dinosaurios
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MANUEL CALVIÑOTRANSCRIPT
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DINOSAURIOS... A VOLAR ! (Demandas de desarrollo para la psicologa en el
advenimiento y despliegue de los 2000)
Prof. Manuel Calvio En estos tiempos posmodernos todo puede suceder. Ya casi nada nos sorprende, aunque
por suerte muchas cosas todava nos espantan. Ya vimos guerras televisadas en vivo y en
directo. Asistimos a un "reality show" entre el Presidente de los Estados Unidos y una
becaria de la Casa Blanca especialista en transmisin oral de la experiencia. Intentado
hacer una broma a un amigo que se mofaba de saberlo todo en Internet, escrib una
direccin en su computador: "www.sexo.com" e inesperadamente apareci una pgina
pornogrfica. Para salvar la situacin creada que comprometa mi imagen profesional escrib
entonces otra direccin: "www.educacionsexual.com" y entonces la respuesta fue otra: "
The requested URL could not be retrieved. Not found". Sin comentarios. Las nias hoy no
juegan a las muecas, sino a las "Barbies". Barbie no es una mueca es un modo de vida.
Mi hijo no quiere un gorila. Tampoco quiere un robot. Quiere un "transformer". Ni trabajando
como en sus peores pocas la JUCEPLAN sera capaz de gastar todo el dinero que tiene
Bill Gates. "No estn de moda los inteligentes" - dice Amaury Prez. El mundo se nos
presenta catico. Quien sabe si tena razn Octavio Paz cuando afirm que la palabra
futuro es una palabra en decadencia. Saber de dnde se viene, quin se es o dnde se
est, al menos sigue siendo un problema. A dnde se va ya ha dejado de serlo. Pero no nos
preocupemos. La cnica inteligencia de Murphy nos aclara: "Nada es tan malo como para
que no pueda empeorar". A su manera Groucho Marx denotaba la dominante valorativa de
la poca: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan no se preocupe, tengo otros".
Los cubanos tenemos una definicin emocional ms optimista: "jodido, pero contento".
Toffler dice que "el socialismo choca contra el futuro". Yo digo que vale la pena.
Probablemente ambos tenemos algo de razn. Solo que la razn de Toffler es metafsica: l
habla del socialismo que conoci. La ma es dialctica: yo hablo del socialismo que tratamos
de construir. Fukuyama asevera que "del comunismo no quedar ni rastro". Tendra que
haber sido ms exacto y haber dicho que no quedar ni rastro de nada. Lo cual es
perfectamente probable si no somos capaces de detener la destructiva accin que se
generaliza comandada por el neoliberalismo. Lo cierto es que la entrada en el nuevo siglo
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nos coger "pagando deudas" del siglo que termina. Dice Aron R. Que "tenemos demasiado
que hacer con el siglo XX para darnos el gusto de especular sobre el XXI".
Es probable que el sptimo sello se haya abierto. Es posible que los siete ngeles estn a
punto de tocar sus trompetas. Pero puede que estemos en el entreacto. "Cuando abri el
sptimo sello, hubo un silencio en el cielo por espacio como de media hora... Es un
entreacto en el cual se preparan los actores que comenzarn a actuar en el versculo
siguiente. En esta seccin, la escena pasa del cielo a la tierra y marca la ejecucin de los
juicios de Dios contra el mundo" (Apocalipsis).
Somos los actores los convocados. Muchos coinciden en que como nunca antes el rol
protagnico estar en los protagonistas (no es una repeticin, sino una reiteracin). "Los
prximos cien aos sern un perodo de transicin entre la actual tecnologa del metal y el
silicio y la tecnologa del maana de enzimas y neuronas" asegura Freeman, un fsico
britnico. Naisbitt esta convencido de que "los progresos ms excitantes del siglo XXI no se
producirn a causa de la tecnologa, sino de un concepto expansivo de lo que significa ser
humano".
La lucha global no es por sobrevivir. Sobrevivir es mantener la vida tal y como es. Tampoco
se trata de revivir. Lo mejor del pasado, pasado es. Su valor es de referencia y experiencia.
El porvenir no puede ser la reconstitucin del pasado. El asunto es otro. Es construir una
nueva vida. Algo que no ha existido ms que en las ansias, en los sueos de los seres
humanos. Hacer realidad los sueos. El futuro pertenece por entero a las utopas. Si las
perdemos, perdemos el futuro.
Quines son los actores?. En la metfora que quiero compartir con ustedes, los actores
son los dinosaurios. Somos los dinosaurios. Concentrndome en el nico espacio en el que
me siento apto para una reflexin seria, la psicologa, entonces siempre hablo de los
"psi"dinosaurios.
Quines somos los "psi"dinosaurios?. Somos figuras enmohecidas por el herrumbre
posmoderno. Para algunos nos hemos quedado atrs: Mientras todo lo slido sigue
desvanecindose en el aire, los dinosaurios cantan "quin dijo que todo esta perdido. Yo
vengo a ofrecer mi corazn". Mientras el sepulturero del capitalismo anunciado ya en el
Manifiesto Comunista, sigue abriendo la interminable fosa para un muerto con demasiada
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salud como para declararlo inexistente, mientras el sepulturero sigue como asalariado de
aqul que lo engendr y lo alimenta, los dinosaurios no quieren esperar a que el desarrollo
de las fuerzas productivas desborde las relaciones de produccin existentes. Los
dinosaurios repiten con Silviosaurio "si no creyera, qu cosa fuera". Y creemos en la
posibilidad (en la necesidad y en la inevitabilidad) del cambio social. Creemos en el
marxismo como instrumento de trabajo. Muchos de los psidinosaurios solo existen como
imagen en los ms jvenes. Otros como fotos, monumentos, hasta incluso como
paradigmas tericos.
Una buena parte de los dinosaurios que ms conozco son ms o menos de la generacin de
los sesenta. De esos aos, que como ya he dicho en otras oportunidades, son siempre
recordados por los que hoy cargan con algo ms de 45 aos como la poca dorada: La
filosofa del make love, not war (y ciertamente hicimos mucho el "love" y rechazamos
mucho la "war", aunque supimos hacerla cuando la alternativa no fue otra. Las tres M
revolucionadoras (Marx el Dios, Mao su espada, Marcuse su profeta). El Mayo rojo francs -
siguen las "M". Los hippies. Los Beatles. Los movimientos guerrilleros de liberacin. La
Revolucin Cubana, con mayscula. El Che. Hablo de esa dcada que podramos llamar el
"Idealicrcico" , bastante posterior al Jursico y con no menos xito de taquilla. poca que
devino en un arrebato de humanismo crtico trascendente, un grito de esperanza y confianza
en el ser humano, un basta multiplicado por millones de voces que con la negativa, la
ruptura o la lucha destrozaron la imagen de perfeccin edulcorada y falsa que siguiendo las
enseanzas de Dorian Grey la sociedad de clases haba construido para s. La poca de la
defensa de las mayoras y de las minoras desde una esttica de las diferencias, una tica
humanista fundamental y una ideologa cuando menos revolucionadora. Los dinosaurios que
no clamaban posesin, que no queran sencillamente tener. Reclamaban y exigan el
derecho a ser. Mi voto y mi adscripcin con los dinosaurios. Soy marxista y qu?. Sigo
creyendo que vale la pena.
Pero no he utilizado la imagen del dinosaurio porque es la crtica ms severa que, desde el
punto de vista de los posmodernos, he recibido en los ltimos tiempos trada de la mano de
los sectores etreos a los que ya no pertenezco pero a los que miro con sana envidia y con
corazn abierto. Tampoco porque el genio de Spielberg y la astucia de los vendedores de
juguetes hayan puesto de moda a los"reptiles terribles" (traduccin castellana de la voz
dinosaurio). Ni tan siquiera se trata, al menos solamente, de que Barney encanta al ms
pequeo de mis hijos con su voz de "amiguitos vamos todos a cantar porque tenemos el
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corazn feliz". Se me antoja que los dinosaurios tienen todava muchas cosas que decirnos.
De ellas he logrado descifrar al menos una y quiero compartirla con ustedes. Dejen volar su
imaginacin, preprense para una asociacin libre. Cualquier semejanza no es casual
coincidencia.
Los primeros dinosaurios eran pequeos, de estructura liviana, bpedos. No tenan ni
autoridad ni poder, solo ansias: ansias de vivir, de hacer, de crecer - "ramos tan jvenes".
Durante los periodos jursico y cretcico, los dinosaurios evolucionaron hacia una gran
variedad de tipos adaptativos, muchos de los cuales alcanzaron un tamao colosal.
Entonces si fueron figuras destacadas, figuras poderosas, imponentes, algunos fueron
hasta reconocidos internacionalmente. De estos, algunos se encargaron de una
interpretacin bastante errada de lo que significa la "dictadura del proletariado" y se
constituyeron lamentablemente como una "dinosauriocracia oligrquica". Generaron un
mal principio de funcionamiento: "nunca se sabe quien tiene la razn, pero es fcil saber
quien tiene el poder". Pero no se les adjudican malas intenciones, sino comprensiones
unipersonales, falta de interaccin con la manada, "crerselo demasiado". En realidad
confundieron (confundimos, no estoy fuera del juego) la razn con el poder. Soy de los
convencidos de que la megalomana no necesariamente es una enfermedad, puede ser
tambin un mecanismo de adaptacin, puede que hasta sea un estado del desarrollo.
Que aquellos lagartijos pequeos hayan desaparecido es algo que seguramente no
extraa a nadie. Lo que es difcil de comprender es cmo los otros, los grandes saurios,
animales tan majestuosos, fuertes y dominantes como el tiranosaurio, por ejemplo,
corrieron la terrible suerte de la extincin. Los especialistas han dado diversas
explicaciones. Como siempre una buena parte de ellas son verdaderos monumentos a la
fantasa. La mayora de las personas piensa que los dinosaurios desaparecieron
gradualmente a lo largo del periodo cretcico superior: "A todo el mundo le llega su hora,
nadie se salva del pie forzado". Algunos hablan de un gran asteroide que impact contra la
tierra entre el periodo cretcico y la era terciaria, hace unos 65 millones de aos, creando
una suerte de "periodo especial" que pudo haber producido ciertos cambios que afectaron
a todo lo que viva. Sin embargo, parece ser que la gran mayora de los dinosaurios ya se
haban extinguido por ese tiempo.
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La representacin ms contundente, siguiendo el principio de la verdad ms sencilla, es
simplemente que desaparecieron porque NO EVOLUCIONARON. Probablemente estaban
tan orgullosos y contentos de ser dinosaurios que se mantuvieron firmes hasta la
desaparicin. El episodio bien pudiera catalogarse de "victoria prrica" de la
dinosauriocracia sobre el intento de la naturaleza de doblegar su autoridad y poder
absoluto. Mal aliento, es decir, poco estimulante lo que nos deja esta historia para los
dinosaurios de hoy.
Sin embargo, no pas esto exactamente igual con todos los dinosaurios. Parece que
algunos eran un poco ms inteligentes y fueron ms revolucionarios: ...hay hombres que se
resignan a esa realidad, hay hombres que se adaptan a esa realidad, y hay hombres que no
se pueden resignar ni adaptar a esa realidad y tratan de cambiarla, por eso son
revolucionarios (Castro F. "Palabras a los intelectuales).
Jack Horner, el inspirador del aventurero Alan Grant, el hroe del "Parque Jursico",
durante sus largos aos de trabajo dice haber desenterrado y obviamente examinado ms
de cincuenta mil dinosaurios. Sus hiptesis convencen por su carcter novedoso, hasta
intrpido, sin demeritar el arsenal factolgico acumulado. En una de las tantas entrevistas
que lo han hecho un personaje popular dijo: "Muchos de los dinosaurios no fueron lagartos,
estos ms bien eran grandes pjaros". Hoy es una teora admitida por la mayora de los
paleontlogos que las aves actuales evolucionaron a partir de los dinosaurios carnvoros y
bpedos. Entonces unos dinosaurios desaparecieron. Pero otros echaron a volar.
Zooflicamente, me consuela ms la idea segn la cual no todos los dinosaurios
desaparecieron, sino que algunos se fueron volando. No se fueron volando a otro pas (lo
cual tampoco puede ser desconsiderado - la migracin real y la ficticia: "no llores vida ma
que pronto volver" se ha tragado a no pocos). Se fueron volando a otro estadio de
desarrollo.
Este "volar" de los dinosaurios es todo un smbolo del crecimiento: Es el depliegue de las
capacidades hacia el futuro lo que definitivamente marca la diferencia entre la dialctica y la
metafsica, y por ende entre el desarrollo y la extincin, la vida y la desaparicin. A veces
equivocamos el concepto de trascendencia. Trascendente no es solo y no tanto lo que otros
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enarbolan como sustento pretrito, anterior, pasado, de sus sueos, sino sobre todo lo que
muta, lo que se reinscribe en los nuevos contextos discursivos de la vida.
La psicologa en mi pas, en nuestro pas, aceler sus pasos ascendentes en pocas
marcadas por la voracidad de los sectores jvenes que llegaron a ella, ms bien que la
instituyeron. Un desarrollo impetuoso construido de una parte con el mimetismo, desde el
que tambin es posible el descubrimiento de la identidad, de lo propio. Hay quienes creen
que la poca de la rusificacin psicolgica fue, como dicen del turismo algunos polticos, "un
mal necesario". Para mi fue una suerte. Pblicamente quiero agradecer a los que me
dejaron crecer ante su imagen especular y fueron, como los padres somos ante nuestros
hijos, blanco de las crticas sobre las que se construye la identidad. De otra parte, el
desarrollo fue marcado con la frescura eclctica y pragmtica del accionar imprescindible en
los escenarios sociales concretos. Hoy una ausencia a clase es un pecado, cuando muchos
de nosotros estudiamos, la ausencia era el modo de asumir la presencia de la vida. Somos
tan malos como para pensar que no se justifica la experiencia?.
En apenas treinta aos (estoy considerando que podemos hablar de prctica evidente de la
psicologa en Cuba a partir de los finales de los sesenta) lo hicimos casi todo. Hicimos la
psicologa imperfecta : la que no espera a los grandes paradigmas para dar cuenta de su
existencia y de su impacto sobre el cotidiano existencial de las personas y sobre todo en el
proyecto social de la revolucin cubana. Hicimos la psicologa casi perfecta : la que enarbola
a la teora como rectora de la realidad vislumbrada en algn que otro espacio fctico.
Hicimos la psicologa pluscuamperfecta : la que "no est ni ah", como dicen mis hijos. Se
dice fcil, pero haber mantenido abiertos tres centros especializados en la formacin de
psiclogos, ctedras de psicologa en decenas de otros centros docentes, una presencia
reconocida en todos los niveles del sistema de salud, espacios estables en empresas,
fbricas. Haber logrado como gremio un desempeo profesional exitoso con un dficit de
condiciones importante. Haber sobrevivido al periodo especial con muy pocas bajas: a pesar
del dlar que escasea como efecto en las prcticas "psi", a pesar del "bombo", a pesar de
las reducciones econmicas, a pesar de la conversin de especialistas en maleteros, etc.
Smese a esto un elemento saurico: los dinosaurios que tenan los cerebros ms grandes
eran los carnvoros. No se ha podido determinar si por ser inteligentes eran comedores de
carne, o si por ser comedores de carne se tornaron ms inteligentes que los herbvoros. En
cualquier caso el tipo de alimentacin de la especie correlacionaba de manera significativa
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con sus capacidades intelectuales. No es esto una oda a los gordos (que no me vendra
mal). Hablo de lo que es nuestra alimentacin profesional bsica: la informacin, el saber
actualizado de lo que se hace y hacen otros. Todo esto y ms nos hace merecedores
cuando menos de "rabo y orejas" al decir de las fiestas taurinas. No es esta
lamentablemente la historia reciente de otras profesiones. Me siento orgulloso de mi gremio
"dinosurico profesional" que ha estado siempre en su geografa simblica y real: "te fuiste,
por eso perdiste. Yo no. Yo me qued. Y ahora soy el rey". Toda regla tiene su excepcin.
Pero la regla es la dominante instituyente. Los psiclogos nos quedamos.
Pero del peligro de un proceso de estancamiento no esta excento ni el ms ferviente
seguidor de los demcritos y herclitos. El estancamiento no es una decisin de voluntad,
sino una marca de los tiempos, de las vicisitudes, de los multifacticos determinantes
exgenos y endgenos de los discursos cientficos, profesionales y personales. Si los
dinosaurios se estancaron por qu no nosotros?. Creo que en "El Capital" Marx nos
recomendaba ser incluso psimos arquitectos antes que abejas. Se fundamentaba en la
capacidad de anticipacin. A Julio Iglesias le falt anticipacin, por eso tropez dos veces
con la misma piedra.
Conste que no estoy para nada diciendo que estamos en franco proceso de extincin. Estoy
sencillamente afirmando que tenemos sntomas de estancamiento.
Desde mi punto de vista, la psicologa que hacemos, la que hemos venido haciendo desde
nuestra vocacin humanista, marxista y cubanista, est necesitada de alas. Por su forma,
corre el riesgo de verse convertida en una prctica en exceso dogmatizada, demasiado
seria, y, desde un lado ms emocional, por momentos aburrida, cclica, rutinaria. Y esto
corre el tremendo peligro de erosionar al deseo, al atractivo, a la ansiedad como movilizador
esencial de toda prctica humana, incluso las profesionales y cientficas. No deberamos ser
nosotros los que olvidramos que desde 1920, ao en el Freud termin de escribir y public
uno de sus trabajos ms controvertidos y a mi juicio innovador: Ms all del principio del
placer, esta escrita la verdica suposicin psicoanaltica segn la cual el curso de los
procesos anmicos es regulado automticamente por el principio del placer. (Freud S. 1981.
Tomo III. p. 2507). Se trata de un principio del funcionamiento psquico, que como el genial
creador del psicoanlisis seala corresponde a un funcionamiento primario del aparato
anmico" (op.cit.p.2509). Hace unos aos atrs reunido con un grupo de estudiantes de la
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Facultad de Psicologa les deca que la Psicologa necesitaba un new look1, necesita
asociarse con lo agradable, defender el principio del placer, lo divertido. Y esto tiene que ver
mucho con la autenticidad, con la improvisacin, con el cuestionamiento.
Es contradictorio con la misma idea de la historicidad del pensamiento y de la produccin
cultural de la subjetividad pensar que con las mismas categoras, los mismos problemas, los
mismos mtodos, etc. se puede ao tras ao avanzar en una psicologa de profundo
carcter social: ...hasta las categoras ms abstractas, a pesar de su validez...son, no
obstante,...el producto de condiciones histricas, y no poseen plena validez sino para estas
condiciones y dentro del marco de las mismas." (Marx C.1975.p.251). Recorriendo los
pasillos y salones del Palacio de Convenciones, Centro en el que realizamos nuestro
HOMINIS'992 , he tenido por momentos la impresin de estar en el Psicologa 90, y ms me
he sentido en el "Cristino Naranjo" esperando a que alguien ms me hable mal del tiburn
del almuerzo3. Alguien me deca en estos das: "algunas sesiones me han servido de repaso
de lo que estudi hace 15 aos".
Duda alguien de que la realidad en la que vivimos es distinta a la de aquellos das?. Es
posible pensar que con el mismo discurso se pueden decir distintas cosas?. Obviamente,
estn las deudas. La Ciencia Psicolgica siempre tendr deudas. "El residual irresuelto",
podramos decir con Watzlawick. El saber de nuestra disciplina nunca es completo. En su
incompletitud est tambin su capacidad de automovimiento. En su falta est el desarrollo
indetenible de su objeto de estudio. Pero las deudas con el pasado no deben ser las marcas
instituyentes del discurso de hoy. Que el genio de Vygotsky no haya sido reconocido en su
poca no es razn suficiente como para repetir sus ideas en su versin original (alguien
puede decir cul es la versin original?). La defensa del enfoque histrico cultural tiene sus
razones en hoy. En el ayer, solo tiene parte de su experiencia.
1 Un tiempo despus de sostener esta charla con los estudiantes organic un poco las ideas y las present en un Congreso Internacional de Psicologa de la Salud, porque tambin la psicologa necesita cuidar su salud. 2 HOMINIS'99 fue un Congreso de Psicologa y Ciencias Humanas que se organiz en noviembre de 1999. Se reunieron los psicologos, convocados por la Sociedad de Psiclogos de Cuba (organizacin en proceso de cuasiextincin) despus de casi diez aos sin hacerlo. 3 Creo que fue en el ao 1983 se organiz el Primer Seminario Cientfico de la Sociedad de Psiclogos de Cuba, en el Crculo Social "Cristino Naranjo". A pesar de mi negativa, uno de los das se dio tiburn en el almuerzo. Fue un desastre. Estaba en mal estado. Por las cosas raras de la vida quien cargo con la culpa fui Yo.
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Las referencias histricas tienen sobre todo un carcter de base orientadora. Su sentido
propio es el de dar una orientacin para la bsqueda y no podrn dar jams el resultado de
la bsqueda misma. Es eso tambin parte del sentido del marxismo para la psicologa. El
sentido de mi adscripcin al marxismo significa, entre otras cosas, el encuentro de una base
orientadora. Considero que las bases orientadoras de la Psicologa tienden a encontrarse en
obras cuya contemporaneidad no reside en su ao de publicacin sino en los problemas que
plantean y las alternativas de reflexin que encierran. Como dice Juan Carlos de Brasi en el
prologo al libro Clnica Grupal, Clnica Institucional, los viejos autores, siempre podrn
ser los nuevos actores de un pensamiento inacabado. Pero las bases orientadoras no son
las prcticas concretas que de ellas puedan desprenderse.
No hay dudas de que existen epistemologas relegadas en nuestra disciplina, voces poco o
mal escuchadas, y traerlas a escena es en ocasiones poder hacerse cargo al fin de su valor.
Definitivamente y por suerte, hay cosas de las ciencias que resultan menos movidas por los
embates de la contemporaneidad, la moda, lo ltimo que se publica. En un excelente trabajo
que le hace muy poco se hace una cita a Limentani A. que dice: Mucho de lo que hoy se
escribe no est dirigido tanto a decir algo particularmente nuevo, como a averiguar por qu
hacemos ciertas cosas y si no hay maneras diferentes de hacerlas. Pero no confundamos
esto con la repeticin que resulta hasta destructiva del posible contenido contemporneo de
sus supuestas fuentes de origen.
Por momentos tengo la sensacin de que una mala versin de "la honda retro" tpicamente
posmoderna parece ganar espacio en nuestro mbito profesional. La diversificacin del
escenario profesional de la psicologa me parece ms que buena imprescindible. Pero de
ah a pensar que retrotraer la historia, con adicciones a discursos textuales con ms pasado
que presente, es una alternativa, es partir, cuando menos, de una ingenuidad poco
comprometida. Ms all de mis defensas ms que explcitas a la diversidad y a la
asimilacin crtica del saber psicoanaltico, considero que intentar edificar una institucin
psicoanaltica, por solo poner un ejemplo, a esta altura del juego, siguiendo las tradiciones
ms arcaicas y ya pasadas de poca de la "gerontocracia psicoanaltica", es algo as como
crear un partido bolchevique en la Antrtida a la usanza de los aos veinte. Todo tiene su
momento. Para quien pasa el momento, la supuesta recuperacin recuerda aquella idea de
que las cosas ocurren una vez como drama, pero cuando se repiten, entonces parecen
caricaturas humorsticas. Hasta Luis Miguel sabe que "el beso que negaste ya no lo puedes
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dar". Se imaginan a los dinosaurios del "Parque Jursico" deleitndose con un plato de
picadillo de soya. La mirada al pasado para construir lo nuevo, no para negar el presente.
En nuestras prcticas, sobre todo investigativas, la impronta positivista, por ejemplo, sigue
siendo marcada. El dato se concibe como un hecho dentro de la inspiracin positivista, los
modelos lgicos de sustentacin de la certeza son esencialmente los que defendieron por
mucho tiempo Scott y Wertheimer. Pero no es esto lo peor: con frecuencia nada
despreciable la contraposicin metodolgica a esta suerte de positivismo bien intencionado
es tan endeble que sin duda la prominencia positiva sarcsticamente se vuelve a imponer.
Tal es el caso del mal uso y abuso de supuestas tcnicas cualitativas. Una suerte de
destruccin metodolgica elemental, se ha visto favorecida por la falta de seriedad , de
profesionalismo y hasta un sentimiento de inmunidad e impunidad de algunos que sin
saberlo son cmplices de la desarticulacin del saber y el hacer cientfico y profesional.
Basta con el sentido comn, parecen decir algunos "maldefensores" de la epistemologa
cualitativa, para hacer ciencia. Olvidan que el sentido comn es el menos comn de todos
los sentidos. Ms an, olvidan que la ciencia es sobre todo una exigencia que trasciende al
sentido comn lo mismo para negarlo que para defenderlo.
Junto a esto considero que el discurso cientfico ms oficial , edulcorado y encartonado, no
ha dejado florecer un discurso opintico, ms libre de atavismos y de exigencias.
Posiblemente menos riguroso, pero no por esto menos importante en el panorama integral
discursivo de una disciplina de vocacin humanista y de confirmacin social como la
psicologa. En el fondo es la misma visin torquemadiana que sancionaba la obra freudiana
por su falta de cientificidad en los mtodos de recoleccin de datos, la ausencia de clculos
de significacin en sus hallazgos,etc. No se como no se les ocurri hacer la misma crtica a
Marx y Engels, si en definitiva, como me dijo un alumno, nadie ha logrado poner a trabajar a
un grupo de monos y al final constatar que se convierten en hombres y empiezan a hablar.
Todo al fuego sentenci Mart. Todo al fuego para fundir una nueva disciplina ms
enraizada en su realidad.
Nuestra disciplina tiene que hacerse cargo de su responsabilidad cultural. "Una revolucin
solo puede ser hija de la cultura y de las ideas" (Castro F. Discurso pronunciado en el Aula
Magna de la Universidad Central de Venezuela). La Psicologa es productora de cultura y de
ideas, pero no "per se", sino bajo la accin de profesionales que se comprometan en su
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pensar, en su decir y en su hacer con dicha produccin. La cultura no es la produccin o el
escenario conjuntivo y entrecruzado de la creacin esttica y tica de un grupo
relativamente exiguo de la sociedad. La revolucin es un proceso de cambio epistemolgico.
Es la sustitucin, y no la renovacin, de un paradigma de vida por otro. La cultura no es tan
solo la produccin espiritual de todos los sectores sociales: la cultura es la estructura subjetiva de la libertad, de la identidad, de la psicologa real y concreta de los seres
humanos. Para ello necesitamos reforzar nuestras races y robustecerlas con nuestras alas.
Pero quizs lo que considero ms crtico es que el centro epistemolgico y metodolgico de
nuestras acciones sigue muy centrado en una relacin de poder. Estoy hablando de aqul
poder que Garca Mrquez represent con tanta claridad en Del Amor y otros Demonios
cuando el Marqus de Casalduero, convencido de la inminente desaparicin fsica de su hija
por la mordedura de un perro rabioso, intenta recuperar el tiempo emocional perdido en su
relacin con la pequea Sierva Mara. Dice entonces: Le consagr todo su tiempo. Trat de aprender a peinarla y a tejerle la trenza. Trat de ensearla a ser blanca de ley, de restaurar
para ella sus sueos fallidos de noble criollo, de quitarle el gusto del escabeche de iguana y
el guiso de armadillo. La intent casi todo, menos preguntarse si aqul era el modo de
hacerla feliz. Un preguntar-se cuya nica respuesta est en reconocer que el asunto es
otros: preguntar-le.
Estamos demasiado convencidos de que lo que hacemos es lo mejor, lo conveniente, lo
adecuado. Seguimos en una posicin distante del objeto de nuestro conocimiento que, a
diferencia de otras ciencias, es un ser humano, lo que quiere decir que somos nosotros
mismos. En lugar de aprender a observarnos y entendernos, tratamos de impedir que nos
observen y entiendan nuestros sujetos (Devereux G.1991.p.52). Quizs nos falta acceder
con mesura y alternancia a esa idea posracionalista segn la cual todas las teoras
desarrolladas por el signo individuo, ya sean cientficas o filosficas, tienen su fundamento
en la emocionalidad y no en la racionalidad, al tiempo que sin emocionalidad no puede
haber racionalidad (Ruiz A.1995.p21).
Esto que digo no es una renuncia a nuestra reciente tradicin marxista, muy por el contrario,
es su profundizacin. Una comprensin ms cabal de la dialctica de lo absoluto y lo relativo
en lo que a teora de la verdad se refiere. Una democratizacin participativa en lo que a
construccin del conocimiento se refiere sin miramientos prejuiciosos de paradigmas de
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origen ni de posiciones vinculares de poder. El marxismo es un modo de andar y no un
punto de llegada, es un taller de trabajo y no una exposicin de obras maestras. El
marxismo es ante todo un mtodo de trabajo y no un conjunto de dogmas...no es una
dialctica verbal, un malabarismo de palabras clave, sino el descubrimiento activo de la
dialctica de las cosas (Zazzo R.1976.p.111). Dialctica es su comprensin dinmica, su
centro epistemolgico generador de su desarrollo, de su modificacin, de su negacin y
afirmacin, de su unidad y su ruptura.
Se habl en estos das de la altenativa posmoderna. Ya me he pronunciado al respecto.
Pero desde todo lo dicho hasta ahora no sera descubrir un secreto si les digo que me
atraen del posmodernismo algunas cosas. Precisamente aquellas que considero necesita
nuestra comprensin y nuestro hacer en la Psicologa. En primer trmino, ese toque de
irreverencia, de cuestionamiento y no aceptacin de lo sacrosanto. La ruptura de los
dogmas. No me identifico con el abolicionismo radical tpico del estar posmoderno, sino
con una actitud ms consecuente con la idea marxista de la historicidad incluso de las
categoras, como seal antes, y de las representaciones de la ciencia (Marx. C. 1975). Me
fascina la idea de reencontrarnos con la esencia crtica del marxismo, esa que siempre
utilizamos como instrumento de anlisis de lo forneo, de lo ajeno, de los distante, pero que
poco aplicamos en nuestro propio anlisis, en nuestro autocuestionamiento. Junto a esto,
me atrae la posibilidad explcita de dudar, de hacer de las certezas lugares de
cuestionamiento. Y por ltimo me identifico tambin con ese lenguajear libre y con
capacidad de ser autnticamente espontaneo, sin temor al error, a las interpretaciones.
Es justo decir que en los ltimos aos algunas cosas se han modificado sensiblemente. El
distanciamiento poltico y econmico con aquella caricatura en la que se ha convertido hoy
la extinta Unin Sovitica nos facilit acelerar el proceso de revisin crtica de nuestras
adherencias y comunidades. Este proceso se vena verificando desde la primera mitad de
los ochenta, pero sin duda alguna se acelera a en el inicio de los noventa. Influencia positiva
para esta modificacin ha resultado tambin nuestra apertura y reencuentro con
Latinoamrica, la multiplicacin de los contactos con otros paradigmas
latinoamericanizados. Pero an estamos desarrollando una versin de la psicologa que no
se ha dejado impactar por el mundo contemporneo all donde, desde una visin cuando
menos utilitaria, le resultara conveniente.
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Aunque parezca cosa de viejo, me cito a m mismo: No recuerdo donde le que la esencia
de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realizacin personal en
circunstancias en que otras personas optan por la locura. No hay duda que ms de una
razn para la locura, la encontramos en una mirada al mundo de hoy, en un palpar nuestra
realidad cotidiana. Son muchas las invitaciones a la locura. Pero tenemos muchas razones
para optar por el crecimiento, por el desarrollo, por un proyecto emancipatorio que
robustezca nuestras esperanzas como anticipo irrevocable de la felicidad. Solo necesitamos
que nuestros compromisos no cieguen nuestra creatividad, que nuestras certezas y
convicciones no se conviertan en dogmas incuestionables, que nuestras ansias de lo nuevo
no sean cercenadas por los fantasmas de lo viejo. Dialctica es por esencia la apropiacin y
regeneracin de lo nuevo, es contrario a todo lo que signifique resistencia al cambio,
paranoia frente a lo nuevo, confusin dogmatizante entre contaminacin ideolgica y
transposicin intercultural crtica.
"No es necesario renunciar al pasado para entrar en el porvenir. Al cambiar las cosas no es
preciso perderlas". Lo que s es preciso es saberse reconocer a s mismo en el nuevo lugar.
Ya gateamos. Ya caminamos. Ya corrimos. Ya saltamos. Ahora necesitamos volar. Ser
que alguien prefiere la extincin?. Los dinosaurios lo hicieron. Nuestro instrumento de vuelo
es el pensamiento. Tenemos que volar libremente, pensar libremente. Y, como he dicho en
mltiples ocasiones, repetir con Bacon "creer que no se puede pensar ni se puede hacer es
idiotez, hacer sin querer pensar es fanatismo, pensar pero no hacer es deshonestidad, pero
no tener la osada ni la decisin de pensar ni intentar hacer, es un acto de cobarda, un
suicidio intelectual. Dinosaurios A VOLAR.