doi: 10.24205/03276716.2018.1087 activaciÓn conductual … · 2019. 7. 15. · activaciÓn...

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INTRODUCCIÓN El proceso oncológico supone una serie de dificultades y cambios en la vida de las personas que se relacionan con la presencia de alteraciones emocionales en algún momento del proceso. Los trastor- nos depresivos son las más prevalentes, con cifras que varían, según los estudios, entre el 3,7% y el 49% (Mitchell et al., 2011; Ng, Boks, Zainal y de Wit, 2011; Pa- dierna et al., 2004). El cáncer conlleva la exposición a situa- ciones aversivas, se asocia a la pérdida de gratificaciones y, en ocasiones, dificulta el mantenimiento de actividades valiosas. Tras recibir el diagnóstico de cáncer, las personas inician un periodo de pruebas, intervenciones y tratamientos médicos, con frecuencia desagradables, cuando no dolorosos. Durante este periodo es proba- ble que las personas se aparten de activi- dades relevantes y/o agradables para ellas. Varias condiciones influyen en este hecho. Por un lado, el tiempo que requiere el tratamiento de la enfermedad, además de las limitaciones y malestar físico de la persona que interfieren en el manteni- miento de las actividades de la vida coti- Revista Argentina de Clínica Psicológica 2019, Vol. XXVIII, N°2, 140-153 DOI: 10.24205/03276716.2018.1087 B EHAVIORAL ACTIVATION IN CANCER : R EVIEW OF TREATMENTS AND EVIDENCES Sonia González Fernández 1 , Concepción Fernández Rodríguez 1 , Celina Padierna Sánchez 2 , José Luis Besteiro González 1 y Marino Pérez Álvarez 1 Resumen Objetivo: Analizar los estudios publicados en los que se ha investigado la utilidad de la activación conductual en el tratamiento de pacientes oncológicos. Método: Revisión sistemática en la Web of Science (2004-2014). Resultados: Dos grupos de investigadores publicaron los artículos revisados. Los pacientes que recibieron intervenciones basadas en activación conductual presentaron mejor estado emocional, condición física y calidad de vida. Se detectaron diferencias entre los trabajos de ambos grupos. Conclusiones: La activación conductual es útil para la prevención y el tratamiento de trastornos emocionales en pacientes oncológicos. No obstante, la heterogeneidad y las limitaciones de los estudios hacen necesario desarrollar nuevos trabajos que permitan conocer qué características de los pacientes y/o de la intervención mejorarían los resultados de la misma. Palabras clave: Depresión, calidad de vida, cáncer, activación conductual, terapia de conducta. Abstract Objective: To analyze published studies that investigated the usefulness of behavioral activation in the treatment of cancer patients. Method: A systematic review in the Web of Science (2004-2014). Results: The articles reviewed were published by two groups of researchers. Patients who received interventions based on behavioral activation showed better emotional state, physical condition and quality of life. Differences were detected between the work of both groups. Conclusions: Behavioral activation is useful for the prevention and treatment of emotional disorders in cancer patients. How- ever, the heterogeneity and limitations of the studies require the development of new studies al- lowing to know which characteristics of the patients and / or the intervention would improve results. Key words: Depression, quality of life, cancer, behavioral activation, behavior therapy. Recibido: 18-09-15 | Aceptado: 30-11-16 1 Departamento de Psicología. Universidad de Oviedo, 2 Servicio de Salud del Principado de Asturias. E-Mail: [email protected] REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXVIII p.p. 140-153 © 2019 Fundación AIGLÉ. ACTIVACIÓN CONDUCTUAL EN CÁNCER: REVISIÓN DE TRATAMIENTOS Y EVIDENCIAS REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA Vol. XXVIII MAYO 2019 2 140

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  • INTRODUCCIÓN

    E l p roceso onco lóg ico supone unaser ie de d i f i cu l tades y cambios en la v idade las personas que se re lac ionan con lapresencia de a l terac iones emocionales ena lgún momento de l p roceso . Los t ras tor -nos depres ivos son las más preva lentes ,con c i f ras que var ían, según los estudios ,ent re e l 3 ,7% y e l 49% (Mi tche l l e t a l . ,2011 ; Ng, Boks, Za ina l y de Wit , 2011 ; Pa-d ierna et a l . , 2004) .

    El cáncer conl leva la exposic ión a s i tua-ciones aversivas, se asocia a la pérdida degratif icaciones y, en ocasiones, dif iculta elmantenimiento de act iv idades va l iosas .Tras rec ib i r e l d iagnóst ico de cáncer , laspersonas in ic ian un per iodo de pruebas,intervenc iones y t ratamientos médicos ,con f recuencia desagradables, cuando nodolorosos. Durante este per iodo es proba-ble que las personas se aparten de act iv i -dades re levantes y/o agradables parael las. Var ias condic iones inf luyen en estehecho. Por un lado, el t iempo que requiereel t ratamiento de la enfermedad, ademásde las l imitaciones y malestar f ís ico de lapersona que inter f ieren en e l manteni -miento de las act iv idades de la v ida cot i -

    Revista Argentina de Clínica Psicológica2019, Vol. XXVIII, N°2, 140-153

    DOI: 10.24205/03276716.2018.1087

    BEHAVIORAL ACTIVATION IN CANCER:REVIEW OF TREATMENTS AND EVIDENCES

    Sonia González Fernández1, Concepción Fernández Rodríguez1,Celina Padierna Sánchez2, José Luis Besteiro González1

    y Marino Pérez Álvarez1

    Resumen

    Objetivo: Analizar los estudios publicados en los que se ha investigado la utilidad de la activaciónconductual en el tratamiento de pacientes oncológicos. Método: Revisión sistemática en la Web ofScience (2004-2014). Resultados: Dos grupos de investigadores publicaron los artículos revisados.Los pacientes que recibieron intervenciones basadas en activación conductual presentaron mejorestado emocional, condición física y calidad de vida. Se detectaron diferencias entre los trabajos deambos grupos. Conclusiones: La activación conductual es útil para la prevención y el tratamiento detrastornos emocionales en pacientes oncológicos. No obstante, la heterogeneidad y las limitacionesde los estudios hacen necesario desarrollar nuevos trabajos que permitan conocer qué característicasde los pacientes y/o de la intervención mejorarían los resultados de la misma.

    Palabras clave: Depresión, calidad de vida, cáncer, activación conductual, terapia de conducta.

    Abstract

    Objective: To analyze published studies that investigated the usefulness of behavioral activationin the treatment of cancer patients. Method: A systematic review in the Web of Science (2004-2014).Results: The articles reviewed were published by two groups of researchers. Patients who receivedinterventions based on behavioral activation showed better emotional state, physical condition andquality of life. Differences were detected between the work of both groups. Conclusions: Behavioralactivation is useful for the prevention and treatment of emotional disorders in cancer patients. How-ever, the heterogeneity and limitations of the studies require the development of new studies al-lowing to know which characteristics of the patients and / or the intervention would improve results.

    Key words: Depression, quality of life, cancer, behavioral activation, behavior therapy.Recibido: 18-09-15 | Aceptado: 30-11-16

    1 Departamento de Psicología. Universidad de Oviedo, 2 Serviciode Salud del Principado de Asturias.E-Mail: [email protected] ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXVIII p.p. 140-153© 2019 Fundación AIGLÉ.

    ACTIVACIÓN CONDUCTUAL EN CÁNCER:REVISIÓN DE TRATAMIENTOS Y EVIDENCIAS

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    diana. Por otro lado, juega un papel desta-cado la importanc ia que se otorga en e lcontexto soc ia l a l descanso en aras de lcuidado de la salud. Con f recuencia, estedescanso pasa por reducir la impl icación einc luso abandonar act iv idades centra lespara la persona. A lgo que, aun con lamejor intención, en ocasiones favorecen yrefuerzan profesionales sanitar ios y seresquer idos de l pac iente . Este abandono detareas y responsabil idades puede produciral iv io de forma inmediata. Sin embargo, a lapartarse de las act iv idades cot idianas seestán también reduc iendo las pos ib i l ida-des de mantener e l contacto con las s i tua-c iones grat i f i cantes y las condic ionesval iosas de la v ida. En di ferentes estudiossobre la cal idad de v ida del enfermo onco-lóg ico se ha observado que, durante lafase de t ratamiento, las act iv idades cot i -dianas en las que un mayor número de en-fermos oncológicos ind ican cambios sonlas domésticas, las laborales y las de ocio.En par t icu lar , los cambios en las re lac io-nes con los amigos y en el ocio se han re-lac ionado, de forma cons is tente , con unestado de ánimo depr imido, va lorac ionesnegativas de la cal idad de vida, cansancio,insomnio y dolor . A l conc lu i r e l t rata-miento, aunque se observa una recupera-c ión paulat ina de la mayor ía de lasact iv idades cot id ianas, es s iempre menorentre los pac ientes con un estado depre-s ivo más acentuado (Cata ldo y Brodsky,2013; Espantoso et a l . , 2007).

    As imismo, en torno a l proceso oncoló-gico surgen preocupaciones y emociones.Una reacc ión habi tua l a estas exper ien-c ias, con el propósito de a l iv iar e l males-tar asoc iado a las mismas, es in tentarevitar las. Pero esta reacción, le jos de ser-v i r a l propósi to con e l que se rea l i za ,suele compl icar e l problema. Los intentosde controlar las preocupaciones y emocio-nes no sólo son infructuosos, s ino que ge-neran más malestar y a le jan a la personaaún más de aquel lo relevante para el la .

    En def in i t iva , la progres iva inh ib ic ióncomportamental del pac iente oncológico,que l imi ta las pos ib i l idades de mantenerel contacto con las s i tuaciones grat i f ican-tes y va l iosas de la v ida de la persona,unida al incremento de s i tuaciones aversi -vas relacionadas con la enfermedad y t ra-tamiento y la est rateg ia de ev i tac ión detales exper iencias, pueden fáci lmente po-nerse en relación con el mantenimiento deconductas depresivas (Hopko et al . , 2008).

    De entre los t ratamientos empír ica-

    mente val idados para la depresión, la act i -vación conductual (en lo sucesivo AC) po-dr ía ser espec ia lmente adecuada para e lt ratamiento de la depresión de pacientesoncológicos. Esta terapia va dir ig ida a au-mentar la impl icación y e l compromiso delpaciente con aquel lo que t iene valor paraél , y a reducir o e l iminar la evi tación quedi f icu l ta la act ivac ión. Además, permitetener en cuenta las l imitaciones que pue-den presentar los pac ientes con cáncer(Ciaramel la y Pol i , 2001; Parker, Bai le, De-Moor y Cohen, 2003; c i tados en Hopko,Bel l , Armento, Hunt y Le juez , 2005) . E la juste ent re los objet ivos y e l procedi -miento de la AC, y las di f icultades y nece-sidades de los pacientes oncológicos, nosl leva a plantear la posibi l idad de que éstasea un t ratamiento idóneo para la depre-sión de estos pacientes.

    En base a la a l ta prevalencia de depre-sión en pacientes oncológicos, y a la posi -b le idoneidad de la AC para sutratamiento, se desarrol la este t rabajo derevis ión con el objet ivo de anal izar los es-tudios publ icados en los que se ha inves-t igado la ut i l idad de la AC en e lt ratamiento de pacientes oncológicos.

    MÉTODO

    Se real izó una búsqueda en las s iguien-tes bases de datos de la Web of Sc ience:Colecc ión pr inc ipa l de Web of Sc ience,KCI -Korean Journal Database, MEDLINE,SciELO Citation Index; y en Dialnet. Para labúsqueda en la Web of Science se emplea-ron como palabras c lave “behavioral act i -vat ion t reatment cancer” , se acotó labúsqueda a l per iodo comprendido entrelos años 2004 y 2014, y se excluyeron laspatentes . En Dia lnet se emplearon comopalabras c lave los términos “act ivac iónconductual cáncer” y “act ivac ión conduc-tual oncología”. Se revisaron todas las pu-bl icaciones en inglés y castel lano.

    C o n e s t o s c r i t e r i o s d e b ú s q u e d a s eo b t u v i e r o n 1 1 6 r e s u l t a d o s , d e e n t r e l o sc u a l e s 1 6 a r t í c u l o s a b o r d a b a n c u e s t i o -n e s r e l a c i o n a d a s c o n l a A C . L o s d e m á st r a b a j o s t r a t a b a n a c e r c a d e c u e s t i o n e sm é d i c a s , i n v e s t i g a c i ó n b á s i c a , e v a l u a -c ión/es tud io de aspec tos ps i co lóg i cos ei n t e r v e n c i o n e s n o f a r m a c o l ó g i c a s d i f e -ren tes a l a AC .

    De los 16 t raba jos sobre AC , se se lec -c i o n a r o n p a r a l a r e v i s i ó n a q u e l l o s q u ere f l e jaban los resu l tados de in te rvenc io -

  • 142 SONIA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, CELINA PADIERNA SÁNCHEZ, JOSÉ LUIS BESTEIRO GONZÁLEZ Y MARINO PÉREZ ÁLVAREZ

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    RESULTADOS

    En los siguientes apartados se analizanlas características de las muestras, el proce-

    dimiento experimental, los resultados y laslimitaciones de los estudios revisados. En laTabla 1 se recogen los datos más importan-tes de cada uno de los artículos.

    Figura 1. Diagrama de flujo del proceso de selección de trabajos para la revisión.

    nes basadas en l a AC ap l i cadas a pac ien -t e s o n c o l ó g i c o s . E n b a s e a e s t o s c r i t e -r i o s d e i n c l u s i ó n , d e l o s 1 6 t r a b a j o s s e

    s e l e c c i o n a r o n p a r a l a r e v i s i ó n 6 . E n l aF i g u r a 1 s e r e f l e j a e l p r o c e s o d e s e l e c -c ión de t raba jos .

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    Tabla 1. Datos de los estudios revisad

    os sob

    re in

    terven

    cion

    es basad

    as en Activación Co

    nductual aplicad

    as a pacientes oncológ

    icos.

  • 144 SONIA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, CELINA PADIERNA SÁNCHEZ, JOSÉ LUIS BESTEIRO GONZÁLEZ Y MARINO PÉREZ ÁLVAREZ

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    MuestrasTamaño y datos relativos a la enfermedadEn dos de los seis estudios revisados las

    muestras son pequeñas y están compuestaspor pacientes con diferentes tipos de cáncer(Hopko et al., 2005, 2008). Los cuatro estu-dios restantes cuentan con muestras másgrandes compuestas por pacientes con cán-cer de mama (Hopko et al., 2011, 2013), cán-cer de pulmón (Fernández, Vi l loria,Fernández y González, 2014), y ambos tiposde cáncer (Fernández et al., 2011).

    La situación cl ínica de los pacientes di-fiere entre estudios, aunque no todos ofre-cen información completa al respecto. Tresde los seis trabajos recogen informaciónsobre el tiempo transcurrido desde el diag-nóstico. El estudio de Fernández et al .(2014) se realizó con pacientes de diagnós-tico reciente, mientras que en dos estudiosdel grupo de Hopko, la media de t iempotranscurrido desde el diagnóstico fue año ymedio (Hopko et al . , 2008) y 3,2 años(Hopko et al., 2011).

    Respecto al estadio de la enfermedad re-f lejan información cinco de los seis traba-jos. Todos los pacientes tenían cáncer enestadio 1 ó 2 en el estudio de Hopko et al.(2008). En varios estudios se incluyeron pa-cientes con cáncer en diferentes estadios(Fernández et al., 2011; Hopko et al., 2011,2013). Y en el estudio de Fernández et al .(2014) la mayoría de los pacientes se encon-traban en estadios avanzados.

    Por otro lado, tres de los seis estudiosinforman acerca de si los pacientes estabanbajo tratamiento oncológico. En el estudiode Hopko et al. (2008), de los 13 pacientesque componen la muestra, 3 estaban bajotratamiento con quimioterapia o radiotera-pia durante la intervención psicológica. Sinembargo, en los estudios de Fernández etal. (2011, 2014) todos los pacientes estabanen tratamiento con quimioterapia.

    Presencia de trastorno mental y tratamientopsicofarmacológico

    En los estudios del grupo de Hopko(Hopko et al . , 2005, 2008, 2011, 2013),todos los pacientes presentaban depresiónmayor de gravedad moderada en la pre-eva-luación, y estar bajo tratamiento con anti-depresivos y/o ansiol í t icos no fue uncriterio de exclusión. En tres de estos estu-dios (Hopko et al. , 2008, 2011, 2013), algu-nos pacientes de la muestra presentabantrastornos de ansiedad comórbidos. Y endos (Hopko et al . , 2011, 2013), el 43% delos pacientes tenían antecedentes de trata-

    miento psicológico y el 11% habían estadoingresados para el tratamiento de la depre-sión. En los demás estudios revisados (Fer-nández et al . , 2011, 2014), en general , lospacientes no presentaban patología ansiosao depresiva clínicamente significativa, y nose ofrecen datos sobre tratamiento psico-farmacológico.

    Captación y selecciónLos criterios y procedimientos de capta-

    ción y selección fueron diferentes según elgrupo de investigación. En los estudios deHopko (Hopko et al . , 2005, 2008, 2011,2013), los pacientes se seleccionaron funda-mentalmente mediante screening y/o eva-luación psicológica.

    Para el screening se empleó la HarvardDepartment of Psychiatry National Depres-sion Screening scale (HANDS; Baer et al . ,2000), y los instrumentos más empleadosen la evaluación fueron la Escala de Hamil-ton para la Evaluación de la Depresión(HRSD; Hamilton, 1960), el Inventario deDepresión de Beck-II (BDI-I I; Beck, Steer yBrown, 1996) y la Escala de Depresión delCentro de Estudios Epidemiológicos (CES-D;Radloff, 1977).

    En los estudios de Fernández et al. (2011,2014) se seleccionaron de forma consecu-t iva todos los pacientes con cáncer demama y/o cáncer de pulmón que acudíanpor primera vez a una Unidad de OncologíaMédica, independientemente del estadioinicial de la enfermedad y siempre y cuandoel tratamiento oncológico a seguir fueraquimioterapia. En la primera consulta el on-cólogo solicitó a cada paciente la colabora-ción para el estudio.

    EvaluaciónMomentos de evaluaciónTodos los estudios revisados contempla-

    ron evaluaciones pre-post tratamiento y deseguimiento: a los 3 meses (Fernández etal., 2011; Hopko et al., 2005, 2008); a los 3,6, 9 y 12 meses (Hopko et al., 2011, 2013); ya los 3, 6, 9, 12 y 15 meses (Fernández et al.,2014). Además, en los estudios de Fernán-dez et al . (2011, 2014) se recogieron losdatos en cada sesión de tratamiento, y en elestudio de Hopko et al. (2013) se realizó unseguimiento telefónico a los dos años.

    Variables e instrumentosLa depresión se evaluó en todos los es-

    tudios rev isados, y en la mayor ía tambiénse contemplaron la ansiedad, e l estado desalud y la ca l idad de v ida. Otras var iables

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    eva luadas en a lgunos es tud ios fueron e lapoyo soc ia l , e l grado de recompensa re-cibida desde el entorno, el funcionamientoen la v ida cot id iana y la sat is facc ión conla in tervenc ión . En la Tab la 1 se re f le janlos ins t rumentos ap l i cados en cada unode los estudios.

    En los estudios del grupo de Hopko(Hopko et al . , 2005, 2008, 2011, 2013),todas las variables se midieron medianteinstrumentos estandarizados. Para evaluarel estado emocional se emplearon: un ins-trumento de screening, la HANDS; entrevis-tas estructuradas, la Entrevista Cl ínicaEstructurada del DSM-IV (SCID-I/P; First,Spitzer, Gibbon y Williams, 1996) y la Entre-vista para los Trastornos de Ansiedad delDSM-IV (ADIS-IV; Brown, DiNardo y Barlow,1994); e instrumentos de autoinforme, laHRSD, el BDI-II, la CES-D y el Inventario deAnsiedad de Beck (BAI; Beck y Steer, 1990).Para evaluar el estado de salud y la calidadde vida se uti l izaron el Cuestionario deSalud SF-36 (SF–36; Ware y Sherbourne,1992) y el Inventario de Calidad de Vida(QOLI; Frisch, 1994). El apoyo social semidió mediante la Escala Multidimensionalde Percepción de Apoyo Social (MSPSS;Zimet, Dahlem, Zimet y Farley, 1988), elgrado de recompensa recibida desde el en-torno con la Escala de Observación de Re-compensa desde el Entorno (EROS; Armentoy Hopko, 2007) y la satisfacción con la inter-vención con el Cuestionario de Satisfaccióndel Cliente (CSQ; Larsen, Attkisson, Hargre-aves y Nguyen, 1979). Todos los instrumen-tos, a excepción del CSQ, se util izaron en lapre-evaluación. En la post-evaluación seaplicaron todos los instrumentos excepto laHANDS y las entrevistas. Y en los seguimien-tos se aplicaron los mismos instrumentosque en la post-evaluación, salvo el CSQ, queen dos de los tres estudios en los que seaplicó (Hopko et al. 2005, 2008) sólo se uti-l izó en la post-evaluación.

    En todos los estudios del grupo de Fer-nández (Fernández et al., 2011, 2014) se em-plearon tanto instrumentos estandarizadoscomo no estandarizados para evaluar cadavariable. Los instrumentos uti l izados fue-ron: una entrevista semiestructurada dise-ñada para recoger información acerca de lossíntomas de la enfermedad y tratamiento,estado emocional y funcionamiento del pa-ciente en los distintos ámbitos de la vida co-tidiana; el Cuestionario de calidad de vidade la EORTC QLQ-C30 (Aaronson et al . ,1993); la Escala de ansiedad y depresiónhospitalaria (HAD) (Zigmond y Snaith,

    1983); la Escala de Estado General (EG) y laEscala de Estado de Salud (SP) (Padierna,2003); y la Escala de Karnofsky ( IK) (Kar-nofsky, Abelman, Craver y Burchenal, 1948).Todas estas medidas se tomaron en cadauna de las sesiones y en los seguimientos.

    DiseñoEn todos los estudios se empleó e l d i -

    seño de medidas repet idas. La var iable in-t rasujetos fue e l t iempo, y la var iab leentre sujetos, en aquel los estudios con di-seño de medidas parc ia lmente repet idas,la condic ión de t ratamiento. Los anál is isestadíst icos fueron adecuados a l d iseñoexperimental .

    Tratamientos psicológicosTodas las intervenciones estudiadas fue-

    ron terapias breves, de entre cuatro y nuevesesiones, en formato individual. En dos delos seis estudios revisados se aplicó un solotipo de intervención a todos los pacientes(Hopko et al., 2005, 2008). En los demás es-tudios los pacientes se asignaron aleatoria-mente a dos grupos de intervención (Hopkoet al., 2011, 2013) o a un grupo de interven-ción y a un grupo control (Fernández et al.,2011, 2014).

    Los tratamientos psicológicos aplicadosen los estudios de Hopko et al. tenían comoobjetivo reducir la depresión (Hopko et al.,2005, 2008, 2011, 2013), y reducir la idea-ción autolít ica y aumentar la esperanza(Hopko et al., 2013). En todos los estudiosse aplicó la AC mediante el siguiente proce-dimiento. Los pacientes empezaban regis-trando semanalmente sus actividadesdiarias con el objetivo de examinar las acti-vidades en las que estaban implicados. Esteregistro proporcionaba una medida de líneabase y permitía identificar potenciales acti-vidades a establecer como objetivo a lolargo del tratamiento. Posteriormente seidentificaban valores y objetivos personalesen diferentes áreas que incluían relacionesfamil iares, sociales e íntimas, educación,empleo/carrera, voluntariado/caridad,cuestiones físicas/salud y espiritualidad. Enbase a los valores y objetivos identificadosse construía una jerarquía de 15 actividadesde menor a mayor dificultad. Empleando re-gistros para monitorizar el progreso, los pa-cientes avanzaban a través de la jerarquíadesde las conductas más fáci les a las másdif íci les. Para cada actividad, terapeuta ypaciente determinaban conjuntamente elobjetivo f inal en términos de frecuencia yduración por semana. Esos objetivos queda-

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    ban reflejados en un registro que guardabael terapeuta, y los objetivos semanales sereflejaban en un registro que el paciente lle-vaba a la terapia cada semana. Al comienzode cada sesión se revisaba el registro y seestablecían objetivos nuevos para la se-mana siguiente en función del éxito o las di-ficultades del paciente.

    En los tratamientos de los primeros estu-dios de Hopko et al. (2005, 2008), las sesio-nes iniciales se dedicaron a evaluar lafunción del comportamiento depresivo, es-tablecer la relación terapéutica e introducirla lógica del tratamiento. Después se inter-venía con el objetivo de reducir el reforza-miento del comportamiento depresivo, y seiniciaba una aproximación sistemática diri-gida a incrementar el comportamiento salu-dable aumentando el valor de losreforzadores de dicho comportamiento y de-valuando los reforzadores del comporta-miento depresivo. Ambos tratamientosincluían, además de AC, psicoeducación,presentación de la lógica del tratamiento yselección de actividades y objetivos. El tra-tamiento del estudio de Hopko et al. (2008)también incluía entrenamiento en relaja-ción, terapia cognitiva, exposición conduc-tual, entrenamiento en habil idades desolución de problemas, higiene del sueño ycontrol de estímulos.

    En los estudios posteriores de Hopko etal. (2011, 2013) se aplicaron la Terapia deActivación Conductual para la Depresión(TACD) y la Terapia de Solución de Proble-mas (TSP). Las sesiones iniciales de la TACDse dedicaron a evaluar la función del com-portamiento depresivo, establecer la alianzaterapéutica, realizar ejercicios de motiva-ción centrados en los pros y contras delcambio de comportamiento, realizar psicoe-ducación sobre la depresión, explicar la re-lación entre depresión y cáncer de mama, ypresentar el modelo de la terapia.

    En el estudio de Hopko et al . (2011), seespecifica que en la TACD, se les pedía a lospacientes que indicasen en el registro de ac-t ividades diarias, para cada conducta, sunivel de agrado o placer. Esta monitoriza-ción permitía detectar los comportamientosreforzantes y desagradables. En este estu-dio también se indica que, con el propósitode aliviar los problemas de ansiedad de laspacientes, además de incrementar el re-fuerzo ambiental, un foco del tratamientofue reducir las experiencias aversivas. Deacuerdo a este objetivo se incluyeron en lajerarquía estrategias para reducir la ansie-dad: relajación muscular, entrenamiento en

    asertividad y exposición gradual a estímulosgeneradores de ansiedad. En base al hechode que recibir el diagnóstico y vivir con cán-cer de mama produce ansiedad en muchaspersonas, todas las pacientes realizaronejercicios de exposición relacionados conesta experiencia. La exposición implicó rea-lizar tres ejercicios escritos diseñados paraexponer a los pacientes con cáncer a la ex-periencia de ser diagnosticado y vivir concáncer. Se alentó a las pacientes a escribirsobre los detalles de la situación y las expe-riencias emocionales (f ísicas, cognit ivas yconductuales) asociadas al diagnóstico y ala experiencia de vivir con cáncer. Despuésse abordaban esas experiencias en sesióncon el terapeuta.

    Los pacientes de la condición de TSP re-cibieron un tratamiento adaptado del ma-nual de TSP para ansiedad y depresión deMynors-Wall is (Mynors-Wall is, 2005). Lassesiones iniciales se dedicaron a desarrollarla alianza terapéutica, realizar ejercicios demotivación centrados en los pros y contrasdel cambio conductual, realizar psicoeduca-ción sobre depresión y cáncer de mama e in-troducir el modelo de la TSP. Los objetivosespecíficos del tratamiento eran: aumentarla comprensión de las pacientes de la rela-ción entre los síntomas de depresión y an-siedad actuales y los problemas cotidianos,aumentar la capacidad para definir con pre-cisión los problemas actuales, enseñar a laspacientes un método específico de soluciónde problemas, y conseguir que tuviesen ex-periencias más positivas mejorando sus ha-bil idades para resolver problemas. En elestudio de Hopko et al. (2011), al igual queen la condición de la TACD, las pacientes re-alizaron ejercicios escritos de exposición alos detal les de la situación y experienciasemocionales (f ísicas, cognit ivas y conduc-tuales) asociadas al diagnóstico y a la expe-riencia de vivir con cáncer, y posteriormenteabordaban esas experiencias en sesión conel terapeuta.

    En los estudios de Fernández et al. (2011,2014), la intervención tenía como objetivoprevenir los trastornos emocionales y pro-mover la calidad de vida. El tratamiento seintegró en la rutina de consultas médicas ysesiones de quimioterapia. Después de laconsulta médica y antes de recibir cada ciclode quimioterapia, todos los pacientes fue-ron atendidos individualmente por una psi-cóloga. El número de sesiones fue igual queel número de ciclos de quimioterapia.

    En todas las sesiones del grupo control(G.C.) se siguió el mismo procedimiento. Se

  • 147ACTIVACIÓN CONDUCTUAL EN CÁNCER: REVISIÓN DE TRATAMIENTOS Y EVIDENCIAS

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    administró un protocolo de evaluación desíntomas, estado emocional y funcional i -dad. Durante la sesión, el paciente cumpli-mentaba los instrumentos de evaluaciónestandarizados y describía su situación per-sonal en cada uno de los ámbitos examina-dos. En ningún momento se prestó atencióndiferencial a los déficits o competencias delos pacientes en relación al afrontamientode su situación actual, ni se les proporcionóentrenamiento en ningún procedimientopsicológico.

    La intervención (AC) apl icada a los pa-c ientes de l g rupo exper imenta l (G .E . ) seestructuró para proporc ionar una expl ica-c ión contextua l - func iona l de los prob le -mas/ l imi tac iones de l pac iente y paraact ivar a la persona en la d i recc ión demantener/restab lecer ac t iv idades re le -vantes y ru t inas cot id ianas , inc rementaract iv idades grat i f i cantes , e l iminar con-ductas de enfermedad, y modi f icar e l pa-trón de evitación experiencial . Durante lasses iones , e l te rapeuta enseñaba a l pa -c iente a anal izar en términos contextualessu conducta ( rut inas cot id ianas, s íntomasy l imitac iones f ís icas, emociones y pensa-mientos/preocupac iones sobre la en fer -medad y tratamiento). Se perseguía que lapersona aprendiese a observar la re lac iónentre lo que hace, s iente, p iensa y lo queocurre en su entorno. Y , en consecuencia,a ident i f icar los eventos/condic iones quemant ienen y/o debi l i tan comportamientosconcretos . Se ana l i zaban tanto las con-ductas saludables como las conductas deenfermedad y de evi tac ión (de pensamien-tos/emoc iones en re lac ión a la en ferme-dad y t ratamiento oncológico) . E l objet ivoú l t imo era es tab lecer , con e l pac iente (yal legados) , un compromiso act ivo para fo-mentar sus prop ias competenc ias/habi l i -dades y mantener las ac t iv idadesrelevantes y grat i f icantes de su v ida.

    El proceso de las sesiones, de acuerdo ala lógica de la AC, se ajustó siempre al casoparticular. El análi sis funcional de la con-ducta constituyó el procedimiento funda-mental para determi nar las metas y tareasde la intervención para cada caso y en cadasesión. Se es tructuraron y programaron ta-reas para casa encaminadas al manteni-miento de rutinas cotidianas gratificantes, yque tuviesen una alta probabilidad de refor-zamiento en el entorno personal y famil iardel paciente. Se buscaba movilizar los pro-pios recursos del paciente y también provo-car un cam bio de contingencias en elentorno. Así, durante la sesión, se solicitaba

    al paciente/allegados que propusiesen po-sibles solu ciones a sus problemas/limitacio-nes. Sólo cuando se carecía de repertoriosadecua dos, se entrenaban habilidades espe-cíf icas. Se comprobaba que la persona nosólo supiese qué hacer y cómo, sino cuándoy dónde o en qué condiciones actuar. Esdecir, que además de “saber qué hacer” su-piese reconocer las “contingencias” que conalta probabil idad fortalecerían conductassaludables y relevantes para la persona. En-tonces, se solicitaba su com promiso paraactuar (a pesar de la enfer medad o el estadode ánimo) y observar los resultados. Encada sesión, la psicóloga y el paciente revi-saban el cumplimiento y resultados de lastareas, y se analizaba la función que desem-peñaban las actividades para la mejora desu calidad de vida y es tado emocional.

    Las técnicas más empleadas fueron laauto-observación y registro, el ensayo y mo-delado de conducta, la ela boración de jerar-quías de actividad, la programación deconductas y el manejo de contingencias, laresolución de pro blemas, el entrenamientoen habilidades sociales, y el uso de metáfo-ras y ejercicios experienciales para facilitarla aceptación y distanciamiento de emocio-nes y pensa mientos.

    Resultados de las intervenciones En los estudios del grupo de Hopko en

    los que se aplicó un solo t ipo de interven-ción (Hopko et al., 2005, 2008), los análisisestadísticos revelaron una mejoría significa-tiva en la evaluación post-tratamiento res-pecto al pre-tratamiento en las medidas dedepresión (CES-D, BDI-I I , HRSD), ansiedad(BAI), cal idad de vida (QOLI) y resultadosmédicos (SF-36). Estas mejorías fueron clí-nicamente signif icativas (tamaños delefecto de moderados a grandes) y se mantu-vieron en el seguimiento a los 3 meses. Elcambio clínico fue mayor en las medidas dedepresión que en las demás medidas de re-sultado (QOLI, SF-36, BAI).

    En los estudios en los que se aplicaron laTACD y la TSP (Hopko et al., 2011, 2013) seencontraron los siguientes resultados. En elestudio de Hopko et al. (2011) se produjeronmejorías post-tratamiento en depresión(BDI-I I , HRSD), refuerzo ambiental (EROS),ansiedad somática (BAI), cal idad de vida(QOLI), funcionamiento social (MSPSS) y enlas ocho dimensiones de resultados médicos(SF-36). Las mejorías fueron cl ínicamentesignificativas (tamaños del efecto de mode-rados a grandes) en todas las variables deresultado (depresión, ansiedad y calidad de

  • 148 SONIA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, CELINA PADIERNA SÁNCHEZ, JOSÉ LUIS BESTEIRO GONZÁLEZ Y MARINO PÉREZ ÁLVAREZ

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    vida). Los tamaños del efecto fueron tam-bién significativos, pero menos robustos enapoyo social (MSPSS) y resultados médicos(SF-36). No hubo diferencias signif icativasen los resultados en función de si las pa-cientes estaban bajo tratamiento con anti-depresivos o ansiol ít icos, o no. El análisisde los datos de los seguimientos no mostrócambios en la dirección de los niveles delpre-tratamiento. Incluso varias pacientes decada grupo continuaron mejorando a lolargo de los seguimientos. Las pacientes delgrupo de la TACD continuaron mejorarontras f inalizar el tratamiento en mayor nú-mero de variables que las pacientes delgrupo de la TSP.

    Las ratios de respuesta y remisión combi-nadas basadas en el BDI-I I fueron del 70%en la TACD y del 81% en la TSP, y las basa-das en la HRSD fueron del 78% en la TACD ydel 81% en la TSP. Estas ratios no guardaronrelación con que las pacientes estuvierantomando psicofármacos o no, y no hubo di-ferencias significativas entre los tratamien-tos en base a estas ratios.

    En el estudio de Hopko et al . (2013), losanálisis detectaron una reducción significa-t iva de la depresión (CES-D) y de la idea-ción suicida ( ítems de ideación suicida delBDI-I I y de la HRSD) y un incremento signi-f icativo de la esperanza (ítem de esperanzade la CES-D) en el post-tratamiento, perono se encontraron diferencias significativasentre los t ratamientos. Estos cambios semantuvieron en los 12 meses de segui-miento. Dos años después del estudio76/78 pacientes seguían vivos y, en gene-ral, ref ir ieron mantener la mejoría logradacon el tratamiento. Los dos pacientes res-tantes fal lecieron por cáncer.

    En los estudios de Fernández et al. (2011,2014) los pacientes no presentaron sintoma-tología ansiosa ni depresiva (HAD) con sig-nif icación cl ínica en ningún momento demedida. En el primer trabajo (Fernández etal. , 2011) los pacientes con cáncer de pul-món que recibieron AC presentaron menosfalta de apetito (autoinforme y entrevistaclínica), menos dificultades para dormir (au-toinforme y entrevista clínica), menor ansie-dad y depresión (autoinforme y entrevistacl ínica, HAD y QLQ-C30. EF), mejor estadogeneral (EG) y mayor recuperación de la ac-tividad doméstica y de ocio (autoinforme yentrevista clínica) que los pacientes del G.C.Estas diferencias fueron estadísticamentesignificativas.

    Los pacientes con cáncer de mama querecibieron AC presentaron menos cansancio

    (autoinforme y entrevista c l ín ica) , mayorcuidado personal (autoinforme y entrevistacl ín ica) , peor funcionamiento cognit ivo(QLQ-C30. CF) y peor función de rol (QLQ-C30. RF) que los pacientes del G.C. Estasdiferencias fueron estadísticamente signifi-cat ivas. En ambos grupos se observó unarecuperación paulatina de la actividad do-méstica y de ocio a lo largo del tratamientoy en el seguimiento. Esta recuperación fuemayor en el grupo de AC, pero no hubo di-ferencias signif icativas entre grupos.

    En el estudio de Fernández et al. (2014)se encontraron diferencias estadísticamentesignificativas entre grupos a favor del grupode AC en Estado General (EG), en las subes-calas de la HAD, en Funcionamiento Emocio-nal (QLQ-C30. EF), y en pérdida de apetito,estreñimiento, dolor y dificultad para tragar(QLQ-LC-13). El Estado de Salud (SP), la va-loración médica ( IK) y la cal idad de vida(QLQ-C30. QoL) en los seguimientos fueronmejores en los pacientes del grupo de AC,aunque las diferencias entre grupos no fue-ron estadísticamente significativas.

    El funcionamiento f ísico (QLQ-C30. PF)mejoró en el grupo de AC, aunque progresi-vamente fue empeorando, mientras que enel G.C. empeoró y se mantuvo así hasta elfinal. El funcionamiento cognitivo (QLQ-C30.CF) mejoró a lo largo del tiempo en el grupode AC y empeoró en el G.C. El funciona-miento de rol (QLQ-C30. RF) mejoró en elgrupo de AC durante la intervención y, aun-que se deterioró levemente en el primer se-guimiento, se recuperó en los siguientes. ElG.C. mostró peores puntua ciones, pero me-joró en los seguimientos. El funcionamientosocial (QLQ-C30. SF) mejoró en ambos gru-pos a través del tiempo, pero el grupo de ACmejoró más. Esta diferencia se captó esta-dísticamente.

    Durante el trata miento con quimioterapialos pacientes de ambos grupos parecierontener un adecuado control de los síntomasde la enfermedad y tratamiento (QLQ-LC-13).La mayoría de los síntomas estaban máspresen tes en el G.C. y se mantenían en eltiempo, mientras que el grupo de AC mejoróa lo largo de las sesiones y sólo empeoró enel seguimiento. La interacción se captó es-tadísticamente e indicó una mejor situacióndel grupo de AC respecto a varios síntomas(dolor en el bra zo, boca seca y hemoptisis).

    AdhesiónEn dos de los seis estudios revisados

    (Hopko et al . , 2005, 2008) se recogió infor-mación sobre la adhesión, entendida como

  • 149ACTIVACIÓN CONDUCTUAL EN CÁNCER: REVISIÓN DE TRATAMIENTOS Y EVIDENCIAS

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    el cumplimiento de los pacientes de las ta-reas asignadas durante la terapia. La adhe-sión se calculó div idiendo el número detareas completadas entre el número de ta-reas asignadas. Se encontró una adhesiónmedia del 78% (Hopko et a l . , 2005) y del82% (Hopko et al . , 2008). Otro dato de in-terés sobre la adhesión, que recoge uno delos estudios (Hopko et a l . , 2008), es quelos dos pacientes con menor adhesión tu-vieron menor probabi l idad de mostrar uncambio cl ínicamente signif icativo (según elÍndice de Cambio Fiable) en la mayoría delas medidas.

    Satisfacción con la intervenciónLa sa t i s facc ión con l a t e rap ia se eva -

    luó en t res de los se is estudios rev isados(Hopko e t a l . , 2005 , 2008 , 2011 ) . Entodos e l l os l os pac ien tes se mos t ra ronmuy sat is fechos .

    LimitacionesLos estudios revisados presentan una

    ser ie de l imitaciones. Algunas t ienen quever con las caracter íst icas de la muestra.En varios estudios el tamaño de la muestraes pequeño (Hopko et a l . , 2005, 2008).Otros estudios (Fernández et a l . , 2011,2014; Hopko et al. , 2011, 2013) cuentan conmuestras más grandes, pero mayori tar ia-mente caucásicas y compuestas por pacien-tes con cáncer de mama o cáncer depulmón, lo que l imita la general ización delos resultados. En los estudios del grupo deFernández (Fernández et al. , 2011, 2014), lapérdida de pacientes con cáncer de pulmónfue elevada y, aunque estuvo relacionadacon la evolución de la enfermedad (hospi-tal ización o fal lecimiento), l imita la poten-cia de los resultados.

    Otras l imi tac iones son las re lat ivas a ld iseño de l estudio . Var ios t rabajos care-cen de grupo control (Hopko et a l . , 2005,2008, 2011, 2013) y de seguimiento a largoplazo (Fernández et al . , 2011; Hopko et al . ,2005, 2008).

    Una cuestión importante es que el estu-dio permita conocer los mecanismos respon-sables del cambio. Un problema relacionadocon esta cuestión es la inclusión en el trata-miento de una serie componentes sin eva-luar posteriormente los resultados de losmismos. Esto ocurre en varios estudios revi-sados. En uno de el los se aplica un trata-miento multicomponente (Hopko et al . ,2008) y en otros se aplica la TSP (Hopko etal., 2011, 2013) sin evaluar específicamentelos cambios que se esperan conseguir fruto

    de esas intervenciones. Estas l imitacioneshacen necesario tener precaución a la horade concluir cuáles fueron los factores res-ponsables del cambio.

    Los estudios revisados también presen-tan una serie de l imitaciones relacionadascon la evaluación. En el estudio de Hopko etal. (2008), los mismos profesionales queaplicaron los tratamientos realizaron la eva-luación, lo que pudo suponer un sesgo enesta última. En el estudio de Fernández et al.(2011), la AC implicó describir la topografíay funcionalidad de las conductas, lo quepudo facilitar una valoración más objetiva yfiable de las relaciones de pareja y sexualesen el grupo que recibió esta intervenciónfrente al G.C. En este último se pidió al su-jeto una valoración (en la entrevista o me-diante cuestionarios estandarizados) y, confrecuencia en presencia de familiares, lo quepudo condicionar que las respuestas estu-viesen medidas por la deseabilidad social.

    En cuanto a los instrumentos empleadosen la evaluación, en algunos estudios seaplicaron instrumentos con l imitaciones,como la ADIS-IV, y poco investigados en pa-cientes oncológicos (Hopko et al . , 2008,2011). En el estudio de Hopko et al. (2013),la ideación suicida y la esperanza se midie-ron sólo a través de ítems individuales deinstrumentos de autoinforme estandariza-dos, y el seguimiento telefónico que se rea-lizó a los dos años se redujo básicamente arecoger datos de supervivencia. Por otrolado, algunas medidas sólo se aplicaron enalgunos momentos de evaluación (Hopko etal., 2008, 2011) y, a pesar de que en variosestudios algunos pacientes presentabantrastornos de ansiedad comórbidos (Hopkoet al . , 2008, 2011, 2013), en ninguno deellos se evaluó la evolución de los mismos.

    DISCUSIÓN

    Las bases de datos consultadas y los cri-terios de búsqueda (términos y periodo detiempo), permiten concluir que se ha reali-zado una revisión exhaustiva sobre el objetode estudio. A pesar de ello, sólo se encon-traron seis artículos sobre resultados de in-tervenciones basadas en AC aplicadas apacientes oncológicos. Y todos estos traba-jos fueron publicados por dos grupos de in-vestigadores.

    Las muestras de los diferentes estudiosson heterogéneas en cuanto a la enferme-dad (tipo de cáncer, estadio de la enferme-dad, momento del proceso oncológico), la

  • 150 SONIA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, CELINA PADIERNA SÁNCHEZ, JOSÉ LUIS BESTEIRO GONZÁLEZ Y MARINO PÉREZ ÁLVAREZ

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    presencia de trastorno mental, el consumode psicofármacos y los antecedentes psico-patológicos. Esta pluralidad dificulta que sepuedan extraer conclusiones generales enbase a los resultados de los estudios revisa-dos. Por otro lado, el reducido tamaño de lamuestra de algunos estudios l imita la vali-dez externa de los resultados y dificulta laevaluación de los predictores de los resulta-dos del tratamiento.

    Todas las intervenciones fueron breves,se apl icaron en formato indiv idual y sebasan en los mismos fundamentos contex-tuales. Los t rastornos emocionales se s i -túan en las c ircunstancias de la vida de lapersona, y la intervención favorece que laspersonas actúen ante tales circunstanciasde modo que mantengan la implicación conaquel lo de valor para e l los. No obstante,se identif ican algunas diferencias entre losobjet ivos y procedimientos de cada grupoque recuerdan a algunas de las apuntadaspor Barraca entre la TACD y la Act ivac iónConductual (en lo sucesivo AC) (Barraca,2009) . Desde la TACD (Lejuez, Hopko yHopko, 2001) se enfat iza el papel que, enel mantenimiento de los problemas emo-cionales, desempeña el reforzamiento po-sit ivo de las conductas depresivas. De estemodo, se estructura la intervención paraactivar a las personas hacia unos objetivosconcretos. Se busca incrementar conductassaludables reforzadas posit ivamente en elentorno cotidiano de la persona y, alterna-t ivamente, e l iminar cualquier reforza-miento de las conductas depresivas. Laprogramación de act iv idades y la autoob-servación y regist ro son las estrategiasclaves de la terapia. Por su parte, la AC (Ja-cobson, Marte l l y Dimidj ian, 2001) consi -dera que en la base de los problemasemocionales está la evi tación de determi-nadas condiciones de la vida de las que de-penden, en def in i t iva, las grat i f icac ionescotidianas. Así , el procedimiento para quelas personas logren un mayor contacto conlas fuentes de reforzamiento, se d i r ige aincrementar la act ivación y a desactivar laevi tac ión. La AC, a d i ferencia de la TACD,establece como central e l anál is is funcio-nal de la conducta para identi f icar los pa-t rones evi tac ión. Estas d i ferencias en losobjet ivos y formas de proceder entre la ACy la TACD se ident i f ican en los estudiosaquí revisados.

    Respecto a los objetivos, ambos gruposde investigadores buscaron aumentar elcomportamiento saludable, reducir el com-portamiento depresivo y favorecer la impli-

    cación de los pacientes en actividades acor-des con sus valores. Pero sólo las interven-ciones del grupo de Fernández tenían comoobjetivo modificar el patrón de evitación ex-periencial. Lo que sitúa a este grupo en unalínea de intervención más próxima a la AC(Jacobson, Martell, Dimidjian, 2001).

    En lo que se refiere a procedimientos ytécnicas, las jerarquías de actividad, la pro-gramación de actividades, y la autoobserva-ción y registro fueron las técnicas másempleadas en las intervenciones del grupode Hopko. En las intervenciones del grupode Fernández estas técnicas también fueronmuy utilizadas, pero el análisis funcional dela conducta fue el procedimiento fundamen-tal. Durante la terapia se enseñaba a los pa-cientes a analizar su conducta en términoscontextuales, algo que no forma parte de lasintervenciones del grupo de Hopko, y elanáli sis funcional fue determinante para es-tablecer las metas y tareas de la interven-ción para cada caso y en cada sesión.

    En relación al entrenamiento en habilida-des sociales y de resolución de problemas,en las intervenciones del grupo de Fernán-dez se entrenaban habil idades específ icascuando el paciente carecía de repertoriosadecuados. Sin embargo, sólo en uno de losestudios del grupo de Hopko (Hopko et al.,2008) se alude al entrenamiento en habil i -dades de solución de problemas, y tal comose plantea se deduce que se entrena a todoslos pacientes.

    Por otro lado, en las intervenciones delgrupo de Fernández se aborda la evitaciónexperiencial. En los estudios se hace refe-rencia a la inclusión de ejercicios experien-ciales para faci l i tar la aceptación ydistanciamiento de emociones y pensamien-tos. Mientras que sólo en uno de los estu-dios del grupo de Hopko (Hopko et al., 2011)se hace referencia a la realización de ejerci-cios de exposición a la experiencia de reci-bir el diagnóstico y vivir con cáncer.

    En cuanto a las principales variables eva-luadas, en ambos grupos se atendió al es-tado emocional, la condición f ísica y lacalidad de vida. Aunque hay diferencias enlos procedimientos e instrumentos emplea-dos para la evaluación de estas variables.Ambos grupos de investigadores incluyeroncomo medidas de resultado escalas estan-darizadas, pero el grupo de Fernández con-sideró también y pone el énfasis en losdatos recogidos mediante autoinforme y en-trevista clínica. En concreto datos relativosa la frecuencia e intensidad de síntomas deenfermedad y/o tratamiento, afectación de

  • 151ACTIVACIÓN CONDUCTUAL EN CÁNCER: REVISIÓN DE TRATAMIENTOS Y EVIDENCIAS

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    la autonomía personal, actividad doméstica,laboral, ocio, relaciones familiares y socia-les y alteraciones emocionales. Teniendo encuenta los fundamentos de la AC, se consi-dera muy importante que se incluyan comomedidas de resultado datos relativos a laactividad de los pacientes en las diferentesáreas vitales. Por un lado, porque la activi-dad es el foco de intervención de la terapia;y por otro, porque estas medidas permiti-rían atribuir con más certeza los resultadosde la intervención a los principios activos dela terapia. A pesar del interés de este t ipode medidas, se sugiere que la preponderan-cia de estudios en la l iteratura que empleancasi únicamente escalas estandarizadas, po-dría tener que ver con un cierto sesgo edito-rial en la selección de estos trabajos desdeun pretendido mayor rigor metodológico.

    En los estudios del grupo de Hopko seencontraron mejorías tras aplicar los trata-mientos en depresión, ansiedad, calidad devida, resultados médicos e ideación suicida.Y los cambios se mantuvieron en los segui-mientos. En los trabajos en los que se estu-diaron la TACD y la TSP, se produjeronmejorías en los pacientes que recibieronambos t ipos de intervenciones, con ciertaventaja de la TACD teniendo en cuenta loscambios en los seguimientos.

    En los estudios del grupo de Fernández,los pacientes con cáncer de pulmón que re-cibieron la intervención presentaron menossíntomas de la enfermedad y/o tratamiento,menos ansiedad y depresión, mayor recupe-ración de actividades, mayor cal idad devida, y mejor funcionamiento físico, emocio-nal, cognitivo, de rol y social que los pacien-tes de los grupos controles. No obstante, enlos seguimientos se observó un empeora-miento en algunas de estas medidas. Losdatos recogidos en pacientes con cáncer demama no reflejan un beneficio claro en lospacientes que recibieron la intervención res-pecto a los pacientes del grupo control.

    Para valorar estos resultados es impor-tante tener en cuenta que todos los pacien-tes de los estudios del grupo de Hopkocumplían los criterios de depresión mayoren la pre-evaluación, mientras que muchosde los pacientes de los estudios del grupode Fernández no presentaban malestar emo-cional cl ínicamente signif icativo. Este as-pecto pudo l imitar los resultados de laintervención en los estudios de este últimogrupo al haber menos margen de mejora.

    También es importante considerar lamayor implicación en actividades durante eltratamiento y el seguimiento de las pacien-

    tes con cáncer de mama respecto a los pa-cientes con cáncer de pulmón en el estudiode Fernández et al . (2011). Esta diferenciapodría explicar la util idad diferencial de laintervención en pacientes con cáncer de pul-món y pacientes con cáncer de mama. Esteargumento, planteado por los autores deltrabajo, encuentra respaldo en los resulta-dos en actividad doméstica y de ocio deestos pacientes y en el hecho de que los pa-cientes con cáncer de mama fuesen mayori-tariamente mujeres con cargas famil iaresque tendrían mayor dificultad para delegarsu actividad cotidiana. Además, el manteni-miento de las actividades que se observa enambos grupos podría explicar, según los au-tores, que el estado emocional no se en-cuentre especialmente alterado. Estosresultados apoyarían la relevancia de unaintervención basada en la AC para el trata-miento de pacientes oncológicos durante eltratamiento con quimioterapia. Se plantea-ría una estrategia idónea para actuar frenteal progresivo abandono de actividades demuchos enfermos oncológicos.

    Los resultados de las intervenciones es-tudiadas dan cuenta de la util idad de la ACpara la prevención y el tratamiento de lostrastornos emocionales en pacientes onco-lógicos. Se encuentran buenos resultadostanto en pacientes con trastorno mentalcomo en aquellos sin malestar emocionalclínicamente significativo. Y el hecho de quelos pacientes con cáncer de mama, que nopresentaban malestar emocional signif ica-tivo y mantenían su implicación en activida-des, no se beneficiasen en gran medida dela intervención, tiene sentido de acuerdo alplanteamiento de la terapia y apoya la teo-ría que la sustenta. Es esperable que aque-llas personas que mantengan la implicaciónen actividades relevantes y agradables, quejusto es el objetivo central de la AC, presen-ten menos malestar emocional.

    Consideramos importante señalar el mé-rito de los resultados, sobre todo tratán-dose de intervenciones tan breves yaplicándose, en algunos estudios, a pacien-tes sin malestar emocional clínicamente sig-nif icativo. Algunos resultados, además,reflejan la buena acogida de la intervenciónpor parte de los pacientes. En los estudiosen los que se recogió información sobre laadhesión (Hopko et al., 2005, 2008) y la sa-tisfacción con la intervención (Hopko et al.,2005, 2008, 2011), se encontró una alta ad-hesión de los pacientes a las tareas asigna-das durante la terapia, así como una altasatisfacción con la intervención.

  • 152 SONIA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, CELINA PADIERNA SÁNCHEZ, JOSÉ LUIS BESTEIRO GONZÁLEZ Y MARINO PÉREZ ÁLVAREZ

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    DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192

    A pesar de los buenos resultados de lasintervenciones estudiadas, la heterogenei-dad de los estudios, sus l imitaciones, y al-gunos resultados, como el empeoramientode los pacientes en algunas variables en losseguimientos, hacen necesario el desarrollode nuevos trabajos para conocer las condi-ciones específicas de los pacientes (tipo detumor, situación clínica, fase de la enferme-dad,…) y de la intervención (duración, mo-mento de inicio, componentes,…) quemejorarían la eficacia, efectividad y eficien-cia de la misma, así como el mantenimientode los logros a largo plazo.

    Aunque los estudios revisados presentanuna serie de limitaciones, se consideran tra-bajos de calidad. En su valoración es impor-tante tener en cuenta la dif icultad queentraña el objeto de estudio. Valgan comoejemplos la dificultad que supone el accesoa muestras homogéneas o la recogida dedatos de seguimiento en pacientes oncoló-gicos. No obstante, en base a las limitacio-nes, se considera importante que losfuturos trabajos incluyan grupo control, se-guimientos a largo plazo y que evalúen loscambios en los procesos específicos objetode intervención, sobre todo si se trata deestudios de comparación de tratamientos.Esto permitirá conocer la utilidad diferencialde cada uno de los componentes de los mis-mos. Otra cuestión importante, dada la altacomorbilidad entre ansiedad y depresión, esque los estudios incluyan medidas de ansie-dad en los diferentes momentos de evalua-ción. Conocer los resultados de la AC en eltratamiento de la ansiedad permitirá dise-ñar e implementar intervenciones óptimaspara la situación clínica de los pacientes.

    CONCLUSIONES

    La depresión es un trastorno muy preva-lente en pacientes oncológicos, por lo quese considera fundamental contar con inter-venciones psicológicas eficaces para su tra-tamiento. Aunque diferentes tratamientospsicológicos se han mostrado eficaces en elabordaje de la depresión, el proceso onco-lógico tiene una serie de implicaciones quehacen necesario revisar sus resultadoscuando se aplican a pacientes con cáncer.

    De entre los diferentes tratamientos,consideramos que la terapia de AC puedeser un tratamiento especialmente úti l parapacientes oncológicos. Con el objetivo devalorar esta consideración, realizamos unarevisión de los artículos publicados en los

    últimos años que recogían los resultados deintervenciones psicológicas basadas en laAC aplicadas a pacientes con cáncer.

    Los resultados de los estudios revisadosreflejan la util idad de la AC para la preven-ción y el tratamiento de los trastornos emo-cionales de pacientes oncológicos. Noobstante, se considera necesario el desarro-l lo de nuevos estudios que permitan cono-cer qué características de los pacientes y/ode la intervención mejorarían los resultadosde la misma.

    Se sugiere, finalmente, que las implicacio-nes de la AC en el cáncer pueden ir más alláde su utilidad clínica en el abordaje de lostrastornos emocionales. La AC pasa por re-orientar a la persona hacia las condiciones desu vida cotidiana que puedan ofrecerle refor-zamiento positivo. De manera que la estrate-gia de controlar las amenazas para aliviar elmalestar, resulte para la persona tan innece-saria como inútil para retomar la vida. El per-sonal sanitario y los allegados del pacientedesempeñan un papel muy importante parafacilitar la estrategia de activación. Frente aorientar hacia comportamientos como elabandono, delegación de tareas, control demalos pensamientos, etc., que llegan a con-vertirse en el problema a solucionar; el ob-jetivo radica en -activar- hacia experienciasy situaciones relevantes aunque cotidianasque, en definitiva, son las que pueden pro-porcionar a las personas las mejores condi-ciones de su vida. De este modo la AC sería,además de una intervención psicoterapéu-tica, un planteamiento para el afronta-miento del cáncer.

    AgradecimientosEste trabajo ha sido realizado gracias a la financia-

    ción de la Ficyt (Ref. BP13141) y del Ministerio de Eco-

    nomía y Competitividad del Gobierno de España

    (Proyectos I+D+I. Ref. PSI2014-55594-P).

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  • 153ACTIVACIÓN CONDUCTUAL EN CÁNCER: REVISIÓN DE TRATAMIENTOS Y EVIDENCIAS

    REVISTA ARGENTINA

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