docentes memorables

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Piensa en un docente que consideres "memorable". Describe y explica porque lo consideras así. Creo que ningún estudiante olvida al maestro y/o profesor que le abrió el camino hasta más allá de sus propios límites. Yo tengo la dicha de haber conocido muchas figuras “memorables” que me han acompañado a lo largo de mi crecimiento profesional, pero han sido dos los que han marcado la diferencia. Uno es un excelente maestro que si de alguien se puede decir que da todo lo que tiene en su cabeza y en su alma por la didáctica es él, un maestro enamorado de la arqueología, con muchísima amabilidad y un gran amor por su profesión. Se llama Walter Suarez. Fué mi maestro en la Escuela Nº7 de Maldonado. Un maestro concentrado en sus alumnos, en entendernos y en ayudarnos. Nos enseñó valores y a cultivar. Una fuente de inspiración hoy en día. Una fiera que nos machacaba sin piedad, un gran modelo a seguir. Tiene una capacidad extraordinaria para explicar los conceptos y cuando alguien no los entendía, no volvía expliar lo mismo y de la misma forma, sino que le daba la vuelta con ejemplos increíbles. A menudo nos sacaba para hacer pequeñas representaciones teatrales, como por ejemplo sobre las medidas, o para enseñarnos el pericón y el baile de las cintas. También tuve la fortuna de tener el mejor profesor, mi mentor (como le digo y él se ríe). Se llama Israel Iglesias. Fué mi profesor de Informática cuando comencé el Ciclo Básico en la UTU. Recuerdo su primera clase como si el tiempo se estuviera rebobinando. Se acercó a la puerta, se detuvo un momento, entró sonriendo de forma desmedida. Uno de sus encantos es su expresividad. Desde el primer momento noté que tenía una recarga de combustible nuclear en el cerebro. Fue abrir la boca y darme cuenta de que nunca había tenido un profesor así. Es un profesor que ha sabido contagiar a sus alumnos su propia pasión por la informática. Yo ya la tenía pero él la reforzó, un profesor que nos mostró que aprender también es divertido; pero no solo eso, me enseñó que si lo sueño es posible. Me enseñó a no rendirme y a querer superarme, no superar a los demás, superarme a mi. Un lujo elevado a la tercera potencia (y eso casi son palabras de él). Hoy en día no solo puedo decir que “me acompañó en este hermoso trayecto” sino que lo llamo AMIGO. Porque eso es lo que hacen los grandes maestros y profesores y es en parte gracias a ellos que hoy soy lo que soy; por eso para mi son memorables y con todas las letras.

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Page 1: Docentes memorables

Piensa en un docente que consideres "memorable". Describe y explica porque lo consideras así.

Creo que ningún estudiante olvida al maestro y/o profesor que le abrió el camino hasta más allá de sus propios límites. Yo tengo la dicha de haber conocido muchas figuras “memorables” que me han acompañado a lo largo de mi crecimiento profesional, pero han sido dos los que han marcado la diferencia. Uno es un excelente maestro que si de alguien se puede decir que da todo lo que tiene en su cabeza y en su alma por la didáctica es él, un maestro enamorado de la arqueología, con muchísima amabilidad y un gran amor por su profesión. Se llama Walter Suarez. Fué mi maestro en la Escuela Nº7 de Maldonado. Un maestro concentrado en sus alumnos, en entendernos y en ayudarnos. Nos enseñó valores y a cultivar. Una fuente de inspiración hoy en día. Una fiera que nos machacaba sin piedad, un gran modelo a seguir. Tiene una capacidad extraordinaria para explicar los conceptos y cuando alguien no los entendía, no volvía expliar lo mismo y de la misma forma, sino que le daba la vuelta con ejemplos increíbles. A menudo nos sacaba para hacer pequeñas representaciones teatrales, como por ejemplo sobre las medidas, o para enseñarnos el pericón y el baile de las cintas.

También tuve la fortuna de tener el mejor profesor, mi mentor (como le digo y él se ríe). Se llama Israel Iglesias. Fué mi profesor de Informática cuando comencé el Ciclo Básico en la UTU. Recuerdo su primera clase como si el tiempo se estuviera rebobinando. Se acercó a la puerta, se detuvo un momento, entró sonriendo de forma desmedida. Uno de sus encantos es su expresividad. Desde el primer momento noté que tenía una recarga de combustible nuclear en el cerebro. Fue abrir la boca y darme cuenta de que nunca había tenido un profesor así. Es un profesor que ha sabido contagiar a sus alumnos su propia pasión por la informática. Yo ya la tenía pero él la reforzó, un profesor que nos mostró que aprender también es divertido; pero no solo eso, me enseñó que si lo sueño es posible. Me enseñó a no rendirme y a querer superarme, no superar a los demás, superarme a mi. Un lujo elevado a la tercera potencia (y eso casi son palabras de él). Hoy en día no solo puedo decir que “me acompañó en este hermoso trayecto” sino que lo llamo AMIGO.

Porque eso es lo que hacen los grandes maestros y profesores y es en parte gracias a ellos que hoy soy lo que soy; por eso para mi son memorables y con todas las letras.