dioses, reyes, hombres y agua en el méxico antiguo · toltecas y teotihuacanos, supieron convivir...

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80 ciencia julio-septiembre 2007 Los pueblos prehispánicos de la cuenca de México, como mexicas, toltecas y teotihuacanos, supieron convivir con el agua y la hicieron una parte fundamental de su vida productiva. Su sabiduría al respecto ofrece lecciones ante los problemas actuales en el uso del agua. Beatriz Barba Ahuatzin La cuenca de México ituada en una región sísmica al sur de la altiplanicie mexicana e inclinada al suroeste, la cuenca de México está circundada por cordilleras que escu- rren el agua de las lluvias hacia dentro formando cinco lagos: Chalco, Xochimilco, Texcoco, Xaltocan y Zumpango. El de Texcoco es el más bajo, por lo que hacia él corrían las aguas, asentándose y formando líquidos salitrosos. Toda la planicie lacustre está entre 2 mil 240 y 2 mil 270 metros de altitud. En el pasado, en tiempos de secas abundaron los pantanos y las ciénegas, mientras que en tiempos de lluvias los lagos alcanzaban bastante profundidad. Los puntos más altos de la sierra circundante llegan a 2 mil 750 y hasta 3 mil metros sobre el nivel del mar, con bosques ricos en árboles maderables. De la prehistoria a las primeras aldeas (20000 a 250 antes de nuestra era) Es indiscutible que ya desde 20 mil años antes de nuestra era merodeaban en las orillas de los lagos centrales de México pequeños grupos de individuos de ascendencia asiática, que en estas regiones encontraban diversas maneras de alimentarse. En Tlapacoya, Tepexpan, el Peñón de los Baños y Santa Isabel de Iztapa, entre otros muchos sitios, se han encontrado restos humanos y tecnología Dioses, reyes, hombres y agua en el México antiguo S 11-552-80-.QXP 26/6/07 13:33 Page 80

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80 ciencia • julio-septiembre 2007

Los pueb los preh i spán icos de l a cuenca de Méx ico , como mex icas ,

to l tecas y teot ihuacanos , sup ieron conv iv i r con e l agua y l a h ic ieron

una parte fundamenta l de su v ida product iva . Su sabidur ía a l respecto

ofrece lecc iones ante los prob lemas actua les en e l uso de l agua .

Beatr i z Barba Ahuatz in

L a c u e n c a d e M é x i c o

ituada en una región sísmica al sur de la altiplanicie mexicana e inclinadaal suroeste, la cuenca de México está circundada por cordilleras que escu-rren el agua de las lluvias hacia dentro formando cinco lagos: Chalco,Xochimilco, Texcoco, Xaltocan y Zumpango. El de Texcoco es el más bajo,

por lo que hacia él corrían las aguas, asentándose y formando líquidos salitrosos.Toda la planicie lacustre está entre 2 mil 240 y 2 mil 270 metros de altitud. En

el pasado, en tiempos de secas abundaron los pantanos y las ciénegas, mientras queen tiempos de lluvias los lagos alcanzaban bastante profundidad. Los puntos másaltos de la sierra circundante llegan a 2 mil 750 y hasta 3 mil metros sobre el niveldel mar, con bosques ricos en árboles maderables.

D e l a p r e h i s t o r i a a l a s p r i m e r a s a l d e a s

( 2 0 0 0 0 a 2 5 0 a n t e s d e n u e s t r a e r a )

Es indiscutible que ya desde 20 mil años antes de nuestra era merodeaban enlas orillas de los lagos centrales de México pequeños grupos de individuos deascendencia asiática, que en estas regiones encontraban diversas maneras

de alimentarse. En Tlapacoya, Tepexpan, el Peñón de los Baños y Santa Isabel deIztapa, entre otros muchos sitios, se han encontrado restos humanos y tecnología

Dioses, reyes, hombres y a g u a e n e l

M é x i c o a n t i g u o

S

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interior del basamento religioso; éste no fueuna pirámide típica, sino un adosamiento alcerro, de piedra cortada, sobre el cual resbala-ba el agua de lluvia y de los manantiales. Tuvoun templo en la parte superior y tres tumbasmuy ricas en su interior.

A Tlapacoya llegaban peregrinos por tierray en canoas y, según las ofrendas encontradas,acudían sobre todo del occidente de México.A partir de este sitio tan antiguo se nota quelas deidades del agua fueron merecedoras decultos muy especiales, y sobre todo objeto de ro-merías que asistían de tierras lejanas. Este fe-nómeno continúa hasta nuestros días, porquenos toca vivir que cuando no llueve los pue-blos organizan procesiones que atraviesan loscampos de cultivo en forma de círculos o dezigzagueos, cargando las figuras sacras respon-sables de la lluvia.

E l c l á s i c o ( s i g l o s I I I a I X

d e n u e s t r a e r a )

Del siglo I al siglo III de nuestra era co-menzó la expansión de Teotihuacan, quesometió a todos los pueblos de la cuenca,

e incluso de lugares alejados, consiguiendo suhegemonía y constituyéndose en una muy gran-de e importante ciudad en la cual vivía gen-te de todas partes de Mesoamérica. Construye-ron ductos subterráneos, con paredes de piedray sellados con cal para llevar agua a diferentessitios abiertos y conjuntos habitacionales; todolo tapaban con lozas, y así aseguraban que elagua limpia, de lluvia, corriera sin basura y lle-nara depósitos para el uso diario. El agua de-sechada también corría por ductos subterrá-neos y salía a campo abierto para humedecerlas tierras de cultivo. El crecimiento de la ciu-dad terminó con los bosques circundantes, y sesucedieron constantes sequías y cambios cli-máticos regionales, por lo que construyeronmúltiples templos y altares a las deidades delagua. La Pirámide de la Luna, la segunda másgrande, se dedicó a Chalchiuhtlicue, esposa de

de obsidiana y sílex. Los grandes mamíferos que pasaron deAsia a América sirvieron de alimento a estos grupos, pero porcambios climáticos se extinguieron y el ser humano se vio obli-gado a cultivar y criar animales domésticos, con lo que apare-cieron asentamientos de mayor permanencia.

Fueron épocas de espesos bosques, que cubrieron laderas yserranías y ofrecieron abrigo, madera, y múltiples animales decaza y pesca. El nivel de los lagos fluctuaba constantemente, peropor lo regular eran profundos y limpios, y así permanecieron pormiles de años, ofreciendo numerosas especies de insectos, peces,aves permanentes y estacionales, reptiles y mamíferos. En laparte que ahora se llama Sierra del Ajusco eran más abundan-tes las corrientes de agua, riachuelos y manantiales que en elponiente, pero todos los escurrimientos de las sierras que for-maban la corona de la cuenca aumentaban el caudal de loslagos en épocas de lluvias.

La agricultura incipiente comenzaría hacia el quinto milenioantes de nuestra era, aprovechando la humedad de las orillas delos lagos. Las técnicas de cultivo mejoraron poco a poco, lo quepermitió la sedentarización en aldeas, en sitios como Tlapacoya,El Arbolillo, Zacatenco y Tlatilco, entre muchos otros, hacia1800 años antes de nuestra era.

E l p r e c l á s i c o ( 2 5 0 0 a n t e s d e n u e s t r a e r a

a s i g l o I I I d e n u e s t r a e r a )

En poco tiempo proliferaron las aldeas, y lentamente fueronmejorando sus experiencias y sus técnicas. Para 1 200 añosantes de nuestra era, ya se relacionaban entre sí grupos bas-

tante lejanos, sobre todo de la costa del Golfo y del occidentede México. A partir de entonces comenzó la diferenciaciónsocial, destacándose algunas familias de poder que manejaronpoco a poco los excedentes de la producción agrícola y se en-cargaron de organizar la vida ritual, civil y religiosa. Con eltiempo se especializarían cada vez más en el manejo de los co-nocimientos científicos, religiosos, militares y técnicos, comoel control del agua, monopolizándolos y formando diferenciassociales.

Para entonces, y hasta el año 300 antes de nuestra era, na-cieron y crecieron muchas más poblaciones. No todas presen-taron arquitectura de piedra, pero hablaremos de una que esinteresante para nuestro tema del agua: Tlapacoya, un santua-rio en el lago de Chalco dedicado a las deidades del agua, losTlaloque, cuyas representaciones (Figura 1) se encontraron enuna serie de vasijas dejadas como ofrendas en las tumbas del

E l a g u a e n e l M é x i c o a n t i g u o

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almas de los ahogados y enfermos de problemas relacionadoscon el agua, como la hidropesía. En Tepantitla, uno de losbarrios teotihuacanos, en un mural está pintado este cielo, conescenas de una vida gozosa para los que allá iban destinados.Esta gran urbe controló muchos sitios de las orillas de los lagos dela Cuenca de México, y a la caída de Teotihuacan, bajo los emba-tes de las tribus chichimecas que constantemente lo asolaban,surgió Tula como centro hegemónico.

M i t o s d e c r e a c i ó n :

l o s c i n c o s o l e s c o s m o g ó n i c o s

Probablemente desde épocas prehistóricas empezaron a for-marse los mitos de creación, que son la respuesta a las pre-guntas universales: ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy? De los

relieves de algunos monumentos arqueológicos y de la plumade diferentes cronistas del siglo XVI hemos sabido que la res-puesta de los pueblos mesoamericanos a tales inquietudes fueronlos mitos de creación, los cuales explicaban cómo fue formadoel ser humano y para qué. En el altiplano y algunas otras regio-

nes de Mesoamérica se tuvo como explicación la cre-ación de cinco soles, cada uno con diferentes tipos de vida vegetal y animal. Cada sol acabó catastrófi-camente por la agresión de los elementos: tierra, aire,fuego y agua; el quinto se terminará por grandes tem-blores. De ello deducimos que en la mentalidad me-soamericana el agua no solamente era un elementobenéfico sino también destructivo, como debieron ha-berlo constatado con las múltiples fluctuaciones dellago, que destruía las aldeas cercanas a sus orillas entiempos de muchas lluvias y desde siempre. Según lasfuentes para la historia, en Teotihuacan se formó elQuinto Sol, el sol de movimiento, en el que aún vivi-mos y que se destruirá cuando Tezcatlipoca lo robe yse sucedan terremotos.

E l p o s t c l á s i c o o m i l i t a r i s t a

( s i g l o I X a 1 5 2 1 )

A la caída de Teotihuacan se sucedió una épocade crisis cultural caracterizada por la pérdida delas tradiciones de más alta cultura a que había lle-

gado el clásico: los cálculos astronómicos, las mate-máticas, el calendario, la escritura, el uso de estelaspara llevar la contabilidad dinástica, y el refinamien-

Tláloc, dios del agua (Figura 1), cuya efigie fueencontrada por los arqueólogos, rodada ha-cia uno de los lados del basamento. La gran cal-zada de Los Muertos, que atraviesa toda la ciu-dad, termina precisamente frente a la pirámidede Chalchiuhtlicue, y tenemos que pensar queera para comodidad de los peregrinos que vení-an a solicitarle agua de todas partes, sobre todode pueblos lejanos, que dependían de la agri-cultura temporal o de lluvia.

Teotihuacan fue la primera alta civilizacióndel centro. Tuvo escritura, cómputo del tiem-po, artesanías desarrolladas, arquitectura, es-cultura, pintura y una religión politeísta ricaen mitos –que al parecer en parte heredó y enparte desarrolló–, por ejemplo el de la crea-ción del Quinto Sol. Creían en diferentes des-tinos del alma después de la muerte, segúnfuera ésta: por ejemplo, se pensaba que alTlalocan, paraíso del dios del agua, iban las

A g u a

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F i g u r a 1 . T l á l o c , d i o s d e l a g u a , a d o r a d o p o r t o d o s l o s p u e b l o s

d e M e s o a m é r i c a c o n d i f e r e n t e s n o m b r e s d e s d e é p o c a s t e m p r a n a s .

P r e s i d e u n o d e l o s p a r a í s o s a d o n d e v a n l a s a l m a s d e l o s m u e r t o s ,

e l T l a l o c a n . P a r a e l m a n e j o d e l a s a g u a s s e h a c e a y u d a r d e s u m u j e r

C h a l c h i u h t l i c u e y s u s m a y o r d o m o s , l o s T l a l o q u e s . S u r o s t r o p a r e c e

e s t a r e n c u b i e r t o c o n u n a m á s c a r a d e s e r p i e n t e s y c h a l c h i h u i t e s .

P á g . 7 d e l C ó d i c e B o r b ó n i c o , s i g l o X V I .

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muy buena sobreproducción de alimentos. Laexpansión de los mexicanos por toda Mesoa-mérica llenó al altiplano de satisfactores quevenían en calidad de tributo de los pueblossometidos, y le dio a la región riqueza y pros-peridad.

Como hemos visto, desde siempre los habi-tantes de la cuenca supieron convivir con elagua y la hicieron parte de su vida productiva.Los grupos sedentarios aprovecharon los escu-rrimientos de los manantiales y la humedad de los ríos perennes, y construyeron presas ycanales de tierra y piedra con estuco, acueduc-tos y redes de acequias. Con todo ello logra-ron sistemas de riego y control de agua queaumentaban la producción y evitaban lasinundaciones. Para antes de la llegada de losespañoles se destaca la construcción de acue-ductos de gran tamaño como los de Cha-pultepec y Coyoacán, que abastecían de aguapotable a México-Tenochtitlan, y debemosmencionar al ducto que llevaba agua hastaCholula y los pueblos del valle del río Atoyacdesde las faldas del Iztaccíhuatl.

Sería presuntuoso decir que el sistema hi-dráulico se construyó de manera consistente yplanificada, porque no fue así; los problemas seiban resolviendo gradualmente, conforme seiba necesitando.

M é x i c o - T e n o c h t i t l a n

( 1 3 2 5 - 1 5 2 1 )

En la dinámica de la migración hacia el surde los pueblos norteños, que perennementecarecían de agua, destaca la historia de los

aztecas, grupo chichimeca que salió de la míti-ca Aztlán hacia el año 1111, en busca de unatierra prometida donde nunca faltarían losabastecimientos. Muchas fueron las peripeciasde su viaje hasta que llegaron a la cuenca deMéxico, controlada entonces por Azcapotzal-co, cuyo gobernante era el destacado monarcaTezozómoc. Para principios del siglo XIV los aztecas ya se hacían llamar mexicanos, por

to artístico caracterizado sobre todo en el sur de Mesoamérica,como la zona maya. Poco a poco surgieron otros satisfactoresque mejoraron la vida de la gente, como el amplio comercio, lametalurgia, el acceso popular a los centros ceremoniales, eldesarrollo de la medicina y farmacopea herbolaria, la arquitec-tura popular, etcétera. Sobre nuestro tema, el agua, se nota elavance de la tecnología de irrigación, y que llegó a ser notable al final de este periodo, antes de la llegada de los españoles.

Con la caída de la gran capital, Teotihuacan, disminuyó lapoblación de la cuenca de México, pero poco a poco se volvióa poblar con gente venida de todas partes, sobre todo delnorte. Vemos viejos y nuevos centros que surgieron y en pocotiempo tenían considerable número de habitantes, como Ti-zayuca, Tula, Huehuetoca, Citlaltepec, Coyotepec, Zumpango,Tepotzotlán, Tultepec, Xaltocan, Cuauhtitlan, Atlatonco, Acol-man, Ecatepec, Tulpetlac, Tepetlaoztoc, Tlanepantla, Tenayuca,Cuauhtepec, Texcoco, Azcapotzalco, Tlacopan, Popotlan, Cha-pultepec, Tlatelolco, México-Tenochtitlan, Chimalhuacan, Coa-tlinchan, Iztapalapan, Coyohuacan, Huitzilopochco, Mexi-caltzingo, Culhuacán, Cerro de la Estrella, Coatepec, Tlalpan,Tlalpizahua, Ixtapaluca, Xochimilco, Tláhuac, Xico, Mixquic,Chalco y otros más de segunda importancia.

P o s t c l á s i c o t e m p r a n o ( 9 3 5 - 1 1 7 2 )

La hegemonía de Tula duró del siglo X al XII, y heredó partede las tradiciones culturales de Teotihuacan, entre otras laregencia civilizatoria de Quetzalcóatl como maestro supremo

de las artes, artesanías y conocimientos. Mencionemos un mitoque marca el fin de Tula y que está relacionado con el agua:

Gobernando Huémac, el último de los reyes toltecas, jugó ala pelota con los Tlaloques, servidores del dios Tláloc, e iban enapuesta joyas y piezas ricas. El juego lo ganó Huémac y los Tlalo-ques intentaron pagar con hermosas mazorcas y agua, lo que ofen-dió a Huémac y exigió las joyas ofrecidas. Los Tlaloques quisierondar un escarmiento y entregaron lo pactado, pero provocaron unasequía que duró más de siete años, con lo cual el rey perdió eltrono, ya que su pueblo moría de hambre y sed. Aprendió así el gran valor del agua y del maíz, muy superior a cualquier alhaja.

P o s t c l á s i c o t a r d í o ( s i g l o X I I a 1 5 2 1 )

Es una época de explosión poblacional a lo largo y anchode la cuenca de México. Se apoyó sobre todo en la agricul-tura de riego y el sistema de chinampas, que permitió una

E l a g u a e n e l M é x i c o a n t i g u o

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Page 5: Dioses, reyes, hombres y agua en el México antiguo · toltecas y teotihuacanos, supieron convivir con el agua y la hicieron una parte fundamental de su vida productiva. Su sabiduría

órdenes de su dios, y buscaban un sitio conposibilidades de crecimiento, que no estuvieraocupado ni fuera parte de grandes señoríos.

Para obviar aventuras detalladas en favor dedatos más concretos: en 1325 descubrieron unislote irregular, cenagoso y grande a la mitad delo que posteriormente se llamó lago de México,entre el lago de Xochimilco y el de Texcoco. Losprincipales sacerdotes y civiles decidieron queera el sitio adecuado porque vieron un águi-la real, parada sobre una roca, que devorabauna serpiente (Figura 2), la señal que habíadado su dios para la fundación de su ciudad.Solicitaron permiso a Tezozómoc para vivir enese islote, y por un tiempo pagaron fuertes tri-butos hasta que los mexicanos sometieron a suvez a Azcapotzalco.

El islote fue creciendo artificialmente por-que sus nuevos habitantes utilizaban las zonascenagosas para el cultivo, además de acumularchinampas o porciones de tierra flotantes, quearraigaban al fondo del lago por medio de pilo-tes. Las chinampas tuvieron diferentes medi-das; como promedio, medían dos metros deancho por 10 o 20 de largo. Frecuentemente se construían chozas en ellas para cuidar loscultivos. Los tlatelolcas llegaron casi al mismotiempo a esa parte del lago, y les tocó habitarel norte.

Reinando en México Moctezuma Ilhuicamina, en 1449México-Tenochtitlan sufrió una inundación y pidió ayuda atodos los pueblos de tierra firme. Lo apoyó sobre todo Texcoco,cuyo señor por esas épocas era Nezahualcóyotl, el rey poeta,quien propuso un proyecto para detener el crecimiento de lasaguas y separar las aguas dulces de Xochimilco de las saladas deTexcoco. Se construyó así el albarradón o dique de Nezahual-cóyotl; se trató de un largo macizo de pilotes de troncos de ár-bol, rellenados con piedras y lodo, con mayor altura que el niveldel lago y que llegaba por el sur a Iztapalapa y atravesaba el lagohacia el norte, terminando adelante del Tepeyac (Mapa 1).

A medida que crecía la gran ciudad, y se cargaba de edificiosde cal y canto, mayores peligros corría de hundirse el islote y serinundado por las aguas, por lo que era trabajo de todos los díasla limpieza de las acequias y el aseguramiento del sistema hi-dráulico que atravesaba la isla, y en el que se destacaban tresgrandes calzadas que iban del centro de México a tierra firme(Figura 3). Por el sur, de México a Coyoacán con ramales paraotras partes del lago; por esta calzada también venía un acue-ducto que traía agua de los abundantes manantiales de esa re-gión sureña. Hacia el oeste partía la calzada México-Tlacopan,con un ramal para Chapultepec, y sobre la que construyeron unacueducto de doble canal para las aguas de esos manantiales. Latercera calzada iba del Templo Mayor al Tepeyac, atravesandoTlatelolco; por ésta no había ductos, era ancha y muy firme,formando embarcaderos de seguridad como el que estaba alnorte, que posteriormente se llamó Lagunilla (Mapa 2); ahí se protegían numerosas canoas que muchos cronistas llegaron a considerar cercanas a 30 mil unidades. Es importante citar

que también tenía un ramal que iba a pa-rar a Tenayuca, ciudad destacada de princi-pios del postclásico. En la parte del orientede la isla no había calzadas hacia tierra fir-me, pero sí grandes embarcaderos, chinam-pas y espacios acondicionados para protegercanoas.

Las calles de la ciudad se dividían enlas que eran de tierra firme y las que erande agua, transitadas por canoas y quepasaban por numerosos puentes y embar-caderos. El lenguaje náhuatl del pueblocomún estaba lleno de palabras que se re-ferían a acequias, canales, manantiales, ojosde agua, acueductos, estanques, fuentes,canoas, lagunas y lagunillas, desagües, cal-

A g u a

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F i g u r a 2 . E l m i t o d e l a f u n d a c i ó n d e T e n o c h t i t l a n . S a c e r d o t e s m e x i c a s d e s c u b r e n

u n i s l o t e e n c u y o c e n t r o u n á g u i l a s e p a r a e n u n n o p a l p a r a d e v o r a r u n a s e r p i e n t e ;

e l n o p a l c r e c e s o b r e u n a r o c a . L o s p r i n c i p a l e s d e c i d e n f u n d a r a h í s u c i u d a d .

I l u s t r a c i ó n d e F r a y D i e g o D u r á n .

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F i g u r a 2 . P a n o r a m a d e l L a g o d e M é x i c o y l a i s l a d e T e n o c h t i t l a n - T l a t e l o l c o h a c i a 1 5 2 1 . P i n t u r a d e L u i s C o v a r r u b i a s . S e o b s e r v a n l a s

t r e s c a l z a d a s q u e c o n e c t a b a n a l a i s l a c o n t i e r r a f i r m e y l o s a l b a r r a d o n e s d e N e z a h u a l c ó y o t l y d e A h u í z o t l .

E l a g u a e n e l M é x i c o a n t i g u o

julio-septiembre 2007 • ciencia 85

F i g u r a 3 . P a n o r a m a d e l L a g o d e M é x i c o y l a i s l a d e T e n o c h t i t l a n - T l a t e l o l c o h a c i a 1 5 2 1 . P i n t u r a d e L u i s C o v a r r u b i a s . S e o b s e r v a n l a s t r e s

c a l z a d a s q u e c o n e c t a b a n a l a i s l a c o n t i e r r a f i r m e y l o s a l b a r r a d o n e s d e N e z a h u a l c ó y o t l y d e A h u í z o t l . F u e n t e : A r q u e o l o g í a M e x i c a n a ( 2 0 0 4 : 2 3 ) .

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maba un calpulli o unidad política y económica. Todo fue cons-truido con mano de obra tributaria, apoyados, según algunosautores, en los presos o los cautivos de guerra que esperaban sersacrificados. Los derechos que las ciudades tenían sobre los pro-ductos lacustres y el uso del agua, junto con recursos como lapesca y la caza, la sal y la vegetación, deben haber estado regla-mentados por los dictados de intereses hegemónicos y soporta-dos por los pueblos sometidos.

Cada porción de la ciudad estaba abastecida de agua pota-ble, la cual llegaba por ductos y se depositaba en albercas, y de

zadas, puentes, pantanos o ciénegas, chinam-pas, tierras firmes y embarcaderos. Los cronis-tas españoles del siglo XVI se sorprendieron dela limpieza de la ciudad, que se tenía con laprincipal preocupación de que la basura nollegara a los arroyos, y más de uno nos relataque había cerca de mil gentes barriendo a todahora para conservarla adecuadamente.

Esto se reflejó en su organización social.Un número determinado de chinampas for-

A g u a

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M a p a 2 . T e n o c h t i t l a n e n 1 5 2 1 . C r o q u i s b a s a d o e n l a s r e c o n s t r u c c i o n e s d e M a n u e l O r o z c o y B e r r a , L e o p o l d o B a t r e s , M a r i a n o A l c o c e r , M a n u e l

T o u s s a i n t y e l L i c . F e r n á n d e z .

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bre de “Ordenanza del Señor Cuauhtémoc”,del año de 1524, donde este rey establece loslímites de tierras y aguas entre Tlatelolco yTenochtitlan.

Texcoco fue una ciudad grande, importantey caracterizada por su gente sabia, entre quienessobresale Nezahualcóyotl, con sus obras urba-nas e hidráulicas, y su hijo Nezahualpilli, exce-lente arquitecto y conocedor de las cienciasnaturales. En la cuarta década del siglo XV seformó la Triple Alianza, y Texcoco, Tlacopan yMéxico fueron las ciudades que dictaron leyes,reglamentos y derechos, entre los cuales unade las más destacadas preocupaciones debióhaber sido el uso del agua y de las construc-ciones hidráulicas. Texcoco tuvo, al igual queChapultepec, lugares de recreo donde se apro-vechaba el agua para dar mayor belleza al pai-saje, como sucedió con los baños de Nezahual-cóyotl, en el pueblo de Tezcutzinco, y los bañosde Moctezuma en el bosque de Chapultepec.

Otro documento importante es el Plano deSanta Cruz, que nos instruye sobre los canalesde la zona lacustre. Se cuentan 32 canales, delos que 25 corresponden a la época prehispáni-ca y siete a la virreinal. Observando detenida-mente el plano podemos distinguir pendientesde terreno, curso de ríos, canales mayores y me-nores, y orientación general de la ingenieríahidráulica.

Las inundaciones del México prehispánicoque dejaron huellas en la historia ocurrieronen 1382, 1449, 1499 y 1517. Muchas más sepresentaron durante la Colonia, a consecuen-cia del descuido y de la falta de limpieza detodo el sistema hidráulico.

L a c o n q u i s t a

Las luchas entre indígenas y españoles nose dieron sólo por tierra, como sería desuponerse en una ciudad tan intercalada

por el agua. Los españoles traían tecnología deguerra europea y sabían la ventaja que teníadesplazarse por el lago en fuertes barcos y

ahí seguía por otros ductos o bien era tomada directamente porlos usuarios.

E l c a s t i g o d e u n a m b i c i o s o

Ahuízotl gobernó México de 1486 a 1502, y observando laferacidad y belleza de los bosques de Coyoacán y deHuitzilopochco (hoy Churubusco), quiso poseer el agua

que hacía posible semejante vegetación y fauna. Se dirigió alseñor de esas regiones y le pidió que la mandara por un acue-ducto, pero le fue advertido que era mucha agua y que Méxicono la iba a soportar y se anegaría, cosa que Ahuízotl no creyó.Por el contrario se ofendió por la negativa, y ordenó que mata-ran al rey de Coyoacán, persona muy querida por sus súbditos.Libre de toda oposición, se construyó un acueducto que entróa la calzada de Iztapalapa por Churubusco, y el día que llegó elagua a México se hicieron enormes fiestas y numerosos sacrifi-cios para festejarlo. Poco tiempo después, a consecuencias delluvias copiosas, el monto del agua aumentó a más del doble yMéxico sufrió una de las mayores inundaciones de la épocamexica. El rey Ahuízotl, queriendo zafarse de un torrente queentró a palacio, se golpeó contra una puerta y a consecuenciade ello murió unos años después. Durante 40 días estuvo inun-dada la ciudad por aguaceros, pero de repente cayó una trom-ba y la arrasó. Los coyoacanenses aseguraban que era el castigoque merecía Ahuízotl por envidioso. Para evitar que volvieraa suceder esto, por una parte se destruyó el acueducto y porotra se hizo otro albarradón o dique que llevó el nombre deAhuízotl, y que unió las calzadas del Tepeyac e Iztapalapa(Mapa 1).

La ciudad de México era muy bella; Itzcóatl sembró ahue-huetes e hizo un bosque y un jardín botánico, con zoológico yacuario. Donde quiera se veían flores y pisos limpios. Por lasnoches se alumbraba con braseros bien mantenidos. Había dre-naje y vigilancia constante. Por siete canales se evacuaba la ba-sura usando agua de lluvia, y los desechos domésticos se junta-ban en barcas amarradas y se vendían como abono. Los cálculospara esos tiempos fluctúan entre 60 mil habitantes y mediomillón, según diferentes autores, ya que unos toman en cuentalas crónicas, otros el número de casas y otros más el comercioque necesitaba la urbe para abastecerse.

Los señores de las ciudades que formaban el sistema hidráu-lico de la cuenca debieron haber hecho constantes conveniosde ayuda y de reconocimiento de límites; de todo ello han so-brevivido pocos documentos. Destaca el conocido con el nom-

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bombardear con cañones. Aplicando sus conocimientos,en Tlaxcala tallaron 12 bergantines (Figura 4) y antes dearmarlos los trajeron en piezas hasta Texcoco (Figura 5),donde los ensamblaron, botaron y armaron con artillería.De inmediato empezaron a buscar los espacios de la lagu-na con mayor profundidad para atacar a México. En unprimer intento llegaron hasta el embarcadero de Aca-chinanco, por la parte oriental de la isla, y comenzaron apelear tirando albarradas y muros que sirvieran de protec-ción (Figura 6). Son largas las relaciones de los cronistasacerca de las luchas y las escaramuzas entre españoles eindios, y aunque son pocos los momentos en que los ber-gantines entraron en batalla, los daños que causaron fue-ron severos.

Desde un principio los conquistadores se dieron cuen-ta de que no podrían ganar si no cegaban las acequias, queera donde los indios mejor se defendían. Durante el día lastapaban, y de noche los indios las abrían. Otro aspectointeresante fue la preocupación de Cortés por evitar que elagua potable llegara a México, para lo cual destruyó partesde los acueductos de Coyoacán y de Chapultepec.

Las descripciones que nos llegan de aquellos momentosmostraron muy destacados capitanes mexicanos y tlatelol-cas que se enfrentaron a las multitudes indígenas que apo-yaban a los españoles y a la tecnología de guerra con hierro ypólvora que traían éstos. Todo terminó cuando, en las ace-quias de Tlatelolco, apresaron a Cuauhtémoc. Sabemos quelos bergantines fueron posteriormente quemados por órde-nes del mismo Cortés, para evitar que los españoles regre-saran a su país en momentos de desencanto.

La ciudad fue un desastre después de la rendición (Fi-gura 7), que ocurrió el 13 de agosto de 1521. Sus acequiasse llenaron de cadáveres podridos y de sangre; las casas que-daron saqueadas y quemadas; la gente enfermó y la pobla-ción menguó. En tan desesperante situación, los españolesse fueron a Coyoacán a organizar la Nueva España, pero latradición política de la importancia de México-Tenoch-titlan los hizo regresar y restaurarla como capital.

L a s p r i m e r a s d é c a d a s

d e l a N u e v a E s p a ñ a

El ayuntamiento colonial ordenó la traza de una ciudadal estilo español, proyectándose un cuadrángulo trape-zoidal que conservaba la mayor parte de las acequias.

A g u a

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F i g u r a 4 . L o s 1 2 b e r g a n t i n e s i l u s t r a n d o e l C ó d i c e F l o r e n t i -

n o , t o m o I I I , p á g . 4 6 2 .

F i g u r a 5 . L o s t e x c o c a n o s a y u d a n d o a l o s c o n q u i s t a d o r e s e n

e l e n s a m b l a j e d e l o s 1 2 b e r g a n t i n e s . I l u s t r a c i ó n t o m a d a d e

S a h a g ú n .

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idea hacia 1607, después de otras dos inunda-ciones, al sacar el agua del nivel más bajo dellago de Texcoco hasta el río Tula y sus afluen-tes, conduciéndola a más de 300 kilómetros; lagrandiosa obra fue conocida como Tajo de No-chistongo y dio renombre a México; en ellatrabajaron cerca de medio millón de indígenas.

La ciudad de México sufrió una gran trans-formación arquitectónica: los edificios nativosse perdieron totalmente, y se construyeron en-cima de sus restos grandes residencias, palaciose iglesias de mucho peso, lo que hundió loslodazales originales y provocó en toda la cuen-ca comportamientos erráticos de tierras y aguas.Esto se manifestó fundamentalmente en diver-sas inundaciones que se sufrieron, entre ellaslas de 1555, 1580, 1604, 1605, 1607, 1615 y1623, para sólo hablar de los principios delsiglo XVII. Dejemos aquí el tema del agua en laNueva España, que deberá ser tratado condetalle en el futuro.

Se redujeron los canales y con ello el abasto y la comuni-cación; el centro geográfico fue la catedral. Se mantuvo elacueducto de Chapultepec y se empezaron a construir otros,tanto en la ciudad como en el interior de la Nueva España,por ejemplo el del padre Francisco de Tembleque, que vade Cempoala a Otumba y es un ejemplo arquitectónico desu tiempo. Se alteraron totalmente los sistemas chinampe-ros de los cinco lagos, al bajar el nivel normal de las aguasdel lago de Texcoco, y para 1540 el paso a esa ciudad ya nose podía hacer por agua.

A partir de la conquista la población sufrió una granmortandad por enfermedades, miseria, trabajo de esclavosy problemas de producción de alimentos, porque a losindios se les desconectó de su sistema chinampero y no seles dio nada mejor. La erosión del suelo se aceleró con laentrada del arado y del ganado. Las autoridades españolasno se preocuparon por investigar el uso correcto de la tierramesoamericana, sino que impusieron la agricultura y lafruticultura europeas de manera irracional. Los pueblosindios restringían el uso del bosque y del pastoreo para evi-tar la erosión del suelo, pero no podían competir con lasleyes coloniales.

Se hicieron ciudades de españoles y pueblos de indios; paraque los indios de la ciudad de México se fueran se impusie-ron las costumbres europeas, que los indios no entendían, porlo que se retiraron a los alrededores para continuar con sus tradiciones de sembradío. En México los canales se convir-tieron en drenajes, y los viejos lagos en depósitos de basura.Esto provocó inundaciones que alertaron a los sabios, entreotros a Enrico Martínez, que a principios del siglo XVII seña-ló que las inundaciones eran consecuencia del desmonte y delcultivo inadecuado en toda la cuenca, ya que los suelos de-sarraigados por el desmonte se iban al fondo de los lagos ytaponaban los sistemas de drenaje. Insistió en que las prác-ticas agrícolas inadecuadas serían la causa de los desastres dellago en la ciudad, pero no fue escuchado. Antes de ello, en1555 hubo una gran inundación, y desde entonces ya hubopreocupación por proyectar nuevos albarradones y desagües.Pero la administración hispana, plagada de corrupción e in-diferencia por los problemas indígenas, resolvía muy lenta-mente cada causa.

El primer proyecto de desagüe lo presentó Francisco Gou-diel en 1555. Proponía desviar el río Cuauhtitlan por mediode un tajo abierto que atravesaba las montañas de Huehue-toca y conectaba con el río Tepeji; Enrico Martínez mejoró esa

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F i g u r a 6 . L o s m u r o s d e l a c i u d a d d e M é x i c o t i r a d o s a

c a ñ o n a z o s d e s d e l o s b e r g a n t i n e s . C ó d i c e F l o r e n t i n o , t o m o

I I I , p á g . 4 6 3 .

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Beatriz Barba Ahuatzin es investigadora emérita

del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Es

catedrática de la Escuela Nacional de Antropología e

Historia, presidenta fundadora de la Academia Mexi-

cana de Ciencias Antropológicas, miembro del Sistema

Nacional de Investigadores, coordinadora del Seminario

Permanente de Iconografía de la Dirección de Etnología

y Antropología Social del Instituto Nacional de Antro-

plogía e Historia y miembro de la Academia Mexicana

de Ciencias.

[email protected]

A g u a

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F i g u r a 7 . D e s p u é s d e l a r e n d i c i ó n , l a c i u d a d d e M é x i c o

q u e d ó l l e n a d e c u e r p o s y p o r l a s a c e q u i a s c o r r í a s a n g r e .

C ó d i c e F l o r e n t i n o , t o m o I I I , p á g . 4 5 2 .

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