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Viernes 6 de febrero de 2015 EL UNIVERSAL á í El Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM invita al “Curs o básico de latín I y II” (50 horas), que será impartido todos los viernes, del 13 de febrero al 26 de junio, de 10:00 a 13:00 horas, por Laurette Godinas y Andrés Iñigo. Inscripciones abiertas hasta el 12 de febrero. Consulte más información y el proceso de inscripción en la dirección electrónica http://www.iib.unam.mx/index .php La UNAM, a través de los institutos de Ciencias Nucleares y de Ingenie- ría, participa en el experimento in- ternacional DAMIC (Dark Matter in CCDs) para buscar materia oscura, cuya presencia ha sido inferida sólo por medio de sus efectos gravitacio- nales. El detector utiliza dispositivos de carga acoplada (o CCD, por sus si- glas en inglés) de tipo científico y ya se instala a 2 mil metros de profun- didad, en el laboratorio subterráneo SNOLAB, en Canadá. A partir del primer cuatrimestre de 2015 inten- tará determinar si hay una interac- ción, aunque sea muy débil, entre la materia oscura y la ordinaria. Integrantes de los centros de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica, y de Alta Tecnología de la Facultad de Ingeniería crearon un sistema in- novador para identificar ganado, no invasivo y de aplicación más simple que el aretado comercial usado en el país. Ofrece información relacionada con el nacimiento del bovino, su crecimiento, su tipo de alimentación y los sitios donde fue sacrificado y vendido. Además, con un lector móvil será posible, a tres metros de distancia, detectar su chip y abarcar de golpe a 20 animales. El sistema en su conjunto está por obtener una patente. Í Texto: Fernando Guzmán Aguilar [email protected] ó ó ó omo un detective que va en busca de las huellas dactilares de un presunto crimi- nal, Ricardo Servín Pichardo, biólogo de la UNAM, llevó a cabo el primer registro de icnitas (huellas) que dejaron los di- nosaurios en Sonora hace más de 70 mi- llones de años. Bajo la dirección de René Hernández Rivera, paleontólogo del Instituto de Geología de la UNAM, el estudio de Servín Pichardo —una des- cripción e interpretación de dinosauricnitas (hue- llas de dinosaurios) en esa zona del país, con la que se tituló de biólogo en la Facultad de Ciencias— es uno de los más de 10 registros que distintos paleontólogos han realizado sobre las pisadas que recuerdan el paso de los dinosaurios por la tierra que hoy es México. Desde el punto de vista geológico, los registros de icnitas de dinosaurios en México abarcan des- de el Jurásico Medio hasta el Cretácico Superior. Las dinosauricnitas descritas por Servín Pichardo fueron encontradas en rocas del Grupo Cabullo- na. Éste, localizado en una cuenca homónima, es una serie de cinco formaciones geológicas con- tinentales que surgieron durante el Cretácico Tar- dío y que en su mayoría representan ambientes de depósito lacustre y fluvial. El área o unidad litológica estudiada se localiza al noroeste de Sonora, en el ejido de Esqueda, en el municipio de Fronteras, a unos 70 kilómetros al sur de la frontera internacional entre Douglas, Arizona, y Agua Prieta, Sonora. La mayoría de las icnitas analizadas procede de una cantera ubicada en un sitio conocido popu- larmente como Carro Quebrado. Además de las huellas in situ, ahí se han encontrado evidencias de estromatolitos (estructuras rocosas laminadas que contienen múltiples microorganismos; gene- ralmente son de carbonato de calcio) y ostrácodos (crustáceos de tamaños muy pequeños, incluso micro s cópico s). ó En salidas al campo efectuadas durante mayo de 2010 y julio de 2011, Servín Pichardo siguió los pa- sos de dinosaurios y realizó calcas plásticas de la morfología de las icnitas; luego midió, comparó, describió e interpretó 35 dinosauricnitas: 27 dis- puestas en tres rastros (secuencias de tres o más icnitas consecutivas de un mismo individuo) y ocho aisladas. Durante sus pesquisas, el biólogo universitario identificó varios grupos de dinosaurios que las ge- neraron. Gracias a la descripción morfológica de las pisadas, a las mediciones morfométricas de ic- nitas aisladas y de rastros, y a las comparaciones bibliográficas, logró identificar al menos seis gru- pos taxonómicos diferentes. Un par de huellas aisladas tridáctilas (con tres dedos) indicó la presencia de terópodos (dinosau- rios carnívoros). Los autores de dichas huellas no pudieron ser identificados dentro de un grupo ta- xonómico más específico, por lo que permanecen como terópodos indeterminados. Posiblemente, con base en sus longitudes de cerca de 18 cen- tímetros de longitud, éstas fueron producidas por individuos juveniles o especies pequeñas. “Un abultamiento anómalo en una de ellas me hace suponer que su morfología podría ser resul- tado de una sobreposición de huellas de diferente tamaño o, bien, evidencia patológica”, dice. También identificó ornitomímidos, dinosau- rios terópodos parecidos a las avestruces, con cuello, brazos y patas largos. Un rastro de cinco icnitas consecutivas (de 21 centímetros de lon- gitud, en promedio) indica que el animal que lo generó era de no más de 1.17 metros de altura (medidos desde el suelo hasta la articulación de la cadera con la pierna). “La proporción de los dedos y la morfología ge- neral nos permiten asegurar que esas icnitas fue- ron producidas por un ornitomímido. Este rastro también muestra evidencia patológica. La alter- nancia de pasos (largos y cortos) en él indica que el dinosaurio se desplazaba cojeando.” Los tiranosáuridos fueron identificados a partir de una icnita tridáctila muy robusta, de casi 43 centímetros de longitud, más larga que ancha (es- ta característica es precisamente la que permite asignarla a dicha familia). “No estoy afirmando que sea de Tyrannosaurus re x, sólo digo que fue producida por un miembro de menor tamaño de la familia de los tiranosáu- rido s”, apunta Servín Pichardo. Del grupo de los deinonicosaurios (carnívo- ros conocidos comúnmente como “raptores”), él identificó dos familias: la de los trodóntidos (a partir de una huella de no más de 15 cen- tímetros de longitud) y la de los dromeosáu- ridos (a partir de dos huellas de no más de 21 centímetros de longitud). “Por lo que se refiere a estas dos últimas huellas, son didáctilas (con dos dedos), condición que ha sido atribuida a la presencia de una garra hipe- rretraible en el dígito dos, que se mantenía levan- tada o tocaba muy poco el suelo cuando el animal se desplazaba. Los dromeosáuridos eran dino- saurios relativamente grandes, algunos de tama- ños similares a los velociraptores de la saga de Ju- rassic Park. En comparación con éstos, los tro- dóntidos eran más pequeños.” Una huella podial (del pie) con morfología coin- cidente con las icnitas de saurópodos, que sobre- vivieron hacia el final del Cretácico Tardío en Nor- teamérica, con forma circular y carente de dedos, fue asignada por Servín Pichardo al grupo de los titano saurio s. El último grupo que reconoció fue el de los ha- drosaurios o dinosaurios pico de pato. Están re- presentados en esta región por dos rastros pro- ducidos por individuos adultos y por una icnita aislada producida por un subadulto. Todas las icnitas de este morfotipo tienen, en general, una configuración redondeada: el talón y la punta de los dedos son redondos, amplios y robusto s. “Los animales que dejaron estas icnitas estaban caminando en ese momento a una velocidad muy lenta, según cálculos matemáticos”, afirma el bió- logo universitario. Además de contribuir decisivamente al cono- cimiento de la diversidad de los dinosaurios de México, en particular de Sonora, el estudio ic- nológico de Servín Pichardo ayuda a compren- der las semejanzas y diferencias en la compo- sición faunística de dinosaurios en varias lo- calidades norteamericanas. Por evidencia fósil directa (huesos y dientes) e indirecta (huellas), el noroeste de Sonora (Grupo Cabullona), el suroeste de Arizona (For- mación Fort Crittenden), el suroeste de Nuevo México (Formación Ringbone) y el sur de Coa- huila (Formación Cerro del Pueblo) tienen un componente faunístico con grupos de dinosau- rios muy similares, aunque no todos los grupos están representados en todas las formaciones geológicas anteriores: los tiranosáuridos y ha- drosaurios se encuentran en todas y cada una de ellas, mientras que los titanosaurios y orni- tomímidos solamente se han encontrado hasta ahora en Sonora y Coahuila. “La icnofauna estudiada en Sonora es una de las más diversas de nuestro país y por primera vez se reportó evidencia patológica en huellas de di- nosaurios (en el caso de un rastro de ornitomí- mido y posiblemente una icnita aislada de teró- podo indeterminado), lo cual no se conocía pre- viamente para México”, comenta Ricardo Servín P i c h a rd o. Sobre la unidad litológica en estudio, el biólogo universitario sólo hizo una descripción prelimi- nar paleoambiental, ya que es de un espesor bas- tante grande: 800 metros. La cantera en la que trabajó no mide más de tres metros, de ahí que sea necesario estudiar más a fondo esa zona. En opinión de Servín Pichardo, lo más impor- tante de su investigación es que icnitas fósiles in- dican la presencia de grupos taxonómicos en el Grupo Cabullona de los que aún no se han en- contrado sus fósiles corporales. “Este trabajo es un precedente para que con- tinúen los estudios paleontológicos de dinosau- rios en México. Hace años no se conocían huellas en esa zona, únicamente elementos esqueléticos (fueron reportados en 1995), por lo que debe haber en Sonora y en todo el territorio nacional muchos otros lugares donde diferentes tipos de fósiles pueden aportar información complementaria pa- ra entender paleontológicamente a los dinosau- rios de México.” El biólogo universitario recibió el apoyo de Gru- po México; de Marisol Montellano, del Instituto de Geología de la UNAM; de Carlos González, de la Estación Regional del Noroeste, del Instituto de Geología de la UNAM; de Rafael Pacheco, de la Universidad de Sonora; de Ángel Ramírez Velas- co, entonces estudiante de posgrado en la Uni- versidad Nacional; de los proyectos PAPIIT IN 101811-3 y 216511-2; de las autoridades municipales y los voluntarios del Municipio de Fronteras; así como de Rubén Parra e Ignacio Lara, quienes le permitieron estudiar algunas icnitas previamente recuperadas y que estaban bajo su resguardo en Esqueda, Sonora. b ú ó é” Í ó ó é Í í é á á

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Page 1: dóntidos eran más pequeños.” · tomímidos solamente se han encontrado hasta ahora en Sonora y Coahuila. “La icnofauna estudiada en Sonora es una de las más diversas de nuestro

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����� �á���� �� í�El Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM invita al “Curs obásico de latín I y II” (50 horas), que será impartido todos los viernes, del13 de febrero al 26 de junio, de 10:00 a 13:00 horas, por Laurette Godinasy Andrés Iñigo. Inscripciones abiertas hasta el 12 de febrero. Consulte másinformación y el proceso de inscripción en la dirección electrónicahttp://www.iib.unam.mx/index .php

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La UNAM, a través de los institutosde Ciencias Nucleares y de Ingenie-ría, participa en el experimento in-ternacional DAMIC (Dark Matter inCCDs) para buscar materia oscura,cuya presencia ha sido inferida sólopor medio de sus efectos gravitacio-nales. El detector utiliza dispositivosde carga acoplada (o CCD, por sus si-glas en inglés) de tipo científico y yase instala a 2 mil metros de profun-didad, en el laboratorio subterráneoSNOLAB, en Canadá. A partir delprimer cuatrimestre de 2015 inten-tará determinar si hay una interac-ción, aunque sea muy débil, entre lamateria oscura y la ordinaria.

���������� ��� �� ������������ �� ������ �����Integrantes de los centros de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica,y de Alta Tecnología de la Facultad de Ingeniería crearon un sistema in-novador para identificar ganado, no invasivo y de aplicación más simpleque el aretado comercial usado en el país. Ofrece información relacionadacon el nacimiento del bovino, su crecimiento, su tipo de alimentación ylos sitios donde fue sacrificado y vendido. Además, con un lector móvil seráposible, a tres metros de distancia, detectar su chip y abarcar de golpe a20 animales. El sistema en su conjunto está por obtener una patente.

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Texto: Fernando Guzmán Aguilar alazul10 @hotmail.com

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�omo un detective que va en busca de lashuellas dactilares de un presunto crimi-nal, Ricardo Servín Pichardo, biólogo dela UNAM, llevó a cabo el primer registrode icnitas (huellas) que dejaron los di-nosaurios en Sonora hace más de 70 mi-llones de años.

Bajo la dirección de René Hernández Rivera,paleontólogo del Instituto de Geología de laUNAM, el estudio de Servín Pichardo —una des-cripción e interpretación de dinosauricnitas (hue-llas de dinosaurios) en esa zona del país, con la quese tituló de biólogo en la Facultad de Ciencias—es uno de los más de 10 registros que distintospaleontólogos han realizado sobre las pisadas querecuerdan el paso de los dinosaurios por la tierraque hoy es México.

Desde el punto de vista geológico, los registrosde icnitas de dinosaurios en México abarcan des-de el Jurásico Medio hasta el Cretácico Superior.Las dinosauricnitas descritas por Servín Pichardofueron encontradas en rocas del Grupo Cabullo-na. Éste, localizado en una cuenca homónima, esuna serie de cinco formaciones geológicas con-tinentales que surgieron durante el Cretácico Tar-dío y que en su mayoría representan ambientesde depósito lacustre y fluvial.

El área o unidad litológica estudiada se localizaal noroeste de Sonora, en el ejido de Esqueda, enel municipio de Fronteras, a unos 70 kilómetrosal sur de la frontera internacional entre Douglas,Arizona, y Agua Prieta, Sonora.

La mayoría de las icnitas analizadas procede deuna cantera ubicada en un sitio conocido popu-larmente como Carro Quebrado. Además de lashuellas in situ, ahí se han encontrado evidenciasde estromatolitos (estructuras rocosas laminadasque contienen múltiples microorganismos; gene-ralmente son de carbonato de calcio) y ostrácodos(crustáceos de tamaños muy pequeños, inclusomicro s cópico s).

��� ������ ����ó�����En salidas al campo efectuadas durante mayo de2010 y julio de 2011, Servín Pichardo siguió los pa-sos de dinosaurios y realizó calcas plásticas de lamorfología de las icnitas; luego midió, comparó,describió e interpretó 35 dinosauricnitas: 27 dis-puestas en tres rastros (secuencias de tres o másicnitas consecutivas de un mismo individuo) yocho aisladas.

Durante sus pesquisas, el biólogo universitarioidentificó varios grupos de dinosaurios que las ge-neraron. Gracias a la descripción morfológica delas pisadas, a las mediciones morfométricas de ic-nitas aisladas y de rastros, y a las comparacionesbibliográficas, logró identificar al menos seis gru-pos taxonómicos diferentes.

Un par de huellas aisladas tridáctilas (con tresdedos) indicó la presencia de terópodos (dinosau-rios carnívoros). Los autores de dichas huellas nopudieron ser identificados dentro de un grupo ta-xonómico más específico, por lo que permanecencomo terópodos indeterminados. Posiblemente,con base en sus longitudes de cerca de 18 cen-tímetros de longitud, éstas fueron producidas porindividuos juveniles o especies pequeñas.

“Un abultamiento anómalo en una de ellas mehace suponer que su morfología podría ser resul-tado de una sobreposición de huellas de diferentetamaño o, bien, evidencia patológica”, dice.

También identificó ornitomímidos, dinosau-rios terópodos parecidos a las avestruces, concuello, brazos y patas largos. Un rastro de cincoicnitas consecutivas (de 21 centímetros de lon-gitud, en promedio) indica que el animal que logeneró era de no más de 1.17 metros de altura(medidos desde el suelo hasta la articulación dela cadera con la pierna).

“La proporción de los dedos y la morfología ge-neral nos permiten asegurar que esas icnitas fue-ron producidas por un ornitomímido. Este rastrotambién muestra evidencia patológica. La alter-

nancia de pasos (largos y cortos) en él indica queel dinosaurio se desplazaba cojeando.”

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“No estoy afirmando que sea de T yrannosaurusre x, sólo digo que fue producida por un miembrode menor tamaño de la familia de los tiranosáu-rido s”, apunta Servín Pichardo.

Del grupo de los deinonicosaurios (carnívo-ros conocidos comúnmente como “raptore s”),él identificó dos familias: la de los trodóntidos(a partir de una huella de no más de 15 cen-tímetros de longitud) y la de los dromeosáu-

ridos (a partir de dos huellas de no más de 21centímetros de longitud).

“Por lo que se refiere a estas dos últimas huellas,son didáctilas (con dos dedos), condición que hasido atribuida a la presencia de una garra hipe-rretraible en el dígito dos, que se mantenía levan-tada o tocaba muy poco el suelo cuando el animal

se desplazaba. Los dromeosáuridos eran dino-saurios relativamente grandes, algunos de tama-ños similares a los velociraptores de la saga de Ju -rassic Park. En comparación con éstos, los tro-dóntidos eran más pequeños.”

Una huella podial (del pie) con morfología coin-cidente con las icnitas de saurópodos, que sobre-vivieron hacia el final del Cretácico Tardío en Nor-teamérica, con forma circular y carente de dedos,fue asignada por Servín Pichardo al grupo de lostitano saurio s.

El último grupo que reconoció fue el de los ha-drosaurios o dinosaurios pico de pato. Están re-presentados en esta región por dos rastros pro-ducidos por individuos adultos y por una icnitaaislada producida por un subadulto.

Todas las icnitas de este morfotipo tienen, engeneral, una configuración redondeada: el talóny la punta de los dedos son redondos, amplios yrobusto s.

“Los animales que dejaron estas icnitas estabancaminando en ese momento a una velocidad muylenta, según cálculos matemáticos”, afirma el bió-logo universitario.

���� Además de contribuir decisivamente al cono-cimiento de la diversidad de los dinosaurios deMéxico, en particular de Sonora, el estudio ic-nológico de Servín Pichardo ayuda a compren-der las semejanzas y diferencias en la compo-sición faunística de dinosaurios en varias lo-calidades norteamericanas.

Por evidencia fósil directa (huesos y dientes)e indirecta (huellas), el noroeste de Sonora(Grupo Cabullona), el suroeste de Arizona (For-mación Fort Crittenden), el suroeste de NuevoMéxico (Formación Ringbone) y el sur de Coa-huila (Formación Cerro del Pueblo) tienen uncomponente faunístico con grupos de dinosau-rios muy similares, aunque no todos los gruposestán representados en todas las formacionesgeológicas anteriores: los tiranosáuridos y ha-drosaurios se encuentran en todas y cada unade ellas, mientras que los titanosaurios y orni-tomímidos solamente se han encontrado hastaahora en Sonora y Coahuila.

“La icnofauna estudiada en Sonora es una delas más diversas de nuestro país y por primera vezse reportó evidencia patológica en huellas de di-nosaurios (en el caso de un rastro de ornitomí-mido y posiblemente una icnita aislada de teró-podo indeterminado), lo cual no se conocía pre-viamente para México”, comenta Ricardo ServínP i c h a rd o.

Sobre la unidad litológica en estudio, el biólogouniversitario sólo hizo una descripción prelimi-nar paleoambiental, ya que es de un espesor bas-tante grande: 800 metros. La cantera en la quetrabajó no mide más de tres metros, de ahí que seanecesario estudiar más a fondo esa zona.

En opinión de Servín Pichardo, lo más impor-tante de su investigación es que icnitas fósiles in-dican la presencia de grupos taxonómicos en elGrupo Cabullona de los que aún no se han en-contrado sus fósiles corporales.

“Este trabajo es un precedente para que con-tinúen los estudios paleontológicos de dinosau-rios en México. Hace años no se conocían huellasen esa zona, únicamente elementos esqueléticos(fueron reportados en 1995), por lo que debe haberen Sonora y en todo el territorio nacional muchosotros lugares donde diferentes tipos de fósilespueden aportar información complementaria pa-ra entender paleontológicamente a los dinosau-rios de México.”

El biólogo universitario recibió el apoyo de Gru-po México; de Marisol Montellano, del Institutode Geología de la UNAM; de Carlos González, dela Estación Regional del Noroeste, del Instituto deGeología de la UNAM; de Rafael Pacheco, de laUniversidad de Sonora; de Ángel Ramírez Velas-co, entonces estudiante de posgrado en la Uni-versidad Nacional; de los proyectos PAPIIT IN101811-3 y 216511-2; de las autoridades municipalesy los voluntarios del Municipio de Fronteras; asícomo de Rubén Parra e Ignacio Lara, quienes lepermitieron estudiar algunas icnitas previamenterecuperadas y que estaban bajo su resguardo enEsqueda, Sonora. b

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