discurso de fin de año

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Discurso de fin de año ¡Enorme! ¡Qué enorme! Eso pensabas y sentías la primera vez que viniste al Lengüitas. Enorme el lugar, enorme la cantidad de chicos y chicas, y, sobre todo, enorme el patio para jugar con ellos. Tal vez te reencontrabas con algunos conocidos del jardín o de otro lado, pero la mayoría eran extraños, cientos de rostros nuevos que con el tiempo irían transformándose en caras familiares con nombre y apellido. Enorme era también la mochila que cargabas o arrastrabas, enormes las maestras y los maestros que te esperaban, enormes los peldaños de la escalera que ibas a subir y bajar miles de veces, enorme el griterío antes de formar la fila. Pero vos estabas en el grupo de los más chiquitos, de los más bajitos, de los que no sabían nada de nada, de los que miraban todo con los ojos muy abiertos. ¿Qué sentías ese día, hace tantos años? ¿Te acordás o no? Te cuento algo. Cuando una de mis hermanas estaba a punto de empezar el primer día de clases de su vida, se plantó ante la puerta de entrada y dijo, llorando: ¿Cómo voy a ir a la escuela si no sé nada? A todos nos pasó algo parecido. La escuela es un mundo nuevo, desconocido, y nos resulta un poco inquietante. Algunos lo viven como un desafío, a otros les parece excitante como si estuvieran por viajar a otro país, pero hay también quienes tiemblan de miedo. ¿Qué te pasó a vos? Los docentes que te miman y te retan, que te enseñan y te observan, te inspiran respeto como si fueran tu papá o tu mamá. Pero en la escuela todo es juego. Dentro del aula o en el recreo, siempre estás rodeado de un montón de pibes y pibas que poco a poco se van convirtiendo en amigos y amigas, con todo lo que eso implica. Empezás a hacer programas con ellos, los invitás a tu casa, te invitan a la suya, y, después de esas primeras experiencias, cuando vuelven a encontrarse en el cole ya la cosa no es igual que antes, empiezan a ser cómplices, compinches, y de ahí pueden surgir grandes amistades. De pronto, ese lugar extraño que era la escuela se transformó en el lugar adonde vas para encontrarte con amigos varias horas cada día, a lo largo de semanas y meses, hasta terminar el año. Pasás de grado, y sabés que durante las vacaciones extrañarás a tus compañeros y compañeras, tanto que en un momento empezás a contar los días que faltan para que termine el calor, se reinicien las clases, y puedas volver a verlos otro otoño, otro invierno y otra primavera, bajo el sol, las nubes o la lluvia, con frío o con calor.

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Promoción Lengüitas 2012

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Discurso de fin de ao

Discurso de fin de aoEnorme! Qu enorme! Eso pensabas y sentas la primera vez que viniste al Lengitas. Enorme el lugar, enorme la cantidad de chicos y chicas, y, sobre todo, enorme el patio para jugar con ellos. Tal vez te reencontrabas con algunos conocidos del jardn o de otro lado, pero la mayora eran extraos, cientos de rostros nuevos que con el tiempo iran transformndose en caras familiares con nombre y apellido.

Enorme era tambin la mochila que cargabas o arrastrabas, enormes las maestras y los maestros que te esperaban, enormes los peldaos de la escalera que ibas a subir y bajar miles de veces, enorme el gritero antes de formar la fila. Pero vos estabas en el grupo de los ms chiquitos, de los ms bajitos, de los que no saban nada de nada, de los que miraban todo con los ojos muy abiertos. Qu sentas ese da, hace tantos aos? Te acords o no?

Te cuento algo. Cuando una de mis hermanas estaba a punto de empezar el primer da de clases de su vida, se plant ante la puerta de entrada y dijo, llorando: Cmo voy a ir a la escuela si no s nada?A todos nos pas algo parecido. La escuela es un mundo nuevo, desconocido, y nos resulta un poco inquietante. Algunos lo viven como un desafo, a otros les parece excitante como si estuvieran por viajar a otro pas, pero hay tambin quienes tiemblan de miedo. Qu te pas a vos?

Los docentes que te miman y te retan, que te ensean y te observan, te inspiran respeto como si fueran tu pap o tu mam. Pero en la escuela todo es juego. Dentro del aula o en el recreo, siempre ests rodeado de un montn de pibes y pibas que poco a poco se van convirtiendo en amigos y amigas, con todo lo que eso implica.Empezs a hacer programas con ellos, los invits a tu casa, te invitan a la suya, y, despus de esas primeras experiencias, cuando vuelven a encontrarse en el cole ya la cosa no es igual que antes, empiezan a ser cmplices, compinches, y de ah pueden surgir grandes amistades.De pronto, ese lugar extrao que era la escuela se transform en el lugar adonde vas para encontrarte con amigos varias horas cada da, a lo largo de semanas y meses, hasta terminar el ao. Pass de grado, y sabs que durante las vacaciones extraars a tus compaeros y compaeras, tanto que en un momento empezs a contar los das que faltan para que termine el calor, se reinicien las clases, y puedas volver a verlos otro otoo, otro invierno y otra primavera, bajo el sol, las nubes o la lluvia, con fro o con calor.Cada da volvs a casa y le conts a tu familia las cosas que hicieron, los juegos, las picardas, las conversaciones, y tambin las cosas que aprendiste, que parecen poca cosa pero sumadas a lo largo de los aos son un montn.El Lengitas se convirti en tu segundo hogar, con la particularidad de que haba que ponerse el guardapolvo para entrar.

En este lugar conociste adems las primeras lealtades y sufriste las primeras traiciones, te sorprendieron los primeros amores y lloraste las primeras desilusiones. Todo te hizo crecer, mientras tu cuerpo tambin creca, cambiaba de forma, y te preparaba para lo que vendr. Enorme! Qu enorme! Lo que vos decas del Lengitas es lo que la gente ahora dice de vos. Ya no sos el ms chiquito sino el ms grande y por eso la escuela te parece ms pequea. Pero cada da la quers ms, y ella a vos.En sus paredes est grabada tu voz y tu risa, que seguirn escuchndose incluso despus de que termines la primaria.Un aplauso para el Lengitas!