ANTE EL DESPOJO SURGE NUEVA
ORGANIZACIÓN NACIONAL INDÍGENA
Y CAMPESINA
Por Carlos Beas / UCIZONI-MAIZ
A una pequeña comunidad nahua de la Sierra Norte de Puebla, llamada
Cuahutapanaloyan, desde el día siete y hasta el 9 de marzo de este año hemos
concurrido cientos de integrantes de organizaciones indígenas y campesinas de todo
el país, y nos reunimos para compartir experiencias en el difícil caminar que ha
significado la defensa del territorio. Aquí se encontraron viejos luchadores como
Nacho del Valle del Frente de Defensa de la Tierra de Atenco con mujeres como
María Isabel indígena binniza de la Asamblea Juchiteca que defiende su tierra de la
invasión eólica. Asisten también los viejos luchadores de la Sierra Norte de Puebla,
que vienen de Huehuetla, Zautla, Olintla, o Tetela y que nos dicen como enfrentan los
proyectos mineros de ricos como Carlos Slim o Germán Larrea y también se escucha
con atención los jóvenes activistas veracruzanos que narran como decenas de
represas amenazan los ríos de ese estado. En náhuatl de Chilapa, una mujer llama a
no tener más miedo al Gobierno y recuerda que es el Día de la Mujer, y de cómo las
mujeres como Nestora se están integrando a las policías comunitarias y que por ello
están presas, a lo que en su idioma mazahua un maestro del Estado de México
responde que sin mujeres no hay lucha ni vida.
Se dio lectura a un mensaje de los comuneros de Cacahuatepec, Guerrerro, en el cual
denunciaron el acoso y la persecución que sufren por lucha en contra de la represa La
Parota y así en muchas lenguas se dan saludos, se hacen denuncias y se hacen
llamados a la unidad. También se hace presente una delegación de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación la cual en voz de un maestro michoacano
manifiesta su respaldo a las luchas de los pueblos indígenas y campesinos y anuncia
la urgencia de fortalecer la alianza frente a la imposición de reformas estructurales que
agreden a los pueblos de nuestro país.
Entre gritos y consignas de que Zapata y Villa viven se dice que sufrimos una nueva
invasión, con sus malinches y gachupines y que la Nación mexicana corre hoy en día
un grave peligro, y que no es momento de divisiones ni de descansos. Se recuerda
que hace casi 500 años cuando los europeos invadieron por vez primera estas tierras
mexicanas, nuestros pueblos estaban divididos y enfrentados entre sí y ello les facilito
la conquista, que tan caro hemos pagado. Por ello se dice que salvar a México
requiere que sus hijas e hijos se unan y la defiendan de las empresas trasnacionales y
de los malos gobiernos.
Estudiantes de numerosas escuelas y universidades escuchan con atención el
llamado que en lengua totonaca primero y en español después les hace un líder
comunitario a que se sumen a la lucha de los pueblos que defienden su derecho y a
su vez jóvenes de la UAM, el Poli, de las normales rurales y de la UNAM narran de
como algunas de las escuelas están alejadas de la vida social y del compromiso, pero
que ellos ahí están presentes.
Y, si más de 800 delegados, representantes e integrantes de decenas de pueblos,
organizaciones, colectivos y redes provenientes de 14 estados nos hemos reunido en
la Sierra Norte de Puebla en el Encuentro Nacional Indígena y Campesino por la
Defensa de la Tierra y el Territorio. Los trabajos se iniciaron en la pequeña comunidad
de Cuamono amenazada por la construcción de una represa, y el resto de los trabajos
tuvieron lugar en el pueblo de Cuahutapanaloyan, donde la primera actividad fue la
celebración de un ritual macehual, donde se ofrendó a los cuatro puntos del universo y
se pidió a lo divino representado por la Virgen de Guadalupe, la Tonatzin, que
acompañara la lucha de los ahí presentes.
Entre los acuerdos logrados ahí se destaca la creación del Frente Indígena y
Campesino de México (FICAM) el cual deberá luchar por la defensa de la tierra y los
territorios ante la imposición de megaproyectos, la liberación de los presos políticos y
en contra de la reforma del campo que ya impulsa el gobierno de Peña Nieto.
Se demandó castigo para los asesinos de Bety Cariño y se expresó la solidaridad con
los pueblos que en Puebla, Morelos y Tlaxcala luchan contra la construcción de un
gasoducto y dos termoeléctricas, también se exigió la liberación de los presos políticos
de Chiapas y de otros lugares, asimismo se acordaron pronunciamientos en apoyo a
la lucha de los pueblos que en Veracruz luchan contra decenas de proyectos de
hidroeléctricas y en particular se demandaron garantías para los activistas de LAVIDA
y también se manifestó la solidaridad con la lucha de los zapotecas del pueblo de
Alvaro Obregón Juchitán amenazados por el Presidente Municipal Saúl Vicente. Se
exigió también la liberación de los presos de San Miguel Aquila, Michoacán y se le
demandó al Gobierno Federal y al del estado de Guerrero la cancelación de la represa
La Parota y cese a la persecución en contra de los miembros del CECOP.
Este Encuentro Nacional concluyó el domingo 9 de Marzo, con una marcha en la que
participaron cientos de indígenas nahuas y totonacas de esta región poblana
integrantes del MIOCUP, y cientos más de indígenas, campesinos, estudiantes,
maestros y activistas de muy diversas organizaciones como de la Coordinadora
Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional, el Frente Popular Francisco Villa Siglo
XXI, del Movimiento Agrario Indígena Zapatista, de la Unión Popular Revolucionaria
Emiliano Zapata, de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, de la Asamblea del
Territorio, de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo, del
Frente en Defensa de la Tierra de Atenco, de Tetela hacia el Futuro y de la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación entre muchas otras
provenientes de los estados de Zacatecas, Chiapas, Guerrero, Tlaxcala, Morelos,
Estado de México, Veracruz, Tabasco, Michoacán, Oaxaca, Hidalgo, DF, Puebla,
Queretaro, y San Luis Potosí.
La marcha camino presurosa y en medio de un intenso sol, llegó al pueblo de
Santiago Yancuictlapan, donde fue recibida por cientos de sus vecinos y en un nutrido
mitin se dio lectura a los resolutivos y acuerdos y donde se hizo público el llamamiento
a otros pueblos y a otras organizaciones de todo el país para que en este momento de
grave peligro para la Nación Mexicana caminemos unidos como un solo hombre y
como una sola mujer en defensa de nuestros derechos, de nuestra tierra y de nuestra
vida. Así pasó en la Sierra Norte de Puebla, tan amenazada ahora por los llamados
proyectos de muerte.