dossier militar trotsky resumen de comadreja para estudiar

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Dossier: Los Orígenes del Ejército Rojo En el presente borrador, se intenta extraer las principales síntesis a las que llego el Bonaparte de nuestra clase explotada, León Trotsky respecto de cómo formar un ejército en las peores condiciones históricas posibles. Se ha partido por la revolución rusa. Pero ya analizaremos las otras experiencias, a saber, México, Nicaragua, Cuba, Colombia, China, Vietnam, Angola, Argelia, Corea, Yugoslavia, Alemania, entre otros ejemplos. En tanto borrador, será tarea del trabajo de análisis y síntesis colectiva darle la coherencia y redacción necesaria al presente documento. Para tal efecto se han tenido a la vista los siguientes materiales: "La creación del Ejército Rojo de obreros y campesinos" (10 de julio de 1918), Trostky "En los frentes" (Primavera, 1919), Trotsky "¿Científicamente o de cualquier modo?" (10 de enero de 1919), Trotsky Los tres primeros capítulos del folleto "Doctrina militar o doctrinarismo pseudo-militar" (22 de noviembre-5 de diciembre de 1921), Trotsky «Acerca del infantilismo izquierdista y del espíritu pequeñoburgués», Lenin, Obras Escogidas, Tomo VIII, Ed. Progreso, 1977 El Ejército Rojo. The Saturday Evening Post [El Correo de la Tarde del Sábado], 26 de mayo de 1934. La creación del Ejército Rojo de los obreros y campesinos Informe al V Congreso de los Soviets, 10/7/1918, Trotsky. León Trotsky, el organizador de la victoria. Karl Radek. Pravda, nº 58, 14 de marzo de 1923, p. 4. EL CAMINO DEL EJÉRCITO ROJO, Moscú 21 de mayo de 1922 EL EJERCITO ROJO. Discurso pronunciado el 22 de abril de 1918 en la sesión del Comité Central Ejecutivo, Trotsky Kronstadt: ¡Trotsky tenía razón! El Trotsky desconocido: el Bonaparte rojo (Krasnov V. G. Moscú. 2000). Kronstadt 1921 (Moscú. 2001) "La primavera y el verano de 1918 fueron extraordinariamente difíciles para nosotros (...). A ratos parecía como si todo se desmoronase, como si no hubiera nada sobre lo que apoyarse. No estábamos seguros de que aquel país agotado, devastado, desesperado, tuviera bastantes fuerzas como para sostener el nuevo régimen, ni siquiera para salvar la independencia frente a cualquier invasor". León Trotsky, Mi Vida, Edit. Akal, pág. 413 "Mostradme otro hombre capaz de organizar en un año un ejército ejemplar y además conseguir el reconocimiento de los especialistas militares". Palabras de Lenin, citadas en las memorias de Máximo Gorki Durante los cuatro meses posteriores a la paz de Brest, los ataques contrarrevolucionarios no cesaron. Los japoneses atacaron Siberia, los alemanes

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Marcelo cornejo Vilchez!!Para estudiar el militarismo de Trotsky

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  • Dossier: Los Orgenes del Ejrcito Rojo

    En el presente borrador, se intenta extraer las principales sntesis a las que llego el

    Bonaparte de nuestra clase explotada, Len Trotsky respecto de cmo formar un

    ejrcito en las peores condiciones histricas posibles.

    Se ha partido por la revolucin rusa. Pero ya analizaremos las otras experiencias, a

    saber, Mxico, Nicaragua, Cuba, Colombia, China, Vietnam, Angola, Argelia,

    Corea, Yugoslavia, Alemania, entre otros ejemplos.

    En tanto borrador, ser tarea del trabajo de anlisis y sntesis colectiva darle la

    coherencia y redaccin necesaria al presente documento.

    Para tal efecto se han tenido a la vista los siguientes materiales:

    "La creacin del Ejrcito Rojo de obreros y campesinos" (10 de julio de 1918), Trostky

    "En los frentes" (Primavera, 1919), Trotsky

    "Cientficamente o de cualquier modo?" (10 de enero de 1919), Trotsky

    Los tres primeros captulos del folleto "Doctrina militar o doctrinarismo pseudo-militar" (22 de noviembre-5 de diciembre de 1921), Trotsky

    Acerca del infantilismo izquierdista y del espritu pequeoburgus, Lenin, Obras Escogidas, Tomo VIII, Ed. Progreso, 1977

    El Ejrcito Rojo. The Saturday Evening Post [El Correo de la Tarde del Sbado], 26 de mayo de 1934.

    La creacin del Ejrcito Rojo de los obreros y campesinos Informe al V Congreso de los Soviets, 10/7/1918, Trotsky.

    Len Trotsky, el organizador de la victoria. Karl Radek. Pravda, n 58, 14 de marzo de 1923, p. 4.

    EL CAMINO DEL EJRCITO ROJO, Mosc 21 de mayo de 1922

    EL EJERCITO ROJO. Discurso pronunciado el 22 de abril de 1918 en la sesin del Comit Central Ejecutivo, Trotsky

    Kronstadt: Trotsky tena razn! El Trotsky desconocido: el Bonaparte rojo (Krasnov V. G. Mosc. 2000). Kronstadt 1921 (Mosc. 2001)

    "La primavera y el verano de 1918 fueron extraordinariamente difciles para

    nosotros (...). A ratos pareca como si todo se desmoronase, como si no hubiera nada

    sobre lo que apoyarse. No estbamos seguros de que aquel pas agotado, devastado,

    desesperado, tuviera bastantes fuerzas como para sostener el nuevo rgimen, ni

    siquiera para salvar la independencia frente a cualquier invasor". Len Trotsky, Mi Vida, Edit. Akal, pg. 413

    "Mostradme otro hombre capaz de organizar en un ao un ejrcito ejemplar y

    adems conseguir el reconocimiento de los especialistas militares". Palabras de Lenin,

    citadas en las memorias de Mximo Gorki

    Durante los cuatro meses posteriores a la paz de Brest, los ataques

    contrarrevolucionarios no cesaron. Los japoneses atacaron Siberia, los alemanes

  • reprimieron la revolucin finlandesa y obligaron a la flota rusa a retirarse del

    Golfo de Finlandia. Ocuparon toda Ucrania, Crimea y las costas del Mar Negro.

    Los ingleses y los franceses desembarcaron en Murmansk. La legin checa se alz

    contra los soviets. Los rusos "blancos" reanudaron la lucha a muerte. El poder

    sovitico deba establecer sin dilacin alguna un rgano de defensa. El 13 de marzo

    de 1918 se encomend a Trotsky, bajo la iniciativa de Lenin, la tarea de crear un

    ejrcito revolucionario. Poco despus, al triunfar la Entente se inici la cruzada

    de 14 naciones. El estado de nimo de las antiguas clases dominantes rusas

    cambi inmediatamente y las filas de las Guardias Blancas, pertrechadas por

    armas extranjeras, empezaron a crecer y a crecer Justamente por esto se

    necesitaba mucho ms combatir todo reduccionismo en el terreno militar y

    combinar, como lo hizo Trotsky magistralmente, las maniobras militares ofensivas

    y defensivas, la guerra de posicin, de maniobras y los ataques guerrilleros.

    En la primavera de 1918 una gran parte del territorio ruso estaba ocupado por

    fuerzas militares hostiles a la revolucin. Los alemanes dominaban Polonia,

    Lituania, Letonia, Bielorrusia, y un buen pedazo de Rusia. Ucrania se haba

    convertido en una colonia de Austria y Alemania gracias a la colaboracin de los

    nacionalistas burgueses de la Rada ucraniana. En abril, los japoneses entraron en

    Vladivostok y se estableci un "Gobierno Panruso" en Omsk, que al cabo de dos

    meses fue derrocado por un golpe que coloc al almirante Kolchak como dictador.

    Poco ms tarde, en el verano de 1918, los cuerpos de tropa checoslovacos,

    compuestos por prisioneros de guerra, se sublevaron a instancia del alto mando

    francs y del britnico. En el sur del pas se atizaba la sublevacin de los blancos

    comandados por Krasnov y en los Urales las tropas de Dutov combatan la

    revolucin, mientras en el norte los britnicos ocupaban Murmansk y Arkangel.

    En ese momento el territorio ocupado por la repblica de los Sviets estaba

    limitado al antiguo Principado de Mosc, y las fuerzas de la contrarrevolucin

    amenazaban Petrogrado.

    Y sin embargo la revolucin se salv.

    En el preciso momento que el viejo ejrcito se dispersaba y no quedaban indicios

    de l, haba que organizar uno nuevo. Tanto los enemigos como los amigos vean

    con gran escepticismo la posibilidad de crear un ejrcito debido a las condiciones

    econmicas en las que se encontraba Rusia, el descalabro del aparato productivo y

    el odio de las masas, hastiadas de aos de guerra, hacia todo lo referido al ejrcito

    y a las cuestiones militares. Sin embargo, Trotsky, en su cargo de Comisario de

    Guerra y Presidente del Consejo Superior, pudo organizar un ejrcito de millones

    de hombres, centralizado y profesional e incomensurablemente superior al ejrcito

    zarista.

    Para los partidos comunistas de todos los pases, los problemas que se refieren a las

    fuerzas armadas de la revolucin son de una gran importancia. Desdearlos, o, lo

    que es peor, renegar de ellos en base a una fraseologa pacifista-humanitaria, es un

    verdadero crimen. Creer que necesariamente se obra mal cuando se obra con

    violencia, aunque se trate de actos de violencia revolucionaria es una filosofa

    digna de solteronas del Ejrcito de Salvacin.

  • Permitir en un partido comunista una propaganda de ese tipo equivale a autorizar

    la propaganda del enemigo en la guarnicin de una fortaleza sitiada. Quien quiere

    el fin quiere los medios. Y el acto de la violencia revolucionaria es el medio para

    liberar a los trabajadores. A partir del momento en que el objetivo es la conquista

    del poder, la accin terrorista debe trasformarse en accin militar. Nada diferencia

    el herosmo de un joven proletario que cae en las barricadas de la naciente

    revolucin del herosmo del soldado rojo que muere en el frente cuando la

    revolucin ya se ha apoderado del Estado. La propaganda pacifista en la clase

    obrera lleva tan solo al reblandecimiento de la voluntad del proletariado y

    favorece la violencia contrarrevolucionaria, armada hasta los dientes.

    La clase trabajadora no comprende an lo suficientemente la importancia del

    papel liberador de la violencia revolucionaria. Y precisamente por esa razn

    contina en la esclavitud.

    Antes de la revolucin nuestro partido dispona de una organizacin militar. Su

    objetivo era doble: hacer propaganda revolucionaria entre las tropas y preparar

    en el ejrcito mismo puntos de apoyo para el golpe de Estado. Como la agitacin

    revolucionaria haba ganado a todo el ejrcito, la tarea propiamente organizativa

    de las clulas bolcheviques en los regimientos no fue especialmente visible.

    La guerra fue la causa directa de la revolucin. De all que en un primer perodo

    cuando llego la paz la revolucin se hallara en extrema debilidad exterior. En la

    poca de las tratativas de Brest-Litovsk estuvo casi sin defensa. Todos se negaban a

    luchar, pensando que la guerra era cosa del pasado.

    Cuando la Repblica Sovitica public la orden de licenciar las tropas corra un

    gran riesgo, pero la situacin lo exiga. Los alemanes volvieron a tomar la ofensiva,

    y ese fue el punto de partida de un profundo cambio en el espritu de las masas;

    stas comenzaron a comprender que haba que defenderse con las armas en las

    manos. En los primeros momentos no nos decidimos a recurrir al reclutamiento

    obligatorio; no tenamos las posibilidades polticas ni la organizacin

    administrativa necesarias para movilizar a los campesinos que acababan de ser

    desmovilizados.

    No quedaba otra que construir un ejrcito sobre las bases del voluntariado. No

    obstante, la capacidad de resistencia de nuestros regimientos estaba agotada; en el

    verano de 1918, una ciudad tras otra caen en manos de los checoslovacos y de los

    contra-revolucionarlos que se les haban unido. Su centro era Samara. En ese

    momento (agosto de 1918) la Repblica Sovitica hace esfuerzos extraordinarios

    para desarrollar y reforzar el ejrcito. Se adopta, ante todo, un mtodo de

    movilizacin masiva de los comunistas y se crea junto a las tropas en el frente del

    Volga un aparato centralizado de direccin poltica y de instruccin estableciendo

    un rgimen draconiano para hacer frente a la gravedad del peligro. Al mismo

    tiempo se realiza una intensa propaganda escrita y oral con grupos de comunistas

    que van de una aldea a otra. Despus de los primeros tanteos, la movilizacin se

    ampla considerablemente Y se completa con una lucha sistemtica contra los

    desertores y grupos sociales que alimentan e inspiran la desercin: contra los

    kulaks, parte del clero y los residuos de la antigua burocracia. Ayudan en este

    objetivo algunas sentencias ejemplares de los tribunales revolucionarios que

  • advierten a todo el mundo que la patria sovitica est en peligro de muerte y que

    exige de todos una absoluta obediencia.

    En estas circunstancias era necesario un cambio radical en la poltica de defensa.

    Para poder realizar el viraje indispensable fue preciso utilizar durante muchas

    semanas todas las medidas de propaganda, disciplina y represin. De una masa

    vacilante, inestable y dispersa nace un verdadero ejrcito. De golpe el suelo se

    afirma bajo nuestros pies. Ya no se trataba de las primeras tentativas

    desesperadas; desde ese instante, podamos y sabamos combatir y vencer.

    Mientras tanto, en todo el pas se creaba el aparato militar y administrativo en

    estrecha combinacin con los soviets de las provincias, los distritos y los cantones.

    Empero, las dificultades polticas y organizativas eran increbles. El cambio

    psicolgico que representaba la destruccin del antiguo ejrcito y la creacin de

    uno nuevo se logr tan solo a costa de incesantes desacuerdos y conflictos

    interiores. El antiguo ejrcito haba hecho elegir comits de soldados y un personal

    de mando que dependa en rigor de esos comits. Esta medida tena sin duda un

    carcter poltico-revolucionario, y no militar. Desde el punto de vista de la

    direccin de las tropas para el combate y de su preparacin, eso era inadmisible,

    monstruoso y criminal. Ni es, ni era posible dirigir tropas por medio de comits

    elegidos, por elementos sometidos a los comits y por jefes revocables en cualquier

    momento. Pero adems el ejrcito no quera luchar. Los comits rechazaban al

    rechazar el personal de mando compuesto por terratenientes y burgueses e

    insistan en crear una administracin revolucionaria autnoma en la persona de

    los soviets de representantes de los soldados. En la base social el ejrcito estaba

    medianamente aglutinado. La dificultad principal para crear El Ejrcito Rojo era

    construir mandos, jerarquas desde arriba, de acuerdo con los principios de la

    clase obrera.

    Bajo estos principios el personal de mando deba ser elegido y controlado por los

    rganos del poder sovitico y del partido comunista. Inevitablemente esto llevaba a

    la eleccin de los jefes por unidades polticamente poco educadas y constituidas

    por campesinos jvenes que acababan de ser movilizados convirtiendo la situacin

    en un juego de azar que habra creado con toda seguridad condiciones favorables

    para las maniobras de algunos intrigantes y aventureros. De igual modo, el ejrcito

    revolucionario, como instrumento de accin y no como terreno de propaganda, era

    incompatible con un rgimen de comits elegidos, que en la prctica, al dejar a

    cada unidad la decisin de si se estaba por la ofensiva o la defensiva, no poda ms

    que minar el poder central. Los socialrevolucionarios de izquierda llevaron ese

    seudodemocratismo catico hasta el absurdo cuando pidieron a los regimientos

    que tomaran en sus manos resolver si era necesario observar las condiciones del

    armisticio con los alemanes o pasar a la ofensiva.

    Cabe reflexionar que el campesinado no va ms all de la etapa de destacamentos

    locales de guerrilleros, en los cuales una "democracia" primitiva sirve

    generalmente de disfraz a la dictadura personal. En los primeros tiempos el

    campesinado representaba una herramienta indispensable, y los pequeos

    destacamentos independientes se bastaban para combatir a los

    contrarrevolucionarios, que no haban hallado an el tiempo suficiente para

    recobrar el nimo y armarse. Semejante lucha exiga abnegacin, iniciativa e

  • independencia. Pero la guerra, mientras ms se extenda ms exiga una

    organizacin y una disciplina regulares. Las prcticas del guerrillerismo, con sus

    lados negativos, se volvieron contra la revolucin. Trasformar los destacamentos

    en regimientos, integrar stos en las divisiones, subordinar los jefes de las

    divisiones al ejrcito y al frente eran problemas que presentaban grandes

    dificultades y que no siempre se resolvan sin vctimas.

    En los primeros momentos, la idea de "el poder en el lugar" tom un carcter

    extremadamente catico. Para el ala izquierda de los socialrevolucionarios, como

    para los anarquistas, ella se emparentaba con la doctrina federalista reaccionaria.

    Para las masas constitua una reaccin inevitable y, en el fondo, sana frente al

    antiguo rgimen, que perda iniciativa. No obstante, a partir del momento en que

    la unin de los contrarrevolucionarios se consolid y aumentaron los peligros

    exteriores, las tendencias autonomistas primitivas en el terreno poltico y, ms an,

    en el militar se fueron haciendo ms y ms peligrosas.

    Las tendencias opositoras de "izquierda", en los hechos las de la intelligentsia

    campesina, trataban de hallar una frmula terica que expresara su manera de

    concebir el ejrcito. Segn ella, el ejrcito centralizado era el ejrcito del Estado

    imperialista. Conforme a su carcter, la revolucin deba hacer la cruz no slo a la

    guerra de posiciones, sino tambin al ejrcito centralizado. Sostenan que la

    revolucin se haba construido por entero sobre la movilidad, el ataque audaz y la

    facultad de maniobras. Su fuerza de combate resida en la pequea unidad

    independiente que combinaba todas las armas y no estaba ligada a una base, pues

    se apoyaba en la simpata de la poblacin y poda atacar libremente las

    retaguardias del enemigo, etc. En una palabra, la tctica de la "pequea guerra"

    era proclamada la tctica de la revolucin. La terrible prueba de la guerra civil dio

    muy pronto un desmentido a esos prejuicios. Las ventajas que una organizacin y

    una estrategia centralizadas representan con relacin a la improvisacin en el

    lugar, al separatismo y al federalismo militares se demostraron tan rpidamente y

    de manera tan clara, que hoy en da los principios fundamentales para la

    construccin del Ejrcito Rojo estn fuera de discusin. A contrapelo, el "poder en

    el lugar", el dominio autnomo y anrquico sobre todo lo que se encontraba en su

    territorio hizo que los jefes guerrilleros revolucionarios se proveyesen de todo lo

    que estuviese a su alcance, as los conductores de trenes desviaban hbilmente de

    su destino vagones de equipos y trenes enteros. Esta situacin condujo al comienzo

    de la revolucin a un derroche espantoso de los abastecimientos.

    Otra dificultad emparentada con la anterior era el estado de nimo del

    campesinado que cambiaba sin cesar. En los primeros tiempos, regimientos

    enteros de campesinos que, por cierto, en la mayora de los casos no estaban de

    ningn modo preparados, ni poltica ni tcnicamente, se rendan sin oponer

    resistencia. Pero cuando los blancos los tomaban bajo sus banderas volvan a

    nuestro lado. A veces la masa campesina intentaba demostrar independencia y

    abandonaba a los blancos y a los rojos para refugiarse en los bosques y crear sus

    destacamentos "verdes". Pero su aislamiento y la falta de apoyo poltico los

    condenaba de antemano a la derrota. El campesino apoy al trabajador contra el

    terrateniente y el capitalista. En ese hecho decisivo se halla la raz del factor ms

    importante de nuestras victorias.

  • Esta era la situacin real. Nuestro Ejrcito Rojo se cre bajo el fuego, a menudo

    sin lnea de conducta bien definida y bajo la forma de improvisaciones bastante

    desordenadas. Su aparato era extremadamente pesado y muchas veces

    obstaculizador.

    Hacer triunfar el centralismo revolucionario-proletario lo antes posible era la

    premisa fundamental para la futura victoria sobre la burguesa.

    El ao 1918 y gran parte de 1919 transcurren en medio de una lucha incesante y

    encarnizada por la creacin de un ejrcito centralizado, disciplinado,

    aprovisionado y dirigido por un centro nico.

    Para alcanzar este fin haba que reclutar representantes del antiguo cuerpo de

    oficiales, sin los que no podamos construir un organismo militar centralizado ni

    un ejrcito. En consecuencia, se los incorpor a la fuerza armada, no en su

    condicin de agentes de las antiguas clases dirigentes, sino como protegidos de la

    nueva clase revolucionaria.

    Al reestructurar la jerarqua se decidi reservar la direccin puramente militar al

    comandante. Mientras que el trabajo de educacin poltica se concentraba en las

    manos de los comisarios. Pero el comisario era sobre todo el representante directo

    del poder sovitico en el ejrcito.

    Este hecho se convirti en un gran avance en contraste con los inicios de la

    revolucin, donde la formacin acelerada de comandantes, a los que se les

    encomendaba realizar simultneamente funciones militares y poltico-ideolgicas,

    fue creando durante algunos meses soldados rojos mediocres en lugar de jefes.

    Bajo las circunstancias apremiantes y caticas del comienzo no poda ser de otro

    modo pues, as como en esa poca muy a menudo las masas deban entrar en

    combate y manejar el fusil por primera vez, as tambin se confiaba el mando no

    solo de grupos, sino de pelotones y aun de compaas a soldados rojos que

    solamente haban recibido cuatro meses de instruccin.

    Es conocido el papel que, en el Ejrcito Rojo ha desempeado la propaganda. La

    instruccin poltica que precedi cada una de nuestras etapas en el camino de la

    construccin (tanto en el terreno militar como en los otros) necesit de un gran

    aparato poltico junto al ejrcito. En todos los ejrcitos del mundo la propaganda

    desempea un papel enorme. El aparato poltico de la propaganda burguesa es

    mucho ms poderoso y tcnicamente mucho ms rico que el nuestro.

    Sin embargo, en su contenido reside la ventaja de nuestra propaganda, ella ha

    estrechado invariablemente las filas del Ejrcito Rojo y desmoralizado las del

    ejrcito enemigo sin recurrir a ningn procedimiento o medio tcnico especial, sino

    solo a la "idea comunista", que es la clave de esa propaganda. Confesamos este

    secreto militar sin el menor temor de que nuestros enemigos nos lo plagien.

    La tcnica del Ejrcito Rojo reflejaba, y refleja, el conjunto de la situacin

    econmica del pas. Por esta razn, en los orgenes del Ejrcito Rojo la creacin de

    la caballera ocup un lugar especial. Fue as como, la ventaja que tena la

    contrarrevolucin -la ventaja del retroceso- se mostr accesible tambin a la

  • revolucin cuando sta comprendi lo que significaba la caballera en una guerra

    civil de movimientos y se fij como objetivo conseguir una a cualquier precio. En

    1919 la consigna del Ejrcito Rojo fue: "Proletarios, a caballo!".

    Bajo estas nuevas circunstancias organizativas se aprovecho cada tregua para

    estrechar, consolidar y ajustar nuestra organizacin militar. Una de ellas fue la

    disminucin del nmero del personal. Al decrecer, el ejrcito no se debilita; por el

    contrario, se refuerza. Su capacidad para movilizarse en caso de guerra no cesa de

    crecer, y su dedicacin a la causa de la revolucin social no ofrece ya dudas.

    Otra de las grandes dificultades en la creacin del Ejrcito Rojo fue el hecho que

    en el programa de nuestro partido no se dijese nada acerca de qu hacer cuando se

    produjese la destruccin y la supresin del antiguo ejrcito. Slo se hablaba en

    trminos generales de reconstruirlo sobre los nuevos principios democrticos, los

    principios del servicio de milicias y del armamento de todo el pueblo.

    Cabe destacar que la causa principal del colapso del ejrcito zarista no fue el anti-

    militarismo de la revolucin, ni el hecho de que la revolucin rechazara la defensa

    militar en cuanto tal, sino solamente la estructura de clase del viejo ejrcito zarista

    formado por campesinos y obreros dirigidos por una oficialidad acomodada que

    defenda sus privilegios y los de la monarqua.

    Pero, qu paso cuando los privilegios que la revolucin le ofreci a los soldados

    (obreros y campesinos) superaban con creces las condiciones que les entregaba el

    antiguo rgimen?. Simplemente desapareci la base del ejrcito zarista. En

    consecuencia la destruccin y formacin de un ejercito es inherente a la mecnica

    interna de la revolucin, a la dinmica de sus fuerzas de clase, que obliga a

    construirlo de acuerdo con los intereses y las tareas de las nuevas clases que haban

    llegado al poder.

    Para construir el nuevo ejrcito de acuerdo con las leyes dictadas por los intereses

    de la clase obrera era necesario, primero, que el viejo ejrcito hubiera sido

    finalmente dispersado, con los soldados retornando a sus clulas de trabajo y de

    clase, transformndose en la materia prima a partir de la cual sera ms tarde

    posible construir un nuevo ejrcito socialista; y en segundo lugar, que un aparato

    de administracin militar se hubiera formado previamente en el centro y las

    localidades, un aparato que fuera competente para registrar todo el material

    humano disponible y convocarlo, de forma planificada, a cumplir. Esa, camaradas,

    fue la razn por la cual, en un momento en el cual todava no habamos logrado

    crear rganos para registrar, convocar a servicio y entrenar a los nuevos cuadros,

    pero, al mismo tiempo, cuando no era posible suponer que nuestros enemigos,

    internos y externos, se haban ido a dormir, slo podamos apelar al pueblo,

    diciendo: Ustedes, obreros, y ustedes, campesinos, que ven la difcil situacin en la

    que est el poder sovitico, nuestro poder, nos respondern, y aquellos de ustedes,

    desde las filas del viejo ejrcito, desde las fbricas y desde las aldeas, que quieren

    salvar a la patria socialista, de inmediato tomarn su puesto bajo la insignia del

    Ejrcito Rojo, como voluntarios.

  • Pero cuando se hizo necesario prolongar los esfuerzos de guerra contra la invasin

    imperialista, estos principios se mostraron ineficaces. Esta fue la razn por la cual

    nos propusimos la tarea, antes que nada, de crear un rgano de administracin

    militar en las localidades, un rgano para el registro, el enrolamiento, la formacin

    y el entrenamiento. Los comisariados militares locales dejan de ser departamentos

    de los soviets locales, y pasan a estar subordinados jerrquicamente uno al otro,

    incluyendo al Comisariado de Asuntos Militares del Pueblo. Crear un aparato de

    administracin militar con un nmero suficiente de obreros competentes, de

    comisarios fuertes y con autoridad es necesario que cada comisariado tenga bien

    en mente su dependencia jerrquica del comisariado que se encuentra en el

    escalafn superior. Sin centralismo, no hay ejrcito.

    En relacin con esto ustedes han escuchado una declaracin realizada aqu de que

    no tenemos necesidad en absoluto de un ejrcito construido sobre principios

    cientficos, sino que necesitamos escuadrones guerrilleros. Pero esto es como si nos

    dijeran: El gobierno de los obreros y los campesinos no necesita ferrocarriles;

    usaremos transporte con traccin animal.

    S, de hecho, cuando estbamos trabajando en la clandestinidad formamos

    unidades guerrilleras, pero tratbamos de incorporarles el mximo de

    centralizacin y de unidad de accin. No obstante, no tomamos el poder para

    continuar rengueando hacia nuestra meta con mtodos amateurs. Habiendo

    tomado el control del conjunto del aparato estatal centralizado, queremos

    reconstruirlo sobre nuevos principios. De lo que se trata es de un experimento

    histrico muy grande que ustedes tienen que llevar adelante, el experimento de

    construir un Estado y una economa de los obreros y los campesinos y crear un

    ejrcito obrero y campesino centralizado.

    Para este propsito necesitamos, antes que nada, implementar el centralismo

    sovitico ms estricto. Lamentablemente, encontramos oposicin aqu y all en las

    localidades, y, me temo, la encontramos incluso en algunos camaradas que estn

    presentes aqu. Psicolgicamente, esta oposicin puede ser comprendida: fue

    engendrada por el dominio del viejo centralismo burocrtico, que asfixiaba toda

    iniciativa libre, toda individualidad. Y ahora, cuando hemos derrocado este viejo

    aparato burocrtico, nos parece que cada uno de nosotros puede actuar muy

    independientemente, que puede hacer y har todo por s mismo. Nos hemos

    acostumbrado a considerar al centro un obstculo y una amenaza. Requerimos del

    centro, camaradas, cuando necesitamos dinero o carros blindados. Pero el centro

    puede darles slo lo que se necesita, y cuando se lo necesita, y adems, slo si

    ustedes son capaces de manejarlo. Es decir, el centro pone lo bsico. Es la periferia

    la que debe poner el resto.

    La revolucin le dio la tierra a los campesinos, la revolucin le dio el poder a los

    obreros y los campesinos: estos fueron logros grandiosos, pero ningn logro de la

    revolucin es ms importante que el despertar de la personalidad humana en cada

    individuo oprimido y humillado.

    Este proceso de despertar de la personalidad individual asume una forma catica,

    en los primeros estadios. Mientras que ayer todava el campesino no se pensaba a

    s mismo como una persona, y estaba dispuesto, a la primer orden del gobierno, a

  • salir ciegamente a derramar su sangre, ahora no est dispuesto a subordinarse

    ciegamente. El pregunta: dnde me estn diciendo que vaya, y por qu? Y

    declara: no voy, no quiero someterme! Dice esto porque la conciencia de su

    dignidad humana, su personalidad, ha despertado en l por primera vez, y esta

    conciencia, que es todava demasiado tosca, que no est suficientemente digerida,

    toma formas anrquicas cuando se expresa en los hechos. Tenemos que alcanzar la

    situacin en la que cada campesino y cada obrero sea conciente de s mismo como

    personalidad humana con un derecho a respetar, pero tambin sienta que es parte

    de la clase obrera de la Rusia republicana sovitica y est preparado para entregar

    su vida incondicionalmente por esta Rusia republicana sovitica.

    Mientras que, anteriormente, el hombre trabajador no se valoraba a s mismo,

    ahora, por el contrario, no valora al conjunto. Es necesario recordar el todo,

    recordar los intereses del conjunto de la clase del pueblo trabajador, de nuestra

    patria socialista obrera de los trabajadores. Este es el cemento psicolgico por

    medio del cual podemos crear un nuevo ejrcito, un ejrcito sovitico conciente,

    real, cohesionado por una disciplina que pasa por el cerebro de los soldados, y no

    slo la disciplina del ltigo.

    Pero para este propsito, repito, necesitamos tener un aparato centralizado.

    Mencion al comenzar que el principio de la democracia es el principio de la

    movilizacin general.

    El servicio militar universal es el rgimen que se necesita para un perodo de

    construccin democrtica pacfica. Pero estamos viviendo en condiciones de guerra

    civil abierta de clase contra clase. La guerra civil no es un principio sino un hecho,

    preparado por siglos de desarrollo histrico. Tal como rechazamos la Asamblea

    Constituyente por no ser ms que una envoltura, una forma vaca, desechamos el

    servicio militar universal, pues en este momento, en estas condiciones, es una

    envoltura vaca semejante inadecuada cuando una clase se est enfrentando a otra

    clase. La cuestin del poder exige un arma, no formas.

    Es importante precisar esto porque se est llevando adelante una campaa de

    agitacin entre los obreros y campesinos, diciendo que el poder sovitico est

    descargando el peso del servicio militar sobre sus hombros, mientras que exime a

    la burguesa y los terratenientes de esta carga. A este argumento ustedes,

    camaradas, deberan responder: En la poca en la que vivimos, un rifle no es una

    carga sino un privilegio, un monopolio de la clase dominante. Ya en el futuro se

    incorporarn a la burguesa a la tarea de soportar esas cargas. Se harn

    reclutamientos para tareas en la retaguardia, se formarn equipos de labranza y

    tareas auxiliares reclutando entre la burguesa.

    Nos dicen que esto es cruel. A esto respondemos: si los jvenes burgueses

    demuestran en la prctica que estn dedicados a la clase obrera y campesina y

    estn dispuestos a vivir con nosotros, a comer del mismo plato fraternal, listos para

    luchar contra nuestros enemigos internos y externos, entonces, por supuesto,

    abriremos las puertas del Ejrcito Rojo de par en par a estos jvenes. Pero

    aquellos a quienes la revolucin no ha disuadido de la idea de restaurar el poder de

    los terratenientes y la burguesa necesitan una correccin exhaustiva.

  • Una vez ms, para la resolucin prctica del poder necesitamos crear comisariados

    militares en las localidades; registro universal y control, tanto de la clase obrera

    para enrolamiento en el ejrcito como de la burguesa para enrolamiento en

    equipos de trabajo en la retaguardia. Despus de retornar a las localidades, le

    explicarn ustedes en cada reunin de obreros y campesinos que, para defendernos

    contra nuestros enemigos, para no caer bajo la opresin de los imperialistas,

    necesitamos tener una fuerza armada. Camaradas, mientras que la guerra y el

    ejrcito son una continuacin de la poltica, la poltica, por su parte, es un reflejo

    de la fortaleza del ejrcito.

    El problema ms difcil para crear el Ejrcito Rojo es el problema del personal de

    mando.

    Ni la clase obrera ni las masas campesinas poseen an el hbito de gobernar,

    carecen del conocimiento necesario en todas las esferas de la administracin

    econmica, del estado y militar. Este es un hecho indiscutible, frente al cual no

    podemos cerrar los ojos. Tenemos extraordinariamente pocos ingenieros, mdicos,

    generales y oficiales que apoyen incondicionalmente a los obreros y los campesinos.

    Todos los especialistas burgueses fueron formados en instituciones educativas y en

    una atmsfera tal que se form en ellos la conviccin de que las masas obreras son

    incapaces de hacerse cargo del aparato del poder estatal, que slo la clase burguesa

    educada puede gobernar. Cuando el poder pas a nosotros, ellos estaban

    mayormente en el campo de nuestros enemigos. Slo unos pocos permanecieron

    cautelosamente neutrales, esperando agazapados a ver quin ganara, de modo tal

    de ofrecerles sus servicios al vencedor. Pero de esto, camaradas, uno no puede

    sacar la conclusin que sacan las personas ingenuas y superficiales, a saber, que

    deberamos rechazar los servicios del viejo personal de mando e intentar

    arreglarnos con nuestros propios recursos. Si hiciramos esto tendramos que

    recurrir a mtodos guerrilleros, al amateurismo militar. El poder de la clase

    obrera y de los campesinos no comienza con echar a la burguesa y a los

    terratenientes, a garrotazos, del aparato del poder estatal; comienza con tomar el

    aparato en nuestras propias manos y hacer que cumpla las tareas de nuestra

    propia clase. A los caones, las ametralladoras, los vehculos blindados, a los

    ingenieros, generales, especialistas zaristas de todas las filas y ramas los

    registramos y les decimos: Bien, caballeros, hasta aqu todo esto perteneca a las

    clases propietarias, y ustedes servan a ellas, pero ahora tengan la amabilidad de

    servir a la clase obrera! En ese momento se nos preguntaba: Y si nos

    traicionan? Por supuesto, habr casos de traicin. No estuvieron implicados

    todos los peces gordos de los ferrocarriles, todo tipo de directores, en el sabotaje y

    han llamado a la huelga? No ha habido muchos casos vergonzosos en los que

    retrasaron el movimiento de los hombres de nuestro Ejrcito Rojo? Hubo muchos

    de esos casos! Qu conclusin surge de ac? Ciertamente no que debemos seguir

    sin ferrocarriles, sino ms bien que debemos atrapar a los saboteadores y

    aplastarlos sin misericordia, mientras apoyamos a los honestos ingenieros y

    ejecutivos del ferrocarril. Sucede lo mismo cuando se trata del personal de mando.

    Entre nosotros uno escucha decir en las localidades: Estn invitando a los viejos

    generales a regresar. Y muchos agregan: Estn restaurando el viejo rgimen.

    Pero cuando la situacin se pone seria nos mandan un telegrama: Envinnos

    especialistas con experiencia, lderes militares! Y entre los lderes militares, los

    especialistas militares, hay, afirmo, toda una categora de hombres que estn

  • prestndole un servicio concienzudo al rgimen sovitico, porque ven que este

    rgimen es firme y fuerte y es capaz de hacerse obedecer. No tomarlos a nuestro

    servicio sera un infantilismo lamentable. Por el contrario, todos los especialistas

    militares que llevan adelante concienzudamente nuestras instrucciones deben

    recibir el ms vigoroso apoyo en las localidades. Los soviets locales y el pueblo

    sovitico deben eliminar el prejuicio y la desconfianza que las masas sentan hacia

    esos hombres, y planterselo as: Ustedes, obreros y campesinos, tienen ahora en

    sus manos el poder del gobierno, forman parte de l: eso significa que los oficiales

    y los generales estn ahora a su servicio. Pero entonces, dicen, qu pasa si no

    podemos mantener un control estrecho sobre ellos? Camaradas! Si no podemos

    controlarlos de cerca, cuando tenemos todo el poder bajo nuestro control, entonces

    no valemos ni un centavo!

    No queremos un ejrcito amateur, construido sobre el principio de hgalo usted

    mismo, sino un ejrcito real, centralizado, construido de acuerdo a los principios

    de la ciencia y la tcnica militar. Para que eso sea as, el ejrcito necesita tener los

    cuadros adecuados de especialistas militares. Como todava no hay nuevos

    especialistas militares surgidos de la clase obrera, estamos alistando a los viejos

    oficiales. Al mismo tiempo hemos hecho todo lo posible para crear un nuevo

    cuerpo de oficiales propio, entre los obreros y los campesinos que han pasado por

    la escuela de la guerra y que tienen vocacin militar. Los estamos haciendo pasar

    por cursos de instructores. Debemos aumentar el nmero de esos cursos mes a mes

    y cubrir todo el pas con ellos. Nombrados para comandar pequeas unidades,

    pelotones y compaas militares, sern un baluarte del rgimen sovitico, un

    baluarte contra el cual se romper en pedazos cualquier intriga en las filas del

    Ejrcito Rojo. Afirmar lo contrario es observar todava una conducta infantil.

    Hablando de las dificultades que encontramos para crear el nuevo ejrcito, debo

    mencionar que la mayor de ellas est constituida por este localismo atroz, este

    patriotismo local. Trotsky se refera as a la guerrilla como forma militar episdica

    que en los perodos revolucionarios, de manera espontnea, aislada, asumi el

    combate de los campesinos y obreros en su defensa o en los enfrentamientos

    inevitables con las fuerzas de choque del zarismo. La guerra de guerrillas

    expresaba, por su misma accin, la propia debilidad de una clase o nacin

    oprimida en el terreno militar que se enfrentaba a una clase en cuyas manos se

    encontraba el poder centralizado del Estado.

    Despus de la toma del poder y antes de la formacin del Ejrcito Rojo las

    guerrillas combatieron en muchos casos codo a codo con los Guardias Rojos contra

    la burguesa, mostrando un gran herosmo. Pero la emancipacin campesina, tena

    su primer reflejo en querer llevar adelante la defensa de sus tierras con sus

    mtodos tradicionales: existieron en un alto grado las tendencias locales que se

    negaban a unir su lucha bajo un mando centralizado e incluso algunos

    destacamentos guerrilleristas, por defender su "independencia" se enfrentaron al

    poder sovitico. Sin embargo, muchos de esos destacamentos se integraron al

    Ejrcito Rojo en formacin e incluso brindaron brillantes comandantes.

    Bsicamente quienes se inclinaban por la guerra de guerrillas eran los populistas

    en sus dos variantes: eseristas de izquierda y anarquistas. No era posible llegar a la

    victoria mediante la guerra de guerrillas, es decir, con mtodos amateurs y por

  • medio de destacamentos aislados de 3 o 4 mil hombres, frente a un ejrcito

    organizado por los estados mayores imperialistas.

    En cunto maniobra militar y posibilidad de debilitar al enemigo la utilizacin de

    la tctica de ataques guerrilleros en un momento y en un punto especfico, puede

    ser completamente eficaz por su facilidad de maniobra, siempre y cuando operen

    destacamentos cuidadosamente organizados y estrechamente subordinados (dentro

    de su gran autonoma) a un estado mayor operacional.

    Para llegar a ser un ejrcito primero pasamos por la guerrilla, despus a la milicia

    que exige el establecimiento de la disciplina ms estricta, nica forma de purgar

    las intrigas de los antiguos oficiales. De este modo un joven camarada saludable

    necesita para pasar por un entrenamiento militar durante seis horas por da y

    despus pasar otras tres horas dedicadas a su desarrollo poltico.

    La pregunta que surge es: "Cmo se arm la revolucin"?. Trotsky

    reiteradamente seala que no se debe confundir revolucin con

    insurreccin.

    La combinacin entre revolucin e insurreccin, as como entre conspiracin e

    insurreccin, fue clave para la revolucin. La insurreccin espontnea, de fuerzas

    "elementales", poda desestabilizar al rgimen pero no podra poner en el poder a

    la clase obrera y al campesinado. Fue necesario el Partido Bolchevique para

    preparar la conquista del poder. Al mismo tiempo, desde el punto de vista militar,

    la conspiracin no poda sustituir a la insurreccin masiva. Era necesaria la

    insurreccin armada para que la revolucin cumpla sus fines y era necesaria la

    conspiracin para que la insurreccin salga victoriosa. Pero no al revs.

    La preparacin del camino a la insurreccin requiri una tctica defensiva del

    Soviet de Petrogrado basada en las circunstancias donde los obreros y soldados

    iban a defender armados la celebracin del Segundo Congreso de los Soviets que

    deba realizarse el da 20 de octubre. Trotsky plantea que de esa manera la

    insurreccin fue "legalizada" por la dualidad de poderes ya existente desde

    febrero. El Congreso fue postergado para el 25 de octubre, da en que la

    insurreccin adquiere su real naturaleza, la ofensiva a la toma del poder.

    Al decir de Lenin, la relacin de fuerzas que permite al proletariado conquistar el

    poder se da cuando "en un momento decisivo, sobre un punto decisivo, se tiene una

    aplastante superioridad de fuerzas" (es decir, en ltima instancia, la victoria de la

    insurreccin se define por la superioridad militar frente al enemigo), Trotsky

    desde su posicin de presidente del Comit Militar Revolucionario consigui en el

    trmino de unas horas apoderarse de los centros principales de poder de la

    burguesa (el Palacio de Turida, las oficinas de correos y las estaciones del

    ferrocarril, el Banco Nacional, las centrales telefnicas, las plantas de energa

    elctrica, entre otros).

    La condicin poltica para la insurreccin fue el fortalecimiento del partido

    bolchevique. En esos meses, el Partido Bolchevique se fusion con los elementos

    ms avanzados de la clase obrera rusa hasta tal punto que era imposible distinguir

  • si era el partido el que los haba integrado o si stos se haban apoderado del

    partido.

    Estos fueron los pasos de la insurreccin que inaugura la revolucin sovitica:

    1) A inicios de octubre, ya se haba constituido el Comit Militar Revolucionario del soviet de Petrogrado

    2) las tropas se rebelaran contra las rdenes impartidas por el gobierno provisional de ir al frente

    3) La Guardia Roja que pas a ser el brazo armado del soviet 4) nuevos combatientes entusiasmados por la revolucin en curso se

    incorporan a las guardias rojas

    5) Los soldados de la Guardia Roja comenzaron a conseguir, debido al apoyo de los obreros de las fbricas de armamento, los fusiles y bayonetas

    6) se preparara la defensa revolucionaria: los obreros se armaban, apoyados por el soviet, para proteger las fbricas y empresas del sabotaje de los

    propietarios y los administradores

    7) mientras las antiguas tropas del zar se disgregaban definitivamente, aplastadas por la derrota frente a la Alemania

    La clave para la formacin de este ejercito era el correcto diagnostico poltico

    respecto de la correlacin de fuerza. Al respecto Lenin llego a ser majadero debido

    a las posturas idealistas de algunos comunistas: "... Nuestros comunistas de izquierda -a quienes tambin gusta denominarse comunistas 'proletarios', pues tienen muy poco de proletario y mucho de pequeoburgus- no saben pensar en la correlacin de fuerzas, no saben tomar en consideracin la correlacin de fuerzas. En eso reside la mdula del marxismo y de la tctica marxistas (...) en Acerca del infantilismo izquierdista y del espritu pequeoburgus, Lenin, Obras Escogidas, Tomo VIII,

    Ed. Progreso, 1977, pg. 145.

    Para Lenin y Trotsky, Rusia era la avanzada de la revolucin internacional y no

    un fin ltimo. Esta es la razn por la que se justifica estratgicamente la firma de

    Brest. Era preciso ganar un respiro para poder convencer a las masas que haba

    que defender la revolucin con las armas en las manos, an cuando esto significara

    la entrega de territorios al enemigo. Las negociaciones haba que dilatarlas lo ms

    posible para dar tiempo a la revolucin alemana que a comienzos de 1918 viva

    grandiosas huelgas de obreros en Berln y otras ciudades, pero llegado el momento

    haba que firmar la paz ya que de lo contrario Rusia sucumbira. Rusia firma el

    tratado de Brest Litovsk en psimas condiciones, pero slo por el momento, ya que

    estas rpidamente cambiaron.

    Trotsky, siguiendo a Clausewitz, consideraba la guerra y el enfrentamiento en el

    terreno militar como continuacin de la poltica pero por otros medios. La guerra

    civil, por lo tanto, era una guerra de clase contra clase. Para ello, era necesario

    levantar un cimiento ideolgico-moral nuevo a lo cual Trotsky le dedic suma

    importancia. Esto no poda hacerse bajo ningn punto de vista sin contar, desde

    sus inicios, con el herosmo y la moral revolucionaria de la vanguardia proletaria.

    Esta era la funcin del comisario poltico. Esta institucin, como muchas otras

    tenan un precedente en la Revolucin Francesa. El puesto de Comisario Militar

  • era el rgano poltico directo del poder sovitico en el ejrcito. Los comisarios

    deban ser "revolucionarios irreprochables, capaces de continuar siendo la

    encarnacin del deber revolucionario an en las condiciones ms difciles. Su

    misin era la de vigilar a los especialistas militares del viejo ejrcito y controlar

    que las unidades del ejrcito no se separaran del conjunto del rgimen sovitico y

    se levantaran en armas contra los obreros y campesinos. La liberacin completa

    del pueblo trabajador por sus propias fuerzas armadas es la idea altamente moral

    que sirve de cimiento a nuestro ejrcito. Todo intento de crear un ejrcito sobre

    bases diferentes revela su podredumbre interna. En los frentes, agregando que

    Slo el traidor renuncia al ataque; slo el ingenuo reduce toda la estrategia al

    ataque. Con esto Trotsky se enfrent a aquellos que como Tujachevsky

    absolutizaban la ofensiva militar como nica tctica posible para vencer en una

    guerra. El verdadero criterio del arte militar para Trotsky era la obtencin del

    mximo resultado con un gasto mnimo de fuerzas. Para alcanzar este objetivo se

    requiere en primersimo orden el factor moral en las filas del ejrcito conforme a

    la defensa de la conquista de Octubre y la lucha por la revolucin mundial. Esto se

    evidenci, tanto en los inicios, donde el herosmo de los obreros ms conscientes

    constituy el germen de la creacin de un ejrcito revolucionario de masas, como

    en la alta moral del ejrcito que impact en las filas del ejrcito enemigo

    provocndole su desmoralizacin. Esta ltima cuestin mancomunada a la propia

    conquista del poder son dos pilares bsicos del ejrcito rojo.

    Pero, la toma del poder no garantizaba la victoria de la revolucin socialista en s

    misma. La revolucin dice Trostky- se justificar enteramente a s misma slo

    cuando todo trabajador, hombre y mujer, sienta que su vida se ha hecho mucho

    ms fcil, ms libre, ms limpia y ms digna.