dinosaurios

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1 DINOSAURIOS... A VOLAR ! (Demandas de desarrollo para la psicología en el advenimiento y despliegue de los 2000) Prof. Manuel Calviño En estos tiempos posmodernos todo puede suceder. Ya casi nada nos sorprende, aunque por suerte muchas cosas todavía nos espantan. Ya vimos guerras televisadas en vivo y en directo. Asistimos a un "reality show" entre el Presidente de los Estados Unidos y una becaria de la Casa Blanca especialista en transmisión oral de la experiencia. Intentado hacer una broma a un amigo que se mofaba de saberlo todo en Internet, escribí una dirección en su computador: "www.sexo.com" e inesperadamente apareció una página pornográfica. Para salvar la situación creada que comprometía mi imagen profesional escribí entonces otra dirección: "www.educacionsexual.com" y entonces la respuesta fue otra: " The requested URL could not be retrieved. Not found". Sin comentarios. Las niñas hoy no juegan a las muñecas, sino a las "Barbies". Barbie no es una muñeca es un modo de vida. Mi hijo no quiere un gorila. Tampoco quiere un robot. Quiere un "transformer". Ni trabajando como en sus peores épocas la JUCEPLAN sería capaz de gastar todo el dinero que tiene Bill Gates. "No están de moda los inteligentes" - dice Amaury Pérez. El mundo se nos presenta caótico. Quien sabe si tenía razón Octavio Paz cuando afirmó que la palabra futuro es una palabra en decadencia. Saber de dónde se viene, quién se es o dónde se está, al menos sigue siendo un problema. A dónde se va ya ha dejado de serlo. Pero no nos preocupemos. La cínica inteligencia de Murphy nos aclara: "Nada es tan malo como para que no pueda empeorar". A su manera Groucho Marx denotaba la dominante valorativa de la época: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan no se preocupe, tengo otros". Los cubanos tenemos una definición emocional más optimista: "jodido, pero contento". Toffler dice que "el socialismo choca contra el futuro". Yo digo que vale la pena. Probablemente ambos tenemos algo de razón. Solo que la razón de Toffler es metafísica: él habla del socialismo que conoció. La mía es dialéctica: yo hablo del socialismo que tratamos de construir. Fukuyama asevera que "del comunismo no quedará ni rastro". Tendría que haber sido más exacto y haber dicho que no quedará ni rastro de nada. Lo cual es perfectamente probable si no somos capaces de detener la destructiva acción que se generaliza comandada por el neoliberalismo. Lo cierto es que la entrada en el nuevo siglo

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MANUEL CALVIÑO

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    DINOSAURIOS... A VOLAR ! (Demandas de desarrollo para la psicologa en el

    advenimiento y despliegue de los 2000)

    Prof. Manuel Calvio En estos tiempos posmodernos todo puede suceder. Ya casi nada nos sorprende, aunque

    por suerte muchas cosas todava nos espantan. Ya vimos guerras televisadas en vivo y en

    directo. Asistimos a un "reality show" entre el Presidente de los Estados Unidos y una

    becaria de la Casa Blanca especialista en transmisin oral de la experiencia. Intentado

    hacer una broma a un amigo que se mofaba de saberlo todo en Internet, escrib una

    direccin en su computador: "www.sexo.com" e inesperadamente apareci una pgina

    pornogrfica. Para salvar la situacin creada que comprometa mi imagen profesional escrib

    entonces otra direccin: "www.educacionsexual.com" y entonces la respuesta fue otra: "

    The requested URL could not be retrieved. Not found". Sin comentarios. Las nias hoy no

    juegan a las muecas, sino a las "Barbies". Barbie no es una mueca es un modo de vida.

    Mi hijo no quiere un gorila. Tampoco quiere un robot. Quiere un "transformer". Ni trabajando

    como en sus peores pocas la JUCEPLAN sera capaz de gastar todo el dinero que tiene

    Bill Gates. "No estn de moda los inteligentes" - dice Amaury Prez. El mundo se nos

    presenta catico. Quien sabe si tena razn Octavio Paz cuando afirm que la palabra

    futuro es una palabra en decadencia. Saber de dnde se viene, quin se es o dnde se

    est, al menos sigue siendo un problema. A dnde se va ya ha dejado de serlo. Pero no nos

    preocupemos. La cnica inteligencia de Murphy nos aclara: "Nada es tan malo como para

    que no pueda empeorar". A su manera Groucho Marx denotaba la dominante valorativa de

    la poca: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan no se preocupe, tengo otros".

    Los cubanos tenemos una definicin emocional ms optimista: "jodido, pero contento".

    Toffler dice que "el socialismo choca contra el futuro". Yo digo que vale la pena.

    Probablemente ambos tenemos algo de razn. Solo que la razn de Toffler es metafsica: l

    habla del socialismo que conoci. La ma es dialctica: yo hablo del socialismo que tratamos

    de construir. Fukuyama asevera que "del comunismo no quedar ni rastro". Tendra que

    haber sido ms exacto y haber dicho que no quedar ni rastro de nada. Lo cual es

    perfectamente probable si no somos capaces de detener la destructiva accin que se

    generaliza comandada por el neoliberalismo. Lo cierto es que la entrada en el nuevo siglo

  • 2

    nos coger "pagando deudas" del siglo que termina. Dice Aron R. Que "tenemos demasiado

    que hacer con el siglo XX para darnos el gusto de especular sobre el XXI".

    Es probable que el sptimo sello se haya abierto. Es posible que los siete ngeles estn a

    punto de tocar sus trompetas. Pero puede que estemos en el entreacto. "Cuando abri el

    sptimo sello, hubo un silencio en el cielo por espacio como de media hora... Es un

    entreacto en el cual se preparan los actores que comenzarn a actuar en el versculo

    siguiente. En esta seccin, la escena pasa del cielo a la tierra y marca la ejecucin de los

    juicios de Dios contra el mundo" (Apocalipsis).

    Somos los actores los convocados. Muchos coinciden en que como nunca antes el rol

    protagnico estar en los protagonistas (no es una repeticin, sino una reiteracin). "Los

    prximos cien aos sern un perodo de transicin entre la actual tecnologa del metal y el

    silicio y la tecnologa del maana de enzimas y neuronas" asegura Freeman, un fsico

    britnico. Naisbitt esta convencido de que "los progresos ms excitantes del siglo XXI no se

    producirn a causa de la tecnologa, sino de un concepto expansivo de lo que significa ser

    humano".

    La lucha global no es por sobrevivir. Sobrevivir es mantener la vida tal y como es. Tampoco

    se trata de revivir. Lo mejor del pasado, pasado es. Su valor es de referencia y experiencia.

    El porvenir no puede ser la reconstitucin del pasado. El asunto es otro. Es construir una

    nueva vida. Algo que no ha existido ms que en las ansias, en los sueos de los seres

    humanos. Hacer realidad los sueos. El futuro pertenece por entero a las utopas. Si las

    perdemos, perdemos el futuro.

    Quines son los actores?. En la metfora que quiero compartir con ustedes, los actores

    son los dinosaurios. Somos los dinosaurios. Concentrndome en el nico espacio en el que

    me siento apto para una reflexin seria, la psicologa, entonces siempre hablo de los

    "psi"dinosaurios.

    Quines somos los "psi"dinosaurios?. Somos figuras enmohecidas por el herrumbre

    posmoderno. Para algunos nos hemos quedado atrs: Mientras todo lo slido sigue

    desvanecindose en el aire, los dinosaurios cantan "quin dijo que todo esta perdido. Yo

    vengo a ofrecer mi corazn". Mientras el sepulturero del capitalismo anunciado ya en el

    Manifiesto Comunista, sigue abriendo la interminable fosa para un muerto con demasiada

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    salud como para declararlo inexistente, mientras el sepulturero sigue como asalariado de

    aqul que lo engendr y lo alimenta, los dinosaurios no quieren esperar a que el desarrollo

    de las fuerzas productivas desborde las relaciones de produccin existentes. Los

    dinosaurios repiten con Silviosaurio "si no creyera, qu cosa fuera". Y creemos en la

    posibilidad (en la necesidad y en la inevitabilidad) del cambio social. Creemos en el

    marxismo como instrumento de trabajo. Muchos de los psidinosaurios solo existen como

    imagen en los ms jvenes. Otros como fotos, monumentos, hasta incluso como

    paradigmas tericos.

    Una buena parte de los dinosaurios que ms conozco son ms o menos de la generacin de

    los sesenta. De esos aos, que como ya he dicho en otras oportunidades, son siempre

    recordados por los que hoy cargan con algo ms de 45 aos como la poca dorada: La

    filosofa del make love, not war (y ciertamente hicimos mucho el "love" y rechazamos

    mucho la "war", aunque supimos hacerla cuando la alternativa no fue otra. Las tres M

    revolucionadoras (Marx el Dios, Mao su espada, Marcuse su profeta). El Mayo rojo francs -

    siguen las "M". Los hippies. Los Beatles. Los movimientos guerrilleros de liberacin. La

    Revolucin Cubana, con mayscula. El Che. Hablo de esa dcada que podramos llamar el

    "Idealicrcico" , bastante posterior al Jursico y con no menos xito de taquilla. poca que

    devino en un arrebato de humanismo crtico trascendente, un grito de esperanza y confianza

    en el ser humano, un basta multiplicado por millones de voces que con la negativa, la

    ruptura o la lucha destrozaron la imagen de perfeccin edulcorada y falsa que siguiendo las

    enseanzas de Dorian Grey la sociedad de clases haba construido para s. La poca de la

    defensa de las mayoras y de las minoras desde una esttica de las diferencias, una tica

    humanista fundamental y una ideologa cuando menos revolucionadora. Los dinosaurios que

    no clamaban posesin, que no queran sencillamente tener. Reclamaban y exigan el

    derecho a ser. Mi voto y mi adscripcin con los dinosaurios. Soy marxista y qu?. Sigo

    creyendo que vale la pena.

    Pero no he utilizado la imagen del dinosaurio porque es la crtica ms severa que, desde el

    punto de vista de los posmodernos, he recibido en los ltimos tiempos trada de la mano de

    los sectores etreos a los que ya no pertenezco pero a los que miro con sana envidia y con

    corazn abierto. Tampoco porque el genio de Spielberg y la astucia de los vendedores de

    juguetes hayan puesto de moda a los"reptiles terribles" (traduccin castellana de la voz

    dinosaurio). Ni tan siquiera se trata, al menos solamente, de que Barney encanta al ms

    pequeo de mis hijos con su voz de "amiguitos vamos todos a cantar porque tenemos el

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    corazn feliz". Se me antoja que los dinosaurios tienen todava muchas cosas que decirnos.

    De ellas he logrado descifrar al menos una y quiero compartirla con ustedes. Dejen volar su

    imaginacin, preprense para una asociacin libre. Cualquier semejanza no es casual

    coincidencia.

    Los primeros dinosaurios eran pequeos, de estructura liviana, bpedos. No tenan ni

    autoridad ni poder, solo ansias: ansias de vivir, de hacer, de crecer - "ramos tan jvenes".

    Durante los periodos jursico y cretcico, los dinosaurios evolucionaron hacia una gran

    variedad de tipos adaptativos, muchos de los cuales alcanzaron un tamao colosal.

    Entonces si fueron figuras destacadas, figuras poderosas, imponentes, algunos fueron

    hasta reconocidos internacionalmente. De estos, algunos se encargaron de una

    interpretacin bastante errada de lo que significa la "dictadura del proletariado" y se

    constituyeron lamentablemente como una "dinosauriocracia oligrquica". Generaron un

    mal principio de funcionamiento: "nunca se sabe quien tiene la razn, pero es fcil saber

    quien tiene el poder". Pero no se les adjudican malas intenciones, sino comprensiones

    unipersonales, falta de interaccin con la manada, "crerselo demasiado". En realidad

    confundieron (confundimos, no estoy fuera del juego) la razn con el poder. Soy de los

    convencidos de que la megalomana no necesariamente es una enfermedad, puede ser

    tambin un mecanismo de adaptacin, puede que hasta sea un estado del desarrollo.

    Que aquellos lagartijos pequeos hayan desaparecido es algo que seguramente no

    extraa a nadie. Lo que es difcil de comprender es cmo los otros, los grandes saurios,

    animales tan majestuosos, fuertes y dominantes como el tiranosaurio, por ejemplo,

    corrieron la terrible suerte de la extincin. Los especialistas han dado diversas

    explicaciones. Como siempre una buena parte de ellas son verdaderos monumentos a la

    fantasa. La mayora de las personas piensa que los dinosaurios desaparecieron

    gradualmente a lo largo del periodo cretcico superior: "A todo el mundo le llega su hora,

    nadie se salva del pie forzado". Algunos hablan de un gran asteroide que impact contra la

    tierra entre el periodo cretcico y la era terciaria, hace unos 65 millones de aos, creando

    una suerte de "periodo especial" que pudo haber producido ciertos cambios que afectaron

    a todo lo que viva. Sin embargo, parece ser que la gran mayora de los dinosaurios ya se

    haban extinguido por ese tiempo.

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    La representacin ms contundente, siguiendo el principio de la verdad ms sencilla, es

    simplemente que desaparecieron porque NO EVOLUCIONARON. Probablemente estaban

    tan orgullosos y contentos de ser dinosaurios que se mantuvieron firmes hasta la

    desaparicin. El episodio bien pudiera catalogarse de "victoria prrica" de la

    dinosauriocracia sobre el intento de la naturaleza de doblegar su autoridad y poder

    absoluto. Mal aliento, es decir, poco estimulante lo que nos deja esta historia para los

    dinosaurios de hoy.

    Sin embargo, no pas esto exactamente igual con todos los dinosaurios. Parece que

    algunos eran un poco ms inteligentes y fueron ms revolucionarios: ...hay hombres que se

    resignan a esa realidad, hay hombres que se adaptan a esa realidad, y hay hombres que no

    se pueden resignar ni adaptar a esa realidad y tratan de cambiarla, por eso son

    revolucionarios (Castro F. "Palabras a los intelectuales).

    Jack Horner, el inspirador del aventurero Alan Grant, el hroe del "Parque Jursico",

    durante sus largos aos de trabajo dice haber desenterrado y obviamente examinado ms

    de cincuenta mil dinosaurios. Sus hiptesis convencen por su carcter novedoso, hasta

    intrpido, sin demeritar el arsenal factolgico acumulado. En una de las tantas entrevistas

    que lo han hecho un personaje popular dijo: "Muchos de los dinosaurios no fueron lagartos,

    estos ms bien eran grandes pjaros". Hoy es una teora admitida por la mayora de los

    paleontlogos que las aves actuales evolucionaron a partir de los dinosaurios carnvoros y

    bpedos. Entonces unos dinosaurios desaparecieron. Pero otros echaron a volar.

    Zooflicamente, me consuela ms la idea segn la cual no todos los dinosaurios

    desaparecieron, sino que algunos se fueron volando. No se fueron volando a otro pas (lo

    cual tampoco puede ser desconsiderado - la migracin real y la ficticia: "no llores vida ma

    que pronto volver" se ha tragado a no pocos). Se fueron volando a otro estadio de

    desarrollo.

    Este "volar" de los dinosaurios es todo un smbolo del crecimiento: Es el depliegue de las

    capacidades hacia el futuro lo que definitivamente marca la diferencia entre la dialctica y la

    metafsica, y por ende entre el desarrollo y la extincin, la vida y la desaparicin. A veces

    equivocamos el concepto de trascendencia. Trascendente no es solo y no tanto lo que otros

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    enarbolan como sustento pretrito, anterior, pasado, de sus sueos, sino sobre todo lo que

    muta, lo que se reinscribe en los nuevos contextos discursivos de la vida.

    La psicologa en mi pas, en nuestro pas, aceler sus pasos ascendentes en pocas

    marcadas por la voracidad de los sectores jvenes que llegaron a ella, ms bien que la

    instituyeron. Un desarrollo impetuoso construido de una parte con el mimetismo, desde el

    que tambin es posible el descubrimiento de la identidad, de lo propio. Hay quienes creen

    que la poca de la rusificacin psicolgica fue, como dicen del turismo algunos polticos, "un

    mal necesario". Para mi fue una suerte. Pblicamente quiero agradecer a los que me

    dejaron crecer ante su imagen especular y fueron, como los padres somos ante nuestros

    hijos, blanco de las crticas sobre las que se construye la identidad. De otra parte, el

    desarrollo fue marcado con la frescura eclctica y pragmtica del accionar imprescindible en

    los escenarios sociales concretos. Hoy una ausencia a clase es un pecado, cuando muchos

    de nosotros estudiamos, la ausencia era el modo de asumir la presencia de la vida. Somos

    tan malos como para pensar que no se justifica la experiencia?.

    En apenas treinta aos (estoy considerando que podemos hablar de prctica evidente de la

    psicologa en Cuba a partir de los finales de los sesenta) lo hicimos casi todo. Hicimos la

    psicologa imperfecta : la que no espera a los grandes paradigmas para dar cuenta de su

    existencia y de su impacto sobre el cotidiano existencial de las personas y sobre todo en el

    proyecto social de la revolucin cubana. Hicimos la psicologa casi perfecta : la que enarbola

    a la teora como rectora de la realidad vislumbrada en algn que otro espacio fctico.

    Hicimos la psicologa pluscuamperfecta : la que "no est ni ah", como dicen mis hijos. Se

    dice fcil, pero haber mantenido abiertos tres centros especializados en la formacin de

    psiclogos, ctedras de psicologa en decenas de otros centros docentes, una presencia

    reconocida en todos los niveles del sistema de salud, espacios estables en empresas,

    fbricas. Haber logrado como gremio un desempeo profesional exitoso con un dficit de

    condiciones importante. Haber sobrevivido al periodo especial con muy pocas bajas: a pesar

    del dlar que escasea como efecto en las prcticas "psi", a pesar del "bombo", a pesar de

    las reducciones econmicas, a pesar de la conversin de especialistas en maleteros, etc.

    Smese a esto un elemento saurico: los dinosaurios que tenan los cerebros ms grandes

    eran los carnvoros. No se ha podido determinar si por ser inteligentes eran comedores de

    carne, o si por ser comedores de carne se tornaron ms inteligentes que los herbvoros. En

    cualquier caso el tipo de alimentacin de la especie correlacionaba de manera significativa

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    con sus capacidades intelectuales. No es esto una oda a los gordos (que no me vendra

    mal). Hablo de lo que es nuestra alimentacin profesional bsica: la informacin, el saber

    actualizado de lo que se hace y hacen otros. Todo esto y ms nos hace merecedores

    cuando menos de "rabo y orejas" al decir de las fiestas taurinas. No es esta

    lamentablemente la historia reciente de otras profesiones. Me siento orgulloso de mi gremio

    "dinosurico profesional" que ha estado siempre en su geografa simblica y real: "te fuiste,

    por eso perdiste. Yo no. Yo me qued. Y ahora soy el rey". Toda regla tiene su excepcin.

    Pero la regla es la dominante instituyente. Los psiclogos nos quedamos.

    Pero del peligro de un proceso de estancamiento no esta excento ni el ms ferviente

    seguidor de los demcritos y herclitos. El estancamiento no es una decisin de voluntad,

    sino una marca de los tiempos, de las vicisitudes, de los multifacticos determinantes

    exgenos y endgenos de los discursos cientficos, profesionales y personales. Si los

    dinosaurios se estancaron por qu no nosotros?. Creo que en "El Capital" Marx nos

    recomendaba ser incluso psimos arquitectos antes que abejas. Se fundamentaba en la

    capacidad de anticipacin. A Julio Iglesias le falt anticipacin, por eso tropez dos veces

    con la misma piedra.

    Conste que no estoy para nada diciendo que estamos en franco proceso de extincin. Estoy

    sencillamente afirmando que tenemos sntomas de estancamiento.

    Desde mi punto de vista, la psicologa que hacemos, la que hemos venido haciendo desde

    nuestra vocacin humanista, marxista y cubanista, est necesitada de alas. Por su forma,

    corre el riesgo de verse convertida en una prctica en exceso dogmatizada, demasiado

    seria, y, desde un lado ms emocional, por momentos aburrida, cclica, rutinaria. Y esto

    corre el tremendo peligro de erosionar al deseo, al atractivo, a la ansiedad como movilizador

    esencial de toda prctica humana, incluso las profesionales y cientficas. No deberamos ser

    nosotros los que olvidramos que desde 1920, ao en el Freud termin de escribir y public

    uno de sus trabajos ms controvertidos y a mi juicio innovador: Ms all del principio del

    placer, esta escrita la verdica suposicin psicoanaltica segn la cual el curso de los

    procesos anmicos es regulado automticamente por el principio del placer. (Freud S. 1981.

    Tomo III. p. 2507). Se trata de un principio del funcionamiento psquico, que como el genial

    creador del psicoanlisis seala corresponde a un funcionamiento primario del aparato

    anmico" (op.cit.p.2509). Hace unos aos atrs reunido con un grupo de estudiantes de la

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    Facultad de Psicologa les deca que la Psicologa necesitaba un new look1, necesita

    asociarse con lo agradable, defender el principio del placer, lo divertido. Y esto tiene que ver

    mucho con la autenticidad, con la improvisacin, con el cuestionamiento.

    Es contradictorio con la misma idea de la historicidad del pensamiento y de la produccin

    cultural de la subjetividad pensar que con las mismas categoras, los mismos problemas, los

    mismos mtodos, etc. se puede ao tras ao avanzar en una psicologa de profundo

    carcter social: ...hasta las categoras ms abstractas, a pesar de su validez...son, no

    obstante,...el producto de condiciones histricas, y no poseen plena validez sino para estas

    condiciones y dentro del marco de las mismas." (Marx C.1975.p.251). Recorriendo los

    pasillos y salones del Palacio de Convenciones, Centro en el que realizamos nuestro

    HOMINIS'992 , he tenido por momentos la impresin de estar en el Psicologa 90, y ms me

    he sentido en el "Cristino Naranjo" esperando a que alguien ms me hable mal del tiburn

    del almuerzo3. Alguien me deca en estos das: "algunas sesiones me han servido de repaso

    de lo que estudi hace 15 aos".

    Duda alguien de que la realidad en la que vivimos es distinta a la de aquellos das?. Es

    posible pensar que con el mismo discurso se pueden decir distintas cosas?. Obviamente,

    estn las deudas. La Ciencia Psicolgica siempre tendr deudas. "El residual irresuelto",

    podramos decir con Watzlawick. El saber de nuestra disciplina nunca es completo. En su

    incompletitud est tambin su capacidad de automovimiento. En su falta est el desarrollo

    indetenible de su objeto de estudio. Pero las deudas con el pasado no deben ser las marcas

    instituyentes del discurso de hoy. Que el genio de Vygotsky no haya sido reconocido en su

    poca no es razn suficiente como para repetir sus ideas en su versin original (alguien

    puede decir cul es la versin original?). La defensa del enfoque histrico cultural tiene sus

    razones en hoy. En el ayer, solo tiene parte de su experiencia.

    1 Un tiempo despus de sostener esta charla con los estudiantes organic un poco las ideas y las present en un Congreso Internacional de Psicologa de la Salud, porque tambin la psicologa necesita cuidar su salud. 2 HOMINIS'99 fue un Congreso de Psicologa y Ciencias Humanas que se organiz en noviembre de 1999. Se reunieron los psicologos, convocados por la Sociedad de Psiclogos de Cuba (organizacin en proceso de cuasiextincin) despus de casi diez aos sin hacerlo. 3 Creo que fue en el ao 1983 se organiz el Primer Seminario Cientfico de la Sociedad de Psiclogos de Cuba, en el Crculo Social "Cristino Naranjo". A pesar de mi negativa, uno de los das se dio tiburn en el almuerzo. Fue un desastre. Estaba en mal estado. Por las cosas raras de la vida quien cargo con la culpa fui Yo.

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    Las referencias histricas tienen sobre todo un carcter de base orientadora. Su sentido

    propio es el de dar una orientacin para la bsqueda y no podrn dar jams el resultado de

    la bsqueda misma. Es eso tambin parte del sentido del marxismo para la psicologa. El

    sentido de mi adscripcin al marxismo significa, entre otras cosas, el encuentro de una base

    orientadora. Considero que las bases orientadoras de la Psicologa tienden a encontrarse en

    obras cuya contemporaneidad no reside en su ao de publicacin sino en los problemas que

    plantean y las alternativas de reflexin que encierran. Como dice Juan Carlos de Brasi en el

    prologo al libro Clnica Grupal, Clnica Institucional, los viejos autores, siempre podrn

    ser los nuevos actores de un pensamiento inacabado. Pero las bases orientadoras no son

    las prcticas concretas que de ellas puedan desprenderse.

    No hay dudas de que existen epistemologas relegadas en nuestra disciplina, voces poco o

    mal escuchadas, y traerlas a escena es en ocasiones poder hacerse cargo al fin de su valor.

    Definitivamente y por suerte, hay cosas de las ciencias que resultan menos movidas por los

    embates de la contemporaneidad, la moda, lo ltimo que se publica. En un excelente trabajo

    que le hace muy poco se hace una cita a Limentani A. que dice: Mucho de lo que hoy se

    escribe no est dirigido tanto a decir algo particularmente nuevo, como a averiguar por qu

    hacemos ciertas cosas y si no hay maneras diferentes de hacerlas. Pero no confundamos

    esto con la repeticin que resulta hasta destructiva del posible contenido contemporneo de

    sus supuestas fuentes de origen.

    Por momentos tengo la sensacin de que una mala versin de "la honda retro" tpicamente

    posmoderna parece ganar espacio en nuestro mbito profesional. La diversificacin del

    escenario profesional de la psicologa me parece ms que buena imprescindible. Pero de

    ah a pensar que retrotraer la historia, con adicciones a discursos textuales con ms pasado

    que presente, es una alternativa, es partir, cuando menos, de una ingenuidad poco

    comprometida. Ms all de mis defensas ms que explcitas a la diversidad y a la

    asimilacin crtica del saber psicoanaltico, considero que intentar edificar una institucin

    psicoanaltica, por solo poner un ejemplo, a esta altura del juego, siguiendo las tradiciones

    ms arcaicas y ya pasadas de poca de la "gerontocracia psicoanaltica", es algo as como

    crear un partido bolchevique en la Antrtida a la usanza de los aos veinte. Todo tiene su

    momento. Para quien pasa el momento, la supuesta recuperacin recuerda aquella idea de

    que las cosas ocurren una vez como drama, pero cuando se repiten, entonces parecen

    caricaturas humorsticas. Hasta Luis Miguel sabe que "el beso que negaste ya no lo puedes

  • 10

    dar". Se imaginan a los dinosaurios del "Parque Jursico" deleitndose con un plato de

    picadillo de soya. La mirada al pasado para construir lo nuevo, no para negar el presente.

    En nuestras prcticas, sobre todo investigativas, la impronta positivista, por ejemplo, sigue

    siendo marcada. El dato se concibe como un hecho dentro de la inspiracin positivista, los

    modelos lgicos de sustentacin de la certeza son esencialmente los que defendieron por

    mucho tiempo Scott y Wertheimer. Pero no es esto lo peor: con frecuencia nada

    despreciable la contraposicin metodolgica a esta suerte de positivismo bien intencionado

    es tan endeble que sin duda la prominencia positiva sarcsticamente se vuelve a imponer.

    Tal es el caso del mal uso y abuso de supuestas tcnicas cualitativas. Una suerte de

    destruccin metodolgica elemental, se ha visto favorecida por la falta de seriedad , de

    profesionalismo y hasta un sentimiento de inmunidad e impunidad de algunos que sin

    saberlo son cmplices de la desarticulacin del saber y el hacer cientfico y profesional.

    Basta con el sentido comn, parecen decir algunos "maldefensores" de la epistemologa

    cualitativa, para hacer ciencia. Olvidan que el sentido comn es el menos comn de todos

    los sentidos. Ms an, olvidan que la ciencia es sobre todo una exigencia que trasciende al

    sentido comn lo mismo para negarlo que para defenderlo.

    Junto a esto considero que el discurso cientfico ms oficial , edulcorado y encartonado, no

    ha dejado florecer un discurso opintico, ms libre de atavismos y de exigencias.

    Posiblemente menos riguroso, pero no por esto menos importante en el panorama integral

    discursivo de una disciplina de vocacin humanista y de confirmacin social como la

    psicologa. En el fondo es la misma visin torquemadiana que sancionaba la obra freudiana

    por su falta de cientificidad en los mtodos de recoleccin de datos, la ausencia de clculos

    de significacin en sus hallazgos,etc. No se como no se les ocurri hacer la misma crtica a

    Marx y Engels, si en definitiva, como me dijo un alumno, nadie ha logrado poner a trabajar a

    un grupo de monos y al final constatar que se convierten en hombres y empiezan a hablar.

    Todo al fuego sentenci Mart. Todo al fuego para fundir una nueva disciplina ms

    enraizada en su realidad.

    Nuestra disciplina tiene que hacerse cargo de su responsabilidad cultural. "Una revolucin

    solo puede ser hija de la cultura y de las ideas" (Castro F. Discurso pronunciado en el Aula

    Magna de la Universidad Central de Venezuela). La Psicologa es productora de cultura y de

    ideas, pero no "per se", sino bajo la accin de profesionales que se comprometan en su

  • 11

    pensar, en su decir y en su hacer con dicha produccin. La cultura no es la produccin o el

    escenario conjuntivo y entrecruzado de la creacin esttica y tica de un grupo

    relativamente exiguo de la sociedad. La revolucin es un proceso de cambio epistemolgico.

    Es la sustitucin, y no la renovacin, de un paradigma de vida por otro. La cultura no es tan

    solo la produccin espiritual de todos los sectores sociales: la cultura es la estructura subjetiva de la libertad, de la identidad, de la psicologa real y concreta de los seres

    humanos. Para ello necesitamos reforzar nuestras races y robustecerlas con nuestras alas.

    Pero quizs lo que considero ms crtico es que el centro epistemolgico y metodolgico de

    nuestras acciones sigue muy centrado en una relacin de poder. Estoy hablando de aqul

    poder que Garca Mrquez represent con tanta claridad en Del Amor y otros Demonios

    cuando el Marqus de Casalduero, convencido de la inminente desaparicin fsica de su hija

    por la mordedura de un perro rabioso, intenta recuperar el tiempo emocional perdido en su

    relacin con la pequea Sierva Mara. Dice entonces: Le consagr todo su tiempo. Trat de aprender a peinarla y a tejerle la trenza. Trat de ensearla a ser blanca de ley, de restaurar

    para ella sus sueos fallidos de noble criollo, de quitarle el gusto del escabeche de iguana y

    el guiso de armadillo. La intent casi todo, menos preguntarse si aqul era el modo de

    hacerla feliz. Un preguntar-se cuya nica respuesta est en reconocer que el asunto es

    otros: preguntar-le.

    Estamos demasiado convencidos de que lo que hacemos es lo mejor, lo conveniente, lo

    adecuado. Seguimos en una posicin distante del objeto de nuestro conocimiento que, a

    diferencia de otras ciencias, es un ser humano, lo que quiere decir que somos nosotros

    mismos. En lugar de aprender a observarnos y entendernos, tratamos de impedir que nos

    observen y entiendan nuestros sujetos (Devereux G.1991.p.52). Quizs nos falta acceder

    con mesura y alternancia a esa idea posracionalista segn la cual todas las teoras

    desarrolladas por el signo individuo, ya sean cientficas o filosficas, tienen su fundamento

    en la emocionalidad y no en la racionalidad, al tiempo que sin emocionalidad no puede

    haber racionalidad (Ruiz A.1995.p21).

    Esto que digo no es una renuncia a nuestra reciente tradicin marxista, muy por el contrario,

    es su profundizacin. Una comprensin ms cabal de la dialctica de lo absoluto y lo relativo

    en lo que a teora de la verdad se refiere. Una democratizacin participativa en lo que a

    construccin del conocimiento se refiere sin miramientos prejuiciosos de paradigmas de

  • 12

    origen ni de posiciones vinculares de poder. El marxismo es un modo de andar y no un

    punto de llegada, es un taller de trabajo y no una exposicin de obras maestras. El

    marxismo es ante todo un mtodo de trabajo y no un conjunto de dogmas...no es una

    dialctica verbal, un malabarismo de palabras clave, sino el descubrimiento activo de la

    dialctica de las cosas (Zazzo R.1976.p.111). Dialctica es su comprensin dinmica, su

    centro epistemolgico generador de su desarrollo, de su modificacin, de su negacin y

    afirmacin, de su unidad y su ruptura.

    Se habl en estos das de la altenativa posmoderna. Ya me he pronunciado al respecto.

    Pero desde todo lo dicho hasta ahora no sera descubrir un secreto si les digo que me

    atraen del posmodernismo algunas cosas. Precisamente aquellas que considero necesita

    nuestra comprensin y nuestro hacer en la Psicologa. En primer trmino, ese toque de

    irreverencia, de cuestionamiento y no aceptacin de lo sacrosanto. La ruptura de los

    dogmas. No me identifico con el abolicionismo radical tpico del estar posmoderno, sino

    con una actitud ms consecuente con la idea marxista de la historicidad incluso de las

    categoras, como seal antes, y de las representaciones de la ciencia (Marx. C. 1975). Me

    fascina la idea de reencontrarnos con la esencia crtica del marxismo, esa que siempre

    utilizamos como instrumento de anlisis de lo forneo, de lo ajeno, de los distante, pero que

    poco aplicamos en nuestro propio anlisis, en nuestro autocuestionamiento. Junto a esto,

    me atrae la posibilidad explcita de dudar, de hacer de las certezas lugares de

    cuestionamiento. Y por ltimo me identifico tambin con ese lenguajear libre y con

    capacidad de ser autnticamente espontaneo, sin temor al error, a las interpretaciones.

    Es justo decir que en los ltimos aos algunas cosas se han modificado sensiblemente. El

    distanciamiento poltico y econmico con aquella caricatura en la que se ha convertido hoy

    la extinta Unin Sovitica nos facilit acelerar el proceso de revisin crtica de nuestras

    adherencias y comunidades. Este proceso se vena verificando desde la primera mitad de

    los ochenta, pero sin duda alguna se acelera a en el inicio de los noventa. Influencia positiva

    para esta modificacin ha resultado tambin nuestra apertura y reencuentro con

    Latinoamrica, la multiplicacin de los contactos con otros paradigmas

    latinoamericanizados. Pero an estamos desarrollando una versin de la psicologa que no

    se ha dejado impactar por el mundo contemporneo all donde, desde una visin cuando

    menos utilitaria, le resultara conveniente.

  • 13

    Aunque parezca cosa de viejo, me cito a m mismo: No recuerdo donde le que la esencia

    de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realizacin personal en

    circunstancias en que otras personas optan por la locura. No hay duda que ms de una

    razn para la locura, la encontramos en una mirada al mundo de hoy, en un palpar nuestra

    realidad cotidiana. Son muchas las invitaciones a la locura. Pero tenemos muchas razones

    para optar por el crecimiento, por el desarrollo, por un proyecto emancipatorio que

    robustezca nuestras esperanzas como anticipo irrevocable de la felicidad. Solo necesitamos

    que nuestros compromisos no cieguen nuestra creatividad, que nuestras certezas y

    convicciones no se conviertan en dogmas incuestionables, que nuestras ansias de lo nuevo

    no sean cercenadas por los fantasmas de lo viejo. Dialctica es por esencia la apropiacin y

    regeneracin de lo nuevo, es contrario a todo lo que signifique resistencia al cambio,

    paranoia frente a lo nuevo, confusin dogmatizante entre contaminacin ideolgica y

    transposicin intercultural crtica.

    "No es necesario renunciar al pasado para entrar en el porvenir. Al cambiar las cosas no es

    preciso perderlas". Lo que s es preciso es saberse reconocer a s mismo en el nuevo lugar.

    Ya gateamos. Ya caminamos. Ya corrimos. Ya saltamos. Ahora necesitamos volar. Ser

    que alguien prefiere la extincin?. Los dinosaurios lo hicieron. Nuestro instrumento de vuelo

    es el pensamiento. Tenemos que volar libremente, pensar libremente. Y, como he dicho en

    mltiples ocasiones, repetir con Bacon "creer que no se puede pensar ni se puede hacer es

    idiotez, hacer sin querer pensar es fanatismo, pensar pero no hacer es deshonestidad, pero

    no tener la osada ni la decisin de pensar ni intentar hacer, es un acto de cobarda, un

    suicidio intelectual. Dinosaurios A VOLAR.