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Dos singulares portadas de idéntica realización: San Félix de Apiés (Huesca) ySantiago del Burgo (Zamora)

ANTONIO NAVAL MAS

El carácter singular de ambas portadas radica enque sus arquivoltas, de arco de medio punto, es-tán formadas por dovelas almohadilladas que pro-porcionan al conjunto una peculiar plástica visualen la que la ondulación de cada una de ellas quedarimada por la acompasada ondulación que compo-nen las curvaturas de cada dovela. Cuatro son lasarquivoltas de ambas puertas. La diferencia que enla actualidad marca la portada de Apiés al presen-tar almohadillas las jambas, tanto el arco interiorcomo las que enmarcan las columnas es debido ala modificación que, sin fundamento, se introdujocon ocasión de la restauración llevada a efecto enla década de los cuarenta, siendo, por lo tanto, conanterioridad, la apariencia muy similar, tal comose aprecia por fotografías antiguas de la portada deApiés.

Ninguna de las dos portadas tiene tímpano. En-tre las diferencias de detalle hay que señalar que,el conjunto, en Apiés, está enmarcado por unamoldura en zig-zag con pliegues prominentes yrehundidos con respecto al muro de fábrica, mien-tras que en Zamora, la moldura está formada porsencillos banquetones. Otra de las diferencias esque, en Apiés, son cuatro los capiteles de cada lado,correspondientes a cada una de las arquivoltas,mientras que en Zamora son solamente dos de ellaslas que se apoyan en sendos capiteles. El aspectode la portada de Apiés es más compacto que enZamora, donde entre cada arquivolta aparece laarista de la platabanda donde se apoyan losalmohadillados. En la de Apiés sólo se ve con niti-dez idéntica solución bajo el almohadillado de la

segunda arquivolta. La primera, la más interior, fuecompletamente rehecha en la restauración, por loque presenta unos perfiles más tajantes y unos vo-lúmenes más definidos, igual que en la de Zamora,que no aparecen en el resto de las arquivoltas, comoconsecuencia de la peor calidad de la piedra, queha sido atacada por la erosión, y, quizá también,como consecuencia de un cincel menos preciso.

A pesar de estas diferencias y de la distancia deseiscientos kilómetros que separan las dos porta-das, ofrecen tal semejanza que inevitablemente hayque ponerlas en relación. Tal aparición viene su-brayada por el idéntico corte de las piezas. El pa-recido todavía queda más acentuado al estar am-bas portadas enmarcadas entre contrafuertes, másanchos los de Apiés.

Las dos portadas estuvieron policromadas, puesquedan restos de coloraciones rojizas, parduzcas yblanquecinas, sin embargo, no se puede afirmarrotundamente que la policronía se remonte a laEdad Media.

Gómez Moreno puso en relación con la porta-da de Santiago del Burgo de Zamora, otra portadasimilar existente en la misma ciudad de Zamora, yque es la de la iglesia de San Leonardo, así comola portada de la iglesia de San Juan Bautista, deArroyo de la Encomienda, a pocos kilómetros dela ciudad de Valladolid, en la carretera que uneambas capitales. La de San Leonardo es muy simi-lar a la de Santiago, al estar formada también porcuatro arquivoltas almohadilladas, de las que sola-mente dos se apoyan en capiteles, y quedarenmarcado el conjunto en una moldura de pareci-

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da sección 1. La de Arroyo de la Encomienda, sinembargo, sólo tiene almohadilladas las dovelas dela arquivolta más exterior, conformando una on-dulación más menuda al haber en cada dovela tresalmohadillados, cuando, en el resto de las porta-das, a cada dovela corresponden dos almoha-dillados.

También en las proximidades de Apiés hay otraportada de tres arquivoltas, de las que la más inte-rior es también de menudo almohadillado 2. Es lade la pequeña iglesia de Nuestra Señora de Ordás,en el término de Nueno.

De estas iglesias, la portada de Santiago del Bur-go de Zamora ya era conocida, y había atraído laatención de escritores del siglo pasado. El Condede Cedillo en el informe que publicó en el Boletínde la Real Academia de la Historia 3 proponiendola Declaración de Monumento Nacional, hizo unrecuento de las referencias bibliográficas y un en-sayo de datación del edificio. La de Apiés fue dadaa conocer a partir de la publicación del InventarioArtístico de la Provincia de Huesca 4, donde, porprimera vez, se pone en relación ambas portadas.Ricardo del Arco y Garay, había, no obstante, pu-blicado su fotografía en el Catálogo Monumental,pero sin ningún comentario. El desconocimientode la existencia de la portada de Apiés, fue sin dudala causa de que solamente para aquélla se buscaraalgún precedente 5, llegando a circunscribir exclu-sivamente a la ribera del Duero, entre Soria yZamora, las influencias arquitectónicas más rele-vantes procedentes del Próximo Oriente. La cons-tatación de la existencia de esta otra portada, la deApiés, y su imitación en la pequeña iglesia de nues-tra Señora de Ordás, cerca de Nueno, a pocos ki-lómetros de Apiés, pide el replanteamiento de lacuestión.

De todas formas, en el momento de intentar es-tablecer unas relaciones de causalidad y querer, porlo tanto, dilucidar las posibles fuentes de influen-cias, nos encontramos con el problema del desco-nocimiento de fechas exactas, que permitieran for-mular hipótesis que sean algo más que merasconjeturas etiológicas al uso, frecuentemente incon-sistentes y precipitadas 6. A la espera de la exhu-mación de documentos que, si existen, permitanconocer con más exactitud el momento en que fue-ron construidos los edificios, tenemos que remitir-nos al estado de la cuestión tal como está plantea-da. La iglesia de Santiago del Burgo debe ser delos últimos años del siglo XII o principios del si-glo XIII 7, siendo muy posible que la obra, tal comosolía suceder, se prolongara durante varías déca-das 8. También la de Apiés debió ser construida porentonces, según deducción hecha en referencia conla actividad constructiva, y algunos de los rasgosarquitectónicos que caracterizan las iglesias que fue-ron edificadas a finales del siglo XII y a principiosdel siglo XIII en el Somontano de Huesca 9. La ten-dencia, sin embargo, a poner en relación la iglesiade Santiago del Burgo con la catedral de Zamora,después de la cual parece que debió construirse,sugiere la posibilidad de que fuera después de laconstrucción de aquella iglesia, cuando el maestroque esculpió la portada, o alguno de los que traba-jaron en ella, se desplazara al Alto Aragón, comar-cas del Somontano, donde había bastante volumende obra en proceso de edificación y se esculpiera

1 GÓMEZ MORENO, M.: Catálogo Monumental de España:Zamora, Madrid, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Ar-tes, 1927, pág. 151. En la actualidad resulta difícil poder con-templar esta portada por estar en el interior de una finca de pro-piedad particular.

2 A. y J. NAVAL MAS: Inventario Artístico de Huesca y su Pro-vincia, Madrid, Ministerio de Cultura, 1980, t. I, pág. 339.

3 Conde de Cedillo: «La iglesia de Santiago del Burgo enZamora», en Boletín de la Real Academia de la Historia, LXVI(1915), págs. 354 y sigs.

4 A. y J. NAVAL MAS: Op. cit., t. II, pág. 274.5 GÓMEZ MORENO, M.: Op. cit., pág. 151.

6 GUDIOL RICART, J. A.; GAYA NUÑO, J. A.: Arquitectura yescultura románicas, Ars Hispaniae, t. V, Madrid, Plus Ultra, 1948,pág. 276.

7 RAMOS DE CASTRO, G.: El Arte Románico en la Provinciade Zamora, Zamora, Diputación Provincial, 1977, págs. 302 ysigs.; revisa las fechas que hasta entonces se venían dando, 1168y 1204, al afirmar que, aunque se refieren a una iglesia de San-tiago, no era la del Burgo, sino otra más antigua, existente en elinterior del recinto murado. Da, no obstante, la fecha de 1215,deducida de otro documento en la que se hace una donación «Adopus Sancti Iacobi», y que da pie para pensar que, por entonces,estaba en construcción la de Santiago del Burgo.

8 GÓMEZ MARTÍNEZ: Zamora y su provincia, Barcelona, Aries,1958, pág. 19. Afirma, sin citar fuentes, no exigidas por la mo-dalidad de la publicación, que la construcción pudo durar desdeel último cuarto del siglo XII a finales del siglo XIII.

9 NAVAL MAS, A.: «Arquitectura religiosa en la Edad Me-dia, en el Somontano de Huesca», en Seminario de Arte Arago-nés, XLI (Zaragoza, 1987), págs. 151-236.

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la portada de la iglesia de Apiés. Para la formula-ción de tal hipótesis no tenemos otros puntos deapoyo que las dataciones sugeridas y la semejanzade factura de ambas obras.

RELACIÓN CON OTRAS PORTADAS SEMEJANTES

La apariencia visual que ambas portadas ofreceencuentra semejanza en otros trabajos situados enpuntos tan distantes como puedan ser ciudadesfrancesas, sicilianas o del Próximo Oriente.

Gómez Moreno había hablado de la vinculaciónde la portada de Santiago del Burgo, con otras deJerusalén y Palermo, así como del Poitou y AltoMarne 10, Gudiol Ricart y Gaya Nuño llegaron aafirmar que «los almohadillados de esta puertazamorana son exactos a los de otra puerta de Edessa(Turquía), construida por artífices entrados del artesirio, a los de la Bab el Futuh de El Cairo, hechaen 1089, por obreros de Edessa…» 11. No me hasido posible localizar la mencionada puerta deEdessa, que a juzgar por la trayectoria histórica dela ciudad sería anterior a 1140, fecha aproximadaen que los cristianos perdieron el condado pasan-do al dominio turco 12. La puerta de Bab el Futuh,efectivamente, tiene arcos de medio punto ciegoscon dovelaje almohadillado en los plementos visi-bles de los cubos laterales que enmarcan la entra-da. Esta puerta es obra del periodo Fatimir (969-1171), y estos autores la fechan en 1089 en que,según ellos fue hecha por obreros provenientes deEdessa.

Sí que hay trabajos semejantes, aunque no igua-les, en otros puntos geográficos ya antes mencio-nados. En la ciudad de Palermo, hay, al menos, dosconstrucciones que deben ponerse en relación conlas soluciones de las portadas que nos interesan. Enla iglesia de la Martonara, los vanos de la torre es-tán enmarcados por un arco formado por dovelasalmohadilladas estando resueltas con la misma téc-nica las jambas sobre las que se apoyan. Idéntica

solución aparece en los vanos del ábside de la ca-tedral de la misma ciudad, así como en la torre dela iglesia de Erice, también en Sicilia. Todos ellos,sin embargo, son arcos apuntados. Estas construc-ciones constituyen muestras de las más representa-tivas de la presencia de los normandos en Sicilia.La Martonara fue mandada construir en 1143 porel Almirante Ruggero II, Giorgio de Antioquía,nombre que necesariamente hay que vincular alAsia Menor. 1185 es la fecha en que se comenzó aconstruir la catedral.

Igual solución almohadillada en jambas y arcoapuntado aparece en la iglesia del Santo Sepulcrode Jerusalén, con resultados que son prácticamen-te idénticos a los de las iglesias sicilianas. En rela-ción con la construcción de este edificio no tengootro punto de referencia que el de la conquista deJerusalén por Saladino, en 1186, año que hay queentender como fecha límite para la libre desenvol-tura de los cristianos en aquella ciudad 13.

Apariencia semejante a estas iglesias orientalesofrecen algunas portadas francesas, como la iglesiade Saint Pierre en Soissons (Champagne), al estarigualmente resuelta mediante un arco apuntado,trabajado por una solución almohadillada que seprolonga por las jambas. Esta portada y la nave ala que sirve de muro de cerramiento, correspondea la segunda fábrica que fue construida entre 1170y 1180 14. Eugene Lefevre Pontails en su monogra-fía sobre la arquitectura románica en la diócesis deSoissons añade que una solución semejante se en-cuentra en el campanario de la iglesia de la Cruzde Oulchy, en una ventana del ábside de Marolles,en Brie (Seine-et-Oise), en Evron (Mayenne) y enel donjon de Pons (Charente-Inferieure) 15. EnSaintes (Charente-Maritime), la iglesia de SaintEutrope, tiene también almohadillado el arco delvano central del ábside, en la parte correspondien-te a la cripta. En esta ocasión el arco es de mediopunto y sus dovelas almohadilladas están unidaspor una cinta que las recorre por su parte central,como fajándolas. Esta iglesia fue comenzada a fi-

10 GÓMEZ MORENO, M.: Op. cit., pág. 151.11 GUDIOL RICART, J.; GAYA NUÑO, J. A.: Op. cit., pág. 276.12 Siendo rey de Jerusalén Balduino III (1131-1162), entre

el año 1140 y 1144, cayó la ciudad de Edessa en poder de losturcos perdiéndose el condado al que había dado nombre. Elacontecimiento fue la ocasión para una de las cruzadas.

13 Siendo rey Balduino V, Jerusalén fue conquistada porSaladino, constituyendo el fin de la dinastía cristiana en esta ciu-dad, y, consecuentemente, una mala noticia para la cristiandad.

14 LEFEVRE PONTAILS, E.: L’architecture religieuse dans l’anciendiocese de Soissons au XIe et au XIIe siecle, París, Plon-Nourrit,1897, t. 2, II, pág. 202.

15 Ibid., en la nota de pie de página.


nales del siglo XI, y sus altares fueron consagradosen 1096 16.

Saint-Jouin-de-Marnes (Haut Poitou), tienealmohadilladas las arquivoltas de la fachada delmediodía que, aquí, son de arco apuntado. Tam-bién semeja una solución almohadillada unarquivolta, igualmente apuntada, de la fachada deponiente. Se sabe que la iglesia fue consagrada en1130, siendo posiblemente posteriores las porta-das 17. Una solución que también asemeja el almo-hadillado aparece en la portada situada al medio-día de la iglesia de Plassac (Angoumois). Estasiglesias quedaban en el entorno de lo que era el ca-mino de Santiago.

HIPÓTESIS PARA UNA EXPLICACIÓN DE

SEMEJANZAS

No resulta fácil relacionar tan diferentes referen-cias situadas en lugares tan distantes. De las igle-sias mencionadas, los almohadillados de SantEutrope, en Saintes, sobre arco de medio punto,son los más antiguos y por ser fajados difieren delaspecto de las otras muestras. Por su parte el al-mohadillado en arco apuntado de la iglesia de SaintPierre, de Soissons, por la posible época de su cons-trucción, parece coetáneo de otras soluciones simi-lares de Sicilia, así como del Santo Sepulcro de Je-rusalén.

Posiblemente fue la iglesia del Santo Sepulcrode Jerusalén, el modelo a partir del cual se difun-dió la solución almohadillada, que sería imitadadespués en el duomo de Palermo, comenzado aconstruir algunos meses antes de que cayera Jeru-salén. A pesar de que conocemos una fecha, 1143,para el inicio de la construcción de la iglesia de laMartonara de Palermo, se puede suponer, no sinfundamento, que la torre, donde aparecen las so-luciones que nos interesan, fue construida algúntiempo después, quizá simultaneando con las obras

del duomo, en tiempos de Federico II, puesto quelos resultados volumétricos y formales de ambosedificios son muy similares.

Con respecto a la vinculación entre estas igle-sias y las francesas, sería suficiente con decir que,entonces, Jerusalén era uno de los puntos de pere-grinación de la cristiandad, y el Santo Sepulcro lameta deseada por los peregrinos. Ello explica quesu edificio fuera paradigma arquitectónico en suconjunto, o en los detalles, para los países cristia-nos, por donde se difundieron réplicas de su cons-trucción.

Las vinculaciones entre Francia y España a tra-vés del Camino de Santiago son ampliamente co-nocidas. Zamora, por su parte, estaba en cruce decaminos, antigua vía romana de la plata y arteríade comunicación con Portugal, Santiago, y porToro y Simancas, con Zaragoza. Además de elloconsta documentalmente que, como consecuenciade las alianzas matrimoniales de los reyes con prin-cesas francas y borgoñonas, la presencia francesa enla ciudad fue constante e importante. Raimundode Borgoña, francés, primer esposo de Doña Urra-ca, recibió de Alfonso VI, el encargo de fomentarlos burgos de la ciudad, a principios del siglo XII,y francés fue también uno de los obispos deZamora. En ella fueron abundantes los franceses aprincipios del siglo XIII, en tiempos de AlfonsoVIII. De los documentos se deduce que, por razo-nes comerciales, hubo en la ciudad sirios, caldeosy persas 18.

Más difícil es buscar conexiones que expliquenla similitud de soluciones adoptadas en Santiago delBurgo y San Félix de Apiés. Esta localidad depen-día de la Abadía de Montearagón, fundada, prote-gida y ampliamente favorecida por los reyes arago-neses. Posiblemente alguno de sus abades diofacilidad para que un acreditado maestro, venidode tierras castellanas, labrara la portada de San Félixde Apiés, en un momento en que el Somontanode Huesca había una destacada actividad construc-tiva. La llegada de maestros foráneos, explicaría queesta iglesia desentone de lo que, por entonces, seestá construyendo en las proximidades. El particu-lar mecenazgo de los abades de Montearagón, y,quizá su relación con las gentes de otros reinos, per-

16 LAFFONT, R.: Dictionaire des Eglises de France, t. III, pág.157. Posiblemente también son almohadillados los arcos queenmarcan las ventanas del ábside de la iglesia de Talmont, igual-mente en Charente.

17 Haut-Poitou Roman: Abbaye Sainte Marie de la Pierre-qui-vive (Yonne), Zodiaque, 1975, pág. 246. 18 RAMOS DE CASTRO, G.: Op. cit., págs. 53 y 54.


mitió la construcción de la iglesia de Apiés, hacien-do presente en estas tierras una solución plásticavinculada a tierras del Próximo Oriente.

En esta iglesia de concepción estructural másavanzada que en la de Zamora, al incorporar deci-didamente el arco apuntado en el interior, siguemanteniendo el anacronismo del arco de mediopunto como solución preferida para la portada, deacuerdo con una práctica constante que se repiteen varias iglesias del Somontano. Esta iglesia fuerehecha en el siglo VI en que se añadió una capillaen el muro norte. Quizá por entonces se rehizo elábside mediante la incorporación de crucería 19.

LA APARIENCIA VISUAL DE ESTAS PORTADAS Y SU

RELACIÓN CON CONSTRUCCIONES ORIENTALES

Quedaría por intentar hacer una aproximacióna la fuente de inspiración de la solución almoha-dillada. Al margen de la localización de la mencio-nada puerta de Edessa, no es difícil comprobar queen construcciones del Próximo Oriente los arcosque enmarcan vanos o soportan las característicascubiertas bizantinas, ofrecen la sensación de fran-jas onduladas como si estuvieran almohadilladas.Unas veces es por la alternancia de los materialesempleados, piedra y ladrillo, o ladrillos en resaltocon respecto a la amplia solada de argamasarehundida. Otras veces la sensación viene dadacomo consecuencia de la erosión, que ha suaviza-do las aristas de los materiales que, de esta forma,quedan como onduladas con respecto al rehun-dimiento del tendel. Son numerosas las imágenesque ofrecen esta apariencia óptica, posible fuentede inspiración del almohadillado. En definitiva, latendencia a crear una variedad cromática y com-positiva, mediante el color o la volumetría, es cons-tante en aquellas tierras, y aparece ya en los pri-meros edificios cristianos, como puede apreciarseen los arcos del interior del baptisterio de Frejus,esta vez en Francia, perpetuándose después en laEdad Media y Renacimiento en numerosas iglesiasde este país e Italia, donde el cromatismo de losmateriales crea una alternancia tonal muy efectis-ta, apariencia que ya antes había complacido a los

árabes. A través de tan diversas soluciones que, endefinitiva, pretenden proporcionar una plástica vi-sual agradable a los arcos y construcciones, es po-sible ver remotos precedentes y fuentes de inspira-ción en las lejanas construcciones del Asia menor.Allí se mantuvo una activa y fecunda cristiandaddurante el Alto Medioevo, que edificó relevantesconstrucciones que después admiraron peregrinosy cruzados cuando para ellos fue un sueño poderllegar hasta la Tierra Santa 20.

Están ampliamente difundidas las tesis que man-tienen el origen estructural y formal del románicoen las iglesias siriacas, armenias y bizantinas. Porlo tanto, nada tendría de particular descubrir, unavez más, precedentes a la solución almohadilladaen algún edificio de aquellas tierras de donde elmodelo fue trasladado a Occidente como conse-cuencia de la continua relación mantenida tanto anivel de pensamiento como comercial y político.Aún a falta de un precedente preciso y puntual, eldeseo de emular las construcciones orientales me-diante soluciones ópticas que imitaran, o, inclusorecrearan las apariencias de su plástica visual es con-vincente explicación en un contexto que supone ladifusión del cristianismo desde esas tierras dondefue generado. Contenidos doctrinales y expresio-nes plásticas de esos contenidos, pertenecen a lamisma estructura de comunicación, y, consecuen-temente, juntos se difundieron a Occidente paraconstituir unas veces los soportes de su estructuramental, y, otras, la configuración espacial del mar-co de su devenir diario, acrecentándose tal influen-cia en una época, la Edad Media, en que el Orien-te, fue objeto de reivindicación territorial y metade peregrinación religiosa.

19 AHPH., Prot. not. 1054, fols. 33-34.

20 Edesa fue ciudad especialmente importante para la cris-tiandad por estar en ella el sepulcro de uno de los apóstoles, SantoTomás. Ya en el siglo IV (381-384), la monja española Egeria,estuvo en la ciudad a su vuelta de su peregrinación a Jerusalén,tal como ella relata en su conocida crónica e importante docu-mento, Itinerarium Egeriae, Madrid, BAC, 1980. La ciudad, porora parte, unía Oriente con Occidente, en ruta que ya apareceen Itinerario Antonino, y desde los últimos años del siglo XI, hastamediados del siglo XII, fue cabeza del condado cristiano que lle-vaba su nombre. Numerosísimas fueron las iglesias que hubo enella tal como contabilizaron las crónicas tanto cristianas comoárabes, consecuencia de su destacada actividad religiosa, y de seruno de los focos de irradiación del pensamiento cristiano.


Fig. 1: APIÉS (HU). Portada de la iglesia de San Félix, restaurada e intervenida.

Fig. 2: ZAMORA. Portada de la iglesia de Santiago del Burgo.


Fig. 3: APIÉS. Iglesia de San Félix. Despiece de las arquivoltas de la portada.

Fig. 4: ZAMORA. Iglesia de Santiago del Burgo. Despiece de las arquivoltas de la portada norte.


Fig. 5a: APIÉS (HU). Iglesia de San Félix remodelada tras la restauración.

Fig. 5b: NUENO (HU). Portada de la iglesia de Nuestra Señora de Ordás.


Fig. 6: APIÉS. Iglesia de San Félix, según Joaquín Naval Mas.

Fig. 7: ZAMORA. Iglesia de Santiago del Burgo, según Guadalupe Ramos de Castro.

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