dimensión regional de la literatura

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61 Revista Universitaria jul-sept 2005 La dimensión regional de la literatura Humberto Félix Berumen Textos y discursos Para dar cuenta de los resultados alcanzados en la reunión titulada “Para una historia de la literatura latinoamericana” —llevada a cabo en Caracas, Venezuela, entre el 26 y el 29 de noviembre de 1982—, Ana Pizarro apuntaba que el primer problema que se aborda en el libro que recoge las ponencias y las discusiones tiene que ver con la delimitación del área de lo que constituye la literatura latinoamericana. No obstante, continúa: En el caso de América Latina, ni los criterios lingüísticos, ni los geográficos ni los políticos dan cuenta por sí solos del espacio específico de lo literario: dan cuenta de él los parámetros culturales que articulan, en su convergencia como en sus contradicciones la estratificada complejidad de las manifestaciones literarias. En este sentido, no podemos prescindir del nivel cultural al buscar un eje organizador del discurso literario latinoamericano como sistema. 1 Si ubicamos el asunto en nuestro propio terreno, el primer problema es precisamente ése: identificar en la medida de lo posible el eje organizador de la literatura regional como sistema, señalando para el caso las circunstancias culturales que la determinan, pues son éstas las que en última instancia darán cuenta de su existencia. Pero delimitar regiones no significa, cuando menos no en esta ocasión, establecer límites territoriales precisos (dónde empieza y dónde termina una región), y que poco o nada habrán de ayudar a la comprensión final del fenómeno literario. Menos aún poner el énfasis en el estudio del espacio regional como una unidad geográfica. Pues no es el análisis del espacio en cuanto tal lo que en realidad importa sino lo que ahí acontece en el campo de la literatura. Importa, sí, y desde luego, poder precisar el área socio-cultural dentro de la que se originan las diversas manifestaciones de lo literario, puesto que no podría prescindirse de la secuencia cultural al momento de buscar sus articulaciones más generales. A menos que, es posible, se pretenda seguir insistiendo en los estudios de tipo inmanentista, centrados exclusivamente en el análisis formal de los textos literarios El problema no debería presentar mayores inconvenientes, salvo los que pudieran derivar de su propia complejidad, de no ser porque seguimos careciendo de investigaciones que nos permitan comprender lo que, para el caso de México, hay que entender por regiones culturales. No digamos ya para el caso de la literatura regional donde el problema apenas se ha venido considerando. De allí, por lo tanto, que sea conveniente emprender un somero repaso (así a vuelo de pájaro) para conocer algunas de las propuestas que existen en torno a la conceptualización analítica de región, entendida ésta como región cultural (o región socio-cultural). Debido también porque no existe una definición unívoca de región, ya que dicho concepto se presta para múltiples interpelaciones y no pocas controversias inútiles. Por razones de espacio hemos limitado a unas cuantas propuestas de análisis, y de entre las cuales cabe mencionar los trabajos emprendidos por Guillermo Bonfil Batalla. Para este importante investigador las regiones culturales —y a las que hay que considerar a partir de su dimensión temporal—, deberían entenderse como “la expresión territorial, espacial, de un proceso 1 Pizarro, 1987.

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Dimensión regional de la literatura

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    Revista Universitaria

    jul-sept 2005

    La dimensin regional de la literatura

    Humberto Flix Berumen

    Textos y discursos

    Para dar cuenta de los resultados alcanzados en la reunin titulada Para una historia de la literatura latinoamericana llevada a cabo en Caracas, Venezuela, entre el 26 y el 29 de noviembre de 1982, Ana Pizarro apuntaba que el primer problema que se aborda en el libro que recoge las ponencias y las discusiones tiene que ver con la delimitacin del rea de lo que constituye la literatura latinoamericana. No obstante, contina:

    En el caso de Amrica Latina, ni los criterios lingsticos, ni los geogrficos ni los polticos dan cuenta por s solos del espacio especfico de lo literario: dan cuenta de l los parmetros culturales que articulan, en su convergencia como en sus contradicciones la estratificada complejidad de las manifestaciones literarias. En este sentido, no podemos prescindir del nivel cultural al buscar un eje organizador del discurso literario latinoamericano como sistema.1

    Si ubicamos el asunto en nuestro

    propio terreno, el primer problema es precisamente se: identificar en la medida de lo posible el eje organizador de la literatura regional

    como sistema, sealando para el caso las circunstancias culturales que la determinan, pues son stas las que en ltima instancia darn cuenta de su existencia. Pero delimitar regiones no significa, cuando menos no en esta ocasin, establecer lmites territoriales precisos (dnde empieza y dnde termina una regin), y que poco o nada habrn de ayudar a la comprensin final del fenmeno literario. Menos an poner el nfasis en el estudio del espacio regional como una unidad geogrfica. Pues no es el anlisis del espacio en cuanto tal lo que en realidad importa sino lo que ah acontece en el campo de la literatura.

    Importa, s, y desde luego, poder precisar el rea socio-cultural dentro de la que se originan las diversas manifestaciones de lo literario, puesto que no podra prescindirse de la secuencia cultural al momento de buscar sus articulaciones ms generales. A menos que, es posible, se pretenda seguir insistiendo en los estudios de tipo inmanentista, centrados exclusivamente en el anlisis formal de los textos literarios

    El problema no debera presentar mayores inconvenientes, salvo los que pudieran derivar de su propia complejidad, de no ser

    porque seguimos careciendo de investigaciones que nos permitan comprender lo que, para el caso de Mxico, hay que entender por regiones culturales. No digamos ya para el caso de la literatura regional donde el problema apenas se ha venido considerando. De all, por lo tanto, que sea conveniente emprender un somero repaso (as a vuelo de pjaro) para conocer algunas de las propuestas que existen en torno a la conceptualizacin analtica de regin, entendida sta como regin cultural (o regin socio-cultural). Debido tambin porque no existe una definicin unvoca de regin, ya que dicho concepto se presta para mltiples interpelaciones y no pocas controversias intiles.

    Por razones de espacio hemos limitado a unas cuantas propuestas de anlisis, y de entre las cuales cabe mencionar los trabajos emprendidos por Guillermo Bonfil Batalla. Para este importante investigador las regiones culturales y a las que hay que considerar a partir de su dimensin temporal, deberan entenderse como la expresin territorial, espacial, de un proceso

    1Pizarro, 1987.

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    histrico particular.2 Reconoce, sin embargo, que las regiones culturales no son necesariamente homogneas, pero que tienen todas ellas una estructuracin bsica que les confiere cierta unidad interna.

    Su visin sera posteriormente ampliada en otros trabajos sobre el mismo tema, al sealar que:

    La diversidad geogrfica, las formas histricas de poblamiento y colonizacin, los recursos naturales, la diversidad de la poblacin, y el desigual grado de desarrollo econmico, son factores que determinan la formacin de regiones particularizadas que con frecuencia se expresan en la consolidacin de culturales regionales, con rasgos distintivos en muchos rdenes de la vida social3

    Todo lo cual nos ha llevado, muy frecuentemente, a proclamar la existencia de la cultura nortea frente a la cultura yucateca o a distinguir a la cultura de occidente de Mxico frente a la cultura jarocha, por citar algunos ejemplos. Eso s, cada regin con sus propias participaciones y con sus elemento distintivos que nos permiten precisamente eso, identificarlas. En el origen de todas estas culturas diferenciadas estara presente la articulacin de cuando menos tres elementos bsicos: un proceso de diferenciacin debido al desigual desarrollo econmico del pas, la diversidad cultural reconocible a escala nacional y la desigualdad social existente. Las causas hay que buscarlas en la historia.

    Una propuesta igualmente interesante es la expuesta por Hctor Tejera Gaona, quien concibe a la regin cultural como un espacio de identidad. Son los actores sociales, afirma, quienes establecen, y a partir

    de ciertos referentes culturales compartidos, los espacios que les son propios y el sentido que les imprimen. Pero se trata no de una identidad inmanente sino de una identidad que se expresa social y culturalmente a travs de la poltica. La mencin de la poltica hace referencia a aquellos procesos que, sustentados en clasificaciones simblicas, en sentidos culturales que cohesionan y diferencian, permiten distinguir a una regin de otra.4

    Por donde, concluye Tejera Gaona, en el estudio de la cultura regional nos enfrentamos no con referentes territoriales ni, necesariamente, con procesos productivos, sino sustancialmente con relaciones sociales y con los significados que los hombres establecen en ellas. 5

    En el mismo sentido parecen discurrir los trabajos realizados, respectivamente, por Gilberto Jimnez y Ricardo vila Palafox. Para el primero, la regin socio-cultural nace de la historia, es decir, de un pasado histrico vivido en comn por una colectividad asentada en una porcin de territorio.6 Y es precisamente esta convivencia lo que le confiere su peculiar identidad a la colectividad considerada desde un punto de vista regional.

    La regin, por tanto, no est desligada de la identidad cultural. De hecho:

    La identidad regional cuya existencia nunca puede presumirse a priori se da cuando por lo menos una parte significativa de los habitantes de una regin ha logrado incorporar a su propio sistema cultural los smbolos, valores y aspiraciones profundas de su regin.7

    Mientras para que vila Palafox, que encuentra en el actual

    resurgimiento de la identidad regional-cultural uno de los motivos por los cuales es preciso emprender su anlisis, la regin cultural constituye un espacio fsico-geogrfico ms o menos delimitado y en donde, a travs de los aos, se ha desarrollado una serie de instituciones sociales y fenmenos culturales que, aunque similares a otros, guardan sus particularidades que les hacen distinguirse de otros.8

    Otro muy distinto es el punto de vista de Claudio Lomnitz-Adler. Esta autor considera que una cultura regional es aquella cultura ntimamente diferenciada y segmentada que se produce a travs de interacciones humanas en la economa poltica regional. En su opinin, las regiones se encuentran ntimamente ligadas a las regiones econmicas y administrativas, pero la diferenciacin especial de la cultura, sus patrones de organizacin y sus ritmos de cambio, siguen otra lgica distinta: la de la interaccin simblica de los significados.9 As, para Lomnitz el estudio de la hegemona es fundamental para llegar a comprender la conformacin de una regin, puesto que al hablar de cultura regional nos referimos a la cultura de un grupo homogneo sino al a cultura que existe y funciona en un espacio organizado y articulado por una dominacin de clase.10

    Andrs Fbregas Puig coincide en buena medida con las propuestas

    2 Bonfil, 1973.3 Bonfil, 1991.4 Tejera, 1991.5 Ibdem.6 Gimnez, 1994.7 Gimnez, 1999.8 vila, 1991.9 Lomnitz, 1995.10 Ibdem.

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    comentadas antes. Concibe a las regiones bsicamente como comunidades de identificacin cultural e identitaria. Estas comunidades, sostiene, son el resultado de una historia particular compartida; reconocibles adems porque son portadoras de rasgos culturales comunes. Detrs de una regin y por ende, de una identidad cultural se encuentran procesos histricos de largo alcance.

    Resumiendo lo dicho hasta aqu: la nocin de regin no es unvoca, sino ambigua y elusiva, ya que puede significar cosas totalmente diferentes para profesionistas de distintas disciplinas. No obstante las diferencias existentes, podemos aceptar que las regiones constituyen el punto convergente entre el espacio fsico y el espacio social (Limas Hernndez), ya que son el resultado de procesos histricos particulares que dan unidad social a determinados territorios. De aqu que podamos recurrir al concepto de regin como un concepto funcional o como una herramienta metodolgica que nos ayudara a pensar la espacializacin territorial de los distintos fenmenos sociales. Cabe advertir, no obstante, que tales espacios no siempre se ajustan a las divisiones poltico-administrativas vigentes (naciones, estados, municipios), aunque en algunos casos pudieran coincidir plenamente con ellas o bien abarcar varias a la vez ( la regin de las huastecas, por citar un ejemplo). En otros casos dos o ms naciones pueden compartir un mismo espacio regional (El Caribe, los Andes).

    De igual manera debemos aceptar que la regin no se da de por s, ya que no es un dato a priori, sino un constructo cultural (Gilberto Jimnez) que cada investigador construye para dar respuesta a las

    preguntas que le permitan reconocer los signos diacrticos de una identidad expresada a nivel regional. Cmo se forman las regiones, el tipo de las relaciones que mantienen en la nacin, los lmites territoriales que abarcan, el sentido cultural que las identifica, etctera, son algunas de las preguntas que configuran la problemtica de los estudios regionales.

    Queda claro tambin que no es el espacio regional como tal es el motivo de reflexin sino la dimensin espacial de las prcticas culturales (entre ellas la prctica literaria) e, insistimos, que tienen como escenario a una regin en particular. Por lo que, desde esta perspectiva del anlisis literario se vuelve secundario interrogarse por los referentes territoriales o por los lmites geogrficos que la contienen. Lo regional es el marco geogrfico dentro del cual se despliega la cultura. Si bien no ignoramos que es la cultura la que, en primera instancia, hace posible la existencia de tales regiones; ni el hecho, en ltima instancia, de que es el hombre quien las configura y modifica.

    Llegados a este punto bien podramos preguntarnos si vale la pena pensar la literatura en los trminos de una regin socio-cultural. Preguntarnos, por ejemplo, acerca de lo que se persigue al relacionar lo literario con lo regional y a este ltimo con lo cultural; o quizs, preguntarnos qu ganan los estudios literarios al identificar una regin cultural en los trminos descritos ms arriba. Slo por mencionar algunas de las interrogantes que hoy se encuentran en el centro de los debates.

    Tal vez sea importante insistir en lo que por obvio, y sabido, se olvida muy a menudo: que Mxico no es una nacin necesariamente homognea

    sino pluricultural y plurilingstica. A la vez que un territorial conformado por mltiples y diversos espacios regionales (Limas Hernndez) y que, por lo tanto, es preciso llegar a comprender en toda su complejidad y riqueza. Espacios regionales en los que, como hemos venido exponiendo, se despliega una determinada identidad cultural.

    As pues, lo que ayuda a delimitar el rea comprensiva de una literatura regional es la existencia de significaciones culturales comunes11 y, por ello mismo, reconocibles dentro de un espacio cultural determinado. El eje organizador de la literatura regional, entendida como sistema, no puede ser otro ms que aquella cultura (asumida sta en sus sentido ms amplio) que se despliega dentro de una regin especfica. El otro eje correspondera a la historial

    En lo que respecta a la literatura habra que decir que ubicar la literatura dentro de una regin cultural resulta bastante til, entre otras razones:

    a) Para superar las versiones centralistas que han privilegiado la historia literaria de Mxico desde una perspectiva homognea y uniforme, sin tomar en cuenta la pluralidad de los distintos sistemas literarios existentes, su articulacin en una unidad orgnica y sus contradicciones internas.

    b) Para llegar a comprender, y desde los postulados tericos de la sociocrtica, cmo la literatura contribuye a producir el imaginario social, a ofrecer a los grupos sociales figuras de identidad (de identificacin), a fijar representaciones del mundo que tienen funcin social.12

    11 Pizarro, 1987.12 Robin y Angenot, 1991.

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    c) Para ver el modo cmo la literatura se inserta y participa en el proceso de conformacin de la identidades regionales. A la vez stas la condicionan o la propician. En cualquier caso, porque la literatura es tambin realidad y acta como un importante factor de su dinmica histrica.13

    d) Para entender Sobre qu contexto genrico se ubica la tradicin narrativa de la frontera norte? De qu tradicin hablamos? Si es que aceptamos su existencia, cmo es que esa tradicin se ha desarrollado?.14

    e) Para llegar a comprender, por ltimo, de qu manera se articulan los sistemas regionales literarios dentro del sistema literario nacional. Si es que aceptamos que tales sistemas existen y que, como creemos, permiten explicar el desenvolvimiento de la literatura dentro de una regin socio-cultural.

    Ya en otra ocasin habamos sealado que el panorama de la literatura mexicana no se agota hoy en lo que se publica y difunde desde la capital del pas.15 Que exista la necesidad de llevar a cabo el estudio de la literatura desde una perspectiva que tomara en cuenta la existencia de aquellas expresiones literarias que no pasan necesariamente por el tamiz del Distrito Federal. Tal como sucede hoy con las literaturas regionales que no slo se ven minimizadas sino, a menudo, francamente ignoradas.

    Un primer paso en este sentido es precisamente buscar, como quera Ana Pizarro, el eje organizador del discurso literario regional. Y, en segundo lugar, entender la literatura regional como un sistema literario con sus propias leyes y sus conflictos. Entenderla, finalmente, como parte del espacio de una identidad cultural claramente territorializada.

    BibliografaBonfil Batalla, Guillermo. La

    regionalizacin cultural de Mxico: problemas y criterios. Seminario sobre regiones y desarrollo en Mxico. Mxico: UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales, 1973. 159-179.

    . Pensar nuestra cultura. Mxico: Alianza Editorial, 1991.

    Fbregas Puig, Andrs: La dimensin regional de la cultura. Regiones de Mxico, ao 1, nm. 1, 2002. 5-10.

    Cornejo Polar, Antonio. La literatura latinoamericana y sus literaturas regionales y nacionales como totalidades contradictorias. Hacia una historia de la literatura norteamericana. Ana Pizarro, coord. Mxico: El Colegio de Mxico, Universidad Simn Bolvar, 1987. 123-136.

    Flix Berumen, Humberto. Literaturas de tierra adentro. De cierto modo. La literatura de Baja California. Mexicali, B.C.: UABC, 1998.

    Jimnez Gilberto. Apuntes para una teora de la regin y de la identidad regional. Estudios sobre culturas contemporneas, vol. VI, nm. 18, 1994. 165-173.

    . Territorio, cultura e identidades: la regin socio-cultural. Estudios sobre las culturas contemporneas, Epoca II, vol. V, nm. 9, 1999. 25-57.

    Limas Hernndez, Alfredo y Mario Armando Vzquez. Mxico como conjunto de espacios regionales. Mxico: Universidad Autnoma de Ciudad Jurez, Cuadernos de trabajo 22, junio de 1994.

    Pizarro, Ana, coord. Hacia una historia de la literatura latinoamericana. Mxico: El Colegio de Mxico, Universidad de Simn Bolvar, 1987.

    Robin, Rgine, Angenot, Marc. La inscripcin del discurso social en el texto literario. Sociocrticas. Prcticas textuales, cultura de fronteras. M. Pierrette

    Malcuzynski, coord. msterdam: Rodolphi, 1991. 51-79.

    Tejera Gaona, Hctor. Regiones e identidad y anlisis cultural. Desarrollo regional hoy. Blanca Rebeca Ramrez V. Coord. Mxico: UAM-Xochimilco, 1991. 161-174.

    . La identidad cultural y el anlisis regional. Nueva antropologa, vol. XII, nm. 41, 1992.

    13 Cornejo, 1987.14 Gmez Montero, 1993.15 Flix Berumen, 1998.

    Humberto Flix BerumenEscuela de Humanidades, UABC, Tijuana; Colegio de la frontera norte, COLEF.