Natalia serna contrerasLaura María Montoya

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a fines del siglo xIx la explotación capitalista es extrema, la reducción de la jornada laboral se

convierte en bandera de lucha. Ocho horas: para trabajar, para descansar, para disfrutar.

Hace ya más de medio siglo (el decreto respectivo es de 1930) que el 1° de Mayo es Fiesta del Trabajador.

Marcado como feriado en los almanaques, para muchos se va borrando el recuerdo de la dureza que tuvo la fecha en los tiempos iníciales de las luchas

sociales por obtener mayores niveles de justicia para los sectores del trabajo en el mundo entero

Estados unidos vive meses de extensa agitación en las fabricas y en las calles,

finalmente el 1 de mayo es convocado la primera huelga

general por las ocho horas aquel día miles de

trabajadores de movilizan y chicago es el epicentro de

los acontecimientos. La clase obrera desafía al

poder de los capitalistas y por lo tanto la repleción no

se hace esperar.

El enseñamiento policial es tal que varios trabajadores caen asesinados y otros tantos son heridos.

A pesar de todo el movimiento no se detiene, ahora los huelguistas se concentran frente a puertas de las fabricas Marconi. Allí, la patrona le impide la organización y acaba de despide a mas de mil obreros

Espíes dirigente anarquista lidera el acto sus palabras son interrumpidas cuando un grupo de carneros se hacen presentes para quebrar la huelga los enfrentamiento no tardan en llegar pero en ese instante la policía comienza a disparar a mansalva seis muertos y varios heridos es el saldo.

La ira obrera de ha apoderado de la ciudad de chicago miles y miles

comienzan a concentrarse en los alrededores de jey market el repudio

de la represión uno tras otro los discursos de los dirigentes

socialistas y anarquistas que suceden. Todo transcurre en

aparente calma hasta que repentinamente la policía vuelve a

remeter contra la muchedumbre en medio de las corridas se estallo una

bomba se producen detenciones masivas y los dirigentes son

apresados, se los acusan de ser los autores del atentado

La farsa comienza a rodar se los acusa de pertenecer a una sociedad secreta cuyo fines destruir a través de la dinamita el orden establecido, todo esta armador para condenarlos. Con entusiasmo se nombre al gran jurado el mismo se constituye con nombre de moral intachable todos desprecian la causa del proletariado. Delante de el Desfilan testigos falsos cuyo prejuicio anarquista y socialista quedan evidenciado de ante mano.

El fiscal del estado hace su tarea una tarea ruin e ineficaz nada pudo ser probado. La clase dominante esta dispuesta brindar unas lesiones ejemplar, un apasionamiento febril lleno de odio y venganza, el plomo es el mejor alimento par los huelguistas, la prisión y los trabajos forzados son la única solución posible a la cuestión social. Mientras la fiscalía exclama Ellos no son mas culpables que el que los siguen, condénelos como lesión a los demás, ahórquenlos para salvaguardar nuestra sociedad.

Norteamérica se viste del atuendo de la muerte y el mundo asiste un espectáculo espeluznante. Después el poeta cubano José Martínez entonces corresponsal del diario la nación de buenos aires presenta en el momento que la sentencia se lleva a cabo escribe:

Salen de sus celdas, se dan las manos, sonríen, leen la sentencia, le sujetan las manos por la espalda con esposas, le ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo esta la concurrencia sentada en hileras de sillas delante del cadalso como en un teatro, firmeza en el rostro de Fisher, plegaria en los pies, los pies gritan la voz que va a irse sofocar será mas poderosa en el futuro que cuantas palabras podre decirles yo ahora le bajan las capuchas luego una seña un ruido la trampa sede los cuerpos caen y se balancean en una danza espantable

Las muertes de los mártires de chicago no fueron en vano los capitalistas pudieron silenciar sus voces pero como predijo espíes la suya y la del resto de sus compañeros se volvieron poderos ellos forman parte de nuestra historia una historia plagada de tragedias pero también de heroísmo. Aquellos luchadores se vieron valientemente a sus verdugos a sentenciar.