Download - 5. iniciar a dibujar
INICIAR A
DIBUJAR
Inicio al dibujo artístico
Vamos a empezar a dibujar.
Para coger soltura de la muñeca es el momento de utilizar esos folios rayados y
sucios para trazar líneas rectas de arriba a bajo. Todas ellas paralelas entre si.
Cada línea ha de hacerse de un
único movimiento de muñeca. La
línea ha de ser suave (no se debe
apretar la hoja, ya que la fricción
exagerada sobre el papel entorpece
el avance de la mina), rápida y
constante.
Al realizar las líneas rápidamente y
de un único trazo evitamos estar
pensando el camino que traza la
punta del lápiz. La línea sale mucho
más recta y uniforme.
Rellena las últimas líneas
sobre una hoja blanca, para
ir perdiendo el miedo a la
hoja desierta.
Ahora repite el procedimiento
pero extendiendo la línea a lo
largo de la hoja. Para ello,
debes mover el brazo.
Como hiciste con la línea
corta, el trazo ha de hacerse
de un mismo tirón y
espontáneo.
Las últimas líneas realízalas
sobre una hoja blanca.
La última etapa será trazar círculos sobre la hoja. Han de ser círculos frescos y
natural. Sin pensar en su perfección o uniformidad.
Haz un circulo. El segundo que intente imitar la dimensión del anterior. Vuelve
a trazar otro circulo e imita este con el próximo. Repite hasta rellenar un par
de hojas.
Terminado los ejercicios ya tendrás suficiente confianza en ti mismo como
para empezar a dibujar objetos reales.
Dibujo del revés
Este ejercicio, de complemento a los anteriores, se trata de imitar un dibujo
vuelto del revés.
Coge una fotografía o una ilustración que tengas por casa y dale la vuelta.
Cabeza a bajo. Imita esa fotografía o ilustración irreconocible debido a su
cambio de óptica.
Cuando termines dale la vuelta a los dibujos. Si has seguido los pasos anteriores
y has trabajado sin prisas el resultado será sorprendente
Dibujo sin control
Pon la mano que no usas para
dibujar apartada de la hoja y
fíjate en ella. Ahora intenta
dibujarla sin apartar los ojos de la
palma y los dedos de la mano.
Traza el contorno, los pliegues y
todos los detalles con la otra
mano. Como en este ejercicio
no te has fijado en lo que
dibujabas, no has podido
introducir ideas preconcebidas
de la mano. Tu dibujo es fresco y
espontáneo. Representa
exactamente lo que tus ojos te
describían.
Dibujar lo que se vea, no lo que se crea
Toma un lápiz, sitúalo sobre la mesa y dibújalo. ¿A que ha sido relativamente
fácil reproducirlo?
Toma el mismo lápiz con la mano que no dibuja y gíralo para modificar su
perspectiva. A continuación dibújalo. En este momento lo más seguro que te
hayas dado cuenta que cuesta mucho más y probablemente no te haya
salido proporcionado. Esto se debe a que no dibujamos lo que vemos sino la
idea, el concepto que tenemos en la cabeza. Al dibujar aplicamos nuestro
sentido común , el cual nos perjudica la tarea. (De momento.)
El hecho de reproducirlo sin utilizar la memoria proporciona un trabajo más
pesado y lento, pero más detallista y real.