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San Jerónimo maestro de obras, (de misericordia) Pilar MARTINO ALBA Universidad Rey Juan Carlos Madrid I. Introducción. II. Elogio a la hospitalidad. Epístola 66 a Panmaquio. III. Ejemplos iconográficos de san Jerónimo, maestro de obras. IV. San Jerónimo muestra las obras de san Giovanni dei Fiorentini en Roma. V. San Jerónimo y santa Paula construyen el monasterio y la hos- pedería en Belén. VI. Conclusiones. VII. Bibliografía.

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San Jernimo maestro de obras, (de misericordia)Pilar MARTINO ALBAUniversidad Rey Juan CarlosMadridI. Introduccin.II. Elogio a la hospitalidad. Epstola 66 a Panmaquio.III. Ejemplos iconogrficos de san Jernimo, maestro de obras.IV. San Jernimo muestra las obras de san Giovanni dei Fiorentinien Roma.V. San Jernimo y santa Paula construyen el monasterio y la hos-pedera en Beln.VI. Conclusiones.VII. Bibliografa.1. Texto consultado en la pgina Web del Archivo Vaticano http://www.vati-can.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/index_sp.htm2. Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, daralbergue al forastero, visitar y cuidar a los enfermos, visitar a los presos, enterrar alos muertos.3. Juicio y separacin de los buenos y de los malos. [...] Porque tuve hambre yme disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; peregrin y me acogisteis; esta-ba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; preso y vinisteis a verme [...]I. INTRODUCCINLas instituciones benficas en el seno de la Iglesia constituyenuna muestra de que la caridad es un ejercicio de amor, como ha pues-to de manifiesto el Papa Benedicto XVI en la encclica Deus caritasest, dada en Roma el 25 de diciembre de 2005 1. En la segunda partede dicho documento, las afirmaciones expresadas por el pontficenos llevan a meditar sobre las obras de misericordia corporales 2y surepresentacin pictrica. Quiz la imagen en la que primero pense-mos al repasar el Evangelio de San Mateo 25, 35-46 3es la de SanMartn de Tours partiendo su capa con un pobre.Sin embargo, dado que nuestra lnea de investigacin en el cam-po histrico-artstico se dirige especialmente hacia la iconografa ysu relacin con las fuentes documentales, en general, y hacia San Je-rnimo y sus textos, en particular, nuestra comunicacin sigue, pues,este curso y trae a colacin algunos comentarios de San Jernimo entorno a las obras de misericordia, concretamente de las corporales, yaporta un par de ejemplos de cmo el arte ha representado algunas delas obras de San Jernimo en relacin con la caridad en el seno de laIglesia. De uno de estos ejemplos aporta una nueva interpretacinque contradice las explicaciones iconogrficas que hasta el momen-to se han dado de la obra, y del otro pone de manifiesto, una vez ms,la estrecha relacin entre fuentes documentales e imgenes. Al exis-tir ya, adems, un artculo sobre la prctica de la hospitalidad en la76PILAR MARTINO ALBA4. ONRUBIA, J., La prctica de la hospitalidad en la Orden de San Jernimo enEspaa, en Claustro Jernimo 3 (2001)5. Prrafo 40.6. MARTINO ALBA, P., El Epistolario de San Jernimo como fuente iconogrfi-ca, en Cuadernos de Arte e Iconografa, t. VIII, 15 (1999) 149-214.Orden de San Jernimo en Espaa4, estaba clara la decantacin porla imagen del Santo hospitalario y sus obras.El ttulo de nuestra comunicacin, que, a priori, puede pareceralejado del tema central del Simposio, tiene un doble sentido: por unlado, refleja una iconografa no habitual de San Jernimo, a saber:como maestro de obras afanado en la construccin de aquellas edifi-caciones que servirn para que la Iglesia pueda atender a los prji-mos necesitados, y, por otro lado, hace hincapi en cmo a lo largode la Historia ha sido palpable en el seno de la Iglesia la necesidad deque el cristiano practique obras, ya que stas son amores y no slobuenas razones. Volviendo a la encclica del Papa, a propsito de lamencin sobre la formacin de la diacona -el servicio del amor alprjimo ejercido comunitariamente y de modo orgnico- en el prra-fo 22 dice: Con el paso de los aos y la difusin progresiva de laIglesia, el ejercicio de la caridad se confirm como uno de sus mbi-tos esenciales, junto con la administracin de los Sacramentos y elanuncio de la Palabra [...]. Como colofn cita a los Santos, espe-cialmente en el seno del movimiento monstico, y a Mara. De losprimeros dice5: Al confrontarse cara a cara con ese Dios que esAmor, el monje percibe la exigencia apremiante de transformar todasu vida en un servicio al prjimo, adems de servir a Dios. As se ex-plican las grandes estructuras de acogida, hospitalidad y asistenciasurgidas junto a los monasterios, de las que hablaremos a continua-cin, pues, como se ver, San Jernimo particip activamente enellas durante la ltima etapa de su vida en Beln.II. ELOGIO A LA HOSPITALIDAD. EPSTOLA 66 A PANMAQUIOHace unos aos lemos, con verdadera entrega a la causa, el Epis-tolario de San Jernimo. Aquella atenta lectura dio su fruto y nos re-vel que estbamos ante una fuente iconogrfica de primer orden pa-ra el estudio de la representacin de San Jernimo y que, por lo tan-to, no era necesario sujetarse a la Leyenda Dorada -como se vena yse viene haciendo habitualmente por parte de los estudiosos del Arte-cuando tratsemos de este Santo6. Si nos fijamos en la epstola 66,1177SAN JERNIMO MAESTRO DE OBRAS (DE MISERICORDIA)7. SAN JERNIMO, Epistolario, t. I, Juan Bautista Valero (ed.), BAC, Madrid,1993, pp.691-692.8. Cfr. Gn. 18, 89. Virgilio, Aen. VII, 93-11510. Cfr. Gn. 18: Se apareci el Seor a Abraham en el valle (encinar) deMambr, estando sentado a la puerta de su tienda en el mayor calor del da. Habien-do alzado los ojos, se le aparecieron tres varones puestos en pie junto a l; cuandolos vio, corri desde la puerta de la tienda a recibirlos y se inclin a tierra. Dijo: Se-or, si he hallado gracia ante tus ojos, no pases de largo ante tu siervo. Traer un po-co de agua, lvense sus pies y reposen debajo del rbol. Sacar un bocado de pan yfortalecern su corazn; despus pasarn adelante, pues por esto les han desviadohacia su siervo. y 66,14 dirigida a Panmaquio [Sobre la dormicin de Paulina]7, yer-no de Paula, dos aos despus de la muerte de su esposa, veremos al-gunos ejemplos de nuestras afirmaciones.66,11. He odo que has edificado en el puerto romano un alberguepara forasteros y que en el litoral ausonio has plantado la vara de laencina de Abrahn8. Como otro Eneas, sientas ah nuevos reales y so-bre las orillas del Tber, all donde l antiguamente, forzado por elhambre, no perdon las fatdicas tortas ni los cuadrados panes9, tedificas nuestra villa, es decir, la casa del pan, y compensas con re-pentina hartura una larga hambre. Te felicito, amigo; has superadolos comienzos y alcanzado de golpe la cima; de la raz te levantas alo sumo; el primero entre los monjes de la primera de las ciudades,sigues al primero de los patriarcas [...] Abrahn era rico en oro, pla-ta, ganado, posesiones y vestidos, y tena tanta familia que, al recibiruna noticia inesperada, pudo armar un ejrcito de jvenes escogidos,y alcanzar junto a Dan y dar muerte a cuatro reyes, de quienes anteshabanhuidootroscinco;ysinembargo,despusque,habiendocumplido muchas veces el deber de hospitalidad, mereci recibir aDios cuando l pensaba acoger a hombres, no encomend a criadosy criadas que sirvieran a los huspedes ni disminuy, por encomen-darlo a otros, el bien que practicaba; sino que l solo, junto con sumujer Sara, se entreg a aquel ejercicio de humanidad, como si hu-bieran dado con una presa. El mismo les lav los pies, l mismo tra-jo sobre sus hombros un lucido becerro del rebao, permaneci enpie como un criado mientras los peregrinos coman, y sin comer l,les fue poniendo los manjares que Sara haba cocido con sus ma-nos10.66,14. Nosotros tambin, en esta provincia, hemos edificado unmesn junto al monasterio, no vaya a ocurrir que si ahora vienen a78PILAR MARTINO ALBA11. Cf. Lc 14,28ss. Quin de vosotros, si quiere edificar una torre, no se sien-ta primero y calcula los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, echadoslos cimientos y no pudiendo acabarla, todos cuantos lo vean comiencen a burlarsede l, diciendo: Este hombre comenz a edificar y no pudo acabar:Beln Jos y Mara, tampoco hallen posada. Pero son tantas las mul-titudes de monjes que aqu afluyen de todo el orbe, que nos sentimosagobiados y ni podemos abandonar la obra comenzada ni tenemosfuerzas para llevarla adelante. Y como prcticamente nos ha aconte-cido lo del Evangelio 11, que no calculamos bien los gastos de la torrefutura, me he visto forzado a mandar a mi hermano Pauliniano a mitierra, para que venda unos caserones medio derruidos, reliquias denuestros padres, que han escapado a las manos de los brbaros; nosea que, abandonando el servicio a los Santos que hemos comenza-do, demos motivo de risa a detractores y envidiosos.Otros ejemplos hay en el Epistolario, pero nos quedaremos, porrazones de espacio, solamente con los prrafos anteriores para ver suposible relacin con los dos lienzos que traemos como ejemplo a es-tas pginas-.III. EJEMPLOS ICONOGRFICOS DE SAN JERNIMO, MAESTRO DEOBRAS3.1. Domenico Cresti, llamado Il Passignano (Passignano, 1559-Florencia, 1638), San Jernimo muestra las obras de SanGiovanni dei Fiorentini, Capilla Manzini, RomaLa iglesia para la que fue encargado este lienzo est bajo la advo-cacin de San Juan Bautista, patrn de Florencia, y fue mandada eri-gir por la colonia toscana de Roma bajo los auspicios del Papa LenX (1513-1521). De los proyectos que se presentaron a concurso, elPapa prefiri el presentado por Jacopo Sansovino, quien empez lasobras en 1519, antes que el de Miguel ngel, Baldassarre Peruzzi yRafael. El proyecto escogido fue, sin embargo, ampliamente modifi-cado por los sucesores de Sansovino al frente de las obras, como An-tonio da Sangallo el Joven (1520), Giacomo della Porta (1583-1602)y CarloMadernoquefuequienterminlaconstruccin(1602-1620). La iglesia es cruz latina con tres naves y est cubierta por c-pula. La fachada, obra de 1734, es obra de Alessandro Galilei.79SAN JERNIMO MAESTRO DE OBRAS (DE MISERICORDIA)12. Lpida sepulcral del fundador en el pavimento, delante del altar. Anotacio-nes sobre la capilla realizadas en visita personal a la iglesia en diciembre de 2001.En el interior, las naves tienen cinco capillas a cada lado. La se-gunda capilla del lado derecho, fundada en 1590 por la familia deGirolamo Manzini 12y construida entre 1583 y 1588 por Giacomodella Porta (Genova, 1533-Roma, 1602), est decorada con tres le-os sobre lienzo. Un San Jernimo penitente con dos virtudes, fecha-do en 1599 y firmado por Santi di Tito (Borgo San Sepolcro, 1536-Florencia, 1603) ocupa el altar central, mientras que en los lateralestenemos un bellsimo San Jernimo con tres virtudes traduciendo yescribiendo la Vulgata, de Ludovico Cardi, llamado Il Cigoli (Cigo-li, Florencia, 1559-Roma, 1613), y en el que de un libro abierto quesostiene una de las virtudes en la mano caen flores sobre el escritoriodel Santo.Domenico Cresti, llamado Il Passignano. San Jernimo muestra las obras de San Juan delos Florentinos, Capilla de San Jernimo, Iglesia de San Juan de los Florentinos, Roma.80PILAR MARTINO ALBA13. La iglesia de San Jernimo de la Caridad donde tuvo su pequeo habitcu-lo San Felipe Neri, se encuentra en las inmediaciones de la de San Juan de los Flo-rentinos. La de San Jernimo durante un tiempo era conocida gracias al lienzo delDomenichino, La ltima Comunin de San Jernimo, hoy da en la Pinacoteca Vati-cana despus de muchas vicisitudes y la recuperacin tras el expolio de las tropasnapolenicas en 1797.En el tercer lienzo de esta capilla de San Jernimo se representauna curiosa escena desde el punto de vista de la iconografa jeroni-miana, y que es la que nos interesa ahora destacar. En ella se narra laconstruccin de la iglesia. San Jernimo en la construccin de laiglesia de San Giovanni dei Fiorentini, fechado en 1593 y firmadopor Domenico Cresti, llamado Il Passignano (Passignano, 1559-Flo-rencia, 1638). Es originalsimo. San Jernimo vestido con hbito ro-jo y el libro en la mano, est dirigiendo la obra de la iglesia que se es-t construyendo aparentemente en el lado izquierdo de la escena ydonde estn los obreros en diferentes funciones, uno subido a una es-calera, otro sujetando una viga, otro ms encaramndose por una so-ga, un cuarto personaje cargado con objetos a la cabeza, un quintocon el rastrillo. Detrs de San Jernimo vemos una figura femeninavestida de negro que bien podra relacionarse con Santa Paula, en cu-ya casa romana celebraba encuentros asctico-bblicos. En el ladoderecho de la escena, en un asegundo plano, aparece la cabeza de uncaballero, que, a juzgar por la comparacin de la imagen con la de lamscara mortuoria de San Felipe Neri (Florencia, 1515-Roma, 1595)que se conserva en la iglesia de Santa Mara in Valicella, parece sereste Santo florentino, hijo adoptivo de Roma y activo hacedor deobras de misericordia, por lo que en Roma era conocido como Pip-po buono. Fue fundador, junto con su confesor Persiano Rosa, deuna comunidad de sacerdotes para ocuparse tanto de los peregrinosque llegaban a Roma, como de los enfermos. Cuando San Felipe fueordenado sacerdote en 1551 pas a ocupar un pequeo habitculo enla llamada Casa de San Girolamo hasta 1584, sede de la Confraterni-dad de la Caridad, donde convivan los sacerdotes que atendan lasnecesidades parroquiales de la iglesia aneja13. Los oratorianos fueronelevados a la categora de congregacin en 1575 por el Papa Grego-rio XIII, que les concedi la iglesia de Santa Mara in Valicella comosede del Oratorio.La iglesia de San Juan de los Florentinos, de la que San FelipeNeri fue nombrado prroco en 1564, es ms conocida por estar enella enterrados Francesco Borromini y Carlo Maderno que por esta81SAN JERNIMO MAESTRO DE OBRAS (DE MISERICORDIA)14. Anotaciones tomadas en visita al Museo el 6 de febrero de 1997.capilla de San Jernimo. De hecho, apenas hay menciones a ella enlas obras consultadas y en las que hay, la descripcin iconogrfica nose corresponde con la realidad, ya que se menciona como ttulo de laobra que Miguel ngel muestra las obras de la iglesia, cuando suproyecto ni siquiera fue aceptado, por un lado, y , por otro lado, elpersonaje principal aparece con un hbito de monje, de color rojo,con un len a su costado y un libro en su mano izquierda, atributosfcilmente identificables con San Jernimo.3.2. Juan de Espinal (Sevilla 1714-1783), San Jernimo y SantaPaula construyen el monasterio y la hospedera de Beln(hacia 1770), Museo de Bellas Artes de SevillaEsta obra, que hoy da se expone restaurada en el Museo de Be-llas Artes de Sevilla, forma parte de una serie de veintisis cuadrosencargados al pintor sevillano Juan de Espinal, conjunto realizadoentre 1770 y 1780 para decorar el claustro alto del antiguo monaste-rio de San Jernimo de Buenavista. Tras la Desamortizacin y laconsiguiente dispersin de obras de arte, el lienzo fue depositada enel entonces recin creado Museo de Bellas Artes.El asunto representado en este lienzo es la construccin de diver-sas dependencias monacales en Beln y la hospedera que San Jer-Juan de Espinal (1714-1783), San Jernimo y Santa Paula dirigen las obras de los monaste-rios y hospedera en Beln. Sevilla, Museo de Bellas Artes.82PILAR MARTINO ALBAnimo y Santa Paula hicieron erigir junto a los conventos, tal y comoqueda expresado por el texto del Santo citado con anterioridad. Lospersonajes principales ocupan el primer plano14, mientras que aque-llo que contemplan se sita en un segundo plano. En este sentido, pa-rece como si nos encontrsemos frente a dos cuadros, en el que unoestara superpuesto al otro, como si de tratase de una transparencia.Ala izquierda tenemos a San Jernimo, al que se reconoce por el so-lideo rojo con que se cubre la cabeza, acompaado de otro monje.Van vestidos con el hbito de la Orden, lo mismo que en el lado de-recho Santa Paula y otras dos monjas. Tras ellos, en un segundo pla-no, se desarrollan diferentes escenas en las que estn teniendo lugarvarias fases de la construccin al frente de las cuales estn los pica-pedreros, carpinteros, albailes, etc., mientras que algunos monjes,en parejas, parecen dirigirse hacia las edificaciones en actitud de re-cogimiento y oracin. Al fondo, en la parte superior a modo de Ciu-dad de Dios entre nebulosas, se ve una poblacin amurallada.San Jernimo est representado como un hombre mayor, barbado,canoso y de pronunciadas entradas. Se lleva la mano izquierda al cora-zn y extiende la derecha hacia Santa Paula, frente a l. Se da una con-traposicin de posturas de las manos. Por el gesto parece que San Je-rnimo le est exponiendo a Santa Paula la marcha de las obras y po-nindole al corriente de las dificultades econmicas para finalizar latarea constructiva emprendida en Beln. Por la actitud y el gesto de lospersonajes, podemos emparentar esta escena pintada por Juan de Espi-nal con la vista anteriormente en la iglesia romano de San Giovannidei Fiorentini o San Juan de los Florentinos. En sta de forma explci-ta, y en la anterior de forma implcita, Santa Paula es coprotagonistadel asunto representado por su condicin de bienhechora y principalfuente de financiacin para la construccin de los edificios que se hanpropuesto erigir para acoger a los prjimos.El lienzo que, como hemos mencionado anteriormente, formaparte de una serie sobre la vida del Santo, posee la originalidad de re-presentar un asunto poco comn en la iconografa de San Jernimo,aunque no nico como queda patente por la obra de Cresti citada.IV. CONCLUSIONESAmodo de conclusin, veamos las semejanzas de ambas obras, apesar de su distancia geogrfica y temporal. En ambos casos, no ca-83SAN JERNIMO MAESTRO DE OBRAS (DE MISERICORDIA)be duda de la labor de San Jernimo en la direccin de las obras ar-quitectnicas si observamos tanto el gesto de mostrar y explicar loque el resto de los personajes principales de la escena estn presen-ciando como los objetos y personajes secundarios del asunto repre-sentado. Aparecen no solamente andamios y vigas, sino tambin losobreros realizando las ms diversas labores necesarias para la cons-truccin del edificio, desde la extraccin de piedra en la cantera y eltallado de los sillares hasta el transporte de material hasta el lugardonde ser utilizado.Tres son los tipos iconogrficos habituales de San Jernimo en elarte: como penitente, como Doctor de la Iglesia y como monje, y lacombinacin de ellos se da en los ms diversos asuntos. En la icono-grafa de San Jernimo se da una gran riqueza de tipos iconogrficossi atendemos tanto a la mejor fuente para conocer su vida como a losasuntos representados, aunque, por regla general, no se citen, comosucede en el caso que nos ocupa o el ttulo responda ms a una tcti-ca publicitaria que real, ya que no es lo mismo decir que el gran ar-tista Miguel ngel est mostrando las obras de la iglesia sin cues-tionarse si realmente llev o no a cabo la construccin- que hablar deSan Jernimo, que, por muy conocido que sea en determinados m-bitos, no tiene la popularidad de otros personajes.La lectura de su ingente labor literaria y exegtica nos demuestraque forma de vida y obras van de la mano, que San Jernimo es unpersonaje consecuente con sus ideas y as queda reflejado en las se-ries que se encargan con escenas representativas, aquellas que desta-can los aspectos ms sobresalientes de su biografa. Al estar las se-ries sobre la vida del Santo destinadas a la decoracin de monaste-rios, su ms difcil acceso impide, quiz, un mejor conocimiento delos asuntos iconogrficos menos extendidos y populares, que no porello menos intereSantes desde el punto de vista iconogrfico y arts-tico.V. BIBLIOGRAFA CONSULTADA Y/O CITADAANGELI, D., Le chiese di Roma, Roma 1903 (edicin electrnica, 29 de ma-yo de 2005).BONADONNA RUSSO, M. T., Vita e opere di San Filippo Neri. Cronologa,en BONADONNA RUSSO, M. T, e N. DEL RE (eds.), San Filippo Neri nellarelata romana del XVI secolo (Actas del congreso celebrado con motivo84PILAR MARTINO ALBAdel IV centenario de la muerte del Santo, en Roma, del 11-13 de mayode 1995), Roma 2000, pp. 188-209.MARTINO ALBA, P., El Epistolario de San Jernimo como fuente iconogr-fica, en Cuadernos de Arte e Iconografa, VIII, n 15 (1999) 149-214.ONRUBIA, J., La prctica de la hospitalidad en la Orden de San Jernimo enEspaa, en Claustro Jernimo 3 (2001).PERALES PIQUERES, R. M., Juan de Espinal, Sevilla 1981.SAN JERNIMO, Epistolario, (ed.de Bautista Valero) t. I., Madrid 1993; t. II,Madrid 1995.VALDIVIESO, E., Historia de la pintura sevillana, Sevilla 1987.VV.AA., Enciclopedia dellArte Garzanti, Milano 2002.