diles que no me maten

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Diles que no me maten Por Énder Arenas Barrios / Sociólogo / [email protected] Sábado, 28 Febrero 2015 La Verdad.com Se ha dicho que esta vez el Gobierno hizo lo que tenía que hacer. Eso es una verdad a medias, pues el primer intento fue contarnos una historia torcida, como suele suceder Tomo prestado el título de uno de los cuentos de Juan Rulfo en El llano en llamas; en verdad no se me ocurre otro. No he sido testigo presencial de la terrible muerte sufrida por el joven estudiante Kluivert Roa, pero es posible que “por favor, no me mates” haya sido su súplica al policía que lo siguió a pie, lo sacó detrás de donde se guarecía y que sin piedad apuntó su escopeta en la nuca del muchacho y acabó con su vida y con sus sueños y produjo el terrible desconsuelo que se instaló como si fuera un huésped en la vida de la familia del joven. Se ha dicho que esta vez el Gobierno hizo lo que tenía que hacer. Eso es una verdad a medias, pues el primer intento fue contarnos una historia torcida, como suele suceder. Primero fue Darío Vivas, quien -asómbrense- intentó culpar a Álvaro Uribe, el gran pagapeos de cualquier vaina que suceda en este país; luego fue el mismo jefe de la PNB del Táchira, que nos quiso hacer el mismo cuento de siempre: "Los policías, carajo, pobrecitos, estaban bien jodíos y asustados porque la turba de estudiantes violentos los pateaba, los arrastraba, los amenazaba con darles muerte y lo que les quedaba a los pobres policías para defender su vida era usar sus armas y, lamentablemente, sin querer, porque fue sin querer, ocurrió esta terrible desgracia”. El mismo Presidente nos contó su versión, asumiendo, aunque matizándola, la misma versión del jefe de la Policía, pero dijo algo más: “Los jóvenes están siendo reclutados y manipulados por sectas de la derecha”. Y finalmente la incomparable versión de la fiscal Luisa Ortega, quien calificó de tragedias similares la del muchacho asesinado y la del joven policía que lo asesinó, solo que hay una diferencia crucial: que el muchacho ya no está con los vivos, no será lo que quiso ser, y el policía sigue con vida y por allí sale mucho antes que Leopoldo López de la celda donde lo mantienen preso. A propósito de López, la prueba más contundente contra él es el análisis de unos especialistas en lenguaje que concluyeron el discurso de López y fue el que desencadenó los hechos violentos del 12-F de 2014 y que dejaron como saldo 43 muertos por la violencia que se produjo insuflada por el discurso del dirigente de Voluntad Popular.

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Diles que no me matenPor nder Arenas Barrios / Socilogo / [email protected], 28 Febrero 2015 La Verdad.com

Se ha dicho que esta vez el Gobierno hizo lo que tena que hacer. Eso es una verdad a medias, pues el primer intento fue contarnos una historia torcida, como suele sucederTomo prestado el ttulo de uno de los cuentos de Juan Rulfo en El llano en llamas; en verdad no se me ocurre otro. No he sido testigo presencial de la terrible muerte sufrida por el joven estudiante Kluivert Roa, pero es posible que por favor, no me mates haya sido su splica al polica que lo sigui a pie, lo sac detrs de donde se guareca y que sin piedad apunt su escopeta en la nuca del muchacho y acab con su vida y con sus sueos y produjo el terrible desconsuelo que se instal como si fuera un husped en la vida de la familia del joven.Se ha dicho que esta vez el Gobierno hizo lo que tena que hacer. Eso es una verdad a medias, pues el primer intento fue contarnos una historia torcida, como suele suceder. Primero fue Daro Vivas, quien -asmbrense- intent culpar a lvaro Uribe, el gran pagapeos de cualquier vaina que suceda en este pas; luego fue el mismo jefe de la PNB del Tchira, que nos quiso hacer el mismo cuento de siempre: "Los policas, carajo, pobrecitos, estaban bien jodos y asustados porque la turba de estudiantes violentos los pateaba, los arrastraba, los amenazaba con darles muerte y lo que les quedaba a los pobres policas para defender su vida era usar sus armas y, lamentablemente, sin querer, porque fue sin querer, ocurri esta terrible desgracia.El mismo Presidente nos cont su versin, asumiendo, aunque matizndola, la misma versin del jefe de la Polica, pero dijo algo ms: Los jvenes estn siendo reclutados y manipulados por sectas de la derecha. Y finalmente la incomparable versin de la fiscal Luisa Ortega, quien calific de tragedias similares la del muchacho asesinado y la del joven polica que lo asesin, solo que hay una diferencia crucial: que el muchacho ya no est con los vivos, no ser lo que quiso ser, y el polica sigue con vida y por all sale mucho antes que Leopoldo Lpez de la celda donde lo mantienen preso.A propsito de Lpez, la prueba ms contundente contra l es el anlisis de unos especialistas en lenguaje que concluyeron el discurso de Lpez y fue el que desencaden los hechos violentos del 12-F de 2014 y que dejaron como saldo 43 muertos por la violencia que se produjo insuflada por el discurso del dirigente de Voluntad Popular.Imagnense ustedes que hagamos el mismo ejercicio hecho por estos especialistas del decreto 8610, documento hermossimo, cuya elaboracin fue dirigida por el ministro de la Defensa, Padrino Lpez; de hacer el anlisis con las mismas herramientas metodolgicas y analticas que se usaron para el discurso de Leopoldo Lpez encontraremos una conclusin aterradora: El responsable material de la muerte del estudiante Kluivert Roa es el oficial de la PNB Javier Mora Ortiz, el hombre de la escopeta, pero el verdadero responsable, el autor intelectual o los autores intelectuales, son los que elaboraron ese "hermossimo documento de profundo respeto a los derechos humanos, a la vida, incluso a los manifestantes".Y es que con ese documento, cuyo padre, segn l mismo ha confesado, es el ministro de la Defensa, se consagra la estrecha vecindad entre la muerte y la poltica. Y no sern pocos los que le dirn al Gobierno y a sus responsables que se lo comuniquen a sus fuerzas represivas, incluyendo los llamados colectivos armados: Por favor, diles que no me maten".