Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado”.
Máster “Los Retos de la Paz, la Seguridad y la Defensa”
Asignatura: Aspectos Civiles y Militares de la Gestión de Crisis.
Profesor: Dr. Álvaro Jarillo Aldeanueva.
Trabajo Final
“Análisis de la Cooperación Civil-Militar en Kosovo: La KFOR en 1999-2000”
Autor: Leopoldo E. Colmenares G.
Caracas, Venezuela.
05-09-2013
1
Índice
1. Introducción ....……………………………………………………………………………
2
2. Los (muy) necesarios antecedentes históricos. La rivalidad entre serbios y albaneses: fuente primigenia de la crisis en Kosovo …...…………………………………………...
5
3. El conflicto armado interno en Kosovo y los intentos de solución a la crisis …..……..
8
4. La Intervención de la OTAN: El establecimiento de la paz ……..…………….………
12
5. La Administración Internacional de Kosovo: Análisis del Mandato ……..………….
15
6. Breve diagnóstico sobre el estado de la situación en Kosovo a la llegada de la UNMIK y la KFOR …..………………………………………………………………….
18
7. La Cooperación Civil-Militar en la Administración Internacional de Kosovo ….…...
21
7.1. Marco conceptual: La CIMIC y la OTAN ..…….………………………………...
21
7.2. Análisis de la CIMIC en Kosovo. Período 1999-2000 ....…………………………
23
8. Conclusiones …………………………………………………………………………….. 32
2
1) Introducción.
Las guerras que se desarrollaron en los Balcanes hace ya veinte años atrás, pueden considerarse
según Kaldor (2003) como un laboratorio de intervención posguerra fría. Entre comienzos de la
década de los noventa y principios de la subsiguiente década, tuvieron lugar en esa región cinco
conflictos bélicos, a saber: Eslovenia en 1991, Croacia entre 1991-1992, Bosnia-Herzegovina en
el período 1992-1995, Kosovo en 1999 y por último Macedonia en al año 2001 (Kaldor, 2003).
La intervención internacional en esos conflictos conocidos como las guerras de Yugoslavia tenía
“cuatro dimensiones frecuentemente superpuestas: la diplomática, el reconocimiento, la acción
humanitaria y la coerción (Siani-Davies, 2003).
En ese contexto se enmarca la intervención de la comunidad internacional en el conflicto de
Kosovo, la cual fue autorizada por el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas
(ONU) mediante la Resolución 1244. En dicha resolución se establece el despliegue de dos
distintas presencias internacionales en la búsqueda de la consolidación de la paz, una civil, la
Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK, por sus siglas
en inglés) y otra de seguridad, bajo el mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN), denominada Fuerza de Protección de Kosovo, la cual mejor conocida por sus siglas en
inglés como la KFOR. Según de Coning (2008) existen muchos factores que “frustran la
coherencia en el contexto de consolidación de la paz”. En ese sentido, uno de los elementos que
destaca este autor es la interacción e interconexión de los actores locales e internacionales
involucrados, motivado al amplio alcance de las actividades ejecutadas por estos actores. Estos
aspectos, continúa de Coning (2008) contribuyen a la complejidad inherente a los sistemas de
consolidación de la paz.
En función de lo anteriormente expuesto es interesante estudiar la interrelación entre los actores
civiles y militares que participan en la aun en curso operación de paz en Kosovo. En ese orden de
ideas, el presente trabajo tiene por finalidad analizar la denominada Cooperación Civil-Militar (en
adelante CIMIC, por sus siglas en inglés) desarrollada por la KFOR con los elementos civiles
relacionados con ese proceso de intervención. Dado el particular evento que las fuerzas de
seguridad de esta operación de consolidación de la paz, están compuestas por efectivos nacionales
de una alianza militar internacional y no se encuentran bajo el control de la ONU, es relevante
analizar el desarrollo de la CIMIC en este contexto para comprender y evaluar su funcionamiento.
3
Para intentar lograr ese cometido, el escrito, además de esta primera parte introductoria, contiene o
está dividido en siete secciones adicionales. Es así como en la segunda sección de este documento
se realiza un recorrido histórico sobre las raíces de Kosovo y se ilustra la tremenda rivalidad y
tensiones que a lo largo de los tiempos han confrontado a los serbios de origen eslavo y a los
albaneses descendientes de los antiguos ilirios, quienes han compartido el territorio de Kosovo por
centurias, destacando la influencia que tal enfrentamiento ha tenido en los acontecimientos
políticos contemporáneos. Seguidamente, en el tercer epígrafe, se describe como, con la llegada a
comienzos de la década de los noventa de Slobodan Milosevic a la jefatura de la antigua
Yugoslavia, quien retira la autonomía a la para ese entonces una provincia serbia, escalan las
tensiones al punto de derivar en una guerra civil. Se presentan los intentos independentistas de la
población de origen albanés y se detallan los esfuerzos realizados por la comunidad internacional
para detener el conflicto bélico interno. En esta sección se introducen algunos aspectos sobre la
crítica situación de los habitantes albaneses de Kosovo, que se transformaría posteriormente en
una tremenda crisis humanitaria, como consecuencia del desplazamiento de sus hogares de cientos
de miles de personas.
Seguidamente, en la cuarta sección del artículo, se efectúa un recorrido por las acciones
emprendidas por la comunidad internacional durante los primeros meses del año de 1999, con la
finalidad de detener el enfrentamiento bélico. Así, se analizan las gestiones diplomáticas del más
alto nivel que intentan poner fin a la crisis y las resoluciones de la ONU a ese respecto.
Finalmente, se detalla, luego de fallar esos esfuerzos de la comunidad internacional, la intervención
militar de la OTAN contra las fuerzas yugoslavas y como, tras una campaña de bombardeos aéreos
de setenta y siete días, la Federación Yugoslava firma el denominado acuerdo técnico militar con la
OTAN en donde Serbia pierde el control efectivo de su provincia y autoriza el despliegue en la
misma de la KFOR. El artículo continúa en su quinto apartado con el análisis del mandato para la
administración internacional de Kosovo. En el previamente mencionado acuerdo técnico militar, se
estipulaba que mediante una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sería convalidada en
Kosovo la presencia civil y militar bajo los auspicios de ese organismo.
Después del estudio del mandato contenido en la Resolución 1244, en el sexto epígrafe del trabajo
se realiza un breve diagnóstico sobre el estado de la situación en Kosovo previo a la llegada de la
UNMIK y de las tropas de la KFOR. A continuación en la séptima parte del trabajo, se desarrolla
lo que podría considerarse el principal contenido de este trabajo. En la misma se estudia la
4
cooperación civil-militar en la administración internacional de Kosovo durante los años 1999 y
2000. Se decidió analizar este período, siguiendo las etapas que propone de Coning (2005) para
dividir conceptualmente las operaciones de consolidación de la paz. Así, entonces, se resolvió
evaluar la cooperación civil-militar en la primera fase, la cual este autor denomina “período de
estabilización”, la cual inicia después de finalizada las hostilidades entre las partes y generalmente
tiene una duración aproximada de un año. Además de Coning (2005) indica que tal etapa se solapa
con lo que “la comunidad humanitaria llama fase de emergencia humanitaria”, aspecto que sin
dudas condicionó realmente la CIMIC en Kosovo. Esta séptima sección fue dividida en dos partes.
En la primera de ellas efectuamos una revisión del marco conceptual en cuanto a la cooperación
civil-militar dentro de la OTAN, mientras en la segunda se realiza el análisis de la CIMIC en
Kosovo, durante el período antes mencionado, tomando como base la actuación de las brigadas
comandadas por los ejércitos de Alemania y de los Estados Unidos de América respectivamente.
El último apartado de este escrito, es decir el octavo, presenta las conclusiones del trabajo. Entre los
resultados más relevantes se tiene que independientemente del tema del éxito o fracaso de la
CIMIC en esta operación, la experiencia en Kosovo alimentó notablemente y positivamente a los
estrategas de la OTAN en cuanto al desarrollo de su pensamiento estratégico sobre este particular
asunto. Se resalta la falta de planificación estratégica de la OTAN en referencia a la ayuda
humanitaria que debían suministrar al entrar en Kosovo, en general, y su relación con la CIMIC
en particular. En cuanto al nivel táctico, se identifican las consecuencias de no aplicar un juego
único de objetivos y procedimientos para la CIMIC en estas operaciones. Se plantea la necesidad de
establecer una evaluación a los denominados proyectos CIMIC, con la finalidad de determinar si
los mismos realmente mejoraron las condiciones de la población local y, si hay alguno, el grado en
el cual contribuyeron al logro de los objetivos propiamente militares del mandato o misión, como
por ejemplo protección de la fuerza a través de CIMIC. En otro orden de ideas, se concluye que
también es conveniente evaluar el comportamiento de las Organizaciones No Gubernamentales
(ONG) con respecto al tema de la cooperación civil-militar. En cuanto a la CIMIC como objeto de
estudio, se indica la necesidad de incorporar o incrementar en las investigaciones del tema las
actuaciones, opiniones y percepciones de las agencias civiles involucradas directamente en la
misión que se analiza.
5
2) Los (muy) necesarios antecedentes históricos. La rivalidad entre serbios y albaneses: fuente primigenia de la crisis en Kosovo. Kosovo es una región que en la actualidad a pesar de haber declarado su independencia en el año
2008 es, por derecho internacional, una provincia que pertenece a la República de Serbia. Se
encuentra ubicado en el sureste de Europa, en los Balcanes. Comparte las fronteras con Serbia en el
norte y el este, al oeste con Montenegro y Albania, y en el sur con Albania y la antigua República
Yugoslava de Macedonia. Esta región ha representado a lo largo de su historia, la principal
encrucijada entre Oriente y Occidente.
Por años, Kosovo ha sido fuente de una interminable enemistad entre los habitantes de origen
serbio y los de origen albanés que conviven en ese territorio. La disputa entre estos dos grupos
étnicos posee orígenes mucho más profundos que los que dominaron las primeras fases de la crisis
de Yugoslavia entre 1991-1995 (Gallagher, 2005). Al igual que como sucede en muchos otros
conflictos, el de Kosovo está rodeado por las reclamaciones históricas de las distintas partes.
Mientras que por un lado los albaneses insisten en que su derecho sobre el territorio de Kosovo se
fundamenta en la presencia en la región de sus antecesores los antiguos ilirios, que son los
habitantes originales de los Balcanes y que se remonta a más de mil años atrás, los serbios, por
otro lado, ponen de relieve el hecho de que Kosovo era el corazón de su imperio medieval, con una
profunda importancia cultural y religiosa. En ese sentido, por ejemplo, podemos encontrar ejemplos
de batallas por su control tan lejos como en el siglo XIV, cuando los serbios fueron derrotados por
los turcos en la famosa batalla de Kosovo (1389). Esta batalla puso a Kosovo como el corazón de la
nacionalidad serbia, que se mantuvo incluso durante los 500 años en que los serbios estuvieron bajo
el dominio otomano.
No obstante, aunque estos argumentos son simbólicamente importantes, en realidad, los orígenes
del conflicto actual se remontan a la Primera Guerra de los Balcanes, en el inicio del siglo XX. En
1912, el cada vez más frágil Imperio Otomano fue atacado por los ejércitos de la denominada “Liga
de los Balcanes”, una alianza formada por Serbia, Grecia, Bulgaria y Montenegro. En una guerra
que solamente duró poco más de un mes, los últimos vestigios de seis siglos de dominio otomano
en Europa fueron casi barridos y el mapa de Europa sudoriental completamente rediseñado. El
nuevo estado de cosas se confirmó posteriormente en una conferencia celebrada en Londres el
siguiente año, aunque con un cambio importante. Austria-Hungría, temerosa de la creciente fuerza
de Serbia, y decidido a evitar que obtuviera acceso al mar, pidió la creación de un Estado albanés
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independiente que albergaría a todos los albaneses. Mientras Italia apoyó tal propuesta, Rusia,
actuando también con el apoyo francés, no estuvo de acuerdo y más bien sostuvo que a los
miembros de la Liga se les permitiría mantener los territorios ocupados. Al final, se llegó a un
compromiso: a cambio de la creación de un Estado albanés relativamente pequeño, los vencedores
serían capaces de mantener los territorios conquistados. Como resultado de tal situación, el
territorio que comprende al contemporáneo Kosovo quedó bajo el dominio de los reinos de Serbia y
Montenegro. Mientras que para los habitantes serbios de la región, que históricamente han
profesado la religión cristiano-ortodoxa, la decisión marcó su liberación de siglos de dominio
otomano, para la población de origen albanés que permanecía dentro de ese territorio, Serbia fue
visto, nada más y nada menos, que como un nuevo ocupante. Un aspecto de suma importancia y
que marcaría el conflicto permanentemente es que ya para esta fecha los albaneses, para más señas
de confesión musulmana, se constituían en la mayoría étnica de Kosovo, cuestión que se mantiene
hasta nuestros días.1
Posteriormente, aunque la región fue invadida y ocupada por Austria-Hungría y Bulgaria durante la
Primera Guerra Mundial, al final de las hostilidades, una vez más, quedó bajo control serbio, y el 1
de diciembre de 1918, pasó a formar parte del nuevo Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos,
rebautizada como Yugoslavia en 1929. En los años que siguieron, Serbia consolidó su autoridad en
la región y además propulsó el asentamiento a gran escala de serbios y otros campesinos eslavos del
Sur, en un proceso en donde muchos albaneses emigraron hacia la recién creada Albania. Además,
también se hicieron esfuerzos para asimilar a los habitantes albaneses que seguían habitando la
región. Un ejemplo notable de esto fue la decisión de prohibir la educación laica en lengua
albanesa, reemplazándolos con escuelas serbias. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial,
las cosas cambiaron cuando la mayor parte del territorio estuvo bajo la ocupación italiana y la
población albanesa buscó venganza contra la población serbia, lo que originó que decenas, si no
cientos de miles de serbios huyeran, mientras más bien arribaban miles de albaneses procedentes de
Albania.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, con la creación de la República Popular Federativa de
Yugoslavia, Kosovo se vio reincorporado a Serbia, esta vez como una región autónoma llamada
1 Antes de la Segunda Guerra Mundial, los serbios constituían el 50% de la población de Kosovo. Para el año 1988 la proporción había declinado hasta sólo el 10% de la población, con los albaneses representando el 85% de la misma. Para el año 1992 se estimaba que estos últimos conformaban el 92% de los habitantes.
7
Kosovo y Metohija (Kosovo, para abreviar), un proceso en que también se dio la demarcación de lo
que son sus límites en los presentes días. Si bien ese estatus constituyó un reconocimiento explícito
de su condición especial, la decisión no fue lo suficientemente satisfactoria para los albaneses de
Kosovo. En los siguientes años, poco a poco, comenzaron a exigir su reconocimiento como una
nación dentro de Yugoslavia, para convertirse en la séptima república yugoslava - junto con Bosnia
y Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia. Tal medida, que los habría
separado de Serbia, más no de Yugoslavia, no fue aceptada por el mariscal Josip Broz “Tito”, líder
de ese país. De acuerdo con la entonces ideología oficial yugoslava, sólo los eslavos del sur
podrían beneficiarse de establecer su propia república y ser reconocida como una nación dentro de
Yugoslavia. Tal situación no podía ser disfrutada por personas dentro de Yugoslavia que se
consideraban tenían un territorio externo o pertenecido a grupos transnacionales sin patrias, como
los rutenos, judíos y los roma.2 En el caso de Kosovo, la existencia de Albania como un país
independiente, impedía su reconocimiento como otra nación. No obstante, en cambio, fueron
reconocidos como una "nacionalidad" - una minoría nacional - junto a, entre otros, húngaros y
eslovacos.
Aunque esta condición subordinada fue efectivamente ratificada en 1963,3 en la segunda mitad de
la década de 1960 los albaneses de Kosovo comenzaron a obtener una mejor posición en la
federación, experimentando, una reactivación general nacional, política, económica y cultural. Tal
situación se vio claramente simbolizada por la fundación de la Universidad de Pristina, capital de
Kosovo, en donde se dictaban cursos tanto en idioma albanés como serbocroata. Sin embargo, este
hecho en lugar de amortiguar los sentimientos nacionalistas, dio lugar a manifestaciones en 1968
en donde se pedía que Kosovo fuese reconocido como una república. Si bien tal cuestión no se
produjo, en 1974, Kosovo fue elevada de una región autónoma a una provincia autónoma de
Serbia. Como resultado de su nuevo estatus de provincia, Kosovo llegó a disfrutar de casi todos los
derechos y privilegios concedidos a una república, incluyendo su propia constitución y un asiento
en el Consejo Federal de Yugoslavia. Sin embargo, fundamentalmente, no poseía el derecho a la
autodeterminación, un privilegio que teóricamente disfrutaban las otras repúblicas de Yugoslavia.
2 Se refiere a los también conocidos como gitanos. 3 En 1963, pasó a llamarse República Federal Socialista de Yugoslavia (RFSY), que fue el estado yugoslavo de mayor duración. Este estado estaba compuesto por seis Repúblicas Socialistas (RS) y dos provincias autónomas: RS de Bosnia y Herzegovina, RS de Croacia, RS de Eslovenia, RS de Macedonia, RS de Montenegro y RS de Serbia. Esta última incluía las provincias autónomas de Vojvodina y Kosovo y Metohija.
8
La nueva realidad significó un gran avance para Kosovo. Sin embargo, la presión entre los
albaneses de Kosovo para que la provincia fuese reconocida como una república continuó
creciendo. Así, en 1981 una serie de disturbios estudiantiles destacaron la fuerza de los sentimientos
sobre el tema. Mientras tanto, motivado a que muchos serbios comenzaron a abandonar la provincia
en medio del creciente sentimiento anti-serbio, así como por razones económicas, el problema de
Kosovo se hizo cada vez más presente en los medios políticos de Serbia. De esta manera, en 1985
una serie de intelectuales serbios emitieron un documento en el que, entre otras cosas,
argumentaban que los serbios de Kosovo se enfrentan a un "genocidio" a manos de la mayoría
albanesa y pidieron al gobierno serbio reafirmar su autoridad sobre la provincia. Este "amenaza" a
los serbios de Kosovo, se convirtió en un argumento ideal para Slobodan Milosevic, un funcionario
del gobernante Partido Comunista, que ascendía notablemente en su carrera política. En 1989,
Milosevic después de haber asumido la Presidencia de Serbia, elimina de manera efectiva la
autonomía de la provincia, institucionalizando el gobierno directo de Belgrado sobre Kosovo.
3) El conflicto armado interno en Kosovo y los intentos de solución a la crisis.
Dos años más tarde de la llegada de Milosevic al poder, con el desplome y desmembramiento de la
Unión Soviética y el fin de la guerra fría, comenzó también la disolución Yugoslavia, lo cual
potenció los pedimentos de los albaneses de Kosovo. 4 Así, continuando con los ejemplos de
Eslovenia y Croacia, éstos centran ahora su campaña sobre la conformación de un Estado formal,
independiente de Serbia. De esta manera celebran un referéndum sobre su independencia y eligen
como su presidente a Ibrahim Rugova, en mayo de 1992.5 Mientras tanto, temerosos de que la
sangrienta guerra que se libraba en Bosnia podría extenderse a Kosovo, los Estados Unidos de
América (EE.UU.) advirtieron a Milosevic que cualquier intento por parte de Belgrado a reaccionar
con la fuerza a la evolución de los acontecimientos en esa provincia, tendría como consecuencia
un ataque militar por medio de bombardeos, una amenaza que repetiría al año siguiente la nueva
administración en manos de Bill Clinton. Sin embargo, la reclamación albanesa por la
independencia de Kosovo iba a ser desconocida por la comunidad internacional. En 1992, el
Comité de Arbitraje Badinter, un organismo creado por la Unión Europea6 para examinar las
4 Guerra de los Diez Días (o Guerra de Independencia eslovena) (1991) , Guerra Croata de Independencia (1991-1992) Guerra de Bosnia (1992-1995) y Conflicto n Macedonia (2001) 5Rugova se consideraba un político moderado, adherente de la resistencia no violenta contra la dominación serbia. 6 En ese momento se denominaba “Comunidad Económica Europea”.
9
cuestiones jurídicas derivadas de la disolución de Yugoslavia, llegó a la conclusión de que las seis
repúblicas que conformaban Yugoslavia eran estados formales derivado de la caída de la
federación, y por lo tanto podrían ser reconocidas como tales, sin embargo a Kosovo, que había
disfrutado de casi todos los derechos de un república, se le negó el reconocimiento internacional y
por lo tanto mantenía su condición de provincia perteneciente a la República de Serbia.
Aunque como puede apreciarse, existía poca voluntad de la comunidad internacional para
reconocer a Kosovo como un Estado independiente, el inicio de las negociaciones de paz en
Dayton, encaminadas a poner fin a la guerra civil en Bosnia, fue visto por muchos en Kosovo
como una oportunidad para que sus propias pretensiones independistas fueran abordadas.7 No
obstante, tal cuestión no sucedió de tal manera, a pesar de que algunos miembros del gobierno de
los EE.UU. deseaban plantear dicho tema. La decisión terminó afectando gravemente la
credibilidad de Rugova y así después de seguir una política de resistencia pacífica, otros líderes de
Kosovo estimaron que la única manera de asegurar la independencia era por medio de la lucha
armada. Así, en febrero de 1996, el Ejército de Liberación de Kosovo (KLA, por sus siglas en
inglés), una misteriosa nueva guerrilla, lanzó su primer ataque contra una patrulla de la policía
serbia.
Durante los siguientes años, el KLA intensificó gradualmente sus operaciones, centrándose
principalmente en la policía, así como en los refugiados serbios que se habían establecido en la
provincia después de los conflictos de las otras repúblicas yugoslavas y también contra algunos
albaneses que las fuerzas irregulares consideraban colaboradores de las autoridades serbias. A
inicios del año 1998 el conflicto se había intensificado considerablemente y el KLA realizaba
ataques cada vez más audaces y parecía estar en control de una buena parte de la provincia. Es
importante destacar, sin embargo, que el peso de la opinión pública internacional parecía estar del
lado de Serbia. De hecho, en una conferencia en Pristina en febrero de ese año, Robert Gelbard,
enviado especial de los EE.UU para los Balcanes, realizó una famosa descripción de la KLA como
una organización terrorista.8 Algunos autores, como por ejemplo Katulis (2000), expresan que tal
comentario resultó ser fatal, ya que el gobierno serbio dio como lectura a tales declaraciones que
7 Ver: Summary of the Dayton Peace Agreement on Bosnia-Herzegovina. En: http://www.pbs.org/newshour/bb/bosnia/dayton_peace.html 8 Council of Foreign Relation. Terrorist Groups and Political Legitimacy. Michael Moran. En: http://www.cfr.org/terrorism/terrorist-groups-political-legitimacy/p10159
10
tenía luz verde para actuar contra este grupo. Así, pocos días más tarde, las fuerzas de seguridad
serbias lanzaron varias operaciones contra presuntos bastiones del KLA. Los ataques dejaron más
de veinte muertos, entre ellos mujeres y niños, desatando el repudio de una buena parte de la
comunidad internacional, marcando un punto de inflexión en el conflicto.
Esa comunidad internacional avizorando que un nuevo conflicto étnico se encontraba en
crecimiento en Kosovo y que esto además podría extenderse a la vecina Macedonia, se dio cuenta
de que era el momento de realizar una acción concertada para hacer frente a la situación. Así, se
formó en marzo de ese año lo que se denominó el Grupo de Contacto -formado por Gran Bretaña,
Francia, Alemania, Italia, Rusia y EE.UU.- que exigía al gobierno serbio que comenzara
negociaciones formales con los insurgentes para terminar el conflicto. Poco después, el Consejo de
Seguridad de la ONU, actuando bajo el manto del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas,
aprobó la Resolución 1160, en donde condenaba a Serbia por el uso de "fuerza excesiva" contra los
civiles y también al KLA por la ejecución de “actos terroristas”.9 La resolución dejó en claro que
las negociaciones deberían basarse en la autonomía y en una significativa auto-administración de
Kosovo.10
Adicionalmente a esto, Washington buscaba que se iniciara un proceso de paz entre las dos partes.
Aunque se realizó una reunión entre Milosevic y Rugova a mediados de mayo, el proceso se
derrumbó cuando las fuerzas de seguridad serbias lanzaron otra ofensiva contra el KLA. Según
Wentz (2002) la paciencia de los americanos comenzaba a terminarse y en una reunión celebrada en
junio, los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, (OTAN) autorizaron a sus
comandantes militares para comenzar a planificar las acciones militares con las que se había
amenazado a los serbios. Tal cuestión fue recibida por Rusia con gran preocupación, dado su
apoyo de larga data hacia Belgrado. La intervención de la OTAN contra sus aliados de Yugoslavia
colocaba al gobierno ruso en una posición extremadamente difícil. De hecho, la perspectiva de que
las fuerzas de la OTAN estuvieran sobre el terreno en Yugoslavia representaba para Rusia el peor
escenario posible, ya que, obviamente, demostraba el grado en el cual su influencia en el escenario
mundial había disminuido desde el fin de la Guerra Fría. Por lo tanto, Milosevic fue llamado a
Moscú y prometió a Boris Yeltsin, el presidente ruso, que iba retroceder en sus actividades contra
el KLA. 9 Resolución 1160. Adoptada por el Consejo de Seguridad el 31 de marzo de 1998. 10 Ibid.
11
Pero, una vez más, la tregua en los combates fue demasiado breve. En agosto, después de una
nueva serie de ataques del KLA, las fuerzas serbias lanzaron otra contraofensiva. En septiembre, la
escalada de violencia se torno en un espiral fuera de control. Además de varios miles de muertes,
ahora se conocía que un estimado de 230.000 civiles se había visto obligados a abandonar sus
hogares desde el inicio de las hostilidades. En respuesta, a tal situación el Consejo de Seguridad
aprobó una nueva resolución.11 Es así como la resolución 1199, condenaba a Belgrado por el
"excesivo e indiscriminado" uso de la fuerza, y de nuevo pedía una solución basada en la
autonomía para Kosovo y además hacía un llamado al cese al fuego de las dos partes. El Consejo
de Seguridad propuso el establecimiento de una misión de observadores para supervisar el alto el
fuego en la provincia. Tan sólo dos semanas más tarde, se formó bajo los auspicios de la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Misión de Verificación de
Kosovo (MVK). Es importante destacar que, además de su función principal, la MVK también
contemplaba vigilar los derechos humanos, facilitar el retorno de los refugiados y ayudar en la
implementación de una solución política a la crisis.12 Sin embargo, incluso en esta etapa, la
intención era buscar solo la autonomía de Kosovo.13 En ese mismo orden de ideas, el 15 de octubre
de 1998, en Belgrado, se firmó un acuerdo entre el Jefe del Estado Mayor General de la República
Federal de Yugoslavia y el Comandante Supremo Aliado en Europa de la OTAN, que preveía el
establecimiento de una misión de verificación aérea sobre Kosovo, como complemento de la Misión
de Verificación de la OSCE. Tales cuestiones fueron avaladas por el Consejo de Seguridad de la
ONU y señaladas en la resolución 1203.14
Mientras tanto, por otra parte, para ilustrar la gravedad de la situación, la propia OTAN también
mantuvo su propia presión, indicando que estaría dispuesto a intervenir militarmente si la situación
no mejoraba. Esto, sin embargo, en lugar de reducir la escalada de la violencia, parecía magnificar
11 Resolución 1199. Adoptada por el Consejo de Seguridad el 23 de septiembre de 1998. 12 Organization for Security and Co-operation in Europe. (OSCE) Kosovo Verification Mission. En: http://www.osce.org/node/44552 13 En esa Asamblea el Ministro de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia, Sr. Igor Ivanov, expreso: “La lógica política debe prevalecer sobre la lógica de la fuerza en nuestra búsqueda de medios para solucionar el explosivo conflicto de Kosovo. La utilización de medidas de fuerza para resolver dicho conflicto podría llevar a una guerra de importancia, con consecuencias imprevisibles para la región de los Balcanes y para Europa en general. Creemos firmemente que la única forma de resolver el problema de Kosovo es mediante una solución política, garantizando a Kosovo una amplia autonomía y asegurando el respeto estricto de la integridad territorial de la República Federativa de Yugoslavia”. Naciones Unidas. Asamblea General. Quincuagésimo tercer período de sesiones. 9ª sesión plenaria. 22 de septiembre de 1998. Documento: A/53/PV.9 14 Resolución 1203. Adoptada por el Consejo de Seguridad el 24 de octubre de 1998.
12
el problema. Según Ker-Lindsay (2008), el KLA descontento con la continua adhesión de la
comunidad internacional a la autonomía como un modelo para la solución del conflicto, continuó
con los ataques a objetivos serbios, con la esperanza de que esto provocaría una fuerte respuesta
serbia, lo que a su vez obligaría a los líderes occidentales a actuar con fuerza en contra de
Milosevic y a favor de los albaneses de Kosovo. Comenta esta autora que fue un error para
Milosevic creer que la OTAN no tomaría las acciones militares que había señalado o que Rusia
intervendría para prevenir tal ataque, por lo que ordenó la continuación de las operaciones de
contrainsurgencia contra el KLA.
4) La Intervención de la OTAN: El establecimiento de la paz.
En enero de 1999, la mencionada paciencia occidental finalmente se agotó. El descubrimiento de
los cadáveres de 45 albaneses de la aldea de Racak desató la indignación y la condena internacional
(Bellamy, 2000). El Grupo de Contacto decidió que había llegado el momento de convocar una
conferencia formal para resolver el conflicto que asolaba a Kosovo. Por consiguiente, ambas
partes, fueron convocados a localidad francesa de Rambouillet, en las afueras de París. Bellamy
(2000) señala que emulando la diplomacia coercitiva que había logrado poner fin al conflicto en
Bosnia, se les dijo a las partes que tenían dos semanas para acordaran los detalles de un plan de paz
elaborado por el norteamericano Christopher Hill, o de lo contrario deberían enfrentar las
consecuencias.15 Para Serbia, tal cosa significaba un ataque militar, mientras para los albaneses de
Kosovo, la pérdida de la ayuda exterior. Parecía que ambos, por lo tanto, no tenían otra opción sino
aceptar. A pesar de estas condiciones, las discusiones entre el gobierno yugoslavo y la KLA
resultaron infructuosas. No obstante, el 23 de febrero el grupo de mediadores internacionales dio a
conocer un conjunto definitivo de las propuestas. Una vez más, el plan se basaba en la autonomía
para Kosovo. Sin embargo, y de manera crucial, también se establecía que tres años más tarde, en
una conferencia se determinaría un mecanismo para una solución definitiva para Kosovo, sobre la
base de la voluntad de la gente y las opiniones de las autoridades competentes. Tal cuestión fue
suficiente para convencer a la delegación albanesa de Kosovo de aceptar los términos y el 18 de
marzo, en una ceremonia en París, firmaron el acuerdo. Milosevic, por otra parte, rechazó las
propuestas, aparentemente argumentando que Yugoslavia no podía aceptar los anexos del acuerdo
que no sólo permitirá a las tropas de la OTAN entrar en Kosovo, sino que también les daría derecho
15 Fue también en este momento que Christopher Hill, el embajador de los Estados Unidos en la vecina Macedonia y que también había sido designado para servir como el enviado especial de los americanos para Kosovo, comenzó a delinear un plan de paz.
13
a viajar por todo el país a su antojo. Por lo tanto, y en contra de todas las expectativas iniciales, el
proceso se derrumbó el 19 de marzo.
En los días siguientes se realizó un último intento por llegar a un acuerdo. Richard Holbrooke,
enviado especial del presidente Bill Clinton a Kosovo, viajó a Belgrado para reunirse con
Milosevic. Sin embargo, a pesar de las advertencias de que un ataque era inminente, Milosevic
siguió negándose a dar marcha atrás, por lo que, a pesar de que no había una autorización en alguna
resolución del Consejo de Seguridad para el uso de la fuerza, el 24 de marzo, pocos días después de
la retirada de la MVK, la OTAN lanzó sobre Serbia la Operación Fuerza Aliada, que consistió en
una campaña de bombardeo dirigido una serie de objetivos estratégicos en esa nación.16 Estos
objetivos no sólo incluían las fuerzas militares yugoslavas en Kosovo, sino también elementos
como puentes y refinerías. Aunque la creencia inicial era que Belgrado capitularía rápidamente, esto
no sucedió. En su lugar, la campaña de ataques aéreos dio lugar a una crisis humanitaria a gran
escala. En represalia contra los ataques, Milosevic ordenó a las fuerzas serbias intensificar sus
operaciones contra la población albanesa de Kosovo. En las semanas que siguieron, cientos de miles
de albaneses huyeron de Kosovo, tomando refugio en las vecinas Albania y Macedonia.17
El 9 de mayo, en una reunión en Alemania, los líderes del G8 rubricaron un documento con siete
puntos que contenían los principios para la solución de la crisis en Kosovo. Es importante destacar
que, una vez más, los principios establecían una solución basada en la autonomía e indicaban que
el fin de las hostilidades daría lugar a "un proceso político hacia el establecimiento de una política
provisional que consistiría en una autonomía sustancial para Kosovo, teniendo plenamente en
cuenta el contenido del fallido acuerdo de Rambouillet y de los principios de la soberanía y la
16 El 26 de marzo de 1999, dos días después de que comenzaran los bombardeos, el Consejo de Seguridad otorgó, de una manera curiosa, lo que Roberts (1999) denomina “consuelo legal” para la causa de la OTAN. Es así como un proyecto de resolución patrocinado por Rusia (y apoyado por dos no miembros del Consejo, como la India y Bielorrusia) pidió "el cese inmediato del uso de la fuerza contra la República Federativa de Yugoslavia”. Sólo tres estados (Rusia, China y Namibia) votaron a favor y 12 en contra. El representante de Eslovenia, que fue uno de los estados que se oponían a la resolución, abordó el punto clave, en cuanto a señalar que el Consejo de Seguridad no tiene el monopolio de la toma de decisiones con respecto al uso de la fuerza. Señaló que tiene "la principal, pero no exclusiva, responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales". Explica Roberts (1999) que bien este debate confirmó que la acción de la OTAN no se consideraba manifiestamente ilegal, un proyecto de resolución fallido no representa una base sólida para discutir la legalidad de una acción militar la acción, y este episodio rara vez se menciona en las declaraciones de los líderes de la OTAN. 17 The Kosovo Report. Independent International Commission on Kosovo. 2000.
14
integridad territorial de la República Federal de Yugoslavia y los demás países de la región".18 Esta
solución proporcionaba a Moscú, que hasta entonces había sido dejado de lado por completo, con
la cobertura política que necesitaba para ayudar a poner fin a la campaña aérea de la OTAN.
En ese contexto, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el 14 de mayo la resolución 1239, en
donde reconoce la grave crisis de los desplazados por el conflicto de Kosovo.19 De igual manera la
resolución elogiaba los esfuerzos que han sido adoptadas por los Estados miembros, al Alto
Comisionado de las Comisionado para los Refugiados (ACNUR) y otras organizaciones
internacionales de ayuda humanitaria para proporcionar la urgente asistencia de socorro a los
refugiados kosovares en Albania, la ex República Yugoslava de Macedonia y Bosnia y
Herzegovina, e instaba a los demás países, a la ACNUR y a otras organizaciones internacionales
de ayuda humanitaria que extendieran la asistencia a los desplazados internos en Kosovo, la
República de Montenegro y de otras partes de la República Federal de Yugoslavia, así como a otros
civiles afectados por la crisis.
Tres semanas más tarde, el 2 de junio, Víctor Chernomyrdin, el enviado de la Federación Rusa,
acompañado por Martti Ahtisaari, el presidente de Finlandia, que representaba a la Unión Europea,
viajaron a Belgrado donde presentaron a Milosevic el conjunto definitivo de los acuerdos que
debía firmar. Los enviados informaron al líder serbio que las condiciones no eran negociables, y
que, además, Moscú estaba ahora dispuesto a aceptar una solución de más fuerza si Yugoslavia no
cumplía con los acuerdos. Milosevic no tuvo otra opción que aceptar los términos que se
especificaban, y que incluía el retiro de todas las fuerzas yugoslavas de la provincia. Al día
siguiente la decisión fue ratificada por el parlamento yugoslavo. De esta manera, el 9 de junio de
1999, y después de una campaña militar de bombardeos aéreos de setenta y siete días, los
yugoslavos firman un acuerdo con la OTAN en donde Serbia perdía el control efectivo de su
provincia y autorizaba el despliegue en la misma de la Fuerza de Protección de Kosovo (KFOR,
por sus siglas en inglés).20
18 Interim Agreement for Peace and Self-Government In Kosovo. Rambouillet, France - February 23, 1999. En: http://jurist.law.pitt.edu/ramb.htm 19 Resolución 1239. Adoptada por el Consejo de Seguridad el 14 de mayo de 1999. 20 Military Technical Agreement between the International Security Force ("KFOR") and the Governments of the Federal Republic of Yugoslavia and the Republic of Serbia. En: http://www.aco.nato.int/resources/site7423/General/Documents/mta.pdf
15
5) La Administración Internacional de Kosovo: Análisis del Mandato.
En el acuerdo técnico militar firmado entre la OTAN y la Federación Yugoslava, se preveía, en los
párrafos 1 y 2 del artículo I, que por medio de una resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU sería convalidada en Kosovo la presencia civil y militar bajo los auspicio de ese
organismo.21 Es así como tal instancia, el día siguiente, 10 de junio de 1999, aprobó la Resolución
1244, donde se establece desplegar dos presencias internacionales una civil y otra de seguridad
para la administración de Kosovo, a saber, la Misión de Administración Provisional de las
Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK, por sus siglas en inglés), encabezada por las Naciones
Unidas y la de seguridad liderada por las fuerzas de la OTAN, que ya se habían bautizado como
KFOR.22
El mandato de la UNMIK, según lo estipulado en la resolución era triple: establecer el
funcionamiento de una administración civil interina provisional, incluyendo el mantenimiento de la
ley y el orden; promover el establecimiento de una autonomía sustancial y autogobierno
democrático incorporando la realización de elecciones y, por último, facilitar un proceso político
para determinar el futuro estatuto internacional de Kosovo.23 Un elemento que apreciamos
relevante en la resolución es que incluye como anexo que guía algunas de las provisiones del
mandato los acuerdos establecidos por los miembros del G8 los primeros días del mes de mayo en
Alemania24 y también señala que en la creación de la autonomía y autogobierno antes mencionados
se tendrían en cuenta lo estipulado en el fallido acuerdo de Rambouillet, mientras se encuentra un
solución definitiva. La aprobación de la resolución en esos términos, da cuenta del compromiso
político de los miembros del Consejo de Seguridad, ya que fue aprobada por unanimidad de sus
miembros con la sola abstención de China.
Explica Friedrich (2005) que cuando por medio de la Resolución 1244 se autoriza a los Estados
miembros para establecer la presencia de seguridad internacional y al Secretario General para
establecer la presencia internacional civil, el Consejo de Seguridad actuó de manera explícita dentro
21 Ibid. 22 Resolución 1244. Adoptada por el Consejo de Seguridad el 10 de junio de 1999. En: http://www.un.org/spanish/docs/comitesanciones/1160/sres1244.pdf 23 Ibid. Particularmente el décimo punto de la resolución. 24 Statement by the Chairman on the conclusion of the meeting of the G-8 Foreign Ministers held at the Petersberg Centre on 6 May 1999. Annex 1. En: http://www.un.org/peace/kosovo/99516.pdf
16
de los parámetros del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, cuestión que, agregamos, lo
señala el cuerpo del documento. Este autor indica que es ampliamente aceptado que el Capítulo VII
ofrece la suficiente base legal para el despliegue de una administración territorial, incluyendo la
completa absorción de las funciones gubernamentales, como es el caso de la UNMIK en Kosovo.
En ese orden de ideas Ruffert (2001) explica que el razonamiento jurídico y político que apoya a
las facultades del Consejo de Seguridad emana de la consideración de que el concepto de "Paz", en
el sentido del artículo 39 de la Carta de la ONU, debe entenderse que incluye el establecimiento
sostenible de la paz a largo plazo y añade que las administraciones territoriales deben
considerarse un instrumento necesario para cumplir con esta tarea y el Consejo de Seguridad tiene
la facultad de autorizar dichas administraciones en virtud del artículo 41 de la Carta de la ONU.
Friedrich (2005) indica que “la ausencia [dentro de la resolución] de cualquier referencia explícita
a esta medida no es un obstáculo, ya que la lista de las medidas contenidas en el artículo 41 debe ser
considerado como no exhaustiva”. El mismo razonamiento, anota Ruffert (2001), se puede aplicar
a las medidas en virtud del artículo 42, que en conjunción con el artículo 48 de la Carta de la ONU,
constituyen la base jurídica para un mandato que comprende el uso de la fuerza, por ejemplo, la
autorización para la presencia internacional de seguridad, representada en este caso por la (KFOR)
En cuanto a su alcance y ambición, expresa Yann (2004), el mandato de la UNMIK no tenía
precedentes para los estándares de las operaciones de campo de las Naciones Unidas, ya que no
sólo era competente para asumir la plena responsabilidad administrativa interina sobre el territorio
de Kosovo, sino que también se le asignó un papel político central en la resolución del conflicto.
Por lo tanto, el establecimiento de la administración internacional en Kosovo fue un movimiento
hacia un territorio desconocido (Yann, 2004). La UNMIK explica Cacho y Castro (2010) “debía
encargarse, tanto de establecer instituciones legítimas de gobierno democrático autónomo, como de
administrar directamente el territorio durante la transición, pudiendo ejercer todos los poderes
legislativos y ejecutivos, incluso la administración del poder judicial”. Estos últimos autores
afirman que dado que el mandato era muy complejo, se determinó un modelo estructural inicial
de la operación, integrado por cuatro componentes: Asuntos Humanitarios, coordinado por el
ACNUR; Administración Civil, bajo la responsabilidad directa de las Naciones Unidas; Fomento
Institucional, asumido por la OSCE; y Reconstrucción Económica bajo la iniciativa de la Unión
Europea.
17
La resolución 1244 establecía que el Secretario general de la ONU, nombraría un (su) representante
especial (Representante Especial del Secretario General, SRSG, por sus siglas en inglés) quien
tendría la responsabilidad de la implementación y control de la presencia civil, léase UNMIK, y que
además efectuaría la coordinación con la presencia de seguridad, léase KFOR, para asegurar que
ambas instancias operaran en la búsqueda de las mismas metas apoyándose mutuamente.25 El
primer reglamento26 adoptado por la UNMIK, señala Lemay-Hebert (2008), el cual fue mejor
conocido como “la "madre de todos los reglamentos", establecía la preeminencia del SRSG en la
política de Kosovo, afirmando que "todas las medidas legislativas y poder ejecutivo con respecto a
Kosovo, incluida la administración del poder judicial, se confiere a la UNMIK y es ejercida por el
Representante Especial".27 Esto significaba, por lo tanto, que no había separación de poderes en el
modelo de la comunidad internacional para la administración de Kosovo: el poder ejecutivo,
legislativo y judicial fueron imbuidos en una sola persona, cuyas decisiones no podían ser
impugnadas por la población local. En la práctica, el SRSG no solo no respondía a la población
local, sino que incluso disfrutaba de cierto grado de autonomía sobre la estructura de la ONU.
Bernard Kouchner, por ejemplo, que actuó como SRSG entre julio de 1999 enero de 2001,
estableció la autonomía de su oficina, con su propio equipo de asesores políticos, dejando de lado
al Departamento de Asuntos Políticos de la ONU (Hehir, 2005).
Con respecto a las tareas encomendadas a la KFOR dentro del mandato, Friedrich (2005) explica
que KFOR debe apoyar la UNMIK, pero sin embargo mantiene una posición independiente vis-a-
vis UNMIK, ya que está autorizada por separado y por tanto tiene su propia área de
responsabilidad. Esto lo aclara la propia Resolución 1244, que estipula que la KFOR debería
efectuar la coordinación pertinente con la UNMIK, tal como lo expresamos en párrafos anteriores.
En realidad, las tareas de la KFOR son, por un lado, las típicas actividades de mantenimiento de la
paz, que incluyen disuadir nuevas hostilidades, lo que garantiza que los refugiados pueden regresar
con seguridad y que la ayuda humanitaria puede ser entregada, así como la remoción de minas y la
vigilancia de las fronteras. Por otra parte, la KFOR tiene un mandato de imposición de la paz, en
relación con la aplicación del alto el fuego y la desmilitarización de los grupos insurgentes. De igual
25 Ibid 22. 26 Los reglamentos son los actos legislativos de la UNMIK que prevalecen sobre todas las demás leyes vigentes. 27 Regulation Nº 1999/1. UNMIK/REG/1999/1. 25 de julio de 1999. On the Authority of the Interim Administration In Kosovo. En: http://www.unmikonline.org/regulations/1999/re99_01.pdf
18
manera, y de especial importancia en la situación inmediatamente posterior al conflicto, sus tareas
incluían el establecimiento de un entorno seguro para que la UNMIK y las organizaciones
humanitarias pudieran llevar a cabo las tareas encomendadas. 28
Como se puede apreciar no existía una estructura jerárquica, sino más bien una estructura
paralela, en donde UNMIK debía encargarse de las cuestiones relacionadas con la administración
civil, mientras KFOR se ocupaba de los asuntos de seguridad. Tal cuestión puede apreciarse, por
ejemplo, en el enfoque por fases aplicado con respecto a la seguridad pública. En un principio
KFOR se hizo cargo de las tareas relacionadas con la misma, hasta que la UNMIK desarrolló un
nuevo cuerpo policial para Kosovo. Tal sustitución de la autoridad local, explica Lemay-Hebert
(2008), rara vez se había hecho con anterioridad y, además, la KFOR seguía siendo responsable de
la seguridad y la protección de la UNMIK y de otras organizaciones internacionales.
6) Breve diagnóstico sobre el estado de la situación en Kosovo a la llegada de la UNMIK y la
KFOR.
Dado que el presente trabajo tiene por objetivo estudiar el tema de la cooperación civil-militar
desarrollada por la KFOR en Kosovo, en el marco de lo establecido en la resolución 1244 del
Consejo de Seguridad de la ONU, es conveniente ilustrar algunos aspectos generales sobre el estado
de la situación de esa provincia serbia antes de la llegada de los contingentes de la OTAN y del
personal de las Naciones Unidas que efectuarían las tareas encomendadas en la resolución del
Consejo de Seguridad antes mencionada. En ese orden de ideas, en este epígrafe se pretende
exponer el estado de la situación general de Kosovo en lo atinente a una serie de aspectos que
tendrían sin duda un impacto de forma directa o indirecta sobre el desarrollo de la cooperación
civil-militar en esta intervención multinacional.
28 Especificamente la KFOR tenía las responsabilidades siguientes: 1) Disuadir la reanudación de las hostilidades, mantener, y donde fuera necesario, obligar a la aplicación del alto al fuego y garantizar la retirada y evitar el regreso a Kosovo de las fuerzas militares, policiales y paramilitares de la República Federal de Yugoslavia. 2) La desmilitarización del Ejército de Liberación de Kosovo (KLA) y de otros grupos armados albaneses de Kosovo. 3) El establecimiento de un entorno seguro en el que los refugiados y las personas desplazadas puedan regresar a sus hogares en condiciones de seguridad, la presencia internacional civil pueda funcionar, una administración de transición puede ser establecida, y la ayuda humanitaria puede entregarse. 4) "Garantizar la seguridad pública y el orden hasta que la presencia internacional civil pueda asumir la responsabilidad de esta tarea. 5) Supervisar la remoción de minas hasta que la presencia internacional civil pueda, en su caso, asumir la responsabilidad de esta tarea. 6) Apoyar, según proceda, y en estrecha coordinación con el trabajo de la presencia civil internacional. 7) Realizar las tareas de control de fronteras, según proceda y 8) Garantizar la protección y la libertad de movimiento de sí misma, de la presencia internacional civil y otras organizaciones internacionales.
19
En función de lo antes expuesto, el primer elemento que es conveniente recalcar tiene que ver con
la situación humanitaria de esa provincia, la cual, según Clarke (2002) se puede ubicar entre los
primeros lugares en la lista de las denominadas “emergencias complejas humanitarias”. Esto es así
motivado a la cantidad de personas desplazadas, las cuales se estiman entre las 800 y 860 mil, el
estado de ruina tanto de la infraestructura como de los servicios públicos de la región.29 Durante
las nueve semanas en las que se desarrolló la campaña aérea emprendida por la OTAN contra los
objetivos yugoslavos y tal como se señaló anteriormente, mas de 800.000 albano-kosovares
huyeron o fueron expulsados de sus hogares, estimándose que cerca de 450.000 lo hicieron hacia
Albania, alrededor de 350.000 se trasladaron hacia Macedonia y cerca de 70.000 a Montenegro.30
Adicionalmente, alrededor de 590.000 personas se vieron en la necesidad de abandonar sus hogares
hacia otros destinos dentro de Serbia.31 Se estima que aproximadamente el 90 por ciento de todos
los albaneses de Kosovo se quedó sin hogar en este período.32 Según Clarke (2002), estas cifras
tan grandes, en un período de tiempo tan corto, eran inusuales en la historia de las operaciones
con refugiados, y sólo durante la guerra kurda-iraquí de 1991 y el período posterior al genocidio de
Ruanda de 1994 la ACNUR33 enfrentó números tan grandes de refugiados y desplazados.
De hecho, la ACNUR deseaba evitar el retorno a gran escala de los refugiados desde la antigua
república yugoslava de Macedonia y Albania, debido a la preocupación por su seguridad. Muchos
asentamientos albaneses y gran parte de la infraestructura habían sido destruidas, tal como se
indicó previamente, y quedaban en el terreno tanto trampas explosivas como campos minados, lo
que planteaba un peligro para la vida de quienes deseaban retornar. Por tal razón, esta agencia
impartió un programa de educación en los campos de refugiados para crear conciencia sobre los
riesgos de un retorno prematuro.34 Señala Garland (2005) que los bombardeos efectuados por la
OTAN dejaron más de la mitad de las casas en Kosovo con daños significativos y todos los
29 Ver, por ejemplo: The Kosovo Report. Independent International Commission on Kosovo. 2000. 30 Al inicio del conflicto Kosovo contaba con aproximadamente dos millones de habitantes. Para tener mayores detalles del éxodo se recomienda ver el reporte citado en el pie de página anterior o los reportes de la UNHCR sobre Kosovo en: http://www.unhcr.org/cgi-bin/texis/vtx/search?page=search&query=kosovo&x=10&y=17 y en particular: http://www.unhcr.org/cgi-bin/texis/vtx/home/opendocPDFViewer.html?docid=3c3ab4b8a&query=kosovo 31 Ibid 33. 33 La ACNUR es la Agencia de la ONU para los Refugiados. Sus siglas en inglés son UNHCR. Ambos términos se emplearán indistintamente. 34 Kosovo: KFOR and Reconstruction. House of Commons. International Affairs & Defence Section. Research Paper 99/66. Junio de 1999.
20
aspectos de la vida se vieron afectados: la electricidad y el agua eran escasos, los puentes fueron
destruidos y las carreteras estaban llenas de minas, además las escuelas y los hospitales estaban
cerrados. Más allá de los rigores que causaron las acciones bélicas sobre la infraestructura de esta
región serbia, lo cual ha sido mencionado en varias oportunidades, es conveniente exponer lo
indicado por Ridge (2009) quien afirma que antes de esos acontecimientos Kosovo “era una
provincia que perennemente se encontraba en mal estado siendo el área menos desarrollada y más
pobre de Yugoslavia”.35 Esta provincia, agrega Ridge (2009), estaba literalmente desmoronándose,
ya que desde la década de 1980 ni los gobiernos serbios ni albaneses habían emprendido algún
mejoramiento importante en su infraestructura.
Por lo antes expuesto, y como bien lo expresa Martínez (2007), hay que entender que los
contingentes civiles y militares que se desplegarían en el terreno en esta misión, deberían afrontar
una situación caótica en un territorio destrozado por la guerra, con su población enfrentada y
necesitada de absolutamente todo, de hecho, como afirma Studer (2001), por tal razón algunas de
las tareas asignadas a la KFOR no estaban claramente distinguidas de las labores de trabajo
humanitario, lo cual “podía desviar a los contingentes armados de su principal objetivo”. En el
mismo sentido, indica Martínez (2007), el despliegue militar multinacional constituía una
verdadera ocupación del territorio en donde miles de personas que no conocían la zona y que
aunque podían estar llenos de buenas intenciones en la mayoría de los casos, no sabían ni cómo ni a
quien ayudar.36 Esto lo confirma Yannis (2004) cuando expresa que los mayores retos de la misión
se derivaban del carácter excepcional del mandato de la resolución 1244, ya que la idea de
establecer una administración internacional que asumiría todas las responsabilidades de gobierno en
Kosovo –dejando totalmente de lado a las autoridades yugoslavas- representaba un enorme desafío
tanto conceptualmente como operacionalmente.37
35 Kosovo siempre había sido la región más pobre de Yugoslavia. En Kosovo, para 1952 el Producto Interno Bruto per cápita era 44% más bajo que la media yugoslava. Este valor había disminuido al 29% en 1980 y al 22% para 1990. El desempleo había alcanzado el 27% en 1980 y aumentó al 40% en 1990. The Kosovo Report. Independent International Commission on Kosovo. 2000. 36 De hecho en el “Informe del Grupo sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas” de agosto de 2000 (mejor conocido como el “Informe Brahimi”) se abordan muchos de estos temas y se analizan los desafíos operacionales de la administración internacional en Kosovo. 37 En agosto de 1999, se conformó en Pristina, el Comité de Cooperación de la República Federativa de Yugoslavia con ONU como la única presencia oficial de las autoridades yugoslavas en Kosovo. Su mandato se limitaba a servir de enlace con la presencia internacional, pero pronto más bien parecía una misión diplomática en el interior de su propio estado. Se estableció el Comité de Cooperación para la RFY para operar bajo el Ministerio Yugoslavo de Asuntos Exteriores y, entre agosto de 1999 y diciembre de 2000, fue dirigido por el Embajador Vukisevic, un diplomático de la República Federativa de Yugoslavia y ex embajador en Albania. La resolución 1244 del Consejo de Seguridad, prevé
21
7) La Cooperación Civil-Militar en la Administración Internacional de Kosovo (1999-2000).
En este epígrafe, se realiza un análisis sobre la cooperación civil-militar en la administración
internacional de Kosovo durante los años 1999 y 2000. La sección se divide en dos partes. En la
primera de ellas se efectúa una revisión del marco conceptual en cuanto a la cooperación civil-
militar en general y dentro de la OTAN en particular. En la segunda sub-sección se realiza el
análisis de la cooperación civil-militar en Kosovo durante el período antes mencionado, tomando
como base la actuación de las brigadas comandadas por los ejércitos de los Estados Unidos de
América y Alemania respectivamente. Es de resaltar que no se pretende efectuar un análisis
comparativo sobre la actuación de tales cuerpos militares en el tema de la CIMIC, sino, más bien,
dado el grado de homogeneidad con que se realizaron estas funciones en Kosovo, exhibir una parte
que estimamos representa el todo de las cinco brigadas en que se dividió el terreno, tal como se
describirá en detalle en ese cuerpo del trabajo. También es de resaltar que se decidió analizar este
período, siguiendo las etapas que propone de Coning (2005) para dividir conceptualmente a las
operaciones de construcción de la paz. Así, entonces, se resolvió evaluar la cooperación civil-
militar en la primera fase, la cual este autor denomina “período de estabilización” y que se inicia
después de finalizada las hostilidades entre las partes, con una duración aproximada de un año.
Además de Coning (2005) indica que tal etapa se solapa con lo que “la comunidad humanitaria
llama fase de emergencia humanitaria”.
7.1) Marco conceptual: La CIMIC y la OTAN.
Según de Coning (2005), la denominada coordinación civil-Militar es un concepto controvertido
con muchas definiciones diferentes y doctrinas que compiten para describir esencialmente la misma
actividad, es decir, la coordinación entre los actores civiles y militares en operaciones de paz. En
este trabajo se empleará la concepción más ampliamente difundida como lo es la cooperación civil-
militar, utilizado por la OTAN, la Unión Europea y la mayoría de los países de Europa y Canadá.
Estudiando lo que significa CIMIC para el principal actor militar interviniente en Kosovo, como lo
es la OTAN, a través de la KFOR, tenemos que según Johansson (2011), desde el principio CIMIC
es un término OTAN, refiriéndose a la sección dentro de la estructura militar que se ocupa del
que "después de la retirada, un número convenido de personal yugoslavo y serbio será permitida a volver a realizar las siguientes funciones: Enlace con la misión civil internacional y la presencia internacional de seguridad (entiéndase KFOR), marcado/barrido de campos minados y para mantener una presencia en los sitios patrimoniales serbios y los puntos fronterizos clave. Realmente sólo la primera de las acciones se llevó a efecto.
22
enlace y apoyo a la sociedad civil y las organizaciones civiles, de su área de operaciones. La meta,
señala esta autora consistía en apoyar al comandante en alcanzar sus objetivos militares.
La brecha entre la teoría y la práctica de la CIMIC dentro de la OTAN, comenzó a surgir en el
curso del período 1996-1997 en Bosnia, cuando las fuerzas militares intensificaron gradualmente
su apoyo al componente civil de los esfuerzos internacionales. De hecho el apoyo a las cuestiones
civiles, se convirtió gradualmente en la clave para alcanzar cualquier nivel de progreso en Bosnia.
La principal función de las fuerzas de la OTAN en Bosnia consistía en separar a las partes en
conflicto a lo largo de una zona de protección y así crear las condiciones para la paz. Sin embargo,
esta brecha llegó a su cúspide, precisamente durante las operaciones terrestres de la OTAN en
Kosovo en el período 1999-2000. En esta última región la CIMIC estaba prevista en la misma
forma que en Bosnia: como una función para soportar un fin militar.
Las experiencias durante esa operación de paz en los Balcanes, señala Voget (2008) representan la
base de los últimos conceptos sobre CIMIC desarrollados por la OTAN. Tal cuestión la confirma
Coning (2008) cuando afirma que el interés sobre la coordinación entre civiles y militares emerge
por primera vez durante el desarrollo de las operaciones de paz en Somalia y Bosnia, como un
intento de gestionar sistemáticamente la relación entre las fuerzas militares y las agencias
humanitarias en los niveles tácticos y operacionales. Mientras que los enfoques anteriores de
CIMIC presentaban como un deber secundario concentrarse en la asistencia humanitaria para
atender las necesidades inmediatas de la población civil, las operaciones en los Balcanes
demostraron con el tiempo que la CIMIC también puede ser una importante fuerza multiplicadora
para un comandante en las operaciones de mantenimiento de la paz (Voget, 2008).
En realidad no es una idea nueva que las unidades militares estarán tanto más seguras y actuarán
con más eficacia en el cumplimiento de sus labores de aseguramiento del teatro de operaciones,
mientras tengan a la población local como un aliado y no como un adversario, por lo tanto, para
Longhurst (2004), la protección de las fuerzas militares como un resultado de las medidas de
CIMIC se basan en "ganar los corazones y las mentes" de la población local.38 Además, como las
operaciones militares normalmente se llevan a cabo en entornos complejos donde los soldados no
pueden confiar totalmente en el funcionamiento ni de las instituciones civiles ni de la infraestructura 38 Este término es empleado en el ámbito de la contrainsurgencia, en el sentido de poner del lado o a favor de las fuerzas regulares a la población local.
23
existente, los militares tienen que ejecutar y hacer frente una variedad de tareas que no son
precisamente de naturaleza militar. Por lo tanto, según Paul (2009) un tema de especial
controversia es el carácter y el alcance de la cooperación civil-militar, ya que existe una
contradicción inherente, es decir, por un lado CIMIC es un instrumento táctico para que el
cumplimiento de una misión militar y por otro lado la ayuda humanitaria y de reconstrucción a
menudo se presentan como tareas a ser realizadas por las fuerzas armadas.
Entendemos, entonces, que teniendo todos estos aspectos en cuenta, la OTAN ha comprendido, si
bien gradualmente, la necesidad de tener una política coherente e institucionalizada para la
CIMIC. Es así como el actual enfoque de CIMIC de la OTAN se fundamenta en dos documentos
principales.39 En primer término, se tiene la MC-411/1 o “Política Militar de la OTAN sobre
Cooperación Civil-Militar”, en donde se establece la política sobre la CIMIC de la Alianza.40 El
otro documento es el “AJP-9 Doctrina de Cooperación Civil-Militar (CIMIC) de la OTAN”, el
cual establece la doctrina así como las tácticas, técnicas y procedimientos para la implementación y
ejecución de la CIMIC en el presente.41 Tenemos que, según los dos documentos previamente
citados, la definición actual de CIMIC para la OTAN es la siguiente: "La coordinación y la
cooperación, en apoyo de la misión, del comandante de la OTAN y los actores civiles, incluidos la
población y las autoridades locales, así como organizaciones internacionales, nacionales y no
gubernamentales y las agencias de la OTAN”. Además, a este respecto, la OTAN distingue entre
tres funciones principales de la cooperación civil-militar, a saber: el denominado “enlace civil-
militar", el “apoyo al ambiente civil” y el “apoyo a la Fuerza”.42
7.2) Análisis de la CIMIC en Kosovo. Período 1999-2000.
No resulta en extremo obvio recalcar que el logro de los objetivos específicos establecidos en la
resolución 1244, constituían elementos críticos para el éxito de la misión encomendada por la
comunidad internacional a la KFOR y a la UNMIK. Si bien estas entidades, como lo explica Wentz
(2002), desarrollaron sus propios conjuntos de metas específicas, el liderazgo de la OTAN 39 Si bien en este trabajo sólo se analizará la CIMIC entre la KFOR y otros actores civiles durante el período 1999-2000, se considera apropiado establecer brevemente el enfoque presente de la OTAN para tal cooperación.
40 MC 411/1. NATO Military Policy on Civil-Military Co-operation. NATO International Military Staff. 2002. En: http://www.nato.int/ims/docu/mc411-1-e.htm 41 AJP-9 NATO Civil-Military Co-Operation (CIMIC) Doctrine. 2003. En: http://www.nato.int/ims/docu/ajp-9.pdf 42 Ibid.
24
comprendió que el éxito de KFOR estaba inexorablemente unido al éxito de UNMIK. No obstante,
los niveles político-estratégico de la ONU y la OTAN fallaron en lo que respecta a desarrollar un
plan estratégico conjunto, que estableciera claramente los lineamientos en cuanto a la coordinación
y sincronización de los contingentes militares y civiles antes de su ingreso a Kosovo. A pesar de la
importancia de tal cuestión, independientemente del ámbito a que refiera, léase militar, empresarial
o comercial, este documento no se concretó mientras la alianza atlántica ejecutaba la operación
militar sobre las fuerzas yugoslavas. Sólo después de la entrada al terreno de operaciones del
personal civil y militar, la OTAN y la UNMIK ejecutaron tal tarea.43 Otro elemento que tuvo un
impacto negativo sobre el desarrollo de la cooperación civil-militar en los primeros estadios de la
operación de paz en Kosovo, es el que indica Jezdimirovic (2009) cuando afirma que existió una
“limitada interacción” entre la OTAN y las instituciones de ayuda humanitaria, previo a su entrada
al campo.
Tal como se expuso con detalle en el epígrafe sexto de este escrito, la situación en Kosovo era
realmente complicada. A este respecto, quien se desempeñara como el primer comandante de la
KFOR, General Mike Jackson relató que su fuerza se enfrentaba a serios desafíos a llegada a
Kosovo, ya que “todavía militares yugoslavos estaban presentes en grandes números y los
miembros del KLA estaban armados y altamente visible, con algunos combates todavía en
desarrollo” Jackson (1999). De igual manera Jackson (1999) indica que casi un millón de personas
estaban refugiadas fuera de Kosovo y los que se quedaron vivían con el temor diario de sus vidas.
Explica este militar que había poca luz y agua, las casas fueron destruidas, en las carreteras había
minas, los puentes fueron derribados y las escuelas y los hospitales no funcionaban. Las emisoras
de radio y TV estaban fuera del aire. La vida cotidiana, remata Jackson (1999), “se encontraba
suspendida". En ese mismo orden de ideas, indica Clarke (2002), él para ese momento Presidente
del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Cornelio Sommaruga, afirmaba que “lo más
urgente en Kosovo en estos momentos es la necesidad de crear un espacio humanitario, físico,
político y psicológico en el que las organizaciones humanitarias neutrales, imparciales, como el
Comité Internacional de la Cruz Roja puedan trabajar.44 Aunque el jefe del CICR también estaba
43 Señala el último autor citado que posteriormente la KFOR suministró apoyó a la UNMIK para desarrollar conjuntamente este documento. Tal escrito no pudo ser localizado en el transcurso de esta investigación.
44 Llama mucho la atención este comentario. Pareciera, entonces, que existen organizaciones humanitarias que no son “imparciales y neutrales”. En términos generales y no solo para el caso de Kosovo, este un tema que sería conveniente estudiarlo de manera formal. Por ejemplo, sería interesante determinar si existe algún tipo de impacto para la CIMIC
25
preocupado por las actitudes del Ejército de Liberación de Kosovo (KLA), cuya posición se
fortaleció en gran medida durante la guerra aérea, la OTAN dejó en claro que no había tenido
discusiones significativas con el CICR sobre esta clase de cuestiones, que según Clarke (2002) son
fundamentales en la coordinación de labores conjuntas civiles y militares.
Lo anteriormente expuesto confirma cuan deficiente fue la comunicación entre la KFOR y las
organizaciones humanitarias que se desenvolverían como sus compañeros de misión en Kosovo.
Obviamente, la ausencia de tal comunicación implica que no existió el más mínimo intento de
coordinación por parte de la KFOR para desarrollar la necesaria cooperación con los actores civiles
antes de su llegada al terreno de operaciones.
De acuerdo a lo antes descrito, el problema inmediato para la KFOR consistía en ingresar a Kosovo
para restaurar el orden y permitir así el retorno de la población civil y, posteriormente, posibilitar el
suministro de socorro, tanto a los que habían permanecido como a los que regresaban. No obstante,
antes de proseguir con el análisis del accionar de la KFOR y en específico el desarrollo de la CIMIC
en Kosovo, consideramos conveniente dedicar unas líneas para abordar brevemente una figura que
desde el punto de vista legal se presenta como muy interesante y que, además, es poco
referenciado en la literatura que analiza las operaciones de paz. Este aspecto viene dado por lo
establecido en el IV Convenio de Ginebra y de los Protocolo adicionales de 1977, que indica que la
responsabilidad jurídica de las fuerzas militares para suministrar tal socorro es limitada. Explica
Burger (2000), que los artículos 68 a 71 del Protocolo I establecen algunas reglas detalladas sobre
el suministro de socorro a los civiles, tales como el deber de proporcionar alimentos y suministros
médicos y el de permitir la entrega de tales socorros. Sin embargo, afirma Burger (2000), esta es
una obligación que se aplica al conflicto armado o a la ocupación militar, pero no a una fuerza de
mantenimiento de la paz. Por tal razón, sería de gran importancia que se legisle internacionalmente
sobre este tema, de forma tal que los contingentes militares que participan en operaciones de paz,
dispongan de un marco regulatorio que les suministre las reglas básicas sobre como accionar en
cuanto a la operacionalización del socorro en tales ambientes especiales.
Visto lo anterior, y retornando a la KFOR, se tiene un total de veinte mil efectivos ingresaron a Kosovo
desde la anterior República Yugoslava de Macedonia, el día 12 de junio, divididos en seis brigadas lideradas cuando los contingentes militares realizan trabajos en conjunto con organizaciones civiles-humanitarias que no se pueden considerar como “imparciales y neutrales”.
26
por Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos y dos por Gran Bretaña, respectivamente.45 En su punto más
alto, el contingente militar de la OTAN estacionado en Kosovo mantuvo alrededor de 40.000
hombres provenientes de más de 30 países agrupados en cinco brigadas multinacionales (MNB, por
sus siglas en inglés), cada una de ellas controlada las naciones líderes mencionadas anteriormente.
A cada una de estas brigadas se les asignó una de las cinco zonas en que fue divida Kosovo, según
el acuerdo técnico militar firmado entre la OTAN y la Federación Yugoslava.46 Los Estados
Unidos fueron los responsables de la MNB Este, Francia de la MNB Norte, Italia fue la
responsable de MNB Occidental, mientras que Alemania dirigía la MNB Sur y, por último, el
Reino Unido estaba encargado de la MNB Central.47 En lo que se refiere a las organizaciones
humanitarias presentes en el terreno, durante los ataques aéreos sólo un pequeño número fueron
capaces de seguir funcionando, pero al culminar los ataques aéreos muchas de ellas retornaron
rápidamente a Kosovo. Como muestra de la cantidad de tales organizaciones presentes en la zona de
conflicto se tiene que de acuerdo a la propia OTAN para septiembre del año 1999 había más de
650 de estas, variando de grandes organizaciones internacionales a pequeñas ONGs locales
(Wentz, 2002).
Esta distribución territorial, traería como consecuencia que la CIMIC dentro de cada diferente MNB
se realizaría en función de las muy particulares visiones nacionales sobre este aspecto, sin tomar en
consideración lo que señalaba para ese momento las directrices de la OTAN en cuanto a los
objetivos, mecanismos y prioridades en la coordinación civil-militar. En ese sentido, Mockaitis
(2004a), explica que esta división de responsabilidades demostraba al mismo tiempo,
contradictoriamente, tanto una gran fortaleza como una debilidad evidente de la misión. Como un
oficial CIMIC observa, escribe Mockaitis (2004b), no había un solo Kosovo sino varios Kosovos.
Por el lado positivo de la situación tenemos que la estructura de mando descentralizado de la KFOR
se amoldaba bien con la naturaleza igualmente descentralizada de la provincia, lo que otorgaba a
los comandantes locales una amplia posibilidad de tratar aquellos problemas únicamente atinentes a
la localidad o con problemas de la provincia con manifestaciones exclusivamente locales.
45 Para una descripción detallada del ingreso de la KFOR a Kosovo se recomienda consultar: KFOR: providing security for building a better future for Kosovo. En: http://www.nato.int/docu/review/1999/9903-05.htm 46 Ibid 24. 47 Hay que señalar que además de las naciones pertenecientes a la OTAN, en la KFOR también se incluyó personal militar proveniente de otros países no OTAN y denominadas “Aliados para la Paz” (Partnership for Peace, o PfP como normalmente se encuentra en la literatura sobre el tema), como el caso, por ejemplo, de Rusia.
27
Describe Mockaitis (2004b) que el contingente de la MNB Norte contaba con más de nueve mil
personas para el momento de mayor fortaleza. Construido alrededor de una brigada francesa, el
contingente ha incluido unidades de Bélgica, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Hungría y
Rusia. La unidad CIMIC de la MBN norte se componía de unos 60 oficiales y soldados procedentes
de unidades nacionales de Francia y otros países. La mayoría eran reservistas que servían en una
rotación de 4 meses, teniendo como oficial al mando, un coronel francés, que servía en una
rotación de 6 meses. Los franceses asignan a algunos de sus oficiales de las ramas del ejército
regular a esta unidad. El equipo CIMIC contaba con un presupuesto limitado, pero mantenía buenas
relaciones con las ONG de carácter humanitario provenientes de Francia y con algunas de los
países que contribuían con tropas a esta brigada.
El contingente de la MBN Este, según Mockaitis (2004b) alcanzó su mayor número de personas con
cerca de 8500. Construida alrededor de un grupo de trabajo de los EE.UU, el contingente ha
incluido unidades de Rusia, Grecia y Polonia. La CIMIC en esta brigada se produce a nivel del
contingente nacional con relativamente poca interacción entre las unidades. Esta cuestión ilustra lo
anteriormente señalado en el sentido que el grado de importancia y desarrollo de estas actividades
estaban fuertemente condicionadas a la postura con respecto al tema de la nación líder de la brigada.
En este caso, además, se acompaña con el hecho que el ejército de los EEUU no ha adoptado la
terminología OTAN en cuanto a CIMIC, por lo que las tareas que entran en este ámbito las
denominan “Asuntos Civiles” (Civil Affairs, CA). Es conveniente acotar que para los
norteamericanos los Asuntos Civiles incluyen un amplio rango de actividades en la que la
cooperación civil-militar es solo una de ellas. Esta unidad contaba con cerca de unos 55 personas,
entre oficiales y personal alistado. La ejecución de la CIMIC por parte de los EEUU se ve limitada
por la estrecha definición de sus tareas. Por ejemplo, la unidad de CA inicialmente contaba con
algunos fondos para ayuda humanitaria, pero sufrieron severos cortes durante el desarrollo de la
misión.
La MNB Sur, explica Mockaitis (2004b), se constituyó sobre la base de una brigada alemana
aumentada por efectivos militares de Austria, Turquía, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Noruega y
Rusia. Este contingente mantuvo alrededor de 8000 efectivos en como su máxima cantidad. La
brigada tiene la unidad CIMIC más grande de la KFOR, con más de 100 personas, pero a pesar de
esta gran capacidad, mantiene un enfoque conservador para CIMIC, no muy diferente a la de los
americanos. El contingente de la MNB del Oeste tuvo su máximo pico de personal con cerca de
28
5200 efectivos. Construida alrededor de una brigada italiana, el contingente ha incluido unidades de
España, Portugal, Argentina, Bulgaria y Turquía. La unidad CIMIC de este contingente consistía
en aproximadamente 60 oficiales y personal alistado.
En el caso de la MNB del Centro, Mockaitis (2004b) explica que mantuvo su máxima cantidad de
tropas contando 9380 efectivos de la KFOR y fue construida alrededor de una brigada británica,
el contingente ha incluido unidades de Finlandia, Noruega, Suecia, Hungría, Irlanda, Rusia, la
República Checa y Canadá, bajo el mando británico. Esta brigada ha trabajado para proporcionar
un ambiente seguro, detener el éxodo de serbios, facilitar el regreso de los refugiados, la
reconstrucción de la infraestructura crítica, y cooperar con la UNMIK para promover la meta de una
región multiétnica y democrática en Kosovo.
La distribución de responsabilidades que se describió con detalle en los párrafos anteriores, tuvo
como implicancia en materia de CIMIC en Kosovo “una grave falta de coordinación de los
esfuerzos de reconstrucción entre HQ KFOR y sus cinco MNBs” (Millotat, 2003). Tal cuestión
condujo a lo que Voget (2008), interpretando a Millotat (2003), denomina "CIMIC al azar", ya
que según el primer autor reflejó la competencia entre CIMIC como un procedimiento táctico para
las operaciones militares con el objetivo de crear protección a la fuerzas, por un lado, y CIMIC
como una contribución política a los esfuerzos generales de construcción del Estado sobre la base
de los respectivos intereses nacionales, por otro. Frente a esta situación, los estrategas de la KFOR
trataron de contrarrestar el desarrollo cada vez más heterogéneo de las brigadas que parecían
"reinos" en lugar de una fuerza de intervención internacional homogénea (Millotat, 2003).48 Dentro
de esos esfuerzos, la zona de operaciones de los italianos (MNB West) fue fusionada en noviembre
de 2002 con la de los alemanes (MNB Sur) para crear la nueva Brigada Multinacional Suroeste
(MNB-SW) con sede en Prizren. Esta medida, según Voget (2008) tenía el doble objetivo de crear
cierta multi-nacionalidad, así como incrementar la cooperación entre las tropas de los distintos
países mediante la superación de viejas fronteras. En realidad, como estaban integradas las
brigadas, es decir con una amplia presencia multinacional, cuestión que se describió previamente,
puede catalogarse como irrelevante el primer objetivo planteado, no así la cuestión de mejorar la
coordinación entre las MNB.
48 De hecho Mockaitis (2004a) en su trabajo describe las MNB como “Los Reinos”.
29
El tema de la coordinación al más alto nivel, que hemos denominado nivel político-estratégico,
entre la KFOR y la UNMIK, tampoco estuvo exento de deficiencias ya encontrándose en el terreno
los integrantes de ambos grupos. Por ejemplo, escribe Millotat (2003), la mudanza del cuartel
general de la KFOR generó problemas en la comunicación con la UNMIK, ya que la relación de
trabajo permaneció “demasiado floja”. Adicionalmente hay que agregar la UNHCR “declinó
realizar planificación de contingencia” en lo referente al manejo del influjo de refugiados que
retornaban a Kosovo.49 Derivado del conjunto de razones esgrimidas a lo largo de este epígrafe se
comprende porque algunos autores hablan de “falla parcial” o “fracaso parcial” en las misiones de
la UNMIK y KFOR (Daxner, 2010; Jezdimirovic, 2009), no obstante la última autora citada señala,
más bien, que las opiniones sobre el éxito o fracaso de la CIMIC en Kosovo, están divididas en dos
grandes bloques: por un lado los oficiales de la KFOR que la catalogan como un éxito y por otra
parte los académicos que tienden a opinar lo contrario.
Si se extrapola lo anterior a lo que podríamos denominar cooperación civil-civil, no es muy difícil
entender que en principio la UNMIK no tuvo éxito para orquestar el trabajo de más de 360
organizaciones no gubernamentales presentes en Kosovo,50 tal como lo señala Millotat (2003). Este
autor indica que como consecuencia de esta deficiencia, las ONG “entraban y salían de Kosovo
como ellas querían. La cooperación real con ellas nunca ocurrió”. Con respecto a esta conclusión,
que proviene de una “parte interesada” en el problema, se puede oponer la afirmación de Pugh
(2000), que si bien no señala taxativamente que existió tal cooperación, si indica que a tales
organizaciones no les quedó otra alternativa que plegarse al liderazgo militar en la provisión de
ayuda humanitaria a la población, esto implica que debe haberse desarrollado aunque sea una
mínima coordinación entre ambos actores para ejecutar tales actividades. En realidad Pugh (2000)
afirma que la provisión de ayuda humanitaria fue “militarizada” en el caso de Kosovo. Si bien esto
es entendible en función del estado de las cosas en que las fuerzas de la KFOR encontraron el
terreno, no explica, y tampoco justifica, que no haya existido cooperación civil-militar.
49 Ver: The Kosovo Refugee Crisis: An Independent Evaluation of UNHCR's Emergency Preparedness and Response. En: http://www.unhcr.org/3ae68d19c.html 50 Se puede notar que previamente citamos a Wentz quien habla de más de 650 ONGs, ahora citamos a Millotat que hace referencia a 360 de ellas. Por otro lado, tanto Pugh como Mockaitis hablan de acerca de quinientas de estas organizaciones. Probablemente sea un buen momento para señalar que el Mayor General Christian Millotat, se desempeño como el vice-comandante (DCOM) de la KFOR entre septiembre del 2001 y octubre del 2002.
30
Para ilustrar el drama humanitario que debía encarar la KFOR en las diferentes MNB, y que
explica porque las fuerzas militares llevaron el liderazgo en cuanto el suministro de socorro a la
población, se puede señalar que sólo en la MNB Sur -bajo el liderazgo alemán- durante el primer
mes de la operación los efectivos militares repartieron más de 600.000 comidas calientes y
distribuyeron aproximadamente 155 toneladas de alimentos. (Braunstein et al, 2001). Además
dentro de las actividades de reconocimiento del terreno realizaron una evaluación detallada de la
situación general en los municipios, en el que se hizo especial hincapié en determinar el grado
particular de destrucción. Tal desarrollo fue seguido por grandes esfuerzos para realizar el
acondicionamiento para el invierno de las casas y alojamientos existentes. Dentro de ese contexto,
más de 1.600 casas dañadas fueron reformadas por los soldados y algunas familias sin refugio
recibieron materiales de construcción para la reparación de sus viviendas. Adicionalmente, los
soldados de esta brigada distribuyeron más de 1.000 toneladas de ayuda humanitaria (Braunstein et
al, 2001). En realidad, seguramente, es difícil encontrar alguna ONG que posea la capacidad
logística para realizar en solitario las tareas antes planteadas, al menos las referentes a provisión de
alimentación, también es difícil de imaginar a los comandantes de las brigadas dedicándole total
atención a la cuestión de cómo serían evaluadas sus actuaciones a la luz de la coordinación que
efectuaran o no con los actores civiles, y en especial con las ONG, cuando debían enfocar todos sus
esfuerzos en atender a cientos de miles de personas que requerían de alimentación y vivienda con
carácter de urgencia. Tal planteamiento de alguna manera lo confirma Clarke (2002) cuando
describe lo señalado por una oficial europea de enlace asignado a J-9, es decir operaciones cíviles-
militares de la OTAN, quien afirmó que "si hubiera visto el caos en las relaciones civiles-militares
durante los dos primeros meses del despliegue de la OTAN en Kosovo, habría dicho que nunca lo
lograríamos."
Tal como especificaba la resolución 1244 del Consejo de Seguridad la misión civil dirigida por la
Naciones Unidas, léase la UNMIK, se convertiría en el gobierno provisional de Kosovo, no
obstante, siguiendo dentro de la misma MNB Sur, un batallón holandés ejerció el gobierno militar
de facto en Orahovac, su área de responsabilidad en Kosovo. A pesar de que sólo había dos
funcionarios dedicados CIMIC para tal zona, sin embargo, las tropas holandesas tomaron
responsabilidades civiles fundamentales en el campo de la administración civil, la policía y la
prestación de servicios públicos básicos tales como la electricidad y el abastecimiento de agua. Los
holandeses no estaban ciertamente solos en tratar de llenar el vacío de poder, pero no todos los
contingentes nacionales estaban igualmente comprometidos en asumir estas responsabilidades
31
civiles. De acuerdo el comandante del batallón, su motivo principal en asumir estas tareas civiles
era el de impedir a los insurgentes del KLA llenaran tal vacío de poder. Es así como en este caso,
la cooperación civil-militar, en lugar de ser una función de apoyo orientada a facilitar las
operaciones militares, se trasladó el centro del escenario y se llevó a cabo por personal militar
regular y oficiales de apoyo. Entre otra serie de actividades, siempre dentro de la MNB Sur, que
ejemplifican el conjunto de tareas de carácter civil que debieron emprender las fuerzas militares, se
tienen la administración temporal de una prisión, el suministro de combustible para la generación
eléctrica en varios hospitales y la realización de labores de arbitraje entre patrones y sus empleados
cuando los salarios no eran pagados a tiempo, aun suministrado recursos monetarios a los primeros
para tal causa (Voget, 2008).
Por el lado de la MNB Este, los soldados estadounidenses de Asuntos Civiles (CA), durante los
primeros seis meses después de la campaña militar de la OTAN, comenzaron también participando
en actividades de asistencia humanitaria, construcción de áreas para la recepción de los antiguos
refugiados que regresaban a Kosovo, estaciones de comida de emergencia y la distribución de
cientos de toneladas de ayuda humanitaria.51 Al igual que en el resto de las MNB, los efectivos
militares, y en particular los involucrados en las labores de CIMIC, en lugar de dedicarse sus
esfuerzos de reconstrucción a largo plazo, aseguraron la zona y trataron con el personal de CA en
enfocarse en ayudar a cubrir las necesidades humanas más inmediatas. Ridge (2009) explica que el
personal de CA, en coordinación con aliados y ONG, proporcionó refugio, alimentos, agua y
asistencia médica a la población necesitada. Ya que se avizoraba un intenso invierno por venir, los
soldados estadounidenses de CA también ayudaron en la importación de combustible para la
calefacción y a reparar parte de los sistemas eléctricos y telefónicos. A medida que pasaban los
meses, comenta Wentz (2002), las necesidades de asistencia humanitaria de emergencia iban
desapareciendo y la reconstrucción se convirtió en una prioridad más alta. Es así como se
aumentaron tanto el tiempo como los recursos que se dedicaban a la realización de evaluaciones de
daños y en ayudar a la administración del desarrollo programas, cosa que también ocurrió en la
MNB Sur a cargo de los alemanes.
Lo anteriormente planteado, no sólo facilitó la ejecución de proyectos propios, o bien
emprendidos o facilitados por los miembros de CA, sino que, en palabras de Ridge (2009), permitió
51 Recuérdese que en la terminología del ejército de los EE.UU. las labores que pertenecen al campo de la CIMIC, son denominadas “Civil Affairs” (CA), esto es “Asuntos Civiles”.
32
a los norteamericanos proporcionar información detallada y oportuna, tanto a los países aliados
como a las ONG que realizaban proyectos particulares. Muchos de estos proyectos, continúa
evaluando el último autor citado, suministraban una infraestructura invalorable más allá de la
reconstrucción de Kosovo, ya que también proporcionaba a la población las herramientas
necesarias para mantener un desarrollo sostenible en ausencia de la ayuda internacional. Un caso
específico del objetivo antes mencionado, explica Wentz (2002), lo representa el denominado
“Programa de Rehabilitación de Empleo del Pueblo”, que buscaba desarrollar y financiar proyectos
intensivos en mano de obra para emplear a los lugareños. Este fue un programa financiado por la
Unión Europea y ejecutado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) con la
cooperación de miembros de CA. Generalmente, los proyectos financiados tenían por finalidad
efectuar la limpieza de ríos, la construcción de muros de retención y reparación de carreteras
secundarias, con un costo por proyecto de aproximadamente 25.000 dólares.
En búsqueda de concreción, y en conclusión, puede señalarse que más allá de la terminología
utilizada, y aún del diferente enfoque que tiene el ejército de los EE. UU., con respecto a sus pares
dentro de la KFOR con respecto a la cuestión de la cooperación civil-militar, se puede afirmar que
en el período en estudio las actividades que realizaron en este campo no difieren sustantivamente de
sus colegas de las otras MNB.
8) Conclusiones.
En este trabajo, se realizó una descripción y análisis de las actividades desarrolladas por la KFOR
relacionadas con la CIMIC y que nacen del cumplimiento del mandato de las Naciones Unidas
establecido en la Resolución 1244 para intervenir en Kosovo, conjuntamente con la UNMIK. El
análisis que se acotó al período 1999-2000, también incluyó el desarrollo de los prolegómenos de
las misiones civil y militar, nos permiten establecer un conjunto de conclusiones sobre diversos
elementos de la CIMIC tanto en este caso en particular y en términos generales sobre tal
construcción teórica. De igual manera, y no menos importante, nos permite inferir algunos
corolarios sobre la CIMIC como objeto de estudio.
Este escrito exhibe claramente que la construcción teórica de la cooperación civil-militar, al menos
para la OTAN y sus miembros, estuvo claramente influenciada por las operaciones desarrolladas
por la alianza atlántica en los Balcanes, y en particular por la efectuada precisamente en Kosovo, a
partir de 1999, la cual, por cierto, todavía se encuentra en desarrollo. Es así como se demuestra que
33
la doctrina de la OTAN para tal tema tan sólo se pronuncia en el año 2003, es decir casi cuatro años
después del inicio de la operación de paz en él para ese entonces territorio serbio. Tal cuestión
demuestra, que más allá de si el tema de la CIMIC en esta operación puede considerarse como un
éxito o un fracaso, la experiencia en Kosovo alimentó notablemente y positivamente a los
estrategas de la OTAN, para el desarrollo de su pensamiento sobre este particular asunto, que tanta
polémica genera entre los líderes militares. Este debate, por ejemplo, puede verificarse cuando se
observan los distintos y muy particulares enfoques con que cada uno de los ejércitos nacionales
aborda la CIMIC, cuestión que si bien es totalmente entendible, trae consecuencias negativas
cuando se trabaja en operaciones multinacionales como es precisamente el caso de la KFOR. Lo
que es aun menos comprensible, es que siendo una operación de la OTAN, los contingentes
nacionales no se comprometan a utilizar la doctrina que para tal fin se ha establecido o que, al
menos, se acuerde homogeneizar para estos casos particulares, es decir temporalmente, los
lineamientos sobre el tema. Al menos como observador externo, no parece que fuera muy
complicado acordar un conjunto mínimo de normas, reglas y procedimientos para la CIMIC,
cuando se interactúa conjuntamente.
Sobre las consecuencias de que no se tengan un juego único de objetivos y procedimientos para la
CIMIC en estas operaciones, pueden resaltarse las que presenta Jezdimirovic (2009). Así, esta
autora indica que entre los problemas que contribuyeron al limitado éxito de la CIMIC se
encuentran la falta de comunicación e intercambio de información entre los distintos contingentes
militares, que deriva en una pobre comunicación con los actores civiles y militares involucrados.
Tal cuestión, estimamos, no ocurriría si existen reglas comunes para la cooperación civil-militar en
los diferentes contingentes nacionales. En el mismo orden de ideas, podemos señalar otra
importante consecuencia negativa sobre la carencia de estándares en cuanto a esta cooperación:
dado que las unidades CIMIC estaban estructuradas a nivel de MNB, y aun en casos limitadas a
ciertas zonas geográficas de acuerdo a la nación participante, las capacidades, recursos y visión de
la CIMIC de los Estados contribuyentes de tropas, modelaban la calidad de las operaciones,
proyectos y actividades de CIMIC, por lo que a nivel de brigada y de región dentro de la brigada,
dicha calidad sin duda podía variar notablemente. Por último, con respecto a esta falta de
estandarización en cuanto a la CIMIC, también podría mencionarse que sin duda es bastante
probable que a nivel de brigada haya sucedido que un proyecto que podía considerarse dentro del
campo de la CIMIC en un caso, de seguro no lo era en otros casos, esto es en otras MNB, ya que
34
dependía del particular entendimiento de que pertenece o que no al ámbito de la cooperación civil-
militar.
En otro orden de ideas, es conveniente resaltar lo planteado en cuanto a la carencia de
planificación estratégica de la OTAN en referencia a la ayuda humanitaria que debían suministrar
al entrar en Kosovo, en general, y su relación con la CIMIC en particular. En ese sentido, también
es necesario apuntar que la ausencia de coordinación entre la UNMIK y la KFOR al más alto
nivel, o nivel político-estratégico, es un evento que no debe repetirse, en el caso de este tipo de
operaciones de paz, el cual desde un principio tenía todos los ribetes de entenderse como una
emergencia compleja. De la misma manera es necesario que los líderes militares, bien sea en
operaciones en las cuales participen o bien contingentes de la OTAN u otros componentes
armados, asuman un rol protagónico en cuanto a su interacción con lo que podemos denominar
grandes agencias civiles, léase, por ejemplo, ACNUR o ICCR, y tomen el liderazgo para realizar
una coordinación eficiente. En este mismo sentido, es conveniente que exista en los más altos
niveles de tales organizaciones una clara definición del tipo de situación que se está abordando, de
manera tal de planificar y priorizar las tareas que deben encarar los efectivos militares. Pensamos
que no se debe temer o bien a etiquetas tales como “militarizar la ayuda humanitaria” o bien a
emplear contingentes militares para tal fin, allende la cooperación civil-militar.
Conectado con lo anteriormente expuesto, la experiencia de la KFOR durante el período 1999-
2000, indica que es necesario que las agencias civiles u ONGs, dedicadas a la ayuda humanitaria
sean sometidas a una suerte de control, y hasta evaluación previa a su entrada al terreno de
operaciones, por parte de las autoridades que tengan el control de la misión, bien sean estas civiles
o militares. Su entrada y salida, en el terreno, sin ninguna clase de coordinación con las autoridades
y su aparente voluntarismo, sin duda que más bien entorpecen a los contingentes militares, a las
labores de CIMIC y también a otras ONG.
Adicionalmente a lo antes planteado, pensamos que es de suma importancia establecer algún tipo
de evaluación a los denominados proyectos CIMIC, con la finalidad de determinar si tales proyectos
verdaderamente mejoraron a la población local y, si hay alguno, el grado en el cual contribuyeron
al logro de los objetivos propiamente militares del mandato o misión, como por ejemplo protección
de la fuerza a través de CIMIC. Otro aspecto conveniente consistiría en evaluar el comportamiento
de las ONG con respecto al tema de la cooperación civil-militar, este elemento podría,
35
posteriormente, ser utilizado para el análisis de tales instituciones como se propone en el párrafo
anterior.
En lo referente a lo planteado al inicio de este epígrafe en cuanto a la CIMIC como objeto de
estudio, debemos comenzar señalando nuestra sorpresa en cuanto a las percepciones o posturas tan
diferentes sobre un mismo aspecto o elemento puntual de la cooperación civil-militar, en las
descripciones de los distintos autores que citamos en este trabajo y que tal vez no se aprecia en el
cuerpo del trabajo. Dado que esta investigación se basa principalmente en fuentes secundarias, tal
elemento es de suma relevancia. No se trata que no puedan surgir distintas interpretaciones sobre un
determinado aspecto de la CIMIC, sino que en ocasiones encontramos algunas caracterizaciones
que llaman a evaluar negativamente como un todo tal cooperación, dejando fuera tanto el contexto
como hechos específicos que podrían explicar mejor lo sucedido con y entre la KFOR y otros
actores civiles. Por lo tanto es necesario que aquellos investigadores interesados en el tema pongan
mucha atención a tales detalles e intenten poner en el contexto adecuado ciertos aspectos de la
información que se recaba. Finalmente, es necesario que los artículos que tengan como objetivo
analizar la CIMIC en operaciones de este tipo, incorporen los hechos, opiniones y percepciones de
las agencias civiles involucradas en la misión que se estudia. Pareciera obvio que si se habla de
cooperación civil-militar, entonces se analicen las posturas y posiciones de ambas caras de la
moneda, esto de los civiles por una parte y de los militares por el otro. En la literatura revisada,
cosa que se manifiesta en este artículo, es casi nula la presencia de opiniones, percepciones e
interpretaciones sobre la CIMIC, que tengan como fuente primigenia al ámbito civil.
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