dialogos y emociones conversaciones con mi hijo

328

Upload: jordi-rosello

Post on 10-Feb-2016

25 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

emotivos dialogos entre un padre y un hijo

TRANSCRIPT

Page 1: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo
Page 2: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

1

Page 3: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

2

Page 4: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

3

- DIÁLOGOS Y EMOCIONES -

Conversaciones con mi hijo

Gregorio Alonso Nozal

Page 5: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

4

© Bubok Publishing S.L., 2012

1ª edición

ISBN:

Impreso en España / Printed in Spain

Impreso por Bubok

Page 6: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

5

A la memoria de su autor, nuestro padre, siempre presente en nuestras vidas como la persona que buscó darnos las raíces para crecer.

A la memoria de Luis, nuestro hermano, que nos dejó sin decir

adiós.

A Yago y Marcos que os tenemos muy adentro aunque no

siempre hayamos sido capaces de dejarlo ver.

A nuestra madre que aún estás con nosotros pero ya no estás.

Siempre te tendremos muy adentro por habernos dado alas para

volar.

Con todo nuestro cariño, este libro sale a la luz para vosotros.

Hermanos Alonso Ramos

16 de Julio de 2012

Page 7: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

6

Page 8: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

7

PRÓLOGO

Todos sabemos que lo que nuestra mente es capaz de percibir

es tan solo una pequeña porción de lo que la realidad encierra.

Ciegos de alguna manera ante esta realidad, tendemos a actuar

como si lo que vemos es lo único que existe.

En este legado que nuestro padre nos ha dejado,

descubriremos dos seres humanos, un padre y un hijo, con sus

pensamientos y sentimientos, con sus fortalezas y debilidades,…

relatado todo desde la mirada del primero.

Cuántas veces una mirada, verdaderamente entrenada, no es

aquella que de un vistazo distingue formas y colores sino la que

descubre lo que las personas sienten y no dicen. Miradas que

añaden años a nuestras vidas y calidad de vida a nuestros años.

Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos enfrentamos

a obstáculos frente a los que en ocasiones nos quedamos

paralizados. Algunos desconocen qué hacer cuando su relación

con otra no es como les gustaría que fuera. Otros desearían ser

más decididos, o más comunicativos, o más diplomáticos, o…

A través de estas páginas, palparemos en ocasiones e

intuiremos en otras, las emociones que padre e hijo disfrutaron o

padecieron, ilusiones, temores, amor, desesperanza,…

Este libro es un viaje hacia el interior de unas miradas, de unas

creencias inconscientes o convicciones que marcaron una manera

de afrontar la vida y sus obstáculos. Dejamos para el lector,

interpretar si estas miradas estuvieron bien entrenadas.

Carmen Alonso

Page 9: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

8

ÍNDICE

AÑO 1995 .................................................................................. 12

8 de Febrero .............................................................................. 12

13 de Febrero ............................................................................ 22

21 de Febrero ............................................................................ 30

22 de Febrero ............................................................................ 32

23 de Febrero ............................................................................ 35

3 de Marzo ................................................................................ 44

6 de Marzo ................................................................................ 48

8 de Marzo ................................................................................ 61

13 de Marzo .............................................................................. 68

14 de Marzo .............................................................................. 71

15 de Marzo .............................................................................. 74

23 de Marzo .............................................................................. 77

25 de Marzo .............................................................................. 82

28 de Marzo .............................................................................. 85

29 de Marzo .............................................................................. 90

15 de Abril ................................................................................. 96

Page 10: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

9

23 y 24 de Abril ......................................................................... 98

27, 28 y 29 de Abril.................................................................. 104

6 de Mayo ................................................................................ 110

10 de Mayo.............................................................................. 112

14 de Mayo.............................................................................. 123

19 de Mayo.............................................................................. 130

20 de Mayo.............................................................................. 135

24 de Mayo.............................................................................. 138

25 de Mayo.............................................................................. 145

26 de Mayo.............................................................................. 151

27 de Mayo.............................................................................. 155

13 de Junio .............................................................................. 161

19 de Junio .............................................................................. 168

24 de Junio .............................................................................. 175

Carta, 23 de julio, Porquera ................................................... 180

11 de Septiembre .................................................................... 182

12 de Septiembre .................................................................... 190

24 de Septiembre .................................................................... 194

Page 11: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

10

30 de Septiembre .................................................................... 199

18 de Octubre .......................................................................... 203

26 de Octubre .......................................................................... 210

10 de Noviembre ..................................................................... 218

17 de Noviembre ..................................................................... 222

19 de Noviembre ..................................................................... 227

22 de Noviembre ..................................................................... 233

1 de Diciembre ........................................................................ 235

3 de Diciembre ........................................................................ 245

4 de Diciembre ........................................................................ 252

6 de Diciembre ........................................................................ 259

8 de Diciembre ........................................................................ 266

9 de Diciembre ........................................................................ 268

14 de Diciembre ...................................................................... 270

15 de Diciembre ...................................................................... 271

16 de Diciembre ...................................................................... 274

31 de Diciembre ...................................................................... 276

AÑO 1996 ................................................................................ 279

Page 12: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

11

7 de Enero ................................................................................ 279

Carta, 11 de Enero, Vigo ......................................................... 286

15 de Mayo.............................................................................. 288

22 de Octubre .......................................................................... 303

24 de Noviembre ..................................................................... 306

28 de Noviembre ..................................................................... 314

AÑO 2005 ................................................................................ 317

Carta, 15 de Febrero, Vigo ...................................................... 317

Carta, 13 de Abril, Vigo ........................................................... 319

AÑO 2006 ................................................................................ 321

Carta, 29 de Noviembre, Vigo ................................................ 321

AÑO 2007 ................................................................................ 324

Carta, 11 de Enero, Vigo ......................................................... 324

Page 13: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

12

AÑO 1995

8 de Febrero

Es el día del Debate del Estado de la Nación. Salimos a dar un

paseo.

- ¿Qué impresión tienes del discurso del Presidente?

- Pues la misma que ha dicho Anasagasti. Ha sido un discurso

plano, sin euforia.

- La parte que yo le oí, durante casi media hora, la gastó en

hacer una reiteración de su honradez democrática en todas sus

acciones como gobernante, en admitir que ésta es sin duda la

etapa más difícil de sus años de gobierno, ha criticado a quienes le

imputan al gobierno y a él mismo no sé qué clase de

responsabilidad en la organización de los Gal, contra los que

siempre han luchado dentro de la mas estricta legalidad, y ha

dicho que siempre ha defendido y seguirá defendiendo la

independencia del poder judicial.

Sin embargo, eso no se corresponde con la opinión pública ni,

desde luego, con el intento de desacreditar al Juez Garzón

mediante el zambombazo que le han endilgado hoy valiéndose de

un medio tan poco proclive al socialismo como es el ABC.

- Sí. Es verdad. Anoche oí en el informativo de Tele 5 que el

ABC publicaría hoy esa noticia. Y, la verdad, no sé cómo ABC

publica esa información. No sé cómo ABC puede saber tal cosa.

- Pues yo tampoco lo sé, pero... Si de los fondos reservados

sólo se sabe en el Ministerio del Interior, que es donde los

manejan, es evidente que, por muy hábil que sea el periodista de

Page 14: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

13

ABC, que según su director ha investigado tal asunto, es evidente

que alguien le ha puesto la trompetilla al oído desde el Ministerio.

Alguien ha criticado negativamente esta mañana que ABC haya

decidido publicar esa noticia sin haberse puesto en contacto con

el Juez.

- Pues eso no es lo normal.

- Hombre, yo no sé. Sin embargo, mi opinión es que no hubiese

estado mal, tratándose de un personaje público de tal calibre.

Pero no precisamente para dejar de publicarlo, porque es seguro

que José Mª Ansón no habría renunciado a lo que considera su

deber, ni Baltasar Garzón hecho algo para impedir tal publicación.

Sin embargo, entiendo que, como siempre, lo cortés no quita lo

valiente.

- Garzón lo niega todo, como es habitual.

- Es verdad. Pero parece ser, según decía esta mañana, que

prepara alguna acción para defenderse. Bueno, allá ellos. Ése no

es nuestro problema. Cambiando de tema. ¿Pondrías sello ayer a

la carta para los chavales?

Sonriendo con aire de querer decir, ¡jolín qué pregunta, qué se

habrá creído este tío!

- Sí claro.

- ¿Y dónde lo compraste?

- En el estanco de Urzaiz, el que está enfrente de la estación.

- Tuviste que retroceder, claro, con lo cual llegarías tarde.

- Llegué a las ocho y diez, pero la profesora todavía no había

llegado.

- ¡Caramba!, ¿y luego recupera esos retrasos de alguna forma?

Page 15: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

14

- Pero si no hay forma. Somos los últimos que salimos y no es

posible retrasarlo. Ya te dije que el otro día estuvimos a punto de

quedarnos encerrados.

- Ya. Y ¿cuándo es que tienes que ir a ver a la señora Katy?

- Mañana.

- ¿Por la mañana o por la tarde?

- A las cuatro.

- ¡Caray!, ¡vaya hora!

- Oye, cuando el otro día estuvimos charlando sobre la

evaluación que puedes hacer de este período de convivencia,

¿recuerdas?, llegamos a situarnos delante del tema de la libertad

y tú no tuviste ningún reparo en decir bastante claramente, cierto

es que te había dado facilidades, que la posible sensación de

merma de libertad que yo presumía, no es sólo una sensación sino

una realidad. Y hombre, si no te parece mal, la verdad es que me

gustaría que me dijeses en qué te basas para decir eso. Por nada

en particular, sólo para ver si podemos ir haciendo un poco de

claridad en el proceso.

- Pues...

Aprieta los labios todo lo que puede, con lo que las guías de su

bigote se yerguen como irritadas, y sus mofletes se inflan

almacenando dentro todo lo que pugna por salir de su boca y que,

de tratarse de otro interlocutor, hubiese soltado sin duda ni

reparo alguno. En sustitución emite un soplido).

- Pues...

Ahora, acciona nerviosamente con sus manos.

Page 16: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

15

- Es algo que me parece que está muy claro. Bueno, a ver cómo

me explico. No sé. Es algo global.

- No entiendo. Una falta de libertad se tiene que poder

concretar de alguna forma.

- Pues es que tú tienes unos criterios tan claros y tan estrictos

que..., pero no es de ahora. Es de siempre, y no sólo conmigo, es

con todos, es que siempre estás encima de todo y eso, pues claro,

el tener que vivir bajo esas normas...

- Hablando de normas podemos distinguir dos fases. El día en

el que te encontramos en Las Palmas te dije claramente que

estaba dispuesto a traerte a Vigo con la condición de que

aceptases voluntariamente someterte a un tratamiento serio para

resolver tu problema. Pudiste decir que no te daba la gana venir y

a mí no me hubiese quedado más remedio que considerarte

desaparecido y estoy seguro de que te lo advertí claramente. Pero

lo que no podía hacer era disponerme a traer a Vigo el mismo

problema que había en las Palmas. Después de estar en casa, creo

que te he hecho dos únicas indicaciones. Una, que veas la forma

de fumar un poco menos. Dos, que procures acostarte a una hora

más prudente. Y vienes a decirme que te sientes privado de

libertad porque, así en general y según tú, desde siempre y con

todos, tengo unos criterios muy claros y muy estrictos. ¿Qué

pasa? ¿Qué te molesta?

- No. Pero puede haber criterios tuyos que yo no comparto.

- ¡Qué duda cabe!, ya lo creo que sí, como también es posible

que tú tengas criterios que tampoco yo pueda compartir. Pero

eso, que yo sepa, no tiene nada que ver con tu falta de libertad.

Otra cosa sería que yo estuviese intentando imponerte por la

fuerza, alguno de esos criterios, aunque la verdad es que yo no sé

Page 17: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

16

cómo se puede conseguir una cosa así. Pero ya me dirás. Me estoy

dando cuenta de que si me descuido un poco, vas a ser capaz de

culparme de haberte empujado a tus borracheras.

- No sé por qué dices eso.

- Pues yo te lo explico. Mis criterios tan claros y tan estrictos

han sido para ti algo tan duro y tan absorbente, que para

defenderte de tal opresión no te ha quedado más remedio que

refugiarte en el alcohol.

- Eso es sacar las cosas de quicio.

- Pues déjame que te diga, mirándote a los ojos, que no tienes

ni remota idea de quién soy ni cómo soy, que tú no sabes nada de

mí y que el hecho de que yo sea de una u otra forma no afecta en

nada a tu libertad. Me parece a mí. Porque ¿qué es lo que sabes

tú de mí y de mis criterios? No será por el contacto íntimo y

frecuente que has procurado tener conmigo. Pero mira, para que

veas que no me duelen prendas, te voy a conceder el beneficio de

que hasta es posible que puedas considerar que esta misma

conversación te pueda estar pareciendo una pesadez

insoportable. ¿Es así o no?

Sonríe pero no dice ni una sola palabra.

Después de unos cuantos pasos en silencio.

- Bien, puesto que parece que no quieres, puedes o sabes

responder, te voy a dar otra pista. El hecho de tener que ir a ver a

Katy es algo que te molesta y que sólo lo haces porque te sientes

obligado. ¿Cierto?

- No. Te prometo que no. Es más, te diría que tengo ganas de

ver qué es lo que opina de lo que ha pasado en estos quince días.

Page 18: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

17

- Respecto de qué.

- Pues del beber y eso.

- Ya. Quiere decirse que aunque, según creo recordar que me

dijiste, te dio opción de acudir o no a sus citas, estás dispuesto a ir

a la próxima entrevista haciendo uso de tu libertad.

- Pues sí.

- Y ya que hablas de beber. Supongo que te acuerdas

perfectamente de que una vieja costumbre en casa, de toda la

vida, ha consistido en poner un porroncillo de vino en la mesa a la

hora de las comidas. ¿Te acuerdas o no?

- Pues, palabra de honor, que he pensado hablar de este

asunto aunque no directamente. No sé por qué pensaba hablar

con mamá. ¿Oye, es que papá ya no bebe vino o no lo sacáis por

mí? Pero no lo he hecho, no.

- Eso está claro. Yo te puedo decir por qué no lo has hecho

después de haberlo pensado. Sencillamente por falta de

confianza. Pero es que además, has podido darte cuenta de que

esa ausencia del vino en la mesa se ha dado también en casa de tu

hermana Mary Carmen. ¿O es que piensas que de repente nos

hemos vuelto todos abstemios?

- También es que yo estoy acostumbrado a comer sin vino y no

lo echo en falta. Bueno, salvo que sea una comida de esas...

- ¿Y desde cuándo es que comes sin vino?

- Pues hace ya bastante tiempo. Se dejó de llevar a casa y ya

estoy acostumbrado. Lo que hacía era tomar una cerveza antes de

comer, pero en la comida no. La cerveza no va con la comida.

Prefiero agua.

De nuevo unos cuantos pasos más en completo silencio.

Page 19: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

18

- Bueno. Creo que nos estamos desviando mucho del tema de

la libertad, que, por el momento, es el que más me interesa.

- Sí, al menos, esa era la base de la discusión.

- Bueno. Dime qué opinas de mi decisión de ir a buscarte.

Porque te parece que lo he hecho.

- Pues porque estaba en mala situación.

- ¿Y cómo te parece que pude enterarme? Desde luego que no

fue porque tú me lo dijeras. Claro es que no se puede perder de

vista la elocuencia de tus silencios. ¿Recuerdas aquella especie de

reto que te hice cuando me llamaste en compañía de Yago? Yo te

retaba a que, al cabo de un mes desde entonces, me demostrases

que habías aguantado el tipo. Y tú aceptaste el reto y le ampliaste.

¡Cómo uno!, ¡y dos y tres y todos los que hagan falta!, ya lo verás,

me dijiste.

- Y te prometo que lo decía absolutamente en serio.

- ¡Claro hijo, claro! Como tantas otras veces. Pero mira donde

estamos. Dentro de unos días habrán transcurrido cinco años

desde que tu madre y yo nos dimos un paseo hasta Las Palmas

con este motivo. Recuerdo que te decía, dentro de cuatro días

habrás cumplido 40 años y estás sin oficio ni beneficio. Y ya ves

cuánto hemos progresado desde entonces.

La lluvia nos obliga a correr a refugiarnos al amparo de unos

balcones.

Parados en espera de que la lluvia afloje.

- Bueno, entonces ¿qué dices? ¿Te parece que yo tenía algún

tipo de obligación legal o formal para ir a buscarte?

- No claro, eso no.

Page 20: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

19

- Otra cosa es la obligación moral, pero las obligaciones

morales sólo pueden conocerse y por lo tanto cumplirse siendo

completamente libres por dentro. De lo contrario no se cumplen.

- Ya, pero es que hay otras muchas maneras de perder libertad,

por ejemplo la dependencia que tengo de ti, bueno de vosotros.

- Comprendo que esa circunstancia provoque en ti tal

sensación, pero ¿quieres que te diga una cosa? Para mí es por lo

menos tan incómoda como lo pueda ser para ti. ¡Qué más quisiera

yo que verte libre también de esa dependencia! También yo me

liberaría de su peso, ¿no te parece?

- Sí, claro.

- Para mí lo importante es saber marcar la diferencia que hay

entre las distintas maneras de entender y practicar la libertad. Por

ejemplo, ¿quién te parece que es más libre? El que en uso de su

libertad, sin que nadie le obligue, acomete con todas las

consecuencias una acción que no le gusta y que le va a complicar

su vida, pero sabe que eso es precisamente lo que moralmente

tiene que hacer, porque eso es lo bueno, o aquel otro que usando

también de su libertad, se lanza de cabeza a la primera aventura

que se le presenta y en ella compromete su futuro y el de su

familia a pesar de que se da cuenta de todo ello es malo.

Tienen que volver a correr a cobijarse bajo un puente por el

que la autopista entra en la ciudad, porque ha vuelto a llover

fuerte.

Estando debajo del puente.

- Supongo que te das cuenta de que mi decisión de ir a

buscarte se enmarca en la primera de las dos formas. ¿O no?

Page 21: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

20

Se produce nuevamente un silencio que sólo se interrumpe

para decir ¡hay que ver cómo llueve!

- Pero es que hay más testimonios en esta misma línea. Por

ejemplo, la actitud de tu amigo Jovino como contrapunto con la

tuya de permanecer callado escondiendo la cabeza bajo el ala.

Alguien podrá decir que los dos habéis actuado en uso de vuestra

libertad, pero yo me pregunto quién de los dos ha sido más libre.

¿Tú callando o tu amigo Jovino tomando la decisión de llamar a tu

hermano Jose para decirle que fuésemos a sacarte de aquel

infierno?

- ¿Qué? ¿Qué Jovino ha llamado a Jose?

- Sí. Eso es lo que te acabo de decir.

- ¿Y cómo ha sido?

- Pues así, llamando. El hombre estaba preocupado por ti y

tengo la impresión de que, pese a la amistad que parece tener

contigo, tú no le tenías muy bien informado de tu vida y andanzas.

Estaba creyendo que seguías trabajando en Almatriche; hasta tal

punto, que cuando nos vimos aquella tarde estuvimos a punto de

tomar un taxi para ir hasta aquel sitio, cosa que en cierto modo

no me extrañó, a pesar de lo avanzado de la tarde, porque

recordaba haberte oído decir que tendríais que hacer muchas

horas extraordinarias.

- ¿Pero cómo que no? Jovino es muy buen amigo mío y sabía

perfectamente que hacía ya más de dos meses que aquello de

Almatriche se había terminado. Y sí es verdad, sí, que hacía algún

tiempo que me estaba dando el coñazo diciéndome que por qué

no me venía. ¡El Jovino! ¡Es un tío cojonudo!

Page 22: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

21

- A mí me parece una buena persona, que sabe tomar la

amistad en serio.

- Ahora el tío está feliz. Hizo la mili en aviación y de allí salió

como cabo especialista mecánico en temas de aviación. Y fíjate. Lo

que hace no tiene nada que ver con aquello. Creo que pasó una

temporada jodido, con unas depresiones muy fuertes, pero desde

que le salió esto de Coca Cola está formidable. Es el responsable

de la conservación y el tío vive todo aquello como si fuese suyo.

- Yo puedo decir que no le conozco. Mi contacto con él se

limita a las dos ocasiones que nos vimos en aquellos días, pero ya

te digo que me causó buena impresión. Él decía que se acordaba

de mí de cuando la comunión de Yago, pero yo le tenía totalmente

olvidado. Creo que me acordaba mejor del rostro de su mujer.

Bueno, mira, parece que ya llueve menos. ¡Vámonos!

Abandonando el refugio del puente.

- Estoy interesado en que me digas, no ahora, por supuesto,

por qué y para qué has venido, así que si te parece puedes ir

pensando en el tema y algún día de estos tendremos ocasión de

hablar sobre ello. ¿De acuerdo?

No sé si en este caso se puede decir que quien calla otorga.

Page 23: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

22

13 de Febrero

Lunes. En el cuarto de Margarita.

- ¿Qué plan tienes para hoy?

- Estoy mirando cuántos cursos hay en esto de la formación

continua, que es de lo que hablamos ayer tarde en casa de Mary.

- Y, claro, lo haces con idea de poner en marcha el negocio que

recomendaba Mato.

- Pues hombre, posible sí que es, pero...

- A mí me gusta que se ponga ilusión en las cosas. Pero creo

que también eso hay que hacerlo con orden, sin pasarse.

- ¿Te das cuenta de que hoy hace un mes que estás aquí?

- Un mes exactamente no. El día 15 fue cuando salimos de Las

Palmas.

- Es verdad. Es cierto que cuatro semanas son sólo 28 días.

- Pero también es verdad que a cuatro semanas se les puede

llamar un mes.

- Bueno. Veintiocho o treinta días viene a ser la misma cosa. En

todo caso, me parece que, después de este tiempo, puede ser

bueno que echemos ambos un vistazo retrospectivo para ver si

nos conviene introducir algún cambio en algún aspecto. Por

ejemplo, en algo que puede tener relación con el tema de la

libertad. Durante este tiempo te he invitado a que me acompañes

en mi paseo de las mañanas. Desde hoy voy a dejar de hacerlo.

Creo que has podido conocer cuál es mi trayectoria diaria de

mañana y de tarde. Así, podrás acompañarme o no, según te

Page 24: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

23

parezca. Salir sólo o no salir. En fin, actuar de acuerdo con la

libertad que tienes para todo menos para hacer el indio. Para

hacer el tonto no eres libre. A nadie nos está permitido hacer

guarradas.

Sonrisas de desconcierto.

- ¿Cómo estás de dinero?

- Sin un duro. Anoche gasté lo último en este paquete de

tabaco.

- ¿Sabes cuántos paquetes has comprado?

- Sé que me ha durado desde el viernes aquel de la entrevista

en la academia.

- Yo te puedo decir lo que te ha durado. Desde el día 3 hasta

ayer, día 12. Y supongo que los ha comprado todos en el bar.

- Pues todos no, porque el otro día descubrí un estanco en la

calle Urzaiz, el que está enfrente de la estación. En el estanco sólo

cuesta 125 pesetas, lo que pasa es que no siempre cuadra bien.

- Quieres decir que la posibilidad de comprar por cinco duros

menos no tiene para ti mucho interés. En el supuesto de que en

estos días hayas comprado en los bares 10 paquetes, resulta que

has gastado demás, justo lo necesario para comprar otros dos en

el estanco. Es verdad que, por el sólo hecho de que hayas dejado

de fumar esos dos paquetes, casi puedo dar por justificado ese

gasto inútil. Sin embargo, fíjate lo extraño que resulta que te

suceda eso a ti, que acabas de decir que estás sin un duro. Parece

bastante claro que no te importa despreciar esos cinco duros por

paquete, porque es seguro que no te hacen falta. Mira, sin

embargo, por el sólo hecho de haberlos comprado en los

estancos, esas 250 pesetas podrían haber ido a parar a los pobres.

Page 25: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

24

- Pero fumo bastante menos. En serio. De verdad. Fumaba dos

paquetes o así y casi sin darme cuenta estoy fumando se puede

decir que uno.

- Yo también creo que fumas algo menos. No sé cuánto y

tampoco sé por qué te niegas el mérito de haber recortado el

consumo en esa proporción. Estoy seguro que una cosa así no se

hace sin proponérselo. Y creo que todavía puedes fijarte como

objetivo rebajar otro poco la dosis diaria. ¿Qué tal te sientes

fumando la mitad que antes?

- Pues bien.

- Pues claro. En estas cosas, como en tantas otras, se puede

todo lo que se quiere de verdad.

No hay respuesta alguna.

- Pasemos la página. ¿Te digo una chorrada?

Se produce una sonrisa que denota sorpresa.

- Mañana es el día de los enamorados.

Abre mucho los ojos y mantiene la sonrisa como diciendo

¡bueno y a mí qué!

- Eres libres de hacer la lectura que te dé la gana, yo me he

limitado a decirte una chorrada.

No podría decir si captó o no la intención de mi indicación.

- Me ha dicho mamá que el otro día habéis hablado de la

cuestión del vino en la mesa.

- Perdona, perdona un momento. Hoy mismo pensaba hablarte

de eso igual que lo hice ayer en casa de Mary. Le dije, oye sacar

vino. Yo sé que tenéis costumbre y no sé por qué habéis de dejar

Page 26: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

25

de hacerlo. Por fin, no lo sacaron. Mary dijo, en plan de broma,

que allí se ajustaban a no sé qué normas y ya digo que, por fin no

lo sacaron. Pero a mí me gustaría que vosotros lo saquéis ya.

- Bueno, vamos a ver. Cuando mamá me hablaba de vuestra

conversación hube de preguntarle si le habías mencionado la que

tú y yo mantuvimos al respecto. Hube de insistir un par de veces.

¿Pero te ha dicho algo más? Creo que no sabía a lo que me

refería, pero al fin me dijo, ¡ah sí!, también me contó que vosotros

habíais hablado algo de eso, pero no me concretó lo qué. Y es

que, desde mi punto de vista, el hecho de que hayas abordado

este tema con mamá tiene distinta valoración según que hayas

hecho o no referencia a ese antecedente.

- Sí, es verdad, mamá y yo también hemos hablado del tema

del vino en la mesa y como te decía antes, me gustaría que lo

volvieseis a poner ya.

- Ya, ya sé. De eso es lo que estamos hablando. Y a ese

respecto quiero decirte que no me cuesta esfuerzo alguno comer

o cenar sin vino a pesar de que, como sabes, no es esa la

costumbre familiar. Fumé durante una serie de años hasta que un

día dije ¡no!, y nunca más he vuelto a tener un pitillo en la boca. Y

lo mismo puedo hacer con el vino, aunque por ahora no tenga

ningún propósito parecido. Pero nos pareció conveniente no

ponértelo delante al menos en la temporada inicial. Mi punto de

vista es que podemos esperar un poco todavía o todo lo que haga

falta. Ya te digo que para nosotros no supone trastorno alguno.

Creo que primero tienes que aprender a entrar en un bar sólo o

acompañado y atreverte a pedir una tónica, por ejemplo, aunque

todos a tu alrededor tomen wiski o cerveza o porras en vinagre.

- Ya lo he hecho.

Page 27: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

26

- ¿...?

- El otro día, al salir del curso, tenía unas ganas de orinar que

no me podía aguantar y no me quedó más remedio que entrar en

un bar. Y como no sé que te da entrar sólo a mear, pedí una tónica

concretamente.

- ¿Y te pasó algo especial?

- Pues no. ¡Qué me va a pasar!

- Bueno. Pues entonces vamos a esperar todavía otro poco y

cuando veas que estás en condiciones, me lo cuentas con la

discreción con la que yo te hablo de estas cosas. No hace ninguna

falta que te dispongas a sorprendernos sacando una botella de

vino a la mesa. Te invito a que en lugar de fijarte metas muy largas

para mantenerte sin beber, celebres la victoria de cada día.

¡Formidable!, un día más que he podido conseguirlo.

- También me ha dicho mamá que no me entiendes, que no me

puedes entender o que no sabes cómo hacer conmigo. Yo quise

saber si le habías concretado cómo o en qué, pero no fui capaz de

averiguarlo. Reconoció que sí le habías hablado de alguna cosa

pero que no podía acordarse. Un especial sentido de la prudencia

la lleva a tu madre a olvidarse de verdad de las cosas que no

considera convenientes.

- Pues hombre, no sé si se puede decir así, sencillamente

hemos hablado de ti pero sin más.

- Claro. Puedo admitir que no ha sido esa tu intención, pero es

lo más parecido a una insidia, y desde luego y en todo caso, es

algo de mal gusto. A ver si piensas que tu madre no me conoce y

que tienes que venir tú a decirle cómo soy, haciendo no sé qué

clase de crítica de mi actuación sin poner casos ni cosas concretas.

Page 28: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

27

- Yo no he tenido ningún deseo de crítica y es que es muy difícil

hablar de algo concreto. Es una situación global y no de ahora. - Si

tu madre no lo hubiese entendido como crítica negativa no me

hubiese dicho nada, puedes estar seguro. Lo que sucede es que no

ha podido o no ha querido darme el dato concreto, que de todo

puede haber.

- Es que le das muchas vueltas a todo. Por ejemplo, con el tema

de la libertad. Es bastante claro que las cosas son como son. Sin

embargo tú empiezas a retorcer... No, no es esa la palabra. ¿Cómo

diría? Empiezas a..., ¿ves?, aquí tienes un ejemplo. Me bloqueas,

no encuentro la palabra adecuada para hablar contigo.

- Oye, pero yo puedo decirte que ése es tu problema, del que

no tienes derecho a culparme. Tienes cinco hermanos y que yo

sepa a ninguno le pasa algo parecido. Cada uno me dice las cosas

que cree que me tiene que decir sin prejuicios de ninguna clase y

no anda buscando palabras. Y al margen de la familia, hay

infinidad de gente con la que me relaciono sencillamente, con

mayor o menor frecuencia, con toda naturalidad. Te garantizo que

nadie me ha encontrado todavía comiéndome a un niño crudo.

Emite una media sonrisa que pudiera ser interpretada como

signo de asentimiento pero no es seguro, puesto que nada dice.

- ¿Y entonces, piensas también que doy muchas vueltas para

decir las cosas que quiero decirte?

No hay respuesta.

- Pues mira que te estoy diciendo las cosas bastante claras

¿eh? ¡Hombre!. A lo mejor se pueden decir más a lo bruto, pero

¿más claras? Has mencionado antes que le he dado muchas

vueltas al tema de la libertad. Creo que eso no tiene nada que ver

con la claridad que parece ser que echas en falta. ¿Por qué no ves

Page 29: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

28

que lo que tú llamas vueltas son puentes o pistas que te facilito

para ayudarte a que te mires por dentro? Es verdad que, puesto

que tu exposición parecía no encontrar camino en eso de la

libertad, yo te he propuesto ¿puede ser por aquí o por este otro

sitio por donde encuentras que no eres libre?

Hace un gesto que parece ser de aceptación, pero no se sabe.

- Y es que todo estriba en el tema de la libertad. Hay que amar

la libertad para poder ser libre. La dependencia que padeces. Ese

es otro aspecto de la libertad. Yo te hablo de la libertad del preso.

Su pensamiento y sus ideas no habrá forma de encerrarlas. El otro

día pediste una tónica cuando también podías haber pedido una

cerveza. Ésa es la libertad de la que te hablo. ¿Lo entiendes?

Sigue sin haber respuesta.

- Mira. En alguna parte tengo escrito "Y les volverá a parir mil

veces a los nacidos". Pues ahora te digo que te estamos volviendo

a parir. Bueno, pero ¿te encuentras hoy mejor que hace un mes?

Sí o no.

- Sí, claro.

- Pues todavía tienes que sentirte todavía mucho mejor.

- ¿Te digo otra chorrada?

Registro una nueva sonrisa de compromiso que parece querer

decir ¿qué remedio me queda?

- Mira de arreglarte un poco ese bigote. Esos pelos que te caen

encima del labio no favorecen nada tu aspecto. Al menos es lo que

me parece.

Tampoco hay respuesta a la proposición.

Page 30: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

29

- Yo creo que me doy cuenta de tu situación y por lo que a ti se

refiere estoy intentado llegar a comprenderte. Bueno, por hoy ya

vale.

Salgo del cuarto dejándole encerrado con sus papeles. Así no

se producirán corrientes. Tiene la ventana abierta para que salga

el humo de sus pitillos. Me acuerdo que me ha dicho que está sin

un duro. Tomo el único billete que hay en mi cartera. Uno de dos

mil pesetas y vuelvo a entrar con él en la mano. Se lo acerco sin

palabras y así lo toma alargando su mano y abriendo mucho los

ojos.

Page 31: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

30

21 de Febrero

Martes, 12 de la mañana. En el cuarto de Margarita.

Entrando…

- Esto..., no sé si ya has hecho o no algo de lo que quiero

decirte. En todo caso creo que no estará de más. ¿Has vuelto a

tener algún contacto con esa gente de la academia?

- Esta mañana, precisamente, he dicho a mamá que si no me

dicen nada ahora por la mañana, por la tarde les llamo. Realmente

no han tenido mucho tiempo. El viernes y hoy, claro.

- Pues hombre, a mí me parece que sería bueno despejar esa

incógnita, por tener decidida la postura a adoptar para el caso de

que surja lo de Ba...

- Espera, espera. Lo ideal, en el supuesto de que surja lo de

Bayona, si es eso lo que quieres decir, sería ver el modo de hacer

compatible el horario de la academia con el de Bayona, pero ya

digo que eso es lo ideal.

- Claro, y por eso estás esperando a que te llamen.

- Es que no quiero dar la sensación de que estoy muy

interesado.

- ¿Es que acaso no lo estás? ¿Es que acaso piensas que ellos no

saben que estás interesado?

- Sí, claro.

- Pues a nadie le extrañará que quieras estar informado para

poder organizarte. Que eso sería todo lo que tendrías que decir,

Page 32: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

31

sin necesidad de demostrar angustia alguna. Además, no creo que

pierdas nada con ello.

- También es verdad que puedo llamar ahora en lugar de

esperar hasta la tarde.

Saliendo del cuarto.

- Pues a mí eso es lo que me parece. Pero, en fin, haz lo que

quieras, que de lo tuyo gastas.

Más tarde supe que su llamada no había pegado en el blanco.

Page 33: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

32

22 de Febrero

Miércoles. Son las dos de la tarde. En el salón, frente al

ordenador.

Entrando en casa…

- ¿Qué haces?

Me acerco a la pantalla del ordenador.

- Nada. Estaba aburrido y estoy haciendo mi anagrama.

- ¿Y qué es lo que dice ahí?

- Luis Ángel Alonso Ramos, construcciones y diseño.

Al poco he de volver a salir a la estación a comprarlos billetes

para el próximo viaje.

Al regreso de la estación. Me acerco a la pantalla.

- Entonces ¿qué? ¿Piensas archivar esa cosa?

- Pues sí.

- ¿Y para qué lo quieres?

- Para tenerlo. Es mi anagrama.

Me retiro a cambiarme de atuendo.

Regreso al comedor.

- Si eso que haces no es muy urgente, déjame un poco, que

quiero avanzar un trabajo que tengo iniciado.

- Sí, sí, cuando quieras.

Hace intención de levantarse dejando la imagen sin archivar.

- Pero archívalo.

Page 34: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

33

Tiene dificultades para archivar el anagrama y por fin se

consigue después de varios intentos.

Quedo trabajando unos minutos hasta que mamá llama a

comer.

Sentándome a la mesa.

- Entonces ¿qué es lo que has averiguado por ahí esta mañana?

- Nada. Me apunté al paro y estuve en el Rectorado de la

Universidad y me han dicho que allí no pueden hacer eso que

decía Mary.

- Y entonces ¿cómo hay que hacerlo?

- Pues dicen que escribiendo una carta.

-¿A la secretaría de la Escuela?

- Sí claro.

- Pero hay otro medio más rápido.

- ¿Cuál?

- Llamar a un amigo y pedirle que vaya a sacar el certificado y

que me lo mande.

- Sí claro, eso puede ser mucho más rápido, tercia la madre.

- Pero ¿es que tienes urgencia por tenerlo?

- ¿Urgencia? .... Yo no sé siquiera si hará falta.

- ¿Pues entonces? Razón de más para que sea suficiente con

poner unas letras a la Secretaria de la Escuela. Creo que será

necesario que tengas el certificado de estudios. Es posible que

alguien desee comprobar que has realizado los cursos que

mencionas en el currículum. Si todo el mundo se lo cree sin más,

pues entonces no te hará falta, claro.

Page 35: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

34

- ¿Y de esa gente de la academia has vuelto a saber algo?

- Pues no. Ayer por la mañana se les llamó y ha pasado la tarde

y la mañana y nada han dicho.

- ¿Y tú estás seguro que la secretaria o lo que fuese con quien

tú hablaste, ha pasado tu recado a su principal?

- Pues esa es su función.

- Ya. Y por lo que se ve, la tuya es colocarte en plan de espera.

Es claro que tienes bien acreditada una buena capacidad de

espera. Yo sé qué es lo que hubiera hecho a estas horas en tu

caso.

Interviene la madre:

- Y yo también. Yo no tengo paciencia para ponerme a esperar

así…

Page 36: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

35

23 de Febrero

Jueves. Son las 13,30 h. En el salón, frente al ordenador. Es el

día en el que le corresponde la visita a Asvidal y, a esa hora,

lógicamente ya ha debido ser celebrada.

Regreso a casa después de realizar algunas gestiones.

- ¿Qué haces? Eso parece una bici. Oye, tú con eso lo pasas

bomba, ¿no?

Me mira y sonríe sin decir palabra. En la pantalla del

ordenador ha desaparecido lo que parecía una bici y tiene ahora

el anagrama de ayer con algunos añadidos que está sombreando.

- Pienso que si hubieses tenido 200.000 ptas. para comprar una

cosa así hace unos años, habrías tenido la vida resuelta. A que sí.

- ¡Ah, mira, mira! Mira qué códigos secretos he descubierto.

Quiere que me fije en unos signos extraños que aparecen

encima del anagrama.

- Mira ¿ves? Aquí pone Luis Ángel Alonso Ramos.

- ¡Ya! ¿Y dónde estaba escondido eso?

- ¡Pues mira!

Manipula el ratón del ordenador y activa el comando

"Fuentes" en el menú "Texto". Aparecen las "Fuentes" o distintos

tipos de letra, y activa un tipo que está señalado como T. Simbol,

el cual produce unos signos extraños en lugar de los tipos

convencionales.

- ¡Ah!, ya. Eso no creo que tenga carácter de código secreto. Es

una cosa análoga a la que vimos el otro día buscando tipos en el

Word Perfect, ¿recuerdas?, salieron una serie de señales que nos

Page 37: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

36

hicieron sospechar que se trataba del lenguaje para mudos, pero

no.

Me retiro para cambiarme de atuendo y a continuación me

entretengo un rato bastante bueno en organizar unos papeles.

Luego bajo al garaje con ánimo dejar en el coche la nueva tarjeta

Europe Assistance, de ayuda en carretera. Al regreso, son casi las

tres de la tarde y sigue enredando con el ordenador.

- Toma.

Al tiempo que le doy un billete de dos mil pesetas.

- ¿O es que no te hace falta?

- Sí, ya me iba haciendo falta, ya.

- ¿Cuánto te queda?

- Doscientas veinte pesetas o así.

- Bueno. Pues ¡hala! vete dejando ya eso y vamos a comer, que

ya es hora.

Transcurre la comida como es habitual. Algún comentario que

otro sugerido por culebrón de sobremesa y nada más. Me

dispongo a recostarme un poco en sillón de orejas y me dirijo a

tomar el reposa pies que me ayudará a estirar un poco las piernas.

En ese momento se marcha la luz y suena el teléfono. Acude él a

la llamada. Es Rubén que me pide que le deje un par de libros.

Regreso a la sala y me tiendo entre el sillón y el reposa pies. Al

poco entra en la sala y estando todavía de pie dice:

- Hoy Katy me ha pedido dinero.

- ¿Cómo?

Page 38: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

37

- Sí, me ha dicho que es una cosa voluntaria, pero que como

tienen muchos gastos y la Xunta no amplía la subvención

recomiendan que se acepte una cuota inicial, -bueno, no dijo

cuota, no sé de qué otro modo dijo -, de dos mil pesetas y luego

mil pesetas todos los meses.

- ¿Y tú qué le dijiste?

En ese momento se sienta sobre el sofá que queda delante del

sillón. Yo me di por enterado. Me preguntó que si las llevaba

encima y le dije que no, que no. Que sólo tenía unas doscientas

pesetas y pico.

Yo continúo recostado.

- Pero, entonces ¿te has comprometido a llevarlas ya, o cómo?

- Habrá que llevarlas en la próxima visita, digo yo.

- Bueno, pues cuando tengas que ir me avisas. ¿Y tú, cuánto

piensas poner?

Sonríe sin ninguna gana, se echa hacia atrás sobre el respaldo

del sofá, hace que se estira y aunque no lo dice, es seguro que

piensa "ya estamos con las monsergas acostumbradas.

En tono de broma…

- Total, que si llegas a tenerlas encima te las chupa. Y a poco

más, si te descuidas te saca las doscientas pesetas en concepto de

señal, como anticipo a cuenta. Bueno, ahora en serio. Yo no sé lo

que piensas. A mí me parece que esa petición de aportación

voluntaria persigue fundamentalmente un objetivo.

- Sobre todo sacar dinero.

- Pues sí, claro, pero la verdad es que con una cuota mensual

de 1.000 ptas. se han de poder hacer muy pocas maravillas. Más

Page 39: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

38

importante me parece, al menos desde el plano psicológico, evitar

que sus procedimientos desmerezcan en la consideración de los

beneficiarios, como suele suceder con todo lo que se regala. Sí, sí,

es un fenómeno curioso y muy común. Lo que dan de balde no

vale. Todo lo que no cuesta se suele despreciar.

- Pues a lo mejor es como tú dices, pero ellos van en busca del

dinero. Ya te digo que me preguntó si lo tenía encima. Me dijo

que no me lo había dicho antes porque no había salido el tema.

Pero que es normal que inviten a todos a colaborar.

- Si me parece muy bien, pero yo insisto. A ti personalmente,

qué es lo que te va a costar esa cuota para que, en definitiva, no

se llegue a producir en ti el efecto negativo del demérito que

tienen las cosas gratis.

Se queda como perplejo sin saber por dónde salir.

- Pues me parece que dejar de fumar un par de paquetes al

cabo de un mes, es decir, fumar dos paquetes menos, bien

pudiera ser tu colaboración al pago de esa cuota.

Ahora vuelve a sonreír con las mismas pocas ganas de antes.

- Y es que me parece fundamental que empieces a asumir la

realidad de tu circunstancia. Que es que hay que empezar a poner

las cosas en su sitio. Creo que fue la última vez que charlamos en

la calle, aquel día que llovía, cuando te hice un par de preguntas

para que me dieses tu respuesta después de haberla meditado.

No sé si te acuerdas.

- Pues las cosas están como entonces. No han variado.

Page 40: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

39

- No. Si no se trata ahora de medir variaciones. Lo que me

apetece es que me respondas a aquellas dos preguntas. También

se puede entender que es una sola desdoblada en dos.

- ¿Qué? ¿Sobre aquello de la libertad?

- No hijo, no. Sobre el tema de la libertad creo que dijimos ya

todo lo que por el momento podemos decir y también es verdad

que no sé si lo tienes bien entendido. Pero no, mis preguntas no

se referían a eso, al menos directamente. Ya veo que no te

acuerdas o que no te quieres acordar. Aquel día, al final de

nuestra conversación te dije. Quiero que me digas por qué y para

qué has venido. Piensa sobre ello y cuando estés en condiciones

hablamos.

- Pues...

Cruza los brazos sobre el pecho como si quisiera concentrarse

y permanece en silencio durante unos segundos. Supongo que

para romper con una circunstancia y para ver si aparece algo que

por ahora no llega.

- ¡Hummm! ¿Eso quiere decir que viniste porque estabas

dispuesto a romper con el pasado?

- Con el pasado no se rompe así como así. Quería romper con

una situación, que era mala.

- Ya. No tenías donde dormir, ni qué comer, ni nada qué hacer

y era eso de lo que querías librarte. No sé si acabas de improvisar

tu respuesta o si, por el contrario, la has meditado un poco. Fíjate

que para sacarte de aquella situación habría sido mucho más

sencillo contratar a alguien que te proporcionase cobijo y dado de

comer a la carta, no de beber, claro, que es lo que has encontrado

aquí. Para conseguir sólo ese efecto no habría hecho falta montar

Page 41: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

40

todo este tinglado. Cuando hablo de romper con el pasado tú

sabes a qué pasado me refiero.

Se vuelve a registrar un mutis bastante largo.

- Y quiero aclarar, para salir al paso del para qué, que me

parece encontrar en ese "ver si aparece algo", que no estoy

intranquilo ni nada que lo parezca porque es verdad eso que dices

de que "por ahora no llega". Recuerdo que otro día, paseando

también, hablando de estas cosas me dijiste que te sentías muy

tranquilo y sereno, pero añadías, ¿del futuro qué? A mi pregunta

de si sabías cómo se construye un futuro me dijiste: supongo que

trabajando, pero en qué. Fue entonces cuando recurrí al poeta y

hablé del camino que se hace al andar, y que andando o

pedaleando, depende de las ganas que se tengan, es la única

forma de llegar. Tú me replicaste diciendo que también se puede

pedalear dando vueltas a una manzana y no iremos a ninguna

parte. Cierto. Pero eso ya depende del artista.

- Me parece que estás queriendo decirme que hay algo que

estoy haciendo mal y quisiera saber qué.

- Vamos a ver. Estábamos todavía en aquel restaurante de Las

Palmas, cuando para responder a tu preocupación por lo que

sería tu ocupación en Vigo te dije cuál habría de ser la primera y

primordial desde mi punto de vista. ¿Tu ocupación? La de

rencontrarte. Y así, sencillamente, te diré que tengo la impresión

de que has dado muy pocos pasos en esa dirección. Si es que no

se trata de que aparezca o deje de aparecer un empleo. Es sobre

todo un problema de actitudes, de estilo de vida, de compromiso.

Es tener una dinámica distinta. Es que hay que estar en otra

disposición y entonces a lo mejor lo encuentras. Dime qué es lo

Page 42: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

41

que has hecho en ese sentido que no haya sido a impulsos de tu

hermana, a la que llamas tu secretaria. En otro orden de cosas,

hace unos cuantos días que vengo dejando caer en tú camino

algunos signos, pero creo que no has podido encontrar ni uno.

- Pues hombre. Mary coge todos los días el Faro y entonces se

fija en los anuncios y me los cuenta.

- Claro. Y tú estás convencido de que tu hermana no tiene

mejor entretenimiento ni nada más que hacer que dedicar no sé

que tiempo a hojear el periódico y luego a llamarte para tu

información. Mientras tanto, tú, como corresponde a todo aquel

que tiene derecho a secretaria gratis, en la cama hasta las diez y

media, las once o más de la mañana. Ya sé que estos días estás

levantándote un poco antes. Pero dime, por favor, con qué

derecho te encuentras a que tenga que ser otro quien te ponga

las cosas a huevo, como dicen que se las ponían a Felipe II.

Se produce otro silencio, que él no se decide a romper. El

continúa sentado y yo recostado.

- Yo no sé por qué razón no te sientes obligado a ser tú mismo

quien eche un vistazo al diario que coge tu hermana. Bajas a su

casa, ves el periódico, cambias impresiones, te das un paso por la

ciudad con los ojos bien abiertos atento a la oportunidad de tener

algún contacto, en fin, qué sé yo. ¿No te parece que sería una

actitud diferente? No sé, son puntos de vista.

No hay respuesta.

- Por otra parte, desde aquel día en el que te dije que te

sumases o no, según tu preferencia, a mi paseo de las mañanas no

sé si sales o a qué te dedicas en sustitución.

- Pues ya ves que no salgo.

Page 43: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

42

- Veo que no vienes conmigo, pero no sé qué es lo que haces,

porque tampoco se puede decir que tengamos un sistema de

comunicación bien fluido. Yo estoy fuera de casa como dos horas

o así, y mientras tanto tú has podido salir y volver varias veces.

Nuevo silencio de corta duración.

- Supongo que no has vuelto a beber.

- Pues no.

- Y te ha costado mucho esfuerzo mantenerte así.

- No, no.

- Y ¿has vuelto a entrar en algún bar?

- Sí. Una vez. Fue aquel día en el que estábamos preparando el

tema de la comunicación y me reuní en un bar con otros dos antes

de entrar al curso.

- ¿Y qué es lo que pediste?

- Una tónica.

- ¿Y los otros?

- La chica pidió un té y el otro un café con leche.

- ¡Ah! Entonces lo tuviste bastante fácil. ¿Si se hubiesen

arrancado pidiendo unas cañas?

Se encoge de hombros como queriendo decir que hubiese

hecho lo mismo.

- Bien. Hay que reconocer que todo eso es positivo. Cierto que

se basa en una actitud negativa. "No beber", pero es saludable.

Ahora hay que enfilar el progreso apoyándole en actitudes

positivas.

Page 44: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

43

En aquel momento vuelve la corriente y se reanuda el

programa de televisión.

Page 45: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

44

3 de Marzo

Viernes. Son poco más de las 13,30 h. Regreso a casa después

de mis gestiones de la mañana. No hay nadie en casa. Al poco rato

entra él en un momento en el que me estoy quitando el abrigo.

Hace un frío forastero y totalmente desacostumbrado.

- ¡Hola!

- ¡Hola!

Las ganas de orinar me han obligado a entrar en cuarto de

baño con el abrigo puesto. Él ha entrado a la habitación de

Margarita, donde tiene instalado su estudio y ha encendido la

radio pero permanece aún de pie cuando yo salgo del cuarto de

baño y termino de quitarme el abrigo.

- Así que te ha dado por salir a pasear hoy con el frío que hace.

Dice entre dientes algo que termina en tabaco.

- ¿Qué?

- Que salí a por tabaco.

- Pues menos mal que de vez en cuando necesitas salir a buscar

tabaco, que si no...

Hay una sonrisa que puede ser de comprensión y a

continuación se vuelve sobre sus papeles.

Me retiro a mi dormitorio y me pongo el atuendo de estar en

casa. Tomo un billete de dos mil pesetas y con él en la mano entro

en la habitación Margarita y me coloco a su lado. En ese momento

levanta la vista y me mira.

- Toma.

Page 46: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

45

Le presento el billete.

Lo toma y su mirada parece iluminarse con una semisonrisa

que puede ser de agradecimiento, al tiempo que empieza a decir

algo que no termina.

- ¿Qué?

- Que ya iba haciendo falta.

El tono era de resignación serena.

- ¿Ya?

Me respondió con un movimiento de cabeza.

Ahora estamos cenando los tres. Son casi las doce menos

cuarto de la noche. El día ha sido uno de los más fríos del invierno

y ha presentado una temperatura que no es habitual y que por

aquí sólo se ha dado excepcionalmente.

Acaba de regresar del curso que está realizando en UGT. El

televisor está encendido como de costumbre y, antes de

sentarnos a cenar, él ha estado buscando una película por las

distintas cadenas. Al fin, la ha dejado en la TVE 1, que es donde la

tenía su madre.

- Hoy también ha hecho mucho frío.

- A mí me parece que ha hecho algo menos que ayer.

Interviene la madre.

- Donde tiene que estar haciendo un frío de aúpa es allá en la

tierra.

- Seguro. Aunque el que hacía el otro día en Salamanca no

desmerece en casi nada a aquél. Era un frío de mucho cuidado.

Page 47: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

46

- Pues éste de aquí se las trae.

- Hombre. Yo reconozco que estos días hace por aquí un frío

respetable, que no es normal, pero creo que aun así no se puede

comparar con ninguno de esos otros dos tipos de frío.

La madre…

- ¡Huy! ¡Ya lo creo! Mira, en Salamanca, en la calle, gracias al

abrigo gordo, que si no... Había que estar tapándose el morro

todo el rato y, aun así, te quedabas como un candelito.

- ¿Llevaste el pellejón, claro?

- ¡Hombre claro!, y menos mal.

- Lo que yo no sé es como resuelven por aquí el problema de la

lluvia y el frío cuando las obras no están levantadas todavía.

Algunas veces he pensado sobre ello y la verdad, no sé cómo lo

resuelven.

- ¿Qué es lo que quieres decir?

- Pues eso, que no sé cómo hacen.

- Pero tú ¿qué es lo que propones? ¿Que se retrase el inicio o

la continuación de la obra hasta que llegue el verano? ¿Y tú crees

que el promotor, el contratista y todos los demás que andan

alrededor de la obra estarán en condiciones de esperar a que

llegue el buen tiempo?

No lo dije pero debí haberle dicho "Si mientras tanto la gente

no tuviese que comer...", pero añadí, me habría gustado que

hubieses visto en qué condiciones se hizo la reparación de este

tejado.

La madre…

Page 48: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

47

- Claro. Lloviendo a todo llover, con viento y con frío, por ahí

andaban por encima del tejado.

- ¿Y sabes lo que me dijo el empresario, que también se subía

al tejado como los otros quisquis? Mire Vd., si Vd. Quiere,

dejamos de trabajar aquí, pero yo no puedo dejar de trabajar y

tampoco tengo donde poder hacerlo bajo techo. Así que si dejo

este tejado, tengo que ir a otro de todas, todas.

- Pues a mi me parece que eso es un defecto de planificación.

Por allí abajo, en cuanto caen cuatro gotas ya no hay forma de

mantener a nadie en la obra.

- ¿Pero cómo dices eso?

- Porque creo que es bueno eliminar las inclemencias del

tiempo.

- ¡Por favor! Definitivamente tú has perdido la noción de lo que

son las inclemencias del tiempo. ¿Sabrás tú lo que son

inclemencias?

Y seguimos mirando el programa de la tele.

Page 49: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

48

6 de Marzo

Lunes. El día está fresco y soleado. A la salida de misa, cerca de

la una de la tarde, paso por casa con intención de invitarle a que

me acompañe a dar un paseo.

Está en la habitación de Margarita, sentado frente a sus

papeles y con la radio muy alta. Tienen por tema la devaluación de

la peseta acordada en la noche anterior. Al oírme pasar cerca,

vuelve la cabeza y me mira, a modo de saludo hago una

inclinación de cabeza y me corresponde con otra. Ninguno de los

dos pronunciamos palabra alguna. A la salida del cuarto de aseo,

entro en la habitación y bajo el volumen de la radio para no tener

que vocear.

- Yo no sé si te apetece dar un paseo y, como no lo sé, por eso

te lo pregunto.

- Pues sí.

Mira al cielo por la ventana y parece haber recibido

confirmación de que el día está bueno.

- Parece que está buen día.

- Otra cuestión es si quieres venir conmigo. Que eso depende

sólo de tu libre albedrío.

- Que sí, que sí.

- Bueno, pues entonces vamos, que quiero ver a ese hombre.

- ¿A ese hombre?

- Sí, al del telemando.

Al ver que se dispone a salir sin ponerse la gabardina.

Page 50: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

49

- Hoy el día está soleado pero fresquillo, más bien tirando a

frío.

Ante tal advertencia sube el cierre de la cremallera de la

cazadora y alza el cuello.

Al llegar al segundo semáforo para cruzar Gran Vía.

- Pues que parece que la cosa no tiene tanta importancia.

- ¿Qué cosa?

- Lo de la devaluación.

- ¿Y eso, quién lo dice?

- Un tal Jáuregui.

- Ya. Lógico. Ése no podría decir otra cosa. Y ya verás cómo

dentro de poco tendremos que ponernos a dar saltos de alegría

porque la devaluación es casi como una bendición del cielo.

- Se dice que las importaciones procedentes del área del dólar

serán más baratas.

-Teóricamente así debería ser, puesto que parece que la

peseta conserva su paridad respecto del dólar, pero ya verás

cómo para nivelar esa diferencia qué pronto se las arreglarán para

añadir algún nuevo impuesto a la gasolina, que es la partida

principal, y por cierto muy importante, que pagamos con dólares.

- Y si además si suben los tipos de interés se frenará el

despegue de la economía.

- Y no tendrán más remedio que subir porque si no la inflación

nos come crudos.

En la calle Urzaiz, al llegar frente al semáforo que permite

cruzarla para acceder a la calle Cervantes.

- Vamos a cruzar por aquí.

Page 51: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

50

Bajamos dicha calle por su acera derecha y se me impone

cruzarla también para acceder al taller del hombre que tiene el

encargo de arreglar el telemando.

- ¿Quieres ir a casa de Cris?

Estamos en la calle Churruca por la que se llega a su antigua

vivienda.

- No. ¿Para qué? Voy a ver al hombre este del telemando.

- ¡Ah!, ¡ah!, ¡ah!

En la ventana de la puerta del taller doy unos golpecitos con mi

meñique derecho, que está reforzado con la alianza de mi

matrimonio. El hombre acude a abrirnos diligente.

- Buenos días, caballero. Aquí me tiene Vd.

Sin responder a mi saludo, el hombre toma el telemando de

encima de un televisor viejo en el que hay otros trastos y me lo

entrega.

- Ahí tiene Vd. Ya está listo.

- Pues muy bien. Así que Vd. lo tiene bien probado y funciona.

El hombre toma el telemando de mi mano, sin decirme ni pío,

y se acerca con él junto a un aparato que produce un ruido más

bien desagradable cada vez que, cerca de él, se presiona

cualquiera de los botones del telemando. Parece ser que ésa es

precisamente la señal de que funciona.

- Funciona ¿ve Vd.?

- Sí, ya oigo que hace un ruido de la repera, pero ante un

televisor ¿qué?

Page 52: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

51

- Vd. llévele tranquilo, que ahora aquí no hay ningún televisor

Philips.

Interviene mi hijo...

- Oiga, mi hijo tiene un reloj de pulsera con el que apaga y

enciende y cambia de cadena a cualquier marca de televisor.

Yo lo ratifico y el hombre asiente.

- Bueno, mire Vd., lo llevaré a casa para probarlo. Si realmente

funciona bien, volveré por aquí para preguntarle cuánto he de

pagarle.

- Vd. ahora lléveselo.

- De acuerdo. Pues hasta la vista.

Caminamos un ratillo en silencio por aquella calle y la de

Cervantes hasta llegar a G. Barbón a la altura de Santiago de Vigo.

- ¿Cómo has descubierto ese tallercito tan pequeño?

- Pues conocía su existencia de pasar por aquí, y el otro día, se

me ocurrió pensar que a lo mejor este hombre se atrevía con el

problema. En algún taller de muchas más campanillas han dicho a

tu madre que este telemando es irreparable. Opinan exactamente

lo contrario que este hombre.

Volvemos a caminar en silencio y a buen paso hasta el

semáforo que en la calle Colón está cerca del BBV y del Banco

Santander. Hemos de esperar su apertura teniendo enfrente la

fachada de una casa en restauración a cuya derecha yendo está el

Banco Santander.

- ¿Qué bonita queda la fachada de esa casa? La piedra limpia,

las balconadas de hierro, ¡formidable! Fíjate, no se puede

comparar con su vecina, la del Banco.

Page 53: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

52

- Sí, es verdad. Los dos últimos pisos deben ser nuevos ¿no?

Parece que la piedra está más limpia que en los otros.

- Pues creo que sí.

Hemos atravesado Colón y avanzamos por P. Sanz en dirección

a la Puerta del Sol.

- Lo que pasa es que en las ciudades, con eso de la polución, las

fachadas de piedra se ensucian mucho.

- Pues yo creo que efectivamente la polución pone su parte en

eso, pero estoy seguro de que esta siendo ayudada por otros

agentes. En Salamanca, por ejemplo, creo que se puede decir que

proporcionalmente existe tanta polución como en Vigo. Hay

coches por todas las partes y a todas las horas. Como aquí. Sin

embargo, todas las edificaciones, que por cierto son todas de

piedra, mantienen el mismo color. Sólo por el color de la piedra de

las fachadas yo no sabría decir si una edificación es más antigua

que otra.

- Es que la piedra de allí es más arenisca.

- Yo no sé si se puede decir eso de aquella piedra. Tengo

entendido que toda ella la extraen de unas canteras de por allí y

que su estado natural inmediatamente de ser extraída se parece

mucho al de la arcilla, de forma que así es posible realizar en ella

tantas filigranas y adornos como contienen cualquiera de los

monumentos principales. La fachada de la Universidad, por

ejemplo, es una maravilla. Luego, al contacto con la atmósfera

exterior, endurece y se pone como piedra.

- Sí, pero mientras tanto se trabaja muy bien, claro.

Page 54: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

53

- Bueno, pues yo pienso que uno de los agentes que

contribuyen a que la piedra se ensucie como se ensucia aquí, es

precisamente la humedad.

- Por cierto. Anoche estuve dando una vuelta por la parte vieja

y me di cuenta de que Sanibrón, la empresa esa en la que

presenté el currículum, tiene que ser muy importante. Está

haciendo un montón de obras de reacondicionamiento en

aquellas calles de por allí.

- Qué estuviste ¿solo?

- Sí.

- ¿Y por dónde dices que estuviste? ¿Por la calle de los vinos?

- Sí, por la Piedra y por allí.

Hemos superado la Puerta del Sol en silencio y avanzamos

hacia General Aranda dejando atrás la enseña viguesa, El Olivo.

- ¿Vas buscando algo?

- No, ¿por qué preguntas eso?

- Me parecía que te fijabas mucho en algunos escaparates.

- Pues no, no. Sería simple curiosidad.

Caminamos en silencio otros cuantos metros hacia la Falperra.

- Por lo visto Cristina ya ha contratado la reparación del piso.

- ¿Cómo?

- Sí, que ayer me dijo Manolo, que a ver qué me parecía el

ajuste que han hecho. No sé quién me había dicho que era con

dos policías y me cabreé mucho. ¡Mira tú estos que vienen a

quitar el pan a otros que no tienen nada!

- O sea. Que se han cansado de esperar tu decisión.

Page 55: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

54

- ¿Mi decisión? Yo nada tenía ahí que decidir, a mí nadie me ha

propuesto nada. Me ha preguntado Manolo qué me parecía el

precio de 50.000 ptas. en el que se han ajustado y eso es todo.

- ¿Y tú que le has dicho?

- Pues que me parece bien, que los tíos o son muy buenos

profesionales o son unos valientes. Porque eso de ponerse a dar

un precio sin saber qué es lo que hay debajo del papel... pueden

llevarse una sorpresa. Bueno, también es verdad que la pintura la

pone Cristina.

- Pero bien ¿para quién?, ¿para ellos o para Cristina?

- No, no. Bien para Cristina. Que es barato, vamos.

- Pero vamos a ver, hombre. ¿Eso de que a ti nadie te ha

propuesto nada lo has dicho en serio y creyéndolo así

honradamente?

- Pues claro.

- Entonces amigo, tengo que decirte que además dejarme

confundido eres un irresponsable. ¿Qué es lo que esperabas?

¿Que viniesen ante ti suplicantes, con las manos juntas cerca de

los labios a pedirte humildemente el favor de que te dignases

acceder a sus deseos?

Me mira, noto que tiene ganas de replicarme de alguna forma

pero no encuentra cómo y sigue callado.

- Pues con toda la honradez y toda la claridad del mundo

puedo decirte que tu hermana ha estado esperando tu respuesta

después de aquel domingo de hace ya no sé cuánto tiempo en el

que te llevamos a ver el estado del piso casi en colo, porque la

verdad es que ganas de ir a verle tampoco habías demostrado en

Page 56: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

55

modo alguno. ¿Si no, para qué crees que estuvimos allí todos?

¿Acaso para que hicieses un diagnóstico que tampoco te has

molestado en comunicar a nadie?

- Pues yo estuve un día viendo si en las páginas amarillas

encontraba alguna empresa de parqué, que ese es un tema que

no...

- ¿Y qué? ¿Qué es lo que hiciste? Pero si es que no sé cómo te

atreves a decir eso. Cierto es que yo no he oído a Cristina ni a

Manolo hacerte tal encargo, pero lo que no puedes negar es que

yo, personal mente, te he hablado de ese asunto por lo menos en

tres ocasiones. ¿Es que no lo recuerdas?

Se queda como quien oye llover.

- A los pocos días de aquél en el que estuvimos viendo el piso,

recuerdo perfectamente que, estando parados en el semáforo de

Gran Vía, te pregunté si no sería bueno medirle para calcular

mejor los materiales a comprar y me dijiste, sí claro, pero nada

más ni entonces ni después.

- El día en que lo estuvimos viendo también se habló de la

medición.

- Yo no lo sé. Aquel día te vi en la actitud del alto empresario

que para no mancharse se limita a levantar con la puntita de los

dedos alguna esquinita que otra del papel pegado. El día en el que

yo te hablé de la conveniencia de la mediación fue el que te he

dicho antes.

No hay réplica alguna.

- Es más. Recordarás que el día en el que estuvimos los dos con

Katy, te pareció muy mal, a juzgar por tus ademanes y la manera

de decir, que yo le preguntase si consideraba conveniente que te

Page 57: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

56

ocupases concretamente en ese trabajo y dijiste algo parecido a

¿cómo no?. Y mientras tanto, Cristina ha estado esperando

durante todo este tiempo a que dijeses algo, que sí o que no.

- Pues honradamente yo no había entendido... Y ya te digo, ha

sido ayer cuando Manolo me preguntó qué me parecía el precio.

- Ya. Y a ti todo lo que se te ocurre entonces es poner a parir a

esos policías porque le quitan el pan a otros.

- Por fin, creo que no son policías.

- ¿Eso qué más da? ¿Qué más da que sean policías o ladrones?

Son gente que seguramente se han dado cuenta que si no

trabajan van a tener bastante más difícil atender a sus

necesidades, ya sean de pan para comer o de fumarse un cigarro

puro los domingos. Voy a hacerte una confidencia. Alguien de la

familia, no te voy a decir quién pero te advierto para que no haya

lugar a dudas que yo estoy de acuerdo con su opinión, ha dicho

que no te ve manejando una paleta de albañil o un rodillo de

pintor.

- ¿Cómo, cómo?

- Sí, eso. Que tú tienes a menos rebajarte hasta una escala de

esas.

Sigue sin haber réplica y no sé cuál es la expresión de su rostro

porque no se lo veo.

- En fin. Me tienes desconcertado. Fíjate, puedo jurarte que tu

hermana ha estado pendiente de ti con este tema no sólo desde

que estás aquí, sino inclusive desde antes. El día de Reyes,

después de comer, estuvimos juntos toda la familia en casa de

Mary y hablamos de ello. Entonces teníamos dudas de si vendrías

Page 58: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

57

o no. Fue aquel día cuando Cristina planteó, con una clara

voluntad de ayudarte, si haría bien proponiéndote la ejecución de

ese trabajillo, por eso de facilitarte una ocupación de primera

hora. Ella tenía sus temores de que a lo mejor no te iba a gustar y

que inclusive que a lo mejor te parecía mal por eso de que... ¡hija!,

como suele decir ella, cuando no quiere decir palabras más o

menos fuertes.

Me mira y sonríe pero no expresa sentimiento alguno. Estamos

saliendo a la calle Camelias desde la Falperra y nos encaminamos

a subir a El Castro por la carretera que bordea su cara oeste, por la

que caminamos un poco en silencio.

- Como comprenderás, yo no podría haber sido tan reiterativo

con este tema sin estar amparado por la voluntad de Manolo y

Cristina. Tanto es así que una de las primeras cosas que te dije

cuando nos sentamos en aquel restaurante de Las Palmas la tarde

en que nos encontramos, fue precisamente esta idea de Cristina.

Creo que con este relato se completa el de las tres veces que te

hablado del tema. Tú no sé qué dijiste al respecto. Algo que

entonces no tomé en cuenta porque me pareció que no valía la

pena. Oye, ¡qué bien te conoce tu amigo Jovino! Te tiene muy

bien fichado.

- ¿Por qué?

- Porque tan pronto como me oyó proponerte el trabajillo, dijo

sin ningún empacho ni reparo.

¿Quién, Luis? No se lo crea. Luis sabrá mandar hacer una cosa

de esas pero ¿hacerla? Yo no me lo creo. Y está bastante claro que

sabía lo que decía.

Más pasos en silencio.

Page 59: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

58

- Pues sí, hombre, sí. Estoy seguro, aunque no lo voy a

demostrar, que con la consulta de ayer de Manolo te estaban

dando todavía la oportunidad de decir que sí, que el que hacía la

obra eras tú.

- Pero si es que yo,... ya te he dicho que honradamente...

- Bueno. Vamos a ver. Haz abstracción de todo lo que hemos

hablado esta mañana y siempre sobre este asunto y considera que

ahora mismo te están planteando realizar este trabajo. ¿Qué

contestas?

- Pero si es que ya que te he dicho que yo...

- No, no. Deja eso. No quiero que repitas nada de lo que me

has dicho. Quiero que contestes a la propuesta que ahora mismo

te estoy haciendo.

Queda callado. Entiendo que no se puede decir que quien calla

otorga, aunque bien cierto es que me está dando una respuesta

cruda y descarnada.

- ¡Hay que ver! Y yo que me hacía la ilusión de que nada más

llegar te dispondrías a ver a tu hermana para decirle, a ver qué es

lo que quieres que te haga, sin preocuparte de precios ni nada por

el estilo. Y sin embargo, ya ves qué distinta es la realidad. Te has

andado fijando en la valentía de los que se atreven a dar un

presupuesto sin asegurarse primero de cuál es el estado de la

obra. No sé qué valoración se puede dar a eso. Ni si es que

realmente has considerado que una obra así no es digna de ti o

qué. Hijo, te he venido diciendo que es necesario que asumas tu

propia realidad y tus circunstancias, que pises tierra firme. De lo

contrario te va ser muy difícil hacer algo positivo. Un viejo

proverbio dice "Anuncian berros pues compremos berros". Si no

Page 60: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

59

hay más que berros, berros serán lo que tendrás que comprar

porque no hay otra cosa. No sé si me entiendes. Como te he dicho

en alguna otra ocasión es un problema de cambio de actitudes, de

estar con otra postura ante la vida, con otro estilo y con otro

compromiso.

Hay un rato de silencio. Hemos de disponernos a atravesar por

un paso de cebra la carretera que viene de las Camelias con

objeto de alcanzar la carretera que faldea la ladera oeste del

monte de El Castro.

- ¿Cuándo tienes que volver a visitar a Katy?

- No sé. Bueno, no me acuerdo exactamente. Lo tengo

apuntado y no sé si es el 14 o el 15.

Caminamos un rato en silencio por la carretera arriba.

- ¿Tú tienes alguna experiencia en obra civil, quiero decir obra

pública?

- ¿Quieres decir construcción de carreteras y eso?

- Pues sí.

- No he trabajado nunca en eso, pero no creo que tenga

mayores dificultades.

Charlando sobre este tema, llegamos a subir hasta las

cercanías del restaurante de El Castro, cuyo nombre ahora no

recuerdo pero que no es el llamado Castillo, utilizando unas

escaleras rústicas que tiran pendiente arriba desde la carretera

que faldea la citada ladera oeste. Carretera abajo llegamos pronto

a la Plaza de España, y a partir de allí accedimos a la acera

izquierda bajando de la Gran Vía.

- ¿Has terminado ya el diseño del mueble para Mary?

Page 61: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

60

- No. Todavía no.

A continuación me explicó cuán bueno y formidable es un

programa de diseño por ordenador que tiene Jose. La dificultad

estriba en que como carecen de manual no pueden interpretar

correctamente la mayoría de las órdenes en inglés que tiene el

propio programa. Hay un manual en el mercado que cuesta cinco

mil pesetas y están esperando que una librería reciba uno más

modesto que sólo cuesta mil pesetas. Sobre este tema charlamos

hasta llegar a la puerta de casa. No le presté atención porque

carecía de significado.

Page 62: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

61

8 de Marzo

Miércoles. He regresado a casa, nada más salir de misa, con el

sólo objeto de darle oportunidad de salir a pasear conmigo. No

dice nada y al cabo de unos minutillos me marcho diciendo hasta

luego. He oído su respuesta porque gracias a Dios todavía tengo

bastante buen oído.

Regreso cuando ya son las dos pasadas, después de haber

realizado mis gestiones. Está en el cuarto de baño, meando y con

un pitillo encendido, ¡faltaría más!

- Parece que no has salido.

- No. ¿Me acompañas a ver a la mujer esa del bar?

- ¿Por qué quieres que te acompañe?

- Porque a mí no me conoce y si voy con alguno de vosotros

será más fácil.

- Sí te conoce sí. Y si no, el que lengua tiene...

- Me conoce si me ve con alguno de vosotros, si no...

- Bueno, bueno. Yo no tengo ningún inconveniente en ir

contigo. Así que vamos.

Ya en la calle.

- ¿Y qué será mejor? Decirle lo que queremos o que diga a ella

lo que le parece bien.

- Pues yo creo que eso tienes que responderlo tú mismo. Tú

sabrás qué encargo tienes de los demás.

Page 63: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

62

- Pues se ha hablado de que venga a costar entre 1.500 y

2.000.

- ¿Cuánta gente sois?

- Quince, más la profesora dieciséis. Aunque creo que hay uno

que dice que no puede ir.

Entramos en el Bar O' Peimoxo, es él quien camina delante y a

quien primero ve la señora María.

La señora María…

- ¡Hola querido! ¡Qué sorpresa! ¡Qué gusto me da veros por

aquí!

A continuación se establece un diálogo corto pero muy cordial

entre la señora María y nosotros dos. Ella no cesa de decir cuánta

alegría siente cada vez que nos ve y que no se olvida de aquellos

años en los que fuimos más vecinos que ahora.

- Bueno, mire, señora María. Tengo entendido que aquí el

mozo quiere proponerles un negocio. Así que él dirá. Yo sólo

vengo como señorito de compañía.

Riéndose.

- ¡Ay! Vd. no pierde nunca el buen humor.

Si Vd. Supiera, pensaba yo por lo bajines.

- Sí mira. ¿El viernes tenéis libre el cuarto ese? Es para cenar.

- Si. Bueno, yo creo que sí, pero espere.

Se mete en la cocina y, al poco, sale detrás de ella su marido, el

cocinero Ramón.

Ramón se coloca delante de nosotros e intercambiamos

también saludos cordiales, pero no dice nada más más hasta que

Page 64: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

63

la señora María le medio grita desde casi el otro extremo del

mostrador "¡que quieren hablar contigo!", lo cual nos da a

entender que es con él con quien hay que entenderse.

- Bueno, ¿así que tenéis libre para el viernes el cuartito ese?

- Sí, sí. No hay problema. ¿Cuántos sois?

- Quizás dieciséis, pero también se puede quedar en catorce o

quince. Y será para cenar a eso de las once o así.

- Sí, sí. Cuando sea. No hay problema ninguno. ¿Y qué es lo que

queréis cenar?

- Pues eso. A ver qué es lo que nos ofreces.

- Pues lo que queráis. Digo yo que podríais empezar con algo

para picar. Pulpo, tortilla, calamares.

- Eso, eso.

- Bien. ¿Pero qué? ¿De todo?

- ¡Pues hombre! Yo creo que sí. En fin. A ver.

- ¿Sabe lo que pasa Ramón? Que esta gente quiere comer

mucho y bueno por poco dinero. Lo que ocurre, además, es que

no se atreven a decirlo.

- ¡Ay señor! ¡Qué buen humor tiene Vd.! No sé dónde podrán

hacer eso hoy.

- Entonces, ¿como cuánto os queréis gastar?

- Pues eso... entre mil quinientas y dos mil.

- Dicho así, lo normal es que te prepare un menú de dos mil,

por lo menos.

- También puede ser el virtuoso término medio.

Page 65: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

64

- Bueno vamos a ver, dice Ramón tirando de boli y de bloc de

notas, y apunta pulpo, tortilla, calamares. Luego puede ser carne

o pescado.

- ¿Puede ser una cosa u otra?

- Claro que sí, querido, dice la señora María. Podemos poner

mitad y mitad.

- ¡Ah! , oye. También preparáis un jamón asado muy rico

¿verdad?

- Pues sí, claro, contesta Ramón, y además puede resultar un

poco más barato que la ternera.

Y sigue apuntando en su lista, carne, pescado.

- Y ¿querréis postre, y café, y copas?

- Pues..., sí, claro.

A continuación Ramón se pone a evaluar todo aquello y al cabo

de unos minutillos dice que la suma de aquellos números

desordenados y mal hechos pasa de las veintinueve mil pesetas.

Quiero comprobarlo echando un vistazo por encima para evitar

sorpresas de última hora y veo que, al menos por lo que a los

millares se refiere, la suma es correcta.

Sentencia Ramón, y echa un par de rayazos con el boli sobre el

papel a modo de rúbrica.

- Sí, con dos mil pesetas tenéis bastante.

- Es que verán Vds., se trata de un grupo de gente que han

estado juntos una temporada y que ahora han de separarse, y a lo

mejor, no se vuelven a ver en la vida. Quiero decir, que no es un

grupo de amigos que se ven con frecuencia, y mucho menos un

Page 66: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

65

grupo familiar, con el que, como es lógico, no hace falta andar

aquilatando así el coste.

- Sí. Eso, somos gente que estamos haciendo un curso que

ahora se termina y queremos celebrarlo. De todas las formas, yo

tengo que verles hoy y ya vendré por aquí a deciros lo que hay.

- De acuerdo, dice Ramón y se retira a su cocina.

- ¿Qué queréis tomar?, pregunta la señora María a modo de

invitación. A ver, Vd. señor, ¿qué le apetece tomar?

- Pues ese es el problema. Que ahora mismo no me apetece

nada. Bueno, sí. Voy a tomar agua.

- ¿Agua?

- Sí, sí. Que yo a estas horas acostumbro a tomar dos vasos de

agua.

Destapando un botellín de agua mineral, que me sirve sobre la

marcha, la señora María pregunta.

- ¿Y tú que quieres?

- Pues yo un bíter, que el agua parece una cosa fea.

Sirve el bíter y a continuación organizamos un corto diálogo

entre los tres. Es la señora María quien lleva las riendas haciendo

su apología en favor de la gente que cree en El de arriba, que allí

es únicamente donde se juzga con justicia y que, aunque también

hay gente que va a misa, y no es buena gente, porque ya saben

Vds. que hay de todo, ella prefiere a la gente que va a misa y que

cree en Dios, que es el único que puede arreglar todo esto.

- Señora María: ¿Cómo es que tiene tan poco frías estas

botellas?

Page 67: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

66

Sin decir palabra toma otro botellín, le destapa y vuelve a

llenar mi vaso. Yo estaba diciendo mientras tanto, ¡no lo abra, no

lo abra!, pero fue inútil.

- Ya está abierto. ¡Qué hombre éste!, parece que tiene miedo

de que vaya a ir a comer a su casa todos los días.

Puede ser que aquella frase quisiera ser un cumplido, pero

algún trabajillo me costó entenderla así. Terminado el contenido

de los vasos nos marchamos de allí dando gracias a la señora

María.

Nada más salir…

- Así que por lo que veo te dispones a superar la prueba de

fuego.

Se sonríe con aire de suficiencia

- Pues sí.

- ¿Y de dónde vas a sacar fuerzas?

- De mi interior. ¿De dónde las voy a sacar?

- Así que tú tienes fuerza interior. También podías esperarla de

El de arriba, como decía la señora María. Bien, bien. A mí me

gusta la gente que tiene confianza en sí misma. Pero ¡ojo! Sin

quitarle el ídem de encima, que ya lo decía Don Quijote. Sancho,

hijo, ten cuidado, que en la confianza está el peligro. Así que

atención.

No hay respuesta de ningún tipo y entramos en el ascensor.

- ¿Ves como sí te conocían?

- Porque iba contigo.

Page 68: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

67

- Bien. Pues tendré que repetirte que aún en ese supuesto, con

el que no estoy de acuerdo, podrías haberte dado a conocer

diciendo de donde vienes. A lo mejor no puedes decir adónde vas,

pero sí de dónde vienes y eso hubiese sido bastante.

Llegamos a la puerta de casa y se acabó nuestra conversación.

Page 69: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

68

13 de Marzo

Lunes. Son casi las cinco y media de la tarde. Está en actitud de

marchar porque se ha puesto una cazadora de cuero. Da la

sensación, sin embargo, de que no encuentra fácil el camino de

salida.

- Bueno, hasta luego. Voy a ver si veo a esa gente.

- ¿A qué gente?

- A los de la asociación de vecinos esa.

- Bueno. Pues hasta luego.

Se oye el ruido que hace la puerta al salir, e inmediatamente

después el que hace al entrar.

Se coloca delante de mí. Estoy sentado a la mesa camilla

tomando mi lección de inglés. En frente de mí está Pury tejiendo

ganchillo.

- Dame dinero que seguramente algo tendré que pagar.

- Pero ¿a quién tendrás que pagar y cuánto?

- Pues a la asociación de vecinos. Y la cuota no sé cuánto es.

Alguien ha dicho que si cien pesetas pero no sé si habrá pagar

cuota de entrada.

Me levanto para ir a buscar el monedero.

- Lo que quiere decir que estás limpio, claro.

- Pues ciento y pico me quedan.

Interviene la madre…

- Ahí encima está mi monedero, si quieres.

Page 70: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

69

- Y tú mientras tanto, sigues comprando tabaco en los bares.

- Habitualmente no.

- Siempre que yo te veo sí. Toma.

Le doy una moneda de 500 ptas. que saco de mi monedero y

se marcha. Al cabo de un ratillo vuelve diciendo que en aquel sitio

no hay nadie.

El mismo día, a las 8 de la tarde está encargada una misa por la

abuelita Emilia. Él a esa hora tiene que acudir al curso de

Formador de Formadores que está realizando bajo los auspicios

de UGT. Sale con Pury y conmigo pero yo no sé en modo alguno

que tenga intención de ir a misa. Su madre le ha dicho que tome

no sé qué papeles y que así luego no tendrá necesidad de volver

por casa. Esa advertencia y el hecho de que siga con nosotros, me

hace entender que efectivamente va a misa. Yo camino deprisa y

voy delante. Antes de cruzar el paso de cebra de Vázquez Varela

mi reloj marca las ocho y tiene buena hora. Cruzo rápido y

acometo la subida de las escaleras porque quiero evitar llegar con

la misa empezada. Uno de los pobres habituales abre la puerta

cuando me ve llegar y entro sin fijarme si alguien me sigue. En ese

momento me doy cuenta de que voy solo, que nadie me

acompaña. Regreso sobre mis pasos y no veo a nadie conocido.

Decido ir a ocupar el asiento habitual sin perder de vista el camino

que queda a mi espalda y pronto veo que entra Pury sola. Se

conoce que no venía a misa. Pues no sé a que subiría hasta aquí,

pensé.

En ese momento, el sacerdote oficiante está leyendo la lista de

las intenciones por quienes se aplica la misa y oigo claramente

que, en penúltimo lugar de una relación de seis, cita a Emilia

Duque. Transcurre y en una de las ocasiones en las que acaso

Page 71: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

70

instintivamente me dio por mirar hacia atrás, me pareció ver a

Mar con el coche del niño, pero a nadie más. Fue al terminar la

misa, cuando al salir, descubrí a un buen puñado de gente de la

familia y entre ellos a él. Se habían quedado atrás del todo y no sé

si de pie, seguramente para no perder tiempo en levantarse en el

supuesto de tener que salir huyendo ante un posible toque a

rebato. La silla de ruedas de Julia y los coches de los pequeños,

incompatibles con las escaleras de la entrada principal divide a la

familia en dos partidas. No sé por qué razón, yo me quedé con el

grupo de los que salían por la puerta principal.

Sin salir todavía del templo y prácticamente delante de la

capilla están charlando sin ninguna reverencia un grupo de mi

gente y entre ellos, cómo no, él está fumando.

-¡Pero hombre! ¡Tanta prisa tienes! ¿Es que no puedes esperar

a salir de la iglesia para ponerte a fumar? ¡Qué barbaridad!

¡Cuánta prisa!

- ¡Ah! ¡Claro!. Todavía no hemos salido. Yo creí...

Después tuve que aguantar más de una crítica. Nadie podía

comprender cómo pudo ser posible que estando una buena parte

de la familia a la derecha de las escaleras por las que yo subía

deprisa, no me hubiese fijado en ellos. Admito que tengan razón,

pero yo no puedo decir que les vi.

Page 72: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

71

14 de Marzo

Martes. Es algo más de la una de la tarde. Al regreso de misa,

me quedo un momento a preguntar al portero unos detalles. En

ese mismo momento, llega él al portal y se para a mi lado

tratando de intervenir en una conversación de la que no sabe de

qué va. Salimos juntos a la calle.

- ¿Adónde vas?

- Al Banco Simeón.

- El caso es que yo iba a ese sitio..., pero ya estará cerrado. Y a

comprar tabaco. Pero bueno.

Y se acopla conmigo rumbo al Banco Simeón.

- ¿Qué sitio es ése al que ibas y dices que ya estará cerrado?

- La asociación de vecinos. Parece ser que por las mañanas sólo

están hasta las doce. Pero iré por la tarde.

- ¿Qué es lo que te pasaba esta madrugada?

- Que me dolían las muelas que no tengo.

- ¿Y qué es lo que querías experimentar andando por la casa en

pelotas?

- Pero a esas horas no había nadie.

- Pues ya has comprobado cómo también a esas horas hay

alguien. Mira, todas esas actitudes me revuelven el estómago y no

puedo soportarlas. A mí no me importa en absoluto que duermas

desnudo, con el culo al aire, cabeza arriba o cabeza abajo. Me es

indiferente, me da absolutamente lo mismo. Pero me dio asco ver

cómo estando en casa de Margarita, te pusiste un buen día a mear

Page 73: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

72

teniendo a Yago delante. Con toda tu chorra al aire y el chaval allí,

charlando contigo con la mayor naturalidad. Un espectáculo muy

formativo para el muchacho. Por lo que se ve, parece que es algo

a lo que estás acostumbrado y tengo que decirte que tanto abuso

de lo natural me revuelve las tripas. ¿Qué te parece?

Si en lugar de ser yo el que se levantó ayer hubiese sido tu

madre, cosa muy posible porque ella anda siempre con el oído

más atento, ¿se hubiese llevado una gran alegría al ver en cueros

a su hijo de 45 años? Que no puede ser. Que así no es. Que son

todos estos detalles, pequeños y con aparente poca importancia si

tú quieres, los que conforman un estilo de vida.

No hay respuesta ni comentario alguno.

- ¿Y el dolor de las muelas que no tienes se te quitó con la

aspirina? ¿Cuándo te empezó el dolor, al pronto de acostarte o

más tarde?

- Pues se me quitó después de mucho rato, no sé si por efecto

de la aspirina o del mucho sueño que tenía. Antes de acostarme

tenía ya una sensación extraña. Después, me quitaba las muelas y

con la lengua me tapaba el hueco y parecía que se me calmaba el

dolor, pero luego volvía. Entonces me volvía a poner las muelas y

de pronto también se me calmaba para volver al poco rato.

- No sé. Creo que ese es un dolor psicológico o reflejo de no sé

qué, que seguramente no hace ningún caso a la aspirina.

- También mamá decía algo así, pero a mí me ha salido un

ganglio por aquí.

Parte derecha de su garganta.

Page 74: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

73

- Pues será preferible que vayas al médico en relación con el

ganglio. Eso puede ser el resultado de una infección.

- ¿Es hoy la reunión de la comunidad?

- No. Será mañana si es que llega a haber reunión.

- ¿Qué? Es que no hay candidato

- Esa figura aquí no se da nunca. Es posible o por lo menos yo

temo que no haya ni siquiera votantes. En las reuniones

ordinarias, ya acude muy poca gente. Mucho me temo que para

ésta, la decisión de la mayoría sea no asistir y, así, eludirán el

riesgo de que sean elegidos.

Viendo el comportamiento tan poco solidario, responsable y

comprometido de un colectivo de esta naturaleza, se puede dar

uno muy perfecta cuenta de cual es el estado de la sociedad

actual. Claro que eso a mí no me extraña en absoluto. Yo tengo

testimonios muy próximos mucho más crudos y sangrantes que

éste.

Después de salir del Banco Simeón hemos iniciado un paseo

largo, durante el cual yo he estado a merced de su iniciativa. Ha

hecho un comentario sobre el incidente con Canadá, las obras del

Ayuntamiento y, otro, en relación con el aspecto tan distinto que

le ha parecido encontrar en el barrio que queda en la parte de

atrás de la calle Venezuela. Luego se encontró con su antiguo

amigo Acevedo, con quien se abrazó y a quien dijo que se

encontraba por aquí dando una vueltecita.

Page 75: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

74

15 de Marzo

Miércoles. Son las 12 de la mañana. Está en la habitación de

Margarita frente a sus papeles. Como de costumbre todavía no

nos hemos visto. Él hace poco que ha salido del cuarto de baño y

yo estoy a punto de salir a la calle para realizar mis gestiones.

Entro en esa habitación sin decir nada y me coloco a su lado.

Me mira, le miro, hace una ligera inclinación de cabeza, que

pudiera interpretarse a modo de saludo de buenos días, a la que

correspondo con otra igual o, al menos, parecida.

- Venía decidido a decirte algo, pero no te lo voy a decir.

Me sigue mirando y sonríe.

- ¿Por qué no me lo vas a decir?

- Porque no tengo ganas.

Después de una pausa pequeñita.

- ¿Qué dinero necesitas para hoy?

Se queda como pensativo.

- Pues lo de la cena son dos mil pesetas.

- ¿Y qué más?

Vuelve a quedarse pensativo, esta vez más rato.

- ¡Ah, ah, ah! Está también lo de Asvidal, claro.

- ¿Y cuánto es eso?

- Pues dos mil pesetas.

- ¿Sólo?

Page 76: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

75

- Ella me dijo el otro día si llevaba dos mil pesetas encima. Así

que será eso.

- No sé, no sé. Tú sabrás lo que te ha dicho. Yo tenía entendido

desde que tomé el primer contacto con esta gente, que tienen

establecida una cuota de entrada y una cuota mensual.

- Debe ser así. La primera vez se pagan dos mil pesetas y luego

mil mensuales.

- Bien, bien. Y lo de la Asociación de Vecinos.

- No sé. Por fin ayer tarde no fui. Entre lo del cuñado de Jose, y

una cosa y otra, no fui.

- Bueno, pues toma.

Le entrego un billete de 5.000 ptas.

- Supongo que con esto te podrás ir arreglando.

Lo toma y lo guarda en el bolsillo derecho de su pantalón sin

hacer comentarios.

Sobre las dos de la tarde regreso a casa y está sentado al

ordenador.

- ¿Qué haces?

- Estoy intentado organizar un esquema con unos datos del

curso. A ver si lo consigo.

Al pronto de cambiarme de atuendo vuelvo a su lado para

preguntarle.

- ¿Hace mucho que salió mamá?

- No, hace un poquito.

Mirando al cenicero…

- ¿Tú has salido esta mañana?

Page 77: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

76

- No.

- ¿No tenías que haber ido a esa entrevista?

- ¿A qué entrevista?

- Pero ¿cómo que a qué entrevista?

Sonriendo medio confundido…

- Sí, que a qué entrevista te refieres, ¿a la del muchacho ese?

- Yo sólo sé de una entrevista, la de Asvidal.

- ¡Ah, ah, ah! No, esa no es hasta las seis y media de la tarde.

Page 78: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

77

23 de Marzo

Jueves. Son las doce menos cuarto de la mañana. Estoy

trabajando en el ordenador. Poco antes le había visto salir y, al

pasar, dijo algo entre dientes que no entendí. Pienso que pudo

decir que iba a comprar tabaco porque volvió al poco rato sin

decir nada. Viene a mi lado y pregunta:

- ¿Tú conoces a Justo Román?

- Sé que se llama Justo Román Cabanelas y que con frecuencia

se ven por ahí carteles de obra en los que como contratista

aparece Construcciones Justo Román, pero eso es casi todo lo que

puedo decirte. Aunque ahora de repente, tengo la impresión de

que hace ya algún tiempo que no veo esos carteles. ¿Por qué lo

preguntas?

- Es que antes me llamó Mary y me dijo que había estado

hablando con un aparejador, o no sé, si arquitecto del Concello. Es

el mismo que cuando se enteró de que yo había presentado mi

currículum en Sanibrón le dijo que se trata de una empresa seria,

y manifestó también que él podría echar una mano, porque tiene

allí varios amigos. Ahora dice que Sanibrón tiene a prueba a un

jefe de obra y que están esperando a ver el resultado. Dice

también que si de lo que se trata de ponerse a trabajar con

urgencia lo mejor es procurar hacerlo con este Justo Román. Que

no merece la pena ponerse a trabajar con cualquiera de esas

empresillas pequeñas, que pagan mal, y además, quieren que les

saques las castañas del fuego y luego te dejan en la estacada.

Parece ser que el Justo este tampoco paga muy bien, pero tiene

la ventaja de que su empresa está considerada como una escuela

Page 79: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

78

de jefes de obra. Vamos, que el hecho de que en tu currículum

figure que has trabajado con esa empresa le adorna mucho.

- Y ¿qué pasa? Que admite a todo el que se le presente o qué.

- Pues hombre, supongo que no.

- Pues yo creo que no te voy a poder servir de puente.

Recuerdo haberle tratado personalmente en aquella época en la

que yo trabajé cara al público y, ahora mismo, estoy seguro de

que él no me reconocería, en el supuesto de viva, porque no sé

qué idea tengo de que le ha sucedido algún hijo, y yo dudo mucho

de si sería, o no, capaz de reconocerle si alguien me lo ponen

delante sin decirme quien es. Han pasado muchos años desde que

empecé a trabajar en la sombra y he perdido prácticamente todo

contacto con clientes. Se me ocurre preguntar a Mato, pero no. Es

claro que le pasa algo parecido a mí, aunque con mucha menor

densidad.

Ésta es una de las empresas con las que iba a prepararme una

entrevista Javier, el cuñado de Jose. Esta tarde pienso ir a verle y

que me diga a quien tengo que presentarme, si es que no puede ir

conmigo, porque siempre queda el recurso de ir a pecho

descubierto.

- Pues me parece bien. Cierto que no hay que despreciar por

sistema que alguien quiera echarte una mano, pero qué sé yo. A

veces el hecho de llegar presentado por alguien en concreto

puede convertirse en razón para que el otro te despache con

viento fresco y muy buenas palabras. Yendo sólo no cabe atribuir

a nadie el posible éxito o fracaso del intento. Pero dime, ¿quién es

el que opinaba que no merece la pena ponerse a trabajar con

empresas pequeñas? Era un aparejador, pero ¿de qué sitio?

Page 80: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

79

- El aparejador do Concello.

- Me lo temía. Alguien que por lo que sea, sin duda alguna por

la seguridad que le inspira su empleo, no puede conectar con el

problema del paro. Pues yo respeto su opinión como la de

cualquiera otro, pero desde luego tengo que decir que no estoy

de acuerdo en absoluto con ella. Todo lo que no sea hacer algo

que vaya en contra de la propia dignidad de la persona en el

correcto sentido del término, puede ser realizado sin reparo. Me

has oído decir en alguna ocasión que "puesto que anuncian berros

compremos berros". Nos apetecería tomar espinacas pero puesto

que sólo hay berros compremos berros. Cuando surja la

oportunidad de mejorar el empleo, y sigo diciendo que las

oportunidades hay que buscarlas, tiempo tendrás de decir adiós a

la empresa que no merezca la pena.

- Te advierto que no he sido yo el que ha dicho eso.

- Ya sé, ya. Sucede que yo estoy pensando la respuesta que me

inspira el decir del tal funcionario municipal y lo hago en alta voz

para que consideres si mi opinión puede ser aprovechable. Alguna

vez me he puesto a pensar en la conveniencia de entrar en

contacto con un tal Franco, que es un hombre que además de su

empleo como funcionario de la Seguridad Social, se dedica a

contratar obra de reacondicionamiento de viviendas,

generalmente de pequeña y mediana cuantía, como por ejemplo

la que realizamos aquí en casa cuando acometimos la renovación

de los baños, de la que es seguro que tiene que haber demanda

suficiente, cuya ejecución encarga a profesionales con los que

supongo que primero se ha puesto de acuerdo para hacer el

presupuesto que discute con el cliente. El albañil que hizo la

reparación del tejado es uno de los que está en contacto con este

Franco y yo pensaba que en la posibilidad de que este hombre...,

Page 81: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

80

- No entiendo. ¿Se trataría de que localizase yo obra para él o

él para mí?

- No hijo, no. Ya te he dicho que él no es constructor ni nada

que se lo parezca. Es un emprendedor que además de su empleo

gana, supongo yo, unas buenas perras de este otro modo y,

además, entiendo que no las gana como un simple especulador

del trabajo de otros, porque realmente se dedica al seguimiento

de las obras de una manera muy próxima y además es hombre de

buen gusto. Sería cosa de pedirle que te adjudicase alguna obra,

pero claro, tú no tienes equipo, no tienes nada.

- Lo del equipo sería lo de menos. Mary me dice, que tiene los

mejores albañiles, carpinteros, fontaneros, etc. Lo que realmente

me haría falta es entrar en contacto con ese mundillo que está

alrededor de la construcción. Yo aquí no conozco a nadie, no sé

dónde están los almacenes de materiales de construcción, de

madera, en fin, no tengo contacto alguno, y por eso, me parecía

muy bien lo de empezar con ese Justo Román.

- Admito que efectivamente te sería necesario entrar en

contacto con ese mundillo que tú dices, pero con lo que no estoy

de acuerdo es con que te dediques a esperar que te entren, en

lugar de disponerte a entrar activamente. Si es verdad eso que

dice tu hermana, yo te animaría a que, como primera medida,

confirmes que realmente tienes a disposición a un equipo de

hombres que acudirían a tu llamada tan pronto como les des un

silbido de reclutamiento. Como es lógico, en principio, no les

puedes ofrecer nada. Luego, acto seguido, podrías organizar una

campañita de publicidad en la sección de anuncios breves de

algún diario local ofreciendo presupuestos sin compromiso para

toda esa clase de obras. Lo más seguro es que el éxito no se

Page 82: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

81

presentará a la primera de cambio, pero me parece que es una

forma de ir haciendo camino para entrar en contacto con ese

mundillo cuyo desconocimiento de ahora tanto te preocupa. Ibas

a ver cuán pronto tendrías descubierta toda una colección de

almacenistas con la primera obra adjudicada en el bolsillo.

No hubo respuesta y se acabó la conversación.

Page 83: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

82

25 de Marzo

Sábado. A primera hora de la mañana he estado intentado, sin

éxito, instalar en el ordenador un programa de diseño de

arquitectura que le ha proporcionado Jose. He continuado con mis

tareas ordinarias y, antes de salir, en torno a las doce de la

mañana, he querido conectar con él para saber si Jose le había

dado instrucciones en relación con la pretendida instalación, por

la cual la noche anterior se mostró muy interesado.

A las doce y unos minutillos estaba en la ducha, supongo que

primero había desayunado. Yo hube de marcharme y volví a casa

alrededor de la una y media de la tarde. Estaba sentado delante

del ordenador y tenía a mano los disquetes del citado programa.

Al verme entrar me miró y dijo, - no he hecho nada, no he hecho

nada.

- Dicen que a Felipe II se las ponían así, aproximadamente

como a ti, a huevo.

- ¿Por qué dices eso?

- Porque mira, a ti te dan de comer y bien. Te acuestas cuando

quieres, te levantas cuando te da la gana y, después de desayunar

cómodamente y de ducharte más cómodamente todavía, toda tu

ocupación y preocupación consiste en ponerte a jugar con ese

programa.

- Pues es que no sé qué otra cosa voy a hacer.

- Claro hombre, claro. Tú esperar tranquilamente sentado o

mejor tumbado a que las cosas se resuelvan. Mira, por de pronto,

yo he intentado esta mañana instalar ese programa pero no he

podido porque no entra por ninguno de los dos sistemas que yo

Page 84: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

83

conozco. A las doce, he intentado hablar contigo pero entonces

estabas en la ducha. Luego he averiguado que el tal Justo Román

ya no trabaja con el Banco y, por tanto, no será posible encontrar

la mejor tarjeta de presentación ante él que apetecía Mato, pero

parece ser que se han perfilado otros contactos con dos o tres

empresas más. Y como corolario, puede decirte que mientras yo

ando de una u otra forma ocupado con tus problemas, no me

parece bien en absoluto que tú aguantes en la cama como si tus

problemas fuesen sólo míos.

- Pero si ya te digo que no sé qué voy a hacer. En eso de Justo

Román yo estaba esperando lo que había dicho Mato, porque

además parece ser que Javier tampoco tiene un conocimiento

directo. Pero si no pues iré a pecho descubierto.

- Pues mira, sin tanto esperar, y lo que yo he hecho también lo

podías haber hecho tú, yo ya sé que con lo de Justo Román es

tontería seguir esperando. En definitiva, lo que puedes hacer, lo

que me parece que deberías hacer, es sencillamente que, por lo

menos, procures conectar un poco con el espíritu de tu padre, que

me parece que se te está poniendo bien de manifiesto, ¿o no?

- Pues sí.

Y hace una leve semisonrisa.

- Pues eso. Más claramente. Casi todos las noches, como

premio de la jornada con inquietudes de uno y otro tipo, me

haces ir a la cama malhumorado, con disgusto. Veo que te clavas

delante de la tele, tan cruzado de brazos y tan atento al tema de

la película, que ya quisiera para mí y también para ti en otros

asuntos una atención tan exclusiva como la que en esos

momentos desarrollas. ¿Que no sabes qué vas a hacer? Acostarte

primero y levantarte primero, y estando en pie y despierto, a lo

Page 85: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

84

mejor encuentras cosas que hacer. Y sencillamente, eso es lo que

te pido otra vez más.

No hubo respuesta.

A continuación nos ocupamos en la instalación del programa

con base en las instrucciones que le había dado Jose. Su volumen

me obligó a borrar un montón de registros míos además de

algunos suyos y, al final, se está perfilando la necesidad de

comprar más capacidad para el disco duro.

Page 86: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

85

28 de Marzo

Martes. He regresado a casa por la mañana cerca de las dos de

la tarde y no hay nadie. Me he puesto a trabajar en el ordenador.

Al poco rato llega mi esposa, quien me obsequia con un beso.

Seguidamente llega él. Se para a mi lado como si quisiera decirme

algo. Se le nota que está constipado.

- ¿Venías con mamá o habéis venido separados?

- He estado entretenido ahí un poco con Cris, comentado que

he tenido que salir de la Biblioteca Municipal - estaba viendo su

arquitectura - y me dio un ataque de estornudos tan fenomenal

que me tuve que escapar de allí. Todo el mundo me miraba con

cara de susto o de rabia.

- Será como consecuencia de que hasta que te fuiste a la cama,

no surtió efecto el "Frenadol" que tomaste ayer por la noche.

- Pero lo haría después.

- Ya. Esta mañana me han prometido gestionar una entrevista

para ti con un tal Alfonso Román. No sé si es hermano o hijo de

Justo Román, pero se dice que es él quien corta el bacalao.

- ¿Quién es el que la gestiona? ¿El Banco?

- Pues claro. Me han prometido que llamarán cuando sepan

algo concreto. Oye, me ha dicho tu madre que ayer te dio dinero

para comprar unas pilas y que no las pudiste comprar. Primero

fuiste a por tabaco y luego no te quedaba bastante para las pilas.

No sé, hombre. Ahora me gustaría saber si te imaginas qué tipo de

lectura puedo hacer yo de esa anécdota.

Me mira un tanto sorprendido por el planteamiento.

Page 87: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

86

- Pues no sé, que hasta ayer tenía dinero y que ayer ya no.

- Eso más bien parece una realidad evidente. Lo que yo planteo

es que me digas qué lectura puedo hacer yo de todo lo que rodea

a esa realidad.

Se queda sin saber qué decir pero tengo la impresión de que

no está en tensión alguna.

- Pues te lo diré yo. Te has visto con dinero y no has sido de

capaz de respetar el destino para el cual te lo dio tu madre. El

tabaco para ti era lo fundamental.

- Pero es que tampoco ha sido así. Yo ayer estaba buscando

unas cosas en una bolsa mía y me encontré con una calculadora

que tengo. Mamá me pregunto algo y le dije que estaba sin pilas.

¿Por qué no se las pones? Pues porque ahí sólo hay dos y se

necesitan cuatro. Pues toma y vete ahí al Corte Inglés, a

comprarlas de un momento, y me dio doscientas y pico pesetas.

- Te dio doscientas cincuenta pesetas exactamente.

- Sí, eso. Al pasar por allí compré tabaco pensando que con el

resto podría comprar las pilas, pero no, aquí son mucho más caras

que en Las Palmas, y por veinte pesetas no pude comprarlas.

- ¿Pues qué pilas son las que necesitas?

- Unas pilas normales. Que por cierto tuve que subir hasta la

quinta planta porque no las encontré en ningún otro sitio.

- Pues yo creo que hay muchas pilas en la planta baja y en

otros sitios. Pero ya está. ¿Y cuánto es lo que cuestan unas pilas

normales?

- Las más baratas que yo encontré en esa planta valían casi

cuatrocientas pesetas.

Page 88: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

87

- No entiendo nada. Y a propósito de lo que dices de que hasta

ayer tuviste dinero, tengo que decirte, en principio, que lo normal

era que lo hubieses pedido y no te habrías visto tentado de utilizar

para otro fin el dinero que te dio tu madre. También tengo que

decirte, no obstante, que yo no esperaba que por estas fechas

estuvieras ya sin dinero.

- Pues es que entre la cena del fin de curso, un ramo que

compramos a la profe y el café que tomamos luego por ahí, ya se

fueron 2.500 ptas., y después, pues aparte del tabaco, una o dos

veces he tomado algo por ahí, una vez una Coca-Cola y otra vez un

café.

- Resultará entonces que tienes un agujero en el bolsillo del

pantalón por el que se te escapan las monedas. Porque mira,

entre los días 13 y 15 yo te di 5.500 ptas. Como no pagaste nada a

la señora Katy ni tampoco a la Asociación de Vecinos, yo calculaba

que tendrías dinero por los menos hasta el día 29 ó 30.

- ¿Cómo, cómo? No me cuadran esas cuentas a mí.

- Pues a mí sí. Mira, con 3.000 ptas. que debieron de quedarte

después de la cena, a base de 200 ptas. diarias, que me parece a

mí que son suficientes para esa clase de gastos, deberías haber

tenido recursos para 15 días. Y ya sabes, 15 y 15 son 30, y ayer

todavía era día 27. Ya sé que cualquier hijo de vecino gasta más y

que da no sé qué tener que hablar de estas cosas contigo, pero

resulta que tú no eres cualquier hijo de vecino, que eres hijo mío y

que yo en eso no me gasto ni un céntimo.

Y entonces le miré fijamente a la cara. Creo que se sintió

obligado a preguntarme.

- ¿Y quieres que te responda también a eso?

Page 89: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

88

- Lo que quiero es que captes el espíritu de todo esto. Es como

en la cuestión de acostarte primero que te vengo recomendando

insistentemente. ¿A qué hora te acostarte ayer?

- Pues no sé. Como media hora después de vosotros.

- A las dos y cuarto encendí la luz y todavía andabas por ahí.

Como consecuencia de todo, tardé mucho en dormirme y, en

definitiva, he descansado bastante mal. Tengo la impresión de

que me estás echando un pulso en ese sentido.

¿Es que te es tan difícil el intentar acostarte al mismo tiempo

que nosotros, o un poco o un poco después? Soy consciente de

que nosotros ya lo hacemos excesivamente tarde y, por lo que se

ve, para ti todavía no es lo suficiente. Estoy seguro de que a la

hora en que tú te acuestas, no hay en todo este barrio ni una sola

luz encendida. También me doy cuenta de que a ti te tiene que

estar repateando oír estas cosas y te advierto que mucho menos

me gusta a mí tener que decirlas. De verdad. En fin, no sé, creo

que se nos está imponiendo de forma seria encontrar el modo de

hacer más fáciles estas cosas. Y ¿qué obra es la que fuiste a

consultar en la biblioteca?

- No iba en busca de libros, sino a ver su arquitectura, que me

habían hablado muy bien de ella.

- Pensé que ibas en busca de algún libro de arquitectura

porque antes me he asomado a esos dos tomos del diccionario

que has dejado abiertos en la mesa y visto que has estado

mirando algo relativo a la construcción.

- Sí, buscaba algo en relación con las fachadas de ladrillos, pero

no he visto nada.

Page 90: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

89

- No sé si te has dado cuenta de que se ha vuelto a reventar el

lomo del libro que estuve remendando el otro día. Yo no sé. A

esos libros algo les pasa y creo que es necesario manejarlos con

cuidado. Ese tomo que te digo, estoy seguro que se ha roto

porque a la hora de sacarlo y supongo que habrá sido alguno de

los niños, ha tirado de él hacia fuera agarrándole de la parte

superior y así se facilita mucho el rasgado. Y aunque no tanto, algo

parecido ha sucedido con otro que tenías también fuera hace dos

o tres días y cuya rasgadura yo no tenía detectada.

- Pues no había notado que se haya vuelto a reventar el lomo

de ese que dices, pero sí debe suceder algo extraño porque el otro

día me pasó eso. Cogí uno así como dices y noté que se rasgaba.

- Pues ya sabes cuál es el remedio.

Page 91: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

90

29 de Marzo

Miércoles. Hoy nos hemos visto en la cocina en el momento de

desayunar. Le ha despertado la madre porque ha llamado Javier

citándole para verse a las doce.

- Me ha llamado Javier. A las doce iremos a ver a Aproin.

- No sé quién es esa gente.

- Pues la asociación de promotores. Y luego sobre la una

iremos a ver a... no me quedo con el nombre…

- Mario, interviene la madre, te quiere salir Mario Conde, ¿a

que sí?

Sonriendo...

- Sí, pero ya sé que no.

- Mario Puentes, hombre, que tampoco es tan difícil.

- Eso, eso. Mario Puentes.

- Sí, pero acuérdate que te he dicho ya varias veces que este

buen señor ha muerto hace cosa de un mes o así. Por lo tanto, si

decides ir a ver a Mario Puentes vas a tener que tomar una

decisión heroica.

A continuación, concluido el desayuno yo me he recluido para

hacer mis oraciones y continuar luego el trabajo que tengo

pendiente en el ordenador y él se ha ido a la habitación de

Margarita en la que realmente no sé qué es lo que hace en estos

últimos días. A las doce menos diez se coloca a mi derecha cuando

se dispone a salir.

- ¿Me dejas algo de dinero?

Page 92: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

91

- ¡Ah!, sí.

Me levanto a buscarlo en nuestra habitación donde tengo el

billetero.

- Toma.

Y le entrego un billete de dos mil pesetas que guarda, no sé sin

ver, pero sin decir palabra, y se marcha diciendo ¡hasta luego!

Regresa cuando ya son algo más de las tres de la tarde y ha dado

comienzo el telediario de TVE1.

Estamos en la sala con el televisor encendido.

- Pues hemos estado con el gerente de Aproín. Se nota que

Javier le trata con mucha confianza y que realmente tienen buena

amistad. Pero claro, como tal asociación de promotores no tiene

necesidad de personal del sector de la construcción. Dice que

todavía hay algunos promotores que construyen directamente,

pero que cada vez son menos. Es un hombre muy negativo. Para

él todo está muy mal y dice, además, que en Vigo no hay

empresarios. Me dio esta relación de asociados y nos ha dado

muestras de saber vida y misterios de todos, pues nos ha hecho

una especie de semblanza casi siempre negativa de todos y cada

uno. Al llegar a uno de esos que en la relación están señalados con

un asterisco, me dijo: ¡Ah, hombre!, mire..., no, no, mira, porque

en seguida empezamos a tutearnos, tengo entendido que éste y

otro que ahora no me acuerdo cómo se llama, pero que está ahí

señalado, tienen proyecto de ir a trabajar a Canarias y, como tú

vienes de allí, a lo mejor te puede interesar ponerte en contacto

con alguno de ellos.

- ¿Para qué?

- Pues como otra alternativa de las que hay aquí. Porque ya me

dijo que, cuando tenga conocimiento de algo positivo en alguna

Page 93: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

92

de las promotoras que todavía construye, se pondrá en contacto

conmigo a través de Javier. Le dije, hombre mira, acabo de llegar y

todavía no tengo tarjeta ni nada, pero eso, se lo dices a Javier y

asunto resuelto.

- Pues mira…

Y conseguí que me mirase a la cara.

- Yo no sé qué grado de posibilidad teórica hay que conceder a

cada una de las alternativas que puedan estar escondidas en esa

relación. Cabe pensar que aunque remota pueda haber alguna

posibilidad real en todas, menos en esas dos, en las cuales no

cabe ni siquiera la posibilidad teórica.

- Pues ya te digo que para mí son una alternativa más, tan

teórica como cualquiera de las otras.

- Y yo te digo que existe una imposibilidad metafísica y

razonable que impide atribuir a eso la calidad de alternativa, ni

siquiera teórica. Digo que es imposible desde un punto de vista

lógico. Es imposible que a nadie con sentido común le apetezca

ponerse a romper un muro a base de cabezadas, pero sólo se lo

impedirá su propio sentido común.

No hay más réplicas al respecto.

- Pues ya te digo, el gerente este, se hinchó a hablar mal de

Vigo, inclusive llegó a decir que los canadienses tienen parte de

razón en esto del fletán y quiso dejar sentado que el progreso de

Vigo estuvo fundamentado en la llegada a primeros de siglo de

unos empresarios catalanes. No es porque yo sea catalán, decía,

sino porque es así. Por lo visto nació en Cataluña, pero está aquí

desde los cuatro o cinco años.

Page 94: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

93

- Pues por mi gusto puede volver o marcharse al quinto pino

cuando le dé la gana. Gente tan amarga no hace falta aquí y creo

que en ninguna parte.

- Estuvimos con este hombre mucho rato y después fuimos a la

oficina del tal Mario Puentes. Ahora ya no se me ha olvidado.

- Pero supongo que no habrás visto a Mario Puentes.

Sonríe.

- Pues no. Hemos visto al que ahora lleva la empresa.

Me dijo cómo se llama éste pero no lo recuerdo.

- Y este señor ¿era ya socio con Mario o qué?

- Sí. Y dice que hacía ya algún tiempo venían proyectando

abandonar las actividades como constructores, porque les

obligaba a mantener un montón de gente en nómina, pero que

después de lo sucedido es una decisión definitiva, así que, por

ahora, hasta que no cambien de opinión, tampoco necesitan

personal de ninguna clase.

- Entiendo que cada vez debe ser más frecuente que las

promotoras dejen los problemas de la construcción a las empresas

constructoras.

- Aprovechando la cordialidad, porque este hombre también se

mostraba muy atento y se conoce que tiene mucha amistad con

Javier, le pedí su opinión sobre la acogida que tendría un curso de

formación de jefes de obra y le pareció muy bien. Sí, si, dijo que

era una idea muy buena. Yo le hablé de mi experiencia en

Canarias, donde la mayoría de los encargados de obra no son ni

siquiera unos albañiles de medio pelo, y él me dijo que aquí

pasaba lo mismo o peor. Así que cree que la idea puede tener

éxito. Yo le dije que la verdad es que no soy un experto en el

Page 95: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

94

manejo de la paleta y que el curso que estoy en condiciones de

impartir, aunque por el momento tampoco le tengo bien diseñado

en espera de conocer las necesidades de las empresas, puede

convertir a esa gente en verdaderos jefes de obra y se

beneficiarán todos, ellos y las empresas.

- Yo también creo que ésa puede ser una buena idea, a la que,

sin embargo, hay que poner en su sitio. Desde luego, como todas

las cosas, tendrá sus dificultades de implantación y habrá que

disponerse a recibir y soportar más de un portazo sobre las

narices, porque vender teoría siempre ha sido difícil y no faltará

quien te diga de malos modos que te metas en tus cosas, que a él

las suyas le van muy bien estando como están.

- Claro, es que primero hay que crear la necesidad.

- Bien. Puede valer. Pero me parece que puesto que le

necesidad sin duda alguna existe ya, acaso pueda resultar un

tanto más fácil ayudarles a que la descubran. De todas las formas,

no hay más remedio que advertir que, en el mejor de los casos,

eso no será una panacea que venga a resolverlo todo.

- No. Ya claro, eso no puede ser una solución definitiva.

- De acuerdo. Pero no nos engañemos. Solución definitiva no

es ésa ni ninguna otra de las que antes llamabas alternativas

teóricas. Las soluciones definitivas han desaparecido del mapa

para siempre.

- El gerente de la asociación de promotores me dijo que sería

bueno ver con ese objetivo al presidente o gerente de la

asociación de constructores. Javier cree que también tiene algún

medio de acercamiento y ya me dirá. Lo que me tiene maravillado

es la cantidad de gente que conoce este Javier. Es imposible dar

Page 96: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

95

dos pasos con él sin oírle decir, ¡adiós!, ¡qué tal!, ¡hasta luego!

¡Qué bárbaro!, conoce a todo el mundo.

Interviene la madre que entra y sale cada poco de la sala

donde estamos, en la que está preparando la mesa para la

comida.

- ¡Claro, bobo!, es gente que son de aquí de toda la vida y

conoce a todo el mundo.

- Sí, sí, ya te digo. Es una barbaridad. Por lo que sea conoce a

un montón de gente. Tanto es así que le dije, oye mira, me parece

que eres un "publish relation" formidable, y le propuse que nos

asociásemos. El descubriría obras a realizar y yo las ejecutaría.

Buscamos un equipillo y ¡hala! Pues me dijo que lo pensaría y que

a lo mejor... Inclusive que ya tiene equipillo. El mismo que está

haciendo la obra de reforma de la casa que tienen allá abajo.

Deben ser gente acomodada.

En este momento entra la madre dispuesta a servir la comida y

laza su orden ¡a comer!

Page 97: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

96

15 de Abril

Sábado Santo. Es la una y pico de la tarde. Está en la habitación

de Margarita sentado a la mesa en la que tiene esparcidos desde

hace días, papeles, folletos y documentos en aparente desorden.

Supongo que está trabajando en relación con su propósito de

ofrecer un curso de formación a encargados de obra. A las doce y

pico, me había asomado a verle con el propósito de darle la propi

decenal, pero le encontré en el baño.

La noche anterior, supongo que por invitación de su madre,

nos había acompañado al Vía Crucis de La Guía, en el que no sé si

rezó algún Padrenuestro o Avemaría. Yo no le vi ni le oí y estuve

atento, mirando y escuchando, pero a lo mejor rezó. Duró mucho

más de lo previsto y regresamos a casa cerca de las dos menos

cuarto de la madrugada.

Después de cenar un poco nos acostábamos una hora después

y él se quedaba aún en la cocina calentando leche para tomar un

poco de roscón. Entré en la habitación pisando fuerte con ánimo

de hacer ruido y evitar así el sobresalto que, en otras ocasiones, le

ha proporcionado mi presencia a su lado sin haberlo advertido,

con lo que así tiene oportunidad de volverse y verme.

- ¡Buenos días!

Quiero creer que ha contestado a este saludo, pero no puedo

decir haberle oído.

- Así ¡ya se puede!, ¿eh? Se puede uno permitir el sacrificio de

acudir al Vía Crucis y lo que haga falta, que luego ya llegará el

tiempo de recuperación.

Sonríe y me mira.

Page 98: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

97

- Me ha fallado el despertador.

- Bueno, toma. Le entrego un billete de dos mil pesetas que

coge sin decir una palabra.

- No sé cómo lo puedes aguantar, macho. Bueno, ¡hasta luego!,

que me marcho. Tampoco sé si contestó. Acaso sí, pero no le oí.

Page 99: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

98

23 y 24 de Abril

El domingo 23, por la tarde, después de comer y de ver la

película se ha sentado delante del ordenador. Aprovecha la

circunstancia de que después de comer dormito un poco al arrullo

de la tele y da por su puesto que yo no necesitaré usarlo.

Muy avanzada la tarde, pasadas las siete, me acerco a su lado a

ver en qué se ocupa. Tiene abierto un archivo en el que hace

algún tiempo registró lo que él llama su "anagrama" y que en

realidad pretende ser el membrete del papel que usaría como

profesional de la construcción y el diseño, dibujado con el propio

ordenador. Es algo como muy "grandilocuente", que está tratando

de mejorar todavía

- ¿Qué es eso? ¿Qué es lo que estás haciendo?

- Pues a ver si consigo dejar esto así, de esta manera… para

que quede más bonito.

- No sé. No entiendo. Con toda la cantidad de cosas que tienes

metidas ahí no me doy cuenta de lo que quieres hacer. Además

todo eso es como muy grande.

- Es que así se dibuja mejor. Pero se puede reducir tanto como

se quiera.

Hago mención de retirarme.

- Por cierto. ¿Tú sabes cómo hay que hacer para trasladar este

dibujo a WordPerfect?

- ¿No me digas que pretendes presentar ese presupuesto?

Está estudiando un presupuesto para realizar una modificación

en un pequeño bar.

Page 100: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

99

- ¿En un papel con ese membrete tan importante?

- Pues sí. ¿Es malo eso?

- Me parece innecesario del todo y desproporcionado. Si ya

tuvieses el papel,... bueno. Pero tener que andar ahora de prisa y

corriendo para diseñar un membrete... En fin. No sé qué es lo que

pretendes con ello ni a quien quieres impresionar. ¿Es que acaso

no sería suficiente con la presentación de ese presupuesto en un

papel ordinario? ¿Y qué hubieses hecho de no haber dispuesto de

esa máquina?

- Pues lo que he hecho otras veces, sacar fotocopias.

- Ya, claro. Pues lo que pretendes ahora me parece fruto de la

vanidad cuando no de la soberbia. Pero bueno, allá tú. Yo ahora

no sé decirte cómo hay que hacer para eso que dices, apenas he

trabajado en esos temas y de memoria no recuerdo nada.

Me marché de allí y volví pasadas las ocho y media. Seguía

dándole vueltas a su intento de perfeccionar aquello al máximo.

Yo me coloqué detrás sin hacer comentario alguno viendo cómo y

con qué cuidado perseguía su objetivo. Después de un rato

considerable de cerca de media hora manifestó su opinión. Esto

ya va estando, dijo, o algo parecido. Había estado retocando y

volviendo a retocar la palabra CONSTRUCION y no caía en su

error. La hubiese grabado así e inclusive esculpido sobre piedra.

- Así que tú quieres presumir de constructor. Pues estás

apañado. Como no aprendas a escribir la palabra construcción no

sé quién te lo va a creer.

Da un par de pataditas en el suelo.

- ¡Va!, ¡falta una C!

Page 101: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

100

Y se dispone a rectificar su error, lo cual supone que no será

posible todavía intentar el traslado de algo de todo aquello a

WordPerfect.

- Bueno. Pues yo me tengo que marchar. Voy a buscar a tu

madre.

Al poco rato salí. Le dije ¡hasta luego! y él me contestó sin que

apenas pudiese oírle. Cerca de las 10 de la noche apareció en casa

de Cristina, donde estábamos su madre y yo. Al verme llegar solo

me había dicho que Luis pensaba haber bajado también. De

regreso en casa quise comprobar si había concluido la

rectificación y me encontré con un trabajo que difería bastante

del anterior.

Cuando volvió, pues se había quedado un rato más en casa de

Cris charlando con Manolo, se sorprendió sobremanera al

comprobar que su dibujo de antes había desaparecido y no quería

admitirlo por nada. Llegó a enfadarse un poquillo, claro que los

enfados de éste son medio mudos.

- ¡Mecagüen diez! ¿Pero cómo es posible? Si yo lo he hecho

todo bien. Cuando me puse a archivarlo me preguntó si guardaba

los cambios y le dije que sí. Es más. Antes de dejarlo quise

comprobar cómo había quedado y estaba bien y entonces volví a

guardarlo.

- Pues sería entonces cuando hiciste algo mal. Aquí es claro

que en este archivo no hay guardado nada más que lo que se ve.

Y volví a recuperar el archivo denominada "anagra" que tenía

creado desde hacía tiempo.

Page 102: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

101

- ¿Ves? Aquí no hay ninguna otra cosa. Y si quieres, te diré que

me parece la respuesta que merece tu actitud. Eso que has estado

haciendo no te hacía falta para nada y ahí tienes la demostración.

- Pero si no puede ser.

En ese momento me saca el ratón de la mano y empieza una

manipulación desordenada tratando de ver si su obra aparece por

cualquiera esquina por arte de magia.

- Deja de hacer cosas raras y admite las cosas como son. No sé

por qué tienes que resistirte así a la evidencia.

- Si no es que me resista ni que me parezca mal ni bien. Es que

he gastado toda la tarde en eso y ahora me da rabia.

A continuación iniciamos unas pruebas tratando de trasladar a

WP alguna de las muchas muestras que había en aquel registro y

efectivamente lo conseguimos pero con una calidad que no era

aprovechable. Lo intentamos una y otra vez y al fin, convencido

personalmente que no había nada que hacer, apagué el

ordenador y nos fuimos a cenar. Eran pasadas las doce de la

noche.

A la mañana siguiente quise hacer nuevas pruebas por mi

cuenta y llegué otra vez a la conclusión de la noche anterior. A

continuación pensé en ofrecerle un membrete que fabricaría con

los únicos medios que conozco, manejando el WP. Tuve

oportunidad de mostrar a su madre el aspecto práctico que

presentaba ambos trabajos y le comenté cómo, en mi opinión,

este hombre se mueve con el objetivo de impresionar a la gente

como si eso fuese lo importante, lo que demuestra que no acaba

de admitir su situación, que en realidad de verdad, es más pobre

que una rata. La madre, como no podía ser por menos, entiende

Page 103: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

102

que le guste presentar las cosas lo mejor posible. ¡Claro, faltaría

más!

Alrededor de las doce viene a mi lado.

- ¿Has descubierto algo interesante?

- He cedido a la tentación de insistir en lo que ya sabía y

conseguido perder otra porción de tiempo. Nada de lo que tienes

dibujado ni de lo que dibujes con igual técnica será aprovechable.

Así que mira, yo te ofrezco lo único que puedo.

Y le mostré el membrete que había confeccionado con WP. No

dijo que le pareciese mal, pero tampoco dijo que bien. Apuntó en

seguida unas cuantas ideas para mejorarlo que no eran de

aplicación, o al menos así lo entendía, después de haberlo

intentado previamente y comprendido la imposibilidad técnica

que lo impide.

- Es que mira, si hacemos así y así, entonces a lo mejor esto se

puede...

Todavía atendí aquella sugerencia para demostrarle que no

podía ser y quedó sin convencerse.

- Anoche, después de que os fuisteis a la cama vine aquí un

rato para ver si encontraba por alguna parte el trabajo perdido y

no, no apareció no.

- Hombre, tú ya me tienes demostrado hasta la saciedad que

no haces ningún caso a las cosas que te digo. Así que no me

extraña. ¿Por qué me lo ibas a hacer ahora? Si me hubieses hecho

algún caso alguna vez te aseguro que ahora no estaríamos aquí.

Se sonríe sin palabras...

- Si se consiguiese bajar esto aquí un poco...

Page 104: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

103

- Bueno mira. ¡Que te den por el saco! Yo a eso no le doy más

vueltas y si lo quieres así lo tomas y si no lo dejas.

- Ahora te dejo. Voy a ver si encuentro una escalera plegable.

Mary me ha dicho que las mejores ferreterías son tal y cual.

- Muy bien.

Cerca de las dos y media de la tarde vuelve y se me acerca. Se

da cuenta de que el trabajo que tengo en el ordenador no es el

suyo y se sorprende.

- Ah!, creí que estabas trabajando en lo mío. Pero ya veo que

no.

Me vuelvo para poder mirar a la cara. Está sonriente.

- Pues yo sé que tú, que eres mi hijo, el mayor, tienes derecho

a mis atenciones, pero claro, hasta ese extremo...

- Es que tú tienes menos paciencia.

- ¿Qué?

- Con el ordenador quiero decir.

- Lo que yo tengo o creo tener es sentido práctico para darme

cuenta de que es bobada dar coces contra el aguijón. ¡Habrase

visto! ¡Dice que tengo poca paciencia!

- Mira, ya he conseguido la escalera.

Muestra unos folletos. Creí que iba a ser más difícil, pero no.

- Pues claro, hombre, para determinadas cosas sólo hace falta

dinero. Pues muy bien.

Page 105: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

104

27, 28 y 29 de Abril

El día 27 regresa a casa por la noche, ya bastante tarde,

después de sus gestiones en relación con la entrega del

presupuesto que ha confeccionado para la remodelación de un

bar. Yo estoy trabajando con el ordenador y él se queda a mi lado

después de decir su clásico "buenas", que apenas se oye.

- ¿Qué tal?

- Pues regular. Quiere aplazar un mes el pago de una parte. Y

en eso hemos estado discutiendo un rato muy largo. Él dice que

yo lo tengo que entender. Que a él le viene muy bien disponer

ahora de dinero para compras que tiene que hacer y que total a

mí eso lo mismo me da. Que eso me lo gasto yo en un par de

cenas. ¡Hummm!

- Y cuánto es lo que quiere dejarte a deber.

- Pues unas 50.000 ptas. o así. Ya le he dicho que en un

presupuesto de este importe en cuanto dejes algo pendiente te

quedas sin nada. Pagaré a los proveedores y a los obreros, y yo

me quedaré sin cobrar hasta que pague el total.

- ¿Y ya ganas tú 50.000 ptas. en esa obra?

- Quizás algo más.

- Pues tú verás. Un aplazamiento así por las buenas puede

ponerte en riesgo haber trabajado para el moro, porque si luego

empieza a darte largas, y no te paga por las buenas, no tendrás

medio de poder cobrarle, porque a ver qué puedes hacer. Llevarle

al juzgado por 50.000 ptas. puede ser muy poco útil. Yo creo que

deberías resistirte.

Page 106: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

105

- Él me ha dicho también que si tanta falta me hace, me lo paga

todo y en paz.

- Y tú no has sabido agarrar ese cabo. Yo creo que estás todavía

a tiempo de decirle que no te interesa trabajar en esas

condiciones. Si le dices que te vas, posiblemente abandone su

pretensión. Para mí la cosa está muy clara.

- Para mí más bien está oscura.

- Pues yo te digo que, aunque como sabes me gusta que

trabajes, me parece que el hacerlo para que sirva de hazmerreír a

otros es un pecado gordo. La propia estima nos exige que

defendamos a punta de lanza el valor y la dignidad de nuestro

trabajo.

- Bueno, ya veremos.

El día 28, viernes, ha salido de casa bastante temprano, por la

mañana y ha vuelto a eso de las doce y pico muy enfadado. Yo me

disponía a salir para ir a misa y en ese momento la madre me ha

dicho que está muy cabreado y que ha dicho que luego se lo

contará. Cuando regresa alrededor de las tres yo vuelvo a estar

trabajando en el ordenador y él hace un pequeño alto a mi lado.

- ¿Qué?

Se queda un momento pensativo.

- Por la tarde te lo cuento.

El día 29, sábado, se ha levantado a las ocho de la mañana, y a

las tres y media de la tarde, hora en la que hemos decidido

empezar a comer en compañía de Margarita, que está de visita,

todavía no había llegado. En el entretanto, su madre ha atendido

la llamada de un carpintero que quiere saber datos del estado de

la obra. Por la mañana, atendiendo a mi pregunta, me ha dicho

Page 107: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

106

que el enfado de ayer había sido causado porque el propietario

del bar había querido saber de parte de un arquitecto amigo de

ambos, si mi hijo es hombre de fiar. Llega a las cuatro menos

cuarto.

- ¿Ya habéis comido?

La madre…

- Pues claro. ¡Como no venías! Ha llamado el carpintero.

Y establecen un diálogo a ese respecto.

Interviene Margarita…

- ¡Hola hermano!

- ¡Hola hermana!

Se acercan y se besan.

Sigue un coloquio alrededor de algunas incidencias que se han

producido en el primer día de trabajo, motivadas principalmente

porque alguno de los profesionales que tenía apalabrados para

colaborar en esa se presentó a media mañana para decir que no

podría hacerlo.

- Pero no hay problema. Entre el electricista, que sabe algo de

fontanería, y otro poco que sé yo, creo que saldremos del paso.

Interviene la madre.

- ¡Hay que ver cómo es la gente! ¡Qué poca formalidad! Eso ya

te lo podía haber dicho ayer.

Pregunto a Margarita.

- ¿Has traído los papeles para la declaración de la renta?

Page 108: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

107

- Todos no. Y por cierto, todavía no me han mandado ninguna

información del Ministerio en relación con la beca. Yo no sé cómo

hacer.

- Pero la beca es de este año ¿no?

- Sí, pero el año, pasado también cobré desde Octubre.

-Pues tendrás que llamar a quien corresponda y pedirle que te

envíen el certificado de prestaciones y de retenciones.

- Yo creo que el año pasado no me han hecho retenciones y

voy a tener que pagar una pasta gansa. Hasta cuándo hay tiempo.

- Supongo que será como años anteriores. Para las de pagar

hasta el 20 de Junio y la de devolver hasta el 30 de Junio.

Interviene él.

- ¿Y tú caso es de los de cobrar o de los de pagar?

- No creo. Por esto de la beca tendré que pagar.

- Pues yo estoy nivelado. No tengo que pagar ni tengo que

cobrar.

Intervengo yo.

- A propósito de cobrar. ¿Resolviste por fin la discrepancia con

tu cliente respecto de la forma de pago?

- Pues sí, por fin quedamos en aquello. Un quince por ciento.

Interviene la madre.

- Ayer venía todo cabreado porque el dueño del bar había

llamado a Acevedo pidiéndole información de éste.

- Pues no sé por qué tiene que parecerle mal eso. Está en línea

con lo que yo le he dicho a él en más de una ocasión.

- Yo ya le dije que me parece algo normal, dice la madre.

Page 109: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

108

- Pues a mi me parece que es del género tonto ir a preguntar al

mismo que me había presentado a él. No tiene ningún sentido

que habiéndome presentado hace unos días fuese ahora a decir,

oye mira, no te fíes de éste que yo...

- Pues yo te digo que el hecho de que cada uno defienda sus

intereses de una manera ordenada me parece prudente y además

obligado. Él no te conoce, tú tampoco le conoces a él, y no veo yo

que esté de más que el que os ha puesto en contacto, os de a

cada uno la opinión que tiene del otro. Por lo que yo sé, este

Acevedo no ha querido saber nada de la obra que el hombre del

bar le había propuesto.

- ¿Cómo que no? Ayer mismo ha estado tres horas allí con

nosotros poniendo la mano en el fuego por mí.

- Pero no es eso lo que dice tu padre. Acevedo no quiso hacer

la obra que estás haciendo tú, aclara la madre.

- ¡Ah, ah, ah! Ya, pero bueno. Es que él no se dedica a estas

cosas.

- Ya. Y puesto que tú has aplazado el 15 % ¿habrás planteado

cobrar algo por adelantando?

- Ya he cobrado.

- Ya.

Interviene la madre.

- ¿Y cuánto ha sido?, que no dices nada.

Digo yo…

- ¡Jo! ¡Qué confesión!

Guarda silencio un momento.

Page 110: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

109

- El 35 %. El acuerdo ha sido, el 35% ahora, el 50% al terminar y

el 15 % después. Creo que viene a entrar dentro de lo que es

normal.

- ¿Y ese 35 % te lo ha dado ahora para que pagues a...?,

pregunta la madre.

Respondo yo.

- Para que haga con ello lo que le dé la gana, se lo puede

fumar. El sistema de pago puede considerarse normal cuando se

trata de contratantes que se merecen confianza porque se

conocen o cuando se eliminan todas las dudas de cobro respecto

de la parte aplazada.

- En este caso, hemos acordado que la misma factura

presentada en la Caja con orden de que se la carguen en cuenta,

eso viene a ser como un pagaré.

- Claro, pero hay pagarés que no dejan nunca de serlo porque

nunca se pagan. Ahora bien, si la Caja acepta formalmente el

compromiso de pagar en una fecha determinada, eso ya es otra

cosa.

- ¿Quieres decir algo así como un pagaré conformado?

- Ése es el tema.

Page 111: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

110

6 de Mayo

Sábado. Es la hora de comer y ha estado sirviendo la mesa.

Ahora está sentado en el sofá atento a la tele.

Ayer viernes, su madre y yo hemos asistido al homenaje a los

señores de Troncoso con motivo de la jubilación del marido y, por

tanto, no hemos comido en casa. Él está trabajando en la

terminación de la obra de remodelación de un bar en la que se ha

visto obligado a trabajar físicamente acaso como nunca y la madre

le ha dejado escrito, en la pizarra, una nota que dice "La ensalada

está en la nevera".

Cuando hemos regresado por la noche, pasadas ampliamente

las diez, la pizarra sigue estando donde la dejó la madre, pero

tiene dos añadidos, uno "He salido con Acevedo", otro, puesto

exactamente debajo de la palabra ensalada: "RICO". En su

habitación, arrojada sobre una butaca está la ropa de trabajo y, en

el suelo, las alpargatas llenas de polvo y los calcetines. Pasada la

una y media de la madrugada, nos hemos ido a la cama después

de cenar y él no había regresado. No hemos hecho comentario

alguno.

A la mañana siguiente, él y yo no nos hemos visto hasta ese

momento en el que él acaba de sentarse en el sofá para ver la

tele.

- ¿Qué fiesta es la que has estado celebrando anoche?

Sonríe despacio.

- ¿Fiesta? No había fiesta. Que estuvimos dando una vuelta por

ahí viendo el Vigo nocturno.

Page 112: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

111

- ¿Vigo nocturno eh? Pues tú dale conversación a las ocasiones

que vas a ver qué bien te va en seguida.

Dice algo con lo que me parece que quiere decir que no

entiende el mensaje.

- Si no lo entiendes te lo puedo decir mucho más claro.

- Que no, que no, que no hace falta. Que entiendo

perfectamente lo que quieres decir.

Page 113: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

112

10 de Mayo

Miércoles. Son las 12,15 de la noche y acaba de entrar en casa.

Había salido a las 4 de la tarde, para lo cual su madre le había

servido la comida a él solo, tan pronto como llegó, pasadas las tres

de la tarde. Al entrar se paró a mi lado. Yo estaba trabajando en el

ordenador.

- Por fin esta tarde pondremos fin a este asunto.

Lleva varios días intentado cobrar la obra realizada en la

remodelación de un bar, que terminó a trancas y barrancas el

pasado viernes.

- Esta mañana he estado allí con un hombre que me ha

facilitado Queralt y hemos quedado en que esta tarde a las cuatro

iremos a terminar una cosa que, aunque no tengo obligación, le

había prometido que la haría y se la voy a hacer, para ver si así ya

no tiene más pegas que oponer.

- Pues a ver si es verdad. Yo no sé si cobrarás, pero al menos se

habrá desvanecido el tremendo riesgo en el que has estado

trabajando. No sé si te has dado cuenta de que no se pueden

amontonar más ilegalidades en tan pequeño espacio de trabajo.

Has carecido de licencia de obra, no tienes licencia fiscal ni estás

asegurado en forma alguna igual que la gente que ha trabajo

contigo estos días.

- Ya, pero precisamente porque el trabajo era poco tampoco

había mucho riesgo.

- Pues mira que será muy difícil que alguno se accidente en esa

clase de trabajo, que se corte un dedo, por ejemplo. Y en ese caso

¿qué? Recuerdo perfectamente una anécdota vivida muy de

Page 114: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

113

cerca: Un pobre se acercó a una oficina pidiendo una limosna. El

director, que se las daba de hombre práctico le dijo, limosna no,

pero le doy 50 duros si limpia ese letrero de ahí afuera. El hombre

dijo que sí, 50 duros para él era una fortuna. Ni corto ni perezoso

se puso a trabajar deprisa porque primero tendría la pasta. Al

poco de empezar, se cayó de la escalera y los 50 duros se

convirtieron en 300.000 ptas. porque el pobre se había roto una

pierna sin querer, donde parecía que no había ningún riesgo.

- Ya, pero en una obra de estas no te puede poner a asegurar a

la gente, porque si no... Eso se puede hacer cuando les contratas

como fijos.

- Ya, claro. Pero esta mañana tú no le has dicho todavía a ese

hombre que quieres cobrar. ¿?

- Es que cuando llegué acaba de marcharse.

- ¿Qué, había ido al hospital? El día anterior había tenido que

ir a consulta de urgencias por algún problema de corazón. Pasadas

las 8 de la tarde, el mismo martes, yo había entrado en el bar a

tomar una tónica y comprobé que, aunque un tanto doliente, el

hombre estaba trabajando en su negocio.

Mi hijo se había acercado por el bar pasadas las once de la

noche y sin entrar a saludarle, porque no sabía bien qué era lo

que le parecía hacerlo a una hora tan intempestiva, comprobó

desde fuera que efectivamente ya se había incorporado y le

consideró restablecido de su dolencia.

- Pues no sé. Creo que no. Habrá ido a algún almacén.

- Como quiera que sea tú no has estado muy diligente. Salir de

casa a las 11 con una misión como la tuya es casi una salida de

lujo.

Page 115: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

114

- Es que presentarse allí a la hora del café...

En alguna ocasión el dueño del bar le ha dicho que en aquel

momento no puede atenderle, porque está trabajando.

- Pero hombre, yo no sé por qué tanto prejuicio...

- Es que como las cosas están así...

Las relaciones con el dueño del bar se han venido

deteriorando. Empezaron por hablarse de Vd. Y, al fin, sólo se

comunican por medio de intermediario.

- Así que ya le hemos dicho a la chica que le diga que dejamos

allí la herramienta y que a las cuatro iremos para hacer aquella

chapucilla. Nada, es una cosita de nada.

- No sé, hombre. Pero entonces, ¿qué es lo que has hecho por

ahí dando vueltas desde las once de la mañana?

- Pues me fui al despacho de Carlos.

- ¿A qué hora?

- Sería la una y cuarto o así.

- Pues a esa misma hora, quizás diez minutos más tarde, he

encontrado yo a Carlos con sus padres allá abajo. Así que no sé

cómo, salvo que ahora esté dotado con la ubicuidad, podía estar

Carlos al mismo tiempo en su despacho.

- Pues sí, sería la una y cuarto o así.

- Bien, bien. Tú verás.

A las cuatro, se dispone a salir después de haber comido, pero

antes se sirve una taza de café que acostumbra a tomar en

solitario. Ahora la toma de pie, pero la toma. Busca una carpetilla

que coloca bajo el brazo y sale diciendo, muy bajito, hasta luego.

Page 116: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

115

A las once y media de la noche, su madre ha llamado a casa de

su hermano para averiguar si está allí. En seguida me llama a

cenar y me pregunta dónde andará éste hoy.

- ¿A quién has llamado tú ahora hace un poco?

- A José. Pensé que a lo mejor había ido allí a ver el partido.

Se jugaba, en París, la final de la recopa entre el Arsenal y el R.

Zaragoza, que por fin ganó el Zaragoza en el último minuto de la

prórroga.

- ¿Y no está allí, claro?

- Pues no.

A las doce y cuarto de la noche se coloca en la entrada de la

sala donde hemos concluido de cenar. Yo todavía no he pelado mi

manzana.

Pregunta la madre.

- ¿Pero dónde andas?

- En el Castro.

Y se sienta en el sofá, dejándose caer, dando grandes muestras

de nerviosismo.

A preguntas de la madre, dice cómo el dueño del bar no les

dejó trabajar a las cuatro de la tarde, argumentando que no

quería molestar a los clientes que allí había. Que le preguntan si a

las diez de la noche le parece que será buena hora, y sin haberles

dicho sí o no, se presentan allí nuevamente a esa hora y les sigue

prohibiendo la acción porque allí sigue habiendo dos clientes y ya

les ha dicho que mientras haya allí uno sólo no se puede trabajar.

Dice también que estaban por allí los albañiles, para ver si

podían cobrar, y también que el cliente le acusa de haberle

Page 117: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

116

engañado y que, además, está seguro de que durante toda la

tarde ha estado intentado sacarle de quicio; que ha tenido que

tragar mucha saliva para no tener que decidirse a echarle mano al

cuello y que, por fin, en contra de la opinión del hombrecillo que

le acompañaba para hacer la chapucilla, quien le aconsejaba tener

un poco más de paciencia, optó por ir a pasear a El Castro, donde

tuvo la idea de decir a los albañiles que sean ellos quienes vayan

a cobrar su trabajo directamente del dueño, pero que no le pidan

sólo el importe que con él tenían ajustado para que encima no

salga beneficiado y que, como lo que él tiene allí son unos diez mil

duros, que al fin y al cabo no es tanto, para evitar más jaleos

porque si no quién sabe lo que puede pasar, se olvidará de ello y

en paz.

Durante toda esta exposición, larga y sin más nexo entre

párrafo y párrafo que los nervios que le agarrotaban, yo no tuve

más intervención que un ¿QUÉ? que pronuncié con rabia

contenida cuando oí la sugerencia que había recibido mientras

paseaba por el monte de El Castro, a lo que contestó diciendo que

lo había pensado pero que aún no les había dicho nada. Se puso

de pie y terminó su parrafada diciendo: ¡pero sí es verdad que El

Castro relaja, si!

-Pues mira, será verdad que el paseo por El Castro a ti te ha

relajado mucho, pero ¿qué es lo que crees que mientras tanto he

tenido que pensar yo, que saliste de casa a las cuatro y eran las

doce y pico de la noche y no habías dado señales de vida?

- Pues que me estaba rompiendo la cara a tortas con ese tío.

- Mira, cuando tú seas autónomo, puedes romperte la cara

tantas cuantas veces quieras y con quien quieras, sin decir nada a

Page 118: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

117

nadie, pero, hasta entonces lo normal es que tengas en cuenta a

quienes quedamos en casa.

- Ahora no, por favor, ahora no. Mañana si tú quieres

hablaremos de eso y de todo lo que tu quieras, ¡por Dios!, pero

ahora no, ya sólo me faltaba eso.

Se dio media vuelta y se dirigió a uno de los cuartos de baño

dejándome con la palabra en la boca. Salió y se fue derecho a la

cocina donde pensé que se quedaba a cenar. Al poco vino su

madre y sirvió su cena en la mesa camilla de la sala donde yo

permanecía tratando de dominar la tensión producida. Acto

seguido, se sentó él delante de su plato y estuvo un rato en

silencio, resoplando y apretando los labios y los puños, pero no

me miraba. Yo también estuve en silencio aunque sin dejar de

mirarle. Por fin habló.

- Te dije antes que mañana hablaríamos, pero déjame que te

diga ahora que... de todo este asunto, lo que más me fastidia,

honradamente, es que me haya salido así la primera cosa que

hago en Vigo.

Tardé unos cuantos segundos en acusar recibo a tal

manifestación, que me parecía bastante fuera de lugar.

-Yo tengo respuesta para eso, pero ahora no te la voy a dar. En

este momento lo que puedo decirte es que a través de los datos

que aportas, diciendo unos y callando otros, estoy sin comprender

cómo es posible que hayáis llegado a ese deterioro de relaciones.

- Pues es una serie de cosas. Empezó por lo del fallo del

fontanero.

- Pero hombre, si lo del fontanero era algo tan simple y tan

sencillo como tú mismo has dicho en alguna ocasión, no

comprendo que eso haya podido tener tanta trascendencia.

Page 119: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

118

- Además la labor del fontanero la hice yo mismo.

- ¿Pues entonces? Yo no sé por qué tengo la impresión de que

ni ese hombre del bar ni tú andáis sobrados de humildad, y que tú

te has dedicado a criticar la labor del pintor que él tenía allí como

hombre confianza. Y que además te las has dado con él de

hombre importante.

- Y tengo entendido que, en principio, tenía apalabrada con el

pintor toda la obra. Y ya le tuve que decir un día al pintor, oye no

calientes más el tema, que ya está bastante. Era cuando este tío

estaba empeñado en querer abrir el jueves y no hacía más que

meter prisa por todos los medios.

- ¿Y qué es eso que dices que vayan a cobrar los albañiles

directamente?

- No, que lo he pensado, pero no les he dicho nada.

- ¿Pero cómo se te ocurre pensar esas cosas? Además, ¿en

virtud de qué crees tú que ese hombre se iba a disponer a pagar a

unos obreros que él no ha contratado y ni siquiera conoce? ¿Y por

qué te dice que le has engañado? ¿En qué se basa?

- Eso es lo que le pregunto yo.

- Pero vamos a ver. ¿Pero cómo dialogáis? ¿No sabes coger el

presupuesto y con él a la vista concretar con qué partidas está y

no está de acuerdo?

- Ya, pero el caso es que en un momento le dije que entonces

no disponía de la copia del presupuesto y seguramente que no he

hecho bien diciéndoselo.

- ¿Y por qué no la tienes?

Page 120: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

119

- Pues porque soy un imbécil. La tenía en una carpetilla que

llevaba conmigo y me ha desaparecido. Algún día se me debió de

olvidar allí en la obra.

- ¡Válgame Dios! Bueno, pues pídele que saque el original, que

tendrá él y dialogáis sobre ese original.

- Ahora es posible que tenga los dos, el original y la copia.

- Y qué ejemplar es el que había firmado él para aceptar el

presupuesto.

- El llamó por teléfono que estaba conforme.

- Pero ¿y no lo hiciste firmar nada?

- Pues no, creo que no.

- ¡Madre mía, qué hombre de negocios! ¿Entonces cómo te

pagó aquel adelanto que te hizo, en dinero?

- Pues sí, y precisamente en el baño.

- ¡Claro!, os pusisteis de acuerdo para ir los dos a mear al

mismo tiempo. Ha eliminado testigos por todas partes y la verdad

es que, teniendo él los dos papeles, tanto da que el presupuesto

estuviese firmado por él como si no. El otro día andabas a vueltas

con la factura ¿también se la has entregado con el recibí puesto o

no?

Se sonríe.

- No, no se la he entregado.

- Pues la tienes cruda. El caso es que yo digo que tienes que

gestionar ese cobro como sea, claro que sin intentos de

retorcerle el cuello, pero te va a ser muy difícil. Pero de arrojar la

toalla, despreciando tu propio trabajo ni hablar. Porque además

de tu beneficio, este hombre tiene ahora mismo en su poder el

Page 121: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

120

importe del trabajo de otros hombres y el de los materiales que

no sé quién te ha servido.

Pregunta la madre.

- ¿El pintor ya cobró?

- No sé.

Pregunto yo.

- ¿Y has pagado ya algo de lo que te sirvieron?

- Los materiales de construcción, sí.

- Pero te habían suministrado también una escalera y no sé

que más.

- La escalera y el termo que están sin pagar. Pero, por cierto,

esa es otra. ¿Os acordáis que el otro día os dije el termo calentaba

mucho? Pues bien, fue el técnico y dice que lo arregló. Bueno,

pues hoy no calienta nada. Y claro, cuando me dijo, vea, vea, y yo

le argumento que los termos eléctricos tardan un poquillo en

calentar, y es verdad, porque no son tan rápidos como el gas, me

tengo que tragar todas las palabras y los argumentos porque

después de estar allí con el dedo puesto bajo el grifo durante un

rato como un gilipollas para ver si el agua sale caliente, no deja de

salir fría.

- Pero eso es algo que no se resuelve con palabras, por muy

bonitas que sean.

- Y lo peor de todo es que en un momento en el que el tío no

estaba, porque dijo que tenía que ir al médico, que su salud era lo

más importante, que nos decidimos a desmontarlo uno de los

albañiles y yo, y vimos que el calderín está roñoso. Menos mal

Page 122: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

121

que hombre no estaba delante. Si lo llega a ver, lo menos que

piensa es que le he colado un aparato usado.

- Razón de más para pedir a tu suministrador que te sirva otro,

cosa que tienes que gestionar mañana mismo a primera hora. ¿No

será que está mal instalado?

- Le he instalado yo personalmente y, desde luego, el agua

entra y sale normalmente. Sólo que fría. Aparte de que lo roñoso

no tiene nada que ver con la instalación.

- Conforme. Pues yo creo que tienes que intentar cobrar por

las buenas después de haber dejado en orden todo lo que a ti te

corresponda. Y para eso, creo que sería bueno que pidas la

colaboración de Acevedo, que al fin y al cabo, él fue el que te

metió en este lío.

- Ya me ha pedido disculpas. Acevedo serviría para certificar la

obra realizada.

- Ninguna de las dos cosas sirve para nada. ¿Para qué quieres

esa certificación? Solo serviría para una demanda y creo que no

es esa la solución. La misión de Acevedo sería la de actuar de

hombre bueno. Él conoce a ese hombre más que tú y a ti más que

él. Se trata de que llame al entendimiento a ambos, pero como es

lógico, especialmente al otro. De todas las formas, hijo, ahora me

explico bastante bien todos cuantos fracasos has tenido por allá

abajo en esta clase de negocios. Es claro que no eres hombre de

negocios y que no sirves para un empleo como ése de ser el

encargado de la contratación de no sé que cosas al que pensaba

destinarte Uríbarri.

- Pero después no era eso lo que ofrecía.

- Ya, pero si llega a ofrecértelo dile que no. ¿Hay que ver lo que

son las cosas? Tú venga presumir de empresario importante y

Page 123: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

122

resulta que has trabajado físicamente como acaso nunca en tu

vida, para tener al final este resultado.

- No es incompatible el trabajo físico con ser empresario. Pero

si es verdad que ahora he hecho algunas cosas que no he hecho

nunca. Y también es verdad que no me hacía ninguna gracia tener

que hacerlas, pero las hice. Un día me dijo el tío: te has pasado

toda la mañana para poner cuatro tuercas y no sé qué más. Pero

están puestas ¿no?, le dije. Es verdad que me falta la destreza del

práctico.

- Pues ahí tienes una justificación para que ese hombre te

acuse de haberle engañado. Él está dando por descontado de que

tu presupuesto comporta todo ese tiempo de mano de obra,

cuando realmente hay cosas que se pueden hacer en mucho

menos. ¿Recuerdas cuando te dije aquella noche que aún estabas

a tiempo de decirle que no y que en aquellas condiciones de pago

aplazado no acometerías la obra?

- En mala hora.

Supongo que quiso decir que en mala hora no me hizo caso,

pero sólo dijo lo que dijo.

- Yo sé por qué. Pensaste que el hombre iba a tener de ti, si no

aceptabas el aplazamiento, la impresión de que eras un pobrete y

¡claro!, cualquiera permite una cosa así.

Page 124: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

123

14 de Mayo

Domingo. Son cerca de las 11,30 h. de la mañana. Estoy

sentado al ordenador y a punto de dejarlo con el fin de

prepararme para ir a misa de doce. Él viene, se sitúa a mi derecha

sin manifestar saludo alguno, y dice:

- Que estoy pensando que debería llevar unos recibos en

blanco, porque no sé por donde va a salir ese tío.

Se refiere al dueño del bar para quien ha estado trabajado.

Después de la mediación de Acevedo se ha avenido a permitirle

que hoy domingo, sobre las 12 del mediodía, se presente en el bar

con los obreros para realizar unos determinados remates de la

obra. Él ha tenido que suplicarles que acepten ese encargo, pero

ellos han forzado una reunión conjunta con el dueño, la cual tuvo

lugar el viernes por la tarde, para dejar bien sentado que el

domingo cobrarán su trabajo sin más demora y que no les importa

quién sea el que les pague, que lo que ellos quieren es cobrar su

dinero y punto.

- ¿Y qué quieres decir? ¿Que los tienes que hacer?

- Pues es que como no sé qué es lo va a hacer, a lo mejor lo

que tengo hecho no vale.

- Pero hombre, eso lo has podido prever ayer, que has tenido

tiempo de sobra.

Esta manifestación ha tenido acaso un tono poco amable,

porque realmente me ha molestado que haya dejado el tema para

tan última hora y que además me obligue así a cerrar el trabajo

que tenía entre manos. Él se ha quitado de delante. Yo he cerrado

Page 125: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

124

la máquina y se la he llevado a la sala donde está sin haber

dispuesto nada todavía para empezar a actuar. Al verme entrar se

decide a hacerlo.

- Pero vamos a ver. ¿Qué es eso que dices de que tienes que

llevar nuevos recibos en blanco?

- Ya te he dicho que no sé lo que va a pasar, pero si este tío

paga directamente a los obreros entonces ya no vale nada de lo

que tengo hecho. Porque yo tengo hechas dos facturas, una por lo

que tiene que pagar ahora y otra por la parte aplazada.

- No entiendo qué sistema es ese. No veo que haya necesidad

ni que sea normal fraccionar una factura por mucho que se

fraccionen los pagos. La factura debe ser una por el importe total

de la obra ejecutada y si, por las razones que sean, se ha

convenido cobrar en fracciones, una forma correcta puede ser

hacerlo constar en la misma factura. A cuenta de esta factura, en

el día de la fecha se recibe tal cantidad de pesetas y se conviene

que el resto será pagado el día X y punto. Y eso se escribe en

alguna parte de la misma factura, donde se pueda, debajo,

delante, detrás o en un perfil, se firma convenientemente y no

hacen falta más recibos, ni más facturas, ni más historias.

Este párrafo me ha salido en tono encendido y él sigue de pie,

sin decir ni pío, mirándome como aquél que ve visiones.

- Y al margen de esto, te repito que has tenido todo el día de

ayer para ocuparte de este tema en lugar de andar otra vez con

los cojones arrastras al filo de las doce. Pero, en fin, tú verás, haz

lo que quieras.

Page 126: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

125

Y salgo de la sala malhumorado. El final ha sido más encendido

que el anterior. Él hace nuevos ejemplares de la factura y luego se

marcha.

En torno a las tres de la tarde, su madre y yo, cada uno por

nuestro lado, habíamos tenido la idea de llamar por teléfono al

bar para saber si todavía estaba allí trabajando en los retoques. La

madre se disponía a localizar ese teléfono entre los papeles que él

tiene en la mesa en la que trabaja, cuando le oímos entrar.

-La madre.

- ¿Qué tal te ha ido?

- Nada. Es claro que lo que este tío pretende es no pagar. Así

de claro.

¿Pero cómo?

Y empieza una exposición larga y premiosa de las vicisitudes de

la mañana. A las 12 sólo se había presentado él en el bar. El

carpintero no fue ni primero ni después, pero como el dueño dijo

en algún momento "por el carpintero Vd. no se preocupe",

desconfía que estén confabulados para darle esquinazo.

Los dos albañiles aparecieron a las doce y cuarto, y a esa hora

el dueño ya no les dejó trabajar argumentando que tenía que

hacer no sé qué trabajos en la cocina. Vd. nos dijo que a las 12. Sí,

es cierto, pero vea que ya no son las 12 sino las doce y cuarto.

Provocado por esta clase de desplantes se ha visto obligado ha

salir a la calle, no podía oír tales cosas sin subirse por las paredes y

pidió a los albañiles que permaneciesen dentro y que si les

permitía hacer la reparación que la hiciesen. Mientras tanto, él se

ha dedicado a ver repetidamente los escaparates de El Corte

Inglés.

Page 127: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

126

Sabe que los albañiles han hecho la reparación y que han

recibido encargo de presentarse el lunes en el bar. Piensa o cree

que van aceptar que les pague 30.000 ptas., que es exactamente

la mitad de lo que tenían ajustado con él, pero comprende que lo

acepten, porque de lo perdido, lo cogido. Sospecha, por no sé

qué detalles, que el pintor tampoco ha cobrado y que lo mismo le

sucede al proveedor de la cafetera y no sé qué otro aparato. Que

al final se ha ido a ver a Carlos Acevedo y que éste ha derrochado

adjetivos malsonantes en contra de este sujeto. Que está

convencido de que la única forma de cobrar es formarle al del bar

un escándalo público pero que él no vale para eso, porque no

sabe hacerlo. Entonces se le ha ocurrido a Carlos acudir a un

"quebranta-huesos", que él mismo ha utilizado él en alguna

ocasión parecida, una especie de hombre del frac, que le ha

resuelto alguna papeleta, pero que ahora no está en Vigo y que no

sabe adónde ha ido.

Y nos disponemos a comer, porque ya son más de las tres y

media.

-Digo yo.

- ¿Pero cómo es posible que después de la intervención de

Acevedo del otro día este hombre siga en una actitud tan

incomprensible?

Él se disponía a entrar en el cuarto de baño y habiéndome oído

se vuelve para decir.

- Ahora comprenderás que el cabreo que yo traía la otra noche

me hiciese...

Page 128: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

127

- Más vale que dejes donde está ese tu cabreo de la otra

noche, no vaya a suceder que lo tengamos que tener de aperitivo

en la comida. Así que, déjalo donde está y no lo toques por ahora.

-Empezamos la comida y la madre pregunta.

- ¿Pero y él que te dice?

Intervengo yo.

- Vamos a ver. Tú sabes que pretende pagar a los albañiles y

sospechas que el carpintero puede haberse puesto de acuerdo

con él, pero ¿de ti mismo qué sabes?, ¿le has llegado a decir que

quieres cobrar?

- Es que no hay forma de hablar con él. Se coloca siempre

detrás del mostrador y allí se esconde. Estando allí tiene

justificación para mirar siempre para abajo mientras le hablas,

como si estuviese haciendo algo y para moverse de una parte a

otra haciendo que hace, el caso es dejarte con la palabra en la

boca.

- Pues no hay más remedio que centrarlo y es necesario de

todo punto, si pretendes cobrar, que tengas con él un diálogo

formal y sin violencias.

- Eso es imposible.

- Te digo que tienes que hacerlo posible. Busca una ayuda

nuevamente en tu amigo Acevedo, pero tienes que ser tú quien

ponga los puntos sobre las íes. Con el apoyo de Carlos, desde

luego, pero llevando tú la voz cantante. Y no pretendas encontrar

otro remedio. Ni con escándalo público ni con medidas legales,

porque no estás en condiciones de utilizar ninguno de los dos

procedimientos.

- El escándalo público puede arreglar el tema.

Page 129: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

128

- Ningún cobrador de esos acepta un encargo como el que tú

puedes hacerle. No le puedes facilitar ningún título ni publico ni

privado en el que puede apoyar su reclamación y esa gente no

actúa así. El único que tiene un título legítimo para poder

reclamar, aunque sin documentar, eres tú, pero tú no sabes ni

puedes hacer un escándalo y tampoco parece viable una

reclamación legal..

- Yo sí puedo formarle el escándalo.

- Hace un momento decías que no sabías hacer de eso. Pero,

vale, si estás dispuesto a dormir en el cuartelillo de la policía,

adelante.

- Lo que pasa es que efectivamente no sé cómo se hace.

- Otra cosa muy distinta hubiese sido posible de haber tenido

en tu poder el presupuesto firmado en regla. Con ese documento,

un notario y unos testigos, el tema tendría otro color.

- Ya lo creo que sí.

Interviene la madre.

- Pero que este tío es un sinvergüenza no se ha sabido hasta

ahora, claro.

- Natural. No podemos obligar a los tales a que lleven un

cartelito en la frente diciendo "cuidado conmigo, tío". De todas las

formas, además de que eso es algo con lo que hay que contar

siempre, salvo en muy raras excepciones, qué os voy a decir.

Siempre hay algún dato o síntoma que te pone sobre aviso con tal

de que quieras verlo. Yo a este pollo no le he visto nunca delante,

pero acordaros de cómo con aquellos datos de que estaba

dispuesto a quitarle la pintura al pintor, la historia de que ya tenía

Page 130: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

129

concedido el crédito por la central de la Caja a pesar de que en la

sucursal no sabían nada y para remate lo del pretendido

aplazamiento,… conjunto de cosas que no me gustaban, me dio

pie para recomendarte que dieses marcha atrás, que aún estabas

a tiempo.

- Sí es verdad, sí. Y en mala hora no te hice caso. También me

dijo Mary que Mato opinaba lo mismo.

- ¡Claro! Pero si es que hay cosas que están cantadas. Bueno,

ahora lo que te hace falta es recuperar confianza en ti mismo. Esta

mañana marchabas por ahí adelante llevando grabado la derrota

en el cogote.

- Marchaba aburrido.

- Marchabas derrotado, y lo malo es que ibas derrotado sin

haber entrado en la lucha. Así es imposible ganar. Bueno, y ahora

vamos a pasar la página, porque si no esto terminará oliendo.

Page 131: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

130

19 de Mayo

Viernes. Son las tres y pico de la tarde. Llega a casa. Yo estoy al

ordenador

- ¡Hola!

Y hace actitud de pasar de largo.

- Espera un poco, que tengo un recado para ti.

- ¿Un recado?

- Eso es. Hace un momento acaba de llamar un tal Carlos...

- ¿Carlos Alonso?

- No sé si Alonso. Sólo sé que Carlos, que es lo único que me

dijo después de preguntárselo un par de veces. Llamó preguntado

por Luis. Le dije que no estabas pero que no tardarías en venir.

¿Quién es?, le pregunté, y me dijo que un amigo. El hombre daba

la sensación de que no quería entretenerse y en seguida me dijo

que tomase yo el recado y que te lo diese. Pero ¿quién es?, volví a

insistir. Dígale que soy Carlos. Que habíamos quedado en vernos

esta tarde a las cuatro y media en la Plaza de España, pero que no

vaya porque no podemos ir. Que ya le llamaré yo el lunes. Así que

ése es el recado.

- ¿Cuánto me extraña? No esperaba yo eso. Eso es que se han

acojonado.

El tal Carlos es uno de los albañiles que han colaborado con él

en la obra del bar. Sabe que ha recibido del dueño del bar 30.000

ptas. como pago del trabajo de él y de un compañero en lugar de

las 75.000 ptas. que le había pedido.

Page 132: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

131

Mi hijo le ha explicado su propósito de proponerles como

testigos en la demanda que proyecta interponer contra el dueño

del bar. El tal Carlos se negó a colaborar basándose en que es

empleado del Ayuntamiento y entiende que su trabajo como

chapuzas es incompatible e ilegal.

Mi hijo creía haberle convencido y con el fin de obtener los

datos de media filiación del otro, habían convenido verse hoy

conforme queda dicho.

¡Cuánto me extraña! Pero si yo le expliqué que no tenía nada

que ver una cosa con otra. ¿Qué tendrán que ver los cojones con

comer trigo? Pero es que no sé cómo se puede ser tan torpe para

no entender una cosa tan clara.

- No te esfuerces en convencerme a mí, que yo ya estoy

convencido. Mejor hubiese sido asegurar el convencimiento del

otro, porque la verdad es que la actitud de ese hombre me

produce muy mala impresión. Estoy temiendo que no vas a tener

más testigos que tu amigo Carlos y así, pues vamos a ver qué dice

el abogado.

- Ayer le conté mi caso a un abogado conocido de Carlos que

nos acompañó a ver un solar. Me dijo que, claro, que si hubiese

tenido alguna firma..., pero que así me puede dar mucha lata. Y

que hay diversas formas de reclamación.

- Claro, claro, pero me temo que en tu caso, ninguna eficaz. De

todas ellas, la más eficaz es la demanda en las condiciones que te

he dicho, pero así, ni demanda de conciliación, ni gaitas. En

principio, porque lo probable es que sepa o que se entere de que

si no acude a un juicio de conciliación no le pasa nada, y luego

porque en el supuesto de que vaya, en el cara a cara ese hombre

te come a ti crudo con pantalones, bigotes y todo. No se

Page 133: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

132

entretiene ni siquiera en desnudarte. Te traga así, tal y como

estás.

- Yo tenía prevista una última entrevista con este tío para

decirle que paga o que nos vemos en el juzgado, pero así ... Esta

tarde tengo que ir a ver a Silva, el ferretero, que ya está enterado

de lo que pasa. Me dijo que por la mañana no podía atenderme y

que nos viésemos esta tarde a las siete y media.

- Pues a ver cómo se te pone. De todas las formas, yo creo que

todavía estás en condiciones de tener esa última entrevista. Es

verdad que mejor sería hacerlo con las espaldas cubiertas

sabiendo que vas a poder disponer de testigos, pero..., en

cualquier caso ésa es una gestión que puedes seguir planteando a

esa gente después, hasta que les convenzas. Y otra cosa, tú vas a

ser capaz de reproducir los datos del presupuesto.

- Pues..., exactamente no.

- Cambiando de tema. Has tomado algún contacto con esa

señora Katy.

- Pues no. Había quedado en que la llamaría ayer pero se me

pasó.

- ¡Pero hombre!...

- Es que ayer yo no tenía la cabeza para pensar en Katy.

- Claro, hijo, claro. Lo que pasa es que no sé para qué tienes la

cabeza. Bueno, tú verás. Pues a ver qué es lo que pasa con el Sr.

Silva.

Sobre las cinco y media de la tarde ha salido de casa y regresa

a las once de la noche, poco más o menos. Me encuentra otra vez

sentado al ordenador, como de costumbre.

Page 134: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

133

Sonriendo sin alegría.

- Vas a decir que tengo el cenizo conmigo.

- ¿Qué pasa?

- Que no he podido ver al Silva. Menos mal que, por lo menos,

dejó un recado y que se me ocurrió llamar por teléfono, porque si

no, hasta allí hay una tirada. Parece que ha tenido que ir a un

entierro y ha dejado dicho que mañana a las doce nos veremos.

Así que hay que seguir esperando.

- Ya, y sin embargo yo estoy viendo que te hace falta salir de

esa situación rápidamente, porque si no te vas volver tolo del

todo. En todo este tiempo no se puede decir que hayas andado

como un cascabel, pero lo que es estos días, estás que das pena.

- Sí es verdad, sí. Me hace falta, de verdad poder olvidarme de

esto. Esta tarde he estado haciendo unos números y si Silva se

aviene a presentar a este tío las facturas a base de tarifa y me da

la diferencia, pues me quedarían unas cien mil pesetas, que para

diez días de trabajo entre unas cosas y otras digamos que no está

mal.

- Y yo digo que si Silva cobra sus facturas, tanto si te da algo

más como si no te da, tú tienes que optar por conformarte con lo

que tienes y dejar que las cosas rueden porque pienso que

tampoco quedas muy mal.

- Pues hombre, no, porque todavía quedan como unas 40.000

ptas. o así, y estos días he estado gastando de ellas.

- Entonces si terminas perdiendo algo, pues mira, apúntalo

como coste de la lección que has recibido, que eso también vale

dinero, porque en este mundo no hay nada de balde, y es que

además cada vez veo más claro que no vas a tener ninguna otra

Page 135: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

134

cosa que hacer. A mí, después de la actitud que he comprobado

esta tarde, me resulta muy extraño que el tal Carlos haya cobrado

sólo las 30.000 ptas. que te ha dicho. Un tío que según tú ha

llegado dando puñetazos diciendo que quiere cobrar y que, de

acuerdo contigo ha pedido 75.000 ptas., de las cuales que 15.000

ptas. eran para ti, no se conforma así por las buenas con 30.000

ptas. que según dice le han puesto en la mano, advirtiéndole

además, paras que no se pueda llamar a engaño, que no verá más.

Me parece la cosa más extraña del mundo, después de saber que

al carpintero le ha pagado religiosamente las ciento veintitantas

mil pesetas que le debía. Al uno le paga todo y al otro sólo menos

de la mitad. ¿Por qué? Yo no sé si esto no será un montaje.

- ¿Qué quieres decir?, que habrá cobrado todo.

- Pues certificarlo no puedo, como es claro, pero sospecharlo,

sí.

- Pues me cuesta creerlo.

- Bueno, bueno, al tiempo.

- De todas las formas yo no he renunciado todavía a cobrarme

de alguna manera todos los disgustos que este tío me ha hecho

pasar, de verdad.

- No te comprometas contigo sólo de cosas que sabes que no

vas a poder cumplir, porque luego te va a tener que echar la

bronca padre.

Page 136: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

135

20 de Mayo

Sábado. Se ha levantado a las once de la mañana. Son las doce

menos algo cuando sale de casa. Estoy en el ordenador. Al pasar a

mi lado, dice:

- Voy a ver si veo al Silva.

Lo ha dicho tan bajo que me ha obligado a preguntarle.

- ¿Qué?

- Que voy a ver a Silva.

- Bueno.

A las tres entra en casa. Segundos antes yo me había

levantado en dirección al cuarto de baño y se ha parado hablando

son su madre. Me quedo a escuchar.

- Estaba diciendo que el Silva este es un hombre encantador.

Es un hombre muy dinámico no para quieto un momento. Le dije,

mire que soy Luis Alonso. ¡Hombre Luis!, pasa, pasa. Y para poder

hablar con calma nos hemos ido a un bar pequeñito que está allí

cerca y hemos estado charlando mucho rato. Le he contado la

película entera y el plan que tengo. Le he dicho que más que

cobrar yo, lo que me interesa es que él cobre lo suyo igual que

todos los demás, y es verdad, y que este tío no se ahorre ni un

duro. Me dijo que no me recomienda lo del juzgado y me ha

repetido que por él no me preocupe. Dice que no haga nada sin

antes hablar con él. Que él tiene muchos medios de saber cosas

de este tío y que entre el lunes y el martes cree tener la

información necesaria para preparar una estrategia.

Page 137: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

136

- Tú ahora mismo estás todo relajado porque así de repente te

encuentras con un fuelle de dos o tres días.

Se sonríe.

- Pero, ¿está dispuesto a servir de testigo en el supuesto de

que le necesites?

- Sí, claro, dice que lo único que puede declarar es que ha

llevado tales mercancías a la Cafetería Raquel, porque, claro, no

tiene albarán firmado por nadie.

- Eso es lo suficiente. ¿Y qué quiere decir con eso que te ha

repetido de que no te preocupes por él? ¿Es acaso se piensa

conformar sin cobrar?

- ¿Cómo se va a conformar sin cobrar?, dicen la madre y él a

coro.

Querrá decir que no tiene prisa en cobrar. Que puede esperar.

- Lo que parece lógico en un negocio de alguna importancia. Lo

que no es normal es echarse a morir por un tema de 60.000 ptas.,

aunque como es lógico no le guste perderlas. Pero otra cosa que

no acierto a comprender es de qué le puede servir, a los efectos

que nos interesan, el hecho de que consiga saber muchas cosas de

este tío.

La madre…

- Puede ser que tenga medios de saber algo por parte de algún

banco.

- Ya, y vamos a suponer que ese banco o quien sea, le dice, ¡ojo

con este tío que es muy mal pagador!, y con eso ¿qué?

- Es tener datos para hacer una estrategia.

Page 138: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

137

- Ya, ya, pero que no sé de qué clase.

- Me dijo que a lo mejor se presenta en el bar sin darse a

conocer y que a lo mejor se le escapa... Una vez dice que cogió a

un tipo por el pescuezo y que se lo metió en no sé qué sitio de

cabeza, pero claro, era un su propia oficina y aquí se trata de

hacerlo en un sitio público, que no es lo mismo.

- Le dije que eso no merece la pena, porque a mí también me

han entrado ganas de hacerlo, pero...

- Claro, claro...

Page 139: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

138

24 de Mayo

Miércoles. Anoche nos hemos acostado a la una y media de la

madrugada, y él no había llegado. Tardé mucho rato en dormirme,

no sé cuánto, y no le oí entrar.

Esta mañana, a las diez menos veinte he recibido para él una

llamada telefónica de parte de Silva. He pedido a su madre que le

pase el teléfono, pues permanecía en la cama. Yo he continuado

mis trabajos en el ordenador. La conferencia con Silva ha durado

mucho rato. Después he oído que dialogaba con su madre o su

madre con él, luego he oído que había encendido el aparato de

radio como cuando no iba a ninguna parte.

Sobre las once y media de la mañana, me he situado delante

de la puerta de la habitación de Margarita, en la que se encuentra

hablando por teléfono. Apago la radio, entro y él cuelga el

teléfono.

Me mira con cara de circunstancias.

- Supongo que tienes algo que decirme ¿no?

- ¿De qué?

- Tú sabrás. De lo que tú quieras.

- ¿Porque no llamé anoche? Pues es que Carlos me acompañó

a echar el sobre con el currículum. Luego nos encontramos con

unos y a Carlos se le ocurrió cenar algo mientras veíamos el

debate de la tele.

En TVG debatían los tres candidatos principales a la alcaldía de

Vigo en las elecciones del próximo domingo.

- Sí, ya sé que debería haber llamado pero...

Page 140: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

139

- Eso es lo malo, que lo sabes y es como si no. Mira, yo sé que

no puedo esperar nada de ti, absolutamente nada. Pero tengo

derecho a que no me amargues la vida, y me la estás amargando.

Que a mis setenta años tenga que andar detrás de ti como si

tuvieses 16 ó 18 no tiene ninguna gracia.

- No sé por qué dices eso.

- Porque es evidente, por lo que haces. Sé que yo no te

importo nada en absoluto y tu madre lo mismo. Además porque

tú mismo lo has dicho.

Se queda mirándome.

- Sí, sí, no me mires así. No sé si estabas borracho o sobrio,

pero sé que has dicho que para que tus padres vivan tranquilos,

no vas a estar tú complicándote la vida siempre. Además, bien

cerca tienes otra muestra. Sabías que ayer deberías llamarnos

pero no lo hiciste porque no te importamos nada o porque no

tuviste huevos suficientes para hacerlo delante de esa gente con

la que estabas. ¡Qué pensarían ellos de ti, si a tus años y con toda

tu categoría, llegan a entender que aún estás obligado a llamar a

casa como los mozalbetes!

- Me parece que es sacar las cosas de quicio. Por no haber

hecho una llamada, no comprendo cómo se puede llegar a todo

esto.

- Pues eso es lo malo, que no lo comprendes y que tampoco lo

intentas. Esa llamada es la gota que desbordó el vaso o el huevo

que reventó al burro. Cuando fui a buscarte para echarte una

mano o las dos, tu primer compromiso era rencontrarte a ti

mismo. Cierto es que no sé hasta dónde tendrás que regresar para

rencontrarte con aquel primer hijo que yo engendré y que tu

madre parió, pues siento que no te pareces en absoluto ni a aquel

Page 141: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

140

hijo mío ni a mí. Hay ocasiones en las que creo que hasta te

vendría bien cambiar de apellidos.

Se sonríe tristemente y hace unas muecas con la boca, pero no

le sale una sola palabra.

- No hagas esos gestos. No te quedan bien, los pelos del bigote

se te ponen tiesos y no te favorecen en absoluto. Pero ya me dirás

qué es lo has hecho en esa línea durante estos cuatro meses

largos que hace que estás en casa, que no haya sido pensar

únicamente en ti, con una despreocupación absoluta de todos los

demás, de tus hijos primero y de tus padres después. Salvo esa

malhadada experiencia del trabajo en el bar, te has dedicado a

vivir bien. Porque vives bien ¿no?

Vuelve a sonreír y entonces tuve la impresión de que sus ojos

estaban enrojecidos por falta de sueño o porque se le habían

humedecido.

- A lo mejor piensas que estás atendiendo bien a tus hijos con

una sola carta y dos tres conferencias al cabo de cuatro meses. Así

pretenderás que te tengan mucho cariño. No sé por qué no te

pones a pensar y admitir que eres mucho más pobre que una rata.

Así, como oyes. Una rata tiene el recurso de los basureros, cosa

que tú no tienes. Y yo me puedo morir cualquier día y a partir de

entonces se acabó lo que se daba. ¿Te imaginas qué es lo que

tendrías que hacer si a tus hijos les da algún día por llamar a tu

puerta? ¿Dónde les vas a sentar, en el bigote o en el cogote? Y

respecto de nosotros, pues verás. Hace unos pocos días, cuando

llegaste a las doce y cuarto de la noche, y traté de demostrarte la

preocupación que todavía sentimos por ti, e hiciste un escándalo

diciendo ¡por favor ahora no!, mañana hablaremos de eso y de

Page 142: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

141

todo lo que tú quieras. Pues bien, hoy es mañana, ahora es

mañana. A ver, qué es lo que tienes que decir.

Sigue callando cada vez con mayor aspecto de derrotado.

- Puedes replicar, decir lo que te parezca bien.

- Hay cosas a las que es muy difícil replicar.

- Claro. Pues yo voy a darte ahora la explicación que te prometí

uno de aquellos días. El día que llegaste a las doce y pico de la

noche, como ayer, que no sé a qué hora llegaste, sucedió que sólo

pensaste en ti y en nadie más. En esos momentos, como en

general en cualquier otro, estás dedicado a contemplar tu

ombligo, y te sigues considerando el centro del universo como

cuando tenías cinco años. Todo lo demás tiene que girar a tu

alrededor en servicio tuyo. Y en otro orden de cosas, mucho antes

que de los aspectos fundamentales buscas tu lucimiento, causar

sensación, impresionar a los demás vendiendo tu imagen de

hombre docto y sabido, y así te luce el pelo en todas tus cosas.

- No sé como se puede llegar a un análisis de esos.

- Pues así, como te lo estoy diciendo. Cuando aceptaste venir

fue con tu compromiso de que ambos hablaríamos sinceramente

y que aceptarías la relación con la señora Katy, de Asvidal. ¿Has

vuelto a conectar con ella?

- He llamado cuatro o cinco veces y sale el contestador

automático.

- El caso es que por fas o nefas, la impresión que estás dando

es que quieres liberarte de ese compromiso, y yo sigo diciendo

que sigues necesitando esa relación, que te viene bien, y te digo

todo esto porque todavía nos importas hijo, todavía nos importas,

aunque parezca mentira. Y por eso mismo, te voy a decir ahora

Page 143: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

142

algo que parece impropio de nosotros, pero lo hago totalmente

en serio. Si se vuelve a dar otro caso como el de ayer, en el que

tengamos que acostarnos sin saber nada de ti, cerraré la puerta

de forma que no puedas entrar y anularé el timbre para que no

suene. Tendrás que dormir en el portal o en la escalera.

Supongo que quiso decir algo así como ¡qué barbaridad!, pero

se calló.

- ¿Con quién hablabas cuando entré?

- Con Román. Que todavía no les ha salido la obra esa.

Salgo de la habitación dando por terminada la conversación

pero de repente me acuerdo de algo y vuelvo.

- ¿Qué es lo que te dijo Silva?

- Que ha averiguado que en el Banco Pastor no tiene nada. Que

allí tiene domiciliada una pensión, pero que la retira todos los

meses. Que no tiene crédito de ninguna clase.

- ¿Pero ésa era la forma con la que este hombre te prometía

que el "barbas" pagaría hasta el último céntimo, que tanta

confianza te dio?

- Espera, espera. Que me ha dicho también que ha intentado

hablar con no sé quien pero que no estaba. Me ha hecho facturas

por los importes de tarifa y me ha dicho que puedo pasar a

buscarlas cuando quiera.

- ¿Hoy no tienes que ir por donde Acevedo?

- Sí, pero puede esperar. Ahora voy a ir a buscar las facturas.

Page 144: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

143

Vuelve a casa a las tres de la tarde. Se había marchado cuando

eran casi las doce del mediodía. Al entrar se para un poco a mi

lado. Estoy terminando precisamente este relato.

- ¿Qué?

- Que no estaba este hombre.

- ¿Qué hombre?

- Silva.

- ¿Quién?

- Silva. Que había tenido que salir. Pero me había dejado las

facturas.

- Ya.

Ha marchado bastante pronto después de comer y regresa a

casa alrededor de las once de la noche. Al entrar se queda a mi

lado sonriendo sin ganas. Yo estoy en el ordenador.

- ¿Qué?

- Nada, ¡que este tío es un artista!

- Pues ¿cómo?

- Al salir, esta tarde pasé por allí y no estaba en el bar. Hablé

con una chica que me dijo que no sabía cuándo volvería. A la hora

de salir, le llamé desde el estudio de Carlos. Se puso un nombre a

quien pregunté por don fulano de tal y me dijo, espere un

momento. Al poco se puso él y le dije, mire soy Luis Alonso.

¿Cómo?, preguntó él. Que soy Luis Alonso, respondí, y él me dijo,

¡ah!, no, no, Luis Alonso no está aquí. Y colgó el teléfono.

Solté una carcajada bastante sonora sin decir ni palabra,

porque la verdad es que el recurso del pollo, si es inventado, es

muy ingenioso.

Page 145: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

144

- ¿Y tú que hiciste?

- Pues en principio tuvimos la misma reacción que tú, echarnos

a reír, porque la verdad es que el tío es un artista. Luego dijo

Carlos, vamos para allá ahora mismo. Yo le dije, no, ahora no,

porque yo ahora no estoy en condiciones de dialogar. Pues voy yo

solo, insistía él y yo le dije que no, que entonces no, que ya

veremos.

- Bueno, pues ya veremos.

Page 146: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

145

25 de Mayo

Jueves. Son las 10 y cuarto de la mañana, y estoy esperando

verle salir para sentarme a trabajar en el ordenador. Como no

termina de salir me acerco al cuarto de baño. Está arreglándose

algo de la boca y le digo:

- Te recuerdo que hoy debes conectar con Katy.

No he oído que me haya respondido y he insistido.

- ¿Me has oído?

- Que sí, que sí.

Al poco rato ha salido de casa y ha vuelto alrededor de las tres

de la tarde. Se ha parado a mi lado, junto al ordenador.

- ¿Qué?

- Nada. Lo que era de esperar. Esta mañana pasé por allí y no

había nadie en el bar. Se conoce que me vio llegar, y nada más

entrar me dijo, yo con Vd. no tengo nada que hablar. Pues yo con

Vd. sí, le dije. Pero yo con Vd. no tengo nada que hablar, me

repitió. Y cogió, y se marchó. Yo le dije, pues aténgase a las

consecuencias. Es todo cuanto pude decirle, porque salió a la calle

y allí se saludó con uno que pasaba. En fin, después de lo de ayer,

lo de hoy no me ha extrañado, era algo previsto.

- Pues qué te voy a decir, hijo. No sé qué decirte que no te

haya dicho ya. En fin, te diría una vez más que si la cuestión de

Silva, se resuelve, bien podrías dar por terminada esta aventura

por tu parte. Pero lo malo será el día que Silva se canse de esperar

Page 147: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

146

y empiece a reclamarte. Tú no le vas a poder contestar diciendo

que Luis Alonso no está aquí.

Se acerca la madre porque nos ha oído hablar.

- ¿Entonces, qué, nada?

- Menos que nada. Ahora le desprecia de la manera más a

absoluta. Le ha dicho que con él no tiene nada que hablar y le ha

dejado plantado.

Sentados ya a la mesa, dispuestos a comer.

La madre…

- Pero es que este tío es un sinvergüenza.

- ¿Y con eso qué?, digo yo.

- Si este hombre no sabe defender sus intereses, no sé quien

ha de ser el que lo haga. La muela que duele es suya y él ha de ser

el que ponga los remedios. Tienes que arriesgarte alguna vez a

que rompan las narices estando dispuesto a romper las del otro, y

si no a buscar otros medios.

- En lugar de arriesgarme a que me las rompan es mejor

empezar rompiendo las del otro, pero así tampoco cobro.

- Tú está claro que de ni una manera ni de otra. Mira cómo tus

colegas pusieron sobre la mesa esa cosa que hay que poner y

consiguieron cobrar. Aquí el único que no cobra eres tú, que

empiezas por ver lógico lo que hoy te ha pasado y te quedas con

los brazos cruzados. Además, entiendo que ya deberías conocerte

un poco y saber que yendo tú sólo no conseguirías nada con este

tío.

- Es que Carlos ha estado toda la mañana fuera.

Page 148: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

147

- Bueno, pues yo de este asunto no quiero seguir hablando.

Arréglatelas como puedas. ¡Ah!, ¿hablaste con la señora Katy?

- Sí.

- ¿Y qué te dijo?

- Que pensaba llamarme mañana. Le dije, menos mal, por yo

he estado llamando varias veces y...

- ¿Para cuándo te ha dado cita?

- Para el martes.

Se ha marchado de casa bastante temprano después de comer

y ha regresado alrededor de las once y media de la noche. Se ha

quedado a mi lado. Como de costumbre estoy trabajando en el

ordenador.

- ¡Hola!

Yo no esperaba novedades en relación con el tema del bar.

- Vengo muy contento. Ahora sí que tenemos la fórmula para

obligar a este tío a que pague hasta el último céntimo. Y además

se va a cagar por las patas a bajo. Sí, sí, esta vez está cogido.

- ¡Caramba! ¿Y se puede saber cuál es esa fórmula mágica?

- Quería contarlo para que lo oiga también mamá, pero bueno,

abreviando…

En aquel momento se presenta la madre y, por tanto, yo no

hay razones para abreviar el relato.

A partir de entonces, con una exposición lenta y larga, nos

explica cómo estando en no sé qué bar con Carlos han entrado en

diálogo con el dueño y que, sin mayor justificación, le ha contado

lo que le está pasando precisamente con el dueño de otro bar,

pero sin descubrir su identidad en absoluto.

Page 149: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

148

¡Huy!, manifestó el dueño del nuevo bar. Me parece que ya sé

de quien se trata. Y entonces, mirando un poco más allá, vio a una

de las chicas que había estado trabajando en el bar del deudor.

Había sido despedida despiadadamente liquidándole únicamente

quince días trabajados después de la reapertura, cuando en

realidad había trabajado no sólo unos cuantos más antes de la

reinauguración sino que había hecho además un montón de horas

extraordinarias.

Que la madre de la chica había trabajado en la limpieza del

local después de terminadas las obras y que tampoco había visto

un sólo céntimo, así como su marido, un electricista en paro, que

fue presentado a mi hijo por el deudor como padre de una futura

empleada, la misma a quien despidió a cara de perro a los quince

días, y a quien, por eso de echarle una mano, estaba decidido a

encargarle los trabajos de electricidad necesarios en la reforma,

que efectivamente realizó y luego tampoco cobró.

Que en el diálogo sobre estos temas intervenía también la

empleada despedida, quien contó cómo hacía unos pocos días,

ayudada por su madre, habían metido al deudor en un portal y le

había zarandeado cogiéndolo por las solapas, pero que no había

servido de nada en lo que a cobrarse refiere.

No sé quién fue el que entonces tuvo la idea luminosa de

presentar en el Ayuntamiento una denuncia contra el deudor por

el incumplimiento de normas legales en las que sin duda alguna

incurre el bar del deudor.

Que Carlos dijo en aquel momento que él tiene la ordenanza

que establece los requisitos que han de respetar este tipo de

establecimientos y que por tanto, sería fácil llegar a concluir qué

Page 150: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

149

normas son las incumplidas para presentar la denuncia y, a partir

de ahí, chantajear al deudor. O pagas a todo el que debes, no sólo

a mí, sino también a esta chica, a su padre, a su madre, y a todo el

mundo, o prepárate para que te cierren el negocio.

Debatieron durante un rato el modo de hacerle saber al

deudor que si pagaba a todo bicho viviente retiraría la denuncia y

no habría pasado nada y, al fin, fue Carlos Acevedo quien con muy

buen criterio dijo, ¡qué carta ni que nada!. Con presentar la

denuncia será más que suficiente. En la misma denuncia

aparecerá tú nombre y en cuanto éste le vea le faltará tiempo

para venir corriendo hasta ti para que retires la denuncia.

La chica había anunciado que su padre estaba dispuesto a ver

al deudor el día siguiente. Mi hijo le pidió que dijese a su padre

que no hiciese nada sin contar con él y junto con Carlos volvieron

al estudio donde se dedicaron a definir, a la vista de la ordenanza,

la serie de incumplimientos en los que el bar está incurso.

Después de toda esta explicación continuó sus expresiones de

confianza en el éxito.

- ¿Y vas a ser tú, por lo que dices, quien presente la denuncia?

- Pues sí, claro.

- ¿Sin ser vecino de Vigo y sin tener que en qué

fundamentarla?, pues no creo que puedas alegar perjuicio alguno

que la justifique como no sea la verdad de lo que te pasa, y en

eso, nadie dirá que tiene influencia alguna el cumplimiento o

incumplimiento de normas legales, por lo que queda bastante

claro que con la denuncia no se pretende el bien público sino más

bien busca una especie de revancha particular.

- Sí, de eso también hemos hablado algo, pero si los fallos son

ciertos, si no paga le cierran el negocio.

Page 151: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

150

- Y si paga ¿qué?

- Pues que retiro la denuncia y ya no pasa nada.

- ¿O sea que una denuncia se pone y se quita al servicio de un

interés personal? Te veo tan ilusionado que vas a pensar que te

llevo la contraria en todo por sistema, pero no tengo más remedio

que decirte que soy muy escéptico respecto de la utilidad de ese

plan. Con eso no vas a conseguir nada y si no al tiempo. Además

ese negocio tendrá la correspondiente licencia de apertura y para

dársela alguien habrá tenido que informar que lo tiene todo en

orden. No creo que por ahí consigas nada práctico.

- Ya verás como si.

- Pues yo sólo te voy a decir una vez más que no lo creo si no lo

veo.

- Pues yo sí lo creo. Esta vez no puede fallar.

Page 152: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

151

26 de Mayo

Viernes - Son casi las once de la mañana - Estoy en el

ordenador y suena una llamada telefónica - Es mi hija Mary

Carmen que pregunta si la ha llamado su hermano. Contesta su

madre que ha cogido el otro teléfono y le explica a grandes

rasgos el plan que Luis proyecta de presentar denuncia en el

Ayuntamiento, para lo que requiere que le preste la ayuda de sus

conocimientos.

Yo he tenido que atender al contratista de la pintura de los

patios de la casa, quien llega en ese preciso momento. Al poco

rato veo que mi esposa sale. Marcha a recoger a los niños de Mary

a la salida del cole porque ella acude junto a su hermano para ver

ese tema del Ayuntamiento.

Al regreso de mi esposa he conocido el resultado de las

gestiones en el Ayuntamiento. Alguno de los conocidos de mi hija

les ha dicho que en el Ayuntamiento suelen hacer la vista gorda

por esas cosas. Que no obstante, no es conveniente que presente

la denuncia sin más, que es preferible que la redacte, para lo cual

le han facilitado unos impresos, y que le amenace con ella antes

de presentarla, porque una vez presentada ya no se puede retirar.

En definitiva, dice mi mujer, que tendrá que dar la cara.

Cuando mi hijo regresa en torno a las tres de la tarde se para a

mi lado conforme ya viene siendo habitual estos días y dice:

- Pues hemos estado en el Ayuntamiento. Nos llevó el padre de

Carlos y allí hemos hablado con dos o tres. No estaba el más

entendido en estos temas y me han dado unos impresos para

Page 153: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

152

redactar la denuncia. Tenías razón. La denuncia no se puede

retirar después de presentada.

- Me parece muy normal. Hace poco te ha llamado un hombre

que ha dicho ser el electricista. Recibió la llamada tu madre y le ha

dicho que llegarías pronto, así que es posible que te llame ahora

en seguida.

- ¡Ah!, ¡ah!, ¡ah! Será el padre de la chavala que ha sido

despedida.

Al punto suena una llamada y acude presto a recogerla.

Efectivamente es el electricista, un tal Samuel con quien se

enzarza en una parrafada larga en la que aplica multitud de

adjetivos "descalificativos" al deudor. El tal Samuel quiere decir

algo pero mi hijo se lo impide diciéndole repetidamente que le

deje exponer con detalle su plan, porque él tiene contactos con el

Ayuntamiento y que ahora este tío se ha caído con todo el equipo.

Entiendo que el electricista se resiste a confiar redondamente

en ese plan, pero mi hijo llega a decirle que no se preocupe, que

no merece la pena acudir a método violento como también él ha

sido tentado de aplicar más de una vez, pero que es mucho mejor

así, de esa otra forma, porque mira, añade, cuando ayer me

enteré de lo que este sinvergüenza ha hecho a tu hija, vamos, eso

ha sido la gota que ha colmado el vaso, que espero que esté de mi

lado.

Ha habido un momento en el que mi hijo ha exclamado ¡ah!,

¿sí?, pues eso sí que es formidable. Eso es definitivo, de verdad,

¡qué bien! Mi mujer se ha acercado un par de veces para

advertirnos que la comida se enfría. Yo he aguantado un poco más

oyendo aquella palinodia al revés por ver en qué terminaba, pero

Page 154: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

153

al fin me retirado porque aquello no parecía encontrar el suyo y

me he ido a comer. Al cabo de un rato se ha incorporado a la

mesa diciendo:

- Por fin le he convencido. Este es un hombre que habla muy

sereno, sin excitarse, pero dice que ha estado en la legión y que

no le importa lo más mínimo pasar un mes en la Avenida de

Madrid. Aclara a su madre que en la Avda. de Madrid está la

cárcel, con lo que quiere decir que está dispuesto a romperle

algún hueso al barbas. La madre apostilla diciendo que no hace

falta llegar a esos extremos.

- ¿Y en qué habéis quedado?

- Que nos veremos esta tarde

- También me ha dicho que una de las normas que incumple es

la toma de tierra, y eso sí que es definitivo. Sin toma de tierra le

cierran el establecimiento. Eso es obligatorio en todos los sitios,

pero mucho más en un establecimiento público. No sé cómo se

me había escapado a mí ese detalle, pero mira ¡qué bien!

Él ha salido de casa bastante tarde porque antes ha tenido una

charla telefónica muy larga, yo no sabía con quién. Cuando luego

he visto salir a su madre, sin haberme dado cuenta que él salía

detrás, he preguntado ¿con quién hablaba éste? Me respondió

que con Jose y entonces he visto que también salía él. Pues vaya

parrafadas que te sueltas amigo, le he dicho. Él ha hecho un gesto

encogiéndose de hombros, como diciendo ¡qué vas a hacer! y por

fin se han marchado. Yo estaba convencido de que él iba al

estudio de su amigo Carlos. Luego me he enterado de que

habiéndolo encontrado cerrado fue a casa de Jose, adonde más

tarde llegó también mi esposa para llevar no sé qué cosas al niño.

Page 155: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

154

Ha regresado a casa a las once y pico de la noche, se ha vuelto a

quedar a mi lado y ha dicho:

- Nada, este hombre no ha aparecido.

- ¿Qué hombre, el legionario electricista?

- Pues sí.

- ¿Y dónde habíais convenido veros?

- En un bar pequeñito que está por allí cerca. Habíamos

quedado entre nueve y media y diez. Estuve esperando hasta las

diez y media, y nada. Esta tarde decía que tenía mal el coche. A lo

mejor ha sido por eso, por pensar en algo que le justifique.

- Pues ya veremos.

Page 156: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

155

27 de Mayo

Sábado. Estamos sentados los tres a la mesa a la hora de

comer, todavía en el primer plato.

- No me acordé de decirte que antes llamó Carlos para saber si

íbamos a Barruelo. Me dijo que le habías dicho que pensábamos ir

para el cumple de la abuela. Ya le dije que eso lo pensamos hace

tiempo, pero que al haberse cruzado las elecciones hemos tenido

que desistir, y que, a lo mejor, nos damos una vuelta a mediados

del mes que viene, pero que no es seguro.

La madre.

- Sí, yo le había dicho algo de eso, pero hace ya mucho.

- ¡Ah! Era Carlos con el que hablabas cuando yo marché. Pensé

que sería Mato.

- Y ya de paso nos pusimos a charlar un poco de política.

- ¿De política?

- Quiere decir de política bancaria, aclara la madre.

- Por lo visto, también le cambian a su jefe más inmediato. Un

tal Carrasco. Ya le dije, ¡mira qué pena!, si te hubiese cogido con

un poco más de experiencia del puesto, a lo mejor podías haber

sido tú el sucesor. La verdad es que los otros dos que están allí son

un par de zopencos. Él sabe ver perfectamente bien los defectos

de los otros y dice, a continuación, que se pasa las ganas de

llamarles la atención, pero que se calla por sabe que él no es

nadie para una cosa de esas. Pero sí le he notado contento y con

cierta ilusión.

Page 157: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

156

Y continúo…

-Me dijo también que ayer ya se había visto sólo ante el

peligro, porque había hecho el trabajo del tal Carrasco, quien

había tenido que dedicarse a recibir, de manos del que se va, los

trastos de su nuevo puesto. Y estaba todo contento porque que

todo le cuadró a la primera y que así se lo dijo a su jefe cuando

volvió. Para que veas, esto está listo a la primera. Le dije que muy

bien, que hay que estar atento y preparado para subirse al primer

tren que pase, porque si se deja escapar quién sabe cuándo

volverá a pasar otro y ni siquiera si volverá a pasar.

Proseguí con el relato…

- Me dijo que había un rumor de que Mato va a La Coruña y le

dije que es un rumor cierto. Pues estarán cabreadísimos, al tener

que levantar ahora la casa y todo ese jaleo. Y le dije que no, que al

contrario, que están contentos. Entonces se me olvidó decirle que

haría bien llamando a Mato para darle la enhorabuena y tengo

que ver el modo de hacerlo.

La madre…

- ¡Huyyyy!

Cualquiera diría que había dicho algo escandaloso.

- ¿Por qué te extrañas tanto?

- No lo digo por ti, lo digo por él.

- Supongo, pero aun siendo así, ese ¡huy! tuyo da a entender

que todo el mundo tenemos que admitir no sólo como normal

sino inclusive como bueno que se mantenga encastillado en esa

ojeriza y supongo que no le vendrá mal que unos y otros le

ayudamos a que deponga esa actitud en contra del Mato. Quien

Page 158: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

157

por cierto, creo que ayer lo pasó un poco mal viendo los esfuerzos

que hacía Rubén para agacharse y no destacar tanto entre los

otros catecúmenos.

- Y Rubén también lo pasaría mal seguro.

- Pues claro, aunque hoy los chavales que hacen la primera

comunión no tendrán menos de 7 u 8 años, pues fíjate. Este pollo

casi les dobla en edad y no digamos en estatura.

- Hoy los chavales tienen más de 7 u 8. Por lo menos 10. Siete

creo que tenía yo cuando la hice. Porque la hice yendo a La

Enseñanza.

- ¿Y tú por entonces ya tenías sentido común? ¿Y te acuerdas

bien?

- Pues hombre, creo que sí.

- Yo me acuerdo muy bien de que para tu Primera Comunión

redacté una cosita que luego escribió mi hermano Jesús, que

entonces era buen pendolista...

- Que era ¿qué?

... en un libro recordatorio, que no sé dónde habrá ido a parar.

¡Qué tiempos! Recuerdo que aquella oración terminaba diciendo

"Querido Luis Ángel, ruega por nosotros". Y añadí por triplicado

un gesto con mi mano derecha dando a entender cuán lejos y

olvidado ha quedado aquel ruego.

- ¿Qué quieres decir con ese gesto?

- ¿Hace falta que te lo explique?

- Pues acaso ahora no, porque por razones de

estructura...Aunque si quieres sí.

Page 159: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

158

- ¡Huy, huy, huy! ¿Pero qué lenguaje es ese para hablar de

aquella oración mía? Mira te puedo decir, sin estructura de

ninguna clase y sencillito del todo que tú nunca has rogado a Dios

por tus padres. De pequeño porque no te dabas buena cuenta de

esa necesidad y de mayor tampoco, porque hace muchos años

que como todos tus hermanos, con la excepción de Carlos, vives

de espaldas a Dios.

- Es que tendríamos que hacer un análisis...

- ¿Pero un análisis de qué? ¡Por favor!, que esto no es cosa de

palabrería. Si no hay análisis que valga. Si todo esto es mucho más

sencillo. Tú mira a ver, reflexiona cuántas veces se te ha ocurrido

rezar a Dios nuestro Señor por tus padres, por tu padre que es de

una determinada manera y por tu madre que es de tal otra.

Piensa si te merece la pena rectificar o no. Eso es cosa tuya y, con

análisis o sin análisis, lo que te importa saber es si rezas o no. Tú

inauguraste el camino por el que luego han marchado todos los

otros y, en eso, también te cabe algún honor. Te puedo decir que

yo sí rezo por ti todos los días y que tengo la sensación de que no

lo hago bien. Pero yo sigo, como aquel.

Se ha marchado de casa sobre las 6 de la tarde. Ha dicho a su

madre que iba a reunirse con Acevedo para preparar la denuncia a

presentar contra el hombre del bar. A las ocho de la tarde salimos

a dar un paseo su madre y yo y pasamos por la cervecería Joaquín

a encontrarnos con la familia de Cristina y la de Jose, pues

habiéndonos visto con éste nos dijo que estaban allí.

Y fue a él al primero que vimos, sentado en un velador

tomando cerveza y acompañado de una joven. Le hice una

advertencia a su madre. Se había dado cuenta pero pensaba que

Page 160: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

159

se trataba de cerveza sin alcohol, criterio que desmonté. Supongo

que la chica era algo, lo que sea, de Acevedo, pues al poco vi que

se sentaba en el mismo velador.

Estuvimos un momento con los niños y al poco nos retiramos

a casa, pues estábamos disgustados. Ha regresado a las doce de la

noche y nos ha encontrado cenando. Más exactamente, yo me

había levantado para hacer pis y, al regreso, saliendo él del otro

cuarto de baño, hemos estado frente a frente y me ha dicho:

- ¡Hola!

- ¡Hola!

Se ha sentado a la mesa y parece sofocado. Hay un momento

en que me mira y yo le atrapo con mi mirada. No se puede

esquivar, le estoy mirando por encima de mis gafas.

- ¿Has subido deprisa?

- No, andando normalmente.

- ¿Con quién has subido?

- Con un amigo de Carlos.

- Pues nadie diría que no has subido corriendo. Estás sofocado.

Y de subir andando a paso normal no se sofoca nadie así.

¿Cuántas cervezas has bebido esta tarde?

Se pone un poco pensativo.

- Tres.

- ¿Y cuánto tiempo hace que bebes?

- ¿Ocasionalmente?

- Yo no te he preguntado con matices. Dime sencillamente

cuánto tiempo hace que bebes.

Page 161: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

160

- Como mes y medio o así.

- Yo ya lo había notado. Pero no era ese el pacto que teníamos.

Cuando hace unos días te pregunté qué es lo que bebes, me

dijiste que habías descubierto un té refrescante. ¿Por qué no me

dijiste que también has bebido cerveza?

- Tú no me preguntaste así.

- Lo que yo te digo ahora, claramente, es que nos has

defraudado otra vez más. Que nos estás engañando y que así no

hay forma de esperar de ti nada positivo. Yo no quiero volver a

verte borracho y como te empeñes en actitudes como ésta te

preparo rápidamente un pasaporte y vas a darte de cabezadas

contra las paredes lejos de mí, donde yo no te vea. ¿Te acuerdas

del chapuzón que te di anteayer? Pues ya ves. Aquí está mi hijo el

mayor dándonos otra vez un motivo de alegría, ¡qué gusto!

Bueno, anda, cena.

Page 162: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

161

13 de Junio

Lunes. Ayer domingo, mi esposa y yo hemos regresado de

Porquera, donde hemos estado exactamente desde el anterior

domingo día 5. Estamos los tres sentados a la mesa a la hora de

comer.

- ¿Qué tal se te ha dado la jornada del primer día de la

semana?

- Bien. Sin problemas. Ahora ya estamos a punto de empezar a

pasarlo a tinta. Ya hemos hecho todas las definiciones y estamos a

punto de empezar a dibujar.

- Pero ¿no dibujáis con ordenador?

- Si es que no acabamos de dominar los programas.

- Total. Que estáis jugando al chorro morro.

Se sonríe.

- Creo que tendríamos que organizar el trabajo de un modo

más racional.

Interviene la madre queriendo dar un sentido a ese calificativo

y averiguar de paso si el trabajo que están realizando tiene

relación con un proyecto para fábrica de no sé qué cosa, o para

chalets adosados de los que también ha hablado algo en otra

ocasión.

Se entera de que efectivamente trabajan en el proyecto de

fábrica y que de haber trabajado de la forma más racional que él

defiende, el proyecto de los chalets podría estar ya en el colegio

Page 163: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

162

de arquitectos desde hace no sé cuanto, pero que así todavía no

han empezado a dibujar.

- Lo que confirma, como he dicho, que la técnica que emplean

es la de jugar al chorro morro pica torro.

Vuelve a sonreír con las mismas pocas ganas de antes.

Bueno ¿y qué tal te defendiste la semana pasada tú solito?

Me hice con su mirada y le tuve clavado mirándole por encima

de mis gafas.

- ¿Has tenido algún problema?

Ahora se sonríe un tanto desconcertado.

-No, no, no he tenido problemas.

Le sigo mirando a los ojos.

- ¿De ninguna clase?

- No, no.

- ¿Irías a ver a la señora Katy?

- ¡Ah!, sí hombre.

Saca un papel del bolsillo de la camisa y lee. Gregorio Alonso,

21 de Junio a las siete de la tarde.

- ¿Eso qué quiere decir?

- Que tienes cita para ese día.

- ¿Sólo o acompañado?

- No, no. Tú solo.

La madre se ha levantado a buscar el segundo plato y mientras

tanto yo he planteado el siguiente tema:

Page 164: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

163

- Anoche, a pesar de lo poco que yo pude captar cuando

hablabas con Yago, llegué a la conclusión de que te están

poniendo en un aprieto.

Supongo que no esperaba este asalto y al mismo tiempo vio

que se le abría una puerta a la que no sabía como acercarse y se

quedó un poco pensativo.

- Es que es una cuestión de desajuste de fechas. Yo opinaba

que es mejor que lo dejen para Agosto, porque para entonces yo

espero tener unos duros para pagarles el viaje y ellos dicen que

pueden venir ahora tan pronto como terminen el curso y regresar

para la boda de Tavo, que es el 23 de Julio. Y la verdad es que,

bien mirado, teniendo en cuenta cómo lleva Yago el curso, sí le va

a ser necesario aprovechar el mes de Agosto, sí.

- Todo eso está muy bien. Y me parece razonable que esperes

tener unos duros como dices para poder pagarles el viaje e

inclusive parece lógico el intento de que Yago pretenda salvar el

curso trabajando en Agosto, pero eso es sólo una cara del tema,

porque hombre, me parece que será necesario hablar con el

padre de la muchacha, que algo tendrá que decir. Porque mira, yo

puedo intentar, por lo menos, encontrar la forma de conciliar la

conveniencia de todos y hacer, o recomendar, hacer los acomodos

para que así sea, pero claro, eso de andar manejando unas y otras

fechas así por las buenas sin haber dicho nada en casa, no es el

mejor modo. ¿O es que piensas traer a tus hijos y sentarlos uno en

cada hombro y llevarlos puestos encima al estudio y a todas

partes?

Vuelve a sonreír porque no puede hacer otra cosa.

- Es que hace falta un poco más de apertura, hijo. Pero está

visto que tiene que ser todo a base de tirones. Tan fuertes que a

Page 165: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

164

veces tiene uno la sensación de que detrás va a salir hasta la

misma asadura. Tengo la sensación de que anoche no era la

primera vez que has hablado con tus hijos de este proyecto de

venir, y el hecho de que anteayer te haya llamado Jovino para

preguntarte si iban a venir los chavales, ha de tener lógicamente

un antecedente que tienes que haber alentado tú de alguna

manera. Y, como quiera, que no puede ser de otra forma, has

debido de hacerlo de acuerdo con nosotros.

- Pues ya te he dicho que en alguna ocasión les dije algo de

venir en agosto pero sin concretar nada. Ayer por la tarde he

hablado algo de esto con Mary.

- ¿Y a qué conclusión habéis llegado?

- Pues a ninguna, porque yo nada fijo podía decir y, por otra

parte, el programa de ellos también está complicado.

- De acuerdo con mi manera de entender estos temas, tengo

que volver a decirte que tú no estás atendiendo ni medianamente

bien tu responsabilidad como padre de esos niños y que si de

algún modo estás interesado en conservar, como poco, una

relación de amistad con la madre, lo cual parece imprescindible

para que podáis dialogar, lo estás haciendo todo lo peor que se

puede.

Y continúo…

Anoche te oí decir algo así como una queja porque ella no se

pone al teléfono y, claro, si ella no se pone tú no dices, y así la

empresa que tenéis a medias entre los dos, que son vuestros

hijos, queda sin atender. Si en lugar de mantenerte en esa actitud

de conformarte con alguna conversación por teléfono te hubieses

comprometido a una carta a la semana, estoy seguro que ella

Page 166: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

165

podría haberse enterado de tus inquietudes porque también

estoy seguro que leyó más de una vez la única carta que has

escrito.

- ¿Y, por otra parte, de dónde piensas sacar los duros que

esperas tener en agosto?

- Pues del estudio.

Le vuelvo a mirar por encima de las gafas.

- ¿Quieres que te de mi opinión de otra forma además de

mirarte así? De manera que no habéis empezado a dibujar, que

estamos ya a mediados de Junio, que el colegio de arquitectos en

agosto estará cerrado a cal y canto, y tú esperas tener unos duros

del estudio. Pues no sé con cuánta prisa habréis de trabajar para

que el proyecto quede presentado y retirado por el cliente en el

mes de Julio. Muy raro.

No dice nada a este respecto.

- En cuanto se refiere al problema de Yago, ¡ojalá! fuese

solución válida el recurrir al apretón del mes de Agosto, como ya

viene siendo tradicional. El problema es de otra naturaleza, es

evidente que su sensibilidad está afectada de algún modo y que

esa realidad tendría que preocuparos más seriamente. Y a

propósito de esto, de las relaciones de un padre separado con sus

hijos, te voy a contar el caso de mi primo Zalo. Tú ¿sabes quién es

mi primo Zalo?

- Creo que sí.

- Bien, pues este muchacho fue fraile dominico y colgó lo

hábitos para casarse con una enfermera que le atendía en un

hospital.

Interviene la madre.

Page 167: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

166

- Es el que casó a tío Jesús y ahora ya no es cura.

- Vale como anécdota pero eso no tiene mucho que ver con el

tema que quiero exponer.

- Está bien. Pues ya no volveré a decir nada, replica la madre.

- Si es para decir cosas inoportunas más valdrá. Bien. Cuando

mi primo Zalo me escribió para decirme que se casaba, insertaba

un párrafo que decía "hasta que el matrimonio nos separe", y

efectivamente el matrimonio los separó al cabo de unos años. Es

un caso muy parecido al tuyo. También tiene dos hijos, con la

diferencia de que los de él son hija e hijo. Pues bien, él se sentía

separado pero no terminaba de darse cuenta de que aquella

mujer ya no era suya. La veía con cierta frecuencia y tenían algún

grado de relación de amistad. Ahora recientemente estaban

comiendo los cuatro junto en un restaurante y así, de buenas a

primeras, estando los chavales delante, le ha dicho con la mayor

naturalidad del mundo que no sé qué día de estos próximos

piensa casarse. Y el pobre hombre se quedó como alelado y así

parece que sigue.

Interviene la madre.

- Y no es eso lo peor. ¿Ves? Ya estoy otra vez, y eso que había

dicho que no iba a volver a decir nada. Los chavales ya estaban

enterados y no le habían dicho nada a su padre y eso que ya son

mayorcitos y que se ven con frecuencia.

No hay comentarios por su parte.

- Pues eso. Que cuando la barbas de tu vecino veas pelar... Y

de tu amigo Silva ¿qué? ¿Sigue esperando pacientemente?

- Mientras aguante...

Page 168: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

167

La madre…

- ¿No decíais que ibais a haber ido Jose y tú a plantar cara al tío

de las barbas? Me parece que Jose tampoco es de esos.

- Hasta que no haya alguien que empiece a dar puñetazos a lo

loco encima de su coche nuevo no pasa nada. Entonces sí.

Entonces se apea y empieza a dar patadas al primero que pilla.

La madre…

Yo no comprendo cómo puede haber gente como el hombre

ese. Él sabe perfectamente que tiene allí un montón de cosas que

no las ha pagado.

- ¿Y qué quieres que haga el bueno del hombre si nadie se las

reclama?

Page 169: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

168

19 de Junio

Lunes. Son casi las tres de la tarde. Estoy trabajando en el

ordenador. Mucho antes ha llamado Manolo. Quiere hablar con

Luis para transmitirle la conversación que ha tenido con Enrique

Uríbarri.

Le ha llamado esta mañana diciéndole que están dispuestos a

prestar a mi hijo la furgoneta de la empresa durante un mes o

mes y medio para que empiece a trabajar en el empleo que le

ofrecen. Pasado ese tiempo, tendrá que disponerse a comprar

coche para seguir trabajando con ellos, dando por supuesto que

haya acuerdo entre empresa y trabajador.

Yo le pongo en antecedentes de la bronca que hemos

organizado el pasado viernes, como consecuencia de que llegó a

casa semiborracho a la una de la madrugada, y de mis dudas

respecto de que sea capaz de salir airoso de una prueba como la

que le propone Uríbarri. Convenimos en que será mejor que sea el

propio Manolo quien le informe de esa conversación, y así acepta

estar en casa en torno a las tres.

- Estás trabajando en el WordPerfect.

- Sí he querido avanzar un poco todos estos trabajos, que se

me están atrasando. Y así descanso un poco de las prácticas con el

Word.

En estas fecha acabo de instalar el Word 6.0 y estoy calculando

posibilidades de comprar un ordenador 486 Dx 2/50, que no me

imponga la lentitud de éste.

- Pues esta mañana no he sido capaz de hablar con Uríbarri. Le

he llamado dos o tres veces y siempre estaba comunicando. Y en

Page 170: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

169

el estudio también hemos tenido una mañana de mucho jaleo,

con gente y por teléfono. Hemos quedado un poco despejados a

eso de la una y media, pero entonces ya era tarde para él. No sé,

le llamaré esta tarde sobre las cuatro, que supongo que es la

mejor hora. Y ya creo que tengo claro lo que tengo que decirle. A

ver qué te parece. En julio habremos terminado los dos proyectos

en los que ahora estamos trabajando y eso supone para mí unas

600.000 ptas. Cobrar ahora de momento todo no, porque el

proyecto de la fábrica no será retirado del Colegio antes de

setiembre, según nos ha anunciado ya el cliente. Mi idea es

proponerle a Uríbarri que me espere hasta Agosto y el tema

entonces sería perfecto. Yo cobraría un dinero con el que inclusive

me podría plantear lo del coche que exigen para empezar a

trabajar con ellos y lo haría en Agosto mientras Carlos disfruta ese

mes de vacaciones. Además este plan tiene la ventaja de que,

dada la flexibilidad de horarios que me permite la colaboración

con Acevedo, me sería posible atender mucho mejor a los

chavales, cuando vengan dentro de unos días. Que la cosa con

Uríbarri sale bien, pues muy bien .Que no, pues en Setiembre me

vuelvo con Acevedo y todo resuelto. Es perfecto. ¿A que sí?

- Pues hombre, ¿qué te voy a decir? En principio, que eso de la

flexibilidad de horarios tiene para ti otras cuantas ventajas

además de ésa. Y en segundo lugar que perfecto, perfecto, no hay

nada en este mundo. Por de pronto, en ese planteamiento, tú lo

único que haces es pensar en tú conveniencia. No sé hombre. Mi

respuesta no puede concretarse en bien o mal. Yo tengo previsto

charlar un poco contigo, porque a la vista de las últimas

experiencias vividas parece prudente recapitular este período, y

no sé si ello nos llevará o te llevará a ver claro lo más conveniente

Page 171: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

170

en ese tema que planteas. De cualquier modo eso no será hasta

después de comer, así que por ahora ya basta.

Al poco de empezar a comer y en vista de que Manolo no

llegaba, decido informarle que éste había anunciado su visita

porque quería charlar con él. Terminando de comer, al borde ya

de las cuatro y media, decido llamar a Cristina para saber qué es

de su marido. Me dice que ha tenido que ir a Santiago, adonde

estará llegando precisamente en ese mismo momento, pero tengo

oportunidad de hacer que me repita lo que ya me había dicho el

mismo Manolo. Me siento en la butaca de reposar la comida y él

hace otro tanto en el sofá.

- Bueno. Pues Cristina dice lo que sabe, pero a la mejor es todo

lo que Manolo quería decirte. Ha tenido que ir a Santiago y por

eso no ha venido a verte. Parece ser que esta mañana Uríbarri le

llamó y, en principio, se extrañó que aún no te hubieses

manifestado en un sentido o en otro. Creo que fue el mismo

Uríbarri quien le aclaró que tenías plazo hasta esta tarde.

- Bueno, sí. El convenio era hasta hoy, sin concretar si por la

mañana o por la tarde.

- Bien. Siendo por la tarde también es hoy. Bueno, pues dice el

Enrique que han decidido prestarte la furgoneta de la empresa

durante un mes o así para que empieces a trabajar si te interesa.

Si al cabo de ese tiempo ambos decidís continuar la relación

tendrás que pensar en comprar coche, porque no está en su

ánimo prestarte un coche para siempre. Eso es, en síntesis, lo que

dice Cristina que quería decirte Manolo y pienso que, salvo algún

detalle de matiz, no podrá decirte mucho más. Eso es lo que

opino en relación con ese tema.

Page 172: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

171

- Espera un poco, dice la madre, ¿le has dicho ya a papá eso

que decías?

- Sí, ya se lo dije al entrar.

- Antes te dije, y ahora te repito, que teniendo en cuenta las

experiencias vividas desde que estamos juntos, especialmente las

de estos últimos días, creo que es necesario que hagamos una

recapitulación de todas ellas por ver si llegamos a alguna

conclusión práctica incluso en orden a ver lo más conveniente en

este asunto del trabajo.

Continúo…

Desde luego, es verdad que hemos vivido experiencias diversas

con un contenido rico en vivencias nuevas. En principio me

apetece mucho decirte que ha fallado claramente aquel convenio

que hicimos cuando decidí invitarte a venir. Yo no te puse más

condición que la de dedicarte seriamente a rencontrarte contigo

mismo, y tengo que decirte que no has hecho nada en esa

dirección. Hoy estás tan perdido como cuando te encontramos en

aquel bar de Las Palmas. Y en esa situación, la verdad es que no sé

que decirte respecto de la pregunta que me hiciste. Tengo muy

serias dudas de que tú seas capaz de sacar adelante un proyecto

de empresa como es el que te proponen estos señores de

Uríbarri. Si no fuese por la desconfianza que me inspiras sabría

qué decirte. Pero así no. Algo por el estilo a lo que ahora te

proponen fue lo que te confió San José en aquella experiencia de

Madrid y, bien sabes, tu ejecutoria no te dio precisamente

oportunidad para lucirte. Más bien al contrario. Allí quedaste

bastante deslucido. Y tantas otras veces te ha pasado lo mismo,

unas veces por fas otras por nefas, pero siempre por el mismo

Page 173: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

172

problema que te empeñas en no querer reconocer, que no sé por

qué razón ahora iba a suceder algo diferente.

Sigo…

Por otra parte, a mi juicio, tu amigo Acevedo, no es en mi

opinión la mejor compañía que tú necesitas en una circunstancia

como ésta. Eso es verdad. Yo sé cosas de Acevedo que no le hacen

precisamente compañía recomendable. No obstante, estoy

convencido de que, aunque efectivamente las compañías pueden

ejercer un determinado papel positivo o negativo, el problema

básico es tuyo y sólo tuyo. Acevedos que beben ginebra o

demonios vas a encontrarte en cada esquina. Y no es cosa de que

te prohíbas cualquier tipo de convivencia por el hecho de que

beban. Porque tampoco te vas a encontrar por el mundo adelante

a ningún otro gilipollas como tu padre que se ha convertido en

abstemio para no ponerte en la tentación o para no darte que

sufrir. Eso te lo garantizo. Como también te garantizo que como tú

no quieras salir de esa trampa ni el mismísimo Dios te podrá

salvar. Y es que, hijo mío, no sé a que esperas para darte cuenta.

Tienes 45 años, más de la mitad de tu vida gastada, porque... ¡no

pensarás vivir 90 años!

En este momento se sonríe como diciendo ¿y por qué no?

- Y echa un vistazo. Tienes las manos y la vida completamente

vacías. Cuando te invitamos a venir lo hicimos con ánimo de

ayudarte. Yo estaba convencido de que la salida del túnel iba a

tener dificultades porque seguramente no hemos dado con la

purga de San Benito que lo cura todo a la primera. Que habrías de

caer alguna vez yo lo daba por descontado. Pero lo que de verdad

me subleva y me saca de quicio es que no lo reconozcas y que

Page 174: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

173

inclusive te ufanes de ello, de haber vuelto a beber. Sé que en

alguna ocasión has dicho que has vuelto a beber porque te sale de

los cojones. ¡Qué diferente sería si después de haber bebido por

lo que sea, porque no te has podido resistir o por cobardía,

dándote cuenta de que has hecho mal, vinieses a decirme, mira

padre, he vuelto a meter la pata, pero me propongo en serio no

volver a patinar!

- Te hemos traído con ánimo de ayudarte, y queremos seguir,

haciéndolo, pero no nos amargues la vida. En ese tema, yo no voy

a añadir nada a las palabras que ayer te dedicó tu madre mientras

paseábamos por la playa. No tenían ni tienen desperdicio. Sí tengo

que decirte que hay ocasiones en las que me produces miedo. Te

tengo miedo, hijo. Y creo que ya te he dicho todo lo que quería

decirte. Lo he pensado y meditado seriamente y tengo la

impresión de que he dicho las cosas con claridad y sin ánimo

alguno de ofenderte. Así que vamos a dejarlo ya, porque a las

palabras cuanto más se las soba pierden contenido.

- No sé cómo dijiste antes. Decías algo así como que si no

tuvieses las dudas que dices tener de mí - me parece que no eran

exactamente estas las palabras - que sabrías lo que tendrías que

decirme en relación con lo del trabajo. ¿No puedes olvidarte de

las dudas y decirme lo que piensas?

- Si yo tuviese seguridad y confianza en que no ibas a fracasar

lamentablemente, te diría que aceptes el empleo de Uríbarri.

- A pesar de la diferencia de perras.

- A pesar de eso. Estoy convencido de que para llegar a lo alto

hay que empezar a pisar bien y firme el primer escalón. Y ya me

parece que alguna otra ocasión te he dicho que a mi no se me

caerían los anillos viéndote trabajar de barrendero con el mono

Page 175: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

174

blanco de las hermanas Koplowitz. Es más, estaría orgulloso de ti.

¡Fijaos!, diría, qué hijo más cojonudo tengo. Está en una situación

delicada y se ha propuesto superarla agarrándose a un clavo

ardiendo. Porque no tienes que pensar sólo en ti, amigo. Que hay

más gente a tu lado y no somos precisamente nosotros en los que

tienes que pensar. Que son tus hijos.

Page 176: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

175

24 de Junio

Sábado. Hemos comido a la hora acostumbrada, casi en

completo silencio, que sólo se ha roto gracias a los esfuerzos que

para conseguirlo ha hecho mi esposa, comentando cosas de la

comida o alguna anécdota que muy poco o nada tiene que ver con

la situación que nos está tocando vivir.

Por lo general, él se limita a repetir con cierto tono de

interrogación lo que acaba de oír a su madre y en seguida vuelve

la vista a la pantalla de la tele donde procura mantenerse como en

un refugio contra los bombardeos.

Se había levantado pasadas las dos y media de la tarde. Al

amparo de una llamada telefónica que había hecho a casa desde

no sé donde, pasadas las doce de la noche anterior, para anunciar

que llegaría un poco tarde porque le habían liado para cenar en

compañía de unos clientes del despacho de Acevedo, no volvió a

casa hasta cerca de las siete y media de la madrugada.

Al poco de levantarse se ha incorporado a la cocina, donde

estaba su madre preparando la que se dispondría a servir dentro

de muy poco. Algo habló con su madre, no sé qué, mientras

desayunaba como de costumbre y luego entró al baño a ducharse.

Al salir me encontró en la sala, sentado a la mesa camilla, de

espaldas a la puerta, peleando con el ordenador IBM que estrené

ayer precisamente.

- ¡Hola!

- ¡Hola!

Page 177: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

176

He seguido trabajando en silencio para darle a entender que

había moros en la costa, pero ha intentado hacer la vista gorda. Se

ha interesado por saber si había resuelto el problema con el que

estaba pelando al intentar grabar en el nuevo programa el

diccionario suplementario, que consta de setenta páginas y pico,

por lo cual hacía esfuerzos para no perderlo y así poder utilizarlo,

pero recibió sólo un monosílabo.

Hemos comido bien y por lo que a él se refiere con el apetito

acostumbrado. Luego se ha medio tumbado en el sofá, ha sacado

un pitillo del bolsillo de su camisa, se ha puesto de espalda a

nosotros y de cara a la tele y ha dado las primeras chupadas con

fruición, dispuesto a no perder ningún detalle de la película de

aventuras de la tele.

Yo me he recostado en la butaca con ánimo de dormitar, que

no de dormir y me he ayudado del reposapiés con el que me

obsequió Margarita, hace ya no se cuánto. Acaso fue en las

Navidades de 1.994.

Yo me levantado al poco con el fin de lavarme la boca y pensé

acometer el tema al regresar cogiéndolo de improviso, pero

esperé todavía otro poco. Él se levantó y se fue a la cocina

aprovechando el corte de la peli por publicidad. Supuse que iba en

busca de la taza de café que acostumbra a tomar ordinariamente

en similar situación, pero esta vez no la trajo a la sala y tampoco

sé si la tomó en la cocina o no. Y volvió a sentarse, porque la

película había recomenzado.

- ¿Qué plan de vida es el que tienes?

Yo seguía recostado en el sofá, lo que me permitiría mirarle de

frente.

Page 178: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

177

Se vio sorprendido, o al menos lo parecía.

- Pues es que anoche...

- Deja, deja. Que yo no te hablo de anoche. Que no voy a

entrar en tu juego ni a caer en la trampa de preguntarte qué es lo

que has estado haciendo anoche. Tampoco te voy a preguntar qué

conciencia tienes de lo que has estado haciendo porque tampoco

sé que tengas conciencia. Más bien creo que no. Te estoy

hablando del plan de vida que tienes a partir de este mismo

momento.

- ¿Sabes lo que, según se dice, ha dicho Jordi Pujol a Felipe?

Está desorientado, o al menos eso es lo que me parece, y no

tiene ni idea por dónde le llegan los tiros.

- Pues tengo entendido que le ha dicho que las cosas no

pueden seguir así, y eso es exactamente lo que te estoy

planteando en este mismo momento. No sé si recuerdas que en la

bronca que organizamos el pasado fin de semana dijiste algo así

como que sabías que no tenías derecho a crear este tipo de

tensiones. Y es verdad, ni lo tenías ni lo tienes, pero lo cierto es

que las sigues creando. Te he preguntado por tu plan de vida,

pero pensándolo mejor se ve claro que no tienes por qué andar

planteándote zarandajas de ese tipo. Estás toda la noche de

juerga hasta las siete y pico de la mañana. Llegas y encuentras una

cama limpia y fresquita en la que puedes acostarte sin decir nada

a nadie. Te levantas a las dos y media, desayunas, comes con

buen apetito, gracias a Dios, te pones cómodo a fumar, como no

podía ser de otro modo, y a ver la tele esperando la hora de volver

a marchar... ¡Claro!, no sé qué mejor plan vas a poder tener

alguna vez. Pero amigo mío, esto se acaba. Te diré algo muy

concreto. Si no fuese por el respeto que me merecen los niños,

Page 179: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

178

que están a punto de venir, y por el cariño que les tengo, te

estaría diciendo ahora mismo que busques alojamiento para esta

misma noche, porque esto se acaba. Si quieres destrozar tu vida

de la manera que se te antoje no tienes derecho a hacerlo, pero

no me obligues a ser testigo. Hazlo donde yo no te vea y

márchate antes de que tenga que echarte. Todavía te diré más.

No me obligues a informar a tus hijos de las tensiones a que nos

estás sometiendo durante esta temporada, pero también te

advierto que por pequeña que sea la próxima ocasión que me des,

les diré lo que está pasando, porque tienen derecho a saber cómo

es su padre. Y por ahora nada más.

Yo seguí recostado intentando dormitar. A pesar de que había

intentando y conseguido mantener un aceptable grado de

serenidad, este tipo de manifestaciones no se hacen con la

serenidad de espíritu de quien se dispone a ver llover

placenteramente.

Él se mantuvo muy serio pero poniendo mucha atención a la

película. Luego se retiró a la habitación de Margarita y allí sigue

oyendo el tablero deportivo de fútbol y no sé si haciendo alguna

otra cosa.

Al final de la tarde, cuando su madre y yo íbamos a El Corte,

supe que mientras tomaba el café del desayuno, le había contado

cómo después de cenar con los clientes de Moaña, Carlos y él se

habían sentado en el velador de un bar a tomar un café y

charlando, charlando, de unas cosas y otras, de la vida, de sus

tiempos de estudiantes y tal, se les había pasado la noche sin

darse cuenta, pero con la mayor serenidad y tranquilidad que

nadie pueda imaginar. De lo que no dijo nada, al menos su madre

Page 180: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

179

no me lo contó, ni yo se lo pregunté, es de lo que habían bebido

durante tan serena y agradable velada.

Page 181: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

180

Carta, 23 de julio, Porquera

Querido Luis Ángel:

Ayer tarde te he puesto un SMS por el móvil. Si como supongo

lo has recibido – aunque bien es cierto que cualquiera sabe,

porque a ver quien es el majo que se atreve a opinar con alguna

esperanza de acierto sobre alguna cualquiera de tus circunstancias

– te habrás dado cuenta de que lo único que pretendía era dar una

especie de campanillazo de atención – no en la cabeza no, sino en

tu conciencia –, algo así como quien dice sin llegar a gritar y sin

cabreo alguno, “OYE TU, SEÑOR HIJO, QUE SEPAS QUE SEGUIMOS

VIVOS, GRACIAS A DIOS, Y QUE SEGURAMENTE PORQUE ASÍ LO

QUIERE EL MISMO DIOS, SEGUIMOS QUERIÉNDOTE”

Para qué te voy a decir algo que tú sabes mejor que

nosotros – es un suponer –, que al igual que todos los anteriores, –

si bien cierto es que no han sido por millares –, a este mensaje de

ahora también le ha correspondido la suerte de quedarse sin

respuesta. Bien, pues si así son las cosas porque así las quieres tú,

así las tendremos que aguantar, y punto.

. Que sepas que llevamos una semana por estas tierras, que

siguen siendo queridas a pesar de su dureza, con la intención de

comprobar si se disponían a colaborar en la recuperación de la

salud de mamá, que no va mal pero que avanza muy poco a poco,

y ya veremos hasta cuando aguantamos, pues los servicios

sanitarios de los que sigue estando necesitada, se obtienen por

aquí con muchas más dificultades que en Vigo. Pero ya veremos,

porque tampoco es cosa de rendirse a las primeras de cambio. En

el viaje de venida nos acompañaron todos los Cristinitos y justo a

Page 182: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

181

la mañana siguiente emprendieron viaje a Holanda, con la

obligada visita a París. Ahora hace unos minutos nos han dicho por

teléfono que estaban saliendo de París y que esperaban poder

llegar esta noche, aunque tarde, para dormir en casa. También

estos días estamos teniendo por aquí la proximidad de la familia

de Carlos, aposentada en la casa de la abuela Emilia con excepción

de Araceli, quien con permiso de sus padres ha decidido venir a

estar con nosotros. De todo el resto de la familia los únicos que

ahora se encuentran por aquí son los tíos Emilio y Ángeles. Al tío le

estamos dando la tabarra padre. Resulta que, como consecuencia

de las fuertes heladas, se reventaron algunos tubos y cierres de las

cañerías y se llegó a producir una muy respetable inundación de la

casa. Hay paredes, de las de adobe, que amenazan con no querer

secarse hasta que San Juan baje el dedo, y me parece que eso va

para largo. Hasta que eso suceda no será posible acometer la

reparación necesaria en paredes y techo de la cocina.

Anteayer he dirigido un a carta a tus hijos aprovechando el

Santo de Yago. Hace ya alguno días, aunque cierto es que por

casualidad, porque el teléfono se dirigió a él sin que nadie se lo

ordenase, hablé un ratillo con Marcos. Jolines, ¡qué familia!

Cortados todos por el mismo rasero. De padre gato, hijos

michines. La única que por se salva es Margarita.

Y, por fin hijo, quiero decirte que no soy yo quién para

quitarte la libertad de seguir haciendo lo que te venga en gana. Es

Dios mismo quien respeta tu libertad. Puedes hacer lo que quieras,

en eso puedes más que el mismo Dios. Escucha a San Agustín: Dios

que te creó sin ti no te salvará sin ti. Un abrazo

Page 183: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

182

11 de Septiembre

Son las 12 menos 10 de la noche. Estamos cenando mi esposa

y yo. Hemos empezado sin él pasadas las once y media. Llega,

pronuncia un “buenas noches” que se confunde con el ruido de la

televisión.

Es de considerar, o mejor dicho, no se puede perder de vista

que el retraso ha empezado a ponerme nervioso. Mañana será su

45º aniversario y tengo la sensación de que el retraso no es

precisamente el mejor pórtico para lo que, en circunstancias

normales, debería ser motivo de celebración festiva.

Va a la cocina. Toma un plato con pescado frito que para él ha

preparado su madre y viene con él a la mesa, a la que se sienta,

como de costumbre a mi izquierda. Durante unos minutillos,

nadie, ninguno de los tres decimos nada. Es él el que empieza a

hablar.

- ¿Habéis oído hablar vosotros de un coreano o japonés, no sé

bien lo que es, que practica eso que se llama ..., bueno no sé, pero

desde luego no es médico ni nada, y que según parece hace

maravillas en cuestiones de rehabilitación de miembros o cosas

así?. Es que ahora, al salir, una amiga de Carlos, con la que nos

hemos encontrado, nos ha estado hablando de este hombre.

No puedo concretar si dijo que era la tal amiga de Carlos quien

se proponía consultar personalmente con ese supuesto

“arreglalotodo”, o si lo que pretendía era servirse de algún

familiar o conocido como conejillo de indias.

Page 184: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

183

- Yo le dije que bueno, que muy bien, que me interesa, muy

mucho, conocer el resultado para ver si podemos hacer algo con

la mano del chaval.

- La madre. ¿Será algo así como eso de la acupuntura que ya le

han hecho, no?

- Pues creo que no. Este trabaja sólo con sus manos.

- A propósito, hablando de los chavales. No has dicho nada de

lo que te contaron ayer noche. ¡Qué bárbaro! ¡Qué capacidad de

comunicación tenemos! Bueno. Dices algo si te parece, que

tampoco es cosa de que te dispongas a violar algún secreto de

familia por nosotros.

- Bueno, pues que al mayor le quedaron dos asignaturas

pendientes. Las matemáticas y otra.

Dijo cual, pero yo no la recuerdo.

- Pasa a segundo, pero con esas dos pendientes.

- ¿Y el chaval qué dice?

- La madre se dispone a responder en nombre de su hijo. Una

mirada a tiempo es suficiente para hacerla entender que es mejor

que responda el que ha sido preguntado.

- Me ha prometido aprobar las dos en febrero. Al principio me

dijo ¡ya estoy en segundo! ¡Vaya hombre, que sea enhorabuena!,

le dije, y en seguida, al mamón de él, no le quedó más remedio

que aclararme lo de las dos pendientes.

- ¿Y tú qué piensas de todo esto?

- Que hay un despiste general.

- En el que te incluyes, claro.

- Digo que es un despiste general, y si es general, es de todos.

Page 185: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

184

Al pronunciar general acciona con sus manos dándoles un

movimiento envolvente, globalizador.

- ¿Pero tú te consideras inmerso en ese despiste general?, sí o

no.

- Me miró tristemente, al menos así me lo pareció, y no le

quedó más remedio que decir que sí.

- Pues hijo, no sé a qué esperar para empezar a orientarte,

porque yo estoy viendo cómo el tiempo pasa y tú sigues tan

estancado como al principio.

- Yo también la veo.

- Pero no haces absolutamente nada para que cambie tu

situación. ¿Qué tal son tus relaciones con Carlos?

Hace un gesto de perplejidad. No capta la intención de la

pregunta.

- Normales.

- Tú ahí estás, amarrado a ese clavo, no sé si ardiendo o

congelado, y de ahí no hay quien te mueva.

- No es un clavo ardiendo ni congelado, es el único clavo.

- Bueno, pues ese único clavo terminará dándote en las

narices. Ya lo verás. Y además ¿qué es lo que haces para encontrar

otro? ¿Recuerdas lo que te dije hace dos meses o más?

- Hace un movimiento afirmativo con la cabeza.

- Pues ya ves. Entonces mucho que 600.000 ptas. y no sé qué

otras historias. Y ya ves. Tú ¿qué sabes de la situación económica

de ese Carlos?

Page 186: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

185

- Hombre, él gasta dinero. Y como comprenderás, yo no le llevó

su cuenta corriente.

- Ni yo tampoco, pero sé que anda mal de dinero. No sé si tan

mal o acaso peor que tú.

- Se sonríe como diciendo ¡qué bobada!

- Pues sí, mira, porque tú no lo tendrás, pero que yo sepa

tampoco lo debes.

- ¿Quieres decir que tiene deudas o así?

- Digo sencillamente que no cumple sus obligaciones de pago.

Pero no preguntes más, porque no pienso añadir ni una sola

palabra. Y ¿entonces, siguen entrando encargos en esa oficina?

- Pues ahora anda él con una cosa nueva, que es posible que

salga. Seguramente has oído hablar alguna vez de una finca en la

que se criaban visones. Pues en esa finca se pueden llegar a

construir un montón de viviendas.

No recuerdo bien si dijo 70 ó 700.

- … Esa operación daría trabajo para más de un año y sólo falta

que se lleve a cabo la operación de compra.

- ¡Ah!, pues entonces no falta casi nada. Ese es un detalle sin

importancia. Y ¿qué pasa, es que tú no vas a participar en ese

proyecto?

- ¿Por qué no? Lo que pasa es que Carlos está reuniendo

información y yo estoy trabajando en este otro de la fábrica a ver

si se termina de una vez.

- ¿Y del pequeño qué?

Page 187: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

186

- Nada. Muy bien. Que se aburre y que tiene ganas de que

empiece el cole. Parece que un día de estos de atrás le mordió el

perro.

- La madre.- Yo no sé qué gusto tienen en tener un perro en

casa. Si fuese en una finca, bueno. Pero así...Hasta olerá mal la

casa y todo.

- Yo ya les he dicho que lo mejor es que lo lleven a La Cumbre.

Marcos, me decía, tú yo nos entendemos, padre, pero mi

hermano... es que el perro es de él.

- Lo que ocurre es que al margen de eso, al pobre animal, el

mismo Marcos se las suele hacer pasar canutas. En aquellos dos

días de enero, le hizo todas las judiadas del mundo y el bicho se

conoce que se está cansando y, harto ya de aguantar, le habrá

lanzado esa dentellada. Por lo demás es un animal pacífico y

paciente, pero a base de esa educación terminará siendo educado

para matar, como dicen que les sucede a los doberman.

Se sonríe.

- Sí es verdad, sí. Marcos le hace rabiar mucho. ¡Ah! Y no os he

dicho, o ¿sí os he dicho?, que Marcos ganó en el campeonato de

“Optimist” que es una modalidad de navegación a vela.

- Tú sabrás cuando nos lo has dicho.

- ¡Claro!, si no estabais aquí.

- La madre. ¿Y Yago no participó?

- Yago tenía otro tipo de ocupación.

- Y por fin, ¿qué pasó con todo aquello de la vacuna

extraviada?

Page 188: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

187

- Pues que me mandaron la factura de lo que había costado la

vacuna y yo hice una carta de reclamación incluyendo ese importe

más los gastos de envío. Luego dije que el hecho de haber tenido

que interrumpir la aplicación y conseguir nueva vacuna suponía

un trastorno cuya evaluación para mí era muy difícil y que dejaba

al buen criterio de Seur. Mandaron a una chica a buscar la carta y

después no he vuelto a saber nada.

- O sea, ¿que Seur mandó aquí a casa a una chica a buscar tu

carta? ¡Qué raro!

- La madre. Que sí. Que vino una empleada a buscar la carta.

Parece ser que es la que se ocupa de esas cosas de reclamaciones.

Que ahora está de vacaciones y se supone que es por eso por lo

que no se sabe nada.

- ¡Caramba! ¿Y cómo es que sabes tú todo eso?

- Pues porque me lo dijo él esta mañana precisamente.

- ¡Vaya! Pues sí que os tenéis bien calladas los dos las cosas.

- Mi esposa tuvo alguna intención de replicar, pero prefirió

callarse.

- Y la vacuna por fin ¿sirvió o no sirvió?

- Sí, sí que sirvió. Que por cierto Margarita se enfadó mucho

cuando yo le pregunté que cómo sabía que servía, que quién se lo

había dicho. Te digo yo que sirve y basta, me dijo gritando. Parece

ser que se lo había dicho el farmacéutico que la había hecho.

Bueno, para el chaval sirvió, pero para Seur no sirvió.

- Ya. Y ¿qué dice Margarita de Yago?

- Pues es que ayer no pude hablar con ella. Se cortó la

conferencia cuando hablaba con Marcos. Pero sí tengo previsto

Page 189: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

188

hablar con ella, porque hablar sólo con el chaval puede no ser

suficiente.

- Creo haberte oído decir que le has escrito. No te ha

contestado, claro.

- ¡Vaya panorama! Tengo la impresión de que mañana se

cumplirán 25 años...

- La madre. ¿Cómo veinticinco años? ¡Qué más quisiera!

- Digo que mañana se cumplirán 25 años de vida perdida.

Porque éste empezó a perderse allá por los 20 años, o acaso un

poco antes. Y el caso es que a lo mejor esperas que mañana te

felicite. ¿Qué te parecería si mañana voy a tu lado y te digo que

deseo que seas muy feliz?

- Pues me parecería un rito.

- ¡Una música celestial! Y la verdad es que yo siento deseos de

que seas feliz. Pero ¿cómo puedo decirte algo así si no eres capaz

de hacer algo para empezar a ser feliz?

- Hace algún tiempo he tenido alguna conversación con un

hombre que va por el despacho y que se dedica a gestionar

subvenciones para reforma de casas y cosas así. Me asegura que

puede influir para que se me asignen algunas de esas obras, para

las que él consigue las subvenciones. Yo le he dicho que bien, pero

que primero me parecía bueno estar una temporada con este

Uríbarri para entrar en contacto con proveedores y con gente del

sector, y tener así una especie de carta de presentación. Él insiste,

y dice que no sea tonto, y que empiece a trabajar para mí. Así que,

vistas como están las cosas, un día de estos le diré que vamos a

sentarnos a charlar.

Page 190: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

189

- Pues muy bien. Y ¿de la señora Katy qué? ¿Has vuelto a verla?

- Pues no. La llamé no sé que día y no me cogió nadie el

teléfono. Supuse que estaría de vacaciones.

- ¿Ves? Pues otra apuesta que tengo ganada contra mí mismo.

Aposté 5 contra 1 con el otro yo a que no habías vuelto a verla, y

ha ganado el otro yo, que sigo siendo yo mismo. Bueno, pues ya

verás, cuando te decides a salir de ese túnel en el que tú mismo te

consideras prisionero de no sé quién. Pero te prometo que te

hace falta asomar la cabeza al exterior y respirar.

- No hay comentarios.

- Y ¿qué has vuelto a saber de aquel tal Sr. Silva, amigo de

Mary, que te suministró aquellas cosas para el famoso bar?

- Pues nada.

- Es claro. Está apañado aquél que se atreva a confiar a ese

pollo la administración de su hacienda.

- La madre. Y ahora como ya no está aquí Mary que era la que

le daba negocio.

- Pues razón de más para que hubiese intentado cobrar lo que

se le debe. Pero...

Page 191: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

190

12 de Septiembre

Martes. 9,30 h. de la mañana. Entra en pijama en la cocina

mientras yo estoy desayunando. Me acerco a él, le beso y le digo,

“bueno lo dicho”. Se sonríe a medias y pregunta “¿pero lo dices...?

“Sinceramente, como siempre”, contesté. Luego he sabido que su

madre le entregó a continuación la camisa que para él habíamos

comprado el sábado por la tarde.

A la hora de comer, se ha sentado a la mesa: El menú ha sido

“langostinos”, “buey”, “bacalao a la bilbaína”, “pasteles” y

“fruta”. Nada de todo este extraordinario ha merecido para él, al

menos que yo sepa o haya podido oír, comentario alguno. Todo

normal. Viva la vida y la tranquilidad.

20/9/95 - Miércoles - Estamos los tres sentados a la mesa a la

hora de comer. En la televisión está la Vuelta Ciclista a España, a la

que, cómo no, presta una muy decidida atención.

Yo siento necesidad, desde hace unos días, de hacerle unas

preguntas. Cuando me incorporaba a la sala, donde me

esperaban, cerca de la mesa que está servida para comer, me ha

parecido captar que estaba dialogando con su madre sobre el

tema que a mí me interesa plantear y, bien sea porque ya habían

hablado todo lo que tenían que hablar de lo que fuese o por

cualquier otro motivo, el diálogo ha concluido coincidiendo con mi

llegada. Todo ello, de alguna forma, ha supuesto para mí una

pequeña contrariedad a modo de bloqueo psicológico. Hemos

iniciado la comida sin más comentarios que algunas alusiones al

desarrollo de la Vuelta Ciclista.

Page 192: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

191

- Tengo entendido que tu amigo el Sr. Silva te anda buscando

desde hace unos días.

La madre me había dicho que el sábado pasado, cuando

estábamos a punto de partir hacia La Coruña, se recibió en casa

una llamada de ese señor preguntando por él. Advertido de ello

pidió a su madre que dijese que había salido.

- Sí, ya sé. Me dijo mamá que había llamado el otro día.

El tema le ha cogido de sorpresa y su tono se ha vuelto opaco.

- Y tú ¿qué? ¿Agachando la cabeza para ver si así se le vuelve a

olvidar que existes?

- La madre. Dijo que te llamaba porque se había encontrado

con el albarán.

- Pues la verdad es que a mí se me había vuelto a olvidar. Me

acuerdo ahora porque lo mencionas.

- Ya veo, ya. Supongo yo que eso debe ser consecuencia de que

no tienes problemas de conciencia o que estás bien dispuesto

para el olvido.

- Yo no he dicho que esté dispuesto a olvidarlo.

- Es verdad. Eso lo acabo de decir yo en el terreno de las

suposiciones. Pero tú sí has dicho que se te había olvidado que te

llamó el pasado sábado y... ¿antes qué? ¿Es que acaso lo has

tenido muy presente?

No hay respuesta. Y escapa a refugiarse en la Vuelta.

- ¿Y por fin, vais a entregar alguna vez ese proyecto en el que

dices que estáis trabajando?

- Pues eso le estaba contando a mamá. El propietario nos

estuvo dando el coñazo ayer durante todo el día. Nos llamó no sé

Page 193: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

192

cuantas veces y hoy, que es cuando tenía que venir, no se ha

presentado.

- La madre. Desde luego hay que ver qué informal es la gente.

Son todos iguales. El caso es que dicen que sí, que sí, y luego...

- Pues es que esta tarde tendremos que vernos con el

contratista para discutir el presupuesto y no vamos a saber sobre

qué partidas, porque este hombre todavía no se ha definido sobre

lo que realmente quiere construir. El otro día me llamó y me dijo,

oye Luis, ¿en cuánto se me va a poner eso? Yo le contesté, mira

Jesús, antes de saber lo que podremos arañar con el contratista, a

precios de mercado, la ejecución de todo el proyecto se pondrá en

sesenta y tantos ..., bueno, pon setenta millones. Pero si yo sólo

tengo cuarenta millones, fue lo que me contestó. El caso es que

este hombre, cuando encargó el proyecto llegó diciendo que

quería una cosa que se haría notar, que quedase bonita, vamos,

que fuese algo importante. Y ahora dice que cómo puede ser que

un galpón cueste 70 millones. ¡Pero que no es un galpón,

hombre!, le he dicho. Es un galpón, es el jardín y son muchas

cosas más. Yo hubiese preferido que esto lo hubiese hablado con

Carlos, pero no estaba cuando llamó.

- La madre. ¿Y le habéis puesto el suelo caro ese, que decías el

otro día?

- No, no se lo hemos puesto.

- La madre. Pues si se le llegáis a poner, ¡menuda! Bueno, pues

si sólo tiene cuarenta millones, tendrá que empezar a quitar cosas

del proyecto.

- Pues, claro, tendrá que empezar a decir esto, y esto, y lo otro

lo dejamos para luego. Y después de saber qué es lo que quiere

Page 194: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

193

hacer, podremos empezar a discutir precios con el contratista.

Además también tiene que decirnos si quiere que en la memoria

le fijemos los precios reales de contratación o que se los inflemos.

- ¿Y para qué le puede interesar al propietario que presentéis

un proyecto con precios superiores a los de contratación?

- Pues para cosas de subvenciones o así. ¡Ah!, por cierto, ya sé

por qué decías aquello de Carlos. ¿Tiene relación con una letra?

Y continuó…

A propósito del ordenador, que por fin le ha mandado

devolver, porque ha seguido dándonos la lata, el otro día se volvió

a estropear...me dijo, tú tienes mucha confianza con el Banco de

Galicia, pero menuda faena que me ha hecho el Banco de Galicia.

A ver si me acuerdo bien cómo fue lo que me contó...

- ¡Ah!, ya. Como quiera que el ordenador no ha funcionado

bien desde el principio, dio orden al Banco de que no pagasen la

letra, pero el Banco no hizo caso y la pagó y... ¿cómo, cómo ha

sido? ¡Ya, ya! Creo que es así. Que después el Banco ha pasado

nota al RAI.

- Bueno, mira. El pasado día te dije que sobre ese tema no te

iba a decir ni una palabra más y ahora sigo en la misma

disposición. Del tema que hablas te diré, en principio, que no

tiene pies ni cabeza. Al RAI se le pasa nota de las letras aceptadas

que han resultado impagadas. Pero si ésa fue pagada, no veo

cómo se puede haber pasado nota de lo contrario. En fin, no sé.

Lo que yo si sé de antiguo, es que el Banco tuvo que cobrar del

padre un crédito que avalado por él, no había forma de cobrárselo

a Carlos. Lo que sé reciente no tiene nada que ver con ese cuento

de la le

Page 195: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

194

24 de Septiembre

Domingo. Es cerca de la una de la tarde. Su madre y yo

volvemos de misa. Desde la acera, la madre se da cuenta de que el

hijo está en el balcón.

- Mira. Se conoce que Luis se ha puesto a quitar el barniz de la

madera.

- Ya veo. Pero no sé qué cosa es la que la que está utilizando.

No sé que es eso que brilla tanto.

Sin más comentarios nos fuimos en busca de la prensa de fin

de semana y ya de paso aprovechamos para dar un paseíto corto

por la zona. Volvemos pronto a casa después de haber comentado

que bien podríamos habernos acercado a dar una vuelta por

Samil.

Ya en casa me acerco a la ventana del balcón donde veo que la

herramienta que utiliza para quitar el barniz es un machete de

cocina, de los que se utilizan para partir carne, principalmente.

¡Mira qué herramienta más adecuada tiene el hombre para sacar

el barniz!

- No tenemos una espátula ¿verdad? La he buscado por todas

partes y no la encuentro.

- Pues no la tenemos, no. De todas las formas, ya te he dicho

que lo normal para quitar el barniz es la lija y, por tanto, no sé por

qué no entiendes que ni la espátula, ni mucho menos ese

machete, es lo adecuado. Claro que acostumbrado a no hacer

caso de nada de lo que se te dice, no tiene nada de extraño que

tampoco lo hagas en esto.

Page 196: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

195

Me mira sin hacer ningún comentario y sigue rozando las

maderas del techo del balcón con el machete. Me retiro de su

lado para no dar lugar a más discusión. Al poco rato siento que

tengo que volver y efectivamente le encuentro insistiendo en su

actitud.

- Jolín, amigo, ¡qué capacidad de resistencia! ¿Es que no ves

que trabajando de esa manera, aparte de que vas a poner la

madera hecha una pena a base de hachazos, cogerás unas

agujetas en el pescuezo y en los brazos que te va a llevar la

trampa? Creo que lo que mejor puedes hacer es dejarlo, salvo que

prefieras continuar ese trabajo como penitencia y satisfacción por

tus pecados.

Se sonríe.

- Ya te tengo dicho que el lijado del barniz se puede hacer bien

y cómodamente poniendo un disco de lija al taladro. Supongo que

tu hermano Jose sigue teniendo uno que ya me prestó una vez

cuando barnicé esta parte del frontis.

Terminando de comer ha sonado una llamada telefónica que

ha atendido él. Ha vuelto a la sala diciendo que era Jose y que sí

tiene el disco. Al poco rato, ha llamado en la puerta de la calle

para entregar el disco de lija, el taladro y una espátula.

- ¿Tienes algo para afilar los escoplos?

- ¿Para qué quieres afilar los escoplos?

- No, si no quiero afilar los escoplos. Quiero afilar esta espátula

para dar primero con ella una pasada al barniz. Es que si no el

barniz se pegará en el papel de lija y luego patinará. Es que sólo

tenemos el que está puesto y estos otros dos pliegos.

Page 197: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

196

- Pues es que nada de eso hace falta. La espátula se podría

afilar con una lima, pero insisto en que eso no es necesario. A ver,

déjame eso.

- ¿Tenemos un alargador?

- Sí.

Voy a buscarlo y vuelvo con él. Monto el disco en el taladro,

hago una prueba y veo que funciona bien. El disco no se debe

aplicar plano sobre la superficie a lijar. Es mejor hacer así,

aplicando sólo el borde.

- La madre. ¿Y por qué no se puede poner plano?

Señalo con el dedo el mecanismo metálico que atornilla el

disco al taladro y supongo que me entendió. Continúo

funcionando otro poco para demostrar cómo hay que hacer.

- ¿Qué te parece?

Sonriendo.

- Pues bien.

- Bueno, pues sigue.

Yo regreso a mi butaca y pretendo seguir dormitando un

ratillo, pero no soy capaz. Oigo cómo el disco de lija chirría al rozar

contra las cabezas de algunos tirafondos que de vez en cuando se

asoman sobre el entablado del techo. Me incorporo, voy a ver y

veo que el disco de lija está destrozado.

- ¿Qué te pasó?

- Que se me ha debido agarrar con un clavo y se ha hecho

ciscos.

- Pues hay que tratar de evitar los clavos.

Page 198: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

197

- Sí, pero hace falta verlos para poder evitarlos.

- Lo que yo te digo es que hay que procurar hacer las cosas

bien, que no se trata de tirar adelante sin más.

Coloca en el taladro uno de los dos discos de lija que le quedan

y se vuelve a situar en la zona del principio, donde ha estado

lijando mucho rato antes. Después de un ratillo me asomo

nuevamente y veo que imprime al taladro un movimiento de

rotación, unas veces a la derecha y otras a la izquierda, y que no

avanza en absoluto. Decido asomarme nuevamente diciendo en

alta voz, ¡qué mal arte se da el jodío!

Al verme me muestra el disco de lija. Está inservible.

- Que no se trata de eso hijo. Que no es así. Que estás

mareando al taladro con esos movimiento de rotación que le

imprimes y que lo que consigues es eso que me muestras. Desde

luego, yo no sé si con el cartabón y el tiralíneas serás capaz de

ganarte la vida, desde luego, con una herramienta las ibas a pasar

muy canutas. Que lo que tienes que hacer es mucho más sencillo.

Pasar el disco a lo largo de cada tabla y listo. Que no hace falta

que las pulimentes, que con quitarlas el barniz es bastante. Es que

además, fíjate. Ya sólo te queda un disco de lija y casi no has

hecho más que empezar el trabajo. A este paso, tienes tarea para

toda la semana.

He salido de su lado y me he venido junto al ordenador para

hacer estos apuntes. Al cabo de un rato largo he vuelto. Eran

cerca de las siete y media de la tarde, primer día del horario de

invierno, y estaba ya casi anochecido. Había tenido que

confeccionar nuevos discos de lija tomándola de los pliegos que

tenía en mi caja de herramientas. Esos discos se gastaban primero

Page 199: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

198

que los especiales, pero había avanzado considerablemente la

tarea y su ejecución había mejorado.

- Bueno. Ya sólo me quedan unos remates, pero ya no se ve.

Ha barrido la terraza. Para ser de noche le que ha quedado

aceptablemente bien y ha recogido las herramientas.

Page 200: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

199

30 de Septiembre

Sábado. Sobre las 12 menos cuarto de la mañana me he

cruzado con él. Acaba de salir del cuarto de baño y se acerca a la

terraza desde la que estoy saliendo con el recogedor del polvo

lleno de virutas sacadas del banco de carpintero.

Antes de retirarlo al trastero, he querido cepillar con la

intención quitarle la suciedad que la intemperie durante años ha

acumulado sobre él, y de las raspaduras de la pintura blanca que,

completamente deteriorada por efectos de haber acompañado al

banco en la misma situación de intemperie, daban a una pobre

banqueta un aspecto deplorable.

Hace una semiexclamación de sorpresa por la extraordinaria

carga del recogedor, a la que hay que interpretar como saludo de

buenos días, puesto que eso es todo lo que dice, al que yo

correspondo con un sonido de muy imprecisa y difícil definición.

Se asoma a la terraza, no hace manifestación alguna y, a

continuación se dispone, en la habitación de Margarita, a ordenar

los papeles y que tiene esparcidos sobre la mesa y el banco de

carpintero que allí está, así como a quitar el polvo de todo ello.

Pienso que bien, que más vale tarde que nunca, y yo, después

de haber ordenado provisionalmente las cosas de la terraza, me

dispongo a asearme para ir a misa.

Estando en el dormitorio he oído una llamada telefónica. He

supuesto que se trataba de la llamada que el tal Sr. Silva había

anunciado el día anterior en otra llamada que había atendido la

madre y no he hecho intención alguna de recogerla. La madre ha

Page 201: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

200

salido a la peluquería. Por fin recoge él la llamada. Después de un

ratillo me dispongo a salir. Él no me ha hecho manifestación

alguna.

- ¿Quién era el que llamaba?

- Silva.

- ¿Quién?

- Silva, Silva.

- ¡Ah sí!, era Silva. Bueno, hasta luego.

- Hasta luego.

A la salida de misa he ido a comprar un bote de pintura para la

banqueta, papel de lija y alguna cosilla más y he regresado a casa

coincidiendo con su salida para dar una vuelta o yo qué sé. La

madre ya ha regresado y está en la cocina preparando la comida.

Hablamos de algunas cosas en relación con sucedidos en el

entorno vecinal y después acometo el tema.

- ¿Te ha dicho tu hijo que por fin le encontró el tal Silva?

- Pues sí.

- Pero ¿cómo ha sido? ¿Te lo ha dicho espontáneamente o se

lo has preguntado?

A continuación, le comenté cómo no hice nada por recoger la

llamada que se había recibido, que suponía que era del tal Silva, y

que si quise saber de quién era tuve que preguntárselo, que fue lo

único que me dijo porque fue lo único que le pregunté.

- Pues yo se lo pregunté normalmente porque él ya sabía que

le iba a llamar.

Page 202: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

201

- ¡Ah sí! ¿Pues cuando se lo habías dicho? Yo estaba

convencido de que no sabía nada de su última llamada. Al menos,

anoche, delante de mí no le dijiste nada.

- Pues no sé, ahora no me acuerdo cuando se lo dije. Además

no sé qué más dará.

- Y entonces en qué ¿han quedado?

- Creo que han quedado en verse el lunes para hablar. No era

el Silva el que llamó. Lo hizo otro en su nombre y parece que han

quedado en eso.

- Desde luego... En fin, no sé cómo te diga que creo que hay

determinadas cosas que hablas con tu hijo que deberías hacerlo

delante de mí. Porque a lo mejor es prudente intervenir de alguna

forma.

- ¿Y luego qué? Porque anoche ahí estuvo hablando una serie

de cosas delante de ti y tú ni siquiera abriste la boca.

- Es verdad. Porque tendría que disentir de la serie de cosas

raras e incoherencias que decía seguro que para darte gusto a la

oreja, a juzgar por la complacencia con la que tú las escuchabas.

- No sé por qué dices eso. Yo creo que vale más escucharlas

con complacencia como tú dices, que quedarse callado como un

muerto, que es lo que tú has hecho.

- Ya te dicho que anoche estuve callado porque no me pareció

prudente entrar en discusión él y tampoco podía aceptar sus

manifestaciones a pies juntillas como tú hacías. Mira, en principio,

es bastante improcedente que sabiendo que el cliente anda

escaso de dinero, proyecte unas ventanas que, a juicio del

arquitecto jefe, hay que suprimir porque son excesivamente caras.

Y como toda justificación dice que si, que es verdad que son caras,

Page 203: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

202

pero que si a la obra se le ponen unas ventanas corrientes pierde

su atractivo y el detalle de calidad. Nada, que una vez más, veo

que este hombre anda perdido detrás del lucimiento personal en

detrimento del sentido práctico.

Continúo diciendo…

Luego anduvo faroleando con eso de que ha pensado

proponerle a los de Uríbarri que le estudien un presupuesto, cosa

que me apostaría algo a que no hará nunca y, si no, al tiempo. Y

por fin, eso que dijo que un día de estos se va atrever a decirle al

cliente que la obra la lleva él, porque a ver quién conoce la obra

mejor que él y además de verdad. Se conoce que está esperando a

tomar carrerilla para decírselo. Y eso que un poco antes estuvo

hablando de que es el mismo tiempo el que se tarda en ejecutar

una obra más grande que otra más pequeña siempre que se

tengan los recursos financieros suficientes. Se conoce que en eso

está fuerte ahora.

- Pero con eso de llevar la obra querrá decir como jefe de obra

o como encargado, no como contratista, pienso yo.

- No sé mujer. A lo mejor es así. Pero a veces, como en este

caso, tengo la sensación de que estamos metidos en una guerra

de sordos. A lo mejor es que no hay otro modo de llevar un tema

como éste y al final, cualquiera sabe cuál será el resultado. A lo

mejor hasta sale bien, pues también una vez un burro hizo sonar

una flauta. Pero yo tengo muchas dudas de que exista un sistema

peor que el que nosotros estamos empleando, no sé si por

casualidad, para intentar resolver un problema como este.

Page 204: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

203

18 de Octubre

Miércoles. Al regresar a casa cerca de las dos de la tarde,

después de haber realizado mis gestiones, he sacado del buzón

del portal una carta dirigida a él.

He conocido la letra. Es de Marga, su ex, y así lo confirma el

remite. El sobre está bastante sucio, pero supongo que de eso ella

no tiene la culpa. Habrá sido consecuencia del mal trato en

Correos. Se la muestro a mi mujer y sin más la deposito sobre el

mueble acostumbrado.

Mi esposa me dice que hace un poco le ha vuelto a llamar el tal

Silva y hemos llegado a convenir que si se produce otra llamada

de este señor estando él ausente, lo mejor será darle el teléfono

del estudio de Acevedo, en el que supuestamente le puede

encontrar, en lugar de dar este tipo de largas, con lo que alguien

podría entender que le estamos escondiendo.

A las tres menos diez de la tarde ha vuelto a casa, bastante

antes de lo que ha venido siendo habitual. Ha saludado con un

¡hola! muy desvaído, al que he correspondido con un ¿qué hay?,

de parecido color.

Yo estaba sentado al ordenador, igual que esta mañana,

cuando salió de casa cerca de las once, se supone que para ir a

trabajar a ese citado estudio. Al volver su madre le ha entregado

la carta y le ha dicho que le ha llamado el Sr. Silva.

Cuando yo me incorporo a la sala dispuesto a comer, él está

sentado en el sofá viendo el telediario. Le miro fijamente sin

decirle nada y él se pone nervioso, se queda como pasmado, con

Page 205: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

204

cara de carnero degollado, esperando un chaparrón, pero no le

digo nada. Me quedo de pie viendo la tele y, al poco, le pregunto

de qué tema están tratando y me facilita una aclaración. Al poco

estamos los tres sentados a la mesa.

- Entonces ¿cuál es ahora tu régimen de trabajo? ¿Jornada

especial? ¿A ratos? ¿Te han despedido? ¿O es que estás de

vacaciones?

Se nota que ha sido cogido por sorpresa y se sonríe sin ninguna

gana porque no sabe qué decir.

- ¿Sabes que te anda persiguiendo el tal Silva?

- Sí, ahora me lo ha dicho mamá.

- Pero bueno ¿y tú que es lo que piensas? ¿Por qué no has ido

a verle desde aquella vez en la que se lo prometiste a su

empleado o lo que fuera? Aquel hombre que te llamó en su

nombre. Yo estaba creyendo que era un desaprensivo y que lo

había dado por perdido porque no le importaba demasiado, pero

parece que no, que no se ha olvidado y que quiere cobrar, como

es su obligación. ¿Te parece que andando así, medio huido, es el

modo de resolver tu problema con ese hombre?

- No claro.

- Cuando yo te he preguntado por el tema me has contado el

cuento de la pera de Murcia, diciéndome que se te ha olvidado

llamarle y seguramente piensas que yo me lo creo. Y después a

seguir callando, fiel a tu política.

- La madre. Si lo que tiene que hacer es ir a verle en lugar de

llamarle por teléfono.

Page 206: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

205

- Naturalmente. Y dar la cara, ya que no tienes otra cosa.

Diciéndole cómo piensas pagarle y cuándo, o que no se moleste

en perseguirte más porque no piensas pagarle nunca. Esta

mañana le he dicho a tu madre que deje de taparte más. Que si

tiene que recibir otra llamada de ese hombre, que le diga dónde

puede encontrarte.

- La madre. Claro, es que a mí también me da apuro estar

diciendo siempre que no estás. Es como si estuviera

escondiéndote.

- ¿Y tú qué piensas hacer?

No hay comentario alguno por su parte.

- Claro. Así se explica que no entiendas el sentido del dicho

“como piedra en pozo”. Cuando el lunes después de una ausencia

de casi diez días te pregunté cómo van las cosas y me saliste

diciendo que igual, que ni bien ni mal, provocaste que te dijese

eso de que como piedra en pozo, que por lo visto todavía no

entiendes lo que quiere decir. Y sí es verdad sí, todo sigue igual

que hace diez meses, todo quieto, inamovible, igual que una

piedra arrojado al fondo de un pozo. Bueno, hay algo que

realmente no está igual que entonces. El otro día alguien me dijo

¡oye, cómo ha engordado tu hijo! ¡Toma, no!, dije yo. ¡A ver qué

remedio!

- La madre. Sí, a mí también me han dicho ¡hay que ver que

guapo se ha puesto Luis!

- Sí, sí. Ya no tienes aquella pinta. Tu aspecto ha mejorado

mucho, pero sólo por fuera. Por dentro, pues yo que sé. Quizás

estés tan mal o peor que cuando viniste. Allá en el mes de Junio,

cuando te permitiste el lujo de posponer para el mes de Agosto la

oferta de empleo que entonces te hacía Uríbarri, te las dabas muy

Page 207: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

206

felices y ya ves cómo andas dos meses después. En Agosto ibas a

tener 600.000 ptas., resuelto el problema del coche, que es lo que

te cegó, y además en Julio ibas a poder atender mucho a los niños.

Y los pobres chavales a lo mejor se han marchado creyendo que

efectivamente les atendiste de lo lindo. Claro que tampoco

podemos engañarnos. Mi opinión respecto de lo que hubiese

pasado con aquel empleo ya sabes cual es, pero lo cierto es que

ahora, dos meses después no sabes si estás de vacaciones o qué.

- Pero ¿cómo hacer?

- ¿Qué?

- Sí, que cómo hacer para resolver eso.

- ¿Es que acaso quieres que te dé yo la solución? El problema

es tuyo, amigo, y eres tú el que se lo tiene que plantear, si es que

quieres resolverlo. Yo sé lo que haría en tú caso, pero yo soy yo y

tú eres tú. Desde luego, te garantizo que lo que yo haría no es

nada que tenga relación alguna con estar en la cama hasta las

nueve y media de la mañana, como de costumbre, y que por el

contrario tendría mucho que ver con la necesidad de tener que

joderse y doblar el lomo y sudar de lo lindo. ¡Ya lo creo!

Sigue sin haber comentario alguno.

- Por fin, ¿qué es lo que pasado con ese proyecto? ¿Lo habéis

terminado ya?

- Sí, ya está en el Colegio.

- La madre. ¿Cómo lo habéis presentado? ¿Con aquel

presupuesto tan caro?

- No. El de aquellos papeles que yo tuve por aquí era una

exageración. Después se ha redactado otro, con números más

Page 208: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

207

finos, pero tampoco ha sido ese el que se ha presentado. Se ha

presentado otro un poco engordado por las historias de siempre.

Con el fin de que las subvenciones de la Xunta sean mejores.

- Ahora sólo falta que el cliente lo retire.

- La madre. ¿Y si no lo retira qué pasa?

- Pues, en principio, sería señal de que no quiere pagar.

- Pero el Colegio tiene un servicio jurídico que se encargará de

reclamar.

- Lo cual quiere decir que hay que verse en el Juzgado y allí

puede pasar de todo. ¿Y de aquello que habías dicho de que a lo

mejor podrías llevar tú la obra?

- Pues en eso estamos. Vamos a ver lo qué pasa la semana que

viene. Si retira el proyecto es señal de que quiere hacer la obra y

entonces será el momento de hablar. Lo que me extraña es que

Uríbarri no haya dicho nada.

- Yo no sé si cuando hablas estas cosas lo haces para engañarte

a ti mismo y a continuación te olvidas de todo, o qué es lo que

pretendes.

Tampoco hay comentario alguno, ni de aceptación ni de

oposición.

- Aunque no me haría falta preguntarte, porque sé lo que me

tienes que responder, lo haré para oírtelo decir. ¿No has vuelto a

ver a Katy, verdad?

- Pues no.

- Claro. Para qué vas a andar perdiendo el tiempo con esas

cosas, si tú estás muy por encima de todas ellas.

Page 209: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

208

Después de esto habíamos terminado de comer. Él se sentó en

el sofá y se dispuso a seguir atentamente el culebrón de la tele. Yo

me recosté un poco sobre el sillón con el auxilio del reposapiés

para intentar dormitar. Al cabo de un poco se preparó su café

como de costumbre y vino con él a seguir contemplando la tele.

Más tarde se ha encerrado en el cuarto de baño con una novela.

En esa situación se ha recibido una nueva llamada de Silva que su

madre le ha avisado y al poco rato ha salido para tomar la

comunicación y ha estado hablando durante unos minutos. Ha

vuelto al cuarto de baño y luego ha efectuado unas llamadas por

teléfono.

Se ha marchado de casa alrededor de las cinco y media de la

tarde. Luego su madre me ha dicho que Silva le concede un nuevo

aplazamiento de un trimestre y que las dos llamadas han tenido

por objeto conectar con un pseudo cuñado de Jose, de quien

espera obtener no sé qué tipo de recomendación para conseguir

una plaza de formador de formadores.

A las ocho y cinco de la tarde vuelve a casa. Me pregunta si ha

llamado Acevedo y al informarle que no, dice que no se ha

presentado en el estudio en toda la tarde. Acto seguido se

dispone a ver el partido de fútbol que transmiten por TVE 1. Sobre

las nueve y pico de la noche yo he de salir en busca de mi esposa

que está en casa de Cristina.

Anteayer han operado a Julia en Madrid, donde todavía sigue,

y cerca de las once de la noche volvemos a entrar en casa. Él sigue

viendo otro partido de fútbol, esta vez en Antena 3. Dentro de

media hora o así somos convocados a cenar.

- Mañana iré a ver una obra.

Page 210: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

209

- La madre. ¿De quién?

- De ese hombre de Moaña, bueno, no es de Moaña, pero es

igual. De ése de quien os he hablado. Me ha llamado ahora hace

un poco, sobre las diez y media. Es lo que os decía. Que a la

semana que viene habría novedades, pero parece que se adelante

un poco.

- La madre. ¿Y de qué obra se trata?

- No sé mamá.

-La madre. ¿Y entonces no sabes para qué te llama?

- Que no, que no.

Intencionadamente no le hice pregunta alguna en relación con

el contenido de la carta de Marga, de lo que tampoco él ha hecho

el mínimo comentario.

Seguramente que con el fin de llegar bien relajado y distendido

a la entrevista con el de Moaña, en la mañana siguiente se levantó

a las diez.

Page 211: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

210

26 de Octubre

Jueves. Son las tres menos diez de la tarde. Llega y entra en la

cocina donde encuentra a su madre preparando la comida.

Yo he llegado un poco antes y, en ese preciso momento, me

encuentro en la habitación cambiándome los pantalones.

Cuando yo llego a la altura de la cocina, oigo que está

preguntando si habremos podido terminar de comer sobre las

cuatro y media. Ha justificado de alguna forma el porqué de su

pregunta pero yo no lo he captado. En vista de cómo están

discurriendo las cosas en los últimos días, pienso que aquella es

una buena oportunidad para entrar en materia y decido

aprovecharla. Creo que mi irrupción en la conversación ha

sorprendido tanto a la madre como al hijo.

- Pero tú no te preocupes ni te molestes en dar explicaciones,

que aquí estamos para servir las cosas a la medida. Que te hace

falta comer antes de las cuatro y media, pues no se hable más.

Todo listo y bien dispuesto para que puedas terminar a esa hora o

antes. Que lo quieres antes o después, pues muy bien también.

Como digo, lo que le haga falta al señorito.

Se sonríe un poco pero pronto se da cuenta de la ironía lleva

trilita.

- Pues es exactamente todo lo contrario. Estaba preguntando

precisamente para saber si tengo que llamarles para decirles que

llegaré un poco más tarde. No pensaba exigir nada.

- Pues es que sólo faltaba eso. Y bueno ¿tienes algo que

decirme o no? ¿O sigues como de costumbre?

Page 212: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

211

-Se ha congestionado bastante y me mira sin saber qué decir.

- ¿De qué?

- Pues yo que sé, de lo que tú quieras. De algo. Que aquí pasan

los días imparablemente y siempre estamos lo mismo.

- Es que no sé. Me has cogido... Iba a contaros una anécdota

que nos sucedió anoche con una tarjeta, pero vamos, supongo

que no son esas las cosas que tú quieres saber.

- No sé hijo. Parece que siempre resultas cogido. Lo que yo te

digo es que hace falta que te comuniques, que sepamos algo de ti.

Porque mira, yo sí tengo algo concreto que decirte. Si claro,

porque supongo que te has dado cuenta de que yo no me pongo a

hablar de este modo a título gratuito para pasar el rato. Tengo

entendido que Katy, hace ya unos cuantos días que te está

persiguiendo, según me dijo ayer tarde. Parece ser que ha

llamado varias veces y que siempre se ha encontrado con la

puerta cerrada hasta ayer tarde. Me preguntó qué era de tu vida y

que cómo es que has dejado de ir por allí. Yo le dije lo que ya

sabes. Que te había preguntado sobre ese particular en dos

ocasiones y le conté justo lo mismo que tú me dijiste. Una vez que

pensaste que estaría de vacaciones y, la otra, sencillamente que

no habías ido, sin más explicaciones. Ella me dijo que sí es verdad

que en Agosto ha estado de vacaciones, pero que tú tienes una

cita para Setiembre a la que no has acudido.

- ¿Para Setiembre? Imposible. Yo no soy consciente de eso.

- Bien, pues supongo que ella te lo demostrará, porque tiene

pensando hablar contigo. Me dijo que dónde podía localizarte,

que si seguías yendo por el despacho o qué era lo que hacías. Yo

le dije que no le podía decir nada muy categórico. Que suponía

que sí seguías yendo por ese sitio, sobre todo por las mañanas,

Page 213: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

212

pero que no sabía muy bien a qué, porque tenía medio entendido

que habíais terminado un proyecto hace algunos días y que no hay

nuevos encargos. Fue entonces cuando me preguntó si

conocíamos el teléfono del despacho y como le localicé en la guía

de tu madre, le dije que sí y se lo di. Supongo que te llamará algún

día de estos. Quería saber también qué tal te encontrabas, si te

encontrabas cómodo, eran sus palabras. Yo le dije que hombre,

que salvo por lo que se refiere a dineros para gastar en cerveza, sí

debes estarlo en relación con todo lo demás, porque dinero para

tabaco no le falta, tiene desayuno, comida y cena, y además cama

y muda limpias, así que, supongo que por lo que a la solución de

todas esas necesidades respecta, supongo que sí estará cómodo,

pero aseguré que no lo sabía.

- Pues palabra de honor, te prometo que no sabía nada de esa

cita para Setiembre.

- La madre. ¡Ah sí, para setiembre!, es que antes había dicho

para Noviembre.

- No, no, mamá. Dijo para Setiembre, pero repito, palabra de

honor...

- Mira hijo, déjate de palabras de honor, para que no tenga

que decirte que no te la puedo aceptar.

- ¡Vaya hombre!

- ¡Así de veces! - y junté repetidamente los cinco dedos de

cada mano y los volvía a separar -, he vivido experiencias en las

que tu palabra de honor me ha dejado en la estacada. Así que será

mejor que lo dejemos como está. Es cosa de tener o no tener

conciencia.

Page 214: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

213

Vuelve a hacer un gesto con el que se supone que quiere decir

que mi alegación le parece excesiva.

- Conciencia ya sé que normalmente se tiene. Otra cosa es

saber cómo está de formada.

Repite el gesto anterior, pero no se incomoda.

- Supongo que algo habrás hablado estos días.

Le visitan unos amigos de Las Palmas, que están pasando unos

días de vacaciones en Galicia.

- Habrás hablado algo de tus hijos con esos amigos.

- Algo no, mucho.

- Ya, pues ya ves. Ya han pasado tres meses desde que se

marcharon.

Después de eso, me acerco a la sala y enciendo el televisor,

para oír las noticias de las tres. Está en el candelero el suplicatorio

de Barrionuevo, la derrota de los socialistas en el tema de la ley de

presupuestos, y la inculpación de Corcuera por parte de una jueza,

acusándolo de manejos extraños con los fondos reservados. Él se

ha quedado en la cocina con su madre, adonde yo vuelvo para

preguntarle.

- ¿En qué consiste la anécdota que te disponías antes a contar?

- Nada, que anoche, este amigo dijo ¡vamos a tomar unas

ostritas!

- ¿Pero dónde?

- Aquí en El Berbés.

- Pero de noche, en El Berbés, ya no hay ostreras por las calles.

Page 215: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

214

- No, era en un bar. Que por cierto, después de las ostras, se

quedó sólo pidiendo marisco. De verdad que sí, se hinchó a pedir

marisco.

La madre hizo alguna alusión a lo que le costaría la cena, pero

no sé qué fue lo que contestó.

- ¿Qué pasa?, ¿que anda muy bien de perras éste, o qué?

- ¡Hombre! ... trabajan los dos, así que... Bueno, pues que

después de haber cenado, estando en el bar “no sé cuántos”,

tomando café, sacó la cartera para pagar y se dio cuenta de que se

había quedado con los dos papelitos esos que saca la máquina

cuando se paga con tarjeta, el firmado por el cliente y el otro. Este

hombre me dijo, ¡mira que a lo mejor resulta que hemos cenado

de balde! Y me preguntaba si yo sabía si el banco le cargaría a él el

importe de la factura. Le dije, ¡hombre!, ahora mismo no te puedo

decir nada, pero mañana seguro que sí. Mi padre nos sacará de

dudas. ¿Qué te parece?

- Que el hombre del restaurante las va a pasar canutas para

poder cobrar su servicio, porque se ha quedado sin justificante

para poder llevar a su banco. Pero a tu amigo, salvo error, es

seguro que le pasarán el cargo, porque en cuanto el banco emisor

de la tarjeta, el Centro de Autorizaciones le ha pasado la nota

oportuna.

- ¿Y si el hombre del restaurante no puede cobrar, que pasa?

¿Que se queda el banco con ese importe?

- La explicación de ese proceso es bastante compleja, pero no,

no es así. Ese importe queda en apuntes pendientes esperando

que llegue la contrapartida por algún sitio, y después no sé cómo

harán en el supuesto de que pase mucho tiempo y la cosa no se

Page 216: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

215

aclare. Lo que a mí me parece es que tu amigo quedaría como un

señor, haciéndole llegar el boleto firmado al restaurante.

Sentados ya a la mesa para comer, la madre ha acometido el

tema de si el proyecto que han remitido el Colegio de Arquitectos

será o no retirado alguna vez, pero yo no lo he captado

claramente porque me había levantado al lavabo. Al regresar

pregunto:

- ¿En qué situación se encuentra el proyecto ese que habíais

llevado al Colegio?

- Pues eso estaba diciendo a mamá, que parece que mañana se

lo van a notificar al propietario.

- La madre. Pues también tardan bien de tiempo en notificarlo.

- ¿Y cómo sabéis que se lo van a notificar mañana?

- Porque nos lo ha dicho el propio propietario, que lo sabe

porque llamó el al Colegio preguntándolo, lo cual parece que es

una buena señal. Si llama preguntando por el proyecto será

porque piensa retirarlo. ¿Tienes algún disquete vacío? Es para ver

si copio ese programa y lo meto luego en el ordenador.

- Creo que alguno hay, sí. Oye, ¿y tú esperas cobrar alguna vez

algo de ese proyecto?

- Pues claro.

- ¿Y se puede saber cuánto?

- Pues... unas trescientas o así.

- Así que todo aquello de las seiscientas se han quedado

reducido a la mitad.

Page 217: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

216

- Tampoco es así. Hay que tener en cuenta lo del 16 % ese, y

luego hemos convenido que el pago al experto informático que

hemos tenido correrá a cargo de los dos al 50 %.

- Claro, claro. Igual que lo de la lechera. Fíjate, oye. Dentro de

unos días hará diez meses que estás por aquí y así, a ojo de buen

cubero, dándote la ventaja de que vayas a cobrar efectivamente

esas trescientas mil pesetas que aún no has visto, resulta que tu

productividad en todo este período va a resultar a un promedio

de unas 40.000 ptas. mensuales. Lo que quiere decir que no has

ganado ni para comer y creo que tienes alguna otra obligación

que cumplir. Y además quiero decir que este es un tema que

tienes que plantearte en serio, porque así no puedes seguir. Eso

de vengan días y caigan ollas como si tal cosa, no puede ser.

¿Quieres decirme qué es lo que habría sido de ti, de no haber

tenido la oportunidad de cobijarte bajo este techo?

- Es que si no hubiese tenido la oportunidad de cobijarme bajo

este techo, no estaría por aquí.

- Pues ya me dirás, qué es lo que habrías hecho por allí. ¿Es

que acaso no te acuerdas en qué condiciones estabas? En más de

una ocasión, tú has tenido la suerte de que cuando el agua te

llegaba ya a la altura de las narices, alguien ha venido a cogerte

por los pelos, a sacarte de la charca, pero con eso no se puede

jugar siempre. Alguna vez se le olvida a ese alguien y luego...

- La madre. Es que además esos amigos seguramente que han

hablado o hablarán algo con Margarita.

- Pues claro, mujer. Eso es indudable. Y les habrán pedido que

se fijen bien en cómo vive, para luego poder apretarle las clavijas,

porque yo comprendo que para ella resulte muy difícil creer que

Page 218: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

217

después de casi 10 meses este hombre no haya sido capaz de

ganar ni un ochavo o sólo aquellos pocos que se gastó en comprar

los pantalones a los chavales. Es imposible, eso no se lo cree

nadie.

No hay comentario alguno.

- Y mira, todavía tengo que decirte que sé que te ha escrito

Margarita, porque fui yo quien sacó la carta del buzón. Si quieres,

te digo que no tengo ningún interés en conocer qué clase de

bronca es la que te echa, porque estoy seguro de que es así, pero

sí te he estado probando durante todos estos días, y ahora,

después de todo lo que hemos hablado, estoy seguro de que

puedo decirte que no tienes ninguna confianza en tus padres y

eso es lo que te digo.

Terminamos de comer antes de las cuatro y media. Y al final de

este chaparrón, el hombre ha tenido todavía el humor de

levantarse e ir a calentar su taza de café, que esta vez ha tomado

en la cocina, porque parece ser que de eso es algo que no puede

prescindir. Al marchar me pidió los dos disquetes esos. Me los

devolvió una hora después sin utilizar. Quien sea le facilitó el

programa ya copiado.

Page 219: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

218

10 de Noviembre

Viernes. Esta mañana se ha levantado a las 10, como de

costumbre. Se había acostado a las dos de la madrugada, también

como de costumbre, aunque habitualmente no lo haga como

consecuencia de haber estado fuera de casa hasta esa hora, como

en esta ocasión.

Desde las 12,30 h. de la mañana, que fue en la que se había

marchado diciendo que iba a entrevistarse con alguien que está

dispuesto a facilitarle un local en el que proyecta dar un curso de

formadores a personal del sector de la construcción.

Después de desayunar se ha metido en la habitación de

Margarita y allí parece ser que repasa papeles del curso de

formador de formadores que realizó al poco tiempo de venir por

consejo de Mary Carmen y que ahora proyecta poner en

explotación.

Cuando se sentaba delante del escritorio de Margarita, en el

que aparentemente trabaja, he llegado yo a la puerta de la

habitación y me he quedado mirándole sin decirle nada. Él me ha

respondido con un “buenos días” a duras penas perceptible para

él mismo.

A las 12,20 h., en el momento de salir para ir a misa, me he

despedido de él con un ¡hasta luego!, al que no sé si

correspondió. Él quedaba solo en casa. A mi regreso ya no estaba.

Su madre me dijo que había salido hacía poco. Que iba a hacer

unas fotocopias y que suponía que para ello había ido al estudio

de Acevedo. Le he preguntado si le ha vuelto a dar algún dinero

Page 220: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

219

después del que le dio en vísperas de marcharnos al pueblo por

Todos los Santos y me ha dicho que no, que no.

Cerca de las tres regresa él portando un abultado legajo de

papeles. Pasa a mi lado, yo estoy sentado al ordenador y tengo la

sensación de que no ha dicho nada en absoluto. Antes de

sentarnos a la mesa nos hemos detenido los tres un momento

delante del televisor.

En aquel momento la noticia se refiere a que el capitán que ha

sufrido esta mañana el atentado de Eta, mediante coche bomba

en Salamanca, ha perdido las dos piernas y se encuentra en

estado de extrema gravedad. Pury hace un comentario de

lamentación. Yo digo que es verdad y que tampoco hay que

perder de vista la asquerosa perversión de los que, según noticia

de hoy mismo, Javier de la Rosa y Mario Conde, para no tener que

volver a la cárcel, han intentando chantajear al Rey y se ha hecho

público que el primero de ellos dijo haber entregado, en algún

momento y en un banco en Suiza, nada menos que doce mil

millones de pesetas de nada siguiendo instrucciones de una alta

institución, en velada alusión a la Casa Real, a Manuel de Prado y

Colón de Carvajal, de quien ahora se enfatiza que es amigo

personal del Rey y administrador de su patrimonio.

Al parecer existe una cinta en la que se ha grabado la

conversación entre el Javier de la Rosa y uno de los autores del

libro que destapa esta cloaca, Díaz Herrera e Isabel Durán, en la

que el tipejo este asegura que el hecho de que haya estado en la

cárcel le costará al Rey tener que abdicar.

Mi hijo parece estar de acuerdo con la calificación deplorable

que me merece el tema.

Page 221: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

220

Nos hemos sentado a la mesa, la televisión ha seguido

funcionando y hemos consumido el primer plato. La madre se

levanta en busca del segundo.

- Entonces ¿qué clase de gestiones son las que ocupan ahora tu

tiempo?

- Se encuentra sorprendido y tarda un momentillo en

responder. Pues lo del local ese. Me han dicho que se han dado ya

en él cursos parecidos a este que yo proyecto, y fuimos a verlo.

- ¿Con quién?

- Bueno, pues no es el dueño, pero es uno que...

Sigue una explicación un tanto prolija que no hace al caso, con

la que viene a explicar que, a los efectos, es como si ése uno fuese

realmente el dueño.

- Ya. ¿Y qué pasa? ¿Que le habéis estado viendo y reviendo una

y otra vez, por arriba y por abajo y así todo el rato?

- Hay un tímido conato de sonrisa. Pues sí, le hemos visto bien

visto, la verdad.

- Pero cómo ¿todo el día viendo el local?

- Pues hombre, le vimos por la mañana, luego fuimos a comer,

y luego, por la tarde fuimos a ver otro local de este hombre,

hicimos unos dibujillos y...

- Oye mira ¿a ti a que te parece que te obliga el hecho de

convivir con tus padres?

- Pues no sé por qué dices eso. Por un día...

- Pero ¿cómo es posible que pretendas hacerme creer que

desde las doce y media de la mañana que saliste de casa, hasta las

Page 222: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

221

dos de la madrugada siguiente en que volviste has estado viendo

locales y dibujillos?

- Hombre, después nos vimos con Carlos y estuvimos dando

una vuelta por el Arenal.

- Pues yo te digo que no te creo. Que estoy seguro de que tu

razón para volver a casa a la hora que lo hiciste no ha sido la que

comentas.

- No formula oposición alguna.

- Tú sabes perfectamente por qué no llegaste a casa a la hora

habitual y yo puedo sospechar cuál fue la que causa de ese

retraso. Claro es que también te la puedo cantar abiertamente sin

ningún temor a equivocarme. Mira, sólo con un poquitín de

elegancia que hubieses tenido, por muchos locales y dibujillos

que hayas tenido que examinar y muchos personajes y Acevedos

con los que hayas tenido que dialogar, ayer te las habrías

arreglado para estar en casa no más tarde de las once y media, y

eso haciéndote una concesión amplia. Pero es claro que tú sabes

por qué no llegaste a esa hora. En fin... ¿Dónde estabas esta

mañana a las doce y media?

- Sí, ya me ha dicho mamá. Había salido a comprar tabaco.

Page 223: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

222

17 de Noviembre

Viernes. Pury y yo nos hemos sentado solos a comer a las tres

y media. Anoche, cerca de las doce, cuando estábamos cenando

también solos.

Él había salido en torno a las 9 diciendo que iba a dar una

vuelta, llamó por teléfono diciendo que estaba en un bar próximo

a casa, comentando unas historias - no se sabe cuáles ni con quién

-, y que vendría un poco más tarde. Su ración de tortilla quedó en

el plato y fue retirada a la cocina para que no se enfriase

excesivamente. No sabemos a qué hora regreso, pero supongo

que debió ser bastante después de las dos, pues afirmo que

estuve despierto hasta bastante después de esa hora.

Por la mañana se levantó un poco más tarde que de

costumbre, no antes de las diez y veinte, y parece ser que algo

charló con su madre contándole algún aspecto de sus historias. A

la hora de salir para ir a misa me he quedado delante de la puerta

de la habitación de Margarita, en la que se encuentra, pues la

tiene convertida en oficina y allí trabaja con el ordenador en el

tema que ahora tiene entre manos de convertirse en formador de

mandos intermedios de la construcción. No le he dicho nada. Me

ha mirado y ha pronunciado un buenos días prácticamente

inaudible. No le he contestado de palabra, pero estoy seguro de

que ha entendido perfectamente mi mirada. Cuando yo he

regresado a casa él no estaba. Pury me dijo que ella volvió cerca

de las dos y que entonces tampoco estaba, que no sabe por

donde andará porque está sin blanca. Me contó cómo este

hombre le había comentado que anoche se encontró con un

antiguo compañero de carrera en Las Palmas, que por lo visto es

Page 224: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

223

de Vigo, y que se había sorprendido grandemente al conocer que

él no ha terminado la carrera. Le ha dicho que en alguna escuela

del norte de Portugal la podrá terminar fácilmente. Estábamos

haciendo un comentario a este respecto cuando regresa. Eran la

cuatro menos cuarto pasadas.

- La madre: ¿Con quién te has encontrado hoy?

- Quitándose la cazadora: Dice algo así como que ha estado con

alguna gente que querían llevarle con ellos, pero que se había

escapado, y se va a posarla. Vuelve junto a la mesa, ve su plato

vacío, lo mira fijamente y se da cuenta de que tiene que ir a

buscar su comida a la cocina y eso hace.

- Cuando regresa, Pury y yo estamos hablando de un vecino

llamado Antonio.

- A propósito de Antonio. ¿Durán sigue teniendo la finca de

Nigrán?

- La madre: ¡Qué remedio!

- Pues tengo entendido que es una joya. Vamos, que es la

mejor finca de Nigrán con mucho. ¿No me digas que tú conoces a

Durán? Hombre sí, pero... ¿Y sabes si todavía la tiene? Yo no sé,

pero creo que sí.

Todas éstas y muchas más, acompañadas de mucho manoseo y

mucho entusiasmo, son las frases que nos refería tenidas en su

conversación con alguien que no sé si dijo que es promotor,

constructor o lo qué.

- No te entusiasmes tanto y deja las cosas como están que es

mejor. No sé a que viene ahora toda esa apología de la finca de

Durán.

- Te estoy diciendo sencillamente lo que me han dicho.

Page 225: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

224

- Y ¿qué es lo que quieres decirme con eso? Es que ese

promotor, o lo que sea, te busca a ti como mediador ante Durán.

- Es que no se te puede contar nada.

- La madre: Es que acaso no es éste el mejor momento para

hablar de eso.

- Mira hijo, antes de que sigas quiero decirte un par de cosas

muy claramente. Si vivieses en tu casa tendría que seguir

diciéndote como te digo, que haces mal llevando la vida que

llevas. Pero viviendo donde vives no solamente haces mal, sino

que además no tienes derecho a hacer lo que haces.

- ¡Vaya!, pues ahora sí que no hay forma de seguir diciendo

nada.

Se levanta con señales de estar ofendido y se va a la cocina. Al

poco vuelve con la botella de agua.

Está congestionado y nervioso. Aprieta los puños y los labios y

mira fijamente hacia arriba.

- Pues yo todavía tengo que decirte que ya soy mayor para que

vengas a distraer mi atención con cuentos de la pera de Murcia

como éste. Anoche, te ha parecido cumplir con aquella llamada.

Que iré un poco más tarde, que estoy aquí cerca con no sé qué

historias, para llegar luego a las tantas de la mañana. Y ahora este

tema de la finca de Durán, cuando todo hijo de vecino que tenga

un poco de talla en estos negocios, sabe que Durán quiere vender

esa finca desde hace un montón de años. Así que no me cuentes

más cosas raras, que ya soy mayor para que pretendas distraerme

con cosas de esas.

Sigue apretando los puños y los dientes

Page 226: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

225

- Tengo ganas de decir una cosa pero será mejor que lo deje.

- La madre - Sí pienso que será mejor que lo dejes para luego.

- Pues yo ya he dicho lo que tenía que decir.

Sigue muy tenso.

- Sí, tú consigues decir siempre lo que quieres y de qué forma.

- Huy amigo, si yo dijese todo lo que me apetece, ten por

seguro que estaría lanzando un buen rato. Sucede que digo

únicamente aquello que me parece fundamental y nunca he

dejado de decir ni de hacer algo a lo que me siento obligado en

conciencia.

Hay un silencio denso. No ha empezado a comer y sigue

nervioso.

- Estoy convencido de que piensas que no hago nada bien.

¡Vamos es que estoy seguro de que piensas así de mí!

- No lo pongas en duda. Estás en lo cierto y no es esta la

primera vez que te lo digo. Pero por si acaso, lo ratifico ahora.

Podría poner las manos en el fuego afirmando que es así como lo

siento sinceramente.

Conteniéndose, pero un poco más excitado que antes.

- Pues no sé que cojones hago yo aquí.

Se levantó sin comer y se metió en la habitación de Margarita.

- Éste hoy no está sólo, le dije a mi mujer después de un ratillo

en silencio.

- Pues, precisamente porque no está sólo, no debías haberle

dicho eso ahora.

- Ya, pero tiene que ir sabiendo las cosas.

Page 227: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

226

En el escritorio de Margarita estuvo apoyado un gran rato en

plan pensativo con la cabeza entre las manos. Luego ha estado

trabajando en el ordenador. Hacia la nueve de la noche se ha

marchado diciendo hasta luego. Luego ha vuelto a buscar un

paraguas porque llovía. Yo estaba de pie entre el cuarto de baño y

la cocina.

- ¡Llueve!

- Sí, sí, claro que llueve.

- ¿Qué?

- Nada. Que sí, que llueve.

Ha regresado a las once menos diez. Yo estaba en el

ordenador.

- ¡Hola!

- ¡Hola!

Al poco rato me he incorporado a la sala. Pury ha dado la voz

de “a cenar”. Él está sentando en el sillón de orejas viendo el Faro

de Vigo. Me quedo delante de él, de pie.

- ¿Qué, hay apetito?

Dice algo que no escucho bien, lo cual me obliga a insistir.

- Entonces ¿qué? ¿Sólo vaya, o a medias, o cómo?

- Que sí, que sí, que sí hay apetito.

Page 228: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

227

19 de Noviembre

Sábado. Hoy se ha levantado pasadas las diez y media de la

mañana. Como de costumbre se ha metido en la habitación de

Margarita y allí se ocupa en ese tema que está preparando en el

ordenador.

He decidido no ir a misa por la mañana. Lo haré por la tarde

para asistir a una que se celebrará en la Concatedral, para

celebrar, junto con otras varias de la ciudad, el 25º aniversario de

su fundación. En las oraciones de la mañana, como todos los días,

he pedido al Señor que me ilumine para decir a este hijo lo que

tengo que decirle para su provecho, pero hoy acaso lo he hecho

de una manera especial.

Pury ha salido a la peluquería. Son las doce y cuarto, y decido ir

a hablar con él. Me encomiendo al Señor. Entro en la habitación.

Bajo el tono del aparato de radio y con eso solo él ya se pone en

guardia. Me quedo de pie a su lado. Él permanece sentado.

- Vamos a ver. Creo que es bueno que terminemos de alguna

forma el espectáculo de ayer. Y además lo considero obligado de

mi parte, porque estoy teniendo la sensación de que estás

empezando a considerarme como tu particular enemigo público

número uno. ¿No es así?

Muy tímidamente.

- Pues no es así. Es lo que intentaba decirte ayer. Que te

parece mal todo lo que hago.

- Me parece mal todo lo que haces mal, y la verdad sea dicha,

es que no sé qué es lo que haces bien que tenga algún contenido.

Page 229: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

228

De verdad, que me gustaría conocerlo para alegrarme. Y, por

contra, resulta que haces mal un montón de cosas. Por ejemplo,

has vuelto a tu costumbre de Las Palmas de residir en un bar y,

ahora, cada vez que sales de casa estos días, por la mañana o por

la noche, vas de cabeza a un bar, y claro, es lógico que, de una u

otra forma, pase lo que se puede esperar que pase en un bar. Allí

ves la tele y tal y cual.

- Ayer por la noche anduve dando vueltas por ahí a ver si

encontraba - creo que me dijo a un tal Loureiro, pero no puedo

asegurarlo -, para un tema de estos - hizo alusión a los trabajos

que prepara del curso de formadores -, pero...

- No le des vueltas, querido, ayer a las cuatro menos cuarto de

la tarde llegaste a casa bebido. Y yo tengo que sospechar que

anteanoche, como la noche de hace ocho días, y como siempre

que llegas a casa tarde, lo haces para que no podamos conocer

que has bebido.

- Silencio y tristeza.

- Ayer, cuando te levantaste tan ofendido, dejaste en el aire

una pregunta que era toda una denuncia profética. Yo te la he

hecho más de una vez. Tú no has querido o sabido responderla y

por eso es por lo que yo he preguntado y respondido. Ayer decías

“no sé que cojones hago yo aquí”, y te invito sinceramente a que

trates de encontrar la respuesta a tu pregunta. Es verdad ¿a qué

has venido? Realmente a mí no me queda más remedio que decir

que para este viaje no necesitábamos alforjas ninguno de los dos.

Yo te dije entonces, y te repito ahora, que tu principal misión aquí

era encontrarte contigo mismo. Pero a mi juicio no has dado ni un

sólo paso en esa dirección.

Page 230: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

229

- Hace un gesto que quiere ser de extrañeza.

- Tu problema fundamental básico, ése que no quieres

reconocer, y en el que estás atrapado. Claramente, que sigues

siendo un alcohólico, y si no bebes más es porque no tienes

dinero, así de claro, y entiendo que lo que te faltan son cojones

para atreverte a tomar esas gotas que tanto has despreciado, con

las cuales no te quedaría más remedio que decir que tú no bebes

y con eso solo estaría resuelto un aspecto muy importante de la

cuestión. Te juro que yo no quiero tener razón y que no te digo

todas estas cosas para machacarte vivo, que de verdad quiero que

me demuestres que empiezas a pisar tierra, que es que lo

necesitas, no sólo por ti, sino por tus hijos que algo tienen que

esperar de ti. Que es necesario que empieces a ganar algún

dinero.

- Pues eso es lo que estoy intentando con esto.

- Ya veremos en qué termina eso.

- La seguridad nunca se tiene, es claro.

- Y a ti parece que no te hace falta. El caso es tener una

tapadera con la que entretener una temporada para ver si sale

algo en lo que ganar algún dinero sin ningún esfuerzo.

- ¿Quieres decir que esto es una tontería?

- Digo que eso es algo parecido a lo de tu afición por el

despacho de Acevedo. Que ya veremos si por fin llegas a cobrar

algo. Ya veremos. Aun cobrándolo, ya sabes cuál es tu

rendimiento medio. Y eso que estás haciendo me parecería

mucho mejor si teniendo algo básico con lo que atender a tus

obligaciones principales, que sigo diciendo que tienes hijos, fuese

un intento de mejora. Algo que te exigiese un esfuerzo

Page 231: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

230

complementario. Primero trabajas en algo productivo y luego te

esfuerzas en preparar eso en un intento de mejorar.

- Sí, pero en qué.

- Ya te he dicho que a mí no se me caería la cara de vergüenza

por verte de barrendero. Al contrario, con lo que se me cae la cara

y el alma de vergüenza es viéndote llegar bebido cada cierto

tiempo y echando todo a las espaldas, de otro, habría que añadir.

Hace nuevamente un gesto triste de desacuerdo.

- Y de otra forma vas a tener que dedicarte a hacer ese tipo de

poesía, andar a salto de mata, sin nada concreto nunca. Que estás

gastando el último cartucho que te queda. En otro orden de cosas.

¿Te llamó Katy?

- No.

- Bueno, bien puede ser que te haya llamado, conforme me

dijo y por eso le facilité el teléfono de Acevedo, y tú no hayas

estado o no hayas querido estar.

- ¡Bueno!

- No, no te extrañe, que te he visto hacer eso con el caso del Sr.

Silva, con la complicidad de tu madre. Así que, no sé por qué no

ibas a hacer lo mismo con Katy. Aparte de eso, aun dando por

supuesto que no te haya llamado, no sé por qué no lo has hecho

tú, ya que sabías que te andaba buscando.

Sigo…

- Y en cuanto a lo del Sr. Silva, tengo entendido que te dio una

nueva tregua de tres meses, de los cuales, uno o algo así ya se ha

marchado. No sé de qué modo te las vas a arreglar para resolver

el tema cuando se hayan marchado los otros dos que ahora

Page 232: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

231

quedan. Y no es que quiera abrumarte echándote cosas encima,

pero ya ves, adonde quiera que mire encuentro motivos.

… … …

- Es como tu afán de permanecer agarrado a la tele un montón

de tiempo después de que nosotros nos hayamos ido a la cama.

En los primeros tiempos te lo dije de diverso modo expreso en

más de una ocasión, pero ni caso. Después, me duelen los cojones

de demostrarte día tras día que me fastidia ver como te quedas

todos los días hasta las dos o tres de la mañana, o yo que sé y,

cómo en consecuencia, no te levantas hasta las diez o más de la

mañana, como hoy por ejemplo. Y es que el acostarse tarde sin

razón es una forma de empezar a estropear el día siguiente.

Acostándose tarde sin razón, no se encuentran razones para

levantarse temprano y así pasan los días y la vida. Y además, con

ello estás ocasionando un gasto de energía totalmente estéril, y

todo cuenta pero no hay forma.

- Y que conste que no estoy haciendo un inventario de

lindezas, que podría seguir diciéndote más cosas. Bueno, y yo no

sé si puedo ayudarte de alguna forma, ni si quieres que te ayude,

aunque la verdad es que no sé cómo, porque la primera ayuda

que tienes que recibir es la tuya misma. Pero en fin, yo sigo

estando aquí para lo que quieras contarme, discutirme o pedirme

y, mientras me quede un soplo de vida y entienda que tú lo

necesitas, también para seguir dando martillazos como este o

parecidos. Bueno.

Sin comentarios.

A las dos o así, cuando yo terminaba de decir las últimas

palabras llegaba Pury de la peluquería. La he traído cerca del

Page 233: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

232

ordenador para mostrarle la defensa de la pantalla que he

estrenado hoy y, con ese motivo, he tenido oportunidad de

contarle discretamente esta conversación lo más fielmente que he

podido.

Page 234: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

233

22 de Noviembre

Miércoles. Anoche se ha debido acostar bastante tarde.

Nosotros lo hicimos pasada la una y media de la madrugada y él se

quedó trabajando en el ordenador en la terminación de un

documento, sobre el que ha estado trabajando estos días, para

ese proyecto de organizar un curso de formación de mandos del

sector de la construcción.

A última hora de la noche yo me había decidido a ayudarle a

imprimir el que, de casi treinta páginas, le ha enviado Mary en un

disquete, pues estaba viendo que no conseguiría hacerlo desde el

otro ordenador. Es un documento que ha sometido a una serie de

modificaciones, posiblemente poco ortodoxas, y la impresora no

quería reconocerlo. Lo rechazaba siempre, una y otra vez, con el

mensaje de que carecía de papel o estaba desconectada.

Esta mañana se ha levantado con tiempo suficiente para salir

de casa a eso de las diez después de haber desayunado. Parece

ser que tenía una cita a esa hora con un señor de Santiago que

dirige o administra una Fundación que tiene algo que ver, no sé

qué, con el sector de la construcción. Regresa cuando son poco

más de las once y media. Yo estoy sentado al ordenador y se para

delante de mí.

- ¿Qué?

- Hay que seguir esperando.

- ¿Entonces?

- Me han dicho que este señor les había anunciado que no

podía venir hoy.

Page 235: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

234

- ¿Pero...?

- Sí, ya me dijeron que habían estado viendo si encontraban mi

tarjeta o algo para informarme, pero..., ya les dije que no dejé

tarjeta, la verdad. Y así estuve hablando un rato con ella de estas

cosas.

- ¿Quién es ella?

- Pues la secretaria de la organización de empresarios de

Pontevedra y me ha dicho que, por su parte, lo van a meter en el

orden del día del próximo martes. Entonces la cita queda para el

día 30 a las 5 de la tarde. Y bien pensado, creo que no me viene

mal este aplazamiento. Ayer habíamos terminado muy deprisa y

así tendré tiempo de repasarlo.

- Claro, claro. Es cosa de decir que no hay mal que por bien no

venga. Es verdad. En este tema, el que no se consuela es

sencillamente porque le falta imaginación. Está más claro que el

agua.

Page 236: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

235

1 de Diciembre

Viernes. Ha llegado a casa pasadas las tres de la tarde.

Sentados a la mesa los tres, a la hora de comer. Por la mañana he

convenido con su madre que tocaríamos el tema precisamente

sentados a la mesa. Ella tiene no sé qué clase de reservas para

tratar temas trascendentes a la hora de las comidas y así se

manifestó. Defendí mi punto de vista pidiéndole comprensión y

ayuda para mi plan, el cual terminé de exponerle ampliamente.

Estuvo de acuerdo y convine con ella que se abstuviese de tomar

iniciativa alguna en relación con lo sucedido la noche anterior,

siempre que el hijo no lo sacase directamente a colación.

Por la tarde había salido de casa alrededor de las cinco y media

con la finalidad de ir a entrevistarse con el Gerente de una

Fundación para no sé qué aspectos del sector de la construcción,

para quien ha estado preparando, con la ilusión de que le fuese

aceptado, un curso de formación de formadores, que era lo que

quería presentar precisamente a dicho Gerente.

La cita con dicho señor era a las seis y media. Justificó tanta

anticipación diciendo que tenía que encarpetar los folios del

documento que había preparado. Por la mañana no había tenido

tiempo de comprar el junquillo necesario para ello y además

quería llegar un poco antes para poder hablar con aquella mujer -

se refiere a la secretaria de la asociación provincial de

empresarios de la construcción.

Para atender a esos gastos y los del envió de un currículum que

ha querido remitir a no sé que empresa de La Coruña, por la

mañana ha pedido a su madre que le deje unos durillos y su

Page 237: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

236

madre le ha dado 500 ptas. El sábado anterior le había dado otras

dos mil.

Yo tuve la impresión de que salía de casa sin ninguna confianza

en sí mismo. Le vi cagadito, cagadito. Tanto es así que le dije a su

madre, prepárate, porque esta noche llegará borracho.

Esa misma tarde, siendo las nueve y media pasadas, estuvimos

dando un paseo por la zona de bares con el objetivo de ver si le

encontrábamos por allí, pero no pudimos verle. Llegó a casa

cuando ya eran las doce de la noche con una borrachera muy

respetable, queriendo contar maravillas del resultado de su

entrevista con el Gerente. Aunque empezó diciendo cosas un

tanto pesimistas, cuanto más hablaba más se animaba y me dio

una soberana paliza de planes, proyectos y posibilidades, venga

repetir una y otra vez las mismas cosas.

En relación con el documento que preparó para el Gerente, es

decir, el que contiene el citado curso, la tarde del día anterior le

había aconsejado la forma de solucionar un problema que se le

había presentado para obtener una serie de fotocopias. Salió de

casa siendo ya cerca de las nueve de la noche. Pensé que habría

ido a consultar la posibilidad de obtener las fotocopias en alguna

de las máquinas de Manolo, pero no fue así. Cuando llegó, siendo

ya cerca de las doce de la noche, contestó a una pregunta de su

madre diciendo que al salir había pasado por la estación para

comprar tabaco y que luego pensando que no lo iba a encontrar

se había acercado por la cervecería Joaquín para ver a un tal

Manolo Loureiro, que es el economista que lleva de colaborador

en el citado curso, pero que sí estaba y que habían estado

charlando de esta historia. Venía con síntomas bastantes claros de

Page 238: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

237

haber bebido, pero no quise reconvenirle. Me limité a decirle tú

no te alejes mucho de los bares, por si acaso.

- Acabamos de empezar el primer plato. Parece ser que dentro

de dos o tres días retiran el proyecto ese. A ver si es verdad.

- ¿Quién te ha dicho eso?

- Carlos.

- Bien, a ver si es verdad, como tú dices. Yo estaba a punto de

decirte que desde hace ya varios días estoy teniendo la sensación

de que a alguno de los dos nos están tomando el pelo.

- No entiendo. No sé que qué quieres decir.

- La madre .Pues está muy claro. O Acevedo te lo está tomando

a ti o tú se lo puedes estar tomando a tu padre.

- Pues sigo sin entenderlo.

- Yo creo que no hacen falta más aclaraciones.

- ¿Quieres decir que he cobrado y no he dicho nada?

- Eso lo estás diciendo tú.

- Sigo sin entender cómo pretendes que alguien te esté

tomando el pelo en este asunto.

- Pues no te preocupes, que si Dios quiere que yo tenga

palabras claras, proyecto explicártelo con detalle a lo largo de esta

comida. ¿Quieres decirme por qué razón te pareció tan mal que el

día de mi Santo te ofreciese un copa de Coca-Cola para brindar?

- Se trataba de brindar y brindé pero no exterioricé nada,

vamos.

- No te levantaste y te marchaste de la mesa como el día en el

que te castigaste a quedarte sin comer porque no estabas

borracho como aquel día. Pero pusiste una cara que válgame Dios.

Page 239: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

238

Con tu actitud de ese día diste a todos los asistentes un certificado

de que tú problema de alcoholismo sigue tan vivo como siempre.

¿Es que te hubiese costado mucho tomarte aquella copa de Coca-

Cola?

- Es que yo no bebo Coca-Cola.

- Ya sé, ya sé, tú sólo bebes cerveza, como los hombres. No sé

qué es lo que quisiste demostrar con tu actitud.

- Pues que se puede brindar con una copa de champán.

- Y te la hubieses tomado como, después de muchos sorbos, te

tomaste aquella que te sirvieron en la última boda.

- Sí, recuerdo, fue una copa en la que estuve pensándolo

mucho.

- Ya, ya. Y terminaste tomándola. Y no bebiste otra que estaba

por allí cada vez un poco más cerca de ti, porque te diste cuenta

de que no te perdía de vista.

- ¿Qué tal has descansado esta noche pasada?

- Normal.

- Y la conciencia no te ha inquietado.

- Pues no, ¿por qué?

- Entonces está claro que además tienes el problema de

deformación de conciencia que ya te he mencionado en alguna

ocasión anterior. ¿Así que no tienes conciencia de que anoche

regresaste de tu aventura con una solemne borrachera y que la

anterior habías llegado con otra no tan gorda, pero bebido al fin y

al cabo?

-Nos mira sin decir palabra, con cara de carnero degollado.

Page 240: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

239

- La madre. Es que además a veces la lengua se te pone gorda y

no puedes hablar pero te pones muy pelma.

- Es que le pasa lo que les pasa a los borrachos. Tú serías capaz

de repetirme algo de lo que me dijiste anoche.

- Supongo que sí, te repetiría todo.

- Ya. Y tendrías también el mismo entusiasmo para disponerte,

como anoche, a ver a cada una de las ciento veintisiete empresas

de construcción y para encontrar doce posibles alumnos mínimos

para un curso.

- No haría falta verlas a todas.

- Pues yo quisiera ver que eres capaz de visitar a alguna para

hacer ese primer curso. El día que demuestres que has hecho eso,

reconoceré que ya tengo de ti algo positivo y te daré un beso en la

frente. No quiero desanimarte, pero no tengo más remedio que

ser sincero contigo y decirte que tú no res capaz de eso. Yo sé

quien sería capaz de hacerlo. Tú no.

- Vamos a ver. ¿Tú crees honradamente que de la entrevista

que tuviste ayer con ese señor saldrá algo positivo?

- Creo que sí.

- Bueno. Para qué le vamos a estar dando vueltas a ese tema.

El tiempo lo dirá sin que pase mucho. ¿Hasta que hora estuviste

con ese señor?

- Hasta las nueve.

- Mira, puedo hacer ahora mismo la película de tu vida, en la

tarde de ayer. Cuando te vi salir tan..., bueno, con tan poca

confianza en ti mismo, le dije a tu madre, éste va ahora de cabeza

a un bar a tomar un par de lingotazos para adquirir la fuerza que

Page 241: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

240

le falta. Luego estuviste con ese señor hasta no sé qué hora

contándole lo que la euforia de las copas te inspiró.

Se sonríe.

- … porque ya me extraña que te dedicase tanto tiempo. Desde

las seis y media hasta las nueve es mucho tiempo. Luego, para

matar la decepción que sin duda sacaste de la entrevista, te fuiste

a buscar consuelo en nuevas cervezas.

Sigue sonriendo con cierto aire de suficiencia, pero

tristemente.

- Sí, sí, sonríe todo lo que quieras. Me demuestras que estoy

equivocado o seguiré pensando que ha pasado lo que te acabo de

decir. ¿Sabes donde estábamos ayer a las nueve y media de la

noche tu madre y yo?

- Pues no.

- Pues dando un paseo alrededor de aquellos bares de allá

abajo para ver si te veíamos. Igual que las esposas de los

borrachos de Cañaveral. Dando vueltas de bar en bar en busca de

sus maridos.

- Pues marché de casa a las cinco y media porque ya os dije

que tenía que comprar un junquillo para encarpetar aquello. Fui

muy despacio hasta allá abajo y llegué allí a las seis. Me di cuenta

de que era muy pronto y me puse a dar otra vuelta alrededor de

la manzana. A las seis y cuarto me decidí a entrar valiéndome de

la estratagema de decir que no me acordaba bien si me habían

dicho a las seis y cuarto o a las seis y media. Me dijo que no, que

era a las seis y media y de todas las formas me hizo pasar a una

salita. Este hombre no llegó hasta las siete y cuarto y resultó que

era un conocido...

Page 242: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

241

- Pues ¿de qué?

- Sí me lo había presentado un amigo, un tal…

Dijo un nombre y apellido que no retuve.

- … ¡Hombre!, mira qué casualidad, dijo, y estuvimos charlando

de esta historia. Cierto es que no estuvimos charlando de esto

hasta las nueve, pero ésa fue la hora a la que salimos juntos a

tomar una cerveza. Luego me encontré con Paco Mantecón. Que

hombre, que no te dejas ver, que si tal y nos tomamos otra

cerveza. Y luego me encontré con fulano de tal y...

- En total, ¿cuántas cervezas tomaste ayer?

- Se pone en actitud pensativa como para recordar bien.

Cuatro.

- La madre. ¿Y con cuatro cervezas te pones así?

- Pues fíjate lo que va a ser de tu vida el día que puedas llegar a

andar suelto, sin nadie que te eche sermones parecidos a este. ¿Y

en esas condiciones te atreves a enviar un currículum a no sé

quién de La Coruña? Pues vas a estar apañado, como para

conservar el puesto durante mucho tiempo.

- Eso no se podrá juzgar hasta que suceda.

- La madre. ¿Pero qué más pruebas quieres hijo?

- ¿Vas comprendiendo ya por qué digo que estoy sintiendo una

descarada tomadura de pelo? Es que quieres que te repita que

tienes cuarenta y cinco años y que no tienes nada absolutamente.

Solo este techo que Dios ha querido que encuentres por medio de

tus padres. Por lo demás no tienes nada, eres más pobre que las

ratas, todo como consecuencia de tu problema de alcoholismo, y

el caso es que, con tu ramalazo de socialismo y todo, eres más

burgués que el Conde Romanones. Hay que ver hijo, qué amargo

Page 243: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

242

me has salido. Eres una espina que no deja de fastidiar. No te

pareces a mí en nada. Yo puedo entender que alguien quiera

gastar la vida un poco a lo tonto, como el Che Guevara, por

ejemplo, en defensa de un ideal, pero un tipo como tú, que ve

cómo se destroza por culpa de unas copas y no quiere darse

cuenta, no hay quien lo entienda. Claro es que tu vida es tu vida y

posiblemente crees que puedes hacer con ella lo que te dé la

gana. Yo seguiré con la espina clavada hasta que Dios quiera. Pero

tengo que decirte claramente que me has tomado el pelo con

toda la desfachatez del mundo y que no tienes derecho alguno a

portarte así. Entre tú y yo había un pacto sobrentendido del que

has pasado por las buenas. Vienes con nosotros a casa, te dije en

Las Palmas, siempre que estés dispuesto a reconocer tu problema

para poder resolverlo mediante el tratamiento adecuado, y a los

tres meses empezaste a echarle por la borda y después cada vez

peor.

Silencio sin gestos.

- ¿Cuanto dinero tienes?

- Sonríe con cierto escepticismo. Unas setenta pesetas o así.

- Pues te has chupado 2.500 ptas. desde el pasado sábado, y

por casualidad se da la circunstancia de que no las ganas.

- Ya.

Nueva sonrisa dolorosa.

- ¿Y qué piensas?

- Se encoge de hombros.

- Te digo de verdad que, por ahora, me puede importar menos

de un rábano el hecho de que de tu proyecto de formador de

Page 244: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

243

formadores salga algo positivo o no. En este momento sigue

siendo vital que te dediques a pensar de qué forma puedes

empezar a encontrarte a ti mismo, sabiendo que has de

retroceder mucho porque hace mucho que andas perdido. Yo

estoy considerando la conveniencia de convocar una reunión

familiar, contigo incluido como es lógico, para ver de qué forma se

puede encontrar solución a tu problema padre. Todavía no lo

tengo bien definido, pero es posible que sí, que me decida a

hacerlo, en principio para informarles claramente de cual es la

situación actual. Unos y otros andan preguntando de vez en

cuando, y tanto tu madre como yo andamos a medias tintas

diciendo que bueno, que vaya, pero nadie sabe como es la

realidad actual.

Llego a sospechar que no piensa en lo que le estoy diciendo o

que tanto le da.

- Bueno, y ya para terminar, porque no es cosa de estar así

para siempre, quiero que sepas que estoy dispuesto a que esto

entre en vías de solución de alguna manera. Para ello te sugiero

que, con plazo hasta esta misma noche, pienses en proponerme

un plan al que estés dispuesto a someterte para atacar el dichoso

problema. Yo tengo uno en reserva que no tiene nada de

dramático y que, con tu colaboración, sería eficaz sin duda alguna.

Pero si el que propongas tú es razonable, mejor que mejor.

No hablamos más del tema ni de ninguna otra cosa. Terminó

de comer y al igual que todos los días, se fue al sofá, se sentó en él

dándonos la espalda para no perder detalle alguno del culebrón

de la tele, sacó su pitillo del bolsillo de la camisa con el mismo

gesto mecánico de todos los días, lo encendió sin necesidad de

mirarle y echó la primera bocanada de humo soplando con

satisfacción, como todos los días. Se levantó de allí para

Page 245: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

244

prepararse el café, como todos los días, y allí volvió a sentarse,

también como todos los días, hasta que terminó el culebrón del

que despotrica.

A las doce y media de la noche aproximadamente hemos

terminado de cenar y como de costumbre se ha ido al sofá para

ver mejor lo que hay en la tele. En vista de que no da muestras de

querer responder a mi planteamiento abordo el tema.

- Bueno ¿que? Supongo que has tenido tiempo de pensar cual

será la mejor solución a tu problema.

Se vuelve para poder mirarme y semisonríe.

- El caso es que no sé qué decirte.

- Ya. Pues sigue pensando en ello, a ver si lo descubres, porque

yo voy a seguir preguntándote por ello. Ya te he dicho que yo

tengo un plan en reserva, pero prefiero de verdad que me

comentes el tuyo.

Page 246: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

245

3 de Diciembre

Domingo. Estamos sentados los tres a la mesa a la hora de

comer.

Hoy hemos asistido Pury y yo a la misa de una, que ha durado

como casi veinte minutos más que lo ordinario. Se celebraba la

conmemoración del 25º aniversario de la fundación de la

parroquia María Madre del Buen Pastor y la misa fue presidida por

el Obispo. La iglesia estaba tan repleta de fieles como yo no creo

recordar que haya estado nunca antes. Bien toda la celebración,

incluyendo los aplausos, que hay a quien no le caen bien.

Ayer a mediodía, cuando yo estaba trabajando en otro tema en

el ordenador, se ha acercado mi hijo muy en silencio y me ha

dicho: ¿me puedes dejar para comprar tabaco? Previamente había

advertido a su madre que si se lo pedía a ella me lo remitiese con

mucho cuidado, conforme hizo, aunque su trabajo le costó. Hube

de animarla. Ya sé que te puede resultar un poco difícil, pero

tampoco es tanto, tú piensa que le haces un bien. Después me

contó que el muchacho había estado dando vueltas a su alrededor

cerca de veinte minutos, porque no se atrevía a venir a pedirme lo

que necesitaba. No sufras por ello, que es bueno que por lo

menos le cueste el trabajo de pedir lo que necesita.

Le dije que sí, que le daría para el tabaco de dos días, el del

sábado y el de hoy, domingo.

- ¿Cuánto fumas?

- Un paquete y medio.

Page 247: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

246

- Me parece que vas a tener que conformarte con un paquete,

lo cual te permitirá toser bastante menos.

Pensé darle doscientas cincuenta pesetas, suficiente para dos

paquetes en el estanco, pero al fin le di trescientas. No sé que

juicio merecerá este dato, a mí me parece una muestra de

debilidad.

En la noche de ayer sábado, en el momento de acostarme, él

se quedaba viendo no sé qué en la tele, le recordé que a base de

callarse y dejar pasar las horas no iba a conseguir que yo me

olvidase del tema pendiente.

- A ver si mañana ¿eh?

Entonces le dio un ataque de tos y, entre tosido y tosido, dijo,

que sí, que sí.

- La madre: Estuvo la misa bien ¿no te parece?, y además la

iglesia estaba llena a más no poder.

- Si es verdad, sí. Estuvo bien.

- Pero ha sido muy larga ¿no?

- Hombre. Ha durado algo así como veinte minutos más que

otros días. Lo que pasa es que luego nosotros nos dimos un paseo.

Y a propósito de la misa, fijaos si seré romántico, que esta

mañana, cuando te acercaste a decirme que Luis Ángel te había

dicho que la misa de una de los Capuchinos la diría el Obispo,

llegué a pensar, pues a lo mejor es que hoy piensa ir a misa.

- La madre: Por eso de que la decía el Obispo.

- Pues claro. Pero sí es verdad que durante la misa estuve

mucho rato pensando en ti. El mensaje de las lecturas de hoy te

venía como anillo al dedo. Es como si hubiese sido escrito

Page 248: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

247

pensando en ti. Fíjate que venía a decir, sobre poco más o menos,

algo así: Date cuenta que se acaban las tinieblas, que termina la

noche y que llega el día. Que ya es hora de que te despiertes de tu

sueño y que empieces a vestirte con las obras de la luz. Que es

hora de que te dejes de borracheras y comilonas y que te

dispongas a trabajar, porque no sabes cuando llegará el día ni la

hora. Esto es, ¡abandona las tinieblas y sal a la luz!, que ya es de

día y se acerca el tiempo de la salvación. ¿Es así?

- La madre: Sí, sí, ese es el sentido.

Se queda encogido de hombros como diciendo ¿y a mí que?

- Supongo que después de este preámbulo no te extrañará en

absoluto que te diga que estoy esperando tu respuesta.

- No, no me extraña, no.

-Entonces tendrás preparada tu contestación.

- Pues...

Sopla y hace unos gestos con las manos.

- Pero vamos a ver, hombre, ¿tú crees en Dios?

- Pues sí.

-¿Y que haces para honrarle? ¿A qué te compromete tu fe en

Dios? ¡No digas cosas! Si vives completamente de espaldas a Dios,

no sé cómo te atreves a decir que crees en Él. ¡Que hay que salir

de las tinieblas, hijo! ¡Que es necesario encontrar la luz! Supongo

que te gustaría ser feliz. ¿Quieres ser feliz? ¿Has sido alguna vez

feliz en tu vida?

- ¿Quién no quiere ser feliz?

La respuesta es tan obvia que sobra la pregunta. Eso es lo que

quiso decirme pero me dijo exactamente lo contrario.

Page 249: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

248

- Yo no te estoy planteando juegos de palabras ni es correcto

que me contestes con otra pregunta. Te he pedido sencillamente

que me digas si quieres ser feliz y, si es así, que me cuentes a

continuación cómo piensas conseguirlo o si es que te imaginas

que eso es algo que cae como llovido del cielo.

- Pues algún momento de felicidad sí ha habido.

- Ya, allá, en los primeros tiempos del matrimonio, cuando

querías hacer realidad aquello de que contigo pan y cebolla, pero

te duró muy poco.

- Pues yo creo que todo depende de que salga adelante alguno

de esos trabajos que tengo entre manos.

- ¿Qué trabajos?

- Pues este de la formación y esos otros a los que me he

dirigido.

- Pero es que has enviado el currículum a más gente que a ese

último de La Coruña.

- No. A aquellos de antes. Claro es que ya, después del tiempo

transcurrido, no sé...

- Pero hijo, ¡despierta de una vez! ¿Pero es que estás

esperando todavía que alguno de estos empresarios de Vigo te

llame todavía? ¡Es que hace falta ser optimista! Tú eres capaz de

pasarte la vida persiguiendo mariposas de colores o mejor

fantasmas, para venderlos luego a millón. Mira, yo no quiero

desmoralizarte, pero tengo la obligación de ser sincero contigo. Y

mi opinión, y bien sabe Dios que quisiera equivocarme… te daré

otro beso en la frente si es así...

- La madre: Te va a poner la frente llena de besos.

Page 250: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

249

- ¡Ojalá! Bien, pues mi opinión sincera es que ni de los

empresarios de Vigo, ni del de La Coruña, ni de ese negocio del

curso de formación, sacas nada práctico. Y es que te hace mucha

falta darte cuenta de la realidad, ganar estilo y compostura, y

dejes de andar por la vida a salto de mata, como cualquier

descuidero, viendo cómo y dónde puede afanar algo.

- Se queda tratando de componer un signo de interrogación

todo él.

- Hace algún tiempo puse un paquete de tabaco en ese cajón

con dos finalidades. La primera era ponerte a prueba. La segunda

era que si la resistías, me serviría para ofrecerte un pitillo en esos

momentos terribles en los que te quedas sin tabaco. El paquete

ha desaparecido y yo estoy seguro de que el caldo no lo ha

consumido. Tú ¿qué sabes de él?

En un primer momento estuvo a punto de hacerse el tonto y

casi llega a negar. ¡Ah!, sí hombre. Ya, ya caigo. Lo vi un día que

estuve buscando en ese cajón el resguardo de Seur.

- Y dijiste ¡hombre!, mira qué triste y abandonando está este

pobre, pero ¿a quién le pediste permiso para tomarlo? ¿Es que

acaso era tuyo? Y si te atreves a tomarlo responsablemente, ten la

gallardía de advertirlo, mira padre, he tomado este paquete por lo

que sea, pero ya lo repondré. ¿Te das cuenta de que te falta

calidad? Ya sé que esto es una minucia, pero tiene a mi juicio la

importancia de decirme cual es tu situación. No das valor a las

cosas pequeñas y quien no es fiel en lo poco...

- Sí, la verdad es que me faltó...

- Bueno. Pues vamos a centrarnos. El tema es que tienes que

darme una respuesta a mi planteamiento y, si lo prefieres, dime

ahora si tú sientes necesidad de ayuda para resolver tu problema

Page 251: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

250

o no. Y si crees sinceramente que no, pues dilo así, con

justificación.

Se queda callado.

- La madre: Lo que yo creo que le pasa es que el amor propio

no le deja actuar como quiere. Y hay ya mucha gente que no bebe

ni fuma, y por eso no les pasa nada.

- Lo que le pasa sencillamente es que no quiere reconocer su

problema, y como él no quiera, ni el mismo Dios puede con él.

Algunas veces llega uno a pensar que Dios se pasa en eso de

darnos libertad. ¿No ves?

Y él mientras tanto callado.

- Y otra cosa que le pasa es que se pone siempre en guardia,

defendiéndose de quienes le queremos bien. Supongo que a veces

me consideras tan enemigo tuyo que estarías dispuesto a

cualquier cosa para quitarme de encima. ¡Ya está otra vez el tío

este a la carga! Pues lo conseguirás sólo cuando me muera.

Mientras me quede un soplo de vida yo estaré a la carga,

efectivamente.

- El caso es que es difícil decir algo. Desde que llegué no he

sabido nunca qué es lo que prefieres que haga.

- ¡Anda!, a ver si ahora resulta que vienes a culparme de

haberte desorientado en la vida. Pues mira que no te lo he dicho

claro. ¡Que te cures!, hijo, ¡que te cures! Mejor dicho, que te

defiendas contra ti mismo, porque curarte no te curarás nunca,

pero sí que te dediques especialmente a rencontrarte resolviendo

tu problema. ¡Tiene gracia!, lo que hay que oír. Te he dicho y

repito que me importa un rábano ahora, en estos momentos, que

encuentres un trabajo productivo o no. Lo fundamental es lo otro.

Page 252: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

251

Lo básico. Será la puerta por donde puedes entrar para encontrar

algo duradero. Si estando ocupado seriamente en lo básico, llega

algo de lo otro, miel sobre hojuelas, pero lo primero es lo primero.

Más silencio.

- En vista de que las cosas están como están, yo termino por

ahora diciéndote que me siento culpable de algún modo de que

las cosas hayan llegado tan acá, por no haber estado encima de

este tema más puntualmente. Pero claro, las consideraciones, los

paños calientes, todo nos ha traído a esta situación. Estoy

decidido a que encontremos un punto final. De momento, te digo

que, por lo que a mí respecta, no volverás a tener dinero para

tomar ni una sola cerveza más, nunca más. Supongo que esto te

dará una idea de por dónde van los tiros.

- ¿Realmente crees que estoy enfermo?

- La madre: Si no, ¿por qué bebes?

- Con toda la seguridad, por desgracia. Pero no enfermo

fisiológico, no. Tu enfermedad es de otra clase. Tú hígado es muy

posible que no esté afectado en modo alguno. Tienes la mala

suerte de tener un hígado a prueba de bombas. De no haber

tenido esa desgracia, un hígado muy saludable, es muy posible

que a estas alturas no estuviéramos hablando todavía de este

tema. Repito mi ofrecimiento. Mi plan en reserva, o uno tuyo, que

estoy dispuesto a ayudarte a cumplir si lo creo lógico. Bueno, y

por ahora ya está bien.

Page 253: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

252

4 de Diciembre

Lunes. Estamos terminando de cenar sobre las doce menos

cuarto de la noche.

Pury estaba advertida de que en la cena acometería el hecho

de que en la mañana hayan desaparecido ciento cincuenta

pesetas que dejé sobre el armario del pasillo. Se

- Sí, sé a lo que te refieres, pero no sé qué quieres decir con

eso de tus trece.

- La madre: Te está diciendo que sigues sin decirle nada de lo

que te tiene preguntado.

- ¿Pero es que tú no has oído decir nunca eso de que estás en

tus trece? mostró disgustada porque me negué a acceder a su

preferencia de dejarlo para mañana. Me lo planteó en la calle,

mientras bajábamos a casa de Cristina para felicitar a Adrián, cuyo

cumpleaños fue ayer, día tres, y en la calle fue cuando le dije que

eso no podía ser.

Ella interpreta que grito cada vez que defiendo con cierto

énfasis mis puntos de vista y se pone muy molesta. Lo cierto y

verdad es que esta situación nos está siendo difícil y los nervios

andan un tanto a flor de piel.

En casa de Cristina quedó claro que tienen que dejar de

considerar como algo perfectamente normal ponerle una cerveza

o el vaso de vino en las comidas. A mi pregunta respondió

diciendo que la noche anterior le había pedido cien pesetas y que,

como no las tenía sueltas, le había dado 500 ptas. Le dije que en

adelante se las arregle como pueda pero que se abstenga de darle

más dinero y, como es lógico, que entienda ella y todos los demás,

Page 254: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

253

que este hombre no puede tomar la primera cerveza. Creo que lo

ha entendido, pero es muy discutidora y al lado de ella su madre

se anima más. Tengo la sensación de estar llevando las de perder

en esta guerra privada de Alonso el Viejo.

En el transcurso de la cena habíamos hablado de alguna cosa

sin fuste.

- Por lo que veo tú sigues manteniéndote en tus trece.

Se queda como pasmado, mirándome fijamente:

- ¿Cuáles son mis trece?

- No me digas que no sabes a lo que me refiero.

- Sí que lo he oído, pero...

- Bueno, pues ahora que ya has identificado lo que quiere decir

y puesto que además sabes a lo que me refiero, dime lo que

tengas que decirme. ¿O hasta cuando piensas tenerme así? ¡Mira

que es aburrido tener que estar todos los días con la misma

historia! Tú no quieres dar el brazo a torcer, pero ya vendrá quien

te le retorcerá bien retorcido.

- Pero ¿qué es lo que quieres que te diga?

- Quiero que me digas de qué forma piensas arreglártelas para

no volver a beber. No porque yo te lo prohíba, que no lo hago,

sino porque no puedes.

Se queda callado, con la mirada perdida, sin saber qué decir.

- Mientras te decides, dime qué sabes tú de ciento cincuenta

pesetas que había dejado yo esta mañana sobre ese armario.

Ensaya un intento de sonrisa.

- Las cogí yo.

Page 255: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

254

- ¿Y por qué? ¿Es que acaso eran tuyas?

- Es que no tenía tabaco.

- Esa no es ninguna razón válida. El no tener tabaco no justifica

en modo alguno el tomar algo que no te pertenece. Que yo sepa,

el fumar no es ninguna necesidad vital. Es una acción de tan poco

estilo como la de haberte apropiado el paquete de tabaco del que

hablábamos el otro día.

- Pero si que es que con eso del paquete..., resulta que le

encontré sin pensarlo un día que estaba buscando no sé qué en

ese cajón. De repente aparece un paquete de Ducados y dije,

¡hombre, mira que bien!

- Claro. Y como te dije, pensaste, ¡pobre paquetito, tan triste y

aburrido! Y luego decidiste hacerle los honores. Seguro que te

costó algún esfuerzo para olvidar que se trataba de un paquete de

Ducados y no de Coronas. Pero vaya, al fin pudiste con él. Todas

estas actitudes, como otras que sin duda alguna las acompañan,

tienen todo el mismo fundamento. Hay en todo ello una especie

de pasotismo respecto de la propia estima, que no se sabe

apreciar porque se ha perdido el gusto por las cosas bien hechas.

- Y mañana, ¿cómo piensas arreglártelas para el tabaco?

- Claro, que si como esperas cobras ya tu participación en el

tema de Acevedo, tendrás el problema resuelto. Ya, ya. ¿Dónde

vas cuando sales de casa a una hora tan alta como hoy, por

ejemplo?

- Pues depende. Unas veces doy un paseo, otras...

- Ya, pero yo te he dicho, hoy por ejemplo.

Page 256: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

255

- Pues salí precisamente a ver si encontraba a Carlos para saber

si había cobrado, pero no estaba.

- Pero ¿dónde querías encontrarle? Te lo preguntaré más claro.

¿Esta noche has entrado en un bar?

- No.

- ¿Por qué?

- Pues por que no.

- Ya. Y ¿cuánto esperas cobrar por tu colaboración en ese

proyecto de Acevedo?

- Unas trescientas mil.

- Y ¿de ahí tendrá que descontarte los anticipos que te ha

hecho o ése será el neto?

- Pues que el pico que pasa de las trescientas y las

“anticipaciones”, vendrán a ser lo mismo.

- Y ¿cuánto es el importe total del proyecto?

- Tres millones y..., no me acuerdo si doscientas o trescientas

mil y pico.

- Total, que por trescientas mil pesetas tú has trabajado tres

meses largos y si es verdad que tantas horas diarias como parecía

desprenderse de tu llegada a casa, has hecho más horas que un

reloj suizo. Eso y más lo gana hoy cualquier delineante.

- Pues el muchacho que estuvo ayudándonos con el programa

AutoCAD va a cobrar doscientas mil pesetas y estuvo poco más de

un mes y eso que él decía que lo iba a terminar en una semana.

- La madre: Yo creo que no ha sido tanto, aunque a lo mejor sí,

porque si tal y que si cual.

Page 257: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

256

- Yo sé que en Junio tenía que haberse incorporado a trabajar

con Uríbarri y fue entonces cuando prefirió a Acevedo atraído por

el espejismo de las seiscientas mil pesetas. Y en Agosto y aún en

Setiembre estaba yendo todavía por el estudio.

- La madre: Y cómo se calcula eso, para que de tres millones y

pico a ti sólo te correspondan trescientas mil y pico.

- Pues creo que eso son pactos que se hacen entre las partes.

Existen no sé qué tipo de módulos que les sirven de base para el

acuerdo. Se lo oí explicar un día de este verano a Yago, que le

anduvo metiendo los dedos en la boca. Le habló de módulos por

aquí y módulos por allá, seguramente para que el chaval no se

enterase o se marchase pensando que su padre es un fenómeno.

Con eso habrá ido contando a su madre que su padre va a ganar

tanto y cuanto y, como ella no ha visto un real, pues estará que

echa chispas.

Se hace un silencio bastante denso que tengo que romper para

que el tema no decaiga.

- Y al margen de eso, de si es justo o deja de serlo, eso de que

tú sólo tengas que cobrar trescientas mil pesetas, está la

circunstancia de que, como te dije varias veces, Acevedo no es la

mejor compañía para ti en tus circunstancias, ni el amigo que tú

necesitas. En absoluto.

- La madre: Si es que no hay amigo que valga. Tiene que ser él

que sepa lo que tiene que hacer.

- Ya mujer, por descontado. Pero si Acevedo, que conoce su

problema, hubiese sido el amigo que se atreve a decirle que yo si

tomo una caña pero tú no, porque no puedes, en lugar de

estimularle a emborracharse juntos, la cosa podría ser bastante

Page 258: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

257

diferente. Y así, por contra, unas veces con Acevedo y otras sin él,

este hombre está bebiendo habitualmente desde Mayo, para

celebrar el éxito que tuvo con la obra de la reforma del famoso

bar. Entonces empezó a tener unas perras en el bolso y para no

tener que coger al tipejo ese por la solapa decidía marcharse a El

Castro a pasear a las once de la noche. Por el camino se tomaba

unos cuantos lingotazos para calmar su angustia, y así pudo llegar

a casa y decirme con los ojos saltones y desmedidamente, ¡por

favor, papá, ahora no! Mañana hablamos todo lo que tú quieras,

pero ahora no. Y así sigue, como siempre, desde hace una serie de

años.

- Pero vamos a ver. Creo que hace diez meses que llegué..., sí

eso es. Crees tú que si yo estuviese enfermo como tú dices, podría

haber llevado la vida que llevo.

- Claro que sí. ¿Cuántas veces te has emborrachado desde

entonces?

- Pienso que la pregunta le ha cogido desprevenido y de

repente se siente descolocado.

- Es que hay por lo menos dos formas de emborracharse,

seguramente más.

- Sí, seguramente más. Para ti sólo una. Tú te emborrachas sólo

con cerveza.

- No, no me refiero a eso. Quiero decir que hay quien sale a la

calle decidido a emborracharse. Y otros que...

- La madre: Se emborrachan tomando primero una copa, y

luego otra, y después otra, y así...

- A lo tonto. Pero mira oye. No pretendas ahora darnos una

lección magistral de tus teorías de las motivaciones de las

Page 259: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

258

borracheras, que eso no nos hace falta para nada. Dime

sencillamente cuántas veces te has emborrachado.

Hace que recapitula, mentira puñetera.

- Tres veces.

- Admitamos que son tres veces sólo, que no es verdad, pero

bueno. Dime por qué te emborrachaste tres veces. ¿Que razón

tenías para ello? ¿Celebrabas algo importante? ¿Querías ahogar

una pena muy honda? Dame una razón válida. Te has vuelto a

emborrachar a lo tonto, porque estás atrapado, como siempre.

Has hecho lo misma que solías hacer. Tú eres un alcohólico

intermitente. Puedes pasarte tres o más meses sin probar ni una

gota, pero como tu fuerza no tiene base, se termina en seguida.

Recuerdo que alguna de las veces, después de alguno de los

chaparrones de entonces, Margarita decía: Lleva una temporada

formidable, muy bien, se ocupa de ayudar a Yago y todo. Pero

todo duraba muy poco, como ahora. No sé hijo. A ver si Dios

quiere mejorar las horas.

Page 260: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

259

6 de Diciembre

Jueves. Por la mañana, de acuerdo con el plan previsto, he

estado charlando durante una hora con Katy, la psicóloga de

Asvidal y luego, aprovechando la necesidad de confesarme. He

charlado también del tema con el P. Mariano, como confesor mío

que es.

Con ambos me he sincerado advirtiéndoles que estamos

atravesando, inclusive en el plano matrimonial, una situación de

tensión desconocida hasta ahora al cabo de cuarenta y seis años

de matrimonio. También les he dicho que tengo la sensación de

encontrarme casi solo en esta aventura. De lo mal que lo está

pasando Pury. De sus dificultades para entender mis reacciones y

de la creencia que tengo de que está mucho más cerca de

entender las quejas de su hijo, por los malos tratos de

incomprensión de los que se siente objeto por mi parte, que de

comprender de verdad la gravedad del problema en el que se

hunde más cada día que pasa y, por tanto, de entender que mis

actuaciones se orientan a buscar su bien.

De todo ha sido bien informada. Me ha dicho que ayer tarde,

en casa de Jose, se dedicaron a leerle la cartilla seriamente. Ella no

está dispuesta a permitir que se encuentre en una situación límite,

que sería lo único que le ayudaría a comprender su situación.

Le advierto a Pury que hoy mismo, a la hora de comer, le

plantearé a este hombre la decisión que, de conformidad con la

psicóloga, estoy dispuesto a tomar para ver si por lo menos

recuperamos la calma y estuvo de acuerdo. Nos sentamos a

Page 261: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

260

comer a la hora acostumbrada y estamos a punto de terminar el

segundo plato

- Después de estos tres días de asueto que te he consentido,

supongo que habrás aclarado ya bastante bien tus ideas.

Aunque parezca extraño, esta manera de entrarle le coge en

las berzas, como casi siempre.

- Más o menos las ideas están siempre claras.

- ¿Más claras o menos claras, en qué quedamos?

- No es por ahí. Quiero decir que, para mí, las ideas están más

o menos claras, como siempre, otra cosa es que sean

compartidas.

- ¡Ah!, ya, ya, ya. Quiere eso decir que te mantienes en tus

trece.

- Bien. Pues no deja de ser una aclaración. En ese caso, vamos

a ver si eres capaz de entender también claramente en qué

consiste la fórmula que, según te he venido diciendo, tengo en

reserva para ofrecerte a falta de propuesta alguna por tu parte.

Pero antes de eso, quiero hacer las últimas consideraciones sobre

tu problema.

- Sé, porque lo he preguntado y porque me han informado con

sinceridad, que el domingo por la noche estuviste en casa de

Cristina viendo qué podías socaliñar.

Ensaña una tímida sonrisa que no termina de aflorar. Le dije

que si me dejaba para tabaco.

- ¿Y qué te dio?

- Quinientas pesetas.

Page 262: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

261

- Y si el domingo a las doce de la noche tenías quinientas

pesetas en el bolso, qué tanta necesidad tenías para apropiarte el

lunes a mediodía los treinta duros que encontraste aburridos ahí

en el comodín. Tengo que pensar que al salir de casa de Cristina

fuiste ya derecho al aliviadero. Y con lo que te quedó, más los

treinta duros, a duras penas has podido aguantar hasta ayer, que

tuviste ocasión de echar un tiento a tu hermano Jose. ¿Qué es lo

que te dio?

- Un..., dos paquetes de tabaco.

- ¿No ves? Te parece que esa es una postura decente, andar

por ahí a salto de mata.

- Sé también, porque lo he preguntado y me lo han dicho, que

dices que si estuvieses ahora mismo en Las Palmas te forrarías y

que estás pensando o que has pensado que si llegas a tener

dinero suficiente volverías a Las Palmas.

- Eso no es así. Allá atrás, cuando pensaba cobrar las

seiscientas mil pesetas dije que me apetecería volver a Las

Palmas.

- La madre. Sí lo que yo te he dicho es eso. Que alguna vez

pensó en volver.

- Eso ya te lo oír decir allá atrás, cuando andabas en no sé qué

clase de relaciones con el que tu llamas concuño de Jose.

Entonces te dije, y ahora te repito que por mucho que tu vocación

sea volver a Las Palmas, ése sería el error más grande que podrías

cometer en estos momentos.

- La madre. Lo único que te falta para terminar de hundirte.

- Si es que estás ya bastante hundido. Bueno, en cualquier

caso, debes tener claro que yo gasté dinero para traerte, pero no

Page 263: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

262

lo volveré a gastar para devolverte. Ahora bien, con su capa cada

uno puede hacer un sayo. El día que quieras gastar tu dinero en

algo así, yo te seguiré diciendo que te equivocas, pero no echaré a

correr detrás de ti. También sé que dices que lo estás pasando

muy mal.

- Bueno, eso es en estos últimos días.

- ¡Claro!, desde que te estoy apretando las clavijas de esta

manera. Eso es lo que te molesta. Y también dices que no te dejo

hablar, que te tengo oprimido. ¿Me puedes decir cuando no te he

dejado hablar?

- Pues un día...

- Mira, si te refieres a que cuando pretendes hablarme de la

joya de la finca de Durán, o darme una lección magistral de los

diferentes modos o motivos que existen para decidir

emborracharse, te digo que ya está bien, que dejes de contarme

el cuento de la pera de Murcia, o algo por el estilo. Te digo que es

verdad, que tienes razón, pero es sencillamente porque dices tales

cosas cuando estás borracho... Dime cuándo estando sobrio me

has dicho alguna cosa con fuste, que tenga algún contenido. Me

has dicho unos monosílabos relativos al fútbol o al cine. Los planes

de acción, de trabajo, de negocio, me los reservas para cuando

vienes borracho. Y además, esas cosas, en lugar de andar

hablándolas por detrás, no sé por qué, no me las dices claramente

a la cara, como por ejemplo ahora.

- Pues una vez ya lo intenté pero no pude.

- Bien. Pues ahora has de saber que tengo para ti una de estas

dos soluciones. Y que después de que hayamos convenido cuál, no

volveré nunca más a hablarte de este negocio, que tu vida es tu

Page 264: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

263

vida y tu problema, que la nuestra ha empezado a complicarse a

estas alturas de la vida gracias a ti y que he pensando que ya está

bien. Pero déjame que antes te diga una última cosa que me

parece importante. ¿Has pensado alguna vez que me tomé la

molestia de ir a buscarte a Las Palmas, con el fin de traerte para

machacarte vivo? ¿O acaso que nos fuimos Jose y yo buscarte

para pasarlo bien, de juerga, porque no teníamos nada mejor que

hacer?

- No claro.

- Pues nosotros sí lo estamos pasando mal, desde entonces.

Una de las soluciones consiste en decirte, toma unos duros y vete.

Organiza tu vida como quieras o como puedas, es tu

responsabilidad, pero no compliques la nuestra. Otra posibilidad

es que sigas en casa aceptando y respetando las reglas de juego.

La primera y fundamental es la de que yo me voy a olvidar de tu

problema, como si no existiese. Es más, miraré para otra parte

cuando algo o alguien me recuerden que existe. Pretendo

recobrar la normalidad de vida. Entre otras cosas, desde esta

misma noche volverá a haber vino en esta mesa.

- Me parece muy bien.

- Tu parecer en este sentido no me hace falta para nada y no te

lo he pedido. Te estoy dando las normas del juego. Las tomas o las

dejas. Tú puedes beber de él o no beber, como te parezca. Yo no

te voy a llamar la atención. Y anota que esta vez va en serio.

Dormirás en la calle siempre que no hayas llegado a casa a la hora

en que nos acostamos, por mucho que antes hayas llamado para

decir que estás en no sé que sitio hablando de no sé qué historias.

Estabas advertido, no me hiciste caso y yo no cumplí con mi

obligación de hacer lo que prometí. Pero ya no más. Hasta aquí

Page 265: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

264

hemos llegado. Y, por tanto, a partir de ahora hablaremos de lo

que tú quieras, de política, de fútbol, etc. Te daremos dos mil

pesetas a la semana que las podrás gastar en lo que quieras, en

tabaco, en mujeres, etc. y no habrá más para nada, ni para

currículum, ni para gaitas. Claro es, que espero que cuando tengas

dinero nos informes.

- La madre. Por cierto, ¿te falta mucho de eso que estabas

preparando?

- Poner el sello de la Apec.

- ¿Y cómo piensas enviarlas?

- En principio por correo.

- Ya te he dicho que, desde mi punto de vista, eso equivale a

arrojar todos esos papeles a la papelera. Pero, en fin, cada uno

puede gastar su dinero de la forma que mejor que le parece.

A mi esposa.

- ¿Tú tienes algo añadir?

La madre. Sin poder contener las lágrimas y casi sin poder

hablar. No. Que estoy de acuerdo con eso que tú dices.

- ¿Te das cuenta? Pues ese rostro lo tienes así en cada una de

estas ocasiones.

Por parte de él no hay la más mínima alusión al hecho

emocional.

- ¿Aparte de ese problema que tú consideras tan fundamental

y que, vamos, yo no creo que sea tanto, que es lo que se supone

que debería haber hecho en este tiempo?

Page 266: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

265

- Es que fuera de ese problema no hay ninguno. Si te libras de

él, empezarás a ver claro. Ese problema es el padre y la madre de

todos los otros que no son sino una consecuencia. Y esto es todo

lo que puedo decirte, porque ya te he dicho que de tu problema o

problemas quiero olvidarme olímpicamente, son tu

responsabilidad.

A ver si es posible que esta experiencia nos lleve a alguna

parte. Me revienta escribir de este tema pero es la única manera

que encuentro de ordenar las ideas y los hechos.

Page 267: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

266

8 de Diciembre

Viernes. Son ya más de las dos de la tarde y él está de pie

frente al televisor, con el telemando en ristre.

Me acerqué a él y le di 2.000 ptas., que cogió sin ver y metió en

el bolsillo del pantalón. A duras penas pronunció un “gracias” casi

inaudible, al que yo no correspondí.

Al poco rato salió de casa y yo aproveché para llamar a Mary

Carmen. Le sugerí que viniese esa misma tarde noche, con los

niños, con el fin de poder celebrar con el resto de los hermanos

una reunión informativa, de acuerdo con la sugerencia que me

había hecho Jose, para darles a conocer cuál es realmente el

estado y situación de este hombre.

Después de una serie de equilibrios telefónicos y tácticos con

el fin de no descubrir nuestro plan al interesado, conseguimos

celebrar la reunión en casa de Carlos cuando ya eran más de las

diez de la noche.

Terminé aquella reunión confirmando la idea expuesta al

principio. Hemos de tomar todos más en serio este problema.

Cada uno le ha tratado de la forma que mejor le ha parecido,

siempre con poca responsabilidad y, al paso que vamos, llegará el

día en el que tendrán que sortear entre ellos quién se echa

encima la carga de aguantarle. Les ofrecí que prueben ahora,

teniéndole por turnos de dos meses, pagando yo los gastos. Hubo

quienes se manifestaron claramente diciendo que no y las que

dijeron que a lo mejor sí, lo hicieron con la boca pequeña, sin

haber consultado con sus esposos. Les advertí que en la comida

de mañana, fiesta de mamá, yo provocaría conforme Dios me

Page 268: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

267

diese a entender, la necesidad de reunirnos en casa de Cristina

para seguir hablando de este tema delante del interesado y les

pedí que, en el supuesto de que no estuviesen de acuerdo

conmigo o con los planteamientos que estaba dispuesto a hacer

entonces en consonancia con lo que ya les había dicho, que por lo

menos procurasen disimularlo.

Él permanecía en casa viendo la tele. En seguida de regresar a

casa, pasadas ya las doce de la noche, después de los saludos a su

hermana y a los niños, y atendiendo a la petición de explicaciones

que le hizo Mary Carmen de acuerdo con mi indicación, se aplicó

a explicar con pelos y señales, y la grandilocuencia que en él es

habitual, las favorables y exitosas perspectivas que tenía el

resultado de su entrevista con el delegado de la Fundación a

quien presentó su proyecto de curso de formador de formadores

en el que ha estado entretenido un montón de tiempo. La charla

seguía un rato largo después de cenar. Tanto que hube de

recomendarles a los dos, con cara de pocos amigos, que dejasen

algo para mañana, que ya era hora de ir a descansar.

Page 269: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

268

9 de Diciembre

Sábado. Es el cumple de Pury. Nos hemos reunido a comer

todos en casa de la señora María.

En los postres he pedido un momento de atención para

decirles que me apetecía mucho contarles un hecho de vida que

consideraba interesante para todos. Cristina dijo, ¡ay, qué bien!,

soy toda oídos, así que empieza cuando quieras. No he podido

aclarar si esa salida de Cristina era una salida estratégica o tan

natural como ella es, pero, como quiera que fuese, me vino muy

bien para argumentar que, a lo mejor, era preferible retirarnos a

alguna casa en favor de la discreción.

Ella ofreció la suya y un café, y a mí me pareció muy bien,

porque se trataba de lo previsto. El interesado andaba con una

cara de circunstancias que casi daba pena verle. Era de sospechar

que algo estaba oliendo. Al cabo de un rato, unos por un lado,

otros por otro, aparecimos todos en casa de Cris, cuando ya eran

casi las seis de la tarde.

Al calor de otro cafelito - que mi trabajo me costó conseguir

que alguien se dispusiera a preparar -, abrí la sesión diciendo que,

a mi modo de ver, aquel hecho de vida o cuento del que quería

hablarles, merecía la pena ser grabado, con la formidable

grabadora que me había regalado “la nena”, hacía no sé cuanto.

Nadie tuvo inconveniente en ser grabado y por ello grabé toda la

conversación. Fue muy larga, entiendo que con capacidad para

llegar a ser muy constructiva porque todo el mundo estuvo en

línea, pero inútil, porque el protagonista salió de ella tan crudo

como entró. No tengo tiempo de sintetizar el contenido de la

Page 270: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

269

reunión. Si alguien tiene interés en conocerlo, tendrá que intentar

conseguir la grabación.

Page 271: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

270

14 de Diciembre

Jueves. Cerca de las diez de la noche en casa de Jose. Hemos

ido para ver al niño y llevarle unas cositas que ha preparado

mamá. De paso yo he llevado un tomo del diccionario

enciclopédico para ver si Mar me lo puede restaurar, pues está

deslomado.

Jose ha preguntado en un momento qué tal van las cosas. Su

madre ha querido que concrete a lo que se refiere con eso de las

cosas y ha conocido que es lo mismo que ella piensa.

Pues, casi no sé qué decirte, ha contestado y yo he añadido, si

me atengo a los síntomas que para mí están muy claros, tengo

que decir que no ha recibido el mensaje. Sigue como siempre.

Pury ha añadido que desde luego en lo dejar de beber está igual.

Me ha extrañado tal afirmación y he preguntado, ¿pero es que

has hablado tú con él de esas cosas en estos días?

- Yo siempre que tengo oportunidad meto baza, dijo.

- Pero mujer, vamos a ver si podemos estar un poco más

coordinados en esta guerra. De manera que sabes clarísimamente

que yo le he dicho que no volveré a tocar ese tema, así se beba

toda la producción de una fábrica, y vas tú y te metes de cabeza

en la cuestión. Si yo me abstengo lo coherente es que tú hagas lo

mismo mujer, no sé cómo no lo comprendes. De lo contrario

estamos dando la impresión de que andamos divididos.

Page 272: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

271

15 de Diciembre

Viernes. Sobre las diez y media de la mañana le he visto salir.

Me ha dicho hasta luego.

Unos minutos más tarde se me ha acercado la madre, al lado

del ordenador, para comentarme que sabe que ha salido a ver a

Durán, con quien está de acuerdo para ir a ver la finca esa y que a

lo mejor van también a Pontevedra.

- ¿Sigue teniendo cosas en Pontevedra?, me preguntó.

- Supongo que le seguirán quedando solares en aquello de

Monteporreiro que tú conoces.

- ¡Ah claro!, pero tú no le digas nada de esto, porque luego él

no me cuenta nada.

Me callé.

A la salida de misa, enfilaba la calle Brasil abajo con cierta

prisa. Quería hacer unas gestiones en dos Bancos. Pury me

esperaba al final y me dijo:

- Ya estuvo con Durán, pero no han ido a ninguna parte. Ahora

está en casa. Le ha dado un montón de papeles y dice que le ha

contado su vida, pero que en aquel momento no podía llevarle a

ningún sitio porque tenía otro compromiso. Luis dice que le

gustaría hablar estas cosas con papá, pero claro.

En aquél momento reaccioné respondiendo al mensaje

subterráneo que me parecía estar recibiendo y dije algo así como

¡qué me deje en paz! y es seguro que además puse mala cara. Ella

dijo algo que no pude entender, pero era clarísimo que había

quedado disgustada y así se marchó.

Page 273: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

272

Mientras estuve fuera de casa no dejé de pensar en estas dos

anécdotas y deseé fervientemente tener a Pury delante,

preferiblemente a solas, para dejar claro el procedimiento a seguir

en todo lo que se relacione con este muchacho. Al regresar estaba

sola en la cocina. Sin más preámbulos le dije:

- Antes de que sea más tarde, quiero decirte algo en relación

con lo que hemos hablado esta mañana. Estoy seguro de que has

entendido algo que yo no he querido decir a pesar de haberlo

dicho, porque es claro que, al menos yo, no soy capaz de sujetar

bien las palabras. Creo que es necesario que entendamos que

tenemos que hablar normalmente, quiere decirse, en familia, todo

lo que tengamos que hablar con este muchacho, sin andar con

secreteos y mucho menos a escondidas. Las cosas relativas a él

debemos hablarlas con normalidad y a ser posible delante de él.

Me escucha en silencio.

- Fíjate en el contenido de estas dos anécdotas y verás qué

interpretación puedo hacer de ellas. Esta mañana te acercas a

decirme de él algo en secreto y me adviertes que no le diga nada

porque si no, no te dice más cosas. Está bastante claro que tú

admites como normal el hecho de que a mí no me las cuente.

Luego, al mediodía, en plena calle, no sé si también en secreto, te

pones a contarme el resultado de su gestión y así, como que no

quiere la cosa, me vienes a decir que yo le tengo cohibido, que

conmigo no se puede hablar. Y las dos cosas juntas han provocado

en mí que dijese algo inadecuado. Insisto en que debes procurar

que lo que te cuenta a ti sola, porque a veces oigo que al llegar

viene junto de ti y habláis, y unas veces me dices y otras no me

dices, que le digas que conviene que esas cosas las hable cuando

estemos todos juntos, y un momento, muy adecuado, es en la

Page 274: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

273

mesa. Y si la cosa tiene mayor urgencia, con llamarme a vuestro

lado la cuestión quedará resuelta. Y será entonces cuando daré mi

opinión respecto de lo que me cuente y será positiva o negativa

según me parezca. Por ejemplo, si llega a decirme algo de esta su

entrevista con Durán, le diré mi impresión, que será la misma que

te adelanto ahora. ¡Eso es otro portazo en las narices! Y aunque

me equivoque, cosa que me alegraría, tendré que decirle que el

camino de solución que tiene que encontrar no va por esa parte.

Si no lo entendemos así, va a resultar que unas veces por activa y

otras por pasiva, la presencia de este muchacho en casa va seguir

siendo motivo de disgustos.

- Yo no sé si te va a decir algo de esa entrevista, a lo mejor te lo

dice luego.

- Yo tampoco lo sé, pero me atrevo asegurar que no me dirá

nada, si no al tiempo.

- Lo que yo no sé si es bueno, es decirle así de pronto que eso

puede ser otro portazo.

- Lo que sin duda alguna no es bueno, si no todo lo contrario,

es permitirle que se instale definitivamente en la luna, donde me

parece que todavía sigue.

Page 275: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

274

16 de Diciembre

Sábado, Me dispongo a salir de casa sobre las once y media. Él

está en la habitación de Margarita.

Al ver que me marcho sin decirle nada más que hasta luego se

levanta y dice:

- Papá, que no tengo dinero.

- Y yo tampoco. De todas las formas, los ocho días no se

cumplen hasta hoy a mediodía y, por tanto, tendrás que cuidar de

administrarte un poco mejor, para no verte en situaciones así.

- Los ocho días se cumplieron ayer.

- Tú cuenta bien cuántos días han transcurrido desde el viernes

y verás. Además, como quiera que sea tendrás que aguantarte,

porque como te he dicho, yo tampoco tengo dinero.

- Bueno, claro.

Al regresar, pasada las una y media de la tarde he entrado

junto a él en la habitación de Marga.

- Toma.

Le he dado dos billetes de mil pesetas.

Las ha tomado sin mirarme, y sin mirarlas, y las ha metido en el

bolsillo izquierdo del pantalón.

- De nada, ¿eh?, de nada.

- Gracias.

Tan por lo bajo que casi es imposible bajarlo más.

- De nada, hombre, de nada.

Page 276: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

275

A las dos ha salido a la calle y ha vuelto cerca de las tres.

Page 277: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

276

31 de Diciembre

Domingo. En la comida de Navidad del día 25, en casa de

Cristina, vi como se tomó, en dos tiempos, una copa de cava,

valiéndose de que Manolo llenó su copa a la hora de los brindis.

Brindó con todos menos conmigo, que no hice la más mínima

intención de levantar mi copa, y se sirvió un formidable chorro de

vino de Oporto encima de un pedazo de tarta o empanada de

manzana.

Llamé la atención a Manolo por lo que me pareció una

imprudencia de su parte. Me dijo que cuando se dio cuenta ya era

tarde y que después no se atrevió a retirarle la copa. Tengo serias

dudas de que esa información sea totalmente sincera.

He sabido que el día 23, cuando fue invitado a cenar por Mary

Carmen y su marido, pidió que le sirvieran una cerveza a pesar de

que nadie le dio facilidades. El día 24, en la cena de Nochebuena,

habiéndome ausentado a la Misa de Gallo, a las doce de la noche,

a la hora de los brindis fue servido el cava por Mary Carmen,

quien dice que le miró con la intención clara de advertirle que sólo

era para brindar. Luego se olvidó de controlar qué fue lo que pasó

con el contenido.

Yo tengo la sensación de que a mi regreso y después, durante

el resto de la velada, que se prolongó hasta las cuatro o más de la

mañana, no he visto ninguna copa llena.

La comprobación de que este hombre ha aprovechado

cualquier oportunidad para seguir bebiendo, a pesar de la batida

que recibió en la reunión familiar del día nueve de este mismo

mes, me ha tenido inquieto durante toda la semana, pensando en

Page 278: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

277

lo que podría suceder en las nuevas ocasiones de brindar que

habrían de presentarse.

Decidí abordar el tema sobre las once y media de la mañana,

cuando estaba en lo que por ahora es su dormitorio, en el que

penetré sin aviso previo.

- Mira. Me parece que este es un momento adecuado para que

te diga un par de cosas. Luego a la mejor no tenemos oportunidad

de hacerlo con la discreción que nos brinda este sitio. La primera

es invitarte a pensar si cuando te disponías a venir hacia acá,

ahora hace casi un año, pudiste pensar que un día como hoy te

encontrarías en la situación en la que te encuentras.

- No. La verdad es que no.

- No, no. Si yo no quiero que me respondas. Te digo que

pienses en ello y veas si tienes algo que rectificar, porque supongo

que algo será necesario rectificar. Y que con el auxilio de Dios, del

diablo, o con el tuyo sólo, seas capaz de descubrirlo.

Silencio.

- La otra cosa que quiero decirte puede tener carácter de

súplica, de invitación o también puede tener carácter de

exigencia. Dependerá de ti. Yo prefiero que la consideres como

súplica. He comprobado que has aprovechado toda cuanta

oportunidad se te ha presentado desde el pasado día nueve para

seguir bebiendo. Bien sea con la disculpa de brindar, de ablandar

un pedazo de tarta sumergiéndola en media copa de Oporto, o

cualquiera otra. Todas te han venido bien. Y quiero decirte que si

hoy por la noche te sientes obligado a brindar y te atreves a

tomarte la copa, yo tengo capacidad para formarte un escándalo,

con lo que, por tu culpa, arruinaremos la noche a tu madre y a

todos los demás.

Page 279: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

278

- Sí, ya me di cuenta de que el otro día te pareció mal.

- No sólo me pareció mal. Me pareció un desprecio, un abuso,

una meada en la solapa, un reto, no sé. Algo que no puedo volver

a soportar. Si quieres seguir bebiendo, hazlo por lo menos donde

y cuando yo no te vea. Insisto, si quieres arruinar la noche no

tienes mejor cosa que hacer que volver a tomar una copa.

- Desde luego que no tengo ninguna intención de eso. Pero el

otro día no terminé la copa. Sólo di un sorbito después del brindis.

- Primero uno y después otro, con el que se terminó. Pero si no

se trata de dar sólo un sorbito, o tomar sólo una copa. Que tienes

que asumir que no puedes beber nada en absoluto. Que la cosa

está más que clara, sobre todo después de todas las opiniones de

la reunión del día nueve. Ya sé también que andas diciendo que el

otro día te metimos en una encerrona. Y es verdad. Te metimos

en una encerrona porque mi gusto personal y el de todos los

demás que dices que nos confabulamos para estar todos en

contra de ti, es precisamente el de machacarte vivo. No tenemos

nada mejor para pasarlo bomba. Bueno, por ahora creo que eso

es todo lo que tenía que decirte. Toma. Le di un billete dos billetes

de mil pesetas, que guardó sin ver. Esta vez no dijo gracias de

ninguna forma.

En la cena de fin de año en casa de Cristina brindó con agua,

pero con muy poca naturalidad. No tiene nada de particular. Yo lo

hice sólo con quienes me acercaron su copa.

Page 280: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

279

AÑO 1996

7 de Enero

Domingo. El viernes por la tarde, a eso de las ocho, ha

regresado a casa desde La Coruña, en unión de Mary Carmen y

familia, que venían a pasar con nosotros la fiesta de Reyes.

Él había ido a La Coruña el martes anterior, en compañía de un

tal José María Gil, esposo de Montse, amiga de Margarita, que se

dedica allí a la promoción de viviendas.

Entró en contacto con él por indicación de Margarita, quien

coincidió con el matrimonio tomando una copa en la cafetería El

Crisol. El promotor hablaba de las apreturas empresariales en las

que se encontraba. Él sólo, no podía ocuparse de todo, y

proyectaba contratar a un aparejador como colaborador.

Margarita sugirió, acaso mi hermano puede servirte, ¿por qué no

habláis?

Eso sucedía el día de Año Nuevo por la tarde y ese mismo día, a

las once de la noche, se reunían en la Cafetería Lido a instancias

del tal José María, de quien Margarita había advertido que se

trata de un hombre tremendamente impulsivo, que toma

decisiones a velocidades supersónicas.

Volvió a casa a la una y pico de la noche. Yo empezaba a

ponerme nervioso.

Mañana me voy a La Coruña, dijo, y comentó a grandes rasgos

lo bien que se habían caído recíprocamente el tal José María y él.

Page 281: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

280

El martes, sobre las once de la mañana se fue con José María a

La Coruña. Iba en plan de excursión, con las manos en el bolsillo,

sólo en plan de ver las obras que el otro tenía en marcha. El caso

es que empezó a presentarle como jefe y no sé qué más, y ese

mismo día ya se quedó a trabajar y se fue a cobijar en casa de su

hermana, donde al cabo de esos pocos días, los de esta primera

semana corta de Enero, ya han empezado a manifestarse

síntomas de incomodidad por parte del esposo de Mary.

En un momento del viernes día 5, mientras grabábamos la Gala

de Reyes, le tiré un poco de la lengua. No parecía tan loco de

contento conforme Mary había manifestado por teléfono, pero sí

se le veía satisfecho y pagado de su buena suerte, a lo que él

mismo llamaba milagro, conforme yo mismo había opinado.

Dijo que le nombra responsable de toda la parte técnica de la

empresa, que le prestará su propio coche durante los días en los

que él y su mujer estén de vacaciones en El Caribe, que luego

comprará un todo terreno para que sea utilizado por él, al servicio

de la empresa, y que a lo mejor terminarán siendo socios.

Pero no le había contratado ni dado de alta en la seguridad

social, según él, porque estaba allí totalmente indocumentado; no

sabía cuánto iría a ganar en esa empresa en la que parece ser que

tiene que trabajar algo así como catorce horas diarias, ni estaba

dispuesto a pedir a su empleador que le facilite algún anticipo

para que ya desde ahora pueda vivir en autonomía.

Se considera muy satisfecho y bien pagado, de momento, con

la confianza casi sin límites que le ha demostrado tener el José

María, porque pone la empresa en sus manos y, además, le presta

su propio coche.

Page 282: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

281

Para subsistir durante este mes y no sé bien si luego también,

me dijo que cuenta con la ayuda familiar, que está dispuesto a

seguir tomando por las buenas, que nadie le ha ofrecido y sin

haber consultado si le puede ser facilitada.

Me he mostrado en desacuerdo con esa disposición de ánimo

y, en aquel momento, zanjé la cuestión porque nos disponíamos a

cenar.

Hoy domingo, al regreso de misa Pury y yo, eran ya casi la una

y media, él estaba jugando con Rubén en el juego que los Reyes

habían dejado para mí en casa de Jose y Mar.

- Tú cómo piensas volver hoy a La Coruña, si es que piensas

volver.

- Pues no sé. No he tenido oportunidad de saber nada. Mato

marchó hace rato y Mary tampoco está ahora, así que ahora

cuando vengan ya veremos qué es lo que se decide.

- Pero...ven, ven para acá.

Y le he llevado hasta nuestro dormitorio.

- Pero vamos a ver hombre. ¿Qué es eso de estar esperando a

ver lo que se decide? Supongo que te das cuenta de que toda la

gente que tenéis que volver hoy a La Coruña no cabéis en el

coche. Y que no sé si los dos, pero al menos uno de los dos,

Margarita o tú tendréis que buscar otro acomodo. Pero es que tu

problema es tuyo, amigo mío, y que, por lo menos, has de tener el

genio de plantearlo en lugar de esperar a que te lo den resuelto. Y

como digo que el problema es tuyo, tampoco hubiese estado nada

mal que os hubieseis puesto de acuerdo Margarita y tú. Además,

si proyectas marchar, como quiera que sea, no sé por qué no estás

ya preparando el equipaje.

Page 283: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

282

- Para guardar un par de camisas y unos pantalones no se tarda

ni cinco minutos.

- Pero ¿qué plan es el que llevas? ¿Es que piensas volver todos

los fines de semana a mudarte o qué?

- Es una manera de decir, llevaré más cosas, llevaré unas

mudas.

- Pero es que... Bueno, mira. Antes de que se me olvide.

Devuélveme las llaves de casa. Si vas a quedarte en La Coruña allí

no te hacen falta para nada. Te las echaste al bolso, sin

consentimiento de nadie, y cuando las vuelvas a necesitar ya

veremos.

Echó mano al bolso del pantalón, sacó las llaves que me

entregó sin decir palabra.

- Supongo que no te extrañará que te diga, en este momento,

por muy satisfecho que te encuentres con ese proyecto, que mi

opinión respecto de ti no ha variado en absoluto. Te diría que ha

sucedido casi lo contrario. Tu problema básico no lo tienes

resuelto. Sigues estando en tensión siempre que te encuentras

delante de unas copas. Lo tienes totalmente abandonado y ahí

está agazapado y volverá a hacerte caer. Al tiempo. Volverá a

resurgir en cualquier momento y, por ahora, no te permite ver

con claridad casi nada. Estás en la luna querido. Vienes agarrado a

ese hermoso globo de colores que te han pintado, de ser hombre

de confianza, responsable técnico de toda la empresa, de

disponer del coche del jefe, con una chequera de qué sé yo, y

estás tan subido a él que no te das cuenta de que tienes que pisar

tierra, que lo tuyo es ganar dinero para poder vivir. Dime cómo

Page 284: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

283

piensas solucionar ese problema, que no es moco de pavo por

cierto.

- Pues ya te dije el otro día que provisionalmente con la ayuda

familiar.

- También yo te dije el otro día, cuando me exponías que

muchos días no podrás comer en casa, que no esperes dinero de

mi parte para nada de eso. Y que lo correcto, lo normal, por

donde quiera que se mire, es que tú le hubieses dicho ya a ese

señor, que necesitas alimentarte, que es algo que todos hacemos

y supongo que lo entenderá. Si lo que me estás diciendo es que

piensas seguir refugiándote en casa de tu hermana ¿quién eres tú

para considerarte con derecho a entrar así en la intimidad de una

pareja e imponerles tu presencia, así por las buenas? Lo normal es

que eso termine mal y que cree problemas en el matrimonio. Pero

hijo, si a mí me has llegado a hartar, qué cabe esperar que suceda

con tu cuñado. Déjate de historias y de músicas celestiales.

Abandona el proyecto de alquilar un apartamento, como me

decías la otra noche, pide a tu empleador un anticipo y busca un

sitio donde puedas estar decentemente sin dar la lata a nadie.

- ¿Qué pensarías tú, siendo empresario, de un empleado que a

los pocos días de llegar empiece por pedirte un anticipo?

- Te voy a decir lo que hubiese hecho yo a estas alturas, en un

caso como el tuyo. En estos momentos estarías despedido

precisamente por tu falta de decisión. No has hecho nada para

saber lo que te van a pagar, después de una semana de estar

trabajando catorce horas diarias.

- De manera que...

- Justo, has entendido bien. Yo te hubiese despedido. Si no eres

capaz de defender tus propios intereses, mal vas a defender los de

Page 285: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

284

la empresa. Así que ya ves, qué diferencia de criterios. Él puede

ser que haya decidido aprovecharse de ti, pensando, éste es un

pipiolo que me resulta barato y que me quitaré de encima cuando

me convenga.

- Pues no lo entiendo.

- Ya, ya, pero ese es tu problema. Y no creas que es opinión

mía exclusiva. El único que defiende tu punto de vista eres tú

exclusivamente. Y es sencillamente que tienes un concepto

equivocado de lo que es la autoestima y la dignidad personal. Te

aseguro que no la comprometerás en absoluto haciendo lo que no

haces porque no te atreves, porque no tienes humildad suficiente

o, porque como digo, tienes un concepto falso de la dignidad

personal. Y además, tengo que decirte que tampoco se te ha

ocurrido pensar qué clase de sujeto puede ser este hombre.

¿Quién te ha dicho que no te va a pasar algo parecido a lo del caso

Acevedo?

- ¿Quieres decir que antes de empezar a trabajar le tenía que

haber dicho, bien, pero espera un poco, que tengo que averiguar

quién eres?

- Si quieres confundirte de esa manera puedes hacerlo. Yo sigo

diciendo que tú has dispuesto de medios para saber algo en ese

sentido antes de que sea demasiado tarde. Que si se repite el caso

de Acevedo te pone contra las cuerdas. De momento, tú ya le has

entregado una semana de tu tiempo y no sabes a cambio de qué.

Y también te digo que si el empresario se da cuenta de que ha

encontrado al hombre que necesita, no deja que se le escape por

unas pesetas que le piden en forma de anticipo. Eso no lo hace

nadie que tenga sentido común. Yo en el Banco he autorizado

Page 286: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

285

anticipos a gentes de nuevo ingreso que planteaban su necesidad

de forma ordenada. No es que se hayan atendido todas las

peticiones, pero si el muchacho ofrecía expectativas de encajar

bien, se le ha concedido para que lo devuelva en unos pocos

meses y ya está. Que ni siquiera sería éste el caso que tú habrías

de plantear.

- Pues no lo entiendo.

- Pues bueno. ¿Qué te voy a hacer? Bueno toma. A ver si son

éstas las últimas dos mil pesetas que de mí necesitas.

- Al tomarlas, me miró con ganas de decirme, no sé qué. Acaso

algo feo. Pero las tomó y calló

- Bueno y que Dios te bendiga.

- A ver si es verdad.

Por fin se marchó a las siete de la tarde, junto con Margarita en

el coche de su amiga Katy.

Page 287: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

286

Carta, 11 de Enero, Vigo

Querido hijo:

Estoy seguro que sabes, o cuando menos supones, que estoy

enterado del importante paso que diste el pasado día 7 en busca

del camino que has de seguir a partir de ahora para encontrarte

contigo mismo y con tu esencia, también con tus raíces, y el

verdadero sentido de tu vida.

Experimenté una serena alegría cuando recibí la noticia y di

gracias a Dios por ello. ¡Buen regalo de Reyes!, dije para mí.

También tu madre se alegró mucho, acaso más que yo.

Pero ¡ojo! Te digo a ti. Un paso sólo es un paso y tú sabes que

la meta está lejos demandando esfuerzos, sudores y sacrificios.

Hay que seguir dando pasos. Cada día hay que llegar a su final y

sentir entonces, en su final, la satisfacción de haber superado toda

posible tentación de reincidir en la contemplación paupérrima del

propio ombligo o en lastimeras lamentaciones de la mala suerte.

¡Aterrizando!. Que es gerundio. Busca alguna ocupación para

las muchas y largas horas de tu vida de cada día y no permitas en

modo alguno que se te escapen los días rascándote la barriga o

complicando tu vida únicamente con los problemas de la tele o del

fútbol.

Es parte fundamental de la terapia que necesitas. Pero en fin,

antes que todo y después de todo, lo que quiero transmitirte es la

seguridad de que nos tendrás a tu lado siempre que así lo desees,

y nosotros contentos por ello.

Por si alguna vez sientes la necesidad o el deseo de

comunicarte con nosotros, no estaría mal que utilices el ordenador

Page 288: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

287

y si acaso lo prefieres, de vez en cuando puedes llamarnos por

teléfono a cobro revertido. Un abrazo y que dure.

Page 289: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

288

15 de Mayo

Jueves. Sobre las diez de la mañana llama Mary Carmen desde

La Coruña.

En esos momentos estoy tratando de atender el encargo que

me han hecho por teléfono unos técnicos de Telefónica. Están

intentando resolver el problema que no me permite conectar con

Infovía por medio del módem instalado en mi ordenador. Es una

cuestión que me viene absorbiendo mucho tiempo desde hace

unos quince días por lo menos y, teóricamente, la línea está a

punto de ser ocupada con las pruebas que dichos técnicos quieren

realizar.

Mary me anunció que la tormenta que me había parecido ver

por aquí unos pocos días antes, se había presentado en La Coruña

con todo su séquito de nubarrones. Mira que ahora no puedo

atenderte, le dije, que estoy con este lío, yo te llamaré luego.

Un poco antes también había llamado Cristina. Quería saber de

qué modo podría conseguir entradas para la exposición de la obra

de Goya, organizada en el Museo del Prado para celebrar el

doscientos cincuenta aniversario del pintor, la cual se propone

visitar aprovechando su viaje a Madrid para tocar el violonchelo

formando parte de un conjunto de noveles.

Entre ambas llamadas había recibido otra, la de los técnicos de

Telefónica, interesados en conocer el resultado de mi intento de

conexión con Infovía. Les dije que no me había sido posible como

consecuencia de esa acumulación de llamadas. No pude decirles

además que el ordenador se me había puesto patas arriba, porque

entonces no era consciente de que tal cosa me había sucedido,

Page 290: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

289

pero luego tuve la sensación de que había sido provocado por

alguna manipulación defectuosa por mi parte. Me prometieron

llamar más tarde para saber qué era lo que en definitiva sucedía.

Puse en orden todas las cosas que en el programa de Infovía

habían quedado tan maltrechas como si entre ellas se hubiese

colado algún viento huracanado procedente de la tormenta

avistada en La Coruña y, casi sin pretenderlo, o al menos sin

haberlo pretendido de una manera ordenada, me encontré con

que se había iniciado la conexión y que resultaba efectiva de

verdad. Repetí la prueba por medio de las otras dos modalidades

que permite el programa y con ambos obtuve un resultado

positivo.

Llamé a Pury para darle cuenta de la novedosa realidad, pero

yo no sentía el gusto íntimo de considerar que el problema estaba

resuelto. Y según más tarde pude saber, no estaba efectivamente

resuelto y sigue sin estarlo.

Fue entonces cuando me decidí a desayunar y, a continuación,

busqué y encontré la solución que demandaba Cristinuca. Luego,

de acuerdo con Pury, llamé a Mary Carmen para conocer la causas

de su inquietud.

Como quiera que estuviera en casa Isabel, la chica encargada

de la limpieza, me retiré al dormitorio para no dar oídos a sordos.

Desde allí no se oía nada bien y la situación empeoró

notablemente cuando a Pury le dio por levantar el auricular del

teléfono fijo, con lo que, manteniéndose en silencio, pretendía

seguir la conversación entre Mary y yo. Hubo de desistir de su

propósito. En aquella situación era imposible entender algo de lo

que Mary decía.

Page 291: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

290

Antes de registrar los términos de la conversación con Mary

Carmen considero necesario dejar constancia de unos

antecedentes que ayudarán a comprender mejor lo que ahora

pasa, que es exactamente lo que quiero relatar a continuación...

Éste es uno de ellos.

Desde el día 7 de Enero, fecha en la que Luis Ángel salió de

casa para ir a La Coruña en compañía de sus hermanos, no hemos

vuelto a tener noticia alguna de su parte, ni de palabra ni por

escrito. Nada, lo que se dice absolutamente nada. Por lo que de él

depende, exactamente igual que si se lo hubiese tragado la tierra.

Supimos no obstante que durante el primer mes sentó sus reales

en casa de Mary Carmen, y allí comió y durmió como si hubiese

venido al mundo en el seno de aquella familia. Todo ello, a pesar

de que Mary le había advertido que no le tendría en casa por

tiempo superior a una semana, mientras él encontraba

alojamiento para organizar su vida a su aire, y de que el cuñado

Mato no le ponía buena cara por la continuación de su presencia.

Él no se atrevió nunca a pedir a su empleador que le

adelantase alguna cantidad de dinero para atender por lo menos

los llamados gastos de bolsillo, por lo que durante las dos o tres

primeras semanas siguió socaliñando a su hermana.

Llegó un momento en el que al patrono se le ocurrió pensar

que le haría falta algún dinero y le adelantó una cantidad, cuyo

importe creo no haber conocido nunca. Supimos que había

entregado en una agencia inmobiliaria 19.000 ptas. con la

promesa de que en el plazo de seis meses encontrarían para él un

piso o apartamento ajustado a sus preferencias de ubicación,

amueblamiento y precio, y que a partir de entonces empezó a

Page 292: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

291

llegar a casa a horas intempestivas, tanto a la hora de comer

como a la de cenar, varias veces con una copilla de más, como

dice su madre, a quien todavía le cuesta un esfuerzo casi

sobrehumano el admitir que su hijo es un alcohólico y, de vez en

cuando, todavía alienta la esperanza de encontrar soluciones al

margen de esa realidad cruel.

Fue en una de esas situaciones cuando desapareció de casa

después de haber comido un viernes mucho más tarde de lo que

es habitual y estuvieron durante dos días y medio sin saber nada

de él. Les llamó el domingo, en torno a las doce de la noche,

desde la pensión que le había sido recomendada por Mary

Carmen, próxima a su casa, porque le pareció que estaba muy

bien de precio. Explicó que la noche del viernes había dormido en

un hostal próximo a la casa de Margarita, donde le habían

clavado. Que se le había hecho tarde y que por no llamarles a una

hora poco prudente optó por acercarse a casa de Marga, a la que

supongo que tampoco se atrevió a llamar, aunque no sé bien qué

otra disculpa dio. El sábado optó por ir a la pensión que le había

recomendado Mary y, desde ella, les llamó el domingo siguiente a

última hora de la noche.

Mary conoce el número del teléfono de esa pensión y alguna

vez se lo ha ofrecido a su madre, quien ha preferido no tomarlo, y

a mí me ha parecido muy bien; esperando que fuese el mismo Luis

quien lo facilitase. Esto quiere decir que nosotros tampoco hemos

tomado nunca la iniciativa de llamarle y, aunque no entro en

consideraciones de si esta actitud está más o menos ajustada a los

criterios de la caridad cristiana, la verdad es que tengo que decir

que no siento remordimiento alguno por ello. ¡Que Dios me

perdone!

Page 293: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

292

También sabemos que este hombre se consideró el amo y

señor de la empresa durante los ocho días que duró el viaje de

vacaciones de su jefe por El Caribe. Eran prácticamente los

primeros que dedicaba a dicha empresa y el jefe delegó en él

todos los poderes con excepción hecha del manejo de las cuentas.

Durante ese tiempo manejó el coche del jefe. A su regreso le fue

asignado el uso del coche de la esposa del jefe y un teléfono

portátil que llevaba todo el día colgado del cinto como símbolo de

su importancia como ejecutivo de primera fila.

Cuando llegó el momento de liquidar el primer mes, el jefe

ofreció pagarle 175.000 ptas., supongo que brutas. Luis Ángel

respondiendo a la pregunta que le hizo dijo que le parecía poco y

el otro, ni corto ni perezoso, elevó el sueldo a 200.000 ptas. y

además convino en hacerle partícipe en los beneficios de

próximas promociones de vivienda, alguna de las cuales tenía ya

en marcha. Esa participación en los beneficios sería totalmente

independiente del premio de 10.000 ptas. que le serían

entregadas por cada día de adelanto que consiguiese en la

terminación final de la obra según el plan inicialmente aprobado.

En justa reciprocidad, el premio se convertiría en penalización con

igual importe si en lugar de adelanto la finalización se retrasaba.

Pero de eso no había riesgo alguno.

Él sabe perfectamente y, mucho mejor que nadie o que todos,

cómo hay que organizar las cosas para que todo el mundo rinda al

máximo con el menor esfuerzo. Todo es cosa de pensarlo bien y

proyectarlo mejor. En la entrega de la próxima obra podría

obtener como poco un adelanto del orden de los 60 días.

Y pasaron como quince o veinte días sin que diese señales de

vida por parte alguna. Mary tenía en su casa un montón de ropa

Page 294: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

293

interior que había dejado allí con el fin de que se la lavase y no iba

a buscarla, ni decía nada. Un fin de semana, por fin, apareció por

casa. Hablaron de cosas, todo estaba bien y se marchó

prometiendo que volvería otro rato para llevarse las mudas

limpias. A Mary le pareció que el hombre estaba ausente, pero...

Al cabo de otros pocos días, en vista de que no aparecía, optó

por llamarle a la oficina. No sé si es que el teléfono móvil ya

estaba fuera de servicio o es que Mary quería evitar el coste de

una conferencia interprovincial, lo que también me parece lógico.

La chica de la oficina, cuñada del jefe, le dijo que su hermano ya

no trabajaba allí y se lamentó por haber tenido que ser ella la que

diese tal noticia, que ella pensaba que Mary ya lo sabía.

A los pocos días, por manifestaciones del propio Luis Ángel a

Mary, supimos que el cese en aquella empresa había sido algo

convenido entre él y su patrono. La razón fue que Luis no podía

soportar, porque su dignidad de hombre solidario con los

menesterosos no se lo permitía, ver impasiblemente con cuanta

dureza de corazón trataba el jefe a sus proveedores. Él había

recibido instrucciones de plantear a un determinado proveedor

unas determinadas condiciones en relación con no sé qué negocio

y, según pretendió que le creyese su hermana, le recriminó

diciendo que la época de los negreros explotadores estaba ya muy

superada y que, por tanto, no cumpliría su orden. El patrono le

respondió diciendo que muy bien, que dijese cómo quería

terminar la relación laboral con aquella empresa, si peleándose o

como amiguetes. Si prefieres que quedemos como amigos, yo

hablaré bien de ti y te liquidaré ahora los días trabajados de este

mes. De otro modo tendremos que vernos las caras en la

Magistratura, le dijo el jefe sin excitarse lo más mínimo. Luis Ángel

dijo que ¡en qué cabeza cabe! ¡Cómo piensas que voy a pelearme

Page 295: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

294

contigo, con lo bien que me caes! Y así se largo de allí con el

bolsillo caliente, creyéndose el amo del mundo, porque por

aquellos días había llegado por allí su amigo Acevedo a pagarle la

colaboración en el proyecto que les había entretenido todo el

verano y parte del otoño pasados.

Mis noticias son que recibió por ese concepto unas 300.000

ptas. y que por aquellas fechas mandó unos dineros a sus hijos y a

su ex mujer. No puedo precisar cuánto.

Pero según Mary, el hombre se veía feliz. Se había liberado de

la tiranía del aquel hombre y además había quedado como amigo.

Ahora, en sociedad con otros dos colaboradores del propio José

María - así se llama el empresario -, montará una empresa que

inclusive podrá trabajar para el mismo José María, porque para

eso han quedado como amigos.

En algún momento se ha sabido que la razón por la cual se

terminó aquella relación laboral no tiene nada que ver con la

versión dada por Luis Ángel. La iniciativa fue de José María, el

empresario amigo. Este no es mi hombre, se dijo o le dijo. Yo no

necesito a alguien que esté allí donde yo no puedo estar. Tiene

que ser el primero en llegar a la obra que le ha sido encomendada

para controlar la llegada de los obreros, y distribuirles el trabajo y,

por contra, tú llegas a las 9, 9,30 y a veces a las 10 de la mañana, y

así no puede ser.

Y a partir de entonces, que debió ser hacia últimos de Febrero,

desapareció de la escena y nunca se ha vuelto a saber nada de él

hasta la víspera del día de San Isidro Labrador, según relataré a

continuación, a pesar de las reiteradas llamadas que Mary ha

hecho a la pensión de la que se le suponía pupilo.

Page 296: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

295

Pero antes he de hablar de otro antecedente para que se

entienda bien qué es eso de la tormenta a la que me referí en el

principio.

La cosa fue así. Algún día de los comprendidos en la semana

que fue del 6 al 12 de Mayo, con excepción clarísima del domingo,

acaso el viernes, a eso de las ocho de la tarde, se recibió en casa

una llamada telefónica que, como de costumbre, recibió Pury. Yo

estaba rindiendo mi lección de inglés y sin embargo oí

perfectamente que Pury decía repetidamente: ¿quién eres?, ¡no,

no te conozco! ¡Ah hombre!, pues ya era hora. ¡Ay que ver! ¿Pero

eres tú, Luis Ángel Alonso Ramos? Pues es que no me pareces tú.

Luego le preguntó por su trabajo, por aquella empresa que decían

que ibas a montar, y unas cuentas cosillas de ese orden, y de

pronto se ha cortado la comunicación.

Cuando vino junto a mí, recalcando mucho que su voz no le

parecía la de su hijo y que tampoco ofrecía los síntomas típicos del

borracho, estaba convencida de que había hablado con Luis Ángel.

Se había extrañado que no le conociese. Estaba en Las Traviesas a

donde había llegado con un amigo, se volvería a La Coruña,

porque a ver qué remedio le quedaba, y en cuanto a lo demás,

pues estaba tirandillo, porque no sale nada.

Como quiera que el corte de la comunicación ofreciera todas

las características de que estaba llamando desde una cabina,

inmediatamente nos pusimos a la espera de la nueva llamada que

suponíamos se produciría a continuación. Pero no fue así, y

tuvimos tiempo de hacer toda suerte de conjeturas, mejor dicho,

nuestras conjeturas fueron todas muy pesimistas.

Convencidos de que era él quien había llamado y, sin encontrar

ninguna explicación lógica a esa forma de presentarse en escena

Page 297: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

296

después de tanto tiempo de silencio, a aún pesar de tener

presente que su voz no parecía la suya, yo tuve por cierto que

todo ello no era nada más que una estrategia de aproximación, de

tomar el pulso a la realidad con ánimo de volver a instalarse en

casa tan pronto como le oiga decir a alguno de nosotros que

venga por aquí. A lo que yo tenía y sigo teniendo todavía el

propósito de resistirme con todas mis fuerzas, porque estoy

seguro de que con eso no voy a conseguir nada más que

amargarme la vida, como realmente me sucedió durante todo el

año pasado.

Pury me argumentó en seguida que ella no tiene fuerzas para

cerrarle la puerta y que eso es algo que ella no hará nunca. He

replicado diciéndole que mi propósito no es abandonarle a su

suerte, aunque bien cierto es que poco puedo ayudarle como él

siga sin dejarse ayudar. Lo que no quiero hacer es volver a meterlo

en casa para que siga dándose la vida padre, engañándose y

engañándome siempre que pueda, atentando descaradamente

contra todas mis convicciones y formas de entender la vida, pero

que, aunque estoy seguro de que nada me obliga desde el punto

de vista legal, creo que en conciencia debo ayudarle si es que me

lo pide, dándole una cantidad de dinero mensual para que pueda

seguir pagando la pensión en la que se encuentra y otra cantidad

para que se alimente, aún a sabiendas de que una parte irá a

parar a cervezas y a tabaco.

Y me propuse hacerme el duro y permitir que el agua le llegue

por encima del bigote antes de soltar la pasta, porque tengo todo

el temor del mundo de que este muchacho se acomoda a vivir

miserablemente y de ahí no es capaz de salir.

Page 298: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

297

Como quiera que no llegó a producirse nunca la continuación

de la llamada que lógicamente era de esperar, por la noche decidí

ofrecer a Mary un comentario de lo sucedido. Al día siguiente hice

otro tanto con Jose. Ambos tuvieron una reacción muy en

consonancia con la nuestra, extrañados por un procedimiento tan

fuera de tono, y se mostraron convencidos de que si no hay más

remedio que ayudarle lo mejor será hacerlo de modo que no se

ponga en peligro la paz del hogar. Para iniciar dicho comentario

con Mary utilicé el símil de la tormenta que se acerca y de ahí que

ella me dijese que la tormenta ya había llegado por allí.

Porque efectivamente, después de haberle perseguido

reiterativamente, hace una serie de días consiguió localizarle por

teléfono en su pensión. ¡Pero hombre!, ¿donde andas?, que hace

un montón de días que te estoy llamando y...

- Pues no sé cómo habrá sido, contestó. Yo las mañanas las

paso aquí y por las tardes salgo de gestión por ahí a ver si sale

algo.

Y entonces le pidió que fuese por casa para ver un vídeo

que su “ex” tenía mucho interés en que viese.

Supongo yo, y también mi mujer, que el interés de Margarita,

la canaria, era que el padre de sus hijos viera la fiesta que le había

organizado a Yago. Era la del último cumpleaños de su hijo el

mayor y, efectivamente, en ella había mucho ambiente de fiesta,

las canciones típicas entonadas por un montón de gente joven y

menos joven, con unas rimas alusivas al mozo, que

indudablemente habían sido escritas por la abuela Margarita; un

intensivo ofrecimiento de regalos de parte de primos, tíos y

demás parientes, y muy especialmente el que presentó la misma

abuela de parte de el abuelo Pepe, para lo cual la cámara se cuidó

Page 299: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

298

de captar, claro es que sin ningún esfuerzo, la mano que se alzaba

sobre aquel torbellino de gentes llevando algunos billetes de

banco que a mí me parecieron de 5.000 ptas. y a la abuela Pury de

10.000.

Se conoce que al padre del homenajeado no le hizo demasiada

ilusión ver el vídeo de la fiesta del cumple de su hijo y dejó pasar

tranquilamente una serie de días. No se presentó hasta el día de

San Isidro y lo hizo tan alejado de la realidad como siempre.

Situado en un mundo distinto, el suyo, que ni siquiera él sabe

donde está. Está sin trabajo y sin nada que hacer, esperando que

el Ayuntamiento de El Ferrol y de La Coruña se manifiesten sobre

la oferta que según dice les ha formulado, junto con un presunto

socio capitalista, para adquirir no sé qué tipo ni qué cantidad de

forjados que, ahí es nada, están dispuestos a fabricar.

Con esa finalidad estuvo en Gijón algunos días al pronto de

haberse quedado sin empleo. Piensa que el Ayuntamiento de La

Coruña le dará respuesta mañana mismo y, mientras tanto, le ha

pedido a su hermana que le deje algún dinero para pasar este

bache, pues ya le tiene dicho a su socio que es menester activar la

solución porque el saco se está acabando.

Mary le dio 4.000 ptas. y le advirtió que no habrá más dinero,

que nadie de la familia aprueba esa forma de ayudarle porque

todos sabemos que le servirá para hundirse más. Aquel día le

pidió que se quedase a comer a pesar de la mala cara que le puso

su marido y, en algún momento de la tarde, que la paso allí en

casa persiguiendo por teléfono a no sé que fantasma del que

espera noticias que le pongan a flote, le dijo que se ponga a

trabajar, que busque trabajo y se deje de esas fantasmadas. Él

replica diciendo que todo eso se dice muy pronto, pero que le

Page 300: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

299

digan en qué y donde puede trabajar, que de peón no lo quiere

nadie y de otra cosa no sabe en donde encontrarla.

Parece ser que vio el vídeo sin hacer ningún comentario de

nada, como aquel que oye llover, y sobre las nueve de la noche se

marchó sabiendo que aquellas puertas quedaban abiertas para él

pero en modo alguno para que las convierta otra vez en las de su

domicilio habitual.

El día siguiente, a la una o poco más de la tarde, estaba

llamando nuevamente a la puerta de la calle. Mary lo vio y no

quiso abrirle, pero el insistió. Ella siguió haciendo oídos sordos y

como quiera que hubiera de salir en aquella hora precisamente

para ir a buscar a los niños a la salida del cole, optó por darle

esquinazo saliendo por la puerta del garaje. Cuando llegó al

colegio se encontró con que allí estaba su hermano.

Pues casi me voy a tu casa para hacer unas llamadas por

teléfono a ver si encuentro a ese hombre, le dijo a su hermana

con la mayor naturalidad del mundo. Nadie le invitó a que se

quedase a comer pero a la hora de la comida se sentó a la mesa

como si tal cosa, con la misma naturalidad de antes. Mary decía

que se lo permitió porque aquel día no estaba Mato en casa,

quien además de haberse enfadado mucho cuando se enteró de

que le había dado las cuatro mil pesetas, dijo claramente que no

quería verle por allí de manera habitual ni tampoco un día sí y

otro también.

Ella se lo contó todo, tal cual, sin recibir respuesta alguna a

pesar de que una buena parte de la tarde se mantuvo como

pegado a ella, sin decir nada, y venga fumar pitillo tras pitillo.

Cuando se despegó fue para ir a sentarse frente al ordenador y

ponerse a jugar. Esto la sacó de quicio, se fue a él y le echó la

Page 301: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

300

bronca padre. Le ordenó con gran autoridad que apagase el

ordenador y que se dedicase a buscar trabajo, para lo cual le

señaló dos o tres llamadas telefónicas que hacer. Salió para ir a

ver a una de las casas con las que había conectado y al poco volvió

para decir que había llegado tarde. Que el puesto de delineante

por el que se interesaba había sido cubierto aquella misma

mañana. Y a eso de las nueve de la noche se volvió a marchar.

Ese mismo día, por la mañana, al pronto de llegar del colegio,

como quiera que él no hiciera ninguna mención a su estancia en

Vigo de unos días antes ni a que había llamado a casa, se lo

planteó Mary abiertamente afeándole su proceder. El negó

redondamente haber hecho nada de todo aquello, y prometió, y

juro, y dio su palabra de honor de que no había estado en Vigo y

de que tampoco nos había llamado desde Vigo ni desde ningún

otro sitio. Que en qué cabeza cabía que estando en Vigo ni iba a

haber venido por casa. Mary le prometió que no le creía y algo por

el estilo le dije yo cuando al poco rato llamó por teléfono a su

madre, con permiso de Mary, para deshacer lo que él consideraba

un mal entendido. Pury repitió, en conversación con él, las

mismas palabras que le había dedicado el día de autos, y una y

otra vez le dijo que era verdad que la voz de aquel día no le

pareció nunca la suya.

Mientras ellos hablaban repitiendo siempre lo mismo, yo me

acerqué al micrófono y dije en voz alta para que me oyese: ¡Tan

mal estabas ese día que ya no te acuerdas de lo que hiciste,

hombre! Parece ser que el hombre quedó muy dolido de que

nadie diésemos crédito a sus palabras. Su madre pudo decirle

antes de colgar que eso es simplemente una consecuencia de su

manera de vivir. Más tarde se ha abierto paso en mi conciencia la

Page 302: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

301

posibilidad de que la llamada de aquel cuya voz no parecía la de

Luis Ángel, fuese la de algún estúpido bromista que no tiene nada

mejor que hacer que gastarse unos duros tan a lo tonto.

El viernes siguiente, día 18, Jose y Mar, se fueron a La Coruña

con los niños a pasar el fin de semana con aquella familia. Como

es lógico y casi obligado, estuvieron manoseando esta cuestión

por activa y por pasiva. Según versión de Mar, en la madrugada

del domingo estuvieron dándole vueltas al tema hasta las cinco de

la mañana y en ningún momento a lo largo de todo el fin de

semana tuvieron ocasión de verse con Luis Ángel. Mar decía a su

suegra, cuando el lunes de mañana fue a verla a su casa para

tomar el pulso de la situación con la disculpa de saber cómo lo

habían pasado los niños, que había sido una pena que Luis no se

hubiese acercado por allí en ningún momento, que lo que habían

hablado entre ellos también lo podrían haber hablado en su

presencia y que así...

Cosas así hemos hablado ya muchas veces de muy distinta

forma y así nunca han sido positivas y los síntomas, por donde

quieran que se miren, siguen siendo los mismos.

Con este tema, como con cualquier otro, sucede que a fuerza

de manosearlo llega un momento en el que nadie vemos las cosas

claras. Pury llegó ese día a casa diciendo que Mar tiene miedo de

que en esta situación, a lo peor cualquier día le da por hacer una

tontería y que ella viene pensando lo mismo desde hace mucho

tiempo. Que sí, que está muy bien eso de permitir que el agua le

llegue a no sé que sitio, pero que a ver si algún día tenemos que

lamentarlo y vivir con ese pesar para el resto de nuestras vidas.

¡Dios mío! ¡Qué difícil! Le pedí que intente defender su paz

interior pensando en positivo, pero no me es fácil dialogar con ella

Page 303: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

302

en estos términos. Será que yo no tengo mentalidad de madre.

Por la noche de ese mismo día, tuve oportunidad de cambiar en

privado unas impresiones a ese respecto con Mary por teléfono y

con Cristina en su casa. Ambas coinciden en esta ocasión conmigo.

¡Menos mal!, y colaborarán a quitar pesimismo a los

pensamientos de su madre. Ambas dicen que Luis sabe que puede

llamar a la puerta de la casa de sus padres y que no es bueno, por

ahora, ponerle las cosas en bandeja.

En la conversación con Mary supe que está comiendo de

prestado. Que en la casa en la que ha venido comiendo

habitualmente ha pedido que le fíen durante una semana.

Y ahí tenemos nuevamente a su madre sufriendo por el hecho

de que haya tenido que pasar por la vergüenza de pedir que le

den de comer a la fía, con lo duro que tiene que ser eso.

No te preocupes, que más duro, incomparablemente más

duro, es el hambre, le dije. Pero sus preocupaciones ahí están con

la tozudez de la realidad. Sí, pero cuando se acabe esa semana y

no tenga con qué pagar ¿entonces qué?

Pues yo estoy seguro que alguna solución encontrará. Deja que

sea él el que se preocupe por sus problemas ¿no te parece? Que

Dios nos ayude. Amé

Page 304: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

303

22 de Octubre

Es el 47º aniversario de nuestro matrimonio.

La celebración ha consistido en un beso extraordinario a media

mañana, cuando caímos en la cuenta de que nos encontrábamos

en tal efemérides, y una comida preparada como cada día con

amor renovado que siempre encuentra motivos de superación.

Gracias a Dios. A esas horas ninguno de los hijos se ha hecho eco

de tal conmemoración. Más tarde fueron llegando los testimonios

que llegaron. Especial mención merece el presente floral de la

“nena” y familia.

Son pasadas las once de la noche y suena el teléfono. En contra

de su costumbre, es Pury quien me invita a descolgar. Se

encuentra ocupada preparando la cena. De no ser así, hubiese

pospuesto cualquiera otra ocupación para atender al teléfono, al

que yo tengo la impresión de que acude siempre esperando

recibir una llamada como la que entonces se recibía.

- ¡Hola!, dígame.

- ¿Papá? Felicidades.

- ¡Caramba, hijo!, ¿de dónde sales? Gracias por tu felicitación,

pero...

- Yo no lo sabía. Me lo dijo Mary y pensé que era una buena

ocasión para...

- Bueno, hombre, bueno. Y ¿qué tal estás?

- Pues bien. Aunque parece ser que tengo gases. Estos días de

atrás me encontraba incómodo y fui al médico. Y me dijo que

Page 305: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

304

tengo gases. ¿Cómo es posible, le dije, si yo de siempre he tirado

unos pedos en toda la regla y echado unos regüeldos formidables?

Pero sí, me dijo que no estoy enfermo, pero que tengo gases. Me

recetó unas pastillas y parece que no va mal. ¡Ah, mira!, que a lo

mejor te hace ilusión saber que desde hace más de un mes no he

vuelto a tomar una cerveza, a lo mejor eso tiene algo que ver con

los gases.

- ¿Y cuánto fumas?

- Pues mucho, desgraciadamente.

- Ya. Con eso de la cerveza creo que son otra clase de gases los

que tendrías que eliminar, pero en fin, en este momento pienso

que no vale la pena que me meta en esos berenjenales. Hace casi

un año que saliste casa, donde sabes que tienes unos padres que

te siguen queriendo y tú sin tener nunca nada que decir. Quiero

decirte que, por mi parte, tampoco he hecho nada para conocer

tu dirección y que me he limitado a esperar.

- ¿Qué sabes de tus hijos? ¿Te comunicas algo con ellos?

- Pues sí, claro.

- ¿Cuando lo has hecho?

- Pues..., hace algo así como un mes.

- Ya. A últimos de Julio me escribieron los dos a Porquera. No

sé si por discreción o por qué, la verdad es que ninguno de los dos

te mencionaba, ni para bien, ni para mal. Cuando yo les contesté a

finales de Agosto, hube de decirles que de su padre no podía

decirles absolutamente nada, porque nada conocía. Vas a

conseguir que tus hijos te olviden del todo.

Se produce un silencio.

Page 306: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

305

- Bueno y ahora donde estás.

- Pues aquí, en casa.

- ¿En la pensión?

- Sí, claro.

- ¿Y a qué te dedicas?

- Pues aquí estoy haciendo de carpintero. Sobreviviendo. Este

amigo, que conocí en Valladolid, tiene una empresa constructora

y una tienda de bricolaje. Mientras no sale alguna obra, pues me

dedico a ordenar cosas por aquí, en fin, haciendo de carpintero,

como te digo.

- Total, que te has acomodado a vivir de chapuzas.

- En absoluto. Nada de eso.

- Bueno, bueno, pues ya me dirás. Antes dijiste que no sabías

que hoy es nuestro aniversario. Lo que pasa es que se te ha

olvidado, porque alguna vez los has sabido.

Hay un nuevo silencio

- El caso es que no sé qué decirte.

- Normal. Caminando por esos caminos de soledad todo queda

reseco, todo se olvida. Sucederá que cualquier día nos

encontraremos en la calle y como no tendremos nada que

decirnos, nos limitaremos a decirnos ¡hasta luego!

Otro momento silencioso.

- Bueno hijo, un abrazo.

Otro para ti.

Page 307: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

306

24 de Noviembre

Estamos en La Coruña desde ayer tarde, sábado, en casa de

Mary Carmen y familia, adonde llegamos acompañados de

Margarita que regresaba de Lisboa, de dar una conferencia de no

sé qué.

El motivo oficial del viaje era acudir a la celebración del

séptimo cumpleaños de los gemelos, que había acaecido el

anterior día 21, pero la verdadera intención, confiada a Mary

Carmen cuando unos días antes nos había visitado en Vigo con

toda la familia, era brindar a Luis Ángel la posibilidad de un

encuentro sobre todo para que, de cara a las próximas Navidades,

no se encontrase en la necesidad de tener que pedir permiso para

venir a casa. Parece ser que había exteriorizado alguna duda

respecto de si sería bien recibido y también que le había parecido

muy fría la conversación telefónica del pasado día 22. Convine con

Mary que iríamos a La Coruña en ese fin de semana, que le

invitase a comer un día y así tendría ocasión de tenderle un

puente.

Supe que Mary había conectado con él en la mañana del

sábado anunciándole nuestra llegada a primera de la tarde y que

estaba invitado a comer con todos el domingo 24.

Yo tenía alguna confianza en que, pese a que la invitación

había sido muy concreta para comer el domingo, se acercase por

casa en algún momento de la tarde-noche del sábado para

echarnos un vistazo, pues parecía lógico después de casi un año

sin vernos.

Page 308: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

307

Es claro que ése era sólo mi parecer y es bastante seguro que

el suyo se encontró con dificultades reales, aunque sólo fuesen

sentidas o inventadas, que no fue capaz de vencer. Entiendo, yo

que sé, que eso sería no sólo lo lógico sino también lo normal, que

es lo que me parece que todo el mundo entiende como básico y

fundamental en este tipo de relaciones entre padres e hijos. No se

presentó en casa hasta el domingo, a la hora de comer, casi

cuando ya era hora de tener la mesa a punto.

Mary Carmen nos esperaba a la salida de misa de doce y

media, que oímos en una iglesia próxima de los PP. Jesuitas, y con

ellos nos fuimos hasta la Plaza de Pontevedra, donde estaba el

papá Mato con los tres Mato pequeños, quienes estaban dándole

que te pego a los patines, Allí se nos unió también Margarita, que

se encontraba ya muy descansada de tanto viaje.

Llegados a casa alguien me sirvió un vermut y con él a su lado

me senté a la ventana de salón dispuesto a echar un vistazo al

ABC, aprovechando la claridad y calorcito del sol que se colaba

amigablemente. En un momento me pareció oír que sonaba el

timbre de la calle y pensé que era Luis Ángel que llegaba, pero

pasó un ratillo sin que se produjese novedad alguna y, por tanto,

creí que habría sido sólo una suposición por mi parte. De pronto,

cuando ya había dejado de controlar la previsible llegada, sin

hacer el menor ruido se me había colocado detrás.

- Buenos días, padre.

Lo ha dicho en un tono mucho más suave que el que en él es

habitual y, aunque no quiero y tampoco me atrevo a calificarles,

me pareció captar unos matices de los que sí puedo decir que le

quitaban alegría y soltura al saludo.

Page 309: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

308

Me levanté de la silla e intercambiamos los dos besos de rigor.

Pienso que fueron poco efusivos por ambas partes y, desde luego

sin parecido alguno con los que, hace ya muchos años, eran

seguidos de los sonoros abrazos que luego quería imitar su hijo

Yago con el abuelo Gregorio.

No sé bien qué fue lo primero que hice inmediatamente, si

asombrarme por la flacidez y demacración que reflejaba su rostro,

en el que lo único que parecía haber prosperado era la longitud de

los pelos de su bigote y también los de la cabeza, que también me

parecieron más flojos y lacios que de costumbre, o preguntarle:

- ¿De dónde sales, hijo?

- Es que he entrado por la puerta de servicio.

- ¡Ah caramba! Entonces es verdad que eras tú quien llamó

hace un poco. ¿Y eso de entrar por la puerta de servicio quiere

tener algún significado?

- Pues... sencillamente ése. Que entré por la puerta de servicio.

- Bueno ¿y qué tal?

- Bien... Normal...

Y sin más comentarios ni explicación de clase alguna inició un

movimiento de desviación hacia la cocina, donde se encontraban

su madre y sus dos hermanas, la mayor y la pequeña. Teniéndole

cerca me pareció que estaba muy delgado, tanto o más que

cuando fuimos a buscarle a Las Palmas hace ya casi dos años, y no

fue mejor en modo alguno la impresión que me proporcionó al

verle por detrás cuando se retiraba. Yo volví a sentarme con el

ABC y al lado del vermut, pero al poco rato me acerqué a ver de

qué hablaban y comprobé que la conversación que allí había era

Page 310: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

309

del todo intrascendente. Mato padre siguió tumbado en su

alfombra en frente del televisor y ni el uno ni el otro se dieron por

vistos. Normal.

Decidí pues volver a dar otro tiento al vermut y en aquel

momento se cruzan en el salón Luis Ángel y Rubén. El primero se

ha pitorreado un poco del otro, medio en bromas medio en serio,

a cuenta de una incidencia tenida con el ordenador.

- Ves. Por no hacerme caso y no querer comprar el ordenador

a esos amigos míos, mira qué clavo te han metido. ¡Anda, chincha!

¡Rabia, rabia!

Nadie se hizo eco de su broma y acto seguido la anfitriona

llamó a sentarnos a la mesa. Él lo hizo al lado de Paúl, Paúl al lado

de uno de los gemelos y éste al lado de su padre, que ocupaba

una cabecera. Yo a la izquierda de Luis Ángel y a la derecha de

mamá, que ocupaba la otra cabecera, aunque no tan

exclusivamente como el yerno, y tenía a su izquierda a Margarita.

Entre Mary Carmen, Rubén y el otro gemelo ocupaban el resto del

lateral que yo tenía enfrente.

La comida tenía carácter de celebración y buena prueba de ello

era que nos habíamos sentado en la mesa elegante del salón

comedor. La comida estuvo a tono con la efeméride y se sirvió

vino joven del Ribeiro. Luis Ángel tomó agua de una jarrita que se

había servido, pero no pude captar por iniciativa de quién. La

conversación durante la comida giró en torno a temas de

actualidad y algunos otros comentarios más o menos

intrascendentes. Al terminar, el jefe de familia hizo mutis sin decir

chus ni mus. Yo supuse que se retiraba para descansar un ratillo.

Los otros chavalitos fueron dejando expedito el campo, yendo

cada uno a sus preferencias y, en consecuencia, pronto estuvimos

Page 311: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

310

solos nosotros dos con los tres hijos que en la actualidad andan

por La Coruña.

Después de unos escarceos de mis hijas y su madre, que se

entretuvieron en alabar lo bien y bonito que le había quedado la

decoración de un escaparate de aquella vecindad y del bajo precio

en el que después de haber pedido 80.000 pesetas lo había

dejado, pues parece ser que lo redujo a sólo 15.000 tomando en

consideración que el comerciante le haría un encargo quincenal, vi

llegado el momento oportuno de empezar a tenderle el puente

que, al fin y al cabo, constituía uno de los objetivos de nuestro

viaje. Los de infantería también tenemos que actuar de zapadores

cuando la necesidad manda.

- Entonces ¿qué proyecto tienes tú para el mes de diciembre?

- Pues a ver si sale ese proyecto que tenemos en marcha.

- ¿Te refieres a la reforma de esa vivienda?

- Sí, claro. Y no sé si no he metido la pata. Yo he pretendido

acelerar la decisión del propietario argumentándole que es bueno

tener la obra encarrilada antes de que empiecen las fiestas,

porque si no después la buena marcha se trastorna mucho, y al

hombre se le ha ocurrido pensar que en ese caso lo mejor será

retrasar el comienzo hasta después de las fiestas. Así que, a lo

mejor he metido la pata dándole esa pista.

- Pero ¿ya te han aceptado el presupuesto?

- Pues todavía no, pero es casi seguro. El presupuesto ya está

en Madrid.

- ¿Cómo en Madrid? ¿Es que vas a trabajar para un organismo

oficial?

Page 312: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

311

- No hombre. Es que el propietario vive en Madrid.

- Ya, pues yo no creo que lo peor que te puede suceder sería

eso de retrasar el comienzo de las obras hasta después de las

fiestas. Más bien pienso que lo malo, o lo peor, sería que tú te

mantengas cruzado de brazos confiando en que te aceptarán ese

presupuesto, y llegada la hora de la verdad te encuentres conque

de lo dicho no hay ná. Así que ya sabes. Hay que seguir buscando

cosas.

- Pues en esas estamos. Tengo también...

No supe bien si me dijo el proyecto de reparar una panadería

o qué, pero creo que es algo por el estilo.

- Bueno, y en el supuesto de que comiences pronto a esas

obras, ¿vas a tener oportunidad de ir por casa por las fiestas?

- Pues hombre, yo creo que por faltar un par de días no pasa

nada. Además quedaría Fernando, que siempre echaría un vistazo.

- Ya. Y cuánto hace que no hablas con tus hijos.

- Pues mira. Precisamente anoche he intentado hacerlo pero

no pude. No sé qué le pasa al cacharro ese, el caso es que no pude

comunicar.

Se refería al teléfono móvil con el que tengo entendido que

anda.

- En definitiva, que, por pitos o flautas, hace ya casi dos meses

que no sabes nada de ellos.

- No más, hace ya más de dos meses y medio.

- La madre: Creo que tienes que cuidar eso bastante más. No

harías nada de más hablando con ellos con más frecuencia.

Page 313: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

312

Mary y Marga, casi a dúo: ¡Una vez a la semana no estaría de

más! Eso pienso yo.

Ahora me dirijo a Mary Carmen.

- Esta mañana empezaste a decirme que hace unos días te

llamó Margarita Torrent, pero por no sé qué razón me quedé sin

saber para qué. No sé si lo que te dijo puede ser oído por este

hombre. Si es así cuéntanoslo y si es de otro modo te callas y en

paz.

Interviene Luis Ángel.

- Entonces ¿Cuanto hace que te llamó?

- Hace unos días y no me dijo nada importante. Bueno, como

no sea que ha cambiado de trabajo. Ha cambiado el empleo fijo

que tenía por un contrato de tres meses en una agencia de

publicidad. Que trabaja de mañana y tarde, y que tiene

esperanzas de que le renueven el contrato. Que se ven un poco

apurados con las comidas pero que los niños colaboran bastante.

Y a propósito de los niños, yo le pregunté si ellos mencionaban a

su padre alguna vez. Me dijo que cada vez menos, que se están

acostumbrando a no verle y claro...

- Eso está en línea con lo que me dijo hace unos pocos días.

Realmente me llamaron los chavales y al final pedí que se pusiese

ella. Y fue ella quien me dijo que está consiguiendo que le olviden.

Pero bueno, yo en este tema no quiero seguir, porque estoy harto

de predicar y a él ya le he dicho lo que tenía que decirle.

- Entonces, ¿cuánto hace que ha cambiado de empleo?

- Mary: Pues debe hacer poco todavía, pero no lo sé

exactamente.

Page 314: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

313

- Bueno, pues va siendo hora de que nos pongamos en marcha

hacia nuestro pueblo cariñito. Y en cuanto a ti, si ves que vas a

poder ir, llamas para confirmarlo con el fin de prepararte

alojamiento.

- Ya te he dicho que por un par de días no se ocasionará ningún

trastorno.

Seguidamente se amontonaron alrededor de la puerta de

salida una serie de paquetes. Por un momento pensé que a lo

mejor a alguien se le ocurría echarnos una mano, pero lo cierto es

que a instancias de su madre, sólo bajaron con nosotros hasta el

coche, que estaba relativamente lejos, los dos chavales mayores.

El viaje de regreso fue bueno, gracias a Dios, y yo con la confianza

de haber hecho lo que debía.

Page 315: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

314

28 de Noviembre

Es el día de mi 72 aniversario y éste ha sido el primer año en el

que no he podido ver en ningún calendario, que hoy siga siendo,

como desde que empecé a tener uso de razón, el día de San

Gregorio III Papa.

Son las once y mucho de la noche y ha sonado el teléfono. Este

día mi esposa ha querido que sea yo el recepcionista de todas las

llamadas, dando por supuesto que todas habrían de ser para mí,

por ser el día que es. La verdad sea dicha, yo estaba notando en

falta la llamada de Luis Ángel. Intuía que me iba a llamar, pero no

tenía confianza alguna en que lo haría y tampoco sentía escozor

alguno por ello. De alguna manera, medio justificaba o justificaba

por entero que no me llamaría. Daba por descontado que su

mente y también su alma, no están este tipo de contemplaciones.

Casi a las once y media suena un timbre de teléfono. El portátil

está a mi lado, en el puesto de trabajo, porque hacia sólo unos

minutillos que “desde el culo del mundo”, según el decir de

Cristina, ella y toda su familia me habían cantado “cumpleaños

feliz” y eso de que “cumplas muchos más”. Ya, ya.

- ¡Hola!, dígame.

- Papá, felicidades.

Era la voz opaca, gris y casi cansina del otro día.

- Gracias, hijo. Muy bien. ¿Qué?, ¿cómo van las cosas?

- Pues hoy he tenido una mala noticia. Por problemas de

notarios y cosas de esas, resulta que las obras de esa casa no

podrán ser iniciadas hasta después del 20.

Page 316: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

315

- Bueno, ¿pero ya te han aceptado el presupuesto?

- Pues oficialmente todavía no, pero...

- Hombre, en línea con lo que te dije el otro día creo que

deberías despejar eso. Dile al propietario que tú tienes necesidad

de organizar tu agenda y que, por favor, se defina.

- Ya. Pero el caso es que aquí voy con un intermediario.

- ¿Que habrá puesto el cazo, claro? Pues mira, ese mismo

puede ser el que te ayude en ese objetivo, por interés propio. Si tú

no haces la obra su comisión se irá de paseo.

- Pues claro que ha puesto el cazo, y además bien. El

presupuesto es de dos millones setecientas y...no me acuerdo del

pico. El tipo me preguntó que si en ese importe estaba incluida su

comisión. Le dije que sí y, al saber que la había estimado en un

tres por ciento, me hizo rectificar el presupuesto, le parecía muy

poco.

- Yo no sé qué arte te das, hijo, para tropezarte siempre con

tipejos de esta calaña. Ni que fueses en su busca con una lámpara

maravillosa.

- Pero esto es normal, papá.

- Si claro, pero el presupuesto se encarece y luego pasa lo que

pasa.

- Pues tengo entendido que a pesar de todo somos los más

baratos.

- Bueno, pues ya sabes. Saca el pecho y no te dispongas a

esperar el sí o el no del día 20 con los brazos cruzados. ¿De

acuerdo?

- Por supuesto.

Page 317: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

316

- Bueno, pues ¡ala!, un abrazo y espera un poco que mamá te

quiere decir algo.

Mamá le hablo de que había comentado con Paqui su encargo

a propósito de no sé bien qué tipo de oferta de material para los

encajes de bolillos, y en algo quedaron que no tiene mucho que

ver con esta historia.

Page 318: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

317

AÑO 2005

Carta, 15 de Febrero, Vigo

Querido hijo:

Sí, así como suena, y a pesar de todo. Eres querido a pesar

de todo lo que tú sabes, aunque a decir verdad, no estoy seguro de

que embarullado en tanto cúmulo de mentiras y de pertinaces

intentos por esconderte y de escapar de la realidad que tú mismo

has creado, seas o estés siendo capaz de saber algo de ti mismo y,

por consecuencia lógica de nosotros, tus padres, ni de nadie de

esta familia en la que durante algún tiempo, ya lejano, mereciste

la consideración que corresponde al hijo y hermano mayor.

Desdichadamente, mucho me temo que tampoco te preocupa ni te

inquieta nada de lo que acontece en la familia que tú creaste y que

luego has abandonado a su suerte.

¿Hasta cuándo piensas seguir escapando o escondiéndote

con la estupidez de mantener apagado el teléfono? ¿Es que

piensas que entre eso y el recurso a mentir como un bellaco cada

vez que, por descuido tuyo y perseverancia del llamante, te

sorprende alguien con el móvil encendido, tienes resuelta la

incógnita de tu vida? ¿Es que tampoco tienes conciencia? O, si la

tienes, ¿será por desgracia que pretendes amordazarla y

mantenerla como dormida a base de atender las reclamaciones

que te demanda tu dependencia del alcohol? Hijo, me das pena y

siento una profunda tristeza por tu causa.

Hace por ahora un año, sobre poco más o menos, me decías

animado por una de tus euforias artificiales, que te considerabas

Page 319: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

318

el profesional de más prestigio de todas las islas y que muy pronto

esperabas dirigir las obras de una empresa con gran capacidad

constructora. Y mira en lo que has venido a dar. A engañar a tus

padres con el artilugio de convertirte en empresario, para lo que ni

siquiera has tenido la intención de matricularte cómo autónomo a

pesar de todas las advertencias y recordatorios que yo te he

formulado, y en definitiva sacarles un dinero para cuyo disfrute tú

no tienes ningún merecimiento. ¿Qué es lo que has hecho con ese

dinero del crédito? No creo absolutamente nada del invento que

rodeado de promesas me narraste hace unos pocos días, cuando

por descuido tuyo y perseverancia mía te sorprendí con el móvil

abierto.

Ayer, día 14, he transferido al Banco Pastor la cantidad de

18.500 Euros para cancelar el crédito que te concedieron hace

poco más de 3 meses con nuestra garantía. Eres sabedor de todas

las reservas que yo tenía con aquella decisión, pero cierto es que

yo no esperaba que saliese tan mal en tan poco tiempo. Es una

lección cara, pero la he aprendido. En el Banco se conformaban

con recibir el importe de los tres descubiertos que te han

consentido y concederte así un plazo más amplio para el pago del

principal. Yo no he querido arriesgar más dinero en tu favor

porque sé categóricamente que por ahora no puedo confiar más

en ti.

Yo transmito copia de esta carta a todos tus hermanos y a

tus hijos.

Mientras tanto, has de saber que sigues teniendo nuestro

cariño, entre otras cosas porque no vale la pena de tomarnos el

disgusto de despreciarte como mereces.

Page 320: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

319

Carta, 13 de Abril, Vigo

Querido hijo:

Pronto, después de sólo un par de días, se cumplirán dos meses

desde la fecha de mi carta en la que te anunciaba haber atendido

la reclamación de 18.500 €, que me había planteado el Banco

Pastor para saldar tu deuda con ellos, de la que nunca he sabido

qué impresión te produjo. Tampoco he sabido nada creíble en

relación con la causa que provocó tu incumplimiento con el

Banco.

Y no es que yo esté en condiciones de modificar nada de lo

hecho. Ni siquiera en la vertiente de atenuar sus efectos en tu vida,

¡y bien que me gustaría!, respecto de los cuales, aunque es verdad

que puedo imaginarlos sin equivocarme mucho, no es menos

cierto que los desconozco, porque ¿qué es lo que sabemos

nosotros de tu vida? Aun así, pienso que estamos en el derecho de

esperar y merecer de ti, si es que no te has vaciado totalmente de

cordura, una explicación clara y sencilla de lo que realmente ha

sucedido. Si no eres capaz de enfrentarte con la verdad que, sólo o

acompañado por no sé quién, has fabricado, será prácticamente

imposible que puedas dar respuesta a los retos de sobrevivencia

que seguramente ya te está planteando la vida.

Creo recordar que, desde aquella carta, y no precisamente por

iniciativa tuya, sólo hemos hablado en un par de ocasiones y, a

decir verdad, en ambas he quedado con muy mal cuerpo. Algo así

como aquél a quien acaban de dar una soberana paliza con la que,

además de haberle magullado a base de garrotazos traicioneros,

le ocasionan un daño moral irreparable. Le han destrozado la fe

que tenía en la honradez y confianza del otro, del que así se

Page 321: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

320

comporta. Me cuesta un trabajo inmenso el hecho de admitir que

todo eso es así, que has dado la espalda a la honradez y que

tampoco eres digno de confianza, y contra ello me resisto de la

única forma que puedo. Peleando, al parecer, o mejor, dándome

de bruces contra un muro de hormigón que no quiere o no puede,

¿por qué?, reaccionar de forma alguna de decir una sola palabra

aclaratoria de la situación. Me da miedo pensar que hayas podido

perder valores tan fundamentales. Sin ellos no hay hombre alguno

que pueda sostener dignamente el peso de su hombría.

En esta ocasión me siento sin fuerzas para tomar la iniciativa

de llamarte y no sé qué pensar. Lo único que se me pone delante

una y otra vez, te aseguro que no exagero nada en absoluto si te

digo que varias o muchas veces a lo largo de cada día, es la misma

pregunta de siempre: ¿hasta cuándo pensará mantenerse

escondido detrás de ese muro de silencio y qué será lo que

pretende con tal actitud?

Hijo, ¿de qué o de quién tienes miedo? Con esa actitud, lejos de

aquietar la inquietud de tus padres, no haces más que arrojar

sobre nosotros nuevas dudas, temores o yo qué sé. ¿Por qué

diablos no hablas de una buena vez?, aunque tengas que decir

cosas muy desagradables. Hace ya algo más de un mes me dirigí

tus hijos y a su madre – supe que ellos estuvieron por Madrid por

aquellas fechas –, con el objetivo de saber si tenían alguna noticia

tuya y nada. Tampoco hemos merecido ninguna respuesta.

Parecéis haber sido cortados todos por el mismo rasero. Mi

impresión es que, cuando menos en la práctica, os estáis

ignorando y acaso evitando toda posibilidad de encuentro.

En fin, no sé a qué resultado os conducirá todo eso. Bueno,

vosotros veréis. Un abrazo

Page 322: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

321

AÑO 2006

Carta, 29 de Noviembre, Vigo

Querido Luis Ángel:

Tengo necesidad de decirte algo que me sigue teniendo

“descolocado” desd

también se puede llamar descuido, despiste, costumbre,

vencimiento o rendición , en la que me encuentro sumido y que,

por tanto, es la misma en la que me sorprendió tu llamada. Es que,

desde mi punto de vista, a lo peor equivocado, y también desde

donde quiera que se mire, el “xeito” de aquella conversación es lo

menos parecido a lo que se entiende que es un diálogo entre un

hijo y su padre que se quieren.

Mira la cosas desde este ángulo, haciendo abstracción,

para no complicar más el análisis, de todos los antecedentes de

diversa índole que se amontonan a lo largo del tiempo.

Después de un período bastante largo que dedicamos a la

investigación de tu paradero, considerándote medio perdido o

semiextraviado, sin oficio ni beneficio, acogido a una casa de

beneficencia, sin dirección postal ni telefónica para poder

comunicarnos contigo – tu móvil declarado fuera de servicio ¬y

fuiste informado de nuestra preocupación y que desoíste la

oportunidad que se te brindaba de hacernos una llamada. Esto

sucedía hacia finales del mes de abril. Casi dos meses

transcurrieron esperando alguna señal de vida por tu parte y sin

haberla recibido, por fin, a últimos de junio, con la ayuda de tres

de tus hermanos, organizamos el viaje que conoces. En aquella

oportunidad ninguno de los tres tenía necesidad alguna de hacer

Page 323: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

322

turismo y yo no podía permitir que, por añadidura, la ayuda que

me prestaban les costase dinero.

Bueno, pues yo sé que, al menos en apariencia, aquel fue un

encuentro feliz. Sin llegar a ver bien despejada la incógnita de tu

vida, como poco, se desvanecieron en gran medida los densos

nubarrones que nos habían llevado a gestionar tu ingreso en una

casa de salud dependiente de la Junta de Canarias, y tus

hermanos se encontraron con un hombre que chapuceando de

alguna forma con una casa de decoración y pequeñas reformas,

manejaba dinero a granel en sus bolsillos y se permitía vivir en un

hotel. Total, que parecían totalmente inadecuados los planes que

según nuestro proyecto deberían proponerte entonces orientados

a reordenar tu vida. Y como colofón, después de haberlo pasado

bien, el pacto al que llegasteis en ese sentido se resumía en una

sola nota que con-tenía unos cuantos apuntes de... ¿buen

comportamiento?

Tus hermanos traían muy clara la tremenda desconfianza que

le inspiras a tu hijo Marcos y una comprensible esperanza que

quisieron, o que les apeteció ver, en el abrazo que os disteis Yago y

tú.

Yo tengo mi particular punto de vista en relación con la actitud

de estos dos nietos, que ahora no te voy a confiar, pero... ¿qué es

lo que la vida les está enseñando?

Y después de todo aquello, de lo esperanzados que volvían y de

la buena impresión que traían tus hermanos, de la que, por cierto,

ni ellos ni yo hemos vuelto a saber nada, ha transcurrido casi

medio año sin que, pese al compromiso que tú habías asumido,

ninguno de nosotros haya recibido ni una sola llamada tuya.

Page 324: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

323

Y mientras tanto ¿tus padres qué? “A velas vir”. Como se dice

por aquí.

Ayer te dije que no esperaba tu llamada, porque eso es a lo que

nos tienes acostumbrados, y es que realmente, mi “descoloque”

fue tan intenso que no podía reaccionar y no sabía qué decirte.

Bien, pues ahora lo tengo muy claro. Si has vuelto a llamar a las

puertas del corazón de tus padres con ganas de entrar y de

quedarte tendrás que demostrarlo, y podrás contar con la

seguridad de que siempre serás bien recibido. De otro modo, Dios

no lo quiera, puede ser que harías mejor permitiéndonos seguir

acostumbrados a vivir sin esperar llamada alguna por tu parte.

Nosotros te vamos a seguir queriendo de todas las formas.

Besos

Page 325: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

324

AÑO 2007

Carta, 11 de Enero, Vigo

Hola hijo:

No hemos vuelto a tener ningún contacto en todo el tiempo de

Navidad después de aquel encuentro telefónico que, gracias a tu

precisamente el día de Nochebuena que, por cierto, no es un día

cualquiera. Con toda su tradición de llamada a reunión familiar, de

comunicación, de invitación al diálogo, al cambio de impresiones,

las Navidades, igual que los Magos se han vuelto a su tierra por

otro camino, y a ti y a mí nos han dejado con la boca sellada, la

palabra seca, esta vez por culpa mía pero también por la tuya.

¡Qué lo vamos a hacer! Así son y están las cosas.

No sé bien si sabes, o si al menos te imaginas que hasta el

pasado día 7 estuvimos acompañados por Mary Carmen y su

familia, y gracias a Dios y también a ellos disfrutamos, aunque

dicho sea de paso no a pleno pulmón, de la alegría de la Navidad,

porque la verdad es que no se parece gran cosa a la que a

nosotros nos mostraron tus abuelos, los Alonso Nozal y los Ramos

Duque, aunque bien es cierto que con mucho más turrón y

también mucho más cava o champán que el que cualquiera de

aquellas parejas pudieron imaginar nunca. Además de aquella

noche nos hemos reunido toda la familia otras tres veces, en casa

de Cris y en la nuestra y alguna en un restaurante de por aquí,

porque lo de ir a Sabarís como otros años no estaba en el guión.

Antes de terminar, concretamente el día 3, Margarituca

emprendió su viaje a New York y estoy seguro que cuando regrese,

Page 326: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

DIÁLOGOS Y EMOCIONES

325

al cabo de tres meses, se habrá metido a toda aquella gente en el

bolsillo. Ella es así, ¡qué lo vamos a hacer!

Respecto de tu gente..., pues que también en este sector las

cosas son como son y yo no soy nadie para intentar cambiarlas. No

sé si es que estoy equivocado o que ellos están influidos por el

criterio que respecto de mí me planteó claramente su madre en

una carta que todavía conservo, pero tengo la impresión

contrastada de que a ambos les caigo gordo. La verdad es que

charlo mucho más natural y abiertamente con Margarita que con

cualquiera de ellos dos. Tengo por costumbre enviarles todos los

años por estas fechas unos euros como aguinaldo de Reyes. Nunca

he recibido de ninguno de ellos una sola palabra al respecto. Este

año también lo he hecho, pero me he valido de la mediación de su

madre pidiéndole que les adelante el importe que ella recibirá en

un cheque. No quiero que les digas nada de esto a ninguno de los

tres. No tiene ninguna importancia.

Y por fin, para terminar, que te envío copia de las oraciones

que presidieron las cenas de Nochebuena y de Fin de Año. A tus

hermanos y sobrinos les he dicho que si acaso les da por rumiarlas

un poco, a lo mejor empiezan a ver claro hacia qué parte se les ha

escapado a todos la estrella que a los Magos les encaminó hasta

el portal de Belén. Pues lo dicho, que te valga a ti también.

Mamá está teniendo unos días bastante normales. A ver si

duran. Un abrazo

Page 327: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo

Conversaciones con mi hijo

326

Page 328: DIALOGOS Y EMOCIONES Conversaciones Con Mi Hijo