ANTOLOGIA
DEL
DESAMPARO
Marta Oliveri
Elogio a la Locura
A la memoria de mis compañeros de “celda”.
Relámpagos de una realidad que no se nombra.
I
Escribe, hermana,
la palabra que aúlla
la que dejó contra el muro
su perdigón de auxilio:
esa alquimia extraña
de amanecer y furia.
Si es tarde ya
y las sábanas sudan
tus criaturas de hielo
y la sed que da a luz
el real templo del pecho,
mucho antes que a Dios
y su iglesia de fábula,
quedó en fangosa sed de alcantarilla.
Antes de que te sitien el corazón:
ESCRIBE.
Y escribe en la demencia
para entender la muerte
de tus muertos amados
para hablar de los vivos
que arrebató el silencio
y hoy predican la música
de las notas ausentes.
II
Deja la carta inútil en la botella
que rodará hacia el mar eternamente.
Toma el oro que los otros desprecian:
esa arena de fuego descendido.
Siente en tu boca el sabor de las cerezas
que sólo se abre al suicida
o al amante absoluto.
Y escribe sobre el ángel
del devenir de Heráclito.
sobre los disconformes
de este mundo feliz
los que huyen de “Omelas”
o del cruel paraíso.
Y canta a la Utopía
que aún pueril nos consuela.
con las sílabas torpes
de un himno que amanece.
Dale mar a tus rejas
que hondee tu prisión
derrotando los claustros.
Pon alas a tu cuerpo
entre asépticas correas
hasta volverlo en pájaro
un latido de viento.
Que ha muerto la locura
pero no su poesía
que la palabra es cuna
que ahuyenta el sufrimiento:
III
Federico arrebatado
con polizón de nardos
vuelve con el pez de sombras
que abre el camino del alba.
Vallejo muere en París
con aguacero
pero en su amargo cáliz
aún le habla a la infancia.
Baudelaire descansa
pero no el azul albatros
tan torpe en esta tierra
tan bello en las alturas.
Y Alejandra pide
con el dolor del verbo
que la ayuden
a no pedir ayuda.
Elogio a la Locura II
“Oh las cuatro paredes de la celda
Oh las cuatro paredes albicantes”
Cesar Vallejo
I
Y digo el desierto en ella
en su cadalso agudo
donde hiere el espejo
que parodia a Narciso.
En esta línea de fuego
que es nuestro ser,hermana,
entre la nada ausente
y el repentino abismo,
nos han dejado solas
de condición y verbo
y somos huellas de un niño
que siempre está a la espera.
Ah, del cadalso agudo
que burla en la Utopía:
este genoma huérfano
dudoso mapa del alma.
O el abrir cada cofre
de la historia soñada
y encontrarlo vacío
de todos sus aromas.
Oh, las cuarto paredes abdicantes
Oh, las cuatro paredes de la celda.
ll
Ay de la inmensidad
que mira la dulce fuga
y hoy llora contra el marco
de nuevas religiones.
Se muere la vida
hermana mía,
adelgaza el poema
en cada niño
que en el hambre quiebra
su esqueleto de pájaro:
angelitos sin tiempo
que no sabrán del cielo
porque nunca podrán
amar la tierra.
Y qué decir entonces.
Si no es luz la palabra
que se geste tangible:
obrera de los sueños.
¿Despertar de la nieve
al corazón dormido?
¿Derrumbar los muros
que protegen al príncipe
de esta gran muerte roja
con su máscara en ciernes?
III
No puede más el verbo,
de no poder se muere
de excesivo y solitario,
de entregar transparente
la angustia y la ternura
a un virtual soberano
que juega haciendo zapping
con el dolor del Uno.
Mientras Nerón corona
en ese gesto eterno,
al hombre sin cabeza:
nuestro Gran Paradigma.
Ah, las cuatro paredes de la celda
Ah, las cuatro paredes del silencio.
IV
Escribe en tu cuerpo, hermana,
la metáfora pura
de la cuna y el bálsamo
que tu ánima gima
en noches como ésta
y tus pechos reclamen
su condición de fuente.
En ti está la metáfora del agua,
el manantial de la vida
está en tu vientre.
La que seca las lágrimas del niño,
la que abriga los pasos del errante.
Ella es Alfa y Omega,
el principio y el fin.
“Enjugará toda lágrima de sus ojos,
y ya no existirá ni muerte,
ni duelo, ni gemido”.
Tú, hermana de sombras,
desterrada de la historia,
demonio de los mitos
pitonisa de los poderosos.
Un día habrá entre días
que tus huesos sepultos
eclipsen por fin la noche
con su aurora doliente.
Y bramen tus cenizas,
niña bruja en la hoguera,
con la voz de la magia
arrasada por el hombre.
Y serás la deseante
la que brota en los muros
del estéril cadalso
del agudo cadalso...
de las cuatro paredes de la celda
de una historia abdicante.
Elogio a la Locura III
“Dejadme dolerme, si lo queréis, mas dejadme
despierto de sueño
con todo el universo metido aunque fuera a las malas
en mi temperatura polvorosa”
Cesar Vallejo
I
Si todo fuera como el mar
y la locura un sueño entre cristales
que de un barco abandonado
el remolino quiebra.
Y entrar en ella consistiera
en ese gesto brumoso del soñante
que entre ser y no ser se precipita.
Y más allá del límite, como a veces ocurre,
acogiera al soñante el misterio del vuelo:
el mismo añejo vuelo que perdimos
desplegando en los vientos su osadía,
su potencia impotente de vigilia.
Esa gran maravilla
de arrancarse para siempre la cruz
hermano absurdo.
Ah, culpa sin porvenir,
cáliz de furia.
De la cruz para siempre
abrigando la herida
como un niño va a la cuna
en brazos de su madre.
(Ay, cuenca de añoranza)
como un ángel perdido
reedita el paraíso.
No hay riqueza más honda
que este vuelo:
Sueño de los sueños
conquistando lo eterno.
Doy por él mi vergüenza,
mi sentido, mi llave,
y el pedestal magnífico
de una vida correcta.
Doy por él mis cadenas,
mentidas en nidales
donde reptan las fábulas
de los hombres acríticos.
Doy la fama extraviada
que se ahoga en sus mieles,
circular embeleso
que devora su origen.
Nada es mayor en este mundo
que una locura azul
en el umbral del verbo.
Nada tiene mayor sentido
que la tormenta
que llora nuestro llanto
que el volcán
que exhala nuestra ira
que el deseo infinito
de la fuga.
Aquellos locos no “egregios”
Ellos aún populares, aún huellas luminosas, que
perfuman la historia con un depurado aroma que ya no
les pertenece, y por lo tanto no molesta...
Aún célebres, ganadores de milenios ordenados en su
nombre, embellecedores de los palacios de los
poderosos, mitos de la tragedia heróica y grandiosa de
la humanidad.
Ellos no son ni serán jamás aquellos “locos egregios”
El sentido profundo de sus deseos ha quedado en las
sombras, más anónimo que aquel que transita en los
desiertos.
Ellos, los grandes poetas de la Utopía, han terminado
solos clamando en el desierto de la multitud presente:
Camille, Alejandra, Vincent, Jesús... Todos fueron
negados por su tiempo, para tales torturas cualquier
homenaje es una broma por lo menos macabra.
Por eso mis palabras sólo quieren recordarlos en el
instante posible de la crisis, extender hacia el pasado
una mano de empecinada y loca fraternidad.
CAMILLE
“Le decían: Nos servimos de una alucinada
para encontrar lo que buscamos.”
De “Cartas desde el manicomio”
Biografía de Camile Claudel
I
Aún los círculos
concéntricos del agua,
cuando caen desde el puente
tus criaturas
más vivas en su mármol
más de alma en su arcilla
que toda la templada
perfección de lo existe.
Ah, Camille, la que emigra
de su época infame.
hermana a la que exilian
los poetas del bien,
los monarcas que escriben
la historiografía
del Areté y su séquito de ideas.
Ese eclipse perpetuo del poema
que agoniza en las enciclopedias.
Camille, ellos no saben
que la poesía es viento
que hay un pájaro de luz
y uno de sombras
amaneciendo el tiempo
anocheciendo el día
sin Cronos que devora
sin Virgilio que guía.
ll
Mármol de luto en pedazos
veo tu noche:
esa última noche del deseo
cuando el gesto del ir
pide un milagro:
Que cada mármol
vibre bajo el puente,
que caigas como Ofelia
hacia un descanso
de flores en el cuerpo y despedida.
Y tus criaturas no hundan su materia,
que algo más hubo en ellas y era el gesto.
Tu alucinación, hermana, era la vida:
La trinidad del alma
en eterno combate.
El beso y ese roce inaugural
la pasión detenida y palpitando.
Pero vivir, Camille,
es comprimirse
para ocupar la sombra
del cuerpo permitido
hasta la cifra exacta
que nos designa el día
en que habremos de ver la luz
o hallar la sombra.
Vivir es accionar los mecanismos
del histriónico gesto del presente
es herir la grandeza en cada rito,
es callar sobre todo
callar siempre.
Que no imagine nadie
que en tus manos,
ay, pequeña exiliada,
tembló un ángel.
III
Aún recuerdo esa noche no vivida:
la tormenta de mármol
desgravando tu cuerpo,
aquel puente y el agua
de círculos concéntricos.
Nadie te escucha, ahora,
nadie entiende.
¿Habrá quedado el gesto?
Decidiste la arena.
Pero la arena es noble, Camile,
siempre despierta las páginas
del mar y el viento
hacia el “sin límite”.
Y muestra su grandeza
al hacedor sin cruz
al poeta sin clavos
que en el mar se descalza
de gravedad alzando
un gesto de plumas
y eternidad sobre el agua.
Decidiste la arena,
te decidió la arena.
Tu escultura no cabe
en el mármol tan grávido
tu escultura es metáfora
de todo lo intangible.
Pinceladas
l
Nace en la noche
una luz aterrada
de su belleza.
ll
Gime el azul
negro látigo en cuervos
saben tu muerte
lll
Sol de penumbras
esa angustia amarilla:
último trigo.
lV
Furia de amar,
tu pincel desterrado
en la desmesura.
V
¿Es la locura?
o un mirar asustado
de su grandeza
Vl
Diré tu nombre
el principio y el fin
sed en la línea.
Vll
Diré tu sueño
yo también pondré sombras
a esta vigila.
Vlll
En pinceladas
de un vértigo hacia el hombre
todo es “a penas”.
IX
En amarillo
él bendice la cruz
que lo desangra
X
AUTORRETRATO
tu Girasol o un hombre
que se agoniza.
Xl
Tensar el aire
saturando de abismo
toda existencia.
XII
El solitario
pide aferrado al mundo
que lo abandone.
Xlll
Recuerda siempre
nadie estuvo con él
y era de día.
XIV
El suicidado
araña la espesura
de los profetas.
XV
¿Valió la pena
tanta pena en los trazos
del hombre solo?
XVl
Ah, ley de leyes
renegar del presente
que desespera.
XVll
¿Quién te profana?
un liviano marchand
sepulturero.
XVlll
Goza el idólatra
edificando templos
de lo que sangra.
VINCENT
I
Antes que tu pincel, Vincent
era sólo carbón el instrumento:
fidelidad del recuerdo de una mina de esclavos
donde dabas inútiles sermones.
Tú, sacerdote de corazón abierto,
qué pobres las palabras
tras las llaves del dogma.
Con los sueños de un místico
llenabas el rasgo abandonado de los hombres
de huesos en la piel como un rompecabezas
tratando de armar un rostro de la vida:
Niños con el pecho igual que arpas dolientes
y mujeres de gris rezando la costumbre
esperando el regreso del exhausto
a seiscientos metros bajo tierra.
Y siempre en la memoria la explosión latente
un presagio de llamas y esquirlas en el cuerpo
II
Tu no creías, Vincent, en liturgias de hielo
ni en perfumes prolijos que humillan la tristeza.
Y te enhollinaste el rostro, repartiste tus ropas
con el secreto anhelo de los panes de Cristo.
Pero sólo hubo un exilio, de admonición y culpa.
No era tiempo de profetas... tantos Nerones hubo.
Decías tu sermón en los primeros días
de tu bella locura que transitó hacia el cuervo.
Como el bastón de Pedro florecido en la tierra.
Dabas luz a los náufragos del barco subterráneo.
Pero sabías, del dolor en las entrañas,
que no curan los cirios ni el vaporoso incienso.
De la tuberculosis y el lecho de estropajo
donde no acude el sueño,
porque noche es insomnio
que no calman los salmos,
ni el leve pan de Dios.
III
Por eso fue tu madre la antigua carbonilla
quien dio luz al pincel, tu mirada era otra.
Te inundaba el contraste de la belleza infame,
y el hombre hecho de sombras
bajo lumbres de aceite.
Como el bastón de Pedro
de clavarse en la tierra
tus colores vibraron
de angustiosa hermosura.
IV
Quisiste ver el centro de la vida
Y así parir un mundo paralelo en tu obra,
un mundo después del girasol que sufre.
Un mundo más allá del huracán de estrellas.
Un tiempo con los árboles de Saint Rémy floridos,
cuando el mundo enamora y nada hiere.
Decir que no era todo y demasiado
que escupieron tus lienzos los idólatras:
es lo que siempre han dicho
para curar el alma y dejar al hombre muerto
perfumando la historia.
V
Pero hermano, la locura
aún te mira y te abraza,
poderosa en su marginación de siglos.
Ella sufre tu cuerpo
y no amará tu mármol
si no lo imperceptible del trazo de tu vida:
lo ondulante y lo ríspido.
Tu latido en las noches de las velas y el viento
y aquello que se esconde en el vago pretérito:
Hermano, tu ternura eclipsada por cuervos.
ALEJANDRA
“Hablo de lo irremediable pido lo irremediable.”
Alejandra Pizarnik
De “Extracción de la piedra de la locura”
I
Cubrirte con la mortaja color lila
el único color que llora
en el espectro solar.
En lila todo, irremediablemente
Ennubecer las ramas del verano
que trepa a un mediodía frígido:
Saltimbanqui del tiempo
jugando entre estaciones
suponiendo los frutos,
diversidad de goces:
la domada sonrisa.
II
No hay tiempo en tu muñeca
verde, celeste, rosa:
Esa mancha en el camino
de una muerte tan niña
que ya nadie distingue.
No puedo más que inventarte
en mis palabras.
No puedo más que darte
la respiración de un aleteo:
un eco de mi latir,
un doble sueño en mis párpados.
Hace tiempo se fue el barco mí, Alejandra.
Aquel que partió llevándote,
llevándome...
III
¿Es entonces que morimos, compañera?
¿Cuándo la garra es garra y cuando es seda?
¿Qué hace que la otra orilla que no existe,
nos enamore igual por lejanía?
¿Qué hace que despertemos bruscamente
en una emergencia azul por ver el día?
¿Qué hace que de nosotros brote el cielo
y en igual registro mítico el infierno,
que podamos volar el absoluto onírico,
en infinito de paz o de tormenta?
IV
Ah, quisiera que esta noche
te sentaras en el blanco sofá
para decirme que mi ángel,
aquel del ala rota que tengo
ensombrecido en una caja,
te ha contado los secretos de mi insomnio:
¿Quién busca la libertad, mi desterrada,
aquel que pide a gritos la infintud del cosmos?
¿No es muerte lo que dice con palabras del cielo?
¿O es libertad la muerte?
¿Es que hay un sustantivo?.
Yo casi, hermana, la he visto
Y era un lento perderse:
Solos, tan solamente,
se van los ojos a la ceguera,
la lengua a su mutismo,
el cuerpo a su parálisis.
La muerte no es paisaje
es un ser que se encapulla
hasta cerrarse en un No sin territorio.
Pero hablemos un rato
que tengo aquí tu vida.
Y aunque tú no lo sepas,
me acongojo de ti:
de tu mano extendida
reclamando la ayuda
para que nadie sea necesario.
Un beber de ti misma,
azularte de puras
estaciones de infancia.
Demasiada la ausencia
para amar la palabra,
cuando el silencio es mucho más preciso.
Pero estoy aquí, Alejandra,
acorralada de vida
sin la dulce locura
de perderme en mi fábula.
Yo en el borde del grito,
yo en el borde del llanto,
como un canto rodado,
voy gastándome en polvo.
Y tan endurecida, y tanto y tantas veces
Y tan seca de bellos precipicios
de aguas ondulando los signos infinitos
de mi único consuelo: la palabra.
Por eso, Alejandra, no me niegues ahora
tu pequeña figura, tus ojos lejanísimos,
dame tu mano fría, niévate en mi corazón
hasta inundarme el alma de vendavales íntimos,
de largas noches blancas que nunca he conocido
y lobos de alto aullido en doliente hermosura.
Y si en el fondo, hermana, como han dicho,
“si en el fondo de todo hay un jardín”,
llévame de la mano que mi cansancio es largo,
tanteando coordenadas en el eterno páramo.
INRI
“Siento en mi alma una tristeza mortal”
Palabras que dice Jesús a Pedro en el huerto de
Getsemaní. N.T
I
Y en el huerto de Getsemaní,
el hombre dijo al padre:
-Aparta de mí este cáliz,
no me obligues a beber
de esta copa de muerte -
¿Que ha pasado con el árbol
florecido en días de infancia,
cuando tú resplandecías
en la otra copa del mundo?
Era mi amante el aire
que me llevó a las cumbres,
el agua que corría me dio la eternidad.
Dios Fluir: de tu nombre extraje
el pensamiento que hermana
nuestras vidas en eterno torrente.
Ah, como el agua corría
en manantiales puros
consolando el desierto,
ablandando las culpas
de mi pueblo en exilio.
Y aún así, no habrá música
que calme este quebranto.
Era tu rostro Juan
la azul sabiduría
del que sabe que amar
es dar a luz sin límites.
Tú dijiste:
- Es el agua, purificad el cuerpo,
reverdeced en nuevas floraciones -.
Tú eras el agua, Juan, yo el fuego impaciente,
flotaba por el viento de las torres del cielo,
buscaba mi morada entre los ángeles
cuya metáfora viva es sólo un pájaro.
II
“Pero, ahora inasible
en la muerte hipotética,
en la temperatura
congelada del mito,
me miro entre los hombres,
y quiero ser un hombre,
o una mujer pincelando
innumerables cunas.
Locura. Ay, locura,
No me has dado la vida,
has llenado de presagios
mi común nacimiento”
Él huía hacia Egipto,
el báculo de Herodes
puso grana en la tarde
por la sangre inocente.
“Yo abrazaba la culpa
como cruz prematura.
Una voz me hablaba
en las alturas”
- Han muerto por ti,
escucha como llora
Raquel al degollado.
Vivirás a la sombra
de los niños fantasmas.
Tú serás, el hermano
el gran sobreviviente-.
El hombre gime en su copa,
“Oh, Señor, no me obligues.
Yo no quiero la cruz,
quiero el agua fluyendo,
el porvenir del alba.
Dadme el alba señor,
que al fondo sólo intuyo
la bruma y el madero”.
IV
(Coro)
No queremos la cruz,
no el absurdo Gólgota.
Hemos nacido al margen
de la tibieza humana.
Porque somos el fuego
o el agua caudalosa,
porque somos el aire
ondulando la historia.
Tres veces nos ha negado
la cordura
y de tres a un millón
y miles repetida,
ha prohibido levantar
pierda sobre la piedra
el templo de utopía
su clara arquitectura.
No queremos la cruz,
ni las correas
ni los límpidos gráficos del alma.
Somos el caos perfecto del poeta.
saturando la paz con girasoles
o suicidas que amaban "la otra orilla”.
Angustia de vastedad, hermanos,
cómo duele la belleza,
contra la sombra breve
de una vida tan breve.
Dios volverá con nosotros
cuando no sea necesario
que exista entre nosotros.
Dios es caos y cosmos:
Una ciudad remota,
Jerusalén Celeste
que baja de los sueños.
Las palabras del loco
Primer poema
I
Hace tanto que digo
no me quedan palabras
no es cuestión de alfabeto.
Aún recuerdo su línea
ondulando hacia dentro
de las aguas profundas.
Aún me hieren las notas
de la lira de Orfeo.
Se trata de otra cosa,
Si pudiese explicarlo...
Oscuro de su vértigo
un abismo en la cruz.
Es el día cansado
igual que una gran obra
demasiado exhibida
en su vieja tragedia.
En el último mito
es el alma que sabe
que pierde para siempre
su metáfora.
II
En este día antes de que renuncie el corazón
y las estrellas revelen su condición tangible
antes de redundar en lo finito
de herirme entre la piedra y el ángel
supongo un claro de luna
sobre el silencio homicida
creo la última locura
entre templos y ruinas.
Como decir :
He aquí una pluma, apenas
con la que has de escribir
tu testimonio.
Morir de muerte frágil
como el párpado tibio
reclamando la sombra
devenir en un agua
contingente y hermosa.
Infinito es criatura,
eternidad y límite:
verde renucia del árbol
que ondulando besa al cielo:
Así son las palabras del poeta:
III
Cuando todo acabe, es decir,
apenas el fragmento que soy,
habrá un mínimo testamento azul,
el esqueleto de un pájaro
y un destino mortal
entre paréntesis.
Lo humano es sólo el fuego
entre muros silvestres,
la estatura del alma,
ese Dios enunciado entre destellos.
Cuando todo acabe
comprenderás al fin
que efímero y eterno
son apenas sinónimos.
En aquel territorio
sin línea ni alfabeto
Allí donde concluye el diccionario
Y en la palabra
el devenir se inicia.
Segundo poema
Mira mi noche en llamas.
Pero observa mejor:
verás cenizas.
Criaturas cómo el fuego
en lenta ondulación
van quemando la danza de la vida.
Y contempla la noche
del dolor en el pecho,
la noche del insomnio inevitable.
Obsérvame en mi luto
con mis manos aún torpes
o para siempre torpes
pausando el pensamiento,
en letras que se agolpan.
para hacer lo imposible.
Mis palabras: criaturas,
que doy a luz en sepia
de una abstracta y mortal fotografía.
Dios está con ustedes.
en la mala costumbre
de exigir su existencia
en los sueños de un loco.
Mira mi noche en límite,
que huye de su almohada,
para evitar el cuervo
sobre el cuerpo dormido,
sobre el inerme trazo
del alma derrotada,
la que se expresa en vértigo:
Simultánea memoria.
Allí están las edades
que el tiempo ha abandonado:
la criatura que llora
a los pies de un recreo,
la que canta palabras
que aún su alfabeto ignora.
Allí está la pequeña
silla de verde raso
esperando a la princesa
que se narra a sí misma
con no más de seis años
en su cronología,
y no menos que eternos
en pasión de princesa.
Y verás las banderas
endureciendo plazas
de palomas que huyen
de los gases y del casco.
del estruendo y las balas
Y verás treinta mil fantasmas
que en la flama
se incorporan de fe
y humanidad que calla.
Y aunque sean ingrávidos
están allí los tristes:
Erdosain y su rosa,
que nunca fue blindada,
tal vez, precisamente,
porque amaba las rosas.
Alejandra exiliada
de la vida en su vida
mientras llama a la muerte
con azul desafío.
Las palabras de un loco
son todas las memorias:
las del tiempo y el viento.
del tiempo del hombre
que dibuja los números,
líneas y bellas brújulas,
para hacer un sendero.
Del viento las del otro
que cruzó edades,
y aun tiene entre sus manos,
latiendo, un nacimiento.
Mis amantes fantasmas
-Encomiendo a vosotros
la locura y el cántaro
de las aguas del río
de contraria corriente.
Encomiendo a vosotros
mis ángeles agónicos,
mis lágrimas perdidas,
mi unidad tambaleante-
III
Oh, cielo de los locos
asilo del sufriente.
Recuerdas la dulce Ofelia
que murió en las alturas
y dicen que era el agua
de vulgares nenúfares,
de helechos como pulpos vegetales.
Ella, la dulce Ofelia
se recostó en un cielo
de acuáticas estrellas
pero nadie lo supo.
IV
Ah, cielo de los locos,
sólo en tu éter creo,
llegando al territorio
donde ya no hay palabras
y el luto crece grávido
en los ángulos rectos,
y las lámparas dicen
lo real como un cuadro
innecesario, estático,
un presente, que emigra
sin culpa hacia el abismo.
Mis fantasmas amantes,
las palabras del loco,
nada pueden hacer
si no convocan lágrimas,
un diluvio de lágrimas.
por la vida partida:
la triste inteligencia
de los seres que amaron
alguna vez la música
que nacía del fondo
de todos los misterios.
El solitario dice :
-He aquí lo que dejo,
una puerta sin casa
y una llave enemiga del candado
una llave ignorante de clausuras.
Lo demás, lo que queda
lo dejaré en tus manos...
-Ah, locura en tus manos
encomiendo mi espíritu -
El Último Sentido de Nombrar.
Retratos
Cuánto es lo que nombre de ser
da su sentido, valor de inmensidad,
o angostura a la muerte.
Apóloga de la renuncia,
tú lo sabes, has dado fin al sol,
al criterio mágico de lo diáfano,
al criterio mágico de la sombra.
Y también negaste al pájaro:
ese verbo infantil
que vuela en todo sitio.
Felices para siempre
tu sed de eternidad,
de princesita en puntos suspensivos
hacia un castillo en cuandos...
Nobleza inaccesible.
Hoy la fiebre te apresa
Vigía de tu cuerpo,
tu adolescencia
te exige explicaciones.
Pero he crecido ya en
cuarenta y tres quimeras
cuarenta y tres ventanas que se cierran
cuarenta y tres el dolor innumerable
Ahora lindo con los náufragos
y con los lazaretos.
Mi estar es ese límite
a donde el ser no llega.
¡Un motivo! : La historia
que gira sin saberlo,
como la tierra deriva
del sol y de la sombra.
Y el pájaro...
quién llora por el pájaro
-por el pájaro lloro-.
Por el gorjeo que ya no me refiere.
Sobre el vidrio del techo
asoman sus patitas,
recoge algunas migas,
se va y es para siempre
“Never more” de un jilguero
que se lleva el cielo en manta azul,
cuenco tibio que dio luz a la dicha.
-¿Por qué secan tus ojos?-
-Porque he llorado un mes, o tres,
y no hubo río...
ni ascendente camino de la pena
ni isla posterior que abra su cáliz.-
Diré preguntas,
Diré lo que me es dado decir,
Diré si es que amanece...
En vísperas de un salto
En vísperas de un salto
“alguien llora en la sombra”.
Ella, en su hueco, ingenia
acrobacias de hielo.
Ha sido, de su siglo,
silenciosa testigo.
Dio esperanza al absurdo,
nervadura al ensueño.
Santificó al ángel trunco
por amor a lo imperfecto.
En vísperas de un salto,
quién repite mi nombre
calmándome en el signo
que da luz al sosiego.
“Haz de tu cuna causa
en los escombros,
rebeldía del derrumbe,
es esta cuna humana
que siempre se principia.
Y dirás otro tiempo...
el sitio innominable
que sueñan los suicidas
un día antes del fin,
meticulosamente,
un minuto antes del cáliz
que se burla en la copa
con la voz de los otros.
Los que dieron a Sócrates
su elixir de cicuta,
o inventaron los cuervos
que robaron a Vincent.
Y dirás en tu réquiem
la cúpula infinita
de este cielo en hondura.
Es que existe infinito
sin cálculo ni hipótesis,
no lo hieren memorias
ni admonitorios preámbulos.
La cuna en los escombros
otra vez será luz.
Nadie podrá negar
esta nueva estatura.
He soñado muros
He soñado muros, piedra contra piedra,
apiñándose en caída, atrás las llamas.
La muerte y la lujuria de hacerse realidad.
Has dado fruto hábil, dios de la infamia.
Hoy la tierra es sólo una granada,
ayer fluyente, diáfana, grávida
y aérea en sus pliegues de cuna.
Hoy, una ácida furia en los confines
de la anterior ternura.
Cada respiración es
un niño en su ángel,
un vientre en su clausura,
un anciano en sus huesos.
Y he soñando bien como se sueña
cuando toca fondo al pecho la angostura
Y, de ojos abiertos, el humano
mira su propia lápida y su origen.
He soñado en vigilia un sueño que no es mío.
-Apártalo de mí-
Pobre dios sin naciente.
-Es demasiado amargo
el cáliz que ahora bebo-
A quién estoy diciendo
A quién estoy diciendo.
Mi propio espectro mira
con lástima esta furia
que golpea las teclas.
Sé: clamar es lo mismo
que decir al silencio
del dios desesperado.
Pero estoy yéndome
en poniente de mí
hacia qué sitio.
Debo llevar entonces
un poco de hermosura.
Yo elegí la palabra
porque es inacabable
más libre que su nombre
más de alma que el alma
que la invoca.
Algo debe acompañarme
en el frío mortal de este destierro:
como la niña aferra su muñeca,
la primera que tiene,
olor a leche y penumbra.
Algo en mi mano dará fin a su hueco.
Mi pequeña muñeca sucesiva,
nos iremos tan juntas
Niña monstruo
Que te den la melancolía como un éter,
una marea que suba hasta perderte.
Déjate volar, niña monstruo,
en las noches,
con tu cuerpo en relámpago
huyendo de los vivos.
De árbol en árbol
hacia ningún sitio.
Sé tu tormenta en ciernes.
Ofréndate a la furia.
Y por piedad al mundo,
has que estalle.
Haikus
I
Dios subterráneo,
tengo un canto que añora
tu pesadilla.
II
Es de los himnos,
el más raro cristal
del himeneo.
III
Pobre lujuria,
ardiendo sobre sí,
su amor pretérito.
IV
Deja tu máscara,
hay un sol que no daña:
Es el naciente.
V
Vé con tu muérdago,
estigma de aquel beso,
que nunca estuvo.
VI
Vé con tu río,
y tus grutas de sombras,
hacia su cuna.
VII
Canto en naciente,
te forjará otro vientre
para que nazcas.
VIII
Ya no hay fantasma.
Es un niño de nuevo
y te has nacido.
IX
Huiste a tiempo.
Como el desesperado,
Como el poeta.
X
Aquí se anida
la compasión de un alma
que ha desertado.
XI
Aquí está libre,
del infierno mortal,
la desmesura.
XII
Donde la hierba
crece con la inocencia
de un viejo sabio.
XIII
Donde la tierra
elabora metáforas
para el inicio.
Llega un punto
Llega un punto en que oye
el corazón de las puertas.
Y sobre las calles, el incendio de nieve,
es el punto neurálgico
donde el mundo
se ausenta de hábitos
y el ser ya no es nombrable.
Entonces ves la imagen
del niño acorralado en el hambre
y el ángel muriendo en sus costillas.
Y simultáneo cuadro montando
la odalisca sobre los siete reyes
sin más mitología.
Y vuelves a tu casa en el rito del llanto,
Y una anciana que amaba
sale a darte la nueva y esperada noticia
de que murió anteanoche,
muy lejos de tu mano
que se queda en su palma
doliente y sustantiva:
Concavidad que pudo ser nido de su pecho
antes de dar la muerte su ser hacia la nada.
Y en perplejo desierto regresas a la vida,
como si aún fuera posible algún relato.
Regresas y ya sabes que no existe retorno.
Y es girar una llave contra el muro que ríe,
mientras sufren las puertas su imposible latido.
Sigilosamente
Sigilosamente, como el mar vence la roca,
su original belleza de memorias y espinas,
de corales y pliegues que hablan del origen,
la parsimonia sádica del siglo
da un rito de rompiente, su venenosa espuma.
Y allí donde amanece se inaugura un eclipse.
Quién es el asesino, el verdadero,
y quién es loco o el suicida,
y quién es el poeta
condenado por la palabra excesiva,
y el sueño inadmisible.
No hay más que una verdad:
y es la metáfora.
Metáfora el humano
con su pesar sin huellas.
Si leyeras su libro verías, día tras día,
que el despertar diario,
la noche derramada,
dicen toda la historia.
Y lo que la historia esconde:
ese inicio pretérito de un niño en abandono.
Lo demás es un rito de infamia acorralada,
un cielo insoportable para los ojos miopes,
de un telescopio que no ha alcanzado a Dios.
No digas más silencio,
acaba de morir un niño
de este lado del mundo.
Una mujer clava un puñal
sobre el pecho partido.
Una herida más antigua que su edad.
Quién impulsa esa mano:
la tristeza innombrable.
Solo es suicida aquel que amó
con desmesura la vida.
La muerte, aunque su muerte,
nunca será la suya.
Silencio, hay muchas voces
de este lado del mundo...
No puedo oír el suave crepitar del ángel.
Plegaria al Dios del Desamparo
I
Líbrame de toda la agitación que existe.
No es mi imperio este imperio
ni el nuevo cubil donde se ponen
los nombres los niños.
La cifra de la muerte,
numerales fantasmas
donde hubo pensamiento.
¿Por qué habré de hablar del mundo?
¿Acaso el mundo de nosotros dice?
¿Habla el mundo plural
al singular anónimo?
Una fogata entre escombros
y bolsas de residuos
acurruca a los niños
que duermen en la lluvia.
Se reciclan los niños
y las almas en pena
de pura indiferencia.
Indiferenciadamente.
Y no hay ninguna Palabra.
No hay excusa que excuse al hombre
de ser el mismo infierno que se nombra.
El camino que ha visto la ternura
está a más de mil metros bajo tierra.
O tal vez en un siglo posterior que no es tiempo,
en el exacto fin de la humana locura.
Donde vuelve el albatros
con la rama de olivo
a dar la buena nueva:
“Teneis el desamparo:
La gran materia prima de la nada.
Ahora es la hora,
haced el paraíso”.
lll
Si el poeta prometeico
viene a dar testimonio de la luz
y el poeta maldito
el testimonio de la sombra
que nomina las cosas
de tal modo incipientes:
el poeta del silencio
viene dar testimonio de la fuga.
Poco hay que escuchar
del decidor aséptico
del urbano saber
que no ha visto la tierra.
En la daga erudita
se crucifica el mundo
se suicidan las pausas
y el ancestral latido.
Son tan pocas las cuerdas
de la armonía eterna,
tan puros los colores
que dan luz al asombro.
Y es mínimo el sendero
de la palabra al acto,
tan llano como un leve
camino de gaviota
desde la arena al cielo,
desde el cielo a la arena.
Precipitarse puede el verbo
hacia su barro.
Desnudo como el aire está
el dios que se cierne
en la cuna sin voz
del desamparo.
Debes rescatar lo acontecido
Debes rescatar lo acontecido.
Eso implica un hondo océano
donde azul sin gravedad,
agua y cielo,
dan inicio al nuevo génesis,
aquel inadmisible,
el que jamás fue escrito.
Tendrás en este empíreo de contrarios
la fórmula que hace al agua fulgurante
al fuego fluyente,
seminal el aire...
Y a la tierra, dura y grávida,
una expansión aérea.
Han muerto los titanes, los olímpicos niños,
los pueriles guerreros del testamento bíblico.
Hoy lo devastado se puebla de metáforas.
Lo primero fue el verbo,
un soplo sustantivo.
Después hubo memoria
para llorar en ríos.
Y deseo crujiendo en lava empecinada
de esculpir su esplendor
petrificando en pliegues
la tierra descendiente.
Hubo, y nadie sabe si fue un ángel
o un rojo reptil entre los cuencos
de las primeras grutas.
Origen no es origen... es nombrar lo que nieva,
lo que arde, se aérea y se fluye en el pecho,
Origen sustantivo: aún no has dado tu soplo
en esa historia incierta que decidió un escriba.
Dios todavía espera que lo nombren.
Diseminado y único,
impalpable y seguro.
En el libro del viento... ese “único antólogo”.
El poeta ha dado a luz el desamparo
El poeta ha dado a luz el desamparo.
El siglo ha dado en sombra
la gran comedia onírica,
una cronología
de aceradas infamias.
Antólogo del viento,
tu tierra es siempre otra.
Tú emerges a la hondura
donde se inicia el ángel.
Donde se esconde el monstruo
en profunda belleza.
Y es uno lo indecible y la metáfora.
El sentido de nombrar
está en el aire.
Y no hay historia en sus páginas
ni escribas diminutos
poblando de miserias la hermosura.
Es la nave intangible.
Se mece entre los árboles,
entre el cielo y la tierra,
estuvo el paraíso.
Hoy, silencio...
en el hueco del verbo
hay otro sitio.
El desierto lo ama
en su espejismo,
el paria en su destierro le da tierra
y un dios aún no nacido
se refugia en su cuna.
Génesis
I
Cuando anochezcas
serán todas las noches
tu nacimiento.
II
Tendrás un báculo
que dirá tu memoria:
Será el futuro.
III
Cuando no exista
el logos en su afán,
ya no habrá absurdo.
IV
Tienes la vela,
la que conduce al siglo,
donde no es tiempo.
V
Niega los nombres,
el universo intenta
amanecerse.
VI
Dí lo indecible,
no convoques al páramo
de las palabras.
VII
Crees que has muerto
porque hay huesos de un niño
que nunca estuvo.
VIII
Tu anochecido
de una década innoble
alguien te añora.
IX
Mira a lo lejos...
Hay una cruz de bruma,
y busca un himno.
Segunda parte.
Neología: La dialéctica de la guerra
Entre límites que juegan su oscuro crucigrama
no caben ya los nombres de las cosas.
El eterno escriba apresura el espacio
que cierran las fronteras
al silencioso verbo.
La tierra es un verbo silencioso
debajo de los juegos de soldadito raso
que hoy ostenta misiles y empalaga argumentos,
estrategias, dialéctica de guerra,
mandatos del mercado global
para la misma muerte inevitable.
Solitaria de todo y en pena esta la tierra.
Ah, mito de los niños que proclama al dios grotesco,
el más grotesco dios que ha ostentado la historia.
Dios Pluto, en su condena, sonriendo al usurero.
Cuatro estados rezando su plegaria al becerro.
Solitaria de todo como detrás de un sueño,
neología de un cuento circular a la asfixia.
Solitaria de todo está la tierra.
Vencida de sus frutos, su ancianidad explora
la memoria de Dios.
Y en un oculto pacto comulga con la vida
de la inocente ameba,
de su lava naciente,
del reptil y el diluvio
que su dolor congrega.
Que aún subsista la gracia
y el himno se inaugure,
es por sabiduría...
Metáfora de un loco
o dignidad de infancia
en la memoria.
Plegaria al Dios del Desamparo
I
Líbrame de toda la agitación que existe.
No es mi imperio este imperio
ni el nuevo cubil donde se ponen
los nombres los niños.
La cifra de la muerte,
numerales fantasmas
donde hubo pensamiento.
¿Por qué habré de hablar del mundo?
¿Acaso el mundo de nosotros dice?
¿Habla el mundo plural
al singular anónimo?
Una fogata entre escombros
y bolsas de residuos
acurruca a los niños
que duermen en la lluvia.
Se reciclan los niños
y las almas en pena
de pura indiferencia.
Indiferenciadamente.
Y no hay ninguna Palabra.
No hay excusa que excuse al hombre
de ser el mismo infierno que se nombra.
El camino que ha visto la ternura
está a más de mil metros bajo tierra.
O tal vez en un siglo posterior que no es tiempo,
en el exacto fin de la humana locura.
Donde vuelve el albatros
con la rama de olivo
a dar la buena nueva:
“Teneis el desamparo:
La gran materia prima de la nada.
Ahora es la hora,
haced el paraíso”.
lll
Si el poeta prometeico
viene a dar testimonio de la luz
y el poeta maldito
el testimonio de la sombra
que nomina las cosas
de tal modo incipientes:
el poeta del silencio
viene dar testimonio de la fuga.
Poco hay que escuchar
del decidor aséptico
del urbano saber
que no ha visto la tierra.
En la daga erudita
se crucifica el mundo
se suicidan las pausas
y el ancestral latido.
Son tan pocas las cuerdas
de la armonía eterna,
tan puros los colores
que dan luz al asombro.
Y es mínimo el sendero
de la palabra al acto,
tan llano como un leve
camino de gaviota
desde la arena al cielo,
desde el cielo a la arena.
Precipitarse puede el verbo
hacia su barro.
Desnudo como el aire está
el dios que se cierne
en la cuna sin voz
del desamparo.
No profiero alabanzas
No profiero alabanzas,
padezco con el ángel
el Gólgota y la cruz.
Me com-padezco.
En su nombre no invoco.
Recuerdo repartida
la burla circular
de nuestra historia.
Cuando anochece en cuervos
su corona de espinas
y el presente aturde
la posterior leyenda.
Esa gran risotada
del rebaño que goza
el dolor que no sufre,
la agonía que ignora.
Y el nombrado se vuelve
con los ojos en fuga.
Y el corazón abierto
de inenarrable vértigo,
como el niño que súbitamente
ha comprendido
que ya no tiene padres,
ni hermanos en el mundo.
Después del estallido
su ser sobreviviente
mira perplejo
su nido en los escombros.
Él vino con su cruz a condenarse:
Los niños degollados
por el celo de Herodes.
Y su cielo en Egipto
tiñéndose de rojo
le dieron argumento
de celeste consuelo.
Morir desde el inicio, hermano,
eso sucede el día en que asumimos
la cruz sobreviviente.
Todo es Vanidad
Ansiosos del azul hemos crecido,
suponiendo el cóncavo regreso.
Imaginando en alto
lo que acuna el inicio,
la ternura y su hueco
ondulándose en nidos.
El singular inventa
el espejo de cierto acontecer.
Su humanidad exige explicaciones.
Ese antiguo doler
porta, como estandarte
del dolor, sus esposas.
El hombre da batalla de quijotes.
Calígula degüella la luna con su herida.
Fluir
Qué nos dice el agua
en su suave osadía.
Desmembrar la odisea
de todos los afanes.
La grandeza se escribe con minúscula,
la hermosura se tiñe de minúsculas
en matiz apenas esbozado.
El milagro es un centro infinito y minúsculo
en el centro aún más minúsculo del pecho.
Y tiene la memoria demasiado paisaje
para que el llanto pueda ser la isla.
Porque ya no late oración,
Ya no late oración en esta noche.
El desamparo agita su ruta indefinida
y todo lo vivido se hace filo en el pecho.
Es un puñal perpetuo,
como un astro invisible,
que enrarece la atmósfera del cuerpo,
y su anidar es sólo un gemido
que a veces deja un pequeño epilogo de lágrimas.
Nombrar...
El ultimo sentido de decir
alguna vez hubo un albatros,
un poeta, un niño, una cuna arrancada,
una furia indefectiblemente femenina.
Los días, los insomnios, el territorio solo del mensaje.
Saber que contra nadie ya la emoción atenta.
Que ni siquiera en el sitio
de una memoria sufriente
cae el simple resonar de un acto necesario.
No hay piedad porque hay dios.
Y el hombre espera.
Porque sigue en el brillo
su condena terrestre.
Porque es vertical el suelo
y el alma no reposa extendida en la hierba.
Qué puede ser nombrado
sobre esta tierra en llamas...
En todo caso podríamos decir:
La palabra es un acto clandestino.
Lilith
Preludio
Si en el mundo hay metáfora,
en los trazos del día
las horas se renuncian en final
por no verse custodiadas por cifras.
El verbo pone un tiempo
donde Cronos la daga.
Y es tu paso un eterno
aleteo hacia el éter.
Cuando fundó la tierra,
la diosa de la esfera,
no supo que bebía
la cicuta del hombre.
Dio cobijo en sus grutas
al animal inerme.
Llamó a Céfiro el Mana
para darle consuelo.
Y el hombre dijo “espíritu”.
Y la línea de fuga
fue atrapada en las formas
de la diosa fecunda.
Una búsqueda inútil
daría desde entonces
al hechicero, al mago,
al rutinario agrícola.
“Mira como podemos
atrapar la materia,
anunciar estaciones,
predecir nuestros frutos”
Gutural y asombroso
en su lengua nacida,
tan poco duro el niño
que lloraba ante el fuego.
Recuerdas la memoria
de lo que nunca estuvo
en las fotografías
de la historia oferente.
El génesis es bello como cruel
y aún más cáustico
que el volcán que se indigna
en cenizas y lava.
Una mayor ternura
dio la diosa al pequeño.
Pero, usurpado el río
o de su sangre bullente,
se encrespo en las montañas,
se dividió su cuerpo
y dijo al hombre:
“Esparcíos en enemigas razas”.
El Ángel de Lilith
Dime quién fue Lilith
una tribu de hembras
en éxodo dejaron
al hombre sin su prole
llevaban en el vientre
el cántaro sagrado
dormía el porvenir
en el útero lleno
Dime quien fue Lilith
Cuando pudo la fuerza contingente
del hombre violar toda poesía
Nació en el filo oscuro
de la historia futura
un eufemismo dijo
“santa civilización”
Ella esta en la metáfora
en el sueño que sueña sin saberlo
la esclava la reina y aun la santa,
las que obviaron al hombre
convocando a la diosa
que escuchó sus plegarias
con el vientre esposado,
Lilith llora el destierro
de su hermandad celeste
no es verdad que arrebate
los niños a la vida
solo recuerda el alto
peregrinaje de almas
y aquel doble latido
que unía a la gran díada.
Lilith desnuda yace
junto a un árbol raquítico
que no tiene la ciencia
y que nunca la tuvo
ella fue el primer árbol
y Adán troncho los frutos,
y su dulce resina
la dieron como ofrenda.
No hay perdón
No hay perdón
para el dios que promueve
en los actos de la piedad eterna
No ha perdón para el pan
multiplicado en ángeles
tronchados por el padre
Solo el fuego se yergue
de herejía en la hoguera.
El mismo fuego fatuo
que enamoró al esclavo
De los diez mandamientos,
Yahvé cavo su tumba
En un halo de niebla
que velo su inocencia
esa tierra que nunca habría de ver
Donde mana leche y miel para los otros
y así el niño y el viejo se durmieron
en la certeza de algún deber cumplido
O un juego inacabable.
La historia juega en clave
de ritos que sepultan
Los anhelos del alma
que se excede en el cuerpo.
Y no hay perdón
ya lo ha dicho e santo inquisidor
No hay perdón para tanta desmesura
Las hijas de Lilith
“El lugar que me corresponde
no es el que ocupo aquí“
Camille Claudile
El lugar que me corresponde
no es la inocencia
Yo sé de un saber sagrado
que de su saber se ignora
Con el trazo mi fuga
hacia el jardín negado
donde hablan los colores
absueltos de la materia.
Habito un abstracto puro,
y tengo en todos los nombres
una vida que golpea
su exagerado latido.
Si el rostro cambia sus rasgos
es por épocas que el tiempo
me renace
esa mínima idea de suponer
que habito entre dos fechas truncas
que adulan la tragedia.
Cuando sueñan las hijas de Lilith,
se abre el cielo a la tierra
Con dulce reverencia
En la cima esta la hierba
la más dulce semilla,
y los nidos explotan como suaves volcanes.
Esta matriz de nidos donde bullen plumajes
y gorjean las noches
Así el alba en vía Láctea da rocío al desierto.
Cuando sueñan las hijas de Lilith
Alguien parte en la noche
tan bellamente solo
Y cantan las sirenas
invitando a los hombres
a buscar el regreso
en las aguas del éter.
El sueño yace plácido en vigilia.
los párpados no abisman su tesoro
Y alguien dice el único misterio
es que exista quien piense en el misterio
El pliegue envejecido de la gloria
El aire señorial de los esclavos
Que atesoran becerros y cadalsos.
Fausto aliado en el múltiple pesar de la historia
La zozobra y el báculo, cual es la diferencia
Del mundo en un torrente cayendo hacia sí mismo
De sí mismo hacia el mundo fantasmal de los actos?
Cuando el canto se iguala a las esferas
nace un mito que niega toda historia
Es la nieve impersonal de lo que existe
templando la conciencia hacia su génesis,
Donde no es necesario el puente de lenguaje
Donde no es lagrima la conclusión del llanto,
Ni el himno la metáfora del triunfo
Ni es el verde rigor primavera
Allí donde no habita nombre alguno
y actos y palabras se entrelazan
En la nueva criatura innominable.
Cuando los dioses huyen de sus jaulas
Hacia cielo interior que fue el inicio.
Dice Lilith
No quiero la criatura innominable
quiero el nombre preciso de mis muertos
tallados en las tablas de la ley
uno por uno escritos
estallando en el fuego
quiero las sombras en densidad perfecta
gobierne sobre el cuerpo
la turbulencia estática de todas las tormentas
que detuvo la historia
ante de ver el día mis ángeles de nieve
Darán fin a esta raza de tibios sacerdotes
quien maneja el amor cuando en mis brazos mueren
cien fantasmas de luz encapullados
donde dictan la leyes cuando la tierra gime dilatada y
sufriente
de volcanes ajenos
y la gula de dios da diluvios y patrias
donde hubo una fronda de extremada belleza
Festejo la lujuria de este ángel demente
que se arrastra en los mitos
y besa a los suicidas, Oh, Satán mi buen dios
tu noble catacumba me recuerda ese vientre
que arrebato el caníbal,
por cada niño muerto daré a luz un deseo
nadie recuerda el tiempo
en que Lilith la temida por los hijos del bien
Tuvo un cuerpo en latido de tan hondo refugio
que lloró el dios minúsculo de su negada nacencía
Canto a la demencia de la hembra que ingiere a sus
cachorros
Para que no invoque la luz el mentiroso circulo
de nada hacia la nada
Donde l lora la pluma de un ángel
y es su verbo,
sólo plegaria abierta hacia el abismo
He salvado a mi hijo el último
De tu buena voluntad y tus migajas,
soy la sombra que llega a mecer toda cuna para a darle
cobijo contra el gran sacrilegio
De la VIDA”
(Coro)
No hay mayor infierno que la obediencia humana
No hay dolor más grande que el amor que idolatra
Serpenteantes rodillas que enroscan sus plegarias
con los ojos en blanco hacia un dios que se ríe.
Piedad universal legitimada en hábitos
donde por túnica lleva el sacerdote
multiplicada hoguera,
En la senda del Gólgota esta Yaveh riendo
de Jesús y la amante del ángel enterrado
OH sabia fugitiva de la moral
que impugna la desmesura que hace tolerable esta fuga
de mortales arraigos
sigue tu aquelarre indefinidamente
lll
Canta Lilith tus hijas no te lloran
Ríen en la lujuria de sus males,
Ríen porque saben que morirán mañana
y crecerá la hierba para besar sus restos,
Porque aman la tierra que da fin a sus noches
esa lluvia que se bebe sus cenizas
Porque serán migajas en flor contra los hielos
de las palabras puras de un verbo in conjugado
Pues la única conjugación es el abrazo
Y Adonai esta solo.
La triada de Lilith
Yo la que declama
la negación de toda profecía
La herrumbrada por los ciclos
que la historia pule a gusto.
Hablo ahora desde el oxido
de todas las herrumbres
en mi templo negado.
Narro los signos de la palabra ausente
“sobre cada silencio
hay un latido en ciernes,
( Y como habría ser de otra manera)
Si lo que late debajo
de todo hecho enunciable
No puede nombrarse
más que entre paréntesis.
Soy la que parte en dos esta memoria
de elevadas columnas de certezas,
y me asomo a decir que ya perdido todo
ha nacido un nuevo espacio
para la antigua triada
Yo Lilith .la hechicera
duelo aun por mis pechos
de la leche nutriente hacia la sangre:
arquitectura lunar mi corazón resguarda
y da a luz” por bien del hombre
“una fuente de sangre “
son los eternos designios del dios muerto
Palabras para Eva y Caín
Si a tu hijo parirás con dolor,
hermana Eva,
huye, escapa del edén
y el ostracismo permitido
Vé a la más lejana gruta
que te conceda la tierra
dale cobijo al niño
que amaba las espiga.
_Caín, única tribu
estigma de los parias,
no es tuyo el fratricidio
es de mi padre
Tú ángel agricultor
aun te aguarda en el trigo
Allí donde Satán pide por los leprosos,
al igual que Jesús por Magdalena
Ah la única triada
que dirá el paraíso
conjugando libertad y territorio
Liltlih, Jesús, Satán: una cruz sin testigos.
Pues sólo en el descenso veréis el infinito.
Yo, Lilith
Yo, Lilith, hija y madre del deseo:
En mi vientre aun rugen
mis pequeños de nieve
pidiendo por el día
de la resurrección del ángel.
Solo el aire y el viento
sólo el agua y la tierra
Y las innumerables cúpulas
que envuelven las galaxias,
a través de los sueños,
Podrán dar testimonio
de la fe en su reverso,
Ah piedad de la sed
la luz consiste en eso
Conozco a los que sangran
Resguardo a los anhelan
He bajado a los abismos
como Job a su lepra,
Como Abraham a su angustia filicida
Como el dios en harapos
ante el cáliz amargo
que ofrendó el homicida
Digo aquí no más saber
no más libros sagrados
Yo Lilith, tengo el báculo que mira
a través de los humanos sueños.
SIMPLE APOCALIPSIS
l
Callo en siglos que desbordan muros
océanos del tiempo, devenir de los seres
lisa página en ciernes que atesora lo anónimo
y en lo anónimo habita su privilegio de ánima
ya no son palabras, es quejido que ahueca
entre vocales y consonantes secas...
en crepitar y aullido
nace este no decir que se impone al silencio
que ha implorado una muerte: acotada mesura
entre la inconsistencia de esta entidad que somos.
ll
Hay dolores tan hondos
infamias de tal ley
que la blasfemia calla tornándose en plegaria,
en los últimos días no es la furia, ni el llanto
sino este cuerpo cínico que aturde catedrales,
campanadas y llantos
es la gran risotada sin memoria
el prolijo expediente del gran patriarca híbrido
que define sus códigos en ilegible asalto ,
jurando por todas las reliquias ,
por todos los dioses y los verbos sagrados
de tal modo compacta su telaraña a lo alto
que no haya un solo hueco para el pintor de vuelos..
lll
Y sin embargo hubo desde la ameba al ángel
tal constelación de voluntades náufragas
tal nobleza de santos tanta dignidad que hervía
del grito libertario a la cruz o a la hoguera,
tanta la belleza de los inermes trazos
de almas sucediendo :
metáforas del cielo o edenes transcurridos
en sueños inmortales que tejían las notas :
catedrales translúcidas.
Y tanta la agonía de inocencia probada
y tan de no saber la mundana ignorancia,
el paso que no quiebra su marcial rectitud hacia
ninguna parte.
Y a un costado las estampas que sobran en umbrales
en el limbo sin crimen de la indigencia muda
no hay siquiera pavura,
nada hay ...es soledad que hiere,
pronunciación del tedio: natural ignominia.
Aún el corazón que acumula su estallido
no puede detenerse:
la telaraña agobia al pintor de utopías.
Humano remanso
Y qué del día que nace con su tímida anonimia.
Esa tristeza solar que se refugia en niebla
el alma de qué pintores náufragos ardiendo en un
mural
dando fruto al baldío antes ahogado y yermo
cediendo en sus cimientos al compás del derrumbe
o la canoa que cruza los fangos de los ríos
hasta la escuela sola de campana y reliquia,
y es un simple relámpago el heroísmo dulce .
Ante un mundo que es fragua
para nuevos becerros.
Islas que de cristos solos
cristales de la memoria,
amparos del desamparo
forjen hoy el camino que abrirá su tierra al éxodo
porque sobre todas las cosas vendrá otra vez el éxodo
cuando arda el humo negro de las destilerías.
Y un sol inocente de su furia
evapore el oasis de la tierra.
Desarraigo
Cómo decir que el cieno es mayor
que el azul latiendo
en un espíritu cuyo vuelo se extingue.
Cómo tener el tono preciso del dolor
cuando abdica la música
desde el aire hacia adentro.
Qué rumbo tomar
para que el pájaro
no niegue el horizonte
y la vida no expíe
en una cruz de brumas.
Vanos escrupulos
vanos son los escrúpulos
de los que llevan por talismán su autorretrato
multiplicando sus crímenes en nombre de la piedad
nidales donde los hijos de una especie rastrera
hacen sus simulacros de maternal cobijo.
se multiplica Midas , Calígula y Herodes
Narciso ha desertado de su mística :
Ahora en vez de lagos se engalana de espejos .
claman aún los desiertos
pero “la gran selva sonora” abdica de sus pájaros
en un concierto agobiado de mutismos.
Estamos muertos
y aun así el rayo crepuscular que somos
retoma de nuestras fosas un canal de luz abierto
en la tierra removida.
Estamos muertos
pero tanto hemos soñado
que nuestros sueños van en caravanas suaves
por el mundo ya inmóvil
a pincelar el aire que aún queda en el mundo
disipando la asfixia como una garganta
l con las cuerdas cerradas
l echando un suave soplo en su laringe ,
abriendo la angostura que cerró su congoja.
Estamos muertos
pero somos empecinados
hemos crecido a la sombra de un edén transitorio
hemos amado el canto de sus brevedades
nuestra luz es la memoria
de una antigua inocencia.
Llevaremos soplo a soplo
el nuevo verbo.
Ya no somos la inocencia de Babel
Adonai , el plutócrata,
nos ha desarraigado
de lengua y geografía.”
Coro
Los hijos de Babel
vagan por abismos
que simulan senderos.
ll
“Somos los desterrados
gravamos el desamparo
con un lenguaje inédito
memorias de utopía “
Todo empieza a escribirse
con las notas de Orfeo
con la pluma de Atlantis
con el verbo del viento
Es este el tiempo de la nueva escritura
todo empieza a escribirse
debajo del silencio
De un grano de arena brotara el nuevo templo
el bello templo efímero
que sabe de lo extinto y se ondula en en un rito
fluyente con las aguas que aletargan su sueño.
Del infinito hacia la lucidez del devenir
de todas las sustancias acontece la muerte
como un abrazo abierto entre océanos de luz
rocas y sombras, mitos y cantos ,tragedia e himno
festejando el fin y el nacimiento
una danza perenne hacia la orilla
donde esperan los hijos de Babel.
Una Torre mas digna
que la ingenua altivez de sus comienzos
el océano inicia un resplandor de luz
hacia algún éter.
Qué importa si no hay Dios
si sólo una fragancia de estrellas
recoge la gran obra de nuestro humano ascenso
hay alturas tan hondas
que no pueden superar
la diminuta inmensidad de un niño.
“Siento esta noche heridas de muerte las palabras”
Rafael Alberti. "Nocturno"
l
Siento esta noche
heridas de muerte las palabras
hay un silencio calcado en los códigos-
rebaños del alfabeto
y un anciano horizonte donde aún arde
el intento de un mito.
ll
Eran tiempos de fe en posteridades
en anhelos de reinos sin historia
Era un ángel esa linea de luz en la ventana
un país el patio en sepia de azules recortados.
Y aún así qué eternidad mecía
la bondad infantil del infinito.
lll
Después como una sombra
la palabra vino
para aliviar la luz del desarraigo....
Vino en forma de sueño
conjugando los gestos
ese tiempo indecible:
la congoja.
Vino como Quijote
de una sabia locura
llenando de aventuras
el tedio de los días.
Herida de muerte vino
de gigantes con aspas
de burlas desdentadas
y de agrisados Sanchos
de rectas realidades
de puro desamparo
en los doctos sermones.
Herida de muerte vino.
Entonces fue el relámpago
de la infeliz cordura
y así tan cuerdamente
expiró su alfabeto.
El último Ángel
l
Hasta que el último ángel no naufrague
en su otoño de plumas
y luego caiga copo a copo la nieve angelical del vuelo
es decir alguna cosa que aún su niño,
hombre en vísperas, no sabe
hasta ese fatuo dia que son todo los días
pero tan ajenamente
que simplemente vamos
y vamos por la tierra entornando infinitos
clausurando memorias, de vertical angustia
erguidos
en la mueca natural de los que saben
que hay dirección tiempo y sentido
porque así lo decretan las vagas escrituras
esa noble lección que nos legó en la infancia
aquel noble inquisidor del optimismo
ll
Ah mortal en tu linea
no mires mas allá
ni mas adentro
que peligra el equilibro
del precioso engranaje
del autista que hoy toma ,
corona reino,cetro
Yl dice” no” a tu zarza inflamando
la rectitud de bien
que es menester la muerte
de tu fuego incendiario
“Sigue el camino de la suave ceniza
que al olvido va en soplos intangibles
niega a tus manos la más ardiente de la piedras
toma en cambio la tibia que tan fácil se templa
al hueco de las palmas temerosas.
Pero ten cuidado si una sombra de nieve
como aspas de un vuelo te roza en remolino:
es el sueño de un ángel que no admite el exilio
y convoca otra vez la insurrección celeste
Reparo
Entre los sueños más ausentes de Dios
está la osadía vertical de nuestro sueño
son tibias catedrales que en las manos invocan
la clara arquitectura de las cúpulas.
A pesar y en el peso de la humana ansiedad
la travesía es bella del naciente al poniente
el abrazo universal nos une
y más inmensos somos cuanto más diminutos
Gota a gota el mar llora su espejo perdido
Somos el estallido que apacigua la tierra
en languidez de roca transitada
El espacio, el tiempo ingenuas conjeturas
de lo que habita y transcurre.
Naturaleza de ángel
Es, tal vez ,el ángel
una criatura trágica
la más frágil heredad de lo tangible.
En su expresión
tan sólo un abismo sonoro
un eco de los ecos
su más fiel testimonio
Ah, migración de huellas
que no podrá plasmar
ni aun efímera en los pasos de la tierra.
Un ángel asiste con lucidez extrema
con extrema tristeza
al necio discurrir del semejante
que extravió su fulgor
el Nerones y reyes,
una gran Babilonia redundante.
La humanidad lo sueña
pero el ángel expía por sus deseos náufragos.
Sólo un vil testimonio de la bajeza humana
y un consuelo en cuenta gotas
entre salmos que exigen las liturgias.
Pero habría podido ser de otra manera
Caín agricultor de la tierra y el alma
humano -ángel sin pena.
El ser en su sosiego
fraterno devenir de lo que fluye.
LA CAVERNA
Obedece sin más
el hombre acrítico
el nuevo Gòlem
que abisma voluntades
Más confortable la cóncava
posesión de la caverna
El nuevo clon de Adán
es más astuto.
Ha sido desterrado
y lo comprende.
No es Edén,
la mano de Yahvé,
la piel del ángel.
Ha mirado la historia.
ha escarmentado:
La libertad es un cetro peligroso.
SED
Como si desde la noche
el alma que no es
en brumoso ostracismo
cediera su memoria al viento:
Dulce anciano del olvido y los inicios.
Como si sobre la torre del último salto
se escribiera la potestad azul de toda la belleza.
Así la palabra vuelta sílaba, balbuceo
de un innato amanecer sin testimonio
Ave Fénix de si misma
de ser llama expandida
y enlutarse en cenizas.
Así va la que se hiela de mesuras ajenas
de nutridos sofismas con vapores de antiguas bacanales.
Así va con su harapo de herrumbres
con su muerte tan próxima.
La que lo ha dicho todo en su línea de fuego.
entre dos nadas.
Allí va temblorosa de muerte sustantiva
La "hacedora “extraviada en huecos de silencio.
* D el Griego
Poeta: hacedor.
QUIMERA
Trazo sobre la rueda
y digo “Mundo"
me invaden los océanos
y soy la costa herida mansamente,
la crueldad de los riscos.
nombro todas las cosas.
con potestad de náufrago.
Trazos negros: son cuervos
nacidos de los cisnes
espuma quebrantada
en virtud de lo oscuro.
Invención de una tierra
que la palabra exige
oportuna al deseo
que se afirma en la huida.
Pero son sólo trazos
sobre un mapa que tiembla.
como una red de ojos
su dibujo infinito
"Todos somos hijos de una inicial expulsión,
todos somos ángeles caídos"
POIESIS
Él hallara el oasis
limpiará la tristeza
la piel ennegrecida
por los cuervos del mito.
Los cristales del agua
le contarán un sueño
de fértiles inicios.
Verá sobre los límites
del infierno otro cielo
arbolado de tierra
que ya no tendrá nombre
Ni Edén, ni Paraíso
ni nevados olimpos.
Multiplicada luna
mecerá nuevos cantos
para el recién nacido de los tiempos.
EL AVERNO
Este tibio horizonte
que resguarda de infinito
a los poetas domésticos
este camino que juega su rectitud de riesgos
al gusto de los que buscan una fábula heroica
Qué otro infierno habéis de ver
Imaginad una niña desnuda en el asfalto
quemante y sempiterno
y un día tan magnifico
con un sol tan ardiente que nunca acaba
y adorna su pies con las llagas de cristo
Y no llaméis a los cuatro jinetes ni a las plagas
todo se ha consumado en el grito d e un niño
que ha escuchado el obsceno estruendo de la bomba.
¿o creías que otro era el infierno ?
Tenéis mejores monstruos
que Quimera y Medusa,
mayores epopeyas que la sencilla Ilíada
para hablar de la eterna traición de un escenario
con rictus de caballo de ajedrez
cruzando el casillero de un antiguo tablero.
No es Troya no es el Aúlide ni la ira de Aquiles:
Es la manifestación más perversa del hombre
esta conjunción de no ser hombre ni piedra
ni animal ni ángel en ciernes.
ll
Dios llora su con lágrimas de barro
la inexistencia cósmica de su pobre osadía.
Hacer el paraíso con la explosión de un hálito
que dio luz al sentido de todas las estrellas.
Qué dolor tan profundo
ser fundador de un día de ensueños
tan soberbios como sus hijos pródigos.
Y a imagen y semejanza de soberbia y de barro
fueron entre Gólem y monarcas del abismo.
Pero ahora que haréis con los cristales mínimos
de las historias mínimas de cada humana lágrima
¿Acaso no sabéis que en la lágrima ínfima de
una sola criatura reside el derrumbe de un imperio
y la resurrección de un ave que ardió hasta su ceniza?
Y los abismos qué haréis con los abismos de soledad
que nacen
en vuestras muertes próximas?
¿escapareis de ellos vociferando el elixir de vuestras
cópulas
con los dueños sin rostro de un abstracto absoluto?
Os estáis comiendo la luna al igual que Calígula
y la sangre es el veneno del nuevo cementerio
donde levantan templos y mezquitas
para el gran Dios del oro negro
para el jardín de las desdichadas delicias
que siempre será bálsamo y veneno.
lll
Si al menos pudierais llorar,
si algo en el pecho se rompiera en vosotros
como un Tótem en ruinas
y pudieras mirar sólo una estrella
y mirar como la observa el niño
con la ansiedad de un sueño que no es poco
¿O todavía nadie os ha contado
que sólo son los sueños los que salvan al hombre?
REPETIDO HOLOCAUSTO
ç
Preámbulo de mí estas cenizas
Esperanza de un fénix
Que no alarà tus sueños
Qué saber tan errante
avizorar los límites
de la orfandad extrema
que implora desmesura.
Pero el mundo “es un patio”
Poeta de los grises
y el corazón sangrando
en la piedad “santa” del cepo:
Tan simple es el digno
entramado de un reino
que conjuga la eterna Babilonia.
¿Será que ya no es tiempo
de llorar ante el Ángel
que se esparce en las calles
con semblante uniforme.
Ni han de alertar tus horas
los vestigios de un crimen
esparcido en harapos
y camastros de sierpes?
Todo fue consumado:
Caen cenizas en Berlín
ya no hay más nombres.
Allí donde se enrosca la ignominia
en virtuales arquetipos: plasma impecable
Y ya no importa el llanto mudo
de aquellos que han perdido
La facultad del llanto.
Es el rictus del loco
que impone su infinito
contra el azul de un cielo que lo enreja
VANIDAD
Sombra en el vacío
La vacuidad tiene santos espejismos
Un oráculo de ciclos
engalanan tu osamenta
Coronado de Hybris tu mortal calavera.
Y te yergues solmene
Desgajando tus lágrimas
De Nerón sucesivo
En tu copa vasalla
Que tú llamas “reliquia”.
Triste necedad que hace tiempo no ignoras:
Jerusalén ardiendo por tu sacra lujuria
Otra edad y el mismo fuego de inquisidora hoguera
Y más tarde los hornos… la “solución final”
Y otra vez el fuego de artificio del misil cibernético
Triste necedad que hace tiempo no ignoras:
Estos restos soñados
son el asalto onírico
de algún loco que no pudo
dar su verbo a la historia.
SILENCIO
Y cuando el silencio
tuvo el báculo de Pedro.
Y la historia intangible telaraña
de memorias se acalló.
Entonces en la sombra sonora
Creció el segundo anónimo
Fosforescencia súbita
Cristal de polvo.
“Nada” fue el sustantivo
que nosotros, los parias,
trazamos para llenar abismos inmortales
añoranzas científicas:
Ángeles in vitro,
batalla de cenizas
Por el cuerpo perdido.
Y hubo un llanto en lontananza:
¿Un nacimiento próximo
o sólo el eco doliente
de una alborada?
REVELACIÓN
De qué vago crepitar
viene el tiempo que añoras
qué hogar sigue ardiendo
en lontananza
Te abandonan los nidos
los refugios del ciclo:
su perla revelada
en mínimos misterios.
Ha pasado el horizonte
como un pájaro en sombras.
Ha quedado develado
el ultimo secreto.
He aquí el abismo
un corazón que calla.
VÍSPERA
Todo fue en víspera
antes del milagro fue el milagro
la sutil pincelada de las noches de azares
en veranos que hoy dicen otra infancia.
Peregrinos de este sueño de existir
vamos siendo
de la fuga infinita solo rastros
alejados del dios que nos amaba
como suave maná sobre el desierto.
Solo rastros vencidos , solo rastros
Cada hora del ser es una fosa
que se inmensa
cuanto más bella es la fábula
o es el tiempo que adorna
con su grave nostalgia
esta vana identidad que perseguimos.
Delicado a las victimas de todos los genocidios, Compañeros
desaparecidos. Hermanos Judíos, Hermanos Armenios, y hoy en
particular Hermanos Palestinos.
Morir-dormir
Morir- dormir
o tirar del frágil hilo que que inició nuestra trama
Morir- dormir
o des nacer de tantas fibras
enhebrando el dolor de un mundo intransitable
para aquel que ha nacido con palpitar de pájaro.
No hay lugar para el vuelo:
el vuelo es un dolor,
un golpe contra el muro
y el corazón
azul en una reja
ll
Donde nos han puesto muros de palabras
Donde nos han puesto muros de silencio
Donde nos han puesto muros de irrefutables dogmas
Si embargo hay una grieta que en dolor se percibe
Y es abismo en el pecho
y en corazón es vuelco.
Es la grieta real que da al paisaje
al innombrable paisaje del absurdo
al jardín de los actos del perverso
a la fosa común del desamparo.
Donde todos los huesos de los hombres
tiritan igual frío, igual ausencia
de no ser ya más que húmeros sin manos
esternones sin pálpito
pobres fémures sin planta
para dejar huella al tiempo
de los días dichosos de "aquel ser uno mismo".
Morir -dormir
Y en el mortal abismo
cómo iniciar de nuevo las estrellas.
LOS MÉTODOS
Un puñal domesticado
nuevo infierno.
Oh, Averno sin más mitos
hoy das tan diestramente tu puntada :
amorosa labor sobre la herida
para que sangre justo
no mas allá del límite que la mesura impone
para buen escarmiento de los libres.
Ah, Simple Apocalipsis
qué aséptico es tu Gólgota
cómo irrumpes en el alma
que se incendia de huellas
para borrar su trazo
cómo sabes que allí donde la tierra es pródiga
nace el riesgo irrefutable de la verdad silvestre:
el fluir de los cielos pluviales que se internan
en el río memorioso que da luz a lo eterno:
el corazón humano sucesivo:
ese sueño infinito del espejo.
REBAÑO
Qué paisaje nos deja este gran sueño indomable
al fin de cuentas:
Esta odisea íntima de habitar el infierno
qué templanza ha de hacer que soportemos
el látigo mesurado de los tiempos
el sutil calendario de sus cruces.
Cómo duele este no doler ya
del nervio mutilado
esta domesticación de la indigencia
alma en llagas que encallece de tanto
no poder su potencia.
Qué habremos de oponer a este silencio
de compases desiertos.
Un poeta "domestico"
congrega un rebaño de versos adiestrados:
la condena es sutil:
que no suframos
el propio sufrimiento.
LOS MEDIOCRES
Vamos bajado hacia el valle del fin de los anhelos
y sin embargo imaginamos
que ascendemos los peldaños de esta fábula
que hemos dado en llamar evolutiva.
y hemos puesto corona y estandarte
a nuestro corazón que late inerme
este preludio efímero.
Y vamos poseídos de soberbia
sin saber que esta cima con nostalgia del Olimpo
es sólo una cuenca revertida
impresión de cumbre: un espejismo.
Con los ojos entornados por el miedo
de ver mas allá del infierno doméstico
vamos: todos Sanchos sin Quijote
en una caravana de cánticos que aclaman
la muerte de la bestia
el fin de los rebeldes
la paz adoctrinada
la pasión transitoria.
Vamos con salvaje ceremonia
a ahogar las utopías del último poeta
a escribir cínicamente su epitafio
con la póstuma pluma
de su albatros hecho trizas.
Plenos de muerte ajena
con potestad viviente
suponiendo un espacio
un sentido, un destino
silenciosos asesinos de la desmesura
obedientes soldados de la muerte: Vamos
SIMPLE PARAÍSO
l
"Azul es mi nombre" dijo la pequeña náufraga,
azul como la hondura de una tormenta oceánica.
De azul anochecen las estrellas del día
esas pequeñas cunas que nos dieron los símbolos.
Y fuimos la palabra
peligrosa maravilla de nombrar
lo que intacto está desde el inicio,
y dijimos_ Sal al ruedo tú sol
a ver si puedes desafiar el rojo manto
de mi eximia inteligencia.
Y _mengua luna,ponte el color exacto del poema
que no puedo precisar en mi tristeza.
Y Azur: _dale a mi emoción un paisaje sin límites
horizonte que tiemble entre dos cielos.
ll
Hemos amado demasiado nuestro anhelo.
nuestro ser sin importancia puso sombra
en las alas del más etéreo albatros,
y más sombra en los ríos que recorren sin búsqueda
por impulso de riego los paisajes del mundo
lll
Somos esclavos de nuestros anhelos.
Y ahora qué haremos con la máscara
sucesiva de la historia
esa gran caravana de grotescas carrozas
que recorren el Hades sustantivo
de la muerte tanto y siempre in sustanciada
Fraternidad de ángeles caídos:
curar la herida que nos dejó el exilio
de un feroz Padre ausente.
Tan simple era el Edén:
sólo el abrigo de ser "Uno" en la ternura
del común desamparo.
MARIANA
Se agota la palabra la edad , la lozanía
calla el campanario ribereño horizonte
tu voz de claridad , tu nacida inocencia
se agotan en puñales que dan al corazón
las silabas apenas asoman al sentido.
Se agota la palabra
el dolor no se agota.
Que partió una canoa de tan noble madera
que naufragó en destellos de tramposas corrientes
Hay sauces que se doblan de llorar mansamente
y acarician temblado tu contorno
hay jazmines y grillos infinitos
en las noches que ya no habitaremos
un eterno verano se penumbra en la arena:
Son antiguos castillos derrumbados.
Se agota la palabra
el dolor no se agota
A la orilla del rio que nos tiende sus lágrimas
tal vez porque lo supo mucho antes que el tiempo,
hay rompientes, que besan la costa anochecida
y sus aguas lo ahogan sin saberlo de hondos remolinos,
Es este el mismo el río que arrastra camalotes
el que lleva relámpago de flores
que tal vez sean espejismos de otro río:
aquel donde ya nada entre los tiempos muere
aquel donde navega tu cuerpo adolescente
en la eterna carroza que irguió la primavera
el fundamento de todos las pasiones
el fundamento de todas las estrellas
que tomamos de niños con los brazos abiertos
Se agotan las palabras el dolor no se agota
hoy doblan las campanas por la muerte
de todas las infancias.
De amores y ausencias
ORFANDAD
Sucede que la vida, esa entelequia
con mitos de mujeres , Pachamamas
y fábula de luna fecundada
por el dios de los sueños
Sucede digo a veces
que esta dama
de diáfanos albores
de luminosos días
llega a nuestra casa con una red de abismos
y anochece de pájaros,
de diálogos templados
a la luz de las lámparas
hasta el perfecto hueco del mutismo
entonces mutantes finalmente
padecientes, y atónitos, humanos
queremos escondernos en una fuga eterna
encapullar el cuerpo
des-nacer de nosotros.
comprendemos entonces
que no valió la pena.
que jamás tuvo a bien el sacrificio
de esta atroz pertenencia
de "lucidez que duele"
y entornamos los ojos ya sin lágrimas
para precipitarnos en un abrazo huérfano.
a un nido abandonado en lontananza
Raúl Oliveri: 1929-2013
"Polvo serás más polvo enamorado"
y así será como vos lo pediste. padre, esparciremos
tus cenizas en la laguna de tu San Pedro querido.
DERECHO A MORIR
Ultima carta a mi padre.
Por qué impiden que partas, padre mío,
qué ajena voluntad niega tu sueño
de ser polvo en la ribera de tu patria de azares.
Qué corazón es este que late sin sentido,
por qué nadie pone fin al desterrado.
Y como habrás de dar tu último suspiro:
ese digno hálito del fin
encadenado a la soberbia de esta muerte asistida
en la innoble frecuencia de los respiradores
en la fría asistencia de un regular respiro
que no es tu humano palpitar
que no es humano.
Y pregunto acaso ¿es innoble la paz
del cuerpo que ha mermado
que nadie pone fin al hombre inerte?
Para que vuelva en "polvo enamorado"
que lo acune el alivio
de ya no ser substancia
o tal vez sólo un ángel de silencio.
Reunido al fin de su horizonte en la memoria,
quiere el alma volver a su regazo
quiere el hombre regresar, volverse cuna
ser preludio otra vez, fin y principio.
Es duro el canto de poeta
en los tiempos que corren
en los salvajes días que preparan sus fosas
para el rito común de las mutilaciones.
Es duro ver morir lo que se nace
de menguante a creciente
con facultad de albatros
en lucidez de luna fecundada
por la suave potestad de un verbo amante
o un viento más intenso que los vientos
hálito tal vez de un pensamiento herido.
Es duro este oficio de mantener la llama.
esta osadía de erguirse ante la nada
con vertical pasión y certidumbre pródiga.
Animarse a llorar por lo que sufre,
ser río ensimismado ante un océano
de impersonal bramido.
Es duro ser poeta cuando callan
los sueños de los hombres
y se visten de gala los sofismas.
Ser uno y ser el mismo a pesar de esta condena
de esta doble condena
de perpetua lucidez y desmesura.
LUTO
Visto un luto eterno por la niña
que cuenta los sueños que nunca soñará
por los sueños que alivian en fábula
ese umbral de la muerte
que algunos llaman ausencia.
Luto por la belleza distraída
que ya no me pronuncia,
por el gesto el Caín cuando se aferra a la tierra
con sus lágrimas fluyendo de negadas cosechas
y aun así el gran padre de todas la sapiencias
no lo deja morir
Luto por tu muerte, compañero,del alma
,que te has muerto de utopías, de hombre nuevo
y fervores de Nietzsche en los muros del silencio.
Y cómo decir que no hay palabras
para tanta lágrima transmutada en piedra.
AÑOS
Morir es morirse de uno mismo.
Esa imagen infiel en el espejo
ya no nos representa,
tiene el abismo en sí.
son sus facciones
pinceladas al azar
que pone el tiempo.
Somos los peregrinos inermes de esta fuga
que con los días va de alma a ceniza.
TRIBUTO A ALEJANDRA
En el rito de las claudicaciones
ella vuela párpados adentro
" explicar con palabras de este mundo"...
a quién, a qué, para qué edén.
Hacia el fondo de qué tiempo
emplumar o ensangrentar el verbo íntimo.
y así apenas morir con el fin del latido.
hermana qué rebelión tan íntima
podría haber salvado tu condición extrema.
Ella pide que la ayuden a no pedir ayuda
y el mundo literal responde cínico
en contrario silencio.
Rebelión era más que estallar en los sitios
de la tibia existencia
rebelión era contemplar esa rosa
pétalo a pétalo
al centro de tu jardín prohibido
UTOPÍA
Hubo un tiempo en que amor era un acto sin nombre
una mano fraterna calmado los latidos
del galope inaudito de la angustia.
Un tiempo en el destiempo de cielos transitados,
un refugio de pájaros heridos.
El mar nos abrazaba sin hundirnos,
el sol se dibujaba en los cuadernos.
Y la mayor verdad era el regazo
de la tierra que siempre nos acoge:
una abuela y su cuento desovillado en sepia.
ll
Después la realidad
esa hermana bastarda del origen
soberbia de existencia
dispuso en lo silvestre
el jardín los códigos.
Nadie podía negar tan perfecta cuadricula
tal belleza en escala
¿Oh Logos de los dioses.
lll
Entonces la utopía: esa antigua doncella:
esa feroz verdad tantas veces vejada:
amiga de los niños,
amante de los locos,
de sueños de Quijote,
y ángeles sin cielo .
Entonces la utopía: esa antigua doncella:
puso tristeza de óxido en el bello horizonte
y fábulas de reyes en las constelaciones.
Se fue de andar sin huellas a un lugar apartado.
donde no llega el estruendo de de la humana locura
ni el hedor de los conquistadores de la historia.
TESTIGO
Soy el silencio.
Que me ignore aquel Sancho
que ríe pusilánime en el fragor de esta kermes.
O tal vez un soplo de Quijote desertado
ante tanta cordura inapelable.
O bien un Cristo sucesivo inmolando sus ángeles
de viento y osadía.
Silencio fui lloviendo en el cristal sordo del mundo.
cuando Garrick cesó la carcajada y bebió la cicuta
de vuestro eterno spleen.
Y me es dado observar tan grotesco espectáculo
en la arena de los nobles imperiales
que disputan un lugar junto al becerro
insigne caravana de ángelus o ritos
de blasfemas plegarias,
lo mismo da al silencio
este bufón histórico
y he venido a dar mi testimonio
en los poetas mudos de este siglo ,
donde la historia ha desertado de la historia
y ahora acuña las anécdotas
de un imperio fantasma
que alimenta aquel sueño de la inútil codicia
de Nerón y Calígula multiplicado en cientos.
Este monstruo a encefálico
que devora a sus hijos.
Soy lo que queda después del estallido
el osario común de la palabra.
HOLOCAUSTO
Al borde de qué sueño nos sucede la vida
en qué punto acontece la pesadilla diurna
Un Holocausto personal cerrando el círculo
del fiel estigma histórico.
Y al fin cuando debiera ser crepúsculo:
un penumbrar de a poco los párpados cansados.
retorna en lo siniestro
con potestad de símbolo burlando el horizonte
de la liviana fuga.
Canta al durmiente de los ojos abiertos
de horror y Ketamina
para que escuche el eco de la cuna
no la blanca tortura de este frío inminente.
y has llegar los mitos de riberas y ríos
en sosiego de azares: perfumados acordes
No dejes que llore sin llanto,
no permitas que ruegue sin palabra,
que nadie hiera ya al huérfano de sí .
Que se entorne la vida.
Que si ha de anochecer
haya para el durmiente
un bálsamo de estrellas.
DORMIR
¿Despertar al infierno, despertar, a qué mundo
cuando sólo restas de dolor habrá en el alma.
A qué día cuando cielo no hay para el sufriente?
Solo un ritual de cánulas
un pulmón que respira el regular sostén
que mide el gráfico
una tierra de asepsia e impersonal despliegue
en el circuito inapeable de la diálisis.
A qué despierta
a qué vida irá el crucificado
por este Gólgota de soles fluorescentes
Así se viste el cielo
así danza la muerte
con insondable horror sobre este pecho.
Cómo decir entonces duérmete mi niño
o mi padre o mi hermano.
Cómo decir humano vé a tu sueño
sé tu dueño, abrázate en el último suspiro
Y digna y dulcemente avista el corazón de los abismos
pero recoge antes un bálsamo de estrellas
donde es inmortal lo que transita
donde rompen los capullos de un inicio perenne .
EL CANTO DEL POETA
Horizonte de sierpes
nido erróneo y subterráneo
donde llueven, eternas, las plumas de otros ángeles
refugio que se enrosca como la madre herida
ante su niño en llamas:
Una aldea remota de Hiroshima
o el pilar de cuerpos que desamoldan
sus huesos en cenizas
liberando el descenso que degrada
pilares de humanos
ya pretéritos en Buchenwald
Y sólo en otro punto de la línea,
después de las cenizas de Berlín,
una lluvia de cuerpos arrojados
en el sueño impersonal de la morfina cáustica
y las fétidas tumbas del Río Sobornable.
Los coros vivan nuevos padrenuestros
banderas de mundiales diseñados
con la precisión de la calcomanías
y escuditos fatuos para los blandos
asesinos de los tiempos
"Esos buenos muchachos distraídos"
Por qué no habría el cuervo de consolar al ángel
en la última noche de su humana tortura
"Padre mio por que me desamparas"
"No, hermanito menor yo no te desamparo,
soy el ángel caído, el mismo padre sádico
que me arrojó del cielo te arrojara en acenso.
Ambos somos huérfanos de una tierra que abraza,
de una flor que nos dice sus nervaduras frágiles ,
su costumbre de hierba humedecida entre su tallos
"poeta canta;
aun innecesario,
canta al sin sentido que inflama
en doble in argumento.
Somos la soledad: lágrima de un hombre
perdido en el fragor de su mutancia
desesperando cielos e inteligencias vanas
para su emoción desmesurada
de niño aun en su cuna.
Elevarás canciones más allá
de la herrumbre de todas tus voces agotadas.
Tu canto es el sueño de Noé,
la furia de Lilith,
la tristeza de Adán.
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Pintura: "Orfeo en los infiernos"
LA MUERTE DEL POETA
Que doblen las campanas
que la oscuridad se ha hecho en este mundo
y no es de sombras cobijando estrellas:
es de cenizas,
una gris oscuridad sopla en vientos innobles
arde en raros remolinos
por todos los poetas de la tierra.
y aquellos que supusieron ángeles
en una en la osadía azul de alar su verbo.
Que doblen las campanas por el Dios
que no ha sido
por el grito feroz del desamparo.
"¿Padre mio por que me desamparas.?"
Y que doblen por ti como dijo el poeta
y que doblen por mí y por los otros,
los que muerden el grito en silencio perpetuo
un pesado silencio ardiendo entre dos fechas.
Y la que muere en brazos de su muñeca en lila
poseída por la ebriedad inútil,
como inútil es el llanto si no llega hasta el mar
y navega luego hacia la isla
donde todos los llantos de los hombres
hacen brotar el bosque del sosiego
regándolo con lágrimas.
Sí con lágrimas.
como se riegan los sueños verdaderos
los verdaderos actos del poeta.
los actos ondulantes de glorias y derrotas.
Que doblen las campanas
exigiendo al Dios infame crear al Dios humano
en el limite exacto de la muerte
en el punto inicial del nacimiento.
PIEDAD
Cómo decir
qué conjetura que sosiegue
el infierno blanco de los hospitales.
La vida... quién puede preguntarle
al torturado por la asepsia
que invalida su canto o su susurro,
si quiere un cielo de estrellas
en último reflejo que le darán sus ojos
o una procaz pared de esfinge muerta.
Canta, hermana, tu canción al huérfano de sí:
Una canción como un arpegio de memorias
que suene de tal modo
imponderablemente íntima.
que si no despierta él
si no despierta
sea una cuna quien lo acoja
no el insondable abismo de la muerte.
Que somos algo más que silentes peregrinos
de este humano infierno de tan perfectos círculos.
Que hay mucho más entre cielo e infierno
y es el amor
Sí, lo afirmo sin vergüenza
es el amor, substantivo adormilado
por una gloria infundada
en palabras sin huellas.
Y canta en nombre de todo lo que calla
hasta mover el infinito hacia el contorno íntimo
del instrumento amante que bombea en tu centro.
Que ha de latir tu corazón por
todos los latidos que acallaron su música
CONDICIÓN HUMANA
Como un sueño que ha navegado siglos
sin saberse es la historia del hombre
manantial de conjeturas,
arduo oficio del dolor de alzar los brazos
en un gesto de inútil crucifixión hacia el destello
ese relámpago que abisma en el deseo
como abrazo vuelto hacia su hueco:
la orfandad milenaria.
Y los mitos fraguando dulce cántico
que apacigua los gritos
del solitario náufrago.
Agnosis de los días por venir:
apiádate del ser y sus abismos
esa inútil conciencia que enmudece
en la nada sustantiva
una gloria de Midas sin más oro
que un Hades de fría potestad:
Como saberse arrojado a la tristeza
desde la más elemental sustancia
y ser una antorcha rodando en el camino
hasta la oceánica muerte de los sueños
Triste sino el humano
transito y ansias de perpetua conciencia.
Inútil sustantivo entre la piedra y el ángel
y una sola respuesta:
el devenir que invoca
mas allá de los nombres
la hermandad infinita.
LA POETA
In memoriam
Una criatura efímera,
mendiga entre las mendigas
como pluma alejada de su raíz de pájaro
un vuelo trunco dando contra el muro
su pequeñez de fuego amordazado.
Y partió la que sabía
que allá en la otra orilla
sólo hay espejismos que elevan la congoja.
El mundo de los actos se desgaja en abismos
es el gran tabernáculo del héroe insubstancial:
el hacedor de las lujurias mínimas.
¿Podía acaso tolerar el verbo
vejado en códigos ecuestres
y en tabernas de avernos sin más fábula
la linea de su vida chispeando en abismos
que burlaban en sombras su honda envergadura?
Debió partir buscando un espejismo que abrigase
su voluntad embriagada de oráculos y estrellas.
El POETA
Me ha sido dado ser memoria.
Lontananza que expía el óxido del mundo
cuando el canto del hombre cayó en en la desventura
del hechizo mortal del gran patriarca:
Aquel que dijo: "Ve Abraham ,sacrifica a tu hijo"
y al pastor del desierto sentenciara
"No te será dado a ti ver este mundo
donde mana leche y miel para tu pueblo"
Soy el ángel rebelde que llora tempestades
sobre la faz indiferente de la historia.
Sin consuelo el peregrino que no puede morir:
como Saín de las espigas y doradas ofrendas
me agonizo en la noche rogándole sea eterna.
Y soy el niño celeste que lleva sobre el alma
millones de otros niños en su nombre inmolados
el ángel de la cruz que que increpó al cielo ausente
"padre mio por que me desamparas."
Y soy aquel aquel vestigio después del torbellino
de la anécdota y su historia de oscura inmediatez:
una huella olvidada, un sueño de Quijote
como un reflejo fugaz de su cabalgadura.
Me ha tocado ser otro y siempre el mismo
identidad que sueña los preludio del tiempo.
ATARDECER
Atardece en la vida del poeta,
la voluntad se aleja del corazón que late
demasiado tiempo ajeno a su latido.
Atardece el azul y las estrellas
con la niebla de sueños inconclusos
con las fábulas cerradas en su círculo.
Nadie dice la pasión en estas horas
sólo arroja el crepúsculo huellas de óxido
y lineas de un horizonte antiguo
como vías en herrumbre
de un lejano tren
que no va a ninguna parte.
INFANCIA
Como una ciudad en ruinas que atesora reliquias
la infancia nos frecuenta en el pasaje onírico.
El refugio expulsor del paraíso bíblico
las íntimas nostalgias del destierro.
Hubo una vez un tiempo que sucedió sin tiempo.
Hubo una vez un niño que habitaba una estrella.
Hubo lo que nunca hubo y de haber habrá siempre
en el sitio sin edad de la melancolía.
EL ÜLTIMO SENTIDO DE NOMBRAR
Mutar de bosque a estepa,
ausentarse de uno mismo en el espejo.
decretar el eclipse de la vida y cerrar los postigos.
Y aún así la palabra casi una obscenidad
para quien ha perdido los hilos del lenguaje
como si hubiera un nombre
Pero si no hay palabras
solo un lejano aullido
para la "niña monstruo"
El último sentido de nombrar
es esta herida que aún sangra en el poema.
más allá está el olvido:
esa muerte absoluta.
MINUCIOSA TORTURA
Como en los umbrales
de este ser al no siendo
como los signos mínimos
preparan la tortura
de un corazón alerta.
qué minuciosa labor
con la que hacen sus ritos
los padres del suicida
qué encomiable tarea aliar los signos
para que todo duela
pero tan, tan casualmente
que sería un desatino decir
" Oh Padre mio aparta de mí este cáliz. "
etc, etc.....
La obediencia de ignorar es imperiosa
Morir ,dejar Morir .
Es esta la nueva ley
que ha tallado el Dios Tánatos
bajo el silencio cómplice.
MINUCIOSA TORTURA ll
Y verán la cruz del mundo camuflada
en un paisaje de ascendiente metrópolis.
Una cifra es la sangre derramada
una estadística: el hombre con su cúmulo
de ardores y venturas
de pesares y muerte.
El peso de una pluma derribará la torre
del corazón más fuerte
la nostalgia será un ángel
derramado en geriátricos
o en osarios comunes
que fraternizan fémures .
Qué gran destilería
de piadosos perfumes
que disfraza el verdugo
de la hoguera eclesiástica.
cómo empuja con su mano al solitario
disfrazando el abismo con canciones de cuna
disfrazando la muerte como amante
que vierte su cántaro de infancia
al sediento del tiempo.
MINUCIOSA TORTURA lll
Qué bellos son los ritos de las inmolaciones
para los cortesanos de los ídolos
cuan filosa es la palabra del poeta
para el nuevo historiador de los olvidos.
habrá de arder... ¿cuántos siglos el Fenix
para encender el corazón de las cenizas?
LOS CONDENADOS
Cómo cobijarte madre
de qué modo hacer nido
en mi memoria
para que pueda el llanto
de este doble holocausto
hallar algún refugio:
tu tierra prometida.
Te daría tangible esa memoria
que naufraga ahora
destellos de puñales
en el la hondura del pecho.
te daría el imposible
de mi absurdo decir
si tuviera la facultad alquímica del sueño...
pero todo es vigila
infernal vigilia
de los sobrevivientes.
esos eternos contempladores de la ausencia.
ETERNO RETORNO
A mi madre
Como simplemente resquebraja el tiempo
la suavidad del cuerpo que se apaga
en la nota otoñal de su latido
alumbrando el declive la piedad del ocaso.
Que hoy acunen los brazos acunados
en tantas noches de vigilias pródigas
cuando ardían las hadas su imposible ventura
y cerraban las grietas que abismará el futuro.
Que se deje abrazar la humana desventura
de tanta soledad sin límite en el beso,
que se deje abrazar de su propia espesura
como un bosque entregado a su elemento.
ESPERANZA
l¿serán los días en que no amanece
los días del futuro
redundará el próximo tiempo entre los tiempos?
¿será otra vez la muerte
substancial ceremonia de aliviar
la certeza de este nudo de abismos
que nos angosta el aire?
¿se fundirán los dioses en una misma fragua
de vana idolatría
artesanos del miedo
irán hacia los tiempos pronunciando
la anécdota demencial de la historia?
ll
porque hay exceso de mayúsculas
en el verbo del hombre
y el amor se escribe con minúscula
y sangra el ser su fatuo nombre propio
¿cuándo hirieron la cuna los mandatos del padre?
¿cuándo hubo un silencio de mecerse en las manos
y un perfume vencido de jazmín en el aire?
lll
de piedad acompaña el pensamiento
el ejercicio inútil de la espada
por la tristeza esteparia de sus glorias
se conduele la palabra
paralelo al osario de los muertos que coronan
"el fin de la utopía"
aun el sueño deja huellas cautelosas
en la humana vigilia .
DEVENIR
l
"Azul es mi nombre" dijiste
y la jaula ahuyentó sus rejas
un crepitar de alas en el aire.
Buscabas "la otra orilla "
la hacedora de sueños
reveló tu palabra mas allá de este mundo
en un barco llevándote...llevándome.
La niña monstruo
aterida a la niebla
espía los blancos brazos
de la espuma:
ella, la madre atónita
que se murió en la fuente
de las vacilaciones,
Ofelia y Alejandra
las piedras de Virginia
negando el desamparo
de una vida sin fábula.
"Azul es mi nombre"
y en los tiempos del verbo
anocheció tres noches
"... para que no amanezca"
"Para que no amanezca"
repetiste en tu sueño
la lealtad contundente
de un Pedro rebelado
de la santa escritura.
Para que no amanezca
mientras llevo mi báculo
sin floración posible.
Mientras Fénix no renace
de su edad de cenizas.
Mientras retorna el alma
al cuerpo derrotado.
No hubo luz sobre el éter
y más allá del canto del poeta
anochece el alba de las constelaciones.
ll
Qué habremos de hacer después del día
en la hora esencial
donde callan
los bríos de las máscaras
y se visten de grana
las memorias del miedo.
Qué habremos de hacer
cuando venga el silencio
orfebre de las sombras
a besarnos los párpados.
entornando la vida
que se irá tan pequeña
a su menudo espacio.
Soberano no ser
qué bellos crecerán
los primeros jazmines
qué no habré de sentir
qué aroma ha de asistir
al nacimiento próximo
cuántas alas crepitarán
el devenir del Fénix.
ya no es necesario
que mis cantos asistan
ni mi brazos abracen
he vuelto de haber sido:
otras huellas principian
CONTORNO
Qué ribera del temor
se insinúa en el sueño de los hombres
el aliento feroz de los ventrílocuos.
esos dioses que hablan sus memorias
expiran sus fantasmas
atesoran sus hálitos .
como la caja eterna de una sádica Pandora
que abriga por fervor a la tortura
ese alado espejismo: la esperanza
Canto al dios del temor
Oh padre de todas las crueldades
insigne hacedor de la tragedia
coreografo de todas las batallas
que esgrimen banderines
con solemnes fronteras
y cánticos del limite de las sacras culturas
Babel del desamparo, carnaval repartido.
Canto al dios que partió el abrazo
común de una lengua fraterna
que avistaba el empirieo
con su altura de albatros
Hosanna al dios soberbio que
hizo añicos el canto tan único del hombre
en diversos idiomas de tribales suicidios.
ll
Pero eso no es todo
escondido en un siglo
que no ha tocado el témpano
sin piedad de la historia
el contorno de un niño atesora otra caja .
Allí no no late la esperanza,
ni los cuatro jinetes dan la hora
de los viles pecados que en engalanan
la arena de los combates bíblicos
En su cajita hecha con juncos del olvido
de negadas memorias
con palabras que vibran en susurros,
late en lentos matices
el corazon de un sueño
PUENTE
¿Sobre qué puentes se construye
el tránsito del tiempo,
entre el ser y los dioses del abismo,
entre el fuego inicial
y el crepúsculo ciego de los párpados?
¿En qué alborada se camufló el infierno
en luminoso porvenir entre los parias:
esos desesperados decidores de la historia?
Duélete amor mío,
un sólo ser repartido en multitudes
desangrado de tiempo en las generaciones.
Apiádate del mundo nuevamente,
que el hombre es sólo un punto
desgarrando el espacio.
Ah, minúscula vida, que en el pecho
ahondas infinitos.
Catedral del despojo tu cuerpo ha conquistado
la unidad común del desamparo.
Y es el puente un río que atesora memorias
rescatando las almas del Leteo.
Has conquistado el verbo.
Te conjuga el abrazo.
Libertad del reparo,
todo nombre es tu nombre.
Todo Dios, tu metáfora.
Y has regresado al sueño.
El devenir te acuna.
ART. POÉTICA
La palabra se duele en multitud
de vejada y equívoca
de tanto cielo absurdo
y epopeyas inútiles
de empalago pueril
de impostura y de fábulas
los sagrados anhelos.
Hermanos tejedores de la intriga poética
de esta Polis amnésica de sueños:
Habéis hecho añicos la palabra del hombre.
Que el silencio eleve entonces
su catedral de cenizas.
Que ya se ha dicho todo.
Y el desierto nunca pudo
"volverse selva sonora."
Que callen los sofistas del verbo establecido
es hora de silencio.
Escuchad
al poeta
del silencio.
ÁNGEL DE FUGA
"El poeta prometeico viene a dar testimonio de la luz
el poeta maldito testimonio de la sombra"
León Felipe
"El poeta prometeico viene a dar testimonio de la luz,
el poeta maldito testimonio de la sombra"
El poeta del silencio
viene a dar testimonio de la fuga
a horadar espejismos,
a emigrar horizontes
no más el claustro azul,
no más dioses, ni émulos científicos
no más leyes que declaren
lo supremo y lo ínfimo.
El ángel de la fuga que nos resuelve en viento
enjuga nuestras lágrimas
_cuerpo de viento somos-
todos uno y el mismo.
así sucede el bello peregrinar del mundo.
Y de tal modo así enamorando el polvo
que aligeramos ser y muerte
Angostura de abismos
en la cuna intangible
del verdadero amparo.
RETRATOS
In memoriam...
OTOÑAL
Una mujer de otoño
da su cuenco de tiempo
hay en él tantos sueños
tanto estallido en ciernes
tanto trunco relámpago.
Juventudes que miran
en pequeños cristales
sucesivos espejos,
de la que es en pretérito.
Y qué somos al fin en igual calavera
en el polvo que sueña
enamorando al poeta
en la hermandad de nieve
hecha bruma ya viento
sólo verbo del aire
nido final de estrellas
¿Dejaremos la fábula
de las constelaciones
en una cruz sin duelo
y olvido en la plegaria?
Senectud de los tiempos
desertar del inicio:
esa memoria virgen del asombro.
OTOÑANDO
I
Voy otoñado el ciclo, de mi vida
esta pequeña vida entre otras tantas
un sueño de campanas los latidos
por quién doblan las campanas
al unisono
doblan por ti por mi.
Voy apagándome en abismos
demasiado profundos
hay dolores tan hondos
que no pueden sentirse.
II
o será sólo un punto,
el exacto negativo de la estrella
contrario canal del nacimiento
al que vamos inermes y desnudos
ya de traje y circunstancia.
solos irremediablemente
de soledad a secas
en contorno minúsculo
de esta presencia efímera.
Y añoramos el crujir entre las hojas:
crepitar de niñez bajo las plantas,
y los besos infinitos que nos daba la vida
cada mañana celebrando nuestro espejo.
Hermanos de tantos siglos,
que nos lleven los vientos del devenir,
se cansa el corazón y la raíz.
Y se cansa el poeta de regar los desiertos
EXISTENCIA
Como un grito que ahoga la memoria
el estertor de un tiempo con fábulas de Midas
impotentes nerones sacrificando liras y ciudades al fuego
o la tristeza esa forma de muerte
ese débil latido de los pueblos.
Como fútil y grandiosa ceremonia de un sí mismo
el minúsculo ser que se deviene
respiración y pausa, luz , sombra y destello
de una antigua batalla donde nadie moría
esa idea de infancia, esa locura breve
que jamás abandona al corazón que sufre.
Como ir declinando y abandonarse al viento
con la fatua esperanza de que nos ame el cosmos
con piedad microscópica,
como mira el científico la primigenia ameba.
Así da la pasión de este vigía huérfano
su acto más sublime
la conciencia enamorada que refugia en el verbo
su porvenir de próximas cenizas.
EL OTRO ORIGEN
Erase una vez el verbo solo
de no nombrar aún, de no decirse
era un no ser tan virgen de naceres
que podía suponer un decidor: un poeta.
Sucedió en la gran nebulosa
un azul de palabras venideras
una humedad de barro enternecido
un devenir latiendo corazones.
Entonces fue el origen
y embrionarios los sueños
inventaron la tierra aún no nacida.
Y sucedió como suceden los milagros
en un sitio cercano y lejanisímo
paralelo a la historia y sin historia:
como un dios en minúscula que sumergió su lira
con los hijos de Atlanitis
o la belleza oscura que tiembla en la otra orilla
como un ángel herido.
O la sutil osadía de lo místico
que que huye del sofista.
O la agnosis que en su templo
con la pasión del niño
riega la incertidumbre.
Y sucedió como suceden los milagros
en un sitio cercano y lejanísimo
cuando callan las certezas:
heredad de utopías
Y el poeta retoma la palabra.
EL HACEDOR
Llevo el sueño voraz del caminante
la inquietud de dos huellas en la tierra.
Soy memoria anterior a mi pasado
sólo un leve temblor después del llanto
o un silencio tensando su instrumento
donde callan heridas las palabras.
Mi espejo es el cristal de otros espejos
multiplicado rostro entre los rostros.
Qué que dolor no me horada
qué sed no me vuelve desierto en la espesura
qué tristeza mortal no me tiembla en el alma
qué número en la piel no me ha sellado
qué cruz no me atormenta.
He llegado al ocaso y regresado
he amanecido y muerto tantas veces .
Soy el verbo original y el no nacido
soy el abrazo solo en su dolencia:
el Gólgota final que lo bendice
en letal desmesura.
ANONIMIA
Para qué he venido yo que apenas nombro
mi persona del singular y duelo
de esperanzas en hueco
de palmas desgajadas
de esperar y esperar la limosna de Dios.
Una herida que es puñal me ha transitado
una y otra vez como ejército de inútiles quijotes.
La utopía se enrosca en sus raíces
buscado territorio entre las ruinas:
minúsculo espejismo de anonimia que llora
en mayoría de sombras.
Poeta de los puntos suspensivos,
abrazo hacia qué corazón
si no acontece el latido
en el pecho del mundo.
hacia qué huellas tan hondas
que más que huellas son fosas:
común innumerable
del alba hasta el crepúsculo.
PENA
Minúsculo el azar nos vuelve dueños
de esta dicha ilusoria de ser hombres,
de tener un destino
un preámbulo de estrellas
y una dulce campana doblando por el fin.
Pena por tanta pena que no dice
por tanta soledad en espesura
somos la selva aislada en sus raíces,
renegando la altitud que une las frondas
y da alas al éter y tierra al infinito.
Pena por tanta pena que no sabe
Y elige el féretro eterno de los mártires
"que callen los que niegan la odisea
que jamás ocurrió bajo este cielo"
HERENCIA
Herencia de nunca haber llegado
en el umbral de todo estoy
observando la llave generosa
que abre puertas a otros
los que habitan esa presencia
sólida del mundo
Soy a el desasosiego furioso del desierto
que se amansa en oasis.
Como ínfimos fulgores las palabras
me abrigan con su bálsamo.
Y aveces me supongo recostada en el vuelo
de una pluma de albatros
ya inaudible y sin peso
muriéndome despacio
mansamente en las sílabas
breves cunas del verbo.
ALTERIDAD
Quién habrá de cantar sobre las ruinas
quién hará de la muerte fundados paraísos
qué razón asiste aún para que suene un ángelus
y se insista de azul el histórico eclipse.
qué monstruo que al espejo retoca sus facciones
del absurdo deambular entre dos fechas.
Si no sufre su piel la caricia ni el duelo
si no camina el río de las sangres ajenas
si no puede apiadarse de su misma criatura
y ha regido en el miedo una urdimbre de fábulas
que dan pavura al niño y certeza al verdugo..
Qué irá de inicio a fin cuando el verbo anochezca.
RETRATO
Sobre mi especie se yergue qué quimera
que tan niño resulta el hombre en su mortaja
que tan duro es el reflejo de la fuga
de los rostros que el tiempo nos refiere.
En este siglo nuevo y de ninguno
este milenio triste de utopías
qué sosegado el abismo hace su artera
función de no ser ya estando y siendo.
Esta ardua condición de haber nacido
en pena de muerte así,de amor en pena
tan mortalmente amantes de la vida.
Y me alejo mansamente en la certeza
de saberme soledad en mi espesura
y me llevo los recuerdos como ´hálitos
en los que escondo mi estigma de emigrante.
"Ah paria entre los parias"
La que nunca fue dicha, la in nombrada.
Tienes la sed de un siglo de desiertos,
y guardas luto por guerras que no has visto.
Llevas, recuerdo atávico, un azul nacimiento.
Eres luz e incertidumbre de su fábula.
Pero envejeces en los días de aséptica sustancia,
en el eco virtual de los contestadores,
en el plasma mortal que te narra los sueños
de un paraíso al que nunca habrás llegado.
Eres el otro lado de la urdimbre,
en eterna cruzada: la doncella y la muerte.
AUSENCIA
A mi padre
Hoy siento como nunca el peso de tu ausencia
Hoy desperté en cenizas
como Fénix cansado de arder noche en la flama
Hoy no quiero discurrir lo cotidiano.
Quiero llorar bajo una bóveda de estrellas
la eternidad "inválida" del llanto.
Y SE HIZO SILENCIO...
A nosotros los parias de los tiempos.
Y se hizo silencio,serpentino silencio
de las murmuraciones,
cuando justo fue la hora de elevar más alto el verbo
de abrir las cuerdas húmedas del llanto
hora del grito destemplado, del puñal en la voz
hora del procaz, del gran poema mural y subversivo.
Pero se hizo silencio: cautas palabras en tono milimétrico
midiendo las vocales para que no se advierta la indignación aérea
llameante y necesaria como un gesto de locura
contra aquellos gigantes que simulan molinos.
Silencio de tantos tiempos náufragos
silencio de las bocas negando las palabras
que truenan por salir demenciales y atónitas.
Pero qué verbo contra el cauto misil
qué amor contra la sangre derramada
qué verdad contra el muro poderoso
de cáustico oro negro que otro Midas disputa.
¿No han oído los llantos de Raquel en Ramah
llorando al degollado por Herodes
¿No han visto la nieve gris de Berlín delatando los hornos,
la peste las hogueras, el potro donde callan los mártires
por siglos en variable de torturas?
¿Los vuelos de los ángeles arrojados a río
dormidos en siniestra eternidad de ajena muerte
mientras vivan los coros de los siglos:
"Pan y circo para el pueblo de los párpados caídos
de las bocas abreviadas, del corazón regulable como un despertador
puesto en hora precisa,un minuto después de la barbarie.
Y se agolpan los sueños del poeta
contra el muro sin virtud de los lamentos
y un niño rasga el mundo en sus costillas
denunciando la muerte del corazón del hombre
¿Vale más decir trecientos o un millón o dos mil
en el templo fugaz de la inocencia?.
¿vale decir en números el dolor que se in-numera
en un hueco tan hondo que el abismo no avista?.
Cómo habremos de nacer cuando nos han matado las fibras iniciales
y las plumas del nido arrebatado son el mayor legado de todas las
proezas
que han pactado los doctos de la historia
cuando secan los ríos de las lágrimas
para volver carne desnuda al visceral desierto.
Cuando se ha hecho silencio
porque ha de hacerse silencio
para que no exclamen de nuevo los de siempre:
_Padre mio por qué me desamparas_
y no crezcan las culpas en la voz de los parias,
y no expliquen el mundo los sabios inocentes .
que no vaya a romperse nuestra santa armonía
con el verbo salvaje e inaugural de un niño..
EL LLANTO QUE NO LLORA
El silencio me nombra
onírico destiempo
que se cubre de templos y puñales:
Soy el llanto que no llora,
viejo surco en el rostro, anhelo anciano
de poblar la vida de inmortales infancias
y senderos al éter.
Ese abrazo que aletea sin sentido
para ir a dar en su rompiente
contra sus hombros náufragos.
Soy el llanto que no llora
sumergido en el hueco
de los últimos rostros de la vida.
Qué furia de atardecer
me hace incendio en la noche
Qué última lujuria dará a luz a mis muertos:
esa súbita locura de la melancolía.
Allí donde la niebla se hace espesa
y no refleja espejos en mis lágrimas
y lo humano es tan vago como un ir de cenizas
sin rumbo hacia qué cielo de la desmemoria
Allí vuelvo en mi pena
desato mi mortaja
y abro de relámpagos la noche
por no poder llorar lo inevitable:
Esta muerte nunca sustantiva.
PLEGARIA PARA MI NOMBRE
Sentir la carga de los años sobre mí.
El cuervo invisible ronda
el espacio de un verso
picoteando las palabras
esas chispas del inicio
que integraron el alba
que amaneció a la niña.
Debo herirme de muerte
Hasta la azul nervadura
donde calla el infierno.
Oh, límpida anestesia
sepárame del mundo
libérame de la asfixia
ah, cumbre de la angustia.
A ti elevo esta plegaria
dulce dios en minúsculas
por el hermano trunco
o el ángel poseído
o el que perdió sus huellas
en la fosa común
de las mutilaciones.
Que en este olvido fatuo
ha nacido otro Judas.
Pero a mí no me ha vendido
un discípulo amante
ni en las peregrinaciones
de mis últimos versos.
No hubo signos
que pudieran ser mis cómplices.
Me ha entregado el silencio:
La omisión absoluta
de los hijos oscuros en mi canal de Luz
El gen arrebatado a la metáfora:
Esa mitología
Inapelable y hueca
donde no hay lugar para el rebelde
y la pauta es el suicidio de lo libre.
En la orgía del vicio de la virtud terrena
Se invocan ceremonias
de nobles tradiciones
Nunca hubo tal destierro
Nunca tal despojo entre los mártires
Tanta muerte libre pregonado sus éticas
Casual es que no muera,
porque he muerto tantas veces
Y me han asesinado
con mansedumbre y mérito
Como sólo asesinan los burgueses
Y los cuervos.
Como sólo asesinan
los detractores del sueño.
Como sólo asesinan
los que jamás murieron
Y en la historia permanecen
con diferente rostro
Dios minúsculo de la compasión
que yo he inventado
salva a la inocencia
de sus garras de hielo.
Líbrame de mi misma.
Pon límite a mi infierno.
Déjame mecerme una vez más
en el vuelo.
Y cántame por último tu réquiem de tibieza
suspendido mi cuerpo ya de gasa y vapores.
Y en la ultima noche dame el azul oído
que morir en la música es ver el paraíso.
Déjame ser la luz
El rayo que en las tardes del crepúsculo
dé calor al que sufre
Igual que yo he sufrido
Y alegra aquel que vaga en su angustia de nieve
Relatándole el verbo de un cálido regreso
Plegaria por los sueños
que no habré de tener
por los sueños sin nombre
aislados del soñante,
por las rejas del alma,
donde claman las fábulas
de los desesperados.
Y alguna vez si puedes
si un niño te esculpe con palabras de inicio
inaugural... lejano
y logres ser tú parte
de los seres que sufren...
Recuerda el viejo sueño
que aún corre en los ríos
de estas tierras heridas
de ignorados gigantes
de filosos molinos,
de vejados quijotes.
Apiádate pequeño
de la pequeña vida
de la pequeña muerte
Y no desoigas ya
ni el más mínimo llanto.
Cada lágrima es tuya
de ellas nacerás
Molécula a molécula
para negar tu muerte
que selló un falso Pedro
en mayúsculos ritos.
Dios de mí
plegaria de las palabras
iniciales e íntimas como sueño
en su cópula
como el abrazo íntimo
que nos damos al limite
de todo el abandono.
Concédeme la paz
en los últimos días...
y has crecer el jardín
que he marchitado
si es que es verdad lo dicho y...
“En el fondo de todo hay un jardín”
DESTINO ENTRE PARÉNTESIS
Hoy he visto mi tiempo,
he contado las sílabas de la eternidad,
los vanos dioses,
las monedas exactas del consuelo,
y en una ceremonia de íntima piedad
he puesto a reposar la copa
que beberé aquel día
en que las últimas fibras de mis versos
hagan un pacto de silencio
con las últimas fibras de mis nervios.
He puesto a reposar la copa
pero antes bendije la inocencia
de mi esqueleto próximo
que será entre otros tantos
como hermanad inerme
y después noble tejido de cenizas
entre el viento y la luz de lo que nace.
Vestal destino entre paréntesis.
Aquel fuego, ese fénix insurrecto
es sólo un montículo de sueños
arena de espejismos
arrebato de ángel que aún sigue cayendo
en la espalda del hombre
sangrando por adentro las imposibles alas
la plenitud salvaje de un edén transitorio.
Qué ansias de abrazarme
en fraternal ceniza
donde la muerte de morir se muere
y da a luz a otro edén: devenir intangible.
Ah, sosiego infinito.
MARIANA
Se agota la palabra la edad , la lozanía
calla el campanario ribereño horizonte
tu voz de claridad , tu nacida inocencia
se agotan en puñales que dan al corazón
las silabas apenas asoman al sentido.
Se agota la palabra
el dolor no se agota.
Que partió una canoa de tan noble madera
que naufragó en destellos de tramposas corrientes
Hay sauces que se doblan de llorar mansamente
y acarician temblado tu contorno
hay jazmines y grillos infinitos
en las noches que ya no habitaremos
un eterno verano se penumbra en la arena:
Son antiguos castillos derrumbados.
Se agota la palabra
el dolor no se agota
A la orilla del rio que nos tiende sus lágrimas
tal vez porque lo supo mucho antes que el tiempo,
hay rompientes, que besan la costa anochecida
y sus aguas lo ahogan sin saberlo de hondos remolinos,
Es este el mismo el río que arrastra camalotes
el que lleva relámpago de flores
que tal vez sean espejismos de otro río:
aquel donde ya nada entre los tiempos muere
aquel donde navega tu cuerpo adolescente
en la eterna carroza que irguió la primavera
el fundamento de todos las pasiones
el fundamento de todas las estrellas
que tomamos de niños con los brazos abiertos
Se agotan las palabras el dolor no se agota
hoy doblan las campanas por la muerte
de todas las infancias.
AYER
Teníamos la edad de las distancias
esa ignorancia azul,esa huella en des-hábito
y aquel pájaro tibio que es todo corazón cuando amanece.
Heredad de nuestro cuerpo: caótica armonía que se yergue.
Teníamos la edad de las distancias
a pesar del presagio inevitable...
la muerte se escondía entre naufragios
demasiado lejanos.
Pero fuimos más allá del rumbo de las boyas
donde cruzan equivocas corrientes.
Hermanas ateridas a la gran nebulosa
buscábamos el sueño de las constelaciones.
Y al fin vino la muerte vistiendo su mortaja
Hoy es tiempo de eclipse
hoy me abismo en tu ausencia
hoy muero de mi misma y de mis años
Eclipse es este espejo donde ya nadie habita.
DUELO
Yo no sé qué es la muerte
de cuántos paraísos se viste la memoria
de cuántos desterrados está hecho el averno
Yo no sé casi nada
sólo puedo decir hoy duelo de doler
siendo eso que soy y que transcurro.
Hoy siento el corazón acorralado
como un pájaro silvestre en las rejas del pecho..
Yo no sé qué es la muerte.
pero intuyo...el silencio de los ángeles.
AMAR
Amar es este fluir que no se agota
esta estación eterna donde alma se inicia
esta tierra inaugural que nos redime
esta dulce invención de lo perenne.
Hay tanto amor bajo estas pobres máscaras
de esta inerme existencia en su declive
tanto bajo estas piedras: un gran libro en silencio
un osario de cenizas: humanidad pretérita.
Amar es acender lo transitorio de todos los perfumes
abrazar lo escarnecido y lo sublime en igual gesto
dolerse en otra piel , besar la ancianidad y la nacencia
consolar al lodazal en las estrellas
Amar es acender el camino de la pena
hacia el fin de este llanto donde todo principia.
HUMANO MILAGRO
Y en su última noche el forjador de sueños
soñó un cántaro yermo
y un azul resplandor latiendo aun en el fondo:
era el anhelo humano de un cielo desprendido,
de un dios petrificado en el cenit de un mito.
Después hubo silencio
un viento que era el tiempo deshojando la historia
levantó las cenizas de los últimos templos
del último santuario.
Un ángel desteñía sus alas en la tierra
resolviéndose en hombre:
esa inerme estatura.
Sudaba el campanario moribundo
de todas las creencias
llovía cielo en lágrimas la tierra
fundando un arco iris sin leyenda.
Y en su ultima noche
el forjador de sueños
dio a luz un pájaro fortuito.
Entonces un poeta desenterró los huesos del amado
y la niñez puso bálsamo en la herida
y ya no fue el diluvio mas que un temor baldío.
y la rama del olivo la pluma de un albatros.
Alguien cantó a la humana compasión desde los tiempos
y el hábito cayó sobre las aguas
que apaciguan los cuerpos y la ansiedad de rumbos.
y del último réquiem nació el himno.
Entonces fue otro tiempo el primer tiempo.
EL DEBER DE LA MEMORIA
Marta Oliveri
El DEBER DE LA MEMORIA
Foto: Raúl Villalba
A los que soñaron la utopía
EL DEBER DE LA MEMORIA
Primera parte
I
Tengo que decir lo que no dicen
ni los arduos silencios
ni las mejillas húmedas
excusa de los vientos
que confunden las lágrimas.
Este sobreviviente deber de abrir palabras
sucesiva memoria de aquel juglar anónimo
que transita los siglos de la melancolía.
En clamor de desierto,
digo
en penumbra de cuervos,
digo
en cenizas que nievan en Berlín
en asma ,selva y sueños
que dilatan de estrellas los pulmones inermes
en el hombre-niño que se abraza a la tierra
rogando " Padre si es posible
aparta de mí este cáliz"
En en este gran ostracismo de los tiempos
Digo
Soy una emigración que nunca ha regresado.
Me debo a la palabra en cuerpo y tiempo
me arraigo el desarraigo en cada silaba
Estoy hecha de azures,de ríos que no he visto
de Danubios y pusztas: esas lejanas pampas.
Soy un acontecer que transita los días
"como alguien que ha elegido ser lontananza"
II
Una herencia de sombras y horizontes en fuga
de nombres que circulan bajo un viejo teatro
memoria y sueño
el fruto del inicio tiene un sabor ambiguo
que se endulza en lo amargo.
Una herencia de sombras y horizontes en fuga
el engarce que hace arraigo en la utopía
con nudosa raíz tierra al presente
alma que inventa al hombre
de una historia partida.
Hay una sola razón es la locura
no de otra materia se hace el poema
no de otra pasión se nutre el santo
no es sentido común, sobran los límites
es punto muerto el corazón
si no trasciende el pecho.
III
Saber y de saber abrir las alas
rozar la piel herida del mundo que no sueña
encender del polvo lágrimas que convoquen visiones
y que diga el poeta, el paria, el loco
el inaudito decidor de lo imposible
el epitafio infinito que concluye en preludio.
IV
Me vestirán de cenizas al alba
dijo ella la de ojos de pájaro
la arrumbada muñeca que se viste de azul
desafiando la jaula
el sutil cautiverio
"azul es mi nombre"
visto azul en los confines de esta mirada inerte
soy horizonte huyente
nieve acariciando el dolor del infierno
me vestirán?....
o desnuda ya de mi organismo,
de mi casco inaugural
que imaginaba un alma
iré como quien muere
iré como quien nace.
Ah, sí ...el alma
¿ importa si es o no metáfora?
he llorado tres meses o más "y no hubo río"
me he vuelto transparente por amor
al común esqueleto que negamos:
esa poesía a tientas que irá al polvo
Y me he enamorado del abismo:
siempre se ama lo que más se teme.
Pero antes es decir, ese siempre en la memoria
ya que todo es memoria
hasta el alba presente que presume
su efímera vigencia
en esta linea de fuego entre dos fechas
hubo tanta ternura de campanas,
de esforzados soñares
de cinceles golpeando la piedra inevitable
que no será inmortal ni en albor de su replica
tantos afanes:
los himnos insurrectos,
la inocencia ardiente de los pueblos
enarbolando la antorcha que legó Prometeo.
Qué pobre especie la nuestra, qué solita
portando esta mudanza entre animal y ángel.
Cuánto abismo angosta el corazón
cuánto dolor arroja este ir no ser siendo
que elegimos el infierno
el Cáligula imperial, devorando la luna.
Porque nos duele tanto nuestro Edén transitorio.
V
No quiero que amanezca.
no el golpe: esta piedra contra en pecho,
estocada en la boca del estómago
ese destello feroz engañando los ojos
con el vano espejismo del presente
no quiero que cante el gallo
no quiero negar la memoria del beso
en la cruz infame del insomnio.
Quiero al hombre apacible
la humanidad dormida
en un sueño que aviste la inocencia
sumergirme en las sombras
en su nidal de estrellas
abrazarme al destino de los vientos
tan leal como libre
hogar y camino en simultaneo éxtasis.
No quiero que amanezca
quiero enraizarme en todas las edades
en todas las edades de mi ser
en todas las edades de la tierra.
Quiero tocar el corazón de lo lejano:
el paraíso onírico donde la eternidad aguarda.
VI
Perfiles de otros barcos,
sutil contorno en sepia
o vías que se enroscan
en un cielo de óxido
cruz del luz hoy antorchas
que titilan estrellas.
Habito en el cielo ambiguo
un azur que desesperan su esperanza
empíreo de los parias,
de los desheredados
de esta tierra emigrante de si misma.
Me nutro de palabras
que han quebrado sus reglas
me lleno de colores imposibles
sólo el sueño puede describirlos.
Soy una huella extendida ,
por cada llanto abandonado
se nutre el hilo fluyente e infinito:
por cada grito acallado
el silencio lanza un pájaro
acotado en su garganta
por cada corazón sin pecho
la poesía inventa un nido
de palabras más honda.
De eso se trata todo
tan simple era el misterio
VII
Tengo la urgencia feroz del condenado
bebo el verde de los árboles
el azul recortado de estos cielos en rejas
y atropello mis edades en el tiempo
sin piedad de los espejos
el inútil dolor de ser pasaje.
Soy corazón de tiempo
abrazo extendido a un abismo perpetuo
sé del exilio, de los días
de la pena en los barcos
que naufragan raíces
y es tal vez por eso
justamente por eso
que me he enamorado de la ausencia.
y he entornado los ojos para asir el ensueño
es verdad que he dicho demasiado
porque el silencio aturde
huele a fosa común
a sudor de inminencia.
y es que nos han herido desde lo hondo del tiempo
del cordón inicial al ausente esqueleto
y al callar hemos pactado con la infamia
somos la guillotina adorando al verdugo.
Somos la conspiración de nuestro olvido.
VIII
Quién puede conjurar contra al olvido
caen las palabras hojas de un bosque
que abdica en otoñal penumbra.
Y se hieren de muerte las raíces
la ternura de la tierra
toca en furia su instrumento
vendaval contra silencio
relámpago de luz contra la muerte...
la muerte esa "entelequia"
"ese miedo del hombre
que inventó todos los cuentos"
La muerte implacable inocencia
que el organismo histórico
ha puesto en pie de guerra.
No yo no quiero
este preludio
este séquito de inquisidores
de obedientes seguidores
de la gran Babilonia.
Yo no quiero este vía crucis
a lo largo el tiempo este fatal destino
de innumerables cristos.
Quiero poner el corazón como bandera
para que nadie pueda pregonar territorios
ni disponer fronteras en la tierra preñada
hebra y nidal de todas la criaturas.
No quiero el exilio de las guerras
el destierro de todos los refugios
la negación del verbo en el hongo letal
de tantos hiroshimas.
No quiero oír este canto de sirena acorralada
por un barco que siempre
perseguirá en sus redes
lo inmortal de este ánima.
No quiero ver a la tierra
sepultando a sus hijos
en sed de otro horizonte
en eclipse de océano.
IX
A Mi abuela Irma Vijnovsky
Ella nace del sepia
viste aromas de antaño
y ecos de otros gestos
una crónica herida
pinta el alma de juegos
y extraños laberintos,
paraísos de nieve donde
el cielo destella
y en sádico contraste
una noche de cristales vejados
por la infamia,
una lapidación sutil
donde exilia la infancia sus raíces.
y los dueños del circo inventan hornos
para abreviar los cuerpos
en lluvia de cenizas.
Ella nace del sepia
viste aromas de antaño
y sabe de su muerte
en posteriores lágrimas.
X
Somos la eterna migración del barco
ebrios como el poeta que negaba los límites.
La tierra ya no es nuestra
la tierra lleva hábitos de un dios desconocido
que la erige en la pira del mortal sacrificio.
Ya no es nuestra la tierra.
El santo inquisidor la ha engalanado
con la inasible mortaja del olvido
para dar luz a un fuego fatuo
que se levante inútil, suponiendo
el poder de lo infinito.
Somos la eterna negación
de nuestras huellas:
he aquí la razón de nuestro infierno.
HAIKUS
Soy peregrina
de un tiempo no nacido
que aún recuerdo.
Ella danzó
a punta de pistola
último gesto.
Fue desafío
de antigua libertad
ante la muerte.
Danza en los límites
el gesto del amor
contra el silencio.
·
No oyó el clamor
aquel dios distraído
cuando fue noche.
·
Nadie la aguarda
la niña del umbral
une cenizas.
Umbral de un tiempo
la exiliada de sí
vela en silencio.
Somos pasado
y abrimos la existencia
con gestos nimios.
Somos fantasmas
ignorante presente
íntimo abismo.
Jamás perece
lo que siembra de nidos
la lejanía.
Se viste el tiempo
con todas las fragancias
de la memoria.
y se abre en cuna
el corazón del cielo
ya no hay ausencias.
Debo abrazarme
a la azul nervadura
de esta nostalgia.
Nada acontece
sin un antes que sueñe
en generaciones.
Esto es el alma:
sólo un río fluyente
contra el olvido.
·
Y soy palabra
como hilo de Ariadna
en mi laberinto.
Se fue extinguiendo
la sed cautiva en el alma
de lengua ausente.
y me acontezco
en la abierta memoria
que une el océano.
·
En este puerto
sólo hubo neblinas
de lontananza.
La patria eterna
dio cobijo aquel huérfano
de las fronteras.
y fue el silencio
y el instante feroz
del desarraigo.
En sepia sueño
un barco de raíces
a la deriva.
siento la herida
es un eco distante
que me atenaza.
Y fue el Danubio
aquel instante azul
para el poeta.
Herrumbre en vías
de otra edad me transita
su desventura.
Un tren asoma
la ventana del beso
último gesto.
Fotografía
esa eterna captura
de lo inasible.
Red hacia nada
la que busca en el cielo
azul amparo.
Victima anónima
en la fosa común
clamando un nombre.
En holocaustos
redundancia infinita
de la ignorancia.
Todos y el mismo
un corazón en llamas
niega el exilio.
ESTADO DE COSAS
TIRANOS DE ESTOS TIEMPOS
He vestido de luto mi verbo
hasta que arda el corazón de la utopía como la zarza en llamas en los
umbrales del túnel cuando vuelva el cielo diáfano desplomando las
sombras de estos míseros dueños del olvido dictadores del hambre
cerrojos de la palabra.
Porque habrán de saberlo,
tiranos de estos tiempos.
ecos de otras infamias,
de otros días siniestros,
acerados cobardes.
Porque habrán de saberlo:
la palabra no se acalla en los micrófonos
no es una red de cables,
no es un espacio vago de juegos cibernéticos.
La palabra es un pájaro de vuelo inextinguible
"un ave fénix que arderá sobre vosotros"
la verán desplegarse en vendaval de sílabas.
y no tendrán refugio: bastardos del silencio
cuando caiga el repetido
animador del circo
y el ultimo jinete de "vuestro apocalipsis"
con furiosa memoria les recuerde el azufre:
esa segunda muerte donde arden los crímenes
y se crispan los sueños de la herida inocencia.
DESPOJADAMENTE
Depojadamente
estoy decreciendo en futuro
enraizando el pasado quedamente
mariposa nocturna este silencio
entre cuatro paredes de penumbra.
Y tanta ausencia que viene a visitarme en su hueco
en estos días sin horas del alba hasta el crepúsculo
que ya no puedo asegurar que existo
de este o el otro lado de la imprecisa linea
si soy contorno o una oración inmóvil
que espera en un altar ceremonias fantasmas,
y un ramito que flota inútilmente
en negación de manos que intentaran asirlo.
Con que natural e injusta parsimonia
la vida se apaga y duele
fibra adentro, el alma adentro
tan eterna y transitoria
duele en cuerpo y en su límite
ensaya mortales abrazos
pero el cuerpo se marchita
se deshace
en la mano nudosa que naufraga.
Despojadamente
oculto mi estatura
dejo que el alba asome
que cante el pájaro
que ya no me refiere
que juegue el mundo
un juego que no es mío
mientras hago con migajas
mi templo onírico
criaturas del ayer,
nido sepulto.
"LUCIDEZ QUE DUELE"
Qué doble noche se ha puesto a dar espejos
sendero bifurcado de futuras estrellas
he mirado a lo alto, de allí vengo
de pájaro golpeado contra el pecho
a un manso mirar entre edificios
el cielo acorralado e infinito.
Feliz quién no quisiera....
dormir en la paz de una canción de cuna
una noche de víspera
imaginando el día
como un hermoso ramo de presente.
¿Acaso es padecer un adorno de amantes
y un collar atroz y bello de la melancolía?
No hay cerrojo más duro
la lucidez nos arde en la boca del pecho,
No hay cerrojo mayor
que saberse intimado por la ausencia
a reclusión perpetua:
Caín que muerde la hiel de lo terreno
Narciso, condenado en los espejos
Lilith, encadenada a sus hijos perdidos
a un corazón sin nido doliendo entre las manos.
Feliz quién lo pudiera
¿Acaso el que da el salto
no percibe en su gesto
un destello ancestral
de vuelo indómito?
Arde el pecho: la lucidez que duele
la que "ama la otra orilla"
se ha sentado "en el umbral de su mirada"
el girasol se contorsiona presintiendo
cuervo y sangre en el oleo y el trigo
una mujer de otoño se acurruca en la sombra.
Y amanece la noche cuna infalible
madre silenciosa que escucha tu elegía
pródiga meretriz del que esconde su rostro
sueño de eternidad para el poeta
último recodo de la caja de Pandora
donde invisible asoma la esperanza.
EXISTIR
Existir sin saber
ir por el tiempo como si fuera un rumbo
un sendero sonámbulo.
No tener la conciencia en la boca del llanto
ni la epidermis
doliendo en transparencia.
DESARRAIGO
Porque no sé mi raíz
es que sufro el exilio.
He nacido un mediodía
suponiendo el color
la corola, el perfume
la osadía vertical hacia el divino éter.
He dejado mi amor en las más lejanas tierras
olvidando aquel suelo que me acunó el inicio
tierra sobre la tierra contra todo el abismo
sueño solar del canto que se supone aéreo
que se supone alto, inabarcable.
Es que miramos poco
la plenitud del barro
la ternura del agua que acuna
los nenúfares
el lodo bajo el río
la humildad de la hierba
Andamos con la angustia de dioses inconclusos
como ángeles truncos avistando esas alas
que nunca serán propias
¿Acaso es necesario herir nuestro finito
de inmensidad celeste?
en un nido de barro hemos sido el milagro
bendecidos por un cáliz de lluvia
sobre la copa clara de la tierra.
.
Andamos con la angustia de dioses inconclusos
negando la verdad del paraíso:
el esmero de todos los desiertos por dar a luz un cactus
la catedral humedecida de las selvas
la choza innumerable de los pliegues volcánicos
la escultura sutil de cada piedra.
Andamos con la angustia de dioses inconclusos
negando la verdad del paraíso.
Hay una sola cuna para toda "nacencia"
y una sola frontera: el horizonte.
PREGUNTAS
Cómo fundar la nueva tierra en la palabra
en qué punto la zona del clivaje.
Dónde se apacigua la materia en el verbo
cómo decir los eclipses del corazón menguante
dónde el eco del cielo anocheciendo.
Cómo aplacar la furia del océano
Y este llanto de mar sin territorio
enlazando las notas de una canción de cuna.
DECRETO
Qué hará el poeta que es memoria
si se decreta el olvido
quién doblará las campanas
por los muertos amados.
Qué irá de corazón a corazón
si se ha vuelto reja el verbo
y la utopía pánico:
amarillo aterrado en girasol
el horizonte en fuga.
Qué será del amor de los errantes
si caminar sobre la mar ya no es posible.
DESAPARECIDO
Yo no quiero estar alegre
quiero un himno,una cascada infinita
hecha con todas las lágrimas del hombre
una verdad de vuelos y raíces en comunión perpetua.
No quiero que pongan mi sonrisa
en el escaparte de lo convenido
ni la tuya que llora en el sitio de los trastos viejos
no tus ojos de miedo custodiados por un muro de sombras
No quiero las paredes dóciles
ni los ecos afónicos de un mayo adormecido.
Ir más lejos aún:
anudar cada fosa reconstruir el polvo,
los huesos sepultados por la infamia,
hasta armar tu esqueleto y amanecer tu rostro
que es en verdad todos los rostros de la tierra.
UNO...EL MISMO
Amor y edifico mil estrofas anónimas
duplico humanidad en mis entrañas
invento un árbol que no lastime el fuego
enredadera en flama extinta su tortura
de ser devorador de lo que existe
y tanta soledad para partir los brazos
del camino del mundo
en devenir de ríos que refugien las almas,
y una heredad de nobles corazones
doblando las campanas
por este niño en retirada que es el hombre.
Ah, tristeza como antorcha de la que todos huyen
si supieran que tu réquiem es el himno
tu epitafio el preludio de los brotes
y tus lagrimas
el riego indispensable
que dará a los desiertos
el verbo: tierra fértil
de tanto singular escarnecido
de tanto paraíso sepultado en las piedras
del muro que edificó la historia.
Nuestra piel es solo esa leve frontera
ese espejismo,de suponerse en soledad insoslayable
de imaginar que el corazón
es un órgano cercado
y nuestra pena un solitario laberinto
pero todo es sólo un leve parpadeo
del miedo que no puede abrir la sombra
y sin embrago late al unísono
el corazón mortal y sucesivo
eterno y padeciente es uno: el mismo..
BÍBLICO
Y tuvo la nueva tierra un inicio de vértigo
atrapado en la cruz de las generaciones
y fue el cáliz cicuta de los pueblos
sepultura de naufrago, un diluvio anunciado.
Mutó la nueva historia a su origen errante
negó la certidumbre
los ídolos, los signos.
Más allá del espejo
de un horizonte huyente
cercaba al infinito un porvenir de estrellas.
Y nació la esperanza.
del milagro inaudito
la removida tierra que dio luz a los seres
y plenitud de verdes al edén herrumbrado.
Otro canto nació
de las voces sepultas
era música y llanto
inicio y síntesis.
II
Soñaba el viejo poeta, báculo en mano
floreciendo hacia dentro de los párpados secos
y de tanto soñar se agrietaron los muros
y la tristeza dura dio presente a sus lágrimas
y de soñar y tanto tan obcecado y diáfano
los mitos se enraizaron en plegarias sin dioses
en ardientes verdades de ríos que no acaban
de mares que no dejan de rugir soledades
pero también ternura de islas que se nacen
en los vientos sin límites de la desesperanza.
Todo estaba cumplido
lloró la muerte sus criaturas de polvo
lloró lo inerte recuerdos de una danza infinita
y un contorno de Albatros pobló la faz del abismo.
DE LOS TIEMPOS OSCUROS
Marta Oliveri
Marta Oliveri
DE LOS TIEMPOS PRESENTES
ORIGEN
Y el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos León Felipe.
De qué extraños modos
vestimos a la muerte
con qué hábitos dulces
o con qué amargas copas
este esplendor oscuro
igual da la doncella y la muerte
siempre hay una pira
dispuesta al sacrificio
con el ardor que el fuego dispone de su incienso
devastador de te todo lo que existe
para que huela en pesadilla y ciénaga de infierno
este simple no ser
que hace el abismo
puñal en la boca del estómago
irreverente como todo
lo que no puede ser nombrado por el hombre.
Este gran hechicero de los siglos
abrazando cadalsos y mazmorras
guillotinas y cruces
Ah el sufrimiento de los otros
esa dulce y atroz glotonería
torturador enamorado de tus fábulas
caníbal de tus miembros en el dolor del paria
bebedor de espejismos
genocida insaciable
tu muralla no te cubre.
Habrás de perecer igual que todos
Con ojos de estupor
boqueando como pez en el anzuelo
pero innoble, babeante de temor
y adrenalina
sin poder ver el río
el azul río del tiempo que cruza
el infinito de los seres y las pausas
la armonía suprema
que hace llorar al viejo ante el brote inicial
de una flor en acenso
o la osadía final de los vencidos
que levantan vertical su último verbo
el inmortal paraíso que deviene en el ángel
del mensajero oculto del lenguaje.
Si allí estuvo siempre escondido el secreto
como lágrima oculta de un niño
que ha perdido la potestad del llanto
como el pajarito tenue de Pandora
No de otro milagro está hecha la esperanza...
NOCTURNA
Anochecida estoy
herida de sombras
Asoman los fantasmas
del cáliz im-bebido
por ángeles rebeldes
De noche estoy en toda hora
Arde el esófago
cruje el animal prohibido
un ángel inconcluso se acurruca
en las campanas de la lejanía
De noche estoy en la vida
condenada al espejismo
de mi muerte
como niña envejecida
en espejo de tiempo
como suicida eterna
in-consumada.
O Caín arrastrándose
en un campo de culpas
de cuervos y de trigo
o Judas apresado a la traición
del que ama
cruz al unísono que implora
a un dios extinto
Anochecida estoy
de verbo y fábula
La muerte no tiene "orillas"
sólo es temblor de abismo.
RETRATO A SOLAS
“Habrá un mañana
que palpite ausencias”
dijo ella y decretó el olvido
no podía tanto su corazón naciente
no habría de latir en la mañana
el pájaro fugaz de las cenizas.
Ella dijo seré olvido
alinearé los astros de mi noche
beberé mi cicuta cuando caiga este velo
de piadoso espejismo
y me iré tras las huellas
de futuros fantasmas.
Ella dijo en susurro
habló en azul y en ocre
inhóspita en su cuerpo
consagrada a su alma
esa incógnita oscura
que enamora a los niños.
y a los náufragos..
Ella dijo:
“Me iré es necesario
que finalmente parta
la que nunca ha nacido
la que emigra de si
la paria del presente
la in nacida”.
CONDICIÓN
Tendré que inventar el abrazo,
la palabra que calma este declive
tendré que hacer mi vida
con un juego de dulces lejanías,
con sepias y esplendores
de tierras que no he visto.
Pero cómo sacarme el puñal
dentro del pecho
la estocada feroz del abandono
cómo rezar los templos que no habito
en mi vano escepticismo
y abrazar a mis sombras
a mis "ángeles en fuga"
tendré que desandarme
hasta el nido inicial
y aún más lejos.
Cuándo empezó este hueco,
esta orfandad de historia
dónde tuve mi muerte, la primera,
en los hornos Auschwitz
en la herida de este exilio que no es mío.
Cuándo fui decretada la paria del umbral
la que no habrá de entrar a ningún sitio
la niña que regala uno a uno sus lápices,
sus estrellas glasé,su brillantina.
por una mirada noble, por una mano amiga
que cobije la suya aunque sea un instante
dónde el tren, y aquel barco de carga
y Buenos Aires ardiendo con tenazas de hierro
sobre el dolor emigrante del poeta.
Dónde extravié la vida
en cual de mis memorias
esta herida tan propia y tan ajena.
VIRTUALIDAD
El silencio aturde
en el dolor del uno
este ingrávido abrazo
de virtual soberanía
este nuevo alfabeto de la desventura
de un supuesto sosiego a nada a nadie
abrazo que araña sus omóplatos
en desazón de abrigo
que no podrá abrigarse
soledad que tantea el laberinto
impecable y sutil
del desencuentro.
ANOMIMIA
Estalla el corazón de noche acumulada
de asfalto sin mas huellas, de tierra prisionera
en el mapa esculpido de los tibios imperios
que sangraron en guerras y hambrunas silenciadas
y uno vela incansable por esta vida mínima
como si el acto tuviera algún sentido
una pequeña piedra rodando en el declive
no importa cuántas veces muera el alma
en declinante linea
no preocupa a los astros de las divinidades
cómo se agrietan las alas de estos ángeles
estos niños caídos en desgracia,
estos perfiles mudos de la angustia
es verdad
“ el hombre es una bestia triste”
estallar de lucidez, de fuego fatuo
de tedio y feroz tribulación
aseverar la muerte con paisajes
y cantos que reposan lo doliente.
Estalla el corazón pero es apenas
un eco en el chirrido del progreso
una vana agonía
insepultable
una muerte en anonimia y ajetreo
en mediodía y cuervos
una muerte amarilla
que no tiene relato
estalla el corazón pero no importa
el llanto es ahora una cuenca vacía.
ELLA
Ella, la que rinde sus rasgos
al tiempo que enamora en ocre su final
la que anochece en recuerdos no vividos
en emigrantes párpados
que piadosos se cierran
para que no vean los ojos
aquel paisaje inhóspito
emigrante mirada
que araña el corazón de la pupila
y adentro la raíz deriva de un océano.
Ella en ocre, tan ínfima
la que va desandando
la esperanza del ciclo
y se pensó infinita
allá por esos tiempos
de veredas jadeantes
de corridas y plazas
y después una noche
de besos clandestinos.
La que puso una danza en la nostalgia
y un pétalo de luz en la noche absoluta
de los silencios cómplices.
Y ahora... cómo decir
se in desea
se in aborda
se despeña en piedra desgastada
canto rodado al fondo de si misma.
PLEGARIA A MI PEQUEÑO DIOS
Si supieras mi diosito
mi Bogus, mi angelito en aspas del olvido
que difícil tu amor
que me cuesta esta vida...
cuidarte en cada llama
en cada rezo
si pudieras existir
aunque sea en mi sueño
y de tal modo pequeño
e infinito
que me fuera posible encapullarme
aunque sea un ratito en tu mitología
y llorar mi ineptitud
de humana in cosumada
entre animal
y vaya a saber
que tan cruel mutancia
que nos deja tan solos
tan de saber la muerte
con el pecho en las llamas
que galopa el infierno.
Cómo decirte que me hermano
en tu orfandad
en ese cáliz que bebo en igual pánico
en tu esplendor de cruces
que otros glorifican
pero yo sé que duele
la herida.. y que me duele .
Tu cruz es esta muerte,
tu cáliz mi ser acorralado
en huellas de futuro
pero te rezo hermano de penurias
y quiero ser tu cielo, cuando invocas al padre
en un áspero grito de abandono
y pretendo acunarte
con mi ensueño de infancia
y desandar el tiempo del dolor,
mi desterrado,
hasta el abrazo eterno
que apacigua toda pena.
LA INOCENCIA DE LAS SOMBRAS
Está anocheciendo
el perfil de las sombras
esas sutiles gotas de existencia
saben guardar silencio
sabe no herir
ellas las sombras,
tan de no estar siendo.
las sombras de las cosas
humildad consabida en siglos de destierro
a cundo la niña asoma al pánico
de este ser sentencioso
estridente de tanto estar creyendo
su verdad en espejismos de materia
y la vida devorando el aéreo poema
las alas del ensueño
la furtiva caricia del ausente
Está anocheciendo
vendrá el infinito otra vez
vendrá por la criaturas
que este día soberbio de realidades vacuas
negó borró en en su mapa
de la primera plana del abismo concreto
vendrá otra vez simple en fantasmas
de niñez que ya no asustan
en pequeños presagios , en copas de elixir
y dirá las estrellas hacia adentro
para que sientas la magnitud
de de tu inocencia
el valor de tu palabra que hoy no fue escuchada
hoy el ciclo estaba demasiado elocuente
y Nerón subió el pulgar a favor de la infamia.
MILAGRO OSCURO
Echarse a fuga,
todo el día poder hacer la muerte
un punto lejanísmo
esa certeza suave ….es posible morir
es posible que el corazón desiste
que se calle el verdugo
que no caiga eterna de inminencia
la guillotina
el veneno
el escarnio
la broma inacabable.
Sí este barco está en broma
está en óxido
en bruma su velamen
se deriva
se angosta el recorrido
se inicia el del naufragio.
Este barco vuelve su brújula hacia dentro
su brújula en lo hondo su velamen
en algas enredado en flora de lo oscuro.
Sí, hay dolor y es necesario
absolutamente justo
ah, dejar de sufrir … si eso es posible
si se cierran los párpados
si es mas bello el paisaje fugitivo
si el nervio duele tanto
si el alma hiere entre siglos de memoria
si la mano nudosa se estira inacabable
en su fantasma hacia amados y tierras imposibles.
Punto diminuto que agoniza en su cruz
toda la historia se resume a eso.
Sólo este haz de nervios y terrores
tan pobre y tan minúsculo destello de universo...
qué alivio ser pequeño
tan casual como brizna nacida en viejos troncos
tan suave y prescindible
ah, el último oxigeno es para el torturado
todo el oxígeno azul del bello mundo
y este sueño bendito de anochecerse
de aventar la parsimonia
la solemnidad
el miedo
es un milagro oscuro
que nos devuelve al río.
TODO EN MÍ QUIERE IRSE
Todo en mí quiere irse
huir
hacia qué sitio
en qué lugar del mundo
de qué parte del vértigo que soy.
Todo en mí busca el punto original del hueco
donde el corazón no duela
y en vez de este ritual pesado de latir
haya un cuenco liviano de estrellas que se alivian
Todo en mí hasta el verso que entre teclas
enredan sus palabras
lontananza que son un reflejo del verbo.
Y es de tanta pobreza
esta vida en minúsculas
este prójimo ausente
este presente herido
que la infancia se puso a reclamar ensueños
de magos como báculos floreciendo en la noche
o sillas de princesas imposibles.
Tan pobre se ha puesto la edad de las edades
que ya no puede velar por el fervor de un árbol
alando en primavera el mundo con sus hojas.
Soy consecuencia de una triste caverna
donde deambulan sombras
con potestad de hombres.
ME IRÉ COMO QUIEN NACE
Me iré como quien nace
Seré llama en la noche
daré el giro original
y abrazaré la muerte
la "noble calavera”
ese polvo que iguala
al hombre
y la montaña
en minúscula arena
cenizas de libélulas
caparazón de hadas
Me iré hacia aquel destino
de los que nada saben...
se parece al océano
y a los ríos humildes
que bajan azarosos
en torrente o cascada
inocencia de un sueño
entornado el enigma
que no quiere ni podrá
ser develado.
LLUVIA DE LOS TIEMPOS
La lluvia es amalgama de los tiempos
por lo tanto no la calma
nuestra fábula heroica
nuestras fronteras en perfectas coordenadas
donde la sangre es sólo un desatino
contra la pulcritud del misil
y su mapa de puntos estratégicos
"Hoy la tierra es sólo una granada"
un corazón enloquecido de cerrojos
que que ha hilvanado sin fin de corazones
corazones oscuros, hambrientos
,aterrados ,corazones en furia
otros en retirada
suicidas corazones que nunca se consuman
otros pequeñitos como mínimas gotas
destellando tempestades
en minúscula esta lluvia de llorar toda la muerte
esta luvia de muertos insepultos
que hoy dejan huellas de espuma en los ríos
y mares de la muerte
en los ríos y mares que han vejado los patrones de dios
soberbios de existencia
insensibles de abismos
ardiendo las cenizas de una eterna utopía
que nace cada vez como Fénix en circulo
que nace y se devora el dolor en sus llamas.
Este llover llorando de mi tierra
este dolor antiguo
rugiendo su poema
el gran poema del llanto
que no sostiene el verbo
ni las silabas , ni el fonema del hombre
este llanto aún mas bíblico
en el salvaje anhelo
de nuestra incertidumbre.
somos diluvio
llorado eternamente
somos piel del diluvio
somos el esqueleto de estos huesos lavados
con la piedad inenarrable
de este llanto que es solo en un latir
este latir de todo
lo que en pureza de corazón se duele .
LA CUPABLE
Si soy la culpable meretriz de los tiempos
la in amada mujer que evita el día
la inútil constructora del poema
estigma soñando la inocencia
o un amor que tenía aroma océano
verbo sagrado conjugando el deseo
con la unidad furtiva e indeleble
en pecado este cuerpo inadmisible
en eterna penumbra.
Soy la soñante que huye en vuelo onírico
amiga de los parias y los enajenados
o el inaudito monstruo que burlan los espejos.
Anochecida soy de corazón oscuro
cisne abandonado en el lago de hielo.
Culpable de amar este morir viviendo
culpable de versar la vida sin más hábito
que la vana costumbre de la melancolía.
HAIKUS
De mi poniente
hay un solo esplendor
lo que no he sido
soy la que llora
en espejos que afilan
su sepultura
soy el espejo
la lejanía soy
ardo en cristales
abro mis huellas
en una lucidez
que ya no es mía
siento el pesado
ritmo de la verdad
sobre la magia
pueblo de luces
soñando al otro lado
de mi rivera
La luz del mundo
esta pequeña hoja
de transparencia
Qué bello el día
que ya no habitaré
rompen los brotes
Y en lo doliente
la sangre sera el agua
de otros inicios.
una placenta
esta tierra nutriente
dará a sus frutos
para el extinto
un ángel vegetal
sera la cuna
trigo y silencio
sol que vuelve en tibieza
y no en puñales
humana proeza
que se nutre en milagros
sin más estigmas
Ser esta sombra
y al mismo tiempo
luz de lo in nacido
me voy gestando
con mi muerte-inocencia
fragua infinita
todo se nace
todo fluye en el alba
de nuevos ríos
DE LOS TIEMPOS SOÑADOS
OSCURO PARAÍSO
I
Oscuro paraíso, para la "niña monstruo
la que vuela en las noches alándose en la furia del relámpago
para la paria que todo lo ha negado por amor a la otra orilla
y dirán que es la muerte
esa lujuria mórbida
esta vetada imagen de aquel mundo de náufragos
que circunda el noveno circulo dantesco
el esplendor extraño que hace del alma errante
un entramado de ciénagas y empíreos
A veces la luz es mas cruel que la sombra
o tal vez es este coro de miradas que hieren
mediodías de infancia
hacia la absurda edad del negado temor
que tiembla siempre corazón adentro
ceño latiendo adentro
dolor sin más recuerdo
como la arena limpia ya de sangre
como rio inocente sin macula de cuerpos
o cruz luciendo limpia en las santas iglesias
los huesos ya lavados de nombre y de criatura.
Qué fantástico el invento de Leteo
qué bello es el olvido
solo algunos serán quien arda por las almas
que prolijas transitan del alba hacia crepúsculo.
II.
Sí. la niña monstruo pide al mundo que estalle.
Rogación por piedad
pasión de devenir
o vocación de azules que acunen inocencia
lo eterno lo infinito
porque duele el singular
este uno escarnecido en las edades
en el espejo equivoco
y nada hay más apetecible que el dolor
para el cuchillo hambriento de la historia.
II
Oscuro paraíso donde llegar podría
lo mas ancho del hombre :
su corazón abierto como tierra abrazada
por una lluvia fértil
llanto -lluvia simplemente
ya se han dado todas las razones:
todos los verbos se escribieron
todas la lineas se trazaron
florecimos en música hemos sido la música
y aún así llenando las palabras
el alma desbordando himnos y preludio
elegías y réquiem,
aún de ángeles proclamadas las paredes del mundo
no hemos aprendido a hacer el acto
el amor sencillo y prójimo
ese extendido nido entrelazando cunas
para curar de orfandad
nuestra piel de desiertos.
V
Oscuro paraíso que en alivio de estrellas y tormentas
hace la cuna de todo lo que habita.
Y lo humano sin historia,
aún espera en su sueño.
SOBRAN TODAS LAS COSAS
I
Sobran todas las cosas
si hay un hombre en la calle
sobra aún lo que es poco
lo que merma y declina
sobra toda la tarde de azul
teñida en frágil coronación de ocre
y amarillos que “brisan” el aire con sus copas
Y estoy en no querer ver el mundo hacia abajo
doliendo alcantarillas estancadas
veredas en derrumbe como umbrales abiertos
la fosa común de la miseria.
Si allí duermen los restos humanos de los vivos
y los hombres benditos esos fantasmas pulcros
que levantan sus lapidas de pie cada mañana
y creen ejercer potestad de presente
y creen ser razón de palabras
ausentes palabras como buitres
desplegando su alas sobre
los pies descalzos y lo manos heridas
un hueco de limosnas negadas
limosnas en las palmas
solo uno el uno escarnecido es todos
la humanidad entera
arden todas la cruces en el hombre
que se muere en la calle
sobran todas las risas,
la pereza diaria de los hábitos
de ron ron de los actos rumiando la existencia
echa un halo de hedor de vergüenza
en lo hondo de historia que ya tacha estas páginas
de este olvido a sabiendas del presente .
ll
Hablar de la belleza
si hay un hombre en la calle
que es todos los hombres
escribir con las teclas
del los antiguos códigos
y los nuevos sofismas cibernétcos
esa tangente feroz que olvida al alma
de un corazón que pudo
decender a los dioses
enamorar la muerte con la lira de Orfeo.
y sobre todo
un corazón regado
con la sangre de todos
los negados de la tierra.
l
CONDICIÓN OSCURA, EL HOMBRE
El silencio es el llanto
de los ángeles
en los tiempos oscuros
In transitada pena
que la tierra nos dice en estaciones
lo efímero del hombre
su espejo vaciándose al eclipse.
Desmedida conciencia
para un alma inmediata de emociones
tan criatura en el fin
tan pequeño animal de excesiva mirada
mortal naturaleza que se angosta en el pecho
como un abismo en llamas
taciturna plegaria
que no cree
infantil se corona el niño eterno
en su letal cruzada por imperios
infaustos
que darán en el límite su elixir de cicuta
y allí toda la muerte desespera
sustantiva y geográfica
lóbrega y mítica
aligerando el verbo tan sencillo y temido
que por no conjugarlo
por no decir el tiempo
en último tiempo
ha puesto en pie de guerra
Dioses contra demonios
olimpos contra tartaros
ha echado a andar la
la rueda del infierno
la pena en su anonimia
el fin del río
LA HUMANIDAD DORMIDA
I
Quiero a la humanidad dormida
un gran velo de párpados cerrados
a lo ancho de la tierra.
Diez mil,cien mil, otros diluvios
o batallas olímpicas
o cruzadas inútiles o plutocracias
cerrando sus fetiche
en la gran caja de la melancolía
Todo ha sido un sueño
el mal sueño de un dios omnipotente
ese hombre perdido en la grieta del miedo
pero ahora quiero ver al otro hombre
al emisario onírico proclamando la gloria
de los lirios desnudos
de las aves sencillas
que no siembran
ni hacen del trabajo una agonía escéptica.
Quiero horizontes de fuego
y canciones de cuna en el pecho angustiado
relámpagos de instintos ancestrales
los monstruos cara abierta si más ocultamiento
quiero ver al hombre consolando a sus monstruos
en un sueño de amparo
donde el miedo no puede contra el amor humano
inicial y silvestre,
tempestades y estrellas
un caos que nos hiera
y al tiempo nos sosiegue.
Porque eso es el caos: un cosmos rebelado.
Ya ha sido demasiado
este horror inconsciente
mucho más inconsciente que los sueños
mucho más horroroso que la muerte esencial y tan temida.
Por eso ahora exijo
la humanidad en destajo
inerme ... ausente
dejando que pasen inocentes los días y las noches
que los ríos y las selvas se pueblen de memoria.
Quiero al hombre dormido
con su oscura inocencia
con su azul paradigma
de infancia al descubierto
II
El poeta no alcanza ha clamado en el desierto
ha llevado el cáliz , la cicuta, la hoguera
ha revivido al muerto
ha tejido palabras con paisajes atónitos
ha llorado los ríos
y poblado el mar con todas las lágrimas del verbo
y no fue suficiente:
El abismo es un páramo que todo amor congela
y no hay mano que alcance a cubrir al que tiembla.
Entonces han venido tantos otros,
bienhechores, milagreros
antagonistas múltiples
malditos santificados por la muerte de un dios
por el que rezan y aún lloran,
el poeta prometeico
el poeta maldito
el poeta del silencio
porque también ha venido
a dar su testimonio de páramo
el cauto poeta del silencio.
Y no fue suficiente para el miedo del hombre
“porque el miedo del hombre
“ es responsable único de este nido
de sombras y de cuentos”
con que templan el alma de los niños
con que crean la insoslayable red
de la apatía humana
entusiasta servidumbre,
idólatra leyenda con que nutren a los pueblos
lacayos de corona ,
o un alius que muta según épocas
de rey a fondos monetarios
acuñando oro y desazón infinita.
Lo mismo da...
igual es la tragedia que creamos
igual es la tortura que infringimos
en un Caín eterno que repta por las tierras
culpable y torturado por la alta soberbia
de un padre inexistente.
III
La humanidad dormida.....latente hacia otro tiempo.
Y mientras a lo lejos, el rugido del mar, la voz del viento,
el canto infinito de todas las criaturas en sinfonía salvaje.
Mientras tanto, templado por todos los sueños
de la historia y todos aquellos que ocultó a la historia,
teje el hombre dormido un posible preludio.
LA ÚLTIMA ESTACIÓN
Cómo va en vías del herrumbre
toda forma y color
la piel en óxido
arde el otoño antorcha en llamas
de ocres y dorados
presagiando lo oscuro
La rebelión del viento
echa plumas marchitas
en un trino de agónica armonía
es un verde sepulto bajo el canto.
La última estación nos da el descenso
el exacto sentido del declive
la humildad imperiosa de la vida
que adorna la corona sin laureles del sabio
Somos este presagio
somos vientos de otoño
y al tiempo una antesala
de los brotes futuros
caer es haber visto antes la cumbre
he aquí la tristeza y el milagro.
NACER
Cómo habrá de nacer de los desiertos
la hermandad de la siembra
cómo será el nuevo día
después de tanto eclipse
y el canto del albatros...
cómo habrá de surgir
más allá de la cruz y del escarnio.
¿Habrá sobre los bordes de la tierra marchita
un nuevo y germinal sueño de océanos
una espiga encendida hacia los surcos
del arado infinito?
¿Será posible “enjugar toda lagrima,
secar toda mejilla”?
Qué haremos con el niño que muere
en nuestras manos
esa muerte minúscula de hambre
en sus costillas
y esos ojos prematuramente abiertos
al abismo inaudito
Cómo salvar el nuevo tiempo
de la memoria breve
y cuánto mas ha de sangrar
sobre estos versos
la memoria infinita
CORAZÓN
En los tiempos oscuros,no hace mucho
un hueco como un nido vejado
o una zarza ardiendo en el pecho me dijo
no en vano tanto corazón se va en los versos
y no digo un apócrifo rubí sangrando mieles
o rosas abreviadas de costumbre y gramática
no, hablo del otro ,el que irriga en el centro
donde nos duele el mundo
y la muerte pone su ala carroñera,
y el ausente nos arde con acidez
y el miedo del porvenir sorprende en estocada
un poco mas abajo casi en el limite
y la infancia se acongoja de no ser en su espejo
lo que es en hondura con fervor de presente
Tengo por muy cierta esta palabra en órgano
en nervio y agitado latir sobre los miedos
y me das corazón mío esa ternura
de pájaro encerrado en esternón que duele
en la piel que se eriza
Soy la conjugación de todas tus arterias
de tus venas tus frágiles ventrículos
y a veces siento pena de mi pena
porque “corazonada” lato y
y en mí como un esclavo
bombeas condolido cada vil sobresalto
cada invisible lagrima
“y a veces siento pena de mi pena”
Estoy de duelo
por tu luto perpetuo
por no poder sacarte de mi pecho
a volar el azul
a perseguir gaviotas,
sacarte de mi pecho
en un salto ascendente
para que al fin te acunen otro mil corazones
libres de humanidad acorralada
otros mil corazones liberados.
hilando constelaciones del levedad celeste
A VECES SUEÑO
I
A veces sueño el mundo
y afirmo qué verán a los duendes
transitando los parques,
la magia despertando
a la niñez dormida
y pienso ya sin pena
la floración de otoño
donde brotan raíces inmortales
en el cielo interior de de los ancianos
y sueño que hay un ángel con las alas heridas
no cortadas, no muertas, alas de ángel doliente
y tengo la certeza de que ese “es el hombre”
pero aún no lo sabe mas que en dolor
y ruego por un vuelo que añora
l
lI
A veces me convoco y me duplico
me supongo real en la patria sin límites
en la poesía eterna que atravesó el océano
y no pudo con ella el exilio ni el cáncer
ni la lengua rebelde de esta patria que ignora
ni los sordos fantasmas del presente
ni la inocencia ardiendo más allá de estos mares
un dolor sin lenguaje... in extirpable
lloviéndose en cenizas a final de los tiempos.
Y entonces creo un Danubio de lágrimas y digo
“Aquí me quedo mis amantes fantasmas”
porque es menester que alguien quede
al fin de todo custodiando el silencio...
por el verbo futuro
III
A veces creo que será
mas allá de mi tiempo
y tal vez de otros tiempos
no importa cuánto el sueño
no importa cuánto el verso
transitará lo oscuro
si hay un pájaro azul
al umbral de esta casa
ese ansiado regreso que todo lo apacigua.
IV
A veces sueño
en cántaros desérticos
en alforjas vacías,
pero aladas de versos
y sé que no es un sueño
este destello de alas
es presagio aún sufriente
de un hombre inacabado.
Fotos : Raul Villalba
Cuadro: Silvia Torres