dime que me quieres (erótica) (spanish edition) · ayer por la noche, a causa de nuestra larga...

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Índice

PortadaDedicatoriaCitaCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17Capítulo18Capítulo19Capítulo20Capítulo21Capítulo22Capítulo23Capítulo24Capítulo25Capítulo26Capítulo27Capítulo28

Capítulo29Capítulo30Capítulo31Capítulo32Capítulo33Capítulo34Capítulo35Capítulo36Capítulo37Capítulo38EpílogoAgradecimientosNotasBiografíaCréditos

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Selodedicoamiqueridafamilia,yledoylasgraciasporemocionarseconcadaunodemislogros.Ellossonlomásimportantequelavidamehadado;mishijosymiesposoconstituyenmiuniverso.

Y...porsupuesto,ati,quemelees,quemesigues,queteemocionascon

cada adelanto, que ansías que salga pronto mi próxima novela y teimpacientasconlasesperas.

Selodedicomuyespecialmenteatodasmislectorasdesesperadas.

Porquenadieenestavidadebesentirsesolo...

FABIANAPERALTA

Capítulo1

Memaldigoenelinstantemismoenqueapoyounpiefueradelacamayveolahoraquees;noheoídoeldespertadoryahoratengolosminutoscontados.

Noesposibleque,justamentehoy,mehayaquedadodormida,yaqueporningúnmotivo,yapesardeserladirectorageneraldeSaintClair,mepuedodarellujodellegartarde;además,ésanoesmipolítica:siemprehedestacado por dar ejemplo con la puntualidad, pues considero que esohacequelosempleadostambiéncumplanconsuhorario.Segúnmimadre,enrealidadlohagoporquesoyunaobsesadeltrabajo.

Anoche estuve discutiendo por teléfono hasta entrada lamadrugadaconMarc,miparejadesdehacedosaños.Lociertoesque,deuntiempoaesta parte, parece que es lo único que se nos da bien: discutir y discutirtodo el tiempo.Después de la bronca queme eché, realmenteme costóconciliarelsueño,yprecisamenteésaeslarazónporlaqueahoraestoypagandocarohaberestadodesvelada.De formaatropellada,corrohaciael baño y torpemente me llevo por delante el marco de la puerta deentrada;pobresdedosdemispies,creoquehastaveolasestrellas,comoen los dibujos animados. Me masajeo mientras suelto una retahíla deimproperios, y luego decido restarle importancia, porque no tengotiempo.Continúomicaminoyabroelgrifodeladuchaparaqueelaguavayatemplándosemientras,atodavelocidad,mequitolacamisetaqueusoparadormirylaropainterior,pero,justocuandoestoyapuntodeponerunpiedentrodeladucha,oigosonarmimóvil,quehaquedadosobrelamesilla de noche, así que, considerando que puede ser algo importante,regresoamihabitaciónpararesponderalallamada.EsEstelle,miamiga,mimanoderecha,midirectoradediseñosymicompañeradeaventuras.

—Estelle,¿pasaalgo?—Queríadartelosbuenosdías,comotodaslasmañanas.—Mehequedadodormidayvoyretrasadísima;mehaspilladojusto

apuntodemetermeenladucha.Luegotellamo.Nodejoqueemitaunasolapalabramásycortolallamada.Vuelvoal

bañoymedispongoporfinaducharme.Entrodeunavezenelcubículopara meterme bajo el chorro de agua, y a toda pastilla enjabono micabello;depronto,elaguadejadesalir.

—¡¡Maldición!! Hoy no es mi día —grito con la cabeza llena deespuma.

Abrolamamparadeladuchay tanteohastadarconunatoallaparalimpiarmeel jabónque tengoen la cara.Muevo losgrifosdeun ladoaotro,peronada,parecequenohayformadequeelaguaregrese.Metapoconlabataycojoelteléfonoparallamaralportero,querápidamenteseexplica.

—SeñoritaDominique, hahabidounproblemacon labombaynoshemosquedadosinaguaentodoeledificio.Estamosesperandoaltécnico,sientomucholosinconvenientes.

«Bueno,midíanopuedeirpeor...¿Osí?»—Mente positiva, Dominique, que un tropezón no es caída y, si

siguesacumulandotensiones,teparecerásaMichaelDouglasenUndíadefuria.

Perocomoesobvioquedefinitivamentemehelevantadoconelpieizquierdo,yaparezcounaollaapresiónapuntodeestallar.Voydescalzahacialacocina,chorreandoaguayconlacabezallenadejabón;laimagenque doy es la de una desquiciada. Llego hasta donde está la señoraAntoniette,queyametienepreparadoeldesayuno,comocadamañana,ylasorprendoconmiaspecto.

—Buenos días, Antoniette. Nos hemos quedado sin agua en eledificio.Porfavor,pásamealgunasbotellasdeaguamineral; tengotodoel cabello lleno de jabón y es tardísimo—le informo como si ella noestuvieraviendoelestadoenelquemeencuentro,aunquelociertoesqueestoyintentandomostrarmetranquila.

—Perosiacabodeusarlahaceunsegundo.Abre el grifo para comprobar lo que digo y, al ver mi gesto

impaciente,nosedemoramás:seapresuraadarme loque lehepedido.Intenta contener su sonrisa, pero se le escapa amedias ante la situación.Creo que tengo pinta de loca desencajada. Raudamente me facilita lasbotellasy,casialgalope,regresoalbañoparapoderterminardedarmeladucha;necesitotenerunaspectodecente,comosea.

Maldigo a Marc al salir del baño. Ayer por la noche, a causa denuestralargadiscusión,nisiquieramepreparélaropaparahoy.Entroen

mivestidorymirorápidamenteloquehaycolgadoenél;enesemomentomedoycuentadequemimadre tiene razón: siempremediceque tengodemasiadaropayque,poreso,mecuestatantodecidirme;paracolmo,nohetenidotiemposiquierademirarquédíahace.

—Antoniette—gritoatodopulmón—.¿Quétiempohace?—Radiante,yhacemuchocalor—mecontestadesdelacocina.Optoporunvestido color tiza conescotepalabradehonory falda

plisada. Me seco el pelo apresuradamente, y no me preocupo por elmaquillaje ni por el peinado, porque luego tengo una sesión de fotos yhabráprofesionalesqueseencargarándemí.

«Bien,unaamifavor.»Cojounbolsoatonoconelvestido,mesuboenunostaconescolor

naturalysalgoatodamarchadispuestaairme.Cuando aparezco en el salón,Antoniette está esperándome con una

tazadecaféenlamanoyuncruasánenlaotra.Mesonríomientrasagitola cabeza y ellame regala una sonrisa realmentemuy cariñosa; cojo latazay, cuandomedispongo a beber, torpementeme tiro todo el líquidoporencima.Parecequeunacadenadedesastressesucedesininterrupción,amenazandoconarruinarmimañanaymidía.

—Merde.—Cálmate,tesoro.—Llegotarde,Antoniette;hoyeselcasting,ytodomesalemaldesde

quemehedespertado.—Vamos,queteayudoacambiarte.Emitounsuspiro;estoyhastiadacontantoscontratiempos,perosigo

intentandonoponermedemalhumor,porquemeconozcoy, sipermitoqueafloremimalgenio,cuandolleguealaoficinanadamesentarábienyhoynecesitoestartranquila.

Me pongo un vestido negromuy ceñido al cuerpo que se anuda alcuello y deja mi espalda al descubierto; lo ha elegido Antoniette. Altiempo que busco los zapatos negros de tacón de aguja, ella vacía mibolso y cambia todasmis pertenencias a uno negro.Me doy una últimamiradaen el espejoy salgodemidormitorio.Yano tengo tiempoparadesayunar, pero en la sala me espera mi asistenta con una bolsa quecontienemialmuerzo; así es elladeatenta conmigo, jamásdejaquemevayasinmisracionescorrespondientesdecomida,yesqueestamujermecuida como una verdaderamadre cuida de su hija.Además, ella esmás

conscientequeyode la importanciaque tieneparamí laalimentación,ysabequenopuedodesatendermidieta.

AunquehacetansólotresañosqueAntonietteestáamiservicio,sabequetiempoatrássufrítrastornosalimentariosquemellevaronaunestadodeciertagravedad;cuandomemudésolaaParísylacontraté,mimadreseencargódedarlelasindicacionespertinentesparaquenomequitaraelojodeencima.

—Gracias,Antoniette,eresunsol;realmentenoséquéharíasinti—ledigoaltiempoquelebesolafrente.

—Cómetelotodoynolohagasacualquierhoray,encuantolleguesaltrabajo,desayuna.

—Sí,mamá.—Ojalá fuera tu madre, cariño, pero ya tienes una que se ocupa

muchodetiyteadora.—Losé,perotequierocomoamisegundamadre.—Anda,vete,aduladora,ollegarástarde.Toma.Me extiende la correspondencia y, con ella, me pega en el trasero

antes de quemevaya.Ledoyotro beso en la frente, pillo los sobres alvuelo,losmetodentrodemibolsoymevoy.

Medirijohaciaelgarajeyrecuerdoenesemismoinstantequelehecolgado la llamada a Estelle, así que cojomi teléfono, toco la pantallabuscandosunúmeroylallamo.

—Hola, Estelle, ya estoy saliendo de casa. Creo que finalmentellegaréatiempoo,almenos,noloharétantarde.¿Yaestásenlaempresa?

—Sí, cariño, ya estamos todos y es un poco raro no tenertedirigiendo todo esto.Han llegado el peluquero y elmaquillador; los deMarketing lo tienen todo organizado, al igual que el fotógrafo y elcámara,queyalohanpreparadotodoenelestudio;además,estamañanamuytempranolosdemantenimientohanmontadolacama.

—Meencantaelcabecerodeesacama,peroquenoseloponganaún,queloreservaremosparalasesióndefotos.

—Tranquila,todosehadispuestosegúntusespecificaciones,nadieseatrevería a desobedecer una orden tuya. Pero ahora que caigo: ¿tú notienes una asistente personal para que te informe de todo esto? Soy tudirectoradediseños,notusecretaria.

—Noteenfades,sabesquesitelopreguntoesporqueséque,cuandonoestoy,túmecubres.

—Aprovechada,deberíapedirteunaumento.—Reconocerásquenotepagotanmal.Tequiero—ledigomientras

tiro mi bolso en el asiento del acompañante y me meto dentro de miMercedesCL65Coupédecolorburdeos.

—Los modelos ya han comenzado a llegar; en persona son másguapos,sevenreales.

Mecarcajeosinpreocuparmededisimular.—Meimagino...Túvesuntorsodehombreytepierdes.—Estásequivocada,querida, loquemepierdensonesospantalones

ajustaditos,quelesoprimeneltrasero;imaginarmequeselosquitojuntocon los bóxeres para descubrir lo que hay debajo me pone a mil.Definitivamente,Dominique, creoqueheequivocadomipuestoenSaintClair:talvezdeberíatrabajareneltaller,parapodertomarleslasmedidas.Comodirectoradediseños, sólopuedoadmirar cómoquedaenellos elproducto terminado, jamás puedo darme el gusto de tocar más que unhombro.

—Erestremenda.Graciasporarrancarmeunasonrisa;nosécómolohaces,perosiempreloconsigues.

—¿Quéhaocurridoparaquenecesitesquetearranquenunasonrisa?—Nada importante, cuando llegue te lo contaré todo, pero... lo de

siempre:Marcyyohemosvueltoadiscutir.Despuésdecolgarlallamadayyalistaparairme,antesdearrancar,

meto el móvil en mi bolso, que permanece abierto, y veo claramentecómo asoma del mismo la correspondencia que antes de salir de casaAntoniettemehaentregado.Lacojoyledoyunarápidaojeada.Unsobresin remitentey sin sellopostal acapara todamiatención,peronopuedoretrasarme más; mientras pongo el coche en marcha, abro el sobre yretiroelpapelquecontiene.

Dom:Séqueéstanoeslamaneraenlaqueesperabasquetedijeraesto.

Me doy cuenta al instante de que no me hará falta mirar de quién

firma:quienmeescribeesMarc;ademásdereconocerlaletra,sóloélmellamaDom.

Continúoleyendo.

Creo que nuestra relación ha llegado a un punto en el que ya no es posible un

entendimiento, por ningunade las partes.Nopuedo forzarte a queactúes de una formaqueno sientes, y tampocopuedo seguirpretendiendoquemeprestesatencióncuando loúnicoverdaderamenteimportanteparatiesSaintClair.

Lasquejasnocesan.Freno frente al portón de hierro forjado, esperando a que se abra

para darme paso. El corazón me late con fuerza, es casi un martilleoincesante,yaunquenohe terminadode leer,yasé loquediceesacarta:Marc me está dejando. De pronto me siento desmoronada, sin fuerzas,pero sigo leyendo el papel que sostengo en unamano que no se quedaquietaporque,repentinamente,untemblorseapoderademí.

Noquierodiscutirmás.Estoycansadodeque,deuntiempoaestaparte,todoacabe

enunadiscusiónqueyano tieneprincipioni finalporquesiemprees lomismo.Además,notoque todo el amorquealguna vez sentimos, con tantadiscusión, pocoapoco se vatransformando en otro sentimiento queme asusta, y, por losmaravillososmomentos quehemosvivido,nodeseollegaraodiarte.Trascolgaranocheel teléfonosupe,casial instante,quedebemosdistanciarnos,pero

sihubiesevenidoatucasaacomunicartemidecisión,nohabríasidocapazdehacerlo.Teamo,Dom,peronecesitomás,yséquenopuedesdármelo.Mevoydeviaje.Hedecididohacersolo laescapadaquetepedíquehiciéramosjuntos.Eldestinoes incierto,asíque,cuando llegue al aeropuerto, veré las opciones de vuelo que tengo. Total, para el caso,cualquierlugareslomismo.Démonos tiempo para ver si nos extrañamos, para saber verdaderamente lo que

sentimos.Amiregreso,tellamaré.Adiós.Marc

Nuncalloro,peromesientobastanteindefensa;detodasformas,no

puedopermitirquelacobardíadeMarcmedestruya.Porqueesoesloquecreoquees:uncobarde.Asíquehagoacopiodemissentimientoseintentotransformarlosenira.Mesientodefraudada.

Elportón,quemehaobligadoafrenaralfinaldelacalleprivadaquetienesalidaalaavenidaFoch,acabadeabrirseyenestemomentosalgodesbocada,perosemeatraviesaenelcaminounOpelAstraGTCdecolornegroycasiquemelollevopuesto.Losdosfrenamosbruscamente,yporsuerte he reaccionado a tiempo; por eso creo que apenas lo he tocado.Golpeoelvolantemientrasmaldigoyfijomivistaenelconductorquesehabajadodelcochecomountorbellinoycompruebaeldañoenlapuertadel acompañante de su vehículo. Con actitud contenida y el rostrotransfigurado, se acerca hasta donde estoy detenida; nunca me ha

amedrentado ninguna situación, pero hoy yo no soy yo.Mientras él seaproxima,bajoelcristaldelaventanillaparaquepodamoshablar,aunque,viendo su rostro, no creo que él quiera precisamente mantener unaconversaciónconmigoenbuenostérminos.

—¿Eresestúpida?¿Cómosalesasí,sinsiquieramirar?—megrita,yyo,queestoysensible,sientounrepelúsporeltonodesuvoz.

—Lo siento—le digo realmente apenada.Ese hombre tiene toda larazónparaestarfurioso;miimprudencianotienedisculpaposible.

—¿Lo sientes? ¿Sólo tienes eso que decir? ¡Mujer tenías que ser!¿Cómo te handado el carnéde conducir, luciendopiernas?Mecago entodo,sólomefaltabaesto.

Mequito lasgafasymedispongoabajardel cocheparadarlemisdatosyverdequéformapuedocalmarlo.

—Te he dicho que lo siento. Tienes razón, pero... ¿puedestranquilizarte?Tepagarélareparación.—Lehabloconuntonodevozunpocomásfirme,puestampocovoyadejarmeintimidarporestemachistaestúpidoquesólosemolestaendegradaralsexofemenino.

—Porsupuestoquemepagaráslareparación.Encima,portuculpa,voy a llegar tarde a un posible trabajo. No deberían darle el carné aningunamujer, todas sois iguales, ninguna sabe conducir.Mira,me hasrayadolapinturadelcoche.Yalodecíamipadre:disfrutadeldíahastaqueunimbécilteloarruine.

—Bueno, ¡ya está bien!Deja de gritar, que yame he disculpado y,además,tehedichoqueaceptocorrercontodoslosgastos...Yparaqueteenteres: es la primera vez que me veo involucrada en un accidente detráfico,conduzcomuybien.—Creoquegritolosuficientecomoparaqueéldejelabroncadeladouninstanteymepresteatención.¿Quiénsecreequees,despuésde todo,este fulano?Entonceseldesconocidosedetieneunminutoamirarmeymereconoce.

—Túeres...—diceseñalándomeconelíndice.—DominiqueChassier, sí, deSaintClair.Dame rapidito tusdatosy

dejayaelberrinche.Teenviaréuncheque,asínotendrásqueperdermástiempoynollegarástardeadondeseaquetediriges.

El desconocido se pasa lamano por la caramientras se ríe por lobajo,alavezquesacudelacabeza.Deprontosequedamuyserio,casiconungestodedesconcierto,peronomeextraña:amenudoloshombressemuestran tímidos cuando se dan cuenta de quién soy. Tanto da, no me

importaloqueestegroseroestápensandoahora.Actoseguidoysinqueyo me lo espere, el hombre se da media vuelta, rodea su coche y sepreparaparairse.

—Oye,quieropagarte—ledigomientraspermanezcoparadacomounposteenlacalle;nopretendoescaquearmedelasconsecuenciasdemiimprudencia.

—Notepreocupes,mepagarás.Haceungestoconlamano,semontaenelautomóvilysemarchadel

lugar.Camino hacia delante para descubrir el daño que ha sufrido mi

Mercedes,peronoleveonadadeimportancia,asíquesupongoqueeldeéltampocohasufridograndesdesperfectos.Cuandomevuelvoasubiralcoche, pienso en la posibilidad de que el tipo, al saber quién soy, seencarguedehacermellegarlafacturadelareparación...Lomásseguroesqueseaeso.Meencojodehombrosydoyporfinalizadoelcontratiempo;detodasformas,hagounaanotaciónmentalparaconsultarelasuntoconmi abogado, no vaya a ser que se trate de un aprovechadoy, como soyalguienpúblico,ledéporarrastrarmeaunjuicioinnecesario.

—MarcPoget,mecagoenti;sólomefaltabaesto.

Capítulo2

No logro dejar de reírme y de preguntarme si se puede tener tantamala suerte. Hace dos semanas que he llegado a París y no consigotrabajo; todos los puestos relacionados con las finanzas parecen estarocupados, y en aquellos que requieren un profesional con misconocimientos, al presentarme, me dicen que el mío es demasiadocurrículumpara lavacantequeofrecen. ¡Bah,purasnecedades!¿Qué lesimporta a ellos si yo pierdo dinero y quiero trabajar en un puesto pordebajo de mis cualificaciones? Para colmo, cuando aparece unaoportunidaddeconseguiruntrabajoquedignifiquemiorgullo,voyyloarruinoporbocazas.

Continúo conduciendomientras le echo unamirada a la hora; voyjustode tiempo,porquenohabíacontadoconquedeberíadesviarme,yaque la avenida Champs Élysées está cerrada a la altura del Arco deTriunfo. En ese instante, también repaso el otro contratiempo: eldesafortunado choque con la directora general de Saint Clair;definitivamente, hay hechos que vienen solos y son ineludibles, lo quellamaneldestino.Laparadojaenlaquemeencuentromellevaarecordareldíaanteriorycómoheterminadoacudiendoallugaradondemedirijo.

Tras una entrevista fallida para una plaza libre en el departamentofinancierodeLeblanc&Valois,unadelasprincipalesempresaslogísticasdecomercioelectrónicodeFrancia,caminabadesanimadopor lascallesdeParís.Lleguéalaparcamientodondehabíadejadomicocheycondujesin rumbo, hasta que de pronto me detuve y me hallé entrando en uninformal restaurante del quinto arrondissement,[1] en el conocidoQuartier Latin, el barrio latino. Me acomodé en una de las mesas delfondo buscando un poco de intimidad y cogí la carta para hacer micomanda.Nomecostódemasiadodecidirme,yelcamarero,queeramuyamable,enseguidaseacercópara tomarnota.Medecantéporunacremade champiñones, langosta en salsa de albahaca ymelón con jamón.Me

trajeron casi de inmediato el vino que había solicitado, una copa deburdeos;lonecesitabaparaarmonizaryvigorizarmiestadodeánimo.Mequité la corbata tironeando de ella y desabroché el primer botón demicamisa;estabafrustradoydemalhumor.Porunosinstantes,mequedéconloscodosapoyadosenlamesa,sosteniéndomelafrente.Penséentodoloquemehabíasucedidodesdequehabíallegadoalaciudaddelaluz,ynopude dejar de sonreír con sorna: las luces, para mí, parecían haberseapagadoenaquelcosmopolita lugar.Sencillamente,nadaestabasaliendocomohabíaplaneadocuandodecidímarcharmedelaPart-Dieu,elcentrofinanciero de Lyon, ubicado en el tercer distrito de esa ciudad; habíasupuestoqueenParíshallaríanuevasoportunidadesdenegocio,pero locierto es que nadie quería emplear a un financiero venido a menos.Mientrasdiscurría sobremidestino,mehabía llevado la copa a labocapara paladear el vino; extrañamente, consideré que, para ser de alguienacostumbradoacomerenlosmejoresrestaurantesyatomarlosmejoresvinos de Francia, mi paladar se estaba adaptando rápidamente a misnuevas posibilidades adquisitivas. Con la mente en blanco, e intentandobuscarle rumbo ami suerte, me abstraje del bullicio del bar, que a esahoraalbergabaalostrabajadoresparisinosquesalíanaporsualmuerzo.

—¡PaulDubois!¿Erestú?—¡Demonios! ¡André Bettencourt! No me lo puedo creer... —

Pronunciésunombrealtiempoquemeponíaenpieparafundirmeenunabrazoconél.Apesardequehacíavariosañosqueno loveía, lohabíareconocidoalinstante.

Miré su aspecto: vestía de marca pero informal; no lucía como elpoderosoempresarioquesiempreimaginéquesería.

NoshabíamosconocidoenLondres,cuandoestudiábamosEconomíay la licenciatura en Administración de Empresas y NegociosInternacionales en Cambridge. Recuerdo que él se había graduado conhonores, alcanzando el promedio máximo tanto en sus calificacionescomo en la tesis. Poseía una de lasmentesmás brillantes que yo habíatenidooportunidadde conocer.Noeraun empollón, sinoque realmenteteníauncerebroprivilegiadoysusabiduríaeracasiinnata;nosécómoselo hacía para sacar las notas que sacaba, pues jamás estudiaba, perosiempre era el mejor del curso. Durante los cuatro años que pasé enInglaterra, André y yo no fuimos compañeros muy íntimos, pero sícompartimoslosuficientedurantetodalacarrera.Allicenciarnos,leperdí

el rastro... y ahora lo tenía frente a mí, y ambos disfrutábamos delencuentro.

—André, ¿qué haces en París? Cuéntame qué es de tu vida. ¿Hasalmorzado?—le pregunté, exaltado, al tiempo quemi humor cambiabaporhabérmelocruzado.

—Aesohevenido.—Siéntate conmigo entonces, compartamos la mesa. —Me sentía

sumamentecontentodeestarahíconél,yélparecíaquetambiénloestaba.Asintiódeinmediato,acomodándoseenlasillaqueestabadelantede

lamía.El camarero, al verlo, no tardó en atenderlo; teniendo en cuentaqueahoracontabaconcompañía,meofrecieronretrasarunpocomiplatopara servirnos a ambos a la vez, a loquepor supuesto accedí.Mientrasesperábamosaquenos trajeran lacomida,nosdedicamosaponernosaldíadeesoscincoañosduranteloscualesnoshabíamosperdidolapista.

—¿Cómo te ha ido con tu grupo financiero de absorción decapitales?Recuerdoquesoñabasconesoallicenciarte.¿Cómosellamatuempresa?

Se empezó a reír a carcajadas y lomiré con gesto desconcertado;luegoserecompusoyempezóaexplicarse:

—CuandoregresédeCambridge,mispadresmeobsequiaronconunsafariporÁfrica.Dijeronque,antesdeponermeatrabajar,debíatomarmeunasvacacionesparalibrarmedetodaslastensionesacumuladasdurantelacarrera.—Entrecerrélosojosmientrasloescuchaba;nosabíamuybienqué tenía que ver el safari con su empresa, pero continué atento a suexplicación—.Lociertoesqueverelmundoylanaturalezaatravésdelobjetivo de la cámara me hizo darme cuenta de cuál era mi verdaderavocación;asíquedejéquemipasiónporlafotografíatomaravuelo,yquelacámarapasaraaserunaextensióndemímismo.Medejéllevarporesasensaciónymeconvertíenfotógrafoprofesional.—Abrílosojoscomoplatos; nunca habría imaginado que Bettencourt no fuera un exitoso yadinerado empresario omagode las finanzas—.En ciertomodo, dirijomipropia compañía: soy fotógrafo editorial en revistasmuyconocidas;también hago producciones fotográficas para marcas muy reputadas demoda.Miespecialidadeslafotografíafashionista.[2]

—No es posible que seas fotógrafo, no puedo creerlo. No memalinterpretes: lo digo por la facilidad que tenías para crear negociosimaginarios;siemprepenséquelostuyosseríanastronómicos.

—Losé.Aveces,cuando lopienso,hastaamímecuestadigerirelgiroquediomivida.Peronomearrepiento:hagoloquemeplace,retratola bellezamasculina y femenina, cuerpos trabajados y armoniosos...Megusta mucho trabajar con la luz natural. Cuando tengas tiempo, megustaríaenseñartemitrabajo,miestudioestámuycercadeaquí.

—Totalmenteincreíble,meencantaráverlo.—Mevamuybien.Porsuertesoybuenoenloquehagoymebuscan

muchoparaponerleimágenesalascampañasdemarketingdelasgrandesmarcasde lamoda.Vivomuyholgado—aseveró,ycalculoque lohizopormiexpresiónturbada—.Ahoracuéntamecosasdeti.

Le expliqué a grandes rasgosmi vida y por quéme encontraba enParís.

—Está difícil la cosa aquí y, la verdad, en ese campo no tengocontactos.Siteinteresa,podríaecharteunamanoenelámbitodelamoda.—Entrecerró los ojos mientras se tocaba la barbilla, estudiándome sindisimulo—.Tienesbuenasfacciones,buenporte,talvezpodríaayudarteaquetepresentarasenalgúncasting;apuestoaquepodríashacerunbuentrabajo de publicidad o incluso alguna campaña para alguna marcaconocida.

—¡Estásloco!Nosabríacómohacerlo;lomíosonlosnúmeros,lasventas,elcomercioexterior,losporcentajes,lasproyecciones,laliquidezylassinergiasdecapitales.

—Te propongo algo: terminemos de almorzar y vayamos a miestudio;déjamehacertealgunasfotosytedirésitienesposibilidadesono.En caso afirmativo, tengo en mente dónde podrías presentarte mañanamismoparaunaprueba;siconsigueseltrabajo,teaseguroqueobtendrásun contrato muy bien remunerado. Vamos, Paul, anímate. Inténtalo almenos.Raravezmeequivoco:siacabopensandoquevalesparaesto,tenporseguroqueseráasí.

Dejo atrás las remembranzas de cómo había ido a parar ahí y meencuentroconqueestoyaparcadofrentealasoficinasdeSaintClair,quequedan en el piso cuarenta del edificio Tour GAN, en La Défense, eldistritofinancierodeParís.Meaferroalvolanteydudoantesdebajar.

«¿Quéhagoaquí?Estoy locoporhaberlehechocasoaBettencourt,yonotengoideadecómohaceresto.Además,cuandoDominiquemevea,

despuésdecómolahetratado,nodudaráenmandarmeapaseo.»Pongoelcocheenmarcha,estoydispuestoasalirdeahísinprobar

suerte;séquemeestoyaventuradoenunagranlocuraynoquierodejarenridículoamiamigo.

Echandoportierramisplanes,vibramimóvil.—Hola,André.—¿Quépasa,porquénohasllegado?—Estoy en el aparcamiento de enfrente —le contesto, no muy

convencido.—Apresúrate,unade lascosasmásbásicasenestaprofesiónes ser

puntual;nadiequierecontrataraalguienquenopuedellegaratiemponisiquiera para conseguir el trabajo. Recuerda, el book es tu carta depresentaciónmás importante; apuesto a que el director deMarketing temiraráconatenciónencuantoqueleecheunvistazo.Comotedijeayer,lehepuestosobreavisodequeasistiráunmodeloamigoaquienlehehechofotos; también le he comentado queme pareces unamuy buena opciónparalacampaña.Mehapedidoquelehagaunaseñacuandotevea.Pero,comotambién temencioné,elvistobuenoy laúltimapalabra la tiene ladirectoradelamarca.

«En ese caso estoy en las brasas, y a punto de quemarme. Peroincluso en contrade loque creoypienso,PaulDuboisnunca sedaporvencido,niaunvencido.»

—Estábien,elnoyalotengo,asíquelointentaré.—Recuerdasonreírdemaneranatural—meaconseja,ytambiénme

arenga—:Túpuedes,amigo.Suspiro profundamente, cojo el book de fotos que descansa en el

asiento del copiloto, además de mi mochila, y antes de bajar delautomóvil,compongounamuecadeconvencimientoqueniyomismomecreo.

Capítulo3

ConduzcoconverdaderaapatíahastaSaintClairy,aunquemeexhortoahacerlo,noconsigobajarmisdecibeliosydejarmisemocionesdelado.Necesito lograrlo para poder centrarme de lleno en la campaña de lanueva colección. Me concentro en buscar en mi interior mi vertienteprofesional y le doy prioridad ante todo; no puedo permitir que losproblemas personales me derriben en un punto tan importante de micarrera. En la actualidad, la expansión de la marca ha copado losmercadosmás relevantes de lamoda, colocándonos entre los primeros;por tal motivo, no es momento para desatender nada. Debemosmantenernos y, en lo posible, aprovechar el auge para impulsar elcrecimiento.

Unos cuantos empleados salen del ascensor junto conmigo en laplantacuarentaysedirigenaocuparsuspuestosdetrabajo;allí,yunpisomás arriba, funcionan las divisiones de Marketing, Finanzas,Administración,RecursosHumanos y Sistemas de Información de SaintClair; de la división de Producción, sólo se encuentran aquí eldepartamentodeIngenieríayeldeDesarrollo.Lafabricaciónyelcontrolde calidad se llevaban a cabo en los talleres, que se encuentran en eledificio de cuatro plantas que la firma posee en la avenidaMontaigne,dondeademásseubicanuestracasamatriz.

—Buenosdías,mademoiselleChassier.—Buenos días —le contesto con cortesía a la recepcionista y me

dirijoporlapuertaquemedaaccesoalaplantaprincipaldelaempresa.Estelle,quemehavistollegar,seacercainmediatamenteasaludarme;lepropinounbesoenlamejillaaltiempoqueemitounresoplido.

—Estáshorrible,parececomosinohubierasdescansado.—Algodeesohay,perolociertoesquequisieradormirmeyvolver

a despertar para comprobar que todo lo queme ha pasado ha sido unapesadilla.

Memiracalculandomispalabras;acabodeadmitircómomesiento,aunque no he entrado en detalles. A continuación, hago un gesto

despreocupadoconlamano,dejandoeltemadelado,ycaminohaciamioficina con actitud soberbia; necesito trasmitir, sobre todo amímisma,quetodovasobreruedasyquenadapuededesmoronarme.

—¿Quéhaocurrido?Hoy,cuandohemoshablado,mehasdichoquediscutiste con Marc, pero me pareció entender que era algo sinimportancia.

—Dameunosminutos;déjameubicarmeytecuento.Misecretariayaestáensumesa,trabajandoenlosasuntospendientes

deldía.—Buenosdías,Juliette.Avisaalmaquilladoryalestilistadequehe

llegado; tenemospoco tiempo,asíqueserámejorqueseapresuren,porfavor.

—Buenosdías,Dominique.Enseguidalosaviso.Yatehemandadotuagendadehoy.

—Perfecto, ahora la examino y te digo lo que necesitaré. Aunquecreoquelohabíamosorganizadotodoenfuncióndelcasting,queseguroquemeocuparálamayorpartedeldía.

—Asíes—mecorrobora,mientrasmesiguealinteriordemioficina—. Por favor, necesito que me firmes estos cheques: son la paga delfotógrafo y también las de tu maquillador y tu estilista. Te dejo estosdosieresdelacampaña.—Medeslizaunascarpetasquedejaacomodadasperfectamente delante de mí—. Es preciso que los revises y los firmestambién,yfírmameaquí—dice,desplegandootracarpetaqueabresobremiescritorio—:eslaaprobacióndegastosdelcastingdehoy,queincluyeelalmuerzoylosrefrescosqueseofreceránalosasistentes...Perdona,séqueestoyadeberíaestarhecho,peromehabíaolvidadodehacertefirmar;detodasformas,todoestáresuelto.

Medejocaerenmisillóndedirectorayemitounsuspirodemanerainvoluntaria.SientolamiradaindagadoradeEstellecontinuamentesobremí; ha entrado en mi oficina junto a mí y está sentada en uno de lossillones que componen la estancia. Incómoda y muy molesta, cojo mipluma Aurora Diamante y estampo mi firma donde se me pide; ledevuelvo los cheques y la aprobación de gastos ami secretaria y luegoellasedisponeamarcharse.

—Tráenoscafé,porfavor,Juliette.—Enseguida.—Bueno,¿medirásdeunabuenavezloquetesucede?

Miro a mi amiga a los ojos y los entrecierro; no sé si en verdadquierohablardelasunto,puesnecesitoconcentrarmeeneltrabajoydejardepensar.Eneseinstante,Juliettenostraeloscafésquelehesolicitado,yme anuncia que en la recepción de mi oficina se encuentran losprofesionalesencargadosdeacicalarmeparalaspruebasfotográficas.

—Diles que pasen. Luego hablaremos, Estelle —le expreso concansancio—,dameunrespiro,tejuroquelonecesito.

—Adelántamealgoalmenos,presientoqueestásapuntodeestallar.—Marcyyohemos terminado;estamañanamehaconfirmadoque

todosehaacabado.—Noséporquénomesorprende.—A mí tampoco; nuestra relación estaba en una debacle continua,

perome ha cogido por sorpresa porque creí que lucharíamosmás porpreservarloquehabíamosconstruido.

Golpeanamipuerta.—Adelante—digorápidamente,conelobjetivodedarporterminada

laconversación—.Luegotelocuentocondetalle,Estelle,aunquenohaymuchomásquedecir.

—Buenosdías,monamour—mesaludaconcalidezmimaquillador—.Estáshechaunadiosatotal;aunconlacaralavada,tevesenvidiable.

—Gracias,Louis.—Hola, tesoro—diceMarcel,elestilista,aquiendevuelvo también

elsaludo.Leshagositiosobreelescritorioparaquedepositensuscosasyseponganatrabajardeinmediatoenmiimagen.

—Voy al salón a ver cómo va todo. No te demores, así podremosarrancar cuanto antes, que hoy será un día largo —me pide Estellemientrasledaelúltimotragoasucaféantesdemarcharse.

—Sí, lo sé, pero me vendrá bien tanto trabajo; ya sabes: elaturdimiento que provoca siempre ayuda.—Le dedico una sonrisa, quesientoquenomellegaalosojos,yellametiraunbesoalaire.

Yaestoypreparada;salgodemioficinay le indicoaJuliettequemedirijo al salón donde normalmente hacemos los castings, que a vecestambiénusamoscomosetfotográfico.

—Nomepasesninguna llamadahastaque todo termine, así seadelmismísimoprimerministrodeFrancia;sialguienquierehablarconmigo,

ledicesque,cuandomedesocupe,ledevolverélallamada.—Entendido, Dominique. Buena suerte, ojalá que aparezca en este

primercastingtuchicoSensualité.—Gracias,Jul.Ojalápodamosresolverlohoyynohayanecesidadde

hacerunasegundaconvocatoria.Entro en el salón. Todo parece estar organizado; el set se ve

dispuesto y montado, con el fondo blanco desplegado y las luces, lostrípodes, las cámaras y las cajas de luz instalados.Echoun vistazo paraestudiar el recinto, constatando personalmente que todo está en orden.Lucin,eldirectordeimagen,Estelle,midirectoradediseños,yAlbert,eldirectordeMarketing,seencuentranensussitios,enlosextremosdeunaextensamesaquesehadispuestosobreuna tarima,ydondedescansaunordenador con un cable que está conectado a la cámara del fotógrafo.Camino en dirección a ellos; primero me acerco a saludar a AndréBettencourt, el fotógrafo profesional; también saludo a Bret Henri, suayudante.Conesteúltimonotengodemasiadaconfianza,asíqueletiendolamano en un formal saludo; sin embargo, conAndréme fundo en uncálido abrazo, ya que hace años que él es quien se encarga de lasproducciones fotográficas y de vídeo de la firma. Reparo en otras dospersonasque también sonasistentesdeAndré,peroquenoconozco, asíquelossaludodepasada.

—¿Todolisto,André?—Totalmente,guapa;cuandoquieras,podemoscomenzar.—Hacemuchoquenomeinvitasatusfiestas—lerecrimino,ynoha

sidounabuenaideahacerlo,porqueterminosiendopresademispropiaspalabras.

—Deberíaretirarteelsaludoporloqueacabasdedecir;tuspalabrasno hacen más que confirmarme que es tu secretaria quien redacta lasdisculpasquemeenvías.

—Me has pillado, lo siento; maldigo a veces la distancia que meimponeserlaCEOdeSaintClair;créemequequisieratenermástiempopara los buenos amigos. Por cierto, si no me equivoco se acerca tucumpleaños,¿verdad?

—Es la semana que viene; por supuesto, te envié una invitación.Comoves,nomedoyporvencidoysigoenviándotela...¿Acasopreguntasporquepiensas revocar tu excusay asistir ami fiesta?Si es así, déjameinformartedequelacelebraréenlacasadefindesemanademispadres;

nocreoquehayasleídosiquieralainvitación.Frunzoloslabiosylehagounmohínqueaéllehacegracia.—Creoquetengomuchasganasderevocarmiexcusa;iréatufiesta,

André,cuentaconmipresencia.—Estosíqueesunaverdaderasorpresa:lareinamadresesaldrádel

protocoloysemezclaráconlosplebeyos.—No seas malo. Ojalá tuviera más tiempo para hacer vida social.

Podemoscharlarduranteelalmuerzo,peroahoraempecemosconestodeunabuenavez.

Meacercoal lugarqueLucinyEstellemehandejadoentreellosyme acomodo, al tiempo que saludo a mi director de imagen y al demarketing. Intercambiamosunascortas frases,y luego le indicoaLouisquepuedeempezarahacerpasaraloscandidatos.

Ya hemos entrevistado a casi la mitad de la gente que se hapresentado,yacadaunoleheencontradoundefectoparaquenoseamichico Sensualité; hasta el momento nadie me parece lo suficientementesensualymasculino;sólohanpasadobuenosmodelosdepasarela.

Es el turno del siguiente solicitante. En el instante mismo en queaparece,Estellemeaprieta lapiernaparaque lomireentrar.No fijomivista de inmediato en él, porque en ese momento estoy distraídaescuchandoalgoquemediceLucin,quien,alcaptarelgestoquemehacemiamiga,tambiénprestaatención;cuandolevantolavista,mecentroenelandarquetieneelreciénllegado,lorecorroconlamiradaporellargodesuspiernasycontinúoporsutorso,parafinalmenteanclarmisojosensurostro.

Laprimera impresiónes totalmentede estupor, luegopasa a serdeirritación; lo reconozco de inmediato y quiero ponerme en pie ypreguntarquiénhasidoelquelohadejadoentrar.¿Acasoestefulanocreeque dispondrá demi tiempo en elmomento en que se le ocurra? ¿Quépretende? ¿Que me levante y deje lo que estoy haciendo porque él havenidoacobrarlareparacióndesucoche?

Llegahastalamesayseparafrenteamí;metiendelamanoyyomequedomirándolo;necesito respuestas.Estellemedauncodazoparaquereaccioney,alverquenolohago,esellaquiensequedaconelbookdefotosquemeestabatendiendoyqueyonomedecidíaatomar.Intentandoentenderlasituación,medoycuentadeque,enverdad,eldesconocidoconelquehechocadoa la salidademiapartamentoestáahípara laprueba.

Estrecho finalmente su mano, que aún tiene extendida y, entonces, deforma profesional, con seguridad y con una sonrisa entre sosegada ynatural,comienzaapresentarse.

—MinombreesPaulDubois—dicealtiempoqueclavasumiradaenlamía—,midounmetroochentaycinco.

SeguidamenteletiendelamanoaEstelle,luegoaLuciny,finalmente,aAlbert,mientrascontinúahablando.

—Micabelloescastañoclaro,ymisojos,azules.—Vuelveafijarsuvistaenmí—.SoydeLyon,peroenlaactualidadresidoenParís.Tengotreintaaños.Enelbookestámicompcard.[3]

Sin emitir palabra, cojo el book de fotos, que hasta el momentosostenía Estelle, ymiro una a una las imágenes con el fin de ignorarlomientras me habla. Advierto de inmediato que las fotos las ha hechoAndré,asíquemeasomopordetrásdemiamigaymiroamifotógrafo,que en esemismo instantemehace una seña con el pulgar hacia arriba.Fijo nuevamente la mirada en el candidato y, con actitud de escudriñarcadacentímetrodesucuerpo,apoyouncodosobrelamesaydejoquemimentóndescansesobremimano;congestoserioyconcentrado,ycomosi él fuera una rata de laboratorio, vuelvo a recorrerlo con la vista. Alcabodeunossegundosyconelobjetivodecambiardeposición,dejoquemiespaldareposeenlasillaycontinúomirándolo;enestemomento,todoloqueansíoeshacerlosentirincómodo.Conelbolígrafoquetengoenlamano, le hago un gesto para que se gire y sigo sin dirigirle la palabra.Interrumpiendomiescrutinio,Lucinintentahablar,perolofulminoconlamirada.

—La entrevista la hago yo—le indico, y entiende que no estoy dehumor.Me incorporo enmi asientoydedicomi atención a la tarjeta depresentación para leer su nombre—. SeñorDubois, ¿por qué quiere sermodelodeSaintClair?

Memiradirectamentea losojos,ysin titubearniapartarsumiradadelamíamedice:

—Porquenecesitoeltrabajo.—¿Sóloporeso?—Meaconsejaronquefuerasincero,yloestoysiendo.—Sepasala

manoporelmentón—.Podríadecirleque...mehaceilusiónserlacaradela marca esta temporada, o... que aspiro a que se me considere pararepresentar lamarcapor laque tengopreferencia...,o talvez legustaría

másescucharquecreoqueseríaunagranoportunidadparadarleempujeamicarrerademodelo.Peropresumoque,encuantorevisemicompcard,sedará cuentadeque esoúltimonoesdel todocierto, yaquenuncaheejercidodemodelo.

—Osea,quenotieneexperienciaenesto.—Nilamásmínimaidea.—Metemo,entonces,quenohaleídoelanunciodelaconvocatoria;

en él se especifica claramente que quedan excluidos los que no tienenexperiencia.

—Me enteré por casualidad de este casting, jamás he leído eseanuncio.

MiroaAndré,quesostieneconunamanolacámarayconlaotrasufrente; creo que se siente incómodo ante la arrogancia de su amigo,porque,aunqueno loséacienciacierta,presientoqueésteessuamigo.Loqueélnosabeesquehaber llegadosumisonohabríaayudadoen lomásmínimo,yaquetraselencuentroentreélyyohorasantesnotendríasentido que ahora se mostrara vulnerable. Dubois es un granimprovisador; esome gusta, el tipo está bien plantado, tiene carácter einteligencia,ylodemuestra.Peronoposeeexperiencia,yyonoestoyparaperdereltiempoconnovatos.Cierroelbookdefotosdegolpeyvuelvoamirarlo,ahoraconojosprofesionalescentradosenlacampaña,intentandodilucidarsilomandoafreírchurrosomearmodepacienciayencuentrolo queAndré ha visto en él. Es obvio que, simi fotógrafo lo ha hechovenir,esporalgo,poresocuentoconélenmiequipo;sémuybienque,cuando le comento las cosas, siempre me lee la mente más allá de laspalabras,yterminadescifrandoloquedeseo.

En realidad, el desconocido parece adecuado para el trabajo. Deboreconocer que es, hasta el momento, quien más se ajusta a lo quebuscamos.Viste unos tejanos oscuros y una camiseta gris con escote enpicoqueseajustaensusbíceps;calzabotasinformalesyllevaelcabelloconunpeinadointricado,descuidadoperolimpio.Mecentroensurostro:laslíneasdesucarasonbiendefinidasyangulosas,ysuslabios,cuandolos junta, forman un medio corazón perfecto. Entiendo que es uncandidatoverosímil.

—Usteddirásilesirvoono.MirodenuevoaAndré,queponelosojosenblanco;esobvioque,

paracualquierotrocandidato,ésanoeslaactitudindicada,ymifotógrafo

lo sabe. Pero esto ha empezado a divertirme. El tipo me desafía, nodemuestraniunápicederespetoalaautoridadquesesuponequetengo.Niaunsabiendoquesoyyoquienpongoelpulgarenaltooloinclinoensucontra,sedetiene.Estelleinterrumpemispensamientosyhabla.

—Señor Dubois, me temo que buscamos a alguien con másexperiencia.

—Quítese lacamiseta—interrumpoamiamiga,casiordenándoleaDuboisque lohaga.Élmemiracon resumidaseriedady luego lohace.Susabdominalessevendurosymarcados;seinicianenelserratoyestánseparados en el centro, tanto los superiores como los inferiores, por elrecto abdominal; en los lados se le marcan claramente los oblicuos y,afinándose hacia la cintura, se rematan visiblemente los piramidales—.PóngaseenelsetparaqueAndrépuedatomarlefotos.

Girasobresuspiesy,muyrelajado,sedirigehaciadondeleindico;siestánervioso,loocultamuybien.Andréledalasindicacionesparaquese ponga de frente, de lado y, finalmente, de espaldas a la cámara. Concadaclicdelobturador,unanuevaimagenapareceenprimerplanoenelordenador que tengo frente amí y del cual no alejomi vista por nada.Andréleindicaentoncesquesonría,yfinalmentequehagaunaposeasuelección.

—Esoestodo—leindicaelfotógrafoyentoncesélhaceelamagodecolocarselacamiseta.

—Nohemosterminado,señorDubois.—Nosmiramoslanzándonoschispazos—.Vayahaciaesebiombo—señalohaciaelfinaldelaestancia—.Detrásencontraráropainteriordenuestramarca;cojaladesutallaycolóquesela; luego queremos que venga caminando hacia nosotros paravercómoseríasuandarenlapasarela.

Noséporqué,perohedecididodarleunaoportunidad,ysobretodotenerpacienciaconél;supetulanciameenardece,pero,centrándomeenlaparteprofesional,séquedeboreconocerqueesunbuencandidato.

Cuandoélsealejalosuficiente,Estellemedice:—Como he dicho, creo que necesitamos a alguien con más

experiencia.—Puedeadquirirla—seapresuraadecirLucin,yAlbertloapoya.—A mí me parece, Estelle, que es lo que buscamos—asevera mi

directordeimagen.Yo,porsupuesto,meabstengodeemitirjuicioalguno.Cuando Dubois sale de detrás del biombo, tras haber visto lo

trabajado de su torso, no me extraño en absoluto de la definición delconjuntodesucuerpo.

—Caminehacianosotros,legrabaránenvídeo—leindicoelevandounpocoeltonodevoz.

Mientraslosdemásestabanocupadosendiscutirsieraeladecuadoono,yomehabíaquedadoobservándolo,asíquenoestoymuyasombradadecómolucesinropa.PerolacaradeEstelleesunpoemadepasmo;creoquehastalamandíbulaselehacaídoynosepreocupaendisimular.

—¡¡Madre del amor hermoso!! —profiere. La miro fulminándola,peroentiendoqueesehombreesunadonis,yellanohahechomásquepensar en voz alta. Noto que mis colegas de casting casi sueltan unarisotada;yopermanezcodepiedra.Duboisllegahastanosotrosyluegolehago regresar para que la cámara pueda cogerlo de espaldas mientrascamina; es entonces cuando advierto cómo cada músculo se define demaneraarmoniosaconelmovimiento.

—Cierra la boca, Estelle, te entrará una mosca —le suelto,contrariada,yarqueolascejasmientraslehabloaloído—.SiquieresalgoconAndré,dejadebabearconsuamigo.—Utilizountonobajitoparaquesólomeoigaella.

—Losiento—sedisculpaeintentarecomponersupostura.Cuando Dubois llega nuevamente al final y la cámara de vídeo se

apaga,mepongoenpieyséqueanadieleextrañamideterminacióndeirhacialacamaqueestáallímontada,enelset.Andrésonríe,jactancioso;healcanzadoaverporelrabillodelojolohinchadodeorgulloqueestáporsupupilo.Mesiguede inmediato,puedosentirlopisándome los talones;Bret,asuvez,nossigueaambosmientrasvaalargandocables.

—Poraquí,señorDubois.Haremosunastomasparecidasaloqueseha pensado para la campaña; deseo ver cómo quedamos juntos. André,hazme el favor de ilustrar un poco a tu amigo, que parece perdido;indícaleloquenecesitamosquehaga.

Yomesientoenelbordedelacamay,muypronto,MarcelyLouisseacercanaretocarmicabelloymimaquillaje;mientrastanto,elfotógrafoledalasindicacionesaDuboisyloalientadiciéndolequeserelaje.

Capítulo4

—Loestáshaciendomuybien,aunqueteaconsejaríaquemoderasestulocuacidad.

Andrémehablaperoyolooigoamedias,puesestoysumidoenmiluchainterna,batallandocontramiesencia;soyconscientedeque,enotromomento,lohubieraplantadotodoymehubieraidoalamierda;yadecirverdad, eso es lo que me inquieta: ni siquiera sé por qué sigo aquí,aguantandoaestarubiainsípidaquesecreeelombligodelmundo.

«Pornecesidad, ¿porquéotra cosa iba a ser?Porquenecesitas esteempleohastaqueconsigasunoenloquetúsabeshacer»,mecontestoaltiempoquepasounamanopormicabello.

Condisimulo,desvío lavistahaciaesamujery,apesardel fastidioquemecausasupostura,nopuedodejardecontemplarloarmoniosoqueessucuerpo.

«Hedereconocerque tienebuenaspiernas, largas,muy largas.Soyun hombre que sabe admirar la belleza femenina, y esta mujer tienemucha,talvezdesobra;aunquenomecaebien,novoyadejardeaceptarque tiene lo suyo. Pero a mí nunca me han gustado las rubias. ¡Bah,sencillamente,noesmitipo!»

Sehapuestoenpie,yobservoquesutraseronoestánadamal,yesoqueelnegronolehacedeltodojusticiaasuscurvas.

«¿Quéestáspensando?Tendríasqueponertelaropaeirte;nadieensu sano juicio aguanta que a uno lo humillen como ella te estáhumillando.»

—Paul,¿meestásoyendo?—Sí, sí, claro. Que actúe relajado, y que mis manos la cojan con

naturalidad,porquesenotarásiesunagarreficticio.—Tampoco vayas ameterlemano.Estate tranquilo.—Mehace una

señaconlamanocomoamortiguandoelmomento—.Yameentiendes.Yoosiréindicandocómoquieroqueposéis,asíqueporesonotepreocupes.Y no olvides marcar tu musculatura con cadamovimiento, para que sedefinabien.

—Perfecto.—¿Está listo, señor Dubois? Porque, como habrá visto antes de

entrar, no es el único que espera para hacer la prueba —pregunta demanera punzante la rubia estreñida, y en ese momento encuentro unmotivoparaquedarme:hallegadomiturnodeincomodarla.

—Muylisto;cuandoquiera,comenzamos.—Muéstrate sensual. Tú sabes cómo hacerlo, imagina a la última

chica que te tiraste y seguramente todo fluirá. Pero controla tusemociones:recuerdaqueestásenropainterior.

Agito la cabeza y sonrío,mientras asiento a lo queme diceAndrécasi entre dientes. Seguidamente,me arrodillo sobre la cama.Ella se havuelto a sentar; la miro fijamente a los ojos y me desvía la mirada,simulandoquesearreglaelcabello.

—Acuéstate boca arriba —me indica mi amigo, y lo hago deinmediato.AntesdequeAndréañadaalgomás,medirijoalarubiaenuntonoenelquesóloellapuedeoírmeporlaproximidad.

—¿Podríamoverseyvenirparahacer las fotos?Leaseguroquesutiemponoesmásvaliosoqueelmío.

Memirasinestarseguradeque loquehaoídoes real,yhastaunamuecadepasmoseposaensurostro;apesardequelointenta,nopuededisimularsudesconcierto.

—¿Quierequeselorepita?—Esusted un insolente, ¿quién se cree que es? ¿Acaso no ha visto

que fuera hay una extensa fila de modelos que lo pueden suplir en unsantiamén?

—Sino le sirvo,mevoy.—Empiezoaponermedepie, y entoncesellameinterrumpe.

—Déjesedepayasadas,quetodosnosmiran.—Ah... Es de las que les importa el qué dirán.—Hablo en tono de

guasa.Se arrodilla en la cama entremis piernas, en posición de gateo, y

apoyaunade susmanos enmipechoy laotra al ladodemi torso; nossostenemos la mirada como dos colosos. Yo estoy recostado, con unapierna flexionada,asíque levantounamanoy laapoyosobresucadera.Unode los ayudantes deAndré se acerca conun aparato, que luegomeentero de que se llama fotómetro y que sirve para medir la luz; yocontinúosinquitarle lavistadeencimaa la rubia,yentoncesempiezoa

notarcómoellacomienzaaparpadearmásrápido.«Esoes,unpocomás—mealientoamantenerlamirada—;vamos,

sostenla,queestáapuntodeflaquearyevitarlatuya.»Pero,enesemismoinstante,Andrénosordena:—Noosmováis.Suenaelobturador,yentoncesellaquiereapartarse,peroyoaferro

mimanoensucaderaynoselopermito.Mesientoligeramente;quierodemostrarle que en una cama, sea cual fuere la situación, el controlsiemprelollevoyo;muevoconprestezalamanoquetengolibreylacojoporlanuca;nuestrosrostrosquedanaescasoscentímetroselunodelotroy,entonces,Andrévuelveadispararsucámara.Ellaladealacabezaymiramimano,quetengoensucaderayconlaquehagomáspresiónsobresucarne; André vuelve a capturar el momento. Dominique, al ver que nopuedellevarelcontroldelasituación,quierereincorporarse;entonceslasueltodelanuca,perolacojoporunamuñeca:memiraentreabriendoloslabiosymiamigodisparanuevamentesucámara.Laliberoantesdequeellalointenteotravez.

—Cambiad de posición —nos pide André—. Ahora recuéstate tú,Dominique,deladomirandohacialacámara,yodarélavuelta.—Andrégiraalrededordelacama,supongoquebuscandoelmejorperfildeella—.Tú,Paul,pordetrásdeDominique.

Dejo que se acomode y luego lo hago yo; apoyo un codo en elcolchónymesostengolacabezaconlamano.Conlaquemequedalibre,apartoelcabellodesuoídoycasiapoyominarizensupiel;mialientotienequehaberlatrastocado,porquesientocómoseagitaligeramente.Miprofesional amigo no desperdicia ni un solo instante para disparar sucámara.

Sé que se siente incómoda; por más profesional que quieramostrarse, lo presiento.Bajo la otramanoy la apoyo en sumuslo; ellaarquea la espalda, buscandounaposiciónmás sensual, y creo realmentequenosvemosdemasiadosensuales.

El ruido del obturador de la cámara es incesante, André nodesaprovecha ni un fotograma; a continuación, muevo la mano y lepractico una sutil caricia en el brazo con el revés de los dedos; en eseinstanteperciboclaramentecómoseestremece.

—Ahorasentaosenfrentados—nosdicemiamigoelfotógrafo.Ellasesientacomounresorteytragasaliva.

—Mivestidoesmuyajustado,André,nocreoquepodamoshaceresafotografía—intentaexcusarse.

—Venid hacia el final de la cama. Dominique, extiende la piernaderecha, y la izquierda déjala que caiga hacia el suelo; tú, Paul, pon tupiernapordebajodelaqueellatieneflexionada.

—Un momento —interviene Dominique, y se remanga el vestidohastalosmuslosparapoderdoblartambiénlaotrapierna—,creoqueasíestámejor.

—Muchomejor,Dominique—aseveramiamigo.Claro que está mucho mejor, pero no hubiese quedado muy

profesionalqueyolohubiesedicho;estavisiónmedesconcentra.Bret vuelve a acercarse para tomar la luz con el fotómetro, como

cadavezquehemoscambiadodeposición.—Mirad ambos hacia aquí—nos indicaAndré,mientras cambia el

objetivode la cámaray enfoca con ella.Tomavarias imágenesy luegoañade—:Ahorajugadconvuestrasmiradas.

Nosmiramosconpersistenciay,atreviéndomeunpocomás,prueboacogerlapor lanucaconunamanoy,conelpulgar, leacaricio lasien,comoenactituddequererbesarla;trasesefotograma,ellaponeunamanoenmipechoyyolasueltoparacogerlaporelmuslo.Dominiqueechalacabezahaciaatrás,yyocasipegomibocaentreabiertasobresucuello.Esunmomentomuyálgidode la secuenciade fotos,queAndrécaptura; elobturadordelacámaraseoyeininterrumpidamente,yélnosalientaaque,sinabandonardeltodolaposición,hagamospequeñosmovimientos.

—Suficiente—corta ella de pronto, y creo que su respiración estáagitada;aunquequieredisimular,no lohaconseguidodel todo—.SeñorDubois, puede vestirse. —Me señala mientras acomoda su vestido, ycomienzaaandarendirecciónasuscolegasparapoderverlastomasenelordenador.

Caminandopausadamente,voyavestirme,talcomomehaindicado.Cuandosalgo,observoquetodoscontinúanmirandolasecuenciadefotosqueAndréhacapturado;élsehaunidoaellosyveocómomarcacosasenlapantalla.Mequedoaunadistanciaprudencialparapermitirleshablar;están en torno al ordenador y conversan de manera incesante. Intentodilucidarloquedicen,peronoconsigooírnadaporquehablanmuybajo;por esa razón, decido centrarme en sus expresiones corporales, es untrucodelosmuchosquetengodetantashorasdenegociaciones.Notoque

todosestánconelcuerporelajadoy,depronto,asientenconlacabeza,loquemepareceunabuenaseñal.

Dominique Chassier, repentinamente, se afirma en la mesa, mirahacia atrás y fija su vista enmí.Yo permanezco de pie, con las piernasligeramenteabiertasy losbrazoscruzados,mientras esperopaciente.Sedalavuelta,adoptandounaposturamuysoberbia,ymediceconuntonoquenoevidencianingunaemoción:

—Felicidades, es nuestro chico Sensualité; lo llamaremos parafirmar el contrato. Si lo desea, puede quedarse al almuerzo que tendrálugardentrodeunrato.

Vuelveagirarse,ignorándomenuevamente,ysedirigeasuscolegas.—Entréguenle al señorDubois subook de fotos y encárguense del

restodelcasting;yomeretiro.Del único que se despide es de André; con él cruza unas pocas

palabrasyluegosaledellugardeformaimpetuosaymeneandoeltrasero.

Capítulo5

Necesitaba una tregua omis nervios habrían terminado por estallar.Entro en mi despacho y me desplomo en el sillón; estiro las piernas,dejando que mis brazos caigan a ambos lados de mi cuerpo, mientraspretendo abstraerme de todo, pero los pensamientos se originan demaneraincesante.

«¿Quéhasidoeso?Jamásmehabíapasadounacosaasí.Enmisañosdecarrera,nuncanadiemehahechosentirinseguradeesaforma.¿Cómohe podido permitir que un irreverente e inexperto me ponga en esasituación?Lomíoesimperdonable.»

Mededicoarevisarlosestadosfinancierosquemehanenviado,conel fin de dejar de darle vueltas; sin embargo, por momentos el juegodantesco que me he permitido iniciar con Dubois regresa a mispensamientosymedejadesprotegida.

Finalmente lo consigo y paso un buen rato abstraída enmis tareas.Mirolahora;yaespasadoelmediodía.Aunquenotengoporqué,medoycuenta de que aún continúo con el estómago hecho un nudo deindignación;obviamentenotengohambre,peroséquenodebosaltarmelacomidayalalmuerzonoquieroasistir.

«Luego tal vez vaya y haga una fugaz aparición para saludarlos atodosyagradecerleslaconvocatoria.»

Trasdecidireso,sacolacomidaqueAntoniettehapreparadoparamíymedispongo a ingerir el alimento en la soledad demi despacho; sonunasbrochetasdeverdura,polloymanzana,quecomocondesgana,peromeobligoahacerlo.Cuandoconcluyomimagroalmuerzo,medispongoa seguir con los temas de la empresa, que, a decir verdad, nunca sonpocos:miagendasiempreesuncaosde imprevistospor resolver,yesoque hoymi secretaria la ha programado teniendo en cuenta que ningúnasuntodebíainterferirconelcasting.

«Elcasting.»Deprontomedoycuentadequemeencuentronuevamentepensando

enesemomentoyenPaulDubois.Unescalofríomehacesobresaltaryme

pasolosdedospordetrásdelaoreja,comoqueriendoborrarlasensacióndesualientoenmipiel.

«Encuanto tenga susdatos, le enviaréunmensajeroconunchequepor el arreglo de su coche; no quiero tener nada pendiente con esehombre.»

Decidida, levanto el interfono y llamo a mi secretaria, pero nocontesta.Echounvistazootravezalahorayentoncesmedoycuentadequemiasistenteaúndebedeestarcomiendo.

Conforme a la situación, decido recomponer mi imagen y salgohacia el salón donde se lleva a cabo el almuerzo que se ha organizadoparalosconcurrentesalcasting.

Entro y doy una ojeada general al lugar; varios directivos de lamarca están allí y rápidamentebusco entre ellos aEstelle.Laveo enunapartecharlandoanimadamenteconAndréysuayudante;murmuroparamis adentros por la carabina que representa Bret junto a ellos, y meacerco.

—Vaya, la reina madre se ha presentado finalmente —bromeaBettencourtalverme.

—Debía atender algunos contratiemposque requeríanmipresencia.Como la elección queme interesaba ha sido rápida del resto os podíaisencargarvosotros.Detodosmodos,sólohevenidoasaludar,porqueaúntengo cosas urgentes por hacer. —Decido emitir una excusa con totalnaturalidad, a la vez que doy otro vistazo a la concurrencia. Lo buscoinconscientemente,peronoloveoporningunaparte;noobstante—.¿Hastomadoimágenesdelbackstage?

—Todocapturado.Teaseguroquelacampañaseráunéxito,ydebesreconocerme el mérito de haber encontrado a tu chico Sensualité—sejactaAndré,ynopuedoevitarhablardeDubois.

—Esperemos que su inexperiencia no juegue en nuestra contra—valoroconsuspicacia.

—Creo que hoy ha demostrado que no se amedrenta por ser uninexperto.

—Veremos —contesto a mi amiga, restando importancia a sucomentario;notengoganasdecolgarlemedallasaDubois.

—Luegoeditaréelvídeoyte lopasaré,así losdeldepartamentodeimagenlopodránsubiralapáginadeSaintClair.

—Gracias,André.Sinosdisculpas...

MealejounospasosdeélylehagoseñasaEstelle,quemesiguedeinmediato.

»¿Todoenorden?—Siterefieresa...sifueapresuradalaseleccióndePaul,tedigoque

no.—MeempalagaqueEstellelollameporsunombre—.Teaseguroquenoaparecióotromejor.¡¡Madremía,cómoestálamaquinariadeguerradeDubois!!

—Noesorotodoloquereluce.—Bueno,meparecióunpocopedante,peroestámacizo,nopuedes

negarlo,yparaserunnovatoesmuydesenvuelto;además,meencantalaparejaquehacéis,esincuestionablequeesasfotoshanquedadodelujo.

—¡Es insoportable!Peroya lopondré en su sitio—intentoquitarlevaloralascotasdesufísico,porqueconversarconEstelledeesetemaescasicomosubirseenmarchaauntrendealtavelocidad.

—Ytú,¿cómoestás?...porlodeMarc,digo.—Mejor de lo que pensaba que estaría, pero empieza a fastidiarme

esto..., quizá porque no estoy con elmejor humor, así que saludo ymevoy.¿Elengreídonosehaquedado?—decidopreguntarcomodepasada.

—No,¿porquéteinteresasaberlo?—Porquehubierasidobuenograbarloenelbackstage.—Encuentro

unarespuestapráctica,noquieropensarenelporquéverdadero.—Realmente,nosécómotelohashechoparasobrellevarlastomas;

conociéndote, no me lo explico. En determinado momento, cuandointervine,miintencióneralibrartedeélyquenoterminarasmalhumoradaelrestodeldía;mientrasloescuchabaymirabatugesto,estabacalculandoloqueluegotendríamosqueaguantarnosotros.Porque,mivida,cuandoestáscabreada,esparapartirtealgoenlacabeza.

—Eseidiota...¡Siyotecontase!—¿Elqué?—Ahora no, quiero salir de aquí, Estelle. Ven a casa esta noche y

cenamosjuntas;prometoexplicártelotodo.—Metienesenascuasdesdequellegasteestamañana.—¿Quiéntienelatarjetadememoriaconlasfotografíasdelcasting?

Quieroempezarconlaselecciónhoymismo.—Notepreocupes,yaselohepedidoaLouisa,ellaseencargaráde

llevártela. En cuanto termine la hora del almuerzo, la tendrás en tudespacho.

—Perfecto.Charlamosun ratomás conAndré, y luego saludobrevemente a la

concurrencia, agradezco el interés con el que se han acercado a laconvocatoria, me hago algunas fotos informales con los modelos,converso un rato más para no ser descortés y después me marcho dellugar.

El resto de la tarde lo paso trabajando enmi despacho. Cuandomequierodarcuenta,escasientradalanocheynimeheenterado,eltiemposemehapasadovolando.Emitounhondosuspiroymepongoenpie.Meduele un poco la espalda de estar tantas horas sentada, así que decidoestirarlamusculaturaymeacercohastaunodelosventanalesquevandeltechoalsuelo;agobiada,admirolavistanocturnadeLaDéfense.Mientrasmirohacia la lejanía,mepongoapensarymepercatodequeasímehepasado todo el día, piensa que te piensa. Deduzco que he retrasado mimarchaparanopalparlasoledadquemeesperaenmicasa.Comprendoque trabajarme ayuda a alejar los recuerdos que ya empiezan a formarpartedemipasado...Marcyyohemosrotoy,conelcorrerdelashoras,las palabras que me ha dejado escritas se van haciendo cada vez másreales. Finalmente apago el ordenador, después las luces y recojo mispertenenciasdispuestaamarcharme.Benoît,elporterodeledificio,noseasombraalvermesaliraesahora;porlogeneral,acostumbroaquedarmehasta después de que todos se hayan ido. En ese momento, tengo enconsideracióntodolorecapacitadoypiensonuevamenteenMarc,ensusquejas;concluyoquetalvezunpocoderazónsítiene,peroyotengounameta y, si él no puede subirse a mi tren, creo que la decisión que hatomadoresultalamásacertada.Despuésdetodo,cuandomeconociómisplanesestabanyaenmarchaymissueños también;nunca ledijeque lascosasseríandeotraforma,nuncaleprometíunavidacomolaqueélmereclamaba.

Conduzco hasta mi apartamento. La ciudad está atestada de gente,debidoaquejulioyagostosonlosmesesenquemásturistasrecibeParís,ynomeextraña:amoParísdurante todoelaño,peroenverano,muchomás;poresoentiendolafascinaciónquelagentetieneporestaciudadtanmítica, bella y repleta de historia.Y con la llegada del buen tiempo, lascallesflorecenconlasmeriendasalairelibreenlasterrazasdeloscafés,

enloscéspedesdelosjardinesyenlasorillasdelSena.Llego a mi casa; nome equivoqué, me parecemás grande que de

costumbre.EstellefinalmentehasalidoconAndré;éllainvitó,duranteelalmuerzo, a unamuestra de fotografía y, al oír la proposición, no pudeevitaralentarlaaquefuera,asíquelaliberédenuestracitaprevia.

Esviernesporlanocheyyomeencuentrosolaysinplan.Estoyenelinmensosalóndemiapartamento,ynisiquieratengounperrooungatoquemehagacompañía;no tengoanadieaquiendarleamor.Miroamialrededor, y la opulencia y el lujo de los muebles y las paredes meagobian;piensoensalir,peroalinstanteconsideroquenoesbuenaidea:donde sea que vaya, no hallaré la paz que necesito; a veces, ése es elpreciodelafama:nopodersaliraningúnladosinquelagentememirecomo si fuera un bicho raro. Aunque la verdad es que estoy bastanteacostumbradaaeso,es lavidaqueheelegido,sóloquehoymicorazónheridonoquiere lidiar connada extra.Mealiento aponermecómodayluegobuscoenlaneveraloqueAntoniettemehadejadopreparadoparacomer durante el fin de semana; el sábado y el domingo son sus díaslibres,porquesesuponequeyolospasoconMarc.YahíestáMarcotravez,invadiendomispensamientos.Sacudolacabeza,nopuedoseguirporese camino. No obstante, esome lleva a preguntarme lo que en verdadsientopor él.Hagoun rápido repasomental denuestra relación, evalúonuestros sentimientos y, aunque estoy enojada y me duele la soledad,increíblementenomeduelesupartida...¿Acasoesesonormal?Sesuponequeestoyenamoradadeél, entonces... ¿porquénoestoy llorandocomounalocaporhaberloperdido?

El pitido del microondas hace que regrese a la realidad. Saco latortilla de calabacines yme siento a la isleta de la cocina, donde lo hedispuestotodoparacenar.LeoyreleolanotadeMarc,ynopuedocreerque,despuésdedosaños,sehayadespedidodemídemanerataninfantilycobarde:niunallamada,niunmensaje,sólounacarta,fríaeimpersonal.Ladobloencuatroyladejoaunlado;esoesloquedebohacer:dejarlotodoaunlado.

Revuelvoconeltenedorlacomida,ysóloconsigotragarunospocosbocados.Notengoapetito.Finalmentemelevantodeltabureteymetolostrastos en el fregadero. Camino desganada hacia el baño yme lavo losdientes. Luego cojo mi ordenador portátil: he decidido dar el día porterminado metiéndome en la cama. Antes de hacerlo, busco en mi

portatarjetasSDy saco la tarjetadememoriaquecontiene las imágenesdel casting; la introduzco en mi Mac y me pongo a ver a losseleccionados.Quieroabocarmealatareadedecidirlosqueestaránenlapasarelaesteaño.Cuandoabroelarchivo,haydoscarpetasvisiblesenlapantalla: una se denomina «PaulDubois» y, la otra, «Preseleccionados».Sinpoderresistirme,abroladeDuboisycomienzoapasarunaaunalasfotografíashastallegaralasquenoshicimosjuntos.Elcorazóncomienzaa palpitarme con fuerza, lo noto latir con urgencia enmi carótida y nopuedoexplicarmeporquémesientoasí.Variasvecesduranteeldíamehesorprendido repasando, una y otra vez, desde elmomento en que lo hevistoporprimeravezenlapuertademicasahastaelinstanteenelqueleanuncié que era el elegido. Paul me pone nerviosa, no encuentro otraexplicación.Continúomirandolasimágenesymegustacómonosvemosjuntos.

«Estoyseguradeque,consusfotos, lacampañaserá todounéxito;lasmujeresmoriránporélyseráunabuenadifusióndelamarca.»

Suspiro ante mis apreciaciones. Sé que son ciertas, pero unsentimientocontradictorioquenopuedoexplicarse instaladeprontoenmí.Delanada,comienzoaimaginarmeatodaslasmujeresbabeandoporél,yaéltodoengreído,coneseairedesobradoquetiene,ysientoquemienfado haciaDubois se acrecienta.Cierro el ordenador de unmanotazopara que su imagen desaparezca de mi vista. Muy disgustada, vuelvo alevantarmedelacamaysalgodemihabitación.Duranteunosminutos,mequedo junto a la puerta, apoyada contra la pared y sosteniéndome lacabeza.Decidosubirporlaescaleradecaracolquemellevaalaterraza,ysalgo para impregnarme del aroma a verano y del aire de la noche deParís.Mi casa es un apartamentode tres plantas, situado en el complejoprivado dePlazaFoch, sobre la anchísima avenidaFoch, por lo que notengo una vista directa hacia la calle, pero el bullicio de la circulaciónalocadasealcanzaaoírdesdeallí.

Llegoalaconclusióndequehetenidoundíaatípicoyqueporesonologro reconocerme a mí misma; no soy precisamente una personaindecisa, pero así me he sentido todo el día. De pronto tengo unpensamiento,yconlamismarapidezquelotengoprocurodeshacermedeél; no obstante, en esemomento resuelvo dejarme llevar por el primerinstintoquetengoymeapremioanocuestionarmenadahoy.

—Vamos,Dominique,vive lavidayquenada tedetenga.Lascosas

pasanporquetienenquepasar.Bajohastamidormitorioybuscoenelvestidoralgoqueponerme.

Me iré a tomar una copa. Así que, con rapidez,me visto sencilla: unospantalonesvaqueros,unacamisetadetirasdecolornegroconunribetedecuadrillé,sandaliasnegrasdetacóny,deabrigo,unacazadoradecuero;creoqueese lookme sienta bien.Nomemaquillo, la idea es no llamardemasiadolaatención.Unpocodeperfume,cojomibolsoy,sinpensarlodos veces, porque si lo hagome voy a arrepentir,me obligo a salir decasa.Abroelgarajeparapoder sacarmicoche,ymemontoeneste.Alllegar a la entrada principal del barrio privado, oprimo el mando adistancia para que el portón automático se accione. Cuando tengo paso,salgo en dirección al barrio Saint-Germain-des-Prés. Tomo la avenidaChampsÉlysées,cruzoelpuentedelaConcordeyluegocontinúoporelbulevarSaint-Germain.Encuentrojustounhuecoyestaciono;estoycercademidestino,asíquecaminohastalacalledelʼAncienneComédie,dondeseencuentraeltradicionalPubSaintGermain.

El lugar está atestado de parisinos y turistas, como siempre; enrealidad,casitodoParísesasí.Enlaplantabajayenlasmesasdefueranoquedaniunmíserositiolibre;suboalaprimeraplantayuncamareromeindicaqueasciendaunpisomás,queahíencontrarésitio.

El recinto está a media luz y tintado en tonalidades rojizas ydecoraciónzen;decidoacomodarmeenunamesaparadospersonasymedoy ánimos para entusiasmarme aunque esté sola.Muy pronto vienen atomarnota;quieropasarlobien,asíquemedecantoporpedirunAlabamaSlammer.Mientrasesperomicopa,quenosedemorademasiado,adviertoqueungrupodejóvenesmehareconocido,asíquecomienzanahacerseseñas unos a otros sin disimular. El más desinhibido de todos, en elmomentoenqueestánapuntodeirse,seanimayseacercahastamimesa.

—Disculpa,nodeseamosmolestarte,pero...¿podríassacarteunafotoconnosotros?

—Desde luego. —Obviamente no tengo ganas de hacerlo, pero lepongotodamienergíaalmomento.

Me levanto, meto los dedos en mi pelo con la intención deacomodarlo y me sitúo en medio de los seis jóvenes, que le piden alcamarero que nos fotografíe; finalmente terminan siendo dos. Muyeducadamente,meagradecenelgestoyyomedispongoaregresaramisitio.Cuando intentodar unpaso, oigoqueme llamany creoque estoy

alucinandoporquemepareceoírlavozdeEstelle.Mirohaciaelfondodelsalón, lugar desde dondeme ha parecido que provenía la voz, y ahí ladescubrohaciéndomeseñasparaquelavea;mequedoacuadroscuandoadviertoconquiénestá:AndréyPaulDuboislaacompañan.Depiecomouna tonta en medio del salón, levanto una mano y realizo un tímidosaludo;miamigayAndrécontinúanconlasseñasparaquemeacerqueaellos,asíque,sinmásremedioymaldiciendomisuerte,cojomicopaymibolsoycaminohaciaelsitiodondeellosseencuentran.

—Si no fuera por tus admiradores, no te hubiéramos visto. Jamáshubieracreídoqueteencontraríaaquí.

—Yomuchomenos—lecontestoaEstellemientraslasaludo.LuegosaludoaAndréy,porúltimo,aDubois,quesehapuestodepiecomotodouncaballero.

—¿Cómoleva,Dubois?—LlámaloPaul,noestamoseneltrabajo—mereprendemiamiga,y

casi la fulmino con la mirada—. Paul nos ha contado cómo os habéisconocido;yasabemosquenohasidoenelcasting.—Estellesemuerederisa—. Paul aún no puede comprender cómo, después de todo, haconseguidoeltrabajo.

Lomiro,clavandomispupilasazulesenlassuyas.—Nolecreíatanindiscreto.—Esonoesunaindiscreción—meretrucaEstelle,yparecequeseha

convertidoensudefensorapersonal.—Bueno,considerandoquelaimprudenciafuetuya,quizánoquerías

quenadieseenterara,asíquepidodisculpaspordesvelartudescuido.«¿Quiénlehadadopermisoparatutearme?Esuninsolente.»Trasese

razonamiento,ignorosucomentarioymedirijoaAndré,quenosmiraatodosmientrasbebedesuLynchburgLemonade.

—¿Quétallamuestra,André?—Todohasalidomuybien,graciasporpreguntar.

Capítulo6

Desdeestamañananopuedodejardepensarenella;estarubiadeojosazules y cuerpo demuñeca Barbieme ha revolucionado la sangre y suinsistencia en ignorarme hace que me empecine aún mucho más. Miincapacidaddedejardedarlevueltasalasuntometienedemalhumor;ellahaconseguidoperforarmiarmaduraprotectorayempiezoacreerquemesientoobnubiladoporestamujer,cosaquemefastidia.Latengosentadaami lado; si aspiro con fuerza, puedo impregnarme de su perfume. Lohago,nomeresisto,yestalcomolorecordaba:dulce,conaromaacocoycerezas,prominente,contoquescítricos,muysensual,conunfondodeámbaryalmizcle.Cómoolvidarlo,silahetenidotancercaporlamañanaquesuolorsehaquedadoenmídurantevariashoras.

DominiquehablaconAndré,yesomeda laposibilidaddemirarla;parecequesellevanmuybien,loquemellevaaconjeturarquetalvezaélle interesa comomujer, pero de inmediato rechazo ese pensamiento, yaque llevo toda la noche sintiéndome como un sujetavelas con André yEstelle,yenmásdeunaocasiónheadvertidonítidamentecómoél lehatiradolacañaaella.Meconvenzodequeesmuyimprobablequemehayaequivocado.

Todos terminamosnuestrasbebidas,asíque llamoalcamarero,quenotardaenacercarse;elservicioenestelugaresmuyeficiente.

—¿Tomaréis lomismo?—pregunto, pero sólo lamiro a ella, queúnicamenteatinaaasentirconlacabeza;losdemástambiénmecontestanafirmativamente—.Otraronda,porfavor—lepidoalempleado.

—Marc, ¿cómo anda? —pregunta de pronto André, y suinterrogaciónhacequeelladejedemirarme.

—Bien,estádeviaje.—Aaah,esoexplicaporquéestabasaquísola.—Sí,claro.—¿Cuándohabráboda?Estelleseahogacuandosorbesubebida,peroprontoselepasa.—Noestáennuestrosplanesporahora.Estamosbienasí.

Vayacubodeaguahelada:tienepareja.«¿Quiéneselidiotaquesevadeviajeyladejaaquísola?»

—Sabes,Dominó,Andréhasidoelquemásretratoshavendidoenlamuestra—dicedeprontoladiseñadora,cambiandodetema.

—¿Dominó? —pregunta André, extrañado, y siento ternura al vercómoaellaseleenciendenlasmejillas.

—Me llamaasídesdequeéramospequeñas;antesme torturabaquemellamaradeesaforma,peroahoralotomocomoalgocariñoso.

—TúmetorturabasllamándomeStellaArtois,[4]HuelesaBorracho.Todosnoscarcajeamos.—AmímellamabanJirafaporquesiemprehesidomuyalto;yyade

másmayor,enlauniversidad,mellamabanWikipedia—señalaAndré.—¿Eras bueno en los estudios?—Estelle semuestra interesada por

sabermás.—¡El mejor! —le aseguro yo—. Nunca he conocido a nadie tan

inteligente comoAndré.Y loquemás rabianosdaba eraque todosnosmatábamos estudiando, mientras que él, que nunca lo hacía, siempreconseguíalasmejorescalificaciones.

—Ellos se conocieron en Cambridge —le explica Estelle aDominique, a lo que ella hace un leve asentimiento de cabeza; sigueempecinadaenignorarme.

—Niqueráissabercómollamábamosaestesátrapa.—No,porfavor,nolodigas.—Quierosaberlo,cuéntalo,André,porfavor—loarengaEstelle.—LoapodábamosKatrina,haciendoalusiónaldevastadorhuracánde

EstadosUnidos;esquePaularrasabacontodaslasmujeresasupaso.—Noeratanasí...—argumentovagamente.—Noseasmodesto,siemprehastenidounharénatualrededor.—¡Ja!Engreídoymujeriego—acotaDominique,yentoncestratode

contenerlaexpresióndemirostromientrasledoyuntragoamibebida,queyahallegado;noesporloquedice,sinoporeltonodespectivoqueutiliza.

—Tengo muy claras las ideas; si eso te hace pensar que soyengreído...De hecho, tal vez lo sea, pero sobre todo soy un hombre deconvicciones. Deberías saber diferenciar ambos conceptos, son muydistintos. En cuanto a lo de mujeriego... No me parece un defecto; megustanlasféminasyloreconozco,sonmigrandebilidad,perotambiénes

cierto que soy muy atento con mis mujeres—remarco pensando en elidiotaque tieneporpareja—: la quepueda tenerme, siempre estarábienatendidaymuysatisfechay,sobretodo,jamássesentirásola.

Estelle,porsupuesto,entiendelaindirectaydejaescaparunasonrisanimia.De inmediato,Dominique lamira y su amiga intenta disimular ycontenerse.Larubiasorbedesucopaydicesinmirarme:

—La presunción es un regalo de los dioses a los hombresinsignificantes.

—Hay muchos que creen saberlo todo, pero en realidad no sabennadadesímismos.

Estavezgirasucuerpoparaencararme.—Eresungrosero,Paul.Noentiendocómotehanpuestoesemote,

puesnoimaginoquémujerpodríahabertehechocaso.Aunquepresumoeltipo:seguroqueligeradecascos.

Nocreíahabersidoungrosero,noestabadeacuerdo,peroalparecerellaestabaacostumbradaarecibirsólohalagos.

—¿Yosoyelgrosero?¿Quieresque te recuerde todos losadjetivosquemevienesatribuyendodesdeestamañana?

»Mira,Dominique,queseas ladirectoradeSaintClairme tienesincuidado,noporesovoyacerrarlabocaydejarquedigasloquetevengaengana.Quizá,estamañanacuandonosconocimos,sí fuialgogrosero.¿Quieresqueloadmita?:loadmito.Perotuimprudenciamehabíasacadodemiscasillasyhabíahechoqueafloraralopeordemí;sinohubiésemosfrenadoatiempo,podríamoshabernoslastimadoambos;porsuertesólohasidounarañazoenlapuerta.

—Tendrástucompensacióneconómica,jamásdejosinpagarunademisdeudas.

—¿Sabes lo que puedes hacer con tu dinero?...Ya está bien—digomientras levanto ambas manos—. Que necesite un empleo no te daderechoa tratarmecomoescoriaya refregarme tudineroy tupoderío.¿Es que acaso, cuando fuiste al colegio, te saltaste la lección de buenosmodales?Graciasporlainvitaciónalamuestra,André.Yanosveremos,te llamaré, amigo. —Carraspeo tras el corto discurso; me hallosorprendido por mi brutal honestidad. Normalmente no caigo en esosexabruptos,peroestamujerlograsacarmedequicio.

Noto que está ardiendo de rabia, pero no continúa la estúpidadiscusión;elsilenciosehaceprofundoyesprotagonistadelmomento.Sin

pensarlo,sacomicartera,buscodinerosuficienteylodejosobrelamesagolpeandolasuperficieconlapalmaabierta.

—Paul, por favor —me ruega Estelle cuando me inclino paradespedirme.

—Hasidounplacerconocerte,Estelle,peroveoqueatuamiganolecaigobien,ynoquieroseguirincomodándola.

—Venga, hombre, ha sido sólo un juego de palabras, ¿verdad,Dominique?

Ella no contesta, aunque tampoco esperaba que lo hiciera, así quecojomichaquetaymevoy,dejándolosatodosconlabocaabierta.

Bajo la escalera salteando escalones, engulléndolos conmis pasos;enseguida me encuentro en la calle, caminando hacia el bulevar Saint-Germain.

«Maldita mujer, se cree la octava maravilla y tiene el ego por lasnubesporserlaputadueñadelcirco.»

Sólome faltaba esto,me ha desquiciado yme ha hecho perder losestribos, rompiendo todos los códigos de autocontrol que siempre meimpongo.

Continúo andando, casi llevándome por delante a todo el que mecruzo,porquemihumorestáverdaderamentealterado.Lociertoesquenoestoyacostumbradoaquemetratencomoaunparia;porconsiguiente,aesamuñecatontanoselovoyapermitir,pormuyhermosaquesea...Yame ha hartado con sus desplantes, sus ironías y sus aires de grandezaaburguesada. Me he movido en los mejores círculos de negocios delmundoyséperfectamentecómotrataralagente;aella,porlovisto,selehansubidoloshumosalacabezaysecreelamismísimareinadeSaba.

Me dedico a la tarea de conseguir un taxi, tarea nada fácil al serviernes,ymuchomenoscontantosturistasenlaciudad.Caminounpardemanzanasmientras saboreo labrisanocturna;necesitoconurgenciaquemimentesedespeje.Finalmente,cuandovoyacruzarunaintersección,sedetienedelantedemíun taxidelquebajandospasajerosy,comoquedalibre,locojo.Lefacilitoladirecciónaltaxistaybajounpocolaventanillaparaqueelairemerefresquelacara.

Enpocosminutosllegoamidiminutoapartamento.Nadamásentrar,subodirectoalaltillo,quefuncionacomodormitorio,ymedejocaerenlaampliayconfortablecama;traspracticarunosejerciciosderespiraciónpararelajarme,unadormecimientomeinvadedeinmediato.Asaltadopor

lasomnolencia,mepongoenpieparaquitarmelaropa,dejomiteléfonosobrelamesilladenocheyveoquetengounmensajedeAndré,peronoquierovolveraenredarmeeneserollo,asíquenololeo.Abrolacamaymemetoenella;luegoapagolaluzymeobligoadormir;lonecesito,hasidoundíamuyintenso,quehaempezadomalyhaterminadopeor.

—Bueno,ellunesmeesperavolverarecorrerlascallesdeParísenbuscadetrabajo,porquepresumoqueyanotengoninguno.

Capítulo7

Llego desganada y no tengo voluntad de subir la escalera, así quecamino hasta el final del corredor principal para coger el ascensorprivadoquehay enmi apartamento, que raramente uso, ya queprefierosubirybajarapieparaejercitarmispiernasymantenerlasenforma.Bajoen la segunda planta, donde se encuentra mi dormitorio. Continúocontrariada;me he portado como una verdadera niña rica caprichosa ypetulante.PeroesquePaulmedesencaja;esehombremeconvierteenunapila de nervios incontrolables y mis inseguridades afloran con sucercanía. No puedo entender lo queme sucede cuando estoy junto a él,pero no quiero darle más vueltas al asunto. Necesito dormir, necesitodescansar.

Meestoydespojandodetodamiropacuandomiteléfonocomienzaasonar.

—Hola,Estelle,¿quépasa?—Nada, solamente quería saber si habías llegadobien; te fuiste tan

descompuesta...—Basta,porfavor,bastaporhoy—leruego,desconociéndomeamí

misma.—Tómate un calmante para relajarte, debes descansar y dejar de

pagarla con todos por culpa del infantil deMarc.—Finalmente, cuandoPaulyasehabía ido,medirigíalbañoyEstellemesiguió;allí lecontétodo lo concerniente ami exnovio—. Siempre te lo he dicho: el que seacuestaconniños,meadoselevanta.

—Vale,tampocohayparatanto...Soysólocuatroañosmayorqueél.No te preocupes más por mí, estaré bien; mañana todo estará másasimilado.Disfruta el resto de la noche.Espero quemañaname cuentescómotehaidoconAndré.

—Estoy en el baño de su apartamento —me dice de pronto entredientesypuedonotarsuentusiasmo.

—Mealegrodequetengastuoportunidad,séquetegustadesdehacetiempo.Cuelgayveadevoraraesehombre.

—Es lo que pienso hacer, te aseguro que no tengo otros planes.Mañanacharlamos.

El sonido del teléfono me despierta. Había seguido el consejo deEstelleymehabíatomadounsedante;palpoaciegaseliPhoneycojolallamada.

—Hola,¿cómoestás,mivida?—Esavozlaconozcomuybien,eslade mi madre—. Estamos en París este fin de semana, ¿lo recuerdas?¿Tienestiempoparaalmorzarconnosotros?

—Hola,mamá.Mepareceunplanperfecto.¿Quéhoraes?—Lasocho...¡Increíble,ytúdurmiendo!—AnochesalíconEstelleyunosamigosatomarunacopa.—¿Amigos?¿YMarc?Pienso que es muy temprano para dar explicaciones por teléfono.

Definitivamente no quiero que mi madre me tenga una hora pegada almóvilintentandohacerdepsicólogoconmigo.

—Marc,bien.Charlaremosduranteelalmuerzo.—NosencontramosalasdoceymediaenLeMeurice,¿teparece?—Genial,allíestaré.

Entro por la majestuosa puerta de cristal y chapados dorados alopulento restaurante Le Meurice, un auténtico palacio inspirado en elsalónde laPaix, en el palaciodeVersalles, dondeno se puededejar deadmirarelesplendordelrecintoenelconjuntoqueconformanlasarañasdecristal, losbronces, losmármoles, losfrescosy losespejosantiguos.Es el acabose de la elegancia y jamás dejo de asombrarme cuando lovisito.

MimadreyAlainmehacenseñasnadamásmevenentrar,asíquemedisculpo con el relaciones públicas y me dirijo a la mesa donde meesperan.

—Alain,mami—saludoamimadreconunbesoyuncálidoabrazo;Alain, su esposo desde hace diez años, me abraza con mucho cariñocuando me acerco a él. A pesar de que no soy su hija, siempre me hatratado con mucho afecto, y yo le tengo también un gran aprecio. Meacomodoen la sillaquemuycaballerosamenteAlain retiraparaqueme

siente.—¿Unacopadechampán,cariño?—Desdeluego,Alain,muchasgracias.Norecordabaqueeraestefin

de semanaelqueveníaisaParís, sientomuchoeldescuido.Esqueayerfueundíadelocosenlaempresa,porqueestamosconlospreparativosdela nueva campaña de esta temporada; hemos empezado a organizar lamuestratambién.

—Supuse que lo habías olvidado, pero no te preocupes, tesoro,comprendoperfectamenteque tuagendaesapretadísima.¿YMarc?¿Porquénohavenido?

Ahíestáotravezel interrogatoriodemimadre, asíque, esperandoquedejeeltemadeladobienrapidito,decidohablardeunabuenavez:

—Marcyyohemosterminado,ynoquierohablaralrespecto.—¡Oh!—Mimadresellevaunamanoalpecho—.¿Quéhaocurrido?

¡LaúltimavezqueestuvisteisenMontpellierseosveíatanbien!—Jeanette, cariño, ¿no has oído que no quiere hablar del tema?

Brindemosportusoltería,tesoro.—Alainlevantalacopaylachocaconlamía.

—Gracias,Alain.—Élsiempreesungranmediadorentremimadreyyo.

—Brindo,perosoytumadreymegustaríaquemedijeras,almenos,siestásbien;quisierasabersihasidodecisióntuyacortarconlarelación,yestaraltantodetuestadodeánimo.

—Dejade ladotuplandepsicólogaconmigo, tengomi terapeutasilonecesito.Yno,nohesidoyoquienhacortadolarelación,peroestoyincreíblementebien,¿acasonomeves?

—Porqueteveoyporqueteconozco,séquetieneslaparticularidaddeguardartelascosascomosifuerasdeaceroyjamásexteriorizasloquesientes... ¿O debo recordarte en qué terminó tu anterior ruptura? ¿Estáscomiendobien?

—Ay,mamá,porfavor,nohagasquemearrepientadehabervenido.Respetamidecisióndeguardarmemissentimientos.

—Jeanette, cariño, déjame recordarte que ahora tu hija es unapersonamadurayadulta,hacrecidoyseguramentenadaserácomoantes.

—Eso mismo, Alain, muchas gracias. Me encantaría que mecomprendierascomolohaceél.

—Contravosotrosdosnohayquienpueda,ymenosmalquenoestá

tupadreaquí,porque,sino,conformaríaisungrantríolostres.—Mamá,teagradezcoquetepreocupespormí,deverdad,séquetu

interés es sincero. Para que te quedes tranquila, diré que creo que ladecisiónqueha tomadoMarces laqueyonomeatrevía a tomar.Todoestámuybien.

Finalmente hacemos nuestra comanda; pedimos el menú fijo delalmuerzo, que tiene muy buena pinta, sólo que resuelvo cambiar elentrante, ostras por cangrejos, queme gustanmuchomás.Mimadre secalmaalfinydecideconfiarenqueestoybien;además,estarconellamelevanta el ánimo y me río mucho con las ocurrencias de Alain, es unbromistanato.

—¿Vendréisaldesfiledeesteaño?—¿Cuándonosperdemosundesfiletuyo,cielo?—Losé,mamá,peroesbuenopreguntarparasaberdeantemanoque

puedocontarcon laspersonasquequiero;esomedaun incentivoextra,porque me siento apoyada. Esta noche acudiréis a la gala benéfica,¿verdad?

—Sí —contesta Alain mientras me coge la mano—. ¿Por qué novienesconnosotros?,comocuandoerasmáspequeña.

Meríoporlode«máspequeña»;avecessiguentratándomecomositodavíalofuera.

—Teloagradezcosinceramente,perocreoquepaso:habráprensayluegosaldráentodaspartesquelleguésolaalagala.Mejorno.

—Mira,cariño,almal tiempohayqueponerlebuenacaray,cuantomás pronto pase todo, muchomejor. Además, ¿quién te dice que él noaparecerá en alguna revista conotramujer, y entoncesya sabránque lotuyoestásuperado?

—Gracias,mamá,porhacermepensarenMarcconotramujer.—Igual no debería importarte. ¿No has dicho antes que estás de

acuerdoconladecisión?—Noesqueme interese,perosupongoque,aunasí,vivounduelo

porelfracasoquehasignificado.—Losiento,cielo,tienesrazón,perosabesquesoymuypragmática.—Sé perfectamente que tu profesión hace que quieras que todos

afrontemos las cosas con total naturalidad, pero todos no tenemos tusmismos tiempos para asimilar los acontecimientos.—Me detengo unossegundos para pensar—. De acuerdo, acudiré a la gala. ¿Puedo ir con

Estelle,siesquenotienemejorplan?—¿Quépreguntas,Dominique?Sabesquesomoslosorganizadores,

puedesvenirconquiendesees.—Perfecto, me hará bien hacer un poco de beneficencia para los

niños huérfanos de Francia. Inscribidme para servir las mesas, quierohacerlo como cuando era una adolescente; creo que podré conseguirbuenaspropinas.DespuésosdirésiEstelletambiénparticipará.

—¡Estoesgenial!—señalamimadremientrasaplaude,pletórica.Lagalaconsiste,exactamente,enunacenaenelhoteldondeestamos

almorzando. Los organizadores son mi madre y mi padrastro, amboscomparten la misma profesión: son psicólogos infanto-juveniles yespecialistasenautoayuda.Haceexactamenteveinteañosqueorganizanlamisma gala benéfica anual, que se llevaba a cabo en París, Niza yMontpellier; ésta consiste en reunir a personalidades significativas de lasociedad francesa para que asistan al evento; algunos lo hacen comocomensales, otros se prestan esa noche para hacer de camareros y asíconseguir cuantiosas propinas que, en realidad, son las donaciones quehacen que la fundación que mi madre y mi padrastro presiden puedaseguirfuncionando.Ellosseconocierongraciasaesteproyecto.

Terminamos de almorzar. Todo ha estado exquisito, como decostumbre.

—Bueno,yoosdejo.Seguramenteaúntenéisqueajustardetallesparaestanoche,asíquenosveremosmástarde.

—Estupendo,hija.Porcierto,creoqueyate lodije,peroelvestidoquemeenviastemequedaperfecto.

—Mealegrodequeteguste,mamá.Me despido y salgo de allí con un plan forjado en mi cabeza.

Mientrasalmorzábamos,heestadomirandoporlosventanalesquedanaljardíndelasTulleríasymehanentradoganasdecaminarunrato;despuésdetodo,mevendrábienairearmeygozardeunpaseodiferente.

Llegoalosjardines.Eldíaestáespléndido,yellugar,llenodegente.SacomiiPodymecolocolosauricularesenlosoídos;luegobuscounacarpetademúsicaconunaselecciónmuyecléctica.Lapongoareproducirymesientoenunodelosbancosjuntoalestanque;hayniñoscorreteandopor doquier, enamorados tumbados en el césped, gente tomando el sol,otrosmerendando...DetrásdemísehallaelmuseodelLouvre;alfondo,alotroladoyenlínearecta,estáelObelisco;trasloscamposElíseosse

observa más lejos aún el Arco de Triunfo. Admiro el paisaje: París esmajestuosa. Disfruto del sol que acaricia mi rostro y me relajo.Encandilada y gozando de un remanso de paz, cierro los ojos pararegocijarmeconlasnotasdelacancióninterpretadaporMaroon5,Let’sStayTogether.[5]

Distendida, y mientras gozo de la naturaleza, me quedo dormidadurantealgunosminutos.Deprontodespiertoyamialrededornotoquehay bastante gente sacándome fotos. Aunque no es mi intención, measusto;mepongoenpieyalgunosseacercanunpocomásparapedirmeuna fotografíamás personal, pero todo está un poco descontrolado.Meniego;lasituaciónmesobrepasayquieroapartarmedeahí,perolagentesigue insistiendo. Siento que me cogen de la mano y tiran de mí; acontinuación,unosfuertesbrazosmeenvuelvenyunavozquemeresultainconfundiblemesusurraaloído:

—Tranquila, estoy contigo.—Lomiro a los ojos y asiento con lacabeza, mientras él coge mi bolso y se hace cargo de la situación—.¿Dóndeestátucoche?—mepregunta,yaúnnoentiendosiestoydentrodeunsueño,perodetodasformaslecontesto:

—Nohevenidoencoche.—Venconmigo.Paulmetomaporlacinturaymeguíamientrasconsucuerposeabre

caminoparaquenosdejenpasar.Sumanoenmi talleparecegrandiosa,protectora;mehacesentirmuysegurayagradezcoensilencioquehayaestado ahí. Comprendo que no es un sueño, es él, y está conmigo. Noquieroqueme suelte, perono tienedemasiado sentidoque continuemostancerca;cuandoyanoshemosalejadolosuficiente,apartasubrazoperomecoge lamanomientrasme sonríe, yyocreoque la situaciónes aúnmásirrealqueeltumultoanterior.

—Gracias—ledigo,recomponiéndome.—Creoquenohasidobuenaideaecharteatomarelsolenunlugar

público.Eresmuyconocida.—No he medido las consecuencias. Jamás me expongo y, además,

nuncamehabíapasadounacosaasí.—Hasidounasuertequepasaraporahí.—Sí,gracias,haresultadounmomentoincómodo.—Toma—medicealavezquemeentregaelbolso—.¿Quieresque

teacerqueaalgúnlado?

—Pillaréuntaxi,muchasgracias,yahashechodemasiado.—Tellevo,deverdadquenotengoinconvenienteenhacerlo.Lopiensoapenasuninstante.—Voy a mi casa —le digo tímidamente; no quiero seguir siendo

descortés.—Perfecto, sédóndequeda.Bueno, esocreo...—rectifica—.¿Esde

dondesalíasayerporlamañana?—Sí,ahímismo.Posa sumano, ligera, casi rozándome, enmi cintura y con la otra

señalaellugaralquedebemosir.Andamosensilencio.Paul es alto, y su espalda, muy ancha; viste una camiseta gris con

rayas negras y un pantalón color caqui. Miro sus antebrazos: se venfuertes y sus venas resaltan. Su piel es muy blanca. Sus pestañas,larguísimas, enmarcan a la perfección el azul de su intensa mirada;cuandosonríeselemarcanlíneasdeexpresiónenlacomisuradelaboca;tiene una sonrisa fresca, casi inocente, aunque percibo, por cómo memira,queél,deinocente,tieneloqueyodesanta.

Capítulo8

La guío hasta mi automóvil. Estoy asombrado porque no parece lamismapersonadeayer;estámansa,dócil,mehaextrañadolarapidezconlaquehaaceptadoquelallevehastasucasa.Menosmalqueestáenplantranquilo, porque no me gustaría tener que arrepentirme de haberlaayudado.

—Perdónamepor lo grosera que fui ayer, no había tenido un buendía.

—Creo que, en realidad, ambos estuvimos a la defensiva todo eltiempo.Talvezporlaformaenquenosconocimosyporlointratablequemecomportéporlamañana.—Frunzoloslabios—.Tendríaquehabermepreocupadodequeestuvierasbienynoporelarañazodelcoche.

—Tenías razón en ofuscarte como lo hiciste, sólo una necia puedesalirsinmirareltráficodelaavenida.

—Sondistracciones,aveceslosproblemasnossuperan.Nocontestaysequedaensilencio,conlavistaperdidaenelcamino.

Podría jurar que se ha quedado pensando enmi última frase.De vez encuando ladeo la cabeza y lamiro sin desatender la conducción. Esmuyhermosa; a decir verdad, es asombrosamente bella.Mientras realizo eseescrutinio,conjeturoquenadiepuedesaberconseguridadcómoson losángeles,peroenesemomento,mientraslaobservo,creoadivinarlo:estoyseguro de que deben parecerse a ella.Me encanta la carnosidad de suslabios cuando habla; tiene una boca muy apetitosa, que provoca quererdarle un mordisco. En este instante quiero cogerla del mentón paraindicarlequememire; reprimolasganasdeacariciarleelpómuloymeasombroporqueestoyansiandoquedescansesu rostrosobremimano...Esdemasiadobonita, casi unpecado,pero se lave cansaday sumiradaestáapagada,notienelachispaqueheadvertidoenellalasvecesquelahevistoenfadada.

Considerosiesprudentepreguntarlesileocurrealgo,perolociertoesque...¿quiénsoyyoparametermeensuvida?

«¿Por qué los hombres siempre somos tan bobos y nos sentimos

comoSupermancuandovemosaunamujerquenosparecequenoloestápasandobien?»

Seproduceunprofundosilencio;ambosestamosmidiendoalotroyestamos siendo muy cuidadosos para no volver a caer en un momentonefasto.

—Creo que yo hubiera gritado el doble si la imprudencia hubierasido tuya —reflexiona mientras decide romper el hielo; luego cambiabruscamente de tema—. Esta semana te llamarán los de RecursosHumanosportucontrato.

—¿Aúnteinteresacontratarme?—Elevolascejasymesonríoconlacabezadeladomientraslepregunto.

—¿AúnteinteresatrabajarenlacampañadeSaintClair?Estaciono el coche, hemos llegado.Mequito el cinturónymegiro

haciaellaparahablarle.—Me interesa, porque, como te dije en la entrevista, necesito el

trabajo.Hacedos semanasque estoy enParís y nohepodido conseguirnadaaún,ymisreservasdedineroestáncasiennúmerosrojos.Andrémecomentóquepagasmuybien,asíquebienvenidoseaesecontrato.—Ellasesonríey,porprimeravezdesdequelahevistohoy,dejaquelasonrisalelleguealosojosyserelaja.Desabrochaelcinturóndeseguridadyseloquita;imitándome,seponedeladoparamirarmetambiéndefrente.

—Seguramentetendremosqueviajarjuntosaalgunaslocalizaciones;esta semanaAndrémepresentará los lugares; élviajaráconnosotros,ytambién otras personas más; haremos muchos exteriores. Supongo quedisponesdeflexibilidadhoraria,porquelanecesitarás.

—Poresonohayproblema.Muevelacabezaafirmativamenteantemirespuesta.—Salesbienencámara,deberíaspensarensermodeloprofesional.

¿Aquétededicas?Exactamente,¿cuálestuprofesión?—Lomíoeseláreadefinanzas.—Vaya, no tiene nada que ver con esto, y sin embargo has

demostrado mucha seguridad. Bueno, las finanzas, en cierto modo,también necesitan de una actitud segura, así que no me extraña quemanejestanbientutemperamento;cuandounonegociaesmuyimportanteconservarlacalmaynomostrarseansioso.

—Exacto, tú te dedicas a las finanzas y también eres modelo. Alparecersonactividadescompatibles.

—Tienesrazón.Sesonríeconmáslibertad.—¿Puedo preguntar qué pasó con tu anterior trabajo? Porque

presumoqueteníasuno.—Esmuylargoynoquieroaburrirteconesahistoria.Talvezotro

díatelacuente,aunqueenrealidadesuntemaquepreferiríadejardelado.—Nopretendíaserindiscreta.—Nolohassido.—Agitolacabezaysientocómomisfosasnasales

se abrenmientras corroboro—:Supongo que, al sermi jefa, te interesasaber si soy un timador. Y ya que no tengo referencias de trabajosanteriores en este campo, quizá debería contártelo... Pero puedes estartranquila:soyunhombremuyhonesto.

—Si te recomendó André, no lo pongo en duda. Aunque ayer mecomportase como una loca, no siempre saco conclusiones apresuradassobrelaspersonas.

—Dejemos ese episodio aparcado de una buena vez, por favor; yotampocoestuvemuyagradable.Posiblementedeberíamosdarnoslamanoy presentarnos de nuevo. Paul Dubois, encantado—bromeomientras letiendolamano;ellasecarcajea.

—DominiqueChassier,elgustoesmío.Nossaludamosconunapretónynosmiramosalosojossinpararde

reír.Unbocinazonosinterrumpe;alguiennecesitasalirporelportónde

rejasnegrasymicocheestáobstaculizandoelpaso.Mirohaciadelante,pero no puedo avanzar porque hay otro coche estacionado; tampocopuedo ir hacia atrás, así que nos despedimos rápidamente con un beso.Dominiquesebajadelcocheyyomemarcho.

Mientras mi vehículo atraviesa las calles de París de camino a miapartamento,mepongoarepasartodoloquehaocurrido.DescubroquemegustalaDominiqueaccesibletantocomomegustalacombativa,ymeextrañaestarpensandoalgoasí,yaqueporlogenerallasmujeresrubiasnomeatraen.Peroella...,ellanoescualquierrubia,eslarubiaconlaquetodohombredesearíaestar.Detodasformas,debotenerencuentaqueeslajefa.Aunquevayamosacompartirlaproducciónfotográfica,nodejadeserlaCEOdeSaintClair;siyofueraella,jamássaldríaconningunodemis empleados, así que resulta fácil presumirque elladebede tener esamismapolítica.

Aprietoelaceleradorparaacortarelviaje.

Capítulo9

Atráshaquedadolaexitosagalabenéficadelsábado.Estoyorgullosade las cuantiosas donaciones que conseguí y, sobre todo,me sentímuyútil,comohacíatiempoquenolohacía.Eldomingo,sinembargo,melopasétrabajandoenSaintClair.BenoîtnoseextrañóalvermellegarendíafestivoaledificiodeoficinasdeLaDéfense; lociertoesquefuiporquedebía adelantar asuntos pendientes, ya que en breve deberé alejarmedurantevariosdíasdelaempresapararealizarlacampañapublicitariadelatemporada.

Elrestodelosdíasmelospasoenreunionesdetrabajoyvisitandolos talleres donde se confeccionan las prendas. La colección ya está enmarchay,alparecer, llegaremosa tiempocon todo.Elmiércolespor lamañana me levanto muy optimista. Marc continúa sin llamarme, peroincreíblemente parece que no le echo demenos. Los primeros días hansidodifíciles,unarupturasiempresignificaunafrustraciónylociertoesquenoestoyacostumbradaaellas,peroahora,aunquehanpasadotansólounospocosdías,todoparecemuylejano...Helogradosobreponermemuypronto.

Por la mañana, cuando llego a la oficina, soy de las primeras enhacerlo;haydemasiadosilencioenelpiso,peropocoapocoelcaminaryelmurmullo demis empleados empieza a inundar la planta cuarenta deSaintClair.

—Buenosdías,Dominique,nosabíaqueyahabíasllegado,disculpaporentrarsinllamar.

—Buenosdías,Juliette,notepreocupes.—Tan sólo venía a ver si todo estaba en orden para cuando

aparecieras.—He venido temprano. Toma estas carpetas, puedes llevártelas y

archivarlas,yaestánrevisadas.—Perfecto.¿Deseasuncafé?—Untédejengibremejor.—Ahoratelotraigo.Cuandoquierascomenzamoscontuagendadel

día.—Gracias.Cuandomisecretariaseestáretirando,llegaEstelle.—¿Quieretomaralgo,señoritaSaunière?—Uncafé,porfavor,Juliette.—Hola,preciosa,¿quémecuentas?—Quetengounsueñoquenoveo.Anochecasiamanecíterminando

losdiseñosquefaltaban,teloshetraídoparaquelosmires.—¡Genial!Déjamelos,queahoralosreviso.—En cuanto los apruebes, los enviaré para que comiencen a

confeccionarlos;conestocerramoslacolección.—No te preocupes, llegaremos a tiempo con todo.Me siento muy

positiva,ycreoque,sinadasecomplica,inclusonossobrarátiempo.—Meencantaríatenertuoptimismoytuenergía,nosécómolohaces

paraestarsiempreradiante,yesoquenoparas.—Meencojodehombros.Tengo la respuesta pero prefiero callarla para que nome diga que soyobsesiva; de todas formas, la verdad es que amo este pedacito de miuniversoqueeslaempresa.

—Dejandoeltrabajodelado,dime:¿haynovedadesdeAndré?—Estanochehemosquedado.Sinpodercontenermialegría,gritoporlanoticia.—Meencantasaberquerepetiréis.—MehainvitadoacenarenBofinger,enlacalleBastille.Lecomenté

queme gusta la langosta y no lo ha olvidado; dice que allí se come lamejorlangostaquejamásprobaré.Estoymuyentusiasmadaconlasalida,más que nada porque temía que todo quedara en lo que pasó la vezanterior.Amímepareciótodoperfecto,pero...,yasabes,aveceselotronosiente lomismo.Poreso,cuandoayerme llamópara invitarme,casitocoeltechoconlasmanos.Éseeselmotivoporelqueanochemequedéterminándolotodo:hoynoestoyparanadie,sóloparaAndréBettencourt.

Ambasnoscarcajeamos.—Tunocheesmuyprometedora,cielo.Andréesunabuenapersona

ymegustalaparejaqueformáis.—Si es como laotranoche, te aseguroque seráperfecta,André es

todofuegoypasión.—Me encanta verte tan entusiasmada. —En ese momento Juliette

llamaalapuertaynostraeloquelehemospedido.

—Dominique, te recuerdoquea lasdiezhay juntadeevaluacióndefindemes.

—Menosmalquelohasmencionado,Jul.CreoqueLouisamelodijo—comentamiamiga—,perohellegadotandormidaquesólohepodidoprocesarlamitaddemiagenda.

Estellepareceunazombiynosreímosdesuexpresión.—Toma,acabandeenviarestodeldepartamentolegal:eselcontrato

delseñorDubois;encuantolorevises,loenvíoaRecursosHumanosparaquelollamen—meinformaJuliette.

—Deesomeencargoyo;quieroprepararalgoconBettencourtparalafirmadeesecontrato,asítomaráunasfotosyluegopodremossubirlasalasredessociales.

—Perfecto. ¿Quieres que te ponga en contacto con el señorBettencourt?

—Porfavor.Apenaslotengasalteléfono,pásamelallamada.Estellesorbedeunasolavezloquequedadesucaféymedice:—Tedejoparaquerepaseseso;yoiréaprepararlodelajunta.—Vale,nosvemosenunrato.

La valoración de la junta ha sidomuy positiva y esome hace muyfeliz. Lamayoría de los departamentos han alcanzado cinco de las sietemetasquenosproponemoscadames,yalgunos lashancompletado,asíquenohaymayorespreocupaciones.

Casiesmediodía.EstoyenmidespachoytengorevisadoelcontratodePaul;tambiéntengotodoplaneadoconelfotógrafo,asíquehabloconmisecretariaporelinterfono:

—Juliette, necesito que me pongas con el señor Dubois; pide suteléfonoaRecursosHumanos.

—Ahoramismolohago.Apenas tardaunospocosminutosenpasarmela llamada.Meaclaro

lavozantesdecontestar,Paulsigueintimidándomeconsóloimaginarlo.—Buenosdías,monsieurDubois.—Hola, buenos días. Veo que volvemos a ser monsieur Dubois y

mademoiselleChassier;muybien,comoustedguste.—Lo siento,Paul, había olvidadoqueyanos tuteábamos.—Noera

del todo cierto, pero no iba a quedar expuesta frente a él con mis

inseguridades.—Nohayproblema,túdirás.—Tellamoporlafirmadelcontrato.—CreíqueloharíaeldepartamentodeRecursosHumanos.Puedosentircómosesonríey,parasacarlodesusfanfarronerías,me

apresuroaexplicarme:—Lohehechoyoporque,enelúltimomomento,semehaocurrido

hacer una pequeña producción fotográfica para que la firma quedeplasmada y pueda subirla a las redes sociales. Por eso he preferidocomunicarmeyomismacontigoyconAndré.Asíquequeríasabersiteesposiblevenirmañanaporlatarde.¿Teparecesobrelas...tres?

—Perfecto,ahíestaré.¿Cómoquieresquevista?¿Formal,informalocasual?

—Notepreocupesporeso.Aquíhabráropapreparadaparati,usarásprendasdenuestramarca.

—Enesecaso,nohaynadamásquedecir.Mañananosvemosa lastresdelatarde;notepreocupes,serépuntual,tuagendadebedesermuyapretada.

—Sí,Paul,siempreesasí.—Meloimagino.—Hastamañana,Paul.—Hastamañana,Dominique.Cuelgo el teléfono y me quedo con el aparato en la mano,

considerandoquenoesbuenalaformaenquemelateelcorazónporsólohaberhabladoconél.

Capítulo10

Llego a las oficinas de Saint Clair puntualmente. Me sientoesperanzado,alparecercomienzoacreerquemi suerteestácambiando.Entroenelrecibidorymeacercohastaelmostrador,dondeseencuentraelporterodeledificio,aquienle indicoconmuchasencillezadóndemedirijo.Trasrevisarquetengocita,elhombremedejapasarymeseñalaelpisoalquedeboir.

Bajodel ascensor en laplanta cuarentade laTorreGAN,donde seubicaSaintClair,ycaminoconseguridadhastaentrarenlarecepción.Yaestuveaquícuandomepresentéalaseleccióndemodelos;claroqueahoraestoymuchomástranquiloqueesedía.

La empleada de cabello castaño que me atiende con muchacordialidadpareceunamodeloextraídadealgunarevistademoda,loquemellevaapensarqueaquíhacencastingsparaque todos losempleadosluzcandeesaforma.Intentohacermemoria,peronolarecuerdodelaotravezqueestuve,quizá seanueva.Le facilitominombreya continuaciónrevisa un papel mientras persigue con su índice la lista; cuando pareceencontrar el mío, levanta la vista y me doy cuenta de que le gusta miaspecto,porquesesonroja;luegointentarecomponerseymedice:

—MonsieurDubois,loestánesperandoenRecursosHumanos;debesubir una planta más y preguntar por el señor Borin. Puede utilizar elascensorqueseencuentraenelpasilloyqueesdeusointerno.Leanunciodeinmediato.

—Perfecto,muchas gracias.—Le guiño un ojo haciendo alarde demisencantos,yellasonríeabiertamente.

Cuando salgo del ascensor en la planta cuarenta y uno, me acercohastaelescritoriomáspróximoyleexplicomisituaciónalamujerqueseencuentra allí; la joven, de inmediato,me indica el camino.Doy con lapuertadelapersonaquedebeatenderme;mientrasllamoconlosnudillos,leoelcartel:«RemiBorin,directordeRecursosHumanos».Rápidamente,unavozdesdedentromeinvitaapasar.

—Buenostardes.ElseñorDubois,¿verdad?

—Asíes.Encantado,señorBorin.Nossaludamosconunapretóndemanosyluegoelhombremeinvita

asentarme.Sinmásrodeos,nosreferimosaloquemehatraídohastaestelugar:metiendeunacopiadelcontratoparaquepuedaleerlaylohagosindemora;todoestáestipuladoclaramenteynoesuncontratomuyextenso,por lo que no tardo demasiado; además, estoy familiarizado con estospapeleos, así que sé exactamente a qué debo prestar atención. En él sedetallaenquéconsistemitrabajo,cuálessonloseventosdepromociónalos que deberé asistir, se estipula también todo lo referente a laexclusividaddemiimageny,además,laremuneraciónquepercibiréporeltrabajo;obviamenteesoesloqueenrealidadmeimporta.Releoelrestode las cláusulas y todas me parecen razonables, así que le expreso miconformidad al señor Borin y entonces ambos firmamos al pie delcontrato.

—Esto es todo, señor Dubois, esta copia es suya. Le doy labienvenidaalstaffdeSaintClair.—Nosdamosunnuevoapretóndemano—.Me han dicho que le indique que, tras cumplimentar su firma, debedirigirse a la planta cuarenta, lo están esperando en el despacho dedireccióngeneral.

—Perfecto,muchasgracias,hasidounverdaderoplacer.Bajo por el ascensor interno y la recepcionistame indica dónde se

encuentra la oficina de la directora general deSaintClair.Al llegarmeatiendesusecretaria,otrabellezadespampanante.

«Definitivamentehacencastingsdeempleados,porque laqueestabaenlaplantadearribatampocoestabaparadespreciar»,confirmoparamisadentrosalobservarla.

La empleadameanuncia conprontitud,Dominique, sin tardanza, leindicaquepuedopasaryellamelohacesaber.

—Gracias, Juliette—Leo su nombre en la placa que está sobre sumesaymedirijohacialapuertaquemehaindicado.

EldespachodeDominiqueseencuentraenunalaseparadadelrestode la planta; todo esmuymoderno y estético en ese sector. Llamo a lapuertayunavozarmoniosa,perocargadadeenergía,medalaentrada.

—Buenas tardes, señorDubois..., Paul, bienvenido a Saint Clair, yamehaninformadodequesucontratoconnuestrafirmaesunhecho.

—Asíes,señoritaChassier.—Agitoelpliegodepapelesque traigoenunamano,demostrándolequeloquediceestotalmentecierto.

Ellameha saludadoconsolemnidad,asíquede lamisma forma lasaludoyo.Eneldespachohayotrasdospersonasquelaestánpeinandoymaquillando, creo que los tengo vistos del casting; no obstante, en elmomentoenqueentro,laliberanporunossegundosparaqueDominiquepuedatendermelamano.Contotalcorrección,ynomeesperabaotracosatras oír su saludo indiferente, me presenta a esas personas sin ningunapompayluegomeindica:

—Tomeasiento,Paul.—Gracias.El despacho es enorme y está decorado de forma minimalista: las

paredes de cristal y acero le otorgan un aspecto de laboratorio, y elescritorioesunaverdaderapiezaarquitectónicahechadecristal;detrásdeDominique,atravésdelosventanalesquevandeltechoalsuelo,sepuedeverParís sinninguna interrupción,magníficayasombrosa;noobstante,losmueblesoscurosconcuerdanconlafrialdaddellugar.Piensoquenopareceeldespachodeunadama,peroDominiqueesunacajadesorpresasynomeextrañadeltodoquesudespachoseaasí.Empiezoadarmecuentade que no es la típica mujer romántica que dibuja corazoncitos en elmargen de la hoja mientras habla por teléfono. Sigo escudriñando laestanciasindisimulo.

—VasiliKandinski.—¿Cómodice?—Elpintordeesecuadro,elpadredelexpresionismoabstracto.Uno

demispintoresfavoritos.—Creoquesesorprendedequeloreconozcayyo entiendo entonces que la frialdad de la oficina es, sin duda, paradestacaresamaravillosaobradeartecargadadecolores.

—Exacto,megustamuchosuobra;enmicasa tengootroscuadrossuyos.—Mesatisfacesaberquetenemosunpuntodecoincidencia.

—Unasinfoníadelíneasycoloresdecálidageometríacromática.—Increíble descripción. —El golpeteo en la puerta interrumpe

nuestraconversacióndearte—.Adelante.No me extraña que André entre acompañado de Estelle; ya he

advertidolaslucesyeltrípodeconlacámarafotográficaquehayaquí.Miamigo me abraza efusivamente al verme; de igual modo, Estelle semuestramuycordial.

—Hola,Paul,yaeresformalmentelacaradelapróximatemporadadeSaintClair.

—Asíes,vengodefirmarelcontrato.—Estupendo,tedoylabienvenida.—Muchasgracias,Estelle.—Haremos algunas fotografías con Dominique —me informa

inmediatamente André, y al instante ladeo la cabeza hacia ella paramirarla.Contengolarisaporquelapilloestudiandomivestimenta:llevounpantalónazulde lino italianoajustadoyunacamisabeigeconcuelloclásico;lospuñostienenunasolapainternadecolorazulmarino,quealestar doblados combinan con el pantalón, y completa mi atuendo unachaquetaazulina.

—Estelle lo acompañará para que pueda cambiarse —me dice depronto,justificandosuinspección.

Me sonrío y asiento con la cabeza; luego, sin decir palabra, sigo aEstelle,quemellevahastaunrecintodondenosestáesperandounajovenaquienmepresentacomolaencargadadevestuario.

—Cécilieteayudaráaencontrarelestiloparalasfotosqueharemos.—Estupendo.Mepongoentusmanos,Cécilie.—Graciasporlaconfianza.Measombraeldespliegue:todopareceestarmuycuidadoyesobvio

queyonoentiendonadadeestemundotannuevoparamí.Elegimosjuntoslasprendasyluegolajovenmedejasoloparaque

puedacambiarme.No tardodemasiadoenvestirme,ypor fin regresoaldespacho de la directora general. Ahora visto un pantalón de sargaelástico de algodónde color negro, una camiseta con escote en pico decolor blanco, la cual por consejo de Cécilie me he introducido en elpantalónalaalturadelahebilladelcinturón;tambiénllevounachaquetadelinoengrisclaro,quealparecereselcomplementoperfecto,y,comoaccesoriodemivestimenta,llevounfularengrismarengo,quecombinacon un pañuelo que asoma del bolsillo. En los pies me he puesto unasbotasnegrasdevestiracabadasenpunta,tododelalíneaSaintClair.

Llamoalapuertaynuevamenteesavozcautivantequellevograbadaenelcerebromedapaso.

—Guau,ahorasíquetienes lapintadetodounchicoSaintClair—apreciaEstelleencuantohagomientrada.Ellasiempreesmuyefusivayamistosa.

MirodereojoaDominique,yalcanzoavislumbrarunasutilsonrisaque evidencia deleite; sonrisa que, por supuesto, intenta disimular, pero

que sus ojos no logran ocultar por completo. A continuación, André yEstellehacenquemesienteparaquememaquillen;memuestroreticente,peroellosinsistenenquemipieltendráunmejoracabadoenlafotografíacon un poco demaquillaje. Sumida en una postura apática, la directorapermanececalladayesperándome,mientrasrevisaunascarpetas.Conmirenuenciaconsigoarrancarleunapromesaalmaquillador,quemeaseguraqueserápocoelmaquillajequemeaplicará;resignado,finalmentedecidoconfiarensusmanos.ObservoaDominiquedisimuladamenteyadviertoquedevezencuandolevantalavistaymemiradesdeelsillóndondesehasentado; creo que está divirtiéndose conmigo. Para completar mitransformación,tambiénmepeinan:mecolocanunaspinzasparadominarmi alborotado y voluminoso cabello, que retiran tras aplicarme lacafijadora.Laintenciónesquetengaunaspectodesordenado,peronotanto.Me siento extraño, no estoy acostumbrado a esto, y mi actitud algomachistamehacesentirunpocoincómodo.

—Deberás acostumbrarte —señala de pronto Dominique, mientrassonríeymemira; interpreto en su rostroundejedepiedadhaciamí—.Habrávecesquetemaquillaránmuchomás—asegurainclusomásrisueñamientrasmuerdeunlápiz.

—¡Dios! ¿En quéme hemetido?—Elevo la vista hacia el techo—.Siemprehesidomuymachitoparaandarusandomaquillaje.

Todos se carcajean.Dominique aparta los papeles y se pone de piemientras acomoda su falda. No puedo dejar de considerar que está deinfarto; en realidad, no más que siempre, ¿o sí? Lo cierto es que esevestido de cóctel en encaje azul cielo con algunas trasparencias la haceparecer una divinidad; me doy cuenta de que, con todo el despliegueanterior,nohabíatenidotiempodeadmirarlatandetenidamente,asíquelarecorroconlavistadepuntaapunta.Meembrujanlassandaliasaltísimasdecolorblancoque llevapuestas;suspiernas,queyason largas,seveninterminables.Creoquemeembobounpocoviéndolaypresumoque lamandíbulasemecae;cuandomedoycuentademiexpresión,ruegoqueningunodelosallípresenteslohayanotado.

—Esosonmitos,mivida—apostillaquienmepeina,ymesacademiensoñación—.Yonousomaquillaje,soyunmacho,ytambiénsoygay.

Lasrisastruenanmásfuertes.Cuando terminan de prepararme, me pongo en pie y vuelvo a

colocarme la chaqueta, que me había quitado para estar más cómodo.

Solícitamente,Estellemeacomodalassolapasyelfular.Eneseinstante,Dominique se acerca amí para que nos saquemos algunas fotos juntos.Noscolocamoscontraunadelasparedes,dondeseencuentracolgadounvinilo con logos de lamarca, y entoncesAndré comienza a disparar sucámaraincansablementemientrasposamosparaél.

—Listo,creoquesonmásquesuficientes—nosindicamiamigotrasalgunosminutos.

EnesemomentoseoyelavozdelasecretariadeDominiqueatravésdelinterfono.

—Hanllegadolosperiodistas.—¿Periodistas?—Noestoypreparadoparaeso.Por lovisto sehan

olvidadodeavisarme,¿otalvezdeberíahaberloimaginado?Lociertoesquenotengoniideadecómoenfrentalaprensaunmodelo,perointentorelajarme.

—Sontansólotresperiodistas,pertenecenalosmediosescritosmásimportantedelamoda.Ynodebespreocuparte, todossonpersonasmuyagradables,losconozco.Túdéjamehablaramí,luegoteharánunaspocaspreguntas...Seguramentequerránsabercómofue tuelección.Séamable,sonríe, muestra tu encanto, sólo eso—me explica Dominique dándomeseguridad.

—Estupendo,creoquepodréhacerlo.—Desdeluego,Paul,noesperootracosadeti.—Graciasporlaconfianza,notedefraudaré.¿Cuentolodelchoque?—Obviemosesaparte,mejor.Sesonríeyentrecierralosojosarticulandounamuecadivertida.—Losupuse;descuida,uncaballeronotienememoria.Me sonríe seductoramente mientras agita la cabeza y habla por el

interfono.—Hazquepasen,Juliette.Dominiquenodejade sorprenderme; esamujer esuna idayvuelta

constante de actitudes. Lo que ocurre, al parecer, es que no se deciderespectoacómotratarme:aratosesformaleimpersonal,yotrosescálidayconsiderada.Laentrevistanosealargamucho;losperiodistassevanyvolvemos a quedar nuevamente los cuatro solos. Con celeridad, Andrécomienzaadesmontarsusequiposyloayudo.

—Reina,yatengoelegidastodaslaslocalizacionesparalacampaña.—Cuéntame,André.—Dominiquesemuestramuyinteresada.

—Ahoranotengotiempo—diceélmientrasvuelveamirar lahora—.Debo llegar ami estudio... exactamente en veinteminutos. Es obvioque, si no espabilo, no lo conseguiré. Por eso... ¿qué os parece si estanoche cenamos en casa? De paso festejaremos el contrato de Paul, ytambiéntemostrarétodosloslugaresqueheencontrado.

Dominiqueyyonosmiramoscasualmente.—Mepareceunaexcelenteidea.Estelleeslaprimeraenestardeacuerdoynosepreocupadeocultar

suentusiasmo.—Pormí,nohayproblema—intervengoutilizandountononeutro.—Vale —dice Dominique finalmente—. Deseo comer comida

japonesa.—Nome gusta la comida japonesa. Lo único queme chifla de esa

gastronomía son las tempuras.—Me preocupo de dejar bien claro eso;ellanomevaacondicionar,amí,acomeralgoquemedesagrada.

—¡Nopuedocreerquenoteguste!—¡Nopuedocreerqueatisí!—leretruco,utilizandoelmismotono

quehaempleadoella.—Bueno,dejaddediscutirporestupideces.Tú,Dominique,tendrástu

comidajaponesa,ytú,amigo,¿quédeseascomer?—Cualquiercosamenoscomidajaponesa.—Tú,Estelle,¿algoenespecial?—Pormínohayproblema.—Suertequeexistenelserviciodecomidaadomicilio,porque,con

amigos tan complicados como vosotros tendría que tomar clases en uncursodechef.

—Llevaréchampán—presumoporqueséqueseestilaqueelhombrellevelabebida.

—SólotomoDomPérignon—acotaDominique.—Puesenesecasotendrásquecomprarlotú,noestoyencondiciones

de pagar una botella de Dom Pérignon.—Mujer pedante... Otra vez semuestracomounaricachonacaprichosaymeenervaquenoseubique.

—Yo me voy, resolved vosotros lo del champán. Nos vemos estanoche,osesperoenmicasaalasnueve.

Estelle se va tras André; utiliza como excusa ayudarlo con losbártulosparaseguirlo,peroestoysegurodequeesparadespedirsedeél;esosdosúltimamentenoparandehacersearrumacos.

—También me voy, debo ir a cambiarme —anuncio apenas nosquedamossolosconelfindeolvidarlodelchampán.

—Estaropaestuya—mediceagitandolamano,mientrasempleaungestodesdeñoso—, regalode lacasa.Seguramente Juliette tendrá laquetraíaspuesta,ellatelaentregará.Pasacuandoquierasporlacasamatriz,en la avenida Montaigne, así podrás elegir ropa; lo que te guste y sinlímite.Necesitamosquevistasconnuestramarca.

—Perfecto,recuerdohaberloleídoenelcontrato.—Parecestenerbuenamemoria.—La suficiente cuando es necesario tenerla. Soy un caballero y sé

queenalgunosmomentosesprecisoperderla.Es obvio que la he puesto a pensar, porque no se contiene y me

pregunta:—¿Ylapierdesamenudo?Sonríosinmostrarlosdientesyfrunzounpocoloslabiosmientras

meacariciolanuca.—Enestemomento...laheperdido.—Notocómomiramibocayse

sonríe.—Yo llevaréelDomPérignon—diceelladepronto—, lacampaña

deSaintClairlomerece.Me siento triunfante; le tiendo la mano para despedirme y ella

extiende la suya. Sorprendiéndola, se la cojo entre lamía yme inclinoparabesársela.

—Soyun caballero, peronomequitará el sueñoqueunadamamepague unDomPérignon.Después de todo, también pagarásmi sustentodiario,yaqueeresquienpagamisueldo,¿no?

—Yaúndebopagarteelarañazodelcoche.Retira sumanoy cogeunaplumamuy lujosa.Quieredemostrarme

que el dinero no tiene importancia para ella, está intentando indicar queestoypordebajodesuestatus.Peroyoséque,enrealidad,lohaceporquesesienteinseguraantemiflirteo.

—Notevayasaún,déjameextenderteunchequeparacubrireso.—Noesnecesario.—Síloes.—Tedigoqueno.—Peroquieropagarte.—Mehaspagadodándomeeltrabajo.

—Eltrabajotelohedadoporqueereseladecuadoparahacerlo.Notienenadaquever.

—¿Quieres pagarme? Acepta salir a cenar conmigo —lanzo lainvitación,peroséquenoaceptará;sóloquierodescubrircuántainventivatieneparaponerunaexcusa.

—Estosdíastengomuchotrabajo.—Sinembargo,hoyirásacasadeAndré.—Esportrabajo,meenseñarálaslocalizacionesalasqueviajaremos

parahacerlasfotosdelacampaña.—Enesecaso,seguirásendeudaconmigo,porquenopiensoaceptar

uncheque.Adiós,Dominique.Nosveremosestanoche.Doymediavueltaymevoysindarlelaoportunidaddecontestar.

Capítulo11

Hacefresco.Porlatardesehadesatadounalluviadeveranoqueyahapasado, pero que ha sido suficiente para que la temperatura hayadescendido de manera brusca; el ambiente huele a hierba y a tierramojada,talvezporlaproximidadconlosjardinesdeLuxemburgo.Cruzolacallejuelaatodaprisaesquivandoloscharcos.Nohepodidoconseguirestacionar en la calle dʼAssas; me encuentro en el corazón mismo deldistritoseis,enelbarriodeSaint-Germain.Cuandomeacercoparatocarel timbre del apartamento de André, advierto que un coche que estabaaparcado sale y, en su lugar, estaciona otro; al momento reconozco elautomóvildePaul,ydecidoesperarloparallamar.

—Hola,Paul.—Hola. —Nos saludamos con un beso en la mejilla y ambos

reparamosenelpaquetequeelotrocarga.—Loprometido—digodemanerabromistamientrassacounadelas

botellasdelabolsa—:DomPérignonrosadocosecha2002,lajoyadelabodega,parabrindarportucontrato.

—Creíquemichampáneraparabrindarpormicontrato,yel tuyo,parahacerunbrindisporlacampaña—dicemientrasextraeunPommeryBrutRoyaldelabolsa.

—Te concederé el honor de brindar con Dom Pérignon, y tedemostraréqueSaintClairnoescatimaengastosparadarlabienvenidaasusempleados.

—O sea, que estás realizando un uso indebido de los fondos de lacompañía.¿Acaso...piensaspasarlocomogastosdeempresa?

—Eso sería como robarme a mí misma, ¿no crees? Ésta es unaatenciónpersonalizada.

—Vaya,mesientounempleadoagasajado.Graciasporlacortesía.Memiraporunmomentoyluegonosreímos.Paultocaeltimbrey

Andrénotardaenveniraabrirnos.EntramosenelacogedorapartamentodeBettencourt;mefascinanlos

retratosque cuelgande lasparedes:haymuchas fotografías a contraluz,

algunas de desnudos, pero ninguno resulta ofensivo ni mucho menosvulgar. André esmuy bueno en lo que hace, por eso no quiero dejarloescapar.Siempreconsiguequemiscampañasdestaquen,quesedistinganclaramente de las de la competencia; muchos ya han empezado acopiarnos.

—Toma,André,ponlasenlanevera.LeentregolasbotellasyluegoPaulleentregalasquehatraídoél.En

cuantoAndrésedalavueltaparadirigirsealacocina,volvemosasonreírcon complicidad.Mi amiga aparece de pronto y creo que nos pesca enplenocoqueteo.

—Estelle,¿yaestásaquí?Nohevistotucoche.—Lo que pasa es que lo he dejado en el garaje —me informa

mientrasbajalaescaleraynossaludaaambos.Apesardequehacontestadoamipregunta, entiendoclaramente la

mirada de Estelle: no cabe ninguna duda de que ella ha advertido lasnuestrasyesemagnetismoquenoscuestacadavezmásdisimular.

Después de que esta tarde Paul se fuera de mi despacho, me hequedadopensandolargoratoenélymehedadocuentadequehayalgoeneste hombre que me atrae. Pero de la misma forma que lo entiendo,tambiénme he percatado de que es un imposible; es bien cierto que esatractivo, carismático, quizá hasta me atraiga lo grosero que puederesultar, y asumo que tiene un no sé qué que me cautiva... Me encantacuandome lleva la contraria pero, aun así, es lógico considerar que yoestoyatravesandounmomentoenmividaenelquenecesitoestarsola,ysobre todo sin complicarme la vida con ningún hombre,muchomenoscon un empleadomío. Además,mi ruptura conMarcme hace ver que,para lograr mis objetivos, lo mejor es continuar sin tener quepreocuparme por nada que no sea mi crecimiento profesional. Miro aPaul,quenoparadecarcajearseporlobajoyhacermecaídasdeojossinimportarle que Estelle esté con nosotros; la verdad es que yo tambiénestoyalgotentaday,pormásquelo intentamos,parecequenopodemosparar.Porsuertesuenaeltimbreyesonosdevuelvealarealidad.

—Debede serel serviciodecomidaadomicilio—diceAndréa lavezquecierraelcongeladorparasaliraatenderlallamada.

Paulsequitalachaqueta;llevapuestaunacamisetagrisoscuro,ynopuedoapartarmivistadeél,peromeobligoahacerlo.Sedirigehaciaelequipo de música y selecciona una canción de One Republic, Couting

Stars,[6]quedeinmediatoinundalaatmósfera.—¿Quésonesasmiraditas?Exijosaberlotodo.—Estellemehablaal

oído aprovechando que Dubois está de espaldas a nosotras; luego mearrastra hacia el jardín de invierno con vistas a la terraza, donde estásituado el comedordel apartamento.Comoconozco ami amiga, sé quetienetodalaintencióndequepodamosfarfullarconmáslibertad.

—Nada,simplementeunabromaporelchampán.—Paultetieneganas,séloquedigo.—No lo creo; él está seduciendo continuamente, es sólo eso...Y si

fueraalgomás,notieneningunaoportunidad.—Siyofueratú,seladaría.Marcyaeshistoria.—Marchasidomiparejadurantedosaños;quizáseahistoria,como

tú dices, pero es precisamente por eso mismo por lo que no estoydispuestaaentablarnadatanpronto,pormásinsignificantequesea.

—¿Insignificante?DominiqueChassier, ¿llamas insignificante a esepedazodeejemplar?

—Merefieroaloquepudierapasar.—Ah,osea,queélnotepareceinsignificante.—Basta,dejadetergiversarmispalabras.—No las estoy tergiversando, simplemente trato de entenderte,

porquesiélnotepareceinsignificante,esobvioqueloquepudierapasartampocolosería.

—Estelle,acabodesalirdeunarelación,¡porDios!,¿dequéhablas?—Intento darle sentido a tus palabras. Ahora, contéstame: si Marc

fuesetupasadolejano,¿Duboistendríaalgunaoportunidad?—No,Paulnoesmitipo.—Noesciertoquenoseatutipo;estáparacomérseloyyahevisto

cómolomiras.—Túvesloquedeseasver.Además,esunempleadodeSaintClair.—Uncontratadoexterno.—Eslomismo.—No lo es y lo sabes perfectamente; cuando acabe la campaña, su

contratoconSaintClairterminaráy...Andrépasaeneseprecisomomentoconlospaqueteshacialacocina.—Te ayudo,André—digo a propósito para librarmedemi amiga.

Estelle puede ser un perro de caza cuando se lo propone, y sabeexactamentecómohacerloparacambiarleelsentidoamispalabras,pero

novoyapermitírselo.Tengomuyclaroquenoquieroningunarelaciónconnadieyellanomeharácambiardeparecer.

Paul se acerca también para colaborar; introduce los postres en elcongelador,alavezquesacahieloparaprepararelcuboparaelchampán.Intento concentrarme en lo que hago y desempaqueto la comida paraprepararlosplatosqueAndrémealcanzadelaparador.

—¿Porquénocomemosenlasalitadelatelevisión?Asípodremosverlaslocalizacionesmientrastanto—sugiereEstelle,quetambiénseunealospreparativosdelacena.

—Mepareceperfecto—noshacesaberAndrémientrasseacercayleplantaunbesoenloslabios;laactitudtomaaEstelleporsorpresa.Eslaprimeravezqueélsemuestracariñosoconelladelantedenosotros.

Nosquedamossolosunosminutos; tengoaPauldepieami ladoypuedoembebermedesuaroma,tanparticular,mezcladoconelperfumeyel detergente de la ropa;me encanta el olor que desprende, es adictivo.Cuandomesaludóenlacalle,inclusoaspiréconfuerzaparaguardaresasreminiscencias; huele a lavanda y amadera seca exótica,mezclado connotas ozónicas de Calone que evocan el agua. Sacudo la cabeza paradesprenderme de mis pensamientos; no es lógico ni cuerdo sentir así,teniendoencuentaloquelehedichoamiamiga.Pero,aunquelointento,noloconsigo.

EstelleyAndréseocupande trasladar lascosasalaltillo.Sigoconmitareay,tentada,pilloporlacolaunatempuradegambaylamuerdo;sonmi debilidad,me encantan. En ese instante seme ocurremolestar aPaul,asíqueelpequeñobocadoquehaquedadoenmimanoselometoenlaboca,cogiéndoloporsorpresa.Memiramientras lomastica,peronohaceningúncomentario.

—Creíquelacomidajaponesanotegustaba.—El arte de esta fritura es europeo. —Sonríe mientras traga y

después continúa explicándome—: La tempura es una fritura europea,introducidapormisionerosportuguesesenJapónamitaddelsigloXVI,silamemoria nome falla. Es un plato originario de Europa, y no es asícomosecome.Laverdadera tempurase ingiere reciénsalidadelaceite,poresoesaconsejablecomerlaen labarradeun restaurante,oencasa,reciénpreparada;esprimordialquelleguealcomensalbiencaliente,sinrastrodeaceiteydorada;lapastatienequetransparentarloscoloresdeloquehaydebajo.

«Malditoengreído,meencantaeseairede sabelotodoqueasumealhablar.Pero,pormibien,noesbuenoquemegustetanto.»

—Parecessabermuchodecocina.—Megustasaberloqueconsumo,ylahistoriadelascomidasforma

parte,claramente,de la tradicióndecadapaís.Si tedecidesaaceptarmiinvitación,puedollevarteacomertempuraaunlugardondeapreciarásladiferencia.

—RecuerdaquesólotomoDomPérignon.—Enesecaso, túpagaráselchampán,yyo, la tempura.Ya te lohe

dicho:nomequitaelsueño,ymuchomenoslahombría,quemepaguesuna botella de Dom Pérignon. Por el contrario, me relajaré paradisfrutarlo,ymealegrarédequepuedaspagarlaycompartirlaconmigo.

«¿Qué se supone que una debe contestar en una situación así? Lociertoesquejamásdarémibrazoatorcernireconoceréquetienerazón.»

—¿Siempreerestaninmodesto?—Mmm..., la verdad, no siempre soy así. —Agita la cabeza sin

quitarme la vista de encima; me mira sin disimulo los labios—. Teaseguroquepuedoserlomás.

—Vamos,dejad lacharlay traed losplatos—dicedeprontoAndréasomadodesdeelbalcóndelaltillo.

Capítulo12

Mis pensamientos se convierten en un cataclismo incesantemientrassubimoslaescalerahastaelsaloncitodelaltillo.

«Creo que le gusto. Me lo pone difícil, pero sé que no le soyindiferente.»

La verdad es que, aunque me moleste reconocerlo, mi bóxer yahabríavoladosimehubieradadolaoportunidad.Lopeordetodoesquesé que estamujer es una complicación. Es histérica y egocéntrica, perotambiénmuyhermosa,ylosabe.

«Paul,controlatuadrenalina.»No debo ponérselo fácil; en definitiva, son todas iguales: siempre

anhelanloquenopuedentener,asíquemejornoinsistirconlacena,noselopedirémás.Debodaraentenderquenomeinteresa,esosindudadarábuenosresultados.Siemprelosda.

«Embrague y freno, es lo que necesitas colocar en este momento,porque creo que estás olvidando un pequeño detalle: ella tiene pareja, yestoessólounflirteo.»

Mi conciencia a veces no es mi mejor aliada, ya que suele pensardemasiadolascosas.

Lo cierto es que, a pesar de muchas horas de terapia, no consigodejar esa costumbre de lado.Mi analista siempre me dice «Paul, no esbuenopensartantolascosas.Dejaquepasenyluegobuscasoluciones».

Creoqueésteesunmomentodeesosenlosquedebodejardepensaryesperarloquevenga.Estoyanalizadolamismasituacióndesdemuchosángulos antes de actuar, y sencillamente se puede convertir en unaconductacontraproducente.

Andréinterrumpemispensamientos:—Bien, tengo preparado un PowerPoint con las localizaciones, ¿lo

vemos?—nosconsultamientrascogeelmandoadistancia.—Sí, por favor—diceDominique, entusiasmada,mientras se cruza

depiernasenelsofáycogesuplatoparaapoyarlosobresuregazo.Seencuentrasentadaamiladoy,aunquequierodesviarmivista,es

imposible dejar de admirar su perfecto perfil; he quedado sentado endiagonal al televisor y ella está en mitad de mi campo visual... Unacausalidad...¿ounacasualidad?

Aúnmesientomolestoporcuandomemetiólatempuraenlaboca;dehabersabidoreaccionarmásdeprisa,lehabríachupadolosdedos.

«Aaah,sí,esolahubieradescolocado;malditacoladegamba,quesemeatravesóenelcamino.»Medescalificoporlafaltadeagilidad.

La presentación de imágenes comienza, y son sitios paradisíacos.Mientras las diapositivas avanzan, todos estamos concentrados en lasexplicaciones queAndré nos ofrece y las ideas que le surgen para cadalugar.Miamigo,sinduda,esungranfotógrafo,porque,inclusosinhabertomadolaimagen,consuexplicaciónyapodemosimaginarla.

—¿Quéteparece,Dominique?—Meencanta.¿Tegusta,Estelle?—CreoquetúyPaulosveréisincreíblesenesosescenarios.—Yati,¿tegusta,Paul?Dinos,¿quéopinas?—Loslugaressonbellísimosy,sitodoquedacomolohaexplicado

André,creoquevisualmenteapareceremosenunparaíso,dondeelvérticede todo será la sensualidad de nuestros cuerpos enmarcados por esospaisajes.

—PoresolacampañasellamaSensualité—intervieneEstelle—.Lacoleccióndelanuevatemporadaesmuysensual,tantoladehombrecomola demujer. Como sabes, la ropa de otoño e invierno no suele resaltartantolasformascomoladeverano,peroenestacolecciónhemoshechohincapiéenesoyesloquequeremosdemostrarconlacampaña,queunopuedeversesensualconmuchaoconpocaropa;poreso,aunqueharemosexteriores con poca ropa, también los haremos con mucha, parademostrarquenohaydiferenciaenlasensualidad.

—Estelleesnuestradiseñadoracreativaprincipal, en susdiseños sebasasiempreelrestodelacolección.Esmihadamadrina:hacedosotresdiseñosysobreellostrabajaelrestodelosdiseñadores.Ellasiempreeseldistintivo en nuestra marca —me informa Dominique, mostrandoclaramente el orgullo que siente por su amiga. Ambas se estiran paracogersedelasmanos.

—Brindemos—sugiereAndré,yellayyonoscarcajeamossinquelosdemásentiendannuestracomicidad.

—¿Podríais contarnos el chiste para que nos riamos todos? Desde

quehabéisllegado,nohabéisparadodereíros—bromeaEstelle.—Tambiénlohenotado—intervieneAndré—.Biendicenqueelque

soloseríe,desuspicardíasseacuerda.No contestamos; ella se muerde el labio y yo descorcho el Dom

Pérignonparaservircuatrocopas.Leentregolaprimeraaella,mirándolaa través de mis espesas pestañas, y reparto el resto; brindamos por micontrato,porlaslocalizaciones,porlacampañayporSaintClair.Alfinal,contantobrindis,senosacabaelcontenidodelascopas,asíquerecargolabebida.Terminamosdecenarentrebromasyrisas;loestamospasandorealmentemuybien.AndréyEstellejuntanlosplatos,yaquenosotrosloshemostraído,ysedisponenaservirelpostre.

—¿Tunoviosiguedeviaje?—Notounlevetitubeoantesdequemeconteste.

—Sí.Enesemomentopercibo lavibracióndemi teléfonoenelbolsillo,

asíquedejoapoyadasobrelamesalacopaquesostengoenunamanoysaco el iPhone para ver quién me llama. Miro la pantalla, suspiroprofundamente y me pongo en pie para contestar; tras rodear la mesa,bajolaescaleraparasaliraljardínyhablarconlibertad.

Capítulo13

CuandoregresadehablarporteléfonoPaulnoeselmismo:estátenso,incómodo,hastapodríadecirquepreocupado;inclusorefunfuña,aunqueparecenodarsecuenta.

—¿Todovabien,Paul?—lepreguntaAndré,quien,sinduda,tambiénhapercibidosucambiodehumor.

—Sí,todoenorden.Yocontinúoconcentradaenunálbumde fotosquemehaenseñado

André;esdesusprimerostrabajos.Nolevantolavistaparamirarlo,perosé que, si lo hago, su cara no se ajustará al color que ha intentadoimprimirleasuvoz.EstellesevahaciaelbañoyAndré,enesemomento,vaenbuscademáschampán.Consideroqueeselmomentoadecuado,asíquecierroelálbumylomiroduranteunosinstantes.

—HáblamedeLyon—digoiniciandounaconversaciónconél.Estásentadoenelrincóndelsofáqueformaunaele,sehapuestoun

almohadón detrás de la espalda y permanece sentado con las piernasrecogidasenposicióndeindiomientraspaseasuvisaintimidanteportodami persona.Tiene los brazos cruzados y lasmanos bajo las axilas; estáincorregiblemente sexi, escandaloso. Separa los labios y comienza ahablarpausadamente:

—VivirenLyonesmuydiferentedevivirenParís;aquítodoesmáscosmopolita.Aunquetambiénresultaunaciudadmuyturística,teaseguroquenotienenadaqueverconestavida:allítodoesmásapacible,lagentees distinta... Los lioneses son más cerrados que los parisinos y, si nopertenecesasucírculo,esunpocodifícilhaceramigos.

—Túnoparecesasí.—Quizáseapormitrabajo;heviajadomuchoypuedequeesohaya

moldeadomicarácter.Sinduda,heabsorbidootrascostumbres.—Viajabasmucho...—Asimiloloquemehadicho,peroquierosaber

más—.¿Aquétededicabas?—A la comercialización: le daba impulso a los negocios de la

empresaenlaquetrabajaba.

—¿Yquépasócontuempleo?—Laempresaquebró,loliquidótodoydejódefuncionar.—Perosupongoquehabrástenidounaampliacarteradeclientesatu

cargo.¿Nohaspodidoencontrarunempleoentreellos?—Escomplejo.Cuandoestás en la cima, es fácil que todosquieran

estarjuntoati,perocuandopierdesaltura,todosseolvidandequeexistes.Entoncestedascuentadequetusamigosnosontusamigos:sonamigosdetuéxito,peronodetusfracasos.

»PoresovineaParís,enbuscadenuevasoportunidades.—Entiendo.Perohasterminadodemodelo.—Estoy en una etapa enmi vida en la que no descarto nada; cada

oportunidad puede ser la indicada y, aunque estoy seguro de que sermodelonoeslomío,intentarédivertirme,yganarétiempomientrassurgeotra cosa. De todas formas, estoy entusiasmado, quiero hacerlo bien;siemprequeemprendoalgomeinvolucroparahacerloperfecto,paradarelcienporcien,asíquemetomaréestatareaconmucharesponsabilidadycompromiso.Soybastanterigurosoyexigenteconmigomismo.

Loescuchoamedias,porquemehequedadopensandoenloquemehadichoantes.

—Por eso te fuiste de Lyon, para alejarte del fracaso que suponíadejardebrillarenloquehacías—expresoaseverandoqueesesoloquepienso—. No alcanzo a comprenderlo del todo, pero presiento que teculpasporalgo.

—Eresmuysagaz.Sonríocondulzura;éltambiénloes,peronoselodiré.—¿Nohaspensadoque, talvez,noestásconsiguiendotusobjetivos

porquenotieneslaactitudcorrecta?—Esposiblequetengasrazón.—Sinembargo,paraconseguirelcontratoconSaintClairnotehas

mostradoendeble.—En París apuesto por encontrar nuevamente mi camino, así que

estoy decidido a que las frustraciones se queden en Lyon. —«Cómodecirtequemesientoelmásfracasadodetodos,cuandoacabodevenderteotra imagen. No puedo contártelo, no puedo decirte que soy un fiasco.Creoqueelincentivo,esedía,fueconocerteenesechoque;esomediounchutedeenergía,parademostrartequesoyelmejor.Presumoquehassidomiincentivo.»

—Hoy,conlosperiodistas,tampocotitubeaste.—Soybuennegociante,seguroqueesoayuda.Notocómo,pocoapoco,vacambiandosuactitudyvuelveaserel

Paulchispeantedecuandollegó.—Entonces, si sólo harás esta campaña como modelo y luego

apuntarásatuverdaderaprofesión,noloolvidesalahoradepresentarteaunpuesto.

—Gracias por el consejo. —«El problema es otro, pero tú no losabes,preciosa.»

—Aunque, si decides seguir en esto, déjame aconsejarte: deberásbuscartecuantoantesunagente,porque,créeme,sialgosédeestemundoesqueestacampañaqueharástecatapultaráalestrellato.Tebuscarándemuchasmarcasparaqueseassuimagen.

—¿Esocrees?—Estoy convencida, Paul, sé lo que digo. Podrías ganar mucho

dinero trabajando en esto. André vio esta veta en ti y por eso te trajoconmigo.Frentealacámaratetransformasenmuchaspersonalidadesconasombrosafacilidad:enunmomentoereselamantepatéticoabandonado;enotro,ereseseengreídoque,conunasolamirada,puedepersuadirtedequeasaltesunbanco...Tienesuncuerpoarmonioso, losabes,yséquetecuidas mucho para tenerlo así. Hoy has contado que haces deportediariamente,quepracticasartesmarciales.

Descruza los brazosy flexiona las rodillas, cogiéndoselasmientrasseacercaunpocomásparahablarme.

—Antes maquillé un poco la historia. En realidad lo hago comoformadevida:eldeportemeayudaadejardepensar;avecesmimentenodescansa,yencontréelequilibrionecesarioenlaactividadfísica.

—No cabe duda de que eres un gran negociador, porque hoy hasdichoexactamenteloquelagentequeríaoír.

Seguimos conversando un rato más. Estelle y André handesaparecidodespuésde traermáschampán;creoqueestánenel jardín,besándosebajolasestrellas.

—Bueno,yahehabladomuchodemí,¿quéhaydeti?—Lo que ves—le digo, encogiéndome de hombros—. Tengo una

empresademodaqueestáenascenso;cuandolafundé,yaeraconocidaenestesector,peronoenelmundoempresarial.EneseentoncesacababadegraduarmeenelMásterenComercioInternacionaldelaHEC[7]deParís

y, como me iba muy bien en lo que hacía, sin apartarme del todo delmundillodelamoda,decidíponerlemicaraamipropiamarca.Miamigatrabajaba en ese momento para una compañía que se dedicaba aconfeccionarprendaspara elmercadodemasas, y le propuse crear unalínea de prêt-à-porter y otra de alta costura; la seduje de inmediato,porqueesobvioqueenestoellapuedemostrarsuverdaderotalento.Asíescomoformamosesteequipoquehoysomos,alprincipioellaenloquesabehaceryyoenlomío,yentrelasdosfuimosconformandoungrupodetrabajodeélite;losresultadossaltanalavista.

—Y...¿quéhaydelaDominiquemujer?Porquemeacabasdehablarde la empresaria, de la fachada fría que levantas tras tu escritorio dedirectora,pero...yopreguntabapor laotraDominique, laqueeresen laintimidad.

—Yonotehepreguntadoportuintimidad.—Puedespreguntarmeloquedesees,adelante.Me quedo pensando en su ofrecimiento y decido aceptarlo, aun a

riesgodetenerquecontestarluegoyo.—¿Tienesnovia?—No.—Afirmando lo que me dice, sacude la cabeza y se sonríe;

creoquehesidodemasiadodirecta.—Túsítienesnovio.Lo miro intensamente a los ojos y, no sé por qué razón, decido

sincerarme,aunquenolohagodeltodo:—Noestamosbien.—Peroseguísjuntos.Paul no está dispuesto a ponérmelo fácil y yo he abierto la puerta,

ahora tendré que contestar. Suspiro profundamente, exhalo de formasonorayledigo:

—No.Antesdedecirnada,asienteconlacabeza.Luegosuelta:—¿Todavíalequieres?Mimóvil,queestásobrelamesa,comienzaasonaryenlapantalla

aparecelafotodeMarc.Ambosmiramoshaciaelaparato.—¿Novasacontestar?—Creoqueno.Continuamosmirando la pantalla hasta que el sonido de la llamada

cesa.PeroMarcvuelvealacarga.

—Serámejor que respondas, parece que seguirá insistiendo. Yo loharíasifueraél.

Sus palabras producen el efecto justo que él quiere; lo imaginoinsistiendo pormí, y anulo aMarc demi cerebro. En realidad, Paul esquienloanula.MiroelteléfonoyséquenoquierohablarconMarc,perotambiéntengoclaroquenodejarádellamarhastaqueloatienda.

—Hola,Marc.—Teextraño.Esoesloquemenosesperabaoír.Mequedoensilencio;realmente,

quemehayadichoeso,nomeproducenada.—¿Meoyes?—Sí,sigoaquí.—Lehabloenun tonoindiferente.Siento lamirada

de Paul sobremí, pero nome siento incómoda, sólo deseo terminar laconversaciónconMarcparacontinuarhablandoconél.

—¿Túnomeextrañas?—Losiento.Noquieromentirle:enestosdíasheentendidoqueloquierolejosde

mí;measfixia, todo el tiempome reclamaatenciónynadade loque ledoy parece ser suficiente, y no puedo ofrecerle más, no me nace. Lallamadasecortayelclimaseenrarece.Paulpermanececallado,cogesucopa y le da un sorbo; en ese instante advierte que la mía está vacía yofreceservirme.

—Sí,porfavor.Bebodeuntiróncasielcontenidocompleto.—¿Estásbien?—Mejor que nunca. —Quiero retomar el clima amistoso que

teníamos antes de la interrupción—. ¿Te gusta oír música, Paul? ¿Quémúsicaescuchas?—ResuelvocambiardetemaynopermitirqueMarcmearruinelanoche.

—Megustamucho lamúsica latina,peroescuchounpocode todo,hago siempre selecciones muy variadas. Sin embargo, cuando practicodeporte,elijoalgoconmuchoritmo,paramotivarme.

—Tambiénescuchomúsicadetodotipo,peroesciertoquelamúsicalatinatienebuenossonidos;megustalasalsa,labachata,elpoplatino...

Nos perdemos en la conversación hablando de todo un poco;cualquier temaparece interesanteynosotrosnosencargamosdehacerloinagotable.Tambiénconversamossobrearte;enciertomomentorecuerdo

quelegustaKandinskiyquemeasombrócuántoconocesuobra.—Creoquees tarde,mejormevoy;además,presientoqueAndréy

Estelledebenestarrogandoquenosvayamos.Noscarcajeamosyélmedalarazón.Nosponemosdepieyempezamosadescender.Buscomichaquetay

Paul se adelanta para ayudarme a ponérmela. Me alcanza el bolso, quehabíaquedadosobreunodelossofásyluegocogesuchaquetaytambiénselacoloca.

Nuestra intenciónes salir al jardínparadespedirnos,perodudamosunpocoantesdehacerlo,porqueAndréyEstellesontodomanos,besos...ynadaexistealrededor.Nos reímosporelmomentoquevivennuestrosamigos y abrimos sólo una rendija de la puerta para, desde lejos, deciradiós.Sinesperaraquenosrespondan,nosmarchamos.

Yaenlacalle,nosdamosunbesoenlamejilla.—¿Tuautomóvil?—Estáalavuelta;cuandolleguénohabíasitioparaaparcar.—Teacompaño,estarde.—Gracias.Caminamos en silencio y acompasados hasta llegar a mi coche;

cuandoestamoscerca, accionoelmandode la alarmay, cuandoestoyapuntodeabrirlapuertaparaintroducirmeenelinterior,Paulseapresurapara abrir él. Con actitud irreverente, deja la otra mano apoyada en eltechodemicoche,dejándomeatrapadaentresucuerpoylacarroceríademi vehículo. Se acerca peligrosamente a mi mejilla y me huele,rozándomecon lapuntadesunariz.Yo tiemblo,nopuedomoverme...ytampocoquiero.Luegomuevelamanoconlaquesostienelamanijadelapuerta y me coge de la cintura, fijándome a su cuerpo. No me pidepermiso, se adueña de mis labios y los besa, salvaje, descontrolado;mueve la cabezaaun ladoy aotro,mientras introduce su lenguaenmiboca. No me amilano, el corazón me late vertiginoso pero salgo alencuentro de su lengua con lamía;me gusta el sabor de su boca, sabefresca, aún le quedan rastros del sabor delDomPérignon.Su lengua esdiestra y siento de pronto su otramano, queme coge por la nuca paraimpedir que mi boca se separe de la suya; sigue besándome, siguehurgando enmi boca y creo que voy a ahogarmepor falta de oxígeno,Paulme quita el aliento. Pega aúnmás su cuerpo almío y elmartilleoincesantedenuestroscorazonesseconfunde.Deprontoseaparta,memira

la boca, la cual supongo que debe de verse bastante enrojecida por elímpetu de su beso, se acerca y me muerde el labio inferior, lo tironeadejándolo entre sus dientes mientras respira descompasado. Palpo lamanija y abro la puerta del coche, y creo que entiende que quieromarcharme; entonces me suelta, lame mis labios antes de dejarme ir yapartasusmanosdemicuerpoparapermitirmeentrarenelcoche.

Ensilencio,mesuboalcochey,trémula,lopongoenmarcha.Estoybloqueadaporloqueacabadeocurrir.Tiroelbolsoaunladoybuscoelcinturóndeseguridad;tardoendarconlaranuraparaabrocharlo.Estoytemblando.Noquierodarmelavuelta,noquieromirarlo,séqueestáahítodavía porque lo veo por la ventanilla con el rabillo del ojo, peromeniegoagirarlacabeza.Pongolaprimeramarchaysalgo,peroaprietoelfrenocuandosólomehealejadoveintemetros.Mecomolacabezayséqueloquevoyahaceresunalocura,loséinclusoantesdehacerla.Abrolapuertadelcochemientrasmequitoelcinturón,bajo tansólounpieyexpongomicuerpofueramientrasmesostengodelmarcodelapuerta.Lomiro a los ojos; tiene las manos en los bolsillos del pantalón, me estáobservando, y tengo ganas de salir corriendo para volver a probar suboca... Lo cierto es que me tiraría encima de él sin pensarlo, pero mecontengo.

—Aceptosaliracenar;llámameyloarreglamos.Memeto nuevamente en el automóvil y arranco a toda prisa, pero

alcanzoaoírlocuandomegrita.—Notengotuteléfono.Sacolacabezaporlaventanillaylegritosindetenerme:—Demuéstrameloimaginativoquepuedesllegaraser.Consíguelo,

peronose lopidasanadieporquenoquieroquenadieseenteredequesaldremos,ochaocena.

Llegoamicasayaúnnoterminodeasimilarloquehaocurrido.SiEstelleseenterara,semoriríadelarisaamicosta,porquehehechotodolocontrariodeloqueledijequeharía.Noestoydispuestaaquealguienseentere, quiero mantenerlo en secreto. Estudio mi estado de ánimo yconcluyoquemesientobien,renovada.Metocolos labiosunavezmás;asíheestadotodoelcamino,rozandomislabiosmientrasrememorabaelbeso. Entro en mi dormitorio y voy directa al espejo, me miroacercándomeaélyfijolavistaenmiboca.

—Paul...Paul...Paul...

Repito su nombre varias veces para probar ese sonido enmi voz;compruebo queme gusta cómo suena, me gusta nombrarlo y descubroquequierofamiliarizarmeconsunombre.Quieroconocerlo.

Capítulo14

«Supongo que conseguir su teléfono será fácil, no parece ningúnproblema.»

Continúo repasando el beso que nos dimos; sé que le gustó, y sétambiénquehuyóporquetuvomiedodenosaberfrenarlasituación.Nopuedo evitar un ataque de risa: me había propuesto ignorarla y heterminado haciendo todo lo contrario; no importa, al fin y al cabo hasalidobien.

Esamujermehaceperderelcontrol.Piensounavezmásenloquehaocurridoymepregunto sinoha sido tododemasiadoprecipitado,dadoque tenemos que trabajar juntos. Debí haber esperado a que nosconociéramos más, porque no será bueno que se confunda. Cuandocomencéconestaseducción,creíqueellateníaelpoder,yesomefascinó,peroenterarmedequeacabadeconcluirunarelacióncambialascosas.

Yosóloquieropasarlobien,divertirme;nosoyeltípicohombrequeseduceamujeresy seaprovechade la situaciónhaciendo leñadel árbolcaído. Pero me temo que es lo que he hecho con Dominique. En estosmomentos es vulnerable, y siento que estoy aprovechándome de esacircunstancia. El mayor problema es que me gusta demasiado; aunqueintentenegarlo...meponeamil,ynopuedoparar.Mefrotolacaraconlasmanosymesientoenlacamamientrascomienzoadesvestirme.Avecesesbuenocomerseelorgullomasculinoydejarpasarelmomento,peronoesmicaso.

«¿Porquémierdanohabrépodidocontenerme?»Eldeseoporprobarlanomehadejadomedir las consecuenciasde

mis actos, y saber que su ex la ronda nuevamente ha hecho que actuaracomoungorilamarcandoel territorio; sólohahechofaltaunmomentoparaperderelcontrol.

Pero¿quéestoypensando?Hehecholoquecualquierahabríahechoaltenerlamásmínimaoportunidad.Despuésdetodo,enelinstanteenqueha querido apartarse, se lo he permitido. Ella podría haber detenido elbeso, pero tampoco lo hizo; por el contrario, lo siguió, así que eso

significaqueDominiquetambiénlodeseaba.¿Sehabráarrepentidoahoraqueseguroquelohapensadoenfrío?

Otra vez estoy analizando las cosas antes de que pasen, malditacostumbre.Ycondenadamujer,quehaceunasemanaquemetieneconlacabezaenmarañada.

Miroelreloj,hacemásdemediahoraquehellegadoysigodándolevueltas al asunto como si fuera un adolescente estúpido e indeciso. Notengonadadequéarrepentirme:lahebesado,mehabesado,yluegomeha hecho saber que quieremás. Sólo tengo que tirármela una vez y asídejarédedesearla.Mequitolospantalonesytocomiapéndiceporencimadel bóxer;mi pene, con sólo pensar en ella, se descontrola. Tengo quecalmarme, no puedo vivir masturbándomemientras imagino que me lafollo.

No he pasado una buena noche; en mitad de la madrugada me hedespertadosudadoysoñandoconDominique.Enmisueño,lelevantabaelvestidonegroquellevabapuestoeldíaquelaconocíymeocupabadeellacon mis manos sosteniendo su culo. Volver a dormir me ha costadoexactamentecontarcienveceslasvigasdeltecho.

Es viernes por la tarde. Obtener el teléfono de Dominique es miobjetivo,asíquemedispongoahacerleunavisitaamiamigoAndréparabuscarlaformadeconseguirlo,peronosemeocurrecómosinpedírselo.

Llego con la excusa de ofrecerle mi ayuda para la fiesta que darámañana con motivo de su cumpleaños, pero me dice que ya está todoorganizado. Continuamos conversando un rato más; el maldito estáhenchidodeorgulloynohacefaltaquemedigaporqué:seguramenteseha follado toda la noche a la diseñadora y ahora se siente el amanteperfecto.

Cuandomenosmeloespero,mehaceuncomentario:—¿QuésucedeentretúyDominique?—Nada,¿porqué?—Intentoponercaradedesinterés.—Para no pasar nada, ayer en casa os reíais con demasiada

complicidad.—Trabajaremos juntos, eso es todo. Procuramos crear un clima de

cordialidad;despuésdecómonosconocimos,creoqueeslomáslógico.—Nunca he visto así de cordial a Dominique con ninguno de los

modelosconlosquetrabaja.—Debedeserporquesoytuamigo.—Haceungestoconsiderándolo,

pero como soymuy bocazas, nome aguanto y la cago preguntando—:¿QuésabesdeltalMarc?

—¿PorquéteinteresaelnoviodeDominique?—Curiosidad.—Quiero decirle que él ya no es su novio, perome

callo.—Esunriquilloexóticoquesellevaelmundopordelanteyvaporla

vidahaciendoalardedelafortunaqueamasósupadre.ElpapáesunodelosdirectivosdelacompañíaaéreaXLAirwaysFrance.

«Competirconsupoderadquisitivoesimposible,peromesévariostrucos que siempre me dan buen resultado con las mujeres. Tengoconfianzaenmí.»

—¿Cuálessuapellido?—Poget,MarcPoget.Alucinoaldescubrirdequiénsetrataylanzounsilbidotrascalcular

lariquezadelafamiliaPoget,alaqueconozcomuybien.—¿Y lo llamas riquillo? Esa gente atesora una de las mayores

fortunasdeFrancia;creoquehastahansalidoenForbesyenWallStreetJournal.

—Losé,peroMarcnomecaebien,noheconocidoenmividaatipomáspresumido.

—Porlovistoaellatambiénhadejadodecaerlebien,yanoestáconél —se me escapa, pero es tarde para arrepentirme; da igual, tarde otempranoseibaaenterar.

—¿Cómoquenoestáconél?—Tengoentendidoquehanroto,nolocomentes.—Vaya, qué bien informado estás. —Le hago una caída de ojos,

asintiendo—.Entonces,esosignificaquetienesvíalibre.—Dominique es muy hermosa, pero no es mi tipo y creo que yo

tampocosoyelsuyo.—Aotroconesecuento...Hevistocómoosmiráiscuandocreéisque

el otro no lo ve.Perono creoque seamujer para aventuras... o bien esmuy discreta, porque nunca le he conocido ninguna antes de estar conMarc. Ah, espera: sé que antes salía con un médico de su ciudad;

DominiqueesdeMontpellier.—Montpellier,conozco laciudad,hacemuchosañosvivíallí. ¿Qué

taltúconladiseñadora?—Hacemuchoquenosteníamosganas,perononosdecidíamos.Lo

ciertoesquelamentoeltiempoqueheperdido.Estellemegustabastanteymeasustaunpocoloqueestoysintiendo.

—Guau,noesperabaoírestotanpronto.Cuandonosreencontramosmedijistequelasmujeressóloeranunmomentoagradableentuvida;lasdescribistecomounomásdetuspasatiempos.

—Yaves,hayvecesqueuno termina siendoesclavode suspropiaspalabras. Estelle está rompiendomis esquemas,me paso todo el tiempopensandoenella.

«Teentiendo,amigo,presientoquemeestápasandolomismoconsuamiga:seestávolviendounaobsesiónenmivida,yaúnnosécómovoyaconseguirsuteléfono.»

Me encuentro de pronto asintiendo con la cabeza y cavilandomientrasloescucho.

De pronto André se disculpa para ir al baño y yo me siento elganadordelalotería.Eneseinstantequieropegarbrincos,porqueveolaoportunidad perfecta al alcance de mis manos: sólo debo actuar muyrápido. André ha dejado su móvil sobre la mesilla, así que, tan prontocomo se aleja, lo pillo y ruego para que no tenga ningún bloqueo concontraseña;velozmente,deslizoeldedosobrelapantallaysedesbloquea.

—Esmidíadesuerte.Abro el WhatsApp, busco el número de Dominique, me envío el

contactoami teléfonoyluegoborroelmensaje.Conapremio,vuelvoadejarlotodocomoestaba.

André regresa, pero ya no lo escucho, lo único que oigo es micorazón,quegalopafuertedeansiedad.Quierosalirdeaquíyllamarla.

Pongounaexcusa,laprimeraquesemeocurre,ymemarcho.Nadamásentrarenmicoche,buscoelnúmerodeDominiqueylallamo.

«¡¡¡Diosmío,quéjodidoestoy!!!»

Capítulo15

Voysaliendodeunareunióndeúltimomomento,queseconvocóparatrataruntemadeláreadegestióndeoperaciones.Necesitamosencontrarun nuevo proveedor demateria prima, porque el que normalmente nossirvehatenidounproblemaynopodrácumplircontodoelpedidoquelehemoshecho;elproveedoralternativoalqueacudimossiempreenestoscasos no cuenta con la cantidad suficiente, algo inverosímil, y eso haceque peligre poder llegar a tiempo con la producción de la próximacolección.

Suenamimóvilymirolapantalla;notengoregistradoelnúmeroy,porlogeneral,nocojoningunallamadadedesconocidos,peroesperolallamadadePauly,aunquemeparecepocoprobablequeseaél,atiendo.

—Hola,Dominique,soyPaul.Queríadecirlequenoesprecisoquemeaclarequiénes,porqueyahe

reconocidosuvozapenashadicho«hola»,peronolohago.—Llámameendiezminutos,porfavor,ahorasalgodeunareunión;

dametiempopara llegaramidespacho.—Noquieroquenadiemeoigahablandoconél.Elcorazónmelatemuyfuerteydeinmediatoaprietoelpaso.

—Perfecto.Ambos colgamos; guardo su número en mi móvil y trato de

despedirmerápidodetodoslosqueestánallí.Salgodelasaladejuntasycamino directa a mi despacho; ando lo más rápido que puedoconsiderandoque estoy subida a unos tacones de dieciocho centímetros,pero eso no es mayor impedimento. Cuando llego a la antesala de midespacho,meencuentroconlabecariacontable,alacualhellamadoparaquemeasistaenuntemadeanálisisquequieroterminarconurgencia.

—Fanny,¿puedesesperarmeunosinstantes?Enseguidaveremoseso.Sírveleuncaféoloquequieramientrasmeespera—leindicoaJuliette.

—Nohayproblema,vayatranquila.Entroeneldespachoyellassequedancotilleando;enotromomento

no lo hubiera permitido, porque detesto que la gente esté ociosa; tareas

haydesobraenlaempresa.Peroahoramiprioridadesotra,asíquenimepreocupoporellas.Mesientoenelsofáe intento inspiraryexpirarconcalmamientrasmiro lapantallademimóvil, esperandoqueélvuelvaallamar.

—Noesposiblequeestétanansiosa—digoenvozaltaconelfinderegañarmeporelestúpidomomentoqueestoyviviendo.

DeprontomiteléfonoempiezaasonarenmimanoyleoelnombredePaul;dejoquesueneunascuantasvecesy,trasrespirarprofundamente,atiendo:

—Paul,disculpaqueantestehayacortado.—No te preocupes, entiendo perfectamente las actividades de un

gerentegeneral.—Nohastardadoenconseguirmiteléfono—apuntoconunpocode

sorna.—Conseguirlo ha sido como un juego de niños, tendrías que

habermepuestounobstáculomásdifícil.—Unaoleadaderisasseoyeaambosladosdelalínea;nomeimportaquemepercibarelajada;adecirverdad,nomeimportanada.

—Talveznoqueríaponerteunomuycomplicado.—¿Noconfíasenquehubiesepodidosuperarlo?—Creoqueeresmuyhábil,Paul,perodebessaberquenotodoserá

tanfácilcomoconseguirmiteléfono.—¿Ah, no? Conseguir un beso tuyo tampoco fue una tarea muy

difícil.—No presumas tanto. Te lo puedo poner verdaderamente

complicado,nomesubestimes.—Nolohago;créeme,séquetienestendenciaaserunpocoestirada.—Esaapreciaciónnohasidomuycaballerosa.—¿Notegustaquetediganlaverdad?—Notengoproblemasenoír laverdad,peromemolestacuandola

verdadvienedeunhombrequeesuncompletocapullo.—Quémalconceptotienesdemí,miraquepuedesequivocarte.—Tendrásqueesforzartepordemostrármelo.—No hay problema, puedo refutar tus palabras y espero que tú

tambiénpuedasrefutarlasmías.—Veremos... No siempre soy estirada, sólo lo soy con quien se lo

merece.

—Uf, tiene un lenguaje muy agudo, señorita Chassier. Tu lenguaparecemuydiestra.

Me río en silencio.Sé loque intenta insinuar; esun insolente,perome encanta que sea así de desvergonzado. En este momento estoyimaginandosucaradeprovocador,conesepelorevueltoqueledaunairede recién follado. ¿Quépinta tendrá recién follado? ¡Basta,Dominique!,céntrateenlaconversaciónydejatuspensamientosaunlado,demuestraquetienesunpoquitoderecato.

—Heaprendidoqueunarespuestacortaydirecta,algrano,surtemásefectoqueunalargaypococoncisa.

Se ríe sonoramente porque sabe que he esquivado su insinuación.Peroélparecenotenerfinensusindirectas.

—¿Yquémássabeshacercon tu lengua?Digo,ademásdehablarybesar,¿sabeshacerotracosa?

Malditopervertido,notieneunápicederespeto.—Sé hacermuchas cosas... Lamer un helado, degustar una copa de

DomPérignon,saborearunexcelenteplatodetempura.—¿Puedesestanoche?—Venabuscarmealasochoymediapormicasa.—Genial,allíestaré.Vístetedeformasencilla.—¿Cómo?—Que tu ropa sea casual; iremos a un lugar sencillo, pero donde

podráscomerlamejortempuraquehayasprobadoentuvida.—Gracias por avisar cómo debe ser mi atuendo, eso es muy

caballeroso.—¿Hasvisto?Sécómoserlo.—Esperoqueestanochetecomportescomotal.—Puedoserelhombremásrespetuosodeluniverso,siesoesloque

esperas.¿Esoesloquequieres?Me quedo callada, pues no se me ocurre nada ocurrente que

responder: lo que me ha preguntado me ha dejado sin habla. Quierodecirlequeno,peroélvamuyrápidoyyotengoquemostrarunpocodecorduraenmisemociones.Noestoydispuestaarevelarlequememueropor probarlo íntegro, aunque creo que él ya lo sospecha y por eso suatrevimientonotienelímites.

—¿Siguesahí?—Teesperoalasochoymedia,sépuntual.

Cortolallamadacomomecanismodedefensa,ymesientodébil;sulujuriahacequepierdatodomisentidocomúnyquelodeseecomohacemuchoquenodeseoaningúnhombre.

—Marc.—Sunombresaledemibocacomounclarodeseodeloquenoquieromásenmividayeneseinstantenopuedodejardepensarenloestancada que había estado nuestra relación, hasta el punto de haberperdidotodointerésenél.

Paul vuelve de inmediato a mi pensamiento, y su recuerdo meprovoca un cosquilleo en todo el cuerpo que me hace estremecer.Recuerdo de pronto que fuerame espera la becaria, y es absolutamentenecesarioquedejemispensamientosvoluptuososde ladoymepongaatrabajar.

Lapuertaseabreeneseinstantey,comountorbellino,apareceMarcenmidespacho.

—MonsieurMarc,déjemeanunciarlo.Alcanzoaoírcómomisecretariaintentadetenerlo,envanoporqueél

yaestádentro.—Estábien,Juliette.—Misecretariacierralapuertaydesaparece.—¿Quéhacesaquí?—Notengoganasdeverlo.—Laspreguntaslashagoyo.Lanzauna revista sobremiescritorioymedicedeuna formanada

agradable:—¿Quémierdasignificaesto?—Nosédequéestáshablando.Lacogedenuevoymelaponedelantedelosojosparaquelavea.—De esto estoy hablando —dice mientras, ofuscado, golpea la

publicaciónconlaotramano.Fijo mi vista en el ejemplar de una de las revistas de cotilleo de

FranciayveounafotoenlaquesalimosPaulyyoenlosjardinesdelasTullerías;enella,élme tienecontrasupechoyrodeamicinturaconsumano.

«Mierda.»Leo rápidamente el título del artículo: «La nueva conquista de

DominiqueChassiereslacaradelapróximacampañadeSaintClair».Mesientoenmisillóny,conairedespreocupado,ledigo:—No tengo por qué darte ninguna explicación, tú y yo hemos

terminado.

Tira la revista contra los ventanales que hay detrás de mí y mesobresalto.

—Dominique,nomejodas.¿Hemosterminado?¡Yunamierda!Rodea el escritorio, me coge por el brazo y me pone en pie sin

ningún esfuerzo.Con suotramano,me cogepor elmentónymehablamuycerca.Puedoverysentirlatensiónensucuerpo.

—¿Quécoñotienesconeseestúpidomodelito?Loapartodemíylofulminoconlamirada.—Primero, nunca más te atrevas a tratarme así —le advierto

levantandoelíndice—.Segundo,notengoporquédarteexplicaciones:túyyocortamos,yladecisiónlatomastetú.

—¿Dóndeloconociste?¿Cuántohacequeteestáfollando?Le doy una bofetada;me ha sacado demis cabales. ¡¿Cómo puede

insinuaralgoasí?!Meagarraporunamuñecaeintentabesarme,peromeresisto.

—¡Basta,Marc,basta!¡PorDios,notecomportescomouncerdo!Meabraza.—Teamo,Dom.Yonolecontesto;élseapartaysepasalasmanosporelpelo.Siento

unpocodepiedadporélyledigo:—Marc, esa foto no es lo que parece, te juro que jamás te he

engañado. Mientras hemos estado juntos, siempre te he sido fiel, y meduele que pienses lo contrario. No voy a explicarte esa foto porque nomerezco que desconfíes de mí. Paul es sólo el modelo de la próximacampaña.

—Me ves cara de estúpido, ¿no? Ahora entiendo por qué tantodesinterés...Yateníasalgoconél—afirma,entrecerrandolosojos—.Teaseguro, Dominique, que ni tú ni nadie se burla de mí. Atente a lasconsecuencias.

Traslanzarlaamenaza,damediavueltaysaledemidespachodandoun portazo que me hace estremecer. Superada por el desagradablemomento, me siento en el sillón de directora y apoyo los codos en elescritoriomientrasmecojolacabeza.Sépositivamentequelosgritossehanescuchadodesdefuera;melevantoycojolarevistaqueestátiradaenelsuelodecualquiermaneraylapongoenunodeloscajonesdelmueble.Antes de cerrarlo, miro la foto de la portada, donde se ve a Paulabrazándome;suspiromientrasnosobservoyluegolocierro.

Vuelvoamisitiotraselescritorioeinmediatamentemecubrodeunmantodedignidad;acontinuación,leindicoaJuliettequehagapasaralabecaria.

Son las ocho y ya estoy lista, esperándolo.Me dijo queme vistieracasual y pensé que sería fácil elegir la ropa, pero la verdad es que sevolvióunatareamuchomáscomplicadadeloquecreíenunprincipio.Mecambiécuatroveces,puesnadameconvencía;queríaestar sencillaperosexi y nada me parecía adecuado para la imagen que quería dar.Finalmente, me decidí por unos pantalones blancos desgastados en larodilla, una camiseta blanca sin mangas muy ajustada, con un escoteredondo que tiene una fisura en el medio y deja ver el valle entre missenos, y de abrigo, una cazadora de cuero de color blanco. En los piesllevounasbotascortasdecolorsuelaquecombinaconeldemibolso.

Estoy ansiosa; tengo la boca seca, así que rápidamente cojo unabotella de agua y me la bebo completa. A la hora acordada, suena miteléfono.

—Estoyfuera.—Entra,teabroelportón;veenlínearectahastalarotondayluego

giraatuizquierdahastaelfinaldelacalle,teesperaréenlapuerta.Corto la llamaday leabro; luego,a todamarcha,pasoporelbaño

pararetocarmibrillolabial,queseguroquesemehaborradoalbeberelagua.Inspiroprofundamente,ahuecomicabelloparasepararlasmechasymedirijoalapuerta.

Capítulo16

Hagoelcaminoquemehaindicadoy,cuandoestoyllegando,laveoesperándome donde me ha dicho. Está hermosa vestida de blanco. Laadmirodesdelejosycreoquesemepararáelcorazónporlabellezadeestamujer.Sientoqueesmiedén,perotambiénseestáconvirtiendoenmiperdición.Frenojustoalaalturadondeestáparadaybajolaventanillademiladoparaofrecerleunaampliasonrisaquemeescorrespondida.Estoysegurodeque está esperandoaquemebaje a abrirle la puerta, perohedecididoquenoloharé,asíquemeestiro,abrodesdeelinteriorlapuertadelacompañantey le indicoconesoqueestoyesperandoaquesuba.Alinstante se muestra divertida, echa la cabeza hacia atrás y sé que haadivinadomi intención; se ríe festejandomi falta de caballerosidad, asíque comprendo también que no dirá nada porque ya ha entendido mijuego.Da lavuelta al cochey sube.Mientras ella camina,yoaprovechopara desprenderme del cinturón y así tener más libertad dentro delvehículo.No ladejopensarsiquieray,nadamássentarse, lacojopor lanucaymeapropiodesuboca;hurgoenellaconmilenguaperointentosermesurado,aunquelaverdadesquemeencantaríaperderlacalmaporcompleto.Retomandoelcontrol,meaparto;debemosiracenary,sisigobesándola, de lo único que tendré ganas será de reclinar el asiento eintentarhacerlamíaaquímismo.Salgodesubocaylamosuslabiosantesdesoltarla.Merelamo.

—Mmm,sabesachicleHollywoodSweetgum.Ríe, sube una mano hasta mi nuca y no me deja apartarme por

completo;sumanoenmipielmeescuece.—Eselbrillolabial—meinformayluegomedauntoquedelabios

connaturalidad.Me libera, resuelta, para colocarse el cinturón de seguridad y que

podamosmarcharnos.Mequedomirándolaunpocoincrédulo;nomeesperabaqueactuara

de forma tan natural conmigo. La imito y me abrocho el cinturón,dispuesto a salir de allí; pongo primera y doy la vuelta para encarar la

salida.Viveenunbarriosemiprivado.Cuandoestamosllegandoalportón,ésteseabreymedoycuentadeque lohaactivadoellaconunmandoadistancia. Una vez que salimos, vuelve a accionarlo y lo guarda en subolso. Cojo la avenida Foch y me interno en el tráfico en dirección albarriodeSaint-Germain.Tengounasexpectativasmuyaltasdeestanochejuntos.

Llegamos a la calle d’Argenteuil, muy cerca del Palais Royal, ybuscodóndeestacionarmiautomóvil.

—Hemosllegado—leindico,yellamemiraunpocodesconcertada.Séqueestáesperandoqueledigaadóndevamos—.Eseserestaurantequeves ahí.—Señalo con la mano un lugar muy sencillo, con un toldo decolornaranja—.Comoverás,aquínopodrástomarteunDomPérignon,nocreoqueloincluyanensucarta,peroteaseguro,comoyatecomenté,quepodráscomer lasmejores tempurasquehayasprobado jamás.¿Quédices,bajamos?

—Bajamos.Tomalamanijay, trasquitarseelcinturón,desciendedelcoche;no

meextrañaquenoespereaque leabra lapuerta, creoquehaentendidoque no la trataré con ninguna de las deferencias a las que estáacostumbrada.Meesperaaunladodelautomóvilmientrasmeapresuroabajarylorodeosinquitarlelavistadeencima.Cuandomesitúoasulado,leofrezcomimanoparaquecaminemosjuntosyella,gustosa,mefacilitalasuya.Meencantatenerlaasí;enungestocariñososelabesoyechamosaandar.Anclomivistaenella; lamirosindejarentrever loquepienso,porque eso creo que la haría sonrojar. Me ofrece una sonrisa plena ypuedonotarqueestádistendida,comosihubieseencontradosuverdaderaautonomía, y presumo que se siente así porque a mi lado no tienenecesidaddefingir,nidecomportarsedeningunamanerasupuesta.Esoeslo que quiero, deseo demostrarle que, junto amí, puede dejar de ser lafigurapúblicayserellamisma.

Porfinentramosenelmodestorestaurante,yobservoqueestudiaelentorno.

—¿Quierescomeraquí?—lepreguntoporquequieroasegurarme;séque el lugar dista mucho de los sitios donde ella debe de estaracostumbradaacomerynodeseoforzarlaniquesesientaincómoda.

—Todosevemuylimpio,acomodémonos.Atravesamos la terraza cubierta y lasmesas en el interior; conmi

manoapoyadaensucadera,laguíohacialabarraconvistasalacocina,dondeveoquehayespacioparaquenossentemos.Larecepciónquenosofrecenesmuyamable;losempleadossontodosasiáticosy,simiramosalrededor, sepuedenvermuchosclientes japoneses, loqueporsupuestoesbuenaseñal.Lealcanzolacartaylesugieroquepidamoselmenú,quecontiene una entrada de arroz y pollo en salsa salsifí y, como platoprincipal,unatempuradecamaronesyverduras.

—Peroa tino tegusta lacomida japonesa,obviemoselentrante—medice,solícita.

Lacojoporlabarbillaymeacercoparahablarleaapenascuatroocincodecentímetrosdedistancia.

—Si tú puedes obviar elDomPérignon y sentarte en un lugar quedistamucho de los lugares a los que estás acostumbrada a ir, yo puedocomerunmenúenteramentejaponés.

Mebesasuavemente los labiosyelcontactosutilvuelveacogermeporsorpresa.

—¿Podemospedirantesunaperitivo?—Porsupuesto.¿TeparecequetomemosunCalpis?—Noséloquees.—EsunrefrescotípicodeJapón,abasedelácteos,consaborcítrico

ydulce;creoquepuedegustarte.—Probemos.Pido y no tardan en traernos los refrescos. Da el primer trago y

exclama:—Mmm..., ¡exquisito! Eres un gran conocedor de las costumbres

japonesasparanogustarte sucomida.—Laobsequioguiñándoleunojo—.Paul,hayalgoquequisieracomentarte;nosésitehasenteradodequehasalidounanoticiasobrenosotrosenunarevista.

—¿Yahansalidolasfotosquepreparamos?—LoquesehapublicadoesunafotonuestraenlasTullerías:esuna

tomadelmomento en que túme tienes abrazada, cuandome sacaste deltumulto. En la revista, que es de cotilleo, insinúan que tú y yo tenemosalgo desde hace tiempo y que por eso se entiende por qué un totaldesconocidoserálanuevacaradelacampañadeSaintClair.

—Bueno, esperemos que hoy no nos cace ningúnpaparazzi, si no,daránporsentadoel romance.—Intentohacerunpocodebroma—.¿Tepreocupaesanoticia?

Niegaconlacabezamientrassorbesubebida.—Enabsoluto.—Talveznosoybuenaimagenparati.—Segúntú,¿cuálesunabuenaimagenparamí?—MarcPoget;supongoqueélsíloes.—HoyestuvoenSaintClair.Sientoquesemeanudaelestómagoaloírloqueacabadedecirme;

deberíahabersabidoqueregresaríaydeberíahabermedadocuentadequeestacenaeraparaponermeenmilugar.Nocontestonada;siquieredeciralgoalrespecto,quelodigaya.Peroentonces...¿porquéhapermitidoquelabesara?¿Yporquémehabesadoellaamí?

—Vino a pedirme explicaciones.—Nos traen nuestro pedido, perosinceramentecreoquenuestranochesehaarruinado.

—Siloquenecesitasesquehableconélparadejarleclaroqueentretúyyonohaynada,notengoproblemaenhacerlo.

—¿Dequéhablas,Paul?Estoyaquísentadacontigo.¿Esonosignificanadaparati?

—¿Quétendríaquesignificar?—Tecreíamásinteligente.—Yotambiénpensabaesodeti,perosupongoquelafortunaPogetes

muytentadora.Sacomibilleteraynoséporquédeprontomeencabronotanto,pero

estoy así, cabreado a la enésima potencia. Le pido al camarero quemecobretodoloquehemospedido.Sinentendernada,yeslógicoporqueniyomismolohago,ellamemira.

—Paul,noquieroirme.Cogemimanoymequedomirandosuagarre.—Deja de sacrificarte. ¿Cuál es tu juego? No tienes necesidad de

seguir burlándote demí, estás aquí haciendo un esfuerzo sobrehumano,sentada en un restaurantucho de mala muerte, cuando podrías estarcenandotalvezen...LeProcope,conPoget;sindudaseríaunlugarmásacordeaturangoyahíteserviríantumalditochampánfavorito.

—Eresunnecio,eresmásnecioqueél.Llévameamicasa.Se pone en pie esperando queme levante. Pero ¿quién es ella para

ordenarmequéhacer?Estámuyequivocadasicreequemevaamanejarasuantojo.Dejodemirarlaa losojosymepongoacomerelarrozyelpollo.

—¿Sabesqué?Ahoraelquenoquiereirsesoyyo,asíque,siquieresmarcharte, tendrás que buscarte un taxi, porque he venido a cenar y deaquínomeiréhastaquelohaga.

—Paul, por favor, nos estás poniendo en ridículo, todos nos estánmirando.

—Siéntateycomesinoquieresquenosmiren,ovetedeunavez.«Mierda,malditasmujeresquetodolohacendifícil.»Contra todo pronóstico, se sienta ami lado; en verdad creí que se

iría.Deja subolsoaun lado, toma lospalilloschinosy loshundeenelarroz.

Estoy cabreado y no sé por qué.Tal vez estoy siendo injusto ymeestoycomportandocomouncerdo.El silencio se instala entrenosotros.Le doy un sorbo a la clásica cerveza japonesa Kirin, con espumacongelada,yveoqueella también toma suvasoybebe; luegohunde sudedo en la bebida y me toca la nariz, dejándome un copo de espumaesparcidaenella.Melimpioynosquedamosmirándonos.

—Paul,meparecesunhombre sumamente interesante,peroaveceseresmuyjodido.Detodasformas,quieroconocerte,seríaunahipócritasinoadmitiesequeesebesoquenosdimosmegustó.Quieroqueestanochelopasemosbien,no esperonadamásqueestanoche; si tienequehaberunasiguiente,supongoquesedarádeformanatural.

Estiromimanoycojolasuya,entrelazandomisdedosconlossuyos.MegustaríapreguntarleporPoget,peromecontengo;nomereconozcoamímismo.Mequedomirándolaalosojosyellapareceleermelamente.

—Estoyaquícontigo,intentandotenerunacenaagradableysacarteelmalhumor.

Capítulo17

Noséporquémehequedado,aúnnoentiendoelmotivoporelcualtodavía estoy sentada aquí. Lo miro, lo miro un poco más y lo sigomirando... y entonces me doy cuenta de que sé perfectamente la razón,peronoquieroreconocerla;sinolareconozco,puedohacercomoquenoesasí.Aunque,pormásqueloniegue,pormásquenolodiga,lociertoesqueestehombreestávolviéndomelocaymeatraemuchísimo.

Seacercaymeretiraelpelodelacara.Nomedicenada,éltambiénmeobservaynoapartalamiradademí.Creoquetambiénestáintentadoentenderalgo.

—Come—mediceconuntonoquemeponemásamiltodavía;ledauntragolargoasucervezaycontinúacomiendo.

«¿Esqueacasopiensaignorarmetodalanoche?»Maldigo todo lo que le he dicho, maldigo no tener la fuerza

suficiente para levantarme e irme,maldigo quemi cuerpo haga todo locontrariodeloquepienso.Mepongodepieynolevantalacabezadesuplato.

«¡Aaah,quéhombremásodioso!»Quierogritar,quierosalircorriendodeaquí.Sinembargo,mequedo

tiesa.Continúosinentenderquéesloquemedetiene.—¿Dóndeestáelbaño?Levantalacabeza,mesonríe,burlón,yséquesabequenuevamente

nohesidocapazdeirmeydejarloplantado.—Alfondo.—Señalaconlamanoysiguecomiendo.Mevoyhaciaelbañotodaenfurruñada;eselcolmodeladescortesía

ynocreomerecerlo.Allí,memiroenelespejoymedesconozco:nosoyunamujersincarácter,peroPaulparecehabérmeloquitado.Merefrescoysalgo; al volver, nos sirven el segundo plato. Ya tengo un nudo en elestómagoynosésimepasarábocado.Realmenteestoypasándolomal.

Mojaunatempuraensalsatentsuyuy,cogiéndomeporsorpresa,melameteenlaboca.

—Crocanteydeliciosa,¿verdad?

Estárealmenteasí,peronoséquédecir.Estoydesconcertadaporlocambiantequeessuestadodeánimo.¿Serásiempreasí?

—¿Tegusta?—insisteparaqueledéunarespuesta.—Sí,estádeliciosa,talcomohasdicho.—Dime,¿tienesideadecuándoviajaremos?—Aún falta conseguir algunos permisos; en cuanto estén,

concretaremosysacaremoslospasajes.—¿Cuántosdíascalculasqueestaremosfuera?—Supongo que no serán más de siete.—Me llevo un bocado a la

bocayluegoledigo—:Tienesrazón,secomemuybienaquí.—¿Hasvisto?—Paul,¿puedopreguntartealgo?—Dime.—¿Porquétehasenojadotanto?Memiray,cuandocreoquemecontestará,medice:—¿IrásalcumpleañosdeAndré?—¿Túirás?—Sí.—Le he prometido que acudiré. André siempre organiza buenas

fiestas.—Esevidentequenopiensacontestarme.Hombreterco.—¿HacecuántoqueconocesaAndré?—Hace... cuatro años, más omenos. Lo conocí en una producción

fotográficaparaAgentProvocateur,cuandotrabajabacomomodeloparalamarca.Me gustaron tanto las imágenes queme sacaba cuando élmefotografiabaquemelollevéconmigocuandocreéSaintClair;selorobé.Afechadehoyeselúnicoquemesacafotos.Salvoeneventos,claro.

»Tendremos que ir a algunos eventos cuando salga la nuevacolección, deberemos hacer promoción. Eso te ayudará a ti también apromocionarte.¿Haspensadoenloquetecomentédebuscarunagente?

—Nolohehecho,yaveremos.Seguimoscomiendo;pocoapoconosvamosrelajandoylacenase

vuelvemuyamena;nosreímosmucho,nosdamosdecomerenlaboca...Paul,cuandoquiere,puedesermuycaballerosoyenextremoseductor.

Terminamosdecenarymeinvitaatomarunacopaenunbardelquenuncaheoídohablar,aunquesegúnélesunsitiomuyinteresante.Nodejade extrañarme que, sin ser de París, conozca tantos lugares inusuales;bueno, inusuales para mí, que estoy acostumbrada a ir sólo a sitios de

cincoestrellas...AsíerasiempreconMarc:todolocalesselectosparaVIP.LoslugaresalosquemellevaPaul tienensuencanto;adecirverdad,éltienesuencanto:esdiferente,enigmático,decididoy,aunqueavecestengauncaráctermuyincívico,creoquemegustaelconjuntodeestehombre.

Llegamosaunlocalsencilloydondeapenasconcurrenturistas,porlo queme asombramuchomás no conocerlo. Es un piano-bar llamadoAuxTroisMailletzyestáubicadoenlaentradadelbarrioLatino,juntoalaiglesiadeSaint-Severine.Suparticularidadradicaenquenoesuntípicobar. En la planta principal hay una mezcla ecléctica de jazz, ópera,canciones de Édith Piaf... Pero no nos quedamos aquí, sino quedescendemos por una escalera de metal hacia un sótano donde laedificación es llamativa: es una cueva con un tablado; los techosabovedadosleconfierenunairemisteriosoymerecuerdanalosarcosdelas famosas catacumbas de París. Paul me guía de la cintura y nosacomodamosenunamesaapartada.Porprimeravezdurantelanoche,semuestramuycaballeroso:apartamisillayesperaaquemesiente.Eneseespacio todo es el mejor estilo latino francés: rumba, sabor y muchoritmo.Ysenotaqueseestágestandoenellugarunagranfiesta.

—Esperoquetegusteelsitio.Esmuypeculiar:uncabaretdondelosartistasquecantany tocanenvivo son losmismosempleadosa losqueseguramenteverástambiénsirviendolasmesas.

Se acerca a mi oído para hablarme y su aliento me produce unhormigueoentodoelcuerpo.Meremuevosinpoderevitarloymequitolachaqueta,quecuelgoenelrespaldodelasilla.EstamossentadoscontralaparedyPaulajustasusillaparaquedarmáscercademí.Notodeprontocómomiramiescote sindisimulo,peronomemolesta; adecirverdad,elegíestacamisetaparaquelohiciera.

Comienza el show y diferentes personajes van pasando por elentarimadoqueestáalfondodellocal.Cantantemasenvariosidiomasytodoseanimamuchísimo;senotaquepartedelospresentessonclienteshabituales.Animados por los ritmos de Latinoamérica, se suben a lasmesasybailan,yotroscantanalapardelosartistas...Cadaunoestáenlosuyo,muydivertidos.Elambientedel localesdepenumbra,dadoquelailuminación procede de las velas de las mesas y de los focos delentarimado.Decidimostomarpostreporquenolohemosllegadoatomarenelotrositio,yamboselegimosunatartadefrutasdetemporada.

—¿Teanimasatomarunachampánquenoseaelquebebessiempre,

oprefieresquepidavino?—Vamosconelchampán.Hoy estoy dispuesta a que todo sea diferente; creo que necesitaba

haceralgodistintoconmividaydelamanodePaulloestoyhaciendo.CantamosPropuesta indecente.[8] Conocía la canción en la voz de

RomeoSantos,pero laversióndel cantantequeahora la ejecuta esmuybuena.

Élquierebailar;yomesientounpocoavergonzadaynoséporqué;insiste y, finalmente, me animo. Nos levantamos y nos unimos a losdemás,quesemuevenalritmodelamúsicaquenoseclipsa.Deprontomesiento muy sensual; esto es adrenalina corriendo por mi cuerpo, y megusta.BailojuntoaPaul,quesemuevetambiénestupendamente.Lociertoesquelosritmoslatinosseledangenial.Measombracómosemueve,meencanta,ysumoalgomásalasmuchascosasqueestoydescubriendoquemegustandeél.

Meríoyenesemomentomecogede lacintura, seacercaamíy...Estoyardiendo.Deunmovimiento,mesubeenelbancocentralyél,sinesfuerzo,apareceamilado;nosomoslosúnicossubidosalatarima,peroasínosloparece,comosisolamenteélyyoestuviéramosahí.

Mientras bailamos, nos besamos y nada importa, nada existe anuestroalrededor;nodejamosdemovernos,estoesverdaderamentemuycaliente:elbaileescaliente,lacanciónescaliente...,peronoquieroirtandeprisa.

«PaulDubois,eresuncohetelanzadoporlaNasa.¿Cómodetenerte?Noparasdeseducirme.»

Dios,medavergüenzapensarysentirasí,peroestoyencharcada,yléaseestetérminoentodoslossentidosquepresenta,porqueasíescomomesiento.

«¿Esestonormal?»Me desconozco, nunca un hombre me ha puesto las hormonas a

pensartanto.

Capítulo18

Lafiestaenelcabaretsigue;realmenteloestamospasandobien,perosientoquedebemos irnos aotro sitio.La invito a sentarnosy, tras unoscuantosbesosmás,nosbebemosloquequedadenuestrochampán.Mirolahoraylepropongo,mientrasledespejoelpelodelacara:

—¿Nosvamos,oprefieresquenosquedemosunratomás?—Vamos.Lapercibounpoco titubeante,pero seponedepie, asíquecojo su

chaquetaparaayudarlaacolocárselayluegolealcanzoelbolso.Salimosdeallícogidosde lamano;meencantasentirsucontacto,memagnetizasentirquelaguío.

—Mehafascinadoellocal,Paul.—Mealegrodequetehayasdivertido.—Mucho.Llegamos al coche, pero no desactivo la alarma hasta que estamos

juntoaél.Enelmismoinstanteenquelohago,cojolamanijadelapuertapero no la abro. La arrincono contra el automóvil, como hice la nocheanterior cuando la besé por primera vez, y la agarro por la cintura demaneraposesiva;laempujoconmicuerpoylabeso,hundiendomipelviscontra ella.Quieroque sienta cómomepone,quieroque sepaque es lacausante del dolor insoportable que tengo en mi sexo, que note lastremendasganasquemeprovocasucercanía.Labesodesmesuradamente;elbesoesmuchomásprofundoquecualquieraquenoshayamosdado,yes que quiero que entienda lo que pretendo; la estoy devorando conmiboca,meestoyquedandosinalientoyséqueaellatambiénlefalta,peronoestoydispuestoaparar:quierollevarlaallímitedeldeseo.

Justo en el momento en que estoy por pedirle que vayamos a miapartamento,medice:

—Despacio,Paul,quieroirdespacio.Porfavor.Sus palabras suenan como unmazazo, no esperaba queme pidiera

queparase.Alcontrario,queríaquemepropusieraquelallevaraaalgúnlugarmás íntimo..., peroDominique es así, una constante sorpresa para

mí. Me quedo con la frente apoyada en la suya y continúo sin podercreermeloquemehapedido,peronomequedamásremedioqueaceptar.Abroelcocheparaquesesubaycierrolapuerta.Estoesmuyincómodo:mierecciónesmuymolesta,caminarloesaúnmás.Mepasolamanoporlafrentemientrasrodeoelautomóvil,rebuscomisonrisamásseductoray,alentrar,lesonríoampliamente.Talvezdeberíadecirlealgo,comoquenosepreocupe,osermásconsiderado,perolaspalabrasnomesalen.Meacomodo en el asiento del conductor yme quedomirándola a los ojos.Irremediablemente mi vista se desvía a sus labios; se los he dejadohinchados y muy rojos por el arrebato de mi último beso y ahora,recordandoelmomento,midoloren laentrepiernasehacemás intenso.No quiero darme por vencido, quiero hundirme en esta rubia que se haconvertido en mi obsesión y, aunque intento comprender que le resultetodomuyprecipitado,mipenetienevidapropiaynoentiendederazones.

—Lolamento—mediceconuntonoqueevidenciasuculpa.«Pues sí, siéntete mal, me has dejado hecho una mierda», quiero

decirle.Finalmente,decidoserunpococaballero.—Nohayproblema.—Lesonrío,perolociertoesquequisieraque

seretractase,aunqueigualmentenovoyaforzarlasituación.Quieroqueesté completamente decidida y, por encima de todo, que se muera deganas, aunque presumo que ganas no le faltan, pero está intentando sermoderada.

Pongoelcocheenmarchayconduzcohastasucasasinpreguntarle;entiendo que la noche ha terminado. Durante el camino, un elocuentesilenciocaesobrenosotroshastaquedecidoromperlo.

—¿Estásbien?—Sí,Paul,muybien,notepreocupes.Ladeolavistayestirolamanoparaacariciarla;rozosumejillacon

eldorsodemisdedosyellamecogelamanoymelabesa.¡Cómomehagustadoeso!Ynoloentiendo,perocreoqueestoytan

calientequeelmásmínimorocemehacetrepidar.Llegamosalbarrio semiprivadodondeviveyabreelportón, entro

conelcocheyfrenoenlaentradadesucasa.Emitounprofundosuspiroaudible,yluegoambosnosquitamoselcinturón.Hallegadoelmomentodeladespedida,peromeresisto,soyterco,cabezón,obstinado,ynomedoyporvencido.

—Hasidounanocheespecial,gracias.Lohepasadomuybien—medejaenclaro.

—Yotambiénlohepasadomuybien.Meacercoaellaylabesoentusiasmado;milenguarecorresubocay

seenzarzaconlasuya,quemerecibeconverdaderogusto.Lacojoporlacintura y entierromis dedos en su carne; sé que lo estoy haciendo confuerza, pero aunque quiero detenerme no lo consigo, estoy nublado, suboca me pierde, me traiciona y no me permite pensar. La cojo porsorpresa con ambas manos y la siento a horcajadas sobre mí; estoyacostumbradoa llevarelcontroly tambiénaconseguir loquedeseo.Laencajoenelespacioquequedaentreelvolanteymicuerpo,queespoco,asíquebajounade lasmanospara accionar elmecanismoquecorre elasiento hacia atrás;me propulso con los pies sin abandonar sus labios,mientras Dominique me sostiene de la nuca y hunde sus dedos en micabello.Semuestrasensualybesademaravilla;subocaesperfecta,dulce,suave y húmeda. Subo la mano y la introduzco bajo su camiseta; leacariciounpechoporencimadelencajedelsujetadorymesientocomoen la gloria, aunque creo que llegar a la gloria con ella es lo queverdaderamenteanhelo.Se loaprietoy llenamipalma;esoprovocaqueme mueva bajo su cuerpo y frote mi erección en su entrepierna. Unaoleadadeplacerseapoderadeellatambién,ysemuevesobremibraguetabuscando elmismo roce que yo busco.Ondea su cuerpo y creo quemipeneestátanhinchadoquereventarálacremallera.Lelevantolacamisetay subo su sujetador, dejando al descubierto sus senos; los admiro, sonperfectos,nopuedocreerloqueestoyviendoyesoquehevistomuchospechos a lo largo demi vida... PeroDominiqueChassier es perfecta, esunaesculturadecarneyhueso.Levantomicabezayclavomisojosazulesensuspupilasazulesllameantes,luegohundolacabezaparalamerunadelas areolas y trazo círculos con mi lengua sobre ella; atrapo el pezónentresmisdientesytironeodeél,mientraslamiroporentrelaspestañasymesonrío,malicioso.Vuelvoameterelpezónenmibocaylosucciono,losueltoyelsonidoquehacemibocapareceelsonidodeuncorchoalsalir de una botella. Estoy muy caliente, necesito hundirme en ella ycalmarestasedquemeprovoca.Merevuelveelpeloyyoruegoparaquemepidaquebajemos;noquierotirármelaaquí,aunqueenestemomentonomeimportademasiadoellugar.

Suvaqueroesmuyajustadoeintentometermimanoporlacinturilla

paratocarsutrasero,peronopuedo,asíquellevolamanohaciadelantepara desprenderle los botones; siento sus manos sobre la mía mientrassigoperdidolamiendosuspechos.Oigoapenasunhilodevozquealcanzaasalirdesubocayqueseconfundeconungemido.

—Tambiénlodeseo,peroquieroestarsegura.«No,otravez lohahecho,otravezmehadetenido...Estonopuede

estarpasandodosveces.¡Estamujeresunaasesina!»Levanto la cabezaparapoderoírlamejoryniegomientras resoplo

buscandounpocodeoxígeno.Mebesatiernamenteloslabiosycogemirostroentresusmanos.

—Porfavor—meruegamientrasrespiraentrecortadamente.—Como quieras —digo, simulando entenderla. Pero en realidad

quiennoloentiendeesmipene;élestámuynecesitado.—¿Tehasenfadado?—No,¿porquépiensaseso?Sóloque tusbesossonafrodisíacos,y

tus tetas...—Lasadmiro, las tengoaescasoscentímetrosdemi rostro—.Quierotenerte—ledigomientrasselascubro;nopuedosoportarmásesavisión si no voy a poder gozarlas—, pero puedo esperar. Entiendoperfectamentequenecesitesquenosconozcamosmás.

—Graciasporcomprenderme.Noesfáciltampocoparamí,peronoquieroequivocarme.

—No hay problema, de verdad. —Le doy un beso sonoro en loslabios—.¿NosvemosmañanaenelcumpleañosdeAndré?

Mesientotentadodeofrecerlevenirarecogerla,peromecontengo;quierodarleespacio.

—Sí,claro.Sesitúaenelasientodelacompañanteyrecomponesuropa.Pasola

manopordelantedeellayleabrolapuerta,peroantesvuelvoabesarsuslabiosbrevemente;creoquemi subconscientenose resignaadejarla ir.Cuandobajadelcoche,dalavueltayseparajuntoamipuertaalaesperadequebajeelcristal.

—Mehaencantadosalircontigo.—Amítambién.Nosveremosmañana—ledigoyellaseinclinapara

darmeunúltimobesoatravésdelaventanilla.Estoyfrustrado,peronoselodemuestro.Dominiqueseapartay,trasunsutilmovimientodesumanoamododedespedidafinal,desapareceenelinteriordesuapartamento.

Voycaminoamicasa.Lanocheestá tranquila,y lascalles,bastante

despejadas; es un poco tarde, debe de ser por eso. Emito un suspiroprofundomientrasenciendoelequipodemúsica;comienzaasonarLoveis in on fire,[9]de Italo Brothers. Presto atención a la letra y no puedodejardesonreírme:pareceunaonomatopeyadeloquesiento.

Vislumbroquesóloescuestióndetiempoqueseamía,peroinclusosabiéndolo sigo sintiéndomemolesto, y es que creo que el problema esquemi cerebronopiensa igual que el cerebrodemi aparato sexual; sí,creo que es eso: mi pene tiene un cerebro propio y está jodidamenteempeñadoenenterrarseenelcoñodeDominique.

Quizáunpocodeactividadfísicaalastresdelamadrugadaayudeabajar mi erección. Definitivamente, eso es lo que haré cuando llegue acasa.

Capítulo19

Mequedoapoyadaenlapuertadeentrada,hastaqueoigoelsonidodelmotor del coche de Paul, que vuelve a pasar por delante de mi casadespuésdehaberdadolavuelta.

No puedo moverme; continúo junto a la puerta en penumbras,mientras paso la mano por mi cuello, por mis labios, por mis senos,recorriendo con la palma abierta cada huella que él ha dejado en micuerpo. Busco enmimemoria y no encuentro a otra persona que hayaproducido o produzca esta sensación enmí.Quieromás, deseo quemeacariciemuchomásde loque lehepermitido,peroapesardedesearlo,me felicito por haber sido capaz de no sucumbir a él.Como le advertí,quieroquesepaquetodonovaasertanfácilcomohaberconseguidomiteléfono.Mesonríoporqueenelfondoséquesolamenteestoyretrasandoel momento. Cierro los ojos y sueño despierta con ese día: imaginonuestros cuerposdesnudosy sudorosos, colisionandodedeseo...Quierollegar a la parte de cómo será tenerlo dentro de mí, pero prefiero nohacerloporqueesonoesbuenotrashaberlorechazado.

Finalmentememuevoyentroenlasala.Soñadora,medirijohacialaescalera queme lleva al dormitorio y voy subiendo los peldaños; estoyflotando inmersa en mis pensamientos. Al entrar en mi habitación,comienzoadespojarmede la ropaparametermeen la cama.Estoy casisegura de queme costará conciliar el sueño, porque Paul ha dejadomipielalterada,ardiendodedeseo,peroasílohequeridoyo,porloquenomequedamásremedioqueaguantarme.Antesdeacostarme,voyalbañoymeparofrentealespejoparaquitarmeelmaquillajeylavarmelosdientes.La sorpresa se apodera de todo mi cuerpo justo cuando me encuentro,pegada en el cristal, una fotografía en la que salimos Marc y yo. Laarranco, furiosa;noestabaahí cuandome fui, por loquecomprendoalinstante que él ha estado en mi apartamento. Farfullo varios insultosmientrassalgodeldormitoriohechaunatrombaymeprecipitoarevisarcada rincónpara cerciorarmede que en la casa solamente estoy yo.Mesiento espiada y me enfurezco. Con determinación, pongo todos los

cerrojos para estar segura de que nadie podrá entrar. Sigo presa de larabiayporunmomentoconsiderolaopcióndellamarloparamandarloalamierdayexigirlequemedevuelvael juegode llavesqueposee,perodecidoignorarlo.

«Haréalgomejorquedarleelgustode llamarlo:mañana tempranollamaréauncerrajeroyharécambiartodaslascerraduras.»

Debo intentar calmarme. Respiro profundamente y me dirijo alvestidorabuscarmipijama.Sinembargo,veocolgadalaropadeMarcyestallo otra vez. Resuelvo que no quiero que esté más aquí. Como unaposesa, retiro las perchas y vacío los cajones que contienen suspertenencias. Es tarde, pero no me importa porque me siento bienhaciéndolo.Lodejotodoenunadelashabitacionesauxiliaresyhagounaanotaciónmental.

«Mañana se lo enviaré todo con un mensajero. Quiero a Marctotalmentefuerademiintimidad.»

Regreso al dormitorio y me doy cuenta de que tengo una llamadaperdida;cuandomefijo,veoqueesdePaul.Blasfemoporlobajopornohaber oído el teléfono, lo tenía enmodo vibración.Miro la hora de lallamada y, como no ha pasado demasiado tiempo, me dispongo adevolvérsela.No obstante,me atiende el buzón de voz, así queme tocafastidiarme.

—Seguramenteyaestádurmiendo.No le dejo mensaje; odio hablar con un contestador, solamente lo

hagosiesalgourgente,asíquepiensoenenviarleuntextoparaqueloleacuando se despierte, pero presumo que verámi llamada perdida y creoqueconesoserásuficiente.

Medespiertaelsonidoinsistentedeltimbreyunosgolpesenlapuerta.Tardoalgunosinstantesenreaccionaryentenderqueesaquí.Descalzayadormilada, bajo la escalera y, cuando llego a la entrada, miro por lamirilla.Aunque estoy bastante dormida, sé que no es una ilusión lo queveo:Marcestámontandounverdaderoescándalo,yesomesacadequicio.Lecontestoatravésdelapuerta:

—¿Quéquieres?—Ábreme.—No quiero verte. Eres unmaleducado insolente, ¡mira el patético

espectáculoqueestásdando!—¿Dóndeestabasanoche?—¡¿Quéteimporta?!Notengoporquédarteexplicaciones.—Nojueguesconmigo,Dom.—Noestoyjugandoynomeamenaces.Lonuestroterminó,yporque

túasílodecidiste.Adecirverdad,teloagradezcodetodocorazón,creoqueenelfondoeraloqueyonomeatrevíaahacer.

Abrolapuerta,mepareceinfantilestarhablandoatravésdeella.Lodejo entrar y nos encaminamos hacia la sala, donde nos sentamos en elsofá,unoencadapunta.

—Podemosarreglarlo,Dom,yoséquepodemos.—Deja de actuar como un caprichoso; estoy harta de tus idas y

venidas, estoyhartadeque sólo importen tusnecesidades; no tengoporquésentirmeculpable, siempre tehededicado tiempoyaveceshastahedescuidadomisasuntosporcomplacerte,porquedeesosetratasiempre:de complacerte. Tú llevas una vida holgada y te puedes pasar todo eltiempodeviajeenviaje,ohaciendoelvago,peroyonopuedodarmeeselujo,debocuidarmisintereses,tengometas.

—Voyacambiar,tejuroqueloharéy,encuantoaunavidaholgada,tútrabajasporquequieres.

—Trabajoporqueeltrabajodignificaalaspersonas.Trabajoporquequiero tenermis propiosméritos; nomegusta ser unamantenida.Ynosigamos discutiendo más, porque siempre acabamos en lo mismo. SeacabóMarc;enrealidadnuestrarelaciónestárotadesdehacetiempo,sóloquenitúniyoqueríamosverlo.

Cuandolehiceentrar,sehabíacalmado,perodegolpeelgestoensurostrosetransforma.Marcnoestáacostumbradoanosalirseconlasuya,ymuchomenosaquelecontradigan.Seponeenpiey,sindecirmás,sevadandounportazoqueseoyedesdelasala.

Noquieroponermepsicótica,peroséqueestonohaacabado.Voyenbuscademi teléfono; lamento tenerque llamaraAntoniette,porquehoyessudíalibre,perolanecesito:esprimordialqueseencarguedellamaralos cerrajeros para que cambien las cerraduras. Después de hablar conAntoniette,telefoneoamisecretaria.

—Perdona que te moleste en tu día de descanso, Juliette, peronecesitoquemeenvíesunmensajeroparaquelleveunascajasacasadelseñorMarcPoget,ynecesitootrofavor:elseñorBettencourtcelebrahoy

su cumpleaños, y me olvidé de pedirte que le compraras un regalo...¿Podríasocupartetambiéndeesoyenviármeloamicasa?

—No te preocupes, Dominique, yo me encargo de todo. ¿TienesalgunaideadeloquedeseasregalarlealseñorBettencourt?

—Lodejoatuelección,confíoentucriterio.Aunque es el día festivo de Juliette, ella siempre está disponible, a

tiempo completo, para mí. Ésa fue la principal condición cuando lacontraté, y su remuneración es realmente buena, así que es bienrecompensada por los contratiempos. Por otra parte, no soy una jefaabusiva,siempretratodenomolestaramisempleadossinoesrealmentenecesario.

Tras terminarmidesayuno,doyunvistazoami teléfono.No tengonoticiasdePaul,peronolollamaré:anocheledevolvílallamadaynomeatendió;ahoraquevuelvaallamarél.

Conelfindematareltiempoycalmarellíoquetengoenlacabeza,decidoocuparmedemí.Meinternoenellavaboadarmeunrelajantebañodeespumaysales, lonecesito;mequedounbuenratoyesomesosiegabastante. Cuando salgo, Antoniette, que hace rato que está en casa, meinformadequetodaslascerradurasyahansidocambiadasyesoacabadetranquilizarme.

Medispongoaadelantaralgodetrabajo,asíqueentroeneldespachopara poder hacerlo. Abstraída en mi tarea, no me doy cuenta de quealguien entra; además, llevo los auriculares en los oídos, pues estoyescuchandomúsica.Estellemequitaunodeun tirónyenese instanteescuandomeenterodequenoestoysola.

—¡Estelle!—Hola, nena. ¿Qué haces trabajando un sábado por la tarde? Me

abrióAntoniette...,¿noessudíalibre?—Sí, pero tuvo que venir porque necesitaba que llamase a un

cerrajeroparacambiarlascerradurasdelacasa.—¿Yeso?¿Hapasadoalgodeloquenoestoyenterada?—Anochesalí,ycuandoregresémeencontréconunafotodeMarc

conmigo,pegadaenelespejodelbaño.Estuvoaquíenmiausencia.—Ahora entiendo por qué anoche me llamó para ver si estabas

conmigo. Me dijo que no le cogías el teléfono. Se le notaba bastantealterado.

—Lo tenía en vibración, pero obviamente tampoco se lo hubiese

cogido.Nadamásverlasllamadas,lasdescarté.—¿Ydóndehabíasido?—Salí por ahí a tomar una copa. —Hago un gesto con la mano

restándoleimportancia—.Noqueríaquedarmesolaencasaunviernesporlanoche.

—¿Ahoratehadadoporsalirsola?—¿Yconquiénquieresquesalga?Terecuerdoquemimejoramiga

andatrasunfotógrafoquelehaquitadolavoluntadymetienesumidaenelolvido.—Nosreímosdeformaescandalosa.

—¿YPaul?Ayernopudimosseguirhablandoenlaempresa,perolaotranocheencasadeAndréosvimuyanimadoshablando.¿Algonuevoquedebasaber?

—Nada, ya te he dicho que, debido al trabajo simplemente, intentotenerunabuenarelaciónconél.

—Claaaro,yyosoyCaperucitaRojajugandoenelbosquemientrasellobonoestá.Nomesubestimes,queridaamiga,teconozcomuybien.

Lesacolalengua.Meresistoacontarlenada;creoqueaúnnoeselmomento,pues,aunquePaulmegustamucho,avecesmesientoinsegura.No sé si estaré haciendo bien dando lugar a que ocurra algomás entrenosotros.

—Vas al cumple de André, ¿verdad? Paul irá. Vengo del salón debelleza—medicemientrassacudesupelo.

—Sí—intento sonar desinteresada—. A ti no te pregunto, ya sé larespuesta.

—Con permiso, Dominique, ha llegado unmuchacho que dice quevieneabuscarunascajas.

—Ah,sí,Anto,estánenlahabitacióndehuéspedes,laqueestápegadaalamía.Pregúntalesisabedóndetienequellevarlasy,sino,facilítaleladireccióndeMarc,por favor.Dale también los trajesqueestán sobre lacama,quesellevetodolodeél.

Antoniettesemequedamirando.AúnnoestáenteradadequeMarcyyo hemos roto, pero creo que ahora empieza a entender el cambio decerraduras.

—¿Qué?—lainterrogo,replicandosumiradaescrutadora.—Nada,nohedichonada.—Porfin,Anto—lecontestaEstelle,verificandoloqueellasupone

—,aunquenolopuedascreer,hadejadoalniñatoricachón.—Antoniette

intentacontenerunarisitaantelaspalabrasdeEstelle.—Basta—reprendo aEstelle.Noquiero que hable despectivamente

deMarc,aunqueellasiempre loha llamadoasí.Peroahoraesdiferente.Creo que la relación que hemos tenido merece respeto y por eso memolesta.

Antoniette nos prepara una crema de calabaza y espinacas y laobligamosaquesesienteconnosotrosaalmorzar.Comodecostumbre,Estelle la hace reír tanto con sus ocurrencias que la pobre se atragantavarias veces con la comida. Como es su día libre y yo se lo heinterrumpido,nolepermitimosquerecojalamesa:lohacemosnosotrasytambiénnosencargamosdelavarloscacharrossucios,perocomoellaesincapazdequedarsequieta,andatrasnosotrashaciendosobrelohecho.

—¿Porquémiras tantoelmóvil?Vasagastarle lapantallade tantodesbloquearlo —me dice Estelle, y pongo los ojos en blanco—. ¿Lallamadadequiénestásesperando,aver?

Intentaquitarmeelteléfono,peronidecoñaselovoyadar.—Dejadedecirestupideces.Noesperolallamadadenadie.Tengoun

momentodeocio,quesonpocosenmivida,yestoyrevisandomicuentadeFacebook;hacemuchoquenoentro.

Entrecierra los ojos calculando si digo la verdad; sé que nomehacreído.

—Bueno, digamos queme creo la versión según la cual revisas tucuenta de Facebook, pero nome chupo el dedo.Me voy temprano paraarreglarme;pasaréabuscartealasocho,porquetenemoscasidoshoritasdeviaje.

—Bien,estaréesperándote.Estellesevayyosigotodalatarderevisandocadadossegundosel

móvil,peronolleganiunallamadaniunmensajedetexto;ningunaseñaldePaulyesoyameestáfastidiando.

«Pero ¿qué se cree? ¿Piensa ignorarme después de lo que pasóanoche?Puesbien,yotambiénpuedoignorarle:yaseenterará,durantelafiesta,deloquevaacostarlesuindiferencia.»

Estellepasaabuscarmepuntualmente.Ambasestamosmonísimas:ellacon unminivestido con brillos en tonos bronce y dorado, y yo con unmodelitoblancomuyceñidoalcuerpo,conescotepalabradehonorque

resalta mis pechos, y que además tiene la espalda descubierta; es unacreacióndeEstellequecombinoconunassandaliasdoradas.

Durante el camino mi amiga parece desquiciada porque en elcumpleañosestaránlospadresdeAndréynosabeatítulodequévaélapresentarla.

—Tranquilízate.¿Paraquéestarnerviosadesdeahora?Esperaaquellegueelmomento.

—Noquieroquemepilleporsorpresa,noquieroquedarcomounatonta.

—No creo que André te haga quedar como una tonta. ¿No habéishabladodeesto?

—¿Cómodices?Terecuerdoquehacemuypocoqueestamosjuntos.No espero que diga que soy su rollito, pero tampoco que me presentecomosupareja.

—Bueno, entonces ¿qué problema hay? Seguramente no lo hará:como dices, hacemuy poco que salís juntos, así que, si te los presenta,diráqueeresunaamiga.¿Otalvezéseeselproblema?¿Acasosíquieresquedigaquesoisalgomás?

—¡Tienescadaocurrencia!—Subeelvolumendelamúsicay,comolaconozco,séquelahepilladoylahepuestoenevidencia,sóloquenoseatreveareconocerqueestáhastalastrancasporél.

Llegamos.LacasadelospadresdeAndréesunamansiónenelvalledelLoira,enlaregióndePerche,tansóloaunasdoshorasalsurdeParís.Ya están aquí algunos invitados. Cuando entramos, André nos recibeapenasnosve.

—Estás muy hermosa—le dice a Estelle, mientras le da un suavebesoenloslabios.

—Tútambiénestásmuyguapo.—Venid,ospresentaréamifamilia.Entusiasmado,AndrécogedelamanoaEstelleytiradeellahaciael

interior de la casa; yo los sigo. Creo que mi amiga está a punto dedesvanecerseporlosnerviosquetiene.

ElseñorylaseñoraBettencourtsevenmuyjóvenesynosalgodemiasombro;además,parecenmuymodernos.

—Mamá, papá, os presento aEstelleSaunière,mi pareja.Ella es ladiseñadoraestrelladeSaintClair.

—Encantada, tesoro, ¡estosíqueesunasorpresa!—dice lamujery

Estellenoreacciona,asíquedisimuladamentelepellizcoelculoparaqueregresedellimboysalude;nototambiénqueAndréleaprietaligeramentela mano—.Mi nombre es Ivette—le indica mientras la abraza. Quieroreírme,mehacemuchagracia,porquemiamigaestácohibida.

Luego es el turno del padre deAndré, que esmás formal pero nomenosafectuoso.LasaludaconmuchísimacordialidadynotoqueEstellerespiramenossofocada.FinalmenteesmiturnoyAndrémepresenta.

—Ay,perosiaellalaconozco...Eresmásmonaenpersona.—Gracias,señoraBettencourt.—Ivette,tesoro,llámameIvette.—Lesonríomientrasasientoconla

cabeza.—¡TengotantaropadeSaintClair!Meencantay,desdequeséquemi

hijohacelasfotos,sehanvueltomisprendasfavoritas.—Eresbuenaprensa,André—bromeoynosreímos.—Talvezhastatengadiseñosdelanoviademihijo,¡quéemoción!

—AEstelleparecequeselehacomidolalenguaelgato,perodeprontosedecideahablar:

—Cuandoquieras,loorganizamosparaquepasesporlacasamatrizyelijasalgunasprendas.

—Meencantará.—Sí,Ivette,podráselegirloquedesees;sólotienesqueconcretarel

díaconEstelle.Ellatebuscaráprendasexclusivas—lehagosaber.—Tousexclusive.Machérie,estunhonneur.[10]Seguimos conversando sobre moda. André nos deja unos instantes

consumadre,quenoparadehablar.Luegoellanosllevaapresentarnosaunos tíos, a unos amigos de la familia y, por último, a los abuelospaternos de André. Afortunadamente, para entonces Estelle ya está másrelajada.

Entrepresentaciónypresentación,miroportodaspartesbuscándolo,peronoconsigoencontrarlo.Elcorazónmelatefuerte.Quieroverloya.

—¿A quién buscas? —me pregunta Estelle en cuanto percibe mimiradacuriosa.

—Anadie.—Talvez todavíanoha llegado—medicedemanerasocarrona—.

VayamosconAndré,asípodremospreguntarle.—Noquieropreguntarpornadie.—Cabezona.TemueresporsaberdePaul.

Pongolosojosenblancoynolecontesto.Justopasauncamareroymeofreceundaiquiri,queaceptodeinmediato.LafiestaavanzaynohaynirastrodeDubois.Estoycabreada;recuerdocómomemetiómanoayeryqueselopermití,yahoratieneeldescarodedejarmeplantada.Encimanisiquierahasidocapazdellamarme.

Estoy de pie en la terraza mirando el cielo y bebiendo el tercerdaiquiri.Variasmodelos semehan acercado a saludarme; a algunas lasconozco de la época en que solamenteme dedicaba a las pasarelas y aotras, simplemente porque sé que pertenecen almedio.Todas saben queestablecerrelacionesconmigoessinónimodeunposibletrabajo,inclusoalgunas intentan indagar acerca de la próxima campaña. A quienes meparecequepuedenservir,leshedicholafechadelcasting.

Medisculpoymealejo.Mesientofastidiada.Hevenidoadistraermeynoparahablardetrabajo,yencimamimalhumorestalquecreoque,sifueraunatraca,yahubieseestalladosinnecesidaddeningunallama.

—¿Aburrida?—No,Estelle.Hastaahoraheestadoconversandosinparar.Notoquememiracomoqueriendodecirmealgo,laconozco.—¿Quépasa,quémequieresdecir?—Nada.VeoquemiraaAndréyéllehaceunaseña;entoncesellaparecemás

incómoda.—Dímelo,Estelle;teconozco.—Ay,querida,esqueAndréquierequemequedeconéltodoelfinde,

perolehedichoqueno,queregresarécontigo.—¿Erestonta?Damelasllavesdetucoche,volverésola.—Notedejarésola.—Ni se te ocurra no quedarte; si nome das las llaves, te juro que

regresoentaxi.—Esqueésanoeralaidea.Encima,Duboisnohavenido.—¿QuétienequeverDuboisenesto?—LehepreguntadoporélaAndréymehadichoquenosabequéle

ha podido pasar. Le extraña, porque hasta ayer estuvo diciendo que sívendría.

Meencojodehombrosyestallo:—Sémuybienporquénohavenido:elreydelosmachossesintió

heridopormirechazoyselohaqueridocobrar.Peroesuninsolenteyun

muymal amigo, porque André nada tiene que ver con que yo no hayaqueridoacostarmeconél.

—¿Qué?—Mecoge del brazo yme lleva a un aparte, donde nadiepuede escucharnos—. ¿Cómo que no quisiste acostarte con él? ¿Cuándosucedióeso?

—Anoche. Salimos y, la verdad, no quise quedar como una chicafácil.

Miamigasetapalabocaylosojosestánapuntodesalírseledelasórbitas;lahedejadoojiplática.

—Sabíaquehabía algomás,y te juroqueanoche, cuando llamóelniñato,roguéparaqueestuvierasconPaul.Quierosaberlotodo.

—No hay mucho que contar. Eso: salimos, nos besamos, nostocamos,yhoymehadejadoplantada.

—¿Ostocasteisynotequisisteacostarconél?Tehascontagiadodela imbecilidaddeMarcydesusniñerías.Ya lodigoyo:dimeconquiénandasytediréquiéneres.

—Noseasmala;seloquiseponerdifícil.Secarcajea.—Peroahoratehasquedadoconlasganas.Estásjodida.—Elquesejodeesél,porquehoylopodríahaberconseguido.Pero

yano,que sedéunaduchadeagua fría, porquenuncamás lepermitirénadadeloqueobtuvo.

Andréseacercaynopodemosseguirhablando.—Damelasllaves,Estelle—ledigodelantedeél.—¿Te quedas? —le pregunta André, esperanzado, y Estelle ya no

puedenegarse.Porsupuesto,mealegro:miamigasemerecetodoloqueleestápasando.

Capítulo20

EstoyderegresoenParís.Hasidounfindesemanamaratoniano;mesiento agotado, desesperanzado y con un humor de perros. EnLyon lascosasnoestánbien,perolohedejadotodolomásordenadoposiblepararegresar y alejarme de los problemas, que no acaban; por el contrario,parecen multiplicarse. Finalmente tuve que viajar, aunque no deseabahacerlo.

Estoy bajo la ducha a la espera de que el agua caliente aplaque elagarrotamientodemismúsculos,perolossucesosdelviajemetienenenviloymecuestaconseguirlo.

Repasomifindesemana.Cuandobajédel trenenlaestaciónLyon-Part-Dieu,comenzóelcaos...

Esdemadrugada.Memuerodesed,asíquemeacercoa lamáquinaexpendedoradebebidas,perolamuydesgraciadasetragaeldineroynome da la botella. Dejo mi equipaje de mano en el suelo intentandoarmarme de paciencia para ver por qué demonios la máquina se hatrabado;descubroquelemetieronunobjetoparaqueesoocurra,asíquenopodrésacarmibebida.Resignado,lepegoungolpeconlapalmadelamano.Lisayllanamentesoyunidiota.Cuandomedispongoarecogermimochila..., ¡oh, sorpresa!, ha desaparecido. Miro rápidamente a mialrededor y veo a un joven que corre hacia la salida; lo persigo porinstinto, pero él cuenta con ventaja, así que finalmente terminaescabulléndose.

Sinaire,intentoserenarmeycomienzoapensarquéhacer.Recuerdoque sólo llevabamis objetos de aseo, así que no vale la pena poner ladenuncia,nodeseo retrasarmemás.Me toco losbolsillosparaconstatarque llevo mi documentación encima al igual que el dinero. Como endefinitivanosehallevadonadaimportante,decidoirme.

CojountaxiyllegoamiapartamentoenelbarriodeLesBrotteaux,enLyon.Estáapuntodeamaneceryestoymuycansado,necesitodormir

almenosalgunashoras.Anoche, enParís, al regresar ami apartamentodelbarriodeBastilletrasdejaraDominiqueensucasa,meencontréconestaemergenciaquehizoquetuviesequesalirdeinmediatoparaacá.

Elapartamento,enelquintopisodelbulevardesBelges,estáfríoapesar de que la temperatura fuera es muy agradable. Se nota que estádeshabitado, pero no me detengo a pensar mucho en ello, no quierorecrearmeenmiesplendormalogrado.Voyhastamihabitación,descubrolacama,queestátapadaporunasábanablanca,ymetiroenella.Estoypordormirme,peroantesdequeesoocurradecidoponermelaalarmaporquetengounareuniónconlosabogadosylosacreedoresalasdiezypodríano despertarme a tiempo.En esemomento es cuandome doy cuenta deque el ratero se ha llevadomimóvil, ya que antes de bajar del tren lohabíametidoenelbolsillodelamochila.

¡Maldita suerte! Automáticamente entiendo que no tengo forma deavisar a Dominique ni a André de que no podré acudir a la fiesta decumpleañosdeestanoche.

—Basta,necesitodescansar,mañanadebotenerlamentedespejada.Duermosobresaltadopormiedoaquesemehagatarde,peroesono

sucedeyalahorapactadallegoalareunión,enlaquenomevadeltodobienperotampocodeltodomal.Comonoquieroserpesimista,decidonoconsiderarla tan negativa. Hemos llegado a un arreglo y eso es bueno,aunquenomefavorezca.

Tras salir de la reunión, decido ir al Brasserie Le Splendid, unrestaurantesituadofrentealaantiguaestacióndeferrocarrildeLyon,queestáatansólodosparadasdeautobúsdedondemeencuentro,enelcentrofinancierodelaPart-Dieu.Entroenellugardecididoacomerlosfamososescargotsàlabourguignonne,meacomodo,pidounacopadevinoblancoy, cuandome traen el platillo, sabe exquisito, tal cual lo recordaba. Lodisfrutomientrasintentodejaratráslareunióndelamañana.

Cuandoterminodealmorzar,regresocaminandoacasa;estáaunaspocasmanzanasdeaquíy consideroqueel airemedespejará la cabeza.Por la tarde, tras ver un poco de televisión y pegarme una ducha, meocupode salir a comprar un nuevomóvil y gestiono elmismonúmeroquetenía,pero la líneaaúnnoestáhabilitada.Completadaesa tarea,voyhasta una inmobiliaria para contactar con un agente de bienes raíces yponerenventa lacasademimadre.Meduelemucho tenerquehacerlo,peronomequedaotraopciónyellayanolavolveráahabitar,tengoque

asumirlo.Eldomingovisitoamimadreen laclínica.Cadadíaestápeor;me

duelequeyanimereconozca,creoqueestáentrandoenunestadiogravedelAlzheimer;sucuidadoraasímeloadvierte...Alparecer,losfármacosyanoretrasanmáselavancedesupatología.Esomehundemáselánimo;ellasiemprehasidounapersonasumamentepresumidayactiva,yverlaasí, repitiendo frases inconexas una y otra vez y sin reconocerse a ellamismafrentealespejo,medesgarraelalma.Lepidoperdónporponersucasaenventa;memira,meoye,peronoprocesa loque ledigo,nomecomprende. Estoy un ratomás con ella. La peino, e incluso le pinto lasuñasdelasmanos,porqueaellalegustaballevarlasarregladas.Mesientoextrañohaciendoesto,peronosédequéformacompartirvivenciasconella,yaquees imposiblequemantengamosunaconversacióncoherente.Luego la beso y parecemolestarle. La abrazo con fuerza y parecemásfastidiada, así que, ya que no voy a recibir de su parte el abrazo quenecesito, decido no torturarla más y también dejo de torturarme a mímismo:medespidoymevoy.Medueledejarlaaquí,peroséqueestábienatendida;necesitaunaatenciónpermanenteyenlaclínicaselabrindan.

Es lunespor lamañanayesperoconseguiraturdirmeconelbulliciode París, ya que necesito olvidarme de todos los sucesos del fin desemana.He terminadode ducharme, cierro los grifos ymequedo en elplatodeduchaparaqueseescurraunpocoelaguademicuerpo.Aprietoconfuerzalosojosylaimagino;concluyoquetengoganasdeverlaynopretendo refrenar mis ansias. No haber podido siquiera oír su voz entodos estos días me tiene nervioso, y eso me descoloca, porque estáempezando a asustarme esto que siento con sólo pensar en ella.Dominiquehapuestomividapatasarriba.

Capítulo21

He pasado el domingo con un humor endiablado y, aunque quierodisimular,séperfectamenteelmotivo.Tansóloestoyengañándomeamímisma.

Dubois y el plantón del sábado me dejaron desequilibrada. De nohaber sidoporAntoniette,quenome lopermitió,mehubiesepasadoeldíaenlaempresa.

Medoyánimosymepreparopara salir de casa.Adiferenciade lamayoría, yo no odio los lunes; al contrario, los prefiero: con elloscomienzamisemanalaboralyeltrabajoenlaempresasindudameayudaaencontrarlatranquilidad.

Sigo mis rutinas matutinas como de costumbre, pero hoy esrealmentetemprano,asíquenoesperohallaraJulietteensumesa;avecesllegaunpocoantes,yaqueconocemishábitos,perohoyhellegadoaunahoraabsolutamenteintempestiva.HastaBenoîtseasombraalvermeentrar.

PasolatarjetaelectrónicayentroenSaintClair.Mequedodepieenmediodemiempresaymesientoorgullosadecómohacrecido,delsitioqueocupayde lasposibilidadesdeexpansiónque tiene,queparecennoacabarse.CalculoquemuyprontotendremosquealquilarotropisoenlaTour GAN, ya que el lugar se nos está quedando pequeño. Se abre elascensorymetopoconelpersonaldelimpieza,quevieneaasearelsitioantesdequecomiencenallegarlosempleados.Mequedoparadaabstraídaporelpensamientodelaampliacióndellocal,hastaquemedoycuentadeque serámejor quememuevaporque estoy entorpeciendo el trabajo deestagente;asíque,despuésdesaludarconungesto,medirijoalaladondesehallamioficina,pasomi tarjetamagnéticaparaaccederaesazonayentro en la gran recepción que conforma la antesala de mi centro deoperaciones.

Meacomodotrasmiescritorioymedispongoaprepararlareunióndehoy.Conlapocaconcentraciónquepudereunireldomingo,consideréqueeranecesariopromoverunaseriedeaccionesdefeedback[11]conlosclientes.Necesitamosdemostrar loelitistadenuestro tratoconellos, así

quecreoqueseríabuenoidearunacampaña,devídeoofotográfica,enlaque semuestreanuestrosconsumidores satisfechosconel tratode todonuestropersonal.Sindemora,mededicoaelaborarelmeeting[12]conloque quiero resaltar de la calidad de las relaciones profesional-cliente.QuieroquequedebienclaroqueesprimordialparaSaintClairmantenerunaretroalimentaciónconstructiva,tantodeestrategiacomodeejecución,parapodercontinuarcreciendoencalidad.

Miro lahorayni siquiera intento llamara Juliette;nocreoposiblequeyaestéenlaempresa,asíquemelevantoabuscaruncafé.Alabrirlapuerta,paramisorpresa,meencuentroconella,queacabade llegar.Misecretariaesmuyeficienteysabequehoynuestraagendaesmuyapretada;supongoqueporesohallegadocasiunahoraantes.

—Buenosdías,Dominique,¿necesitasalgo?—Buenosdías,Juliette,salíaabuscaruncafé.—Notepreocupes,yotelotraigo.—Muchasgracias.Vuelvoaintroducirmeenlaoficinayreanudomistareas.Han pasado casi dos horas y elmurmullo demis empleados ya es

notorio;auncuandotengopuestalamúsicayestandomioficinaaisladadelos ruidos, se oye.Quizá se deba a que he llegado tan temprano, a unahoraenquetodoestabasumergidoenunprofundosilencio,queahorameresultamuyevidenteladiferencia.

YaleheentregadolaspautasquesetrataránenlareuniónaJulietteyle he solicitado que haga copias y que las distribuya en la sala deconferenciasencadapuesto.Metomoundescansoyapoyolaespaldaenelsillóndedirectora.AlinstantememaldigoporpensarenDubois.

«¡Maldición!»No puedo dejar de blasfemar, ya que hasta esemomento el trabajo

habíaacalladomispensamientos,peroahoraquehehechounaltoenmisactividades,inmediatamentehanregresadoamí.

«Parezcoidiota,noesposibleque,habiéndomedejadoplantada,sigarecordándolo.»

De improviso la puerta se abre con ímpetu, y Marc entraprecipitadamenteydaunportazo cuando la cierra.Me levanto comounresorte,porqueloveocrispadoyesohacequemepongaenguardia.

—¿Nosabesanunciarte?—Nomejodas,Dom.

Lanza un sobre de color amarillo haciami escritorio, yme dedicaunamiradacensuradora.

—¿Quéquieres?—Sabersiseguirásnegándomelotodoenmipropiacara.—Nosédequéhablas.Dejadegritarydecomportartecomounloco,

queestamosenlaempresa.—Dejadevermelacaradetonto,entonces.Entiendoquedeseaqueecheunvistazoaloquehayenelsobre,así

quelocojoentremismanosyrevisoelcontenido.Sonfotografíasenlasque salimos Paul y yo; estamos en el restaurante japonés, en el cabaretbesándonos,tambiénbailandoydándonosdecomerenlaboca,yluegoenla calleme tiene arrinconada contra el coche yme está besando de unaformaquehaceque,sóloconrecordarlo,misexosehumedezca.

Adoptounaactitudaltivaydesafiante.—Mehashechoseguir,pero¿conquéderecho?—¿Con qué derecho? ¿Y aún te atreves a preguntármelo? Con el

derechodehabersidotuparejadurantedosaños;dehabertemontadotuempresita para que jugases a ser la directora general; de haberte hechoconocerlosmejoreslugaresdeParís,Londres,NuevaYorkyRoma;conelderechodehabertehechovivirunavidadereina.¿Sabesquécreo?,quemehasvistocaradeestúpido.Peronovasaburlartemásdemí,ymuchomenos a ponerme en boca de todos. Te aseguro que vas a arrepentirte,Dominique.

—Dejadeamenazarme.Terminasteconmigohacecasidossemanas,¿lorecuerdas?Hagoconmividapersonalloquemeapetece;mientrasheestado contigo, siempre te he sido fiel.Y además, déjame sacarte de ungran error, porque parece que no tienesmemoria: la empresa no la hasmontadotú.Terecuerdoquetenemosunasociedad,porqueyomeneguéaaceptartudinerocuandoquisisteponerloenmicuenta,yporesotehiceparticiparenelnegocioquehelevantadoconmitrabajoyconmitalento,ytambiénconmisahorros,porquenohassidoelúnicoquehahechounainversión. No me regalaste ni me regalas nada de nada; recibes turemuneraciónmensualdelosbeneficiosdelaempresa,delaquejamástepreocupaste, porque siempre te empeñaste en dejar claro que no teinteresaba.

»Esciertoque,denohabersidoportuaportacióneconómica,quizáSaint Clair no hubiera crecido tan pronto, pero igualmente hubiera

conseguidoungrandesarrollo,porqueesolohelogradoconmitrabajodiario,nocontuholgazanería.Eresunestúpido,Marc.Yamehehartadodeti.

—Yotambiénestoyhartodeti,deestamalditasociedadquehasidolarazóndenuestraseparación.

—Nooo,nadadeeso.SaintClairnonoshaseparado;loquenoshaseparadohasido tudescuido, tupereza, tufaltadecompromisoconmisasuntos,tufaltadeconsideraciónconmigo.Túcreesqueenlavidatodosearregla conviajes y cosasmateriales, y no es así.Estoy cansadade quesóloimportentusprioridades.Cuandonoeselfútbol,eselpoloo,sino,elesquíoelsnowboardolafiestaoeleventoalquenosepuedefaltar.Ytodosolventadoporelapellidoqueforjótupapaíto,porquesinpelosenlalenguatengoquedecirtequepiensoqueeresunparásito,quevivescomounesnob,quejándotedetodoydetodos.Entodosestosaños,¿cuándotehas interesado verdaderamente por mí, si no era porque querías darteínfulasdemostrandoquesalíasconlamodelomáscotizadadeEuropay,además, la propietaria de Saint Clair? ¡Ah, por supuesto...! En esasocasioneslaempresateeraútil,¿no?

—Mecagoenestaempresa,ynomehagasreírllamándolaempresa;estosóloesunacasademoda,dejadesoñar.

—¡Infeliz!Eresuninfeliz,Marc.¿Cómohepodidoperdermitiempoconunhombrevacíodesentimientos?Túsólotequieresatimismo.Eresuninmaduro.

La puerta se abre y entra Estelle; tras ella vislumbro la cara decircunstanciasdeJuliette,quepermaneceensusitio;presumohaoídotodalapelea.

—¿Quépasa?¡Dejaddechillar,porDios!LosgritosseoyenentodoslospasillosdeSaintClair, todoelmundo seha enteradoyadevuestrosproblemas.

Marclaignoraycontinúaconlavistafijaenmí.—Tevasaarrepentir,Dominique,vasalamentarhabermepuestoen

ridículo.Saledemidespachodandounportazoycasillevándosepordelantea

Estelle.—¡Estetipoestáloco!¿Quélesucede?Suelto un suspiro; estoy apoyada con los puños cerrados sobre el

escritorio y dejo caer la cabeza. Me siento agotada. Tengo los ojos

cerrados y, cuando los abro,me encuentro con el escandalosobesoquePaulmedioelviernesporlanoche.Noquieroseguirviéndonos,asíquecojo lasfotos,queestánesparcidasenformadeabanicosobremimesa,las junto y les doy la vuelta. Pero sé que Estelle no se quedará con lasganas de saber. Efectivamente, mi amiga camina hasta donde estoy, lascogeyempiezaamirarlas.

Silba.—¡MadredeDios!Mehequedadosinalientosóloconverosen las

fotografías.—Basta,nobromees.—No, si no bromeo... Te tiene contra el coche, apoyando en ti su

aparatosexualymetiéndotelalenguahastalagarganta.—Otroidiotamás.SuenamiinterfonoycontestoalallamadadeJuliette.—Dime,Jul.—Disculpe que la moleste, mademoiselle Chassier, pero monsieur

Dubois está aquí y desea verla. Acabo de indicarle que debo revisar suagendaparaversipuedeatenderlo,yaquenotienecita.

Pongo los ojos en blanco; si algome faltaba esPaul en la oficina.ImaginoqueporesoJuliettemeestáhablandodeusted.

—¿Porquénohabrállegadocincominutosantes?AsílehabríadadosumerecidoalidiotadeMarc—murmuramiamiga.

—¿Qué dices, Estelle?Como sime hiciera faltamás escándalo delqueyasehaorganizado.

Medispongoacontestaramisecretaria.—Losiento,Juliette,dilealseñorDuboisqueestoymuyocupaday

quenopuedoatenderlo.Quepidacita,porfavor.Estellemegesticulapor lobajocuestionandomi respuesta.Cuando

cuelgo,haceefectivasuapreciación.—¿Tehasvueltoloca?¿Quepidacita?¿Porquénoleatiendes?—Porque de ahora en adelante las relaciones con Dubois serán

netamentelaborales.—En la foto no lo parece —me dice Estelle, mientras deja la

fotografíadelcochenuevamentesobreelescritorio.—He dicho «de ahora en adelante», escúchame cuando hablo—le

contestoyvolteolafoto,demostrándolequenobromeo.

Capítulo22

—La he oído; no se preocupe, Juliette, pediré cita tal como hasugeridolaseñoritaChassier.

La interrumpo antes de que hable y, cuando estoy a punto de irme,veo a Poget que sale de una oficina. Él también me ve y se quedamirándome; luego cambia de rumbo y se mete en la oficina deDominique,asíquecreoentenderclaramenteelporquédelrechazodeladirectoradeSaintClair.Alprincipiohepensadoqueestácabreadaporelplantóndelsábado,peroahoratengoantemisojoslaverdaderarazón.

—¿Ledoyunacita,señorDubois?Cuando estoy a punto de decirle a la asistente que no es necesario,

comienzanaoírsegritosdentrodeldespachodeDominique;lasecretariamemirayabrelosojoselevandolascejasconasombro.OigonítidamenteaDominiquepedirlequesevaya,peroélgritamásfuerteydescubroque,además,lainsulta.Sinpodercontenermeyhaciendocasoomisoalhechodequeellanoquiererecibirme,irrumpoeneldespacho.

Alidiotanolepermitonireaccionar:ledoylavuelta,locojoporlassolapasdesuchaquetayloempujohacialasalida.

—¿Eressordo?LaseñoritaChassiertehapedidoquetevayas.Todopasamuy rápido:me lanza un puñetazo y yo le propino otro

quelodejadesparramadoenelsuelo.—¿Quién te ha pedido que te metas, Paul? —oigo que me grita

Dominiqueynosésienverdadlaestoyentendiendobienoloquediceesproductodemiimaginación.

La miro con asombro: tan sólo la he defendido, he hecho lo quecualquier hombre haría. Estelle permanece muda, me mira, nos mira yluegoveoquemirahacialapuerta,pordondesehaidoeldesgraciadodePoget.

—Hecreídoquenecesitabasayuda.Losiento,oícómoteinsultaba.—Sédefendermesolaperfectamente,notehepedidonada.ElidiotadePogetvuelveaentrarconellabiopartidoyacompañado

del personal de seguridad de la empresa.Memira, altanero y escudado

por los dos vigilantes, y les indica que me saquen del lugar. Miro aDominique, pero ella no semete.Uno de los guardiasme quiere cogerporelbrazoparasacarmedeallí,peroporsupuestonovoyapermitirquemetoque.

—Noespreciso,conozcolasalida.Meexpresomuydignamenteymedispongoairme.—Adiós,Paul.Estelle me saluda tímidamente y hace un gesto con la boca

indicándomequelosiente.Lehagounainclinacióndecabezaamododereconocimientoymedispongoaabandonarellugar;sinembargo,enmisalidamellevopordelanteapropósitoalidiota.

—Cobarde, esto no termina aquí —le dejo bien claro mientras lehabloentredientesantesdemarcharme.

Salgo blasfemando del edificio, tomo la calle y voy a buscar micoche.Estoyfuriosoconmigomismo...yconella,porsupuesto.

—¡Malditamujerdeldemonio!¿Acasomechupóelcerebro?Pero...¿porquémierdahetenidoquemeterme?

Sindudahayhechos trascendentalesen lavidadecadauno,hechosquenosmarcan,algunosparabienyotrosparamal.Ypresumoquehaberconocido a Dominique Chassier es de esos hechos que preferiría quenunca hubiesen ocurrido. Lamentablemente ella forma parte de los queuno no elige pero ocurren, esos que acontecen sin proponérselo y nosdejanhuellaparasiempre.VineaParísconunameta,perosientoquecadadíamealejomásdeloquepersigo.

«Sólo tengoque encauzarmi vida, y sacarla demi cabeza.Malditocontrato, queme tiene ligado a ella.»Maldigo la hora en que lo firmé;maldigohaberlehechocasoaAndréyhabermepresentadoaeseestúpidocasting.

Conduzco por las calles de París y, aunque lo intento, no consigodejardepensarenella.Parezcounnecio.Estabahermosaconesafaldadetubo negra y esa camisa blanca; aunque vestía de forma clásica, en ellanadasevecomún.

Definitivamente,creoqueestamujerhadañadomiamorpropio;sóloasí logro explicar que me esté sintiendo comome siento a pesar de laformaenlaqueellahadejadoquemeecharan.¿Dóndeestámiorgullo?

«Basta, Paul Dubois, debes quitártela de la cabeza y de tuentrepierna.»

Capítulo23

La tardeestáal caer enParís; los rayosde sol iluminanel ríoSena,coloreándolo de tonalidades entre bermellón, carmesí y púrpura.Acabodesalirdeunareuniónconmisabogados,perolociertoesquenodeseovolver a mi casa, así que conduzco hasta Bastille; de pronto me sientobohemia y por eso voy hacia allá. Estaciono mi coche y admiro laColumnadeJulio,dondeseuneelParísclásicoconelmoderno;siempreme ha impactado la unión mágica de esas callejuelas de edificacionesantiguas rodeadas de grandes avenidas.Así es París:mística, romántica,misteriosa,histórica,glamurosa.

Caminopor el bulevarRichardLenoir, donde los domingos por lamañana,igualquelosjueves,hayunmercadoalairelibre.Enunodelospuestosmecomprounamanzanacaramelizada;merecuerdaacuandoerapequeña ymi padreme consentía comprándomela, aunquemimadre seopusieraporquedecíaquelodulcenoerabuenoparamisdientes.Cierrolosojosynopuedo evitar añorar esa época; quisieravolver atrás en eltiempo,alaépocacuandomisproblemaslosresolvíanmispadres.

Continúo caminando y me interno en los jardines del puerto delArsenal; necesito un poco de paz y ése es un paseo muy pintoresco ytranquilo. Recorro la pérgola decorada con flores, deambulo por larosaledayluegoingresoporelcanal;allímedoycuentadequeelsolhacaídounpocomás,porquelaslucesempiezanaencenderseysereflejanenelagua,igualqueseenciendenlasdelasembarcacionesderecreoqueestánancladasenellugar.

Marcsehavueltoloco;hanpasadovariosdíasdesdeelaltercadoconPaulenlaoficinayestamañanahetenidonoticiasdeél.

Teniendo en cuenta lo que vivimos juntos, jamás me habríaimaginadoacabarmirelaciónconélenestostérminos,peroalparecernohaymaneradehacerleentrarenrazón,aunquelociertoesqueenelfondonomeextraña:Marcesasí,esvolubleycaprichosocuandonopuedetenerloquedesea;entoncesreaccionaconberrinchesyseescudaenelpoderdesuapellido.Lasobreproteccióndesuspadreslehaimpedidomadurar.

Respetando los términos y las condiciones estipulados en losestatutosdelasociedaddeSaintClair,estamañanaconvocóunaasambleadesocios,alaquehallegadoacompañadodesusabogadosyenlaquemeha informado de su intención de vender su cincuenta por ciento de lacompañía.

Cubode aguahelada a las diez de lamañana,momento inesperadoquemehaasoladoelalma.

—Marc,dame tiempo,nopuedeshacer estoasí, deundíaparaotro.Sabes que quiero tu parte, pero déjame buscar de qué manera puedoadquirirla. Además, no veo la necesidad de que hayas venido con tusabogados.

Meesquiva lamiradaypareceque le estoyhablandoa lasparedes.Susabogadossemantienenalmargenporelmomento.Insisto.

—Marc,arreglemosestoporlasbuenas,porfavor.—Dominique, mis abogados te explicarán los términos de la

disolucióndenuestra sociedad;no tengo tiempoparaquedarme, asíquearréglalotodoconellos.Tedirándecuántosonlostiemposcontractualesque tienespara comprarmemiparte.Si para entoncesno cuentas con eldinero,selavenderéaalguienexterno.

—NopuedeshacermeestoMarc,nomelomerezco.Semequedamirandofijamente;penséquecomprenderíaquenoes

necesario llegaralpuntoalqueestá llevando lascosas,peroseponeenpie,sedespideconcordialidaddesusabogadosignorándomeyseretiradelasaladejuntas.

Miuniversodesueñoshacomenzadoaderrumbarse;miesfuerzoymitrabajo están siendo pisoteados, y después de hablar con mis abogadosestoycasiseguradequeseráimposibleadquiriresapartedelasociedadenlosplazosqueMarcestipula.Misrepresentanteslegalesintentaránunanegociaciónconlossuyos,peroyasélarespuesta:paraMarc,estonosonnegocios, sino venganza. Él quiere destruirme, está empecinado enhacerloacualquierprecioynosedetendráhastaconseguirlo.Noquieroponerme a llorar, porque yo no soy así, pero una enorme congoja meinvadeyalgunaslágrimasquerecojoconpremuraseescapandemisojos.

Necesitoencontrarunasolución,peroparecenohaberla.Suenamiteléfono,esEstelle.—¿Dóndeandas?EstoyentucasayAntoniettemehadichoqueaún

nohasaparecidoporaquí.—Notealarmes,estoybien;salídelbufetedeabogadosymefuia

caminarparapensar.—¿Cómotehaido?Aunque,poreltonodetuvoz,presumoqueno

muybien.—Espérame,voyparacasaytelocontaré;notardaré.—Bien,aquímequedo;conduceconcuidado.LlegoacasayEstellemeestáesperandocomomehaprometido.La

abrazofuerte;necesitounabrazodealguienqueséquemequierebien,yellaestádispuestaasostenermecomolagranamigaquees.

—No podré comprarle la parte a Marc, tendré que aceptar unasociedad con extraños; todo lo que Marc propone a través de susabogados es legal y está dentro del estatuto societario que firmamos.Tengoprioridaddecomprapero,sinoconsigoeldineroenlostiemposestipulados,elprocesoseabriráaterceros.

—Cariño,yotengoalgunosahorros;quizápuedaayudarteaquenotefaltetanto.

—El problema, Estelle, es que carezco de efectivo: tengo todo micapital invertido en las colecciones y, aunque la empresa cuenta conliquidez y me otorgarían con seguridad un crédito, no estoy encondicionesdesolicitarlo,porqueentonces,porpagarelpréstamo,SaintClair dejaría de producir, o viceversa. Estoy en un callejón sin salida.Marc no estirará los plazos, no esperará a que se vendan las próximascolecciones para que yo me encuentre más holgada... No lo harásencillamenteporqueloquequiereesvermehundida.

—MecagoenMarc.Mecagoensuimbecilidadyensuego,queesmásgrandequeeldeNapoleón.

—Detodasformas,nomeparecemalque,contusahorros,compresunapartedeesasaccionesqueMarcpondráenventa...,¡siquieres,claro!Cuantasmenosaccionesquedenenmanosdeextraños,muchomejor.

—Por supuesto que quiero, pero pretendoprestarte el dinero y quelascompresatunombre.

—Estelle, te loagradezco.Séque loquemeofrecesesdecorazón,perosoy tuamigay,porelenormecariñoque te tengo, tedigoqueno:

quierotuprogresoeconómicoyéstaesunagranoportunidadparaqueloconsigas.

—Saint Clair es tu sueño. No podría comprar parte de tu empresaporque sentiría que estoy traicionándote y aprovechándome de lasituación.

Laabrazoconfuerzaylabesoenlamejilla.—Noseastonta:todolocontrario,meestaríasayudando.SaintClair

esmisueño,perotambiénséque,desdeunprincipio,tehassubidoaélylo has hecho propio, trabajando codo a codo conmigo. Yo estaríasumamente agradecida de que comprases esas acciones para que laempresanosedividatanto.

—¿Ysilesexplicasatuspadresloquesucede?Talvezellospuedanayudarte.

—Mi madre lo tiene todo invertido en su fundación, y mi padre...Aunquemeadora,séquepedirleayudalecausaríaconflictosconsunuevaesposa,ynoquierocomplicarlelavida.

—¡Pero tienequehaberunasolución!Has trabajadomuyduroparaquevengaunextrañoallevarsetuslogros.

—Nolahay,Estelle.Marchaejecutadoperfectamentesuplanymehahechounjaquemateensuúltimajugada.

»Mis abogadosdicenqueyoacepté esos estatutos societariosyquenohaymarchaatrás.Supongoquenomeprotegíporquenuncacreíquellegaríamos a esto. En cambio, al parecer sus notarios y abogadosredactaronlaconstitucióndelasociedadasufavor,yyosimplementemeconfié.Mientrasqueélsiempresupoqueteníaeseasenlamanga.

—Debistehaber aceptado sudinerocuandoquisoponerlo todoa tunombre.

—Sabesqueno soy así, jamáshabría aceptado eso, porquehubiesesido como ponerle precio a nuestra relación. Sin embargo, haberconstituido esa sociedad ha sido lomismo, para él lo ha sido.De todasformas,ahoraqueentiendosujugadaenloscontratos,creoquenuncamehubieradadoeldinero.

—Nopuedocreerloqueestápasando.—Sitúestásasí,imagínatecómoestoyyo.—Saldremosadelante,séqueloharemos.Detodasmaneras,seguirás

siendolaaccionistamayoritaria.—Sí,perotodocambiará;ladireccióndelaempresacambiará.Estoy

acostumbradaanorendirlecuentasanadie,ahoracadapasoquepretendadar tendrá que ser aprobado por una junta de accionistas. Es toda unacomplicación.

—YocreoquedetrásdeMarcsiemprehaestadosupadre;noloveoaélcontantocerebrocomoparahaberideadotodoesto.

—Esposible...AunquefueMarcquienpusoeldinero,sabemosque,sin lugar a dudas, éste se lodio supadre.Yno es precisamentepor sertontoquePogettienelafortunaquetiene.

—Ratas...¡Comosilapastaleshicierafaltacontantaurgenciaquenopuedenesperarte!¿YsihablasconelpadredeMarc?

—No lo haré, no permitiré una sola humillaciónmás de losPoget.NopuedocreerqueMarcmehayahechoesto.

—Puescréelo.Amínuncamegustóysiempretehedichoquenoerahombreparati.¡Bah,quédigohombre,éseesunengendrodeldemonio,quesóloviveparasímismo!

»No es justo que todo se te complique y vaya en contra delcrecimientodelaempresa,yél,quenopusomásqueelcapitaloriginal,ahoratepongaenestasituaciónynopuedashacernada.

—Laestúpidafuiyoporserconfiada,yporreinvertirmisganancias,ademásdelosfondosdelacompañía.

Me retuerzo las manos y Estelle me las coge entre las suyas.Antoniettenosavisadequelacenayaestálistay,aunquenotengoganasdeprobarbocado,entrelasdosmeobliganahacerlo.

Capítulo24

Durante la semana he realizado varias entrevistas de trabajo y mesiento bastante optimista; en algunas empresas se mostraron muyinteresadosenmíycreoquemuyprontotendrénoticiasfavorables.

Llego a casa deAndré;me ha llamado para que cenemos juntos ycreoquemevendrábienunpocodedistracción.DesdequeheregresadodeLyon,nolohevisto,tansólohemoshabladoporteléfonoyyamehedisculpadooportunamentepornohaberpodidoasistirasucumpleaños.

—Paul,quégustoverte.—Meabrazacuandomerecibeenlaentradadesuapartamento—.Pasa,amigo,pasa.

—También es un placer para mí. Esta semana ha sido bastantecaótica...Bueno,yatelohecontadounpocoporteléfono.Meextrañótuinvitación para cenar juntos: siendo viernes, creí que quedarías conEstelle.

—Estelle va a dormir en casa deDominique.No sé qué ha pasado,sólomedijoquesuamigalanecesitabaporquenoestababien,queyamelocontaríacuandopudiera.

—¿Dominiquenoestábien?¿Quélehaocurrido?Pormásqueintentomostrarmedesinteresado,séquenoloconsigoy

me insulto por dentro. Andrémemira; estoy seguro de que estudiamigesto,peronomedicenada.ÉlestáaltantodeloquepasóellunesenlaoficinadeDominiquey,aunquetomóabromamiproceder,séqueintuyeque ellame interesamás allá de lo que yo intento dar a entender, perorespetamisilencioyseloagradezco.

Además, estoy intentando dejar de lado la atracción que ella meproduce...,aunque,despuésdehaberoídoquelepasaalgo,creoquenoloestoyhaciendomuybien,porquenopuedoevitarsentirelimpulsodesalirhaciasucasaparavercómoseencuentra.

—Por lo quemedijoEstelle, problemas en la empresa.Algode lasociedad.

—Pero...¿SaintClairnoesdesupropiedad?—Alparecer,noeslaúnicapropietaria.Yotampocolosabía,yaque

siemprehasidoellalacaravisibleyquienlollevatodoadelante,asíquenosé.Estabaenuna sesiónde fotoscuandoEstelleme llamóynopudeatender mucho a lo que me decía, aunque..., ahora que lo pienso..., laexpansióndeSaintClair fue astronómica enpoco tiempo, así queno esdescabellado suponer que tuvo que recurrir a inversiones externas paraconseguirlo.

DejamosdeladoeltemadeDominiqueparahablardeotrosasuntos;yointentonopensarenella,peronoloconsigo.

—¿Tienesmuchotrabajo?—Por suerte no me falta, pero ando agobiado, ya que estoy

organizándolo todo porque seguro que pronto viajaremos a laslocalizacionesparalacampañadeSaintClair.

—Noquieropensareneso.Dominiquemeenerva,creoquehasidoungranerrorfirmaresecontrato.

—Disfruta,hombre;ganarásunbuendineroyyaverás comoenelviajelopasaremosbien.

Endefinitiva, laveladasehacemuygrata.Nosponemosarecordarviejostiemposyrealmenteconseguimosrelajarnos.

El sábadome ocupo de pasar por la casamatriz deSaintClair paraelegirropa.Aúnnohabíatenidotiempodehacerlo,peroséqueesalgodeloquedeboocuparme.

Lasempleadasdellugarsemuestranmuysolícitas;sabíanqueiríaenalgúnmomento y cuando llegome ayudan a elegir bastantes cosas.Memiro al espejo mientras me pruebo algunas prendas y me gusta latendencia que marca Saint Clair; nunca me había comprado nada de lafirma,perorealmentecreoquemesientabienesteestilo.

Monique es una de las muchachas que trabaja en la tienda. Es unamorenamuyguapaquetieneunculobienfirme,respingónyredondeado;se ve perfecto para recibir una buena follada. Al ver que no le soyindiferente, no pierdo oportunidad y utilizo todos mis encantos paraseducirla;terminamosintercambiandolosteléfonosyquedamosenquelallamaré para salir a tomar algo el próximo sábado, ya quemedice quehoynopuedeporqueeselcumpleañosdesumadrey...Creoquenomemiente, puesto que se muestra bastante apenada; incluso diría que tieneganas de invitarme para que la acompañe, pero no se atreve porque

acabamosdeconocernos.—Llámame,Paul.—Loharé,Monique,loprometo.

EldomingoporlamañanalopasoenLyonparaveramimadre.Losmédicos consideran que ha entrado en el estadio avanzado de laenfermedady handecidido cambiarle el tratamiento, por lo quemehanllamadoparaponermealtantoyexplicarmeenquéconsiste.Pasopartedela tardeconella, aunqueni se enteradequeestoyaquí.Sóloduranteunratomereconoce,peromevecomoaunniñoymetratacomotal;luegoyapierdelanocióndequiénsoyycomienzaatratarmecomo,sienvezdesersuhijo,fuerasupadre.

Es muy duro ver cómo, poco a poco, va perdiendo todas lasfunciones cognitivas. Sigo aguardando un milagro y ruego para queaparezca la cura para su enfermedad;mientras tanto, busco la forma deretrasar al máximo su avance y me centro en proporcionarle la mejoratención.Aunqueenmimadreparecequenadafunciona...Inclusohemosllegado a probar los tratamientos con células madre. Los médicos medicenquenotodoslospacientesreaccionandelamismamanera;poreso,a pesar de que en otros enfermos han dado buenos resultados, en ellaparecennofuncionar.

PorlanocheregresoaParís.

Esmediamañanadellunes.Terminodeducharmetrashabersalidoacorrery,cuandoestoysecándome,oigosonarmiteléfono,asíquemeatounatoallaenlascaderasysalgoacogerlallamada.

—Buenosdías,monsieurDubois,soyJulietteBarceló,lasecretariadelaseñoritaChassier.

—Buenosdías.¿Cómoleva,Juliette?—Muybien,muchasgracias,esperoqueaustedtambién.»Lellamoparaavisarledequeyaestátodoarregladoparahacerlas

tomas en las localizaciones y que tenemos sus pasajes. La señoritaChassiermehapedidoqueleinformedequeeljuevesalasdocemenosdiezdelamañanasaldremosdeviajepararealizarlaproduccióndefotosparalacampaña.¿Deseaquelerecuerdelosdestinos?

—Noespreciso,recuerdoperfectamenteadóndevamos.—Muybien,sigoinformándole.¿Quieretomarnota?—Sí,Juliette,prosiga.—Bien:elvuelosaledelaeropuertodeOrly; lepedimosque,en lo

posible, esté dos horas antes para efectuar con tiempo los controlespertinentes.Estaréallí,asíqueyomismaleentregarésubillete.

—¿Quédíaregresaremos?—Serán siete días, monsieur Dubois. No olvide llevar su

documentación.—Perfecto.Serépuntual.—¿Deseahacermealgunaotraconsulta?—¿Esunvuelodirecto?—Asíes,monsieur.—Muybien.Nonecesitosabernadamás,Juliette.Ledeseounbuen

día.—Lomismoledigo.HaceunasemanadelaúltimavezqueviaDominique;nohevueltoa

llamarlaytampocoellalohahecho.Creoqueesmejorqueseparemoslascosas,porquenoestoyparacomplicarmelavidaconunamujer,ademásdequeéstasecreeelcentrodeluniversoyesunahistérica.

Mierda,medoycuentadequenopodré salir conMonique; anocheestuvimoshablandoporteléfonoyquedamosfinalmenteparaelviernes.

«Lallamaréparaavisarla,quizápuedaverlaantesdeirme.»

Capítulo25

Llamanamipuertayrespondoparadarpaso;estoyseguradequeesmisecretaria,porqueotrapersonasehubieraanunciado.

—Con permiso, Dominique; te he traído estos informes deevaluación de flujos de fondos que solicitaste, y también el análisis detendencias.

—Déjalosahí,luegolosrevisaré—leindicoseñalandoelescritorio.Justo acababa de levantarme para estirar un poco la espalda, así que lecontestosindarmelavuelta;estoyabstraídacontemplandodesdelalejaníaelpaisajeurbano.

—YahellamadoamonsieurDuboisparainformarledelviaje.Oíresenombrehacequemedélavuelta.—Yatenemosfechadeviaje,¡¡¡yujuuu!!!Estelleentraenmidespachoemocionadaporqueellatambiénvendrá

connosotrosyacabadeenterarsedequetodoestáorganizado.Julietteyyonossonreímosporsuentusiasmo.

—¿Deseáistomaralgo?—Untédejengibreheladoparamí.Tú,Estelle,¿quéquieresbeber?—UnaCoca-Cola que esté bien fría, por favor, Juliette.El calor en

Parísesagobiantehoy.Nosquedamos conversando enmidespachomientras nos tomamos

lasbebidas.—Me duelen los pies—le digomientrasme quito por un rato los

zapatosdetacón;estamosenlazonadelossofásymeherecostado;hoymesientodesganada.

—Ven,quetehagounodemismasajes.—Graciasporconsentirme,cielo.—Si llamases a Paul, estoy segura de que sabría cómo consentirte

muchomejorqueyo.—Pauleselmodelodemicampaña,nolollamarésinoesparaalgo

que tengaquever con el trabajo.Ha sidoun error haber avanzadoparaquesucedieraalgomás.

—Terca.¡Perositecontéqueperdióelmóvil!—Nomeimporta,deberíahabérselasingeniadoparaavisarme.—Yencima,cuandoeldesgraciadodeMarcloechó,nohicistenada,

estuvistedepena.Sefuehumillado.—Quesejoda.—No,laquetejodeserestú.Yo,ensulugar,nuncamástedirigiríala

palabra, y nome digas que no te importa porque lo hiciste únicamenteporqueestabasfuriosaporelplantón.Loquepasaesqueahoranoquieresdartubrazoatorcer.

»Estuvoenlacasamatrizeligiéndoseropa;laschicasquedaronlocasconél.

—¿Ah,sí?Perfecto,nomeimporta.—Me contó Ingrid, la directora del taller, que revolucionó el local

esedía,quetodasbajabancomobobasconcualquierexcusaparaverloyque están deseando que sea miércoles porque debe ir a retirar unasprendas que tuvieron que ajustarle. Dicen... Bueno, quizá sea sólo unrumor,peroyasabesque,cuandoelríosuena,agualleva.

—¿Quédicen?—¿Cómo?Noacabasdedecirquenoteimporta.—Esobvioquenomeinteresa,peromehasdejadoconelchismea

medias.—Sí, claro... —Estelle quiere reírse, pero se contiene y continúa

contándome—: Bueno, la cosa es que una de las vendedoras andapavoneándoseporqueafirmaqueintercambiaronlosnúmerosdeteléfonoyquevanaverse.

—Queleaproveche.—Mepongodepie.Mehepuestodemalhumor—.Tengocosasquehaceryestoyaquíperdiendoeltiempocontigo.¿Notienestrabajo,Estelle?

—Nolapaguesconmigo.Cogeelteléfono,llámaleydiscúlpate.—Anda,veatrabajarydejadedecirbobadas.Le hago un gesto con la mano indicándole la salida mientras me

sientotrasmiescritorioylaignoroparaquesevaya.En cuantoEstelle sale demi despacho,mepongo a rememorar los

besosquenosdimosPaulyyo;cierro losojosyhastapuedosentir susmanosacariciándome.Sigoextasiadaenmispensamientosycreosentirelcalordesusalivacuandomelamiólospechos;unfuegomeinvade,estoyapuntodequemarmepordentro.

—¡Dios!Hedesacarlodemicabeza.Esehombreesperjudicialparamí,nopuedocreerqueesté teniendoestospensamientosenmediode laoficina.

«¿Aquéhorairáelmiércolesallocal?»Enfurruñadaporteneresasreflexiones,cojolascarpetasquemedejó

Julietteymeobligoatrabajar.

Estoycercademicasa.Mañanaviajaremosparalasesióndefotosdelacampañayaúnnohepreparadolasmaletas.AntesdeirmelehedichoaAntoniettequelasharemosencuantollegueacasa.Seabreelportóndelgarajey,cuandoestoyapuntodeintroducirmicoche,suenamiteléfono.

—Estelle,¿pasaalgo?—Hevenidoabuscarlaropaquellevaremosparalasesióndefotos

y... ¿adivinas quién está aquí? También ha pasado a retirar su ropa...Espera,mejorcuelgoyteenvíounafotografía.

EnlaimagenseveclaramenteaPaul,quetieneunapiernacruzadayel codo apoyado en el mostrador; está ligeramente recostado en él,mientrashablamuydecercaconunadelasempleadas.

Nomepuedocontenerydigoenvozalta:—Quéidiota,secreeelreydelaselva.MellegaunmensajeporWhatsApp.Estelle:«¿Noquieresqueloentretengayasítevienes?»Dominique:«Quesefolleaquienledélagana.»Estelle:«Terecuerdoqueaquienletieneganasesati,perocomote

hacesladifícil...Elhombrenecesitabuscarundesahogo.Acuérdate:quiensevaaSevilla,pierdesusilla.»

Dominique:«QuesedesahoguecontodoParís,amíquémeimporta.Chao,Estelle,debohacerlasmaletas.Nosvemosmañanaalas9.45enelaeropuerto.»

Estelle:«¡¡¡Quétozudaeres!!!»Tiroel teléfonoenmibolsoymedispongoabajardelcoche,pero

estoyqueniyomismameaguanto.Cojomimóvilnuevamenteyvuelvoamirarlafotografíaquemeha

enviado Estelle. Presa por los celos, sé que estoy a punto de hacer unaestupidez,peronosoycapazdecontenerme.

Dominique: «Espero que esta noche no te acuestes tarde y mañana

seaspuntualenelaeropuerto.»

Capítulo26

Mi móvil suena en el bolsillo de mi pantalón. Me disculpo unosinstantesconMoniqueparaverelmensajequemehallegado.Nopuedodejar de sonreír con autosuficiencia: creo que Estelle le ha dicho aDominiquequeestoyaquí.Piensoquécontestarle;sinembargo,recuerdoquedejóqueelidiotadePogetsedieraelgustodeecharmedelaempresa,yentoncesprevalecemiorgullo,queesmásaltoquelacopadeunpino,yno me permite hacerlo. Guardo el móvil y sigo conversando con lamorena.

—Bueno,entonces...¿nosvemoscuandoregresedemiviaje?Vuelveasonarmimóvil:otroWhatsAppdeDominique.Dominique: «Que bajo has caído: de pretender conquistar a la

directorageneraldeSaintClair,ahorateconformasconlaempleadadelatienda.»

Nopuedocontenermeylecontesto:Paul:«¿Celosa?»Dominique:«Ja,ja,ja...Másquisieras,sólomemofodeti.Notienes

clase.»Paul:«Puedequeyono tengaclase,peropara tener laque tú tienes

prefiero la mía. Dentro de mi estatus social, es de bien nacidos seragradecidos.Creoquetúnosabesquéeseso.»

Dominique:«Llegatempranoalaeropuerto,Dubois.»Paul: «Lo intentaré, aunque... te recomiendo que te despreocupes,

porqueeltraserodeMoniquemedaráguerratodalanoche,asíquequizánoduerma...Total,puedohacerloduranteelviaje.»

Estoysegurodequedebedeestarfuriosa.Pero¿quiénsecreequeespara,ahora,montarmeestaescenadecelos?Porqueesoesloquehasido.«DominiqueChassier,perdistetuoportunidad.»

ContinúohablandoconMonique;hagousodetodosmisencantosdecazador y, si por ella fuera, yamismo nos iríamos a alguna otra parte.Aunque me siento tentado, no sé por qué razón no doy mi zarpazo yprefieropostergarlasalidahastamivueltadelviaje.Medesconozco:hace

semanasquenomeentierroenunamórbidavagina,yalpensarenellomeenfado conmigomismo por desaprovechar esta oportunidad que se mepresenta.Aunquenoquierareconocerlo,desdequeheconocidoalarubiavanidosanotengootrospensamientosenmicabeza,y,cuandolaimagino,inevitablementemientrepiernasedespiertaytodamitestosteronacirculapor mi cuerpo de forma irrefrenable. Creo que soy un animal en celo.Malditashormonassexuales,queparecequesóloconocenunnombreparaactivarse,ylopeordetodoesqueellanolaspercibe.

De pronto Estelle interrumpe la charla y también mis extrañospensamientos.Seacercaamíynotoquevacargadaconmuchasprendas;aunqueunchicolaayudaempujandounpercheromóvil,sevedesbordadadecosas,asíquemeofrezcoabrindarlemiayudaylaliberounpocodelpesoquecarga.

—¿Dóndevascontantascosas?Déjameayudarte.—Sonlasprendasquellevaremosalasesióndefotos.Estelledejademirarmeymiraalajovenempleadacondesdén;me

doycuentaporquenosepreocupaendisimular.—Hayclientes,Monique,¿porquénovasaatenderlas?Tuturnono

haterminadoparaqueestésaquídecháchara.—Losiento,mademoiselleSaunière.Aurevoir,Paul.—Nolaregañes,yolaheentretenido—intentojustificarla.Le guiño un ojo a la joven y se sonríe casi derretida; mi sonrisa

matadoranuncafallayséquesehaidocondesganaporqueloquequeríaeralanzársemealcuello.PerolohagoapropósitoparaqueEstelleselocuente a Dominique... Creo que ella conoce el flirteo que hubo entrenosotros. Inmediatamente me reprendo; después de la humillación quepaséenSaintClair,¿cómopuedoestarpensandoenellanuevamenteydeestaforma?

—Entonces...nolaentretengas,porfavor,estáenhorariolaboral.—Teestáscontagiandodetujefa.—¿Qué?—Porlamalaenergía,digo.—Dominique es una persona muy agradable, sólo que a veces los

problemas la superan; tiene muchas responsabilidades y lascomplicacionesparecenestaralaordendeldía.

—Nome interesan losproblemasde tu amigay, encualquier caso,deberíasabersepararlascosasymostrarsemásprofesional.

Estamosenlacallecargandolascosasensucoche.—Uuuy,quéenojadoestásconella.—¿Enojado?Teequivocas.Metienesincuidadolarubiaendiosada.Memiracalculandomispalabras.Aunqueintentodisimular,creoque

mebrotaporlosporoslaatracciónqueDominiquemeproduce.—En esos escenarios paradisíacos, pasaremos una bonita semana

laboral,¿nocrees?—Pormi parte, voy a trabajar y demuymala gana. Estoy bastante

arrepentidodehaberfirmadoesecontrato.—Intenta disfrutar, Paul; te aseguro que hay muchos que quisieran

estarentulugar.Cuandosalgalacampaña,casinopodráscaminarporlascallescomolohaceshoy,todostereconocerán.

—Hablascomosimehubiesetocadolalotería.—Quizá ahora no lo veas de esemodo, pero presiento que con el

tiemposíloharás.Hago una mueca desacreditando lo que me dice; tampoco quiero

pensarenelsentidoquequieredarleasuspalabras.—Bueno,Paul,medespidohastamañana,porqueaúndeboembalar

todoestoyterminardereunirmispertenencias.—Yotambiéndeboacabardehacermismaletas.Nosvemos,Estelle,

voyabuscarmiscosas,quequedaronenellocal.—No entretengas a las empleadas, que la tienda está a rebosar de

genteyMonique,alparecer,sedistraedemasiadocontigo.—Prometonoentretenerlamásenhorariodetrabajo.Mepalmeaelhombroyseva;haentendidomiinsinuación.

Hoyno tengo tiempode hacermi rutina de ejercicios, así que tomounaducha rápidaydesayunoagusto; luegomedispongoavestirme,yaquedebosalirparaelaeropuerto.Estoyterminandodeprepararmeymedoyunaojeadaenelespejomientrasmetocolabarbilla.

—Necesitaríaunbuenafeitado.Peronotengoganasdeponermeahora,asíquedecidodejarloestar.

Mepasolamanoporelpelo;creoquehoylucemásrebeldequenunca,peroyavoycasiconeltiempojusto,asíquepiensoque,asícomoestoy,me veo bien. Y la ropa informal que elegí ponerme concuerda conmiaspecto.

Yaestoy listoyesperandoal taxiqueme llevaráalaeropuerto,quetienequeestaralcaer,asíqueechounúltimovistazoparaasegurarmedeque no me olvido de nada; compruebo que llevo la billetera y midocumentación,yentoncescierromiapartamentoymevoyalaentradaaesperaraquevengaarecogerme.

Como suponía, el taxi no se demora. El chófer, un parisino muyamable,bajaymeabreelmaleteroparaquecargueelequipaje;luegonosmontamosenelcocherumboalaeropuertodeOrly.Haybastantetráfico,pero he salido con tiempo suficiente, así que durante el camino medistraigorevisandoelcorreodesdemimóvil.

Finalmente llegamosa la terminaloeste,desdedonde saleelvuelo,segúnmeindicóJuliette.Lepagoeltrayectoaltaxistayluegoélsaleparaentregarmeelequipaje.

—Quetengabuenviaje,monsieur.—Gracias,ledeseounbuendíaaustedtambién.Entro en la terminal aérea y me quito las gafas de sol que llevo

puestas; arrastro mi maleta mientras camino hacia el lugar dondequedamosenencontrarnos,laentradaVIPdeIberia.

AdistanciamedoycuentadequeEstelleyAndrémehanvistoymehacen señas, también están Juliette, el peluquero y el maquillador, aquienes formalmente conocí el día de la firma del contrato. Diviso aalgunos miembros del equipo de André, a quienes tengo vistos de suestudiofotográfico,yaotrasdospersonasquenoconozcoyque,cuandomeacerco,mepresentancomoencargadosdelvestuario.¡Mierda!¡Quiéniba a pensar que seríamos tantas personas! Hago un rápido recuento ysomosdiez,sincontara lamismísimamarquesadePompadour,[13]queaúnnohallegado.

—Buenosdías.AbrazoamiamigoyaEstelle,yalrestolossaludoconsolemnidad,

porqueconellosnotengoconfianza.—MonsieurDubois,tengasubilletedeavión—medicedeinmediato

Juliette,ymelotiende.—Muchasgracias.PerollámamePaul,Juliette.—¿Por qué no vais entrando? Así, cuando Dominique llegue,

podremosfacturar.Yomequedaréaquíaesperarla,vaconunpoquitoderetraso.

«Menosmalquesesuponíaqueelqueibaallegartardeerayo.»

Entramosenlasala,unambienteconunmobiliarioyunadecoraciónsumamente modernos y actuales, donde prevalece la madera clara. Nosacomodamos en la zona de la cafetería. Conformamos un gran grupopero,aunqueestamos todos juntos,Estelle,Andréyyoestamossumidosennuestrapropiaconversación.

HapasadounbuenratocuandolacónicamentelevantolavistayveoaDominique entrando en el salón. ¡Condenada mujer, que está siempreperfecta!Va vestida con unos tejanosmuy ajustados de cintura alta, unacamisetaarayasentonalidadesgrisesycalzaunasbotascortasdecolorsuela.Luceescultural.Despuésderecorrersuarmoniosocuerpo,elevodenuevolavistaymedetengoensusfacciones.Esaboca...Medanganasdemordérsela.Llevagafasoscurasyseharecogidoelcabelloenunmoñoinformal.Sucuelloseaprecialargo,tentador.MirocondisimuloalrestodelagentequeestáenelsalónVIPynotocómoinvoluntariamentenotansupresencia;loshombreslamiranembobados,ylasmujeres,envidiandosu hermosura. Dominique es una efigie de la belleza en carne y hueso.Llega hasta donde estamos y emite un saludo en general; yo no mepreocupoendevolvérselo.Cuandolavemosllegar,todosnosponemosdepie para hacer la facturación y luego pasar a la zona de control deseguridadubicadaallado.

—¿Quétehapasado?Creíquenollegarías.—Luego te lo cuento, Estelle. Vamos a facturar, que es tarde. Así

pasamosahacerloscontroles.—Bien.Yo ni me preocupo en mirarla cuando habla. Al cabo de unos

minutos,sedirigeaAndré:—¿Finalmentetuequipovieneenelmismoavión?—Porsuerte,sí,yaquelabodeganoibamuyllena.—Mealegro,asínotenemosqueapartarnosdelplanoriginal.

Capítulo27

Paul me está ignorando, y no sé por qué razón me duele tanto suindiferencia.Seráquehoyestoysensible.

—¿Quéhapasado?—mepreguntaEstellemientrascaminamoshacialapuertadeembarque.

Aprovechando el momento, aminoramos el paso y nos quedamosrezagadas; por delante van André y Paul, que está sumamente atractivoconesosvaquerosdesgastados.

—EstamañanaaparecióMarcjustocuandoibaasalirparaacá.—¡Diosmío!Esetiponuncasecansadejodertelavida.¿Quéquería

estavez?—Quesuspendieraelviaje;noquierequehagalacampañaconPaul.—Noesidiota.¿Yquéledijiste?—Queélyahabíasalidodemividayquenoeraquiénparadecirme

loquedebíaonohacer.Sepusoagritar,memontóunescándaloencasayenciertomomentomepropusoque, sinoviajaba,pondría laempresaaminombre.

—Estáloco.—Enfermodecelos.Peronoestoyenventa.Cadadíalodesconozco

más;noentiendocómoescapazdepensarquepuedecomprarmecon laempresa.

—Sabequeésaestudebilidad.—Laempresaestodomiuniverso,peronovoyacederasuchantaje.

Esmuymezquinodesupartepensarquepuedetenermedeesaforma.»Cambiando de tema... ¿Has visto que Paul nime hamirado?Ayer

hiceunaestupidez.—¿Quéhiciste?SacomimóvilylemuestrolosWhatsAppamiamiga.—No te preocupes, creo que no salió con ella, porque cuando nos

despedimosenlatiendamedijoquedebíairseaterminarsumaleta.—No puedo creer lo boba que me tiene; es tan viril, se lo ve tan

íntegro...

Miamigameguiñaunojoyyanopodemosseguirhablando,porquellegamosalaentradadelavión.Nosembarcamosymiasientoestáalladodel de ella, mientras que Paul y André se sientan juntos. Me encuentroluchando con mi equipaje de mano para ponerlo en el compartimentoadecuado, pero al parecer estoy más torpe que nunca o bien elendemoniado bolso no cabe. Mientras sigo forcejeando, siento unasmanosquecogenelbolsoymeayudanacolocarlo.

—Gracias.Paul lo hace todo sin contestarme. Ni siquiera me mira, pero su

cercanía y la fragancia marina de su perfume me embriagan. Quisieraexplicarle por qué no abrí la boca cuandoMarc le echó de la empresa,perolaspalabrasnomesalen;pensarenSaintClairyenqueestoyapuntodeperderlameinundadeunacongojainesperada.ElaltercadoconMarcylas amenazas que me lanzó antes de salir para el aeropuerto tambiéninfluye,ymeprovocanunescalofríoquenopuedocontener.

—¿Teencuentrasbien?Estáspálida—mepreguntaPauly,cuandolohace,parecesinceramentepreocupado.Noséquéaspectotengo,peromesientosumamenteindefensaenestemomento.

—Sí, estoy bien —atino a contestarle con un hilillo de voz y mepreparoa acomodarmeenmi asiento.Me sitúoenelqueestá juntoa laventanilla.Estelleinmediatamentesesitúaamilado,perosedalavueltaysearrodillaenelasientoparahablarconPaulyAndré.

Desdedondeestoypuedosentirsuperfume,élvasentadojustodetrásdemí.

—Tenemos tres horitas de vuelo, pero pasarán rápidas —comentaEstelle.

—Yoyatengohambre.Esperoquenossirvanalgodecomer—oigoque dice André. Paul permanece en silencio mientras que Estelle y elfotógrafonoparandehablar;élsimplemente intervienecuando lepidenopiniónsobrealgo.

Lasprimeras indicacionesdevuelocomienzanaoírsey también lasolicitudde abrocharnos los cinturones, así queEstelle seda lavuelta aregañadientesy se sientacomocorresponde.Yo tengouncodoapoyadoenel reposabrazosde labutacaymesostengo lacabeza,quemeparecequemevaaestallar.Miamigamecogelaotramanoyselaaprieto,séqueel momento del despegue le produce mucha inseguridad e intentoalentarla.

La azafata pasa constatando que todos tenemos los cinturonesabrochados y comprueba también que los asientos estén en posiciónverticaly lasbandejas,plegadas;asimismo,secercioradeque todos loscompartimentosesténbiencerrados.Inmediatamente,secierralapuertayempiezaapresurizarselacabinayesentoncescuandocomienzanasonarlasespecificacionesdelvueloylasnormasinternacionalesdeseguridad,ala vez que un vehículo comienza a remover el avión de la zona deaparcamientohastaellugardondeéstepuedahacerusodesusturbinaseiniciarsinayudasutraqueteohastalapistaindicada.Cuandollegamosalacabeceradelapista,elaviónclavalosfrenosdesutrendeaterrizajeyveoporlaventanillaelmomentoenqueseaccionanlasalasdedespegue.Elruidodelasturbinassehacemásfuerteylanaveempiezaaandarenbuscade velocidad para poder efectuar su despegue. Percibo la sensacióncuandoelaviónlevantasumorroyelruidodeltrendeaterrizajecuandoseretrae;inmediatamentesenotacómoelpilotobuscalaestabilidaddelanave.

Observolasseñalesylaslucesseenciendenenseguidaindicandoquepodemosquitarnos loscinturones; entonces lepalmeo lamanoaEstelleparaqueabralosojos.

—Ya está. Puedes desabrocharte el cinturón, ya estamos en el aire.¿Teencuentrasbien?

—Sí,odioestemomento,peroéstehasidomuysuave.Andréseasomaporelpasilloylepregunta:—¿Estásbien?Éltambiénsabecuántoodialosdespegues.—Sí,gracias,casinolohesentido.Alospocosminutos,elpersonaldeabordocomienzaconelreparto

de lasbebidas;comoviajamosenclasepreferente,nos tomannotade lacomida.Cuando la azafatapasapornuestroasiento, rechazoel alimentoperolepreguntosimepuedetraerunasaspirinas.EstelleyaestádenuevoarrodilladamirandohaciaatrássinparardehablarconAndré;deprontooigocómodescaradamentelesolicitaaPaul:

—¿Seríamuchopedirtequemecambiaraselasiento?«Lamato,juroquelamato.»—Deacuerdo,ponteaquí—lecontestaély,aunquenolohevisto,sé

quesehasonreídoirónicamente.Seacomodaami lado,perocontinúomirandopor laventanilla.Su

perfume,conélamilado,esmásnotorio.En ese instante, la azafatame trae el agua y las aspirinas que le he

pedido,ynomequedaotraopciónqueladearmehaciaélpararecibirla.—Muchasgracias.—Denada,mademoiselle;paracualquiercosa,nodudeenllamarme.Me coloco los cascos de mi iPod y reclino el asiento; me giro,

situándomecasidemaneraquequedodándole laespaldaaPaul, toco lapantalla para que comience a reproducirse la música y cierro los ojosintentando abstraerme de todo. No quiero pensar, pero aún resuenan enmisoídoslasúltimaspalabrasdeMarcyséquenomentía.Estoyseguradequelohará.Medesconozcoamímisma,porquejamáslloro,perodepronto el temor, la impotencia y la angustia me invaden y comienzo agimotear.Intentotragarmeelllanto,lohagotansilenciosamentecomomees posible y espero haberlo logrado, porque no deseo que Paul se décuenta.

Capítulo28

«Mierda,estállorando.Pero...¿quécuernoslepasa?»Sihayalgoquenosoportoesverlloraraunamujer.Noquieroceder

yhablarle,peromesientodébilviéndolaasí.Estoyapuntodeapoyarlelamano en la espalda cuando la azafata pasa para recoger las bandejas,echandoportierramisintenciones.Esperounosminutosmásymeparecequeyano llora,peroentoncesmedoycuentadeque,aunque lohaceensilencio,todavíaestásollozando.

Levanto la mesilla, me pongo de costado mirando hacia ella ycomienzo a acariciarle la espalda; la siento tensarse. En ese momentovaloro laposibilidaddepreguntarleporquéestá tanangustiada,pero lanoto removerse y creo que está secándose las lágrimas. Le doy tiempoparaquesetranquilice.Nosécuáleselmotivodesumalestar,perointuyoque estámuy agobiada. De improviso se pone en pie yme aparto paradejarla acceder al pasillo, supongo que se dirige al baño. Pasan unoscuantos minutos. Estoy inquieto porque no regresa. Al final, decidolevantarme para ir a ver cómo se encuentra, pero justo cuando lo hagollegaella,asíqueladejopasardenuevoyvolvemosasentarnos.

Parecemásserena.Sorprendiéndola,lecojolamano.Nomeimportaquenospuedanver:séquenoestáenbuenaformayquieroofrecerleunpocodecompañía.

—¿Estásmástranquila?—Sí,Paul,nomehagascaso.Noesnada.—Nadielloraporquesí.Nosquedamosmirándonosfijamentealosojos,perolociertoesque

sé que está fingiendo, algo le pasa. De pronto recuerdo que EstellemecomentóquetieneproblemasytambiénmelodijoAndré.

—Esunabobada,deverdad,disculpapormolestarte.—Discúlpametúporentrometermeentuvida.Depronto lecontestoamododereproche,puesensudespachome

gritó que nomemetiera donde nome llamaban. Fastidiado, le suelto lamanoymepongoarevisarmimóvil;sigosinsuperareldesprecioque

mehizo,asíqueserámejorquemeentretengaenotracosa.Vuelvoa lafasedenodirigirlelapalabra;despuésdetodo,pareceserqueesloqueella quiere. Malhumorado, pierdo la noción del tiempo hasta quecomienzanconlaperoratadelasmedidasdeseguridadparaeldescenso.Porsuerte,todoesmuyrápido;primerotocatierraeltrendeaterrizajedelacolayluegoeldelmorrodelavión.Senotanlassacudidasclásicasdecuando el avión se detiene y después la nave empieza amaniobrar paraposicionarseeneláreadedesembarcoasignada.

AcabamosdellegaralAeropuertodeTenerifeNorte,nuestroprimerdestino,dondeestaremostresocuatrodías.

Muy pronto se abren las puertas del avión y, después de recogernuestroequipajedemano,comenzamosacaminaralcompásdelosdemáspasajeros. Salimos por la manga de desembarco hacia migraciones; deahí, pasamos a la cinta para retirar nuestras maletas. André se quedaacompañado por losmiembros de su equipo para poder retirar todo loqueha traídoen labodegadelavión,asíque losdemásnospreparamosparasalirdelaeropuerto.

LaleydehielocontinúainstaladaentreDominiqueyyo.En la salida nos está esperandounminibúsViano, que nos traslada

hastaelHotelAbama,situadoen lacostaoeste,enun lugarprivilegiadoenlassuavesladerasdelTeide.

A pesar de no dirigirle la palabra a la rubia, le abro la puerta delvehículoyladejosubirenprimerlugar.

Ya en el resort, ambientado con claras reminiscencias africanas,Juliette se encarga de todo por ser ella quien ha hecho las reservas.Inmediatamentenosasignanlassuites;nosproponenhacerelcheck-inenla habitación, pero desistimos. André, Estelle, Dominique y yo estamosalojadosenunasexclusivashabitacionesdelujoenlasmejoresvillasdelhotel,dentrodeunmarcoparadisíacodeextravagantevegetacióntropical,quetieneaccesodirectoalapiscina,ademásdeotrosexclusivosserviciosycomodidades.Elrestodelequiposealojaenlaciudadeladelhotel,conhabitacionestambiénmuylujosas,comotodoelentorno.

Nostrasladamoshastaelsitioenunbuggy,delcualnosindicanqueesparausopersonalparapoderdesplazarnosportodoelcomplejo.

Yaalojadoenmihabitación,mequitolacamiseta,porquelociertoesque me he acalorado durante el viaje. Me tomo mi tiempo parafamiliarizarme con el lugar y decido salir al balcón para admirar el

paisaje; el azul intenso del agua confunde dónde comienza el cielo ydónde termina el océano; la vista no puede sermejor y los sonidos delmarlleganhastamí,haciendoquepermanezcaextasiadoviendodesdeallílaisladeLaGomera.Elgolpeteodelapuertamesacademiabstracción;atiendo y es Juliette, queme explica que ha venido a dejarmeun dosierconlasactividadesdetalladasdíapordía,dondeconstanloshorariosylaslocalizacionesadondenosdirigiremos.

—Muchasgracias,Juliette.—Denada,monsieur.Tengaencuentaque,porlatarde,bajaremosa

laplayaparahacerlasprimerasfotografías.—No te preocupes, ahora mismo leo esto —le digo mientras le

señaloelinforme.—Enunratoletraeránelvestuarioquedebeusar.—Perfecto.Cierro la puerta y comienzo a desempaquetarmis cosas, al tiempo

queme ocupo de echar un vistazo al resto de la habitación.La cama esmuy amplia y con dosel, y la decoración es muy étnica. Entro en elespacioso baño y, mientras termino la inspección, dejo llenándose labañera; a pesar del murmurar del agua que inunda la estancia, oigoclaramentequevuelvenagolpearmipuerta.Esunadelasencargadasdelvestuario,quevieneatraermelaropaquedeboponermeparalasesióndefotos.

Cuando vuelvo a quedarme solo, me dispongo a tomar un baño;necesito quitarme el trajinar del viaje. Cuando termino, no hay tiempoparamuchomás,asíquemepongoelpantalónvaqueroy lacamisaqueme indicaron,me calzo unas chancletas y salgo para ir directo hacia laplaya. Al salir de la habitaciónme topo conDominique, que sale de lasuya,queestápegadaalamía.

«Estáradiante.¿Habráalgoqueaestamujernolequedebien?»Vaataviadaconunacamisolacortaceñidaalacintura,conalegresy

coloridosdiseñosentonosturquesa,verde,negroyblanco,yquedejaaldescubierto sus esculturales, torneadas, largas, larguííísimaspiernas.Meapremio a detener mis pensamientos, porque creo que la visión me hanubladolamenteynopuedoparardedescubriradjetivosparadescribirloqueestoyviendo;todoslequedanbienymeparecenpocos.Enunodelosbrazos llevaunagrancantidaddepulserasdecolorverdeyen sumanonoto que acarrea su iPod y su móvil. Caminamos a la par en silencio;

dicen que no haymejor desprecio que no hacer aprecio, y por esomemantengoenmipostura.Aunquemecueste,nocederé.

En el trayecto hasta el buggy que está estacionado frente a nuestravilla,elladecideromperelhielo.

—Quiero disculparme contigo, Paul.—Sus palabrasme cogen porsorpresa—.DeberíaexplicarteporquémequedécalladacuandoMarctedijoquetefuerasdelaempresa.

Nolamiro.Estoyapuntodedejarquehable,peromiorgullopuedemásydecidodejarlebienclaroquenadiemepisoteayquenoveolahoradequenuestrarelaciónlaboralacabe.

—Noesnecesario,mequedómásqueclaro:eresladueñadelcircoyéles...tuhombre.—Intentadecirmealgo,perovuelvoainterrumpirla—.Nomeinteresaningunaexplicaciónquepuedasdarme.Meextralimité:setratabadeunadiscusióndeparejaynosoyquiénparametermeenlavidade los demás. Muy pronto terminaremos con esto y no tendremos queseguirviéndonos.

Estellenosinterrumpe.—¡Québienqueaúnnooshabéisido!Voyconvosotrosenelbuggy.Me hago cargo de la conducción. Como todo está muy bien

señalizadoenelcomplejo,noresultadifícilllegarhastaelfunicular.Nosmontamos en él para bajar hasta la playa; desde el acantilado, se veclaramenteaAndréyatodosuequipo,queyaestáenlaorilladelmarcontododispuesto.Latardeestáalcaer.

—¿Estás nervioso, Paul? —me interroga Estelle mientrasdescendemos.

—Unpoco,peroesperohacerlobien.—Loharásperfecto—aseveraDominique—.Relájate,piensaquees

unjuegoconlacámarayeliminalarazóndeporquéestamosaquí.Amísiempremefunciona.

Sutonoesdulceysincero.—Intentaréhacerlo,pondréenprácticatutécnica.Mispensamientosvuelany,aunquepormomentosquisieraborrarla

demicerebro,micuerpometraiciona,ylavisióndelsuyo,muchomás.«Tengounatécnicamejor:pensaréqueestoyenterrándomeenti.No

creoquepuedaexistirnadamásplacentero,asíqueestoysegurodequeesopuedehacerquemeolvidedetodo.»

Yaestamosenlaplayadearenasdoradas;elsolestápordescender,

asíquedebemosdarnosprisaparaaprovecharesemomento.Elmaquilladorme pide queme quite la ropa, y quedo sólo con el

bóxer. Me matizan con aerógrafo para intensificar el bronceado delcuerpo.Dominique está ami lado y también se ha quitado la camisola;únicamentellevaundiminutobikiniytambiénlarocían,comoamí.

—Separalosbrazos,Paul—meindica,divertida,mientrasellahacelomismo, apartándolos de su cuerpo—.Se seca pronto y podrás actuarcontotallibertad.

Le hago caso; esto parece haberse vuelto divertido. Ellame sonríepero yo tengo cara de perro y no puedo cambiarla, aunque con suinsistenciahalogradoarrancarmealgunaspalabras.

«¿Dequéseríe?»Pasadounosminutos,nosuntanconaceite;nuestroscuerposbrillan

alsol.—Vaya,ahoraentiendoelefectodeloscuerposenlasrevistas.Memaquillanlosabdominalesparaacentuarlos,aunqueenverdadsé

que no hace falta. A continuación, maquillan el rostro de ella; Louisresaltamásquenadasubocaconabundantegloss,yyocreoqueestoyporconvertirmeencaníbalycomérseladeunmordisco.

Dominiquevaaterminarporenloquecerme.Nos ponen cera en el pelo, también lo mojan y nos piden que

volvamosavestirnos;luego,conbotellasconagua,nosempapanlaropa.—¡Aaah!—gritaellacuando le tiranelprimerchorro—.¡Está fría!

—se queja, y luego veo que introduce sus manos bajo la prenda paraquitarseelsujetadordelbiquiniquellevapuesto.Losacaporlamangadela camisola y, al instante, los pezones se asoman tiesos bajo el género;rápidamente se ajusta el cinturón en la cintura y una encargada devestuarioledesabotonalaprendaparaqueluzcamássugerente,maniobraquemepermiteverclaramenteelnacimientodesussenos.Decidoladearlacabezaoséqueharéunpapelón;noquierotenerunaereccióndelantedetodos.

Mientras tanto, la otra encargadame baja bien los pantalones paraque queden a la altura de mis caderas; antes ha desabrochado micremallera, para que se vean bien mis huesos ilíacos y el elástico delbóxer. Por último, desabotona por completo mi camisa y la remanga.Luego, me empapan con el agua de otras botellas. Involuntariamentetambiénmequejo:deverdadestáfría.

«¿Oseráquemitemperaturacorporalestádemasiadoelevada?»Dominiquesemuerederisa.—¿Has visto?Apuesto a que creíste que estaba exagerando cuando

mequejé.«Aperroflaco,todosonpulgas».Sibienestáfría,noesparatanto.Ellaintentaportodoslosmediosconversarconmigo,peroatercono

hay quienme gane y sigo empecinado en no hacerlo.Caminamos hastadondeestáAndrédandoinstruccionesalosmiembrosdesuequipo.

—Colega, ha llegado tu prueba de fuego. Relájate, conseguiremosmuybuenasimágenes.

—El lugar es de ensueño; estoy obnubilado con la belleza de estatierra.

—Y espera a mañana, cuando vayamos al Teide —me diceDominique—.Canariasesunlugarparadisíaco.

Nosdejamosdecharlaporqueel tiempocorreyAndrécomienzaadarnoslasindicacionesdeloquedeseaquehagamos.

—Noolvidesacentuartumusculatura,Paul.—No te preocupes, cielo: aunque lo olvide, no se notará —acota

Estelle,risueña.—Asíque...¿estásmirandoamiamigo?—Imposiblenohacerlocuandotodoestáalavista.Hagoungestoconlacabeza;noquieropecardeinmodesto.—Meejercitoduroparaconseguirlo,megustacuidarmisalud.—Lo sabemos, Paul, no te ruborices por reconocerlo, esto no se

consigue sin esfuerzo. —Mientras hace su comentario, Dominique mepasa su dedo corazón por el abdominal recto, produciéndome unestremecimientoentodoelcuerpo.

—Bueno,vamos,queperderemoslasmejorestonalidadesdelocéano—nos apremia André. Luego nos indica que nos subamos a una rocavolcánicaqueasomaenelmar.SuboprimeroyluegoayudoaDominiqueparaque lohaga;sientoenelcuerpopequeñasdescargaseléctricascadavez que la toco, pero intento ignorarlas. Mi amigo me ordena que mecoloque detrás de ella y que la abrace; hacemos algunas fotos con micamisa puesta y luego, otras sin ella; todas son muy sensuales ysugerentes...Misbrazoslarodeanyesperfecto.Laexpresióndesurostroencadacapturaesinsanaparamimente;estamujernoparecequeseadeestemundo.

Bajamosde la rocaynosdirigimosauna tienda improvisadaen laplaya,dondenoscambiamosvariasvecesderopaparacontinuarhaciendomás fotografías. El aceite y el agua abundan en nuestros cuerpos ymismanos se deslizan por la piel deDominique con facilidad.Todo se estávolviendosumamenteexcitante.

Estamosrecostadosenlaarenayelespacioentrenuestroslabiosesprácticamente nulo; permanecemos tan cercanos que es imposible nosentircómonosacariciamosconelaliento.

—EstoyapuntodeperderpartedeSaintClair—mesueltadepronto.Afianzo mi agarre. Ahora entiendo su angustia; la entiendo

verdaderamenteyquisierapoderhaceralgo.—Algo habrá que se pueda hacer—le digomientras lamiro a los

ojos,e intensificomimiradaparahacerlecomprenderquenotodotieneporquéestarperdido.

—No,Paul,misociovendesuparteyyonotengocómocomprarla.—Que te dé más tiempo para que puedas hacerlo. Tienes que

negociar los plazos; eso debe de estar establecido en el contratosocietario.

—¡Eh!¿Nomeoís?Mequedarésinvozsisigogritando—nosriñeAndré—.Dominique,¿tienesalgúncambiomásderopa?

—Untrajedebaño.—Bien.¿Ytú,Paul?Estoy espeso,me he quedado anclado en lo queDominiqueme ha

dicho.—Debesdetenerlo—meseñalaella.Despuésdecambiarnos,nosdirigimosaotrapartede la formación

volcánica, alrededor de la piscina natural que está en los acantilados;ascendemos por ellos y André nos indica que nos recostemos. Allí,osadamente,pongounamanosobresucuelloyconlapuntademisdedostocoelnacimientodesussenos.

—Noosmováis, es perfecto... Jugad con la sensualidad, regaladmebonitas imágenes mientras el sol se oculta—nos alienta André, que semuestraentusiasmadoconloqueestamosconsiguiendoyvibraconloqueveatravésdelobjetivodesucámara.

Lesusurroaloído:—Buscaremoslaforma,teloprometo.—Yahaycomprador...Eslacompetencia.

—Tusocioesunmalnacido.

Capítulo29

Desdehacedías,estoyviviendounapesadilla.Noséporquérazónlaproximidad de Paul ha hecho que me exponga así ante él, peroincreíblemente,aunqueséquenadapuedehacerse,suspalabrashantraídoalivioamialmadolorida.

—Misabogados lohanpuesto tododelderechoydel revés,ynadapuedehacerse.Firméuncontratodesleal;mehanengañado.

—¿ElidiotadePogetnopuedeprestarteeldinero?Cierrolosojos,estoyapuntodeponermeallorar.Realizounafuerte

inspiraciónyalinstantelosabroparavermereflejadaensumiradaazul,quesepresentaantemímuypreocupada.

—Élesmisocio.—Hijodeputa...Me acaricia el rostro con su mano y esa caricia me hace sentir

protegida, cuidada.Lemiro los labios...Quierobesarlo, quiero sentir lacaricia de su lengua; ya la he probado y sé lo que se siente.Él tambiénmira los míos deseoso, pero ambos nos contenemos; tenemos a diezpersonas mirando lo que estamos haciendo, sin contar a los curiososvisitantesdelaplayaque,alvernos,sehanquedadomerodeando.

El ruido de la cámara de André es continuo; espontáneamente leestamos dando las mejores imágenes con el atardecer de Tenerife defondo.Finalmente,oigocondificultadcuandonosdicequeessuficienteyesosignificaquedebemossepararnos.

El momento ha sido sumamente de alto voltaje; nuestros cuerposardierondedeseoconcadaroce.Lohesentidoyséquenomeequivoco.Lodeseoyséqueéltambiénmedesea.Enmediodelasfotosdeconjunto,hemoshechotambiéncapturasporseparado.Andréseacercadespuésdequebajamosy nosmuestra en la pantalla de su cámara digital parte delmaterialquehaconseguido.Estelleseuneanosotros.

—Éstamegusta—ledigoseñalandounadelasúltimasconeltrajedebañoamarilloquellevopuesto.

—Luegolasmiraremosenelordenadoryelegiremosjuntos.

Andrésiguepasandolasfotosmientrasnoshabla.—Megustaésta—opinaPaul,señalandounadelasprimerasenque

metieneabrazadapordetrás,yamítambiénmeencanta.Enlaimagenmeveoprotegidayacompañadaporél;creoquesindudaexpresamucho.

—Se os veía magníficos juntos—acota Estelle—, estoy segura dequecausaremosungranefectovisualconestacampaña.

Estamosexhaustos.Hasidoundíamuylargoqueaúnnohaterminado,peroquedamosparacenartodosjuntosenElMirador,elrestaurantemásselecto del complejo, cuyo código de vestimenta indica que hay que irformal-elegante.

Estoyterminandodearreglarme.Mehepuestounvestidocolorrubídetafetánmuyceñidoconlaespaldaaldescubiertoyunescotesumamentesugerente,creacióndemiamiguísimaEstelle,porsupuesto.Paralospiesheelegidounoszapatosdeagujacolorchampánconunapulseraqueseajustaalostobillos.Mehemarcadounaspocasondasenelpeloymehemaquilladocasual.Estoylista.Meperfumosutilmenteycojounpequeñoclutchenelqueapenasentramimóvil,elglossdelabiosylastarjetasdeidentificaciónydecrédito.

EstoycerrandolapuertademisuitecuandoPaulsaledelasuya.Luceenigmático, seductor, impecable; va todo vestido de negro con ropa deSaint Clair y está para comérselo. Me encanta el estilo de su cabello,revuelto como si estuviera recién levantado de dormir; creo que enrealidad no le gusta peinarse. Nos quedamos mirándonos durante unosinstantes;parecequesuactitudconmigohacambiadodespuésdeloqueleherevelado.

—¿Vasalrestaurante?—Sí.—Estásmuybonita.Hermosa,enverdad.—Gracias,Paul.Tútambiénestásestupendo.—SaintClair.—Setocalasolapadelachaqueta.—Tambiényo.—Somospublicidadenvivo—bromea;cuandomesonríecreoque

voy a desmayarme—. Lamento no haber podido avisarte el día delcumpleañosdeAndré,peromerobaronelmóvilenlaestacióndetrendeLyony perdí tu número; tuve que viajar de improviso aLyon.Quizá el

destinonosadvertíadequeeramuchomejornomezclarlascosas.Asientoconlacabeza.Meestámirandolabocamientrasmehablay

eso me está poniendo nerviosa, además de no coincidir con lo queexpresa.

—Vamosacenar—leseñalo,interrumpiendoelmomento.EnElMiradorhayunaextensamesaparatodoslosquesomos;lahan

dispuesto en la terraza, desde donde tenemos una vista panorámica delocéano.SibienPaulyyollegamosjuntos,nossentamosseparados:yomeacomodojuntoaAndré,yél,enlaotrapunta.

Elánimo festivoen lamesaesmuynotorio,puesconformamosunequipodetrabajomuyagradableyeldíadehoyhasidomuyproductivo,por lo que todos estamos demuy buen humor.Comemos unos arroces,pescadosymariscosúnicos,quemaridamosconunexcelentevino.

—Cielo—AndréyEstelleyanodisimulansuamoríoysetratanconsolturafrenteatodos—,túquehasinvestigadoellugar,llévanosaalgúnsitioabailar.

Todosseentusiasmandeinmediato.—Por lo que pude averiguar, el mejor beach club se llama El

Papagayo,asíquesiqueréislepreguntoalmaîtredóndepodemosalquilartransporteparair.

—Aquímismopodemoshacerlo—nosinformaJuliette.—Entonces, pongámonos enmarcha—intervieneEstelle, que fiel a

sucaráctersiempreeslapropulsoradelasfiestas.Julietteseofreceparahacerlosarreglosparaeltransporte.Antesde

partir, las mujeres pasamos por la habitación para repasarnos frente alespejo. Finalmente nos encontramos en la entrada del hotel, donde nosesperan dos Chrysler Voyager, en los que nos distribuimos para irnos.Aunquenoshemos informadoconelpersonaldelhoteldecómo llegar,porsiacasoponemoselGPShastaplayadeTroya,enlacostaAdejedeTenerife.Elsitionodistamuchodelhotel:seencuentraalsurdelaislayllegamosbastanterápidoaElPapagayo.

Advertimosde inmediatoqueel ambientees sumamentechispeante;lamúsicahouseesunclásicodellocal,perosuambienteeschillout.Hoy,justamente,hayfiestalatinaenelnightclub,queestáarabiardegente.Senos complica un poco la entrada, porque no tenemos reserva, peroincreíblementeunodeloscamarerosdelhotelAbama,quetambiéntrabajaaquí los fines de semana, nos reconoce, así que muy amablemente se

ofrece a hacernos pasar. Veo que con total disimulo Paul le da unacuantiosapropina,delacualnohacealarde.Creoquesoylaúnicaqueloheadvertidoporque,aunquelointento,nologroquitarleelojodeencima.

Nos acomodamos en una de las cabañas del segundo nivel, perocomoellugarestámuylleno,nosseparamosendosgruposyalgunossequedanenelprimerpiso.Antesdedividirnos,concretamoslahoraenlaquenos encontraremospara regresar, por si alguno encuentraplany sepierdehastalahoradeirnos.

Elcamareroquenoshahechoentrareselmismoquenosencuentrasitiodondeacomodarnos,ytambiénesquienatiendenuestramesa.

—¿Túquetomas?—mepreguntaPaul.—Meinclinoporunmojitoclásico.—AmítráemeunManhattan,porfavor—diceél,mientrasqueAndré

sepideunPurpleRain,yEstelle,undaiquiridefresa.El sitio esmuymoderno,y la fusióndemúsica,muybuena.Todos

estamos muy animados, así que las chicas muy pronto empezamos aquerer bajar a la pista a bailar. André, que siempre está dispuesto paratodo,eselprimeroenlevantarse,luegolohacePaulydespuéselrestoseanimaaseguirnos.

Suena un remix deAdrenalina,[14] el tema que han hecho famosoJennifer López, Wisin & Yandel y Ricky Martin, y Estelle y yo nosdesbocamosbailando;estetemanosencanta.Paulnomesorprende,puesrecuerdoquebailamuybien.Bailamos todos juntos, nadie enparticularconnadieporqueloshombresnossuperanennúmero.DeprontoempiezaasonarunaversióndeltemaBailando,[15]deEnriqueIglesias,yentoncesEstelle yAndré se pegan uno junto al otro para bailar voluptuosamenteatraídosporelritmosensualdelacanción.Paulmecogeunamanoymeinvitaaquebaileconél.Lacanciónesafrodisíaca,comoelperfumedesupielmezcladoconlacoloniaqueusa,yenesebeachclubjuntoalmarescomosiélhubieraabsorbidoelaromadelocéano.Sientoquemequemopordentro,estoyapuntodequedarcalcinadaentresusbrazosyséquenolesoyindiferente.Apoyamosnuestrasfrentesunaconotra;enrealidad,lade él se apoya en lamía porque, a pesar de que llevo tacones, Paulmesupera en altura. Enlazamos las manos y me las lleva hacia atrás,dejándolas apoyadas en el nacimiento de mis nalgas; nos movemos alritmodelacanciónycomenzamosacantar.Paulsesonríeyledevuelvolasonrisa.

La canción termina y empieza Firts love,[16] de Jennifer López.Continuamosbailandounpocomásseparados.Cuandoacaba,nosvamosa la mesa y allí pedimos otra ronda de bebidas. Estamos todos muyacaloradosynopodemosparardereírnosconlasocurrenciasdeLouisyMarcel.

—Mivida,yonosoynicarnenipescado,perosémuybienloquemegusta, y créeme queme gusta la carne.Y ese que está ahímemira conganas;miradargayestáactivadoylohenotado,asíque,simepermitís,yaqueélnoseanimaaveniramí,sacarémishormonasmasculinas,laspocasquemequedan,eiréaconquistaraesechulito.

Louisselevantayefectivamentehaceloquedice.—Oh, por Dios, se van juntos—diceMarcel—, ¡qué suerte tienen

algunos!Ven, reina—mepidemientrasmecoge lamano—,vamosa lapistaamoverloshuesitos.

—Perosivasconmigo,teespantaréacualquierposiblepretendiente.—¿Yquéquieres,quevayaconesteadonis?—dicecogiendoaPaul

delabarbilla—.Enesecaso,síquelosespantaríadeltodo.Además,élesmuyheterosexual,monamour,asíquenocreoquequieraescoltarme...Ypor otra parte te estropearía tu campaña, porque dirían que tu chicoSensualitéestábailandoconalguienconmuchapluma.Túacompáñame,queyolanzomiojoclínicoy,encuantoveaunaposiblepresa,telibero.

—Hecho.Vamos.Melevanto.Paulmedapasoynoparadereírse.Torpemente,mipie

seenredaconeldeélycaigosobresucuerpo, tirándole todasubebidaencima. Quedamos empapados los dos, pero no podemos parar decarcajearnos.

—Losiento,losiento,Paul—medisculpomientrasmepongoenpieayudadaporél.

—Ay, mi vida, ¡qué torpe estás! —me señala Marcel—. Vamos,Juliette,estamusanecesitaráasearseantesdepoderiralapista.

Paul tomaba una CaipiBlack, así que quedamos hechos un desastreporque la copa lleva frutosdel bosque.Nospasamosunas servilletas depapel,peronoessuficiente.

—Sinoleponéisunpocodeagua,nosaldrá—nossugiereEstelle.Portalmotivo,decidimosiralbañoparaaclararlamancha.Cuandosalgodelaseo,metopoconPaul,quesaledeldecaballeros.

Sindejarmepensar,meacorralaconsucuerpocontralaparedypasasu

narizpormirostro;conelmismoímpetuconelquemeasedió,mecogeporlanucayseapropiademislabios.Losmuerde,loslameenardecido,yyo también lo muerdo a él y lo lamo; mete su lengua en mi boca y,delirante,laenredaconlamía.Mesientosinaliento,peronoquieroparar,deseoseguirexperimentandoelplacerquesubesomeproporciona.Nosllevanpordelanteporqueestamosobstaculizandolaentradaalbaño,yesohacequenosseparemos.

—Noquieroquenosvean.Meobservamientraslehablosinaliento.—Quierosacartedeaquí,quierohacertemía.—Conlosproblemasquetengo,noesbuenoqueestosalgaalaluz

—lerespondoconlavozdisipadaporelefectodelbesoysucercanía.—Shhh, te he dicho que lo solucionaremos. Confía en mí. Ahora,

regresemos.Quiero irme pero vuelve a apropiarse de mi boca. Me sostiene el

rostroconambasmanosmientrasmebesanuevamentearrebatador.Luegoseaparta,meguiñaunojoymedejair.

No sé cómo consigo caminar, porque siento que las piernas metiemblan, me falta el aire y una corriente eléctrica que surca todo micuerpoacabadepositándoseenmivagina;lasituaciónhareavivadotodomicuerpo.

«También quiero que me hagas tuya, no hay nada que desee más,Paul.»

Capítulo30

Dejopasarunosminutosy llegoa lamesa;mesientoasu ladoyséqueaúnestátemblando.Meencantaesasensaciónqueleprovoco.Nosésialcanzaaadvertirlo,peroeslamismasensaciónqueellaprovocaenmí.Quierosacarladeestadiscoteca,quiero llevármelayenterrarmeenella,llenarsusexoconelmío,incrustarmeensucuerpoydemostrarlecuántoladeseo.Yanoaguantomás.

Me paso la mano por el pelo mientras miro mi reloj; lo hagoinconscientemente varias veces, pero el tiempo parece haberse detenido.CreoqueEstelleyAndrétambiénestánbastanteapurados,porquemehanpreguntadovariasveceslahora.Cuandononosven,Dominiqueyyonosmiramos, cómplices.Ella está recostadacontrael respaldodel sofáy semuerdeundedo,memiraconpicardíaysuprovocaciónmehacegracia;nosabeloqueestáhaciendo,porqueverdaderamentevoyaolvidarmedeloquemehadichoenlapuertadelbañoylavoyabesarsincontrolaquímismo.

«EstamujeresunaKillBill.»Quieroautoconvencermedequepuedoseguiresperando,pero¿hace

cuántoqueespero?Veintedías...«¡¡Veinte días sin tener sexo!! Esta mujer me ha enfermado;

definitivamentecreoquenoestoybien.»

Entramos en el hotel y todos nos separamos. Dominique y yo nosmontamos en unbuggy para trasladarnos hasta la villa donde se ubicannuestrashabitaciones.EstelleyAndrévanenotro.Cuandonosalejamoslosuficientedelarecepción,ellosnosdesafíanaunacarrera;sabemosqueloquehacemosestámal,perolatentaciónenmuygrande,asíqueningunorefrena la ocurrencia. Sin duda todos hemos bebido un pocomás de lacuenta, porque estamos bastante achispados y reímos como si fuéramosadolescentesalocados.

—¡Hemos ganado! —gritan André y Estelle, al tiempo que dejan

aparcado el buggy frente a la villa, se bajan y dan saltos festejando sutriunfoalavezqueseburlandenosotros.

—Mi meta es otra. Estoy a punto de entrar en la recta final y teaseguroqueseréelvencedor—ledigoaDominiqueconunferozsusurrodemodoquesolamenteellapuedaoírme.Percibocómosupielinterpretaclaramenteloquelehedicho,porqueseestremece.

Intentamos mostrarnos apenados, ya que nos han ganado, pero lociertoesquenovemos lahoradesubiry librarnosdeellos.Finalmenteentramos en la villa y André y Estelle se van juntos a dormir a lahabitación de ella; ya no se ocultan.De no ser por lo quemimente haelucubrado en el camino, esto sería como enseñar los dientes al que nopuedemorder.

Nos despedimos ante las miradas de nuestros vecinos y cada unoentraensudormitorio.Dejopasarunosminutos.Puestoquelosbalconesdenuestrashabitacionesestánalapar,trepoalmuroquelosdivideparacolarmeensuterraza.

«MesientocomoRomeoyendoavisitaraJulieta.»Llamoalapuertadelbalcóny,trasunosinstantes,Dominiquecorre

lascortinas;semuerederisamientrasquitaelcierreymedapaso.Noladejopensar,muchomenoshablar;estoysumamenteansiosoy

yanoquieropostergarmásestemomento.Atrapo su boca con lamía. Cuando la abandono, lamiro deseoso:

quieroqueentiendaque recibirámuchoplacer.Recojo sucabello enmimano y la giro de espaldas a mí. Tentado por la visión de su extensocuello,ledoybesosenlanucayesolahaceestremecer;legustamucho,lo sé. Vuelvo a girarla, suelto su pelo y me aferro a sus nalgas,aplastándola contra mi cuerpo mientras clavo mis dedos en su trasero.Estoy ardiendo. La beso con lujuria, hundo mi lengua en su boca y,mientraslohago,abrolosojosparaestudiarelrecinto.Ellaocupalasuitede lujode lavilla; alcanzoadivisarqueestamosen lazonadel salónyveounapuertadedoshojasque,intuyo,nosdarápasoaldormitorio,peromi prisa es tan grande que la cargo de las nalgas y ella, con rapidez,enroscasusmanostrasminucaysuspiernasenmicadera.Aúnnosehaquitadoelvestido, tampoco loszapatos.Ladeposito sobreunsillónconformacircularqueestámuchomáscercaquelacama.Mearrodillofrenteaella,hundomismanosbajoelvestidopararemangárseloyascendiendoconlaspalmasporlosmuslos,lascaderas;supielessedosaaltacto,pero

esoyalosabíadecuandohemoshechofotografías,sóloqueahoratodocobravigor.Ella,enesteinstante,esaúnmásperfecta.

Subeunapiernayladejaapoyadasobreelbordedelsofáysevetansexi que nome puedo contener: le arranco las bragas, las destrozo conmismanosporqueestánentorpeciendolavisiónquedeseotener.Susexorosadoydepiladomeinvitaamuchascosas;suclítorissevehinchadoyasomaporentre lospliegues,perocreoquedejaré lospreámbulosparaluego:veintedíasparapodertenerlahasidomucho,hasidodemasiado.

Mebajolospantalonesyliberomiperfectaerección.Séquetengounpenebonitoygrande.Dominiqueseapoyaenloscodosparaverme;creoquelegustaloquetienedelante.Estiralamanoyserelamemientrasmeacaricia con movimientos ascendentes y descendentes. Vuelvo aapoderarmedesubocamientrasmehacegemirytemblarconsutacto.

«Sinosedetiene,voyacorrerme.»Lecojolamanoyladetengo;arqueomicuerpohaciaatrásparaque

entiendaqueestoyalbordedeeyacular, retomoelcontroly lavuelvoarecostar.

—Tehedeseadomucho,nomehagasesto—leexplico,ymuerdosuslabios.Luegobajoporsucuelloconhúmedoslametazos,metomimanoenelescotedesuvestidoyleaprietounodesussenos.

«Quieroposeerlaya,noaguantomás.»Ella abre las piernas para darmepaso;medesea.Toco suvaginay

está empapada; sus fluidos demuestran que nome he equivocado, la heexcitado mucho y está lista, preparada para mí y muy dispuesta arecibirme. Aunque estoy muy caliente, hay dos preguntas que jamásolvido...,dospreguntasqueplanteosiempreycuandoséconquiénestoyacostándome;sino,no formuloninguna, simplementehago loquedebehacerse.

Comoporartedemagia,sacouncondónyse loenseño;noesquehayahechoun truco, sinoque,mientras leacariciabael clítoris conunamano,conlaotraherebuscadoenelbolsillodemipantalón.

—¿Tomasanticonceptivos?—preguntomientrasrasgoelenvoltoriodelcondónconlosdientessindejardeacariciarla.

—Sí,noesnecesarioquetepongaselpreservativo.—Nomemolestausarlo.—No es preciso; quiero sentirte y que me sientas. Sé que ambos

somospersonassanas.

Suspalabrasdesatanmisinstintosanimalesymehacensentirquesoyel macho dominante de la manada de gorilas, capaz de enfrentarmeinclusoal líderdeespaldaplateadacontaldeaparearmeenesteinstante.Notengotiemponiderealizarlasegundapregunta.

Cojomipeneyrozosuentradaconélmientras lamiroa losojos;estoyapuntodeenterrarmeenella,estoylistoparaprobarlaporfin.

Sin más retraso, me introduzco lentamente y ella se aferra a misbrazos; me clava las uñas mientras siento cómo me abro paso en suestrechez.Suvulvasepercibecaliente,resbaladiza,apretada,perfectacreoquees lapalabra justa.Lamiro fijamenteymeentierrounpocomás,ymás...,hastaquesientoqueyanopuedointroducirmemásadentro.Separomicuerpoyadmirolaunióndenuestrossexos;esmaravillosovercómolaposeo.Conmismanos,meaferroalinteriordesusmuslosylosabropara encajar mejor mis caderas. Me muevo dentro y fuera de ella sinapartar la vista demi intromisión. Roto las caderas y cambio el ritmo,suelto sus piernas y me inclino sobre su cuerpo, porque su bocaentreabiertaesuna tentación.Ellaseacaricia lossenosporencimade laropa, creo que estoy enloqueciéndola. La beso, allano su boca con milengua, juego con ella mientras la giro recorriéndola y amboscomenzamos a gemir sin control. Me muevo más fuerte, sin cuidado,salgo rápido y entro profundo, noto cómo mis acometidas la deslizansobreel sofá,peronopuedoparar,quierohacerlesentir lodesesperadoquemetenía,quierohacerlesentircuántoplacerestoydispuestoadarle.

—Esperfecto,nopares,notedetengas.—¿Tegusta?—Mefascina.Sigomoviéndome,sigodevastandoelcaminoconmipene,continúo

con el ritmo queme pide porque estoy dispuesto a complacerla, quierosaciarla.

Arqueasuespalda, tensasusbrazosymeoprime losomoplatos; séque está a punto de correrse, y entonces intensifico mis movimientosmientras combino con la rotación de mis caderas. Jadeamos con másfuerza,nosfaltaelaliento;ellagritayséquehaconseguidoelorgasmo;en ese momento, mientras la veo gozar, me entrego a la sensación desublimidadquemeprovocalavisióndesurostrosonrojadodeplacer,ymedejo ir también...Gruño,grito, es casi unaqueja involuntaria loquesaledemiboca,peroelplaceresenormeeintenso.

Caigosinfuerzasobresuspechos,mientrasmemuevomásdespacioacompañandomi eyaculación.La siento tensarse cuando seda cuentadeque estoy corriéndome dentro de ella, y sé que ha conseguido otroorgasmo porque no deja de acompañar mis meneos. Una exhalaciónespontáneaseescapadeprontodesubocayladejasinaliento.

Nos quedamos quietos, nuestros cuerpos permanecen inertes,exánimes, casi demolidos. Levanto la cabeza yme quedomirándola; eshermosa.Rozoconminarizlasuyayellameacariciaelrostroconunamano.Selavefeliz,satisfecha,yesomehinchadeorgulloporqueséquesoyelquehapropiciadoeseruborensurostro.Ledoyuntiernoyligerobesoenloslabiosylacojoporlacinturasinsalirdeella,mepongoenpie y la llevo hasta la cama, donde la deposito con cuidado.Me separoporquedebohacerloyentonces,sinquitarlelosojosdeencima,comienzoadesvestirme.Lehedadoplacer,ahoralahonraréconmicuerpo.Voyacuidarla.

Capítulo31

Despiertoy, sinabrir losojos, lobuscoami lado,peronoestá.Mesiento en la cama y las sábanas resbalan por mis senos, dejándolos aldescubierto.Mispezonesestássensiblesporeltratamientoqueanochelesdio Paul; después de la escena del sillón, lo que ocurrió en esta camallanamentesepuededefinirconunapalabra:prodigioso.

—Paul...Lollamo,peronomecontesta;vuelvoaintentarlo:—Paul...Creoqueseha ido.Lamentomuchonohaberlooído.Mepongoen

pie,cojounabatadesedaqueapenascubremidesnudezalaalturadelosmuslosysalgodeldormitorio.Efectivamentenohayseñalesdeél.

Salgoalbalcónymiroalcielo,queestádeunazulresplandeciente;apoyadaenlabarandilla,mepongodepuntillasyespíohaciaelbalcóndelahabitacióndePaul,perotodoestáensilencio.

«¿Estaráaúndurmiendo?»Miro hacia el jardín que rodea la piscina, que se comunica con la

villa que ocupamos, y allí lo descubro haciendo flexiones. Me quedoembobada observándolo.Cuento cuántas hace y llego a ochenta; ignorocuántashahechoantesdeque lodescubriera.Sevesudoroso,sexi;Paulsiempreestámuyatractivo.

Entroen lahabitaciónybuscomimóvil,vuelvoa saliralbalcónytecleounmensaje;quierosorprenderlo.

Dominique:«Mmm,ahoraentiendocómoconservaseseabdomendetabletadechocolate.»

Adviertoquesedetieneypresumoquehaoídoelsonidodesumóvil.Consecuentemente, lo saca de su bolsillo, lee y luego mira hacia mihabitación. Me ve en el balcón y se me queda mirando. Derretida ybabeando, continúo inerme de pie sin poder reaccionar porque me loestoy comiendo con los ojos; nos quedamos así, traspasándonos con lamirada.Sesonríeytecleaunmensaje.

Paul: «Qué pena que sea de día y haya demasiada gente alrededor

paravolveracolarmeentusaposentos,Julieta.»Dominique:«¿Julieta?»Paul:«Sí,anoche,trepandoelmuro,mesentítuRomeo.»Dominique: «Entonces esta noche dejaré la puerta abierta, para que

vuelvasaaventurarteyentressinservistoenelpalaciodelosCapuleto,miRomeo.»

Paul:«Ahíestaré,hermosadoncella.»Dominique:«Estoesmuydivertido.»Paul:«Esloquemehaspropuesto.»Dominique:«Losé,peronoesjusto.»Paul:«Estanochehablaremos.»Dominique:«Bueno,ahoradebodarmeunaducha.»Paul:«Mmm,¿necesitasayudaparaenjabonartelaespalda?»Dominique:«Noofrezcasloquenopuedesdar.»Paul: «Poder..., puedo. Sólo deberías dejar la puerta abierta; yome

asegurarédequenohayanadieenlospasillos.»Dominique:«Teesperoestanoche;enunratohayqueiralapiscina

quedaalmirador.»Paul:«Sí,losé,peropuedosermuyrápido.»Dominique:«Rápido...,mmm...,mejorno.Espero tudedicaciónesta

nocheyquenosdisfrutemoscomocorresponde;quierounanuevaversióndeanoche.»

Paul: «¿Eres consciente de las imágenes que estás poniendo en micabeza?Recuerdaquedeberemostrabajartodoeldíamuydecerca.»

Dominique: «Sí, soy muy consciente, porque son las mismas queabundanenlamíayterecuerdoquelatorturaserámutuadurantetodalajornada.»

Paul: «Mejor terminemos esta conversación, que esmuy tentadora.Andréyaestáenelmiradorpreparándolotodo;estiromismúsculosymeduchoyotambién.Nosveremosenunrato.»

Antes de entrar en mi habitación, nos miramos una vez más.Insensata,letirounsutilbesoquereciberisueño.Élmiraasualrededoryme regalaunguiño.Séquedebomoverme,perono logroquemispiesrespondan.Enese instanteuncamareroseacercaaélymeretrotraedellimbodondemeencuentro;lealcanzaaPaulunabebidaenergética,yaquelaatenciónenesazonaespersonalizadayseguroquehaadvertidoqueélestabaejercitándose.

Aprovecho para meterme en la habitación y preparo el baño paradarmeunaducha,peroprimerollamoaEstelle.

—¿Despertaste,belladurmiente?—Hola,Estelle,voyaducharme,¿dóndeestás?—Yendoalapiscinaprincipal.Yaestátodopreparadoparalasesión

defotos,sólofaltáisPaulytú.—Notardaré.Oye,¿estássola?—Sí,¿porqué?—Quierocontartealgo,peronoquieroquenadielooiga.—Habla, ya te digo que estoy sola. ¿Qué ocurre, por qué tanto

misterio?—Anochelohicimos.—¿Quééé?¿Paulytú?Oh,monDieu!—Sí,nogrites.—Espera,quemealejounpoco,queyahellegado.Cuéntame.—No hay nada que contar, simplemente te diré que..., mmm, fue

perfecto.—¿TerefieresaPauloalmomento?—Aambascosas.Todohasidoincreíble.Mientraslecuentoamiamiga,cierrolosojosypuedovolverasentir

suscaricias,susbesos,sulenguaportodomicuerpo.—YPaul, ¿cómoes?Yasabes,bueno,bajoelbóxer senota,pero...

dime...—Tehedichoqueesperfecto.Noentraréendetalles.—Noesjusto,yotelocuentotodo.—Túerestú.—Dime,¿existecomparación?—Noséloquequieresquecompare.—Tamaño,monamour.—Nocompararéconnadie,peroes...XXL,ynomepreguntesnada

más.—Oh,nosécómoloharéparadisimularcuandolovea.—¡Estelle!Nohagasquemearrepientadehabértelocontado.Llegas

amirarloytemato.—Noloharé,notedesquicies.—Debeserunsecreto,almenoshastaquedefinalodeltraspasodela

sociedad... Es que hay algo que no sabes: ayer, antes de salir de casa,

cuandoMarc fue a verme, me amenazó con que vendería su parte a lacompetencia.

—¡Nopuedehacereso!—gritaindignada.—Sinoconsigoeldinero,claroquepuedehacerlo,ypresumoquelo

logrará;quieredesmembrarlamarca,quierearruinarme.—Malnacido.—Voyaducharmeosemeharátarde;además,aúnnohedesayunado.

Hablaremosluego.

Estoy sentada junto a la piscinabajouna sombrilla,mientrasMarcelmepeinayLouismemaquilla.

—Mon amour, hoy estás radiante —afirma mi maquillador—; esobvioquehasdescansadomuybien,estásespléndida.

Cuando Paul oye la aseveración de Louis, está de pie frente a míesperandosuturno;analizasuspalabrasysesonríejactancioso.Meguiñaunojotrasasegurarsedequenadieleprestaatención.«Presuntuoso,melocomería a besos.» Sabe que, en realidad, mi aspecto no es por haberdescansado,sinoporestarmuybienfollada.

EstelleestádetrásdePaulytambiénhaoídoloquehadichoLouis;porsupuesto,ellatambiénsabelaverdaderarazóndemilozanía...Guarra,nopiensasiquieraenreprimirsey,utilizandoellenguajeuniversaldelasseñas,formaunanilloconsusdedosmientrasloatraviesaconotro.

Pongolosojosenblanco;sudesfachateznotieneparangón,peroséquenadielamira:ellajamásmeexpondría.

Las fotografías en la piscina principal del hotel son rápidas;inmediatamente después de haber terminado, vamos a Los Chozos, elrestaurantequeestájuntoaéstaydondenospreparanunagranmesaparaque todos nos sentemos juntos y degustemos una exquisita y abundantecomida.

Apenas acabamosde almorzar, nospreparamosparapartir hacia elTeide; tenemos sesión de fotos en el parque nacional, y André planeatomarcapturasdelatardecerenaquellugar.

DicenqueelcielodeCanariasesúnicoyloestamoscomprobando;elespectáculodecoloresesexcelso,ynuestroscuerposytodoelentorno

parecencolorearseconesastonalidades.Creoquelacampañaserámejorqueningunaotra.

Estoy feliz. A simple vista, en la pantalla de la cámara digital deAndré puede advertirse que ha conseguido capturar la esencia de lacolecciónSensualité.

Estamosexhaustosperosatisfechos,hasidoundíamuyarduoperocon resultados asombrosos. Después de cargar todos los equipos, nosmontamosenlosdosminibusesquenosllevandevueltaalhotel.

—Memueroportomarunaducha—expresoenvozalta.—Creoquetodosestamospensandoenuna—ratificaAndré.Estamos tan cansados que no nos citamos para cenar; entiendo que

cadaunoharáloqueleapetezca.Alfinllegamosalhotel.AndréyEstellesepierdenensuhabitacióny

mepreguntoparaquépagamosdossisólousaránuna;esundetalle,peroenelAbamaResortciertosdetallesnosonnimios:laexcelenciasepagayaquí la cobran bien cobrada. Abromi habitación y, cuando se cierra lapuertadeEstelle,oigoquePaulmechistaymehablaenunsusurro:

—Déjameabiertalapuertadelbalcón.—Tengomiedodequetecaigasalcruzar,dejadehacerteelRomeo

—le digo muy bajito mientras abro la puerta de mi habitación;seguidamentelearrojolatarjeta—:Toma.

Paul la atrapa en el aire y me tira un beso; esbozo una sonrisaexacerbadaycómplice,ymepierdodentrodelasuite.Voydirectaalbaño,abro la ducha y comienzo a despojarme de toda la ropa, necesitoimperiosamentemetermebajoelchorroparaquitarmeelcansancio.Porsupuestoqueseríamejorllenarlabañera,peroprefieroapresurarmeparaestar lista cuando venga Paul. Estoy a punto demeterme dentro cuandosientounasmanosqueseapoderandemiscaderas.

Me sobresalto y, cuando lo miro, veo que él me observa conpresunciónyunasonrisabienamplia.Yestádesnudo.

—Hasidoterribletenertetancercatodoeldíaynopoderbesarte—medicemientrasmebesaelcuello.

—Hasidomuyfrustrante—lecorroboromientrasmedoylavueltahaciaélylebesoelpecho.Nosabrazamosconfuerza;nosabrazamosconímpetuparacompensartodoloquehemossofocadoalolargodeldía.

Levantolacabezaybuscosumiradaazul;lesuplicoconlamíaquemebese,peroPaulestercoysiempremehaceesperarantesdedarmelo

quedeseo.Sesonríeyconlapuntadesunarizacaricialamía;inspiraconfuerza,tentándomeconsubocaperosinbesarme,yluegoseapartaymecogedeunamanoparaqueentremosenladucha.

—¿Estáscansada?—Suvozessensualysalvajemientrasmeagarrade lasnalgasporsorpresa,mesubeasuscaderasymeenroscoallíconlaspiernas,alavezquebuscososténensushombros.

—Yano—lecontestoconlavozsinceramenteafectada.Sucuerpoesmimedicina.Decidonoesperarmásparabuscarloquequieroyélsehaempeñado

en no darme: soy yo quien lo besa y él se deja besar, ome besa, no séexactamentequiénllevaelcontroldeestebesoquesehaconvertidoenunenredodelenguas,enunamezcladesaboresysaliva.

«Estehombremeenloquece,mevuelveirrefrenable.Nadaparecesersuficiente.»

Lerevuelvoelpelomientraselaguacaesobrenosotros.Memuevecon facilidad; abre un poco más sus piernas en busca de un mejorequilibrioypercibosuerecciónenlaentradademisexo;alinstante,notocómo, poco a poco, se abre camino enmi epicentro.Cierra los ojos altiempoqueseentierraenmíynotocómosupielseestremece.Séqueloestá disfrutando tanto como yo. Paul es inestimablemente guapo pero,cuandoentraenesesuspensemientrassepierdeenmí,essoberbiamenteatractivo. Termina de enterrarse, abre los ojos y estudia mi gesto; yosiento que voy a colapsarme de placer y, entonces, enaltecido por migozo,comienzaamoversemientrasmesubeymebajasobresusexo.

Mepegacontralosazulejosdelaparedparadarlemáspotenciaasusembestidas.

—Quieroquemesientas.—Te siento —le digo como puedo, porque sus asalto me está

trastornando.Mehablamientrasmesiguefollandodescontrolado.—Quiero que te acuerdes de este momento cuando pienses en mí,

quieroserelúnicoquetefolle,quierohacerquetesientasmujer.—Noloolvidaré,teloaseguro.—¿Tegustaduro,otegustadespacio?—Delasdosformasquemehasfolladomehaencantado,nuncame

hesentidoasí.—Noquieroquepiensesenotrasveces,quieroquepiensessóloen

mí.—Sólopienso en ti; desde que te vi entrando en elcasting con ese

gestoimperturbable,sólopiensoenti.Paulmemuerdeellabioysedetiene,abrupto.Luegomebajaymeda

lavuelta,separamispiernas,abremisnalgasconsusmanosymepenetradesdeatrásmientrasmemuerdeelhombroyelcuelloy tirademipeloparadespuésapropiarsedemiboca.

—Córrete—meordena—,vamos,alcancemoselorgasmojuntos.Meembisteconmásfuerzayaceleraelritmo;nuncamehanfollado

de esa forma, nuncame han penetrado tan duro como lo está haciendoPaul,ycreoquevoyamorirdeuninfarto.Élnoquierequelocompare,peroesimposible;detodasformas,nohaycomparaciónposible,esúnico.

Consigoelorgasmo,grito,llevomismanoshaciaatrásylocojoporla cintura para ayudarlo a que se entierremás enmí y él también llega.Destemplado, brama en mi oído; lo siento temblar mientras vacía suextractoenmí,peronosedetiene,siguemoviéndoseunascuantasvecesmás.

Luego,meabrazaconfuerza.—¿Estásbien?—Paulsemuestrapreocupadopormibienestar.—Sí,Paul,¿ytú?—Mehasdejadosinaire.—Sorbeellóbulodemiorejamientrasme

habla.Yotambiénrespirocondificultad.Meda la vuelta ymemira a los ojos; apartami pelo y delimita el

contornodemirostro.Meencantansusmanos;susdedossonlargosyselemarcanlasvenas.

—Vamosabañarnosyapediralgoparacomeraquí.Tequierotodalanocheparamíymañananosé si tedejaré salirhasta lahorade ir alaeropuerto.

—Meencantaeseplan—ledigomientrasmerebujoensusbrazos.

Llamanalapuerta.Mecierrolabataalaalturadelescoteydejopasaral camarero, que ha llegado con nuestro pedido. Servicial y eficiente,preparalamesaquehayenlasaladeestar.Paulesperaeneldormitorioparaquenadieveaconquiénestoy.Buscomibolso,quedescansasobreelsofá de la sala, y saco unos euros para dárselos al empleado del hotel;después de que se va, mi chico Sensualité sale. Ya estamos solos,

disfrutandodeestaperfectaintimidad.Hemos pedido unas tapas que acompañamos con un vino blanco

exquisito. Estábamos hambrientos; el trabajo y el sexo exigen quealimentemosnuestroscuerpos.

—Quiero que me cuentes el problema que estás teniendo en SaintClair.

Melimpiolaboca,cojomicopadevinoycaminohaciaelsofá.Paulmesigueymeabrazapordetrás.

—¡Estoytanangustiada!SaintClairesmisueño,mitrabajodeaños;hetrabajadomuyduroparaestardondeestoy.

Élmedalavuelta,cogemicopayladeélylasdejaenlamesabaja.Posasusmanosenmicinturayyomeaferroasusbíceps.

—¿Quédiceelestatutosocietario?Cuéntamelo.Aunquemegustaríaverlo,detodasformas;quisieraleerloparaanalizarloenprofundidad.

—No hay nada que hacer, Paul,mis abogados lo han analizado decaboarabo,ylascláusulassonclaras:tengoprioridad,perosinocuentoconeldineroenunmes,sevenderáauntercero.

—¡Unmes!Eseplazoesirrisorio.—Losé,pero firmé, loacepté;nuncacreíqueesto fueraa suceder.

Marchavistofotosnuestrasyhaestalladoenira.Quierevengarseporquecree que teníamos algo mucho antes y que por eso te elegí paraprotagonizarlacampaña.

—Lamento lo de los jardines de Luxemburgo, creí que ese día tehacíaunbien.

—Nololamentes,yonololamento.Además,noessóloeso...Marchizoquemesiguieranytienefotosdenosotrosbesándonos.¡Estálocodecelos! Llegué tarde al aeropuerto porque se presentó en mi casa y mepropusoquenoviajaraparaestacampañaacambiodequeél lopusieratodoaminombre.

—Qué desgraciado. —Afianza su abrazo—. ¿No cuentas con eldinero para comprar su parte? Creí que Saint Clair tenía liquidezsuficiente,ysesuponequetusgananciassonmuyelevadas.

—Soy una ilusa por haber olvidado que él esmi socio y habermecreído siempre la dueña absoluta. Marc nunca se metió en el negocio,siempremedejómanejarlosola.Cuandolascosasestabanbienentreélyyo,siempresereferíaalaempresacomomía.Lopeordetodoesquelotengo todo invertido en colecciones futuras; ahí están calculados los

sueldosdelosempleados,losproveedores...,enfin,todo.Derevertirlospagos,perderíamuchodinero.Además,esodaríaunaimagendemícomodealguienpocofiable,yseríadifícilconseguirnuevosproveedores,sincontar con que los que nos sirven ahora tienen la calidad en telas quemaneja lamarcaynosmantienen lospreciosporquehacemoslospagospor adelantado; si cambiáramos, tendríamos que pagar todo al valoractual.

—Ypedirunpréstamoteniendotodoinvertidonoesunaalternativaviable —razona en voz alta—. Entiendo: los intereses te consumirían.Dominique,¿cómonocreasteunfondodereserva?

—Esmediaempresa;elfondoexiste,peroparacasosdeurgenciadefácilsolución.SaintClairesunafirmarelativamentenueva.Estelle tieneparacomprarunveintepor ciento; enunprincipiocreímosqueesoeraposibleparanodesmembrartantolaempresaydejarlaenmanosextrañas,pero en los estatutos se estipula que su parte se vende entera, nofraccionada, salvo que él acceda a crear un pliegue de acciones. Misabogados intentaron negociar eso, pero no ha aceptado y, según lascláusulas,estoyobligadaacomprarelcincuentaporciento;sino,pierdomi ventaja. Ayer por lamañaname dijo que tiene comprador, el grupoFrançoisCluzet,micompetenciadirecta.

—Talvezpuedesintentarimpugnarelestatuto;seríafácildemostrarqueseobródemalafe...

—LosPogettienenmuchopoder,Paul.Marcsólotienequeescudarseensuapellido,comohacesiemprequequierelograralgo.

—Losé,sólointentobuscaralternativas.—No las hay, Paul, debo resignarme.No volveré con él, eso es lo

únicoquepodríafrenaresto.Bésame,hazmeelamor.Túpuedeshacerquemeolvidedetodo.

Capítulo32

Ellanosabequenohaynadiequepuedacomprenderporloqueestápasando más que yo, no imagina siquiera cuánto y hasta qué punto lacomprendo.

Oír que con mis caricias puedo hacérselo olvidar todo, saber quepuedocontribuiradarlealivio,mehacesentiryempezaraentenderqueno ha sido casualidad que yo viajara a París; también pienso que no hasidocasualidadquemeencontraraconAndré,ymuchomenoshasidoporazarqueellayyochocáramosaquellamañanaoquehayaconseguidoestetrabajo.

Suenaesotérico,peroyoheidoaParísenbuscadenuevasymejoresoportunidades, y Dominique es mi oportunidad. Debo aceptarlo, debodejarsalirestossentimientosqueellameproduceyquemeasustandesdequelaconocí.

Tengounamisión.Despuésdehaberlaescuchado, séque tengounamisiónasulado.

Lacargoenmisbrazosylallevohastaeldormitorio;ladejosobrelacamay,derodillassobreelcolchón,llevomismanosalnudodesubatapara deshacerlo y abro la prenda para revelar su cuerpo desnudo, paraadmirar el serpenteo de sus curvas. Pasomi palma abierta por su plexosolar;nosésiescierto,perodicenqueahíseconcentralanegatividadenlaspersonas,asíquequieroborrarconmicariciatodolomaloquepuedaanidarensucuerpo.Quierolimpiarladetodoloquelehagadaño,quierohacerlafeliz...,ymeextrañasentirmeasí.Variasvecesmehainundadoesanecesidad,peroaúnnollegoacomprenderloquemepasa.Oquizásí,ynoquieroaceptarlo.

«Paul Dubois, creo que es innegable: te has enamorado como unperfectoidiotadeDominiqueChassier.»

Abandonomicariciaymeinclinosobreellaparadepositarsuavesytiernosbesosensuabdomen;continúobajandoconlosbesoshastallegara su pubis y levanto levemente la cabeza para admirarla.Tiene los ojosabiertosymesonríedulce,pacífica,entregada...Alargounamanoypaso

losdedospor sus labios;ellacogemimanocon la suyayme losbesa;luego besami palmay, finalmente,mientras cierra los ojos para avivarsus sentidos, haceque la acaricieguiandomimanopor todo su cuerpo,hasta llevarlanuevamenteasupubis.Miroel recorridodemimanoconfijeza,sientolapalmaescaldadaporelardordesupielyporlanecesidadqueestácreandoenmí.Sigobajando,llegoadondeellaquierequellegueyacariciosusexo,lomimo,lorozoconmipalmayluegomededicoacoger su clítoris entremis dedos; lo pellizco, lo rodeo con una cariciaconstanteyapreciocómosu respiracióncambia.Dominiquese tensa, suespalda se encorva y se le escapa un chillido espontáneo que no puedecontener; semuerde los labiosy abre losojos.Vehemente, se encuentraconmiatentamirada,sesientaconrapidezymetesusmanosbajomibatapara acariciarme los hombros mientras nuestras bocas están a escasosmilímetrosdedistancia.Medimosnuestranecesidadyellaaprovechaparabajarsusmanosydesanudarellazodemialbornoz;loabreparamirarmidesnudez.Pasasusmanospormispectorales,recorretodamimusculaturadelimitando cada parte de mi anatomía, hasta que llega a mi pene y loacaricia.Muevo los brazosymequito la bata para quedar desnudo anteella,yentonces,imitándome,Dominiquehacelomismo.

Estamosdesnudos,expuestos,dispuestosasentirelcontactoperfectode la textura de la piel del otro. Nos abrazamos y acercamos nuestroslabios peligrosamente para acortar todas las distancias que nos separan;necesitamoscadavezconmásanheloentrarencontacto,probarunavezmásesauniónquesenosdatanbien.

Labeso, al principio tranquilo; luego ella imponeotro ritmoymeprovocaconsulengua,peromeaparto.

Lamiroalosojosylehablocargadodenecesidad:—Ahora, despacio; ya te he follado en el baño, ahora quiero

disfrutarte.Quiero que entienda que soy yo quien lleva el control; quiero que

comprendaque,enlacama,nohayconcesionessalvoqueyoasíloquiera.Aquí,elritmolomarcoyo,aunquealgunasvecesseguroquelepermitiré,porescasosmomentos,hacerloquequieraconmigo.

—Megustaquelleveselcontrol,sóloquemeprovocasdemasiado.—Deberásaprender...Serépaciente,serétumaestro,quieroenseñarte

cómomegustaamí,ytambiénquieroaprenderloquetegustaati.Quieroquedescubramosjuntosnuestrasimetríaperfecta.

Nohablamosmás.Vuelvo a recostarla y retomo la tarea que habíaempezado.Besocadapartículadesupielymeadueñodesucuerpo;luegola acaricio de la misma forma. Sé que mi parsimonia la estáenloqueciendo,perohaceloquelehedicho:seesperaydisfrutadelritmoqueleimpongo.Finalmente,lapenetro;comienzoamovermeylapongoen varias posiciones, incluso la dejo subirse encima demí y le permitopor unos instantes quemarque el ritmo, pero ella es ansiosa y vamuyrápido, así que, asiéndola de las caderas, intento serenarla. Anclo mismanos y mis dedos en su carne, y sin apartar nuestras miradas soy yoquiensemuevebajoella,soyyoquienretomaelcontrol.Hedecididoqueesasícomollegaremosalorgasmo,mirándonos,advirtiendoenlamiradadelotrotodoloquenuestrasalmasestánsintiendo.

Entramosenlafasefinal.Comenzamos a pasar por todos los estados de la materia: nos

sentimossólidos,yoparaempotrarla,yellapararecibirmeyqueambosgocemos con la perfecta fricción de nuestros sexos; esto nos permitellegar al estado plasmático, en el que las descargas eléctricas que elcontacto de nuestros cuerpos produce elevan la temperatura corporal eimpulsan la circulación de nuestro torrente sanguíneo de manerainusitada;esentoncescuandopasamosalafaselíquida,enelquenuestrasentrañas se licuan al conseguir el orgasmo; y nos transportaninmediatamente a un estado etéreo, instante en que nuestros cuerpos notienen forma ni volumen propio, porque la sensación de placer nos hainundadodetalformaquenoshadespojadodetodo.

Cojounabocanadadeaireypermanezcosinfuerzasbajosucuerpomientrasleacariciolaespalda.Ellaestáexhausta,creoquelaheagotado.Laapremioparaquenoslevantemosaasearnos.

—Notengofuerzasparacaminarhastaallí.Meríoylebesoelpelo;aúnestamosunidos,nohesalidodeella.—Siestáscansadaypretendesdormir,notemuevasodespertarása

mi amigo —bromeo, pero lo cierto es que yo también estoy agotado.Necesitounashorasdesueñoparareponerenergías.

Salgodeella,memuevoconrapidezylallevoenvolandashastaelbaño: la cargo al hombro y ella patalea risueña mientras le doy unpequeñoazoteenelculo.

Noshemosaseadoyestamosderegresoenlacama.Latengoabrazadapordetrásmientrasinhaloelperfumedesunuca;enroscamoslaspiernasynosconfundimosbuscandoelencajeperfecto,comosifuéramospiezasdeunrompecabezas.Ledoybesosenelcuelloyellabesamimano,laquetengosobrelaalmohada;laotralamantengooprimiendoensuspechos.

Capítulo33

Despiertoconelsonidodemiteléfono.Paulpermanecelánguidojuntoamí.Nomeapresuroenatender la llamadaporque lavisióndeélamiladome distrae: es imposible que nome quede extasiada viendo a estehombrequeyaceinmóvilamilado.Estátanprofundamentedormidoqueintento desplazar su brazo, que me tiene abrazada, y su peso esmonumental;tambiéneldesupierna,queestásobrelasmías.

El teléfono para de sonar. Consigo mover a Paul y entonces sedespierta.

—Lolamento—ledigomientrasmemiraadormiladoymesonríe—.Noqueríadespertarte,perosonabamimóvil.

Seremueveparaquepuedacogerelteléfono.Cuandolotengoenlamano, comienza a sonar nuevamente. Miro la pantalla. No quierocontestar,noconPaulamilado.Lomiroaél,queseestárestregandolosojosysepercataalinstantedequedejosonarelaparatoynoatiendo.Meloquitadelamanoymiralapantalla.Conungestoqueindicalomolestoque está, le da al botón de responder y me lo entrega; antes activa elaltavoz.

Cojounabocanadadeaireyhablo.—¿Quéquieres?—Recordartequesólotequedanpocomásdequincedíasparareunir

el dinero. Eres una estúpida; si te hubieras quedado aquí conmigo y nohubierasidoahaceresasfotos,todoseríadiferente...Habríacanceladoelcontrato de Dubois, me habría hecho cargo de todos los gastos parasacarlodenuestrasvidas.Puedoperdonarteunoscuantosbesos.

—No tienes dignidad y crees que todos somos como tú. Todo lomidesconelpoderqueteotorgaeldinerodetupadre.¡Quéciegaestuve,Marc!Losiento,medaspena.

Le cuelgo la llamada. Paul y yo nos quedamos sentados contra elcabecerodelacamaensilencio,hastaqueéldecidehablar.

—Talvez...sidesaparecieradetuvida,todosesolucionaría.—¿Quémierdameestásdiciendo,Paul?

—Noquieroserunproblemaparatiy,porlovisto,todoespormiculpa.

—¡Nopuedocreerloqueestoyoyendo!Pero...¿porquiénmetomas?—legritoofuscada—.Tedejéentrarenmiintimidadyahora...¿medicesesto?

Élsepasalamanoporlacarayluegoentierralosdedosensupelo,revolviéndolomásdeloqueestá.

—Buscosoluciones.Noquieroquepormiculpapierdastuempresa;alalarga,enalgúnmomento,meloreprocharás.

—¡Quépocomeconoces!¿Oesqueestásbuscandounaexcusa?—¿Excusa?—Claro—golpeolacama—.¿Cómonomehedadocuentaantes?Melevantocegada.Estoydesnuda,peronoquieroquesigaviéndome

así, no después de lo que acabo de entender. Busco una bata y me lacoloco,luegovoyhaciadondequedósuropa,lajuntoenunbultoyselatiroalacara.

—Mehasfollado,tehasquitadolasganasyahoraestotevienecomoanilloaldedo,¿verdad?Éseeselpuntoenelqueestamos.

»Tehaceselmártiryteapartas,alegandoqueespormibien.Eresunhipócrita,uninfelizpresuntuosoquesólovadetrásdesusatisfacción.Almenos podrías haber buscado una excusa mejor, ese cuento está muytrillado; sólo ha faltado que me digas: «No eres tú, soy yo, no temerezco».He sido una estúpida por permitir queme convirtieras en tuaventurilladeTenerife.

Memiraperturbado,peronomeasustasumiraditainfame.Comienzaa vestirse sin decir una palabra; me encierro en el baño, pero antes decerrarlapuertalegrito:

—¡Intenta,almenos,quenadieteveaalsalir!Oigoelsonidodelapuertacuandosevaymerompo.Mearrancoa

llorar desconsolada sin poder entender por qué reacciono así; yo nuncalloro, pero ahora no puedo contener mis lágrimas. Siento un dolorinmenso en el pecho, me siento utilizada, burlada en mi buena fe. Lepermitíquemehicieradetodo,lediconfianzaparaqueentraraenmividayahoramepagadeestemodo.

¡Hombres! ¡Se creen que son el sexo fuerte sólo porque llevancolgando algo entre las piernas! Maldición, ¿cómo he podido dejarmeembaucarasíporél?¿Cómohesidotanestúpida?

Sehacelahoradepartir.Estamoscargandolasmaletasenelminibúsque debe trasladarnos al aeropuerto. Juliette se ha encargado de pagartodaslascuentas,yyanoshadadoacadaunoelbilleteparaelvuelodeAlitalia, que nos llevará aMadrid, donde debemos hacer una escala decuatrohorasantesdecogerelquenostrasladaráaRoma.Andréyaestáenelaeropuertoparapoderdespacharcontiempotodosuequipo.

Paulyyonosignoramosentodomomento,nisiquieranosmiramos.Llevopuestasunasgafasoscurasparaquenosenotequehellorado.Enelinstanteenquevamosasubira lacamioneta,y tomándolaporsorpresa,tirodelbrazodeEstelleparaquesesienteamilado.

—¿Sepuedesaberquémierdapasa?—Más tevaleque te sientes ami ladoenel aviónynocambiesde

asiento.Memiraconlosojosmuyabiertos,noentiendenada.Elminibússe

llena muy rápido. Paul también lleva puestas gafas oscuras. Se sientadelantedemíyselevefastidiado.Marcel,queessiempremuylocuaz,nopara de hablarle; presiento que en cualquier momento se ganará unagrosería,porquelohevistoresoplarmalhumorado.

Elviajesehacelarguísimo.Lamayorpartedeltiempomecolocoloscascos para oír música y aislarme de los ruidos. André y Paul no hanparado de hablar y de reírse, y el buen humor de él me revuelve elestómago,porqueesobvioquenohesignificadonada,tansólohesidounpolvoapoteósico.

Ofuscada y hecha un gran lío, me levanto y paso por encima deEstelle, que está dormida; cuando voy a salir al pasillo, me cruzo conPaul,quevienedelbaño;sehaceaunladoymedejapasar.Nilomiro.

Llegamos a Roma, donde tenemos otra escala de una hora hastacogerelaviónquenosllevaráanuestrodestino:laciudaddePisa.

Finalmente llegamos al Aeropuerto Internacional Galileo Galilei alas diez y diez de la noche y, después de pasar por todos los controles,salimosyallínosesperantresminibusesquenostrasladanporcarreteraaCinqueTerre,enlacostadeLiguria.Tenemosunahoraymediadeviajehastael lugar,peronohayotraformadellegarhastaelhotelsituadoenMonterossoalMare.Finalmente,despuésdeunviajeinterminabledecasidoce horas, llegamos al hotel Porto Roca. En Cinque Terre nada es

extremadamentelujoso;ellujo,enrealidad,lodaelentornodelpaisajeyla importancia cultural.Nos encontramos enun interesantedestino ruralalejadodelbulliciodelasgrandesciudades,queseconsideraPatrimoniode la Humanidad por conservar su hegemonía pintoresca de casas decolores,construidassobrelosaltosacantiladosqueformanlascostasdelmardeLiguria.Se tratadeunparajesoñadoymuyromántico,queparamíseconvierteenunmartiriodiario.

Trabajar con Paul ignorándolo se transforma en una tortura china,peronoaflojo;lotratocomomerecesertratado.Seburlódemíyahoraconocerámiladodedueñadelcirco,comodiceél.

Todos notan la tirantez entre nosotros y lo mucho que nos cuestarelajarnosparaconseguirbuenasfotografías,apesardeestarrodeadosdeunmarcoideal.

Durante los siguientes tres días visitamos las aldeas de Vernazza,RiomaggioreyManarola,dondehacemosfotosparalacampaña.

Es el día anterior a nuestro regreso y estamos en lasmaravillosascalasdeCorniglia.

Porlogeneral,Andrétieneuncaráctermuytranquilo,pero,hartodelidiarconnosotros,acabaestallandoenira.ComienzaagritarydaatodoelmundoundescansomenosamíyaPaul.

—Nosoyestúpido, séquehapasadoalgoquehacambiadoel tratoentrevosotros.

»Aunquenohepreguntado,porquerespeto tusilencio—sedirigeaPaul—, y además lo admiro porque eso quiere decir que eres todo uncaballero.Perodebéissaberquenomechupoeldedo.

Pasasuvistadeélamí,mientrasnosregañacomosifuéramosdosmocosos.

—SéloquehuboentrevosotrosenTenerife,porquenosoytontoyme he dado cuenta.Como amigo de ambos os diré que lamento que nohaya funcionado. —Quiero hablar pero me hace callar—. No heterminadoaún.—Meparaenseco.Paulestáapoyadocontraunarocaynolomira; semuestra fastidiadoperonodicenada—.Megustahacerbienmi trabajo. Dominique, estás acostumbrada a la excelencia en tuscampañaspero,sinocambiaslacara,nolaconseguirás.

»LacampañasellamaSensualité,peroestáistodoeldíaconcarade

perro; de sensual no tiene ni pizca. Siento que somos un grupo de diezpersonas que está perdiendo el tiempo, porque no estamos obteniendonada.

Paulyyonosmiramos.«Loodio,lodetesto...No,¿aquiénquieroengañar?Paulmeencanta,

ymeenfurecequesehayaburladodemí.»Todos regresan e intentamos concentrarnos en el trabajo.Aíslomi

mentey,aunquemeodioporlaformaenqueconsigosentirmesensualydeseada, dejo quemi imaginación utilice nuestras imágenes haciendo elamor.

Capítulo34

HaceunasemanaqueestamosderegresoenParísynolahevueltoaver desde que acabó el viaje. En el transcurso de este tiempo, he ido avisitaramimadreyhearregladotambiénalgunosasuntospendientesenLyon. Me siento optimista, creo que finalmente he encontrado mioportunidad; presiento que mi suerte cambiará en todos los sentidos,porque sencillamente creo que ha llegado el momento que tanpacientementeheesperado.

VoyaSaintClaireintentoverla,peronomerecibe.Losuponía.Esviernesytenemosuneventodepromociónalquedebemosasistir

juntos. Frente al público nos mostramos alegres y conciliadores, pero,apenasnosquedamossolos,nosignoramosporcompleto.

El lunes tengo una reunión decisiva con mi representante legal yapoderado, al que le explico lo que quiero que haga. También llamo aalgunos contactos que guardo de cuando era un negociador agresivo ypongotodomiplanenmarcha.

Elmartes asisto conDominique,EstelleyAndré aunprogramadetelevisión, donde se lanza el estreno de la campaña, que es muy bienrecibidaporelpúblico.

—Aversiponesunpocomásdeentusiasmo;despuésdetodo,estoesparatubeneficio,yaquíestoyponiendomimejorcaradeestúpido.

—Porsupuesto,debeshacerlo,estáestipuladoenelcontrato.—Puesnoveolahoradequeelcontratotermine.—Nocreoquetengasmásganasqueyo.Elsábado,laciudadamaneceempapeladaconimágenesnuestras.Aparecemosenelmetro,enlalíneadeferrocarrilesdecercanías,en

losautobuses,encasitodosloscartelespublicitariosmejorubicadosdelacuidad,enrevistas...Enfin,lacampañagráficaestáenmarcha.

El lunes tenemosruedadeprensaenSaintClair,donde todoestalla.Hacenalusióna las imágenesqueaparecieronenesa revistadecotilleo,pero explicamos que lo sucedido fue unmalentendido, aunque no se locreen del todo, porque en las publicaciones periodísticas de los días

siguientes dejan flotando la insinuación de que entre nosotros hay algomásquenosempeñamosenocultar.Lociertoesqueseequivocan.Yanoexistenadaentreellayyo.

Si debo ser sincero, no es lo que quisiera, pero sé que es lo másconveniente. Además, no soy hombre de andar suplicando, así que esmejordejarlascosascomoestán,aunquesoybastantetercoysiempremeguardounacartaen lamanga;noestoyacostumbradoaperder, siemprepeleohastaelfinal.

Amedia semana,por lamañana,hacemosenSaintClairunas fotossobreunabenditacama,porqueDominiquesehaempecinado.NoleveoelsentidoahacermásfotosteniendoencuentatodaslasquerealizamosenLaToscana y enTenerife, pero debo reconocer que el cabecero de estelechoesdeensueñoyparecequenosencontremosenunpalacio.

EsdenocheymedirijoacasadeAndréporquecenaremos juntos;llevocomidaparacompartir.Comoél teníaque trabajarhasta tarde,meofrecí a encargarme de todo. En el último momento me avisa de quetambién estará Estelle. Cuando llego, toco el timbre y, al entrar, él meexplica que su pareja se ha ido y me cuenta lo que ha ocurrido conDominique.

—MarcPogetlaavisódequepasadomañanaserealizaráeltraspasodel paquete de acciones a una empresa que, al parecer, se dedica aabsorbercapitales.LlamódesconsoladaaEstelley,comocomprenderás,sefueahacerlecompañía.

Quierosalircorriendoaconsolarla,peromecontengo.—Lascosascaeránporsupropiopeso.Pogettendrásumerecido—

leaseveroamiamigo.—LosPogettienenmuchopoder,poseenungranimperio.—PeroMarc es un idiota que no tiene idea de nada. Él será quien

caiga,acuérdatedeloquetedigo.—Sisetratadeundeseo,meunoaélcontigo,Paul.

Capítulo35

El verano ha terminado en París y hoy ha amanecido lloviendo;aunqueespocofrecuenteesteclimaenlaciudad,eltiemposeconjuraconmiestadodeánimo.Lluevedesdemuytempranoyamenazaconnoparardurantetodoeldía.

LlegoaSaintClair.Muyprontotendrégentenuevahusmeandoenlaempresa y deberé acostumbrarme a ello, así que decido disfrutar de losúltimosminutos de exclusividad en soledad; recorro las dos plantas sindejarunsolorincónportransitaryluegomeinternoenmidespachohastala hora de la junta.Hay algo positivo en todo esto: por fin dejaré atrástodotratoconMarc;hoyseráelúltimodíaquesabrédeél.

Eslahora.Juliettemeinformadequemisabogados,losdeMarc,ély los apoderados deEurostarGroupFusions etAcquisitions están en lasaladejuntas,esperándome.

Estelle está conmigo, me abraza fuerte y me besa con verdaderoafecto.

—Estoy bien —le informo—; no me verá vencida, no le daré elgusto.

—Teadmiro,cariño,eresunaauténticaguerrera.—Quisieracreerlodelmismomodoquelocreestú.—Perotambiéneresunacabezota.—No quiero hablar de Paul. Lo que pasó con él fue un error

imperdonable,ahorasólonosrelacionamosportrabajo.Nodeseoningúnhombreenmivida,solaestoymuchomejory,además,debocentrarmeenlos problemas de la firma; cuantas menos cosas me distraigan, tantomejor.

—Nosenota.Tehevistolloriquearporél,amínotienesnecesidaddementirme.

—Nomehagasesto,ymenosenestemomento.Me pongo en marcha, adopto una posición erguida y salgo de mi

despachocondecisión.Entro en la sala de juntas muy recta y con actitud altanera. Les

ofrezco un cordial saludo a mis abogados, que se encargan depresentarme al representante legal y al apoderado de la empresa quecomprarálapartedeMarc.

Aélloignoro,aligualqueasusabogados,aunqueporelrabillodelojoveocómosesonríesarcástico.

«Quieroescupirleenlacara.»—¿Hanpodido revisarlo todo?—lespregunto amis representantes

legalesynotariales,ymecontestanafirmativamente.Mecerciorodequeestoyapuntodefirmarlomismoqueheleídolanocheanterior,asíquedespués de que todos firman, tomomi plumapara estamparmi rúbrica.Inmediatamente después de firmar todas las hojas por cuadruplicado,clavomimiradaenMarc.

—Vete ahora mismo de esta empresa o haré que el personal deseguridadteecheapatadasenelculo.

Fijomivistaenlosnuevossociosquemehanimpuesto.—Concretenconmisecretariaymisabogadoseldíadelafirmadel

nuevo contrato societario; les ruego queme lo envíen con tiempo paraanalizarlo de forma que podamos llegar a un acuerdo provechoso paratodos.

Mepongoenpie.—Bien,creoqueporelmomentono tenemosnadamásquehablar,

ya que, frente a esta rata de cloaca, no hay nada que debamos discutir.Buenosdías,señores.

Estoyapuntodesalir,perogirosobremistalones.—Noveoqueestésmoviendotuculo,Poget.—Meparoenmediode

lapuerta,invitándoloasalir.Él,irónico,selevantaparamarcharsejuntoconsucomitiva.

«Leborraríalasonrisadeunabofetada.»Antesdequeélsalga,ledoylaespaldasinmirarloycaminocontoda

ladignidaddequesoycapaz;sindetenermemedirijohacialazonadondeseencuentramidespacho.Oigoelpitidodelascensory,antesdequesecierrenlaspuertas,megrita:

—Estásacabada.Yo tecreé,yo tedestruyo.Muyprontonoquedaránada de todo esto, no podrás contra la monopolización que tienenpreparadaparati.

Nome doy la vuelta. Continúo caminando, aunque no sé de dóndesacolasfuerzas,porquetienerazón:séqueloperderétodo.

Entro enmi despacho. Estelle, por supuesto, está allí esperándome.Meabrazoconfuerzaaella,peronoderramoniunasolalágrima;luegomeseparoyledigo:

—Pongámonos a trabajar, tenemos un desfile que terminar deorganizar.

Hanpasadoveintedíasdesdelaadquisicióndelcincuentaporcientodelaempresaporpartedelgrupoinversor.Mehanenviadoelcontratoylohe revisadoconmisasesores; todoestáperfecto:pareceun trato justoynohay indiciosdequequieran adquirirmiparte, aunquenuncahayquefiarse.Lascláusulasparapodertrabajarenunmarcoarmoniosoparecenmuynormalesyelestatutoencajadentrodelmarcolegal;dicenque,paramuestra, un botón, así queme he tomadomi tiempo para analizar cadainciso con tiempo y tanto ellos como yo parecemos cubiertos en estenuevocontrato.Lasmodificacionesquehepropuestocuandoalgonomehaquedadoclarohansidoaceptadassinningunaquejayalaprimera.Detodas formas, no soy una carroñera, y todo lo que he solicitado eraequitativoparaambaspartes.

Hoy se hace efectiva la firma. Estoy particularmente ansiosa. Estamañanamehearregladoconesmero,yaqueconelcorrerdelosdíasmiánimoseha idocalmando.Mesientomásconfiadaymenospresionada;por consiguiente, he podido pensar cada paso con tranquilidad. Muypronto, en la empresa, habrá una reestructuración, pero confío en quenadaafectaráasucrecimiento.

—Buenosdías,Dominique,ahoratetraigotucafé.—Buenosdías, Jul,muchasgracias.¿Teparecequeorganicemos la

agendadeldía,porfavor?Asíyasabrélosasuntospendientesdelosquedeboocuparme,yquizápodamosmoverahoylareuniónconlosposiblespromotoresdeldesfile.Silohacemosrápido,podremosorganizarlaantesdelajuntadesocios.

—Claro,ahoralotraigotodo.

Es la hora del desayuno de trabajo. Juliette ha sido la encargada deorganizarlo;esunagenialidadenprotocolosdetrabajo,poresolatengoconmigo: esta mujer es de lo más completa. Entro en la sala de

conferenciasde la empresay todoestádispuesto: zumos, café, leche, té,chocolate,bolleríaypasteleríadiversa,mantequilla,mermeladas...

Empiezanallegar losasistentes:primerollegamicomitivayluegolos representantes de Eurostar Group. Pero me extraña que no esté elapoderado.Mepreguntoentoncesquiénvaafirmar.

El encuentro es mucho más ameno que el anterior, cuando estuvoMarc.Lassucesivasconversacionesnoshanunidoyrelajadobastante,yalparecernosentenderemosmuybien.

PhilippeDarrieux,unode los representantes legalesdeEurostar, sedirigeamí:

—MademoiselleChassier,eltitulardelafirmaacabadellamarme.Yaestállegandoypidedisculpasporelretraso.

—Parfait,ningúnproblema.Nos ubicamos en nuestros sitios. De momento sigo siendo la

directora general de la firma, así que ocupo la cabecera, presidiendo lareunión.Mientras esperamos, cojomi iPhone y encuentro tres llamadasperdidasdePaul.Durantelasemanahaintentadovermevariasveces,perosiemprehepuestounaexcusaynoloheatendido;inclusofueamicasayAntoniette mintió y le dijo que no estaba. Tampoco le he cogido lasllamadas,hasta lohebloqueadoenWhatsApp,peroél es insistenteynome lopone fácil.Quieroolvidarlo, peroPaul parecenoquerer que esoocurra.Desestimolasllamadasydejomiteléfonosobrelamesa;levantolavistaylafijoenlapuertadeentrada,porqueveoquesemueveelpomo.

Loveoentrarynopuedocreerquesehayaatrevidoahacerlosinqueselohayapermitido.Vistedeformaimpecable;meresultaextraño,puesél siempre va muy casual, pero está enfundado en un traje de corteperfectodecolorazulmarinoclaro,concamisaderayasycorbatagris.Porelcorteylasterminaciones,ademásdereconocerlafibrenobili, telacaracterística de la marca, me doy cuenta de que es un ErmenegildoZegna; y por cómo le queda, estoy segura de que es hecho a medida.Increíblemente,sucabellolucebastantemeticuloso,nocomolollevapornorma general. Nos quedamos mirándonos con firmeza; cuando voy aempezarahablarparadecirlequemeesperefuera,puesnoquieromontarunescándalodelantedetodos,elseñorDarrieuxmeinterrumpe.

Capítulo36

Está asombrada; noto en su mirada la inconsistencia de suentendimiento,peroasílohaqueridoella.

—MonsieurDubois,loestábamosesperando.—Lamentolaespera,señores.En verdad no lo lamento, porque, antes de venir hacia aquí,me he

quitado las ganas de moler a palos a Poget. Ya está, me sientoincreíblemente como un justiciero. Ha resultado muy fácil provocarlopara que me lanzara el primer golpe; el idiota creía que tenía algunaposibilidad de hacerme algo. Además, ha sido maravilloso espetárselotodoenlacarayhacerlesaberquehaperdido.

Dominique, atontada, pasa su mirada de mí a Darrieux; sé que nologracomprender. Intentéadvertirla, intentéhablarconellaantesdeestareunión,peronohaqueridoescucharme.

Se pone en pie, rodea lamesa y recorre con caminar presuroso ladistancia que nos separa; se detiene muy erguida frente a mí. Estásumamentesexienplandueñadelcirco,yentonces,conunavozquenoletiembla,meindica:

—Vamosamidespacho.Tiro del pomo de la puerta y la abro, le hago una inclinación de

cabezamientrasladejopasaryantesdesalirinformoalospresentes:—Enseguida volvemos, señores. Pueden empezar a degustar esas

exquisitecesmientrasnosesperan.EntramosenlaoficinadeDominique.Lasigomuydecerca,cierrola

puertay,cuandomedoylavuelta,estáesperandoenmediodeldespachoconlosbrazoscruzados.

—¿Sepuedesaberquésignificaesto?—Hesalvadotuempresa.—¿Qué?—HecompradolapartedelidiotadePoget.Fuemuyfácilhacerque

vendiera.—¿Y de dónde has sacado tú el dinero para hacerlo?No creo que

hayaspodidojuntarmuchocontusueldodeempleado,ytampococonlodelcontratodelacampañapublicitaria.

—Yonuncadijequefueraempleado,esoloasumistetú.Tengo las manos metidas en los bolsillos mientras le hablo.

Permanezcoerguidoenactitudmuypedante;séqueesolaprovoca,pero...¿porquésiempredalascosasporsupuestoenlugardeescucharme?

—¿Vas a escucharme,me vas a dejar explicártelo?Lo he intentadodurante semanas, pero tú eres tan necia y arrogante que siempre creessaberlotodo.

Nosmiramosavasallándonos.—No necesito ninguna explicación, todo está a la vista: eres un

malditobuitrequeseacercóamífingiendonecesitaruntrabajo.Salisteala caza de tu presa y no has parado hasta quedarte con la mitad de micompañía.¿Quéharásahora?¿Dequéformatienesplaneadoobligarmeavenderteelresto?Ladesintegrarásylaharásdesaparecer,éseestuplan,¿no?Eresunavederapiña,eresunruin,Paul...¡Cómopudeequivocarmetantocontigo!

Me he hartado de sus palabras, me he cansado de que hable sinescuchar.

Me trago el orgullo, recorro la distancia que nos separa y hago loquememueroporhaceryloqueséqueellatambiéndesea,porquenohadejadodemirarmelabocadesdequecomenzaraahablar.Lacojoporlanuca y la beso. Se resiste, pero bajomismanos y tomo las suyas parainmovilizarla.Tensomilenguay,tenaz,intentointroducirlaensuboca;laobligoaabrirlayhurgoensuinteriorconlamía...Noestoydispuestoaque me niegue este beso, le demostraré que puedo dejarla temblandocuandoydondequiera.Cedeperonodeltodo;labesoarabiar,hastaquesiento que se estremece y entonces relajo mi lengua y la beso conpaciencia,paraquesientalacariciaquepretendodarleconella.

Meseparodejándolasinaliento,peroellanoreaccionacomoespero:hundesusmanosenmipechoymeempujaparaalejarme.

—¡Nuncamásteatrevasabesarme!—megrita,ypasapordelantedemí.Estáfuriosaynoentraenrazón.Mepasolamanoporlabarbilla.Yotambiénestoycansado,yestalloeniraysalgotrasella.

«Todotieneunlímite.»Lacojodelbrazo;noladejaréirhastaquehayapodidoexplicarme.—Vas a escucharme quieras o no; lo harás porque estás actuando

irracionalmente.¿Quiéntecreesqueeresparamiraratodoelmundoporencimadelhombro?

Ladirijohaciaelsofáylehagounademánparaquesesiente.Luegodesabrocho mi chaqueta y me acomodo en frente. Siento mucha rabia,estoyrealmentecabreado.¿Queríaquesacasemi ladomalo?,pues lohaconseguido.

—Eurostar nació hacemuchos años, era la empresa que dirigíamipadre y que mi madre y yo heredamos cuando él murió. La entidadoperabacomprandopaquetesaccionarialesdeempresasenproblemaspormenoscosteyluegosedesmembrabanparapodervenderlasporpartesyconseguirmejoresbeneficioseconómicosquevendiéndolasíntegras.

—Eso ya lo sé, no hace falta que me expliques cómo funciona tuempresabuitre.

—¡¿Te puedes callar?!—grito de talmodo que retumba en todo eldespacho—. Lo cierto es que, cuando él murió, yo tenía mi propiacompañía, así que nome interesaba la que había heredado.Además, noteníatiempoparadirigirla,ymimadrecarecíadelamásmínimaideadecómo llevarla adelante. Así que la liquidamos dentro del marco legal,indemnizandoatodoslostrabajadorescomocorrespondía,yreservamoslo que quedó para que mi madre pudiera seguir viviendo de formaholgadacomosiempreysinbajardeestatussocial,obviamente.

»Por ese entonces, yo eraunode losdueñosdeLeCiel Ingénierie,una compañía especializada en ingeniería aeronáutica; nos ocupábamosdeldiseñoyeldesarrollodesistemasdeaviación.Durantemuchosañostrabajamoscomosubcontratados,hastaquellegaronlosgrandescontratosdirectos con Airbus, Boeing y Bombardier. Éramos tres socios: uno seespecializabaeningenieríayeraquienrealizabalosproyectos;otrosocioseencargabadelasfinanzas;yyo,delapartecomercial.

—¿Ésa es la compañía que me contaste que quebró? Entendí quetrabajabasenella,noqueformaraspartedelequipodirectivo.

Asientocon la cabeza;no tengonecesidaddecontárselo todopero,noséporqué,sigohaciéndolo:

—Yo era el encargado de investigar al cliente, era quien iba en sucaza ajustando nuestra propuesta a sus condiciones y a su líneaempresarial, puesto que la mayoría de estas organizaciones son pocoabiertasamodificarsusprotocolos.Peroincreíblementesiempreteníalasuerte de dar con el contacto adecuado dentro de la compañía. Luego

estabaRichard,queeraelposeedordelosconocimientosdeingeniería.Laempresa fabricaba GPS, acelerómetros, giroscopios, magnetómetros,sensores de temperaturas y otros instrumentos de aviónica; por últimoestabamiotrosocio,Pierre.—Nopuedoevitarnombrarlocondesdén—.Era el encargado de las finanzas de la empresa.Yo viajabamucho, casinuncaestabaenelpaís,estabasiemprebuscandonuevasoportunidadesyconsiguiendonuevoscontratos.

»Era tal la confianza que nos teníamos que ninguno irrumpía en eltrabajo del otro.Todomarchaba estupendamente, pero... la tentación fuegrandecuandolaempresaseexpandió,yelencargadodelosnúmerosnostimó.

—¿Osestafó?Peroeraunaempresamuygrande,¿cómopudo?—Incurrió en fraudes internos, fugas de capital, errores enmateria

fiscal...Maquillabalosresultadosfinancierosdelaempresademaneraquenada podía comprobarse; habíamos comenzado a pagar impuestos yregalíasporoperacionesquenoexistían.Enlacompañíahabíaunconsejode administración, pero él lo pasaba por alto, no dejaba que seinvolucraran,precisamenteparaquenosalieranalaluzsusmaniobras.Miotrosocioyyopensábamosquelacompañíaibasobreruedas,élasínoslo hacía creer y confiábamos en Pierre, hasta que de pronto nosencontramosconunaempresaquenoeraunaempresa,sinounespejismo,ytododesapareció.

»Dejamosdepodercumplirconloscompromisosdepagoasumidos;erandeudasacortoplazo,ysesuponíaquetodoestabacalculado,peroélyahabíavaciadolasarcasdelaempresaytodollegóaunpuntoenelquenohabíaformadesobrevivir,nohabíaestrategiacorporativaposiblemásque liquidar todas lasdeudasyempezardeceronuevamente.Sólohabíadosopciones:llegaraunarregloconlosacreedoresacostadeperderlotodo, inclusomipatrimoniopersonaladquiridoconmi trabajo,o ira lacárcel.

—Y si lo perdiste todo, ¿con qué has comprado la parte de SaintClair?

—Algo quedó, muy poco en comparación con el patrimonio quehabía conseguido amasar; por eso vine aParís, en busca de un negociorentable.EnLyonsoyunfracasadoalquetodosconocenyenquiennadieconfía.

—Peronofueculpatuya.

—Te lo dije una vez: todos son amigos de tu éxito, pero no de tusfracasos. En definitiva, decidí alejarme;mientras tanto, debía sobrevivirsin tocar lo poco que me había quedado, por eso era imprescindibleencontraruntrabajohastaquesurgieraalgo.

—Peromeengañaste.—Yo no te engañé—le contesto con pesar—. Cuando encontré la

solución,quisehablarcontigoynomelopermitiste.Cuandomeenterédelo que te estaba pasando, empecé a estudiar la rentabilidad de unainversiónenSaintClair,perodebíabuscar la formadequePogetme lavendiera...Noqueríaque te ilusionaras.Entonces semeocurrió reflotarEurostar;ahorase llamaEurostarGroup,yPogetes tannecioquebastócon decirle que desmembraríamos la empresa para que mordiera elanzuelonadamáslanzarlacarnadaalagua.Fuemuyfácil.

—Paul,perdóname.—Mejuzgasteinjustamenteyyotambiéntengomiorgullo.Yaunque

estolohiceporti,tambiénlohehechopormí.SaintClairesunnegociorentableyporesoheinvertidoenella.Ahoravayamosafirmarelestatutoparaliberaraesagente.Nodeseomodificarnada;comohasleídoenlascláusulas,esunasociedadmuyjustaysólohehechounainversiónenlaempresa,lacualpretendoquesigasmanejandocomohastaahora.

—Perdóname,porfavor.Mepongoenpie.—Nodigasmásnada.Mehabríaencantadoquehubierasconfiadoen

mí, tedijequebuscaríamoslaformaynomeescuchaste.Sinohubierassidotanaltanera...

—Losiento.—Es un poco tarde,Dominique.Me duele que haya sido necesario

contarte todoestoparaquemeveas conotrosojos.Nomehagas sentirmás estúpidode lo queyame siento.Quedémonos con los negocios; elrestofueunmagrointentodealgoquenofuncionó.

Capítulo37

Estamosenlasaladejuntas.Nopuedocreerloinjustaquehesido,nopuedo creer que lo haya arruinado todo. Paul está firmando muyconcentrado,yyosóloquieroquelevantelacabezaymemire,queposesusojosenmíymehagasentirdeseada.

—Listo, todo está firmado. Lo siento, señores, pero tengo otroscompromisos,deboirme.

«No,Paul,notevayas.»—Cuando quieras podemos revisar los estados financieros y

empapartedelosproyectos.—Envíaamiapoderadolosinformes,élmelosharállegar.«Uf, cómo me ha dolido ese rechazo, y delante de todos. ¡Te lo

mereces,Dominique!¿Quéesperabasdespuésdecómolohastratado?»Quierosalirtrasélpero,noséporqué,nolohago.Abandonalasala

ysemeencojeelcorazónalvercómoseva.Lareuniónhaterminado.EnlospasillosdeSaintClairnosehablade

otracosa;elchisme,comosiempre,correrapidísimo.Estelle, que se había cogido la mañana libre para unos trámites

personales,entraenmidespachosinllamarsiquiera.—¿Esciertoloqueacabodeoír?—SiterefieresaPaul,sí,escierto.—Noesposible.—Sí lo es, y lo he perdido. Pasé de ser un buen polvo a uno

extraordinario;luegomeconvertíensuposibilidaddealgomás,yahorasólosoyunainversión.

Estelle memira confundida. Sé que lo he mezclado todo, pero asífuncionamicabezaenestemomento.Nossentamosenlasaladeestaryselocuentotodo.Tambiénsurechazo.

—¿Yquéquerías?Cuandolohasvisto,tendríasquehabertetiradoasus brazos y estarle sumamente agradecida; en cambio, has seguidoacusándolo absurdamente y comparándolo con la lacra de Poget. Heintentado decírtelo todos estos días, pero estabas empecinada en no

atender.Insistíenquehabíasactuadodeformaapresurada.Mepedistequenomemetiera, ¿lo recuerdas?Y fue lo que hice.Ahora date cabezazoscontralapared:realmentetelomereces.

—Parecesmienemiga.—No.Mejor considérame la voz de tu conciencia. Te repetiré esto

hastahartarte:jódete,jódete,jódete...Mealegrodequetehayaplantado.Estellesevadejándomesola,conmiconcienciamagulladaymialma

estrujada.Trasunosinstantes,pulsoelinterfono.—Juliette,cancelatodamiagendadeestatarde.Mevoy.Conduzco hasta mi casa. Cuando estoy a punto de entrar, me

arrepiento;sacomiteléfonoymarcoelnúmerodeEstelle.—¿Quéquieres?—Consígueme la dirección de Paul, no quiero pedirla yo en

RecursosHumanos.—Nilosueñes,nosoytusecretaria.Además,vasiendohoradequete

bajesdelpedestaly tú tambiénhagasalgo.¿O teparecequeélhahechopoco?

Estelle me cuelga el teléfono y me quedo patitiesa. No sé si heescuchado bien... ¿No me ayudará? Aunque... en el fondo, sé que tienerazón.

Me trago el orgullo y llamo yo misma a Recursos Humanos parasolicitarsudirección.

Conduzco hasta la calle de Charenton, en Bastille, busco dóndeestacionar y luego bajo de mi automóvil. Camino decidida hasta eledificio del apartamento de Paul y llamo a su puerta. Tengo quereconquistarlo.Esperounosminutosperonadiecontesta;vuelvoallamarynada.Mepasolamanoporlafrente...Noséquéhacer.Mesientoenelescalóndelaentradaaesperarlo.Prueboallamarloporteléfono,peronomecogeelmóvil;lallamadavadirectaalcontestador.Sigoesperandoaversiaparece.

—Buenastardes.Unaseñoramuypuestasemeacerca.—Soylacaseradellugar,¿buscaaalguien?—Gracias,estoyesperandoaunamigo.—¿AmonsieurDubois?—Sí.

—Metemoquesehaido.Cancelósualquilerysemarchó.—¿Quesehaido?¿Adónde?Lamujerseencojedehombros,nosabelarespuesta.Caminodesanimadadevueltaalcoche.Noséadónde irabuscarlo.

Intentocontactarconéldenuevo, incluso leenvíounmensajey ledigodóndeestoy...peronomecontesta.

Regresoamicasa,metiroenlacamay,noséenquémomento,mearranco a llorar. Me repudio en silencio por haberlo estropeado todo,llorodesconsoladamenteynopuedoparar.Llorohastaqueunsopormevence, me siento agotada. Despierto en mi habitación; estoy bastanteconfundida, porque no sé cuánto he dormido. Lo primero que hago esmirar el móvil para ver si Paul me ha devuelto las llamadas o me harespondidoalmensajequeleenvié,peronada,elmalditoaparatopareceestarmuerto.

Vuelvoallamarlo,perosiguesincogerelteléfono.LlamoaAndréy,compadeciéndosedemí,medicequeharegresado

aLyon.—¿Tienesladirección?—Losiento,nolatengo.Mirolahora,sonlasdiezdelanoche;noestantardey,siestarde,lo

siento.BuscoelnúmerodelasesorlegaldePaul.—Buenas noches, monsieur Darrieux, soy Dominique Chassier.

Disculpepormolestarloaestashoras.—Buenas noches, mademoiselle, no se preocupe. ¿En qué puedo

ayudarla?Mearmodevalorylepidoladirección,peroelhombremediceque

nopuede facilitármelaporqueno tieneautorizacióndePaul.Supusequemecontestaríaeso;detodasformas,loheintentado.

Cuelgo la llamaday semeocurrebuscar enGoogle la empresadeaeronáutica que era de Paul. Hago memoria, hoy por la mañana la hanombrado.Deprontoelnombrevieneamimente:LeCielIngénierie.Lotecleoenelbuscador.EstabaubicadaenelcentrofinancierodeLyon,asíqueesdesuponerquesucasanodebedeestarlejos.Preparounequipajeligero y luego llamo a un taxi para que me lleve hasta una de lasestacionesde tren; allí comprounbilleteparaLyon.Miro el reloj; faltamásdeunahoraparaquesalga.Mesientoenunacafeteríadelaestacióny,paramatareltiempo,entroeninternetaverquéencuentrodePaul.Sisu

empresa era tan grande, debe de haber bastante información en la Red;doyconmuchasfotografías.

—¿QuéhacePaulconmimadre?Abrolanotaycomienzoaleer.Descubroqueesungranbenefactor

de la fundación de mamá. Miro la hora; es muy tarde para llamarla ypreguntarle...«Bah,aldiablo,lallamo.»

—¿Quésucede,cariño?—Nada,notealarmes.—¿Estásbien?—Sí,mami,estoybien.Escúchame:séquenoleeslasrevistas,pero

tengo una duda... Voy a enviarte una fotografía del nuevomodelo de lacampaña de SaintClair; creo que lo conoces porque he encontrado unafotografíatuyaconél.

—¿Yparaesomellamasaestashorasymeponeselcorazónenlaboca? Ay, Dominique, hija, modera tu ansiedad; podrías habérmelamandadoymañanatehubiesecontestado.

—Porfavor,mamá.—Estábien,yamehasdespertado,envíamela.Miteléfonosuena,esmimadre.—¿QuéhacePaulDuboisposandocasidesnudocontigo?—Entonces,¿loconoces?—Por supuesto. Paul estuvo en mi orfanato; yo intervine en su

adopción,loadoptarondemayor.Esunhombreextraordinario.Me tapo la boca. Probablementemi chico Sensualité ha tenido una

infanciatristísima;semecaenlaslágrimas.—Mamá,necesitosudirecciónenLyon.—¿Estásllorando?Dominique,¿estásbien?—No,mamá,noestoybien.NecesitoencontraraPaul:lodejéir, lo

perdí.—Hija,¿tepuedestranquilizar?Noteentiendo.Cojoaireybrevementeseloexplicotodoamimadre.—¡Dominique,Diosmío!Por todo lo quehas estadopasandoy yo

sinenterarme.—La dirección de Paul, necesito la dirección de Paul, mamá, sólo

eso.—Tranquilízate,ma chérie, déjame buscar a ver si la tengo. En un

ratotellamo.

Yahe subidoal tren.Mimadre aúnnomeha llamadoy estoymuyansiosa.No puedo dejar de pensar en la vida que habrá tenido Paul.Deprontoelsonidodemiteléfonomesobresalta.

—¿Lahasconseguido?—Ladelacasadesuspadresadoptivos.—Envíamelapormensaje,porfavor,mamá.—¿Cómopiensasirhastaallí?—Puedesestar tranquila,noconduciré;estoyenel tren,queesmás

rápidoqueirporcarretera.—MonDieu, Dominique, ¡a estas horas de la madrugada viajando

sola!—Estarébien,mamá;tellamarécuandollegue,gracias.—Cuídate,hija,porfavor.UnavezenLyon,cojountaxihastaladirecciónquemehapasadomi

madre.LlegoaunacasamuylujosaqueestáenellímitedeltercerdistritodeLyon,yveoquetieneuncartelquedicequelapropiedadestáenventa.

—¿Puedeesperarme,porfavor?—lesolicitoaltaxistacuandobajo,yelconductoraccede.Tocovariasveceseltimbre,peronadiesale;esmásqueobvioqueaquínovivenadie.

Regresoaltaxi,noséhaciadóndeir.Lepidoalchóferqueregreseala estación de trenes. Cuando llegamos, pago la carrera y me bajo. Helloradodurantetodoeltrayecto.

—Señorita,noesmuyseguroquesequedeaquí.—Estarébien,gracias.Caminohaciaelinteriordelaestación.Nopuedoparardellorar,me

sientoinconsolable;nosécómoencontraraPaulyestoydesesperada.Comienzo a llamarlo incesantemente, alterno mis llamadas con

mensajes;enelúltimo,leindicodóndeestoy.Dominique:«Paul,hevenidoabuscarte.Fuia lacasade tuspadres,

peroobviamentenohabíanadie.Noséadóndeir,estoysolaenlaestacióndetrenes.Dimetudirección,porfavor,ycogeréuntaxi.Necesitoverte.»

Suenamiteléfono;metiemblalamano:esél.—¿Estásloca?¿Porquéteexponesasí?—Necesitoverte, tebusquéentuapartamentodeBastilleytehabías

ido—leexplicoentrehiposysollozos—.Luegoconseguíladireccióndelacasadetuspadres.Esprecisoquehablemos,necesitoexplicarte...Séqueno tiene justificaciónmi proceder de estos días, queme he comportado

como una caprichosa y una inmadura... No quería seguir sufriendo,preferíaquedarmeconelrecuerdodeloquehabíamosvivido;noqueríaquemehirierasymearmédeunacorazaestúpidaparaprotegerme.

—Notemuevasdedondeestás,salgoahoramismoabuscarte.Miro insistentemente hacia la entrada. Cuando lo veo entrar todo

despeinadocomosiempre,mesonríoenmediodel llanto;está tansexi...Comienzo a correr hacia él, y él caminamás rápido cuandome ve.Meecho en sus brazos sin pensarlo y Paul me recibe. No puedo parar dellorar,parezcoboba,creoqueestoyllorandoportodoslosañosquenolohehecho.

Cogemirostroentresusmanosymeobligaamirarlo.—DimequemequieresSuvozesapremiante.Nomelopide:meloordena.—Te quiero, claro que te quiero, te adoro. No he podido dejar de

pensarentiniunsoloinstante.—Otravez...—¿Qué?—Dimequemequieres.—Tequiero,¡teamo,Paul!Nos besamos desesperadamente; nuestras salivas semezclan con el

sabor salobre de mis lágrimas, pero nada importa. Abandona por unosinstantesmibocaymehabla.

—Nolloresmás.Vámonosacasa.Sorbo por la nariz y asiento con la cabeza. Élme coge lamano y

salimos de la estación. Miro nuestro agarre mientras caminamos y meparecementirasentirelcalordesumanorodeandolamía.

Subimos a su coche, un BMW M6 negro descapotable que llevapuestalacubierta.Conduceensilencioquemandoelasfaltoydetantoentantome acaricia lamejilla. Llegamos enseguida; su casa no está lejos,queda en el bulevar des Belges, en Les Brotteaux. Estoy más calmada.Cuando entro, observo que su apartamento es realmente muy bonito ylujoso, pero ya es poco lo queme asombra; después de haber visto eninternet el tamañode la que fuera su empresa,medoy cuentadequehavividorodeadodemuchoslujos.

—Bonitoapartamento.—Delaspocascosasquemequedaron.—Esmuymasculino.

—¿Teloparece?—Sí.—¿Quierestomaralgo?—Agua.Elapartamentoestádecoradotodoenblancoynegro,ylaslíneasson

muysimples;todoslosmueblessondeestilominimalista.Mealcanzaunabotellitadeaguaymelabebocasideuntirón.—Perdona,Paul.—Shhh,basta;estásaquíyestamosjuntos.Mecogedeloshombrosymeayudaaquitarmeelabrigoquellevo

puesto.

Capítulo38

No puedo creer que esté en mi casa, no puedo creer cuánto la heechadodemenos.

Meabrazay la abrazomuy fuerte; entiendo sunecesidadypor esoafianzo más mi agarre y me embebo de su perfume. Luego la besolentamenteentodoelrostro,hastaquemeotorgoelplacerdesuslabios;meapropiodeelloscontodalanecesidadqueheacumuladoestosdías.

—Quierohacerteelamor.—Házmelo,notienesquepedirmepermiso.La llevo a mi dormitorio porque voy a disfrutarla en la cama. La

ayudoadesvestirse;meparecemuysensualhacerlo,pueshacemásíntimoelencuentroy tambiénmenoscarnaly,aunque ladeseocon lujuria, sonotraslascosasqueambicionohacerlesentir.Sinmásdemora,larecuestoy, mientras la observo enmi cama, expuesta y aguardando por mí, mequito la ropabajo suescrutadoramirada.Mearrodilloen lacamaymetiendo a su lado; inicio una caricia interminable, recorriendo palmo apalmocadacentímetrodesucuerpo.Eshermosa,nuncatendrédemasiado.Labesoenlabocayluegodesciendoporsucuelloymuerdosuclavícula;esazonameparecemuysensualenella.

—Paul.—¿Qué? —le pregunto mientras acaricio su abdomen y la siento

temblar.—Dimequemequieres.Mesonrío;laentiendoperfectamente:yotambiéntuveesanecesidad

de oírle decir que me quería. Y es extraño porque antes nunca habíanecesitado que una mujer me lo dijera..., pero con ella todo esinconmensurable,todasmissensacionessonnuevasasulado.

—Tequiero,DominiqueChassier,tequierocomonuncaimaginéqueibaaquereraunapersona.Mehashipnotizado.Creoquemeenamoraste,estoycompletamenteeclipsado,paralizado,muertodeamor.

Lehagoelamordurantelargorato;tambiéndejoqueellamelohagaa mí, que me bese, que me saboree, que me dé placer y cariño... Yo

también quiero sentirme cuidado por ella. Consumando el momento,llegamos a la liberación repentina de toda la tensión que acumulamos,perosetratadealgomásqueplacer.Esalgodistinto,mesientodiferente,y creo que ella también. Finalmente todo se vuelve muy intenso;exclamamos nuestros nombres mientras nos miramos a los ojos, nosmordemos mientras alcanzamos lo que el cuerpo del otro nos entrega.Exhaustos como cada vez que estamos juntos, nos acariciamos con lasmiradas y, sin poder apartar nuestras manos de la piel del otro,comenzamos a hablar. Nos debemos muchas explicaciones; también esprecisoquenossinceremos,quemostremosnuestravulnerabilidadyeseladooscuroqueunosólopuedepermitirseenlaintimidadconlapersonaqueama.

Hablamos durante toda la noche. Me explica cómo consiguió ladirección de la casa de mis padres y no puedo creer que la doctoraJeanette sea sumadre. Le cuento la historia demi vida, me despojo detodosmispesaresanteella,yentiendoqueDominiquehallegadoparaqueyonuncamásmesientasolo.

—Nuncahesabidoquiénessonmispadresbiológicos.—¿Loshasbuscado?—Sí, lohicedurantealgún tiempo...Hayunmomentoen lavidaen

que uno quiere conocer sus raíces, pero nunca pude averiguar nada deellos.Luegoabandonélabúsquedaporqueentendíquemisraícessonlasdelcorazóndemispadresadoptivos;ellosmedierontodoloquesoy,meforjaroncomohombre,me inculcaronvalores,medieronmuchoamor,unapellido,unaidentidad.Nonecesitootrospadres,sólolosquemedioeldestino.

—Mehasdichoquetupadremurió.¿Ytumadre?—Mimadre está internada en un centro especializado en enfermos

conAlzheimer.—Losientomucho,Paul.—Meacariciaymebesa.—Yo también lo siento. Se encuentra en una etapa avanzada de la

enfermedad,estámuyperdida,yanomereconoce.Cuandomeadoptaron,losDuboiseranpersonasbastantemayores;ayudabanalafundacióndetumadreyallímeconocieron.ElhogarquepresideJeanettefuemisegundohogar; antes había estado en otro, pero cuando empecé a crecer metrasladaronaldetumadre.Siempreadoptabanalosotrosniñosyyomequedaba; era bastante frustrante paramí pensar que nadiemequería.Tu

madremeayudómuchoatenermásconfianzaenmímismo.Leshablóamispadresdemí,nospresentóy todosnosencariñamos.Aellosno lesimportóqueyoyatuvieradiezañosymellevaronconellos;mequisierontalvezmásdeloquesequiereaunhijopropio.

—Megustaquehablescontantocariñodeellos.—Selodebotodo,Dominique.—Megustaríaconoceratumadre.—Te llevaré a la residencia. Aunque estoy seguro de que no

comprenderánada,deseoqueteconozca.Ella también decide poner las cartas boca arriba ymehabla de sus

problemasde autoestima,deque tiendea cerrarsey anodejar salir susangustias, de que años atrás tuvo trastornos alimentarios... Me explicacómonacióSaintClair,lomuchoquelaempresalaayudóasentirseunamujer segura y con confianza en sí misma. Me relata también cómoconocióaEstelle,yquesoncomohermanas.

Finalmente nos quedamos dormidos y nos despertamos casi almediodía.

Tras ducharnos, nos arreglamos y la llevo a almorzar.Después, lemuestrounpocolaciudad:paseamosporlaplazadesTerraux,dondeestáemplazadoelAyuntamiento;caminamosunratoporlazona...Visitamoslafamosa fuente que lleva el nombre de la plaza, creación del mismodiseñadordelaestatuadelaLibertad,yalpasarjuntoaunaniñaquellevauna canasta de flores, le compro un ramo de amapolas rojas paraDominique.

—Mademoiselle,esustedmuyafortunada—expresalaniña.—¿Porqué?—pregunto.—Porque,detodaslasfloresquevendo,monsieurhaelegidoésas.La miramos sin entender y, al ver que no sabemos de qué está

hablando,nosexplica:—Esta flor representa el reposo, la tranquilidad y el consuelo; su

amorseráeterno.Dominiquemecogedelacaraymebesacondelicadezaloslabios,

inmediatamentemiraa laniñaconinsistenciayseacuclillafrenteaella,tomándoladelasmanitos.

—¿Cómotellamas?—Angèle.Sequedamirándolaconfascinaciónyleacaricialamejilla,laniñale

hace honor a su nombre, tiene la cara de un ángel. Luego Dominiquebuscainsistenteensubolsohastaquesacaunacadenitaconuncolgantedeángelconalasamarillasyselocolocaalaniñaenelcuello.

—Llévalo siempre contigo, Angèle, te protegerá de todo lo que terodea.

—Así lo haré, mademoiselle, siempre lo llevaré conmigo, muchasgracias.

—¿Medasunbeso?Laniñalerodeaelcuelloylabesaenelcarrillo,Dominiqueacaricia

suespalda.—Cuídate.—Loharé,peroahorasuángelmeprotegerá—dicemientras toma

con su mano la cadenita—. Usted también es muy afortunado, tiene unángel de la guarda propio. Adiós —añade y coge su canasta y se vacaminandoendireccióncontrariaanosotros.

Seguimospaseando;recorremoslaorilladelríoRódanopero,comose está haciendo tarde, le prometo que otro día volveremos con mástiempo.AúltimahorayantesderegresaraParís,visitamosamimadre,queincreíblementelaconfundeconladoctoraJeanetteGuillard,lamadredeDominique.

Estamosviajandodevueltaalacapitalyelladuermerecostadaenmihombro; la he mirado embobado durante todo el trayecto; estamosentrandoenlaciudaddeParís.

Me alegro de no haberme equivocado: en esta ciudad no sólo heencontradounanuevaoportunidadderesurgirenlosnegocios,tambiénhehalladoelamor.

Epílogo

PaulestáinstaladonuevamenteenelapartamentodeBastille,aunquelamayoría de los días se queda en mi casa y Antoniette nos consientecocinándonostodassusespecialidades.

—Basta o, en el desfile, ambos entraremos rodando. No quierocomermás.

—Porfinalguienquelahahechocomer.—Soisdosconfabuladores—mequejo.

Llega el día. Yo abro el desfile y lo cerramos juntos, Paul y yo,ademásdelaspasadasquetenemosenmedio.Hemosensayadobastantey,aunqueestánerviosoporquees subautismoen lapasarela, intentodarleconfianza.

—Eres guapísimo, todosmirarán tu tableta de chocolate y nadie sefijaráensicaminastorcido.Pero¡ojo!,vistaalfrente...Siteveomiraraalguien,tedoyuncodazoenmediodeldesfile.

Locojodelabarbilla,lobesoylemuerdoloslabios.—Misojosestánhechostansóloparaadmirartubelleza.—Sí,claro,yyomechupoeldedo.Todoelmundosabeyaquesomosparejayqueélesminuevosocio.

Paulesmuycarismáticoyhalogradometersealaprensaenelbolsillo.SehainvolucradomuchoconSaintClairytrabajarconélresultamuyfácil;estádevueltaalruedoyalacazadelcliente,haciendoloquemejorsabe...Esmuyhábilparaconseguirnegocios.

SuenaTaylorSwift,Iknewyouweretrouble,[17]seabreeldecoradoysalgodispuestaacomermelapasarela; laadrenalinaborboteapormisvenas.

Estoyderegreso,lapresentacióndelacolecciónestáenmarcha.Pauly yo tenemos un camerino aparte del resto de los modelos; son losprivilegios de los que gozan los dueños del circo.Me cambio pronto ysalgoconélparaacompañarloensupase.

—Vamos,avercuántogritanlaschicasporti.—Noquierocodazo.—Sonríe, caerán rendidas—le digo mientras lo beso—; olvida lo

quetedijeantes,hoytelopermito:tenemosquevendermuchasprendas.—Interesada,usasmicuerpo.—Siempre;esloquemásmegusta,usarloamiantojo.Suena Etta James, I just want to make love to you,[18] se abre el

decoradoyPaulsaleconmuchaseguridad;selevemuyprofesional,noolvidanadadeloquehemosensayado.Llegaalfinalylaschicasdelirancuandosequitalachaquetaysequedaconeltorsodesnudo.Sonríe,marcasusmúsculosymuevelospectorales;luegolesguiñaunojo,tiraunbesoy todas se quedan con la boca abierta, da media vuelta y regresa. A lamitad,separaysaludaa los laterales.¡Estancarismático!,¡melocomocon la mirada! Llega a las bambalinas por el lateral y allí lo estoyesperando.

—Hehechotodoloquemedijistequehiciera,¿cómohasalido?—Perfecto, todo ha salido genial, han flipado contigo... ¡Vamos, a

cambiarte!—ledigomientrasloabrazoymeabraza.Tenemos un pase juntos. Salimos y, ya más relajada, busco a mis

padresentreelpúblico.Estánenlaprimerafila;mipadre,juntoasujovenesposa,quetieneunañomenosqueyo,cosasdelavida;alprincipiomecostómuchoaceptarlo,peroahoraentiendoquesuvidaessuya,yquelavivecomomáslegusta,aligualqueyo.AlladodemipadreestásentadoAlain, el esposo de mi madre; mi padre y mi padrastro se llevan muybien...Mehacegracia:cuandoseven,parecenviejosamigos.JuntoaAlainestásentadamimadre,que tieneaunaniña rubiaensusbrazosa laquecreoconocerperonosédedóndeexactamente.

Regresamosalcamerinoyempezamosacambiarnosparaelcierre.—Tenemosexactamentecuatrominutosycincosegundosparahacer

elamor,loqueduralapróximacanción.—¿Estásloco?—Sí,peroapresúrateporque, sino, teperderásaEstelleyaAndré

cuandosalgan.Loconseguimosentiemporécord.Paulmefolladuroyllegamosal

clímaxmientrasJustinTimberlakecantaSexyBack;[19]hemosbautizadorealmenteeldesfile.

Satisfecha, salgo con Paul a ver a nuestros amigos; no me los

perdería por nada... Bueno, quizá por un polvo rapidito con Paul, sí...Siemprepodríaverlosvídeos.

Me costó persuadirlos, pero lo conseguí y estoy feliz. Me ríopletórica, sonmuy divertidos y lo demuestran en la pasarela; no puedocreerqueloshayaconvencidoparaquedesfilen.SuenaI’mtooSexy,[20]el clásico de Right Said Fred. André, con un esmoquin impecable y sucámaraenlamano,caminaysacafotosmientrashacesupasada;éljamássueltasuobjetivo.Estelleloacompañamientras,risueña,posaparaqueéllafotografíe.

ParaelcierredeldesfilesuenaHappy,[21]dePharrelWilliam,yesnuestro turno: se abre el decorado y Paul y yo salimos cogidos de lamano.Todoestalla,papelitosplateadosalfinalylagentequenosaplaudearabiar.Mimadreseponeenpieyhacequelaniñamealcanceunramodeamapolasrojas,elcualtomotemblorosaporqueentonceslareconozcodeinmediato:eslaniñadelaplazadesTerraux,Angèle.Paul también lareconoce, se inclinay la alza, subiéndola connosotros a la pasarela.Esverdaderamente hermosa y con ese vestido, que supongo que le hacompradomimadre,pareceunaprincesa.

Memuestraelcolgantequeleregalé,elángelconlasalasamarillas.—Mediosuerte,ahoravivoenelorfanatodetumamá;yanoduermo

enlacalle,yJeanettemehadichoquemuyprontoencontraráunospapásparamí.

Semehaceunnudoenlagarganta,metragolaslágrimasyPaulmeabraza,nosabrazaaambas,ymebesa.Comprendoenesemomentoqueéltambiénestámuyafectado;creoquemuchosrecuerdoshanafloradoensucorazón. Me mira fijamente y sé lo que me está preguntando, pero nopuedohablar,ledigoquesíconlacabeza.

—¿Quieresqueseamostuspapás?—lepreguntaPaul.Laniñanosabraza,nosbesay,luego,miraamimadreygrita:—¡Handichoquesí,handichoquesí!

Agradecimientos

NacaryBrito: gracias por ayudarme con los lugares deTenerife.Tuislaconunvolcánenelmedioesnuestrocliché,peronosentendemos.

Noelia Martín Toribio: gracias por estar; siempre te molestopreguntándotemodismosespañolesparaadaptarlanovelaatutierra,quemehadadolaoportunidaddedaraconocermiobra.

MarisaDivinamente:gracias por contarme cosas acerca de Lyon yParís,ubicándomeenesossitiosmaravillososporlosquehemospodidoviajarenestanovela.Graciasporentusiasmartetantoconesteproyecto.

QuieromencionartambiénaSilviaNúñezPrieto,quienmeinformósobreelclimadeParísymeayudóconlasfrasesenfrancés

AnaLauraRodríguez,quemeescuchasteparadarleformaalfinalymedistetuopinióndeloqueteparecíabienyloqueno.

AEstherEscoriza,por animarmeaescribir estahistoria cuandonoteníapensadohacerlo,porconfiarenmíyapoyarme,dándome libertad.Esunhonortenertecomoeditora.

Gracias a las demás incondicionales, a las de siempre, las que adiariomeacompañany luchan juntoamíeneste sueño.Lasnombroenorden alfabético: Ana, Cecy, Jess, Kari, Pili, Rita y Tiaré. Es increíblesaberquesiemprecuentoconustedes.

GraciasalaschicasquehancreadogruposenFacebookparaquemislibrosseconozcan.

Nos encontraremos en las letrasdemipróximanovela.Esperoqueesténahíesperándome,comocadavez.

Notas

[1]Arrondissement:«distrito»,enfrancés.

[2]Fotografíapublicitariasobremodayaltacostura.

[3]Compcard:especiedetarjetadepresentaciónquesueleincluirunmínimodedosimágenes(unapágina con el retrato de tamaño completo y una segunda página con una amplia selección defotografíasrepresentativasdelportafolio)ylosdatosbásicosdelmodelo:altura,peso,medidasdebusto, cintura y cadera, número de calzado, color de ojos y pelo, nacionalidad e información decontacto.

[4]Conocidamarcadecervezabelga,muyapreciadaenFrancia.

[5]Let'sStayTogether,A&M/OctoneRecords,interpretadaporMaroon5.(N.delaE.)

[6]CoutingStars,MosleyMusic/InterscopeRecords,interpretadaporOneRepublic.(N.delaE.)

[7] École des Hautes Études Commerciales: La Escuela de Estudios Superiores de Comercio,fundadaenParís (Francia)en1881,unade lasprincipalesescuelasdeadministracióndeempresasdelmundo.En1964semudóasucampusactual,enlalocalidaddeJouy-en-Josas,alasafuerasdeParís.

[8]Propuestaindecente,SonyMusicLatin.(N.delaE.)

[9]Loveisinonfire,ZoolandRecords,interpretadaporItaloBrothers.(N.delaE.)

[10] Tous exclusive. Ma chérie, est un honneur: «Todo exclusivo. Querida, es un honor» enfrancés.

[11]Feedback:eninglés,enellenguajeempresarial,«estrategiaderetroalimentación».Reacciónyrespuesta.

[12]Meeting:«reunióninformativa»eninglés.

[13]MarquesadePompadour:amantedelreyLuisXV.

[14]Adrenalina,SonyMusicLatin,interpretadaporJenniferLópez,Wisin&YandelyRickyMartin.(N.delaE.)

[15]Bailando,UniversalInternationalMusicBV,interpretadaporEnriqueIglesias.(N.delaE.)

[16]FirstLove,CapitolRecords,LLC,interpretadaporJenniferLópez.(N.delaE.)

[17]Iknewyouweretrouble,BigMachineRecords,LLC,interpretadaporTaylorSwift.(N.delaE.)

[18]Ijustwanttomakelovetoyou,TheVerveMusicGroup,aDivisionofUMGRecordings,Inc.interpretadaporEttaJames.(N.delaE.)

[19]SexyBack,Jive,ZombaRecordingLLC,interpretadaporJustinTimberlake.(N.delaE.)

[20]I'mtooSexy,GutReaction,Ltd.,interpretadaporRightSaidFred.(N.delaE.)

[21]Happy,Columbia,interpretadaporPharrelWilliam.(N.delaE.)

Biografía

Fabiana Peralta nació el 5 de julio de 1970, en Buenos Aires,Argentina,dondeactualmentereside.

Descubrió su pasión por la lectura a los ocho años. Le habíanregaladoMujercitas,deLouisaMayAlcott,ynopodíapararde leerloyreleerlo.Ésefuesuprimerlibrolargo,peroapartirdeesemomentotodala familiaempezóa regalarlenovelasydesdeentoncesnohaparadodeleer.

Estácasadayesmadrededoshijos.Siempre le ha gustado escribir; en 2004 redactó su primera novela

romántica como un pasatiempo, pero nunca la publicó. Muchos de susescritosnuncasehanpublicado.

En2014salióalmercadolabilogía«Entusbrazos...yhuirde todomal»,formadaporSeducciónyPasión,bajoelselloEsencia,deEditorialPlaneta.Estanovelaviolaluzporqueamigassuyasquelahabíanleídolaanimaronapublicarla.En2015llegóalaslibreríasRompetusilencio.

Laautorasedeclarasumamenteromántica.Encontrarás más información de la autora y su obra en

<www.fabianaperalta.com>.

DimequemequieresFabianaPeraltaNosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaésteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccióndelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(Art.270ysiguientesdelCódigoPenal).DiríjaseaCEDRO(CentroEspañoldeDerechosReprográficos)sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.PuedecontactarconCEDROatravésdelawebwww.conlicencia.comoporteléfonoenel917021970/932720447.©delaimagendelaportada,Kichigin-Shutterstock©FabianaPeralta,2015©EditorialPlaneta,S.A.,2015Av.Diagonal,662-664,08034Barcelona(España)www.edicioneszafiro.comwww.planetadelibros.comLospersonajes,eventosysucesospresentadosenestaobrasonficticios.Cualquiersemejanzaconpersonasvivasodesaparecidasespuracoincidencia.Primeraedición:juliode2015ISBN:978-84-08-14322-2Conversiónalibroelectrónico:Àtona-VíctorIgual,S.L.www.victorigual.com