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División de Investigación Facultad de Contaduría y Administración
Universidad Nacional Autónoma de México
Administración
Beneficios derivados de los vínculos de cooperación empresarial en I&D
Julieta Ojeda Gómez y Carlos Eduardo Puga Murguía Facultad de Contaduría y Administración Universidad Nacional Autónoma de México Circuito Exterior s/n Ciudad Universitaria C.P. 04510 México, D.F. Números telefónicos: (55) 56228475, 5622-8412 y 5622-8474 Fax: (55) 56228480 y 5622-8471 Dirección electrónica: [email protected] [email protected]
22 de octubre de 2008, Ciudad Obregón Sonora
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Beneficios derivados de los vínculos de cooperación empresarial en I&D
Resumen
Las pequeñas y medianas empresas han encontrado en las relaciones de cooperación una forma
de neutralizar sus desventajas y crear sinergias. Su participación en este tipo de relaciones puede
representar un medio endógeno para su crecimiento y desarrollo pero es posible que surjan otros
beneficios que abarquen incluso a aquellos que no participan en la relación. El objetivo de esta
ponencia es presentar evidencia empírica sobre los beneficios que se derivan de los vínculos de
cooperación empresarial en investigación y desarrollo. Para ello, se presenta el caso de una
PyME mexicana que ha participado en una relación de cooperación para la transferencia de
tecnología. Este caso, excepcional por sus características, se extrajo de veintidós entrevistas
realizadas a propietarios de PyMEs del sector ambiental. El surgimiento de evidencia sobre la
existencia de beneficios secundarios de las relaciones de cooperación fue un resultado que surgió
al estudiar cómo los vínculos de cooperación pueden ser generadores de ventaja competitiva. En
las entrevistas se abordaron y profundizaron diversos aspectos relacionados con el desarrollo del
vínculo, los resultados obtenidos de éste y el alcance de los mismos. Se encontró que el vínculo
de cooperación entre la PyME y la empresa grande europea ha compensado las asimetrías entre
éstas. De esta vinculación se pueden derivar beneficios que no se limitan a la difusión de
conocimiento o al fortalecimiento de las propias capacidades, sino que también abarcan la
transferencia tecnológica, el crecimiento económico, los propios procesos de innovación, el
impacto social en la estructura del conocimiento aplicado, la superación de las barreras
temporales y geográficas y, el aprendizaje colectivo intra e interorganizacional. Este trabajo se
presenta como una propuesta que apunta a un nuevo cuerpo de conocimiento: “la cooperación
empresarial como elemento del desarrollo para las PyME”
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Beneficios derivados de los vínculos de cooperación empresarial en I&D
Antecedentes y marco de referencia
La investigación en el campo de la administración contribuye a una más amplia y enriquecedora
comprensión de diversos aspectos organizativos, sociales e incluso internacionales. Las empresas
son dinámicas y cambian conforme requieren adaptarse a las nuevas circunstancias que enfrentan.
De esta forma, es importante que la investigación en esta área dé sentido a los eventos que viven
las empresas bajo la consideración del contexto en el que éstos surgen. Un ejemplo de esto es que
las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) han encontrado en las relaciones de cooperación una
forma de neutralizar sus desventajas y crear sinergias con otras empresas (Haahti et al., 1998).
Sin embargo, los acuerdos de cooperación tienen el gran reto de representar un vínculo lo más
equitativo posible que produzca beneficios para cada participante. Esto representa superar las
asimetrías que de forma “natural” ocurren entre las empresas derivadas de sus diferencias en
tamaño, capacidades, recursos, etc. La participación de las PyME en este tipo de relaciones puede
representar un medio endógeno para su crecimiento y desarrollo. Pero es posible que no sólo
estos beneficios surjan de la cooperación sino que éstos pueden extenderse, en un plazo mayor,
de forma directa o indirecta, a otros que no participan en la relación.
Problema y objetivo
El objetivo de esta ponencia es presentar evidencia empírica de un vínculo de cooperación
empresarial en investigación y desarrollo (I&D) entre una PyME mexicana y una empresa
europea. Particularmente, se identificarán los beneficios que se derivan de este tipo de
cooperación, mismos que se denominarán beneficios primarios y beneficios secundarios. Estos
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últimos pueden surgir de la visión a largo plazo que tenga el empresario al negociar el acuerdo de
cooperación, buscando generar un impacto positivo en agentes externos a la relación.
Marco teórico
La innovación ha adquirido gran relevancia en la última década, asociándose con la capacidad de
las empresas, incluso haciéndose extensiva a regiones y países, de prosperar en el largo plazo.
Waxell y Malmberg (2007) definen la innovación como nuevas y mejoras formas de producir
nuevos y mejores productos y servicios, mismos que son el resultado de la interacción entre
empresas y agentes que poseen conocimientos y habilidades complementarias. Estos autores
enfatizan que en la capacidad de innovar intervienen aquellas relaciones de negocios e
interacciones de tipo social con individuos o entidades aun en otras esferas de actividad. Para que
la actividad de innovación sea exitosa es indispensable el desarrollo e incorporación de nuevos
conocimientos en el proceso mismo de innovación. Parte de este conocimiento tiene su origen en
fuentes externas a la empresa originando que las fuentes de innovaciones ya no se encuentren
exclusivamente al interior de ella sino en la red de relaciones interempresariales que establezca.
Para hacer valioso este conocimiento, la empresa requiere tener la habilidad de generar flujos de
información de estas fuentes de conocimiento (Cassiman y Veugelers, 2002; Gallié, 2003) y
cabría agregar que también son importantes el aprendizaje y la capacidad de incorporar y
transformar dicho conocimiento.
Gallié (2005) ofrece una perspectiva sobre las relaciones de cooperación en la que éstas
constituyen una organización susceptible de generar externalidades sin ser el medio en el que
“circulan” dichas externalidades. Bajo esta idea, la autora define la cooperación tecnológica
como un proyecto común entre al menos dos organizaciones distintas (empresas, centros de
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investigación pública, universidades, etc.) que conservan su identidad jurídica, para la creación
de un nuevo producto o proceso. Las interacciones y transferencias entre las empresas
contribuyen a generar productos y resultados tanto tangibles como intangibles (Sebastián, 2000).
Entre algunas de las razones que llevan a las empresas a establecer vínculos de cooperación,
encontramos las siguientes: compartir costos y riesgos; acceso al know how, mercado o productos
de la contraparte; mejoras en la eficiencia de la empresa tales como economías de escala, efectos
sinérgicos del intercambio/compartimiento de know how complementario, entre otras. En el caso
particular de las relaciones con empresas de distintas regiones, los vínculos buscan satisfacer
necesidades de mercado y de competencias no disponibles localmente. Si bien estos motivos
inciden en aspectos competitivos de las empresas, la cooperación tiende a prevalecer sobre la
competencia por la necesidad de complementar las competencias individuales (Gallié, 2003). El
conjunto de relaciones que las empresas establecen entre sí dan origen a una red. Cuando el
propósito de esta red está relacionado con actividades de I&D entonces se puede hablar de una
red de innovación, misma que fue definida por Gallié (2003:15, traducción propia) como ‘la
organización heterogénea de relaciones que, quienes las establecen, se concentran en generar
conocimiento con aquellos que buscan lograr ventajas competitivas en los mercados.’ Es
importante decir que en este conjunto de relaciones existen objetivos comunes bien definidos y la
existencia de un plan de acción compromete a cada integrante de la red a una interacción activa
(Gallié, 2003; Sebastián, 2000).
Esta actividad conjunta entre las empresas permite la creación de conocimientos al igual que
facilita el acceso a fuentes externas de conocimiento (Mowery et al., 1996). Pero además de éste
también se genera experiencia de la cual también las empresas pueden aprender. Requiere por
tanto, de importantes transferencias de conocimientos entre los participantes para lograr el
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objetivo de creación colectiva. Los conocimientos nunca son completamente apropiables por lo
que pueden generar externalidades. En este caso, estas transferencias pueden ser favorables para
la difusión de spillovers (beneficios). Bajo este entorno, la cooperación permite acceder a las
externalidades que otro(s) participante(s) en la relación han generado de su stock de conocimiento
acumulado previamente al vínculo. Cassiman y Veugelers (2002) explican que en la mayoría de
los modelos sobre cooperación en I&D y los spillovers consideran que las empresas producen y
reciben igualitariamente beneficios. Asumiendo una simetría entre los beneficios que se generan
y los que se reciben, lleva a la idea de que las empresas manejan los flujos de información. Sin
embargo, las asimetrías existen y no siempre es posible manejar totalmente estos flujos. Esto
dependerá del “poder” o de la posición que tenga cada participante como para controlar dichos
flujos de manera que reduzcan las asimetrías y se tienda hacia una relación más simétrica. Se
trata de un juego de suma positiva pero variable (Dagnino y Padula, 2002).
Currarini (2002) explica que algunos autores emplean el término “spillovers” para distinguir
entre las ganancias (beneficios) de la cooperación dentro del vínculo, y el efecto de bienestar
social que se puede generar más allá del vínculo (externalities) (v.r. Bloch, 1996; Konishi, et al.,
1997). Por su parte y empleando términos distintos, Faria et al. (2007) señalan que los procesos
de producción de conocimiento tienen dos diferentes tipos de efectos: directos en la(s) empresa(s)
participante(s) en la actividad de generación de conocimiento e; indirectos en otras empresas que
se benefician de la disponibilidad pública de este conocimiento. Este último también se hace
disponible a otras empresas o agentes en otras regiones. Esta difusión del conocimiento puede
ocurrir mediante publicaciones, ingeniería inversa, el comercio de bienes, intercambio de
científicos y personal, colaboraciones y otras formas de vinculación.
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La capacidad de innovación de la empresa y la difusión, imitación, adopción y adaptación de
innovaciones han adquirido gran relevancia en el análisis del desempeño económico de la
empresa, particularmente, como factor explicativo de las diferencias en el índice de crecimiento
de diferentes regiones (Faria et al., 2007). A este respecto, autores como Gallié (2005, 2003) y
Sadraoui et al. (2007) reconocen la importante contribución que tienen las externalidades para el
crecimiento económico. Los vínculos o redes de cooperación permiten a cada participante
beneficiarse de los efectos sinérgicos resultantes de la existencia de externalidades de
conocimiento. Éstas se definen como el beneficio de conocimiento percibido por una empresa o
una persona que no es la responsable de la inversión original ligada a su generación, y que no
eroga alguna compensación financiera por él (Almeida y Kogut, 1999). Asimismo las
externalidades de conocimiento contribuyen a los procesos de innovación (Gallié, 2005, 2003) en
tanto que los spillovers se convierten en externalidades no sólo cuando logran trascender a los
participantes en la red de cooperación sino que también generan beneficios sociales en otras
regiones (Katz y Ordover, 1990). El impacto positivo ocurre cuando estos beneficios indirectos
complementan el know how de la localidad y se internaliza. Por ello, Sadraoui et al. (2007)
recomiendan que la evaluación del impacto de la cooperación en I&D considere por separado el
efecto directo que tiene sobre el cumplimiento de su objetivo y el efecto indirecto que tiene.
El papel de la cercanía geográfica en la difusión del conocimiento ha sido estudiado previamente
y se ha encontrado que los spillovers están asociados con la cercanía geográfica debido a que el
conocimiento tácito tiene inherentemente una naturaleza de no rivalidad (Audretsch y Feldman
(2003). No obstante, otros autores, como Gallié (2005), han señalado que las externalidades están
dentro de las redes tanto locales o fuera del espacio geográfico donde se ubican las empresas.
Esto se debe a que la difusión de las externalidades no está sometida a la misma coacción
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espacial, es decir, la ubicación en un mismo espacio geográfico no es una condición suficiente
para beneficiarse de los spillovers. En otros trabajos empíricos, señala Gallié (2005), se ha
aportado evidencia que muestra que los vínculos de cooperación son posibles de establecer con
empresas de otros países. De esta forma, las relaciones no se limitan a un espacio geográfico
determinado sino que pueden superar un territorio y entonces sus fronteras se transforman en
límites organizacionales. Una proximidad organizacional es necesaria e implica, según Gilly y
Torre (2000), la existencia de un espacio de interacción entre los participantes y el
compartimento del mismo “espacio” de referencia y de conocimiento, para que pueda darse la
“transferencia” de conocimiento. Las complementariedades entre las empresas son las que hacen
que éstas busquen reducir lo más posible sus distancias geográficas y organizacionales de manera
que, en el caso de relaciones de I&D, se realicen efectivamente las transferencias de información,
de conocimientos y de competencias. A éstas se considera que habría que agregar las condiciones
propicias para el aprendizaje mutuo e individual. La complementariedad además permite una
suma de capacidades que faciliten procesos de transferencia de conocimientos al interior de la red
y se garanticen beneficios mutuos de manera que se logre una buena relación costo/beneficio
(Sebastián, 2000). Pero el correcto aprovechamiento de la reunión y combinación original de
dichos conocimientos complementarios de las empresas depende de las interacciones que
establezcan entre sí. De estas interacciones depende que se logren superar las barreras espacio
temporales entre las empresas en diferentes territorios (Gallié, 2003).
Existen fuentes de asimetrías entre las empresas derivadas de sus diferencias en términos de
mercado, tamaño, estructura y de tecnología. Estas diferencias llevan a que cada empresa
desarrolle sus propias capacidades y sean un factor a considerar en la decisión de participar en
una relación de cooperación. Un efecto no deseado es que las asimetrías den lugar al surgimiento
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de conductas oportunistas al momento de compartir el conocimiento. Minimizar el
comportamiento oportunista de otro(s) participante(s) se vuelve más difícil cuando la tecnología
se caracteriza por representar cierto grado de incertidumbre. Bajo esta premisa, se espera que a
mayor disponibilidad del know how tecnológico para la innovación, mismo que incrementa las
áreas de posible complementariedad entre las empresas, mayor será la probabilidad de cooperar
(Cassiman y Veugelers, 2002). Sin embargo, se ha reconocido que la cooperación con diferentes
participantes permite acceder a muchos más polos de actividades y por tanto a conocimientos
diversos, favoreciendo la producción de innovaciones (Gallié, 2005). La heterogeneidad se
relaciona con las asimetrías en las capacidades y aportaciones de los participantes. A pesar de
ello, las redes también desarrollan cierta elasticidad para poder absorber ciertos grados de
asimetría. Pero cuando ésta es excesiva, puede ocurrir la pérdida gradual del interés de los
participantes, con la consiguiente separación de algunos de ellos o la dilución de la red
(Sebastián, 2000).
Evidencia empírica previa encontró una relación significativa entre los flujos externos de
información y la decisión de optar por la cooperación en I&D. Aquellas empresas que califican
las fuentes externas de información como las más importantes fuentes de ideas y conocimiento
para sus procesos de innovación tienden a participar activamente en relaciones de cooperación en
I&D. Asimismo, aquellas empresas que son más efectivas en apropiarse de los resultados de sus
procesos de innovación también muestran gran disposición para cooperar (Cassiman y Veugelers,
2002). Además, estos autores señalan que el nivel de conocimiento generado y recibido no es
exógeno a la empresa. Mediante las actividades de innovación, las empresas influyen tanto en los
beneficios que reciben como en sus capacidades de apropiación.
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Método de investigación
Los resultados que a continuación se presentan se basan en la experiencia de una PyME mexicana
del sector ambiental. Este caso excepcional por sus características, lo hemos extraído de las
veintidós entrevistas realizadas a los propietarios de PyMEs del sector ambiental. El surgimiento
de evidencia sobre la existencia de beneficios secundarios o indirectos de las relaciones de
cooperación fue un resultado que surgió al estudiar cómo los vínculos de cooperación pueden ser
generadores de ventaja competitiva. Este caso se diferencia de los demás por ser el caso que
mostró esta posibilidad además de ser el vínculo de mayor duración de los estudiados. La
recopilación de datos se realizó mediante entrevistas, mismas que se realizaron en el periodo de
enero a mayo del 2008 y para las cuales se siguió una guía de entrevista. Esta última se organizó
en varias secciones, mismas que se enfocan a abordar con mayor profundidad los temas del
entorno de negocios, los recursos de la empresa, los vínculos de cooperación y la experiencia en
los encuentros empresariales. Utilizando como base la estructura de la guía de entrevista, se
clasificaron los datos para su análisis. Para el análisis se elaboraron dos tipos de “tablas”, la
primera con datos cualitativos y la segunda correspondiente a datos numéricos con frecuencias de
respuesta. Estas tablas auxiliaron en la identificación de tendencias, discrepancias,
descubrimiento de nuevos elementos, etc. A partir de ellas se prosiguió a buscar relaciones entre
elementos y así desarrollar el análisis cualitativo mismo que se apoya de actividades como el
contraste, la triangulación, búsqueda de complementariedades, respuesta a preguntas básicas
relacionadas con el ¿qué?, ¿por qué?, ¿cómo?, ¿cuál?, ¿para qué?, ¿quién?, ¿para quién?,
¿dónde?, ¿cuándo?.
Como antecedente, mencionaremos que las empresas entrevistadas participaron en el encuentro
empresarial Al-Partenariat 2003 que es uno de los eventos organizados por la Unión Europea a
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través de su programa de encuentros empresariales denominados Al-Invest. Su propósito es la
organización de encuentros empresariales multisectoriales que favorezcan el intercambio
económico entre Europa y América Latina fomentando particularmente la formación de redes de
cooperación. Al ser un programa organizado por la Unión Europea, este programa aplica el
criterio de clasificación de las empresas basado en el número de empleados considerando que las
PyME son todas aquellas empresas que tienen hasta 250 empleados (Comisión Europea, 2003).
Según el criterio de Al-Partenariat, las empresas del sector ambiental son aquellas que prestan
servicios en materia de consultoría ambiental, auditoría ambiental, realización de estudios de
riesgo e impacto ambiental, e ingeniería ambiental. Dentro de los servicios, también se incluyen
empresas que diseñan y desarrollan proyectos de infraestructura relacionados con las áreas de
agua, residuos y energía. Asimismo, en el sector se encuentran empresas fabricantes de productos
que tienen por objeto solucionar algún problema relacionado con la contaminación del agua, el
ahorro de energía, el tratamiento de residuos peligrosos y no peligrosos, el suelo y el reciclaje. La
distribución geográfica de estas empresas abarca varios estados de la República Mexicana. Del
análisis de las entrevistas surgió el caso de la empresa que a continuación se presenta.
Resultados
Este caso presenta la experiencia de una pequeña empresa mexicana en el sector ambiental que
estableció un vínculo de cooperación con una grande empresa europea. Esta relación representa
un acuerdo de I&D en el que la empresa mexicana aporta el conocimiento técnico e ideas y la
empresa europea desarrolla la tecnología para la manufactura del producto final. Iniciaremos por
hacer una breve descripción del caso para posteriormente discutir los resultados centrándonos en
la experiencia de la empresa mexicana y los beneficios que se han generado de esta relación.
Dentro de estos beneficios, se separarán como aquellos directamente obtenidos por la empresa
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(beneficios primarios) y aquellos que se pueden producir y que trascienden el vínculo de
cooperación (beneficios secundarios o indirectos).
La empresa se encuentra localizada en la Ciudad de México, donde fue creada en 2003 bajo su
actual denominación pero su origen data de los años noventa, periodo en el que el dueño inició su
propia empresa de consultoría. Antes de esto, el propietario había trabajado para el sector público
en las áreas de energía y de educación. Su desarrollo profesional lo llevó a desarrollar demasiada
experiencia y expertise (especialización) en el campo de la ingeniería aplicada al desarrollo de
grandes proyectos de infraestructura pública. La idea de establecer su propia consultoría surgió
de la visión del empresario por contribuir a una mejor planeación de las grandes ciudades de
México, proponiendo una amplia variedad de proyectos de infraestructura a nivel nacional. De
esta forma, el sector público se convirtió en su principal cliente pero tiempo después su cartera de
clientes se extendería hacia otros países, en este caso, clientes tanto de la iniciativa privada como
del sector público. La internacionalización de sus actividades ocurrió cuando el empresario pensó
que sus ideas tenían grandes posibilidades de éxito en otros lugares. Así empezó a ofrecer sus
servicios a otras regiones en las que existe necesidad de superar ciertas condiciones en el
suministro o tratamiento del agua, energía y de desarrollo de proyectos de ingeniería civil. Este
primer paso fue un intento de probar que tan exitosa podía ser su empresa a nivel internacional.
Una de sus propuestas incluyó un proyecto para varios países europeos, como Alemania, España,
Francia y Portugal. Su trabajo fue bien recibido y ayudó al empresario a darse cuenta que sus
proyectos internacionales eran una oportunidad para que su empresa fuera innovadora, creativa y
se desarrollara como una empresa propositiva.
El tipo de actividades que desarrolla su consultoría requiere de una muy buena planeación y de
mucha creatividad además del conocimiento técnico y de ingeniería necesarios para el tipo de
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proyectos en cuestión. Éstos han sido altamente apreciados por organismos internacionales como
la Sociedad Canadiense de Ingenieros, quien lo ha invitado a presentar su trabajo y exponer sus
experiencias. El entrevistado explicó que su negocio se ha desarrollado internacionalmente
mediante la venta de su proyecto a un consorcio internacional o a través de la creación de
asociaciones con aquellas empresas y/o agencias gubernamentales de los países involucrados en
el desarrollo del proyecto. Dependiendo del tipo de proyecto es lo que el entrevistado decide
hacer. En el caso de la venta del proyecto al consorcio internacional, la empresa mexicana
transfiere los derechos del mismo aunque en ocasiones la empresa es invitada a participar en éste
como firma consultora, de manera que se asegure la realización del proyecto de la forma en que
fue pensada y planeada. Las propuestas de la empresa mexicana son ideas propias; a pesar de
recibir ofertas de asociación de otras empresas mexicanas, el empresario prefiere que su empresa
trabaje por sí misma (individualmente) debido a experiencias previas negativas de asociaciones
de empresas.
El tipo de actividades que realiza la empresa hace necesario el desarrollo de nuevas ideas basadas
en nuevos conocimientos que generalmente requieren desarrollarse aun más y ser probados. La
prueba de nuevas ideas es un área que va más allá de los recursos de la empresa en términos de
capacidad, infraestructura y capital para financiar las pruebas. Estas condiciones llevan de alguna
forma a la posibilidad de establecer acuerdos de cooperación con otras empresas. Esto se
ejemplifica por la oportunidad que surgió cuando la empresa mexicana logró capturar la atención
de una grande empresa europea para el desarrollo de equipo valioso e innovador para la creación
de energía. Este acercamiento culminó en 2005 con en el establecimiento de un acuerdo formal
de cooperación entre la empresa mexicana y la europea. Hasta el momento, el vínculo ha sido
exitoso y para ello ha sido necesario un proceso de generación de confianza; según el
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entrevistado, el éxito del proceso es que se ha caracterizado por la honestidad y sinceridad de
ambas partes en la relación. Además, el vínculo se ha cimentado en un interés común por
desarrollar nuevas ideas que pueden llevar a innovaciones importantes. La relación se ha
convertido en una relación de amistad, así descrita por el propio empresario mexicano,
contribuyendo a la confianza y lealtad entre las empresas. La confianza se ha generado a través
del cumplimiento de los compromisos adquiridos por cada participante. Cada compromiso
cubierto refuerza la confianza ayudando así a mantener o incrementar el grado de compromiso en
las futuras actividades que aun faltan por llevar a cabo de manera conjunta. Mediante una
conducta ética y de confianza mutua han logrado conservar el vínculo y continuar
retroalimentándose. De esta forma, la cooperación ha hecho posible la agregación de las
fortalezas y del potencial que cada empresa posee. La pequeña empresa mexicana aporta ideas,
conocimiento y su especialidad, en tanto que la grande firma europea aporta capital y las
instalaciones necesarias para conducir las actividades de investigación. El principal interés de
ambas empresas es realizar de manera conjunta la investigación y desarrollo relacionada con el
equipo que se utilizará para generar energía. Waxell y Malmberg (2007) indican que la
cooperación estimula la realización de investigación más avanzada e innovaciones novedosas que
generen nuevos productos de alta demanda en los mercados. Sin embargo, el caso sugiere que los
avances que las dos empresas están desarrollando no sólo cubren un aspecto de negocios sino que
contribuyen a mejorar las condiciones de vida de una región o localidad.
Cabe mencionar que este vínculo de cooperación ocurrió de manera inesperada pues el
empresario mexicano difundió en internet un resumen de su proyecto relacionado con una
propuesta alterna para la generación de energía. Así, representantes de la empresa europea
tuvieron acceso al documento y lo encontraron interesante llevándolos a contactar al empresario
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mexicano. Después de varias pláticas y de la visita del vicepresidente de la empresa europea a
México, éste expresó su interés en que su empresa fuera la encargada de desarrollar el equipo
necesario para hacer realidad el proyecto de creación de energía. Una segunda serie de pláticas y
negociaciones llevó al establecimiento del acuerdo para el desarrollo conjunto del equipo. Pero
una idea importante en la mente del empresario mexicano fue que en el acuerdo a alcanzar con la
empresa europea se generara un beneficio adicional para un “tercer actor” que no participa en el
vínculo. El interés del empresario mexicano en la negociación fue lograr que su contraparte
aceptara que al menos parte de, y deseablemente toda, la producción del equipo desarrollado por
ambos se realice en México o en algún otro país latinoamericano. El entrevistado explicó que ésta
es una forma de apoyar al desarrollo de una región, mediante la creación de empleos y en la
medida de lo posible, a través del consumo de insumos. Este aspecto de la negociación fue
conseguido por el empresario mexicano y entonces se firmó el acuerdo que rige la relación y en
el cual la empresa mexicana conserva los derechos de propiedad intelectual del proyecto.
Al tiempo en que se realizó el estudio de campo, el proyecto se encontraba en la fase de pruebas
del prototipo del equipo desarrollado. Si éste cubría satisfactoriamente todas las pruebas, iniciaría
la fase de producción. Por esta razón, y para efectos del presente trabajo, aun es incierto dónde se
realizará finalmente parte o el total de la manufactura del equipo. No obstante, si la relación
continúa operando bajo las bases sólidas que aparentemente han logrado hasta el momento,
existen grandes posibilidades de que este compromiso se cumpla, no sólo por la existencia de un
contrato sino porque en este vínculo ambos empresarios han empeñado su palabra y ésta ha
adquirido una mayor relevancia para la generación de confianza entre ambos, por encima del
propio contrato. Basándonos en Gallié (2005, 2003), la relación ha llegado muy lejos porque la
ausencia de cercanía geográfica entre las empresas ha sido superada por la continua
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comunicación entre ellas y las visitas realizadas para la evaluación de los avances de sus
respectivas actividades. Sin embargo, este caso lleva a cuestionarnos la cercanía organizacional
entre ellas, como lo sugiere Gallié (2005), ya que las empresas son muy diferentes entre sí. Esto
nos lleva a sugerir que la idea de una cercanía organizacional no es suficiente o aplicable a todos
los casos. La proximidad organizacional se logra por medio de intereses comunes, objetivos
convergentes o un comportamiento común y este caso indica que un vínculo de cooperación
puede ser exitoso a pesar de las asimetrías en tamaño y stock de recursos y capacidades. De igual
forma, ejemplifica la situación en la que las asimetrías pudieron ser equilibradas por las fortalezas
que posee la empresa mexicana: el conocimiento, las ideas, la creatividad e intangibles que no
pueden ser fácilmente desarrollados o imitados, como tampoco son de fácil acceso o adquisición.
Por su parte, la empresa europea tiene como principales fortalezas la capacidad y los recursos
para materializar esas ideas. Este caso pone de manifiesto que a veces la innovación implica
asumir riesgos y principalmente cuando se carece de una amplia disponibilidad de conocimiento.
La limitada tecnología existente para el problema a resolver, hace necesaria la
complementariedad de las empresas y a través del vínculo de cooperación se está haciendo
posible una innovación tecnológica para la generación de energía más limpia. Así, la
complementariedad entre ambas firmas ha puesto la relación en balance. Además, esta evidencia
parece confirmar resultados previos de Dagnino y Padula (2002) pues la aparente desventaja de
la empresa mexicana ante la gran empresa europea se logró compensar mediante el control del los
flujos de información de la primera hacia la segunda. La perdurabilidad de este acuerdo de
cooperación en I&D puede apoyar la idea de Vencatachellum y Versaevel (2006: 18, traducción
propia) quienes han propuesto que ‘la cooperación en I&D persiste si ésta ha sido una
experiencia exitosa.’ Esta idea puede ayudarnos a comprender por qué la empresa mexicana y la
europea han logrado superar sus diferencias y por qué el vínculo ha sido exitoso.
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Tiempo después al inicio de la relación, una empresa de Europa del este contactó al empresario
mexicano para manifestarle su interés en participar en este proyecto pues había desarrollado una
mejora importante en el funcionamiento de uno de los componentes del equipo. El acuerdo entre
la empresa mexicana y la europea no tiene contemplada la incorporación de nuevos participantes
en el vínculo. Sin embargo, el empresario mexicano sugirió que se pusiera en contacto con su
contraparte pues considera que su propuesta técnica puede resolver algunas dificultades en el
desarrollo del equipo, facilitándole así su ingreso a la relación. La resolución de esta situación
aun no ocurría al momento de realizar el estudio de campo. Pero si el vínculo se abre hacia un
tercer participante, entonces éste será un claro ejemplo de cómo los intangibles pueden ser un
medio poderoso para neutralizar las asimetrías y abrir oportunidades a las empresas de menor
tamaño.
Desde el punto de vista del empresario, uno de los beneficios que su empresa ha logrado de este
acuerdo de cooperación es que sus ideas son retroalimentadas y llevan al desarrollo de nuevas
ideas. Éste ha sido un gran beneficio para la empresa pues se incrementa su stock de
conocimiento para el desarrollo de nuevos proyectos. Adicionalmente, el trabajo conjunto con
una renombrada firma europea le ha dado prestigio a la pequeña empresa mexicana. Esta buena
reputación ha resultado, en parte, de la publicación de su trabajo en revistas internacionales
especializadas, difundiendo el conocimiento e ideas de la empresa mexicana. A este respecto, las
publicaciones de la empresa fueron un factor de alto impacto en la confianza que la empresa
europea desarrolló en la mexicana. Este vínculo de cooperación representa un proceso que ha
tomado tres años para su desarrollo. Inicialmente y de manera natural, existía desconfianza entre
los participantes y la finalidad del contacto inicial de la empresa europea no pretendía el
establecimiento de un vínculo de cooperación. No obstante, el proceso de conocimiento mutuo y
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demostrar un genuino interés y compromiso llevó al establecimiento de una relación formal. A
pesar de las condiciones que rigen el acuerdo, la confianza, la lealtad, la comunicación y el
cumplimiento de los acuerdos han hecho una relación exitosa. De ésta, han derivado beneficios
comúnmente citados en la literatura como el acceso a recursos y en este caso particular,
infraestructura, capital, compartir información. Pero con base en nuestra evidencia, también
identificamos otros dos tipos de beneficios que han beneficiado enormemente a la PyME. El
primero es la acumulación de conocimiento representado en la producción de material científico
publicado internacionalmente y que ha derivado en derechos de autor y patentes. Estas últimas
protegen el know how e intangibles de la empresa. Esto a su vez ha dado credibilidad y
reputación a la empresa mexicana en mercados internacionales permitiéndole la oportunidad de
participar en grandes proyectos internacionales. El segundo tipo de beneficio resulta de la visión
del empresario al darle un alcance mayor a la relación mediante la negociación en el acuerdo de
la manufactura de componentes o de todo el equipo en México o Latinoamérica. De concretarse
este otro compromiso, así como ha ocurrido con los anteriores, el acuerdo de cooperación tendrá
un impacto positivo en el desarrollo de una región, al generarse empleos, requerir insumos y otros
servicios locales. Esto sugiere que la visión del empresario jugó un papel crucial en la búsqueda
de una “segunda ronda” de beneficios no directos ni inmediatos para su empresa. El caso que
hemos presentado nos sugiere que las razones de cooperar generalmente señaladas en la literatura
y referidas en nuestro marco teórico, pueden ir más allá de un simple compartir fortalezas o
superar debilidades. Nuestro caso indica que la creación de valor no sólo es para las empresas,
tampoco se limita a crear una solución alterna para la generación de energía, sino también la
creación de valor puede involucrar a la gente de una región. Este resultado arroja una visión
diferente y quizás complementaria a lo propuesto por Faria et al. (2007) ya que los efectos
indirectos, como los autores los denominan, no se limitan únicamente al acceso público del
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conocimiento generado por una relación de cooperación en I&D. Los efectos indirectos pueden
tener una incidencia más directa en el desarrollo de una región mediante la creación de empleos,
incentivar el desarrollo de industrias de apoyo o creación de nuevas oportunidades de negocios, la
capacitación de los recursos humanos de la región, la generación de mayor investigación, entre
otros.
El caso de esta empresa mexicana claramente muestra que su fortaleza radica en los intangibles,
específicamente, en su conocimiento técnico e ideas para solucionar grandes problemas de
infraestructura relacionadas con el agua, la energía y vías de comunicación. Esta fortaleza es la
que se complementa a través del vínculo de cooperación con la empresa europea además de
generar un valor específico que ningún participante podría crear individualmente. El resultado de
este acuerdo son procesos de innovación resultado de los recursos complementarios que cada
miembro aporta a la relación. Por tanto, la participación de cada una de ellas se basa en
aprovechar su área de especialización y crear un valor que las empresas no podrían generar por sí
mismas. Esto corresponde a lo que Douard y Heitz (2003) denominan redes heurísticas. El
estudio de los vínculos de cooperación mediante el estudio de casos nos ha facilitado identificar
este tipo de beneficios y condiciones en los que se ha desarrollado la relación. Quizás mediante
algún otro método esta evidencia habría sido ignorada o subestimada.
Conclusiones
Es innegable que la investigación en administración cada vez cuenta con más recursos prácticos y
metodológicos que contribuyen directamente a la mejora en las unidades organizativas. En el
presente estudio sobre los beneficios derivados de los vínculos de cooperación empresarial ha
quedado de manifiesto la utilidad del estudio de caso. Bajo un enfoque cualitativo se ha
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presentado evidencia empírica sobre vínculos de cooperación en las áreas de investigación y
desarrollo en un contexto internacional. De esta vinculación se pueden derivar beneficios que no
se limitan a la difusión de conocimiento, sino que también abarcan beneficios relacionados con la
transferencia tecnológica, el crecimiento económico, los propios procesos de innovación, el
impacto social en la estructura del conocimiento aplicado, la superación de barreras temporales y
geográficas, así como el aprendizaje colectivo intra e interorganizacional.
El caso ejemplifica que, bajo el esquema de cooperación, las asimetrías pueden fortalecer las
propias capacidades. Esto implica el reconocimiento de las diferencias pero en franca relación de
manera que se logren reducir las brechas que éstas pueden originar. Del mismo modo, la relación
de flujos externos de información y la decisión de optar por la cooperación se demuestra en el
caso de análisis, planteando la influencia de innovación y las capacidades de apropiación de los
propios procesos de desarrollo. Los resultados obtenidos sugieren el alcance que pueden tener los
vínculos de cooperación empresarial, mostrando el potencial que tienen para generar beneficios
que no se limitan a los participantes del mismo y que pueden alcanzar otras regiones geográficas.
Es así que la cooperación empresarial da paso para ser uno de los instrumentos de política de
vinculación para el desarrollo, en este caso, de las pequeñas y medianas empresas. Aunque hay
mucho por desarrollar, este trabajo se presenta como una propuesta con evidencia empírica que
apunta a un nuevo cuerpo de conocimiento: “la cooperación empresarial como elemento del
desarrollo para las PyME”.
Queda de manifiesto que el método de caso y la investigación cualitativa abren un nuevo
horizonte en las ciencias de la administración. A través de ello se contribuye al fortalecimiento de
los vínculos de estudio entre disciplinas, en este caso de las ciencias sociales, como también se
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fortalecen las premisas de los instrumentos de indagación. Además, se provee de elementos
distintos a los numéricos que, junto con las cualidades del objeto de estudio, enriquecen la
evidencia empírica con intención de iniciar la generación de procesos de investigación que
contribuyan al avance de la ciencia, la tecnología y las empresas.
Reconocimientos
Este trabajo deriva de la investigación posdoctoral “Los vínculos de cooperación empresariales
internacionales como recurso generador de ventaja competitiva en las PyME del sector
ambiental,” y del proyecto de investigación ‘Las redes de cooperación empresarial
internacionales. Creación de valor para la PyME mexicana.’ Ambos reciben el apoyo de la
Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de
México, a través de su programa de becas posdoctorales y del Programa de Apoyo a Proyectos de
Investigación e Innovación Tecnológica, respectivamente.
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