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Título: El aporte de John Henry Newman a la creatividad y al juicio crítico en las letras Resumen: Newman aborda la creatividad con una frescura que le permite dejarse decir por la realidad y comprender que en ella obra el “principio sacramental” según el cual las cosas son palabras divinas encarnadas: de allí su carácter misterioso y significativo, a la vez inagotable y comunicativo. De allí también su caracterización de la mente poética: capaz de recibir y ahondar la palabra divina, y con el don de expresarla. La poesía que de ella procede también participa del “principio sacramental” en cuanto encarna una visión. En ella se manifiesta el doble inseparable logos: sentido y palabra expresiva, conformada con un lenguaje apropiado a la manifestación de la verdad, bondad y belleza. Newman encara la cuestión del juicio crítico en las letras haciendo hincapié en que esta tarea requiere una “mente educada”: no superficial ni pasiva, sino habituada a elaborar los conocimientos, sometiendo sus materiales y datos a un proceso de refexión, abarcativo, profundo, estableciendo relaciones y llegando a una síntesis. Todo ello ha se pasar por la criba del discernimiento de la verdad completa: poniendo en juego la razón y tomando en cuenta el aporte de la Revelación. Más allá del juicio que de allí resulte, el crítico cristiano ha de saber hacer resplandecer la Verdad, con la aptitud de fascinación que de por sí ella posee. Creemos que estas consideraciones de Newman se sitúan en la línea del tradicional Humanismo, definido por Gilson como “ars bene vivendi et bene dicendi”, y que por lo tanto pueden orientar un nuevo -o renovado- Humanismo. Datos del autor Nombre y Apellido: Inés Futten de Cassagne Título académico: Doctora en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires Lugar de Trabajo: Profesora adjunta de Literatura Francesa en la carrera de Letras de la Universidad Católica Argentina (Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Letras Av. Alicia Moreau de Justo 1500

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Ttulo: El aporte de John Henry Newman a la creatividad y al juicio crtico en las letras

Ttulo: El aporte de John Henry Newman a la creatividad y al juicio crtico en las letras

Resumen: Newman aborda la creatividad con una frescura que le permite dejarse decir por la realidad y comprender que en ella obra el principio sacramental segn el cual las cosas son palabras divinas encarnadas: de all su carcter misterioso y significativo, a la vez inagotable y comunicativo. De all tambin su caracterizacin de la mente potica: capaz de recibir y ahondar la palabra divina, y con el don de expresarla. La poesa que de ella procede tambin participa del principio sacramental en cuanto encarna una visin. En ella se manifiesta el doble inseparable logos: sentido y palabra expresiva, conformada con un lenguaje apropiado a la manifestacin de la verdad, bondad y belleza.

Newman encara la cuestin del juicio crtico en las letras haciendo hincapi en que esta tarea requiere una mente educada: no superficial ni pasiva, sino habituada a elaborar los conocimientos, sometiendo sus materiales y datos a un proceso de refexin, abarcativo, profundo, estableciendo relaciones y llegando a una sntesis. Todo ello ha se pasar por la criba del discernimiento de la verdad completa: poniendo en juego la razn y tomando en cuenta el aporte de la Revelacin. Ms all del juicio que de all resulte, el crtico cristiano ha de saber hacer resplandecer la Verdad, con la aptitud de fascinacin que de por s ella posee. Creemos que estas consideraciones de Newman se sitan en la lnea del tradicional Humanismo, definido por Gilson como ars bene vivendi et bene dicendi, y que por lo tanto pueden orientar un nuevo -o renovado- Humanismo.

Datos del autor

Nombre y Apellido: Ins Futten de Cassagne

Ttulo acadmico: Doctora en Filosofa y Letras por la Universidad de Buenos Aires

Lugar de Trabajo: Profesora adjunta de Literatura Francesa en la carrera de Letras de la Universidad Catlica Argentina (Universidad Catlica Argentina. Facultad de Filosofa y Letras. Departamento de Letras Av. Alicia Moreau de Justo 1500 PB C1107AFD Buenos Aires TE: (011) 4338-0804 e-mail [email protected] )

Ponencia:Newman creador y crtico literario

Para calibrar el peso y el valor de las ideas de Newman que voy a exponer, hay que tener en cuenta que proceden de su doble experiencia como creador y como conocedor de la literatura. Su fama como telogo y la repercusin que tuvo su conversin del anglicanismo al catolicismo son tan grandes, que suelen olvidarse esas otras facetas suyas que sin embargo no pueden separarse del resto pues todo cuanto escribi lleva la marca del poeta nato y del prosista cuidadoso de su estilo. Baste recordar por ejemplo su Apologia pro vita sua, relato de su conversin que al mismo tiempo es considerada como una de las cimas de la prosa inglesa. Newman tambin cultiv magistralmente el gnero epistolar, y escribi dos novelas -Perder y ganar y Callista- enriqueciendo con su aporte teolgico de gran vuelo la novelistca victoriana. En cuanto a la poesa, su produccin resulta rica y variada por sus formas mtricas que se adecan y ajustan a las alternativas de la temtica mstico-teolgico. De su coleccin La lira apostlica destacamos El pilar de fuego, cuya hondura y sencillez lo han hecho famoso. Igualmente renombrado es El Sueo de Geroncio, un poema de largo aliento concebido para ser recitado y cantado como oratorio, al que le puso msica Eduardo Elgar.... Estamos pues ante un autor que, nacido en 1801, enriqueci las letras inglesas hasta su muerte en 1890, y que reflexion sobre el hecho literario con conocimiento de causa. Y si bien creemos que es su labor creativa la que avala en primer trmino la muy amplia y profunda actividad crtica y teortica de Newman, a ello hay que aadir su gusto por los clsicos aunado a una erudicin que comenz a adquirir desde su formacin en la en la Universidad de Oxford en una poca donde la cultura literaria era insoslayable y fundada en los maestros greco-latinos. Todas estas perspectivas contribuyen a dar peso y valor a sus aportes sobre la creatividad y el juicio crtico en las letras.

I- La creatividad en la Poesa

Para comprender lo que Newman entiende por creatividad potica hemos de tener en cuenta que l parte de una intuicin o visin bsica de la realidad: que el mundo exterior...es una manifestacin de realidades ms grandes que l mismo. Esta percepcin, que sin duda procede de su honda capacidad contemplativa, lo lleva a comprender que ste es el modo de ser que Dios mismo ha impuesto a la realidad por l creada, al cual llama el principio mstico o sacramental (id.). Vale decir que en cuanto existe Dios ha puesto su impronta colmndola de logos: un logos mstico o misterioso en cuanto, al ser infinito, rebalsa nuestra comprensin, pero que al mismo tiempo -a la manera del sacramento- constituye un signo eficaz para ser captado. As vuelve Newman a una experiencia honda y universal: la misma experiencia que a Platn le sugiri su idea de la participacin, la misma experiencia que le hace cantar al salmista Los cielos narran la gloria de Dios y el universo entero est lleno de su mensaje; la misma experiencia que a San Agustn le hizo afirmar que si nosotros vemos las cosas es porque Dios las ve y que Santo Toms formul diciendo que toda realidad se halla inter duos intellectos. La naturaleza es una parbola, declara por su parte Newman, reafirmando que por medio de ella habla su Creador. Esta palabra es para ser recibida por el hombre, y quien se halla ms capacitado para captarla y a su vez expresarla es el poeta.

En la creatividad potica juegan por lo tanto dos cosas: 1) el logos divino contenido en la realidad creada y es, por lo tanto, su fuente; 2) el don potico que es una facultad excepcional de sintonizar con dicho logos, unida a la facultad de expresin.

La mente poticaUna mente potica es la que est llena de eternas formas de belleza y perfeccin; stas son el contenido de su pensamiento, su instrumento y medio de observacin, que colorean cada objeto hacia el cual ella dirige su atencin. Se la llama imaginativa o creativa, por la originalidad e independencia de sus modos de pensar, comparados con los lugares comunes y las concepciones fcticas de las mentes vulgares, que estn ancladas a lo particular e individual. Al mismo tiempo, la mente potica siente una natural simpata hacia todas las cosas que son grandes y esplndidas en el mundo fsico y en el moral y, seleccionndolas de entre la masa de fenmenos comunes, las incorpora, por as decirlo, a la substancia de su propia creacin. Por vivir entonces en un mundo propio, la mente potica habla un lenguaje de dignidad, emocin y refinamiento. La imagen y el verso son necesariamente sus medios de comunicacin...

Segn Newman, la mente potica est dotada de una creatividad que proviene de una afinidad con lo sublime divino, capaz de rescatarlo con la imaginacin de entre lo que es vulgar, y consecuentemente de delimitarlo y concretarlo mediante una ltima actividad a la que llama poesa:

La poesa delinea la perfeccin que la imaginacin sugiere: perfeccin hacia la cual tiende como a un lmite, realmente, el sistema presente de la Divina Providencia. Es ms: restringiendo la atencin a una serie de sucesos y una escena de accin, la poesa delimita y saca de la confusa exhuberancia de la naturaleza real; mientras que, por un diestro ajuste de circunstancias, manifiesta la conexin de causa y efecto, completa la dependencia de las partes entre s, y armoniza la proporcin del conjunto....De modo que, mientras recrea la imaginacin por el sobrehumano encanto de sus cuadros, tambin procura a la mente un alivio de las desilusiones y sufrimientos de la vida real; y adems resulta la expresin de las ntimas emociones de un recto sentimiento moral que busca una pureza y una verdad que el mundo no puede dar. (id.)

Pasando a la originalidad del estilo de cada poeta, Newman no slo lo ve proceder de su peculiar perspectiva y modo original de rescatar lo bello y sublime, sino tambin depender de su sentido moral:

La originalidad puede quizs ser definida como el poder de abstraer por uno mismo...El estilo de un escritor original es forjado con las peculiaridades de su mente. Cuando la originalidad ha sido fundada aparte del buen sentido -lo que ocurre con bastante frecuencia-, ello se manifiesta en sentimientos paradojales e impropios, y en una conducta excntrica. Pero la poesa, en cambio, no puede ser separada del buen sentido, o buen gusto, como se dice, que es uno de sus componentes. Se trata all de una originalidad energizada en el mundo de la belleza: es la originalidad de la gracia, de la pureza, del refinamiento y del buen sentir. No vacilamos en afirmar que la poesa se funda en ltima instancia en la correcta percepcin moral; que all donde no haya principios sanos no habr poesa; y que en suma, supuesta la originalidad de un escritor, su excelencia potica variar en proporcin a la altura de su carcter moral. (id.)

Queda claro que toda originalidad creativa depende de nutrirsre en las fuentes u orgenes trascendentes. Al subrayar la importancia de la originalidad del recto pensamiento moral la ve unida a las de la verdad y la belleza fontales. Con ello reaparece la clsica relacin ser-verdad-bondad-belleza, ya intuda por los griegos y ratificada por los pensadores cristianos. Y esto lleva al otro tpico clsico, platnico-cristiano, el de la participacin de lo Divino, a su vez inseparable de la divina inspiracin. Pues quin es la Fuente tima del ser - verdad - bondad -belleza, sino Dios mismo?

Dios, centro y fuente de la poesaNewman razona entonces:

Un recto sentimiento moral coloca la mente en el centro mismo de ese crculo en el cual se originan y jerarquizan los rayos; mientras que la mente ubicada en otras zonas slo comanda una porcin del total circuito de la poesa. (id.)

De all deduce que Todos los poetas son religiosos -los verdaderos al menos- y que lo son en la medida en que se aproximan a ese centro moral. Tambin deduce que:

Segn esto, la Religin Revelada debiera ser especialmente potica -y lo es de hecho. Sus revelaciones contienen una originalidad que cautiva al intelecto, una belleza que satisface la naturaleza moral. Nos presenta esas formas de excelencia en las que se deleita una mente potica, a las que se asocian toda gracia y armona. Nos traslada a un nuevo mundo -un mundo de superpotente inters, de visiones sublimes y de los ms puros y tiernos sentimientos. Estamos hablando de la naturaleza potica de la verdad revelada. Para los cristianos, una visin potica de las cosas es un deber ya que se nos ofrece colorear todas las cosas con los colores de la fe, ver el significado divino en cada evento, y una direccin trascendente. (id.)

Y esta ltima observacin que tiene en cuenta la verdad revelada, propia del creyente, viene a completar y coronar aquella intuicin bsica aprehendida con la inteligencia: la del principio sacramental reflejado en la realidad creada. Se trata en verdad de dos dispensaciones divinas complementarias e incluso inseparables para el poeta cristiano ya que, si la naturaleza es una parbola, la Escritura es una alegora. (Ap.I,p. 24)

El doble e inseparble Logos -pensamiento y palabra-

Por ltimo, al encarar la relacin entre la poesa y el arte de la composicin, Newman establece:

El arte de la composicin es meramente accesorio para el talento potico. Sin embargo, aunque distinto del talento potico, es obviamente necesario para su exhibicin. La composicin potica requiere un dominio del lenguaje que es mero efecto de la prctica. El poeta es un compositor; las palabras son sus tipos, que debe tener a mano y con ilimitada abundancia. De all la necesidad de una cuidadosa labor para el cumplido poeta -no para que su diccin atraiga, sino para que el lenguaje se le subordine-.

Por tanto, un talento para la composicin no es una parte esencial de la poesa, aunque indispensable para su exhibicin. De all pareciera que atender al lenguaje por el lenguaje mismo no evidencia al verdadero poeta, sino al mero artista.

Pone ejemplos:

Pope ha afinado nuestra lengua, y ciertamente le debemos mucho -su diccin es rica, musical y expresiva, y con todo no es poeta por ello, elabor su composicin por la composicin misma...En cambio, aunque se celebre a Virgilio como maestro de la composicin, su estilo sin embargo se identifica con sus concepciones en cuanto las desarrolla externamente al punto que nos resulta imposible separar una cosa de la otra. (id.)

Newman insiste y se explaya sobre este punto esencial:

La materia y la expresin son partes de una sola cosa. Cabe recordar al respecto el significado de la palabra griega que expresa la prerrogativa especfica del hombre respecto de los animales: Logos. Qu significa Logos? Vale tanto como razn y como habla, y es difcil decir a cul corresponde mejor. Significa las dos cosas a la vez -por qu? Porque realmente no pueden ser separadas -porque son una sola cosa en verdad. Podemos separar la luz y la iluminacin, la vida y el movimiento, lo cncavo y lo convexo de una curva? Del mismo modo sera inconcebible que el vigoroso y frtil intelecto renunciara a su propio doble, su instrumento de expresin y canal de sus especulaciones y emociones. (Id.)

La escritura, el estilo, la elocuencia, no han de ser tomada entonces como si fuesen un agregado externo a la materia tratada -una especie de ornamento sobreadosado, o un lujo concedido...:

Ms bien, es el fuego interior del autor que fluye en el torrente de su encendida e irrestible elocuencia; es la poesa de su alma que se explaya en la Oda o en la Elega; y su actitud mental, la belleza de su sentido moral, la fuerza y sutileza de su lgica, se reflejan en la ternura, o energa, o riqueza de su lenguaje. No las palabras solas, sino tambin el ritmo, el metro, el verso, son brotes simultneos de la emocin o imaginacin que lo poseen. Si vale el proverbio de que el poeta nace, no se hace, tambin vale para sus poemas: nacen, no se forjan...y esto es verdad no slo para la poesia, sino tambin para la prosa en su debido grado.... (id, p.295-6)

Lo expuesto vale para distinguir: mientras el mero hacedor de palabras se peocupa poco o nada del tema que est embelleciendo, en cambio, el verdadero artista tiene ante s magnas y ricas visiones y su nico fin es exteriorizar lo que piensa o siente de una manera adecuada a la cosa de que habla y apropiada para el que habla. (Id, p.301)

Un gran autor no es aquel que meramente tiene una copia verborum, y que puede, ya en prosa ya en verso, tornear a su antojo un cierto nmero de esplndidas frases e infladas sentencias, sino aquel que tiene algo que decir y sabe cmo decirlo. Su don caracteristico es la facultad de expresin. Es maestro del doble LOGOS, el pensamiento y la palabra, distintos pero inseparables entre s. Sea que elabore sus composiciones, sea que deje brotar sus improvisaciones, en ambos casos tiene un nico fin, que mantiene firmemente ante s y que realiza con conciencia y sencillez. Este fin es manifestar lo que tiene adentro....Su pgina es el espejo puro de su mente y su vida.

Siempre tiene la palabra justa para la idea justa, y ni una palabra de ms. (Id, p.306-7)

II - El juicio crticoEste concepto newmaniano de creatividad comporta asimismo un criterio para el juicio. Si se tiene en cuenta que pensar y decir son inseparables, lo ms probable es que la crtica d en el clavo. Pero si se cede a la tentacin de estrechar o enangostar las obras literarias tomndolas como meros artefactos, se atender tan slo a lo formal o esquemtico, y a crtica resultar superficial, y, lo que es peor, se contribuir incluso a que la creatividad se degrade en mera exhibicin.

Observando lo que ocurra en la crtica de su tiempo (y sigue ocurriendo), Newman dice que esto denota intelectos superficiales y educados a medias, y lo atribuye a dos fallas: el apuro por dar opiniones pretendidamente originales y la acumulacin de datos sin elaborarlos. Con respecto a lo primero dice:

Uno de los principales males de esta poca es pensar que un intelectual...es una persona llena de opiniones sobre todos los temas. Existe hoy una demanda de irresponsable originalidad de pensamiento (que obliga) a exhibirse diariamente ante el pblico con todas sus galas, con un vestido nuevo y diferente...

Por otro lado, en el extremo opuesto de esta apurada y falsa originalidad crtica -que encubre el defecto de presuncin al pretender un ms, una actividad crtica que todava no se est en condiciones de hacer- , est el segundo error que involucra un menos en cuanto es pura pasividad. Es la pasividad del que meramente se limita a adicionar conocimientos, o abundar en informaciones de detalle y no los somete a un proceso personal atento y reflexivo, sin ordenar, relacionar, jerarquizar ni sintetizar lo que ha acumulado. Y si esto puede ocurrirles a los estudiantes, lo peor es constatar esta falla entre los profesores, investigadores y autores:

Hay autores que son tan vacos como inagotables en recursos literarios. Miden los conocimientos por el volumen, tal como aparecen en la cantera, sin simetra ni orden ( juntan fichas!). Cuntos son los comentadores de los clsicos y de la S.Escritura cuyas obras terminamos de leer preguntndonos por la clase de saber que ha pasado ante nosotros!....meros repertorios de erudicin. (id, p.19)

Es que esta clase de eruditos o anticuarios, o bien han sido vctimas de un pernicioso engao, o bien se han visto obligados a transigir con una mentalidad a la que no podan resistir (id, p.20). Frente a ello su consejo es:

La imprenta y las bibliotecas sern de gran ayuda, pero hemos de tomar parte en la tarea Debis estar por encima de vuestros conocimientos, no bajo ellos. (id, p.21)

Cmo? Mediante una responsabilidad y libertad crticas que nicamente puede procurar una buena educacin del intelecto. Para Newman, esto constituye precisamente el fin de los estudios univesitarios. En los discursos que pronunci al serle encomendada la fundacin y direccin de la Universidad Catlica de Dublin explica que educar el intelecto es activar sus facultades para poner la mente en forma y expandirla (id.p.20):

Slo es expansin de la mente la capacidad de ver muchas cosas a la vez como una totalidad, de referirlas a su lugar apropiado en el sistema universal del saber, de entender su respectivo valor, y de determinar su dependencia recproca. (id, p.18)

La educacin del intelecto significa ponerlo en condiciones para llegar a una visin filosfica y comprehensiva. (Id, p.20)

La VERDAD, del tipo que sea, es el objeto propio del intelecto. Cultivar el intelecto significa por tanto hacerlo apto para aprehender y contemplar la verdad. (Id, discurso VII)Ahora bien, para Newman, en esta tarea de educar el intelecto tiene primordial importancia el estudio conjunto de las letras llamadas profanas y de las Letras sagradas

Letras profanas y Letras Sagradas: separarlas sera retroceder

En la conferencia con que inaugur la facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Catlica de Dublin, Newman, echando un vistazo al desarrollo de los estudios en Occidente, muestra cmo las Letras clsicas profanas, heredadas de la antigedad greco-romana, confluyeron en un momento con las Letras Sagradas y de all prosiguieron juntas. De manera que nuestra Civilizacin Occidental est hecha de la confluencia del saber clsico antiguo y la Revelacin cristiana. Dice:

La mente se cultiva mediante las Letras Sagradas y las Letras profanas -dos cosas que en nuestra civilizacin -desde la edad patrstica- han sido inseparables. Separarlas sera retroceder .

Puesto que se trata de cultivar el intelecto para hacerlo apto para aprehender y contemplar la verdad. (Discurso VII), resulta evidente que

todo el saber profano no constituye la totalidad de la verdad, para entrar en posesin entera de la verdad, necesitamos hacernos con la verdad completa.

La verdad revelada ilumina y ampla el campo de la literatura. En primer lugar, porque le aporta realidades olvidadas:

nos ensea la situacin ruinosa del hombre, su completa incapacidad para conseguir el cielo si no es por la gracia de Dios, que sta opera la conversin del hombre y la regeneracin de la naturaleza, y que la incorporacin a la Iglesia es el medio ordinario de salvacin. (Id, p.15)

En este sentido, la teologa completa y corrige los errores que en ese orden pueden aparecer en las obras literarias.

En segundo lugar, su intervencin resulta tambin necesaria para evitar invasiones, usurpaciones que se producen cuando las disciplinas literarias son estudiadas con exclusividad y por s mismas. Suelen entonces extralimitarse y elaborar doctrinas contrarias a lo que sealan la razn y la fe:

.

La gramtica, por ejemplo, no parece apta, a primera vista, para sufrir perversin alguna, y sin embargo Horne Tooke hizo de ella vehculo de su peculiar escepticismo. (Discurso IV, p.32).

Este alerta de Newman resulta particularmente importante y de actualidad. En efecto, si aquel autor que vivi entre 1736 y 1812 sembr el escepticismo al introducir el nominalismo en un tratato de gramtica etimolgica, en nuestros das hemos visto hacer lo mismo a Umberto Eco en sus obras de semitica y hasta en una novela -El Nombre de la Rosa- en que justamente su nominalismo vicia, no slo de escepticismo sino de falsedad, su presentacin de la Edad Media! Este autor llega a decir que hay que rerse de la verdad pues no hay ms que nombres vacos -nombres aplicados arbitrariamente a las cosas- sin que podamos llegar a su mdula o esencia. Y lo mismo ocurre con otras doctrinas, en apariencia slo metodolgicas, como la semitica, el formalismo y el estructuralimo, que socavan la fe empezando por negar la capacidad del intelecto para aprehender la realidad -la verdad de las cosas.

La fascinacin de la Verdad

Llegamos al ltimo aporte de Newman al juicio literario, a mi entender el ms lcido e importante: la fascinacin de la Verdad. Nuestro autor ve, en efecto, que de nada valdra someter las obras literarias al juicio de la verdad si al mismo tiempo no se hiciera el esfuerzo de hacerla brillar en todo su esplendor. Pues la verdad, unida al bien y a la belleza, obra por s misma y conquista por su propio atractivo.

Ciertamente, es indispensable presentarla y convertirla en criterio fundamental de discernimiento en las obras literarias. Pero tambin hay que mostrarla atrayente, ya que las obras literarias poseen un sumo grado de persuasin y seduccin, que Newman describe as:

La literatura no argumenta, sino que declama y sugiere, es multiforme y verstil, persuade en vez de convencer, seduce y aprisiona. Apela al sentido del honor, o a la imaginacin, o al estmulo de la curiosidad. Se abre camino mediante el humor, la stira, el romance, lo bello y lo agradable. No es de extraar que con una fuerza como sta, la Iglesia deba tratar con vigor proporcionado a su impulsividad, que intervenga con mano firme, y que use su autoridad en la eleccin de sus estudios y de sus libros, que se haran tiranos si la razn y los meros hechos fueran los nicos instrumentos para lograr sus conclusiones. Pero en cualquier caso, el principio de la Iglesia es siempre uno y el mismo: no prohibir verdad de ninguna clase, pero vigilar para que slo figuren bajo el nombre de la Verdad slo aquellas doctrinas que lo merecen. (discurso IX, p.33)

Segn vemos, el gran principio de la Iglesia es el principio de verdad -y de la verdad completa -completada con el aporte de la Revelacin-. Pero aplicada a las letras, la Verdad que ella ofrece no slo obra en pro de un discernimiento de tipo intelectual-racional (como el que bastara en el campo de las ciencias), sino que tambin acta suscitando un atractivo a ms alto nivel que el de cualquier verdad natural, y por cierto capaz de alejar de la mentira o el error, que al lado de Ella terminan por revelarse como son: nada hinchada. La Verdad (y Belleza que es su resplandor), y sobre todo la que ofrece la Palabra de Dios, de por s ejerce una fascinacin que conquista la mente y el corazn humanos y los purifica.

Newman pone el caso de un santo -San Felipe Neri- que en pleno Renacimiento opt por el camino de la fascinacin. Era un tiempo en el que un nuevo mundo de pensamiento y de belleza se abra ante la mente humana, que atraa por la fuerza de ese encanto, pero que a la vez trazaba crculos en torno al abismo, del que surgan formas paganas que tomaban cuerpo en ese espacio. Y bien, San Felipe supo discernir esta situacin y enfrentarla segn adelantamos:

Vio todo eso -seala Newman- y se dio cuenta de que el mal haba de ser vencido por la fascinacin contraria que surge de la pureza y la Verdad. (Id, p.33)

Conclusiones

1- Newman aborda la creatividad con una frescura que le permite dejarse decir por la realidad y comprender que en ella obra el principio sacramental segn el cual las cosas son palabras divinas encarnadas: de all su carcter misterioso y significativo, a la vez inagotable y comunicativo.

2- De all tambin su caracterizacin de la mente potica: capaz de recibir y ahondar la palabra divina, y con el don de expresarla. La poesa que de ella procede tambin participa del principio sacramental en cuanto encarna una visin. En ella se manifiesta el doble inseparable logos: sentido y palabra expresiva, conformada con un lenguaje apropiado a la manifestacin de la verdad, bondad y belleza.

3- Newman encara la cuestin del juicio crtico en las letras haciendo hincapi en que esta tarea requiere una mente educada: no superficial ni pasiva, sino habituada a elaborar los conocimientos, sometiendo sus materiales y datos a un proceso de refexin, abarcativo, profundo, estableciendo relaciones y llegando a una sntesis.

4- Todo ello ha se pasar por la criba del discernimiento de la verdad completa: poniendo en juego la razn y tomando en cuenta el aporte de la Revelacin. Ms all del juicio que de all resulte, el crtico cristiano ha de saber hacer resplandecer la Verdad, con la aptitud de fascinacin que de por s ella posee.

5- Creemos que estas consideraciones de Newman se sitan en la lnea del tradicional Humanismo, definido por Gilson como ars bene vivendi et bene dicendi, y que por lo tanto pueden orientar un nuevo -o renovado- Humanismo.

Apologia pro Vita Sua, Madrid, BAC, 1977, p.24.

Poetry, with reference to Aristotle Poetics, artculo publicado en 1929 en la London Review, editada por Blanco White.

Literature, conferencia en la Facutad de Filosofa y Letras de la Universidad Catlica de Dublin. Figura The Idea of a University, Chicago, Loyola University Press, 1927.

The Idea of a University, op. cit., discurso II.

Christianity and Letters, p. 281.