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Diccionario filosófico Voltaire Obra reproducida sin responsabilidad editorial

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  • Diccionariofilosfico

    Voltaire

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    edi

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  • A

    ABAD (abate, sacerdote). A dnde vais,seor abad?, etc. Sabis que abad significapadre? Si llegis a serlo, rendiris un servicio alEstado, haris sin duda la mejor obra que puedehacer un hombre, y daris vida a un serpensante. Hay en esta accin algo de divino.

    Pero si slo sois abad por haber sidotonsurado, por vestir hbito y por lograr unbeneficio, no merecis el nombre de abad.

    Los antiguos monjes dieron el nombre deabad al superior que ellos elegan. Era su padreespiritual. De qu manera el tiempo hacambiado el significado de este nombre! El abadespiritual era un pobre a la cabeza de otrospobres. Pero los pobres padres espiritualestuvieron luego doscientas, cuatrocientas libras derenta, y en Alemania algunos pobres padres

  • espirituales tienen hoy un regimiento deguardias.

    Un pobre que ha hecho voto de pobreza yque, en consecuencia, es como un soberano! Yaunque esto ya se ha dicho, hay que repetirlo sincesar porque no se puede tolerar ms. Las leyesrechazan este abuso, la religin se indigna de elloy los pobres desnudos y famlicos claman alcielo ante la puerta del seor abad.

    Sin embargo, los seores abades de Italia, deAlemania, de Flandes y de Borgoa meobjetarn: Por qu no hemos de acumularbienes y honores?, por qu no debemos serprncipes? No lo son acaso los obispos? Al igualque nosotros, ellos eran en principio pobres, perose han enriquecido y elevado. Uno de ellos hallegado a ser superior a los reyes, dejadnosimitarle tanto como podamos.

  • Tenis razn, seores, invadid la Tierra, stapertenece al fuerte o al astuto que se aduea deella; os habis aprovechado de tiempos deignorancia, supersticin y demencia, paradespojarnos de nuestros bienes y pisotearnos,para engordar con la sustancia de los desvalidos:ay, cuando llegue el da de la razn!

    ABEJAS. La especie de las abejas es superiora la raza humana en cuanto extrae de su cuerpouna sustancia til, mientras que todas nuestrassecreciones son despreciables y no hay una solaque no haga desagradable al gnero humano.

    Me admira que los enjambres que escapan dela colmena sean ms pacficos que los chiquillosal salir del colegio, pues en esas circunstanciaslas jvenes abejas no pican a nadie, o lo hacenraras veces y en casos excepcionales. Se dejanatrapar y con la mano se les puede llevar a unacolmena preparada para ello. Pero cuando en sunueva morada conocen sus verdaderos intereses,

  • se tornan semejantes a nosotros y nos declaran laguerra. En cierta ocasin presenci cmo ibanpacficamente, durante seis meses, las abejas alibar el nctar en un prado cercano cuajado deflores. Pero en cuanto comenzaron a segar elprado, salieron furiosas de la colmena yacometiendo a los segadores que queranprivarlas de su alimento les obligaron a huir.

    No s quin fue el primero que dijo que lasabejas se regan por un sistema monrquico.Indudablemente, esta idea no la emiti ningnrepublicano. Tampoco s quin descubri que setrataba de una reina en vez de un rey, y supusoque dicha reina era una Mesalina que disponade un serrallo fabuloso y se pasaba la vidaayuntndose y procreando, poniendo ycobijando unos cuarenta mil huevos cada ao. Yen las suposiciones se ha ido ms all. Se hapretendido que pone huevos de tres especiesdiferentes: de reinas, de esclavos, que se llamanznganos, y de sirvientas, que se llaman obreras.

  • Pero esta suposicin no concuerda con las leyesordinarias de la Naturaleza.

    Un eminente sabio, sagaz observador de lanaturaleza, invent hace unos aos la incubadorade pollos, que conocieron ya los egipcios cuatromil aos atrs, sin importarle un ardid la enormediferencia que media entre nuestro clima y el deEgipto. Y tambin este sabio (1) afirma que lareina de las abejas es la madre de esas tresespecies de ellas.

    (1) Reaumur: Tratado de las singularidades dela Naturaleza.

    Ciertos naturalistas tuvieron por buenas esasteoras, hasta que apareci un hombre que,dueo de seiscientas colmenas, crey conocermejor esta materia que los que sin poseerninguna han escrito volmenes enteros sobreesta repblica industriosa, tan desconocida comola de las hormigas. Ese hombre se llama Simn.

  • Sin nfulas de literato, escribe llanamente, peroconsigue recoger miel y cera. Es buen observadory sabe ms sobre esta materia que el prior deJouval y que el autor del Espectculo de lanaturaleza. Estudi la vida de las abejas duranteveinte aos y afirma que es falso cuanto se hadicho de ellas, y que los libros escritos sobre estamateria se han burlado de nosotros. Dice que hayefectivamente en cada colmena un rey y unareina que perpetan el linaje real y dirigen ellaboreo de sus sbditos, que ha visto dichosreyes y los ha dibujado. Asegura tambin que enlas colmenas existe la grey de los znganos y lanumerosa familia de las abejas obreras, machos yhembras, y que stas depositan sus huevos en lasceldillas que han construido.

    Cmo sera posible que slo la reina pudieraponer y cobijar cuarenta mil huevos uno trasotro? El sistema ms sencillo de averiguarlosuele ser el ms verdadero. Sin embargo, yo hebuscado muchas veces al rey y a la reina y nunca

  • he llegado a verlos. Algunos observadoresafirman que han visto a la reina rodeada de sucorte, y han sacado de su colmena a ella y a suservidumbre, ponindolas a todas en el brazo.No he verificado este experimento, pero s hetomado con la mano las abejas de un enjambreque sala de la colmena sin que me picaran. Haypersonas tan convencidas de que las abejas nocausan dao alguno que se ponen enjambres deellas en la cara y en el pecho.

    Virgilio escribi sobre las abejas incurriendoen los errores de su poca. Yo ms bien meinclinara a creer que el rey y la reina slo sondos abejas normales que por casualidad vuelanal frente de las dems, y que cuando todas juntasvan a libar el nctar de las flores hay algunas msrpidas que van delante, pero colegir de ello queen las colmenas hay rey, reina y corte, resultamuy dudoso.

  • Muchas especies de animales se agrupan yviven juntos. Se han comparado los corderos ylos toros con los reyes, porque entre ellosfrecuentemente hay uno que va delante y estacircunstancia ha llamado siempre la atencin. Elanimal que muestra mayor apariencia de ser reyy de poseer su corte es el gallo: llama de continuoa las gallinas y deja caer de su pico el grano paraque ellas lo coman, las dirige y las defiende, notolera que otro aspirante a rey participe con ldel dominio de su pequeo estado, y no se alejanunca de su serrallo. Esta es la autntica imagende la monarqua, mejor representada en ungallinero que en una colmena.

    En el libro de los Proverbios, atribuido aSalomn, se dice que cuatro cosas hay entre lasms pequeas de la tierra, con ms sabidura quelos mismos sabios: las hormigas, pueblo dbilque en verano almacena su comida; los conejos,pueblo pacfico que construye su casa en lapiedra; las langostas, que no tienen rey y salen

  • todas en cuadrillas, y la araa, que teje con lasmanos y est en palacios de reyes. Ignoro porqu Salomn se olvid hablar de las abejas,dotadas de instinto superior al de los conejos,aunque no ponen su casa en la piedra, y deinstinto superior al de la araa, cuyo ingeniodesconozco. Yo siempre preferir la abeja a laslangostas.

    ABRAHN. No vamos a tratar ahora de laparte divina que se atribuye a Abrahn, porquela Biblia ya dice de esto todo lo que debe decir.Slo nos vamos a ocupar con el mayor respeto desu aspecto profano, relacionado con la geografa,con el orden de los tiempos y con los usos y lascostumbres, cosas todas ellas que por estarntimamente unidas con la Historia Sagrada sonarroyos que deben conservar algo de ladivinidad de su origen.

    Abrahn, aunque nacido en las orillas delufrates, es un personaje importante para los

  • occidentales, pero no para los orientales, que, sinembargo, le respetan. Los mahometanos sloposeen cronologa cierta desde su hgira. Lahistoriografa, perdida de forma absoluta en lossitios donde acaecieron los grandes sucesos, llegal fin a nuestras latitudes donde se desconocanesos hechos. Discutimos, sobre todo, lo quesucedi en el ufrates, el Jordn y el Nilo, ya quelos actuales poseedores de esos ros disfrutan deesos pases tranquilamente sin enzarzarse encontroversias y disputas.

    A pesar de ser la poca de Abrahn elcomienzo de la nuestra, disentimos respecto a sunacimiento en sesenta aos. Porque he aqu loque consta en la Escritura:

    Y vivi Thare setenta aos, y engendr aAbrahn, y a Nachor, y a Harn. Y fueron losdas de Thare doscientos y cinco aos, y muriThare en Harn (Gnesis, 11, 26-32).

  • Empero Jehov haba dicho a Abrahn: Vetede tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tupadre a la tierra que te mostrar; y har de ti unanacin grande (Gnesis, 12, 1-2).

    Se ve, pues, claro en el texto que Thare tuvo aAbrahn a los setenta aos, y que muri a losdoscientos cinco, y que Abrahn al salirinmediatamente de Caldea al morir su padredeba tener justamente ciento treinta y cinco aoscuando sali de su pas. Esta es tambin laopinin de san Esteban, manifestada en eldiscurso que dirigi a los judos; sin embargo, elGnesis dice que Abrahn tena setenta y cincoaos cuando sali de Harn (12, 4).

    Este es el principal motivo de la disputa sobrela edad de Abrahn pero hay algunos ms.Cmo poda tener Abrahn al mismo tiempociento treinta y cinco aos y setenta y cinco? SanJernimo y san Agustn dicen que esa dificultades inexplicable. Pero dom Calmet, aun

  • confesando que ambos padres no pudieronsolucionar el problema, cree que lo resuelvediciendo que Abrahn era el hijo menor de loshijos de Thare, pese a que el Gnesis dice que erael primognito. Ya hemos visto que el Gnesisdice que naci Abrahn teniendo su padresetenta aos, y Calmet le hace nacer cuandoaqul contaba ciento treinta. Esta conciliacin diopie a una nueva disputa. En la incertidumbreque nos dejan el texto y el comentario, lo mejorque podemos hacer es adorar al patriarca y nodiscutir ms.

    No hay ninguna poca de tiempos remotosque no haya suscitado multitud de opinionesencontradas. Segn Moseri, poseemos setentasistemas de cronologa de la Historia Sagradapese a que sta la dict Dios mismo. A stas,despus de Moseri, se aadieron cinco nuevasformas de conciliar los textos de la Escritura, demodo que ha habido tantas polmicas sobreAbrahn como aos se le atribuyen en el texto

  • cuando sali de Harn. Entre esos setenta y cincosistemas no hay uno solo que nos diga cmo erala ciudad o la localidad de Harn, y dnde estabasituada. Qu hilo es capaz de guiarnos en ellaberinto de las controversias entabladas desde elprimero al ltimo versculo del Gnesis?Ninguno. Debemos, pues, resignarnos, dado queel Espritu Santo no quiso ensearnos lacronologa, la fsica y la lgica. Slo dese quefuramos hombres temerosos de Dios y que nopudiendo comprenderle nos sometiramos a l.

    Tambin es difcil explicarnos cmo Sara,siendo mujer de Abrahn, fue al mismo tiemposu hermana. Abrahn dijo al rey Abimelech,quien rapt a Sara prendado de su hermosura ala edad de noventa aos y estando embarazadade Isaac: Es verdaderamente mi hermana; eshija de mi padre, pero no de mi madre, y la hicemi esposa (Gnesis, 20, 12).

  • El Antiguo Testamento no nos explica queSara fuese hermana de su marido. Dom Calmet,cuyo recto criterio y sagacidad son famosos, diceque poda ser su sobrina. Enmaridar con unahermana probablemente no sera cometer unincesto en Caldea, ni puede que tampoco enPersia. Las costumbres cambian con los tiemposy los lugares. Cabe suponer que Abrahn, hijodel idlatra Thare, segua siendo idlatra cuandodespos a Sara, fuera su hermana o sobrina.

    Varios padres de la Iglesia disculpan menos aAbrahn por haber dicho a Sara al entrar enEgipto: Ahora conozco que eres mujer hermosaa la vista, y ocurrir que cuando te vean losegipcios, dirn: su mujer es, y me matarn a m, ya ti te guardarn la vida. Ahora, pues, di que eresmi hermana, para que yo haya bien por causatuya y viva mi alma por amor de ti. Sara slotena entonces sesenta y cinco aos, peroteniendo como tuvo veinticinco aos despus unrey por amante, bien pudo veinticinco aos antes

  • inspirar amor al faran de Egipto. En efecto, elfaran se prend de ella, como despus la raptAbimelech y la llev al desierto.

    Abrahn recibi como regalos del faranovejas y vacas, y asnos y siervos, y criadas yasnas y camellos. Tan considerables regalosprueban que los faraones eran ya entonces reyespoderosos y hacan las cosas en grande. Egiptodebi de estar ya muy poblado. Mas para quefuera habitable aquel territorio y se edificaranciudades, fue preciso que transcurrieran muchosaos dedicados a hercleos trabajos, que seconstruyeran multitud de canales para recogerlas aguas del Nilo que inundaban Egipto todoslos aos durante cuatro o cinco meses, y que enseguida encenegaban la tierra; fue precisoemplazar esas ciudades veinte pies lo menos porencima de los canales. Para realizar tales obrasfue indispensable el transcurso de muchos siglos.

  • Ahora bien, segn la Biblia, resulta que slohaban mediado cuatrocientos aos entre elDiluvio y la poca del viaje de Abrahn a Egipto.Debi de ser extraordinariamente ingenioso ytrabajador infatigable el pueblo egipcio paraconseguir en tan poco tiempo inventar artes yciencias, domear el Nilo y cambiar el aspectodel pas. Probablemente, estaban ya levantadasmuchas de las grandes pirmides, porque pocotiempo despus perfeccionaron el arte deembalsamar los cadveres; sabido es que laspirmides fueron los sepulcros donde morabanlos restos mortales de los prncipes tras celebraraugustas ceremonias.

    La remota antigedad que se atribuye a laspirmides es tan creble que trescientos aosantes, o sea cien aos despus del diluviouniversal los asiticos levantaron en las llanurasde Sennaar una torre que deba llegar hasta elcielo. En su exgesis de Isaas, san Jernimo dice

  • que esa torre tena ya cuatro mil pasos de alturacuando Dios decidi descender para destruirla.

    Suponiendo que cada paso comprende dospies y medio, la torre tendra la altura de diez milpies; por lo tanto, la torre de Babel era veinteveces ms alta que las pirmides de Egipto, lams alta de las cuales mide unos quinientos pies.Prodigiosa sera la cantidad de instrumentos quenecesitaron para elevar semejante fbrica, encuya construccin deban participar todas lasartes. Los exgetas afirman que los hombres deaquella poca eran incomparablemente msaltos, ms fuertes y ms industriosos que los deahora. Esto es lo que debemos tener en cuenta altratar de Abrahn, respecto de las artes y lasciencias.

    En cuanto a su persona, es verosmil que fueraun personaje importantsimo. Persas y caldeos sedisputaron su nacimiento. La antigua religin delos magos se conoce desde tiempo inmemorial

  • por Rish Ibrahim, y hemos convenido en que lapalabra Ibrahim significa Abrahn, siendocomn entre los asiticos, que usaban rara vezlas vocales, cambiar en la pronunciacin la i en ao la a en i. Se ha supuesto asimismo que Abrahnfue el Brahma de los hindes, cuya nacinmantuvo relaciones hasta con los pueblos delufrates, que desde tiempo inmemorialcomerciaban en la India.

    Los rabes le tienen como fundador de laMeca. Mahoma le reconoce en el Corn como elms insigne de sus antecesores. Esto dicehablando de l: Abrahn no era judo nicristiano; era un musulmn ortodoxo y noperteneca al nmero de los que dan compaerosa Dios.

    La audacia del espritu humano lleg alextremo de imaginar que los judos no se dijerondescendientes de Abrahn hasta pocas msposteriores, hasta que lograron afincarse en

  • Palestina. Como eran extranjeros, malquistos ydespreciados de los pueblos limtrofes, para quese tuviera mejor opinin de ellos idearon serdescendientes de Abrahn, reverenciado enbuena parte de Asia. La fe que debemos a loslibros sagrados de los judos allana todas esasdificultades.

    Crticos no menos audaces aaden difusasobjeciones respecto al comercio inmediato queAbrahn tuvo con Dios, a sus combates y a susvictorias.

    El Seor se le apareci despus de salir deEgipto y le dijo: Eleva ahora tus ojos y miradesde el lugar donde ests hacia el Aquiln, y alMedioda, al Oriente y al Occidente, porque todala tierra que ves la dar a ti y a tu posteridadpara siempre (Gnesis, 13, 14-15). Con lo que elSeor le promete todo el terreno que mediadesde el Nilo hasta el ufrates.

  • Estos crticos preguntan cmo Dios pudoprometer el pas inmenso que los hebreos nuncaposeyeron, y cmo pudo darles para siempre, insempiternum, la pequea parte de Palestina de laque hace muchsimos aos los expulsaron.

    El Seor aade a esas promesas que laposteridad de Abrahn ser tan numerosa comoel polvo de la tierra. Y har tu simiente como elpolvo de la tierra: que si alguno podr contar elpolvo de la tierra, tambin tu simiente sercontada (Gnesis, 13, 16).

    Insisten en sus objeciones y dicen que en laactualidad apenas existen en la superficie de latierra cuatrocientos mil judos, pese a que hanconsiderado siempre el matrimonio como undeber sagrado y a pesar de que siempre ha sidosu principal objetivo aumentar la poblacin. Aestas objeciones se replica que la Iglesia hasustituido a la Sinagoga y que la Iglesiaconstituye la verdadera raza de Abrahn, que de

  • este modo resulta numerossima. Y aunque escierto que no posee Palestina, no se excluye quepueda poseerla algn da, como la conquist entiempos del papa Urbano II durante la primeracruzada. En una palabra, contemplando con ojosde fe el Antiguo Testamento, todas las promesasse han cumplido... se cumplirn, y la dbil razahumana debe reducirse al silencio.

    Los quisquillosos crticos ponen tambin enduda la victoria que obtuvo Abrahn enSodoma. Dicen que es inconcebible que unextranjero, llegado a Sodoma para apacentar susganados, derrotara con ciento diez pastores debueyes y corderos a un rey de Persia, a un reydel Ponto y a otro de Babilonia, y que lospersiguiera hasta Damasco, ciudad distante deSodoma ms de cien millas. Semejante victoriano es, sin embargo, imposible; existen dosejemplos semejantes en aquellos tiemposheroicos testigos de que no ha disminuido lafuerza del brazo de Dios. Geden con los

  • trescientos escogidos y el truco de los cntaros,las teas y las bocinas, destruy un ejrcito entero,y Sansn, l solo, con una quijada de asno matmil filisteos. Las historias profanas nos refierenejemplos parecidos: trescientos espartanosdetienen durante un tiempo el ejrcito de Jerjesen las Termpilas; verdad es que, excepto unosolo que huy, todos murieron con su reyLenidas, y que Jerjes cometi la felona demandar que le ahorcaran, en vez de erigirle laestatua que mereca. Verdad es tambin que esostrescientos lacedemonios, apostados en un parajeescarpado, por el que no podan pasar doshombres a la vez, se hallaban respaldados por unejrcito de diez mil griegos distribuidos enpuntos fortificados, amn de que contaban concuatro mil hombres ms en las mismasTermpilas, que perecieron despus dedefenderse largo tiempo. Puede asegurarse quesi hubieran ocupado un sitio menosinexpugnable que el que defendan esostrescientos espartanos, hubieran conquistado

  • todava ms gloria luchando a campo abiertocontra el ejrcito persa, que los aniquil. En elmonumento que se erigi despus en el campode batalla, se mencionan esas cuatro milvctimas, pero slo ha llegado a la posteridad elrecuerdo de los trescientos.

    Otra accin no menos memorable, aunque notan conocida, fue la de los trescientos soldadossuizos que derrotaron en Morgarten al ejrcitodel archiduque Leopoldo de Austria formadopor veinte mil hombres. Aquellos trescientossoldados helvticos pusieron en fuga a latotalidad de la caballera apedrendola desde loalto de las rocas y ganando tiempo para queacudieran mil cuatrocientos soldados deHelvecia que remacharon la derrota del ejrcitoenemigo. La batalla de Morgarten es ms famosaque la de las Termpilas, porque siempre es msnotable vencer que ser vencido. Y basta dedigresin, pues si las digresiones agradan aquien las hace, no siempre son del gusto del que

  • las lee, aunque a la generalidad de los lectores lescomplazca siempre saber la derrota de grandesejrcitos a manos de unos pocos.

    Decamos que Abrahn fue uno de loshombres clebres en Asia Menor y Arabia, comoTesant lo fue en Egipto, el primer Zoroastro enPersia, Hrcules en Grecia, Orfeo en Tracia, Odinen las naciones septentrionales, y otros conocidospor su celebridad ms que por sus verdicashistorias. Slo me refiero aqu a la historiaprofana, porque respecto a la historia de losjudos, nuestros antecesores y nuestros enemigos(cuya historia creemos y detestamos, a pesar deque dicen que fue escrita por el Espritu Santo),tenemos de ella la opinin que debemos tener.En esta! ocasin nos referimos a los rabes, quese vanaglorian de descender de Abrahn por larama de Ismael, y creen que nuestro patriarcaedific la Meca y muri all. Pero lo cierto es quela raza de Ismael se vio mucho ms favorecidapor Dios que la raza de Jacob. Una y otra

  • produjeron ladrones, indudablemente, pero losladrones rabes fueron ms rapaces que losladrones judos. Los descendientes de Jacob sloconquistaron un pequeo territorio, queperdieron, y los descendientes de Ismaelconquistaron parte del Asia, de Europa y delAfrica, establecieron un imperio ms vasto que elde los romanos, y expulsaron a los judos de suscavernas, que ellos llamaban la tierra dePromisin.

    A la vista de los ejemplos que ofrecen lashistorias modernas, es difcil convencerse de queAbrahn fuera el padre de dos naciones tandistintas. Se asegura que naci en Caldea y queera hijo de un pobre alfarero que se ganaba elsustento fabricando pequeos dolos de barro; loque ya no resulta tan verosmil es que el hijo deun alfarero marchara a fundar la Meca acuatrocientas leguas del hogar paterno, bajo elTrpico, tras salvar desiertos impracticables. Dehaber sido un conquistador indudablemente se

  • hubiera dirigido al inmenso territorio de Siria, ysi no fue ms que un hombre pobre, como nos lodescriben, no hubiera sido capaz de fundarreinos lejos de su pueblo natal.

    Ya hemos visto que el Gnesis refiere quehaban pasado setenta y cinco aos cuando salide Harn tras la muerte de su padre Thare, elalfarero. Pero tambin el Gnesis dice que Thareengendr a Abrahn a los setenta aos, queThare vivi doscientos cinco, y que cuandomuri Abrahn sali de Harn. O el autor nosabe lo que dice en esa narracin, o resulta muyclaro en el Gnesis que Abrahn tena cientotreinta y cinco aos cuando abandonMesopotamia. Sali de un pas idlatra para ir aotro pas tambin idlatra que se llamabaSichem, situado en Palestina. Para qu fue all?Por qu abandon las frtiles riberas delufrates para ir a tan lejana y estril regin comola de Sichem? La lengua caldea debi de ser muydiferente de la que se hablaba en Sichem, y

  • adems. aquel territorio no era comercial. Sichemdista de Caldea ms de cien leguas y es precisosalvar muchos desiertos para llegar all. Pero talvez Dios quiso que hiciera ese viaje para ver latierra que haban de habitar sus descendientesmuchos siglos despus. El espritu humano noalcanza a comprender el motivo de ese viaje.

    Apenas hubo llegado al pas montaoso deSichem, el hambre le oblig a abandonarlo ymarch a Egipto con su mujer en busca dealimentos para vivir. Hay cien leguas desdeSichem a Memfis. Es lgico ir tan lejos a buscartrigo, a un pas cuya lengua se desconoce?Extraos son esos viajes emprendidos a la edadde ciento cuarenta aos.

    Lleva a Memfis a su mujer Sara, que era muyjoven, casi una nia comparada con l, pues notena ms que sesenta y cinco aos, y como eramuy hermosa resolvi sacar partido de subelleza: Finge que eres mi hermana para que

  • por tu bella cara me traten bien a m. Debahaberle dicho: Finge que eres mi hija. Pero enfin... sigamos. El rey se enamor de la joven Saray regal a su fingido hermano corderos, bueyes,asnos, camellos, siervos y criadas. Esto pruebaque Egipto era entonces ya un reino poderoso ycivilizado, y consecuentemente muy antiguo, yadems que recompensaban all rumbosamente alos hermanos que ofrecan sus hermanas a losreyes de Memfis.

    La joven Sara tena noventa aos cuando Diosle prometi que Abrahn, que haba cumplidociento sesenta, sera padre de un hijo suyo dentrode un ao. Abrahn, que era muy aficionado aviajar, se fue al horrible desierto de Cadesllevndose a su mujer embarazada, siemprejoven y hermosa. Un rey del desierto se enamortambin de Sara, como se haba enamorado unrey de Egipto. El padre de los creyentes cont allla misma mentira que en Egipto. Hizo pasar a sumujer por hermana y la mentira le vali tambin

  • corderos, bueyes, siervos y criadas. Puededecirse que Abrahn lleg a ser muy rico por elfsico de su mujer. Los exgetas han escrito unabrumador nmero de volmenes para justificarla conducta de Abrahn y ponerse de acuerdocon la cronologa. Aconsejamos a los lectores quelean esas exgesis, escritas por autores finos ydelicados, excelentes metafsicos, hombres sinpreocupaciones y algo pedantes.

    Por otro lado, los nombres de Bram y Abrameran famosos en India y Persia. Hay inclusovarios autores que se empean en que fue elmismo legislador que los griegos llamaronZoroastro. Otros dicen que fue el Brahma de loshindes, pero no est demostrado. Lo que resultaprobable para muchos cientficos es que Abrahnfue caldeo o persa. Los judos, con el tiempo, sevanagloriaron de ser sus descendientes, como losfrancos de Hctor y los bretones de Tubal. Esopinin admitida que la nacin juda fue unpueblo relativamente moderno que slo muy

  • tarde se afinc en Fenicia, que se hallaba rodeadode pueblos antiguos cuyo idioma adopt, y queincluso tom de ellos el nombre de Israel, que escaldeo, segn la opinin del judo Flavio Josefo.Se sabe que tom de los babilonios los nombresde sus ngeles y que slo conoci la palabra Diosa travs de los fenicios. Probablemente, tom delos babilonios el nombre de Abrahn o Ibraim,pues la antigua religin de todas aquellasregiones, desde el ufrates al Oxus, se llamabaKishibrahim, Milafibrahim. Esta opinin vieneconfirmada por los estudios que hizo en aquellosdas el sabio Hide.

    Sin lugar a dudas, los judos hicieron con lahistoria y la fbula antigua lo que hacen losropavejeros con los trajes usados: los reforman ylos venden como nuevos al mayor precio quepueden. Ha sido un ejemplo singular de laestupidez humana creer durante mucho tiempoque los judos constituyeron una nacin quehaba enseado a todas las dems, cuando su

  • mismo historiador Josefo confiesa que fue todolo contrario.

    Es muy difcil penetrar en los arcanos de laAntigedad, pero es evidente que estaban yaflorecientes todos los reinos de Asia antes que lahorda vagabunda de rabes, que llamamosjudos, poseyera un pequeo espacio de tierrapropia, antes que fuera duea de una solaciudad, antes de dictar sus leyes y de tener supropia religin. Cuando hallamos un antiguorito, una primitiva doctrina establecida en Egiptoo en Asia antes de los judos, es lgico suponerque el reducido pueblo recin formado,ignorante y grosero, copi como pudo a lanacin antigua, industriosa y floreciente, y esmenester ser un ignorantn o un pcaro paraasegurar que los hebreos ensearon a los griegos.

    Abrahn no slo fue popular entre los judossino que le reverenciaron en toda Asia y hasta losltimos confines de la India. Esa denominacin,

  • que significa padre de un pueblo en algunaslenguas orientales, se la dieron a un habitante deCaldea del que muchas naciones sevanagloriaron de descender. El inters quetuvieron rabes y judos por probar quedescendan de dicho patriarca no permite, ni auna los filsofos pirrnicos, la duda de que hayaexistido un Abrahn.

    Los libros hebreos dicen que es hijo de Thare,y los islmicos nieto, que Azar fue su padre,creencia que mantienen muchos cristianos. Losexgetas expresan cuarenta y dos opinionesrespecto al ao que naci Abrahn y no meatrevo a aventurar la cuarenta y tres, pero a lavista de las fechas parece que el patriarca debivivir sesenta aos ms de los que el texto leatribuye. Estos errores de cronologa noinvalidan la verdad de un hecho, y aunque ellibro que se ocupa de Abrahn no fuera sagrado,no por eso dejara de existir nuestro patriarca.Los judos distinguan entre los libros escritos

  • por los hombres y los inspirados a algn hombreparticular. Su historia, aunque ligada a su leydivina, no constitua la misma ley. Cmo hemosde creer, pues, que Dios dictara fechas falsas?

    Filn, el filsofo judo, y Suidas refieren queThare, padre o abuelo de Abrahn, que viva enUr, localidad de Caldea, era un hombre pobreque se ganaba el sustento fabricando pequeosdolos y era idlatra. Si esto es verdad, la antiguareligin del Sabesmo, que no adoraba dolos,sino al cielo y al sol, no deba hallarse establecidaan en Caldea, o si se conoca en alguna pequeaparte del pas, la idolatra deba prevalecer en lamayor parte de l. En aquella poca primitivacada pequeo pueblo tena su religin. Todas lasreligiones se permitan y se confundantranquilamente, amn de que cada familiamantena en el seno de sus hogares diferenteshbitos y costumbres. Labn, suegro de Jacobadoraba dolos. Cada pequeo pueblo crea loms natural que la poblacin vecina tuviera sus

  • dioses, limitndose a creer que el suyo era elmejor.

    La Biblia dice que el Dios de los judos, que lesasign el territorio de Canan, orden a Abrahnque abandonara la frtil tierra de Caldea y fueraa Palestina, prometindole que en su progeniebendecira a todas las naciones del mundo.Corresponde explicar a los telogos el sentidomstico de esa alegora, por el que se bendice atodas las naciones en una simiente de la que ellasno descienden. Pero ese sentido mstico noconstituye el objeto de mis estudioshistrico-crticos. Algn tiempo despus de esapromesa, la familia del patriarca, acosada por elhambre, fue a Egipto en busca de trigo. Es deltodo singular la suerte de los hebreos quesiempre fueron a Egipto empujados por elhambre, pues ms tarde Jacob, por el mismomotivo, envi all a sus hijos.

  • Abrahn, entrado ya en la decrepitud, searriesg a emprender este viaje con su mujerSara, de sesenta y cinco aos de edad. Siendomuy hermosa, temi su marido que los egipcios,cegados por su belleza, le matasen a l paragozar los encantos de su esposa y le propuso quese fingiera su hermana, etc. Cabe suponer que lanaturaleza humana estaba dotada entonces deun extraordinario vigor que el tiempo y lamolicie de las costumbres fueron debilitandodespus, como opinan tambin todos los autoresantiguos, que aseguran que Elena tena setentaaos cuando la rapt Paris. Aconteci lo queAbrahn haba previsto: la juventud egipciaqued fascinada al ver a su esposa y el mismofaran se enamor de ella y la encerr en elserrallo aunque probablemente tendra allmujeres mucho ms jvenes, pero el Seorcastig al faran y a todo su serrallo envindolestres grandes plagas. El texto no dice cmoaverigu el faran que aquella beldad era la

  • esposa de Abrahn, pero lo cierto es que alenterarse la devolvi a su marido.

    Era preciso que permaneciera inalterable lahermosura de Sara porque veinticinco aosdespus, hallndose embarazada a los noventaaos, viajando con su esposa por Fenicia,Abrahn abrig el mismo temor y la hizotambin pasar por hermana suya. El rey fenicioAbimelech se prend de ella como el rey deEgipto, pero Dios se le apareci en sueos y leamenaz de muerte si se atreva a tocar a sunueva amante. Preciso es confesar que laconducta de Sara fue tan extraa como laduracin de sus encantos.

    La singularidad de estas aventuras fueprobablemente el motivo que impidi que losjudos tuvieran tanta fe en sus historias como ensu Levtico. Crean a pie juntillas en su ley, perono sentan tanto respeto por su historia. Por loque respecta a sus antiguos libros, se

  • encontraban en igual caso que los ingleses, queadmiten las leyes de san Eduardo pero no creenen absoluto que san Eduardo curara los tumoresmalignos. Se hallaban en el mismo caso que losromanos, que prestaban obediencia a susantiguas leyes, pero no se considerabanobligados a creer en el milagro de la criba llenade agua, ni en el del bajel que entr en el puertoarrastrado por el cinturn de una vestal, etc. Poreso el historiador Josefo, muy ferviente de suculto, deja a sus lectores en libertad de creer o nolos antiguos prodigios que refiere.

    La parte de la historia de Abrahn referente asus viajes a Egipto y Fenicia prueba que existanya grandes reinos cuando la nacin juda no erams que una simple familia, que se habanpromulgado multitud de leyes, porque sin leyesno puede subsistir ningn reino, y que por endela ley de Moiss, que es posterior, no puede ser laprimera ley que se promulgo. No es necesarioempero que una ley sea la ms antigua para que

  • sea divina, porque es indudable que Dios esdueo absoluto de todas las pocas; no obstante,parece ms natural a nuestra dbil razn que siDios quiso dar una ley la hubiera dictado alprincipio a todo el gnero humano.

    El resto de la historia de Abrahn presentaflagrantes contradicciones. Dios, que se leapareca con frecuencia y estableci con l nopocos pactos, le envi un da tres ngeles al vallede Mombre, y el patriarca les dio para quecomieran pan, carne de ternera, mantequilla yleche. Los tres comieron y despus hicieron queles presentase Sara, que haba amasado el pan.Uno de esos ngeles, que el texto sagrado llamael Eterno, anuncia a Sara que dentro de un aotendr un hijo. Sara, que ha cumplido noventa ycuatro aos, al paso que su marido rondaba loscien aos, se ech a rer al or tal promesa. Estoprueba que confesaba su decrepitud y que lanaturaleza humana no era diferente entonces delo que es ahora. Lo cual no fue bice para que esa

  • decrpita quedara embarazada y enamorara alao siguiente al rey Abimelech, como acabamosde ver. Para que esas historias sean crebles seprecisa poseer una inteligencia muy distinta dela que tenemos hoy, o considerar cada episodiode la vida de Abrahn como un milagro, o creerque en su totalidad no es ms que una alegora.De todos modos, cualquiera que sea el partidoque adoptemos nos resultar muy difcilcomprenderla. Por ejemplo, qu valor podemosdar a la promesa que hizo Dios a Abrahn deconceder a l y a su posteridad todo el territoriode Canan que jams posey ese caldeo? Es unade esas contradicciones que nos es imposibleresolver.

    Es asombroso y sorprendente que Dios, quehizo nacer a Isaac de una madre de noventa ycinco aos y de un padre centenario, ordenara aste degollar al hijo que le concedi, siendo asque no poda esperar ya nueva descendencia. Eseextrao mandato de Dios prueba que, en la

  • poca en que se escribi esa historia, era habitualen el pueblo judo el sacrificio de vctimashumanas, lo mismo que en otras naciones. Ahorabien, puede interpretarse la obediencia deAbrahn al referido mandato del Seor comouna alegora de la resignacin con que el hombredebe aceptar las rdenes que dimanan del SerSupremo.

    Debemos hacer una observacin importanterespecto a la historia de dicho patriarca,considerado como el padre de judos y rabes.Sus principales hijos fueron Isaac, que naci desu esposa por milagroso favor de la Providencia,e Ismael, que naci de su criada. En Isaac bendijoDios la raza del patriarca y, sin embargo, Isaac esel padre de una nacin desventurada ydespreciable que permaneci mucho tiempoesclava y vivi dispersa un sinfn de aos.Ismael, por el contrario, fue el padre de losrabes que fundaron el imperio de los califas,

  • que es uno de los ms extensos y ms poderososdel Universo.

    Los musulmanes profesan fervienteveneracin a Abrahn, que ellos llaman Ibraim,piensan que est enterrado en Hebrn y all vanperegrinando; algunos creen que est enterradoen la Meca y all acuden a reverenciarle.

    Algunos persas antiguos opinaron queAbrahn era el mismo Zoroastro. Les sucedi lomismo que a otros fundadores de las nacionesorientales, a los que se atribuan diferentesnombres y diferentes aventuras, pero segn sedesprende del texto de la Sagrada Escrituradebi de ser uno de esos rabes vagabundos queno tenan residencia fija. Le hemos visto nacer enUr, localidad de Caldea, ir a Harn, despus aPalestina, a Egipto, a Fenicia y al fin verseobligado a comprar su sepulcro en Hebrn.

  • Una de las ms notables circunstancias de suvida fue que a la edad de noventa y nueve aos,antes de engendrar a Isaac, orden que lecircuncidaran a l, a su hijo Ismael y a todos sussiervos. Debi de adoptar esta costumbre de losegipcios. Es difcil desentraar el origen de taloperacin. Parece lo ms probable que seinventara con el fin de precaver los abusos de lapubertad. Pero, a qu conduca cortarse elprepucio a los cien aos?

    Por otro lado, hay autores que aseguran queslo los sacerdotes de Egipto practicabanantiguamente esta costumbre para distinguirsede los dems hombres. En tiempos remotsimos,en Africa y en parte de Asia, los hombres en olorde santidad tenan por costumbre presentar elmiembro viril a las mujeres que encontraban alpaso para que lo besasen. En Egipto, llevaban enprocesin el falo, que era un prapo descomunal.Los rganos de la generacin eran consideradoscomo objeto noble y sagrado como smbolo de

  • poder divino. Les prestaban juramento y alhacerlo ponan la mano en los testculos, y puedeque de esa antigua costumbre sacaron la palabraque significa testigo, porque antiguamenteservan de testimonio y garanta. CuandoAbrahn envi un criado suyo a pedir a Rebecapara esposa de su hijo Isaac, el criado puso lamano en las partes genitales de Abrahn, que laBiblia traduce por la palabra muslo (Gnesis, 24,2).

    De lo que acabamos de decir se infiere lodistintas que eran de las nuestras las costumbresde la remota Antigedad. Al filsofo no debesorprenderle que antiguamente se jurara por estaparte del cuerpo, como que se jurara por otracualquiera. Tampoco debe extraar que lossacerdotes, siempre en su mana de distinguirsede los dems hombres, se pusieran un signo enuna parte del cuerpo tan reverenciada entonces.

  • Segn el Gnesis, la circuncisin fue adoptadamediante un pacto entre Dios y Abrahn, por elque se estipulaba que se deba quitar la vida alque no se circuncidara en la casa del mencionadopatriarca. No se dice sin embargo, que Isaac loestuviera, y en el referido libro no se vuelve ahablar de la circuncisin hasta los tiempos deMoiss.

    Terminamos este artculo sealando queAbrahn, adems de tener de Sara y de la criadaAgar dos hijos, cada uno de los cuales fue padrede una gran nacin, tuvo otros seis hijos deCethura que se afincaron en Arabia, pero suposteridad no fue clebre.

    ABUSO. Vicio inherente a todos los usos, atodas las leyes y a todas las institucioneshumanas. El catlogo de los abusos no cabra enninguna biblioteca. Los abusos dirigen losEstados. Si preguntramos a los chinos a losjaponeses o a los ingleses y les dijramos:

  • Vuestro gobierno es todo un cmulo de abusosque nunca subsanis, los chinos nosresponderan: Subsistimos como nacin hacems de cinco mil aos y tal vez somos el pueblomenos desdichado del mundo, porque somos elms apacible; los japoneses nos arguiran pocoms o menos lo mismo, y los ingleses noscontestaran: Somos muy poderosos en el mar yvivimos muy bien en la tierra; puede que dentrode diez mil aos perfeccionemos nuestroshbitos. El gran secreto consiste en estar mejorque los dems pueblos cometiendo enormesabusos.

    En este artculo slo vamos a ocuparnos delrecurso de alzada. Errara quien creyera quePierre de Cugnieres, hombre de leyes y abogadodel rey en el Parlamento de Pars, interpuso unrecurso de alzada en el ao 1330, en la poca deFelipe de Valois, ya que la frmula de dichorecurso no se introdujo hasta finales del reinadode Luis XII. Pierre de Cugnieres hizo cuanto

  • pudo para suprimir el abuso de las usurpacioneseclesiales, del cual se quejaban los juecesseculares, los seores que posean jurisdiccin ylos Parlamentos, pero no lo consigui. El clero,por su parte, se quejaba tambin de los seores,que no eran sino tiranos ignorantes que habanconculcado la justicia, y a los ojos de estosseores los eclesisticos eran otros tiranos quesaban leer y escribir. Felipe VI se vio obligado aconvocar a estos dos partidos, para que sereunieran en palacio ante l, no en el tribunal delParlamento como dice Pasquier. El rey presidien su trono rodeado de los pares, de los altosbarones y de elevados dignatarios quecomponan su Consejo, al que asistieron veinteprelados. El arzobispo de Sens y el obispo deAutun hablaron en nombre del clero. No se dicequin fue el orador por el Parlamento, ni por losseores. Es verosmil, sin embargo, que eldiscurso del abogado del rey fuera un resumende las alegaciones de las dos partes, que stehablara en nombre del Parlamento y de los

  • seores, y que el canciller resumiera las razonesalegadas por ambas partes. Sea como fuere,vamos a resear las quejas que expusieron losbarones y el Parlamento, redactadas por Pierrede Cugnieres:

    1. Cuando un laico citaba ante un juez real oseorial a un clrigo que no estuviera tonsurado,que slo hubiera recibido rdenes menores, eljuez de la curia deba significar a los jueces queno podan juzgarle, bajo pena de excomunin ymulta.

    2. La jurisdiccin eclesistica obligaba a loslaicos a comparecer ante ella en todos los litigiosque tuvieran con los clrigos en materia civil, porsucesin y por prstamo.

    3. Los obispos y abades establecern notarioshasta en las mismas haciendas de los laicos.

  • 4. Excomulgarn a los que no pagan susdeudas a los clrigos, y si el juez civil no lesobliga a pagar excomulgarn tambin a dichojuez.

    5. Cuando un ladrn pase a manos del juezcivil, ste debe remitir al juez eclesistico losobjetos robados; si no lo hace, incurre enexcomunin.

    6. El excomulgado slo podr ser absueltomediante pago de una multa.

    7. Los jueces civiles denunciarn a loslabradores y a los braceros que trabajen paraalgn excomulgado.

    8. Dichos jueces tendrn la facultad deproceder a inventarios en los dominios del rey,prevalidos de que saben escribir.

  • 9. Cobrarn ciertos derechos para conceder alrecin casado autorizacin para acostarse con sumujer.

    10. Se apoderarn de todos los testamentos.

    11. Declaran condenado a todo aquel quemuere sin testar, porque en ese caso la Iglesianada hereda de l, y para concederle al menoslos honores del entierro harn testamento ennombre suyo, en el que otorgaran mandas pas.

    Parecidas a stas, expusieron unas setentaquejas. Para defenderlas tom la palabra PierreRoger, arzobispo titular de Ses, que tena famade ser una notabilidad y haba de ocupar la SantaSede con el nombre de Clemente XVI. Empezpuntualizando que no hablaba para que lejuzgaran, sino para juzgar a sus adversarios, ypara aconsejar al rey que cumpliese con su deber.Dijo que Jesucristo, siendo Dios y hombre, eradueo del poder espiritual y del temporal y, portanto, los ministros de la Iglesia, que eran sus

  • sucesores, eran jueces de todos los hombres sindistincin.

    Pierre Bertrandi, obispo titular de Autun, alentrar en los detalles de la cuestin, asegur queslo se incurra en excomunin por habercometido algn pecado mortal, que el culpabledeba hacer penitencia y que la mejor penitenciaque poda hacer era dar dinero a la Iglesia. Tratde probar que los jueces eclesisticos tenan mscapacidad que los jueces reales o seoriales paraadministrar justicia, porque haban estudiado lasDecretales, que los dems jueces desconocan. Aesto podan haberle replicado que se debaobligar a los bailos y a los prebostes del reino aleer las Decretales para no cumplirlas nunca.

    La reunin de esta gran asamblea no sirvipara nada. El rey necesitaba contemporizar conel Papa, que haba nacido en su reino, tena laSanta Sede en Avin y era enemigo mortal delemperador Luis de Baviera. En toda poca la

  • poltica conserva los abusos que la justicia tratade evitar. De la mentada reunin tan slo queden el Parlamento el recuerdo imborrable deldiscurso que pronunci Pierre de Cugnieres ElParlamento se opuso desde entoncessistemticamente a las pretensiones de losclrigos y se apel siempre a l contra lassentencias dictadas por los jueces eclesisticos,cuyo procedimiento recibi la denominacin derecurso de alzada. Finalmente, todos losParlamentos de Francia acordaron que la Iglesiaconociera nicamente en materia deordenamiento eclesistico y en juzgar a todos loshombres indistintamente, con arreglo a las leyesdel Estado, conservando las normativas queprescriben las ordenanzas.

    ABUSO DE LAS PALABRAS. Lasconversaciones y los libros raras veces nosproporcionan ideas precisas. Se suele leer endemasa y conversar intilmente. Es, pues,

  • oportuno recordar lo que Locke recomienda:Definid los trminos.

    Una dama que come con exceso y no haceejercicio cae enferma El mdico le dice quedomina en ella un humor pecante, impurezas,obstrucciones y vapores, y le prescribe unmedicamento que le purificar la sangre. Quidea exacta puede tener de todas esas palabras?La paciente y la familia que las oyen no lascomprenden; ni el mdico tampoco.Antiguamente, el facultativo recetababuenamente una infusin de hierbas caliente ofra.

    Un jurisconsulto, en el ejercicio de suprofesin, anuncia que por la inobservancia delas fiestas y los domingos se comete crimen delesa majestad divina en la persona del Hijo, estoes, el segundo jefe. La expresin majestad divinanos da la idea del ms enorme de los crmenes y,desde luego, del ms horrendo de los castigos.Pero, a propsito de qu la pronunci el

  • jurisconsulto? Por no haber observado las fiestasde guardar, lo que puede suceder al hombre mshonrado del mundo.

    En todas las polmicas que se entablan acercade la libertad, uno de los argumentadoresentiende casi siempre una cosa y su adversariootra. Luego surge un tercero en discordia, que noentiende al primero ni al segundo, pero quetampoco lo entienden a l. En las disputas sobrela libertad, uno posee la potencia de pensamientode imaginar, otro la de querer y el tercero eldeseo de ejecutar; corren los tres, cada unodentro de su crculo, y no se encuentran nunca.Igual sucede en las quejas sobre la gracia. Quinpuede comprender su naturaleza, susoperaciones, la suficiente que no basta y la eficaza la que nos resistimos? Hace dos mil aos que seviene pronunciando la frase forma sustancialsin tener la menor nocin de ella; esta frase se hasustituido ahora por la de naturaleza plstica,sin ganar nada en el cambio.

  • Se detiene un viajero ante un torrente ypregunta a un labriego que ve al otro lado pordnde est el vado: Id hacia la derecha,contesta el buen hombre. El viajero toma laderecha y se ahoga. El labriego va corriendohacia l y le grita: No os dije que avanzaraishacia vuestra mano derecha, sino hacia la ma.El mundo est lleno de estas equivocaciones.

    Al leer un noruego esta frmula que usa elpapa: servidor de los servidores de Dios, cmoha de comprender que el que la dice es el obispode los obispos y el rey de los reyes?

    En la poca en que los papeles fragmentariosde Petronio gozaban de fama en la literatura,Meibomins, sabio de Lubeck, ley en una cartaque imprimi otro sabio de Bolonia lo siguiente:Aqu tenemos un Petronio completo, y lo hevisto y lo he admirado. Ni corto ni perezoso,Meibomins emprende viaje a Italia, se dirige a

  • Bolonia, busca al bibliotecario Capponi y lepregunta si es verdad que tiene all el Petroniocompleto. Capponi le responde que es pblico ynotorio, y acto seguido le conduce a la iglesiadonde descansa el cuerpo de san Petronio.Meibomins toma la diligencia y huye.

    Si el jesuta Daniel tom a un abad guerrero,martialem abbatem, por el abad Marcial, cienhistoriadores han incurrido en mayores errores.El jesuita Dorleans, en su obra Revoluciones deInglaterra, habla indiferentemente deNorthampton y de Southampton, noequivocndose ms que de Norte a Sur.

    Frases metafricas tomadas en un sentidopropio han decidido muchas veces la opinin demuchas naciones. Conocida es la metfora deIsaas: Cmo caste del cielo, estrella brillanteque apareces al rayar el alba? Supusieron queen esa imagen aludan al diablo, y como la vozhebrea que corresponde a la estrella de Venus se

  • tradujo en latn por la palabra Lucifer, desdeentonces se ha llamado siempre Lucifer al diablo.

    El ejemplo ms singular del abuso de laspalabras, de los equvocos voluntarios y de loserrores que han producido ms trastornos, nos loofrece la voz Kin-Tien, de China. Variosmisioneros de Europa disputaronacaloradamente sobre la significacin de esapalabra y Roma envi un francs llamadoMaigrot, nombrndolo obispo imaginario de unaprovincia de China, para que decidiera el sentidode tal palabra. Maigrot desconoca por completoel idioma chino. El emperador se dignexplicarle lo que en su lengua significabaKin-Tien, Maigrot no lo quiso creer y logr queRoma excomulgase al emperador de China.

    No acabaramos nunca si hubiramos dereferir todos los abusos de palabras que nosacuden a la mente.

  • ACADEMIA. Las academias son a lasuniversidades lo que la edad madura es a lainfancia, lo que el arte de hablar es a laGramtica, y lo que la cultura es a las primeraslecciones de la civilizacin. Las academias, nosiendo mercenarias, deben ser absolutamentelibres. As son las academias de Italia, laAcademia Francesa y la Sociedad Real deLondres.

    La Academia Francesa, formada por supropio impulso, aunque constituida por cdulareal de Luis XIII, no estaba subvencionada y, porlo mismo, no tena que acomodarse a ningunasujecin; esto fue precisamente lo que indujo alos primeros hombres del reino y hasta a losprncipes a solicitar que les admitieran encorporacin tan ilustre. La Sociedad Real deLondres goz de igual ventaja.

    El clebre Colbert, siendo miembro de laAcademia Francesa, comision a algunos colegas

  • suyos para que compusieran las inscripciones ylas divisas de los edificios pblicos.

    Esa comisin, a la que se incorporaroninmediatamente Racine y Boileau, se convirti enseguida en una Academia aparte, denominadaen el ao 1663 Academia de las Inscripciones,hoy de Bellas Letras. La Academia de Ciencias sefund en 1666. La instalacin de estos dosestablecimientos se debe al ministro Colbert, quecontribuy de varios modos a dar esplendor alsiglo de Luis XIV.

    Tras la muerte de Colbert y del marqus deLouvois, el conde de Pontchartrain, secretario deEstado, encarg a su sobrino el abate Bignour ladireccin de las nuevas academias. Se crearonplazas de socios honorarios para las que no seexiga ciencia alguna y no eran retribuidas,plazas de pensionados que exigan ciertostrabajos, plazas de socios sin pensin, y plazas de

  • discpulo, ttulo desagradable que se suprimidespus.

    La Academia de Bellas Letras se organizsobre la misma base y las dos quedaronsometidas a la dependencia inmediata delsecretario de Estado.

    El abate Bignon se atrevi a proponer elmismo reglamento para la Academia Francesa,de la que era miembro, pero lo recibieron conindignacin unnime. Los menos favorecidos enla Academia fueron los primeros que rechazaronlas ofertas y prefirieron la libertad y el honor alas pensiones.

    El vocablo Academia lleg a ser tan clebreque cuando el compositor Lulli obtuvo licenciapara establecer su Academia de Opera en 1672,hizo insertar en las sucursales en que se leconceda el permiso las siguientes palabras:Academia Real de Msica, en la que los

  • caballeros y las damas nobles pueden ir a cantarsin desdoro de su clase.

    La palabra academia, de origen griego,significaba antiguamente sociedad, escuela defilosofa en Atenas, que se reuna en un jardnlegado para este objeto por el mecenas Academo.Los italianos fueron los primeros queinstituyeron semejantes sociedades en la pocadel renacimiento de las letras. La Academia de laCrusca se fund en el siglo XVI. En poco tiempose fundaron otras en todas las ciudades de Italiadedicadas al cultivo de las ciencias.

    El ttulo de academia se prodig tanto enFrancia que durante algunos aos se aplic hastaa las reuniones de jugadores que antiguamentese llamaban garitos y se conocan por academiasde juego. Los jvenes que practicaban laequitacin y la esgrima en los crculos destinadosa ello se llamaron academistas, no acadmicos. Elttulo de acadmico qued reservado para los

  • socios de las tres academias, la Francesa, la deCiencias y la de Inscripciones.

    La Academia Francesa ha prestado grandesservicios a la lengua. La de Ciencias ha sido muytil, porque sin decantarse por ningn sistemapublica los adelantos y los descubrimientosmodernos. La de Inscripciones se ocupa deestudiar los monumentos de la Antigedad ydesde hace algunos aos viene publicandoMemorias sumamente instructivas.

    La Sociedad Real de Londres no adoptnunca, en cambio, el nombre de Academia.

    Las academias de provincias han reportadograndes ventajas. Han excitado la emulacin,han acostumbrado al trabajo, han hecho que losjvenes se dediquen a lecturas tiles, handisminuido la ignorancia y las preocupacionesen algunas ciudades y han dado un golpe mortala la pedantera.

  • ADN. Mucho se ha hablado y escrito sobreAdn y Eva. Los rabinos han divulgado multitudde historietas sobre Adn y resultara tan vulgarrepetir lo que otros dijeron, que vamos aaventurar respecto a Adn una idea que se nosantoja nueva o que al menos no se halla en losautores antiguos, en los Padres de la Iglesia, ni enningn predicador telogo conocido. Me refieroal total silencio que sobre Adn guard toda latierra habitable, excepto Palestina, hasta la pocaen que empezaron a conocerse en Alejandra loslibros hebreos, cuando se tradujeron al griego enel reinado de los Tolomeos. Pero, aun entonces,fueron poco conocidos. Los libros de entonceseran escasos y caros. Adems, los judos deJerusaln estaban tan enfadados con los deAlejandra, proferan tantas acusaciones porhaber traducido la Biblia en lengua profana, lesinjuriaban tanto por ello, que los hebreosalejandrinos ocultaron esa traduccin mientrasles fue posible. Buena prueba de ello es que

  • ningn autor griego ni romano la mencionahasta el reinado del emperador Aurelio.

    El historiador Josefo, al responder a Apin(Historia antigua de los judos, lib. I, captulo IV),confiesa que los judos estuvieron mucho tiemposin tener trato alguno con las dems naciones.Son sus palabras: Habitamos un territorio muylejos del mar. No nos dedicamos al comercio yno nos comunicamos con los dems pueblos. Noes, pues, de extraar que nuestra nacin,apartada del mar y sin haberse ocupado deescribir, sea tan poco conocida.

    A nosotros s que nos extraa que Josefo digaque su nacin haca alarde de no escribir cuandotena publicados ya veintids libros cannicos,sin contar el Targum de Onkelos. Aunquedebemos considerar que veintids volmenesmuy pequeos nada significaban comparadoscon el gran nmero de libros que componan labiblioteca de Alejandra, cuya mitad fue

  • quemada en la guerra de Csar. De lo que nocabe duda es que los judos haban escrito y ledomuy poco, eran profundamente ignorantes enastronoma, geometra, geografa y fsica, noconocan la historia de los dems pueblos y queempezaron a instruirse en Alejandra. Su lenguaera una mezcla brbara del antiguo fenicio y decaldeo corrompido, y tan pobre que careca dealgunos de los modos en la conjugacin de losverbos.

    Por lo tanto, al no comunicar a ningnextranjero sus libros ni sus ttulos, ningnhabitante de la tierra a excepcin de ellos habaodo hablar de Adn, Eva, Abel, Can y No. SloAbrahn, con el tiempo, lleg a ser conocido enlos pueblos orientales, pero ningn puebloantiguo crea que Abrahn o Ibraim fueran eltronco del pueblo hebreo

    Tan insondables son los designios de laProvidencia que el gnero humano ignor a su

  • padre y a su madre hasta tal punto que losnombres de Adn y Eva no se encuentran enningn autor griego, en Grecia, Roma, Persia,Siria, ni en la misma Arabia, hasta la poca deMahoma. Dios permiti que los ttulos de la granfamilia humana los conservara la ms pequea ydesventurada parte de la misma.

    Cmo es posible que a Adn y Eva losdesconocieran todos sus hijos? A qu se debeque no hallemos en Egipto ni en Babilonianingn rastro, ninguna tradicin de nuestrosprimeros padres? Por qu Orfeo, Limus yTamaris no se ocupan de ellos? De haber sidocitados nos lo hubieran dicho Hesiodo yHomero, que se ocupan de todo excepto de estosprotoautores de la raza humana.

    Clemente de Alejandra, que nos ha legadotan valiosos testimonios de la Antigedad,hubiera mencionado en algn pasaje a Adn yEva. Eusebio, en su Historia Universal, que nos

  • ofrece las pruebas ms remotas de esa mismaAntigedad hubiera podido siquiera aludir anuestros primeros padres. Est probado, pues,que fueron por completo desconocidos de lasnaciones antiguas.

    En el libro de los brahmanes titulado elEzour-Veidam se encuentran el nombre deAdimo y el de Procriti, su mujer. Si Adimo tienealgn parecido con Adn, los hindes contestana esto: Fuimos una gran nacin establecida enlas riberas del Indo y en las del Ganges, muchossiglos antes que la horda hebrea se establecieraen las orillas del Jordn. Los egipcios los persas ylos rabes venan a aprender de nuestro pueblo ya comerciar con l cuando los judos eran todavadesconocidos para el resto de los hombres; esobvio, pues, que no pudimos copiar nuestroAdimo de su Adn. Nuestra Procriti en nada separece a su Eva, y por otro lado su historia escompletamente distinta. Es ms, el Vedas, cuyocomentario es el Ezour-Veidam, pasa entre

  • nosotros por ser ms antiguo que los librosjudos, y el Vedas es una nueva ley dictada a losbrahmanes mil quinientos aos despus de laprimera, llamada Shasta.

    Esas son, poco ms o menos, las objecionesque los brahmanes suelen oponer, an hoy, a loscomerciantes de nuestros pases que van a laIndia y les hablan de Adn y Eva, Abel y Can.

    El fenicio Sanchoniathon, que vivaindudablemente antes de la poca en quesituamos a Moiss, y que Eusebio cita comoautor autntico, atribuye diez generaciones a laraza humana, al igual que Moiss, hasta la pocade No. Pues bien, al resear esas diezgeneraciones no habla de Adn y Eva, deninguno de sus descendientes y ni siquiera deNo. Pero an hay ms, los nombres de losprimeros hombres, sacados de la traduccingriega que hizo Filn de Biblos, son: Kou, Genos,Fox, Libau, Uson, Halieus, Chrisor, Tecnites,

  • Agrove y Anime. Ellos constituyen las diezprimeras generaciones. En ninguna de lasantiguas dinastas de Caldea, ni en las de Egipto,encontramos el nombre de Adn ni el de No. Enresumen, todo el mundo antiguo calla suexistencia.

    Preciso es confesar que no ha habido ejemploalguno de semejante olvido. Todos los pueblos sehan atribuido orgenes legendarios, creyendoraras veces en su origen verdadero. Esincomprensible que el padre de todas lasnaciones de la tierra fuera desconocido durantemuchsimo tiempo; su nombre deba habercorrido de boca en boca de un extremo a otro delmundo, siguiendo el curso natural de las cosashumanas. Humillmonos ante los decretos de laProvidencia que permiti tan asombroso olvido.

    Todo fue misterioso y recndito en la nacinque diriga Dios, en la nacin que abri el caminodel cristianismo, y que fue el olivo borde en el

  • que se injert el olivo cultivado. Los nombres delos progenitores del gnero humano,desconocidos para los hombres, deben ocupar lacategora de los grandes misterios.

    Me atrevo a afirmar que fue necesario unverdadero milagro para cerrar los ojos y odos detodos los pueblos, y destruir en ellos la memoriay hasta el vestigio de su primer padre. Quhubieran respondido Csar, Antonio, Craso,Pompeyo Cicern, Marcelo y Metelo al infelizjudo que, al venderles un blsamo, les hubieradicho: Todos nosotros descendemos del padrecomn llamado Adn? El Senado romano enpleno le hubiera contestado: Enseadnosnuestro rbol genealgico. Entonces el judohubiera aducido las diez generaciones hasta No,hasta la inundacin de todo el Globo por eldiluvio, que tambin fue otro secreto. El Senadole hubiera objetado preguntndole cuntaspersonas haba dentro del arca para alimentar atodos los animales en diez meses y todo el ao

  • siguiente, durante el cual no se podran procurarninguna clase de alimento. El judo lescontestara: Haba en el arca ocho personas, Noy su mujer, sus tres hijos Sem, Cam y Jafet, y lasesposas de stos. Toda esa familia descenda deAdn por lnea directa.

    Cicern se habra enterado a no dudar de losmonumentos y testimonios irrefutables que Noy sus hijos hubieran dejado en el mundo denuestro padre comn. Despus del diluvio, entoda la tierra hubieran resonado los nombres deAdn y de No, el uno como padre y el otrocomo restaurador de las razas humanas, susnombres hubieran salido de todas las bocas encuanto hablaran, figuraran en todos lospergaminos que se escribieran y en las puertasde los templos que se edificaran, en las estatuasque se les erigieran. Conocais tan trascendentalsecreto y nos lo habis ocultado, exclamara elSenado, y el judo replicara: Es que los hombresde mi nacin somos puros y vosotros sois

  • impuros. El senado romano se echara a rer omandara que azotaran al judo. Tan aferradosestn los hombres a sus prejuicios!

    La piadosa Madame de Bourignon afirma queAdn fue hermafrodita como todos los primeroshombres del divino Platn. Dios revel ese gransecreto a la devota dama, pero como no me lo harevelado a m, no me ocupar de l. Los rabinosjudos que leyeron los libros de Adn conocen elnombre de su preceptor y el de su segundamujer, pero como tampoco he ledo los libros denuestro primer padre tampoco tratar de ellos.Algunos espritus hueros, aunque muyinstruidos, se asombran al leer en el Veda de losantiguos brahmanes que el primer hombre fuecreado en la India, que se llamaba Adimo, quesignifica engendrador, y que su mujer se llamabaProcriti, que significa vida. Aseguran que la sectade los brahmanes es ms antigua que la de losjudos y que stos slo pudieron escribir bastantems tarde en lengua cananea, puesto que ellos se

  • establecieron muy tarde en el pequeo pas deCanan. Aaden que los hindes siempre fueroninventores, que los judos siempre imitaron; queaqullos fueron ingeniosos y stos zafios; que nose comprende que Adn, que era rubio y de pelolargo, fuera el padre de los negros, que son delcolor de la tinta y tienen por pelo lana negra yencrespada. Y no s cuntas cosas ms. Yo nadadigo sobre esto. Dejo estas indagaciones alreverendo padre Berruyer, de la Compaa deJess, que es el autor ms inocente que heconocido. Quemaron su obra porque juzgaronque quiso poner la Biblia en ridculo. Pero yo nopuedo creer que tuviera ingenio para ello.

    No vivimos ya en un siglo en que puedaexaminarse seriamente si Adn posey o no laciencia infusa. Los que promovieron durantemucho tiempo esta cuestin era porque carecanpor igual de ciencia infusa y de cienciaadquirida.

  • Resulta tan difcil saber en qu poca seescribi el libro del Gnesis que habla de Adn,como conocer la fecha de los Vedas y de otrosantiguos libros asiticos. Pero es importantenotar que no permitan a los judos leer el primercaptulo del Gnesis antes de cumplir losveinticinco aos. Muchos rabinos dicen que lacreacin de Adn y Eva y su historia slo es unaalegora. Todas las naciones antiguas conocidashan ideado alegoras semejantes, y como por unacuerdo singular, que denota la debilidad denuestra naturaleza, todas han explicado el origendel mal moral y del mal fsico de forma muyparecida. Los caldeos, los indios, los persas y losegipcios se han explicado casi de igual modo lamezcla del bien y del mal inherente a lanaturaleza humana. Los judos que salieron deEgipto conocan la filosofa alegrica de losegipcios; ms tarde mezclaron sus vagosconocimientos adquiridos con los queaprendieron de los fenicios y de los babiloniosdurante su larga esclavitud. Ahora bien, como es

  • natural y lgico que el pueblo grosero imitegroseramente las ideas de un pueblo civilizado,no debe extraar que los judos inventaran que laprimera mujer fue formada de la costilla delprimer hombre, que soplase Dios en el rostro deAdn el espritu de la vida, que prohibiera Dioscomer el fruto de cierto rbol y que el quebrantode esta prohibicin produjera la muerte, el malfsico y el mal moral. Imbudos en la idea queadquirieron en pueblos ms antiguos de que laserpiente es un ser muy astuto, le atribuyeronfcilmente el don de la inteligencia y el don de lapalabra.

    Este pueblo, que por estar arraigado en unrincn de la tierra la crea larga, estrecha y plana,pens tambin que todos los hombresdescendan de Adn sin suponer siquiera quepudieran existir los negros, cuyo aspecto es muydistinto del nuestro, y sin imaginar que stosocupaban vastas regiones. Como tampocopodan imaginar la existencia de Amrica.

  • Es sumamente extrao que se permitiera alpueblo judo leer el Exodo, prdigo en milagros,y no les dejaran leer antes de los veinticinco aosel primer captulo del Gnesis, en el que todo esmilagroso porque trata de la creacin. Debi ser,por el modo singular de expresarse el autor en elprimer versculo: En el principio hicieron losdioses el cielo y la tierra (1). Teman, sin duda,dar ocasin a los judos jvenes para queadorasen mltiples dioses. Esto pudo sertambin porque Dios, que cre al hombre y a lamujer en el primer captulo, los rehace en elsegundo, y no queran que la juventud seenterase de esta apariencia de contradiccin. Oporque se dice en este captulo que los dioseshicieron al hombre a su imagen y semejanza yesta frase presentaba a los ojos de los judos unDios demasiado corporal. O porque dicindoseen el susodicho captulo que Dios sac unacostilla a Adn para formar a la mujer, losmuchachos que no se chuparan el dedo se

  • palparan las costillas y veran que no les faltabaninguna. O acaso tambin porque Dios, queacostumbraba a pasearse al medioda por eljardn del Edn, se burl de Adn despus de sucada y su tono satrico pudiera inspirar a lajuventud aficin a las burlas. Cada lnea delcaptulo en cuestin proporciona razonesplausibles para prohibir su lectura, pero si nosfundamos en dichas razones no se comprendecmo se permiti la lectura de los demscaptulos. A pesar de todo, siempre resultasorprendente que los judos no

    (1) Los dioses esta es la exacta traduccin dela palabra elohim. Con frecuencia se cita esapalabra para demostrar que la lengua hebrea fuehablada en poca muy antigua por algn pueblopolitesta. pudieran leer el referido captulo hastalos veinticinco aos.

    No nos ocuparemos aqu de la segunda mujerde Adn, llamada Lilith, que los rabinos le

  • atribuyen, porque reconocemos que sabemosmuy pocas ancdotas de su familia.

    ADORAR (Culto de latria, Cancinatribuida a Jess, Danza sagrada, Ceremonias).Es grave defecto de las lenguas modernasdedicar la misma palabra al Ser Supremo y a unamujer hermosa. Lo mismo se sirve el predicadoren una homila de la expresin adorar a Dios,que el amante en un baile cuando se dirige a lamujer amada y adora sus encantos.

    Los griegos y los romanos no cayeron en esaextravagante profanacin. Horacio no dice queadora a Lalage, ni Tbulo a Delia. Si hay algnpretexto que disculpe nuestra indecencia, steconsiste en que en nuestras peras y canciones seacostumbra mencionar los dioses mitolgicos.Los poetas han dicho muchas veces que su Filisera ms digna de adoracin que las falsasdivinidades, y nadie pudo vituperarlos porque lodijeran. Pero poco a poco nos hemos ido

  • acostumbrando a dicha expresin hasta el puntode que hemos llegado a tratar de la misma formaal Dios del Universo que a una tiple de pera, sinpercatarnos del ridculo en que hemos incurrido.Volvamos los ojos a otro lugar y fijemos nuestravista en la importancia esencial del asunto.

    No hay nacin civilizada que no rinda cultopblico de adoracin a Dios. En Asia y en Africano se obliga a nadie a ir al templo o a lamezquita. La libre asistencia a los cultos pudoservir para hermanar a los pobres y hacerles mshumanos en la sociedad; lo malo es que algunasveces se han enfrentado entre s dentro delrecinto que deba ser remanso de paz. Losfeligreses fanticos inundaron de sangre eltemplo de Jerusaln degollando en l a sushermanos. Nosotros tambin hemos profanadoalgunas veces nuestras iglesias haciendo en ellasvctimas humanas.

  • En el artculo dedicado a China veremos queel emperador es all el primer pontfice, ydescribiremos el culto sencillo y augusto que sepractica. En otras partes es sencillo, pero no esmajestuoso, como por ejemplo el de losreformistas en Europa y el de la Amrica inglesa.

    En nuestros pases catlicos se enciendencirios en los altares al medioda, prcticaconsiderada como una abominacin en tiemposantiguos. Existen conventos de monjas que si seles redujera la cantidad de cirios creeran que sehaba extinguido la luz de la fe y que seaproximaba el fin del mundo. La Iglesiaanglicana conserva un trmino medio entre laspomposas ceremonias romanas y la parquedadde los cultos calvinistas.

    El canto, la danza y los hachones encendidosconstituan ceremonias esenciales en las fiestassagradas de Oriente. Por la historia antiguasabemos que los primitivos egipcios daban la

  • vuelta a sus templos cantando y bailando. Nohaba ninguna institucin sacerdotal en Greciaque no utilizara cantos y danzas. Los hebreosadquirieron esa costumbre de los puebloscercanos. David cantaba y bailaba delante delArca.

    San Mateo habla de un cntico entonado porel mismo Jess y por los apstoles despus decelebrar las pascuas (1).

    (1) Hymno dicto, San Mateo, 26, 39.

    Ese cntico, que ha llegado hasta nuestrosdas, no est incluido en los libros cannicos,pero hallamos fragmentos del mismo en una delas cartas de san Agustn dirigidas al obispoCeretius. San Agustn no dice que no se cantaraese himno ni rechaza sus palabras, slo condenaa los priscilianistas, (2) que aun admitiendo estehimno en su evangelio le daban unainterpretacin errnea, que a l se le antojaba

  • impa. He aqu el cntico tal como se encuentradividido en partculas en el mismo san Agustn:

    Quiero absolver y ser absuelto.

    Quiero salvar y salvarme.

    Quiero engendrar y ser engendrado.

    Quiero cantar y que bailen todos de alegra.

    Quiero llorar y que todos participen de midolor.

    Quiero ataviarme y ser ataviado.

    Soy lmpara para todos los que me veis.

    Soy puerta para todos los que llamis a ella.

    Lo que veis que haga, no lo digis.

  • Cumplid todo lo que os digo y an tengo msque deciros.

    (2) Priscilianismo, hereja de Prisciliano, quefue un obispo espaol del siglo IV.

    Aunque se haya puesto en duda el cnticocitado, lo cierto es que el himno se entonaba entodas las ceremonias religiosas antiguas.Mahoma lo encontr instituido en Arabia, y loestaba tambin en la India. Parece que no lousaron los letrados de China. Las ceremoniastienen en todas partes semejanzas y diferencias,pero se adora a Dios en todo el mundo.

    Es un consuelo para nosotros que losmahometanos, los indios, los chinos y lostrtaros, adoren un Dios nico, ya que en estoson hermanos nuestros. Existiendo un Diosnico adorado en todo el mundo, por qu losque le reconocen por padre le ofrecen el continuoespectculo de ser. hijos que se detestan, que se

  • anatematizan, se persiguen y se matan por neciasdisputas?

    No es fcil explicar de manera satisfactoria loque griegos y romanos entendan por la palabraadorar, ni si adoraban a los faunos, a los silvanos,a las dradas y a las nyades, como adoraban asus dioses mayores. No es verosmil que Antnoofuese adorado por los nuevos egipcios con elmismo culto que Serapis. Lo indudable es que losantiguos egipcios no adoraban las cebollas y loscocodrilos del mismo modo que a Isis y a Osiris.

    Respecto a si Simn, llamado el Mago, fueadorado por los romanos nosotros creemos quefue absolutamente desconocido de ellos. SanJustino en su Apologa, tan desconocida enRoma como el tal Simn, dice que dedicaron adicho personaje una estatua en el Tber, entre losdos puentes, con esta inscripcin: Simoni deosanto. Ireneo y Tertuliano tambin lo afirman,pero a quin? A gentes que no haban estado

  • nunca en Roma, a africanos, a sirios y a algunoshabitantes de Sichem. Ciertamente, no vieron laestatua a que se refieren y que contiene estainscripcin: Semo sanco deofidio, y no la queellos dicen y hemos transcrito.

    Debieron al menos consultar a Dionisio deHelicarnaso, que en su cuarto libro inserta lainscripcin Semo sanco, que significa en sabinomitad hombre y mitad dios. Tito Livio, en el libroVIII, captulo XX, dice: Bona Semoni sancocensuerunt consecranda. Este dios fue uno delos ms antiguos que se reverenciaron en Roma.Lo consagr Tarquinio el Soberbio y era el diosde las alianzas de buena fe. Le sacrificaban unbuey y en la piel de ste escriban el tratadoconcertado con los pueblos limtrofes. Leerigieron un templo cerca de Tirimus y lepresentaban ofrendas, bien invocndole con elnombre de padre Semo, bien con el de Sancuslidius. Esta es la deidad romana que durantemuchos siglos tomaron por Simn el Mago. San

  • Cirilo lo crey as, y san Agustn dice en elprimer libro de las Herejas, que Simn el Magohizo erigir dicha estatua por orden delemperador y del Senado.

    Esa increble fbula, cuya falsedad es fcil dedescubrir, se enlaz durante mucho tiempo conotra fbula, la de que san Pedro y el citado Simncomparecieron ante Nern y en presencia de stese desafiaron a ver quin resucitara ms prontoa un muerto que fuera pariente cercano deNern y quin se elevara ms alto en el aire.Simn hizo que varios diablos le elevaran en uncarro de fuego, y san Pedro y san Pablo, pormedio de oraciones, lo hicieron caer en tierradesde gran altura y se rompi las piernas ymuri. Irritado Nern por esto, mand ejecutar asan Pablo y san Pedro (1).

    (1) Vase el artculo Pedro (san).

  • Abdas, Marcelo y Hegesipo nos refieren esahistorieta con diferentes detalles; Arnobo, sanCirilo, Severo Sulpicio, Filastro, san Epifanio,Isidoro, Dedamiete, Mximo de Turn y otrosautores han transmitido sucesivamente esteerror, que fue generalmente aceptado hasta quese encontr en Roma la estatua de Semos sancusdeus fidius, y hasta que el sabio Mabillosdesenterr uno de los monumentos antiguos quecontena la inscripcin Semoni sanco deo fidio.

    No obstante, es cierto que existi un Simnque los judos tuvieron por mago, y no es menoscierto que dicho Simn, hijo de Samaria, reuni yse puso al frente de algunos infelices a los quepersuadi de que era el representante de lavirtud en la tierra, enviado por Dios. Bautizabacomo los apstoles y eriga altares enfrente de losde stos.

    Los judos de Samaria, que siempre fueronenemigos de sus hermanos de Jerusaln, se

  • atrevieron a poner a Simn enfrente deJesucristo, que tena por apstoles y discpulos agentes de la tribu de Benjamn o de la de Jud.Simn bautizaba cual los apstoles, pero aadael fuego al agua del bautismo y deca que habaprofetizado su venida al mundo san JuanBautista, fundndose en estas palabras: El quedebe venir detrs de m ser ms poderoso queyo y os bautizar con el Espritu Santo y con elfuego (2).

    (2) San Mateo, 3, 11.

    Simn encenda encima de la pila bautismaluna ligera llama con petrleo sacado del lagoAsfaltide. Su secta lleg a ser bastante numerosapero no es creble que sus discpulos le adoraran.San Justino es el nico que lo cree.

    Menandro (3), al igual que Simn, se presentcomo enviado de Dios y salvador de loshombres. Todos los falsos Mesas se daban a s

  • mismos el ttulo de enviados de Dios, pero noexigan que les adorasen. Antiguamente no sediviniz en vida a ningn hombre siexceptuamos a Alejandro o a los emperadoresromanos, que despticamente lo ordenaban as alos pueblos esclavos. Con todo, no fue unaadoracin propiamente dicha sino veneracinextraordinaria, apoteosis prematura, adulacintan ridcula como la que Virgilio y Horacioprodigaron al emperador Octavio.

    (3) Este Menandro no es el poeta cmico, sinoun discpulo de Simn el Mago, tan charlatncomo su maestro.

    ADULACIN. En la ms remota Antigedadno se encuentran rastros de adulacin. No lausaban Hesodo ni Homero; tampoco dirigansus cantos a ningn griego que ostentara altasdignidades, ni a su esposa, as como Thomsondedica cada canto de su poema las Estaciones aalguna persona adinerada, ni como muchos

  • autores de epstolas en verso, que hoy yacen enel olvido, dedicaron sus obras a personasinfluyentes, colmndolas de elogios. Tampoco seencuentran adulaciones en Demstenes. Laforma de mendigar ddivas en armoniososversos empieza con Pndaro, si no me equivoco.No cabe una forma ms aduladora de tender lamano.

    Entre los romanos, el sistema de adular datade la poca de Augusto. Julio Csar apenas tuvotiempo para que le adularan. No conocemosningn poema dedicado a Sila, a Mario, ni a susesposas y amantes. Pero s debieron dedicarversos malos a Lculo y a Pompeyo, pero, a Diosgracias, no han llegado hasta nosotros.

    Resulta un espectculo poco edificante verque Cicern, que era igual en dignidad a Csar,hable delante de l defendiendo como abogado aun rey de la Bitinia y Armenia, llamado Geyotar,acusado de conspirar y hasta de pretender el

  • asesinato de Csar. Dice Cicern que se sientecohibido en presencia de tan ilustre personaje yle llama vencedor del mundo, victorem orbisterrarum, pero la adulacin no llega hasta labajeza sino que conserva cierto pudor. En lapoca de Augusto, lo pierde por completo y llegael famoso orador a los ltimos extremos.

    El Senado acuerda otorgar a dicho emperadorla apoteosis en vida. Esta adulacin setransform en una especie de tributo que losromanos tuvieron que pagar a los emperadoressiguientes y que lleg a convertirse en unaespecie de costumbre. Pero a nadie puedehalagar una adulacin que se generaliza.

    En Europa no tenemos grandes ejemplos deadulacin hasta Luis XIV. Su padre, Luis XIII, fuemuy agasajado, pero slo se le tributan alabanzasen algunas de las odas de Malherbe, quiensiguiendo la costumbre le llama el rey msgrande de los reyes, como los poetas espaolesllaman al rey de Inglaterra. Pero casi todos sus

  • elogios los dedica al cardenal Richelieu. SobreLuis XIV cay todo un diluvio de adulaciones,pero no le perjudicaron como al hroe de laancdota que qued sofocado bajo los montonesde ptalos de rosa que arrojaron sobre l; lasadulaciones le incitaron a portarse mejor.Cuando la adulacin se funda en motivoplausible no es perniciosa, estimula a acometergrandes empresas; pero sus excesos son nocivosal igual que los excesos de la stira.

    Es necedad bastante frecuente que losoradores se empeen en elogiar al prncipeincapaz de hacer nada bueno. Resultavergonzoso que Ovidio tribute elogios a Augustodesde el lugar de su destierro.

    ADULTERIO. No debemos esta palabra a losgriegos, sino a los romanos. Adulterio significaen latn alteracin, adulteracin; una cosa puestaen lugar de otra; llaves falsas, contratos y signosfalsos, adulterio. Por eso al que se meta en lecho

  • ajeno se le llam adltero, como una llave falsaque abre la casa de otro. Por eso llamaron porantfrasis coccix cuclillo al pobre marido en cuyacasa y cama pone los huevos un hombre extrao.El naturalista Plinio, dice: Coccixova subdit innidis alienis, ita plerique alienas uxores faciuntmatres (El cuclillo deposita sus huevos en elnido de otros pjaros; de este modo muchosromanos hacen madres a las mujeres de susamigos). La comparacin no es muy exactaporque aunque se compara al cuclillo con elcornudo, siguiendo las reglas gramaticales elcornudo deba ser el amante y no el esposo.

    Algunos doctos sostienen que debemos a losgriegos el emblema de los cuernos, porque losgriegos designan con la denominacin de machocabro al esposo de la mujer que es lasciva comouna cabra. En efecto, los griegos llaman a losbastardos hijos de cabra.

  • La gente fina, que no usa nunca trminosmalsonantes, no pronuncia jams la palabraadulterio. Nunca dicen la duquesa de tal cometeadulterio con fulano de cual, sino la marquesa Atiene trato ilcito con el conde de B. Cuando lasseoras confiesan a sus amigos o a sus amigassus adulterios, slo dicen: Reconozco que letengo aficin. Antiguamente, declaraban que leapreciaban mucho, pero desde que una mujerdel pueblo declar a su confesor que apreciaba aun consejero y el confesor le pregunt: Cuntasveces le habis apreciado?, las damas deelevada condicin no aprecian a nadie... ni van aconfesarse.

    Las mujeres de Lacedemonia no conocieron laconfesin, ni el adulterio. Y aunque el caso deMenelao demuestra lo que Elena era capaz dehacer, Licurgo puso orden consiguiendo que lasmujeres fueran comunes por acuerdo entremarido y mujer. Cada uno poda disponer de loque le perteneca. En tales casos, el marido no

  • poda temer el peligro de estar alimentando ensu casa a un hijo de otro, pues todos los hijospertenecan al Estado y no a una familiadeterminada. De este modo no se perjudicaba anadie. El adulterio es condenable porque es unrobo, pero no puede decirse que se roba lo quenos dan. Un marido lacedemonio rogaba confrecuencia a un hombre joven, de excelentecomplexin y robusto, que cohabitara con sumujer. Plutarco nos ha dejado constancia de lacancin que cantaban los lacedemonios cuandoAcrotatus iba a acostarse con la mujer de suamigo.

    Id, gentil Acrotatus, satisfaced bien aKelidonida. Dad bravos ciudadanos a Esparta.

    Los lacedemonios tenan, pues, razn paradecir que el adulterio era imposible entre ellos.No acontece lo mismo en las naciones modernas,en las que todas las leyes estn fundadas sobre lotuyo y lo mo.

  • Una de las cosas ms desagradables deladulterio entre nosotros es que la mujer sueleburlarse con su amante del marido. En la clasebaja no es raro que la mujer robe al marido paradarlo al amante y que las querellasmatrimoniales suscitadas por este motivoempujen a los cnyuges a cometer cruelesexcesos.

    La mayor injusticia y el mayor dao deladulterio consiste en dar un hombre de bien hijosde otros, con lo que les carga con un peso que nodeban llevar. Por este medio, estirpes de hroeshan llegado a ser bastardas. Las mujeres de losAstolfos y de los Jocondas, por la depravacindel gusto y la debilidad de un momento, hantenido hijos de un enano contrahecho o de unlacayo sin talento, y de esto se resienten los hijosen cuerpo y alma. Insignificantes mequetrefeshan heredado los ms famosos nombres enalgunos pases de Europa y conservan en el saln

  • de su palacio los retratos de sus falsosantepasados, de seis pies de estatura, hermosos ybien formados, llevando un espadn que unhombre moderno apenas si podra sostener conlas dos manos.

    En algunos pueblos de Europa las jvenessolteras se entregan a los mozos de su agrado,pero cuando se casan se tornan esposasprudentes y modosas. En Francia sucede todo locontrario: encierran en conventos a las jvenes,donde se les da una educacin ridcula. Paraconsolarlas; sus madres les imbuyen la idea deque sern libres cuando se casen. Y en efecto,apenas viven un ao con su esposo ya estndeseando conocer a fondo sus propios atractivos.La joven casada pasea y va a los espectculos conotras mujeres para que le enseen lo que deseasaber. Si no tiene amante como sus amigas sehalla como avergonzada y no se atreve apresentarse en pblico.

  • Los orientales tienen costumbres muycontrarias a las nuestras. Les presentan jvenesgarantizando que son doncellas, se casan conellas y las tienen siempre encerradas porprecaucin. Y aunque nos dan lstima lasmujeres de Turqua, Persia y la India, son muchoms felices en sus serrallos que las jvenesfrancesas en sus conventos.

    Entre nosotros suele ocurrir que un marido,engaado por su mujer, no queriendo formarleproceso criminal por adulterio, se contenta conuna separacin de cuerpo y bienes. A propsitode esto insertaremos una Memoria escrita por unhombre honrado que se encontr en situacinsemejante. Los lectores decidirn de la justicia oinjusticia de sus quejas.

    Memoria de un magistrado (escrita en el ao1765). Un magistrado de una ciudad de Franciatuvo la desgracia de casarse con una mujer aquien sedujo un sacerdote antes de su boda y

  • que despus dio varios escndalos pblicos.Tuvo la consideracin de separarse de ellaamistosamente. El magistrado era un hombre decuarenta aos, vigoroso y de rostro agraciado;necesitaba mujer, pero era demasiadoescrupuloso para seducir a la esposa de otrohombre y le repugnaba recurrir a las meretrices oliarse con una viuda. Entonces, dirigi a la iglesiade su culto las siguientes quejas:

    Mi esposa es culpable, pero el castigado soyyo. Una mujer es necesaria para el consuelo demi vida y para que persevere en la virtud, y laIglesia a la que pertenezco me la niegaprohibindome volver a contraer matrimoniocon una mujer honrada. Las leyes civilesactuales, basadas por desgracia en el Derechocannico, me privan de los derechos inherentes ala persona humana. La Iglesia me pone en laalternativa de procurarme deleites que ellareprueba o de resarcimientos vergonzosos quecondena. Me impulsa a ser criminal.

  • Examino todos los pueblos del mundo y noencuentro uno solo, salvo el pueblo catlicoromano, en que el divorcio y segundas nupciasno sean de derecho natural. Qu arbitrarioorden hace, pues, que en los pases catlicos seauna virtud consentir el adulterio, y un debercarecer de mujer cuando la propia nos ultrajindignamente? Por qu una coyunda indigna esindisoluble, a pesar de que dice la ley de nuestrocdigo: quidquid ligatur dissoluble est, lo quese liga es disoluble? Se me permite la separacinde cuerpo y de bienes y no se me permite eldivorcio. La ley puede quitarme mi mujer y, sinembargo, me deja una cosa llamada sacramento:no gozo ya del matrimonio y, sin embargo, estoycasado. Qu contradiccin y qu esclavitud!

    Lo ms extrao es que esa ley de la Iglesiacatlica romana contradice directamente laspalabras que esa misma Iglesia cree quepronunci Jesucristo: Todo el que despida a su

  • mujer, excepto por adulterio, peca si toma otra(Mateo, 19-9).

    No me detendr en examinar si los pontficesde Roma han tenido derecho para violar a sucapricho la ley de su Seor, ni del hecho de quecuando un Estado necesita tener un heredero eslcito repudiar a la que no puede darlo. Tampocotratar de averiguar si una mujer turbulenta,demente, homicida o envenenadora deberepudiarse al igual que una adltera.nicamente me ocupar del triste estado en queme encuentro sumido Dios permite que mevuelva a casar y el obispo