día diez y nueve
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Suplemento del periódico "el ferro". Proyecto de literatura mexicana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.TRANSCRIPT
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Entre el materialismo y el arte Por Mr. Frufrú
La novela del tranvía Por El Pulque Job
Leyendas de nuestros héroes Por El cura de Jalatlaco
Letras nacionales Por Andrógina
ISSN 2014- 0616
HASTA AGOTAR EXISTENCIAS
Redacción
Andrógina
Alejandra González Amezcua
El cura de Jalatlaco
Luis Ángel Gómez Gordillo
Mr. Frufrú
Sebastián Alonso Jiménez Ortega
El Pulque Job
Víctor Hugo Velázquez Hernández
Producción, diseño, edición
Madame Butterfly
Emma Ivonne Álvarez Osorio
Día Diez y Nueve es un suplemento que refuerza el móvil que
tuvimos el iniciar la primera parte de este proyecto, el cual se tituló
"el ferro". La realización, de principio a fin, responde a la inquietud
del equipo de poder sacar del ámbito académico temáticas y
discusiones para acercar la producción artística del siglo XIX
mexicano a un público no especializado.
El libro de Satanás
ANUNCIANTES
EN ESTA EDICIÓN:
Pág. 8 NESTLE Y
CHOCOLATES Y
DULCES MATÍAS LÓPEZ
Pág. 12 CAFÉ DE LA
CONCORDIA
Pág. 17 TABACOS
ESCOGIDOS DANIELO Y
DANIELO Y ANÍS DE
LEÓN RAMÍREZ Y
GONZÁLEZ
Contraportada CERVEZA
MOCTEZUMA
contenido
SOBRE EL GÉNERO LITERARIO
El cura de Jalatlaco
LETRAS NACIONALES
Andrógina
AVISOS
ENTRE EL MATERIALISMO Y EL
ARTE
Mr. Frufrú
SANTA, DIÁLOGO DE CORRIENTES
Mr. Frufrú
LEYENDAS EN NUESTRAS CALLES
El cura de Jalatlaco
LA SECCIÓN DE JUAN TABLADA
LA FEMME FATALE
Mr. Frufrú
LA NOVELA DEL TRANVÍA
El Pulque Job
LAS IMÁGENES DE LA SOCIEDAD
DECIMONÓNICA
Andrógina
EL REGRESO DE EROS
Andrógina
DÍA DIEZ Y NUEVE, JUSTIFICACIÓN
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El estudio de los géneros y corrientes
literarias es fundamental para conocer la
literatura del siglo XIX mexicano pues en
ella no hay fronteras tajantes que
determinen si un autor es totalmente
romántico o si una obra es totalmente
naturalista. De esta manera, puede haber
diferentes enfoques de estudio que
aporten diferentes propuestas y resultados.
Aquí presentamos brevemente dos
maneras del estudio de las corrientes y los
géneros literarios1
.
Alicia Perales Ojeda muestra el proceso
literario en la conformación de una
nación. Hace una subdivisión con base en
las asociaciones literarias existentes en la
ciudad de México, principal centro
cultural del momento, y asigna a cada una
de ellas un género dominante:
Asociaciones literarias de la corriente del neoclasicismo (1801-1835)
Poesía Asociaciones literarias de la corriente del
romanticismo (1836-1867) Teatro en verso Asociaciones literarias de la corriente del
nacionalismo (1867-1889) Novela Asociaciones literarias de la corriente del
modernismo (1888-1910) Crónica Este enfoque permite la capacidad de relacionar
la producción literaria con el proceso de
transformación de la ciudad de México. La ciudad
liberal, la ciudad intervenida, la ciudad restaurada y
la ciudad modernista, correspondientes a cada una
de las cuatro etapas. Sin embargo, excluye la
literatura que se escribía en los estados del interior y
a movimientos más breves como el decadentismo.
Por otro lado, Fernando Tola de Habich intenta
una periodización generacional de la literatura,
tomando en cuenta años fundamentales en la historia
política o cultural de México:
1
La república de las letras asomos la cultura escrita del México
decimonónico, Vol I Ambientes, asociaciones y Grupos.
Movimientos, temas y géneros literarios, Belem Clark de Lara y
Elisa Speckman Guerra (ed.), UNAM, Ida y regreso al siglo
XIX, México, 20005.
1. Generación de la Arcadia (1806) 2. Generación de la Independencia (1821)
3. Generación de la Academia de Letrán (1836) 4. Generación del Liceo Hidalgo (1851) 5. Generación del Renacimiento (1866) 6. Generación de la transición (1881) 7. Generación del modernismo (1896) 8. Generación de la Revolución (1911)
El problema que plantea esta subdivisión es que
hace una separación por el año de nacimiento del
escritor, cuando éste no es un factor definitivo para
que se decida por determinada corriente literaria. A
lo largo de su carrera un mismo escritor pudo
experimentar cambios en su estética o estar en
contacto con nuevas corrientes que influyeran en su
obra.
Ninguna categorización que se haga sobre la
literatura en términos de corrientes y géneros es
concluyente, siempre habrá diferentes puntos de
vista que permitan discutir y profundizar en el
estudio de la literatura decimonónica mexicana. En
este suplemento trataremos algunas de estas
problemáticas resultado del “cruzamiento” entre
literatura, corrientes y artes, como quería Gutiérrez
Nájera, a quién está dedicado este número, que dio
origen a una escritura más rica, fecunda y moderna.
Texto: El cura de Jalatlaco
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3
La literatura es expresión de la vida
de una nación, de la visión a futuro
que nos une como mexicanos. En
esta ocasión nos acercaremos a la
obra de un escritor nacional que ha
logrado pintar la realidad mexicana
con una maestría digna de atención.
Rafael Delgado, nacido en
Córdoba, es el autor de la novela
Los parientes ricos, una obra cuyas
descripciones exactas y su aguda
mirada sobre la vida humana logran
atrapar al lector. La historia
contada nos presenta dos mundos,
dos maneras opuestas de avanzar
por la vida: por un lado nos
encontramos con la familia de
Pluviosilla, encabezada por
Dolores, gente de provincia con
raíces tradicionales fuertemente
arraigadas, y por el otro, con Don
Juan y sus vástagos metropolitanos,
acostumbrados a la vida superficial
de la urbe.
¿Cuál es el resultado de tal
encuentro? ¿Qué ocurre cuando la
vida tranquila y honrada del campo
se encuentra con la existencia fácil y
material de la ciudad? No
arruinaremos el deleite que la
lectura completa y atenta de la obra
pueda dar al lector, pero sí
podemos asegurar que las
consecuencias de tal convivencia
serán conmovedoras. Don Juan
personifica un afán que caracteriza
los tiempos que corren: la
expansión del progreso y del
pensamiento positivista han traído
enormes avances, pero al mismo
tiempo, la búsqueda incansable del
capital puede desvanecer los
valores humanos más
fundamentales. Lo hijos del
capitalista son muestra de la
degradación que azota al país: Juan,
el calavera, un joven irresponsable
y efímero, ejemplo de lo que no
debe imperar en una sociedad sana;
su hermano Alfonso, cuya excesiva
mirada romántica aparece como
anacrónica en un mundo que
requiere, antes que cursis suspiros y
lastimeras historias de amor, una
actitud pragmática y sensata. Sus
primas y primo, descendientes de
la vida campirana, se verán
fascinados por las lumbreras
urbanas: el autor hace una llamada
de atención para evitar la caída en
un abismo inmoral, un gran peligro
para la creación de una sociedad
fuerte.
A usted, estimado lector, va
dirigido este consejo: la mirada
realista que ilumina las realidades
mexicanas ha de ser un punto de
partida para la reflexión y el
aprendizaje moral, para la
perpetuación del pensamiento
racional que nos permite controlar
todo aquello que nos amenaza. Los
tiempos de Stendhal y Novalis han
pasado: no olvidemos la raíz
romántica previa, pero tampoco
nos enredemos en sus afanes
tenebrosos. Las luces de La Razón
están aquí, en México, y dan forma
a una nación moderna, que se sabe
lista para un porvenir afortunado.
TEXTO: Andrógina
4
La Sociedad del Progreso
Con este título se ofrece al público para el 1º.
del próximo Mayo el hermoso establecimiento
situado en la calle de Coliseo núm. 8. Los
crecidos gastos en él impendidos, el gusto con
que se ha dirigido la obra y el sumo esmero
con que serán servidos los concurrentes, lo
colocan en primera línea de cuantos se han
conocido en esta ciudad.
Martes 16 de febrero, a las siete de la tarde.
APERTURA DEL CAFÉ CANTANTE
Bajos del Hotel Iturbide.
Piezas de las mejores óperas. Hermosísimas vistas. Canciones
en francés y español.
Funciones todas las noches.
Entrada general… 2 rs.
Fuente: Clementina Díaz y de Ovando, Los cafés en México en el siglo XIX. UNAM,
(Ida y regreso al siglo XIX), México, 2000.
Asombroso helado
Pío-Pío-Pío de Italia
Tal es el nombre de ese magnífico helado, recientemente inventado y
cuya receta han recibido los dueños del café del Bazar. Este helado de
nueva especie ha causado un gran efecto tanto en Italia como en París; y
bien pronto lo causará en México; ha tomado su nombre del Papa Pío
IX, que se deleita gustándolo. Se servirá por primera vez el próximo 16
de septiembre, aniversario de la Independencia, y que será por lo mismo
el día de su naturalización en México.
El café del Bazar posee el primer nevero mexicano de toda la República,
el señor Barrera, cuyos productos nacionales causaron la envidia y los
celos de los concurrentes del antiguo mundo. Los que deseen gozar de
este helado delicioso no deben perder la oportunidad asistiendo al café el
mencionado día 16.
TEXTO: Mr. Frufrú
Si en algo se piensa cuando se habla de Manuel Gutiérrez
Nájera es en Modernismo. Esta corriente tuvo su gran
inicio en México con las polémicas literarias;
permítasenos el mote. Con apenas 17 años, publicó la
respuesta a la crítica de un tal P.T. hecha a un estudio
sobre las Páginas sueltas de Agapito Silva. Más allá del
contenido del texto del casi anónimo P.T., fue el pretexto
perfecto para escribir lo que se considera la primera
proclama de la tendencia modernista. Sería mucha flor
decir que es el Manifiesto Modernista Mexicano, sin
embargo, propugnó con todos los recursos que tenía su
ideología estética. “El arte y el materialismo” se publicó
en el Correo Germánico, en cuyas páginas propone una
nueva visión del arte literario frente al materialismo del
positivismo y la objetividad cientificista. Defiende el
espíritu y el amor como motores de la creación artística y
con ellos, la poesía sentimental; su fin último es la belleza
en todo sentido. 6
Con esto, Nájera hace pensar al inocente lector
que su trabajo seguirá ese principio artístico, pero la
realidad no le permitirá hacerlo de manera cabal.
Gabino Barreda adoptó, entre 1867 y 1868, la ideología
positivista en el ámbito mexicano para traer con ello la
modernidad europea a la recién restaurada República.
Por esas fechas, en las letras mexicanas se buscaba un
nacionalismo por la necesidad de crear un renovado
sentimiento patriótico. Durante este periodo, la segunda
mitad del siglo XIX, el periodismo testificó los grandes
logros de la modernidad en México y el vertiginoso
cambio de la sociedad. La crónica fue entonces el
género más cosechado por nuestro joven escritor y sus
colegas.
Las grandes reformas de la Modernidad se debieron
a “cambios vertiginosos que [...] se consolidaron en la
centuria decimonónica gracias a los avances científicos y
tecnológicos, a la revolución industrial y a las
transformaciones sociales que trajo consigo el
capitalismo”1, de modo que el género periodístico
respondía a las leyes de la oferta y la demanda, es una
mercancía más. Así, si el joven Gutiérrez Nájera quería
sobrevivir en este mundo moderno en el que todo tiene
un precio, debía de ofrecer su trabajo. Así es como nace
El Duque Job, seudónimo bajo el que escribe “El arte y
el materialismo”, publica en varias revistas y diarios de
manera semanal.
Los relatos que tenemos de Nájera, nombrados
tradicionalmente como cuentos, son extraídos de las
publicaciones en las que participó a lo largo de su vida.
La primera compilación de su trabajo fue Cuentos
frágiles (1883), en la que lo recogió y lo modificó con el
fin de que tomara una dimensión literaria y no
periodística, como la tenía. La cuestión aquí es cómo
transformó un texto periodístico en uno literario, es
decir, cómo le cambió el género. Es evidente que al
escribir para diferentes publicaciones, el público también
es distinto, por consiguiente, los textos eran modificados
para cada diario respondiendo a las necesidades y a la
línea temática del mismo. Modificaciones iguales tuvo
que hacer para compilar su trabajo como obra literaria y
no sólo como textos periodísticos, así que al releer su
obra, también la reescribió.
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Tres ejes tuvo el cambio: el primero consistió en eliminar
todas las fechas precisas de eventos y nombres de personajes
conocidos propios de las crónicas, pues el género exige
contenido referencial. El segundo fue un cambio estilístico
mediante el uso de un lenguaje más refinado; cambia algunas
palabras de uso común, puesto que el lenguaje de la crónica es
más sencillo y directo, por unas más elegantes. De igual modo,
introduce palabras francesas para estilizar al máximo los relatos.
El tercero y más importante es que cambia los primeros párrafos
de los cuentos; modifica el pacto de lectura, introduce de
manera distinta a su nuevo lector, pues éste no será ya el de los
diarios para los que publicó.
Nájera se encuentra, pues, en el límite entre la realidad y
la ficción, entre la crónica y el cuento. Tras escribir por la paga
del trabajo periodístico, por la recompensa material del trabajo,
es fiel a su inicial postura estética. La búsqueda de la belleza se
da sobre el trabajo realizado por la necesidad económica y no
por el puro amor al arte. Las modificaciones que sufren sus
textos para los distintos públicos de los diarios, las sufren
después para su culminación como obra literaria; nuestro
escritor muestra en el tratamiento de su obra a lo largo de su vida
su doble cara, frente a la estética modernista y a la necesidad de
sobrevivir en el creciente mundo moderno.
1. Belem Clark de Lara, Ana Laura Zavala Díaz (eds.)La construcción del modernismo. México: UNAM, 2002,
p. IX.
TEXTO: Mr. Frufrú
Historias de prostitución conocemos desde la Biblia, siempre en pugna entre la virtud y la perversión.
Federico Gamboa, autor de esta novela, que promete convertirse en un clásico de la literatura mexicana,
Santa, nos presenta a una joven marcada por el destino en un texto que mantiene un diálogo constante
entre las corrientes más influyentes de nuestro siglo, el romanticismo y el naturalismo, prestando una
novela difícil de catalogar.
Para acercarse a esta novela, querido público lector, es
necesario tomar en cuenta las influencias del cosmopolita
Gamboa, gran conocedor de la literatura europea. La
influencia de los franceses es innegable. Victor Hugo y
Alexander Dumas se hacen presentes en la condición de la
mujer expósita y olvidada por Dios. Su nombre, Santa,
influye en la caracterización de esta joven inocente y
pecadora, creando a su alrededor un aura de vicios y
prejuicios. Una Eva expulsada del paraíso que no tiene
opción a redención y cuyo camino está trazado hacia la
perdición. El romanticismo permea parte importante de
esta obra. Por otro lado, la crueldad, lo despiadado de su
historia y lo amargo de su situación, coloca a Santa como
una novela que transita también por el naturalismo.
Pretende ser un retrato fiel de la realidad en una narración
de tesis, en la que el determinismo llega a sus límites más
exacerbados. Así, Gamboa nos brinda una novela llena de
contradicciones, que relata el devenir de la inocencia
mancillada en esta nuestra sociedad moderna en la que el
ejemplo tiene que ser mostrado en carne viva para el bien
de la virtud común.
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TEXTO: El cura de Jalatlaco
Las leyendas son parte
importante de la cultura de un
país. Transmitidas de
generación en generación, nos
hablan de los usos y costumbres
de las comunidades. Así,
escritores como Vicente Riva
Palacio, Juan de Dios Peza y
Luis González Obregón, se han
dado la tarea de recopilar estas
leyendas y fijarlas en el papel.
La leyenda ocupa un lugar medio en
los géneros narrativos. Por un lado, tiene
elementos de ficción, sobrenaturales –o si
se prefiere fantásticos– y por el otro está
anclado a un hecho histórico o lugar
específico. En la leyenda no es posible
definir límites entre ficción y realidad;
entre literatura e historia. Puede haber
leyendas más literarias, en las que cada
narrador puede agregar, quitar o inventar
datos según convenga; o bien, con un fin
más objetivo y respaldo histórico como
pretendía hacer Luis González Obregón
en el libro Las calles de México.
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Las leyendas brindan la posibilidad de encontrar y construir una identidad nacional a partir de una
mirada al pasado. Es cosa común entre románticos hacer este tipo de disertaciones, tal es el caso del gran
poeta y maestro Gustavo A. Bécquer. Es en la Colonia donde nuestros escritores encuentran las leyendas y
los acontecimientos que dan lugar a los nombres de las calles de la ciudad moderna de este siglo XIX.
La historia de la ciudad de Méjico –aún no escrita– tiene una completa relación con los nombres de sus calles,
pues unos recuerdan sucesos históricos, otros poéticas leyendas o encantadoras tradiciones, basadas en
piadosas consejas, en fantásticas narraciones, transmitidas al través de los tiempos1
Encontramos historias de jóvenes mujeriegos que vivieron en una calle que luego se llamaría de
Donceles; hazañas guerreras hechas en los tiempos de la conquista: la calle Puente de Alvarado; terribles
acontecimientos: la calle de la mujer herrada, historias de aparecidos, de asesinatos, de crímenes en la calle
de Don Juan Manuel. La leyenda de la llorona, sucesos como el ocurrido al pobre padre Lanchitas.
Las tradiciones, la anécdota, el relato oral, la fantasía y la historia se funden en estas narraciones
que van conformando la historia de un país, la idiosincrasia y la personalidad de un pueblo.
1. Luis González Obregón en su prólogo a Leyendas de las calles de Méjico, México: Juan de Dios Peza, 1992.
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¿Busca una tarde llena de delicioso sabor? ¿Busca saber lo que pasa en la ciudad? ¿Busca participar en
tertulias literarias con el Duque Job o busca simplemente un lugar seguro para conspiraciones políticas?
¡Entonces no lo pienses más y ven a nuestro Café de la Concordia , ubicado en la esquina de la calle de
Plateros y San José el Real, donde podrás disfrutar de deliciosos postres y helados. O bien, tomar una de
nuestras tazas de delicioso café o chocolate caliente que purifica la sangre, disipa la pesadez y alegra el
espíritu.
Pregunta por promociones en los juegos de mesa.
Aplican restricciones.
¡¡Últimos días!!
Vuelos
Juntos, en la tarde tranquila
vuelan notas de Ángelus,
murciélagos y golondrinas.
Las prostitutas...
Ángeles de la Guarda
de las tímidas vírgenes;
ellas detienen la embestida
de los demonios y sobre el burdel
se levantan las casas de cristal
donde sueñan las niñas...
La sección de
12
La femme fatale es una figura recurrente desde la antigüedad,
pensemos solamente en Salomé para darnos una idea. Esta
figura tuvo su auge en la literatura decimonónica europea,
principalmente en el simbolismo y el decadentismo. Antes de
ella, la mujer fatal era la mestiza, mezcla de dos mundos, que
seduce con su exotismo al hombre blanco y lo lleva a la
perdición.
Paralelamente a la temática de la revolución, aparece
este nuevo arquetipo de mujer, la femme fatale que representa
la modernidad y los cambios de una sociedad conservadora. El
estereotipo femenino, que se plasmó en la literatura anterior,
correspondía a la buena mujer, virtuosa y a la pecadora. Esta
nueva mujer es más activa y fuerte con respecto a su tipo
anterior. Es creada por el hombre respondiendo a sus deseos
carnales para prescindir ellos de la culpa y que sea ella la que
los arrastre hacia la perdición.
Elena Rivas, protagonista de la novela de Efrén
Rebolledo, Salamandra, encarna esta fuerza destructiva y
abrazadora que es la nueva mujer. El nombre de este
personaje remite de inmediato a la Helena de Troya, fémina
que trae consigo la aniquilación; no es extraño, pues, que el
objetivo de ésta, nuestra moderna Elena, sea llevar a la
absoluta perdición a su contraparte, el varón decadente y
decadentista.
La Salamandra es una bestia mitológica que arde en
llamas sin quemarse, pero que es un peligro para quien se
acerca a ella. La femme fatale es, para Rebolledo, este ser
divino, que representa el erotismo y la sexualidad no amorosa
que atrae y abrasa llevando hacia la muerte. Salamandra
presenta a un personaje que rompe con la tradición femenina,
una mujer que representa lo profano y lo sagrado con un
ademán despiadado que desprecia el amor y a quién la muerte
no impresiona.
TEXTO: Mr. Frufrú
TEXTO: El Pulque Job
El duque Job nos sorprende una vez más con una gran narración. Ahora su más reciente obra es "La
Novela en Tranvía" que apareció hace unas semanas en el conocidísimo diario La Libertad. Qué
soltura la de nuestro escritor y qué intrigante que se va mostrando con cada paso que da. Nos hace
imaginar tanto que su misterio también está en la claridad Nada hay más peregrino ni más curioso que
la serie de cuadros vivos que pueden examinarse en un tranvía. Un viaje inolvidable a través del tranvía
del duque con señoritas que levantan su enagua hasta alturas vertiginosas, una Ciudad de México
israelita, las gracias y desgracias de un hombre casado, en fin, un verdadero viaje como nos tiene
acostumbrados el duque.
Cada descripción de “La Novela en Tranvía” goza de una soltura imaginativa y asociativa que pocas
veces podemos ver cuando leemos. Paraguas como alas de murciélago, lluvia que salpica las caras y un
hermoso cuadro de la ciudad, que sólo nosotros como capitalinos podemos gozar. Hasta Víctor Hugo
podría pasearse por aquí; con las historias que podría ver y escuchar. Como aquella de la señora que,
como bien nos dice el duque, no va al novenario. Cuánto misterio en un tranvía. Mujeres que nos
provocan decir Hay besos que se empiezan en la Tierra y se acaban en el Infierno.
Esperemos que el Duque nos siga deleitando con magnas obras como ésta y que la publique en
más lugares, para aquellos desafortunados que no pudieron conseguir ese periódico el 20 de agosto.
Recopilarlo quizá, en un libro pues lecturas así hacen que uno se enorgullezca de sus escritores.
14
TEXTO: Andrógina
Hoy en día nos preguntamos ¿es México una nación moderna? Los denodados esfuerzos del Gobierno del
presidente Porfirio Díaz luchan por demostrar que así es: ¡echen un vistazo a las modernizaciones que se han
logrado en los últimos años!¡la expansión del pensamiento positivista! ¡los avances en el terreno de la ciencia!: ¡el
ferrocarril! Todo ello es, en efecto, muestra de cambios importantes en nuestra nación: ¿es que acaso el progreso
está ya en cada rincón del país?
Hoy queremos traer a colación un asunto que va de la mano con los grandes virajes en la historia nacional: la
imagen, cuya existencia se debe a un suceso decisivo, la creación de la imprenta en el siglo XVI. Ahora nos
encontramos con un panorama mucho más amplio gracias a la litografía. Seguramente si usted, estimado lector, es
un amante de la música, tendrá en su casa imágenes de las partituras más sonadas en la capital del país. La
introducción de dicho arte se la debemos a Claudio Linati (nacido en el año 1790 en Parma, Italia) y al magnate
mexicano Manuel Eduardo de Gorostiza, quien aceptó ayudar al italiano a traer a México un taller litográfico.
Mencionamos a continuación un par de nombres de lo más famosos litógrafos del país: Hipólito Salazar, cuyas
obras pueden ser encontradas en periódicos como El Artista (1874), en el cual Hesiquio Iriarte fue también
colaborador, y cuyas obras pueden hallarse en El Renacimiento (1869), y en El Parnaso mexicano, (1885-86)
La litografía ha formado parte de las expresiones artísticas de México, y ha continuado el afán comenzado
desde la Independencia: ha buscado fomentar la construcción de lo nacional. La importancia de la imagen es
grande, ya que nos encontramos con un fenómeno particular: mediante las imágenes se está creando no sólo una
pieza estética, sino una realidad. ¿A qué nos referimos con esto? Bien, ténganse en cuenta, por ejemplo, las
litografías que representan escenas “cotidianas” de México: al presentar un cierto cuadro como una costumbre
mexicana se construye lo que se desea en una nación (y, desde luego, aquello que es censurable) Es posible que,
como espectadores, seamos testigos de la creación de la nación en la que habitamos: piense, estimado lector, qué
país se le presenta cada vez que mira las creaciones litográficas, no es un asunto de poca monta.
TEXTO: Andrógina
A usted, lector atento, van dirigidas estas palabras.
Estos tiempos que corren están repletos de cambios
profundos, de maneras nuevas de afrontar la
existencia y de pensar el mundo que nos rodea. El
avance del progreso no pasa desapercibido en
nuestra nación: ya sea en las novedades
tecnológicas, o en las expresiones artísticas más
recientes, podemos hallar en México los signos de
las alteraciones que caracterizan a nuestro tiempo.
Es ocasión de abordar un tema de cuidado,
inscrito en el imperio del niño ciego: Eros ha
aparecido en nuestras letras mexicanas, y vaya que
lo ha hecho de manera rotunda.
El poeta hidalguense Efrén Rebolledo ha escrito
un libro que ha causado y seguirá provocando
reacciones complicadas: Caro victrix (1916) es La
victoria de la carne. ¿A qué le ha ganado la carne?
La obra de Rebolledo es un canto de triunfo para un
mundo extraño, muchas veces terrible, y por eso
mismo, fascinante: el universo de la sexualidad
humana es causa de suspiros y exclamaciones de
miedo. Esta era moderna ha despertado energías
que nos revelan una visión sensual de la existencia,
de la maravilla de los cuerpos humanos fusionados.
Y ello se contrapone al afán de control que ha
caracterizado a los avances del progreso racional:
¿qué debemos hacer con respecto a la sexualidad
humana? Liberarla de sus ataduras significaría la
caída en la barbarie de la que trabajosamente hemos
salido, pero negarla y atarla cruelmente puede tener
resultados peligrosos. En los tiempos de la Grecia
clásica se halló en la perfección del cuerpo humano
un goce estético, y ya el poeta romántico cantó a la
sensualidad, pero, ¿cuáles son las representaciones
de Eros en este siglo, el XIX? La escritura de
Rebolledo es, tal como expresa el título de su obra,
sumamente carnal, desgarrador por ser directo y
conmovedor. Y, sobre todo, la lectura de sus
poemas trae consigo estremecimientos, por cuanto
extraño encontramos en sus palabras: regiones
oscuras, vampirescas, se hallan en su poesía; mujeres
serpentinas, féminas entregadas al safismo, figuras
femeninas que amenazan y atraen a la par; ansias de
posesión, de sangre y de muerte, cabelleras
embalsamadas con aromas afrodisiacos, todo ello
nos conduce a ámbitos prohibidos para la vida
burguesa en ascenso.
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Junto con este artículo ofrecemos a su mirada una
obra del mexicano Julio Ruelas, Implacable,
manifestación del ataque de los poderes sensuales,
representados en la mujer-alacrán: la creación
pictórica y la escrita corren paralelamente.
La literatura es diversa, una manera de escribir de
hace siglos puede continuar viva ahora, o puede ser
sobrepasada por otras formas y estilos: en los
sonetos de Rebolledo hallamos guiños diablescos a
figuras ya endiosadas por el romanticismo. Podemos
acercarnos en su obra a la palidez mortal contrastada
con la sangre del amante-víctima: el gozo del héroe
romántico en la visión de la amada muerta o
moribunda. El deseo emparentado con el
sufrimiento es constante: el autor nos expone a las
amenazas del amor carnal, ante el cual podemos
postrarnos y ofrecer sacrificios. Lector atento, avance
con cuidado por las sendas trazadas en Caro victrix:
le dejamos aquí mismo una muestra de lo que
hallará.
El beso de Safo
Más pulidos que el mármol transparente,
más blancos que los blancos vellocinos,
se anudan los dos cuerpos femeninos
en un grupo escultórico y ardiente.
Ancas de cebra, escorzos de serpiente,
combas rotundas, senos colombinos,
una lumbre los labios purpurinos,
y las dos cabelleras un torrente.
En el vivo combate, los pezones
que se embisten, parecen dos pitones
trabados en eróticas pendencias.
y en medio de los muslos enlazados,
dos rosas de capullos inviolados
destilan y confunden sus esencias
17
El suplemento cultural Día diez y nueve fue realizado para la materia de Lit. Mexicana 6, impartida por la Dra.
Mariana Ozuna. Elaborado por alumnos de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas de la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM. Desarrollamos la revista a manera de suplemento cultural, con el fin de elaborar
ensayos con los conocimientos adquiridos en torno a nuestro eje problemático (los géneros y corrientes literarias
durante el siglo XIX en México) Asimismo, incluimos imágenes de obras litográficas de la época para así
relacionar el ámbito literario con el visual y utilizamos pseudónimos para dar un toque de humor a la revista, con
el fin de acercarnos de maneras diversas a los temas planteados.
Nombre de las ilustraciones por orden de aparición:
Equipo “Los borbotones” Emma Ivonne Álvarez Osorio
Luis Ángel Gómez Gordillo
Alejandra González Amezcua
Sebastián Alonso Jiménez Ortega
Víctor Hugo Velázquez Hernández
Gutiérrez Nájera en portada; http://paisportatil.files.wordpress.com/2011/12/manuel-gutic3a9rrez-nc3a1jera-1.jpg
El libro de Satán ,Litografía, no. 45 en en La litografía en México, Ediciones de la Biblioteca Nacional, México, 1934, pdf:
http://www.artesdellibro.com/pdf/litomex.pdf (Todas las litografías fueron extraídas de esta obra, sólo se especificará su número)
Tertulia del s XIX; http://www.ucentral.cl/prontus_ucentral2012/site/artic/20120522/imag/foto_0000000120120522092806.jpg
Portada de los parientes ricos; http://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-447935599-delgado-los-parientes-ricos-1944-_JM
Portada Amado Santa Cruz y Francisco Cabrera (litógrafos),Nuevo método para piano simplificado y extractado por varios autores
Vista interior del Café del Progreso, Litografía, no. 26
Sueño de una tarde dominical en la alameda, Diego Rivera;https://d8nz9a88rwsc9.cloudfront.net/wp-
content/uploads/2014/02/sueno-de-una-tarde-dominical-en-la-alameda-1947.jpg
Gutiérrez Nájera ;http://1.bp.blogspot.com/-
MwT2NU7q4Tk/TbwbXa7vJkI/AAAAAAAAATM/WdVPcfKyu9k/s1600/GutierrezNajera.jpg
Litografía no. 54 del libro
En Historia y leyenda de México las calles de México. Tomo I. México: SEP, 1944.
1. El palacio nacional hacia 1888
2. Centro de la plaza mayor de México
3. Plaza de Santo Domingo
4. Vista de la casa llamada del Indio en el antiguo Cacahuatal de San Pablo, Lit. Decaen. Tomada de la novela Antonio y Anita o
los nuevos misterios de México, escrita en francés en esta capital por E. Riviére y traducida al castellano por Don Carlos H.
Serdán. México, 1851. Dibujada por Riviére, La litografía en México, Ediciones de la Biblioteca Nacional, México, 1934, pdf:
http://www.artesdellibro.com/pdf/litomex.pdf
Taza de café de Uruapan. Óleo sobre tela de Manuel Ocaranza; http://dieumsnh.qfb.umich.mx/iii__cultivo_y_produccion.htm
Femme fatale. Kees van Dongen (1905) Colección privada.
Tranvía de finales del siglo XIX;
http://www.cervantesvirtual.com/bib/portal/viajerosespanoles/pcuartonivel2d67.html?conten=imagenes&pagina=imagenes6.jsp&fqstr=
1&qPagina=0&qImagen=6
Jamás sin ella, Museo Del Estanquillo. Litografía no. 57. Me voy a enojar contigo, Museo Del estanquillo. Litografía no. 60.
Implacable, Julio Ruelas.
Publicidad en http://culturartemexico.blogspot.mx/2010/11/publicidad-siglo-xix.html
Cerveza Moctezuma en contraportada; en Ortiz Gaitán, Julieta. Imágenes del deseo. Arte y publicidad en la prensa ilustrada
mexicana. México: UNAM, 2003.
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