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 La actualización de la catequesis cristiana y de los métodos de evangelización Jaime PUJOL Como recordaba Juan Pablo II, la catequesis, que es uno de los momentos centrales del proceso de evangelización, tiene necesidad de renovarse continua- mente. Veamos, pues, cómo lo ha hecho desde el Vaticano II hasta nuestros días 1 . 1. El Concilio V aticano  II  y la catequesis El Concilio V aticano II no publicó ningún documento específico dedicado a la catequesis, pero señaló unas directrices que han marcado profundamente la ac- ción catequética posterior. En palabras de Pablo VI, repetidas después por Juan Pa- blo II, el Concilio puede considerarse como «la gran catequesis de los tiempos mo- dernos» 2 . El nuevo  Directorio general para la catequesis 3 señala cómo las cuatro grandes constituciones conciliares han fecundado la vida de la Iglesia: la Sacro- sanctum Concilium ha contribuido a que la vida litúrgica sea comprendida más pro- fundamente como fuente y culmen de la vida eclesial. Gracias a la Constitución  Lu- men gentium sobre la Iglesia, el Pueblo de Dios ha adquirido una conciencia más viva del sacerdocio común de los fieles originado en el bautismo; así mismo, por ella se descubre más y más la vocación universal a la santidad y un sentido más vivo del servicio de la caridad. La Constitución Dei Verbum sobre la Revelación ha propiciado que la comunidad eclesial haya adquirido una sentido más vivo de la Pa- AHIg 10 (2001) 215-223 215 1. Cf r . JUAN P ABLO II, Exh. Ap. Catechesi tradendae (16-X-1979), n. 17 (citaremos CT). 2. CT2. 3. Cf r. C ONGRE GACIÓN P ARA EL CLERO,  Directorio general para la catequesis (Roma, 15-VIII- 1997), nn. 27-28 [citaremos DGC (1997)].

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Catequesis

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  • La actualizacin de la catequesis cristianay de los mtodos de evangelizacin

    Jaime PUJOL

    Como recordaba Juan Pablo II, la catequesis, que es uno de los momentoscentrales del proceso de evangelizacin, tiene necesidad de renovarse continua-mente. Veamos, pues, cmo lo ha hecho desde el Vaticano II hasta nuestros das1.

    1. El Concilio Vaticano II y la catequesis

    El Concilio Vaticano II no public ningn documento especfico dedicado ala catequesis, pero seal unas directrices que han marcado profundamente la ac-cin catequtica posterior. En palabras de Pablo VI, repetidas despus por Juan Pa-blo II, el Concilio puede considerarse como la gran catequesis de los tiempos mo-dernos2.

    El nuevo Directorio general para la catequesis 3 seala cmo las cuatrograndes constituciones conciliares han fecundado la vida de la Iglesia: la Sacro-sanctum Concilium ha contribuido a que la vida litrgica sea comprendida ms pro-fundamente como fuente y culmen de la vida eclesial. Gracias a la Constitucin Lu-men gentium sobre la Iglesia, el Pueblo de Dios ha adquirido una conciencia msviva del sacerdocio comn de los fieles originado en el bautismo; as mismo, porella se descubre ms y ms la vocacin universal a la santidad y un sentido msvivo del servicio de la caridad. La Constitucin Dei Verbum sobre la Revelacin hapropiciado que la comunidad eclesial haya adquirido una sentido ms vivo de la Pa-

    AHIg 10 (2001) 215-223 215

    1. Cfr. JUAN PABLO II, Exh. Ap. Catechesi tradendae (16-X-1979), n. 17 (citaremos CT).2. CT 2.3. Cfr. CONGREGACIN PARA EL CLERO, Directorio general para la catequesis (Roma, 15-VIII-

    1997), nn. 27-28 [citaremos DGC (1997)].

  • labra de Dios, de forma que hoy la Sagrada Escritura es leda, gustada y meditadade una manera ms intensa. Finalmente, como fruto de la Constitucin Gaudium etspes, la misin de la Iglesia en el mundo se percibe de una manera nueva con ml-tiples factores a los que atender.

    En los documentos del Concilio Vaticano II se pueden encontrar orientacio-nes precisas sobre la naturaleza y la finalidad de la catequesis; sus contenidos; lametodologa catequtica; los destinatarios y los lugares o mbitos donde se impar-te; as como sobre los responsables y agentes de la misma4.

    2. El Directorium Catechisticum Generale de 1971 5

    El Concilio Vaticano II, en el Decreto Christus Dominus sobre el oficio pas-toral de los Obispos, pidi que se compusiera un Directorio sobre la instruccincatequtica del pueblo cristiano, en que se trat[as]e de los principios y ordenacinfundamentales de dicha instruccin y de la elaboracin de los libros que hacen alcaso6. En cumplimiento de este mandato conciliar, y despus de un largo procesollevado a cabo por la Congregacin para el Clero, el texto fue definitivamente apro-bado por Pablo VI y promulgado el 11 de abril del mismo ao, con el ttulo Direc-torium Catechisticum Generale.

    Como se seala en su Introduccin, la naturaleza y finalidad del Directorioera indicar unos principios teolgico-pastorales de carcter fundamental sacadosdel Magisterio de la Iglesia y particularmente del Concilio Vaticano II por losque pudiera orientarse y regirse ms adecuadamente la accin pastoral del ministe-rio de la palabra. El objetivo inmediato del Directorio era prestar una ayuda para laredaccin y publicacin de directorios catequticos nacionales o regionales y cate-cismos. No todas las partes del Directorio tienen la misma importancia. Lo que sedice de la revelacin, de la naturaleza de la catequesis, de los criterios con los quehay que presentar el mensaje cristiano as como de sus elementos ms importantes,

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    4. En el estudio de A. GARCA SUREZ-J.M. ESTEPA, ndice de fuentes sobre la Catequesis, en Ac-tualidad Catequtica 102-103 (1981) 178-191 se pueden encontrar los textos del Concilio Vaticano IIrelativos a las cuestiones mencionadas.

    5. SAGRADA CONGREGACIN DEL CLERO, Directorium Catechisticum Generale (Roma, 11-IV-1971).El nombre latino ha tenido distintas traducciones: Directorio general de pastoral catequtica (traduc-cin oficial espaola de la Conferencia Episcopal); Directorio catequtico general (voz del Dicciona-rio de Catequtica de Gevaert) y dentro de la bibliografa catequtica: Directorio catequstico general,Directorio general de la catequesis o Directorio general para la catequesis. Este ltimo nombre es elde la edicin tpica castellana del Directorio de 1997. Citaremos DGC (1971).

    6. Cfr. n. 44.

  • tienen valor para todos. El resto, en cambio debe ser ms bien recibido como su-gerencias e indicaciones, dado que muchas cosas son tomadas necesariamente delas ciencias humanas, tericas o prcticas, sometidas, por tanto, a una cierta evolu-cin7.

    El Directorio de 1971 fue bien valorado en el mundo de la catequesis y tam-bin en el mbito teolgico. Supuso una acertada sntesis de las posiciones del mo-mento, buscando por una parte, la necesidad de renovacin auspiciada por el Con-cilio, pero sealando tambin las desviaciones que se daban en aquellos momentos,especialmente respecto al contenido. No hay duda que las partes ms valiosas sonlas referencias a la naturaleza y funciones de la catequesis (nn. 17-35) y los criteriossobre sus contenidos (nn. 36-46). Otros logros del Directorio fue acentuar la dimen-sin evangelizadora en cualquiera de las modalidades de la catequesis; considerar lacatequesis de adultos como la forma principal de catequesis; aceptar la dimensinantropolgica, propia de la catequesis contempornea; y resaltar la aportacin edu-cativa de toda autntica catequesis.

    3. Los frutos del Directorio de 1971

    El Directorio de 1971 fue punto de encuentro y de partida de las mltiplesiniciativas que se haban puesto en marcha despus del Concilio Vaticano II. Situn-donos en Espaa, en el ao 1983, en un breve artculo sobre la Situacin de la cate-quesis de la comunidad cristiana hoy, en EspaaAlfredo Garca Surez8 analizabalos logros y tambin las tensiones que se haban producido en Espaa en relacincon la catequesis. Defina la situacin de la catequesis en Espaa en esos aoscomo tiempo provisorio o de trnsito, con una serie de tensiones, como la exis-tente entre la metodologa catequtica y el contenido a transmitir; entre la cateque-sis comunitaria y una catequesis que buscaba la preparacin del cristiano singular;entre una catequesis intraeclesial, que quera potenciar la identidad cristiana ad in-tra, y una catequesis liberadora, es decir, ms pendiente de realizar la misin de laIglesia en el mundo; entre una catequesis que pretenda dar una formacin bsica yuna catequesis dirigida a pequeos grupos, ms especializada, deseosa de prepararfermento para la masa. La gran preocupacin del momento era la transmisin dela autntica fe, pues la pobreza de contenidos contrastaba con la rica realidad peda-ggica y metodolgica.

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    7. Cfr. DGC (1971), Introduccin.8. Teologa y Catequesis 1-2 (1983) 197-204. Puede encontrarse tambin en A. GARCA SUREZ,

    Eclesiologa, catequesis, espiritualidad, EUNSA, Pamplona 1998, pp. 557-565.

  • En un documento de 1981, titulado La catequesis de la comunidad cristianahoy 9, los Obispos espaoles de la Comisin Episcopal de Enseanza y Catequesishacan un balance de los ltimos logros, entre los que estaban las orientaciones parala catequesis elaboradas por las distintas Iglesias locales; los numerosos materialescatequticos nacidos de un deseo de inculturizacin o como fruto de experienciascatequticas; nuevos planes de formacin y nacimiento de instituciones formativaspara catequistas; avances en la catequesis de adultos, concebida como proceso ca-tecumenal. Sealaban cmo la catequesis haba contribuido al impulso del movi-miento comunitario eclesial; tambin apuntaban al hecho de la experiencia, comoelemento metodolgico y teolgico.

    Como problemas a los que la reflexin catequtica deba buscar respuestas,enumeraban la necesidad de un mayor acercamiento entre catequetas y telogos,pues la catequesis necesitaba reflexionar sobre los contenidos de la fe para afirmarsu identidad cristiana y cumplir mejor su tarea de transmitir la fe; detectaban tam-bin la urgencia de un mayor dilogo entre catequetas y liturgistas; recordaban quelas aportaciones de la cristologa, eclesiologa y exgesis no deban pasar a la cate-quesis sin suficiente sedimentacin; igualmente denunciaban la pobreza de conte-nidos de algunos materiales, las deficiencias en la pastoral catequtica y las dificul-tades metodolgicas.

    El problema central, destacado en estos aos en diversos documentos delepiscopado espaol y de otros pases, era la necesidad de que la evangelizacin y lacatequesis transmitieran el genuino mensaje cristiano, del que la Iglesia es deposi-taria.

    4. El Snodo de 1985

    En este clima se celebr en Roma en noviembre-diciembre de 1985 el II S-nodo Extraordinario de los Obispos convocado por Juan Pablo II. Una de las cues-tiones que preocupaban hondamente era la formacin doctrinal de los fieles, y lanecesidad de encontrar soluciones prcticas a ese problema. Algunos prelados ha-blaron de la necesidad de sealar metas concretas con objetivos bien definidos; deoponerse con decisin a los que pretendan cambiar el Credo y el Declogo; y derecordar enrgicamente el contenido de ciertos dogmas de la Iglesia, de modo queel Evangelio no se convirtiese en una ideologa. En la misma lnea los obispos ma-nifestaron la urgencia de una interpretacin correcta y autorizada de la doctrina del

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    9. Actualidad Catequtica 106 (1982) 33-57. Este documento forma parte del Plan de accin dela Comisin Episcopal de Enseanza y Catequesis para el trienio 1981-1984.

  • Concilio Vaticano II, con plena fidelidad al espritu y a la letra de los documentosconciliares; y la premura de dar los pasos oportunos para mejorar entre los catlicosel sentido de su identidad religiosa.

    Uno de los puntos destacados de la relacin final informe sinttico y con-clusivo del Snodo fue la peticin expresada por muchos de los asistentes, queobtuvo el voto favorable de la totalidad de los obispos presentes en el Aula, de quese redactara un catecismo o compendio de toda la doctrina catlica sobre la fe y lamoral, que fuera punto de referencia para los catecismos y compendios que se pre-paraban en las diversas regiones. No cabe duda, por tanto, que las peticiones sino-dales de un catecismo conciliar tuvieron como trasfondo indiscutible los deseos demayor unidad doctrinal y de renovada fidelidad al Concilio Vaticano II.

    Juan Pablo II, en su Mensaje al Snodo de Obispos, aludi expresamente a lainiciativa catequtica sinodal, y la subray de modo particular, al decir que el de-seo de preparar un resumen de toda la doctrina catlica en un catecismo, al que serefieran los catecismos o resmenes doctrinales de las Iglesias particulares [...], res-ponde plenamente a un verdadera necesidad de la Iglesia universal y de las Iglesiasparticulares10.

    En junio de 1986, el Papa nombr una comisin de doce miembros, com-puesta por Cardenales y Obispos, presidida por el Cardenal Ratzinger, encargada deelaborar el Catecismo, que se dio a conocer el 11 de octubre de 1992, por medio dela Constitucin Apostlica Fidei depositum para la publicacin del Catecismo dela Iglesia Catlica escrito en orden a la aplicacin del Concilio Ecumnico Vatica-no II. La fecha de esta Constitucin coincide significativamente con el trigsimoaniversario de la apertura del Concilio Vaticano II; escribe el Papa que hay que dargracias a Dios en este da en que podemos ofrecer a toda la Iglesia este texto de re-ferencia para una catequesis renovada en las fuentes vivas de la fe11.

    Aos ms tarde, con la Carta Apostlica Laetemur magnopere (15.VIII.1997),Juan Pablo II aprob y promulg la edicin tpica latina del Catecismo de laIglesia Catlica. En esa carta el Papa manifestaba su alegra al constatar la positi-va acogida general y la vasta difusin que el Catecismo de la Iglesia Catlica ha-ba tenido en esos aos; sealaba que este Catecismo era una exposicin completae ntegra de la doctrina catlica, que permita a todos conocer lo que la Iglesiamisma profesaba, celebraba, viva y rezaba en su vida cotidiana; y constatabacmo con la publicacin de esta obra, se terminaba el largo proceso iniciado en elao 1985.

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    10. JUAN PABLO II, Mensaje al Snodo Extraordinario de Obispos, 7-XII-1985.11. JUAN PABLO II, Constitucin Apostlica Fidei depositum, n. 1.

  • 5. El Directorio general para la catequesis de 1997

    Por qu un nuevo Directorio? No es habitual que de un documento de estacategora se haga, a los veinticinco aos, una reedicin muy reformada. Pero des-pus de diversas consultas, la Congregacin para el Clero decidi revisar a fondo elDirectorio de 1971. Como se dijo en el momento de su presentacin, el Directoriode 1997 sustituye al publicado en 1971, debido a las nuevas exigencias y necesida-des pastorales y porque desde entonces ha habido muchos cambios e innovacionesen el campo de la catequesis.

    Son efectivamente muchos los documentos publicados desde 1971 que afectandirectamente a la evangelizacin y a la catequesis. El nuevo Directorio los seala ensu amplio prefacio de presentacin y justificacin: el Ritual de la iniciacin cristiana(6.I.1972); la Exhortacin Apostlica Evangelii nuntiandi de Pablo VI (8.XII.1975), fru-to del Snodo de 1974 sobre la Evangelizacin; la Exhortacin Apostlica CatechesiTradendae de Juan Pablo II (16.X.1979), fruto del Snodo de 1977 sobre la Catequesis.Tambin se citan algunos de los grandes documentos del Papa Juan Pablo II, comolas Encclicas Redemptor hominis (1979), Dives in Misericordia (1980), Dominum etVivificantem (1986) y Redemptoris Missio (1990), y las Exhortaciones Apostlicas Fa-miliaris Consortio (1981) y Christifideles Laici (1988).

    Pero la razn ltima que ha exigido la profunda renovacin del Directorio de1971 es el Catecismo de la Iglesia Catlica. Precisamente el gran objetivo del nue-vo Directorio es servir de instrumento idneo a las Conferencias Episcopales parala redaccin de sus catecismos locales. La nueva redaccin del Directorio deba te-ner en cuenta dos exigencias principales: renovar la catequesis en el contexto de laevangelizacin, y revisar los contenidos de la fe, ya presentes en el texto de 1971, ala luz el Catecismo de la Iglesia Catlica.

    Se puede afirmar que el Directorio de 1997 contiene los avances que la ac-cin catequtica ha logrado en estos aos, y que ofrece un cuerpo doctrinal que serde utilidad no slo para la evangelizacin y la catequesis, sino como punto de refe-rencia para comprender ms a fondo el Catecismo de la Iglesia Catlica y su trans-misin. Es, pues, interesante describir brevemente su contenido, comparndolo conel Directorio de 1971.

    El Directorio general para la catequesis de 1997 consta de una parte intro-ductiva, que presenta una visin del mundo a partir de la fe de los cristianos y delos desafos para la catequesis, y de cinco partes. En la primera se trata de la cate-quesis en la misin evangelizadora de la Iglesia, donde se analizan la Revelaciny su transmisin mediante la evangelizacin; la catequesis en el proceso de evange-lizacin y la naturaleza, finalidad y tareas de la catequesis. Esta parte sigue el hilode la segunda parte del Directorio de 1971, pero mucho ms ampliada y centrada enel concepto de revelacin y evangelizacin.

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  • En la segunda parte se explicita el contenido del mensaje evanglico. Paraellos se indican las normas y criterios que debe seguir la catequesis para formular yexponer tal contenido (muy parecidas a las expuestas en la parte tercera del anteriorDirectorio), y se presenta el Catecismo de la Iglesia Catlica como texto de refe-rencia doctrinal de la catequesis en general y, en particular, para la elaboracin delos catecismos locales. Esta es la parte central del nuevo Directorio, como tambinlo fue en el anterior Directorio el captulo segundo de la parte tercera. Este segun-do captulo se ha titulado de forma significativa Esta es nuestra fe, esta es la fe dela Iglesia, y ofrece, como ya se ha dicho, claves importantes para entender el Ca-tecismo de la Iglesia Catlica.

    La tercera parte trata sobre La pedagoga de la fe, con un primer captulotitulado La pedagoga de Dios, fuente y modelo de la pedagoga de la fe, dondese reflexiona sobre este tema, muy estudiado en estos ltimos aos, que trata deacomodar la pedagoga humana a la pedagoga divina, inspirndose en la pedago-ga de Dios, de Cristo y de la Iglesia, siguiendo la accin del Espritu Santo. El se-gundo captulo de esta parte tercera se llama elementos de metodologa y mejora laanterior parte cuarta del antiguo Directorio.

    La cuarta parte se titula Los destinatarios de la catequesis, y estudia los as-pectos generales de los destinatarios; la catequesis por edades; la catequesis para si-tuaciones especiales, mentalidades y ambientes; la catequesis segn el contexto so-cio-religioso. Las grandes cuestiones analizadas son la inculturacin con referenciaa los contenidos de la fe, a las personas y al contexto cultural. Esta parte que tie-ne su paralelo con la parte quinta del antiguo Directorio est muy mejorada y seadvierte la preocupacin que ha habido en los ltimos veinticinco aos por profun-dizar en el conocimiento y adaptacin al destinatario de la accin evangelizadora yde la catequesis.

    Finalmente, en la quinta y ltima parte, el Directorio de 1997 afronta la cate-quesis en la Iglesia particular, y analiza los agentes de la catequesis; la formacinde los catequistas; los lugares y vas de la catequesis; y la organizacin de la pasto-ral catequtica en la Iglesia particular.

    El nuevo Directorio constituye, pues, una buena sntesis del pensamiento ca-tequtico actual y puede ser un medio de orientacin o gua y de apoyo para la pas-toral catequtica de la Iglesia. Del 14 al 17 de octubre de 1997 se celebr en Romaun Congreso Catequstico Internacional, organizado conjuntamente por las Congre-gaciones para la Doctrina de la Fe y para el Clero, donde se present el nuevo Di-rectorio y la edicin tpica del Catecismo de la Iglesia Catlica12.

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    12. Pueden encontrarse las principales ponencias en A. CAIZARES-M. DEL CAMPO, Evangelizacin,catequesis, catequistas. Una nueva etapa para la Iglesia del tercer milenio, Edice, Madrid 1999, 595 pp.

  • 6. Los retos de la evangelizacin y de la catequesis

    En el nuevo Directorio general para la catequesis se estudian la vitalidad ylos problemas que tiene la catequesis en estos momentos. Son muchos los aspectospositivos que muestran su vitalidad: la catequesis es una de las acciones eclesialesms relevantes, pues un buen nmero de catequistas sacerdotes, religiosos y se-glares se han consagrado a esta tarea; merece destacarse tambin el carcter mi-sionero, que tiende a asegurar la adhesin a la fe en un mundo donde el sentido re-ligioso se oscurece; se busca dar una catequesis integral, que ensee a vivir la fecristiana, no slo a conocerla. El Directorio resalta la importancia de la catequesisde adultos; y recuerdan las orientaciones recientes del Magisterio de la Iglesia so-bre la catequesis, que permiten tener un cuerpo de doctrina amplio y coherente.

    Pero no puede pasar por alto una serie de problemas a los que se debe buscarsolucin. En concreto, hay que reflexionar mucho ms sobre la naturaleza mismade la catequesis, que todava no es entendida por muchos como un verdaderoaprendizaje y entrenamiento de toda la vida cristiana; se debe profundizar en el pa-pel que la Sagrada Escritura, la Tradicin y el Magisterio tienen en el acto catequ-tico; en ocasiones no se destaca con claridad la naturaleza eclesial de la catequesis;a veces no se presenta toda la verdad sobre el misterio de Cristo; deben evitarse la-gunas doctrinales sobre temas centrales as como ofrecer una ms slida formacinmoral y en la doctrina social de la Iglesia; se precisa una mayor atencin a la for-macin litrgica; debe superarse el dualismo mtodo-contenido, as como mejorarla transmisin del Evangelio en el horizonte cultural de los destinatarios; finalmen-te seala que es insuficiente la formacin para el apostolado y la misin.

    7. Urgencia de la catequesis en el momento actual

    La evangelizacin y la catequesis no son tareas coyunturales en la vida de laIglesia, pues la Iglesia existe para evangelizar13. Ante el panorama antes descrito,se advierte la urgencia de la catequesis o educacin en la fe.

    El nuevo Directorio seala que, para expresar su vitalidad y eficacia, la cate-quesis debe asumir hoy da los siguientes desafos y opciones14: debe ser un servi-cio fundamental dentro de la evangelizacin de la Iglesia con un acentuado carctermisionero; debe dirigirse a todos: nios, adolescentes, jvenes y adultos, tomandoa estos ltimos como modelo de referencia; inspirndose en la catequesis patrstica,

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    13. EN 14.14. Cfr. DCG (1997) 31-33.

  • debe ser una verdadera y propia escuela pedaggica cristiana; debe anunciar losmisterios centrales del cristianismo, promoviendo la experiencia trinitaria de lavida de Cristo como centro de la vida de fe.

    De todo ello se deduce que una tarea prioritaria de la catequesis es la prepa-racin y formacin de catequistas dotados de una slida fe. Se requiere una forma-cin catequtica cada da ms amplia y profunda en un mundo cada vez ms com-plejo, en el que es preciso atender a factores muy diversos. No puede sin embargoolvidarse que mucho ms importante que el dominio de los mtodos y de las tcni-cas es la vida de fe de los agentes de la evangelizacin y de la catequesis. La graciade Dios no falta para realizar con xito la tarea catequtica, que exige una constan-te conversin, fruto de la ayuda divina.

    Jaime Pujol BalcellsInstituto Superior de Ciencias Religiosas

    Edificio de Facultades EclesisticasUniversidad de Navarra

    E-31080 [email protected]

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