dos hombres o tres - paco martin

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    Haba en una ciudad de Galicia dos hombres realmente extraos. Uno, Juan,

    era grande y robusto. El otro, Nocomedes, pequeo y delgado como un

    ratoncito. Adems, eran amigos entre s, y no pareca que tuvieran ninguna

    ocupacin especial. Aquello no poda ser normal. El polica Vitn comenz ainvestigar.

    A partir de 12 aos

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    Paco Martn

    Dos hombres o tresSerie Roja - 82 (El Barco de Vapor)

    ePub r1.0

    nalasss13.10.13

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    Ttulo original:Dous homes ou tresPaco Martn, 1995Traduccin: Beln Martn

    Editor digital: nalasssePub base r1.0

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    Para Jos Antonio Arias,

    en memoria de su padre.

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    EN una ciudad de Galicia vivan dos hombres. En realidad all vivan bastantes mshombres que dos, y tambin mujeres, y nias, y nios, y perros, y gatos, y pjarosy muchsimos seres ms. Tal vez, si nos pusisemos a contarlos, pasaran de cien millos que en esa ciudad vivan. Incluso, y si nos diese por sumar tambin a todos losratones, gusanos, moscas, pulgas, peces y dems, llegaramos a descubrir que all

    vivan por lo menos tres o cuatro millones.Lo que pasa es que, para la historia que aqu vamos a contar, parece que eso de

    comenzar diciendo que en una ciudad de Galicia vivan dos hombres no est nadamal y que ya se da por supuesto lo de otros muchos seres vecinos suyos. Adems, losque ahora precisamente nos interesan son esos dos hombres que tambin vivan enesa ciudad en realidad me atrevera a asegurar que all viven todava porquerecuerdo haberlos visto paseando por una de sus calles no hace mucho tiempo, yaque este relato trata precisamente de ellos.

    Uno de los dos, el que se llamaba Juan, era un hombre grande, ms bien enorme,con una estatura prxima a los dos metros, y grueso como un buey. Caminabasiempre muy despacio, a grandes zancadas de sus largusimas piernas, y apoyandocuidadosamente sobre el suelo los enormes pies, siempre calzados con fuerteszapatones. Aquel que lo vea andar de esta guisa podra pensar que tena miedo deaplastar a alguien cada vez que daba un paso.

    El otro hombre, que se llamaba Nicomedes aunque todos le decan Ni por esode ahorrar trabajo, era por el contrario breve y delgado como un ratoncito y no

    abultaba casi nada. Caminaba a saltitos cortos, con pasos menudos y muy rpidos,para as poder seguir la marcha de su amigo Juan.

    Para darnos una idea cabal de su curiosa disparidad, bastar con decir que el talJuan pesaba ciento dieciocho kilos, y Nicomedes, alrededor de cincuenta y nueve.Cualquiera que tenga algo de inters, y adems sepa dividir o simplemente sumar medianamente bien, puede comprobar sin demasiado esfuerzo que uno pesaba,

    ustamente, el doble que el otro.Tambin es verdad que, si no queremos pecar de exagerados, el tal Juan

    sobrepasaba, a veces, sus ciento dieciocho kilos y llegaba a alcanzar los ciento veinte,o algo ms especialmente en invierno, que es cuando el cuerpo pide comidasfuertes y abundantes que ayuden a combatir el fro, pero tampoco es menos cierto

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    que, siempre que eso suceda, l no se lo deca a nadie y segua sosteniendo delantede quien fuera que se encontraba en su peso habitual, ni un gramo ms ni un gramomenos. Haca esto para no empequeecer a su compaero Ni, ya que ste s quenunca suba ni bajaba de los cincuenta y nueve, por mucho esfuerzo que hiciera que no haca ninguno porque se encontraba muy cmodo tal y como estaba y que,

    tambin estamos seguros de ello, si alguna vez, por cualquier razn, hubiera llegado aaumentar o disminuir algo en su peso, tampoco habra dicho nada para as evitarle aJuan todas las molestias que le hubiese podido provocar su conocido afn de pesarsiempre justo el doble que su amigo.

    Y esto era as porque se apreciaban de verdad, eran buenos amigos y andabansiempre juntos. En realidad eran muy pocas las personas si es que haba algunaque podan decir, sin faltar a la verdad, que haban conseguido ver a uno de ellos sinla compaa del otro.

    Esta costumbre suya resultaba, como es lgico, un tanto chocante para todosaquellos que alguna vez se cruzaban en su camino; un hombre, de enorme tamao yandar pausado, siempre al lado de otro hombre, ste pequeito e inquieto, formandouna pareja realmente singular y pintoresca. Y cualquiera de los que vivan en esaciudad a la que antes nos hemos referido poda encontrrselos en cualquier momento,y tambin podan hacerlo todos cuantos forasteros aparecieran por all, puesto que losdos amigos estaban siempre paseando y lo mismo daba que fuera de da o de noche,que lloviera a cntaros o que apretara el calor Les gustaba tanto salir de casa que

    incluso los das en los que se televisaba la final de la copa, o uno de esos partidos deftbol que nadie se quiere perder y que hacen que las calles de la ciudad se vacen degente, ellos dos eran los nicos a los que se poda ver por los sitios de siempre, comosi no se estuviese produciendo tan vital acontecimiento e incluso haba quienaseguraba que ni siquiera se preocupaban de preguntar despus por el resultado finaldel partido.

    O sea, que no es nada extrao que estos dos amigos tuvieran fama de ser un pocoraros.

    Tambin resultaba muy curioso orles hablar. El tal Juan, el grande, tena una vozdelicada y fina, de nio mimoso, y deca las cosas con mucho cuidado, como situviese miedo de molestar al que escuchaba, mientras que el pequeo Ni, por elcontrario, posea un vozarrn, semejante al trueno, que circulaba resonando de casaen casa por toda la calle.

    Es que Juan habla as, suave, y deja caer las palabras de manera que bajenhacia m sin violencia, pero yo necesito que las mas lleguen all arriba con la fuerzasuficiente para que no se pierdan por el camino y puedan ocupar esas grandes orejasque l tiene La naturaleza sabe bien lo que hace cuando decide lo que resultaapropiado para cada persona explicaba Ni a quien quisiera escucharlo.

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    Y deba de tener razn, porque a los dos no les iban nada mal las cosas. Quizporque no eran demasiadas las que los preocupaban ni tenan ambiciones que losobligaran a concentrarse en ellas todo el tiempo.

    En la ciudad, ya lo hemos dicho, por todos eran conocidos, y salvo los pocogenerosos que siempre los hay, tambin todos les profesaban un cierto aprecio

    porque pensaban que la pareja era, salvando las lgicas distancias, algo semejante a lacatedral, los jardines del centro, los conciertos de la banda municipal o los viejoscafs y tabernas, elementos que, de alguna manera, pertenecen a la colectividad.

    Juan y Ni se llevaban bien con los nios que iban camino del colegio, con losviejos que mataban el tiempo en los bancos del jardn o delante de las mesas dedomin, con las seoras que regresaban a casa, incmodas por culpa de los precios,despus de la compra diaria; con aquellos que discutan de ftbol o poltica a la salidadel trabajo, e incluso con las palomas urbanas y con los patos que nadaban, cansados

    y aburridos, sobre las oscuras aguas del sucio estanque Tambin es cierto que eranmuchos los que los consideraban un poco chiflados y, a veces, murmuraban de elloshablando de sus raras costumbres y del pintoresco modo que tenan de entender lavida. Los que as actuaban, lo hacan siempre en su ausencia ya que, si tenemos encuenta el corpachn de Juan, no es difcil comprender que nadie se atreviera, inclusoconociendo su naturaleza pacfica, a hacer comentarios poco agradables estando ellosdelante.

    Y as, sin mayores cambios ni problemas, transcurra la vida de esta ciudad de la

    que hablamos y tambin la de sus gentes, entre las que se contaban nuestros dosamigos. Pero, y es natural que suceda de vez en cuando, algo iba a pasar querompera, en cierta medida, aquella tediosa tranquilidad.

    El caso es que un da, no hace mucho tiempo, lleg all destinado un jovenpolica, un muchacho que estaba orgulloso de su elegante uniforme azul y al que legustaba pasear, no sin cierta arrogancia, por las ms cntricas calles de la ciudad. Laverdad es que era un buen hombre y llegaba lleno de ilusiones y ganas de hacer cosasimportantes, un tanto motivado, tal vez, por su mucha aficin a cierto tipo depelculas norteamericanas y determinadas series de televisin. Pero esto es algocomprensible, e incluso lgico, cuando se trata, como era el caso, de un muchachooven dispuesto a abrirse camino.

    Y, no poda ser de otro modo, este polica Vctor de nombre, aunque l preferaque le llamasen Vitn acab fijndose en la pareja formada por Juan y Ni a lospocos das de su llegada y, como tampoco poda ser de otro modo, los dos pintorescosamigos llamaron su atencin despertando, enseguida, su curiosidad.

    Pregunt a sus colegas.Esos dos? Nada, hombre No deben de estar muy bien de la cabeza, pero no

    hacen dao a nadie Lo mejor es que no les hagas caso

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    Vitn, consciente del lugar que all le corresponda dada su casi nula experiencia,escuchaba con respeto y atencin todo cuanto sus compaeros ms veteranos ledecan, comportndose como el hombre correcto y disciplinado que siempre habasido.

    Vosotros tenis mucha ms experiencia que yo, conocis mejor esta ciudad y

    vuestra pericia es muy superior a la ma, de eso estoy seguro, pero no creo que seiscapaces de negar que lo de esos dos tipos no es normal. Y no porque estn locos, queno lo parecen, sino por la clase de vida que llevan. Estn siempre pasendose yhablando, de da y de noche Eso, as sin ms, no es que sea malo y hasta ahestamos de acuerdo. Pero tampoco es menos cierto, y hablo por lo que se ve aprimera vista, que no trabajan en nada, o s lo hacen?

    Nadie responda y eso animaba al joven a seguir:Tampoco me negaris que esa falta de ocupacin tiene algo de sospechoso.

    Porque ellos comer, lo que se dice comer, seguro que s lo hacen. De eso estoy msque convencido. Y al grande no creo que le baste un mendrugo de pan cada da, auzgar por el corpachn que tiene. Tampoco andan desnudos y, de sobra lo sabemos

    todos, la ropa no se regala E incluso, que yo los he visto algunas veces, entran enun caf o en una taberna y all se toman algo. Tambin van al cine, al teatro y no sepierden un concierto musical, cuando lo hay. Todo eso cuesta dinero, verdad?Puede alguno de vosotros decirme de dnde lo sacan?

    Ninguno de los presentes tena, como es lgico, una respuesta tajante para

    contestar a preguntas tan directas.Hombre, a lo mejor heredaron algn dinero hace tiempo y van tirando con

    eso. La verdad es que el gasto que hacen, a pesar de lo que t digas, no es demasiadoimportante

    Tambin puede ser que les tocase la lotera.Si eso fuese cierto, o hubiesen acertado una quiniela o algo as, estoy seguro de

    que se habra sabido en toda la ciudadNo estaba Vitn dispuesto a dejarse convencer por las razones que daban los otros

    policas. l procuraba estar siempre centrado en su trabajo y crea aunque no lodijese que aquellos compaeros suyos, llevados seguramente por la costumbre ylos muchos aos de estar siempre haciendo trabajos rutinarios, eran ya como el restode los vecinos y no desconfiaban lo suficiente de la gente que se mova junto a ellos.

    Yo, vuelvo a repetir que con todos mis respetos hacia vosotros, creo que esosdos hombres resultan sospechosos y que mi obligacin es investigarlos por sirealizasen alguna actividad ilegal

    Y, seguido por la veterana sonrisa de los dems, el tal Vitn se dispuso a conseguirel primero de los grandes triunfos profesionales que, sin duda, acabaran por marcarsu vida.

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    Nicomedes y su amigo Juan estaban, como es lgico, muy lejos de sospechar quehaban cado bajo el punto de mira de las pesquisas de aquel polica, y seguan suvida de siempre, paseando por la ciudad el uno junto al otro y con la lgicanaturalidad de quien lleva un montn de aos haciendo algo tan inocente que jams

    se le ocurrira pensar que alguien pudiese desconfiar de l. Esto, que no dejaba deresultarles gratificante, tambin les impeda, en un primer momento, percatarse delsutil espionaje al que haba comenzado a someterlos Vitn, deslizndose sigiloso porlas esquinas, escondindose en el interior de los portales, ocultndose detrs de lostroncos de los rboles en los jardines o cobijando su rostro con las hojas de unperidico abierto, a la manera que l haba visto hacer tantas veces a los personajesde sus pelculas favoritas.

    Pero lo cierto es que Vitn no poda, aunque ese fuera, sin duda, su ms ferviente

    deseo, estar continuamente vigilando a aquellos dos. Tena otros servicios quecumplir y aquella investigacin era algo que deberamos considerar como privado ypersonal, ya que ninguno de sus superiores le haba encargado hacer tal cosa, niexista ningn tipo de denuncia o requerimiento al respecto. Esto quiere decir que eltiempo que Vitn inverta en llevar adelante aquel trabajo que haba decidido por sucuenta era precisamente aquel que le quedaba para dedicarlo a su descanso personal.

    Ya sabemos que la ciudad era tranquila y que el trabajo de un polica no resultaexcesivo, aparte de los asuntos de rutina, por lo que Vctor, dedicndole, como as

    haca, sus das libres y muchas de las horas en las que no estaba de servicio, ejercasobre los dos curiosos amigos un control que podramos calificar de bastantecompleto.

    Tampoco era demasiado difcil hacerlo as, sabiendo como sabemos que ellos nose ocultaban nunca de nadie ni desconfiaban de nada.

    A pesar de todo y eso influy mucho para que la mosca que Vitn tena yadetrs de la oreja aumentase considerablemente de tamao, al polica le pareciobservar que, a veces y cuando ms controlados crea tenerlos, perda de vista a losdos amigos como si a stos se los hubiese tragado la tierra o se los hubiese llevado elviento.

    Cuando esto pasaba, no poda evitar la sensacin de que ellos se escondan apropsito para rerse de l, y no dudaba en preguntar a la gente de la calle.

    Nicomedes y Juan, dice usted? Pues no sabra decirle Hace un ratito estabanah, delante de esa tienda, hablando con una chica rubia, pero ahora Ya se sabecmo son ellos, que nunca estn mucho tiempo en el mismo sitio A lo mejor hanentrado en la tienda

    Y Vitn iba a mirar a la tienda, a los portales de todas las casas de por all eincluso llegaba a subir las escaleras y preguntar por ellos en alguna de las viviendas,

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    pero siempre sin resultado positivo.Estas cosas hacan que nuestro hombre empezara a sentirse un tanto ridculo, a la

    vez que crecan sus sospechas sobre las actividades desconocidas que los dos amigospodran realizar a espaldas de las dems personas. No se atreva, naturalmente, acalificar de misteriosas aquellas desapariciones porque l era un hombre realista y

    saba muy bien, sobre todo debido a su trabajo, que no hay tales misterios, y que losque as son considerados por el vulgo tienen todos una explicacin de lo ms lgicocuando alguien, casi siempre el sagaz polica de la novela o de la pelcula, losresuelve demostrando que la solucin estaba ah, a la vista de todo el mundo, peroque a ningn otro le era dado encontrarla por manifiesta falta de capacidad.

    ste es, precisamente, el trabajo que todo el mundo espera que sepan hacer bienlas fuerzas de seguridad, y nuestro amigo Vitn tena bien asimilado su deber. Lomalo del asunto era que aquellos dos hombres desaparecan de su vista como si, de

    repente, se volviesen invisibles y, despus, cuando ya haba pasado cierto tiempo y landaba perdido por cualquier calle de la ciudad sin saber muy bien a qu atender,aparecan all otra vez los dos, al doblar una esquina, tan naturales y tranquilos comosiempre y, la mayora de las veces, enzarzados con alguien en amena conversacin.

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    VITN, ya lo hemos dicho, era un hombre de honda vocacin por su trabajo y defirme voluntad para sacarlo adelante. No deba, pens, dejarse vencer por algo tansencillo como, sin duda, aquello era, y decidi que cualquier pista, por pequea quepudiese parecer, podra llegar a tener gran importancia en el momento adecuado,ayudando a esclarecer aquel asunto que, dijesen lo que dijesen los dems policas,

    tena de misterioso mucho ms de lo que todos se imaginaban.Para poder llevar las cosas con mtodo y orden se compr un cuaderno bastante

    grueso, de tapas oscuras, y en l iba anotando cuidadosamente todo cuantoaveriguaba cada da de vigilancia. Tambin se haba hecho con un plano de la ciudady se serva de l para sealar las rutas que cada da recorran los dos amigos,dibujando cruces rojas en los lugares exactos donde se producan las supuestasdesapariciones y otras verdes en los sitios donde l se los volva a encontrar.

    Sus compaeros lo vean anotando cosas en el cuaderno y haciendo cruces y

    puntos en el plano. Al principio no hacan demasiado caso de todo aquello,convencidos de que Vitn era todava muy joven y que sas eran manas propias de laedad. Sin embargo, poquito a poco, comenzaron a sentir cierta curiosidad,especialmente al ver la seriedad que el novato pona en su trabajo. Se esforzaban porsaber lo que haba escrito en aquel cuaderno y lo que estaba dibujado en el plano,pero les resultaba imposible: Vitn siempre llevaba consigo ambas cosas y no seapartaba de ellas ni para dormir.

    Aquella continua dedicacin, aquellas constantes anotaciones en el cuaderno,

    aquellas seales en el plano de la ciudad no tendran razn de ser, pensaban los demspolicas, si el tal Vctor no supiese algo distinto e interesante sobre las actividades delos dos pintorescos amigos. O sea que, como no poda ser de otro modo, se empez acorrer la voz entre los colegas de que aquel nuevo compaero andaba detrs de unapista importante y segura. Se hablaba, en voz baja, de espionaje internacional,contrabando de joyas, trata de futbolistas extranjeros, robos en bancos suizosutilizando complejsimos mtodos informticos y sabe Dios cuntas cosas msQuin se iba a imaginar nada semejante viendo la normal apariencia de Nicomedes y

    Juan, con ese aspecto de no haber roto un plato en toda su vida? Claro que una de lashabilidades mejor utilizadas por cuantos grandes espas, ladrones y estafadores en elmundo han sido, es precisamente sta: la de parecer ante los ojos de los dems

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    cualquier otra cosa, distinta a la que verdaderamente son, para que nadie puedadesconfiar de ellos Visto as el asunto, estos dos tipos tenan que ser unosdelincuentes extraordinariamente importantes, aunque no fuese ms que por lamaestra con la que saban disimular y ocultar sus verdaderas actividades.

    Tras haber llegado a estas, lgicas, conclusiones, muchos de aquellos que al

    principio se haban tomado a broma las cosas que Vitn haca, comenzaron a sentiralgo parecido a la envidia, preocupados de que un novato consiguiese en poco tiempodesenmaraar el misterio que envolva algn importante asunto, dejando as enridculo a los que llevaban ya un montn de aos en el oficio. Adems, aunque estono lo deca nadie, todos saban que la resolucin de un caso como ste convertira aquien lo consiguiese en un personaje importante y admirado. Aquella posibilidad derecibir honras, galardones y, por qu no, ascensos y mejora del sueldo, hizo que ochoo diez compaeros de Vitn decidiesen, cada uno por su cuenta, descubrir el secreto

    que Nicomedes y Juan ocultaban en su actividad y lograr as fama y reputacin,adems del respeto de sus superiores.

    Algunos, sta es la verdad, se cansaron a los dos o tres das de empezar. Aqueltrabajo extra los obligaba a dejar la partida de domin en el caf, las retransmisionesde ftbol por la televisin o las buenas meriendas con los amigos, y abandonaron elasunto, convencidos de que hay cosas ms importantes en la vida que correr detrs dehonras y reconocimientos que estn todava en el alero. Pero hubo cinco de ellos ques estaban dispuestos a no dejarse vencer por nada hasta el triunfo final. Triunfo que,

    en la intencin de cada uno, no pensaban compartir con nadie.Estaba claro que Vitn les llevaba cierta ventaja en las pesquisas y, aunque fuese,

    como era, un novato sin experiencia en aquella clase de asuntos, sus posibilidadessiempre seran mayores, al menos en principio, para poder concluir felizmente elcaso, de manera que nada poda ser mejor pensaron los cinco, cada uno por sucuenta, que hacerse con las notas y datos que Vitn ya tena, y comenzar lacompeticin por lo menos en la misma posicin que l.

    Cada uno crea que la idea era slo suya y, como es natural, no quera que nadiesupiese nada de sus intenciones, de manera que vigilaban a Vitn sin que l se diesecuenta y, al mismo tiempo, procuraban despistar a cualquiera que pretendiesecontrolar lo que ellos hacan.

    Aquello, como no poda ser menos, termin por desembocar en un enorme lo:Nicomedes y Juan vigilados por Vitn, ste controlado por cinco de sus compaeros ycada uno de ellos escondindose de los otros cuatro. Podramos decir que la ciudadempezaba a quedarse pequea para que en ella cupiesen tanto acecho y disimulo.

    A pesar de todo, segua siendo Vitn el que iba por delante en las pesquisas yquien mejor actuaba para llevar a cabo su labor. Utilizaba todas las tcticas y trucosque haba visto en el cine y en la televisin. Gafas oscuras aunque lloviese a cntaros,

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    disfraces varios con barbas y bigotes postizos, pelucas o calvas artificiales, ropas delo ms extrao El hombre exprima su cerebro hasta al lmite para no repetir nuncalos medios de disimulo y pasar as inadvertido sin mayores problemas.

    Tantos ropajes raros, tantos aspectos exticos diferentes y tantos personajes nuncaantes vistos por aquella tranquila ciudad estaban a punto de hacer a Vitn casi tan

    popular y conocido como lo eran los dos amigos a los que pretenda vigilar. Inclusolos nios de algunos barrios estaban pendientes de l para poder jugar a quin de ellossera el primero en reconocerlo con su nuevo disfraz.

    Y, naturalmente, tambin Nicomedes y Juan acabaron por fijarse en aquel tipopintoresco y, todo hay que decirlo, por tomarle una cierta simpata. A ellos, comotambin les pasa a muchas personas corrientes, siempre les haban cado bienaquellos que, sin hacer dao a nadie, estn un poco alejados de los usos establecidos.Nunca se les haba ocurrido pensar que lo que aquel hombre haca era vigilar cada

    uno de sus pasos, y si an no se haban atrevido a hablar con l era debido a sunaturaleza tmida y a que comprendieron enseguida que no llevaba mucho tiempoviviendo all. Pero hablaban de l e incluso hacan inocentes apuestas:

    Te apuesto un caf con leche a que hoy viene disfrazado de militar retirado.Y qu clase de disfraz es se?Hombre, ya se sabe: piel curtida, cabello cano, largo bigote, tambin blanco,

    con las guas noblemente alzadas, traje gris y zapatos negros, fino bastn, sombrerooscuro y abrigo azul si el tiempo lo demanda, andares envarados, sin mirar

    directamente a nadieJuan se rascaba la cabeza suavemente, antes de preguntar:Y qu razones tienes t para estar tan seguro de que vendr disfrazado de ese

    modo?Aceptas o no la apuesta? Si te juegas el caf, te lo explico todoVolva el otro a meditar un buen rato antes de decidirse.De acuerdo, un caf con leche Y ahora dmeloNo amiguito, la cosa no vale as. No sera justo Hay que ser deportivo. Si yo

    digo que ese hombre vendr de militar retirado y no de ninguna otra cosa, tengo unasola oportunidad de acertar contra muchas de no hacerlo. Yo pierdo si aparece vestidocon otro disfraz cualquiera e incluso si se le ocurre venir sin disfrazarse y t, como esfcil comprender, tienes as muchsimas ms opciones que yo para ganar. Para que elasunto est equilibrado, es necesario hacer como se hace en las carreras de caballosapostar, cuando se sabe que alguno de ellos tiene ventaja, por lo menos, dos a uno.Me explico: si ganas t yo te pago un caf con leche, y si pierdes, entonces tendrs tque invitarme a m a un caf con leche y, adems, a dos magdalenas. Creo que de estamanera la cosa es ms correcta. Ests de acuerdo?

    Volva Juan a rascarse la cabeza mientras segua los razonamientos del otro.

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    Supongo que tienes algo de razn aunque debo confesar que no comprendomuy bien toda esa historia de las carreras de caballos, porque nunca he estado en unhipdromo, ni t tampoco Pero es igual, si yo pierdo, pago caf y tambinmagdalenas Ahora quiero que me digas por qu ests tan seguro del disfraz que seva a poner hoy ese hombre.

    Te lo dir. Hay que ser observador y fijarse bien en todo, cuntas veces mehas odo decir esto? Ahora escucha atentamente lo que te voy a explicar, que siemprees bueno aprender cosas nuevas: de acuerdo con mis averiguaciones, ese hombre sepone un disfraz femenino por cada cuatro masculinos, es decir, viene vestido demujer una vez y las cuatro siguientes siempre de hombre Si haces un poco dememoria, recordars que el martes pasado, cuando la seora Remedios nos avis deque ya haba recibido la postal de Venecia, l haba aparecido vestido de mujermadura, todava de buen ver

    CiertoEso quiere decir, por lo menos en teora, que el mircoles, el jueves, el viernes

    y el sbado tena que venir con disfraz masculino Hoy es sbadoHoy es sbado, s seor, pero ya te ests confundiendo en algoS por dnde vas y no me pillas. Anteayer, jueves, l no apareci. Supongo que

    tena trabajo y no pudo venir Ya lo he tenido en cuenta Djame seguir: elmircoles vena el hombre vestido de alto ejecutivo con traje flojo a la moda, corbatay zapatos italianos, camisa de seda, gafas de diseo, cartera fina de cuero marrn,

    reloj de oro (en realidad, era una de esas falsificaciones que venden baratas esosmoros que andan con la cajita colgada al cuello y, si quieres que te diga la verdad,creo que tampoco eran autnticos ni la ropa ni los zapatos), paso decidido y aires decomerse el mundo. Anteayer ya dijimos que no haba venido y ayer, como ya viste,lleg el hombre vestido de fraile capuchino. Sabemos, por tanto, que hoy y maanatraer tambin un disfraz masculino Me explico?

    Hasta aqu, creo que sMuy bien. Ya sabemos algo y es preciso que sigamos el camino de la lgica.

    Este muchacho es, en mi opinin, un individuo metdico y lo tiene todoperfectamente planificado de antemano para no verse en el apuro, siempre peligrosopara esta clase de personas, de tener que improvisar; quiero decir que estoyconvencido de que a estas horas ya tiene previstos todos los disfraces de la semanaque viene, por lo menos, y, puesto que se trata de alguien ordenado y que siguesiempre pautas lgicas como mis observaciones me han hecho ver, hoy tendra quevestirse de militar o de campesino.

    Por qu?Elemental, querido amigo (estaba deseando poder decir esto y cre que no iba a

    tener ocasin). Si le tocase venir de mujer, la cosa estaba hecha: llegara vestido de

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    vieja con paoleta en la cabeza porque, supongo que te acordars, hace un tiempo,vino un da de muchacha jovencita dejando que se le viesen bien los libros de COUque llevaba; despus de seora joven empujando un carrito donde iba un niopequeo, que en realidad era un mueco; despus de mujer ya madura con pinta deestar preocupada por los exmenes universitarios de los hijos, y por puro orden

    cronolgico, la prxima vez vendr vestido de vieja Igual de lgico es cuando vade hombre. Los cuatro ltimos disfraces seguidos que se puso pretendan explicar laevolucin de un individuo que anda ahora por los cincuenta aos, no s si te hasfijado.

    Si no te explicas mejor, yo noEl primer da vena haciendo una imitacin, bastante pobre, por cierto, de uno

    de aquellos hippiesde hace treinta y tantos aos, ya sabes, ropa clara y descuidada,sandalias, pelo largo, barba espesa y flores por todas partes. Al da siguiente apareci

    vestido de algo semejante a un intelectual de los de despus del sesenta y ocho: elpelo algo ms corto, la barba mejor recortada y, en la mano y bien visible, un libroescrito en ingls. El tercer disfraz, no s si caste en ello, le daba cierto aspecto deindividuo dispuesto a arreglar cualquier cosa que funcionase mal en el mundo. Subacalle arriba volviendo la cabeza hacia todas partes por si alguien lo vigilaba; de losbolsillos de la chaqueta, porque esta vez ya llevaba chaqueta, asomaban algunospapeles a los que se les notaba un cierto aire de panfletos y manifiestosreivindicativos que estaba dispuesto a hacer firmar al primero que se le pusiese por

    delante, quiero decir que vena vestido de aquello que, hace algn tiempo,llambamos un progre El ltimo da de la serie apareci vestido de alto cargo de laAdministracin.

    De qu Administracin?De cualquier Administracin. Eso no importa Lo que quiero que entiendas es

    que l siempre sigue un proceso lgico de evolucinY quin te dijo que yo no lo entiendo as?Entonces, mucho mejor. Esta vez, si no me equivoco, se ha decidido por las

    antiguas cuatro clases en las que agrupaban a la sociedad los estudiosos de la historia,ya sabes: clrigos, militares, comerciantes y campesinos

    Ya empiezo a entender Primero vino vestido de eso que ahora les ha dadopor llamar yuppy, por lo de los negocios y el dinero: despus de fraile, o sea,representando a la Iglesia, y hoy

    Hoy tendr que venir, como ya te he dicho antes, vestido de campesino o demilitar El de campesino, siempre puestos en la lgica por la que ese hombre semueve, sera el de menor categora y debera quedar para el final de la serie, lo quequiere decir que hoy, como yo sostengo, llegar de militar. No se atrever,naturalmente, a vestir uniforme porque llamara demasiado la atencin en estos

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    tiempos en los que nadie lo lleva por la calle, y tambin porque no dejara de correrciertos riesgos oficiales. stas son las razones por las que digo que hoy vendr demilitar, pero retirado.

    Muy bien razonado todo, s seor Tanto que no estoy dispuesto a apostarmenada porque tienes muchas posibilidades de ganar t y no me parece demasiado

    inteligente por mi parte jugarme algo estando casi seguro de que voy a perder.Eres un tramposo. No puedes hacer eso ahora. Ya te habas comprometidoEs que entonces no me habas explicado todava todo lo que ahora s.Muy bien, ya veo que no tienes formalidad en esta clase de cosas, pero sta te

    la guardo Lo que s podas hacer es invitarme ahora a un caf, por lo menos.Eso s que estoy dispuesto a hacerlo de buena gana, para que veas. Sobre todo

    si tenemos en cuenta que eres t quien lleva el dinero de los dos y pagas siempre.Se dirigieron, despacio, los dos amigos hacia el antiguo caf que haba al fondo

    de la plaza e iban riendo satisfechos. Se sentaron junto a una de las pequeas mesascon tablero de mrmol y, mientras esperaban a que les sirviesen, dijo Juan, poniendocara seria:

    Estoy pensando ahora en ese buen hombre y, sabiendo que es polica porqueeso es de cajn, no entiendo qu es lo que quiere de nosotros ni las razones que lellevan a estar vigilndonos siempre. Adems estoy seguro de que an no se haenterado de que l tambin est siendo vigilado por algunos de sus compaerosCreo que tenemos ya una cierta obligacin para con l, sobre todo yo, despus de este

    caf que me voy a tomar y que he ganado gracias a sus disfraces, y que, por tanto,deberamos facilitarle las cosas.

    A todo esto lleg el camarero, les sirvi y ellos se dedicaron por entero a sus cafscon leche.

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    ERA verdad que Vitn, enfrascado en sus pesquisas y preocupado slo por pasarinadvertido ante los ojos de Juan y Ni, no tena ni idea de que haba otros quedeseaban pisarle el terreno y hacerse con todos los mritos de aquella investigacin.Armado con un bolgrafo de dos colores y el cuaderno de tapas oscuras visitaba,cuando no tena a la vista a los dos amigos, los sitios donde saba que ellos

    compraban cosas y acostumbraban a acudir para abastecerse de cuanto necesitabanpara su vida normal.

    La duea de la panadera era una mujer pequea, regordeta, muy inquieta yhabladora.

    Aqu compran, desde siempre, el pan y la leche. Son algo exquisitos, no vayausted a creer. El pan tiene que estar siempre en su punto justo de coccin, y la leche,lo ms fresca posible Tambin les gustan mucho las magdalenas, si son buenas, ylas galletas Llevan, a veces, huevos, pero como almuerzan y cenan fuera de casa,

    eso es ms raro No seor, nunca han dejado nada a deber. Son excelentespagadores Adems son gente de total confianza. Buenos y tambin educados; nadiele hablar mal de ellos porque sera decir una mentira La seora Esperanza, que esla mujer de Evaristo, ese seor que tiene el taller de motos ah abajo, y su hermanason quienes les lavan la ropa y arreglan la casa y nunca han tenido motivo paraquejarse de ellos, todo son elogios Y esas dos, le estoy hablando en confianza, sonun poco remilgadas y nada fciles de conformar Por eso le digo

    Y Vitn fue a visitar tambin a la seora Esperanza, habl con la gente de la fonda

    donde coman los dos amigos, con el sastre que les venda la ropa, con muchaspersonas que vivan cerca de ellos y todos estaban seguros y convencidos de laseriedad y honradez de aquellos hombres.

    Pero, como de todos es sabido o debera serlo, el esfuerzo y la constanciaacaban siempre por dar sus frutos y si algo no se le puede negar a nuestro amigoVitn son precisamente esas virtudes. Una lluviosa maana encontr la suerte queestaba buscando y fue a dar con alguien que, de algn modo, no pensaba igual que losdems sobre la manera de ser de Juan y Ni.

    Se haba guarecido de la lluvia en un portal y aprovechaba el tiempo repasando ycompletando sus notas cuando vio que se abra la puerta del ascensor y de l sala unhombre gordo y de piel brillante que tosi dos o tres veces para hacerse notar. Se

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    dirigi hacia donde Vitn estaba, movindose despacio, con los brazos muy separadosdel cuerpo.

    Est usted en el interior de un portal privado.La puerta estaba abierta y como he salido de casa sin paraguasEl hombre gordo adelant un poco su mano derecha, en la que centelleaban las

    gruesas piedras de dos enormes anillos, y tosi otra vez antes de seguir:Si todos aquellos que no tienen paraguas viniesen a parar a mi portal, quisiera

    yo saber qu sera de la vida de las personas honradasVitn, que todava estaba algo atontado por el resplandor que brotaba de la mano

    del otro, y no le haba sentado nada bien aquel modo de hablar, decidi contestar enun tono semejante:

    Escuche, seor Supongo que no pretender insinuar que todos aquellos queandamos hoy sin paraguas no somos personas honradas.

    Yo digo lo que digo, y bien dicho est. Seguramente ha sido el pasmarote de minieto el que se ha dejado la puerta abierta, y tendr que quitarle la llave si esto vuelvea ocurrir. Estos jvenes no tienen ningn sentido de la responsabilidad Y ustedtampoco parece ser muy viejo Debe saber que toda esta casa es de mi exclusivapropiedad, aunque le haya prestado el cuarto piso a mi hijo Miluco, que es el padre demi nieto el pasmarote y que, adems, est disvorciado

    Divorciado.O sea que tambin usted

    No, yo estoy soltero. Lo que pasa es que se dice divorciado, no disvorciado.El hombre enrojeci. Sus ojitos oscuros escupan fuego entre la piel brillante del

    rostro.Y tiene la poca vergenza de venir a insultarme a mi propia casa. Fuera de este

    portal si no quiere que llame a la polica!En primer lugar, yo no he insultado a nadie, y, en segundo lugar, no merece la

    pena que usted se moleste en llamar a la polica, porque ya la tiene aqu.Sac Vitn del bolsillo sus credenciales y se las pas al otro por delante de las

    narices para que las viese bien. La mano de los gruesos anillos comenz a temblarligeramente y el hombre tosi cuatro o cinco veces seguidas.

    Le ruego que me perdone Quin se iba a figurar? Si viene a por m porese asunto del fraude fiscal, quiero que comprenda que todos somos humanos y quecualquiera puede equivocarse Tambin Secundino Vieiras defrauda muchsimo yno le dicen nada. Y Onofre Serenas, y Simn el de los almacenes

    Goteaba el sudor desde la calva cabeza del gordo y dibujaba hmedos surcossobre la pulida piel de su frente. A Vitn le estaban entrando ganas de rerse, peroaguantaba como poda. Por lo visto aquel hombre no tena ningn reparo en acusar aquien fuera, y de lo que fuera, lo que quera decir que, tal vez, pudiese resultar

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    aprovechable para informarse de novedades referidas a Juan y a Ni.No se moleste, seor. Ya le he dicho que he entrado en este portal porque no

    me quera mojar y nada ms. Ahora bien, si pudiese hablar con usted parainformarme de ciertos vecinos suyos, se lo agradecera mucho.

    Respir aliviado el otro, incluso esboz una amplia sonrisa de dentadura postiza.

    Lo que usted quiera. Aqu estamos para ayudar en lo que sea Pregunte todolo que quiera que, si se trata de otros, estoy dispuesto a contarle cualquier cosa

    Estaban all, de pie en el portal, mientras fuera aumentaba la intensidad de lalluvia. Las preguntas de Vitn sobre los dos amigos animaron al hombre gordito, alque, eso ya haba quedado suficientemente claro, no haba nada que le apeteciese msque tener oportunidad de hablar mal de quien fuese.

    Juan y Nicomedes? Cmo no los voy a conocer Dos buenas piezas, esoes lo que son, aunque la gente piense otra cosa de ellos La gente, y no hablo de la

    polica, es tonta, hgame caso cuando se lo digo Si ha preguntado por ah, ya sabrque todos hablan bien de esos dos pasmarotes y que, por el contrario, de m slodicen cosas malas. No se debe creer todo lo que se oye, que lo que hay es muchaenvidia, y cuando uno llega, como en mi caso, a situarse sobre los dems (no detodos, naturalmente, y usted ya me entiende) gracias a su inteligencia y vista para losnegocios, todo el mundo empieza a decir cosas poco agradables de l que, algunasveces, ni siquiera son verdad El caso es que a esos dos holgazanes (porque eso eslo que son, un par de holgazanes que, ya se habr dado cuenta, no trabajan en nada de

    provecho), los conozco desde hace ya muchos aos y puedo asegurar que no son defiar Le voy a contar algo que poca gente sabe, pero quiero que me d su palabra deautoridad competente de que no se lo dir a nadie, y mucho menos a aquellos que soncompetidores mos en los negocios

    Vitn, que continuaba con ganas de rerse pero que se esforzaba para no hacerlodelante del otro, prometi todo lo que haba que prometer para que siguiese con lahistoria ya comenzada, ahora que, al parecer, estaba empezando a ponerseinteresante.

    Muy bien, da gusto hablar entre caballeros. Estoy seguro de que no va a decirnada despus de prometrmelo como me lo ha prometido. Tambin yo s mantenermi palabra. No exagero si le digo que lo he hecho por lo menos dos veces Pues a loque estbamos: resulta que esos dos individuos no son tan tontos como parece as aprimera vista. No, seor. En realidad son bastante listos para aquello que lesconviene. Fabrican unos juguetes preciosos, ingeniossimos y confeccionados comoams haya podido ver usted. Yo lo s porque nosotros hemos tenido sirviendo en uno

    de nuestros almacenes a una criada portuguesa, para que limpiase y cosas as Noera mal negocio para m, no vaya a creer. Con ella no era preciso andar con los losesos de la Seguridad Social ni de los convenios colectivos, porque no tena permiso

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    de residencia y trabajaba duro por la cuenta que le traa. Incluso se le pagaba menosque a cualquiera y no poda decir nada por lo de la falta de papeles Eso lo hacemucha ms gente que yo, de sobra lo sabr usted. Pues bien, el caso es que esta mujertena un hijo pequeo y, segn deca, no encontraba con quin dejarlo, por lo que selo traa con ella todos los das. Lo dejaba fuera del almacn, porque yo no permita

    que lo metiese dentro, que ya se sabe cmo son los cros y pueden romper cualquiercosa si los dejas andar enredando por los sitios. stos dos, Juan y Ni, como siempreandan de un lado a otro, vean al nio y hablaban con l Dios sabe de qu cosas. Seinformaron, porque son bastante curiosos, de la vida y milagros de madre e hijo yanduvieron trajinando hasta que consiguieron arreglarles esos asuntos legales yencontraron un colegio para que el nio asistiese y un trabajo mejor pagado para ella.

    El hombre gordo volvi a toser con fuerza y Vitn, que se estaba hartando de lomucho que hablaba el otro sin llegar nunca a lo realmente interesante, bostez sin

    ningn reparo delante de l para que se diese cuenta de que su paciencia estaba apunto de acabarse.

    Ya veo que est algo cansado y que quiz tiene sueo por causa de ese trabajosuyo que no le deja descansar lo suficiente. Si quiere un consejo, le dir que hay quepreocuparse por la salud y no excederse a la hora de cumplir con ciertasobligaciones

    No estoy cansado, seor Pero si me hiciese usted el favor de ir derechito algrano y contarme todo lo que sepa de Juan y Ni, yo se lo agradecera mucho.

    Es que lo del cro tiene bastante que ver en el asunto Esos dos trabaronamistad con l y pasaban mucho tiempo preguntndole cosas y ensendole a leer ytambin a multiplicar. Le regalaban libros llenos de fotografas y dibujos, lecompraban ropa y zapatos, jugaban juntos al escondite o a la pelota y hacancualquier cosa para que el chaval se divirtiese y estuviese contento El no tenernada en que ocuparse lleva a la gente a hacer cosas as. Tambin, y escucheatentamente lo que le voy a decir, le fabricaban juguetes, que yo mandaba al nio queme los ensease, e incluso le quit uno dicindole que las leyes de este pas nopermitan que los extranjeros tuviesen aparatos mecnicos propios sin autorizacin delas autoridades

    Usted ha tenido la poca vergenza de robarle el juguete a un pobre nio?El gordo volvi a toser y se puso colorado.Si apenas llor nada Adems no es cierto que se lo robase. Lo que en

    realidad hice fue comprrselo Yo pagu por lCunto?Ahora no rae acuerdo Lo que s es cierto es que le di dinero.Vitn haba fruncido el ceo y gritaba ms al hablar:Quiero que me diga cunto dinero pag usted por aquel juguete, y sepa que me

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    he de enterar aunque tenga que buscar a ese nio portugus hasta el fin del mundo.Ya le he dicho que no me acuerdo bien Seran diez o doce pesetas, lo que

    tena suelto en el bolsilloEl polica sali fuera del portal y senta como el agua de la lluvia corra por su

    cabeza. La humedad ayud a que se le enfriase el mal genio y a pensar en la misin

    que estaba cumpliendo y que debera ser, por el momento, lo ms importante para l.Entr otra vez y se coloc, tieso y empapado, frente al otro, que tosa nerviosamente.

    He ido a ver si haba dejado de llover, pero todava no ha parado. Siga ustedhablando.

    S, seor Pues iba a decirle que los juguetes que esos dos le daban al croportugus eran preciossimos y muy ingeniosos Aquel que yo le o sea, que yole compr tena talmente la hechura del escenario de un teatro, y si apretabas unbotn amarillo que haba en la base, se cambiaban los decorados, de manera que si

    aquello representaba, pongamos por caso, la calle llena de tiendas de una gran ciudad,apareca despus el saln principal de un palacio muy lujoso, con lmparas de cristaly alfombras de curiosos dibujos Dndole despus a otro botn, ste rojo, entrabanall unos muecos diminutos, movindose como si fuesen mujeres y hombres deverdad, y decan versos sonoros que se entendan perfectamente Y muchas cosasms, porque, incluso donde yo vea eso que le cuento, otra persona, mirando almismo tiempo, apreciaba algo distinto No s, un baile de mscaras en Venecia o unespectculo de circo con animales y todo Le digo de verdad que aquello era

    realmente una maravilla y, lo que an es ms importante, en las tiendas resultaimposible encontrar nada igual Las recorr todas, hablamos por telfono concuantas fbricas hay, incluso hice que mi sobrina Milucha, que sabe hablar comohablan los extranjeros, llamase a los Estados Unidos y tambin al Japn, pero nada,nadie haba visto jams una cosa semejante Imagnese usted el montn de dineroque se puede ganar fabricando aparatos de sos, que se podran vender en cualquierlugar del mundo, y al precio que fuese. Cada vez que pienso en el dinero que ahorapodra estar acumulando y que, sin embargo, no tengo, es que me pongo malo

    El gordo se enjugaba el sudor con un enorme pauelo blanco, a la vez que sufraun nuevo ataque de tos que le haca bailar la panza.

    Me traje, desde Alemania nada menos, a un ingeniero de mucha fama para queestudiase el juguete que yo tena y poder as imitarlo y fabricarlo en serie despusMe he gastado casi medio milln de pesetas porque hubo que pagar los viajes,mantener aqu a aquel hombre, buscar un intrprete, y todo eso para nada. El alemnaquel, rubio, gordo e incansable bebedor de cerveza, se qued asombrado al ver elteatrito y gritaba, en su idioma, que aquel invento era ms importante que el de latelevisin, que era imposible creer que una cosa as poda haber sido hecha poralguien de estas tierras y que aquello tena todo el aspecto de ser el mejor negocio del

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    siglo. Haca nmeros, grficos y cosas raras en un ordenador que se haba trado conl y hablaba sin parar de marcos, dlares, pesetas y Dios sabe de cuntas cosas ms.Tanto era as que el pobre traductor no poda seguir su ritmo. Tres das enteros sepas estudiando el juguete por fuera y tecleando en el ordenador. Esto es como unmilagro!, gritaba l y gritaba tambin, contagiado, el traductor. Yo creo que no

    entenda nada, aunque haca lo posible por disimularlo. En una de las ocasiones nospregunt a todos qu era lo que veamos en el teatrito. Se lo dijimos y aquello parecacosa de locos. Yo estaba viendo all, tal cual, la Bolsa de Londres, con la gentegritando y movindose en un maravilloso comercio de millones; mi mujer vea unelegantsimo desfile de modelos de esos de ropa cara; el traductor se mondaba de risasiguiendo la actuacin de unos payasos que, segn l aseguraba, eran verdaderamentegeniales, y el alemn, dijo l, presenciaba la representacin de una no s bien cmose llama un teatro de esos en los que todo se dice cantando

    Una pera.Eso, una pera que trataba del anillo de no s qu gentes Por fin se decidi a

    desmontar el juguete para descubrir el interior de aquella maravilla de la tcnica y,qu cree usted que pas?

    Qu quiere que le diga? Yo no entiendo mucho de juguetes, ni de ordenadores,ni siquiera de ingenieros alemanes

    Que aquello no tena nada dentro. Como se lo digo. Estbamos todos all en midespacho: el alemn, mi abogado, mi seora, el traductor, mi hijo ms joven, que

    sigue los pasos de su padre en lo de los negocios, y yo Saqu el juguete de la cajafuerte, lo coloqu sobre la mesa y lo pusimos en marcha. Funcionaba perfectamente,incluso yo descubr algo nuevo que antes nunca haba visto Una orquesta completa.Salan los msicos, se iban sentando en unas sillitas del decorado y comenzaban aafinar sus instrumentos, despus vena el director y todos se ponan en pie. Tocabanque daba gloria orlos Tom el ingeniero su herramienta y fue abriendo la cajitamuy despacio. Estaba vaca, seor. Todos esperbamos ver all un montn decircuitos, ruedecitas, conexiones, engranajes y sabe Dios cuntas cosas ms Perono haba nada, se lo puedo jurar si quiere. El alemn lloraba a gritos y se golpeaba lacabeza con el puo cerrado, mi mujer tambin empez a llorar y pareca un gatoherido, llor mi hijo, llor yo, lloraba el abogado e incluso le caan lgrimas alintrprete, que no tena nada que ver en el negocio. Qu podra decirle? Aquello erapeor que un entierro.

    A Vitn, que se estaba imaginando la escena, se le reprodujeron las ganas de rer,y esta vez no hizo ningn esfuerzo por reprimirse. Y sus carcajadas desesperaban alhombre gordo que agitaba los brazos arriba y abajo jadeando con fuerza. Cuando secalmaron un poco los dos, dijo el polica, sin poder todava expresarse con claridad acausa de la risa:

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    Tiene usted que perdonarme, amigo, pero la verdad es que la historia tiene sugracia

    Tendr gracia para usted, que no se gast el dinero ni se hizo la ilusin de ganarun porrn de millones, pero a nosotros, se lo juro, no nos hizo rer para nada.

    Ya me lo imagino Ahora siga usted, haga el favor, que todava no me ha

    dicho casi nada de Juan y Nicomedes.Esos dos tienen la culpa de todo. Por eso le he dicho que no son gente de fiar

    La cosa fue que, despus de nuestro fracaso, el juguete no volvi a funcionar nuncams. El alemn regres a su tierra con el rabo entre las piernas; mi seora necesitquince das de estancia en una de esas clnicas caras donde, segn dicen, lo curan auno de los nervios; el abogado, que tena ya reservado uno de esos viajes de lujoalrededor del mundo, tuvo que conformarse con un fin de semana en el pueblo de sumujer y yo, que soy un hombre de negocios, en cuanto logr recuperarme un poco del

    disgusto, quise hablar con esos dos pillos para no perder del todo aquel asunto. Melos traje a casa, los invit a merendar cosas finas y caras, que se las comieron todas, ydespus les hice una propuesta: ellos fabricaban cuantos juguetes de aquellospudiesen y yo me encargaba de comercializarlos pagndoselos bien. Calcul, deacuerdo con los nmeros que el ingeniero haba hecho con el ordenador, que yo podasacar por cada uno de ellos unas veinte o treinta mil pesetas, de manera que les ofrecmil pesetas por pieza. Ya s que no es mucho, pero hay que contar con los gastos depublicidad, transportes y todas esas cosas. Haba dicho Ni, antes de hablarles yo de

    negocios, que algunos das llegaban a hacer cinco o seis de aquellos juguetes, demanera que, siendo as, ellos sacaran seis mil pesetas diarias y yo unas noventa ocien mil, sin necesidad de moverme de mi butaca. Qu hermoso filn, seor mo!Pues resulta que me dijeron que no. Aunque nos ofrezca un milln, dijo Juan,nosotros solamente hacemos juguetes para regalrselos a los nios que no tienen.Esa debe ser la razn por la que nos salen siempre tan bien. Dijo usted que estecaviar era del Irn? Pues s que ser, seor, porque est realmente bueno. Tambineste jamn es en verdad delicioso. Y deca esto con la boca llena, que no paraba dedarle al diente. Pues los chorizos tampoco son para despreciar, aseguraba Ni, quetampoco se quedaba atrs comiendo. Era como si se riesen de m y yo, si quiere quele diga la verdad, todava estaba dispuesto a mejorar mi oferta Pero ellos noquisieron saber nada ms. Dieron las gracias muy educadamente por lo que habanmerendado y se marcharon sin hacerme ningn caso Y ahora pregunto yo: Ustedcree que pueden ser de confianza dos individuos que se niegan, as por las buenas, aganar un montn de dinero?

    Sali Vitn fuera del portal, sin ocuparse del agua que segua cayendo y sincontestar a la pregunta del otro, y tom calle arriba arrimndose a la pared de lascasas.

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    NO podramos decir aqu, sin faltar a la verdad, que aquel hombre le haba cadobien a nuestro polica, pero no es menos cierto que la ltima pregunta que l habahecho, y que Vitn haba dejado sin contestar, ayudaba en bastante medida a aumentarlas sospechas sobre la actitud poco lgica de Nicomedes y Juan. Ahora sabamos queellos eran capaces de hacer cosas, incluso cosas buenas, y que podan ganar un

    montn de dinero con ellas y, a pesar de eso, los dos llevaban la vida que llevaban.Algo extrao tena que haber all, pensaba Vitn, y ese pensamiento le daba nuevosnimos para poder seguir con aquella investigacin en la que tena puestas todas susilusiones de futuro.

    Despus de meditarlo profundamente, mientras caminaba bajo la lluvia, decidique le convena seguir con la tctica ya establecida y esperar con paciencia elmomento oportuno, que l saba muy bien que habra de llegar alguna vez, para vercoronado con xito su trabajo.

    Sus compaeros, los cinco que todava mantenan la ilusin de aprovecharse enbeneficio propio de los esfuerzos de Vitn, tampoco dejaban sus acechos einvestigaciones.

    Por lo que respecta a Juan y Nicomedes, ya sabemos que haban decidido,generosamente, facilitarle la labor a su perseguidor y as lo hicieron.

    Al da siguiente, por la maana, lleg Vitn vestido como los espas de laspelculas. Era un disfraz que ya haba utilizado otra vez tres semanas atrs, tiempo,haba supuesto, ms que suficiente para poder repetir sin correr el riesgo de ser

    descubierto. Estaba arrimado a la pared de una casa y fingiendo que lea un peridicoque, en realidad, le serva para ocultar el rostro detrs de sus hojas. Nicomedes y Juanse le fueron acercando con toda naturalidad.

    Buenos das dijo Ni.Buenos das dijo Juan.Vitn, muy sorprendido, no supo muy bien qu hacer y contest con un hilo de

    voz:Buenos das

    Juan se dispuso a llevar el peso de la entrevista, por lo que, despus de rascarseun poco la nuca, dijo:

    Disculpe, seor, que nos atrevamos a hablarle as, sin ms ni ms El caso es

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    que creemos que, quiz, est en nuestra mano poder ayudarle, ya que, por lo que senos alcanza a ver, tiene usted graves problemas de lectura

    Yo de No, seor, yo no tengo ningn problema S leer perfectamente, yodira que puedo hacerlo mejor que mucha gente No s por qu

    Pues aqu mi amigo Nicomedes, que tiene fama de ser un hombre muy

    observador, me deca hace poco que sta era la segunda vez en veinte das, ms omenos, que usted se pone en este sitio, con la misma ropa y leyendo el mismoperidico La verdad es que, si necesita tanto tiempo para saber lo que ah estescrito, que por cierto es muy poco, parece bastante lgico pensar que tiene algunosproblemas de lectura, y sa es la razn de nuestro ofrecimiento que, por otra parte,estoy en condiciones de asegurar que no es, ni mucho menos, interesado

    Vitn se dio cuenta de que era cierto lo que el hombre corpulento deca. l,siempre tan bien organizado, guardaba sus disfraces con todo esmero para

    volvrselos a poner cuando crea que vala la pena, y de ste que ahora llevabapuesto, que era de espa, investigador privado o algo parecido, conservaba, en su cajacorrespondiente, toda la ropa, los diversos accesorios (sombrero, bigote, gafas,etctera) y tambin el peridico que, naturalmente, era del da en que haba dispuestoel disfraz y no haba tenido la precaucin de reponerlo.

    Aquello era, sin duda, una enorme metedura de pata impropia de un profesionalcon las ambiciones de futuro que l tena y el afn de mejora que lo mova en elpresente caso, as que no es de extraar que Vitn sintiese vergenza y que su rostro

    se pusiese colorado como una cereza. Aun as, la actitud de aquellos dos hombres eraamable y no tenan aspecto de querer rerse de l, y eso le hizo recuperar algo de suvalor y confesar:

    Tienen ustedes razn, seores Pero si traigo un peridico atrasado no se debea que tenga dificultades de lectura, sino a que, aunque me duela reconocerlo, no soylo suficientemente listo para tener previsto todo lo que debiera O sea que ustedesya saben que yo?

    Ahora habl Ni, manteniendo la carita de santo que mostraba desde el momentode su aproximacin al polica.

    S, seor. Lo que no conseguimos saber son las razones de su actitudVitn estuvo a punto de confesarlo todo. De hablarles de sus desconfianzas, de la

    perplejidad que le producan aquellas repentinas desapariciones, de la importanciaque para l tena aquel servicio personal y no oficial que estaba haciendo Pero supovencer al deseo de abrirse en un arrebato de sinceridad y medit un poco antes devolver a hablar. Quin sabe si aquellos dos hombres eran mucho ms astutos que l y,ganndose su confianza, lograran convencerlo de una falsa inocencia y librarse as depagar por sus delitos, si es que los haban cometido.

    Lo mejor sera, sin duda, que fuese l quien aprovechase aquella oportunidad en

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    su beneficio. Buscara una buena disculpa y para eso necesitaba algo de tiempo.Dispuesto a conseguirlo, dijo:

    Si a ustedes les parece, yo tendra mucho gusto en convidarles a tomar un caf,y as podramos hablar un rato de nuestras cosas

    Nicomedes y Juan aceptaron, como no poda ser menos, de muy buen grado la

    invitacin y, los tres juntos, caminaron hacia el viejo caf que haba un poco msabajo para sentarse all, alrededor de una mesa con tablero de mrmol blanco.

    Vitn, por el camino, haba hecho trabajar su cerebro a toda mquina y, cuandoestaban ya servidos y los otros esperaban que l hablase, comenz diciendo:

    Pues s, seores mos, debo confesarles que soy polica Eso me imagino queya lo sabrn o, al menos, que se lo suponen. Lo que todava no saben, eso creo yo, esque soy polica en fase de prcticas Quiero decir que, por el momento, no tengo unpuesto fijo, sino que debo superar una serie de pruebas que dejen convencidos a mis

    superiores de que, efectivamente, soy merecedor de su confianza antes de pasar aocupar un cargo definitivo.

    Pues no saba yo queNo es nada raro, seor, porque esto es algo nuevo que se est experimentando

    con alguna gente como yo a la que se le aprecia una cierta vocacin de investigadorclsico, o antiguo si lo prefieren, al estilo Sherlock Holmes, ya saben Y sta es larazn principal de todos mis disfraces y dems trajines El hecho de escogerlos austedes dos se debe a que y s que sabrn disculpar mi osada resultan un tanto

    pintorescos y siempre estn paseando por las calles Les pido disculpas si he podidomolestarlos, y tambin por tomarlos a ustedes como objetivo de mi trabajo deprcticas

    Vitn estaba ahora ms que satisfecho de la ingeniosa explicacin que se le habaocurrido para justificarse y volvi a adquirir confianza en sus posibilidades,confianza que se haba tambaleado peligrosamente, para qu negarlo, al percatarse desu anterior desliz con el peridico.

    Nicomedes y Juan se miraron el uno al otro, sorbieron el ltimo trago de caf quequedaba en las tacitas, sonrieron abiertamente y dijo Juan:

    Pues muy bien, seor. Aqu nos tiene dispuestos a colaborar en su labor y ahacer cuanto est en nuestras manos para que pase con xito esa prueba a la que sussuperiores le someten, y llegue usted a ser un importante investigador con plazafija

    Y Ni aadi:Y ahora entendemos la razn por la que, adems de controlamos tambin a

    nosotros dos, hay otros policas de la ciudad que se dedican a vigilarle a usted altiempo que ellos se vigilan los unos a los otros.

    Qu est diciendo?

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    Volvieron a mirarse los dos amigos y sonrieron de nuevo, ahora menosabiertamente, y sigui hablando Ni:

    No me ir a decir que no sabe que tambin usted est siendo vigilado?Yo, o sea, quiero decir que estas cosas oficiales, ustedes lo comprendern,

    tienen un cierto secreto lgico No se puede ir avisando En realidad lo que ellos

    quieren es Digo que eso que usted me comenta es cierto, ellos andan detrs de mpara comprobar que s hacer las cosas con la debida habilidad, y cuntos son?

    Cuntos son quines?Los que me vigilan a mJuan cogi con su mano derecha el dedo meique de su otra mano, despus el

    dedo mediano, despus el grande, y todo con un amplio gesto de sus grandes brazos,mientras iba contando despacio.

    Cinco o seis. La verdad es que no me he fijado mucho en eso Pero no lo

    vigilan a usted slo, tambin nos controlan a nosotros dos Y si quiere saber quinesson, lo podemos averiguar ahora mismo.

    Cmo?Seguramente estn esperando ah fuera, cada uno escondido por su cuenta Si

    le parece, y despus de pagarle usted los cafs al camarero tal y como habaprometido, salimos de aqu los tres juntos y, al llegar a la calle, tomamos caminosdistintos. Ni se ir por la izquierda, usted por la derecha y yo cruzar la calle. Unosminutos despus nos volvemos a juntar otra vez a la puerta de este caf. Ya ver

    como esto da resultado.As lo hicieron, y aquel extrao comportamiento desconcert a los perseguidores.

    No daban crdito a sus ojos cuando vieron que Juan y Ni tomaban distintasdirecciones, acostumbrados como estaban a no verlos nunca separados el uno delotro. Como es natural estuvieron algo despistados en sus reacciones, sin saber muybien lo que deban hacer. Eso motiv que se descubriesen unos a otros a la vez queeran descubiertos por los perseguidos. Resultaba cmico observar a todos aquelloshombres silbando con disimulo con la cara hacia el cielo y saludndose, despus,como si hiciese ms de cien aos que no se vean.

    Hombre, Reboredas, qu casualidad t por este barrioPues ya ves, tengo una cuada que vive ah detrs, cerca de la Plaza de la Lea,

    y haba pensado acercarme hasta su casa porque creo que no anda muy bien de saludestos das Y t, Snchez, tampoco andas por los sitios de costumbre. Has venidoaqu con Silverio?

    No, no. Nos hemos encontrado hace un momento, verdad?Y Silverio intentaba justificarse tambin:S Yo andaba por aqu porque he visto un anuncio en el peridico de unos

    pisos que van a construir y, ya ves lo que son las cosas, me he tropezado con

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    Snchez, ahora contigo, y ah tenemos a Fermn y tambin a MartnezYa estaban los cinco juntos y hablaban todos a la vez, y cada uno de un tema

    diferente, cuando apareci, de repente, Vitn, al que todos saludaron como si aquelencuentro resultase una gran novedad. Juan y Ni, que se haban quedado ligeramentealejados de ellos, aprovecharon, vista la situacin, para marcharse juntos, riendo y

    dejando all a los seis policas que se daban unos a otros disculpas y explicacionesraras.

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    DESPUS de aquel da, como es natural, el juego del escondite que suponan lasdistintas persecuciones entre unos y otros cambi en bastante medida. Los que ibandetrs de Vitn, descubiertas ya sus intenciones y sin contar con el novato para nada,haban acordado hacer algo semejante a un frente comn y repartirse el trabajo parano tener que estar siempre los cinco sacrificando sus horas de ocio y sus relaciones

    con la familia y amigos. As uno o dos de ellos, por riguroso turno, se encargaban derealizar la labor de cada da, informando posteriormente a los dems de los progresos,si es que los haba, de la investigacin.

    Tambin haban decidido repartirse los beneficios que la resolucin del caso lespudiera proporcionar, e incluso conceder algo al tal Vitn, por ser l el de la iniciativa.No haba quedado muy claro el modo de distribucin de honras, ascensos yreconocimientos sociales, pero s el del dinero con el que sera gratificado el servicio:se haran once partes iguales, de las cuales una sera para Vctor y dos para cada uno

    de los otros cinco. Es verdad que el sistema no pareca ser muy equitativo pero, poracuerdo previo de los cinco compaeros, tampoco era definitivo, puesto que habandecidido dejarlo sujeto a revisin (por si fuese preciso disponer de la parte que lecorresponda a Vitn, con el que no se consultaba nada).

    Lo peor era que no se apreciaban los progresos esperados, que pasaban los das, eincluso las semanas, y todo segua igual.

    Habra que hacerse con el cuaderno de tapas oscuras que Vctor guarda contanto celo y en el que va apuntando cosas l, hay que reconocerlo, nos lleva una

    cierta ventaja. Consigui trabar amistad con esos dos tipos y ya veis que anda muchasveces con ellos. Adems a m no hay quien me quite de la cabeza que ya conocenuestras intenciones desde el da aquel en que acabamos descubrindonos unos aotros

    Pero amigo Silverio, cmo vamos a hacernos con ese cuaderno? Cogindolosin su permiso? Dnde has visto t que sean los policas quienes se dediquen a andarrobando cosas por ah? Pues s que marcharan bien las cosas si nos diese porinterferir a unos en los oficios de otros

    Se qued algo confuso el tal Silverio debido al lgico razonamiento de sucompaero Reboredas.

    Tienes toda la razn, no s cmo se me ha podido ocurrir semejante bobada. A

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    lo mejor si se lo pedimos educadamenteFermn, que era algo mayor que los otros cuatro y tambin ms comedido en sus

    reacciones, quiso intervenir para intentar que las cosas permaneciesen en el lugar que,segn l, deberan estar.

    Queridos compaeros comenz, levantando la mano derecha a la altura

    del pecho en un gesto muy propio de l y algo temido por quienes lo conocan ysaban de sus costumbres.

    Quiz, y para que se entienda ese miedo a escucharlo, cabra sealar ahora queeste hombre era un poco retrico en su manera de expresarse y bastante extenso enlas exposiciones orales a las que era, ciertamente, muy aficionado.

    Y deseo continu que lo de queridos compaeros quede bien claro envuestros odos, ya que las dos palabras que conforman esta expresin, tantas vecesmal utilizada, no lo niego, son, en el caso que nos concierne, enteramente ciertas y

    responden, puestas en mi boca, a su ms prstino significado. Aunque, segn misindagaciones etimolgicas, compaero significara aquel que come del mismopan, y este sentido estricto solamente se podra dar en el caso particular de Silverioque, como bien sabis todos, es un glotn considerable y cuando coincidimos enalguna comida, oficial o no, acaba enseguida con el pan que a l le ponen y cogesiempre del que a m me queda Pero, volviendo a lo que estbamos, a todos se nosalcanza que al uso que se hace de esta palabra acab por drsele un sentido msamplio e incluso ms ntimo, que es el que yo quiero destacar ahora Dejad, pues,

    que repita, con mi ms afinada garganta: queridos compaerosGuard silencio Fermn y todos los ojos estaban puestos en los suyos. Se

    prolongaba el silencio y la expectacin aumentaba. El hombre carraspe suavementey, por fin, dijo:

    Es que ya no s de qu estbamos hablandoHubo risas, bromas e incluso alguna hiriente indirecta por parte de Silverio, algo

    mosqueado por la referencia a su comportamiento en la mesa, hasta que Reboredas,procurando templar la situacin, habl, imponindose a los dems:

    Te recordaremos el tema del que estbamos hablando si prometes formalmentedecir lo que tengas que decir sin enrollarte demasiado

    Fermn haba levantado la barbilla en un ademn de dignidad ofendida.Ahora no me importa lo que t puedas decirme, porque me acuerdo

    perfectamente de qu iba la cosa. Y si pensis que me enrollo cuando lo que pretendoes hablar con propiedad y, de paso, mejorar vuestra cultura, entonces lo mejor quepuedo hacer es callarme Aun teniendo, como tengo, una estupenda idea

    Aquello de la estupenda idea hizo que se templasen los nimos, un pocoalterados, de los otros cuatro y que se deshiciesen en disculpas y buenas palabrashasta convencer a Fermn, por la cuenta que les traa, de que siguiese hablando, cosa

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    que, por otra parte y conociendo al sujeto, no le resultaba especialmente difcil.Muy bien, accedo a vuestras demandas gracias a mi benevolencia natural y por

    el sentido de compaerismo al que haca referencia hace un momento Por ciertoque no s si os he dicho que compaero, etimolgicamente, quiere decir

    El que come del mismo pan!

    Y fue un solo grito, aunque haba surgido de cuatro gargantas diferentes.S seor, justamente eso. Como veo que atendis a lo que se os dice, aunque

    sea de mala gana, os voy a explicar la idea que se me ha ocurrido referida al caso quetan ocupados nos tiene de un tiempo a esta parte. Hay que empezar analizando enprofundidad lo que sabemos del asunto, y para eso pregunto yo: Qu es lo quesabemos? Callad todos porque voy a ser yo tambin quien responda: Nada!

    Dej Fermn de hablar un instante, cosa muy rara en l, y nadie se atrevi aromper el silencio.

    Nada, como quien dice sigui. Sabemos que un colega nuestro, queencima es novato, est vigilando a dos vecinos de esta ciudad, convencido de queocultan algo poco claro en su proceder. Sabemos tambin, por lo menos nosotroscuatro, que este colega debe tener algo de razn en sus recelos, aunque,paradjicamente, nosotros llevamos mucho ms tiempo conviviendo con esos dosciudadanos y nunca se nos haba ocurrido desconfiar de ellos. Asimismo podramospensar, y eso es lo que hacemos, que las intrigas de Nicomedes Lourido Cantarelo,natural y vecino de esta ciudad, de 39 aos de edad e hijo de Amador y Felisa, y las

    de Juan Rede Mills, de igual edad y naturaleza, hijo de Ramiro e Isolina (comopodis ver, estuve revisando sus fichas policiales), llegaran a remontarse a ambientesdelictivos de una importancia jams imaginada por nosotros. Sabemos muy bien quese habla de espionajes internacionales, blanqueo de dinero de muy dudosaprocedencia y a muy complejos niveles, venta de centrocampistas y carrilerosprocedentes de equipos de ftbol de los que nadie ha odo hablar todava e, incluso(esto, por su enorme alcance social, es algo que no se puede decir a nadie y debequedar entre nosotros como si fusemos todos mudos y sordos), de su importantsimaparticipacin en alguna organizacin de ayuda a chicos y chicas para los exmenes dela tercera evaluacin en algunos colegios de distintos pases, lo que hace que, en vezde aprobar solamente aquellos que siempre aprueban, baje considerablemente eso quellaman fracaso escolar y haya mucha ms gente contenta cuando se acaba el cursoY muchos menos padres que puedan pasear su orgullo delante de otros padres ymadres, con intencin de humillarlos porque estn convencidos de que los triunfos delos chicos son siempre debidos a la capacidad de sus padres y no a los mritos o losesfuerzos de los hijos. Esto, y tal vez alguna otra cosa ms, es lo que se puede or porah en lo que concierne a la vida oculta de esos dos, pero, con absoluta certeza, ques lo que sabemos realmente?Rien de rien, que dicen los franceses.

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    Reboredas, que haca todo lo que poda por atender a cuanto el otro deca, estabaun tanto confuso.

    Caramba! No saba yo que hasta en Francia tambin estuviesen ocupados en elasunto este de Juan y Ni

    Fermn, no sin cierto orgullo, sonri antes de seguir:

    No quisiera decir tanto, aunque nada puedo asegurar con certeza. AmigoReboredas, deberas saber que cuando los franceses dicen rien de rien, o tambin riendu tout, que ellos son gente muy mirada en lo que a su lengua concierne, es como sinosotros dijsemos nada de nada. Comprended que lo que yo pretenda era dejarclaro, aunque es cierto que con algn adorno cultural, que de este asunto no hay nadaque sepamos con seguridad, todo son habladuras y chismorreos que escuchamos enun sitio o en otro. Y esto nos lleva derechos a otra importantsima pregunta

    Que tambin tendr respuesta en francs, como si lo viese apunt Snchez,

    que no era muy aficionado a los idiomas.Fermn puso cara de maestro disculpador de ignorancias y seal con el dedo

    hacia su compaero.No te lo puedo decir, amigo, porque slo hay una persona que pueda responder

    a esa pregunta, y esa persona no soy yo, ni tampoco t Esa persona no es otra quenuestro colega Vctor, y no s el idioma que l utilizar para contestar a esa clase decosas. La pregunta, meditemos todos sobre ella, es: Qu es lo que l sabe de estecaso y nosotros no sabemos todava? Ah, queridos compaeros! That is thequestion

    Golpe Snchez con la mano abierta sobre la mesa antes de gritar:Qu os deca! Otra vez con el dichoso francs.Martnez levant el brazo para hacer callar las risas que se haban producido y los

    dems obedecieron de buena gana, aunque no fuera ms que por escuchar lo que tenaque decir el ms prudente y callado de todos ellos.

    Amigo Snchez, perdona que te corrija, pero la frase con que Fermn haacabado su intervencin no est dicha en francs, sino en ingls Y no tengo nadams que aadir, de momento.

    Snchez se puso colorado, pero fue capaz de sobrellevar su vergenza con ciertadignidad.

    Disculpad mi ignorancia y, ya que sois todos tan listos, dadme, por favor, unarespuesta comprensible a la pregunta que Fermn nos ha hecho. Y si eso no esposible, convencedlo para que hable menos y podamos saber de una vez en quconsiste esa magnfica idea que, ya hace un montn de tiempo, ha dicho que tena.

    Les pareci, a casi todos, muy sensato aquel razonamiento y aumentaron laspresiones sobre Fermn para que fuese directo al grano.

    Muy bien, os dir, entonces, lo que en mi opinin debemos hacer Aunque,

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    recordando las palabras en ingls a las que antes he hecho alusin, tengo yo unainteresante teora para justificar la naturaleza dubitativa del seor Hamlet que tal vezos interese escuchar, puesto que parte de un sentimiento de culpabilidad que tambinse puede dar en cierto tipo de delincuentes

    Las sonoras protestas que escuch le hicieron comprender que los otros no tenan

    ningn inters en el tema, de manera que regres, dcil, al rebao del que habavuelto a escaparse.

    Calmaos, por favor. Cuando encontremos una oportunidad mejor, aprovecharpara Ahora vamos a nuestro caso. Nosotros no sabemos prcticamente nada sobreel asunto que nos ocupa, verdad?

    Acuerdo unnime.Tampoco sabemos nada de lo que Vctor sabe Ni le podemos preguntar a l,

    ya que no querra decrnoslo y, por el contrario, descubrira las intenciones que

    nosotros abrigamos, lo cual, creo yo, no nos conviene demasiado, verdad?Nuevo acuerdo.Muy bien, veamos, pues, las posibilidades que a nosotros nos quedan. Primera

    posibilidad: lo abandonamos todo y dejamos el caso en manos de nuestro compaeroel novato

    Protestas de desacuerdo.Entendido. Segunda posibilidad: seguimos como hasta ahora, marchando tras l

    y sin tomar nosotros la iniciativa

    Ms muestras de desacuerdo.Entonces habr que cambiar de actitud, y por esta va circula mi propuesta.

    Veamos: nosotros sabemos que vamos detrs de Vitn en lo que respecta a laresolucin de este caso pero, y ahora pregunto, quin ms lo sabe? Aqu respondoyo tambin: Nadie. Pues muy bien, he aqu nuestra ventaja. Por qu no hacemoscreer, en especial a nuestros superiores, que hemos sido nosotros los primeros endesconfiar de esos dos y tambin los que, antes que nadie, los hemos sometido avigilancia para descubrir sus actividades delictivas? Con una cierta interferencia, esos, del novato Vitn, que no ha hecho ms que seguir nuestras huellas S muy bienque esto no es del todo cierto, pero les affaires sont les affaires

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    YMIENTRAS estas, y tal vez otras, conspiraciones se daban en su contra, Juan yNicomedes seguan con su vida habitual, aun a sabiendas de la persecucin a la queestaban siendo sometidos. Tambin es cierto que Vitn, convencido de la inutilidad desus disfraces y disimulos, no tena ya ningn reparo en ser visto por los dos amigos y,adems, no eran pocas las veces en que se acercaba a ellos y daban un paseo o

    tomaban un caf los tres juntos aprovechando para rerse un poco de aquellos de susperseguidores a los que aquel da les tocaba vigilancia.

    Fueron, poco a poco, tomando confianza y conocindose mejor, lo que dio a Vitnla oportunidad de comprobar que aquellos dos curiosos individuos no eran, as aprimera vista, nada maliciosos y contaban sin reparo lo que hiciese falta paracontestar a las preguntas que se les hacan, y que eso era algo que tambin obligaba acomportarse honradamente con ellos. Por eso cuando un da, mientras tomaban caf,Ni, poniendo cara de momento transcendental, dijo:

    Amigo Vitn, ahora que ya nos tuteamos y que, dira yo, ha nacido entrenosotros una nueva amistad, puedo hacerte una pregunta un tanto incmoda?

    El polica no dud en responder:Pregunta lo que quieras, querido Ni, que estoy dispuesto a no disimular nada ni

    a decir mentiras, aunque slo sea por tomar ejemplo de vuestro comportamientoconmigo.

    Te lo agradezco mucho Mejor dicho, los dos te lo agradecemos mucho, ya losabes. He aqu la pregunta, precedida de una pequea observacin. Si quieres que te

    diga la verdad, nosotros nunca cremos que hablases en serio cuando dijiste que nosestabas vigilando por eso de las prcticas policiales, y, si no nos equivocamos en eso,que yo creo que no, cul es, entonces, la verdadera razn que tienes paraperseguirnos?

    No consigui Vitn evitar sonrojarse, a pesar de que le daba apuro su involuntariavergenza por temor a que los otros desconfiasen de sus buenas intenciones. Sedecidi y les confes toda la verdad desde el momento mismo de su llegada a laciudad: la curiosidad que ellos le haban provocado; las, hasta cierto punto lgicas,

    desconfianzas que se haban despertado en l; las ambiciones de progreso que lehaban movido; las pesquisas que haba llevado a cabo y las conversaciones que habatenido con diferentes personas y, en especial, con el hombre aquel que le haba

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    contado lo de los juguetes Les habl tambin de las cosas que l se habaimaginado y de lo que otros decan, de cmo la bola de nieve de la maledicenciahaba ido creciendo hasta llegar a implicarlos en delitos internacionales y cosas desas.

    No se call nada Vitn y eso le hizo sentirse satisfecho y contento despus de su

    confesin, aunque no comprendiese muy bien por qu los otros dos se mondaban derisa.

    No creo que la cosa tenga tanta gracia Quisiera que hicieseis lo posible porperdonarme y olvidar la mucha culpa que yo tengo en todo este lo, pero debiscomprender que no os he hecho mucho bien, incluso dira que este lo puede resultarpeligroso para vosotros aunque seis totalmente inocentes A qu viene esta risa?

    Juan mova su corpachn al ritmo que le obligaban las carcajadas y tenadificultades para contestar:

    Hombre, ya lo creo Ya me dirs si no hay razn suficiente para sentirse felizdescubriendo as, de repente, esta fama nuestra y encima una internacionalidad quede buena gana querran para s muchos conocidos jugadores de ftbol

    Ahora comienzo a comprender algunas cosas que me haban llamado laatencin en estos ltimos tiempos, y tambin por qu andan todos esos detrs denosotros dijo Ni, enjugndose las lgrimas con que la risa haba inundado susojos. Amigo Vitn, est visto que hay gente que pretende aprovecharse de tuesfuerzo.

    El polica, que ya estaba tambin a punto de rerse contagiado por los otros,cambi de actitud para preguntar:

    Qu quieres decir?Nicomedes y Juan cesaron en sus risas, se sonaron a do la nariz con grandes

    pauelos de rayas, se esforzaron por aparecer serios y Ni prosigui, con su voz debajo:

    El caso, querido amigo, es de lo ms comprensible. Veamos: t te dedicas avigilarnos porque quieres descubrir esos tericos enormes e internacionales delitosque crees que estamos cometiendo. Como es lgico, por lo menos al inicio de lasindagaciones, hiciste algn comentario sobre el tema ante tus compaeros y stos, alprincipio, no te hicieron mucho caso. Dime si me equivoco.

    No, eso que dices es cierto, ms o menosMuy bien, pero el caso es que, viendo tu insistencia, ha habido quien ha llegado

    a creerse que tal vez t tenas algo de razn y ha querido participar, en la mayormedida posible, del xito al que fueras a llevar la investigacin, y ha pensado quepara ello bastaba con tenerte controlado a ti y adelantrsete justo en el momentooportuno. Debes comprender que sta es una ciudad pequea donde las cosas quepasan no son importantes y las posibilidades de alcanzar honores y reconocimientos

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    son ms bien escasas. Hasta ahora todo marchaba con normalidad y tus compaeroshacan su trabajo, del que no haba razn para quejarse, dentro de las costumbresnormales del lugar, pero t has empezado a avivarles, por lo menos a algunos deellos, las ambiciones e incluso los deseos de aventura que ya casi tenan olvidados

    Pero eso no es justo. Yo he sacrificado mis horas de ocio, mi dinero e incluso

    mi fama por algo que consideraba importante, y ellos no tienen derecho aaprovecharse as de m

    Estaba claro que el desconsuelo de Vitn era sincero y eso abland, todava ms,los sentimientos de los dos amigos, que ya haca tiempo estaban dispuestos aayudarlo en lo que fuese. Puso Ni su mano menuda en el hombro del polica ysentenci muy serio:

    As es como somos los hombres, compaero T todava eres joven y haycosas que no comprendes. Algo parecido a lo que ahora te pasa a ti, me ocurri a m

    hace tiempo. Y tambin a Juan. El caso es que tomamos la decisin de llevarlo por lasbuenas y mal que bien, en eso estamos.

    Tambin es verdad que yo soy egosta y esto me puede servir de escarmientoPero lo peor no ha llegado todava Ya veris, ahora, cuando se sepa que todocuanto yo estaba elucubrando sobre vuestras actividades no eran ms que tonterasmas, voy a convertirme en el hazmerrer de todo el mundo, y ellos harn lo posiblepor ponerme en ridculo dondequiera que est, sobre todo los que nos vigilan, quetambin se habrn sentido burlados y querrn cobrarse conmigo su vergenza No

    s qu hacer.Pues habr que echarte una mano, para eso estn los amigos. Vamos a darnos

    un paseo por la orilla del ro, que nosotros hemos podido comprobar que cierto gradode humedad ayuda a mejorar nuestras ideas.

    Y salieron del caf para marchar los tres, caminando despacio, hacia el paseo dela vega y por all anduvieron, arriba y abajo, controlados todo el tiempo por Silverio ypor Snchez, a quienes haba tocado la guardia de aquella tarde.

    Los dos acechadores los vean hablar e incluso, a veces, rerse entre ellos, pero,como no se atrevan a acercarse mucho por temor a que los descubriesen los pobresan no se haban enterado de lo muy vistos que ya estaban, no podan or ni unasola palabra de lo que ellos decan.

    Como nosotros no tenemos ese problema podemos saber que estaban tramandoun plan para liberar a Vitn, si no de la presente vergenza, s de las futuras burlas.Era Ni, como casi siempre, el que llevaba la voz cantante:

    Estoy seguro de que, de alguna manera, ellos intentarn saber cunto avanzasen las pesquisas, y no dejarn de mirar aquellos de tus papeles que queden ms a lavista

    No creo que puedan enterarse de nada porque yo lo apunto todo en este

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    cuaderno, que viene siempre conmigo, y en este plano de la ciudad, que tampoco dejonunca a la vista

    Muy bien. A partir de maana tendrs que cambiar un poco de actitud y dejar,al menos por una vez, olvidado el plano sobre tu mesa de trabajo, para que ellostengan ocasin de echarle un vistazo cuando no ests delante

    No s para qu No hay en l nada ms que rayas y cruces de distintoscolores

    Mejor as. El da que nos interese, y que, si nos ponemos de acuerdo, ser elprximo jueves, aparecer algo escrito en ese plano que s que podrn entender. seser nuestro cebo Ahora hablemos del lugar ms apropiado para llevar adelante elplan. En mi opinin la plaza vieja, que ahora llaman de As Caladias, es un buen sitiosi, como ya he querido indicar antes, lo organizamos para el viernes. Ese da haymercado y all llegan, por la maana temprano, muchas personas que vienen de fuera

    a vender sus productos, se compran y venden infinidad de cosas por gentes de todaclase Nosotros tenemos bastantes amigos entre ellos y no habr problema para darcon alguien que nos quiera ayudar.

    Estoy de acuerdo contigo dijo Juan. se es un buen sitio y tenemos eltiempo suficiente para avisar a quien queramos. Estaremos los tres all, tempranito,para que todos los dems nos vean, pero no iremos juntos. T, Vitn, hars como sinos estuvieses vigilando y te quedars medio escondido detrs de alguna esquina.Que tus compaeros sepan que ests y crean que nosotros no sabemos nada.

    En el momento oportuno nosotros desaparecemos y ya slo nos quedar esperarlos resultados de la trama.

    El pobre Vctor estaba ya bastante asombrado, giraba su cara arriba a la izquierday abajo a la derecha, para poder mirar a Juan y a Ni e intentar comprender algo de loque stos decan.

    Yo no entiendo nadaAhora te lo explicamos, no te apures.Adems, decs que vamos a desaparecer en el momento oportuno y, ahora que

    lo pienso, muchas veces, cuando os estaba vigilando, hacais eso Os vea delantede m, como mucho a treinta o cuarenta metros y, cuando ms confiado me senta,zas!, ya no estabais. Cmo puede hacerse algo semejante y no ser un poco brujo?Quiero que me aclaris esto antes de seguir adelante con ese plan del que, por cierto,tampoco entiendo nada

    Los dos amigos rean ruidosamente, sin cortarse lo ms mnimo a pesar de quesaban que todo el mundo los miraba divertido. Snchez daba codazos en las costillasde Silverio, diciendo:

    Los has visto? Qu bien se lo pasan. Y t y yo aqu, a verlas venir Slo faltaque se estn riendo de nosotros

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    Cierra el pico, que te va a or alguien! Sern cosas suyas T deja que sediviertan. Nosotros a lo nuestro, que ya veremos quin re mejor cuando les echemosel guante

    A Vitn tampoco le haca mucha gracia la alegra que los otros dos demostraban yempezaban a colorersele las mejillas. Juan apoy la enorme mano sobre su hombro

    y le habl cariosamente:No nos remos de ti, amigo, puedes creerme. Lo que pasa es que este juego de

    las desapariciones no deja de tener cierta comicidad, como bien podrs comprender.No hay truco mgico ni misterios raros, la cosa es mucho ms fcil de lo que parece.Explcaselo t, Nicomedes, que lo sabes hacer mejor que yo

    Es muy sencillo, pero se necesita un adiestramiento que t todava no tienes, ypor eso, el viernes, cuando sea el momento de llevarlo a cabo, y si fuese preciso, quetal vez no necesitemos de ello, nosotros estaremos a tu lado y te ayudaremos Juan

    y yo comenzamos a practicar este juego para matar el tiempo y, de paso, dar quehablar a alguna gente. Escucha bien lo que te voy a decir y despus procura practicaren cualquier ocasin que se te presente, no para esconderte de nadie, de momento,sino para irle cogiendo el tranquillo a la cosa.

    Lo que no se puede hacer, y t lo sabes muy bien, es desaparecer tragado por latierra o pasar a travs de las paredes Te digo esto para que entiendas que la nicamanera de que parezca que has desaparecido es escapndote en el instante justo en elque aquel de quien quieres huir est descuidado Pero sin que l tenga conciencia de

    que lo est. Vamos a ver si me explico mejor poniendo un ejemplo: si t me estsvigilando y aparece, pongamos por caso, en el balcn alto de cualquier casa de lacalle una seora gritando para que alguien llame a los bomberos, porque su hijopequeo ha cerrado por dentro la puerta que lleva al interior y ella no puede entrar sino es rompiendo los cristales, o algo semejante, tu reaccin, naturalmente, ser la deatender a la mujer y buscar ayuda. Si, despus de haber resuelto el problema, ves queyo ya no estoy donde antes estaba, no encontrars nada raro en eso porque sabes quehe debido de marcharme mie