doctorado en filosofia y letras
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DOCTORADO EN FILOSOFA Y LETRAS
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
AS SE TEMPL EL ACERO
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AS SE TEMPL EL ACERO
Estrategias de control laboral y respuestas sindicales
en el emplazamiento sidero metalrgico de Villa Constitucin
Implicancias dentro y fuera de la fbrica
LIC.NURIA INS GINIGER
DNI:26.157.531
DIRECTORA: PhD June C. Nash
CO-DIRECTORA: Dra. Claudia Figari
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El inicio de la elaboracin crtica es la
conciencia de lo que es realmente, o sea
un concete a ti mismo como producto
del proceso histrico desarrollado hasta
ahora, que nos ha dejado una infinidad de
huellas recibidas sin beneficio de
inventario. Hay que hacer inicialmente
ese inventario1.
1
Gramsci, A (1986), Cuadernos de la Crcel(Tomos del I al VI), Edicin a cargo de ValentinoGerratana, Mxico: Ediciones Era, pgina 246.
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ndice
Resumen 8
Summary 9
Por qu este ttulo? 10
Agradecimientos 11
Introduccin 14
Marco Terico-Conceptual 26
a) Acerca de la nocin de Hegemona y la nocin de Praxis en
contextos situados29
b) Contribuciones de los estudios procedentes de las Ciencias
Sociales y Humanas del Trabajo37
c) Praxis Empresarial, Praxis Sindical y Sistema Corporativo 52
Marco Metodolgico 56
La cocina de la investigacin 68
Primera ParteLa configuracin de la praxis empresarial 79Captulo I
El desarrollo de la siderurgia en Argentina: Acindar, Estado y
Trabajadores
83
a) La Industria Argentina de Aceros y el Plan Siderrgico
Argentino84
b) Habla en espaol, pero piensa en ingls: Acindar y el 88
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capital norteamericano
c) Por qu se asienta Acindar en Villa Constitucin? 92
d) Dnde est ubicada Acindar? 100
e) Configuracin de la ciudad 107
f) Conclusiones preliminares 121
Captulo II
El poder dentro de la fbrica
La acera y los cambios en la organizacin del trabajo
123
a) Los Morgan, piratas del acero 126
b) as debe ser el infierno 132
c) Videla inaugur la planta integrada 140
d) Reconversin productiva 142
e) Conclusiones preliminares 148
Captulo III
Cambios de paradigma, cambios de propiedad150
a) Los Nuevos Mtodos de Trabajo y la acumulacin
flexible 153
b) Propiedad y Tecnologas de gestin: de la
japonizacina la europeizacin160
c) Conclusiones preliminares 168
Captulo IV
Sistema Corporativo, el poder dentro y ms all de la fbrica170
a)
Estandarizacin 173b) Herramientas y doctrina corporativas 176
c) Sujeto y Sistema Corporativo 187
d) Visin compartida 190
e) Tercerizaciones 196
f) La disputa por la formacin de tcnicos 198
g) Conclusiones preliminares 211
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Segunda Parte La Praxis sindical en su dimensin histrica 214
Captulo V
De la Unin Obrera Metalrgica a la UOM de Villa Constitucin217
a) Del comienzo al Villazo 220
b) Prefigurando la Dictadura 230
c) Reorganizacin sindical y perspectivas democrticas 235
d) Conclusiones preliminares 242
Captulo VI
Resistencias villenses en la segunda dcada infame244
a) Lock-out y carpas 246
b) Lorenzo Miguel lleg a Villa Constitucin 256
c) La UOM villense y la muerte de Lorenzo Miguel 265
d) Conclusiones preliminares 267
Captulo VII
Otro patrn, otra praxis sindical?269
a) Elecciones 2008: fin de la lista marrn? 271
b)
Paran Metal, crnica de una muerte anunciada 286
c) Praxis sindical y Sistema Corporativo 299
d) Conclusiones preliminares 308
Conclusiones 310
Algunas reflexiones finales y preguntas de investigacin futuras 322
Bibliografa 325
Anexo 347
1) Ley 12.987 Plan Siderrgico Argentino 348
2) rbol Genealgico de Arturo Acevedo Acevedo 364
3) rbol Genealgico de Arturo Acevedo Acevedo
(descendientes)365
4) rbol Genealgico de Martnez de Hoz 366
5) Listado de desaparecidos y asesinados vctimas del Terrorismo 367
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de Estado en Villa Constitucin y Alrededores
6) Mapa ArcelorMittal 380
7) Transcripcin de la lectura de un texto de un Trabajador de
Paran Metal. Aniversario Villazo 16 de marzo de 2009381
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Resumen
En esta Tesis problematizamos acerca de la construccin y consolidacin de la
hegemona, focalizando los procesos que se despliegan dentro y fuera de las fbricas.
En este sentido, nos situamos en las relaciones entre praxis empresarial y praxis
sindicales, en la fbrica y ms all de ella, para comprender cmo estas relaciones se
articulan con los procesos hegemnicos.
Para esto, recortamos nuestro anlisis al caso de la industria siderrgica argentina. El
desarrollo de la siderurgia en nuestro pas lleva poco ms de medio siglo de existencia.
Sin embargo, la consolidacin contradictoria del capital siderrgico localizado en
Argentina y la experiencia histrica del movimiento obrero proponen un campo
interesante para investigar las relaciones de fuerzas obrero-patronales, que se despliegan
tanto en los lugares de trabajo como fuera de las fbricas. De esta forma, nos situamos
en la industria Acindar, localizada en la ciudad de Villa Constitucin, provincia de
Santa Fe.
A lo largo de la historia de la confrontacin patronal-sindical en la ciudad de Villa
Constitucin, se expresan los distintos procesos socio-culturales y polticos, que nos
permiten dar cuenta de la hegemona, identificando los sujetos y sus praxis. Con esta
investigacin, nos proponemos comprender de qu forma se desarrollan los procesos
hegemnicos situados en el espacio fabril y ms all de l, que configuran las actuales
relaciones obrero-patronales. Esto lo analizaremos a partir del estudio de la praxis
empresarial y de la praxis sindical, como praxis de los trabajadores organizadosgremialmente.
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Summary
In this thesis, we question the construction and consolidation of hegemony, focusing on
the processes that are exercised inside and outside factories. In this sense, we focus on
the relationships/associations/connections between business praxis and union praxis at
the factory and beyond it, in order to understand how these relationships are linked to
the hegemonic processes.
To do this, we have focused our analysis on the case of the steel industry in Argentina.
The development of the steel industry in our country began just over half a century ago.
However, contradictory consolidation of the steel capital located in Argentina and the
historical experience of the labor movement suggests an interesting field to investigate
the relations of labor-management forces, exercised/used/seen both in the workplace
and outside the factories. Thus, we look at the company Acindar, located in the city of
Villa Constitucin, Santa Fe.
Throughout the history of management-labor confrontation in the city of Villa
Constitucin, the different socio-cultural and political processes have been expressed,
which allow us to concentrate on hegemony, identifying the subjects and their praxis.
With this research, we aim to understand how hegemonic processes develop in the
factory and beyond it, and how these processes have formed current labor-management
relations. This research is based on the study of business praxis and trade union praxis,
as well as the praxis of organized workers.
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Por qu este ttulo?
As se templ el aceroes un libro, escrito por Nicolai Alexeievich Ostrovski, en 1932, y
cuenta a travs de la vida de Pavkaun chico pobre de la Rusia zaristacmo se va
forjando la generacin de revolucionarios rusos que, dirigidos por Lenin, hicieron la
Revolucin de Octubre.
Este libro, el libro sovitico ms ledo en el mundo, constituye una obra que describe
minuciosamente las vivencias de Pavka y su transformacin en un militanterevolucionario, la transformacin de su conciencia, de sus acciones, es decir, de su
praxis. As se templ el acero tiene la virtud de relatar la historia de la Revolucin
Bolchevique desde el punto de vista de un militante de base, que va transitando la
historia, al tiempo que se convierte en protagonista de su propio destino.
Elegimos tomar prestado el ttulo de esta obra para nuestra tesis no solo por su alusin
siderrgica, sino porque nos representaba la posibilidad de la transformacin, lacapacidad de los seres humanos de dar batalla ante las circunstancias ms duras, de
sostener el sueo de la emancipacin humana, el mpetu por construir un mundo justo y
libre.
Y porque creemos firmemente en la transformacin de la sociedad y por tanto del
sujeto, decidimos intentar comprender y elaborar un pequeo aporte acerca de cules
son algunas de las dificultades por las que ese sueo no se termina de realizar en nuestro
pas. Y como dice en la dedicatoria de la edicin que por suerte pudimos conseguir,
firmada por Hctor Agosti:
Ser como Pavka no es fcil, pero es un poco la tarea de todos los das, cuando la
iluminamos con una esperanza ms grande: con la fe en la fuerza del hombre.
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Agradecimientos
Esta tesis fue realizada gracias al apoyo, la dedicacin y la gua de mis directoras June
Nash y Claudia Figari. Su inmensa generosidad acadmica y personal hicieron que yo
pudiese avanzar, aprender y comprender de qu forma se hace una tesis doctoral. Sus
comentarios y correcciones fueron imprescindibles para que esta Tesis se haya
realizado. Estoy profundamente agradecida y no me cansar de decirlo.
Por otra parte, esta tesis es de y para los compaeros de la Unin Obrera Metalrgica
(UOM) y de la Asociacin de Supervisores Metalmecnicos de la Repblica Argentina
(ASIMRA) de Villa Constitucin. Ellos me abrieron no solo las puertas del sindicato,
sino que me brindaron sus experiencias, alegras y sufrimientos, que adems de
convertirse en parte de mi objeto de estudio, me transformaron como persona.
Asimismo, quiero agradecerles infinitamente al Piru, Rubn, Tato y Carlos. Esta tesis es
de ellos y para ellos, mis compaeros, y por suerte ahora, mis amigos.
Desde mi punto de vista, la realizacin de un trabajo de investigacin es siempre un
producto colectivo, en el cul intervienen de maneras distintas muchos compaeros.
Quisiera agradecer a aquellos docentes y compaeros de las Facultades de Filosofa y
Letras y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y del CEIL-PIETTE, que
en pequeos encuentros, breves charlas, prstamos de libros, intercambios en
seminarios y cursos, me brindaron sus ideas, sus aportes y colaboraron de algunamanera en mi tesis.
En primer lugar, mi apoyo inicial, Marcela Belardo y Matas Triguboff, quienes como
compaeros entraables y puntos de sostn, me orientaron sobre cmo era esto de
intentar vivirde la investigacin.
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En segundo lugar, Jos Schulman, quien me inspir acerca de la importancia de Acindar
en la historia de nuestro pas y con quien tambin compartimos la lucha y la confianza
en el ser humano.
Luego, mi compaero Hernn Palermo, amigo de aventuras y desafos, con quien
transitamos ya ms de diez aos de complicidad en esto de investigar. Con l
compartimos las ganas, la perspectiva, la confianza en que prevalezca el trabajo y la
honestidad, y muchas largas charlas en auto, en mi casa, en la suya, en la oficina, en las
reuniones del GAT o del Equipo.
Mis compaeros del Grupo de Antropologa del Trabajo, que con fuerza y tesn fuimos
armando un espacio en el que nos sentimos a gusto, acompaados en las aventuras y
desventuras, llenos de proyectos. Gracias Cynthia Rivero, Susana Presta, Juan Manuel
Gournalusse y Florencia Intrieri por ayudarme a pensar, a reflexionar, a tomar
decisiones y a dar clases.
El equipo de investigacin fantstico, del que por suerte formo parte, con el timn de
Claudia, siempre democrtica y respetuosa, en el que creamos, nos divertimos, nos
dispersamos, pero construimos un norte comn. Gracias Julia Soul, Marcelo Hernndez,Cecilia Rossi, Diego lvarez Newman, Cristian Busto y Matas Frisco, por su
generosidad, su compaerismo, su gran predisposicin al trabajo y su debate sin
censura. Esta tesis es tambin de ustedes. Y a Sebastin Carrano, compaero de mates y
charlas de oficina, orientador cuantitativo y capaz de soportarme leyendo en voz alta
o respetar mis silencios.
Adems quiero agradecerles a los compaeros del Taller de Estudios Laborales, que
generosamente me recibieron y compartieron conmigo inquietudes y proyectos. De ellos
aprend y aprendo mucho, y ayudaron a darle sentido a la produccin de conocimiento.
Otro apoyo incondicional fueron mis amigos, Cinthia, Fiorella, Mariano, Rober,
Mauricio y Maru. Cinthia se banc la lectura minuciosa y siempre crtica de toda mi
tesis, siendo capaz de orientarme en lecturas y debatir conmigo, cada vez que estaba
perdida. Mis hermanos elegidos aguantan cualquier cosa, son de acero, dispuestos a
escuchar, a leer, a prestar ayuda, siempre. Nuestros debates enriquecen no solo mi tesis,
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sino mi vida. Ellos acompaaron toda la historia de realizacin de esta tesis y por eso es
para ellos.
Quiero dedicarle esta tesis tambin a mi familia de origen, Berti, Flor, Lu, Lau, Male,
Ari y Juli. Gracias por existir, por ser una familia tan bella, tan solidaria, tan altruista.
Sin ellos, yo no soy. Y por sobre todo, Gracias Ma por ayudarme a armar los rboles
genealgicos. Gracias Ta Catata por corregir con amor toda la tesis y tener una mirada
tan cndida, cruzando la cordillera. Gracias Abuela Yole por permitirme robar tus
libros, todas las veces que escuchaste que te prometa que te los iba a devolver.
Y por ltimo, a mis tres mosqueteros, que amo con toda mi alma: mi amor, mi cmplice
y todo, Gabi, y mis hijitos hermosos, Felipe y Simn. La vida es preciosa porque estn a
mi lado y cada da es maravilloso gracias a ustedes. Me hacen muy feliz.
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Introduccin
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Durante muchos aos, los cientficos y filsofos se preguntaron por el problema del
poder, cmo se detenta el poder, cules son los grupos sociales poderosos, cules son
aquellos grupos sociales sobre los que se ejerce el poder, por qu. El problema del poder
se ubic en el centro de los estudios de las Ciencias Sociales, por opcin u omisin. No
importa bajo qu prisma se estudie, la sociedad dividida en clases conduce
inevitablemente al problema del poder.
En las ltimas dcadas, el anlisis de la sociedad y del poder dej de lado el espaciolaboral como centro de la sociedad capitalista. Las teoras sobre el Fin de la Historia 2y
el Fin del Trabajo3, se propusieron construir un andamiaje terico poscapitalista, en el
cual, no existira ms el conflicto laboral, porque no existira ms la relacin capital-
trabajo y no existiran los trabajadores. S el capital, la supremaca absoluta del capital.
Esta visin sobre el poder implicaba un no-poder, pues sin relacin social de poder,
no hay poder. De esta forma, muchos de los estudios sobre trabajadores o incluso,aquellos que aportaban miradas de otros grupos sociales desde el prisma de la relacin
capital-trabajo, desaparecieron de la escena poltico-acadmica.
En los ltimos aos, la Historia destruy las perspectivas sobre el Fin del Trabajo, los
trabajadores recuperaron espacio en la escena pblica internacional y nacional, y los
estudios del no-poder van reducindose en cantidad y en prevalencia. Sin embargo,
an los trabajadores y especialmente, las Relaciones de Trabajo, no constituyen ni el
centro ni la mayor parte de los estudios sociales.
2La tesis ms relevante y extendida sobre el fin de la historia, fue la difundida por Francis Fukuyama,posteriormente a la cada del Bloque Socialista. Ver: Fukuyama, Francis (1992),El Fin de la Historia y elltimo hombre. Buenos Aires: Editorial Planeta.3Sobre las distintas perspectivas del fin del trabajo, ver: Rifkin, Jeremy (1996),El fin del trabajo. Nuevastecnologas contra puestos de trabajo; el nacimiento de una nueva era, Barcelona: Paids y Gorz, Andr
(1980)Adieux au proletariat, Pars : Ed. Galile
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Nosotros nos propusimos realizar un aporte a la comprensin de las Relaciones de
Poder y, por tanto, las Relaciones de Trabajo, desde una perspectiva antropolgica, es
decir, que recupere al sujeto como centro de las relaciones sociales.
Creemos que, en la sociedad capitalista, las relaciones de poder son relaciones de
hegemona, es decir, son relaciones de fuerzas que constituyen un proceso por el cual se
consolida una supremaca tico-poltica de una clase o fraccin de clase social sobre
otras. Este proceso contradictorio implica disputa y conflicto. De esta manera, nos
inclinamos a estudiar las relaciones de trabajo como relaciones conflictuales,
incorporadas a los procesos de construccin y consolidacin de hegemona.
Existen perspectivas acerca de la hegemona que la reducen a una Teora de la
Superestructura4, es decir, que sobredeterminan economa a poltica, estructura a
superestructura, sociedad civil a Estado: el proceso de hegemona se realizara en la
sociedad civil, mientras que al Estado le tocara la coercin. Para estos enfoques,
abordar las relaciones capital-trabajo que se desarrollan en el espacio de realizacin de
la explotacin, es decir, el espacio de trabajo (la fbrica, el taller), no reenviara a la
comprensin de los procesos hegemnicos.
Nuestra perspectiva, por el contrario, recupera la nocin de Bloque Histrico como
concepto central, que permite unificar dialcticamente, la economa con la poltica, la
estructura con la superestructura, la sociedad civil con el Estado. De esta forma, los
procesos de uso y valorizacin de la fuerza de trabajo, consolidados histricamente, no
escapan a la comprensin de la hegemona, sino que son orgnicos a ella5.
Por lo tanto, en esta Tesis problematizamos acerca de la construccin y consolidacin
de la hegemona, focalizando los procesos que se despliegan dentro y fuera de las
fbricas. As, nos situamos en las relaciones entre praxis empresarial y praxis sindicales,
4El representante ms cabal de estos enfoques es Norberto Bobbio, quien interpret a Gramsci para pensarla relacin entre socialismo y democracia, considerando que Gramsci estableca una distincin entreestructura y superestructura. Bobbio plantea que, la sociedad civil no pertenecera al momento de laestructura, sino al de la superestructura () tanto en Marx como en Gramsci la sociedad civil, no el
Estado como en Hegel, representa el momento activo y positivo del desarrollo histrico. Pero en Marxeste momento activo y positivo es estructural, mientras que para Gramsci es superestructural. NorbertoBobbio, Gramsci y la concepcin de la sociedad civil, Cuadernos del pasado y del presente, n 19,
Siglo XXI, Mxico, 1977.5Desarrollamos ms profundamente nuestra perspectiva terico-epistemolgica en el apartado quedenominamos Marco Terico.
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en la fbrica y ms all de ella, para comprender cmo estas relaciones se reenvan,
retroalimentan y articulan con los procesos hegemnicos.
Para esto, recortamos nuestro anlisis a un campo emprico determinado (tiempo y
espacio), que es el caso de la industria siderrgica argentina. El desarrollo de la
siderurgia en nuestro pas lleva apenas ms de medio siglo de existencia. Sin embargo,
la consolidacin contradictoria del capital siderrgico localizado en Argentina y la
experiencia histrica del movimiento obrero, proponen un campo interesante para
investigar las relaciones de fuerza obrero-patronales que se despliegan tanto en los
lugares de trabajo como fuera de las fbricas.
La industria siderrgica se localiz especialmente, a partir de la dcada del 50, en el
Cordn Industrial del Paran, entre Zrate, Provincia de Buenos Aires, y San Lorenzo,
Provincia de Santa Fe. Una de esas localidades, Villa Constitucin, tambin llamada la
capital del acero o el taln de acero de Santa Fe, va a ser escenario de nuestro
anlisis. Consideramos que Villa Constitucin tiene la potencialidad de condensar
histricamente las relaciones de fuerza entre clases y fracciones de clases, as como los
movimientos histricos que modifican dichas relaciones.
A lo largo de la historia de la confrontacin patronal-sindical en la ciudad de Villa
Constitucin, se expresan los distintos procesos socio-culturales y polticos, que nos
permiten dar cuenta de la hegemona, identificando los sujetos y sus praxis. Con esta
investigacin, nos proponemos comprender de qu forma se desarrollan los procesos
hegemnicos situados en el espacio fabril y ms all de l, que configuran las actuales
relaciones obrero-patronales. Esto lo analizaremos a partir del estudio de la praxis
empresarial y de la praxis sindical, como praxis de los trabajadores organizados
gremialmente.
Nos situamos dentro y fuera del espacio fabril, ya que la mirada extendidadel espacio
laboral, nos inscribe dentro de los enfoques en los cuales el mbito productivo, el
domstico y el de sociabilidad son indisolubles, forman parte de una realidad como
totalidad concreta (Kosik, 1967).
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Las preguntas que guiaron nuestra investigacin sufrieron modificaciones a medida que
fuimos encuadrando nuestro problema y recortando nuestro objeto de estudio. Sin
embargo, hay algunas preguntas que direccionaron nuestro proceso de investigacin,
que vale la pena resaltar: cmo se reenvan las relaciones patronales-sindicales a los
procesos hegemnicos? Cules son las tcnicas especficas de disciplinamiento y
control que se ponen en juego en el proceso de trabajo, actualmente? Cul es la
relacin entre estos procesos poltico-tcnicos con los procesos hegemnicos? Cmo
se expresa el disciplinamiento y el control ms all de la fbrica? Y por otra parte,
teniendo en cuenta que los procesos de hegemona son procesos polticos, entonces,
Cules son los alcances polticos de la lucha gremial? Cmo se entrama la experiencia
sindical con la experiencia poltica?
De esta forma, recuperamos una mirada histrica conflictual de cmo la praxis
empresarial se pone en juego y se resignifica en confrontacin con el accionar de los
trabajadores organizados gremialmente, en el marco de un contexto signado por la
relacin de fuerzas internacionales, nacionales y locales.
Exploraremos, por un lado, la configuracin de matrices de disciplinamiento y control
laboral, que denominamos Sistemas Corporativos, es decir, las polticas empresariales,las estrategias de control y las pretensiones de configuracin de un sujeto trabajador
acorde a los intereses patronales, reenviados a los procesos hegemnicos.
Por otro lado, analizamos las respuestas sindicales que se fueron gestando al calor de la
confrontacin con la praxis empresarial. Esta praxis sindical, expresadas en estrategias
polticas, discursos, acciones, modalidades de lucha, tambin se resignifica de forma
contradictoria, y hace falta resituarlas en un anlisis de relaciones de fuerzas.
Intentamos construir una mirada poltica de la praxis sindical, sin soslayar la expresin
organizativa del sindicalismo, pero atendindola como elemento orgnico de la praxis
sindical, y no en s misma.
De esta forma, sostenemos que:
- La praxis empresarial, producto de la confrontacin histrica entre capital y
trabajo, es la conjuncin de las prcticas y discursos de las empresas, en una
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escala totalizadora. Esta praxis se vehiculiza, a nivel de establecimientos
productivos, cada vez de forma ms sistemtica, a travs de lo que
denominamos Sistemas Corporativos. Estos son los paradigmas de poca en los
que se enmarcan las polticas empresariales de las corporaciones
multinacionales. Estos Sistemas Corporativos fetichizan las relaciones de
produccin.
- La praxis empresarial no se localiza exclusivamente en el nivel de los
establecimientos productivos, sino que tiene un alcance que supera las fronteras,
ms all de la fbrica. De esta forma, los Sistemas Corporativos se extienden
puertas afuera del espacio laboral y se articulan con otros sujetos e instituciones.
- La praxis empresarial supone teora y prctica, de forma indisoluble. Por lo
tanto, los Sistemas Corporativostienen su anclaje en el proceso de trabajo. No
son doctrinas discursivas, sino que por el contrario, son polticas de organizacin
del trabajo, que modifican los procesos de trabajo, y por lo tanto inciden
directamente en los procesos de explotacin y acumulacin de capital.
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Los Sistemas Corporativos se especializan dialcticamente entre lo local y loglobal: la praxis empresarial a escala global se sofistica de forma homognea, y
a escala local se diversifican respecto a las configuraciones histricamente
determinadas.
- Los Sistemas Corporativos, a travs de herramientas de control y
disciplinamiento de la fuerza de trabajo, se proponen forjar un sujeto trabajador
adaptado y adaptable a las polticas empresariales.
- La praxis sindical se configura originalmente en respuesta histrica a la praxis
empresarial, pero adquiere autonoma relativa, que le otorga politicidad . Esta
praxis, entonces, tiene cualidad poltica, en tanto lo gremial tiene un alcance
poltico constituido en la experiencia histrica de los trabajadores. El alcance
poltico de lo gremial se manifiesta a travs de distintas expresiones, que se
conforman al calor de las relaciones de fuerza.
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- La experiencia histrica constitutiva de la praxis sindical actual, no reside de
forma excluyente en el mbito sindical, sino que se nutre de las experiencias
histricas del conjunto de las organizaciones polticas y culturales de las Fuerzas
Populares.
- Despus de una dcada en la cual la lucha por mantener las fuentes de empleo
configur el ncleo central de la praxis sindical, hoy en da, la disputa salarial se
consolid como centro de la praxis sindical. Esto implica que la praxis sindical
alcanza de manera dispersa y asistemtica a los Sistemas Corporativos.
- La relacin entre la praxis empresarial y la praxis sindical se expresa en el nivel
de la configuracin espacio socio-cultural. De esta forma, las relaciones de
fuerza configuran el espacio de hbitat, de ocio, familiar, de sociabilidad,
educativo.
Consideramos relevante esta Tesis Doctoral porque aporta crticamente a comprender de
qu forma las relaciones obrero-patronales, que se despliegan en contextos situados, son
reenviadas y articuladas a los procesos de hegemona.
Desde las Ciencias Sociales y Humanas del Trabajo, mucho se ha estudiado acerca de
los procesos de disciplinamiento y control laboral, tanto en los contextos fabriles como
en la incidencia laboral de los dispositivos sociales de disciplinamiento.
Asimismo, se ha problematizado largamente sobre la accin sindical, la resistencia
obrera, las herramientas de lucha, los procesos de conflictividad y su alcance poltico.
Sin embargo, generalmente estos procesos relacionales son recortados para su anlisis.
Intentamos contribuir con esta Tesis Doctoral al estudio histrico-dialctico de estas
relaciones y a configurar una perspectiva totalizadora de los procesos sociales, desde el
anlisis de un caso situado.
Los estudios de caso muchas veces tienen la virtud de proveer profundidad a los
anlisis, de poder detenerse en procesos complejos con una minuciosidad que estudios
generales no lo permiten. Sin embargo, muchas otras veces, estos anlisis no sonreenviados al plano social total, y parecen aislados.
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En esta Tesis Doctoral, realizamos un esfuerzo por recuperar el caso como excusa,
con sus particularidades que son muchas y su desarrollo histrico singular, pero
intentando que nos permita problematizar las relaciones obrero-patronales en un nivel
ms amplio, que arroje luz a los procesos de hegemona.
En este sentido, es que abordamos el caso desde una historicidad de largo alcance, que
aunque no es un anlisis histrico, se propone una mirada en la cual la historia y el
sujeto estn en el centro de la escena.
Villa Constitucin es una ciudad al sur de la provincia de Santa Fe, cuya historia de
alguna forma condensa la historia de la formacin del Estado nacional. Es por esto, que
el alcance espacio-temporal de nuestra Tesis es amplio, aunque centra su anlisis en
aspectos actuales de la relacin obrero-patronal.
En 1951, Acindar, que haba sido fundada en 1942, inaugura una planta en Villa
Constitucin, que se convirti en un lugar en el cual la clase obrera6iba a adoptar una
fisonoma particular, propia de un enclave industrial.
Durante las dcadas del 60 y 70, la cantidad de trabajadores en general y siderrgicos semultiplica exponencialmente7. Como plantea Juan Carlos Torre (1993), a partir de 1955,
la historia de la Unin Obrera Metalrgica (UOM) asume un protagonismo no solo
dentro del sindicalismo, sino tambin como factor de poder de la poltica nacional. La
importancia y peso especfico de la UOM condicionaron la poltica de la seccional
sindical Villa Constitucin.
Simultneamente, en la clandestinidad, y en sintona con el proceso de lucha expresado
con el Cordobazo, comienzan a organizarse un grupo de obreros de Acindar. Este
proceso de organizacin, tuvo su punto ms lgido en lo que se conoce comoEl Villazo.
6Nuestro enfoque de clase obreraes coincidente con el de E. P. Thompson (1962): Por clase entiendo unfenmeno histrico que unifica una serie de sucesos dispares y aparentemente desconectados en lo que serefiere tanto a la materia prima de la experiencia como a la conciencia. Y subrayo que se trata de un
fenmeno histrico. No veo la clase como una estructura, ni siquiera como una categora, sino
como algo que tiene lugar de hecho (y se puede demostrar que ha ocurrido) en las relaciones humanas.7En 1914, Villa Constitucin tena 1.963 habitantes; en 1947, 6.203; en 1960, 14.800; 25.148 en 1970; en1991, 41.161; y en 2001, 44.144 habitantes (Fuente INDEC).
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Este proceso fue cercenado por un operativo represivo, a principios de 1975, que
constituy la antesala de lo que luego fue el plan sistemtico de exterminio desarrollado
a partir del Golpe de Estado de 1976. Desde ese momento el proceso de concentracin
de capital en la rama siderrgica se acenta, teniendo como protagonistas a Techint y a
Acindar8.
Durante la dcada del 80, la ofensiva empresaria sobre los trabajadores siderrgicos
recrudece, a pesar de que la direccin de seccional sindical recupera el sindicato. El
proceso de reduccin de costos laborales se acenta a travs del achicamiento de los
planteles, de las tercerizaciones y del aumento de los ritmos de trabajo.
Finalmente, en el contexto de la crisis de 2001, la empresa brasilea Belgo Mineira
adquiere a muy bajo precio Acindar. A partir de all, los enfoques de organizacin y
gestin del trabajo se empiezan a poner a punto con los estndares internacionales. En
2005, a su vez, la empresa Arcelor absorbe la Belgo Mineira, que en 2007, a su vez, se
fusion con la compaa Mittal. De esta forma, Acindar comienza a formar parte del
principal conglomerado de acero mundial, ArcelorMittal.
Para analizar la relacin entre la praxis empresarial y la praxis sindical y su articulacincon los procesos hegemnicos, nos situamos en la ciudad de Villa Constitucin, en la
planta de Acindar y en la seccional sindical de la Unin Obrera Metalrgica, desde una
perspectiva histrica.
De esta forma, para dar cuenta de la relacin entre la praxis empresarial y la praxis
sindical y su relacin con los procesos hegemnicos, organizamos nuestra Tesis
Doctoral de la siguiente manera:
En primer lugar, exponemos en un apartado, nuestra Perspectiva Terica-Conceptual.
En ella nos focalizamos en la definicin de nuestro paradigma epistemolgico y en los
conceptos de mayor agregacin analtica que constituyen el marco general de nuestra
Tesis. Asimismo, realizamos un esfuerzo por resituar dichos conceptos a lo especfico
8Acindar comienza un proceso de integracin productiva y absorcin, que incluye a su principal
competidor, el grupo Gurmendi (Gurmendi, Santa Rosa y Genaro Grasso). Este proceso implic laacumulacin de una deuda externa por parte de Acindar, que fue saldada por el Estado, a partir de laestatizacin de la deuda privada, en 1982.
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de nuestra investigacin y sealar los aportes y contribuciones de las Ciencias Sociales
y Humanas del Trabajo, a partir de los cuales hemos construido, en dilogo con el
anlisis emprico, nuestras mediaciones analticas, es decir, las categoras que nos
permiten interpretar de forma situada.
En segundo lugar, presentamos nuestra Perspectiva Metodolgica. En este apartado
realizamos una puesta en forma acerca de cmo hemos realizado nuestra Tesis, cules
son los enfoques metodolgicos en que nos hemos apoyado para construir nuestra
investigacin. Adems, damos cuenta de las tcnicas que utilizamos e incorporamos un
subapartado que denominamos,La cocina de la investigacin, en el cual, realizamos un
recorrido minucioso de nuestro proceso de trabajo investigativo.
Luego, presentamos los hallazgos de nuestra investigacin en dos grandes Partes. Estas
dos partes implican un esfuerzo analtico por comprender la relacin entre praxis
empresarial y praxis sindical. Nos propusimos separar analticamente el estudio de
ambas praxis para estudiarlas cabalmente, a pesar de que en ambas damos cuenta de la
relacin, es decir, no podemos estudiar la praxis empresarial sin la praxis sindical y
viceversa. De todas formas, consideramos necesario realizar un proceso de abstraccin
para poder dar cuenta del alcance de cada una de las praxis y las particularidades que lasdefinen. Pero las dos Partes suponen una totalidad.
Cada una de las Partes est dividida en captulos, que se constituyen como unidades de
sentido relativamente autnomo. Cada uno cuenta con una introduccin y una
conclusin preliminar. Cada captulo, a su vez, se subdivide en apartados.
La Primera Parte se centra ms especficamente en el estudio de la praxis empresarial.
Est dividida a su vez en cuatro captulos, a partir de los cuales desarrollamos la
constitucin histrica de la praxis empresarial.
En el primer captulo, El desarrollo de la siderurgia en Argentina: Acindar, Estado
y Trabajadores, analizamos la gnesis de la praxis empresaria, la fundacin de la
empresa y la relacin originaria con el capital estadounidense y con el Estado. De esta
forma, damos cuenta de cmo se configur la ciudad de Villa Constitucin en una
localidad siderrgica. Asimismo, subdividimos este captulo en seis apartados.
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En el segundo captulo, El poder adentro de la fbrica. La acera y los cambios en la
organizacin del trabajo, focalizamos la atencin en la materialidad tcnico-poltica
de la praxis empresarial, en el proceso y la organizacin de trabajo. Subdividimos este
captulo en cinco apartados.
El captulo siguiente, Cambios de paradigma, cambios de propiedad, se centra en los
cambios de las matrices de disciplinamiento laboral y en cmo se configuraron
conflictivamente, en un proceso de extranjerizacin de la empresa. Este captulo se
subdivide en tres apartados.
El cuarto captulo de esta parte, Sistema Corporativo, el poder dentro y ms all de
la fbrica, focaliza acerca de cmo se despliega el Sistema Corporativo, tanto dentro
como fuera de la fbrica. Este captulo se subdivide en seis apartados.
Luego, la Segunda Parte se centra en el anlisis de la praxis sindical, desde una
perspectiva histrica, que atraviesa los distintos momentos que la Unin Obrera
Metalrgica transit y cmo fue constituyendo y transformando su praxis. Esta Parte
est dividida en tres captulos.
En el quinto captulo, De la Unin Obrera Metalrgica a la UOM de Villa
Constitucin, nos centramos en el anlisis de la creacin de la UOM Villa Constitucin,
como una seccional combativa y opositora a la conduccin nacional. Asimismo, se
incorpora el proceso de genocidio como elemento de ruptura de la praxis sindical y las
continuidades y discontinuidades con la experiencia de los 70 que configuran dicha
praxis despus de la Dictadura. Este captulo est organizado en cuatro apartados.
El sexto captulo, Resistencias villenses en la segunda dcada infame, pone el foco en
las transformaciones de la praxis sindical a partir de la ofensiva neoliberal y la
constitucin de una estrategia defensiva por parte del sindicato, dentro y fuera de la
fbrica. Este captulo est subdividido en tres apartados.
El sptimo y ltimo captulo, Otro patrn, otra praxis sindical?, plantea las
transformaciones que la praxis sindical experimenta a partir de la venta de la empresa y
posteriormente a la crisis de 2001. Este captulo est subdividido en cuatro apartados.
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Posteriormente presentamos un apartado con nuestras Conclusiones y reflexiones
finales, en donde adems de sintetizar las interpretaciones realizadas, exponemos qu
otros ejes de anlisis e interrogantes se desprenden o se abren como problemticas a
partir de nuestra Tesis, para encarar lneas de investigacin futuras.
Finalmente, incorporamos el listado completo de la Bibliografaque hemos utilizado a
lo largo de todo nuestro trabajo de investigacin.
Por ltimo, agregamos un pequeo Anexo, en el cual incluimos alguna informacin
complementaria a nuestra Tesis Doctoral.
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Marco Terico-Conceptual
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Nuestra tesis se ubica en el campo problemtico de la construccin y consolidacin de
los procesos de hegemona, entendidos como conflictuales y contradictorios, que se
configuran en situaciones de disputa entre clases sociales antagnicas.
El problema de la hegemona nos reenva al uso y la valorizacin de la fuerza de
trabajo, en una formacin social capitalista, consolidada histricamente, y determinada
por una correlacin de fuerzas particular. Es decir, que situamos el proceso de
construccin de hegemona, cualificado de forma particular, en el espacio laboralextendido, dentro y fuera de los lmites de la unidad productiva.
De esta manera, el espacio laboral extendido, donde se expresa de forma condensada
la relacin capital-trabajo, es central en el proceso que nosotros estudiamos. En este
sentido, Gramsci en Americanismo y Fordismo9se preguntaba si,
este desarrollo [por el fordismo] debe tener su punto de partida en el seno mismo del
mundo industrial y productivo o puede provenir del exterior, a travs de la
construccin cautelosa y slida de un andamiaje jurdico formal que gue desde afuera
los desarrollos necesarios del aparato productivo.
Por lo tanto, de alguna forma, recuperamos el interrogante que se hace Gramsci en este
texto, para pensar cmo los procesos de disputa desarrollados dentro y fuera del espacio
laboral, se reenvan a los procesos de construccin hegemnica; cmo se entraman las
disputas situadas entre capital y trabajo, en el mbito especfico de realizacin de la
explotacin, con la construccin y consolidacin de los procesos hegemnicos.
Nuestra perspectiva paradigmtica, por lo tanto, se enmarca dentro de una concepcin
marxista, que intenta comprender los procesos histrico-sociales, desde la elaboracin
crtica, para producir una mirada desde la realidad como totalidad concreta, como
plantea Karel Kosik (1963).
9Gramsci, A., (s/f),Americanismo y fordismo, www.gramsci.org.ar.
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Si la ideologa burguesa propone un enfoque objetivista, prctico-utilitario de la vida
humana, el marxismo propone una mirada superadora10, en la cual,
La esencia no se manifiesta directa e inmediatamente en su apariencia, y que la
prctica cotidiana lejos de mostrarla de un modo transparente no hace sino
ocultarla.(Snchez Vzquez, 1967:31).
Por lo tanto, consideramos que la percepcin humana, consolidada histricamente en un
sentido comn prctico11, como producto y devenir histrico, debe ser analizada y
puesta bajo la lupa de la crtica, que de este modo coincide con el buen sentido, que
se contrapone al sentido comn12(Gramsci, 1992:366).
En este sentido, adoptamos un enfoque terico-epistemolgico que nos permite ir ms
all de las creaciones fetichizadas del mundo cosificado e ideal (Kosik, 1963:35). Las
relaciones sociales de produccin no se perciben sino como relaciones entre cosas,
ajenas de la produccin del sujeto, sin tiempo, ni historia. Es por eso que intentamos
ubicarnos en una perspectiva crtica, que d cuenta de las determinaciones histricas de
las relaciones sociales y su expresin en un tiempo y un espacio recortado
analticamente.
10En el sentido marciano de la Tesis XI: Los filsofos no han hecho ms que interpretar de diversosmodos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.11espontneo, en el sentido de nodebido a una actividad educadora sistemtica por parte de un
grupo dirigente ya consciente, sino formados a travs de la experiencia cotidiana iluminada por elsentido comn, o sea, por la concepcin tradicional popular del mundo(Gramsci, 1992:311).12Una filosofa de la prctica tiene inevitablemente que presentarse al principio con actitud polmica ycrtica, como superacin del anterior modo de pensar y del concreto pensamiento existente (o mundocultural existente). Por lo tanto, y ante todo, como crtica del sentido comn (tras haberse basado enel sentido comn para demostrar que todos son filsofos y que no se trata de introducir ex novo una
ciencia en la vida individual de todos, sino de innovar y hacer ms crtica una actividad yaexistente), y, por tanto, de la filosofa de los intelectuales, que ha producido la historia de la filosofa yque, en cuanto individual (pues de hecho se desarrolla esencialmente por la actividad de individuos
singulares particularmente dotados), puede considerarse como las puntas de progreso del sentidocomn, por lo menos del sentido comn de los estratos ms cultos de la sociedad, y, a travs de estos,tambin del sentido comn popular. He aqu pues, que una preparacin al estudio de la filosofa tieneque exponer sintticamente los problemas nacidos en el proceso de desarrollo de la cultura general, queno se refleja en la historia de la filosofa sino parcialmente, pero que, de todos modos y a falta de unahistoria del sentido comn () sigue siendo la fuente mxima de referencia, y debe exponer dichos
problemas para criticarlos, para mostrar su valor real (si siguen tenindolo) o la significacin que hantenido como eslabones superados de una cadena, y para fijar los problemas nuevos actuales o el
planteamiento actual de los viejos problemas. La relacin entre filosofa superior y sentido comn estgarantizada por la poltica () La posicin de la filosofa de la prctica es antittica de la catlica: la
filosofa de la prctica no tiende a mantener a los sencillos en su filosofa primitiva del sentido comn,sino, por el contrario, a llevarlos a una superior concepcin de la vida(Gramsci, 1992:371, 372).
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Recuperamos, entonces, el enfoque de Gergy Lukcs y Karel Kosic, para
problematizar acerca del fetichismo:
una relacin entre personas toma el carcter de una cosa y, de este modo, toma el
carcter de una objetividad ilusoria que por su sis tema de leyes propio, riguroso,
enteramente cerrado y racional en apariencia, disimula toda huella de su esencia
fundamental: la relacin entre los hombres (Lukacs, 1923:8).
O en palabras de Kosic,
el conjunto de fenmenos que llenan el ambiente cotidiano y la atmsfera comn de
la vida humana, que con su regularidad, inmediatez y evidencia penetra en laconciencia de los individuos agentes asumiendo un aspecto independiente y natural,
forma el mundo de la pseudoconcrecin (1963:27).
En nuestra Tesis nos centraremos en la relacin dialctica que constituye y configura la
hegemona, a partir de la praxis de los opuestos, situados en la unidad productiva,
entendida de forma extendida. De esta forma, los procesos por los cuales se establecen
las relaciones de disciplinamiento laboral y resistencia sindical, dentro y fuera delespacio de trabajo, constituyen nuestro campo problemtico.
En este captulo veremos los principales conceptos que articulan la tesis, as como las
contribuciones ms relevantes para nuestro estudio, desde las Ciencias Sociales y
Humanas del Trabajo. Por ltimo, nos referiremos a las mediaciones analticas que
hemos construido para el desarrollo de la misma.
a) Acerca de la nocin de Hegemona y la nocin de Praxis en contextos situados
Nuestra entrada analtica de mayor nivel de abstraccin para analizar y reflexionar
respecto de la relacin entre disciplinamiento laboral y resistencia sindical es la
Hegemona. A sabiendas de las mltiples interpretaciones del concepto de hegemona13,
13Interpretaciones diferentes a la que nosotros realizamos sobre el concepto de hegemona, se puedenencontrar en: Guha, Ranajit (1996), The Small Voice of History, Subaltern Studies, New Delhi/ Bombay/
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nosotros recuperamos una tradicin en la cual hegemona implica la direccin poltica,
en sentido amplio, cultural e ideolgica14, de un bloque social sobre el conjunto de la
sociedad. Este bloque social se constituye, dentro de la teora gramsciana, en Bloque
Histrico, como unidad orgnica de la estructura con la superestructura, y se conforma
una totalidad social, con una direccin tico-poltica de la clase hegemnica.
En este sentido, la hegemona supone disputa tanto respecto a los intereses de una
fraccin de clase dentro del bloque social hegemnico que ejerce la direccin, como
entre el bloque hegemnico y las clases subalternas.
En este punto nos detenemos para realizar una primera categorizacin respecto a los
sujetos en disputa. Desde que Carlos Marx introdujo en su anlisis del sistema
capitalista la categora de clase social, mucho se ha debatido respecto al alcance del
trmino, as como su utilizacin. Para nosotros, clase social o ms especficamente clase
burguesa y clase proletaria, como plantearon Marx y Engels en el Manifiesto Comunista
(1848), son el nivel de abstraccin ms agregado para analizar la realidad social. En este
sentido, no son las clases puras las que se organizan en la disputa hegemnica, sino
que en el nivel emprico encontraremos grupos, sectores, instituciones, partidos
polticos, etctera. Estos sujetos expresan y representan a fracciones y sectores de lasclases.
De esta forma, cuando hablamos del bloque social que dirige a la sociedad capitalista, lo
denominamos Bloque de Poder y estamos refirindonos a las fuerzas sociales y
polticas queen unidad y disputacomulgan detrs de una de las fracciones de la clase
burguesa, es decir, que producto de la disputa histrica, determinado grupo social se
conform como hegemnico, dentro del Bloque de Poder. Este bloque supone la
supremacatico-poltica sobre los grupos subordinados:
Calcutta: Oxford University Press, Vol XI, o Laclau y Mouffe (1985), Hegemona y estrategia socialista.Hacia una radicalizacin de la democracia, Argentina: Fondo de Cultura Econmica.14Dentro del marxismo, hay distintas acepciones sobre el concepto de ideologa. Por ejemplo, incluso el
propio Marx (Marx, K. y Engels, F. (1985) La ideologa alemana. Trad. de Wenceslao Roces. BuenosAires: Ediciones Pueblos Unidos) utiliz el concepto comofalsa conciencia, es decir, como ideas, sistema
de ideas o procedimientos de ideas que ocultan las relaciones de explotacin. Sin embargo, en Gramsci,ideologa aparece como sistema de ideas legitimantes, pero no necesariamente como falsa conciencia.Nosotros lo utilizamos en este ltimo sentido.
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se llega a la conciencia de que los propios intereses corporativos, en su desarrollo
actual y futuro, superan los lmites de la corporacin, de un grupo puramente
econmico y pueden y deben convertirse en los intereses de otros grupos subordinados.
Esta es la fase ms estrictamente poltica, que seala el neto pasaje de la estructura a
la esfera de las superestructuras complejas, [ ] determinando adems los fines
econmicos y polticos, la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones
en torno a las cuales hierve la lucha, no sobre un plano corporativo sino sobre un
plano universal y creando as la hegemona de un grupo social fundamental sobre
una serie de grupos subordinados(Gramsci, 1992: 414).
Dentro de lo que denominamos Bloque de Poder, nosotros nos situamos en el anlisis
de la praxis empresarial, dentro y fuera de la fbrica, como veremos ms adelante.
La constitucin del Bloque Histrico es la unidad entre Estado, como Sociedad Poltica
y coercin, y Sociedad Civil. El Estado, es un Estado de clase, en el sentido de
responder y estar organizado a imagen y semejanza del Bloque de Poder, pero
tambin es una arena de conflicto, como plantea Ralph Miliband (1978:96),
...aunque el Estado acta segn el marxismo en nombre de la clase dirigente, noacta en la mayor parte de los casos a sus rdenes. El Estado es, evidentemente, un
Estado de clase, el Estado de la clase dirigente, pero goza de un alto grado de
autonoma e independencia en su forma de operar como Estado de clase y, desde luego
debe tener ese alto grado de independencia y autonoma si quiere actuar como un
Estado de clase. La nocin de Estado como instrumentono se ajusta a este hecho y
tiende a oscurecer lo que ha llegado a considerarse como una propiedad fundamental
del Estado, esto es, su autonoma relativa de la clase dirigente y de toda la sociedad
civil.
El Estado es organismo y organizador del Bloque de Poder, que le permite extenderse y
expandirse como grupo social sobre los subalternos, en la articulacin con la sociedad
civil. Asimismo, esta supremacaimplica una relacin contradictoria entre consenso y
coercin, es decir, consenso en cuanto compromisos o concesiones para con los
subordinados, y coercin para mantener dicha hegemona; una relacin que se expresa
tanto en el Estado como en la Sociedad Civil.
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El hecho de la hegemona presupone, sin duda, que se tengan en cuenta los intereses y
las tendencias sobre los cuales se ejercer la hegemona, que se constituya un cierto
equilibrio de compromiso, o sea, que el grupo dirigente haga sacrificios de orden
econmico-corporativo, pero tambin es indudable que tales sacrificios y el
mencionado compromiso no pueden referirse a lo esencial, porque si la hegemona es
tico-poltica no puede no ser tambin econmica, no puede no tener su fundamento en
la funcin decisiva que ejerce el grupo dirigente en el ncleo decisivo de la actividad
econmica(Gramsci, 1992:402).
En este sentido, nosotros recuperamos esta mirada sobre el Estado para problematizar
sobre la hegemona y analizar la relacin entre la praxis empresarial y las polticas
estatales, situados en determinadas coyunturas histricas. La formacin de la praxis
empresarial que estudiamos est ligada directamente al Estado argentino, tanto a su
naturaleza subordinada al imperialismo, como a su autonoma relativa, condicionada por
la lucha de clases.
Por otra parte, nos referimos al grupo de las clases subalternas. Este grupo social
tambin implica diversidad, en cuanto a sectores, instituciones, grupos corporativos. Al
grupo subalterno lo llamamos Fuerzas Populares. La utilizacin del plural, incluso,nos refiere a la idea de un espacio difuso, con tensiones transversales, limitado, muchas
veces, por la poltica de compromisos, atravesado por el sentido comn. Segn
Gramsci, la consolidacin de un bloque de fuerzas sociales y polticas que estaban
subalternizadas es el Nuevo Bloque Histrico15, es decir, la posibilidad de la
emancipacin social (y nacional), y por tanto, la superacin del capitalismo. A este
ltimo proceso, lo denominamos proceso contrahegemnico. Hacemos referencia a las
Fuerzas Popularesen sentido genrico, y situamos especficamente nuestro estudio enla praxis sindical.
En este sentido, recuperamos el enfoque general que propone en su planteo E.P.
Thompson (1963), acerca de la experienciacomo elemento central de la formacin de la
clase obrera, respecto a la constitucin dentro de las clases subalternas, de la clase
obrera industrial y la dinmica del sujeto social que estudiamos. La mirada histrica y
15
Es importante recordar que la preocupacin de Gramsci, para la cual construye su teora sobre lahegemona, es de orden poltico, es decir, est permanentemente pensando en la transformacin social,con una orientacin socialista y emancipatoria de la clase proletaria.
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conflictual que propone Thompson aporta en la reflexin acerca de la lucha de clases
como constituyente del sujeto social, as como la praxis de los trabajadores y su lugar en
la construccin de hegemona.
Por lo tanto, la hegemona para nosotros es la configuracin histrica de la supremaca
tico-poltica, la direccin poltica del Bloque de Poder sobre las clases subalternas,
especficamente, las Fuerzas Populares, y es un terreno de disputa sempiterna, en el
espacio econmico, ideolgico-cultural y militar.
la hegemona no existe de modo pasivo en cuanto forma de dominio. Constantemente
ha de ser renovada, recreada, defendida y modificada. Pero tambin encuentra
resistencia continuamente, se ve limitada, alterada, desafiada por presiones
absolutamente externas(Williams, 1977:112).
De esta forma, la hegemona es un proceso social total, por lo que situarlo en contextos
concretos requiere una mediacin interpretativa, que permita establecer el puente
articulador entre el proceso total y los procesos contradictorios y parciales que aportan a
la configuracin de una hegemona determinada.
En este caso, el centro de nuestro estudio est en la unidad productiva extendida y es
all donde nos situamos para comprender la construccin de hegemona. Por otra parte,
teniendo en cuenta la centralidad de las relaciones capital-trabajo, y especficamente la
realizacin de la relacin de explotacin en la unidad productiva, como las relaciones
sociales que constituyen el atravesamiento total del modo de produccin capitalista, no
es casual que nos hayamos situado aqu para comprender los procesos hegemnicos. Si
hegemona es la unidad tico-poltica de la estructura con la superestructura en una
direccin determinada, la unidad productiva extendida y el proceso de trabajo son, por
excelencia, los espacios/procesos de condensacin de la hegemona.
En este sentido, elproceso de trabajo, tal como Marx lo postulaba, es la condensacin
de la relacin social capitalista. En el proceso de trabajo capitalista, aquel por el cual se
consume la fuerza de trabajo, ocurren dos fenmenos, segn lo plantea Marx en El
Capital (1867:193): el del control vinculado a los intereses de la produccin y el de la
enajenacin del producto producido por los trabajadores:
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el obrero trabaja bajo la vigilancia del capitalista a quien le pertenece su trabajo. El
capitalista vela con esmero para que la labor se lleve a cabo como corresponde, y los
medios de produccin se utilicen en concordancia con los objetivos deseados, para que
no se derroche materia prima y el instrumento de trabajo experimente nada ms que los
desgastes inseparables de su empleo.
En segundo lugar, el producto es propiedad del capitalista y no del productor
inmediato, el trabajador. El capitalista paga, por ejemplo, el valor cotidiano de la
fuerza de trabajo, cuyo uso, pues, le pertenece durante la jornada, tal como el de un
caballo que alquilara por un da
El proceso de trabajo es el mbito (tiempo y espacio) de produccin de la plusvala, por
lo tanto intervienen no solo la venta propiamente dicha de la fuerza de trabajo y su
consumo en una jornada determinada, sino los procedimientos tcnicos a partir de los
cuales se alcanza una mayor productividad en el sobretrabajo. Estos procesos son
llevados adelante por sujetos inscriptos colectivamente en clases sociales antagnicas, y
por lo tanto son procesos de realizacin de praxis.
El propio proceso de trabajo es una arena de disputa, donde la praxis empresarial y lapraxis de los trabajadores, en una relacin dialctica, configuran histricamente dicho
proceso. Nosotros consideramos que hay una relacin entre el espacio de trabajo y el
espacio fuera del trabajo en la construccin de hegemona, es decir que se construye
desde afuera y desde dentro. Por lo tanto, a pesar de la centralidad del proceso de
trabajo, como mbito de realizacin de la explotacin, la concrecin de la hegemona se
desarrolla tanto fuera como dentro del espacio laboral.
Nosotros, entonces, concebimos una relacin histrica entre clases sociales antagnicas
que, motorizada por la lucha de clases, expresa relaciones de fuerza distintas en
momentos histricos particulares. Es as, que las clases, y mejor dicho, las fracciones de
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las clases sociales van configurando una praxis poltica16que conforma una situacin,
en sentido gramsciano.17
Los procesos totales, as como los procesos situados que nosotros estudiamos, son
constituidos histricamente por sujetos sociales. Por lo tanto, articulado con el corpus
terico en que situamos al concepto de hegemona, se encuentra el depraxis.
Este concepto suele utilizarse en la literatura marxista asociado a la praxis
revolucionaria. Sin embargo, praxis es, como postula Snchez Vzquez (1967), la
actividad material del hombre social. Pero en este sentido, el mismo autor hace una
distincin entre prctica y praxis. Prctica es la actividad humana en un sentido
estrechamente utilitario(1967:27). Esta distincin es la que nos remite a nuestro campo
epistemolgico.
Debemos aclarar que el marxismo tiene distintas corrientes en su seno, que se expresan
tanto poltica como filosficamente. En trminos generales, encontramos cuatro
perspectivas18. Tal vez, la ms extendida, haya sido la versin dogmtica (aunque
positivista) del marxismo, cristalizada en los aos posteriores a la Revolucin Rusa en
el Materialismo Dialctico de Bukharin19
, en la cual la materia excede al ser humano,est ms all de l, fuera de s. Esta divisin entre objeto y sujeto dentro del marxismo
fue la predominante durante, al menos, la primera mitad del siglo XX.
Otra corriente es la denominada marxismo utpico o humanista abstracto (Snchez
Vzquez, 1967:526), que desdea el conocimiento y la prctica, es decir, el carcter
cientfico del marxismo, realzando el proyecto emancipador por s solo.
Otra vertiente, tambin muy difundida, sobre todo en los mbitos acadmicos, pone el
acento solo en el carcter cientfico del marxismo, desvinculando la teora de la prctica
transformadora.
16Cuando hablamos de poltica nos referimos, excepto que lo explicitemos, a ella en sentido amplio, esdecir, a la disputa de poder. Por lo tanto, poltica es, simultneamente, cultura e ideologa, en disputa porel rumbo, por la prevalencia de un sector social sobre otro u otros.17
Situacin es la forma en que Gramsci nomina un momento histrico particular, determinado
histricamente, en el cual se puede situar una correlacin de las fuerzas sociales especfica, plausible deser comprendida (es decir, sentida y entendida).18
Sobre esto, ver Snchez Vzquez (1967), Perry Anderson (1979) y Michael Lwy (2007).19 Se postula el Materialismo Dialctico como filosofa oficial de la III Internacional, en el VICongreso, y es Bukharin quien lo promueve.
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Por ltimo, nosotros nos inscribimos en la corriente que Snchez Vzquez denomina,
problematizando a Gramsci, como humanismo absoluto (1967:66). Este enfoque se
deriva de la Segunda Tesis sobre Feuerbach (Marx, 1865):
El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no
es un problema terico, sino un problema prctico. Es en la prctica donde el hombre
tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el podero, la terrenalidad de su
pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se asla de
la prctica, es un problema puramente escolstico.
En este sentido, el ser humano, su praxis transformadora y la historia estn en el centro
del andamiaje terico-epistemolgico. Praxis implica unidad dialctica entre sujeto y
objeto. La praxis, por tanto, hace posible el trnsito de la teora a la prctica [y
visceversa], y asegura la unidad ntima de una y otra (Snchez Vzquez, 1967:30). Es
el ser humano como ser social el que, en su praxis, autoproduce al ser humano,
histricamente.
La praxis, entonces, no es solo prctica, sino que supone un proceso subjetivo que
atraviesa la prctica, el proceso por el cual el ser humano transforma la naturaleza, lasociedad y a s mismo, segn propias necesidades (Snchez Vzquez, 1967). Es decir,
que en el proceso de transformacin hay necesidades, deseos, ambiciones, ideales. Pero
la praxis no es tal si se la des-historiza: la praxis es histrica, est construida
histricamente y tiene determinaciones y potencialidades histricas.
El concepto de praxis dialoga con los de fetichismo, sentido comn, pseudoconcrecin,
as como con el de experiencia.Praxis es un concepto que nos permite hacer confluir en
su dimensin histrica, la contradictoria conformacin de las clases subalternas, sus
prcticas laborales, cotidianas, sus acciones gremiales y polticas, sus sentires y
sentidos, valoraciones, que contradictoriamente se ponen en juego de manera dialctica,
y van constituyendo un sujeto vivo y conflictual.
De esta forma, nos situamos en este enfoque marxista denominado por Gramsci
Filosofa de la Praxis, as llamado en contraposicin al marxismo dogmtico, al
materialismo mecanicista.
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Nos propusimos recuperar la categora de praxis como elemento de anlisis situado,
para referir a una relacin social determinada, que construye hegemona y que se
expresa en la fbrica y ms all de ella, configurando sujetos histricos concretos. La
centralidad del sujeto histrico en la unidad productiva extendida y en el proceso de
trabajo, especficamente, se articulan histricamente a travs de su praxis con los
procesos histricos totales, es decir, con la hegemona.
De esta forma, praxis y hegemona son dos conceptos indisolubles, que constituyen el
andamiaje conceptual de nuestra tesis doctoral. Estos conceptos situados en el contexto
estudiado por nosotros, requieren de mediaciones analticas que nos permitan referir a
los procesos sociales de mayor agregacin, sin des-situar la relevancia de la relacin
entre disciplinamiento laboral y resistencia sindical respecto de la hegemona.
b) Contribuciones de los estudios procedentes de las Ciencias Sociales y Humanas
del Trabajo
1.
Control y Disciplinamiento laboral
Sobre la relacin entre disciplinamiento laboral y resistencia de los trabajadores o
especficamente sindical, la literatura acadmica es considerablemente extensa. En este
apartado, nos referiremos a aquellas contribuciones con las que dialogamos, con mayor
o menor cercana terica-epistemolgica, pero que nutren nuestro abordaje terico.
En primer lugar, nos interesa recuperar Trabajo y capital monopolista del activista
estadounidense Harry Braverman (1974), quien revolucion los estudios sobre control
laboral. La recuperacin crtica de la mirada del control laboral sobre la fuerza de
trabajo que Braverman propone, habilit una serie de debates acerca de la dimensin y
alcance del mismo. Nosotros recuperamos esta mirada sobre el control respecto del
proceso de trabajo, aunque el autor no est interesado en referir, al menos en este
estudio, al problema de la hegemona. La tesis de Braverman postula que la
administracin empresaria est orientada a la acumulacin de ganancia, a los objetivos
empresariales de produccin, y es en ese sentido que enfoca el control laboral. Al
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respecto, aunque no utiliza el concepto de praxis, s tiene una mirada de los sujetos que
constituyen la relacin capital trabajo en la unidad productiva, y es desde este prisma
que analiza el control laboral. Asimismo, su aporte acerca de la centralidad del proceso
de trabajo, nos permite a nosotros recuperar la dimensin poltico-tcnica del control
laboral, es decir, el proceso a travs del cual se van configurando las herramientas que
nos permiten re-situar la hegemona en el lugar de trabajo.
En segundo lugar, aunque tampoco tiene como horizonte el problema de la hegemona,
es muy sugerente la relacin entre modelos de acumulacin y ciclos de disciplinares que
plantea Gaudemar (1982). Gaudemar establece un puente entre el nivel social ms
agregado (modelos de acumulacin) y el nivel de fbrica, el nivel en donde se
concreta la disciplina fabril. En este sentido, este texto nos aporta en la necesidad de
encontrar mediaciones analticas que permitan dar cuenta de ambos niveles, desde el
prisma de la hegemona y la praxis.
Por otro lado, Gaudemar aporta una mirada sobre la constitucin o modelizacin de
un sujeto trabajador determinado, respecto al modelo de acumulacin vigente. Sobre el
particular, consideramos que hay una suerte de contradictoria des-subjetivacin en el
planteo de Gaudemar, ya que no hay praxis de los sujetos trabajadores que conformen elotro polo de la relacin con la patronal: hay una mirada sesgada por la
unidireccionalidad del disciplinamiento laboral, aunque las transformaciones o los
pasajes de los ciclos disciplinares estn constituidos histricamente. Sin embargo,
recuperamos la perspectiva de la necesidad del capital de configurar un sujeto
trabajador, que se concretizams o menosen una relacin de fuerzas histricamente
determinada, segn nuestro punto de vista.
En tercer lugar, recuperamos una mirada crtica a las nuevas formas de administracin
empresaria, que nos propone Lucie Tanguy (2001). Situada en la unidad productiva,
Tanguy analiza crticamente el proceso de trabajo y la organizacin del trabajo, respecto
a la incorporacin delparadigma de las competencias. Esta contribucin, que tampoco
se remite a los procesos hegemnicos para analizar las relaciones de trabajo, aporta una
mirada crtica sobre las polticas empresariales y sobre las negociaciones establecidas
sobre las mismas, que nos brinda una sofisticacin del anlisis situado, respecto de la
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individualizacin de la relaciones de trabajo, en los ltimos aos. Reenviar el anlisis de
las relaciones en la unidad productiva a los procesos hegemnicos, es nuestro desafo.
Otro aporte central de los estudios sociales del trabajo es el de Michael Burawoy
(1979). l se preguntaba acerca del problema de la hegemona y su anlisis en el
contexto de la fbrica. Esta fue la preocupacin que motiv a Michael Burawoy cuando
desarroll la categora de consentimiento, para problematizar los compromisos entre
trabajadores y patronal. La motivacin de considerar que el espacio de realizacin de la
explotacin es el mbito central del modo de produccin capitalista, y por tanto, central
para comprender la hegemona, la compartimos y retomamos las inquietudes de
Burawoy, aunque no recuperamos la categora de consentimiento. Desde nuestro punto
de vista, consenso y coercin, poltica de compromisos y poltica represiva, son pares
dialcticos que conforman una unidad y, desde ese punto de vista, son indisolubles. No
hay consenso sin coercin y viceversa. De manera que establecer una reduccin a los
consentimientos obreros respecto de las polticas patronales, sin tener en cuenta la
represin (abierta o velada), limita la perspectiva acerca de la hegemona.
Por otra parte, Burawoy recupera al sujeto aproximndose a la teora del making-out
games,que disfraza de autonoma las acciones de los trabajadores, que en realidad estnsiendo dirigidos por las gerencias. As vemos que Burawoy focaliza en el aspecto
fetichizante del proceso de trabajo, sin reconceptualizar la praxis de la clase obrera.
En los ltimos aos, en Amrica Latina, se destacan lneas de investigacin sobre el
disciplinamiento y el control laboral, con centralidad en el proceso de trabajo.
Recuperamos algunos estudios ya que intentan promover una mirada dialctica entre los
procesos sociales totales y la especificacin de las relaciones de trabajo.
Por un lado, Giovanni Alves (2006), coordinador de la Red de Estudios Crticos del
Trabajo, aborda en el contexto de las transformaciones estructurales del capitalismo
global, las nuevas lgicas culturales en el interior de los espacios del trabajo, y nos
aporta una mirada sobre la manipulacin de los sentidos que subyacen a las lgicas
corporativas. Esta mirada tambin pone el centro en la fetichizacinde las relaciones
que se despliegan en la unidad productiva, pero con una mirada del sujeto consolidado
histricamente.
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Por otra parte, Figari (2001; 2005; 2006; 2007; 2009), quien adems es nuestra
codirectora doctoral y directora de beca CONICET, contribuye en el anlisis de la
potencialidad codificadora de sentidos legitimados a partir de los dispositivos
pedaggicos empresariales. Profundiza as en las matrices de disciplinamiento laboral y
cmo se implementan en el proceso de trabajo, reenvindolo de esta forma al problema
de la hegemona, especficamente a la configuracin del sentido comn y el buen
sentido. Esto se enmarca en proyectos de investigacin que Figari dirige, radicados,
tanto en CONICET, como en la Universidad de Buenos Aires.
Otras contribuciones latinoamericanas sobre la situacin de la clase obrera en los
ltimos treinta aos tambin nos han servido como insumo. Ricardo Antunes (2005),
nos aporta una mirada acerca de la relacin entre el estado neoliberal y la acumulacin
flexible, en la cual conviven diferentes formas de organizar el trabajo, con
predominancia de los procesos de precarizacin y tercerizacin laboral. Este marco
general de las relaciones laborales de la actualidad nos sita histricamente,
permitindonos recuperar la historicidad de la conformacin del modelo de acumulacin
flexible, sin perder de vista las continuidades y las rupturas con los procesos anteriores.
Esto nos permite resituar en el marco de la hegemona a los estudios sobre el proceso de
trabajo y la organizacin del trabajo.
Asimismo, acerca de cmo las polticas patronales de los ltimos cuarenta aos,
afectaron a los trabajadores, nos resultan significativos los aportes del Programa de
Investigacin sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina (PIMSA, 1998), y las
sistematizaciones de las polticas empresariales producidas por Oscar Martnez, Daniel
Ximnez y Viviana Ciaffarelli (1997, 2000, 2002), y De la Garza Toledo (2002). La
tendencia a la tercerizacin y la precarizacin del trabajo se verifican en estos estudios,as como un proceso dialctico de heterogeneidad de la clase obrera en cuanto a sus
formas de contratacin, salarios y condiciones de trabajo, con la contracara de la
homogenizacin en cuanto a la asaliarizacinde cada vez ms sectores de la sociedad
(Martnez y Ciaffarelli, 2009).
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Esta tesis se nutre, asimismo, de enfoques y problemticas que fueron construidos en el
marco del equipo de investigacin que integramos20, en el cual hemos abordado lneas
vinculadas al disciplinamiento laboral y a las respuestas de los trabajadores, en
diferentes empresas. A partir de esto se establecieron colectivamente algunas tendencias
recurrentes: las nuevas formas de organizacin del trabajo; las polticas empresariales
de tercerizacin laboral, y las distintas formas de precarizacin de la fuerza de trabajo21;
la relacin entre las polticas empresariales y la accin sindical22; la relacin entre las
polticas empresarias orientadas a reconfigurar las matrices de disciplinamiento
laboral23y los contextos y perspectivas en el desarrollo de respuestas sindicales 24; de
qu forma los grupos de trabajo se constituyen en los espacios pedaggicos para la
difusin de esta cultura que se busca imponer, y cmo se ponen en circulacin los
sentidos de la empresa flexible25. Estas tendencias recurrentes se han expresado en
producciones colectivas, y han colaborado en la conceptualizacin y fortalecimiento de
las tesis doctorales de los miembros del equipo. En este sentido, las mediaciones
analticas que hemos encontrado para referir desde el anlisis de la unidad productiva
extendida al problema de la hegemona y la praxis, han sido construidas al calor de los
debates colectivos.
Desde una mirada sobre la hegemona, June C. Nash (1989), quien es nuestra directorade tesis doctoral, mostr cmo el capitalismo monopolista a mediados del siglo XX fue
capaz de comprometer el apoyo de la comunidad para desactivar la lucha de clases. As,
la construccin de la categora de hegemona corporativa fue inspiradora para la
construccin de las mediaciones entre el proceso social total y la especificacin a nivel
productivo. June C. Nash desarrolla el concepto de hegemona corporativa para el
20 Proyecto PIP CONICET: Prcticas hegemnicas corporativas y disciplinamiento laboral: saberes,
prcticas y posiciones de los trabajadores en contextos de racionalizacin y fragmentacin en el trabajo,Proyecto Ubacyt S808: Dispositivos de control social en contextos de modernizacin empresaria.Conflictividad laboral, negociacin e imposicin/lucha de sentidos, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires. Directora: Dra. Claudia Figari.21Zelaschi, Constanza (2007), Padecimientos en el trabajo y su vinculacin con la inestabilidad laboralEn:XIV Jornadas de Investigacin. Tercer Encuentro de Investigadores en Psicologa del MERCOSUR .9,10 y 11 de Agosto. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicologa.22 Giniger, Nuria Ins (2007), Continuidades y rupturas en la Unin Obrera Metalrgica de VillaConstitucin. EnIX Jornadas Rosarinas de Antropologa Sociocultural, Rosario.23Figari, Claudia (2009), Congreso de Estudios del Trabajo.24 Giniger, Nuria Ins (2007), Problemas sobre la cuestin sindical: el caso de la unin obrerametalrgica. En VIII Congreso de la Asociacin Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo.25Hernndez, Marcelo (2006), Obreros jvenes y con estudios secundarios completos: algo ms que una
excentricidad del capital. Estudio de caso en una fbrica de la industria automotriz . CongresoMultidisciplinario De Ciencias Sociales: La exclusin y los nuevos paradigmas de la ComplejidadSocialMrida, Venezuela, marzo de 2006.
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estudio de la configuracin y las transformaciones de una ciudad industrial en el noreste
estadounidense26. La mirada conflictual, desde la perspectiva de la hegemona,
enriqueci notablemente mi tesis, dndole tratamiento especfico al afueray al adentro
de la fbrica. Tambin respecto al proceso de desindustrializacin estadounidense,
Bluestone y Harrison (1982), analizan cmo los derechos laborales adquiridos por los
trabajadores comenzaban a verse amenazados por las grandes corporaciones. En este
sentido, el proceso histrico que estudiamos es contemporneo con los anlisis de Nash
y Buestone y Harrison, sobre Estados Unidos. Esto nos permite aproximarnos a la
comprensin del proceso total en un sentido histrico y espacial/mundial, con
similitudes y diferencias. La cada del Muro de Berln y la desaparicin del Mundo
Bipolar consolidaron la globalizacin capitalista y nos exigen que los procesos de
implementacin del neoliberalismo sean pensados a escala global.
Por otra parte, desde el punto de vista de la organizacin y la resistencia obrera, Nash
(1978), retoma el concepto de resistenciaponindolo en relacin con el de hegemona.
De esta forma, la praxis est en el centro del anlisis de la hegemona, ubicando al
sujeto en su dimensin histrica.
En esta misma direccin, estn los trabajos de Mara Patricia Fernndez-Kelly (1983) yel trabajo compilado por ella misma y June Nash, Women, Men, and the International
Division of Labor, que propone una mirada holstica de las relaciones entre trabajo,
gnero y etnicidad, en Mxico. Asimismo, el trabajo de David Halle (1984), en el cual
analiza a los obreros petroqumicos de New Jersey, reflexionando acerca de la
conciencia de clase, para lo cual en primer lugar aborda la vida de los trabajadores fuera
de la fbrica, sus casas, sus estilos de vida, para problematizar acerca de la identidad de
clase que se conforma dentro y fuera de la fbrica, de forma contradictoria y conflictual.
Asimismo, hay una lnea de anlisis acerca de la dominacin, desarrollada por Leite
Lopes (1987) y Lins Ribeiro (1975), sobre la importancia de las prcticas cotidianas de
26By corporate hegemony I mean the leadership by the great corporation that took shape at the turn ofthe twentieth century in setting the agenda for industrial organization. I shall argue that this leadershipwas effected not only by the corporations cooptation of workers `struggles, but also by governmentmediation forcing private capital to yield some of its surpluses through taxation, minimum-wage laws,unemployment compensation and other rights won by the labor movement. These gains often served to
contain the labor movement within the parameters of private capitalist accumulation. Nash, J. Fromtank town to high-tech.
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los trabajadores, sus experiencias de vida, tradiciones, y las internalizaciones subjetivas
de sus condiciones materiales de existencia. Especficamente, la relacin entre las
polticas empresariales y el espacio de vivienda, ocio, educacin, es abordada por Leite
Lopes (1978) con el concepto de sistema de fbrica con villa obrera, y retomada por
Federico Neiburg, en nuestro pas.
Nosotros no partimos de este concepto para explicar las relaciones de trabajo y su
articulacin con la hegemona, pues la historia de la construccin de la empresa en que
nosotros situamos nuestro estudio no comparte elementos centrales que caracterizan el
concepto de Sistema de Fbrica con Villa Obrera, como por ejemplo, la necesidad de
fijar a la fuerza de trabajo, la inexistencia de mercado laboral previo a la instalacin de
la fbrica, entre otros. Sin embargo, son significativos los aportes de estos autores,
especialmente por la mirada extendida de la unidad productiva. En esta misma
direccin, Wallace (1978), estudia la relacin entre la ideologa cristiana y el control de
la fuerza de trabajo basada en el paternalismo. Para esto, analiza la configuracin de
una ciudad industrial (Rockdale, Pennsylvania), poniendo el foco en las relaciones entre
familia y fbrica.
El sentido del abordaje de la unidad productiva extendida o del espacio laboral y elespacio extra laboral como un todo, nos permite tener una mirada de las polticas
empresariales no limitada por las fronteras de la fbrica, donde los mbitos productivos,
domsticos y de sociabilidad son indisolubles, forman parte de una realidad como
totalidad concreta(Kosik, 1967). Sin embargo, existe una divisin cualitativa entre el
afuera y el adentro del espacio laboral, sobre todo cuando se pone el foco en las
relaciones de trabajo. Es por esto que adoptamos la categorizacin de ms all de la
fbrica, parafraseando un concepto utilizado por Mara Teresa Sirvent (2006) paraexplicar las prcticas educativas que se desarrollan por fuera del mbito escolar, como
ms all de la escuela. Consideramos que es una nocin apta, ya que los binomios
produccin/reproduccin como productivo/extraproductivo tienen la limitante de
establecer un sesgo diferencial entre mbitos que constituyen una totalidad.
En el campo de la antropologa social argentina, no existe una larga tradicin de
estudios del trabajo. Sin embargo, consideramos relevante recuperarla, ya que hay un
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esfuerzo en estos trabajos por no disociar la unidad productiva del mbito extra
productivo:
A fines de la dcada del 80, Grimberg (1988) y Wallace (1998) abordaron las
problemticas laborales inscriptos en la relacin salud-trabajo, inaugurada por
Menndez (1987), y continuado por Manzano (1996, 1998) con mayor nfasis en el
estudio de los procesos de reconversin productiva. El anteriormente mencionado
estudio de Federico Neiburg (1988) tambin fue un esfuerzo de estudio antropolgico
sobre problemticas laborales, con una mirada de la dominacin que excede las
fronteras de la fbrica. Asimismo, Chiriguini y Lischetti (2008), retoman el problema de
la lucha de los trabajadores asalariados en contextos neoliberales, situando sus estudios
en los mineros chilenos. Por ltimo, la antropologa argentina ha incursionado tambin
en las problemticas de los trabajadores desocupados y en la recuperacin de fbricas
(Fernndez lvarez, 2008; Manzano, 2002).
En los ltimos aos, dos equipos de antropologa del trabajo se han consolidado en
nuestro pas: por un lado, el NET-CEHO, de la Universidad de Rosario, dirigido por
Gloria Rodrguez, que estudia procesos de reconversin productiva, conflictividad
laboral y procesos de trabajo (Soul, 2002, 2010; Vogelmann, 2006). Por otro lado, elGrupo de Antropologa del Trabajo, del que formamos parte, en la Universidad de
Buenos Aires, que se enfoca en los procesos de privatizacin y la situacin de los
trabajadores (Palermo, 2008, Rivero, 2007, Gournalusse, 2008), las relaciones de poder
y las formas de construccin de subjetividad de los trabajadores (Presta, 2006) y los
cambios en los procesos de trabajo y las respuestas del movimiento obrero (Giniger,
2007, 2008, 2010).
Por ltimo, y para repensar los procesos hegemnicos totales, recuperamos los anlisis
polticos acerca de los ltimos treinta aos en Argentina, que han realizado desde la
economa, la historia y la ciencia poltica Bayer, Born y Gambina (2010), Born
(1997), Basualdo (1991, 1999, 2000) y Pucciarelli (2006), reflexionando acerca de la
imposicin del modelo neoliberal, el rol del genocidio, y la consecuente concentracin y
centralizacin capitalista, y las implicancias que han tenido en los procesos
hegemnicos empresariales, que se han desarrollado desde mediados de la dcada de los
70. Esta mirada global sobre los procesos hegemnicos nos permite establecer una
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relacin entre el movimiento de la sociedad en su conjunto y nuestro problema situado
en las relaciones entre praxis empresarial y praxis sindical en la fbrica y ms all de
ella.
2. Sindicalismo y resistencia sindical
La mirada sobre los procesos hegemnicos, se complementa con la configuracin de las
respuestas, de los alcances de dichas respuestas, de las estrategias promovidas por los
trabajadores. En esta seccin nos circunscribiremos a la contribucin de los estudios
sobre sindicalismo y resistencia sindical que nos han aportado para la formulacin delmarco terico de nuestra tesis.
En los procesos histricos de la Argentina, el sindicalismo ha jugado un rol
fundamental, consolidando tendencias y proyectos sindicales que, en trminos
generales, algunas veces incentivaron luchas emancipatorias (que incluyen la
negociacin), y muchas otras, solo la negociacin sindical-patronal-Estado27. De esta
forma, el sindicalismo argentino se incorpor a las estrategias dominantes, as comotambin, en mucha menor medida, a perspectivas polticas populares. Como plantea
Elizabeth Jelin (1974),
la actuacin sindical, tericamente ligada con la defensa de intereses inmediatos y
de tipo gremial, se ampla y se transforma en la accin de un grupo de presin en
relacin con una variedad enorme de polticas. La ampliacin del campo de accin al
Estado y su importancia para el conflicto industrial hacen asumir al movimiento
sindical un papel poltico mucho ms a