-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
1/454
KKNNUUTTHHAAMMSSUUNN
BBeennddiicciinn ddee llaa ttiieerrrraa
Traduccin de Jos Lleonart
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
2/454
BENDICIN DE LA TIERRA
DeKNUT HAMSUN
(Lom, Noruega, 1859 Grimstad, 1952)Idioma original: noruegoEvangelioTtulo original:Markens Grde
Traduccin: Jos Lleonart
Primera edicin: Kilboghamn, 1917.Gyldendal Ed.
Esta edicin: Septiembre, 2005
Digitalizacin y diseo del libro: Patyta
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
3/454
3
PRESENTACIN
Algo tiene la prosa acompasada del noruego Knut Pedersen Hamsun del
ritmo con que se suceden las estaciones, las noches y los das, la vida y la
muerte. Su latido profundo es tal que los protagonistas humanos, por hondas
que sean sus pasiones, jams llegan a opacar a ese otro gran personaje que
aparece siempre en las obras de Hamsun: la tierra, feraz e inmensa. Es tal vez
esa raz telrica lo que explica el atractivo enorme que este narrador nrdico
ha ejercido sobre artistas de latitudes muy distantes. Al hablar de las lecturas
que ms lo impresionaron durante lo que l considera su periodo formativo,el escritor Juan Rulfo ha sealado:
Entre ellas, las obras de Knut Hamsun, las cuales le absorb
realmente en una edad temprana. Tena unos catorce o quince aos
cuando descubr este autor, quien me impresion mucho, llevndome a
planos antes desconocidos. A un mundo brumoso, como es el mundo
nrdico, no? Pero que al mismo tiempo me sustrajo de esta situacin
tan luminosa donde vivimos nosotros este pas tan brillante, con esa luz
tan intensa. Quiz por cierta tendencia a buscar precisamente algo
nublado, algo matizado, no tan duro y tan cortante como era el ambiente
en que uno viva. Entonces, de los autores nrdicos, Knut Hamsun fue en
realidad el principio...
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
4/454
4
Knut Pedersen Hamsun naci en Judbranstal, en Noruega, el 4 de agosto
de 1860. Hurfano desde pequeo, fue educado por un to que viva en las
islas Loften: antes de que cumpliera diecisiete aos estaba ya convertido en
aprendiz de zapatero, aunque al mismo tiempo haba comenzado a escribir.
Pronto decidi correr mundo y probar fortuna: cruz el Atlntico y lleg a los
Estados Unidos, donde se dedic a labrar la tierra, a ordear vacas, a dictar
conferencias, a conducir un tranva tirado por caballos... Enriquecido slo
con la experiencia, en 1883 regres a su patria, en donde pasara los tres
aos siguientes dedicado al periodismo. En 1886 retorn a los Estados
Unidos, ahora como corresponsal del peridico Verdens Gang aunque su
espritu aventurero lo llev a trabajar algn tiempo como pescador en
Terranova, en embarcaciones tan pequeas que a su lado era grande una
cscara de nuez.
A su regreso a Noruega, Hamsun public La vida espiritual de losEstados Unidos (1888), que no llam la atencin de nadie, como haba
sucedido antes con un par de obritas que no pasaban de ser entusiastas
arrebatos de adolescente. En cambio, en 1890 la aparicin de Hambre lo
coloc de inmediato entre los escritores importantes del momento. Esta
novela consta de un largo monlogo en que vemos cmo el protagonista, un
joven aspirante a escritor, vive en una pesadilla perenne, acosado por la
necesidad de comer: todo lo que lo rodea, todas sus aspiraciones, todos sus
recuerdos palidecen ante la urgencia de satisfacer el llamado de su estmago
vaco.
Dos aos ms tarde, en 1892, dio a la estampa otra novela extraa,
Misterios, que es la historia mstica de un hombre solitario. A veces se ha
reprochado a Hamsun su falta de sentido social, su preferencia por los
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
5/454
5
protagonistas solitarios, marginados, incluso en rebelda contra las conven-
ciones sociales. Lo cierto es que tales personajes constituyen no solamente
estudios interesantes de ciertos aspectos de la psicologa humana, sino
tambin una conmovedora profesin de fe en los valores individuales, en la
capacidad del hombre para sobreponerse por s mismo a las circunstancias
ms adversas. A lo largo de su abundantsima produccin, una y otra vez
veremos alzarse a esos solitarios que se enfrentan a la vastedad de la tierra
confiados en la fuerza de sus brazos.
Uno de tales errabundos titanes es precisamente Isak, el protagonista de
Bendicin de la tierra. En uno de los ltimos prrafos de la novela, Hamsun lo
presenta as:
All va Isak atravesando el campo. Sembrando. Un coloso, un
tronco. Va vestido con la lana que le proporcionan sus rebaos, y calza
zapatos de la piel de sus propios terneros y vacas. Conforme al usopiadoso, va con la cabeza descubierta mientras siembra. Es calvo en la
parte superior del crneo, pero una corona que forman sus cabellos y su
barba encuadra su cabeza. Es Isak, el margrave.
Tal es la imagen ideal del hombre que propone Hamsun: temeroso de
Dios, inclinado hacia la tierra para ganarse la vida, dueo de lo que tiene
porque todo lo ha obtenido de su trabajo; apartado de la sociedad de los
hombres, enemigo del progreso que facilita las labores, explorador y
domeador de tierras nuevas.
Bendicin de la tierra (tambin traducida como Los frutos de la tierra) es
en varios sentidos una culminacin de la prolfica carrera de Hamsun, que lo
llev a recibir en 1920, junto con el poeta suizo Spitteler, el premio Nobel de
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
6/454
6
literatura. En esta novela es quiz donde mejor expresa su mensaje: la nica
forma en que el hombre puede encontrarse a s mismo es retornando a la
naturaleza con el alma y el corazn puros. Este es un libro saturado de
ternura, donde los personajes se enfrentan al escepticismo que inevi-
tablemente despierta en ellos la dura lucha por la supervivencia. Sin
embargo, por encima de esos momentos de vacilacin, prevalece en ellos la
impronta que les deja el ms puro ascetismo y la religin suprema del amor.
En 1940, durante la ocupacin alemana de Noruega, Hamsun simpatiz
con el rgimen pro nazi de Quisling, lo que le vali la reprobacin de
intelectuales de todo el mundo. Tras la liberacin de su patria fue arrestado,
multado y encerrado en un hospital psiquitrico (1943). La ltima de sus
obras, Por los senderos otra vez silvestres (1949), es un alegato en que quiso
justificar su actitud. Despus de su muerte, acontecida en 1952, sus
compatriotas han preferido relegar a un plano secundario ese episodio
desafortunado, y han rendido justo homenaje a sus altas virtudes comoescritor.
Los Editores
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
7/454
LIBROPRIMERO
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
8/454
8
1
La larga senda que luego de cruzar el pantano penetraba en el bosque, quin
la haba trillado? El primer hombre, el primer ser humano que pis esas tierras
no hall senda ninguna. Ms tarde, uno u otro animal debi de andar sobre las
leves huellas que atravesaban charcas y cinagas, y marc un poco ms la
senda, y luego, husmendola, algn que otro lapn la aprovechara en sus
caminatas de montaa en montaa para vigilar sus renos.
Y as surgi el camino, cruzando aquella anchurosa dula;1 camino de
nadie, a travs de la tierra de nadie.El hombre llega en direccin Norte. Lleva a la espalda un saco, el saco
contiene vveres y alguna herramienta. Es un hombre fornido y spero, con
una barba herrumbrosa y unas cicatrices pequeas en la cara y en las manos.
Provienen esas seales del ejercicio de su faena o de la lucha? Acaso acaba
de salir de la crcel y busca dnde esconderse; o es, quizs, un filsofo que
busca la paz. Lo cierto es que va de camino un hombre en medio de esa
inmensa soledad. Anda y anda; la quietud que le rodea no la turba ni el canto
de un pjaro, ni voz de animal alguno. De vez en cuando habla unas palabras
consigo mismo. Ay, s; Dios eterno...!, dice. Cuando llega a tierras pan-
tanosas, a lugares amenos o a claros del bosque, deja abandonado el saco, da
1 Dula: Cada una de las porciones del terreno comunal o en rastrojera donde por turnopacen los ganados de los vecinos de un pueblo.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
9/454
9
una vuelta por el paraje, investiga las condiciones del suelo; vuelve al cabo de
un rato, se echa el saco a la espalda y prosigue su marcha. Esto dura todo el
da; el hombre conoce las horas rigindose por el sol, y cuando cierra la noche
se tiende en el suelo, sobre los brezos, y duerme haciendo almohada del brazo.
Pasadas unas horas, reanuda su camino. Ay, s, Dios eterno! Vuelve a
andar en direccin Norte, consulta el sol para saber la hora y se permite una
tregua al medioda para comer un pedazo de pan duro y queso de cabra, bebe
agua de un riachuelo y emprende de nuevo la caminata. Y viene otro da de
marcha sin interrupcin; que son muchas las tierras que ha de examinar para
comprobar si son hospitalarias. Qu es lo que busca? Espacio habitable, tie-
rra de cultivo? Ser, quizs, un emigrante de las aldeas; pues sus ojos escrutan
en derredor, y ms de una vez otea en todas direcciones desde la cima de una
colina a la que ha trepado. El sol va de nuevo al ocaso.
Se encuentra ahora en la parte oeste de un extenso valle de vegetacin
mezclada, frondoso a trechos, donde alternan el bosque y los pastos. Y ashoras enteras. Oscurece; pero el hombre percibe el rumor de un ro, y este leve
rumor es como algo vivo y le reanima. Al llegar a lo alto, ve mucho cielo
lejano hacia el Sur, y el valle entreoscuro tendido abajo. Y se echa para
dormir.
Por la maana se le revela el extenso paisaje de bosque y pradera. Baja, y
desde un rellano verde puede ver abajo un pedazo del ro y una liebre que ha
pasado de un salto a la otra orilla. Con un movimiento de cabeza, el hombre se
manifiesta complacido de que la anchura del ro sea tan poca que pueda
saltarla una liebre. Aletea de pronto a sus pies una polla de las nieves y silba,
arisca, a sus odos; el hombre vuelve a cabecear con agrado: Aqu hay aves,
hay otras bestias! Esto se presenta bien! Pasa por encima de las matas de
arndanos y de recortadas estrellas del bosque y bajos helechos; al detenerse
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
10/454
10
una y otra vez y escarbar en el suelo con un hierro, encuentra aqu una tierra
forestal y ms all tierra cenagosa, abandonada desde miles de aos con follaje
y ramas podridas. El hombre cabecea: Se establecer aqu! Vaya si se
establecer! Unos das ms recorre la comarca, y vuelve cada noche a la ladera
donde tiene su lecho de ramas de abeto, al abrigo de un saliente de la roca.
Lo ms difcil haba sido encontrar el sitio, un sitio que nadie ocupara,
todo para l; ahora comenzaran los das laboriosos. Antes que nada se lleg a
los bosques algo ms lejanos para arrancar la corteza de los abedules, mientras
la savia estaba todava en los rboles; apil luego las cortezas, muy apretadas,
poniendo unas piedras encima, y las dej secar. Cuando tena una buena carga
la llevaba a la aldea, que distaba de all algunas millas y las venda como
material de construccin, y suba en cambio a la falda que escogiera como
abrigo nuevos sacos repletos de vveres y herramientas: harina, tocino, un
puchero, una azada. Incansable, recorra la senda trazada, siempre agobiado.
Era un ser hecho para la carga; una gabarra2
que atravesara los bosques. Ah!Pareca amar su profesin de andar mucho y de ir muy cargado cual si juzgara
que la existencia sin llevar algo sobre la espalda era menospreciable e indigna
de l.
Un da volvi con su pesada carga a la espalda y, adems, con un par de
cabras y un macho cabro atado a una soguilla. Era tal su satisfaccin que
aquellas cabras le parecan valer lo que un par de vacas, y las trataba muy
bien. El primer forastero, un lapn que iba de camino, apareci cierto da. Vio
las cabras y adivin que iba a dar con alguien a quien pertenecan y que se
haba establecido all, y pregunt:
2 Gabarra: Barco pequeo y chato destinado a la carga y descarga en los puertos.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
11/454
11
Piensas quedarte?
S respondi el hombre.
Cmo te llamas?
Isak. Sabras dnde encontrar una muchacha que quisiera entrar a mi
servicio?
No, pero hablar de ello en el lugar de donde vengo.
S, hazlo. Diles que tengo animales domsticos, pero que me falta
quien los cuide.
Isak, dijiste? Bien.
El lapn pareca dispuesto a cumplir el encargo. El que habitaba en
aquella ladera no tena trazas de fugitivo; de serlo, no hubiera dado su nombre.
l, un fugitivo? En tal caso le hubieran seguido la pista. Era, sencillamente,
un hombre laborioso que recoga forraje para el invierno, pensando en sus
cabras; empezaba a remover la gleba3 para convertirla en campo de cultivo,
quitaba las piedras y levantaba cercas. En otoo haba edificado ya suvivienda, una cabaa de barro, una choza caliente y de gruesa pared; no cru-
jan sus junturas al embate de la tormenta y era de material incombustible. El
hombre poda entrar en su morada, cerrar la puerta tras de s, y permanecer
dentro, o, tambin, poda quedarse a la puerta mostrndose como dueo de su
casa a cualquiera que pasara. Estaba la morada dividida en dos partes; la una
era su habitacin, y la otra para las bestias. En el fondo, al abrigo del saliente
de la roca, instal el henil. No faltaba nada.
Otros dos lapones pasan por aquel sitio, padre e hijo. Se han detenido, y
apoyando ambas manos sobre el cayado examinan la choza y la tierra
preparada para el cultivo, y oyen all arriba las esquilas de las cabras.
3 Terrn que se levanta con el arado.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
12/454
12
Gente ha venido aqu que vale mucho dicen, despus de dar los
buenos das. Los lapones son siempre aduladores.
No sabras de una moza que me sirviera? pregunta Isak, que no tiene
otra idea.
Una moza para las faenas? No. Pero indagaremos.
Me haris un gran favor. Diris que tengo una casa y tierra de
labranza, y ganado, pero me falta una sirvienta que me ayude.
Cada vez que bajaba a la aldea cargado de corteza de abedul, buscaba l
mismo tal moza, pero no era fcil hallarla. Se haba entrevistado con una
viuda y con algunas doncellas, ya de cierta edad, pero no se atrevieron a
ofrecerle sus servicios e Isak no acertaba a comprender el porqu. Es que,
realmente, no lo comprenda? Quin iba a querer servir a aquel hombre, tan
lejos, en la tierra desierta, a varias millas de los dems hombres? El lugar
habitado ms prximo se encontraba a un da entero de viaje! Y l no tena
nada grato en su presencia; cuando hablaba, no era precisamente un tenor conlos ojos puestos en el cielo; antes bien, su voz era spera, tena algo de animal.
Tendra que resignarse a vivir solo.
Durante el invierno fabricaba artesas4 de madera, las venda en la aldea, y
regresaba a travs de las nieves con sacos llenos de vveres y de herramientas.
speras jornadas aqullas! Y cun pesada la carga! Los animales domsticos
le impedan estar mucho fuera de su morada. Cmo arreglarse? La necesidad
aguza el ingenio; y el hombre tena un cerebro fuerte, sin desgaste, y lo
ejercitaba ms cada vez. Lo primero que haca antes de ausentarse era dejar
sueltas las cabras para que pudieran satisfacer el hambre mordisqueando las
ramas del bosque. Pues no era ste su nico recurso; suspenda sobre el ro un
4 Cajn cuadrilongo, por lo comn de madera, que por sus cuatro lados va angostando haciael fondo. Sirve para amasar el pan y para otros usos.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
13/454
13
gran cubo de madera que comunicaba con una reguera estrecha; el cubo
tardaba unas catorce horas en llenarse. Cuando iba a rebosar tena
precisamente el peso requerido para bajar, y al hacerlo tiraba de una cuerda
que estaba en comunicacin con el henil, abrase una escotilla y caan tres
raciones suficientes para el alimento de las bestias, y as stas quedaban
saciadas.
Tales eran sus recursos. Ingenioso invento, tal vez inspiracin divina, lo
cierto es que el hombre sala del paso. Esto dio buen resultado hasta muy
avanzado el otoo; vino luego la nieve, y la lluvia, y despus ms y ms nieve.
La instalacin para el suministro del heno funcionaba mal: llenbase el cubo
de agua de lluvia, y la escotilla se abra antes de tiempo. El hombre tap el
cubo, que volvi a funcionar por corto tiempo; al llegar el invierno el tubo se
hel y la instalacin qued inutilizada.
Como su dueo, las cabras tuvieron que aprender a pasar necesidades.
Fueron das de prueba. El hombre que tanto necesitaba de ayuda, no lareciba de nadie. No por esto se desanim. Perseverante en el
acondicionamiento de su morada, abri una ventana en la cabaa, una ventana
con dos cristales. Fue un da memorable y radiante aquel en que no necesit
ya la llama del hogar para poder ver claro. Ahora poda estar sentado en el
interior, y trabajar a la luz del sol en las artesas de madera que trocaba por
vveres abajo en la aldea. Esto alivi su situacin. Ay, s, Dios eterno!
No abra nunca un libro, pero Dios ocupaba a menudo sus pensamientos;
y es que la confianza y la adoracin moraban en su alma. El cielo estrellado, el
susurro del bosque, la soledad, las moles de nieve, las fuerzas de la tierra, y
por encima de la tierra, ocupaban su nimo y le movan a la reflexin y a la
piedad; sentase pecador y conoca el temor de Dios. Llegado el domingo, se
lavaba para honrar el da festivo, pero trabajaba como los dems das.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
14/454
14
Al asomar la primavera, labr su pequeo campo, y sembr en l unas
patatas. Haba aumentado el nmero de su ganado, pues cada una de las cabras
tuvo pequeos, y eran ahora entre grandes y menores siete cabras. Previsor,
ensanch el establo, y tambin all sent un par de ventanas con sus cristales.
Todo luca ms.
Un da lleg la ayuda deseada; antes de atreverse a presentarse vag
largamente por aquella ladera, y ya anocheca cuando se decidi a bajar. Era
una muchacha de buena estatura, de ojos pardos; exuberante y tosca, tena las
manos vigorosas y aunque no era lapona, calzaba zapatos de lapn; a la
espalda llevaba un saco de piel de ternera. Ya no era joven; por decirlo
discretamente, lindaba en los treinta aos.
Por qu haba de tener miedo? Despus de saludar, aadi prontamente:
Iba de paso hacia la sierra, y por eso he tomado este camino.
Ah! dijo el hombre.
No entenda bien a la moza, porque hablaba con poca claridad yvolviendo el rostro.
S prosigui la muchacha. Y qu camino tan largo!
S respondi Isak. Y vas a la sierra?
S.
A qu?
Tengo all a mi gente.
Ah! Tu gente vive all... Cmo te llamas?
Inger. Y t?
Isak.
Ah! Isak. Y t vives aqu?
Aqu vivo, como ves.
Pues, no est mal dijo la muchacha en tono de elogio.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
15/454
15
Isak raciocinaba ahora como todo hombre, y se le ocurri la idea de que
alguien haba mandado a la moza directamente desde su casa y que no pensaba
proseguir su camino. Probablemente tena noticia de que necesitaba el apoyo
de una mujer.
Entra y descansa dijo Isak.
Entraron en la choza, comieron de la provisin que ella traa, y bebieron
leche de cabra; prepararon luego caf del que la muchacha vena provista y,
entretanto, reinaba ya la cordialidad entre los dos, antes de retirarse para
dormir. Durante la noche, Isak la codiciaba, y ella no se neg.
Por la maana Inger no continu su marcha y al da siguiente tampoco; se
haca indispensable, ordeaba las cabras y restregaba los envases de madera
con arena fina, para dejarlos flamantes. Ya no pens en la vuelta. Ella se
llamaba Inger, y l Isak.
Empez una nueva vida para el varn solitario. Slo haba un pero: su
compaera hablaba un poco confuso, y por razn de tener el labio hendido asemejanza de un hocico de liebre, volva continuamente la cara; pero no caba
lamentarse, porque sin esta boca desfigurada tal vez no se hubiera acercado
nunca a l; de modo que aquel labio hendido era, al fin, causa de su felicidad.
Y l, no tena tambin sus defectos? Achaparrado, y con su barba
herrumbrosa, pareca visto a travs de un cristal combado. Y quin andaba
por el mundo con tal expresin en el rostro? Si pareca estar siempre a punto
de echar de s una especie de Barrabs. Ya era mucho que Inger no se hubiera
escapado.
Y no se escap. Al volver l, terminadas sus faenas, Inger velaba en la
choza, ella y la casa eran una y la misma cosa.
Ahora Isak tena que preocuparse de una persona ms, pero las
compensaciones bien valan la pena: poda permanecer ms tiempo fuera de
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
16/454
16
casa, poda moverse. Haba un ro cercano, un ro amable, no slo por su
aspecto, pues era profundo y de corriente rpida; tena cierta importancia, y
seguramente vena de un gran lago situado en la sierra. Isak se procur los
aparejos, y sali en busca del lago. A la vuelta, ya anocheciendo, llevaba una
regular provisin de truchas y salmones. Inger le recibi asombrada,
completamente anonadada y, juntando las manos, exclam: Quin lo dira!
No dejaba de ver el gozo y orgullo que su elogio levantaba en el hombre, y
aadi todava otras frases amables: que en su vida haba visto cosa se-
mejante, y que no comprenda cmo haba logrado l conseguir tales cosas.
En ste y en otros aspectos, Inger era una bendicin para el solitario de
antao. No tena precisamente un rostro bonito y era ms o menos inteligente;
haba dejado en casa de sus familiares dos ovejas con sus corderitos, y fue a
buscarlos. Era lo que ms falta haca en aquella morada, ovejas con buena
lana, y los corderos: cuatro animales vivos. Maravillaba ver cmo aumentaba
el rebao. Inger no olvid de traerse tambin sus prendas de vestir y otros ob-jetos que le pertenecan: un espejo, una pulsera de abalorios de cristal, unas
cardenchas5 y una rueca. De seguir ella as, llenara la casa del suelo al techo,
y la casita no daba para tanto. A Isak, naturalmente, le conmovi mucho la
vista de esos bienes terrenales, pero como era de s parco en el hablar, le
costaba manifestarlo. Sali, dio una vuelta a la casa, consult el cielo, volvi a
entrar. Haba tenido suerte de veras; y senta cada vez ms intensamente un
clido impulso que suba en su interior: llmesele inclinacin, amor o como se
quiera.
Para qu traer tantas cosas? le dijo un da.
Pues quedan ms en otro sitio. Y luego tengo a mi to Sivert, el
hermano de mi madre. No has odo hablar de l?
5 Cardencha: Carda para limpiar y separar la lana.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
17/454
17
No.
Mi to es rico; tiene el cargo de tesorero del distrito.
El amor vuelve necio al sabio: Isak anhelaba tambin mostrarse amable,
y exager.
Qu iba a decirte? comenz. Ah! No eres t quien ha de cavar las
patatas. Lo har yo esta noche cuando vuelva.
Haba tomado el hacha y sali con direccin al bosque. Ella le oy poco
despus en la labor de abatir los rboles, pues no estaba muy lejos, y conoca
por el crujir que los troncos eran muy grandes. Despus de escuchar un rato,
sali, y se puso a entrecavar el campo de patatas. El amor hace sabio al necio.
Al caer la tarde, Isak lleg con una viga de gran tamao, que arrastraba
por medio de una cuerda. Vaya con el rudo y bonachn de Isak! Al arrastrar
la viga haca todo el ruido posible para que ella se asomase y quedara un poco
admirada de l.
Y logr su intento.Creo que ests loco le dijo, al verle. No pareces un hombre.
A l no se le ocurri siquiera replicar. No vala la pena hablar de que,
comparado con un tronco de rbol, se es ms que un hombre.
Y para qu quieres ese tronco? pregunt la mujer.
Pues ni yo mismo lo s dijo l, dndose tono.
Pero de pronto, vio que ella haba cavado el campo de patatas, para no ser
menos activa. Mas Isak no poda conformarse con ello. Afloj la cuerda atada
al tronco, y se fue.
Te vas otra vez? pregunt ella.
S respondi l, ofendido. Y volvi con otro rbol. Ni resollaba, ni
haca ruido, sino que lo arrastraba como hara un buey, hasta la choza, al pie
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
18/454
18
de la cual lo dej. Y fueron muchos los troncos que deposit all en el
transcurso del verano.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
19/454
19
2
Un da Inger volvi a llenar de provisiones de boca su saco de piel de ternera,
diciendo:
Voy a hacer otra visita a mi gente. Una visita corta.
Ah! dijo Isak.
S; he de tratar algn asunto con ellos.
Isak se demor un poco, y al pasar luego el umbral, detrs de ella, no
demostr gran curiosidad, pero cuando Inger iba a desaparecer a la entrada del
bosque, sinti no s qu temores y le grit:Verdad que volvers?
Y por qu no he de volver? replic ella. Creo que ests bromeando.
Bueno. Bien.
Estaba de nuevo solo. Ay, s, Dios eterno! Con su vigor y su aficin al
trabajo esta soledad le sobrecoga, mientras entraba y sala de la casa. Empez
a desnudar de ramas los troncos, los cuales alisaba por los lados. Fue su
ocupacin hasta la noche; luego se puso a ordear las cabras, y despus de
esto se acost.
Soledad y silencio. Era un silencio sordo, que suba del suelo de barro, de
las paredes de turba. Pero la rueca y las cardenchas estaban en su sitio y el bra-
zalete de abalorios bien guardado. Inger no se haba llevado nada. Tan necio
era Isak, que en medio de la clara noche de verano senta temor a las tinieblas,
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
20/454
20
y le pareca ver deslizarse tan pronto una como otra forma detrs de los
cristales de la ventana. Cuando por la claridad exterior poda colegirse que
eran las dos, prefiri levantarse, y desayun.
Para no perder ms tiempo en la cocina, coci en un gran puchero una
cantidad de smola que bastara para las comidas de todo el da. Y hasta la
noche se dedic en los bancales de patatas a ampliar la tierra de cultivo.
Tres das trabaj alternativamente en romper el terruo destinado a
labranto y en pelar los troncos. Esperaba a Inger para el da siguiente. No
estara de ms si se encontraba a la llegada con unos peces. Sali de pesca,
haciendo un rodeo que le llev a parajes desconocidos, donde slo haba unas
rocas grises y unos guijarros de color oscuro, piedras muy pesadas, que podan
ser de plomo o de cobre. Qu no poda encontrarse en ellas? Tal vez plata y
oro; mas como la materia le era desconocida, le tena sin cuidado. Lleg al
sitio de la pesca; los peces picaban bien aquella noche, y de nuevo se march
de all Isak con una gran cantidad de salmones y truchas. All vera Inger! Devuelta, al rayar el alba, por el mismo camino, cogi unos guijarros de color
moreno con manchas de azul oscuro, que pesaban mucho.
Inger no haba llegado, ni lleg en todo el da. Haca ya cuatro que haba
marchado. Isak se puso a ordear las cabras como en aquellos das pasados
que no haba tenido ms compaa que ellas, y no le ayudaba nadie; y luego
fue a recoger piedras, de las que reuni un buen montn: piedras para levantar
una pared... En verdad, la labor era mucha.
A la quinta noche se acost con cierto recelo en el corazn; no porque no
estuviera all la rueca, como de costumbre, y las cardenchas, y tambin el
brazalete de abalorios. Era la misma soledad, el mismo silencio! Las horas se
le hacan largas, y cuando oy, por fin unos pasos fuera, pens que eran
figuraciones suyas. Ay, s, Dios eterno! Dijo instintivamente estas palabras
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
21/454
21
que de costumbre no pronunciaba sin reflexin. Volvi a or los pasos, y poco
despus vio algo animado y con cuernos. Salt de la cama, sali fuera, y vio
algo. Dios o el diablo!, mascullaba. Y esto Isak no lo deca a no ser que se
sintiera forzado a ello. Vio una vaca. Vio a Inger que se llevaba la vaca; y vio
cmo desaparecan ella y el animal en el establo.
A no ser porque oa a Inger hablando cariosamente con la vaca, hubiera
credo que sus ojos le haban engaado; pero la oa. En el mismo instante le
asalt una mala idea: Cielos! Era una gran mujer, endiablada mujer, desde
luego. Pero todo tiene un lmite: la rueca y las cardenchas, pase; el brazalete
de abalorios, pase, por lo fino. Pero, traerse una vaca, que habra hallado en
su camino, o, tal vez, en el prado de un labriego; una vaca cuyo dueo la
echara de menos, y en busca de la cual vendran seguramente...!
Inger sali del establo, y dijo, sonriendo con orgullo:
Es que he trado mi vaca.
Ah! dijo l.He tardado tanto porque con la bestia no poda andar ms de prisa por
el monte. Espera cra.
Conque, te has trado una vaca... acentu l.
S respondi Inger, tan satisfecha de sus bienes terrenales, que
hubiera estallado de satisfaccin. Crees acaso que te miento?
Isak tema lo peor; pero se contuvo y se limit a decir:
Entra, y comers algo.
Te has fijado en la vaca? No es acaso una hermosura?
Preciosa! De dnde la has sacado? le pregunt con toda la
indiferencia de que era capaz.
Se llama Cuerno de oro. Qu piensas hacer con esta pared que has
empezado? Vas a matarte trabajando, Isak. S. Bueno. Ven a ver la vaca.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
22/454
22
Salieron. Isak iba en paos menores, pero esto careca de importancia.
Miraron la vaca por todos lados; la cabeza, las ubres, la cruz, los flancos; era
roja y blanca, de buena estampa.
Isak pregunt con cierta preocupacin:
Cuntos aos le echas?
Te dir exactamente los que tiene. Est en su cuarto verano. La he
visto crecer, y ya todos decan que era la ternera ms fina que haban visto
desde nios. Qu te parece? Tendremos forraje para ella?
Isak empez a tener por cierto lo que tanto le ilusionaba, y manifest:
Por lo que toca al forraje, no ha de faltarle.
Entraron en la casa y comieron y bebieron, y se echaron luego a dormir.
Pero hablaron todava mucho rato de la vaca, el acontecimiento del da.
Di si no es una vaca de buena estampa. Pronto va a tener un segundo
ternero. Se llama Cuerno de oro. Duermes, Isak?
No.Y, fjate bien, me conoci en seguida, y ayer me sigui como un
cordero. Ayer noche tomamos un descanso en el monte.
Vamos...
Pero ser bueno que todo el verano est sujeta en el pasto, porque si
no, se escapar.
Y dnde ha estado hasta ahora? pregunt, por fin, Isak.
Cuidaban de ella mis parientes. Se resistan a drmela, y los nios
lloraban cuando me la llev respondi ella.
Caba en Inger el mentir tan bonitamente? No. Deca realmente la
verdad: la vaca era suya.
Pronto tendra de todo en el prspero hogar. Oh, aquella Inger! Isak la
amaba, y ella le corresponda. Eran sobrios, vivan en la edad de la cuchara de
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
23/454
23
madera, y les iba bien. Vamos a dormir, pensaba. Y en efecto, dorman.
Con los primeros destellos del alba se levantaban. No es que les faltaran penas
que ahuyentar; el gozo y la pena alternaban, s; porque as es la vida.
All estaban, por ejemplo, aquellas vigas. Probara de asentarlas l solo?
Se propona aadir un ala a la construccin. Ovejas, vaca, las cabras, que se
haban multiplicado, y las que seguiran, toda esta cra desbordaba ya los
lmites de la construccin. Hacase urgente una solucin, mientras iban a echar
flor las patatas y la cosecha del heno no haba empezado. Inger echara una
mano en caso de necesidad.
Isak se despierta an de noche, y se levanta. Inger, despus de su jornada
a pie, tiene el sueo pesado. Isak visita de nuevo el establo. Ahora ya no habla
a la vaca como antes, con adulaciones antipticas; pero le da unas cariosas
palmadas y vuelve a mirarla por todos lados, para ver si encuentra algn
indicio, una marca que denote que pertenezca a un extrao. Pero, al no hallar
marca alguna, sale ms aliviado.All estn los troncos para la construccin. Isak empieza a separarlos
rodando, los pone derechos, y un gran rectngulo destinado a cocina comedor,
y otro ms pequeo para el cuarto, van adquiriendo forma. A Isak le entretena
y solicitaba de tal modo la labor, que llegaba a olvidarse del tiempo. Sala
humo de la chimenea; Inger se presentaba, anunciando que el desayuno estaba
a punto. Qu piensas hacer?, preguntaba ella. Y l: A qu levantarte tan
temprano? Con todas sus reservas, a Isak le complaca que Inger le
interrogara y que tuviera la curiosidad despierta y diera mucha importancia a
sus planes. Despus de comer, permaneca un rato en la choza antes de volver
al trabajo. Qu es lo que esperaba?,
Ea! Qu hago aqu sentado? deca finalmente. No es que me falte
trabajo aada, levantndose.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
24/454
24
Ests construyendo una casa? le preguntaba ella.
Isak, sintindose muy grande, descomunal, por el hecho de construir una
casa y estar al frente de todo, se dignaba responderle:
Bien ves qu estoy construyendo.
Ah! S, s...
Qu he de hacer, si no? observaba l. T te presentas aqu con una
vaca, pues a m me atae procurar que tenga su establo.
Pobre Inger, que no posea el talento de l, de Isak, el seor de la
creacin! Aun antes de conocerle ms a fondo y de interpretar su modo de
expresarse, se daba el caso de que ella dijera:
Pero no irs a construir de veras un establo!
Ah...! deca l.
Te ests burlando; pues mejor sera que hicieras una casa.
T crees? replicaba l, mirndola con una expresin ausente, como
si despus de su pregunta le hubiera venido la idea.S; y entonces podran ocupar la choza las bestias.
Creo que ser lo mejor asenta l, una vez haba reflexionado.
Ves cmo, al fin deca la victoriosa Inger, tengo la cabeza bien
sentada?
No lo dudo. Y qu me dices de un cuarto de estar, junto a la
habitacin?
Un cuarto de estar! Entonces viviramos como las dems personas!
Ah, si fuera as...!
Y as fue. Isak construa: rejuntaba, golpeaba, colocaba las vigas, daba
forma al fogn con las piedras adecuadas. En este ltimo trabajo no estuvo
muy acertado, y hubo ratos en que se mostraba descontento de s mismo.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
25/454
25
Llegaba la poca del heno, tuvo que dejar el andamio para segar la hierba, y se
le vea cargado de haces enormes que almacenaba en el henil.
Un da lluvioso Isak manifest que le era preciso ir al pueblo.
Qu vas a hacer all?
Ni yo mismo lo s de fijo respondi l.
Parti; dos das estuvo ausente, y lleg, por fin, cargado con un fogn de
cocina.
No te tratas como una persona le amonest Inger.
Isak derrib el hogar, que desmereca de la casa nueva, y coloc en su
lugar el fogn.
No todos tienen un fogn como ste dijo Inger. Y ahora lo tenemos
nosotros!
La cosecha del heno segua su curso. Isak lo traa en enormes cantidades,
porque la hierba de los bosques es, desgraciadamente, inferior a la de los
pastos. En medio de esta labor, Isak vease obligado a trabajar slo los daslluviosos en la construccin, y sta avanzaba lentamente de modo que, en
agosto, cuando tuvo el heno al abrigo del saliente de roca, la casa nueva estaba
todava a medio hacer.
En setiembre, Isak habl a Inger:
Esto no marcha. Me parece que tendras que bajar al pueblo y traerme
un hombre que me ayude.
A pesar de que ltimamente la respiracin de Inger se haba hecho algo
difcil, y que ya no andaba con la agilidad de antes, no hay que decir que se
dispuso a cumplir el deseo de Isak.
Pero el hombre mud de parecer; y lleno de orgullo y altanera, una vez
ms, se dispuso a hacerlo todo l solo.
No vale la pena de ir en busca de nadie dijo. Yo mismo lo acabar.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
26/454
26
No; no podrs con todo replicaba Inger. Pues, no!
Basta con que me ayudes un poco con las vigas.
Llegado octubre, dijo Inger:
No puedo ms!
Fueron momentos difciles. Las vigas del techo tenan que estar ajustadas
antes de que vinieran las lluvias otoales. Haba que acelerar. Qu le pasaba a
Inger? Estara enferma?
De vez en cuando, elaboraba unos quesos, pero de poco ms poda
ocuparse, a no ser de llevar varias veces al da la vaca a los pastos.
Cuando vayas al pueblo habale dicho a Isak, trae una canasta
grande, o una caja, o algo por el estilo.
Y qu piensas hacer con ello?
Lo necesito se limitaba a responder Inger.
Isak izaba las vigas por medio de cuerdas, ella empujaba un poco con la
mano y a l le pareca que ella ayudaba con su sola presencia. La construccinadelantaba lentamente. El techo no era muy alto, pero las vigas eran
demasiado descomunales y gruesas para una casa tan pequea.
El buen tiempo de otoo se mantena bastante satisfactoriamente; Inger
arranc ella sola todas las patatas, mientras Isak afirmaba el hogar en
previsin de las lluvias inminentes. Haba sido preciso tener las cabras en la
habitacin por la noche durante un cierto tiempo; pero pudo hacerse; s, se
haca y resultaba bien. Los dos moradores no se quejaban. Isak se preparaba
para una de sus caminatas hacia el pueblo.
Tendras que subirme una canasta grande, o una caja volvi a pedirle
Inger. Era como un humilde ruego.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
27/454
27
Tengo encargadas unas ventanas con cristales, que he de recoger
replic Isak. Y he encargado tambin un par de puertas pintadas aadi con
aire de superioridad.
Bueno, entonces no tendr todava la canasta dijo Inger.
Para qu la quieres?
Para qu? Pero no tienes ojos en la cara?
Engolfado en sus pensamientos, emprendi Isak el camino. A la vuelta,
unos das ms tarde, no solamente traa una ventana, una puerta para la habita-
cin y otra para el cuarto de dormir, sino que le colgaba del pecho la caja
destinada a Inger, y en ella diversos comestibles. Ella dijo:
Con tal que no te mates cualquier da con tanta carga!
Ja, ja! Matarme!
Lejos de la idea de morir de cansancio, Isak sac del bolsillo un frasco de
jarabe y se lo dio a Inger, incitndola a que lo tomara para reponerse. Y all se
descarg de la ventana y de las puertas pintadas que eran su orgullo, y se pusoa asentarlas inmediatamente. Ah! Aquellas puertecitas blancas y rojas, qu
bonitas resultaban y cmo adornaban la habitacin, como cuadros en las
paredes!
Pasaron a la casa nueva, y el ganado se reparti en lo que haba sido
choza y morada. A la vaca se agregaba ahora una oveja con sus pequeos,
para que no estuviera tan sola.
Aquella gente de las regiones deshabitadas haba logrado ya mucho,
muchsimo.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
28/454
28
3
Mientras el terreno estaba blando, todava Isak lo limpi de piedras y rizomas,
y lo prepar para el ao prximo; y cuando llegaron las heladas, fue al bosque
y se provey de tacos de lea en gran cantidad.
Qu vas a hacer con tanta lea? le preguntaba, a lo mejor, Inger.
No lo s exactamente responda Isak, aunque lo saba muy bien.
La vieja selva virgen, demasiado prxima a la casa, impeda la extensin
de los pastos; adems, l se arreglara para bajar, en invierno, como fuera,
aquella lea a la aldea y venderla a los que la necesitaban para combustible.Isak, convencido de lo excelente de su idea, guiado por ella, talaba con afn
los rboles y los cortaba a la medida conveniente. Inger sala a menudo y le
observaba; l finga indiferencia, como si juzgara balda su asiduidad; pero
ella no ignoraba que le haca bien slo con estar all.
A veces, cambiaban palabras dignas de ser notadas.
No sabes otra ocupacin que la de correr por ah para que el fro te
mate? deca Isak.
No siento el fro responda Inger. Eres t quien vas a matarte de
puro trabajar.
Ahora mismo te pondrs mi chaqueta, que hallars arriba.
No puedo detenerme ms rato aqu, cuando Cuerno deoro est a punto
de darnos un ternero.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
29/454
29
As est Cuerno de oro?
No lo sabas? Y qu vamos a hacer con el ternero?
Haz lo que mejor te parezca; yo no lo s.
Pero no vamos a comrnoslo; eso no. Luego nos quedaremos otra vez
con una sola vaca.
As razonaban los dos solitarios, seres rudos, entregados a sus impulsos,
pero rebosando bondad en el trato mutuo, y para el ganado, y para la tierra.
Cuerno de oro ech, pues, al mundo una ternerita. Da sealado en aquel
paraje desierto! Una gran alegra, una felicidad! Dieron a Cuerno deoro una
buena bebida a base de harina. Aunque Isak mismo la haba subido a sus
espaldas, deca:
No economices la harina!
La ternera era una hermosura, rosada, y raramente confusa luego de la
maravilla que haba experimentado. Al cabo de unos aos ella tambin sera
madre.Inger deca:
Esta ternera llegar a ser una vaca magnfica! No s cmo vamos a
llamarla.
Inger tena algo de infantil, y su inventiva era poca en casos semejantes.
Qu nombre? apunt Isak. No hallara otro ms propio que Cuerno
de plata.
Cayeron las primeras nieves, y no bien se endurecieron sobre el suelo y
se hizo el camino intransitable, Isak baj a la aldea. Reservado, como siempre,
no quiso confiar a Inger sus planes. La sorprendi al comparecer a su vuelta
con un trineo y un caballo.
Creo que ests de broma! observ Inger. No habrs cogido a
alguien ese caballo?
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
30/454
30
Yo coger un caballo?
He querido decir si te lo has encontrado casualmente por el camino.
Ah! Si Isak hubiera podido decir: El caballo es mo, es nuestro...!
Pero lo haba pedido prestado, slo por cierto tiempo, para transportar su
partida de tacos de madera al pueblo. Y as lo hizo; a cambio de ella, suba
toda clase de comestibles, y harina y arenques... Un da lleg con un novillo
sobre el trineo; lo haba conseguido a muy buen precio porque ahora
empezaba a reinar la escasez de forraje en el pueblo. Delgado, la pelambre
revuelta, el torete, de unos dos aos, no poda mugir siquiera con vigor, pero
no por esto era un adefesio; y si se le cuidaba bien se desarrollara
rpidamente.
T de todo haces botn! exclamaba Inger.
S; Isak, de lo que proporcionaba a los del pueblo, cargaba con todo lo
que era til a su hogar: tablas, una piedra de afilar, formas para hacer pastas,
herramientas... Inger nadaba en la abundancia, y comentaba a veces:Ms cosas todava? Ahora tenemos hasta un toro; no nos falta ya
nada.
Y a los pocos das dijo Isak:
No, lo que es ahora, no traer nada ms.
Les bast para mucho tiempo lo adquirido. Estaban a salvo. Qu planes
seran los de Isak para la primavera? Andando detrs de su carretada de lea,
lo haba pensado lo menos cien veces: preparara la tierra en aquella ladera
para hacerla cultivable; se ocupara de sus talas; dejara secar la madera duran-
te el verano, y cuando llegara el invierno podra doblar los envos a la aldea.
Ech cuentas, y todo le sala a satisfaccin. Tambin por centsima vez le
haba ocurrido otra idea: poner en claro a quin haba pertenecido la vaca
Cuerno de oro. En vano buscara otra mujer como Inger; a pesar de sus
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
31/454
31
arranques, su voluntad era la de Isak y se contentaba con lo que l quera. Pero
en cualquier momento poda presentarse alguien y reclamar a Cuerno de oro y
llevrsela sujeta a la soguilla. Y las consecuencias podan ser an peores.
Inger haba dicho: Es verdad que el caballo no lo has tomado o encontrado
al azar en tu camino? Esto era lo primero que se le haba ocurrido a Inger.
Poda dudarse de ella? Y, entonces, qu hara l? No haba adquirido,
acaso, un toro para Cuerno de oro, una vaca, probablemente, robada?
Llegaba el plazo en que le sera preciso devolver el caballo. Era una
lstima, porque al jaco le luca el pelo, y les tena confianza.
De todos modos deca Inger para consolarle, has sacado de l buen
provecho.
Tan til como me sera en la primavera! replicaba Isak.
Sali un da lentamente al rayar el alba, con su ltimo cargamento de
madera, y estuvo fuera dos das enteros. Cuando volva oy unas notas
singulares que salan de la casa. Qu sera? Aguz el odo. Un grito infantil...Ay, s, Dios eterno!. Era eso y no otra cosa, pero era algo turbador, e Inger
no le haba dicho nada.
Lo primero que se ofreci a sus ojos al entrar fue la caja, la tan anhelada
caja que l mismo haba subido, colgada sobre el pecho. Ahora la vea suspen-
dida a modo de cuna y de columpio para el recin nacido. Inger andaba por la
casa a medio vestir; y hasta haba ordeado ya la vaca y las cabras!
Cuando la criatura ces en sus gritos, Isak pregunt:
Y ahora est todo hecho?
S; todo est.
Bien.
Fue el mismo da que partiste, al anochecer.
S...
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
32/454
32
Slo tuve que empinarme para colgar la caja, y con eso quedaba todo
preparado... Pero no pude soportarlo; me puse mala...
Cmo es que no me has dicho nada antes?
Poda yo fijar el da? Es un nio...
Ah, un chico!
Ay! Si supiera qu nombre le daremos! dijo Inger.
A Isak le fue permitido ver la carita colorada, bien conformada; no tena
el labio partido, y luca una mata de pelo tupido en la cabeza. Echado en la
caja, era un encanto de nio. Isak no saba qu pensar y se senta bastante
dbil ante el acontecimiento. Aquel coloso se hallaba ante el milagro, que
formndose primero envuelto en una neblina sagrada, apareca ahora en la
vida con su carita como un smbolo. Los das y los aos haran de aquel
prodigio un hombre.
Ven a comer algo... dijo Inger.
Isak abate troncos; los amontona. Ha prosperado; tiene ahora una sierra yest preparando la lea para el invierno. Los montones de tacos son enormes;
Isak hace con ellos una calle, un pueblo entero. Inger est ms sujeta a la casa
y no puede como antes ir al sitio en que trabaja el hombre; ahora es ste quien
hace, de vez en cuando, una pequea excursin hacia ella. Tiene gracia un
gorgojo as metido en una caja! A Isak ni se le ocurre ocuparse de l, que,
adems, era sencillamente un gorgojo. Que se quedase donde estaba! Pero...
uno es humano, al fin, y no puede or sin un sentimiento de conmiseracin el
gritito de una criatura.
No lo toques! deca Inger. Seguramente tienes las manos sucias de
resina.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
33/454
33
Yo, resina en las manos? Ests loca! responda Isak. Desde que
acab la casa no he tenido resina en las manos. Dame el nio, y le mecer
hasta que se duerma.
No; en seguida callar...
En mayo viene de las montaas a la morada de los solitarios una mujer
forastera, parienta de Inger y es recibida con agrado.
Slo he querido ver cmo le va a Cuerno de oro desde que sali de
nuestra casa.
La gente no pregunta mucho por ti cuchichea Inger, afligida, como si
el nio pudiera entenderla. Claro! Claro! Claro! Eres tan poquita cosa...!
Ah! Este...! replica la visitante. Salta a la vista que no le va mal.
Es un chico precioso! Quin hubiera dicho hace un ao, Inger, que volvera a
verte con un marido y un hijito, y la casa y todo!
De m no hables deca Inger. No vale la pena. Ah est el que me
tom tal como era.Estis casados? Todava no, verdad?
Veremos, ahora que el nio va a ser bautizado dice Inger. Quisimos
casarnos, pero no pudo arreglarse. Qu dices t a eso, Isak?
Casarnos, claro.
No podras subir, Oline, despus de la siega del heno, para cuidar del
ganado mientras nosotros hacemos el viaje? pregunta Inger.
Y dice la parienta:
Veo que no cesis de construir. Qu va a ser esta vez? No tenis ya
bastante?
Inger mueve la cabeza y dice:
Pregntale a l, porque a m no me lo explica.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
34/454
34
No vale la pena de hablar de lo que construyo contesta Isak. Un
cobertizo por si lo necesitara. Pero, has preguntado antes por Cuerno de oro.
Quieres verla?
Y van al establo para mostrarle la vaca y su ternero. El toro es una res
magnfica, y la parienta de Inger cabecea complacida a la vista del ganado y
del establo; los alaba como de lo mejor, y pondera la limpieza perfecta y las
buenas disposiciones de Inger en todo lo que concierne al experto cuidado de
las bestias.
Entonces, la vaca Cuerno de oro estaba antes en tu casa? pregunta
Isak.
S, desde que naci. En mi casa precisamente, no, en la de mi hijo;
pero es lo mismo. Y tenemos todava a la madre de Cuerno de oro en nuestro
establo.
Haca mucho tiempo que no haba odo Isak un mensaje tan grato; se le
cay un peso del corazn: Cuerno de oro les perteneca, pues, con plenoderecho, a l y a Inger. Para decir toda la verdad, en medio de sus dudas haba
decidido degollar a Cuerno de oro al llegar el otoo; le arrancara la piel y
enterrara los cuernos para que desapareciera todo rastro de Cuerno de oro.
Ahora no. Se senta tan orgulloso de Inger, que, reafirmando la opinin de la
forastera, dijo:
Dijiste que Inger es limpia? No hay otra como ella. Estaba escrito, sin
duda, que yo tendra un tesoro por mujer.
Es natural que fuera as dijo la parienta.
Esta mujer de la otra parte de las montaas, que se llamaba Oline,
amable, atinada en el hablar, inteligente, no estuvo en la casa ms que dos das
y durmi en el cuarto de al lado. Al partir, se llevaba un poco de lana de las
ovejas de Inger, pero esto a escondidas de Isak, sea cual fuere el motivo.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
35/454
35
Quedaron otra vez solos el nio, Isak y la mujer... El mundo volvi a ser
el mismo, con su labor cotidiana, sus pequeas y urgentes alegras; Cuerno de
oro daba leche en abundancia, las cabras tenan sus cras, y daban tambin
buena leche. Inger haba elaborado una hilera de quesos blancos y rojos que
tenan puestos a secar, fiel a su plan de comprar con su producto un telar. Oh,
aquella Inger! Saba hasta tejer!
Isak levant un cobertizo, porque tambin l tena su plan. Adosado a la
antigua choza por medio de un doble tabique de tablas, practic en l una
puerta y una linda ventana con cuatro cristales, puso un techo provisional y
esper el deshielo para poner, entonces, las cortezas de abedul. De momento,
slo se hizo lo indispensable; nada de pavimento de tablas, ni de paredes
acepilladas. No aplaz, empero, la construccin del compartimiento para un
caballo con su pesebre.
Era ya a fines de mayo; el sol haba derretido el hielo en las colinas
cuando Isak puso el techado definitivo a la nueva construccin. Despus deesto, una maana, provisto de una comida que le durara todo un da y algo
ms, se ech al hombro pico y azadn y baj al pueblo.
Podras subirme cuatro varas de indiana? le pidi Inger.
Qu vas a hacer con eso? replic Isak.
Pareca como si no hubiera de volver. Inger examinaba todos los das el
cielo, la direccin del viento, como quien espera un barco; sala fuera por la
noche, y escuchaba. Le asaltaba la idea de tomar en brazos al nio y ponerse
en camino en busca de Isak. Hasta que ste se present, por fin, con un caballo
y un carro. Soooo!, grit Isak al llegar delante de la puerta, y, aunque el
caballo, sin alborotarse, relinchaba a la vista de la choza desconocida, Isak
grit para que le oyeran desde dentro:
Puedes salir y aguantar un poco el caballo?
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
36/454
36
Inger sali.
Qu es esto? exclam. Di, has podido pedirlo prestado otra vez?
Dnde estuviste tanto tiempo? Hoy es el sptimo da.
Dnde haba de estar? Ante todo, he tenido que desembarazar el
camino en varios puntos para poder pasar con mi carro. Aguanta el caballo un
poco, he dicho.
Con tu carro? He de creer que lo has comprado?
Isak permaneca mudo, reventando de puro silencio. Y empieza a
descargar del carro: un rastrillo, un arado, clavos, vveres, una azada, un saco
lleno de semillas.
Cmo est el nio? pregunta de pronto.
El nio est bien. Has comprado el carro, te he preguntado? Y yo,
luchando y sudando para poder comprarme un telar! dice ella en tono de
broma. Tan dichosa se senta de verle otra vez en casa!
Isak; ocupado en sus adquisiciones, permaneci otro largo rato silenciosoy ensimismado. Reflexionaba y miraba alrededor, buscando lugar apropiado
para cosas tan diversas. No pareca fcil hallar sitio en el corral para todo.
Pero, como Inger haba renunciado a hacer ms preguntas, y charlaba ahora,
dirigindose al caballo, Isak rompi el silencio.
Has visto t alguna alquera que no tenga un caballo y un carro, y un
arado, y un rastrillo; todo lo necesario, en fin? Y ya que quieres saberlo: s; he
comprado el caballo, el carro y lo que vena dentro.
Inger slo acertaba a mover la cabeza y exclamar:
Parece mentira!
Isak ya no se senta pequeo. Se haba desquitado, a lo gran seor, del
regalo de la vaca Cuerno de oro.
Aqu est! S, seor. Yo pago con un caballo!
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
37/454
37
Era de tan potente musculatura este Isak que, levantando con una sola
mano el arado lo llev hasta la pared, donde lo dej arrimado. As, como
dueo y seor absoluto! Puso luego al abrigo, en el interior del nuevo
cobertizo, el rastrillo, la azada y la horca recin comprados, valiosos aperos de
labranza, un verdadero tesoro. Estupendo! Oh! Todos los aperos necesarios!
Ahora no faltaba ya nada.
Hum...! Y tambin llegar para un telar dijo el hombre, suponiendo
que yo conserve la salud. Y aqu tienes tambin lo que me pedas; pero no
todo: no tenan ms que esta tela azul de algodn.
Era inagotable, y segua sacando cosas. Y cada vez suceda lo mismo.
Es lstima deca Inger que Oline no pudiera ver todo esto mientras
estuvo con nosotros.
Exageracin y vanidad femenina! El hombre sonrea desdeosamente.
As y todo, no le habra disgustado si Oline hubiera visto aquella
magnificencia.El nio lloraba.
Ve a cuidar del nio dijo Isak. El caballo est ya ms sosegado.
Desenganchado ste, lo condujo a la cuadra. Su propio caballo! Le dio
un pienso, le restreg, le acarici. Y qu haba quedado a deber por el caballo
y el carro? Todo, absolutamente todo. Era una gran deuda; pero hacia fines del
verano quedara saldada. Tena madera en cuadro, corteza de abedul para la
construccin, cortada el ao anterior, y, adems, algunos buenos troncos.
Cuando la tensin hubo cesado y la osada del nimo disminuy tambin,
vinieron horas de temor y cuidado. Ahora todo dependa del verano y del
otoo!
Llenaban los das las labores agrcolas, cada vez ms amplias. Limpi de
piedras y de rizomas otros pedazos de tierra; los removi con el arado, los
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
38/454
38
abon, los entrecav, rompi terrones con las manos y con los tacones de sus
botas. Era un labrador incansable, cuyos campos alisados tenan el aspecto de
tierras de felpa. Esper entonces un par de das, y cuando pareci que iba a
llover, sembr el grano. Siglos y siglos haban sembrado el grano sus
antepasados. Esta labor se haca devotamente a la cada de una tarde sin
viento; y mejor si caa una llovizna fina como polvo, y cuando los gansos
salvajes pasan a bandadas. La patata, en cambio, era un fruto nuevo y su
plantacin nada tena de misterio ni de religioso. Mujeres y nios podan
asistir a la plantacin del tubrculo procedente de un pas extranjero, como el
caf, y que resultaba un alimento excelente; pero que perteneca a la familia de
los tubrculos. El grano era el pan; tenerlo o no tenerlo significaba vida o
muerte. Isak andaba, descubierta la cabeza, sembrando en el nombre de Jess;
era como un sarmiento con manos, pero en su interior era como un nio. Cada
vez que desparramaba la semilla lo haca con gran cuidado, y se senta
resignado y amable. Y germinara el grano y se convertira en espigas quellevaran muchos granos; y as es en todo el mundo cuando se siembra. En el
Oriente, en Amrica y por doquier. Grande es la tierra, y una nfima parte de
ella el campo que Isak labraba. Era el centro de todo, y se esparcan de su
mano las semillas como unas alas de luz. Haba nubes en el cielo que
anunciaban una llovizna fina propicia al sembrado.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
39/454
39
4
Entre las labores de primavera y de otoo se sucedieron das y noches, pero
Oline no llegaba.
Labrados sus campos, Isak puso en condiciones dos guadaas y dos
rastrillos para la siega del heno; coloc en el carro un fondo de tablas capaz
para la carga de la hierba, y requiri lo necesario para construirse un trineo de
labor, pensando en el invierno. Se ocup en otras labores tiles, y por lo que
se refiere al interior, coloc dos anaqueles arrimados a la pared, en los cuales
podan colocarse las cosas ms diversas: el calendario, que, al fin, se habacomprado, y el molinillo, y cazos fuera de uso. Inger afirmaba la extraor-
dinaria utilidad de los dos anaqueles. Por lo dems, le pareca todo excelente.
Cosa curiosa: Cuerno de oro no intentaba ya escapar; contenta con su ternera
y el novillo, paca suelta todo el da en las faldas del bosque. Y las cabras
prosperaban de tal modo que casi arrastraban sus ubres cargadas de leche.
Inger haca un vestido largo de algodn azul y una gorrita del mismo gnero;
las prendas ms bonitas que soar se pueda: las ropitas de cristianar para el
nio. Reposadamente echado como estaba, el nio segua con los ojos las
labores domsticas. Creca robusto. Isak acab por acceder a que le bautizaran
con el nombre de Eleseus. Ya dadas las ltimas puntadas al vestidillo de
bautizar, tena ste una larga cola de dos varas, y costaba, cada vara, su dinero;
pero todo es poco para el primognito.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
40/454
40
Si alguna vez ha de lucirse tu collar de abalorios de cristal, nunca
mejor que ahora observ Isak.
Tambin Inger se haba acordado de los abalorios, que no en vano era
madre, llena de sencillez y orgullo. No alcanzaba el ancho de la sarta para que
el nio pudiera lucirlos sobre el cuello de su vestido, pero se los pondra en la
parte delantera de la gorrita, adornndola as muy bien.
Oline no llegaba.
Si no hubiera sido por el ganado, todos habran abandonado la casa por
tres o cuatro das con motivo del bautizo. Inger, a no ser por el asunto del
casamiento, hubiera podido ir sola.
No aplacemos ms el casamiento deca Isak.
Pero Inger responda:
Antes de que Eleseus pueda quedarse solo en casa, y sepa ordear, no
pasarn menos de diez o doce aos.
Y as, Isak tuvo que aguzar el ingenio. El casamiento que se dej endescuido al principio era tal vez tan esencial como el bautismo. El tiempo
amenazaba con una sequa perniciosa si la lluvia no vena pronto a remediarlo
Se agotara el producto de los campos si Dios no ayudaba. Isak se
prepar para ir de prisa al pueblo en busca de alguien que viniera a
sustituirles, y tendra que andar muchas millas. Y todo por un casamiento y
un bautizo! Son muchos los cuidados pequeos y grandes que pesan sobre los
que viven en las regiones deshabitadas...
Y lleg Oline...
Ya era un hecho consumado el casamiento y el bautizo, y todo quedaba
arreglado. Su previsin fue tanta que, primero celebraron el casamiento, a fin
de que el nio fuera reconocido como legtimo. Pero la sequa era persistente y
se agostaban las mieses en los pequeos campos semejantes a tiras de felpa.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
41/454
41
Por qu? Ah! Todo estaba en las manos de Dios, Isak seg sus praderas,
pero la hierba no era muy alta, a pesar del abono que se les haba puesto en la
primavera. No se cansaba de segar hasta en las laderas ms apartadas; y
segaba y pona a cubierto el forraje, ya que ahora posea un caballo y
abundante ganado. Pero en junio se vio obligado a utilizar tambin la mies
como forraje, porque no vala para otra cosa.
Quedaban an las patatas. Qu era de ellas? Resultara, como el caf,
una especie de producto extico del cual se poda prescindir? Oh! La patata
es algo incomparable: resiste la sequa, resiste la humedad y prospera a pesar
de todo. Desafa los elementos, todo lo soporta, y por poco que el hombre sepa
tratarla, le da el quince por uno. No tienen las patatas la sangre de la uva, pero
s la pulpa de la castaa; se pueden guisar y asar, y van bien con todo. Un
hombre puede carecer de pan, pero si le es dado echar mano a las patatas ya no
quedar sin alimento. Las patatas pueden asarse con el rescoldo, y tenis una
cena; pueden cocerse en agua, y son un desayuno. Poco complementorequieren. Una taza de leche, un arenque bastan para acompaarlas. Los ricos
las aderezan con mantequilla, pero a los pobres les basta con echarles un poco
de sal. Isak haca de ellas su plato dominical, rocindolas con la nata extrada
de la leche de Cuerno de oro.
Benditas patatas, no lo bastante apreciadas!
Pero esta vez, tambin las patatas estaban de mal ao.
Isak escudriaba el cielo incontables veces al da. El cielo era azul. Al
hacerse de noche, pareca, a veces, que iba a caer un chaparrn. Entonces Isak
se meta en la casa, diciendo:
A ver si tendremos lluvia, al fin!
Pero al cabo de un par de horas, toda esperanza haba desaparecido.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
42/454
42
Siete semanas dur la sequa, y haca mucho calor. Durante todo este
tiempo las patatas florecan de manera extraordinaria, exuberante. Los
campos, mirados a distancia, semejaban campos de nieve. Cul sera el
desenlace? El calendario no daba indicacin alguna. Y es que los calendarios
de ahora no eran como los de antes, no valan nada. Una vez pareci que
llovera. Isak se acerc a Inger y le dijo:
Si Dios quiere, esta noche tendremos lluvia.
Hay indicios?
S; y el caballo sacude los arreos de lo lindo.
Inger sali al umbral y dijo:
S; ahora vers.
Cayeron unas gotas. Pasaban las horas. El matrimonio se retir a
descansar. Pero aquella noche Isak no pudo menos de levantarse para mirar al
cielo: estaba azul.
Ay, Dios mo! dijo Inger. Poco tardar en secarse el ltimo ramajeque cortaste...
Y diciendo esto trataba de consolarle.
S, Isak haba hecho buena provisin del mejor ramaje, que resultaba un
pienso muy apreciable; lo trataba como el heno, y lo recubra en el bosque de
cortezas de abedul. Pero ahora slo quedaba un msero resto. Y por eso, Isak,
desesperado e indiferente, respondi a Inger:
Aunque haya de secarse por completo, no lo entrar.
No sabes lo que te dices replic Inger.
En efecto, al da siguiente no se cuid de entrar el ramaje. Lo haba
dicho, y lo cumplira. Que continuara en nombre de Dios, donde estaba, ya
que no vena la lluvia. Lo entrara antes de las Navidades, a no ser que hasta
entonces el sol lo hubiese secado por completo.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
43/454
43
Hondamente afligido, ya no se gozaba en permanecer sentado a la puerta
y admirar sus tierras con mirada poseedora. All estaban los campos de patatas
floreciendo desaforadamente para agostarse pronto qudese el ramaje,
entonces, donde est!. En medio de su maciza lealtad, haba en Isak, acaso,
una idea oculta. Quiz lo haca todo por clculo e intentaba provocar al cielo
azul, bajo la luna cambiante?
Aquella noche pareca de nuevo presagiar la lluvia.
Sera mejor que entrases el ramaje le aconsejaba Inger.
Y para qu? preguntaba Isak con cara de pocos amigos.
S, s, brlate, que a lo mejor est cercana la lluvia.
Pero no ests viendo que este ao no va a llover?
Pero durante la noche pareci como si los cristales se oscurecieran ms, y
hasta parecan humedecerse.
Inger despert:
Llueve! Fjate en la ventana!Isak se limit a resoplar y dijo:
Lluvia has dicho? Esto no es lluvia. No s a qu te refieres, mujer.
No debieras burlarte replic Inger.
Isak se engaaba a s mismo, no tomndolo en serio. En realidad, llova y
no poco; pero despus de lo suficiente para que el ramaje que guardaba Isak se
empapara, ces la lluvia. El cielo volva a aparecer sereno.
Ya he dicho antes que esta lluvia no tena importancia concluy Isak
tercamente, complacindose en su incredulidad.
De nada les serva a las patatas el chaparrn. Sucedanse los das, y el
cielo segua azul. Isak se ocup afanosamente en la construccin de su trineo
de madera. Domeando su terco corazn, acepillaba con humildad la madera,
que converta en prtigas y en brazos para el trineo. Mientras tanto, el pequeo
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
44/454
44
iba creciendo con el curso de los das, Inger preparaba mantequilla y quesos, y
el caso no era tan apurado. Un mal ao es soportable para las personas hacen-
dosas, aunque vivan en despoblado. Y adems..., la bendita lluvia lleg,
transcurridas nueve semanas; todo un da y toda una noche estuvo lloviendo
copiosamente, como si hubieran abierto las cataratas de los cielos; diecisis
horas de lluvia. Si hubiera sido catorce das antes, Isak hubiera dicho a Inger:
Ya es tarde. Ahora, en cambio, le deca:
Vas a ver cmo esto no dejar de hacer algn bien a las patatas.
Oh, s! Se salvar la cosecha del todo.
Y poco a poco el aspecto mejor; el chubasco era diario; reverdeca la
hierba como por encanto, las patatas florecan, si cabe, ms que antes, y las
hinchadas bayas crecan en sus tallos. Todo marchaba a satisfaccin, pero
nadie saba lo que pasaba dentro de la tierra, ni se atreva Isak a remover la de
las patatas. Un da compareci Inger con unas veinte patatas pequeas que
haba encontrado al pie de un rodrign.Y les quedan todava cinco semanas para crecer! le hizo notar.
Qu consuelo y qu sanos consejos los de Inger en toda ocasin! Con su
labio hendido, con su pobre voz que pareca silbar como cuando el vapor
escapa de la vlvula, era en aquellas soledades un consuelo, una verdadera
bendicin en aquellas regiones despobladas. Tena, adems, un buen natural.
Si pudieras construir otra cama...! pidi a Isak.
Bien respondi l.
Pero no corre prisa dijo ella.
Empezaron con la recoleccin de las patatas, la cual, siguiendo la
tradicin, terminaba alrededor de San Miguel. El ao no mereca ser llamado
malo: mediano es ms justo. Qued demostrado otra vez que las patatas no
dependen tanto del tiempo, sino que resisten bastante y crecen, a pesar de
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
45/454
45
todo. No se atrevan a echar cuentas con la seguridad de otros aos. Un da
pas un lapn, a quien la provisin de patatas dej admirado, y asegur que en
las aldeas lo pasaban mucho peor.
A Isak le quedaban unas semanas por delante, durante las cuales, antes
que llegara el fro y el suelo se helara, se ocupara en roturar el campo. El
ganado paca ahora a su gusto. Isak estaba gozoso de poder trabajar oyendo las
esquilas en derredor. Claro que, a veces, le estorbaba el ganado, sea que el
toro se complaciera en arremeter a cornadas los montones de ramaje, o que las
cabras se desparramaran por todas partes en sus subidas y bajadas, y hasta que
treparan al techo de la cabaa.
Pequeos cuidados y grandes cuidados!
Un da Isak oye un grito. Inger est junto a la puerta con el nio en
brazos, y seala a Isak el toro y la vaca Cuerno de plata. Isak deja a un lado la
azada que empuaba y corre detrs de la pareja; pero ya es tarde. La bruja!
Un ao tiene; y se adelanta en medio ao. Qu locura! Vaya con la nia!Isak la encierra en su establo; pero lo inevitable ha sucedido.
Mira le dice Inger, segn cmo, vale ms as; de otro modo las dos
vacas hubieran tenido cra a la vez en otoo.
Quin sabe si Inger haba soltado juntos intencionadamente a Cuerno de
plata y al toro!
Lleg el invierno. Inger hilaba y cardaba la lana; Isak bajaba al valle con
enormes cargas de madera seca sobre el trineo; todas las deudas se haban pa-
gado, y eran completamente suyos el caballo y el carro, el arado y el rastrillo.
Bajaba al valle con los quesos de cabra que haba elaborado Inger, y volva
provisto de lino, de un telar, de la aspadera y de todo lo que convena a la
labor; otras veces suba harina y alimentos, y tablas y clavos. Un da lleg con
una lmpara.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
46/454
46
Tan cierto como que estoy aqu, t has perdido el seso! exclam
Inger.
Pero ella misma haba adivinado que la lmpara llegara tarde o
temprano. Por la noche la encendan y se hallaban como en el paraso, y el
pequeo Eleseus crea que era el mismo sol.
No ves qu pasmado est? deca Isak.
Desde entonces, Inger podra hilar a la luz de la lmpara.
Isak compr tambin tela para unas camisas, y zapatos nuevos para Inger.
Habale pedido sta unos colores para teir la lana, y se vio complacida. Un
da Isak compareci con un reloj. Nada menos que con un reloj de pared!
Inger, completamente pasmada, estuvo un rato sin poder pronunciar
palabra.
Con todas las precauciones Isak colg el reloj, subi los pesos y lo puso
aproximadamente a la hora. Al or su sonido grave, el nio volvi los ojos y
mir a su madre.Razn tienes de admirarte dijo sta, y emocionada puso el nio sobre
las rodillas. Porque todo lo bueno que en aquella soledad tenan, nada igual al
reloj de pared, que sera su compaa en invierno, marcando a campanadas y
con precisin cada hora del da.
Distribuida ya toda la madera, Isak volvi al bosque, y abati los troncos,
que llenaran un gran espacio. Cada vez le era preciso alejarse ms de la casa.
Ahora quedaba libre para el cultivo una extensa ladera. Decidi no cortar ya
ms sin distincin, sino nicamente los rboles ms viejos, con las copas ya
resecas.
Naturalmente, no ignoraba la razn por la cual Inger le haba hablado de
una segunda cama; convena acabarla pronto. Pero una noche, al llegar del
bosque, la realidad se le haba adelantado: la familia haba aumentado. Era un
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
47/454
47
chico. Inger estaba en el lecho. Qu Inger aqulla! Por la maana haba inten-
tado mandarle a la aldea.
Tendras que hacer andar un poco al caballo le deca. Est pateando
continuamente en la cuadra.
No tengo tiempo para tonteras dijo Isak a punto de salir. Ahora se
daba cuenta de que Inger haba querido alejarle de all. Pero, por qu? Tal
vez hubiera sido conveniente que lo tuviera a su lado. A qu es debido que
no le des a uno el menor indicio? le dijo.
Ahora le inst ella, por nica respuesta no podrs menos de
construirte una cama para ti solo.
No se haba pensado en las sbanas ni en el cubrecama; tenan una sola
cubierta de piel para los dos, esperando el prximo otoo, en que mataran
unos carneros; pero no alcanzara tampoco la piel de un par de carneros. No;
los das siguientes no fueron gratos para Isak. Se helaba miserablemente
durante la noche. Prob enterrarse en el heno ensilado debajo del saliente de laroca, prob dormir cerca de las vacas, pero no hallaba calor bastante... Andaba
desahuciado. Suerte que lleg mayo, y luego junio, julio...
Maravillaba ver lo que en tres aos se haba llevado a cabo! Una
vivienda para las personas, una cuadra, unas tierras ya laborables... Y esta vez,
qu es lo que estaba construyendo Isak? Un cobertizo ms, un granero y un
anexo de la habitacin. Retumbaba la casa al hincar los clavos de ocho
pulgadas, y compareca Inger clamando piedad para los pequeos.
Ah, los pequeos! Distreles, entretanto; cuntales algo; dale a
Eleseus la tapadera de la herrada6 para que haga ruido. Yo pronto acabar de
clavar, pero ya comprenders que es indispensable afirmar las traviesas del
6 Cubo de madera, con grandes aros de hierro o de latn, y ms ancho por la base que por laboca.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
48/454
48
tabique entre la habitacin y su anexo. Despus de esto ya slo necesitar
clavos de pulgada y media, una bagatela.
No hubiera podido l evitar el martilleo? Hasta entonces los barriles de
arenques, la harina y otros productos alimenticios quedaban depositados en el
establo para no exponerlos a la intemperie, pero la manteca tena sabor a
cuadra. Hzose de primera necesidad una despensa. Que los pequeos se
acostumbraran a un par de martillazos contra la pared! Eleseus era, eso s, ms
bien flojo, mientras que su hermanito mamaba como un ngel de esos que
tocan la trompeta, y cuando no gritaba dorma. Una preciosidad de chico!
Isak no se opondra a que le bautizaran con el nombre de Sivert. Tal vez era
mejor as, por ms que l haba acariciado de nuevo el nombre de Jacob. Inger
acertaba en algunos puntos. Eleseus era el nombre del prroco que ella haba
tenido, y era un nombre distinguido; Sivert se llamaba el to de Inger, el
tesorero del distrito, soltern y hombre acomodado, sin herederos. Qu mejor
que llamar Sivert al segundo?Volvi la primavera con sus trabajos, y antes de Pentecosts se sembr
todo. Cuando Eleseus era el nico, a Inger no le sobraba tiempo para ayudar al
marido. Ahora que tena dos hijos, extirpaba la mala hierba, a ms de las horas
empleadas en el cultivo de las patatas, las zanahorias y los nabos. No sera
fcil dar con otra mujer como ella. En su telar siempre haba alguna pieza. No
desperdiciaba un momento para entrar donde la tena y vaciar unas bobinas; el
pao era una lanilla indicada para el invierno. Una vez teida la fibra, teja
gneros de vestir azul y rojo, que llevaran ella y los nios; en otros colores
provea a la ropa de cama de Isak. Cosas todas necesarias y de gran duracin.
Los solitarios haban, pues, prosperado, y suponiendo que el ao se
presentase bien, su situacin se hara, realmente, envidiable. Qu les faltaba
todava? Desde luego, un pajar, naturalmente; un buen granero con su era al
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
49/454
49
lado. Esto era algo para lo futuro, un fin que se conseguira como todo lo
anterior. S, con el tiempo! Ahora Cuerno de plata, la vaquilla, tena un
ternero; las cabras, cabritillas; las ovejas, corderos. Era todo un rebullir en los
prados. Y las personas? Eleseus ya corra solo de un lado a otro, y el pequeo
Sivert estaba bautizado. E Inger? Pareca de nuevo encinta, a juzgar por sus
redondeces. Qu supona para ella un hijo ms? No digamos que nada;
orgullosa estaba ella de aquellas criaturas, y daba a entender que no a todos les
reservaba Dios hijos de tan buen ver como los suyos. Inger se desviva por
parecer joven. Tena la cara desfigurada, y haba pasado toda su juventud
desdeada de los mozos. Por muy trabajadora que fuese, y aun sabiendo bailar
bien, aqullos menospreciaron sus virtudes femeninas, volvindole la espalda.
Pero haba llegado su hora; se desplegaba su lozana, floreca de continuo y
eran fecundas sus entraas. Isak, el cabeza de familia, segua siendo un
hombre serio y grave, pero haba tenido xito en sus propsitos, y estaba
contento. No se saba cmo se le haba podido hacer llevadera la existenciaantes de venir Inger; se haba mantenido de patatas y leche de cabra, y otros
condimentos sin nombre. Ahora tena de todo lo que un hombre en sus
circunstancias puede exigir.
Volvi la sequa; otro ao adverso. Supieron por Os-Anders, el lapn,
que acertaba a pasar con su perro, que la gente de la aldea ya haba segado
toda la mies para destinarla a forraje del ganado.
Ah! Y no hay esperanzas? pregunt Inger.
No. En cambio, la pesca del arenque ha sido buena. Tu to Sivert
tendr su parte como propietario costero. Y como ya tena alguna provisin en
la despensa y en la bodega... Como t misma, Inger.
S; a Dios gracias, no puedo quejarme. Y qu dicen de m all en
casa?
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
50/454
50
Os-Anders cabecea, y responde, lisonjero, que no tiene palabras para
expresarlo.
Si te apetece una taza de leche dulce y le invita Inger, no tienes ms
que decirlo.
No quisiera privaros de ella. Pero, no tendras algo para el perro?
Y hubo leche y comida para el perro, adems. Os-Anders oy algo como
una msica que sala de la casa, y aguz el odo.
Qu es eso?
Es nuestro reloj de pared que da la hora dice Inger, a punto de
reventar de puro orgullo.
Os-Anders vuelve a menear la cabeza, y observa:
Tenis casa y caballos, vivs bien. Qu no tenis?
En verdad, nunca se lo agradeceremos bastante a Dios.
Oline me ha dado recuerdos para ti.
Bien. Cmo est Oline?Regular. Dnde est tu marido?
Por los campos andar.
Por ah se dice que tu marido no ha comprado dice Os-Anders, el
lapn, de repente.
Comprar? Quin lo ha dicho?
Se dice...
Y a quin haba de comprrselo? Es tierra de nadie.
Hubo una pequea pausa.
Y con sus sudores ha regado l estas tierras.
Dicen que vuestro terreno pertenece al Estado...
Inger no entenda nada de esto, y dijo:
Puede ser. Tal vez Oline lo ha dicho?
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
51/454
51
No recuerdo quin respondi el lapn, y sus ojos inquietos no
acertaban dnde fijarse.
Inger se extraaba de que no le pidiera algo, porque todos los lapones
como Os-Anders son pedigeos. Pero el hombre permanece tranquilamente
sentado, carga su pipa de yeso, y la enciende. Qu pipa! Fuma el hombre
resoplando, y toda su cara, surcada de arrugas, parece un pedazo de carne
asada.
Ya no te pregunto siquiera si sos son tus hijos dice, ms adulador
que antes. Se te parecen tanto! Tan majos son como t, de nia.
Comparacin inoportuna, pues Inger haba sido un esperpento, y, sin
embargo, ahora senta henchirse de orgullo su corazn. Hasta un lapn puede
hacer dichoso el corazn de una madre.
Si no estuviera ya tan lleno, te pondra algo en el saco.
No; por m no os privis...
Inger entra en la casa, con el hijo menor en brazos, mientras Eleseuspermanece afuera, en buena amistad con el lapn. El nio descubre algo que le
llama la atencin dentro del saco del caminante, algo velludo que se mueve y
que l se atreve a acariciar. El perro gime quedamente y luego ladra. Inger,
que vuelve a salir con algo de comer, se sobresalta.
Qu es lo que escondes en el saco?
Nada; es una liebre. Tu nio ha querido verla. La ha cazado el perro, y
me la ha trado.
Toma tu comida dice Inger.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
52/454
52
5
Vieja es la experiencia de que a un mal ao sigue al menos otro igualmente
malo. Isak haba aprendido a resignarse. Agostbase el grano en el campo, y la
cosecha del heno result mediana, pero las patatas parecan rehacerse. La cosa
se presentaba, pues, bastante mal, sin ser desesperada. No le faltaba a Isak ni
lea para el hogar, ni buenas vigas para proveer a la aldea; y como la pesca del
arenque haba dado buen resultado en todo el litoral, la gente tena dinero su-
ficiente para emplearlo en madera y lea. Casi pareca providencial el fracaso
de la cosecha porque, sin el granero y sin la era, qu hubiera sido del grano?S; Providencia o no Providencia, pero a la larga, no puede daar.
Otra cosa era aquella novedad que le intranquilizaba. Qu significa lo
que un cierto Os-Anders haba preguntado a Inger de si Isak haba o no haba
comprado? Aqu yaca la tierra, all se levantaba el bosque. A qu comprar?
Haba convertido el yermo en tierras de cultivo, se haba construido una casa
en medio de la Naturaleza virgen, mantena a su familia y ofreca pastos a su
ganado, no deba nada a nadie, y trabajaba, trabajaba sin descanso. Repetidas
veces se le haba ocurrido la conveniencia de hablar de esto al delegado del
Gobierno cuando bajaba a la aldea, pero cada vez lo aplazaba para otro da. El
delegado no era muy simptico a la gente, y l, Isak, era hombre de pocas
palabras. Qu explicacin dara al delegado?
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
53/454
53
Un da de invierno, el delegado se present en la alquera con un hombre
que llevaba una cartera repleta de papeles. Geissler, el delegado, vio la amplia
ladera abierta, la cual, talado el bosque, apareca desnuda y dijo:
Grande es la hacienda. Crees t que puede ser tuya sin ms ni ms?
Ya estaba! Isak estremeciose hasta la mdula, y no replic nada.
Tendras que haber hablado conmigo y debiste comprar el terreno
dijo el delegado.
S, seor.
El delegado habl de valoracin, de lindes, de impuestos; impuestos
reales, dijo. Isak empezaba a ver claro en todo aquello, y le pareca cada vez
menos disparatado. El delegado se dirigi a su acompaante:
Ea, tasador! Qu extensin tiene la finca?
Y sin esperar siquiera la respuesta, apunt lo que l mismo haba
calculado a bulto. Pregunt a Isak cuntas cargas de heno y cuntas toneladas
de patatas sacaba. Era preciso deslindar; pero con el grueso de nieve a la alturade un hombre no iban a recorrer los lindes; y en verano no habra hombre
dispuesto a subir. Qu era lo que Isak haba pensado tomar por praderas y
cunto bosque? Ni l mismo lo saba, porque hasta hoy haba credo de su
propiedad todo lo que abarcaba con la mirada. El delegado le dijo que el
Estado seala los lmites.
Cuanta ms tierra tengas le explic, ms te cuesta.
Bien.
No es tuyo todo lo que alcanzas con la vista, sino lo que necesitas, ni
ms ni menos.
Bien.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
54/454
54
Inger les sirvi leche, y el delegado y su acompaante la tomaron. Les
sirvieron ms. Era posible que aquel delegado fuera tan riguroso?
Acariciando la cabeza de Eleseus, observ:
Juegas con piedras? A verlas! Qu es esto? Pesan mucho, eh?
Seguramente contienen algn metal.
Pues hay abundancia de esas piedras arriba, en el monte asegur Isak.
El delegado volvi a lo prctico.
La parte sur y la parte oeste sern las ms provechosas para ti dijo a
Isak. Pongamos un cuarto de milla en direccin Sur.
Cmo? Un cuarto de milla! exclam el acompaante.
T, desde luego, no seras capaz de trabajar ni siquiera doscientas
varas de terreno replic el delegado secamente.
Isak pregunt:
Cunto vale un cuarto de milla?
Ni yo ni nadie podra fijarlo con exactitud respondi el delegado.Pero yo propondr un precio bajo. Las comunicaciones son difciles en esos
yermos.
Pero es que un cuarto de milla... repeta el acompaante.
A continuacin el delegado escribi: Un cuarto de milla en direccin
Sur. Y pregunt luego:
Y hacia arriba, camino de la sierra?
Ah, por esta parte me conviene tener hasta el lago. Hay all un gran
lago.
El delegado sigui escribiendo. Y luego pregunt:
Ahora hacia el Norte?
Aqu no importa tanto; en aquellos aguazales no hay propiamente
bosques respondi Isak.
-
7/31/2019 53897066 Knut Hamsun La Bendicion de La Tierra
55/454
55
El delegado escribi por su propia cuenta un octavo de cuartilla.
Y hacia el Este? inquiri luego.
De este lado lo mismo da; todo es montaa hasta Suecia.
El delegado tom nota, y una vez hubo concluido, hizo un repaso, y dijo:
Desde luego, ser una gran hacienda, y si estuviera situada abajo, en el
Municipio, no habra quien pudiese adquirirla. Propondr cien tleros por
todo. Qu te parece? pregunt al acompaante.
Eso es regalado respondi ste.
Cien tleros! intervino Inger.
Es lo que yo digo interrumpi el acompaante. Qu harais con
tanto terreno?
El delegado dijo:
Trabajarlo.
All estaba escribiendo y tomndose gran molestia; de vez en vez uno de
los nios gritaba en la habitacin. No le hubiera gustado a Geissler volver aescribirlo todo