Download - Aplicación Alfanumérica Inicial (Aschero)
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SERGIO ASCHERO
PhD in Musicology Avenida Roca 1669 (1870) AVELLANEDA Provincia de Buenos Aires (ARGENTINA)
(2016)
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1. Introducción a la semiótica
La semiótica ha ido desarrollando desde tiempos remotos pues desde antes de que el
término semiótica fuera utilizado ya se encuentran investigaciones al respecto del los
signos. Estos orígenes se confunden con el de la propia filosofía, ya que Platón definía
el signo en sus diálogos sobre el lenguaje. Pero si analizamos la etimología de la
palabra, ésta deriva de la raíz griega semeîon (signo) y sema (señal), entonces
diremos que en términos muy generales la semiótica se ocupa del estudio de los
signos.
El actual término "semiótica" remite a una muy larga historia de búsquedas y
exploraciones en torno al complejo fenómeno de la significación o de las situaciones
significantes, que han desembocado en las actuales prácticas de desmontaje, de la
más diversa índole, aplicadas a distintas configuraciones culturales, interesadas en los
sistemas y mecanismos de la significación.
"Hacer semiótica" significa no sólo identificar los distintos componentes de la semiosis,
sino clasificar los distintos tipos de signos y analizar su funcionamiento en sus
diferentes niveles. El uso del término semiótica o semiología remite a un diferente
ámbito de origen: la disciplina emanada de Pierce y desarrollada especialmente en
Estados Unidos prefirió el nombre de semiótica; mientras la engendrada por Ferdinand
de Saussure, más ligada al universo europeo, prefería el de semiología.
Existieron muchos pensadores que dieron alguna aportación para la evolución de la
semiótica, entre estos encontramos a:
• San Agustín
En cuanto a San Agustín, varios aspectos de su teoría del lenguaje merecen ser
destacados, bien por su importancia intrínseca, o por su influencia en autores
escolásticos posteriores. En primer lugar, su filosofía del signo, que incluye la
definición de éste en cuanto realidad material que evoca en el entendimiento una
realidad ajena. El signo lingüístico está constituido por una unión intrínseca de sonido
y significación no es concebible un signo sin significado, pues entonces quedaría
reducido a sonido vacuo. En segundo lugar, por su concepción global de una ciencia
del lenguaje o dialéctica, concepción de acuerdo con esa concepción, en la dialéctica
son distinguibles dos partes bien diferenciadas. Por un lado, el análisis de la expresión
simple en la que San Agustín distingue, entre otros, los niveles fonológico y
morfológico, y el nivel semántico. Por lo que respecta al nivel semántico, San Agustín
desarrolla con gran lucidez y finura analítica las relaciones de la palabra con los
niveles psicológico y ontológico, con el concepto y la referencia.
• Santo Tomás de Aquino
En el Medioevo se profundizó el estudio de los signos, cabe recalcar predominaba la
filosofía escolástica en la cual se desarrollaba tres ciencias: la ciencia natural, la
filosofía moral y la lógica. El estudio de los signos se ubicaba en la lógica y el saber
semiótico se influenciaba en lo cotidiano y en las representaciones de la realidad.
Entre los autores de la época encontramos a Santo Tomás de Aquino (1225-1274). El
estudio realizado por Santo Tomás de Aquino se centró en establecer qué son las
palabras y las considera un "vehículo" para legar al conocimiento y "una realización
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peculiar del signo", pero Santo Tomás los signos comprenden las palabras y
fenómenos naturales como los brotes de las plantas que anunciando la primavera. Las
palabras poseen un significado simbólico para la persona que las recepta, permiten
nombrar a las cosas y transmitir conocimiento. "En el signo-palabra Tomás descubre…
que la palabra es externa… mientras la palabra exterior y hablada tiene una
significatividad indirecta, la palabra interna o concepto posee un significado directo e
inmediato, y ambas son signos."
• Jacques Derrida
Desarrolla la desconstrucción que es una forma de análisis textual que puede ser
aplicada en varias ramas como la música, la historia, la lingüística, etc. La
desconstrucción significa indagar en la contradicción de los términos, la clave está en
la separación que existe entre la intención que tiene el autor y el significado del texto,
entonces explica que se puede tener varios significados e interpretaciones y por lo
tanto no se podría obtener un análisis único de algún texto. Derrida trata exponer que
la lengua está en constante cambio y entre sus estudios está el análisis de obras de
varios autores.
• F. de Saussure
Este autor a partir de la palabra griega de signo origina el término de semiología para
el análisis de todo signo en la sociedad. Saussure enuncia que todas las imágenes
acústicas tienen una estrecha relación con los objetos de la realidad; recordemos que
para Saussure el signo se presenta como un ente indisoluble que cuenta con dos
elementos: el significado y el significante.
• C.S. Peirce
C. S. Peirce se ha caracterizado por la singularidad de sus ideas sobre de la
semiótica, fue considerado uno de los padres fundadores de la semiótica. Él creía que
la ciencia de los signos existía desde la antigüedad, conocida como semiótica, por lo
tanto no era, "un inventor, sino más bien el explorador de un territorio desconocido
casi en su totalidad. Heredero de esa tradición, la semiótica de Peirce está vinculada a
la lógica, aunque sólo una transformación de la forma en que se había concebido la
lógica podía hacer de la semiótica una disciplina con una personalidad diferenciada.
• R. Barthes
Este autor es cobijado bajo los conceptos de Saussure, Barthes va a elaborar
investigaciones sobre la semiótica en especial con la lingüística y es precisamente
este autor quien va a criticar a su antecesor Saussure señalando que la semiótica es
parte de la lingüística y no viceversa.
• A.J. Greimas
La teoría de la Semiótica se presenta como un método de análisis del acto didáctico,
pues por ejemplo, los profesores y los alumnos se ven inmersos en un proceso de
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comunicación y por tal motivo el discurso es considerado mediador semiótico esencial
que interviene de manera tajante tanto en la construcción de la identidad del sujeto
como en la construcción del acto educativo. Según Greimas, dado que la semiótica es
un método de análisis del discurso en los actos didácticos, en el discurso como
espacio para el sujeto y para la realidad se parte de dos presupuestos.
• Duns Scoto
La ciencia de la semiótica tiene tres ramas, la primera ha sido llamada por Duns Scoto
gramática especulativa. Podemos denominarla gramática pura. Tiene como objeto
determinar lo que debe ser verdadero, usado por toda inteligencia científica en orden a
que pueda encarnar un significado. De otro modo, la gramática pura estudia las
condiciones formales de posibilidad de los signos para que puedan funcionar como
tales. Proporciona una definición de lo que es signo, delimitando la clase de realidades
que pueden serlo de las entidades que no pueden alcanzar esa naturaleza.
• Estoicos
Los estoicos: Dieron una nueva comprensión del signo y trataron de explicar la
distinción entre signo, significante y significado. Los estoicos se refieren al signo
lingüístico como ente portador de un doble componente: las palabras en cuanto
expresión dicha y el contenido de las mismas. Ambos componentes se unen para
referirse a una realidad distinta, el referente. Tres cosas se juntan: la cosa
significando, la significante y la que existe. De éstas la cosa significante es la voz, por
ejemplo la palabra dión; la cosa significada es el mismo objeto que se indica y
nosotros percibimos en su presentación real a través de nuestro pensamiento, y por
último está lo que existe fuera de nosotros, por ejemplo dión mismo en persona.
• Lotman
Interpreta a la semiótica como la cultura, la cultura, y afirma que los diversos tipos de
cultura son diversos tipos de lenguajes particulares, dentro de las características que
le asigna a los textos está la de ser creadores de sentido producto de la dialéctica
interna, de los constantes diálogos. Lotman está de acuerdo en que las culturas se
forman dependiendo de lenguajes naturales, las culturas son sistemas comunicativos y
las culturas se crean basándose en ese sistema semiótico universal que es el lenguaje
natural. Frente a esto, la cultura aparece como un sistema de lenguajes cuyas
manifestaciones concretas son textos de esa cultura. Frente a este planteamiento
observar un espectáculo de ballet o ver una película equivale a aprender una lengua.
• Locke
Como cuando se considera la historia de cualquier concepto o disciplina, es fácil
encontrar precursores en el caso de la semiótica. En cuanta reflexión sobre el signo,
lingüístico en particular, toda la historia de la filosofía del lenguaje está cuajada de
análisis que se pueden calificar de semióticos. En cuanto disciplina definida por su
objeto y el ámbito de sus fenómenos característicos, la semiótica y desde luego, en la
filosofía del lenguaje de Locke. En el Ensayo sobre entendimiento humano, Locke
habla de la semiótica como de la tercera ciencia, identificándola con la lógica.
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2. Concepción del signo
La concepción del signo que subyace a la filosofía del lenguaje del Ensayo resultó
afectada, como toda la epistemología empirista, por la crítica kantiana. Las bases de la
semiótica moderna parten de esa crítica aunque, como en el caso de Pierce y de otros
autores posteriores, estén inclinadas hacia un psicologismo más o menos explicito.
En teoría de la comunicación, un código es un conjunto de elementos que se
combinan siguiendo ciertas reglas y que son semánticamente interpretables, lo cual
permite intercambiar información. En este contexto, las sociedades humanas se
caracterizan principalmente porque, valiéndose de unidades sonoras significativas,
logran comunicarse a través del código más complejo: las lenguas humanas o códigos
lingüísticos.
El emisor y el receptor deben utilizar el mismo código para que la comunicación sea
posible. Aunque todos los otros elementos del circuito comunicativo funcionen
adecuadamente, la comunicación no tendrá éxito si el emisor y el receptor no
comparten el mismo código.
Existen, pues, concepciones opuestas de la disciplina, que van desde el estudio de un
sistema concreto de señales hasta una concepción "absolutista" que hace depender la
propia cultura del fenómeno comunicativo. Un breve sumario de estas concepciones
sería el siguiente:
Una concepción limitada a los sistemas de signos instituidos en la práctica social y no-
lingüísticos: carteles de señalización, escudos, uniformes, etc. En todo caso, podría
hablarse de "signalética" para calificar esta concepción.
La concepción que puede llamarse "saussuro-hjelmsleviana" que considera con
Saussure, que la lingüística es una parte de la semiología, "ciencia que estudia la vida
de los signos en el seno de la vida social". Extendiendo el modelo lingüístico a todos
los sistemas de signos humanos, la misma podría calificarse como "semiolingüística"
aún cuando sus sostenedores recusan este apelativo. Sin embargo, construye sus
objetos sobre el "patrón" de los objetos de la lengua.
La concepción peirceana que combina, en el estudio de los signos un análisis de los
fenómenos de significación como la cooperación de tres instancias que implican al
representante (el signo propiamente dicho), al representado (aquello de lo que el signo
da cuenta) y a un intérprete genérico considerado como un muestrario representativo
portador de los hábitos interpretativos de la comunidad a la que pertenece.
Concepciones etnoculturales que ven en la cultura una combinación de sistemas
"modelizadores" de lo real (Yuri Lotman, Escuela de Tartú).
Concepciones que tienden a abolir la separación entre ciencias humanas y ciencias de
la naturaleza, a partir de una zoosemiótica, de una fitosemiótica, reagrupadas con la
teoría de la información y las neurociencias, para constituir una especie de
"perspectiva semiótica" (Círculo de Toronto).
Concepciones "regionales" del objeto semiótico limitadas a campos como el visual, las
prácticas culturales y artísticas (danza, literatura, poesía, urbanismo y arquitectura,
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cine, teatro, circo, pintura, presentación de la persona, etc.), los "discursos" de
carácter social (jurídico, religioso, político, etc.).
Aunque pretendidamente independientes, dada la especificidad de su objeto, no dejan
de vincularse, más o menos explícitamente, con alguna de las concepciones
enunciadas anteriormente.
En resumidas cuentas, la semiótica se ocupa de signos, sistemas sígnicos,
acontecimientos sígnicos, procesos comunicativos, funcionamientos lingüísticos; es
decir, que la, la semiótica se ocupa del lenguaje entendido tanto como la facultad de
comunicar que como el ejercicio de esa facultad. La semiótica, por tanto, se ha
ocupado de las más variadas cosas: arquitectura, cine, teatro, las modas, las señales
de tránsito, la publicidad, la literatura, el arte, la ciencia, los juegos, las normas de
cortesía, la televisión, los gestos, etc.
"Semiología" es un término usualmente intercambiable con el de "semiótica", este
último preferido por los anglosajones; el primero por los europeos. De hecho Charles
Sanders Peirce fue al parecer el primero en usar el término semiotic, aunque fue otro
estadounidense Charles William Morris quien realizó el primer proyecto completo para
una semiótica. Aunque aún no hay consenso, la semiología debería incluir la semiótica
para el apartado de los signos no lingüísticos y la semántica para el de la lingüística.
La parte de la semiótica que estudia las relaciones entre significantes y significados es
la semántica. Se llama así a la rama de la lingüística que se ocupa de estudiar el
significado tanto de las palabras, como de los enunciados y de las oraciones. Dentro
de un ámbito todavía más específico, hay la onomasiología y la semasiología: la
primera se ocupa en general de la tarea de dar nombres a los objetos y en concreto de
las denominaciones que se dan a un mismo referente. La semasiología, en cambio, es
la actividad inversa.
A la parte de la semiótica que se encarga de estudiar las relaciones entre significantes
y usuarios se le llama pragmática y, en efecto, estudia el empleo de los signos por los
seres humanos en sus diferentes maneras de relacionarse. Sin embargo, dentro de
este ámbito, se pueden distinguir al menos tres direcciones en la actual pragmática.
Se la puede entender y se la entiende, en efecto, tanto como una doctrina del empleo
de los signos, que como una lingüística del diálogo y, finalmente, como una teoría del
acto del habla.
Finalmente, se llama sintaxis a la parte de la semiótica que estudia las relaciones de
los significantes entre sí. Se puede decir, por tanto, que de acuerdo con el modelo
saussureano, la semiótica "está por encima" de los objetos particulares de cada una
de estas disciplinas que se ocupan de alguno de los componentes del proceso
semiótico.
Hay toda una corriente de una semiótica que bien podría llamarse filosófica, heredera
de Pierce, de corte anglosajón, que cobija los trabajos de la corriente lógico-analítica
de Frege, Wittgenstein, Carnap, Quine, Odgen y Richards, Moore, Russell y, sobre
todo, Charles Jakobson, el verdadero comienzo de la semiótica se dio en los territorios
de la lógica.
3. El uso de los signos en el pasado
Los hombres primitivos se contentaban con un uso puramente instrumental de los
signos, ligado a sus condiciones de subsistencia (lugar donde encontrar la caza, avisar
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de peligros inminentes, etc.), lo que no implicaba problemáticas específicas que
resolver. Pero, a medida que la realidad social se va haciendo más compleja, el uso de
los signos deviene más estricto: el signo debe reproducir de forma unívoca las
realidades del mundo material con el fin de preservar la integridad y la identidad del
grupo humano.
Los primeros pensadores que reflexionaron sobre los signos fueron Aristóteles y los
estoicos, quienes buscan las relaciones entre la configuración de los términos en el
silogismo y la configuración del orden real, así como los motivos de la transferencia de
valores de verdad de una a otra.
La primera ampliación del campo de estudio se la debemos a Leibniz, quien con su
Mathesis Universalis, extenderá las nuevas funciones matemáticas a nuevos campos
significantes. Sin embargo, el proyecto quedará inconcluso al enfrentarse con los
numerosos problemas de polisemia que requerirán el regreso al estudio específico de
la lengua humana. Locke y los filósofos ilustrados (Condilac) fundamentarán la
semiótica en la gramática.
4. El lenguaje y el signo
Su definición más esencial es que es un sistema de signos con los cuales el ser
humano se comunica. Ahora, ¿qué es un signo? Es algo que significa algo para
alguien. Tan simple como eso. No obstante, cabe mencionar que la creación de los
signos siempre es mediante convención, o sea, en sociedad.
Un ejemplo sencillo. Si extiendes tu dedo medio en la calle lo más probable es que
alguien te caiga encima y termines con un ojo morado. ¿Por qué? Es un simple dedito.
¡Ah, pero lo que significa es lo que importa! De esta manera tu lindo dedito medio,
cuando está alzado, se convierte en un signo.
¿Ves? Se convierte en algo que significa algo para la persona que te golpeó. Pero tú
no lo usaste sólo porque se te ocurrió. Lo hiciste porque sabes lo que significa, porque
es significado fue aplicado a ese dedito gracias a un proceso llamado "convención",
que se hace de manera social, y es cuando los individuos otorgan un concepto a ese
signo. Otro proceso que interviene es el de "semiosis", que es el proceso de formación
de un signo, que ocurre cuando se juntan el signo, el contexto, la significación y el uso.
5. Tipos de signos
Debo mencionar que hay tres tipos de signos:
Signo natural
Signo arbitrario
Signo mixto
Un signo natural es cuando su propósito, al ser creado, no fue para significar algo,
pero nosotros le hemos dado ese significado. La paloma no fue creada para significar
paz, sólo es un animal; ha sido la sociedad la que le ha otorgado ese otro significado.
El signo arbitrario es el que se crea para significar algo específicamente. Los números,
las letras y los señalamientos de tránsito son ejemplo de este tipo de signo.
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Los signos mixtos, como seguramente pudiste adivinar, son una mezcla de los dos
primeros. Es un signo que se ha hecho para significar algo, pero ayudándose de un
signo natural.
De esta manera, el lenguaje es un signo arbitrario, porque ha sido creado por los
humanos con el fin de expresarse y comunicarse. Es un signo que tiene un significado
para un grupo de personas, ya que no todos lo entienden, de la misma manera que en
otras culturas no entenderían tu dedito extendido, que vendría siendo un signo natural.
6. Códigos no lingüísticos
En muchas sociedades humanas y con propósitos comunicativos restringidos se han
usado ciertos códigos no lingüísticos, para trasmitir un repertorio de mensajes más
restringido. Por ejemplo señales de tráfico constituyen un código particular que
transmite información útil relativa al tráfico. Obviamente la expresividad de estos
sistemas es mucho más limitada que los mensajes transmitidos mediante códigos
lingüísticos, pero pueden presentar la inmediatez visual y algunas otras ventajas,
siempre y cuando el mensaje a transmitir sea relativamente simple. Así las
señalizaciones de peligro, y ciertos iconos simples pueden aportar información
situacional simple de manera relativamente rápida.
Código no lingüístico visual: se transmite a través de la vista.
Código no lingüístico gestual: se transmite a través de gestos.
Se llama cambio lingüístico al proceso de modificación y transformación que, en su
evolución histórica, experimentan todas las lenguas en general, y las unidades
lingüísticas de cada uno de sus niveles en particular. El cambio lingüístico se
diferencia de la variación lingüística en que en el primero las modificaciones son
diacrónicas y, por tanto, las estudia la lingüística histórica, mientras que las
variaciones son sincrónicas y la analiza, entre otras disciplinas, la sociolingüística. El
cambio lingüístico es un proceso interno de la lengua que no tiene nada que ver con el
cambio de lengua o sustitución lingüística que es un proceso condicionado por
factores externos.
Dos factores que han intervenido desde siempre en el cambio lingüístico han sido los
préstamos y la analogía, el primero es un ejemplo de causa externa y el segundo de
causa interna. Los cambios lingüísticos se agrupan por conveniencia en tres niveles: el
cambio fonético, el cambio morfosintáctico y el cambio léxico-semántico.
En la lingüística del siglo XIX, el lenguaje se consideraba como un ser biológico con su
nacimiento, desarrollo o evolución, y muerte. Cada fase del desarrollo está marcada
por una serie de cambios lingüísticos.
En los últimos años del siglo XX, sin embargo, la sociolingüística ha introducido
nuevas teorías, gracias a los trabajos de Labov, sus discípulos y seguidores, que han
aportado modificaciones radicales a los postulados clásicos del cambio lingüístico
propugnados por los neogramáticos. Para Labov es axiomático que el habla de todos
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los individuos es variable, esto es, manifiesta más de una forma. Esta variabilidad o
variacionismo es observable también en las comunidades del habla a las que
pertenecen los individuos. Con este variacionismo se está poniendo de relieve que
existe una motivación social en los cambios lingüísticos, y la regularidad, más que
como esencia de los cambios, es vista como consecuencia de los mismos.
Últimamente se ha demostrado que la conjunción de algunas variables sociales, como
el sexo y el nivel sociocultural, es un factor explicativo de la fuerza que impulsa el
cambio lingüístico. Igualmente varios estudios han establecido, que aunque
aparentemente el cambio lingüístico es progresivo, la variación intergeneracional suele
ser más importante que la variabilidad individual, es decir, el habla de las
generaciones jóvenes no corresponde exactamente a la de los adultos, y ese efecto
acumulado produce un cambio tras varias generaciones.
Así las cosas, siguiendo a Labov, el cambio lingüístico se origina casi siempre en un
grupo intermedio de la clase social (la clase obrera alta o la clase media baja), y,
dentro de estos grupos, los innovadores son personas importantes socialmente, con
un alto índice de interacción dentro y fuera de la comunidad de habla, destacando el
papel de las mujeres en esta función. Por tanto, la función de los grupos étnicos
nuevos en el cambio lingüístico es inapreciable porque, al no estar integrados, no
tienen los derechos y privilegios de los demás.
7. Variantes lingüísticas
Los códigos lingüísticos presentan dos variantes y múltiples cambios.
El código lingüístico natural (oral en lenguas habladas ordinarias, gestual en lenguas
de señas).
El código lingüístico escrito.
Las diferencias entre el código lingüístico oral y el escrito son:
Código lingüístico oral:
Sus mensajes nos llegan a través de los sentidos (como sonidos analizables como
fonemas en las lenguas orales y como configuraciones pre convenidas en lenguas de
señas).
Es instantáneo, no permanece en el tiempo.
Se tiene acceso a él por el sentido del oído (lenguas orales) o la vista (lenguas de
señas).
Se apoya en signos extralingüísticos. Los signos extralingüísticos son los ademanes,
postura corporal, expresión facial, el énfasis en presentación, etc.
Esta lengua se aprende por un proceso de adquisición lingüística espontáneo, por
transmisión de adultos a niños.
Código lingüístico escrito:
Se capta a través de la lectura.
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Es exclusivo para aquéllos que saben leer y escribir. No se adquiere de manera
espontánea sino que requiere aprendizaje consciente.
No es imprescindible para la convivencia social.
Está estructurado en signos gráficos.
Exige el conocimiento de ciertas convenciones.
Permanece a través del tiempo.
En el cambio lingüístico llamamos causas externas a las que están motivadas por
factores sociolingüísticos relacionados con la historia de los hablantes de la lengua,
como sus contactos con otras personas de otras lenguas, los factores demográficos y
sus influencias culturales.
Así la existencia masiva de bilingüismo en un grupo humano, o la presencia masiva de
préstamos de una lengua a otra por motivos de influencia tecnológica, religiosa o
cultural se ha supuesto que podría provocar cambio lingüístico. Por ejemplo, durante
algún tiempo fue popular la teoría del sustrato, hoy desechada, para la cual causa
principal de la diferenciación del latín fue que sus hablantes antes de la romanización
hablaban lenguas diversas y al transferir parte de esos rasgos al latín que hablaron
provocaron la fragmentación. En el mismo tipo de ideas se fundamentan las
influencias del superestrato (lenguas con hablantes nativos en un territorio que no
llegan a ser la lengua mayoritaria de los hablantes del territorio) sobre y del adstrato
(conjunto de lenguas de territorios adyacentes).
Las causas internas son aquellas relacionadas con la estructura de la propia lengua y
el equilibrio que toda lengua debe mantener entre facilidad de producción y facilidad
de comprensión. Las causas internas se manifiestan en la existencia de cambios
lingüísticos que se presentan juntos. Así por ejemplo la pérdida de ciertas consonantes
finales en latín erosionó la flexión nominal de los nombres y eso a su vez hizo que
para seguir expresando sin ambigüedad las relaciones sintácticas el orden de palabras
fuera más fijo (Sujeto-Verbo-Objeto).
La analogía, reconocida como uno de los motores del cambio lingüístico a nivel
morfosintáctico, es una de las causas internas mejor conocidas. Para algunos
lingüistas ciertas innovaciones lingüísticas analógicas se deben al proceso psicológico
de la abducción en la que un hablante aplica a un hecho lingüístico concreto una
supuesta ley general.
En el nivel fonético-fonológico es un cambio influido básicamente por factores internos,
relacionados con las propiedades articulatorias o facilidad de articulación como la
asimilación fonética, la disimilación y otros fenómenos como la epéntesis o elisión de
sonidos.
También se ha mencionado que las lenguas pueden cambiar por factores externos
como la influencia del substrato lingüístico, que se da cuando hablantes de otra lengua
adquieren la nueva lengua como lengua habitual de la comunicación llevando rasgos
fonéticos de su antigua lengua. Aunque técnicamente eso sería la creación de una
nueva variedad en lingüística histórica ese tipo de cambios se considera como uno de
los posibles factores de diversificación, y por tanto "cambio" de una lengua. Una causa
externa similar a la anterior sería la influencia del adstrato lingüístico. A veces la
ocurrencia geográfica no ya de lenguas diferentes sino de dialectos de la misma
lengua puede llevar a la presencia de una variabilidad fonética, que puede
desencadenar cambios fonéticos y fonológicos considerables.
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En el cambio morfosintáctico y morfológico juega un papel muy importante la
ambigüedad estructural y la gramaticalización. La ambigüedad permite la aparición del
análisis morfémico.
Otro papel importante relacionado con minimización de la información superflua es la
regularización analógica por la cual los patrones morfológicos residuales o marginales
son substituidos por otros patrones flexivos más extendidos o generalizados,
eliminándose así formas arcaicas, irregulares o singulares, en favor de modelos de
flexión más ampliamente usados. En este último fenómeno la frecuencia de uso
desempeña un papel importante.
El cambio semántico se refiere a la especialización o reducción del significado de una
palabra o la generalización o ampliación del significado de una palabra. Estos
procesos de especialización y generalización tienen que ver con la metonimia y la
metáfora.
Por el contrario el cambio léxico tiene que ver con la substitución de una forma léxica
por otra para denominar a una misma realidad. Y también con el proceso de préstamo
lingüístico que normalmente consiste en la incorporación de formas léxicas para
designar conceptos nuevos, o para nombrar casos especializados de conceptos
existentes (gran parte de los anglicismos recientes en español, son de este tipo).
Y es importante no olvidar que gracias al código lingüístico escrito se han transmitido y
han llegado hasta nuestros días las manifestaciones culturales de sociedades pasadas
y de esta manera conocemos la vida y el pensamiento de la humanidad.
8. Cambio de paradigma
Kuhn usó la ilusión óptica del pato-conejo para demostrar la forma en que un cambio
de paradigma podía provocar que la misma información se viese de forma totalmente
diferente.
Una mala interpretación común de los paradigmas científicos es la creencia de que los
cambios de paradigma y la naturaleza dinámica de la ciencia (con sus muchas
oportunidades de juicios subjetivos por parte de los científicos) es un caso de
relativismo; apoyándose en la idea de que todo tipo de sistemas de "creencias" son
iguales. Kuhn niega de forma vehemente esta interpretación y afirma que cuando un
paradigma científico se sustituye por uno nuevo, aunque a través de un proceso social
complejo, el nuevo es siempre mejor, no sólo diferente.
Sin embargo estas reivindicaciones de relativismo están vinculadas a otra afirmación
que Kuhn en cierto modo hace, que el lenguaje y las teorías de los diferentes
paradigmas no se pueden traducir de uno a otro o que no pueden ser evaluados
racionalmente entre sí; es decir, que son inconmensurables. Esto dio lugar a mucha
discusión sobre las visiones del mundo o esquemas conceptuales radicalmente
diferentes de pueblos y culturas distintos; sobre si unos eran mejores o no, sobre si
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podían o no entenderse entre ellos. Sin embargo, el filósofo Donald Davidson publicó
un ensayo de gran prestigio en 1974, On the Very Idea of a Conceptual Scheme, en el
que argumentaba que la idea de que los lenguajes o teorías puede ser
inconmensurables entre sí, sería incoherente. Si esto es correcto, la afirmación de
Kuhn debe ser tomada en un sentido más débil de lo que a menudo es.
Filósofos e historiadores de la ciencia, incluido el propio Kuhn, en última instancia
aceptaron una versión modificada del modelo de Kuhn, que sintetiza su punto de vista
original con el modelo gradualista que lo precedió. El modelo original de Kuhn se
considera ahora generalmente como demasiado limitado.
Referente al tema, también destaca que en ocasiones quienes están a favor o
postulan un "cambio de paradigma científico" a partir de una hipótesis o teoría con
apoyo minoritario, suelen usar el término "paradigma" como un término despectivo; de
modo de exaltar su teoría o hipótesis como un cambio de mentalidad e ideas frente a
lo que ellos definen como una "ortodoxia" dentro de la comunidad científica, que
evitaría el "cambio del paradigma" que ellos proponen o apoyan.
Algunos de los "casos clásicos" de cambios de paradigma de Kuhn en ciencia son los
siguientes:
La transición en cosmología de una cosmología ptolemaica a una copernicana.
La transición en óptica de la óptica geométrica a la óptica física.
La transición en mecánica de la mecánica aristotélica a la mecánica clásica.
La aceptación de la teoría de la biogénesis, o sea que toda vida viene de la vida, en
contraposición a la teoría de la generación espontánea, que comenzó en el siglo XVII y
no se completó hasta el siglo XIX con Pasteur.
La aceptación del trabajo de Andreas Vesalio, cuya obra "De humani corporis" corrige
numerosos errores en el sistema corporal sostenidos con anterioridad, creado por
Galeno.
La aceptación de la geometría no euclidiana como igualmente válida junto a la
geometría euclidiana.
La transición entre la visión electromagnética de Maxwell y la visión del mundo
relativista de Einstein.
La transición entre la visión de la física newtoniana y la relativista de Einstein.
El desarrollo de la mecánica cuántica, que redefinió la mecánica clásica.
La aceptación de las placas tectónicas como explicación de grandes cambios a escala
geológica.
El desarrollo de la datación absoluta.
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La aceptación de la teoría de Lavoisier de las reacciones químicas y de combustión en
lugar de la teoría del flogisto, conocida como la revolución química.
La aceptación de la herencia mendeliana, en comparación con la pangénesis en el
siglo XX.
Pudiéndose agregar el Alfabeto Universal Alfanumérico Unificado de Aschero en
sustitución de la escritura actual de la matemática y de todas las lenguas escritas.
9. Conocimiento y evolución
Si bien se sabe que el conocimiento es un proceso entre los objetos, sujetos y
estructuras, de acuerdo al pensamiento constructivista (epistemología genetista de
Piaget), cómo es posible que el bebé efectúe actividades que no contemplarían estos
elementos pues, se dice, que el infante "no distingue" los objetos, el sujeto y una
estructura cerebral primaria.
Así, se pretende presentar la hipótesis de que aunque el mundo de la evolución y
complejidad es parte de la naturaleza humana, la ampliación de conciencia se
presentaría en sentido contrario al crecimiento físico de las personas. En última
instancia, "sería una propuesta de un nuevo paradigma para la evolución humana" en
el sentido de ir en camino regresivo en las aptitudes mentales, desde la infancia en
adelante. Por ello, sería necesario, para evolucionar un adulto, "volver a nacer", pues
en las etapas avanzadas del ser humano estaríamos en un estado de mayor desarrollo
físico pero de menor desarrollo mental de la inteligencia que durante la infancia, donde
en este último estado se estaría en la etapa de inteligencia virtual, de unidad total con
el universo como el dominio de la inteligencia de insight de Bohm o de la matriz
perinatal básica I, de Grof.
Se requiere de este modelo de aprendizaje, dado que el adulto, a diferencia del niño,
no accede fácilmente al conocimiento intuitivo, pues durante gran parte de su vida ha
experimentado una inhibición del funcionamiento hemisférico cerebral derecho,
orientando todo su accionar en función del hemisferio izquierdo, asiento del intelecto,
razón, del análisis descriptivo, de la definición, etc. De ahí, el adulto a fuerza de la
costumbre, necesariamente debe primero tener una comprensión intelectual del
proceso transpersonal-complejo, a diferencia del niño que puede inmediatamente
sumirse en el ámbito transpersonal-complejo, cualidad que van perdiendo a medida
que se convierten en pensadores analíticos. De ello, resulta que el adulto necesita de
una limpieza mental y disciplina de aprendizaje que lo capacite para acceder al campo
transpersonal-complejo. Entonces, el proceso de evolución de la conciencia para un
adulto, requiere de una etapa de comprensión intelectual, dada por las exposiciones y
referencias del modelo de cambio personal y de una etapa experimental dada en las
meditaciones y diálogos, además de una ejercitación del lenguaje interhemisférico
cerebral.
El niño, se siente unido al mundo y conversa con las cosas y animales. El adulto, por
el peso de su cultura y educación, se ha aislado de la naturaleza transformando así su
percepción de la realidad transpersonal-compleja del niño en una percepción personal
del adulto.
Por otro lado, el chat, los mensajes de texto, los e-mails, son herramientas hoy en día
imprescindibles tanto en el ámbito laboral como en el social. Pero así como estos
14
métodos brindan una comunicación mucho más veloz, también es preocupante como
– con la excusa de escribir rápido – se utiliza una gramática incorrecta que puede ser
perjudicial para el lenguaje.
Y es que esta nueva tradición de vivir a mil llevó a que el lenguaje quede distorsionado
a unas pocas letras que representan todo el abecedario. Pero esto, si bien es un
avance en materia de comunicación, podría significar una retroceso en cuanto al
aprendizaje gramatical y al lenguaje en general.
El problema es que la sobre información expuesta hoy en día es para desconfiar: las
bibliotecas pasaron de moda reemplazadas por el gigante de la Internet, esa
herramienta masiva donde se encuentra "todo". Pero por supuesto, los contenidos no
siempre son de fiar, además de reducir el esfuerzo por conseguir la información
requerida.
Las innovadoras herramientas comunicacionales trajeron también una especie de
"pereza" en la lectura. Los grandes libros bastos de contenido ya no son necesarios:
fotocopias, folletos, apuntes y guías, sumado a la información bajada de Internet, son
suficientes. Y es que el título constituye en la actualidad un requisito necesario para
trabajar, no el resultado de una preparación para obtener una formación de calidad.
Estos cambios tienen que ver con la tendencia mundial que se va extendiendo y
globalizando en todo el mundo: el aumento de la eficacia a través de continuos
cambios rápidos. Los contenidos perdieron importancia, porque la velocidad – hoy en
día – brinda más recursos que el conocimiento.
A medida que aumenta la necesidad, el vocabulario se expande combinando palabras,
expresiones, idiomas y reglas lingüísticas. Desde la interacción con otras lenguas
hasta las idiosincrasias individuales, son algunos de los desafíos a los que la escritura
debe enfrentarse día tras día para no ser prescindida por la tecnología.
Para evitar esa enorme superficialidad de la información y la comunicación es que
debe formalizarse o, incluso, matematizarse una semiótica científica abarcativa
también de la lingüística.
La historia de las ciencias muestra que la forma acabada de una teoría científica se
alcanza cuando está matematizada completamente en un modelo hipotético-deductivo.
Las ciencias humanas podrán alcanzar ese grado de procesamiento abarcador,
cuando las matemáticas tengan la capacidad de crear e informar (es decir, crear
formas y comunicarlas) con sus características particulares.
Ese es el punto de partida del modelo alfanumérico propuesto por Aschero.
10. Matematización del lenguaje
Kant escribía que: "en toda teoría particular de la naturaleza, lo científico, en el sentido
propio de la palabra, no existe sino en la cantidad de matemáticas que contiene".
Leibniz sólo concebía a las formulaciones matemáticas ligadas a su aplicación, siendo
la producción de formalismos inseparables de las diversas manifestaciones del
sentido; Matesis y Semiosis debían aprehenderse simultáneamente. De hecho estos
15
filósofos representan una constante de la epistemología de las ciencias humanas. Su
estatus científico está condicionado por la puesta en práctica de un proceso de
formalización cuya articulación con el objeto estudiado debe explicitarse totalmente y
convalidarse mediante la práctica social. El punto de vista enunciado precedentemente
lleva a evaluar el estado de desarrollo de las teorías científicas a partir de su grado de
formalización: desde las doctrinas informes, es decir de opiniones constitutivas de un
sistema más o menos coherente de conceptos y de relaciones entre conceptos, hasta
los sistemas hipotético-deductivos matematizados, hay un abanico de estatus
epistemológicos en el cual las ciencias humanas están fundamentalmente del lado de
las primeras y, las ciencias exactas, del lado de los segundos. Ubicándonos
resueltamente en esta perspectiva, abogaremos en favor de una matematización cada
vez más pronunciada en las ciencias humanas sin perder de vista el valor crítico de las
opiniones "informes" y teniendo conciencia permanente del carácter necesariamente
reductor de la formalización matemática. El principal escollo en esta gestión puede
provenir de la tradicional acusación de imperialismo para con las matemáticas. Es una
actitud que objetivamente funciona como un obstáculo epistemológico que será
necesario superar en la medida en que se diferencien en el orden del saber instituido
los roles de formalización y aplicación.
La pragmática confronta a las significaciones elaboradas fuera de las realidades de las
que surgen con esas mismas realidades que pretenden configurar, es decir, a las
cuales dan sentido. Se expresa en forma de reglas o de hábitos interpretativos
admitidos como verdaderos en el seno de una comunidad, en un período
históricamente datado. Constituye entonces el momento del análisis semiótico en el
que sintáctica y semántica se unen.
C.S. Peirce está en el origen del pragmatismo en cuanto movimiento filosófico.
Fue él quien formuló la máxima del pragmatismo: "Considerar cuáles son los efectos
prácticos que creemos que puede producir el objeto de nuestra concepción. La
concepción de todos esos efectos es la concepción completa del objeto". La
significación de un signo es pues el efecto que el signo podría tener en cada
circunstancia previsible. Podría decirse que la semiótica de Peirce es pragmática por
construcción, mientras que en las semióticas saussuro-hjelmslevianas estamos
forzados a aplicar las modalidades a las relaciones entre representante y
representado, concebidas en su origen como un ya-instalado universalizado.
Extendiendo el debate, vemos que la concepción peirceana de la semiótica es triádica
(en el sentido en que la pragmática es el momento de " tres en uno") mientras que las
concepciones saussuro-hjelmslevianas son didácticas o binarias. Esto implica una
gran dificultad para traducir de una a otra las teorías semióticas elaboradas en las dos
tradiciones. El acento puesto hoy en la pragmática lingüística debería permitir una
revisión crítica de las concepciones diádicas en materia de signos y de sentido y hacer
caso omiso de muchas dicotomías reductoras.
Todo acto de comunicación puede describirse como un par constituido por un signo
producido por un emisor, interpretado luego por un receptor. Su estudio combinará
producción e interpretación de un mismo signo.
Queda claro que para avanzar en el conocimiento de los signos es conveniente
considerar aquello para lo que sirven cuando son más o menos intencionales, es decir
para comunicar. Algo pasa de la mente del productor a la del intérprete. Más
formalmente, puede considerarse que en todo fenómeno semiótico hay un traspaso a
través de un signo, de una cierta forma de relaciones que está en la mente de un
16
productor hacia la mente de un intérprete. Esta forma de relaciones no habría más que
transitar por el signo, que se transforma, según los términos de Peirce, en "un medium
para la comunicación de una forma (o figura)" (el caso de los signos naturales, que no
tienen productor humano, debe estudiarse aparte).
Es de destacar que en el acto de comunicación definido como un par (signo producido-
signo interpretado), el productor tanto como el intérprete hacen referencia a la misma
relación de naturaleza institucional que liga al signo con su objeto. El productor lo
utiliza como "ya-instalado" (un "comens" dice Peirce; es decir un "ser común") que le
permite elegir una cosa (el signo) y presentarla como el sustituto de otra cosa ausente
(el objeto del signo), con la garantía (en el interior de su comunidad) de que un
intérprete eventual que comparta su cultura tendrá la posibilidad de poner en
funcionamiento la relación empleada en el otro sentido (dualidad), como lo muestra el
esquema:
Vemos cómo se logra la comunicación cuando el objeto del productor y el objeto del
intérprete coinciden (O = O’).
11. Semántica
Al definir a la semántica como la "ciencia de las significaciones" puede considerársela
como la ciencia de aquello a lo que remiten los signos. Desde esta perspectiva
constituye un momento de la semiótica. Evitaremos identificar semántica y semántica
lingüística.
En la conceptualización saussureana del signo, la significación es inherente al
significante. La imagen harto conocida de la hoja de papel que tiene sobre una faz el
significante y sobre la otra el significado, de manera que todo corte de una implica un
corte de la otra, da cuenta adecuada de esta concepción biunívoca y vehicular de lo
que representa: cortando los significantes en el ámbito fónico, cortaríamos al mismo
tiempo los significados en el ámbito conceptual y, en consecuencia, estudiar la lengua
sería estudiar simultáneamente las significaciones vehiculadas por las palabras. De
hecho se trata de un solo gesto fundador que produciría sus efectos en dos niveles.
Inmediatamente percibimos el tipo de dificultades que vamos a encontrar en esta
perspectiva: los signos no-lingüísticos que no se presenten como las palabras de la
lengua y que no obedezcan a las mismas combinatorias quedarán, en principio, fuera
del alcance de esta conceptualización y será grande la tentación de reconducirlos
hacia los signos lingüísticos, de tal manera que aseguren una apariencia de
universalidad de la metodología. L. Hjelmslev y sus continuadores han intentado
escapar a la presión histórica del modelo lingüístico distinguiendo, en cierto modo, la
cosa que representa y su significación y, consecuentemente, la relación que los une.
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Desde la perspectiva peirceana (anticipando la clásica división formulada por
CH.Morris) se distinguen tres momentos constitutivos de la semiótica: la sintáctica, que
trata de aquello que representa, la semántica, que trata de aquello que está
representado y la pragmática, que extrae las reglas de uso que gobiernan, en cada
contexto de interpretación, las confluencias de esos momentos. Puede pues asimilarse
la semántica a un momento de la semiótica, tomando el término "momento" en su
acepción filosófica.
12. Las principales teorías semióticas
A grandes rasgos pueden distinguirse tres concepciones. Dos de ellas son binarias, es
decir fundadas sobre pares opuestos como significante/significado. La una, débilmente
formaliza, más bien da cuenta de la hermenéutica y se pretende ciencia de revelación,
incluso iconoclasta (R. Barthes); la otra está formalizada (A. J. Greimas, Escuela de
París) en una perspectiva generativista. Finalmente, la semiótica triádica de C.
S.Peirce incorpora a la pragmática en su concepción del signo.
Consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos.
Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho que un
determinado mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B,
distante del anterior en el espacio o en el tiempo. La comunicación implica la
transmisión de una determinada información. La información como la comunicación
supone un proceso; los elementos que aparecen en el mismo son:
Código. El código es un sistema de signos y reglas para combinarlos, que por un lado
es arbitrario y por otra parte debe de estar organizado de antemano.
El proceso de comunicación que emplea ese código precisa de un canal para la
transmisión de las señales.
El Canal sería el medio físico a través del cual se transmite la comunicación.
Ejemplo: El aire en el caso de la voz y las ondas herzianas en el caso de la televisión.
En tercer lugar debemos considerar el Emisor. Es la persona que se encarga de
transmitir el mensaje. Esta persona elije y selecciona los signos que le convienen, es
decir, realiza un proceso de codificación; codifica el mensaje.
El Receptor será aquella persona a quien va dirigida la comunicación; realiza un
proceso inverso al del emisor, ya que descifra e interpreta los signos elegidos por el
emisor; es decir, descodifica el mensaje.
Naturalmente tiene que haber algo que comunicar, un contenido y un proceso que con
sus aspectos previos y sus consecuencias motive el Mensaje.
Las circunstancias que rodean un hecho de comunicación se denominan Contexto
situacional (situación), es el contexto en que se transmite el mensaje y que contribuye
a su significado.
Ejemplo: Un semáforo en medio de una playa no emite ningún mensaje porque le falta
contexto.
18
La consideración del contexto situacional del mensaje es siempre necesaria para su
adecuada descodificación.
En el esquema clásico de Jakobson aparece el referente que es la base de toda
comunicación; aquello a lo que se refiere el mensaje; la realidad objetiva.
Todos estos elementos que forman el esquema de la comunicación tienden a
conseguir la eficacia de la información.
13. El signo
El signo tiene su fundamento en un proceso: la semiosis que es una relación real que
subyace al signo. Un signo es algo que está en lugar de otra cosa no como sustituto
sino como representación. El signo es una expresión que señala hacia un contenido
que hay fuera del signo mismo.
Tiene dos funciones: expresión y contenido.
Si queremos explicar lo que es el significante, diremos que es la parte física del signo.
Afirmaremos que en el caso del lenguaje hablado está hecho de sonidos, y en el caso
del lenguaje escrito está hecho de formas y colores.
También afirmaremos que en el caso del lenguaje hablado el significante es objeto de
la percepción auditiva, y en el caso del lenguaje escrito es objeto de la percepción
visual. Por último, afirmaremos que los significantes son producidos por el aparato
fonador. En suma, con respecto al significante hay muchas cosas claras: sabemos de
qué material está hecho, cual es su configuración, cual es su modo de existencia,
cómo se produce y que órganos de los sentidos lo perciben. Hablemos ahora del
significado o concepto. ¿De qué material está hecho? ¿Cuál es su modo de
existencia? ¿De qué sentidos es objeto de la percepción? Aquí nos quedamos mudos.
No sabemos qué responder. Se recurre entonces a los procedimientos
metalingüísticos, por medio de los cuales damos cuenta de forma mediata de objetos
de los que carecemos de conocimiento inmediato. Establezcamos entonces las
convenciones metalingüísticas. Cuando hablemos de la palabra, pondremos la
expresión encerrada entre apóstrofos; cuando hablemos del significante, pondremos la
expresión entre barras; y cuando hablemos del significado, pondremos la expresión
entre comillas. Así, por ejemplo, la palabra "silla" tiene como significante /silla/ y como
significado "asiento alargado".
Este procedimiento metalingüístico sólo sirve para postergar la explicación sobre la
naturaleza del significado. Puesto que cuando hablamos del significado lo que a fin de
cuenta proporcionamos son palabras, que a su vez serían unidades de significante y
significado.
Demos otro paso. Si preguntamos qué significa la palabra "silla", nos responderán:
"asiento para una persona". Y si preguntamos qué es una silla, nos responderán:
asiento alargado. Es obvio que preguntar por el significado de la palabra equivale a
preguntar por el ser del objeto significado por la palabra. Pretendiendo hablar del
significado como un ser unido al significante en la conciencia, en verdad hablamos de
un ser separado del significante y que existe fuera de la conciencia.
De todos modos tenemos una primera definición de significado, aunque sea equívoca
o errónea. Significado: ser del objeto significado. Demos otro paso más. En el
diccionario podemos leer: silla. Asiento alargado. Esto es una elipsis del juicio: la silla
es un asiento alargado. Se partía de la premisa de que la palabra es una unidad
19
interna de significante y significado, pero a la hora de la verdad, cuando recurrimos al
diccionario, se presenta como una unidad externa. Lo que figura como significante es
el sujeto del juicio, y lo que figura como significado es el predicado del juicio, unidos
externamente mediante el operador verbal "es".
14. El signo natural
Los signos naturales son signos que no tienen un productor humano. Su
reconocimiento está dependiente en forma directa del estado de la ciencia en el
momento en el que se lo considera. Su cualificación se fijará según el grado de
información científica de su intérprete.
Los signos naturales, puesto que constituyen signos, presuponen una conexión entre
el signo que representa y un objeto determinado que está representado. Sin embargo
esta conexión queda establecida por la naturaleza sin la menor intervención humana;
se sitúa en el mundo físico, exclusivamente, y el intérprete no hace más que constatar
ese hecho. Ahora bien, en nuestra concepción del signo, damos a esta conexión valor
de institución. Para justificar nuestra pretensión de edificar una semiótica general, es
necesario que los signos naturales puedan incorporarse en la concepción general
enunciada y para esto hay que analizarlos de manera más precisa.
Para comenzar, no hay que dejarse enceguecer por los ejemplos de escuela
(humo/fuego, nube/lluvia) cuyo carácter de evidencia oculta la complejidad de las
relaciones reales entre los dos términos, ya que el saber empírico de cada uno permite
economizar el saber científico. Por ejemplo, el problema es absolutamente distinto si
se considera el par marea/luna. En efecto, ver en la marea un signo de la luna
presupone un conocimiento de las leyes de gravedad que no está dado por la
experiencia común.
Sin embargo, la conexión entre la marea y la luna es absolutamente equivalente a la
que existe entre una nube negra y la inminencia de la lluvia. Ahora bien, en cuanto a lo
de las mareas, es sabido que no siempre se las atribuye a la influencia de la luna. Esto
significa que la noción de signo natural está estrechamente ligada al estado de la
ciencia en el momento de la interpretación y a la relación que el intérprete mantenga
con la ciencia de su tiempo. Puede considerarse que, más allá de la generalización
espontánea efectuada por los actores sociales en los campos más prosaicos de su
experiencia es, de hecho, la comunidad científica de una época determinada la que
garantiza la realidad de las conexiones que caracterizan a los signos naturales. En ese
sentido, esta comunidad puede considerarse como productora de esos signos. Se
puede entonces insertar a los signos naturales en el derecho común, considerando
que su productor es la comunidad científica en su conjunto en lugar de un individuo.
Esto lleva a considerar al saber científico como un haz de instituciones que vincula los
fenómenos naturales a ciertos objetos. Estas relaciones las establecen teóricos que
tienen como función describir las fenomenologías observadas. A partir de esto, ya
nada impide definir a los fenómenos semióticos, entre ellos los signos naturales, en
términos de comunicación. En todos los casos debemos de evaluar y formalizar la
posición de un intérprete respecto de una institución social ya existente, que conecte
representante y representado, signo y objeto. El caso de los signos naturales se
distinguirá sólo por el hecho de que el productor virtual es la institución misma.
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15. Funciones del signo
Dispositivo de la Comunicación
Referente
Emisor Mensaje Receptor
Canal
Código
Factores de la
Comunicación Función Lingüística
Emisor Emotiva
Referente Referencial
Mensaje Poética
Canal Fática
Código Metalingüística
Receptor Conativa
• Función Emotiva: (o expresiva) apunta hacia una expresión directa de la actitud del
emisor. Terminología denotativa y connotativa. Predomina la subjetividad del emisor,
no tanto lo que dice o como lo dice, sino quien lo dice. Tiende a dar la impresión de
cierta emoción. El factor de la comunicación es el Emisor.
• Función Referencial: (o informativa, o denotativa, o cognitiva) está orientada hacia el
"contexto" que ambienta y rodea la comunicación. Tiene que ver con todo el tema que
provoca la comunicación y no sólo con el mensaje. El discurso es objetivo y verosímil y
la terminología es denotativa. El factor de la comunicación es el Referente.
• Función Poética: pone el acento sobre el mensaje en sí mismo, sea de cualquier
género. Por lo tanto busca producir un hecho estético. Para esto se utilizan metáforas,
figuras retóricas. El factor de la comunicación es el Mensaje.
• Función Fática: sirve esencialmente para verificar si el circuito funciona; es decir,
establecer, prolongar e interrumpir la comunicación. Chequear si tengo la atención del
interlocutor. El factor de la comunicación es el Canal.
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• Función Metalingüística: apunta a verificar si el emisor y el receptor utilizan el mismo
código. De allí que se hable de Metalenguaje. Se explican términos cuyo significado se
desconoce. El estudio del lenguaje es el estudio del código, propiamente. El factor de
la comunicación es el Código.
• Función Conativa: (o apelativa) está orientada específicamente al destinatario
(receptor). Su expresión gramatical más pura está en el vocativo y el imperativo. El
factor de la comunicación es el Receptor.
Las sucesivas revoluciones tecnológicas parecen haber alejado al ser humano y a sus
herramientas comunicativas de la biología y de la naturaleza, esto se constata tras la
aparición de los primeros signos y señales desarrollados con el habla y el lenguaje
(40.000 años), el posterior surgimiento de la escritura (5.000 años) y la revolución de
los soportes materiales de comunicación, a partir de la aparición de la imprenta de tipo
móviles (500 años) que reemplazó los manuscritos por el libro. Todas estas
tecnologías de la comunicación llevaron a nuestra especie desde un entorno
comunicativo restringido por los límites biológicos de la vista y el oído, hacia un nuevo
entorno más artificial. Sin embargo hoy, las nuevas tecnologías, al contrario de lo
dicho, no están haciendo el mundo más artificial sino más bien están adquiriendo un
carácter nuevamente natural.
Al respecto se señala que la aparición de los nuevos medios electrónicos (analógicos y
digitales) no solo ha extendido nuestras posibilidades de comunicación más allá de
nuestros límites biológicos, sino que han recuperado elementos y características de la
etapa pretecnológica anterior a la escritura. Una muestra de ello es que el uso de
artefactos ha devuelto los sentidos a la comunicación humana, a la vez que han traído
la posibilidad de interactividad entre emisor y receptor.
El lenguaje visual constituye un elemento determinante de nuestro ecosistema cultural
ya que la influencia que ejercen las imágenes en nuestra comunicación es tan grande,
que la cultura popular parece estar marcada por una necesidad de que las
representaciones se acerquen más a lo real, sin mediación de ningún signo. De ahí
que la comunicación visual sea para las masas más importante que la escritura, más
aún, es la escritura el resultado final de aplicar la función gráfica a la comunicación
simbólica, el registro visual del pensamiento que el poder de las imágenes llevan hoy a
su máxima expresión. Por eso, quinientos años después del descubrimiento de la
imprenta, el juego visual cobra mayor significación tras la invención y difusión de la
fotografía, el cine y la televisión, todo lo cual ha provocado, a finales del siglo XX, un
perturbador estallido de lo visual. En esa línea de evolución se hallan las nuevas
tecnologías, que al inicio tenían limitaciones técnicas vinculadas únicamente a las
letras y números, pero que han ido incorporando las imágenes a medida que
incrementaba su capacidad operativa y de almacenamiento de información. Hoy, esa
marcada tendencia a la hiperestimulación en la cultura informática se expresa a través
de una gran demanda de imágenes, color y dinamismo.
Podemos afirmar que la textualidad electrónica ha adquirido propiedades
tradicionalmente adscritas a las artes visuales tales como la simultaneidad y
espacialidad de la simulación técnica hipertextual. Así, la aproximación a lo visual es
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experimentada por el lector ingresando en una narrativa hipertextual casi por cualquier
parte, igual que el espectador que se acerca a una pintura o escultura. Además, las
fronteras tradicionales o formales entre lo visual y lo verbal se están borrando en el
caso del hipermedia, donde es difícil diferenciar entre texto y no-texto, ya que los
elementos visuales forman parte del tejido del texto, tal como si fuera un moderno
manuscrito iluminado. A ello hay que añadir esa gran explosión de los gráficos e
imágenes, que exigen mucho menos esfuerzo decodificador y resultan más
gratificantes que el lenguaje verbal. Solo así se entiende la recomendación técnica de
un texto breve, que no ocupe más de un tercio de la pantalla pues los bloques largos
de texto dan un aspecto excesivamente estático, causando la saturación al usuario.
Así, la posibilidad de grabación digitalizada del sonido, la imagen, el gráfico y el
movimiento están transformando el argumento proposicional en el argumento
espectacular. En tal sentido las nuevas escrituras electrónicas están exigiendo modos
distintos de concebir el proceso de lectura, más aún cuando el caudal de información
es infinito a través de la Red. Por eso la aparición de un lector icónico, hipertextual e
interactivo que lee a base de vistazos rápidos y que no necesita instrucciones para
captar la información a través de fragmentos mínimos e imágenes que hablan por sí
solas. Se trata de buscar que al primer clic del ratón se desplieguen las ventanas que
nos conectan a otros textos de la misma manera que cuando cambiamos de canal en
la TV (zapping).
Los hechos que acabamos de describir requieren una mirada bioantropológica que
explique el origen del lenguaje visual y así comprender la fuerte influencia que ejercen
las imágenes en nuestra conducta comunicativa.
Podemos afirmar que ese deseo empieza a existir con la escritura tan pronto como la
cultura inventa un sistema de signos arbitrario, lo cual genera un anhelo de acabar con
las diferencias entre el signo y el significado, imponiéndose de nuevo los elementos
perceptuales sobre los signos arbitrarios. Este reclamo natural inmediato tiene su
origen en nuestras viejas tendencias que nos han acompañado durante millones de
años, con esto nos referimos a que existe un predominio visual en la mentalidad
humana que lleva a que el hombre sea calificado como un "animal óptico".
De ahí el fuerte e irresistible deseo a "apetito de ver", muy característico de la
inteligencia humana y que, desde el psicoanálisis se le ha denominado pulsión
escópica.
En efecto, el fuerte predominio de lo visual en el hombre está relacionado con nuestra
propia evolución, en la cual ha desempeñado papel fundamental la especialización
orgánica que supone a su vez un perfeccionamiento biológico unilateral del sistema
óptico en detrimento de otros órganos y funciones. Por eso, el canal visual es el canal
sensorial informativamente más relevante para la especie humana y el que ocupa en
términos de extensión neurológica la mayor superficie del córtex cerebral.
Más aún, es a la hipertrofia de ésta función sensorial a la que debemos lo específico
de nuestra mentalidad, de nuestra imaginación (base del pensamiento conceptual, la
memoria y después el lenguaje) y hasta la calidad de nuestras emociones. Se puede
afirmar entonces que la filogenia ha abierto el camino del hombre a través de un
cerebro óptico y a él debemos lo que somos, por eso no es fácil sacudirse de encima
esa herencia filogenética acumulada durante nuestro larguísimo proceso evolutivo,
que nos lleva a anteponer la imagen al signo, lo cual es responder a lo más originario.
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Siguiendo la línea evolutiva que hemos planteado, cabe añadir que el lenguaje verbal
tiene un origen viso-gestual pues los gestos semánticos fueron los primeros símbolos
de los conceptos, de modo que las palabras surgen de las relaciones entre el lenguaje
gesto- visual y el fónico- auditivo. Ahora bien, una vez instalada la palabra, el lenguaje
verbal será la actividad social de interacción y coordinación con los demás,
presentándose originalmente como conversación o diálogo entre personas. Así pues,
la oralidad es nuestra forma comunicacional primaria y la narración que se manifiesta
en la conversación, la forma primaria de nuestro pensamiento, cuyas representaciones
se construyen sobre problemas vitales, implicaciones personales y fuerte carga
emocional. De ahí que conversar es utilizar, aparte del nivel simbólico de las palabras
(lenguaje inteligible), otro nivel que es el emotivo, muy propio de la comunicación
subjetiva (animal), que sirve para que el emisor exprese sus sentimientos,
necesidades, afecciones, pasiones o deseos. A este nivel se encuentra el lenguaje
corporal como el de los ojos, el tacto, la presión de la mano, la pantomima, el de los
gestos y además los fenómenos paralingüísticos que no tienen que ver con las
palabras, sino con la forma en que se dicen éstas, o sea el contexto del habla, tales
como modulaciones de amplitud o tono de voz, pausas o sonidos como gemidos,
quejidos, risas, etc.
Ahora bien, la emergencia del nuevo entorno electrónico, con la presencia del habla
fusionada en la escritura electrónica (chat, correos, grupos de discusión, etc.), ha
logrado una nueva forma de lenguaje escrito, de libre flujo por la Red. En efecto, en la
CMC (Comunicación Mediada por Computador) la producción y circulación de textos
digitales se da entre "escribientes", no entre "hablantes," que mediante el teclado se
envían recíprocamente mensajes. Y es la ausencia de una presencia física entre
usuarios interconectados la que demanda una reacomodación del uso de la técnica de
escritura y la práctica de nuevos recursos y códigos de lenguaje bien precisos. De ese
modo, la interacción mediante texto electrónico cobra una distancia significativa con
respecto a las experiencias de escribir más tradicionales, ya que reactualiza una
dinámica de comunicación semejante a las prácticas de la tradición oral de la
conversación.
16. Diferencias entre el conocimiento científico y el conocimiento natural
El lenguaje del conocimiento disciplinario o científico es abstracto, se articula en
enunciados (leyes y teorías) referidos a clases generales. No se ocupa de lo que le
sucede a un individuo particular en su contexto concreto. Le interesa el
comportamiento de todos los individuos u objetos que compartan una determinada
característica.
El conocimiento natural es, generalmente, parcial; se circunscribe a la solución y
explicación de problemas concretos, en contextos concretos. Por esto es típico que su
lenguaje sea anecdótico, basado en explicaciones particulares para hechos o
situaciones particulares.
Por su vinculación con las situaciones particulares, la coherencia, es decir, la
exigencia de explicar de la misma forma fenómenos que pertenecen a una misma
clase, no es un requisito del lenguaje natural, mientras que es una exigencia básica en
el de los científicos.
24
Los dos tipos de lenguaje no son contradictorios, pero tienen fines distintos: en un
caso comunicar, persuadir. En el otro, generar conocimiento.
En segundo lugar, los dos tipos de conocimiento se diferencian en el método a partir
del cual se construye cada uno de ellos. Lo que hace válido un procedimiento o una
explicación dentro del conocimiento natural es su eficacia o utilidad prácticas. La
pregunta clave es: "¿Funciona?"
En cambio, lo que hace lícita una afirmación dentro del ámbito científico es su
fundamento: las pruebas en que se basa, la posibilidad de ser refutada. Por esto, la
pregunta que mejor define el conocimiento de los científicos es: "Vd. ¿Cómo lo sabe?".
Como se verá en el tema sobre la evidencia científica, esta pregunta es la base del
saber científico, aquello que lo fundamenta. La ciencia no parte del supuesto de que
los científicos son absolutamente imparciales y objetivos, sino de todo lo contrario.
Precisamente porque asume su subjetividad y su tendencia -compartida con los
demás mortales- a hacer inferencias dictadas por sus deseos, dispone de una batería
de apoyos metodológicos para contrarrestarlas. El conjunto de estos apoyos conforma
lo que se conoce como el "método científico".
Se desprende de lo anterior que no podemos decidir si un enunciado es científico sólo
en base a los términos en que está formulado o a los fenómenos a los que se refiere.
En principio, tan científica es la afirmación: Los cítricos contienen vitamina C como los
baños de luna mejoran la autoestima. Se podrán establecer las diferencias en cuanto
se especifique en qué se basa cada una de ellas y qué pruebas las sustentan.
A pesar de sus diferencias, el conocimiento científico no es algo aparte y radicalmente
distinto del conocimiento natural, sino que se basa y deriva de él. La ciencia no surge
de la nada, sino de las soluciones a los problemas que los seres humanos han ido
encontrando en el curso de la evolución. Las disciplinas científicas se asientan sobre
los conocimientos y la manera de describir la realidad propia del sentido común y de la
experiencia humana. Si no existiera conexión con el conocimiento natural, las ciencias
no podrían aprenderse ni, probablemente, existirían.
Y es desde esa visión científica que Sergio Aschero elabora sus códigos.
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17. La matemática
Vivimos en una sociedad en la que, por desgracia, la ciencia no es percibida como
parte de la cultura general. Se considera inculto a todo aquel que no conozca a
Velázquez, Shakespeare o Alejandro Magno, y sin embargo personas que se tienen
por muy cultas no saben nada de Galileo, Fleming, Descartes o Euclides. En el caso
de las matemáticas esta incultura se agrava, pues existen muchos políticos,
periodistas, artistas (del espectáculo y de las bellas artes) que no tienen el menor
reparo en airear sus nulas capacidades matemáticas, incluso enorgulleciéndose de
ello. No es extraño que muchas personas al descubrir que somos matemáticos, nos
planteen que a ellos siempre se les han dado mal las matemáticas y que son
incapaces de hacer una mínima cuenta, no ya la declaración de hacienda o el
desglose de una factura de electricidad o teléfono, sino un mero tanto por ciento para
saber si está bien el precio que "supuestamente" les han rebajado. Yo no me he
encontrado nunca el caso de presentar un amigo lingüista a alguien y que esa persona
comience a decir que escribe con muchas faltas de ortografía, que nunca lee un libro,
o que tiene dificultades para expresarse en un escrito o entender un artículo de un
periódico, o un prospecto de algún aparato comprado.
No asombraremos a ninguno de nuestros lectores si afirmamos que las matemáticas
como disciplina tienen muy mala prensa. Basta hacer una pequeña encuesta en la
calle, para que la mayoría de los entrevistados afirmen detestar las matemáticas que
sufrieron en sus años escolares, y añadir que, en su opinión, las matemáticas que
estudiaron no sirven para nada. Y eso se piensa en un mundo cada vez más
tecnológico donde, por ejemplo, una persona que no tenga teléfono móvil es señalada
por la calle y es motivo de burla y escarnio público.
Hay veces que las referencias matemáticas son correctas, pero es curioso cómo a
veces la utilización es contraria a su fundamento matemático. Por ejemplo, un ángulo
agudo siempre es más cerrado que uno obtuso, mientras que una persona de mente
aguda siempre tiene más inteligencia que otra de mente obtusa.
Varios matemáticos expresan el amor por su trabajo describiendo la matemática (o por
lo menos algunos aspectos de ésta) como bella. A veces son descritas como una
forma de arte, o por lo menos, como una actividad creativa. Son comunes las
comparaciones con la música y la poesía.
Bertrand Russell expresa la belleza matemática con estas palabras:
"La matemática posee no sólo verdad, sino también belleza suprema; una belleza fría
y austera, como aquella de la escultura, sin apelación a ninguna parte de nuestra
naturaleza débil, sin los adornos magníficos de la pintura o la música, pero sublime y
pura, y capaz de una perfección severa como sólo las mejores artes pueden presentar.
El verdadero espíritu del deleite, de exaltación, el sentido de ser más grande que el
hombre, que es el criterio con el cual se mide la más alta excelencia, puede ser
encontrado en la matemática tan seguramente como en la poesía."
Paul Erdös expresó su punto de vista sobre la calidad inefable de las matemáticas
cuando dijo:
26
"¿Por qué son bellos los números? Es como preguntar por qué es bella la Novena
Sinfonía de Beethoven. Si no ves por qué, nadie te lo puede decir. Yo sé que los
números son bellos. Si no lo son, entonces nada lo es."
Los matemáticos describen un específico método de comprobación como elegante.
Dependiendo del contexto, esto puede significar:
• Una demostración que utiliza una mínima cantidad de hipótesis adicionales o
resultados previos.
• Una demostración que es inusualmente breve.
• Una demostración que deriva el resultado de una manera sorprendente (a partir de
teoremas que aparentemente no están relacionados con la proposición a ser
demostrada).
• Una demostración que se basa en una visión nueva y original sobre el problema a
resolver.
• Un método de demostración que puede ser fácilmente generalizado para resolver
una familia de problemas similares.
En la búsqueda de una demostración elegante, los matemáticos usualmente buscan
formas independientes y diferentes de demostrar un resultado-la primera demostración
podría no ser la mejor. El teorema que más demostraciones distintas tiene es el
teorema de Pitágoras, con cientos de demostraciones publicadas. Otro teorema que
ha sido demostrado de muchas maneras diferentes es el de la "Reciprocidad
Cuadrática". Solamente Carl Friedrich Gauss publicó ocho demostraciones diferentes
de este teorema.
Un ejemplo de la "Belleza en el método" es esta simple y elegante demostración del
Teorema de Pitágoras.
Ejemplo de belleza geométrica son la Flor de la Vida y los Sólidos Platónicos, aquí en
una versión moderna de Ibo Bonilla.
27
Recíprocamente, resultados que son lógicamente correctos pero que involucran
cálculos laboriosos, métodos sobre elaborados, ataques muy convencionales o que
dependen de una gran número de axiomas particularmente poderosos o resultados
previos que no son usualmente considerados elegantes, pueden ser llamados feos o
torpes.
Un fragmento del conjunto de Mandelbrot, un fractal de gran belleza, frecuentemente
tomado como motivo estético.
El número áureo, la proporción áurea o divina proporción es la explicación matemática
de la belleza en el arte y la naturaleza.
Otras dos singularidades geométricas aceptadas como de gran belleza desde la
antigüedad, son los sólidos platónicos y la Flor de la Vida, que están íntimamente
relacionados entre sí y con la proporción áurea. Platón vinculó los poliedros regulares
con los elementos fuego, tierra, aire, agua y divinidad, como muestra de interpretación
de perfección mística.
Algunos matemáticos ven la belleza de las matemáticas en resultados que establecen
conexiones entre dos áreas de las matemáticas que parecen distintas y sin relación
alguna a primera vista. Estos resultados suelen ser llamados profundos. Aunque es
muy difícil tener un acuerdo universal entre qué resultados son profundos, algunos
ejemplos pueden ser citados. Uno de ellos es la Identidad de Euler:
Richard Feyman la llama "la fórmula más notable de la matemática". Ejemplos
modernos pueden incluir el Teorema de la Modularidad, que establece una conexión
importante entre las curvas elípticas y las formas modulares, o bien la Fórmula 10 del
matemático Ibo Bonilla que relaciona usando una sola operación, además de las
constantes universales de la identidad anterior, incluye al número Fi o proporción
áurea, uniendo así la ciencia con la estética:
π + e + I + β + Φ = 10
Lo contrario a profundo, es trivial. Un teorema trivial puede ser un resultado que derive
en una manera obvia y sencilla a partir de otros resultados conocidos, o que se aplica
sólo a un conjunto particular de objetos. Sin embargo, en ocasiones, el establecimiento
28
de un teorema puede ser tan original que puede ser considerado como profundo,
aunque su demostración sea obvia.
G.H. Hardy, en "A Mathematician's Apology", sugiere que una demostración bella o un
resultado bello posee "inevitabilidad", "sorpresa" y "economía".
Sin embargo, Gian-Carlo Rota está en desacuerdo con el concepto de "sorpresa"
como una condición para la belleza matemática y propone el siguiente contra ejemplo:
"Un gran número de teoremas matemáticos, cuando fueron recién publicados,
parecieron ser sorprendentes; por ejemplo, durante 20 años (desde 1977) la existencia
de estructuras diferenciables no equivalente sobre esferas de alta dimensión se
consideró sorprendente, pero no se le ocurrió a nadie llamar a tal hecho hermoso, ni
en ese entonces, ni ahora".
Este desacuerdo ejemplifica la naturaleza subjetiva de la Belleza Matemática y su
conexión con resultados matemáticos: en este caso, no sólo la existencia de esferas
exóticas, sino también la realización particular de éstas.
Hay cierta belleza "fría y austera" en este poliedro
Algunos matemáticos eran de la opinión de que el hacer matemáticas es más cercano
al descubrimiento que a la invención. Ellos creían que el detallado y preciso resultado
de las matemáticas puede ser tomado como verdadero sin ninguna dependencia del
universo en el que vivimos. Por ejemplo, argumentaban que la teoría de los números
naturales es fundamentalmente válida, en una manera en que no requiere de algún
contexto específico. Algunos matemáticos han extrapolado este punto de vista sobre
que la belleza matemática es una verdad que en algunos casos se convierte en
misticismo.
Pitágoras (y toda la escuela Pitagórica) creía en la realidad literal de los números. El
descubrimiento de los números irracionales fue una verdadera sorpresa para ellos,-
ellos consideraban la existencia de números inexpresables como la razón de dos
números naturales, siendo un error en la naturaleza. Desde la perspectiva moderna, el
trato de números místicos de Pitágoras era más de un experto en numerología que de
un matemático. Resulta que lo que Pitágoras había dejado de lado, eran los límites de
infinitas secuencias de proporciones de números naturales- la noción moderna de un
número real.
En la filosofía de Platón, existían dos mundos, el físico (en el que vivimos), y uno
abstracto en el que está la verdad inmutable, incluyendo las matemáticas. Él decía que
el mundo físico era la mera reflexión del mundo perfecto y abstracto.
29
Galileo Galilei dijo alguna vez: "Las matemáticas son el lenguaje en el que Dios
escribió el universo", una afirmación que (aparte del implícito "teísmo") es consistente
con las bases matemáticas de toda la física moderna.
El matemático húngaro Paul Erdös, aun siendo ateo, habló de un libro imaginario, en
el que Dios había escrito las demostraciones matemáticas más bellas. Cuando Erdös
quería expresar una particular apreciación a una demostración, solía exclamar: "¡Ésta
es del libro!". Este punto de vista expresa la idea de que las matemáticas, como las
verdaderas leyes en las que se basa la construcción de nuestro universo, son el
candidato en el que se personifica Dios en diferentes religiones místicas.
Alain Badiou, filósofo del siglo veinte, dice que la ontología es matemática. Badiou
cree también en profundas conexiones entre las matemáticas, la poesía y la filosofía.
En algunos casos, los filósofos naturales y otros científicos que han hecho mucho uso
de las matemáticas han hecho brincos de inferencia entre belleza y verdad física de
manera errónea. Por ejemplo, en un punto de su vida, Johannes Kepler creía que las
proporciones de las órbitas en el entonces conocido sistema solar, habían sido
arregladas por Dios para corresponder a un arreglo concéntrico de los cinco "Sólidos
Platónicos" (cada órbita en la esfera circunscrita de un poliedro y la esfera inscrita de
otro). Como hay exactamente cinco sólidos platónicos, la hipótesis de Kepler sólo
acomodaba seis órbitas planetarias y fue desaprobada por el descubrimiento de
Urano.
Veamos la Tabla de Cocimientos Matemáticos de Piaget:
PERIODOS TIPO DE
CONOCIMIENTOS
PERIODO
SENSORIOMOTOR
( 0-2 años)
Fase
preconceptual
Comienza adquirir conocimientos lógicos
matemáticos
Manipulación de objetos
Percibe y experimenta propiedades (color,
tamaño, forma, textura, sabor, olor...)
A los 5 meses discrimina conjuntos 2-3 ítems
/ 10 meses discrimina conjuntos 3-4 ítems
PERIODO
PREOPERACIONAL
(2-6 años)
Fase
conceptual
EDAD
TIPO DE
CONOCIMIENTO ADQUIRIDO
2,5
Organiza el espacio situando y desplazando los
objetos (dentro/fuera, encima/debajo,
delante/detrás, arriba/abajo), conceptos básicos y vocabulario básico
Descubre propiedades físicas de los objetos que
manipula: longitud, distancia, cantidad, mezcladas con las cualidades perceptivas
3
Compara objetos en función de cualidades
físicas
Discrimina en virtud de la percepción de semejanzas-diferencias esto le facilite que agrupe
en función de un criterio
Utiliza diferentes formas de etiquetado para diferenciar colecciones numéricas de pocos
elementos
Detecta correspondencias numéricas entre
30
elementos visibles y estímulos auditivos
3,5
Contrasta magnitudes por comparación y estimar a partir de una cantidad la otra
longitud/cantidad, volumen/ cantidad,
peso/cantidad Ordena en el tiempo y paulatinamente abstrae
la cualidad de la percepción del objeto (es capaz
de coleccionar)
Compara algunos términos de los componentes de las colecciones y establece correspondencias
Engloba aspectos de tipo espacial,
cuantificación, semejanza/diferencia. Etapa muy manipulativa
4
Ordena objetos por sus cualidades físicas.
Ordenación serial cualitativas de diferencias que
cambian alternativamente Compara y explora las magnitudes de los
objetos de las colecciones y realiza nuevas
formas de agrupamiento y va hace equivalencias. Se inicia en el conteo y esto le va permitir
iniciarse en procedimientos de tipo numero que
suponen cierto grado de abstracción Trabaja aspectos básicos de pertenencia,
espacio y tiempo.
Adquiere la idea de número en la teoría de
conjunto y las operaciones de juntar, quitar, repetir y repartir.
4,5
Representa las secuencias de la etapa anterior
Adquiere el orden, la equivalencia, los
conceptos. Compara magnitudes discretas desiguales que
le conduce a clasificar en orden creciente o
decreciente (progresión serial cuantitativa) Es capaz de ponderar de apreciar el peso por
claves internas , cenestésicas
5
Objetiva el tiempo (ayer, mañana, hoy )
Trabaja con una sola cantidad y resuelve problemas de cambio sencillo, los de adición en
los que la incógnita se sitúa en el resultado
No resuelve problemas de comparación, ni combinación. Puede contar de 4 a 6 y a loa 5,5
años cuenta y verbaliza lo anterior.
6
Pueden medir realizando equivalencia entre
continente y contenido. Comienza las nociones de área y longitud.
Relaciona el cambio que se produce entre el
conjunto inicial y la acción que lo provoca y la dirección (incremento/decremento) y
relacionarlas con la operaciones aritméticas de
adición y sustracción Puede contar hasta 12 y su lógica le permite
resolver problemas de cierta complejidad.
31
Logra usar los números naturales para
comparar los tamaños
PERIODO DE
OPERACIONES
CONCRETAS
(7-12 años)
Operaciones
concretas
simples y
elementales
7-10
Aparición de operaciones reversibles con la adquisición de principios de conservación por
este orden: cantidad, peso y volumen.
Representa realidades físicas, compara y cuantifica mediante la geometría el sistema
métrico decimal y representa datos gráficamente
Agrupa los objetos en función de propiedades
aditivas o multiplicativas. Ordena elementos en función de la cualidad
que varía. Soluciona problemas primero por
comparación y al final del periodo por abstracción
Adquiere la noción de sistema de numeración y
de operación con números llegando adquirir la
madurez hacia los 10 años
Operaciones
concretas
complejas
espacio
temporales
10-12
Operaciones físicas: nociones de conservación (sustancia, peso, volumen)
Operaciones espaciales: espacio que ocupan los
objetos y su desplazamiento (topológicas,
proyectivas euclidianas, métricas Operaciones temporales y cinéticas: orden de
sucesión de los objetos en el espacio
PERIODO DE
OPERACIONES
FORMALES
A partir de los 12 años
Génesis de
operaciones
formales
12-14
Comienza con un periodo de preparación y
estructuración de las operaciones formales, de
transición entre el pensamiento concreto y el formal
Clasificar clasificaciones, seriar seriaciones ….hasta la combinatoria
Se accede al grupo de las cuatro
transformaciones o INRC, (identidad, negación, reciprocidad, correlatividad.)
Estructuras
operatorias
formales
14
Dominio de la estructura de las operaciones
formales que le permite movilidad de
pensamiento y organización mental. Aquí se
encuentran dos combinaciones la combinatoria (INRC), identidad, negación, reciprocidad,
correlatividad y la estructura de retículo, que son
las 16 operaciones binarias de la lógica
proposicional.
Realiza operaciones de variaciones,
permutaciones y combinaciones, los esquemas de proporcionalidad, de doble referencia, de
equilibrio mecánico, de probabilidad, de
correlación, de compensaciones multiplicativas y
32
de conservación que va más allá de la materia
aplicándolas en todos los ámbitos, con lo que
consigue una nueva forma de relacionarse con el mundo externo
18. Teorías del Conocimiento
Para Piaget el desarrollo intelectual es un proceso de reestructuración del
conocimiento que se indica con un cambio exterior, creando un conflicto o
desequilibrio en la persona, el cual modifica la estructura que existe, elaborando
nuevas ideas o esquemas a medida que el humano se desarrolla. Es por ello que
propone cuatro etapas de desarrollo:
TEORÍA PSICOGENÉTICA
1. SENSOMOTOR (0-2 años). Consiste en conocer el mundo a través de sus
sensaciones y movimientos corporales.
2. PREOPERACIONAL (2-7 años). El niño utiliza su fantasía y el juego para aprender.
3. OPERACIONES CONCRETAS (7-11 años). Aprenden a través de objetos reales,
para lograr la comprensión de las matemáticas.
4. OPERACIONES FORMALES (11-15 años). Logra ser capaz de entender
abstracciones simbólicas.
TEORÍA LA ZONA DEL DESARROLLO PRÓXIMO
El enfoque social del aprendizaje constructivista de Vigotsky, considera al ser humano
un ser cultural, donde el medio ambiente (zona de desarrollo próximo) tiene gran
influencia.
La adquisición de aprendizajes se explica cómo formas de socialización. Concibe al
hombre como una construcción más social que biológica, en donde las funciones
superiores son fruto del desarrollo cultural e implican el uso de mediadores.
La distancia entre el nivel de desarrollo, determinado por la capacidad para resolver
independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a
través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto.
TEORÍA DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
El Aprendizaje Significativo es el proceso por el cual se relaciona un nuevo
conocimiento o información con la estructura cognitiva (lo que sabe o conoce) del que
aprende.
33
Las condiciones para que se logre el aprendizaje significativo es contar material muy
llamativo para el alumno y que esté relacionado con sus intereses.
Tipos de aprendizaje significativo de acuerdo al objeto aprendido:
a) De representaciones (palabras que representan objetos)
b) De conceptos (usa palabras a partir de experiencias)
c) De proposiciones (capaz de definir conceptos)
Atendiendo a la organización jerárquica de la estructura cognitiva:
Subordinado (el concepto se relaciona a lo aprendido)
Súper ordinario (el nuevo concepto es de mayor grado que lo ya conocido),
Combinatorio (el nuevo concepto tiene la misma importancia de lo ya conocido).
EL CONSTRUCTIVISMO
En pedagogía se denomina constructivismo a una corriente que afirma que el
conocimiento de todas las cosas es un proceso mental del individuo, que se desarrolla
de manera interna conforme el individuo interactúa con su entorno.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES:
Los estudiantes aprenden la nueva información que se les presenta construyendo
sobre el conocimiento que ya poseen mediante la experimentación.
Los profesores preguntarán a los estudiantes por la nueva información y se darán
cuenta que cometen errores llamados errores de la reconstrucción, los que se
intentarán corregir.
Los profesores también intervienen cuando se presenta un conflicto, crean situaciones
y conocimientos; sin embargo, ellos simplemente facilitan a los estudiantes
herramientas para que hagan sus propias resoluciones y estimulan la autorregulación.
OPERACIONES INFRALÓGICAS
Ubicación del tiempo y el espacio.
OPERACIONES LÓGICO MATEMÁTICAS
Clasificación.
Seriación.
Relación uno a uno.
ELEMENTOS QUE INDICAN EL APRENDIZAJE
Duda.
Aprende del error.
34
Comprensión y estímulo.
Comunicación con los compañeros.
Pide apoyo a los adultos.
PROCESO DE ADQUISICIÓN DE LA LENGUA ESCRITA
Presimbólico.
Presilábico.
Silábico.
Silábico – Alfabético.
Alfabético.
NIVEL PRESIMBÓLICO
No diferencia dibujos de escritura.
NIVEL PRESILÁBICO
Los textos ya tienen significados.
NIVEL SILÁBICO
Una grafía por sílaba.
NIVEL SILÁBICO – ALFABÉTICO
Combinación de una sílaba completa con una grafía por sílaba o viceversa.
NIVEL ALFABÉTICO
Corresponde una grafía para cada fonema:
(Tipos de Escritura)
Convencional
No convencional
TIPOS DE SÍLABAS
Directa
Inversa
Mixta
Diptongo
Trabada
Compleja
PRINCIPALES ALTERACIONES DEL NIVEL ALFABÉTICO
35
Omisiones
Inversiones
Alteraciones grafo fonéticas
Sin segmentación
Inserciones
Errores ortográficos
Incoherencias
No hay lenguaje sin contexto psicosocial su propia naturaleza, su verdadero génesis y
sus facetas de desarrollo y cambios tienen lugar en el ámbito comunitario, al nivel de
las interrelaciones que establecen los actores, quienes a través de él, interactúan. Por
ello, tanto la producción como la comprensión se postula a abordarla a partir del
modelo pluridimensional de la conducta lingüística que se preocupa de:
- "quien expresa",
- "que cosa",
- "a quien",
- "como",
- "por qué", y
- "en qué situación".
El "quien" indica la entidad del emisor a su personalidad, al concepto de sí mismo y al
conjunto de influencias emocionales y culturales que lleva consigo.
El "qué cosa" corresponda al texto, al contenido de la situación comunicativa.
El "a quien" señala al receptor o decodificador, a su identidad y su función dentro del
proceso de comunicación.
El "como" indica la modalidad, el conjunto de recurso de codificación usados, también
señala una jerarquía de funciones dentro del conjunto y los requisitos del medio para
ser capaz de portar el mensaje.
El "por que" muestra los procesos de selección para llegar a un mensaje específico
que se considera mejor que otras alternativas.
Y "en qué situación" especifica las influencias del contexto, éste es un componente
esencial de la actividad lingüística, puesto que determina la selección del código
específico que se va a usar.
En suma, todo acto de la lengua posee un significado, un contexto, una función social
y se manifiesta en textos.
De esto podemos inferir que toda comprensión surge de lo que ya conocemos e
identificamos con el lenguaje. Por lo tanto, sólo a partir de lo conocido podemos
"explicar", con sentido, lo que ocurre a nuestro alrededor. Esto nos compromete a
rescatar la tradición de nuestros alumnos/as como base necesaria para la construcción
del conocimiento.
No hay aprendizaje significativo sin actividades auténticas. Se construye el
conocimiento y se logran aprendizajes eficaces en la medida que las actividades que
desarrolla el niño/a tienen sentido, relevancia y propósito. Nadie aprende o quiere
aprender porque sí, se requiere una razón poderosa y ésta se relaciona siempre con la
función del conocimiento para que sirve lo que se va aprender. Tradicionalmente el
niño/a no sabe para qué le sirve lo que aprende en un manual. Si no es capaz de
reconocer sus contenidos como significativos, menos podrá reconocer su utilidad.
Así cada contexto que se crea debe ir acompañado de un propósito.
36
Así las actividades que tienen que desarrollar el niño/a, en las experiencias de
aprendizajes surgidas a partir de contextos funcionales tienen una función de ser y de
realizarse, cumplen un propósito claro.
Pero esto no es suficiente, las actividades deben cumplir además otro requisito deben
ser autenticas, es decir, relevantes y significativas en la cultura del niño/a.
Aprender es para cada niño/a un proceso de auto socio construcción de sus
competencias y saberes. Los aportes de los enfoques constructivistas del aprendizaje
(Piaget, Vygotsky, Ausubel, Feuerstein) confirman lo que los educadores humanistas
habían intuido: que la actividad del sujeto que aprende es determinante en la
construcción de un saber operatorio. De este modo no hay aprendizaje eficaz y
eficiente en situaciones que no tengan significado para el aprendiz y que la mejor
manera de facilitar un aprendizaje significativo es permitiendo que dichas situaciones
sean "proyectadas" y evaluadas por el propio alumnado/a y sus pares, con el apoyo de
docentes mediadores.
La idea de apoyo pedagógico surge de lo que Vygotsky llamó "zona del desarrollo
próximo".
Esto es, la diferencia que existe entre lo que un niño/a puede hacer por sí solo en su
estado actual de desarrollo y lo que éste pueda lograr con la guía y la ayuda de un
adulto o en colaboración con sus compañeros/as. De la calidad y pertinencia de estas
colaboraciones/interacciones depende de la rapidez, la eficacia y la flexibilidad de sus
aprendizajes.
En la lectura y en la producción de textos, como en cualquier otra actividad humana,
es cada niño/a quien construye sus propias competencias, sus propios caminos en
relación a sus compañeros, con el educador, con la comunidad, etc. En esta
perspectiva el papel del educador básicamente es crear las condiciones que
favorezcan el auto aprendizaje de la lectura y de la producción de textos de los
niños/as:
- Detectando los intereses y necesidades básicas de aprendizaje de cada niño/a.
- Creando las condiciones de una interacción cotidiana entre los niños/as y los textos
escritos.
- Activando los conflictos cognitivos fértiles, a través de la interacción de todo tipo de
confrontaciones entre los niños/as.
- Suscitando y ayudando a estructurar la actividad de metacognición de cada niño/a.
Para aprender a leer los niños/as requieren construirse una representación adecuada
de los fines de la lectura, así como de la tarea a leer.
De acuerdo con Chauveau, consideramos el aprendizaje de la lectura como un "meta
aprendizaje". El niño/a necesita conocimiento y reflexión sobre los procesos de
adquisición. "Al mismo tiempo que él ensaya aprender a leer, debe aprender a leer".
Aprender a leer exige que el niño/a se construya una conceptualización de la escritura
como representación de la lengua. Así, por ejemplo, el alumno/a debe saber que:
- todo lo que se dice se pueden escribir y viceversa,
- la orientación del escrito en el espacio, de izquierda a derecha, representa el tiempo
de uso de la palabra: Antes - Después.
También, reconocer el nivel de texto a diferencia del nivel de la palabra,
- Una oración corresponde a una unidad de sentido,
- La segmentación principal del escrito es la palabra,
- Al interior de las palabras, están las sílabas y, éstas son constituidas por letras, etc.
37
El aporte de la psicolingüística postula que una "inmersión" temprana e intensiva en el
lenguaje escrito, le facilita al niño/a el descubrimiento de las reglas que le rigen,
partiendo de la base que el cerebro humano, particularmente, en los primeros 5 años,
posee un rico potencial para extraer las leyes.
Para esto, se plantean actividades de sistematización a fin que:
- Los niños/as desarrollen una actitud de lector/ escritor.
Aprendiendo a extraer índices, a interpretarlos, a relacionarlos.
Formulando hipótesis y verificándolas.
- Los niños/as se construyan el sistema de escritura y su intencionalidad.
Seriando la hipótesis, identificando las características del escrito (su configuración, su
exigencia de legibilidad, sus aspectos que difieren en función de los soportes o
destinarios, etc.).
En otras palabras "Aprender a leer" es:
- Construirse la naturaleza y las funciones del texto, así como los aspectos esenciales
de la tarea para cumplir;
- Aprender que la lectura y la producción de texto es un proceso de construcción de
conceptos que los niños/as elaboran a través de la interacción que establecen con
textos y con el sistema de escritura;
- Construirse estrategias cognitivas de acuerdo a cada tipo de texto, a las
necesidades de cada situación de lectura;
- Práctica la lengua en situaciones reales de uso, después observarla para llegar a una
práctica cada vez más expertas; se trata de apropiarse del conjunto de usos variados
e individuales de los textos;
- Aprender a "interrogar" cualquier texto en función de sus necesidades, construyendo
su significado a partir de estrategias y de índice de distintos orígenes.
Para aprender a producir textos los niños/as requieren tener la necesidad de "escribir
para decir algo a alguien":
- Para informar,
- Para recrear o dar placer,
- Para documentar,
- Para controlar, etc.
No se puede escribir o producir un texto sobre:
- Lo que no interesa,
- Sin un propósito,
- Lo que se ignora,
- Sin identificar el destinatario, etc.
Podemos establecer con una regla: "siempre se escribe para alguien o para algo". En
consecuencia, todo texto cumple una función social.
- Antes de la producción:
Identificar los parámetros de la situación:
38
Destinatario,
Enunciador,
Propósito,
Desafío,
Contenido.
Tener una representación previa del escrito que se desea producir:
Tipo de textos,
Materiales.
- Durante la producción tener en cuenta los diversos niveles de aproximación al texto:
Lingüística textual: macro estructura.
Esquema tipológico,
Coherencia textual,
Coherencia pragmática.
Lingüística oracional:
Orden de palabra o frase,
Relaciones sintácticas,
Coherencia semántica.
Lingüística de la micro estructura:
Palabras, sílaba, letra, etc.
Operaciones Mentales Elementos Metalingüísticos
Interrogar Contexto
Investigar Situación de comunicación
Reflexionar y elegir Índices, claves
Elegir Función, propósito, desafío
Formular/justificar hipótesis Tipos de textos
Observar e identificar Sustitutos
Comparar y clasificar Nexos
Recordar y reconocer Estrategias
Relacionar
Interpretar
39
Los estudios y las investigaciones relacionados con los fenómenos de la enseñanza y
aprendizaje toman paradigmas diversos, acordes con las teorías que han mostrado
pertinencia dentro de la disciplina o área de conocimiento particular de que se trate. En
este sentido, al incursionar con esta propuesta de investigación de los procesos de
enseñanza y aprendizaje es necesario tener presente que la actividad pedagógica del
aula de clase, a todos los niveles, se debe basar, entre otras actividades, en orientar a
los educandos en la adquisición del lenguaje natural y matemático útil para lograr una
buena participación en su desarrollo integral. No se pueden reducir los problemas de
la adquisición de los conocimientos matemáticos a la sola dependencia de la
adquisición de un lenguaje, pero tampoco, se pueden ignorar totalmente los problemas
del lenguaje. Entre estos dos extremos, es más interesante reconocer la existencia de
problemas de lenguaje que se presentan en el alumno, no de manera aislada, sino en
relación con los de adquisición de los conocimientos en el medio escolar. Está por lo
tanto, dentro de este marco el tema de esta obra: presentar la importancia de la
unificación de estas dos áreas que el lenguaje de Aschero permite:
la Cromatemática genera la Cromolengua y las dos están unidas por los principios de
la Óptica.
40
19. Instalación matemática y lingüística
La matemática es una disciplina que siempre ha estado presente en las diferentes
actividades del quehacer diario, muy especialmente en todos los sistemas educativos
en los que el docente requiere estar en constante investigación para llevar una
información coherente acorde a los cambios que se experimentan en esa área.
Aprender matemáticas supone involucrarse en procesos que propicien tanto la
construcción de conocimiento, como el desarrollo de habilidades intelectuales que le
permitan, entre otras cosas, manejar el contenido de diversas formas y realizar
procesos en los que tenga que reorganizar sus estrategias para resolver problemas,
así como los conocimientos adquiridos. Estas habilidades son: (a) resolución de
problemas, (b) clasificación, (c) flexibilidad del pensamiento, (d) estimación, (e)
reversibilidad del pensamiento, (f) generalización, y (g) imaginación espacial.
Sabemos que la transposición didáctica del saber matemático en las instituciones
educativas, se da en gran parte gracias a diversas comunicaciones, entre ellas
podemos señalar: comunicación docente-alumnos, comunicación entre alumnos,
comunicación docente, alumnos y comunidad. Estas comunicaciones utilizan múltiples
actividades del lenguaje, por ejemplo: tomar informaciones escritas u orales,
actividades de verbalización con diferentes usos: explicación de preguntas y/o
solicitudes, explicación de acciones, validaciones de secuencias, restitución de
conocimientos, entre otras.
Es por todo esto, que la actividad pedagógica del aula de clase, a todos los niveles, se
debe basar entre otras, en orientar a los educandos en la adquisición del lenguaje
natural y matemático útil, para lograr una buena participación en su desarrollo integral.
Claro está, no se pueden reducir los problemas de la adquisición de los conocimientos
matemáticos a la sola dependencia de la adquisición de un lenguaje, pero tampoco, se
pueden ignorar totalmente los problemas del lenguaje.
Entre estos dos extremos, es más interesante reconocer la existencia de problemas de
lenguaje que se presentan en el alumno, no de manera aislada, sino en relación con
los de adquisición de los conocimientos en el medio escolar.
Esto significa, entre otras cosas, que no se trata solamente de analizar los enunciados
producidos por los alumnos, el docente o el libro de texto, sin relacionarlos con sus
condiciones de producción, el ambiente en el cual ellos han sido creados, las prácticas
con las cuales ellos se relacionan; sino que, el docente debe procurar cambiar sus
viejos esquemas de enseñanza y utilizar sistemas y métodos distintos y nuevos que le
permitan al alumno cambiar este concepto errado.
Una de las maneras consideradas más fáciles es el tema de esta exposición: buscar la
adaptación de la complementariedad de las dos áreas tal como propone el Alfabeto
Universal Alfanumérico Unificado.
A priori, la rigurosidad que se encuentra en las matemáticas parece muy lejos de las
sutilezas y de la subjetividad que hacen la riqueza de la lengua natural. Sin embargo,
en las dos hay la búsqueda de una representación (o de la manera como lo real es
percibido), que son importantes para la formación de los alumnos, pero es
indispensable ayudarlos a asimilar en simbiosis las enseñanzas que les son dadas.
Así, nos podríamos esforzar en:
- De una parte, despejar lo que es común a las dos disciplinas.
41
- De otra parte, tomar conciencia de sus aspectos distintivos o a veces contradictorios,
a fin de aprehenderlas mejor y desarrollarlas en armonía.
Es bien sabido, que las matemáticas son una forma de aproximación a la realidad, y
brindan un sin fin de elementos importantes para el desarrollo personal, social,
cultural, psicológico, pedagógico, entre otros, de los educandos, por lo tanto, es una
de las tantas formas con que cuenta toda persona para entender su entorno,
organizarlo y sacar provecho de él.
Por otra parte, tenemos la siguiente definición: ―La lengua es la regla de juego de la
lingüística, es decir, todas las reglas de transmisión y de recepción de las
comunicaciones, con la ayuda de un cierto sistema de signos. Todos los utilizadores
de una lengua, dan su aprobación de someterse a esas reglas en su práctica
lingüística, si ellos quieren ser participantes de una comunicación efectiva‖.
Además, la palabra es la manera como cada individuo va aplicar esta regla de juego
en su práctica lingüística. Es el acto individual y voluntario por el cual el locutor utiliza
el código de su lengua, ya sea para:
- formular su pensamiento (función lógica del lenguaje)
- exponer sus ideas (función expresiva del lenguaje)
- transmitir una información (función comunicativa del lenguaje)
- iniciar una reacción de la parte del receptor (función cognitiva del lenguaje).
En consecuencia, se puede decir que tanto la lengua como las matemáticas son un
medio para mejorar el entendimiento del individuo, su realidad y las relaciones con sus
semejantes.
Es por ello, que el docente debe jugar bien su rol y centrarse en una transposición
didáctica de los conocimientos (tanto matemáticos como de lengua) adecuada al
desarrollo de los contenidos del nivel en que trabaje.
Así tenemos, las matemáticas siempre son vistas de forma rigurosa, mientras que el
lenguaje natural está inmerso en subjetividad y es a veces hasta muy sutil. Sin
embargo, en las dos asignaturas se encuentra una búsqueda de una representación o
de una idea de la percepción del mundo real. Esto es importante para la formación de
los alumnos, pero no se debe obviar que la transposición didáctica de estos saberes
debe darse articulada y no aislada para así lograr en ellos, el máximo desarrollo de
sus habilidades y destrezas.
El lenguaje matemático es una herramienta poderosa, por lo que su aprendizaje debe
comenzar temprano. Todo docente de matemáticas debe ser de cierta forma un
docente de lengua, pero normalmente él utiliza el lenguaje natural a diferentes niveles
sin muchas veces distinguirlos.
Él lo utiliza primero como metalenguaje de las matemáticas, pues las palabras del
lenguaje matemático son tomadas prestadas de la lengua natural, pero han recibido
una definición particular. Luego, como lengua pedagógica, pues el profesor de
matemáticas utiliza la lengua natural como medio de comunicación con los alumnos.
En fin, para traducir oralmente el lenguaje matemático, que no es más que una lengua
escrita, pues la presentación y la exposición de las matemáticas se hacen con la
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lengua natural (que juega el rol de metalenguaje en relación con el lenguaje
matemático).
- La gramática. Esta viene a mostrar el funcionamiento de la lengua, es decir, una
especie de matematización de la lengua. Su estudio debería llevar al alumno a explicar
reglas de funcionamiento que hasta aquí estaban implícitas.
Por lo tanto, se podrían realizar investigaciones tratando de:
- Despejar lo que es común a las dos disciplinas.
- Mostrar sus aspectos distintivos o a veces contradictorios, a fin de tomar conciencia
de su existencia y de aprehenderlas mejor y desarrollarlas armónicamente.
Con un estudio de esta naturaleza, se puede tratar de ver las herramientas y métodos
matemáticos que los alumnos poseen, para integrarlos a las reglas del funcionamiento
de la lengua.
- Los modos de pensamiento. En particular, la formación matemática tiende a dar el
dominio de ciertos útiles de pensamiento tales como: reconocer, clasificar, asociar,
nombrar, ordenar, conectar, etc. La lengua natural utiliza mejor estas formas de
pensamiento, pero en medios más ricos, fluidos y más finos que permanecen
implícitos en la mayoría de los casos. En la lengua natural las formas señaladas no
surgen fácilmente en los niños y frecuentemente es necesario esperar que adquieran
un dominio mejor de la lengua para lograrlo.
Es posible que en las clases de matemáticas el dominio de esos útiles elementales,
sean adquiridos rápidamente. Esto sería retomado en clase de lengua, oponiéndolos a
otras formas de expresión y de la comunicación (sentir la poesía, crear un clima…).
Es por todo esto, que creemos necesario que los docentes de matemáticas y de
castellano que participen en un trabajo de este tipo, deben estar conscientes de la
necesidad de tratar de unificar la enseñanza dada a los alumnos, si es posible, deben
preparar las clases juntos, si no son la misma persona.
Sin embargo, sabemos que su formación es diferente, y será, sin duda, esta la
principal causa de dificultades a las cuales ellos se enfrenten.
Pero el trabajo en común del docente de lengua y del docente de matemáticas,
necesita en cada uno, un esfuerzo seguro para comprender el método de pensamiento
del otro y tomar lúcidamente conciencia de los problemas propuestos. Dificultades
existen, ellas suponen mucha reflexión, comprensión, discusiones y llegar a los puntos
esenciales en el seno del equipo en que trabajen. Este trabajo en común puede ser
provechoso y muy interesante para todos y, en particular, para los alumnos.
Por último, es indispensable tener presente que una propuesta formativa en la
enseñanza de las matemáticas debe orientarse a formar la identidad y la personalidad,
debe proporcionar herramientas y actitudes que le permitan y estimulen a seguir
aprendiendo siempre, y lo capaciten a utilizar en la enseñanza de las matemáticas, no
sólo el conocimiento matemático sino su historia y su articulación con otras áreas del
conocimiento, pues todo esto muestra que estas surgen con el hombre, el cual la hizo
desarrollar para bien de todos.
El código Alfanumérico necesita de un entrenamiento común de las dos materias
formativas para poder ser aplicadas conjuntamente. Y eso es imprescindible para
43
empezar a habilitar el verdadero sentido de una nueva educación de las áreas
integradas de matemática y lengua.
Cambiar no es tarea fácil; ni se puede lograr en poco tiempo. ¿Cómo puede modificar
con facilidad quien ha realizado las clases con un tipo de código y de una misma forma
durante años? Lo que se ha convertido en un hábito debe ser sustituido por otro.
Deben existir razones sólidas y fundadas para que los educadores vean las ventajas
de lo que se les plantea.
Aunque para muchos docentes cambiar se trata de una experiencia difícil, dolorosa y a
veces, de toma de conciencia, porque remueve (de a poco) sus representaciones de lo
qué es aprender y, por lo tanto, en qué consiste enseñar.
En las últimas dos décadas del siglo XX y durante los primeros años del presente, la
educación matemática ha experimentado un desarrollo muy importante tanto
cualitativa como cuantitativamente. Este avance ha tenido lugar, en la mayoría de los
casos, en el ámbito teórico, sin consecuencias significativas para grandes sectores de
la población. La explicación de este fenómeno podría estar, por una parte, en la
escasa comunicación entre los docentes de aula y los "teóricos" de la educación
matemática y por otra en que los docentes durante su formación y actualización aún
no dispondrían de suficiente información sobre estrategias didácticas para el desarrollo
apropiado del proceso de aprendizaje y enseñanza de las matemáticas escolares.
Aprender y enseñar matemáticas significa desarrollar, casi siempre, conocimientos
matemáticos, aunque ellos se hayan creado o inventado hace más de cuatro mil años.
Los docentes de matemáticas hacen matemática con sus estudiantes en el momento
mismo de construir definiciones y conceptos matemáticos, así sean muy elementales.
Aquí encontramos buena parte de la fascinación y el mito de las matemáticas. Ellas
pueden ser cada vez reinventadas. Los estudiantes, más que aprenderse de memoria
fórmulas o demostraciones, están interesados y motivados por la construcción de esas
fórmulas y la demostración de proposiciones o teoremas, preferiblemente si éstos son
significativamente importantes para ellos. El temor de los docentes por la elaboración
de los conocimientos matemáticos ha permitido actualmente que se valore más el
trabajo algorítmico que la construcción de los conceptos matemáticos. Debemos
abandonar la idea de que los conceptos matemáticos duraderos son aquellos que se
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aprenden de memoria; por el contrario, el ser humano recuerda con mayor frecuencia
y facilidad las ideas que él ha elaborado por sus propios medios y recursos. Las ideas
fundamentales son las que constituyen el centro del aprendizaje matemático
significativo. Estas ideas pueden ser construidas por los estudiantes con la ayuda de
métodos y la presencia permanente de los docentes.
El trabajo matemático comprende realmente seis fases fundamentales: punto de
partida, el cual puede ser el contexto extra o intramatemático; preparación de las
actividades de aprendizaje y enseñanza a partir de la problemática originalmente
planteada; reconocimiento de los problemas específicos de acuerdo con cada una de
las situaciones problemáticas; aplicación y desarrollo de conceptos y herramientas
matemáticas para la resolución de los problemas particulares; establecimiento de la
relación entre los conocimientos formales o intuitivos previos de los estudiantes y los
nuevos conocimientos, los cuales serán sistematizados cuidadosamente por los
docentes y, finalmente, la fase de reforzamiento, consolidación y automatización de los
conocimientos matemáticos adquiridos, la cual se logrará mediante el tratamiento de
situaciones problemáticas similares a la presentada como temática generadora.
20. Cromatemática
Según Piaget, el número es una estructura mental que construye cada niño mediante
una aptitud natural para pensar, en vez de aprenderla del entorno. Esto nos lleva a
pensar, que por ejemplo, no hace falta enseñar la adición a los niños y niñas del
primer nivel y que es más importante proporcionarles oportunidades que les haga
utilizar el razonamiento numérico.
La conservación de las cantidades numéricas es la capacidad de deducir (mediante la
razón) que la cantidad de objetos de una colección permanece igual cuando la
apariencia empírica de los objetos es modificada.
Piaget afirma que la interacción social es indispensable para que el niño desarrolle la
lógica. El clima y la situación que crea el maestro son cruciales para el desarrollo del
conocimiento lógico matemático. Dado que este es construido por el niño mediante la
abstracción reflexiva, es importante que el entorno social fomente este tipo de
abstracción.
Las matemáticas es algo que nuestros niños y niñas pueden reinventar y no algo que
les ha de ser transmitido. Ellos pueden pensar y al hacerlo no pueden dejar de
construir el número, la adición y la sustracción.
Por otro lado si las matemáticas son tan difíciles para algunos niños, normalmente es
porque se les impone demasiado pronto y sin una conciencia adecuada de cómo
piensan y aprenden En palabras de Piaget: "Todo estudiante normal es capaz de
razonar bien matemáticamente si su atención se dirige a actividades de su interés, si
mediante este método se eliminan la inhibiciones emocionales que con demasiada
frecuencia le provocan un sentimiento de inferioridad ante las lecciones de esta
materia".
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El conocimiento lógico matemático se compone de relaciones construidas por cada
individuo internamente. En la construcción del número Piaget sostiene que el número
es una síntesis de dos tipos de relaciones que el niño establece entre objetos. Una es
el orden, y la otra, la inclusión jerárquica.
Así por ejemplo, cuando los niños de 6 o 7 años deben contar objetos, muestran una
tendencia a contar saltándose algunos objetos o a contar otros más de una vez. Esto
refleja que el niño no siente la necesidad lógica de ordenar los objetos para
asegurarse de contarlos bien. La única manera de asegurarse de no pasar por alto
ningún objeto o de no contar uno más de una vez, es poniéndolos en orden y lo
importante aquí es que lo haga mentalmente.
La teoría del número de Piaget también contrasta con la suposición habitual según la
cual los números pueden enseñarse por transmisión social, pues en el conocimiento
lógico matemático, la fuente última del conocimiento es el niño mismo y si el niño no
puede construir sus propias relaciones, ninguna explicación del mundo hará que
entienda las explicaciones del maestro.
Cuando un individuo se enfrenta a una situación, en particular a un problema
matemático, intenta asimilar dicha situación a esquemas cognitivos existentes. Es
decir, intentar resolver tal problema mediante los conocimientos que ya posee y que se
sitúan en esquemas conceptuales existentes.
Como resultado de la asimilación, el esquema cognitivo existente se reconstruye o
expande para acomodar la situación. El binomio asimilación-acomodación produce en
los individuos una reestructuración y reconstrucción de los esquemas cognitivos
existentes. Estaríamos ante un aprendizaje significativo.
Piaget interpreta que todos los niños evolucionan a través de una secuencia ordenada
de estadios (los cuales los veremos también más adelante). La interpretación que
realizan los sujetos sobre el mundo es cualitativamente distinta dentro de cada
período, alcanzando su nivel máximo en la adolescencia y en la etapa adulta. Así, el
conocimiento del mundo que posee el niño cambia cuando lo hace la estructura
cognitiva que soporta dicha información. Es decir, el conocimiento no supone un fiel
reflejo de la realidad hasta que el sujeto alcance el pensamiento formal.
Los niños de edades tempranas poseen una considerable cantidad de conocimientos y
estrategias informales de resolución, que les capacitan para enfrentarse con éxito a
diversas situaciones que implican las operaciones aritméticas básicas (adición,
substracción, multiplicación y división). Estos conocimientos informales son adquiridos
fuera de la escuela sin mediación del aprendizaje formal.
El niño va comprendiendo progresivamente el mundo que le rodea del siguiente modo:
a) Mejorando su sensibilidad a las contradicciones
b) Realizando operaciones mentales
c) Comprendiendo las transformaciones
d) Adquiriendo la noción de número
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Como regla general, el conocimiento matemático que se enseña en las aulas
se presenta alejado del significado y de las condiciones de producción y aplicación de
dicho conocimiento, y por ello es muy difícil que los alumnos y las alumnas puedan
adquirir un adecuado sentido matemático, lo que los lleva a diferenciar la matemática
"de la escuela", que se aprende para aprobar (o no se aprende y se fracasa), y la
matemática "de la vida". Por eso es muy importante que los docentes puedan redefinir
el verdadero sentido y los objetivos del conocimiento matemático a enseñar en la
escuela, que difiere tanto del conocimiento matemático cotidiano como del
conocimiento científico. La enseñanza de la matemática ganaría en significatividad si
incorporase elementos de la práctica cotidiana a sus actividades típicas, "más
formales".
La consecuencia de un aprendizaje eficaz en la escuela es poder reconocer las
relaciones entre la matemática (conocimiento científico) y la vida (conocimiento
cotidiano). Por ello, lo importante es ubicar a los niños y las niñas en situaciones que
realmente los obliguen a "pensar matemáticamente".
El profesional o el científico utilizan una forma peculiar de pensar que depende de su
razonamiento para adquirir información y utiliza la argumentación como medio de
descubrimiento para resolver los problemas. En cambio, el niño o la niña dependen de
su actividad en el mundo exterior para resolver los problemas, utiliza una aproximación
empírica.
Para acercar a los niños y las niñas a la forma de operar del científico, los docentes
deben organizar sus actividades para que aprendan aquello que valoran los
matemáticos, cediendo progresivamente la responsabilidad a los alumnos y las
alumnas a través de un proceso de participación guiada.
Para lograr un aprendizaje significativo en Matemática hay que proponer situaciones
que planteen problemas, para cuya solución las nociones matemáticas se constituyan
en instrumentos necesarios. Un conocimiento matemático sólo puede considerarse
aprendido cuando se ha funcionalizado; es decir, cuando es posible emplearlo como
medio para resolver una situación o problema.
Para aprender los números, los niños y las niñas necesitan usarlos, nombrarlos, escribirlos e interpretarlos desde sus posibilidades; compararlos; reflexionar sobre ellos y, a partir de allí, construir los principios, regularidades y organización del sistema de numeración. Esto no significa dejar librada al azar la instrucción, sino que el maestro debería generar situaciones de trabajo en las que el significado de los números y de los símbolos que los representan se construya progresivamente al enfrentar a los alumnos y las alumnas con diversas situaciones problemáticas en las que los números aparezcan como un recurso para su solución. Para aprender los números, los niños y las niñas necesitan usarlos, nombrarlos, escribirlos e interpretarlos desde sus posibilidades; compararlos; reflexionar sobre ellos y, a partir de allí, construir los principios, regularidades y organización del sistema de numeración. Se empezará con la base diez cromatemática. Todos los niños y las niñas aprenden los números:
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Contando. Buscándolos e interpretándolos en los objetos de uso social en que aparecen. Escribiéndolos. 21. Números
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22. Ejercicios
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23. Suma
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58
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24. Resta
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61
62
63
64
65
25. ¿Y ahora qué?
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26. Las horas
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69
27. Letras y Palabras
Podemos decir que todos los sistemas lingüísticos comprenden dos niveles:
-— Nivel fonológico o alfabético: está constituido por fonemas con los que el hablante
va a jugar hasta formar la estructura deseada. Este nivel por sí solo no tiene sentido.
-— Nivel gramatical o logográfico: son las piezas anteriores ya combinadas e
integradas en un todo, con sentido. Son los morfemas, palabras y oraciones, aplicando
unas reglas de integración.
Estos dos niveles no se pueden separar. Se necesitan el uno al otro para dominar el
lenguaje. No hay funcionalidad de un nivel sin funcionalidad del otro.
El niño que lee, está jugando con estos dos niveles. En primer lugar, se procede a una
descodificación del mensaje escrito a partir del nivel gramatical (lectura global),
seguido del nivel fonológico segmentando y analizando esas piezas que el escritor ha
seleccionado y codificado.
Cada una de estas unidades tiene una función, Este nivel alfabético o fonológico,
puede ponerse en juego si el lector escribe lo que ha leído. Y por último, sería
adecuado que volviese a leer lo escrito por él. Se combina así la lectura y la escritura
con lo que conseguiría un aprendizaje más completo y motivante. Sin embargo, el
lector, generalmente, no es consciente de este juego de niveles y sólo pretende llegar
al significado.
En base a esta concepción de lectura y escritura, no considero leer al hecho de
descifrar signos gráficos o leer las palabras de forma fraccionada porque se está
rompiendo con la estructura del lenguaje y su significado.
Nuestra lengua funciona como un todo y no por unidades lingüísticas separadas.
Una pieza de la lengua aislada no sirve para nada.
Las partes sirven para construir un todo.
Son tres niveles:
1) Ser capaz de descifrar los signos gráficos. Nivel que ya he dicho no es suficiente
para afirmar que sabe leer.
2) Comprender lo que se descifra.
3) Ser capaz de juzgar (implicarse) el mensaje que se comprende. Interpretarlo.
La lectura es un proceso de desarrollo. No es un fin en sí misma, sino un medio para
llegar a un fin: la comunicación y en definitiva, la formación de la persona.
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28. Otras lenguas
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29. Evolución y Revolución
El tema del que voy a ocuparme es de innegable importancia, no sólo bajo el punto de
vista exclusivo de un modelo teórico o pedagógico, sino también en un sentido general
para todos los que profesan ideas más o menos avanzadas.
Se dividen generalmente los partidarios de ideas progresivas en evolucionistas y
revolucionarios, y entiendo yo que tal división es absurda totalmente porque no se
conforma con los hechos ni se justifica y explica por la lógica. Trataré, por tanto, de
probar la completa identidad que entre los términos evolución y revolución existe.
Es para mí el principio de la evolución completamente cierto; es para mí la revolución
un modo, un aspecto de la misma evolución, y evolución y revolución se
complementan y son inseparables por su propia y natural esencia.
¿Qué es y qué significa la evolución? ¿Qué es y qué, significa la revolución?
Evolución es el desenvolvimiento general de una idea, de un sistema de creencias, de
una serie de sucesos, de un orden de cosas cualesquiera hasta su complemento e
integración; es un movimiento constante en virtud del cual todo se modifica y cambia
hasta alcanzar su total desarrollo.
Revolución es y significa en el sentido más lato de la palabra una transformación o una
serie de transformaciones, un cambio o una serie de cambios en las ideas, en los
sistemas, en las creencias, en los modelos sociales, en las ciencias, en todo lo que se
aplique y signifique transformación.
Y si la revolución es un cambio o modificación, ¿no es evidentemente un momento
necesario del desarrollo evolutivo, no es sin duda un instante preciso de la evolución
que se verifica?
Examinemos si no la evolución en el transcurso de la Historia.
Tres modos principales del desenvolvimiento humano comprenden toda la evolución
histórica: el religioso, el político y el sociológico.
Las primitivas ideas religiosas, la concepción que de la divinidad se formaron los
primeros hombres, fueron grotescas creaciones de la ignorancia ya inspiradas por el
miedo a fenómenos naturales entonces inexplicables, ya por la necesidad de un ente
superior que encarnara las ideas de justicia y de fuerza, entonces sinónimas. Pero a
medida que se fueron explicando aquellos fenómenos y a medida también que el
elemento humano fue venciendo a la animalidad primitiva, las ideas religiosas se
transformaron adquiriendo aspectos más naturales y mas estéticos. La evolución
religiosa, pasando por el politeísmo, el panteísmo y el monoteísmo, produjo al fin la
encarnación de la idea divina en un ser con todos los atributos del hombre, y el dios de
las venganzas, el terrible Jehová, resultado del espíritu guerrero de sus tiempos,
presidió los humanos destinos hasta que el Cristo determinó con sus doctrinas una
mayor aproximación al hombre mismo. Pero también esta última idea levantó protestas
y rebeliones. La evolución religiosa debía llegar hasta la emancipación definitiva de la
razón, y bien pronto se inició un movimiento general que llevó por bandera el principio
del libre examen. Desde entonces la filosofía abrió novísimos horizontes al
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pensamiento; y, como último término del desarrollo evolutivo, proclamó la Moral sin
sanción y la Justicia humana sin las sombras en que se la envolvía como atributo de la
divinidad. Así, los que ya no creen en una existencia ultra mundana y los que en ella
aparentan creer por conveniencia o por hipocresía o por miedo, rinden de hecho, allá
en el fondo de sus conciencias, culto debido a la nueva idea, y practican, por su propia
inspiración, el bien y viven por los movimientos espontáneos de su naturaleza psíquica
en las relaciones de la moral universal subordinando todos sus actos a este
sentimiento innato en el hombre que le arrastra irresistiblemente a defender al débil
contra el fuerte aun a riesgo de su propia vida. La idea de Justicia se nos presenta
hoy, pues, emancipada de la teología y nos arrastra con potente imperio hasta el punto
que lo que hicimos un día por pueril temor a lo desconocido, lo realizamos hoy por
identificación con el bien, por el imperativo mandato de la conciencia, por los impulsos
de los más bellos y de los más bondadosos sentimientos, obteniendo aquí en la tierra
la glorificación que durante mucho tiempo hemos buscado en los supuestos cielos de
ignotos espacios.
¿Pero es que esta evolución de los siglos se ha realizado sin esos grandes
sacudimientos que se llaman revoluciones?
Nadie de entre nosotros lo ignora: luchas terribles, cruentos sacrificios han sido
necesarios para conseguir la emancipación religiosa.
Revolución promovió el Cristo, revolución promovió Lutero, revolución promovió la
filosofía: la evolución religiosa no llegó a integrarse en la fórmula final sino a cambio de
tremendos sacudimientos revolucionarios, sin los cuales no habríamos salido todavía
de la primitiva esclavitud.
Si de igual modo examinamos la cuestión en su aspecto político, llegaremos a
conclusiones semejantes, En un principio rigen los destinos de los pueblos, ya
constituidos en grandes agrupaciones, reyes absolutos de derecho divino y nada
significan ni nada valen los derechos de todos los hombres. Uno solo tiene el privilegio
de gobernarnos, de disponer de nuestras vidas y haciendas a su leal saber y entender.
La tiranía despótica de los reyes halla más tarde un límite en el constitucionalismo. Es
entonces necesario que los reyes se asesoren de las necesidades populares por
medio de representantes y así se origina el parlamentarismo. Más no basta esto. Dase
también en tierra con los poderes hereditarios y a la soberanía indiscutible de los reyes
se opone la soberanía de los pueblos. La reforma republicana y democrática encarna
en un nuevo aspecto de la evolución y llega a constituir un ideal novísimo del progreso
humano. Y como éste no se detiene jamás, como no se detendrá nunca el movimiento
constante que da vida al universo, los pueblos han llegado finalmente a una
concepción amplísima del principio de gobierno. Significando de hecho el absolutismo,
el constitucionalismo y la república, a un mismo tiempo, la subordinación de unos a
otros, de todos a uno o de uno a todos se proclamó a la par que la soberanía colectiva,
la soberanía individual armonizándose ambas soberanías, siempre coexistentes, Por
medio del contacto o pacto, base primera del principio federativo. El gobierno de cada
uno por sí mismo es la última fórmula de la evolución política. Eliminando y limitando el
principio de autoridad por sucesivas transformaciones, llégase a la generalización de
la libertad, y hoy no aspiran los hombres a nada que no vaya derechamente a la
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consagración de todas las autonomías, que no comprenda en un todo la libertad
completa de pensamiento, de conciencia y de acción.
Así como la evolución religiosa termina en la negación de la divinidad, la evolución
política termina en la negación del poder y del gobierno, del Estado, en fin. La libertad
plena y sólo la libertad ha de ser el instrumento indispensable para la realización de
todos los fines humanos. Mediante el pacto libre, completamente libre, han de
organizarse no sólo los pueblos y las naciones sino también la producción, el cambio y
el consumo, la vida, en fin, en sus múltiples variantes, para que llegue un día en que la
humanidad formando una armónica federación universal realice por la libertad el ideal
supremo de vivir sin gobierno, la Anarquía.
Pero cabe ahora como antes preguntarse: ¿acaso esta laboriosa evolución ha llegado
a sus últimos limites sin esos grandes sacudimientos que se denominan revoluciones?
Nadie tampoco lo ignora, Han sido necesarias explosiones tan formidables como la de
fines del siglo XVIII en Francia; han sido necesarias tremendas revoluciones en
Europa y América, febriles movimientos de los pueblos en todas las naciones y en
todos los tiempos. La conquista de la libertad ha costado y ha de costar aún raudales
de sangre, millares de víctimas, montones de ruinas, porque la evolución sin estos
necesarios sacrificios, no llegaría jamás a realizarse en toda su plenitud y extensión.
¿Y qué he de deciros de la revolución sociológica?
¿Qué he de decir del movimiento económico contenido en ella? La organización de las
sociedades primitivas se fundó en la subordinación del individuo al grupo, y a medida
que las necesidades sociales e individuales fueron haciéndose más complejas, creció
también su espíritu guerrero y su tendencia al despotismo. ¡Cuántos esfuerzos no
hubieron de hacerse para llegar al estado actual en que todavía el militarismo nos
agobia y nos empobrece! La evolución va, no obstante, siguiendo la línea de menor
resistencia, a la sustitución del militarismo y de la cooperación forzosa por el
industrialismo y la cooperación voluntaria, como ha hecho ver claramente Spencer.
Ya en nuestros días se realizan muchos actos de la vida dentro del nuevo círculo de
acción. Muchas veces el gobierno es ajeno a gran parte de los negocios de los
ciudadanos y cuando interviene se ve forzado a transigir. La evolución supone aquí
como en todo, la negación del punto de partida.
Y si a la esclavitud ha sucedido la servidumbre y a ésta el proletariado ¿no es de
esperar así mismo que el actual estado de cosas, sustancialmente idéntico a aquellos
otros, desaparezca también dejando paso a la sociedad de los iguales, así bien como
en el orden político lo dejará a la de los hombres libres? ¡Si así no fuera habría que
declarar falsas todos nuestras ideas, erróneos nuestros principios, inciertos los hechos
de experiencia, absurdas nuestras más íntimas aspiraciones! No, no puede negarse el
principio de la evolución, no puede limitarse la ley del progreso, y es necesariamente
el fin de la evolución social y económica la total igualdad de condiciones para la vida,
es necesariamente la tendencia actual suprimir privilegios y monopolios a fin de llegar
a la universalización del goce de los medios de producir. Lo dice bien claro el carácter
de las luchas de nuestros días, lo dice bien claro ese tremendo problema social que ya
nadie niega y que reviste hoy más formidables caracteres que nunca, lo dice bien claro
82
la actitud de las clases jornaleras que reclaman a cada paso y cada vez con más
fuerza la satisfacción de sus perentorias necesidades.
La evolución social no comprende solamente las formas políticas y religiosas, sino que
abarca también las formas económicas, y por tanto la llamada institución de la
propiedad, causa y origen real de todas nuestras luchas. ¿Quién desconoce hoy que
la apropiación del suelo se debe a la guerra y a la conquista? ¿Quién desconoce hoy
que la obra inmensa de todas las generaciones se halla monopolizada por una minoría
privilegiada?
¿Quién desconoce hoy, en suma, que la propiedad es la expoliación que ejercen unos
cuantos sobre todos los demás miembros sociales? Pues si la teoría de la evolución,
en cuyo nombre quieren justificarse toda clase de aberraciones y de injusticias, ha de
probarse en los hechos y cumplirse, será a condición de que el suelo sea libre para el
agricultor y la herramienta y la máquina y el taller para el obrero industrial; será a
condición de que la propiedad, generalizándose, llegue a ser del dominio de todos sin
exclusión alguna.
Y que, repito, ¿acaso la evolución social que nos hace concebir la posibilidad de un
mundo mejor donde la ignorancia y la miseria, los dos terribles azotes de la
humanidad, hayan desaparecido, acaso se ha desenvuelto sin esas revoluciones tan
temidas por los defensores de los intereses creados? La historia nos demuestra que
merced a esas revoluciones precisamente, revoluciones que registraron ya la antigua
Grecia y el antiguo Imperio Romano, la historia nos demuestra, digo, que merced o
esas revoluciones, la evolución ha podido ir venciendo las resistencias que se le
oponían en todos sentidos, la historia moderna nos lo demuestra aún mejor. ¿Qué han
sido las últimas revoluciones, políticas en cierto modo, más que revoluciones sociales
de hecho? ¿Qué ha sido el imponente levantamiento de los trabajadores de París al
proclamar la Comuna, más que un movimiento económico y social?
Y así se prueba como la evolución religiosa, política y económica ha comprendido
revoluciones tremendas como simples modos de la evolución general y como por
consiguiente es absurda la división en evolucionistas y revolucionarios.
Y si pedimos a la ciencia sus irrebatibles datos, veremos igualmente como viene a
confirmar la tesis aquí sostenida.
El sonido, la luz, el calor y la electricidad, simples modos del movimiento universal que
agita ala materia cósmica, ofrecen en sus desenvolvimientos particulares fenómenos
extraordinarios que son verdaderas revoluciones de la materia, y esos fenómenos son
parte integrante del funcionalismo propio de cada una de esas formas del movimiento.
Si nos imaginamos una fuerza actuando en un determinado sentido o dirección y una
serie de obstáculos a su paso, ¿no es verdad que esa fuerza vencerá, so pena de
anulación, cuanto a su paso se oponga? ¿No es verdad que cada una de esas
acciones necesarias para suprimir cado obstáculo tendrá el carácter de verdadera
revolución? ¿Y serán las acciones y reacciones bruscas de aquella fuerza algo distinto
de su acción lenta y continua de cada día? ¿No serán, por el contrario, momentos
necesarios del movimiento permanente de la fuerza dicha, obrando y reobrando a
cada paso? ¿No serán evolución y revolución una misma cosa?
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Las revoluciones son, por otra parte, tan necesarias en la naturaleza como en la
sociedad. En medio de la llanura surge inopinadamente una montaña; en medio de
una sierra se produce la erupción volcánica que destruye a su paso cuanto encuentra;
en nuestra propia atmósfera estalla la terrible tormenta que asola, mata y aniquila; y
esos grandes fenómenos naturales no son más que revoluciones necesarias de la
materia, no son más que absolutismos inevitables de las fuerzas latentes que en su
proceso de desenvolvimiento vencen las resistencias que se le oponen y obran con
formidable empuje y todo lo dominan. Y esas revoluciones naturales ¿quién negará
que son manifestaciones propias de la evolución de la materia y de la fuerza?
Pues lo que ocurre en la Naturaleza sucede de un modo semejante en las sociedades
humanas. Las ideas trabajan un día y otro la razón colectiva, van haciéndose lugar en
nuestras conciencias.
La evolución social tiene por órgano a los hombres; ellos constituyen el medio en que
aquella se desenvuelve, y así como los fenómenos naturales dependen de las fuerzas
en que tienen su origen, así las revoluciones humanas dependen de los seres
vivientes por cuya mediación se realizan. Si se centuplica una fuerza cualquiera, claro
es que al obrar aquélla centuplicará o su poder o su rapidez. Pues si los hombres que
trabajan por el progreso centuplican sus nobles esfuerzos y su actividad, es asimismo
evidente que el resultado será o cien veces mayor o cien veces más próximo.
Es, pues, la revolución un momento fatal de la evolución, un momento que se produce
a pesar de todos los antagonismos y oposiciones, pero tanto más próximo cuanto más
pronto se destruyan antagonismos y oposiciones.
La evolución es lenta o es rápida según las circunstancias los lugares y los tiempos; la
evolución vence todas las resistencias y porque las vence produce las revoluciones,
esas revoluciones de las ideas que entrañan algo esencial, y no esas pretendidas
revoluciones que sólo conducen a una mayor agravación del cesarismo omnipotente
de lo instituido.
La evolución y la revolución son, en fin, una misma cosa y quien de evolucionista se
precie, ha de ser necesariamente revolucionario.
Soy, pues, revolucionario porque soy evolucionista y creo con total firmeza que la
Cromatemática y la Cromolengua significan a la semiótica de la ciencia lo mismo que
el pasaje de los números romanos a los arábigos en un caso y el de los ideogramas al
alfabeto en el otro. El tema principal a mi modo de ver pasa por los conservadores en
las dos áreas que sienten ante una propuesta semejante que se está cuestionando el
supuesto "valor absoluto" de sus conocimientos.
Y mucho peor es cuando estos "mediocres educadores" ejercen su absolutismo en los
niños que se inician en la aventura del saber.
Los códigos lingüísticos son invenciones humanas y deben cambiar con el proceso de
evolución que toda existencia conlleva. No aceptarlo significa iniciar con esa actitud el
camino hacia la falta de sentido de todo descubrimiento significativo.
Y eso no puede aceptarse.
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85
30. Conclusiones
Una lengua desaparece cuando muere la última persona que la habla. Otros afirman
que desaparece cuando lo hace el penúltimo hablante, porque el último ya no tiene
oportunidad de hablar con nadie. Después de estas muertes, una lengua permanece
sólo si ha sido puesta por escrito o existe algún tipo de registro. Al inicio de este nuevo
milenio, no existe ninguna documentación de unas 2.000 lenguas, alrededor de una
tercera parte del total existente. Cuando desaparece una de ellas, las consecuencias
son realmente catastróficas. Al morir, las personas dejan signos de su presencia en el
mundo en forma de enterramientos, túmulos funerarios y artefactos, es decir, su
arqueología. Cuando desaparece una lengua que no había sido documentada, es
como si nunca hubiese existido.
Las proporciones son dramáticas. No existe nada extraño en que desaparezca una
lengua; a lo largo de la historia ha habido un devenir de diferentes comunidades, cada
una de ellas con su propia lengua.
El hitita, por ejemplo, murió cuando desapareció su civilización, en tiempos del Antiguo
Testamento, y la misma suerte han compartido unas sesenta lenguas conocidas desde
los tiempos bíblicos. Eso es comprensible, pero lo que está ocurriendo en la actualidad
resulta extraordinario, a juzgar por las pautas del pasado. La muerte de la mitad de las
lenguas conocidas en un mismo siglo supone una extinción a escala masiva y sin
precedentes. ¿Cómo sabemos que desaparecerán tantas lenguas? En el curso de las
últimas dos o tres décadas, lingüistas de todo el mundo han dedicado una gran
cantidad de tiempo a buscar datos comparativos. Se han realizado varios estudios
importantes, y cuando se estudia una lengua no se toman simplemente notas sobre su
pronunciación, gramática y vocabulario, sino que se investiga el número de personas
que la hablan y su edad. Es evidente que si se encuentra una que tiene pocos
hablantes, y nadie se está preocupando de transmitirla a los niños, se puede deducir
que desaparecerá pronto. Y debemos llegar a la misma conclusión tenga dicha lengua
100 o 1.000 hablantes: no durará mucho.
Es evidente que si la Cromatemática y la Cromolengua no tienen "hablantes" su
sentido sólo quedará en lo escrito y eso es poco para el valor transformador de la
propuesta. Por eso (una vez convencidos del revolucionario sentido de ambos
códigos) los educadores deben asumirlos como parte de su propia identidad, y tratar
de profundizar, desarrollar y difundir esos lenguajes con la ayuda inestimable de sus
alumnos. Ese el desafío que propongo.
Y siguiendo con el análisis histórico de la desaparición de las lenguas, en un estudio
publicado en 1999 por el Summer Institute of Linguistics, existían 51 lenguas con sólo
un hablante vivo, 28 de ellas en Australia. Había cerca de 500 lenguas en el mundo
con menos de 100 hablantes; 1.500 con menos de 1.000; más de 3.000 con menos de
10.000 hablantes, y la asombrosa cantidad de 5.000 con menos de 100.000 hablantes.
Resulta que el 96 por ciento de las lenguas del mundo son habladas por el 4 por ciento
de su población. Tal vez por eso no resulte extraño que tantas se hallen en peligro.
Considerar la cifra de 100.000 hablantes en el contexto de lenguas amenazadas de
extinción suele sorprender a muchos.
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Tal vez parezca que una lengua con 100.000 hablantes está a salvo, pero las pruebas
muestran lo contrario. Aunque dicha lengua no vaya a desaparecer la semana que
viene, o el próximo año, no existe ninguna garantía de que vaya a sobrevivir a un par
de generaciones. Todo dependerá de las presiones que reciba, en concreto de si corre
el riesgo de ser dominada por otra lengua. También depende de las actitudes de
quienes la hablan; ¿les importa que sobreviva o que desaparezca?
Una lengua no necesita mucho tiempo para desaparecer, una vez que su comunidad
pierde la voluntad de mantenerla. En realidad, la velocidad que puede adquirir su
declive ha sido una de las principales averiguaciones producidas por la investigación
lingüística más reciente. Ejemplo de ello sería el aleutiano, la lengua de las Islas
Aleutianas, situadas al oeste de Alaska, que sobrevive en una sola de ellas, Arka. En
1990 apenas 60 personas lo hablaban fluidamente: cuatro años después, eran sólo 44.
El aleutiano habrá desaparecido en el año 2010. Considerando la edad de sus
hablantes más jóvenes, aún en la veintena, probablemente se conservará hasta la
mitad del siglo, y será utilizado ocasionalmente hasta que, al final, sus escasos
hablantes, aislados unos de otros y sin oportunidades para renovar la lengua mediante
la interacción diaria, encuentren que no tienen a nadie con quien hablarlo. Podemos
encontrarnos con este escenario en cualquier parte del mundo, pero especialmente.
en las regiones próximas al Ecuador.
¿Cuál es la causa de que tantas lenguas .estén en proceso de extinción? Las razones
incluyen una amplia gama de respuestas que va desde los desastres naturales hasta
el genocidio, pasando por diferentes formas de asimilación cultural. Aunque resulte
prácticamente imposible obtener cifras exactas, es evidente que las pequeñas
comunidades que habitan en zonas aisladas pueden ser fácilmente diezmadas o
arrasadas a causa de terremotos, huracanes, tsunamis y otros cataclismos.
La diversidad es una parte fundamental del pensamiento evolutivo, que la considera
resultado de la adaptación genética de las especies para sobrevivir en diferentes
medios. El aumento de la uniformidad encierra peligros para la supervivencia de las
especies a largo plazo. Los ecosistemas más fuertes son los más diversos. En su
aplicación al desarrollo humano, con frecuencia se ha argumentado que nuestro éxito
en la colonización del planeta se debe a nuestra capacidad para desarrollar culturas
que se ajusten a todo tipo de medio ambiente. La necesidad de mantener la diversidad
lingüística se basa directamente en ese mismo argumento. Si la diversidad es un
requisito indispensable para el éxito de la humanidad, resulta esencial la preservación
de la diversidad lingüística, ya que las lenguas forman parte esencial de lo que
significa ser humano.
Las revoluciones de esta magnitud son acontecimientos excepcionales.
El primer medio de comunicación fue, evidentemente, la palabra, que surgió en la raza
humana hace entre 30.000 y 100.000 años, aproximadamente. Posteriormente, hace
unos 10.000 años, aparece la escritura en algunas partes del mundo. Ambos medios
han permitido desde entonces la comunicación satisfactoria del ser humano, y cada
uno de ellos ha ido progresando paulatinamente con la llegada de nuevas tecnologías,
especialmente el teléfono y la radiodifusión, en el caso de la palabra, y la imprenta y el
telégrafo, en el caso de la escritura. Debemos igualmente reconocer la importancia de
87
un tercer medio de comunicación para un sector importante de la sociedad, el lenguaje
por signos de los sordomudos, cuya historia se desconoce hasta que comenzara a ser
sistemáticamente registrado en el siglo XVIII, y que existe en la actualidad en
diferentes formas. Sin embargo, en 10.000 años no había aparecido ningún medio de
comunicación que afectara al conjunto de la sociedad.
La Red (World Wide Wob, o, simplemente, www.) es la manifestación más frecuente
de esta estructura en red. Se trata del conjunto de todos los ordenadores conectados a
Internet que contienen documentos mutuamente accesibles mediante el uso de un
protocolo homologado (el Hyper Text Transfer Protocol, o http). El creador de la Web,
el ingeniero informático Tim Berners-Lee, la ha definido como "el universo de la
información accesible a través de redes", la personificación del conocimiento humano).
Fue inventada en 1990 para que los físicos nucleares que investigaban la energía en
distintas instituciones pudieran intercambiar información relativa a su ámbito de
estudio, pero rápidamente se extendió a otros terrenos, y en la actualidad incluye
todas las materias y está diseñada para la interacción multimedia entre usuarios
informáticos de todas partes del mundo. Sus múltiples funciones permiten gestionar
referencias enciclopédicas, archivos, catálogos, listados, músicas, videos, publicidad,
auto-publicaciones, juegos, noticias, escritura creativa y transacciones comerciales de
todo tipo, con un acceso cada vez mayor, más veloz y más abarcativo a todas las
áreas del conocimiento humano.
El correo electrónico (e-mail) es el uso de sistemas informáticos para enviar mensajes
entre usuarios. En la actualidad hace referencia principalmente a los mensajes
intercambiados entre buzones de correo privados (en oposición a los que se mandan a
grupos de chat). Aunque ocupa un espacio relativamente pequeño del dominio de
Internet, en comparación con los miles de millones de páginas de la Web, supera
ampliamente a ésta en cuanto al número de comunicaciones individuales diarias
realizadas, al igual que las redes sociales de enorme impacto en la actualidad y las
diversas aplicaciones de las nuevas tecnologías.
El mundo de Internet es extremadamente fluido, y sus usuarios exploran sus
posibilidades de expresión experimentando con nuevas combinaciones de estos
elementos y reaccionando ante los desarrollos tecnológicos. Pero una cosa es
evidente: estas tres funciones, cada una a su modo, facilitan y limitan nuestra
capacidad para comunicarnos de manera fundamentalmente diferente de la como lo
hacen las alternativas semióticas. Muchas de las expectativas y de las prácticas que
asociamos al lenguaje hablado y escrito ya no son válidas, y a la vez surgen nuevas
oportunidades.
Desde ya que la Cromatemática y la Cromolengua no están diseñadas para un uso
vinculado con la escritura en papel y sí con la de las pantallas de todas las
aplicaciones que aportan las nuevas tecnologías. Es un cambio histórico que por su
importancia desterrará el uso de una escritura arcaica plasmada en soportes ya no
significativos. La educación tiene que adaptarse esos nuevos medios tecnológicos con
la ayuda de los aportes creativos y significativos en las áreas de lo que se comunica y
que no tienen su correlato al mirar hacia atrás. Los números romanos quedaron atrás y
el alfabeto maya, también. Cambiar significa creer (y demostrar), y eso supone la
88
capacidad de entender que muchos códigos pertenecen más a los museos que a la
gente.
Tamo el emisor como el receptor se ven además restringidos lingüísticamente por las
propiedades de los programas y el equipo (software y hardware) que permiten su
vinculación. Existen, por tanto, determinadas actividades lingüísticas tradicionales que
este medio puede facilitar adecuadamente, y otras que no puede manejar en absoluto,
además de permitir actividades lingüísticas nuevas que ningún otro medio puede
conseguir. Por eso parece adecuado hablar en términos de revolución.
La Humanidad, con el paso desigual que la ha caracterizado a lo largo de su historia
universal, se adecua a los cambios. Puede afirmarse que es un desafío moderno
aprender a coexistir con las nuevas tecnologías y aprovecharlas lo mejor posible para
fines nobles, que apunten a mejorar la sociedad, que tiende a ser una sola mediante la
globalización, a pesar de sonar como una utopía inalcanzable, por las diferencias
económicas, políticas, religiosas, idiomáticas…
El escenario lingüístico es uno de los afectados y no es sorpresa, porque toda
revolución implica cambios y en este caso, no solamente las tecnologías evolucionan,
también lo hacen las formas de comunicarse y por ende, la terminología, los signos,
los símbolos, el idioma, la lengua.
Y si bien estos cambios en el lenguaje han despertado múltiples debates no se puede
discutir la practicidad y el ingenio en ciertos casos frente a la transformación de la
lengua y la mutación hacia nuevas formas –la substitución de letras, la abreviación
indiscriminada, la aparición de nuevos términos, entre algunos ejemplos–, o bien la
tendencia a universalizar símbolos (los emoticones), que se entienden en cualquier
parte del mundo más allá de la lengua que se hable y las creencias (políticas,
religiosas, culturales) que se tengan.
Los interrogantes son varios: ¿en cuánto afectan negativamente a la lengua estas
transformaciones?, ¿dónde se centrará el debate?, ¿la comprensión o la refutación de
esta revolución en el lenguaje, la degradación de las lenguas maternas en detrimento
de la universalización de términos, o el enriquecimiento de éstas?, ¿la caída de
barreras de comprensión lingüística y la aparición de otras?
Se puede plantear también otra duda: ¿a qué responden estos cambios? Hay un punto
a tener en cuenta.
En su momento, la radio, la televisión, medios masivos desde mucho tiempo antes,
fueron –podría decirse– los que propusieron los cambios en el lenguaje, con
terminologías, formas, modas, etc. La principal característica de esta nueva realidad
es que no son los medios los que imponen el cambio, sino sus usuarios.
La Humanidad, conjuntamente con todos sus aspectos, incluido el lenguaje, se ha
caracterizado por transformarse según la época, el momento histórico, sus logros.
¿Estamos ante un caso típico de incomprensión de un sector de la sociedad a la que
le cuesta aceptar la realidad que tiene por delante?, ¿o se trata de una defensa
legítima, contra algo que va en detrimento del lenguaje y la comunicación entre las
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personas?, ¿o sencillamente, estamos ante un lenguaje que se modifica sólo en sus
ámbitos, por practicidad (velocidad), conveniencia (economía) y originalidad y no debe
preocupar a nadie?
Estos cambios son un punto de partida, para otros cambios futuros, dado que la
rapidez con la que se generan las nuevas tecnologías es vertiginosa y de la misma
manera, lo es la forma en la que los usuarios hacen aprovechamiento de éstas y no
sólo se adaptan a las mismas, sino que se las apropian e impulsan las
transformaciones, según sus necesidades.
En su trabajo "Del caos a la creatividad: los chats entre lingüistas y didactas", las
portuguesas Araujo y Silvia Melo, de la Universidad de Aveiro, descartan que se trate
de un mal uso del lenguaje –o distinto, para no emitir un juicio previo– en estos
espacios debido a un desconocimiento del mismo "sino de un uso deliberadamente
informal, económico y creativo, con el objetivo de hacer la comunicación más
expresiva, más atractiva, más flexible, más lúdica e incluso más elocuente; un uso
deliberadamente coloquial, que captura algunos elementos de la oralidad y que se
apropia de ellos en un proceso dinámico, creador y desafiante, revelador de una
identidad efusiva que se expande en y por la comunicación".
No se puede excusar por ello la existencia de un alto porcentaje de usuarios con
desconocimientos reales y fallas enormes en el vocabulario y la gramática, pero en
rasgos generales, la realidad se acerca a lo que señalan las lingüistas portuguesas.
Una característica del lenguaje es su continuo crecimiento y evolución en todos los
aspectos, en tanto que es expresión viva de la naturaleza y la cultura de los seres
humanos.
Ateniéndonos a esta afirmación, deberíamos aceptar como un paso natural esta
revolución mundial en el lenguaje –muchas lenguas están pasando por lo mismo– y
preguntarnos, a su vez, si no estaremos en presencia de derivaciones de las lenguas,
que si bien no coexistirían fuera del espacio digital, formarían sus propios códigos
(significados y significantes) dentro de su propio ámbito, y que, por qué no, tiendan en
algún momento a una universalización del idioma, aunque sea a través de vías
restringidas, como las que brindan las computadoras y la telefonía celular.
Esta hipótesis, sin dudas, puede tildarse de utópica.
Sin embargo, como se hizo mención anteriormente, no son los medios los que
impulsan los cambios en esta realidad, sino los usuarios. Los intereses, por ende, son
distintos a los que movilizan a las potencias mundiales y las grandes multinacionales
dueñas actualmente del conglomerado mundial de comunicaciones.
Años atrás, no muchos, investigadores de la Universidad de Las Palmas previeron
sobre este fenómeno, en el marco de un proyecto referido a la producción de
diccionarios del idioma castellano en soporte informático que "Internet está
produciendo una revolución social en la que ya hay quien apunta a una redefinición
futura del término analfabetismo".
La argumentación hecha al respecto, que se puede encontrar en el mismo trabajo,
denominado "Diccionarios en soportes informáticos. Los diccionarios en el horizonte
90
del siglo XXI", afirma que "con la incorporación de los avances tecnológicos a todos
los hogares, el futuro se abre como una puerta esperanzadora hacia un mundo en el
que la información sea manipulada con facilidad y agrado por una población cada vez
más amplia, donde las distancias, tanto geográficas como idiomáticas y culturales,
pierdan el carácter de frontera y el conocimiento se universalice en beneficio de la
Humanidad y de la Tierra en general".
Se habla de la esperanza de lograr un mundo en el que todos puedan acceder a las
nuevas tecnologías y las posibilidades que estas brindan, pero previamente se
advierte sobre los riesgos de un alcance deficiente y de la problemática que se
presentaría como producto de la exclusión de esta sociedad informatizada.
Actualmente, la exclusión o la poca comprensión que se tengan de las
transformaciones del lenguaje en los espacios modernos de comunicación, sitúan al
usuario novato en una posición de desconocimiento, que le puede implicar una lenta
adaptación o sencillamente, un desencanto o imposibilidad a la hora de interactuar.
Quien utilice por primera vez alguno de estos nuevos espacios de comunicación se
encontrará con diálogos repletos de abreviaturas, términos desconocidos, la ausencia
visual del o los interlocutores, la repetición desmedida de vocales, la ausencia de
éstas, neologismos de dudosa aceptación y un largo etcétera.
Simultáneamente, carecerá de un diccionario o un traductor para estas formas de
expresión. Es que el lenguaje en el mundo virtual es dinámico, nace, crece y se
modifica de la mano de los propios usuarios.
Los rasgos predominantes en los cambios del lenguaje dentro de los espacios de
comunicación que nos permiten los nuevos medios de comunicación, como así las
estrategias utilizadas, son varias.
El uso de epéntesis, elisiones (omisión de elementos grafemáticos), las substituciones
grafemáticas, léxicas y alfanuméricas), la grafía fonética, grafía prosódica ó repetición
de fonemas (estrategia para compensar el canal auditivo), abreviaciones y
truncamientos, anglicismos, calcos lingüísticos, acrónimos, emoticones, la escritura
fonética (jeroglíficos alfanuméricos), deformación tipográfica del texto e incluso el uso
de mayúsculas. Finalmente, podemos sumar la creatividad como rasgo predominante
de esta realidad.
Vemos así que el lenguaje se transforma, cambia, muta, innova. Para algunos,
involuciona por culpa de la era digital, de las computadoras y teléfonos celulares.
Para otros, es un proceso natural en el hombre, el de adaptar a sus necesidades y
épocas, lo que lo rodea.
En relación a esta realidad, Orihuela (2006) ha afirmado que "era previsible que
después de décadas de alfabetización televisiva, la web, como nuevo medio con
aspiraciones universales, canibalizará el lenguaje audiovisual tanto como se lo
permitiera el ancho de banda disponible. Nos movemos hacia un entorno dominado
por la comunicación visual, el sonido y el movimiento, aunque paradójicamente nunca
habíamos escrito y leído tanto como ahora".
91
En tiempos en que se afirma que se lee y se escribe menos, la apreciación de
Orihuela parece fuera de lugar; sin embargo, el investigador no está equivocado.
Quizás no se lean tantos libros como años atrás, quizás no se escriban tantas cartas
como en épocas anteriores, pero hay nuevas plataformas de escritura y de lectura que
la mayoría menosprecia o ignora a la hora de llegar a tales conclusiones.
Sí debemos reconocer que Internet es una especie de embudo para muchas culturas,
que por no poder imponer su idioma, quedarán relegadas en este plano.
Algunos de los más de 1.200 expertos de 90 países reunidos en el Foro Internacional
de las Lenguas, señalaron que la ausencia en Internet de un 90% de los 6.000 idiomas
que existen en el mundo puede hacer desaparecer culturas milenarias
Es decir, los idiomas predominantes en la red de redes, se transforman, mientras que
otros directamente no tienen cabida.
Comprender los alcances de los cambios permitirá colaborar en la transmisión de las
formas y características de los mismos, a los fines de poder orientar a quienes no
están familiarizados con el nuevo lenguaje que hoy en día reina en los sistemas de
chat, mensajería instantánea, foros y mensajes SMS.
Los que mejor se han adaptado a esta transformación, principalmente por ser quienes
fomentan la revolución en el lenguaje, son los jóvenes. El contacto con las
computadoras y la telefonía celular pareciera darse con naturalidad en ellos. La
velocidad y destreza de un joven con un celular no puede compararse con la de una
persona de mayor edad, a quien le cuesta mucho más. Lo mismo sucede con las
computadoras.
La ortografía no es el fuerte de los más jóvenes y, si utilizan de forma sistemática el
chat y el texto de móvil para comunicarse y escribir, la abundancia de abreviaturas les
perjudicará más. Esta influencia negativa es ampliable a las tecnologías informáticas
en general, que normalmente realizan automáticamente tareas de corrección
gramatical e incluso de estilo que pueden llevar a una relajación en el control
ortográfico del usuario.
Los lenguajes naturales tienen dos formas, una hablada y otra escrita.
Son producto de un proceso lento e impredecible que nunca cesa de cambiar, al que
se podría llamar evolución histórica de la comunidad en cuestión. La adquisición del
mismo en el individuo forma parte de una de las etapas de su evolución psicológica.
Esto nos plantea un interrogante: ¿por qué cuesta tanto aceptar el vocabulario de
estos espacios y el uso de sus estrategias?, ¿acaso no aceptamos en otros ámbitos el
uso de palabras en inglés con suma facilidad o adaptaciones a nuestro idioma de
muchos términos foráneos?
Bien, he aquí la cuestión. El temor es que el idioma fuera de los espacios virtuales se
impregne de los resultados de esta transformación en el lenguaje. La "jibarización", es
decir, la reducción a límites extremos de las palabras, oraciones y enunciados, puede
aplicarse al entorno virtual, por razones ya vistas, como ser de practicidad, velocidad,
92
economía, creatividad, diversión, pero sería inaceptable en otros ámbitos. ¿Alguien
podría leer un periódico que utilizara dichas estrategias textuales? Acaso sí, pero sería
una odisea. Se habla de la pérdida de la pureza del idioma… ¿pero a que se le llama
pureza?, ¿al respeto por la escritura, el significado, la forma de expresarse?, ¿o a la
alteración en sí del lenguaje?
Si una de las características más sorprendentes y cotidianas del ser humano, según
Araujo e Sá y Melo (2003) "es la capacidad de inventar y reinventar el lenguaje, sin
grandes complicaciones", dado que "los seres humanos somos, entre muchas otras
cosas, seres lingüísticos y usamos el lenguaje como una clave cultural para
comunicarnos y comprender los eventos humanos de distintas épocas y momentos",
habría que plantear bien eje de discusión en este debate.
La transformación que sufren las lenguas, que forman parte del tejido mundial de
redes que es Internet y sus derivados, además de la telefonía celular, es una realidad,
propuesta desde los usuarios, desde el ser humano. Existen los medios para
expandirlas y lograr su alcance a las masas, pero es muy probable que sólo existan en
esos entornos y por más que se vean pequeños vestigios fuera de los mismos, será
difícil que lleguen a situarse más allá de las fronteras digitales. Porque fuera de esos
entornos, las estrategias y rasgos vistos pierden la coherencia, situacionalidad y
aceptabilidad que tienen dentro del contexto en el que vieron la luz.
Sin embargo, las alteraciones en las lenguas son producto de cambios de paradigmas,
de la evolución natural del hombre y sus creaciones. El hombre es el que adapta a su
necesidad, el que crea, modifica. El lenguaje es suyo; y sucede todo ello en esta
realidad.
Saussure expuso hace casi un siglo que "lo que domina en toda alteración es la
persistencia de la materia antigua; la infidelidad al pasado es sólo relativa.
Por eso, el principio de alteración se funda en el principio de continuidad. Cualesquiera
que sean los factores de alteraciones, actúen aisladamente o combinados, siempre
conducen a un desplazamiento de la relación entre el significado y el significante".
Estos usos de los lenguajes revelan, no sólo una preocupación constante con la
dinámica y con la eficacia comunicativa, sino también la construcción de una conducta
lingüística que es, simultáneamente, un marcador de cultura compartida.
No se puede hablar aún de un planeta unido idiomáticamente por las nuevas
comunicaciones, pero sí hay una tendencia hacia una globalización cultural y social a
través de estas tecnologías. En algún momento, los traductores en línea serán
flexibles y podrán hacer reconocimiento semántico de las palabras para adecuarlos a
los contextos en los que se encuentran plasmados y se podrá hablar de traducciones
correctas.
Sin embargo, no nos referimos a una globalización en el sentido de un entendimiento
de las lenguas entre sí, sino, de una unificación, al menos en lo que respecta a una
simbología común, tal como lo propone en este caso la Cromolengua y su antecesora
genética: la Cromatemática.
93
La forma en que las alteraciones en las lenguas se expanden se ven favorecidas por
los propios medios en los cuales surgen y se hacen de uso cotidiano. Internet actúa no
sólo como fuente, sino además como el vehículo más eficaz y veloz que se haya visto
nunca para generar y difundir dichas voces.
Una cuestión es segura. El lenguaje, tal como lo conocemos, y las lenguas, tal como
sobreviven al día de la fecha, no están muriendo. Al contrario, se están nutriendo,
están creciendo, evolucionando.
Impregnadas en el proceso de creatividad, ingenio, pereza por qué no, e incluso
economía. Pero, como señalábamos al comienzo del trabajo, esta realidad no es
definitiva, porque al mismo tiempo que las tecnologías avancen, lo hará el lenguaje
dentro de los entornos virtuales que perduren, evolucionen o se inventen.
El lenguaje está siempre en un punto de partida.
Tiene las propiedades definidas por Saussure hace ya cien años. A pesar del paso del
tiempo, no cambia radicalmente, como suele suceder con las costumbres, los diseños
de construcción, la medicina; tan sólo va sufriendo alteraciones. Pero son dichas
alteraciones las que garantizan su continuidad.
Las conclusiones precipitadas de los defensores de la lengua tradicional son
entendibles, pero hasta cierto punto. En todo caso, vale preguntarse a qué llaman
lengua tradicional, si a la actual, la que habla la gente, aquélla con la que se comunica
a diario y se hace entender, o bien la que proponen los libros, atrapada en páginas a
merced del tiempo y el paso de las generaciones, cuyos términos y modos de
expresión pueden llegar a resultar tan extrañas hoy en día a más de uno.
No quita nada de esto que el debate, instalado desde hace casi una década, prosiga
su marcha valiéndose de las posturas de unos y otros y que la aceptación de estas
transformaciones se dé únicamente dentro de los ámbitos en los que actúa. Es
positivo que tengamos cada día un mayor y mejor acceso a las nuevas tecnologías.
Son innumerables las ventajas y beneficios de poder interactuar desde una
computadora personal o un teléfono celular con otras personas distantes en cualquier
punto del país o del planeta. Y no hay nada de negativo en el hecho que aquéllos que
desarrollan sus actividades (ya sean comerciales, culturales, de adquisición de
información, etc.) en dichos entornos o tan sólo lo usan de entretenimiento, dispongan
de estrategias y rasgos de escritura específicas, que les permitan practicidad,
velocidad e incluso creatividad a la hora de comunicarse.
El estudio y comprensión de cada nuevo aspecto, tanto en materia de innovaciones en
el lenguaje, como en lo que respecta a las tecnologías que nos sirven de medio para
poder acceder a los nuevos sistemas de comunicación, serán vitales para poder
encuadrar dentro de los sistemas de cada lengua las terminologías, neologismos
informáticos y simbologías propias de esta realidad digital.
Comprender los alcances de los cambios permitirá colaborar en la transmisión de las
formas y características de los mismos, a los fines de poder orientar a quienes no
están familiarizados con el nuevo lenguaje que hoy en día reina en los sistemas de
chat, mensajería instantánea, foros y mensajes SMS.
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El estudio de esta realidad será una manera de analizar el momento, la forma de
proceder de los usuarios que están llevando adelante esta revolución lingüística. Y
principalmente, profundizar en la búsqueda de rasgos comunes que posibiliten una
comunicación que derribe cada vez un mayor número de barreras idiomáticas.
La matemática y todas las lenguas unificadas en un solo alfabeto se pueden escribir
cromáticamente con estos dos los lenguajes creados por Aschero y que hemos
desarrollado en esta y otras obras.
Hacerlo o no es una decisión debemos tomar. Y al hacerlo sería muy conveniente
pensar en lo que perdemos…
31. Imágenes finales
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ÍNDICE
1. Introducción a la semiótica
2. Concepción del signo
3. El uso de los signos en el pasado
4. El lenguaje y el signo
5. Tipos de signos
6. Códigos no lingüísticos
7. Variantes lingüísticas
8. Cambio de paradigma
9. Conocimiento y evolución
10. Matematización del lenguaje
11. Semántica
12. Las principales teorías semióticas
13. El signo
14. El signo natural
15. Funciones del signo
16. Diferencias entre el conocimiento científico y el conocimiento natural
17. La matemática
18. Teorías del Conocimiento
19. Instalación matemática y lingüística
20. Cromatemática
21. Números
22. Ejercicios
23. Suma
24. Resta
25. ¿Y ahora qué?
26. Las horas
27. Letras y Palabras
104
28. Otras lenguas
29. Evolución y Revolución
30. Conclusiones
31. Imágenes finales