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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 Buenos Aires, octubre 2011 # Trabajo elaborado para la Conferencia 2011 del Boletín Informativo Techint “América Latina y la abundancia de recursos naturales: ¿Bendición o maldición?”. Se agradecen los intercambios con Diego Barril, Ramiro Moya, Oscar Natale y con los organizadores de la mesa de la Conferencia, en especial José M. Fanelli y Susana Szapiro. Se agradece también el apoyo de investigación de Oscar Natale en las estimaciones del Anexo 1. Las opiniones, errores y omisiones de este trabajo son de exclusiva responsabilidad del autor. * Economista Jefe de FIEL y Profesor Titular de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de La Plata. Documento de Trabajo N° 108 ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA# F. Navajas* FIEL Fundación de I nvestigaciones Económicas Latinoamericanas

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

Buenos Aires, octubre 2011

# Trabajo elaborado para la Conferencia 2011 del Boletín Informativo Techint “América Latina y la abundancia de recursos naturales: ¿Bendición o maldición?”. Se agradecen los intercambios con Diego Barril, Ramiro Moya, Oscar Natale y con los organizadores de la mesa de la Conferencia, en especial José M. Fanelli y Susana Szapiro. Se agradece también el apoyo de investigación de Oscar Natale en las estimaciones del Anexo 1. Las opiniones, errores y omisiones de este trabajo son de exclusiva responsabilidad del autor. * Economista Jefe de FIEL y Profesor Titular de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de La Plata.

Documento de Trabajo N° 108

ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y

ENFERMEDAD HOLANDESA#

F. Navajas*

FIEL

Fundación de I nvestigaciones Económicas Latinoamericanas

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QUÉ ES FIEL?

La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, FIEL, es un organismo de investigación privado, independiente, apolítico y sin fines de lucro, dedicado al análisis de los problemas económicos de la Argentina y América Latina. Fue fundada en 1964 por las organizaciones empresarias más importantes y representativas de la Argentina, a saber: la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina. FIEL concentra sus estudios en la realización de investigaciones en economía aplicada, basadas en muchos casos en el procesamiento de la estadística económica que elabora directamente la institución. Estas investigaciones abarcan áreas diversas, tales como economía internacional, mercado de trabajo, crecimiento económico, organización industrial, mercados agropecuarios, economía del sector público, mercados financieros. En los últimos años la Fundación ha concentrado sus esfuerzos en diversas líneas de investigación relacionadas con el sector público y su intervención en la economía, trabajos que han hecho de FIEL la institución local con mayor experiencia en este área. Dentro de esta temática, ocupa un lugar destacado el estudio y la propuesta de soluciones económicas para los problemas sociales (educación, salud, pobreza, justicia, previsión social). Recientemente se han incorporado nuevas áreas de investigación, tales como economía de la energía, medioambiente, economía del transporte y descentralización fiscal. El espíritu crítico, la independencia y el trabajo reflexivo son los atributos principales de las actividades de investigación de FIEL. Por la tarea desarrollada en sus años de existencia, FIEL ha recibido la "Mención de Honor" otorgada a las mejores figuras en la historia de las Instituciones-Comunidad-Empresas Argentinas, y el premio "Konex de Platino" como máximo exponente en la historia de las "Fundaciones Educacionales y de Investigación" otorgado por la Fundación Konex. La dirección de FIEL es ejercida por un Consejo Directivo compuesto por los presidentes de las entidades fundadoras y otros dirigentes empresarios. Dicho órgano es asistido en la definición de los programas anuales de trabajo por un Consejo Consultivo integrado por miembros representativos de los diferentes sectores de la actividad económica del país, que aportan a FIEL los principales requerimientos de investigación desde el punto de vista de la actividad empresarial. Un Consejo Académico asesora en materia de programas de investigación de mediano y largo plazo. Los estudios y las investigaciones son llevados a cabo por el Cuerpo Técnico, cuya dirección está a cargo de tres economistas jefes, secundados por un equipo de investigadores permanentes y especialistas contratados para estudios específicos.

AV. CORDOBA 637-4° PISO- (C1054AAF) BUENOS AIRES-ARGENTINA

TEL. (5411) 4314-1990-FAX (5411) 4314-8648

[email protected]

WWW.FIEL.ORG

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CONSEJO DIRECTIVO Presidente: Dr. Juan P. Munro Vicepresidentes: Ing. Víctor L. Savanti Ing. Juan C. Masjoan Ing. Manuel Sacerdote Secretario: Ing. Franco Livini Prosecretario: Sr. Alberto L. Grimoldi Tesorero: Dr. Mario E. Vázquez Protesorero: Dr.Alberto Schuster Vocales: Guillermo E. Alchourón, Juan Aranguren, Gerardo Beramendi, Hugo Biolcati (Presidente de la Sociedad Rural Argentina), Matías Brea, Alejandro Bulgheroni, José M. Dagnino Pastore, Carlos de la Vega (Presidente de la Cámara Argentina de Comercio), Jorge Ferioli, Carlos Franck, Adelmo Gabbi (Presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires), Enrique Humanes, Hugo Krajnc, Alberto J. Martínez, Daniel Pelegrina (Sociedad Rural Argentina), Pablo Pérez Marexiano, Luis Ribaya, Rodolfo Roggio, Luis Sas. CONSEJO CONSULTIVO Luis Blasco Bosqued, Martín Carignani, Ernesto J. Crinigan, Horacio Cristiani, Enrique Cristofani, Carlos Alberto de la Vega, Martín del Nido, Horacio Delorenzi, Ciro Di Cecio, Daniel Di Salvo, François Eyraud, Jorge Goulu, Jorge A. Irigoin, Eduardo Mignaquy, Juan Luis Mingo, Javier Ortiz, Gustavo Ariel Perosio, Mario Quintana, Osvaldo J. Schütz, Juan Pedro Thibaud, Horacio Turri, Amadeo Vázquez, José María Vázquez, Gonzalo Verdomar Weiss, Gustavo Verna. CONSEJO ACADEMICO Miguel Kiguel, Manuel Solanet, Mario Teijeiro CUERPO TÉCNICO Economistas Jefe: Daniel Artana, Juan Luis Bour (Director), Fernando Navajas, Santiago Urbiztondo

Economistas Asociados: Sebastián Auguste, Walter Cont.

Economistas Senior: Marcela Cristini, Cynthia Moskovits, Ramiro A. Moya, Mónica Panadeiros, Abel Viglione.

Economistas: Guillermo Bermudez, Nuria Susmel, Ivana Templado.

Investigadores Visitantes: Enrique Bour, Marcelo Catena, Diego Jorrat, Alfonso Martínez, Oscar Natale. Asistentes de Estadísticas: J. Cao, M. Cherkasky, J. Christensen, A. Davidovich, I. Horovitz, E. García Lembergman, J. Tavani, F. Velisone.  Entidad independiente, apolítica sin fines de lucro, consagrada al análisis de los problemas económicos y latinoamericanos. Fue creada el 7 de febrero de 1964. -FIEL, está asociada al IFO Institut Für Wirtschaftsforschung München e integra la red de institutos corresponsales del CINDE, Centro Internacional para el Desarrollo Económico. Constituye además la secretaría permanente de la Asociación Argentina de Economía Política.

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DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

INDICE

1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................................... 1 

2. BURBUJA ENERGÉTICA, MALDICIÓN Y BENDICIÓN. .............................................................................. 2 

3. ENERGÍA Y SHOCK DE TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO.......................................................................... 9 

4. CONCLUSIONES ................................................................................................................................................. 12 

ANEXO 1 .................................................................................................................................................................... 14 

COMPARANDO LA PARTICIPACIÓN DEL GAS NATURAL EN EL CONSUMO DE ENERGÍA DE LA ARGENTINA .................. 14 

ANEXO 2 .................................................................................................................................................................... 17 

EL IMPACTO DE LA ENERGÍA SOBRE LA EVOLUCIÓN DE TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO 2003-2011 ............................ 17 

REFERENCIAS ......................................................................................................................................................... 20 

Esta investigación es parte del Programa de Estudios de FIEL, aprobado por su Consejo Directivo, aunque no refleja necesariamente la opinión individual de sus miembros ni de las

Entidades Fundadoras o Empresas Patrocinantes.

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1. INTRODUCCIÓN

 La energía no renovable, que es la que todavía ocupa el grueso de la energía del planeta y una proporción abrumadora de la energía primaria de la Argentina1, proviene de recursos naturales no renovables que han  figurado históricamente en el  centro de  las hipótesis de maldición de abundancia de recursos naturales y de la denominada enfermedad holandesa. En rigor, el propio nombre de enfermedad holandesa adquirió vuelo a mediados de los años 70  como  una  representación  del  efecto  negativo  sobre  la  actividad  manufacturera ocasionado por la apreciación del tipo de cambio real causado por descubrimientos de gas natural en Holanda a  fines de los años 50. Es decir que se trató no de un shock de precios externos  sino  de  un  boom  de  abundancia  relativa  de  un  recurso  energético.  Del  mismo modo, los recursos energéticos han sido, junto a otros recursos naturales, actores primarios de casos que han inspirado la hipótesis de maldición de recursos, que explora el modo en ue  dicha  abundancia  actúa  negativamente  por  vías  directas  o  indirectas  sobre  el qcrecimiento de los países.    Ni ambas hipótesis de “maldición” y “enfermedad” son la misma cosa ni tampoco la energía es un elemento necesario para el contexto en que aquellas se estudian, ya que las hipótesis se  aplican  a  una  amplia  gama  de  recursos  naturales,  agotables  o  renovables.  Hacer  una taxonomía  de  modalidades  o  episodios  que  caractericen  a  ambas  hipótesis  escapa  a  los intereses de este breve ensayo. Más bien, el objeto del mismo está acotado y vinculado con la  interacción o rol que  juega  la energía en  la Argentina en  la nueva era de revalorización mundial  de  los  recursos  naturales.  Esta  nueva  era  ha  venido  caracterizada  por  mejoras sustanciales en los precios de las commodities que, junto con la expansión concomitante y endógena  de  la  producción  de  los  recursos  que  las  producen,  pueden  tener  efectos  de rimer orden de magnitud sobre la macroeconomía, el desarrollo y la estructura económica pde los países dotados con tales recursos.   Mirar el rol de la energía en el caso puntual de la Argentina frente a los riesgos de maldición de abundancia de recursos y de enfermedad holandesa provoca “emociones mixtas”. Es que ya  hace  más  de  un  lustro  que  diferentes  trabajos2  han  caracterizado  problemas  de funcionamiento  al  interior  del  sector  energético  argentino  que  resultan  ortogonales  o polares a los casos vinculados a la maldición o enfermedad de la abundancia. La Argentina ha  realizado  en  la  década  pasada  un  viraje  casi  monumental  de  su  confortable  posición exportadora neta de energía hacia una posición francamente  importadora. Dicho viraje se ha producido, para colmo, en una década sin precedentes en la suba del precio de la energía en  el  mundo.  En  suma,  si  uno  tuviera  que  usar  terminología  para  sintetizar  el  rol  de  la energía en el caso argentino debería usar más bien términos como “anti enfermedad”, dado que la transición de la abundancia a la escasez ha sido el rasgo distintivo de la década.  1 Según datos del Anuario Estadístico de BP (ver BP, 2011), en 2010 el consumo mundial de energía primaria era 12 mil millones de toneladas equivalentes de petróleo, de las cuales el petróleo y el gas natural participaban con un 57%. En el caso de la Argentina se reportan 77.1 millones de TOE, con el petróleo y el gas natural abarcando l 87% .   e

2 Ver, por ejemplo, Navajas (2006).  

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Poner en contexto este fenómeno es el objetivo central de este ensayo. Para ello nos vemos favorecidos  por  el  hecho  fortuito  de  que  la  vinculación  del  gas  natural  con  el  episodio histórico  que  dio  el  nombre  a  la  enfermedad holandesa  no  podría  ser más  pertinente  en nuestro caso. Ocurre que justamente es el gas natural el principal actor en el argumento y medición de este trabajo, por ser el principal energético de  la Argentina y el que describe una dinámica que marca el ritmo de los cambios más importantes que vamos a estimar. La evolución  de  la  producción  doméstica  del  gas  natural  juega  un  rol  central  tanto  en  la correcta apreciación de fenómenos de maldición o bendición de abundancia de un recurso omo  así  también  de  efectos  vinculados  con  shocks  de  términos  del  intercambio  del ccomercio exterior y el síndrome, por esta vía, de la enfermedad holandesa.   Nuestro enfoque hacia  el problema abordado va  a  ser  suficientemente amplio y  reflexivo para estar a la altura del estilo, los interrogantes y los desafíos planteados en la Conferencia para la que este trabajo contribuye. Nuestras hipótesis de trabajo son básicamente dos. La primera,  que desarrollamos  en  la  sección 2,  busca  redefinir  el  problema de maldición de abundancia de recursos naturales apartándonos de la discusión o debates planteados en la literatura recibida. El tipo de maldición a que nos vamos a referir en nuestro caso es otra cosa. Se refiere a una suerte de burbuja energética causada por la abundancia de gas natural que, dando lugar a percepciones de precios muy bajos, facilita la penetración del mismo en la  matriz  energética  a  niveles  que  van  a  resultar  demasiado  elevados,  si  la  evolución productiva  del  sector  no  acompaña  un  salto  tecnológico  que  haga  sostenible  tal configuración de consumo. En una visión amplia de este  fenómeno, argumentamos que  la Argentina  se  encuentra  inserta  en  un  ciclo  de  abundancia‐escasez‐abundancia  que  está nfluido  por  una  demora  en  la  transición  desde  tecnologías  “convencionales”  a  “no iconvencionales”.    La segunda hipótesis, que desarrollamos en la sección 3, se refiere al rol de la energía como causante  de  un  efecto  de  “anti‐enfermedad”  holandesa.  En  este  sentido  es  menos especulativa o más directa que la anterior y se refiere al rol de la reversión de la posición exportadora  neta  de  la  energía  como mecanismo  compensador  del  efecto  positivo  en  los términos del intercambio con que la Argentina se benefició durante gran parte de la última década. Así, nuestro objetivo es el de aportar estimaciones simples del efecto cuantitativo sobre la evolución de los términos del intercambio del comercio exterior que este fenómeno introduce.  Conocer  la magnitud  de  este  efecto  es  importante  no  sólo  para  contextualizar mejor la discusión de enfermedad holandesa en la Argentina actual, sino para precisar qué ejamos de ganar o cuanto podemos todavía perder o recuperar en materia de términos del ntercambio del comercio exterior.  di 2. BURBUJA ENERGÉTICA, MALDICIÓN Y BENDICIÓN.

 Existen muchos casos en la discusión o debates económicos de las últimas décadas en que la “agenda”  se arma sobre  la base de alguna hipótesis que causa algarabío  inicial y  luego se relativiza, por no decir que se rebate o se reformula en versiones menos fuertes que la que (para  provocar  o  definir  la  agenda  de  debate)  se  postulara  inicialmente.  Estas  hipótesis 

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normalmente  no  se  deducen  de  teorías  o modelos,  sino  que  se  apoyan  en  observaciones empíricas.  La  teoría  o  teorización  viene  generalmente  después  de  la  instalación  del argumento,  en muchos  casos a modo de esfuerzos para demostrar porque  tales hipótesis pueden explicarse. Dos ejemplo claros de este fenómeno, en mi opinión, son la denominada curva de Kuztnetz ambiental  (que postula que  la contaminación aumenta con  la actividad conómica hasta un umbral en que luego empieza a caer)e 3 y la denominada maldición de los recursos naturales.   La hipótesis de la maldición tuvo una entrada en escena tan estelar como la de algunos de los  economistas  que  primero  la  difundieron.  Si  a  Tom Hanks,  en  el  papel  central  de  una película interpretativa de una historia moderna de Robinson Crusoe, le hubiera llegado por mar una botella con una copia del paper de Jeffrey Sachs y Andrew Warner (2001), después de  leerlo hubiera mirado a su entorno, pensado en  la proximidad al ecuador (¡que es una variable  ficticia  relevante  en  las  regresiones!)  y  exclamado  que  estaba  en  una  economía “maldita”. Economías (relativamente) abundantes en recursos naturales están condenadas a tener bajo crecimiento según la regularidad empírica encontrada en ese trabajo, a la que sobrevinieron  varias  estimaciones  alternativas  que  negaron  o  calificaron  los  resultados btenidos.o 4  Sin  embargo,  a  primera  vista  no  pareciera  razonable  que  ni  Robinson  ni  los habitantes de la pampa húmeda argentina puedan sentirse malditos por lo que tienen.    Pero en mi opinión no es el escrutinio econométrico el que más duro ha sido con la tesis de Sachs y Werner, sino más bien el de los historiadores económicos como Paul David y Gavin Wright  (ver  David  y  Wright,  1977  y  también  Wright  y  Czelusta,  2002).  En  un  paper fascinante, que mira la perspectiva histórica del desempeño de los recursos mineros en los Estados Unidos, estos autores habían mostrado (¡antes que se pusiera de moda la hipótesis de  la maldición!)  que  lejos  de  ser  algo  estático  y    utilizador  de  un  recurso  agotable,  los sectores  asociados  a  recursos  naturales  muestran  una  historia  muy  rica  de  progreso tecnológico y  aumentos  incrementales  en  conocimientos  específicos,  pasando a  constituir industrias  de    conocimiento  tecnológico  avanzado  y  transformándose  en  un  ingrediente genuino de un programa de desarrollo hacia adelante. Dos elementos que me  llamaron  la atención del paper de David y Wright (1977), sobre el desarrollo de los recursos mineros en Estados Unidos es el papel del sector de investigación basado en las universidades y el rol parentemente relativo que la evidencia que se describe parece concederle a la fortaleza o ainmovilidad de los derechos contractuales.    Además de varios papers técnicos que continúan examinando teóricamente los canales por los  que  la  hipótesis  puede  ocurrir,  trabajos  recientes  de  resumen  y  lectura  amplia  de  la 

3 Ver Mariana Conte Grand (2011) para una reseña de esta hipótesis dentro de un análisis muy amplio y rico del nómeno ambiental global y Mariana Zilio (2011) para una evaluación cuantitativa crítica de la hipótesis.    fe

4 Entre otros, por ejemplo, los trabajos de William Maloney (2007) en el Banco Mundial.  

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hp 

ipótesis  han  criticado  a  la  misma  y  condicionado  a  los  efectos  de  lo  que  las  políticas úblicas deben cuidar para evitar el síndrome.5  

Una maldición­bendición diferente De  todos  modos  el  término  de  “maldición”  nos  da  la  oportunidad  de  retener  la  frase cambiando la hipótesis a algo que sea relevante para el caso estudiado. El argumento es que luego  de  los  cuantiosos  descubrimientos  (a  los  fines  operativos)  de  yacimientos  de  gas natural realizados por la Argentina en los años 70, el país inició un fenómeno dinámico de penetración  del mismo  en  la matriz  energética,  hasta  superar  ampliamente  el  50% de  la oferta primaria. A la sombra de una generosa abundancia de gas natural,  la percepción de precios  bajos  llevó  a  un  proceso  de  sustitución  del  consumo  hacia  gas  natural  sin precedentes  en  los  sectores  residencial,  industrial,  eléctrico  y  hasta  de  transporte.  Todo este proceso se fortaleció en los años 90 con las reformas en el sector hidrocaburifero que ganaron eficiencia en la producción al tiempo que mostraron hacia fines de la década una fatiga  visible  en  la  expansión  de  las  reservas.  Con  una  demanda  joven  y  dinámica  y  una oferta convencional y madurando rápidamente, la Argentina entró en la última década con na  posición mucho menos  confortable  en materia  de  la  relación  reservas  a  consumo  o 

,

 

uproducción y finalmente a un energo‐crunch (ver al respecto Navajas  2006).   Visto  retrospectivamente,  la  Argentina  experimentó  una  época  de  abundancia  en  la disponibilidad  de  gas  natural  que  llevó  posiblemente  a  una  burbuja  respecto  a  las expectativas de su disponibilidad  futura,  lo que condujo a una penetración exagerada (en relación a los recursos disponibles a mediano plazo)6. La sostenibilidad de este fenomenal proceso de sustitución hacia el gas natural nunca fue evaluado crítica o preventivamente (a través de stress tests) por la política pública en los 90s, a pesar de que años atrás existieron informes técnicos que se manifestaron explícitamente al respecto.7 El optimismo y la auto indulgencia  pública  y  privada  hacia  un  desempeño  exitoso  en  materia  de  gas  natural, posiblemente  evitaron  que  se  examinara  críticamente  si  numerosas  decisiones descentralizadas  de  consumo  doméstico  y  exportación  –que  podían  tener  una  lógica individual  impecable‐  iban  a  poder  satisfacer  condiciones  de  balance  agregado  si  el desempeño  productivo  en  materia  de  descubrimientos  y  adición  de  reservas  no 

5 Ver, por ejemplo, José Pineda y Francisco Rodríguez (2010). El trabajo de Emily Sinnott, John Nash y Augusto de la Torre  (2010)   y  la exposición realizada por este último en  la Conferencia  son un ejemplo claro al respecto. Ayudan  a  considerar  con  más  cuidado  y  rigurosidad  el  argumento  de  David  y  Wright  (1977),  no  por  el argumento en sí sino porque el sector para el cual el caso se plantea (la minería) es el que ha sido señalado en estos estudios –sobre la base de la experiencia de centurias de nuestra región­ como el más peligroso en cuanto a conformar enclaves que no difundan conocimiento al  resto de  la  sociedad. La  interacción que David y Wright eñalan con el sistema universitario es algo crítico en este y en otros sectores que debe examinarse en cada caso.    s6 Este fenómeno ha ocurrido también en países, como el Reino Unido, que pasaron de la abundancia a la escasez de  gas  natural  en  pocos  años. Pero  en  este  caso,  existieron muchos  informes  públicos  y  privados  discutiendo anticipadamente el problema de provisión a futuro y los mecanismos de ajuste necesarios. Ver por ejemplo  POSC 2003) y David Hough (2005).  (7 Ver las referencias en Navajas (2008a) pags. 31­32. 

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evolucionaba  favorablemente  en  el  futuro.8  Si  esto  debe  reconocerse  como  una  falla  de planificación de los años 90s es una cuestión de debate, que depende de la interpretación de la  información  y  el  contexto  en  el  que  se  tomaron  las  decisiones.    Lo  que  resulta menos debatible es que la “función de reacción” de la política pública en los años 2000 –cuando ya se  vislumbraba  claramente  este  problema‐  actuó,  por  una  serie  de  circunstancias,  en entido  contrario  a  lo  que  las  circunstancias  exigían,  en  particular  eliminando  o 

 sdistorsionando las señales de precios que se necesitaban.   Más  allá  de  este  debate,  una  pregunta  relevante  es  si  podemos  dar  cuenta  de  que  la Argentina sesgó demasiado su consumo hacia gas natural a partir de haber pasado por una era de abundancia del recurso. En otras palabras ¿hay alguna evidencia de que la Argentina haya  tenido  una  “excesiva”  penetración  del  gas  natural  en  su  matriz  energética condicionando  por  la  disponibilidad  del  recurso?9  La  Figura  1  hace  una  motivación introductoria  al  punto,  realizando  un  benchmarking  de  la  posición  Argentina  contra  60 países en el espacio de Reservas/Consumo (años, en el eje horizontal) y de Participación del Gas  Natural  en  el  Consumo  (en  el  eje  vertical).10      Los  resultados  son  bastante  claros  al respecto, en el sentido que la Argentina es una suerte de “outlier” en la nube de datos. Los países (12% de la muestra) que muestran mayores niveles de penetración del gas natural que  la  Argentina  tienen  una  relación  reservas  a  consumo muy  superior  a  nuestro  país  y, eliminando los casos extremos, no existen países en el cuadrante superior  izquierdo de  la figura.  

8  Ver  la  sección  2  de Navajas  (2008a)  para  un  desarrollo  de  este  argumento  en  el  caso  de  los  contratos  de xportación de gas natural.  e

9 La eventual existencia de exceso  se refiere no con respecto a derivados como el  fuel oil, que es  lo que el gas natural sustituyó en los 70 y 80 en la industria y la generación eléctrica, sino a que la Argentina debería haber favorecido proyectos de generación eléctrica no renovable. Sin duda la introducción del gas natural en el sector ansporte entra dentro de la definición de exceso, si el recurso no está disponible en el largo plazo. tr

10 Los datos se refieren al año 2007, se eliminan algunos valores que se consideran  “extremos”  y se comentan en el Anexo 1. 

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CHNHKG

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4060

80Share GN en Co

nsum

o Primario, %

0 50 100 150 200Ratio Reservas/Consumo GN, en años

Nota: Excluye a Irán, Libia, Bolivia, Nigeria, Noruega, Qatar e Iraq por outliers (>200 años)

Figura 1: Share de GN en Consumo Primario y Ratio R/C

    

Una  forma  de  replantear  el  interrogante  anterior  es  indagar  cuál  debería  ser  la participación del gas natural en el consumo de energía que viene indicado por los datos de esta muestra  de  países.  La  respuesta    se  desarrolla  en  el Anexo 1  en  donde  realizamos estimaciones econométricas que se resumen en un modelo empírico simple que explica la participación del GN en el  consumo en  función de un conjunto de variables energéticas y macroeconómicas,  de  las  que  finalmente  quedan  seleccionadas  la  relación Reservas/Consumo,  la  intensidad  eléctrica  y  la  participación  del  gas  en  la  generación eléctrica.  Los  resultados  indican  que  la  participación  del  GN  en  el  consumo,  para  una relación  de  Reservas/Consumo  como  el  que  detentaba  la  Argentina  en  2007,  debería bicarse  entre  25%  y  35%,  más  de  veinte  puntos  por  debajo  de  lo  que  se  observa u

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actualmente.   La  interpretación de  este  resultado depende,  como  casi  siempre, de  cómo  se  califica  o  se condiciona lo que observamos o medimos. Sin duda pueden existir países que tengan una participación del gas natural en el consumo que luce extrema a los efectos de las reservas que poseen si están dotados de accesos fáciles, económicos y (económica y políticamente) seguros  a  terceros países proveedores. Este podría haber  sido el  caso  con el  acceso a  las reservas bolivianas, que lamentablemente los hechos han desmentido en los últimos años. En segundo lugar, puede ser que lo que estamos viendo es la peor fotografía o toma de una película que es mucho más  favorable porque hay un rezago o  transición (que no estamos 

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vp 

iendo)  en el desarrollo de  las  reservas de gas natural. Esta  es una hipótesis mucho más lausible, que pasamos a considerar.  

Una transición entre dos tecnologías  La hipótesis anterior de burbuja y exceso de penetración del gas natural luce muy diferente si  lo  que  estamos  viendo  es  una  transición  de  una  tecnología  a  otra,  que  va  a  permitir expandir los recursos disponibles de gas natural. En los últimos 3 años, la emergencia más visible del denominado gas no convencional en los EEUU11 han cambiado el panorama para la  Argentina,  en  particular  después  de  la  publicación  este  año  de  estimaciones  para  el epartamento de Energía de EEUU  (ver Vello Kuuskraa  et.al.,2011) que  sitúan  al  país  en D

una posición privilegiada para la explotación del “shale‐gas”.  Los  datos  que  tenemos  actualmente  acerca  del  progreso  efectivo  de  esta  tecnología  son todavía preliminares, por más que sean promisorios. Más bien, el peso de la evidencia sobre la  evolución  reciente  de  la  producción  de  gas  natural  va  en  el  sentido  de  una  caída tendencial y sistemática de la productividad en campos convencionales que no pueden ser revertidos. Un estudio reciente al respecto (Barril y Navajas, 2011) realiza un análisis de los determinantes de  la  caída de  la producción por área desde 2003 a 2009 partiendo de un modelo  simple  de  decisiones  de  oferta  de  un  recurso  agotable,  en  donde  aparece  una relación  básica  entre  producción  y  reservas  (o  producción  pasada  acumulada).  Los resultados indican que una vez que se controla por esto, otras variables relacionadas con el desempeño  “anómalo” por empresa o por área12  o  con  la ausencia de  renegociaciones de concesiones, se vuelven no significativas. En suma la evidencia apunta a que lo que estamos viendo en estos años es un caso de incentivos de exploración deprimidos que actúan sobre ecursos convencionales y demoran el  salto a  tecnologías más avanzadas que permitirían rexpandir los recursos y recuperar o expandir los niveles de producción.  Dado que la historia propia de un evento cualitativamente nuevo no ayuda demasiado para evaluar que esperar, surge  la pregunta habitual de si podemos hacer algún benchmarking basados en alguna experiencia relevante.   ¿Qué país sufrió las consecuencias de un exceso de control  regulatorio de  los precios del gas natural y aplicó  luego políticas más  flexibles que  llevaron  a  un  salto  hacia  tecnologías  no  convencionales?.  Como  se  argumenta  en  un informe reciente de FIEL (FIEL, 2011),  la respuesta hay que buscarla en  la experiencia de EEUU durante los últimos 50 años. Como resumen, la Figura 2 muestra la evolución de la producción y el precio del gas natural en los EEUU desde 1965 a 2010.   

11

12 Estos resultados  son  incompatibles con explicaciones de  la dinámica de producción basadas en desempeños anormales de empresas como YPF o de áreas como Loma La Lata. Los datos más recientes de los últimos años y de   2010 y 2011 refuerzan esta hipótesis, al mostrar caídas bastante generalizadas, siempre controlando por la madurez del área.    

 Ver al respecto Anthony Andrews et.al. (2009) y MIT (2010). 

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2010

Figura 2Producción de gas natural y precio promedio en los Estados 

Unidos 1965‐2010(Fuente: EIA)

Producción comercializada de GN (billones de pies cúbicos), eje izquierdo

Precio de boca de pozo de GN (USD por 1000 pies cúbicos), eje derecho  

Durante  casi  25  años  (desde  1954  a  1978),  la  regulación  en  EEUU  actuó  controlando  el precio  del  gas  en  boca  de  pozo13  y  llevando  a  una  situación  de  caída  de  la  producción  y racionamiento que  fue objeto de preocupaciones de  las autoridades y por parte de varios economistas académicos14. Esto fue luego revertido, dando lugar a precios de mercado que más  tarde permitieron  generar  una  recuperación  lenta  y  parcial  de  la  producción  y, más importante, incentivos para la introducción de nuevas tecnologías, que frente a precios más elevados  de  la  segunda  mitad  de  los  años  2000,  provocaron  un  salto  significativo  en  la producción. Una imagen ineludible de la Figura 2 es el rezago entre la suba de precios y la recuperación de la producción en los 80s y 90s, todavía dominada por el gas convencional. Al mismo tiempo, la suba de precios más reciente dio lugar a una respuesta de oferta muy agresiva,  con  consecuencias  en  los  propios  precios  de  mercado.  La  irrupción  de  la producción  de  shale‐gas  en  los  campos  primero  de  Barnett  y  más  recientemente 

ysville y otros muestra un salto muy importante en la producción de gas natural (ver, Hanepor ejemplo MIT, 2010).                            Las  enseñanzas  de  este  caso  son  varias,  tanto  restrospectiva  como prospectivamente.  En primer  lugar,  la respuesta de  la oferta a precios de mercado puede,  luego del daño que  la sobre‐regulación ocasiona, revertir la caída de la producción en el mediano plazo. Lo puede hacer lentamente y hasta tanto las inversiones maduren, pero la respuesta de cantidades va a estar relativamente acotada si no viene acompañada por mejoras tecnológicas. Segundo, 

13 Como se comenta en FIEL (2011), la justificación de la intervención federal en el mercado remite a acciones de la administración Roosvelt en  los años 30, buscando proteger el  interés de  los consumidores ante denuncias de abuso de poder de mercado. En estos casi 25 años, la Federal Power Commission (FPC, reemplazada por la FERC desde 1978) reguló de manera directa los precios del gas natural en boca de pozo.   14 Ver por ejemplo Paul MacAvoy y Robert Pindyck (1973). 

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DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 9

la  elasticidad‐precio  de  la  oferta  a  largo  plazo  es  mucho más  elevada  que  a  corto  plazo precisamente porque en el medio hay una  transición a una tecnología más avanzada. Con estos elementos comparativos se podría sostener que, retrospectivamente, la Argentina se autoimpuso  un  sendero  de  caída  de  la  producción  por  sobre‐regular  los  precios  del  gas atural en los 2000s y, prospectivamente, ahora se está moviendo en la dirección correcta nde elevar los precios y facilitar los incentivos para la introducción de nuevas tecnologías.   Lo que sabemos menos es sobre la temporalidad de estos fenómenos que van a depender de la intensidad y credibilidad con que se encara la transición. Dadas la situación descripta en la Figura 1 y el “exceso” de participación de gas natural  ‐si nos quedamos con reservas y métodos  convencionales‐  resulta  justo  afirmar que  la Argentina  se ha movido demasiado lento frente a los desafíos. Las posibilidades de “validar” los actuales niveles de penetración de gas natural y de evitar mayores desbalances van a depender de si  se  logra  instalar un cambio de régimen y un vuelco en las expectativas sobre la proximidad del gas natural no convencional. Como en otros casos bien documentados, la rapidez de difusión y adaptación de las nuevas tecnologías va a hacer que a la Argentina, como “newcomer” en la era del gas o convencional le lleve menos tiempo (a igualdad de condiciones obviamente) dar el salto nexperimentado en EEUU.15   Es  decir,  esto  no  solo  va  a  depender  de  la  regulación  y  de  cómo  podemos  hacer  que  los precios que paga la demanda se acerquen a los verdaderos costos económicos16, sino de un viejo conocido de los estudiosos del cambio tecnológico en la región17 que viene dado por la capacidad  de  adaptar  las  tecnologías  disponibles  a  las  condiciones  geológicas  argentinas. Este componente idiosincrático nos remite a lo señalado al comienzo de esta sección y a la observación  contenida  en  la  literatura  revisada  –para  que  la  abundancia  de  recursos naturales se transforme en bendición‐ respecto de la necesaria interacción entre desarrollo tecnológico, recursos naturales y capacidades domésticas en los sectores público y privado. La Argentina va a ser exitosa en el desarrollo de  los recursos gasíferos no convencionales ólo  si  moviliza  sus  capacidades  y  aspira  a  primero  adaptar  y  luego  desarrollar  la ecnología.           st 3. ENERGÍA Y SHOCK DE TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO

 Otra  de  las  preocupaciones  centrales  de  esta  Conferencia  se  refiere  al  fenómeno  de enfermedad  holandesa,  entendida  en  el  caso  argentino  no  como  un  boom  de descubrimiento de recursos naturales con precios dados sino como los efectos de un boom 

15 En el caso de EEUU, Adamson y Parker (2011) documentan recientemente una dinámica inicialmente bastante explosiva en la productividad gracias a ganancias originadas en una fácil difusión y adaptación de las técnicas sarrolladas en las primeras áreas (Barnett).   de

16 Una parte importante del éxito de  la operación de sinceramiento de precios de la energía en la Argentina va a depender  de  la  introducción  de mecanismos  de  suavizado  en  la  forma  de  una  tarifa  social  a  consumidores residenciales de bajos  ingresos  (Navajas, 2008b). Para  ellos  se  van a  tener que  tomar decisiones  estratégicas portantes respecto del paradigma a seguirse en el largo plazo (Navajas, 2010).    im

17 Ver por ejemplo Jorge Katz (1974, 2000).   

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de  precios  con  recursos  naturales  dados  o  en  lenta  expansión.  El  tema  es  la  ganancia permanente de  términos del  intercambio  y  los  efectos que  ésta puede ocasionar  sobre el esarrollo.  En  particular,  tal  como  lo  indica  el  modelo  básicod 18,  sobre  la  posición competitiva del sector manufacturero.    Más allá del debate sobre si la Argentina está cerca o lejos de experimentar este fenómeno, nuestra contribución aquí es, dado lo discutido en la sección anterior, establecer los efectos ue un “anti‐boom” o “depresión” de recursos energéticos ocasiona sobre los términos del qintercambio, actuando como compensador del fenómeno de enfermedad holandesa.   El cambio de la posición exportadora neta en energía es la transición desde una situación en donde  las  exportaciones  de  energía  eran  aproximadamente  10%  de  las  exportaciones totales  (y  las  importaciones  de  energía  eran  nulas)  a  otra  donde  las  exportaciones  de energía son nulas y las importaciones de energía van camino al 10% de las importaciones totales.  Este  es  esencialmente  un  fenómeno  de  cantidades,  dado  que  la  posición exportadora neta es por  identidad contable equivalente al exceso oferta (sobre demanda) doméstica. Pero esta transición se produce durante un período de casi 10 años (2003‐2011) en donde  los precios de  la energía y de  las  commodities han cambiado drásticamente. La Argentina  tenía  en  el  primer  trimestre  de  2011  términos  del  intercambio  del  comercio exterior (precios de exportaciones sobre precios de importaciones) que eran 33% mayores a los valores promedio trimestrales del año 2003.  Pero este aumento es el resultado neto de cambios en la composición de la estructura comercial en donde la energía ha pasado de er  exportable  a  importable,  compensando  el  aumento  de  la  soja  y  otros  productos  de sexportación.   Este  efecto  tiene un doble  contenido  conceptual.  Por un  lado,  ilustra que  la Argentina ha tenido  en  la  reversión  de  la  posición  exportadora  neta  de  la  energía  un  “estabilizador”  o compensador del aumento experimentado en los términos del  intercambio. Por el otro, se hace notar que de no haberse producido dicho fenómeno hoy la Argentina tendría un shock positivo de términos del intercambio mucho más intenso. En otras palabras, la Argentina no sólo tuvo viento de cola sino que además tuvo viento de frente (creado por la reversión de la posición en energía) y, de no haber ocurrido esto último el efecto de empuje hubiera sido mucho más  fuerte. En otras palabras,  puede haber dudas  sobre  si  la Argentina ha estado fectivamente expuesta a  los efectos de  la enfermedad holandesa. Pero el punto es que  la ereversión de la posición exportadora en energía ha contribuido para que ello no ocurra.     Si la energía moderó la ganancia de términos del intercambio de la Argentina desde 2003 a 2011, las preguntas que surgen son ¿en cuánto? o ¿cuánto dejó de ganarse? En el Anexo 2 se exponen los detalles para arribar a una aproximación al efecto del “viaje” o traslado de la energía desde  el numerador  al denominador de  los  términos del  intercambio  (TDI).  Para ello  se  apela  a  la  definición  convencional  de  los  TDI,  definido  como  el  cociente  de  dos índices  de  precios,  de  exportación  e  importación,  que  se  representan  como  índices  de precios  tipo Paasche (es decir, valuados a cantidades  finales). Esta definición se reescribe  18 Ver por ejemplo Max Corden (1984). 

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convenientemente separando entre “energía” y “resto” de exportaciones e importaciones y e  realiza  una  simplificación  algebraica  para  expresar  las  fórmulas  en  términos  de s(variaciones de) precios relativos entre estos dos componentes.   Sobre  esta  definición,  la  comparación  de  los  efectos  se  hace  simulando  cuatro  “estados” diferentes,  todos respecto de un punto de partida  (promedio de 2003). Un primer estado (A) se denomina “actual o potencial” y escribe los TDI con exportaciones de energía nulas e importaciones tal como se captarían en la definición. Este índice de TDI no se corresponde exactamente con el observado actualmente porque las exportaciones de energía son todavía positivas en 2011. Un segundo estado (B) se denomina “de partida o referencia” y reescribe los TDI tomando las cantidades exportadas e importadas (estas últimas eran nulas en 2003) que reflejan el supuesto de que la Argentina hubiera mantenido su posición exportadora en energía.  Un  tercer  estado  (C)  se  denomina  de  “mayor  desbalance”  y  supone  que  las exportaciones  de  energía  tienden  a  ser  nulas  y  las  importaciones  aumentan significativamente,  según  la  tendencia  reciente.  Un  cuarto  estado  (D)  se  denomina  de balance”  y  simula  el  caso  de  autosuficiencia  en  que  tanto  exportaciones  como portacione g i

“im s de ener ía t enden a cero.  El  Cuadro  1  resume  los  resultados  de  estas  simulaciones,  indicando  la  magnitud  que alcanzan  los  términos del  intercambio en  los cuatro estados. Adicionalmente    se presenta una estimación de la ganancia de términos del intercambio como porcentaje del PIB, que es una aproximación a la ganancia anual de ingreso nacional que la Argentina experimenta en el  primer  trimestre  de  2011  –respecto  del  promedio  de  2003‐  por  tener  términos  del intercambio más elevados.19  

19  La  definición  adoptada  para  la  medición  del  efecto  de  ganancia  de  términos  del  intercambio  sigue  en nuestro caso la metodología CEPAL (véase INDEC  “Metodología utilizada en la elaboración de los Indices de Precios  y  Cantidades  del  comercio  exterior”,  http://www.indec.mecon.ar/).    El  denominado  efecto  de términos del intercambio del comercio internacional trata de captar una transferencia neta de recursos reales al o desde el exterior, al cambiar los precios de los bienes y servicios reales que se intercambian con el resto del  mundo.  Este  efecto  puede  ser  negativo  o  positivo,  implicando  una  reducción  o  aumento  del  ingreso nacional por debajo o encima del PBI. Se mide como  {(X/ Px).(Px/Pm ‐ 1)}, donde X es el valor nominal de las exportaciones  en  dólares  y  Px  y  Pm  son,  respectivamente,  el  índice  de  precios  de  exportaciones  y  de importaciones de bienes y  servicios no  factoriales. La expresión como porcentaje del PBI surge de dividirla por el PBI nominal en dólares.   

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

TDI

(2003=1) 

A. Actual o Potencial  1.33 2.9%

B. Referencia   1.56 6.2%

C. Mayor desbalance  1.2 1.8%

D. Balance  1.45 3.9%* En porcentaje del PBI 

Fuente: Anexo 2

"Estados"

Ganancia anual de TDI* 

Cuadro 1Simulación de efectos de la energía en cuatro estados

 La  actual  reversión  de  la  posición  exportadora  neta  en  energía  deja  a  la  Argentina  con términos del intercambio del comercio exterior que son en el primer trimestre de 2011 un 33% más elevados respecto del promedio del año 2003 y dan lugar a una ganancia contable equivalente  a 2.9% anual del PBI. De haberse mantenido  conjeturalmente  la  situación de partida,  la  suba  de  términos  del  intercambio  hubiera  sido  del  56%    y  la  ganancia  anual hubiera sido equivalente a 6.2% del PBI, ambas cifras verdaderamente impresionantes. Los estados  de  “mayor  desbalance”  o  de  “balance”  son  interesantes  prospectivamente.  En  el caso de mayor desbalance  la Argentina disminuiría  la suba de términos del  intercambio a 20%  y  perdería  contablemente más  de  un  punto  porcentual  anual  de  PBI  respeto  de  la posición actual. El caso de tender a  la autosuficiencia energética elevaría  los  términos del ntercambio  y  agregaría  un  efecto  de  un  punto  de  PBI,  siempre  respecto  de  la  posición ctual.   ia 4. CONCLUSIONES

 La  incorporación  de  la  energía  al  debate  sobre  los  efectos  de maldición  de  recursos  y  la nfermedad holandesa en el caso argentino lleva a calificaciones importantes respecto de lo e

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 12

que hemos estado experimentando en nuestro país.   En  la  sección 2 y  luego de presentar brevemente  la hipótesis de maldición,  se argumenta que  la  Argentina  tiene  un  problema  diferente  al  caso  típico  de  abundancia  de  recursos energéticos, porque hoy transita un energo‐crunch que va camino a cumplir 10 años y en donde  la  disponibilidad  de  recursos  y  la  producción  doméstica  se  han  contraído significativamente.  Luego  se  adoptó  una  perspectiva  más  amplia  y  optimista  para caracterizar al estado actual como una etapa de un ciclo más largo de abundancia‐escasez –abundancia de energía. Mirando el caso más relevante que es el del gas natural, y haciendo un ejercicio de benchmarking basado en una estimación econométrica simple, encontramos evidencia preliminar consistente con un exceso de penetración del gas natural en la matriz energética.  Claro  que  dicho  exceso  es  condicional  a  lo  que  definamos  como  recursos disponibles.  Con  el  gas  convencional  solamente,  surgiría  que  la  Argentina  tiene  hoy  un exceso de más de 20 puntos porcentuales en  la participación del gas natural en  la matriz energética. Si así fuera la Argentina va a tener que esforzarse mucho en sustituir capital por 

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 13

energía en su economía y el ámbito más apropiado para hacerlo es en primer lugar el sector léctrico, por  su  influencia en el  crecimiento potencial de  la  demanda de gas natural  y  la eposibilidad de desarrollar energías renovables en amplia escala.    La  situación cambia cualitativa y  cuantitativamente cuando se  introduce  la posibilidad de hacer un salto exitoso, en tiempo y forma, al gas no convencional. Exploramos brevemente el  caso más  interesante  (EEUU en  los últimos 50 años)  en  cuanto a un  ciclo que va de  la sobre‐regulación a la des‐regulación y, luego de varios años, a un salto tecnológico como el que  se  requiere  en  la  Argentina.  Entendemos  que  pasar  a  la  próxima  “abundancia”  de recursos  energéticos  va  a  requerir  de  precios  y  regulación  inteligente  que  acomoden  un gran salto tecnológico que sea capaz de revertir las expectativas de desbalance estructural en el mercado de gas. Ese salto podría ser mucho más rápido que el experimentado en los EEUU  ya  que  hay  una mayor  velocidad  asociada  con  la  adaptación  de  técnicas  a  nuestro medio. Aquí es donde las contribuciones recientes al debate sobre maldición o bendición de abundancia de recursos se vuelven más relevantes, en el sentido de indicarnos que para que tengamos  una  bendición  se  requiere manejar  bien  los  nexos  entre  el  cambio  tecnológico adaptativo  y  el  desarrollo  de  la  capacidad  de  innovación  doméstica,  junto  con  una olaboración público‐privada intensa. Esto no es una expresión de deseos, dado lo que ha cmostrado, en términos de factibilidad, el caso brasilero.  Yendo a los efectos de la enfermedad holandesa y el atenuante que significa una reversión en la posición exportadora neta en energía, realizamos algunas simulaciones respecto de la evolución  de  los  términos  del  intercambio  del  comercio  exterior.  Entre  2003  y  2011,  la energía  fue  en  la  Argentina  una  suerte  de  vacuna  no  deseada  contra  una  enfermedad holandesa  proveniente  de  un  shock  positivo  en  los  precios  de  las  commodities.  Nuestras estimaciones  son  que  el  efecto  de  la  energía  redujo  a  la  mitad  la  ganancia  contable  de términos del intercambio que podría haber tenido el país desde 2003. Y puede llevarla en el corto y mediano plazo más abajo o más arriba, dependiendo de cómo evoluciona la brecha entre  consumo  y  producción  doméstica.  Además,  obviamente  dependiendo  también  del comportamiento  de  los  precios  de  las  commodities20  y  en  particular  de  la  energía  cuya caída  circunstancial    beneficia  ahora  a  una  Argentina  que  aparece  como  creciente importadora de energía.  

20 Hildegart Ahumada y Magdalena Cornejo (2011) muestran un comportamiento diferencial de los precios de los commodities que es muy relevante a los efectos de la relación soja­petróleo, que resulta crucial para la Argentina,   

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

ANEXO 1

 Comparando la participación del gas natural en el consumo de energía de la Argentina  En  este  Anexo  hacemos  un  ejercicio  econométrico  simple  con  el  objeto  de  estudiar  la relación  existente  entre  la  penetración  del  gas  natural  en  la  matriz  energética  y  la isponibilidad  del  recurso,  entendida  ésta  como  el  equivalente  de  años  de  consumo antenidos como reservas. 

dm Fuentes y datos  Usando datos de IEA, el US Department of Energy y el Anuario Estadístico de BP (BP, 2011), se  construyó  una  base  de  corte  transversal  (para  el  año  2007)  con  las  cantidades  de reservas,  producción  y  consumo  (primario)  de  gas  natural  para  un  total  de  61  países. Además,  se  agregan  como  controles  otras  variables  de  desempeño  macroeconómico  y energético,  a  saber:  producto  bruto  interno  corregido  por  PPP;  importaciones  netas  de energía (como porcentaje de la oferta interna primaria); participación de la industria (y las manufacturas) en el valor agregado; porcentaje de población urbana; desvío porcentual del precio  del  diesel  con  respecto  al  benchmark  del  Golfo  de  México;  intensidad  eléctrica agregada  y  participación  del  gas  natural  en  generación  eléctrica.  La  fuente  principal  de stos controles es el World Development Indicators, mientras que  los datos sobre precios edel diesel provienen de GIZ (2009).  A modo descriptivo, la Figura A.1 presenta la ubicación de los países en el espacio share de as  natural‐años  de  consumo  en  reservas  y  una  línea  de  regresión.  Puede  verse  a  la rgentina como un “outlier” de dicha relación positiva. 

gA Estimaciones   Ensayamos  un  modelo  lineal  simple  para  el  share  de  gas  natural  en  la  oferta  interna primaria de energía del país i ( ). Como principal variable explicativa, proponemos el ratio de reservas a consumo primario de gas natural del país  . La matriz   contiene l conjunto de controles macro‐energéticos ya mencionados con anterioridad. Por último, e  epresenta un término de error de buen comportamiento. r 

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 14

  (1)  En un principio,  realizamos  el  ejercicio  estimando  variantes  del modelo  (1)  por mínimos cuadrados  ordinarios  (en  adelante  OLS),  si  bien  es  posible  que  exista  un  problema  de endogeneidad habida cuenta de que el consumo primario de energía se encuentra tanto en el  lado  izquierdo  como  el  derecho  de  la  ecuación  (1).  Para mitigar  este  problema,  luego estimamos  mediante  variables  instrumentales  (en  adelante  IV)  dicho  modelo, instrumentando con el ratio de reservas sobre producción primaria de gas natural  . 

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

ALG

ARG

AUS

AUT

AZE

BRA

BRN

BGR

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CHL

CHNHKG

COCZE

DNK

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GER

GRE

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TKM

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020

4060

80

0 50 100 150 200Ratio Reservas/Consumo GN, en años

Valores observados Recta de regresión

Nota: Excluye a Irán, Libia, Bolivia, Nigeria, Noruega, Qatar e Iraq por outliers (>200 años)

Figura A.1: Share de GN en Consumo Primario y Ratio R/C

 Resultados  En  el  Cuadro  A.1  presentamos  los  resultados  del  ejercicio.  Las  primeras  tres  columnas corresponden a estimaciones por OLS de (1), con diferentes controles. La estimación OLS 1 no tiene controles, y el coeficiente del ratio reservas/consumo de gas es aproximadamente 0.21, estadísticamente significativo al 1%. El valor de dicho coeficiente aumenta levemente en  la  estimación  OLS  2  a  0.228,  cuando  consideramos  como  variable  explicativa  la intensidad  eléctrica  agregada  (que  también  tiene  un  efecto  positivo  y  significativo). Finalmente,  al  incorporar  la  participación  del  gas  natural  en  la  generación  eléctrica  el coeficiente  resultante  es  de  0.116  (OLS  3).  Una  aplicación  interesante  del  ejercicio  es comparar para un país determinado los valores predichos por el modelo con los observados en  la  realidad.  Por  ejemplo,  la  participación  del  gas  natural  en  la  matriz  energética argentina en el año 2007 fue de 54.1%. Nuestra predicción más “rica” (bajo OLS 3) toma un valor de 33.8%, indicando que un país con la intensidad eléctrica y participación de gas en generación eléctrica equivalentes a las de Argentina, debiera tener un share que es más de 20 puntos porcentuales inferior al observado.  

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 15

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

Vs 

ale aclarar que el resto de los controles propuestos no son significativos, por lo tanto no on considerados en estas formas reducidas. 

Variables OLS 1 OLS 2 OLS 3 IV 1 IV 2

Ratio R/C  0.212*** 0.228*** 0.116*** 0.162*** 0.118***(instr.: Ratio R/P) 0.047 0.044 0.033 0.048 0.042

Intensidad Eléctr. 7.762* 13.02*** 9.099** 12.97***Agregada 3.884 2.984 4.325 3.044

% de Gas natural en 0.422*** 0.421***Generación Eléctr. 0.063 0.068

Constante 20.78*** 18.24*** 6.901*** 20.19*** 6.892***2.136 2.539 2.323 3.046 2.311

Predicción p/ ARG       (observado: 54.1%)

22.8% 22.1% 33.8% 23.7% 33.7%

Observaciones 61 60 60 60 60R2 0.304 0.362 0.682 0.335 0.682R2 ajustado 0.293 0.34 0.665 0.312 0.665RMSE 15.72 15.28 10.89 15.60 10.89

Cuadro A.1: Resultados del ejercicioVariable Dependiente: Share de Gas en Consumo Primario

Errores estándar robustos en cursiva*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1  

  Al  instrumentar  por  el  ratio  reservas‐producción,  los  resultados no  varían mucho,  dando cuenta de que el potencial problema de sesgo de los coeficientes a causa de la endogeneidad no es de una magnitud importante. Si bien la estimación IV 1 da coeficientes medianamente diferentes  a  los  de  la  especificación  OLS  2  (que  es  contra  la  que  se  debe  comparar),  la predicción del share de gas natural es prácticamente equivalente (23.7% instrumentando y 22.1%  sin  instrumentar).  Para  las  especificaciones  que  incluyen  la  participación  del  gas natural en el total generado de energía eléctrica, las diferencias son incluso menores.                

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 16

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ANEXO 2

 El impacto de la energía sobre la evolución de términos del intercambio 2003-2011  Defi iciones  Los  TDI  se  definen  como  el  cociente  de  dos  índices  de  precios  (tipo  Paasche)  de exportaciones e importaciones que separan entre energía “E” y el resto “R” y que expresan el  cambio en  los precios entre un período de  “referencia”  (0) y al actual  (1),  tomando  las cantidades  actuales  (1).  Las  expresiones  (1)  y  (2)  definen  dichos  índices  de  precios  de exportaciones  (IPX)  e  importaciones  (IPM).    X  y  M  son  cantidades  de  exportaciones  e importaciones y entran como subíndices (junto con E y R) en los precios P para denotar si se trata de precios de exportaciones o importaciones. Los supra‐índices indican el período inicial o final (0,1).  

n

(3)

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...

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(2) .

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PP

PP

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PP

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PP

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PPIPX

  

DOCUMENTO DE TRABAJO ° 10 17 N 8

Comparación de cuatro  estados  En  primer  lugar,  llamamos  estado  actual  o  potencial  (A)  a  la  situación  en  donde  las exportaciones  de  energía  van  a  cero  y  las  importaciones  de  energía  crecen  según  lo observado.    En  este  caso  los  términos  del  intercambio  se  definen  como  TDI(XE=0).  En segundo  lugar  llamamos  estado  de  referencia  (B)  al  caso  en  donde  las  importaciones  de energía son iguales a cero y las exportaciones se hacen en las mismas cantidades que en el período de referencia (promedio del año 2003) . En este caso, los términos del intercambio se definen como TDI(XE1=XE0;ME=0). En  los desarrollos de  las expresiones (4) y (5) abajo, 

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

suponemos, adicionalmente, que los precios de exportaciones de la energía evolucionan del ismo  modo  que  los  precios  de  las  importaciones,  con  lo  cual  el  cociente  que  inicia  el érmino del lado derecho de la definición (3) es igual a la unidad.  mt 

 

(5) )1.(

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PP

XTDI

 

 Una aproximación cuantitativa   El estado A  se aproxima por  la medición de  los parámetros de  la  expresión  (4),    o por  la medición actual que hace el INDEC para el primer trimestre de 2011.21 La simulación para l estado B resulta de los valores de los parámetros de la expresión (5). Para dar valores a ichos parámetros postulamos los siguientes valores aproximativos.  ed 

(6) 07.0 48.0 33.0 05.0 ==== γδβα    Así, consideramos respectivamente que: a) La energía tendría una participación del 5% en las importaciones totales si las cantidades actuales se valuaran a precios (más bajos para la energía) del período de  referencia; b) El precio de  las  importaciones de energía aumenta dos  veces  y  media  más  que  el  aumento  del  precio  del  resto  de  las  importaciones;  c)  El 

21 En el caso del valor reportado por el INDEC, que se usa en el Cuadro 1 del texto principal, el valor es levemente mayor al  teórico estimado por  la  fórmula (4) porque este último supone que  las exportaciones de energía son cero, cuando en la actualidad son positivas.   

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 18

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

precio de las exportaciones de energía aumenta el doble del aumento de precios del resto de las exportaciones y d) La energía participa en un 10% del valor de las exportaciones en l período inicial (0) y las cantidades del resto de las exportaciones aumenta un 50%, lo que eimplica el valor del parámetro γ que figura en la expresión (6).22     Los estados de mayor desbalance (C) y de balance (D) son casos especiales más fáciles de computar. En el primer caso adaptamos  la expresión (5) suponiendo que α=0.10, es decir que se duplica la participación (a precios del período de referencia) de las importaciones de energía en las importaciones totales. En el segundo caso suponemos α=0, es decir que hay autoabastecimiento y no se exporta ni se importa energía.         Las estimaciones del efecto de ganancia de términos del intercambio se hacen siguiendo el procedimiento explicado en la nota al pie 19.     

 

    

                 

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 19

22

γ

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 20

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 22

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJOSERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO 108. Energía, Maldición de Recursos y Enfermedad Holandesa. F. Navajas. Octubre 2011.

107. What Drove Down Natural Gas Production in Argentina? D. Barril y F. Navajas. Mayo 2011.

106. Is the Argentine Revenue Effort “too” High? D. Artana and I. Templado. Noviembre 2010.

105. Infraestructura y Energía en la Argentina: Diagnósticos, Desafíos y Opciones. F. Navajas. Octubre 2010.

104. Passenger Cars and CO2 Emissions: Assessing Global Impacts of a Convergence to Low-power. F. Navajas y M. Panadeiros. Octubre 2010.

103. Política Fiscal y Cohesión Social: El Federalismo Cuenta. M. Cristini, C. Moskovits, G. Bermúdez y D. Focanti. Junio 2010.

102. Informalidad Laboral en la Argentina. J. L. Bour, N. Susmel y P. Roccatagliata. Mayo 2010.

101. Energy Populism and Household Welfare. W. Cont, P. Hancevic y F. Navajas. Agosto 2009.

100. Acceso a Internet y Desempeño Académico en la Argentina: Explorando la Evidencia. M. Cristini y G. Bermudez. Diciembre 2008. Abril 2009.

99. Políticas para Mitigar Riesgos Sociales. El Caso de los Infortunios Laborales y el Desempleo. M. Panadeiros y N. Susmel. Diciembre 2008.

98. El Desempeño de los Sistemas de Capitalización Previsional en América Latina: Determinantes Estructurales y Regulatorios sobre la Competencia de las AFP. Sebastián Auguste y Santiago Urbiztondo. Noviembre 2008.

97. Financiamiento de la Infraestructura en la Argentina: lo que dejó la crisis macroeconómica. D. Artana y R. Moya. Noviembre 2008.

96. Adaptación Tarifaria y Tarifa Social: Simulaciones para Gas Natural y Electricidad en el AMBA. F. Navajas y P. Hancevic. Diciembre 2007.

95. Estructuras Tarifarias en el Servicio de Electricidad para Usuarios Residenciales. El Caso de las Provincias Argentinas. Walter Cont. Diciembre 2007.

94. El Shock de los Precios del Petróleo en América Central: Implicancias Fiscales y Energéticas. Daniel Artana, Marcelo Catena y Fernando Navajas. Agosto 2007.

93. El Mapa Económico de las Mujeres Argentinas (1998-2006). M. Cristini y G. Bermudez Abril 2007.

92. Are Latin-American Countries Decentralized? D. Artana. Marzo 2007.

91. El Sistema Argentino de Innovación (1980-2004): Evaluación y Propuestas. M. Cristini, G. Bermudez y F. Ares. Diciembre 2006.

90. ¿Qué Hace Diferente a las Aseguradoras del Resto de las Empresas? Una Propuesta General para Fortalecer el Mercado de Seguros. R. Moya. Diciembre 2006.

89. “Energo –Crunch” Argentino 2002-20XX. F. Navajas. Octubre 2006.

88. Privatization of Infrastructure Facilities in Latin America: Full Economic Effects and Perceptions. S. Urbiztondo. Julio 2006.

87. Gasto Tributario: Concepto y Aspectos Metodológicos para su Estimación. D. Artana. Diciembre 2005.

86. Fusiones Horizontales. W. Cont y F. Navajas. Diciembre 2005.

85. La Reforma del Sector Eléctrico en Colombia: Breve Análisis y Crítica Constructiva. S. Urbiztondo y J.M. Rojas. Octubre 2005.

84. Transparencia, Confidencialidad y Competencia: Un Análisis Económico de las Reformas Actuales en el Mercado de Gas Natural Argentino. S. Urbiztondo, FIEL. Agosto 2005.

83. Proyecto Mundial de Internet: El Capítulo Argentino. FIEL e Instituto de Economía Aplicada (Fundación Banco Empresario de Tucumán). Noviembre 2004.

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

82. La Anatomía Simple de la Crisis Energética en la Argentina. F. Navajas y W. Cont. Septiembre 2004.

81. La Nueva China Cambia al Mundo. M. Cristini y G. Bermúdez. Septiembre 2004.

80. Las PyMES Argentinas: Ambiente de Negocios y Crecimiento Exportador. M. Cristini y G. Bermúdez. Junio 2004.

79. Educación Universitaria. Aportes para el Debate acerca de su Efectividad y Equidad. M. Echart. Diciembre 2003.

78. Cables Sueltos: La Transmisión en la Provincia de Buenos Aires (Comedia). E. Bour y Carlos A. Carman. Noviembre 2003.

77. Renegotiation with Public Utilities in Argentina: Analysis and Proposal. S. Urbiztondo. Octubre 2003.

76. Productividad y Crecimiento de las PYMES: La Evidencia Argentina en los 90. M. Cristini, P. Costa y N. Susmel. Mayo 2003.

75. Infraestructura y Costos de Logística en la Argentina. M. Cristini, R. Moya y G. Bermúdez. Noviembre 2002.

74. Nuevas Estrategias Competitivas en la Industria Farmacéutica Argentina y Reconocimiento de la Propiedad Intelectual. M. Panadeiros. Octubre 2002.

73. Estructuras Tarifarias Bajo Estrés. F. Navajas. Setiembre 2002.

72. Seguridad Social y Competitividad: El Caso del Sistema de Salud. M. Panadeiros. Marzo 2002.

71. El Agro y el País: Una Estrategia para el Futuro. M. Cristini y Otros. Octubre 2001.

70. Reseña: Indice de Producción Industrial y sus Ciclos. Lindor Esteban Martin Lucero. Agosto 2001.

69. Apertura Comercial en el Sector Informático. P. Acosta y M. Cristini. Junio 2001.

68. Microeconometric Decompositions of Aggregate Variables. An Application to Labor Informality in Argentina. L. Gasparini. Marzo 2001.

67. Una Educación para el Siglo XXI. La Práctica de la Evaluación de la Calidad de la Educación. Experiencia Argentina e Internacional. M. Nicholson. Diciembre 2000.

66. Una Educación para el Siglo XXI. La Evaluación de la Calidad de la Educación. G. Cousinet. Noviembre 2000.

65. Hacia un Programa de Obras Públicas Ampliado: Beneficios y Requisitos Fiscales. S. Auguste, M. Cristini y C. Moskovits. Setiembre 2000.

64. La Apertura Financiera Argentina de los ’90. Una Visión Complementaria de la Balanza de Pagos. Claudio Dal Din . Junio 2000.

63. La Integración Mercosur-Unión Europea: La Óptica de los Negocios. M. Cristini y M. Panadeiros. Diciembre 1999.

62. El Control Aduanero en una Economía Abierta: El Caso del Programa de Inspección de Preembarque en la Argentina. M. Cristini y R. Moya. Agosto 1999.

61. El Crédito para las Microempresas: Una Propuesta de Institucionalización para la Argentina. M. Cristini y R. Moya. Agosto 1999.

60. El Problema del Año 2000. Implicancias Económicas Potenciales. E. Bour. Marzo 1999.

59. Aspectos Financieros de Tipos de Cambio y Monetarios del Mercosur. Diciembre 1998.

58. Desarrollos Recientes en las Finanzas de los Gobiernos Locales en Argentina. R. López Murphy yC. Moskovits. Noviembre 1998.

57. Regulaciones a los Supermercados. D. Artana y M. Panadeiros. Julio 1998.

56. La Deuda Pública Argentina: 1990-1997. C. Dal Din y N. López Isnardi. Junio 1998.

55. Modernización del Comercio Minorista en la Argentina: El Rol de los Supermercados. D. Artana, M. Cristini, R. Moya, M. Panadeiros. Setiembre 1997.

54. Competencia Desleal en el Comercio Minorista. Experiencia para el Caso Argentino. D. Artana yF. Navajas. Agosto 1997.

53. Decentralisation, Inter-Governmental Fiscal Relations and Macroeconomic Governance. The Case of Argentina. Ricardo L. Murphy and C. Moskovits. Agosto 1997.

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

Page 29: Documento de Trabajo N° 52 - FIEL | Fundación de

ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

52. Las Estadísticas Laborales. Juan L. Bour y Nuria Susmel. Junio 1997.

51. Determinantes del Ahorro Interno: El Caso Argentino. R. López Murphy, F. Navajas, S. Urbiztondo y C. Moskovits. Diciembre 1996.

50. Mercado Laboral e Instituciones: Lecciones a partir del Caso de Chile. Ricardo Paredes M. Diciembre 1996.

49. Una Propuesta de Tarificación Vial para el Area Metropolitana. O. Libonatti, R. Moya y M. Salinardi. Setiembre 1996.

48. El Relabanceo de las Tarifas Telefónicas en la Argentina. D. Artana, R. L. Murphy, F. Navajas y S. Urbiztondo. Diciembre 1995.

47. Las PYMES en la Argentina. M Cristini. Diciembre 1995.

46. Precios y Márgenes del Gas Natural: Algunas Observaciones Comparativas. F. Navajas. Octubre 1995.

45. Encuesta sobre Inversión en la Industria Manufacturera (2da. parte). M. Lurati. Setiembre 1995.

44. Defensa de la Competencia. D. Artana. Marzo 1995.

43. Defensa del Consumidor. D. Artana. Diciembre 1994.

42. Fiscal Decentralization: Some Lessons for Latin America. D. Artana, R. López Murphy. Octubre 1994.

41. Reforma Previsional y Opción de Reparto-Capitalización. José Delgado. Junio 1994

40. La Experiencia del Asia Oriental. FIEL/BANCO MUNDIAL. Marzo de 1994.

39. Financiamiento de la Inversión Privada en Sectores de Infraestructura. FIEL/BANCO MUNDIAL. Diciembre de 1993.

38. La Descentralización de la Educación Superior: Elementos de un Programa de Reforma. Agosto 1993.

37. Encuesta sobre Inversión en la Industria Manufacturera. M. Lurati. Julio 1993.

36. El Arancel Externo Común (AEC) del MERCOSUR: los conflictos. M. Cristini, N. Balzarotti. Febrero 1993.

35. Costos Laborales en el MERCOSUR: Comparación de los Costos Laborales Directos. J. L. Bour, N. Susmel, C. Bagolini, M. Echart. Diciembre 1992.

34. Gasto Público Social: El Sistema de Salud. M. Panadeiros. Setiembre 1992.

33. El sistema Agro-Alimentario y el Mercado de la CE. M. Cristini. Junio 1992.

32. Costos Laborales en el MERCOSUR: Legislación Comparada. J. L. Bour, N. Susmel, C. Bagolini, M. Echart. Abril 1992.

31. Los Acuerdos Regionales en los 90: Un Estudio Comparado de la CE92, el NAFTA y el MERCOSUR. M. Cristini, N. Balzarotti. Diciembre 1991.

30. Reforma de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de la Provincia de Mendoza. M. Cristini, J. Delgado. Octubre 1991.

29. El Sistema de Obras Sociales en la Argentina: Diagnóstico y Propuesta de Reforma. M. Panadeiros. Agosto 1991.

28. Propuesta de Reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. J. Piekarz, E. Szewach. Marzo 1991.

27. La Comercialización de Granos. Análisis del Mercado Argentino. D. Artana, M. Cristini, J. Delgado. Diciembre 1990.

26. Algunas Consideraciones sobre el Endeudamiento y la Solvencia del SPA. D. Artana, O. Libonatti, C. Rivas. Noviembre 1990.

25. Evolución de las Cotizaciones Accionarias en el Largo Plazo. C. Miteff. Julio 1990.

24. Efectos de un Esquema de Apertura Económica sobre la Calidad de Bienes Producidos Localmente. C Canis, C. Golonbek, I. Soloaga. Marzo 1990.

23. Principales Características de las Exportaciones Industriales en la Argentina. C. Canis, C. Golonbek, I. Soloaga. Diciembre 1989.

22. La Promoción a la Informática en la Argentina. D. Artana, M. Salinardi. Septiembre 1989.

21. Inversión en Educación Universitaria en Argentina. J. L. Bour, M. Echart. Junio 1989.

20. Incidencia de los Impuestos Indirectos en el Gasto de las Familias. J. L. Bour, J. Sereno, N. Susmel. Enero 1989.

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

19. Aspectos Dinámicos del Funcionamiento del Mercado de Tierras: El Caso Argentino. M. Cristini, O. Chisari. Noviembre 1988.

18. Investigaciones Antidumping y Compensatorias contra los Países Latinoamericanos Altamente Endeudados. J. Nogués. Agosto 1988.

17. Sistema de Atención Médica en la Argentina: Propuesta para su Reforma. M. Panadeiros. Mayo 1988.

16. Regulación y Desregulación: Teoría y Evidencia Empírica. D. Artana y E. Szewach. Marzo 1988.

15. Informe OKITA: Un Análisis Crítico. D. Artana, J. L. Bour, N. Susmel y E. Szewach. Diciembre 1987.

14. La Política Agropecuaria Común (PAC): Causas de su Permanencia y Perspectivas Futuras. M. Cristini. Julio 1987.

13. Las Encuestas de Coyuntura de FIEL como Predictores del Nivel de Actividad en el Corto Plazo. M. Cristini e Isidro Soloaga. Noviembre 1986.

12. La Demanda de Carne Vacuna en la Argentina: Determinantes y Estimaciones. M. Cristini. Noviembre 1986.

11. El Impuesto a la Tierra: una Discusión de sus Efectos Económicos para el Caso Argentino. M. Cristini y O. Chisari. Abril 1986.

10. El Impuesto a la Tierra, las Retenciones y sus Efectos en la Producción Actual y la Futura. M. Cristini, N. Susmel y E. Szewach. Octubre 1985.

9. El Ciclo Ganadero. La Evidencia Empírica 1982-84 y su Incorporación a un Modelo de Comportamiento. M. Cristini. Noviembre 1984.

8. Determinantes de la Oferta de Trabajo en Buenos Aires. J. L. Bour. Enero 1984.

7. La Oferta Agropecuaria: El Caso del Trigo en la Ultima Década. M. Cristini. Septiembre 1983.

6. Ocupaciones e Ingresos en el Mercado de Trabajo de la Cap. Fed. y GBA. H. Hopenhayn. 1982. 3 tomos.

5. Oferta de Trabajo: Conceptos Básicos y Problemas de Medición. J. L. Bour. Julio 1982.

4. Ganado Vacuno: El Ciclo de Existencias en las Provincias. M. Cristini. Junio 1982.

3. Algunas Reflexiones sobre el Tratamiento a los Insumos no Comerciados en el Cálculo de Protección Efectiva. G. E. Nielsen. Diciembre 1981.

2. Encuesta sobre Remuneraciones en la Industria. Diseño Metodológico. J. L. Bour, V. L. Funes, H. Hopenhayn. Diciembre 1981.

1. La Fuerza de Trabajo en Buenos Aires, J. L. Bour. Diciembre 1981.

Page 31: Documento de Trabajo N° 52 - FIEL | Fundación de

ESTAS EMPRESAS CREEN EN LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN ECONÓMICA PRIVADA EN LA

ARGENTINA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

AACS - Asociación Argentina de Compañías de Seguros ABA – Asociación de Bancos de la Argentina ACARA – Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina Amarilla Gas S.A. American Express Argentina S.A. AMX Argentina S.A. Apache Energía Argentina S.R.L. Banco CMF S.A. Banco COMAFI Banco Galicia Banco Sáenz S.A. Banco Santander Río BBVA Banco Francés Bodegas Chandon S.A. Bolsa de Cereales de Buenos Aires Bolsa de Comercio de Buenos Aires Brinks Bunge Argentina S.A. Caja de Seguro S.A. Cámara Argentina de Comercio Campos y Asociados Comunicación Cargill S.A.C.I. Cauciones Seguros Cencosud S.A. Central Puerto S.A. Cervecería y Maltería Quilmes Chep Argentina S.A. Citibank, N.A. Coca Cola de Argentina S.A. Coca Cola FEMSA de Argentina Consejo Federal de Inversiones Corsiglia y Cía. Soc. de Bolsa S.A. Costa Galana CSAV Argentina S.A.

Dell Argentina Direct TV Distribuidora de Gas del Centro S.A. Droguería Del Sud Du Pont Argentina S.A. Esso S.A. Petrolera Argentina Everis Argentina S.A. F.V.S.A. Falabella S.A. FASTA Farmanet S.A. Firmenich S.A.I.yC. Ford Argentina S.A. Fratelli Branca Dest. S.A. Gas Natural Ban S.A. Grupo Carrefour Argentina Grupo Danone Grupo Linde Gas. S.A. Grimoldi S.A. Hoteles Sheraton de Argentina HLB Pharma Group IBM Argentina S.A. Infupa S.A. Internet Securities Argentina SRL. Japan Bank Internacional Cooperation Johnson Diversey de Argenitna S.A. JP Morgan Chase

KPMG

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ESTAS EMPRESAS CREEN EN LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN ECONÓMICA PRIVADA EN LA

ARGENTINA

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108

Loimar S.A. Loma Negra C.I.A.S.A. Los Gallegos Shopping L’Oreal Argentina Louis Dreyfus Commodities Mabe Argentina Magic Software Argentina A.A. Manpower Marby S.A. Massalin Particulares S.A. Mastellone Hnos. S.A. Medicus Mercado Abierto Electrónico S.A. Merck Química Argentina S.A.I.C Metrogas S.A. Microsoft de Argentina Neumáticos Goodyear SRL. Nextel Communications Argentina S.A. Nike Argentina S.A. Nobleza Piccardo S.A.I.C.F. OCA S.A. Organización Techint Orlando y Cía. Sociedad de Bolsa Pan American Energy LLC Parexklaukol S.A. Parker Hannifin Argentina S.A.I.C PBBPolisur S.A. Pegasus Argentina S.A. Petroquímica Cuyo SAIC Petrobras Energía S.A. Philips Argentina S.A. Pirelli Neumáticos SAIC. Quickfood S.A. Roggio S.A. San Jorge Emprendimientos S.A. SC Johnson & Son de Arg. S.A. Sealed Air Argentina S.A. Securitas Argentina S.A. Shell C.A.P.S.A. Siemens S.A.

Smurfit Kappa de Argentina S.A. Sociedad Comercial del Plata S.A. Sociedad Rural Argentina Sodexho Pass Standard Bank Standard New York Securities, INC

Telecom Argentina Telecom Italia S.P.A. Sucursal Argentina Telefónica de Argentina Televisión Federal Argentina Terminal Zárate S.A. Total Austral Unilever de Argentina S.A. Vidriería Argentina S.A.

Wärtsilä Argentina S.A.

YPF