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Doshechosaparentementeinconexos(unsangrientotiroteoduranteelcobrodeunrescateyelsuicidiodeunancianaenunbosque)acabanintroduciendoalprotagonistadeElpoderde las tinieblas, Charlie Bird Parker, ex policía convertido en detective privado, en elsubmundodelamafiaitaliana,enelsiniestropasadodelosbosquesdeMainey,sobretodo,enlavidacasifantasmaldeunvillanocuyonombrecausaescalofríos:CalebKyle.

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JohnConnolly

ElpoderdelastinieblasCharlieParker2

ePUBr1.4epubdroid11.06.15

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Títulooriginal:DarkHollowJohnConnolly,2000Traducción:CarlosMillaSolerRetoquedeportada:RednaG.

Editordigital:epubdroidePubbaser1.0

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Paramipadre

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PrimeraParte

Sola,sola,enuntemiblebosquedemaldadconscientecorreunahumanidadperdida,

temiendoencontrarasupadre.

W.H.Auden,FortheTimeBeing

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Prólogo

ElDodge Intrepid sehallababajounosabetosencaradoalmar, las lucesapagadasy la llaveenelcontactoparamantenerencendida lacalefacción.Tanal surnohabíanevado,aúnno,peroseveíaescarchaenelsuelo.ElúnicosonidoqueperturbabalaquietudenaquellanocheinvernaldeMaineeraelrumordelasolasquerompíanenFerryBeach.Cercadelaorillasemecíaunmalecónflotanteconaltaspilasderedeslangosteras.Traselcobertizodemaderarojahabíacuatrobotestapadosconlonas,yuncatamaránamarradoacortadistanciadelarampadeaccesoalasembarcaciones.Porlodemás,elaparcamientoestabavacío.

La puerta del acompañante se abrió y Chester Nash subió apresuradamente al coche. Lecastañeteabanlosdienteseibaarrebujadoensulargoabrigomarrón.Chestereraunhombrepequeñoy fibroso, conunbigote enmedialunaque se extendíamás allá de las comisurasde los labios.Élconsiderabaqueelbigote ledabaunaspectodistinguido;peroenopiniónde losdemás ledabaunaspectofúnebre,ydeahísuapodo:Chester«elAlegre».SialgosacabadesuscasillasaChesterNash,eraquelagentelollamaseChesterelAlegre.Enunaocasión,aPaulieBlocklemetióenlabocaelcañóndelapistolaporllamarloasí.PaulieBlockestuvoapuntodearrancarleelbrazoporeso,sibien,comoleexplicóaChesterelAlegremientrasloabofeteabaconsusmanostangrandescomopalas, comprendía la razónpor la queChester había actuadode talmodo.Pero, sencillamente, lasrazonesnoerandisculpaparatodo.

—Esperoquetehayaslavadolasmanos—dijoPaulieBlock,sentadotraselvolantedelDodgeypreguntándose quizá por qué Chester no había podido aliviarse antes como cualquier personanormal,enlugardeinsistirenmearalpiedeunárbolenmediodelbosquecercadelaorilladejandoescapartodoelcalordelcochealbajarsedeél.

—Tío,hacefrío—dijoChester—.Enlaputavidahabíaestadoenunsitiotanfríocomoéste.Ahífueracasisemecongelaelaparato.Sihicieseunpocomásdefrío,habríameadocubitos.

PaulieBlockdiounalargacaladaalcigarrilloyobservóelascuamientrasbrillababrevementehasta quedar reducida a ceniza. Paulie Block, o «Tarugo», como su apellido muy bien indicaba,medía un metro noventa, pesaba ciento veinticinco kilos y tenía la cara igual que si la hubiesenutilizadopara empujar trenes.Con su solapresencia, dentrodel cocheparecía faltar espacio.Bienmirado,hastaenelGiantsStadiumpareceríafaltarespaciosiPaulieBlocksepresentaraenél.

Chester echó una ojeada al reloj digital del salpicadero, cuyos números verdes parecíansuspendidosenlaoscuridad.

—Llegantarde—comentó.—Vendrán—afirmóPaulie—.Vendrán.Volvióasucigarrilloyfijólavistaenelmar.Probablementemirabadespreocupado.Noseveía

nada, aparte de la negrura y las luces de Old Orchard Beach más allá. Junto a él, Chester Nash

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comenzóajugarconunaGameBoy.Fuera el viento soplaba y las olas lamían rítmicamente la playa; el sonido de sus voces se

propagabasobreelterrenoheladohastadondelosotrosobservabanyescuchaban.—…ElSujetoDoshavueltoalvehículo.Tío,hacefrío—dijoDaleNutley,agenteespecialdel

FBI, repitiendodemanera inconsciente laspalabrasqueacababadeoírpronunciaraChesterNash.Teníaalladounmicrófonoparabólicosituadocercadeunapequeñagrietaenlapareddelcobertizo.Junto a éste, ronroneaba suavemente una grabadora Nagra activada por voz y una cámara de luzresidualBadgerMkIIpermanecíaatentaalDodge.

Nutleyllevabadosparesdecalcetines,calzoncilloslargos,pantalónvaquero,camiseta,camisadealgodón, suéter de lana, una cazadora de esquiador Lowe, guantes térmicos y una gorra gris dealpacacondospequeñasorejerasquecaíansobre losauricularesy leprotegían losoídosdel frío.Sentadojuntoaélenuntaburetealto,elagenteespecialRobBriscoepensabaque,conesagorradealpaca,Nutleyparecíaunpastordellamas,oelcantantedelgrupoSpinDoctors.Encualquiercaso,Nutleyparecía unpayaso con sugorra de alpacay aquellas absurdas orejeras para protegerse losoídosdelfrío.ElagenteBriscoe,queteníalasorejasheladas,deseabaesagorradealpaca.Sielfríoarreciabamás aún, siempre podíamatar a su compañero Nutley y quitarle la gorra de su cabezamuerta.

El cobertizo se encontraba a la derecha del aparcamiento de Ferry Beach y permitía a susocupantesverconclaridadelDodge.Detrás,uncaminoprivadodiscurríaalolargodelaorillahaciauna de las casas de veraneo de Prouts Neck. Ferry Road, una tortuosa carretera, comunicaba elaparcamientoconBlackPointRoad,yésta,asuvez,llevabahastaOakHillyPortlandendirecciónnorte y hasta Black Point en dirección sur. Hacía apenas dos horas habían aplicado una capa depinturareflectantealasventanasdelcobertizoafindeimpedirquealguienviesealosagentesdesdefuera.YcuandoChesterNashintentóescudriñarelinteriorporlaventanaytanteóloscerrojosdelaspuertasantesdeapresurarsearegresaralDodge,seprodujeronunosinstantesdetensión.

Pordesgracia,elcobertizono teníacalefacción,osi la tenía,nofuncionaba,yelFBInohabíaconsiderado oportuno proporcionar un calefactor a los dos agentes. En consecuencia, Nutley yBriscoe no habían pasado tanto frío en su vida. Al tocarlos, los tablones desnudos del cobertizoestabangélidos.

—¿Cuántotiempollevamosaquí?—preguntóNutley.—Doshoras—contestóBriscoe.—¿Tienesfrío?—Pero¿quéestupidecesdices?Estoycubiertodeescarcha.Claroqueestoymuertodefrío,joder.—¿Porquénotehastraídounagorra?—preguntóNutley—.¿Esquenosabesquelamayorparte

delcalorcorporalsepierdeporloaltodelacabeza?Tendríasquehabertetraídounagorra.Poresoestáshelado.Tendríasquehabertetraídounagorra.

—¿Sabesunacosa,Nutley?—dijoBriscoe.—¿Qué?—Teodio.A sus espaldas, la grabadora activada por voz ronroneaba suavemente, registrando la

conversación de los dos agentes a través de los micrófonos prendidos a sus cazadoras. Debía

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grabarsetodo,ésaeralanormaenaquellaoperación:todo.YsiesoincluíaelodiodeBriscoehaciaNutleyporlagorradealpaca,puesquesegrabase.

El guarda de seguridad,Oliver Judd, la oyó antes de verla: arrastraba los pies con un sonidosordoporelsueloenmoquetadoyhablabasolaensusurrosmientrasandaba.Apesarsuyo,Juddselevantóensuhabitáculoyseapartódel televisorydelcalefactorque le lanzabaunchorrodeairecaliente a los dedos de los pies. Fuera reinaba una quietud que augurabamás nieve.Almenos nosoplabaelviento,yesoyaeraalgo.Eltiempoprontoempeoraría—comosiempreendiciembre—,peroallí,tanalnorte,empeorabaantesqueencualquierotraparte.VivirenlazonanortedeMaineavecesnoteníamalditalagracia.

Sedirigióaellarápidamente.—¡Eh,señora,señora!¿Quéhacelevantadadelacama?Vaapillarunapulmoníademuerte.La anciana se sobresaltó al oír la última palabra ymiró a Judd por primera vez. Era flaca y

menuda pero conservaba un porte erguido, cosa que le confería un aspecto imponente entre laspersonasrecluidasenlaresidenciadeancianosSantaMarta.Judddudabaquefuesetanmayorcomoalgunosdelosotrosresidentes,deedadtanprovectaquehabíanllegadoagorreartabacoapersonasquemurieronenlaprimeraguerramundial.Ella,encambio,rondabalossesentacomomucho.Judddedujoque,sinoeravieja,probablementeestabaenferma,locualsignificaba,hablandoenplata,queestabaloca,chifladacomounaregadera.Elcabellogrislecaíaporencimadeloshombroscasihastalacintura.Teníalosojosdeunvivocolorazulymirabahacialalejanía,másalládeJudd.Llevabaunasbotasdecolormarrónconcordones,uncamisón,unabufandarojayunabrigolargoazulqueibaabotonándosealandar.

—Mevoy—contestó.Hablóenvozbajaperocontotaldeterminación,comosinohubiesenadadeextrañoenqueunamujerdesesentaañospretendieramarcharsedeunaresidenciaparalaterceraedad en el norte deMaine sinmás ropaqueun camisónyun abrigobaratounanoche enque lospartes meteorológicos pronosticaban más nieve, que se sumaría a la capa helada de quincecentímetros ya acumulada. Judd no se explicaba cómo aquella mujer había conseguido pasarinadvertida ante el puesto de enfermeras, y menos aún llegar casi hasta la puerta principal de laresidencia.Algunosdeaquellosviejoseranlistoscomozorros,pensóJudd.Encuantoselesdabaunmomentolaespaldadesaparecían,caminodelasmontañasodesuantiguacasaoparacasarseconunamantequehabíamuertohacíatreintaaños.

—Yasabequenopuedemarcharse—dijoJudd—.Vamos,vuélvasealacama.Voyallamaraunaenfermera,asíquequédeseahíyenseguidavendráalguienaocuparsedeusted.

ElladejódeabrocharseelabrigoymiródenuevoaOliverJudd.EnesemomentoJuddpercibióporprimeravezquelamujerestabaaterrada:teníaunmiedoauténticoycervalporsuvida.Juddlosupoaunquenohabríapodidodecirporqué,excepto,quizá,porquealgúnprimitivosextosentidosehabíaactivadoenélalacercarselamujer.Ensusojosdesorbitadosseadvertíaunamiradasuplicanteylasmanosletemblabanahoraqueyanolasteníaocupadasconlosbotones.EstabatanasustadaqueelpropioJuddempezóaexperimentarciertonerviosismo.Deprontolaancianahabló.

—Viene—dijo.

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—¿Quiénviene?—preguntóJudd.—Caleb.CalebKyle.Lamujer tenía unamirada casi hipnótica, la voz trémula a causa del terror. Judd negó con la

cabezaylaagarródelbrazo.—Vamos —dijo, y la llevó hacia una silla de vinilo junto a su habitáculo—. Siéntese aquí

mientrasavisoalaenfermera.¿QuiéndemonioseraCalebKyle?Elnombrelesonaba,peronoacababadeidentificarlo.Estabamarcando el número del puesto de enfermeras cuando oyó un ruido a sus espaldas.Al

volverse,vioalaancianacasiencimadeélconlosojosentornadosenungestodeconcentración,loslabios apretados.Tenía lasmanos en alto; Judd alzó la vista paraver qué sosteníay, justo cuandoechabaelrostrohaciaatrás,vioelpesadojarróndecristalcaersobreél.

Deprontosehizolaoscuridad.

—Noveounamierda—dijoChesterNashelAlegre.LasventanasdelcochesehabíanempañadoyesoleproducíaunaincómodasensacióndeclaustrofobiaqueladescomunalmoledePaulieBlockno contribuía a aliviar precisamente, como él mismo se había encargado de comentarle a sucompañerodemanerainequívoca.

Paulielimpiólaventanillalateralconlamanga.Alolejos,loshacesdeunosfarosbarrieronelcielo.

—Calla—dijo—.Yavienen.NutleyyBriscoetambiénhabíanvistolosfarosminutosdespuésdequelaradiolesinformarade

queuncochecirculabaporOldCountyRoadendirecciónaFerryBeach.—¿Creesquesonellos?—preguntóNutley.—Es posible—contestó Briscoe, y se sacudió de la cazadora la escarcha que la cubría en el

momentoenqueelFordTaurussalíadeFerryRoadysedeteníajuntoalDodge.Por los auriculares, los agentes oyeron aPaulieBlockpreguntar aChester elAlegre si estaba

listoparaarmarbulla.Enrespuestasólooyeronunchasquido.Briscoenotuvolatotalcerteza,peropensóquesetratabadelsegurodeunarmaalretirarlo.

EnlaresidenciadeancianosSantaMartaunaenfermeraaplicóunacompresafríaaOliverJuddenlanuca.Ressler,elsargentollegadodeDarkHollow,estabadepiejuntoaunpolicíadelareserva,yésteaúnsereíaquedamente.EnloslabiosdeResslerseadvertíaunleverastrodesonrisa.EnotrorincónsehallabaDaveMartel,eljefedepolicíadeGreenville,localidadsituadaaochokilómetrosalsurdeDarkHollow,yalladodeésteunodelosguardabosquesdelDepartamentodeFaunayPescadelpueblo.

Enrigor,SantaMartapertenecíaalajurisdiccióndeDarkHollow,elúltimopuebloantesdelosgrandesbosquesindustrialesqueseextendíanhastaCanadá.Peroaunasí,Martelhabíarecibidoavisodel asunto de la anciana y se había acercado para ofrecer ayuda en la operación de búsqueda.NosentíalamenorsimpatíaporRessler,perolasimpatíanoteníanadaqueverconcualquiermedidaquehubiesequetomar.

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Martel,unhombresagaz, reservado,yel tercer jefedepolicíadesde la fundacióndelpequeñodepartamento de policía del pueblo, no le veía lamenor gracia a lo ocurrido. Si no encontrabanprontoaaquellamujer,moriría.Noserequeríantemperaturasmuybajasparaacabarconlavidadeunaanciana,yesanocheelclimaeraextremo.

OliverJudd,quesiemprehabíadeseadoserpolicíaperoerademasiadobajo,demasiadoobesoydemasiadoestúpidoparaseradmitido,sabíaquelosagentesdeDarkHollowsereíandeél.Supusoque estaban en su derecho. Al fin y al cabo, ¿a qué clase de guarda de seguridad deja fuera decombate una anciana?Para colmo, una anciana que en esosmomentos llevaba encima laSmith&Wesson625nuevadeOliverJudd.

El equipo de búsqueda se preparó para salir con el doctor Martin Ryley, el director de laresidencia,alfrente.Ryleyllevabaunaparkaconcapuchabiencerrada,guantesybotasdeagua.Enunamano cargaba un botiquín de urgencias, en la otra una linterna enorme. A los pies tenía unamochilaconropadeabrigo,mantasytermosconcaldo.

—Nonoslahemoscruzadodecamino,asíquevaacampotraviesa—oyódecirJuddaalguien.ParecíalavozdeWillPatterson,elguardabosque,cuyaesposaerapropietariadeunsupermercadoenGuilfordyteníaelculojugosocomounmelocotón.

—Todoesterrenodifícil—comentóRyley—.AlsurestáBeaverCove,peroeljefeMartelnolahavistoporallíalpasar.Aloesteestáellago.Dalaimpresióndequeandasinrumboporelbosque.

SeoyóelzumbidodelaradiodePatterson,yéstesepusodeespaldasparahablar,perovolvióadarselavueltaenseguida.

—Lahalocalizadounavión.Estáaunostreskilómetrosalnordestedeaquí,adentrándosecadavezmásenelbosque.

LosdospolicíasdeDarkHollow—unodeellosconlamochilallenaderopaymantasalhombro— y el guardabosque, acompañados por Ryley y una enfermera, se pusieron en marcha. El jefeMartelmiróaJuddyseencogiódehombros.Resslernoqueríasuayuda,yMartelnoteníaintencióndemeterlasnaricesdondenoloquerían,peroalbergabaunmalpresentimientoconrespectoaloqueestaba ocurriendo, un pésimo presentimiento. Mientras observaba al grupo de cinco personasadentrarseentrelosárboles,empezaronacaerlosprimeroscoposdenieve.

—HoChiMinh—dijoChesterelAlegre—.PolPot.Lichi.Loscuatrocamboyanos lomiraroncon frialdad.Llevabanabrigosazulesde lana idénticos, trajeazulconcorbataoscurayguantesdepiel negros.Tres eran jóvenes, deunosveinticincooveintiséis años, calculóPaulie.El cuarto eramayor, conmechones grises en el pelo lustroso y peinado hacia atrás. Usaba gafas y fumaba uncigarrillosinfiltro.Enlamanoizquierdasosteníaunmaletínnegrodepiel.

—Tet.PresidenteMao.Nagasaki—prosiguióChesterelAlegre.—¿Quierescallarte?—dijoPaulieBlock.—Sólopretendoquesesientancomoencasa.Eldemayoredaddiounaúltimacaladaalcigarrilloylolanzóalaplaya.—Cuandosuamigoacabedeponerseenridículo,¿podríamoscomenzar?—preguntó.—Yaloves—dijoPaulieBlockaChesterelAlegre—.Asíempiezanlasguerras.

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—EseChesteresunverdaderogilipollas—dijoNutley.Laconversaciónentrelosseishombreslesllegabaconabsolutanitidezenelairefríodelanoche.

Briscoemoviólacabezaparaasentir.Juntoaél,Nutleyajustóelzoomdelacámaraparaenfocarelmaletín que sostenía el camboyano, tomóuna instantánea y después alejó un poco la imagen paraabarcar a Paulie Block, el camboyano y el maletín. Tenían instrucciones de observar, escuchar ygrabar.Sin intromisiones.Las intromisiones llegaríanmás tarde, tanprontocomo todoaquello—fueraloquefuese«aquello»,yaqueloúnicoqueconocíanporelmomentoeraellugardeencuentro—pudieserelacionarseconTonyCellienBoston.UncocheconotrosdosagentesaguardabaenOakHillparaocuparsedelDodge,yunsegundococheseguiríaaloscamboyanos.

BriscoetomóuntelescopioNightHawkylodirigióhaciaChesterNashelAlegre.—¿VesalgofueradelonormalenelabrigodeChester?—preguntó.Nutleydesplazóligeramentelacámaraalaizquierda.—No—respondió—.Espera.Pareceunaprendamuyvieja,deunoscincuentaañosporlomenos.

El tipono tiene lasmanosen losbolsillos.Las llevametidasenunasaberturasbajoelpecho.Unaextrañamaneradeprotegersedelfrío,¿nocrees?

—Sí—dijoBriscoe—.Muyextraña.—¿Dóndeestálachica?—preguntóelcamboyanodemayoredadaPaulieBlock.Paulie señaló el maletero del coche. El camboyano asintió y entregó el maletín a uno de sus

acompañantes.ÉsteloabrióylosostuvodecaraaPaulieyChesterparaquevieranelcontenido.Chesterdejóescaparunsilbidoyexclamó:—Joder.—Joder—dijoNutley—.Enesemaletínhaymuchodinero.—Briscoeenfocólosbilletesconel

telescopio.—Caramba,puedequeseanunostresmillones.—SuficienteparasacaraTonyCellidellíoenelqueandemetido—comentóNutley.—Ydeunoscuantosmás.—Pero¿quiénhayenelmaletero?—preguntóNutley.—Bueno,muchacho,esoesloquehemosvenidoaaveriguar.

El grupo de cinco personas, exhalando vaharadas blancas, avanzaba con cuidado por elaccidentadoterreno.Alrededor,lascopasdelosárbolesdehojaperennearañabanelcieloyacogíanconlasramasabiertasloscoposdenieve.Allíelterrenoerarocosoy,acausadelanievereciente,estabaresbaladizoypeligroso.Ryleyyahabía tropezadounavez,sehabíahechounrasguñoen laespinillayledolía.DesdeelcielolesllegabaelruidodelmotordelCessna,unodelosavionesdeCurriervenidodellagoMoosehead,yveíanqueconsufocoiluminabaalgofrenteaellos.

—Silanevadaarrecia,elavióntendráquevolver—comentóPatterson.—Yacasiestamos—dijoRyley—.Endiezminutosllegaremoshastaella.Anteellosseoyóundisparoenlaoscuridad,yluegootromás.Elhazdeluzdelaviónseescoró

yempezóaelevarse.LaradiodePattersonprorrumpióenunaandanadademaldiciones.

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—¡Joder!—exclamóPattersonconexpresióndeincredulidad—.Lesestádisparando.

ElcamboyanosiguióaPaulieBlockcuandoéstesedirigióalapartetraseradelcoche.Detrásdeellos, loshombresmásjóvenesseabrieronlosabrigosydejaronalavistaunasUzisquellevabancolgadasdecorreasalhombro.Todosmanteníanlamanoenlaempuñadura,coneldedocercadelaguardadelgatillo.

—Ábralo—ordenóeldemayoredad.—Ustedmanda—contestóPauliealavezqueintroducíalallaveenlacerraduraysedisponíaa

levantarlatapa—.Paulieestáaquíparaabrirelmaletero.Sielcamboyanohubieseescuchadoconmásatención,sehabríadadocuentadequePaulieBlock

pronunciabaesaspalabrasenvozmuyaltayclara.

—Sonaberturasparaarmas—dijoBriscoedepronto—.Aberturasparaarmas,joder,soneso.—Aberturasparaarmas—repitióNutley—.DiosSanto.

PaulieBlockabrióelmaleteroyretrocedió.Unabocanadadecalorrecibióalcamboyanocuandoseacercó.Enelmaleterohabíaunamantay,debajo,unasiluetahumanaclaramentereconocible.Elcamboyanoseinclinóyretirólamanta.

Debajohabíaunhombre:unhombreconunaescopetadecañonesrecortados.—¿Quéesesto?—preguntóelcamboyano.—Estoesadiós—respondióPaulieBlockaltiempoqueloscañonesdetonabanyelcamboyano

sesacudíaporelimpactodelasbalas.

—¡Joder!—exclamóBriscoe—.¡Vamos!¡Vamos!Desenfundó su pistola SIG y se precipitó hacia la puerta. Mientras descorría el cerrojo y se

adentraba en la noche directo a los dos coches pulsó un interruptor de su auricular para solicitarrefuerzosaScarborough.

—¿Ylaordendenointromisión?—preguntóNutley,siguiendoasucompañero.Aquellonoeraloprevisto.Aquélnoeraeldesenlaceprevistonimuchomenos.

ChesterelAlegreseabrióelabrigoydejóaldescubiertoloscañonescortoseidénticosdeunparde metralletas Walther MPK. Dos de los camboyanos levantaban ya sus Uzis cuando apretó losgatillos.

—Sayonara—dijoChester,yunaampliasonrisasedibujóensuslabios.Lasparabellumdenuevemilímetrosacribillaronalostreshombres,y,alhacerlo,perforaronla

piel del maletín, la cara lana de sus abrigos, la inmaculada blancura de sus camisas y el finocaparazón de su piel.Hicieron añicos los cristales, atravesaron elmetal del coche, agujerearon el

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vinilodelosasientos.EnmenosdecuatrosegundosChestervaciólassesentaycuatrobalasenlostreshombres,quequedaronhechosunguiñapoydesmadejados;lasangrecalientequemanabadesuscuerpos semezcló con la delgada capade escarchadel suelo.Elmaletínhabía caído cara abajoyalgunosdeloscompactosfajossehabíandesparramado.

ChesteryPaulievieronloquehabíanhechoylesparecióbien.—Bueno,¿aquéesperas?—dijoPaulie—.Recojamoseldineroylarguémonosdeaquí.Detrás de él, el hombre de la escopeta, llamado Jimmy Fribb, salió del estrecho maletero y,

mientras estiraba laspiernas, le crujieron las articulaciones.Chester insertóunnuevocargador enunadelasMPKyechólaotraenelmaleterodelDodge.Cuandoseagachabapararecogereldinero,oyólasdosvocescasialunísono.

—Agentesfederales—dijolaprimera—.Manosarriba.Laotravozsonómenoslacónicaymenoscortés,peroaPaulieBlock,curiosamente,seguroque

leresultófamiliar.—Apartaosdelputodinero—ordenó—sinoqueréisqueosvuelelasputascabezas.

En un claro, la ancianamiraba el cielo. La nieve le caía sobre el cabello, los hombros y losbrazos extendidos, con el arma en la mano derecha y la izquierda abierta y vacía. Al intentarsobreponerse al excesivo esfuerzo para su envejecido cuerpo, boqueaba y respirabaentrecortadamente.PareciónoadvertirlapresenciadeRyleyylosotroshastaquesehallaronaunosdiezmetrosdeella.Laenfermerasequedóatrás.Ryley,pesealasobjecionesdePatterson,tomóladelantera.

—Señorita Emily —dijo con delicadeza—. Señorita Emily, soy yo, el doctor Ryley. Hemosvenidoparallevarlaacasa.

Laanciana lomiró,yRyley sospechó,porprimeravezdesdeque salieronen subusca,que laanciananoestabaloca.Loobservabaconexpresiónserenaycasisonriócuandoélseaproximó.

—Nopiensovolver—repitióella.—SeñoritaEmily,hacefrío.Semoriráaquíalaintemperiesinovieneconnosotros.Lehemos

traídounasmantasyropadeabrigo,ytengountermoconcaldodepollo.Cuandohayaentradoencaloryseencuentreagusto,lallevaremosacasasanaysalva.

Estavez,laancianasonrióabiertamente.Fueunasonrisaamplia,sinhumor,sinconfianza.—Ustedesnopuedensalvarme—dijoenvozbaja—.Nopuedensalvarmedeél.Ryley fruncióel entrecejo.Recordódeprontoalgo referenteaaquellamujer,un incidentecon

unavisitayuninformequehabíaescritolanocheanteriorunadelasenfermerasdespuésdequelaseñoritaEmilyafirmaraquealguienhabíaintentadoencaramarseasuventana.Noledieroncrédito,naturalmente,pero,aconsecuenciadeello,Juddsehabíaceñidoelarmadurantelaguardia.Aquellosancianoseranpersonastemerosas.Teníanmiedoalaenfermedad,alosdesconocidos,alosamigosy, en ocasiones, a los familiares; miedo al frío, al riesgo de caerse; miedo a perder sus escasaspertenencias,susfotografías,susrecuerdoscadavezmásdesdibujados.

Miedoalamuerte.—Por favor, señorita Emily, deje la pistola y venga con nosotros. Podemos protegerla de

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cualquierpeligro.Nadievaahacerledaño.Laancianamoviólacabezaenunlentogestodenegación.Elaviónlossobrevolabaencírculo,y

laextrañaluzblancaqueproyectabasobrelamujerconvertíasulargocabellogrisenunfuegodeplata.

—Nopiensovolver.Meenfrentaréaélaquí.Ésteessuhogar,estosbosques.Tardeotempranovendrá.

De pronto se le demudó el rostro.Detrás deRyley, Patterson pensó que nunca había visto unaexpresióntanaterrada.Selecontrajeronlascomisurasdeloslabios;seleestremecieronlabarbillaylabocaprimeroydespuésel restodelcuerpo,conun tembloranómaloyviolentoqueparecíaunestadodeéxtasis.Conelrostrobañadoenlágrimas,hablódenuevo.

—Perdón.Perdón,perdón,perdón,perdón…—Porfavor,señoritaEmily—dijoRyleymientrasseacercabaaella—.Dejelapistola.Tenemos

quellevarladeregreso.—Nopiensovolver—repitiólaanciana.—Porfavor,señoritaEmily,nonosquedamásremedio.—Sies así, tendránquematarme—se limitó adecir ella a lavezqueapuntabaaRyleycon la

Smith&Wessonyapretabaelgatillo.

Chester y Paulie miraron primero a la izquierda y luego a la derecha. A su izquierda, en elaparcamiento, vieron a un hombre alto con chaqueta negra que sostenía unos auriculares en unamanoyunaSIGenlaotra.Detrásdeélhabíaotrohombre,másjoven,conunagorragrisdealpacaprovistadeorejeras,armadotambiénconunaSIG,queempuñabacon lasdosmanosextendidasalfrente.

Asuderecha,juntoaunapequeñagaritademaderautilizadaporelencargadodelaparcamientodurante el verano, había una figura vestida toda de negro, desde las punteras de las botas hasta elpasamontañas que le cubría la cabeza. Llevaba una escopeta Ruger de repetición en las manos yrespirabaentrecortadamenteporlaaberturadelpasamontañas.

—Cúbrelo—ordenóBriscoeaNutley.NutleydejódeapuntaraPaulieBlockparaencañonaralafiguradenegrosituadaenellindedel

bosque.—Suéltala,gilipollas—dijoNutley.LaRugertemblóligeramente.—Hedichoquelasueltes—repitióNutleyavozengrito.Briscoedirigióunvistazoalafiguraarmadaconlaescopeta.AChesterNashlebastóconeso.

CambiódeposiciónyabriófuegoconlaMPK,alcanzóaBriscoeenelbrazoyaNutleyenelpechoylacabeza.Nutleymurióenelacto,sugorradealpacateñidayaderojomientrascaía.

Briscoedisparódesdedondeyacíaenlacarretera;hirióaChesterNashenlapiernaderechaylaingle y la MPK se le escapó de las manos cuando se desplomó. Desde los árboles llegaron lasdetonaciones de la Ruger, y Paulie Block, con la pistola en la mano derecha, se sacudió al seralcanzadopor lasbalas,quehicieronañicos laventanadelDodgedetrásdeélensu trayectoriade

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salida.Hincólasrodillasentierrayluegocayódebruces.ChesterNashintentabaalcanzarlaMPKcon la mano derecha, sujetándose la entrepierna herida con la izquierda, cuando Briscoe ledescerrajóotrosdosdisparosyChesterdejódemoverse.JimmyFribbsoltólaescopetaylevantólasmanosjustoatiempodeimpedirqueBriscoelomatase.

Briscoe se disponía a ponerse en pie cuando, frente a él, oyó el chasquido de una escopeta alrecargarse.

—Quédeseahí—dijolavoz.BriscoeobedecióydejólaSIGasuladoenelsuelo.Unpiecalzadoconunabotanegralaapartó,

yelarma,girando,desaparecióentrelamaleza.—Lasmanosenlacabeza.Al levantar las manos, Briscoe sintió una punzada de dolor en el brazo izquierdo mientras

observabacómoseaproximabalafiguraenmascarada,queseguíaapuntándoleconlaRuger.Nutleyyacíacercadeél,conlosojosabiertosylamiradafijaenelmar.Dios,pensóBriscoe,quédesastre.Másalládelosárboles,viounosfarosyoyóelruidodeunoscochesqueseacercaban.Elhombredela escopeta también los oyó y ladeó ligeramente la cabeza mientras guardaba en el maletín losúltimosfajosy locerraba.JimmyFribbaprovechóesadistracciónparaabalanzarseenbuscade laSIGabandonada,peroelhombrelomatódeuntiroenlaespaldaantesdequellegaseaella.Briscoeseagarróconfuerzalasmanossobrelacabeza,conelbrazodolorido,yempezóarezar.

—Permanezcatendidoenelsueloynolevantelavista—ordenóelhombre.Briscoeobedeció,peromantuvolosojosabiertos.Lasangrecorríaporelsueloyapartóunpoco

la cabeza.Cuando volvió a alzar la vista, unos faros le alumbraban los ojos y la figura de negrohabíadesaparecido.

EldoctorMartinRyleyyahabíacumplidocuarentayochoañosydeseaballegaraloscuarentaynueve.Teníadoshijos,unniñoyunaniña,yunaesposallamadaJoaniequelepreparabaestofadolosdomingos.Noeraunbuenmédico,razónporlacualdirigíaunaresidenciaparaancianos.Cuandolaseñorita Emily Watts le disparó, se echó cuerpo a tierra, se cubrió la cabeza con las manos ycomenzó a alternar plegarias y blasfemias. El primer tiro se perdió a su izquierda. El segundo lelanzóunalluviadetierrahúmedaynievesobrelacara.Detrásdeél,oyóelchasquidodelossegurosdelasarmasygritó:

—No,déjenla,porfavor.Nodisparen.Elbosquequedódenuevoensilencio,salvoelagudozumbidodelCessna.Ryleyseaventuróa

levantarlavistaparamiraralaseñoritaEmily.Ahoraellallorabasinrebozo.Concautela,Ryleysepusoenpie.

—Todoirábien,señoritaEmily.Laanciananegóconlacabeza.—No—repuso—.Nadairábien.Yseapoyó labocade laSmith&Wessonenelpecho izquierdoydisparó.El impacto lahizo

girarhacia atrásyhacia la izquierda.Al caer se le enredaron lospiesy a causadel fogonazodelarmaseleprendióbrevementeelabrigo.Sesacudióunavezyquedóinmóvilenelsuelo.Lasangre

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manchaba la tierra a su alrededor, la nieve le caía sobre los ojos abiertos y, desde lo alto, la luziluminabasucuerpo.

En torno a ella, el bosque observaba en silencio, agitándose de vez en cuando el ramaje parapermitirelpasodelanieve.

Así empezó todo para mí, y para otra generación: dos sucesos violentos, ocurridos casisimultáneamente una noche de invierno, relacionados por un único hilomisterioso que se perdíaentre enmarañados recuerdos de remotos actos brutales. Otros, algunos de ellos cercanos a mí,habíanvividoconesodurantemuchomuchotiempoyselohabíanllevadoalatumba.Setratabadeunviejomal,yunviejomal siempreencuentra lamanerade transmitirsea travésde las líneasdesangre y contaminar a quienes no intervinieron en su génesis: los jóvenes, los inocentes, losvulnerables,losindefensos.Transformalavidaenmuerteyelcristalenespejo,creandounaimagendesímismoentodoaquelloquetoca.

Todoestoloaverigüémástarde,despuésdelasotrasmuertes,despuésdeponerseclaramentedemanifiestoquealgohorriblesucedía,quealgoviejoeinfectohabíasurgidodelinhóspitobosque.Yen todo lo que ocurriría, yo sería partícipe. Al volver la vista atrás, pienso que quizá siempreparticipé sincomprender realmentemipapelenello,ni la razón.Peroaquel inviernoconfluyeronuna serie de circunstancias, cada incidente aislado y sin embargo relacionado en último extremo,abrióuncanalentreloquehabíasidoyloquenuncadebíavolveraser,ylosmundossucumbieronenelchoque.

Vuelvolavistaatrásymeveotalcomoerahacemuchosaños,congeladoentiempospretéritoscomounafiguraensucesivasviñetas.Meveodeniñoesperandoamipadrecuandoregresabadesudurajornadaenlaciudad,suuniformedepolicíaahoraguardado,unabolsadedeportenegraenlamano izquierda, su silueta en otro tiempomusculosa ya un poco gruesa, su cabellomás gris queantes, susojos algomás cansados.Corrohacia él yme levanta,me sienta en la sangríadel brazoderechoycierralosdedoscondelicadezaentornoamimuslo,measombralafuerzaquetiene,losmúsculoscompactosdesuhombro,elbícepstensoyduro.Deseosercomoél,emularsuslogrosyesculpirmicuerpoasusemejanza.Ycuandoélempiezaadesmoronarse,cuandosucuerposerevelacomoelimperfectocaparazóndeunamentefrágil,tambiényoempiezoarompermeenpedazos.

Meveocomounniñomayor,depieantelatumbademipadre,sinmáscompañíaqueunpuñadodepolicíasaltosyerguidos,demodoquetambiényohedemantenermealtoyerguido.Éstossonsusamigosmásíntimos,losquenosehanavergonzadodevenir.Noesunlugardondemuchosdeseenservistos:enlaciudadsetienenmalospresentimientosencuantoaloquehaocurrido,ysólounospocosincondicionalesestándispuestosadejarquesureputaciónquedefijadabajoelresplandordelflashdeunreportero.

Veo a mi madre a la derecha, encogida de dolor. Su marido—el hombre a quien ha amadodurante tanto tiempo—seha ido, y seha llevadoconsigo la realidadde él comohombre amable,padredefamiliacapazdelevantarasuhijoenvolandascomounahojaenelviento.Enlugardeeso,selerecordarásiemprecomounasesinoyunsuicida.Hamatadoadosjóvenes,unchicoyunachica,ambosdesarmados,porrazonesquenadieexplicarájamásclaramente,porrazonesqueseescondían

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trasesosojoscansados.Lohabíanprovocado,aquelmatónenplenatransicióndelostribunalesdemenoresalostribunalesdeadultosysunoviadeclasemedia,bajocuyasarregladasuñasseacumulalasuciedaddelchico;yloshabíamatadoalosdos,habíavistoenellosalgomásalládeloqueeran,másalláinclusodeaquelloenloquepodíanllegaraconvertirse.Despuéssemetióelcañóndelarmaenlabocayapretóelgatillo.

Meveodejoven,depieanteotratumba,mirandomientrasdesciendenamimadre.Amiladoestáelviejo,miabuelo.HemosviajadoparaelfuneraldesdeScarborough,Maine—ellugaralquehuítras la muerte de mi padre, el lugar donde nació mi madre—, a fin de que mi madre pueda serenterrada junto ami padre, comodeseó siempre, porque nunca dejó de amarlo.Alrededor se hancongregadohombresymujeresdeedadavanzada.Yosoylapersonamásjoven.

Veo lasnevadasen invierno.Veoalviejocadavezmayor.AbandonoScarborough.Entroenelcuerpodepolicía,comomipadre.Hayunlegadoquereconocer,ynofaltaréaél.Cuandomueremiabuelo,regresoaScarboroughyyomismollenolafosa,echandoconcuidadopaladatraspaladadetierrasobreelataúddepino.Luceelsoldelamañanasobreelcementerio,yhueloelsalitreenelaire,quemellegadesdelasmarismasalesteyaloeste.Cerca,unreyezuelooropersiguemoscardas,unos inmundosbichosgrises que actúan comoparásitos de las lombrices poniendo sus huevos enellasybuscan refugiodurante el inviernoen los resquiciosygrietasde las casas.Enel cielo, losprimerosgansoscanadiensesvuelanhaciaelsurconlallegadadelinvierno,yunpardecuervoslosflanqueancomocazasnegrosescoltandounaescuadradebombarderos.

Ymientrasdesapareceelúltimotrozodemadera,oigolasvocesdelosniñosprocedentesdelaguarderíadeLilFolksFarm,contiguaalcementerio,bulliciososyalegresensusjuegos,ynopuedoevitarsonreír,yaqueelviejotambiénhabríasonreído.

Y luego hay una tumbamás, una serie de oracionesmás leídas de un libro ajado, y ésta haceañicos mi mundo. Descienden dos cuerpos para reposar juntos, tal como yo solía encontrarlasdescansandounaalladodelaotracuandoregresabaporlanocheanuestracasadeBrooklyn,mihijade tresañosdurmiendoplácidamentepegadaasumadre,dobladacomouncuartocreciente.Enuninstante dejé de ser marido. Dejé de ser padre. Había sido incapaz de protegerlas, y ellas habíansufridoelcastigopormisdefectos.

Todas estas imágenes, todos estos recuerdos, como los eslabones forjados de una cadena, seadentranenlaoscuridad.Deberíaapartarlosdemí,peronoestanfácilnegarelpasado.Lascosasquedejamossinacabar,lascosasquenollegamosadecir,todas,alapostre,vuelvenparaatormentarnos.

Yaqueésteeselmundo,yelecodelosmundos.

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LanavajadeBillyPurduesehundióunpocomásenmimejillayunhilodesangremerecorriólacara.Meteníaapresadocontralaparedconsucuerpo,meinmovilizabaloshombrosconloscodosymanteníalaspiernastensasypegadasalasmíasparaprotegerselaentrepierna.Cerrómáslosdedosalrededordemicuello,ypensé:«BillyPurdue.Tendríaquehabersabidoconquiéntrataba…».

Billy Purdue era pobre, pobre y peligroso, a lo que, por si fuera poco, se añadía ciertoresentimiento y frustración. En él la amenaza de violencia era siempre inminente. En torno a élflotabacomounanube,queofuscabasujuicioeinfluíaenlasaccionesdelosdemás,demodoquecuandoentraba enunbary tomabauna copao alcanzabaun tacodebillarpara jugarunapartida,tarde o temprano empezaban los problemas. Billy Purdue no necesitaba buscar pelea. La pelea lobuscabaaél.

Parecíaquesucedíacomoporcontagio,tantoeraasíque,aunsielpropioBillyconseguíaevitarelconflicto—porlogeneralélnoloperseguía,perocuandoloencontrabararavezlorehuía—,unopodíaapostardiezcontracincoaqueelniveldetestosteronaaumentaríaenelbarlosuficientecomoparainduciracualquierotrapersonaaplantearselaposibilidaddeiniciarunaltercado.BillyPurduehabríaprovocadounapeleaenuncónclavecardenalicioconsóloecharunvistazoal interiordelasala.Selomirarapordondeselomirase,lapresenciadeBillyPurduenuncaaugurabanadabueno.

Hasta la fecha no había matado a nadie y nadie había logrado matarlo a él. Cuanto más seprolongaunasituaciónasí,mayoressonlasprobabilidadesdequeacabemal,yBillyPurdueeraunmalprincipioenesperadeunfinalpeor.Algunoslodescribíancomounaccidentequeseestuvieraincubando,comolalargaylentamuertedeunaestrella.Elsuyoeraunimparabledescensohacialavorágine.

Yo no sabía gran cosa acerca del pasado de Billy Purdue, no por aquel entonces. Sabía quesiempre andaba metido en líos con la policía. Tenía unos antecedentes penales que parecían uncatálogodedelitosmenores:desdecausaralborotosenelcolegioypequeñoshurtoshastaconducirbajo los efectos del alcohol, pasando por la venta de objetos robados, agresión, allanamiento demorada,alteracióndelordenpúblico,impagodepensiónalimenticia…Lalistaerainterminable.Alser huérfano, había pasado por sucesivas familias de acogida en su infancia, y en ninguna se loquedabanmástiempodelquesusnuevospadrestardabanendescubrirquecausabatantosproblemasqueeldinerodelosserviciossocialesnocompensaba.Asísonalgunasfamiliasdeacogida:venalosniñoscomounnegocio,comoganadoopollos,hastaquesedancuentadequesiunpolloseponeinaguantableselepuedecortarlacabezayguisarloparalacomidadeldomingo.Conundelincuenteinfantil,encambio,lasopcionessereducen.Hubopruebasdenegligenciaporpartedemuchosdelos

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padresdeacogidadeBillyPurdue,ysospechasdemalostratosgravesenlosdosúltimoscasoscomomínimo.

Billyencontróalgoparecidoaunhogarenlacasadeunviejoysuesposa,enelnortedelestado,unaparejaespecializadaenchicosdifíciles.ElhombrehabíaacogidoaunosveinteniñosantesdeBilly y, cuando conoció a éste un poco, quizá pensó que ya había tenido suficiente. No obstante,intentóhacerentrarenveredaaBillyyduranteuntiempoéstefuefeliz,otanfelizcomopodíallegaraser.Despuéspasóunatemporadavagandosinrumbo.AcabóenBostonyanduvoencompañíadelabandadeTonyCelli,hastaquesepasóde la rayaconquiennodebíay lomandaronde regresoaMaine,dondeconocióaRitaFerris, sieteañosmenorqueél,ysecasóconella.Tuvieronunhijo,peroelverdaderoniñoenaquellarelaciónfuesiempreBilly.

Enlaactualidadteníatreintaydosañosylaconstitucióndeuntoro,losmúsculosdelosbrazoscomoenormesjamones,lasmanosanchasyfuertes,losdedoscasihinchadosdetanrobustos.Teníalosojospequeñosyporcinosylosdientesdesiguales,yelalientoleolíaalicordemaltaypandemasafermentada.Teníamugrebajolasuñasyunaerupciónenelcuello,granosconpuntasblancas,porafeitarseconunahojaviejaymellada.

TuveoportunidaddeobservaraBillyPurduedecercatrasfracasarenmiintentodeinmovilizarloconunallavedejudo,entoncesélmeempujócontralapareddesucaravanaAirstream,unruinosovehículodediezmetrosinstaladoenlasinmediacionesdeScarboroughDowns,queapestabaaropasucia,acomidapasadayasemendevariosdías.Sujetándomeconfuerzaporelcuelloconunamano,meteníalevantadoenelairedemodoqueapenasrozabaelsueloconlaspuntasdelospies.Conlaotramanososteníalanavajadehojacortaconlaquemehabíacortadoaunpardecentímetrospordebajodelojoizquierdo.Sentíaelgoteodemipropiasangredesdeelmentón.

Probablemente,tratardehacerleunallavenohabíasidobuenaidea.Dehecho,enlaescaladelasbuenasideas,sesituabaenalgúnpuntoentrevotaraRossPeroteinvadirRusiaeninvierno.Habríatenidomásposibilidadessimehubiesepropuestoinmovilizarconunallavealapropiacaravana;aunrecurriendo a todasmis fuerzas para apartar demí el brazo deBilly Purdue, éste permanecía tanrígidoeinamoviblecomolaestatuadelpoetaenLongfellowSquare.Mientrastomabaconcienciadehastaquépuntohabíasidomalaideaoptarporlallave,Billytiródemí,megolpeóenlacabezaconlapalmaabiertadesuenormemanoderechayvolvióaempujarmecontralapareddelacaravana,utilizandosusgrandesmuñecasparaimpedirmequemovieralosbrazos.Aúnmezumbabalacabezaporefectodelmanotazoymedolíaeloído.Penséquemehabíareventadoeltímpano,perodeprontonotéqueaumentabalapresiónenelcuelloycomprendíquequizáyanotendríaquepreocuparmeporeltímpanodurantemuchomástiempo.

Hizogirarlanavajaysentíunanuevapunzadadedolor.Ahoralasangrecorríacopiosamenteyme caía en el cuello de la camisa blanca desde elmentón.Casimoradode ira, con la respiraciónentrecortada,Billyescupíasalivaentrelosdientesapretadoscadavezqueresoplaba.

Mientras concentraba su atención en asfixiarme, deslicé la mano derecha bajo mi chaqueta ypercibí la fría empuñadura de la Smith &Wesson. A punto de perder el conocimiento, conseguídesenfundarlaymoverelbrazolosuficienteparahundirlabocadelcañónenlacarneblandadelapapadadeBilly.En susojos, una luz rojadestellóbrevementey comenzóa apagarse.Notéque lapresiónenelcuellosereducíaylanavajaseapartabadelaherida,ymedesplomé.Cuandointenté

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llenar de aire mis pulmones vacíos con inspiraciones estertóreas y poco profundas, me dolió lagarganta.MantuveaBillyencañonado,perosehabíadadomediavuelta.Ahoraqueelaccesoderabiaempezabaaremitir,parecíahaberperdidointerésenelarmaytambiénenmí.SacóuncigarrillodeunpaquetedeMarlboroyloencendió.Meofrecióelpaquete.Neguéconlacabezayeldolordeoídoseintensificódenuevo.Decidínomovermáslacabeza.

—¿Por qué has intentado hacerme una llave? —preguntó Billy con tono dolido. Me miró yadvertíauténticodisgustoensuexpresión—.Nodeberíashaberlohecho.

Desde luego era todo un personaje. Tomé aire unas cuantas veces, aspirando ya másprofundamente, y hablé. La vozme salió ronca y tuve la sensación de queme habían restregadogravillaenlagarganta.SiBillynohubiesesidotanpueril,quizálehabríaasestadounculatazo.

—Has dicho que ibas a por un bate de béisbol y sacudirme el polvo, si no recuerdo mal—respondí.

—Eh,hassidotúelmaleducado—replicó,ylaluzrojaparecióbrillarotravezporuninstante.Yoseguíaapuntándoleconlapistolayélseguíasinmostrarlamenorpreocupación.Mepregunté

sisabíaalgoacercadelarmaqueyoignoraba.Quizá,mientrashablábamos,elhedorprocedentedelacaravanaestabadescomponiendolasbalas.

«Maleducado».Medisponíaanegarotravezconlacabezacuandomeacordédeloídoydecidíque,dadaslascircunstancias,quizámeconviniesemásnomoverla.HabíavisitadoaBillyPurdueporhacerleunfavoraRita,ahorasuexesposa,quevivíaenunpequeñoapartamentodeLocustStreet,enPortland,conDonald,suhijodedosaños.Ritahabíaobtenidoeldivorciohacíaseismeses,ydesdeentonces Billy no había pagado ni un centavo para el mantenimiento del niño. Durante miadolescencia, conocí a la familia de Rita en Scarborough. El padre había muerto en un atracofrustrado a un banco en el año 83 y la madre, pese a todos sus esfuerzos, no había conseguidomantenerunidaalafamilia.Unhermanofueaprisión;otro,acusadodetráficodedrogas,sehabíafugado, y la hermana mayor de Rita vivía en Nueva York y había roto todo vínculo con sushermanos.

Ritaerarubia,guapayesbelta,perolosmalostragosdelavidaempezabanapasarlefacturaasuaspecto físico. Billy Purdue nunca le había pegado ni la había maltratado, pero, propenso a losarrebatosdeiraciega,habíadestruidolosdosapartamentosdondevivierondurantesumatrimonio;aunode ellos le prendió fuegodespués de una juerga de tres días enSouthPortland.Rita despertójustoatiempodellevarsedeallíasuhijo,queporentoncescontabaunaño,antesderegresarparasacararastrasaBilly,inconsciente,ydarlaalarmaparaevacuarelrestodeledificio.Aldíasiguientesolicitóeldivorcio.

Enlaactualidad,Billyaguardabaunaoportunidadparamejoraryvivíaalbordedelapobreza.Eninvierno trabajabacomo leñador,cortandoárbolesdeNavidado trasladándosea losbosquesde lacompañíamadereramásalnorte.Elrestodeltiempohacíaloquepodía,quenoeramucho.TeníalacaravanaenunterrenopropiedaddeRonaldStraydeer,unindiopenobscotdeOldTownquesehabíaestablecidoenScarboroughal regresardeVietnam.Ronald formópartedelcuerpoK-9durante laguerrayhabíaguiadopatrullasdelejércitopor lossenderosde laselvaconElsaal lado,superrapastora alemana. La perra era capaz de oler a los guerrilleros del Vietcong en el aire,me contóRonald, e incluso en una ocasión encontró agua potable cuando un pelotón quedó peligrosamente

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desprovistodereservas.Alretirarselastropasestadounidenses,dejaronallíaElsacomo«excedentemilitar»paraelejércitodeVietnamdelSur.Ronaldllevabaunafotografíadelanimalenlacartera,con la lengua fuera y un par de placas de identificación colgando del cuello. Imaginaba que losvietnamitasselahabíancomidoencuantosemarcharonlosamericanos,ynuncaquisootroperro.AlfinalsequedóconBillyPurdueensulugar.

Billysabíaquesuexesposaquería trasladarsea laCostaOestee iniciarallíunanuevavida,yque,parahacerlo,necesitabaeldineroqueBillyledebía.Billynoqueríaquesefuera.Todavíacreíaqueeraposiblesalvarlarelación,ynieldivorcioniunaordenqueleprohibíaacercarseamenosdetreintametrosdesuexesposalehabíanhechocambiardeopinión.

YohabíaaccedidoaabordaraBillycomofavoraRita,despuésdequeellametelefoneaseynosreuniésemosensuapartamento.YcuandoledijeaBillyPurduequeRitanovolveríaasuladoyquetenía laobligación legaldepagarleeldineroque ledebía, él se fueaporelbatedebéisboly lascosassecomplicaron.

—La quiero —dijo. Dio una calada al cigarrillo y de sus orificios nasales se elevaron doscolumnasdehumocomoexhalacionesdeuntoroespecialmente irascible—.¿QuiénvaacuidardeellaenSanFrancisco?

Melevantécomopudeymeenjuguépartedelasangredelcuelloconlamangadelachaqueta,quequedóhúmedaymanchada.Porsuertelachaquetaeranegra,aunqueelhechomismodequeesomeparecieraunasuertedecíamuchoacercadeldíaqueestabateniendo.

—Billy,¿cómovanasobrevivirellayDonaldsinoledaseldineroquehasdepagarleporordendeljuez?—pregunté—.¿CómovaaarreglárselasRitasineso?Sitepreocupasporella, tienesquepagarle.

Memiróyluegobajólavista.Deslizólapunteradelzapatoporelmugrientolinóleo.—Sientohabertehechodaño, tío,pero…—Sellevó lamanoa lanucayse rascóentreelpelo

oscuroydesgreñado—.¿Vasairalapolicía?Sihubiera tenido intenciónde«ira lapolicía»,nohabría informadodeelloaBillyPurdue.El

arrepentimiento de Billy era tan sincero como el de Exxon cuando naufragó el Exxon Valdez.Además,siacudíaalapolicía,meteríanaBillyenchironayRitaseguiríasinrecibirsudinero.Perohabía algo raro en el tono de su voz cuando preguntó por la policía, algo que yo debería haberpercibidoperopaséporalto.Billyteníalacamisetanegraempapadadesudor,ymanchasdebarrosecoenlosbajosdelpantalón.Porsuorganismocorríatalcantidaddeadrenalinaqueasuladolashormigasparecían tranquilas.EsodeberíahabermehechodeducirqueaBillyno lepreocupaba lapolicía en el caso de una posible denuncia por agresión o por impago de la pensión para elmantenimientodesuhijo.Nohaynadacomoverlascosasenretrospectiva.

—Silepagaseldinero,tedejaréenpaz—dije.Seencogiódehombros.—Notengomucho.Nollegoalosmildólares.—Billy,ledebescasidosmildólares.Meparecequenoacabasdeentenderlasituación.Oquizá sí la entendía.La caravana eraun estercolero; conducíaunToyota con agujeros en el

suelo,yganabaciendólaressemanales,oalosumocientocincuenta,coneltransportedebasuraymadera.Si dispusieradedosmil dólares, estaría enotra parte.Sería ademásotra persona, porque

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BillyPurduenuncatendríadosmildólaresensuhaber.—Tengoquinientos—admitióporfin,peroensumiradasereflejóalgonuevocuandolodijo,un

vagoasomodeastucia.—Dámelos—respondí.Billynosemovió.—Billy, si nome pagas, vendrá la policía y te encerrará hasta que pagues. Si te encierran, no

ganarásdineroparapagarleanadie,yesomepareceuncírculovicioso.Pensóenelloduranteunmomentoyalfinalmetiólamanobajoelinmundosofáalfondodela

caravanaysacóunsobrearrugado.Mediolaespalda,contóquinientosdólaresyvolvióaguardarelsobre. Me tendió el dinero con gran artificio, como un mago que hace aparecer el reloj de unespectadordespuésdeun trucoespecialmente impresionante.Eranbilletesnuevos,connúmerosdeserieconsecutivos.Ajuzgarporelaspectodelsobre,habíandejadoatrásamuchosamigos.

—¿Vas al cajero automático del Fleet Bank, Billy?—pregunté.Me parecía poco probable. LaúnicamaneradequeBillyPurduesacasedinerodeuncajeroautomáticoeraarrancándolodelaparedconunbulldozer.

—Dilealgodemiparte—pidió—.Dilequequizáshayamásenelsitiodedondehasalidoéste,¿queda claro? Dile que quizá ya no soy un perdedor. ¿Me entiendes? —Esbozó una sonrisa desuperioridad, la clase de sonrisa que te dirige un tonto de remate cuando cree saber algo que túignoras.SospechéquesiBillyPurduelosabía,setratabadealgoquenomeinteresabacompartirconél.Meequivocaba.

—Teentiendo,Billy.DimequenosiguestrabajandoparaTonyCelli.Dímelo.Aunqueelbrillodeopacaastuciapermanecióensumirada,susonrisavacilóunpoco.—NoconozcoaningúnTonyCelli.—Permíteme que te refresque lamemoria. Unmafioso de Boston, un fulano alto que se hace

llamar Tony «el Limpio». Empezó controlando putas, y ahora quiere controlar el mundo. Andametidoendrogas,porno,préstamosconusura,todoaquellocontraloqueexistealgunaley,asíquehoypor hoy sus esperanzas de recibir unpremio almérito civil son tanbajas queni entran en laclasificación.—Guardésilencioporuninstante—.Trabajasteparaél,Billy.Teestoypreguntandosiaúnlohaces.

Sacudiólacabezacomosiintentaseexpulsaruntapóndeaguadeloídoyacontinuacióndesviólamirada.

—Bueno,enfin,puedequedevezencuandohayahechoalgunaqueotracosaparaTony.Sí,porsupuesto.Salemásacuentaque transportarbasura.PeronoveoaTonydesdehacemucho tiempo.Muchomuchotiempo.

—Más vale que digas la verdad, Billy, si no,mucha gente va a querer hablarmuy seriamentecontigo.

Norespondióyyonoinsistí.Cuandoagarrélosbilletesdesumano,seacercóyvolvíalevantarlapistola.Sucaraquedóaunpardecentímetrosdelamía,yelcañóndelarmacontrasupecho.

—¿Porquéhacesesto?—preguntó,ymellegósualientoyviavivarsedenuevolasascuasdelresplandorrojodeantes.Lasonrisahabíadesaparecidoporcompleto—.Ritanopuedepermitirseundetectiveprivado.

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—Esunfavor—contesté—.Conocíaasufamilia.Dudoquemeoyesesiquiera.—¿Cómo va a pagarte?—Volvió la cabeza a un lado mientras reflexionaba sobre su propia

pregunta.Luegoañadió—:¿Telaestástirando?Lesostuvelamirada.—No.Yahoraretrocede.Continuódondeestabay,alcabodeunmomento,conexpresiónceñuda,seapartódespacio.—Mástevale—dijomientrasyoabandonabalacaravanaysalíaalaoscuranochedediciembre.El dinero debería haberme puesto sobre aviso, claro está. Era imposible que Billy Purdue lo

hubiese ganado honradamente, y tal vez tendría que haberle presionado al respecto, pero estabadoloridoydeseabaalejarmedeél.

Miabuelo,quefuetambiénpolicíahastaquetopóenelnorteconaqueltétricoárboldeextrañosfrutos que lemarcaría de por vida, contaba a veces un chiste que era algomás que un chiste.Unhombrelediceaunamigoquesemarchaaunapartidadecartas.«Perosiestáamañada»,afirmaelamigo.«Losé»,diceél.«Peroeslaúnicapartidadelpueblo».

Esechiste,elchistedeunmuerto,volveríaaacudiramimemoriaenlosdíasposteriores,cuandolas cosas empezaron a torcerse. Me acordaría también de otros comentarios de mi abuelo,comentarios que distaban mucho de ser chistes, aunque habían sido motivo de risa para muchos.Menos de setenta y dos horas después de lasmuertes deEmilyWatts y varios hombres en ProutsNeck,BillyPurdueseconvertiríaenlaúnicapartidadelpueblo,ylasfantasíasdeunviejocobraríanvidadeformaviolenta.

Al pasar porOakHill,me detuve en el banco y saqué doscientos dólares demi cuenta por elcajero automático.El corte que tenía debajodel ojoyano sangraba, pero supuseque, si intentabalimpiarmelacostra, lahemorragiaempezaríadenuevo.Fuia laconsultadeRonArcherenForestAvenue,quevisitabadosnochesporsemana,ymediotrespuntos.

—¿Quéestabashaciendo?—preguntómientrassepreparabaparainyectarmeunanestésico.Iba a decirle que no se molestara, pero temí que pensase que pretendía hacerme el héroe. El

doctorArcher, a sus sesentaaños, eraunhombreapuesto,deaspectodistinguido,elegantecabelloplateadoytanbuentratoconsuspacientesquealgunasmujeressolitariasdeseabanacostarseconélparaquelassometieraaunreconocimientomédicoíntimoeinnecesario.

—Intentabasacarmeunapestañadelojo—contesté.—Utilizauncolirio.Comprobarásquenodueletantoy,después,aúnconservaráselojo.Limpiólaheridaconunatorundayseinclinóhaciamíconlajeringuilla.Hiceunamuecacuando

mepusolainyección.—Unchicomayoryvaliente—masculló—.Sinolloras,cuandohayamosterminadotedaréuna

chocolatina.—SeguroqueenlafacultaddeMedicinatodoshablabandelograciosoqueesensutratoconlos

pacientes.—Enserio, ¿qué tehapasado?—preguntóa lavezquecomenzabaacoser—.Estopareceuna

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heridadearmablancayteestánsaliendomoretonesenelcuello.—HeintentadohacerleunallaveaBillyPurdueynohesalidoprecisamenteairoso.—¿Purdue?¿Esechifladoqueestuvoapuntodematarasumujeryasuhijoenunincendio?—

Archerenarcólascejas,quesealzaronensufrentecomodoscuervosasustados—.Debesdeestaraún más loco que él.—Continuó cosiendo—. Como médico tuyo, es mi deber advertirte que, sisigues cometiendoestupideces comoésa, esmuyposibleque en el futuronecesitesun tratamientomás especializado que el que yo pueda ofrecerte.—Pasó la aguja una vezmás y cortó el hilo—.Aunque imagino que la transición a la senilidad a ti no te representará un problema grave.—Seapartó un paso y examinó con orgullo su obra—. Magnífico—dictaminó con un suspiro—. Unbordadoprecioso.

—Simemiroenelespejoyveoquemehacosidouncorazoncitoenlacara,nomequedarámásremedioqueprenderlefuegoasuconsulta.

Envolvióconcuidadolasagujasusadasylasmetióenunrecipientedeprotección.—Lospuntossedisolverándentrodeunosdías—dijo—.Ynojugueteesconellos.Yasécómo

soislosniños.LodejéallíriéndoseymedirigíencochealapartamentodeRitaFerris,cercadelacatedraldela

InmaculadaConcepciónydelcementeriodelEste,dondeestánenterradosBurrowsyBlythe,eseparde jóvenes necios. Murieron durante un innecesario combate naval en el que se enfrentaban elbergantín Enterprise de Estados Unidos y el británico Boxer, de los que eran los respectivoscapitanes,frentealascostasdelaisladeMonhegandurantelaguerrade1812.RecibieronsepulturaenelcementeriodelEstetrasunmultitudinariofuneraldoblequeacabóconundesfileporlascallesdePortland.CercadeellossealzaunmonumentodemármoldedicadoaltenienteKervinWaters,queresultóherido en lamismabatallay tardó enmorir dos atroces años.Contaba sólodieciséis añoscuandolehirieronydieciochocuandomurió.NoséporquémeacordédeellosmientrasmedirigíaalapartamentodeRitaFerris.DespuésdeconoceraBillyPurdue,quizáteníaplenaconcienciadeloqueeramalgastarunavidajoven.

DobléporLocustydejéatráslaiglesiaanglicanadeSanPabloamiderechayelmercadillodebeneficenciadeSanVicentedePaúla la izquierda.RitaFerrisvivíaal finalde lacalle, frentea laescuelaKavanagh.Eraunruinosoedificioblancodetresplantasalqueseaccedíaporunospeldañosdepiedraqueconducíanhastaunapuerta,flanqueadaaunladoporlostimbresylosnúmerosdelosapartamentos,yalotroporunahileradebuzonesabiertos.

Unamujer negra acompañada de una niña pequeña, probablemente su hija, abrió la puerta deentrada cuandome acercaba ymemiró con recelo. EnMaine la población negra es escasa si secomparaconotros estados: elnoventaynuevepor cientoera aúnblancoaprincipiosde los añosnoventa.Serequieremuchotiempoparasalvarsemejantediferencia,asíquequizásucautelafuesejustificada.

Ledediquéalamujermimejorsonrisaenunintentodetranquilizarla.—HevenidoaveraRitaFerris.Estáesperándome.Si en algo cambió su expresión, fue para endurecerse aún más. Su perfil parecía labrado en

ébano.—Sileespera,llamealtimbre—replicó,ymecerrólapuertaenlacara.

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Dejéescaparunsuspiroyllamé.RitaFerriscontestó;seoyóelchasquidodelpestillo,ysubíporlaescalerahastaelapartamento.

AtravésdelapuertacerradadelapartamentodeRita,enlasegundaplanta,oíquedabanSeinfeldeneltelevisorylatosblandadeunniño.Llamédosvecesconlosnudillosylapuertaseabrió.Ritase hizo a un lado para dejarme entrar. Sostenía aDonald sobre la cadera derecha, vestido con unpeleleazul.Llevabaelpelorecogidoenunmoño,unadeformadasudaderaazul,vaquerosysandaliasnegras. La sudadera estabamanchada de comida y baba del niño. El apartamento, pequeño y bienarregladopesealosgastadosmuebles,tambiénolíaaniño.

AvariospasospordetrásdeRitahabíaunamujer.Mientrasyolasobservaba,éstacolocóunacajadecartónllenadepañales,latasdecomidayverdurafrescaenelpequeñosofá.Enelsuelohabíaunabolsa de plástico con ropa de segunda mano y un par de juguetes, y advertí que Rita tenía unosbilletesenlamano.

Cuandomevio,sesonrojó,arrugóeldineroyselometióenelbolsillodelpantalón.Laotramujermemiróconcuriosidady,mepareció,conciertahostilidad.Debíaderondarlos

setenta años, tenía el cabello blanco, con permanente, y los ojos grandes y castaños. Llevaba unabrigo largo de lana, de aspecto caro, sobre un jersey de seda y unos pantalones de algodónentallados.Discretamente,ensusorejas,muñecasycuelloseveíandestellosdeoro.

Ritacerrólapuertacuandoentréysevolvióhacialamujermayor.—Éste es el señor Parker—dijo—.Ha ido a hablar con Billy pormí.—Se llevó lamano al

bolsillo posterior del vaquero y señaló tímidamente con la cabeza a lamujer—. Señor Parker, lepresentoaCherylLansing.Unaamiga.

Letendílamanoparasaludarla.—Encantadodeconocerla—dije.Trasvacilarporuninstante,CherylLansingmeestrechólamanoconsorprendentefuerza.—Igualmente.Ritasuspiróydecidióampliarunpocosupresentación.—Cheryl nos echa una mano —explicó—. Nos trae comida, ropa y otras cosas. Sin ella no

saldríamosadelante.Ahorafuelamujerdemayoredadquienparecióincomodarse.Levantólamanocomoquitándole

importancia y dijo una o dos veces «Calla, criatura». Luego se ciñó el abrigo y besó a RitasuavementeenlamejillaantesdeconcentrarsuatenciónenDonald.Lealborotóelpelo,yelpequeñosonrió.

—Mepasaréotravezporaquídentrodeunaodossemanas—anuncióaRita.UnaexpresióndepenaaparecióenelrostrodeRita,comosituvieralasensacióndequeencierto

modotratabacondescortesíaasuinvitada.—¿Seguroquenoquierequedarse?—preguntó.CherylLansingmelanzóunamiradaysonrió.—No,gracias.Estanocheaúnmequedaunlargocaminopordelante,ysindudaelseñorParkery

tútenéismuchodequehablar.Dicho esto,me dirigió un gesto de despedida y semarchó.La observémientras bajaba por la

escalera:serviciossociales,supuse,quizás,incluso,unaasistentedeSanVicentedePaúl.Alfinyal

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cabo,estabanenlaaceradeenfrente.Ritaparecióadivinarmeelpensamiento.—Esuna amiga, sólo eso—dijo en voz baja—.Conocía aBilly. Sabía cómo era, cómo sigue

siendo.Ahoraquiereasegurarsedequeestamosbien.Cerrólapuertayechólallave.Acontinuaciónmemiróelojo.—¿EsoselohahechoBilly?—Surgieronciertasdiferencias.—Lo siento. No pensaba que fuese a agredirle. —Una expresión de sincera preocupación se

reflejóensucara,quedeprontomeparecióhermosapesea lasojerasylasarrugasqueseabríanpasoentresusfaccionesaligualquegrietasatravésdeyesoantiguo.

SesentóysepusoaDonaldenequilibriosobrelarodilla.Eraunniñogrande,conenormesojosazulesyunapermanenteexpresióndeligeracuriosidad.Mesonrió,levantóundedo,lobajóotravezymiróasumadre.Ellalesonrió,yelniñosoltóunacarcajadaylediohipo.

—¿Letraigouncafé?—dijoRita—.Leofreceríaunacerveza,peronotengo.—Nobebo,gracias.Sólohevenidoparadarleesto.Le entregué los setecientos dólares. Pareció paralizada de asombro hasta que Donald intentó

agarrarunbilletedecincuentadólaresparallevárseloalaboca.—Eh,eh—dijoRitayalejóeldinerodesuhijo—.Bastantecaroresultayamantenerte.—Separó

dosbilletesdecincuentaymelosofreció—.Acéptelos,porfavor.Porloquehapasado,porfavor.Lecerrélamanoquemetendíaconeldineroylaapartécondelicadeza.—Noloquiero—respondí—.Comoledije,setratadeunfavor.HetenidounacharlaconBilly.

Meparecequeenestosmomentosdisponedeunpocodeefectivoyquizásempieceacumplirconsusobligaciones.Sinolohace,elasuntopodríaquedarenmanosdelapolicía.

Ritaasintióconlacabeza.—Billy no es mala persona, señor Parker. Simplemente está confuso, y muy resentido, pero

quiere aDonniemás que a nada en elmundo.Creo que haría cualquier cosa para impedir que loalejasedeél.

Esoera loque amímepreocupaba.Aquella llama roja en lamiradadeBilly se encendía conexcesiva facilidad, y en su interiorhabían anidado rabiay rencor suficientesparamantenerlavivadurantemuchotiempo.

Melevantéparairme.Enelsuelo,juntoamispies,viunodelosjuguetesdeDonald,uncamiónrojodeplásticoconuncapóamarilloquechirriócuandolorecogíylodejéenunasilla.ElruidodistrajoaDonaldporuninstante,peroenseguidacentródenuevosuatenciónenmí.

—Pasaréporaquílasemanaqueviene,paravercómovanlascosas.Le tendí un dedo a Donald, y él me lo agarró con su pequeñamano. De prontome asaltó la

imagendemipropiahijahaciendoesomismoyme invadióunaprofunda tristeza. Jennifer estabamuerta.Habíamuertojuntoconmiesposaamanosdeunasesinoque,convencidodelescasovalordeambas,lashabíadestrozadoyexhibidoamododeadvertenciaparaotros.Tambiénélestabamuerto,capturado y abatido en Louisiana, pero eso no me proporcionaba el menor consuelo. Así no secuadranloslibrosdecuentas.

Condelicadeza, retiré el dedodel puñodeDonaldy le di unapalmadita en la cabeza.RitamesiguióhastalapuertaconDonaldotravezenlacadera.

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—SeñorParker…—empezóadecir.—Bird—dijealavezqueabríalapuerta—.Asímellamanmisamigos.—Bird,quédate, por favor.—Con lamano libreme tocó lamejilla—.Por favor.Ahoravoya

acostaraDonald.Notengootramaneradeagradecértelo.Cuidadosamenteleapartélamanoylebesélapalma.OlíaacremaparalasmanosyaDonald.—Losiento,nopuedo—dije.Parecióunpocodesilusionada.—¿Porquéno?¿Nomeencuentrasguapa?Alarguéelbrazoyleacariciéelpelo,yellainclinólacabezabajomimano.—Noeseso—contesté—.Noesesonimuchomenos.Ritasonrió.Fueunasonrisadébilperounasonrisaalfinyalcabo.—Gracias—dijo,ymerozólamejillaconloslabios.Nuestra ensoñación se vio perturbada porDonald, a quien se le ensombreció el rostro cuando

toquéasumadreyderepenteempezóapegarmeconsumanita.—¡Eh!—dijoRita—.Bastaya.Peroelniñocontinuópegándomehastaqueapartélamano.—Se muestra muy protector conmigo —aclaró ella—. Seguro que ha pensado que querías

hacermedaño.Donald,conelpulgarenlaboca,hundiólacabezaenelpechodesumadreymemiróconrecelo.

Rita,enmarcadapor la luzdelapartamento,permanecióenelrellanoaoscurascuandobajépor laescalera.LelevantólamanoaDonaldparadespedirsedemí,yyoledevolvíelgesto.

Fuelaúltimavezquelosvivivos.

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2

Al día siguiente de hablar con Rita Ferris por última vez me levanté temprano. En la oscuridadinmóvilyopresivamedirigíencochealaeropuertoparatomarelprimervueloaNuevaYork.Enlosboletines informativos dieron las primeras noticias de un tiroteo en Scarborough, pero aún seconocíanpocosdetalles.

DesdeelJFKtoméuntaxiquemellevóporVanWyckyQueensBoulevard,dondeeltráficoeradenso,hastalaesquinadelacalleCincuentayUno.Unapequeñamultitudsehabíacongregadoyaenel cementerio deNewCalvary: corrillos de policías uniformados que fumaban y hablaban en vozbaja ante la verja; mujeres de luto, bien peinadas y maquilladas con delicadeza, intercambiabansolemnesgestosdeasentimiento;hombresmásjóvenes,algunoscasiadolescentes,conelcuellodelacamisademasiadoapretado,visiblementeincómodos,yconcorbatasnegrasprestadasqueteníanelnudo mal hecho, demasiado pequeño, demasiado fino. Algunos de los policías me miraron ysaludaronconlacabeza,yyolesdevolvíelsaludo.Conocíaamuchosporelapellido,peroignorabasusnombresdepila.

El coche fúnebre se acercó desdeWoodside, seguido de tres limusinas negras, y entró en elcementerio.Losasistentes,engruposdedosydetres,comenzaronaavanzartraslosautomóvilesy,lentamente,nosencaminamoshacialatumba.Viunmontículodetierraconesterasverdesencima,ycoronas y otras ofrendas florales alrededor. La concurrencia había aumentado: más policías deuniforme, otros de paisano, más mujeres, unos cuantos niños. Reconocí a varios subjefes, mediadocenadecapitanesytenientes,todosallíparapresentarsusúltimosrespetosaGeorgeGrunfeld,elviejosargentodeldistritoTreinta,quienfinalmentehabíasucumbidoalcáncerdosañosantesdelaedaddejubilación.

En mi opinión, era un buen hombre, un policía honesto, chapado a la antigua, que tuvo ladesgracia de trabajar en un distrito donde habían corrido durante años rumores de extorsión ycorrupción. Con el tiempo, los rumores dieron paso a las denuncias: sistemáticamente sedecomisabanarmasydrogas,sobretodococaína,yvolvíanavenderse;sellevabanacaboredadasilegales en las casas; se recurría a las amenazas. El distrito, que abarcaba hasta la calle CientoCincuentayUnoyAmsterdamAvenue,sesometióainvestigación.Alfinalsecondenóatreintaytresagentes,quehabían intervenidoendosmilprocesos,yamuchosdeellosporperjurio.SumadoalincidentedeDowdeneldistritoSetentayCinco—másarmasytráficodecocaína,mássobornos—,estehechodiomalaprensaalDepartamentodePolicíadeNuevaYork.Yosuponíaqueaúnsaldríanmáscosasalaluz:sedecíaqueMidtownSouthestabaenelpuntodemiracomoconsecuenciadeunacuerdoconlasprostitutasdelazona,queproporcionabansexorecreativoalosagentesdeservicio.

Quizá por eso había asistido tanta gente al funeral deGrunfeld. Él representaba algo bueno yesencialmente honrado, y su fallecimiento era de lamentar. Yo estaba allí por razones muy

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personales.Mearrebataronamimujeryamihijaendiciembrede1996,cuandoaúnerainspectordehomicidios enBrooklyn. La violencia y la brutalidad con que las arrancaron de estemundo, y laincapacidad de la policía para descubrir al asesino, provocaron un creciente distanciamiento entremiscompañerosyyo.Paraellos,elasesinatodeSusanyJennifermehabíacontaminadoypuestodemanifiestolavulnerabilidadinclusodeunpolicíaysufamilia.Deseabanconvencersedequeyoeralaexcepción,dequeenciertamanera,comoborracho,melohabíaganadoapulso,paraasínotenerqueplantearselaalternativa.Enciertosentidoteníanrazón:melohabíaganadoapulso,yhabíamospagadoporellomifamiliayyo,peronuncaperdonéamiscompañerosporobligarmeaafrontaresehechosolo.

RenunciéamipuestoenelDepartamentodePolicíadeNuevaYorkapenasunmesdespuésdelasmuertes.Muypocosintentarondisuadirmedemidecisión,yunodeellosfueGeorgeGrunfeld.Nosreunimos una soleada mañana de domingo en John's, un bar de la Segunda Avenida, cerca deledificiodelasNacionesUnidas.Tomamospomelosymagdalenassentadosenunreservadojuntoalaventanaconvistasa laSegundaAvenida,queenesemomentoestaba tranquila, conpoco tráficoyescasos peatones. Pacientemente, escuchó mis motivos para marcharme: mi aislamiento cada vezmayor,eldolordevivirenunaciudaddondetodoslosrinconesmerecordabanloquehabíaperdido,ylaideadequequizá,sóloquizá,lograríaencontraralhombrequemehabíaarrebatadotodoloqueparamíteníavalor.

—Charlie—dijo (nuncame llamaba Bird), una espesamata de pelo canoso coronaba su cararedonda, y sus ojos oscuros semejaban cráteres—, son todas buenas razones, pero si te vas, tequedarássoloylaayudaquepodránofrecertelosdemásserálimitada.Permaneciendoenelcuerpo,aúntendrásunafamilia,asíquequédate.Eresunbuenpolicía.Lollevasenlasangre.

—Losiento,peronopuedo.—Si te marchas, es posible que muchos lo vean como una huida. Probablemente algunos se

alegrarándeperdertedevista,peroteodiaránporrendirte.—Alláellos.Entodocaso,sonésosquienesmetienensincuidado.Exhalóunsuspiroytomóunsorbodecafé.—Nuncahasidofácilllevarsebiencontigo,Charlie.Eresdemasiadolisto,demasiadopropensoa

perder los estribos.Todos tenemos nuestros demonios, pero tú los llevas a flor de piel.Creo queponesnerviosaalagente,ysialgonolegustaaunpolicía,esquelopongannervioso.Vacontrasupropianaturaleza.

—Peroatinotepongonervioso,¿osí?Grunfeldhizogirarsutazasobrelamesaconeldedomeñique.Adivinéquequeríacontarmealgo

másperodudabasiconveníaono.Loquedijocuandoporfinhablómecausóciertavergüenza,ymultiplicópordiezmiadmiraciónporélsiaquelloeraposible.

—Tengo cáncer—comentó con calma—.Linfosarcoma.Me han anunciado que a lo largo delpróximoañomepondréfrancamentemal,ydespuésdeesomequedaráquizásunañodevida.

—Lo siento —dije, unas palabras tan insignificantes que de inmediato se perdieron en lamagnituddelasituaciónalaqueélseenfrentaba.

Grunfeldlevantólamanoehizounparcogestodeindiferencia.—Lamentonodisponerdemástiempo.Tengonietos.Megustaríaverloscrecer.Peroyavicrecer

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amishijosytecompadezcoporqueatitehanprivadodeeso.Quizáshagamalendecirlo,peroojalátengasunasegundaoportunidad.Alfinal,eslomejorqueunorecibeenestavida.

»Encuantoasimeponesnervioso,larespuestaesno.Lamuertevienepormí,Charlie,yesotellevaaver lascosasdesdeotraperspectiva.AdiariomedespiertoydoygraciasaDiosporseguiraquíyporqueeldoloraúnesllevadero.YentroenlacomisaríadelTreinta,ocupomiasientotraslamesadelasaladerevistayobservoalagentemalgastarsuvidademaneramiserable,ylesenvidiohasta el último minuto que pierden. Tú no hagas eso, Charlie, porque cuando estás furioso yatormentadoybuscasaalguienaquiencargarlasculpas,lopeorquepuedeshaceresechárteloencaraatimismo.Ylosiguientepeoresechárseloencaraaotrapersona.Ahíesdondelaestructura,larutina, pueden ser una ayuda. Por eso yo sigo en esa mesa, porque si nome ensañaría conmigomismoyconmifamilia.—Apuróelcaféyapartólataza—.Alfinalharásloquetengasquehacer,yteaconsejeloqueteaconseje,esonocambiará.¿Todavíabebes?

Nomemolestólafranquezadelapregunta,porquenoescondíadoblesintenciones.—Intentodejarlo—contesté.—Algo es algo, supongo.—Se llevó una mano a la mejilla y luego anotó un número en la

servilletadepapel—.Eselnúmerodemicasa.Sinecesitashablar,llámame.Pagólacuenta,meestrechólamanoysalióalaluzdelsol.Novolvíaverlo.Juntoalatumba,unasiluetaalzólacabezayfijósuatenciónenmí.WalterColemedirigióun

discreto ademán a modo de saludo y se concentró de nuevo en el sacerdote, que leía de undevocionarioencuadernadoenpiel.Enalgúnlugarunamujersollozabacalladamentey,enelcielooscuro,unreactorocultoseabríapasoentrelasnubesconunrugido.Ydespuésseoyeronsólolavozbajayapagadadelsacerdote,elsusurrodelatelamientrasplegabanlabanderayelecoahogadodelosprimerospuñadosdetierraalcaersobreelféretro.

Cuandolosasistentesempezaronamarcharse,mequedédepiejuntoaunsaucey,conamargura,disgusto y pesar, vi aWalterCole alejarse con los demás sin dirigirme una sola palabra.En otrotiempomantuvimosunaestrecharelación:fuimoscompañerosduranteunaépoca,luegoamigos,ydetodosaquelloscuyaamistadhabíaperdido,eraaWalteraquienmásechabademenos.Eraunhombreculto,aficionadoalalectura,alaspelículasquenoteníanporprotagonistasaStevenSeagaloJean-ClaudeVanDamme, y a la buenamesa.Había sidomi padrino de boda, y en ella sostuvo con talfuerzaelestuchedelasalianzasqueledejóprofundasmarcasenlamano.Yohabíajugadoconsushijos.SusanyyohabíamosdisfrutadodelacompañíadeWalterysuesposaLeeencenas,obrasdeteatroypaseosporelparque.Ymehabíapasadohorasyhorassentadoconélencochesybares,ensalasdejuzgadosyentrebastidores,sintiendoelpulsoregulareintensodelavidabajonuestrospies.

MeacordédeuncasoenBrooklyn.Vigilábamosaunpintorydecoradorsobrequienrecaía lasospechadequehabíamatadoasumujerylahabíahechodesaparecerdealgúnmodo.Estábamosenunmal barrio, algomás al este deAtlanticAvenue, yWalter olía de talmodo a poli que podríanhaberlepuestosunombreaunperfume;sinembargo,aquelindividuonoparecíasospecharsiquieraque estábamos allí. Quizá nadie lo advirtió. Nosotros no molestábamos a los yonquis ni a loscamellosnialasputas,ynuestrapresenciasaltabatantoalavistaquenopodíamosactuarensecreto,asíquelosvecinosdelbarriodecidierondejarnosenpazynoentrometerseennuestrosplanes.

Cada mañana el tipo llenaba su furgoneta de botes de pintura y brochas y se iba a trabajar.

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Nosotros lo seguíamos.A lo lejos, loobservamosmientraspintabaprimerounacasay,unpardedíasdespués,lafachadadeunatienda,antesdetirarlosbotesvacíosyvolveracasa.

Tardamosunosdíasenentenderquéhacía.FueWalterquienagarróundestornilladory,haciendopalanca,abrió la tapadeunode losbotesabandonadosenuncontenedor.Loconsiguióalsegundointento,porquelapinturasehabíasecadoenelborde.Lógicamente,fueesedetalleloquenospusosobreaviso:elhechodequelapinturaestuvieseseca,nofresca.

Dentrodelbotehabíaunamanodemujer.Llevabaaúnelanillodebodaeneldedoyelmuñónsehabíaadheridoalapinturadelfondodelalata,demodoquelamanoparecíasurgirdelabase.Doshorasmástarde,provistosdeunaordenderegistro,echamosabajolapuertadelacasadelpintory,enunrincóndeldormitorio,encontramosbotesdepinturaapiladoscasihastaeltecho,cadaunoconuna sección del cuerpo de la esposa. En algunos, la carne había sido encajada casi a presión.Descubrimoslacabezaenunbotedeesmalteblancodeocholitros.

Esanoche,Walter llevóacenaraLeey,cuandoregresaronacasa, laestuvoabrazandotoda lanoche.No hizo el amor con ella,me contó; sólo la abrazó, y ella lo comprendió.Yo ni siquierarecordabaquéhiceaquellanoche.Ésaeraladiferenciaentrenosotros,oalmenosloeraentonces.Ahorayohabíaaprendido.

Desdeentonceshabíahechoalgunascosas.Habíamatadoenunesfuerzoporencontraralasesinodemi familia, el Viajante, y vengarme de él.Walter lo sabía, lo había utilizado incluso para suspropiosfines,ysehabíadadocuentadequeyoharíapedazosaquienquieraqueseinterpusieseenmicamino.Piensoque,enciertomodo,fueunaprueba,unapruebaparaversiconfirmabasuspeorestemoresconrespectoamí.

Yasífue.Lo alcancé cerca de la verja del cementerio, con el fragor del tráfico, la versión urbana del

sonidodelmar,enlosoídos.WalterconversabaconEmerson,uncapitándestinadoantiguamenteenel distrito Ochenta y Tres y que en aquel momento estaba en Asuntos Internos, lo cual quizásexplicaselamiradaquemelanzócuandomeacerqué.ElasesinatodelpederastayproxenetaJohnnyFridayerayauncasoarchivado,ydudabaquellegasenadescubriralhombrequelohabíamatado.Losabía,porqueesehombreerayo.LohabíamatadoenunarrebatodeiraciegadurantelosmesesposterioresalasesinatodeJenniferySusan.AlfinalmetraíasincuidadoquésabíaodejabadesaberJohnny Friday. Sólo queríamatarlo por lo que, gracias a él, les había ocurrido a un centenar deSusans,aunmillardeJennifers.Lamentélamaneraenquehabíamuerto,comolamentétantasotrascosas, pero lamentarlo no iba a traerlo de nuevo a este mundo. Desde aquel día habían corridorumores,peronadasedemostraríajamás.Aunasí,Emersonhabíaoídoesosrumores.

—Parker—dijo,ymoviólacabezaconungestodeasentimiento—.Pensabaquenovolveríamosaverleporaquí.

—CapitánEmerson—respondí—.¿CómolevaporAsuntosInternos?Muyocupado,imagino.—Siemprehaytiempoparauncasomás,Parker—dijo,peronosonrió.Alzólamanoenungesto

de despedida aWalter y se encaminó hacia la verja con la espalda erguida, la columna vertebralsostenidaporlosligamentosdesurectitud.

Walter,conlasmanosenlosbolsillos,semirólospiesporunmomentoylevantólavistaparafijarlaenmí.Lajubilaciónnoparecíasentarlebien.Selenotabapálidoeinquieto,yteníacortesyla

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pielirritadaporelafeitadodeesamañana.Supusequeechabademenoslapolicía,yocasionescomoésaintensificabanaúnmássuañoranza.

—ComohadichoEmerson—comentóWalterporfin—,pensabaquenovolveríamosaverteporaquí.

—QueríapresentarlemisrespetosaGrunfeld.Eraunbuenhombre.¿CómoestáLee?—Bien.—¿Yloschicos?—Bien.—QuedabaclaroquenoerafácillidiarconsecutivamenteconWalteryEmerson—.¿Por

dónde andas ahora?—dijo, pero su tono daba a entender que lo preguntaba sólo por aligerar laincomodidaddelasituación.

—HevueltoaMaine.Esunsitiotranquilo.Nohematadoanadiedesdehacesemanas.LamiradadeWalterpermanecióimpasible.—Deberías quedarte allí. Si te entran ganas, puedes dispararle a una ardilla. Ahora tengo que

irme.Asentíconlacabeza.—Claro.Graciasportutiempo.No contestó y,mientras lo observaba alejarse, sentí un dolor profundo y humillante, y pensé:

tienenrazón.Nodeberíahabervuelto,nisiquieraporundía.

FuienmetroaQueensboroPlaza,dondehice trasbordoa la líneaNdeManhattan.Alpocodesentarme frente a un hombre que leía un panfleto religioso, el ruido y el olor del vagóndesencadenaronenmíunasucesiónderecuerdos,ymevinoalamemoriaalgoquehabíaocurridosiete meses antes, a primeros de mayo, cuando empezaba a dejarse notar el calor del verano.Llevabanmuertascasicincomeses.

Eralanochedeunmartes,yatarde,muytarde.TrassalirdelCaféconLeche,enlaesquinadelacalleOchentayUnoconAmsterdamAvenue, toméelmetroparavolveramiapartamentodelEastVillage.Debídeadormilarmeunrato,porquecuandodesperté,mivagónibavacíoyenelsiguientelaluzparpadeaba,pasandodelnegroalamarilloyotravezalnegro.

Eneseotrovagónviajabaunamujer,conlavistafijaensuspropiasmanosylacaraocultatraselcabello.Vestíapantalónoscuroyblusaroja.Teníalosbrazosextendidosylaspalmasdelasmanosenalto,comosileyeseelperiódico,salvoquesusmanosnososteníannada.

Ibadescalzay,bajosuspies,habíasangreenelsuelo.Melevantéyrecorríelvagónhastallegaralapuertaquecomunicabaconelotrocoche.Nosabía

dóndeestábamosnicuáleralaparadasiguiente.Abrílapuertay,alsalvarladistanciayentrarenlaoscuridaddelotrovagón,sentílabocanadadecalordeltúnel,elsaborainmundiciaycontaminaciónenlaboca.

Las luces se encendieron otra vez, pero lamujer había desaparecido, y no había sangre en elsuelo donde la había visto sólo unmomento antes.En el vagón viajaban otros tres pasajeros: unaanciananegra,aferradaacuatroenormesbolsasdeplástico;unhombreblancocongafas,esbeltoybienvestido,conunmaletínsobre lasrodillas;yunborrachodebarbadesigual, tendidoencuatro

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asientos,roncando.Medisponíaavolvermehaciaelejecutivocuando,frenteamí,viunasiluetaennegroyrojoiluminadaporunossegundos.Eralamismamujer,sentadaenlamismaposiciónqueantes:losbrazosextendidos,laspalmasdelasmanosenalto.Inclusoocupabamásomenoselmismoasiento,sóloqueunvagónmásallá.

Ycaíen lacuentadeque la luzvacilante tambiénparecíahabersedesplazadojuntoconella,demodoque,unavezmás,eraunafiguracapturadaainstantesporaquellailuminacióndefectuosa.Amilado,laancianaalzólavistaysonrió;elejecutivodelmaletínmemiróimperturbable,yelborrachocambiódeposiciónysedespertó,ycuandomeobservó,viunamiradadecomplicidadensusojosbrillantes.

Avancé por el vagón hacia la puerta, cada vezmás cerca.Algo en aquellamujerme resultabafamiliar,algoensuporte,algoensupeinado.Nosemovió,nolevantólavista,yyosentíquesemehacíaunnudoenelestómago.Alrededordeella, las lucesparpadearonyseapagaron.Entréenelvagón,elúltimoantesdelcochedelconductor,yolí lasangredelsuelo.Diunpaso, luegootro,yotromás,hastaqueresbalésobrealgohúmedoydeprontosupequiéneralamujer.

—¿Susan? —susurré, pero en la oscuridad reinaba el silencio, un silencio roto sólo por elimpetuosovientodelmetroyeltraqueteodelasruedasenlavía.Bajolosdestellosdelaslucesdeltúnel,visusiluetarecortadacontralapuertadelfondo,lacabezagacha,losbrazoslevantados.Laluzvacilóporunsegundo,ymedicuentadequenollevabaunablusaroja.Nollevabanada.Erasólosangre: sangre espesa y oscura. La luz resplandeció tenuemente a través de la piel que había sidoarrancadadesuspechosydispuestacomounmantosobresusbrazosextendidos.Alzólacabezayviuna mancha roja y desdibujada donde había estado la cara, y las cuencas de los ojos vacías ymutiladas.

Yen ese instante, cuando el tren se acercaba a la estación, chirriaron los frenosy el vagón sebalanceó. El mundo entero quedó a oscuras y no hubo más que un vacío hasta que entramos enHouston Street, y una iluminación antinatural inundó el coche. El olor de la sangre y el perfumecontinuabanflotandoenelaire,peroellayanoestaba.

Ésafuelaprimeravez.

Lacamareranos trajo las cartasdepostres.Le sonreí.Medevolvió la sonrisa.Lo inusitadoesprodigioso.

—Tiene el culo gordo —comentó Ángel mientras observaba cómo se alejaba. Él vestía suindumentariacaracterística:vaquerosdescoloridos,camisadecuadrosarrugadasobreunacamisetanegra y unas zapatillas de deporte que eran ahora una mugrienta burla del blanco original. Unacazadoranegradecuerocolgabadelrespaldodesusilla.

—Nolemirabaelculo—repuse—.Tieneunacarabonita.—Entoncesellaeslacaraaceptabledelasmujeresdeculogordo.—Sí—tercióLouis—.Parecelaportavozdelasculonas,laquesacancuandoquierenquedarbien

entelevisión.Lagentelamiraydice:«Bienpensado,quizálasculonasnoestántanmal».Como siempre, daba la impresión de que Louis había sido concebido como el intencionado

contrapuntoa suamante.Lucíaun trajenegrodeArmaniyunacamisadeetiquetablancacomo la

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nieve con el cuello desabrochado, el blanco virginal de la camisa en marcado contraste con susoscurasfaccionesysuafeitadacabezadeébano.

EstábamossentadosenJ.G.Melon's,unrestauranteen laesquinade laTerceraAvenidacon lacalleSetentayCuatro.Nolosveíadesdehacíadosmeses,peroaquellosdoshombres,eldiminutoexladrón blanco y su enigmático y persuasivo novio, eran en la actualidad lomás parecido a unosamigos que me quedaba. No se movieron de mi lado cuando Jennifer y Susan murieron y sequedaronconmigoduranteaquellosúltimosyterriblesdíasenLouisianacuandonosacercábamosalenfrentamiento final con elViajante.Vivían almargende la sociedad—quizás era ése unode losmotivosdenuestraestrecharelación—,yLouisenparticulareraunhombrepeligroso,unasesinoasueldo que en la actualidad disfrutaba de una especie de semijubilación turbia e indefinida, peroestaban del lado de los ángeles, aun cuando los ángeles no tuviesenmuy claro si considerarlo unhechopositivoonoensuevolución.

Ángelsoltóunaestridentecarcajada.—Portavozdelasculonas—repitióparasí,yexaminólacarta.Lelancéunapatatafritaquemehabíadejadoenelplato.—¡Eh,esbelto!—exclamé—.Meparecequebienpodríasprescindirdeunpardeheladosdevez

encuando.Siintentasesentrararobarahoraenalgunaparte,tequedaríasatascadoenlapuerta.Sólopodríascolarteencasasconventanasgrandes.

—Es verdad, Ángel —coincidió Louis, impertérrito—. Quizá deberías especializarte encatedrales,oenelMetropolitan.

—Aúnpuedopermitirmeunoscuantoskilosmás—contestóÁngelfulminándoloconlamirada.—Tío,siengordasmástodavía,parecerástúytugemelojuntos.—Muygracioso,Louis—dijoÁngelconungestodeindiferencia—.Entodocaso,ésanecesita

dospasesdemetroparaellasola;nosésimeexplico.—¿Ya tiquémás teda?—pregunté—.No tienesningúnderechoahacercomentariossobreel

sexoopuesto.Eresgay.Notienesunsexoopuesto.—Esoesunprejuicio,Bird.—Ángel, cuando alguien comenta que eres gay, no es un prejuicio; es sólo una afirmación.

Prejuicioescuandounolaemprendeconlosmiembrosmásvoluminososdelasociedad.—Eh—dijo—,esonocambiaelhechodeque,sibuscascompañía,quizápodamosayudarte.Lomiréfijamenteconunacejaenarcada.—Mepareceimprobable.Sillegoaestartandesesperado,mepegaréuntiro.Sonrió.—En fin, das esa impresión. He oído que la página web esa de las «Mujeres entre rejas», la

Womenbehindbars.com,bienvaleunavisita.—¿Cómo?—interrogué.Susonrisaseensanchódetalmodoqueunopodríahaberleencajadounatostadaenlaboca.—Ahíhaymuchasmujeresbuscandoaunhombre como tú.—Formóunapistola con lamano

derecha, me apuntó con el dedo índice y me disparó con un movimiento del pulgar. Parecía unnúmerodecabarédeuntuguriogay.

—¿QuéesexactamenteWomenbehindbars.com?—pregunté.

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Sabíaquemeestabanmortificando,perotambiénpercibíotraintencióntantoenÁngelcomoenLouis.«Alláenelnorteestás solo,Bird»,parecíaquequisierandecirme.«Nocuentasconmuchaspersonasaquienesrecurrir,ynosotrosnopodemoscuidardetidesdeNuevaYork.Aveces,inclusoantesquizádecreerqueestáspreparadoparaello,debestenderlamanoyencontraralgoenloquepuedas confiar de verdad. Debes buscar un punto de apoyo, o de lo contrario caerás y seguiráscayendohastaquetodoquedeaoscuras».

Ángelseencogiódehombros.—Ya sabes, uno de esos servicios de citas por Internet. En algunos sitios hay más mujeres

solitariasqueenotros:SanFrancisco,NuevaYork,lasprisionesestatales…—¿Estásdiciéndomequeexisteunserviciodecitasparamujeresenlacárcel?Levantólasmanosconlaspalmasabiertas.—Claroquesí.Lastaleguerastambiéntienensusnecesidades.Bastaconqueteregistres,yluego

echasunaojeadaalasfotosyeligesmujer.—Estánenlacárcel,Ángel—lerecordé—.Nopuedoinvitarlasacenaryalcinesincometerun

delito.Además,podríaserqueyolashubiesemandadoachirona.Novoyasalirconalguienaquienpuseentrerejas.Quedaríararo.

—Pues sal con mujeres de otros estados—propuso Ángel—. Declara zona restringida desdeYonkershastaellagoChamplain,yelrestodelpaísestuterritorio.

Brindópormíconsuvaso.Acontinuación,élyLouiscruzaronunamirada,yenvidiéesaclasedeintimidad.

—Yatodoesto,¿porquéestánencerradasesasmujeres?—pregunté,resignadoyaainterpretarelpersonajeserioenesaescenacómica.

—Enlapáginanosedice—respondióÁngel—.Sólodalaedad,loquebuscanenunhombreyunafoto.Unafotosinnúmerosdebajo—añadió—.Ah,ytedicesiestándispuestasatrasladarseono,aunquelarespuestaesbastanteobvia.Piensaqueestánenlacárcel.Probablementeeltrasladoocupaunadelasprimerasposicionesensulistadeprioridades.

—¿Yquémás tedaporquéestánencerradas?—preguntóLouis.Advertíquese le saltaban laslágrimas.Mecomplacióproporcionarle tantadiversión—.Las señorascometensudelito,cumplencondena,ysudeudaconlasociedadquedasaldada.Siempreycuandonolehayancortadolapollaaalguienylahayanatadoaunglobohinchadoconhelio,estásasalvo.

—Exacto—convinoÁngel—.Bastaconquefijesunasnormasbásicasyluegotanteeselterreno.Pongamosquehasidoladrona.¿Saldríasconunaladrona?

—Merobaría.—¿Conunaputa?—Nomefiaríadeella.—Esoquedicesmepareceunaatrocidad.—Losiento—contesté—.Quizápodríaisiniciarunacampaña.Ángelmoviólacabezaenungestodefingidopesarydeprontoseleiluminóelsemblante.—¿Yuncasode agresión?—sugirió—.Conunabotella rotao, tal vez,uncuchillode cocina.

Nadademasiadograve.—¿Uncuchillode cocinano teparece lobastantegrave?Ángel, ¿enquéplanetavives? ¿Enel

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mundodeloscubiertosdeplástico?—Unaasesina,pues.—Dependedeaquiénhayamatado.—Asuviejo.—¿Porqué?—¿Yyoquécoñosé?¿Tecreesquelepusemicrófonos?¿Salesconellaono?—No.—Joder,Bird,siteandascontantoremilgo,nuncaconocerásanadie.Lacamareraregresó.—¿Tomaránpostre,losseñores?Lostresdijimosqueno,yÁngelañadió:—No,conmidulzuranaturalmesobra.—Ytambiénlesobraalgúnqueotrokilo—apostillólacamarerayvolvióasonreírme.ÁngelsesonrojóyLouiscontrajoloslabiosenunamagodesonrisa.—Trescafés—dije,yledevolvílasonrisa—.Acabasdeganarteunapropinaconsiderable.

Después de comer fuimos a pasear alCentral Park y nos paramos junto a la estatua deAliciasobrelasetaqueseencuentraalladodelestanqueparabarcosteledirigidos.Aunquenohabíaniñoshaciendonavegarsusjuguetesporelagua,vimosadosotresparejasabrazadasenlaorilla,Louislasobservabaimpasible.ÁngelseencaramóalasetaysequedóallísentadoconlaspiernascolgandojuntoamíyAliciamirandoporencimadeél.

—¿Quéedadtienes?—pregunté.—Soylobastantejovenparasaberapreciartodoesto—contestó—.¿Yaticómotevanlascosas?—Sobrevivo.Tengodíasbuenosydíasmalos.—¿Cómolosdistingues?—Losdíasbuenosnollueve.Unasonrisacomprensivasedibujóensuslabios.—ElDíadeAccióndeGraciasdebiódeserunmaltrago.—Digraciasporquenollovió.—¿Tevaquedandobienlacasa?—quisosaber.EstabarehabilitandolaviejacasademiabueloenScarborough.Yamehabíamudadoallí,pero

aúnerannecesariasalgunasreformas.—Estácasiterminada.Hayquearreglareltejado,yesoestodo.Guardósilencioporunrato.—Enel restaurante sólopretendíamospincharteunpoco—dijopor fin—. Imaginamosqueno

pasasporunbuenmomento.Prontosecumpliráunaño,¿no?—Sí,eldocedediciembre.—¿Lollevasbien?—Visitarélatumba,lesofreceréunamisa.Nosésimeresultarámuydifícil.En realidad temía que llegase ese día. Por alguna razón, me parecía importante que la casa

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estuvieseacabadaparaentonces,queyomehubieseinstaladoyaallídemaneradefinitiva.Deseabalaestabilidadquesuponía, los lazosconunpasadoque recordaba feliz.Deseabaunsitioquepudiesellamarhogar,yenelquemefueraposiblerehacermivida.

—Tennosinformadosdelosdetalles.Iremos.—Osloagradecería.Ángelasintió.—Hasta entonces, te conviene cuidartemás, no sé sime entiendes. Si pasas demasiado tiempo

solo,alfinalenloquecerás.¿HastenidonoticiasdeRachel?—No.RachelWolfeyyohabíamossidoamantesporuntiempo.VinoaLouisianaparacolaborarenla

búsquedadelViajanteysetrajoconsigosusconocimientosenpsicologíayunamorpormíquenocomprendíyalqueentoncesfuiincapazdecorresponderplenamente.Eseveranoellahabíasufridofísicayemocionalmente.Nohabíamoshabladodesdeelhospital,peroyosabíaqueestabaenBoston.Inclusolahabíavistocruzarelcampusuniversitarioundía,sucabellorojoresplandecientebajoelsoldeúltimahoradelamañana,peronoreunívalorparaimportunarlaensusoledad,osudolor.

Ángelsedesperezóycambiódetema.—¿Hasvistoaalguieninteresanteenelfuneral?—Emerson.—¿ElgilipollasdeAsuntosInternos?Debesdehabertellevadounagranalegría.—VeraEmersonsiemprehasidounplacer.Unpocomásymetomamedidasparaunasesposasy

untrajederayas.TambiénestabaallíWalterCole.—¿Teníaalgoquedecirte?—Nadabueno.—Esunmoralista,yésossonlospeores.YhablandodeEmerson,¿tehasenteradodequeponen

en venta el número doscientos cuarenta y siete de Mulberry? Louis y yo estamos pensando encomprarlo,paraabrirunmuseodelasfuerzasdelorden.

El247deMulberryfuelasededelRaveniteSocialClub,cuartelgeneraldeJohnGottipadrehastaqueeltestimoniodeSammyelTorogarantizóeltrasladodelnegociodeGottiaunacelda.SuhijoJohnJuniorsehabíapuestoalfrentedelafamiliacriminaldelosGambino,ysehabíaganadoconelloladetenciónylafamadeserelpadrinomásineptoenlahistoriadelamafia.

—John Junior, tío—dijo Ángel, moviendo la cabeza con gesto de incredulidad—. He ahí lapruebadequelosgenesdelpadrenopasanintactosalprimogénitodemaneraautomática.

—Supongoqueno—contesté.Echéunvistazoalreloj—.Tengoqueirme.Hedetomarelavión.Louis sediomediavueltay se acercóanosotros, losmúsculosde su esbelto cuerpodemetro

noventaycincoeranperceptiblesinclusobajoeltrajeyelabrigo.—Ángel—dijo—, si te encontrase encima de un champiñón, quemaría toda la cosecha. Por tu

culpa,Aliciatienemalacara.—Ya. Eso es que te ha visto venir y ha pensado que vas a atracarla. No eres precisamente el

ConejoBlanco.Observé a Ángel mientras bajaba de la seta deslizándose y frenando con las manos. A

continuaciónlaslevantóparaenseñarlaspalmas,ligeramentecubiertasdemugre,yseaproximóala

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figurainmaculadadeLouis.—Ángel,teloadvierto,simetocas,tendrásquédespedirtedeBirdconunmuñón.Me aparté de ellos y contemplé el parque y la quietud del estanque. Experimenté un creciente

desasosiegocuyacausaeraincapazdeprecisar,unasensacióndeque,mientrasyomeencontrabaenNuevaYork,estabanocurriendoenotrolugarsucesosquemeafectabandealgúnmodo.

Yenlasuperficiedelestanqueseagruparonoscurosnubarrones,cambiandodeformaunayotravez, y las aves volaron a través de sus aguas poco profundas como si fueran a ahogarse. En lassombrasdeesemundodereflejos,losárbolesdesnudossondeabanlasprofundidadesconsusramas,comodedosqueescarbasencadavezmáshondoenunpasadoyacasiolvidado.

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3

Paramí,laprimeraseñaldequeseavecinaelinviernoessiempreelcambioenlacoloracióndelosabedules papeleros. Sus troncos, normalmente blancos o grises, pasan a ser de un tono verdeamarillento en otoño, que se mezcla con el tumulto de rojo ladrillo, dorado intenso y ámbarmortecino a medida que van transformándose los árboles. Contemplo los abedules y sé que elinviernoestádecamino.

Ennoviembrelleganlasprimerasescarchasimportantesylascarreterassonpeligrosas;lashojasdehierbasevuelvenquebradizascomoelcristal,demodoque,cuandounocamina,losfantasmasdesus pasos lo siguen como filas de almas en pena. En las esqueléticas ramas se acurrucan losgorrionesmolineros;losampelissecolumpianderamaenrama,ydenochelaslechuzasgavilanasbuscanpresasenlaoscuridad.EnelpuertodePortland,quenuncasehielaporcompleto,hayánadesreales,patosarlequinesyeideres.

Inclusoenlosmomentosmásfríos,elpuerto,loscamposylosbosquesestánllenosdevida.Lasurracasazulesvuelany loschochinesemitensureclamo; lospinzonessealimentandesemillasdeabedul. Seres diminutos e invisibles reptan, cazan, viven, mueren. Las crisopas hibernan bajo lacortezamuertadelosárboles.Laslarvasdefrigáneallevanacuestassuscasasconstruidasconrestosde plantas, y los áfidos permanecen encogidos en los alisos. Las ranas del bosque duermencongeladas bajo capas de hongos, en tanto que los escarabajos y los nadadores de espalda, lostritonesylassalamandrasmaculadas,consuscolasgruesasporlagrasaacumulada,seagitanenlasheladasaguas.Hayhormigascarpinteras,pulgasde lasnieves,arañasymariposasmantodedueloquerevoloteansobrelanievecomopapelquemado.Ratonesdepatasblancasyratonesdecampoymusarañaspigmeascorreteanporlanievefundida,atentasalaaparicióndezorrosycomadrejasydelascruelesmartaspescadoras,quecazanpuercoespinescon losquecompartenelhábitat.La liebrenival adquiere un pelaje blanco en respuesta a las escasas horas de luz solar, más apto paraescondersedelosdepredadores.

Porquelosdepredadoresnuncadesaparecen.

Cuandollegaelinvierno,alascuatroyahaoscurecidoylavidasecomprimeparaadaptarsealasrestriccionesimpuestasporlanaturaleza.Lagentevuelveaformasdevidaque,enalgunosaspectos,les habrían resultado familiares a sus antepasados, a los primeros colonos que remontaron losgrandes valles fluviales tierra adentro en busca de bosquesmadereros y tierras cultivables. Salenmenos y se quedan en sus casas al calor del hogar. Terminan sus tareas diarias antes de queoscurezca. Piensan en la siembra, en el bienestar de los animales, de los niños, de los ancianos.Cuandoabandonansuscasas,seabriganbienyagachanlacabezaparaquenolesentreenlosojosla

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arenaquelevantaelvientodelcamino.En lasnochesmás frías las ramasde los árboles crujenen laoscuridad, el cielo se iluminaal

pasodelosángelesdelaauroraborealylosternerosmueren.Habrá falsos deshielos en enero, otros en febrero y marzo, pero los árboles continuarán

deshojados.Latierraseconvierteenbarroconelcalorquesuelehacertraselamaneceryvuelveahelarsedenoche;dedía,loscaminossonintransitables,yaloscurecer,peligrosos.

Ylagentesiguereuniéndoseenlugarescalientesyesperaaqueelhieloseresquebrajeenabril.

EnOldOrchardBeach,alsurdePortland,losparquesdeatraccionesestánvacíosyensilencio.Lamayoríadelosmotelespermanecencerradosylasrejillasdelaireacondicionadoestáncubiertasconbolsasdeplásticonegro.Lasolasrompengrisesyfrías,ylasruedasdeloscochesproducenungolpeteograveysordoalcruzarlasviejasvíasdelferrocarrilenlacallemayor.Asíhasidohastadondemealcanzalamemoria,desdequeeraniño.

Cuandolosárbolesempezabanatransformarse,yantesdequelosabedulespapelerospasarandelblanco hueso a los colores de un hermoso declive, el timador SaulMann liaba los bártulos y sepreparabaparaabandonarOldOrchardconrumboaFlorida.

«Elinviernoesparalospaletos»,decíamientrasguardabalaropa—suscorbatasdecharlatándeferia, sus vistosas chaquetas de JCPenney, sus zapatos de dos tonalidades—en sumaleta de colortostado.Sauleraunhombremenudoyatildado,conelpelonegrocomoelazabachedesdeque loconocíayalgodebarriga,queapenastensabaunpocolosbotonesdelchaleco.Lasfaccionesdesucara eran de una vulgaridad inexorable, curiosamente difíciles de recordar, como si las hubieseencargadoapropósito.Suactituderacordialynadaamenazadora,ynoledominabalacodicia,asíqueraravez,onunca,sobrepasabasuspropioslímites.Timabaalagenteentornoalosdiezoveintedólares,enocasionescincuenta,ymuydevezencuando,sipensabaquelavíctimapodíasobrellevarlapérdida,unpardecientos.Porlogeneraltrabajabasolo,perosieltimoloexigía,contratabaaunceboparaatraeralospardillos.Aveces,silascosasnoandabanbien,encontrabatrabajoconlagentedelasferiasambulantesylosfullerosenpartidasamañadas.

Saulnuncasehabíacasado.«Acualquierhombrecasadoletimasumujer»,decíaSaul.«Nuncatecasesamenosqueellaseamásricaque tú,más tontaque túymásguapaque tú.Oeso,oeresunprimo».

Seequivocaba, claro está.Yomecasé conunamujerquepaseabaconmigopor el parque,quehacíaelamorconmigoyquemediounahija,yaquiennolleguéaconocerrealmentehastaquesefue de este mundo. Saul Mann nunca disfrutó de una alegría así: tan preocupado estaba por noconvertirseenpardilloquelavidaleestafósinquesediesecuentasiquiera.

Mientrashacíalamaletateníaasulado,enunasegundabolsanegradecharolmáspequeña,lasherramientas de su oficio, las armas del pequeño timador. Estaba la cartera repleta de billetes deveintedólaresque,trasunexamenmásatento,revelabanserunbilletedeveintedólaresmáslamitaddelMaine Sunday Telegram cuidadosamente cortado en trozos del tamaño de un billete de veintedólares.Eltimador«encuentra»lacartera,pideconsejoalprimosobrequéhacerconella,accedeadejarlabajosucustodiahastaquelaobligaciónlegaldeentregarlaexpireconelpasodeltiempo,lo

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animaaofrecerundepósitodeciendólarescomogestodebuenavoluntad,sóloparaasegurarsedequenovaaestafarlesupartedelefectivoy,heloahí,eltimadorhasacadoochentapavosconeltrato,menosel costedeunacarteranuevayotro ejemplardelMaineSundayTelegram para el siguientecamelo.

Habíaanillosdediamantesfalsos, tododecristal,estrásymetal tanbaratoqueunotardabaunasemana en quitarse lamancha verde de los dedos, y chapas de botella para el juego de los triles.HabíanaipesconmásmarcasquelaplayadeOmahaelDíaDytambiénmaterialparaotrostimosmáselaborados:documentosrepletosdesellosdeaspectooficialqueprometíanalportadorelsol,lalunaylasestrellas;boletosdeloteríaquegarantizabanalganadorexactamenteelceroporcientodenada; talonarios de diez o veinte cuentas distintas, cada una con fondos apenas suficientes paramantenerlas en funcionamiento, peroque a la vez le permitían extender cheques sin problemasunviernesporlanoche,condosdíasderespetabilidadfiscalantesdeserdevueltos.

Enlosmesesdeverano,SaulMannrecorríalospueblosturísticosdelacostadeMaineenbuscadevíctimas.LlegabaaOldOrchardBeachreligiosamenteel3dejulio,alquilabalahabitaciónmásbarataqueencontrabaytrabajabaenlaplayaduranteunasemana,dosalosumo,hastaquesucaraempezaba a ser conocida. Entonces iniciaba el recorrido hacia Bar Harbor, al norte, y repetía lamismamaniobra,siempreenmarcha,sinquedarsenuncademasiadotiempoenunsitio,eligiendoasusvíctimasconcuidado.YcuandohabíaamasadodinerosuficienteylagenteempezabaamarcharsedespuésdelDíadelTrabajo,cuandolosárbolesempezabanacambiar lentamente,SaulMannliabalosbártulosysetrasladabaaFloridaparatimarallíalosturistasdeinvierno.

Miabuelonosentíagransimpatíaporélo,comomínimo,noconfiabaenél,yparamiabueloconfianzaysimpatíaeranlamismacosa.«Sitepidequeleprestesundólar,nolohagas»,meadvirtióunayotravez.«Recuperarásdiezcentavossiesquerecuperasalgo».

PeroSaulnuncamepidiónada.LoconocíunveranoqueyotrabajabaenlassalasdejuegosdeOldOrchard,dondemededicabaaaceptareldinerodeniñospequeñosacambiodepeluchescuyosojos se mantenían en su sitio mediante prendedores de un centímetro y medio de largo y cuyosmiembrospermanecíanunidosaltroncoporlavoluntaddeDios.SaulMannmehablódelasferiasambulantes,delosengañosenequipo:lacanastadebaloncestoconlapelotademasiadohinchadayelarodemasiadopequeño,losdardosparaglobosconlosglobosmediodesinflados;lagaleríadetirocon lasmiras torcidas. Observé cómo trabajaba con la gente, y esome sirvió como aprendizaje.Elegíaalosancianos,loscodiciosos,losdesesperados,aaquellostaninsegurosqueconfiabanmáseneljuiciodeotrohombrequeenelsuyopropio.Avecesoptabaporlostontos,perosabíaquelostontospodíanresultarmezquinos,oquequizánoteníandinerosuficienteparaqueeltimomerecieselapena,oqueaveceserantanpocoastutosquesevolvíandesconfiados.

Mejoresaúneranlosquesecreíanlistos,losqueteníanbuenosempleosenlocalidadesdetamañomedioyquepensabanquejamáscaeríanenlastrampasdeuntimador.Éstosconstituíansuobjetivoprioritario,ySaulseregodeabaconelloscuandoaparecían.Murióen1994enunaresidenciaparaancianosdeFloridaentrelaspersonasqueanteshabíaescogidocomovíctimas,yprobablementelosengañójugandoalacanastahastaqueexhalóelúltimoaliento,hastaqueDiostendiósumanoylemostróque,alfinal,todossomosunosprimos.

EstofueloquemeaconsejóSaulMann:«Nuncadestreguaalospardillos:escaparánsilohaces.

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Nuncasientaspiedad:lapiedadeslamadredelacaridad,ylacaridadconsisteenentregardinero,yuntimadornuncaentregadinero.Ynuncalosobliguesahacernada,porquelosmejorestimossonaquellosenlosqueellosvienenati.Ponelseñuelo,esperaysiempreacudiránati».

Aquel diciembre la nieve llegó pronto a Greenville, Beaver Cove, Dark Hollow y los otrospueblos que lindaban con losGrandesBosques delNorte.Cayeron los primeros copos y la gentemiróalcielopara,deinmediato,apretarelpaso,conunnuevobríoenelandar,espoleadosporelfríoqueyasepresentía.Seencendió fuegoen laschimeneas, seabrigóa losniñoscon llamativasbufandasrojasyguantesconloscoloresdelarcoiris,yselesadvirtióquenopodíanquedarseenlacallehastatarde,quedebíandarseprisaparavolveracasaantesdequeoscureciera,yenlospatiosdelasescuelasempezaronacontarsehistoriassobreniñospequeñosqueseapartabandelcaminoylosencontrabanfríosymuertoscuandollegabaeldeshielo.

Yen losbosques, entre los arces, los abedulesy los robles, entre las píceasy las tsugasy lospinosblancos, semovía algo.Caminabadespacioycondeterminación.Conocía aquellosbosques,losconocíadesdehacíamuchotiempo.Pisabaconaplomo;sabíadóndehabíaunárbolcaído.Paraél,cadamurodepiedraantiguo,cubiertoporlosbosquesrenovadosyperdidoentrelamaleza,eraunlugardondedescansar,dondecobraralientoantesdeseguiradelante.

Enlanegruradelinviernocomenzóamoverseconunnuevoobjetivo.Algoquesehabíaperdidoahorahabíareaparecido.Algodesconocidosehabíapuestodemanifiesto,comosilamanodeDioshubiese descorrido un velo. Pasó junto a los restos abandonados de una vieja granja con el techodesplomadodesdehacíatiempo,lasparedesnomásqueunrefugiopararatones.Llegóaloaltodelmonteyrecorriólacima,conlalunaresplandecienteenelcielo,elmurmullodelosárbolesenlaoscuridad.

Ydevorólasestrellasasupaso.

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4

HacíacasitresmesesquehabíavueltoaScarborough,alacasadondehabíapasadolaadolescenciatras lamuerte demi padre y quemi abuelomehabía dejado en su testamento.En elEastVillage,donde viví durante una temporada después de la muerte de mi esposa y de mi hija, la ancianapropietariadelapartamentoderentacontroladameacompañóhasta lasalidaconunasonrisaenelrostromientrascalculabaelaumentoqueaplicaríaalsiguienteinquilino.EraunaitaloamericanadesetentaydosañosquehabíaperdidoasumaridoenCorea,yporloregularsemostrabatancordialcomounaratahambrienta.Ángelcomentóunavezqueprobablementesumaridosehabíaentregadoalenemigoparaquenoloenviaranderegresoacasa.

EnlacasadeScarboroughnaciómimadre,yallívivíanaúnmisabueloscuandomipadremurió.Después de trescientos años anclado en el pasado, Scarborough había iniciado ya un proceso decambiocuandoyolleguéafinalesdelosañossetenta.Debidoalaprosperidadeconómicaempezabaa convertirse en población satélite de Portland, y si bien algunos de los antiguos residentesconservabansustierras,unastierrasquehabíansidopropiedaddesusfamiliasdurantegeneraciones,los promotores inmobiliarios pagaban precios altos y cada vez habíamás gente que vendía. PeroScarborougheraaúnlaclasedecomunidaddondeunoconocíaasucarteroyalafamiliadeéste,yél,asuvez,conocíaalatuya.

Desde la casa demi abuelo en Spring Street podía ir en bicicleta hasta Portland en direcciónnorte,ohastaHigginsBeach,FerryBeach,WesternBeacholapropiaScarboroughBeachhaciaelsur, o incluso podía llegar hasta el extremo de Prouts Neck para contemplar las islas de Bluff yStrattonyelocéanoAtlántico.

Prouts Neck es una pequeña punta de tierra que se adentra en Saco Bay a unos dieciochokilómetrosalsurdePortland.AllíseestablecióelartistaWinslowHomerafinalesdelsigloXIX.Sufamilia adquirió casi todas las tierras del cabo yWinslow investigó a sus eventuales vecinos consumocuidado,yaque,porlogeneral,legustabaestarasusanchas.Lagentedelcabosiguesiendoasí.Desde1926hayuneleganteclubnáuticoyunclubdeplayaprivadorestringidoaquienesresidenoalquilancasasdeveraneoen la zonaypertenecena laAsociacióndeProutsNeck.ScarboroughBeachsiguesiendopúblicaygratuita,yhayaccesopúblicoaFerryBeach,cercadelBlackPointInnen ProutsNeck.Como fue al lado de FerryBeach dondeChesterNash, PaulieBlock y otros seishombres perdieron la vida, los veraneantes del cabo iban a tener mucho de que hablar cuandoregresasenenvacaciones.

Enlaviejacasa,elpasadoflotabaenelairecomomotasdepolvoenesperadeseriluminadasporlosintensosrayosdelamemoria.Eraallídonde,rodeadodelosrecuerdosdeunajuventudmásfeliz,confiabaenenterraralosviejosfantasmas:losfantasmasdemimujerydemihija,quemehabíanacosadodurantemuchotiempoperoquequizásahorahabíanalcanzadounaespeciedepaz,unapaz

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quenosereflejabaaúnenmipropiaalma;elfantasmademipadre;eldemimadre,quemehabíaalejado de la ciudad en un esfuerzo por encontrar la serenidad para ambos; el deRachel, a quienparecíahaberperdido,yeldemiabuelo,quemehabíaaleccionadosobreeldeberylahumanidadysobrelaimportanciadecrearseenemigosdequienesunopudierasentirseorgulloso.

En cuanto lamayor parte de la casa estuvo habitable, dejé el hotel de la esquina deSt. John yCongressStreetenPortlandymeinstaléallí.Denocheelvientoagitabaruidosamentelasláminasdeplásticodeltejado,quechacoloteabancomoalasoscurasycorreosas.Laúltimaobrapendienteeraelempizarrado,yporesomeencontrabasentadoenelporcheconunatazadecaféyelNewYorkTimesalasnuevedelamañanasiguiente,esperandoaRogerSimms.Rogererauncincuentóndeespaldaerguida, músculos finos y alargados y un rostro de color palisandro. Era capaz de hacer casicualquiercosaquerequirieseelusodeunmartillo,unasierrayladestrezainnatadeunartesanoparaponerordenenelcaosdelanaturalezayelabandono.

LlegópuntualmentealvolantedesuviejoNissan,cuyosgasesdeescapedecolorazulensuciabanelairecomolanicotinalospulmones.Saliódelcochevestidoconunosvaquerosanticuadosllenosde manchas de pintura, una camisa tejana y un jersey azul que era poco más que un puñado deagujeros unidos por hebras. Unos guantes marrones de cuero asomaban de uno de los bolsillosposterioresdelosvaquerosyllevabaunagorranegradepuntocaladahastalasorejas.Pordebajo,pendíanmechones de cabello oscuro como las patas de un cangrejo ermitaño. Entre los labios lecolgabauncigarrilloconunacolumnadecenizaenlapuntaquedesafiabalaleydelagravedad.

Lealcancéunatazadecaféyélselabebiódeprisamientrasexaminabaeltejadoconojocrítico,comosilovieraporprimeravez.Yahabíaestadoallíunastresvecesparacomprobarelestadodelasvigasylossoportesdeltejadoyparamedirlosángulos,asíquemepareciópocoprobablequefueraatoparconalgunasorpresa.Mediolasgraciasporelcaféymedevolviólataza.«Gracias»fuelaprimerapalabraquemedirigiódesdesullegada.Rogererauntrabajadorexcelente,perolacantidaddeairequemalgastabaencharlainnecesarianohabríasalvadolavidadeunmosquito.

Yo tenía la impresión de que, techando la casa vieja, reafirmaba por fin mi lugar en ella.Despojadadesustejasdepizarraviejasyrotas,sinnadamásquelosplásticosparaprotegerladeloselementos, había quedado reducida a un cascarón sin vida, y los recuerdos de vidas pasadascontenidos entre sus paredes se hallaban ahora en estado latente, como para ampararlos de losestragosdelmundonatural.Coneltejadorestaurado,lacasavolveríaaestarcalienteycerrada,yyopodríafundirmeconsupasadogarantizandosufuturoymipresenciaenella.

Amododepreparativo, yahabíamospuesto listonespara sujetar las tejas, utilizandopiezasdecincopordiezcortadasalolargoporlamitadeimpregnadasdeprotectorparalamadera.Ahora,conelairefríoycortante,ysinlaamenazadelluviaenelcielo,iniciamoslacolocacióndelastejas.Habíaalgoenelproceso,susritmosyrutinas,queloconvertíancasienunejerciciodemeditación.Avanzandometódicamentepor lasuperficiedel tejado,alargabaelbrazoparaalcanzaruna teja, laponíasobrelaanterior,ajustabaelladoexpuestomedianteunamuescaenelmangodelmartillo,dabalavueltaalmartillo,clavabalateja,tomabaotraycomenzabadenuevoelproceso.Encontréciertapazenelloylamañanasemepasódeprisa.DecidínocompartirconRogermisespeculaciones.Poralguna razón,quienes realizan trabajoscomo tejarcasasparaganarse lavida tiendenamolestarseante las reflexiones de los aficionados sobre la naturaleza de la tarea. Roger probablemente me

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habríalanzadoelmartillo.Durantelascuatrohorasqueestuvimostrabajando,tantoRogercomoyodescansábamoscuando

nosapetecía;despuésbajéconcuidadoylecomentéquemeacercaríaalrestaurantetailandésSengdeCongressStreetparacomprarcomida.Dejóescaparungruñidoqueinterpretécomounasentimiento,así queme encaminé hacia elMustang y salí en dirección a South Portland.Como de costumbre,MaineMall Road estabamuy concurrida, con gente que curioseaba en Filene's o iba a los cines,comíaenelOldCountryBuffetoevaluabalosmotelesdelaavenida.Dejéatráselaeropuerto,seguíporJohnsonyfinalmentelleguéaCongress.AparquédetrásdelhoteldeSt.JohnentreunPintoyunFiat;luegorecorríapielamanzana,comprélacomidaylacoloquéenelasientotraserodelcoche.

Edgardaún teníaunacajaconcosasmíasdetrásdelmostradorde recepcióndelhotely semeocurrió ir a recogerla aprovechandoqueestabaen la zona.Abrí lapuertay entré enel recargadovestíbulodeestiloantiguo,consuviejaradioysusordenadaspilasdefolletosturísticos.Edgardnoestaba,perootrohombrequenoreconocímesacólacaja,mesonrióycontinuócontandorecibos.Lodejéenfrascadoensutarea.

Cuando volví al aparcamiento, vi que alguien me había cerrado el paso. Un enorme CadillacCoupe de Ville negro, de unos cuarenta años y prácticamente una antigüedad, había estacionadodetrásdelMustangynomedejabaespacioparasalir.Teníaneumáticosblancos,latapiceríadecolortostado restaurada, y los característicos parachoques achatados de la parte delantera intactos yresplandecientes.Enelasiento traserohabíaunmapadeMainey teníamatrículadeMassachussets,pero,apartedeeso,nadaenelcocheidentificabaasudueño.Podríahabersalidodirectamentedeunmuseo.

Guardé la caja en el maletero del Mustang y volví a entrar en el hotel, pero el hombre delmostradormedijoquenuncaanteshabíavistoelCadillac.Seofrecióaavisaralagrúa,perodecidíintentarlocalizarprimeroaldueño.PreguntéenelPizzaVilla,enlaaceradeenfrente,perotampocosabíannada.Probé inclusoenelDunkin'Donutsy elSportsman'sBarhastaque, aún sin resultadoalguno,volvíacruzarlacalleydiunapalmadaaltechodelCadillacenungestodefrustración.

—Bonitocoche—dijounavozmientrassedesvanecíaelecodemipalmada.Eraunavozaguda,casi de niña, con un tonillo que delataba más malicia que admiración y el sonido sibilante de laprimerapalabracasiamenazador.

A la entrada del aparcamiento del hotel había un hombre apoyado contra la pared. Era bajo ygordo;posiblementenomedíamásdemetrosesentaycincoypesabaunoscienkilos.Llevabaunagabardinadecolortostado,ceñidaconuncinturón,pantalonesnegrosymocasinesmarrones.

Sucaraparecíasacadadeunapelículadeterror.Estabacompletamentecalvoyelcuerocabelludoseleuníapordetrásalosrodetesdegrasadela

nuca.Desdelassieneshastalaboca,lacabezaparecíaensancharseenlugardeestrecharseyacababaperdiéndoseenloshombros.Noteníacuello,oalmenosnadaquemerecieraesenombre.Presentabauna palidez cadavérica, excepto por los labios rojos, gruesos y largos, que tenía dilatados en unrictusamododesonrisa.Teníalanarizachatada,semejanteaunhocico,conlosorificiosanchosyoscuros,ylosojostangrisesqueparecíanincoloros,laspupilascomopuntosnegrosenelcentro,dosdiminutosmundososcurosenununiversofríoyhostil.

Seapartóde laparedyavanzóconandar lentoyfirme,yenesemomentopercibísuolor.Era

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difícil de reconocer al estar disimulado por alguna colonia barata, perome indujo a contener larespiración y a retroceder un paso. Era el olor de la tierra y la sangre, el hedor de la carnedescompuestayel intensomiedoanimalque flotaenunmataderoal finaldeuna larga jornadadesacrificios.

—Bonitocoche—repitió,yunamanoblancaycarnosasaliódeunodelosbolsillos,losdedoscomo babosas pálidas y viscosas que hubiesen pasado demasiado tiempo en rincones oscuros.AcaricióeltechodelMustangconungestodeponderaciónyparecióquelapinturafueseacorroersede forma espontánea bajo sus dedos. Era la manera en que un pederasta tocaría a un niño en unparqueencuantolamadreledieralaespalda.Poralgúnmotivo,sentíelimpulsodeapartarlodeunempujón,peromecontuveobedeciendoauninstintomáspoderosoquemedisuadíadetocarlo.Nohabríasabidoexplicar larazón,perodeélparecíaemanaralgoinmundoqueinducíaaeludir todocontacto.Dabalaimpresióndequetocarloequivaldríaainfectarse,aarriesgarsealacontaminaciónoelcontagio.

Pero había algo más que eso. Exudaba una sensación de extrema letalidad, una capacidad deinfligirdañoydolortanprofundaqueeracasisexual.Brotabadesusporosyfluíaviscosamenteporsupiel,casicomosigoteasedemodoperceptibledelaspuntasdesusdedosyelextremodesunarizfeayanimal.Pesealfrío,pequeñasgotasdesudorlebrillabanenlafrenteysobreellabiosuperior,cubriendo de humedad sus blandas facciones. Si alguien lo tocaba, presentí, la piel cederíapegajosamentealapresión,losdedossehundiríanensucarne,ylosuccionaría.

Yluegolomataría,porqueésaeralafuncióndeaquelhombre.Deesoestabaseguro.—¿Essuyoelcoche?—preguntó.Susojosgrisesdespidieronunresplandorfríoylapuntadesu

rosadalenguaasomóentreloslabioscomounaserpienteventeandoelaire.—Sí,esmío—contesté—.¿YeseCadillacessuyo?Pareciónooírlapregunta,odecidiónooírla.EnlugardeesorecorrióeltechodelMustangcon

otromovimientolargoyacariciador.—Un buen coche, elMustang—dijo asintiendo para sí, y de nuevo oí la vibración sibilante e

intensa del sonido «s», como agua que cae sobre un fogón caliente—. ElMustang y yo tenemosmuchoencomún.

Seacercóamícomoparahacermepartícipedeunsecretoprofundoysiniestramentegracioso.Olísualiento,dulzónydemasiadomaduro,comolafrutadefinalesdeverano.

—Losdosnosfuimosalamierdadespuésdelosañossetenta.—Ydeprontoseechóareír,unsiseogravecomoelruidodelgasquedesprendeuncadáver—.Másvalequecuidedeestecoche,queseaseguredequeno lepasanada.Unhombrehadevigilar loquees suyo.Debeocuparsede susasuntosynometerlanarizenlosasuntosajenos.—RodeólapartetraseradelcocheantesdeentrarenelCadillac,demodoquetuvequevolvermeparamirarlo—.Hastalavista,señorParker.

Acontinuación,elCadillacarrancóconunrumorgraveyseguroy,peseaestarprohibido,giróalaizquierdaporCongressendirecciónalcentrodePortland.

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Cuando regresé con la comida, Roger no parecía muy contento por todo lo que le había hechoesperar,ajuzgarporlasarrugasqueteníaenlafrente,queenesemomentoparecíanuncentímetromásprofundas.

—Hatardadounaeternidad—mascullómientrasalcanzabalacomida.Eraunadelasfrasesmáslargasquelehabíaoído.

Empecéporelpolloconarroz,perosemehabíaquitadoelapetito.Laaparicióndeaquelgordocalvo en Congressme inquietaba, aunque no sabía exactamente por qué, aparte del hecho de queconocíaminombreymeponíalacarnedegallina.

Rogeryyovolvimosaltejado,yunvientofríonosobligóaforzarunpocolamarchaafindeterminaraprimerahoradelatarde,cuandolaluzempezabaadeclinar.PaguéaRogeryélmediolasgraciasasintiendoconlacabeza.Luegoregresóalpueblo.Teníalosdedosentumecidosdetrabajaren el tejado, pero la obra debía completarse antes de las intensas nevadas o, si no, viviría en uncastillodehielo.Mediunaduchacalienteparaquitarmelasuciedaddelpeloylosdedos,ycuandomedisponíaaprepararmeuncafé,oíquesedeteníauncochefuera.

CuandobajódelHondaCivic,porunmomentonolareconocí.Habíacrecidodesdelaúltimavezquelaviylenotéelpelomásclaro,teñidoconalgúntipodetinte.Teníacuerpodemujer,elpechograndeyampliascaderas.Sentíciertobochornoporfijarmeenesoscambios.Alfinyalcabo,EllenColecontabapocomásdeveinteañosy,paracolmo,erahijadeWalterCole.

—¿Ellen?Bajédelporcheyabrílosbrazosmientrasellamerodeabaconlossuyos.—Mealegrodeverte,Bird—susurró,yyo,enrespuesta,laestreché.EllenCole:lahabíavistocrecer.Recordabahaberbailadoconellaenmiboda,latímidasonrisa

quedirigióasuhermanamenorLauren,ycómolesacólalenguaburlonamenteaSusanvestidadenovia.RecordétambiénunavezqueestabasentadoenlosescalonesdelporchedelacasadeWaltercon una cerveza, y Ellen, a mi lado, me escuchaba con las manos entrelazadas alrededor de lasrodillas,mientrasyointentabaexplicarleporquéavecesloschicossecomportabancomogilipollasincluso con las chicas más guapas. Deseaba creer que ésa era un área en la que yo poseía unaexperienciaincuestionable.

Había sidoamigadeSusan,y Jennifer la adoraba.Mihijanunca llorabacuandoSusanyyo ladejábamosporlanochesiempreycuandolacangurofueseEllen.Laniñasesentabaentrelosbrazosdelamuchacha,jugueteabaconsusdedosyalfinalsequedabadormidaconlacabezaapoyadaensuregazo.Ellenemanabaunaespeciedefuerzaqueteníasusraícesenuninmensoacopiodebondadycompasión,unafuerzaqueinspirabaconfianzaalosmenoresymásdébilesqueella.

DosdíasdespuésdelamuertedeSusanyJennifer,laencontréesperándomesolaenlafuneraria

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cuandolleguéparaorganizarlospreparativosdelentierro.Otrossehabíanofrecidoaacompañarme,pero allí no quise a nadie. Creo que en aquel momento ya estaba retrayéndome en mi propio yextraño mundo de pérdida. No supe cuánto tiempo llevaba esperándome, con el coche en elaparcamiento,peroseacercóamí,meabrazódurantelargoratoyluegopermanecióamilado,sinsoltarmelamano,mientrasyomirabafotografíasdeféretrosylimusinas.Ensusojosvireflejadalaprofundidaddemipropiodolorysupeque,aligualqueyo,EllensentíalapérdidadeJennifercomounaausenciaentrelosbrazos,ylapérdidadeSusancomounsilencioenelcorazón.

Ycuandosalimos,ocurrióalgomuyextraño.Sentadoconellaensucoche,lloréporprimeravezenmuchosdías.Aquellafuerzaplácida,serenayprofundaenelinteriordeEllenhizobrotarenmíeldolorylaaflicción,comosisajaraunaherida.Volvióaabrazarmey,duranteunrato, lasnubessedisiparonypudeseguiradelante.

DetrásdeEllen,unjovensalióporelladodelpasajero.Teníalapieloscurayelcabellonegro,quecaíaenunalaciamelenahastaloshombros.Sucódigoindumentarioeralaeleganciainformal,exceptoporlasbotasdemontañismoZamberlan:vaqueros,camisetaholgadaporfueradelpantalón,camisavaqueraabiertasobreelresto.Seestremecióunpocomientrasmeobservabaconexpresiónrecelosa.

—ÉsteesRicky—dijoEllen—.Ricardo—añadióconunacentovagamenteespañol—.Ricky,venaconoceraBird.

Elchicomeestrechó lamanoconunfirmeapretóny rodeó loshombrosdeEllenenungestoprotector.Me dio la impresión de queRicky era posesivo e inseguro, unamala combinación. Loobservéconatenciónmientrasentrábamosenlacasa,porsidecidíamarcarelterritoriomeándoseenmipuerta.

Nossentamosenlacocinaytomamoscaféengrandestazonesazules.Rickynodijograncosa,nisiquiera «gracias». Me preguntaba si llegaría a conocer a Roger. Reuniéndolos, tendría lugar laconversaciónmásbrevedelmundo.

—¿Quéhacesaquí?—preguntéaEllen.Ellaseencogiódehombros.—Vamos hacia el norte. Yo nunca había estado antes tan al norte. Nos dirigimos al lago

MooseheadparaverelmonteKatahdin,oloquesea.Quizásalquilemosuntrineoamotor.Rickyselevantóypreguntódóndeestabaelcuartodebaño.Seloindiquéysealejó,caminando

conloshombroscaídosyunpeculiarbalanceo,comosiavanzarametiendolospiesensurcosmuyseparados.

—¿Dedóndehassacadoaestelatinlover?—pregunté.—Estudiapsicología—contestó.—¿En serio? —Procuré que el cinismo no asomara a mi voz. Quizá Ricky, al optar por la

psicología,pretendíaanalizarseasímismoymatardospájarosdeuntiro.—Laverdadesqueesencantador,Bird,perounpocotímidoconlosdesconocidos.—Hablasdeélcomosifueraunperro.Mesacólalengua.—¿Hanacabadolasclases?Eludiólapregunta.

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—Voyatenerqueestudiarbastanteenelfuturo.—Mmm.¿Quépiensasestudiar?¿Biología?—Ja,ja.—Nosonrió.Supuseque,conlaaparicióndeRickyensuvida,losexámenessemestraleshabíanpasadoaser

algosecundario.—¿Cómoestátumadre?—Bien.—Guardósilencioporunmomento—.Preocupadaportiyporpapá.Éllecontóqueayer

estuvisteenelfuneraldeQueens,peroquenotuvisteismuchoquedeciros.Mamápiensa,creo,quedeberíaisresolverloqueseaquepasóentrevosotros.

—Noestanfácil.Ellenasintióconlacabeza.—Losheoídohablar—musitó—.¿Esverdadloquemipadrecuentadeti?—Unaparte,sí.Semordióellabioydeprontopareciótomarunadecisión.—Tendríasquehablarconél.Eraisamigosyaélnosepuededecirquelesobren.—Como a lamayoría de la gente—respondí—.Y ya he intentado hablar con él, perome ha

juzgadoyhadecididoquenocumplolosrequisitos.Tupadreesunbuenhombre,perosudefinicióndelabondadesmuyrestrictiva.

Rickyvolvióylaconversaciónprácticamentesedesvaneció.Lesofrecímicamaparaesanoche,perocuandoEllenrechazólainvitación,enciertomodomealegré:seguroquehabríasidoincapazde volver a conciliar el sueño en mi habitación si me asaltaban visiones de Ricky follando allí.Decidieron pasar la noche en Portland en lugar de Augusta, con la intención de encaminarsedirectamentehacia losGrandesBosquesdelNortea lamañanasiguiente.LessugeríelhoteldeSt.John,yquedijeranquelosenviabayo.Porlodemáslosdejéconlosuyo,sinestarmuysegurodequerer saber qué era «lo suyo». Por alguna razón, imaginaba que Walter Cole tampoco querríasaberlo.

Cuandosefueron,subíalcocheyvolvíaPortlandparairalgimnasiodelBayClubenOneCityCenter.Colocartejashabíasidoyatodounejercicio,peromeproponíareducirloscúmulosdegrasaqueseadheríanamiscostadoscomoniñosresueltos.Mepasécuarentaycincominutosrealizandointensoscircuitosperiféricos,alternandocontinuamenteejerciciosparapiernasy lamitadsuperiordelcuerpohasta tenerelcorazónaceleradoy lacamisetaempapadadesudor.Cuando terminé,meduchéyobservélospequeñosdepósitosdegrasaenelespejoparaversihabíandisminuido.Teníacasitreintaycincoaños,lascanasinvadíanmicabellonegro,yeraochentayunkilosdeinseguridadenuncuerpodemetrosetentaysiete.Necesitabaponermividaenmarcha…Eso,ounaliposucción.

CuandosalídelBayClub, las lucesnavideñasbrillabanenlosárbolesdelPuertoAntiguo,que,vistosdesdeesadistancia,parecíanarder.FuiapiehastaExchangepararecogerunoslibrosenAlienScott's y luego seguí hasta el Java Joe's para tomar un café largo y leer los periódicos.Hojeé elVillageVoiceyaverigüélasúltimasopinionesdeDanSavagesobreelsexoconhuevosolosjuegosurinarios.Esa semanaDanhablaba conun tipo que afirmabano ser homosexual; sencillamente le

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gustabaelsexoconhombres.Alparecer,DanSavagenoentendíaladiferencia.Laverdadesqueyotampoco.IntentéimaginarquélehabríadichoÁngelaaqueltipoysupusequenisiquieraelVoiceseatreveríaapublicarsuspalabras.

Había empezado a llover. El agua de la lluvia dejabamarcas en la ventana como cortes en elcristal,ycaíasobrelosjóvenesqueibanalosbaresdelPuertoAntiguo.ContemplélalluviaunratoyluegovolvíaconcentrarmeenelVoice.Mientras leía,percibíelmovimientodeunasiluetaqueseacercabahaciamíyunolorapestoso.Unhormigueodeinquietudmerecorriólapiel.

—¿Puedohacerleunapregunta?—dijounavozpeculiar.Alcélavistaymesobresalté.Aquellosojosrisueñosperofríosmeobservabandenuevodesdela

carablandacomomasaparahacerpanconrelucientesgotasdelluviaenlacalva.Estavezlamezcladeoloresasangreycoloniaeramásintensa,ymeapartéunpocodelamesa.

—¿Quiere encontrar a Dios? —prosiguió, con esa mirada de preocupación que dirigen losmédicos a los fumadores cuando éstos empiezan a palparse los bolsillos en busca del paquete detabacoenlasaladeespera.Enunadesuspálidasmanossosteníaunarrugadopanfletobíblicoconunburdodibujoaplumadeunniñoysumadreenunadelascaras.

Tras un instante de desconcierto, lo miré con rostro inexpresivo. Por unmomento pensé quequizáfueseunfanáticoreligioso,perosieraasí,lassectasempezabanatocarfondoensubuscadeprosélitos.

—CuandoDiosmequiera,sabrádóndeencontrarme—contesté,yseguíleyendoelVoice,conlavistafijaenlapáginaperolaatenciónpuestaenelhombrequeteníaenfrente.

—¿CómosabequeyonosoyDiosyvengoabuscarloahora?—dijo,ysesentódelante.Comprendíquedeberíahabermantenidolabocacerrada.Sieraunpredicadorchiflado,dirigirle

lapalabranohacíamásquealentarlo.Esaclasedeindividuosactúacomomonjesaquienesseeximeduranteunfindesemanadelvotodesilencio.Sóloquelareligiónnoparecíaelverdaderointerésdeaquelhombre,ytuvelaimpresióndequesuspreguntasocultabanuntrasfondoqueyonoacababadeentender.

—Siempremelohabíaimaginadomásalto—contesté.—Seavecinancambios—dijoelcalvo.Deprontosusojosmiraronconunapeculiarintensidad

—.Nohabrálugarparapecadores,divorciados,fornicadores,sodomitas,mujeresquenorespetanasusmaridos.

—Creoque acabademencionar algunosdemispasatiemposyde losde todosmis amigos—comentémientras plegaba el periódico y tomaba, pesaroso, un último sorbo de café.Desde luegoaquélnoeramidía—.Siacaboenelmismositioqueellos,notengoinconveniente.

Meobservócondetenimiento,comounaserpientedispuestaaatacaralamenoropción.—Nihabrálugarparaelhombrequeseinterpongaentreotrohombreysumujer,osuhija.—Sus

palabrasdestilabanahoraunaperceptibleamenaza.Sonrióylevilosdientes,pequeñosyamarilloscomoloscolmillosdeunroedor—.Buscoaalguien,señorParker.Quizásustedpuedaayudarmeaencontrarlo.—Se le tensaron los labios,obscenamenteblandosy rojos,hastaelpuntodeque temíquereventasenymesalpicasendesangre.

—¿Quiénesusted?—pregunté.—Daigualquiénsea.

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Eché un vistazo al resto de la cafetería. El camarero de la barramiraba distraído a una chicasentadaalamesadelaventanaynohabíanadiemásenlapartetraseradellocal.

—BuscoaBillyPurdue—continuó—.Teníalaesperanzadequeustedsupiesedóndeencontrarlo.—¿Quéquieredeél?—Tienealgoqueesmío.Quierorecuperarlo.—Perdone,peronoconozcoaningúnBillyPurdue.—Meparecequemiente,señorParker.—Aunquenoalteróel tononielvolumendesuvoz, la

amenazadepeligrosubióungrado.Meabrílachaquetaparadejaralavistalaculatadelapistola.—Caballero,creoqueseequivocadepersona—dije—.Ahoravoyamarcharme,ysiselevanta

antesdequemehayaido,usaréestapistolaensucabeza.¿Quedaclaro?Lasonrisapermanecióinmutable,peroseleapagóelbrillodelosojos.—Clarísimo—respondió,ydenuevopercibíaquellavibraciónsibilanteyhorrísonaensuvoz—.

Hellegadoalaconclusióndequeustednovaaservirmedeayuda.—Procurequenovuelvaaverlo—advertí.Asintióparasí.—Ah,nomeverá—repuso,yestavezlaamenazaeraexplícita.Hastaquelleguéalapuertanoapartélavistadeél,yestuveobservándolomientrassehacíacon

el panfleto y le prendía fuego con un Zippometálico. No desvió lamirada demi rostro un soloinstante.

RecuperéelcocheenelaparcamientodeTempleyfuiacasadeRitaFerris,perolaslucesestabanapagadasynadiecontestócuandollaméalporteroelectrónico.LuegosalídePortlandendirecciónaScarborough Downs hasta cerca del cruce de Payne Road y Two Rod Road, donde vivía RonaldStraydeer.AparquéjuntoalacaravanaplateadadeBillyPurdueyllaméalapuerta,peroreinabaelsilencioynoseveíaluzdentro.Ahuecandolasmanosanteelcristal,escrutéelinterior,peroparecíatandesordenadocomoantes.El cochedeBilly se encontraba a laderechade la caravana.El capóestabafrío.

Oíunruidoamisespaldasymedilavuelta,medioesperandoveraquellaextrañacabezasurgircomouna llagablancade la gabardinade color tostado.Sin embargo, sólo eraRonaldStraydeer,vestidoconvaquerosnegros, sandaliasyunacamisetade losSeaDogs, el cabellocortoyoscuroocultobajounagorradebéisbolblancaadornadaconunalangostaroja.EmpuñabaunAK-47.

—Pensabaqueerasotrapersona—dijoymirósupropiaarmaavergonzado.—¿Comoquién?¿ElVietcong?SabíaqueparaRonald suAKera sagrado, comoparamuchoshombresquehabían servido en

Vietnam.Enunaocasión,Ronaldmecontóquedurante laguerrasu fusil reglamentario,elM1,seatascabaconlas lluviasdelsudesteasiático,y lossoldadosporreglageneral lossustituíanpor losAK-47robadosaloscadáveresdelVietcong.ElarmadeRonaldparecíalobastanteantiguaparaserunrecuerdodelaguerra,probablementeloera.

Ronaldseencogiódehombros.

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—Entodocaso,noestácargado.—BuscoaBilly.¿Lohasvisto?Negóconlacabeza.—Desdeayerno.Nohaaparecidoporaquí.—Parecíapreocupado,comosidesearaañadiralgo

más.—¿Havenidoalguienmásabuscarlo?—Nolosé.Esposible.Anochemeparecióveraalguienmirardentrodelacaravana,peroalo

mejormeengañólavista.Nollevabalasgafas.—Teestáshaciendoviejo—comenté.—Sí, quizá fuese un viejo el que vino—respondióRonald, como si nome hubiese entendido

bien.—¿Quédices?PeroRonaldyahabíaperdidointerésenelasunto.—¿Te he hablado alguna vez de mi perro? —preguntó, y deduje que Ronald ya no podía

facilitarmemásinformaciónútil.—Sí,Ronald—contesté, yme dirigí hacia el coche—.Quizá volvamos a hablar de él en otra

ocasión.—Nohablasenserio,CharlieParker—repuso,perosonrióaldecirlo.—Tienesrazón.—Ledevolvílasonrisa—.Nolohago.

Aquella noche una fría lluvia cayó, igual que clavos, sobre mi casa recién techada. No hubogoteras, ni siquiera en las partes que había cubierto yo. Sentí una honda satisfacciónmientrasmeinvadía el sueño, acompañado por los ruidos del viento, que sacudía las ventanas y hacía crujir yasentarse las tablasde lacasa.Durantemuchosañosmehabíaquedadodormidoalarrullodeesastablas,delsusurrodelavozdemimadreenlasaladeestar,delrítmicogolpeteodelapipademiabuelo contra la barandilla del porche. En la barandilla se veía aún unamancha ocre de tabaco ymaderaquemada.Lahabíadejadosinpintar,ungestosentimentalquemesorprendió.

Norecuerdoporquémedesperté,perounaprofundainquietudhabíatraspasadomisueñoenfaseREMymehabíadevueltoalarealidadenlaoscuridaddelanoche.Lalluviahabíacesadoylacasaparecía en calma, pero yo tenía erizado el vello de la nuca y mis percepciones se aguzaron deinmediato,pueslacertezainstintivadequeseacercabaunpeligrohabíadisipadoelembotamientodelsueño.

Melevantéconsigiloymepuseunosvaqueros.LaSmith&Wessonestabaensufundajuntoalacama.Saquéelarmayretiréelseguro.Lapuertadelahabitaciónseguíaparcialmenteabierta,comoyolahabíadejado.Laapartéunpocomássinquelasbisagrasbienengrasadasemitiesenelmenorchirrido,yconsumocuidadoapoyéunpieenlastablasdesnudasdelpasillo.

Alpisartoquéalgoblandoymojadoyretiréelpieenelacto.Elresplandordelalunapenetrabaporlasventanascontiguasalapuertadelantera,bañandoelpasillodeluzplateada.Iluminabaunviejoperchero,unosbotesdepinturayunaescalerademanosituadosamiderecha.Asimismoalumbrabaunaspisadasdelodoqueibandesdelapuertatraserahastalasaladeestarpasandoporlacocinay

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frente ami habitación.Lamarca demi pie descalzo quedó impresa en la huellamás cercana a lapuerta.

Echéunvistazoalasaladeestaryelcuartodebañoantesdedirigirmealacocina.Elcorazónmelatíaconfuerzaenelpechoymialientoseempañabaenelairefríodelanoche.Contémentalmentehastatresycrucéconrapidezlapuertadelacocina,trazandoarcosaunoyotroladoconelcañóndelapistola.

No había nadie, pero vi la puerta trasera entornada. Alguien—supuse que un hombre por eltamañode lashuellasde lasbotas—, tras forzar lacerradura,habíaatravesado lacasaymehabíaobservado mientras dormía. Recordé al grotesco calvo con quien me había encontrado el díaanterior, y la idea de que pudiera haber estado mirándome desde la penumbra me revolvió elestómago.Abrítotalmentelapuertatraserayrecorríeljardínconlamirada.Dejéapagadaslaslucesdelacocinayelporcheymecalcéunpardebotasdetrabajoqueguardabajuntoalapuerta.Salíyrodeélacasa.Enelporcheyenelbarrocercanohabíahuellas.Antelaventanademihabitación,allídondeelvisitantesehabíadetenidoparaobservarmedesdefuera,presentabanunligerogiro.

Volvíaentrarenlacasa.Saquémilinternaymepuseunjersey.Acontinuaciónseguíelrastroporelbarrohasta lacarretera.Habíapoco tráficoyaúnseveían lasmarcasde lasbotasenelasfalto.Inmóvilenmediodelacarreteravacía,miréaizquierdayderechayluegoregreséalacasa.

Sólocuandoencendílaluzdelacocinamedicuentadequehabíaalgoenlamesadelrincón.Loagarréutilizandounpañodepapelyledilavueltaenlamano.

Eraunpequeñopayasodemadera.Componíanelcuerpounosarospintadosdevivoscoloresquepodíanextraersedesenroscandolasonrientecabeza.Sentado,locontempléduranteunrato.Despuéslointrodujeconcuidadoenunabolsadeplásticoylodejéjuntoalfregadero.Echéelcerrojodelapuertatrasera,comprobétodaslasventanasyvolvíalacama.

Apesardemiestadodeagitación,debídedormirmeenalgúnmomento,porquesoñé.Soñéqueveíamoverseunasiluetaatravésdelanoche,negracontralasestrellas.Viunárbolsolitarioenunclaroyotrassiluetasquesemovíanbajoél.Olíaasangreyaperfumedulzónyempalagoso.Unosdedosblancosygruesosrecorríanmipechodesnudo.

Yvicómoseapagabaunaluz,yoílloraraunniñoenlaoscuridad.

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6

Cuando me levanté y me encaminé de nuevo a la cocina la primera luz gris del alba ya habíaaparecidoenlaventanayviqueaquellanochehabíavueltoahelar.Contemplélasiluetadelpayasoen la bolsa, sus contornos ocultos, su nariz larga y roja recortándose bajo el plástico blanco, loscoloresvagamentevisiblescomoundeslavazadoespectrodesímismo.

MepuselaropadedeporteysalíhacialaInterestatal1.Antesdemarcharmemeasegurédequetodaslaspuertasyventanasestabancerradas,cosaquenormalmentenohacía.DobléenSpringStreetymeencaminéendirecciónsurhaciaelcrucedeMusseyRoad,conlafachadarojadeobravistayelcampanarioblancodelaprimeraiglesiabaptistadeScarboroughamiizquierdaylosalmacenes8Cornersjustoenfrente.ContinuéporSpringhastala114yseguírecto.Lacarreteraestabatranquilaysóloseoíaelsusurrodelasramasdelospinos.PaséanteelinstitutodeScarboroughaladerecha,dondehabíaestudiadocuandonostrasladamosaMaineydondeinclusohabíallegadoajugarunoscuantos partidos con los Redskins una primavera en que medio equipo contrajo la gripe. A miizquierda,elaparcamientodelShop'nSaveestabaensilencio,peroyaseveíatráficoenladescuidadaárea comercial de la Interestatal 1. Siempre había sido una zona desatendida: cuando se inició lareordenaciónurbanaenladécadadelosochenta,yaeratardeparasalvarla.PeroquizásesoformepartedelcarácterdelaInterestatal1,porqueofreceelmismoaspectoentodosloslugaresdondeheestado.

CuandomemudéaScarborough, sólohabíaunasgaleríascomercialesenelpueblo, lasOrionCenter.IncluíalosgrandesalmacenesMammothMart,queeranunaespeciedeWoolworths,latiendade alimentaciónMartin's, una lavandería y una licorería de esas que mi abuelo llamaba «DoctorVerde» en recuerdo de la época en que todas estaban pintadas del mismo color verde encumplimientodelanormativadelacomisiónestatalparalaventadealcohol.

En Doctor Verde comprábamos Old Swilwaukee y Pabst Blue Ribbon—por entonces la edadlegalparaelconsumodebebidasalcohólicaseraaúndieciochoaños,peroesopocoimportaba—ynoslosbebíamosenlapartemássolitariadeHigginsBeach,cercadelareservaornitológica,dondeloschorlitosmelódicosmarcansuterritorioconuncantosemejantealtañidodelascampanas.

Recuerdoqueduranteelveranode1982tratédepersuadiraBeckyBerubedequeseacostaraallíenlaarenaconmigo.Noloconseguí,perofueunodeesosveranosenqueunopiensaquevaamorirvirgen. Ahora Becky Berube tiene cinco hijos, así que, cabe suponer, aprendió a acostarse pocodespués de aquello. Conducíamos automóviles de los años sesenta: Pontiacs descapotables, MGs,Thunderbirds, Chevy Impalas y Camaros con potentes motores V-8; en una ocasión incluso unPlymouth Barracuda descapotable. Durante las vacaciones trabajábamos en el Clam-Bake de PinePoint,ocomocamarerosyfriegaplatosenelBlackPointInn.

MeacuerdodeunapeleaenlasgaleríasOrionCenterunacalurosanochedeverano,cuandounos

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cuantos nos enfrentamos a unos chicos deOldOrchardBeach que habían viajado al norte por laInterestatal 1 buscando precisamente esa clase de peripecias. Aún torpe en mis reacciones poraquellas fechas, recibí un brutal puñetazo en la nariz, que me propinó un chico cuyo nombre nisiquieralleguéaconocer,alguienaquiennohabíamosvistoantesynuncavolvimosaver,primodealguien de Chicago. Recordaba su mirada ruin y poco inteligente, y que llevaba unos vaquerosblanqueadosyunacamisetadeAerosmithbajounacazadoradecueronegro.

Dirigióelpuñohaciaelpuentedeminarizconlacertidumbreylainfalibilidaddeunaboladedemoliciónsurcandoelaireantesdegolpearunedificiocondenado,yelcartílagosetorcióconelimpacto.Fueunafracturagraveyyomedesploméconlacaracubiertadesangrecaliente.Alrededorcontinuólareyerta,yalguienacabóhechounovilloenelsuelo,dondesiguiórecibiendopatadasenelvientreylacabeza,peroloshechosllegabanamíborrososatravésdeunabrumadedolor,miedoy náuseas. La pelea terminó con un intercambio final de golpes, amenazas y juramentos, pero yoseguíderodillasenelsuelotapándomelanarizrotaconlasmanos,cubiertasdelágrimasysangre.

AnthonyHutchence, «TonyHutch», que había practicado la lucha libre antes de estudiar en elinstitutodeScarboroughyvolveríaapracticarlacuandofueraalauniversidaddeNuevaInglaterra,yquehabríacompetidoenlosjuegosolímpicosanoserporunagravelesión,meapartóconcuidadolasmanosdelacarayahuecólassuyasentornoamismejillasparaexaminarmeconunaobjetivaprofesionalidad nacida de su propia experiencia tanto dentro como fuera del cuadrilátero. Luegollamóaunpardecompañerosy,ordenándolesquemesujetaranlosbrazosylacabeza,meredujolafracturadelanarizconlospulgares.

El dolor fue profundo, extremo. Un relámpago me traspasó la cabeza y lo vi todo primeroblanco,luegobrillanteyporfindeunrojointenso.Grité,peronorecuerdosiquieraloquedije,sóloqueel sonidonoseparecíaaningúnotroquehubieseescuchadoantes.Despuéselpunzantedolorremitióhastaconvertirseenunmalestarsordo,yTonyHutchretrocedió,consangreenlospulgares,yyosupequesushuellasdactilareshabíanquedadoclaramenteimpresasenlapieldemirostro.

Pero a partir de aquel momento el miedo a una fractura de nariz ya nunca sería el mismo.Conocíaeldolor,ynosentíaelmenordeseodeexperimentarlodenuevo,peromiactitudalrespectohabíacambiado: lohabía resistidoyvolveríaa resistirlosi fueranecesario.Sinembargonuncaserepitió esa misma conmoción, esa misma impotencia, ese mismo sufrimiento. Todo eso habíaquedadoatrás,yyomehabía fortalecidoconello.CuandoJenniferySusanmurieron,meocurrióalgoparecido,peroestavezmatóalgodentrodemí;creoqueenlugardefortalecermeamputóunapartedemíparasiempre.

CrucélaInterestatal1alaalturadelrestauranteitalianoAmato'sycontinuéporOldCountyRoadatravésdelamarismaqueseinundabaunavezalmessiguiendolasfasesdelaluna,ydejéatráslaiglesia católica deMaximilianKolbe hasta llegar al cementerio.Mi abuelo estaba enterrado en laQuinta Avenida, un chiste que le gustaba compartir con mi abuela después de comprar aquellapequeñaparceladetierra.Ahorayacíanjuntosallí.

Mientrasmetomabaundescanso,arranquéalgunoshierbajosypronunciéunabreveoraciónporellos.

Cuandoregreséacasa,preparécafé,mecomíunascuantasuvasyvolvíapensarenloocurridolanocheanterior.Segúnelrelojdepared,erancasilasnuevecuandoEllisHowardllegóamipuerta.

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Ellis parecía un cúmulo de grasa vertida en unmolde flexible de forma vagamente humana ydejada a reposar. Envuelto en un abrigo marrón de piel de borrego, el subjefe de la Brigada deInvestigacióndelDepartamentodePolicíadePortlandseapeóconciertadificultaddesucoche.EnlapolicíadePortland,esabrigadasesubdividíaenvarias seccionesqueseocupabandenarcóticosyantivicio,delitoscontralaspersonas,delitoscontralapropiedadyadministración,yEllisestabaalfrentedecasi todo,conlacolaboracióndeuntenienteycuatrosargentos,cadaunoresponsabledeuna sección. En total colaboraban veintidós agentes y cuatro técnicos periciales. Era una brigadareducidayeficiente.

Ellis rodó hacia el porche, comouna bola de bolos que alguien hubiese envuelto en piel paraprotegerladelaescarcha.Dabalaimpresióndequenisiquieraeracapazdemoversealamitaddelavelocidaddeunaboladebolos,odecorrerparasalvarsuvidaoladeotrapersona;sinembargo,lamisióndeEllisnoeraircorriendoporahíy,entodocaso,lasaparienciasengañan.Ellisobservabaypensaba,hacíapreguntasyobservabaypensabaunpocomás.AEllisseleescapabanpocascosas.Eralaclasedehombrecapazdecomersopacontenedorsinderramarunagota.

SuesposaeraunamujertemiblellamadaDoreen,siempreconunacapademaquillajetangruesaque podrías grabarle tus iniciales en el rostro sin hacerle sangre. Cuando sonreía, cosa pocofrecuente, era como si alguien hubiera arrancado un trozo de piel a una naranja. Ellis parecíatolerarla tal como losmártires tolerabanelpotrode tortura, peroyo sospechabaqueenel fondo,muyenelfondo,nosentíamuchoaprecioporella.

En compensación, Ellis encontraba consuelo en el trabajo y las estadísticas de béisbol. Sinpestañear,podíadecircuálhabíasidoelúnicopartidoenlahistoriadelaprimeradivisiónenquedoshombressehabían lanzadounoalotro labolaa lo largodenuevemangasomássinqueningunoacertaseunasolavezconelbate—el2demayode1917,cuandoFredToneydelosRedsyHippoVaughndelosCubsrealizaronnuevemangashastaqueLarryKopfgolpeólimpiamentelapelotaenladécimay llegóa labase conunaboleade JimThorpe—,o losdetallesde la actuacióndeLouGehrigenlarondadecuatropartidosdelaSerieMundialde1932:3homeruns,8golpesdentrodelrombo,unamediadebateode0,529yunamarcadetiroslargosde1,118.QuizáBabeRuthsellevólaprensa,peroeraLouGehrigaquienEllis recordaba.Lou teníaa suqueridaEleanor;Ellis teníaaDoreen. ParaEllis, al parecer, eso lo resumía todo.Me aparté para dejarlo entrar en casa.Nomequedabamásremedio.

—Tienes buen aspecto, Ellis —comenté—. La dieta a base de bollos te está dando buenosresultados.

—Veo que has conseguido que alguien te arregle el tejado —repuso—. Se nota que eres deciudad, el únicoen todoel estadoaquien se leocurre tejar la casa en invierno. ¿Has trabajado tútambién?

—Adecirverdad,sí.—Diosmío,¿noseríamásseguroquehabláramosfuera?—Muy gracioso —dije mientras él se sentaba pesadamente en la silla de la cocina—. Quizá

deberíapreocupartemáslaposibilidaddequeelsuelosehundabajotupeso.Le serví café.Tomóun sorbo y advertí en su rostro una repentina expresión de seriedad, casi

tristeza.

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—¿Pasaalgo?Asintióconlacabeza.—Yesgrave.¿ConocesaBillyPurdue?Supusequesabíadeantemanolarespuestaaesapregunta.Meacaricié con layemadel dedo la cicatrizde lamejilla, y al hacerlonoté losbordesde los

puntos.—Sí,loconozco.—Heoídodecirquetuvisteunroceconélhaceunosdías.¿Tehablódesuexesposa?—¿Porqué?—pregunté.NoteníaintencióndecrearleproblemasaBillyinnecesariamente,pero

albergabayaunmalpresentimientoenlabocadelestómago.—PorqueestamañanaRitaysuhijohanaparecidomuertosensuapartamento.Nohayindiciosde

queseforzaselapuertaynadieoyónada.Exhalé un hondo suspiro y sentí una profunda punzada de dolor al recordar a Donald

agarrándomeeldedoyelcontactodelamanodesumadreenmimejilla.UnarabiacandentecontraBillyPurduemerecorrióelcuerpocuando,poruninstanteydemanerainstintiva,presupusequeeraculpable.Lasensaciónnoseprolongópormuchotiempo,perolaintensidadhizomellaenmí.Pensé:¿Porquénopodíahabersequedadoconellos?¿Porquénohabíaestadoallí,asulado?Quizáyonoteníaderechoahaceresaspreguntas;oquizá,considerandotodoloquehabíaocurridoenelúltimoaño,nadieteníamásderechoqueyo.

—¿Cómofue?Ellisseinclinóysefrotólasmanosconunsonidosuaveysusurrante.—Porloqueheoído,ellamurióestrangulada.Encuantoalniño,nolosé.Nohayindiciosclaros

deagresiónsexualenningunodeloscasos.—¿Nohasestadoenelapartamento?—No.Sesuponíaquehoyeramidíalibre,peroahoravoycaminodelaoficina.Elforenseestá

enellugardelcrimen.PordesgraciajustohacoincididoconquesehabíaidoaPortlandparaasistiraunaboda.

Mepuseenpieymeacerquéalaventana.Fuera,elvientoagitabalosárbolesydoscarbonerosdecapuchanegravolabanagranaltura.

—¿CreesqueBillyPurduematóasupropiohijoyasuexmujer?—pregunté.—Es posible.No sería el primero en hacer algo así. Rita nos telefoneó hace tres noches para

decirnos queBilly rondaba la casa y que estabagritando,muyborracho, pidiéndole que lo dejaraentrar.Enviamosuncocheyloencerramosparacalmarlelosánimosunpoco;luegoledijimosqueno se acercara a ella o lo meteríamos en la cárcel. Quizá decidió que no iba a permitir que loabandonara,alprecioquefuese.

Movílacabezaenungestodenegación.—Billy no haría una cosa así —aseguré, pero incluso al decirlo me asaltaron ciertas dudas.

Recordéaquelbrillo rojoensusojos,yqueprácticamentemehabíaasfixiadoen lacaravana,y laconviccióndeRitadequeharíacualquiercosaparaimpedirqueloapartaradesuhijo.

Ellisseguíaelhilodemispensamientos.—Quizá sí, quizá no—dijo—. Tienes una buena cicatriz en la mejilla. ¿No vas a explicarme

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cómotelahiciste?—Fuiaverloasucaravana,queríasacarlepartedeldineroparaelmantenimientodelniño.Me

amenazóconunbatedebéisbol,tratédedetenerloylasituaciónsemefueunpocodelasmanos.—¿Tecontratóellaparaconseguireldinero?—Lohiceamododefavor.Ellisenarcóloslabios.—Defavor—repitió,asintiendoconlacabeza—.Ymientrashacíasese…favor,¿tecontóélalgo

conrespectoasuexmujer?—Seadvertíaciertotonilloensuvoz.—DijoquequeríacuidardeRita,delosdos.Luegomepreguntósimeacostabaconella.—¿Quéledijiste?—Queno.—Seguramenteeslarespuestacorrectaentalescircunstancias.¿Teacostabasconella?—No—respondí,ylomiréconseveridad—.No,nomeacostabaconella.¿Habéisencontradoya

aBilly?—Hadesaparecido.Nohaynirastrodeélenlacaravana,yRonaldStraydeernolohavistodesde

anteayer.—Losé.Estuveallíanoche.Ellisenarcóunaceja.—¿Quieresdecirmeporqué?LecontémisencuentrosconelbichorarodelacarapálidaenelhotelyposteriormenteenelJava

Joe's.EllissacósucuadernoyanotólamatrículadelCoupedeVille.—Consultaremoslabasededatosyaverquéaparece.¿Hayalgomásquedebasaber?Meacerquéalfregaderoyleentreguélabolsadeplásticoqueconteníaelpayaso.—Alguienentróenmicasaanochemientrasdormía.Echóunvistazo,meobservóduranteunrato

ymedejóesto.AbrílabolsaylacoloquéenlamesafrenteaEllis.Sacóunguantedepruebasdelbolsillo,metió

lamanoenlabolsaytocóelpayasodejuguetecondelicadeza.—PosiblementedescubrirásqueesdeDonaldPurdue.Ellismemiró.—¿Ydóndeestuvisteanoche?—PorDios,Ellis,nomepregunteseso.—Sentícómounaintensairacrecíaenmiinterior—.No

loinsinúessiquiera.—Cálmate, Bird. No llores si aún no hay motivo. Bien sabes que tengo que preguntártelo, y

cuantoantesnosloquitemosdeencima,mejor.Esperó.—La tarde la pasé aquí—contesté entre dientes—. Fui a Portland a última hora, estuve en el

gimnasio,compréunoslibros,toméuncafé,mepaséporelapartamentodeRita…—¿Aquéhora?Penséporunmomento.—Alasocho.Alasochoymediacomomucho.Nomecontestó.—¿Ydespués?

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—FuiacasadeRonaldStraydeer,volvíaquí,leíymeacosté.—¿Cuándoencontrasteeljuguete?—Aesode las tres.Quizáconvengaquemandesaalguienpara sacarmoldesde lashuellasde

botas que hay alrededor de la casa.Gracias a la escarcha, lasmarcas se habrán conservado en elbarro.

Asintió.—Nosocuparemosdeello.—Selevantóparamarcharse,perodeprontosedetuvo—.Teníaque

preguntártelo,yalosabes.—Losé.—Otracosa:lapresenciadeestoenlacasa—levantólabolsaqueconteníaelpayaso—implica

quealguientetieneenelpuntodemira.AlguienhaestablecidounarelaciónentreRitaFerrisytú,ymedalaimpresióndequesólohayuncandidatoposible.

Billy Purdue. Aun así, aquello no encajaba, a menos que Billy hubiese decidido que debíaculparme de los sucesos que habían provocado lamuerte de su hijo; que, conmi actuación paraayudaraRita,lohabíaobligadoaobrardeaquellamanera.

—Oye,déjameacompañarteporsiveoalgoquemellamelaatención—dijeporfin.Ellisseapoyócontraelmarcodelapuerta.—MehanllegadorumoresdequesolicitasteunalicenciadedetectiveprivadoenAugusta.Eraverdad.Aúnmequedabaalgodedinerodel segurodevidadeSusany laventadenuestra

casa,ydealgúnqueotrotrabajoquehabíallevadoacaboenNuevaYork,perosuponíaquetardeotempranotendríaqueganarmelavidadealgunamanera.Mehabíanofrecidoyacolaborareneláreadelos«serviciosdeinformaciónsobrecompetenciaentreempresas»,uneufemismoparareferirseala lucha contra el espionaje industrial. Sonaba más interesante de lo que era: un representantecomercial sospechoso de vender productos de un competidor incumpliendo un acuerdo de nocompetencia;sabotajeenlacadenadeproduccióndeunacompañíadesoftwaredeSouthPortland;yfiltracionessobrepujasenlasubastadelproyectodeunnuevocomplejodeviviendasprotegidasenAugusta.Aúndudabasiaceptaronoalgunodeestosencargos.

—Sí,meconcedieronlalicencialasemanapasada.—Túvalesmásqueeso.Todossabemosloquehiciste,lagentealaqueatrapaste.Nonosvendría

malcontarconalguiencomotú.—¿Aquéterefieres?—A que, si la quieres, hay una placa esperándote. Pronto quedará una plaza libre en nuestra

seccióndeDCP.—¿Contralapropiedadocontralaspersonas?—Noseascapullo.—Haceunmomento insinuabasqueerasospechosodeundoblehomicidio.Desde luego,Ellis,

eresunhombrevoluble.Sonrió.—¿Ybien?¿Quémedices?—Lopensaré—respondí,asintiendoconlacabeza.—Piénsalo—dijo—.Piénsalo.

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Rita Ferris yacía boca abajo en el suelo de su apartamento, cerca del televisor. Los extremosenrolladosdeunacuerdalecolgabandelcuello,ylapuntadeunaoreja,visibleentrelosmechonesenmarañadosdepelo,presentabauncolorazul.Teníalafaldaremangadacasihastalacintura,perolasmediasylasbragasseguíanensusitioeintactas.Sentílástimaporella,yalgomás:unaespeciedeafectosurgidodeunfugazsentimientodeintensapérdida.Semeformóunnudoenelestómagoymeescocieronlosojos,ynotéenlacara,unavezmás,subrevecaricia,comosimehubieramarcadoafuegoconsumano.

Yenaquellapequeñahabitación,limpiayordenadaexceptoporlosjuguetesylaropa,lospañalesy losprendedores, labellezacotidianadelpaulatinodesarrollode suhijo,meobliguéa sentir losúltimosmomentosdevidadeRita.Sentí…

Veo:elconfusomovimientoalcaerlelasogasobrelacabeza,elrepentinoeinstintivogestodelasmanoshacialagargantaparaintentarintroducirlosdedosbajolacuerda,labrevequemazónenlasyemasalnoconseguirloylacuerdaqueseestrechaalrededordelcuello.

La lentaasfixiaqueprivadevidaalcuerposuponeuna largaagonía.Esun forcejeo terribleyenconadocontraelgradualeimplacableaplastamientodelagarganta,ladestrucciónprogresivadelcartílagocricoidesyladefinitivasentenciademuertecuandosefracturaelfrágilhuesohioides.

Siente pánico cuando el pulso se acelera. La presión sanguínea aumenta rápidamentemientrasforcejeaeintentatomaraire.Tratadegolpearconlospieselcuerposituadodetrásdeella,perolaotra persona se anticipa y aprieta más la cuerda. Se le congestiona la cara, su piel adquieregradualmenteunacoloraciónazulamedidaqueavanzalacianosis.Losojosselesalendelasórbitas,echaespumaporlabocaytienelasensacióndequelacabezavaaestallarleporlapresión.

Acontinuación,sucuerposesacudeenconvulsionesypercibeelsabordelasangreenlaboca,lanotamanardelanarizyporencimadeloslabios.Ahorayasabequevaamoriryrealizaunúltimoydesesperadoesfuerzoporliberarse,porsalvarasuhijo,peroelcuerpoyanoleresponde,lamenteseleoscureceysehueleasímismamientraslaluzseapaga,mientraspierdeelcontroldesusfuncionescorporalesypiensaparasí:«Perosisiemprehesidotandecente…».

—¿Haterminado?—dijounavoz.Eraelforense,eldoctorHenryVaughan,quehablabaconelfotógrafodelapolicía.

Vaughaneraunhombrecanosoyerudito, filósofoa lavezquemédico,yocupabaelcargodeforensedesdehacíaveinteaños.Aesepuestoseaccedíapornombramientoyteníaunaduracióndesieteaños,locualsignificabaquelosgobernadoresdemócratas,losgobernadoresrepublicanosylosgobernadores independientes habían nombrado, o renombrado, aVaughan a lo largo de los años.Pronto se retiraría, y al hacerlo dejaría su trastero en Augusta lleno de botes viejos de salsa,mahonesaycacahuetes,cadaunoconunapequeñapartedelosrestosdealguien.Laperspectivanoledisgustabademasiado:segúnEllis,deseaba«mástiempoparapensar».

Elfotógrafotomóunaúltimafotografíadelnudoyluegocontestóconungestodeasentimiento.

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Habíanrealizadoyalosdibujospreliminaresytomadomedidas.Eltécnicopericialresponsabledelahabitación había concluido su trabajo en torno a los cuerpos y se había dedicado después a laperiferiadellugardelcrimen.Unpardeauxiliaresmédicosesperabanenunrincónconunacamilla,peroseprepararonparaintervenirencuantoVaughanhabló.

—Vamosadarlelavuelta—dijoelforense.Dos inspectores, ambos con guantes de plástico, se acercaron al cuerpo y, sin pisar la cinta

adhesivaquelarodeaba,secolocaronunojuntoalaspiernasyelotroalaalturadeltorsomientrasVaughansosteníalacabeza.

—¿Listos?—dijo,yacontinuación—:Vamosallá.Dieron la vuelta al cuerpo con delicadeza pero diestramente, y oí a uno de los policías, un

hombremusculosoycalvodemásdecuarentaaños,musitar:—Oh,Diosmío.Ritateníalosojosdesorbitadosyllenosdesangredondelospequeñoscapilareshabíanreventado

debidoalapresióndelacuerda,laspupilascomosolesoscurosenuncielorojo.Teníalasyemasdelosdedosazulesylanarizylabocacubiertasdesangreyespumaseca.

Yloslabios,esoslabiosquemehabíanbesadotiernamentehacíaapenastresnoches,queenotrotiempofueronrojosyatractivosyahoraestabanfríosyazules («Diadiós»), los teníacosidoscongruesohilonegro, lospuntos entrecruzadosde arriba abajo en formadeuves irregulares, conuntosconudoenunacomisuraparaqueelhilonosedesprendieseporelagujeromientrassellevabaacaboelcosido.

Me acerqué y sólo entonces vi al niño. Su cuerpo se hallaba oculto tras el sofá, pero alaproximarmequedaronalavistaprimerosuspiespequeñosyluegoelrestodelcuerpo,vestidoconun pelelemorado del dinosaurio Barney. Tenía sangre en la cabeza, sangre coagulada en el pelorubio,yhabíasangretambiénenelángulodelalféizarcontraelquehabíaimpactadoelcráneo.

Ellisestabaamilado.—Tiene un moretón en la cara. Suponemos que el autor del asesinato le pegó, quizá porque

lloraba,quizáporqueseinterpusoensucamino.Porlafuerzadelgolpe,fueatoparcontraelalféizardelaventanayserompióelcráneo.

Negué con la cabeza al recordar cómo había arremetido el niño contramí cuando toqué a sumadrelaotranoche.

—No—dije,ycerrélosojosconfuerzacuandoyanopuderesistirelescozor.Meacordédemipropiahija,perdidayaparasiempre,ydelosotrosniños,cadáveresenvueltosenplástico,cadáveresenterrados en un sótano húmedo de Queens, caras pequeñas en tarros, una pequeña legión dedesaparecidosenlaoscuridad,alejándoseenfila,agarradosdelamano,haciaelolvido—.No,noselimitóallorar.Intentabasalvarla.

MientrascolocabanloscuerposenbolsasblancasparatrasladarlosaAugustaafinderealizarlasautopsias,recorríelapartamento.Sólohabíaunahabitación,aunqueeraanchayalargadayteníaunacama de matrimonio y otra más pequeña con barandillas replegables para Donald. Contenía unacómodadepinoyunarmarioajuego,asícomounacajallenaarebosardejuguetesalladodeuna

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pequeña estantería con cuentos infantiles. En un rincón, junto a un cajón abierto, un técnicoespolvoreabaenbuscadehuellas.

Yalcontemplarlaropaapiladaenordenenlosestantesylosjuguetesguardadosenlacaja,seavivóenmíunrecuerdoquemetraspasóelcorazón.Hacíamenosdeunaño,ennuestrapequeñacasade Hobart Street en Brooklyn, me pasé toda una noche examinando los efectos personales demiesposaydemihijafallecidas,seleccionando,desechando,oliendolosrastrosdelasdosadheridosalaropacomofantasmas.MiSusanymiJennifer:susangreseguíaaúnenlasparedesdelacocinayhabíamarcasdetizaenelsuelodondeestuvieronlassillas,lassillasalasquelashabíanatadoyenlasquehabíansidomutiladasmientraselmaridoyelpadrequedeberíahaberlasprotegidoempinabaelcodoenunbar.

YeltiempoquepaséenlahabitacióndeRitapensé:¿Quiénseocuparádelaropaylaordenará?¿Quiénpalparáelalgodóndesublusa,acariciándoloconlosdedoshastaquesushuellasquedenenlatelacomounsello?¿Quiéntomaráentrelasmanossuropainterior,sussujetadoresdecolorrosasinaros (porque sus pechos eran muy pequeños), y los sostendrá con cuidado, recordando, antes deguardarlospara siempre, cómodesprendía loscierresconuna solamano, cómosedeslizaban lostirantesporsupropiopesoycaíanlascopassuavemente?

¿Quiénalcanzarásubarradelabiosydeslizaráeldedoporelcontorno,sabiendoquetambiénésefueunobjetoqueellahabía tocado,que sólo sus labioshabían tocadoyquenadiemásvolveríaatocar?

¿Quiénverálaspequeñashuellasdesusdedosenelcolorete,odesenredarácuidadosamentecadacabello de su cepillo como si al hacerlo pudiera empezar a reconstruirla denuevo, trozo a trozo,átomoaátomo?

¿Yquiénrecogerálos juguetesdelniño?¿Quiénharágirar lasruedasdeunvistosocamióndeplástico?¿Quiénpalparáesanarizchata,losojosdecristalvidrioso,latrompaenaltodeunelefanteblanco? ¿Yquién guardará esas pequeñas prendas, esos diminutos zapatos cuyos cordones aún nohabíanaprendidoaatarlosinfantilesdedos?

¿Quiénharátodoeso,esosinsignificantesserviciosporlosmuertos,esosactosdeevocaciónmáspoderososasumaneraquelaconmemoraciónmáselaborada?Aldespedirseunodeloqueenotrotiempo les perteneció pasan a estar, por un momento, intensa e íntimamente presentes, ya que elfantasmadeunniñosiguesiendo,peseatodo,unniño,yelrecuerdodelamoraúnes,inclusoalcabodedécadas,amor.

De pie frente al apartamento bajo el frío sol invernal, observé cómo retiraban los cadáveres.SegúnVaughan,no llevabanmuertosmásdediezhoras,posiblementemenos; lahoraexactade lamuertetardaríaaúnendeterminarseporvariasrazones,entreellaselfríoenaquelapartamentoviejoymalaisladoylascaracterísticasdelamuertedeRitaFerris.Elrigormortishabíaaparecidoenlospequeñosmúsculosdelospárpados,lamandíbulayelcuelloysehabíaextendidogradualmentealosdemásmúsculosdelosdoscuerpos,aunqueenelcasodeRitaFerriselprocesosehabíaaceleradoacausadelosforcejeospreviosalamuerte.

El rigor mortis se produce como consecuencia de la desaparición de la fuente de energía

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necesariaparalacontracciónmuscular,llamadatrifosfatodeadenosinaoTFA.NormalmenteelTFAsedisipaporcompletocuatrohorasdespuésde lamuerteydejarígidos losmúsculoshastaqueseinicialadescomposición.Perosilavíctimaforcejeaantesdemorir,laenergíaprocedentedelTFAseagota durante el forcejeo y el rigormortis se propaga conmayor rapidez. Eso debería tenerse encuenta en el caso de Rita, y por tanto Vaughan suponía que Donald Ferris proporcionaría unaestimaciónmásprecisadelahoradelamuerte.

Se observaba lividez cadavérica en la parte inferior de ambos cuerpos, donde la fuerza de lagravedadhabíaatraídolasangre,fenómenoquepor logeneralseproduceentreseisyochohorasdespuésdelamuerte;yalpresionarenlazonadelividezéstanoseponíablancanicambiabadetono,puestoquelasangreyasehabíacoagulado,locualsignificabaque,comomínimo,llevabanmuertoscincohoras.Asípues,lafranjaestablecidaparalahoradelamuerteerasindudasuperioralascincohorasperocontodaseguridadnoexcedíalasochoolasdiezhoras.Noseapreciabalividezestáticaen la espalda de ninguno de los dos cadáveres, y de ahí se desprendía que no los habíanmovidodespuésdelamuerte.AúnvivíancuandoyointentélocalizaraRita lanocheanterior.Quizáshabíaido de compras o de visita. Si la hubiera encontrado, ¿podría haberla prevenido? ¿Podría haberlasalvado,haberlossalvadoalosdos?

Ellisseacercóamí,quemehabíaapartadodelamuchedumbredemirones.—¿Hasvistoalgoquetellamelaatención?—preguntó.—No—contesté—.Todavíano.—Siseteocurrealgo,infórmanos,¿deacuerdo?Perohubootra cosaque captómi atención al instante.Doshombresdepaisano acreditaron su

identidadanteelpolicíaquemanteníaarayaalagenteyentraroneneledificio.Nonecesitabaverloscarnetsdesuscarterasparasaberquéeran.

—Federales—dije.Losseguíaunafiguramásaltadecabellonegroazabachequevestíauntrajeazuldecorteclásico.—LosagentesespecialesSamsonyDoyle—informóEllis—.YelpolicíacanadienseEldritch.Ya

hanestadoaquíantes.Supongoquenosefíandenosotros.Mevolvíhaciaél.—¿Hayalgoaquíqueyonosepa?Semetiólamanoenelbolsilloysacóunabolsaparapruebasdeplásticotransparente.Contenía

cuatrobilletesdeciendólares,todavíanuevosexceptoporunúnicoplieguecentralencadauno.—Negociemos—propusoEllis—.¿Sabesalgodeesto?Eraimposibleeludirlapregunta.—Parecen los billetes que Billy Purdue me entregó para Rita como parte del pago para el

mantenimientodelniño.—Gracias—dijo,ysedispusoamarcharse.Notéqueestabaenfadadoconmigo,peronosabíabienporqué.Alargué lamanoy loagarrépor lapartesuperiordelbrazo.Nopareciógustarle,peromedio

igual. Mi gesto atrajo la atención de dos policías de uniforme, pero Ellis les indicó que semantuvieranalmargen.

—No abuses de mi buen talante, Bird—advirtió, y le echó un vistazo a la mano con que le

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sujetabaelbrazo—.¿Porquénomedijistequetehabíadadoeldinero?Nolosolté.—Medebesalgo—dije—.Antesnoteníaformadesaberqueeldineroeraimportante.—Sólo te estaba poniendo a prueba, supongo—respondió con expresión ceñuda—. ¿Y ahora

quieressoltarmeelbrazo?Semeestándurmiendolosdedos.Retirélamanoyélsefrotóelbrazosuavemente.—Veo que sigues yendo al gimnasio.—Eché un vistazo al bloque de apartamentos, pero los

federalesyelpolicíacanadiensecontinuabandentro.—¿TeenterastedeaquelasuntoenProutsNeckhaceunpardenoches?—preguntó.—Sí, lo vi en las noticias. Un federal americano de origen irlandés, tres italianos y cuatro

camboyanos.Unamatanzaindiscriminada.¿Porquémelopreguntas?—Intervino una persona más. Se llevó por delante a Paulie Block y a Jimmy Fribb con una

escopetaderepetición,ynofueesoloúnicoquesellevó.—Explícate.—En el cabo se estaba produciendo un trueque: dinero a cambio de otra cosa. Los federales

recibieronun soplo cuandoPaulieBlockyChesterNash aparecieron enPortland.Suponenque setratabadeunrescateporalguienqueyaestabamuerto.AyerloshombresdelaoficinadelsheriffdelcondadodeNorkfolkdeMassachusettsdesenterraronuncadávercercadelLarzAnderssonPark,unasúbditacanadiensellamadaThaniPho.Ladescubrióunperro.

—Déjameadivinar—leinterrumpí—.ThaniPhoeradeextraccióncamboyana.Ellisasintió.—Porlovisto,eraestudiantedeprimercursoenHarvard;encontraronsubolsoal lado.Según

losresultadosdelaautopsia,laviolaronyluegolaenterraronviva.Teníatierraenlagarganta.Enopinión de los federales y ese tal Eldritch, los hombres de Tony Celli secuestraron a la chica,engañaronaloscamboyanosyluegoseloscargaronantelasmismísimasnaricesdelosfederales.Lainvestigación se ha centrado en Boston. A pesar del espectáculo en el cabo, los federales hanconcentrado toda suatenciónenTonyCelli.Esosdos agentes estánatandoprecisamente los cabossueltos.

—¿Quiénpagóelrescate?Ellisseencogiódehombros.—En ese punto cerró sus puertas el Departamento de Información Gratuita del FBI, pero hay

sospechasdequeexiste relaciónentreel truequeyelasesinatodeThaniPho,y si intervieneel talEldritch, esmuyposible que haya pormedio intereses canadienses.Estos billetes procedían de unbancodeToronto,ytambiénlosbilletesquecayerondelmaletínconeldinerodelrescateenelcabo.Elproblemaesqueelrestodeldinerohadesaparecido,yahíentraenjuegoesaotrapersonadelaquetehablaba.

—¿Cuánto?—Segúndicen,dosmillones.Mepasélasmanosporelpeloymemasajeélosmúsculosdelanuca.BillyPurdue:esetipoera

comounabalaperdidainfernalquerebotaríadeunapersonaaotraydestruiríavidashastaqueseleagotase la energía o lo detuviese algo. Si lo que decíaEllis era cierto,Billy se había enterado de

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algúnmododelpactodeTonyCellienelcabo,quizásinclusohabíaparticipadoenalgúnmomento,yhabíadecididosacartajada,quizáconlaesperanzaderecuperarasuexmujeryasuhijoeiniciarunanuevavidaenalgúnsitio,algúnlugardondepoderdejaratráselpasado.

—¿AúncreesqueBillymatóaRitayasupropiohijo?—preguntéenvozbaja.—Posiblemente —contestó Ellis con un gesto de indiferencia—. No veo a nadie más en

perspectiva.—¿Ylecosiólabocaconhilonegro?—Nolosé.SiestabatanlococomoparaenemistarseconTonyCelli,tambiénpodíaestarlocomo

paracoserlabocaasuexmujer.PeromeconstabaqueEllisnolocreía.Eldinero locambiabatodo.Habíapersonascapacesde

causarmuchísimodañoporecharleelguanteaunacantidadasí,TonyCellieraunadeellas,sobretodo si, comoeraprobable, considerabaque el dinero era suyo.Sin embargo, losdestrozos en labocadeRitano concordaban.Ni el hechodequeno la hubieran torturado.Su asesinono lamatómientrastratabadesonsacarlealgo.Lamatóporquealguienlaqueríamuerta,yteníalabocacosidaporqueesamismapersonaqueríatransmitirunmensajeaquienlaencontrase.

Dosmillonesdedólares: semejantecantidad ibaadesencadenarunaavalanchadeproblemas,ydetrásestaríanTonyCelliy,quizá,lagenteaquienélhabíaintentadoengañar.Eraunverdaderolío.Porentoncesyoaúnnolosabía,peroeldinerohabíaatraídotambiénaotraspersonas,aindividuosdeseosos de asegurárselo para sus propios fines, a quienes no preocupaba tener que matar paraconseguirlo.

PeroBillyPurdue,consusactos,habíaatraídoaalguienmás,aalguienaquiennoleimportabannieldinero,ni lamafiadeBoston,niunniñomuertoniunamujer jovenquepretendíarehacersuvida. Había vuelto para reclamar algo que creía suyo, y para vengarse de todos aquellos que lohabíanmantenidoalejadodeloquelepertenecía,yqueDiosauxiliaseacuantosseinterpusieranensucamino.

Elinviernohabíallegadoaullandodesdeelnorte,yeseindividuohabíallegadoconél.

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7

CuandoEllis semarchó, permanecí allí inmóvil durante un rato, planteándome si dejar o no a lapolicía que hiciera su trabajo. En lugar de irme sinmás, volví a entrar en el edificio y subí a laterceraplanta.Lapuertadelapartamentocincoestabareciénpintadadeunamarillointensoyalegre,ypequeñasmanchasdepinturasalpicabanelnúmerodelatón.Llamésuavementeconlosnudillosylapuertaseabriótantocomopermitíalacadena.Enelhuecoaparecióunacarapequeñayoscuramásomenosaunmetroveintedelsuelo,teníaelrostroenmarcadoporrizosnegrosylosojosgrandeseinquisitivos.

—Apártatedeahí,hija—dijounavoz,yenseguidaunafiguramásaltaydepielmásoscurallenóelhueco.

Percibíelparecidoentrelosdosrostroscasialinstante.—¿SeñoraMims?—pregunté.—SeñoritaMims—corrigió—.Y acabo de hablar con un agente de policía no hace ni veinte

minutos.—No soy policía, señora.—Le enseñé mi documentación. Ella la examinó detenidamente sin

tocarla,ysuhija,depuntillas,laimitó.Acontinuación,volvióamirarmealacara—.Lerecuerdo.Ustedestuvoaquíhaceunpardenoches.

—Asíes.ConocíaaRita.¿Puedoentrarunmomento?Semordisqueóellabioinferior.Porfinasintióycerrólapuerta.Oíqueretirabalacadenayal

cabodeunmomentoabriódeparenpar,dejandoalavistaunahabitaciónluminosadetechoalto.Elsofá,azulyadornadocon tapetesamarillos,descansabadirectamentesobreel suelobarnizado, sinalfombras.Aambosladosdeunachimeneademármolviejaymanchadasealzabandosestanteríasrepletas de libros encuadernados en rústica, y junto a la ventana, al lado de un combo televisor yvídeo,habíaunaparatoestéreoportátil.Lahabitaciónolíaafloresy,aladerecha,dabaaunpasillocortoquecabíasuponerconducíaaldormitorioyalcuartodebaño,ya la izquierda,aunacocinapequeñaylimpia.Lasparedesestabanreciénpintadasdeamarillopálido,demodoquelahabitaciónparecíabañadaporelsol.

—Tieneunacasaagradable—comenté—.¿Hahechotodoestoustedsola?Lamujerasintióconlacabeza,orgullosaasupesar.—Yo la ayudé—saltó laniña.Teníaochoonueveañosyya seveía en ella el germendeuna

bellezaquealfinaleclipsaríaladesumadre.—Tendrás que empezar a ofrecer tus servicios—dije a la niña—. Sé de gente que pagaría un

montónporuntrabajodeestacalidad.Incluidoyo.Lapequeñariótímidamenteysumadretendiólamanoylaabrazóconternura.—Hija,ahoraveteajugarunratomientrashabloconelseñorParker.

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Laniñaobedeció.Alsaliralpasillo,lanzóunamiradafugazeinquietaporencimadelhombro.Lesonreíparatranquilizarla,yellamedevolviólasonrisa.

—Esunaniñapreciosa—comenté.—Hasalidoasupadre—contestóconmarcadotonosarcástico.—Lodudo.¿Andaporaquí?—No.Eraunhijodeputaynoservíaparanada,asíqueloechéapatadas.Loúltimoquesupede

élesquesehabíaconvertidoenunacargaparalaeconomíadeNuevaJersey.—Elmejorsitioparaél.—Ahíledoylarazón.¿Quiereuncafé?¿Unté?—Uncafénomevendríamal—contesté.Enrealidadnomeapetecía,perosupusequedistendería

untantolasituación.LaseñoritaMimsparecíaunamujerdearmastomar.Sidecidíanocooperar,unaquilladeaceronobastaríapararomperelhielo.

Alcabodeunosminutossaliódelacocinacondostazas,lascolocócuidadosamentesobreunosposavasosenunamesitadepinoyvolvióalacocinaaporlalecheyelazúcar.Cuandoregresó,nossentamos.Letemblabalamanoconquesosteníalataza.Advirtióquelamirabaylevantótambiénlamanoizquierdaparasujetarlatazaconfirmeza.

—Noesfácil—comenté—.Cuandoocurreunacosaasí,tieneelmismoefectoqueunapiedraenunapiscina.Conlasondas,todoseagita.

Ellaasintió.—Ruth me ha estado preguntando. No le he dicho que han muerto. Aún no sé cómo voy a

explicárselo.—¿ConocíabienaRita?—Laconocíaunpoco.La conocíamáspor loque se contabade ella.Habíaoídohablarde su

marido,y sabíaquecasi losmatóenun incendio.—Hizounapausa—.¿Creeustedqueesto lohahechoél?

—Nolosé.Segúnheoído,habíarondadoporaquíúltimamente.—Yolovivigilarlacasaunaodosveces.SelodijeaRita,peroellasóloavisóalapolicíala

última vez, cuando él se emborrachó como una cuba. El resto del tiempo, por lo visto, preferíadejarloenpaz.Meparecequelocompadecía.

—¿Estabaustedaquíanoche?Ellaasintióyguardósilencioporuninstante.—Meacostétemprano…Cosasdemujeres,yasabe.MetomédosTylenolyuntragodewhisky,y

nomehedespertadohastaestamañana.Albajar,hevistoabiertalapuertadelapartamentodeRita,heentradoymelosheencontrado.Nohepodidoevitarpensarquesinohubieratomadolaspastillas,sinohubierabebido…

Tragó saliva ruidosamente y se esforzó por contener las lágrimas. Desvié la mirada por unmomentoy,cuandomevolvídenuevohaciaella,parecíahaberrecobradolacompostura.

—¿Sabesihabíaalgooalguienquelainquietase?—proseguí.Denuevo seprodujoun silencio, pero éste fuemuyelocuente.Aguardé, pero ella continuó en

silencio.—SeñoritaMims…—empecé.

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—Lucy—corrigió.—Lucy—susurré—.Yanadade loquedigaspuedeperjudicar aRita.Si sabes algoquepueda

servirparaencontraralculpabledeesto,cuéntamelo,porfavor.Tomóunsorbodecafé.—Andabamaldedinero.Yolosabía,porquemelodijoellamisma.Unamujerlaayudaba,pero

Rita no tenía bastante con eso.Yo le ofrecí dinero alguna vez, pero nunca lo aceptó.Me dijo quehabíaencontradounamaneradeganarseunosdólaresextra.

—¿Tedijocómo?—No,peroyolecuidéaDonniemientrasestabafuera.Fuerontresveces,ysiempremeavisaba

pocoantes.Laterceravez,cuandovolvió,notéquehabíallorado.Parecíaasustada,peronomecontóquélehabíapasado.SólomedijoquenoseríanecesarioquevolvieseacuidarleaDonnie,queaqueltrabajonolehabíasalidobien.

—¿Lehascontadoesoalapolicía?Negóconlacabeza.—Noséporquénolohedicho.Essóloque…eraunabuenapersona,¿entiendes?Simplemente

hacíaloqueteníaquehacerparallegarafindemes.Ysiselohubieracontadoalapolicía,sehabríaconvertidoenotracosa,enalgosucio.

—¿Sabesparaquiéntrabajaba?Se levantó y salió al pasillo. Oí sus pisadas en el suelo desnudomientras se alejaba. Cuando

apareciódenuevo,llevabaunahojadepapelentrelasmanos.—Me dijo que si tenía algún problema conDonnie o conBilly, o si ella no volvía a tiempo,

llamaraaestenúmeroyhablaraconestehombre.Meentrególahoja.Enella,escritosconlaletrapulcrayapretadadeRitaFerris,habíaunnúmero

deteléfonoyelnombredeLesterBiggs.—Lucy,¿cuándonotastequehabíallorado?—Hacecincodías—contestóella.Eso significaba que me había telefoneado el día después en busca de ayuda y dinero para

marcharsedePortland.—¿Puedoquedarmeesto?—preguntéconlahojaenalto.Ellaasintióymelaguardéenlacartera.—¿Sabesquiénesesehombre?—preguntóella.—Controla un servicio de acompañantes en South Portland —contesté. No tenía sentido

suavizarlo.LucyMimsyahabíaadivinadolaverdad.Porprimeravezlaslágrimasbrillaronensusojos; una quedó suspendida de sus pestañas y al cabo de un momento resbalo lentamente por sumejilla.Suhijaaparecióenelpasilloycorrióhastasumadreparaabrazarlaconfuerza.Memiró,peronoconexpresiónacusadora.Sabíaque,fueseloquefueseloquehabíaocurrido,yonoteníalaculpadequesumadreestuviesellorando.

SaquéunatarjetadelacarterayselaentreguéaLucy.—Telefonéame si te acuerdas de algomás, o simplemente si te apetece hablar. O si necesitas

ayuda.—Nonecesitoayuda, señorParker—respondió.Ensuvozoíelecodelpuntapiéquemandóa

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alguienaNuevaJersey.—Supongoqueno—dije,yabrílapuerta—.YlamayoríadelagentemellamaBird.Cuandosalí,cruzólahabitaciónparacerrarlapuerta,consuhijaabrazadaaúnaella.—Encontrarásalhombrequehahechoesto,¿verdad?—preguntó.Unasnubespasajerasocultaronparcialmenteelsolinvernal,yunasombraempezóamoverseen

lasparedesdetrásdeella.Poruninstantelasombraparecióadoptarformahumana,laformadeunamujerjovenqueatravesabalahabitación,ytuvequesacudirlacabezaparahacerladesaparecer.Laimagenpermanecióporunsegundo;luego,aldespejarseelcielo,sedesvaneció.

Asentíconlacabeza.—Sí,loencontraré.

Lester Biggs controlaba su negocio desde una oficina de Broadway situada encima de unapeluquería. Llamé al portero electrónico, y al cabo de unos treinta segundos contestó una vozmasculina.

—VengoaveraLesterBiggs—dijeporelinterfono.—¿ParaquénecesitaalseñorBiggs?—fuelarespuesta.—PorRitaFerris.MellamoCharlieParker.Soyinvestigadorprivado.Noocurriónada.Medisponíaallamarotravezcuandooíelzumbidodelapuerta.Laabrídeun

empujón y me encontré ante una estrecha escalera con moqueta verde descolorida y una ventanapequeñaymugrientaeneldescansillo.Subídostramoshastallegaraunapuertaabiertaquedabaaundespachoconvistasalacalle.Cubríaelsuelolamismamoquetaverde,yhabíaunescritorioconunteléfono,dossillasdemaderasincojinesyunmontónderevistaspornoenelsuelo,juntoapilasdevídeos del mismo género. Contra la pared había tres archivadores. Frente a éstos, bajo las dosgrandes ventanas que daban aBroadway, vi una selección de aparatos eléctricosmetidos en cajas:hornos microondas, secadores de pelo, electrodomésticos de cocina, estéreos, incluso algúnordenador,aunqueningunodemarcasqueyoconociera.Losrótulosdelascajasparecíanescritosencirílico:muypropiodeLesterBiggsdedicarsealacompraventadeordenadoresrusos.

Detrásdelescritorio,enunabutacadepiel,estabasentadoLesterenpersona;yasuderecha,enunadelassillas,unhombreconbarba,unvientreenormeybícepsdeltamañodemelones.Lasnalgaslecolgabanporlosbordesdelasillacomoglobosllenosdeagua.

LesterBiggseraesbeltoyofrecíaunaspectomásomenoselegante,siporeleganciaseentiendeladeunpinchadiscosenlabodadesucuñada.Aparentabaunoscuarentaañosyvestíaunbaratotrajearayasdetresbotones,unacamisablancayunafinacorbatarosa.Llevabaelpelocortoenlapartedearriba y largo, con bucles de permanente, por detrás. En la cara lucía un moreno de salón debronceadoyteníalospárpadosuntantocaídos,comosilahubieransorprendidoentreelsueñoylavigilia.Enlamanoderechasosteníaunbolígrafo,conelque,cuandoentré,golpeteabalasuperficiedelescritoriohaciendotintinearsupulseradeoro.

Porloquesecontaba,Biggsnoeraunmalhombreparaloquecorríaensuprofesión.Empezócon una tienda de aparatos electrónicos usados, había prosperado rápidamente al pasar a lacompraventa de artículos robados, y al final comenzó a abarcar otras áreas. El servicio de

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acompañanteseraunadelasúltimasincorporaciones,enmarchadesdehacíaseisosietemesesquizá.Porloquehabíaoídodecir,recibíalasllamadas,seponíaencontactoconlachica,proporcionabauncocheparallevarlaaladirecciónacordadayauntipo—avecesJim,elhombrecorpulentoqueenesemomentoestabasentadojuntoaél—paraasegurarsedequetodotranscurríasincontratiempos.Poresosequedabaconelcincuentaporciento.Noesqueestuvieseenunaabsolutabancarrotamoral,sinosóloennúmerosrojos.

—Elfamosodetectivedelpueblo—comentó—.Bienvenido.Tomaasiento.Señalóconelbolígrafo la sillademaderadesocupada.Mesenté.El respaldocrujióunpocoy

empezóaceder,asíquemeechéhaciadelante.—Elnegocioprospera,veo.Biggshizoungestodeindiferencia.—Nomevamal.Enmiactividad,nosaleacuentallamarlaatención.—¿Yesaactividades…?—Comproyvendocosas.—¿Personas,porejemplo?—Proporcionounservicio.Noobligoanadieahacer loquehace.ExceptoJim,aquípresente,

nadietrabajaparamí.Trabajanporsucuenta.Yosóloactúocomomediador.—CuéntameenquéconsistiótumediaciónconRitaFerris.Biggsnocontestó.Selimitóarevolverseenlabutacaparamirarporlaventana,yporfindijo:—Yameheenterado.Losiento.Eraunamujerencantadora.—Exacto,loera.Quieroaveriguarsisumuerteguardarelaciónalgunaconloquehacíaparati.Diounligerorespingo.—¿Yquéinteréstienestúenesto?—Simplementelotengo.Tambiéntúdeberíastenerlo.CruzóunamiradaconJim,queseencogiódehombros.—¿Cómomehasencontrado?—preguntó.—Seguíelrastrodelpornobarato.Biggssonrió.—Algunoshombresnecesitanciertosextrasparacalentarse.Haygentemuyretorcida,yyodoy

graciasaDiosdiariamenteporsuexistencia.—¿ConocióRitaFerrisaalgunadeesaspersonasretorcidas?Biggsseretrepóenlabutacahastaqueelrespaldoquedóapoyadocontralaparedymeescrutóen

silencio.—Dímeloamí,odíseloalapolicía—advertí—.Estoysegurodequelasbrigadasdenarcóticosy

antiviciocharlaríanencantadascontigosobreelcarácterdetumediación.—¿Quéquieressaber?—Háblamedellunesporlanoche.CruzóotramiradaconJimyfinalmenteparecióresignarseahablar.—Recibimosunallamadainesperada,sóloeso.TelefoneóuntipodesdeelRadisson,elhotelde

HighStreet;queríaunachica.Lepregunté si teníaalgunapreferencia,ymecontestóque laqueríabaja,rubia,detetaspequeñasybuenculo.Dijoquelegustabanasí.YésaeraladescripcióndeRitatal

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cual. La llamé, le ofrecí el trabajo y aceptó. Para ella era sólo la tercera vez, pero estaba muyinteresadaenganarseundinero.Pastaporpolvo.—Esbozóunasonrisavacua—.Enfin, Jimfuearecogerla,laacompañó,aparcóelcocheyesperóenelvestíbulomientrasellasubíaalahabitación.

—¿Quéhabitación?—Lanovecientosveintisiete.ElcasoesqueRitabajaa losdiezminutos, entracorriendoenel

vestíbulo,vaderechaaJimyledicequequierevolveracasa.Jimlallevaaunrincónparaintentarcalmarlayaveriguarquéhapasado.Segúnparece,cuandollegóalahabitación,abrióunviejoylahizopasar.Ritacontóqueibavestidodeunamanerarara…—MiróaJimenbuscadeconfirmación.

—Era viejo—corroboró Jim—. Vestía a la antigua, como si el traje fuera de hace treinta ocuarentaaños.Olíaanaftalina,dijoRita.

Porprimeravez,Biggsparecióinquieto.—Segúnella, todoeramuyextraño.En lahabitaciónnohabía ropa,nimaletasnibolsas,nada

aparte del viejo con su traje viejo.Y a ella le entrómiedo.No sabía por qué, pero aquel viejo laasustó.

—Olíamal—añadióJim—.EsomedijoRita.Nomalcomoloshuevosoelpescadopodridos,sinomalcomosiesehombretuviesedentroalgopodrido,como…Silamaldadtuvieseolor,oleríaasí.—Dio la impresión de que lo incomodaban sus propias palabras y empezó a examinarse losdedos.

—Entonceselviejoleponelamanoenelhombro—prosiguióLester—,yellaquieresalirdeallíatodaprisa.Loempuja,yelviejosecaeenlacama.Ritavaalapuerta,peroéllahacerradoconllave y ella pierde unmomento intentando abrirla. Cuando lo consigue, tiene ya al viejo detrás yempiezaagritar.Élletiradelvestido,tratadetaparlelaboca,yellalepegaotravez,enlacabeza.Antesdeque el viejo se recupere,Ritayaha abierto la puertay echa a correr por el pasillo.Oyedetrás sus pasos, rápidos y cada vezmás cerca.De prontoRita dobla el recodo y encuentra a ungrupodegenteentrandoenelascensor.Llegahastaellosunsegundoantesdecerrarselaspuertasymeteelpieenelhueco.LapuertaseabreyRitaentra.Noveseñalesdelviejo,peroaúnlohuele,ysabequenoanda lejos.Tuvosuerte, supongo.EnelRadisson,aese ladodeledificio,haysólounascensorenfuncionamiento.Siselehubieseescapado,elviejolahabríaalcanzado,esodesdeluego.Elascensorlallevóhastaelvestíbulo,yhastaJim.

Jimseguíamirándoselasmanos.Lasteníagrandesysurcadasdevenasgruesas,concicatricesenlos nudillos.Quizá se preguntaba si Rita Ferris continuaría viva en caso de que él hubiese tenidoocasióndeutilizarlosconelviejo.

—Ledijequeesperaseenelvestíbulo,alladodelarecepción—explicó,retomandolahistoria—,ysubía lahabitación,pero lapuertaestabaabiertaydentronoencontréanadie.ComoRitahabíadicho,nohabíamaletas,nada.Asíquevolvíalarecepción,lesdijequehabíaquedadoconunamigoalojado allí, en la habitación novecientos veintisiete.—Apretó los labios y se recorrió una de lascicatrices que tenía en los nudillos con una uña larga—. No les constaba ningún huésped en lahabitación novecientos veintisiete—agregó por fin—. La habitación no estaba ocupada. El viejodebíadehaberengañadoaalguiendelpersonalparaentrar.LlevéaRitaalbar, lepedíuncoñacyesperéaquesecalmaseantesdeacompañarlaacasa.Esofuetodo.

—¿Seteocurrealgunamaneradeinformaralapolicíaacercadeeseindividuo?

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Biggsnegóconlacabeza.—¿Cómovoyahacerlo?—Tienesunteléfono.—Tengounnegocio—repuso.«No por mucho tiempo», pensé. Aunque adoptase cierta pose, Biggs no era más que una

moscarda,queseintroducíaenlasvidasdemujeresjóvenesyluegolasconsumíadesdedentro.—Podríaintentarlootravez—dije—.QuizáyalohayaintentadoyRitaestémuertaprecisamente

poreso.Biggsmoviólacabezaenungestodenegación.—No,estascosaspasan.Seguramenteesebichorarovolvióasucasayselasacudió.Porlaexpresióndesumirada,supequenosecreíasuspropiasmentiras.Asulado,Jimseguía

sinlevantarlacabeza.Laculpabilidademanabadeélcomounabruma.—¿OsdioRitaalgunadescripción?—Yatelohemosdicho:viejo,alto,canoso,malolor.Esoestodo.Melevanté.—Gracias.Habéissidodegranayuda.—Estamosatudisposición—respondióBiggs—.Sialgunavezquierespasártelobien,llámame.—Sí,seráselprimeroensaberlo.

Cuando salí a la calle, un coche se detuvo antemí: el cochedeEllisHoward.Noparecíamuycontentodeverme.

—¿Quéhacesaquí?—preguntó.—Lomismoquetú,supongo.—Hemosrecibidounchivatazoanónimo.—Afortunados vosotros —comenté. Supuse que al final Lucy Mims había sucumbido a su

conciencia.Ellissefrotólacaraconlamanoy,alhacerlo,seestirólapielparaabajoyquedóalavistala

rojezbajosusojos.—Aúnnohascontestadoamipregunta—insistió—.¿Cómosabíasqueejercíalaprostitución?—Quizádelamismamaneraquetú.Notieneimportancia.—Pero¿noibasadecírnoslo?—Sí,alalarga.Sencillamentenoqueríaqueselaetiquetasedefulana,noconlaprensarondando,

nosinhabertenidoocasióndeaveriguaralgomás.—Nosabíaquefuesestansentimental—dijoEllis.Nosonreía.—Tengomiladooculto—contestéalavezquemevolvíaymedirigíahaciamicoche—.Yanos

veremos,Ellis.

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8

AlsalirdelaoficinadeLesterBiggs,fuialGreenMountainCoffeeRoastersdeTempleStreet,dondemetoméuntorrefactofrancésconunamagdalenaymirépasarloscochesporFederalStreet.UnascuantaspersonashacíancolaparaverpelículasmalasenelcineNickelodeon,enlapuertacontigua,otomabanelaireenMonumentSquare.Aunpasodeallí,CongressStreeteraunherviderodegente.La calle había atravesado unamala época cuando los grandes centros comerciales de las afuerasimpulsaron al pequeño comercio a abandonar la ciudad, pero ahora había restaurantes y estabatambiénelcafé-teatroKeystone,ysereinventabaasímismacomonúcleoculturaldePortland.

Aquéllaeraunaciudaddesupervivientes:habíaardidodosvecesamanosdelosindiosen1676y1690; una vez más bajo los cañones del inglés Henry Mowatt en 1775 a raíz de una disputarelacionadaconlataladetroncosparamástiles,yotravezen1866cuandoalguienlanzóunpetardoenunastillerodeCommercialStreety redujoa cenizas lamitadestede la ciudad.Y sinembargoseguíaallí,yseguíacreciendo.

Laciudadmeproducía lamismasensaciónque la casadeScarborough: eraun lugardondeelpasadopermanecíavivoenelpresente,dondeunhombrepodíahallarunhuecosiempreycuandocomprendiesequeerauneslabónmásdelacadena,yaqueunhombredesligadodesupasadoesunhombrealaderivaenelpresente.Acasofueraése,enparte,elproblemadeBillyPurdue.Ensuvidaapenas había conocido la estabilidad. Su pasado estaba formado por una serie de episodiosinconexos,unidossólopor la infelicidadque lecausabasu recuerdo.ConhombrescomoBilly,elmatrimonionosolíafuncionarporque,engeneral,cuandounapersonainfelizcontraematrimonio,éstesueleterminarendospersonasinfelices,einclusoendospersonasinfelicesdivorciadas.

AlfinallleguéalaconclusióndequeBillyPurdueprobablementenoerademiincumbencia.LoquelehubiesehechoaTonyCelli,porlarazónquefuese,eraunasuntoentreTonyyél.Billyerayaunhombreadulto,ysusactosenFerryBeachindicabanqueestabajugandosegúnlasreglasdelosadultos.Asípues,siBillyPurduenoerademiincumbencia,¿porquéteníalasensacióndequedebíasalvarlo?

Siguiendo esemismo razonamiento,Rita yDonald tampoco eran demi incumbencia, pero yosentía lo contrario. En su apartamento, con los dos cadáveres tendidos en el suelo, captadosbrevementeporlosdestellosdelflashdelacámara,percibíunatensión,algoquereconocídeantes,algoquehabía llegadoamí comoundondeotrapersona.En la concurridacafetería,mientras lagentesecobijabadelfrío,hablabadesushijos,chismorreabasobresusvecinos,acariciabalasmanosdesusnovias,noviosoamantes,recorrísuavementelapalmademimanoderechaconlosdedosdelaizquierdayrecordéuncontactomásintensoqueeldecualquieramante,yaspirédenuevoelolordulzónyembriagadordelospantanosdeLouisiana.

Hacíacasiochomeseshabíaestadoen lahabitacióndeunaancianaciega llamadaTanteMarie

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Aguillard, una enorme figura de ébano con los ojos sin vida cuya conciencia se movía en laoscuridaddesupropiaexistenciaylasexistenciasdeotros.Nosabíaconcertezaquéesperabadeella,apartedelhechodeque,segúndecía,oía lavozdeunamuchachamuertaque la llamabadesde lospantanos. En esos momentos creía que el hombre que había matado a la muchacha quizá fuesetambiénelautorde losasesinatosdemimujerydemihija…,enelsupuestodeque laanciananoestuvieseloca,obuscasevenganza,osencillamentesesintiesesolaydeseasellamarlaatención.

Sinembargo,cuandometocólamanoenlahabitaciónenpenumbra,metraspasóalgoparecidoaunasacudidaeléctricaysupequelaanciananomentía,quedealgúnmodooíalloraralamuchachaenmediode la vegetacióndescompuesta y las aguasverdes y profundas, y queTanteMarie habíaintentadoconsolarlamientrasmoría.

YpormediacióndeTanteMarieoítambiénlasvocesdeSusanyJennifer, tenuesperoclaras,yme llevé esas voces conmigo, y a la semana siguiente, en un vagón de metro, mi mujer se meaparecióporprimeravez.ÉsefueeldonqueTanteMariemehizo:viyoíamiesposayamihijamuertas,yviyoítambiénaotros.Alfinal,TanteMarieestuvoentreellos.Ésefuesudon,transmitidomedianteelcontactodeunamano,yaúnmeresultabaimposibleexplicarlo.

Pienso que tal vez sea una suerte de empatía, la capacidad de experimentar el sufrimiento dequienes nos han sido arrebatados dolorosa y brutalmente, sin misericordia. O quizá lo queexperimento sea una forma de demencia, fruto de la aflicción y la culpabilidad; quizá soy unperturbado, y en mi trastorno he imaginado mundos alternativos donde los muertos les exigenreparación a los vivos.No lo sé con seguridad.Lo único que puedo afirmar es que quienes estánausentescobranpresenciapormediodeesafacultad.

Ahorabien,ciertosdonessonpeoresquemaldiciones,yelladosiniestrodeestedonesqueelloslosaben:lasalmasperdidas,lasrezagadas,aquellosquenodeberíanhabernossidoarrebatadosperolohansido,losinocentes,losfantasmasatormentadosyenpugna,lasfilasdelosmuertos,cadavezmásnumerosas.Todoselloslosaben.

Yvienen.

Apesardemisdudas,esatardefuidebarenbarhablandoconquieneshabíanconocidoaBillyPurdue,quienespodíanteneralgunaideadeadóndehabíaido.EnalgunoscasoselDepartamentodePolicíadePortlandsemehabíaadelantado,locualimplicaba,porlogeneral,quemedeparabanunaacogida más bien fría. Nadie podía, o quería, decirme nada, y yo casi había abandonado todaesperanzacuandotopéconJamesHamill.

SupusequeelárbolgenealógicodeHamillnoteníamuchasramas.Eraunfacinerosoraquítico,cincuenta y cinco kilos de resentimiento, de ira reprimida y mentalidad retrógrada, la clase deindividuoquenolehacíaunfavoranadiesipodíaevitarlo.Hamillocupabaunaposiciónmuybajaenlacadenaalimenticia:dondeélhabitaba,selocomíantodocrudo.

JugabasoloenlosbillaresOldPortdeForeStreetcuandodiconél.Estabapreparandoel tacocon la visera de la gorra de béisbol echada hacia atrás y el ralo bigote enarcado en un gesto deconcentración.Erróeltiroyjuróconestridencia.Habríafalladoauncuandolabolahubiesesidodehierroylatronerahubieseestadoimantada.Sencillamente,Hamilleraesaclasedepersona.

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EnGrittyMcDuff'salguienmehabíadichoquedevezencuandoHamillandabaconBillyPurdue.No entendía por qué. Quizá Billy necesitaba estar acompañado de alguien a cuyo lado, encomparación,parecieseguapo.

—¿JamesHamill?—pregunté.Serascóelculoymetendiólamano.Susonrisaeralapesadilladeundentista.—Encantadodeconocerte,quienquieraqueseas.Yahorapiérdete.Siguióconsupartida.—BuscoaBillyPurdue.—Ponteenlacola.—¿Alguienmáshapreguntadoporél?—Prácticamentetodoelmundoconuniformeyunaplaca,porloqueheoído.¿Erespoli?—No.—¿Detective?—preguntó a la vez que hacía retroceder el taco lentamente con el propósito de

meterunabolalistadaenlatroneracentral.—Supongo.—¿EreselqueBillycontrató?Levantélabolalistadaylablancafuederechaalatronera.—¡Eh!—exclamóHamill—.Devuélvemelabola.—Hablócomounniñopequeñoymalcriado,

aunquesospechéquenoseríanadafácilinduciraunamadreareconoceraHamillcomohijopropio.—¿BillyPurduecontratóauninvestigadorprivado?—pregunté.Medelatóeltonodevoz,yaque

enelrostrodeHamilllaexpresióndeprofundadesdichadiopasoaunamiradadecodicia.—¿Atiquéteimporta?—Me interesa hablar con cualquiera que pueda ayudarme a localizar a Billy. ¿Quién es el

detective?—insistí. Si Hamill se negaba a contestar, seguramente bastarían unas cuantas llamadasparaenterarme,enelsupuestodequequienquieraqueBillyhubiesecontratadoestuvieradispuestoaadmitirquehabíatrabajadoparaél.

—Nome gustaríameter en problemas ami amigo—dijoHamill frotándose elmentón en unvagoremedodeexpresiónpensativa—.¿Dequéladoestás?

—Trabajéparasuexmujer.—Estámuerta.Esperoquetepagaseporadelantado.Sopesélaboladebillarycontemplélaposibilidaddelanzárselaalacabeza.Hamilladivinómis

intenciones.—Oye,necesitoalgodepasta—dijoconmejoresmodales—.Damealgoytendráselnombre.Saquélacarteraypuseveintedólaresenlamesa.—Joder,veintepavos—prorrumpióHamill—.ErestodounJackBennysincarcajadasdefondo.

Vaasalirtemáscaro.—Tedarémás,peroantesquieroelnombre.Hamillselopensóunmomento.—Nosécómosellamadenombre,peroelapellidoesWildonoWiffordoalgoasí.—¿Willeford?—Sí,sí,eso.Willeford.

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Ledilasgraciasconungestodeasentimientoymemarché.—¡Eh!¡Eh!—gritóHamill,yoíelrocedesuszapatillascontraelsueloamisespaldas—.¿Ymi

plus?Mevolví.—Perdón,meolvidaba.—Puseunamonedadediezcentavosencimadelbilleteyleguiñéelojoa

lavezquedejaba la bola en lamesa—.Estopor el chiste sobre la exmujer.Que lodisfrutes consalud.

Meencaminéhacialaescalera.—Oye,DonaldTrump—gritóHamillmientrasmealejaba—.Vuelvepronto,eh.

MarvinWillefordnoestabaensuoficina,unsimpledespachoconunsoloescritorioencimadeunrestauranteitalianoyenfrentedelaterminaldetransbordadoresCascoBay,perounanotaescritaamano pegada a la puerta informaba de que se había ido a comer: una comida larga, obviamente.PreguntéenelrestaurantequesolíafrecuentarWillefordyelcamareromefacilitóelnombredeunbardelpuerto,elSailLoftTavern,enlaesquinadelascallesCommercialySilver.

En los siglosXVIII yXIX, el puerto dePortland era un boyante centro pesquero y naviero. Poraquelentoncesseamontonabaen losmuellesmaderacondestinoaBostonya lasAntillas.Prontovolvería a haber allí madera, pero ahora destinada a China y Oriente Próximo. Entretanto lareurbanización de la zona portuaria, la construcción de nuevos bloques de apartamentos y tiendasparaatraeralosturistasyalosjóvenesprofesionalesseguíasiendountemacontrovertido.Esdifícilquelasactividadesdeunpuertosedesarrollendebidamentecuandohaygentealrededorvestidaconsandaliasycamisetasdeestampadodesteñidofotografiándoseycomiendocucuruchos.ElSailLoftparecíaunavueltaalosviejostiempos,laclasedeestablecimientodondealgunossesentíancomoencasa.

ConocíaaWilleforddevista,peronuncahabíahabladoconélyapenassabíaalgodesupasado.Parecíamásviejode loquerecordabacuandoloencontré juntoa labarraenpenumbraviendounpartidodebaloncestoendiferidoenuntelevisorrodeadodecaballitosyestrellasdemarcolgadosdelas paredes. Calculé que debía de rondar los sesenta años. Carrilludo y calvo, tenía unos cuantosmechonesdecabelloblancodispuestosde travésenelcráneocomoalgasmarinasadheridasaunaroca y la piel pálida, casi traslúcida, con una red de finas venas en lasmejillas, y la nariz roja ybulbosa salpicada de cráteres igual que un mapa en relieve de Marte. Sus facciones parecíandesdibujadas e imprecisas, como si se disolvieran lentamente en el alcohol que corría por suorganismo, como si estuviera convirtiéndose poco a poco en una versión borrosa de su formaoriginal.

Sostenía una cerveza en lamano, y enfrente había un vaso dewhiskyvacío y los restos de unbocadilloyunaspatatasfritasenunplato.Sinembargo,noestabarepantigadojuntoalabarra,sinomuyerguido,conlaespaldaligeramenteapoyadaenelrespaldodeltaburete.

—Hola—saludéalavezquetomabaasientojuntoaél—.¿MarvinWilleford?—¿Ledebedinero?—preguntóWillefordsinapartarlamiradadeltelevisor.—Todavíano—contesté.

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—Bien.¿Ledebeusteddineroaél?—Todavíano—repetí.—Lástima.Noobstante,yoqueustedmantendríalascosasasí.—Sevolvióhaciamí—.¿Enqué

puedoayudarle,joven?Resultabaextrañoquelollamaranauno«joven»alostreintaycuatroaños.Casisentíaelimpulso

deenseñaralgúndocumentodeidentidad.—MellamoCharlieParker.Reconocióelnombreconungestodeasentimiento.—Conocíasuabuelo,BobWarren.Eraunbuenhombre.Heoídorumoresdequequizásemeta

ustedenmiterreno,CharlieParker.Meencogídehombros.—Quizás. Espero que haya trabajo suficiente para los dos. ¿Me permite que le invite a una

cerveza?Apuróelvasoypidióqueselorellenaran.Yotomécafé.—«Elviejoordencambiaydalugaraunonuevo»—dijoWillefordcontristeza.—Tennyson—dije.—Mealegraverqueaúnquedaalgúnromántico—comentóconunasonrisadeaprobación.Enla

vida de Willeford no todo eran largas comidas en un bar a oscuras. Así suele ocurrir con laspersonascomoél.Sonriódenuevoybrindóconsunuevacerveza—.Bueno,joven,almenosnoesustedunabsolutoignorante.Vengoaestebardesdehacemuchosaños,¿sabe?Miroalrededorymepreguntocuántotiemposeguiráenpieahoraqueestánconstruyendoapartamentosdelujoytiendaselegantesenelpuerto.Avecespiensoquedeberíaencadenarmeaunabarandillaenseñaldeprotesta,sóloquetengomallacaderayconelfríomeentranganasdemear.—Moviólacabezaenungestodepesar—.¿Yquéletraepormidespacho,joven?

—TeníalaesperanzadequemehablasedeBillyPurdue.Apretóloslabiosmientrastragabaelsorbodecervezaqueteníaenlaboca.—¿Espor un asuntoprofesional o personal?Porque si es personal, simplemente estamos aquí

charlando,¿entendido?Perosiesprofesional,unotienesuética,tienesudeberdeconfidencialidadcon el cliente, tiene sus métodos secretos; aunque…, y ahora hablo a título personal,compréndame…, si quiere quedarse a Billy Purdue como cliente, es usted muy libre. Carecía dealgunasdelascualidadesbásicasquebuscoenuncliente,comoporejemplodinero.Pero,porloquehallegadoamisoídos,másqueundetectivenecesitaunabogado.

—Digamosqueespersonal,pues.—Personales,sinduda.Mecontratóparalocalizarasuspadresnaturales.—¿Cuándo?—Haráunmesoalgoasí.Mepagódoscientoscincuentaporadelantado,enbilletesdeunoyde

cinco,sacadosdirectamentedelahucha,peroyanopudopagarmás,asíquelodejéestar.Nolehizomuchagracia,perolosnegociossonlosnegocios.Además,esechicotraíamáscomplicacionesqueunaartritis.

—¿Hastadóndellegó?—Bueno, di los pasos habituales. Solicité a las autoridades estatales información no

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identificadora,yasabe,lasedadesdelospadres,lasprofesiones,loslugaresdenacimiento,laraza.Noconseguínadadenada,cero.Alchicoloencontraronbajounahojadecol.

—¿Noteníapartidadenacimiento?Levantó lasmanos en un gesto de fingido asombro y luego tomó otro gran trago de cerveza.

Calculéqueentrestragosseacababaunvaso.Acerté.—Verá,fuihastaDarkHollow.Yasabedóndeestá,¿no?AlnortedeGreenville.Asentí.—TeníaotroasuntopendientecercadellagoMoosehead—continuó—,ypenséquepodíahacerle

un favor a Purdue y llevar a cabo parte de su investigación durante el tiempo de otro cliente. Elúltimopadredeacogidaquetuvoviveporallí,aunqueahorayaesviejo,másviejoqueyo.SellamaPayne,MeadePayne.Mecontóque,porloqueélsabía,laadopcióndeBillyPurduesellevóacaboporcanalesprivados,organizadapormediacióndeciertamujerdeBangorylashermanasdeSantaMarta.—SantaMartamesonabadealgo,peronorecordabadequé.Willefordpareciópercibirmisesfuerzos—.SantaMarta—repitió—.Elsitiodondesematóaquellaancianahaceunosdías,laqueseescapó.AntesSantaMartaeraunconvento,ylasmonjasacogíanamujeresquehabíanacabadomal,ya me entiende. Pero ahora todas las monjas han muerto o han tenido que retirarse a causa delAlzheimer,ySantaMartaesunaresidenciaprivadaparalaterceraedad,delmásbajonivel.Hueleaorinayverdurahervida.

—¿Nohaydatos,pues?—Nada. Consulté las carpetas que quedaban, que no eran muchas. Mantenían un registro de

nacimientos y conservaban copia de los documentos pertinentes, pero nada correspondía a BillyPurdue. Su caso no pasó por los archivos o, si pasó, alguien se aseguró de ocultar el rastro. Alparecer,nadiesabíaporqué.

—¿Hablóconesamujer,laqueorganizólaadopción?—Lansing. Cheryl Lansing. Sí, hablé con ella. También es vieja. Dios mío, incluso sus hijos

empezabanaseryaviejos.Tengolasensacióndequesólomeencuentroconviejos,clientesviejos,personasviejas.Creoquenecesitohaceramigosjóvenes.

—Esodaráquehablaralagente—comenté—.Acabaráteniendomalafama.Seechóareír.—¿Esposibletenerunaamantejovensindinero?—Nolosé.Puedeintentarlo,perodudoquelleguemuylejos.Asintióyseterminólacerveza.—Ésehasidomiproblematodalavida.Hastalosmuertossecomenmásroscasqueyo.Así pues, Cheryl Lansing era la mujer que había organizado la adopción de Billy Purdue.

Obviamente,suinterésenélnoerasóloprofesionalsiaúnintentabaayudaralaexesposayelhijodeBillytresdécadasdespués.Recordélabolsaderopa,lacajadecomidayelpequeñofajodebilletesenlamanodeRitaFerris.CherylLansingmehabíaparecidounamujeragradable.Lanoticiadelasdosmuertesdebíadehaberledolido,pensé.

PedíotracervezaparaWillefordymediolasgracias.Estabayabastanteachispado.Mesentíunagranpersonaemborrachándolotantoqueyanopodríatrabajarduranteelrestodeldía,ysóloparaqueyosatisficieramideseodeiniciarunacruzada.

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—¿YquémássabedeCherylLansing?—insistí.—Bueno,noqueríahablardePurdue.Pormásquelepregunté,nosirviódenada.Sólomedijo

quelamujereradelnorte,queorganizólaadopciónamododefavoralashermanas,quenisiquierasabíacómosellamabalamadre.Porlovisto,CherylLansingganabaalgúndineroactuandocomomediadoraenlasadopcionesalserviciodelasmonjasylesentregabaunapartedelosingresos,peroen este caso en particular intervino demanera desinteresada. Sí tenía una copia de una partida denacimiento, pero los padres aparecían con seudónimo. Supuse que el nacimiento había quedadoregistradoenalgúnsitio.

—¿Yquéhizo?—Bueno,atravésdePayneylosdocumentosoficiales,averigüéquelamayoríadelospadresde

acogidadeBillyPurdueeran tambiéndelnorte.Lomásal surque llegó fueBangor,hastaque semarchóaBostoncuandoyatuvoedadsuficiente.Asíquehicepreguntas,puseavisosconfechasdenacimientoaproximadas.Inclusopubliquéunanuncioenalgúnqueotroperiódicolocal,yluegomesenté a esperar. En todo caso, para entonces el dinero se había acabado y no veíamanera de quePurdueconsiguieramás.

»UndíarecibíunallamadaenlaquemedecíanquedebíahablarconunamujerdelaresidenciadeancianosdeDarkHollow,conlocualSantaMartavolvióaocuparelcentrodeatención.—Hizouna pausa y tomó un largo trago de cerveza—. Informé a Billy de que quizá tenía una pista y lepregunté si quería que continuase. Me contestó que no le quedaba dinero, así que le dije que,sintiéndolomucho,tendríaquedarporconcluidanuestrarelaciónprofesional.Despotricóunpoco,meamenazócondestrozarmelaoficinasinoloayudaba.Leenseñéesto.—SeabriólachaquetaparadejaraldescubiertounaColtPythonconunlargocañóndeochopulgadas.Conesaarma,parecíaunpistoleroentradoenaños—.Yselargó.

—¿Ledioelnombredelamujer?—Lehabríadadoelabrigoquellevabapuestocontaldelibrarmedeél.Meparecióqueerahora

deemprenderunaretiradaestratégica.Simehubieraretiradomásdeprisa,prácticamentehabríaidohaciaadelanteotravez.

Tenía el café frío en la taza frente amí.Me incliné por encima de la barra y lo vacié en unfregadero.

—¿SeleocurredóndepuedeestarBillyahora?Willefordnegóconlacabeza.—Unacosamás—dijo.Esperé.—EncuantoalamujerdeSantaMarta,¿recuerda?SellamabaseñoritaEmilyWatts,oalmenos

asísehacíallamar.¿Lesuenadealgoesenombre?Penséporunmomentoperonorecordénada.—Nolocreo.¿Tendríaquesonarme?—Eslaancianaquemurióenlanieve.Unasuntoextraño,¿noleparece?Recordé entonces la noticia completa. Las muertes de los hombres en Prouts Neck la habían

relegadoalsegundoplanodemimemoria.—¿CreequeBillyPurduefueaverla?

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—Nolosé,peroalgolaasustólosuficientecomoparainducirlaaescaparalbosqueysuicidarsecuandointentaronobligarlaavolver.

Melevanté,ledilasgraciasymepuseelabrigo.—Ha sido un placer, joven. Se parece un poco a su abuelo, ¿sabe? También actúa demanera

parecida,ynodaráanadiemotivosparaarrepentirsedehaberleconocido.Sentíotrapunzadadeculpabilidad.—Gracias.¿Quierequelelleveaalgúnsitio?Movióelvasoparaquelesirvieranotracervezay,depaso,pidiótambiénunwhisky.Dejédiez

pavosenlabarraparacubrirlotodo,yéllevantóelvasovacíoenungestodesaludo.—Joven,novoyaningunaparte.

Estabaoscureciendocuandosalídelbarymearrebujéenelabrigoparaprotegermedelfrío.Elvientosoplabadesdeelpuerto,pasándomesusgélidasmanosporelpeloyrestregándomelapielconsusdedoshelados.HabíadejadoelMustangenelaparcamientodeOneIndia,unrincóndePortlandconunahistoriasombría.EnOneIndiaestuvoemplazadooriginalmenteFortLoyal,construidoporloscolonosen1680.Permanecióenpiesólodiezaños,hastaquelosfrancesesysusaliadosnativoslo tomaron y pasaron por las armas a los ciento noventa colonos que se habían rendido. Con eltiempo,laterminaldeIndiaStreetselevantóenelmismolugaryseconvirtióenelkilómetroceropara Atlantic & St. Lawrence Railroad, Grand Trunk Railway de Canadá y los FerrocarrilesNacionalesCanadiensescuandoPortlanderaaúnun importantenudo ferroviario.EneledificiodeOne India, ocupado ahora por una compañía de seguros, se veía aún el rótulo de las oficinas deGrandTrunkySteamshipencimadelapuerta.

Lasvíasdesaparecieronhacecasitresdécadas,perosehabíahabladodelareconstruccióndelaUnion Station en St. John y la reapertura de la línea de Boston para el transporte de pasajeros.Resultaba extraño que cosas del pasado, cuando uno ya las consideraba perdidas para siempre, seresucitaranyreactivarandenuevoenelpresente.

Al acercarme alMustang vi que la escarcha empezaba a cubrir las ventanas y una bruma quevolvía más agudos todos los sonidos flotaba sobre los tinglados y los barcos. Estaba a punto dellegar al coche cuando oí unos pasos detrás demí.Dispuesto ya a darme la vuelta, con el abrigoabiertoylamanocaminodelapistola,notéunapresiónenlabasedelaespaldayunavozdijo:

—Déjela.Lasmanosseparadas.Mantuve las manos en posición horizontal a los lados. Una segunda figura se aproximó

renqueando pormi derecha, con el andar alterado por el pie izquierdo ligeramente torcido haciadentro, y sacómipistolade la funda.Eraunhombrede corta estatura, quizásunmetro sesenta, ypocomenosdecincuentaaños.Teníaelpelonegroyespeso,losojoscastaños,loshombrosanchosbajoelabrigoyelvientrefirme.Habríaresultadoinclusoatractivoanoserporel labio leporino,quelesubíacasihastalanarizcomounaheridadenavaja.

Elsegundohombreeramásaltoyfornido,decabellolargoyoscuroquelecaíasobreelcuellodeunacamisablancay limpia.Tenía lamiradaseveray labocaadustaencontrastecon lavistosacorbatadeWinnieThePoohbienanudada.Lacabezaparecíacuadrada,unidaaunoshombrosanchos

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yrectangularesporuncuellogruesoymusculoso.Semovíacomounmuñecoenmanosdeunniño,oscilandodeunladoaotrosinflexionarlasrodillas.Juntos,formabanunaparejacuriosa.

—Caramba,amigos,meparecequeyaesunpocotardeparalastravesurasdeHalloween.—Meinclinéconunaactituddecomplicidadhaciaelmásbajo—.Yyaconoceseldicho—susurré—:sielvientocambiadedirección,tequedarásconlacaraasí.

Eranmatonesdepocamonta,peronomegustabaquelagenteanduvieserondandoenlabrumaymehincaseunapistolaenlaespalda.ComoBillyPurduehubieradicho,erademalaeducación.

ElbajoexaminóconexpertaadmiraciónmiSmith&Wessondetercerageneración.—Unabuenapipa—comentó.—Devuélvemelayteenseñarécómofunciona.Esbozóunaextrañaytorcidasonrisa.—Tienesqueacompañarnos.SeñalóendirecciónaIndiaStreet,dondeunpardefarosacababandeaparecerenlaoscuridad.EchéunvistazoalMustang.—Joder—dijoeldel labioleporinoconunafingidaexpresióndeinquietudenelrostro—.¿Te

preocupatucoche?Quitóelsegurodemipistola,disparóhaciaelMustangyreventaronlosneumáticosdelanteroy

traserodelladodelconductor.Enalgúnlugarcercanoempezóasonarlaalarmadeuncoche.—Ahítienes—dijo—.Ahorayanadievaarobártelo.—Recordaréloquehashecho—contesté.—Aja.Siquieresquetedeletreeminombre,házmelosaber.Elmás altome empujó en dirección al coche, unBMWSerie Siete plateado, que se acercó a

nosotros y giró a la derecha a la vez que se abría la puerta trasera. Dentro había otro apuestodemonioconelpelocastañoycortoyunarmaapoyadaenelmuslo.Elconductor,másjovenquelosdemás,hacíapompasconunchicleyescuchabaunaemisoraderockporlaradio.Cuandoentréenelcoche,empezóasonarlavozdeBryanAdamscantandoeltemaDonJuandeMarco.

—¿Seríaposiblecambiardeemisora?—preguntéalarrancar.Amilado,eldellabioleporinomehincóconfuerzaelcañóndesupistola.—Megustaestacanción—declaró,ytarareóporunmomento—.Notienessensibilidad.Lomiré.Creoquehablabaenserio.

FuimosalhotelRegencydeMilkStreet,elmejorhoteldePortland,unviejoedificiodeobravistaenplenoPuertoAntiguoqueenotrotiempoalbergóunarsenal.Elconductoraparcóenlapartedeatrásynosencaminamoshacialaentradalateralpróximaalgimnasiodelhotel,dondeotrohombrejovenconunimpecabletrajenegronosabriólapuertaantesdeavisardenuestrallegadaatravésdeunmicrófonoprendidoenlasolapa.Subimosenascensorhastaelúltimopiso,dondeeltipodellabioleporinollamórespetuosamenteconlosnudillosalapuertadelfondoaladerecha.Cuandoseabrió,mehicieronentrarymecondujeronenpresenciadeTonyCelli.

Tonyestabasentadoenunenormesillónconlospiesdescalzosapoyadosenunescabelajuego.Llevaba calcetines negros de seda, pantalón gris perfectamente planchado, camisa azul listada con

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cuelloblancoyunacorbatadecolorrojooscuroconunintrincadodibujodeespiralesnegras;enlospuñosblancos se advertían reflejosdorados. Iba recién afeitadoypeinado con raya.Tenía el pelonegro,losojoscastaños—bajounascejasfinasydepiladas—,lanarizlargaeindemne,labocaunpocoblanda,labarbillaunpococarnosa.Nolucíaanillosenlosdedos,quereposabanentrelazadossobresuregazo.Frenteaél,eltelevisoremitíalainformacióneconómicadelnoticiariodelanoche.Enunamesa,aunlado,habíaunosauricularesyundetectordemicrófonos,señaldequeyahabíanregistradolahabitaciónenbuscadedispositivosdeescucha.

ConocíaelhistorialdeTonyCelli.Habíaascendidoenel escalafóndesde lanada,controlandotiendasdepornografíayprostitutasen losbarriosbajosdeBoston,batiéndoseelcobre,creándosegradualmente un área de influencia. Recibía dinero de quienes estaban por debajo de él y pagababuena parte a quienes estaban por encima. Cumplía con sus obligaciones y en la actualidad se leconsideraba una apuesta firme para el futuro. Me constaba que había asumido ya ciertasresponsabilidadesencuestionesdedinero,puesporlovistoteníatalentoparalasfinanzas,cosaqueahora reafirmaba con su camisa listada y la atención que prestaba a los valores bursátiles quedesfilabanalpiedelapantalla.

Calculé que rondaba los cuarenta años.Desde luego nomás.Ofrecía un aspecto aceptable.Dehecho, parecía la clase de hombre que uno llevaría a casa para presentárselo a su madre si nosospechara que probablemente la torturaría, se la tiraría, y luego echaría los restos al puerto deBoston.

LoapodabanTonyelLimpiopordiversasrazones:suaparienciaeraunadeellas,perosedebíasobretodoaqueTonynuncaseensuciabalasmanos.Otraspersonashabíantenidoquelavarsemuchasangredelasmanosensunombre,yhabíanobservadocómodescendíaenespiralhaciaeldesagüede agrietadas bañeras de porcelana o fregaderos de acero inoxidable, pero sin que una sola gotahubieramanchadojamásunadelascamisasdeTony.

Enunaocasiónoíunaanécdotasobreéldeprincipiosdelosañosnoventa,cuandoaúnajustabalascuentasachulosqueolvidabanelceloconqueTonydefendíasuterritorio.UntalStanGoodman,unpromotorinmobiliariodeBoston,teníaunacasaparalosfinesdesemanaenRockport,unviejocaseróncontejadoadosaguas,unampliojardínconcéspedyunrobledeunosdossiglosdeedadjuntoalatapia.Rockportesunlugarpreciosoyagradable,unpueblodepescadoresenCapeAnn,alnortedeBoston,dondeaúnsepuedeaparcarporuncentavoyeltranvíadeSaltWatertellevadeunladoaotrodelpuebloporcuatrodólaresdiarios.

Goodman tenía mujer y dos hijos adolescentes, un chico y una chica, y también a ellos lesencantabalacasa.TonyofrecióaStanGoodmanmuchodineroporlapropiedad,peroélsenegóavender. Le contó que había pertenecido a su padre y que su padre se la había comprado al dueñooriginal en los años cuarenta. Propuso a Tony el Limpio buscarle algo parecido en lasinmediaciones, porque Stan Goodman suponía que, si mantenía buenas relaciones con Tony elLimpio,todoiríabien.SóloqueTonyelLimpionomanteníabuenasrelacionesconnadie.

Una noche de junio, alguien entró en la casa de Goodman, mató al perro de un tiro, ató yamordazóa los cuatromiembrosde la familiay los llevóa lavieja canteradegranitodeHalibutPoint.SupongoqueStanGoodmanfueelúltimoenmorir,despuésdequeasesinaranasumujer,asuhijayasuhijocolocándoleslacabezasobreunarocaplanayabriéndoseladeunmazazo.Elsuelo

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estaba encharcado de sangre cuando los encontraron a la mañana siguiente, e imagino que loshombres que los mataron tardaron mucho tiempo en lavarse las manchas de la ropa. Tony Cellicomprólacasaalmessiguiente.Nohubootrasofertas.

Elmero hecho de que Tony estuviera en Portland después de lo ocurrido en ProutsNeck eraindiciodequeno se andabaconchiquitas.Tonyquería esedinero, loquería a toda costay estabadispuestoacorrerriesgosparaencontrarlo.

—¿Has visto las noticias?—dijo por fin. No apartó la vista de la pantalla, pero supe quemedirigíalapreguntaamí.

—No.Memiróporprimeravez.—¿Novesnuncalasnoticias?—No.—¿Porquéno?—Medeprimen.—Debesdedeprimirteconmuchafacilidad.—Soymuysensible.Sequedócalladoporunmomento,concentrándosedenuevoenlapantallamientrasinformaban

endetallesobrelaquiebradeunbancodeTokio.—¿Noveslasnoticias?—repitiócomosiyoacabaradedecirlequenomegustabaelsexoola

comidachina—.¿Nunca?—Comotúdices,medeprimoconfacilidad.Medeprimeinclusoelpartemeteorológico.—Esoesporquevivesaquí.PruebaavivirenCalifornia,yelparteyanotedeprimirátanto.—Dicenqueallíhacesoltodoelaño.—Sí,siemprehacesol.—Entoncesmedeprimiríalamonotonía.—Dalaimpresióndequenuncaserásdeltodofeliz.—Quizátengasrazón,perointentoconservarlaalegría.—Erestanalegrequeempiezasacaermemal.—Esunaverdaderalástima.Pensabaquepodríamospasarunratojuntos,iralcinequizá.Lainformacióneconómicaterminó.Apagóeltelevisorpulsandoelbotóndelmandoadistancia

conundedo,queclaramentehabíapasadopormanosdeunamanicura,yacontinuaciónmededicótodasuatención.

—¿Sabesquiénsoy?—preguntó.—Sí,séquiéneres.—Bien.Enesecaso,alserunhombreinteligente,seguramenteyasabesporquéestoyaquí.—¿ParahacerlascomprasdeNavidad?¿Buscasunacasa?Esbozóunafríasonrisa.—Losétododeti,Parker.EreselqueacabóconlosFerrera.LosFerreraeranunafamiliamafiosadeNuevaYork,yelénfasisdebeponerseenese«eran»,en

pasado.Yomehabíavistoenvueltoensusasuntos,ylascosasterminaronmalparaellos.—Seacabaronporsísolos.Yomelimitéamirar.

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—Noesesoloqueamímehandicho.EnNuevaYorkhaymuchagentequesealegraríacontumuerte.Piensanquenotienesrespeto.

—Nomecabeduda.—Entonces,¿porquénoestásmuerto?—¿Doyluzaunmundooscuro,quizá?—Siquierenluzensumundo,puedenencenderunalámpara.Pruebaotracosa.—Porquesabenquemataréaquienquieraquevengaapormí,yluegomataréaquienquieraque

lohayaenviado.—Yopodríamatarteahora.Anoserqueseascapazdevolverdeentrelosmuertos,tusamenazas

novanaquitarmeelsueño.—Tengoamigos.Tedaríaunasemana,quizádiezdías.Despuéstútambiénestaríasmuerto.Hizounamuecadeterror,yunpardeloshombresquelorodeabanahogaronunarisa.—¿Juegasalascartas?—preguntócuandoacabarondereírse.—Únicamentealsolitario.Megustajugarconalguienenquienpuedaconfiar.—¿Sabesquésignifica«joderlabaraja»?—Sí,losé—respondí.Joderlabarajaeraalgopropiodejugadoresneófitos:echabanaperder

las partidas con jugadas estúpidas. Por eso algunos jugadores experimentados no jugaban conaficionados;pormuchodineroquetuviesen,siempreexistíalaposibilidaddequejodieranlabaraja,detalmodoqueelriesgodeperderaumentabahastaelpuntodequenomerecíalapenaapostar.

—BillyPurduemejodiólabaraja,yahoracreoquequizátútambiénestésapuntodejodérmela.Y eso no me conviene. Quiero que lo dejes. Pero primero quiero que me digas lo que sabes dePurdueyacambiotepagaréparaquetemarches.

—Nonecesitodinero.—Todoelmundonecesitadinero.Puedopagar todas tusdeudas, e inclusohacerdesaparecera

otros.—Nodebodineroanadie.—Todoelmundodebealgoaalguien.—Yono.Estoylibreylimpiodedeudas.—Oquizápiensasquetienesdeudasquenopuedenpagarsecondinero.—Unaobservaciónmuysagaz.¿Quésignifica?—Significaquemeestoyquedandosinmétodosrazonablesparacambiarelrumbodetusactos,

Birdman.—Trazóconlosdedosenelaireunascomillasalpronunciarlaúltimasílabademiapodo,Birdman,HombrePájaro.Acontinuaciónbajólavozysepusoenpie.Inclusodescalzoeramásaltoque yo. Cuando estuvo a unos centímetros de mí, dijo—: Ahora, escúchame. No me obligues acortartelasalas.MeheenteradodequetrabajasteparalaexmujerdeBillyPurdue.Tambiénmeheenteradodequeéltediodinero,midinero,paraentregárseloaella.Esoteconvierteenunindividuomuy interesante, Birdman, porque sospecho que fuiste una de las últimas personas que habló conellosantesdequecadaunosefueraporsulado.Ahora,¿quierescontarnosloquesabesparapodervolveratupequeñapajareraypasarlanochehechounovilloenlacama?

Nodesviélamirada.—Sisupieraalgoútilytelodijera, laconciencianomedejaríadormir—contesté—.Yresulta

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quenosénada,niútil,niinútil.—¿SabesquePurduetienemidinero?—Ah,¿sí?Moviólacabezaconungestocasidelástima.—Vasaobligarmeahacertedaño.—¿MatasteaRitaFerrisyasuhijo?Tonyretrocedióunpasoymeasestóunpuñetazoenelestómago.Lovivenirymepreparépara

el golpe, pero la fuerzabastópara que cayerade rodillas.Mientras intentaba tomar aire, oí cómoamartillabanunarmadetrásdemíynotéelfríoacerocontraelcráneo.

—Yonomatoniamujeresnianiños—dijoTony.—¿Desdecuándo?—repuse—.¿DesdeAñoNuevo?Alguienmeagarróporelpeloymeobligóaponermeenpiesinapartarelarmadedetrásdemi

oreja.—¡Quéestúpidoeres!—exclamóTonyfrotándoselosnudillosdelamanoderecha—.¿Quieres

morir?—Nosénada—repetí—.Trabajéparasuexmujeramododefavor,tuveunaspalabrasconBilly

Purdueymemarché.Esoestodo.TonyelLimpioasintióconlacabeza.—¿Dequéhashabladoconeseborrachoenelbar?—Deotracosa.—Tonypreparódenuevoelpuño—.Deotracosa—insistílevantandolavoz—.

Eraamigodemiabuelo.Sóloqueríaverlo.Tienesrazón,esunborracho.Déjaloenpaz.Tonyretrocedió,frotándosetodavíalosnudillos.—Simeenterodequemehasmentido,tendrásunamuertedesagradable,¿quedaclaro?Ysieres

listoynosólotehacesellisto,notemeterásenmisasuntos.—Aunquesutonodevozeracadavezmásamable, su expresión se endureció cuandovolvióahablar—:Lamento tenerquehacerte esto,peronecesitoasegurarmedequehasentendidonuestraconversación.Sienalgúnmomentocreesquetienesalgoqueañadiraloqueyamehasdicho,gimemásfuerte.

Dirigió un gesto con la cabeza a quien estaba detrás de mí, y entonces me obligaron aarrodillarmedenuevo.Meamordazaroneinmovilizaronlosbrazosalaespaldaconunasesposas.Allevantarlavista,viqueelindividuodellabioleporinorenqueabahaciamí.Sosteníaenlamanounabarrametálicanegra,yunchisporroteoazulcrepitabadeunextremoaotro.

Las dos primeras veces que la picana entró en contacto conmi pielme tumbaron de espaldas.Tendidoenelsuelo,mesacudíconviolentosespasmosapretandolamordazaconlosdientesporeldolor.Despuésdelaterceraocuartavezperdíelcontrolydestellosazulesaparecieronenlanegrurademimentehastaqueporfinlasnubesmeenvolvieronytodoquedóensilencio.

Cuando recobré el conocimiento yacía en la parte de atrás delMustang de tal forma que lostranseúntesnopodíanverme.Teníalasyemasdelosdedosencarnevivayelabrigobrillabaacausadelaescarcha.Medolíamucholacabeza,aúnmetemblabaelcuerpoyteníasangresecayrestosdevómitoaunladodelacarayenlapecheradelabrigo.Olíamal.Conmovimientosvacilantesmepuse

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enpieymepalpélosbolsillos.Lapistolaestabaenunodeellos,sincargador,yelteléfonomóvilenotro.Pedíuntaxiy,mientrasesperaba,llaméaunmecánicocercanoalpuentedelVeteran'sMemorialparaqueseocuparadelcoche.

CuandoregreséaScarborough,semehabíahinchadonotablementeelladoderechodelacarayteníapequeñasquemadurasdondelapicanamehabíatocado.Descubríquetambiénmehabíanhechodosotresbrechasenlacabeza,unadeellasprofunda.Supusequeeltipodellabioleporinomehabíaasestado un par de puntapiés paramayor seguridad.Me apliqué hielo en la cabeza yme rocié lasquemaduras conantiséptico.Luegome toméunparde calmantes,mepuseunpantalóndedeportelargoyunacamisetaparaprotegermedelfríoeintentédormir.

Norecuerdoquémedespertó,pero,cuandoabrí losojos, lahabitaciónparecíaoscilarentre laoscuridad y la claridad, como si el universo se hubiese detenido a tomar aliento al asomar losprimerosrayosdelsolmatutinoentrelososcurosnubarronesdelinvierno.

Ydealgúnlugardelacasamellegóunsonidosemejanteaunospasos,comosialguiencaminaradepuntillas por el parquet.Desenfundé la pistola yme levanté.El suelo estaba frío y las ventanasvibrabanligeramente.Abrílapuertadespacioysalíalpasillo.

Amiderechasemovióunasilueta.Percibíelmovimientoconelrabillodelojo,demodoquenotuvelacertezadesihabíavistorealmenteunasiluetaosólosombrasqueoscilabanenlacocina.Mevolvíymedirigídespaciohacia laparte traserade lacasa.Las tablasdel suelocrujieronunpocobajomispies.

Enesemomentolooí: lasuavecarcajadadeunniño,unarisaalegre,ydenuevoelsusurrodeunospasosamiizquierda.Lleguéalaentradadelacocinaconelarmamedioenaltoymeasoméatiempodeverotromovimientojuntoalmarcodelapuertaquecomunicabalacocinaconlasaladeestar,ydeoírotrogritodejúbiloinfantilporeljuegoquehabíamosiniciado.Estabasegurodehabervistoelpiedeunniño,laplantaprotegidaporlosextremosdeunpelelemorado.Ytambiénsupequehabíavistoesepequeñopieantes,yalrecordarlosemesecólagarganta.

Entréenelcomedor.Algopequeñomeesperabamásalládelapuertadelfondo.Veíasusiluetaenlapenumbray la luzde susojos, pero sólo eso.Al avanzar hacia allí, la silueta semovióyoí elchirridodelasbisagrasdelapuertadelanterayelimpactodeéstacontralapared.Elvientobarrióconímpetulacasaagitandolascortinas,sacudiendolosmarcosylevantandoespiralesdepolvoenelpasillo.

Apretéelpaso.Alllegaralapuerta,vislumbréotravezlapequeñafigura,unaformavestidademoradoqueseagitabaentrelosárbolesadentrándosecadavezmásenlaoscuridad.Bajédelporcheal jardín y sentí en las plantas de los pies la hierba y las pequeñas piedras que seme clavaban, ycuando algo diminuto con muchas patas me correteó por encima de los dedos me puse rígido.Permanecíenellindedelbosque,ytuvemiedo.

Ella me esperaba allí. Estaba inmóvil, oculta tras los árboles y arbustos, su rostro a vecesoscurecidoporlassombrasdelasramas,avecesclaramentevisible.Teníalosojosllenosdesangreyelgruesohilonegrozigzagueabaatravésdesurostrocomolatoscabocadeunaviejamuñecadetrapo.Sinhablar,meobservabadesdeelbosque,ydetrásdeellalafigurademenortamañobailabay

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corríaporlamaleza.Cerrélosojosymeconcentré,intentabadespertarmeperoelfríoenlospieserareal,asícomoel

dolorpulsátilenlacabezaylasrisasdelniñoqueelvientoarrastraba.Percibíunmovimientoamisespaldasyalgometocóelhombro.Hiceademándevolverme,pero

lapresiónenelhombroaumentóysupequenodebíavolverme,quenoformabapartedelplanqueyoviese loquehabíadetrásdemí.Miréami izquierda,haciadondenotaba lapresión,ynopudecontenerelescalofríoquemerecorriódearribaabajo.Cerrélosojosalinstante.Peroloquehabíavistosehabíagrabadoenmimentecomounaimagenrecortadacontralaintensaluzdelsol.

Era una mano suave, blanca y delicada, con dedos largos y afilados. Una alianza nupcialresplandecíabajolaextrañaluzpreviaalamanecer.

Bird.¿Cuántasveceshabíaoídoesavozsusurrarmeenlaoscuridad,preludiodelatiernacariciadeuna

manocálida,elalientocontramimejilla,contramislabios,suspechospequeñoscontramicuerpo,sus piernas comohiedra enroscada en torno amí?La había oído enmomentos de amor y pasióncuandoéramosfelices juntos,enmomentosde ira, rabiay tristezamientrasnuestromatrimoniosedesmoronaba.Y la había oído después entre elmurmullo de las hojas caídas sobre la hierba y elsonidodelasramasalrozarseentresímovidasporlabrisaotoñal,unavozqueveníademuylejosymellamabadesdelassombras.

Susan,miSusan.Bird.Ahorasentíalavozmáscerca,casijuntoamioído,perononotabaelalientoenmipiel.Ayúdala.Enelbosque,lamujermeobservabaconlosojosenrojecidosmuyabiertos,sinparpadear.¿Cómo?Encuéntralo.Encontrar¿aquién?¿ABilly?Losdedosmeapretaronconmásfuerza.Sí.Noesresponsabilidadmía.Todossonresponsabilidadtuya.Y en los retazos del claro de luna bajo los árboles unas formas giraron y se retorcieron,

suspendidassobreelsuelo,sintocarlatierraconlospies,ysusvientresdesgarradosdespedíanunresplandorhúmedoyoscuro.Todosellosresponsabilidadmía.Deprontodesapareciólapresiónenel hombro y noté que ella se alejaba.De entre lamaleza, delante demí,me llegó un sonido, y lamujerquehabíasidoRitaFerrisretrocedióatravésdelosárboles.Atisbéporúltimavezunamanchamoradaquesemovíarápidamentemásalládelosárboles,ylarisaflotóhaciamícomomúsica.

Yvialgomás.Vi a una niña pequeña de cabello largo y rubio quememiraba con una expresión parecida al

amorantesdeseguirasucompañerodejuegosenlaoscuridad.

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9

Cuandomedesperté,mehallabaenunahabitaciónllenadeluz,elsoldelinviernopenetrabaporunhuecoentrelascortinas.Medolíalacabeza,ylamandíbula,detantoapretarlosdientesacausadelasdescargaseléctricas,lateníaaúnalgorígidaymemolestaba.Sólocuandomeincorporéyeldolordecabezaseagudizórecordéelsueñodelanocheanterior,siesquehabíasidounsueño.

Lacamaestabacubiertadehojasypequeñasramas,ymispies,manchadosdebarro.

TeníaunoscuantosmedicamentoshomeopáticosquemehabíarecomendadoLouisymelostoméconunvasodeaguamientrasesperabaaqueelchorrodeladuchasalieracaliente.Ingeríunamezclade fósforo y gelsemio, lo primero para aliviar las náuseas, y lo segundo porque, según Louis,contrarrestabalostemblores.Seguíconunpocodehipérico,enteoríauncalmantenatural.Laverdadesquemesentíacomounbichorarotomándomeaquello,perocomonomeveíanadie,dabaigual.

Preparé una cafetera,me llené la taza y la observé enfriarse en lamesa de la cocina.Tenía elánimoporlossuelosyempezabaaplantearmecambiardeoficioydedicarme,quizás,alajardineríaoa lapescade la langosta.Cuandose formóuna telilla en la superficiedel café, telefoneéaEllisHoward.SupusequesihabíaaparecidoeneldespachodeLesterBiggs,eraporquehabíaadoptadounaactitudprácticaconrespectoalcaso.Tardóunratoenponersealteléfono.TalvezseguíamolestoporelasuntodeBiggs.

—Hasmadrugadomucho—fueronsusprimeraspalabras.Looísuspirarcuandoacomodósumoleenunasilla.Oíinclusoelchirridodeprotestadelasilla.

SiEllissehubierasentadosobremí,yotambiénhabríachirriado.—Lomismodigo—comenté—.Esperoquetehayastomadoyaelcaféylosbollos.—Losmíosylosdeotro.¿SabesqueTonyCellivinoayeralaciudad?—Sí.Lasmalasnoticiasvuelan.Enespecialcuandolleganatumandíbulaenformadecorriente

eléctrica.—Estamañanayahadesaparecido,comosiselohubiesetragadolatierra.—Lástima.Pensabaqueibaatrasladarseaquíyabrirunafloristería.Alotroladodelalíneaoíunamanoquecubríaelauricular,unahogadointercambiodepalabras

yluegounsusurrodepapeles.Acontinuación:—¿Yparaquéhasllamado,Bird?—Quería saber si se ha producido algún avance en cuanto aRita Ferris,Billy Purdue o aquel

CoupedeVille.Ellisdejóescaparunarisaapagada.—Nadadenadaencuantoalosdosprimeros,peroelterceroesinteresante.ResultaqueelCoupe

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deVilleesuncochedeempresa,matriculadoanombredeLeoVoss,unabogadodeBoston.Alotroladodelalíneaseprodujounsilencio.Aguardéhastacaerenlacuentadeque,unavez

más, estaba representando supuestamenteelpapeldepersonaje serioenunaconversaciónentreundúodecómicos.

—Pero…—dijeporfin.—Pero—continuóEllis—LeoVossyanoestáentrenosotros.Hamuerto.Murióhaceseisdías.—¡VayaporDios,unabogadomuerto!Yasóloquedaunmillónmás.—Noperdamoslaesperanza—dijoEllis.—¿Secayóoleempujaron?—Ésaeslaparteinteresante.Susecretarialoencontróyavisóalapolicía.Estabasentadotrassu

escritorio vestido aún con la ropa de correr…, zapatillas, calcetines, camiseta, pantalón largo dedeporte…,yconunabotelladeaguamineralabiertadelantedeél.

»La primera impresión fue que había tenido un ataque al corazón. Según la secretaria, seencontrabamaldesdehacíaunpardedías.Pensabaquepodíatratarsedeunagripe.

»Pero,cuandolehicieronlaautopsia,encontraronindiciosdeinflamaciónenlosnerviosdelasmanosy lospies.Tambiénhabíaperdidounpocodepelo,probablementeen losdosúltimosdías.Losanálisisdeunamuestradepelorevelaronrestosdetalio.¿Sabesquéeseltalio?

—Sí—respondí.Miabuelo lohabíautilizadocomomatarratashastaquese restringió laventa.Eraunelemento

metálico, semejante al plomoo almercurio, peromuchomás tóxico. Sus sales se disolvían en elagua, eran casi insípidas y producían síntomas parecidos a los de la gripe, la meningitis o laencefalitis.Unadosisletaldesulfatodetalio,talvezochocientosmiligramosomás,podíacausarlamuerteenunplazodeentreveinticuatroycuarentahoras.

—¿YaquéclasedetrabajosededicabaeseLeoVoss?—pregunté.—Todo relativamente honrado; en especial derecho de empresa, pero debía de ser bastante

lucrativo.TeníaunacasaenBeaconHill,unasegundaresidenciaenelVineyard,yaúnlequedabaunpocodedineroenelbanco,supongoqueporqueerasolteroynadiecargabaabrigosdepielesasutarjetadecrédito.

Doreen, pensé. Si Ellis hubiera podido permitírselo, habría puesto fotografías de ella en laspuertasdelasiglesiasparapreveniralosdemás.

—Siguenbuscandoenlosarchivos,peroporlovistoestabalimpiocomounapatena—concluyóEllis.

—Locualprobablementesignificaquenoloestaba.Ellischasqueólalenguaamododereproche.—Cuánto cinismo en una persona tan joven… Ahora mismo yo también tengo una cosa que

decirte:meheenteradodequehablasteconWilleford.—Asíes.¿Algúnproblema?—Podríaser.Hadesaparecido,yempiezaamolestarmellegaraunsitioyaveriguarquetúyahas

pasadoporallí antes.Meproducecierta sensaciónde ineptitud,yya tengosuficientedeesoenmipropiacasa.

Involuntariamenteapretémáselauricular.

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—Cuandolovi,estabasentadoenelSailLoftdegustandounacopa.—Willefordnohadegustadounacopaensuvida.Labebidanosobreviveenelvasoel tiempo

suficienteparadegustarla.¿Tediolaimpresióndequeplaneabairseaalgúnsitio,quizá?—No,enabsoluto—contesté.RecordéelinterésdeTonyCellienWillefordysemesecólaboca.—¿Dequéhablasteis?Guardésilencioporuninstanteantesderesponder.—TrabajóparaBillyPurdueintentandolocalizarasuspadresnaturales.—¿Enserio?—Enserio.—¿Tuvosuerte?—Creoqueno.Ellissequedócalladoyfinalmentedijocontodaclaridad:—Nomeocultesinformación,Bird.Nomegusta.—No te oculto nada. —No era del todo mentira, pero no estoy muy seguro de si podía

considerárseloverdad.AguardéaqueEllisañadieraalgo,peronoinsistió.—Notemetasenlíos,Bird—selimitóadecirantesdecolgar.

Acababaderecogerlamesayestabaenmihabitacióncalzándomelasbotascuandooídetenerseuncochefuera.AtravésdelhuecoentrelascortinasvilapartetraseradeunMercurySabledoradoaparcadoaunladodelacasa.CogílaSmith&Wesson,laenvolvíenunatoallaysalíalporche.Ybajolafríaluzdelamañanaoíunavozquedecía:

—¿Aquiénselehabráocurridoplantartantosárboles?Enserio,¿aquiénlesobratantotiempo?Yonotengotiemponiparalacolada.

Ángelestabadeespaldasamí,contemplandolosárbolesquecrecíanalbordedemipropiedad.VestíaunsuéterTimberlanddelana,unpantalónmarróndelanayunasbotasdecolortostado.Asuspieshabíaunamaletadeplásticorígidotanabolladaymaltrechacomosilahubiesentiradodesdeunavión.Untrozodecuerdadeescaladaazulyloscaprichosdelafortunalamanteníancerrada.

Ángelrespiróhondoy,actoseguido,sedoblócomosiacabasededarleunataquedetos.Escupióenelsueloalgograndeyrepugnante.

—Esoeselairepuro,queteobligaaexpulsarlamierdadelospulmones—dijeconvozgrave,arrastrandolaspalabras.

DedetrásdelmaleteroabiertodelcocheaparecióLouisconunamaletayunportatrajesDelseyajuego.LlevabaunabrigonegrodeBosssobreunaresplandecientechaquetacruzadadecolorgrisyunacamisanegraabotonadahastaelcuello.Lacabezaafeitadalerelucía.Enelmaleteroabierto,viunestuchelargodemetal.Louisnoibaaningunapartesinsusjuguetes.

—Creo que eso erami pulmón—dijoÁngel, y con la punta de la bota empezó a hurgar coninteréslasustanciaquehabíaexpulsadodelcuerpo.

Verlosmelevantóelánimo.NosabíabienporquéestabanallíynoenNuevaYork,pero,fueracual fuese la razón, me alegré. Louis me echó un vistazo y movió la cabeza en un gesto deasentimiento,queensucasoeralomásaproximadoaunaexpresióndesatisfacción.

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—¿Sabes una cosa, Ángel? —dije—. Sólo con plantarte ahí, haces que la naturaleza parezcacochambrosa.

Ángelsediolavueltayalzóunbrazoenunamplioademán.—Árboles.—Sonriendo,movió la cabeza en un gesto de desconcierto—.Muchísimos árboles.

NoveíatantosárbolesdesdequemeecharondelosScoutsindios.—Meparecequenisiquieraquierosaberporqué—dije.Ángelrecogiósumaleta.—Cabrones.Yademásyaestabaapuntodeconseguirlainsigniadeexplorador.—Dudomuchoquetuvieraninsigniasparalamierdaquetúexplorabas—comentóLouisdesde

atrás—.UnainsigniacomoésapodíavalerleaunolacárcelenGeorgia.—Muygracioso—gruñóÁngel—.Esodequeunonopuedesergayyhacerhombradasespuro

mito.—Ajá.Igualqueelmitodequetodosloshomosexualesvistenconropabonitaysecuidanlapiel.—Másvalequeesonovayapormí.Eraunasatisfacciónverqueciertascosasnocambiaban.—¿Quétalvaeldía?—preguntóÁngelalavezquemeapartabaparahacersepaso—.Ydejala

pistola.Vamosaquedarnostegusteono.Porcierto,estáshechounoszorros.—Untrajebonito—comentéaLouiscuandoéstesiguióaÁngel.—Gracias—contestó—.Yrecuerda:noexisteunhermanosingusto,sólounhermanosindinero.Mequedéenelporcheunmomento,sintiéndomecomoun tontocon lapistolaenvueltaenuna

toalla.A continuación, concluyendoque obviamente el asunto estaba decididomucho antes de quellegaranaMaine,memetítambiénencasa.

Los acompañé a la habitación desocupada, donde elmobiliario se reducía a un colchón en elsueloyunarmarioviejo.

—Dios mío —dijo Ángel—. Esto es el Hilton de Hanoi. Si golpeamos las tuberías con losnudillos,másvalequecontestealguien.

—¿Vas a proporcionarnos sábanas o tendremos que asaltar a unos borrachos y robarles losabrigos?—preguntóLouis.

—Yono pienso dormir aquí—declaróÁngel con gran rotundidad—.Sime han de comer lasratas,lasmuyhijasdeputatendránquetomarselamolestia,comomínimo,detreparaunacama.

Volvióaapartarmeparaabrirsepasoy,alcabodeunossegundos,leoídecir:—Eh,éstayaesotracosa.Noslaquedamos.Llegóelinconfundiblesonidodeunosbrincossobremicama.Louismemiró.—Quizá,despuésdetodo,necesitesesapistola—dijoy,encogiéndosedehombros,seencaminó

haciaelruidodemuelles.

CuandoporfinlossaquédemihabitaciónytelefoneéalguardamueblesKraftdeGorhamRoadparaquemetrajeranacasaalgúnqueotromueble,incluidaunacama,nossentamosalrededordelamesadelacocinayesperéaquemecontaranquéhacíanallí.Habíaempezadoallover:gotasfríasy

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durasqueanunciabannieve.—Somostushadasmadrinas—explicóÁngel.—Nosésiesodeberíainterpretarsedemaneratanliteral—contesté.—Alomejoresquesimplementenoshemosenteradodequeésteeselsitiodondehayqueestar

—prosiguióÁngel—.Todoaquelqueesalguienestáaquíenestosmomentos.TomemosporejemploaTonyCelli,alosfederales,alospaletosdeporaquí,oaesosasiáticosmuertos.Joder,estepuebloescomolaONUperoconarmas.

—¿Quésabéis?—pregunté.—Puesqueyahasempezadoacabrearalagente—respondió—.¿Quétehapasadoenlacara?—Un fulano con labio leporino intentó educarme con una picana y luego me reacomodó el

nacimientodelpeloconelzapato.Ángelhizounamuecadecompasión.—Los fulanos con labio leporino son así: quieren compartir sus defectos físicos con todo el

mundo.—Ése esMifflin—dijoLouis—. ¿Lo acompaña otro tipo, uno que tiene la cabeza como si le

hubieracaídoencimaunacajafuerteylacajafuertehubierasalidoperdiendo?—Sí—contesté—.Peroésenomediopatadas.—Quizá sea porque elmensaje llegó amedio camino entre el cerebro y el pie y se olvidóde

adónde iba. Se llamaBerendt.No esmás tonto porque no se entrena. ¿Tony elLimpio estaba conellos?—Mientras hablaba, sostenía en equilibrio uno demis cuchillos de trinchar en la yema deldedo índicey se entretenía lanzándolo al airey atrapándolopor elmango.Como truco,noestabanadamal.Sielcircoveníaalpueblo,teníaunpuestoasegurado.

—SealojabanenelRegency—informé—.LleguéavisitarlahabitacióndeTony.—¿Erabonita?—preguntóÁngel,ypasóunamanocontodaintenciónpordebajodelamesay

examinóelpolvoacumuladoenlasyemasdelosdedos.—Sí,preciosa,sidejamosdeladolaspatadasenlacabezaylasdescargaseléctricas.—Elmuycabrón.Deberíamosobligarloaalojarseenestacasa.Unpocodemiseria leserviría

pararecordarsusraíces.—Sivuelvesacriticarmicasa,dormiráseneljardín.—Seguroqueestámáslimpio—masculló—yquenohacetantofrío.Louistamborileósuavementeenlamesaconundedolargoydelgado.—Heoídoqueunagrancantidaddedinerollegóporequivocaciónaestazona.Unagrancantidad

dedinero.—Sí,esoparece.—¿Tienesideadedóndeestá?—Esposible.CreoqueseloapropióuntalBillyPurdue.—Esomismohallegadoamisoídos.—¿AtravésdealguiencercanoaTonyCelli?—Empleados desafectos. Opinan que ese Billy Purdue está tan muerto que alguien debería

ponerlesunombreauncementerio.Les hablé de la muerte de Rita y Donald. Advertí que Ángel y Louis cruzaban una mirada y

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adivinéqueaúnteníanmásnoticias.—¿BillyPurdueliquidóaloshombresdeTony?—preguntóÁngel.—Adoscomomínimo,enelsupuestodequeeldineroselollevaraél,yesoesloquesuponen

TonyCelliylapolicía.Louisselevantóylavóconesmerosutaza.—Tonyestámetidoenunlío—dijoporfin—.IntervinoenciertaoperaciónenWallStreetyel

asuntoacabómal.Yo había oído rumores de que los italianos habían entrado enWall Street, creando empresas

ficticiasycontratandoaagentescorruptosquelasintroducíanenbolsayestafabanalosinversores.Sepodíaganarmuchodinerosilascosassehacíanbien.

—Tonylacagó—continuóLouis—,yahoratenemosauntipocuyosdíaspuedencontarseconlosdedosdelamano.

—¿Tangravees?Louisdejólatazaasecarbocaabajoyseapoyócontraelfregadero.—¿SabesquésonlosBATCP?—Niidea.—Senotaquenuncahastenidodineroparainvertir.—Llevounaexistenciaascética,comoelpadreDamiánperosinlalepra.—BATCP—explicóLouis—eslasigladeBonosAsociadosalTipodeCambioPrincipal.Esun

pagaréestructurado,unaespeciedebonoemitidopor losbancosde inversión.Lopresentancomoalgoseguro,peroestanarriesgadocomomantenerrelacionessexualesconuntiburón.Enesencia,elcomprador aporta cierta suma de dinero y el beneficio se basa en los cambios en los índices dedeterminadasdivisas.Esunafórmula,ysitodovabien,puedesforrarte.

Siempre me había fascinado que Louis fuera capaz de abandonar su jerga monosilábica deasesinoasueldonegrocuandoeltemalorequería,peromeabstuvedecomentarlo.

—AsíqueTonyCellisecreeunmagodelasfinanzas,yciertagenteenBostonledacrédito—prosiguió—. Se ocupa del blanqueo, hace circular mucho dinero por mediación de compañíasficticiasybancosconsedeenparaísosfiscales,hastaqueeldinerovuelvea lascuentasadecuadas.Trataconloscontables,peroademáseselprimerpuntodecontactoparatodoelefectivo.Escomolapartemásfinadeunrelojdearena: todotienequepasara travésdeélpara llegaraotrositio.YavecesTonyhacealgunaqueotrainversiónbajomanocondineroajeno,oloinvierteendivisasysequedalaganancia.Anadieleimporta,siempreycuandonosedejearrastrarporlacodicia.

—Aversiloadivino—lointerrumpí—:Tonysedejóarrastrarporlacodicia.Louisasintióconlacabeza.—Tony se ha cansado de ser indio y ahora quiere ser jefe. Considera que para eso necesita

dinero,másdelquetiene.Asíquehablaconunrepresentantedederivadosfinancierosquenosabenada de él, salvo que es un italiano con camisa a rayas y dinero que gastar, porque Tony intentamantener sus negocios al nivel más discreto posible. El representante convence a Tony de quecompreunavariantedeesosBATCP,vinculadosaladiferenciaentreelvalordeciertasdivisasdelsudesteasiáticoyunpaquetededivisasvarias(dólares,francossuizos,marcosalemanes,segúnheoído),yseembolsalacomisión.Elasuntoestanpeligrosoquehacetictac,peroTonycomprapor

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valordeunmillónymediodedólares, lamayorpartedeloscualesnosonsuyos,porquetambiénparticipaneneltratocompañíasdesegurosygestoresdefondosdepensionesdelazonacentraldelpaís, y Tony, erróneamente, supone que son demasiado conservadores para apostar a una manoarriesgada. Es una inversión a corto plazo, y Tony cree que tendrá su dinero sin que nadie se décuentadequeharetenidoelefectivomástiempoqueeldecostumbre.

—¿Yquépasó?—Leelosdiarios.Elyencaeenpicado,losbancosnoresponden,todalaeconomíadelsudeste

asiáticoempiezaahaceraguas.Elvalorde losbonosdeTonycaeunnoventaycincoporcienencuarentayochohoras,ysuesperanzadevidacaepocomásomenosenlamismaproporción.Tonymandaaciertagenteparaquebusquealrepresentante,yloencuentranenlacerveceríaZipCitydelacalleDieciocho, riéndose de cómo le ha «arrancado la cara» a un tipo, porque en la jerga de losrepresentantesusanesaexpresióncuandolecolocanaalguienunbonoexplosivo.

Y con estas palabras, según Louis, el representante había firmado su sentencia de muerte. Loabordaroncuando ibaalbaño, lo llevaronaunsótanodeQueensy loataronaunasilla.EntoncesaparecióTony,lehundiólosdedosenlacarneblandabajolabarbillayempezóatirar.Notardónidosminutosenarrancarlelacara.Acontinuaciónlometieronenuncochey,enunbosquedelapartenortedelestado,lomataronapalos.

Louistomódenuevoelcuchillo,lolanzóunpardevecesmásdepropinayvolvióadejarloenelbloquedemadera.Pesealapresióndelapuntadelcuchillo,noteníasangreenlayemadeldedo.

—AsíqueTonyestáentrampadoporesacantidad,yciertagentemáspoderosaqueélempiezaapreocuparseporeltiempoqueesedinerotardaenllegarasusmanos.Depronto,Tonytieneungolpedesuerte:untipejodeToronto,queestáendeudaconél,lehabladeciertoviejocamboyanoquellevaunavida tranquila enHamilton, al surde la ciudad.Por lovisto, el viejo eraun jemer rojo, antessubdirectordelcampamentoTuolSengenPhnomPenh.

Yo había oído hablar de Tuol Seng. En otro tiempo había sido una escuela de la capitalcamboyana, pero los jemeres rojos la convirtieron en centro de tortura y ejecución cuando sehicieronconelpoderenelpaís.TuolSenghabíaestadobajoladireccióndeunindividuodeorejasgrandes conocido como Camarada Deuch, que utilizó látigos, cadenas, reptiles venenosos y aguapara torturar y matar quizás a unas dieciséis mil personas, incluidos muchos occidentales que seacercarondemasiadoalacostacamboyana.

—Segúnparece,elviejoteníaamigosenTailandiayganabamuchodinerobajomanoactuandocomomediadoreneltráficodeheroína—explicóLouis—.Traslainvasiónvietnamita,desapareció,cambió de identidad y abrió un restaurante en Toronto. Su hija acababa de empezar la carrera enBoston,y fueellaelobjetivodeTony,que la secuestróypidióalviejoun rescateparacubrir susdeudas,yunpocomás.Elviejonopodíaacudiralapolicíaporsupasado,yTonylediosetentaydoshorasparapagar,aunqueporentoncessuhijayaestabamuerta.Elviejoreúneeldinero,mandaasushombresaMaineparalaentregaytodosesaledemadre.—EsoexplicabalapresenciadelagentedeToronto,Eldritch.Se lomencionéaLouis,que levantóunodesusdelgadosdedos—.Unacosamás:almismotiempoqueteníanlugarlosasesinatos,lacasadelviejoenHamiltonquedóreducidaacenizas, conél, el restode su familiay susguardaespaldas todavíadentro.Sietepersonas en total.Tonyqueríauntrabajolimpioporqueesunapersonalimpia.

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—AsíquepusieronprecioalacabezadeTony,yentoncesBillyPurdueseapropiadesucartadelibertad—comenté—.Porcierto,¿quieresexplicarmeaquévieneesamiradaquehabéiscruzadotúyÁngel?—CuandoLouisacabódehablar,Ángelvolvióamirarlodeunmodoqueindicabaqueaúnquedabaotranoticia,yqueéstanoerabuena.

Louiscontemplólalluviaquesalpicabalaventana.—TienesotrosproblemasapartedeTonyylapolicía—respondióenvozbaja.Habíaadoptado

unaexpresiónseria,yladeÁngel,porlogeneralvivaz,erareflejodelasuya.—¿Graves?—Dudoqueloshayapeores.¿SabesquiénessonAbelyStritch?—No.¿Aquésededican?¿Sonfabricantesdejabón?—Matangente.—Coneldebidorespeto,ydadalapresentecompañía,nosonprecisamentelosúnicos.—Aelloslesgusta.Ydurantelasiguientemediahora,Louistrazólatrayectoriadelosdoshombresconocidossólo

como Abel y Stritch, una carrera caracterizada por la tortura, los incendios, los gaseos, loshomicidiossexualespordiversión,laviolaciónylosmalostratosamujeresyniños,losasesinatosasueldo y de balde. Rompían huesos y derramaban sangre; electrocutaban y asfixiaban. Su estelaserpenteaba por todo elmundo como una espiral de alambre de púas, y se extendía desdeAsia ySudáfricahastaelcentroyelsurdeAmérica,pasandoporcualquierpuntoconflictivodondelagentepagase por aterrorizar y matar a sus enemigos, ya fueran estos últimos guerrilleros, agentes delgobierno,campesinos,sacerdotes,monjasoniños.

Louismehablódeun incidenteenChiledondeuna familiasospechosadedar refugioa indiosmapuchefueidentificadaporagentesdelaDireccióndeInteligenciaNacionaldePinochet.

Lostreshijosvaronesdelafamilia,dediecisiete,dieciochoyveinteaños,fueronconducidosalsótanodeunbloquedeoficinasabandonado,amordazadosyatadosalossoportesdehormigóndeledificio.Luegollevaronallíalamadreyalashermanasy,apuntadepistola,lasobligaronasentarsecaraacarafrentealoshombres.Nadiehabló.

Acontinuación,alfondodelsótano,surgióunafiguradelaoscuridad,unhombrecalvo,pálidoyachaparrado demirada impasible.Otro hombre se quedó en la penumbra, pero de vez en cuandoveíanavivarseelascuadesucigarrilloyolíanelhumoqueexhalaba.

Elhombrepálidososteníaenlamanoderechaunenormesoldadordequinientosvatios,adaptadodemaneraquelaresplandecientepuntateníacasidoscentímetrosdelargoyquemabaacienocientocincuentagrados.Seacercóalhijomenor,leapartólacamisayaplicólapuntaalpecho,justopordebajodel esternón.El soldador chisporroteó al hundirse en el cuerpoy el olor a carnequemadallenóel sótano.Elmuchacho forcejeóyahogógritosdepánicoydoloramedidaqueel soldadorpenetraba.Aesasalturaslosojosdesutorturadorhabíancambiado,habíancobradovida,yrespirabaconunentrecortadojadeodeexcitación.Conlamanolibre,buscóatientaslabraguetadelpantalóndelmuchacho,laintrodujoyleagarrólosgenitalesmientraselsoldadorascendíahaciaelcorazón.Alavezqueésteperforabalosmúsculos,leapretóconmásfuerzaylesonriómientraselmuchachoseconvulsionabaymoría.

Lasmujerescontaronalosdoshombresloquesabían,queerapoco,ylosotroschicosmurieron

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deprisa,debidotantoalagotamientodelhombrepálidocomoalasdeclaracionesdeellas.Ahoralosdostipossehabíantrasladadoalnorte,tanalnortecomoMaine.—¿Aquéhanvenido?—preguntéporfin.—Quiereneldinero—contestóLouis—.Esaclasedehombressecreaenemigos.Sihacenbiensu

trabajo,lamayoríadesusenemigosnovivelosuficienteparacausarleselmenordaño.Perocuantomástiemposemantieneneneloficio,mayoressonlasprobabilidadesdequealguienselesescape.Estos dos llevan décadas matando. Ahora el tiempo corre en su contra. Y semejante cantidad dedinerocontribuiríaaproporcionarlesunbuenfondodejubilación.Tengolasensacióndequeesmuyposiblequetevisiten,yporesoestamosaquí.

—¿Cómoson?—pregunté,peroyateníamissospechas.—Éseeselproblema.DeAbelnosesabenada,exceptoqueesaltoytieneelpelocanoso,casi

blanco.EncambioStritch,eltorturador…Eltipoesunputofenómenodeferia:bajo,calvo,conlacabezaanchaylabocacomounaheridaabierta.PareceeltíoFétidoperoconmalcarácter.

Meacordédelcuriosoindividuoconaspectodetrasgoquemeabordófrentealhotel,elmismoquedespuésaparecióenelJavaJoe'sganandoprosélitosparaelSeñor,consuburdodibujodeunamadreyunniñoysusvagaseimplícitasamenazas.

—Lohevisto—dije.Louis se pasó lamano por la boca. Nunca lo había visto tan preocupado por la amenaza que

pudierarepresentaralguien.EnlamemoriayoconservabavivalaimagendeloocurridoenunviejoalmacéndeQueens,cuandolaoscuridadcobróvidayunodelosasesinosmástemidosdelaciudadse alzó de puntillas, con la boca abierta de oreja a oreja,mientrasLouis le hundía en la base delcráneolahojadesunavaja.Louisnosedejabaasustarfácilmente.Lehablédelcocheydelencuentroenlacafetería,ydelabogadoLeoVoss.

—Supongo que Voss era su punto de contacto, el tipo a quien acudía la gente cuando queríacontrataraAbelyaStritch.Sihamuerto,lomataronellos.Estáncerrandoelnegocioynoquierencabossueltos.SiStritchestáaquí,tambiénestáAbel.Notrabajanporseparado.¿Nohadadoningúnotropaso?

—No.Tuvelaimpresióndequeúnicamentepretendíahacernotarsupresencia.—SólounapersonamuyespecialvaporahíenelCadillacdeunmuerto—comentóÁngel—.La

clasedepersonaquequierellamarlaatención.—Oquiereatraerlaatenciónparadesviarladeotrapersona—dije.—Estávigilando—afirmóLouis—.Como,enalgunaparte,loestásucompañero.Esperanaver

sipuedesconducirloshastaBillyPurdue.—Pensóporunmomento—.¿Fuerontorturadoslamujeryelniño?

Neguéconlacabeza.—A la mujer la estrangularon. No había indicio de otras lesiones o agresión sexual. El niño

murióporqueseinterpuso.—RecordélabocadeRitaFerriscuandolospolicíasledieronlavuelta—.Observéundetalle:elasesinolecosióloslabiosalamujerconhilonegrodespuésdematarla.

Ángelcontrajoelrostro.—Notienesentido.—NotienesentidosipensamosenAbelyStritch—coincidióLouis—.Elloslehabríanarrancado

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losdedosalamujerylehabríanhechodañoalniñoparaaveriguarquésabíaelladeldinero.Esonoparecetrabajosuyo.

—NideTonyCelli—añadióÁngel.—La policía cree que es posible que los matara Billy—dije—. Puede ser, pero tampoco hay

razónparaqueéllemutilaralaboca.Guardamossilenciomientrassopesábamosloquesabíamos.Piensoquelostrestendimoshaciala

mismaconclusión,perofueLouisquienlaexpresó:—Hayalguienmás.Fuera, la lluvia caía torrencialmente, martilleando en las tejas y azotando los cristales de las

ventanas.Sentífríoenelhombro,oquizáfuesóloelrecuerdodeaquellamanotocándome,ylavozdelalluviapareciósusurrarmeenunidiomaqueyonocomprendía.

Unpardehorasmástardellegóuncamiónconpartedemismueblesycolocamosunacamaenlahabitación desocupada, añadimos una colcha, y quedó como un hogar lejos del hogar, siempre ycuandoelhogaroriginalnofuerademasiadolujoso.DespuésnosarreglamosyfuimosaPortland.DejamosatráslaslucesblancasyazulesdelárboldeNavidaddeCongressSquareydeunsegundoárbol, más grande, en Monument Square. Aparcamos y entramos en el Stone Coast BrewingCompanydeYorkStreet,dondeÁngelyLouisbebieroncervezadebarrilmientrasdecidíamosdóndecomer.

—¿Hayalgúnrestaurantejaponésporaquí?—preguntóLouis.—Nocomopescado—contesté.—¿Quenocomespescado?—repitióLouislevantandolavozunaoctava—.¿Quécoñoquieres

decir con eso de que no comes pescado? Vives enMaine. Las langostas prácticamente te dan uncuchilloyuntenedoryteinvitanaquelesmuerdaselculo.

—Yasabesquenocomopescado—respondíconpaciencia—.Esunadeesasmaníasmías.—Tío,noesunamanía;esunafobia.Ami lado,Ángelsonrió.Resultabaagradablesaliracenarasí,actuardeesemodo,despuésde

nuestraconversacióndehacíaunrato.—Losiento—proseguí—.Peroheexcluidodemidietacualquiercosaconmásdecuatropatas,o

sinpatas.Estoysegurodequetúinclusotecomeslospulmonesdeloscangrejos.—Lospulmones,lomejordelcangrejo…—Lomejornoeseso,Louis;lomejoreselcontenidodesuaparatodigestivo.¿Porquécreesque

esamarillo?Louishizoungestodedespreocupación.—Entodocaso,elsushinollevamierdadecangrejo.Ángelapurólacerveza.—En esto coincido con Bird—dijo—. La última vez que estuve en Los Ángeles comí en un

restaurantejaponés.Prácticamentemecomítodoaquelloquetuvieraagallas.Alsalir,echéunúltimovistazoalescaparate:ellocalhabíasidoclasificadoconuna«C»,lacategoríamásbajaqueotorgaelDepartamentodeSanidad.¡Unaputa«C»!Podríacomerenunahamburgueseríaclasificadaconuna

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«C», y lo peor que cabría esperar sería una dosis de la Venganza de RonaldMcDonald, pero unrestaurantejaponésclasificadoconuna«C»…Tío,esacomidapuedematarte.Elmalditopescadoeratanmaloquecasisacóunapistolaeintentórobarmelacartera.

Louis hundió la cabeza entre lasmanos y rezó a quienquiera que rezase la gente comoLouis:Smith&Wesson,quizá.

ComimosenelTony'sThaiTastedeWharfStreet,enelPuertoAntiguo.Casualmente,sentadosatresmesasdenosotros,estabanSamsonyDoyle,losdosfederalesquehabíavistoenelapartamentodeRitaFerris,yelpolicíadeToronto,Eldritch.Noslanzaronmiradasdeinterésperopococordialesysiguieronconsucurryrojo.

—¿Amigostuyos?—preguntóÁngel.—Losfederalesmássuparientellegadodemásalnortedelafrontera.—Los federales no tienen ninguna razón para que les caigas bien, Bird. Aunque tampoco

necesitanrazonesparaquelagentelescaigamal.Llegónuestracomida:unpolloParaísoparaLouisydosespecialidadesdelacasaparaÁngely

paramí, a base de ternera con pimientos, piña y guisantes, sazonados con limoncillo, ajo y chile.Louis percibió el olor del ajo y arrugó la nariz. Deduje que nadie nos daría un beso de buenasnoches.

Comimosensilencio.LosfederalesyEldritchsemarcharonantesdequeacabáramos.Mediolaimpresión de que volvería a tener noticias de ellos. Cuando se fueron, Louis se limpiócuidadosamenteloslabiosconlaservilletayterminósucervezaTsing-Tsao.

—¿TienesunplandeataqueenelasuntodeBillyPurdue?Meencogídehombros.—Hepreguntadoporahí,peroselohatragadolatierra.Unapartedemímedicequesigueaquí,

pero otra me dice que posiblemente se haya marchado al norte. Si está en apuros, quizá vaya alencuentro de alguna de las personas que lo trataron bien en el pasado, y no sonmuchas. Hay unhombrecercadellagoMoosehead,enunpuebloquesellamaDarkHollow.FueelpadredeacogidadeBillyPurdueduranteuntiempo.Talvezsepaalgoohayatenidonoticiassuyas.

LescontélaconversaciónquetuveconWillefordenelbarytambiénquedesdeentonceshabíadesaparecido.

—TambiéntengopensadovisitaraCherylLansingparaversipuedeañadiralgoaloqueledijoaWilleford.

—Parecequetodoestotehadespertadolacuriosidad—comentóÁngel.—Esposible,pero…—¿Pero?Pormuchoqueconfiaraenél,nodeseabahablarledemiexperienciadelanocheanterior.Esas

cosasrayabanenlalocura.—Pero estoy en deuda conRita y su hijo, y parece que, por alguna razón, otros han decidido

implicarmemegusteono.—¿Nosucedesiempreasí?—Sí.—Mellevélamanoalacartera,saquélafacturadelaempresademudanzas,laagitéconun

gestoelocuenteanteÁngelyrepetí—:¿Nosucedesiempreasí?

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Sonrió.—Adoptaesaactitudypuedequenonosvayamosnunca.—Niseteocurra,Ángel—advertí—.Ypagatúlacuenta.Eslomínimoquepuedeshacer.

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MedespertétardeymepreparéparalavisitaaBangor.ÁngelyLouisseguíanenlacama,asíquefuihastaOakHillconlaintencióndeentrarenelbancoyretirardineroparaelviajealnorte.Cuandoacabé, toméporOldCountryRoady luegoporBlackPointRoady,dejandoatrás la sandwicheríaWhiteCaps,lleguéaFerryRoad.Amiizquierdaestabaelcampodegolf,amiderecha,lascasasdeveraneo, y frente amí el aparcamiento dondehabíanmuerto aquellos hombres.La lluvia se habíallevado laspruebas,peroenunade lasbarrerasflameabanaún,agitadosporelvientoquesoplabadesdeelmar,jironesdelacintautilizadaparaacordonarlaescenadelcrimen.

Mientrasobservabaellugar,unautomóvilsedetuvodetrásdemí,uncochepatrullaconunodelospolicíasdeProutsNeckalvolante.

—¿Lepasaalgo?—preguntóalsalirdelvehículo.—No,sóloestabamirando—contesté—.Vivounpocomásallá,enSpringStreet.Memiródearribaabajoyasintió.—Ahoralereconozco.Perdone,perodespuésdeloqueocurrióaquí,tenemosqueirconcuidado.Le quité importancia con un gesto, pero él parecía tener ganas de conversar. Era joven, desde

luegomásjovenqueyo,conelpelodecolorpajayunamiradaseriayamable.—Unasuntoextraño—comentó—.Normalmente,ésteesunsitiotranquiloyapacible.—¿Esusteddeporaquí?—pregunté.Negóconlacabeza.—No.SoydeFlint,Michigan.MetrasladéalEstecuandolaGeneralMotorsnoslajugó,yaquí

empecédecero.Elmejorcambioquehehechoenlavida.—Bueno,estonohasidosiempretanapacible.

MiabueloeracapazderemontarseensuárbolgenealógicohastamediadosdelsigloXVII,quizádosdécadasdespuésdelafundacióndeScarboroughen1632o1633.Poresasfechas,todalazonasellamabaBlackPoint,yendosocasioneslagenteabandonóelpobladoporlosataquesdelosnativos.En1677loswabanakiasaltaronelfuerteinglésdeBlackPointdosvecesymataronamásdecuarentasoldadosinglesesyaunadocenadesusaliadosindiosdelamisiónprotestantedeNatick,cercanaaBoston.AunosdiezminutosencochededondenosencontrábamosestabaMassacrePond,donde,en1713,RichardHunnewellyotrosdiecinuevehombresmurieronenunaincursiónindia.

Ahora,consuscasasdeveraneoysuclubnáutico,sureservaornitológicaysuspistasdetenis,era fácil olvidar que aquello había sido en otro tiempoun lugar conflictivo y violento.Allí habíasangrebajo la tierra,unacapa trasotra,comolasmarcasdejadasen lasuperficiede lasrocaspormaresquedejarondeexistircientosdemillonesdeañosantes.Avecesteníalasensacióndequelos

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lugares conservaban recuerdos—casas, tierras, pueblos, montañas, todos ellos habitados por losfantasmasdeexperienciaspasadas—yquelahistoriatendíaarepetirsedetalmaneraqueunopodíallegarapensarqueenocasionesestoslugaresactuabanigualqueimanes,atrayendolamalafortunayla violencia como si éstas fueran limaduras de hierro.Visto así, una vez que en un sitio se habíaderramadomuchasangre,existíangrandesprobabilidadesdequevolvieraaderramarse.

Siesoeracierto,noeradeextrañarqueochohombreshubieranperdidoallílavidademodotancruento.Noeradeextrañarnimuchomenos.

Cuando regresé a casa tosté unos panecillos, preparé café como acompañamiento y desayunétranquilamenteenlacocinamientrasLouisyÁngelseduchabanysevestían.

LanocheanteriorhabíamosdecididoqueLouissequedaríaenlacasayquequizásiríaaecharunvistazoaPortlandporsiencontrabaalgúnindiciodelapresenciadeAbelyStritch.Encasodequesucedieraalgomientrasestábamosfuera,podíatelefonearmealmóvilparainformarme.

DePortlandaBangorhaydoscientoskilómetrosporlaI-95.Duranteelviaje,Ángelinspeccionócon impacienciamicoleccióndecintasdecasete, escuchandounaodoscancionesdecadacintaytirándolaalasientodeatrás.LosGo-Betweens, losTriffids, losGourdsOutOfAustin, JimWhite,DocWatson, todosacabaronenelmontón,hastaqueelcocheempezóaparecer lapesadilladeunhombredelaindustriadiscográfica.PusounacintadeLambchopylossuavesytristesacordesdeIWillDriveSlowlyinundaronelcoche.

—¿Túquédiríasqueesesto?—preguntóÁngel.—Countryalternativo—contesté.—Esoescuandotucamiónarranca,tumujerregresaytuperroresucita—comentóconsorna.—SiWillieNelsonteoyerahablarasí,tedaríaunosazoteseneltrasero.—¿EselmismoWillieNelsonalqueunavezsumujerenvolvióyatóconunasábanayluegolo

dejó inconsciente a golpes de escoba? Si ese tarado viene a por mí, te aseguro que podréarreglármelassolo.

Finalmentenosconformamosconundebate sobre lasnoticias localesen laPBS.Hablarondeltopógrafodeunacompañíamadereraalqueporlovistosedabapordesaparecidoenelnorte,peronoprestémuchaatención.

EnWatervillesalimosdelaautopistayparamosacomeryatomaruncafé.Ángeljugueteóconlasmigajasdelasgalletassaladasmientrasesperábamoslacuenta.Teníaalgoenmente,ynotardóensaliralaluz.

—¿RecuerdascuandotepreguntéporRachelenNuevaYork?—dijoporfin.—Sí.—Noteníasmuchasganasdehablardeltema.—Sigosintenerlas.—Quizáteconvendría.Siguió un silencio. Me pregunté cuándo habrían comentado Louis y Ángel la relación entre

Rachelyyo,ysupusequehabíantratadoelasuntomásdeunavez.Cedíunpoco.—Noquiereverme—dije.

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Ángelapretóloslabios.—¿Ytúcómotesientesalrespecto?—¿Vasacobrarmeestoporhoras?Melanzóunamigaja.—Túcontesta.—Nomuybien,pero,laverdad,tengootrascosasenlacabeza.Ángelmemiróporuninstanteyvolvióadesviarlavista.—Unaveztelefoneóparapreguntarcómoestabas,¿losabías?—¿Osllamóavosotros?¿Dedóndesacóvuestronúmerodeteléfono?—Salimosenlaguía.—No,noesverdad.—Entoncesdebimosdedárselo.—Soistanserviciales…—dijeconunsuspiro,ymefrotélacaraconlasmanos—.Nosé,Ángel,

larelaciónseestropeó.Además,puedequeyoaúnnoestépreparado;ledoymiedo.Fueellaquienmeapartódesuvida,¿recuerdas?

—Atinotehacefaltamuchoparadejarteapartar.Llególacuenta,ycoloquéencimaunbilletedediezyvariosdeuno.—Sí,enfin…,tuvemisrazones.Igualqueella.Mepuseenpie,yÁngelselevantótambién.—Quizá—dijo—.Lalástimaesqueaningunoseosocurrieraunasolabuenarazónparaestar

juntos.

CuandovolvimosalaI-95,Ángelsedesperezósatisfechoenelasientoy,alhacerlo,lamangadesuampliacamisa se ledeslizóhastael codo.Enelbrazo,unacicatrizblancae irregulardiscurríadesdelasangríahastatresocuatrocentímetrosdelamuñeca.Medíaunosquincecentímetros,ynomeexplicabacómoeraposiblequenolahubiesevistoantes,pero,pensandoenello,caíenlacuentade que se debía a diversos factores: al hecho de queÁngel rara vez llevase sólo una camiseta, ycuando se daba esa circunstancia, fuese siempre una camiseta de manga larga; a mi propioensimismamientocuandoíbamostraselViajanteenLousiana,yalareticenciadeÁngelahablardesuspenalidadespasadas.

Me sorprendióobservando la cicatriz y se sonrojó, perono intentóocultarla de inmediato.Enlugardeesoselaquedómirandotambiényguardósilencio,comosirecordaraelmomentoenqueseprodujo.

—¿Quieressaberlo?—preguntó.—¿Quierescontarlo?—Noespecialmente.—Puesnolocuentes.Tardóunratoencontestaryporfindijo:—Parecequetepreocupa,asíquequizátengasderechoasaberlo.—Si me dices que siempre has estado enamorado de mí, paro el coche y sigues a pie hasta

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Bangor.Ángelsoltóunacarcajada.—Estásenfasedenegación.—Noteimaginashastaquépunto.—En todo caso, tampoco eres tan guapo. —Se acarició la cicatriz con el índice de la mano

derecha—.HasestadoenRikers,¿verdad?Asentí con la cabeza. Yo había visitado la isla de Rikers en el transcurso de algunas de mis

investigaciones. También había estado allí mientras Ángel cumplía condena cuando otro reclusollamadoWilliamVanceloamenazódemuerteeintervine.Vanceyahabíamuerto.Murióenoctubre,trasunalargaagoníaacausadelaslesionesinternasproducidasporundetergentequeunaspersonasnoidentificadasleobligaronatragaraldescubrirqueerasospechosodeuncrimensexualporelquenunca sería juzgado por falta de pruebas.Yo suministré la información que indujo a actuar a susagresores. Lo hice para salvar aÁngel, yVance no fue una gran pérdida para elmundo, pero sumuertemepesabaaúnenlaconciencia.

—LaprimeravezqueVancemeatacó,lerompíundientedeunpuñetazo—explicóÁngelenvozbaja—.Llevabadíasamenazándome,diciéndomeque ibaa jodermedemalamanera.Aquelcabrónme la tenía jurada, ya lo sabes. No fue un golpe brutal ni mucho menos, pero un carcelero loencontrósangrandoyamídepieanteél,ymecayeronveintedíasenelchopano.

El«chopano»eralaceldadecastigo:veintitréshorasencerradoyunahoraparahacerejercicioen el patio. El patio era básicamente una jaula, no mucho mayor que una celda, y los reclusospermanecían esposados mientras caminaban. El patio tenía aros de baloncesto, pero, aun en elsupuestodequealguienpudiera jugaresposado,nohabíapelotas.Loúnicoque lospresospodíanhacererapelearse,yporlocomúnesoeraloquehacíancuandolosdejabansalir.

—Yono salía de la celda casi nunca—explicóÁngel—.AVance, por la herida en la boca, lehabíancaídosólodiezdías,ysupequemeesperabafuera.—Guardósilencioporunmomentoysemordióellabioinferior—.Piensasquevaaserfácil…,yasabes,pazytranquilidad,horasdesueño,asalvolamayorpartedeltiempo…,peronoloes.Nopuedesllevartenadaalláadentro.Tequitanlaropaytedantresmonos.Nopuedesfumar,peroyopasédeculerocasitodounpaquetedetabacoentres condonesyme lo fumé liado conpapel higiénico.—«Pasar de culero» significaba introducirclandestinamentealgoocultoenelrecto—.Meacabéeltabacoencincodías,ynuncavolvíafumar.Despuésde aquellos cincodías en semejante celda,yano resistíamás: el ruido, losgritos.Esunatorturapsicológica.SalíalpatioporprimeravezyVancevinoderechoamí,megolpeóenlacabezaconlospuñosyempezóadarmepatadasenelsuelo.Recibícincooquizáseisdellenoantesdequeselollevaran,peroyosupequenopodíaaguantarmástiempoenaquellugar.Meseríaimposible.

»Despuésdelapalizametrasladaronalaenfermería.Dondemeexaminaron,decidieronquenoteníanadarotoymeenviaronotravezalchopano.Mellevéuntornillo,deunosochocentímetrosdelargo, que había desenroscado de la base del botiquín. Y cuando me metieron en la celda y seapagaronlasluces,intentécortarme.—Moviólacabezaenungestodenegacióny,porprimeravezdesdequeinicióelrelato,sonrió—.¿Hasintentadoalgunavezcortarteconuntornillo?

—Laverdadesqueno.—Puesnoesnada fácil.Los tornillosnosediseñaronconesa finalidadconcreta.Trasmuchos

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esfuerzos,conseguíprovocarmeunahemorragiaconsiderable,perosiesperabamorirdesangrado,aquelloibaparalargo,yseguroqueantesyahabíanvencidolosveintedíasdecondenaallí.Elcasoesquemesorprendierondestrozándomeelbrazoymellevaronotravezalaenfermería.Entoncesfuecuandotellamé.

»Despuésdeunascuantasconversaciones,unperfilpsicológicoyloquefueraquetúlescontases,volvieron a dejarme entre la población general. Dieron por sentado que no haría daño a nadie,excepto,quizás,amímismo,ynecesitabanelchopanoparaalguienquelomereciesemás.

YohabléconVancepocodespués,antesdequecumpliesesuperiododeaislamiento,yledijeloquesabíadeély loquediríaa losotros reclusossiseacercabaaÁngel.Nosirviódenada,y tanprontocomosalió,intentómataraÁngelenlasduchas.Apartirdeesemomentoerahombremuerto.

—Si hubieran vuelto ameterme en el chopano, habría encontrado lamanera de suicidarme—concluyóÁngel—.Contaldeacabarconaquello,quizásinclusomehabríadejadomatarporVance.Hayciertasdeudasquenuncasepagan,Bird,yavecesesonoesmalo.Louislosabe,yyolosé.Elhechodequetúhagasloquehacesporqueeslocorrectofacilitalascosasalahoradeponersedetulado, pero si decides que quieres volar el Congreso, Louis encontrará la manera de encender lamechayyoleecharéunamanomientraslohace.

CherylLansingvivíaenunacasablancaypulcradedosplantas,enelextremooestedelpropioBangor, rodeada de césped bien cuidado y de pinos de veinte años. Era un barrio antiguo conviviendasdeaspectoprósperoycochesnuevosalaentrada.ÁngelsequedóenelMustangmientrasyollamabaaltimbre.Nadiecontestó.Ahuecandolasmanosentornoalosojos,escrutéatravésdelcristal,perodentronoseadvertíaelmenormovimiento.

Diunrodeoa lacasayentréenunjardínalargadoconunapiscinacercadelacasa.Ángelmeacompañó.

—Mediarenlaadopcióndeniñosdebedeserunnegociomuyrentable—comentó.Sonriendo,agitóunacarteranegra,deunosquincecentímetrosdelargoporcincodeancho:lasherramientasdesuoficio—.Porsiacaso.

—Estupendo. Si aparece la policía local les diré que, como buen ciudadano que soy, te hedetenidoenunactocívico.

En la parte trasera de la casa había un anexo acristalado que permitía a Cheryl Lansingcontemplarsuverdecéspedenveranoyvercaerlanieveeninvierno.Hacíatiempoquenolimpiabanlapiscina,ynoestabatapada.Teníaelfondoenpendienteyparecíapocoprofunda,unmetroenunextremoydosodosymedioenelotro,peroestaballenadehojasytierra.

—Bird.Me acerqué al lugar desde donde Ángel observaba el interior de la casa. A un lado había un

módulodecocinayenfrenteunagranmesaderobleconcincosillas;detrás,unapuertacomunicabacon la sala de estar. En la mesa había tazas, platos, una cafetera y un surtido de madalenas ypanecillos,conunfruteroenelcentro.Inclusodesdeallívielmohoenlacomida.

Ángelsesacóunpardeguantesdelbolsilloeintentódeslizarlapuertadecorredera.Seabriósinmayoresfuerzo.

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—¿Quieresecharunvistazo?—Serámejor.Dentroolíaalecheagriayacomidapasada.Atravesamoslacocinayentramosenlasaladeestar,

amueblada conmullidos sofás y sillones de tapicería rosa floreada. Busqué abajomientrasÁngelrecorría las habitaciones del piso superior. Cuando me llamó, me hallaba ya en la escalera paraseguirloarriba.

Ángelseencontrabaenloqueobviamenteeraunpequeñodespacho,conunescritoriodemaderaoscura, un ordenador y un par de archivadores. Los estantes de la pared alojaban una serie decarpetasdefuelle,cadaunamarcadaconunaño.Lascarpetasde1965y1966habíansidoretiradasdesucorrespondienteestanteyelcontenidoseencontrabaesparcidoporelsuelo.

—BillyPurduenacióaprincipiosdelsesentayseis—susurré.—¿Creesquehavenidodevisita?—Alguienhavenido,esoestáclaro.Me pregunté hasta qué punto deseaba Billy Purdue conocer sus orígenes. ¿Tanto como para

presentarseallíyrevolvereldespachodeunaancianaconelfindeaveriguarquésabíaella?—Miraenlosarchivadores—propuseaÁngel—.Luegobuscaenesascarpetasporsiaúnqueda

algoquepuedarescatarseenrelaciónconBillyPurdue.Yovoyaecharotrovistazoalacasaparaversiseleshapasadoporaltoalgúndetalle.

Asintióyvolvíarecorrer lacasa,registré losdormitorios,elcuartodebañoyfinalmenteotravezlashabitacionesdelpisodeabajo.Enlamesadelacocinahabíacuatroservicios—doscontazasde café, dos convasosde leche agria—;dispuestos como lospuntos cardinales, rodeaban la frutapodrida.

Regresé al jardín. En el extremo este había un cobertizo, y un candado abierto colgaba delpasador.Meacerqué, saquéunpañuelodelbolsilloydescorríelpasador.Dentroencontrésólouncortacéspeddegasolina,macetas, semilleros y un surtidode herramientas de jardinería demangocorto.En los estantes habíaviejosbotesdepinturay tarros conbrochasy clavos.Una jaulavacíapendíadeunganchoeneltecho.Cerréelcobertizoymeencaminédenuevohacialacasa.

En ese momento se levantó la brisa y agitó las ramas de los árboles y la hierba a mis pies.Arrastró lashojasde lapiscinavacía,quesemovieronsuavementeunassobreotrasconunnítidosusurro.Entrelostonosverdes,pardosyamarillentosdelladomásprofundo,asomóalgodecolorrojointenso.

Meacuclilléalbordedelapiscinayobservé.Setratabadelacabezadeunamuñeca,coronadaporunamata de pelo rojo.Distinguí un ojo de cristal y el contorno de unos labios de color rubí. Lapiscina era ancha, y por unmomento pensé en regresar al cobertizo y buscar una herramienta lobastantelargaparaalcanzarlamuñeca,peronorecordénadaquepudieraservirme.Porsupuesto,eramuyposiblequelamuñecanotuvieselamenorimportancia.Losniñosperdíancosascontinuamenteenlossitiosmásextraños.Peromuñecas…Porlogeneralcuidabansusmuñecas.JenniferteníaunallamadaMolly,deespesopelooscuroybocaconunmohíndeactrizdecine;solíasentarlaasuladoalamesaylamuñecasequedabacontemplandolacomidaconmiradavacía.MollyyJenny,amigasparasiempre.

Medirigíhaciaelextremodelapiscinamáspróximoalacasa,dondeunospeldañosconducíana

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lapartemenosprofunda;elúltimoescalónestabaocultobajolashojas.Bajéypiséconcuidadoelfondodelapiscina,puestemíaresbalarenlapendiente.Amedidaqueavanzaba,elcúmulodehojaseramásprofundo.Primeromecubrieronlaspunterasdeloszapatos,luegolosbajosdelpantalónydespuéslasrodillas.Cuandoyaestabacerca,mellegabanalaalturademediomusloypercibíaunasensación de humedad a causa de la vegetación podrida y el agua que me calaba los zapatos.Avanzabaconcautelaacausade los resbaladizosazulejosyporque lapendienteeracadavezmáspronunciada.

Elojodecristalmirabaalcielo,yelotroladodelacaradelamuñecaquedabaescondidobajolashojasmarronesylatierra.Alarguéelbrazoconcuidado,hundílamanoentrelashojasylevantélacabezade lamuñeca.Alsacar lamuñeca, lashojascayeron,yelojoderecho,cerradohastaesemomento por la presión, se abrió suavemente. Poco a poco apareció la blusa, que era azul, y acontinuación la falda, de color verde. Las rodillas regordetas estaban sucias de barro y restos devegetacióndescompuesta.

Elcuerpoenterode lamuñeca saliódeentre lashojasconundébil sonidode succión,y saliótambiénalgomás.Unamanopequeña,tumefactaymoteadaconloscoloresdelinviernoporefectodeladescomposiciónaferrabalaspiernasdelamuñeca.Dosuñashabíanempezadoasoltarseylasgrietasdelapieldejabanalavistalargosmúsculosestriados.Enelcodo,sobreunagranampolladegas,vi el extremodeunamangapodrida, elpreciosocolor rosaoriginal ahora casinegropor elmoho,latierraylasangreseca.

Retrocedíinstintivamentesinsoltarlamuñecay,enunmomentodeconmociónymiedo,sentíqueresbalabaenlosazulejosdelfondodelapiscina.Caídeespaldasentrelashojasymispiestoparoncontraalgoblando,húmedoypocofirme.Conhojasenlabocayelhedordeladescomposiciónenlanariz,vilevantarsealaniña,impulsadapormíalforcejearconlaspiernasytirardelamuñeca.Vielpelomojado,lapielgrisyunosojosqueparecíanlecheamedidaquemedeslizabahaciaabajo,intentandohacerpieportodoslosmedios.Presadelpánicosoltélamuñecay,enunimpulso,apartéde un empujón el cuerpo de la niña y su olor quedó impregnado en mi manomientras volvía ahundirseentrelashojas.Ydeprontounafiguramáspesadafrenómicaída,notéunosdedosmuertosen la pantorrilla y supe que estaban todos allí, bajo las hojas descompuestas, podredumbre sobrepodredumbre, y que si seguía sumergiéndome bajo aquellas hojas, los vería y quizá ya nuncamelevantaría.

Otramanoagarrólamía,yoíqueÁngelmegritaba:—¡Bird,tranquilo!¡Tranquilo!Alcé la vista ydescubrí quemehallaba casi en el ladoderechode la piscina.Con la ayudade

Ángelmeagarréalbordeymeencaramé.Arastras,meapartédelapiscinaymetendíenelcéspedhúmedoyfríorestregandolasmanoscontralahierbaunayotravez,unayotravez,enunvanoyterribleesfuerzoporquitarmedelosdedoselolordeaquellapobreniñaperdida.

—Estánahíabajo—dije—.Estántodosahíabajo.

ÁngeltelefoneóaLouisyluegoyoaviséalapolicíadeBangor.Ángelsemarchóantesdequellegaran;consusantecedentes,supresencianohabríahechomásquecomplicarlascosas.Ledijeque

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tomaraun taxi, se registraraenelDays Inn juntoa lasgrandesgaleríascomercialesBangor,a lasafuerasdelaciudad,yquemeesperaseallí.Despuésmequedéjuntoalapiscina,dondeelcabelloylablusadelaniñaseveíanclaramenteentrelashojasagitadasporelviento,yesperéalapolicía.

MereuníconÁngelenelDaysInncuatrohorasmástarde.Informéalapolicíadetodo,inclusodel hechodequehabía registrado la casa.Esono les complaciódemasiado, peroEllisHoward, aregañadientes,respondiópormídesdePortlandyluegopidióquemepusieranconélalteléfono.

—¿Asíquenomeocultabasnada?—Elauricularcasivibróporlaintensidaddesuira—.Deberíahaberdejadoqueteencerrasenporalterarlaescenadeuncrimen.

Noteníasentidopedirdisculpas,asíquenolohice.—WillefordmehablódeCherylLansing.EllahizodemediadoraenlaadopcióndeBillyPurdue.

MelaencontréconRitaFerrisunpardenochesantesdelasesinatodeéstayDonald.—Primerosumujerysuhijo,ahoraestamujerrelacionadaconlaadopción.Dalaimpresiónde

queBillyPurdueestáresentidocontraelmundo.—Enrealidadnopiensaeso,Ellis.—¿Yquécarajoséyo loquepienso?Siquieresdefendercausasperdidas,veteadefenderlasa

otraparte.Aquíestamoshastalacoronilla.Suindignacióneratalquesóloconsiguiócolgartrastresruidososintentos.Dielnúmerodemi

móvilalapolicíadeBangorymeofrecíaayudarenloquefuese.Enlapiscinahabíacuatrocadáveres.CherylLansingsehallabaenlapartemásprofunda,bajoel

cuerpo de su nuera Louise. Sus dos nietas, Sophie y Sarah, estaban un pocomás allá, las dos encamisón.Lashabíancubierto conhojasprocedentesde todoel jardíny conmantillodedetrásdelcobertizo.

Las habían degollado a las cuatro, de izquierda a derecha. Además, Cheryl Lansing tenía lamandíbuladesencajadaporungolpeenelladoizquierdodelacara,ysubocapresentabaunaextrañaexpresión cuando los sanitarios que trabajaban en la piscina vacía dejaron a la vista su cabeza.Ymientrasyacíaaúnallíabajo,cubiertaporelcuerpodesunuerayboquiabierta,quedóclaroqueelasesinohabíaperpetradounaúltimavejaciónensucuerpo.

ACherylLansinglehabíanarrancadolalenguaantesdemorir.

Si Cheryl Lansing estaba muerta, alguien—Billy Purdue, Abel y su compañero Stritch, o unindividuotodavíasinidentificar—seguíalospasosdelavidadeBilly,unospasosqueahoraparecíanguardarrelaciónconlainvestigaciónfrustradadesusorígenesquehabíainiciadoWilleford.Decidícontinuar hacia el norte. Ángel se ofreció a acompañarme, pero preferí que tomara un vuelo aPortlandalamañanasiguientemientrasyoseguíaconelMustang.

—¿Bird?—preguntócuandopuseelmotorenmarcha—.MehashabladodeBillyPurdue,desumujerydesuhijo;peronoentiendounacosa:¿cómoacabóellaconuntipocomoése?

Me encogí de hombros. Rita Ferris procedía de una familia disfuncional, supuse, y al parecerhabía repetido el ciclo creando su propia familia disfuncional con Billy Purdue. Pero no era tansimple:enRitahabíaalgobueno,algoquehabíapermanecidointactoeincorruptopeseatodoloquelehabíaocurrido.Quizá,sóloquizá,creyóveralgoparecidoenBillyypensóquesiencontrabaese

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ladobuenoenélydespertaba su sensibilidad,podría salvarlo, conseguirqueél lanecesitara tantocomo ella lo necesitaba a él, convencida de que amor y necesidad eran lomismo.Una legión deesposas maltratadas y de amantes apaleadas, de mujeres maltrechas y niños desdichados podríahaberledichoqueseequivocaba,queexisteunapertinazcegueraenlaideadequeunapersonapuederedimir aotra.Lagentedebe redimirse a símisma,pero algunosnodesean la redención,ono lareconocencuandoéstaarrojasuluzsobreellos.

—Loquería—dijeporfin—.Endefinitiva,eseamoreraloúnicoqueteníaparadar,ynecesitabadarlo.

—Comorespuesta,noesgrancosa.—Ángel,yonotengolasrespuestas,sinodistintasformasdeexpresarlasmismaspreguntas.Acontinuación,salídelaparcamientoyfuihastaelcrucedelaI-95yla15,dondetomédirección

norte,haciaDover-Foxcroft,yGreenvilleyDarkHollow.Alvolverlavistaatrás,adviertoqueésafuelaprimeraetapadeunviajequemeobligaríaaenfrentarmenosóloconmipasado,sinotambiénconeldemiabuelo;queperturbaríaaviejosfantasmasquesupuestamentedescansabandesdehacíamucho, y queme conduciría en último extremo cara a cara ante algo que llevabamucho tiempoaguardandoenlaoscuridaddelosGrandesBosquesdelNorte.

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Durante buena parte de su historia,Maine fue pocomás que un puñado de pueblos de pescadoresenclavadosenlacostaatlántica.Frenteaesacosta,bajoelmar,yacenlosrestosdeotromundo,unmundoquedejódeexistiralcrecerlasaguas.Mainetieneunlitoralsumergido:susislasfueronenotrotiempomontañas,yahoracamposolvidadosformanellechooceánico.Supasadoestáinmersoenelmar,amuchasbrazasdeprofundidad,inaccesiblealaluzdelsol.

Asípues,elpresentesurgióalbordemismodelprecipiciodelpasado,ylagenteseaferróalacostadelaregión.Pocosseatrevieronaadentrarseenelinhóspitoterritoriointerior,aexcepcióndelosmisionerosfrancesesdispuestosallevarelcristianismoalastribus—quenuncafueronmuchosmás de tresmil, y en sumayoría vivieron también en la costa—, o los tramperos que pretendíanganarselavidaconelcomerciodepieles.Latierraquecubríaellechorocosocosteroerabuenayfértil,ylosindioslacultivaronutilizandopescadopodridocomoabono,cuyoolorsemezclabaconlosaromasdelasrosassilvestresylasiemprevivaazul.Mástardeaparecieronlassalinas,lapescadelaalmejaen lasmarismasy losenormesalmacenesdondeseguardabaelhielodeMaineantesdeexportarloaloslugaresmásrecónditosdelplaneta.

Sinembargo,conformesedescubría lariquezadelbosque, loscolonosseadentrabancadavezmás al norte y al oeste. Por orden del rey, talaron los pinos blancos que a treinta centímetros delsuelomedíanmásdesesentacentímetrosdediámetroparautilizarloscomomástilesdesusbarcos.LosmástilesdelanaveVictorydelalmiranteNelson,queluchócontralaarmadadeNapoleónenlabatalladeTrafalgar,crecieronenMaine.

PerosóloaprincipiosdelsigloXIX,cuandosecomprendieronlasposibilidadeseconómicasquerepresentabanlosbosquesdeMaine,seexploróyreconociócompletamenteelinterior,hastallegaralos Grandes Bosques del Norte. Se construyeron aserraderos en medio del bosque para producirpapel,pulpaylistones.LasgoletasremontaronelPenobscotparacargarlamaderadepinoypíceaquehabíasidotransportadacorrienteabajodesdelosconfinesmáslejanosdelnorte.Losaserraderosse sucedíanen lasmárgenesdel río, como tambiénaorillasdelMerrimack, elKennebec, elSaintCroixyelMachias.Muchosperdieronlavidaluchandoporliberarlostroncosatascadosenelaguaopormantenerunidosmilesdemetroscúbicosdemadera,hastaquelaeradeltransporteindustrialporrío llegóa su fin en1978.El terreno se remodelópara satisfacer lasnecesidadesde losmagnatesmadereros:sealteróelcursodelosríos,seconstruyeronpresasypantanos.Losincendioscausaronestragos en las estelas secas que dejaron atrás los leñadores y torrentes enteros quedarondesprovistosdevidaacausadelserrínresidual.Laprimerageneracióndepinoshabíadesaparecidohacíadossiglos;lossiguientesfueronlashayas,losarcesylosrobles.

En laactualidadgranpartede la regiónnorteesbosque industrialpropiedadde lascompañíasmadereras y los camiones recorren las carreteras cargados de troncos recién cortados. Las

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compañíasabrenzanjasatravésdehectáreasdebosqueeninvierno,talantodoslosárbolesasupasoy los apilan durante losmeses demarzo y abril. Lamadera es la principal fuente de riqueza delestado,einclusomiabuelo,comomuchosotrosenlacosta,plantabapíceasyabetosparacortarlosyvenderlosdesdeprimerosdenoviembrehastamediadosdediciembrecomoárbolesdeNavidad.

No obstante, aún quedan unos cuantos lugares donde el bosque maduro continúa intacto, consenderos abiertos por los animales y excrementos de alce que guían hasta apartados abrevaderosalimentadosporcascadascuyasaguasseprecipitanentrerocas,piedrasyárbolescaídos.Éstaesunade las últimas regiones donde habitaron lobos, pumas y caribús. Quedan aún cuatro millones dehectáreas deshabitadas en Maine y el estado es ahora más verde que hace cien años, cuando elagotamientodelafinacapadetierraprovocóladecadenciadelaagriculturayelbosquereclamóelterreno,comoessucostumbre,ylosmurosqueenotrotiempodabancobijoafamiliasenterasahoraprotegíansólotsugasypinos.

Unhombre,siasíloquisiera,podríaperderseenlaagresteespesura.

DarkHollowestabaaunosochokilómetrosalnortedeGreenville,cercadelaorillaestedellagoMooseheadylasochentamilhectáreasdereservanaturaldelparqueestataldeBaxter,dondeelmonteKatahdindominaelpaisajeenelextremoseptentrionaldelaRutaApalache.MeplanteédetenermeenGreenville—lacarreteraestabaaoscurasyeraunanochefría—,perosabíaqueencontraraMeadePayneeramásimportante.LaspersonascercanasaBillyPurdue—suesposa,suhijo,lamujerquehabía gestionado su adopción— habían muerto, y habían muerto de mala manera. Era necesariopreveniraPayne.

Greenvilleeralapuertadeentradaalosbosquesdelnorte,yelbosquehabíasidodurantemuchotiempolamayorriquezadelpuebloysusaledaños.EnelpueblohubounaserraderoquedabatrabajoalosvecinosdeGreenvilleyalrededores,hastasucierreamediadosdelosañossetenta,cuandoacausade lasituacióneconómicadejódeser rentablemantenerloabierto.Muchagenteabandonó lazona y quienes se quedaron intentaron empezar a vivir del turismo, la pesca y la caza, peroGreenvilleyotrospueblosdemenor tamañoesparcidos al norte—BeaverCove,KokadjoyDarkHollow,donde terminabael tendidoeléctricoycomenzabaverdaderamente lanaturalezaagreste—seguíanenlapobreza.CuandoelclubdegolfdeGreenvillesubiólatarifadediezadocedólaresporrecorrido,seprodujounalboroto.

Continué porLilyBayRoad—que durantemuchos años fue la carretera utilizada en inviernoparaeltransportepesadohastaloscampamentosdeleñadores,connieveamontonadaagranalturaaambos ladosyelbosqueextendiéndosemásallá—,y lleguéporfinaDarkHollow.Eraunpueblopequeño,conpocomásdedosmanzanasenelcentroyunacomisaríadepolicíaenelextremonorte.DarkHollow recibía parte del excedente de turistas y cazadores que acudía aGreenville, pero nomucho. Desde sus calles no se veía el lago, sólo las montañas y los árboles. Había un motel, elTamaraMotorInn,queparecíaunareliquiadeladécadadeloscincuenta,conunafachadaenarcodonderesplandecíasunombreenneónrojoyverde.Enunpardetiendasdeartesaníavendíanvelasperfumadasylaclasedemueblesqueledejabanaunotrozosdecortezadeárbolenelpantalónsisesentaba en ellos.Una librería-cafetería, un restaurante y un pequeño supermercado constituían una

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parteconsiderabledelazonacomercialdelpueblo,dondelanieveheladaseapilabaenlasreguerasdelalcantarilladoyalasombradelosedificios.

Sóloelrestauranteseguíaabierto.Porfueraestabapintadodellamativoscolorespsicodélicos,loque le daba el aspecto de la clase de establecimiento que hubiese abierto el equipo Scooby DoocuandolaMáquinadelMisteriosedisgregó,comoaquellosVolkswagenrefrigeradosporairecuyosmotoressequemaronenSantaFecuandosusdueñoshippiesintentaronconducirloscampoatraviesaenlossesenta.

Dentrohabía reproduccionesdepóstersdeantiguosconciertosypaisajespintados, supuse,porartistaslocales.Enunrincónviunmarcoconlafotodeunmuchachovestidodeuniformemilitaralladodeunhombremayor,unacintaroja,blancayazuldescoloridarodeabalafoto,peronoleprestédemasiadaatención.Unpardeancianostomabancaféycharlabanenunreservadoycuatrojóvenesintentabanparecermodernosyvagamenteamenazadoressinqueselesreventaranlosgranoscuandohacíanmuecasdedesdén.

Pedíunsándwichdedospisosyuncafé.Sabíabienycasimehizoolvidar,porunmomento,loocurridoenBangor.ParallegaralacasadePaynelepedíindicacionesalacamarera,quesellamabaAnnie,ymelasofrecióconunasonrisa,peromedijoquehabíaescarchayquizávolveríaanevar,yquelacarreterapresentabaunpésimoestadoenelmejordeloscasos.

—¿EsamigodeMeade?—preguntó.Alparecer,Annieteníaganasdehablar,másganasqueyo.Llevabaelpeloteñidoderojoyloslabiospintadosdecarmín,asícomosombraazuloscuroentornoalosojos.Combinadoconlapalideznaturaldesurostro,elefectoeradedibujoinacabado,dejadoamediasporunniñodistraído.

—No—contesté—.Sóloquierohablarconéldeciertoasunto.Susonrisavacilóligeramente.—Nadagrave,espero.Porqueesepobreviejoyahasufridobastantesmalostragos.—No—mentí—.Nadagrave.LamentooírquelascosasnolehanidobienaMeade.Annieseencogiódehombrosylasonrisarecobrópartedesuvigor.—Perdió a sumujer hace un par de años, y después su sobrinomurió en elGolfo durante la

Tormenta delDesierto. Lleva una vidamuy aislada desde entonces.Hoy día apenas lo vemos poraquí.

Annieseinclinó,ysuspechosmerozaronelbrazomientrasretirabalosrestosdelsándwich.—¿Deseaalgomás?—preguntóanimadayponiendofinalaconversaciónsobreMeadePayne.Dudé si la pregunta tenía una segunda intención. Decidí que no. Así, la vida tendía a sermás

sencilla.—No,gracias.Arrancólacuentadelblocconunfloreo.—Entonces le dejo esto. —Me dirigió otra sonrisa al tiempo que colocaba la cuenta bajo el

recipienteconlastarrinasdeleche—.Cuídese,encanto—añadiómientrassealejabacontoneándose.—Nosepreocupe—contesté.Sentíciertoaliviocuandosefue.MeadePaynenoteníateléfono,oalmenossunombrenoaparecíaenlaguía.Apesarmío,decidí

nohablarconélhastalamañanasiguiente.ToméunahabitaciónenelTamaraporveintiochodólaresydormíenunaviejacamaconuncolchónaltoygruesoyelarmazóndemaderalabrada.Durantela

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noche me desperté una vez, cuando el olor de las hojas podridas y los ruidos de las cosas enavanzadoestadodedescomposiciónquesemovíanbajoellasmeresultóinsoportable.

Lacamarerateníarazón:unagruesacapadeescarchacubríaelsuelocuandosalídelTamaraalamañana siguiente y las hojas de hierba de la estrecha franja de césped del motel parecían cristaltallado.Bajo el luminoso solmatutino, los coches circulabandespaciopor la calleprincipaly loslugareños,conabrigoyguantes,caminabanresoplandocomomotoresdevapor.DejéelcocheenelTamaraymedirigíhastaelrestaurante.Desdefueraviquelamayoríadelosreservadosyaestabanocupadosy se respirabaunacogedorambientedecomunidad,de raigambre, entrequienesestabanallísentados.Lascamareras—alparecerAnnienoseencontrabaentreellas—revoloteabandemesaenmesa comomariposasyunhombregordoybarbudoconundelantal charlaba con los clientesjuntoalacaja.Casihabíallegadoalapuertacuando,detrásdemí,oíunavozquemellamabaentonoamable, suave y familiar: «¿Charlie?». Me di media vuelta, y pasado y presente chocaron en elrecuerdodeunbeso.

LornaJenningseraseisañosmayorqueyoyvivíaamenosdedoskilómetrosdelacasademiabuelo,eramenudayágil,denomásdemetrocincuentaycincodeestaturaydesdeluegonomásdecincuentakilosdepeso,conunamelenacortayoscuraylabocaquesiempreparecíaapuntodedarun beso o acabar de recibirlo. Tenía los ojos de color verde azulado y la piel blanca como laporcelana.

SumaridosellamabaRandall,perolosamigoslollamabanRandasecas.Eraalto,enotrotiempounajovenpromesadelhockey.Randerapolicía,todavíadeuniformeperoaspiranteaunpuestoeneldepartamento de investigación. Nunca había pegado a su esposa, nunca le había hecho dañofísicamente,yellacreíaquesumatrimonioerasólidohastaqueél lehablódesuprimeray,segúndijo,únicaaventura.Esoocurrióantesdeconocernos,antesdeseramantes.

OcurrióduranteelveranoposterioramilicenciaturaenlaespecialidaddeliteraturainglesaporlaUniversidaddeMaine.Contabaveintitrésaños.Despuésdeacabarlasecundariaenelinstitutotuvealgúnqueotrotrabajo,engeneralempleosinsignificantes;luegopaséunatemporadaviajandoporlaCostaOesteantesdeempezar lacarrera.EseañovolvíaScarboroughpara loqueseríamiúltimoveranoallí.YahabíasolicitadoplazaenelDepartamentodePolicíadeNuevaYork,recurriendoalospocoscontactosquemequedabanentrequienesconservabanalgúnrecuerdoafectuosodemipadre.Quizá yo, queriendo ser idealista, pensaba que podía rehabilitar su buen nombre mediante mipresencia allí. En lugar de eso, creo, desperté viejos recuerdos en algunas personas, como barroremovidoenelfondodeunestanque.

Miabuelomeconsiguióunempleoenunacompañíadeseguros,dondetrabajéderecadero,debotones.Preparabaelcafé,barríaelsuelo,atendíaelteléfono,sacababrilloalasmesasyaprendíalosuficiente sobre elmundode los segurospara saberquequienquieraquediese crédito a loque ledecíaunagentedeseguroseraingenuooestabadesesperado.

Lorna Jennings era la secretaria particular del director de la agencia. Siempre fue amableconmigo, a pesar de que al principio hablábamos poco, aunque una o dos veces la sorprendí

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mirándome de unmodo peculiar antes de volver de inmediato a concentrarse en sus papeles o amecanografiar cartas. Hablé con ella por primera vez en sentido estricto durante la fiesta dedespedida de una secretaria que se jubilaba, unamujer alta con reflejos azules en el pelo que fueinternadaunañodespuéstrasmataraunodesusperrosconunhacha.Yoestabasentadoalabarratomandounacervezaeintentandoaparentarqueelmundodelossegurosyyonoteníamosnadaqueverniremotamente,yentoncesLornaseacercóamí.

—Hola—dijo—.Setevemuysolo.¿Quieresmantenertealmargendenosotros?—Hola—respondí,haciendogirarelvaso—.No,enrealidadno.—Enarcóunaceja,yconfesé—.

Bueno,quizásí,peronodeti.Lacejaseenarcóaúnunpocomás.Mepreguntésiunvasosanguíneopodíallegarareventara

causadelavergüenza.—Anteshevistoqueleíasalgo—comentóellaalavezqueocupabaeltaburetesituadofrentea

mí.Llevabaunvestidodelanalargoyoscuroqueseceñíaasucuerpocomolafundadeunaespada,yolíaaflores:locióncorporal,descubrímástarde.Raravezusabaperfume—.¿Quéera?

Yoaúnseguíaun tantoabochornado,supongo.Estaba leyendoElbuensoldadodeFordMadoxFord.Lohabíaelegidopensandoqueeraotracosa,perosereducíaaunestudiosobreunaseriedepersonajesinfielesentresí,cadaunoasumanera.Alfinal,cuandonuestrarelaciónevolucionó,pasóaparecermemásunlibrodetextoqueunanovela.

—FordMadoxFord.¿Lohasleído?—No,sóloloconozcodenombre.¿Deberíaleerlo?—Quizásí.—Nomeparecióunarecomendaciónmuyentusiasta,ycomocríticaliterariadejaba

mucho que desear, así que añadí—: Si te interesa leer algo sobre hombres débiles y malosmatrimonios.

Aloíresto,hizounadiscretamuecay,aunqueapenassabíanadadeellatodavía,unpequeñotrozodemimundosedesgajóybotóporelsueloentrelascolillasylascáscarasdecacahuetes.Penséquealomejor,sicavabaunagujero,llegabaamediocaminodeChinaymeenterrabacontodalatierraextraída encima, quizás estaría a profundidad suficiente para esconder mi incomodidad. La habíaheridodealgúnmodoperonosabíabiencómo.

—¿Enserio?—dijoporfin—.Alomejortelopidoprestadoalgúndía.Conversamos un rato más, sobre la oficina y sobre mi abuelo, y después se levantó para

marcharse.Alhacerlo,sefrotóelvestidoporencimadelarodillaparaquitarseunpocodepelusaprendidaen la tela.Elvestido se tensóy se ciñómása susmuslos, revelando su silueta casihastamediapierna.Deprontomemiróconcuriosidadladeandolacabezayensusojosaparecióunaluzqueyonuncahabíavistohastaentonces.Nadie,pensé,volveríaamirarmeasí.Metocóelbrazocondelicadeza,yelcontactodesupielmequemó.

—Noteolvidesdellibro—dijo.Acontinuaciónsefue.Asíempezótodo,imagino.Leprestéellibroy,poralgunarazón,meprodujounextrañoplacer

saberquesusmanoslotocaban,quesusdedosacariciabansuavementelaspáginas.Dejéelempleoalcabodeunasemana.Parasermásexactos,medespidierondespuésdeunadiscusiónconeldirectorde laoficinaenel transcursode lacualmellamó«holgazánhijodeputa»,yyo ledijequeeraun

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gilipollas,comoenefectoloera.Enunprimermomento,miabueloseenfadóunpococonmigoporhaberperdido el trabajo, pero en el fondo le complacióque llamase«gilipollas» al directorde laoficina.Enesomiabuelocoincidíaconmigo.

PasóotrasemanahastaquemellenédevalorytelefoneéaLorna.Quedamosatomaruncaféenun bar pequeño cerca del puente del Veterans Memorial. Me dijo que El buen soldado le habíaencantado,aunquetambiénlahabíaentristecido.Trajoellibroparadevolvérmelo,peroseloregalé.Supongoqueyodeseabacreerqueellapensaríaenmíalverlo.Sonlosefectosdelenamoramiento,imagino,aunqueelenamoramientoenseguidaseconvirtióenotracosa.

SalimosdelacafeteríaymeofrecíallevarlaacasaenelMGquemehabíacompradomiabuelocomoregalodelicenciatura,unodelosmodelosfabricadosenEstadosUnidosantesdequelaBritishLeylandadquirieselacompañíaylaechaseaperder.Enciertomodoerauncochedechicas,peromegustabacómosemovía.Lornadeclinóelofrecimiento.

—HequedadoconRand—contestó.Mesentídolidoysospechoquesemenotó,porqueellaseinclinóhaciamíymerozólamejilla

conloslabios.—Lapróximaveznotardestantoenllamarme—dijo.No tardé. Después de aquel día nos vimos con frecuencia, pero fue una cálida noche de julio

cuando, por primera vez, nos besamos en el sentido pleno de la palabra.Habíamos ido a ver unapelículamalísimaynosdirigíamosanuestrosrespectivoscoches.ARandno legustabaelcine,nimalonibueno.EllanolehabíacontadoaRandqueibaalcineconmigo,ymepreguntósimeparecíaquehabíaobradobien.Contestéquesuponíaquesí,aunqueprobablementenofueraasí.Desdeluego,Randopinóalgomuydistintocuando,alfinal,lascosassetorcieron.

—Escucha,noquieroprivartedesalirconalgunachicaencantadora—comentó.Peroaldecirlonomemiró.

—Noeselcaso—mentí.—Porque yo no permitiré que mi relación contigo se interponga entre Rand y yo —mintió

tambiénella.—Entoncesnohayproblema—volvíamentir.Habíamosllegadoyaaloscoches,yella,conlasllavesenlamano,manteníalamiradafijaenel

cielo.Depronto,sinsoltarlasllaves,semetiólasmanosenlosbolsillosyagachólacabeza.—Venaquí—dije—.Sólounmomento.Yellaseacercóamí.HicimoselamorporprimeravezenmihabitaciónunviernesporlatardeenqueRandhabíaido

a Boston para asistir a un funeral. Mi abuelo se encontraba en Portland con unos antiguoscompañerosdelapolicía,recordandoviejostiemposyponiéndosealdíadelasnecrológicas.Lacasaestabaensilencio.

Ellavinoapie.Peseaquehabíamosconcertadolacita,mesorprendíalverlaallí,envaquerosycamisa tejana, con una camiseta blanca debajo. No dijo nada cuando la llevé a mi habitación. Alprincipionosbesamostorpemente,ellaconlacamisaaúnabotonada,yluegoconmayorvehemencia.A mí se me había revuelto el estómago por el nerviosismo. Tenía una intensa percepción de supresencia,desuperfume,delcontactodesuspechosbajolacamisa,demipropiainexperiencia,delo

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mucho que la deseaba y, ya por entonces, creo, del amor que sentía por ella. Retrocedió paradesabrocharselacamisayquitarselacamiseta.Nollevabasujetador,ysuspechossealzaronunpococon elmovimiento. De inmediatome aproximé a ella. A tientas busqué el botón de sus vaquerosmientras ella me tiraba de la camisa.Mi lengua se enroscaba en torno a la suya, mis caderas seapretabancontralasdeella.

Ybajo la luzmoteada del sol de una tarde de julio,me abandoné al calor de sus besos y a lasuavidaddesucarnealpenetrarla.

CreoquedisfrutamosdecuatromesesjuntoshastaqueRandseenteró.Quedábamoscuandoellapodía escaparse. Por entonces yo trabajaba de camarero, lo cual significaba que tenía libre buenapartedelatarde,ademásdedosotresnochessidecidíaquenoqueríatrabajardemasiado.Hacíamoselamordondepodíamosycuandopodíamos,ynoscomunicábamosbásicamenteporcartayalgunafurtiva conversación telefónica.Unavez hicimos el amor enHigginsBeach, lo cual compensó enciertomodomifracasoconBeckyBerube,ehicimoselamorcuandomellególacartadeaceptacióndeNuevaYork,aunquenotésupesarinclusomientrasnosmovíamosjuntos.

El tiempo que pasé con Lorna fue distinto de cualquiera de mis relaciones anteriores. TodashabíansidocortasysehabíanvistofrustradasporelambienteprovincianodeScarborough,dondelosotrosveníanacontartedecuántasmanerassehabíanfolladoatuchicacuandoestabaconellosylobienquelohacíaconlaboca.Lornaparecíaestarporencimadeesascosas,aunquesehabíavistoafectadaporellasdeotromodo,evidenteenlacorrosióngradualeinsidiosadeunmatrimonioentrenoviosdelinstituto.

AcabócuandounamigodeRandnosvioenunacafeteríaconlasmanoscogidassobreunamesacubiertadelazúcardeunosbollosymanchasdeleche.Fueasídeprosaico.Sepelearon,yRandlepropuso concederle el niñoque elladeseabadesdehacía tanto tiempo.Al final decidióno echar arodar sieteañosdematrimonioporunmuchacho.Probablementehizobien,peroeldolorquemecausómedejóunprofundodesgarrodurantedosañosysiguiólatenteaúnmuchotiempo.Novolvíatelefonearlaniaverla.Noasistióalfuneraldemiabuelo,peseaquehabíasidovecinasuyadurantecasiunadécada.Supemás tardequeellayRandsehabíanmarchadodeScarborough,peronomemolestéenaveriguaradóndehabíanido.

Esto tiene una especie de epílogo. Aproximadamente un mes después de terminarse nuestrarelación, yo estaba bebiendo en un bar cerca de Fore Street, poniéndome al día con unos cuantosamigos que se habían quedado en Portland mientras los demás se marchaban para estudiar en launiversidad,trabajarfueradelestadoocasarse.Fuialservicioy,mientrasmelavabalasmanos,seabriólapuertaamisespaldas.AlmirarenelespejoviallíaRandJennings,deuniforme,ydetrásdeélauntiporobustoqueseapoyócontralapuertaparamantenerlacerrada.

Losaludéconungestoa travésdelespejo;alfinyalcabo,noteníamuchasmásopciones.Mesequélasmanosconlatoalla,medimediavueltayrecibíunpuñetazoenlabocadelestómago.Fueungolpebrutal,contodalafuerzadequeeracapaz,ymeobligóaexpulsarelairedelospulmones.Caíderodillas,mellevélasmanosalvientreymeasestóunapatadaenlascostillas.Acontinuación,mientras yacía allí en el suelo entre la suciedady la orina,me lanzóunpuntapié tras otro: en losmuslos,lasnalgas,losbrazos,laespalda.Reservólacabezaparaelfinal:melalevantóagarrándomepor el pelo yme abofeteó.Durante toda la paliza no pronunció una sola palabra, yme dejó allí,

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sangrandoenelsuelo,hastaquemisamigosmeencontraron.Tuvesuerte,supongo,aunqueentoncesnolocreía.Cosaspeoreslesocurríanaquienestonteabanconlamujerdeunpolicía.

Yahora,enunpequeñopuebloalbordedeagrestesbosques,parecíaquenohubieranpasadolosañosyLornaestabadenuevoantemí.Seleveíanlosojosenvejecidos,lasarrugasalrededordelospárpadosalgomásmarcadas,y tambiéndiminutas estrías juntoa laboca, comosihubierapasadodemasiado tiempo con los labios apretados. Sin embargo, cuando me dirigió una cauta sonrisa,descubríaquellamismaexpresiónensusojosysupequeaúnerahermosayqueunhombrepodíavolveraenamorarsedeellasinoseandabaconcuidado.

—Erestú,¿verdad?—preguntó,yyorespondíconungestodeasentimiento—.¿Quédemonioshacesaquí,enDarkHollow?

—Buscoaunapersona—contesté,yadvertíensumiradaque,porunbreveinstante,pensóquesetratabadeella—.¿Teapetecetomaruncafé?

Pareció dudar, echó un vistazo alrededor como para asegurarse de que Rand no la observabadesdealgúnsitioysonriódenuevo.

—Claro,meencantaría.Dentro encontramos un reservado vacío lejos de la cristalera y pedimos dos tazas de café

humeante. Yo tomé una tostada con beicon, que ella mordisqueó a su pesar. Durante esos pocossegundos,losdiezañostranscurridosdesaparecierondegolpeyestuvimosdenuevoenunacafeteríadeSouthPortland,hablandodeunfuturoquenuncaseharíarealidadytocándonosfurtivamenteporencimadelamesa.

—¿Cómotehaido?—pregunté.—Bien,supongo.Ésteesunsitioagradableparavivir,unpocoaislado,quizá,peroagradable.—¿Cuándovinisteis?—Enelochentayocho.LascosasnonosibanmuybienenPortland.Randnopudoconseguirel

ascensoainspector,asíqueaceptóunpuestoaquí.Ahoraesjefe.Marcharse a un rincón perdido para salvar un matrimonio me pareció una estupidez, pero

mantuvelabocacerrada.Sihabíanseguidojuntostantosaños,supusequesabíanloquehacían.Supusemal,claroestá.—¿Asíquecontinuáisjuntos?Porprimeravez,algoasomófugazmenteasurostro:pesaroira,talvez,olatomadeconciencia

dequeesoeraverdadysinembargonosabíaporqué.Oacasofuesesóloqueyolehabíatransmitidomisrecuerdosdeaqueltiempoyelgestodelataseelmalestarpropioalrememorarunaviejaherida.

—Sí,estamosjuntos.—¿Tenéishijos?—No. —Pareció ponerse nerviosa, y un amago de dolor se reflejó en su cara. Recordé la

promesadeRandcuando intentórecuperarla,peronodijenada.Tomóunsorbodecafé,ycuandovolvióahablar,eldoloryaestabaoculto,guardadoenelrincónquetuviesereservadoparaeso—.MeenterédeloquelepasóatufamiliaenNuevaYork.Losiento.

—Gracias.—Alguienpagóporaquello,¿no?Eraunacuriosamaneradeexpresarlo.

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—Pagómuchagente.Lornaasintióymemiróporunmomentoconlacabezaladeada.—Hascambiado.Tenoto…mayor,máscurtidoenciertomodo.Yresultaextrañoverteasí.Hiceungestodeindiferencia.—Hapasadomuchotiempo.Hanocurridomuchascosasdesdelaúltimavezquenosvimos.Continuamoscharlandodeotrascosas:lavidaenDarkHollow,sutrabajocomomaestraatiempo

parcialenDover-Foxcroft,mi regresoaScarborough.Paracualquieraquenosviese,debíamosdeparecerviejosamigosrelajándosejuntos,poniéndosealdía,perohabíaciertatensiónentrenosotrosrelacionadasóloenparteconnuestropasadojuntos.Quizámeequivocaba,peropercibíaenellaunmalestarinterior,unainquietudindefiniblequebuscabalamanerademanifestarse.

Apuróelcaféquelequedabadeunsolotrago.Aldejarlataza,letemblabaunpocolamano.—Cuandoseacabólarelaciónentretúyyo,seguípensandoenti.Estuvependientedecualquier

informaciónsobreti,sobreloquehacías.Hablédeticontuabuelo.¿Telocontó?—No,nunca.—Lepedíquenolohiciera.Temía,supongo,quelointerpretarasmal.—¿Ycómocreesquelohabríainterpretado?Lopregunté condesenfado, pero ella lo tomódemaneramuydistinta.Apretó los labiosyme

miróalosojosconunaexpresiónenpartededolor,enpartederabia.—¿Sabes?,duranteun tiempo ibaavecesalbordedelacantiladodeProutsNecky rezabapara

quevinieraunaola,unadeesasgrandes,desietemetros,yme llevara.Avecespensabaen tiyenRandyenaquella tristehistoriaysoñabaconperdermebajoelmar.¿Sabes loqueesesaclasededolor?

—Sí—contesté—.Losé.Deprontoselevantó,seabrochóelabrigoymedirigióunabrevesonrisaantesdemarcharse.—Sí—dijo—.Supongoquesí.Mealegrodehabertevisto,Charlie.—Igualmente.Lapuertasecerrótrasellaconunúnicoysuavegolpe.Laobservéatravésdelacristaleracuando

miróaizquierdayderecha,y,conlasmanosenlosbolsillosylacabezagacha,corrióparacruzarlacalle.

YpenséenelladepiealbordedelacantiladonegrodeProutsNeck,conelpeloagitadoporelvientoyelsabordelsalitreenloslabios:lasiluetaoscuradeunamujerrecortándosecontraelcielonocturno,esperandoaqueelmarpronunciasesunombre.

MeadePaynevivíaenunacasarojademaderaconvistasallagoRagged.UncaminolargoymalconservadoascendíatortuosamentehastaeljardíndondehabíaaparcadaunafurgonetaDodge,viejay parcialmente devorada por el óxido.La casa estaba en silencio y no ladró ningúnperro cuandodetuveelMustangjuntoalafurgoneta,conelinevitablecrujidodelanieveheladabajolasruedas.

Llaméalapuertaperonocontestónadie.Medisponíaairalapartedeatráscuandoseabriólapuertay seasomóunhombre.Teníaalrededorde treintaaños, calculé, el cabellooscuroy lapielcetrinaycurtidaporelviento.Seadvertíaenélunairederudezaylasmanosseveíanencallecidasy

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salpicadasdecicatriceseneldorsoylosdedos.Nollevabaanillosnirelojy laropaquevestíanoparecíadesutalla.Lacamisalequedabademasiadoajustadaenloshombrosyelpecho,losvaquerosunpoco cortos, dejando a la vista unos gruesos calcetines de lana sobre unos zapatos negros conpunteradeacero.

—¿Puedo ayudarle en algo?—preguntó, conun tonodevozque indicabaque, aun si pudiera,preferíanohacerlo.

—BuscoaMeadePayne.—¿Paraqué?—Quierohablarconélsobreunchicoqueacogióhacetiempo.¿EstáencasaelseñorPayne?—Yoaustednoleconozco—dijo.Sinrazónalguna,sutonoeracadavezmáshostil.Mearmédepaciencia.—Nosoydeporaquí.VengodePortland.Esimportantequehableconél.Elhombreestuvodándolevueltasaloqueacababadedecirley,alcabodeunmomento,cerróla

puertaymedejóesperandoenlanieve.Unosminutosdespuésaparecióunancianodesdeunladodela casa. Caminaba ligeramente encorvado y despacio, arrastrando un poco los pies, como si ledolieran las articulacionesde las rodillas, pero supuseque enotro tiempohabía sido casi tan altocomoyo,opuedequeinclusomidieraunmetroochenta.Vestíaunmonosobreunacamisarojadecuadrosyunaszapatillasblancassucias.LlevabacaladaunagorradelosChicagoBearsymechonesdecabelloseleescapabanporelborde.Teníalosojosazules,muyclaros.Sinsacarlasmanosdelosbolsillosmemiródearribaabajoconlacabezaalgoladeada,comosiintentaserecordardequémeconocía.

—SoyMeadePayne.¿Quépuedohacerporusted?—Me llamo Charlie Parker. Vengo de Portland. Soy investigador privado. Quiero hablar con

usteddeunchicoqueacogióhaceaños:BillyPurdue.Abrióunpocomáslosojoscuandopronunciéelnombreyseñalóendirecciónaunpardeviejas

mecedoras en el extremo del porche. Antes de sentarme, sacó un trapo del bolsillo y limpió conesmeroelasiento.

—Perdone,peronorecibomuchasvisitas.Nuncamehagustadoquevengagente,sobretodoporloschicos.

—Nosésileentiendobien.Señalólacasaconelmentón.Conservabalapielbastantetersa,deuncolormorenorojizo.—Algunos de los chicos que he acogido a lo largo de los años eran conflictivos. Había que

guiarlos conmano firme y mantenerlos alejados de las tentaciones. Aquí—abarcó el lago y losárbolesconungestode lamano—lasúnicas tentacionessoncazarconejosyhacersepajas.Noséqué opinaDios tanto de lo uno como de lo otro, pero dudo que esas cosas cuentenmucho en lamarchageneraldeluniverso.

—¿Cuándodejódeacogerachicos?—Hacemucho—contestó.Sinañadirnadamásalrespecto,extendióunamanoytamborileócon

unodesuslargosdedosenelbrazodemimecedora—.Yahora,señorParker,dígame,¿sehametidoBillyenalgúnlío?

Lecontéloquemeparecióquepodíacontarle:quesumujerysuhijohabíanmuertoasesinados;

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que las sospechas recaían en él pero que yo no creía que fuera el responsable; que ciertosdelincuentespensabanque leshabía robadounacantidaddedineroyque leharíandañocon talderecuperarlo. El anciano escuchó en silencio. El joven hostil nos observaba apoyado en el marcoabiertodelapuerta.

—¿SabedóndepodríaestarBillyahora?—preguntó.—Teníalaesperanzadequeustedpudieradarmealgunapista.—Nolohevisto,siesesoloquemeestápreguntando—respondió—.Ysiacudeamí,novoya

entregárseloanadieamenosquetengalaseguridaddequerecibiráuntratojusto.Enellagounalanchamotorasurcabalasaguas.Lasavesseapartabandesucamino,peroestaban

demasiadolejosparaidentificarlas.—Puedequehayaalgomás—dijecalibrandoconcuidadomispalabras—.¿RecuerdaaCheryl

Lansing?—Síquelarecuerdo.—Estámuerta.Laasesinaronjuntoatresmiembrosdesufamilia.Nopuedodecirleconexactitud

cuánto tiempohace, pero desde luego fue hace sólo unos días.Y si eso tiene alguna relación conBillyPurdue,ustedpodríaestarenpeligro.

Elancianomoviólacabezaenunamablegestodenegación.Sepellizcóloslabiosconlosdedosynohablóduranteunrato.Finalmentedijo:

—SeñorParker,leagradezcoquesehayatomadolamolestiadevenirhastaaquí,pero,comohedicho,nohe tenidonoticiasdeBillyy, si las tengo, tendréquepensarmemuymuchoquéhaceralrespecto.Encuantoalpeligro,sémanejarunarmaytengoaestemuchachoamilado.

—¿Eshijosuyo?—Caspar.Cas,paraquienesloconocen.Sabemoscuidarnosmutuamenteynoletenemosmiedoa

nadie,señorParker.Nosemeocurríanadamásquedecir.LediaMeadePayneelnúmerodemiteléfonomóvilyse

loguardóenunbolsillodelmono.Meestrechólamanoy,conandarlentoyenvarado,seencaminóalapuertatarareandoenvozbaja.Eraunaviejacanción,pensé.Mesonódealgoperonosupedequé,algo sobre mujeres tiernas y un apuesto tahúr y recuerdos que atormentaban el alma. Sin darmecuenta,silbéunosacordesdelacanciónmientras,porelretrovisor,veíaaCasparayudaralancianoaentrarenlacasa.Ningunodelosdosvolviólavistacuandomealejé.

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12

DeregresoaDarkHollow,paréenelrestauranteyconsultélaguíatelefónica.EncontréladireccióndeRandJenningsyelcocinerome indicócómo llegarasucasa.RandyLornavivíanaunos treskilómetrosdelpuebloenunacasadedosplantaspintadadeamarilloynegro,conuncuidadojardínrodeadoporunacercanegra.Salíahumoporlachimenea.Detrásdelacasacorríaunríoprocedentedeloslagossituadosaloestedelpueblo.Aminorélamarchaalpasarpordelante,peronomedetuve.Nisiquierasabíabienquéhacíaallí:losviejosrecuerdosmeimpulsaban,supuse.Aúnsentíaalgoporella, losabía,peronoeraamor.Creo,aunqueen realidadno tenía razónalgunaparaalbergaresesentimiento,queeralástimaoalgoasí.AcontinuacióncambiédesentidoyenfiléhaciaGreenville,alsur.

EncontréelDepartamentodePolicíadeGreenvilleenelayuntamiento,enMindenStreet,dondeocupaba una oficina de paredes de color tostado sin elmenor encanto, con los postigos verdes ycoronasdeNavidadenlasventanasenunesfuerzopormejorarsuaspecto.CercaestabalaoficinadeBomberos,yenelaparcamientohabíauncochepatrullayuncamiónverdedelaguardiaforestaldelDepartamentodeProteccióndelaNaturaleza.

Dentrodiminombreaunpardealegressecretariasytoméasientoenunbancofrentealapuerta.Al cabode veinteminutos, un hombre fornidode pelo negro, ojos castaños de expresión alerta ybigote salió deundespacho al fondodel pasillo, vestido conuniforme azul bienplanchado, ymetendiólamano.

—Perdonequelehayahechoesperar—dijo—.EstamosobligadosporcontratoaprestarserviciopolicialenBeaverCove,yhepasadoallílamayorpartedeldía.MellamoDaveMartel.Soyeljefedepolicía.

AinstanciasdeMartel,abandonamoseledificiodelapolicía,pasamospordelantedelaiglesiadelaUniónEvangélicayfuimoshastaelHardDriveCafédeSandersStore.Habíaunpardecochesenel aparcamiento al otro ladode la calle, y tras ellos se cernía el cascoblancodel barcodevaporKatahdin.Unabrumasuspendidasobreellagocreabaunmuroblancoalfinaldelacalle,yalgúnqueotro coche irrumpía de vez en cuando a través de él. Ya en la cafetería, pedimos café francésaromatizadoconvainillay tomamosasiento juntoaunode losordenadoresque lagenteutilizabaparabajarseelcorreoelectrónico.

—Conocía suabuelo—explicóMartelmientrasesperábamosel café.Avecesunoseolvidabafácilmentede lo estrechosqueeran todavía los lazos en ciertaspartesdel estado—.Conocí aBobWarrenenPortlandcuandoerajoven.Eraunbuenhombre.

—¿Llevaaquímuchotiempo?—Diezaños.—¿Legusta?

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—Desdeluego.Ésteesunsitiopococorriente.Aestapartedelpaísllegamuchagentealaquenolegustamucho la ley,personasquehanvenidoaquíporque lesmolestaestarsujetasanormas.Lograciosoesqueaquímetienenamí, tienena losguardabosques, tienenalsheriffdelcondadoy lapolicíadecarreteras,todosvigilándolos.Engeneralnosllevamosbien,peroporestospagostambiénhaydelincuencia,asíquenopuededecirsequeestéocioso.

—¿Delitosgraves?Martelsonrió.—Undelitograveescazarunalceentemporadadeveda,silepreguntaalosguardabosques.Hice unamueca. Con los urogallos, los faisanes, los conejos y quizás incluso las ardillas, lo

entendía—almenoslasardillassemovíanlobastantedeprisaparaconstituirundesafío—,peronoconlosalces.Lapoblacióndealcesenelestadohabíaaumentadodealrededordetresmilenlosañostreintaalostreintamildeahora,yenlaactualidadlacazadelalceestabaautorizadasóloduranteunasemanaenoctubre.ReportabaconsiderablesbeneficiosalugarescomoGreenvilleenunaépocadelañoenqueelturismoescaseaba,perotambiénimplicabalallegadadenopocosgilipollas.Eseaño,aproximadamente cien mil personas habían solicitado uno de los quizá dos mil permisos que seconcedían,todasellasconlaintencióndecolgarunacabezadealcesobresuchimenea.

Matarunalcenoesdifícil.Dehecho,sihayunblancomásfácilqueunalceesunalcemuerto.Susentido de la vista esmuy limitado, aunque tienen el olfato y el oídomás desarrollados, y no semueven a menos que se vean obligados a ello. Lamayoría de los cazadores consigue su alce elprimer o el segundo día, y alardea de ello ante los demás gilipollas. Después, cuando todos loscazadoressehanidoconsusmotonievesysusgorrasdecolornaranja,unopuedesalirycontemplaralosalcesquehansobrevivido,sumagnificenciacuandobajanalamerlasaldelasrocasjuntoalacarretera,colocadaallíparafundirlanieveyutilizadaporelloscomosuplementodietético.

—Pero—prosiguióMartel—simeestápreguntandoporlasituaciónactual,hayunhombrequetrabaja para una compañíamaderera, un topógrafo autónomo llamadoGaryChute, que aún no hadadoseñalesdevida.

Recordé el noticiario de la PBS, aunque no había percibido ninguna sensación de urgencia altratarelhecho.

—Looíporlaradio—comenté—.¿Esgrave?—Esdifícil saberlo.Pareceque sumujer no lovedesdehaceun tiempo, pero esono es raro.

Estaba trabajando en un par de proyectos y tenía planeado pasar una temporada fuera de casa.Además,serumoreaquetieneunlíoenTroy,Vermont.Añádaleaesosuaficiónalabotella,ytendráauntipoquequizánoseaelmásfiabledelmundo.Sinoapareceenlaspróximasveinticuatrohoras,quizás haya que organizar una búsqueda. Seguramente le corresponderá a los guardabosques y alsheriff de Piscataquis, pero podría ser que tuviésemos que echar unamano todos. Y hablando deasuntosgraves,segúntengoentendido,ustedbuscainformaciónsobreEmilyWatts.

Asentí.ImaginéqueseríamásfácilhablarprimeroconMartelyluegoabordaraRandJenningsqueintentaraveriguarloquenecesitabasaberúnicamenteatravésdeJennings.PensabaquequizásaMartelesedetallelepasaríainadvertido,peroerademasiadointeligenteparaeso.

—¿PuedopreguntarleporquénohaidoahablardeestoconRandJenningsdeDarkHollow?—preguntó.Teníaunasonrisaenelrostro,perolaexpresióndesumiradacontinuabaalerta.

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—Randyyotuvimosciertoroceenelpasado—contesté—.¿Ustedsellevabienconél?AlgoenlaformaenqueMartelmehabíahecholapreguntameindujoapensarqueyonoerael

únicoquehabíatenidounroceconél.—Lo procuro —respondió Martel diplomáticamente—. No es el hombre más simpático del

mundo,peroasumaneraesconcienzudoeneltrabajo.Susargento,Ressler,yaesotracosa.Resslerestátanllenodemierdaquetienehastamarrónelblancodelosojos.Últimamentelohevistopoco,ymejorasí.ConlodelamuertedeEmilyWattsydemáshanestadomuyocupados.

Fuera,uncochepasólentamenteporlacalleendirecciónnorte,peroalparecernadiepaseabaporlas inmediaciones.Más allá, veía los contornos de las islas pobladas de pinos del lago, pero eranpocomásquemanchasoscurasenlabruma.

Llegóelcafé,yMartelmehablódeloocurridolanochequemurióEmilyWatts,lamismanochequeBillyPurduese llevódosmillonesdedólarespor losquehabíamuertomuchagente.Fueunamuerte extraña, en medio del bosque. Habría muerto de todos modos a causa del frío si no lahubieranlocalizado,perosuicidarseenelbosquealossesentaaños…

—Fueundesastre—dijoMartel—.Peroestascosaspasanynohaymaneradepreverlas.Quizásiel guardia de seguridad no hubiese ido armado, y si la enfermera de la planta de las ancianas nohubiesevistotantolatelevisión,ysilaspuertashubiesenestadocerradasdemaneramássegura,ysiotradocenadefactoresnohubiesencoincididosimultáneamenteesanoche,quizálascosashabríanresultadodistintas.¿Leimportaríadecirmeporquéleinteresatodoesto?

—PorBillyPurdue.—BillyPurdue.Ésesíqueesunnombreparainfundirlecaloraunoenelalmaenunanochede

invierno.—¿Leconoce?—Claroque loconozco.Huboque llamarloalordennohacemucho.Diezdías,quizás.Estaba

pataleandoygritandofrentea la residenciaSantaMartaconunapetacadewhisky.Dijoquequeríahablar con su madre, pero nadie lo habría distinguido del mismísimo Caín. Lo prendieron, loencerraronenunadelasceldasdeJenningshastaquesetranquilizóylomandaronacasa.Ledijeronque, si volvía, lo acusarían de entrar sin permiso en una propiedad privada y de alterar el orden.Inclusosalióenlaprensalocal.Porloqueheoído,nosehareformadoenlosúltimosdías.

Por lo visto, Billy Purdue había actuado basándose en la información proporcionada porWilleford.

—¿Sabequesumujerysuhijomurieronasesinados?—pregunté.—Sí,losé.Peroamínomepareceunasesino.—Memirópensativo—.Ymedalaimpresiónde

queaustedtampoco.—Nolosé.¿Creequequizábuscabaalamujerquesesuicidó?—¿Quélehacepensareso?—Nomeentusiasmanlascoincidencias.SonlamaneraquetieneDiosdedecirnosquenoestamos

viendolascosasconladebidaperspectiva.—Además,yosabíaqueWilleford,parabienoparamal,lehabíadadoelnombredeEmilyWattsaBilly.

—Puessiustedvelascosasdesdeladebidaperspectiva,explíquemelas,porqueleaseguroqueyono tengo ni lamás remota idea de por qué aquella vieja hizo lo que hizo.Quizá las pesadillas la

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llevaronhastaesepunto.—¿Laspesadillas?—Sí, contó a las enfermeras que vio a un hombre acechando su ventana y que alguien intentó

entrarporlafuerzaensuhabitación.—¿Habíaalgúnindiciodeunintentodeallanamiento?—Nada.Joder,esamujerestabaenlacuartaplanta.Paraentrarhabríaquetreparporlacañería.

Esposiblequehubiesealguienenel jardínunosdíasantes,peroesopasadevezencuando.Podíatratarsedeunborrachoqueentróamear,ounosniñostonteando.Enresumidascuentas,creoquelavieja empezaba a perder el juicio, porque no le veo otra explicación, ni a eso ni al nombre quepronuncióantesdemorir.

Miinclinéhaciaél.—¿Quénombrepronunció?—Nombróalhombredelsaco—dijoMartelconunasonrisa—.Nombróaltipodelquesevalen

lasmadresparametermiedoalosniñosalacostarlos,elenanosaltarín.—¿Ycuálesesenombre?—repetí,yalgocercanoalmiedoasomóamivoz.LasonrisadeMarteldiopasoaunaexpresióndeperplejidadcuandodijo:—Caleb.NombróaCalebKyle.

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SegundaParte

Porquesidealgotengomiedo,meacaece,ymesucedeloquetemo.

Job

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13

Losañoscaencomolashojasarrastradasporlabrisa,revueltosyveteados,pasandodelverdedelosrecuerdosrecientesalosdoradostonosotoñalesdelpasadolejano.Meveoamímismodeniño,dejoven,deamante,marido,padre,deudo.Veoalosviejosalrededorconsuspantalonesdeviejoysuscamisas de viejo; viejos que bailan moviendo los pies con delicadeza, marcando unos pasosdesconocidosparaquienessonmásjóvenesqueellos;viejosquecuentanhistorias,yvanmoviendoanteelfuegolasmanosllenasdepecasporlaedadyconlapieligualquepapelarrugado,consusvocesdébilescomoelsusurrodelafarfollavacía.

Un anciano atraviesa la exuberante hierba de agosto con leña en los brazos y va retirandofragmentos de corteza suelta con lamano enguantada; un anciano, alto y erguido, con un halo decabelloblancocomounantiguoángel,acompañadodeunperroquecaminadespacioasulado,másviejoasumaneraqueelpropiohombre,elhocicogrissalpicadodeespuma,lalenguacolgando,lacola moviéndose suavemente en el cálido aire de la tarde. En los árboles aparecen las primerasmanchas rojas, y el clamor de los insectos ha empezado a remitir. Los fresnos, los últimos endesplegar las hojas en primavera, son ahora los primeros en dejarlas caer a tierra. La pinaza sedescomponeenelsuelodelbosqueylasabundantesmorasestánensupuntocuandoelancianopasapordelante,enarmoníaconlosritmosdelmundoquelorodean.

Yconlachaquetaabierta,dejandoasupasolahuellanítidadesusfirmespisadas,sededicaalosiguiente:cortarleña,saborearelpesodelhachaenlasmanos,laperfeccióndelbalanceo,elnuevochasquidocuando lahojaparteel troncodelarceazucarero,elvaivénde lacabezadelhachaparaseparar las dos mitades, la cuidadosa colocación del siguiente tronco, el mango del hacha, lasensacióndelmovimientodesusmúsculosdeancianobajosucamisadeanciano.Luegoamontonaunleñosobreotro,losvacolocandojuntos,loscambiadesitio,lesdalavuelta,formaunapilaparaquepermanezcaestable,paraqueningunocaiga,paraquenosepierdaniunsololeño.Finalmenteextiende la lona y pone un ladrillo en cada ángulo para sujetarla, siempre los mismos ladrillos,porque es, y siempre ha sido, un hombremetódico. Y cuando en invierno llegue el momento deprenderelfuego,volveráalapilay,alagacharse,lahebilladelcinturóndesupantalóndeancianosele hundirá en el vientre blando, y recordará que en otro tiempo fue firme, cuando era joven y elcinturónsosteníaunarma,unaporrayunasesposas,ysuplacalucíacomounsolplateado.

También yo envejeceré y, si llego a la edad que él alcanzó, seré ese hombre. Hallaré ciertafelicidad en la repetición de losmovimientos que él hacía, en lo oportuno de la acciónmientrassiento que el círculo se cierra, mientras me convierto en él, el que engendró a aquella que meengendróamí.Yhaciendo loqueélhizoenotro tiempo, frentea lamismacasa,con losmismosárbolesagitándoseconelviento,lamismahachaenlamanohendiendolamadera,rememoraréamiabueloconunactomáspoderosoqueunmillardeoraciones.Ymiabueloviviráenmí,yelfantasma

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deunperroventearáelaireconlalenguayladrarádealegría.Sonsusmanoslasqueahoraveomoverseanteelfuego,suvozlaquemecuentalahistoriade

CalebKyleyelárboldeextrañofrutoenellindedelbosqueinhóspito.Nuncaantesmehacontadoestahistoriayjamásmecontarácómoacaba,porquenotienefinal,noparaél.Seréyoquienterminelahistoriaporélyquiencompleteelarco.

JudyGiffenfuelaprimeraendesaparecer,sucedióenBangor,en1965.Eraunachicaesbeltadediecinueve años, con una melena oscura y los labios rojos y tiernos con los que probaba a loshombres,lossaboreabacomomoras.Trabajabaenunasombrereríayseladiopordesaparecidaunacálidanochedeabrilenlaqueserespirabalapromesadelverano.Buscaronybuscaron,peronolaencontraron. Su rostro miraba desde diez mil periódicos, congelado a esa edad de manera tanimplacablecomosihubieraquedadoatrapadoenámbar.

Ruth Dickinson de Corinna, otra muchacha bella y delgada de cabello rubio y largo hasta lacintura,fuelasiguienteenirse,afinalesdemayo,cuandolefaltabapocoparacumplirveintiúnaños.A ambos nombres se sumarían luego los de LouiseMoore, de East Corinth; Laurel Trulock, deSkowhegan,ySarahRaines,dePortland,desaparecidastodasenelplazodeunosdíasenseptiembre.SarahRaineseramaestray,a losveintidósaños, lamayorde lasmujeresdesaparecidas.Supadre,SamuelRaines, había ido al colegio conBobWarren,mi abuelo, y Sarah era ahijada deBob. LaúltimaendesaparecereraunaestudiantededieciochoañosllamadaJudithMundy,delaquenovolvióasabersenadadespuésdeunafiestaenMonsonenlaprimerasemanadeoctubre.Adiferenciadelasotras,eraunachicaregordeta,delmontón,peroparaentonceslagentepensabayaqueocurríaalgomuyextrañoyno seconcedió importancia al cambiodepauta.Seorganizóunapartidade rescatepara Judith Mundy en el norte y participaron muchos voluntarios, algunos, como mi abuelo, delugaressituadostanalsurcomoPortland.Sedirigióhaciaalláencocheunsábadoporlamañana,pero a esas alturas ya se habían desvanecido casi todas las esperanzas. Mi abuelo se unió a unpequeño grupo que salió del lago Sebec, a unos kilómetros al este de Monson. Al principio loformabantreshombres,luegodosyfinalmentequedósólomiabuelo.

Aquella noche se alojó en Sebec y cenó en un bar de las afueras del pueblo. Como habíaintervenidotantagenteenlabúsquedadeJudithMundy,ademásdelosperiodistasypolicías,ellocalestabamuyconcurrido.Mientrasse tomabaunacervezasentadoa labarra,miabuelooyóunavozquedecíaasulado:

—¿Sabeaquévienetodoestealboroto?Alvolverse,miabuelovioaunhombrealtoymorenoconlabocaqueparecíauntajohechocon

uncuchilloylamiradadurayhostil.Teníaundejosureño,pensó.Vestíaunpantalóndepanatostadoyunsuéteroscurollenodeagujeros,atravésdeloscualesseveíantrozosdeunamugrientacamisaamarilla.Llevabaunagabardinaque lecolgabahasta laspantorrillas,y laspunterasde laspesadasbotasnegrasasomabanbajolaspernerasdemasiadolargasdelpantalón.

—Estánbuscandoa lachicaquehadesaparecido—contestómiabuelo.Aquelhombre loponíanervioso.Habíaalgoensuvoz,recordaba,algoagridulce,comosiropemezcladoconarsénico.Olíaatierraysaviayalgomás,algoquenoconsiguióidentificar.

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—¿Creequelaencontrarán?—Unaluzparpadeóenlosojosdeaquelhombre,ymiabuelopensóqueacasofueseelasomodeunasonrisa.

—Esposible.—Alasotrasnolashanencontrado.Observabaamiabueloconexpresiónsolemneperoconaquelextrañobrillotodavíaenlosojos.—No,enefecto.—¿Esustedpolicía?Miabueloasintió.Noteníasentidonegarlo.Ciertagenteenseguidaloadivinaba.—Peroustednoesdeporaquí,¿verdad?—No.SoydePortland.—¿Portland?—repitióelhombre.Parecíaimpresionado—.¿Ypordóndehaestadobuscando?—PorellagoSebec,laorillasur.—Muy bonito el lago Sebec. Yo prefiero el arroyo de LittleWilson, cerca de la carretera de

Elliotsville.Esprecioso,valelapenaverlosiunotieneunrato.Haymuchavegetaciónenlasorillas.—Pidióunwhiskyconungesto,echóunasmonedassobrelabarrayapuróelvasodeuntrago—.¿Volveráporallímañana?

—Supongo.Elhombreasintióysesecólabocaconeldorsodelamanoderecha.Miabueloviocicatricesenlapalmaymugrebajolasuñas.—Enfin,quizátengamássuertequelosotros,siendousteddePortlandytal.Aveceshacenfalta

unosojosnuevosparaveruntrucoviejo.Ydichoestosemarchó.

Aquel domingo, el día quemi abuelo encontró el árbol de extraños frutos, amaneció fresco yclaro,conpájarosen las ramasy flores juntoa las resplandecientesaguasdel lagoSebec.Dejóelcoche a un paso del lago, en Packard's Camps, enseñó su placa y se unió a una pequeña partida,compuesta por dos hermanos y un primo, que se encaminaba hacia la orilla norte. Los cuatrohombresbuscaron juntosdurante treshoras, sinhablar apenas,hastaque la familia regresóacasapara el almuerzo dominical. Preguntaron a mi abuelo si quería acompañarlos, pero él llevabaenvuelto en una servilleta pan y pollo frito, además de un termo con café en lamochila, así quedeclinóelofrecimiento.RegresóaPackard'sCampsycomiósentadoenunapiedrajuntoalaorilla,conelchapoteodelaguaasuespalda,yobservócorretearalosconejosentrelahierba.

Alverquelosotroshombresnoregresaban,semetióensucocheysepusoenmarcha.Siguiópor la carretera del norte hasta llegar a un puente de acero sobre el LittleWilson. Para cruzar elpuentesepasabaporunaseriederejillasatravésdelasqueseveíanlasaguasimpetuosasymarronesdel torrente, y al otro lado la carretera ascendía hasta una bifurcación: hacia Ontwa y el monteBorestone por la carretera deElliotsville al oeste y haciaLeighton al este.En ambasmárgenes elbosque era espeso. Un zorzal ermitaño salió disparado de un abedul y sobrevoló en círculo lasuperficiedelagua.Seoyóelreclamodeunacurruca.

Mi abuelono cruzó el puente, sinoque aparcó en el arcénde la carretera y siguióun abrupto

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sendero de piedras y tierra hasta la orilla. La corriente bajaba rápida y, a veces, para sortear losafloramientosderocaylasramascaídas,teníaquevadearelcauce.Enlasladerasyanohabíacasas.Laorillaeracadavezmásagreste,yconmayorfrecuenciaseveíaobligadoaentrarenelaguaparacontinuararroyoarriba.

Llevabacasitreintaminutoscaminandocuandooyólasmoscas.Frenteaélsealzabadesdelaorillaunaenormelosaderocaconelextremoafilado.Utilizando

lossalientesyhendidurascomopuntosdeapoyoparapiesymanos,trepóporellahastallegaraloalto.Asuderechaestabaelarroyo;asuizquierdaviounhuecoentrelosárbolesatravésdelcuallellegabamásintensoelzumbido.Semetióporelhueco,sobreelquelosárbolessecerrabanenarcocomolaentradadeunacatedral,ysiguióhastaunpequeñoclaro.Loquevio loobligóapararensecoyalinstantevomitótodoloquellevabaenelestómago.

Laschicascolgabandeun roble,unárbolviejode troncogruesoynudosoy ramasampliasypesadascomodedosextendidos.Girabanlentamente,siluetasnegrascontraelsol,lospiesdescalzosapuntando al suelo, lasmanos sueltas junto a los costados, las cabezas ladeadas. Las envolvía unenjambredemoscas,excitadasporelhedordelacarnedescompuesta.Alacercarseaellas,distinguióel color del pelo, las pequeñas ramas y las hojas prendidas de los mechones, los dientes yaamarillentos,laserupcionesenlapiel,losvientresmutilados.Algunasestabandesnudas;otrasteníanjironesderopaaúnadheridos.Dabanvueltasenelaire,comolosfantasmasdecincobailarinasalosqueyano afectaba la fuerzade lagravedad.Pendíandel cuello, sujetas a las ramasporgruesasytoscassogas.

Sólo había cinco. Cuando bajaron e identificaron los cuerpos, el de Judith Mundy no seencontraba entre ellos. Y como no apareció, como jamás se encontró elmenor rastro de ella, sedecidióqueprobablementeelresponsabledelasmuertesdelasotrascincochicasnoteníanadaqueverconladesaparicióndeJudithMundy.Transcurrieronmásdetreintaañoshastaquesedemostróquetalrazonamientoeraequivocado.

Miabueloinformóalapolicíadesuconversaciónenelbarconaquelhombre.Tomaronnotadelosdetallesysedescubrióque,pocomásomenosporlasfechasdeladesaparicióndeJudithMundy,sehabíavistoenMonsonaunhombrequecoincidíaaproximadamenteconesadescripción.Habíanrecibido noticias similares desde Skowhegan, aunque existían discrepancias entre la gente conrespecto a la estatura, el color deojosy el corte depelo.Este individuo anónimo fue sospechosoduranteuntiempohastaquesurgióunanuevapista.

EnuncobertizodeCorinna,propiedaddelafamiliadeQuintinFletcher,seencontrólaropadeRuthDickinson,manchadadesangreymugre.Fletcherteníaveintiochoañosyerauntantoretrasado:para ganar un poco de dinero, vendía artesanía que creaba utilizando madera que recogía en elbosque,yviajabaporelestadoen losautocaresde laGreyhoundconsumaleta llenademuñecas,camionesycandelabrosdemadera.RuthDickinsonsehabíaquejado,primeroalafamiliadeFletcheryposteriormentealapolicía,dequeéstelahabíaseguidoalgunaqueotravez,lanzándolemiradasobscenas y haciéndole proposiciones deshonestas. Cuando intentó tocarle los pechos durante unaferiadelcondado,lapolicíacomunicóalafamiliaquetendríanquellevárselosiseacercabaotravezaRuthDickinson.ElnombredeFletcheraparecióeneltranscursodelainvestigacióndelasmuertesde las chicas. Lo interrogaron, registraron la casa y hallaron la ropa. Fletcher se echó a llorar y

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declaró que no sabía de dónde había salido, que él no le había hecho daño a nadie. Solicitada laprisiónpreventivahastalacelebracióndeljuicio,fuerecluidoenunmóduloprotegidodelaprisiónestataldeMaine,pormiedoaquealguienintentaseliquidarlosiloencerrabanenunacárcellocal.Talvezhoyseguiríaaúnallí,haciendojuguetesyobjetosnáuticospararegalo—queiríanapararalatiendadelaInterestatal1enYorkdondesevendeartesaníadelosreclusos—,siunordenanzadelaprisión,pariente lejanode JudyGiffen,nohubiera atacadoaFletcher cuandoéste se sometía aunchequeoenelhospitalpenitenciarioylohubieseapuñaladotresvecesenelcuelloyelpechoconunbisturí.Fletchermurióalasveinticuatrohoras,dosdíasantesdelafechafijadaparaeljuicio.

Yahíquedótodo,almenosparalamayoríadelagente:losasesinatosterminaronconlacapturayposteriormuertedeFletcher.Peromiabuelonopodíaolvidaralhombredelbar,nielbrilloensumiradani laalusióna lacarreteradeElliotsville.Durante losmesessiguientescontrarrestóconsucalladapersistenciaysusensibilidadlasreaccioneshostilesyeldeseogeneralizadode llorara lasvíctimas y olvidar. Lo que obtuvo fue un nombre, que la gente había oído pero no recordabaexactamenteconrelaciónaqué,ytestigosdequeelhombredelbarhabíaestadoentodoslospueblosdondehabíadesaparecidounachica.Organizóalgoasícomounacampañaysededicóahablarcontodoslosperiódicosyprogramasderadiodispuestosaescucharlo,planteandosuhipótesisdequeelhombrequehabíaasesinadoalascincochicasylashabíautilizadoparadecoraraquelárbolseguíaenlibertad.Inclusollegóaconvenceraalgunaspersonasduranteuntiempo,hastaquelafamiliadeQuintinFletcher intervinoparaapoyarloy lagente, inclusosuviejoamigoSamRaines,empezóaoponerse.

Alfinal,lahostilidadylaindiferenciapudieronmásqueél.Sometidoapresiones,miabuelodejóel cuerpodepolicía y, paramantener a su familia, se dedicóprimero a la construccióny luego atrabajarlamadera,tallandolámparas,sillasymesasyvendiéndolasatravésdelservicioHOMEparalaindustriadelmueblerústico,gestionadoporlasmonjasfranciscanasdeOrland.Labrócadapiezaconelmismoesmeroylamismasensibilidadconquehabíainterrogadoalasfamiliasdelaschicasmuertas.Apartirdeaquelmomentosólohablódelasuntounavez,aquellanochefrentealfuegoconelolordelaleñaimpregnadoaélyelperrodormidoasuspies.Loquedescubrióaquelcálidodíalehabía arruinado lavida.Laposibilidaddeque el hombrequehabía asesinado a las chicashubieseescapadoalajusticialoatormentabaensueños.

Despuésdecontarmeesahistoria,supequesiemprequemeloencontrabasentadoenelporcheconlapipafríaentreloslabiosylamiradafijaenalgúnpuntomásalládelapuestadesolpensabaenloquehabíaocurridodécadasatrás.Cuandoapartabalacomidacasi intacta,despuésdeleerenlosdiarioslanoticiadealgunajovenquesehabíamarchadodecasayaúnnoselahabíaencontrado,élrevivíasuexperienciaenlacarreteradeElliotsville,conlospiesmojadosdentrodelasbotasylosfantasmasdelasmuertassusurrándolealoído.

Yelnombrequeaveriguóhacíatantosañossehabíaconvertidoporentoncesenunaespeciedetalismánenlospueblosdelnorte,aunquenadieseexplicabacómohabíaocurrido.Loutilizabanparaasustaralosniñosmalosquenoobedecían,quenoseibanalacamasinrechistaroqueseadentrabanenelbosqueconsusamigossindeciranadieadónde iban.Eraunnombrepronunciadodenoche,antesdequelaluzseapagaraenelcuartodelniñoyunamanofamiliarlealborotaraelpelo,conelsuaveperfumematernalflotandoaúnenelairetrasunúltimobesodebuenasnoches:«Ahorapórtate

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bienyduérmete.Yniunasolaexcursiónmásalbosque,oCalebteatrapará».Veoamiabueloatizarel fuego,dejarque los leñosseacomodenantesdeañadirotro,con las

chispaselevándoseporlachimeneacomoduendecillosylanievefundidachisporroteandoentrelasllamas.

—Caleb Kyle, Caleb Kyle—entona, repitiendo la letra de la rima infantil mientras la lumbreproyectasombrasensucara—.Silollegasaver,échateacorrer.

Ylanievesusurra,ylaleñacrepita,yelperrogimoteasuavementeensueños.

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SantaMartasealzabaenmediodesuspropiosjardines,rodeadosporunatapiadepiedradecincometros de altura y protegidos por unaverja de hierro forjado en la que la pintura negra formabaampollasysedescascarillabaparaacabarcayendotardeotempranosobrelatierraylanieveconunlentorevoloteo.Elestanqueornamentalestaballenodehojasybasura,elcéspedseveíademasiadocrecidoylosárbolesllevabantantotiemposinpodarquelasramasdealgunosseentrelazabanconlas de sus vecinos creando un entoldado bajo el cual la hierba probablemente había muerto. Eledificioensípresentabaunlóbregoaspectoinstitucional:cuatroplantasdepiedragrisconuntejadoadosaguasy,bajoéste,unacruzlabradaquedelatabasuorigenreligioso.

Llegué en coche hasta la entrada principal y aparqué en una plaza reservada al personal. Acontinuaciónsubíporlospeldañosdegranitoyentréenlaresidencia.Aunladoestabaelhabitáculodelguardadeseguridad,dondelaancianahabíadejadosinconocimientoaJuddantesdeemprenderlahuidahacialamuerte.Enfrenteestabalarecepción,dondeunaempleadaenbatablancaordenabaunos papeles.Detrás de ella, una puerta daba a un despacho con las paredes cubiertas de libros yexpedientes.Eraunamujerderostrocorriente,mejillasblancuzcas,conunasombradeojososcuraque le daba el aspecto de un esqueleto de carnaval.No llevabaplaca de identidad en la solapa; decerca,viqueteníalabatamanchadaenelpechoyquedelraídocuellocolgabanhilosblancoscomotelarañas. Willeford estaba en lo cierto: el lugar olía a verdura demasiado hervida y a desechoshumanos,maldisimuladosporelantiséptico.Vistoelpanorama,quizásEmilyWattshabíaactuadointeligentementealescaparsealbosque.

—¿Puedoayudarle?—preguntó lamujer.Mantuvounaexpresiónneutraen lacara,perohablóconelmismotonodevozqueelacompañantedeMeadePayne.Ensuslabioslapalabra«ayudarle»parecíamalsonante.

LediminombreyledijequeeljefedepolicíaMartelhabíatelefoneadoparaconcertarmeunaentrevistaconalguienquepudierahablarmedelamuertedeEmilyWatts.

—Losiento,peroeldoctorRyley,eldirector,estáenunareuniónenAugustaynovolveráhastamañana.—Adoptóunaactitudenaparienciaamable,perosusemblanterevelabaquetodoaquelquepreguntaseporEmilyWattseraallí tanbien recibidocomoel lídernegroLouisFarrakhanenunacenadelKuKluxKlan—.Se lodije al jefedepolicía,peroustedyahabía salido.—Susemblantepasóaestarenarmoníaconeltonodesuvoz,aloquesesumóunasonrisamaliciosaporelviajequemehabíaobligadoahacerinnecesariamente.

—Déjemeadivinar—dije—.Nopuedepermitirmequehableconnadiesinelconsentimientodeldirector,eldirectornoestáaquíynotieneustedmediodeponerseencontactoconél.

—Exacto.—Hasidounplacerahorrarlelamolestiadetenerqueexplicarlo.

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Seencrespóyapretóelbolígrafoconfuerza,comosisedispusieraametérmeloporelojo.Untipo regordete con un uniforme barato que le sentaba mal salió del habitáculo. Se caló la gorramientrasseacercabaamí,peroaunasímediotiempodeverlascicatricesqueteníaaunladodelacabeza.

—¿Todoenorden,Glad?—preguntóalamujerderecepción.Pesealsignificadodesunombre:feliz,noteníanadadealegre,algunaspersonassoncomoungrandedoalzadohaciaeluniversoengestoacusador.

—Ahorasíqueestoyasustado—dije—.Unenormeguardiadeseguridadynohaycercaningunaancianaparaprotegerme.

Sepusodemilcoloresyencogióunpocoelvientre.—Creoquelomejorseráquesemarche.Comohadicholaseñora,aquínohaynadiequepueda

ayudarle.Asentíyseñalésucinturón.—Veoque tiene una pistola nueva.Quizá debería ponerle un candadoy una cadena, no vaya a

pasarunniñoeintenterobársela.Los dejé allí y regresé al jardín.Me sentía un poco rastrero por emprenderla con Judd, pero

estabacansadoeirascible,ylamencióndelnombredeCalebKyledespuésdetantosañosmehabíaalterado.Depieenmediodelcésped,alcélavistaycontemplélafachadadelaresidencia,suciaysinelmenorencanto.SegúnMartel, lahabitacióndeEmilyWattsestabaenelángulooeste,enelpisosuperior.Lascortinasestabancorridasyhabíaexcrementosdepájaroenelalféizardelaventana.Enlahabitacióncontigua,unasiluetaseacercóalcristal,unaancianaconelpelorecogidoenunmoño,ymeobservó.Ledirigíunasonrisaperonomeladevolvió.Cuandomealejéconelcoche,laviporelretrovisor,todavíadepieenlaventana,observándome.

Como aún no había hablado con Rand Jennings, tenía previsto quedarme un díamás enDarkHollow.Verasumujerhabíadespertadoenmísentimientosquellevabanmuchotiempoenterrados:ira,pesar, lasascuasdeunviejodeseo.Recordé lahumillacióndeestar tendidoenel suelode loslavabosmientrasmellovíanlosgolpesdeJenningsysugordoamigomanteníalapuertacerradaconunasonrisasocarrona.Paramisorpresa,unapartedemíaúndeseabaenfrentarseconéldespuésdetantosaños.

Enelcaminoderegresoalmotel,intentételefonearaÁngelconelmóvil,peroporlovistonohabíacobertura.LollamédesdeunagasolinerayoísonarcincoveceselteléfonoreciéninstaladoenlacasadeScarboroughhastaqueporfindescolgó.

—¿Sí?—SoyBird.¿Algunanovedad?—Muchasyningunabuena.Mientras túhacíasdePerryMasonenelnorte, aquívieronaBilly

Purdueenunpequeño supermercado.Escapóantesdeque llegara lapolicía,pero sigueenalgunapartedelaciudad.

—Ahoraquelohanlocalizado,nopermaneceráahímuchotiempo.¿YquésesabedeTonyCelli?—Nada,perolapolicíaencontróelCoupedeVilleenunviejoestablocercadeWestbrook.Louis

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sintonizólafrecuenciadelapolicía.Segúnparece,elfenómenodeferiahaoptadoporunmediodetransportemenosllamativo.

Medisponíaacontarlelopocoquehabíaaveriguadocuandomeinterrumpió.—Otracosa:tienesvisita.Hallegadoestamañana.—¿Quién?—LeeCole.Dado el deterioro de mi amistad con su marido, aquello me sorprendió. Quizás albergara la

esperanzaderestablecerloslazosentreWalteryyo.—¿Hadichoquéquería?AdvertíuntitubeoenlavozdeÁngelyalinstantesemerevolvióelestómago.—Másomenos.Bird,suhijaEllenhadesaparecido.

Regresédeinmediatomanteniendounavelocidaduniformede130kilómetrosporhoraencuantollegué a la I-95. Me encontraba prácticamente en las afueras de Portland cuando sonó el móvil.Contesté,medioesperandoquefueseotravezÁngel.Noeraél.

—¿Parker?Reconocílavozcasienelacto.—¿Billy?¿Dóndeestás?—Estoyenunaprieto,tío—dijoBillyPurdueconpánicoenlavoz—.Mimujerconfiabaentiy

ahorayotambiénvoyaconfiarenti.Nolosmaté,Parker.Yojamásharíaunacosaasí.Seríaincapazdematarla.Seríaincapazdemataramihijo.

—Losé,Billy,losé.—Mientrashablábamos,repetísunombreunayotravezenunesfuerzoportranquilizarlo y aumentar la vacilante confianza que empezaba a mostrarme. Intenté alejar de mimenteaEllenCole,almenosporelmomento.Meocuparíadeesoencuantomefueraposible.

—Mepersiguelapolicía.Creenquelosmatéyo.Yolosquería.Nuncaleshabríahechodaño.Noqueríaperderlos.—Estabaalbordedelahisteria,balbuceaba.

—Cálmate,Billy.Dimedóndeestáseiréabuscarte.Tellevaréaunlugarseguroyhablaremos.—Habíaunviejodelantede sucasa,Parker.Lovivigilarla lanochequemedetuvo lapolicía.

Queríacuidardeellos,peronofuicapaz.Noestabasegurodequehubieseoídosiquieraqueleofrecíaayuda,perolodejéhablarmientras

pasabadelargolasalidadeFalmouth,aunoscincokilómetrosdelaciudad.—¿Loreconociste,Billy?—No,nuncalohabíavisto,peroloreconoceríasivolvieseaverlo.—Bien,Billy.Ahoradimedóndeestáseiréabuscarte.—Estoy en una cabina de Commercial, pero me tengo que ir. Hay gente, coches. He estado

escondido en el complejo de la Portland Company de Fore Street, junto al del museo de lalocomotora.Hayunedificiovacíojustoenlaentradaprincipal.¿Loconoces?

—Sí.Vuelveaentrar.Estaréahíloantesposible.Telefoneé aÁngel y le dije que se reuniera conmigo, acompañado deLouis, en la esquina de

IndiayCommercial.LeeCole tendríaquealojarseenel Java Joe's.No laquería en la casapor si

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TonyCelli,oalgúnotro,decidíahacermeunavisita.

NohabíanadieenlasinmediacionescuandolleguéalaesquinadeIndiayCommercial.EntréenelaparcamientodelaantiguaestacióndeIndiaStreetyestacionéalasombradelviejoedificiodetresplantas.Cuandosalíadelcoche,empezaronacaerlasprimerasgotasdelluvia,unasgotascolmadasygruesasqueestallabanespectacularmenteenelcapóydejabanenelparabrisassalpiconesdeltamañode una moneda. Rodeé la estación pasando ante una mesa con bancos adosados y un edificio deoficinasdeunsolopisopintadoderojoylleguéalladodelpuerto,dondemedetuveacontemplarlasoscuras aguas.Retumbóun trueno y el destello de un relámpago iluminó un barco enCascoBay.Frente a mí, en un tramo restaurado de línea férrea utilizado para que los turistas pudieranexperimentar lo que era un viaje en un ferrocarril de vía estrecha, un vagón cisterna señalaba elcomienzodelalínea.Traselvagónhabíaalineadosvarioscontenedoresdecarga.Amiderechaseencontraba la terminal de transbordadores deCascoBay, y sobre ella se alzaba unamastodónticagrúaazuldedieciochotoneladasqueseapoyabaencuatrofinaspatascomouninsectomutilado.

Medisponíaavolveralcochecuandooíamisespaldasunruidoenlagravayunavozfamiliarquemedijo:

—Mal tiempopara los pájaros.Deberías estar acurrucado en tunido.—Acompañó a la voz elchasquidodelpercutordeunapistola.

Levantépocoapocolasmanosy,alvolverme,viaMifflin,elmatóndelabioleporinoalserviciodeTonyCelli,queesbozóunasdesustorcidassonrisas.SujetabafirmementelaculataredondeadadeunaRugerSpeedSixconsumanopequeñayregordeta.

—Tengounasensacióndedéjàvu—comenté—.Enadelanteaparcaréenotrositio.—Meparecequetusproblemasdeaparcamientoestánapuntoderesolverse.Parasiempre.¿Qué

tallacabeza?—Preguntósindejardesonreír.—Aúnmemolestaunpoco.Esperoqueatinotehayadolidomuchoelpie.—Llevounassuelasdiseñadasparaabsorberimpactos.Nonoténada.Estabacercademí,quizásapocomásdedosmetros.Nosabíadedóndehabíasalido;talvezme

esperabaenlaoscuridaddetrásdeOneIndiadesdeelprincipio,omehabíaseguidohastaellugardeencuentro,peronomeexplicabacómosehabíaenterado.Amisespaldas,lalluviagolpeabaelaguaconestridencia.

Mifflinseñalóconlabarbillaendirecciónalaparcamiento.—VeoquehasarregladoelMustang.—Aveceshayaccidentes.Poresopagounseguro.—Tendrías que haberte ahorrado el dinero, haberlo gastado enmujeres.Ya no vas a necesitar

cocheamenosqueenelinfiernoorganicencarrerassuicidas.Levantóelarmaytensóeldedoenelgatillo.—Mejuegoalgoaqueestonolocubretuseguro.—Yyomejuegoloquequierasaquesí—contestéalmismotiempoqueLouisaparecíadedetrás

del edifico rojo de oficinas y agarraba con firmeza el brazo con queMifflin empuñaba el armamientrasyomeapartabarápidamentealaizquierda.Conlamanoderecha,Louishundióelcañónde

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unaSIGenlablandapapadadelaspiranteaasesino.—Conmuchadelicadeza—dijoLouis—.Nomegustaríaqueesosedisparara,novayaaserque

alguienseasusteylepegueuntiroenlagordapapadaaunoqueyomesé.Mifflinretiróconcuidadoeldedodelaguarday,muydespacio,bajóelpercutor.Ángelapareció

juntoaLouisylequitólaRugerdelamanoalpistolero.—Hola,guapo—dijoapuntandoelarmaalacabezadeMifflin—.Unapistolamuygrandepara

untipotanpequeño.MifflinpermanecióensilenciocuandoLouisleretirólaSIGdealladodelabocayselaguardó

en el bolsillo de su abrigo oscuro sin soltarle el brazo. De pronto, Louis realizó un rápidomovimientoyseoyóunagudochasquidoalromperseelbrazoderechodeMifflinporelcodo;luegolegolpeólacabezadosvecescontralapareddeledificio.Elpistolerosedesplomóenelsuelo.ÁngeldesaparecióyregresóalcabodeunminutoalvolantedelMercury.AbrióelmaleterodesdedentroyLouislanzóaMifflinbocaabajoalinterior.Despuésseguimosalcoche,queÁngelcondujohastaelextremodelaparcamientodeIsland,cercadeunabrechaenlavallaquedabaalmuelle.Cuandonosdetuvimos,LouissacóelcuerpodeMifflindelmaletero,loarrastróhastaelbordedelmuelleylolanzóalmar.Cayóestrepitosamentealagua,peroelruidoenseguidaquedóahogadoporelsonidouniformedelalluvia.

CreoqueLouismehabría consideradounapersonadébil si le hubieradichoque lamentaba lamuertedeMifflin.Sinduda,elhechodequesedispusieraamatarmerevelabaqueTonyCellihabíadescartado ya mi limitada utilidad. Si lo hubiéramos dejado vivo, habría vuelto a intentarlo, yseguramenteconrefuerzos.Perolairrevocabilidaddelruidodelcuerpoalcaeralaguameprodujounasensacióndehastío.

—Habíadejadoelcocheaparcadoaunamanzana—dijoÁngel—.Hemosencontradoestoenelsuelo.

EnlamanoteníaunreceptorVHFportátildetrescanales,deunosdocecentímetrosdelargoporcuatrodeancho,diseñadoparaconectarsea labateríadeuncoche.Sihabíaun receptor, teníaquehaberuntransmisor.

—Han puestomicrófonos en la casa—dije—.Quizá cuando fui a ver a Celli. Por eso nomemataron;tendríaquehaberloimaginado.

Ángelhizoungestodeindiferenciaylanzóelreceptoralmar.—Siélestabaaquí,susamigosyavandecaminoalcomplejo—dijo.Amiizquierda,FordStreetdiscurríasinuosamentehaciaelnorte,paralelaalpuerto,yalolejos

veíaloscontornosdelosedificiosdelaPortlandCompany.—Seguiremoslavíadeltrenyentraremosporelladodelpuerto—indiqué.Desenfundé la pistola y retiré el seguro, peroLouisme tocó el hombroy se sacódel bolsillo

derechodelabrigounaColtmodeloGovernment380.Delbolsillointeriorextrajounsilenciadoryloacopló.

—SiusastuSmith&Wessonycaealguien,elrastrolosllevaráhastati—dijo—.Utilizaéstayluegonosdesprenderemosdeella.Además,serámuchomássilenciosa.

Como no era de extrañar, Louis conocía las herramientas de su oficio: las semiautomáticasprovistasderecámaraparamuniciónsubsónicasonprácticamentelasúnicaspistolasquefuncionan

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demaneraeficazconsilenciador.SilagentedeHertzsupieralaclasedeequipajequeLouisllevabaensucoche,habríansufridounataquecolectivodeepilepsia.

LouisentregósuSIGaÁngel,sesacóotraColt380delbolsilloizquierdoyleajustótambiénunsilenciador. Sumanera de actuar debería haberme alertado sobre lo que ocurriríamás tarde—nisiquiera Louis llevaba «por casualidad» un par de armas con silenciador—, pero estaba tanpreocupadoporBillyPurduequenopensédemasiadoenello.

LouisyyonospusimosenmarchaporlavíaseguidosdeÁngel.Habíaraílesrojosporelóxidoen olvidadas pilas, y al lado se veían traviesas picadas y nudosas y con lamadera casi negra enalgunos sitios.Más allá de los depósitos demercancías, donde se sucedían bolas de demolición ysoportesdehormigónsangrabanherrumbredelasentrañas,montonesdemaderasemecíanconlamareacomorestosdeunbosqueprimigenio.

ElcomplejodelaPortlandCompanyseencontrabafrentealpuertodeportivo.IndicabalaentradaelconvoydeSandyRiverRailroadutilizadoparallevaralosturistas,conelvagónrojodeljefedetrenyelrestodeloscochesverdesahoraensilencio.Enotrotiempo,cuandolaPortlandCompanyconstruíamotoresylocomotorasdevapor,elcomplejoabastecíaalosferrocarriles,perocerróenlos años setenta y los edificios se rehabilitaron como centro de negocios.Dentro del recinto, a laentrada delMuseo del Ferrocarril deVíaEstrecha, había un viejamáquina de vapor negra con lachimenearestaurada.Eledificio,comotodoslosdelcomplejo,eradeobravista;enlapartemásaltateníahastaunaterceraplanta,ypordetrásestabacomunicadomedianteunapasarelacerradaconunaempresademáquinasherramientas instaladaenunaestructurasimilarperodemayor tamaño.A laizquierdadelmuseosehallabaeledificioalargadodonde,meparecíarecordar,seofrecíaalgúntipodeservicioparayatesyunsegundoedificiodecaracterísticassemejantesutilizadoporunfabricantedefibradevidrio.

En el extremo sur del recinto se alzaba una construcción de tres pisosmuchomayor, con lasventanasdelaplantabajatapiadasylasdelasplantassuperiorescubiertascontelametálica,dondeBillyPurduehabíadichoqueestabaescondido.Enelladodelmarnohabíapuerta,peroelextremonorte tenía adosada una estructura de madera parecida a un cobertizo que albergaba la puertaprincipal.UnavíadetrendiscurríafrentealapuertayascendíahacialaentradaparalosvisitantesdeForeStreet.Todoparecíadesiertoyllovíatorrencialmente.Lasgotasresonabancomopiedraseneltejadodelmuseo,dondehabíaunapuertalateralabierta.Ensilencio,laseñalé,yLouis,Ángelyyonosmetimoseneledificio.

Dentro, bajo un techo abovedado, se hallaban los vagones vacíos de ferrocarril dispuestos enfilas:vagonesdeWicassetyQuebec,vagonesverdesyrojosdeSandyRiverprocedentesdelcondadodeFranklin,unoverdeyamarillodeBridgtonySaco,yanuestraderechaunantiguoRailbusconunchasisREOSpeedwagondelalíneadeSandyRiver.

JuntoalRailbusyacíauncuerpoencogido,yelabrigo largoyoscuroque llevaba loenvolvíacomounamortaja.MearmédevaloryledilavueltaesperandoencontrarmeconBillyPurdue.Noeraél.EraBerendt,elindividuodecabezacuadradacompañerodeMifflin,quememirófijamente,conlosrasgoscontraídosyunaheridaoscuraeirregulardesalidadebalaenlafrente.Olíelpelochamuscado.Enelsuelodelmuseosemezclabanlasangreyelpolvo.

LasombradeLouisseproyectósobremí.

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—¿CreesqueestoesobradeBillyPurdue?—preguntó.Traguésaliva,yelsonidodemipropiagargantasemeantojóestridente.Neguéconlacabezayél

asintióensilencio.Nosdirigimosa la izquierdaypasamosentredosvagonesEdavillecaminode lasoficinasdel

museo. No había nadie más en el edificio, pero la puerta de acero de la entrada golpeabaruidosamentecontraelmarcoporefectodelvientoyseguíalloviendo.

Enlaoscuridad,bajolapasarelaquecomunicabalafábricademáquinasherramientasyelmuseo,habíaaparcadounFordSedánnegroconlasventanillasapenasvisiblestraslalluvia.Loreconocí:lohabíavistoantesfrentealapartamentodeRitaFerriseldíadelcrimen.

—Sonlosfederales—dije—.DebendehaberencontradoaloshombresdeCelli.—Eso,otambiénestabanvigilándoteati—musitóLouis.—Estupendo—comentóÁngel—.¿Faltaalguienmás?EljodidoBillyPurdueestanpopularque

habríaquededicarleunafiestanacional.Lapuertatraseradelcocheseabrióysalióunafiguraenvueltaenunabrigooscuroquelacerró

consuavidad.Conpasoenérgicovinoendirecciónanosotros,llevabaunamanoenelbolsilloyunparaguasenaltoenlaotra.Unalámparadelafábricaloiluminóbrevementecuandoatravesóelhazdeluz.

—¿Yéstees…?—dijoÁngelconhastío.—Eldritch,elpolicíacanadiense.Quedaosaquí.SalídeentrelassombrasyEldritchsedetuvo.Surostrotraslucióperplejidadmientrasintentaba

identificarme.—¿Parker?—dijoporfin—.¿Noquierehacersalirdelassombrastambiénasusamigos?Amisespaldas,LouisyÁngelaparecieronyseacercaronamí,LouisexaminabaaEldritchcon

relajadointerés.—Ybien,¿novanaprotegersedeestalluvia?—preguntóelcanadiense.—Despuésdeusted,agente—contesté.AlgomehabíallamadolaatenciónjuntoalFordcuandoEldritchsaliódelcocheylaluzinterior

iluminóelsueloconuntenueresplandor.Habíaunpequeñocharcorojobajolapuertadelconductor,quenoestabadeltodocerrada,y,mientrasyomiraba,algogoteabauniformementeporelresquicio.

Eldritch se aproximó a mí con el paraguas aún en alto y la manga blanca de la camisa y ungemelo de oro a la vista.Cuando se volvió para ver cómome dirigía al coche, noté unamanchaoscuraenelpuño.

EchéunvistazoaLouis,perootrodetallehabíaatraídoyasuatención.—Tienealgoenelcuellodelacamisa,agente—dijoenvozbajacuandoEldritchsedetuvobajo

laluz.Elcuellode lacamisadeEldritchasomabaporencimade la solapadelabrigo.Enelborde,y

justoporencimadelnudodelacorbata,teníamanchasnegrascomodehollín.PeromientrasLouishablaba,Eldritchbajóelparaguasparaqueyonovieraquéhacía,yentoncesvislumbréelarmasóloporuninstantecuandosacólamanoderechadelbolsillo.AdvertíqueLouislevantabayasupropiapistola al tiempo que Eldritch soltaba el paraguas y empezaba a volverse. A un lado, Ángelpermanecíaatento.Peroyodisparéprimeroylabalaperforóelparaguas,todavíaenelaire,ehirióa

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Eldritch en la parte baja del muslo; la detonación quedó ahogada por el silenciador y la lluviatorrencial. Disparé de nuevo y esta vez le di en el costado. Se le cayó el arma de la mano y,tambaleándose,fueadarsedeespaldascontralapareddelmuseoysedeslizóporellahastaquedarsentadoenelsuelo,apretandolosdientesporeldoloryapoyandolamanoenlamancharojaqueseextendíaporsuabrigo.Juntoaél,Louisintrodujounbolígrafoenlaguardadelgatillo,recogiólapistolaylaexaminóconobjetividadprofesional.

—Una Taurus —dijo—. Brasileña. Parece que nuestro amigo ha estado de vacaciones enSudamérica.

Meacerquéalcoche.Teníadosorificiosdebalaenformadeestrellaenelparabrisas,rodeadosde manchas de sangre semejantes a rayos solares. Abrí la puerta del conductor con la manoenguantadayretrocedícuandoelagenteSamsoncayóalsuelodecostadoconunagujerooscuroenelpuentede lanariz,destrozadaallípordondehabíasalido labala. Juntoaél sehallabaelagenteDoyle,conlafrenteapoyadaenelsalpicaderoyuncharcodesangrealospies.Losdosestabanaúncalientes.

Levanté a Samson con cuidado, lometí en el coche, cerré la puerta y regresé hasta donde seencontrabanÁngelyLouis,queseguíanjuntoalherido.

—Abel—dijoLouis.Apesardeldolor,elhombresentadoenelsuelonosmiróconexpresióndeodio,peronohabló.—No va a ir a ninguna parte—indiqué—.Metámoslo en elmaletero del Ford, avisemos a la

policía,yqueellosseocupendeélcuandohayamosacabado.Sin embargo, niÁngel niLouis parecían escucharme.Ángelmovió la cabeza conungesto de

desaprobación.—Unhombredetuedadtiñéndoseelpelo—lereprochóaAbel—.Esoespuravanidad.—Yyasabesloquedicendelavanidad—añadióLouisenvozbaja,yAbellevantólavistaylo

miróconlosojosmuyabiertos—:lavanidadmata.Acto seguido le descerrajó un solo tiro y la Colt brincó en su mano. La cabeza de Abel se

estampócontralapared,selecerraronlosojosyfinalmenteelmentóncayóexánimesobreelpecho.PorprimeravezenlavidatoquéaLouisconira.Alargandoelbrazohaciasupecho,loempujé.

Élretrocedióunpasosininmutarse.—¿Porqué?—grité—.¿Porquélohasmatado?PorDios,Louis,¿esquetienesquemataratodo

elmundo?—No—contestóLouis—.SóloaAbelyaStritch.YdeprontocomprendíelverdaderomotivodelapresenciadeLouisyÁngelenelnorte,ytomar

concienciadeellofuecomounpuñetazoenelestómago.—Tehanpagadoporello—dije—.Hasaceptadoelencargo.SabíayaporquéLeoVosshabíamuertoyporquéAbelyStritchhabíanelegidoesemomento

parareplegarseenlassombras,ysedebíasóloenpartealaoportunidadqueofrecíanBillyPurdueyeldineroquehabíarobado.AbelyStritchhuían,yhuíandeLouis.

Asintióunasolavez.Asulado,Ángelmemiróconciertopesarperotambiéncondeterminación.Supedequéladoestaba.

—¿Porcuánto?—pregunté.

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—Undólar—selimitóaresponderLouis—.Habríaaceptadoquincecentavos,peroelhombrenollevabasuelto.

—¿Undólar?Por extraño que pareciese, casi sonreí contra mi voluntad. Había aceptado un dólar y, sin

embargo,lasvidasdeaquellosasesinosnovalíannieso.VolvíamirarelcadáverdeAbelypenséenlos dos agentes del coche y en el auténtico Eldritch, que seguramente ni siquiera había llegado aMaine.

—Sonmalagente,Bird—afirmóÁngel—.Estostipossonlopeordelopeor.Nopermitasqueseinterponganentrenosotros.

Neguéconlacabeza.—Tendríaisquehabérmelodicho,asídesencillo.Tendríaisquehaberconfiadoenmí.EstavezhablóLouis.—Tienesrazón.Ladecisiónfuemíaymeequivoqué.Plantadodelantedemí,esperóunarespuesta,yyoentendíporquémelohabíaocultado.Alfiny

alcabo,yoeraunexpolicíaconamigospolicías.QuizásaLouisaúnlequedabaalgunaduda.YolehabíasalvadolavidaaÁngelcuandoestabaenlacárcel,yellos,enrespuesta,habíanpermanecidoamiladocuandoJenniferySusanfueronasesinadas,habíanpuestoenpeligrosusvidasmientrasyoperseguíaalasesinodemimujerydemihijayalosasesinosdeotros,ynomehabíanpedidonadaacambio.No tenía razón alguna para dudar de ellos; en su caso, por el contrario, tratándose de unallanadordemoradasyunasesinoasueldo,sísejustificabaquerecelasendemí.

—Loentiendo—dijeporfin.Louisasintióunasolavezconlacabeza,peroconesegestoylaexpresióndesusojosdijotodo

loquehabíaquedecir.—Vamos—propuse—.EshoradeencontraraBillyPurdue.Ycuandonosencaminamoshaciaeledificiovacíobajolaintensalluvia,echéunúltimovistazoal

cuerpo de Abel y me estremecí. Su silueta encogida y el cadáver de Berendt en el museo delferrocarril eranunmudo testimoniodeque la figura achaparradaygrotescadeStritchno andabalejos.

HabíadoscochesaparcadosmásadelanteenForeStreet,frenteaunaurbanizaciónnuevadecasasdemaderagrisparcialmenterevestidasdeladrillorojo.Laoscuridaderatalqueresultabaimposiblesaber si había alguien dentro de los vehículos.Cuando llegamos a la puerta principal del edificiodesocupadonosencontramosconqueelcerrojoestabaforzadoylapuertaentornada.Mearriméalaparedymeasoméporlaesquinaparaecharunvistazoalafachadalateral.Allí,lasventanasdelpisosuperior estaban tapiadas y unapasarela demadera conducía desde el bordede la hierba contiguahasta una puerta cerrada de la primera planta. Debido a la inclinación del terreno, la planta bajaquedaba,dehecho,pordebajodelahierba,ylasventanastambiénestabancubiertascontelametálica.

Regresé juntoaÁngelyLouis,quemeesperabanal ladode lapuerta,yacordamosqueÁngelvolveríaalMercuryparapodermarcharnosrápidamentesisalíamosconBillyPurdue.

Alotro ladode lapuerta, nadamás entrar, una escalera suciadepolvoypapelesdeperiódico

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subíaalprimerpiso,unaespeciedeplataformadealmacenamientosostenidaporcolumnasdeacero.Detrásdelaescalerahabíaunaseriededespachosyzonasdetrabajovacíos,todosensilencioyconlas lucesapagadas.Enelalmacénaúnolíaunpocoamadera,aunqueahorase imponíaelhedorahumedadyadescomposición.Louisllevabaunalinterna,peronolaencendiópormiedoaatraerlaatención.

Desdedondenoshallábamos,veía losmontonesdemaderapodridaquequedabanenunrincónpróximoalaescalera.Habíagoterasyelaguaquecaíasefiltrabagradualmenteatravésdelastablasdel suelo.Rodeamos la escalera y entramos en el primero de los talleres, vacío excepto por unosbancosdemaderayunasilladeplásticorota.Cuandonosacercamosaunvanoenlaparedopuesta,oíunruidoalotroladoporencimadelrumordelalluviayelgoteodelagua.TrasseñalaraLouisquesepusieraalaizquierdadelvano,yomecoloquéaladerechaymeaproximéhastaquepudeverelotrocompartimentopordentro.Avancélentamente,measoméconunmovimientorápidoyseguíadelanteconcautelaalcomprobarquenadieintentabavolarmelacabeza.

Estabaenunodeloscompartimentosdeloqueenotrotiempofuerondosdespachoscontiguos.Enelaireflotabaunligeroolorahumoprocedentedeunapiladebrasasdemaderaybasuraenelrincónmásalejado.Enelrincónopuestosemovióalgo.

Medilavueltadeinmediatoytenséeldedoenelgatillo.—Nodispare—dijounavozásperaycascada,yunasiluetasurgiópocoapocodellugardonde

había permanecido agazapada en la oscuridad. Tenía los pies cubiertos de bolsas de plástico, laspiernas enfundadas en unos vaqueros mugrientos, y una chaqueta roída por los codos atada a lacinturaconuncordel.Llevabaelpelolargoydesgreñadoyteníalabarbagrisconvetasamarillasdenicotina—.Porfavor,nodispare.Noheencendidoelfuegoconmalaintención.

—Muévasealaderecha.Deprisa.Por una grieta entre las tablas demadera de las ventanas penetraba el débil resplandor de una

farola.Elancianosedesplazóhastaquedarbajoelhazdeluz.Teníalosojospequeñosylamiradamortecina.Inclusoacuatrometrosmellegósualientoaalcoholyaotrascosas.

ApuntéhaciaélmanteniéndoloenelpuntodemiraporunmomentoyluegoseñaléamiderechaconlapistolaalavezqueLouiscruzabaelvano.

—Salgadeaquí—ordené—.Noesunlugarseguro.—¿Puedorecogermiscosas?—Conunademán,indicósusescasaspertenencias,apiladasenun

carritodelacompra.—Cojaloquepuedacargaryváyase.Elancianomovió lacabezaenungestodeagradecimientoyempezóaseleccionarenseresdel

carrito:unasbotas,unaslatasderefrescos,unrollodehilodecobre.Algunosvolvióaguardarlos;respectoaotros,parecíaquenecesitabapensárselo.PeromientrasseplanteabasisellevabaonounaúnicazapatillaReebok,unavozgravedijodetrásdemí:

—Viejo, tiene cinco segundos para sacar sumierda de aquí, o si no el juez de instrucción seencargarádeesoporusted.

Porlovisto,elcomentariodeLouislesirvióalancianodeacicateparaconcentrarlaatención;segundos después pasaba corriendo ante nosotros con unamaraña de hilo de cobre, botas y latasentrelosbrazos.

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—Nomerobaránnada,¿verdad?—preguntóaLouisantesdesalir.—No—contestóLouis—.Yasellevaustedtodoslosobjetosdevalor.BajolamiradadeLouis,queloobservabamoviendolacabeza,elancianoasintióalegremente,

dispuestoyaaescabullirse.Peroenelvanodelapuertavolvióadetenerse.—Losotroshanidoarriba—selimitóadecirysemarchó.Conpasorápidoperocautelosoatravesamoslaplantabajahastallegaradosescalerasparalelas

alotroladodeledificio,unaencadarincón.Oíunassigilosaspisadasprocedentesdearriba.Entrelasescaleras,unapuertadedoshojasconducíaalpatioexterior.Vienelsueloun trozodecadenarota y que medio ladrillo mantenía abierta una de las hojas. Louis se dirigió a la escalera de laderecha; yo, a la de la izquierda. Al subir me apoyaba en los extremos de los peldaños paraminimizarelriesgodepisarunescalónpodridoopocofirme.Enrealidadnohacíafalta.Lalluviacaíaconrenovadaintensidadyelsonidoreverberabaenelinteriordelviejoedificio.

Nosreunimosenunaespeciedeentresuelodondeunúnicoyanchotramodeescaleraconducíaalprimerpiso.Louisseadelantó,yyo,desdeatrás,loobservémientrasabríadeunempujónunapuertaoscilanteconunaventanillamugrientadetelametálicaalaalturadelacabezayempezabaaregistrarlaplanta.Decidíocuparmedelasegundaplantay,cuandomedisponíaasubir,oímovimientoabajo.Miréporencimadelabarandilladelaescalerayenmicampovisualaparecióunhombrequeenesemomento encendía un cigarrillo con una cerilla.A la luz de la llama lo reconocí: era uno de loshombresqueacompañabaaTonyCellienlahabitacióndelhotel.Seguramentesumisióneravigilarlapuertadesdefuera,peroenlugardeesohabíapreferidoresguardarsedela lluvia.Arribacrujiódébilmenteuna tablay luegootra: almenosunode loshombresdeCelli había subidoal segundopiso.

Mientras observaba al hombre de Tony el Limpio fumarse el cigarrillo, algo me llamó laatenciónalaizquierda.Lasventanasdelentresuelo,queantesofrecíanvistasdelpatio,ahoraestabantapiadasynopermitíanelpasodelaluz.Laúnicailuminaciónprocedíadeunagujeroirregularenlapared, rodeado de una mancha de humedad donde el yeso en torno a un viejo aparato de aireacondicionadohabíacedidoycaídoalsuelo,juntoconelpropioaparato.Elagujerocreabaalgoasícomounturbiocharcodeluzentredosmasasdeoscuridad.Enunodeesosespaciosenlapenumbrapercibíunapresencia.Unafigurapálidasemovió,comountrozodepapelquerodasesuavemente.Conelcorazónaceleradoynotandoelpesodelapistolaenlamano,avancéhaciaallí.

Unrostrosurgiódelanegrura.Noseleveíaelblancodelosojos,enaparienciaensombrecido,ydaba la impresiónde que un lazo oscuro le colgaba del cuello.Lentamente se hicieronvisibles laboca,selladaconunhilonegrocosidoenzigzagy,debajo,laprofundamarcadelasogaenlapiel.Lamujermeobservóporunmomentoyluegoparecióencogersehastaque,alcabodeuninstante,desaparecióporcompleto.Unsudorfríomerecorriólaespaldaysentínáuseas.Echéotraojeadaalaoscuridadymedilavueltajustocuandomellegódeabajounahogadogritodedolor.

Medetuveenelprimerpeldañoyesperé.Amialrededorcaíalalluviayelaguagoteaba.Abajoseoyóel suave rocedeunzapatoen lamaderaydeprontoaparecióunhombreen laescalerade laderecha.Llevabaunagabardinadecolortostadodelaqueasomabaunacabezacalva.Stritchalzósuextrañorostrocomodecerafundidaymemiróporuninstanteconsusojosincolorosysinvida.Acontinuaciónsedibujóensubocaexageradamenteanchaunasonrisaexentaporcompletodehumor

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y al instante retrocedió y quedó oculto bajo el rellano. Me pregunté si ya sabía que Abel estabamuerto,yenquémedidameconsiderabaunaamenaza.

Larespuestallegóalcabodeunossegundoscuandounasilenciosaráfagadedisparosperforólamadera blanda y húmeda de la barandilla de la escalera y las astillas salieron despedidas en laoscuridad.Subídeunsalto lospeldañosque faltabanseguidode lasbalasdeStritch,que intentabacalcular mi posición por el oído. Noté un tirón en el faldón del abrigo al llegar a lo alto de laescaleraysupequealmenosunadelasbalashabíaestadocerca,peroquemuycerca,dealcanzarme.

LleguéalprimerpisoyfuitrasLouis.Alotroladodelapuertahabíaunaespeciedevestíbulo,conunviejomostradorderecepciónsobreunestradoamiderechay,detrásdeéste,otroespaciodealmacenamiento,partedeunaseriedepequeñoscompartimentossimilaresquesesucedíanhastaelfondodeledificio,cadaunoconectadoporunúnicovano,demodoque,silailuminaciónlohubiesepermitido,habríavistoa travésdeelloshasta lapareddel fondodelalmacén. Inclusodesdedondeestaba, vi que esos compartimentos aún contenían escritorios destartalados y sillas rotas, esterasenrolladas y podridas y cajas de papel desechado. Dos pasillos se extendían a los lados, unodirectamentefrenteamíyelotroaladerecha.SupusequeLouisrecorríayaelpasillodeladerecha,asíqueavancéatodaprisaporelotro,lanzandonerviosasmiradasporencimadelhombroparaversiStritchhabíaaparecidoya.

Delante demí, a la derecha, se oyó la ráfaga de un arma que fue contestada por dos disparosmenossonorosenrápidasucesión.Oígritosypasosalacarrera,yelecodeunosruidosenelviejoedificio.Enunvanoamiderecha,desmadejadoenelsuelo,yacíaunhombreconcazadoranegra,lacabeza en un charco de sangre. Louis ya había empezado a dejar su impronta, pero ignoraba queStritchestabaenalgúnlugardetrásdenosotros,yeraimportanteavisarle.Regreséalpasilloatiempodeverunamanchadecolortostadotraselmostradorderecepción.Avanzandodemediolado,paséantelasiluetacaídadelhombredeTonyCellihastaquemefueposibleverporencimadelmostrador,pero ya no había allí señales de Stritch. Corrí hasta el vano del siguiente compartimento y, alasomarme,sentíelcañóndeunapistolaconsilenciadorenlasienderecha.

—Mierda,Bird,casitevuelolacabeza—dijoLouis.Enlapenumbrayconropaoscuraapenasseleveía,sólosedistinguíansusdientesyelblancodelosojos.

—Stritchestáaquí—dije.—Losé.Lohevistounmomentoyluegomehasdistraídotú.Nuestraconversaciónseviointerrumpidaporunanuevaseriededisparosfrenteanosotros,tres

y todos de la misma arma, sin fuego de respuesta. Se oyeron más gritos y luego una ráfaga deautomática,seguidadeunospasosescaleraarriba.Louisyyocruzamosungestodeasentimientoynosencaminamoshaciaelfondodeledificio,situándonosalosladosdecadaunodelosvanosparavermejorelcompartimentosiguienteyelcorrespondientetramodepasillo.Continuamosavanzandohasta llegaraunmontacargasabierto,enelqueyacíaotrode loshombresdeTonyCelli. Juntoalmontacargas, un único tramo de escalera ascendía al piso superior, adonde, cabía pensar, Stritchhabía llegado antes que nosotros. Apenas habíamos subido el segundo peldaño cuando oí a misespaldas,conunescalofrío,unsonidofamiliar:loschasquidosdeuncartuchoalintroducirseenlarecámaradeunaescopetaderepetición.Louisyyonosvolvimosmuydespacio,conlaspistolasenaltoyaloslados,ynoshallamosfrenteaBillyPurdue.Teníalacaratiznadaylaropaempapaday

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llevabaunamochilanegraalaespalda.—Tiradlasarmas—ordenó.Asombrosamente,habíaencontradolamaneradeescondersedesus

perseguidores y de nosotros entre los muebles viejos y los desechos de oficina. Obedecimos altiempoquelanzábamoscautasmiradasalarmadeBillyyalaescalera—.Túloshastraídoaquí—meacusóconvoztrémuladeira—.Mehasvendido.—Leresbalabanlágrimasporlasmejillas.

—No,Billy—dije—.Hemosvenidoparallevarteaunlugarseguro.Aquíestásenpeligro.Dejalaescopetaeintentaremossacarte.

—No.Vetealamierda.Aquínopuedocontarconnadie.Dichoestodisparódosvecesyprovocóunalluviademaderayyesodetrásdenosotrosquenos

obligóaecharnosalsuelo.Cuandovolvimosalevantarlavista,conastillasypolvoenelpelo,Billyyanoestabaallí,perooíalejarsesuspasosenladireccióndedondeveníamos.Louissepusoenpiedeunsaltoylosiguió.

En el piso superior se oyeron nuevos disparos mientras me levantaba, fuego de automáticaseguidodeunúnicotiro.Subídespacioy,conlasmanossudorosas,alarguéelcuelloparaasomarmeaunlado.Enloaltodelaescalera,juntoalmontacargas,yacíaacurrucadoenunrincónotrodeloshombresdeCelli.Lasangrelemanabadeunaheridadebalaenelcuello.Habíatambiénalgoextrañoenél,algoquecasipaséporalto.

Teníaelpantalóndesabrochado,lacremallerabajadaylosgenitalesparcialmentealavista.Ante mí había un vano, y más allá la oscuridad más absoluta. En esa oscuridad me esperaba

Stritch.Olíasucoloniabaratayempalagosayelsiniestrohedoratierraquepretendíadisimularconella.Percibíasuactitudalerta,lasantenasquedesplegabaparasondearelairealrededorenbuscadeunapresa.Ysentíasudeseo,elplacersexualqueobteníahaciendodañoysegandovidas,laaberrantesexualidadquelohabíaimpulsadoatocarydejaralavistalosgenitalesdeaquelhombremientrasagonizabaenelrincón.

Ysupeconabsolutacertezaquesiponíaunpiemásalládeaquelvano,Stritchacabaríaconmividaymetocaríamientrasmoría.Sentícómosemovíansombrasamialrededor,yunniñorióabajoenlatenueluz.Parecíallamarmeparaqueretrocedieseymeapartasedelbordedelabismo,oquizásera el pavor que sentía lo queme inducía a imaginarlo. Fuera cual fuese la razón, decidí dejar aStritchenlaoscuridadyregresaralaluz.

Louis se acercó mientras yo bajaba por la escalera. Llevaba el pantalón roto en la rodilla ycojeabaunpoco.

—Heresbalado—dijoescupiendolaspalabras—.Sehaescapado.¿YStritch?Señaléhaciaelpisosuperior.—QuizáTonyCellitehagaunfavor.—¿Tú crees?—dijo Louis en tono demanifiesto escepticismo.Memiró conmás atención—.

¿Estásbien,Bird?Pasédelargojuntoaélparaquenomevieselacara.Meavergonzabademidebilidad,perosabía

loquehabíasentidoyloquehabíavistoenlosojosinyectadosensangredeunamuerta.—AmímepreocupaBillyPurdue—dije—.CuandoStritchseenteredequesuamigohamuerto,

noiráaningunapartehastaquesehayadesquitado.Tendrásotraoportunidad.—Preferiríaaprovecharésta—contestó.

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—Ahíarribaestáoscurocomobocadelobo.Siponesunpiedentro,tematará.Louis, inmóvil,memirósinhablar.Oía lo lejoselululardeunassirenasqueseacercaban.Vi

queLouisvacilaba,poniendoenunplatillodelabalanzaelriesgodela llegadadelapolicíay lassombrasdelpisosuperioryenelotrolaoportunidaddeeliminaraStritch.Finalmente,traslanzarunúnicovistazoalaescaleraqueascendíaalaoscuridaddelsegundopiso,Louismesiguió.

Llegamosalazonaprincipal,dondehabíamosencontradoalanciano.—SisalimosporlapartedelanteratoparemosconlosconductoresdeTonyCelliolapolicía—

dije—.YsiBillysehamarchadoporahí,yaestarámuerto.Louis asintió con la cabeza y nos dirigimos hacia la puerta del fondo del almacén, donde el

hombrequeStritchhabíamatadoyacíamitaddentro,mitadfuera,conunbrazosobrelosojoscomosihubieseestadomirandoelcentrodelsol.VielMercuryalotroladodelpatio.Cobróvidaconunrugido,yÁngelatravesóelpatioatodavelocidad,giróyparóparaquesubiéramos.

—¿AlgunaseñaldeBilly?—pregunté.—No.¿Vosotrosestáisbien?—Sí—contesté, aunque aún temblaba por el miedo que había sentido en el segundo piso del

almacén—.Stritchestabaahí.Haentradoporlapartedeatrásdeledificio.—Parece que todo el mundo sabe en qué andas metido menos tú—comentó Ángel mientras

salíamos del recinto sin pérdida de tiempo y seguíamos las vías en dirección a India Street. Pocoantes del final, giró el volante a la derecha y cruzamos como rayos una brecha que había en laalambradayentramosenelaparcamientodeOneIndia.ApagólaslucesaloírlassirenasyverpasarporForeStreetdoscochespatrullaatodogas.LuegoaguardóporsiaparecíaBillyPurdue.

Mientras permanecíamos allí en silencio, intenté hacerme una composición de lugar de loocurrido:obienlosfederalesteníanpinchadomiteléfono,ohabíanseguidoelrastroaloshombresde Tony Celli. Cuando se decidieron a intervenir, Abel se puso en contacto con Stritch y le dijoadóndedebíair,conlaintencióndereunirseconéldespuésdeocuparsedelosagentes.Peseahabertresgruposdistintosdepersonasdetrásdeélenunespaciocerrado,BillyPurduehabíaconseguidoescapar.

También me paré a pensar en aquella figura medio imaginada que había vislumbrado en laoscuridad.RitaFerrisestabamuertaypronto lanievecaeríasobresu tumba.Lamentemegastabamalaspasadas,oquizáyoqueríacreerqueésaeralaexplicación.

Noseacercónadiedesdeelcomplejo.SialgunodeloshombresdeTonyCellihabíasobrevivido,supusequesehabíaencaminadohaciaelnorteenlugardevolverdirectamentealaciudadycorrerelriesgodeencontrarseconlapolicía.

—¿Creesquesigueahídentro?—preguntéaLouis.—¿Quién?¿Stritch?Sisigueahí,esporquelehanmatado,ydudomuchoqueentreloshombres

deTonyCellihayaalgunocapazdehacerlo,enelsupuestodequequedeahídentroalguienconvida—contestóLouis.

Unavezmásadvertíaquellaexpresiónpensativaensusojosmientrasexaminabamirostroporelretrovisor.

—Tediré una cosa—añadió—.Ahora ya sabequeAbel hamuerto, y va a ponerse hechounafuria.

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LouisyÁngelmedejaronenelMustangyluegomesiguieronhastaelJavaJoe's.Mesentíaexhaustoyasqueado:penséenlamiradadeAbelantesdemoriryenlaimagendeljovenpistolerovioladoenelmomentodesumuerte,ytambiénmeacordédelancianocargadodezapatillasehilodecobrequesalíaatodaprisaalanochefríaylluviosa.

En la cafetería, Louis y Ángel decidieron quedarse fuera en el Mercury tomando café conchocolate.LeeColeestabasentadajuntoalaventana,conunosvaquerosremetidosenunasbotasdemediacañaforradasdepielyunsuéterdelanablancoabrochadohastaelcuello.Cuandoselevantóparasaludarme,laluziluminósusmechonesdepeloplateados.Mebesóconternuraenlamejillaymeestrechóconfuerza.Empezóatemblarylaoísollozarenmihombro.Mientraslaapartabacondelicadeza y apoyaba las manos en sus hombros, observé que movía la cabeza en un gesto devergüenza y buscaba un pañuelo de papel en los bolsillos. Seguía siendo hermosa.Walter era unhombreafortunado.

—Hadesaparecido,Bird—dijocuandonossentamos—.Nolaencontramos.Ayúdame.—Perosiestuvoconmigohacesólounosdías—contesté—.Paróaquíduranteunashorasconsu

novio.Leeasintióconlacabeza.—Losé.NostelefoneódesdePortlandynosdijoqueseguíaelviajeconRicky.Luegonosllamó

de nuevo desde algún sitio más al norte, y ya no hemos vuelto a recibir noticias suyas. Teníainstruccionesestrictasdellamarnosadiario,ycuandonosupimos…

—¿Oshabéispuestoencontactoconlapolicía?—Waltersí.CreenquesehaescapadoconRicky.ElmespasadoWalterdiscutióconEllenporél;

le reprochóquedebíaconcentrarsemásen losestudiosen lugardeandarpersiguiendochicos.YasabescómoesWalter,yconlajubilaciónnosehavueltomástolerante.

Asentí.SabíacómoeraWalter.—Cuandovuelvas,telefoneaalagenteespecialRossalasoficinasdelFBIenManhattan.Dileque

llamasdemiparte.ÉlcomprobarásielnombredeEllenconstaenlabasededatosdelCNIC.—ElCentro Nacional de Información Criminal mantenía el registro de todas las personas, menores yadultas, cuya desaparición se había denunciado—. Si no consta, significa que la policía no estáhaciendoloquedebe,yquizáRosstambiénpuedaayudarteeneso.

Seanimóunpoco.—LepediréaWalterquelohaga.—¿Sabequéestásaquí?—pregunté.—No.Cuandolepedíquesepusieraencontactocontigo,senegó.Yahaestadoenlazonapara

presionaralapolicíalocal.Ledijeronquelomejoreraesperar,perolapaciencianoesunadelas

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virtudesdeWalter.Fueapreguntaraotrospueblosynoencontróelmenorrastro.Regresóayer,peronocreoquesequededebrazoscruzados.Ledijequeteníaquemarcharmedecasaunpardedías.Yahabíareservadoelvuelo.Heintentadollamarteporelmóvilperonoconseguíahablarcontigo.Nosé…—Suvozseapagóyempezólafrasedenuevo—.Noséquéhapasadoentrevosotros.Conozcounaparteypuedoadivinaralgomás,peroesonotienenadaqueverconmihija.Ledejéunanotaenlanevera.Ahoraya lahabrá leído.—Mirópor laventana,comosivisualizaseelmomentoenqueWalterhallabalanotaycómoreaccionabaalmensaje.

—¿Existe alguna posibilidad de que la policía esté en lo cierto, de que se haya escapado?—pregunté—.Nuncamehaparecidoesaclasedechica,ycuandolavi,nolanotéalteradaenlomásmínimo, pero los jóvenes se ponen un poco raros al incluirse el sexo en la ecuación. Lo sé porpropiaexperiencia.

Sonrióporprimeravez.—Recuerdoloqueeselsexo,Bird.Puedequeseamayorquetú,peroaúnnoestoymuerta.—La

sonrisa desapareció de sus labios; sus propias palabras habían desatado una reacción en cadena ysupequeprocurabanoimaginarquépodíahaberleocurridoaEllen—.Nosehafugado.Laconozco,ynuncanosharíaunacosaasípormásquediscutiésemosconella.

—¿Yquésabesdeesechico,deRicky?Medio la impresióndeque teníanpuntosdevistamuydistintos.

Alparecer,Leesólosabíaquesumadrehabíaabandonadoa la familiacuandoRicky tenía tresaños, y que su padre, para criarlos a él y a sus tres hermanas, habíamantenido dos empleos sinningúnporvenir.Eraunestudiantebecado;unpocoadustoe impulsivo,admitió,peronocreíaqueactuaseconlamenormalicianiquesehubieseprestadoaparticiparenunafuga.

—¿Labuscarás,Bird?Nodejodepensarquesehametidoenalgúnlío.Quizárecogieronaunautoestopista y algo fue mal, o alguien… —Se interrumpió de pronto y alargó el brazo paraestrecharmelamano—.¿Laencontraráspormí?—insistió.

PenséenBillyPurdueyenloshombresqueloperseguían,enRitayDonald,enlanietadeCherylLansing asomando entre unamasa de hojasmojadas y podridas.Me sentía comprometido con losmuertos, con la jovenatribuladaquehabíadeseadocrearunavidamejorpara símismaypara suhijo,peroellasehabíaidoyBillyPurdueflotabaaladerivahaciaunaespeciedejuiciofinaldelqueyonopodíasalvarlo.Quizádebíacomprometermeconlosvivos,conEllen,quehabíacuidadodemihijadurantesucortavida.

—Labuscaré—respondí—.¿Puedesdecirmeadóndeibacuandotelefoneó?Mientras Lee hablaba, el mundo pareció desplazarse de su eje, proyectando extrañas sombras

sobre escenarios familiares y convirtiéndolo todo enunapobreversiónde su realidad anterior.YmaldijeaBillyPurdue,porquedealgúnmodoqueyoaúnnopodíacomprendereraresponsabledeloocurrido.EnpalabrasdeLee,mundosenotrotiempoalejadosseeclipsabanmutuamenteyformasindistintas, como placas deslizándose bajo la tierra, se unían para formar un continente nuevo yoscuro.

—DijoquesedirigíaaunpueblollamadoDarkHollow.

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LallevéalaeropuertodePortlandatiempodetomarelvueloaNuevaYorkydespuésregreséacasa.ÁngelyLouisestabanenlasala,viendounpésimoymaratonianoprogramadeentrevistasenlatelevisiónporcable.

—Se titula «No puedo casarme contigo si no eres virgen»—dijoÁngel—.Comomínimo noafirmanservírgenes,porque,sino,setitularía«Nopuedocasarmecontigosieresmentirosa».

—O «No puedo casarme contigo si eres fea» —sugirió Louis, y tomó un sorbo de cervezaKatahdin de la botella, con las piernas apoyadas en una silla frente a él—.Tío, ¿cómo consiguenaudienciaparaesteprograma?¿Pasanporloscampingsdecaravanasconbilletesdedólararastras?—Pulsóelmandoadistanciaparaquitarelsonidodeltelevisor.

—¿CómoseencuentraLee?—preguntóÁngelconrepentinaseriedad.—Conservalacalma,peroaduraspenas.—¿Yquéhabéisdecidido?—Tengoquevolveralnorte,ycreoquevoyanecesitarquemeacompañéis.Laúltimavezquese

supodeEllenColeibacaminodeDarkHollow,elpuebloenelquesecrióBillyPurdueduranteuntiempoyadondecreoquevolverá.

Louisseencogiódehombros.—Allávamos,pues.Mesentéenunsillónasulado.—Quizáshayaunproblema.—PorDios,Bird—comentóÁngel—,nopuededecirsequeandemosescasosdeproblemas tal

comoestánlascosas.—¿Tienenombreelproblema?—preguntóLouis.—RandJennings.—¿Yésequiénes?—EljefedepolicíadeDarkHollow.—¿Yporquénolecaesbien?—dijoÁngeltomandoelrelevodeLouis.—Tuveunaaventuraconsumujer.—Eresúnico—dijoLouis—.Podríascaerteytecostaríaencontrarelsuelo.—Hacemuchotiempo.—¿SuficienteparaqueJenningshayaperdonadoyolvidado?—preguntóÁngel.—Probablementeno.—Quizápodríasescribirleunanota—sugirió—.Omandarleunasflores.—Nomeestáisayudandodemasiado.—Yonomeacostéconsumujer.Encuestióndeayuda,esomedaunaclaraventajasobreti.—¿Lovistelaúltimavezqueestuvisteallí?—preguntóLouis.—No.—¿Vistealamujer?—Sí.Ángelseechóareír.

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—Eresdeloquenohay,Bird.¿Existealgunaposibilidaddequemantengaselcanarioencerradoenlajaulamientrasestemosallí,opiensasrenovartusantiguasrelaciones?

—Nosencontramosporcasualidad.Nofueintencionado.—Ajá.EsocuéntaseloaRandJennings.«Hola,Rand,fueporcasualidad.Tropecéymecaíencima

detumujer».Aúnlooíareírcuandosalióysefueasuhabitación.Louisseterminólacerveza,levantólospiesdelasillaysedispusoaseguiraÁngel.—Estanochelahemoscagado—comentó.—Lascosassehantorcido.Hemoshecholoqueestabaennuestrasmanos.—TonyCellinovaadejarcorreresteasunto.Stritchtampoco.—Yalosé.—¿Quierescontarmequéhapasadoenelpisodearriba?—Hepresentidoquemeesperaba,Louis.Hepresentidoquemeesperabayhetenidolacertezade

que, si entrabaabuscarlo,moriría.Aunque tododemuestre locontrario,nodeseomorir.No teníaintencióndemoriramanosdeél,niallínienningunaparte.

Louissequedójuntoalapuertapensandoenloqueacababadedecirle.—Si lohaspresentido,esque ibaapasar—respondiópor fin—.Avecesahíestá ladiferencia

entrelavidaylamuerte.Perosivuelvoaverlo,loliquidaré.—Nosiyoloveoprimero—repuse,yhablabaenserioapesardetodoloquehabíaocurridoyel

miedoquehabíasentido.Contrajoloslabiosenunadesuscaracterísticasmediassonrisas.—Teapuestoundólaraqueno.—Cincuentacentavos—contesté—.Yatehasganadolamitaddelsueldo.—Supongoquesí—dijo—.Supongoquesí.Louis y Ángel semarcharon temprano a lamañana siguiente, Louis camino del aeropuerto y

ÁngelaecharunvistazoalacaravanadeBillyPurdueporsiencontrabaalgoquelapolicíahubiesepasadoporalto.MedisponíaacerrarconllavelapuertadelacasacuandoelcochedeEllisHowardentróenelcaminodeaccesoyEllisenpersonasebajócondificultaddelcoche.Leechóunvistazoalabolsaquellevabayoylaseñalóconelpulgar.

—¿Vasaalgunaparte?—Sí.—¿Teimportadecirmeadónde?—Sí.DiounasuavepalmadaenelcapódelMustang,comoparatrasladarsufrustraciónalmetaldel

coche.—¿Dóndeestuvisteanoche?—Enlacarretera,volviendodeGreenville.—¿Aquéhorallegaste?—Aesodelasseis.¿Tengoquellamaraunabogado?—¿Vinistedirectamenteacasa?—No,mereuníconunapersonaenelJavaJoe's.Repito:¿tengoquellamaraunabogado?

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—No,anoserquequierasconfesaralgo. Ibaacontarte loquepasóanocheenelcomplejodePortlandCompany,peroquizáyatehayasenterado,teniendoencuentaquetuMustangestabaenlazonadelpuertoaesashoras.

Eraeso,pues.Ellishabíavenidoa tantearel terreno.Nosabíanada,yyonoestabadispuestoaperderelcontrolysuplicarmisericordia.

—Yatelohedicho.Habíaquedadoconunapersona.—¿Sigueenlaciudadesapersona?—No.—¿Ynosabesnadadeloqueocurrióanocheenelcomplejo?—Procuroeludirlosnoticiarios.Afectanamikarma.—Sicreyesequefueraaservirdealgo, tukarmasepasaríaunratoenunacelda.Encontramos

cuatrocadáveresenelcomplejo,todoselloscolaboradoresdeTonyCelli,másdosfederalesmuertosyunvisitantemisterioso.

—¿Unvisitantemisterioso?—pregunté,peroestabapensandoenotracosa.Tendríanquehabersidocincoloscadáveresenelcomplejo:unodeloshombresdeTonyhabíasobrevividoyescapado,y de ahí se desprendía que era muy probable que Tony Celli tuviese noticias de que Louis y yohabíamosestadoeneledificio.

Ellis me observaba intentando adivinar qué sabía. Mientras hablaba, esperaba a que yoreaccionase.Seviodefraudado.

—EncontramosalpolicíadeToronto,Eldritch,muerto.Tresbalas,dosarmasdistintas.Eldisparoenlacabezafueunaejecución.

—Estoyesperandoel«pero».—El«pero»esqueesetiponoeraEldritch.Sudocumentodeidentidadafirmaqueloera;pero

sushuellasysucaradicenqueno.AhoratengoencimaalDepartamentodePolicíadeTorontoparaque encuentre a su hombre desaparecido; tengo a unos cuantos federales muy interesados en eseciudadanoanónimoquematóadosdesusagentes,ytengoacuatromiembrosdelaflorynatadelamafia de Boston ocupando un espacio en el depósito de cadáveres que no puedo permitirme. Elforensecontemplalaposibilidaddeestablecerseaquídemanerapermanente,dadolobuenosclientesquesomos.Además,nosehavueltoaveraTonyCellidesdelanochequesealojóenelRegency.

—¿Selargósinpagarlacuenta?—Bird, no estoy de humor. No olvides queWilleford sigue desaparecido y que hasta que tú

intervinistesabíatantoacercadeBillyPurduecomocualquiera.Me abstuve de hacer comentarios. Prefería no pensar en lo que podía haberle ocurrido a

Willefordpormiculpa.Enlugardeeso,pregunté:—¿HanaveriguadoalgoenBangorsobreCherylLansing?—No,ynosotrostampocohemosavanzadoenelasesinatodeRitaFerrisysuhijo.Estomelleva

a la segunda razón de mi visita. ¿Quieres explicarme otra vez qué hacías en Bangor y luego enGreenville?

—ComoyadeclaréenBangor,BillyPurduecontratóaalguienparalocalizarasuspadres.Penséquequizásintentaríaseguiresapistaahoraqueseencuentraenapuros.

—¿Yestásiguiendolapista?

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—Éluotrapersona.Ellisseacercóamí,yasólolamoledesucuerporesultabaamenazadora,ysumiradamásaún.—Dime adónde ibas, Bird, o te juro por Dios que te detengo ahora mismo y examino

detenidamentelapistolaquellevas.ComprendíqueEllisnobromeaba.AunquelasarmassilenciadassehallabanenelfondodeCasco

BayjuntoaMifflin,nopodíaretrasarlabúsquedadeEllenCole.—Medirijoalnorte,aunpueblollamadoDarkHollow.Hadesaparecidolahijadeunamigomío.

Voyaintentarencontrarla.SumadreeralapersonaconquienmereuníanocheenelJavaJoe's.Suexpresióndeirasesuavizóunpoco.—¿EsunacoincidenciaqueDarkHollowseaelpueblodeBillyPurdue?—Nocreoenlascoincidencias.Diootrapalmadaenelcapóypareciótomarunadecisión.—Yotampoco.Mantenteencontacto,Bird,¿quedaclaro?Sediomediavueltayregresóalcoche.—¿Esoestodo?—pregunté,sorprendidoalverquedejabaelasuntotanfácilmente.—No,supongoqueno,peronosemeocurrequémáspuedohacer.—Sedetuvojuntoalapuerta

abiertadelcocheymeobservó—.Parasertesincero,Bird,porunladosopesolasventajasdellevarteajefaturaeinterrogarte,enelsupuestodequeconfesarasalgo,yporotroladolasventajasdetenertevagandoporahíyremoviendodebajodelaspiedras.Demomentolabalanzasedecantaenfavordelasegundaopción,peropormuypoco.Recuérdalo.

Esperéuninstante.—¿Significaesoquehasdecididonoreclutarme,Ellis?Nocontestó.Moviólacabezaenungestodenegación,semetióenelcocheysealejó,yyome

quedéallípensandoenTonyCelli,enStritchyenunviejoquebebíacervezaenunbardelpuertoyesperabaaqueelnuevomundolodejaraparasiempreenlacuneta.

Le había contado a Ellis parte de la verdad, pero no toda. Iba a Dark Hollow, estaría allí alanochecer,peroantesLouisyyovisitaríamosBoston.Existíauna remotaposibilidaddequeTonyCellihubiesesecuestradoaEllenCole,quizáconlaesperanzadeutilizarlacomoelementodepresiónsiyoencontrabaaBillyPurdueantesqueél.Aunquenofueraasí,habíaasuntosqueaclararantesdeenfrentarnosotravezconTonyCelli.Tonyeraunmafioso.ConveníaquetodoelmundosupiesequéposturaadoptarconrespectoalfuturodeTony.

AntesdesalirparareunirmeconLouisenelaeropuerto,paréenelguardamueblesKraft.Allí,entres unidades contiguas, estaban las pertenencias que conservaba demi abuelo: unosmuebles, unapequeñaestanteríaconlibros,variaspiezasdevajilladeplatayunapantalladechimeneametálica,yunaseriedecajasllenasdedocumentosydeexpedientesviejos.Tardéquinceminutosenlocalizarloquebuscabay llevármeloal coche:unacarpetamarrónde fuellecerradaconunacinta roja.En laetiquetadelíndice,escritoenlaafiligranadacaligrafíademiabuelo,aparecíanlaspalabras:«CalebKyle».

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16

AlZoperabadesdeundespachosituadosobreunatiendadecómicsenNewburyStreet.Setratabadeunaubicaciónpococomún,peroaéllegustabaestarenunazonadondelosturistascurioseabanentiendas de ropa cursi, tomaban tés exóticos o visitaban galerías de arte. Era un lugar concurrido,habíademasiadagentealrededorparaqueaalguienseleocurriesecausarproblemasypodíapedirqueletrajesencafésaromatizadosovelasperfumadascuandoleveníaengana.

LouisyyotomábamosheladodechocolateybebíamoscaféenlaterrazadelaheladeríaBenandJerry's,frentealedificiodepiedrarojizadondesehallabaeldespachodeAlZ.Éramoslosúnicossentados fuera, básicamente porque hacía tanto frío que mi helado ni siquiera había empezado aderretirse.

—¿Creesquenoshabrávisto?—preguntécuandomisdedos renunciaronasostener lacucharasinquemetemblaran.

Louisdiounsorbodecaféconactitudpensativa.—¿Unhombrenegroaltoyapuestoysuchicoblancosentadosenlaterrazadeunaheladeríaen

plenoinvierno?Aestasalturasalguientienequehabersefijadoenqueestamosaquí,esodesdeluego.—Nosésiacabadegustarmequemellamen«chico»—reflexioné.—Ponte en la cola, blanquito. Nosotros los negros te llevamos trescientos años de ventaja en

cuantoaesaquejaenparticular.Encimadelatiendadecómics,unasombrasemoviótrasunaventana.—Vamos—dijoLouis—.Sinofueraporelfrío,losnegrosyaseríanlosdueñosdelmundo.Enloaltodelaescaleradeentrada,juntoalescaparatedelatienda,habíauninterfonoalladode

unapuertademaderasinventana.Pulséeltimbreyunavozcontestó:—¿Sí?—BuscoaAlZ—dije.—Aquí no hay ningún Al Z —respondió la voz con marcado acento inglés y juntando las

palabras.Acontinuaciónseoyóunchasquidoyelinterfonoquedóensilencio.Louisvolvióallamar.—¿Sí?—dijolamismavoz.—Tío,abredeunaputavez.Seoyóelzumbidodelinterfonoyentramos.Lapuertablindada,provistademuelle,secerróde

golpe.Subimosloscuatrotramosdeescalerahastaunasencillapuertasinbarnizarqueestabaabierta.Alotroladohabíaunasiluetabajayrobusta,apoyadacontralaventanaquehabíamásalláyconlamanoamediocaminoentreelcuelloyelcinturónenactituddeempuñarlapistolasieranecesario.Elúnicoadornoenlapareddelrellanoeraunrelojblancoynegrodeaspectobarato,quemarcabalossegundosconundébiltictac.Dedujequedetrásseescondíalacámaradevigilancia.Cuandoentré

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eneldespachoyviqueelmonitordetelevisiónenelescritoriodeAlZmostrabasóloelhuecodeescaleravacío,comprendíquehabíaacertado.

Eneldespachohabíacuatrohombres.Unoeraeltipobajoyrobusto,depieltanamarillacomounaveladecera.Enungastadosofádepielhabíaunhombredemayoredad,con lapapadadeunbasset,laspiernascruzadas,camisablancaycorbatarojadesedabajountrajenegro.Unaspequeñasgafasdesoldemonturaredondaocultabansusojos.Apoyadocontralapared,unjovenmatónconlospulgaresenganchadosenlaspresillasvacíasdelacinturamanteníaabiertaunachaquetagrisplatapararevelarlaculatadeunasemiautomáticaH&K.Lospantalonesgrisesdevestirlehacíanbolsasenlas rodillas y las perneras se estrechaban hasta reducirse a pocomás que limpiadores de pipa allídondedesaparecíandentrodeunascamperasconadornosdeplata.Enel lugardedondevenía,sindudalavueltaalamodadelosañosochentaseguíaenplenoapogeo.

Louis miraba al frente, como si en el despacho no hubiera nadie excepto el cuarto hombre,sentadotrasunescritoriodetecacontaraceadepielverdesobreelquehabíasólounteléfononegro,un bolígrafo, un cuaderno y el monitor de televisión, que mantenía la escalera bajo incesantevigilancia.

AlZparecíaelacicaladodirectordeunafunerariaenvacaciones.Teníaelcabelloraloygris,deaspectountuoso,peinadohaciaatrásparadespejarlaanchafrente,ypegadoalcráneo.Teníalacaraangulosa,curtidayarrugada,losojososcuroscomoópalos,loslabiosfinosysecos,lasventanasdela alargada nariz anormalmente abiertas, como si perteneciese a una raza criada con el propósitoespecíficodedesarrollarlacapacidadolfativa.Vestíauntrajeconchalecodetonosotoñales,latelaera una mezcla de rojos, anaranjados y amarillos exquisitamente entretejidos. Llevaba el afiladocuellodelacamisablancadesabrochado,sincorbata.Enlamanoderechasosteníauncigarrillo;laizquierdareposabaconlapalmasobreelescritorio,lasuñascortasylimpiasperosinmanicura.AlZactuaba como intermediario entre las altas esferas de la organización y los niveles más bajos.Resolvíaproblemascuandosurgían.Teníaundonpararesolverproblemas,perolamanicuracarecíadesentidocuandoeltrabajodeunosiempreimplicabaensuciarselasmanos.

Frentealescritorionohabíasillas,yelhombredeltrajeoscuroestabarepantigadoenelsofá,asíquenosquedamosdepie.AlZsaludóaLouisconlacabezayluegosequedómirándomecomoparaevaluarme.

—Vaya,vaya,elfamosoCharlieParker—dijoporfin—.Sihubiesesabidoquevenía,mehubierapuestocorbata.

—Todo el mundo te conoce. Así que ¿cómo vas a ganarte la vida de detective privado? —mascullóLouis—.ContratarteatiparatrabajossecretosescomocontrataraJayLeno.

AlZesperóaqueLouisterminasedehablarantesdeconcentrarsuatenciónenél.—Sihubiesesabidoquetraeríacompañíatandistinguida,señorParker,habríaobligadoatodos

losdemásaponersetambiéncorbata.—Cuántotiemposinverte—dijoLouis.AlZasintió.—Tengoproblemaspulmonares.—Moviósuavementeelcigarrillo—.ElairedeNuevaYorkno

mesientabien.Prefieroestazona.Perohabíaotras razones: lamafiayanoera loquehabíasidoenotro tiempo.ElmundodeEl

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Padrinoerahistoriapasadaantesdequelapelículallegaraalaspantallas.Yaporentonceslaimagende los italianos había quedado empañada por su implicación en la epidemia de la heroína de lossetenta, y empeoraría más aún a causa de individuos como John Gotti Junior. La ley RICO—lalegislacióncontralacorrupciónyelcrimenorganizado—habíapuestofinalasestafasenelsectordelaconstrucción,losmonopoliosenlarecogidadebasurasyelcontrolporpartedelamafiadelmercadodelpescadodeFultonStreetenNuevaYork.

Eltráficodeheroínaqueserealizabadesdepizzeríashabíadesaparecidoen1987porlaaccióndelFBI.Losviejoscaposhabíanmuertooestabanenlacárcel.

Entretanto, losasiáticossehabíanexpandidomásalládeChinatowncruzandola líneadivisoriaformadaporCanalStreetypenetrandoenLittleItaly,ylosnegrosyloslatinoscontrolabanahoralasactividadesenHarlem.AlZhabíaolfateadolamuerteenelaireysehabíarefugiadomásaúnenlaclandestinidadhastaqueporfinsetrasladóalnorte.AhoraocupabaundesangeladodespachosobreunatiendadecómicsdeBostonyprocurabaconservarciertogradodeestabilidadenlopocoquelequedaba.Poresemotivo,TonyelLimpioeraunpeligro:creíaenlosmitosyaúnveíaposibilidadesde gloria personal en losmaltrechos restos del antiguo orden. Sus actuaciones entrañaban gravesriesgos para sus colaboradores en una época en que la organización se hallaba en una posicióndebilitada. Su propia existencia representaba una amenaza para la supervivencia de quienes teníaalrededor.

Anuestraizquierda,eljovenpistoleroseseparódelapared.—Vancargados,Al—dijo—.¿Quieresquelosaligere?ConelrabillodelojoviqueLouislevantabaunacejacasidoscentímetros.AlZadvirtióelgesto

ysonrióconsemblantecomprensivo.—Tedeseosuerte—dijo—.Dudomuchoquealgunodenuestrosinvitadossealaclasedepersona

querenunciaasusjuguetesasícomoasí.El aparente aplomo del joven pistolero se vino abajo por unmomento, como si no supiese si

estabanponiéndoloapruebaono.—Amínomeparecentanduros—comentó.—Fíjatemejor—contestóAlZ.Elpistolerosefijó,perosucapacidaddepercepcióndejabamuchoquedesear.Miródenuevoa

AlZyacontinuaciónhizoademándeacercarseaLouis.—Yoquetúnoloharía—advirtióLouissinlevantarlavoz.—Túnoeresyo—replicóeljoven,peroconunasomodecautelaenlavoz.—Esoesverdad—convinoLouis—.Siyofueratú,novestiríacomounchulodemarcamayor.Unaintensaluzdestellóenlosojosdeljoven.—Comomehablesasí,putoneg…La palabra se convirtió en una especie de grito ahogado cuandoLouis se volvió, le agarró el

cuelloconlamanoizquierdayloempujóhaciaatrásalavezquesacabalapistoladelitalianodelafunda y la tiraba al suelo. El joven balbuceó al chocar contra la pared y gotas de saliva salierondespedidasdesuslabiosjuntoconelaireexpulsadodelospulmones.Luego,pocoapoco,suspiesempezaron a separarsedel suelo, primero los talones, luego laspuntas, y al final sólo lo sosteníaerguido la inflexible mano izquierda de Louis. Su rostro adquirió un color rosado, luego rojo

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intenso.YLouisnolosoltóhastaquesuslabiosyorejasempezaronateñirsedeuntonoazul;enesepuntoabrióderepentelosdedosyelpistolerosedesplomó,einmediatamentesellevólasmanosalcuellodelacamisabuscándoseatientaselbotónenundolorosoyanhelanteesfuerzoporllenarselosresecospulmones.

Duranteelincidentenadiesemovió,porqueAlZnohabíadadoindicaciónalgunaenesesentido.ContemplóelforcejeodesuhombretalcomocontemplaríaenlaplayaaunagonizantecangrejoconunasolapinzayluegocentródenuevolaatenciónenLouis.

—Tendrá que disculparme —dijo—. Algunos de estos chicos aprenden sus modales y suvocabulario en los bajos fondos. —Volviéndose hacia el hombre robusto apoyado en la puerta,señalóconelcigarrilloaljovencaídoenelsuelo,enesemomentorecostadocontralapared,conlosojosvidriososylabocaabierta—.Llévaloalbañoydaleunvasodeagua.Despuésintentaexplicarleenquésehaequivocado.

Eltiporobustoayudóalevantarsealdemenoredadyloacompañóafuera.Elhombrecorpulentodel sofá no semovió.AlZ se puso en pie y se acercó a la ventana, donde se quedó unmomentomirandoalacalle;luegosediomediavueltaysereclinócontraelalféizar.Ahoralostresestábamosalmismonivel,yadvertíenelloungestodebuenaeducacióndespuésdeloocurrido.

—Ybien,caballeros,¿quépuedohacerporustedes?—preguntó.—Haceunosdíasvinoavermeunachica—expliqué.—Afortunadousted.Laúltimavezquemevisitóamíunachicamecostóquinientosdólares.—

Riósupropiochiste.—Lachicaeshijadeunamigomío,unexpolicía.AlZhizoungestodeindiferencia.—Perdone,peronoentiendoquétieneesoqueverconmigo.—DespuésdequesemarcharatuveunencuentroconTonyelLimpio.Fuedoloroso,perodudo

queaTonyleresultaramuchomásagradablequeamí.AlZdiounalargacaladayexhalóelhumoporlanarizconunruidososuspiro.—Siga—dijoconhastío.—QuierosabersiTonyhasecuestradoalachica,quizácomorehénparapresionar.Si latiene,

debeentregarla.Noleconvienemeterseenproblemasconlapolicía,ymenosconlosqueyatiene.AlZsefrotólascomisurasdelosojosy,sinhablar,moviólacabezaenungestodeasentimiento.

Miróalgordosentadoenel sofá.Éstehizounademáncasi imperceptible,era imposibleverle losojostraslasgafas.

—Veamossi loheentendidobien—dijoporfinAlZ—.¿Quierequeyo lepregunteaTonyelLimpiosihasecuestradoalahijadeunexpolicíay,siesasí,queledigaquelaentregue?

—Sinolohace—añadióLouisconcalma—,tendremosqueencargarnospersonalmente.—¿SabendóndeestáTony?—preguntóAlZ.Percibíunacrecientetensióneneldespacho.—No—contesté—.Silosupiéramos,quizánoestaríamosaquí.Hemospensadoquetalvezusted

losepa.AlgoenlamaneraenqueAlZhabíaplanteadolasúltimaspreguntasmeindujoapensarqueen

realidad no lo sabía, que Tony el Limpio había escapado al control deAl Z, y sospeché que éste

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calibrabaya su propia postura en aquel asunto aun antes de nuestra llegada.Ésa era lamisióndelgordodelsofá.Poresonolehabíapedidoquesemarchara,porquenoeralaclasedehombreaquienselepidequeselarguedeunahabitación.Eralaclasedehombrequehacíalaspreguntas.ATonyelLimpioselehundíaelmundo,hechoqueAlZpareciócorroborarconsussiguientespalabras.

—Dadaslascircunstancias,seríapocoprudentequeustedesseinvolucraranenelasunto—dijoenvozbaja.

—¿Quécircunstancias?—repuse.Expulsóunabocanadadehumo.—Asuntos profesionales privados, la clase de asuntos que deben seguir siendo privados. Si

ustedesnoseretiran,quizátengamosqueapartarlosnosotros.—Puedequenonosdejemosapartar.—Esoserádifícilsiestánmuertos.Meencogídehombros.—Llegaraesepuntoserálapartecomplicada.Peseatratarsedeuntirayafloja,laamenazasubyacenteenlavozdeAlZllegabaaltayclara.Lo

observémientrasapagaba,conmásfuerzadelaestrictamentenecesaria,lacolillaenuncenicerodecristaltallado.

—Asípues,¿novaaquedarsealmargendenuestrosasuntos?—preguntó.—Susasuntosmetraensincuidado.Misinteresessonotros.—¿Lachica?¿OBillyPurdue?Mesorprendióperosóloporunmomento.SiAlZdetectabaelpulsodealgo,poníaallíeldedoy

noloretirabahastaquecesaba.—Porque si se trata de Billy Purdue—prosiguió—, es posible que nos encontremos ante una

dificultadenciernes.—Lachicadesaparecidaesunaamiga,peroRitaFerris,laexmujerdeBilly,eramiclienta.—Suclientaestámuerta.—Misobligacionesvanmásallá.AlZsepellizcóellabio.Asuderecha,elgordodelsofápermaneciótanimpasiblecomounbuda.—Asíqueesustedunhombredeprincipios—dijoAlZ.Pronunciólapalabra«principios»como

sifueralacáscaradeuncacahuetequeestuvieraaplastandoconeltacón—.Bueno,tambiényosoyunhombredeprincipios.

Lo dudaba mucho. Los principios son caros de mantener, y Al Z no parecía poseer recursosmorales suficientes para ello. De hecho, Al Z no parecía capaz de reunir siquiera los recursosmoralesnecesariosparamearenunorfanatoenllamas.

—Nocreoquesusprincipiosy losmíosencajendentrode lamismadefinición—contestéporfin.

Sonrió.—Puedequeno.—SevolvióhaciaLouis—.¿Ycuálessuposiciónentodoesto?—Alladodeél—respondióLouis,einclinóligeramentelacabezaendirecciónamí.—Entoncestendremosquellegaraunacuerdo—concluyóAlZ—.Soypragmático.Siactúacon

discreciónenesteasunto,nolomataréamenosquemeveaobligado.

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—Lomismodigo—contesté—.Considerandolahospitalidadquenoshademostradoydemás.Dichoestonosfuimos.

Fuerahacíafríoyelcieloestabaencapotado.—¿Túquéopinas?—preguntóLouis.—OpinoqueTonyactúaporiniciativapropiayquequizátienelaesperanzadesalirdeestelío

antesdequeAlZpierdalapaciencia.¿CreesquehansecuestradoaEllen?Louisnorespondiódeinmediato.Cuandohabló,advertíunaexpresiónseveraensumirada.—Lahayansecuestradoono,todoestárelacionadoconBillyPurduedeunamanerauotra.Eso

significaquealguienvaaacabarmal.CaminamoshastaBoylstonyparamosuntaxi.Cuandosedetuvo,Louisentróydijo:—Logan.Peroyolevantéunamanoypregunté:—¿Podemosdarunrodeo?Louishizoungestodeindiferencia.Eltaxistatambién.Parecíaunamalapantomima.—Harvard —dije. Miré a Louis—. No es necesario que vengas. Podemos reunirnos en el

aeropuerto.Louisenarcóvisiblementeunaceja.—No,teacompaño,amenosqueconsideresquevoyalimitartulibertaddemovimientos.El taxi nos llevó hasta elmonolíticoWilliam JamesHall, cerca deQuincy yKirkland.Dejé a

Louisenelvestíbuloysubíenascensoralasección232,dondeestabanlasoficinasdelDepartamentodePsicología.Teníaunnudoenelestómagoylaspalmasdelasmanosempapadasdesudor.Enlasoficinas,unaamablesecretariamedijodóndeestabaeldespachodeRachelWolfe,peroañadióqueaquel día no la encontraría allí.Asistía a un seminario fuera de la ciudadyno regresaría hasta lamañanasiguiente.

—¿Quieredejarlealgúnmensaje?—preguntó.Considerélaposibilidaddedarmemediavueltaymarcharme,peronolohice.Saquéunatarjeta

demi cartera, anoté al dorsomi nuevo número de teléfono de Scarborough y se la entregué a lasecretaria.

—Sólohágalellegaresto,porfavor.Sonrió.Ledilasgraciasymefui.LouisyyovolvimosaHarvardSquareparatomaruntaxi.Nohablóhastaqueíbamosdecamino

aLogan.—¿Habíashechoestoantes?—preguntóconunlevísimoasomodesonrisa.—Unavez.Peronolleguétanlejos.—Asíquetú,digamos,laestásacechando,¿no?—Noesacecharcuandoconocesbienalapersona.—Ah.—Movió la cabeza en un exagerado gesto de asentimiento—. Gracias por aclarármelo.

Nuncahabíaentendidobienladiferencia.—Trasunsilencio,preguntó—:¿Yquétepropones?—Mepropongodisculparme.

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—¿Quieresvolverconella?Tamborileéconlosdedosenlaventanilla.—Noquieroquelascosasquedenentrenosotroscomoestánahora,sóloeso.Parasertesincero,

no sé loqueestoyhaciendoy, comoya ledije a tu amiguito,ni siquiera tengo la certezadeestarpreparadotodavía.

—Pero¿laquieres?—Sí.—Enesecasolavidadecidirácuándoestáspreparado.Novolvióahablar.

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17

ÁngelnosrecogióenelaeropuertoyfuimosacomeraunodelosrestaurantesdeMaineMallantesdedirigirnosalnorte.

—Joder—dijoÁngelmientrasrecorríamosencocheMaineMallRoad—.Fijaosenesto.TienesBurgerKing,InternationalHouseofPancakes,Dunkin'Donuts,pizzerías.Estánloscuatroprincipalesgruposdecomidaaunpaso.Sivivesaquídemasiadotiempo,acabarássaltandodeunsitioalotro.

ComimosenunrestaurantechinodelasgaleríasylecontamosaÁngelnuestroencuentroconAlZ.Acambio,élsacóunacartaarrugadaquehabíallegadoacasadeRonaldStraydeerdirigidaaBillyPurdue.

—Lapolicíaylosfederaleshicieronunbuentrabajo,peronoseocuparondetuamigoRonalddebidamente—comentó.

—¿Hablasteconéldesuperro?—pregunté.—Hablamosdesuperroyluegocomimosestofado.Diolaimpresióndequeselerevolvíaelestómago.—¿Concarnedealgúnanimalatropellado?Me constaba que Ronald no le hacía ascos a la carroña pese a las leyes del estado contra el

consumodeanimalesmuertosenlascarreteras.Yo,personalmente,noveíamalalgunoenutilizarlacarnedeunciervoodeunaardilla comoalimentoen lugardedejarque sepudrieseenunarcén.Ronald preparaba un magnífico filete de venado, acompañado de remolacha y zanahorias queconservabaenterradasenarena.

—Medijoqueeraardilla—continuóÁngel—,peroolíaamofeta.Mepareciódemalaeducaciónpreguntar.Porlovisto,lacartaparaBillyllegóhaceunasemana,perocomonosehadejadoverporallí,Ronaldnoselahabíadado.

LacartallevabamatasellosdeGreenville.Erabreve,pocomásqueunsaludo,conciertosdetallessobreunasreformasenlacasayalgúncomentariosobreunviejoperroqueelautordelacartaaúnteníayque,alparecer,BillyPurdueconocíadesdequeeracachorro.Estabafirmada,convacilanteletradeanciano:«MeadePayne».

—Asíquesehanmantenidoencontactotodosestosaños—comenté.Parecíaconfirmarloqueyohabíapensado:siBillyPurduebuscabalaayudadealguien,éseseríaMeadePayne.

ViajamosdeuntirónhastaDarkHollow,ÁngelyLouisseadelantaronenelMercury.Lanieblaera cada vez más espesa a medida que avanzábamos hacia el norte, y al recorrer el camino dePortlandaDarkHollowparecíaquenosadentrábamosenunmundoextrañoyespectral,dondelaslucesde lascasasresplandecíantenuementey loshacesde losfarosadquirían lasolidezde lanzas,

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donde los cartelesde la carretera anunciaban lapresenciadepueblosque se reducían agruposdeviviendasdispersassinunnúcleoocentro.Habíanpronosticadomásnevadasyprontolasmotosdenievellegaríanmasivamenteparadeslizarseatodavelocidadporlareddepistasinterestatales.PerodemomentoGreenvilleseguíatranquilacuandolaatravesé,conarenaynievemezcladasjuntoalacarretera,ysólomecrucécondoscochesenlasuperficiedesigualysalpicadadesocavonesdeLilyBayRoadcaminodeDarkHollow.

Cuandolleguéalmotel,ÁngelyLouisyaestabanenlarecepción.Traselmostrador, lamismamujer con reflejos azules en el pelo que me había recibido unos días antes examinaba sus datosanotadosenunaúnicaficha.Asulado,ungatopardodormíahechounovillosobreelmostrador,conelhocicotocandocasielrabo.ÁngelseencargódehablarconellamientrasLouisechabaunvistazoalosmanoseadosfolletosturísticosdeunexpositor.Memirócuandoentré,peronomeprestómásatención.

—¿Compartenhabitaciónloscaballeros?—preguntólamujerdelosreflejosazules.—Sí, señora—contestó Ángel con expresión de sensatez doméstica en el rostro—. Un dólar

ahorradoesundólarganado.LamujerlanzóunaojeadaaLouis,rutilanteconuntrajegris,abrigogrisycamisablanca.—¿Espredicador,suamigo?—preguntólamujer.—Algo así, señora—contestóÁngel—.Pero se dedica exclusivamente alAntiguoTestamento.

Ojoporojoytodoeso.—¡Québien!Poraquínovienemuchagentereligiosa.Louis tenía laexpresióndearraigadosufrimientodeunsantoqueacabadeenterarsedequeel

potrodetorturahadetensarseunpocomás.—Si les interesa —prosiguió la mujer—, esta noche tenemos un oficio baptista. Serán

bienvenidossiasisten.—Gracias, señora —dijo Ángel—. Pero preferimos practicar nuestros propios ritos de

veneración.Ellasonrióconsemblantecomprensivo.—Mientrasseaalgosilenciosoynomolestealosotroshuéspedes…—Haremosloposible—intervinoLouis,yrecogiólallave.Cuandomeacerquéalmostrador,lamujermereconoció.—¿Otravezaquí?DebedehaberlegustadoDarkHollow.—Espero llegar a conocer mejor el pueblo—respondí—. Quizás usted pueda ayudarme con

ciertoasunto.Lamujersonrió.—Porsupuesto,siestáenmismanos.Le entregué una foto de Ellen Cole, de esas que se toman en un fotomatón. Había hecho una

fotocopiaampliadaencolor,demodoqueahoraeraunretratodeveinteporveinticinco.—¿Reconoceaestachica?Lamujerobservólafotografíaentornandolosojostraslasgruesaslentesdelasgafas.—Sí.¿Estámetidaenalgúnlío?—Esperoqueno,perohadesaparecidoysuspadresmehanpedidoquelosayudeaencontrarla.

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Lamujervolvióaconcentrarseenlaimagenalavezqueasentíaconlacabeza.—Sí,larecuerdo.EljefeJenningspreguntóporella.Sealojóunanocheaquíconunjoven.Puedo

darlelafechasiquiere.—¿Seríatanamable?Sacóunafichadeunarchivadorverdeyexaminólosdatos.—Elcincodediciembre—dijo—.PagaroncontarjetadecréditoanombredeEllenC.Cole.—¿Recuerdasipasóalgo,algofueradelocomún?—No, nada importante. Alguien les había sugerido que visitaran la zona, un autoestopista que

recogieronenPortland.Esoestodo.Ellaeraencantadora,lorecuerdo.Élerauntantoarisco,peroaesaedadavecessonasí.Yolosébien:hecriadoacuatroyeranpeoresqueratasdemuellehastaquecumplieronlosveinticinco.

—¿Algúnindiciodehaciadóndesedirigíanalmarcharsedeaquí?—Al norte, supongo, quizás a Katahdin. No lo sé con seguridad, pero les dije que, si tenían

tiempo,fuesenaverlapuestadesolenellago.Pareciógustarleslaidea.Esunespectáculo.Ymuyrománticoparaunapareja jovencomoaquélla.Por lamañanalespermitíquedejaranmástardelahabitaciónparaquenotuvieranquehacerlasmaletasconprisas.

—¿YnodijeronquiénleshabíarecomendadovisitarDarkHollow?—pregunté.Meparecíaunasugerenciaextraña.DarkHollownoteníademasiadosencantos.

—Claroquesí.Fueunviejoqueseencontraronenelcamino.Lotrajeronhastaaquíencocheycreoquequizásevieronconélantesdemarcharse.

Sentíquesemerevolvíaunpocoelestómago.—¿Mencionaronsunombre?—No.Peronoparecíadeporaquí—respondióella.Arrugólafrente—.Nomediolaimpresión

dequeestuvieranpreocupados,niporelhombre,nipornada.¿Quédañopodíahacerlesunviejo?Creoqueinicialmenteplanteólapreguntademaneraretórica,perocuandoacabódehablar,los

dosalbergábamosyaciertasdudasalrespecto.Sedisculpó,medijoquenosabíanadamásyluegomeindicócómollegarallago,aunostreso

cuatrokilómetrosdelpueblo,señalándomeloenunplanoturístico.Trasdarlelasgracias,fuiadejarlabolsadeviajeenmihabitaciónyllaméalapuertadelahabitacióncontigua,ocupadaporÁngelyLouis. Abrió Ángel y entré. Louis estaba colgando sus trajes en el destartalado armario marrón.Apartéalviejodemimente.Noqueríasacarconclusionesprecipitadas,todavíano.

—¿Quéhacelagenteenestepuebloparadivertirse?—preguntóÁngelysedejócaerenunadelasdoscamasdematrimonio—.AquíhaymenosmarchaqueenelVaticano.

—Abrigarseeninvierno—dije—yesperaralverano.—¿Yquépasacuandollegaelverano?—Avecesnollega.—¿Entoncescómonotanladiferencia?—Eninviernolalluviaseconvierteennieve.—Unaexistenciamuyaleccionadorasiunoesunárbol.Louisacabódeordenarsuropaysevolvióhacianosotros.—¿Hasaveriguadoalgo?

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—LamujerderecepciónrecuerdaaEllenyasunovio.Lesrecomendóquefuesenaverlapuestadesolenlasafuerasdelpueblo,ysuponequedespuéssiguieronhaciaelnorte.

—Quizásíquefueronalnorte—dijoLouis.—SegúnLeeCole, la guardia forestal del ParqueEstatal deBaxter no tiene constancia de que

hayan visitado la zona. Aparte de eso, las opciones hacia el norte sonmuy limitadas. Además, lamujerderecepcióndicequetrajeronaunviejoenelcochehastaaquí,yquefueeseviejoquienlessugirióquesealojasenenDarkHollow.

—¿Yquéhaydemaloenello?—Nolosé.Dependedequiénfuese.Podríanotenerningunaimportancia.Perome acordédel viejoquehabía perseguido aRitaFerris en el hotel, y del viejoqueBilly

Purduedecíahabervistopocoantesdequealguienlearrebataseasufamilia.Ymeacordétambiéndealgo que me había dicho Ronald Straydeer cuando nos hallábamos frente a la caravana de BillyPurdue hablando de un hombre al que quizás había visto o quizá no en su propiedad. «Te estáshaciendoviejo»,lehabíadichoyo,yélmeentendiómalycontestó:«Sí,quizáfueseunviejoelquevino».

—¿Yahoraqué?Hiceungestodedesánimo.—VoyatenerquehablarconRandJennings.—¿Quieresqueteacompañemos?—No,tengootrosplanesparavosotros.AcercaosalacasadePayneparaverquépasa.—¿ParaversiBillyPurduehaaparecidoporallí,quieresdecir?—preguntóÁngel.—Eso,oloquesea.—¿Ysihaaparecido?—Iremosabuscarlo.—¿Ysino?—EsperaremoshastaquemeaseguredequeEllenColenoandametidaenproblemasporaquí.

Después…—Meencogídehombros.—Esperamosunpocomás—concluyóÁngel.—Sí,supongo—respondí.—Esbuenosaberlo—dijo—.Así,almenospuedoplanearquéponerme.

La Comisaría de Policía de Dark Hollow estaba fuera del término municipal, a unos doskilómetrosalnorte.Eraunedificiodeobravistadeunasolaplanta,consupropiogeneradorenunhabitáculodehormigónenel ladoeste.Erabastantenuevo,pueshacíaunpardeañosun incendiodestruyólafachadaorientadaalacalledelaestructuraoriginal.

Dentrolatemperaturaeraagradableyestababieniluminado,yunsargentoenmangasdecamisarellenaba impresosdetrásdeunescritoriodemadera.Ensu relucienteplaca se leíaRESSLER,asíque supuse que se trataba delmismoRessler que había vistomorir a EmilyWatts.Me presenté ypreguntéporeljefe.

—¿Conquémotivodeseaverle?

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—EllenCole—contesté.Conlafrenteunpocofruncida,descolgóelauricularymarcóunaextensión.—Jefe, hay aquí un hombre que quiere hablar con usted de Ellen Cole—dijo. Luego tapó el

auricularysevolvióhaciamí—.¿Cómohadichoquesellama?Volvíadarleminombreylorepitióporelteléfono.—Asíes,jefe.Parker.CharlieParker.—Escuchóporunmomentoymemiródearribaabajocon

atención—.Sí,másomenoscoincide.Claro,claro.—Colgóymeexaminódenuevoensilencio.—¿Merecuerda,pues?—pregunté.Resslernocontestó,peromediolaimpresióndequeelsargentoconocíabienasujefeyhabía

detectadoalgoensuvozquelohabíapuestoenguardia.—Sígame—dijoa lavezquedescorríaelpasadordeunacancelaaun ladodelescritorioy la

manteníaabiertaparadejarmepasar.Aguardé mientras la cerraba y luego lo seguí entre un par de escritorios hasta un pequeño

cubículodecristal.Detrásdeunescritoriometálico, sobreelquehabíabandejasconpapelesyunordenador,estabaRandallJennings.

Nohabíacambiadomucho.Desdeluego,habíaechadocanasyseleveíaligeramentemásgordo.Tenía el rostro algohinchadoyuna incipientepapada, pero continuaba siendounhombre apuestoconojos castaños demirada penetrante y hombros anchos y fuertes.Debió de resentírsele el ego,pensé,cuandosumujerseenredóconmigo.

EsperóaqueResslersemarchaseycerraselapuertadeldespachoantesdehablar.Nomeofrecióasientonipareciómolestarleelhechodeque,depie,lomirasedesdearriba.

—Pensabaquenuncamásvolveríaavertelacara—dijoporfin.—Lo suponía por la manera en que te despediste. Me sorprende que no le hayas pedido al

sargentoquesequedaseavigilarlapuerta.No respondió. Se limitó a ordenar unos papeles sobre la mesa. No supe si, con ese gesto,

pretendíadistraerseodistraermeamí.—¿HasvenidoporlodeEllenCole?—Asíes.—Nosabemosnada.Vinoysefue.—Alzólasmanosenunademándeimpotencia.—Puessumadrenopiensalomismo.—Medaigualloquepiensesumadre.Estoydiciéndoteloquesé,lomismoqueledijeasupadre

cuandosepresentóaquí.Sospechéqueporpoconomehabía topadoallí conWalterCole,quequizás inclusohabíamos

estado en el pueblo almismo tiempo. Sentí cierta lástima al pensar que se había visto obligado aviajarhastaallásolo,temiendoporlaseguridaddesuhija.Yolehabríaayudadosilohubiesesabido.

—Lafamiliapresentóunadenunciadedesaparición.—Estoyenteradodeeso.Unagentefederalsemehaechadoencimaporunexpedientedelqueno

hayconstanciaenelCNIC.—Memiróconseveridad—.LedijequeDarkHollowestámuylejosdeNuevaYork.Aquíhacemoslascosasanuestramanera.

Noreaccionéasuandanadadeterritorialismo.—¿Vaisatomaralgunamedidaenrelaciónconladenuncia?—insistí.

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Jennings se puso en pie y apoyó los nudillos de sus enormesmanos en el escritorio.Casimehabía olvidado de su envergadura física. Llevaba una pistola enfundada al cinto, una Coonan 357MagnumdeSt.Paul,Minnesota.Relucíayparecíanueva.Supusequeallínoteníamuchasocasionespara usarla, amenos que se sentase en el porche de su casa y practicase el tiro al blanco con losconejos.

—¿Esquenomeheexplicadobien?—dijoenvozbajaperoconunasomodeiracontenida—.Hemos hecho lo que estaba en nuestras manos. Hemos atendido la denuncia de desaparición. Ennuestraopinión, lachicay sunovio sehan fugado juntosy,porelmomento,no tenemosmotivosparasospecharotracosa.

—Lamujerdelmoteldicequesedirigíanalnorte.—Quizásí.—AlnortesóloquedanBaxteryKatahdin.Yallínohanestado.—Entoncesiríanaotraparte.—Esposiblequelosacompañaseotrapersona.—Puedeser.Yosóloséquesemarcharondelpueblo.—Ahoraentiendoporquénollegasteainspector.Diounrespingoyenrojeció.—Simedisculpas,tenemosunoscuantosdelitosrealesdelosqueocuparnos.—Claro.¿AlguienhaestadorobandoárbolesdeNavidadointentandotirarseaunalce,quizá?Rodeó el escritorio y pasó junto a mí para abrir la puerta del despacho. Creo que en parte

esperabaqueretrocediese,peronolohice.—Confíoenquenohayasvenidoabuscarproblemas—dijo.Esopodríahabersidounaalusióna

EllenCole,perosumiradadelatóquesereferíaaotrapersona.—Nonecesitobuscarmeproblemas—respondí—.Simequedoquieto el tiemponecesario, los

problemasvienenamí.—Seráporqueerestonto—dijomanteniendolapuertaabierta—.Noatiendesalasleccionesque

teenseñalavida.—Tesorprenderíasdelomuchoqueheaprendido.Me dispuse a salir del despacho, pero de pronto extendió lamano izquierda para cortarme el

paso.—Recuerdaunacosa,Parker:ésteesmipueblo,ytúeresuninvitado.Noabusesdelprivilegio.—Entonces,¿aquínoseaplicaesode«lomíotuyoes»?—No—contestó—.Noseaplica.

Abandonéel edificioymeencaminéhacia el coche con losdedos ateridosde frío a causadelcortantevientoquebramabaentrelosárboles.Habíaoscurecido.CuandolleguéalMustang,entróenel aparcamiento un viejo Datsun Sunny verde, paró y salió de él Lorna Jennings. Llevaba unacazadoranegradepielconunampliopañueloalcuelloyunosvaquerosconlaspernerasremetidasen lasmismas botas que calzaba la vez anterior. Nome vio hasta que se dirigió hacia la entradaprincipal. Cuando advirtiómi presencia, se detuvo unmomento y lanzó unamirada nerviosa a la

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puertaquequedababajolaluzantesdeacercarseamí.—¿Quéhacesaquí?—preguntó.—Hevenidoahablarcontumarido.Nosehamostradomuyservicial.Enarcóunaceja.—¿Ytesorprende?—No, la verdad es que no, pero no he venido por asuntos propios.Un chico y una chica han

desaparecidoycreoquequizásalguienaquísepaquéhasidodeellos.Mequedaréenelpueblohastaqueaverigüedequiénsetrata.

—¿Quiénesson?—Lahijadeunamigoysunovio.SellamaEllenCole.¿LahamencionadoRandalgunavez?Lornaasintió.—Dijo que había hecho lo que había podido. En su opinión, es muy posible que se hayan

escapadodecasa.—Amorentrejóvenes—comenté—.Esalgohermoso.Lornatragósalivaysepasólamanoporelcabello.—Teodia,Bird,porloquehiciste,porloquehicimos.—Hapasadomuchotiempo.—Paraélno—dijoella—.Niparamí.Mearrepentídehaberhabladodelamorentre jóvenes.Nomegustólaexpresióndesumirada.

Mepusonervioso.Peroyomismomesorprendícuando,acontinuación,pregunté:—¿Porquésiguesconél,Lorna?—Porqueesmimarido.Porquenotengoadondeir.—Esonoesverdad,Lorna.Siemprehayunsitioadondeir.—¿Hedetomármelocomounainvitación?—No,esunasimpleobservación.Cuídate.Hiceademándemarcharme,peroellamedetuvoapoyandolamanoenmibrazo.—No,Bird,cuídatetú—dijo—.Comotehedicho,Randnotehaperdonadoniteperdonará.—¿Tehaperdonadoati?—pregunté.Al hablar, su rostro adoptó una peculiar expresión, una expresión que me recordó aquella

primeratardequepasamosjuntosyelcalordesupielcontralamía.—Yonoqueríasuperdón—contestó.Esbozóunatristesonrisaysefue.

DespuésdeesomedediquéduranteunahoraarecorrerlastiendasdeDarkHollowenseñandolafotografía de Ellen Cole a todo aquel que se tomase lamolestia demirarla. La recordaban en elrestaurante y en el supermercado, pero nadie la había visto marcharse con Ricky y nadie pudoconfirmar si losacompañabaunhombre,ni especular sobrequiénpodía ser esaotrapersona.Laslucesdelastiendasproyectabanunresplandoramarillentosobrelanievey,mientrasibadeunladoaotroarrebujadoenmiabrigo,hacíacadavezmásfrío.

Cuando agoté todas las posibles vías de investigación, al menos de momento, regresé a mihabitación,meduchéymepuseunosvaqueros,unacamisayunsuéterantesdeenfundarmeelabrigo

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yprepararmeparareunirmeconÁngelyLouiseiracenar.Ángel,yadelantedelahabitación,bebíacaféyexhalababocanadasblancascomounmotordevaporenmalestado.

—Oye,aquífuerahacemáscalorquedentrodelahabitación—comentó—.Lasbaldosasdelbañoestántanfríasqueheperdidounacapadepieldelospies.

—Eresmuydelicado.Debedesercosadegays.—Sí,ytocoelviolínyescribograndesobrasliterariasenelváter.Nosésisabesqueesaclasede

estereotiposesloquehaimpedidoalosgays…—¿Impedidoqué?¿Quénohashechoquedeseaseshacerdeverdadcontodatualma?—¿VolveraNuevaYork?—¿Ysergayteloimpide?—No,supongoqueno.Erestúquienmeloimpide.—¿Loves?Elhechodesergaynotienenadaqueverconeso.Aunquefuerasheterosexual,note

quedaríamásremedioqueseguiraquí.Ángellanzóunresoplidodepesarydiopatadasalsueloaltiempoquesepasabaelcafédeuna

manoaotra,metiéndoselamanolibrebajolaaxilaopuestacadavez.—Paraya—dije—.Alfinalconseguirásquellueva.¿AlgúnindiciodeactividadencasadeMeade

Payne?Ángelentróenunestadoderelativainmovilidad.—No pudimos ver nada a no ser que llamásemos y pidiésemos galletas y un vaso de leche.

EstuvimosmirandocómocenabaneltipojovenyPayne,peroenaparienciaestabansolos.Ytú,¿hastenidosuerteconJennings?

—No.—¿Tesorprende?—Síyno.Notieneningunarazónparaayudarme,peroaquínosetratademí.SetratadeElleny

desunovio,ysinembargoheadivinadoensumiradaque,sipudiera,nodudaríaenutilizarlosparaatacarme.Noloentiendo.Hasufrido.Meconstaqueasíes.Sumujerselióconotroasusespaldas,conunhombrediezañosmenorqueél,perosigueconellaysurelaciónesundesastre.TampocoesqueRandfueraviejo,nicruel,niimpotente.Teníaloquehabíaquetener;oquizáloquehabíaquetenerdesdesupuntodevista.Yolequitéalgoynovaaperdonármelo.Pero¿cómoesposiblequenole preocupen Ellen Cole, Ricky o sus familias? Por mucho que me odie a mí, ellos deberíanimportarle.—Descarguéunapatadainútilmentecontraelsuelo—.Disculpa,Ángel.Estabapensandoenvozalta.

Ángelechóelrestodelcaféaunmontículodenieveheladaycompacta.Oíelsuavechisporroteoqueprodujoalcaermientraselcafécorrompíalablancuradeloscristalesdenieveunoporuno.

—Elsufrimientonolojustificatodo,Bird—dijoÁngelenvozbaja—.Asíquehasufrido,yavestú.Quesepongaalacolaconelrestodelagente,lossimplesmortales.Sufrirnoesjustificación,ytúlosabes.Lacuestiónescomprenderquelosdemástambiénsufren,yalgunossufrenmásdeloqueunollegaráasufrirnunca.Ysipuedeshaceralgopararemediarlo,lohaces,ylohacessingimotearysinaireartupropiacruzparaquetodoslavean.Lohacesporqueeslocorrecto.

»Porloquedices,eseRandJenningsnotieneungramodecompasiónenelcuerpo.Lebastaconcompadecerseasímismo,ynocomprendemássufrimientoqueelsuyopropio.Ysino,fíjateensu

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matrimonio.Esasituaciónescosadedos,Bird;almargendeloquetúsintierasporellaantes,ellasehaquedadoconélhastaeldíadehoy,ysitúnohubiesesaparecidocomocaídodelcielo,lascosashabrían seguido exactamente igual para ellos. Él sería infeliz, ella sería infeliz, y los dos seríaninfelicesjuntos,yporlovistohanpuestosuspropioslímitesaloquepuedeynopuedeocurrirparacambiaresasituación.

»Peroélesunegoísta,Bird.Sólopiensaensupropiodolor,supropiapena,ylaculpaaelladeeso,yatitambién,yporextensiónalmundoentero.LetraensincuidadoEllenCole,WalteryLee.Nohacemásquereconcomerseymaldecirporlapésimamanodecartasquecreequeleharepartidolavida,yesamanonovaacambiarnunca.

Lomiré,mirésuperfilsinafeitar,losbuclesdepelooscuroqueasomabanpordebajodelagorrade lana oscura, la taza de café vacía olvidada en lamano. Era un cúmulo de contradicciones.Meresultó chocante recibir lecciones sobre la vida de un ladrón semirretirado de unmetro sesenta ycincoycuyonovio,hacíaapenasveinticuatrohoras,habíaejecutadoaunhombrecontraunapareddeladrillo.Enmivida,reflexioné,estabanproduciéndosegirosextraños.

Ángelparecióadivinarmeelpensamiento,porquesevolvióhaciamíantesdeseguirhablando.—Tú y yo somos amigos desde hace mucho, quizás incluso sin ser conscientes de ello. Te

conozco y durante un tiempo estuviste a punto de convertirte en un hombre como Jennings y unmillónmásigualqueél,peroahoratengolacertezadequeesonovaapasar.Noestoymuysegurodecómocambiaronlascosasymeparecequenisiquieradeseosaber lamayoríadelascosasquepasaron.Loúnicoqueséesqueestásconvirtiéndoteenunhombrecapazdesentircompasión.Esonoeslomismoquelalástima,quelaculpabilidad,oqueintentarsaldarunadeudaconlafortunaoconDios.Essentireldolorajenocomopropio,yactuarparaeliminaresedolor.Yquizás,aveces,paraesosetienenquehacercosasqueestánmal,peroenlavidaelequilibrionoesfácil.Puedesserunbuenhombreycometerfaltas,porqueasísonlascosas.Quienesopinanlocontrario,enfin,nosonmásqueoportunistas,porquesepasan tanto tiempoluchandoconsuconcienciaquenohacennadamásytodocontinúaigual,ylosinocentesylosindefensossiguensaliendomalparados.Alfinal túhacesloquepuedes,quizáloquedebeshacer,paramejorarlascosas.Enlapróximavidanadievaaponer tu almaenunplatillode labalanzayunaplumaenelotro,Bird.Sospechoqueen realidadhacenunestudiocomparativo,odelocontrariotodosacabaríamosenelinfierno.

Me sonrió. Fue una sonrisa fría y breve que indicaba que conocía el coste de regirse por esafilosofía. Lo sabía porque élmismo se regía por ella: a veces conmigo, a veces con Louis, perosiempre,siempreconformealoqueconsiderabacorrecto.Noestabamuysegurodequeloquedecíapudieseaplicarseamí.Yomeformabajuiciosmorales,peronosiempremecreíaautorizadoaelloysabía que aún no había conseguido expiar la culpabilidad y la aflicción que sentía. Actuaba paraaliviarmipropiodolory,alhacerlo,avecesconseguíaaliviareldolordelosdemás.Esoeralomáscercanoalacompasiónaloquemeconsiderabacapazdellegarporelmomento.

Desdeelotroextremodelpueblosefueaproximandoelruidodesirenas.Enlosedificiosdelacallemayorsereflejaronlosdestellosrojosyazulesdeuncochepatrullacuandodoblólaesquinaatodavelocidadendirecciónanosotros.Enelcrucetorcióbruscamentealaizquierdaconunchirridoysealejó.EnelasientodelanteroviaRandallJennings.

—Alguiendebedehaberorganizadounguateque—comentóÁngel.

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Unsegundocochesindistintivosbajóporlacallemayory,derrapandoalgirar,siguióalprimervehículo.

—Conbebidasgratis—añadí.AgitélasllavesqueteníaenlamanoyconunsuavecodazoapartéaÁngeldelcapódelMustang,

dondeacababadeacomodarse.—Voyaecharunvistazo.¿Meacompañas?—No. Estoy esperando a que el Narciso Negro acabe de ponerse guapo para nosotros. Nos

quedaremosporaquíhastaquevuelvas,quemandoalgúnqueotromuebleparacalentarnos.Seguílaslucesdelosotroscochesamedidaqueseibanreflejandoenlosárboles,cuyasramas

parecíanmanosextendidassobrelacarretera.Losalcancétrasrecorrerunpardekilómetros, justocuando se adentraban en el bosque por la carretera particular de una compañía maderera, dondehabíanretiradolabarreraparapermitirpasaraloscoches.Juntoalabarrerahabíaunhombreconunagorradelanayunaparka.Trasél,uncaminoserpenteabahastaunacasapequeñaalbordedelastierrasdelacompañía.Supusequeeraquienhabíaavisadoalapolicía.

Me mantuve a poca distancia del segundo coche, observando sus luces de posición mientrasviraba y descendía por la pista estrecha y llena de baches. Finalmente, el coche patrulla se detuvojuntoauncamiónFordconuna ligeraderrapada; al ladohabíaunhombreconbarbayelvientrehinchado como el de una embarazada. Jennings salió del primer coche, y Ressler del segundoacompañadodeotroagente.Laslucesdesuslinternascobraronvidaylostrespolicíassedirigieronalapartetraseradelcamiónparamirardentro.Saquémipropialinternadelmaleteroymeencaminéhaciaellos.Cuandomeacercaba,oídeciralhombredelabarba:

—Noqueríadejarloallí.Vaanevar,yyanolohabríamosencontradohastaeldeshielo.Cuandomeaproximé,lospolicías,incluidoRandJennings,sevolvieronhaciamí.—¿Quécarajohacesaquí?—preguntóéste.—Recojomoras.¿Quétenéisahí?Enfoquélacajadelcamiónconelhazdelalinterna,aunqueloqueallíhabíanonecesitabamás

iluminación.Necesitabaoscuridad,tierrayquelocubrieseunalápidadosmetrosporencima.Era un cadáver, tendido sobre una lona, con la boca abierta y llena de hojas. Tenía los ojos

cerradosylacabezatorcidaenunánguloanómalo.Yacíadesmadejadoentrelasherramientasyloscontenedoresdeplásticodelcamión,conelcabellotocandoelarmerovacío.

—¿Quiénes?Porunmomento,penséqueJennnigsnoibaacontestar.Finalmentesuspiróydijo:—Parece Gary Chute. Era topógrafo de la compañía maderera. Este hombre, Daryl, lo ha

encontrado mientras comprobaba unas trampas. También ha visto su furgoneta, a unos treskilómetrosdelcadáver.

Diola impresióndequeDaryl ibaadesmentir lapartede ladeclaraciónrelativaa las trampas.AbriólabocaporuninstanteyvolvióacerrarlaantelamiradadeJennings.Darylmepareciómásbiencortodeentendederas,pensé.Teníalamiradamortecinaylafrenteestrecha,ylaboca,aunquecerrada, permanecía en continuomovimiento, como si se mordisqueara el lado interno del labioinferior.

Asulado,Resslerexaminabalacarteradelmuerto.

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—EsChute, en efecto—anunció—. Pero no lleva dinero en la cartera. Las tarjetas de créditosiguenaquí.¿Telohasquedadotú,Daryl?

Darylmoviólacabezadeladoaladoenungestovehemente.—No,yonohetocadonada.—¿Seguro?Darylasintió.—Seguro—contestó—.Estoyseguro.Resslerpareciódudardesupalabra,peronodijonadamás.MevolvíhaciaDaryl.—¿Cómolohaencontrado?—¿Eh?—Quierodecirenquéposición.—Tendidoalfondodeunbarranco,casienterradoporlanieveylashojas—contestóDaryl—.

Como si hubiera resbalado, se hubiera golpeado contra las piedras y los árboles al caer y se lehubieraquedadoelcuelloatrapadoenunaraíz.Debiódepartírselecomounarama.—UnasonrisanerviosaasomóaloslabiosdeDaryl,parecíaquedudasedehaberdicholocorrecto.

Laexplicaciónnoeramuyverosímil,ymenos teniendoencuentaeldinerodesaparecidode lacartera.

—Daryl,¿dicequeestabacubiertodenieveyhojas?—Sí—contestóDaryldeinmediato—.Yderamas.Movílacabezaenungestodeasentimientoyvolvíailuminarelcadáverconlalinterna.Algome

llamólaatenciónenlasmuñecasymantuveelhazdeluzenfocadoenesepuntoduranteunmomentoantesdeapagarla.

—Esunalástimaquelohayamovidodedondeestaba—comenté.InclusoJenningstuvoquedarmelarazón.—Joder,Daryl,tendríasquehaberlodejadoallíparaquefueseabuscarlolaguardiaforestal.—Nopodíadejarloallí—repusoDaryl—.Nomeparecíabien.—Quizá Daryl esté en lo cierto. Si nieva, que nevará, podríamos haberlo perdido hasta la

primavera—comentóRessler—.PorlovistohaencontradoelcuerpoenIslandPond,lohaenvueltoenlalonaylohaarrastradoconeltrineomásdequincekilómetroshastasucamión.IslandPondestábastantelejosdeaquíy,segúnDaryl,yahaynieveacumuladaenlacarreteramuchoantesdellegar.

MiréaDarylconrespeto;pocoshombreshabríanllevadoarastraselcadáverdeundesconocidotantoskilómetros.

—Esimposiblepartirhaciaalládenoche,aunenelsupuestodequepudiéramosencontrarelsitio—concluyó Jennings—.En todo caso, esto atañe a la guardia forestal, quizás al departamento delsheriff,peronoanosotros.NosencargaremosdequelotrasladenaAugustaporlamañanaparaqueelforenseleecheunvistazo.

Alcélavistaporencimadelosárboleshaciaelnegrocielonocturno.Seadvertíaunasensacióndepesadez,comosialgoestuvieseapuntodedescargarsobrenosotros.Resslersiguiómimirada.

—Comohedicho,Daryltienerazón.Vaanevar.Jennings lanzóunamirada aRessler para darle a entender quenoquería oírmás comentarios

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acercadeldescubrimientoanteDaryly,menosaún,antemí.Deprontodiounapalmada.—Muybien,vámonos.Se inclinóhaciael interiorde lacajadelcamióny, trascubrirelcuerpodeGaryChutecon la

lona,utilizótrozosdechatarra,ungatoparacambiarruedasylaculatadeunaescopetaparasujetarla.Conundedoindicóalagentequeseacercara.

—Stevie,subealacajayasegúratedequelalonasigueensusitio.Stevie,queaparentabaunosonceaños,movió lacabezaenungestodedisgusto,perosubióal

camiónconcuidadoysepusoencuclillas juntoalcadáver.Ressler regresóasucocheynosdejósolosaJenningsyamí.

—Sindudaagradecemostodostuayuda,Parker.—Porraroqueparezca,meparecequenolodicesenserio.—Tienestodalarazón.Apártatedemicaminoydemisasuntos.Noquierotenerquerepetírtelo.Me tocó el pechounavez conundedo enguantado antesdedarsemediavuelta y alejarse.Los

coches arrancaron casi simultáneamente y formaron un convoy con el camión—uno por delante,otropordetrás—parallevaraGaryChutederegresoaDarkHollow.

SegúnDaryl,elcuerpodeChuteestabacubiertodehojasyramas,ademásdenieve.Sisumuertehubierasidounaccidente,yDarylhubiesesacadoeldinerodelacartera,esonoteníamuchosentido.Losárboleshabíanperdidoyatodassushojasynevabaconregularidaddesdehacíamásomenosunasemana.El cuerpo podía estar cubierto de nieve, pero no de hojas y ramas.Aquello revelaba quealguienhabíaintentadoocultarelcadáverdeGaryChute.

Regreséalcocheypenséenloquehabíavistoalaluzdelalinterna:marcasrojasenlasmuñecasdelmuerto.Esasmarcasnoeranelresultadodeunacaída,nidelosanimales,nidelaescarcha.

Eranlasquemadurasprovocadasporunacuerda.

Cuando volví almotel,Ángel yLouis se habíanmarchado. Encontré una nota bajomi puerta,escrita con la letra curiosamente cuidada deÁngel, en la queme comunicaban que habían ido alrestauranteyquemeesperabanallí.Enlugardereunirmeconellosfuialarecepcióndelmotel,llenédecafédosvasosdepapelyregreséamihabitación.

LamuertedeChutecontinuabapreocupándome.HabíasidomalasuertequeDarylencontraseelcadáver,aunquehubieseactuadoconlamejorintención.LafurgonetadeChutehabríaservidomásomenos como punto de referencia para localizar el lugar del asesinato, pero ahora el traslado delcuerpoponíaenteladejuiciolafiabilidaddecualquierhallazgo.

Quizánosirviesedenada,peromarquéenunmapalazonadeIslandPonddondehabíaaparecidoelcuerpodeGaryChute.

Island Pond se halla al nordeste de Dark Hollow. El único camino para acceder allí es unacarreteraparticular,yserequiereunpermisoparapoderutilizarla.SialguienhabíamatadoaGaryChute,teníaquehaberrecorridoesacarreteraparallegarhastaélyhaberloseguidoporelbosque.Laotraposibilidaderaquequienquieraquelohubiesematadoestuvierayaenelbosqueesperándolo.O…

OquizáChutehabíatenidolamalafortunadeveraalguienoalgoquenodebía.Quizásuasesino

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noseadentróenelbosquetrasél,sinoquesalíadelbosque.Ysihabíasidoasí,elprimerlugaralqueesapersonahabríallegadoeraDarkHollow.

Perotodoesonoeranmásqueespeculaciones.Necesitabaponerenordenmisideas.Anotéenmicuadernodenotas todo loocurridodesdequeBillyPurduemehundió lanavajaen lamejilla.Allídondeexistíaalgúnvínculotracélíneasdepuntosentrelosnombres.LamayoríaregresabaaBillyPurdue,exceptoladesaparicióndeEllenColeylamuertedeGaryChute.

Yelcentrodeldiagramaloocupabaunespacioblanco,vacíoylimpiocomonievereciéncaída.Losotrosnombrese incidentesestabandispuestosencírculoalrededor,comoplanetasen tornoalsol.Sentíelantiguoinstinto,eldeseodeimponerunalógicaaloshechosqueaúnnocomprendíaporcompleto,algunaexplicaciónqueabrieseelcaminohacia laverdad final.Cuandoera inspectorenNuevaYorkymeocupabadelasmuertesdepersonasaquienesnohabíaconocido,aquienesnomeunían lazosdirectosy conquienesno teníamayorobligaciónque ladeunpolicía cuyamisiónesaveriguarquéhaocurridoyasegurarsedequeelculpablepagueporsudelito,seguíaloshilosdelainvestigación tal como los había tendido, y si no llevaban a ninguna parte o sencillamente sedemostrabaqueeransuposicionesfalsas,meencogíadehombrosyvolvíaalnúcleoparaseguirotrohilo.Estabadispuestoacometererroresconlaesperanzade,alfinal,encontraralgoquenofueseunaequivocación.

Eselujo,ellujodelaobjetividad,mefuearrebatadoconlamuertedeSusanydeJennifer.Ahoraparamítodoseranimportantes,todoslosextraviados,todoslosdesaparecidos,peroEllenColemeimportabamásquelamayoría.Siestabaenapuros,nohabíamargendeerrorposible,nitiempoparacometerequivocacionesconlaesperanzadequemellevasenalaverdad.TampocopodíaolvidaraRita Ferris y a su hijo, y al pensar en ella miré instintivamente por encima del hombro hacia eloscurorectángulodelaventana,yrecordéunpesoenelhombro,fríoperonoinflexible,elrocedeunamanofamiliar.

Estabanocurriendomuchascosas;demasiadasmuertesgirabanalrededordelespacioblancoenelcentrodelapágina.Yeneseespaciotracéuninterrogante,añadíelpuntoconcuidadoycontinuéconunaseriedepuntosdescendenteshastaelpiedelapágina.

Yallíescribíelnombrede«CalebKyle».

A continuación debería haberme ido a cenar. Debería haberme reunido con Ángel y Louis yhaberlos acompañado a un bar, donde los habría observado mientras bebían y coqueteabanextrañamenteentresí.Puedequeinclusohubiesetomadounacopa,sólouna…Lasmujereshabríanpasadoami lado, contoneándose suavementemientras el alcohol se adueñabade susmentesy suscuerpos.Quizásalgunadeellasmehabríasonreído,yquizáyolehabríadevueltolasonrisayhabríasentido esa chispa que se enciende cuando una mujer hermosa centra la atención en un hombre.Habríatomadootracopa,luegootra,yprontomehabríaolvidadodetodoyhabríadescendidoparasiemprealabismodelolvido.

Seacercabaelaniversario.Teníaconcienciadeesehechocomodeunnubarrónenelhorizonteque avanzaba inexorablemente para envolverme en recuerdos de pérdida y dolor. Deseabanormalidad,ysinembargoéstaseguíasinestaramialcance.Nisiquierasabíaconcertezaporqué

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había ido al despachodeRachel, pero sí sabíaquequería estar a su lado aunquemis sentimientoshaciaellamegenerasenmalestaryculpabilidad,comosienciertomodotraicionaseelrecuerdodeSusan. Con estos pensamientos en la cabeza, después de todo lo ocurrido en los últimos días, ydespuésdepermitirquemimenteexploraselanaturalezadelosasesinatosquesehabíancometidotantoenelpasadorecientecomoenellejano,nomeconveníaquedarmesolo.

Cansado y tan hambriento que se me había ido el apetito por completo para dar paso a unamolestia más profunda y persistente, me desnudé, memetí en la cama y me tapé hasta la cabezapreguntándomecuántotardaríaenconciliarelsueño.Peromedormíantesdedarmecuenta.

Me desperté al percibir un ruido y un olor tenue y desagradable que no identifiqué hastatranscurridosunosinstantes.Eraelolordelavegetacióndescompuesta,delashojasyelmantilloydelaguaestancada.Levantélacabezadelaalmohadaymefrotélosojosparadespejarme,yamedidaqueelhedorapodredumbreseintensificabafuiarrugandolanariz.Enlamesilladenochehabíaunaradio despertador—marcaba las 00:33—y comprobé si la alarma se había encendido por algunarazóndurantelanoche,perolaradioestabaapagada.Miréalrededor,conscientedeprontodequelaluzdelahabitaciónteníaalgoextraño,uncoloranormal.

Alguiencantabaenelcuartodebaño.Eraunsonidograveperodulce,dosvocesunidasparacantarlamismacanción,unacanciónque

parecíaunanana,ycuyaletraresultabaimposibledeentendertraslapuertacerradadelbaño.Por debajo de esa misma puerta se filtraba una luz verde que se propagaba en ondas por la

moquetabarata.Aparté lasmantasymequedé inmóvilydesnudoenelsuelo,sinsentir frío,ymeencaminéhaciaelbaño.Alacercarme,elolorsehizomásintenso.Notéquesemeadheríaalapielyalcabello,comosimebañaseenél.Elcánticosubiódevolumen,ylaletramellegónítidamente,lasmismassílabasrepetidasunayotravezconeltimbreagudodeunasniñas.

«CalebKyle,CalebKyle».Habíallegadocasihastadondeterminabanlosrayosdeluzprocedentesdedebajodelapuerta.Al

otroladoseoíaunsuavechapoteodeagua.«CalebKyle,CalebKyle».Aguardéunsegundofueradelaluzverdeydespuésapoyéelpiedescalzoenella.Elcánticoseinterrumpióencuantotoquéelsuelo,perolaluzsiguióallí,deslizándosesobremis

dedos descalzos con un movimiento lento y viscoso. Alargué el brazo y, con cautela, bajé elpicaporte.Abríypisélasbaldosas.

El baño estaba vacío. Allí no había nadamás que las superficies blancas, la ordenada pila detoallassobreelinodoro,ellavaboconsusjabonesdemalacalidadtodavíaenvueltos,losvasosconsusfundasdepapel,lacortinadefloresdelabañeracorridacasiporcompleto…

La luz procedía de detrás de la cortina, un resplandor verde y desagradable que brillaba conapenasunvestigiodelapotenciadesufuenteoriginal,comosisehubieseabiertopasoatravésdecapas y capas de obstáculos para proporcionar cierta iluminación, por pequeña que fuese.Y en elsilenciodelahabitación,rotosóloporelsuavechapoteodelaguatraslacortina,dabalaimpresióndequealgocontuvieseelaliento.Oíunarisadelicada,ahogadaporunamano,yotrarisasonócomo

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unecodelaprimera,yentoncesdetrásdelacortinaaumentóelchapoteo.Tendíunamano,agarréelplásticoyempecéadescorrerloconunmovimientorápido.Encontré

cierta resistencia, pero continué apartando la cortina hasta que el interior de la bañera quedótotalmentealavista.

Elaguaestaba llenadehojas, tantasque llegabana laalturade losgrifos.Eranverdesy rojas,marronesyamarillas,negrasydoradas.Habíahojasdeálamoslloronesydeabedules,decedrosyde cerezos, de arces y de tilos, de hayas y de abetos, sus formas retorcidas y superpuestas, y laintensidaddesudescomposicióncontaminabaelaguaycreabaunapestilenciacasivisible.

Unasiluetasemovióbajolashojasyafloraronburbujasalasuperficie.Lavegetaciónseseparóyalgoblancoempezóaelevarse,conunaascensiónlargaylentacomosielaguafuesemuchomásprofundadeloqueera.Alacercarsealasuperficieparecióescindirseendosfiguras,agarradasdelamanomientrassubían,conlasmelenasdispersasyondeantes,lasbocasabiertas,losojoscegados.

Dejécaerlacortinaeintentémoverme,perolasbaldosasmetraicionarondelmismomodoquemehabían traicionadoeldíaqueencontréa lasniñas.Ycuandomecaí, sussombrassedeslizarondetrásdelacortinayyoretrocedíimpulsándomeconlasmanosylostalones,buscandoapoyoatodacostaconlosdedosdemanosypieshastaquevolvíadespertar;lasmantasformabanunrebujoalpiedelacamayelcolchónquedabaalavistamostrandounagujeroensangrentadoenlatelaallídondelohabíarotoconlasuñas.

Oíunainsistentellamadaalapuerta.—¡Bird!¡Bird!—EralavozdeLouis.Melevantéarastrasdelacamaymedicuentadequetemblabasincontrol.Forcejeétorpemente

conlacadenadelapuerta.Porfinlogréabrir,yallíestabaLouis,frenteamí,conunpantalónlargodedeportedecolorgrisyunacamisetablanca,pistolaenmano.

—¿Bird?—repitió.Seadvertíapreocupaciónensumirada,yunaespeciedeafecto—.¿Quépasa?Algomesubióaborbotonesalagarganta,ynotéunsaborabilisycafé.—Lashevisto—dije—.Lashevistoatodas.

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18

Me senté en el borde de la cama con la cabeza entre lasmanos y esperémientras Louis iba a larecepciónapordoscafésdelacafeteraeneternofuncionamiento.CuandopasófrenteasuhabitaciónoíquecruzabaunaspalabrasconÁngel,perovinoélsolo,entróycerrólapuertacontraelairefríodelanoche.Meentregóelvasodepapelyledilasgraciasantesdetomarunsorboensilencio.Desdelacallenosllegabaelsuavegolpeteodeloscoposdenieveenlaventana.Nodijonadaduranteunrato,ypercibíqueledabavueltasaalgoenlacabeza.

—¿TehehabladoalgunavezdemiabuelaLucy?—preguntóporfin.Lomirésorprendido.—Louis,nisiquierasétuapellido—contesté.Esbozóunavaga sonrisa, como si eso fuese lo únicoquepodía hacer para recordar lo que él

mismohabíasido.—Daigual—prosiguió,ylasonrisadesapareció—.ElcasoesqueLucyeramiabuela,lamadre

demimadre,nomuchomayordeloqueyosoyahora.Eraunamujerpreciosa:alta,conlapielcomoeldíacuandoanochece.Siemprellevabaelpelosuelto.Norecuerdoqueselorecogiera,selodejabasuelto,flotandosobreloshombrosenbuclesoscuros.Vivióconnosotroshastaeldíadesumuerte,ymuriójoven.Pillóunapulmoníayseconsumióenvueltaentembloresysudor.

»EnelpueblovivíaunhombrequesellamabaErrolRich.Desdequeyoloconocía,nuncafuelaclasedehombrequeponíalaotramejilla.Siendonegroyviviendoenunpueblocomoaquél,eraloprimeroqueaprendías:aponersiempre,siempre,laotramejilla,porquesinolohacías,niunsolosheriff blanco, ni un solo juradoblanco, ni una solapandilla de sureñosgilipollas preparadaparaatartealejedeuncamióny llevartearastrasporcaminosde tierrahastaarrancarte lapiel,niunosolo de ellos iba a ver en ti más que a un negro demierda con aires de superioridad, y unmalejemplo para todos los demás negros de mierda, que quizá llegarían incluso a soliviantarse,obligando así a los blancos con cosas mejores que hacer a salir una noche oscura a darles unalección.Aenseñarlesmodales,quizá.

»PeroErrolnoveíalascosasdeesemodo.Eraenorme.Pasabaporlacalleytapabaelsolconloshombros.Arreglabadetodo:motores,segadoras,cualquiercosaquetuvieraunapartemóvilyquelamanodeunhombrepudiesereparar.Vivíaenunacabañagrandejuntoaunadelasviejascarreterasdelcondado,consumadreysushermanas,ymirabaaloschicosblancosalosojosysabíaqueleteníanmiedo.

»Exceptounavez,cuandopasabaconsucamiónpordelantedeunbardelaCarretera5yoyóquealguien le gritaba “¡Eh, negro demierda!”, y acto seguido el parabrisas del camión se rompía enpedazos.Lehabían lanzadounabotella llenadeorinaqueaquellosgilipollashabían reunidoentretodos.Errolparóysequedósentadodentrounrato,cubiertodesangre,cristalesrotosyorina.Al

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finalsaliódelacabina,agarróunlistóndemaderadeunmetromásomenosysedirigióhaciadondeestabanaquellosbuenoschicossentadosalaentradadelbar.Erancuatro,incluidoeldueño,uncerdollamadoLittleTomRudge,yErrolnotóquesequedabanparalizadosalverloacercarse.“¿Quiénhatiradoeso?”,preguntóErrol.“¿Lohastiradotú,LittleTom?Porquesihassidotú,másvalequemelodigasovoyapegarlefuegoatupocilga”.

Peronadiecontestó.Todossequedaronmudos.Inclusoenpandillayborrachossabíanquenolesconveníabuscarle lascosquillasaErrol.YErrolse limitóamirarlos, luegoescupióenel sueloylanzóellistónatravésdelavidrieradelbar,yLittleTomnopudohacernada.Élmenosquenadie,noenesemomento.

»Fueronaporéllanochesiguiente,trescamionesllenos.Loagarrarondelantedesumadreydesushermanasyse lo llevaronaunsitio llamadoAda'sField,dondehabíauncastañoquedebíadetener unos cien años. Y cuando llegaron, los esperaba allí medio pueblo. Había mujeres, inclusoalgunosdelosniñosmayores.Lagentecomíapolloygalletas,bebíarefrescosenbotellasdecristalyhablabadeltiempoydelainminentecosechayquizádelatemporadadebéisbol,comosiestuviesenenunaferiaesperandoelcomienzodelespectáculo.Entotalhabíamásdecienpersonas,sentadasenloscapósdesuscoches,esperando.

»YcuandollegóErrol,atadodepiesymanos,losubieronaltechodeunviejoLincolnaparcadobajoelárbol.Lepusieronunasogaalcuelloyselaapretaron.Luegoalguienseacercóylevacióencimaunalatadegasolina,yErrollevantólavistaypronunciólasúnicaspalabrasquedijodesdequeloatraparon,ylasúnicaspalabrasquediríayaenestemundo.“Nomequeméis”,rogó.Nolespidióqueleperdonasenlavidaoquenoloahorcasen.Esonoledabamiedo.Peronoqueríaqueloquemaran. Luego, supongo, losmiró a los ojos y vio que sería lo que tuviera que ser, agachó lacabezayempezóarezar.

»Enfin, leajustaronlasogaalcuelloytirarondeellahastaqueErrolestuvodepuntillaseneltecho del coche. Después el coche arrancó y Errol quedó suspendido en el aire, retorciéndose ysacudiéndose.YalguienseadelantóconunaantorchaencendidaenlamanoyprendiófuegoaErrolRichallí colgado,yaquellagente loescuchógritarhastaque leardieron lospulmonesynopudoseguirgritandoymurió.

»Esoocurrióalasnueveydiezdeunanochedejulio,aunoscincokilómetrosdenuestracasa,alotroladodelpueblo.YalasnueveydiezmiabuelaLucyselevantódesusillajuntoalaradio.Yoestabasentadoasuspies.Losdemásseencontrabanenlacocinaoacostados,peroyoseguíaconella.MiabuelaLucysedirigióalapuertaysalióalanochesinmásropaqueelcamisónyunchal,ymiróhacia el bosque.Yo la seguí y pregunté: “Abuela, ¿qué pasa?”. Pero ella no contestó. Siguió hastallegaraunostresmetrosdelosárbolesyallísedetuvo.

»Yenlaoscuridad,entrelosárboles,seviounaluz.Noparecíamásqueunamanchadeluzdelaluna,perocuandobusquélalunanolaencontré,yelrestodelbosqueestabaaoscuras.

»MevolvíhaciamiabuelaLucyylamiréalosojos.—Louisinterrumpióelrelatoycerrólosojosporuninstante,comoquienrecuerdaundolorolvidadohacemuchotiempo—.Miabuelateníafuegoenlosojos.Ensuspupilas,justoenlonegrodelcentro,villamas.Viarderaunhombrecomosiestuvieradelantedenosotros,alabrigodelosárboles.Perocuandoobservélaoscuridad,allísóloestabaaquellamanchadeluz,nadamás.

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»YLucydijo:“Pobremuchacho,pobre,pobremuchacho”,yseechóallorar.Fuecomosiconsuslágrimas y con su dolor apagara las llamas, porque el hombre que ardía en sus ojos empezó adesvanecerse hasta que al final desapareció, como también desapareció la mancha de luz en elbosque.

»Lucynuncahablóconnadiedeloquehabíaocurrido,yamímepidióquenolocontara.Peromeparecequemimadrelosabía.Almenossabíaquesumadreposeíaunaespeciededonquenadiemás tenía. Era capaz de encontrar los lugares oscuros, los lugares que nadiemás encontraba, loslugaresdondenadiemásmiraría.Ylascosasquesemovíanenlassombras,laspersonascaminodela otra vida, eso también lo veía.—Calló por unmomento—. ¿Es eso lo que has visto, Bird?—preguntóenunsusurro—.¿Lassombras?

Sentífríoenlasyemasdelosdedosdelospiesyenlasdelasmanos.—Nolosé—contesté.—Lodigoporquerecuerdo loquepasóenLouisiana,Bird—prosiguió—.Allívistecosasque

nadiemásveía.Losé.Lopercibí,yatiteasustó.Movílacabezaenunlentogestodeasentimiento.Nopodíaadmitiraquelloenloqueyomismo

no creía. A veces pensaba—quizás incluso esperaba— que el dolorme había trastornado, que lapérdidademimujerydemihijamehabíaprovocadounaenfermedadmental,mehabíaperturbadoemocionalypsicológicamente,quelaculpabilidadmehabíaafectadodetalmodoquevivíaacosadoporlasimágenesdelosmuertosquemimentealteradainvocaba.Sinembargo,eraverdadquehabíavistoaJenniferyaSusandespuésdereunirmeconTanteMarieAguillardenLouisiana,despuésdeoírle contar lo que les había ocurrido cuando ella no teníamanerade saberlo.Losotros vinierondespuésymehablaronensueños.

Ahora, al ver a Rita y a Donald, a mi propia Jennifer, al sentir sobre mí la mano de Susan,alberguéenpartelaesperanzadequesedebiesealhechodequeseacercabaelaniversario,dequeelrecuerdo del dolor se hubiese abierto paso hasta los rincones demimente y hubiese empezado atrastornarmeotravez.Oquizáfuesefrutodelaculpabilidad,laculpabilidadquesentíapordesearaRachelWolfe,laculpabilidadquesentíapordesearlaoportunidaddeempezardenuevo.

Existeunaformadenarcolepsiaenlaquelospacientessueñandespiertosliteralmente,enlaquelossueñosdelafaseREMlosasaltaneneltranscursodesuvidadiaria,demaneraquelorealyloimaginadosefundenenunasolacosaylosmundosdelsueñoylavigiliaentranencolisión.Duranteuntiempopenséquealomejoryoeravíctimadealgoasí,peroenelfondosabíaquenosetratabadeeso.Dosmundosseuníanenmí,peronoeranlosmundosdelsueñoylavigilia.Puesenesosdosmundosnadiedormía,nadiedescansaba.

Le conté algo de esto aLouismientrasme observaba en silencio desde una silla en el rincón.Después me sentí un poco avergonzado por mi arrebato, por hacerlo venir para escuchar misdelirios.

—Puede que simplemente tenga pesadillas, sólo eso. Perome recuperaré, Louis, creo quemerecuperaré.Gracias.

Memiróconseveridadalosojos.Luegosepusoenpieysedirigióhacialapuerta.—Estoy a tu disposición. —Descorrió el pasador y se detuvo—. No soy una persona

supersticiosa,Bird.Nome interpretesmal.Pero sé loqueocurrióaquellanoche.Olíaaquemado,

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Bird.Mellegóelolordelashojasdelosárbolesenllamas.Ydichoestoregresóasuhabitación.Aúnnevaba,yloscopossehelabanenlaventana.Contemplécómoseformabanloscristalesde

hieloypenséenlasnietasdeCherylLansing,enRitaFerrisyenGaryChute.NoqueríaqueEllenColeseunieraaellos,niBillyPurdue.Queríasalvaraquienesaúnvivían.

En un esfuerzo por distraerme, intenté leer. Acababa de terminar una biografía del conde deRochester,undandyinglésqueenlaépocadeCarlosIIllegóalatumbaprematuramenteafuerzadealcohol y putas, y entretanto escribió unos cuantos poemasmagníficos. Releí las últimas páginastendidoenlacamabajolaluzamarillentadelalámparadelaparedconelzumbidodelacalefaccióndefondo.Porlovisto,en1676Rochestersevioenvueltoenelasesinatodeunalguacilytuvoqueesconderse disfrazándose de curandero bajo el nombre de doctor Alexander Bendo, que vendíamedicamentos a base de arcilla, hollín, jabón y trozos de pared vieja a los incautos de Londres,ningunodeloscualesdescubriójamáslaverdaderaidentidaddelhombreaquienconfiabansusmásíntimossecretosylaspartesmásíntimasdeloscuerposdesusesposas.

AlviejoSaulMannlehabríacaídobienRochester,pensé.Habríasabidovalorarelcomponentedeldisfraz, laposibilidaddequeunhombreadoptara la identidaddeotroparaprotegersey luegotimaraa losmismosquelobuscaban.Medormíconel tenuetamborileodelanieveenelcristalysoñé con SaulMann, envuelto en una capa con lunas y estrellas, los naipes dispuestos en lamesafrenteaél,aguardandoensilencioelcomienzodelagranpartida.

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19

Lanevadadeaquellanochefuelaprimeraprecipitaciónintensadelinvierno.CayóenDarkHollowyBeaverCove, enel lagoMooseheadyRockwoodyTarratine.Recubriódeazúcarglas losmontesBigSquawyKineo,BakeryElephant.ConvirtiólaisladeLongfellowsenunacicatrizblancaenelpaisajedePiscataquis.Algunosdeloslagosdemenorextensiónsehelaron,ysobreellosseformóunacapadehielotanfinaypeligrosacomolahojadelcuchillodeuntraidor.Unagrancantidaddenieveseposóen lasconíferasy la tierraquedóensilencioe inalterada,salvoporelsonidode lasramasquecedíandemalaganabajoelpesoquesosteníanyentoncescaíanpesadamente loscoposcomprimidosparareunirseconlanieveacumuladadebajo,quelesdabalabienvenida.Enmisueñoinquietoyalterado,notécaerlanieve,percibíelcambioenlaatmósferamientraselmundosevestíadeblancoylanocheaguardabaaquelaexquisitaperfeccióndelaobradelinviernoserevelaseenlaclaridaddellentoamanecer.

Muy temprano,oíunamáquinaquitanievesen lacallemayordelpuebloyel lentoycautelosoavance de los primeros coches, con el característico ruido de las cadenas sobre el asfalto. En lahabitación hacía tanto frío que las gotas de humedad convertían las ventanas en cristales rotos,milagrosamente restauradas al pasar lamano.Contemplé el pueblo, las huellas de los coches, losprimerosviandantesconlasmanosenlosbolsillosoaloscostados,suandarextrañoycómicoporlas múltiples capas de jerséis y camisas, ropa interior térmica y bufandas, como el de los niñosembutidosenropanueva.

Me acerqué al cuarto de baño con inquietud, pero dentro todo estaba limpio y en silencio.Meduchéconelagualomáscalienteposibleyelgrifoabiertoalmáximoyluegomesequédeprisa;losdientesmecastañeteabanmientrasnotabacómoseenfriabanlasgotassobremipielacausadelabajatemperatura.Mepuseunosvaqueros,botas,unagruesacamisadealgodónyunsuéterdelanaoscuro;despuésañadíunosguantesyelabrigoysalíalairefríoycortantedelamañana.Lanievecrujióbajomispies,yfuidejandohuellasamedidaqueavanzaba.Llaméa lapuertade lahabitacióncontiguacondosgolpessecos.

—Largodeaquí—dijoÁngelclaramenteapesardeestarenterradobajoalmenoscuatrocapasdemantas.

Me asaltó por un instante un sentimiento de culpabilidad por haberlos despertado la nocheanterioryprocuréapartardemipensamientolaconversaciónconLouis.

—SoyBird—contesté.—Yalosé.Vete.—Voyalrestaurante.Nosveremosallí.—Antesnosveremosenelinfierno.Fuerahacefrío.—Ahídentrohacemásfríoaún.

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—Asumoelriesgo.—Veinteminutos.—Loquetúdigas,perovete.Medisponíaaemprenderelcaminohaciaelrestaurantecuandoalgomellamólaatenciónenmi

coche.Desde la ventana de la habitaciónme había parecido que los contornos rojos delMustanghabíanquedadosóloparcialmenteocultosbajolanieve,yaqueatravésdelacapablancaasomabandestellosdecolorcomosiunamanohubieseretiradopartedelanieve.Peronoeraésalarazónporlaquelanievecaídasobreelcocheestabamanchadaderojo.Habíasangreenelparabrisas.Tambiénhabíasangreenelcapó,yunalargalínearojanacíaenlapartedelanteradelcoche,recorríalapuertadelconductorylaventanillatrasera,hastaformaruncharcobajoelmaletero.Caminéporlanieveoyéndolacrujirbajolospies.Enlapartetraseradelcoche,juntoalaruedaposteriorderecha,viunamarañadepelomarrón.Elgatoteníalabocaabiertaylalengualecolgabaentrelosdientespequeñosyblancos.Unaheridarojalesurcabaelvientre,peroenapariencialamayorpartedelasangreestabaenmicoche.

Amiizquierdaoícerrarseruidosamentelapuertadelaoficinayviacercarsealarecepcionistaconlosojosenrojecidosporelllanto.

—Ya he avisado a la policía—informó—. Al ver el gato, primero he pensado que lo habíaatropelladoustedconelcoche,peroluegohevistolasangreyhecomprendidoquenoeraposible.¿Quiénlehabráhechounacosaasíaunanimal?¿Aquéclasedepersonalepuedegustarhacerdañodeesamanera?—Seechóallorarotravez.

—Nolosé.Perosílosabía.Tuve que llamar tres veces a la puerta para que Ángel se acercase a abrir. Permanecí allí

temblandomientraslecontabaloocurrido;detrásdeél,Louisescuchabaensilencio.—Estáaquí—dijoLouisporfin.—No lo sabemos con certeza—respondí, pero me constaba que Louis tenía razón. En algún

lugar,cercadeallí,acechabaStritch.

Losdejéycrucélacalleparairalrestaurante.Eranlasochoydiez,yelestablecimientoyaestabacasi lleno;elairecalientecirculaba impregnadodeoloracaféreciénhechoyabeicon,y lagentelevantabalavozantelabarrayenlacocina.Porprimeravezmefijéenladecoraciónnavideña,elPapáNoeldeCoca-Cola,elespumillónylasestrellas.Seríanmissegundasfiestassinellas.Casisentígratitud hacia Billy Purdue, quizás incluso hacia Ellen Cole por proporcionarme algo en queconcentrarme.Todalaenergíaquetalvezhabríavolcadoenlapena,enlarabia,enlaculpabilidadyenel temoralaniversario, laorientabaahorahacia labúsquedadeaquellasdospersonas.Peroesagratitud fue breve y pasajera, una lamentable traición a las personas afectadas, y de inmediatomesentímolestoconmigomismoporutilizarelsufrimientodeotrosparaaliviarelpropio.

Ocupé un reservado yme dediqué a contemplar a la gente que pasaba por la calle.Cuando lacamareraseacercópedíúnicamentecafé.SólodeverelgatoydepensarqueStritchnosseguíaelrastro, se me había quitado el apetito. Sin darme cuenta, comencé a escrutar los rostros de las

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personasdelrestaurantecomosiStritchhubiesepodidodealgúnmodomutarousurparlaformadeotro. Frente a mí había dos hombres de la compañía maderera comiendo huevos con jamón yhablandoyadeGaryChute.

Escuché y aprendí, ya que la agreste naturaleza del norte estaba al borde del cambio. Unasuperficie de algomás de cuarentamil hectáreas de bosque, propiedad de una compañía papeleraeuropea,ibaaexplotarsedeformainminente.Laúltimatalaenlazonahabíatenidolugarenlosañostreintaycuarenta,yahoraelbosquevolvíaaestarmaduro.Enlapasadadécadalacompañíahabíareconstruidolaspistasylospuentes,yloshabíapreparadoparalosgrandescamionesmadererosconsus grúas hidráulicas provistas de ganchos en forma de garra que se adentrarían en la espesura ypermitirían el transporte de pinos, píceas y abetos, robles, arces y abedules, para empezar. Chute,licenciadoporlaUniversidaddeMaineenOrono,eraunodelosresponsablesdelacomprobacióndelascarreteras,elcrecimientodelosárbolesyloslímitesprobablesdelatala.

Lasleyesrelativasalaingenieríaforestalhabíancambiadodesdelaúltimatala.Porentonces,lascompañíasdesforestaron todoel territorioyprovocaronunencenegamientoquematóa lospeces,obligó a los animales a migrar y causó una grave erosión. En la actualidad tenían que talardiagramandoelterrenocomountablerodeajedrez,dejandointactalamitaddelbosqueduranteotrosveinte o treinta años para que los hábitats se restaurasen. Ya había indicios de las primeras talas,dondelosciervosylosalcessealimentabandeframbuesas,ylossaucesyalisoscrecíanenpugnapor la nueva luz. Así pues, los vastos e inalterados bosques del norte tenían los días contados, ypronto loshombresy lasmáquinas seabriríanpasoenellos.GaryChutehabía sidoelprimero,ysupusequesutrabajodebíadehaberlollevadoazonasdondepocaspersonashabíanpuestolospiesendécadas.

En la acera de enfrente, Lorna Jennings bajó de su Nissan verde, vestida con una acolchadachaquetablancadebotonesyceñidasobreunpantalónvaqueronegroyunasbotasnegrasdemediacaña.Mepregunté cuánto tiempo llevaba allí: alrededor del cocheno se veían restos del humodeescapey,pesealescasotráfico,variosvehículoshabíanpasadoyasobrelashuellasdesusruedas.

De pie en el bordillo, con lasmanos en los bolsillos de la chaqueta, se puso amirar hacia elrestaurante.Recorriólasventanasconlamiradahastallegarallugardondeyoestabasentadoconunatazadecaféenlamano.Mediolaimpresióndequeselopensabaunmomento;luegocruzólacalle,entróenelrestauranteytomóasientofrenteamíalavezquesedesabrochabalachaqueta.Debajollevabaunjerseyrojodecuellocisnequeseceñíaalcontornodesuspechos.Unaodospersonasselaquedaronmirandocuandosesentóeintercambiaroncomentarios.

—Estásllamandolaatención—dije.Ellasesonrojóunpoco.—Pormí,puedenirsealdiablo—contestó.Llevabauntoquedebarradelabiosrosayelcabello

lecolgabahastalanuca,conunosmechonesquelecaíandelicadamentejuntoalojoizquierdocomoplumas oscuras del ala de un ave—. Algunos de ellos saben que tú estabas allí anoche, cuandoencontraronelcadáver.Lagentehaempezadoapreguntarquéhacesaquí.

Indicó a la camarera lo que quería, y ésta enseguida le trajo café y un bollo, junto con finaslonchasdebeiconenunplatoaparte,yantesdeirsenoslanzóporseparadounamiradamaliciosa.Lorna se comió el bollo sin mantequilla, sosteniéndolo con la mano izquierda mientras con la

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derechasujetabalostrozosdebeicon,quemordisqueabacondelicadeza.—¿Yquérespuestaseleshadado?—Han oído decir que buscas a una chica. Ahora se preguntan si tenías alguna razón para

interesarte en la desaparición del hombre de la compañíamaderera.—Se interrumpió y tomó unsorbodecafé—.¿Ybien?¿Latienes?

—¿ErestúquienpreguntaoesRand?Hizounamueca.—Esoesungolpebajo—susurró—.Randpuedehacersuspropiaspreguntas.Meencogídehombros.—NocreoquelamuertedeChutefueseunaccidente,peroesodebeconfirmarloelforense.Entre

él y Ellen Cole me resulta difícil establecer alguna conexión.—No era del todo verdad. AmbosestabanconectadosporDarkHollowy laoscura líneadeunacarretera trazadaa travésdelbosquesobrelaquelamuertedeChutependíacomoúnicagotaroja—.Perosehanproducidotambiénotrasmuertes, algunas relacionadasconun talBillyPurdue.Fueunode los chicosacogidosporMeadePayne,hacemuchotiempo.

—¿Creesquepodríaestaraquí?—Creoquequizás intente llegarhastaPayne.Lopersiguen,malagente.Consiguióhacersecon

dineroquenoerasuyoyahorahuyeasustado.MeparecequeMeadePayneeslaúnicapersonaquelequedaenquienconfiar.

—¿Ycuálestupapelenesto?—Yoestabatrabajandoparasumujer.Exmujer.SellamabaRitaFerris.Teníaunhijo.Lornaarrugólafrente,cerrólosojosuninstanteyporfin,alrecordarelnombre,asintióconla

cabeza.—LamujeryelniñoquemurieronenPortland.Sonellos,¿no?¿YeseBillyPurdueerasuex

marido?—Sí,sonellos.—Cuentanqueélmatóasupropiafamilia.—Seequivocan.Permanecióunmomentocalladayporfindijo:—Parecesmuysegurodeeso.—Noesesaclasedepersona.—¿Ytúconocesa«esaclasedepersona»?Meobservabaconatención.Ensusojosadvertíemocionesencontradas.Laspercibíadelmismo

modoquehabíapercibidolanievequecaíasuavementedurantelanoche.Incluíancuriosidad,lástimaytambiénalgomás,algoquehabíapermanecidolatentemuchosaños,unsentimientoreprimidoqueahoraaflorabademaneragradual.Alnotarlo,deseéalejarmedeella.Erapreferiblequeciertascosasquedasenenelpasado.

—Sí,asíes.Conozcoaesaclasedepersona.—Laconocesporquehasmatadoaalgunadeellas.Tardéuninstanteencontestar.—Sí.

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—¿Aesotededicasahora?Esbocéunasonrisavacía.—Pareceformarpartedeello.—¿Merecíanmorir?—Nomerecíanvivir.—Noeslomismo.—Losé.—Randlosabetodosobreti—dijoLorna,yapartóelrestodesucomida—.Anochehablódeti.

Enrealidadhablódetiagritos,yyolegritétambién.—Tomóunsorbodecafé—.Creoquetetienemiedo.—Desviólavistahacialacalle,resistiéndoseamirarmedirectamenteyprefiriendoobservarmireflejoenelcristal—.Séloquetehizoenaquelloslavabos.Siemprelohesabido.Losiento.

—Yoerajoven.Mecuré.Sevolvióhaciamí.—Yono—dijo—.Peronofuicapazdedejarlo,noentonces.Aúnloquería,oesopensaba.Yera

lo bastante joven para creer que nos quedaba una oportunidad juntos. Intentamos tener hijos.Pensamosquequizásasímejoraríanlascosas.Perdídos,Bird,elúltimohacetresaños.Creoquenopuedo llegar al final del embarazo.He sido tan inútil que ni siquiera he podido darle un hijo.—Apretó los labios y se apartó el pelo de la frente.A sus ojos les faltaba vida—.Ahora sueño conmarcharme,perosimevoy,mevoysinnada.Eselacuerdoalquehemosllegado,yquizátengaqueserasí.Quierequemequede,oesodice,perotambiényoheaprendidomuchoenestosúltimosaños.Heaprendidoqueloshombresansían.Ansíanynecesitan,perodespuésdeuntiempodejandeansiarloquetienenybuscanenotraparte.Hevistocómomiraaotrasmujeres,alaschicasconvestidosceñidosquevienenalpueblo.Creequeunadeellassatisfarátodossusdeseos,peroesonoocurreyentoncesvuelveamíymediceque lo siente,queahoraya lo sabe.Pero sólo lo sabemientras laculpabilidadsigueviva,yalfinaléstapasayélempiezaadesearotravez.

»Los hombres son muy estúpidos, muy egocéntricos. Todos se creen distintos, creen que eseanhelo,esevacíoensuinterior,esalgopeculiardeellos,yquedealgúnmodolosdisculpadetodoaquelloquehacen.Peronoesasí,yentoncesculpanalasmujeresporretenerlos,comosisinellasestuvieranmejor,fueransuperiores.Ylasansiascrecenytardeotempranoempiezanacebarseensímismas,yesepatéticocaossevieneabajocomomúsculosytendonesseparándosedeloshuesos.

—¿Ynoansíantambiénlasmujeres?—pregunté.—Sí,claroqueansiamos.Ylamayorpartedeltiemponosmorimosdehambre.Comomínimo

así es por aquí. Tú también ansías, Charlie Parker. Y deseas, quizá más que la mayoría. En otrotiempomedeseasteporqueeradistinta,porqueeramayoryporquenohabríassidocapazdetenerme,peropudiste.Medeseasteporqueteparecíainalcanzable.

—Tedeseéporquetequería.Lornasonrióconelrecuerdo.—Mehabríasdejado.Quizáno inmediatamente, tal vez al cabodeunos años, peromehabrías

dejadoencuantoenvejeciese,encuantoempezasenaaparecerlasarrugas,encuantomesecaseynopudiese tenerhijos, encuantounachicaguapaseacercasea tiy tedeslumbraseconunasonrisayempezasesapensar:«Todavíasoyjoven,puedoconseguiralgomejorqueesto».Entoncestehabrías

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idootehabríasdescarriadoyhabríasvueltoconelraboentrelaspatasylapollaenlamano.Yyonohabríapodido resistir esedolor,Charlie, noviniendode ti.Mehabríamuerto.Mehabríaquedadohechaunovilloymehabríamuertopordentro.

—Ésanodebiódeserlarazónporlaquetequedasteconél.—Meinterrumpí,porquenadabuenopodíasalirdeaquello—.Entodocasoesaguapasada.Lohecho,hechoestá.

Apartólamiradayensufrenteaparecieronarrugasdedolor.—¿Lefuisteinfielalgunavezatumujer?—preguntó.—Sóloconlabotella.Dejóescaparunarisaapagadaymemiróatravésdelcabelloquelecaíasobrelacara.—Nosésiesoespeoromejorqueunamujer.Peor,creo.—Lasonrisadesapareció,peroensus

ojos quedó una especie de ternura—.Ya en aquellos tiempos rebosabas dolor, Bird. ¿Cuántomásdolorhasacumuladodesdeentonces?

—Yonoloelegí,perofuiculpabledeloquelocausó.Sentí como si las personas queme rodeaban se hubiesen esfumado, se hubiesen convertido en

meras sombras, y el pequeño círculo de luz solar en torno a lamesa representase los límites delmundo y,más allá, en la oscuridad, figuras desdibujadas vagasen y temblasen como fantasmas deestrellas.

—¿Yquéhiciste,Bird?—Ycondelicadeza,unadelicadezaextrema,notéelcontactodesumanoenlamía.

—Comotúhasdicho,hicedañoaotraspersonas.Yahoraintentocompensarlo.En la penumbra las siluetas parecieron acercarse, pero no eran las personas que comían en el

restaurante de un pueblo pequeño, plagado de habladurías e insignificantes suspicacias de unacomunidadcerrada;eranlassiluetasdelosextraviadosydelosmalditos,yentreellasestabanlasdeaquellasaquienesenotrotiempoyohabíallamadoamiga,amante,hija.

Lornasepusoenpiey,alrededor,elrestaurantevolvióacobrarnitidezylosespectrosdelpasadoseconvirtieronensustanciadelpresente.Bajólavistaparamirarmeylamanomeardiósuavementeallídondemehabíatocado.

—«Lohecho,hechoestá»—dijorepitiendomispalabras—.¿Esesoloquesientesconrespectoanosotros?

Las líneas entre nuestro pasado y nuestro presente se habían desdibujado de algún modo yestábamos hurgando en viejas heridas que deberían haber cicatrizado mucho tiempo antes. Nocontesté, así que se puso la chaqueta, sacó cinco dólares del bolso y los colocó en la mesa. Acontinuaciónsediomediavueltaysealejó,ymedejóel recuerdodel rocedesumanoy la tenuepresencia de su perfume, como una promesa expresada pero no cumplida todavía. Ella sabía queRand se enteraría de que nos habían visto juntos, de que habíamos hablado largo y tendido en elrestaurante.Piensoque,inclusoporentonces,ellaestabapresionándolo.Estabapresionándonosalosdos.Casimeparecíaoíreltictacdelrelojquecontabalashorasylosminutosquefaltabanparaquesumatrimonioseautodestruyeseporfin.

Anteella,seabriólapuertayÁngelyLouisentraronenelrestaurante.Memiraronyyoasentíconlacabezaamododerespuesta.Lornaadvirtióelgestoantesdesaliry,cuandopasójuntoaellos,lossaludóconunamediasonrisa.Sesentaronfrenteamímientrasyolaobservabacruzarlacalley

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dirigirsehaciaelnorteconsuchaquetablanca,lacabezagachacomouncisne.Ángel pidió dos cafés y se puso a silbar suavementemientras esperaba a que se los sirvieran.

SilbabaTheWayWeWere.Cuandoacabarondedesayunar, repaséconellos losdetallesdeldescubrimientodelcadáverde

Chutelanocheanteriorynosdividimoslastareaspendientesparaeldía.LouisiríaallagoybuscaríaunpuntoelevadodesdedondeseguirvigilandolacasadePayne,yaquelamisióndereconocimientode lanocheanteriornohabía servidodenada.Antesdemarcharse,dejaríaaÁngelenGreenville,donde éste alquilaría un Plymouth antiguo en una gasolinera. Desde Greenville se dirigiría haciaRockwood,Seboomook,PittstonFarmyJackman,WestForksyBingham,todoslospueblosaloesteyalsudoestedellagoMoosehead.YoabarcaríaMonson,AbbotVillage,GuilfordyDover-Foxcroft,al sur y al sudeste. En cada pueblo enseñaríamos la fotografía de Ellen Cole, preguntaríamos entiendas ymoteles, cafeterías y restaurantes, bares y oficinas de información turística.Siemprequefuese posible, hablaríamos con la policía local y con los viejos lugareños que ocupaban susreservadospreferidosenbaresyrestaurantes,yaquienessindudanopasabainadvertidalapresenciadeforasterosenelpueblo.Seríauntrabajoagotadoryfrustrante,peroteníaquehacerse.

Mientrashablábamos,notéaLouistenso.Recorríarápidamenteconlamiradaunayotravezelrestauranteylacalle.

—Novendrápornosotrosaplenaluzdeldía—aseguré.—Podríahabernosliquidadoanoche—contestó.—Peronolohizo.—Quierequesepamosqueestáaquí.Legustaelmiedo.Nohablamosmásdeél.Antesdepartirhacialospueblosquemecorrespondían,decidíseguirlarutaquetalvezhabían

tomadoEllenysunovioeldíaquesemarcharondeDarkHollow.EnelcaminomedetuveenunaestacióndeservicioylepedíalencargadoquelepusieraunascadenasalMustang.Nosabíaenquéestadoencontraríalascarreterasamedidaqueavanzasehaciaelnorte.

Unayotravezlanzabavistazosalretrovisor,conscientedequeStritchseencontrabaenlazona,peronomesiguióningúncocheniadelantéaotrosvehículosenlacarretera.Aunostreskilómetrosdelpueblohabíaunindicadordevistapanorámica.LacarreteraquellevabahaciaallíeraempinadayelMustangsorteócondificultadalgunascurvas.Enunpunto,dostortuosascarreterassecundariassebifurcabanhaciaelesteyeloeste,perocontinuéporlarutaprincipalhastaunpequeñoaparcamientodesdedondeseveíaunagranextensióndemontañas,conellagoRaggedresplandecientealoesteyelParqueNacionaldeBaxteryKatahdinalnordeste.Elaparcamientoponíafinalacarreteradeaccesopúblico.Apartirdeallí,laspistaseranparausodelacompañíamaderera,ydebíandeponerapruebalosamortiguadoresdelamayoríadeloscoches.Elpaisajeeradeunablancura,unafrialdadyunabelleza sobrecogedoras. Comprendí por qué lamujer delmotel había enviado allí a los chicos eimaginélamaravillosavistaqueofreceríaellagobañadodeluzdorada.

Regreséhastaelcruce,dondelacarreterasecundariaendirecciónestepresentabaunagruesacapadenieve.Continuaba a lo largodeunosdoskilómetros hastamorir entre árboles caídosy espesamaleza.El terrenoeramuyboscosoaambos lados, lososcurosárbolescontrastabancon lanieve.Retrocedíy tomé lacarreterahaciaeloeste,quegradualmente torcíaalnoroesteparabordearuna

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laguna.Lalagunateníaunasuperficieaproximadadedoskilómetrosdelargoyochocientosmetrosdeancho,yjuntoalasorillascrecíanesqueléticashayasyfrondosospinos.Enlaorillaoccidental,unpequeño sendero serpenteaba entre los árboles. Dejé el coche y seguí a pie. No tardé en tenerempapadoslosbajosdelpantalónyempecéanotarsupeso.

Llevabaunosdiezminutosandandocuandopercibíunolorahumoymellegaronlosladridosdeunperro.Abandonéel senderoyascendíporunapendienteentre losárboles; en loaltohabíaunacasapequeña,quedifícilmentepodríatenermásdedoshabitaciones.Teníauntejadoenvoladizo,unporcheestrechoyventanascuadradasdecuatropanelesconlapinturadescascarillada.Posiblementelacasahabíasidoblancaenotrotiempo,perolamayorpartedelapinturahabíadesaparecidoysóloquedabanretazosbajolosalerosylosmarcosdelasventanas.Aunladohabíatresocuatrocubosgrandesdebasura,delosqueseutilizanparareciclajeindustrial.AlotroseveíanaparcadosunviejocamiónFordamarilloy,aunmetroymediodeéste,losrestosherrumbrososdeunOldsmobileazul,sinruedasdesdehacíatiempoyconunagruesacapadepolvoincrustadaenlasventanillas.Advertímovimientodentro,yalcabodeunmomentounpequeñoperronegrosinrazadefinida,conlacolacortadayenseñandolosdientes,saltóporunaventanillaabiertadelapartetraseraycorrióhaciamí.Sedetuvoaunmetroyempezóaladrarconestridencia.

Seabrió lapuertade lacasayaparecióunviejodebarbarala.Vestíaunmonoazulyunlargoimpermeable rojo. Llevaba el cabello en apelmazadas greñas y tenía las manos casi negras desuciedad. Me fijé especialmente en las manos porque sostenían una escopeta Remington A-70 derepetición apuntando haciamí.Cuando el perro vio salir al viejo, ladró conmayor vehemencia yferocidadyagitócondesesperaciónelmuñónqueteníaporcola.

—¿Quéquiere?—preguntóelviejoarrastrandounpoco laspalabras.Alhablar, un ladode subocapermanecióinmóvil,ysupusequepadecíaalgúntipodelesiónmuscularonerviosaenlacara.

—Buscoaunapersona,unachicaquequizápasóporaquíhaceunpardedías.Elviejoesbozóalgoasícomounasonrisaydejóa lavistaunadentaduraamarillenta,mellada

tantoarribacomoabajo.—Yoyanoreciboachicasaquí—dijosinapartardemíelarma—.Nomeencuentranguapo.—Esrubia,dealgomenosdeunmetrosesentaycinco.SellamaEllenCole.—Noloshevisto—contestóelviejo,yblandióelarmaendirecciónamí—.Ahoralárguesede

mipropiedad.Nomemoví.Elperroarremetiócontramíymemordisqueólosdobladillosdelpantalón.Estuve

tentadodedarleunapatada,pero imaginéque seagarraría amipiernaal instante.Manteniendo lamiradafijaenelviejo,penséenloqueacababadedecir.

—¿Quéquieredecircon«los»?Yosólohemencionadoaunachica.Elviejoentornólosojosaltomarconcienciadesuerror.Accionóelmecanismodecargadela

escopeta, y el pequeño perro enloqueció. Hincó sus dientes blancos y afilados en el dobladillomojadodeunadelaspernerasdemisvaquerosycomenzóatirar.

—Habloenserio—amenazóelviejo—.Márcheseynovuelva,olepegaréuntiroahoramismoyasumiréelriesgodequemedetengan.—Silbóalperro—.Apártate,muchacho,noquieroquesalgasherido.

Elperrosediomediavueltadeinmediato,corrióderegresoalOldsmobilee,impulsándosecon

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las fuertes patas traseras, entró por la ventanilla abierta. Sin dejar de ladrar,me observó desde elasientodelantero.

—Nomeobligueavolver,viejo—dijeconcalma.—Para empezar, yo no le he obligado a venir, y desde luegonovoy a obligarlo a volver.No

tengonadaquedecirle.Ahoralorepitoporúltimavez:lárguesedemipropiedad.Meencogídehombros,mevolvíymemarché.Nomequedabaotraopción,noamenosqueme

arriesgaraaquemevolaran lacabeza.Miréatrásunasolavezy lovi todavíaenelporchecon laescopetaentrelasmanos.Ademásyodebíahablarconotraspersonasysupusequetendríaocasióndeverotravezaaquelviejo.

Ésefuemiprimererror.

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Despuésdedejaralviejo,medirigíhaciaelsur.Suspalabrasmeinquietaban.Quizánosignificabannada,supuse;alfinyalcabo,podríahabervistoaRickyyaEllenjuntosenelpueblo,ylanoticiadequealguienandabapreocupadopor sudesaparicióndebíadehabercorridomuydeprisa, llegandoinclusohastaaquelrincónperdidodondevivíaelviejo.Siresultabaquehabíaalgomásdetrásdeeso,sabíadóndeencontrarlo.

Recorrí lospueblosprevistos,dedicándolesmás tiempoaGuilfordyDover-Foxcroftquea losotros,pero fueenvano.Paréenunacabinapara llamaraDaveMartel,deGreenville,yaccedióareunirse conmigo en Santa Marta a fin de allanarme el camino con el doctor Ryley, el director.QueríahablarconélacercadeEmilyWatts.

YdeCalebKyle.—Heoídoquehaestadopreguntandoporesachica,EllenCole—comentócuandomedisponíaa

colgar.Guardésilencioporuninstante.Nomehabíapuestoencontactoconéldesdequehabíaregresado

aDarkHollow.Parecióadvertirmidesconcierto.—Oiga, éste es un sitio pequeño. Las noticias vuelan. Esta mañana temprano he recibido una

llamadadeNuevaYorkinteresándoseporella.—¿Quiénera?—Supadre—contestóMartel—.Vaavenirotravez.PorlovistotuvounencontronazoconRand

Jennings, y éste le dijo que no se acercara aDarkHollow si quería ayudar a su hija.Coleme hatelefoneadoparaversiyopodíadecirlealgomásqueJenningsleocultaba.Probablementetambiénhallamadoalsheriffdelcondado.

Suspiré.DarleunultimátumaWalterColeeracomoordenaralalluviaquecayesehaciaarribaynohaciaabajo.

—¿Hadichocuándovendrá?—Mañana,supongo,creoquevaaquedarseaquíen lugarde iraDarkHollow.¿Quiereque le

avisecuandollegue?—No—respondí—.Notardaréenenterarme.LopuseenantecedentessobreelcasoyleexpliquéquemehabíaimplicadoainstanciasdeLee,

nodeWalter.Marteldejóescaparunabreverisotada.—TambiénheoídoqueestabaustedpresentecuandoencontraronaGaryChute.Desdeluegolleva

unavidacomplicada.—¿Sesabealgomásalrespecto?—Darylguióa laguardia forestalhastadondecreía recordarqueencontróaChute…Unviaje

espantoso, por lo quehe oído…,y van a traer la furgoneta para examinarla en cuanto limpiende

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nievelacarretera.ElcuerpovacaminodeAugusta.Segúnunodelosagentesatiempoparcialquehaestado aquí esta mañana, parece que Jennings advirtió magulladuras en el cuerpo, como si lohubierangolpeadoantesdemorir.Vanainterrogaralaesposaparaversiperdiólapacienciaconélymandóaalguienaliquidarlo.

—Pococonvincente.—Muypoco—convino—.Nosveremosenlaresidencia.

ElcochedeMartelyaestabaaparcadofrentealaentradaprincipaldeSantaMartacuandollegué,yélyeldoctorRyleymeesperabanjuntoalarecepción.

EldoctorRyleyeraunhombredemedianaedadconbuenadentadura,unbuentrajeamedidaylos untuososmodales de unvendedor de ataúdes.Cuando le estreché lamaño, se la noté blandayhúmeda.Tuvequeresistirlatentacióndesecarmelapalmaenlosvaqueroscuandomelasoltó.NoeradifícildeentenderporquéEmilyWattslehabíadescerrajadountiro.

Nosdijolomuchoquelamentabaloocurridoynosinformódelasnuevasmedidasdeseguridadadoptadas a raíz de aquello, que al parecer se reducían a cerrar las puertas con llave y ocultarcualquierobjetoquepudieraemplearseparadejarinconscientealguarda.Despuésdeuntirayaflojacon Martel, accedió a que hablara con la señora Schneider, la mujer que ocupaba la habitacióncontigua a la de la difuntaEmilyWatts.Martel decidió esperar en el vestíbulo por temor a que laanciana se asustase si llegábamos engrupo.Se sentó, arrastróuna segunda silla frente a él con lapunteradelzapato,apoyólospiesenellayparecióquedarsedormido.

EricaSchneidereraunajudíaalemanaquehuyóaEstadosUnidosconsumaridoen1938.Élerajoyeroy salióde supaís con suficientespiedraspreciosasparapermitirle establecerse enBangor.Llevaronunavidaholgada,mecontó,almenoshastaquemuriósumaridoy lasfacturasqueél lehabíamantenidoocultasdurantecasicincoañosafloraronalasuperficie.Sevioobligadaavenderlacasa y la mayor parte de sus pertenencias, y finalmente enfermó a causa del estrés. Sus hijos lainternaronenlaresidencia,aduciendoquecasitodosellosvivíanacortadistanciadeallí,aunqueenrealidad apenas semolestaban en visitarla, añadió. Se pasaba lamayor parte del tiempo viendo latelevisiónoleyendo.Cuandolastemperaturaslopermitían,salíaapasearporeljardín.

Mesentéasu ladoen lapequeñayordenadahabitación,con lacamahechacuidadosamente,elúnicoarmarioestaballenodeviejosvestidososcurosyunalimitadaseleccióndecosméticoseneltocadorqueaúnseaplicabaaconcienciatodaslasmañanas.Deprontosevolvióhaciamíydijo:

—Tengolaesperanzademorirpronto.Quieromarcharmedeaquí.Nocontesté.Alfinyalcabo,¿quépodíadecir?Cambiandodetema,lepregunté:—SeñoraSchneider,procuraréquequedeentrenosotrosestaconversación,peronecesitosaber

una cosa: ¿telefoneó usted a un hombre de Portland llamadoWilleford y habló con él de EmilyWatts?

Nodijonada.Porunmomentotuvelaimpresióndequeibaaecharseallorar,porquedesviólamiradacomosisintieseunamolestiaenlosojos.

—Señora Schneider —insistí—, necesito su ayuda, de verdad. Han muerto asesinadas variaspersonasyhadesaparecidounachica,ypiensoquequizátodoestoguarderelaciónconlaseñorita

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Emily.Sipuedecontarmealgoalrespecto,cualquiercosaquemepermitaponerfinaesteasunto,seloagradecerésinceramente.

Conelrostrocontraído,retorcióelcordóndesubata.—Sí—respondióporfin—.Penséquealomejorasílaayudaba.—Elcordónsetensóy,ajuzgar

porelmiedoquesereflejóensuvoz,habríacabidopensarquenosetensabaalrededordelasmanossinodelcuello—.LaseñoritaEmilyestabatantriste…

—¿Porqué,señoraSchneider?¿Porquéestabatriste?—Unanoche,haráquizásunaño,melaencontréllorando—contestósinsoltarelcordón—.Me

acerquéaellaylaabracé.Luegoellaempezóahablar.Mecontóqueeraelcumpleañosdesuhijo…,unchico,dijo,peroquenoselohabíaquedadopormiedo.

—¿Miedodequé,señoraSchneider?—Miedodelpadredelniño.—Tragósalivaymirópor laventana—.¿Quémalpuedehacerya

hablardeestas cosas?—susurrócasipara símisma,y luego sevolvióhaciamí—.Mecontóque,cuandoerajoven,supadre…Supadreeraunmalhombre,señorParker.Lepegabaylaobligabaahacerciertascosas,¿meentiende?Sexo,ja?Inclusocuandoellaerayaunpocomayor,élsenegóadejarlamarchar porque la quería cerca.—Asentí con la cabeza, pero guardé silenciomientras laspalabrassalíandelaancianacomoratasdeunsaco—.Entoncesllegóotrohombrealpueblo,yesehombrelehizoelamoryselallevóasucama.Ellanolehablódelsexoconsupadre,peroalfinalsílehablóde laspalizas.Yesehombre fueabuscara supadreaunbary lepegó,y ledijoquenotocaranuncamásasuhija.—Subrayócadapalabramoviendoeldedo,espaciandometiculosamentecadasílabaparadarlesmayorénfasis—.Ledijoalpadreque,silepasabaalgoasuhija,lomataría.DespuésdeesolaseñoritaEmilyseenamoródeesehombre.

»Peroesehombre,señorParker,teníaalgomalaquí—setocólacabeza—yaquí.—Sellevóeldedo al corazón—. La señorita Emily no sabía dónde vivía, ni de dónde venía. Él iba a buscarlacuandoquería.Desaparecíadurantedías,avecessemanas.Olíaamaderayasavia;yenunaocasión,cuando volvió a su lado, tenía sangre en la ropa y debajo de las uñas. Le explicó que habíaatropellado un ciervo con el camión.Otra vez le dijo que había estado cazando.Dio dos razonesdistintasparaunmismohecho,yellaempezóasentirmiedo.

»Fueentoncescuandocomenzaronadesapareceraquellaschicas,señorParker:doschicas.Yunavez,cuandolaseñoritaEmilyestabaconesehombre,olióalgoenél,elolordeotramujer.Teníaenel cuello heridas, como si alguien le hubiera arañado. Discutieron, y él le dijo que eranimaginacionessuyas,quesehabíacortadoconunarama.

»Peroellasabíaquehabíasidoél,señorParker.Sabíaqueélsehabíallevadoalaschicas,peronoentendía por qué.Y entonces, entonces estaba embarazada de él, y él lo sabía.Al principio le diomiedodecírselo,perocuandoélseenterósealegrómucho.Queríaunhijo,señorParker.Asíselodijoaella:“Quierounhijo”.

»PerolaseñoritaEmilynopodíadejaraunniñoenmanosdeunhombreasí,mecontó.Estabacada vezmás asustada.Y él quería al niño, señor Parker, lo quería con toda su alma. Siempre lepreguntabaaellaporelbebé,ylaadvertíaquenohicieranadaquepudieraserleperjudicial.Peroenélnohabíaamor,osilohabía,eraunamorextraño,unamormalo.Ellasabíaqueélsellevaríaalniñosipodía,yqueyanovolveríaaverlo.Sabíaqueeraunmalhombre,inclusopeorquesupadre.

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»Unanoche,cuandoseencontrabanenelcamióndeéljuntoalacasadelpadre,ledijoqueteníadolores.Enelretrete,fueradelacasa,habíadejadounpapeldeperiódicoy,dentrodelpapel…—Buscóconesfuerzolaspalabras—.Dentrohabíatripas,sangre,despojos.¿Meentiende?Ygritóyseembadurnódesangreymanchóelinodoro.Luegolollamóaélyledijo…,ledijoquehabíaperdidoalbebé.—LaseñoraSchneidervolvió a interrumpir el relato.Alcanzóunamantade la camay seenvolvióloshombrosparaprotegersedelfrío.Despuéscontinuó—:Cuandoselodijo,pensóquelamataría.Élaullócomounanimal,señorParker,y,agarrándolaporelpelo,lalevantóenelaireylagolpeóunayotravez.Lallamódébileinútil.Ledijoquehabíamatadoasuhijo.Luegosediomediavueltaysemarchó.Yellalooyórevolverenelcobertizoentrelasherramientasquesupadreteníaallíguardadas.Ycuandooyóelsonidodelasierra,sealejódelacasayseadentróenelbosqueatodocorrer.Peroéllasiguió,yellalooyóacercarseentrelosárboles.Sequedócallada,sinrespirarsiquiera,yélpasódelargoyyanoregresójamás.

»Despuésencontraronalaschicascolgadasdeunárbol,ylaseñoritaEmilysupoqueéllashabíadejadoallí.Peronuncavolvióaverloyacudióaquí,alashermanasdeSantaMarta,ycreoquequizálescontódequéteníamiedo.Ellaslaacogieronhastaquetuvoalbebéyluegoseloquitaron.Desdeentoncesnuncavolvióaserlamisma,ypasadosmuchosañosregresóaquíylashermanascuidarondeella.Cuandosevendiólaresidencia,utilizóelpocodineroqueteníaparaquedarse.Éstenoesunsitio caro, señor Parker.Ustedmismopuede verlo.—Levantó lamano paramostrar la pequeña yanodinahabitación.Tenía la piel fina igual que el papel.La luz del sol se filtraba como lamiel atravésdesusdedos.

—SeñoraSchneider,¿ledijolaseñoritaEmilycómosellamabaesehombre,elpadredelniño?—Nolosé—contestóella.Exhaléundébilsuspiro,pero,alhacerlo,medicuentadequenolehabíadadotiempodeacabar,

queteníaalgoqueañadir.—Sólosésunombredepila—prosiguió.Trazóantemíundelicadomovimientoenelaireconla

mano,comosiinvocaseelnombredelpasado—.SellamabaCaleb.

Nevaba,dentroyfuera;unaventiscaderecuerdos.Muchachasmoviéndoseamerceddelabrisa,mi abuelo observándolas, la rabia y el dolor brotando en su interior, el hedor a descomposiciónenvolviéndolocomounmantodepodredumbre.Lasmiró,tambiéncomopadreyesposo,ypensóentodoslosjóvenesaquienesellasnobesarían,losamantescuyoalientonosentiríanensusmejillasenplenanocheyaquienesnuncaofreceríanconsueloconelcalordesuscuerpos.Pensóen loshijosque no tendrían, en el potencial para procrear acallado ya en ellas para siempre, en los agujerosabiertosensusvientresallídondesusmatriceshabíansidodesgarradas.Dentrodecadaunadeellashabíanexistidoposibilidadesinimaginables.Consusmuertes,unnúmeroinfinitodeexistenciashabíallegado a su fin, universos potenciales se habían perdido para siempre, y elmundomenguaba unpocotrassufallecimiento.

Melevantéymeacerquéalaventana.Conlanevada,eljardínparecíamenosadusto,losárbolesmenosdesnudos,peroeratodounailusión.Lascosassoncomoson,yloscambiosenlanaturalezasólo esconden su verdadera esencia durante un tiempo. Y pensé en Caleb, adentrándose en la

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reconfortante oscuridad del bosque mientras lamentaba con rabia la muerte de su hijo nonato,traicionadoporelcuerpodemasiadodelgado,demasiadodébildelamujeralaquehabíaprotegidoeinseminado. Después mató a tres muchachas en rápida sucesión, alimentando su furia hastaconsumirla,y las colgódeunárbol comoadornosparaque lasencontraseunhombrequenoeracomo él, un hombre tan distinto a él que sintió lamuerte de cada una de esas jóvenes como unapérdidapersonal.EldeCaleberaunmundoenelquelascosasmutabanensuscontrarios:lacreaciónendestrucción,elamorenodio,lavidaenmuerte.

Cincomuertes, pero seis chicas desaparecidas; uno de los casos quedó sin explicación. En elexpediente,miabuelohabíarotuladosunombreenunfajodehojas,en lasquehabíareconstruidominuciosamentesusmovimientoseldíadesudesaparición.Incluíaunafotodelachicagrapadaenunángulo:JudithMundy,regordetaycorriente,conunairederusticidadtransmitidoporgeneracionesquehabíanlabradounatierraexiguaeinexorabledondecrearseunespaciofirmeyganarsemalquebienelpan.JudithMundy,perdidayahoraolvidada,exceptoporsuspadres,quesiempresentiríansuausenciacomounabismoenelquegritabansunombresinrecibirsiquieraunecocomorespuesta.

—¿Por qué les haría ese hombre una cosa así a aquellas chicas?—oí preguntar a la señoraSchneider,peronopodíacontestarle.

Yohabíamiradoalacaraapersonasquehabíanmatadoconimpunidaddurantedécadas,yseguíasinexplicarme las razonesde susactos.Sentíunapunzadadepesarpor lapérdidadeWalterColecomocolega.Ésaera lamejoraptituddeWalter:eracapazdemirarensu interiory,segurodesupropia rectitud innata, crear una imagen de aquello que no era correcto, un pequeño tumor decrueldadymalavoluntad,comolaprimeracélulacolonizadaporuncáncerapartirdelacualpodíareconstruirporcompletolaevolucióndelaenfermedad.Waltereracomounmatemáticoque,anteunsencillocuadradoenunapágina,determinabasuevoluciónenotrasdimensiones,otrasesferasdelaexistenciamásalládelplanodesuexistenciareal,yalavezconservabalaobjetividadconrespectoalproblemaencuestión.

Éseerasupuntofuerteytambién,pensé,sudebilidad.Enúltimainstancia,nohurgabadentrodesíademasiadaprofundidadporquetemíaloquepudieseencontrar:supropiacapacidadparaelmal.Seresistíaalimpulsodeentenderseasímismoplenamenteconlaexcusadequepodíaentendermejoralosdemás.Entenderesaceptarelpotencialdeunotantoparaelmalcomoparaelbien,yyodudabaqueWalter Cole desease creerse capaz, a cualquier nivel, de cometer actos de extrema crueldad.Cuando llevé a cabo acciones que él consideraba moralmente inaceptables, cuando perseguí aaquellosquehabíanobradomaly,conello,obrémalyomismo,Waltermedejóaladerivapeseahabermeutilizadoparaencontraraesosindividuosysaberloqueyoharíaaldarconellos.Poresoyanoéramosamigos:yoreconocímiculpabilidad,misprofundosdefectos—eldolor, larabia,elcargodeconciencia,eldeseodevenganza—,ymevalídetodoeso.Quizámatéalgodentrodemícadavezquerecurríaello,quizáfueraéseelprecioquehabíaquepagar.PeroWaltereraunbuenhombrey,comomuchosbuenoshombres,sudefectoconsistíaenquesecreíamejordeloqueera.

LaseñoraSchneidervolvióahablar.—Fuepor sumadre, creo—susurró.Meapoyé contra la ventanay esperé a que continuase—.

Unavez,cuandoesehombre,Caleb,estababorracho,lehablóalaseñoritaEmilydesumadre.Eraunamujer dura, señor Parker. El padre los había abandonado porque le teníamiedo ymás tarde

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murióenlaguerra.Ellapegabaasuhijo,lepegabaconpalosycadenas,ylehacíacosasaúnpeores.De noche, señor Parker, iba a buscarlo, a su propio hijo, y lo tocaba y lo obligaba a penetrarla.Luego,cuandoestabasatisfecha,lehacíadaño.Loarrastrabaporlaspiernas,oporelpelo,yledabapatadashastaqueescupíasangre.Loencadenabaalaintemperie,comoaunperro,desnudo,bajolalluviaylanieve.TodoesolecontóalaseñoritaEmily.

—¿Lecontótambiéndóndeocurrió?Ellanegóconlacabeza.—Talvezenelsur.Nolosé.Creo…—Permanecícalladocuando,arrugandolafrente,agitóante

mí en el aire los dedos de lamano derecha—.Medina—dijo por fin con un brillo triunfal en lamirada—.AlaseñoritaEmilylemencionóesenombre,Medina.

Toménota.—¿Yquéfuedesumadre?LaseñoraSchneiderserevolvióenlasillaparamirarme.—Lamató—selimitóadecir.Detrásdemíseabriólapuerta,yunaenfermeraentróconunabandejadepastas,unacafeteray

dostazas,supuestamenteainstanciasdeldoctorRyley.LaseñoraSchneider,unpocosorprendidaenapariencia,asumióelpapeldeanfitrionaymesirvióelcafé,ofreciéndomeazúcaryleche.Insistióenqueprobaraalgunapasta,peroyonoacepté,dandoporsentadoqueellalasagradeceríamástarde.Nomeequivocaba.Tomóuna,colocóelrestocuidadosamenteendosservilletasdelabandejaylasguardó en el último cajón del tocador. A continuación, mientras las nubes cargadas de nieve seapiñabanotravezenelcieloycomenzabaaoscurecer,siguióhablandodeEmilyWatts.

—Era una mujer que hablaba poco, señor Parker, excepto aquella vez —dijo con su ingléscuidadosamentepronunciadoenelqueseadvertíanaúnrestosdesuacentooriginal—.Decía«hola»y«buenasnoches»,ohablabadeltiempo,peronadamás.Nuncavolvióahablardelniño.Sipreguntaalosotrosqueestánaquíinternados,aunquesóloentreensushabitacionesunmomento,lehablarandesushijos,desusnietos,desusmaridosodesusesposas.—Sonrió—.Talcomohehechoyo,señorParker.

Estabaapuntodedeciralgo,porejemplo,quenomeimportaba,quemeparecíainteresante(eralomínimoquepodíahacer,algosinceroamediasybienintencionado),cuandoellaalzóunamanoparaimpedírmelo.

—Niseleocurradecirmequelehagustado.Nosoyunajovencitaquenecesitaquelellevenlacorriente.—Continuóhablandosindejardesonreír.Algoenella,elvestigiodeunaantiguabelleza,medioaentenderqueensujuventudmuchoshombreslehabíanseguidolacorriente,ydemuybuenagana—. La señorita Emily, en cambio, no hablaba de esas cosas, en su habitación no habíafotografías, ni cuadros, y desde que yo llegué aquí, hace cinco años, las únicas palabras quemedirigiófueron«Hola,señoraSchneider»,«Buenosdías,señoraSchneider»,«Haceundíamagnífico,señora Schneider». Nada más, excepto esa vez, y creo que después se avergonzó, o quizá sintiómiedo.Norecibíavisitas,ynuncavolvióahablardeellohastaquevinoaqueljoven.—Meinclinéyellameimitó,demodoquequedamosaunoscentímetrosdedistanciaelunodelotro—.VinounosdíasdespuésdequeyollamaraalseñorWilleford,despuésdeaparecersuanuncioenelperiódico.Primero oímos unos gritos abajo y luego a alguien que corría. Un hombre joven, un hombre

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corpulento,conlosojosgrandesymiradadeloco,pasóantelapuertademihabitacióneirrumpióenlade la señoritaEmily.Laverdad,yo temípor ella,ypormí,peroagarrémibastón—señalóunbastónconlaempuñaduralabradaenformadeaveyconterademetal—yloseguí.

»Cuandolleguéalahabitación,laseñoritaEmilyseencontrabasentadajuntoalaventana,comoyoahora,perocon lasmanos…así.—LaseñoraSchneiderse llevó laspalmasde lasmanosa lasmejillasyabriómucholabocaenunaexpresióndeasombro—.Yeljovenlamiróypronuncióunasolapalabra.Ledijo:“¿Madre?”.Así,comounapregunta.Peroellanegóconlacabezaydijo“no,no,no”,unayotravez.ElchicotendiólosbrazoshacialaseñoritaEmily,peroella,apartándosedeél,retrocedióhastaelrincóndelahabitaciónysedejócaerenelsuelo.

»Entoncesoídetrásdemíalasenfermeras.Veníanconeseguardagordo,esealquelaseñoritaEmilygolpeólanochequeescapó,yamímeobligaronasalirdelahabitaciónmientrassellevabanalchico.Loobservémientraslosujetaban,señorParker,ysucara…,sucaraeraladealguienquehavistomoriraunapersona,aunapersonaquerida.Lloróyvolvióagritar“Mamá,mamá”,peroellanocontestó.

»Vinolapolicíayselollevó.LuegolaenfermerapreguntóalaseñoritaEmilysieraverdadloquehabíadichoelchico.Yellacontestóqueno,quenosabíadequéhablabaesemuchacho,quenoteníaningúnhijo.

»Pero esa noche la oí llorar durante tanto rato que pensé que nunca pararía. Fui a verla y laabracé.Leaseguréquenodebíatenermiedo,queestabaasalvo,peroellasólodijounacosa.

Se calló de repente, y vi que le temblaban las manos. Apoyé la mía sobre las suyas paratranquilizarla.Ella,conlosojoscerrados,deslizólamanoderechaparacubrirlamíaymelaapretóconfuerza.Yporunmomento,creo,meconvertíensuhijo,unodelosquenuncalavisitabanylahabía dejado allí, en el frío norte, para que muriese inexorablemente igual que si la hubiesenarrastradohastalosbosquesdePiscataquisoAroostockylahubiesenabandonadoallí.Volvióaabrirlosojosymesoltólamano.Alhacerlo,eltemblorhabíaremitido.

—SeñoraSchneider,¿quédijo?—preguntécondelicadeza.—Dijo:«Ahoramematará».—¿A quién se refería? ¿A Billy, el joven que vino a verla? —Pero creo que ya conocía la

respuesta.LaseñoraSchneidernegóconlacabeza.—No,alotro,alhombredelqueseescondía;ytemíaque,silaencontraba,nadiepodríaayudarla

nisalvarladeél.Fueelquevinodespués—concluyólaanciana—.Seenteródeloquehabíaocurridoyvino.

Esperé.Algorozósuavementelaventanay,almirar,viuncopodenieveresbalarporelcristal,fundiéndoseamedidaquedescendía.

—Fue lanocheantesdequehuyese.Hacía frío, recuerdoque tuvequepedirunamantamásdetantofríocomohacía.Cuandodesperté,estabamuyoscuro,negro,sinluna.Yoíunruidofuera,unchirrido.

»Melevantédelacama,elsueloestabatanheladoquesemecortólarespiración.Meacerquéalaventanaydescorríunpocolacortina,peronovinada.Entoncesseoyóotravezaquelruido,miréhaciaabajoy…—Estabaaterrorizada.Notécómoaflorabaaoleadasunhorrorarraigadoyprofundo

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que le había llegado a lomás hondo del alma—.Había un hombre, señor Parker. Trepaba por lacañería,palmoapalmo.Teníalacabezavueltahaciaabajo,asíquenolevilacara.Yentodocasoestabatanoscuroqueerasólounasombra.PerolasombrallegóalaventanadelaseñoritaEmily,yviqueempujabacon lamano, intentandoabrirlapor la fuerza.Oígritar a la señoritaEmily,yyogritétambiénycorríalpasilloparallamaraunaenfermera.YlaseñoritaEmilyseguíagritandoygritandosinparar.Perocuandollegaron,elhombrehabíadesaparecidoynoencontraronelmenorrastrodeéleneljardín.

—¿Cómoeraesehombre,señoraSchneider?¿Alto?¿Bajo?¿Grande?¿Pequeño?—Yase lohedicho:estabamuyoscuro.No lovibien.—Hizounesfuerzopor recordar,pero

moviólacabezaenungestoangustiado.—¿PodríahabersidoBilly?—No.—Surespuestafue tajante—.Lasiluetaeradistinta.Noera tangrandecomoelchico.—

LevantólasmanoscomosiquisieraabarcarlosenormeshombrosdeBilly—.Cuandolehabléalaenfermera del hombre, sospecho que pensó que eran imaginacionesmías, que éramos dos viejasalimentando nuestros mutuos miedos. Pero no es cierto. Señor Parker, no vi a ese hombre conclaridad,perolosentí.Nosetratabadeunladrónqueveníaarobaraunasancianas.Queríaalgomás.QueríahacerdañoalaseñoritaEmily,castigarlaporalgoocurridohacíamuchotiempo.Esechico,Billy,elchicoquelallamó«mamá»,fueelquealvenirprovocólasituación.Quizálaprovoquéyo,señorParker,alllamaraesetalWilleford.Quizálaculpaseamía.

—No,señoraSchneider—dije—.Seacualsealacausa,tuvolugarhacemuchotiempo.Me miró con una expresión cercana a la ternura y, alargando el brazo, apoyó una mano

suavementeenmirodillapararecalcarsussiguientespalabras.—LaseñoritaEmilyteníamiedo,señorParker—susurró—,tantomiedoquedeseabamorir.

Ladejéallísola,consusrecuerdosysuculpabilidad.Elinvierno,ladróndelaluzdeldía,hizotitilarlucesalolejoscuandoMartelyyonosdirigíamoshacianuestroscoches.

—¿Haaveriguadoalgo?—quisosaber.Enlugardecontestardeinmediato,miréhaciaelnorte,haciaelbosque,haciaaquelvastoespacio

despoblado.—¿Podríasobrevivirunhombreahí?—pregunté.Martelarrugólafrente.—Dependeríadecuántotiemposequedara,delaclasederopaylasprovisiones…—No me refiero a eso —le interrumpí—. ¿Podría sobrevivir durante mucho tiempo, años

incluso?Martelpensóporunmomento.Cuandohabló,nosetomóabromalapreguntasinoquerespondió

muyenserio,yconelloseganóaúnmásmiestima.—Noveo por qué no.La gente ha sobrevivido ahí desde que se colonizó el país.Aún quedan

vestigiosdegranjasquelodemuestran.Noseríaunaexistenciafácilysupongoquerequeriríavolveralacivilizacióndevezencuando,perohabríaposibilidades.

—¿Yahínadielomolestaría?

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—Lamayorpartedeeseterritorioestáintactodesdehacecasicincuentaaños.Siunoseadentralosuficiente en el bosque, es muy posible que ni siquiera lleguen a molestarlo los cazadores o laguardiaforestal.¿Piensaquealguienseharefugiadoahí?

—Sí,esocreo.—LeestrechélamanoyabrílapuertadelMustang—.Elproblemaes,metemo,quehavueltoasalir.

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21

Ya tenía un rastro, empezaba a conocerlo gradualmente, pero necesitaba saber más paracomprenderlo,paradarconélantesdequeélmismoencontraseaBillyPurdue,antesdequevolvieseamatar.Estabaapuntodehallarunaconexión:flotabaamialrededorcomoeltítulodeunamelodíaque se recuerda sólo en parte.Necesitaba a alguien capaz de reunir todasmis sospechas amedioformarymoldearlashastacrearunaunidadcoherente,ysóloconocíaaunapersonaenquienpodíaconfiarhastaesepunto.

NecesitabahablarconRachelWolfe.

RegreséaDarkHollow,metíenlabolsaunascuantascosasparapasarlanocheypuseencimaelexpedientedeCalebKyle.LouisyÁngel acababandevolver en sus respectivos coches cuandoyosalía.LesexpliquémisintencionesypartícaminodeBangorparatomarelvueloaBoston.

Cuando estaba en las afueras deGuilford, tres coches por delante delmío vi un camión Fordamarillocuyotubodeescapearrojabahumonegroa lacarretera.Aceleréy,aladelantar,echéporcuriosidadunvistazoalconductor.Enlacabinaibaelviejoquemehabíaamenazadoconlaescopeta.Tras permanecer delante de él durante un rato, entré en una gasolinera de Dover-Foxcroft paradejarlopasar.DespuésloseguícuatroocincocochespordetráshastaOrono,dondesedesvióhaciael aparcamiento de unas ruinosas galerías comerciales y estacionó frente a una tienda llamada«StuckeyTrading».Consultélahoraenmireloj.Simedemorabamás,perderíaelavión.Observéalviejomientrassacabaunpardesacosnegrosdelacajadelcamiónyseencaminabahacialatienda.Finalmente,dandounapalmadadefrustraciónalvolante,piséelaceleradorendirecciónaBangoryelaeropuerto.

Sabía que Rachel Wolfe daba seminarios en Harvard y que la universidad financiaba susinvestigaciones sobre el vínculo entre estructuras cerebrales anómalas y conducta delictiva.Ya noatendía a pacientes particulares ni, que yo supiera, participaba en la elaboración de perfilescriminales.

RachelhabíaactuadoextraoficialmentecomoasesoradelDepartamentodePolicíadeNuevaYorkenvarioscasos,incluidoslosasesinatosdelViajante.Asílaconocí,asíacabamossiendoamantes,yfue eso lo que al final nos separó. Rachel, cuyo hermano policía había muerto a manos de unperturbado,creíaque,explorandolamentalidadcriminal, impediríaqueotrospadecieran tragediassimilares.PerolamentalidaddelViajantenoseparecíaaladeningúnotroy,mientrasintentábamosdarlecaza,Rachelhabíaestadoapuntodeperderlavida.Habíadejadoclaroquenodeseabavermey,hastahacíapoco,yohabía respetadoesedeseo.Noquería causarlemásdolor, pero ahora tenía lasensacióndequenopodíaacudiraningunaotrapersona.

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Sinembargo,nosereducíaaeso,comoyobiensabía.EnlostresúltimosmeseshabíaidodosvecesaBostonconlaintencióndebuscarlaointentarrestablecerloquehabíamosperdido,peroenambas ocasionesme habíamarchado sin que habláramos.Dejarmi tarjeta la última vez,mientrasLouisesperabaenelvestíbulo,eralomáscercaquehabíaestadodeponermeencontactoconella.QuizáCalebKyle,dealgúnmodo,tendieseunpuenteentrenosotros,uncanalprofesionalqueacasonospermitieserecuperaralmismotiempolarelaciónpersonal.

Enelavión,escribiendoenmayúsculasycon letraclara,añadíalexpedienteelaboradopormiabuelo la información que me había facilitado la señora Schneider. Asimismo examiné lasfotografías y me fijé en los detalles de aquellas jóvenes muertas hacía mucho tiempo, sus vidasdocumentadasmásminuciosamentepormiabuelodespuésdesufallecimientoqueporningunaotrapersonamientrasvivían.Enmuchossentidos,lasconocíaysepreocupabaporellastantocomosuspropiospadres.Enalgunoscasosinclusomás.Habíasobrevividoasuesposatreceañosyasuhijadoce.Habíalloradoamuchasmujeresalolargodesuvida,pensé.

Recordéalgoquemecomentóenunaocasióncuandoyoyaerapolicía.SentadosenlacasadeScarboroughconsendastazasdecaféenlamesa,loobservémientrasélexaminabamiplacadándolevueltasen lamano, la luz reflejadaen lasgafas.Fuera lucíael sol,pero lacasaestaba frescayenpenumbra.

—Es una extraña vocación —dijo por fin—. Todos esos violadores y asesinos, ladrones ytraficantesdedroga…,losnecesitamosparaexistir.Sinellosnotendríamosrazóndeser.Dansentidoanuestravidaprofesional.

»Yéseeselpeligro,Charlie,porquealgúndíatropezarásconalgunoqueamenaceconcruzarlalínea, algunoquenopuedasdejar atráscuando tequites laplacaal finalde la jornada.Tienesqueevitarloo,sino,tusamigos,tufamilia,todosseveránmanchadosporsusombra.Unhombreasíteconvierteensu títere.Tuvidapasaa serunaprolongaciónde la suya,y sino loencuentras, sinoacabasconél,teobsesionaráelrestodetusdías.¿Entiendes,Charlie?

Lo entendí, o eso creía. Incluso entonces, cuando se acercaba al final de su vida, continuabamanchadoporelcontactoquetuvoconCalebKyle.Miabueloalbergabalaesperanzadequeesonollegaraasucederme,peromesucedió.MeocurrióconelViajanteyahoravolvíaarepetirse.Habíaheredadolacruzdemiabuelo,sufantasma,sudemonio.

Después de añadir mis anotaciones al expediente lo repasé una vezmás buscando a tientas elcaminoparaaccederalamentedemiabueloy,atravésdesusesfuerzos,alamentedeCalebKyle.Al final del expediente se incluía una hoja de periódico doblada.Era una plana delMaine SundayTelegramconfechade1977,doceañosdespuésdequealhombrequemiabueloconocíacomoCalebKyle se lo tragase la tierra. En la hoja aparecía una fotografía tomada en Greenville de unrepresentante de la Scott Paper Company, propietaria de buena parte de los bosques al norte delGreenville,enelactodeentregadelvaporKatahdinalMuseode laMarinadeMooseheadparasurestauración.Al fondo, un grupo de personas sonreía y saludaba con lamano, y detrás había unafigura con el rostro vuelto hacia la cámara y una caja en los brazos que posiblemente conteníasuministros.Inclusoalolejosseleveíaaltoyfibroso;losbrazosquesosteníanlacajaeranlargosydelgados,laspiernasesbeltasperofuertes.Lacaraerasólounborrón,enmarcadaporuncírculoenrotuladorrojocuidadosamentetrazado.

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Peromi abuelo la había ampliado, la había ampliado una vez, y otra, y otra, colocando cadaampliacióndetrásdelafotografíaanterior.Ylacarasehizocadavezmásgrandehastaalcanzarlasdimensionesdeuncráneorealyconvertirselosojosencuencasoscuras,lacaraenunacomposicióndepuntosblancosynegros.Elhombredelaimagensehabíatransformadoenunespectro,consusfaccionesindistinguibles,irreconociblesparacualquieraexceptomiabuelo,yaquemiabuelohabíaestado sentado junto a él en aquel bar, lo había olido, lo había escuchado mientras él le dabaindicacionesparallegaraunárboldondevariaschicasmuertasgirabanenlabrisa.

Esehombre,creíamiabuelo,eraCalebKyle.

Ya en el aeropuerto telefoneé al Departamento de Psicología de Harvard, di mi número deidentidadypreguntésiRachelWolfedabaclaseesedía.MeinformarondequelaseñoritaWolfeteníaunseminarioconestudiantesdepsicologíaalasdieciochohoras.Eranlas17:15.Conocíaapersonasque,sillegabatardealcampus,podíanproporcionarmesudirección,peroesomellevaríatiempoymástiempo,ypormomentosempezabaatomarconcienciadequeesoeraalgoquenomesobraba.Paréuntaxiy,trasalentarenérgicamentealtaxistaairporeltúneldeTedWilliamsparaeludirlospeoresatascosdetráfico,lleguéaCambridge.

FrentealbarGraftoncolgabaunapancartadelaseleccionesuniversitarias,ycuandoatraveséelcampusendirecciónalcrucedeQuincyyKirkland,muchoschicosllevabanpegatinaselectoralesenlas bolsas y abrigos.Me senté a la sombra de la Iglesia de laNueva Jerusalén, frente alWilliamJamesHall,yesperé.

A las 17:59, una silueta vestida con un abrigo de lana negro, botas demedia caña y pantalónnegro,elcabellorojorecogidoconunacintanegrayblanca,seacercóporQuincyyentróenelHall.Incluso a lo lejos, Rachel se conservaba atractiva, y advertí que un par de estudiantes le lanzabanfurtivasmiradas al pasar.Cuando entró en el vestíbulo, la seguí a corta distancia y observé cómobajabaporlaescalerahastaelSeminario6enelsemisótano,paraasegurarmedequenocancelabalaclasey se iba.Fui tras ellahastaqueentróenel seminarioycerró lapuerta; a continuación toméasientoenunasilladeplásticodesdedondeseveíaelaulayesperé.

Al cabo de una hora se abrió la puerta y empezaron a salir los estudiantes, la mayoría congrandes cuadernos de espiral sujetos contra el pechoo asomandode los bolsos: los cuadernos deespiraleranunadelasdebilidadesdeRachel.Meapartéparadejarpasaralúltimoestudianteyluegoentré en la clase, que era pequeña y estaba dominada por una única y amplia mesa, con sillasdispuestasalrededorycontralasparedes.Enlacabeceradelamesa,bajounapizarra,estabasentadaRachelWolfe.Vestíaunjerseyverdeoscuroencimadeunacamisablancadehombreconelcuellolevantado. Como siempre, llevaba un ligero toque de maquillaje, cuidadosamente aplicado, y loslabiospintadosderojooscuro.

Alzólavistaconactitudexpectanteyunamediasonrisaenlacara,queseleborróencuantomevio.Cerrélapuertacondelicadezaalentraryocupélaprimerasillavacíadelamesa,queeralamásalejadadeella.

—Hola—dije.Congranparsimonia,guardósusbolígrafosynotasenunmaletíndepiel,selevantóyempezóa

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ponerseelabrigo.—Tepedíquenointentasescontactarconmigo—dijomientrasbuscabacondificultadlamanga

izquierda.Mepuseenpie,meacerquéaellay lesostuve lamangaparaquemetieseelbrazo.Aunqueun

tantoavergonzadopor irrumpiren su territoriodeaquellamanera, sentí tambiénunamomentáneapunzadade resentimiento:Rachelnohabía sido laúnicaquehabía sufridoenLouisianadurante lapersecucióndelViajante.Elresentimientodesaparecióenseguidaydiopasoalaculpabilidadcuandola recordé entremisbrazos, con el cuerpo sacudidopor los sollozosdespuésdeverseobligada amataraunhombreenelcementeriodeMetairie.Unavezmáslarecordélevantandoelarma,eldedoenelgatillo, el fogonazodel cañóna lavezqueel arma retrocedía en susmanos.Unprofundoeinsaciable instintodesupervivencia lahabía impulsadoaquelespantosodíadeverano.Creoqueenesemomento,almirarme,recordóloquehabíahechoysintiómiedodeloqueyorepresentaba:lacapacidaddeviolenciaquebrevementehabíacobradofuerzadentrodeellaycuyasascuasardíanaúnenlososcurosrinconesdesualma.

—No te preocupes —dije, mintiendo en parte—. No he venido por motivos personales sinoprofesionales.

—Razón de más para no querer oírlos. —Dio media vuelta con el maletín bajo el brazo—.Discúlpame,tengotrabajo.

Tendíunamanoparatocarleelbrazoymelanzóunamiradadefuria.Laretiré.—Rachel,espera.Necesitotuayuda.—Déjamemarchar,porfavor.Mecortaselpaso.Me aparté y ella pasó antemí con la cabeza gacha. Tenía ya la puerta abierta cuando volví a

hablar.—Rachel,escúchamesólounmomento.Sinoespormí,almenosporWalterCole.Sedetuvoenlapuertaperonosevolvió.—¿QuépasaconWalter?—SuhijaEllenhadesaparecido.Noestoyseguro,peroquizátengaalgoqueverconuncasoenel

queestoytrabajando.PuedequetambiénguarderelaciónconThaniPho,laestudiantequeasesinaron.Rachelpermaneciócalladaporuninstante.Luegorespiróhondo,cerrólapuertaysesentóenla

sillaqueyohabíaocupadoantes.Paraequilibrarlasituación,yomesentéenlasuya.—Tienesdosminutos—dijo.—Necesitoqueleasunexpedienteymedestuopinión.—Yanomededicoaeso.—Meheenteradodequetrabajasenunestudiosobrelaconexiónentreloscrímenesviolentosy

lostrastornoscerebrales,algoqueimplicaescanogramasdelcerebro.Sabía algomásque eso.Rachelparticipaba enuna investigación sobre lasdisfuncionesdedos

áreas del cerebro, la amígdala y el lóbulo frontal. Por lo que yo entendí al leer una copia de unartículo que ella había publicado en una revista de psicología, la amígdala, una pequeña zona detejidodelcerebroinconsciente,generalassensacionesdealarmayemociónynospermiteresponderalaangustiadelosdemás.Enellóbulofrontalseregistranlasemociones,yesahí,también,dondesurgelaconcienciaydondeseconstruyenlosplanes.Asimismo,eslapartedelcerebroquecontrola

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nuestrosimpulsos.Ahora se creía que, en los psicópatas, el lóbulo frontal no respondía frente a una situación

emocional,debidoposiblementeaundefectoenlapropiaamígdalaoenlosprocesosutilizadosparaenviarseñalesalacortezacerebral.Rachel,yotroscomoella,insistíanenlanecesidadderealizarunestudioagranescalaconescanogramasdeasesinosconvictos,aduciendoquepodíaestablecerseunaconexiónentrelaslesionescerebralesylaconductacriminalpsicopática.

Fruncióelentrecejo.—Según parece, sabesmucho sobremí. No estoy segura de sime gusta la idea de que andes

espiándome.Volvíasentirunapunzadaderesentimiento,tanintensaquecontrajelabocainvoluntariamente.—Noesasí,peroveoqueconservasunegofuerteysaludable.Ensuslabiosaparecióunasonrisa,débilyfugaz.—Elrestodemínoestanrobusto.Tendrécicatricesdeporvida,Bird.Voyaterapiadosveces

porsemanayhetenidoqueabandonarmipropiaconsulta.Todavíameacuerdodetiytodavíamedasmiedo.Aveces.

—Lo siento. —Quizá fuesen imaginaciones mías, pero creía advertir que esa pausa, ese «aveces»,implicabaquetambiénseacordabademídeotrasmaneras.

—Losé.Háblamedeeseexpediente.Ylehablé,resumiéndolebrevementeelhistorialdelosasesinatosyañadiendopartedeloquela

señoraSchneidermehabíacontadoypartedeloqueyomismosospechabaohabíaadivinado.—Casi todo está aquí.—Levanté el ajado expedientemarrón—.Me gustaría que le echases un

vistazoaverquéseteocurre.Alargóelbrazoydeslicéelexpedienteporlamesahaciaella.Hojeóconrapidezlasanotaciones

amano, las copias en papel carbón, las fotografías.Una de ellasmostraba la escena del crimen aorillasdelLittleWilson.

—Diosmío—susurró,ycerrólosojos.Cuandovolvióaabrirlos,advertíenellosunanuevaluz,la chispa de la curiosidad profesional, pero también algomás, algo queme había atraído de elladesdeelprincipio.

Eraempatía.—Podríallevarmeunpardedías—dijo.—Notengounpardedías.Lonecesitoestanoche.—Imposible.Losiento,perocontanpocotiemponopodríaempezarsiquiera.—Rachel, nadieme cree.Nadie aceptará que este hombre haya existido o, lo que es peor, que

quizá siga vivo. Pero está allí. Lo presiento, Rachel. Necesito comprenderlo, aunque sólo sea unpoco.Necesitoalgo, cualquier cosa,parahacerlo real,para sacarlodeeseexpedientey formarmeunaimagenreconocibledeél.Porfavor.Tengounamarañadedetallesenlacabeza,ynecesitoquealguien me ayude a darles sentido. No puedo acudir a nadie más y, en todo caso, eres la mejorpsicólogacriminalistaqueconozco.

—Soylaúnicapsicólogacriminalistaqueconoces—respondió,ylasonrisaapareciódenuevoensuslabios.

—Esotambién.

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Selevantó.—Nopuedotenernadaparatiestanoche,peroquedemosmañanaenlalibreríadelacooperativa

aesodelasonce.Tedaréloquehayaconseguidohastaentonces.—Gracias—dije.—Nohaydequé.Ydichoestosefue.

MealojédondesiempremealojabadurantemisvisitasaBoston,elNolanHousedelaCalleG,enelsurdelaciudad.Eraunhotelresidenciatranquilo,conmueblesantiguosyunparderestaurantescerca.MepuseencontactoconÁngelyLouis,peroenDarkHollownohabíanovedades.

—¿HasvistoaRachel?—preguntóÁngel.—Sí,lahevisto.—¿Cómoselohatomado?—Noparecíamuycontentadeverme.—Traesmalosrecuerdos.—Todamividahasidoasí.Quizásalguien,algúndía,meveaytengapensamientosfelices.—Imposible—contestó—.Relájateydilequetehemospreguntadoporella.—Loharé.¿AlgúnmovimientoencasadePayne?—Eltipojovenhaidoalpuebloacomprarlecheycomida,esoestodo.NirastrodeBillyPurdue,

nideTonyCelli,nideStritch,peroLouisaúnsecomportadeunamanerarara.Stritchrondacerca,deesoestamosseguros.Cuantoantesvuelvas,mejor.

Meduché,mepuseunacamisetalimpiayunosvaqueros,yenelpasillodelNolanHouse,entrelas guías y revistas, encontré un ejemplar del magnífico atlas de carreteras Gousha de 1995.Aparecían ocho Medinas —Texas, Tennessee, Washington, Wisconsin, Nueva York, Dakota delNorte,MichiganyOhio—yunaMedinah, en Illinois.Descarté todos lospueblosde lazonanorteconfiandoenquemiabueloestuvieseenlociertoconrespectoalorigensureñodeCaleb,locualmedejabaTennesseeyTexas.ProbéprimeroconTennessee,peroenlaoficinadelsheriffdelcondadodeGibsonnadierecordabaaunCalebKyleque,durantelosañoscuarenta,quizáshabíamatadoasumadreenlagranjadondevivían;pero,comounayudantemedijoservicialmente,esonosignificabaque no hubiese ocurrido; sólo significaba que allí nadie lo recordaba. Telefoneé a la policía delestado,porsiacaso,peroobtuvelamismarespuesta:ningúnCalebKyle.

Eran casi las ocho ymedia cuando empecé a llamar aTexas.Resultó queMedina estaba en elcondadodeBanderas,noenelcondadodeMedina,asíquemiprimerallamadaalsheriffdelcondadodeMedinanomesirviódegrancosa.Perosítuvesuertelasegundavez,muchasuerte,ynopudepormenosdepreguntarmecómosehabríasentidomiabuelodehaber llegadohastaesepuntoyhaberdescubiertolaverdadsobreCalebKyle.

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22

Me dijo un ayudante del sheriff que su jefe se llamabaDan Tannen. Aguardé a que le pasaran lallamadadirectamentealdespacho.Trasunpardechasquidos,unavozfemeninadijo:

—Sí.—¿SheriffTannen?—pregunté,yacerté.—Sí,soyyo—contestóella—.Noparecesorprendido.—¿Deberíaestarlo?—Yamehanconfundidoconlasecretariavariasveces.Mesacadequicio,seloaseguro.ElDan

esabreviaturadeDanielle,porsiaclaraalgo.TengoentendidoquehapreguntadoustedporCalebKyle.

—Asíes.SoyinvestigadorprivadoytrabajoenlasafuerasdePortland,Maine.Estoy…Meinterrumpióparapreguntar:—¿Dequéconoceesenombre?—¿Caleb?—Ajá.Bueno,másconcretamenteCalebKyle.¿Dequéloconoce?Eraunabuenapregunta.¿Pordóndedebíaempezar?¿PorlaseñoraSchneider?¿PorEmilyWatts?

¿Pormiabuelo?¿PorRuthDickinson,LaurelTrulockylasotrastreschicasqueacabaroncolgadasdeunárbolaorillasdelLittleWilson?

—SeñorParker,lehehechounapregunta.TuvelasensacióndequelasheriffTannenconservaríasupuestodurantebastantetiempo.—Perdone—dije—.Escomplicado.Looíporprimeravezdebocademiabuelocuandoyoera

joven,yenlaúltimasemanaloheoídootrasdosveces.Pasé a contarle lo que sabía. Ellame escuchó sin hacer comentarios y, cuando terminé, habló

despuésdeunlargosilencio.—Ocurrióantesdequeyonaciera—dijoporfin—.Oalmenosunaparte.Elchicovivíaenel

campo con sumadre, a unos siete kilómetros al sudeste de aquí. Nació, por lo que recuerdo sinconsultarelexpediente,en1928o1929,peronacióconelapellidoBrewster.SupadreerauntalLyallBrewster,quefuealucharcontraHitlerymurióenelnortedeÁfrica.Calebysumadretuvieronquevalerseporsímismos.Además,LyallBrewsternuncallegóacasarseconBonnieKyle,queeracomose llamaba la madre. Comprenderá ahora mi interés al oírle decir «Caleb Kyle». Poca gente loconoceríaporesenombre.Laverdadesquenuncahabíaoídoquelollamaranasí.AquífuesiempreCalebBrewster,hastaeldíaenquematóasumadre.

»Ellaeraelmismísimodemonio,cuentanquieneslaconocieron.Eramuyreservadaynodejabaqueelchicoseapartaradeella.Peroéleralisto,señorParker;enlaescueladestacóenmatemáticas,enlectura,entodoaquelloenloqueseaplicaba.Entonceslamadredecidióquenolegustabaqueel

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niñoatrajeratantaatenciónylosacódelaescuela.Afirmóqueledaríaclasesellamisma.—¿Creequefuevíctimademalostratos?—Creo que corrieron rumores. Recuerdo que alguien me contó que una vez lo encontraron

vagando desnudo por la carretera que va a Kerville, sucio de tierra y excrementos de cerdo. Lapolicíaselollevóasumadreenvueltoenunamanta.Porentonces,nopodíatenermásdecatorceoquinceaños.Leoyerongritarencuantosecerrólapuerta.Sindudalamadreusabaelpaloconél,deduzco,peroporlodemás…—Hizootrapausa,ylaoítragarunlíquidoalotroladodelalínea—.Agua—aclaró—,porsitienedudas.

—Noteníaninguna.—Bueno,daigual.Entodocaso,nomeconstaquehubieseabusossexuales.Esosalióalaluzen

eljuicio,perotambiénsalióalaluzeneljuiciodeloshermanosMenéndez,yyavecómoacabaron.Comolehedicho,señorParker,Caleberalisto.Inclusoalosdieciséisodiecisieteañoseramáslistoquelamayoríadelagentedelpueblo.

—¿Creequeseloinventó?Nocontestódeinmediato.—No lo sé, pero era lo bastante listo para tratar de utilizarlo como atenuante.Debe recordar,

señorParker,queantesnosehablabadeesotantocomohoyendía.Erapocohabitualquealguienlosacaraarelucir.Posiblementenuncallegaremosasaberconseguridadquéocurrióenesacasa.

»Pero la inteligencia no era el único rasgo deCalebBrewster.Aquí la gente recuerda que eramalo,opeorqueeso.Torturabaa losanimales, señorParker,ycolgaba los restosde losárboles:ardillas,conejos,inclusoperros.Nohabíapruebasquelorelacionaranconello,entiéndalo,perolagente sabíaquehabía sidoél.Quizá secansódematar animalesydecidió subirunpeldaño.Hubotambiénotrascosas.

—¿Aquéserefiere?—Bueno,vayamospororden.Sabemosquematóasumadreyquediodecomersucuerpoalos

cerdos.Dosotresdíasdespuésdelincidenteenlacarretera,elsheriffGarrettyunayudantefueronavercómoestabaelchico.Loencontraronsentadoenelporche,bebiendo lecheagriadeuna jarra.Habíasangreenlacocina:enlasparedes,enelsuelo.Habíaempapadolastablasdelsuelo.Elchicoaún teníael cuchilloal lado.La ropadeBonnieKyleestabaen lapocilga, juntoconunoscuantoshuesos,prácticamente loúnicoque loscerdoshabíandejado.Esoyelanillo.Unode loscerdos lohabíaexpulsadoentresusheces.MeparecequeahoralotienenexpuestoenelMuseodelaFronteradeBanderas,juntoconcorderosbicéfalosypuntasdeflechaindias.

—¿QuépasóconCaleb?—Loprocesaroncomoaunadultoylocondenaronaprisión.—¿Cadenaperpetua?—Veinteaños.Salióenelsesentaytresoenelsesentaycuatro,creo.—¿Rehabilitado?—¿Rehabilitado?No,porDios.Supongoqueyahabíaperdidolarazónantesdematarlaynunca

la recuperó. Pero alguien, tomando en consideración las circunstancias atenuantes, consideróoportuno ponerlo en libertad. Había cumplido la condena y no podían tenerlo encerrado parasiempre,aunquehabríasidounaexcelenteidea.Ycomohedicho,eralisto.Enlacárcelnosemetió

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enlíos.Pensaronqueestabamejorando.Yopersonalmentecreoqueestabaalaespera.—¿Regresó a las afueras del pueblo?—pregunté. De nuevo siguió una pausa, y esta vez me

parecióqueelsilencionoserompióhastatranscurridounbuenrato.—Lacasaseguíaenpie—contestóTannen—.Recuerdoqueregresóalpuebloenautobús…,yo

tendríadiezuonceaños…,yqueseencaminóhaciasuantiguacasa.Lagentecambiabadeacerayluego se quedabamirando cómo se alejaba.No sé cuánto tiempo pasó allí.No seríanmás de dosnoches,pero…

—¿Pero?Exhalóunsuspiro.—Murió una chica. Lillian Boyce. Decían que era la chica más guapa del condado, y

probablemente tenían razón. La encontraron junto al Hondo Creek, cerca de Tarpley. Presentabanumerosasheridasdearmablanca.Peroesono fue lopeor.—Esperé,y tuve la impresióndequesabíaloqueibaaoíraunantesdequelodijera—.Estabacolgadadeunárbol—explicó—.Comosialguienquisiesequelaencontraran,comosifueseunaadvertenciaparatodosnosotros.

La línea pareció zumbar y,mientras la sheriff Tannen concluía su relato, sentí que el teléfonomóvilmeardíaenlamano.

—Cuando la encontraron, Caleb Brewster se habíamarchado otra vez. Aún hay una orden debúsquedapendiente, queyo sepa,peronopensabaque alguien llegara a atenderla.Almenoshastaahora.

Despuésdecolgarmequedésentadoenlacamaduranteunrato.Habíaunmazodecartasenunestantedelahabitacióny,sindarmecuenta,empecéabarajarlas;losbordesdelosnaipesdesfilaronborrosamenteantemisojos.Vi la reinadecorazonesy la saqué,meacordédeSaulManncuandojugaba a «Encuentra a la Reina».De pie tras sumesa de caballete forrada de felpa, en aparienciahablandosolo,colocaba lascartasantesíyvolteabaunaconelbordede laotra.«Concincoganadiez,condiezganaveinte».Parecíanodarsecuentasiquieradeque losapostantessecongregabanlentamente,atraídosporelmovimientosegurodesusmanosy lapromesadedinero fácil,peroélobservabatodoelrato.Observabayesperaba,ypocoapoco,demanerainfalible,acudíanaél.Eracomouncazadorquetienelacertezadeque,enalgúnmomento,elciervosecruzaráensucamino.

YpensétambiénenCalebKyle,meloimaginécontemplandolosrestosdelaschicasquehabíadesgarradoycolgadode losárboles.Algovinoamimemoria,una leyendaquemecontóalguiensobre el emperadorNerón. Se decía queNerón, después dematar a su propiamadre,Agripina laJoven,ordenóqueabrieransucuerpoparaverellugardedondeélhabíasalido.Noseconoceconclaridadelmotivodesemejanteacto:obsesiónmorbosa,talvez,olossentimientosincestuososquele atribuían los antiguos cronistas. Incluso es posible que esperase comprender algo acerca de símismo,desupropianaturaleza,mediantelarevelacióndesupropioorigen.Enotrotiempodebiódeamarla,pensé,antesdequetodoseconvirtieraenfuria,rabiayodio,antesdedecidirquitarlelavidaydespedazarsusrestos.DuranteuninstanteexperimentéciertacompasiónporCaleb:lástimaporelniñoquefueenotrotiempo,yaborrecimientoporelhombreenqueseconvirtió.

Vi sombras que caían de los árboles y una figura que se trasladaba al norte, siempre al norte,

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como la aguja de una brújula. Lógicamente se había dirigido al norte. El norte era la zona másalejadadeTexasadondepodía llegardespuésdevengarsede lacomunidadquehabíaconsideradooportunomandarloalacárcelporloquelehabíahechoasumadre.

Peroporlovistonosereducíasóloaeso.Miabuelomecontóque,cuandoeraniño,elsacerdoteleía losEvangeliosenel ladonortedela iglesia,porqueelnortesiempresehabíavistocomounazona a la que aún no había llegado la luz de Dios. Por esa misma razón enterraban a los nobautizados,alossuicidasyalosasesinosenelnorte,fueradelastapiasdelcamposanto.

Porqueelnorteeraunterritorionegro.Elnorteeraellugardelastinieblas.

A lamañana siguiente, la libreríaestabaabarrotadadeestudiantesyde turistas.PedícaféymeentretuveleyendounejemplardeRollingStonesquealguienhabíadejadoenunasilla,hastaquellegóRachel,tardecomodecostumbre.Vestíadenuevoelabrigonegro,estavezencimadeunosvaquerosy un jersey azul cielo con el cuello en pico.Debajo llevaba una camisaOxford de rayas azules yblancasabrochadahastaelcuello.Elcabellolecaíasueltosobreloshombros.

—¿Llegasprontoalgunavez?—preguntédespuésdepediruncaféyunamagdalenaparaella.—Mequedéhasta lascincotrabajandoentumalditoexpediente—contestó—.Si tecobrarapor

horas,nopodríaspermitírtelo.—Losiento—dije—.Apenaspuedopermitirmeelcaféyelbollo.—Meparteselalma—contestó,peromediola impresióndequesuactitudsehabíaablandado

desdeeldíaanterior;noobstante,quizásesapercepciónobedeciesemásaundeseopormipartequealarealidad—.¿Estáspreparadoparaesto?

Asentí,peroantesdequeprosiguiese leconté loquehabíaaveriguadoa travésde lasheriff deMedina,yque,paraescapardesupasado,Calebhabíaadoptadoelapellidodesumadre.

Rachelasintióparasí.—Concuerda—afirmó—.Todoconcuerda.Llegó el café y echó azúcar; a continuación desenvolvió lamagdalena, la partió en trozos del

tamañodeunbocadoyempezóahablar.—Lamayor parte de todo esto son conjeturas y suposiciones.Cualquier agente decente de las

fuerzasdelordensereiríaenmicaraymeecharíadeaquí,perocomotúnoeresnidecenteniagentedelasfuerzasdelorden,recibirásloquetemereces.Además,todalainformaciónquemehasdadosebasa tambiénenconjeturasy suposiciones,unidasaciertogradode supersticiónyparanoia.—Moviólacabezaconungestodeperplejidadysuexpresiónsevolviómásseriaencuantoabrióelcuadernodeespiral.Anteellaseextendíaun textodeapretadacaligrafía, salpicadoaquíyallápornotasadhesivasamarillas—.Creoqueyasabescasi todoloquevoyadecirte.Loúnicoquepuedohaceresesclarecerlo,quizásaportarciertoorden.

»Bird, siestehombreexiste,oalmenossielmismohombre,CalebKyle,eselautorde todosestosasesinatos,teenfrentasaunsádicopsicópatademanual.Enrealidadteenfrentasaalgopeorqueeso,porquenuncameheencontradoconalgosemejanteenlaliteraturaespecializada,nitampocoenmiexperienciaclínica;ocomomínimonotodojuntoenunmismocaso.Porcierto,esteexpedientenorecogeningúnasesinatodespuésde1965.Aunteniendoencuentalafotografíadelperiódico,¿has

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contempladolaposibilidaddequeestémuertoofueseencarceladoporotrosdelitos?Tantolounocomolootroexplicaríanlarepentinainterrupcióndelosasesinatos.

—Podría estar muerto—admití—, y en tal caso todo esto sería una pérdida de tiempo y nosencontraríamosantealgomuydistinto.Perosupongamosquenofueencarcelado:silasheriff teníarazón y Caleb era tan listo como ella decía, no iba a volver a la cárcel. Además, mi abuelo locomprobóensudía(constaenelexpediente),yséquefueconsultandodemaneraaleatoriaalolargodelosaños,aunquequizábuscabaaCalebKyle,noaCalebBrewster.

Rachelseencogiódehombros.—Siendo así, tienes otras dos posibilidades: o bien continuómatando pero todas sus víctimas

constancomopersonasdesaparecidas(siesquealguienhaadvertidosuausencia),obien…—¿Obien?Rachelgolpeteóenelcuadernocon lapuntadelbolígrafo juntoaunapalabramarcadaconun

círculorojo.—Obienhapermanecidoenestadolatente.Laposibilidaddequealgunosasesinosenserieentren

enperiodosdelatenciaestásiendoestudiadaporlaUnidaddeApoyoalaInvestigacióndelFBI,porloscolaboradoresenlaelaboracióndeperfilescriminalesyporelprogramadeconsulta.Yalosabesporquetelohedichootrasveces.Esunateoría,peropodríaexplicarporquéalgunosasesinatosenserieseinterrumpensinquesedetengaanadie.Poralgunarazón,elasesinollegaaunpuntoenelquelanecesidaddeencontraraunavíctimanoestanacucianteydejadematar.

—Sihaestadolatentehastaahora,algolohadespertado—comenté.Penséeneltopógrafodelacompañíamaderera,queseadentróenlaespesuraafindeprepararel

terrenoparaladestruccióndelbosque,yenloquequizásencontróahí.Recordéasimismolahistoriade la señora Schneider con la nota en el periódico, y la investigación a la antigua usanza deWilleford, donde uno llamaba a las puertas, ponía anuncios y hacía correr la voz hasta que éstallegaba a lapersonaqueunobuscaba;y recordé el artículo sobre ladetencióndeBillyPurdue enSantaMarta.Siunoponemiel,nodeberíasorprendersedequeacudanlasavispas.

—Espocofundado,peroésassonlasposibilidadesquedeberíasconsiderar—prosiguióRachel—.Fijémonosahoraenlosasesinatosiniciales.Enprimerlugar,aunquequizáseaalgosecundario,ellugardondeseencontraronloscadáverestienesuimportancia.CalebKyledeterminóelmomentoenqueseríanencontrados,dóndeyporquién.Fuesumaneradecontrolaryparticiparenlabúsqueda.Tal vez no organizó los primeros asesinatos, eso nunca lo sabremos con seguridad, ya quedesconocemosdóndesecometieron,perolaexhibicióndeloscadáveresfueunactomuycalculado.Deseabaformarparteenciertomododeldescubrimiento.Yodiríaquecuandotuabueloencontróalasmujeres,élloestabaobservando.

»En cuanto a los propios asesinatos, si lo que contó esa anciana,Schneider, es verdad, lo cualdependeasuvezdesieraverdadloqueEmilyWattslecontóaella,Kyleyahabíaempezadoamatardurante su relación. El grado de descomposición de los cinco cuerpos era distinto: JudyGiffen yRuth Dickinson fueron las primeras víctimas, y entre una y otra había mediado casi un mes. Encambio, Laurel Trulock, Louise Moore y Sarah Raines fueron asesinadas en rápida sucesión: elinformedelforenserevelóqueTrulockyMooreprobablementemurieronconmenosdeveinticuatrohorasdediferencia,yRainesnomásdeveinticuatrohorasdespués.

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»Supongo que todas esas chicas, o almenos las tres últimas, se parecían físicamente a EmilyWatts.Eranesbeltasydelicadas:máspasivasqueEmily,talvez,quesemostrófuertecuandosurgiólanecesidad,perodelmismotipo.Cuandoeraspolicía,teencontrasteconviolacionesporvenganza,¿verdad?

Asentí.Sabíaaquéserefería.—Unhombrediscuteconsumujeroconsunovia,salehechounafuriadecasaydesahogasuira

con una desconocida —continuó Rachel—. En su mente, todas las mujeres arrastran la mismaresponsabilidadcolectivaporlosdefectospercibidosenunasola,yportantocualquiermujerpuedeser disciplinada y castigada por el desaire real o imaginado o por el insulto o la transgresión decualquierlímitequeelvioladorhayaestablecidoensumentecomocomportamientoaceptableenunamujer.

»CalebKyleescomoesoshombres,perofuemuchomáslejos.Elforensenoencontrópruebasdeagresiónsexualenlastresúltimasvíctimas,pero,yaquíentramosenelclásicomiedomorbosoalterritorio de la sexualidad femenina, se advirtieron daños en los órganos sexuales, infligidossupuestamente con elmismo instrumento que se utilizó para provocar las heridas en el vientre ydestruirelúterodecadavíctima.Dehecho,lointeresanteesque,enloscasosdeGiffenyDickinson,las apuñalócuando llevabanmuertas casiunmes,probablementedespuésdematar a lasotras treschicasopocoantes.

—Volvióaellasalcreerquehabíanperdidoalbebé—dije.—Exacto.EstabacastigándolasporqueelcuerpodeEmilyWattslohabíatraicionadoperdiendoa

suhijo:muchasmujerescastigadasporlasfaltasdeuna.Esmuyposiblequehubiesecastigadoantesaotrasmujeres,quizápormotivosdistintos.—Comióuntrozodemagdalenaytomóunsorbodecafé—.Volviendo al informe forense, encontramos pruebas de que todas las chicas fueron torturadasantesdemorir.Les faltabanuñasydientes, teníanalgunosdedosde lasmanosyde lospies rotos,quemadurasdecigarrillo,magulladurascausadasconunapercha.Esopodríasersignificativo,peronodemomento.Enelcasodelasúltimastresvíctimas,latorturainfligidaesconsiderablementemásextrema. Esas chicas sufrieron mucho antes de morir, Bird. —Rachel me miró con expresiónsolemne, y en sus ojos vi reflejado el dolor: dolor por ellas y el recuerdo de su propio dolor—.Según losperfilesde lasvíctimasrecopiladospor tuabuelo,esas jóveneseranamables,debuenasfamilias.Lamayoríadeellaserantímidasysexualmenteinexpertas.Porlovisto,JudyGiffenteníacierta experiencia sexual. Es de suponer que suplicaron antes de morir, pensando que así podíansalvarse.Peroesoeraloqueélquería:queríaquellorasenygritasen.Puedequeenesepuntoexistaunaconexiónentreagresiónysatisfacción:experimentabaexcitaciónsexualconsussúplicas,perotambiénlasodiabaporsuplicar,yporesomurieron.—Ahoralebrillabanlosojos,ysuentusiasmoalintentarpenetrarenlaconcienciadeesehombreseponíademanifiestoenelmovimientodesusmanos,lavelocidadalaquehablaba,elplacerintelectualdeestablecerasociacionessorprendenteseinesperadas,ya lavez todoelloquedabacompensadoporelaborrecimientoque le inspiraban losactos que estaba comentando—. Dios mío, casi veo su escanograma: anormalidades en el lóbulotemporalrelacionadasconladesviaciónsexual;distorsiónenellóbulofrontalcausantedeaccionesviolentas;bajaactividadentreelsistemalímbicoyloslóbulosfrontales,alaquesedebelaausenciacasitotaldesentimientodeculpaodeconciencia.—Moviólacabezadeunladoaotro,casicomosi

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semaravillaradelaconductadeunmosquitoespecialmentemolesto—.Sinembargonoesasocial.Puede que esas chicas fuesen tímidas, pero no eran tontas. Él tenía que ser lo bastante hábil paraganarsesuconfianza,yesoconcuerdaconsuposibleinteligencia.

»En cuanto al entorno social deKyle, si lo que le contó aEmilyWatts es cierto, sufriómalostratosyposiblementeabusosdeshonestosenlainfanciaporpartedeunamadrequeledecíaqueloquería durante o después de los abusos, y a continuación lo castigaba.Apenas recibió cuidados oprotecciónyprobablementeaprendióavalerseporsímismoabasedegolpes.Alcanzadaciertaedad,sevolviócontrasuagresoraylamatóantesdeconcentrarseenotras.ConEmilyWattsocurrióalgodistinto.Ellamismaeravíctimademalostratosyluegosequedóembarazada.Yodiríaquelahabríamatadotambiénencuantohubiesenacidoelniño.Porloqueellacontó,élqueríaaeseniño.

Tomóunsorbodecaféyaprovechélaocasiónparainterrumpirla.—¿YquémedicesdeRitaFerrisydeCherylLansing?¿Podríahaberlasmatadoél?—Es posible —respondió Rachel. Me observó en silencio esperando a que encontrase una

conexión.—Semehaescapadoalgo—dijeporfin—.Poresomemirasconcaradesatisfacción.—Olvidaslamutilacióndelasbocas.Losdañosinfligidosenlosúterosdeesaschicasen1965

pretendíantransmitirunmensaje.Lasmutilacionesteníanunsignificado.Bird,yahemosvistoantesagresionesenvíctimasconesa finalidad.—Lasonrisa sedesvaneciódesus labios,yasentícon lacabeza:elViajante—.Asíqueunavezmás,tresdécadasdespués,encontramosmutilaciones,ahoraenlasbocasdelasvíctimasyencadacasoconunsignificadodistinto.RitaFerristeníalabocacosida,¿quéquieredecireso?

—¿Quedeberíahabermantenidolabocacerrada?—Posiblemente—dijoRachel—.Noessutil,peroalhombrequelamatóletraíasincuidadola

sutileza.PenséunmomentoenloqueRachelacababadedecirmehastadeduciraquéserefería.—RitaavisóalapolicíaparaquesellevaraaBillyPurdue.EsopodíasignificarqueelhombrevigilabalacasalanocheenqueBillyfuedetenido,quepor

tantoeraelviejoaquienhabíavistoBillyantesdelasesinatodeRitaydeDonald,yquizásinclusoelmismoviejoquehabíaatacadoaRitaenelhotel.

—En el caso de Cheryl Lansing —continuó Rachel—, tenía la mandíbula rota y la lenguaarrancada.Estoesunpocotraídoporlospelos,perodiríaquefuecastigadapornohablar.

—Porsucomplicidadalocultarelnacimientodelniño.—Ésta sería una explicación verosímil. En último extremo, almargen de lo que convirtiese a

CalebKyleenesaclasedepersona,yalmargendelsignificadodesusaccionesydelosmotivosdesurencor,esunamáquinadematarsinelmenorremordimiento.

—Perosintióalgoporlapérdidadesuhijo—apunté.Rachelcasisaltódelasilla.—¡Sí!—Medirigióunasonrisaradiante,comosonreiríaunprofesoraunalumnoaventajado—.

Elproblema,olaclave,eslasextachica,laquenoapareció.Pormuchasrazones,lamayoríadelascualesmecostaríaelostracismoentremiscolegassilaspublicara,creoquetuabueloteníarazónalsospecharquetambiénellafuevíctima,peroseequivocabaencuantoaltipodevíctima.

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—Noloentiendo.—Tuabuelosupusoqueaellatambiénlahabíanasesinadoperoquenolaexpusieronporalgún

motivo.—Ytúno—dije,peroyaveíaadóndequeríairaparar,ynotéunnudoenelestómagoalconcebir

laposibilidad.Llevabauntiemporondándomeporlacabezayquizátambiénlehubieserondadoporlacabezaamiabuelo.Creoqueélalbergó laesperanzadeque lachicahubiesemuerto,porque laotraopciónerapeor.

—No,yonolosupongo,yesonosllevaalastorturasdeesaschicas.Paraesehombre,nofueronsólounmediodeobtener satisfacción: fueronunaprueba.Pusoaprueba la fortalezade laschicassabiendo al mismo tiempo, aunque sin admitirlo quizá, que no la superarían porque no eran lobastantefuertes.

»Fíjate,encambio,enelperfildeJudithMundy.Era fuerte,conunacomplexiónrobustayunapersonalidad dominante. No lloraba con facilidad y sabía defenderse en una pelea. Unamujer asípasaría esa clase de prueba, hasta el punto de que posiblemente él no tuvo que hacerle demasiadodañoparadarsecuentadequeeradistinta.—Rachelseinclinóyensurostroaparecióunaexpresióndeprofundoypersistentepesar—.Nolasecuestróporserdébil,Bird.Lasecuestróporserfuerte.

Cerrélosojos.SupeentoncesloquehabíasidodeJudithMundy,porquénohabíaaparecido,yRacheladvirtióquelohabíacomprendido.

—Lasecuestrócomoganadodecría,Bird—susurró—.Lasecuestróparacriar.

RachelseofrecióparallevarmeencocheaLogan,peronoacepté.Yahabíahechobastantepormí, inclusomásde loqueyo teníaderechoapedir.CuandocrucéHarvardSquarea su lado, sentíhaciaellaunamormásintensotodavíaporelhechodequelanotabacadavezmáslejosdemí.

—¿CreesqueeseCalebpuedeestarrelacionadoconladesaparicióndeEllenCole?—preguntó.Rozómibrazoconelsuyoy,porprimeravezdesdemillegadaaBoston,norehuyóelcontacto.

—Noestoyseguro—contesté—.Quizálapolicíatengarazón:quizásucumbióalashormonasyseescapódecasa.Siesasí,noséquéestoyhaciendo.PerounancianolaencontróylaatrajoaDarkHollowy,comovengodiciéndoleatodoelmundo,nocreoenlascoincidencias.

»Rachel, tengounpresentimientoconrespectoaesehombre.Havuelto,ycreoquehavueltoaporBillyPurdueyparavengarsedetodosaquellosquehancontribuidoaesconderlo.CreoquematóaRitaFerrisyasuhijo.Ypuedequelohicieraporcelos,oparaaislaraBillyafindequenotuvieseotroslazos,oporqueellaseproponíaabandonarloyllevarsealniño.Sospechoquelamuertedeéstenoestabaprevista.Simplementelascosassedescontrolaron.

Letendí lamanocuandollegamosalotroextremodelaplaza.Nolabeséporquenomesentíaconderechoaello.Aceptómimanoymelaestrechóconfuerza.

—Bird, ese hombre considera que tiene licencia para vengarse de cualquiera que lo contraríeporquesesienteagraviado.Acabodedefinírtelocomopsicópata.

Viensusojosinquietudyalgomás.—Enotraspalabras,¿quéexcusatengo?—Sonreí,perolasonrisanofuemásalládemislabios.—Sehanido,Bird.SusanyJenniferestánmuertas,yloqueosocurrióaellasyatifuehorrible,

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muyhorrible.Perocadavezquehacespagaraalguienporloquetúpadeciste,tehacesdañoycorreselriesgodeconvertirteenaquelloqueodias.¿Loentiendes,Bird?

—Noespormí,Rachel—contestéenvozbaja—.Almenosnodeltodo.Alguiendebedeteneraesagente.Alguiendebeasumirlaresponsabilidad.

Volvíaoíraqueleco:«Todossonresponsabilidadtuya».Moviósumanocondelicadezasobrelamía,susdedossobremisdedos,acariciándomelapalma

conelpulgar,yluegometocólacaraconlaotramano.—¿Porquéhasvenido?Casitodoloquetehedichopodríashaberlodeducidotúsolo.—Nosoytanlisto.—Nolevengascontonteríasaunaespecialistaentonterías.—¿Esverdadloquesedicesobrelospsicólogos,pues?—SóloafectaalosdelaNewAge.Estáseludiendolapregunta.—Losé.Tienesrazón:partedeesolosuponíaya,olosuponíaamedias,peronecesitabaoírselo

expresaraotrapersona,porquetemíaestarvolviéndomeloco.Perotambiénhevenidoporqueaúnmepreocupoporti,porquecuandotemarchaste,tellevastealgodemí.Penséqueéstapodíaserunamaneradeacercarmeati.Queríaverteotravez.Quizásenelfondoerasóloeso.—Apartélamirada.

Meapretólamano.—AllíenLousianavi loquehiciste.NofuisteparaencontraralViajante,fuisteparamatarlo,y

todoaquelquesepusoentucaminosaliómalparado,muymalparado.Tucapacidadparalaviolenciameasustó.Túmeasustaste.

—Entoncesnosabíaquéotracosapodíahacer.—¿Yahora?Me disponía a contestarle cuando me acarició con el dedo la cicatriz de la mejilla, la marca

dejadaporlanavajadeBillyPurdue.—¿Cómotelohiciste?—preguntó.—Unhombremecortóconunanavaja.—¿Ytúcómoreaccionaste?Guardésilencioporuninstanteantesdecontestar.—Memarché.—¿Quiéneraesehombre?—BillyPurdue.Abriómucholosojosymediolaimpresióndequealgoquehabíapermanecidoenrolladoensu

interiorparaprotegerseempezabaadesplegarsegradualmente.Lovienella,lopercibíenelrocedesumano.

—Noha tenido una sola oportunidad en la vida,Rachel. Lo ha tenido todo en contra desde elprincipio.

—Sitehagounapregunta,¿mecontestarásconsinceridad?—dijo.—Siempreheintentadosersincerocontigo.Rachelasintió.—Losé,peroestoesimportante.Necesitoasegurarme.—Pregunta.

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—¿Necesitaslaviolencia,Bird?Pensélarespuesta.Enelpasadomehabíaimpulsadolavenganzapersonal.Habíahechodañoa

algunas personas, habíamatado a otras por lo que nos había ocurrido aSusan, a Jennifer y amí.Ahoraesedeseodevenganzahabíadisminuido,sereducíaunpococadadía,yelhuecoquedejabaalretrocedersellenabaconlasposibilidadesdelareparación.YoeraresponsableenpartedeloqueleshabíapasadoaSusanyaJennifer.Nomecreíacapazdereconciliarmeconesaideajamás,peropodíaintentarcompensarlodealgunamanera,reconocermiserroresdelpasadoyutilizarlosparamejorarelpresente.

—Duranteuntiemposíquelanecesité—admití.—¿Yahora?—Nolanecesito,perolautilizarésimeveoobligado.Nomequedarédebrazoscruzadosviendo

cómosufrenpersonasinocentes.Rachel se inclinóymebesó lamejilla condelicadeza.Cuando se apartó, advertí ternura en su

mirada.—Asíqueereselángelvengador—dijo.—Algoasí—contesté.—Adiós,pues,ángelvengador—musitóRachel.Diomediavueltaysealejó,deregresoalabibliotecayasutrabajo.Novolviólavistaatrás,pero

tenía la cabeza gacha y sentí el peso de sus pensamientos cuando se entregó al abrazo de lamuchedumbre.

El avión despegó deLogan, y ascendió en dirección norte a través del aire frío, enmedio deoscuros nubarrones que lo rodeaban como el aliento deDios. Pensé en la sheriff Tannen, quemehabíaprometidobuscarlasfotografíasmásrecientesdeCalebKyle.Seríandetreintaañosatrás,perodealgoservirían.SaquédelexpedientedemiabuelolaimagenborrosadeCalebylaexaminéunayotra vez. Era como un esqueleto que se recubría lentamente de carne, como si el proceso dedescomposición se hubiese invertido demanera gradual e irrevocable. Una figura que había sidopocomásqueunnombre,uncontornovislumbradoenlapenumbra,adquiríarealidadobjetiva.

Teconozco,pensé.Teconozco.

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LleguéaBangoramediodía,recogímicocheenelaparcamientodelaeropuertoyemprendíelviajehaciaDarkHollow.Sentíacomosiestirasendemíendiezdireccionesdistintasy,sinembargo,poralguna razón, todas parecían llevarme de regreso al mismo lugar, a la misma conclusión porcaminos diferentes:CalebKyle había vuelto.Habíamatado a una chica enTexas poco después desalirde lacárcel,probablementeparavengarsede todaunacomunidad.Despuéshabíaadoptadoelapellidodesumadreysehabíamarchadoalnorte,muyalnorte,hastaperderseporfinenelbosque.

SiEmilyWatts lehabíadicho laverdada laseñoraSchneider,ynoexistíamotivoalgunoparadudarlo,habíadadoaluzaunniñoylohabíaocultadoporquecreíaquesupadreeraelasesinodevariasmuchachasypresentíaquequeríaalniñoparasuspropiosfines.ElsaltorequeridoeraaceptarqueeseniñopodíaserBillyPurdue,yquesupadrepodíaserCalebKyle.

Entretanto,EllenColey sunovio seguíandesaparecidos, al igual queWilleford.TonyCelli sehabíaescondido,perosindudaaúnbuscabaelrastrodeBilly.Nolequedabaotroremedio:sinoloencontraba, sería incapaz de restituir el dinero que había perdido ymoriría asesinado para que aotros lessirvieradeescarmiento.Yosospechabaqueyaerademasiado tardeparaTonyelLimpio,queerademasiadotardedesdeelmomentomismoenqueadquiriólosbonos,quizásinclusodesdeelinstanteenqueselepasóporlacabezautilizardineroajenoparaasegurarseelfuturo.Tonyharíaloque fuesenecesarioparadarconBilly,pero todo loquehiciese, toda laviolenciaqueempleaseytoda la atención que atrajese sobre sí mismo y sus superiores, reduciría sus probabilidades desupervivencia.Era comoun hombre que, atrapado en la oscuridad de un túnel, se concentra en laúnicailuminaciónqueveantesí,sinsaberqueloqueleparecelaluzdelasalvaciónesenrealidadelfuegoenelqueseconsumirá.

Asimismo había otras razones para sentirmiedo. En la oscuridad, en alguna parte, aguardabaStritch.Me imaginaba que aún quería el dinero, pero, sobre todo, quería vengar la muerte de sucompañero.PenséenelhombremuertoenelcomplejodePortland,violadoensusúltimosinstantespor la abyección de Stritch, y pensé también en elmiedo que sentí, en la certidumbre de quemehabríadejadoenvolverporlamuerteenaquellapenumbrasihubiesedecididoentrar.

Quedabatambiénelviejodelbosque.Debíacontaraúnconlaposibilidaddequeélsupiesealgomásdeloquemehabíadicho,dequesucomentariosobrelosdosjóvenesnosebasaraúnicamenteen las habladurías que había escuchado en el pueblo. Por esa razón, tenía que hacer un alto en elcaminoantesderegresaraDarkHollow.

EnOrono,latiendaaúnestabaabierta.Sobrelapuertapodíaleerse«StuckeyTrading»,escritoencursivaeiluminadodesdeabajo.Dentroolíaahumedadyelcalorerasofocante,lacalefacciónhacía

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elmismoruidoquesisusengranajesestuvierantriturandocristalmientrasbombeabaaireviciadoatravésde losventiladores.Unos tiposconcazadorademotoristaexaminabanescopetasdesegundamanomientrasunamujerconunvestidoquefuenuevoenlostiemposdeWoodstockinspeccionabaunacajadediscosdevinilo.Lasvitrinascontenían relojesantiguosycadenasdeoroy,detrásdelmostrador,enunarmero,habíaarcosdecazaenposiciónvertical.

Nosabíamuybienquébuscaba,asíquecurioseédeestanteenestante,fuirepasandoconlavistadesdemueblesantiguoshastafundasparaasientosdecocheseminuevas,yfinalmentealgomellamólaatención.Enunrincón,juntoaunpercheroderopaimpermeable—básicamentegabardinasviejasy algún que otro chubasquero amarillo descolorido—había dos hileras de zapatos y botas. En sumayoríaestabanraídosygastados,pero lasZamberlansaltabana lavistaenelacto.Eranbotasdehombre,bastantenuevasyconsiderablementemáscarasquelosotrospares,yeraobvioqueseleshabía prodigado cierto cuidado en fecha reciente.Alguien, quizás el dueño de la tienda, las habíalimpiadoyenceradoantesdeponerlasa laventa.Levantéunayolfateéel interior.Olíaa lejía,yaalgomás:atierra,yacarnedescompuesta.Levantélasegundabotaypercibíenellaelmismotufo.RecordéqueRickycalzabaunasZamberlaneldíaquevinieronavisitarme,ynoerahabitualqueunasbotas de esa calidad apareciesen en una tienda de artículos de segundamano en un lugar perdidocomoaquél.Llevéelpardebotasalmostrador.

El hombre que estaba detrás de la caja era bajo, y el pelo, oscuro, espeso y artificial, parecíasalidodelacabezadeunmaniquídeunosgrandesalmacenes.Enlanuca,pordebajodelpeluquín,asomabanunoscuantosmechonesdesupropiocabellocastañoclarocomoparienteslocosrelegadosaldesván.Unasgafasdemonturaredondalecolgabandeuncordónentornoalcuelloyseperdíanentreelvellodelpecho.Vestíaunacamisarojamediodesabotonadaquedejabaverunascicatricesenel torso.Tenía lasmanosdelgadasy fuertesy le faltaban lasdos falanges superioresde losdedosmeñiqueyanulardelamanoizquierda.Lasuñasdelosdedosqueconservabaseveíanbiencuidadas.

Me sorprendió mirándole la mano mutilada y la levantó a la altura de la cara. Con los dosmuñonesdelosdedosperdidosdabalaimpresióndequeintentaseformarunapistolaconlamano,igualquelosniñosenelpatiodelcolegio.

—Losperdíenunaserradero—explicó.—Hayqueandarseconcuidado—contesté.Seencogiódehombros.—Lamalditasierraestuvoapuntodecortarmetambiénlosotrosdedos.¿Hatrabajadoalgunavez

enunaserradero?—No.Siemprehepensadoquemegustacómomequedanlosdedosenlasmanos.Megustantal

cual.Semirólosmuñonespensativamente.—Es curioso, pero siento como si todavía los tuviera, ¿sabe? Posiblemente no se imagina esa

sensación.—Creoquesí—respondí—.¿EsustedStuckey?—Sí.Éstaesmitienda.Dejélasbotasenelmostrador.—Sonbuenasbotas—dijoyalcanzóunaconlamanomutilada—.Noaceptarémenosdesesenta

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pavosporellas.Nohacenidoshorasquelasheenceradoyleshesacadobrilloyomismo.—Huélalas.Stuckeyentornólosojosyladeólacabeza.—¿Cómodice?—Hedichoquelashuela.Memiró con extrañeza por unmomento. Luego agarró una bota y olfateó dentro con actitud

vacilante,contrayendolasaletasdelanarizcomounconejoanteelcepo.—Yonohuelonada—dijo.—Lejía.Huelealejía,¿no?—Bueno, claro. Siempre desinfecto el calzado antes de venderlo. Nadie querría ponerse unas

botasqueapestasen.Meinclinéylevantélasegundabotafrenteaél.—Ésaesprecisamentemipregunta—dijeenvozbaja—.¿Aquéolíanantesdelimpiarlas?Noparecíaquesedejase intimidarconfacilidad.Tambiénélavanzóelcuerpohaciamí,apoyó

seisnudillossobreelmostradoryenarcóunaceja.—¿Estáustedchiflado?En un espejo detrás del mostrador vi que los motoristas se habían dado media vuelta para

contemplarelespectáculo.—Estasbotasteníantierracuandoustedlascompró,¿verdad?—preguntésinlevantar lavoz—.

¿Olíanadescomposición,adescomposiciónhumana?Diounpasoatrás.—¿Quiénesusted?—Unapersonacorriente.—Sifueseunapersonacorriente,yahabríacompradolasmalditasbotasysehabríalargado.—¿Quiénlevendióestasbotas?Empezabaaadoptarunaactitudhostil.—Esonoesasuntosuyo,caballero.Ahorasalgademitienda.Nomemoví.—Oiga,amigo,puedehablarconmigoopuedehablarconlapolicía,perohablar,hablará,¿queda

claro?Noquierocausarleproblemas,pero,sinomedejaalternativa,loharé.Stuckey me miró fijamente y supo que iba en serio. Antes de que pudiese responder, nos

interrumpióunavoz.—Eh,Stuck—preguntóunodelosmotoristas—.¿Todobienahí?Éllevantólamaltrechamanoizquierdaparadaraentenderquenoocurríanadaydespuésvolvió

acentrarsuatenciónenmí.Cuandohabló,lohizosinelmenorrastroderesentimiento.Stuckeyerapragmático—ensunegocionolequedabamásremedio—ysabíacuándoleconveníarendirse.

—Fueunviejodelnorte—dijoconunsuspiro—.Vieneunavezalmesmásomenosytraecosasquehaencontrado.Lamayorpartebasura,pero ledoyunospavosysemarcha.Aveces traealgoaceptable.

—¿Hatraídoestasbotasrecientemente?—Sí,hacemuypoco.Ayer.Ledi treintapavos.Medejótambiénunamochila,LoweAlpine.La

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vendíenelacto.Esoeratodo.Noteníanadamásqueofrecer.—¿EseviejoesdelazonadeDarkHollow?—Sí,exacto,deDarkHollow.—¿Sabesunombre?Volvióaentornarlosojos.—Dígameunacosa,caballero,¿quéesusted?¿Undetectiveprivadooalgoasí?—Comolehedicho,sólosoyunapersonacorriente.—Hacemuchaspreguntasparasersólounapersonacorriente.PercibíqueStuckeysecerrabaenbandaotravez.—Soycuriosopornaturaleza—expliqué,peromeidentifiquédetodosmodos—.¿Elnombre?—Barley.JohnBarley.—¿Esésesuverdaderonombre?—Yyoquésé.—¿Lehaenseñadoalgúndocumentodeidentidad?Stuckeyestuvoapuntodeecharseareír.—Siloviera,sabríaustedquenoeslaclasedeindividuoquellevadocumentación.Asentí,saquélacarteraycoloqué,unoporuno,seisbilletesdediezdólaresenelmostrador.—Necesitounrecibo—comenté.Stuckey rellenó uno rápidamente con letrasmayúsculas e inclinadas, lo selló e hizo una pausa

antesdeentregármelo.—Yasabe,noquieroproblemas—dijo.—Simehacontadolaverdad,nolostendrá.Doblóelreciboporlamitadylometióenlabolsadeplásticoconlasbotas.—Nose tomeestodemanerapersonal, caballero, pero imaginoquehaceusted amigos con la

mismafacilidadqueunescorpión.Agarrélabolsaymeguardélacarteraenelabrigo.—¿Porqué?—pregunté—.¿Acasovendeaquítambiénamistad?—No, caballero, desde luego que no —respondió con manifiesta contundencia—. Pero, en

cualquiercaso,dudomuchoqueustedlacomprara.

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24

Yahabíaanochecidocuandoemprendíelviajederegreso.NevabaenlacarreteraaBeaverCoveymás allá, donde la estrecha y sinuosa carretera flanqueada de árboles llevaba aDarkHollow.Loscopos parecían resplandecer en los haces de los faros, pequeños fragmentos dorados de luzprecipitándosedesdeloalto,comosielpropiocielosedesintegraseycayesesobrelatierra.IntentételefonearenvanoaÁngelyLouisconelmóvil.Finalmenteyaestabanenelmotelcuandollegué.Louisabriólapuerta.Vestíaunpantalónnegro,conlarayatanbienplanchadaqueparecíaafilada,yuna camisa de color crema. No me explicaba cómo conseguía mantener la ropa tan impecable.AlgunasdemiscamisasteníanmásarrugasquelasdeLouisaunantesdeestrenarlas.

—Ángel está en la ducha —informó cuando se hizo a un lado para dejarme entrar en lahabitación. En el televisor, Wolf Blitzer movía los labios en silencio desde el jardín de la CasaBlanca.

—Noestámalparavariar.—Enesotedoylarazón.Sifueseverano,atraeríaalasmoscas.Porsupuesto,noeraverdad.Quizádiese la impresióndequeÁngel teníauna relacióndistante

con el jabón y el agua caliente, pero en realidad, bien mirado, era muy limpio. Simplementepresentaba un aspectomás desaliñado que lamayoría de las personas.De hecho, yo no conocía anadietandesaliñadocomoél.

—¿AlgunanovedadenlacasadePayne?—Nada.Elviejosalióyvolvióaentrar.Eljovensalióyvolvióaentrar.Alacuartaoquintavez,

yaempezabaaresultaraburrido.PeroBillyPurduenohadadoseñales,niélninadie.—¿Creesquesabíanqueestabaisallí?—Esposible.Actuabancomosinolosupiesen,locualpodríaserpruebatantodelounocomode

lootro.¿Túhasdescubiertoalgo?LeenseñélasbotasylepusealcorrientedemiconversaciónconStuckey.Ángelsaliódeladucha

enesemomento,envueltoencuatrotoallas.—Joder,Ángel—dijoLouis—.¿Quiéncarajoeres?¿ElMahatmaGandhi?¿Quéhacescontantas

toallas?—Tengofrío—selamentó—.Yelasientodeesecochemehadejadomarcasenelculo.—Como nome consigas toallas, yo sí voy a dejarte marcas en el culo con la puntera de mi

zapato.Sécateeseculoblancoyflaco,vetearecepciónypídeletoallasalamujer,yvalemásqueteaseguresdequeesténsuavesysedosas,Ángel.Nopiensofrotarmelaespaldaconpapeldelija.

MientrasÁngel,sindejardemascullar,sesecabayvestía,lescontéendetallemisconversacionesconRachel,lasheriffTannenyEricaSchneider,asícomoloquehabíaaveriguadoacercadelavisitadeBillyPurdueaSantaMarta.

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—Según parece, estamos acumulando mucha información, pero no sabemos qué significa—comentóLouiscuandoacabé.

—Almenossabemosquésignificaunaparte—contesté.—¿CreesqueesetalCalebexistedeverdad?—preguntó.—Era lo bastante real para matar a su madre, y quizás a una muchacha del pueblo casi dos

décadasdespués.Además,laschicasquemurieronenelañosesentaycinconofueronvíctimasdeunretrasadomental. La forma de exponer los cadáveres teníamuchos significados. Fue un gesto dedesprecio,unamaneradecausarconmoción,perotambiénfueunintentodepresentaraquellocomounactodelocura.Creoqueelobjetivoerainduciralagenteapensarquesólounlocoeracapazdeunacosaasí,yelhechodecolocarunaprendadevestirenlacasadeFletcherlesproporcionóallocoqueandabanbuscando.

—¿Yadóndefue?Medejécaerenunadelascamas.—Nolosé—dije—,perocreoquesemarchóalnorte,albosque.—¿Yporquénovolvióamatar?—añadióÁngel.—Esotampocolosé.Puedequemataseysimplementenoseencontraranloscuerpos.Sabía que en la Ruta Apalache algunos excursionistas habían sido asesinados y otros habían

desaparecido sin dejar rastro.Me preguntaba si, por alguna razón, habían abandonado la ruta enbusca de un atajo y, en lugar de eso, habían encontrado algo mucho peor que lo que hubieranimaginadojamás.

—OpodríahabermatadoantesdellegaraMaine,sinquenadielorelacionaseconlasmuertes—continué—.SegúnRachel, esposiblequeentrase enunperiodode latencia,yqueacontecimientosrecientessehayanconfabuladoparadespertarlo.

ÁngeltomóunadelasZamberlanylasostuvoentrelasmanos.—Bueno,ysabemosquésignificaesto,enelsupuestodequeestasbotasfuesendelnoviodeEllen

Cole.Memiróyadvertí tristezaensusojos.Noquisecontestarle,niaceptar laposibilidaddequesi

Rickyestabamuerto,tambiénEllenpodíaestarlo.—¿AlgúnindiciodeStritch?—pregunté.Louisseerizó.—Casipuedoolerlo—dijo—.Lamujerde recepciónsiguemuyalteradapor lodesugato.La

policíacreequeescosadeniños.—¿Yahoraqué?—preguntóÁngel.—VoyaveraJohnBarley—respondí,peroLouisnegóconlacabeza.—Noesbuena idea,Bird.Esdenocheyélconoceelbosquemejorque tú.Podríasperderle la

pistayalaveztodaposibilidaddeaveriguardedóndesacóesasbotas.Además,estáelmalditoperro:prevendráalviejo,ésteempezaráadisparar,ypuedequetengasquedefenderte.Muertononossirvedenada.

Teníarazón,desdeluego,peroesonomesirviódeconsuelo.—Entonces,encuantosalgaelsol—accedíamipesar.Quedóenelairelaideadequequizáme

habíaencontradoyaconCalebKyleymehabíaalejadodeélporquemehabíaamenazadoconuna

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escopeta.—Encuantosalgaelsol—convinoLouis.Los dejé y volví a mi habitación, allí marqué el número de la casa deWalter y Lee Cole en

Queens. Contestó Lee después de sonar el timbre tres veces, y a su voz afloró esa mezcla deesperanzaytemorqueyohabíaoídocentenaresdevecesporpartedepadres,amigosyfamiliares,todosaguardandonoticiasdeunapersonadesaparecida.

—Lee,soyBird.No dijo nada por unmomento, pero oí sus pasos, como si se dirigiese a otro sitio para que

alguiennolaoyese,supusequeLauren.—¿Bird?¿Lahasencontrado?—No.EstamosenDarkHollowbuscándola, pero todavíano tenemosnada.—Preferí nohacer

ningúncomentariosobrelasbotasdeRicky.Siestabaequivocadoencuantoaloquepodíahaberleocurrido,osilasbotasnoeransuyas,noconseguiríamásquepreocuparlainnecesariamente.Simissospechaseranciertas,prontoconoceríamoselresto.

—¿HasvistoaWalter?Ledijequeno.SuponíaqueyadebíadeestarenGreenville,peronodeseabaverlo.Waltersólo

complicaríamáslascosas,yyameresultababastantedifícilmantenermisemocionesbajocontrol.—Bird, seenfadómuchoalenterarsede loqueyohabíahecho.—Leeempezóa llorary se le

quebró lavoz—.Medijoquecuando tú intervienes, losdemássalenmalparados.Acabanmuertos.Porfavor,Bird,porfavor,nopermitasquelepasenada.Porfavor.

—Nolopermitiré,Lee.Seguiremosencontacto.Adiós.Colgué.Mepasélasmanosporlacarayelpeloyluegomelasllevéaloshombros,queestaban

agarrotados. Walter tenía razón. En el pasado, algunas personas habían salido malparadas alimplicarme yo en una situación, pero básicamente habían salidomalparadas porque esas personashabíandecidido implicarse también.Avecesunopuedeempujaraalguienenunadirecciónuotra,perolagentedalospasosmásimportantesporiniciativapropia.

Walterteníaprincipios,peronuncasehabíavistoobligadoapasarporaltoesosprincipiosparaprotegerasusseresqueridosoparavengarlosporquealguiense loshabíaarrebatado.Yahorasehallaba cerca deDarkHollow, y una situación de por sí delicada teníamuchas probabilidades deagravarse.Permanecíduranteunratoconlacaraentrelasmanos.Luegomedesnudéymeduché,conla cabeza gacha y los hombros bajo el chorro para que el aguamasajeasemis tensos y cansadosmúsculos.

Mientrasmesecabasonóelteléfono.EraÁngel.Meestabanesperandoparairacenar.YonoteníaapetitoylapreocupaciónporEllenmebloqueabamentalmente,peroaccedíaacompañarlos.Cuandollegamosalrestaurante,encontramosunletreroenlapuertaqueanunciabaquehabíacerradoantesdehora.EsanochesecelebrabaenelRoadsideBarunactobenéficoconelobjetivoderecaudarfondosparalabandadelinstituto,yasistiríatodoelmundo.ÁngelyLouiscruzaronunamiradadeprofundadesdicha.

—¿Tenemos que aportar dinero para la banda si queremos comer?—preguntó Louis—. ¿Quémamarrachadadepuebloeséste?¿Aquiénhayquepagarlepara tomarunacerveza?¿AlAPA?—Examinóelletreroconmayordetenimiento—.Eh,perosiesunabandadecountry:LarryFulchery

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losTahúres.Quizá,despuésdetodo,estepueblotengamásencantodelqueparece.—No,porDios—protestóÁngel—,másmúsicaparapaletosno.¿Porquénopuedesescuchar

músicasoulcomotodoslosdetuparticularorientaciónétnica?Yasabes,CurtisMayfield,quizásunpocodeWilsonPickett.Ésaes tugente, tío,yno losLouvinBrothersyKathyMattea.Además,nohacetantoquealgunaspersonasusabanesamierdacountrycomomúsicadefondocuandoahorcabanalostuyos.

—Ángel —contestó Louis con paciencia—, nadie ha ahorcado a uno solo de mis hermanosescuchandoundiscodeJohnnyCash.

No había más remedio que ir al Roadside. Volvimos al motel y recogí las llaves del coche.Cuandosalídelahabitación,Louishabíaañadidoasuatuendounsombreronegrodevaqueroconunacintadesolesdeplata.Ángelsellevólasmanosalacabezaylanzóunamaldición.

—¿TambiénmetesenelmismosacoalrestodelosVillagePeople?—pregunté.Nopudeevitarsonreír—.NosésisabesquetúyCharleyPridehabéistomadouncaminomuysolitarioconesodelcountrynegroyconestenumeritodelcountryWesternnegro.Situshermanosteviesenvestidoasí,quizátendríanalgoquedecir.

—Mishermanoscontribuyeronaconstruirestegranpaís,yesa«músicaparapaletos»,comolahadefinidonuestro teóricocultural residente, fue labandasonoradegeneracionesdeobreros.NotodohansidoespiritualesnegrosyPaulRobeson,¿sabías?Además,megustaestesombrero.—Diounligerotirónalalaconlosdedos.

—Teníalaesperanzadequelosdosintentaseispasarinadvertidosdurantenuestraestanciaaquí,amenosquefueseabsolutamentenecesario—comentémientrassubíamosalMustang.

Louisdejóescaparunsonorosuspiro.—Bird, soy el único hermano de aquí aToronto.Amenos que contraiga el vitíligo entre este

motelyeltingladoesedelabandadelinstituto,esimposiblequepaseinadvertido.Asíquecállateyconduce.

—Sí,Bird, conduce—intervinoÁngel desde el asiento trasero—, o si no,CleavonLittle aquípresente mandará a sus pistoleros tras tus pasos. Los Vaqueros con Personalidad, quizás, o elEnemigodelaPradera…

—Ángel—repusoLouisdesdeelasientodelacompañante—.Cállate.

ElRoadsideeraunlocalgrandeyvetustodemaderaoscura.Unedificioalargadoydeunasolaplanta,teníaventanasenlapartedelanterayunaentradacontejadoadosaguasenelcentroqueseelevaba por encima del resto como el campanario de una iglesia. El aparcamiento estaba lleno yhabíamuchoscochesalrededor,casihastalosárboles.Sehallabaenellímiteoestedelpueblo;másalláseextendíaelbosqueoscuro.

Pagamos los cinco dólares de entrada en la puerta—«¡Cinco dólares!», exclamóÁngel entredientes.«¿Estáestoenmanosdelamafia?»—yaccedimosalbar.Eraunespaciocavernosoydentroestaba casi tan oscuro como fuera. Tenues luces pendían de las paredes y la barra estaba losuficientemente iluminadaparaque losclientesviesen lasetiquetasde lasbotellasperono lafechalímitedeventa.ElRoadsideeramuchomásgrandedeloqueparecíadesdefueraylaluznollegaba

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másalládeloslímitesdelabarrayelcentrodelapistadebaile.Medíaunoscienmetrosdesdelapuertahastaelescenariodelfondo,ylabarrasehallabaenelcentrosobreunaplataforma.Lasmesasirradiabandeellahacialapenumbrajuntoalasparedes,dondeasuvezhabíapequeñosreservadosenfila. En la periferia, la oscuridad era tal que apenas se veían caras pálidas, cosa que sólo sucedíacuandolagentequedabadentrodeunhazdeluz.Porlodemás,eranformasimprecisasqueparecíandeslizarseporlasparedescomoapariciones.

—EsunbaraloStevieWonder—comentóÁngel—.Seguramentelacartavieneenbraille.—Está bastante oscuro—coincidí—. Si se te cae aquí unamoneda de veinticinco centavos, se

habrádevaluadoadiezcuandolaencuentres.—Sí,comolapolíticaeconómicadeReaganenminiatura—añadióÁngel.—NohablesmaldeReagan—advirtióLouis—.YoguardobuenosrecuerdosdeRon.—QueesprobablementemásdeloquepuededecirRon—seburlóÁngel.Louisnosguióhaciauncompartimentojuntoalapareddeladerecha,cercadeunadelassalidas

deemergenciasituadashacia lamitaddecadaunadelasparedesdelRoadside.Posiblementehabíacomomínimootrapuertaalfondo,detrásdelescenario,queenesemomentoocupabaungrupoquebienpodíaserLarryFulcherylosTahúres.Louismovíalospiesylacabezaalritmodelamúsica.

Adecirverdad,LarryFulcherysubandaeranbastantebuenos.Integrabanelgruposeismúsicos,conFulcher al frente encargado de lamandolina, la guitarra y el banjo. InterpretaronBonaparte'sRetreatyunpardecancionesdeBobDylan,GetWithItyTexasPlayboyRag.Luegopasarona laCarterFamilyconWabashCannonballyWorriedManBlues; siguieronconYou'reLearningde losLouvinBrothersyofrecieronunaversiónaceptabledeOnePieceataTimedeJohnnyCash.Eraunaselección ecléctica, pero tocaban bien y con manifiesto entusiasmo. Incluso Louis quedóimpresionado;laúltimavezquelovitanimpresionadofuecuandoÁngelabriófuegoeneljardíndeJoeBonesenNuevaOrleanssinherirnosaningunodelosdos.

Pedimoshamburguesasypatatasfritas.Lasservíanencestasrojasdeplásticoconunpañoenelfondoparaabsorberlagrasa.Sentíquelasarteriassemeendurecíanencuantoolílacomida.ÁngelyLouisbebieronPete'sWicked;yo,unabotelladeagua.

Labandahizounapausayelpúblicosedirigióentropelhacialabarrayloslavabos.Toméunsorbodeaguayrecorrílamuchedumbreconlamirada.NohabíaseñalesdeRandJenningsnidesumujer;mejorasí.

—AhoradeberíamosestarantelacasadeMeadePayne—dijoLouis—.SiBillyPurduellega,noseráenunacarrozaaplenaluzdeldía.

—Si estuvieseis allí ahora, os congelaríais y no veríais nada —respondí—. Hacemos lo quepodemos.

Teníalasensacióndequelasituaciónsemeibadelasmanos.Quizásemehabíaidodelasmanosdesdeelprimermomento,cuandoaceptéquinientosdólaresdeBillyPurduesinplantearmededóndeloshabíasacado.SeguíaconvencidodequeBillyapareceríaenDarkHollowtardeotemprano.SinlacooperacióndeMeadePayne,existía laprobabilidaddequeBilly senosescabullera,pero tenía lasospecha de que se escondería conMeade durante un tiempo, o quizás incluso intentaría pasar aCanadá con su ayuda.La llegada deBilly alteraría la rutina en la casa dePayne, y confiaba en lasagacidaddeÁngelydeLouisparadetectarcualquiercambio.

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Pero Billy seguía siendo una preocupación hasta cierto punto secundaria en comparación conEllenCole,sibiendebíaexistirunaconexiónentreellos,aunqueyoaúnnolahubiesedescubierto.Unviejo loshabíaguiadohastaelpueblo, talvezelmismoviejoquehabíavigiladoaRitaFerrisdurante varios días antes de sumuerte, o incluso elmismo que en otro tiempo los vecinos de unpueblo texano conocían como Caleb Brewster. Dark Hollow era demasiado pequeño para que seprodujeseesaclasedesucesosinconexos.

Eneseprecisoinstanteunamujerseabriópasoentreelgentíohastalabarraypidióunacopa.EraLornaJennings,llevabaunjerseyrojochillónqueparecíaunfaroentrelamultitud.Laacompañabanotrasdosmujeres,unamorenaesbeltaconunablusaverdeyotrademayoredadconelcabellonegroque lucía un suéter blanco de algodón con estampado de rosas. Por lo visto, esa noche las chicassalíansolas.Lornanomevio,onoquisoverme.

El público prorrumpió en aplausos cuando Larry Fulcher y su banda volvieron al escenario.AcometieronBlue Moon of Kentucky y al instante la pista de baile se convirtió en una masa enmovimiento,lasparejassedeslizabandeunladoaotro,sonrientes,conlasmujeresgirandosobrelaspuntas de los pies y los hombres guiándolas expertamente. Flotaban risas en el aire. Grupos deamigos y vecinos charlaban cerveza en mano y disfrutaban de una noche de buena vecindad ycamaradería.Sobrelabarra,unapancartaagradecíaatodoselapoyobrindadoalabandadelinstitutodeDarkHollow.Enlapenumbra, lasparejas jóvenessebesabandiscretamentemientrassuspadresllevabanmáslejossusjuegosycariciasenlapistadebaile.Lamúsicapareciósubirdevolumen;lagenteempezóamoversemásdeprisa;enlabarraseoyóruidodecristalesrotos,seguidodeunarisaabochornada.Lornaseencontrabajuntoaunacolumna,ylasotrasdosmujeres,cadaunaaunlado,escuchaban la música en silencio. En la oscuridad cercana a las paredes, las figuras se movían,algunas eran poco más que unas siluetas: parejas que hablaban, jóvenes que bromeaban, unacomunidadquesedistendía.AquíyalláseoíahablardelhallazgodelcadáverdeGaryChute,perosumuerte no afectaba de manera personal y no era un obstáculo para la celebración de esa noche.ObservébesarseconpasiónaunhombreyunamujersentadosenlabarrajuntoaLorna,suslenguasvisiblesallídondeseuníanlasbocas,lamanodelamujerdescendiendofurtivamentecadavezmásporelcostadodesucompañero…

Descendiendohastaquedaralaalturadeunniñoqueestabadepieanteellos,iluminadoporuncírculo de luz que parecía proceder de dentro de él.Mientras las parejas pasaban alrededor y losgruposdehombressemovíanentrelagenteconbandejascargadasdecervezas,elniñoconservabasupropioespacioynadieseaproximabanirompíaelcaparazóndeluzqueloenvolvía.Unaluzqueiluminabasucabellorubioalavezquerealzabaelcolordesupelelemoradohizobrillarlasuñasdesusdiminutasmanoscuandoelniñolevantólaizquierdayseñalóhacialapenumbra.

—¿Donnie?—meoísusurrar.Yenelextremoopuestodelabarrasurgiódelaoscuridadunaformablanca.Stritchteníalaboca

abiertaesbozandounasonrisa,suslabioscarnososyblandosdividíanlacaradeorejaaoreja,ysucalva resplandecíaen la tenue luz.SevolvióendirecciónaLorna Jennings,memiróy sepasóeldedoíndicedelamanoderechaporelcuellomientrasavanzabahaciaella.

—Stritch—dijeentredientes,ymepuseenpiedeunsalto.LouisselevantódeinmediatoysellevólamanoalaSIGescrutandoalamuchedumbre.

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—Noloveo.¿Estásseguro?—Estáalotroladodelabarra.VaaporLorna.Louis se dirigió hacia la derecha con lamano oculta bajo la chaqueta negra, los dedos en la

pistola.Yomeencaminéhacialaizquierda,perolamuchedumbreamontonadanosbloqueabaelpaso.Mientrasmeabríacaminoaempujones,lagenteretrocedíayprotestabaalderramárselelacerveza.(«Amigo,eh,amigo,¿dóndeestáelincendio?»).ProcurénoperderdevistaeljerseyrojodeLorna,perodesaparecíaencuantolagenteseinterponíaenmicampovisual.AmiderechadistinguíaLouis,queavanzabaentre lasparejasalbordede lapistadebaileatrayendomiradasdecuriosidad.Amiizquierda,Ángelrodeabaellocalenunamplioarco.

Cuandomeacerquéa labarra,hombresymujeres seapiñabanparapedirbebidas,agitandosudinero, riendo, acariciándose. Seguí adelante a embestidas, volcando una bandeja llena de copas yhaciendo caer de rodillas a un joven delgado con acné. Variasmanos intentaron alcanzarme y seelevaron voces airadas, pero no presté atención. Un camarero, un gordo de piel oscura y barbapoblada,levantóunamanocuandomeencaraméalabarraymeresbaléenlasuperficiemojada.

—Eh, bájese de ahí—gritó, pero se calló en el acto al ver que tenía en lamano la Smith&Wessonyretrocedióhaciaelteléfonoquehabíajuntoalacaja.

Desdeallí vi aLorna con toda claridad.Cuando subí a labarra, volvió la cabeza con losojosdesorbitados,aligualqueotraspersonas.Medilavueltay,atravésdelaclientelaapretujadajuntoala barra, vi forcejear a Louis; empecé a escrutar a la gente, intentando vislumbrar aquella calvablancayabombada.

Yoloviprimero.LoseparabandeLornaunasveintepersonasyseguíaavanzandoendirecciónaella.Algunoqueotromirabahaciaél,peromipresenciaen loaltode labarraconlapistolaen lamanoderechaconcentrabalaatencióndelagente,Stritchvolvióasonreírme,yalgodestellóensumano:lahojadeunanavajacortaycurva,depuntasiniestramenteafilada.Saltédelabarraalazonacentral, donde se hallaban la caja y las botellas, y un segundo saltome permitió llegar casi hastaLorna; al chocar contramis pies, los vasos salían volandoy se hacían añicos al caer al suelo.Lagenteseapartódemíyoígritos.MealejédelabarraymeabrícaminohaciaLorna.

—Atrás—dije—.Aquíestásenpeligro.Teníalafrentefruncidaenunamagodesonrisa,hastaquevioelarmaenmimano.—¿Qué?¿Quépasa?MiréporencimadeellahaciadondehabíavistoaStritchporúltimavez,peroélretrocedióyse

perdió de nuevo entre la muchedumbre. A continuación vi a Louis de pie sobre una mesa, losuficientementeagachadoparanoconvertirseenblancodeundisparo.Sevolvióhaciamíyseñalólasalida central. En el escenario, la banda seguía tocando, pero advertí que los músicos cruzabanmiradasdepreocupación.

Amiizquierda,unoshombrescorpulentosencamisetaavanzabanhacianosotros.AgarréaLornaporloshombros.

—Quédatecontusamigascercadelabarra.Habloenserio.Teloexplicarédespués.Asintióunavez,yasinelmenorasomodesonrisaenlacara.Creoquesupeporqué.Creoque

ellaentrevióaStritchyadivinóensumiradaloqueseproponía.Con la ayuda de los hombros, me encaminé hacia la salida central, a la que conducían unos

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cuantospeldaños;allíviaunacamarerajuntoalapuerta,unachicaguapadecabellolargoyoscuroqueobservabaconexpresiónvacilanteloqueocurríaenlabarra.Deprontoapareciójuntoaellaunafigura,yenaquellacabezablancaycalvabrotóunasonrisa.Unapálidamanodesaparecióentreelpelodelachicaylahojadelanavajabrillójuntoasucabeza.Lacamareraintentózafarseycayóderodillas.Yointentélevantarlapistolaperolagentemezarandeaba;entrelaconfusióndecabezasybrazosnopodíaverbien.Alguien,unjovenconcomplexióndejugadorderugby,tratódeagarrarmeelbrazoderecho,peroleasestéuncodazoenlacarayretrocedió.Justocuandoparecíaqueéramosincapacesdeimpedirquelachicafuesedegollada,unobjetooscurosurcóelairegirandoysehizoañicos contra la cabeza de Stritch. Ami izquierda, Ángel estaba de pie en una silla con lamanotodavíaenaltotraslanzarlabotella.ViqueStritchretrocedíatambaleándose,lasangremanandoyadelosmúltiplescortesenlacarayenlacabeza,mientraslacamareraselibrabadeélybajabaconpasoinsegurolospeldaños,dejandounmechóndepeloenlamanodesuagresor.LapuertaseabriódetrásdeStritch,quien,conunrápidoyconfusomovimiento,desaparecióenlanoche.

Louis y yo llegamos allí sólo unos segundos después.Alcanzamos los peldaños casi a la vez.Detrás de nosotros, en la puerta principal, aparecieron uniformes azules, y oí grandes voces yalaridos.

Fuerahabíabarrilesdecervezaapiladosaunladodelapuertayuncubodebasuraverdealotrolado.Delanteteníamoslalindedelbosque,alumbradoporlasgrandesfarolassituadasalladodelbar.Másallá,algoblancosemovióenlaoscuridad,yloseguimos.

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25

Enelbosqueelsilencioerasobrecogedor,comosilanievehubieseacalladolanaturalezayahogadotodaformadevida.Noseoíaelvientoni losreclamosde lasavesnocturnas,sinoúnicamente loscrujidosdenuestrospasosy loschasquidosdepequeñas ramas invisibles alpartirsebajonuestrospies.

Apoyandolamanoeneltroncodeunárbol,cerrélosojosparaqueseadaptarancuantoantesalaoscuridad del bosque.Alrededor, casi ocultas por la nieve, las raíces serpenteaban sobre la tierra.Louisyasehabíacaídounavezyteníalapecheradelabrigosalpicadadeblanco.

Detrásdenosotros,oíamosruidosygritosprocedentesdelbar,peronadienosseguíaaún.Alfiny al cabo, todavía no estaba claro qué había ocurrido: un hombre había blandido un arma; otrohombrehabíaarrojadounabotellayheridoaun tercero;unascuantaspersonascreíanhabervistouna navaja, circunstancia que la camarera sin duda confirmaría. La policía tardaría un rato enencontrar linternas y organizar una persecución. De vez en cuando, un débil haz de luz amarilladestellabaanuestrasespaldas,peroprontolacrecienteespesuradelbosqueimpidióquesefiltraralaluz. La única iluminación procedía de la luna, cuyo pálido reflejo penetraba sin fuerza entre lasramas.

Louisestabacercademí,lobastantecercacomoparanoperdernosdevista.Levantéunamanoynos detuvimos. Ante nosotros no se oía nada, lo cual significaba que Stritch caminaba con sumocuidadooquesehabíaparadoynosesperabaentrelassombras.VolvíaacordarmedeaquellapuertaenelcomplejodePortland,delacertidumbredequeélestabaallíy,siyoibaaporél,memataría.Estavez,decidícondeterminación,noretrocedería.

Deprontooíalgoamiizquierda.Eraunsonidocasiinaudible,comoelrocedelashojasdelospinoscontralaropa,seguidodelacompresióndelanievecuandosedaunpaso,perolohabíaoído.AjuzgarporlaexpresióndeLouis,tambiénéllohabíapercibido.Sonóunasegundapisada,yluegounatercera,nohacianosotrossinoendireccióncontraria.

—¿Esposiblequelohayamosadelantado?—susurré.—Lodudo.Podríaseralguiendelbar.—Nollevalinterna,yesunasolapersona,noungrupo.Perohabíaalgomásenaquelruido:erapococauto,casiintencionado.Dabalaimpresióndeque

alguienquisiesequesupiéramosqueestabaallí.Meoí tragarsalivasonoramente.Amilado,elalientodeLouisformóporuninstanteunaleve

brumaantesusfacciones.Memiróyseencogiódehombros.—Sigueescuchandoconatención,peroserámejorquenospongamosenmovimiento.Saliódedetrásdeltroncodeunabetoyunadetonaciónrompióenpedazoselsilenciodelbosque;

fragmentosdecortezaygotasdesaviasaltaronporelairejuntoasucara.Seechócuerpoatierray

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rodóhacia laderechahastaquedaracubiertoenunahondonada, frentea lacualasomabaentre lanieveelborderomodeunaroca.

—Haestadocerca—dijo—.Hayquejoderseconestosprofesionales.—Sesuponequetambiéntúeresunprofesional—lerecordé—.Poresoestásaquí.—Olvidasqueestoyrodeadodeaficionados—contestó.Me pregunté cuánto tiempo llevaba Stritch observándonos, esperando el momento de actuar.

Seguro que el tiempo suficiente para verme conLorna y para darse cuenta de que entre nosotrosexistíaalgúnvínculo.

—¿Porquéhabráintentadoatacarlaenunlugartanconcurrido?—pregunté.Louissearriesgóaecharunvistazoporencimadelaroca,peronoseprodujoningúndisparo

más.—Queríahacerdañoaesamujeryquetúsupierasqueeraél.Másaún,queríaobligarnosadarla

cara.—¿Ylehemosseguidolacorriente?—Nomegustaríadecepcionarle—respondióLouis—.Tediréunacosa,Bird:meparecequea

estetipoyaleimportauncarajoeldinero.Empezabaacansarmedepermanecerabrazadoalenormeabeto.—Voyamoverme,yveremoshastadóndellego.¿Podríasecharotraojeadadesdetuescondrijoy

cubrirme?—Erestodounhombre.Adelante.Respiré hondo y, agachado, empecé a correr en zigzag. Tropecé con dos raíces ocultas, pero

conseguímantenermeenpiemientraselarmadeStritchbramabadosveces,levantandonieveytierrajunto ami talón derecho. Siguió una ráfaga de la SIG deLouis que partió ramas y rebotó en lasrocas,peroaparentementetambiénobligóaStritchamanteneracubiertolacabeza.

—¿Lo has visto?—pregunté a gritos a la vez queme ponía en cuclillas y apoyaba la espaldacontraunapícea;mialientoseelevabaantemíengrandesvaharadas.Porfincomenzabaaentrarencalor,sibien,inclusoenlaoscuridad,meparecióqueteníalosdedoscompletamenterojos.AntesdequeLouis contestara, algo de color hueso se arremolinó entre unos arbustosmás adelante, y abrífuego.Lafiguraretrocedióenlaoscuridad.

—Descuida—añadí—.Estáaunosdiezmetrosalnordestedeti,ysealeja.Louis sehabíapuestoyaenmovimiento.Vi su siluetaoscuracontra lanieve.Apuntéydisparé

cuatroveceshaciaellugardondehabíavistoaStritch.Nodevolvióelfuego,yLouisprontosehallóamialturaaunostresmetros.

Yentonces,otravezamiizquierdaperomásadelante,seoyómovimientoenelbosque.AlguienavanzabaconpasorápidoyfirmehaciaStritch.

—¿Bird?—dijoLouis.Levantérápidamenteunamanoyseñaléelorigendelruido.Louisguardósilencioyesperamos.

Duranteunostreintasegundosnoocurriónada.Noseoyóelmenorsonido,niunapisada,nisiquieralanievequecaíadelosárboles.Sólooíaloslatidosdemipropiocorazónylasangreenlosoídos.

Deprontosonarondosdisparosenrápidasucesión,seguidosdeloqueparecióelimpactoentredoscuerpos.Louisyyonosmovimossimultáneamente,conlospieshelados,levantandolaspiernas

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para no arrastrarlas por la nieve. Corrimos a toda velocidad hasta meternos entre los arbustosprotegiéndonosdelasramasconlasmanos,allíencontramosaStritch.

Estabadepieenunpequeñoclarosalpicadodepiedrasybañadoporlaluzplateadadelaluna,deespaldas a nosotros, rozando apenas la tierra con las puntas de los pies, lasmanos alrededor deltroncodeunaenormepícea.

Delaespaldadesugabardinadecolortostadobrotabaalgorojoydensoqueresplandecíaconunbrilloopacobajolaluz.Alacercarnosaél,Stritchseestremecióyparecióaferrarseconmásfuerzaalárbol,comoparasepararsedelafiladocodilloderamaenelqueestabaempalado.Cuandoempezóaflaquearle lafuerzade losbrazos,gimióyunborbotóndesangre lesaliópor laboca.Volvió lacabezaaloírnuestrospasos.Tenía losojosmuyabiertos,conexpresióndeasombro,ysus labioscarnososyhúmedossobrelosdientesapretadosporelesfuerzoparamantenerseerguido.Lasangremanabadelasheridasqueteníaenlacabeza,ríososcurosquefluíanporlaspálidasfaccionesdesucara.

Cuandollegamoscasiasulado,abriólabocaylanzóungritoalmismotiempoqueunviolentotemblor sacudía su cuerpoporúltimavez, le fallaban losbrazos, y la cabeza le caíahaciadelantehastaquedarapoyadacontralacortezadelárbol.

Y mientras moría, recorrí el bosque con la mirada, sabiendo que Louis hacía lo mismo,conscientes ambos de que más allá de nuestro campo de visión alguien nos observaba, y de queencontrabaciertojúbiloenloqueveíayenloquehabíahecho.

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26

Sentado en el despacho de Rand Jennings en la Comisaría de Policía deDarkHollow, observabacómo caía la nieve contra el cristal de la ventana en la oscuridad del amanecer. Jennings estabasentadofrenteamí,conlasmanosjuntasformandounatorreylasyemasdelosdedosencontactoconelpequeñorollodegrasaquelecolgababajoelmentón.DetrásdemísehallabaRessler,y,fueradeldespacho,agentesuniformados,ensumayoríaempleadosa tiempoparcialconvocadospara laocasión, corrían pasillo arriba pasillo abajo tropezándose unos con otros como hormigas cuyosseñalizadoresquímicoshubiesensidointerferidos.

—Explícamequiénera—dijoJennings.—Yatelohedicho—contesté.—Repítelootravez.—SellamabaStritch.Trabajabaporcuentapropia:asesinato,tortura,magnicidio,loquefuese.—¿QuéhacíaatacandoacamarerasenDarkHollow,Maine?—No lo sé.—Esoeramentira,pero si lecontabaqueStritchpretendíavengar lamuertede su

compañero, Jennings habría querido saber quién mató al compañero y cuál había sido miparticipaciónenelasunto.Silecontabaeso,teníamuchasprobabilidadesdeacabarenunacelda.

—Pregúnteleporesenegrodemierda—atajóRessler.Demanerainstintiva,semetensaronlosmúsculosdeloshombrosyelcuello,yoílarisaburlonadeRessleramisespaldas—.¿Lemolestaque hable así, gran hombre? ¿No le gusta que llame «negro demierda» a alguien, ymenos si esamigosuyo?

Respiréhondoycontrolémicrecienteira.—Noséaquéserefiere.YmegustaríaverlehablarasíenHarlem.Jenningsseparólasmanosymeseñalóconeldedoíndice.—Mientesotravez,Parker.Haytestigosquevieronaunhombredecolorsalirdetrásde tipor

aquellapuerta,elmismohombredecolorquesealojóenelmoteljuntoconunblancoflacoeldíaque tú llegaste,elmismohombredecolorquepagó lahabitaciónenefectivoyporadelantado, lahabitaciónquecompartióconelmismoblancoflacoque le lanzóunabotellaaese talStritch,yelmismohombredecolor…—Levantólavozhastacasigritar—.Elputohombredecolorqueahorahadejadoelmotelyhadesaparecidoconsuamigocomosiselohubieratragadolaputatierra.¿Meoyes?

YosabíaadóndehabíanidoÁngelyLouis.EstabanenelmotelIndiaHilldelaCarretera6enlasafueras de Greenville. Ángel había tomado la habitación a su nombre y Louis procuraba pasarinadvertido.ComeríanenelMcDonald'scercanoyesperaríanaqueyolesllamara.

—Comoyahedicho,noséaquéterefieres.YoestabasolocuandoencontréaStritch.Quizámesiguióalguienalsalirdelbar,quizápensóquenecesitaríaayudaparaatraparaesetipo,pero,sifue

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así,nolovi.—Y una mierda, Parker. Encontramos huellas de tres o cuatro personas en dirección a aquel

claro.Telopreguntaréotravez:¿porquéhaatacadoesetipoaunacamareraenmipueblo?—Nolosé—mentíunavezmás.Laconversacióncojeabatantoquesihubiesesidouncaballoya

lehabríapegadountiro.—Nomevengasconésas.Túdescubristelapresenciadeeseindividuo.Ibasaporélinclusoantes

de que se acercase a la chica. —Hizo una pausa—. Suponiendo que Carlene Simmons fuese suobjetivo.—Adoptóunaexpresiónpensativasinapartar losojosdemí.Nomecaíabien.Nuncamehabíacaídobieny,despuésde loocurridoentrenosotros,ningunode losdos teníaespecial razónparalimarasperezas,peroJenningsnoeratonto.Selevantóyseacercóalaventana,dondesequedóunratoobservandolanegrura.Porfindijo—:Sargento,¿nosdisculpa?

Amisespaldas,oícómoResslerdesplazabaelpesodesucuerpodeunapiernaaotraydespuéssus parsimoniosos pasos cuando se dirigió hacia la puerta y la cerró sin hacer ruido. EntoncesJennings se volvió haciamí e hizo crujir los nudillos de lamano derecha presionándolos con laizquierda.

—Sitedieraunapalizaahora,nadiefueradeestedespachointentaríadetenermeaunquequisiese.Nadieseentrometería.—Hablabaconvoztranquilaperolebrillabanlosojos.

—Si intentas darme una paliza, Rand, más te vale que alguien se entrometa. Es posible queagradezcaslaayuda.

Se sentó en el borde del escritorio de cara a mí, con la mano derecha todavía sujeta con laizquierdayapoyadaenlosmuslos.

—Heoídodecirquetehanvistoenelpuebloconmimujer.Ahora no me miraba. Parecía concentrar toda la atención en sus manos, examinándose cada

cicatrizycadaarruga,cadalíneaycadaporo.Eranmanosdeviejo,pensé,quenosecorrespondíanconlaedadreal.EnJenningsseadvertíaciertocansancio,ciertohastío.Vivirconunapersonaquenote ama para que nadiemás pueda tenerla acaba pasándole factura a un hombre.Y también le pasafacturaalamujer.

No respondí, pero adiviné qué estaba pensando. Determinadas cosas simplemente ocurren.LlámeselodestinoovoluntaddeDios.Llámeselomalasuertesiunointentaconservarunmatrimonioagonizanteparaquenosepudraaúnmás,delmismomodoquealgunosegomaníacoshacencongelarsuspropioscadáveresennitrógenodespuésdemuertosconlaesperanzadeque,siglosdespués, latecnologíamédicaavanceypuedaresucitarlos,comosielmundofueraadesearteneruncadáverdelpasadopaseándosepor elpresente.CreoqueelmatrimoniodeRandallhabía sidoasí, algoqueélqueríamantenertalcomoestaba,congeladoenunpaísdenuncajamás,esperandoelmilagroquelodevolviesealavida.Ydeprontoyohabíallegadocomoeldeshielodeabrilytodoelmontajehabíaempezadoafundirsealrededordeél.Yonoteníanadaqueofrecerleasumujer,oalmenosnadaqueestuviesedispuestoadar.Yonosabíaconcertezaquéveíaellaenmí.Quizáseramásbienloqueyorepresentaba:ocasionesperdidas,caminosnotomados,segundasoportunidades.

—¿Mehasoído?—preguntó.—Teheoído.—¿Esverdad?

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En esemomentomemiró, y vi que estaba asustado.Él no lo habría llamado así, no lo habríaadmitidosiquiera,peroeramiedo.Quizásenelfondo,muyenelfondo,todavíaqueríaasumujer,aunquedeunamaneratanextraña,deunamaneratanajenaalavidacorriente,quehabíadejadodetenersentidotantoparaélcomoparaella.

—Simelopreguntas,esporqueyalosabes.—¿Intentasquitármelaotravez?Casisentílástimaporél.—No he venido a quitarle la mujer a nadie. Si ella te abandona, sus razones tendrá; no será

porque un hombre del pasado se la lleve contra su voluntad. Si tienes problemas con tu mujer,resuélvelos.Yonosoytuconsejeromatrimonial.

Selevantódelescritorioydejóquelasmanoslecolgaranaloscostadosconlospuñoscerrados.—Notehagasellistoconmigo.Voya…Mepuseenpieyavancéhastaquequedamoscaraacara.Así, inclusosi intentabapegarme,no

disponíadeespaciosuficienteparadarleimpulsoalgolpe.Habléenvozbajayclara.—Novasahacernada.Siteconviertesenunestorbo,tequitarédeenmedio.EncuantoaLorna,

serámejorquenisiquierahablemosdeella,porquemuyposiblementelacosasepondríafeayunode los dos saldría herido. Hace años fue a mí a quien no te cansaste de dar patadas en un suelocubierto de orinamientras tu compinchemiraba. Pero desde entonces hematado a hombres, y tequitaré de en medio si te cruzas en mi camino. ¿Alguna pregunta más, jefe?, porque si quieresacusarmedealgo,yasabesdóndeencontrarme.

Salí,recogímipistoladelescritoriodelaentradaymedirigíhaciaelMustang.Mesentíaheladoysucio,conlospiestodavíaateridosdefríoymojados.PenséenStritch,retorciéndoseyforcejeandocontraelárbol,sosteniéndoseconlaspuntasdelospiesenunvanoesfuerzoporsobrevivir.Ypenséenlafuerzaquehabíahechofaltaparaclavarloenelcodillo.Stritcheraunhombreachaparradoyrobusto,conelcentrodegravedadbajo.Noesfácilmoveraunapersonaasí.Teníaelcuellodelagabardinarotoallípordondesuasesinolohabíaagarrado,utilizandocontraélelpesodesupropiocuerpo, tomando el impulso necesario para empalarlo en el árbol. Estábamos buscando a alguienfuerteyrápido,alguienquehabíacomprendidoqueStritcheraunaamenazaparasímismo.

Oparaotrapersona.Un viento gélido barrió la calle mayor de Dark Hollow y salpicó el coche de nieve cuando

aparecióelmotelalavista.Fuiamihabitación,introdujelallaveenlacerraduraylahicegirar,perola puerta ya estaba abierta.Me aparté a la derecha, desenfundé la pistola y empujé la puerta consuavidadparaabrirlaporcompleto.

LornaJenningsestabasentadaenmicama,descalza,conlaspiernasencogidasylasrodillasenaltobajolabarbilla,iluminadaporlalámparadelamesilladenoche.Teníalasmanosentornoalostobillos y los dedos entrelazados. El televisor estaba encendido, retransmitiendo un programa deentrevistas,peroelsonidoeracasiinaudible.

Memiróconunaexpresióncasideamorycercanaalodio.Elmundoqueellasehabíacreadoallí—uncapullodeindiferenciaentornoasentimientosenterradosyelcorazónmoribundodeunmalmatrimonio—sedesmoronabaasualrededor.Moviólacabezaconlamiradaaúnfijaenmí.Parecíaalbordedelllanto.Luegosevolvióhacialaventana,queprontodejaríaentrarlacrudaluzinvernal

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enlahabitación.—¿Quiéneraesehombre?—preguntó.—SellamabaStritch.Conlasmanosjuntoalospiesdescalzos,deslizósualianzaconelpulgaryelíndicecasihastael

extremodel dedoy lahizogirar hastaquepor fin se laquitóy la sostuvo entre lasyemasde losdedos.Nomeparecióbuenaseñal.

—Iba amatarme, ¿verdad?—Formuló lapregunta connormalidad, pero en suvoz se advirtióciertotemblor.

—Sí.—¿Porqué?Nolohabíavistonunca.¿Quépodíahaberlehechoyo?Apoyólamejillaizquierdaenlarodillaenesperademirespuesta.Leresbalabanlágrimasporla

cara.—Queríamatarteporquepensabaquesignificasalgoparamí.Buscabavenganza,yvioentiuna

oportunidadpararesarcirse.—¿Ysignificoalgoparati?—preguntócasienunsusurro.—Hacemuchotiempotequise—melimitéaresponder.—¿Yahora?—Todavíamepreocupaslosuficienteparaimpedirquealguientehagadaño.Movió la cabeza en un gesto de negación y la apoyó en la mano derecha. Ahora lloraba sin

rebozo.—¿Lohasmatadotú?—No.Alguiensemehaadelantado.—Perolohabríasmatado,¿verdad?—Sí.Teníaloslabioscontraídosenunmohíndedolorytristeza,ylaslágrimaslecaíanporlacaray

salpicabanlassábanas.Toméunpañuelodepapeldelacajadeltocadoryseloofrecí.Acontinuaciónmesentéasuladoenelbordedelacama.

—SantoDios,¿porquéhastenidoquevenir?—dijo.Lossollozossacudíansucuerpo.Brotabande tan hondo que la interrumpían al hablar, como pequeñas pausas de pena—. A veces pasabansemanasenterassinquemeacordaradeti.Cuandomeenterédequetehabíascasado,sentíquealgoardíadentrodemí,peropenséquequizásayudaría,quequizácauterizaríalaherida.Yasífue,Bird,deverdad.Peroahora…

Letoquéelhombroperoellaseapartó.—No—dijo—.No,nometoques.Peroyonolaescuché.Avancécontodomicuerposobrelacama,mearrodilléjuntoaellayla

atrajehaciamí.Seresistióymegolpeóelcuerpo,lacaraylosbrazosconlapalmadelamano.Deprontohundióel rostroenmipecho,y la resistenciacesó.Me rodeócon losbrazos, apretando lamejillacontramí,ydeentresusdientesapretadossalióunsonidosemejanteaunaullido.Deslicélasmanosporsuespalda,rozandoconlasyemasdelosdedoseltirantedelsujetadorbajoeljersey,quese levantabaunpoco en la parte inferior, dejando a la vistamedia lunade piel por encimade losvaquerosylosadornosdeencajedelasbragas.

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Movió la cabeza bajo mi mentón. Frotó la mejilla contra mi cuello y fue subiendo hasta quenuestrasmejillasse rozaron.Sentíundeseorepentino.Me temblaban lasmanos tantoporelefectoretardadodelapersecucióndeStritchcomoporlaproximidaddeLorna.Habríasidotanfácildejarsellevar,recrear,aunquefuesebrevemente,unrecuerdodejuventud.

Lebesécondelicadezalasienymeaparté.—Losiento—dije.Melevantéymeacerquéalaventana.Detrásdemí,laoíentrarenelbaño,cerrarlapuertayabrir

elgrifo.Poruninstantemehabíasentidojovenotravez,consumidoporeldeseodealgoquenoteníaderechoaposeer.Peroesejovenhabíadesaparecido,yelhombrequehabíaocupadosulugaryanoalbergaba sentimientos tan intensos por Lorna Jennings. Fuera, la nieve caía igual que los años,cubriendoelpasadoconlaimpolutablancuradelasposibilidadesnoexpresadas.

Oíabrirselapuertadelbaño.Cuandomedilavuelta,Lornaestabadesnudaantemí.Lamiréporunmomentoantesdehablar.—Creoquetehasolvidadoalgoenelbaño—dije.Nohiceademándeacercarmeaella.—¿Noquieresestarconmigo?—preguntó.—Nopuedo,Lorna.Silohiciese,seríaporlasrazonesmenosindicadasy,parasertesincero,no

sésipodríaasumirlasconsecuencias.—No,noeseso—dijo.Una lágrimarodóporsumejilla—.Estoymásvieja.Nosoy igualque

cuandomeconociste.Eraverdad:noeracomolarecordaba.Teníahoyuelosenlapartesuperiordelosmuslosyenlas

nalgasypequeñosplieguesdegrasaenelvientre.Seleveíanlospechosmenosfirmesyporcionesdecarneblandaempezabanacolgarlebajolosbrazos.Ellevetrazodeunavarizserpenteabaatravésdelamitadsuperiordesupiernaizquierda.Enlacaraseledibujabanfinasarrugasjuntoalabocaytreslíneasirradiabandelacomisuradecadaojo.

Y sin embargo, aunque los años la habían transformado, la estaban cambiando incluso en eseinstante,nohabíanconseguidomermarsubelleza.Alcontrario,conformeenvejecía,sufeminidad,lasensación de ella como mujer, parecía haberse realzado. La frágil belleza de su juventud habíaresistido los duros inviernos del norte y las dificultades de su matrimonio adaptándose sindesvanecerse,yesa fuerzahabíaencontradoexpresiónensu rostro,ensucuerpo, revistiéndoladeunadignidadyunamadurezqueantesestabanocultas,quesólodevezencuandosemostrabanensusrasgos.Mientrasnosmirábamosalosojos,supequelamujeraquienyohabíaamado,porquienaúnsentíaalgoparecidoalamor,permanecíaenelfondointacta.

—Siguessiendohermosa—dije.Meobservóconatención,paracerciorarsedequenointentabaengañarlaconmentiraspiadosas.

Cuando vio que decía la verdad, cerró los ojos suavemente como si algo la hubiese tocadomuyprofundamenteperonosupiesesisentíadoloroplacer.

Setapólacaraconlasmanosymoviólacabezaenungestoatribulado.—Estoesunpocoembarazoso.—Unpoco—convine.Asintióyvolvióaentrarenelbaño.Alsalirfuederechaalapuerta.Laseguíylleguéjuntoaella

cuandotocóelpicaporte.Sevolvióantesdeabrirymeacariciólamejilla.

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—No sé, Bird —dijo apoyando la frente con delicadeza en mi hombro por un momento—.Sencillamentenosé.

Acontinuaciónsaliódelahabitaciónalaluzdelalba.

Meechéadormirunrato; luegomeduchéymevestí.Miréquéhoraeramientrasmeponíaelrelojenlamuñeca,yundolorcomonohabíasentidodesdehacíamesesmetraspasóelestómago.Medejécaeralsuelohechounovilloyempecéallorarcasiensilencio,envolviéndomeconlosbrazos,sacudidopor intensas punzadasde sufrimiento.Con todo lo quehabía ocurrido—labúsquedadelrastrodeCalebKyle, el encuentro conRachel, lamuerte deStritch—había perdido la nocióndeltiempo.

Erael11dediciembre.Faltabaundíaparaelaniversario.

Eranmásdelastrescuandometoméunatostadayuncaféenelrestaurante;estuvepensandoenSusan y en la rabia que sentía contra elmundo por permitir que ella ymi hijame hubiesen sidoarrebatadas.Ymepreguntécómo,contantodolorenroscadodentrodemí,podíaempezarunavidanueva.

PeroqueríaaRachel,losabía,ymesorprendiócuánprofundamentelanecesitaba.FuiconscientedeellosentadofrenteaellaenHarvardSquare,escuchandosuvozyobservandoelmovimientodesusmanos.¿Cuántasveceshabíamosestadojuntos?¿Dos?Sinembargo,conellahabíasentidounapazdelaquemehabíavistoprivadodesdehacíamuchotiempo.

Mepreguntétambiénquépodíaaportaryo,tantoaellacomoamímismo,silarelaciónllegabaaprosperar.Eraunhombreperseguidoporelfantasmadesuesposa.Habíalloradosupérdida,yaúnlalloraba. Mis sentimientos por Rachel, y lo que habíamos hecho juntos, hacían que me sintieraculpable. ¿Traicionaba el recuerdo de Susan por desear empezar de nuevo? Eran tantos lossentimientos,tantaslasemociones,tantoslosactosdevenganza,losintentosdecompensaciónquesehabían concentrado en el transcurso de los últimos doce meses. Me sentía agotado por todo yatormentado por las imágenes que se colaban subrepticia y espontáneamente en mis sueños ymientras estaba despierto. Había visto a Donald Purdue en el bar. Lo había visto con la mismaclaridadconlaquehabíavistoaLornadesnudaantemí,conlamismaclaridadconlaquehabíavistoaStritchempaladoenunárbol.

Queríaempezarunanuevavida,peronosabíacómo.Sólosabíaquemeacercabacadavezmásalbordedelabismoyquedebíaencontrarlamaneradeafianzarmesiqueríaevitarlacaída.

Salí del restaurante y partí haciaGreenville.ElMercury estaba aparcadodetrás delmotel bajounosárboles,casiinvisibledesdelacarretera.NocreíaqueRandfueseenbuscadeÁngelyLouis,nomientrasmetuvieseamí,peronoestabademástomarprecauciones.Cuandoaparqué,Ángelabriólapuertadelahabitaciónnúmeroseis,seapartóparadejarmeentrarycerródenuevo.

—Vaya,túporaquí—dijoconunaampliasonrisa.Louis,tumbadoenunadelasdoscamasdoblesdelahabitación,leíaelúltimonúmerodeTime.—Tienesrazón,Bird—comentó—.Eresúnico.ProntotúyMichaelDouglascoincidiréisenuna

deesasclínicasparaadictosalsexoyleeremossobretienlarevistaPeople.

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—La vimos llegar cuando nos íbamos—explicó Ángel—. Estaba muy alterada. No tuve másremedioquedejarlaentrar.—SesentójuntoaLouis—.Ahoraseguroquenosvasacontarquetúyeljefeos sentasteisaaclararesteasunto,yqueél tedijo:«Claro,acuéstateconmimujer,porqueenrealidadtequiereatiynoamí».Porquesinofueasí,muyprontovasaserpeorrecibidoinclusoquehastaahora.Ylaverdad,yaerestanmalrecibidocomolospiesdeunmuertoenverano.

—Nomeacostéconella—anuncié.—¿Seteinsinuó?—¿Hasoídohablaralgunavezdelasensibilidad?—Es algo muy sobrevalorado, pero lo interpretaré como un «sí» y supondré que tú no

respondiste.¡Diosmío,Bird,tieneselautocontroldeunsanto!—Dejémoslo,Ángel,porfavor.Mesentéenelbordedelasegundacamayapoyélacabezaenlasmanos.Respiréhondoycerré

losojosconfuerza.Cuandovolvíalevantarlavista,Ángelestabacasiamilado.Alcélamanoparaindicarlequemeencontrababien.Fuialbañoymemojélacaraconaguafríaantesdevolverconellos.

—Encuanto al jefe, aúnnomeha echadodel pueblo—dije reanudando la conversación en elpuntodondelahabíamosdejado—.SoytestigoysospechosodelasesinatosinresolverdeunhombrenoidentificadoenlosbosquesdeMaine.Jenningsmehapedidoquemequedeporaquíyquemelotomeconcalma.Tambiénmehacontadootracosa:elforenseaúnnohahechopúblicooficialmentesuinforme,perocasicontodaseguridadconfirmaráqueChuterecibióunapalizaantesdemorir.Porlas marcas en las muñecas, daba la impresión de que alguien lo había colgado de un árbol paraapalearlo.

Sumadoa lamuertedeStritch, esehecho significabaque, a lamañana siguiente,DarkHollowprobablementeseconvertiríaenunherviderodeperiodistasyqueapareceríanaúnmáspolicías.

—Louis ha hecho unas cuantas llamadas, se ha puesto en contacto con algunos de suscolaboradores—dijoÁngel—.HaaveriguadoqueAlZyuncontingentedevoluntariosdePalermollegóanocheenaviónaBangor.Segúnparece,aTonyCelliselehaacabadoeltiempo.

Asípues,estabanestrechandoelcerco.Seacercaba lahorade laverdad.Lopresentía.Fuia lapuertaycontemplélaquietuddelIndiaHillMall,consutiendadearmasysuoficinadeinformaciónturística,elaparcamientovacío.Louisseaproximóamí.

—AnochepronunciasteelnombredeeseniñopocoantesdeveraStritch—dijo.Asentí.—Vialgo,peronisiquieraséquéera.Abrílapuertaysalí.Élnoinsistió.—¿Yahoraqué?—preguntó—.Vasvestidocomositehubiesespreparadoparaunaaventuraenel

Ártico.—AúntengoprevistovisitaraaquelviejoparaaveriguarcómollegaronaéllasbotasdeRicky

quelevendióaStuckey.—¿Teacompañamos?—No, no quiero asustarlo más de lo necesario, y será mejor que no os dejéis ver por Dark

Hollowdurante un tiempo.Después de hablar con él, quizá podamosdecidir por dónde continuar.

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Puedoocuparmedeestoyosolo.Meequivocaba.

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TerceraParte

Amitaddelcaminodelavida,yomeencontrabaenunaselvaoscura,

conlasendaderechayaperdida.

Dante,Infierno

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27

MientrasmedirigíahacialacasadelviejoconocidocomoJohnBarley,volvióamimentelaimagende Stritch empalado en el árbol. No podía saber lo de Caleb Kyle, no podía sospechar que loperseguían por los dos lados. Confiaba en poder matarnos a Louis y a mí, vengando así a sucompañeroy,alavez,poniendofinalprecioquepesabasobresucabeza,peronoseimaginabalodeCaleb.

TeníalacertezadequeCalebhabíamatadoaStritch,aunqueignorabacómohabíadescubiertosuexistencia;supusequesehabíatropezadoconélcuandolosdosestrechabanelcercoentornoaBillyPurdue.Enúltimainstancia,quizáseredujeraalhechodequeCalebKyleeraundepredador,y losdepredadoresnosóloseadaptanalanaturalezadesupresasinotambiénalanaturalezadequienespodríanconvertirlosaellosmismosenpresa.Calebnohabríasobrevividomásdetresdécadassinuna facultad muy desarrollada para percibir el peligro inminente. En este caso, Stritch habíarepresentadounaamenazapotencialmenteletalparaBillyPurdue,yCalebselohabíaolido.BillyeralaclaveparadarconCalebKyle,elúnicoquelohabíavistoyhabíasobrevivido,laúnicapersonaquequedabaconvidacapazdedescribirlo.Peromientrasmeacercabaalacarreteraquellevabaalacabañade JohnBarley, sabíaque talvez ladescripcióndeBillyno fuesenecesaria.Salídel cochepistolaenmano.

Yahabíaoscurecidoenelmomentoenque lleguéa lacasadelviejo.Seveía luzenunade lasventanascuandoascendípor la suavecuestahasta elpatio.Meaproximédesdeeloeste avanzandocontra elviento, intentandoqueentre elperroen su improvisadaperrerayyomediara siempre lacasa.Estabacasienlapuertacuandoelperropercibióporfinmiolor,lanzóunagudoaullidodesdeelcocheyvinoainterceptarme,unaformaborrosacorriendoporlanieve.Deinmediato,lapuertadelacasaseabriódeparenparyaparecióelcañóndeunaescopeta.Agarréelarmaytirédelviejoatravés del vano. A mi lado, el perro se puso muy nervioso, tan pronto saltaba ante mí comomordisqueabalosbajosdemipantalón.Elancianoyacíaentierra,sinaireacausadelacaídayconelarmatodavíaenlamano.Mesacudíelperrodeencimayacerquélapistolaalaorejadelanciano.

—SueltelaescopetaolejuroporDiosquelomataréaquímismo—dije.Sacóeldedodelaguardadelgatilloyapartólentamentelamanodelaculata.Emitióunsuave

silbidoydijo:—Tranquilo,Jess,tranquilo.Buenchico.Elperrogimoteóunpocoyacontinuaciónsealejóaciertadistancia,contentándosecontrazar

círculosalrededordenosotrosygruñirmientrasyo,deuntirón,poníaalviejoenpie.Señaléhaciaunasilladelporcheyélsesentópesadamentefrotándoseelcododerecho,quesehabíarasguñadocontraelsuelo.

—¿Quéquiere?—preguntóJohnBarley.Enlugardemirarmemantuvolavistafijaenelperro.

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Ésteseaproximóconcautelaasudueñoymedirigióungravegruñidoantesdesentarseasulado,dondeBarleypodíarascarlecondelicadezadetrásdelaoreja.

YollevabaalhombromimochilaTimberlandyselaarrojéalviejo.Éllaagarróy,concaradenoentendernada,memiróporprimeravez.

—Ábrala—ordené.Alcabodeunmomento,abriólacremalleradelamochilayechóunvistazoalinterior.—¿Lasreconoce?Negóconlacabeza.—No,creoqueno.Amartillélapistola.Losgruñidosdelperroseelevaronenunaoctava.—Viejo, esto es una cuestión personal.Nome saque de quicio. Sé que le vendió estas botas a

StuckeyenBangor.Lepagótreintadólaresporellas.Yahora,¿quieredecirmededóndelassacó?Hizoungestodeindiferencia.—Lasencontré,supongo.Meacerquéaél,yelperroselevantóerizandoelpelodelcuello.Meenseñólosdientes.Mantuve

alviejoencañonadoporunmomentoyluego,lentamente,movíelarmaparaapuntaralperro.—No—dijoBarley,bajandolamanoparaconteneralanimalycubrirsupecho—.Amiperrono,

porfavor.Alamenazaralperro,mesentímal,yesomeindujoapreguntarmesiaquelviejopodíaserCaleb

Kyle.PensabaquereconoceríaaCalebencuantoloviese,quepercibiríasuverdaderanaturaleza.EnJohnBarleysóloadvertíamiedo:miedodemíy,sospechaba,dealgomás.

—Dígamelaverdad—susurré—.Dígamededóndehansalidoestasbotas.Intentódeshacersedeellasdespuésdehablarconmigo.Quierosaberporqué.

Parpadeóytragósaliva.Trasmordisquearseellabioinferiorporunmomento,pareciótomarunadecisiónyhabló.

—Selasquitéalcadáverdelchico.Lodesenterré,mehiceconlasbotasyvolvíacubrirlo.—Seencogiódehombrosotravez—.Alfinyalcabo,élyanolasnecesitaba.

Estuveapuntodegolpearloconlapistola,peromecontuveaduraspenas.—¿Ylachica?Elviejonegódosvecesconlacabeza,comosiintentasesacudirseuninsectodelpelo.—Yo no losmaté—declaró, y por unmomento pensé que iba a llorar—.No le haría daño a

nadie.Sóloqueríalasbotas.Semerevolvióelestómago.MeacordédeLeeydeWalter,delosratosquehabíamospasadocon

ellos, conEllen.Noquería tener que anunciarles que su hija habíamuerto.Denuevodudéde queaquelviejoandrajoso,aquelpordiosero,fueseCalebKyle.

—¿Dóndeestálachica?—pregunté.Ahora frotabael cuerpodelperrometódicamente, conenérgicosmovimientosdesde la cabeza

hastacasilacola.—Yosólosédóndeestáelchico.Lachicanosédóndepuedeestar.Bajolaluzprocedentedelaventana,lacaradelviejodespedíaunapagadoresplandoramarillo

que le daba un aspecto enfermizo. Tenía los ojos húmedos y las pupilas eran apenas dos puntos.

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Empezóatemblarligeramenteamedidaqueelmiedoseadueñabadeél.Bajélapistolaydije:—Novoyahacerledaño.Elviejonegóconlacabeza,ylosiguientequedijomepusolacarnedegallina.—Noesdeusteddequientengomiedo—musitó.

MecontóquelosviocercadeLittleBriarCreek.Lachicayelchicoibandelante,yunafigura,casiunasombra,enelasientodeatrás.Élvolvíadecazarconejosconsuperrocuandooyódetenerseelcochemásabajodespuésdequeelmotoremitieseunruidoáspero,comounrechinardepiedras.Aúnnohabíaanochecido,peroyaestabaoscuroasualrededor.Vio fugazmentea losdos jóvenescuandopasaronantelosfaros.Lachicallevabaunosvaquerosyunaparkaroja;élibadenegro,conunacazadoradecueroabiertaapesardelfrío.

Elchicolevantóelcapóyechóunvistazodentro,utilizandounalinternadebolsilloparailuminarelmotor.JohnBarleyloviomoverlacabezaenungestodenegación,oyóqueledecíaaellaalgoyqueluegojuróaplenopulmónenelsilenciodelbosque.

Lapuertatraseraseabrióysalióeltercerpasajero.Eraalto,yalgoleindicóaJohnBarleyqueeraviejo,aúnmásviejoqueél.Yporrazonesquenisiquieraahoracomprendía,sintióunescalofríoy,juntoaél,oyólanzarungañidoalperro.Alladodelcoche,lafigurasedetuvoyparecióescrutarelbosque,comoparaidentificarelorigendelinesperadoruido.Barleylediounassuavespalmadasalperroylohizocallar.Perovioqueelperrodilatabaycontraíaaceleradamentelosorificiosdelanariz y notó que se estremecía. El animal había olfateado algo y, fuera lo que fuese, se habíaamedrentadoyhabíacontagiadoaldueñosuinquietud.

Elhombreseinclinóhaciaelinteriordelcocheenelladodelconductorylaluzdelosfarossedesvaneció. «Eh», protestó el chico. «¿Qué hace? Ha apagado las luces». El haz de la linterna sedesplazóyalumbróprimeroelrostrodelhombrequeseacercabayluegoelbrillodealgoqueteníaenlamano.

«Eh»,repitióelchico,ahoraenvozmásbaja.Secolocóante lachicay laobligóaretroceder,protegiéndoladelanavaja.«Nohagaeso».

Alaprimeracuchilladalalinternacayó.Alintentarapartarse,elchicotropezó,yBarleyleoyódecir:«Corre,Ellen,corre».Entonceselviejosecerniósobreélcomounnubarrónlargoyoscuro,yBarleyviolanavajaalzarseycaer,alzarseycaer,yoyóelruidodelahojaporencimadelsusurrodelosárbolesquesemecíansuavemente.

Y luego la figura salió tras la chica. Barley la oyó avanzar torpemente por el bosque, atrompicones. No llegó lejos. Le llegó un grito seguido de un sonido, como un golpe sordo, y acontinuación todo quedó en silencio. Al lado de Barley, el perro se revolvió y dejó escapar ungemidocasiinaudible.

El hombre alto tardó un rato en regresar. La chica no estaba con él. Levantó al muchachosujetándolopordebajode losbrazosy lo llevóa rastrashasta laparte traseradelcoche,donde lometió en el maletero. Abrió la puerta del conductor y, lentamente pero sin vacilaciones, fueempujandoelcochecuestaabajoporelcaminodetierraquellevabaallagoRagged.

Barleyatóelperroaunárboly,condelicadeza,leenvolvióelhocicoconsupañuelo.Trasdarle

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unapalmadayasegurarlequeregresaría,siguióalcocheguiándoseporloscrujidosdelasruedasenlatierra.

Acasiunkilómetrocaminoabajo,pocoantesdel lago, llegóaunclaro juntoauncenagaldecastores,árbolescaídosyretorcidosenelaguaoscura.Enelclarohabíaunhoyoypilasde tierrareciénexcavadacomo túmulos funerarios.Unode los ladosdelhoyodescendía enpendiente,y elviejo bajó el coche por allí. Al detenerlo, quedó casi horizontal, con la parte trasera un pocolevantada.Luegoelhombreseencaramóaltechoy,desdeallí,saltóalbordedelhoyo.Barleyoyóentoncescómosacabaunapaladelsuelo,ydespuéselsuavemovimientodelatierraaldesplazarsecuandovolvióahincarlaprofundamente, seguidodelchirriantegolpeteoalcaer laprimerapaladasobreeltechodelcoche.

Entotal,elviejotardócasiunahoraenenterrarelcoche.Prontolanievecubriríalatierray,alacumularsedurantelasventiscas,nivelaríacualquierdesigualdadenelterreno.Elhombrerecogíalatierraylalanzabametódicamente,sincambiarderitmo,sindetenersearecobrarelaliento,yJohnBarley,peseatodoloquehabíavisto,envidiósufortaleza.

Pero justo cuando el viejo acababa de circundar la fosa cubierta para asegurarse de que habíahechobieneltrabajo,Barleyoyóunladridonomuylejos,seguidodeunlargoaullido,ysupoqueJess sehabíaquitadoelpañuelodelhocico.Abajo,elhombresequedó inmóvily ladeó lacabeza.Después lanzó lapala con fuerza al cenagal y sepuso enmovimiento, repechando sin esfuerzo lacuestaconsuslargaspiernasendirecciónalosgruñidosdelperro.

Sinembargo,Barleyyasehabíapuestoenmarchaconrapidezysigilo.Pasandosobre troncoscaídos,siguió lassendasdeciervosyalcesparanoromper ramasnuevasyevitarasíponersobreavisoalotrohombre.Alllegaradondeestabaelperro,loencontrótirandodelacuerda,meneandolacolayemitiendoahogadosgañidosdealegríayalivio.SeresistióunpococuandoBarleyvolvióacolocarleelpañuelo.Luegolodesató, lo tomóenbrazosycorrióacasa.Paróunavezparamiraratrás,casisegurodehaberoídoasuperseguidoracortadistancia,peronovionada.Cuandollegóalacabaña,atrancólapuerta,recargólaescopetaconletalescartuchosdelnúmerounoysesentóenunasilla.Nodescansóunsoloinstantehastaqueamaneció,yentoncesconcilióunsueñoinquietoeintermitente,interrumpidoporpesadillasenquesentíaquelecaíatierraenlabocaabierta.

—¿Porquénolehacontadoanadieloquevio?—pregunté.Aunentonces,nosabíasidarcréditoo no a sus palabras. ¿Cómo podía creer que era quien afirmaba ser, y que semejante historia eraverdad? Pero cuando lomiré a los ojos, no vi elmenor asomo demalicia, sólo elmiedo de unanciano a la muerte cercana. Ahora el perro yacía a su lado, sin dormir, con los ojos abiertos,lanzándomeunamiradadevezencuandoparacerciorarsedequenomehabíamovidomientraselviejomecontabalahistoria.

—Noqueríacomplicaciones—contestó—.Perovolvíparaversiencontrabaalgúnrastrode lachica,yaporlasbotas.Eranunasbuenasbotas,yquizáqueríaasegurarmedequeloquehabíavistonoeranimaginacionesmías.Soyviejo,yaveceslacabezameengaña.Peronoeranimaginacionesmías,apesardequelachicahabíadesaparecidoynisiquierahabíarestosdesangreenlatierraqueindicasendóndepodíahaberestado.Supequenoeranimaginacionesmíasencuantovielhoyoymipalagolpeócontra elmetal. Iba aquedarme lasbotasy lamochila, quizás enparte con la ideadellevárselasalapolicíaparaquenopensasenqueestabalococuandolescontaseestahistoria.Pero…

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—Se interrumpió.Esperé—.Lanoche siguiente, despuésde lo ocurrido, estaba sentado aquí en elporcheconJessynotéqueempezabaa temblar.No ladrónihizonada,sóloempezóasacudirseygimotear.Mirabahaciaelbosque,allí.—Levantóundedoyseñalóunlugardondelasramasdedosarcesrayadoscasisetocaban,comoamantestendiéndoselasmanosenlaoscuridad—.Yhabíaallíalguiendepie,observándonos.Nosemovía,nohablaba,sólonosobservaba.Ysupequeeraél.Losentí en lo más profundo de mí, y lo percibí en el perro. De pronto dio la impresión de que sedesvanecíaenelbosque,ynovolvíaverlo.

»Peroadivinéquéquería.Eraunaadvertencia.Nocreoqueélsupieseconcertezaquéhabíavistoyo,ynoibaamatarmeamenosqueestuvieraseguro,peroenesemomentolamentéhabervueltoaporlasbotas.Ysiyocontabaalgo,seenteraríayvendríaapormí.Losupe.Entoncesvinoustedahacerpreguntasysupequeteníaquedesprendermedeellas.VaciélamochilayselavendíaStuckeyjuntoconlasbotas,ymealegréporloquemedio.Alvolverquemélaropadelchico.Nohabíanadamásdeprovecho.

—¿Habíavistoantesaesehombre?—pregunté.Barleynegóconlacabeza.—Nunca. No es de por aquí, o lo habría reconocido.—Se inclinó—. Usted no debería haber

venido.—Ensuvozadvertíuntonocasideresignación—.Élseenteraráyvendráapormí.Vendráaporlosdos.

Contemplélanochequeseavecinaba,lassombrasdelosárboles.Nohabíaestrellasenelcieloyuna nube ocultaba la luna. Según los partes meteorológicos, volvería a nevar; anunciaban treintacentímetrospara la semana siguiente, quizámás.Ydepronto, atemorizado,mearrepentí dehaberdejado el coche en la carretera, y lamenté tener que atravesar la oscuridad del bosque para llegarhastaél.

—¿HaoídoenalgunaocasiónelnombredeCalebKyle?—pregunté.Parpadeóunavez,comosilohubieseabofeteado,peroenrealidadnoparecíasorprendido.—Claroqueloheoído.Esunaleyenda.Nuncahaexistidonadieconesenombre,almenospor

estoslugares—contestó,peroelmerohechodepreguntárselohabíasembradodudasenél,ycasioílosengranajesdesucabezayviensusojosdesorbitadosquemehabíacomprendido.

AsíqueCalebhabíaseguidolapistaaEllenyRicky,sehabíaganadosuconfianza.ÉlleshabíaaconsejadolavisitaaDarkHollow,talcomomehabíaexplicadolamujerdelmotel,ynodudabaquehabía sidoCalebquien saboteó elmotor del cochey luego les indicódóndeparar, cercadel lagoRagged,dondehabíaunafosaesperando.Loquenoentendíaeraporqué lohabíahecho.No teníasentido,amenosque…

Amenosquehubieseestadovigilándomedesdeelprincipio,desdequeempecéaayudaraRitaFerris.Cualquieraque sepusiesedel ladodeRitapasaríaa ser considerado, automáticamente,unaamenazapara los interesesdeBilly. ¿SecuestróaEllenCole, lamatócomomatóa sunovio,paracastigarmeporinmiscuirmeenlosasuntosdelhombrequecreíaqueerasuhijo?SiEllenaúnvivía,toda esperanza de encontrarla residía en comprender la mentalidad de Caleb Kyle, y quizás enencontraraBillyPurdue.PenséenCalebobservándomemientrasdormía,despuésdemataraRitayaDonald,despuésdedejareljuguetedelniñoenlamesademicocina.¿Quépasabaporsucabezaenesemomento?¿Yporquénomematócuandotuvoocasión?Enalgunaparte,fuerademialcance,se

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hallabalarespuestaaesaspreguntas.Apretélospuñosenungestodefrustraciónpormiincapacidadparaentenderlo,ydeprontocaíenlacuenta.

Ese hombre sabía quién era yo o, más importante, sabía de quién era nieto. Le atraía, pensé,torturaralnietocomohabíatorturadoalabuelo.Treintaañosdespuésiniciabaotravezeljuego.

LehiceunaseñalaJohnBarleyyledije:—Venga,nosvamos.Selevantólentamenteymiróhacialosárboles,comosiesperaseverdenuevoaquellafigura.—¿Adónde?—Vaaenseñarmedóndeestáenterradoelcoche,yluegovaacontarleaRandJenningsloqueme

hacontadoamí.Enlugardemoverse,continuómirandoconmiedohacialosárboles.—Noquierovolverallí—dijo.Sin prestarle atención, agarré su escopeta, la descargué y la arrojé al interior de la casa.

Empuñandoaúnlapistola,leindiquéquesepusieraenmarcha.Trasuntitubeo,semovió.—Puedellevarsealperro—dijecuandopasópormilado—.Sihayalgoahífuera,éllopercibirá

antesquenosotros.

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La nieve empezó a caer casi en el momento en que perdimos de vista la casa del viejo, pesadasconcentraciones de gotas de agua cristalizada cubrieron el camino y sumaron su peso al de lasprecipitacionesanteriores.CuandollegamosalMustang,teníamosloshombrosyelcabelloblancos,yelperroretozabaanuestroladointentandoatraparloscoposconlaboca.Hiceocuparalancianoelasientodelacompañante,saquéunasesposasdelmaleteroyleatélamanoizquierda,cruzadasobreelcuerpo,alapoyabrazosdelapuerta.Temíaqueintentasegolpearmedentrodelcocheohuiralbosquea lamenor oportunidad. El perro se colocó en el asiento trasero, dejando huellas de barro en latapicería.

Enlacarretera lavisibilidaderamalayel limpiaparabrisasapartaba lanievecondificultad.Alprincipioavanzamosacuarentaycincokilómetrosporhora,luegoatreintaycincoymásadelanteatreinta.Prontosóloveíaantemíunveloblancoylasaltassiluetasdelosárbolesaamboslados,pinosyabetoserguidoscomocampanariosbajolanieve.Elancianopermanecióensilencio,visiblementeincómodojuntoamí,conlamanoderechaapoyadaenelsalpicaderoparamayorseguridad.

—Másvalequenomehayamentido,JohnBarley—dije.Teníalamiradainexpresiva,ensimismada,comoladeunhombrequeacabadeoírsusentencia

demuerteysabequeesdefinitivaeinapelable.—No importa—contestó,ydetrásdeél elperroempezóagimotear—.Cuandonosencuentre,

daráigualloqueustedcrea.Depronto,aunosveinticincometrospordelante,conlaperspectivaalteradaporlaventisca,vilo

queparecíanunosfaros.Cuandonosacercamos,aparecieronantenosotroslassiluetasdedoscochesdetenidosaparentementeenplenacarretera,obstruyendoelpaso.Detrásbrillaronotrosfaros,perolejos,ycuandoseguíavanzandomeparecióque retrocedíanhastadesapareceryqueel resplandorquedespedíansereflejabadeprontoenlosárbolesamiderecha,entoncescomprendíqueelcochededetrássehabíacolocadodetravésyhabíaparadodejándonosencajonados.Amenosdediezmetrosdeloscochesdedelanteaminorélamarcha.

—¿Quépasa?—preguntóelviejo—.Quizáshahabidounaccidente.—Puedeser—contesté.Tres figuras, oscuras en contraste con la nieve y los haces de luz, avanzaron hacia nosotros.

Advertíalgofamiliarenlaquesehallabaenelcentroyensumododemoverse.Eradebajaestatura.El abrigo le colgaba suelto sobre los hombros y debajo asomaba el brazo derecho en cabestrillo.CuandoquedóiluminadoporlosfarosdelMustang,vilospuntososcurosenlasheridasdesufrenteyladesagradablecontraccióndesulabioleporino.

Mifflinesbozóunasonrisatorcida.AlcancédeinmediatolasllavesdelasesposasconunamanoalavezquedesenfundabalaSmith&Wessonconlaotra.Amilado,elancianointuyóqueestábamos

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enapurosycomenzóatirardelasesposas.—¡Suélteme!—gritó—.¡Suélteme!Detrás,elperroempezóaladrar.Lelancélasllavesalviejoyélsedispusoaliberarsemientras

yo, con la pistola contra el volante, echaba marcha atrás y pisaba a fondo el acelerador, con laesperanzadesacaralcochededetrásdelacarretera.

Lo embestimos enmedio de un ruido demetal aplastado y cristales rotos, y los cinturones deseguridadsetensaroncuandoelimpactonoslanzócontraelparabrisas.Elperrorodóhaciadelanteentrelosdosasientosyaullóalgolpearsecontraelsalpicadero.

Delante,ahoraerancincolassiluetasquesedirigíanhacianosotrosporlanieve,yoíabrirseunapuertadetrás.Cambiédenuevolamarchaymedispuseaapretarelacelerador,peroelMustangsecaló,ytodoquedóensilencio.Meinclinéparagirarlallavedecontacto,sinembargo,elancianoyaestabaabriendolapuertayelperro,ensuregazo,olfateabaatravésdelresquicio.Intentédetenerlo,yde pronto el parabrisas estalló y una lluvia negra y roja, salpicada de esquirlas de cristal comoestrellas, llenó el coche, golpeándome la cara y el cuerpo y cegándome. Parpadeé y recuperé lavisión justo a tiempo de ver el rostro destrozado del viejo deslizándose haciamí y los restos delperrosobresusmuslos.Sinpérdidadetiempo,abrílapuertadelconductordeunempujón,saltédelcocheyrodéporlacalzadaalavezquenuevosdisparosperforabanelcapóyatravesabanelinteriorhaciendoañicosla lunatrasera.Percibímovimientodetrásya la izquierda,mevolvíydisparé.Unhombre envuelto en una cazadora oscura de aviador, con expresión de asombro y sangre en lamejilla,secontorsionósobrelanieveysedesplomóatresmetrosdemí.Echéunvistazoalpuntodecolisión donde el Mustang había embestido su Neon y vi el cuerpo de un segundo hombre quepermanecíaerguidoentrelapuertadelconductorylacarroceríadelcoche,alpareceraplastadoporelimpactocuandointentabasalir.

Me di la vuelta, corrí hacia la cuneta y me adentré en el bosque patinando por la pendientemientraslasbalasgolpeabanlacarreteraporencimademíylanieveylatierraamialrededor.Oígritos amis espaldasmientras avanzaba entre los árboles, con tallosque separtíanbajomispies,ramasquemearañaban lacara, retorcidas raícesqueme tirabande laspiernas.Loshacesdeunosfaroshoradaronlanocheyoíeltableteodeunarmaautomática;laráfagatraspasóhojasyramasporencimademíyamiderecha.Mientrascorría,aúnnotabalasangrecalientedelviejosobremí.Lasentíaresbalarpormicara,percibíasusaborenlaboca.

Seguícorriendopistolaenmano,oyendomirespiraciónásperayentrecortadaalpasarelaireporlagarganta.Intentécambiardedirecciónparavolveralacarretera,perounaslucesbrillaroncasialamismaalturaaderechaeizquierdamientrasavanzabanparacortarmeelpaso.Continuabanevandoyloscoposseprendíanenmispestañasysefundíanenmis labios,mehelabanlasmanosycasimecegabanalentrarmeenlosojos.

De pronto el terreno cambió y tropecé con una roca. Me torcí el tobillo dolorosamente y,mientrasintentabacorrerdeslizándomeporelterreno,descendíporelúltimotramodelapendientehastahundirlospiesenaguagélidayhallarmeantelasuperficieoscuradeunalaguna,laluzinvernalseahogabaensusnegrasaguas.Medilavueltaybusquéuncaminoderegreso,perolaslucesylosgritos seacercaban.Viuna luzami izquierdayotraqueseaproximabaporentre losárbolesa laderecha, y comprendí que estaba rodeado.Respiré hondo y, con unamueca de dolor,me palpé el

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tobillo.Dirigíelcañóndelapistolahaciaelhazdeluzdeladerecha,apuntéabajaalturaydisparé.Seoyóungritodedoloryel ruidodeuncuerpoaldesplomarse.Disparédosvecesmásal frentehacia loshombresqueseacercabanen laoscuridadyoíquealguienordenaba:«Apagad las luces,apagadlasluces».

Unaráfagadeautomáticabarriólaorillacuandomeadentréenelaguamanteniendolapistolaenaltojustoporencimadelhombro.Lalagunanoeraprofunda,deduje:pesealaoscuridad,veíaunaseriederocasqueaflorabandelaguaaunosochocientosmetros,queeralamitaddeloquemedíadeanchoen lapartemásestrecha.Peroesas rocaseranengañosas;meencontrabaamenosdequincemetrosdelaorilla,cruzandoendiagonalhaciaelladoopuesto,cuandoellechoempezóadescenderyperdípieconunchapoteo.Jadeando,salíalasuperficie,yunaluzpasósobremíyluegovolvió,atrapándomeensuhaz.Toméaireymesumergímientraslasbalasgolpeabanlasuperficiedelaguacomogotasdelluvia.Lasnotépasarjuntoamímientrasmehundíacadavezmásenlasaguasnegras.Teníalospulmonesapuntodeestallaryelfríoeratanintensoqueparecíaquemar.

Y en ese momento sentí un tirón en el costado y un hormigueo empezó a extenderse,transformándoselentamenteendolor,undolorvivoeintenso,comodedoslancinantesatravésdemicuerpo.Me revolví igual que un pez atrapado en un sedalmientras la sangre tibiamanaba demicostadoenelagua.Abrílabocaacausadeldolorydejéescaparalasuperficiepreciosasburbujasdeoxígeno;lapistolasemeescapóentoncesdelamano.Presadelpánico,subídesesperadamenteysóloconseguíserenarmelosuficienteparaasomarlacabezaporencimadelaguasinhacerruido.Respiréhondo,manteniendolacaracasiarasdelasuperficie,mientraseldolorsepropagabapormicuerpo.Sentíaunacrecienteinsensibilidadenlaspiernas,losbrazosylaspuntasdelosdedos.Ylaheridadebalameardía,peronotantocomosihubieseestadofueradelagua.

Enlaorillasemovíansiluetas,peroahorasóloseveíaunaluz.Esperabanaqueyoapareciese,temiendoaúnelarmaqueyanotenía.Toméaire,volvíasumergirmey,manteniéndomeapenaspordebajodelasuperficie,mealejédeellosnadandoconunasolamano.Nosalíhastaquerocéconlosdedos el fondode la laguna cercade la orilla.Con el costadoherido en alto,me arrastré por losbajíosbuscandounpuntopordondesaliratierrasinpeligro.Laautomáticavolvióasonar,peroestavezlasbalasdierondetrásdemíabastantedistancia.Seoyeronotrosdisparos,peroeranabulto,sinapuntar,probandosuerte.Seguíadelanteconlavistafijaenlamayoroscuridaddelbosque.

Amiderecha,viunespacioabiertoenlaorillayaguaquecaíasobreunasrocas:elrío.SabíaqueeseríoatravesabaDarkHollow.Podríahabermedirigidohacialaorillaopuestaylosbosquesqueseextendíanmásallá,perosimecaíaentrelosárbolesoperdíaelsentidodelaorientación,lomejorque podía esperar era la muerte por congelación, porque nadie sabía que estaba allí excepto loshombresdeTonyCelli.Ysimeencontraban,notendríaquepreocuparmemásporelfrío.

Hice pie en el nacimiento del río, al borde de la laguna, pero en lugar de levantarme seguí arastrashastaqueunosárbolesmeocultaronlosuficientedeaquelloshombresypudeponermeenpieyentrarenelpropiorío.Sentíunintensodolorenelcostado,yacadamovimientometraspasabaunanuevapunzada.Elaguafluíaporlamargenrocosaysóloalsegundointentoconseguímantenerelequilibrio.Meerguíyvolvíaecharmeotravezalaguacuandoelhazdeunalinternailuminóhaciadondeyomeencontraba.Luegocontinuémásalládelnacimientodel río,contéhastadiezy salí atrompiconesalaorilla.

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Elvientohabíaamainadoylanevadaeramenosimpetuosaperoaúnintensa,alrededorlatierraestabacompletamenteblanca.Eldolorenelcostadoizquierdosehizomásintensocuandoempecéaavanzarpenosamenteporlaprofundacapadenieve,ymedetuvecontraeltroncodeunárbolparaexaminarmelaherida.Teníaunagujeroirregularenlaparteposteriordelacazadora,asícomoeneljerseyylacamisa,yunpequeñoorificiodeentradacercadeladécimacostilla,conunorificiodesalidamayorenlapartedelanteramásomenosa lamismaaltura.Dolíamuchoperolaheridaerasuperficial:ladistanciaentrelosorificiosdeentradaysalidanoerasuperioratrescentímetros.Lasangregoteóentremisdedosy seencharcóen lanieve.Deberíahaber interpretadoesocomounaadvertencia,pero,asustadoydolorido,fuimenoscautelosodeloquedebiera.Meagachéahogandoun grito de dolor y tomé dos puñados de nieve. Embutí la nieve en las heridas y seguí adelante,resbalandounayotravezperomanteniéndomecercadelcauceparanoextraviarme.Losdientesmecastañeteabandescontroladamenteylaropamojadasemeadheríaalcuerpo.Meardíanlosdedosacausadelaguaheladaysentíanáuseasporlaconmoción.

Sólodespuésderecorrerciertadistancia,deteniéndomedevezencuandoadescansarcontraunárbol, recordédóndemehallabacon respectoalpueblo.Frenteamíya laderecha,quizásaunosdoscientosmetros,vilaslucesdeunacasa.Oíelruidodeunacascada,vielarmazóndeacerodeunpuenteysupedóndeestabayadóndeiba.

HabíaunaluzencendidaenlaventanadelacocinadelacasadelosJenningscuandomeprecipitécontralapuertatrasera.DentrooíunruidoylavozdeLorna,asustada,quedecía:

—¿Quiénhayahí?Lascortinasdelapuertasesepararonunpocoyellaabriólosojosdesmesuradamentealvermi

cara.—¿Bird?Unallavegiróenlacerradura,alabrirselapuertacaídebruces.Cuando,consuayuda,mesenté

enunasilla,lepedíquetelefonearaalahabitaciónnúmero6delmotelIndiaHillyanadiemás,yacontinuacióncerrélosojosydejéqueeldolorseextendierapormicuerpoenoleadas.

LasangremanabaaborbotonesporelorificiodesalidamientrasLornalimpiabalaherida;antesme había enjuagado con un trapo y había retirado trozos de tela del interior con unas pinzasesterilizadas.Aplicóuna torundaen laheridaymedobléen la sillaal sentirdenuevouna intensaquemazón.

—Estate quieto—dijo, y obedecí. Cuando terminó, me obligó a volverme para ocuparse delorificiodeentrada.Aunqueparecíatenerelestómagorevuelto,continuóconlatarea.Alacabar,mepreguntó—:¿Estássegurodequequieresquehagaesto?

Asentíconlacabeza.Tomóunaagujayvertióenellaaguahirviendo.—Vaadolerteunpoco—advirtió.Era muy optimista.Me dolió mucho. Se me saltaron las lágrimas por la intensidad del dolor

mientrasdabadospuntosencadaherida.Noeraunaatenciónmédicamuyortodoxa,peroyosólonecesitabaalgoparamantenermeenpieduranteunashoras.Cuandoterminó,meaplicóunapósito

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adhesivoyluegotomóunrollomáslargoymeenvolvióconélelabdomen.—Aguantará hasta que podamos llevarte a un hospital—dijo.Me dirigió una sonrisa breve y

nerviosa—.RecibíclasesdeprimerosauxiliosenlaCruzRoja.Deberíasdarmelasgraciasporhaberprestadoatención.

Asentíparadarleaentenderquemehacíacargo.Eraunaheridalimpia.Prácticamenteeralaúnicavirtuddelasbalasdealtavelocidad:enel impactonosedeformabannidesgarrabanlacarne,sinoquecontinuabansualegrecaminoconcasitodasuenergíaysufundaintactas.

—¿Quierescontarmequéhapasado?—preguntóLorna.Melevantélentamenteysóloentoncesadvertílasangreenlasbaldosas.—Malditasea—exclamé.Sentíunasrepentinasnáuseas,peromesujetéalamesaycerrélosojos

hastaqueremitieron.Lornamerodeóeltorsoconelbrazo.—Tienesquesentarte,Bird.Estásdébilyhasperdidomuchasangre.—Sí—dijea lavezquemeapartabade lamesay,conpasovacilante,meencaminabahacia la

puertatrasera—.Esoesloquemepreocupa.Retirélacortinaymiréhaciafuera.Aúnnevaba,peroalaluzdelacocinavielreveladorrastro

rojodesdeelríohastalapuerta,lasangretandensayoscuraquesimplementeabsorbíalanievealcaer.

MevolvíhaciaLorna.—Losiento,nodeberíahabervenidoaquí.Teníaunaexpresiónsolemneyloslabiosapretados,perodeprontoesbozóotrasonrisaydijo:—¿Yadóndeibasair?Hellamadoatusamigos.Estándecamino.—¿DóndeestáRand?—Enelpueblo.Hanencontradoaesehombre,BillyPurdue,elqueestabanbuscando.Randvaa

retenerlohastalamañana.EntoncesllegaránelFBIyotrasmuchaspersonasparahablarconél.PoresoseencontrabanallíloshombresdeTonyCelli.LanoticiadelacapturadeBillyPurdue

debíadehabercorridocomolapólvoraporlasagenciasylosdepartamentosdepolicíaimplicados,yTonyCelliestabaatento.Mepreguntécuántohabrían tardadoen localizarmeal llegar.EncuantovieronelMustang,debierondesaberqueestabaallíydecidieronmatarmeparanoarriesgarseaquemeentrometiera.

—Los hombres que me han disparado quieren a Billy Purdue —expliqué en voz baja—. YmataránaRandyasushombressinoseloentregan.

Algotitilóenlaventana,comoelreflejodeunaestrellafugaz.Tardéunsegundoendeducirquéera:elhazdeunalinterna.AgarréaLornadelamanoylallevéalapartedelanteradelacasa.

—Tenemosquesalirdeaquí—dije.Elpasilloestabaaoscuras,yaladerechahabíauncomedor.Agachándomeapesardeldolorenel

costado,escrutéeljardíndelanteroporelhuecoquequedababajolaspersianas.Vi dos figuras al fondo del jardín. Una empuñaba una escopeta. La otra tenía el brazo en

cabestrillo.Regreséalpasillo.Lornamemiróalacaraydijo:—Hayalguientambiéndelante,¿no?

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Asentí.—¿Porquéquierenmatarte?—Piensan queme entrometeré, y pretenden hacerme pagar por algo que ocurrió en Portland.

Debéisdeteneralgúnarmaenlacasa.¿Dóndeestá?—Arriba.Randguardaunaeneltocador.Me guió escalera arriba hasta su dormitorio. Había una cama de pino rústica y grande, con

almohadas y la colcha amarillas. Frente a un enorme armario había un tocador de pino rústico ajuego.Enunrincónsealzabaunapequeñaestanteríarepletadelibros.Unaradiosonabasuavementeenotrorincón,TheBandcantandoEvangeline,conlavozdeEmmylouHarrisentrandoysaliendodelaestrofayelestribillo.Lornasacócalcetines,calzoncillosycamisetasdehombredeuncajónylostiróalsuelohastaqueencontróelrevólver.EraunCharterArmsUndercoverdecalibre38,conuncañónde siete centímetrosymedio, la auténtica armadeun agentede la ley.Las cinco recámarasestabancargadas,y al ladohabíauncargadordevelocidad, también lleno.Cerca, enuna fundadePropex,viunasegundaarma,unRugerMark2decañónestrecho.

—Randloutilizaavecesparatiraralblanco—explicóLorna,señalandounacajacasivacíadecartuchosLongRifledel22enunrincóndelcajón.

—Diosbendigaalosparanoicos—comenté.Enelarmariojuntoalacamahabíaunabotelladeaguagrandedeplástico,casivacía.Meapoyé

enel tocadorparamantener el equilibrio.Enel espejo,mipiel presentabaunapalidez cadavérica.Teníaojerasacausadeldoloryelagotamientoylacarasalpicadadecortesdecristalymanchadadesaviaydelasangredelviejo.Loolíaenmí.Olíatambiénasuperro.

—¿Tienescintaadhesiva?—Quizásabajo,perohayunrollodeesparadrapoenelarmariodelbaño.¿Tesirve?Asentí con la cabeza, tomé la botella y la seguí hasta el bañode azulejos amarillos y blancos,

cargando elRugermientras caminaba.Abrió el armario yme dio el rollo de esparadrapo de doscentímetrosymediodeancho.Vaciéelaguamineralenellavabo,introdujeelfinocañóndelRugerenlabotellaylafijéconvariasvueltasdeesparadrapo.

—¿Quéestáshaciendo?—preguntóLorna.—Fabricandounsilenciador—contesté.Penséquesi loshombresdeCelliregistrabanlacasapodíaeliminaraunodeellosconelrifle

calibre22silenciadosieranecesarioyganarasíunpocodetiempo,cincooquizádiezsegundos.Enun enfrentamiento armado a corta distancia, diez segundos son una eternidad. Abajo se oyó unapatadaenlapuertatrasera,seguidadeunruidodecristalesrotosyelchirridodelapuertaalabrirse.Mecoloquéelrevólverdel38alcintoyretiréelsegurodelRuger.

—Méteteenlabañerayagachalacabeza—susurré.Lorna se quitó las sandalias y se deslizó sigilosamente en la bañera.Yome descalcé, dejé los

zapatosenel sueloembaldosado, salíensilencioal rellanoyvolvíaldormitorio.La radioseguíasonando,peroTheBandhabíadadopasoaNeilYoung,ysuvozaguday lastimeraresonabaen lahabitación.

«Don'tletitbringyoudown…»Meapostéenlaoscuridadjuntoalaventana.ElRugermeresultabaincómodoencomparación

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conlaSmith&Wesson,peroalmenoseraunarma.Loamartilléyesperé.«It'sonlycastlesburning…»Oí cómo subía por la escalera, observé la sombra amedida que avanzaba delante de él, la vi

detenerseyluegoacercarsealahabitación,siguiendolamúsica.Tenséeldedoenelgatilloyrespiréhondo.

«Justfindsomeonewho'sturning…»Abrió lapuertadeparenparconelpie,aguardóunmomentoyentrócomounaflechacon la

escopetaenalto.Traguésalivayexpulséelairedelospulmones.«…Andyouwillcomearound.»ApretéelgatillodelRugeryelextremodelabotellaestallóconunruidosordocomoeldeuna

bolsadepapelalreventar.Fueuntirolimpio,justoalcorazón.Avancéydisparéotravezmientras,tambaleándose,caíacontralaparedysedeslizabalentamentehaciaabajo,dejandounrastrorojoyoscuroenlapinturadecolorcrema.Agarré laescopeta,unaMossbergconculatadepistola,enelmomentoenqueseleescapódelamano.DejéelRuger,paséporencimadelcuerposinquemispiesdescalzosprodujeransonidoalgunoenelsueloyvolvíalpasillo.

—¿Terry?—llamóunavozdesdeabajo,yvilamanodeunhombreentornoalaempuñaduradeunaMagnum44,luegoelbrazo,elcuerpo,lacara.

Alzólavistayleacertéenlacabeza,ladetonacióndelaescopetasonócomouncañonazo.Susfaccionesdesaparecieronenunabrumarojaycayódeespaldas.Cargué,yestabaapuntodellegaralaescaleracuandounabalaseincrustóenlaparedcercademiorejaizquierda,yviunfogonazoenlaoscuridaddelcomedor.Disparé,cargué,disparé,cargué:dos tirosa laoscuridad.Serompieroncristales y se desintegraron trozos de yeso, y no hubo más disparos. La puerta delantera estabaentornada.Loquequedabadelcristalestallóyvolaronastillasdemaderaporelimpactodenuevosdisparosprocedentesdelacocina.Mequedéenlaescalera,encajélaescopetaentrelosbalaustres,lagiréydisparélaúltimabala.

En la cocina, una sombra se separó de la pared y avanzó hasta el extremo del largo pasillodescerrajandounaráfagadedisparos,quehizosaltarlamaderadelabarandillaylevantóunanubedepolvoamarillodelaparedqueteníaallado,amedidaquelasbalasseibanacercando.Mellevélamanoalrevólverdel38,losaquédelcintoydisparétresveces.Oíungritodedoloralavezque,conelrabillodelojo,advertíunmovimientoenlapuertadelantera.Medistrajoy,mientrasmevolvía,elpistoleroheridodelacocinaabandonósuposiciónacubiertoysalióalpasilloconelarmaenaltoenunamanoysujetándoseelhombroconlaotra.Enseñólosdientesydeprontosonóunruido,másestridentequecualquierotrodisparoqueyohubieseoídojamás,yensutorsoaparecióunagujerolobastante grande para pasar por él el puño de un hombre. Me pareció ver la cocina a través delorificio, loscristalesdel suelo,el fregadero,elbordedeunasilla.Elpistoleropermanecióenpieduranteunadécimadesegundoydespuéssedesplomócomountítereconloshiloscortados.

En lapuerta estabaLouis, empuñandounaenormeescopeta IthacaMag-10Roadblocker con laculatadegomaaúnfirmementeapoyadaenelhombro.

—Estetipoacabaderecibirelapretóndemanosdeuncalibrediez—dijo.Enlapartetraseradelacasaseoyeronmásdisparosyelsonidodeuncochealacelerar.Louis

saltóporencimadelcadávery,seguidodecercapormí,cruzólapuertadestrozadadelacocinay

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salióaljardín.Ángelestabadepiejuntoalaverja,conunaGlockdenuevemilímetrosenlamano.Nosmiróyseencogiódehombros.

—Sehaescapado,elcabrónrepugnanteese.Nisiquieralohevistohastaqueestabaenelcoche.—Mifflin—dijeconhastío.Louisgruñó.—¿Siguevivoesebichoraro?Moviólacabezaenungestodeasombro.—Quizátendríamosquehacerlovolaralespacioyesperaraqueseconsumaalvolveraentraren

laatmósfera—musitóÁngel.Sinmás abrigo que las vendas en lamitad superior del cuerpome estremecí de frío. Estaban

empapadasdesangre.Losoídosmezumbabanacausadelruidodelosdisparosenelespaciocerradode la casa. Louis se quitó el abrigo y me lo puso sobre los hombros. A pesar del frío, sentíallamaradasdentrodemí.

—Oye—dijoÁngel—.Deberíascuidartemás.Aestepaso,vasapillarunresfriadodemuerte.Los tres nos sobresaltamos al oír un ruido a nuestras espaldas, pero en la puerta sólo estaba

Lorna.Meacerquéaellayleapoyéunamanoenelhombro.Cruzólosbrazoscomoenunabrazoymantuvolamiradafijaenmíparanoverloscadáveres

queyacíanenelsuelodetrásdeella.—¿Quévasahacerahora?—VolvemosaDarkHollow.NecesitoaBillyPurduevivo.—¿YRand?—Haréloquepueda.Serámejorquelollamesyledigasloquehapasado.—Loheintentado.Nohaylínea.Debendehabercortadoloscablesantesdeentrar.—Veatelefoneardesdelacasadeunvecino.ConunpocodesuertellegaremosaDarkHollow

pasadosunosminutos.Eso suponiendo que no hubiesen cortado las líneas desde fuera del pueblo, en cuyo caso todo

DarkHollowestaríaincomunicado.Erahoradeirse,peroLornalevantólamano.—Espera—dijo,yvolvióasubir.Regresóconunagruesacamisadealgodón,un jerseyyuna

cazadoraacolchadadeLLBean,juntoconunacajademuniciónparael38.Meayudóavestirmeymeacariciólamano—.Cuídate,Bird.

—Lomismodigo.Detrás demí,Ángel arrancó elMercury.Louis estaba en el asiento delantero.Yome subí a la

partetraseraynosalejamos.VolvílavistaatrásyviaLornadepieeneljardín,observándonoshastaquenosperdimosdevista.

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29

Las carreteras estaban vacías y sólo rompían el silencio el ronroneo delmotor delMercury y elsuavegolpeteodeloscoposdenievecontraelparabrisas.Elcostadomeardíaintensamentey,unaodosveces,cerrélosojosytuvelasensacióndeperderelconocimientoduranteunpardesegundos.Teníasangreenlosdedosyunamanchaocreenelpantalóndesdelaentrepiernahastalapartebajadelmuslo.SorprendíaLouis lanzándomeatentasmiradasporel retrovisory levanté lamanoparaindicarleque seguía conellos.Elgestohabría sidomásconvincente si nohubiese tenido lamanocubiertadesangre.

CuandonosdetuvimosenelaparcamientodelaComisaríadePolicía,habíaaparcadosdelantedenosotrosdos cochespatrulla, junto conunTrans-Amdel74de colornaranjaque,por su aspecto,necesitaríaunmilagropara arrancar, así comootropardevehículosque llevabanestacionadoseltiemposuficienteparaquelanievehubiesedesdibujadosuscontornos,incluidounToyotadealquilerdeBangor.NohabíaseñalesdeTonyCellinideningunodesushombres.

Entramos por la puerta delantera. Ressler estaba de pie detrás del escritorio examinando laconexión del teléfono. Detrás de él había un agente de menor edad a quien no reconocí,probablemente otro contratado a tiempo parcial, y más allá, frente a las dos celdas, se hallabaJennings.SentadoenunasillajuntoalescritorioestabaWalterCole.Pareciósobresaltarsealvermellegar.Tampocoamímeresultóagradableencontrármeloallí.

—¿Quécoñoquieres?—dijoJennings,ysuvozindujoaRessleraerguirseyalanzarunamiradacauta primero aLouis y aÁngel y luego amí.Al parecer, no le complació ver nuestras armas ydeslizólamanohastalaquellevabaalcinto.Abriómáslosojosalverlasmarcasqueteníaenlacaraylasangredemiropa.

—¿Quépasaconlosteléfonos?—pregunté.—Nohaylínea—contestóRessleralcabodeunmomento—.Lascomunicacionesestáncortadas.

Quizáseaporelmaltiempo.Pasépordelantedeélparadirigirmea lasceldas.Unaestabavacía.En laotrasehallabaBilly

Purdue,sentadoconlacabezaentrelasmanos.Teníalaropasuciaylasbotasmanchadasdebarro.Presentabael aspectodeangustiaydesesperacióndeunanimalatrapadoenuncepo.Tarareabaenvozbaja,comounniñointentandoaislarsedelmundo.NopedípermisoaRandJenningsparahablarconél.Queríarespuestas,yéleraelúnicoquepodíaproporcionármelas.

—Billy—dijeconbrusquedad.Alzólavistaymemiró.—Lahecagado,¿verdad?—contestó,ysiguiótarareandolamismacanción.—Nolosé,Billy.Necesitoquemehablesdeaquelhombrequeviste,elviejo.Descríbemelo.OílavozdeJenningsamisespaldas.

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—Parker,aléjatedeldetenido.Nolehicecaso.—¿Meescuchas,Billy?Aúntarareando,conlosbrazosalrededordelcuerpo,sebalanceabahaciadelanteyhaciaatrás.—Sí,teoigo.—Contrajoelrostrocomosiseconcentrara—.Esdifícil.Apenaslovi.Era…viejo.—Hazunesfuerzo,Billy.¿Bajo?¿Alto?Reanudóeltarareoydeprontoseinterrumpió.—Alto—dijodurantelapausa—.Puedequetanaltocomoyo.—¿Flaco?¿Robusto?—Delgado.Eraunhombredelgadoperofibroso,¿entiendes?Sepusoenpiemostrandointerés,esforzándoseportraeralamemorialafiguraquehabíavisto.—¿Yelpelo?—Mierda,elpelo,nosé…—Retomólacanción,peroestavezañadiólaspalabras,aunquesóloa

medias,comosinoconocierabienlaletra—.«Comeallyoufairandtenderladies,takewarninghowyoucourtyourman…».

Y entonces reconocí por fin la canción:Fair andTenderLadies. La había cantadoGeneClarkjuntoconCarlaOlson,aunquelacancióneramuchomásantigua.Alreconocerla,recordédóndelahabíaoídoantes:MeadePaynelatarareómientrasvolvíaasucasa.

—Billy—dije—.¿HasestadoencasadeMeadePayne?Negóconlacabeza.—NoconozcoaningúnMeadePayne.Meagarréalosbarrotesdelacelda.—Billy, esto es importante. Sé que ibas a ver aMeade. No le crearás ningún problema si lo

admites.Memiróydejóescaparunsuspiro.—Nolleguéhastaallí.Medetuvieronantesdeentrarenelpueblo.Habléenvozbajayclara,procurandoquelatensiónnosereflejaraenmivoz.—Entonces,¿dóndehasoídoesacanción,Billy?—¿Quécanción?—Laqueestabastarareando,FairandTender.¿Dóndelahasoído?—Nomeacuerdo.Desviólamiradaysupequesíseacordaba.—Inténtalo.Sepasólasmanosporelpeloyseagarrólosenmarañadosbuclesdelanucacomositemieselo

que podían hacer sus manos en caso de no encontrar algo en que ocuparlas, entonces empezó abalancearseotravez.

—Elviejo,elquevidelantedelacasadeRita…,quizálacantabaél,enunsusurro,parasí.Nopuedoquitármeladelacabeza.—Seechóallorar.

Sentíquesemesecabalagarganta.—Billy,descríbemeaMeadePayne.—¿Cómo?—preguntó.Parecíasinceramentedesconcertado.

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Amisespaldas,oídeciraJennings:—Teloadviertoporúltimavez,Parker.Aléjatedeldetenido.Suspisadasresonaroncuandoseacercóamí.—ÉseesMeade,eldelretratodelapared—contestóBillylevantándosemientrashablaba.Señaló

unafotografíaenmarcadadetreshombresquecolgabadelaparedcercadelescritoriodelaentrada,unaversiónparecidaalaquehabíaenelrestaurante.MeaproximéaellaapartandoaRandJenningsde un codazo. En el centro del grupo había un joven con el uniforme de la infantería de EstadosUnidos; teníaelbrazoderechoalrededordeRandJenningsyel izquierdoalrededordeunancianoque sonreíaconorgulloa lacámara.Enunaplacabajo la fotografía rezaba:agenteDanielPayne,1967-1991.

Rand Jennings. Daniel Payne. Meade Payne. Pero el anciano de la fotografía era un hombrecargadodeespaldas,debajaestatura—aproximadamenteunmetrosesentaycinco—,miradaamableyunacalvaconmanchasenlapielyunaorladecabelloblanco.Uncentenardearrugassurcabansurostro.

NoeraelhombrequeyohabíaconocidoencasadePayne.Ylentamentelaspiezasempezaronaencajarenmimente.Todoelmundoteníaperro.MeadePaynelohabíamencionadoensucartaaBilly,peroyoallíno

habíavistoningúnperro.PenséenlafiguraqueEricaSchneiderhabíavistotreparporlacañería.Unhombreviejonopodíatreparporunacañería,perounhombrejovensí.YrecordéelcomentariodeRachelsobreJudithMundy:habíasidoutilizadacomoganadodecría.

Ganadodecría.Paracriarunniño.YmeacordédelviejoSaulMann,decómosedeslizabansusmanosporencimade losnaipes,

cómohacíadesaparecerágilmentelareina,ocómoretirabaelguisantededebajodeuntapónparaembolsarseloscincopavosdeunincauto.Nuncainsistía,nuncalosllamaba,niintentabaobligarlosaacercarse,porquesabíaloquehacía.

CalebsabíaqueBilly regresaría juntoaMeadePayne.Quizá lesonsacóelnombredeMeadeaCheryl Lansing antes dematarla, o éste había salido a la luz en las investigaciones deWilleford.Comoquiera que lo averiguase, Caleb sabía que si eliminaba todos los obstáculos y todas lasopciones,BillytendríaquevolverconMeadePayne.

PorqueCaleb comprendía lo que todos los timadores y cazadores comprenden: que a veces esmejorponerelcebo,esperarydejarquelapresaacuda.

Aldarmelavuelta,JenningmeapuntabaconsuCoonan.Supusequelehabíahechocasoomisodurantedemasiadotiempo.

—Yamehecansadodetusgilipolleces,Parker.Tiradlasarmasyechaosalsuelo,túytusamigos—dijo—.Ahoramismo.

TambiénRessler desenfundó supistola y, en el despachodel fondo, el agentemás jovenya sehabíallevadoalhombrounaescopetaderepeticiónRemington.

—Parecequehemosvenidosininvitaciónauncongresodepolicíasnerviosos—comentóÁngel.—Jennings,notengotiempoparaesto—dije—.Debesescucharme…—Cállate —ordenó Jennings—. Te lo digo por última vez, Parker, deja… —De pronto se

interrumpióymiróelarmaqueyollevabaalcinto—.¿Dedóndehassacadoesapistola?—preguntó,

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yun tono amenazador apareció lentamente en suvoz comounpistolero enun funeral.Levantó elpercutoryavanzótrespasoshaciamí,hastaqueelarmaquedóaunoscentímetrosdemicara.Habíareconocidoyalacazadorayeljersey.

Amisespaldas,oíunsonorosuspirodeÁngel.—Malditasea,dimededóndehassacadoesapistolaotemato.Nohabíamaneradesuavizarloocurrido,asíquenisiquieralointenté.—Hecaídoenunaemboscadaenlacarretera.Elviejoquevivíajuntoallago,JohnBarley,está

muerto.Hamuertoenmicoche.Amímehanperseguido,hellegadoatucasayLornamehadadoelarma.Puedequeencuentresunoscuantoscadáveresenlasaladeestarcuandovuelvas,peroLornahasalidoilesa.Escúchame,Rand,lachica…

RandJenningsbajóelpercutorcondelicadeza,pusoelseguroymegolpeóviolentamenteenlasien izquierda con el cañón. Retrocedí tambaleándome mientras él se disponía a asestarme otrogolpe,peroResslerintervinoylesujetóelbrazo.

—Temataré,cabrón.Temataré.Estabarojodeira,perotambiénreflejabaungrandolor,ylatomadeconcienciadequelascosas

nuncavolveríanasercomoantesdespuésdeaquello,dequeelcascarónsehabíarotoporfinylavidaquehabíavividohastaentoncesseleescapabaeneseinstante,mientrashablaba,disipándoseenelairecomogas.

Notéquelasangremeresbalabaporlamejillayunpenetrantedolorenlacabeza.Dehecho,medolíatodoelcuerpo,pero,coneldíaquehabíatenido,noeradeextrañar.

—Puedequenotelleguelaocasióndematarme.LoshombresquemehantendidolaemboscadatrabajanparaTonyCelli.QuiereaBillyPurdue.

Jenningsvolvióa respirardemaneramáspausaday lehizoungestoaRessler,que le soltóelbrazoconcautela.

—Nadievaallevarsealdetenido—dijoJennings.Eneseprecisomomentoseapagaronlaslucesyempezóelcaos.

Porunossegundos,eledificioquedósumidoenunaoscuridadabsoluta.Finalmenteseactivóelsistemadeiluminacióndeemergenciaycuatrofluorescentesproyectaronuntenueresplandordesdelasparedes.OígritaraBillyPurdueensucelda:

—¡Eh!¿Quépasaahí?Díganmequéocurre.¿Porquésehaidolaluz?Enlapartetraseradeledificiosonarontresgolpes,comomazazos,seguidosdelsonidodeuna

puertaalchocarcontra lapared.PeroLouisya sehabíapuestoenmovimiento,empuñandoaún laenormeRoadblocker.Lovipasar frentea laceldadeBillyPurdueyaguardarenel rincón,dondeempezabaelpasilloqueconducíaa lapuertaposterior.Advertíquecontabamentalmentehasta tresantesdevolverse,colocarseaunladoydisparardosveceshaciaelpasillo.Loperdimosdevistaporunmomento,disparóotravezy retrocedióhasta reaparecerennuestrocampodevisión.Jennings,Ressleryyocorrimoshaciaél,mientraselpolicíajovenyÁngelsedirigíanrápidamentealapuertadelanteraacompañadosdeWalter.

Enelpasilloyacíanmuertosdoshombres,susrostrosocultosbajopasamontañasnegros,ambos

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convaquerosnegrosycazadorascortasnegras.—Han elegido mal su equipo de camuflaje —dijo Louis—. Deberían haber consultado el

pronósticodeltiempo.—Retiróelpasamontañasdeunodeloscadáveresysevolvióhaciamí—.¿Loconoces?

NeguéconlacabezayLouissoltóelpasamontañas.—Probablementenisiquieramerecíalapena—dije.Avanzamos con cautela en dirección a la puerta abierta. Ráfagas de nieve penetraban en el

corredorimpulsadasporelviento.Louisagarróunaescobaylautilizóparaempujarlapuertaycerrarla;teníalacerraduraastillada

porlosgolpesrecibidos.Acontinuación,ayudóaRessleraacarrearunescritoriodelaoficinaporelpasillo y, con él, atrancaron la puerta. Dejamos a Louis vigilando y regresamos a la sala de laentrada,dondeÁngelyelpolicíajoven,apostadosalosladosdeunaventana,intentabanatisbaraloshombres que se movían en el exterior. No podían quedar muchos, calculé, pero Tony Celli seencontrabaentreellos.

Walterpermanecíamásatrás.Mefijéenqueteníaenlamanosuviejacalibre38.YoyasabíaconcertezadóndeestabaEllen,suponiendoquesiguieseconvida,pero,siselodecíaaWalter,selanzaríahecho una furia contra los hombres de Tony Celli en un esfuerzo por llegar a ella, y así noconseguiríanada,apartedequelomataran.

Seoyóunavoz.—Eh, los de ahí dentro. No queremos que nadie salga herido. Entréguennos a Purdue y nos

iremos.—ParecíaMifflin.Ángelmemiróysonrió.—Prométemeque,paseloquepase,ahoratecargarásaesecojodemierdadeunavezportodas.Mecoloquéjuntoaélyescrutélaoscuridadporlaventana.—Esuntantomolesto—coincidí.MevolvíymeencontréaLouisamilado.—La puerta debería aguantar. Si intentan entrar otra vez, los oiremos antes de que puedan

causarnoselmenordaño.—Echóunaojeadaporlaventana—.Tío,nopensabaquellegaseaoírmedeciresto,peromesientocomoJohnWayne.

—RíoBravo—dije.—Laquesea.¿EsunaenlaquesaleJamesCaan?—No,RickyNelson.—Mierda.Detrásdenosotros,JenningsyRessler intentabanorganizarunplan.Eracomoveradosniños

esforzándoseporsostenerunospalilloschinosconlosdedosdelospies.—¿Hayradioaquí?—pregunté.FueResslerquiensedioporaludido.—Sólorecibimosinterferencias,nadamás.—Loshanincomunicado.Jenningssedecidióahablar.—Sinosmantenemosfirmes,desistirán.Estonoes la frontera.Sencillamentenopuedenatacar

unacomisaríadepolicíayllevarseaundetenido.

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—Sí es la frontera—dije—.Y pueden hacer lo que quieran.No van amarcharse sin él. Celliquiere el dinero que Purdue le quitó, o su propia gente lo matará. —Hice una pausa—. Aunquetambiénpodríasentregarleseldinerotú.

—Nollevabadineroencimacuandoloencontramos—respondióRessler—.Nisiquierallevabaunabolsa.

—Podríapreguntárseledóndeestá—sugerí.Vi que Billy Purdue me observaba con curiosidad. Ressler miró a Jennings, se encogió de

hombrosyseencaminóhacialacelda.EnesemomentoÁngelselanzódeladoyLouismeempujóparaobligarmeaecharmeatierra.Proferíunalaridoalcaersobrelamoquetaconelcostadoherido.

—¡Cuidado!—gritóÁngel.La ventana delantera estalló hacia dentro y las balas acribillaron las paredes, las mesas, los

archivadores,losapliques.Hicieronañicoslasmamparasdecristal,reventaronelsurtidordeaguayconvirtieron los informes y carpetas en confeti.Ressler cayó al suelo con la parte posterior de lapiernarojayhechajirones.Amilado,ÁngelselevantóyabriófuegoconlaGlock.AlinstanteLouisseapostójuntoaélysonaronlasatronadorasdetonacionesdelaRoadblocker.

—Aquídentrovanahacernospicadillo—gritóÁngel.Fuera,elfuegocesó.Anuestrasespaldassóloseoíanelruidodelpapelalposarse,loschirridos

deloscristalesrotosalpisarlosyelgoteodelaguaqueaúnquedabaenelsurtidordestrozado.MiréaLouis.

—Podríamoscontraatacardesdefuera—sugerí.—Esunaposibilidad—convino—.¿Estásencondiciones?—Másomenos—mentí.Enel suelo, Jenningscortaba laperneradelpantalóndeResslerpara

llegaralaherida.Lepregunté—:¿Hayalgunaventanaquedéalexteriorenunazonaoscura,quizásocultaporunárboloalgoasí?

Jenningsalzólavistayasintió.—Laventanadellavabodehombres,enelpasillo.Estáalladodelmuroyesmuyestrechapara

entrardesdefuera,perodesdedentroesposibleaccederalantepecho.—Pareceunabuenaopción.—¿Yyoqué?—preguntóÁngel.—TúestáshaciendountrabajodeprimeraconesaGlock—contestóLouis.—¿Túcrees?—Sí.Siledasaalguien,empezaréacreerenDios,perodesdeluegoestásmetiendoelmiedoen

elcuerpoaloschicosdeTony.—¿Necesitas ayuda? —preguntó Walter. Eran las primeras palabras que me dirigía desde el

funeralenQueens.—Quédateaquí—dije—.Creoqueheaveriguadoalgo.—¿EncuantoaEllen?Nopudecontenerunamuecadepesaralvereldolorensusojos.—Nonossirvedenadamientras loshombresdeTonyCelliesténahí fuera.Cuandoacabemos

conestohablaremos.Nosvolvimosparamarcharnos,peropor lovisto teníaquesurgirunobstáculo trasotro.Rand

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Jennings continuaba de rodillas junto a Ressler. La pistola continuaba en su mano. Continuabaapuntándome.

—Túnovasaningúnsitio,Parker.Lomiré,peronomedetuve.Elcañóndelarmamesiguiómientraspasabaanteél.—Parker…—Rand—dije—.Cállate.Asombrosamente,obedeció.Trasesto,losdejamosallíyfuimosalserviciodehombres.Laventanaeradecristalesmerilado

yquedabasobreunpardelavabos.Escuchamosconatenciónporsiseoíaalgúnmovimientofuera.Luegodescorrimoselpestillo,abrimoslaventanayretrocedimos.Nohubodisparos,yencuestiónde segundos nos encaramamos almuro y nos descolgamos al terreno yermo situado detrás de lafachadanortedeledificio; sólo seoyóel sordo tintineode loscartuchosqueLouis llevabaen losbolsillos del abrigo cuando saltó al suelo. Me dolía el costado, pero a esas alturas ya no mepreocupaba.CuandoLouissedisponíaaalejarse,letendíunamano.

—Louis,elviejodelacasadeMeadePayneesCalebKyle.Casipareciósorprendido.—¿Quémedices?—EsperabaaBilly.Simepasaalgo,encárgatetú.Asintióydijo:—Tío,teencargarástúmismo.Sinotehanmatadoya,notemataránnunca.Sonreíynosseparamos,iniciandounmovimientodetenazasparallegaralapartedelanteradel

edificioyloshombresdeTonyCelli.

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Apenasrecuerdoconclaridadbuenapartedeloqueocurriódespuésdeadentrarmeatrompiconesenlaoscuridad.Recuerdoquetemblabasincesar,peroteníalapielcalienteymebrillabalacaraporelsudor. Llevaba la pistola de Jennings, pero aún me resultaba extraña y poco familiar al tacto.LamentabavagamentelapérdidadelaSmith&Wesson.Habíamatadoconellay,alhacerlo,habíamatadoalgoenmí,peroeramiarma,ysuhistoriaa lolargodelosdocemesesanterioreseraunreflejodelamía.Quizáfuesemejorqueahorasehallasesumergidaenaguasprofundas.

Nevaba y el mundo había enmudecido, su boca amordazada por los copos. Los pies se mehundían en lanievemientras avanzaba arrimadoa lapared, conel edificio ami izquierda, el fríocalándome lasbotasy losdedosentumeciéndoseme.Alotro ladodeledificio,Louis semovíaconpasofirme,empuñandolaenormeescopeta.

Medetuveenlaesquinadeledificio,dondelapareddelacasadabapasoalacercadeunmetrodealturadelaparcamiento.Leechéunvistazo,noadvertímovimientoalgunoycorríacubrirmetrasunFordúltimomodelo,peromisreaccioneserantorpesehicemásruidodelquedebía.Lasmanosmetemblaban sin cesar, hasta el punto de que tuve que sujetar el cañón de la pistola con la manoizquierda.Eldolordel costadoera constante.Albajar lavista, vi nuevasmanchasde sangre en eljersey.

Un viento que parecía haber despertado con renovado vigor al avanzar la noche levantaba lanieve.Grandes cintasblancasmeazotaban el rostroy los copos semeamontonaban en la lengua.BusquélasiluetaoscuradeLouis,peronovinadaalotroladodelaparcamiento.Conlarespiraciónentrecortada y el estómago revuelto,me arrodillé. Por unmomento pensé que iba a desmayarme.Tomé un puñado de nieve y, agachando la cabeza con cuidado,me froté la cara con ella.Nomeencontrémuchomejor,peroelgestomesalvólavida.

Porencimademí,amiizquierda,unaformasemoviódetrásdeunodeloscochespatrulla.Vicómo un zapato negro de charol se alzaba en la nieve, y después un pantalón oscuro con coposadheridosaúnaldobladilloyelfaldóndeunabrigoazulagitadoporelviento.Meerguísinsoltarelarma, hasta que tuve la cabeza y la pistola por encima del capó del Ford. Y cuando la figura,advirtiendo el movimiento, se dio media vuelta, le disparé una sola vez en el pecho y observédesapasionadamentecómocaíadeespaldasenlanieveacumuladacontralapared.Elhombrequedóallídesmadejado,conelmentónapoyadoenelpechoylanievealrededorennegrecidaporlasangre.

Y en ese instante ocurrió algo dentro de mí. Mi mundo se oscureció igual que la nieveensangrentadaymimentecomenzóaperderelcontrol.Loscontornosdeluniversosedesdibujaronytodamiperspectivaseredujoaunpunto.Ymientraselmundosedesplazabayladeaba,mepareciósentiryoíralmismotiempoelsonidodeunahojaalpenetrarenlacarneyluegounruidocomoeldeunmelónpartidoporlamitaddeunsologolpe.Seguíladiminutalentedeclaridadporencimade

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lacercaymásalláde lacarretera,dondeunapequeñapendientedescendíahasta losárboles.En lanieveyacíaunhombreconelcuerpoabiertodesdeelpechohastaelombligoylacabezadestrozadacubierta de copos de nieve. En torno al cadáver había huellas, profundas y firmes. Las huellas seapartaban del cuerpo y se dirigían hacia el pueblo, seguidas de un segundo rastro cuyas pisadasaparecían distorsionadas por una cojera.Había sangre entre las huellas de los zapatos deMifflin.Mientrasseguíalosrastros,seoyeronnuevasdetonacionesenlacomisaríadepolicía,entreellaselsonidodelarmadeLouis.

Medirigíhaciaelsurdurantecincoodiezminutos,quizámás,yporfinlleguéalextremodeunacalle residencial.Unamujer y un hombre, los dos de avanzada edad, se arrebujaban en abrigos ymantasenelporchedesucasa,élrodeabaconunbrazoloshombrosdeella.Yanoseoíandisparos,pero los ancianos seguían mirando y esperando. Cuando advirtieron mi presencia, los dos seretiraroninstintivamente,yelhombretiródesuesposaodesuhermanahacialapuertaabiertay,sinapartardemílamiradaniunsoloinstante,cerrarondespuésdeentrar.Seveíanlucesenotrascasas,yaquíyallásecorríancortinas.Virostrosenhalosdeluztenue,peronadiemásapareció.

Lleguéa laesquinadeSpringStreetconMaybury.SpringStreetconducíaalcentrodelpueblo,pero al final de Maybury reinaba la oscuridad, y los dos rastros de huellas avanzaban en esadirección.Amediacalleseseparaban,elrastrodistorsionadosedesviabahacialassombrasyelotrohacia el noroeste por la línea divisoria entre dos fincas. Supuse que Mifflin había llegado allíprimero y que había buscado un lugar en la oscuridad desde donde observar la calle, y que superseguidorsehabíaapartadopararodearloaladivinarlamaniobra.Dobléhaciaelsurypasépordetráshastallegarallindedeunaarboledadondeempezabaelbosquealoeste.Allímedetuve.

Aunosdiezmetrosdemí,enlaperiferiadeunamanchadeluzproyectadaporlaúltimafaroladela calle, se formó como una nube y desapareció. Algo se movió con un gesto sobresaltado ytemeroso.Unrostroalertamiróalaizquierdayluegoaladerecha,yunasiluetaasomódedetrásdeunárbol.EraMifflin,conelbrazoaúnencabestrillo.Cuandomeacerqué,amparadoporlassombrasymispisadasamortiguadasporlanieve,vielespesogoteodelasangredesdesusdedosyelcharcocadavezmayorasuspies.Casilehabíaalcanzadocuandosevolvióatraídoporunruido.Abriólosojosdemaneradesorbitaday,cuandoseirguiórápidamente,unanavajadestellóensumanoilesa.Ledisparéenelhombroderechoydiounavueltadecientoochentagrados;lefallaronlospies,cayódeespaldasydejóescaparungritodedoloralgolpearsecontraelsuelo.Avancésinpérdidadetiempoapuntándoleconlapistola.Parpadeóeintentóconcentrarlamiradacuandolaluziluminóplenamentemisfacciones.

—Tú—dijoporfin.Intentólevantarseperonolequedabanfuerzas.Sóloalzólacabeza,hastaqueelesfuerzoleresultóexcesivoyladejócaerdenuevoenlanieve.Almirarlo,viunalargarajaenlapecheradesuabrigo,yunbrillohúmedoenelinterior.

—¿Quiéntehahechoeso?—pregunté.Intentó reírse, pero la risa se convirtió en tos y la sangre salió a borbotones de su boca

salpicándolelosdientesderojo.—Unviejo—contestó—.Unputoviejo.Hasalidodelanada,meharajadoyluegohaliquidadoa

Contornoantesdequesupiésemossiquieraquéestabapasando.Joder,tío,yomeheechadoacorrer.AlamierdaContorno.—Intentómoverlacabezaparamirarendirecciónalpueblo—.Ahoraseguro

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queandaporahí,observándonos.Mayburyestabaencalmaynadasemovíaenlacalle,peroMifflinteníarazón:dabalasensación

de que nos vigilaban desde la oscuridad, como si, en lomás hondo de ella, alguien contuviese larespiraciónyaguardase.

—Pronto llegará ayuda—dije, aunque mientras hablaba no tenía la menor certeza de que lascosas se hubiesen decantado de nuestro lado en la Comisaría de Policía. AfortunadamentecontábamosconLouis,pensé,porquedelocontrarioyaestaríamostodosmuertos—.Tellevaremosaunmédico.

Negóconlacabezaunavez.—No, almédicono—dijo.Me lanzóunamirada iracunda—.Esto terminaaquí. ¡Hazlo, joder,

hazlo!—No—susurré—.Yanomás.PeroMifflinnoestabadispuestoaaceptarunnoporrespuesta.Conlapocafuerzaquelequedaba,

metió lamanobajo lapecheradel abrigo, apretando losdientespor el esfuerzo.Yo reaccioné sinpensármelodosvecesy lomatéallímismo,perocuando retiré sumanodel interiordelabrigo lateníavacía.¿Cómopodíaserdeotromodosillevabasólounanavajaparadefenderse?

Y cuando retrocedí, algo pareció titilar en la oscuridad al otro lado de la calle, y enseguidadesapareció.

RegreséalaComisaríadePolicía,casihabíallegadocuandounasiluetaaparecióamiderecha.Mevolvídeinmediatohaciaella,perounavozdijo:

—Bird,soyyo.Louissaliódelaoscuridadsosteniendolaescopetacontraelpechocomounniñodormido.Tenía

lacarasalpicadadesangreyelabrigorotoporelhombroizquierdo.—Seteharotoelabrigo—dije—.Tusastrevaaderramarunascuantaslágrimas.—Daigual.Eradelatemporadapasada—respondióLouis—.Conélpuesto,mesientocomoun

mendigo.—Seacercóamí—.Notienesmuybuenaspecto.—¿Eresconscientedequemehanpegadountiro?—preguntédolorido.—Siemprehayalguiendisparándote—comentó—.Sino tuvieras a alguienque tedisparase, te

apaleaseoteelectrocutase,teaburrirías.¿Creesquepuedestenerteenpie?—Eltonodesuvozhabíacambiadoysupusequeestabaapuntodedarmeunamalanoticia.

—Adelante.—BillyPurduehadesaparecido.Porlovisto,Resslerhaperdidoelconocimientoacausadelas

heridasyBillyhatiradodeélporlaperneradelpantalónhacialaceldamientrasÁngelylosotrosestabandistraídos.Lehaquitadolasllavesdelcinturónyhatomadounaescopetadelarmero.Luegosehaescapado.Seguramentehasalidodelamismamaneraquenosotros.

—¿QuéhacíaÁngel?¿Estábien?—Sí,ÁngelyWalter, losdos.EstabanayudandoaJenningsa reforzar lapuerta trasera.Por lo

visto, el últimohombredeTonyhahechoun segundo intentodespuésdequenos fuéramos.Billysólohatenidoquemarcharse.

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—Despuésdedespejarlenosotroselcamino.—JuréconvirulenciayluegolehablédeMifflinydelmuertoenlanieve.

—¿Caleb?—preguntóLouis.—Elmismo—contesté—.Havenidoaporsuhijoyestámatandoatodoaquelquerepresenteuna

amenazaparaéloparaelchico.Mifflinlohavisto,peroMifflinestámuerto.—¿Lohasmatadotú?—Sí—respondí.Mifflinnomehabíadejadomásalternativaquematarlo,perohabíademostrado

ciertadignidadensusúltimosmomentos—.DeboiralacasadeMeadePayne.—Tenemosproblemasmásinmediatos—dijoLouis.—TonyCelli.—Ajá.Estotienequeacabarseaquí,Bird.Sucocheestáaparcadoamenosdeunkilómetroaleste,

alaentradadelpueblo.—¿Cómolosabes?—dijecuandonosencaminamosenesadirección.—Lohepreguntado.—Debesdesermuypersuasivo.—Usopalabrasamables.—Eso,yunaescopetaenorme.Contrajoloslabios.—Unaescopetaenormesiempreayuda.

Al acercarnos, vimos un Lincoln Towncar negro con las luces apagadas en una carreteraadyacente.Detráshabíaotrosdoscoches,Fordsgrandes,tambiénconlaslucesapagadas,yunpardefurgonetasnegrasChevrolet.DelantedelLincoln,unhombrepermanecíaderodillascon lacabezagacha y las manos atadas a la espalda. Antes de aproximarnos más, alguien amartilló un arma anuestrasespaldasyunavozordenó:

—Tiradlas,chicos.—Obedecimos,perononosvolvimos—.Ahoraseguidadelante.SeabriólapuertadeunodelosFordsysalióAlZ.Alencenderselaluzinteriorviotrasilueta,

corpulenta y canosa, con gafas de sol y un cigarrillo en la mano. Desapareció de nuevo en laoscuridadcuandoAlZcerrólapuerta.Ésteseacercóalafiguraarrodilladaalavezqueotrostreshombresbajabandel segundoFordy sequedabandepiea la espera.La figuraarrodilladaalzó lacabeza,yTonyCellinosmiróconojosmortecinos.

Al Z, con las manos hundidas en los bolsillos de su abrigo gris, nos observó mientras nosaproximábamos.CuandoestábamosatresmetrosdeTonyCelli,levantólamanoynosdetuvimos.AlZcasiparecíasonreír.

Casi.—Lepedíquenosemetieraennuestrosasuntos—recordó.—Comoyaledije,miproblemaestabaenesode«nuestrosasuntos»—contesté.Sentíqueperdía

elequilibrioymeobliguéapermanecerinmóvil.—Susproblemassondeoído.Deberíahaberelegidootrolugarparainiciarsucruzadamoral.Sacó lamano derecha del abrigo y dejó a la vista unaHeckler&Koch de nuevemilímetros,

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moviólacabezaunpardevecesenungestodedesesperación,dijo«jodidagente»enunsusurroycontonoairado,ydisparóaTonyCellienlanuca.Tonysedesplomódebrucesconelojoizquierdotodavía abierto y un orificio donde antes tenía el derecho. A continuación se adelantaron doshombres,unoprovistodeunplástico,yenvolvieronelcuerpodeTonyCelliantesdetrasladarloalmaleterodeunodeloscoches.Untercerhombreenguantadorevolviólanievehastaqueencontrólabala,queseguardóenelbolsillojuntoconelcasquilloysiguióasuscompañeros.

—Noteníaalachica—informóAlZ—.Selohepreguntado.—Losé—respondí—.Hayotrapersona.HaliquidadoanavajazosadosdeloshombresdeTony.AlZhizoungestodeindiferencia.Ahorasuprincipalpreocupacióneraeldinero,noeldestino

finaldequieneshabíandecididoseguiraTonyCelli.—Siloscálculosnomefallan,ustedeshanliquidadoamuchosmás—comentó.Nocontesté.SiAlZdecidíamatarnospor loquehabíamoshechocontrael equipodeTonyel

Limpio,noteníamuchoquedecirparainducirloacambiardeidea.—QueremosaBillyPurdue—prosiguió—.Entréguenosloyolvidaremosloquehapasadoaquí.

Olvidaremosquehamatadoahombresaquienesnodeberíahabermatado.—UstednoquiereaBilly—respondí—.Quieresudinero,paradevolverelqueTonyperdió.AlZsacólamanoizquierdadelabrigoylamovióenungestoqueparecíadecir:«Comosea».

Porloqueaélserefería,discutirlascircunstanciasdelarecuperacióndeldineronoeramásqueunejerciciodesemántica.

—Billy ha desaparecido. Ha aprovechado la confusión paramarcharse, pero lo encontraré—aseguré—.Tendrásudinero,peronoleentregaréaBilly.

AlZpensóporunmomentoymiróalasiluetasentadadentrodelcoche.Elcigarrillotrazóungestodedesdén,yAlZsevolvióhacianosotros.

—Le doy veinticuatro horas. Pasado ese tiempo, ni siquiera su amigo aquí presente podrásalvarle.

Acontinuaciónregresóalcoche.Loshombresquesehabíancolocadoalrededorsedispersaronenlosdistintosvehículos,ytodossealejaronenlanoche,dejandosólohuellasdeneumáticosyunamanchadesangreymateriagrisenlanieve.

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LaComisaríadePolicíaofrecíaelmismoaspectoquesilahubieraatacadounpequeñoejército.Lasventanasdelanterashabíanquedadohechasañicosensumayorparte.Lapuertaestabaacribilladaabalazos.Ángel laabriócuando llegamos,y fragmentosdecristalcayeronal sueloconun tintineo.Waltersehallabadetrásdeél.Anuestrasespaldas,algunosdelosvecinosmásosadosseacercabandesdeelextremonortedelpueblo.

—AhorairemosabuscaraCaleb—dijoLouis.Yoneguéconlacabeza.—Prontovendránlosfederales.NoquieroqueosencuentrenaÁngelyaticuandolleguen.—Gilipolleces—dijoLouis.—No,nimuchomenos,ytúlosabes.Siosencuentranaquí,nohabráexplicaciónquevalgapara

evitaroslascomplicaciones.Además,estaparteesunasuntopersonal…,paramíyparaWalter.Porfavor,marchaos.

Louisguardósilencioporunmomentocomosisedispusieraaañadiralgo,peroporfinasintió.—Tonto—llamó—.Nosvamos.Ángel se reunió con él, y ambos sedirigieronhacia elMercury.Walter permaneció ami lado

mientraslosobservábamosalejarse.Calculéquemequedabaalrededordeunahora,quizásunahoraymedia,antesdedesplomarme.

—CreoquesédóndetienenaEllen—dije—.¿Estáslistoparairaporella?Asintió.—Siaúnestáviva,tendremosquematarpararescatarla.—Siesnecesario…—dijo.Lomiré.Creoquehablabaenserio.—Bien.Serámejorqueconduzcastú.Hoynohetenidounbuendíaalvolante.DejamoselcocheaunosquinientosmetrosmásalládelacasadePayneynosacercamosdesde

atrás,utilizandolosárbolesparacubrirnos.Dentroseveíandos luces,unaen lapartedelantera, laotraenundormitoriodearriba.Seguíansinapreciarseindiciosdevidacuandollegamosallímitedelapropiedad,dondehabíaunapequeñachozatechadaconunaláminadehierroonduladoenestadodelento deterioro. Se advertían pisadas en la nieve que la ventisca no había tapado por completo.Alguienhabíarondadoporallínohacíamucho,yelmotordelcamiónaparcadoaescasadistanciaaúnestabacaliente.

Nosllegóunolorprocedentedelachoza,eldesoladohedordecarnedescompuesta.Meacerquéa la esquina, alargué la mano y descorrí el pasador con cuidado. Produjo un ligero ruido, casiinaudible. Abrí la puerta y el olor se hizo más intenso. Miré a Walter y vi que la esperanza sedesvanecíaensusojos.

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—Quédateaquí—dije,yentré.Dentro el olor era tan intenso que se me saltaron las lágrimas, y noté que empezaba a

impregnarmelaropa.Enunrincónhabíauncongeladoralargado,conorificiosdeherrumbreenlosángulos del armazóny el cable desenchufado enroscado alrededor de unapata comoun rabo.Mecubrílabocaylevantélatapa.

Conteníauncuerpoaovillado,vestidoconunmonoazulydescalzo.Teníaunamanoalaespaldaconlosdedosextendidosydescompuestosylaotraocultabajoelcuerpo,lacaratumefactaylosojosblancos. Eran los ojos de un viejo. El frío lo había conservado hasta cierto punto y, pese a losestragos que el cuerpo había padecido, lo reconocí: era Meade Payne, el hombre de la foto delrestaurante,elhombrequemurióparaqueCalebKyleocupasesu lugaryesperaseaBillyPurdue.Bajoelcuerpo,viunacolaypelonegro:losrestosdesuperro.

Detrásdemí,oíchirriarlabisagrasdelapuertayWalterentrólentaytemerosamente.Siguióladireccióndemimiradahaciaelcongelador.Nopudocontenerunaexpresióndealiviocuandovioelcadáverdelviejo.

—¿Eselhombredelafoto?—preguntó—.EntoncesEllenaúnestáviva.Asentí pero no dije nada. Existían destinos peores quemorir asesinado, y creo que, en algún

rincónoscuroeinalcanzabledesumente,Walterlosabía.—¿Pordelanteopordetrás?—pregunté.—Pordelante—contestó.Loseguíafuerayrespiréhondo.—Vamosallá.

La casadespedíaunolor acre cuandoabrí sigilosamente lapuerta traseray entré en la ampliacocina.Habíaunamesadepinoconcuatrosillasajuego;lasuperficiedelamesaestabacubiertadepan,partedeélpasadodesdehacíadías,ycartonesabiertosdelechequesehabíaagriadoapesardela baja temperatura ambiente. También vi varios tipos de fiambre, con los bordes abarquillados yendurecidos,yunadocenadeBigMouthsdeMickey,juntoconmediabotelladewhiskybarato.Enunrincónsealzabauncubodebasuranegrodelqueproveníanlospeoresolores.Calculéqueconteníalacomidapodridademásdeunasemana.

PorlapuertaabiertadelacocinaviqueWalterentrabaenlacasa,arrugandolanarizporelolor.Se movió a la derecha, de espaldas a la pared, y recorrió con el arma el comedor, que estabacomunicadoconlacocinaporunapuertacerrada.Avancéehicelomismoenlasalitadeltelevisorenel lado izquierdode lacasa.Lasdoshabitaciones sehallabansalpicadasdebolsasdepatatas fritasvacías, botellas y latas de cerveza y alimentos amedio comer en platos sucios. En la salita habíatambiénunamochilaverde,biencerradaylistaparapartir.SeñalélaescalerayWaltersubióprimero,arrimadoalaparedparaevitarloscrujidos,conelarmaenaltosujetaconambasmanos.

Enelprimerrellanoencontramosuncuartodebañoqueapestabaaorinayaexcrementos,contoallassuciasyhúmedasextendidassobreelváteroapiladasenelsuelojuntoalapuerta.Dospasosmásalláseencontrabaelprimerdormitorio,conlacamasinhacerymáscomidadesperdigadaporel suelo y el tocador, pero sin ningún otro indicio de que la hubiesen ocupado recientemente.No

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conteníaropanicalzadonibolsas.Éstaeralahabitaciónconlaluzencendida.EllenColeyacía en la camadel segundodormitorio, atada con cuerdas al armazón.Teníauna

vendanegrasobrelosojos,bolasdealgodónenlosoídos,ylabocatapadaconcintaadhesiva,conunpequeñoorificioenel centro.Dosmantascubrían sucuerpo.Enunapequeñamesilladenochehabíaunabotelladeagua.

AunqueEllennosemoviócuandoentramosenlahabitación,pareciópercibirnuestrapresenciacuando nos acercamos.Walter tendió lamano para tocarla, pero ella se apartó con un gemido demiedo.Retiré lasmantascondelicadeza.Estabaenropa interior,peroenapariencia ilesa.Losdejéallíparairaregistrareltercerdormitorio.Tambiénsehallabavacío,peroeraevidentequealguienhabía dormido en la cama.Cuando regresé al segundo dormitorio,Walter sostenía tiernamente lacabezadeEllenmientras lequitaba lavenda.Ellaparpadeó, entornando losojospesea la relativaoscuridaddelahabitación.Deprontomiróasupadreyseechóallorar.

—La casa está vacía—dije. Me acerqué a la cama y corté con mi navaja las cuerdas que lesujetabanlasmanosaltiempoqueWalterarrancabalacintaadhesiva.Laestrechóentresusbrazos,yellalloróapretándoseaél.Encontrésuropaamontonadajuntoalaventana.

—Ayúdalaavestirse—dijeaWalter.Ellenaúnnohabíahablado,peromientrassupadreleintroducíalospiesenlosvaqueros,yola

tomédelamanoyatrajesuatención.—Ellen,sonsólodoshombres,¿verdad?Norespondiódeinmediato,peroporfinasintió.—Dos—dijoconlavozforzadaporlafaltadeusoylagargantaseca.Ledilabotelladeaguaytomóunbrevesorboconlacañita.—¿Tehanhechodaño?Ellennegócon la cabezayempezóa llorarotravez.Laabracéunmomentoymeapartépara

permitirqueWalterledeslizaseel jerseyporlosbrazosylobajase.Lerodeóloshombrosconunbrazoylaayudóalevantarsedelacama,peroaellalefallaronlaspiernas.

—Nopasanada,cariño—dijoWalter—.Tellevaremosnosotros.Cuando nos disponíamos a descender por la escalera, oímos cómo abajo se abría la puerta

delantera.Semeformóunnudoenelestómago.Aguzamoseloídoporunosinstantes,peronollegósonido

algunodesdelaescalera.IndiquéaWalterquedebíadejaraEllen.Siintentábamosmoverlaotravez,alertaríamosaquienquieraqueestuvieseabajo.Lachicadejóescaparundébilgemidocuandoélseapartódeellaeintentóretenerlo;peroWalterlebesócondelicadezaenlamejillaparatranquilizarlay luegome siguió.Lapuertadelanterapermanecía abiertay lanievepenetrabadesde laoscuridadexterior.Cuandonosacercábamosa losúltimospeldaños,unasombrasemovióen lacocinaamiderecha.Mevolvíymellevéundedoaloslabios.

Unafiguracruzólapuertasinmirarhacianosotros.Eraeljovenaquienhabíaconocidoenmiprimeravisitaa lacasa:Caspar,elhombreque,segúncreíayo,erahijodeCaleb.TraguésalivayavancélevantandolamanoparaindicaraWalterquedebíaquedarsecercadelapuerta.Contéhastatresyentréenlacocinaconlapistolaenaltoyapuntandoalaizquierda.

La cocina estaba vacía, pero ahora la puerta que comunicaba con el comedor se encontraba

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abierta. Retrocedí de un salto para prevenir aWalter, justo a tiempo de ver cómo una sombra sedeslizabadetrásdeélyunanavajabrillabaenlapenumbra.Walteradvirtiómiexpresión,yempezóamoverse cuando la navaja cayó y le hirió en el hombro izquierdo. Walter arqueó la espalda ycontrajo los labios en unamueca de dolor.Cruzando el armapor delante del cuerpo, disparó pordebajodelbrazoizquierdo,perolanavajaseelevóylohiriódenuevo,estavezenunmovimientodescendentealolargodelaespalda.CasparempujóaWalterconfuerzadesdeatrás,ylacabezadeéstechocóruidosamentecontraelextremodelabarandilla.Cayódemanosyrodillas,conelrostrobañadoensangreyunaexpresióndeaturdimientoenlosojos.Eljovensevolvióhaciamí,sujetandolanavajaconlahojahaciaabajoenlamanoderecha.Teníaunaheridadebalaenlacadera,queteñíasusmugrientoschinosdeunrojointenso,peronoparecíasentireldolor.Seencogióporuninstanteyseabalanzóhaciamíconlabocaabierta,enseñandolosdientesyconlanavajalista.

Ledisparéenelpechómientrascorría.Sedetuvoensecoysetambaleó.Sellevóunamanoalaherida y se examinó la sangre, como si sólo en ese momento creyese realmente que le habíandisparado.Memiró otra vez, ladeó la cabeza e hizo ademán de venir haciamí. Le descerrajé unsegundo tiro. Esta vez la bala le traspasó el corazón. Cayó de espaldas en el suelo desnudo y sucabeza fue a parar cerca de donde estabaWalter intentando levantarse. Creo que ya habíamuertocuando tocó el suelo. Arriba, oí gritar a Ellen «Papá» y la vi aparecer en lo alto de la escaleraarrastrándosehaciaél.

ElgritodeEllenmesalvólavida.Cuandomevolvíparamirarla,oíunsilbidoamisespaldasyvimoverseunasombraenelsueloantemí.Algomegolpeóderefilóndolorosamenteelhombro,ynomedioenlacabezaporescasoscentímetros.Acontinuaciónpasójuntoamíelextremometálicodeunapala.Agarréelmangodemaderaconlamanoizquierdaalavezquegolpeabaconladerecha.Sentíelimpactocontraunamandíbulayutilicéelimpulsodelapalaparatirardelhombrequeteníadetrásyarrastrarlohaciadelante,altiempoquelehacíalazancadillaconelpiederecho.Tropezóycayóderodillas.Permanecióacuatropatasenelsueloporunossegundos.Luegosepusoenpieysevolvióhaciamí,enmarcadoporlapuertaabiertayelfondooscurodelanoche.

YsupeporfinqueaquéleraCalebKyle.Yanofingíaserunhombreartríticoyencorvado,sinoquesemostrabaerguidocuanaltoera,susmiembrosdelgadosyfibrososenfundadosenunpantalónvaqueroyunacamisaazul.Eraviejo,perointuísufuerza,surabia,sucapacidaddecausardolor,casicomo algo físico. Parecía irradiar de él igual que si fuera calor, y la pistola se estremeció enmimano por el impacto. Tenía una mirada feroz y un brillo rojo y profundo ardía en sus ojos.InstintivamentemeacordédeBillyPurdue.Pensétambiénenlasjóvenescolgadasdelárbolyeneldolorquedebíandehaberpadecidoamanosde aquelhombre,ypensé enmi abueloobsesionadoparasiempreporsuspesadillasconaquelhombre.FuesecualfueselamagnituddeldolorqueCalebhabíapadecido,lohabíadevueltomultiplicadoporcienalmundoquelorodeaba.

Calebmiróasuhijomuertotendidoasuspiesyluegomemiróamí,ylaintensidaddesuodiome hizo tambalear. En sus ojos resplandeció una inteligencia malévola y profunda. Nos habíamanipulado a todos, escapándose para que no lo capturaran durante décadas, y casi lo habíaconseguidootravez,pero lehabíacostado lavidade suhijo.Pasara loquepasaseapartirdeesemomento, se había hecho cierto grado de justicia con las chicas que había dejado colgadas en elárbol, y con Judith Mundy, que había muerto maltratada y sola en algún lugar de los Grandes

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BosquesdelNorte.—No—dijoCaleb—.No.Sólo entonces empecé a comprender su desesperado deseo de engendrar un hijo. Creo que si

JudithMundyhubiesedadoaluzaunaniña,elodiohubieseinducidoaCalebamataralacriaturaeintentarlo otra vez para tener un hijo varón.Quería lo que querían tantos hombres: ver su propiaréplicaenlatierra,versobrevivirdespuésdeellosalomejordesímismos.Exceptoque,enelcasodeCaleb, aquello que deseaba que continuase era perverso y brutal, y habría consumido vidas talcomohabíahechoantessupadre.Calebdiounpasoalfrenteyamartillélapistola.

—Atrás—dije—.Mantengalasmanosdondepuedaverlas.Negóconlacabeza,peroretrocedióunospasosyseparólasmanosdelcuerpo.Nomemiróamí,

sino que fijó la vista en su hijo muerto.Me acerqué aWalter, que, con sangre en la cara, habíaconseguido sentarse, apoyando el hombro derecho herido contra la pared. Sostenía la pistoladébilmenteenlamanoderecha,peroeraincapazdeconcentrarlaatenciónysudoloreraintensoyevidente.Yomismonomeencontrabaenmimejormomento.Ellenestabayaamediaescalera,perolevantélamanoyleindiquéquesemantuvieraalejada.Nolaqueríacercadeaquelhombre.Ellasedetuvo,peroseguíoyendosullanto.

Frenteamí,Calebvolvióahablar.—Moriráporesto—prorrumpió,yescupió.Ahoradirigíaamítodasuatención—.Lodestrozaré

conmispropiasmanos, luegome follaréaesaputahastamatarlaydejaréel cuerpoenelbosqueparaqueselocomanlosanimalesduranteelinvierno.

Norespondíasuprovocación.—Siga retrocediendo, viejo—ordené. No quería estar con él en un espacio cerrado; ni en la

entradadelacasa,nienelporche.Erapeligroso.Yolosabía,aunconelarmaenlamano.Volvióaretrocederydescendiólentamentelospeldañoshastallegaraljardín.Lanievelecaíasobresucabezadescubierta y los brazos extendidos y lo envolvió el ligero resplandor dorado procedente de lahabitación delantera. Tenía lasmanos a los lados, a cincuenta centímetros del cuerpo, y vi que laculatadeunapistolaasomabaporencimadelacinturadesuspantalones.

—Deselavuelta—indiqué.Nosemovió.—Deselavueltaoledispararéenlaspiernas.Nopodíamatarlo,todavíano.Melanzóunamiradairacundaysevolvióhacialaderecha.—Conelpulgaryelíndice,cojalapistolaporlaculataytírelaalsuelo.Obedeció,arrojandoelarmaentreunosrosalespodadosjuntoalporche.—Ahoravuélvaseotravez.Sevolvió.—Esusted,¿verdad?—dije—.¿UstedesCalebKyle?Esbozóunasonrisafríaygris,comounaplagaparalosorganismosvivosquelorodeaban.—Esoessólounnombre,muchacho.CalebKylees tanbuenocomocualquierotro.—Escupió

otravez—.¿Aúntienesmiedo?—Esustedunviejo—contesté—.Esustedquiendeberíatenermiedo.Estemundolojuzgarácon

severidad,peronocontantacomoelotromundo.

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Abriólabocaylasalivaprodujounchasquidotrassusdientes.—Tuabuelotambiénmeteníamiedo—dijo—.Eresidénticoaél.Saltaalavistaquetienesmiedo.Nocontesté.Enlugardeesoseñaléconlacabezaendirecciónalmuertoqueyacíaenelsueloa

misespaldas.—Encuantoasuhijomuerto,¿eraJudithMundylamadre?Meenseñó losdientes ehizo ademánde acercarse.Disparé contra el suelo frente a él.Labala

levantóunremolinodetierraynieve,yélsedetuvo.—Nosemueva—dije—.Contésteme:¿secuestróaJudithMundy?—Te juro que he de vertemuerto—musitó entre dientes.Miró por encimademí hacia donde

yacía su hijo, con los músculos de la mandíbula tensos de tanto como apretaba los dientes paracontener el dolor. Con los tendones del cuello sobresaliendo como cables y los dientes largos yamarillos,parecíaundemonioancestralyextraño—.Melallevéparacriarcuandopenséquehabíaperdidoamiotrohijo,quelohabíaperdidoporeldesagüedeunretrete.

—¿Estámuerta?—No creo que eso sea asunto tuyo, peromurió desangrada después de tener al niño. La dejé

desangrarse.Detodosmodos,noservíaparanada.—Yahorahadecididovolver.—Hevueltoapormihijo,elhijoquecreíahaberperdido,elhijoqueaquellazorramequitó,el

hijoquetodasaquellaszorrasyaquelloshijosdeputamequitaron.—Yustedloshamatadoatodos.Asintióconorgullo.—Atodoslosqueheencontrado.—¿YaGaryChute,elhombredelacompañíamaderera?—Noteníanadaquehacerallí—contestó—.Noperdonoaquienessecruzanenmicamino.—¿Yasupropionieto?Parpadeóyensusojosseadvirtióalgocercanoalpesar.—Fueunerror.Seentrometió.—Acontinuaciónañadió—:Eraunniñoenfermizo.Entodocaso

nohabríasobrevivido,noenellugaradondeíbamos.—Notieneningúnsitioadondeir,viejo.Estánrecuperandoelbosque.Nopuedemataratodoslos

queentrenallí.—Conozcociertoslugares.Siemprehaylugaresadondeunopuedeacudir.—No,yano.Paraustedsólohayunlugaradondeir.Amis espaldas oí un movimiento en la escalera. Ellen no me había hecho caso y estaba con

Walter.Supongoquemeloesperaba.Caleblamiróporencimademihombro.—¿Eshijatuya?—No.—Mierda—dijoarrastrandolaspalabras—.Tevi,yviatuabueloenti,perodebiódeengañarme

lavistacuandocreíverteatienella.—¿Ytambiénteníaintencióndehacerla«criar»?Negóconlacabeza.

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—Eraparamihijo.Paramisdoshijos.Vetealamierda.Vetealamierdaporloquelehashechoamihijo.

—No—dije—.Váyaseustedalinfierno.Levantélapistolayleapuntéalacabeza.DetrásdemíoígemiraWalter,yaEllenquegritaba«¡Bird!»consuvozextrañaycascada.Algo

fríometocólanuca.LavozdeBillyPurduedijo:—Siaprietaselgatillo,seráloúltimoquehagas.Vacilé un instante y por fin distendí el dedo del gatillo y lo retiré de la guarda, a la vez que

levantabalapistolaparaqueviesequelohabíahecho.—Yasabesloquetienesquehacerconeso—dijo.Puseelseguroylancélapistolaalporche—.

Derodillas—meordenó.Eldolordelcostadoeracasi insoportable,peromearrodilléyélsecolocófrenteamí,conla

pistoladeWalteralcintoyunaescopetaRemingtonenlasmanos.Retrocedióparatenernosalosdosalavista.

CalebKylelomiróconadmiración.Despuésdetodoloocurrido,despuésdetodoloquehabíahecho,suhijohabíavueltoaél.

—Mátalo,hijo—dijoCaleb—.Hamatadoatuhermanastro;pégaleuntirocomoaunperro.Éleradetufamilia,lasangrellamaalasangre.

El rostro deBilly era unamaraña de confusión y emociones encontradas.Dirigió la escopetahaciamí.

—¿Esesoverdad?¿Erademifamilia?—preguntó,adoptandoinconscientementelaspalabrasdelviejo.

Nocontesté.Lasaletasdesunarizsedilataronymeasestóunculatazoderefilónenlacabeza.CaídebrucesyoíreíraCalebfrenteamí.

—Asísehace,hijo;mataaesehijodeputa.—Surisaseapagó,y,peseamiaturdimiento,viqueavanzaba un paso—. He vuelto a por ti, hijo. Tu hermano y yo hemos vuelto para buscarte. Nosenteramosdequenosbuscabas.Nosenteramosporaquelhombrequecontratasteparaencontrarme.Tu madre te escondió de mí, pero yo he vuelto a buscarte, y ahora el cordero extraviado haaparecido.

—¿Usted?—dijoBillyconunsusurrodeperplejidadquenuncahabíaoídoenél—.¿Ustedesmipadre?

—Soytupadre—dijoCalebysonrió—.Ahoraliquídaloporloquelehahechoatuhermano,elhermanoaquiennuncaconocerás.MátaloporloquelehahechoaCaspar.

Melevantéparcialmente,apoyándomeenlasrodillasyenlosnudillos,yhablé:—Pregúntalequéhahechoél,Billy.PregúntalequelepasóaRitayaDonald.LosojosdeCalebKyleseencendieronylasalivasaliódisparadadesuboca.—Cállate.Tusmentirasnovanaapartarmedemihijo.—Pregúntaselo, Billy. Pregúntale dónde está Meade Payne. Pregúntale cómo murió Cheryl

Lansing,ycómomurieronsunueraysusnietas.Pregúntaselo,Billy.Calebsaltóalospeldañosymeasestóunpuntapiéenlaboca.Sentíquesemerompíanlosdientes

ylabocasemellenabadesangreydolor.Vivenirelpieotravez.

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—Alto—dijoBilly—.Alto.Déjelo.Levanté la vista y el dolor en la boca no fue nada en comparación con el sufrimiento que se

reflejóenelrostrodeBillyPurdue.Unavidaenteradedolorardíaensusojos,unavidaenteradeabandono,depérdida,deluchacontraunmundoquealfinalsiempreibaavencerlo,deintentarvivirunavidasinpasadoysinfuturo,consólounpresentedolorosoyagotador.Acababadedescorrerseunvelo,ofreciéndoleunvislumbrede loquepodríahabersido,de loqueaúnpodíaser.Supadrehabíavueltoaporél,todoloquehabíahecho,todoelsufrimientoqueesehombrehabíainfligido,lohabíahechoporamorasuhijo.

—Mátalo,Billy,yterminemosdeunavez—dijoCaleb.PeroBillynosemovió,nonosmiróaningunodelosdos,sinoquemantuvolavistafijaenun

puntomuydentrodeél,dondetodoloquehabíatemidosiempreytodoloquehabíadeseadosiempreser,seentrelazabayenroscaba.

—Mátalo —repitió entre dientes el viejo, y Billy levantó la escopeta—. Haz lo que te digo,muchacho.Escúchame.Soytupadre.

YenlosojosdeBillyPurduealgosemurió.—No—dijo—.Ustednoesnadaparamí.Laescopetarugióyelcañónseestremecióentresusmanos.CalebKylesearqueóyretrocedióa

trompicones como si acabase de recibir un golpe brutal en la boca del estómago, sólo que ahorahabíaallíunamanchaoscura,cadavezmásextensa,enlaquelasvíscerasbrillabanylosintestinosasomabancomocabezasdehidra.Cayódeespaldas,conlasmanoslevantadasparaintentarcubrirelagujeroenelcentrodesucuerpo,yacontinuación,lentayagónicamente,sepusoderodillasymiróconfijezaaBillyPurdue.Teníalabocaabiertaylasangrelemanabaaborbotonesentreloslabios.Lacaraselellenódedoloreincomprensión.Despuésdetodoloquehabíahecho,despuésdetodoloquehabíasoportado,supropiohijosehabíavueltocontraél.

Oí aBilly recargar el arma, vi los ojos desorbitados deCalebKyle, y acto seguido su rostrodesaparecióyunamanorojaycalienteoscureciómivisión,conlaluzdelinviernovacilandoenellacomolospensamientosenlamentedeDios.

SeoyeronsirenasprocedentesdeDarkHollow,suululartrasmitidoatravésdelairefríocomolosaullidosdeanimalesheridos.Eranlas00:05horasdel12dediciembre.

Mimujerymihijallevabanmuertasexactamenteunaño.

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Epílogo

Es20dediciembreyprontollegaráNavidad.Scarboroughesunlugardecamposqueparecenbolasde helado y árboles cubiertos de azúcar glas, con luces de colores en las ventanas de las casas ycoronasdeaceboenlaspuertas.Hecortadounabetoeneljardín,unodelosqueplantómiabueloelañoquemurió,ylohecolocadoenlasaladelaentradadelacasa.LoadornaréconpequeñaslucesblancasenNochebuena,enrecuerdodemihija,paraquesiestámirandodesdelaoscuridadentrelosárbolesvealaslucesysepaquepiensoenella.

EnlarepisadelachimeneahayunapostaldeWalteryLeeyunacajitadeEllenenvueltaconpapelpara regalo.Al lado hay una postal de laRepúblicaDominicana, sin firmar pero con unmensajeescrito por dosmanos distintas: «Esta comunicación del yo de un hombre a sus amigos tiene dosefectoscontrarios,yaqueredoblaeljúbiloyreduceeldoloralamitad».Lacitanollevaelnombredel autor. Los telefonearé cuando vuelvan, cuando empiece a remitir el interés por losacontecimientosquetuvieronlugarenDarkHollow.

Finalmentehayunatarjeta.Reconocílacaligrafíadelsobrecuandollegóysentíunapunzadaenel corazón al abrirlo. Elmensaje sólo decía: «Llámame cuando puedas». Debajo había escrito sunúmerode teléfonoparticular y el númerode casade suspadres.Lohabía firmado. «Concariño,Rachel».

Sentadojuntoa laventana,vuelvoapensarenlosmuertosdeeste invierno,yenWilleford.Lohabíanencontradodosdías antes,y lanoticiade supérdidameprodujoundolor intensoybrutal.Duranteuntiempo,despuésdesudesaparición,mediosospechédelviejodetective.Habíasidoinjustoconél,ycreoque,enciertomodo,sumuertefueculpamía.Habíanenterradoelcuerpoenunatumbapocoprofundaalfondodesujardín.SegúnEllisHoward,habíasidotorturadoantesdemorir,perono tenían elmenor indicio de quién podía ser el autor. Podría haber sido Stritch, pensé, o podríahabersidoalgunodeloshombresdeTonyCelli,peroenelfondocreoquemuriópordecisióndelviejo,deCalebKyle,yquequizáfuesuhijo,Caspar,quienlomató.

ElnombredeWillefordsehabíavinculadoa labúsquedade lospadresdeBillyPurdue.Fuealnúmero deWilleford al que la anciana, la señora Schneider, telefoneó. Si ella podía encontrarlo,tambiénpodíaCaleb,yCalebhabríadeseadosabertodoloquesabíaWilleford.Confiabaenqueelalcoholhubiesealiviadoeldolorylehubiesepermitidovencerelmiedocuandoseacercabaelfinal.Esperabaquehubiesecontadocuantosabíalomásdeprisaposible,perosabíaqueseguramenteésaerauna falsaesperanza.EnWillefordhabíaalgodelhonordeantes,delvalordeantes.NohabríaentregadoaBillytanfácilmente.MeloimaginésentadoenelSailLoft,consuwhiskyysucervezadelante,unviejoaladerivaenelpresente.Élpensabaqueeraelprogresoloqueprecipitaríasufinal,

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noundemoniodelpasadoqueélmismohabíadespertadoalhacerun favor aun jovenperdidoyapesadumbrado.

YmeacuerdodeRicky,ydelchirridodelmaleteroalabrirse,ydesucuerpohechounovillojuntoalaruedaderecambio,ydecómointentósalvaraEllenenlosmomentospreviosasumuerte.Ledeseopaz.

LornaJenningshabíaabandonadoDarkHollowyaRand.MetelefoneóparadecirmequeseibaaIllinois a pasar las Navidades con sus padres antes de buscar un nuevo lugar donde vivir. Elcontestadorgrabóelmensajepeseaqueyoestabaencasacuandollamóyoísuvozsobreelsuavesusurrodelacinta.Nocontesté.Mejorasí,pensé.

Y el hombre conocido como Caleb Kyle fue enterrado en una fosa común al norte de uncementerio de las afueras deAugusta, junto con elmuchacho llamadoCaspar, y se pronunciaronoracionesporsusalmas.Unosdíasdespuéssevioaunhombreantelatumba,unhombrecorpulentocondolorenlamirada.Depieenlanieve,contemplóelcontornodelatierrareciénremovida.Asuizquierda,elsolseapagabaenelcieloydejabahacesdeluzrojizaenlasnubes.Elhombrellevabauna pequeñamochila a la espalda, y una hoja de papel con la fecha de su comparecencia ante eltribunalescritaporsufiador.Nocomparecería,yelfiadoreraconscientedeello.PartedeldinerodeAlZhabíacompradosucomplicidadysusilencio.AlZpodíaasumirlapérdida,pensé.

EraelsegundocementerioqueBillyPurduevisitabaesedía,ynuncamásloveríanenél.NuncamásseveríaaBillyPurdueenningunaparte.Desapareceríaynadieencontraríasurastro.

PerocreoqueyosabíaadóndeibaBilly.Ibaalnorte.

DosdíasdespuésdelaniversarioasistíamisaenSanMaximilianKolbeyescuchémientrasleíanlosnombresdeSusanyJenniferParkerdesdeelaltar.Aldíasiguiente,el15,visitélatumba.Habíafloresreciénpuestas;delospadresdeSusan,supuse.Nohabíamoshabladodesdesumuerte,ycreoqueaúnmeculpabandeloocurrido.Yotambiénmeculpaba,perointentabareparareldaño.Eraloúnicoquepodíahacer.Eraloúnicoquetodosnosotrospodíamoshacer.

Lanochedeldía15vinieronaverme.Medespertóelruidoquehacíanenelbosque,sonidosquenoeransonidos,sinolalentaunióndemundosdentrodeotrosmundos,ysalíalporcheymequedéallí,peronodescendíhaciaellas.

Entre las sombras,detrásde losárboles, semovíaunamultitudde figuras.Alprincipiopodríahaberlo tomadoporcambiosde luzcausadosporelvientoqueagitaba lasramas,manosyrostrosfruto de la imaginación, ya que permanecieron en silencio cuando se acercaron a mí para queprestara testimonio. Eranmuchachas, y sus vestidos, antes rotos ymanchados de sangre y polvo,estabanahoraintactosyresplandecíandesdeelinterior,adhiriéndoseavientresquepodrían,enotrotiempomuylejano,haber inducidoa loshombresavolverseenlosasientosdesuscochesdevivocolor rojo, a silbarles desde los compartimentos de vinilo de los bares, a inclinarse hacia ellas ysusurrarles, a cortarles en broma la huidamientras se deleitaban con la luz de sus ojos. La lunailuminabalasuavepieldesusbrazos,eldelicadomovimientodesupelo,eltenueresplandordesuslabios;lasmuchachasconsusvestidosdeverano,congregadasenlanievereciéncaída.

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Ymásallá,detrásdeellas,sereuníanotras:ancianasyancianos,suscamisonesondeandocomomariposasnocturnas,suspantalonesdepetosuciospintarrajeadosdemotasypinceladasdeesmalte,susmanosnudosassurcadasporgruesasvenascomolasraícesdelosárbolesqueseaferrabanalatierrabajosuspies.Loshombresjóvenesestabanalgoapartadosdeellos,agarrandodelamanoasusmujeres;habíamaridosyesposas,yjóvenesamantes,enotrotiempoviolentamenteseparados,ahorajuntosdenuevo.Losniñossemovíanentresuspiernas,solemnesyalertas,avanzandoconcuidadohacia la lindedelbosque;niñoscon loshuesosde losdedos rotosahoramilagrosamentecurados,niñosquehabíansidodesgarradosensótanososcurosyllenosdedolorahorahermososdenuevo,conlamiradavivaeinteligenteenlaoscuridaddelinvierno.

Todaunamultituddemuertoscongregadosantemí,extendiéndosehacialolejosenlassombras,haciaelpasado.Meobservabansinhablar,ymeinvadióunaespeciedepaz,comosilamanodeunamujerjovenmehubiesetocadosuavementeenlanoche,susurrándomequedebíadormir.

Porahora.Y junto a la barandilla, allí donde el viejo se sentaba con su perro, dondemimadre se había

apoyado, todavíabellaapesardelaedad,permanecí inmóvilysentísusmiradasenmí.Unamanopequeña agarró la mía, y cuando bajé la vista, casi la vi, radiante y nueva, una niña preciosamostrándoseenlatenueluminosidaddelanieve.

Yunamanomeacariciólamejillayunoslabiossuavesseunieronalosmíos,yentoncesoíquedecía:

Duerme.Ydormí.

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JOHN CONNOLLY (Dublín, 1968). Estudió filología inglesa en el Trinity College de Dublín yperiodismoenlaDublinCityUniversity.FuefuncionarioenlaAdministraciónlocalytrabajócomochicoparatodoenlosalmacenesHarrod’sdeLondres,ycomocamarero,antesdecolaborarconTheIrishTimes.Prontosecansódelaprofesión,ydecidiópasaraescribirficción,pesealocualtodavíasiguepublicandoartículosperiódicamente, entre losquedestacan susentrevistasaotrosescritoresconsagrados.ViveenDublín,peropasapartedelañoenEstadosUnidos,dondesedesarrollasuseriedenovelaspolicíacasprotagonizadasporeldetectiveCharlieParker,alias«Bird».