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    EL EJERCITO Y EL PUEBLO VISIGODO

    DESDE SU INSTALACIN EN EL IMPERIO

    HASTA EL REINO VISIGODO DE TOLOSA

    DIONISIO PREZ SNCHEZ

    En este artculo vamos a estudiar el mundo visigodo en el momento compren

    dido entre la poca inmediatamente anterior a su instalacin en el Imperio Romano, antes de cruzar el Danubio, y su instalacin en los territorios de la Galia que

    les fueron asignados por la autoridad imperial.

    Este perodo de tiempo de alrededor de un siglo es decisivo para la configura

    cin de una serie de realidades socioeconmicas, que sin perjuicio de una evolu

    cin posterior, van a sentar las bases de lo que ser el reino de Tolosa y con

    posterioridad, el reino de Toledo.

    Antes que nada consideramos justo el resaltar la fundamental aportacin que

    para este perodo en particular y para toda la historia del mundo germnico en

    general constituye la ininterrumpida labor de investigacin del historiador ingls

    E. A. Thompson, cuyos estudios y la gran mayora de sus conclusiones vamos a

    seguir de ahora en adelante de una forma muy estrecha

    1

    .

    En primer lugar hay que hacer notar que los visigodos pasan los tres primeros

    cuartos del siglo IV viviendo en la Dacia. Por tanto la influencia romana sobre

    este pueblo fue mayor que sobre cualquier otro pueblo germano

    2

    .

    Es decir, que cuando los visigodos, debido al ataque huno, cruzan el Danubio

    y son admitidos por Roma estn bastante familiarizados con la vida y las costum

    bres que se desarrollaban a este lado del ro que serva como frontera.

    B.

    y P. Scardigli

    3

    piensan que la influencia dacio-romana sobre la estructura

    poltico-social goda se puede concretar atendiendo a cuatro consecuencias de todo

    punto decisivas: consolidacin progresiva de la organizacin estatal, paso de la

    gran familia a la organizacin familiar ms pequea, establecimiento del patrimo

    nio privado y aumento del poder del prncipe territorial cuya culminacin sera

    el ejemplo de Alarico.

    Por supuesto estas alteraciones en el seno de la sociedad no se produciran de

    una forma automtica, sino que ms bien tendran lugar a lo largo del tiempo de

    una forma lenta. Todo ello viene dado por la toma de contacto que se produce

    1

    Como obras ms significativas de E. A. Thompson destacamos a este respecto: "The Settle

    ment of the Barbarians in Southern Gaul", JRS, XLVI (1956), 65-75. "The Visigoths from

    Fritigern to Euric", Historia, XII (1963), 105-126. The Early Germans, Oxford 1965. The

    Visigoths m the time of Ulfila,

    Oxford 1966.

    Los godos en Espaa,

    Madrid 1971.

    2

    E. A. Thompson,

    The Visigoths in the time of Ulfilas,

    Oxford 1966, 6.

    3

    B. y P. Scardigli, "I rapport fra Goti e Rom ani nel III e IV seclo", Romanob arb arica,

    I (1976), 261-195, 273.

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    Dionisio Prez Snchez

    entre brbaros y romanos y la progresiva asimilacin por parte de los ltimos de

    los primeros. Una de las razones ms importantes sobre las que va a girar este

    acercamiento es el aspecto militar, que por supuesto no podemos desligar de una

    serie de aspectos ms generales en los que va inserto.

    Por tanto (hay que hacer mencin de dos becbos paralelos e igualmente impor

    tantes:

    por un lado el peso irrefutable del mundo romano y de otra parte la

    evolucin interna que est sufriendo la sociedad goda.

    La organizacin tribal est en crisis y surgen una serie de elementos nuevos

    que suponen la ruptura cada vez mayor de las caractersticas que configuran la

    antigua sociedad, que se basa en relaciones de parentesco, en una escasa desigual

    dad social con una idea de la propiedad comunal todava bastante arraigada.

    Los nuevos factores los podemos concretar en la mayor importancia que va

    adquiriendo la propiedad privada, cuya concentracin aumenta fundamentalmente

    en base a bienes muebles, tales como el ganado, la constitucin de clientelas de

    jando al margen los aspectos puramente tribales, y como consecuencia de lo ante

    rior la aparicin de una nobleza que basa su poder y riqueza en el hecho de poseer

    mayor o menor cantidad de propiedades y el tener a su disposicin un nmero de

    personas, que se le unen ante la posibilidad de poder beneficiarse de esta asociacin.

    Por otro lado y como una muestra de la progresiva diferenciacin social con

    tamos con la existencia de esclavos cuyo origen podra deberse o bien a un em

    pobrecimiento extremo que les obligase a venderse a otras personas ms pudien

    tes, o bien a la esclavitud procedente de campaas blicas

    4

    . Tambin tenemos

    constancia de visigodos que son vendidos como esclavos a los romanos con la fina

    lidad de trabajar en los latifundios o de realizar cualquier otra actividad, por

    ejemplo en la minera.

    Sin embargo hay todava un hecho de suma importancia que por ahora impide

    la homologacin de ambas sociedades y ste consiste en la inexistencia de la idea

    de Estado, de una unidad supratribal duradera que, superando los propios esquemas

    organizativos germnicos, posibilitase a los optimates godos el poder imponer

    su voluntad a la poblacin en su conjunto. El perodo comprendido entre los aos

    376 y 418 supone la destruccin total de la vieja organizacin social y su sustitucin

    por otra que dio a los nobles godos una maquinaria coercitiva capaz de controlar

    al resto de la sociedad gloibalmente

    5

    .

    De todos modos hasta la culminacin de este proceso que se concreta en el

    asentamiento en las Galias las uniones entre las tribus eran espordicas y con una

    clara finalidad militar. La falta de centralizacin se advierte en la derrota sufrida

    por Atanarico ante los hunos

    6

    .

    * La existencia de esclavos en la sociedad visigoda la podemos ver en SHA,

    Claud

    VI. 6:

    Trecenta vtginti milia armatorum fuerunt a dde senos adi familias... Amm. Marc. Rerum Ges-

    tarum libri quae super sunt XXXI, 6, 5. Jordanes, Get. XXVI, 135: sed iam mancipiis et su-

    pellectile deficientibus filios eorum avarus mercator victus necessitate expost, haut enim secus

    parentes faciunt salute suorum pignorum providentes: faciliusque deliberant ingenuitatem peri-

    re quam vit

    am ,

    dum misericorditer alendus quis venditur quam moriturus servatur. contigit ete-

    nimillo sub tempore erumnoso, Lupicinus ut ductor Romanorum Fritigernum Gothorum regu-

    lum in convivio m vitaret dolumque ei, ut post exitus docuit,, moliretur.

    5

    E. A. Thompson, The Visigoths in the time..., 55. En la p. 66 tambin se afirma que tras

    su instalacin en el Imperio en el 376 el nexo familiar y los pagi dejaron de tener una exis

    tencia significativa.

    6

    E. A. Thompson,

    op. cit., 46.

    Citando a Amm. Marc. XXXI, 3, 8 y XXXI, 6, 1:

    Hoc

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    El ejrcito y el pueb lo visigodo d esde su instalacin en e l imperio... 251

    Fundamentalmente van a ser dos los puntos de contacto entre visigodos y

    romanos: por un lado las relaciones de carcter comercial y por otro aqullas que

    venan dadas por la participacin de los primeros en el ejrcito imperial, y pol

    las confrontaciones blicas entre ambos, en definitiva el aspecto militar.

    Las relaciones comerciales van a ser motivadas por la imposibilidad de los ger

    manos de autoabastecerse nicamente en base a sus dedicaciones de tipo agrcola

    y pastoralista, por lo que tenan que recurrir al aprovisionamiento de grano que

    les proporcionaban los romanos. Esto era debido sin duda a la superpoblacin

    y a la falta de alimentos

    7

    , problema que, agravado enormemente en el momento

    inmediatamente posterior a su asentamiento en el Imperio tras el cruce del Danu

    bio,

    fue aprovechado por los romanos para conseguir mayores prestaciones milita

    res godas y por algunos personajes en particular para enriquecerse a costa de este

    comercio en perjuicio de los receptores del grano imperial

    8

    .

    Ya desde tiempos de Constantino vemos a los visigodos con el status de fe

    derados y recibiendo subsidios

    9

    . Sin embargo en momentos en los que se produ

    can enfrentamientos una de las formas que tenan los romanos de controlar la

    situacin era cortar el suministro de vveres adems de emprender excursiones mi

    litares de castigo

    1 0

    .

    Por tanto vemos cmo la participacin de los visigodos en el ejrcito imperial

    era algo normal y deseado por los romanos. Esta participacin se realizara de for

    ma individual o por parte de ncleos reducidos pues una unidad duradera no era

    posible en estos momentos y la confederacin de tribus slo tendra un carcter

    tempora l

    1 1

    . Ser tras el paso del Danubio debido al ataque fauno y ms tarde

    con el foedus firmado entre Teodosio y Fritigerno el 3 de octubre del 382 cuan

    do el grueso del ejrcito godo servir al Imperio bajo sus propios jefes a ttulo de

    federados

    12

    .

    Vamos pues a intentar trazar la evolucin sufrida por la organizacin social,

    vindola como una consecuencia clara de estas alteraciones.

    Se pueden establecer tres niveles a travs de los cuales los visigodos se vincula

    ban a las empresas blicas. En primer lugar contamos con la participacin a ttulo

    gestorum textu circumlato nuntiis densis, Sueridus et Colias {Gothorum optimates) cum popu-

    lis suis longe an te suscepti, et curare apud H adrianop olim hiberna dispositi, salutem suam

    ducentes antiquissimam omnium, otiosis animis accidentia cuneta contuebantur.

    7

    B. y P. Scardigli, op. cit., 264.

    8

    . Stein , Histoire du Bas-Empire Paris (1949-59), vol. I, 188-9. Caso del comes rei militaris

    Lupicino y del duque

    Mximo, que venden los vveres a precios usurarios; Amm. Marc. XXXI,

    4 ,

    4 y XXVII, 5 , 7:

    Aderan t post diversos triennii casus fmiendi belli materiae tempestivae.

    Prima quod ex principis diutuma permansione metus augebatur hostilis, dein quod comerciis

    vetitis ultima necessarioru m inopia barbari stringebantur, adeo ut, leg atos supplices saepe mit-

    tentes, venialem poscerent pacem. Los godos piden la paz a los romanos, pues tras tres aos

    de estancia en sus territorios y habindoles sido cortado el suministro, su situacin era extrema.

    9

    Jordanes

    Get.

    XXI , 112:

    nam et ut famosissimam et Romae emulam in suo nomine con-

    deret civitatem, G othorum interfuit operatio, qui foedus inito cum imp eratore quadra ginta suo-

    rum milia M i in solacio contra gentes varias obtulere; quorum et numerus et militusque ad

    praesens in re publica neminatur, id est foederati. tunc etenim sub Ariarici et Aorici regum

    suorum florebant im perio, post quor um decessum successor regni extitit Gebe rich vvrtutis et

    nobilitatis eximius.

    1 0

    E. A. Thompson, op. cit., 10-12.

    1 1

    E. A. Thompson, op. cit., 44.

    1 2

    Zsimo,

    Historia Nova,

    IV, 40.

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    Dionisio Prez Snchez

    individual de los miembros de este pueblo en el ejrcito romano. Estaran encua

    drados en las filas imperiales bajo el mando de oficiales romanos

    1 3

    y es lgico

    suponer que se veran sometidos al mismo trato y a las normas vigentes en este

    momento. Esta creemos que fue en definitiva una primera toma de contacto con

    la organizacin militar romana. Adems del acuerdo con Constantino del ao 324

    citado por Jordanes tenemos noticia por Amiano Marcelino de la participacin de

    los visigodos en las tropas romanas como auxilia

    1 4

    . Estos soldados recibiran

    una paga a cambio de sus servicios y seguramente una vez concluidos stos volve

    ran a sus hogares donde quiz, debido a su alto nmero, influyesen de alguna

    forma en la estructura organizativa militar goda. De todos modos no lo podemos

    afirmar de una forma clara, pues las fuentes que nos hablan de ello son muy es

    casas y la informacin al respecto prcticamente nula. De todos modos cuando los

    visigodos se asienten en tierras romanas el ao 376 y en general durante toda la

    historia del ltimo cuarto y de principios del siglo V se puede advertir con mayor

    claridad la incidencia de las formas militares romanas. En este sentido es funda

    mental el papel desempeado por Teodosio que propicia y consigue un acercamien

    to entre brbaros y romanos tras el desastre de Adrianpolis

    15

    . De todos modos

    aqu ya se trata de la totalidad del pueblo y no de individuos aislados. La impor

    tancia de estos hechos ser analizada ms adelante.

    Vamos a pasar albora a estudiar los dos niveles restantes, que estn bastante

    entrelazados, y que se refieren a la existencia de confederaciones de tribus con

    fines militares y de comitivas de

    optimates

    que seran una especie de ejrcitos

    privados. Pero hay un momento en que estas formas se confunden y se produce

    una simultaneidad en sus apariciones. Estos hechos nos hablan de que hay una

    dualidad, una concepcin distinta sobre cmo ha de articularse el ejrcito: sobre

    si ste ha de seguir las directrices tradicionales del mundo germnico, esto es, el

    estar compuesto por individuos con una escasa diferenciacin en cuanto a su

    status socioeconmico, con una primaca de aspectos tales como el parentesco,

    una idea comunal de los bienes, etc., o bien si ha de atender a ideas nuevas ms

    en conexin con formaciones sociales afines al mundo romano y representadas pol

    la aparicin y reforzamiento de las comitivas. Todo ello no es nada ms que la

    manifestacin evidente de dos formas de sociedad antagnicas, una en retroceso y la

    otra abrindose camino progresivamente. Este enfremamiento, que en definitiva

    supona la supremaca de la gran masa de la poblacin goda o la de los optima

    tes,

    fue largo, hasta el 418, y el papel del ejrcito en este proceso ha de ser

    tenido en cuenta pues la conversin, una vez en el ejrcito de Teodosio, de los

    optimates en oficiales y del resto de los godos en clase de tropa supuso la apa-

    13 Amm . Ma rc, X XX I, 16, 8.

    i

    4

    Amm. Marc, XX, 8, 1 .

    1 5

    En un principio los visigodos fueron bien recibidos en el ejrcito, pues adems de ser

    buenos soldados la conscripcin anual de reclutas de entre los provinciales dara lugar a su

    pago en oro con los consiguientes beneficios para el Estado: Amm. Marc. XXXI, 4, 4 y XXX,

    4, 1 : H aec per Gallias et latas agebantur arctoum. At in eois partibus alto externorum silen-

    tio, intestina pernicies augebatur, per Valentis amicos et prximos, apud quos honstate Mi

    litas erat antiquior. Navabatur enim opera diligens, ut homo rigidus audire cupiens lites, a

    studio iudicandi revocaretur, metu ne ita ut luliani tempo ribus, d efensione inno centiae respi

    rante, frangeretur potentium tumor, assum pta licentia latius solitus evagari.

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    El ejrcito y el pueblo visigodo desde su instalacin en el imperio... 253

    ricin de un mecanismo a travs del cual los primeros intentasen consolidar su

    dominacin

    16

    .

    Hablamos de simultaneidad de estos dos hechos pues en el momento en que

    la confederacin de tribus se enfrentase contra los romanos o contra cualquier otro

    pueblo brbaro coexistiran en el ejrcito estos dos fenmenos tan dispares. Amiano

    Marcelino, que es nuestra fuente ms valiosa para el conocimiento de la segunda

    mitad del siglo IV, nos informa en primer lugar de la existencia de comitivas go

    das.

    As vemos cmo en el ao 362 Juliano ha de emprender la reparacin de ciu

    dades de la Tracia y de fortificaciones en las fronteras

    1 7

    . Dedica especial atencin

    el emperador a las tropas del Danubio que combatan a los brbaros (godos) pro

    veyndolos de todo lo necesario. Pensamos, de igual modo que Thompson, que

    estos ataques provenan de comitivas de optimates godos

    1 8

    que obtenan un botn

    considerable si culminaban con xito estas expediciones. Tres aos despus Amiano

    nos vuelve a hablar de este hecho, ahora extendido adems de la Tracia a

    Panonia

    1 9

    .

    Una vez que los visigodos son derrotados por los hunos se congregan ante la

    frontera romana y piden ser admitidos. Comienza aqu un perodo de seis aos

    que va a finalizar con el foedus del 382. En este lapso de tiempo las relaciones

    entre ambos pueblos van a ser ms bien hostiles y ello sin duda fue debido prin

    cipalmente al papel negativo desempeado por Roma. El emperador Valente acce

    dera a la entrada de los brbaros pero sta se realiz en condiciones realmente

    humillantes para los peticionarios. Los visigodos pasaran el Danubio desarmados

    2 0

    .

    Los primeros en ser recibidos son Fritigerno y Alavivo. Valente al mismo tiem

    po da rdenes de que se les provea con comida y campos para cultivar

    2 1

    . Si a sto

    sumamos el juicio emitido por Valente en el sentido de que los recin llegados

    seran buenos combatientes y por tanto, su incorporacin al ejrcito positiva, no

    habra lugar para malos entendimientos. Sin embargo estas declaraciones de buena

    voluntad no se correspondieron con la realidad. Prueba de ello es el descontento

    que pronto surgi entre la poblacin goda: los campos no deban de ser muy

    frtiles y las promesas de entregas de subsidios no se llevaron a la prctica.

    Parece ser que el causante de todo esto fue el comes rei militaris Lupicino,

    quien no entregaba suficientes suministros y quiz, seguramente, deseaba enrique

    cerse comerciando, con el consiguiente perjuicio para los godos

    2 2

    . Estos reaccio

    naron en contra de esta situacin y comienza una campaa en gran escala de sa

    queo de la Tracia para conseguir lo que se les niega. E n un enf rem am iento en

    16 E. A. Thompso n, "The Visigoths from Fritigern to Euric", Historia XII (1963), 105. El

    autor piensa que hay falta de pruebas al respecto. Tambin, y siguiendo a Mommsen, cree

    que los jefes y consejeros seran los depositarios de los subsidios anuales de grano y de las

    paga; adems seran ellos mismos los encargado de distribuirlos en su totalidad o parcialmente.

    1 7

    Amm. Marc. XXIII, 2, 7:

    Onde contractis copiis omnibus, Mesopotamia propere signa

    commovit, ut fama de se nulla praeversa id enim curatius observarat, improvisus Assyrios occu-

    paret. Denique cum exercitu et Scytharum auxilis, Eupbrate navali ponte Transmisso, venit

    ad Batnas, municipium Osdroenae, ibique illaetabile portentum offendit.

    1 8

    E. A. Thompson,

    The Visigoths in the time...,

    14.

    Amm. Marc. XXVI, 4, 5.

    2 0

    J. C. Rolfe, Amm. Marc. Rerum gestarum libri qui supersunt, Loeb Classical Library, Lon

    dres (1964), vol. Ill, 406. n. 1.

    21 Amm. Marc. XXXI, 4, 5.

    22 Amm. Marc. XXXI, 4, 11.

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    254

    Dionisio Prez Snchez

    el ao 376 derrotan a Lupicino y se apoderan del armamento de los vencidos

    23

    .

    Esto debi significar una gran victoria moral para los godos, pues en los aos si

    guientes continan sus acciones de pillaje, obteniendo un botn importante, segu

    ramente destinado a su manutencin. Ricas villas romanas de la zona son asalta

    das con la colaboracin de la poblacin indgena: bien soldados desertores unidos

    a la causa brbara

    2 4

    o bien poblacin civil que les ayuda a la localizacin de alma

    cenes de grano, refugios secretos, oro... todo ello debido segn Amiano a la im

    posibilidad por parte de la poblacin perteneciente a estas capas humildes de so

    portar por ms tiempo la carga de los impuestos

    25

    . Se tratara fundamentalmente de

    colonos, esclavos, obreros de las minas..., quienes es lgico pensar que se sumasen

    a los godos no como un grupo homogneo e indiferenciado sino ms bien teniendo

    en cuenta su status social. Creemos que hay que evitar la idea de que entre los

    visigodos exista ya en este momento una gran igualdad y de que todos tenan

    una condicin social parecida. Al contrario estas campaas depredatorias supusie

    ron un reforzamiento an mayor de los

    optimates

    en cuanto al dominio efectivo

    del conjunto de la poblacin y ello an ms en una situacin como la actual, en

    la que ellos eran realmente los que deban mantenerla. Las relaciones de depen

    dencia habran de incrementarse en este perodo. Por tanto, estos colonos y es

    clavos conservaran su situacin, adecuada a la sociedad goda donde quiz el grado

    de complejidad social no fuese tan grande. De hecho vemos cmo el papel deci

    sorio es el desempeado por la asamblea de notables: una tregua acordada con

    anterioridad al 376 fue protagonizada por la parte romana por un lado y por los

    notables visigodos, al mando de los cuales estara Atanarico, por el otro

    2 6

    . De to

    dos modos este liderazgo no estaba del todo consolidado pues los godos el 376

    abandonan a su jefe y se asientan en la Tracia

    2 7

    , aunque la asamblea de los guerre

    ros como tal no existira en el siglo IV, y seguramente era inexistente cualquier

    tipo de asamblea multitudinaria con carcter decisorio

    28

    .

    Ante estos hechos es lgico pensar en una respuesta militar romana que inten

    tase cortar el pillaje brbaro. El ejrcito imperial se caracterizaba por una gran

    organizacin y por su disciplina. Frente a l nos encontramos con un pueblo con

    un gran desconocimiento de la tctica militar, sin bases de aprovisionamiento y por

    ello blanco fcil para los romanos. Los visigodos en la Dacia vivan en aldeas

    abiertas, sin fortificaciones

    29

    . Los romanos pronto aprendieron que el tomar estos

    poblados supona desligar a los guerreros de sus bases de aprovisionamiento, y lo

    llevaban a la prctica. Asi en el ao 375 Vlentiniano se dirige contra los cuados

    cruzando el Danubio, quema sus aldeas y mata brbaros de todas las edades. Una vez

    2 3

    Amm. Marc. XXXI, 5, 9. En XXXI, 6, 3. los jefes godos Suerido y Colia haran lo mismo

    unindose a Fritigerno.

    24 Amm . Marc. X X X I, 6, 5.

    2 5

    Amm. Marc. XXXI, 6, 7: Nee quicquam nisi inaccessum et devium praeeuntibus eisdem

    mansit intactum. Sine distantia enim aetatis vel sexus, caedibus incendiorumque magnitudine

    cuneta flagrabant, abstractisque ab ipso u berum suctu parvulis et n ecatis, raptae sunt ma tres et

    viduatae maritis coniuges an te o culo s cae

    sis,

    et pberes adultique puer per parentum cadavera

    tracti sunt.

    2 6

    Amm. Marc. XXVII, 5, 9. Tambin Thompson, The Visigoths in the time..., 41 .

    27 Amm. Marc. XXXI, 3, 8.

    2 8

    E. A. Thompson, The Visigoths in the time..., 48-5 0. En este punto radicara la principal

    diferencia con respecto a los tiempos de Tcito.

    2 9

    E. A. Thompson,

    The Visigoths in the time...,

    6-7.

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    El ejrcito y el pueb lo visigodo desde su

    inst l cin

    en el imperio... 255

    tomados estos enclaves neurlgicos pronto es acordada la paz. Con anterioridad,

    en el ao 368, el

    magister peditum

    Arintheo se dirige a los poblados godos y

    toma consigo parte de las familias, como rehenes, y antes de que pudieran refu

    giarse en las montaas, que sera forma de ponerse a salvo

    3 0

    . Los visigodos pron

    to debieron de ser conscientes, tras pasar el Danubio, de este problema. As vemos

    cmo en el ao 378, antes de la batalla de Adrianpolis, y tras una serie de expe

    diciones de pillaje, los componentes de estas bandas se dirigen con un rico botn

    al macizo montaoso de Rodope, cerca de Adrianpolis. Seguramente en este en

    clave y en un lugar secreto tendran los godos su cuartel general, donde estaran

    refugiadas las familias, siendo punto de partida y llegada de las razzias que

    tendran como finalidad obtener fundamentalmente alimentos y objetos de primera

    necesidad.

    Por supuesto, y debido a esta precariedad, no podra llevarse a cabo otra es

    trategia que la de la guerra de

    guerrill s

    31

    , aunque en determinado momento

    se llegase a configurar un ejrcito de notables proporciones, aun mayor que el

    romano

    3 2

    , pero esto sera una excepcin. A ello bay que unir el gran primitivis

    mo y la escasez del armamento godo. Pruebo de ello es el gran inters en apoderar

    se de las armas romanas tras un enif rem am iento, expoliando los cadveres d e los

    soldados imperiales cados en combate

    33

    . En una batalla contra los jefes militares

    Profuturo y Trajano el ao 376 se habla de grandes garrotes endurecidos al fuego

    {ingentes clavas)

    34

    . Adems las formas de guerrear, quizs debido a la coyun

    tura, pero principalmente a su desconocimiento de tcticas ms avanzadas, les obli

    gaba a utilizar mtodos sorpresivos como las emboscadas; y defensas tales como el

    hacer un crculo con sus propios carros

    3 5

    .

    De todos modos el ejemplo ms representativo de la forma de lucha de los

    visigodos es el sitio de Adrianpolis. Adems de volver a repetirse lo dicho ante

    riormente, vemos cmo por un lado este pueblo se siente aterrorizado ante el uso

    que los romanos hacen de su artillera

    ,

    por otra parte, siguiendo la narracin de

    una persona con gran experiencia militar como Amiano, no habra un orden en sus

    3 0

    Amm, Marc. XXX, 5, 14; XXVII, 5, 4: N e igitur aestate omn i c onsum pta, sine ullo re-

    mearet effectu, AHntheo magistro peditum misso cum praedatoriis globis, familiarum rapuit

    partem, quae antequam ad dirupta venirent et flexuosa, capi potuerunt, per plana camporum

    errantes. Hocq ue tantum, quod fors d ederat, impetrato, redit cum suis innoxius, nec Hiato

    gravi vulnere nec accepto.

    3 1

    Prueba de esto en Amm. Marc. XXXI, 11, 4.

    3 2

    Aparte de la batalla de Adrianpolis la narrada por Amiano en XXXI, 7, 5.

    3 3

    Amm. Marc. XXXI, 5, 5; XXXI, 5, 9;

    XXXI, 6 , 3; XXXI, 15, 11.

    34 Amm. Marc. XXXI, 7, 12-13.

    3 5

    Amm. Marc. XXXI. 7, 5. Igual en Adrianpolis: XXXI, 12, 11: Decursis itaque vtarum

    spatiis confragosis, cum in medium torridus procederet dies, octava tandem bora hostium

    carpenta cernuntur, quae ad speciem rotunditatis detomatae digesta exploratorum relatione affir-

    mabantur... Atque (ut m os est) ululante barbara plebe ferum et triste, Romani duces aciem

    instruxere, et anteposito dextro cornu equitum primo, peditatus pars maxima subsidebat.

    3 6

    Amm. Marc. XXXI, 15, 12: Ddit autem rebus tta flagrantibus grave momentum casus

    admodum inopinus. Scorpio genus tormenti, quern onagrum sermo vulgaris appellat, e regione

    contra hostium aciem densam locatus, lapidem contorsit ingentem, qui licet humo frustra M i-

    sus est, visus tamen ita. eos metu exanim avit, ut stupore spectaculi novi, cedentes e m edio, abwe

    temptarent.

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    256

    Dionisio Prez Snchez

    ataques, se trataba ms bien de embestidas espontneas que no obtenan ningn

    resultado positivo

    37

    .

    Todo ello nos hace pensar sobre cul podra ser, en caso de que existiese, la

    estructuracin militar visigoda en estos momentos. Ms adelante veremos una serie

    de puntos de vista que intentan ser una respuesta a este problema. Por nuestra

    parte, y sin negar el hecho de que se diesen asociaciones militares ms o menos

    estables, pensamos que se tratara ms bien de formas con un carcter tribal, regre

    sivo y, al margen de las comitivas de los optimates godos, de una ineficacia

    probada. De todos modos lo que est claro, a pesar de que durante muchos aos

    hubiese habido una incorporacin muy numerosa al ejrcito romano por parte

    goda, es que este caos, esta alta de orden de la que nos habla Amiano, nos plantea

    la pregunta de si realmente exista una organizacin como tal de este ejrcito,

    con un carcter permanente y con una articulacin en base a unidades tales como

    la legin romana. Creemos, tomando como base este texto

    3 8

    y todo lo anterior

    mente expuesto, que ms que un ejrcito organizado se trataba de un conglome

    rado de bandas, en el que las comitivas jugaron un papel importante, que se

    unan en momentos definidos pero de una forma coyuntura . Por otro lado y de

    bido a sto carecera de una infraestructura que posibilitase un suministro de

    aspectos varios (comida, armamento

    1

    , vestido, paga...). Todo ello es muestra de

    alguna forma de una sociedad que todava carece de una serie de instituciones

    como la militar, reglamentada, y podemos ver este aspecto del ejrcito como una

    expresin de la crisis de valores en retroceso y como una muestra de los cambios

    que se estn operando en el seno de la sociedad

    39

    ,

    Fundamentalmente la victoria goda en la batalla de Adrianpolis se debi a

    su ingente superioridad numrica sobre las tropas de Valente. De hecho este re

    sultado seguramente no se hubiese producido si el emperador hubiese esperado

    los refuerzos de Graciano

    40

    .

    Es conveniente el matizar un aspecto, relativo a esta batalla, y que consiste

    en la idea segn la cual Adrianpolis supuso el paso a primer plano de la im

    portancia de la caballera, hasta ahora relegada. Segn esto la victoria goda se

    debera al papel jugado por sus jinetes. Al mismo tiempo esta batalla marcara un

    hito fundamental: a partir de ahora la infantera vera progresivamente degradada

    su importancia

    41

    .

    3 7

    E. A. Thompson,

    The Early Germans,

    133-5. Habla de la incompetencia goda en el siglo IV

    para tomar plazas fortificadas. Ver Amm. Marc. XXXI, 15, 15.

    3 8

    Amm. Marc. XXXI, 15, 15: Et quia nullo ordine iam sed per procursus pugnabatur et

    globos, quod d esperationis erat signum extrema e, flexo in vesperam die, digresi omnes rediere

    ad tentoria tristes, inconsidera tae dem entiae a lter alteram arguen tes, quod non (ut suaserat

    antea Fritigernus), obsidionales aerumnas ubique declinarunt.

    3 9

    . y P. Scardigli, I rapporti fra R om an i... , 290, ponen el acento en los aspectos coyun-

    turales derivados del paso del Danubio. Estos autores afirman el gran valor guerrero de este

    pueblo y la alta estima en que eran tenidos. Sin embargo, son dos aspectos distintos: el que

    los godos fuesen apreciados como soldados y el que bastantes de ellos desempeasen puestos de

    mando en el ejrcito romano no quiere decir que haya que olvidar factores tales como el

    gran primitivismo y la falta de una adecuada organizacin militar de la propia sociedad goda.

    40 Am m. M arc. X XX I, 12, 5-7.

    4 1

    Idea expresada por J. B. Bury, History of the Later Roman Empire, New York (1958),

    2 vols., 34-45.

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    El ejrcito y el pueb lo visigodo desde su instalacin en el imperio... 257

    Si nos ceimos exclusivamente a la narracin de Amiano Marcelino vemos cmo

    esta afirmacin no se ve confirmada por los textos. De ihedbto en Adrianpolis se

    dio una victoria de la infantera sobre la infantera y la utilizacin de la caballera

    por ambos bandos sera puramente convencional

    .

    Adems los godos participaran

    como auxilia en el ejrcito romano, y estas unidades estaran compuestas prin

    cipalmente por infantes

    43

    .

    Adems tenemos muestras claras de la mayor importancia cuantitativa y cuali

    tativa de la infantera sobre la caballera en el mismo Amiano: en XXXI. 5. 7 ve

    mos cmo son los nobles quienes tienen caballos mientras que en XXXI. 11. 4

    los romanos de Sebastiano dan muerte a una partida de godos, con excepcin de

    aqullos que debido a sus pies rpidos pueden huir. En el momento del ataque

    huno los visigodos se ven obligados a refugiarse en las montaas quedando a salvo

    de los jinetes enemigos que no pudieron seguirles . De esto se deduce que los

    fugitivos iran fundamentalmente a pie. Por otro lado vemos cmo los visigodos

    pasan grandes privaciones como consecuencia del suministro irregular romano de

    provisiones. De hecho se veran forzados incluso a vender a sus propios hijos a

    cambio de un poco de pan o del cadver de un perro

    4 5

    . Los caballos necesitaran

    ser alimentados y un gran rebao de caballos en estos momentos era imposible

    de mantener.

    Dejando a un lado el carcter realmente anecdtico que puede tener esta opi

    nin, hay que relacionarla sin embargo con otros factores sin duda ms transcen

    dentales. En el momento en que afirmemos que la posesin de un caballo era algo

    comn a los guerreros godos estamos de alguna forma pensando en que se trata

    de una sociedad en la que cualquier persona puede acceder a este bien que sin

    duda tena un valor intrnseco elevado, y por tanto y por extensin se llegara

    a la conclusin de que se trata de una sociedad con escasa desigualdad y con una

    idea prcticamente inexistente de la propiedad privada. Esto por supuesto no es

    as. La diferenciacin social tiende a profundizarse, una serie de personas renen

    en su poder gran cantidad de bienes y stos se transmiten hereditariamente. La apa

    ricin de las comitivas privadas, de estos satellites de los que nos habla Amia-

    no

    4 6

    , es un hecho y supone una ruptura clara con la sociedad tribal.

    La dicotoma progresiva que se est produciendo en este momento ha sido

    muy bien estudiada por Thompson, quien tomando como base las embajadas se

    cretas mandadas por Fritigerno a Valente antes de Adrianpolis advierte la exis

    tencia de dos tendencias contrapuestas en el seno de la sociedad goda

    47

    . Lo que

    al lder visigodo interesaba era llegar a un acuerdo con los romanos, y una vez

    obtenida la paz conseguir un asentamiento estable en la Tracia

    4 8

    , con una incor-

    4 2

    T. S. Burns, "The battle of Adrianpolis : a reconsideration", Historia, XXXII (1973 ) , 339 .

    4 3

    R. Grosse,

    Romische Militrgeschichte von ballienus bis zum Beginn der bizantinischen

    Themen Verfassung, Berlin (1920) 42.

    4 4

    Amm. Marc . XXXI , 3 , 7 .

    4 5

    Eunap. frg. 60.

    4 6

    A m m . M a r c . X X X I . 5 , 6 : Quae accidisse idem Lupicimus, latenti nuntio doctas, dum in

    nepotali mensa ludicris concrepantibus, diu discumben s vino marcebat et somno, futuri, coni-

    ciens exitum, satellites omnes, qui pro praetorio (honoris et tutelae causa) duces praestolaban-

    tur, occidit.

    4 7

    E. A. Thompson, "The Vis igoths f rom Fr i t igern . . ." , 106-7 .

    4 S

    Amm. Marc . XXXI , 12 , 8 .

    7

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    258

    Dionisio Prez Snchez

    poracin de la poblacin brbara a la jerarqua social del Imperio romano, lo cual

    beneficiaba claramente sus intereses pues se vera encuadrado en la clase social

    ms elevada. La otra opcin, por ahora mayoritaria, pretenda, no la incorporacin

    a la sociedad romana, sino por el contrario su conquista. En esta posicin pesaban

    grandemente los padecimientos que 'hubieron de pasar los visigodos una vez cruza

    do el Danubio, que se concretaron en su juramento de luchar y vencer a los

    romanos.

    La lucha entre estas dos posturas va a ser larga aunque finalmente se imponga

    la primera. Hasta la ruptura producida entre Alarico y el Imperio, los godos estu

    vieron al servicio de Roma en asentamientos por ella cedidos y desempeando fun

    ciones militares. La impronta dejada por esta permanencia en las instituciones mi

    litares godas fue muy grande y por ello entramos a estudiar este perodo, sin olvi

    dar que se caracteriza fundamentalmente por la falta de fuentes concluyentes; a

    veces las suposiciones ms o menos certeras son el nico resultado al que podemos

    llegar.

    La figura de Teodosio y la poltica que realiz en relacin con los visigodos

    fueron determinantes y supuso una ruptura clara con pocas anteriores, en las

    cuales los visigodos, a pesar de ser reconocido su importante papel, fueron some

    tidos a gran cantidad de vejaciones por parte romana. Las razones que motivaron

    este cambio de actitud venan dadas por un lado por la necesidad de estar en bue

    nas relaciones con los brbaros, pues su valor intrnseco como soldados era indu

    dable, y por otro por la imposibilidad de conseguir una victoria militar sobre ellos,

    debido al escaso nmero de las tropas romanas

    49

    . Adems era necesario un acuerdo

    teniendo en cuenta los daos tremendos que las incursiones godas estaban produ

    ciendo en las regiones del Imperio.

    Tras la victoria de Adrianpolis los visigodos intentan tomar la ciudad de

    Constantinopla pero sin resultados. 'Despus, y enterados de que Teodosio estaba

    muy enfermo, los godos se dividieron en dos partes, una al mando de Fritigerno

    con idea de devastar Tesalia, el Epiro y Acaya, y el resto, bajo Alateo y Safrax,

    fueron a Panonia

    50

    . A Graciano le fue imposible acudir en un primer momento

    en ayuda de Teodosio, pues estaba en la Galia intentando contener el avance vn

    dalo;

    finalmente consigui reunir un ejrcito, aunque no fue necesaria su inter

    vencin, pues se lleg a un acuerdo con los visigodos, proporcionndoles suminis

    tros y decidiendo vivir en paz con ellos

    51

    . Toda la poltica de Teodosio estuvo orien

    4 9

    Oros.

    Hist. Adv. Pag.

    VII, 34,

    6: Urbem Constantinopolim uictor intrauit et ne paruam

    ipsam Rom ani exercitus manum adsidue bellando detereret, foedus cum Athanarico Gothorum

    rege percussit. Orosio habla de la conveniencia vista por Teodosio de no abusar del pequeo

    ejrcito romano.

    5 0

    Jordanes, Get. XXVII, 140: A t vero ubi m ilites principe meliore mutato fiduciam acce-

    perunt, G othos impetere temptant eosque Thraciae finibus pellunt. sed Theodosio principe

    pene tunc u sque ad disperationem egrotanti datur itsrum Gothis audacia divisoque exercitu

    Fritigernus ad Thessaliam praedandam, Epiros et Achaiam digressus est

    3

    Alatheus vero et Sa-

    frac cum residuis copiis Pannoniam petierunt.

    5 1

    Jordanes,

    Get.

    XXV II, 141, XXV III , 142:

    Quod cum Gratianus imperator, qui tunc a

    Roma in Gallis ob incursione Vandalorum recesserat, conperisset, quia Theodosio fatali des-

    peratione succumbente Gothi maius saevirent, mox ad eos collecto venit exercitur, nee tamen

    fretus in armis, sed gratia eos muneribusque victurus, pacemque, victualia Mis concedens, cum

    ipsis inito foed er fecit. J ubi vero post haec Theod osius co nvaluit imperator repperitque cum

    Gothis et R omanis Gratiano imperatore pepigisse quod ipse optaverat, admodum grato animo-

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    El ejrcito y el pueblo visigodo desde su instalacin en el imp erio... 259

    tada en este sentido; por medio de regalos y de un trato privilegiado consigui

    atraerse a un cierto nmero de la nobleza goda, con lo cual creci la divergencia de

    opiniones existentes entre los jefes tribales y la masa del pueblo. Un ejemplo

    claro de esto es la oposicin entre Fravitta, que se senta inclinado hacia el lado

    imperial y que contrajo matrimonio con una romana

    52

    , y Eriulfo, fiel al juramen

    to hecho en la orilla del Danubio de luchar contra los romanos. Este ltimo grupo

    en estos momentos era todava superior en nmero al de Fravitta, que adopt el

    nombre romano de Flavio. Tambin, el hecho de que Atanarico fuese recibido por

    Teodosio con gran boato, y que su entierro, acaecido poco despus, tuviese unas

    connotaciones grandiosas, impresion enormemente a muchos de los visigodos, se

    guramente optimates, que vieron en ello una muestra de la magnanimidad im

    perial

    5 3

    . Consecuencia de esto y de otros hechos, segn Thompson, fue el paso

    de parte de los optimates godos al partido proimperial

    54

    . Segn Jordanes, des

    pus de la muerte de Atanarico, todo el ejrcito godo pasa al servicio del Imperio,

    unindose a las tropas regulares hasta formar un solo cuerpo, con los mismos efec

    tivos y las mismas denominaciones que ya haban tenido bajo Constantino

    55

    . Sin

    embargo, esta afirmacin, comn a Orosio y Jordanes, no es del todo cierta, pues

    todava exista una resistencia por la mayora de los brbaros a formar parte del

    ejrcito Imperial. De hecho tras la introduccin de stos por Teodosio en las filas

    romanas van a producirse una serie de desrdenes protagonizados por los godos

    ms reacios a la incorporacin

    56

    . De todos modos, lo que est claro es que, ade

    ms del caso de Fravitta, hay otros nobles que deciden abandonar su pueblo y una

    vez recibido un cargo militar se alinean con Roma llegando incluso a luchar contra

    los de su mismo origen. Esto es lo que ocurre con un noble llamado Modares,

    que derrotara a una partida de godos

    57

    y que formaba parte del ejrcito imperial.

    Este personaje parece que mandaba tropas romanas, y quiz sus seguidores se

    diluyeran en el grueso de este ejrcito. Otra modalidad sera la ejemplificada en el

    caso de un tal Gainas, quien servira a los romanos como un soldado privado, lle-

    ferens e t ipse in hac pace consensit, Aithanaricoque rege, qui tunc Fritigerno successerat, datis

    sibi muneribus sociavit moribusque suis benignissimis ad se eum in Constantinopolim acceder

    invitavit. Tam bin Zos . IV, 34 , 4-5 .

    52 J . de Ant ioq uia , 190 . Tambin Zos . IV, 56 .

    5 3

    Oros . , Hist. Adv. Pag. VII , 34 , 7 : Atanaricus autem continuo ut Constantinopolim uenit,

    diem obiit. uniuersae Gothorum pentes rege defuncti aspicientes uirtutem benignitatemque Theo-

    dosii Roma no sese imperio dedireunt.

    Segn Orosio todos los pueblos godo s, tras este hech o,

    se en tregaron a l poder o romano.

    5 4

    E . A . Thomps on , " The Vis igo th s f rom F r i t ige rn . . . " , 108 .

    5 5

    J o rd . Get. X X V I I I , 1 4 5 : defuncto ergo Aithanarico cunctus eius exercitus in servitio Theo-

    dosi imperatoris perdurans Rom ano se imperio subden s cum milite velut unum corpus effecit

    militiaque illa dudum sub Constantino principe foederatotum renovata et ipsi dicti sunt foe-

    derati. e quibus imperator contra Eugenium tyrannum, qui occiso Gratiano Gallias o ccupasset,

    plus quam viginti m ilia armatorum fidles sibi et amicos intellegens secum duxit victoriaque

    de praedicto tyranno potitus ultionem exegit.

    5 e

    Zos . IV, 30 , 1: X X X . 1

    f

    0

    -

    , autv ,

    ' ^ ' -

    , , , pcjov

    .

    5 7

    Zos. IV

    LT, L-A.

    Ve r

    tambin

    . . Thompson VThe Visigoths from

    D, EQF.

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    260

    Dionisio Prez Snchez

    gando a alcanzar el rango de comandante de los mercenarios visigodos

    58

    . Quiz

    estos mercenarios formaban parte de su propia comitiva, o bien Gainas se erigira

    en lder de una serie de bandas, cu

    JOS

    jefes, seguramente asimilados a la jerarqua

    militar, le reconoceran un mando superior aparte de las mismas autoridades

    romanas.

    De todos modos, la poca claridad de la situacin fue advertida por el propio

    Teodosio, quien, a pesar de que por el

    foedus

    de octubre del 382, pudiese con

    tar con las tropas godas, no hace uso de ellas sino diez aos despus en la lucha

    contra Eugenio

    5 9

    . Ser alhora cuando haya unas garantas mnimas en el sentido

    de que la fidelidad goda no se ver alterada. En esta batalla se produciran dos

    muertes, sin contar con los diez mil godos que, colocados en vanguardia, fueron

    exterminados por Arbogastes. Orosio piensa que esta prdida de godos fue bene

    ficiosa al Imperio, y quiz sea debida esta opinin a un sentimiento xenfobo de

    los cuales tendremos con posterioridad ms ejemplos

    60

    .

    Teod osio, hasta su m uer te, inten t en todo mo men to congraciarse con

    los godos. Prueba de ello sera el trato preferencial dado a este pueblo.

    As, por una ley del 387-388 el emperador complace los deseos de la fuerza co-

    mitatense del Ilrico al mando del germano Butherich tasando la annona corres

    pondiente a este cuerpo proporcionndoles as una serie de ventajas econmicas

    61

    .

    De igual modo castig duramente a la poblacin romana, civil o militar, que tu

    viese un comportamiento hostil hacia los brbaros

    6 2

    .

    Evidentemente la labor de este emperador supuso un avance irreversible en el

    progresivo acercamiento' que se estaba realizando entre los dos sectores dominantes

    de ambas sociedades. Por otro lado la influencia romana en el aspecto militar tuvo

    grandes repercusiones en el mundo germnico, condicionando grandemente su evo

    lucin posterior. Todava hubo de realizar alguna expedicin de castigo el 391

    contra brbaros que asolaban Macedonia. Las sublevaciones podan responder, como

    dice Thompson, a dos motivos distintos: por un lado podra tratarse de comitivas

    que perseguan la consecucin de un botn que aumentase su poder y prestigio en

    el seno de la sociedad romana, o bien seran protagonizadas por aquellos visigodos

    que tenan como lema la lucha continua contra Roma

    6 3

    .

    A la muerte de Teodosio, y tras un corto perodo de tiempo, vuelven a re

    petirse los males que ya con anterioridad haban asolado a los visigodos. De nuevo

    5 8

    E. A. Thompson, "The Vis igoths f rom.. ." , 109 .

    5 9

    Contra Mximo en el ao 382 ver Zos. IV, 45, 3; contra Eugenio Zos. IV, 57. Son varios

    los autores que hablan de la presencia goda en el ejrcito de Teodosio: Zos. V, 5, 4; Claud.,

    Bell . Gild. 241-5: In primo genitore, vide, civile calebat

    Discidium, dubio stabant Rom ana sub ictu:

    Discidium, dubio stabant Rom ana sub ictu:

    Quis procul Armenius vel quis Maectide ripa

    Rex ignoyus agit, qui me non iuvit euntem

    Auxilio? Fovere Getae, venere Geloni.

    Scrates , V, 25 y VII , 10; J . de Antioquia, frg. 187 (FHG IV, 609).

    6 0

    Oros . VII , 35 , 19 : Ita et hic duorum sanguine bellum ciuile restinctum est, absque Mis de

    cern milibus Gothorum quos praemissos a Theodosio Arbogastes delesse funditus fertur: quos

    utique perdidisse lucrum et uinci uincere fuit.

    6 1

    S . Mazzar ino , Aspetti sociali del quarto seclo, Roma (1951) , 199 .

    5 2

    . A . Thom ps on , The V is igo ths f rom . . . , 108 .

    6 3

    E. A. Tho mpso n, The Vis igoths f ro m .. . , 11 0.

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    Dionisio Prez Snchez

    Alarico, de nuevo al servicio de Honorio, es encargado por ste, debido a las

    malas relaciones existentes entre las dos partes del Imperio, de que mantenga el

    Epiro. Al mismo tiempo se producira la usurpacin de Constantino en Britania y

    su posterior paso a la Galia. El jefe, aprovechando sto, se instala en el Nrico

    y enva una embajada a Honorio exigiendo una compensacin de 4.000 libras de

    oro como pago a su labor

    7 2

    . Segn Musset, y el emperador no> consegua encon

    trar las 4.000 libras que seguramente costaba la manutencin durante 3 aos

    del ejrcito de Alarico, lo cual hubiera evitado el saqueo de Roma

    73

    . Finalmente

    el Senado provee a Alarico de vestidos y vveres, adems de plata.

    En el ao 408 es muerto Estilicn. Debido a la reaccin antibrbara gran can

    tidad de soldados huyen de Roma y se suman a Alarico. De hecho los cargos bu

    rocrticos seran vedados a los brbaros

    74

    .

    Alarico marcha una segunda vez sobre Roma el ao 409 y obliga al Senado

    a instituir un nuevo emperador en la figura de Prisco talo, prefecto de la ciudad,

    intentando as con esta medida llegar a un entendimiento con Roma, ya que Hono

    rio no se haba mostrado partidario de un acuerdo favorable a los godos. Ahora

    godos y romanos se repartirn las altas dignidades militares

    7 5

    . Alarico va a con

    seguir el cargo de m agister peditum, desde hace tiempo deseado, convirtin

    dose en jefe mximo del ejrcito romano

    7 6

    .

    No obstante esta situacin no va a durar mucho, pues pronto empiezan a sur

    gir problemas ya que Heracliano se niega a mandar desde Africa la provisin de

    grano a la ciudad. Alarico depone a talo y tras una tercera marcha sobre Roma

    la toma y la saquea llevndose con l a Placidia, hermana de Honorio

    7 7

    . Tras un

    intento fallido de pasar a Africa, Alarico muere y es sucedido por su pariente

    Atalfo. Este, tras ao y medio de vagabundeo, en el que lleva a cabo pillajes en

    las regiones del Adritico

    7 8

    , se dirige a la Galia, entrando en ella el ao 412. Se ins

    talan en Aquitania Secunda e intentan un aproximamiento al usurpador Jovino,

    sin xito, tras lo cual le hace prisionero y se lo entrega al emperador Honorio.

    Crdite nunc omnes, quas dira Britannia, gentes,

    Quas Hister, quas Rhenus alit, pender paratas

    In speculis: uno tot proelia vincite bello.

    7 2

    Bury,

    op. cit.,

    160. Ver tambin Zsimo V, 36, 1 y V, 41, 4.

    7 3

    L. Musset, Las invasiones. Las primeras oleadas germnicas, Barcelona (1967), 160.

    7 4

    Soldados brbaros y esclavos se suman a Alarico: Zos. V, 35, 5 y V, 42. Prohibicin de

    ejercer cargos burocrticos a brbaros en C. Th. XVI, 5, 42. Ver V. Sirago, Galla Placidia e la

    transformazione poltica dell Occidente, Lovaina (1961), 67.

    7 5

    E. Stein, op. cit., vol. I, 258 Para elevacin de talo ver Zos. VI, 7, 4.

    Zos. VI, 7, 2.

    7 7

    Oros. VII, 42, 7:

    Quid de infelicissimo Attalo loquar, cui occidi

    inter tyrannos honor et mori lucrum fuit? in hoc

    Alaricus imperatore facto infecti refecto ac defecto,

    citius his omnibus actis paene quam dictis, minum

    risit et ludum spectauit imperii.

    VII. 42. 9: Attalus itaque tamquam

    manae imperii simulacrum cum Gothis usque ad Hispanias portatus est,

    unde discedens naui incerta moUens in mari captus et ad Constantium

    comitem deductus, deinde impe ratori Honorio exhibittus truncata manu

    uitae relictis est.

    L. Musset, op. cit., 38.

    7 8

    La Ley C. Th. XI, 28, 7 exime de impuestos a las regiones afectadas. Tambin saqueara

    de nuevo Roma. Jord.,

    Get.,

    XXXI, 159.

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    El ejrcito y el pueblo visigodo desde su

    inst l cin

    en el imperio... 263

    Sin embargo esta muestra de buena voluntad no tuvo una contrapartida por parte

    del hijo de Teodosio, y el rey godo, desprovisto su pueblo de vveres intenta to

    mar Marsella, sin xito, aunque se apodera de Narbona

    79

    . Tambin se hace con

    las ciudades de Burdeos y Tolosa

    m

    .

    En vista de la situacin, y a pesar del carcter

    romanfilo de Atalfo que se casa con Placidia, talo es de nuevo elevado a la

    prpura y al mismo tiempo se establece un gobierno con importantes personajes

    galorromanos en Burdeos. En este gobierno el rey visigodo desempeara el papel

    de m agis er mili urn, al igual que Alarico en Roma pocos aos antes

    8 1

    . De todos

    modos el trigo imperial no llegaba y por ello el hambre y gran cantidad de des

    rdenes se enseorearon de Aquitania Secunda y Narbonense

    . Finalmente, el pa

    tricio Constancio, llevando el bloqueo de alimentos a sus ltimos extremos, se ins

    tala en Arles, desde donde presiona an con mayor fuerza. Los godos habrn de

    evacuar Burdeos y Atalfo pasa con su pueblo a Barcelona donde es muerto por

    Sigerico

    83

    en el ao 415.

    Wallia, elegido rey, tras otro intento fallido de paso a frica, entabla una serie

    de negociaciones con Constancio, y tras dos aos de campaa militar en Hispnia,

    en l ao 418 es instalado junto con su pueblo en la Aquitania Secunda

    84

    .

    Comienza as el primer establecimiento duradero de los visigodos en tierras del

    Imperio, con irreversibles consecuencias.

    La historia de las invasiones de los pueblos brbaros est en ntima relacin

    con los aspectos militares. De todos modos nuestros conocimientos sobre las tc

    ticas y los mtodos de combate de stos son muy escasos

    8 5

    . Segn Zeumer, mien

    tras los visigodos fueron un pueblo trashumante, estaban organizados nicamente

    como ejrcito, formado por grupos personales unidos en torno a sus jefes militares,

    que eran, al mismo tiempo, sus jueces, y les bastaba, en general, el viejo derecho

    consuetudinario de su nacin

    m

    .

    Son varias las opiniones sobre la organizacin militar de los visigodos, pero

    pueden reducirse fundamentalmente a dos: la primera pondra el acento en el ca

    rcter germnico del ejrcito, de sus instituciones, mientras que el otro punto de

    vista sostiene que ser ms bien el modelo romano el ejemplo a seguir por los

    bnbaros.

    La primera interpretacin tiene su expresin ms clara en el historiador F. Dahn,

    quien pensaba que la divisin constatada del ejrcito en milenas, quingentenas,

    centenas y decenas, era, si no general a todos los germanos, s al menos comn a

    todos los troncos de los grupos godos. Es decir, el ordenamiento decimal de su

    ejrcito no tendra nada que ver con influencias extratribales, en concreto con lainfluencia del

    chiliarchos

    bizantino

    8 7

    . El ejrcito godo y el romano constituiran

    7 9

    Olymp. frg. 20 y ss.

    8 0

    Rut. Namat.,

    De red. suo

    I , 496:

    et colre extemos capta Tolosa lares.

    8 1

    E. Demougeot, La formation de l Europe et les invasions barbares,Paris, 3 vol. (1969 y

    1979),

    Vol. II, 464-467.

    8 2

    Chron. Gall. a. 452, 73, Aquitania Gothis tradita.

    8 3

    E. Stein, op. cit., vol. I, 266.

    8 4

    Prosp. 1271: Constantius patricius pacem firmat cum Walia data ei ad inhabitandum se

    cunda Aquitanica et quibusdam civitatibus confinium provinciarum .

    8 5

    L. Musset, op. cit., 165.

    8 6

    . Z eu me r, Historia de la legislacin visigoda, Barcelona (1944), 65.

    8 7

    F. Dahn,

    Oie Knige der Germanen,

    Wrzburg (1871), vol. VI, 210. De la misma opinin

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    264

    Dionisio Prez Snchez

    dos realidades diferentes sin ningn tipo de interpelacin significativa. Reciente

    mente Musset afirma que, aunque ms tarde la distribucin del ejrcito en cuerpos

    respondera a las divisiones territoriales, en la poca de las migraciones sta se

    hara sin duda sobre una base tribal. Sin embargo admite que no tenemos una in

    formacin precisa sobre las unidades inferiores de los pueblos que, como los godos

    y los lombardos, haban mantenido un estrecho y prolongado contacto con los

    ejrcitos romanos de Oriente, donde la organizacin era rigurosa

    8 8

    .

    Poco despus de ser conocidas las tesis de Dafan una serie de investigadores

    alemanes empiezan a manifestar su disconformidad. Uno de ellos es Rietsdhel,

    quien muestra su desacuerdo combatiendo las teoras de Brunner y Schroder que

    afirmaban tambin el carcter germnico de la milena

    89

    . Combate la idea de que

    la milena fuese anterior a otras subdivisiones, y funda su convencimiento en la

    falsedad de la opinin segn la cual las unidades mayores son anteriores en el tiem

    po pues seran expresin de una organizacin menos compleja. Segn esta teora

    cuanto ms pequeas fuesen las agrupaciones de personas ms evolucionada estara

    la sociedad y viceversa

    90

    . Por el contrario l arguye, que en tiempos de Eurico

    los visigodos llevaran ms de un siglo en contacto con loe romanos, tanto del

    este como del oeste, y por tanto su influencia se hara notar en aspectos como el

    militar y, aunque no admite el origen romano de una manera concluyente, establece

    un paralelismo entre la milena goda y la legin romana por un lado, y entre el

    centenarius y el decanus godo y el centuri y decanus imperial por otro

    9 1

    .

    De igual parecer son von Schwerin, Delbrck y Oldenburg. Delbrck piensa

    que la existencia de la milena habra que explicarla por las necesidades militares

    de las migraciones, ya que la centena, a pesar de ser el exponente autntico del

    cuerpo social, no podra articular satisfactoriamente l carcter nmada de este

    t iempo

    9 2

    . Ms adelante, y siguiendo a Oldenburg, cree que los visigodos, segura

    mente tras la batalla de Adrianpolis, cambiaron su organizacin militar siguiendo

    el sistema romano. As, un nmero de centenas, que constituiran la unidad bsica,

    a nivel social, econmico y militar, en el momento anterior a las migraciones, for

    maron una

    millena

    bajo

    un millenarius

    o

    tiufado.

    A su vez las centenas se

    ran subdivididas en decenas. Finalmente las quingentenas apareceran cuando el

    pueblo visigodo se asentase a ambos lados de los Pirineos y seran fruto de la

    divisin de todas o de casi todas las miJlenas

    93

    .

    Oldenburg es de la misma opinin: en los momentos anteriores a la Vlk-

    erwanderung no habra una divisin especficamente militar, todo godo sera un

    guerrero. Sin embargo afirma que con posterioridad, a las antiguas divisiones del

    pueblo en familias con fines guerreros haba sucedido, por contagio del ejrcito

    romano, una formacin militar segn el sistema decimal

    94

    .

    sobre el origen germnico es Prez Pujol, Historia d e las instituciones sociales de la Espaa

    goda, Madrid (1896), vol. II, 186-192.

    8 8

    Musset, op. cit., 165.

    8 9

    H. Brunner, Deutsche Rechtgeschichte, 158 y 181; Schroder, Deutsche Rechtgeschichte, 19.

    9 0

    Esta idea en Sickel, citada por S. Rietschel, "Die Germanische Tausendschaft", ZRG, Germ.

    27 (1906), 236-237.

    9 1

    Rietschel, op. cit., 243.

    9 2

    H. Delbrck,

    History of the Art of War,

    vol. II, 305, Connecticut (1980).

    9

    3 H. Delbrck, op. cit., 388.

    9 4

    . Oldenburg, Die Kriegverfassung der Westgoten Berlin (1909), 15.

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    El ejrcito y el pueblo visigodo desde su

    inst l cin

    en el imperio... 265

    Por otro lado Torres Lpez en sus Lecciones de Historia del Derecho Espa

    ol afirma que el ejrcito visigodo, partiendo de principios germnicos, va trans

    formndose paulatinamente por influencias romanas y principios nuevos

    9 5

    . Tambin

    Thompson cree que el sistema decimal de organizacin parece haber sido una

    creacin artificial, pero no conocemos a su creador

    96

    .

    Por tanto vemos que la tesis que afirma la influencia romana es la que cuenta

    con ms partidarios. Quiz ihaya que basar su validez en el hecho de que, a me

    dida que se van produciendo una serie de cambios en la sociedad visigoda que

    suponen una progresiva identificacin en su estructura con la romana, las trans

    formaciones sufridas van a encontrar su expresin en instituciones tales como la

    militar.

    Ya vimos cmo desde fechas tempranas y sobre todo desde el ao 376 la partici

    pacin goda en el ejrcito romano va a ser considerable. Por otro lado es importante

    sealar que segn nos cuenta Amiano, existira la figura del comes ret militarise

    en el ejrcito del Danubio

    97

    . Este, por su cargo, tendra bajo su mando legiones

    de comitatenses, las cuales estaran compuestas por 1.000 hombres. Quiz esta

    fuerza sirvi como modelo o fue un factor importante en la creacin del nuevo

    sistema militar.

    Ms adelante, segn dijimos, en el ao 376 los visigodos entraran a formar

    parte del ejrcito imperial bajo sus propios jefes. Sera absurdo pensar que lo

    hiciesen segn moldes antiguos, por el contrario, los godos tuvieron que acoplarse

    a las formas militares romanas, que no les eran desconocidas, y no a la inversa.

    El resultado final de este proceso, por desgracia, no nos es conocido y las

    afirmaciones en uno u otro sentido no pueden ser comprobadas de forma satisfac

    toria. Quiz lo ms seguro fuese la unin superadora de ambas opciones: una

    evolucin interna, propia de la sociedad goda, y al mismo tiempo una influencia muy

    importante de elementos externos. Lo que s podemos sostener es que las inter

    pretaciones del ejrcito en el sentido de considerarlo expresin de una sociedad

    primitiva, con rasgos tribales muy marcados y que es opuesta a la romana no es

    viable, y ms si tenemos en cuenta la progresiva asimilacin de los optima tes

    godos con respecto a los grandes propietarios romanos, proceso que finaliza con

    el asentamiento en las Galias. As, los jefes militares con comitivas privadas in

    troduciran a los miembros de sus squitos en formas claramente romanas, hasta

    llegar a una total homologacin

    98

    . Puede ser que se mantengan trminos que nos

    retrotraigan a pocas anteriores pero siempre debemos verlos con un carcter re

    sidual, no correspondindose el sentido primario del concepto con el que actual

    mente ostentan.

    Una teora, a la cabeza de la cual figura principalmente F. Dahn, sostendra

    que la obligacin y el derecho de llevar las armas, de formar parte del ejrcito

    9 5

    M. Torres Lpez, Salamanca (1934), vol. II, 320-323.

    9 6

    Los godos en Espaa (1971), 169. De igual modo es interesante ver las conclusiones a las

    que llega Rodrguez Adrados en

    E l sistema gentlico decim al de los indoeuropeo s occidentales

    y los orgenes de Roma, Madrid (1948), 123. Tambin cree que la influencia romana jug

    un papel determinante.

    9 7

    Lupicino sera comes rei militaris. Ver R. Grosse, Romische Militargeschichte von Gallienus

    bis zum Beginn der bizantinischen Themenverfassung, Berln (1920), 42.

    9 8

    A. Barbero y M. Vigil, La formacin del feudalismo en la Pennsula Ibrica, Barcelona

    (1978), 38-39.

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    266

    Dionisio Prez Snchez

    godo,

    correspondera exclusivamente a los (hombres libres". Otro intento de solu

    cin al problema de la composicin del ejrcito godo sera la de P. W. A. Immink,

    quien afirma que: En el perodo de las invasiones los squitos no se componen

    nicamente de los hombres libres mencionados, sino tambin de un cuerpo de

    servidores militares provenientes de no libres puestos en libertad..., de contingen

    tes ms o menos grandes de nacionalidad heterognea o de tribus enteras. Lo que

    los alemanes llaman Heerhaufen. As se realizaban migraciones considerables

    cuando las operaciones militares concluan felizmente en la conquista de las tierras

    deseadas. Tal xito supona un gran aumento del prestigio del jefe, hasta el punto

    de conferirle el ttulo de rey. La asamblea de guerreros, concluida una apropiacin

    de tierras, decide nombrar al jefe rey, y al mismo tiempo constituirse en su

    pueblo

    10

    .

    Consideramos conveniente comentar estas conclusiones: en primer lugar vemos

    cmo el autor afirma la existencia de una serie de personas de origen servil que

    entraran a formar parte del ejrcito. En segundo' lugar tambin nos parece sig

    nificativo el hecho de que se admite la existencia de una asamblea de guerreros.

    Antes que nada quiz sea conveniente el mostrar nuestra desconfianza de todos aque

    llos anlisis que intentan explicar la sociedad germnica de una forma global, ca

    yendo as en generalizaciones a nuestro entender peligrosas. En concreto en este

    caso por un lado se intenta aclarar la forma segn la cual loe no libres entraran

    a formar parte del ejrcito; se afirma que aunque el origen sea servil habra an

    paso a la condicin de libres para poder formar as parte del ejrcito. Al mismo

    tiempo se habla de la existencia de una asamblea de guerreros.

    Segn ya dijimos anteriormente al referirnos a la sociedad goda del siglo IV

    y al tratar los momentos inmediatamente anteriores y posteriores a Adrianpolis,

    habra habido un trasvase de poblacin romana a las filas del mundo visigodo.

    La composicin de esta poblacin sera muy heterognea, se tratara de soldados,

    colonos, esclavos..., es decir, de personas con un

    status

    jurdico diverso. No cree

    mos que se produjese una conversin del papel de estos individuos, sino que ms

    bien se dara un fenmeno segn el cual estos desertores seran admitidos respetan

    do su antiguo papel social. Tambin vimos con anterioridad la existencia de escla

    vos en la sociedad visigoda. Lo que se podra deducir de la teora de Immink es

    el paso de unos individuos insertos en unas estructuras socioeconmicas dadas, tales

    como las romanas, a un mundo en el que la diferenciacin social sera mucho me

    nor y en el que todava perviviran una serie de instituciones, como la asamblea

    de guerreros, que nos hablaran de una sociedad con unas caractersticas de tipo

    comunal y por tanto de gran igualdad social.

    Esto pensamos que no fue as, pues lo ms lgico sera aceptar segn ha de

    mostrado Thompson, que instituciones o asambleas representativas como las de

    los guerreros habran perdido su papel determinante e incluso habra dejado de

    exist i r

    1 0 1

    .

    La diferenciacin en base a la riqueza tendra ya un desarrollo decisivo y las

    personas dependientes se veran ya inmersas en este proceso. Por ello, intentar

    9 9

    F. Dahn,

    op. cit.,

    209. De igual forma piensa Musset,

    op. cit.,

    165.

    100 p . \r A . Imm ink, "Gouverns et gouverment dans la socit german ique", Rec. Soc. J.

    Bodin, XXIII, 2, Bruxelles (1968), 373. Como ejemplo para el claro cita el de Odoacro.

    1 0 1

    . . T ho mp so n, The Visigoths in the time... 48-50.

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    El ejrcito y el pueb lo visigodo desd e su instalacin en el imperio... 267

    explicar la inclusin de hombres no libres en el ejrcito visigodo como conse

    cuencia de da reconversin de su situacin legal es, al fin y al cabo, un intento de

    conciliar la existencia de stos no libres en el ejrcito con fenmenos tales como

    la supuesta igualdad, en definitiva, la asamblea democrtica de guerreros del

    mundo germnico.

    En estos momentos lo que los optimates godos pretenden es el reforzar y

    acrecentar el papel por ellos desempeado a costa de una serie de personas depen

    dientes sobre as que poco a poco van a hacer pesar sus intereses d una forma

    gravosa para estos ltimos. Segn Zsimo, despus de la muerte de Estilicn y como

    consecuencia de la reaccin antibrtbara que se produjo, gran nmero de esclavos,

    principalmente brbaros, abandonaran Roma e iran a unirse a Alarico

    10 2

    . Lo ha

    ran como tales esclavos y sera falso ver en esta 'huida l abandono de la socie

    dad romana y la voluntad de retrotraerse a una situacin en la que todos eran

    iguales. Por el contrario, seguiran siendo esclavos y no se producira una con

    mutacin de su situacin. Al producirse esta progresiva asimilacin del mundogodo por parte del romano lo que ocurrira en realidad sera ms bien una inclu

    sin de estos hombres no libres en los ejrcitos, que en estos momentos estaran

    necesitados e interesados en personas aptas para combatir.

    Compartimos totalmente la idea de Vigil y Barbero segn la cual la existen

    cia de ejrcitos privados nos es conocida ya desde el Bajo Imperio y se perpetu

    durante el reino visigodo. Estos ejrcitos serviran indistintamente para acciones

    privadas o campaas pblicas (C. Th. IX, 14, 2)... Los ejrcitos privados estaban

    formados inicialmente tanto por hombres libres como por siervos (Orosio VII,

    40,

    5-8 y Zsimo VI, 4, 3)

    10 3

    . Segn esto la idea de Dahn, por la que la parti

    cipacin en el ejrcito sera un derecho y un deber exclusivo de los libres, caera

    por su base, rompiendo as la teora del carcter germnico,

    igualitario,

    del

    ejrcito visigodo.

    Por otro lado es interesante el observar la voluntad existente entre cierto sec

    tor de la aristocracia goda por ocupar altos cargos militares romanos. La inten

    cin es doble: por un lado se trata de afianzar su propio papel en la sociedad ro

    mana y por otra parte, a travs del aspecto militar, se conseguira una mayor sub

    yugacin de la gran masa de la poblacin brbara. De otro modo no podramos

    explicar el gran inters por parte de Alarico de convertirse en m agis ter militum,

    de colocarse al mando de los ejrcitos imperiales. Y esto viene dado por el hecho

    de que una de las vas ms importantes a travs de las cuales los visigodos se

    vieron inmersos en el mundo romano fue la militar. En poca anterior, a Alarico

    se le confiri el mando militar en el Ilrico y en esta regin sus guerreros entabla

    ron un conocimiento an mayor con la organizacin militar romana, puesto que

    a travs de la administracin los godos fueron provistos de armas hechas en factoras

    romanas; por otro lado y como muestra de la existencia de moneda no hay que

    olvidar que los guerreros de Alarico seran compensados por sus servicios a travs

    de un pago en dinero.

    Uno de los muchos aspectos que queda por dilucidar es la articulacin precisa

    entre las comitivas y las milenas, es decir, la relacin existente entre los ejrcitos

    privados y el ejrcito pblico. Seguramente seran los jefes trbales ms poderosos

    102 Zos. V, 42.

    103 A. Barbero y M. Vigil,

    op. cit., 45-46.

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    268

    Dionisio Prez Snchez

    quienes ocupasen los cargos militares ms destacados. No hay que olvidar que,

    el lder godo, adems de ser el jefe .militar, y precisamente por esto, sera el re

    ceptor de los pagos, tanto en especie como en dinero, efectuados por Roma y por

    tanto el encargado de distribuirlos segn criterios que fundamentalmente benefi

    ciaran a la clase de los optimates. Tal y como dice Thompson, a pesar de la

    gran cantidad de reveses sufridos por los godos, no se produjo como en pocas an

    teriores, por ejemplo con Atanarico, el abandono por los guerreros de sus jefes,

    lo cual habra que poner en relacin con el progresivo poder que iran desempe

    ando los jefes tribales

    1 04

    . As y en confirmacin de esto citamos a Orosio VII,

    37,

    2: Paso por alto las frecuentes derrotas, acorralamientos y continuos recha

    zos que sufri el rey Alarico con sus godos.... A pesar de esto el proceso de

    concentracin de poder sigui adelante, desmoronndose poco a poco los princi

    pios de carcter tribal.

    Otro aspecto primordial fue eel momento de las migraciones, la

    Vlkerwan

    derung:

    as, adems de ejercerse un dominio sobre la poblacin a travs de la

    disciplina militar

    1 05

    , se camin a una progresiva centralizacin del poder fruto

    de la necesidad de una autoridad indiscutida, cuya misin sera la de conducir a

    buen trmino este peregrinar en busca de un hogar.

    Conviene desechar teoras tales como la de Delbrck, quin ve en el ejrcito

    de la Vlkerwanderung el factor determinante de la diferenciacin social. Curio

    samente este autor a pesar de afirmar que los godos habran cambiado su organi

    zacin militar tras Adrianpolis siguiendo el sistema romano

    1 0 6

    , piensa que ser

    en el momento de las migraciones cuando la desigualdad empiece a manifestarse.

    La guerra sera la causante de la diferenciacin social: tanto la monarqua como

    la gran nobleza apareceran en la Vlkerwanderung. Sera en este momento cuan

    do la centena ira perdiendo progresivamente su papel y por tanto ello fue en

    perjuicio del carcter comunal de la sociedad

    107

    . Vemos en esta interpretacin

    una posicin que mantiene la independencia absoluta entre dos aspectos: la insti

    tucin militar es interpretada al margen de cualquier evolucin, se tratara de algo

    aislado, tomado de Roma. A su vez va a ser la guerra y exclusivamente los aspec

    tos blicos los que van a influir de una forma decisiva en el cambio de sociedad.

    Esta interpretacin desecha las interrelaciones entre ejrcito y sociedad en el sen

    tido de que el primero sea expresin de lo que acaece en el mundo godo. No com

    partimos esta opinin y, aunque admitimos que el momento de las migraciones fue

    de trascendental importancia para que la aristocracia tribal afianzase su posicin,

    pensamos que hay que retroceder en el tiempo y ver las transformaciones que se

    producen en una sociedad no como la consecuencia de una situacin coyuntural

    o de la influencia de instituciones determinadas, sino como la evolucin en el tiem

    po de aspectos socioeconmicos que de una forma lgica tendrn su expresin en

    instituciones dadas. Ser as un fenmeno progresivo, ya advertido de una forma

    clara a comienzos y mediados del siglo IV, que se fue consolidando y que alcanz

    su madurez con el asentamiento de los visigodos en la Galia: se pas a una si

    tuacin en la que las diferencias entre los propietarios galorromanos y los nuevos

    1 0 4

    E. A. Thompson, "The Visigoths from Fritigern...", 112.

    1 0 6

    . A. Thompson, The Visigoths from Fritig ern... , 105.

    106 H. Delbrck, op. cit., 388.

    1 0 7

    H. Delbrck,

    op. cit.,

    304-310.

  • 8/10/2019 Dionisio Prez Snchez - El Ejrcito y el Pueblo Visigodo.pdf

    21/21

    El ejrcito y el pueb lo visigodo desde su instalacin en el imperio... 269

    propietarios godos fueron nulas, destruyndose as en su gran mayora los vestigios

    que hacan referencia a un pasado tribal. En definitiva estamos hablando de una

    sociedad en vas de feudalizacin en la que hay que ver fenmenos como el militar

    no como la causa sino ms bien como la consecuencia del surgimiento de nuevas

    realidades socioeconmicas que encontrarn su expresin en instituciones deriva

    das precisamente de estos fenmenos.

    A pesar de ello damos gran importancia al ejrcito godo pues fue a travs de

    l que se realiz una de las formas ms importantes de contacto entre dos socie

    dades inicialmente distintas.

    Nuestro propsito ha sido el estudio del ejrcito como la expresin de los cam

    bios que va a sufrir el mundo visigodo desde el siglo IV hasta su asentamiento

    en la Galia.