su
prolongación centroamericana. Eran ciudades-estado teocráticas que
ocasionalmente se unían en alianzas o federaciones. Su antecedente inmediato es
la civilización olmeca (de quienes recibieron el calendario). Caracteres: estelas con
jeroglíficos, calendario de"cuenta larga", templos con bóvedas por aproximación de
hiladas, introducción de la cerámica polícroma.
Urbanismo y arquitectura. Los asentamientos mayas se consideran hoy
verdaderas ciudades, no meros centros ceremoniales. Como el arte maya es
predominantemente escultórico, sus templos vienen a ser como esculturas, y las
líneas verticales predominan sobre las horizontales (pirámides empinadas). El
elemento nuclear de las ciudades es el templo piramidal, situado en grandes plazas
junto con palacios y Juegos de Pelota. En general, la pirámide carece de elementos
decorativos; la decoración se concentra en el muro interior del templo, el
entablamento y la crestería. La Pirámide de las Inscripciones en la ciudad de
Palenque encierra en su interior la tumba del rey Pacal. El Palacio de esta ciudad es
el más complejo de los conocidos, con tres patios, numerosas galerías y
habitaciones y una torre (algo absolutamente singular en Mesoamérica). El Clásico
Terminal está localizado en la península de Yucatán (Uxmal, épocas tempranas de
Chichén-Itzá) y su estilo se denomina puuc.
Escultura y relieve. El arte del relieve y la epigrafía calendárica tienen un desarrollo
paralelo. Las estelas son piezas monolíticas sobre las que se esculpían glifos
calendáricos y figuras de reyes, sacerdotes o personajes mitológicos. En Copán las
estelas son más complejas y llegan a parecer esculturas de bulto redondo. Altares
esculpidos. Figurillas de terracota (Jaina)
Pintura. Prácticamente el único conjunto de pinturas murales mayas que subsiste
hoy día es el del Templo de Bonampak. Pintura sobre cerámica. Códices (se
conservan cuatro, entre ellos el Tro-Cortesiano del Museo de América de Madrid).
•Fig. 1. Pirámide de las Inscripciones de Palenque.
•0060. Juego de pelota de Copán.
•0061. "Convento" de Uxmal.
•0064. Dintel maya de Yaxchilán.
•A176. Pirámide de las inscripciones de Palenque.
•A177. Sarcófago del rey Pacal.
•A178. Templos de la Cruz, de la Cruz Foliada y del Sol.
•A179. Tikal.
•A180. Palacio de Palenque con su Torre.
•A181. Estela C de Copán.
•A182. Figurilla de Jaina.
•A183. Anexo de Las Monjas en Chichén-Itzá.
•A184. Cuadrángulo de Las Monjas o Convento en Uxmal.
•A185. Códice Tro-Cortesiano.
•EX. Pinturas del Templo de Bonampak.
•EX. Estela maya de Yaxchilán.
•EX. Relieve de un altar de Chiapas.
•EX. Palacio de las Máscaras de Kabah (estilo puuc)
•EX. Cerámica pintada.
1.3. El periodo postclásico.
Cronología: 1.000-1.500.
De la concepción teocrática se pasa a otra militarista. Estatuas colosales,
magníficos relieves, pintura de códices. Culturas:
Imperio Tolteca. Capital Tula. En su arte es omnipresente el dios Quetzalcoatl, la
"Serpiente Emplumada" (más pacífico y civilizador que el bárbaro y sanguinario
Tezcazalcoatl). A él se dedica el Templo de Tlahuizcalpantecuhtli (que es una de
sus advocaciones, como Estrella de la Mañana). El muro norte de este templo,
llamado Coatepantli, está profusamente decorado con relieves de serpientes que
devoran esqueletos humanos. Una obra muy típica de la cultura tolteca son los
chac-mool: representaciones de figuras humanas tumbadas, con las piernas
generalmente flexionadas y un recipiente o zona llana sobre el vientre, cuya función
desconocemos (¿sacrificios?). Los aztecas lo imitaron conscientemente.
Tula es un pálido reflejo de Teotihuacán. El guerrero ha ocupado el lugar del
sacerdote: sacrificios humanos, temas macabros. La cultura tolteca prevaleció dos
siglos, de finales del X a finales del XII, en que los chichimecas destruyeron Tula.
•A198. Guerrero atlante del Templo de Tlahuizcalpantecuhtli.
•A199. Templo de Tlahuizcalpantecuhtli.
•A200. Chac-mool decapitado.
•EX. Coatepantli.
Maya-tolteca. En Yucatán, los toltecas dominan a los mayas, y se desarrolla el arte
maya-tolteca cuyos centros principales son Chichén-Itzá , Mayapán y Tulum. Aquí
Quetzalcoatl aparece bajo el nombre de Kukulkán. En Chichén-Itzá se da un gran
número de elementos toltecas: pilastras, columnas, atlantes guerreros, chac-mooles,
etc. El Templo de los Guerreros es casi una copia exacta del Templo de
Tlahuizcalpantecuhtli de Tula. Mayapán y Tulum son ciudades amuralladas. Los
edificios de Tulum tienen un "desplome hacia fuera" que los hace más anchos por
arriba.
•0062. Observatorio (El Caracol) de Chichén-Itzá .
•0065. Pintura mural de Chichén-Itzá .
•A210. Templo de los guerreros de Chichén-Itzá .
•A211. Templo de Mayapán.
•A212. Tulum.
•A213. Plaza central de Tulum, con El Castillo al fondo.
•A214. Templo nº 5 de Tulum (del dios descendente)
Mixteca (o mixteco-Puebla). Invadieron la región zapoteca de Oaxaca (Mitla) a
finales del periodo clásico, adaptando su arte, y se revelaron como extraordinarios
orfebres.
•A201. Pectoral de oro.
•A202. Códice Borgia.
•A203. Vasija mixteca de patas zoomorfas.
Azteca (mexica, tenochta). Tras la destrucción de Tula, pequeños estados rivales
luchan por la hegemonía, y en 1325 los aztecas, tribu de oscuros orígenes
nómadas, se establecen en los islotes de uno de los lagos del valle de Méjico, y los
transforman en la extraordinaria ciudad lacustre de Tenochtitlán. Su dios tribal es
Huitzilipochtli, dios del Sol y de la guerra. En menos de un siglo dominan un territorio
considerable y asimilan y sintetizan las más diversas influencias artísticas. Cuando
llegaron los españoles, la fama de Tenochtitlán había eclipsado el recuerdo de los
esplendores pasados.
Arquitectura: Aparición de un modelo de doble templo al que se accede por doble
escalinata (Pirámide de Tenayuca, Templo Mayor de Tenochtitlán). Pirámide de
planta circular (templos de Ehecatl, dios del viento: remolino). Tepoztlán y Malinalco
están excavados en la roca viva.
Escultura: Fue el aspecto más sobresaliente del arte azteca, especialmente en su
versión monumental. Realismo en la forma y simbolismo en la temática. Las
esculturas y relieves de pequeño tamaño presentan gran finura de ejecución.
En madera se hicieron los teponaztli o tambores y este material sirvió también de
base a bellos mosaicos de turquesas, conchas, etc. Entre las artes menores aztecas
destaca la plumería (mosaicos de plumas en escudos, corona de Moctezuma)
•Fig. 3. Escultura azteca: la diosa Coatlicue.
•A204. Piedra de Moctezuma I.
•A205. Maqueta del Templo Mayor de México-Tenochtitlán.
•A206. Coyolxauhqui.
•A207. La diosa Coatlicue.
•A208. Caja de Hackmack.
•A209. Códice Magliabecchiano.
•EX. Calendario azteca o Piedra del sol.
•EX. Coatlicue del Metro. No le falta la cabeza: está esculpida arriba, plana,
como si mirara al cielo.
•EX. Teponaztli.
•EX. Máscara de Quetzalcoatl.
•EX. Escudo de plumas de Ahuízotl.
•EX. Templo circular de Ehecatl, dios del viento.
•EX. Reconstrucción de los Templos Mayor y circular de Tenochtitlán.
Tema 2. El arte andino.
2.1. Cronología y geografía del área centroandina. El periodo Preclásico.
Cronología: 3.500-500 a.C.
Ecuador: culturas de Valdivia, Machalilla y Chorrera. El elemento definitorio lo
constituye su arte cerámico, ejemplificado en las Venus de la primera y en las
figuras de indudables rasgos clasicistas de la última.
•A157. Venus de Valdivia.
•A158. Figurillas tipo Mate, arte chorrera.
•A159. Figurilla chorrera.
Perú: culturas de Tutiscanyo, Kotosh y Huaca Prieta. La creatividad artística de la
primera se concentra en la decoración zonal de la cerámica en la que se distinguen
grecas escalonadas y la que posiblemente sea la imagen más antigua de un felino,
tema dominante en los Andes centrales. La cultura kotosh constituye el más antiguo
ejemplo del uso escultórico de la arcilla como elemento decorativo de los templos
(Templo de las Manos Cruzadas). El yacimiento precerámico de Huaca Prieta
(3.100-1.300 a. C.) muestra gran cantidad de textiles y representaciones que se
popularizarán en el arte de Chavín: el cóndor, diferentes tipos de serpientes, figuras
antropomorfas, etc.
Perú: civilización Chavín. Tiene una relevancia e influencia similar a la olmeca:
sentará las bases religiosas y artísticas de etapas posteriores.
Chavín de Huantar debió ser un santuario o centro ceremonial dedicado
probablemente al dios Huari. Sus monumento más importantes son el Templo del
Lanzón y el Templo Nuevo. El primero sería el más antiguo y reproduce un viejo
modelo arquitectónico andino en forma de U con una plaza circular hundida en
medio. Sus templos albergan bajo su estructura numerosas galerías subterráneas.
Debajo de las cornisas se sitúan las "cabezas clavas", antropomorfas en su mayor
parte y todas ellas diferentes (¿enemigos decapitados, héroes o divinidades?)
Maestría del trabajo en piedra cuyas fases principales están representadas
sucesivamente por el Lanzón, el Obelisco Tello y la Estela Raimondi. Linealidad de
los diseños incisos, complejo simbolismo (también en cerámica).
El estilo chavín se extendió por una gran parte de los Andes centrales. Dos ejemplos
de esta expansión son el templo de Cerro Sechín, con un conjunto muy numeroso
de piedras con grabados, y el de Huaca Garagay, con singulares relieves de arcilla
pintados de brillantes colores.
•0066. Estela Raimondi.
•A160. Obelisco Tello.
•A161. Relieve pintado del Templo de Huaca Garagay.
•A162. Templo de Cerro Sechín.
•A163. El Lanzón.
•EX. Cabezas clavas del Templo Nuevo.
2.2. El periodo clásico y la acentuación del regionalismo.
Cronología: 500 a.C.-500 d.C. en los Andes septentrionales; 200 a. C. - 800 d. C. en
los Andes centrales.
Aparición de jefaturas y señoríos. Aumento de la población por la mejora de los
cultivos (canales, guano).
Colombia: Señorío de los Quimbayas. Espectacular orfebrería en oro y en tumbaga
(aleación de cobre y oro). Recipientes (poporos) o figuritas huecas de hombres y
mujeres adosadas a aquéllos, cascos.
•A186. Figurita masculina de oro del Tesoro de los Quimbayas.
Sur de Colombia y Norte de Ecuador: cultura de Tumaco-Tolita, y su prolongación
meridional, la cultura de Tiaone. Arte cerámico de gran belleza y variedad temática.
Colecciones de figurillas: mujeres en reposo, mujeres embarazadas o dando de
mamar, gemelos o alter ego, "pensadores", figuras con cabezas de sacrificados,
parejas con un niño, animales (monos, murciélagos, lechuzas, jaguares).
•A187. Máscara de la cultura Tiaone.
•A188. Venus de La Propicia.
•A190. Personaje mitológico de La Tolita.
Costa ecuatoriana: culturas de Bahía (grandes figuras sedentes de Los Esteros),
Jama-Coaque (representaciones de sacerdotes o chamanes con profusos adornos)
y Guangala (instrumentos musicales como flautas, ocarinas, etc.).
Andes centrales (Perú y Bolivia): culturas Mochica, Nazca y Tiahuanaco. Las dos
primeras están en la costa; la última en el altiplano.
La cultura mochica destaca por la maestría de su ingeniería hidráulica y su
perfección en el trabajo del barro, material que utilizan para las monumentales
construcciones piramidales de sus asentamientos urbanos y para su bella y realista
cerámica, que representa escenas costumbristas o eróticas. La orfebrería mochica
es una de las más brillantes de Perú: guanteletes, orejeras, tupus o cuchillos
ceremoniales.
Tiahuanaco sobresale por sus magníficos trabajos líticos: construcciones religiosas,
esculturas y relieves de gran hieratismo y carácter abstracto: monolito Ponce,
imagen del dios Viracocha (probablemente) en la Puerta del Sol.
La cultura de Nazca se caracteriza por su polícromo y abstracto arte cerámico y sus
inigualables textiles, así como por sus geoglifos: diseños figurativos a escala
gigantesca en la pampa de los desiertos costeros.
•Fig. 2. Vasija antropomorfa mochica.
•0068. Vaso mochica.
•0067. Puerta del sol de Tiahuanaco.
•A189. Vasija mochica fálica.
•A191. Guanteletes mochicas de oro.
•A192. Vasija mochica que representa un guerrero.
•A193. Vasija Nazca representando una orca.
•A194. Monolito Ponce de Tiahuanaco.
•A195. Vasija antropomórfica nazca.
•A196. Acceso al Kalasasaya de Tiahuanaco.
•A197. Vasija zoomórfica nazca de doble pico.
•EX. Geoglifo nazca.
2.3. El periodo postclásico: de la confederación de señoríos a la instauración del Imperio.
Cronología: 500-1.500.
Centralización de base militar.
Culturas ecuatorianas. Manteña o Huancavilca, cañari.
•A215. El Castillo de Hutan Cañar.
Imperio de Wari (500-1.000). Integra y unifica políticamente las antiguas culturas
clásicas. Estilo inspirado en Tiahuanaco: cerámica tricolor. La ciudad más
característica es Piquillatja, que anuncia ya el estilo constructivo de los incas.
•EX. Cerámica Wari.
Reino de Chimor. La súbita desaparición del imperio de Wari posibilitó la
independencia y renacimiento cultural de los pueblos por él sojuzgados, que
recuperan sus tradiciones locales (por ejemplo, el estilo chancay, con su cerámica
en negro-sobre blanco). El principal fue el reino de Chimor, cuya capital Chan Chan
es una de las ciudades más extensas y mejor planificadas de América
Precolombina. Característica cerámica de color negro brillante, heredera en parte de
la tradición alfarera mochica; trabajos metalúrgicos en oro y plata.
•EX. Perro de cerámica.
•EX. Cerámica que representa un fruto.
•EX. Orfebrería (colgante).
•EX. Orfebrería (vasija con mono).
Imperio Inca. Gracias a su política de alianzas y conquistas, representa la etapa de
mayor extensión territorial y cultural del área andina (desde Colombia hasta Chile y
desde la costa a las selvas amazónicas). Los incas no conocían la escritura y su
vasto imperio se mantenía unido gracias a un extraordinario sistema de
comunicaciones orales. Se basaba en un sistema económico mixto, en el que son
igualmente importantes el sistema de reciprocidad y el de redistribución.
Arquitectura. El arte inca es fundamentalmente arquitectónico. Virtuosismo técnico
en el trabajo de la piedra de los muros (sillares perfectamente tallados y encajados),
ambiciosos proyectos urbanísticos, extensas obras de ingeniería. Fundaron
decenas de ciudades y su capital, Cuzco, alcanzó su mayor esplendor en la época
de Pachacutec. Llegó a tener 200.000 ó 300.000 habitantes. Su centro era la plaza
de Huacaypata, donde se celebraban las grandes ceremonias cívicas o religiosas. El
santuario principal era el Coricancha o Templo del Sol. Pero el monumento más
grandioso de Cuzco era la fortaleza de Sacsahuamán, con tres líneas de murallas
en zigzag. Además de Cuzco hay un sinnúmero de asentamientos; destacan los de
Machu Picchu, Chinchero y Racchi.
Artes plásticas. Salvo detalles aislados, la arquitectura inca carecía de decoración
escultórica. En bulto redondo, sólo hay una supuesta imagen de Viracocha (cabeza
en el Museo de América de Madrid). La escultura inca es siempre menor, de fina
factura y pequeñas dimensiones, y generalmente en metal: oro, plata, cobre,
bronce. Abundan las representaciones humanas pero sobre todo animalísticas:
llamas, vicuñas, pumas, serpientes... La cerámica inca es muy homogénea: fondo
crema y decoración en negro, ocre, rojo o marrón, de carácter geométrico o con
(escasas) representaciones animalísticas. Mención especial merecen los keros o
vasos sagrados decorados con escenas simbólicas figurativas y geométricas.
•0069. Machu Picchu.
•A216. Plano de la ciudad de Cuzco.
•A217. Muro exterior del Acllawasi (Palacio de las Mujeres Escogidas) de
Cuzco.
•A218. Fortaleza de Sacsahuamán.
•A219. Sacsahuamán.
•A220. Plano del asentamiento de Chinchero.
•A221. Figurillas incaicas de oro.
•A222. Collcas de planta circular en Racchi.
•EX. Coricancha o Templo del Sol en Cuzco (Convento de Santo Domingo
construido encima).
•EX. Keros en forma de jaguar.
•EX. Keros antropomorfo.
•EX. Keros con escena pintada.
•EX. Figurilla de llama.
•EX. Cuenco de cerámica.
UNIDAD DIDÁCTICA II. EL ARTE EN EGIPTO
Tema 3. De la creación del Estado al Imperio Antiguo.
Cronología: época tinita (Dinastías I y II): 3.100-2.686 a. C. Imperio Antiguo menfita:
2.686-2.181 a.C.
El arte egipcio supone la pervivencia durante casi tres milenios de un modelo
artístico básico que, con alternancia de conservadurismo e innovación, va a
permanecer en su esencia a lo largo de tan dilatada secuencia temporal.
La invención de la escritura tuvo lugar algo antes de 3.000 a. C. en Mesopotamia y
en Egipto. En ambas civilizaciones la escritura más antigua fue pictográfica, pero
pronto las pequeñas imágenes quedaron codificadas. En Egipto, con abundancia de
piedra dura y papiro, los pictogramas o jeroglíficos se mantuvieron largo tiempo,
mientras que en Mesopotamia, donde se escribía sobre arcilla, evolucionaron
rápidamente hacia la escritura cuneiforme. El descubrimiento de la escritura hizo
posible la actividad intelectual sistemática. Se consignaron por escrito la historia, la
poesía épica y religiosa, la ciencia de la época.
La escritura jeroglífica no fue descifrada hasta el s. XIX, por Jean-François
Champollion, tras el descubrimiento de la piedra de Rosetta. Así se inició el estudio
de la historia y la religión egipcias.
3.1. Claves para el análisis del arte egipcio.
Marco geográfico. La antigüedad y la continuidad de la civlización egipcia eran ya
legendarias para griegos y romanos. De hecho se mantuvo sin grandes cambios
durante tres mil años, debido a su aislamiento geográfico (a diferencia de
Mesopotamia, cuya historia es mucho más borrascosa). Importancia del río Nilo
como eje articulador.
Fundamentos socio-políticos, económicos y religiosos. Sistema político de carácter
teocrático, con una perfecta organización piramidal en cuya cúspide estaba el
monarca o faraón, considerado como ser divino. El inmutable orden del mundo
natural (salida y puesta del sol, crecida del Nilo) estaba personificado en un
complejo panteón de divinidades naturales.
Firme creencia en la existencia de los dioses y en la vida del más allá, que inspira el
deseo de obras que sirvan para perpetuar la vida (Gombrich: "un arte para la
eternidad"): magníficos templos, conservación de los cuerpos tras la muerte,
construcciones funerarias, imágenes de la existencia terrenal. Cada persona tenía
un misterioso doble, el "ka" o fuerza vital, que sobrevivía a la muerte, pero
necesitaba de un cuerpo (de aquí el arte de la momificación) o en su defecto una
estatua del difunto, que se guardaba, sedente o de pie, dentro de la tumba en una
cámara especial. Al difunto se le rodeaba de las comodidades y delicias de este
mundo dentro de su tumba: ajuar doméstico, alimentos, muebles, animales
momificados. Las paredes se adornaban con escenas en relieve o pintadas de la
vida del difunto. Las tumbas reales fueron por ello sistemáticamente expoliadas
desde la antigüedad.
Los egipcios construían sus ciudades, casas e incluso palacios de materiales pobres
y perecederos (adobe, juncos, palmera), pero las tumbas y los templos se
construyeron de piedra.
Constantes artísticas. Desde el punto de vista arquitectónico: afán de
monumentalidad, piedra cortada en grandes sillares, carácter adintelado de los
edificios, empleo de diversos tipos de columna.
En las artes figurativas: afán de representación de los caracteres esenciales por
encima del realismo, reglas y convencionalismos compositivos, carácter atemporal
de la estatuaria oficial, aspecto cúbico de las esculturas (para evitar una fractura que
pusiera en peligro la pervivencia del difunto en el más allá). Los relieves y pinturas
presentan escenas más ricas y variadas, con temática religiosa, bélica o de la vida
cotidiana. Rigen la ley de la frontalidad y la de la jerarquización de los personajes.
Ausencia de perspectiva. Los ojos y los hombros aparecen frontalmente; la cabeza,
las caderas y las piernas, de perfil. Excepción: cuando las dos manos participan en
la misma acción (ej. trabajos agrícolas de las pinturas murales) el hombro más
cercano al espectador aparece de perfil. Las figuras en relieve tienen siempre,
inexplicablemente, dos manos izquierdas, salvo cuando la derecha está sosteniendo
algo, y dos pies izquierdos (o dos derechos, en los raros casos en que se mueven
de derecha a izquierda). El peso descansa sobre ambas piernas, aunque una de
ellas esté adelantada. Los hombres se colorean con la piel oscura y las mujeres
clara.
3.2. El periodo arcaico (predinástico y I y II Dinastías).
Comienza a gestarse la aparición del Estado por una serie de logros técnicos, así
como la unificación de las varias culturas del Alto y Bajo Egipto: El Fayum y Merimde
(Neolítico del Bajo Egipto) Badariense (Neolítico del Alto Egipto), Amratiense
(=Nagada I, predinástico), Gerzeense (=Nagada II y III, predinástico). Algunas
analogías con el arte mesopotámico (cilindro-sello, cuchillo de Dyebel-al-Arak)
plantean la cuestión del origen del arte egipcio.
La unificación del Alto y del Bajo Egipto llevada a cabo por el rey Narmer hacia
3.200 a. C. marca la entrada de Egipto en la historia, y queda constatada en obras
como la Estela del "rey serpiente" o la paleta votiva de Narmer. Surge una especie
de conciencia histórica destinada a consolidar la incipiente monarquía teocrática:
símbolos visuales, escritura.
Narmer (el Menes de Manetón) era el soberano del Alto Egipto (cuya capital era
Hierakómpolis, al sur de Tebas) y conquistó el Bajo Egipto. Fundó Menfis en un
lugar estratégico, aunque su capital estuvo en Tinis, junto a Abydos.
Es sorprendente cómo varió totalmente el arte egipcio en sólo uno o dos siglos, del
periodo predinástico al protodinástico. No hay más que comparar la pintura mural de
Hierakómpolis con la paleta de Narmer. En esta última ya está introducido todo el
conjunto de convencionalismos que perdurarán los siguientes tres mil años en el
arte egipcio.
Las primeras tumbas reales que conocemos son del tipo mastaba. La mastaba, de
forma troncopiramidal, procede sin duda de los túmulos comunes a muchas culturas
primitivas, y en ella está la entrada a un pozo que conduce diagonalmente a la
cámara mortuoria, excavada en el suelo rocoso del desierto occidental. Las
fachadas de adobe de la superestructura se decoraban con una serie de molduras
paralelas regularmente entrantes y salientes (imitando las murallas de las ciudades
predinásticas por razones profilácticas), tema que se repite en los sarcófagos de
piedra del Imperio Antiguo.
Los reyes de la Dinastía I, por razones teológicas, poseyeron dos series de tumbas:
una en Abydos, cerca de Tinis, y otra en Saqqara, junto a Menfis. Ante la evidencia
de la mayor riqueza y magnitud de las tumbas menfitas, se llega a la conclusión de
que eran las verdaderas, mientras que las de Abydos serían cenotafios (o quizá
guardarían las entrañas del rey). También se encuentran en Abydos las imponentes
mastabas de Peribsen y Jasejemuy, los dos últimos reyes de la Dinastía II, y otras
tumbas de altos personajes de la corte tinita. Quizá también estén allí enterrados los
últimos reyes predinásticos del Alto Egipto.
En Heluán, orilla oriental del Nilo, se ha hallado la primera necrópolis de los
habitantes de Menfis, más de diez mil tumbas de todas las clases sociales fechadas
en el periodo tinita. En cambio los reyes y los personajes de importancia se hacían
inhumar al otro lado del río, en Saqqara.
•0070. Pintura de una tumba en Hierakómpolis.
•0071-72. Paleta del rey Narmer.
•A224. Estela del rey Uadyi (Dinastía I)
•A232. Paleta de los cánidos (periodo predinástico).
•A238. Paleta del rey Narmer.
•EX. Mastaba de Jasejemuy en Abydos.
3.3. Características económicas, políticas y culturales del Imperio Antiguo.
Tras las dos primeras dinastías con capital en Tinis, surge la plena consolidación del
Egipto unificado, con una nueva capital en Menfis desde la III Dinastía. Menfis y su
necrópolis mantuvieron intacto su prestigio durante toda la historia de Egipto
Antiguo, y los faraones siguieron celebrando su coronación según los ritos de la
Dinastía I hasta tiempos de los Ptolomeos.
El dios del lugar era Ptah, patrón de los artesanos, aunque también se veneraba a
Sacmis (divinidad sanguinaria y destructora convertida en propiciatoria), Sócares
(divinidad ctónica transformada en funeraria) y al toro Apis.
Saqqara no es más que la parte central de la inmensa necrópolis menfita, que se
extiende de norte a sur a lo largo de más de treinta kilómetros, y que modernamente
ha sido dividida en sectores geográficos designados con el nombre de las
poblaciones árabes más cercanas (los principales, de norte a sur, son: Guiza, Abu
Gorab, Abusir, Saqqara, que a su vez se divide en una zona norte y una zona sur,
Dahsur).
3.4. El esplendor de la época de las pirámides (III, IV y V Dinastías)
Arquitectura. Aparecen dos modelos paradigmáticos de la arquitectura funeraria
regia: las mastabas y las pirámides de piedra (en detrimento del uso del adobe
propio del periodo anterior). Ambos tipos de enterramiento forman parte de
auténticos complejos espaciales destinados al ritual funerario.
En Saqqara, el genial arquitecto Imhotep, sacerdote de Ra (dios sol) en Heliópolis,
creó un suntuoso recinto funerario al pie de una pirámide escalonada para el faraón
Zoser (III Dinastía). Al parecer, el predecesor de Zoser, Sanajt-Nebka, hizo construir
una mastaba de piedra, a la que Imhotep superpuso otros cinco escalones. La
pirámide se convierte así en una escalera por la que el monarca ascendía al cielo, a
su destino solar. El complejo funerario es la reproducción, en piedra, de la
residencia real de Menfis.
El sucesor de Zoser, Sejemjet, dejó su pirámide y su recinto funerario, inspirados en
el de su predecesor, inacabados (se descubrieron totalmente enterrados en 1951).
Huni comenzó su pirámide (única del Imperio Antiguo fuera del recinto menfita) en
Meidum como pirámide escalonada, y su sucesor Esnofru (primer faraón de la IV
Dinastía) la transformó en la primera pirámide perfecta; no obstante se derrumbó ya
en la antigüedad. Al mismo Esnofru se atribuyen también la construcción, en
Dahsur, de la Pirámide Romboidal (que tiene un cambio de pendiente en sus
paredes) y la Pirámide Roja (de escasa pendiente)
En Giza se emplazó el más espectacular conjunto de pirámides, destinadas a
albergar los sarcófagos de los faraones de la IV Dinastía Keops, Kefrén y Micerinos,
imagen por excelencia del arte egipcio. Cada una se halla emplazada en su
correspondiente recinto funerario, compuesto además por otras pirámides menores
y mastabas destinadas al enterramiento de príncipes de la sangre y hombres de
estado.
La Gran Pirámide de Giza (de Keops) presenta la innovación de que las dos
cámaras sepulcrales están en el corazón de la propia pirámide, en lugar de en el
subsuelo. Así se consuma el proceso de diferenciación respecto de la mastaba.
Para acceder a ella se construyó la Gran Galería, muy espaciosa y de gran altura,
de por sí una maravilla arquitectónica. En la cámara funeraria sólo subsiste el vacío
sarcófago de piedra del rey. En torno a la pirámide existen varios pozos donde se
han hallado sendos barcos funerarios de grandes dimensiones. En la cara este se
encuentra el templo funerario, de estructura muy sencilla.
La Pirámide de Kefrén tiene la cámara funeraria en la base, y un templo funerario
más complejo que comunica por una vía con el templo del valle. En el recinto se
encuentra además la enorme Esfinge de Giza, labrada en roca natural y que
representa la encarnación de la divinidad solar en forma de león yacente
androcéfalo, con el rostro del propio Kefrén.
La Pirámide de Micerinos es la menor de las tres, aunque su técnica constructiva es
semjante. Posee dos cámaras funerarias, ambas subterráneas.
El último faraón de la IV Dinastía, Shespseskaf, se hizo enterrar nuevamente en el
sector sur de Saqqara (volviendo además a la mastaba tras las grandes pirámides
de sus antecesores). Este cambio ha sugerido que Shepsekaf rompió con el clero
de Heliópolis y sus concepciones solares para volver al culto menfita de Ptah. La
mastaba representa en realidad un inmenso sarcófago de piedra con el techo
abombado y las paredes ligeramente en talud. No se encuentra a su alrededor la
tumba de ningún cortesano, pero sí numerosos vasitos de ofrendas, testimonio del
culto popular.
La Dinastía V regresó a la ortodoxia solar. Sin embargo, mientras en la III y IV
Dinastías el culto solar era inseparable del del faraón, ahora se ven disociados y
aparecen los templos solares (el de Usérqueres en Abusir; el de Niuserre en Abu
Gorab). Los reyes de la V Dinastía construyeron sus pirámides en Abusir (las de
Sahure, Neférqueres y Niuserre) y en Saqqara (las de Usérqueres, Dyedkare y
Onos, ésta la primera que posee los Textos de las Pirámides). Fueron débiles ante
el poderoso clero heliopolitano: sus pirámides son cada vez más exiguas mientras
que las mastabas de cortesanos y sacerdotes son cada vez mayores y más lujosas.
Con la Dinastía VI , el poder "feudal" se asentó en Egipto. Las pirámides de Ótoes,
Pepi I y Menrenre en Saqqara están muy mal conservadas. La de Pepi II, en
cambio, está en relativo buen estado, posee Textos de la Pirámides bien
conservados y un templo funerario anejo con bajorrelieves de excelente calidad.
Las tumbas de los particulares evolucionaron desde simples fosas cubiertas con un
túmulo hasta las mastabas de piedra ricamente decoradas características del
Imperio Antiguo, que se agrupaban en verdaderas "ciudades" de notable urbanismo.
Su decoración se basaba en bajorrelieves pintados que representaban escenas de
la vida cotidiana o a la profesión de su dueño, para el uso del "ka". Entre las
mastabas de Saqqara destacan la de la princesa Idut, la de Merekuka o la de Ti. En
Giza se extienden dos grandes "campos" de mastabas, uno occidental y otro
oriental.
•Fig. 4. Pirámide de Zoser en Saqqara.
•0073. Grupo de mastabas.
•0074-76. Conjunto funerario del rey Zoser.
•0077-78. Vestíbulo de entrada al conjunto funerario de Zoser.
•0082-84. Pirámides de Giza.
•0085. Templo de Kefrén.
•A225. Pirámide de Meidum (Dinastías III-IV)
•A227. Templo funerario de Kefrén.
•A228. Pirámides de Giza.
•A239. Pirámide escalonada de Zoser.
•A240. Conjunto funerario de Zoser en Saqqara.
•A241. Interior de la pirámide de Onos.
•EX. Mastaba de Shepseskaf.
•EX. Pirámide roja.
•EX. Pirámide romboidal.
•EX. Templo solar de Niuserre.
•EX. Pirámide de Pepi II.
Artes figurativas. En este momento se consolida el canon de proporciones y las
reglas escultóricas que permanecerán sin apenas variaciones hasta el final del
imperio. Desde la IV Dinastía se normativiza la estatuaria real, al crearse unas
pautas compositivas que, como en el caso de la escultura de Zoser, se convertirán
en un modelo de representación sedente. Las efigies del faraón son imágenes de
culto cuyo objetivo es transmitir la idea de majestad y autoridad sobrehumanas (ej.
Kefrén). La primera escultura metálica que conservamos es la de Pepi I en cobre.
En cambio, las representaciones de nobles y funcionarios contrastan con las
anteriores por su realismo (escribas, Rahotep y Nofret, "El Alcalde del Pueblo").
También parecen pequeñas estatuas de sirvientes realizando las más variadas
tareas.
En esta etapa el relieve de tumbas se apodera de la arquitectura. Concebido como
un trabajo en equipo entre diseñador, grabador y pintor, se crean bellísimas
composiciones carentes de perspectiva. Los numerosos bajorrelieves polícromos
de extraordinaria calidad y variedad son la mejor fuente para conocer la vida
cotidiana de los antiguos egipcios. La pintura fue menos empleada, aunque produjo
algunas obras maestras como las pinturas de la mastaba de Atet en Meidum, entre
las que destacan las famosas ocas.
•Fig. 5. Micerinos y su esposa.
•0079. Estatua sedente de Zoser.
•0080. Taller de escultores. Relieve de Saqqara.
•0081. Hesira. Relieve de Saqqara.
•0086. La Gran Esfinge.
•0008. Estatua sedente de Kefrén.
•0087. Tríada de Mikerinos.
•0088. Rahotep y Nofret.
•0089. Busto del príncipe Ankhaf.
•0090. "El alcalde del pueblo".
•0091. Escriba sentado.
•0092. Relieve de la tumba de Ti en Saqqara (cacería de hipopótamos)
•0093. Las ocas de Meidum.
•0094. Relieve de la tumba de Ti (ganado atravesando el río).
•0095. Pájaros en vuelo. Tumba de Neferirkara en Saqqara.
•A223. Sarcófago rectangular de la IV Dinastía.
•A226. Estatua sedente de Zoser.
•A229. Rahotep y Nofret.
•A230. Escriba sentado.
•A231. Relieves polícromos de la mastaba del visir Mehu en Saqqara.
•A233. Relieve de la mastaba de Ti (ganado atravesando el río)(Dinastía V).
•A234. "El Alcalde del pueblo" (Dinastía V).
•A235. Mujer haciendo cerveza (Dinastía V).
•A236. Relieve de la mastaba de Ti (construcción de barcos)(Dinastía V).
•A237. Ocas de Meidum, mastaba de Atet (IV Dinastía).
•A242. Esfinge de Giza.
•A243. Estatua sedente de Kefrén.
•A244. Tríada de Micerinos.
•EX. Escultura en cobre de Pepi I y su hijo.
Artes menores. La cerámica hecha a torno, monocroma y sin decoración, se
generaliza desde finales del Predinástico. Cerámica vidriada, engobe.
Perfección del trabajo de la piedra (cuchillos de sílex, vasos, vajillas de lujo... ).
Predomina el alabastro, más blando y fácil de trabajar.
Uso del cobre (sin aleación) para gran variedad de utensilios, desde agujas hasta
armas, pero luego eran nuevamente fundidos, pues era difícil obtener el metal. En
cambio el oro era relativamente abundante. Por su inalterabilidad unió a su valor
económico un indudable valor religioso. La plata no dejó de usarse, aunque era
mucho más rara y había que importarla.
La madera se importaba casi totalmente del Líbano (la de Egipto no era apta para la
construcción) y se usó con profusión y perfección en la fabricación de muebles y de
barcos para la navegación marítima y fluvial (así como barcos funerarios como los
de Keops).
•EX. Muebles del ajuar funerario de la reina Hetepheres.
Tema 4. El Imperio Medio.
4.1. La civilización egipcia durante el Primer Periodo Intermedio (VII-X Dinastías)
Cronología: 2.181-2.040 a. C.
A finales de la VI Dinastía comienza una etapa de manifiesto declive económico
agravado por la sequía. La autoridad pasó a manos de príncipes locales enfrentados
entre sí. El Estado se escindió en dos partes: el norte, con capital en Herakleópolis,
y el sur, con capital en Tebas.
En arquitectura se produjo un empobrecimiento general. Las tumbas de los nobles
herakleopolitanos son pequeños monumentos de adobe de planta rectangular y
adosados unos a otros según una planificación preestablecida. También pequeños
hipogeos a los que se accedía por un pozo vertical, en el desierto (necrópolis de
Sedment). Los reyes se hacían enterrar en pequeñas pirámides erigidas según las
técnicas del final del I.A. y decoradas con Textos de las Pirámides.
Los nobles del Alto Egipto se hacían erigir grandes y complejos hipogeos en las
paredes rocosas de las montañas que dominaban sus ciudades de residencia.
Escultura. En el Alto Egipto, la técnica del relieve retrocedió, hasta ser sustituida
casi totalmente por modelos y figuras exentas, primero de piedra y después de
madera. En cambio, en Herakleópolis, donde se trasladaron los artesanos menfitas
del I.A., se han encontrado relieves de gran calidad.
En este periodo aparece y se difunde el uso de sarcófagos de madera, dobles y
rectangulares, que serán típicos durante el I.M.
•A246. Decoración de la tumba del tesorero Sehu.
4.2. La civilización egipcia y la consolidación del Imperio Medio (XI-XII Dinastías)
Cronología: 2.040-1.786 a. C.
El príncipe tebano Mentuhotep I (de la Dinastía XI) unifica de nuevo el país e
inaugura el llamado Imperio Medio. En el campo de las artes esta etapa se
caracteriza por un clasicismo alejado de las normas estereotipadas del Imperio
Antiguo. Hay un mayor realismo físico y psicológico en la representación de la figura
humana. Gran calidad formal, búsqueda de nuevas formas de expresión. El arte del
Imperio Medio se distribuye por todo Egipto (a diferencia del del I.A., concentrado
junto a Menfis).
Arquitectura: los faraones de esta época, y en especial los de la Dinastía XII,
desarrollaron una gran labor constructiva de templos, tanto en el Alto como en el
Bajo Egipto, para sustituir por piedra la primitiva arquitectura de barro y materiales
perecederos. Sin embargo es poco lo que se ha conservado: Templo de Medinet
Madi en El Fayum (de la diosa Renunet y el dios Sobek), Capilla Blanca de
Sesostris I en Karnak.
En arquitectura funeraria, el más remarcable ejemplo es el Templo-tumba de
Mentuhotep III en Deir-el-Bahari, en la orilla oeste de Tebas, constituido por dos
terrazas superpuestas sostenidas por pilastras. Supone una síntesis de elementos
procedentes de los complejos de pirámide el Imperio Antiguo y las tumbas
porticadas rupestres de los príncipes del Alto Egipto.
Las tumbas y complejos funerarios de los reyes de la Dinastía XII se hallan todos en
la zona comprendida entre Saqqara y El Fayum: pirámides de Amenemes I y de
Sesostris I (Lisht), de Amenemes II (Dahsur), de Sesostris II (Illahun), que
aprovechó una eminencia rocosa natural, de Sesostris III (Dahsur), cenotafio de
Amenemes III o Pirámide Negra (Dahsur). La tumba de este faraón está en El
Fayum, junto a un imponente templo funerario que Herodoto llamó Laberinto.
En cuanto a las tumbas de personajes importantes, aparece un nuevo modelo de
tumba de menores dimensiones, excavada en la roca: el hipogeo. Es un concepto
arquitectónico original, pues la tumba se mimetiza con el paisaje (Beni Hasan). En el
Alto Egipto, los hipogeos de las familias aristocráticas, al principio de gran tamaño y
muy decorados, se fueron haciendo cada vez más pequeños a lo largo de la
Dinastía XII. Perviven no obstante otros tipos de tumbas privadas, como las
pirámides de pequeñas dimensiones.
La arquitectura militar de esta época es de gran importancia y calidad. Grandes
fortalezas se erigieron en Nubia, especialmente en Semna.
En cuanto al urbanismo, la localidad de Kahun, ciudad de los obreros de Sesotris,
cerca de Illahun, fue excavada por Flinders Petrie y ha proporcionado, además, rica
documentación papirológica.
•0097. Templo funerario de Mentuhotep III en Dair-el-Bahari (reconstrucción).
•0107. Patio de Amenhotep III y entrada al templo de Amón-Mut-Khonsu.
•A245. Capilla blanca de Sesostris I.
•A248. Pirámide de Sesostris II en Illahun.
•EX. Templo de Medinet Madi en El Fayum.
•EX. Templo de Mentuhotep.
•EX. Templo de Mentuhotep (otra reconstrucción)
•EX. Pirámide Negra de Dahsur.
•EX. Hipogeos de Beni Hassan.
•EX. Plano de la fortaleza de Semna.
•EX. Plano de Kahun.
Escultura y pintura. Perviven las dos escuelas del Primer Periodo Intermedio (la del
norte, tradicionalista e idealista; la del sur, tosca y realista), aunque se unieron
durante el Imperio Medio.
La representación escultórica de la figura del faraón, cuyo poder ya no procede de
su condición divina sino de su autoridad personal y su fuerza militar, abandona la
calma serena y el idealismo del Imperio Antiguo. De la Dinastía XI destaca la
estatua sedente de Mentuhotep II, típico ejemplo de la escuela meridional. De la
Dinastía XII, las diez estatuas de Sesostris I halladas en Lisht, mucho más humanas
y técnicamente perfectas. Con Sesostris III se abre un nuevo capítulo de la escultura
egipcia. Poseemos una amplia serie de retratos originarios de Medamud con
expresión atormentada, joven o viejo. Esta tendencia expresiva continuará en las
esculturas de Amenemes III, tras cuyo reinado se produce una cierta decadencia
que continuará durante el Segundo Periodo Intermedio, cuando los reyes prefirieron
usurpar las estatuas de sus predecesores.
Aparecen las primeras estatuas colosales del arte egipcio desde principios de
Imperio Medio (estatua de Mentuhotep II, de 2,5 metros).
La escultura privada se caracteriza por su realismo y delicadeza. A mediados de la
Dinastía XII se impone la moda de representar ciertos defectos físicos que confieren
realismo a la imagen. Figurillas de madera, toscas pero muy expresivas, de la
tradición sureña.
La técnica del bajorrelieve polícromo se difundió rápidamente por el Alto Egipto,
desde la Dinastía XI (bajorrelieves del Templo de Tod). Durante la Dinastía XII son
numerosísimos los bajorrelieves técnicamente perfectos hallados en toda la
geografía egipcia. Es de destacar la aparición de representaciones humorísticas en
las paredes de las tumbas, junto a las escenas de la vida cotidiana. Hay gran
abundancia de estelas de pequeño tamaño de gran variedad tipológica y de calidad,
que son un excelente testimonio de la emergencia de una nueva clase media en
Egipto.
Las pinturas que decoran las tumbas muestran en este periodo junto a las raíces
tradicionales interesantes innovaciones locales, así como un dinamismo figurativo
hasta entonces desconocido. Destacan los relieves y pinturas de la necrópolis de
Beni Hasan (Abubilla y pájaros posados en una acacia, Dando de comer a los
órices, ambos en la tumba de Khnumhotep) que evidencian un dominio técnico y
espacial, una minuciosidad de detalles y una luminosidad tonal no alcanzada en
etapas anteriores. Se incorporan motivos de lucha individual y bélicos.
Gran calidad y variedad en la artesanía: espejos, cuchillos, pectorales, collares,
coronas y diademas., escarabeos (amuletos que reproducen la imagen simbólica de
Jepri, el dios del sol naciente).
Durante el Imperio Medio reaparecieron los sarcófagos de piedra, aunque aún
dominaban los de madera, mostrando muchos de ellos los importantes "textos de
los Sarcófagos". A finales de la Dinastía XII aparecieron los sarcófagos momiformes
de madera estucada que serán típicos del Imperio Nuevo.
•0096. Modelo de madera de tropas nubias.
•0099. Cabeza de Sesotris III.
•0100. La princesa Sennuwy.
•A247. Portadoras de ofrendas en madera pintada.
•A249. Retrato de Sesostris III anciano.
•A250. Estela funeraria de Maki-Mentu.
•A251. Estatua sedente de Sesostris III joven.
•A252. Sarcófago de Seni.
•EX. Estatua sedente de Mentuhotep II.
•EX. Estatua colosal de Mentuhotep II.
•EX. Amenemes III.
•EX. Dando de comer a los órices (pintura de Beni Hassan)
4.3. El segundo Periodo Intermedio (XIII-XVII Dinastías)
Cronología: 1.786-1.552.
La llegada de los hicsos, pueblo procedente del Próximo Oriente que dominará la
región del Delta durante ciento cincuenta años, pone fin al Imperio Medio. Los
hicsos, que trajeron a Egipto el desconocido carro con caballo, aceptaron la religión,
el arte y las costumbres del país, pero apenas quedan restos de esta etapa. La
técnica del bajorrelieve sufrió una clara decadencia (p. ej. los de la Dinastía XIII en
Templo de Medamud, que son desafortunadas imitaciones de otros relieves del
mismo templo de la época de Sesostris III). Su capital fue Avaris (Tell-el Dab'a), que
todavía se está excavando.
Tema 5. Del Imperio Nuevo al ocaso del arte egipcio.
Cronología: Imperio Nuevo (Dinastías XVIII-XX): 1.552-1.069 a. C. Tercer Periodo
Intermedio (Dinastías XXI-XXV): 1.069-663 a. C. Periodo saíta (Dinastía XXVI): 663-
525 a. C. Primera dominación persa (Dinastía XXVII): 525-404 a.C. Últimas
dinastías indígenas (XXVIII-XXX) 404-341 a. C. Segunda dominación persa
(Dinastía XXXI): 341-333 a. C. Dominación griega: 333-30 a. C. En 30 a. C. Egipto
pasa a Roma como provincial personal del emperador.
5.1. Marco religioso, político, cultural y social del Imperio Nuevo (XVIII-XX Dinastías)
Caracteres generales del Imperio Nuevo. Los hicsos fueron expulsados del país por
Ahmosis, fundador de la XVIII Dinastía, y el país se unifica de nuevo bajo soberanos
fuertes, extendiendo sus fronteras desde el Éufrates al Sudán. La acumulación de
tributos procedentes de los pueblos conquistados posibilita una estabilidad social y
un aumento de riquezas que permite a los faraones la construcción de enormes
proyectos arquitectónicos de carácter religioso y funerarios, centrados sobre todo en
Tebas, la nueva capital del Imperio.
La asociación de los faraones con el fusionado dios supremo Amón-Ra supuso a la
larga una amenaza para su autoridad por parte de la poderosa clase sacerdotal.
El arte del Imperio Nuevo muestra una gran variedad, oscilando entre el más
tradicional conservadurismo y la más refinada y novedosa creación. Durante esta
etapa se conmemora al máximo el poder imperial de los faraones.
La época del Imperio Nuevo es el apogeo de la arquitectura egipcia. Gran parte de
esta arquitectura fue religiosa, en testimonio de gratitud a los dioses. Tiende a
estabilizarse el plano del templo, que adquiere mayor importancia que los
enterramientos. Los templos egipcios, a diferencia de los templos griegos
posteriores, no ofrecían una vista unificada al exterior. Se construían a lo largo de un
eje central, encerrando una serie de espacio de creciente santidad y exclusividad:
pilonos de entrada - patio columnado - sala hipóstila - santuario.
Las columnas que sostienen el techo de la sala hipóstila son papiriformes; las que
están en la nave central, más alta que las laterales para permitir la entrada de luz,
tienen los capiteles abiertos; en cambio los capiteles de las demás están cerrados.
La sala hipóstila solía estar completada por algunas salas como el santuario de la
barca, donde se guardaba la barca sagrada en la que la imagen del dios se sacaba
en procesión.
El templo estaba precedido de una avenida de esfinges llamada "Camino de Dios".
Había otras instalaciones (lago sagrado, archivos-bibliotecas, habitaciones para el
clero, etc.). La mayoría de los templos alteraron el modelo canónico, pero todos
conservaron las tres partes principales: patio porticado, sala hipóstila y capilla del
dios. Se orientan con respecto al curso del Nilo; la parte sur se refiere al Alto Egipto
y la parte norte al Bajo Egipto.
Los reyes, desde Amenhotep I, pasaron a ser enterrados en hipogeos excavados en
la roca del Valle de los Reyes. Tienen numerosas salas, escaleras, rampas y
pilastras, hallándose la momia real siempre en la última sala. El culto funerario
queda asegurado en los templos funerarios, físicamente separados de las tumbas.
Las tumbas particulares solían estar integradas por un conjunto de capillas al aire
libre y de cámaras hipogeas, cuya entrada estaba presidida por un pequeño
piramidón (última supervivencia de las pirámides del I.A. y el I.M.). Las capillas se
abren a un pequeño patio con un pozo que comunica con las cámaras funerarias.
Elementos arquitectónicos utilizados:
-distintos tipos de columnas y pilastras: columnas protodóricas en pórticos y
fachadas exteriores; florales en interiores; papiriformes; cilíndricas; pilastras
heráldicas; osiríacas; capiteles hathóricos.
-gola egipcia: moldura de perfil curvo que decora los entablamentos de la
arquitectura egipcia. Suele estar presidida por la representación del disco solar
alado que normalmente se encuentra también sobre las puertas.
-amplio uso de obeliscos, sistemáticamente monolíticos.
Los relieves de esta época son de gran finura e introducen innovaciones como la
perspectiva y la técnica del hueco relieve. Se alcanza un gran nivel de virtuosismo.
La decoración pictórica de las tumbas adquiere un gran auge, independizándose del
relieve y de la escultura y diversificando graciosamente sus temas.
Las artes decorativas (orfebrería, mobiliario, etc.) tienen su espectacular exponente
en los ajuares funerarios. En esta época se imponen los sarcófagos momiformes de
madera estucada y pintada. Notables muebles y objetos de tocador (madera y
alabastro). Poco uso del bronce. En cambio, abundante uso del oro y las piedras
preciosas. Por primera vez, la plata, rara en Egipto, se usa en joyería.
La Dinastía XVIII. Ejemplos de arquitectura religiosa:
Templo de Amón en Karnak.
Templo de Amón en Luxor.
Templo de Montu en Ernant.
Capilla rupestre de Dyebel Silsila, construida por Harmais (=Horemheb)
Templo rupestre de Hatsepsut (Speos Artemidos)
Templo de Ptah en Menfis.
Templo de Heliópolis (de Amenhotep III)
Serapeo de Menfis en Saqqara.
•0108. Plano del templo de Amón-Mut-Khonsu en Luxor, comenzado por
Amenhotep III y añadido por Ramsés II.
•A254. Sala de fiestas de Tutmosis III en el Templo de Amón-Ra en Karnak.
•EX. Plano de los templos de Karnak.
•EX. Plano del templo de Luxor.
•EX. Entrada del Serapeo. Saqqara.
•EX. Pasillo del Serapeo. Saqqara.
•EX. Speos Artemidos. Beni Hassan.
Arquitectura funeraria. En los hipogeos de la Dinastía XVIII, se solía hacer algún
ángulo recto y la tumba cambiaba así de orientación. El templo funerario mejor
conocido de la Dinastía XVIII es el de Hatsepsut, construido por el arquitecto
Senmut. Del templo de Amenhotep III sólo quedan las estatuas colosales que
presidían su entrada (Colosos de Memnón).
•0102-103. Templo funerario de Hatsepsut en Deir-el-Bahari.
•0104. Pórtico de Anubis en el templo de Hatsepsut.
•A263. Templo funerario de Hatsepsut.
Arquitectura civil. Conocemos dos palacios de la Dinastía XVIII: el de Amenhotep
III en Malqata, en la orilla izquierda de Tebas, y el de Akhenaton en Tell el-Amarna,
así como la disposición de esta ciudad. De las otras capitales de Egipto en el
Imperio Nuevo: Tebas, Menfis y Pi-Rameses, nuestros conocimientos son menores.
De Menfis sólo sabemos que fue el principal centro administrativo y residencia de
los reyes desde Tutmosis IV. De Tebas conocemos la existencia de tres zonas
residenciales, una junto al gran Templo de Karnak, otra en Luxor y otra en la orilla
izquierda del Nilo, donde erigió Amenhotep su palacio.
Artes figurativas. Se unen al idealismo del Imperio Antiguo y al realismo del
Imperio Medio un notable gusto por el lujo y por los caprichos de la moda. La
estatuaria real destaca por la humanidad y el optimismo de los rostros de los
faraones. Se continúa con los presupuestos figurativos del Imperio Medio,
preludiando los cambios de la etapa amarniense (cabeza de la reina Tiyi). Desde
Amenhotep III destaca la estatuaria colosal, fiel reflejo de la divinidad del monarca
(los colosos de Memnón tienen 15 m. de altura)
De gran importancia son las pinturas que decoran las tumbas de reyes y altos
personajes de Tebas y Menfis. Especialmente en las tumbas particulares de la
necrópolis tebana, son notables las escenas de la vida cotidiana.
La joyería y las artes menores están excelentemente representados gracias al ajuar
funerario de la tumba de Tutankhamon (finales de la Dinastía XVIII). Se hace
característica en esta época la cerámica vidriada de azul intenso o fayenza egipcia,
así como el vidrio de colores. Con esta técnica se realizaban los shauabtis o
ushebtis (típicas estatuillas momiformes extendidas durante el Imperio Nuevo, que
debían sustituir al difunto en sus tareas en el más allá).
•0098. Pintura preparatoria y relieve de la tumba del faraón Horemheb en el
Valle de los Reyes. Dinastía XVIII.
•0101. La reina Hatsepsut.
•0105. Rey y Reina de Punt, en el templo funerario de Hatsepsut.
•0111. Escena de banquete de la tumba de Nebamon en Tebas.
•0114. Nebamon cazando aves.
•0112. Arpista ciego de la tumba de Petenemhab. Saqqara.
•0118. Máscara funeraria de oro del faraón Tutankhamon.
•0119. Trono de Tutankhamon.
•A262. Colosos de Memnón.
•A267. Cabeza de la reina Tiyi.
•A268. Pintura mural de la tumba de Ramose (plañideras).
•A269. Pectoral con el ojo udyat. Dinastía XVIII.
•A271. Pintura mural de la tumba de Nebamon (jardín con estanque).
•A272. Trono de oro de Tutankhamon.
•A273. Máscara funeraria de oro de Tutankhamon.
•EX. Ushebtis de Tutmosis IV.
5.2. Akhenatón y el cisma de Tell-el-Amarna.
El intento de sometimiento de la clase sacerdotal de Amón-Ra por parte del faraón
Amenofis IV, Akhenatón, que proclamó su fe en Atón, dios único de carácter solar,
supuso un paréntesis en las tradiciones religiosas, sociales y artísticas del país. El
cierre de los templos de Amón y el traslado de la capital a Tell el Amarna, en la
región central de Egipto, implicó una verdadera revolución, pero ésta no sobrevivió a
su reinado. Tras su muerte se reinstauró la ortodoxia del culto a Amón. Akhenatón
es el único rey de la Dinastía XVIII no enterrado en el Valle de los Reyes, pues se
hizo un hipogeo en el llamado Wadi Real, profundo valle desértico al este de Tell el-
Amarna.
Reaparecen los templos solares a cielo abierto semejantes a los del I. A. Nueva
técnica constructiva, documentada en Karnak, a base de bloques de piedra de
pequeño tamaño (talasat) que permitían una construcción mucho más rápida.
Conservamos la estructura de la ciudad de Akhenaton. En ella existían dos zonas
residenciales en la orilla derecha del Nilo, una al norte y otra al sur, donde vivían los
altos funcionarios, separadas por la "ciudad oficial" donde se hallaba el templo de
Atón, el palacio ceremonial, cuarteles, oficinas y talleres. El barrio donde vivían los
artesanos se encontraba más al este, alejado de la orilla del río, en la zona llana
rodeada por las montañas del desierto arábigo. En este reborde están las tumbas de
los altos funcionarios amarnienses, hipogeos excavados a cierta altura. Equidistante
de las dos necrópolis, una septentrional y otra meridional, y dando frente al centro
de la ciudad, se halla la boca del Wadi Real, en cuyo fondo se halla la tumba del
rey. Los límites de la ciudad estabn marcados por una serie de estelas-frontera.
El arte de Tell-el-Amarna introdujo en todos los dominios artísticos una notable
voluntad expresionista que trastocó notablemente el realismo anterior. Desarrolla un
nuevo ideal de belleza, liberándose de la tradicional inmovilidad del arte egipcio en
aras de la humanización de las representaciones de Amenofis IV y de la reina
Nefertiti, de los que poseemos extraordinarios retratos. Tiene gran interés el
descubrimiento del taller del escultor Tutmosis, con numerosas obras inconclusas.
La pintura se especializó en la representación de escenas de la vida familiar de los
reyes, caso único en todo el arte egipcio.
•Fig. 6. Akenatón y su esposa. Relieve pictórico.
•0115. Rey Akenatón, escultura procedente del templo de Atón en Karnak.
•0116. El rey Akenatón y su familia ofreciendo un sacrificio a Atón.
•0117. Busto de la reina Nefertiti.
•A265. Busto de Akhenatón procedente de Karnak.
•A266. Busto de Nefertiti.
5.3. Del arte de las Dinastías XIX y XX al ocaso del arte egipcio.
Dinastías XIX y XX. Arquitectura. Durante la XIX Dinastía se produce en Egipto un
regreso a las estructuras tradicionales, tanto a nivel ideológico como artístico. Los
reyes de las Dinastías XIX y XX prosiguieron las obras de sus predecesores con
progresivo colosalismo:
Templo de Abydos (edificado por Seti I)
Sala hipóstila del Templo de Karnak, de Seti I y Ramsés II.
Templo de Luxor (continuado por Ramsés II)
Templo de Abu Simbel (dedicado a este rey y a su esposa Nefertari).
Rameseum, templo funerario de Ramsés II en Tebas.
Templo funerario de Ramsés III en Medinet-Habu.
Aunque la capital seguía siendo Tebas, los Ramésidas trasladaron la capital práctica
a Pi-Rameses, ciudad de nueva construcción en el Delta, cerca de Avaris.
A partir de la Dinastía XIX el eje de los hipogeos reales es rectilíneo. Los hipogeos
de reinas, princesas y príncipes de menor edad se encuentran desde la Dinastía XIX
en el Valle de las Reinas.
Tras el reinado de Ramsés II la grandeza arquitectónica se fue diluyendo debido a
los conflictos que caracterizaron los reinados de finales de la XIX Dinastía y a la
inestabilidad y anarquía de la Dinastía XX. Las incursiones de numerosos pueblos
extranjeros minaron cada vez más el poder de los faraones, fragmentándose de
nuevo el país.
•0109. Modelo de la sala hipóstila del templo de Amón-Ra en Karnak.
•0110. Sala hipóstila del templo de Karnak.
•0120. Fachada del templo de Abu Simbel.
•A253. Pilonos del templo funerario de Ramsés III. Medinet Habu.
•A255. Patio peristilo de Ramsés II en el Templo de Luxor.
•A256. Sala hipóstila del Templo de Amón en Karnak.
•A258. Galería axial del templo de Amón-Ra en Karnak.
•A259. Pórtico de pilastras del templo de Seti I en Abydos.
•A260. Templo de Ramsés II en Abu Simbel.
•A261. Pilastras osiríacas del templo de Abu Simbel.
•A264. Rameseum, templo funerario de Ramsés II.
•EX. Avenida de las esfinges del Templo de Karnak.
Artes plásticas. La influencia amarniense se mantuvo en la época ramésida,
aunque poco a poco ésta evolucionó hacia un manierismo fuertemente condicionado
por la religión.
Las campañas y victorias militares de Ramsés II quedan reflejadas en todos los
relieves de la época. Un ejemplo de su labor constructora incluye el templo mayor
de Abu Simbel, con cuatro esculturas sedentes del faraón en la fachada. Entre las
obras figurativas del momento sobresalen por su belleza los relieves de la tumba de
la reina Nefertari en la necrópolis de Tebas. En ellas sorprende el sombreado de
algunas figuras que las dota de un mayor sentido volumétrico.
A partir de la Dinastía XIX la pintura de las tumbas evoluciona para representar
motivos exclusivamente funerarios y mitológicos.
•0113. Pinturas murales de la tumba de Sen-Medjem.
•A257. Relieve polícromo de Seti I y la diosa Isis, Templo de Seti I en
Abydos.
•A270. Tumba de Sen-Medjem.
•EX. Tumba de Nefertari, cámara final.
•EX. Pintura de la tumba de Nefertari.
•A278. Ostrakon con danzarina contorsionista.
Etapa Tardía. Las últimas dinastías faraónicas (XXI-XXX). Los faraones de la XXI Dinastía abandonan Pi-Rameses en beneficio de Tanis.
Surgen efímeras dinastías de muy diverso origen, hasta el advenimiento de la Época
Saíta, que se extiende hasta la conquista del país por los persas. El país vuelve a
dividirse, detentando el poder los príncipes locales en el norte y los sacerdotes en el
sur. Se vuelve la mirada a los modelos artísticos del pasado, consiguiéndose un
gran virtuosismo. A falta de gloriosas campañas militares, los relieves se refieren a
temas mitológicos. Caracteres:
-Elementos dispersos de arquitectura religiosa, generalmente completando otros
más antiguos en Karnak o Medinet Habu.
-Se erigieron grandes construcciones en el Delta, de las cuales sólo tenemos
noticias literarias. Excepción: los restos del Templo de Amón en Tanis (Dinastías
XXI-XXII)
-Construcciones de Nectánebo I (Dinastía XXX) en Philae y en Medinet Habu; en
ellas se usa por primera vez el muro intercolumnar decorado con relieves que será
característico de la época ptolemaica.
-Tumbas reales de Tanis: sencillas cámaras subterráneas de piedra en el subsuelo
del templo de Amón. Relativa riqueza de los ajuares funerarios, hallados casi
intactos, y en los que se observa el uso progresivo de la plata.
-Tumbas privadas de gran variedad tipológica y perfección técnica, algunas
excavadas a gran profundidad.
-Uso habitual del bronce en escultura (gracias al comercio fenicio), con
incrustaciones de oro y plata.
-Uso de piedras cada vez más duras en estatuas y sarcófagos antropomorfos, con
extraordinario pulido.
-En el periodo saíta (Dinastía XXVI) se imitan los modelos de épocas anteriores,
especialmente del Imperio Antiguo (arte neomenfita). También se buscan posturas
nuevas, se hacen esculturas de animales (miles de estatuillas de bronce) y
soberbios retratos de ancianos llenos de realismo (Cabezas Verdes). Los relieves
saítas copian los modelos del I.A.
-Artes menores: perfección técnica y abarrocamiento. Gran producción de
pequeños objetos (escarabeos, amuletos de pasta vidriada, pequeños bronces)
•A274. Escarabeo con jeroglíficos.
•A275. Estatua de Tueris, diosa-hipopótamo.
•A276. Sarcófago antropomorfo del visir Dyemenefharback.
•A277. La reina Karomama (Dinastía XXII).
•A279. Estatua de bronce de un gato.
•A280. Estatua del alto funcionario Bes.
•A281. Retrato de un anciano (Cabeza Verde)
•EX. Restos del Templo de Amón en Tanis (Din. XXI y XXII)
•EX. Torso del rey Petubastis (Dinastía XXIII)
•EX. Vestíbulo de Nectánebo en Philae (Dinastía XXX).
El arte del periodo ptolemaico. Gran importancia de los templos, últimos grandes
monumentos del arte egipcio. Algunos han llegado a nuestros días prácticamente
intactos (el de Horus en Edfu, el de Hathor en Dandara, el de Isis en Philae) o
bastante bien conservados (el de Horus y Sobek en Kom Ombo; el de Khnum en
Esna).
Los templos ptolemaicos conservan la planta canónica pero introducen algunas
variantes arquitectónicas:
-dos ejes paralelos en Kom Ombo (la parte derecha se dedica a Sobek, la izquierda
a Horus).
-generalización del muro intercolumnar decorado
-nuevo capitel escultórico compuesto formado por flores abiertas y el rostro de la
diosa Hathor (templo de Hathor en Dendera).
-mammisis, templetes anexos al edificio principal del templo, en los cuales se
celebraban las ceremonias del nacimiento divino (Dandara, Edfu, Philae).
Arquitectura funeraria: destaca la tumba de Petosiris en Tuna el-Guebel, que
reproduce en pequeña escala los templos divinos. Data de la conquista macedónica
y resaltan sus interesantes relieves de fuerte influencia griega.
•0121. Pilonos de entrada al templo de Horus en Edfu.
•0106. Templo de Horus en Edfu.
•0122. El juicio de Osiris, Libro de los muertos.
•A282. Templo de Hathor, Dendera.
•A283. Vista general del Templo de Hathor.
•A284. Relieve del templo de Horus en Edfu.
•A285. Vista interior del templo de Horus.
•A286. Templo de Isis en Philae.
•EX. Plano del Templo de Isis en Philae.
•EX. Templo de Kom Ombo, doble entrada.
•EX. Plano del templo de Kom Ombo
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UNIDAD DIDÁCTICA III. EL ARTE DEL PRÓXIMO ORIENTE
Desde el punto de vista cronológico, el arte del Próximo Oriente transcurre
prácticamente paralelo al egipcio, y como él, está muy influido por su entorno
geográfico. Sin embargo, frente a la unidad característica del arte egipcio, en el
Próximo Oriente nos vamos a encontrar con una gran variedad de etnias, culturas y
manifestaciones artísticas. Se trata pues de una realidad compleja, pero que
evoluciona a partir de un sustrato básico: el de las aportaciones de la civilización
sumerio-acadia en el III Milenio a. C.
Tema 6. Mesopotamia en el III Milenio a. C.: de la formación del Estado a la III Dinastía de Ur.
6.1. El arte sumerio: formación y desarrollo.
Cronología: IV Milenio a. de C.: predinástico: época de Eridú (ha. 3.700) y de Uruk
(3.700-2.900 a. de C.). Protodinástico: 2.900-2.330 a. de C.
Arquitectura
En Eridú, restos superpuestos del templo de Enki (dios de las aguas subterráneas).
Las fases VIII y VII ofrecen ya un tipo maduro de templo: planta rectangular
tripartita, elevada sobre una plataforma, apariencia externa de masivo
paralelepípedo, con las fachadas articuladas mediante entrantes y salientes.
Empleo del adobe (región arcillosa, privada de piedra y de buena madera). Es un
material modesto, pero de grandes posibilidades, sobre todo tratado con técnicas
cada vez mejores (cocción a altas temperaturas).
En la época de Uruk (3.700-2.900), primer periodo de brillantez de la cultura
sumeria, surge la civilización urbana y aparece, al final del periodo, la escritura. Las
ciudades-estado tienen como edificio fundamental el templo. Ahora se realizan dos
aportaciones fundamentales al modelo básico de la época precedente: la
experimentación con fines decorativos de los materiales que revestían el templo en
el exterior, y la elevación de ésta sobre una montaña artificial a la que se accedía
mediante una escalinata. Es el precedente de los zigurats que alcanzarán su forma
definitiva en el periodo neosumerio.
El "Eanna" o Casa del Cielo, consagrado a la diosa Inanna, es un templo insólito
para la zona, construido con sillares de caliza, de planta rectangular alargada y
fachada lineal con el característico contorno dentado. Junto a este templo se
construyó otro más pequeño, que complementó el adobe con un adorno muy simple
y eficaz: pequeños conos de arcilla de colores clavados en la masa, formando
dibujos con los circulitos de las bases.
Las magníficas construcciones del Eanna se amortizaron para la construcción sobre
sus restos de nuevos templos.
Época dinástica arcaica o Protodinástico (2.900-2.330 a. C.). Se rompe con la
disposición abierta de los templos; éstos se aíslan, se hacen menos accesibles
(templo de Inanna en Kafadje, con doble recinto oval). Su interior se estructura en
ángulo recto (aproximación por eje acodado).
Aparece un nuevo material de construcción: el ladrillo plano-convexo, que
transforma a imagen exterior de los edificios.
Las principales ciudades-estado (Kish, Lagash, Umma, Uruk, Ur) pugnan por la
hegemonía, lo que tiene su correlato arquitectónico en las grandes murallas de las
ciudades y en la aparición de los palacios. En adelante, el palacio compartirá con el
templo el privilegio de ser la referencia principal de la vida de las ciudades.
•0123. El Templo Blanco sobre su zigurat, Uruk.
•0124. Plano del Templo Blanco.
•A287. Plano del Eanna de Uruk.
•A288. Reconstrucción del Templo de Kafadje.
•A289. Planta del Palacio de Mesilim en Kish.
Las artes figurativas
Su contenido inicial, fundamentalmente religioso y votivo, fue cediendo terreno a
elementos conmemorativos e históricos. El culto principal era el de la Diosa madre,
Inanna en su principal advocación sumeria, acompañada de un dios masculino
(Dumuzi) que moría y se renovaba cada año.
Periodo de Uruk: carácter votivo y ceremonial. Aparecen los sellos cilíndricos.
Predominio del relieve sobre la escultura de bulto redondo, característica que
persistirá en todo el arte del Próximo Oriente.
Periodo Protodinástico: Empiezan a buscarse nuevas formas de expresión
plástica; al final del periodo aparecen esculturas de bulto redondo en piedra y metal,
que tienden a la geometrización. Los monarcas empiezan a utilizar el arte con fines
propagandísticos: relieve histórico-conmemorativo (placas votivas, estelas) con
algunos convencionalismos parecidos a los del arte egipcio. Las artes decorativas
tienen su mejor exponente en los objetos sunturarios hallados en el cementerio real
de Ur, cuya pieza estrella es el Estandarte de Ur.
•Fig. 7. Estandarte real de Ur.
•0126. Vaso de ofrendas de Uruk.
•0127. La Dama de Warka.
•0128. Estatuas del Templo de Abu.
•0129. Arpa real de Ur.
•0130. Macho cabrío.
•0131. Estela de los Buitres o del rey Eannatum (ensi de Lagash).
•A290. La Dama de Warka.
•A291. Vaso ritual de Uruk.
•A292. Escultura de alabastro, quizá el dios Abu.
•A293. Relieve con un príncipe sacerdote en una doble escena de cacería.
•A294. Altorrelieve de cobre: águila leontocéfala con ciervos.
•A295. Estela de los Buitres.
•A296. Placa de Urnanshe.
•A297. Casco de Meskalandug.
•A298. Arpa de Ur.
•A299. Impronta de sello cilíndrico (Dumuzi con carneros).
•A300. El estandarte de Ur.
•EX. Estatuta votiva de Ebih-il.
•EX. Impronta de sello cilíndrico.
6.2. El reino de Accad.
Cronología: Imperio acadio: 2.330-2.154 a. de C.
El poder semita, presente desde antiguo en el espacio mesopotámico, consigue
imponerse a mediados del III Milenio a. C. Sargón funda un imperio gobernado por
un solo rey, con capital en Acad (cuyos restos aún no se han encontrado). Su
dinastía constará de cinco reyes, pero finalmente cayó ante la invasión de los guti,
un belicoso pueblo de los Zagros.
El arte se pone al servicio del poder, de la exaltación política y militar del soberano,
que asume ahora cualidades divinas. El impulso creativo acadio trabajará sobre la
base de la tradición sumeria, asumida y enriquecida. Se acentúa el tono civil y
militar, a costa de las representaciones religiosas. El soberano suplanta el papel
reservado antes a los dioses. La estela de diorita del Louvre muestra al soberano
sujetando una red con sus enemigos; en la Estela de los Buitres sumeria una red
semejante era sujetada por el dios Ningirsu. En la estela de Naram-Sin, el soberano
se toca con el casco de cuernos, exclusivo hasta entonces de los dioses.
La arquitectura acadia refleja también esta dimensión política y sus edificios más
destacados son los palacios, dotados de una estructura cuadrangular distribuida en
torno a patios y con carácter macizo en el exterior (Palacio de Naram-Sín en Tell-
Brak, Palacio Viejo de Assur). Las principales ciudades acadias, además de su
inencontrada capital, fueron Eshunna, Sippar, Assur y Tell Brak.
Ishtar, la diosa de la guerra, es la sucesora de Inanna (de quien hereda otros
atributos como diosa de la naturaleza). El relieve hará hincapié en las escenas
bélicas; la escultura exenta cultivará la representación del soberano, con algunas
novedades estéticas (estilización de proporciones, interés por los rasgos reales del
personaje) y técnicas (vaciado del bronce).
Los entalladores de sellos aplicaron las innovaciones acadias más significativas. El
pequeño espacio de cada sello se rellena con escenas agitadas: dioses y héroes
luchando cuerpo a cuerpo contra animales salvajes, monstruos y carros
procesionales. Las escenas de presentación u ofrenda, en las que un intermediario
o una deidad personificada presenta a otra figura ante un dios sedente de mayor
importancia, constituyen una innovación temática acadia que evolucionó en los
periodos siguientes.
•0132. Cabeza de un gobernante acadio.
•0133. Estela del rey Naram-Sin.
•A301. Fragmento de estela acadia.
•A302. Retrato probable de Naram-Sin.
•A303. Estela de Naram-Sin.
•A304. Planta del palacio de Naram-Sin.
6.3. El renacimiento sumerio: del periodo de Lagash a la III Dinastía de Ur.
Cronología: 2.154-2.000 a. de C.
Tras la caída del Imperio acadio frente a la invasión del pueblo de los guteos se
renueva la tradición sumeria, la cual alcanzará su mayor momento de esplendor con
la III Dinastía de Ur, que restableció prácticamente lo que había sido el Imperio
acadio. Pero poco antes de 2000 este orden vuelve a derrumbarse por la presión de
gentes venidas del exterior (entre ellos, los elamitas del este, que destruyeron Ur).
El arte neosumerio se atiene a los logros creativos de los acadios, aunque con un
evidente tono de recuperación de las propias tendencias.
Escultura: el relieve histórico y la escultura de bulto redondo vuelven a la tradición
sumeria piadosa y pacífica, de rostro idealizado. Hay una treintena de estatuas del
patesi Gudea de Lagash en actitud recogida. En la Estela de Urnammu, este rey,
fundador de la III Dinastía de Ur, representa el piadoso papel de constructor de
templos.
Arquitectura: El templo-palacio de del rey Shusín de Ur deja ver la asunción sumeria
de la divinización directa del príncipe propia de los acadios.
El zigurat alcanza ahora su forma definitiva, que será utilizada decenas de veces en
el siguiente milenio. El mejor conservado es el de Ur, dedicado a la diosa lunar
Nannar.
•0125. Zigurat de Ur.
•0134. Estatua de Gudea con plano arquitectónico.
•0135. Cabeza de Gudea.
•A305. Cabeza de Gudea.
•A306. Estatua sedente de Gudea.
•A307. Templo y palacio de Shusin en Tell Ashmar.
•A308. Estela de Urnammu.
•A309. Zigurat de Ur.
Tema 7. Las artes en Asiria y Babilonia: de los orígenes a los grandes imperios del I Milenio a. C.
Cronología general: 2.000-539 a. de C. Hacia 2.000 se producen en el Próximo
Oriente grandes movimientos migratorios. En Mesopotamia entraron tribus de origen
semita, que llegaron a tomar el poder en las ciudades. Dos se impusieron finalmente
a las demás: en Assur y en Babilonia.
Asiria: La cronología asiria es la mejor establecida de todo el Próximo Oriente
Antiguo; la lista de reyes está completa desde 1.700 a. de C. . Antiguo Reino (1812-
1780); Vasallaje de Mitanni (1780-1365); Imperio Medio (1365-1100); época de
decadencia (1100-934); Imperio Nuevo (934-626).
Babilonia: Imperio paleobabilónico amorita (1792-1565), Imperio mesobabilónico
kassita (1550-1156), periodo de decadencia y de desorden (1.156-883), dominación
asiria (883-609), Imperio neobabilónico caldeo (612-539).
7.1. El arte asirio.
Los tanteos artísticos del II Milenio
El pueblo asirio, de raza semita y carácter belicoso, fue afirmando su personalidad
durante todo el II Milenio. Su proyecto político fue asumido como mandato divino (es
significativo que Asur, su dios principal, diera nombre a la ciudad básica, al país y al
pueblo) y se basó en un formidable ejército, paradigma de ferocidad y eficacia. Los
semitas asirios tuvieron en los acadios el modelo al que recordar y emular; prueba
de ello es que algunos de sus soberanos adoptaron el nombre de Sargón.
El arte asirio del II Milenio camina con firmeza hacia la obtención de rasgos propios,
mediante la aceptación del legado mesopotámico y en particular acadio. Así, sus
reyes prescindirán de las piadosas escenas de presentación ante los dioses para
ser ellos los protagonistas indiscutidos (ej. imagen doble del rey en el Pedestal de
Tukultininurta; el dios se representa por un altar). Además la guerra se convertirá en
una de las señas de identidad de su arte.
Asiria vive su primer momento de relevancia artística en los siglos XIV y XIII a. de C.
Uno de sus reyes de entonces, Tukultininurta (1244-1208), llegó a conquistar
Babilonia, y más tarde Tiglatpileser I (1115-1077) llevó su poder hasta el
Mediterráneo, recibiendo el vasallaje de las ciudades fenicias de Byblos y Sidón.
Se conoce poco de la capital inicial de los asirios, Assur. Son mejor conocidas las
capitales del Imperio Nuevo (v. después), que dejaron a Assur el papel de ciudad
fundacional y sagrada.
•A313. Pedestal de Tukultininurta.
El Imperio Nuevo
El esplendor de Asiria se produce durante el Imperio Nuevo, por obra de
Asurnasirpal II (883-859) y su hijo Salmanasar III (858-824). El primero decidió
convertir Kalakh en su capital, para lo que procedió a una completa refundación. El
núcleo principal estaba en la ciudadela, donde construyó su palacio llamado "del
Noroeste".
Palacio de Kalakh (Nimrud). Distribuido en torno a dos grandes patios con
estancias alargadas. Su disposición subraya la división entre "babanu" o zona de
ingreso al norte y el "bitanu" o zona residencial al sur, con las zonas principales en
medio, entre ellas el imponente salón del trono. Lo más importante del Palacio es su
decoración escultórica, en la cual el lenguaje artístico asirio se define y distingue con
claridad respecto a la tradición heredada:
-empleo de "ortostatos", grandes placas de piedra trabajadas en relieve.
-protección y ornamentación de las puertas con gigantescas esculturas de animales
fantásticos (quizá de inspiración siria o hitita), leones androcéfalos o toros alados.
-trabajos de los mejores artesanos fenicios del marfil (deportaciones especializadas
especializadas de artistas y artesanos junto a las deportaciones en masa
practicadas por los asirios)
-gusto por el relieve plano de carácter documentalista, con figuras de gran
monumentalidad obtenida mediante convenciones muy eficaces, de un naturalismo
expresionista que casi caricaturiza la realidad. Canon humano corpulento y macizo.
Las paredes del gran salón del trono estaban cubiertas de placas de alabastro con
relieves en tres registros, de los cuales el más importante era el inferior, de casi dos
metros de altura. Contenía escenas bélicas y de caza al servicio de la exaltación del
poder real.
El monarca se representa repetidamente como el primero de los soldados,
acompañado a menudo del emblema del dios Asur: un disco alado con una reducida
imagen de la divinidad. Nuevos recursos artísticos derivados del afán narrativo:
frisos corridos que acentúan las cualidades narrativas, falsas perpectivas,
superposición de figuras, escalas convencionales, inclusión del paisaje, tratamiento
naturalista y detalle en la representación, cierto dramatismo.
Los frisos sobre las cacerías reales privilegian los contenidos simbólicos sobre los
narrativos. El rey conecta con el antiguo Dumuzi, dominador de los animales. La
caza es uno de los grandes asuntos del arte asirio, tratado con consumado
naturalismo.
Estos aspectos daban a los relieves bélicos y cinegéticos un tono dinámico y vital
del que carecían los relieves religiosos.
El gran panel del fondo del salón del trono es de temática religiosa, representa
doblemente al rey junto al árbol de la vida protegido por Asur.
•Fig. 8. Relieve con escena de caza.
•0143. Relieve con elamitas fugitivos cruzando el río.
•0144. Escena de caza.
•A314. Plano del Palacio de Kalakh.
•A317. Relieve con escenas de guerra de Kalakh.
•A318. Relieve con escena de cacería de Kalakh.
•A319. Relieve de Asurnasirpal y el Árbol de la Vida.
•EX. Estatua de Asurnasirpal.
•EX. Lamasu de Kalakh.
•A316. Marfil fenicio procedente de Nimrud.
Época de Salmanasar III.
Merecen destacarse las puertas de bronce del Palacio de Imgur Enlil (actual
Balawat), que representan en largos frisos las campañas del rey, con multitud de
escenas de guerras, asaltos de ciudades, deportaciones y ajusticiamientos, así
como el "Obelisco Negro", en Kalakh, con veinte cuadros en bajorrelieve de
sometimiento y entrega de tributos por las ciudades vencidas.
•A320. Relieves de las puertas del palacio de Imgur Enlil.
•A322. Obelisco negro de Salmanasar III.
• EX. Relieve del obelisco negro: la rendición del rey Jehú de Judá.
Jorsabad
La ciudad de Sargón II (Dur-Sarrukin). La residencia real, a modo de castillo, adopta
un papel de independencia y superioridad con respecto a la ciudad, consolidando la
tendencia hacia la independización del palacio respecto de la ciudad, iniciada ya en
periodo sumerio.
Dur-Sarrukín materializa en su diseño la concepción de una ciudad de riguroso
planteamiento previo, la más rotunda expresión del poder de Asiria. Se configura
como un enorme castillo, un cuadrado de casi dos kilómetros de lado de muralla
orlada de torres. El núcleo principal era la ciudadela, proyectada hacia fuera del
recinto murario, donde se concentraban el palacio del rey y los templos principales y
los templos principales. El rey y los dioses compartían así el mismo espacio distante
y sagrado. Cerca del palacio se alzaba el gran zigurat con rampa helicoidal.
Este papel se refleja también en los relieves que decoran los muros del palacio, que
muestran una dependencia estilística de los Kalakh pero aportan algunas
novedades como el empleo de lamasus o toros androcéfalos de gran tamaño, que,
junto a la figura del "héroe del león" intentaban transmitir simbólicamente el poder
del soberano en la tradicional representación mesopotámica de "domador de
animales". Así en la entrada al salón del trono.
La compleja decoración de la ciudadela incluía zócalos y frisos de ladrillo vidriado y
escenas largas procesiones de ofrendas y las habituales de caza y guerra.
•0139. Ciudadela de Sargón II en Dur Sarrukin.
•0140. Plano del Palacio de Sargón II en Dur Sarrukin.
•0141. Puerta del Palacio de Sargón II en Dur Sarrukin.
•0142. Retrato en relieve de Sargón II.
•A315. Lamasu procedente de Jorsabad.
•A321. Decoración escultórica del acceso al Salón del Trono de la ciudadela
de Jorsabad.
•A323. Planta de la ciudad de Jorsabad.
•EX. Amontonando cabezas de enemigos.
•EX. Plano del palacio de Khorsabad.
•EX. Lamasu de Jorsabad.
Nínive.
La última capital asiria, Nínive, tiene unos palacios más abiertos y cercanos que los
de Sargón, en la ciudadela de Kuyunjik. Senaquerib, hijo de Sargón, gustó
especialmente de los relieves de guerra, una de las cimas del arte asirio gracias a
su ingenio compositivo: frisos que son la esquematización de un paisaje (ej. un río
con sus dos orillas), grandes composiciones en cuadros unitarios (llanos
pantanosos, la montaña de Lakish), falsas perpectivas, superposiciones llenas de
ingenuidad y frescura.
También Asurbanipal, hijo de Senaquerib, se rodeó de relieves de batallas, aunque
de formulación más tradicional. Pero destacan sobre todo sus escenas de cacería o
de lucha con animales, tratdos con sabio naturalismo (ej. la Leona Herida).
•0145. Relieve con leona herida.
•0146. Relieve con huida de gacelas.
•A324. Relieve de guerra de Senaquerib.
•A325. Transporte de un león muerto por Asurbanipal.
•A326. Leona herida.
•A327. Pintura mural del palacio de Til Barsip.
•A328. Asurbanipal y el león.
•A329. Asurbanipal en una escena de simposio.
•EX. Plano de la ciudadela de Kuyunjik.
•EX. Asurbanipal.
•EX. Toma de Lakish.
•EX. Deportados de Lakish.
•EX. León moribundo.
7.2. El devenir artístico de Babilonia.
Periodo Paleobabilónico amorita (2.000-1.535). Los nómadas amoritas, semitas del
oeste de Mesopotamia, acabarán imponiendo su dominio en muchas ciudades: Isín,
Larsa, Mari... la principal de ellas será Babilonia. Los amoritas no tenían mucho que
aportar a la secular cultura mesopotámica, pero tuvieron particular celo en
identificarse con ella. Su etapa de apogeo es el reinado de Hammurabi de Babilonia
(1.792-1.752), quien consigue fundar un imperio y unificar territorialmente
Mesopotamia.
Arquitectura palacial. Palacio de Mari, precursor en su estructura de los palacios
cretenses, decorado con pintura mural.
Estela del Código de Hammurabi: muestra la pervivencia y asimilación de la
tradición sumerio-acadia de las estelas en relieve y de presentación del monarca
ante la divinidad.
Escultura: fluctúa entre el decorativismo por una parte y el arcaísmo y la rigidez por
otra (Diosa de Mari).
•0136. Relieve de la diosa Lilith. (época de Isín y Larsa)
•0137. Estela con el Código de Hammurabi.
•A310. Planta del Palacio de Mari.
•A311. Panel pictórico de la investidura de Zimrilin, Palacio de Mari.
•A312. Estela de Hammurabi.
•EX. Diosa de la fertilidad. Mari.
•EX. Diosa oliendo una flor. Bajorrelieve de Mari.
•EX. Hammurabi.
•EX. Orante.
Babilonia kassita (1.535-1.100). Se producen avances en arquitectura: arco y
bóveda en templos y palacios, con fines no sólo funcionales sino también estéticos.
Empleo del ladrillo moldeado que da un carácter representativo y decorativo a los
edificios (templo de Innana de Karaindash en Uruk). Kudurrus: mojones a base de
relieves e inscripciones con los que se delimitaban las propiedades.
•A359. Zócalo con figuras del templo de Inanna de Karaindash en Uruk.
•EX. Kudurru de Melishipak.
•EX. Kudurru inacabado.
•EX. Figurilla de terracota de una leona.
Dominación de Babilonia por Asiria: época de decadencia que tuvo su reflejo en las
artes.
Imperio Neobabilónico caldeo (612-529): la grandeza artística de esta nueva fase se
manifiesta en la propia ciudad de Babilonia. Novedades urbanísticas: articulación
interna de su espacio rectangular mediante avenidas. En templos, palacios y las
puertas de la ciudad, se demuestra la asimilación de etapas anteriores junto con una
nueva originalidad en el uso del ladrillo vidriado para componer escenas en la línea
de los soberanos piadosos de las épocas sumeria y paleobabilónica.
Entre los numerosos templos destacaba el del dios supremo Marduk, que respetaba
la disposición sumeria de templo bajo y templo superior, la gran torre o "Etemanki"
(Casa fundamento del cielo y de la tierra), el más célebre zigurat de Mesopotamia
aunque sólo quedan restos.
La riquísima ciudad tenía además artificios urbanos tan espectaculares como los
"jardines colgantes", una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
•0147. Puerta de Ishtar.
•A360. Plano de Babilonia.
•A361. Puerta de Ishtar.
•A362. Panel con decoración en ladrillo vidriado del Salón del Trono del
Palacio de Babilonia.
•EX. Los jardines colgantes (reconstrucción).
•EX. Babilonia (reconstrucción)
Tema 8. Entre el Mediterráneo y el Próximo Oriente: el arte de las regiones periféricas.
8.1. El arte hitita en la Península de Anatolia.
Los hititas se instalan en la Península de Anatolia a comienzos del II Milenio, y hacia
los siglos XIV y XIII constituyen un gran imperio que perdurará hasta la invasión de
los Pueblos del Mar (1.200). En el primer Milenio, no obstante, la cultura y el arte
hitita conocerá un segundo momento de esplendor con los llamados "reinos
neohititas".
Periodo imperial: El apogeo del reino hitita llegó a partir del reinado de Subiluliuma
(1380-1346), dueño y señor de Anatolia y del norte de Siria, y se midió con Egipto y
con el poderoso reino hurrita de Mitanni al sureste de Anatolia.
El pueblo hitita consigue configurar un arte de personalidad propia en el que están
presentes elementos de culturas próximas: Egipto, Siria, Asiria, Babilonia, que los
hititas recogieron y transmitieron a su vez a los pueblos del ámbito mediterráneo,
con los que mantenían una intensa relación comercial. Por tanto, el arte hitita se
constituyó en puente entre el Próximo Oriente y el Mediterráneo.
Las ciudades hititas tienen un sabor más mediterráneo que mesopotámico. Se
disponen de forma menos rígida, con una relación abierta de edificios más o menos
independientes. La ciudad de Hattusa se convirtió, en el s. XVI a. de C., en capital
del imperio. En ella se usó un nuevo sistema de fortificación: la doble muralla de
arquitectura ciclópea, es decir, constituida por grandes bloques de piedra, enlazada
subterráneamente por poternas o pasadizos que permitían el tránsito. Se levantaba
con aparejo de piedras irregulares hasta una altura de seis metros, que hacía de
zócalo a un muro de adobes y entramado de madera. El interior de la ciudad tenía
muros internos que la dividían en cuarteles aislables.
Los edificios principales repiten una disposición muy del gusto hitita: la planta se
divide en estancias paralelas muy alargadas susceptibles de ser cubiertas con un
techo plano y habilitar un segundo piso cuando fuera menester.
Nuevo modelo de templo: amplio conjunto que albergaba, además de los lugares
ceremoniales y de culto, otros dedicados a almacenes. En Hattusa se han
encontrado cinco, de los cuales el del dios del Tiempo del Cielo es el más
representativo. Un detalle a destacar es la abundancia de ventanas.
Las puertas de las murallas se cuidaron con particular esmero, base de arcos
parabólicos falsos apeados en grandes bloques de piedra decorados con
impresionantes figuras en relieve (Puertas de los Leones y del Rey en Hatusa;
Puertas de las Esfinges y de los Leones en Alaka Huyuk).
Relieve arquitectónico: ortostatos con los que se construyen las puertas de las
ciudades, escenas ceremoniales o de caza, más sencillas y menos calidad que las
asirias, pero muy frescas. Se cree que durante el periodo imperial debió trabajar en
Anatolia una escuela de escultores con la probable colaboración de artistas
procedentes de Babilonia. Así se creó un estilo propio donde se usarán
convencionalismos orientales como la ley de la frontalidad, pero de forma nueva,
acentuando la musculatura de las figuras o cuidando los detalles del relieve.
Santuario de Yazilikaya. Un kilómetro al nordeste de Hatusa se encuentra un
afloramiento de rocas con dos gargantas de paredes verticales que se convirtieron
en las "cellas" sagradas de un santuario arquitectónico. La más grande ofrece en las
paredes laterales relieves con cortejos de dioses (a la izquierda) y de diosas (a la
derecha), que se dirigen a la pared del fondo donde se representas el asunto del
encuentro de las dos divinidades principales: Teshub, el dios del Tiempo o de la
Tormenta, y Hepat, la diosa solar. Con ellos comparte espacio el rey Tudaliya IV,
representado en un relive de más de 2,5 m. de altura. La segunda garganta, más
pequeña, parece destinada a templo funerario del rey Tudaliya IV, que aparece
abrazado y conducido por el dios Sarruma (hijo de Teshub y Hepat). También está
allí esculpida la gran figura de un dios-espada de posible significado infernal.
•0138. Puerta de los leones.
•A330. Planta del Templo del Cielo en Hatusa.
•A331. Plano general de Hatusa.
•A332. Puerta de los leones.
•A333. León de la puerta de Alaka Huyuk.
•A334. Planta del santuario de Yazilikaya.
•A335. Ortostato de Alaka Huyuk: escena cultual del rey y la reina ante un
altar.
•A336. Relieve del dios de la puerta del rey de Hatusa.
•A337. Relieve de un ortostato de Alaka Huyuk.
•A338. Aspecto parcial del Santuario de Yazilikaya.
•A339. Relieve de Tudaliya y el dios Sarruma.
•A340. Relieve del "dios-espada".
•EX. Cortejo de dioses. Yazilikaya.
•EX. Tudaliya IV. Yazilikaya.
Periodo neohitita (o de los principados luvio-arameos) (1.200-700). La investigación
más reciente considera inapropiada la caracterización de neohititas por su
heterogeneidad y prefiere la denominación de principados luvio-arameos, si bien es
indiscutible que su arte se basa en el arte imperial hitita.
Arquitectura. Destaca la consagración de un edificio: el bit-hilani (nombre que le
dieron los asirios). Bithilami, especie de palacetes con pórticos abiertos al exterior a
través de columnas con figuras, que conocemos en varias ciudades: Tell Halaf,
Karkemish o Senzirli (una interesantísima urbe de trazado circular con el alcázar en
el centro).
Escultura. Herencia de la etapa imperial es el gusto por los ortostatos con relieves.
Abundan las representaciones de animales fantásticos (leones y toros alados, etc.)
de tradición mesopotámica. En Tell Halaf han aparecido centenares, aunque en
general bastante toscos o primitivos. Mayor calidad tienen los de Karkemish:
escenas de caza y guerra de influencia asiria, quimera. También de Karkemish
proceden importantes esculturas de bulto redondo de un personaje apoyado sobre
una basa con figuras de animales. En ocasiones se empleaban a modo de
columnas para los pórticos tipo hilani (precedente de los atlantes y cariátides
griegos). Los relieves de Karatepe tienen un desaliño no carente de encanto.
El arte hitita y su epígono luvio-arameo tendrán una importante proyección por todo
el Mediterráneo. El arte ibérico lo tiene como una de sus fuentes.
•A341. Sección del pórtico del Bithilani de Tell Halaf.
•A342. Estela del príncipe Kilamuwa de Senzirli.
•A343. Relieve ibérico con escena de simposio infernal.
•A344. Ortostato de Karatepe con escena de simposio.
•A345. Estatua colosal de rey sobre basa de leones.
•A346. Ortostato de la Quimera.
•EX. Ortostato de Tell Halaf.
8.2. Sirios y fenicios en el Mediterráneo: un nuevo sentido artístico a partir de lo oriental.
Arte sirio. III Milenio: ciudad de Ebla. Primera mitad del II Milenio: Palacio de
Yarimlin.
Ebla. Desde 1964, las excavaciones realizadas por equipos italianos encabezados
por P. Matthiae han sacado a la luz esta ciudad, cabeza de un importante imperio
comercial del III Milenio. Su centro era una bien defendida ciudadela, donde se
hallaban los templos principales y el palacio real (Palacio G) cuya máxima brillantez
tuvo lugar entre 2.400 y 2.250 a. de C., año en que fue destruido por Naram-Sin.
Está dispuesto al fondo de un gran patio o plaza porticada, y su entrada principal
quedaba en un ancho pórtico con cuatro columnas de madera, que conducía a las
estancias principales por una solemne escalera de piedra.
Tras la destrucción, Ebla recupera la pujanza poco después de 2.000 en la etapa
amorita. Entre las nuevas construcciones destaca el llamado "Gran Templo D",
dedicado seguramente a la diosa Ishtar. Organizado axialmente, tiene un vestíbulo
seguramente "in antis", una pequeña antecella y una cella con el nicho para la
estatua de culto. Aparte de relieves y otras esculturas había una pila lustral tallada
en relieve con escena de simposio. En otras pilas lustrales se repite este esquema
de decoración; por ejemplo, en la del Templo B1.
•A347. Dibujo de la ruina del Gran Templo D de Ebla.
•A348. Pila de basalto de Templo B1 de Ebla.
•A349. Visión axonométrica de los restos del Palacio G de Ebla.
•EX. Pila del Gran Templo D de Ebla.
El arte sirio de II Milenio
Tras el esplendor de Ebla, varias ciudades sirias destacaron: en el reino de
Jamkhad la capital, Alepo, y Alalakh, donde se ha excavado el palacio de Yarimlin;
en su esfera de influencia, Ugarit, que sobresale por sus artes figurativas.
Palacio de Yarimlin. Coetáneo (y suegro) de Zimrilín de Mari, y de Hammurabi. El
palacio tiene un ala principal que se divide en dos por un patio rectangular con un
altar de fuego en el centro. Al norte de este se hallaban las estancias más
importantes; entre ellas una sala de audiencias dividida en dos por cuatro columnas
entre pilastras. Al oeste del ala principal se hallaba un templo de planta casi
cuadrada configurado como una verdadera torre de varios pisos, acorde con la
práctica siria de celebrar las ceremonias en un piso o terraza alta. El conjunto revela
contactos con la cultura minoica de Creta. Fue destruido por los hititas pero volvió a
construirse a mediados del s. XV a. de C. .
De la escultura de la época se puede reseñar el retrato sedente del rey Idrimi,
cubierto con una inscripción en acadio que relata su vida.
•A350. Planta del Palacio de Yarimlin.
•A351. Retrato del rey Idrimi de Alalakh.
•EX. Vista lateral del retrato de Idrimi.
Ugarit. Gran centro portuario, corazón de un reino amorita con amplios contactos
con Egipto y Creta, alcanzó su apogeo en la segunda mitad del II Milenio, hasta que
fue destruida por los Pueblos del Mar hacia 1185. Su muralla es muy notable, con
soluciones técnicas similares a las hititas, troyanos y micénicos (ej. la célebre
poterna con falsa bóveda). Se conocen varios palacios de diferentes épocas, que
son una flexible proliferación de estancias en torno a patios y espacios ajardinados.
Uno de sus templos, el de Baal, repite la organización en un cuerpo de pisos con
terraza para los ritos, precedido de un cuerpo menor con el vestíbulo de entrada.
Escultura y artes suntuarias: influencias egipcias, anatólicas, mesopotámicas.
Pequeñas esculturas de bronce y metales preciosos que sirven como exvotos.
Estelas votivas con relieves: tipo de dios de claro origen egipcio, que da cuerpo a
Baal, Adad u otras divinidades. Objetos menores de lujo: marfiles, páteras, joyas.
•A352. Pátera de oro de Ugarit.
•A353. Estela del dios Baal.
•EX. Muralla con poterna.
•EX. Reconstrucción del templo de Baal.
•EX. Figurillas del Templo de los Obeliscos de Byblos.
Arte fenicio.
Los fenicios constiuían una confederación de ciudades costeras unidas por
intereses comerciales e industriales, que fundaron colonias y factorías por todo el
Mediterráneo. Aunque su expansión se inició en el II Milenio, alcanzaron su mayor
esplendor en el I Milenio a. de C., tras la invasión de los Pueblos del Mar y el declive
de la cultura cretomicénica. En este momento florecieron sus ciudades más
importantes: Sidón, Byblos o Tiro.
Asumieron las tradiciones artísticas de Asia y Egipto con un explícito eclecticismo, y
se convirtieron en los principales responables de la "oleada orientalizante" que dio
un aire homogéneo a todas las culturas mediterráneas entre los siglos VIII y VII a.
de C. Durante el s. VI, el arte griego se incorporó a sus fuentes.
Arquitectura. Sus ciudades, costeras, vulnerables y de intensa ocupación posterior,
poco nos ofrecen de su antigua arquitectura. En cambio es importante su
arquitectura religiosa. Del II Milenio se conoce el Templo de los Obeliscos de Byblos
(típico aniconismo semita). Pero conocemos mejor los templos de sus colonias
comerciales. En Chipre se ha recuperado un pequeño modelo de terracota que
muestra la típica estructura consistente en una cella con el acceso flanqueado por
columnas. Ésta aparece también en el Templo de Salomón en Jerusalén, construido
por fenicios.
Escultura: no es excesivamente interesante. El monumento principal es el sarcófago
del rey Ahiram (s. XIII a. de C.), particularmente famoso por contener una inscripción
en la que aparece ya todo el alfabeto fenicio completo. La caja reposa sobre dos
leones de fórmula hitita; el relieve de las paredes es muy plano y bastante tosco;
representa una procesión de plañideras y oferentes ante el rey. Mucho tiempo
después, en el s. VI a. de C., los reyes sidonios usaron sarcófagos antropomorfos
egipcios y dieron lugar a la extensión de estas creaciones, una de las más
interesantes y eclécticas del arte fenicio tardío. En Cádiz hay dos del s. V.
Marfiles y objetos suntuarios: empleados como objeto de intercambio.
Especialmente famosas son las "paternas", figuras de bronce de divinidades con
influencias egipcias y griegas. Nuevas técnicas en el trabajo del metal y de la joyería
(adornos de pasta vítrea, bronce esculpido y grabado).
•A354. Reconstrucción del Templo de Yavé en Jerusalén.
•A355. Vista del Templo de los obeliscos.
•A356. Templito votivo de Idalión, Chipre.
•A357. Marfil fenicio con una vaca amamentando un ternerillo. Procedente de
Nimrud.
•A316. Marfil fenicio procedente de Nimrud.
•A358. Sarcófago del rey Ahiram de Biblos.
•EX. Dibujo del sarcófago de Ahiram.
•EX. Sarcófagos de Cádiz.
•EX. Figuras de bronce de divinidades.
8.3. El arte del Imperio persa.
La región de Elam (capital Susa) desarrolló una rica cultura en el III Milenio a. de C.,
especialmente a finales, con gran dependencia del arte mesopotámico. Producción
escultórica especialmente en bronce, adopción del zigurat. A finales del II Milenio
Elam vivió otra etapa de esplendor (1.300-1.100). Desde el siglo XII hasta finales del
IX, el mundo del Elam desaparece de la información mesopotámica. A finales del
siglo IX reaparece como gran potencia gracias al rey Humpan-Nikash, quien frena
algo la expansión de Sargón II de Asiria. Finalmente en el s. VI Elam se incorporó
como satrapía al Imperio persa.
•0153. Vaso de cerámica de Susa (Elam).
•EX. Bronce de la reina Napir-Asur, I MIlenio.
La historia del Imperio persa comienza con la instalación en la Meseta de Irán de
dos tribus nómadas de origen indoeuropeo a principios de II Milenio a. de C. Al
principio estuvieron sometidas al poder asirio, pero hacia el s. VIII se constituyeron
en dos reinos: el de los medos al norte (cohesionado por Ciaxares, con capital en
Ecbatana) y el de los persas al sur. En el s. VI a. de C. Ciro el Grande unifica ambos
reinos y constituye el Imperio persa aqueménida. Ciro y su hijo Cambises
extendieron el Imperio hasta ocupar Mesopotamia, Egipto y Anatolia (incluyendo las
ciudades griegas de Jonia).
Las primeras manifestaciones artísticas persas, anteriores a la fundación del
Imperio, son objetos de pequeño tamaño, propios de un pueblo nómada, entre los
que destacan los Bronces del Luristán, en los que se expresan las pulsiones
artísticas iranias, y el tesoro de Ziwiye, con influencias evidentes sirias y fenicias.
•A365. Remate de un estandarte de bronce de Luristán.
•EX. Bronce de Luristán: figurilla animal.
•EX. Bronce de Luristán: adorno de caballo.
•EX. Tesoro de Ziwiye: brazalete.
•EX. Tesoro de Ziwiye: recipiente.
Posteriormente, el arte persa se convertirá en arte de corte imperial, al servicio del
rey, que tiene en los palacios y en las tumbas su mejor representación. Asimilaron
elementos de otras culturas (egipcia, asiria, griega) que combinaron con rasgos
particulares hasta alcanzar un estilo propio. No hay en cambio templos, pues los
persas adoraban a Ahura-Mazda, el dios de la luz, en el fuego de los altares
situados al aire libre.
Palacio de Ciro en Pasargada (planta a base de pabellones independientes, que
recordaban las grandes tiendas de los jefes nómadas). En los detalles y en la
decoración se hizo acopio de fórmulas artísticas de Mesopotamia y Egipto: toros
alados, lamasus. Fórmulas originales: uso de un gran número de columnas para dar
monumentalidad; capitel tauromorfo.
•A364. Planta del Palacio de Ciro en Pasargada.
•EX. Guardián con 4 alas y corona egipcia (retrato de Ciro). Pasargada.
•EX. Reconstrucción del Palacio de Ciro. Pasargada.
•EX. Altar de fuego. Pasargada.
Palacio de Darío en Persépolis (recupera la unificación en planta cuadrada de
gran regularidad). Monumentalidad, proliferación de columnas. Nuevo capitel
tauromorfo. Decoración ecléctica, con elementos asirios, egipcios o griegos. En su
palacio de Susa trabajaron canteros jonios y sardos, orfebres medos y egipcios, y
babilonios experimentados en los ladrillos vidriados.
Los relieves de Persépolis están inspirados en los asirios, pero que representan
desfiles procesionales, o de siervos y portadores de tributos y están más
remarcados. Se sitúan en los frentes de las plataformas de los edificios, en las
paredes de rampas y escalinatas o en las jambas de las puertas. Aunque
ejecutados con extraordinario oficio, resultan de una gran frialdad, fruto de un arte
académico sin particular inspiración. Sobresale el gran esmero con el que se
representan los adornos y armas.
•Fig. 9. Palacio de Persépolis.
•0148. Planta del Palacio de Persépolis.
•0149. Apadana del palacio de Persépolis.
•0150. Relieve de Darío y Jerjes concediendo una audiencia.
•0151. Reconstrucción de la Sala de las Cien Columnas del palacio de
Persépolis.
•A363. Panel con arqueros en ladrillo vidriado (Palacio de invierno en Susa).
•A366. Capitel tauromorfo de la Apadana de Susa.
•A367. Lamasus de la Puerta de Jerjes del palacio de Persépolis.
•A368. Planta del Palacio de Persépolis.
•A369. Frisos de portadores de ofrendas de la Apadana de Persépolis.
•A370. Apadana de Persépolis.
•A371. Puerta del Palacio de Persépolis.
•EX. Relieve de los Inmortales en Persépolis.
•EX. Relieve del rey y un león alado.
Tumbas. La de Ciro es un sobrio y original mausoleo sobre un basamento
escalonado, en Pasagarda. La de Darío está excavada en el paredón rocoso de
Naksh-i Rustán, cerca de Persépolis, al igual que las de sus tres sucesores: Jerjes,
Artajerjes y Darío II. Los últimos reyes aqueménidas se enterraron en Persépolis, en
tumbas similares. Conocemos las de Artajerjes II y Artajerjes III, pero allí debieron
reposar también Artajerjes IV y Darío III, que nunca recibieron un entierro formal.
•A372. Tumba de Ciro.
•A373. Tumbas rupestres de los reyes aqueménidas.
•EX. Tumba de Darío.
Artes decorativas. El pueblo persa destacó en la metalurgia y la orfebrería.
•0152. Ritón del Tesoro de Oxus.
•A374. Ritón de plata.
•EX. Tesoro de Oxus. Placa con relieve.
•EX. Tesoro de Oxus. Jarra de oro.
•EX. Tesoro de Oxus. Brazalete.
Con la conquista del Imperio Persa por Alejandro en 313 a. de C. el protagonismo
artístico pasa al mundo griego.
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BIBLIOGRAFÍA:
● RAMÍREZ, J.A. (dir.), Historia del Arte. El mundo antiguo. Madrid: Alianza
Editorial, 1996, 428p.
● HARTT, F., Arte. Madrid: Ediciones Akal, 1989, 1220p.